Mitos e Íconos de La Ruptura Del Eje Cósmico- Un Glifo Toponímico de Las Piedras de Tízoc y Del...

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36908907 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Alfredo López AUSTIN Mitos e íconos de la ruptura del Eje Cósmico: Un glifo toponímico de las piedras de Tízoc y del Ex-Arzobispado Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXVIII, núm. 89, otoño, 2006, pp. 93-134, Universidad Nacional Autónoma de México México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, ISSN (Versión impresa): 0185-1276 [email protected] Universidad Nacional Autónoma de México México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Mitos e iconos.Glifos.

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Alfredo Lpez AUSTINMitos e conos de la ruptura del Eje Csmico: Un glifo toponmico de las piedras de Tzoc y del Ex-Arzobispado

    Anales del Instituto de Investigaciones Estticas, vol. XXVIII, nm. 89, otoo, 2006, pp. 93-134,Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Mxico

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    Anales del Instituto de Investigaciones Estticas,ISSN (Versin impresa): [email protected] Nacional Autnoma de MxicoMxico

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  • ALFREDO LPEZ AUSTINinstituto de investigaciones antropolgicas, unam

    Mitos e conos de la ruptura del Eje Csmico:

    Un glifo toponmico de las piedras de Tzoc y del Ex-Arzobispado

    El mito, el cono y el nacimiento de los ciclos

    Como historiadores de la tradicin religiosa mesoamericana debemos explorar las distintas formas de expresin de la antigedad, tendiendo entre ellas los lazos que permitan potenciar los resultados del estudio. Obviamente uno de los ms productivos, es el lazo que se tiende entre la iconografa y la mitologa. Tanto las representaciones visuales como las creencias y la narrativa mticas pertenecen a campos de accin especficos y estn regidas por normas particulares de produccin, pero todas ellas surgen de la misma fuente el macrosistema que llamamos cosmovisin y se vinculan permanentemente en el ejercicio social. En diferentes trabajos he abordado el tema del apoyo recproco entre imagen visual y mito. En algunos he formulado recomendaciones y reglas que he con-siderado tiles para la investigacin conjunta. Una de dichas recomendaciones tiene que ver con la necesidad de distinguir en la iconografa mesoamericana entre los conos que remiten a la percepcin sensorial de un objeto y los que apuntan a la aprehensin conceptual del mismo.} Los primeros se refieren a la

    } Alfredo Lpez Austin, cono y mito, su convergencia, Ciencias, Mxico, Universidad Na-cional Autnoma de Mxico-Facultad de Ciencias, nm. k, abril-junio de k, pp. k-}g.

    ANALESDELINSTITUTODEINVESTIGACIONESESTTICAS,NM. [uS u

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    apariencia visual atribuible a un objeto, independientemente de su naturaleza real o imaginaria. Los segundos, en cambio, se refieren a los atributos del objeto: derivan de su representacin mental. As, al representarse una figura csmica (como puede serlo el plano terrestre) por medio de la escultura o la pintura, nose muestra la apariencia del objeto representado, sino que se lo describe apartir de algunas de sus caractersticas conceptuales. En esta descripcin con-ceptual, se eligen algunos de los elementos calificadores entre un abundante repertorio de atributos; en la mayora de los casos, la eleccin debe suponerse adecuada al mensaje que se desea transmitir. El ejemplo que utilic en el trabajo aludido fue el de la figura del rbol Csmico, cuyas representaciones variaban de acuerdo con lo que de l se quera comunicar: rbol florido, rbol con marcada divisin longitudinal, cuerpo de cocodrilo que adquiere forma arbrea, cruz, rbol con listados dia-gonales de bandas de colores, ceiba de tronco hinchado, planta de maz, cuerpo sangrante, cuerpo tronchado, tronco compuesto por dos ramales que giran helicoidalmente alrededor de un eje, etc. Una figura del rbol Csmico con todos sus calificadores sera, si no imposible, al menos excesiva e intil, puesto que el mensaje adquirira una complejidad innecesaria.

    Por qu las figuras csmicas tienen tal abundancia de calificadores? Porque responden simultneamente a principios nomolgicos y a funciones csmicas especficas. En su sentido ms abstracto, representan una ley divina general; en contraste, sealan con sus mltiples calificadores cada una de sus operaciones en la dinmica del universo. Pongamos por caso el Eje Csmico. ste es, fundamentalmente, el motor del universo. A partir de esta funcin genrica, el Eje adquiere sus calificadores especficos y, con cada uno de ellos, sus representaciones mentales y las imgenes de distintos tipos que las expresan: verbales, visuales, musicales, etc. Las funcio-nes y los calificadores se multiplican al particularizarse y convertirse en expli-caciones ms precisas de los entes y los procesos del universo. As, por ejemplo, debido a que el movimiento csmico requiere de la oposicin de contrarios, el eje adquirir como calificador la condicin de enlace de los principios opuestos (v.g. la capacidad de unir lo alto y lo bajo) o la de mbito de confluencia de las fuerzas contrarias (v.g. su constitucin como cuerpo formado por fuego y agua). Con cada una de estas especificaciones aumentarn sus imgenes, en un curso creciente de precisin de los calificadores. En este artculo elijo como figura, precisamente, el Eje Csmico. Particularizo su imagen con base en una de sus calificaciones. Parto del enunciado de una ley

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    divina: existe un flujo ininterrumpido entre el anecmeno y el ecmeno debido a que todo lo que existe en este mundo debe ser alimentado cclicamente desde el mbito de los dioses. En principio, el flujo cclico es un movimiento que se produce a travs del Eje Csmico. Sin embargo, el complejo sistema de circulacin implica la existencia de segmentos funcionales. stos pueden ser representados por una secuencia de tres figuras en que se divide la principal: a) abajo, un inframundo fro, lugar de la muerte; b) sobre ste, una bodega en la que se guarda la sustancia sutil que alimenta al mundo, o sea el Monte Sagrado, y c) en la cspide del monte, el rbol Florido, segmento distribuidor de la riqueza.k Sin embargo, en muchas ocasiones una parte expresa el todo. La flexibilidad de las expresiones permite que, como sincdoque inductiva, las simples figuras del rbol o del Monte puedan representar la figura total del Eje.g

    Segn la cosmovisin mesoamericana, el flujo entre el anecmeno y el ec-meno no era eterno: tuvo su origen en la dimensin del mito. El inicio de la co-rriente dio lugar al nuevo tiempo y al nuevo espacio, el aqu-ahora del ecmeno. El trnsito creador se marc con tres fases: a) el encierro primigenio, cuando la riqueza estaba contenida en el all-entonces, en el tiempo-espacio de los dioses; b) la aventura mtica que abri con violencia un portal de comunicacin entre el anecmeno y el ecmeno, y c) el flujo que inici el movimiento cclico per-manente para inundar el ecmeno con los bienes y los males divinos. La figura central, adems, complet la geometra del cosmos: el Eje se pro-yect hacia los cuatro rumbos para convertirse en los cuatro soportes del cielo.

    Uso el trmino ecmeno en el sentido de mbito del cosmos ocupado por las criaturas, pero tambin poblado por los entes sobrenaturales. Lo opongo al trmino anecmeno como la parte reservada a los sobrenaturales. Propiamente debe decirse que, segn el pensamiento mesoamericano, los ciclos csmicos se

    producen a travs del Eje y de sus proyecciones.k Este tema, expuesto aqu en forma tan sinttica, lo hemos desarrollado ampliamente Leo-

    nardo Lpez Lujn y yo en un libro que ha sido entregado para su publicacin: Monte Sagrado-Templo Mayor (en prensa).g En un artculo publicado anteriormente en esta revista (Michel Graulich, El simbolismo

    del Templo Mayor de Mxico y sus relaciones con Cacaxtla y Teotihuacan, Anales del Instituto de Investigaciones Estticas, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Inves-tigaciones Estticas, vol. XXIII, nm. u, }, pp. g-[), el autor pone en duda la centralidad del rbol y su subsistencia como elemento csmico tras su ruptura mtica. Rebatimos sus propuestas en Alfredo Lpez Austin y Leonardo Lpez Lujn, Monte Sagrado, op. cit.

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    Cada una de sus rplicas, a su vez, se rompi para dar lugar a procesos cclicos ms complejos y puntuales, todos los que requieren que los flujos circulen ordenadamente desde determinado rumbo del plano terrestre. El ejemplo ms claro es el curso del tiempo cotidiano, que hace necesaria la aparicin de cada da por uno de los cuatro soportes del cielo en una sucesin levgira.

    Como puede suponerse, son muchas las formas de especificar mtica e iconogrficamente la violenta apertura de los portales. El movimiento puede referirse, a partir del mismo principio csmico, a los ciclos de la vida y de la muerte, del movimiento astral, del flujo del tiempo, del surgimiento de los mantenimientos, de las transformaciones metericas, etc. Se multiplican as los mitos que responden a cada justificacin de existencia mundana y se re-producen las versiones de cada relato prodigioso. Otro tanto ocurrir con las imgenes visuales, que expresarn con variada gama de motivos los tres tiempos del arranque del mundo. En los mitos, los dioses desgajarn las ramas o cortarn las flores del rbol sagrado; el pjaro carpintero romper la pea que guarda al Sol en forma de huevo estrellado; el rayo romper la pea en cuyo interior se encierra el maz; el tlacuache cruzar el portal con el fuego robado; el gran rbol caer hecho pedazos debido al extremo peso de sus frutos En la pintu-ra y la escultura, la imagen del cocodrilo se encontrar como raz del rbol; la ceiba hinchada mostrar una vulva; la montaa transparentar los siete teros y su desembocadura; el rbol sangrar por su rama cortada, por la perforacin de su tronco herido o por su cuerpo tronchado Ms all de conos y mitos, en el paisaje se descubrirn los portales en las bocas de las cuevas o en la superficie rugosa de las piedras que fueron calcinadas por la primera aparicin del Sol Y en la otra geometra, la invisible, el hombre creer percibir cuatro grandes clases de seres en su entorno, divisin producida cuando el Eje se proyect hacia los cuatro rumbos para formar los cuatro sostenes del cielo.

    Milagrosamente, cada da surgirn los astros en el horizonte, brotarn las aguas de los manantiales, surgirn las nubes del fondo de las cuevas, germinarn las semillas, parirn las mujeres, y en cada caso se reproducirn las rupturas mticas: las del Eje y las de sus cuatro proyecciones, las del terrn de la milpa o las de las fuentes de las mujeres preadas. Los ciclos se mantienen gracias a la violencia que abre tanto los portales por los que brota la riqueza como aqullos por los que sta es absorbida cuando abandona los cuerpos muertos, despus de haber cumplido su misin sobre la Tierra.

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    Un extrao glifo toponmico

    Centro ahora mi atencin en la naturaleza mtica de un glifo. Reconozco que el tema se ha inscrito en una discusin ms amplia, tanto histrica como arqueolgica. Sin pretender abordar puntualmente el problema mayor, me refiero a l en los puntos que son pertinentes a mi trabajo. La discusin arranca de dos espectaculares descubrimientos y ha alimentado debates que, a partir de los primeros estudios, rebasan ya los dos siglos.

