mishqui-yacu, agua dulce

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Historia de un proyecto de desarrollo llevado a cabo con poblaciones indígenas del Ecuador mishqui-yacu, agua dulce Embajada Real de los Países Bajos en Ecuador Ministerio de Bienestar Social

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Historia de un proyecto de desarrollo llevado a cabo con poblaciones indígenas del EEccuuaaddoorr

mishqui-yacu, agua dulce

Embajada Real de los Países Bajos en Ecuador

Ministerio de BienestarSocial

[mishqui-yacu, agua dulce]

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mishqui-yacu, agua dulce

3 Prólogo

5 Prefacio

9 Presentación

11 Introducción

14 El Ecuador, tierra de contrastes

14 La sierra

16 La sed de agua en Hatun Cañar

18 Los cañaris

25 Las montañas: foco de poder

26 Culebrillas: fuente del agua

30 El agua y el desarrollo

33 Iniciativas de desarrollo de los cañaris

35 La propuesta inicial

38 En pleno conflicto

46 Patriotismo local

50 El sistema de Huasipungo

52 Las reformas agrarias

55 Atrás queda la edad media

56 En fase de organización

60 La "cuestión indígena" y el auge de la CONAIE

64 La UPCCC, el CARC y la dimensión políticade la etnicidad en Cañar

67 El estudio de referencia

70 El cólera y el agua potable

75 Crédito

75 La función de la mujer y la emigración

79 Política y renovación

80 El coordinador de los campesinos

81 El riego

87 ¿Y los mestizos?

89 Enseñanzas que se pueden extraer de un proyecto como el CARC

94 Bibliografía

índice

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© 2001 Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)

Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datosque contiene no suponen, de parte del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, juicio alguno sobrela condición jurídica del país, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades ni respecto de la deli-mitación de sus fronteras o límites. Las denominaciones de economías "en desarrollo" y economías"desarrolladas" se utilizan a efectos estadísticos y no expresan necesariamente un juicio acerca de lafase alcanzada por el país o zona en proceso desarrollo.

Derechos reservados

ISBN 92-9072-010-7

Preparado por: Jan Lundius para la División de América Latina y elCaribe del FIDA. Jan Lundius es un académico de nacionalidad suecacon un doctorado en religiones comparadas y con una especialidad enreligiosidad campesina. Agradecemos a Jan Lundius que nos hayadado la oportunidad de aprovechar su vasto conocimiento y capaci-dad creativa para documentar experiencias en desarrollo rural.

Producido por: Grupo de Publicaciones del FIDA

Gráfica: Silvia Persi

Todas la fotografías son propiedad del FIDASusan Beccio: páginas 5, 6, 9, 11, 13, 17, 28, 32, 45, 51, 53, 57, 61, 63,69, 74, 78, 81 - Giuseppe Bizzarri: carátula y páginas 7, 25, 35, 37, 59,64, 72, 81, 82, 83, 85, 91, 93 - Jan Lundius: carátula y páginas 3, 20,21, 23, 27, 41, 42, 46, 55, 67, 69, 72, 77, 85, 87, 89, 91

Impreso por: GMS Grafiche - Roma, Italia

Abril de 2001

Via del Serafico, 107 – 00142 Roma, ItaliaTel.: +39-06-54591 – Fax: +39-06-5043463Correo electrónico: [email protected] - Página web: www.ifad.org

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Ecuador es un pequeño país enclavado en la mitad del mundo; enpocas horas se puede recorrer desde sus amplias playas a sus elevadasmontañas y, en poco tiempo más, admirar su exuberante selva. Rico enrecursos naturales, ha sido objetivamente descrito por Jan Lundius eneste libro. En efecto, la naturaleza es pródiga, como pródiga es sudiversidad de etnias, con sus propias costumbres, entre éstas los caña-ris, aborígenes que habitan en el sur de la Sierra entre montes yvalles. Este grupo humano fue apoyado por el Gobierno del Ecuador,ante el FIDA, para que este organismo financiara el proyecto de de-sarrollo rural, al que también contribuyó el Gobierno del Reino de losPaíses Bajos. Como leemos en el libro, las cosas no fueron fáciles; porel contrario, los obstáculos en el camino fueron grandes, pero la deci-sión de vencer prevaleció.

El pueblo cañari, centro, sujeto y fin del proyecto, tiene su propia voz,y algunas veces dijo "No" a los técnicos mestizos, que quisieron "darleshaciendo"; en este proceso, fueron acordando lo que debía realizarse, enun trabajo conjunto, donde la presencia de los holandeses Rudolf Mulderen un primer momento y posteriormente Gauke Andriesse fueron devital importancia en el desarrollo de las actividades.

Por la Ley de Reforma Agraria en 1963, el Estado devolvió la tierraa sus legítimos dueños: los indígenas. Si bien no fue una devoluciónjusta, esta ley cumplió con un hecho histórico de mucha trascenden-cia, que fue el romper las cadenas que ataban a los indígenas con losterratenientes, superando de esta manera una etapa nefasta.

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prólogo

[El pueblo cañari dijo "No"]

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En todo caso, pasaron a ser propietarios de pequeños lotes de tierra(huasipungos), a lo que se suma la alta luminosidad con que con-tamos, por encontrarnos en el centro del mundo. Faltaba otro ele-mento: el agua. Los indígenas y campesinos, a la vez que sembrabanlos campos, regresaban a ver al cielo, con la esperanza de que prontoaparecieran nubes que descargaran las lluvias en los campos y así lasplantas crecieran y ellos llenaran los cántaros para que la familiabebiera.

De esta manera, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Altadel Rio Cañar (CARC), las organizaciones de indígenas cañaris y tam-bién campesinos mestizos, que se habían integrado al proyecto, deci-den que el componente fundamental del CARC debía ser la construc-ción, rehabilitación y mantenimiento de canales de riego y abastos deagua, que con mucha claridad los testimonios nos hablan de todo esteproceso, las dificultades que enfrentaron y cómo fueron superadas.

Con la ejecución de estas actividades, paralelamente se deben ircumpliendo otras, como son la capacitación y organización de las jun-tas de regantes para el uso racional y el manejo del agua, el fortaleci-miento de las organizaciones que se benefician de los canales deriego, la asistencia técnica y el crédito, actividades complementariasque si no se realizan al mismo tiempo y de manera integral no permi-tirían que el componente fuera eficaz.

El lector de este libro podrá apreciar que la historia de este proyec-to no ha sido fácil: por el contrario, ha sido muy compleja, pero susactores han tenido la entereza de seguir caminando a pesar de los tro-piezos. Posiblemente no se diferencie mucho de otros, pero definiti-vamente el contexto en el que se ha desenvuelto sí es diferente.

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Lic. Rafael Guerrero BurgosSubsecretario de Desarrollo RuralMinisterio de Bienestar Social

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Además de apoyar la lucha contra la pobreza, ¿qué otras motivacio-nes, u orientaciones específicas, llevaron a la Cooperación alDesarrollo de los Países Bajos (Holanda) a cofinanciar, desde princi-pios de 1992, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del RíoCañar (CARC)?

Era obvio que la reforma agraria por sí sola no podía ser la solucióndefinitiva para los principales problemas de los campesinos pobres de laprovincia del Cañar. No bastaba con poseer la tierra para sembrar o pas-tar y no bastaba con esperar tener una "excelente" temporada de lluvias.El agua para el riego, como recurso muy escaso, era fundamental.

Es así que junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola(FIDA), con el apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) yel Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura(IICA), el Ministerio de Bienestar Social (MBS), a través de laSubsecretaría de Desarrollo Rural (SSDR), varias organizacionesindígenas y campesinas de segundo grado y la Cooperación alDesarrollo de Holanda apoyó la puesta en marcha del Proyecto CARC.El objetivo del mismo era impulsar la suficiencia alimentaria y losingresos de los campesinos pobres de la zona, principalmente pormedio del incremento de la disponibilidad de agua con la construc-ción o rehabilitación de sistemas de riego y con el mejor manejo delagua en las chacras o fincas.

Luego del fallido y errado intento de construir el embalse deCulebrillas, sobre la marcha se reorientó, replanteó y reformuló el pro-yecto, pasando de priorizar los "sistemas de riego" a enfatizar el"manejo de aguas". Ello se fundamenta en las recomendaciones deuna primera misión de revisión técnica y en los contenidos de unestudio de base (Economía campesina y sistemas de producción, estu-

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prefacio

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dio de base de la sierra andina; DHV Consultores BV, Quito, 1995). Elmismo estudio analizó la economía del productor en todos sus ele-mentos, describió la agroecología de la zona y ayudó a entender susinterrelaciones. Además, facilitó la planificación, ejecución, segui-miento y evaluación del Proyecto, y proporcionó herramientas para lacapacitación y asistencia técnica. La construcción y rehabilitación dela infraestructura, que incluía caminos vecinales, se complementócon el manejo sustentable y comunitario de los recursos forestales, elcrédito agropecuario y la asesoría jurídica a las organizaciones.

El nuevo arranque se dio realmente en 1996, pero solamente desdeel año 1997 se pudieron tener logros concretos; esto a pesar de losrecurrentes problemas, sobre todo de carácter político (inestabilida-des gubernamentales), y en cierta medida de la falta de fondos decontrapartida nacional (crisis económica y financiera).

Así pues, teniendo 1999 como horizonte de la fecha de terminacióndel Proyecto, se realizó una segunda misión de revisión técnica queconcluyó que, a pesar del poco tiempo de ejecución efectiva, se habíantenido importantes logros, entre otros, la construcción de obras y elfortalecimiento de organizaciones locales. La ejecución a través dela subcontratación de organizaciones no gubernamentales (en elcaso de obras para agua potable y de crédito) había sido un factorimportante.

Por ello se extendió el proyecto hasta fines del 2000, con el objetivode poder completar la infraestructura física y consolidar y transferirel manejo de ésta y otras actividades a los grupos organizados debeneficiarios (juntas de riego y de agua), así como a otras organiza-ciones locales, y apoyar más las actividades productivas.

Esta estrategia preveía la reducción significativa y progresiva delequipo de la Unidad Ejecutora del Proyecto (UEP), complementadacon la transferencia de la responsabilidad de los servicios hacia orga-

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[Distribución equitativa del agua]

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nizaciones locales, tales como asociaciones de productores y de usua-rios de agua, y la subcontratación de ONG por lo menos hasta fines del2001. Estas últimas organizaciones (consorcios CICDA-CEDIR y PRO-TOS-SENDAS) se encargan de la transferencia, la asistencia técnicay la capacitación que permitan principalmente promover la diversifi-cación productiva y la capacidad en poscosecha y mercadeo de lasorganizaciones de campesinos y campesinas y sus familias, en laszonas priorizadas de El tambo-Juncal y Suscal-Chontamarca.

En otras palabras, en esta última etapa se busca intensificar la pro-ducción agropecuaria de las unidades de producción locales, comoresultado de asegurar el acceso, control y beneficio de los recursos,servicios e infraestructuras productivas en relación con el riego y elagua potable, así como el fortalecimiento de sus organizaciones.

Se busca entonces que haya una mejora en la disponibilidad, con-trol y distribución equitativa del agua, el riego y el consumo humano;que las juntas de regantes y de agua asuman de manera autónoma ysostenible la gestión (administración, operación y mantenimiento) desus sistemas y la gestión de sus conflictos; que se diversifique y/ointensifique la producción agropecuaria de las unidades de produc-ción; que las asociaciones económicas de productores logren oportu-namente comercializar productos de mayor valor agregado, en cade-nas tradicionales o nuevas de comercialización, que permitan mejorarlos precios de la producción local y que incentiven inversiones nuevas;que se promueva un mayor equilibrio en las relaciones de género, sevisibilice y fortalezca el liderazgo de las mujeres en las juntas y en lasasociaciones de productores y se logre equidad de género en el acce-so de hombres y mujeres a los beneficios del proyecto; y que se siste-matice y difunda la experiencia, capacitando a profesionales, técnicoscampesinos y estudiantes sobre la valoración del agua en los sistemasproductivos.

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Por lo menos son tres las lecciones de importancia –de nuevo-aprendidas en todos estos años de trabajo con este tipo de proyecto.En primer lugar, los factores de producción (agua, tierra, crédito) nopueden ser abordados de manera aislada, sino que necesitan comple-mentarse con otras actividades en toda la cadena productiva, inclusi-ve la comercialización, en un proceso de largo plazo. En segundolugar, sólo con la participación de las organizaciones de los propiosbeneficiarios, en este caso juntas de riego y agua, asociaciones de pro-ductores, comunidades y organizaciones de segundo grado, se puedelograr resultados reales y sostenibles, conjugando y conciliando susiniciativas y propuestas con el apoyo de las organizaciones no guber-namentales, las instituciones gubernamentales, así como con la coo-peración internacional. Finalmente, los factores étnico-culturales, delos indígenas cañaris en este caso, son determinantes para el procesode programación y ejecución y, sobre todo, de sostenibilidad de lasactividades realizadas.

La Embajada de los Países Bajos en el Ecuador, a pesar de las múl-tiples dificultades que tuvo que sortear, junto con todos los actores einterlocutores involucrados en la importante tarea antes descrita,pone a consideración el presente libro, como testimonio de una res-ponsabilidad gratamente compartida.

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Jan BauerExperto en Ambiente y Desarrollo RuralEmbajada Real de los Países BajosQuito – Ecuador

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Conozco el Proyecto Cañar desde hace más de diez años. Su fase dediseño señaló el inicio, por parte del FIDA, de la atención a las pobla-ciones indígenas en varios países de América Latina. Como se puedeleer en este libro, la historia de estos pueblos está marcada por etapashistóricas dramáticas. El año 1992 recuerda los 500 años de la conquis-ta de muchas tierras de las poblaciones indígenas –desde entonces,estas poblaciones han tenido que luchar por sus derechos, su tierra y elrespeto a su cultura.

El Proyecto Cañar no ha sido una excepción, pasó un período inicialmuy tenso y difícil. En el diseño del proyecto no hubo suficiente aten-ción a la historia y a las preocupaciones de las diferentes comunidades,que deberían ser los actores primordiales de esta intervención. Fue unalección dura para nosotros –la participación equitativa no había sidorespetada en forma adecuada.

En su segunda etapa, a partir de 1995, las organizaciones locales y elproyecto demostraron los frutos de una estrecha colaboración hombroa hombro. De esta forma se organizaron Juntas de Regantes y se supe-ró una epidemia de cólera, logrando así la confianza de la población.También se instaló un sistema poco ortodoxo de agua potable (el "aguaeléctrica") en varias comunidades y, por supuesto, se ha facilitado lallegada del agua a los cultivos a través de sistemas de riego.

Habiendo llegado al final de este proyecto quisiéramos reflexionar,escuchar y reflejar la historia de los Cañaris a través de varias etapas desu existencia y recoger algunos elementos de lo que el Proyecto Cañarha tratado de apoyar –mayor acceso al agua, mejora de la organizacióny una sociedad más equitativa entre hombres y mujeres.

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presentación

[Colaboración hombro a hombro]

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El FIDA considera que este proyecto ha sido exitoso no tanto porhaber logrado todos sus objetivos planteados al inicio, sino porque hadejado en manos de las comunidades de El Tambo y Suscal una heren-cia que les debe permitir, en los próximos años y décadas, seguir mejo-rando la vida de sus familias.

Estamos muy agradecidos a los Cañaris, sus organizaciones, los téc-nicos del Proyecto Cañar y de las ONG CICDA–CEDIR, PROTOS ySENDAS. Sin ellos no hubiéramos logrado tanto en tan poco tiempo.

Del mismo modo quisiera agradecer al Gobierno de los Países Bajosque ha apoyado no solamente la financiación del proyecto, medianteuna donación, sino que ha facilitado un apoyo crucial a la ejecución delmismo a través de los Codirectores y de varios expertos.

Quisiera invitarles a leer la historia del Proyecto Cañar y de losCañaris. No esperen un informe tradicional de cierre de un proyecto niun elenco de éxitos, pero creo que en este relato simple y abierto sepueden apreciar los logros obtenidos por las diversas comunidades deCañar y las dificultades enfrentadas para alcanzarlos.