    El primer descubrimiento data del } de diciembre de }u}, cuando en la Plaza Mayor de la ciudad de Mxico se abra una zanja para una atarjea, cerca del cementerio de la catedral. Antonio de Lon y Gama, despus de haberse referido en forma pormenorizada a los monumentos hoy conocidos como Piedra del Sol y Coatlicue en su clsica Descripcin histrica y cronolgica de las dos piedras, pasa a relatar los hallazgos posteriores, entre los que destaca el del monolito llamado al presente Piedra de Tzoc (figs. } y ). El sabio se refiri a la forma y tamao de la escultura como un cilindro perfectamente fabricado, cuya base tiene de dimetro tres varas castellanas, una pulgada, y cuatro y media lneas, y su altura una vara y una pulgada.[

    Aquella obra escultrica era en verdad admirable. Se conjugaban en ella el enorme tamao, la forma peculiar, la finura de su labra, la cantidad de ins-cripciones que prcticamente cubran toda su cara superior y la redondez de la lateral y, como una singularidad desconcertante, un profundo canal irregular

    Uso el trmino glifo y no jeroglfico (el registrado por la Real Academia Espaola) para dejar claro el sentido primario de la palabra y su carcter de sustantivo. Reservo al trmino jeroglficosu carcter de adjetivo y su sentido de smbolo sacro o sacerdotal. En cuanto al segundo trmino, distingo topnimo como sustantivo de toponmico como adjetivo. Antonio de Len y Gama, Descripcin histrica y cronolgica de las dos piedras, que con ocasin

    del nuevo empedrado que se est formando en la Plaza principal de Mxico se hallaron en ella el ao de 0A(U, ed. facs., a. parte (Mxico, Imprenta del ciudadano Alejandro Valds, }[), Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia, }uu, p. k; Eduard Seler, Excavations at the Site of the Principal Temple in Mexico, en Collected Works in Mesoamerican Linguistics and Archae-ology , a. ed., Culver City-Lancaster, California, Labyrinthos, }uu, vol. III, pp. }} y }u}, n. g,especifica que la obra de la atarjea se haca a travs de la pequea plaza llamada Empedradillo,antiguamente Placeta del Marqus, y con anterioridad una esquina de la pared del cementerio de la antigua Catedral. Vase tambin Manuel Orozco y Berra, El cuauhxicalli de Tzoc, Anales del Museo Nacional de Mxico, vol. I, poca I, }[, p. }.[ Len y Gama, op. cit., p. k. Las medidas de la pieza son .g m de dimetro y .uk m de

    altura.

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    que parta del centro de la cara plana, recorra radialmente su superficie y bajaba verticalmente, daando las formas geomtricas y la integridad de una de las escenas talladas en la piedra.u

    En el plano horizontal aparecan los rayos del disco solar, que fue inmediata-mente identificado por los estudiosos. En la cara vertical haba tres franjas: una celeste en el borde superior, otra terrestre en el inferior y, en el amplio centro, la sucesin de quince escenas, en las cuales, en forma repetitiva, un guerrero ricamente ataviado tomaba a un prisionero un contrincante cubierto tam-

    u Pronto se atribuy al canal una funcin ritual, al decirse que estaba hecho para que corriera por l la sangre de los sacrificados. Vase la opinin contraria de Len y Gama, op. cit., p. k.La antigedad del canal se pone de manifiesto al aparecer dibujado en la obra de Bernardino de Sahagn, Cdice florentino. Manuscrito }[- de la Coleccin Palatina de la Biblioteca Medicea Laurenziana, ed. facs., vols., Mxico, Secretara de Gobernacin-Archivo General de la Nacin, }uu, lib. IX, f. r. El dibujo muestra el canal en contexto ritual, pero su efecto destructivo en la talla de la escultura es tal que puede suponerse que es del inicio de la colonia y que la represen-tacin pictogrfica contiene un anacronismo.

    }. La Piedra de Tzoc, segn un grabado de Barclay, publicado por Dsir Charnay en Lesanciennes villes du Noveau Monde, voyages dexplorations au Mexique et dans lAmerique Centrale, 0A!0Q, Pars, Hachette & cie., }[[g, p. k.

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    bin con prendas de lujo asindolo por los cabellos (figs. y k). Pese a la reiteracin de los pares de personajes en las quince escenas, exista una variante cuyo significado capt muy pronto la atencin de los entendidos: asociado a la figura de cada guerrero capturado haba un glifo toponmico y en su conjunto las escenas correspondan a quince pueblos conquistados por los mexicas. En cuanto la piedra volvi a la luz, se iniciaron los estudios de los relieves. Len y Gama inquiri sobre la tcnica de talla; recurri a las fuentes docu-mentales para encontrar los registros histricos tempranos que hablaran de la fabricacin de la pieza y de sus funciones rituales; rechaz que fuese una piedra de sacrificio y pretendi identificar los glifos toponmicos con los pueblos suje-tos a los mexicas. A su juicio, stos eran quince pueblos que deban acudir por turnos a Tenochtitlan para contribuir en las fiestas rituales.}

    . La Piedra de Tzoc en el patio del Museo Nacional de Antropologa de la calle de Moneda, segn un grabado de P. Sellier, publicado por Dsir Charnay en Les anciennes villes du Noveau Monde, voyages dexplorations au Mexique et dans lAmerique Centrale, 0A!0Q, Pars, Hachette & cie., }[[g, p. u.

    } Len y Gama, op. cit., pp. k-.

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    Como ninguno de los historiadores hace mencin de las circunstancias que con-curran en esta fiesta [Hueitecuhlhuitl ], aunque es facil conocer el nmero [}g] de pueblos que asistan a ella, por manifestarse en la misma piedra, la interpretacin de algunos de sus smbolos es tan difcil, que slo se puede deducir convinando di-versos pasages de la historia; de esta manera con no poco trabajo y estudio h inferido cuales pudieran ser algunos de los pueblos, cuyos geroglificos no se encuentran en las pinturas que tengo en mi poder.}}

    Hombres notables continuaron con la investigacin de las escenas laterales del monolito. Antonio Peafiel distingue entre ellos a Guillermo Dupaix, Alexander von Humboldt, Jos Fernando Ramrez y Jess Snchez, quien fuera director del Museo Nacional.} La imagen del monolito recorri el mundo: Humboldt incluy dos de los pares de vencedor y vencido, y tres de los glifos toponmicos en la lmina } de sus Vues des cordillres et monuments des peuples indignes de

    }} Ibidem, p. .} Antonio Peafiel, Destruccin del Templo Mayor de Mxico, en Eduardo Matos Moc-

    tezuma (comp.), Trabajos arqueolgicos en el centro de la ciudad de Mxico (Antologa), Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia, }uu, p. }}.

    . La cara superior y un segmento de la cara lateral de la Piedra de Tzoc, segn un dibujo del llamado Manuscrito de Sevilla,en Guillermo Dupaix, Expediciones acerca de los antiguos monumentos de la Nueva Espaa, 0U!0U, Jos Alcina Franch(edicin, introduccin y notas), Madrid, Ediciones Jos Porra Turanzas (Coleccin Chimalistac), }uu, lm. }u, figs. y k.

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    lAmrique (fig. g),} y Carlos Nebel dio a conocer tempranamente la pieza, pu-blicando tres muy buenos grabados y explicando los glifos en Viaje pintoresco y arqueolgico sobre la parte ms interesante de la repblica mexicana, en los aos transcurridos desde 0Q( hasta 0J (fig. ).}k Desde aquellos tiempos perduran problemas centrales relativos a la funcin del monolito; a la posibilidad de atribuir las victorias al tlatoani Tzoc, cuyo nombre aparece grabado en la piedra; a la correspondencia entre los quince glifos toponmicos de los cautivos y las listas de las conquistas mexicas en especial las del Cdice mendocino; al hecho de que los personajes representados sean humanos o tengan el carcter de divinidades patronales, y a que el conjunto de pueblos mencionados integre una lista de conquistas o sea una referencia general o un cosmograma del dominio mexica.}g El problema de la naturaleza ritual del

    k. La cara lateral de la Piedra de Tzoc, dividida en dos mitades, segn un dibujo del llamado Manuscrito de Sevilla, en Guillermo Dupaix, Expediciones acerca de los antiguos monumentos de la Nueva Espaa, 0U!0U, Jos Alcina Franch (edicin, introduccin y notas), Madrid, Ediciones Jos Porra Turanzas (Coleccin Chimalistac), }uu, lm. }, fig. g.

    } Alexander von Humboldt, Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indgenas de Amrica, vols., Mxico, Siglo XXI, }uug.}k Carlos Nebel, Viaje pintoresco y arqueolgico sobre la parte ms interesante de la repblica

    mexicana, en los aos transcurridos desde 0Q( hasta 0J, Justino Fernndez (prlogo), Mxico, Librera de Manuel Porra, }u, pp. XXIII-XXIV.}g Richard F. Townsend, State and Cosmos in the Art of Tenochtitlan, Washington, Dumbarton

    Oaks, }uu, p. k.

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    monolito fue atacado con gran tino por Manuel Orozco y Berra, segn quien la pieza era un cuauhxicalli y no un tchcatl o piedra sacrificial,} opinin ratificada aos despus por Eduard Seler.} Por otra parte, en la actualidad los glifos de la Piedra de Tzoc son ejemplos privilegiados en la discusin sobre el fonetismo de la escritura mexica anterior a la conquista:}[ por una parte, no aparecen en ellos elementos fonticos como pan, tlan, ten y co; por la otra, ha sido puesto en duda el origen prehispnico de documentos que s muestran dichos elementos fonticos.}u

    No es mi intencin, al menos por ahora, intervenir en la discusin de tan importantes temas. Pretendo, como anteriormente anunci, resolver una rela-

    }Orozco y Berra, op. cit., pp. , y }k.} Seler, op. cit., pp. }} y }u}, n. gk.}[ Charles E. Dibble, Writing in Central Mexico, en R. Wauchope (comp.), en Handbook

    of Middle American Indians, Archaeology of Northern Mesoamerica, }a. parte, Austin, University of Texas Press, }u}, vol. }.}u Entre los documentos que contienen elementos fonticos estn la Tira de la peregrinacin,

    el Cdice borbnico y la Matrcula de tributos. Donald Robertson, Mexican Manuscript Painting of the Early Colonial Period. The Metropolitan Schools, New Haven, Yale University Press, }ugu,p. u, considera que estas obras son coloniales.

    g. Dos pares de vencedor-vencido de la cara lateral de la Piedra de Tzoc, segn un grabado copiado de un dibujo de Dupaix y publicado por Alexander von Humboldt en Vues des cordillres et monuments des peuples indignes de lAmrique, Pars, F. Schoell, }[}, lm. }.

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    cin entre la cosmovisin, la mitologa y un glifo. La interpretacin de la escena en que aparece este glifo ha sido objeto de debate desde finales del siglo xviiihasta nuestros das (fig. ). Es la parte daada por el grosero canal que estrope la escultura; aunque, hay que decirlo, el destrozo no impide distinguir sus ele-mentos principales. En forma muy sinttica puede afirmarse, por lo pronto, que el glifo tiene como figura central un extrao cuadrpedo. Len y Gama dio al glifo el valor de Tozantlalpan, identificando el nombre de un pueblo de Hueipochtlan, pro-vincia conquistada por Motecuhzoma Ilhuicamina.Orozco y Berra critic tal atribucin, considerando que Len y Gama no haba tenido ms fundamento que la apariencia remota del animal. La cuestin es de vista, juzg Orozco y Berra, quien argument en contra de la opinin vertida: Gama vio la totzan,}

    tuza, especie de topo, tuza, sobre el smbolo tlalli, tierra, de donde sac Totzan-tlal-pan, sobre la tierra de las tuzas, sobre el tuzal topera.Orozco y

    Len y Gama, op. cit., p. .} Tozan, roedor de la familia de los gemidos. Con el nombre se comprenden especies de los

    gneros Geomys, Thomomys, Pappogeomys y Heterogeomys. Vase Leonardo Manrique y Jimena Manrique, Flora y fauna mexicanas. Panorama actual, Mxico, Everest Mexicana, }u[[, p. .No hay tal parentesco: la tuza es roedor; el topo es insectvoro.Orozco y Berra, op. cit., p. k.

    . La cara lateral de la Piedra de Tzoc, segn una litografa de Carlos Nebel, publicada en Viaje pintoresco y arqueolgico sobre la parte ms interesante de la repblica mexicana, en los aos transcurridos desde 0Q( hasta 0J, Justino Fernndez (prlogo), Mxico, Librera de Manuel Porra, }u, lm. kg.

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    Berra estim que era otro el animal y corrigi: Nosotros distinguimos el sapo, tamazollin, sobre el fontico afijo apan, leyendo Tama-zol-apan, sobre el agua de los sapos.k El historiador dio como base iconogrfica de su propuesta el Cdice mendocino (fig. [).g Para justificar el nombre en el contexto histrico, argument que, aunque el nombre del pueblo no aparece en las listas de las conquistas mexicas, pertenece al territorio oaxaqueo invadido en }k[.

    Alfredo Chavero no estuvo de acuerdo con la identificacin de Orozco y Berra, aunque la mencion en su Historia antigua y de la conquista, primer tomo de la monumental obra dirigida por Vicente Riva Palacio, Mxico a travs de los siglos. A juicio de Chavero, el glifo pertenece a Xaltocan, lo que hace indispensable suponer que dio a la figura del animal el valor de araa de la arena.

    . El guerrero conquistado y el glifo en cuestin en la Piedra de Tzoc. Dibujo de Fernando Botas Vera.

    k Idem.g Vase Codex Mendoza, ed. facs., Berkeley, University of California Press, }uu, f. kr, tercera

    figura de la columna de la izquierda.Orozco y Berra, op. cit., p. k. Alfredo Chavero, Historia antigua y de la conquista, en Vicente Riva Palacio (comp.), Mxico

    a travs de los siglos, Mxico, Publicaciones Herreras, vol. I, s.f. p. [.

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    Tiempo despus preocup a Peafiel la correlacin entre los nombres de los pueblos conquistados por Tzoc y los quince glifos toponmicos de la piedra. Observ que, segn el Cdice mendocino, son slo catorce los pueblos conquis-tados por este tlatoani; pero uno es Tamapachco, y ste puede vincularse con el glifo en cuestin. Reconociendo que la figura del glifo corresponde a un sapo, Peafiel destac la posibilidad de que el sustantivo nhuatl tuviera un valor fon-tico, en particular aplicado a un topnimo huasteco. Tam, seal Peafiel, es la radical que significa lugar en lengua huasteca; pero los hablantes de nhuatl pue-den expresar el sonido huasteco con la figura de un sapo, tamazolin.[ Peafielcritic las interpretaciones que daban como topnimo Tamazolapan, pues a su parecer no justificaban el elemento apan, que significa agua. Dijo que no se conoca el significado de la figura que est sobre el sapo; pero afirm que poda ser entendida como el lugar fue conquistado. En resumen, para Peafiel, de los quince topnimos del monolito, slo siete (Matlaltzinco, Tochtla, Ahuilizapn, Tamapachco, Tecaxic, Ehecatepec y Cuetlaxtln) son conquistas de Tzoc, mientras que los restantes corresponden a victorias de tlatoque anteriores.u

    A Seler corresponde el mrito de haber precisado la naturaleza de los per-sonajes a partir de una caracterstica fsica del vencedor (le falta un pie, que es sustituido por un par de columnas de humo) y de los atavos de todos los componentes de los pares. En el vencedor encontr atributos de Tezcatlipoca y

    [ ngela Ochoa (comunicacin personal) corrobora que Tamapach significa en lengua teenek lugar de palmas (Sabal mexicana), y agrega que la planta en cuestin es una palma de tronco corto, con hojas en forma de abanico. Asimismo, supone la lingista que la terminacin -co puede ser un agregado nhuatl.u Peafiel, op. cit., pp. }}-}}g. Entre ellos precisamente el pie faltante y el humo que sale del tobillo mutilado. Alexander

    [. Glifo toponmico de Tamazolapan. Dibujode Fernando Botas Vera basado en el CodexMendoza, ed. facs., Berkeley, University of

    California Press, }uu, f. kr.

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    de Xiuhtecuhtli, mientras que la ropa y los ornamentos de los vencidos pueden identificarlos como patronos de las regiones conquistadas.} Seler estudi cada uno de los quince glifos toponmicos (fig. u) y, al interpretar el glifo que se estudia en este trabajo, coincidi con Orozco y Berra al decir que corresponde a Tamazolapan, aunque seal como otra opcin Tamazollan, ambas poblacio-nes pertenecientes a la Mixteca Alta, regin atacada por los mexicas durante el rgimen de Motecuhzoma Ilhuicamina. Segn Seler, el cautivo tiene arma la lanza larga y prendas muy diferentes al resto de los representados en la piedra, y parecidas, por el contrario, a las que se muestran en los cdices mixtecos. Elguerrero lleva en la nuca un gran disco del que penden correas cortadas en figura de cola de golondrina, distintivo semejante al anhuatl del dios Tezcatlipoca y al anillo de tocado de las figuras de Tepeyollotli. Hay, adems, una atinada

    von Humboldt, en Vistas de las cordilleras, op. cit., vol. I, p. }, interpreta las volutas del pie de Tezcatlipoca como una especie de pico que parece destinado a su defensa.} Seler, op. cit., pp. }-}. Ibidem, pp. }-} y fig. }. Ibidem, pp. }k-}.

    u. Identificacin de Eduard Seler de los quince glifos toponmicos de la Piedra de Tzoc. De izquierda a derecha, en primera fila: Matlatzinco, Tochpan (?), Ahuilizapan, Huexotla (?) y Colhuacan; en la segunda fila: Tetenanco, Xochimilco, Chalco (?), Tamazollan o Tamazolapan y Acolhuacan; en la tercera fila: Tepanohuayan, Tlatelolco, Teotitlan, Poctlan (?) y Cuetlaxtlan. Dibujos de Fernando Botas Vera basado en Eduard Seler.

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    observacin en la descripcin de Seler: dice que en el glifo aparece suficiente-mente claro un sapo (tamazolin) frente a una montaa decapitada.k Y este aserto, olvidado por los investigadores, es crucial para nuestro estudio, como podremos ver ms adelante.

    Marshall H. Saville dedic una de sus obras al estudio del tlatoani Tzoc. Al referirse al monolito descrito, reconoci que eran muchas las opiniones de los estudiosos acerca del glifo en cuestin, y resolvi suscribir la de Peafiel por considerarlo un investigador distinguido; el glifo es Tamapachco, nombre de una poblacin huasteca.g

    En muchas pictografas prehispnicas y coloniales existe una increble liber-tad al representar animales. Las pinturas pueden distar considerablemente de las caractersticas anatmicas de las especies a que se refieren. El Cdice mendocino es una de las fuentes en que aparecen con frecuencia formas apartadas de la precisin zoolgica. As, en este documento, se representa una hormiga con slo dos patas en forma de brazos y con incisivos de roedor (fig. }). James Cooper Clark, al editar dicho cdice en }u[, se bas en estas libertades estilsticas para justificar una interpretacin histrica que consider ms aceptable: el investigador iden-tific la novena escena de la Piedra de Tzoc (la del glifo en cuestin) como la conquista de Azcapotzalco, ciudad cuyo nombre significa en el hormiguero.

    k Ibidem, pp. }k.g Marshall H. Saville, Tzoc: Great Lord of the Aztecs }k[}-}k[, Contributions from the

    Museum of the American Indian Heye Foundation, vol. VII, nm. k, }uu, p. k[. Codex Mendoza, op. cit., f. gv, figura superior izquierda. James Cooper Clark, Codex Mendoza. The Mexican Manuscript Known as the Collection of

    Mendoza and Preserved in the Bodleian Library Oxford, Londres, Waterlow & Sons, }u[, vol. I,p. , n. .

    }. Glifo toponmico de Azcapotzalco, formado por una extraa hormiga bpeda. Dibujo de

    Fernando Botas Vera.

  • }[ '83'-5JB:=#*

    Charles E. Dibble devolvi al animal la calidad de sapo y opin que el glifo corresponde al topnimo Tamazollan.[ Pero, en }u, Charles E. Wicke dismi-nuy de nuevo el tamao para ver en l una araa, con lo cual retorn a la dis-tante opinin de Chavero, sin mencionarlo. Segn Wicke, la escena representa la importante conquista de Xaltocan. Como Peafiel, este autor considera que los glifos toponmicos de la Piedra de Tzoc se refieren tanto a las conquistas de este tlatoani como a las de sus antecesores, y en la lista ampliada destaca la derrota que los mexicas infligieron a Xaltocan, cuyo topnimo se traduce como lugar de la araa de la arena. Nuevamente la laxitud de representacin del Cdice mendocino justifica la propuesta. En la pictografa aparecen con el significado de araas dos dibujos de bichos muy semejantes a la hormiga de Azcapotzalco, incluso con el mismo tipo de antenas, los incisivos de roedor y slo dos patas frontales en forma de brazos (fig. }}).u Wicke not que en los arcnidos del Cdice mendocino se resalta un importante elemento anatmico: las hileras, aparato que permite a las araas formar su tela. Este investigador afirm que las hileras estn representadas por una pequea mancha roja al final del abdomen. Su observacin parece justa, pues podemos encontrar igual marca en un dibujo colonial de muy diferente estilo: la araa del folio ur del libro XIdel Cdice florentino. Pero Wicke fue ms all, al afirmar que las hileras tambin

    [Dibble, Writing in, op. cit., pp. -[.u Codex Mendoza, op. cit., ff. v y }v.