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Raquel Peña-MontenegroDirectora División de América Latina y el Caribe FIDA

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Éste no es un libro sobre un proyecto; es un libro sobre los poblado-res del área en la cual un proyecto de desarrollo ha tenido lugar. Loscañaris, indígenas ecuatorianos objeto de esta historia, hablan, criti-can, nos cuentan como el proyecto CARC (Proyecto de DesarrolloRural de la Cuenca Alta del Río Cañar), diseñado y apoyado por elFIDA, ha influenciado sus vidas, en qué medida los ha ayudado, enqué medida les ha abierto los ojos sobre las posibilidades y en quémedida éstas no han sido usadas totalmente.

Es una historia importante la de los Cañaris. La parte que corres-ponde al proyecto CARC es solo una pequeña parte y constituye uncapítulo en sí mismo. Es una historia de la guerra por el agua (pararegar) y de la paz y la unidad traídas por el agua (para beber). Es unahistoria sobre la imprevisión por inmadurez y parcial desconocimien-to de la historia por parte de bienintencionados "mestizos" o "ladinos"que llegaban de Roma. Pero también se resalta cómo las tuberías deagua potable, que esos mestizos trajeron después para combatir unaepidemia de cólera que amenazaba devastar la población indígenacañari, permitieron unificar por abajo a los sujetos de este proyecto y,con ello, cambiarlo todo y transformar un instrumento burocrático enuna forma de desarrollo democrático y concertado entre pobladores,consultores y funcionarios del FIDA, la Cooperación Holandesa y elgobierno nacional y local del Ecuador.

Las lecciones de la experiencia señalan nuevamente la importanciade las organizaciones y del "sentimiento de propiedad" de los benefi-ciarios del proyecto. Señalan la importancia positiva de lo pequeño ycontrolable por parte de ellos haciendo sostenibles las actividades.

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introducción

[Una historia de laguerra y la paz

traídas por el agua]

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Muestran también la importancia del diálogo franco entre organizacio-nes y entre sujetos de "dentro" y de "fuera" al servicio del desarrollo.

El proyecto CARC enseña nuevamente cómo el desconocimiento ini-cial de tradiciones y costumbres por un lado, ligado al gigantismo de"obras decisivas", como fue el intento de construcción del dique en lalaguna de Culebrillas, por el otro, no es ni la forma ni el camino paracombatir la pobreza rural.

Hay también lecciones menores y de detalle, sobre créditos, sobrelas obras de infraestructura, sobre la asistencia técnica y la capacita-ción, lo que funcionó y lo que no funcionó dentro de estos detalles,pero lo trascendente y lo vibrante han sido las lecciones 100 vecesrepetidas de la unidad por abajo, el empuje de la mujer rural y lasuperación de las divisiones étnicas y políticas cuando, en primerlugar es la vida de la población lo que está en juego.

El proyecto CARC debió a la fatalidad (el surgimiento de una temi-ble enfermedad) y a las soluciones propuestas para combatirla el ini-cio de una segunda historia: la historia del desarrollo de la cuencaalta del río Cañar.

En esta segunda historia tuvieron un rol destacado los hombres ymujeres de la Cooperación Holandesa en el Proyecto, en especialRudolf Mulder y Gauke Andriesse, los esforzados funcionarios locales,indígenas y ladinos, del Ministerio de Agricultura del Ecuador y, porqué no, la ayuda de los funcionarios de Roma del FIDA.

Pero el rol gigantesco lo cumplieron y lo están cumpliendo los hom-bres y mujeres indígenas, en primer lugar los cañaris y sus organiza-ciones, que han decidido depositar el destino en sus manos y en suesfuerzo. A ellos están dedicadas estas páginas que Jan Lundius supoconstruir recogiendo la voz local con entrevistas y con estudios. Estapequeña historia, creemos, permitirá al lector que no conoce la regióny el hábitat en que el proyecto CARC se ha desarrollado comprender-lo y valorarlo.

Mishqui-Yacu, Agua Dulce, pues los Cañaris la han hecho dulce.Éste es el sentido de esta historia.

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Pablo GlikmanGerente de OperacionesDivisión de América Latina y el CaribeFIDA

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El Ecuador, tierra de contrastes

En relación con el resto de América Latina, el Ecuador es un paíspequeño, con 284 000 km2 de superficie terrestre y una poblaciónaproximada de 12,5 millones de habitantes. No obstante, el país secaracteriza por los contrastes, al ser un mosaico de regiones geográfi-cas singulares habitadas por individuos cuyos antepasados llevanmiles de años viviendo en la zona o han ido llegando de Europa yÁfrica a lo largo de los últimos quinientos años.1

Al quedar dividido en dos partes por la línea del Ecuador, el climase asemeja al de África Ecuatorial. Sin embargo, las influencias cli-matológicas de la fría corriente de Humboldt, que al lado de la costase extiende como una vértebra de norte a sur, genera en combinacióncon los Andes una amplia gama de ecosistemas: de las llanuras litora-les cálidas donde existen plantaciones de bananos, caña de azúcar ycacao, bordeadas por tramos extensos de playa de arena virgen, aestuarios donde se forman manglares que son en gran medida vícti-mas de una tala encaminada a dar cabida a criaderos de camarones,de cuyo funcionamiento suelen ocuparse trabajadores itinerantes pro-cedentes de la sierra vecina. Basta un viaje en coche de unas horaspara plantarse en valles de temperatura fresca donde una neblinahúmeda suele cubrir el cielo azul. Los picos elevados o los volcanesamenazadores separan estas zonas de las selvas tórridas situadas alotro lado de la cordillera andina.

Los ecuatorianos dividen el país en tres zonas generales: la Costa, laSierra (es decir, las elevaciones andinas) y el Oriente (es decir, lazona del Amazonas).

La sierra

Los Andes ecuatorianos están formados por dos cadenas montaño-sas paralelas, la Cordillera Occidental y la Cordillera Real u Oriental,cuyos picos alcanzan en uno y otro caso altitudes que oscilan entre los4 000 y los 4 500 metros sobre el nivel del mar. En varios puntos lascordilleras están conectadas por estribaciones transversales denomi-nadas nudos. Entre las dos cordilleras se encuentran los valles de laSierra, denominados cuencas, cuya altitud oscila entre los 2 200 y los

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1 Existen en el Ecuador al menos diez grupos étnicos nativos distintos que se consideran,cada uno por su cuenta, una nacionalidad bien diferenciada que goza de un idioma y unacultura propios. Existen, además, descendientes de africanos y de europeos. Según uncenso de 1993, la población se reparte a grandes rasgos en los grupos siguientes: mes-tizos (un 40 por ciento), indígenas (un 40 por ciento), blancos (entre el 10 y el 15 por cien-to) y negros y mulatos (entre el 5 y el 10 por ciento) (Holmberg (1998), pág.5).

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[Ecuador]

NAPO

SUCUMBIÓS

CARCHIESMERALDAS

IMBABURA

PICHINCHA

COTOPAXIMANABÍ

GUAYAS

LOS RIOS BOLÍVAR

CHIMBORAZO

CAÑAR

AZUAY

EL ORO

LOJA

ZAMORACHINCHIPE

TUNCURAHUA

PASTAZA

MORONASANTIAGO

2 800 metros sobre el nivel del mar. Los suelos de las cuencas, de nota-ble fertilidad, suelen tener carácter volcánico. De cada cuenca parteun río que se dirige hacia el este o el oeste. Estos valles de la sierrallevan poblados muchos siglos. Empezando en el fondo de los valles seeleva por todas las laderas un mosaico de terrenos reducidos que daprueba de la explotación intensiva a que se somete hasta el últimopalmo de tierra.

Los diversos sistemas agrícolas que han ido surgiendo en la Sierrase basan en técnicas de explotación complejas que combinan los cul-tivos de maíz, patatas (y numerosos tubérculos parecidos), quinoa yotras leguminosas. En la zona se practica la cría de animales domés-ticos como camélidos (llamas, alpacas y vicuñas) y cuyes (conejillosde Indias). La llegada de los españoles en el siglo XVI acarreó cambiosradicales como la introducción de especies totalmente nuevas comoel trigo, la cebada, el arroz, la caña de azúcar, los caballos, las vacas olos cerdos. Las nuevas técnicas agrícolas, como el empleo de la trac-ción animal y de arados con rejas de hierro, revolucionaron la agri-cultura al tiempo que trastornaban tradiciones antiquísimas y poníanen peligro ecosistemas sensibles propios de suelos volcánicos.

A lo largo del siglo pasado, las zonas costeras registraron un especta-cular crecimiento de la producción agrícola, pero los productos se des-tinaban en su mayor parte a los mercados internacionales, mientrasque los valles andinos seguían produciendo la mayoría de los alimentosdestinados al consumo doméstico. Sin embargo, la agricultura ecuato-riana corre peligro. La reducción, cada vez más acusada, de la cubiertavegetal de las laderas de los Andes ha provocado un descenso alarman-te del volumen de recursos hídricos, al tiempo que el empleo ilícito deinsumos agrícolas artificiales es perjudicial para el medio ambiente.

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La disminución de la capacidad de producción de la tierra ha reper-cutido en las condiciones de vida de las familias de campesinos andi-nas. Decrecen las oportunidades de obtener un nivel de ingresosdigno, se deterioran las condiciones sanitarias y, movidos por la deses-peración, los campesinos suelen cifrar en la emigración todas lasesperanzas de burlar un sombrío futuro de pobreza agrícola.2

Actualmente condicionan la vida del campesino ecuatoriano dosreformas agrarias, una movilidad social cada vez mayor y un climapolítico en evolución. Sin embargo, es triste que las tres cuartas par-tes de los cultivadores sigan tratando de ganarse la vida con parcelascuya superficie, inferior a las cinco hectáreas, no suele bastar paracubrir las necesidades extremas de sus familias.3 El 75 por ciento dela población rural pobre del Ecuador sigue viviendo en condiciones depobreza “absoluta”.4

La sed de agua en Hatun Cañar

En la zona meridional de los Andes ecuatorianos se sitúa la cuencadel río Cañar, valle inmenso y ondulado circunscrito por los nudos deAzuay y Buerán y por las cadenas montañosas de la CordilleraOccidental y la Cordillera Real. Esta zona constituye el centro neurál-gico de Hatun Cañar, la vieja “nación” de la población cañari cuyosdescendientes aún viven en la zona.5

El río Cañar, que fluye veloz y tiene las aguas claras, atraviesa unterritorio de color verde esmeralda y vegetación exuberante en laestación de las lluvias (de octubre a abril) y de vegetación marchita ycolor pardo y grisáceo en los meses secos. Durante la estación seca lapluviosidad queda lejos de satisfacer la demanda de agua, mientrasque varias zonas carecen de agua a lo largo de todo el año. Las pecu-liaridades climáticas y la calidad del suelo varían notablemente entrezonas poco distantes. Aunque en la mayor parte de esta zona se riega,en todas partes es limitado el volumen de agua, que se emplea de

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2 Gómez (1989) presenta un resumen completo de la geografía del Ecuador.3 Rossing (1996), pág. 102.4 FIDA (1995), pág. 6.5 Bolívar Zaruma (1980), págs. 17-20. El Ecuador se divide en 22 provincias que se sub-

dividen en cantones. Administra cada cantón un consejo municipal encabezado por unalcalde. Un consejo municipal con sede en la ciudad de Azogues administra la provin-cia de Cañar, que se dividen en los cantones de Azogues, Biblián, La Troncal, Déleg,Cañar, El Tambo y Suscal. Los tres últimos cantones mencionados forman aproxima-damente la zona de la cuenca alta del río Cañar (Freire Heredia y Usca (2 000), págs.47 y 59-62). La superficie de esta zona es de 99 500 ha, mientras que la altitud oscilaentre los 800 y los 4 400 metros sobre el nivel del mar. En el censo de 1990 se calcula-ba que su población ascendía a 77 100 habitantes adscritos en su mayor parte a la cate-goría de "indígenas" al ser cañaris (FIDA (1995), pág. 7).

6 DHV Consultores (1995), págs. 159-60 y 259-60, y FIDA (1995), págs. 11-12.

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forma infrecuente e insuficiente. Los campesinos cañaris no cejan deconstruir y mantener acequias con intención de aprovechar al máxi-mo la totalidad de los recursos hídricos de que disponen. Sin embar-go, sigue siendo rudimentaria la infraestructura de riego existente.Es constante la necesidad de financiación y de asistencia técnica. Ladesorganización de los sistemas obstaculiza la distribución del agua yrepercute en el tamaño, la inclinación y la forma irregular de las par-celas. La explotación defectuosa del riego destruye, año tras año, lossuelos sensibles al arrastrarlos por las laderas pendiente abajo. La ero-sión y la falta de protección de los recursos hídricos se deben a la talaindiscriminada de árboles y a la eliminación de la cubierta vegetal pro-tectora. La explotación excesiva y la compactación reducen la capaci-dad del suelo de absorber agua.6 Al hablar con los campesinos de lazona nunca tarda en surgir el tema del agua. Es normal oír frases comola siguiente: “El agua es a la tierra lo que la sangre al ser humano”.

Aun así, a finales de la estación de lluvias cuesta imaginarse estosproblemas. Una niebla densa baja por las laderas o se eleva de unacosta distante e invisible. En varios puntos el agua se despeña por lasladeras, mientras que por todas partes se ven manantiales y arroyospequeños. Se perciben señales de inundación como caminos deterio-rados y puentes desmoronados. Se puede seguir el curso del aguasubiendo por laderas escarpadas hasta llegar a fuentes y lagunas ubi-cadas en un entorno majestuoso de llanuras frías y húmedas rodeadaspor los picos formidables de los imponentes Andes.

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[El agua es a la tierra lo que la sangre al ser humano]

Plano de ubicación, zona del Proyecto

Cuenca Alta del Rio Cañar

El Tambo

Cañar

CAÑAR

CHIMBORAZO

Chorocopte

Chontamarca

Gral. Morales

LlagosCompud

Huigra Capzol

Suscal

Zhud

Gualleturo

Juncal

IngapircaHonorato Vásquez

San Antonio

Rio Cañar

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Los cañaris

Todo paisaje va más allá de la topografía, las montañas y los ríos.Prácticamente cualquier terreno del mundo guarda una relación ínti-ma con la vida de la población que se gana la vida en la zona. Los caña-ris, que fueron quienes le dieron el nombre, constituyen el grupo másdestacado de los que habitan en la cuenca del río Cañar. Antes de lainvasión de los incas,7 la cañari era la mayor cultura que existía en loque hoy se denomina Ecuador. Hoy quedan pocos restos de la culturacañari original, la lengua ha desaparecido y sólo quedan unas cuantaspalabras y costumbres, además de abundantes leyendas transmitidasoralmente y algunos yacimientos arqueológicos.

Los Cañaris se dividían en varios señoríos independientes o cura-cazgos. Hoy persisten los nombres, como por ejemplo Checa, Sigsig,Molleturo, Cañaribamba y, por supuesto, Hatun Cañar, que al parecerera el del señorío más importante. La sociedad cañari estaba suma-mente jerarquizada, como se desprende de la enorme riqueza de losartefactos encontrados en las tumbas de los nobles cañaris. Extraíanoro y plata de minas riquísimas ubicadas en su territorio.8

Los cronistas españoles mencionan sobrecogidosla valentía y el carácter belicoso de los cañaris,

que no dejaban de guerrear con sus vecinos.En particular, indican los españoles que

los cañaris no tenían esclavos. Se distin-guían de otros pueblos por la lengua,por el modo de vestir y por la maneraen que los hombres y las mujeres lleva-ban el pelo muy largo. Los cronistas

subrayan además que había entre ellosmás mujeres que hombres, Cieza de León,

que visitó el territorio en 1547, calculó quehabía 15 mujeres por cada hombre. La sangre de

los cañaris había corrido en abundancia tras la invasiónde los incas. Agrupados en la Duma, que era probablemente el títulocon que se denominaba la curaca de Sigsig, los cañaris, pese a lasescasas posibilidades de victoria, lucharon en vano por no caer derro-tados. Túpac Inca Yupanqui trató de aniquilar la oposición cañaritrasladando la población de pueblos enteros a los alrededores de

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Figura míticade la cultura cañaricon rasgos humanos, de felino, de serpiente y águila

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Cuzco y suplantándola con mitamakuna, que le eran leales. Los mita-makuna eran colonialistas oriundos del interior del Perú que se asen-taban en los territorios ocupados. Al conservar los vínculos con supatria de origen formaban un núcleo leal al estado en medio de gru-pos étnicos extranjeros. La política imperial aceleró el proceso deaculturación de los cañaris, como demuestra el hecho de que cuandollegaron los españoles los cañaris ya hablaban quechua, que era elidioma de los conquistadores incas. De la presencia de los incas quedanhoy los restos del imponente Ingañan, que era un camino adoquinadoinca que atravesaba llanuras inhóspitas de las alturas andinas.Ingañan atraviesa la cuenca de los cañaris pasando cerca de la aldeade Ingapirca, situada al pie de una combinación de fortaleza y templo.Ingapirca, estructura impresionante levantada por medio de técnicasincas de albañilería fundadas en los denominados cantos “almohadi-llados”, se conserva en buen estado y es el yacimiento inca más famo-so del Ecuador. Es probable que haya sido construida sobre estructu-ras cañaris anteriores que quizá constituyeran el centro político y deculto de Hatun Cañar.

El pueblo cañari quedó subyugado con los españoles y los dirigentescañaris optaron por la alianza con los nuevos invasores. Tres mil gue-rreros cañaris reforzaron las tropas de Benalcázar, que se dirigían aQuito para conquistar la ciudad. Los españoles, que observaron elcoraje de sus aliados, afirmarían posteriormente que hubieran estadoperdidos sin la ayuda y el eficaz asesoramiento que éstos les presta-ron. Los cañaris acompañaron a los españoles mientras duró la con-quista del Ecuador. La última gran campaña en que ayudaron a losespañoles fue el aplastamiento en 1554 de las rebeliones de Lita yQuilca. Sin embargo, los españoles apenas agradecieron a los cañarisla ayuda prestada. En 1554 miles de cañaris eran obligados a trabajaren las minas de oro y plata de su antiguo territorio. En 1578 los espa-ñoles aplastaron sin piedad un levantamiento cañari motivado por ladesesperación. Ayudaron a las tropas españolas en esa campaña losdescendientes de los mismos incas con los que antes habían luchadoayudados por los cañaris.9 Se calcula que actualmente viven dispersospor toda la provincia de Cañar unos 40 000 indígenas cañaris quehablan quechua.10

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7 Túpac Inca Yupanqui fue quien atacó las tierras de los cañaris en 1463, aproximada-mente. Al entrar en Quito en 1492 terminó de conquistar lo que hoy constituyen las tie-rras altas ecuatorianas. La conquista española se inició en 1530; en 1549 los españo-les habían doblegado a todos los grupos étnicos de lo que acabaría conociéndose conel nombre de sierra ecuatoriana.

8 Pérez et al. (1998), pág. 29.9 En Moreno Yánez (1996), págs. 96-100, figura un resumen de la historia de los cañaris.10 Perrottet (1994), pág. 220.

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Al haberse reanimado últimamente el orgullo de los cañaris, suelenmencionar en la actualidad la gloria de sus antepasados, a los quedenominan abuelos. La retórica y el discurso político cañaris suelenrecurrir a la evocación de los nombres de los guerreros que se enfren-taron a los incas y a los españoles. El orgullo de los cañaris tambiénse manifiesta en el hecho de que muchos se empeñan en llevar sutraje tradicional y sus largos guangos, nombre que se da a las trenzasque lucen hombres y mujeres.

Los días de mercado, que en la ciudad de Cañar son los sábados, seobserva una gran variedad de trajes tradicionales cañaris. Varios hom-bres llevan kushma, poncho reservado para los días de fiesta que esde color negro y suele llegar hasta la rodilla, pantalones de lana ycamisas blancas de algodón con diseños bordados en las mangas y elcuello. Las mujeres llevan las faldas de colores características de todala zona de los Andes. Sin embargo, son rasgos típicos del vestido de lamujer cañari las blusas bordadas cubiertas con un manto negro y dereborde rojo que llevan echado sobre los hombros. Se aseguran estamantilla de lana mediante un tupu de plata, que es un prendedorgrueso y adornado habitual en las antiguas tumbas cañaris. Los hom-bres y las mujeres llevan sombrero cañari, que está hecho de fieltroblanco y tiene un ala estrecha que suele doblarse hacia arriba en laparte delantera. La manera de vestir de los cañaris es un importanteelemento del sentido de orgullo étnico y de su expresión individual,pues la sensación de pertenencia a la etnia suele estar determinadapor el vestido y no por la “raza”.

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La mujer cañariasegura la mantilla con

un tupu de plata

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[El traje tradicional de los cañaris es un elemento de orgullo étnico]

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Como mi aldea estaba bastante apartada, no veíamos muchosblancos. Todo el mundo se hablaba en quechua. Sólo los sábados,que eran día de mercado, nos íbamos andando a Suscal, dondeveíamos a otra gente. En muchos sitios las cosas no han cambiado.Uno trabaja todos los días en el campo o en casa y baja el produc-to obtenido los días de mercado. Sin embargo, yo fui a la escuela enSuscal, donde me di cuenta de que existían distintos tipos de per-sonas. Al tenernos que convertir en mestizos en la escuela, tenía-mos que cortarnos la trenza, el guango. Muchos niños y niñascañaris padecieron en la escuela cambios dolorosos. No se nos per-mitía hablar en quechua; algunos nos avergonzábamos de nues-tras propias tradiciones. Recuerdo que después de cortarme la tren-za y de empezar a ir a la escuela pasé tres días renegando por com-pleto de mis padres. Ya de joven, cuando estudiaba para ser maes-tro, volví a sufrir una crisis de identidad. Negaba por completo misraíces, y no quería ser un runa.11

En 1971 fui la primera indígena que asistía a la escuela de ciclosecundario de Cañar. Me costó mucho. Me sentía marginada y dis-criminada. Cumplido el tercer curso, me salí del colegio. No fue pordecisión propia. Una maestra me dijo que tenía que irme porqueno llevaba uniforme. Mis padres no tenían dinero para comprár-melo. Ella lo sabía, pero de todos modos tenía que irme. A veces laveo por la calle. Ella sabe que yo me acuerdo de quién es.12

Las tradiciones cañaris están particularmente arraigadas en la esferade la medicina tradicional. El CARC, proyecto sobre el que versa estelibro, comprende un componente menor orientado a formar a losbeneficiarios con respecto a la utilidad de diversas hierbas y plantas.Esta actividad ha resultado útil en lo que respecta a sensibilizar a lapoblación sobre la importancia de la atención sanitaria preventiva.

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11 Entrevista con José Lema. La palabra runa, que significa "hombre" en quechua, seemplea a menudo en tono despectivo.

12 Entrevista con Rebeca Pichazaea.13 Entrevista con Paola Guaman. La Rebeca que se menciona en la cita es Rebeca

Pichazaea.

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Las medicinas que se venden en las farmacias nos salen demasia-do caras. Una hija mía se puso muy enferma. Un día tuve quepagar 60 000 sucres para comprar medicinas; otro día la suma fuede 200 000 sucres. El médico me dijo que comprara los medica-mentos; yo no sabía qué eran. Sí sé que los medicamentos de lasfarmacias son a menudo necesarios, pero cuando no podemos cos-tear este tipo de medicamento tenemos que servirnos de los conoci-mientos que nos han transmitido nuestras abuelas. Éstas disponíande conocimientos y experiencia propios. Cuando la situación sepone mal de verdad tenemos que ir al médico, a la farmacia o alhospital. Rebeca nos comunica lo que sabe de la medicina occiden-tal, pero también sabe mucho de nuestras tradiciones propias. Seha formado en centros sanitarios; sabe parar hemorragias y ayu-dar en los partos. Cuando nuestro grupo de mujeres se reúne conella, nos enseña a reconocer y a cultivar las plantas y nos dicedónde hay que venderlas. De ese modo saco algún dinero. Llevomuchos años en posesión de mi don, mis conocimientos. Los juevesy los viernes la gente acude a mí para que les cure. Sé lo que es elmal aire, el espanto, el desfrío y otras aflicciones. Sé curarlas conhierbas, baños, enjuagues y masajes.13

El reconocimiento de los conocimientos medicinales de la tradicióncañari forma parte importante del programa de varias organizacionesindígenas. Los curanderos cañaris, que reciben el nombre de yacha-kes, son hombres y mujeres. Forman una jerarquía informal cuyosintegrantes se mantienen en contacto. Algunos tienen aprendices.Caracteriza a todos los yachakes la convicción de estar al servicio dePacha Kamak o Dios. Para que sus curas surtan efecto ellos tienenque impregnarse de la gracia de Pacha Kamak, es decir, tienen queseguir una vocación.

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José Lemaentrevista a un campesino

cañari que luce el guango (trenza)

La utilidad medicinal de hierbas y plantas hace parte de los conocimientos y tradición cañari

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Gran parte de la medicina tradicional gira en torno a conceptosrelacionados con la pérdida y la obtención de energía. Se invoca aPacha Mama, la madre tierra, para que confiera al yachak dotes decuración por medio de hierbas y a Mama Killa, la madre luna, y TaitaInte, el padre sol, para que se los confiera por medio de rayos curati-vos. Las curas consisten en baños, masajes, inmersión en baños dehierbas, duchas,14 aplicación de conejillos de indias a las partes afec-tadas, sesiones al sol o a la luna e ingestión de diversos brebajes dehierbas. La curación suele practicarse en la casa del yachak, si bien aveces tiene lugar en una de las contadas y prestigiosas casas de cura-ción, denominadas Jambi Wasi.

La sede de la Unión Provincial de Comunes y Cooperativas delCañar (UPCCC), que es la organización indígena que más influenciaejerce en Cañar, se denomina Nucanchic Huasi y alberga una JambiWasi recién construida en la que la yachak Mercedes Chuma atiendea los pacientes a diario. Además de servir de centro de medicina tra-dicional, la Jambi Wasi de la UPCCC sirve también de lugar en el quese pueden detectar las enfermedades graves y se puede enviar a losenfermos a los centros de medicina occidental, es decir, a centros deasistencia sanitaria moderna.15

Todo proyecto de desarrollo que se proponga establecer contactocon la cultura cañari deberá integrarse en el paisaje cañari. El paisa-je circundante condiciona en gran medida la manera de pensar y elcomportamiento característicos de la cultura cañari tradicional.

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14 El yachak rocía al paciente con aguardiente que escupe de sus propios labios.15 Entrevista con Mercedes Chuma.16 En vez de enterrar las momias en el suelo, se las colocaba en cavernas naturales. El

culto a los muertos tenía una importancia capital en las sociedades andinas. Se pen-saba que los cadáveres (mallquí, en quechua) actuaban de intermediarios entre loshuacas y los vivos. El huaca es un ente dotado de energía espiritual, como por ejemploun dios o un espíritu, pero también podían ser huacas las montañas, las lagunas y otrosenclaves y fenómenos “poderosos”. Dada la vinculación entre huacas y mallquís, eralógico depositar estos últimos en el ámbito espiritual de las montañas (Bernand(1996), págs. 74-79).

17 Landívar (1997), págs. 34-54.18 Luis Bolívar Zaruma, autor cañari, postula que la tendencia de los cañari a personalizar

la naturaleza y los fenómenos naturales tiene su origen en el quechua, que es la lenguaque hablan los cañaris. “En esta lengua, como en otras que se hablan en el continenteamericano, sólo se pueden expresar el contenido, el sentido y lo denotado recurriendoa cosas que existen en el mundo concreto”. Los cañaris no asimilaron la teología y lafilosofía “occidentales” porque “el quechua es una lengua concreta [que consta de]símbolos concretos con que se describen el mundo y las cosas; no da lugar a la capa-cidad de abstracción” (Bolívar Zaruma (1980), pág. 25).

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Las montañas: foco de poder

Los pueblos de los Andes siempre han contemplado las montañassobrecogidos y con ánimo de veneración. En algunos picos de losAndes todavía yacen momias envueltas en vestiduras preciosas queson restos de sacrificios humanos ofrecidos a los señores de la monta-ña.16 Las montañas son terreno propicio a las leyendas. Se dice que enellas habitan criaturas imaginarias, a medio camino entre animales yseres humanos, de talante vengativo y ominoso y dominadas por unased insaciable de sangre humana. Es larga y amedrentadora la lista demonstruos de tal estirpe: los gagones (perros demoníacos), los car-buclos (gatos demoníacos), los shiros (enanos malévolos que persi-guen a las mujeres), los cuscungus (aves de rapiña que presagianmuerte), los chuzalongos (niños que chupan sangre), los agchashuas (hombres lobo), las mama huacas (hembras que persiguen alos hombres) y otras muchas especies.17

A menudo se describen las montañas como si fueran individuosancestrales, imponentes y difíciles de comprender.18 A la manera depadres benévolos, las montañas velan por los poblados y aldeas arra-cimados a su sombra. Las montañas proveen de agua a la población yesconden tesoros en sus entrañas. Unas veces son benévolas, otras,actúan por capricho y son peligrosas, como cuando infligen a loshumanos indefensos catástrofes como huracanes, desprendimientosde tierras, erupciones volcánicas y terremotos.

“Urcu significa ‘montaña’, chuncana ‘juego’ y cui viene de un verboque significa ‘cuidar’ o ‘conceder’. Así pues, [urcu chuncanacui] sig-nifica “juego de toma y da practicado por las montañas”. En las nochesen que luce la luna y surge un relámpago amarillo entre los picos mon-tañosos se cree que las montañas se intercambian tesoros y animales[…] Se cree que la montaña macho Taita Bueran tiene seis hijos de

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Las montañas proveen de agua y esconden tesoros en sus entrañas

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los cuales está separado a causa de su cónyuge, la montaña HacronVentanas; las dos montañas se pelean muy a menudo. Así pues, por logeneral se tiene gran respeto por las montañas, en las cuales se cifranmuchas esperanzas. Por ejemplo, muchas personas tienen miedo deacercarse a la montaña Culebrillas llevando máchica, tonga [carneseca o en fiambre], pues creen que si proceden de ese modo puedelevantarse el huracán del páramo y todo el mundo quedará privadode acceso”.19

Los páramos son llanuras amplias situadas entre 3 000 y 4 200 metrosde altura sobre el nivel del mar y cubiertas en su mayor parte por pajo-nal, pasto amarillento que se utiliza para dar de comer a las reses yovejas. Muchos páramos de la zona de Cañar son tierras comunalesque poseen y explotan los integrantes de determinadas comunidadesubicadas en los valles de más abajo.

Culebrillas: fuente del agua

El páramo que rodea la misteriosa laguna de Culebrillas es terrenode propiedad y explotación colectivas a cargo de cuatro comunidadescomprendidas en el cantón de El Tambo. Este lago plácido está situa-do 3 880 metros sobre el nivel del mar a la sombra del imponenteYanaurcu, la montaña negra.20 Aunque en apariencia es terrenoyermo, varias civilizaciones antiguas han dejado su huella. El caminoinca Ingañan pasa cerca del lago. Por aquel entonces este caminoestaba adoquinado y se mantenía en buen estado de Cuzco a Quito.Por la relación que guardan con los restos del camino, varias piedrasseñalan el emplazamiento de un tambo, que era una especie de posa-da o lugar de descanso para quienes recorrían el Ingañan.

Al sur de la laguna se ubica una zona llana donde hay una cantera quela población autóctona denomina Labrazhcarrumi. Está formada porvarias peñas rectangulares y grandes desperdigadas por una zona de unos

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19 Castro Muyancela (1995), págs. 314-15. Manuel Castro Muyancela, recién elegidoalcalde de Suscal, es un político “indígena” que ejerce influencia a escala nacional. Eltérmino “taita” que se menciona en la cita se emplea para dirigirse a las personasmayores y venerables, pudiendo traducirse por “padre” o “tío”. “Huracán” es la perso-nificación de las violentas tormentas que suelen formarse en las montañas a grandesaltitudes.

20 Pinos y Rodríguez (1994), pág. 1, y Heriberto Rojas (1991), págs. 19-20.21 La versión de la leyenda transcrita se basa en narraciones orales de Rebeca Pichazaea

y Francisco Chimboroza.

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100 km2. Se desconoce el fin que tenían estos sillares de piedra, pero antesse creía que los incas los tallaron para represar la laguna. Aunque hace 500años se vivía y trabajaba en la zona, hoy en día está muy desolada: es unpaisaje espectacular, inhóspito y misterioso, cubierto de nieblas heladasprocedentes de las montañas y centro natural de una maraña de leyendasque prácticamente cualquier cañari conoce en una u otra versión.