    }}. Dos glifos toponmicos de Xaltocan, con araas bpedas. Dibujos de Fernando Botas Vera.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }u

    estn representadas en la parte posterior del cuerpo del animal en el glifo tallado en la Piedra de Tzoc.k Este argumento no es vlido: lo que se encuentra detrs del animal del monolito no es parte de su cuerpo, sino el borde lateral de un monte roto. En este borde hay un par de salientes, elementos comunes en las representaciones escultricas y pictogrficas de los cerros, y que aluden a la na-turaleza ptrea.k} Cabe advertir que la identificacin de Wicke ha sido seguida por otros autores importantes, entre quienes se encuentra Esther Pasztory.k

    Hasta aqu se haban establecido los puntos ms interesantes del debate, cuando el } de julio de }u[[ un nuevo descubrimiento enriqueci notablemen-te la informacin. El hallazgo ocurri a poca distancia del sitio de aparicin de la Piedra de Tzoc. La excavacin se hizo en el Palacio del Arzobispado, edificio colonial sito en la calle de Moneda nmero k. Cuando el equipo del Departamento de Salvamento Arqueolgico dirigido por Pedro Francisco Snchez Nava removi una fuente en el patio norte del edificio, sali a la luz un monolito de prodigiosa semejanza a la Piedra de Tzoc.k Esta escultura ha recibido diferentes nombres: Piedra del Ex-Arzobispado,kk Piedra Snchez Nava, Cuauhxicalli de Motecuhzoma Ilhuicamina y Piedra de Axaycatl. Los dos ltimos nombres parten del supuesto de que las victorias representadas eran las celebradas en la poca de arranque de la expansin mexica. La Piedra del Ex-Arzobispado se tall en una roca ms suave que el material de la Piedra de Tzoc, sus escenas estn incluidas en cartuchos que las separan ntidamente (fig. }), la labra es ms rgida, se representan cuatro escenas menos que en la Piedra de Tzoc y la talla se adapta a las irregularidades de la piedra. Estas caractersticas han llevado a concluir a los especialistas que la Piedra del Ex-Arzobispado es ms antigua que la de Tzoc. Las escenas de vencedores y cautivos de la Piedra del Ex-Arzobispado se encuentran en la misma secuencia de las de su monolito hermano. Las cua-tro faltantes son las que en la Piedra de Tzoc aparecen entre la conquista de

    k Charles E. Wicke, Once More around the Tizoc Stone. A Reconsideration, Actas del XLI Congreso Internacional de Americanistas, Mxico, - de septiembre de }uk, }u, p. }g.k} La misma opinin se encuentra en Graulich, Notas sobre el llamado Cuauhxicalli-Temal-

    catl de Motecuhzoma Ilhuicamina, Cuicuilco, nueva poca, vol. g, n. }k, septiembre-diciembre de }uu[, p. k.k Esther Pasztory, Aztec Art, Nueva York, Harry N. Abrams, }u[, p. }ku, lm. u.kTiene un dimetro de .}k m y una altura que vara entre [ cm y cm.kk Pese a que las actuales normas gramaticales suprimen el guion tras la partcula ex, aqu se

    respeta la denominacin que ha recibido el monolito.

  • }} '83'-5JB:=#*

    Cuetlaxtlan y la de Culhuacan. Por tanto, existe en ella la escena en que se en-cuentra el glifo en cuestin, y el glifo es una variante iconogrfica de enorme inters para el tema que ahora se trata (figs. y }).

    Qu interpretaron los especialistas a partir del segundo hallazgo? Simplemen-te, el problema especfico continu su trayectoria, abarcando ambos monumen-tos; subsisti la diversidad de opiniones, y en algunos casos apareci la indecisin cuando se tuvo que hacer el listado de las conquistas. En un trabajo muy prximo al descubrimiento, en }u[u, Guillermo Prez-Castro, Snchez Nava, Stefan, Padilla y Yedra, y Gudio Garfias aceptaron la tesis de que el glifo corresponde a Xaltocan;kg pero en el mismo ao los citados Padilla y Snchez Nava, ahora con Felipe Sols Olgun, se inclinaron por identificarlo con Tamazolapan.k Por su parte, Sols sostuvo su opinin anterior en un artculo firmado individualmen-te;k pero en otros trabajos, al referirse a las escenas paralelas de ambos monolitos, ha dicho que el glifo pudiera remitir a Tamazulapan o a Xaltocan.k[

    kg Guillermo Prez-Castro Lira et al., El Cuauhxicalli de Moctezuma I, Arqueologa, Mxico, vol. g, }u[u, p. }k.k Padilla et al., The Cuauhxicalli of Motecuhzoma Ilhuicamina, Mexicon, vol. XI, nm. , marzo de }u[u, p. g.k Felipe Sols, Un nuevo cuauhxicalli descubierto en la ciudad de Mxico, Boletn Informa-

    tivo del Museo Nacional de Antropologa, ao II, vol. k, julio de }u[u, pp. }-}}.k[ Felipe Sols, Gloria y fama mexica, Mxico, Smurfit Cartn y Papel de Mxico, }uu}, pp. }g-}g[; El temalcatl-cuauhxicalli de Moctezuma Ilhuicamina, en Jos Alcina Franch et al. (comps.),

    }. Uno de los cartuchos de la Piedra del Ex-Arzobispado. Dibujo de Fernando Botas Vera.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}}

    Con el estudio de la Piedra del Ex-Arzobispado vuelve a ponerse en la mesa de discusin la antigua propuesta de Clark, en el sentido de que el glifo se refiere a Azcapotzalco, aunque no se hace referencia al editor del Cdice mendocino.Uno de quienes externan esta opinin es Michel Graulich, pues identifica el animal con una hormiga y da el sentido de hormiguero al monte que forma parte del glifo.ku Graulich sostiene que la representacin de Azcapotzalco es histricamente lgica, ya que la conquista de esta ciudad como la conquista de Colhuacan signific una refundacin del Estado mexica, agregando que la secuencia histrica de las conquistas concuerda con la de las figuras del monumento.g Igual identificacin y parecidos argumentos propondr EmilyUmberger, indicando que el elemento que se encuentra tras el animal es un

    Azteca-mexica, Madrid, Instituto Nacional de Antropologa e Historia / Sociedad Estatal Quinto Centenario / Lunwerg, }uu, p. u; Felipe Sols y Roberto Velasco Alonso, Testimonios arqueo-lgicos sobre el culto solar en Mxico prehispnico, en Eduardo Matos Moctezuma y Felipe Sols (comps.), El Calendario Azteca y otros monumentos solares, Mxico, Consejo para la Cultura y las Artes-Instituto Nacional de Antropologa e Historia /Grupo Azabache, k, pp. }}} y }.ku Michel Graulich, On the So-called Cuauhxicalli of Motecuhzoma Ilhuicamina, the

    Snchez Nava Monolith, Mexicon, vol. xiv, nm. }, enero de }uu, p. ; Notas sobre, op.cit., p. k.g Graulich, Notas sobre, op. cit., p. k.

    }. El guerrero conquistado y el glifo en cuestin en la Piedra del Ex-Arzobispado.

    Dibujo de Fernando Botas Vera.

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    monte con su tapa volcada hacia uno de los lados. Agrega la autora que otra figura anmala de hormiga, con cuatro patas, corresponde asimismo al glifo de Azcapotzalco y puede verse en el Cdice Xlotl (fig. }k).g}

    Por ltimo, debo mencionar una tesis profesional reciente, cuya autora aborda conjuntamente el problema de los glifos toponmicos de la Piedra del Ex-Arzobispado y de la Piedra de Tzoc. Al estudiar ambas versiones del glifo, Mara Teresa Neaves Lezama toma en cuenta que la parte superior del monte se encuen-tra rota y desprendida, por lo que, aun cuando no se decide por la identificacin del animal representado, da como elemento comn de las versiones tentativas la referencia a un cerro desgajado.g La propuesta de Neaves Lezama hace recordar el enunciado ya muy distante aunque puntual y preciso de Seler, quien calific la parte de fondo del glifo como una montaa decapitada.

    Tras la explicacin del glifo

    Puntualicemos el problema en lo que se refiere al cono. En las dos versiones talladas en piedra, el glifo est claramente compuesto por dos elementos: un ani-mal en el primer plano y un monte en el segundo (fig. }g). El animal es tetrpo-

    }k. Glifo toponmico de Azcapotzalco donde la araa es cuadrpeda, en el Cdice Xlotl, a. ed., Charles E. Dibble(edicin y estudio), Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Institutode Investigaciones Histricas, }u[, v. II, ,plancha , E.

    g} Emily Umberger, New Blood from an Old Stone, Estudios de Cultura Nhuatl, vol. [,}uu[, p. g}. Vase Cdice Xlotl, a. ed., Charles E. Dibble (edicin y estudio), Mxico, Uni-versidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas, }u[, vol. II,, plancha , E.g Mara Teresa Neaves Lezama, Los glifos toponmicos en las esculturas conocidas como Pie-

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}

    do; su cuerpo es corto y robusto, aun rechoncho en la Piedra de Tzoc; no hay segmentacin entre trax y abdomen, y ni siquiera entre trax y cabeza en este ltimo monolito; la regin sacra se deprime bruscamente; sus extremidades es-tn bien desarrolladas, sobre todo las posteriores, que se doblan; su cuerpo est desnudo, sin indicacin de pelo ni escamas; su boca es amplia y sus ojos son globosos; no hay pabellones auriculares ni indicacin alguna de antenas o cuernos; carece de apndice caudal. En resumen, las imgenes son batraco-morfas como apreciara Orozco y Berra y corresponden zoolgicamente, sin lugar a dudas, a individuos del orden de los anuros. Esto se ve hasta en lamencionada inclinacin brusca de la columna en la regin sacra, presente enlos anuros por la fusin de las ltimas vrtebras, que al unirse forman el hueso coccgeo o urstilo.

    Corresponde esta representacin a la iconografa indgena de los anuros? Podemos observar el parecido tanto en dibujos de fuerte estilo prehispnico

    dra del Ex-Arzobispado y Piedra Tzoc, tesis de licenciatura en Historia, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Facultad de Filosofa y Letras, g, pp. g[ y }u.

    }g. El glifo en cuestin. En la Piedra del Ex-Arzobispado: a) glifo completo, b) monte, c ) anuro. En la Piedra de Tzoc: d) glifo completo, e) monte, f ) anuro. Dibujos de Fernando Botas Vera.

    a) b) c)

    d) e) f )

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    como en los que ya tienen influencia europea. Ejemplos de los primeros son los sapos de los glifos de Tamazollan y Tamazolapan del Cdice mendocino y de la Matrcula de tributos (figs. u, } y });g de los segundos son las ranas y los sapos del Cdice florentino (figs. }[ y }u).gk

    Ahora bien, los anuros de las piedras del Ex-Arzobispado y de Tzoc son ranas o son sapos? Si comparamos los sapos y las ranas de las pictografas antes mencionadas, veremos que una de las propiedades distintivas en las representaciones es que los sapos de los dos documentos estn dibujados con su caracterstica piel verrugosa y rica en glndulas, mientras que las ranas slo muestran las manchas de su piel. En la Piedra del Ex-Arzobispado el animal carece de las glndulas, mientras que en el relieve de la Piedra de Tzoc apare-cen en el dorso del animal, claramente perfiladas, dos protuberancias en forma de hemiciclos. Se trata, al parecer, de individuos de dos familias diferentes del orden de los anuros, perteneciente el primero a una especie de ranas y el segundo a una de sapos.

    Al continuar con el anlisis del segundo plano, puede verse un monte que est tronchado, por lo que su cspide se inclina. Al parecer por razones de simple composicin, la cspide del de la Piedra del Ex-Arzobispado cae hacia la izquierda y la de la Piedra de Tzoc, hacia la derecha. En el primero de los monolitos el monte descansa en su caracterstica base en forma de barra hori-zontal; sus pendientes son pronunciadas, lo que le da aspecto de cono trunca-do; su naturaleza ptrea se indica con los grandes salientes laterales en forma

    g Ambos glifos en la lmina kr del Codex Mendoza, op. cit., correspondiente a los pueblos de la provincia oaxaquea de Coaixtlahuacan.gk En el Cdice florentino, op. cit., aparecen cuatro figuras de ranas en el lib. XI, cap. III, pr. g,

    f. v, y de sapos en el mismo lib. XI, cap. IV, pr. k, una en el f. r y otra en el v.