“Un soldado se casó con una hermosa doncella. Sin embargo, sin queél lo supiera ella había subido hasta Culebrillas, donde la había vistouna enorme serpiente que habitaba en el lago. Esa criatura tan horri-ble se había enamorado de la doncella y quería quedarse con ella. Eldía de la boda la serpiente irrumpió en la casa donde transcurrían lascelebraciones, agarró a la doncella y se la llevó a su guarida, situadaen el fondo de la laguna. El novio, enfurecido, empuñó una lanza y unhacha y salió guiado por las huellas de la serpiente. Encontró a lanovia a orillas de la laguna. La enorme serpiente la tenía enrolladacon su cuerpo y reposaba la cabeza en el regazo de la muchacha. Lanovia hizo un gesto a su esposo. Éste la obedeció escondiéndose trasuna piedra mientras ella cantaba una canción de cuna a la serpiente.Cuando el animal se había quedado dormido, el esposo salió delescondite y le clavó la espada. La serpiente, frenética, se retorcía yescupía veneno, pero el valiente soldado le cortó la cabeza. Herida demuerte, la serpiente se alejó de la orilla del lago. Mientras se arras-traba hacia el sur, el pesado cuerpo dejó un surco en la tierra. De esemodo creó la serpiente el curso y los meandros del riachuelo deCulebrillas, que es el arroyo que saca agua de la laguna para verterlaen el río de San Antonio. Desde aquel día, el agua de las montañasriega toda la región de El Tambo. Al final, la dama dio a luz un niñoblanco hijo de la serpiente. Como no pertenecía a ningún sitio, el niñoprovocó muchos problemas.” 21

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Se cree que estas peñas rectangulares eran utilizadas porlos incas para represar la laguna

Laguna Culebrillas

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Esta leyenda recoge varias ideas populares sobre el páramo, que esdonde habita sacha [lo desconocido, lo salvaje], a diferencia de uca[lo conocido, lo palpable]. El páramo representa la frontera entre lofiero y lo domesticado. Es fuente de agua, pero también de tormentasy enfermedades. El páramo es el territorio de los niños y las mujeres,que son quienes guardan las ovejas y recogen el pajonal de la zona(pasto amarillento que se utiliza para forraje). Los niños guardanademás una relación simbólica con el páramo. Los adolescentes, enparticular, ocupan la frontera que separa el mundo de los adultos delde los niños. Por eso tienen cosas en común con el páramo, que ocupael territorio situado entre los picos inhóspitos y los campos cultivados.Las mujeres mantienen asimismo un vínculo simbólico con el páramo,pues se considera que están más cerca de la naturaleza que los hom-bres. El motivo quizá sea el papel que les corresponde en cuanto ori-gen de la vida y dispensadoras de cuidados, característica que com-parten con Pacha Mama, la madre tierra.22

Es posible que la serpiente con que se encontró la mujer de la leyen-da guarde relación con el fenómeno más temido de la mitología caña-ri: la serpiente del cielo o Taita Cuichi (padre arco iris), heraldo devida y de destrucción. Taita Cuichi vive a orillas de los lagos. Siempretiene una pata metida en el agua. Cuando alguien lo acosa desapare-ce zambulléndose en el lago sin dejar otra huella que una columna dehumo. Quien inhale el humo padecerá cuichi japischca o contagio delarco iris, enfermedad mortal que debe recibir de inmediato un trata-miento consistente en brebajes de hierbas y baños curativos.23

Los distintos tipos de arco iris provocan distintos tipos de enferme-dad. La peor dolencia sobreviene cuando Taita Cuichi “se apodera deuna mujer”, es decir, cuando la deja embarazada. Cuando esto ocurre

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[El verdadero tesoro de la laguna es el agua]

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la mujer sufre dolores de cabeza intensos, le duelen las piernas y losbrazos, siente náuseas y le duele el estómago. La mujer que ha que-dado contaminada con la simiente de Taita Cuichi debe comer hier-bas amargas para vomitar ese elemento no deseado que ha penetradoen su cuerpo. El miedo que inspira Taita Cuichi es muy intenso enalgunas zonas de Cañar. Con frecuencia se le da el nombre de “diablodisfrazado con colores”. Se ha conjeturado que las extrañas ideas sur-gidas en torno a Taita Cuichi derivan de la combinación de viejosmitos precolombinos con hechos y circunstancias vitales de fecha másreciente. Así, por ejemplo, puede que el hecho de que el hijo de TaitaCuichi sea siempre blanco refleje las consecuencias no deseadas de larelación que se les impuso mantener con los antiguos dueños de lahacienda, es decir, los invasores españoles o los propietarios de lashaciendas.24 Sin embargo, la serpiente de Culebrillas no es una cria-tura siniestra sin más; también guarda tesoros:

Dicen que en el fondo de la laguna yace un tesoro. Nuestros ante-cesores hundieron en ese lugar unas pesadas barras de oro puro,puede que para ofrecer sacrificios a sus dioses. Hace unos añosnuestras comunidades empleaban un guarda ahí arriba [enCulebrillas]. Aunque percibía un buen sueldo, un buen día desa-pareció y no se le volvió a ver. La gente supone que encontró el teso-ro o una parte del mismo y que huyó con él a cuestas. Es probableque se fuera a los Estados Unidos o a Europa.25

Aunque se habla mucho de los tesoros ocultos de la laguna, la gentesabe bien que la verdadera riqueza que encierra el lugar no es de oroni de plata, sino de agua. El principal cometido de Taita Cuichi es pro-teger el agua y la fertilidad para entregárselas a los humanos. No obs-tante, todos los campesinos de Cañar saben que hay que ir con cuida-do y actuar con tacto al abordar la espinosa cuestión del acceso alagua. Todo el que se inmiscuya en los asuntos de una fuente de aguacomo Culebrillas se verá rodeado de problemas. Cabe interpretarcomo aviso la presencia legendaria de Taita Cuichi. “Que se ande concuidado el que quiera vérselas con las aguas de Cañar. No se sabe quépoderes ocultos y qué conflictos no resueltos pueden salir a la luz”.

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22 Bernal et al. (1999), págs. 49-51.23 Landívar (1997), págs. 37-39 y Einzmann y Almeida (1991), págs. 92-93.24 Einzmann y Almeida (1991), pág. 93.25 Entrevista con Manuel Zaruma, de Molino Huayco, que nos acompañó a Culebrillas.

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Culebrillas es una de las principales masas de agua de la cuenca delos cañari. De la laguna parte el río San Antonio, que termina desem-bocando en el río Cañar tras llenar de agua nada más y nada menosque 14 acequias y regar 2 639 ha de superficie de los cantones de ElTambo y Juncal, con lo cual salen beneficiadas 1 100 familias.26 Dadoque la laguna Culebrillas alimenta igualmente otros sistemas de abas-tecimiento de agua, la construcción de una presa eficaz junto al lagobeneficiaría a aún más personas al bañar grandes superficies de tierraseca con un caudal constante de agua.

El agua y el desarrollo

La agricultura ocupa un lugar destacado en todos los debates sobre polí-ticas de desarrollo. Lejos de reducirse a una mera cuestión de rentabilidad,la producción de alimentos es un asunto candente de orden social. Aunquela producción agrícola orientada a los mercados internacionales puedereportar beneficios a un país, no siempre basta para resolver los problemasderivados de suministrar alimentos a una población hambrienta. Puede quecon un sector agrícola eficaz que beneficie a los pequeños y los grandes pro-ductores se logre distribuir la riqueza del país de forma más justa y equita-tiva. De ese modo se puede contener el éxodo migratorio procedente de laszonas rurales y, tal vez, incluso elevar el nivel de vida, la eficiencia, la liber-tad de elección y el bienestar de una amplia población rural.

En comparación con otros muchos países, el Ecuador goza de un aprecia-ble volumen de recursos naturales que no se reducen a los metales precio-sos y el petróleo, además de un clima favorable a la efectividad de la pro-ducción agraria. El país ha salido ganando con el crecimiento de los merca-dos de exportación de diversos productos como los bananos, el cacao o loscamarones. Estos productos de las llanuras litorales han contado con elapoyo de los responsables políticos de la nación. El desarrollo y el cultivo deotros tipos de productos costeros como el arroz, el maíz y la soja gozan igual-mente de diversos tipos de apoyo oficial. En las zonas montañosas se hamodernizado por completo la producción láctea, mientras que gracias alapoyo oficial se han podido comprar tecnologías locales e importadas.

Aun así, la mayor parte de los pequeños productores de la sierra no hanlogrado beneficiarse de ningún tipo de inversión orientada a aumentar laproducción. La producción de alimentos destinados al consumo nacional nobasta para cubrir la demanda, y en varias zonas rurales la producción ha

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descendido. En la zona de Cañar han perdido importancia productos comoel trigo, que antes era el principal cultivo, sobre todo como consecuencia delas subvenciones oficiales a la importación.

Los organismos internacionales de desarrollo y algunas institucionesgubernamentales y organizaciones no gubernamentales han procurado fre-nar tal deterioro de la situación. Se han llevado a cabo numerosos experi-mentos e investigaciones. Parece que los informes nacionales coinciden enseñalar que la eficacia del riego es la cuestión que más afecta a los campe-sinos andinos.27

En el Ecuador existen sistemas de riego desde la época precolombina. Sinembargo, hasta 1944 el riego procedía exclusivamente de iniciativas privadas.Ese año se fundó una Oficina Nacional de Riego (ONR). En 1966 se sustitu-yó la ONR por el INERHI (el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hídricos),que planifica y ejecuta proyectos de regadío además de encargarse del segui-miento y la supervisión de la ordenación de los recursos hídricos.28

Quien esté familiarizado con la ordenación de las aguas a escala comunita-ria sabrá que un elevado volumen de inversión en el riego conlleva forzosa-mente muy diversos problemas. Los proyectos ejecutados por el INERHI hantopado a menudo con graves problemas originados sobre todo en la falta decooperación de las comunidades de campesinos. Con frecuencia ha surgido eldesacuerdo entre los beneficiarios. La falta de organización entre los usuariosde los sistemas de riego ha privado de eficacia a la ordenación de las aguas.Los defectos de mantenimiento han destruido una infraestructura valiosa,mientras que en muchas ocasiones no se han construido los denominados sis-temas terciarios, consistentes en canales cortos que riegan las parcelas de loscampesinos, por falta de organización eficaz entre los beneficiarios.29

La ordenación de las aguas requiere disciplina, solidaridad y aptitud paralas relaciones sociales. El cemento y las obras de ingeniería adecuadas nobastan para crear sistemas de riego funcionales. Es fundamental la coope-ración entre todas las partes afectadas. Puede que los factores decisivospara dotar de eficacia a los sistemas de riego sean la apertura y la aptitudpara las relaciones sociales.

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26 DHV Consultores (1995), pág. 165.27 de Janvry y Glikman (1991), págs. 224-27. El 31 por ciento de las tierras cultivables está

en régimen de regadío. Más del 70 por ciento de los cultivadores utilizan un 30 porciento del agua empleada con dicho fin, mientras que el 70 por ciento del agua restan-te corresponde a las grandes haciendas (Cisneros et al. (1999), pág. 5).

28 de Janvry y Glikman (1991), pág. 228.29 Ibíd., pág. 270. En 1994 se sustituyó el INERHI por el CNRH (el Consejo Nacional de

Recursos Hídricos) (Cisneros et al. (1999), pág. 5). El Estado ecuatoriano ha puesto enmarcha un proceso de transformación institucional delegando varias actividades delas que antes se encargaba el estado central a municipios, organizaciones no guber-namentales, la sociedad civil y el sector privado. Varias veces se ha mencionado alINERHI (CNRH) en cuanto una de las organizaciones que se deben situar al margendel control ejercido por el estado (FIDA (1995), pág. 20).

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[Faltó comunicación entre planificadores y futuros beneficiarios]

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Iniciativas de desarrollo de los cañaris

Los campesinos cañaris se hacen oír. De los decenios de conflictopolítico surgieron varias organizaciones que hunden sus raíces en lascomunidades de campesinos. Forma parte del programa de todasestas organizaciones la búsqueda de instituciones y organismos queestén dispuestos a financiar proyectos de desarrollo rural y a prestar-les asistencia. En el decenio de 1980 varias organizaciones de base yel organismo de desarrollo regional CREA (Centro de ReconversiónEconómica del Azuay, Cañar y Morona Santiago) formularon planesde apoyo a los proyectos agrícolas.

En 1980, recién reinstaurado el gobierno democrático,30 volvieron aabordarse las cuestiones relacionadas con el desarrollo rural y elEstado ecuatoriano declaró que estaba dispuesto a “… aplicar unenfoque integrado sin dejar de centrarse en los problemas del campe-sinado proponiendo la participación dinámica de los campesinos a finde ir más allá de las soluciones sencillas de carácter técnico orienta-das a la producción.”31

El CREA se fundó en 1958 para hacer frente a la crisis que atrave-saba la producción de los lujosos sombreros de paja denominadosjipijapas, cuyo centro se situaba en la provincia de Cañar.32 El repen-tino descenso de la demanda afectó de forma más o menos directa a100 000 personas que se dedicaban a estas actividades artesanales. Laprincipal función del CREA consiste en tomar parte en la planifica-ción de proyectos de desarrollo regional en las provincias de Azuay,Cañar y Morona-Santiago. Coordina las iniciativas de desarrollo de losorganismos nacionales e internacionales que operan en la zona.También ejecuta proyectos rurales por cuenta propia o en asociacióncon otras entidades (tanto públicas como privadas).33

33

30 Entre 1963 y 1965 gobernó en el Ecuador el ejército, mientras que entre 1966 y 1968estuvo al mando del país un presidente interino que no fue elegido mediante eleccio-nes generales. En 1968 se eligió por quinta vez presidente a José María Velasco Ibarra.En 1972 lo derrocó el ejercitó, que gobernó el país hasta 1979.

31 Resolución oficial, citada por de Janvry y Glikman (1991), pág. 209.32 Aunque los jipijapas se originaron en el Ecuador, el nombre en inglés (“panama hat”) se

debe a que se pusieron de moda entre los obreros que construían el Canal de Panamá.A partir de 1898 las tropas estadounidenses que guerreaban en los trópicos llevaban“sombreros de Panamá” ecuatorianos (se enviaron 50 000 sombreros a los soldadosque luchaban en el Caribe y Filipinas). La industria alcanzó su punto álgido en 1946,año en que se exportaron cinco millones de sombreros que suponían el 20 por cientode los ingresos anuales por exportación del Ecuador. Con la gradual evolución poste-rior de la moda se produjo una grave crisis a finales del decenio de 1950 (Perrottet(1994), págs. 131-33).

33 de Janvry y Glikman (1991), pág. 283-85.

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En 1982 el CREA presentó al Gobierno del Ecuador una propuestade cooperación futura con el FIDA en la zona de Cañar.34 En 1987 unamisión del FIDA otorgó al cantón de Cañar carácter prioritario por loque respecta a la ejecución de un hipotético programa de desarrollorural. El proceso de elaboración fue concluido por el FIDA en 1990.Una misión de evaluación ex ante presentó un informe que sirvió debase al acuerdo de préstamo firmado por el FIDA y el Gobierno delEcuador. En marzo de 1992 el Gobierno de los Países Bajos accedió acofinanciar el proyecto. Pese a la duración y la complejidad del pro-ceso, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar(CARC) tropezó con graves dificultades aun antes de comenzar.Estaba previsto que el proyecto se ocupara de una amplia gama decuestiones relacionadas con la producción agrícola.

“El objetivo principal del proyecto es aumentar considerablementelos ingresos reales de los pequeños agricultores de la cuenca alta delrío Cañar mediante la introducción de riego y tecnología adecuadapara fomentar el desarrollo productivo de sus fincas.”35

Con arreglo a este principio, se incorporaron desde el principio varioscomponentes: crédito, asistencia técnica, infraestructura, organizaciónde los productores y actividades productivas de la mujer. Sin embargo,no dejaba de recalcarse que el programa se centraba en el riego.

“Este componente [la construcción y rehabilitación de infraestructu-ras de riego] reviste una importancia capital para la ejecución de losdemás componentes del proyecto. De hecho, hasta que no se hayanincorporado medidas de riego adecuadas dotadas de suficiente alcancegeográfico no podrán introducirse nuevas tecnologías y las prácticasnecesarias para elevar la productividad agrícola de los beneficiarios.”36

El riego, cuestión espinosa, terminó exacerbando los sentimientosen la zona del proyecto propuesta. El ojo del huracán se situaba enCulebrillas, morada mística de Taita Cuichi y origen de la mayoría delas aguas cañaris.

34

34 Pinos y Rodríguez (1994), pág. 21.35 FIDA (1990), pág. 63.36 Ibíd., pág. 69.37 Citado en Villarroel, G. (1992).38 FIDA (1990), págs. 69-70.39 Villarroel, G. (1992). La parroquia es la dependencia administrativa situada por debajo

del cantón. En la actualidad Suscal es un cantón. Antes de que El Tambo y Suscal fue-ran “cantonizados”, el cantón de Cañar comprendía 14 parroquias. En la actualidad per-tenecen a Cañar 12 parroquias, mientras que los cantones de El Tambo y Suscal se sitú-an a manera de “islas” en el seno del cantón de Cañar, de tamaño muy superior. Losalcaldes del cantón se eligen en elecciones generales, mientras que la administraciónnombra los tenientes políticos que gobiernan las parroquias.

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La propuesta inicial

En 1992 se afirmó que “una de las obras más importantes en tornoa las cuales gira el proyecto de desarrollo centrado en los campesinoscañaris es la construcción de la presa de Culebrillas”.37 En 1990 lamisión de evaluación ex ante del FIDA describía como sigue el repre-samiento de Culebrillas:

“El subsistema de Culebrillas exige la construcción de una zanja detierra de 14 metros de alto y 72 metros de largo con la que se crearáuna presa sobre la laguna mencionada y se dotará a su boca de salida(el río San Antonio) de una capacidad de 10,5 hectómetros cúbicos.Estas obras de regulación servirán, por una parte, para alimentar conun máximo de 680 litros por segundo el subsistema de El Tambo (elcual se ampliará notablemente, con 991 ha extra, al prolongar cuatrokilómetros más el canal principal, denominado Canal Coronel) y, porotra parte, para encauzar agua suplementaria hacia el nuevo canalprincipal […], con lo cual podrán regarse unas 777 ha de las zonas deJuncal, Suscal y Chontamarca.”38

Dos años después se creía que “… [el sistema de Culebrillas] ser-virá para almacenar en invierno 7 millones de metros cúbicos de aguaque se puedan utilizar en verano para regar 2 700 ha de tierra median-te una red de canales mejorados y la construcción de un nuevo canalque llegue hasta la parroquia de Suscal.”39

Efectuaron estudios preliminares de la presa y de la red de canalesconectados con ella el CREA, el Instituto Interamericano deCooperación para la Agricultura (IICA), el INERHI y Latinoconsult,empresa de consultores argentina. El CREA se ocuparía del compo-nente de riego del proyecto CARC, mientras que el INERHI prestaríaasistencia técnica y se encargaría de todas las obras de construcciónrelacionadas con el riego.

35

[El riego cuestión espinosa]

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El proyecto era ambicioso, pero las soluciones que ofrecía dependíandemasiado de planes rígidos. El proyecto se basaba en el cemento;sólo se pensaba en relación con este material. Se planificó la cons-trucción de la presa y los canales sin tener presente que la cuestióndel riego no se reduce a suministrar más agua, sino más bien apracticar una ordenación adecuada. Hay que organizar el aprove-chamiento del agua desde la fuente de origen hasta el punto dondeconcluye su recorrido. Las relaciones humanas forman parte de lacuestión. Aunque de antemano existían juntas de agua, éstas noparticiparon en el proceso de planificación; no sorprende, pues,que surgiera el conflicto.40

Aunque se planificaron cuatro sistemas de riego distintos, fueron losplanes de Culebrillas los que despertaron una intensa oposición, quizáporque se iban a ver afectados 14 canales existentes. El nuevo canalsuponía que se iban a reorganizar estos 14 canales. Quienes por aquelentonces hacían uso de los canales se sentían excluidos del conjuntodel proceso de planificación. Tenían miedo de que corriera grave peli-gro el acceso tradicional a los sistemas de riego antiguos y estabanconvencidos de que con las innovaciones del proyecto perderían agua.La situación empeoró con los planes de suministrar agua procedentede Culebrillas a la zona de Suscal. Aunque la capacidad propuesta dela presa de Culebrillas bastaba y sobraba para alimentar uno y otro sis-tema de riego, los usuarios de los canales existentes pensaban quecon los nuevos sistemas todo iba a empeorar. Como el tamaño de losnuevos sistemas sería muy superior al de los antiguos, los usuarios ori-ginales de las aguas de Culebrillas dieron por supuesto que a todos lestocaría menos agua. Construyendo el nuevo canal que llegaba hastaSuscal, ¿no se corría el riesgo de privar a El Tambo de una buenaparte de sus aguas?

CARC, el proyecto, había decidido construir la presa. Eso era todo;a nosotros no nos habían avisado. De repente, era un hecho. Uningeniero de nombre Carran nos explicó que el agua partía endirección a Suscal. Se iba a reunir toda el agua en un solo canal,el Canal Coronel. Nosotros pensamos que de ese modo El Tambo se

36

40 Entrevista con Rudolf Mulder, codirector del CARC por parte de los Países Bajos.41 Entrevista con Julián Guaman, presidente del comité de aguas del Canal Cachi-Banco

Romerino Pillocapata.42 León (1993), págs.1-3.43 Entrevista con Daniel Rodríguez, ex alcalde de El Tambo.44 Entrevista con Abelina Morocho Pinguil, que es la actual alcaldesa de Suscal, aunque

nació en El Tambo, donde sigue trabajando la tierra de su padre. Se casó en Suscal,donde también posee tierras. Es patente que conoce bien los problemas que plantea elriego en las dos zonas.

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quedaría sin agua. Se habló de alzarse en rebelión, de demandaral CARC y a todos los organismos participantes.41

Un angustiado rumor corrió por la parroquia de El Tambo: “Nos vana quitar el agua”. Los organismos de desarrollo hicieron lo posible porgarantizar a la población de El Tambo de que se trataba de todo locontrario: todo el mundo iba a salir ganando con la presa deCulebrillas. Pero no sirvió de nada; era demasiado tarde. Los usuariosde los sistemas de riego de El Tambo no habían participado lo sufi-ciente en el proceso de planificación y ahora ya era tarde para reme-diar la situación. Parecía imposible evitar el conflicto.42

Abundaban las expectativas. Nunca antes se había invertido tantodinero en la zona. Iban a mejorar la calidad de vida y la producción.Sin embargo, una vez detectados los problemas, faltó la comunica-ción entre los planificadores y los futuros beneficiarios. Se celebraronconsultas con pocas organizaciones y comunidades de El Tambo;éstas no tomaron parte alguna en el proceso de planificación. Los téc-nicos trabajaban por cuenta propia sin guiarse por un plan inte-grado. Cuando la población se enteró de que la presa de Culebrillasiba a alimentar un canal nuevo además de los 14 canales existentescundió el pánico, pues creía que iba a quedarse sin agua.43

No entiendo por qué no nos lo explicaron mejor; a fin de cuentas,nosotros éramos quienes utilizaríamos las aguas. Nosotros y nues-tros padres conocíamos a fondo los problemas que plantean los sis-temas de riego. Forma parte de nuestra vida. Trabajamos a diariocon el agua. No cabe duda de que habríamos aportado abundanteexperiencia y conocimientos. Al abordar cuestiones tan delicadashay que empezar por dialogar. Sin embargo, viene de lejos la cos-tumbre de hacerlo todo pasando por alto nuestro parecer.44

37

[Nos van a quitar el agua]

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En un informe redactado por un asesor técnico de la Universidad deCuenca se señalaba la aparente falta de comprensión de las circuns-tancias socioeconómicas que evidenciaba la propuesta original:

“En la información [presentada al coordinador de la ComisiónTécnica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cuenca] nofiguran análisis de los conflictos sociales y étnicos que existen entrelas comunidades y parroquias de la zona del proyecto. A nuestro jui-cio, hay que poner de relieve estos problemas examinando los antece-dentes de que se dispone y las reacciones diversas y contradictoriasque han suscitado en las comunidades y los sectores sociales los pla-nes del proyecto. […] En el marco de las actuales actividades de de-sarrollo, que dan cabida a la dimensión cultural y la ecológica, esimprescindible investigar a fondo estas cuestiones; es inevitable, aun-que necesario, que tal enfoque genere conflictos. Puede que la ausen-cia [de ese tipo de estudio detenido de la situación social] se deba auna inclinación general que se desprende de los documentos que senos han enviado: el tratamiento sociológico de la zona en cuantoespacio homogéneo […] no se examina la diversidad de la actualsituación socioeconómica desde la óptica de la población por lo querespecta a la ocupación territorial. Además, deseamos insistir en quehace falta hallar un mecanismo directo e innovador para que los futu-ros beneficiarios del proyecto tomen parte en los debates y la adop-ción de decisiones al margen de las intervenciones paternalistas y ver-ticales que caracterizan a los organismos públicos y privados.”45

En pleno conflicto

La prensa local y nacional dio cuenta de la acumulación de diversosconflictos provocados por el plan de represamiento de Culebrillas.“Últimamente ha generado tanta polémica que bien se la podría deno-minar la laguna de la Discordia”.46 Ya en 1989, cuando los planes toda-vía estaban en fase de elaboración, empezaron a aparecer en los perió-dicos opiniones sobre la presa de Culebrillas. Después de que lamisión de evaluación ex ante del FIDA presentara su informe en 1990,subió la temperatura del debate y los defensores y detractores seentregaron a exhibiciones de oratoria y a insultos:

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45 Almeida Durán (1990).46 Villarroel, G. (1992).

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47 Paulina Ati, recogido en Torres (1990). El pueblo que se menciona en la cita son losincas que estuvieron al frente de las tropas conquistadoras procedentes del sur antesde que llegaran los españoles. Inti es el rey sol.

48 Egues (1990).49 Entrevista con el padre Víctor Vásquez, párroco de Suscal.50 León (1993), pág. 3.

“[Los cañaris] fuimos los primeros en luchar contra las huestes de TúpacYupanqui. Hicimos la guerra a las tropas invasoras de Huáscar y Atahualpa.Los españoles nos engañaron con falsas palabras. Escondimos los tesoros ynos retiramos a los páramos helados, donde vivimos desde entonces, al mar-gen de todo y sin posibilidad de labrarnos nuestro propio futuro. La impe-riosa voz de Inti vino a conminarme y me sentí turbado. Ha llegado la horade que nuestro pueblo se organice y se ponga en marcha. Hace falta deci-dirnos y prestar apoyo a la medida [el represamiento de Culebrillas], puesde ella depende que dispongamos todo el año de agua suficiente para regary, por lo tanto, que no mueran nuestras cosechas.” 47

“La actitud que adoptan los representantes de la anticultura para mostrarsus dotes de ejecutivos, agentes activos y trabajadores les obliga a recurrir asofismas y mentiras. Hacen lo posible por destruir la prehistoria y la historiadel Ecuador. […] Como si estuvieran en trance, pretenden ejecutar sus pla-nes haciendo caso omiso de la oposición y el rechazo del país y del ámbitocientífico y edificante de la cultura. En la presa que se proponen construiren Culebrillas falta un pequeño detalle: una placa que rece: ‘La presente esobra de ignorantes y analfabetos’.” 48

En un principio sólo se opusieron al proyecto quienes deseaban proteger losvestigios arqueológicos y la belleza natural de Culebrillas. Tales defensoresdel paraje eran fundamentalmente forasteros a los ojos tradicionales de loscañaris, pues la mayoría habitaba en la ciudad de Azogues, capital de la pro-vincia, y en la gran ciudad de Cuenca, situada más al sur.

Con la presa subiría el nivel del agua y quedarían inundados losLabrazhcarrumi, que son los restos de la cantera inca ubicados en la zona.Los técnicos propusieron que se trasladaran las piedras a otro emplazamien-to, “como pasó con Abu Simbel, en Egipto”. Pero con esa solución no queda-ban satisfechos los adversarios, que insistían en que la totalidad del entornoen que se ubica el lago es única en su género y que toda intrusión tendría con-secuencias catastróficas. Los beneficiarios previstos de los sistemas de riegomejorados acogieron tales razonamientos con ira y desesperación.

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Era una tragedia. Se podrían haber llevado las piedras. A mí no meparecen tan valiosas como las pintan. Sea como sea, no han hechonada por protegerlas pese a todas las tensiones y todos los intentosde impedir que se ejecutara el proyecto. Fueron muy injustos connosotros. Hemos sufrido una grave pérdida de la que aún no noshemos recuperado. Con esa agua se podría haber ayudado a cien-tos de familias. Aquí abajo seguimos a merced de la sequía.49

En Culebrillas un pastor cañari que lucía zahones de piel de oveja yllevaba un látigo cuyo mango era largo y estaba hecho de madera,argumentó lo siguiente a favor de la construcción de la presa:

Yo creo que las piedras que se sacaban de Labrazhcarrumi se utili-zaron para represar Culebrillas. Nuestros abuelos, que sabíanhacer cosas como construir presas y canales de riego, ejecutabantales obras para beneficiar a gente como nosotros, los campesinos.Les importaba su pueblo. Si ahora construimos una presa aquíarriba, es seguro que con el tiempo se convertirá en yacimientoarqueológico: igual que Labrazhcarrumi. Así pues, ¿por qué noconstruirla? Los habitantes del porvenir dirán que nos importába-mos los unos a los otros, pues construíamos presas y canales.

El conflicto se agudizó cuando los arqueólogos y sus partidarios pre-sentaron los planes de Culebrillas a diversos dirigentes del cantónde El Tambo.50 En 1992 ya se había movilizado a la mayor parte delos habitantes de la parroquia de El Tambo en contra del proyectoy la oposición empezó a adquirir un cariz más militante que antes.El 27 de noviembre de 1992 una delegación oficial integrada, entreotras personas, por el director del proyecto, el gobernador de Cañar,el alcalde de Azogues y representantes del FIDA y el CREA subieron aCulebrillas para dialogar sobre la construcción de la presa. De repen-te los rodearon 400 campesinos; cuatro horas después los funcionariosoficiales se vieron obligados a firmar un documento en virtud del cual

La belleza natural de Culebrillas

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prometían que no iban a construir la presa. Con todo, camino de ElTambo detuvo a la delegación otro grupo de campesinos armados, pro-cedentes esta vez de Suscal. Se repitió la escena y los campesinos deSuscal obligaron a la delegación a que firmara un documento en vir-tud del cual prometían que se construiría la presa.51

Una vez cumplidos sendos objetivos y tras la marcha de la delega-ción, los dos grupos de campesinos se encontraron. “A finales de latarde se produjeron cerca de la laguna confrontaciones armadas entrelos campesinos de El Tambo y de Suscal. Varias personas salieron heri-das de las refriegas”.52

La delegación era grande. Para llegar a Culebrillas hicieron faltapor lo menos quince coches. Al llegar allá nos recibió AntonioCarillo, arqueólogo de Cuenca, y dos colegas suyos de Quito. Losacompañaban representantes de las comunas que ejercen controlsobre la tierra de la zona, gente de Sumi Corral, que está ubicado enla comunidad de Sigsig. No bien habían comenzado las conversa-ciones, bajaron de las montañas cientos de campesinos, la mayoríaa lomos de caballo y algunos blandiendo palos y machetes. Algunosllevaban escopetas. Parecía una película del Oeste. Sus dirigentesllevaban un documento que, tras debates prolongados y violentos,nos obligaron a firmar. Lo extendieron sobre el capó de un coche.Las violentas discusiones se prolongaron de las diez de la mañanaa las cuatro de la tarde. Todo el rato teníamos miedo, rodeadoscomo estábamos por hombres armados y furiosos. Trataron de daruna paliza a un técnico que se parecía a Luis Chimbo. Este Luis esun indígena de El Tambo que habíamos empleado de chofer. Variaspersonas que se oponían al proyecto lo tachaban de traidor y que-rían echarle mano. Alterados por un incidente tan desagradable,

42

[Los campesinos deEl Tambo y de Suscal

se enfrentan por el agua]Remigio Padrón,

actual director delproyecto CARC

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pusimos rumbo a El Tambo. Los dos arqueólogos de Quito, que per-tenecían al grupo de oposición, nos siguieron hasta la carreterainteramericana. En ese punto nos interceptó un grupo nutrido depersonas procedentes de Suscal. Estaban muy enojados y atacaronde inmediato a los arqueólogos. Se produjo un gran revuelo mien-tras tratábamos de defender a aquellos infelices. Cuando los ánimosse calmaron un poco nos obligaron a ir a Suscal, donde se firmóotro documento, esta vez a efectos de que se tenía que construir lapresa. No volvimos a Cañar hasta cumplida la medianoche.53

Con estos incidentes culminó la serie de tensiones que llevabanmucho tiempo acumulándose. Algunos empleados del proyecto reu-nieron a varios de los detractores más vehementes de los planes derepresamiento de Culebrillas.