    }. Glifo toponmico de Tamazollan. Dibujo de Fernando Botas Vera.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}g

    de roleos, caractersticos de la iconografa mesoamericana, que aqu aparecen tanto en sus laderas como en la cspide desprendida; tanto en el cuerpo bajo de la montaa como en su parte superior desprendida aparece representado el corte en cercn con las tambin convencionales franjas ribeteadas con curvas, forma que seala los bordes de la mutilacin y que puede observarse, para sealar un solo ejemplo, en los cortes del cuerpo desmembrado de la famosa escultura discoidal de Coyolxauhqui; el cuerpo de la cspide, desprendido, est exageradamente alargado, con lo cual los tres grandes salientes que indican su constitucin ptrea le hacen adquirir la figura cruciforme del rbol, ambigedad simblica que puede considerarse intencional. El monte de la Piedra de Tzoc tambin descansa en la barra horizontal, pero posee una peculiaridad estilstica que no es comn: no hay en l una simetra bilateral, sino que una de sus laderas es sumamente empinada, mientras que la otra desciende en suave pendiente. Lo mismo podemos observar en otros mon-tes de la misma serie de glifos toponmicos: en la Piedra del Ex-Arzobispado, el glifo de Tlatelolco, y en ambos monolitos el glifo generalmente atribuido a Tonatiuhco (atribuido tambin a Teotitlan, Tonaltpec y Tonallimoquetzalla),compuesto por un monte del que sale el Sol (fig. ). En los dos glifos de la Piedra del Ex-Arzobispado la falda de la ladera de pendiente suave cae hasta flan-quear la barra horizontal que forma la base del monte; en los dos de la Piedra de Tzoc, dicha banda forma el roleo que envuelve el extremo de la banda, en una composicin que es muy comn en la iconografa mesoamericana. El monte del anuro de la Piedra de Tzoc tiene en las laderas y en la cspide pares de salientes casi rectangulares que sustituyen los roleos que indican la constitucin ptrea. De la cspide desprendida surgen dos barras paralelas, diferenciadas en sus extremos distales, que se interpretan como corrientes que brotan de los cuerpos tronchados, motivo tambin frecuente en la iconografa mesoamericana.

    }. Glifo toponmico de Tamazollan en la Matrcula de tributos, Mara Teresa

    Seplveda (interpretacin y anlisis), Miguel Len-Portilla (introd.), historia de la Matrcula

    de Vctor M. Castillo Farreras, Arqueologa Mexicana (edicin especial, }k), , lm. .

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    La suma de los dos elementos en ambas versiones de este glifo lo hacen muy diferente a los dems glifos de los monolitos estudiados: no parece correspon-der al enunciado simple que forma un topnimo. Se percibe en l, al menos, el sintagma lugar del anuro del monte desgajado, tan complejo que difcilmente pudiera corresponder a un locativo. Seran aceptables, en cambio, lugar de la rana, lugar del sapo, lugar del monte roto, si bien quedara atrs un signi-ficado ms profundo, un relato que excede el topnimo: un mito, una leyenda, una imagen csmica

    Cul es el simbolismo de los anuros en la cosmovisin mesoamericana? Ranas y sapos, desde la antigedad hasta el presente, son los emisarios de la lluvia, pues su canto anuncia las precipitaciones. Una de las antiguas imgenes pictricas ms claras y conocidas pertenece al Cdice Laud, y muestra cuando el animal vierte un cntaro de agua frente al dios de la lluvia (fig. }).gg En cuanto a las concepciones de nuestros das, entre los tzeltales se afirma que el sapo es la esposa del Rayo;g es bien conocida la ceremonia de los mayas yucatecos

    ggCdice Laud, ed. facs., Mxico /Graz, Fondo de Cultura Econmica/Akademische Druck- u. Verlangsanstalt, }uuk, lm. .g M. Esther Hermitte, Poder sobrenatural y control social, Mxico, Instituto Indigenista Inter-

    americano, }u, pp. y u.

    }[. Dos de las cuatro ranas que aparecen en Bernardino de Sahagn. Dibujo de FernandoBotas Vera basado en Bernardino de Sahagn, Cdice florentino. Manuscrito Q0!QU de la Coleccin Palatina de la Biblioteca Medicea Laurenziana, ed. facs., vols., Mxico, Secretara de Gobernacin-Archivo General de la Nacin, }uu, lib. XI, f. v.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}

    denominada chachac, en la que cuatro nios croan para atraer las lluvias;g

    los zapotecos creen que algunas ranas, las peeche xini Cociyo (literalmente los hijos del Rayo), son generadas por las lluvias.g[ Muchos otros pueblos aseguran en nuestros das la existencia de esta estrecha relacin.gu

    Desde cundo existen testimonios de estas creencias en Mesoamrica? Man-zanilla afirma que es posible identificar arqueolgicamente, a partir de restos olmecas, el complejo sapos-ranas vinculado con la representacin del agua y con depsitos acuticos. Da abundantes ejemplos de sitios en que las repre-sentaciones de anuros estn vinculadas al agua, entre ellos Teopantecuanitlanen el Formativo medio; Xochitcatl y Totimehuacan en el Formativo tardo; el bello mural teotihuacano de Tepantitla en el Clsico, y Tezcutzingo en el Posclsico. Pueden agregarse otras muchas obras escultricas, entre ellas la rana de Teopanzolco y las muy bellas ranitas del Templo Mayor de Mexico-Tenochtitlan, al pie de la escalinata de Tlloc.

    g J. Eric S. Thompson, Historia y religin de los mayas, Mxico, Siglo XXI, }ug, pp. }-}}, y }g.g[ Joyce Marcus y Kent V. Flannery, La clasificacin de animales y plantas entre los zapotecos

    del siglo xvi. Un estudio preliminar, Cuadernos del Sur, ao , nm. }, marzo de }, p. }.gu Vanse los ejemplos entre mayas peninsulares: Alfonso Villa Rojas, Los elegidos de Dios. Etno-

    grafa de los mayas de Quintana Roo, Mxico, Instituto Nacional Indigenista, }u[, p. k, y entre popolocas y nahuas: Guido Mnch Galindo, Etnologa del Istmo veracruzano, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Antropolgicas, }u[, p. }. Linda Manzanilla, The Construction of the Underworld in Central Mexico, en Davd

    Carrasco et al., (comps.), Mesoamericas Classic Heritage, Boulder, University Press of Colorado, , pp. [[-}k.

    }u. Sapo. Dibujo de Fernando Botas Vera basado en Bernardino de Sahagn, Cdice

    florentino, Manuscrito Q0!QU de la Coleccin Palatina de la Biblioteca Medicea Laurenziana,

    ed. facs., vols., Mxico, Secretara de Gobernacin-Archivo General de la Nacin,

    }uu, lib. XI, fol. v.

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    En cuanto a la figura del monte roto, corresponde, precisamente, a una de las ms importantes funciones cosmolgicas del Eje Csmico. Como anteriormente se indic, existe un segmento del Eje Csmico que corresponde a la gran bodega en la que se guardan los bienes que han de surgir a la superficie de la tierra, lo que conceptual e iconogrficamente tiene como imagen el Monte Sagrado. Uno de los bienes ms preciados es el agua, por lo cual el Monte Sagrado es concebido como una enorme olla, en ocasiones como un recipiente-efigie del dios Tlloc. En la ac-tualidad puede orse que los montes son llamados acuezcmatl, trojes de agua. La figura del gran promontorio csmico se proyecta en la topografa del ecmeno, por lo cual el monte ms alto de las cercanas de un asentamiento humano es considerado su monte sagrado, y a su vez ste se proyecta en montes menores vecinos o, en el pasado, en templos piramidales. Con las proyecciones, el gran suceso mtico de la apertura liberadora de las aguas se convierte en mila-gro particularizado, y el relato se adopta como parte de la historia prodigiosa de varios asentamientos humanos. Pasemos, pues, a los relatos del gran prodigio.

    Cuando se desgaj el monte

    La imagen de un gran promontorio que se rompe y un anuro que irrumpe en la historia del desgajamiento nos lleva a los tiempos mticos segn la tradicin de los cholultecas. El relato del milagro fue recogido por Motolina en los primeros tiempos coloniales:

    Los de Chololla comenzaron uno [un templo] extremadsimo de grande, que slo la cepa del teucal que agora aparece tern de esquina a esquina un tiro de ballesta,

    . Glifos asimtricos de monte en la Piedra de Tzoc: a) Tonatiuhco, b) glifo en cuestin; en la Piedra del Ex-Arzobispado: c) Tonatiuhco,d) Tlatelolco. Dibujos de Fernando Botas Vera.

    a) b)

    c) d)

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}u

    desde esquina a esquina, y desde el pie a lo alto, ha de ser de buena ballesta la que all eche una vira, y aun los indios naturales chololtecas, muy mucho ms sealan que tena de cepa, y que sta era ms alto mucho de lo que agora est. stos qui-sieron hacer otra locura semejante a los edificadores de la torre de Babilonia,} y encomenzaron aquel teucal para lo levantar ms alto que la ms alta sierra de esta tierra; y no muy lejos, sino slo a siete o a ocho leguas tienen la ms alta sierra que creo hay en la Nueva Espaa, que son el vulcn y la sierra blanca, que siempre tiene nieve, que est entre Huexucinco y Mxico, y la sierra de Tlaxcalla, que es asaz de alta; y como stos quisiesen salir con su locura e edificasen su sierra, confundiles Dios como a los que edificaban la torre de Babel; no multiplicando las lenguas, mas con una tormenta de agua y nube de tempestad, de donde cay una gran piedra en figura de sapo, y desde all cesaron. Es tan de ver este edificio, que si no pareciese la obra ser de piedra y adobe, ninguno creera sino que era cerrejn o sierra. Andan en l como conejos y hartas vboras; en lo alto de este edificio estaba un teucal viejo y pequeo, y desbaratronle los frailes []

    El teucal a que se refiere el relato es el enorme templo dedicado al dios de la lluvia bajo la advocacin de Chiconauhquihuitl (Nueve-lluvia). Este edificio,

    } Edmundo OGorman, en sus notas de los Memoriales o Libro de las cosas de la Nueva Espaa y de los naturales de ella de fray Toribio de Motolina Benavente (Edmundo OGorman, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas, }u}, p. [k,n. ), explica que, aunque es poco usual llamar torre de Babilonia a la torre de Babel, no existe error, puesto que ambos nombres son sinnimos, derivados del asirio Babili. Motolina, Memoriales, op. cit., p. [k.

    }. Rana que vierte un cntaro de agua. Dibujo de Fernando Botas Vera.

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    el mayor de Mesoamrica, se yergue como un monte en la actual ciudad de Cholula, y sobre l destaca el templo que erigi la religin vencedora, edificio dedicado a la Virgen de los Remedios, a quien ahora se imploran las lluvias. As describi la pirmide Gabriel de Rojas en el siglo xvi, sin descuidar la mencin a los frecuentes rayos, aunque explicando su golpe a partir de los conocimientos contemporneos de la fsica:

    En un cerro que hay en esta ciudad [] en lo alto dl, en una ermita que all tenan hecha, estaba un dolo llamado Chiconauh Quiahuitl, que quiere decir el que llueve nueve veces, porque al llover llaman quiahuitl y, al nmero de nueve dicen chiconauhe. A es[e dolo] hacan oracin cuando tenan falta de agua, y le sacrificaban nios de edad de seis a diez a[]os que cautivaban y compraban para este efecto, porque ste era su abogado de las lluvias.