La situación era muy tensa. Los detractores secuestraron a los téc-nicos y los tuvieron encerrados varios días. No dejaban de amena-zarnos. Por aquel entonces no había más de dos o tres policías entoda la zona. Cuando la situación empeoró el Gobierno se ofreció aenviar tropas, pero nosotros no queríamos provocar confrontacio-nes violentas. Preferimos entablar diálogos con los habitantes de ElTambo. El incidente más espectacular se produjo cuando organi-zamos un encuentro en un lugar denominado la Granja de ElTambo. La cosa se puso fea de verdad cuando interrumpimos lasconversaciones para tomarnos un breve respiro. Estábamos quin-ce en una casita bebiendo café cuando de repente la rodearon cien-tos de personas. Algunos entraron y empezaron a golpearnos.Alguien me reconoció y, tras empujarme contra la pared, me dijo:“No te vamos a hacer nada si mantienes la boca cerrada y no temueves”. Cuando un ingeniero salió corriendo de la casa, ungrupo de atacantes airados lo siguió hasta el coche y, con él senta-do en el interior, empezó a golpear el vehículo con palos y mache-tes. El que peor lo pasó fue Luis Chimbo: le dieron una paliza terri-ble y, de no estar presente Jenny Campoverde, la cosa habría ter-minado muy mal.54

43

51 El País (1992) y El Espectador (1992).52 El Espectador (1992).53 Entrevista con Remigio Padrón.54 Ibíd.

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Jenny Campoverde es una enfermera que trabaja en Suscal en el pro-yecto CARC. Jenny, mujer de carácter sereno, dice hoy que no se expli-ca cómo logró reaccionar como reaccionó aquel día.

Formaban el grupo por lo menos cien personas a cuyo frente esta-ba un indígena gordo armado con un machete. Yo no lo conocía.Empezaron a gritarnos. Nos pillaron desprevenidos, pues estába-mos bebiendo café. Presa de ira, la multitud se precipitó al interiorde la casa destrozando las sillas y las mesas y arrancándoles laspatas a los muebles para aporrear a la gente. Era horrible. La casaestaba atestada y fuera la gente se apiñaba para entrar. Gritaban:“Entregadnos la cabeza de Luis Chimbo”. El técnico JacintoCaguana recibió varios golpes dados con la cara plana del mache-te. Arrastraron afuera a Luis Chimbo. Era horrible, demencial.Parecía que el miedo tenía a la gente paralizada. Varios hombreshuyeron, una mujer se desmayó. Entonces vi que habían traídouna lata de gasolina. ¡Iban a prender fuego a Luis Chimbo! No mecabía en la cabeza, me puse furiosa. Les planté cara y les grite:“¿Cómo puden presentarse en ese estado de ánimo? ¡Fuera!” Lesdesconcertó la fuerza de mi reacción y la mayoría se calmó casi deinmediato. Me escucharon. La situación era muy extraña. Para mífue como una iluminación. Me sorprendieron su reacción y lamía; todavía me cuesta creerme lo que pasó esa noche.55

Estos incidentes tan espectaculares dan prueba de la complejísimasituación social que imperaba por aquel entonces en la zona de Cañar.Para entender y calibrar lo que ha conseguido el proyecto CARC esimportante tener en cuenta algunos elementos de la enredada mallade relaciones sociales característica del valle de Cañar, comprendidascuestiones espinosas como el patriotismo local, las estructuras de lapropiedad, el racismo, los conflictos religiosos y el populismo político.

La experiencia práctica nos ha aclarado, a veces por la vía difícil,que las labores de desarrollo en general y la ordenación de las aguasen particular son actividades sociales complejas. Hay que ser muysensible a las necesidades y la manera de ser de la población con queuno trabaja. Hay que andarse con tiento, escuchar y aprender.56

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55 Entrevista con Jenny Campoverde.56 Entrevista con Pablo Arévalo, técnico que trabaja en PROTOS (organización no guber-

namental vinculada con el proyecto CARC).

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[Escuchar y aprender de quienes utilizan el agua]

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Patriotismo local

Puede que parte del conflicto tuviera que ver con los esfuerzos de ElTambo por que se le reconociera condición de cantón. El Tambo eraentonces una parroquia ubicada en el cantón de Cañar. Los políti-cos de El Tambo procuraban aprovechar asuntos cuyo impactofuera suficiente para unir a la población urbana. Hace muchotiempo que se considera a la ciudad de El Tambo distinta del restode la zona cañari. El motivo que se da tradicionalmente es que lamayor parte de los tamberos descienden de trabajadores del ferro-carril. Muchos de estos trabajadores procedían de la ciudad deTulcán, situada en el extremo septentrional del Ecuador. Acabadala construcción, varios se instalaron en El Tambo, que se fundó pormotivo de la línea de ferrocarril. Desde entonces se ha tachado deforasteros a estas personas y sus descendientes.57

El padre Mello Storoni, que es el párroco católico de El Tambo, nacióen un pueblecito italiano y pasó quince años en el Congo antes devenir al Ecuador. Sin embargo, es un patriota local que defiende acapa y espada lo que le parecen los intereses más favorables a susparroquianos. Admite que muchos lo consideran “persona muy con-flictiva” y admite que nunca se ha privado de decir lo que piensa.“Cabe decir que en cierto sentido me fascina la pelea.”

El principal motivo de que me opusiera a la presa era el peligroque corrían los yacimientos arqueológicos de la zona. Confiaba enAntonio Carillo, arqueólogo capaz de Cuenca que representaba alPatrimonio Nacional. Además, no se había repartido debidamenteel conjunto del proyecto entre los habitantes de la zona. Iban a des-viar parte del agua a las tierras bajas de Suscal. Es cierto que alláabajo tienen menos agua que aquí, pero no es menos cierto que enesa zona llueve más y hay más humedad que en El Tambo. No

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Padre Mello Storoni, el párroco católico de El Tambo

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dependen del riego tanto como nosotros. Normalmente recogenuna cosecha más que nosotros. […] La población de El Tambosiempre ha tenido la sensación de que los políticos de Cañar ladejaban de lado. Por motivos políticos, las autoridades locales hanpuesto en primer plano el bienestar de los habitantes de Cañar. Elproyecto de Culebrillas se planificó a la vez que El Tambo recla-maba la condición de cantón. Las dos comunidades estaban enperpetuo conflicto. Varias personas de El Tambo levantaron barri-cadas en medio de la carretera interamericana para impedir quepasara la gente procedente de Cañar. La gente llegó a luchar al piede las barricadas. Algunos jóvenes de Cañar vinieron a derribarlas barricadas insultando a los tamberos. En medio de unos de esosincidentes un hombre de El Tambo se alteró, fue a buscar una esco-peta y mató a otro hombre de Cañar.58

Los conflictos entre pueblos y aldeas remotos de los Andes son mone-da común en diversas zonas. Parece que este tipo de “patriotismolocal” afecta a los mestizos tanto como a los indígenas.59

“La aldea [y el entorno rural] se asemejan a un claustro montaño-so que acota las actividades humanas y en el que éstas se ven limita-das por fronteras invisibles que nunca quedan muy lejos. El hombreestá rodeado por montañas. Anochece pronto y la oscuridad pareceeterna. ¿Cómo puede concebirse nada ajeno a las aldeas de este tipo,que no están comunicadas con el exterior y abarcan la vista, el cuer-po y hasta el espíritu? Las montañas ponen fin a los caminos, los ríoscarecen de puentes y el hombre está atado a una tierra que absorbetodo su quehacer y aniquila su deseo de liberación. Cada aldea se ase-meja a una caverna en la que el hambre está aprisionada y el hombredebe aceptar su destino […] De ese modo vive el hombre en compa-ñía de la montaña.”60

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57 Entrevista con Remigio Padrón. La línea de ferrocarril se terminó de construir hacia1935. "Tambo" es expresión quechua con que en un principio se denominaban los pun-tos de parada del sistema de caminos inca (Bark y Maier (1973), pág. 142).

58 Entrevista con el padre Mello Storoni.59 Como ocurre en la mayor parte de los países de América Latina donde conviven grupos

distintos, las "denominaciones" fundadas en la raza y la etnia no son rígidas y varían deuna zona a otra. En la zona de Cañar se emplea el término "mestizo" para referirse a los"blancos" y a las personas de "sangre mixta". Los indígenas se definen en su mayorparte como "cañaris", si bien también se consideran "indígenas". En el Ecuador se sueleconsiderar indígena a una persona que vive en una comunidad indígena, habla que-chua (u otra lengua indígena) aparte del español, o en lugar del mismo, y viste de unamanera determinada (en relación con las definiciones étnicas y el racismo en elEcuador, véase Cervone y Rivera (1999)). La manera de vestir más característica delos cañaris comprende, aparte de ponchos y de camisas que llegan hasta la rodilla y sellevan sobre varias enaguas, sombreros de fieltro blanco hechos a mano y los guangos,trenzas individuales y largas que lucen hombres y mujeres.

60 Uriel García (1986), pág. 143.

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Lo que sigue es con bastante probabilidad una descripción auténti-ca de la zona de los cañaris hace unos cincuenta años:

Los hacendados vivían lejos de aquí, en Cuenca. Como habíamucha distancia, la mayoría permanecía aquí de junio a diciem-bre. Sus familias se iban en octubre porque los niños tenían que ira la escuela. Antes de 1930 el tren no llegaba a El Tambo. Hasta1970 no había vehículos en la zona. No había tractores (y sigue sinhaberlos). Hasta el decenio de 1950 los productos se transportabana la costa cargados en mulas. Al depender de la hacienda, lamayoría de los indígenas se pasaba la vida sin salir de ella.61

A raíz de los cambios radicales acaecidos en el último decenio, actual-mente la población se relaciona de forma más estrecha con el mundocircundante. Sin embargo, puede que el aislamiento de entoncesexplique en parte el hecho de que las comunidades andinas tiendan apermanecer circunscritas y a desconfiar de sus vecinos. Cada miem-bro de una comunidad cualquiera suele sentirse parte integrante deun grupo de personas. Son fáciles de entender los motivos de ordengeográfico que justifican esta sensación de pertenencia, pero existenademás motivos históricos que se remontan a la época precolombina.

Bajo la soberanía de los incas se cultivaba la tierra mediante ayllus,unidades domésticas a cuyo frente estaba el hatun-runa o cabeza defamilia, que a su vez estaba sujeto al control exhaustivo que las curacasejercían sobre todas las labores. Cada año las curacas redistribuían latierra en función del volumen de mano de obra activa que hubiera encada hogar. Los miembros del ayllus eran objeto de un control riguro-so y cada habitante de las zonas rurales formaba parte de un comple-jo sistema administrativo. Las distintas categorías sociales eran obje-to del control continuo y riguroso que caracterizaba a la totalidad delimperio inca. Este sistema generaba una vinculación estrecha entrelos agricultores y la tierra que cultivaban. Así pues, al llegar los espa-ñoles se encontraron con un elaborado sistema de tributación y disci-plina laboral dispuesto a la explotación. Cabe aventurar que el estric-to control ejercido por los incas sobre la población rural se perpetuódurante la soberanía colonial e incluso republicana y sobrevivió hastahace unos decenios.62

48

[El proyecto se planificó a la vez que El Tambo reclamaba

la condición de cantón]

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Las ideas que fundamentan el “patriotismo local” se escuchaban confrecuencia en las críticas dirigidas contra el proyecto CARC:

Siempre es lo mismo. Lo normal hubiera sido que El Tambo parti-cipara en la formulación del proyecto. Además, ¿por qué no per-mitieron que los tamberos formaran parte del cuerpo de adminis-tradores y técnicos? No insinúo que lo haga mal la gente de Cuencay de Cañar que está actualmente a cargo de todo. Puede que esténmás capacitados que la mayoría de los tamberos, pero estoy con-vencido de que éstos deberían participar en un proyecto de tantaimportancia que nos afecta a todos; podemos aportar nuestra pro-pia gente, nuestros propios técnicos. Aun así, no se permitió que elmunicipio de El Tambo participara ni en la formulación inicialdel proyecto ni en la reformulación. Todo se dejó en manos deforasteros y de su idiosincrasia. Ahora se han traspasado todas laslabores a organizaciones no gubernamentales, pero el personal esel mismo de antes. ¿Dónde están los tamberos? No se les ve por nin-guna parte. Sigue sin haber técnicos tamberos en el proyecto.63

Algunos miembros de la comunidad de El Tambo expresaron conmayor contundencia el recelo que les inspiraban los agentes del de-sarrollo venidos de fuera. Un hacendado blanco que se dedicaba a laganadería y deseaba guardar el anonimato dijo lo siguiente:

Varias de esas organizaciones que se denominan no gubernamen-tales y hasta algunas organizaciones religiosas están integradaspor forasteros que vienen con un programa de acción propio total-mente ajeno al de los ciudadanos respetuosos de la ley que habitanen la zona. Algunas de las organizaciones que se denominan deasistencia se dedican a infiltrar ideologías comunistas.

Se organizan manifestaciones y protestas a título de acción comuni-taria. Más que a título de individuos, la población participa en calidadde miembros de un grupo determinado. Tal actitud sirve de caldo decultivo ideal al resentimiento dirigido contra los miembros de lacomunidad que trabajan con las personas a las que se considera foras-teros e intrusos. Puede que en tal circunstancia radique el enormeodio desatado contra Luis Chimbo, chofer del proyecto, cuya vida sevio amenazada varias veces.

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61 Entrevista con el doctor Fernando Pozo Illingworth, pequeño hacendado (20 ha).62 Bernand (1996), págs. 67-68.63 Entrevista con Daniel Rodríguez, ex-alcalde de El Tambo. Varios técnicos del proyecto

CARC respondieron a la crítica del alcalde puntualizando que la reformulación del pro-yecto suponía un proceso largo y complejo. Se invitó a todas las organizaciones de ElTambo a que participaran. El personal del CARC afirma que se negaron a participarvarios tamberos que en un principio se habían opuesto al proyecto. Además, aclararonque, puesto que el proyecto hace hincapié en el desarrollo "rural", la participaciónpopular es más evidente y activa en el campo aledaño a El Tambo ciudad.

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Tras haberse mejorado la comunicación entre el personal del pro-yecto y sus detractores, pareció que de repente se disolvía todo elresentimiento dirigido contra Luis Chimbo. La mayoría de los tambe-ros volvieron a aceptarlo plenamente y él pudo reintegrarse a la vidade la comunidad.

El sistema de Huasipungo

La tierra y el agua revisten una importancia capital en el valle delCañar. La población ha luchado y ha muerto en su nombre. Hace unoscuantos decenios muchos cañaris carecían de libertad de acceso a latierra y el agua. En veinte años, muchos indígenas han atravesado unasucesión de etapas de desarrollo social que en Europa duró siglos.Personas que nacieron en condiciones de servidumbre y analfabetis-mo han ganado tierras y confianza en sí mismas. En virtud de un pro-ceso a menudo difícil, han entendido que el control de la tierra y elagua suele ser sinónimo de poder.

La falta de riego sigue siendo el principal problema de la zona.Mientras no se pongan en práctica los planes de represamiento deCulebrillas y de construcción de nuevos canales, la gente va asufrir. Aquí no hay agua, la zona es prácticamente un desierto y lasituación va a peor. Culebrillas es la única fuente de riego de quedisponemos. La causa fundamental de los problemas reside en lascontinuas disputas en que nos enzarzamos con nuestros camara-das de El Tambo. Ellos dicen que quieren proteger los yacimientosarqueológicos de su territorio, pero no es ése el mayor problema. Loque cuenta es que la tierra pertenece a quienes la habitan. No pode-mos invadirla. No podemos servirnos de lo que les pertenece. Ciertoes que el agua pertenece al Estado del Ecuador y no a un grupo deindividuos cualquiera, pero sí les pertenece la tierra en que se ori-gina el agua. ¿Qué podemos hacer? Aquí abajo lo pasamos mal enla estación seca, mientras que ellos disponen de agua todo el año.En eso reside el problema: ellos tienen agua y nosotros no tenemos

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64 Entrevista con Isidor Pichisaca, maestro rural en el sector de Collahuco de Suscal.65 Entrevista con Pablo Arévalo.66 Bernand (1996), págs. 94-96.

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nada. El que tiene algo en su poder teme perderlo; el que no tienenada tiene que pedirlo, y a nadie le gustan los mendigos, puesconstituyen una amenaza.64

Todos los canales que parten de Culebrillas se dirigen a El Tambo.Eso significa para ellos que la vida se dirige hacia sus campos. Esnatural que se considere motivo de amenaza a quien se inmiscuyaen el suministro de agua.65

Los conflictos concomitantes al CARC se fundan en tradiciones anti-quísimas y en tensiones étnicas que siempre han estado presentes, pro-blemas en apariencia eternos que guardan una relación estrecha con laposesión de las tierras y el agua. Antes de la conquista de los españolesno existía el concepto de propiedad privada de las tierras. Con los incastodas las tierras pertenecían en teoría al sol y estaban en manos de suhijo, el inca. Sin embargo, el extenso imperio del inca estaba sometidoal control de nobles poderosos. La riqueza de estos curacas no se medíapor la tierra que poseían, sino por el número de casas, esposas, sir-vientes, pertenencias y animales que tenían en su poder.66

Los conquistadores españoles adaptaron el sistema indígena a susfines concretos. Por consiguiente, se obligó a los naborías, que antespertenecían a ayllus controlados por los incas, a que pasaran a traba-jar para sus amos españoles. Este tipo de labores tenía carácter demita, lo cual suponía que los tributos se pagaban al acreedor en formade trabajo. Ante la Corona Española, los indígenas eran jurídicamentevasallos libres, pero cuando se fundaron las ciudades de provincias latierra que las rodeaba adquirió valor y terminó por dividirse en parce-las a cuyo cargo estaban clérigos y funcionarios españoles. A la par queadquirían diversos bienes y servicios ofrecidos por los habitantes de lasciudades, los campesinos fueron endeudándose poco a poco. Las deu-das se pagaban en forma de mita y el crédito solía estructurarse de talforma que el deudor quedaba atrapado de por vida. En poco tiempo lamayoría de los indígenas había entregado sus tierras a los acreedores yhabía adquirido la condición de siervo o huasipungero.

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Tierra y agua origen de tensiones étnicas desde tiempos remotos

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Huasipungero es una palabra quechua (huasi significa casa ypungo puerta) con que se denomina la parcela que concede el hacen-dado a un trabajador de la hacienda.67 Dependiendo del período deque se tratara, el huasipungero trabajaba para su patrón tres o cuatrodías por semana. De ese modo gozaba de acceso a una parcela (detamaño variable según la zona en que estuviera ubicada, pero en muypocos casos superior a las tres hectáreas) y de derecho a agua, leña ypastos. Todos los integrantes de la familia del huasipungero estabanobligados a trabajar para el patrón.68 Aparte de estos derechos y obli-gaciones, se garantizaba al huasipungero un salario mínimo mientrasestuviera al servicio de su patrón (en 1962, el salario se situaba entrelos 30 y los 90 sucres mensuales).69

Los huasipungeros no eran los únicos trabajadores que dependíande la hacienda. También había yanaperos, arrimados, allegados o ape-gados. Este tipo de cultivador era dueño de su tierra, pero las deudasheredadas de sus antepasados lo obligaban a trabajar para el hacen-dado varios días por semana. Solían trabajar en la hacienda más arri-mados que huasipungeros.70

Las reformas agrarias

Las reformas agrarias de 1964 y 1973 acabaron finalmente con elmundo apartado y restrictivo de las enormes haciendas y la servidum-bre del huasipungo. Todavía cabe describir la situación que impera enel Cañar como período de transición. Por eso, las expectativas y lascríticas de que es objeto el CARC derivan en parte de esperanzas yexpectativas que tienen su origen en las fuerzas sociales desatadaspor estas reformas.

El mundo cambió. Sacaban a doña Florencia Astudillo subida a unpalanquín como si fuera la virgen. La gente se arrodillaba a supaso. Nuestros padres nos decían que nos quitáramos el sombrero einclináramos la cabeza cuando pasaran los patrones y los mayor-domos. Sin embargo, la situación estaba cambiando. Dicen quedoña Florencia viajó a Roma. A su vuelta se había arrepentido yera más religiosa que antes. Todo cambió. Se permitió a la pobla-ción que fuera a la escuela. Se repartieron parcelas. Antes de morir,

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67 Esta somera descripción de la complejísima evolución de los sistemas ecuatorianos detenencia de tierras se basa en Moreno Yánez (1995), págs. 341-96.

68 Ferrín S. (1982), págs. 161-69.69 En 1960, 30 sucres equivalían a unos 15 USD.70 Ferrín S. (1982), pág. 168.

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doña Florencia legó todas sus tierras a un grupo de monjas, que asu vez se las entregaron a la Iglesia antes de que acabaran enmanos de una entidad denominada Asistencia Social. La situaciónapenas cambió. La tierra seguía en manos de los mayordomos y susfamilias. Nosotros seguíamos viviendo como si fuéramos esclavos,pero en 1964 la tierra se dividió y se repartió. El huasipungo habíaquedado abolido. Llegó una organización no gubernamental deno-minada Misión Andina que prestaba servicios de instrucción y asis-tencia a los antiguos trabajadores de la hacienda. Vino el ejército adistribuir la tierra entre los huasipungeros. La estructura del poderempezó a cambiar. Sin embargo, los problemas abundaban: larepartición de las tierras era desigual, los antiguos mayordomosobtuvieron las mejores parcelas y muchos arrimados seguíanviviendo en la misma situación de pobreza y marginación queantes. Sin embargo, ahora nos apoyaba la Iglesia, que había cam-biado y se había puesto de parte nuestra; por lo menos, algunossacerdotes se sumaron a nuestra reivindicación de tierras y justi-cia. El monseñor Leónidas Proaño, al que se conocía con el sobre-nombre de “el obispo de los indios”, creó una emisora de radio enRiobamba y difundió un mensaje al que denominaban “teología dela liberación”. Pasamos muchos años envueltos en esa especie demisticismo. Muchos sacerdotes estaban de nuestro lado. El más radi-cal era el padre Rafael González de Biblián, pero había más. Aquíen Cañar prestó servicios especialmente útiles una monja, la her-mana Genoveva Rodríguez. Todos eran buena gente. Por aquelentonces no sabíamos mucho. No teníamos suficiente poder.Estábamos necesitados de ayuda. Así empezó todo. Aprendimos. Nosorganizamos. Cañar se convirtió en el núcleo del movimiento. Senos estaba agotando la paciencia. Empezamos a ocupar haciendas.

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Las reformas agrarias acabaron con la servidumbre del huasipungo

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Aquí en el Cañar no hubo mucha violencia, pero en otros sitios seprodujeron hostilidades. Los jóvenes de Cañar participamos.Salíamos por la noche y ayudábamos a nuestros hermanos de otraspartes. En Chimborazo hubo enfrentamientos. Murieron por lomenos tres personas de disparos de bala. Uno de los muertos, LázaroCondo, se convirtió en uno de nuestros héroes. Aprendimos a orga-nizarnos a escala local y nacional. Me acuerdo de cómo nos mira-ban por encima del hombro los dirigentes de la sociedad. Nos grita-ban, “¡Si quieren trabajar en el mundo profesional, múdense laropa! ¡Civilícense!” Aún queda mucho por hacer. Nos hace muchafalta contar con más capacitación. Dicen que “los indígenas se poli-tizan”. Yo digo que se nos está empezando a ver.71

Entre 1948 y 1960 el Ecuador atravesó una época de estabilidad polí-tica sin precedentes. La orientación de la política rumbo a la exporta-ción estimulaba la economía, mientras que se generaba empleo en laszonas costeras, adonde empezaron a llegar cada vez más emigrantes.Mientras que la población de todo el Ecuador aumentó un 45 por cien-to, en la costa el aumento fue del 100 por ciento. Sin embargo, a prin-cipios del decenio de 1960 cayeron en picada los precios de los bana-nos. Se apoderó del país una profunda crisis económica y se multipli-caron las huelgas. El ejercito, que suprimió los disturbios, tomó elpoder en 1973.72

La Alianza para el Progreso creada en la época de Kennedy influyóen la política económica del gobierno militar. Como consecuencia, sepropugnó el desarrollo económico interno en vez de atender los inte-reses de los influyentes exportadores agrícolas de la costa y los gran-des hacendados de la Sierra. Antes de que ambos grupos lograran con-solidar la oposición al gobierno militar y derrocarlo en 1966, el ejérci-to puso en marcha la reforma agraria de 1964, inaugurando así el pro-ceso que terminaría por remodelar totalmente el panorama social ypolítico de Cañar.

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71 Entrevista con Washo Camas.72 Holmberg (1998), pág. 12.73 Rossing (1996), págs. 98-99, y Bernal et al. (1999), págs. 70-71.

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Los efectos inmediatos de la reforma agraria fueron limitados. Seentregaron tierras que en su mayor parte pertenecían al Estado, perolas estructuras de propiedad existentes no se vieron afectadas deinmediato. El tamaño de las parcelas distribuidas solía ser muy redu-cido y en breve plazo se subdividirían poniéndolas en venta o repar-tiéndolas entre los herederos. Pese al nuevo auge agrícola propiciadopor la reforma, el volumen de las tierras de cultivo se redujo a escalanacional por el hecho de que muchos de los grandes hacendados,movidos por el miedo a la expropiación, limitaron el tamaño de suspredios repartiéndolos entre los herederos o reorientando las activi-dades hacia la ganadería en detrimento de la agricultura.73

Atrás queda la edad media

Las reformas agrarias propiciaron la movilización social, que prontodejó de limitarse a la demanda de tierra. Poco a poco se fue confor-mando entre los indígenas cañaris un programa de realización perso-nal y acceso al poder en el cual algunos deseaban dar cabida al CARC.

No todos los indígenas son pobres; ni todos los blancos o mestizosque se dedican a la agricultura poseen tierras abundantes. Aun así, lacuestión de las tierras siempre ha estado en el Ecuador vinculadaestrechamente con la difícil suerte de los indígenas. Sigue siendohabitual equiparar al campesino pobre con el indígena. En breve plazosurgió en torno a la reforma agraria un movimiento étnico orientadoa la realización personal y el ejercicio de influencia. A la cabeza dedicho movimiento estaba la Iglesia católica. El padre Víctor Vásquez,oriundo de Cañar de ascendencia cañari que es en la actualidadpárroco en Suscal, aclara lo siguiente:

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[Las reformas agrarias propiciaron la movilización social]

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Los sacerdotes que nacemos en esta zona sabemos de las peculiari-dades de su población. Nos hemos esforzado por plasmar lo queempezó con la reforma agraria. Tratamos de adoptar una posturaapolítica, pero estamos de parte de nuestros parroquianos, de lospobres. El milenio que viene habrá de regirse por el concepto de Diosentendido como protector del mundo. No era otro el cometido de ladivinidad inca Pacha Kamak. Ahora nos percatamos de que el evan-gelio carece de límites; también concuerda con nuestra tradicióncultural. Somos optimistas; nuestra misión consiste en aportar espe-ranza y conocimientos a la gente. La Iglesia era antes el principallatifundista. Como los pecados de la Iglesia eran motivo de hondapreocupación entre el clero, adoptamos con apasionamiento el men-saje del Concilio Vaticano Segundo. Prestamos apoyo a Medellín,Puebla y Santo Domingo convencidos de que con el paso de los siglosla Iglesia había contribuido a perpetuar la vergonzosa situación deesclavitud y analfabetismo que imperaba en la Sierra. Al aceptar elmensaje de la teología de la liberación, apoyábamos la reformaagraria. Nos ocupábamos de la formación de organizaciones indí-genas ayudándolas a que se hicieran oír en el ámbito social.74

Junto con Misión Andina, organización no gubernamental fundadapara apoyar las reformas agrarias mediante movilización social, laIglesia católica puso en marcha una gigantesca campaña de educa-ción encaminada a crear organizaciones indígenas eficaces.

En fase de organización

En la zona de Cañar han proliferado las organizaciones. El CARCcolabora con varios grupos de presión y cooperativas que representanfundamentalmente los intereses de los grupos de pequeños campesi-nos e indígenas. Las agrupaciones más importantes son la ASOAC, laAINCA, la AIEC y la UPCCC. Puede que describiendo sucintamenteestas organizaciones se entienda mejor el surgimiento de organiza-ciones en el valle con posterioridad a la reforma agraria de 1964.

La ASOAC (Asociación de Organizaciones Agrícolas de Cañar) sefundó en 1970 en Honorato Vásquez, aldea ubicada a las afueras de

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74 Entrevista con el padre Víctor Vásquez.75 Entrevista con Remigio Hurtado, miembro del consejo de la ASOAC.

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Cañar. Se creó para organizar la distribución de las tierras y mejorarlos recursos de producción correspondientes a cuatro comunidadesdistintas. La ASOAC opera en las esferas de la rehabilitación de loscanales de riego, las cuestiones sanitarias, la adaptación de las nue-vas técnicas agrícolas, el almacenamiento, etc. Con los años, laASOAC ha establecido contacto con varias organizaciones no guber-namentales y otro tipo de organismos de desarrollo. Actualmente seocupa de organizar a nada menos que 48 comunidades y se ha asocia-do con FENOCIN (Federación Nacional de Organizaciones yOrganismos Campesinos Indígenas y Negros de Ecuador), organiza-ción de ámbito nacional. Junto con unas cuantas organizacionessemejantes, la ASOAC actúa de agencia de FENOCIN en el sur. Comosu identidad no es exclusivamente la de una organización indígena, laASOAC deseaba asociarse con FENOCIN porque ésta última estáabierta a todos, fomentando, en particular, la cooperación con lapoblación negra que habita en el litoral septentrional.

Deseamos estar en situación de formar a nuestros propios técnicosy contribuir a la creación aquí, en Cañar, de un fondo local deconocimientos. Nuestra colaboración con el CARC ha sido excelen-te, ha tenido un carácter muy abierto y se ha basado en el respetomutuo. Con el CARC hemos creado invernaderos recubiertos deplástico y hemos recibido capacitación con respecto a su explota-ción. El proyecto nos ha ayudado igualmente en lo que respecta alfortalecimiento institucional y a la manera de adquirir conoci-mientos prácticos en la esfera social y administrativa. Tambiénhemos colaborado en la reconstrucción de canales de riego. La polí-tica de la ASOAC consiste en respetar a todas las organizacioneshermanas sin discriminar a ninguna.75

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Invernaderos recubiertos de plástico construidoscon el apoyo del CARC

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La AINCA (Asociación Indígena Cañar Ayllú) se fundó en Suscal en1982. La necesidad de fundarla derivaba de la constatación de que lascomunidades de Suscal no podían transmitir sus necesidades a lasautoridades.

Es opinión generalizada que los estratos inferiores de la poblaciónde Suscal están un tanto retrasados en comparación con la pobla-ción que habita en el sector superior. A menudo nos denominansachos, “del lomo de más allá” o mucos.76 Cuando no teníamos unaorganización propia no siempre resultaba fácil que se notara nues-tra presencia a escala local y nacional. Procuramos atraer la coo-peración y la asistencia del gobierno y las organizaciones nogubernamentales. Hemos luchado por recibir electricidad y agua,pero no dejan de surgir nuevos problemas. Antes era muy gravepor aquí el problema del alcoholismo; ahora nos preocupa la situa-ción de nuestros hijos. Con las recientes migraciones se vieron muyafectadas las familias y, en particular, las mujeres y los niños.77

La AIEC (Asociación de Indígenas Evangélicos de Cañar) es la orga-nización de indígenas luteranos de la zona de Cañar. En 1970 misio-neros noruegos introdujeron la fe luterana en Cañar. Tras abrir uncentro de atención sanitaria tardaron poco en ganarse adeptos. Laproclividad al trabajo de los luteranos, el rigor con que condenan lainfluencia del alcohol y la importancia que atribuyen a un sentidoestricto de la moral impresionaron a varios cañaris. Sin embargo, enun principio fue enconado el enfrentamiento con la jerarquía de laIglesia católica y con varios vecinos.