    Antes q[ue] los espaoles ganaran esta tierra, no se remataba este cerro en llano, sino en forma convexa, y los religiosos lo hicieron allanar para poner all aquella cruz, la cual, ha ms de cuarenta aos, fue dos veces derribada de rayos; donde los religiosos, pensando que haba algn mist[eri]o en ello, hicieron cavar en lo alto del dicho cerro y hallaron muchos caracoles grandes marinos con que los indios antiguamente taan en lugar de trompetas. Y, quien considera bien la naturaleza de los rayos, y que esta ciudad y comarca de ordin[ari]o caen muchos, no tendr a milagro (como algunos historiadores quieren) el haber derribado dos veces aquella cruz, por estar, como est dicho, ms alta que los ms altos edificios de la ciudad [en] cuarenta varas.k

    El mito del edificio roto tambin fue recogido por el capelln de Corts, Fran-cisco Lpez de Gmara, quien lo registra con informes aclaratorios, entre ellos que la figura del anuro fue tenida por objeto sagrado. Sin embargo, Lpez de Gmara confunde el templo cholulteca conocido como Tlachihualtpetl ya en ruinas a la llegada de los espaoles con la gran pirmide de Quetzalcatl, que estaba en uso en tiempos de la conquista:

    El templo que comenzaron para Quezalcoatl [los cholultecas] era el mayor de toda la Nueva Espaa, que, segn cuentan, lo queran igualar con el cerrejn que llaman ellos Popocatepec, y con otros que, por tener siempre nieve, llaman Sierra Blanca.

    Gabriel de Rojas, Relacin de Cholula, en Ren Acua (comp.), Relaciones geogrficas del siglo XVI: Tlaxcala, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investiga-ciones Antropolgicas, }u[k-}u[g, vol.II, p. }.k Ibidem., p. }k.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}

    Queran ponerle su altar y estatua en la regin del aire, pues le adoraban por dios de aquel elemento; empero no lo acabaron, a causa, segn ellos mismos afirma-ban, que edificando con la mayor prisa vino una grandsima tempestad de agua, truenos, relmpagos, y una piedra con figura de sapo. Les pareci que los dioses no consentan que aqul se aventajase en casa; y as cesaron. Aun as, qued muy alto. Tuvieron de all en adelante al sapo por dios, aunque lo comen; aquella piedra que dicen, la tenan por rayo: porque muchas veces, desde que son cristianos, han cado terribles rayos all.g

    Mucho ms breve es la referencia de fray Diego de Durn. Sin embargo, el do-minico identifica correctamente el edificio del relato al hablar de la portentosa ruptura:

    En Cholula tenan un cerro hecho a mano, al cual, por ser hecho a mano, le llama-ban Tlachihualtepetl, que es lo mesmo que cerro hecho a mano. Llambanle as, porque dicen que fue el cerro que los gigantes edificaron para subir al cielo, el cual (cerro) est agora en medio desbaratado. A este cerro tenan en mucho y en l erala ordinaria y continua adoracin que hacan, y plegarias y grandes sacrificios y ofrendas y muertes de hombres.

    El nombre del templo del prodigio, Tlachihualtpetl, pas a ser uno ms de los apelativos dados a la ciudad santa, tambin conocida como Tollan Cholollan,

    nombre este ltimo que la convierte en una rplica de la ciudad anecumnica en que habitaron todos los grupos humanos antes de salir a la superficie de la tierra.[

    Como muchos otros relatos mticos mesoamericanos, la ruptura de la pi-rmide de Cholula rememora narraciones de otras mitologas del mundo, y el mismo Motolina se encarga de sealar la semejanza de aquella obra interrumpida

    g Francisco Lpez de Gmara, Historia general de las Indias, a. parte, Conquista de Mxico, Barcelona, Orbis, }u[g, p. .Diego Durn, Historia de las Indias de Nueva Espaa e islas de Tierra Firme, a. ed., Mxico,

    Porra, }u[k, vol. I, p. }. Rojas, Relacin de Cholula, op. cit., p. }[; Diego Muoz Camargo, Descripcin de la

    ciudad y provincia de Tlaxcala de las Indias y del Mar Ocano para el buen gobierno y ennoblecimiento dellas, ed. facs. del Manuscrito de Glasgow, Ren Acua (ed.), Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Filolgicas, }u[}, f. [gv.[ Alfredo Lpez Austin y Leonardo Lpez Lujn, Mito y realidad de Zuyu. Serpiente Em-

    plumada y las transformaciones mesoamericanas del Clsico al Posclsico, Mxico, El Colegio de Mxico / Fideicomiso Historia de las Amricas / Fondo de Cultura Econmica, }uuu, pp. [-u.

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    con la bblica construccin de la Torre de Babel. Sin embargo, la originalidad del relato mesoamericano tiene suficientes apoyos. El primero es, obviamente, la tradicin del sapo adorado por los cholultecas. El anuro, junto con el templo Tlachihualtpetl dedicado a la lluvia, es uno de los emblemas de la ciudad santa, y as puede observarse en el folio v de la Historia tolteca-chichimeca, donde la figura del sapo corona el cerro adornado con seis flores, flanqueado ste por los dos famosos gobernantes Icxicatl y Quetzaltehuyac (fig. ). Similares representa-ciones aparecen en los folios uv-}r y }kr, donde el cerro se encuentra junto al tule blanco y el huejote blanco, elementos hierofnicos del milagro fundacional.

    . Smbolos de la ciudad de Cholula. Dibujo de Fernando Botas Vera basado en la Historia tolteca-chichimeca, Paul Kirchhoff et al. (eds.), Mxico, Centro de Investigaciones Superiores y Estudios en Antropologa Social/Instituto Nacional de Antropologa e Historia/Secretara de Educacin Pblica, }u, f. v.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }

    El mito subsisti, cada vez ms cubierto de elementos legendarios aportados por el cristianismo. El Cdice de Cholula, un importante documento pictogr-fico cuya antigedad se ubica entre finales del siglo xvi y la primera mitad del xvii,u nos ofrece la imagen del monte roto, rodeado de varios de los pedazos de su cspide (fig. ). Luis Reyes Garca paleografi y tradujo del nhuatl la glosa referente al milagro:

    Aqu empez estimado seor [] Cholula que as est vuestro corazn, aqu est doa mara espejo de vuestro seoro; vern como [] que primero vinieron a

    u Rafael Loyola Daz, Casa seorial y linaje de Ylamateuhtli, en El Cdice de Cholula. La exaltacin testimonial de un linaje indio, Francisco Gonzlez-Hermosillo y Luis Reyes Gar-ca (estudio, paleografa, traduccin y notas), Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia / Gobierno del Estado de Puebla/Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social /Grupo Editorial Miguel ngel Porra, , p. }.

    . El Tlachihualtpetl roto. Dibujo de Fernando Botas Vera basado en El Cdice de Cholula. La exaltacin testimonial de un linaje indio, Francisco Gonzlez-Hermosillo y Luis Reyes Garca (estudio, paleografa, traduccin y notas), Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia/Gobierno del Estado de Puebla/Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social/Grupo Editorial Miguel ngel Porra, .

  • }k '83'-5JB:=#*

    vivir los hombres largos gigantes que luego se perdieron, en todas partes hubo inundacin el Tloque Nahuaque dueo del cielo y de la tierra dios nuestro seor [] cre a nuestros padres, a los pilli [se salvaron con] No en una caja (canoa). Una vez que se desbarataron vinieron a construir la montaa de los tolteca, el Tlachihualtpetl, con adobes y con lodo [] dijeron: si alguna vez de nuevo nos inundamos subiremos [] otros dijeron, subiremos al cielo [] slo llegaban arriba del aire [] ao caa. Llegaban arriba del aire. El Tlachihualtpetl de los toltecas. Aqu nuestro padre San Miguel lo vino a desbaratar. Los hombres que vivan en las tinieblas lo vieron. Fue a caer a los chichimecas Fue a caer al mar

    nahuac Fue a caer a Michuacan, donde estn los dueos de los pescados

    ao caa.

    Con la influencia cristiana, el enviado celestial que rompi el monte fue san Miguel arcngel. Su intervencin no es casual. Los indgenas aceptaron la imagen del arcngel cubrindola con los atributos de divinidad pluvial, y hasta hoy en muchas regiones del pas se da su nombre a la persona del Rayo. La tradicin de la ruptura del gran promontorio no ha muerto a pesar del paso de los siglos. Ligia Rivera Domnguez ha recogido escrupulosamente, durante varios aos, los relatos populares de Cholula y sus alrededores, y es de esperarse que muy pronto d a conocer al menos parte del abundante acervo etnogrfico. Entre los valiosos textos registrados por la investigadora se encuen-tran an los de la ruptura de la gran montaa (san Miguel sigue apareciendo como el personaje que la fractura), narraciones donde se agrega que los pedazos resultantes cayeron para formar montaas menores.}

    A qu nos remite la narracin del milagro cholulteca? En la historia de la ciudad santa rplica terrenal de la Tollan anecumnica se repite el arque-tipo csmico. En este caso el mito habla del don divino de la lluvia. Las aguas, encerradas primordialmente en el mundo de los dioses, en el gran vientre del Monte Sagrado, irrumpieron con violencia en el mundo de las criaturas. El Eje Csmico se rompi, se liberaron las aguas y los rayos, y la figura de un anuro qued sobre la tierra como el vocero de los dioses pluviales.

    El Cdice de Cholula, op. cit., pp. }-}}.} Comunicacin personal.

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    El mito de la ruptura del promontorio no debe ser considerado como una creencia exclusiva de la regin poblano-tlaxcalteca. Por el contrario, narraciones similares aparecen hoy en da en otras partes del territorio que en un tiempo ocup Mesoamrica, y es de suponer que con mucha mayor frecuencia debieron de haber aparecido en diversas ciudades de la antigedad. El Monte Sagrado,como Eje Csmico, se proyectaba en los montes que dominaban cada paisaje local. Los montes circundantes, menores, eran los fragmentos de la cspide desgajada y, como en la actualidad, quedaban subordinados al monte principal en la jerarqua sagrada del paisaje. Al respecto nos dice fray Diego Durn:

    En medio de esta pieza [del templo del Monte de Tlalocan], sentado en un es-tradillo, tenan al dolo Tlloc, de piedra, a la manera que estaba en el templo de Huitzilopochtli. A la redonda de l haba cantidad de idolillos pequeos, que lo tenan en medio, como a principal seor suyo, y estos idolillos significaban todos los dems cerros y quebradas que este gran cerro tena a la redonda de s.

    Hoy, } km al norte de la ciudad santa de Cholula, se encuentra la poblacin veracruzana de Chicontpec (en los siete montes); en su horizonte sobresale el monte Postectli. Gmez Martnez, profundo conocedor de las creencias de la regin, dice al respecto:

    En cada una de las localidades de Chicontepec existen cerros epnimos donde se realizan rituales privados y comunitarios, pero colectivamente las comunidades reconocen siete montaas como espacios rituales cargados de mitologa e histo-ria, donde ubican su origen. Estos cerros se localizan al oeste del municipio de Chicontepec y se levantan como conos en un terreno poco escarpado, todos ellos alineados en torno a uno de mayor dimensin que alcanza una altura de [g metros sobre el nivel del mar; se trata del santuario Postectli, tambin llamado Poctectitla o cerro de Ichcacuatitla. El vocablo Postectli significa lugar donde se fragment la montaa. La etimologa remite a los hechos mticos narrados por los indgenas donde se dice que en tiempos primigenios los dioses rompieron la montaa a causa de las malas acciones humanas; el tamao del collado era tan grande que llegaba al cielo, uniendo los tres planos del universo: cielo, tierra e inframundo. Los primeros hombres de esta generacin se aprovecharon de ella para subir al recinto celeste, robarse los comestibles sagrados y fisgonear las actividades de los dioses. Por estas razones las deidades lo fragmentaron en siete partes, cuyos restos cayeron esparcidos

    Durn, op. cit., p. [.

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    alrededor del macizo [] En cada uno de ellos fueron instaladas las divinidades autctonas. Estos cerros menores son considerados como hijos del Postectli.

    Aunque Gmez Martnez explica el significado de la palabra poztectli, en rea-lidad interpreta ms all de la literalidad con el fin de exponer la creencia de base; pero poztectli quiere decir, en sentido estricto, el roto. Su otro nombre, Ichcacuatitla, se puede traducir como el lugar de la cabeza de algodn. Esmuy probable que el segundo nombre aluda a su cumbre llena de nubes, idea vinculada a la naturaleza de los montes sagrados, generadores de las nubes y las lluvias. Recorriendo el espacio, ahora hacia el occidente y a una distancia de [ km de Chicontpec,k ya en territorio huasteco, encontraremos otro ejemplo. Como sus vecinos nahuas, los huastecos mantienen la idea de la montaa rota que en la antigedad mtica se elevaba hasta tocar el cielo. Hoy la llaman en lengua teenek Tidhoch, y recibe en espaol el nombre de La Silleta. Este promontorio se ubica en el municipio de Xilitla, San Luis Potos.g En la mitologa huasteca contempornea la ruptura del Eje se reproduce en las cuatro proyecciones primigenias del axis mundi. Al final de cada ao se quiebran los cargadores del cielo, produciendo un crujido como el de las ramas de un rbol que se rompe. Los seres daados se van al paraso y son sustituidos como soportes por otras cuatro personas investidas de la misin divina.

    El patrono

    Insisto, entre los glifos toponmicos de la Piedra del Ex-Arzobispado y la Piedra de Tzoc, el glifo del anuro frente al monte roto destaca por una evidente dife-rencia: no se refiere en forma simple a un topnimo, pues la unin de sus dos

    Arturo Gmez Martnez, Culto a los cerros y espacio ritual en Chicontepec, Veracruz,en Johanna Broda y C. Good Eshelman (comps.), Historia y vida ceremonial en las comunidades mesoamericanas: los mitos agrcolas, Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia / Uni-versidad Nacional Autnoma de Mxico, k, pp. g[-gu.k Las distancias entre Cholula, Chicontpec y Xilitla han sido calculadas por Gerardo Jimnez

    Delgado.g Maelwits Fernndez Esteban, La vieja Kolene, en Relatos huastecos. An tilabti tenek,

    Mxico, Secretara de Educacin Pblica (Lenguas de Mxico, k), }uuk, p. . Janis B. Alcorn, Huastec Mayan Ethnobotany, Austin, University of Texas Press, }u[k, p. g.

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    componentes conduce a la figura csmica, arquetpica, de la ruptura del Eje,que se humaniza al convertirse en milagros fundacionales.

    Ahora bien, hay otros elementos en los dos monolitos que apoyen esta pro-puesta? Los especialistas han repetido que los guerreros vencidos son los dioses patronos de los pueblos conquistados. En las tallas de ambos monumentos el personaje capturado luce en su cabeza dos plumas blancas de garza, divisa denominada aztaxelli, propia de los guerreros; en ambas se cubre el torso con el ichcahuipilli, jubn de guerra, formado con una gruesa capa de algodn que detena el golpe de las armas ofensivas; en ambas lleva el anhuatl, colgante en forma de disco del que penden correas cuyos extremos estn cortados en forma de colas de golondrina; en ambas tiene un mxtlatl liso, rectangular, aunque en la versin del monolito del Ex-Arzobispado la prenda muestra una orla simple y recta. En la Piedra de Tzoc, el personaje lleva sobre el pecho un collar ancho rematado por cascabeles redondos. Tomemos con pinzas el aztaxelli: no caracteriza al personaje, ya que es co-mn en los guerreros vencidos de estos monolitos. Del anhuatl Seler sospech que vinculaba al cautivo con Tezcatlipoca o con Tepeyllotl. Esto pudiera proporcionar una pista. En un trabajo anterior he propuesto que Tepeyllotles la divinidad que personifica el conjunto de semillas-corazones o entidades invisibles que constituyen el alma de las riquezas depositadas en el interior del Monte Sagrado, las cuales salen a la superficie de la tierra como bienes donados a los hombres.[ Un pueblo que tuviera como mito fundacional la ruptura del Monte Sagrado y el desbordamiento de sus riquezas bien pudo reconocer como dios patrono a Tepeyllotl. Si se toma en cuenta la ms bella representacin de este dios, la del Cdice borbnico (fig. k),u se encontrar que est vestido con piel de jaguar, adornado con el aztaxelli, cubierto por un mxtlatl blanco, liso, apenas orlado por una banda lisa y recta. Lleva sobre su pecho un collar ancho del que penden cascabeles redondos. Su divisa principal es el gran anhuatl con sus correspondientes colgantes cortados como cola de golondrina. En cuanto al ichcahuipilli, pese a que el dios est cubierto con la piel del jaguar, muestra sobre el muslo derecho la franja decorada de la parte inferior del jubn.

    Seler, op. cit., pp. }k-}.[ Lpez Austin, Tamoanchan y Tlalocan, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, }uuk,

    p. }[.u Cdice borbnico, ed. facs., Mxico /Graz, Fondo de Cultura Econmica / Sociedad Estatal

    Quinto Centenario /Akademische Druck- u. Verlagsanstalt, }uu}, lm. .

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    Pese a todo lo anterior, debe reconocerse que las similitudes entre Tepeyllotl y el guerrero vencido no son concluyentes. As, el anhuatl, la importantsima divisa que porta en el pecho, puede aparecer en imgenes de otros muchos dioses, aparte de los dos mencionados.

    La atribucin de un topnimo

    En }uku apareci una obra seminal para el estudio de la organizacin poltica del Posclsico mesoamericano, y en particular para la composicin de los domi-nios mexica-tenochcas: el libro de Robert H. Barlow, The Extent of the Empire of the Culhua Mexica.[ Muy poco despus, en }ug, y con el inters particular de estudiar las conquistas de los mexicas y sus aliados en el Totonacapan, Kelly y Palerm publicaron su clsico trabajo The Tajin Totonac. Otros esfuerzos me-ritorios se realizaron durante dcadas; pero el nuevo impulso en los estudios sobre el tema no se dio hasta mediados de los noventa con los libros de RossHassig, Aztec Warfare; Pedro Carrasco, Estructura poltico-territorial del imperio tenochca, y Frances F. Berdan y otros, Aztec Imperial Strategies, este ltimo con muy puntuales precisiones de esa autora y de Smith en lo que toca a las correla-ciones de fuentes documentales y pictogrficas para determinar las conquistas de la Triple Alianza.

    Aunque las investigaciones mencionadas son un fuerte jaln para compren-der la organizacin poltica de la Triple Alianza y sus dominios, el asunto sigue siendo sumamente complejo, y subsiste la duda sobre el alcance de las fuentes. Hanns Prem, por ejemplo, sostiene que las listas de tributos y conquistas son insuficientes e inadecuadas para definir los alcances del imperio, por lo cual, a su juicio, la extensin del territorio dominado por la Triple Alianza empieza adisolverse en unidades cuyo carcter resulta poco transparente.[} En cuanto a los glifos toponmicos, dice que es bien claro [] que muchos jeroglficos nahuas permiten lecturas varias, de las cuales en un caso concreto slo una podra ser la

    [ Recientemente, Monjars-Ruiz, Limn y Paills han hecho muy accesible este libro en su versin espaola, Robert H. Barlow, La extensin del imperio de los culhua mexica, Mxico, Instituto Nacional de Antropologa e Historia / Universidad de las Amricas, }uu.[} Hanns Prem, La extensin del dominio mexica, en Constanza Vega Sosa (comp.), Cdices

    y documentos sobre Mxico. Tercer Simposio Internacional, Mxico, Instituto Nacional de Antro-pologa e Historia, , p. }.

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    correcta, la que su autor tuvo la intencin de manifestar, y que esta impreci-sin se deba a las dificultades de expresar nombres por representaciones grficas que casi inevitablemente tienen que resultar ambiguas.[

    La vinculacin de un glifo toponmico en su caso el del anuro frente al monte roto y un topnimo que corresponda a una de las conquistas mexicas est muy lejos, por tanto, de la simplicidad de un mero ajuste etimolgico. Sinembargo, y aunque ste no es el problema que me propuse resolver en el presente trabajo, hago algunas puntualizaciones.}. La identificacin plena del animal como un anuro descarta que el glifo

    pueda adjudicarse a Xaltocan o a Azcapotzalco.. Son muy escasas las probabilidades de que, aparte del caso cholulteca,

    haya quedado registro preciso en las fuentes documentales de un relato mtico o milagroso que sirva de base para identificar el topnimo.

    . Hipotticamente la atribucin del glifo a un lugar conquistado por los mexicas abre tres lneas de investigacin:

    [ Ibidem, p. .

    k. Tepeyllotl. Dibujo de Fernando Botas Vera basado en el Cdice borbnico, ed. facs., Mxico/

    Graz, Fondo de Cultura Econmico/SociedadEstatal Quinto Centenario/Akademische

    Druck- u. Verlagsanstalt, lm. , }uu}.

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    a) el topnimo se refiere a un anuro como derivacin del mito de la ruptura del Eje, hacindolo implcito;

    b) el topnimo alude al monte roto, con igual respaldo; c) el glifo se refiere al mito o al milagro, pero sin relacin directa con el

    topnimo del lugar conquistado; el glifo opera al sobreentenderse el relato del prodigio y el topnimo.

    Con escasos recursos de las fuentes, juguemos con posibilidades de atribucin, ms como ejemplos que como propuestas. La referencia al anuro se cumple en Tamazollan y Tamazulapan. Tamazollan o Tamazolla pertenece a la Mixteca Alta y es cercano al actual Santiago Tilantongo. Segn Bazn, su nombre mixteco era uyagua,[ que Ren Acua traduce como pueblo de ranas.[k En el pueblo se hablaba mixteco y chocho, y fue conquista-do por Motecuhzoma Ilhuicamina.[g En el Cdice mendocino y en la Matrcula de tributos es uno de los pueblos que pagan tributos con Coaixtlahuaca.[ Segn la leyenda de su dinasta, su primer gobernante descendi del cielo y su consorte naci de una piedra que se abri.[ En su geografa sagrada se menciona una montaa llamada uau en mixteco, Tlacotpec en nhuatl y Pea Tajadaen espaol.[[ Acua traduce u Nau, u Tzaun o u Tnau como en el cerro tajado o en la media montaa.[u Sus habitantes usaban el ichcahuipilli,descrito como manta estofada con algodn.u

    Tamazulapan el actual Tamazulapan del Progreso no es tan buen candidato. Se encuentra en la lmina del Cdice mendocino en que aparece Tamazollan.u} Pertenece tambin a la Mixteca Alta. En el pueblo se hablaba mix-

    [ Juan de Bazn, Relacin de Tilantongo y su partido, en Relaciones geogrficas, op. cit., p. [.[k Acua, en Bazn, ibidem, p. [, n. k.[gRoss Hassig, Aztec Warfare. Imperial Expansion and Political Control, Londres, Norman/ Uni-

    versity of Oklahoma Press, }uug, p. }. Michael E. Smith y Frances F. Berdan, Province Descrip-tions [Appenndix ], en Aztec Imperial Strategies, Washington, Dumbarton Oaks Research Library and Collection, }uu, pp. [} y [.[Codex Mendoza, op. cit., f. kr, vase Matrcula de tributos, Mara Teresa Seplveda (interpre-

    tacin y anlisis), Miguel Len-Portilla (introd.), historia de la Matrcula de Vctor M. Castillo Farreras, Arqueologa Mexicana (edicin especial k), , lm. .[ Bazn, op. cit., p. kk.[[ Ibidem, p. k.[u Acua, en Bazn, op. cit., p. k, n. gu.u Bazn, ibidem, p. kg.u} Codex Mendoza, op. cit., f. kr. Vase Matrcula de tributos, op. cit., lm. .

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }}

    teco y chocho. Fue conquistado por Motecuhzoma Ilhuicamina.u Durante la colonia perteneci a Texupa.u Su gente peleaba en la guerra con unos coseletes hechos de algodn, colchados, a manera de coracinas hasta el ombligo.uk

    Para la segunda lnea de investigacin se tiene en la lista de conquistas mexicas un pueblo denominado Poztectlan (El lugar del roto),ug nombre muy cercano al del actual Postectli del que nos habla Arturo Gmez Martnez. El an-tiguo Poztectlan se llama hoy Poxtitln,u y est en la parte meridional y serrana del Totonacapan. Perteneci en la antigedad a Misantla y hoy se encuentra en su municipio, al norte de Xalapa. No es fcil creer que la conquista de un pueblo de tan poca importancia quedara registrada como una gran conquista en los dos monolitos mexicas; pero hay la posibilidad de que el nombre se refiriera a Misantla misma. Hay que tomar en cuenta que las poblaciones mesoamericanas de la antigedad tenan varios nombres, en parte debido a las diferencias lings-ticas interregionales. Tambin es posible que el pequeo pueblo de Poztectlanhubiese sido designado con uno de los nombres de su centro poltico, muy cercano a l. Por otra parte, cmo pudo haberse representado glficamente el topnimo de Misantla? No hay una idea clara. En primer lugar, no se sabe si Misantla es una palabra totonaca, pues hoy es irreconocible; en segundo, todos los esfuerzos por interpretarla como palabra nhuatl o de vincularla a un glifo que justifique dicho origenu es un juego malabar.

    Cul de las fuerzas de la Triple Alianza conquist Misantla, y cundo ocurri la conquista? Ramrez Lavoignet propone que el vencedor de Misantla fue Axaycatl, tlatoani de Mxico-Tenochtitlan, en una campaa en que sera

    u Smith y Berdan, op. cit., pp. [}-[.uDiego de Avendao, Relacin de Texupa, en Relaciones geogrficas, op. cit., p. .uk Ibidem, p. .ug Smith y Berdan, op. cit, p. .uDavid Ramrez Lavoignet, en Diego Prez de Arteaga, Relacin de Misantla, notas de David

    Ramrez Lavoignet, Xalapa, Universidad Veracruzana, }u, p. }k.u Prez de Arteaga, op. cit., p. }; Ramrez Lavoignet, en Prez de Arteaga, Notas histricas

    de Misantla, op. cit., pp. -; Ignacio Bernal y Eusebio Dvalos Hurtado (comps.), Huastecos, totonacos y sus vecinos, Mxico, Sociedad Mexicana de Antropologa, }ug, pp. [-u. Ramrez Lavoignet se apoya para su anlisis filolgico en los datos del propio Prez de Arteaga, en Muoz Camargo, op. cit., y en el Cdice Misantla (vase Ramn Mena, Cdice Misantla publicado e interpretado, Socit Scientifique Antonio Alzate, t. , }u}u-}u}}, pp. [u-ug), para concluir que el origen es Mazatlan; pero sus derivaciones y consideraciones son ms complejas de lo que exige la claridad explicativa de un topnimo.

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    derrotada Xalapa, y que la fecha fue }k[.u[Ni el dibujo del Cdice Misantla nila Relacin de Xalapa fuentes en que David Ramrez Lavoignet se apoya pa-recen suficientes para sostener su argumentacin ni en cuanto a conquistador ni en cuanto a fecha.uu Sin mencionar Misantla, Fernando de Alva Ixtlilxchitlrelata que Nezahualpilli, tlatoani de Tetzcoco, derrot a los totonacos de la regin de Nauhtla en }k[,} lo que corrobora Dibble al interpretar el Cdiceen cruz.}} Michael E. Smith y Berdan dicen que Misantla pudo haber sido conquistada por Axaycatl o por Nezahualpilli, pero se basan slo en los autores mencionados.} Por ltimo, la Relacin de Misantla informa que los misantecos entregaban tributo a Motecuhzoma Xocoyotzin.}

    El escabroso territorio de Misantla es idneo para percibir un paisaje mtico. La serrana de Chiconquiaco (lugar de siete-lluvias) pudiera apuntar al culto de la diosa del agua, Chalchiuhtlicue;}k existe en sus cercanas un pueblo lla-mado Tlalocan; Colipa (sobre el torcido), sitio prximo, rememora el cerro torcido que da nombre a Colhuacan; entre Misantla y Chiconquiaco queda la Sierra del Algodn recurdese el nombre Ichcacuatitla, sinnimo del actual Postectitla de Chicontpec; existe un ro llamado en lengua totonaca Palpoala (ro de sapos) y, sobre todo, hay un monte al que se llama Cerro Quebrado, que en nhuatl tiene por nombre Quetzaltpetl (monte precioso).}g Ramrez Lavoignet proporciona otra referencia a los anuros, las figuras verdes que aparecen en el Cdice Misantla; } pero una de las figuras parece lagartija y la composicin del cdice no da para una interpretacin segura.

    u[ Ramrez Lavoignet, Notas histricas, op. cit., p. }.uu Vanse Mena, Cdice Misantla publicado e interpretado, op. cit., y Bravo de Lagunas,

    op. cit., p. k.} Fernando de Alva Ixtlilxchitl, Historia de la nacin chichimeca, en Obras histricas, Mxico,

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas, }ug-}u,vol.II, p. }gg.}}Dibble, Cdice en cruz, Mxico, Talleres Linotipogrficos Numancia, }uk, pp. u-.} Smith y Berdan, op. cit., p. .} Prez de Arteaga, op. cit., p. }.}k Vase la posible relacin de la fecha chicomequihuitl con la diosa Chalchiuhtlicue en

    Alfonso Caso, Los calendarios prehispnicos, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas, p. }u[.}g Ramrez Lavoignet, en Prez de Arteaga, Cdice de Misantla, op. cit., pp. u-k} y }k, y

    Notas histricas de Misantla, op. cit., pp. -}.} Ramrez Lavoignet, en Prez de Arteaga, op. cit., p. }}, y Notas histricas de Misantla,

    op. cit., p. }.

  • )#=3: 3*3:'8B5=B8'$ -:)#3 }

    Por ltimo, queda la referencia a los ichcahuipilli. Segn su Relacin, la gente de Misantla no usaba estas prendas defensivas porque no era un pueblo guerrero; pero las fabricaba para sus vecinos: Dicen que nunca tuvieron guerra, y as no peleaban, sino hacan en este pueblo unos juboncillos estofados de algodn que iban a vender a tierra de guerra.}

    Como tercera lnea de investigacin se seal la posibilidad de que el glifo se refiriera al mito o al milagro, aunque sin relacin directa con el topnimo. Ningn ejemplo es mejor que Cholula. La ciudad santa jams fue conquistada por los mexicas, pero Gabriel de Rojas afirma que sus habitantes tenan guerra contra los de Huexotzinco, Mxico y Tepeycac.}[ Los cholultecas se enfren-taron a la Triple Alianza al menos en una ocasin. Segn Alvarado Tezozmoc, los tlatoque de la Triple Alianza se lanzaron en campaa para sofocar la rebelin de los de Ahuilizapan, Cuetlaxtlan y Cempoalla, quienes haban sido incitados a la guerra por Tlaxcala. Los aliados vencieron a los rebeldes, y en la derrota influy, segn Alvarado Tezozmoc, la falta de ayuda de los tlaxcaltecas a los cuetlaxtecas.}u El historiador mexica no menciona Cholula; pero, en un relato tardo, fray Juan de Torquemada hace referencia a esta campaa, incluyendo a huexotzincas y cholultecas tanto en la intriga como en la participacin militar. Segn l, los cholultecas llevaron consigo a su dios Quetzalchuatl, porque como siempre les hablaba el demonio por boca de este dolo, quisironlo tener cerca para saber en todas ocasiones lo que mejor les estuviese y debiesen hacer.}} Segn el franciscano, al enterarse los ejrcitos aliados del poder nu-mrico de sus adversarios, no se decidan a atacar; pero Moquhuix, al frente de los mexica-tlatelolcas, se arroj heroicamente contra los enemigos, causando su derrota, sin que a los cholultecas valiera su falso dios Quetzalchuatl.}}}

    Hasta qu punto pudo haber valido la derrota de los cholultecas para re-gistrar los acontecimientos en los dos monolitos mexicas? Indudablemente era motivo de enorme orgullo haber derrotado a un pueblo con tan grande protec-

    } Prez de Arteaga, op. cit., p. }.}[ Rojas, op. cit., p. }. Vase tambin Durn, op. cit., pp. }[-}[.}u Hernando de Alvarado Tezozmoc, Crnica mexicana, Gonzalo Daz Migoyo y Germn

    Vzquez Chamorro (eds.), Madrid, Dastin, }, pp. }-}g.}} Fray Juan de Torquemada, Monarqua indiana. De los veinte y un libros rituales y monarqua

    indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales, de sus poblazones, descubrimiento, conquista, conversin y otras cosas maravillosas de la mesma tierra, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Histricas, }ug-}u[, vol. I, p. k.}}} Ibidem, p. g.

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    cin divina; pero tambin lo hubiera sido derrotar a los tlaxcaltecas, y esto no qued registrado en las enormes esculturas. Adems, es extrao que Alvarado Tezozmoc, proclive a exaltar la gloria de Mexico-Tenochtitlan, no mencione la participacin de Cholula en esta guerra, omisin en la que pudo influir el hecho de que fueron los mexica-tlatelolcas y no los mexica-tenochcas quienes se llevaron la gloria. En resumen, ni Tamazollan ni Tamazulapan tienen la importancia de Coaixtla-huaca, cuya conquista, en todo caso, hubiese quedado grabada en los monolitos; la atribucin a Misantla es demasiado rebuscada como para tenerla por buena; la de Cholula sera, en el mejor de los casos, excepcional: la de un pueblo derrotado que no fue ni conquistado ni tributario. Sin embargo, creo que las tres lneas propuestas pueden ser utilizadas heursticamente por quien pretenda resolver lo que sigue siendo un misterio.

    N.B. Se agradece al dibujante Arturo Resndiz el haber trazado nuevamente las figuras }S}}S}S}gS}S y }.