A menudo nos acusaban de que éramos marionetas en manos deamos extranjeros, que obedecíamos todo lo que nos ordenaban, querenegábamos de nuestras raíces y que nos apartábamos de nues-tros vecinos. Como la Iglesia católica apoyó aquí en Cañar el movi-miento indígena, el mensaje que éste preconizaba solía mezclarsecon la religión. Mello Storoni, actual sacerdote católico de El

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76 Los mucos son unos pantalones cortos tipo bermudas que forman parte del trajetradicional de los Andes.

77 Entrevista con Abelina Morocho, ex alcaldesa de Suscal.78 Entrevista con Gabriel Pichazaca, pastor de la Iglesia luterana de El Tambo.79 Entrevista con Reinaldo Tenezaca, ingeniero agrónomo que trabaja con la AIEC.

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Tambo, es buena persona y no nos ha dado problemas. Es ciertoque algunos misioneros actuaron con excesiva vehemencia ante loque les parecía idolatría, pero actualmente el respeto de nuestraspropias costumbres y la rehabilitación de nuestra cultura particu-lar son inseparables de nuestra Iglesia. El mensaje debe residir enla cultura del pueblo.78

La AIEC presta apoyo a una escuela de 286 alumnos procedentes de22 comunidades distintas y de edades comprendidas entre los 6 y los20 años. La enseñanza es bilingüe y los alumnos reciben abundantepreparación práctica en la esfera de la agricultura.

Procuramos que nuestras enseñanzas lleguen a las comunidades eincidan en las prácticas agrícolas. Se entrega a los niños un polloque tienen que criar en casa. En el recinto de la escuela tenemosinvernaderos cubiertos de plástico y tenemos prevista la creación deuna explotación agrícola experimental centrada en la producciónagrícola integrada. Los alumnos actúan de extensionistas. Hemostrabado buenas relaciones de cooperación con el CARC, con quiencolaboramos estrechamente. A nuestro juicio, los técnicos del CARCadoptaron en un principio métodos de capacitación bastante tra-dicionales: demasiada teoría y demasiado trabajo de pizarrón. Sinembargo, van mejorando y actualmente nos aportan capacitaciónde altísima calidad. Colaboran con ellos siete personas de nuestraagrupación y se multiplican los programas conjuntos.79

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[El CARC apoya la preparaciónprática en agricultura]

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Antes de pasar al origen y evolución de la UPCCC, que es la mayororganización indígena de la cuenca y la que más hincapié hace en laidentidad étnica, merece la pena examinar las relaciones interdepen-dientes que mantienen en el Ecuador el origen étnico, el racismo y lapolítica.

La “cuestión indígena” y el auge de la CONAIE

En diversos momentos del siglo XX los científicos ecuatorianos esbo-zaron teorías sobre las diferencias entre los grupos étnicos del país. Ensu mayor parte, tal labor estuvo en manos de científicos que definían a“los otros” en función de patrones elaborados con arreglo al principiode la “superioridad de los blancos”. Por eso se afirmaba que el carácterde los afroamericanos que habitaban en el litoral era “viril” aunquerebelde y que, a diferencia de estos “hijos de la naturaleza”, los indiosde la Sierra se caracterizaban por el carácter “dócil”, ya carecieran deenergía, ya ejercitaran un tipo particular de “resistencia pasiva”. Seadujeron varias explicaciones pseudocientíficas para justificar lasupuesta veracidad de esta situación. En el decenio de 1940 todavíahabía algunos antropólogos físicos que relacionaban la “docilidad delos indios” con “el pelo que crece en el cuerpo”. En vista de que, por logeneral, el varón caucásico tiene más vello que el indígena, estos estu-diosos asignaban al primero un carácter “más viril y más activo”.Partiendo de tales argumentos, un científico llegó a inscribir a losindios en un tipo racial que denominaba “infanto-feminoide”.80

Otras teorías atribuían la “docilidad de los indios” a las deficienciasnutritivas, mientras que unos cuantos científicos trataron de relacio-narla con factores socioeconómicos y con la represión implacable. Unode los principales motores ocultos del debate era la intención de lospolíticos “liberales” de aumentar la eficacia de la producción de ali-mentos en la sierra y lograr que los indígenas consumieran productosindustriales.81

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80 Alejandro Lipschütz (1941), citado en Clark (1999), pág. 118. Antonio Santiana eraotro defensor destacado de teorías similares.

81 Clark (1999), págs. 112-26.

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[De cara al futuro]

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Las reformas agrarias de 1964 y 1973 dieron pie a protestas de loshacendados influyentes. Algunos detractores de las reformas sosteníanque el supuesto retraso e inercia de los indígenas terminaría siendomotivo de un desmoronamiento total de la producción agrícola delEcuador.82 Sin embargo, parece que por aquel entonces se habían olvi-dado los argumentos fundados en la “docilidad” de los indígenas, quehabían sido difundidos entre determinados grupos influyentes por lasensación de inseguridad y miedo.

Gracias a los programas de reforma las fuerzas progresistas se gana-ron a un número de indígenas mayor que nunca antes. Pese a la pre-sencia y las actividades de varias organizaciones no gubernamentales,del gobierno y de distintos partidos políticos, la Iglesia católicademostró que contaba con los mecanismos más eficaces de ganarse alos parroquianos indígenas y de prestarles ayuda. Los obispos deAmérica Latina, reunidos en Medellín (Colombia) en 1969, denuncia-ron las condiciones en que vivía la población pobre del continente.Con arreglo a esta orientación ideológica de la iglesia, en 1972 el cleroradical se reunió con dirigentes campesinos en Tepeyac, Chimborazo,donde fundaron una organización denominada Ecuador RunacunapacRicharimui, ECUARUNARI.83 El nombre, que quiere decir “el desper-tar de los indios ecuatorianos”,84 deriva en cierta medida de las teoríasracistas del decenio de 1940 en el sentido de que se entiende que losindígenas estaban dominados por el letargo. Los dirigentes de ECUA-RUNARI declararon lo siguiente:

“Richarimui significa nuevo despertar, el despertar del indio ecua-toriano para incorporarse a una existencia anterior y a una situaciónque garantiza la igualdad de derechos y obligaciones de todos losecuatorianos.”85

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82 Ibid.83 Bernal et al. (1999), pág. 73.84 Zamosc (1994), pág. 47.85 Citado en Pallares Ayala (1999), pág. 167.86 Ibíd., págs. 167-68.87 Bernal et al. (1999), pág. 74. El texto constitucional sobre los Derechos Colectivos

se reproduce en Freire Heredia y Usca (2000), págs. 247-49.88 Bernal et al. (1999), pág. 74.

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La revitalización del indígena conllevaba la búsqueda de caracte-rísticas étnicas con objeto de fundar en ellas un nuevo tipo de expre-sión personal: “Nos han marginado al decirnos que no éramos capacesde analizar los problemas del país. Nuestra cultura existe desde antes[de que se fundara este país]. Hemos conservado nuestras tradicio-nes. Se debe a esta marginación el que hasta la fecha no se hayansolucionado los problemas nacionales. Tenemos un comportamientopropio y mecanismos propios en materia de cultura y organización.”86

ECUARUNARI contribuyó a la ejecución de programas bilingües quecreó el Estado a lo largo del decenio de 1980. Además, la organizaciónejerció influencia en el contenido y la redacción de los nuevos textosconstitucionales de 1998. Se incorporó a la Constitución del Ecuadortodo un capítulo nuevo titulado “Los derechos colectivos” que afirmaen la primera sección los derechos de los “pueblos indígenas y negroso afroecuatorianos”.87 ECUARUNARI firmó en 1987 un acuerdo conCONFENIAE, la organización de los indígenas del Amazonas, en vir-tud del cual se creaba una nueva organización, la CONAIE oConfederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador.88

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[Tenemos un comportamientopropio en cultura y organización]

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La UPCCC, el CARC y la dimensión políticade la etnicidad en Cañar

El CARC se puso en marcha en 1992, año en que América Latinarecordaba el aniversario de la llegada de los conquistadores europeosy los quinientos años tumultuosos subsiguientes. En toda AméricaLatina diversas agrupaciones de indígenas elevaron protestas contralos quinientos años de opresión y exigieron cambios. Los futuros bene-ficiarios del proyecto se consideraban en su mayor parte indígenas;era natural que los turbulentos acontecimientos nacionales mencio-nados incidieran también en la zona de Cañar. Resultó incluso que enCañar se originó uno de los conflictos étnicos más violentos registra-dos en el último decenio.

Desde que empezó a operar, el CARC mantenía una vinculaciónestrecha con la UPCCC, que es la mayor y más influyente organizaciónindígena de la zona. La organización, fundada en 1970 para defenderlos intereses de los indígenas cañaris, contaba por aquel entonces conel apoyo de católicos progresistas. Dispone de un consejo elegido porrepresentantes de organizaciones de 8 parroquias distintas. El conse-jo, encabezado por un presidente, tiene un mandato de 2 años. LaUPCCC está afiliada con la CONAIE.

A mi juicio, nuestra relación [de la UPCCC] con el CARC ha resul-tado bastante decepcionante. Debo aclarar que se han efectuadonumerosas labores positivas, sobre todo en las tierras bajas, pero locierto es que teníamos muy alto el listón de nuestras esperanzas.Creíamos que el CARC podía contribuir a transformaciones másradicales. El alcance de los organismos era antes muy limitado;pensábamos que si la UPCCC y el CARC partían de supuestos másamplios podrían obtenerse muchos resultados. Las demás organi-zaciones se fijan metas más limitadas; muchas se desenvuelven enel marco que prescriben sus convicciones religiosas. La UPCCCsiempre ha tenido por objetivo superar las crisis económicas y

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Mejorar las condicionesde vida de los indígenas,

sobre todo mediante obras de regadío, objetivo del CARC

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sociales de esta zona. Antes de 1994 la UPCCC encerraba un sinfínde posibilidades, pero con el incendio de la nueva sede (NucanchicHuasi) quedó destruida también una parte importante de nuestrabase social. El CARC no colaboró con nosotros como esperábamos.Contrataban a personas de fuera y recurrían a organizaciones nogubernamentales, pero no nos consideraban posibles asociados. Afin de cuentas, la UPCCC fue quien se planteó la propuesta originalde un proyecto de desarrollo del tipo del CARC.89

La UPCCC firmó el acuerdo con el Ministerio de Bienestar Social. Sesuponía que íbamos a coejecutar el proyecto CARC. Se nos llegó adecir: “es su propio proyecto”. La meta consistía en mejorar la con-dición de vida de los indígenas, sobre todo mediante importantesobras de regadío. La presa de Culebrillas sería el centro de las acti-vidades. Por desgracia, los desatinos políticos aniquilaron estasintenciones y levantaron llagas. En medio de esa situación seincendió Nucanchic Huasi.90

A principios del decenio de 1990 la UPCCC atravesaba un períododinámico. La Iglesia le había concedido un antiguo hospital deCañar y había ayudado a la organización de otras maneras. Entreotras cosas, el clero contribuyó al establecimiento en 1985 de uncentro de enseñanza superior en materia de agricultura destinadoa los jóvenes indígenas. La nueva sede, Nucanchic Huasi, contabacon un centro de atención sanitaria, un almacén de bienes de“necesidad básica”, una distribuidora de gas propano, un depósitode madera, un taller de carpintería y otro taller de productos deartesanía. Se construyó una biblioteca y se ubicaron en el recintosalas dedicadas a actividades de educación, archivos y oficinasadministrativas. Teníamos un camión y dos furgonetas. En elcampo circundante se llevaron a cabo varios programas de desa-rrollo dedicados a la capacitación en materia de producción agrí-cola integrada, la formación de grupos de mujeres, la rehabilita-ción de sistemas de riego y otros objetivos. La UPCCC contaba conel apoyo de varias organizaciones no gubernamentales; una orga-nización noruega, la APN (Ayuda Popular Noruega), prestabaapoyo con especial generosidad. El organismo alemán GTZ presta-ba apoyo a nuestros programas de educación bilingüe.91

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89 Entrevista con José María Guamán, vicepresidente de la UPCCC.90 Entrevista con Jorge Lema, ex presidente de la UPCCC (1994-1996).91 Entrevista con Inocencio Lojo Alulema.

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El evidente éxito de la UPCCC suscitó miedo y sospechas entre variosmestizos y “blancos” que habitaban en Cañar:

Con la reforma agraria surgieron varios grupos deseosos de obte-ner tierras. Había grupos de mestizos y de indígenas y algunos gru-pos mixtos. Como los indígenas, muchos mestizos eran pobres ycarecían de tierra. Sin embargo, tras la distribución de la tierra lasorganizaciones de mestizos dejaron de existir, mientras que lasorganizaciones de indígenas se mantuvieron en activo, a menudocon ayuda de la Iglesia. De ese modo, las organizaciones de indí-genas siguieron atrayendo apoyo externo. Entretanto, los mestizosprotestaban: “Sólo los indígenas reciben apoyo, nosotros no impor-tamos a nadie”, y surgían acusaciones de mala gestión financiera.Se acusó a un dirigente de la UPCCC de vender un coche que sehabía donado a la organización en calidad de apoyo. La vidaurbana cambió gradualmente; llegaban los indígenas y se mar-chaban los mestizos. Los privilegios de los blancos y los mestizos sedeterioraban. Las actividades comerciales no iban bien y se empe-zaba a sentir la competencia de las tiendas y negocios de la UPCCC.Mientras tanto, una nueva generación de indígenas se radicaliza-ba oyendo la historia de los quinientos años de opresión. Los habi-tantes de la ciudad empezaron a decir que los indios querían con-vertirse en patrones.92

Tras una escalada gradual, las tensiones explotaron en junio de 1994cuando se organizaron a escala nacional protestas dirigidas contra lapromulgación de nuevas leyes agrarias. Se afirmaba que estas leyes,que contaban con el apoyo de los grandes hacendados, “aumentabanla efectividad de la agricultura”. Sin embargo, varias agrupacionesindigenistas juzgaban que las leyes iban en detrimento del pequeñoagricultor. La agitación se propagó por todo el país. Miembros de laUPCCC recorrieron la ciudad de Cañar para manifestar su desacuer-do con las leyes. A raíz de estas protestas un grupo de jóvenes indíge-nas se dirigió con amenazas a algunos comerciantes. El 14 de juniopor la noche una muchedumbre atacaba la sede de la UPCCC rodeán-dola y saqueándola. El interior del edificio empezó a arder y estalló undepósito de gas propano.

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92 Entrevista con Remigio Padrón.93 Entrevista con Inocencio Lojo Alulema.

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Unas personas trataban de cerrar a otras el paso al mercado.Cuando los comerciantes les dijeron "Así nos ganamos la vida", elgrupo se enfadó. Algunos recorrieron la ciudad rompiendo ventanasy amenazando a la gente. Poco después una muchedumbre rodeabanuestra sede. Lo destruyeron todo y saquearon la tienda y los alma-cenes. Entonces comenzó el incendio. Cundió el pánico; algunas per-sonas que se habían quedado dentro, temerosas de salir corriendo ycaer en manos de la turba furiosa, saltaron desde la pared trasera.Como la altura era grande, varias quedaron heridas de gravedad yuna murió. Los bomberos estaban de brazos cruzados mientras eledificio ardía; la biblioteca, las oficinas, la tienda: todo estaba envuel-to en llamas. Los bomberos no se preocuparon de sofocar el fuegohasta que no empezó a correr peligro el resto de la ciudad. Fue ungolpe horrible para todos, tanto mestizos como indígenas.93

La violencia étnica y política que estalló en 1994 asestó un duro golpeal proceso de desarrollo del valle del Cañar. El proyecto CARC yahabía padecido la angustia derivada de las protestas contra la presade Culebrillas; ahora la UPCCC, que muchos consideraban importan-te asociado en los planes de desarrollo del CARC, había quedado enparte paralizada por luchas intestinas y había sido objeto de rencoresétnicos y políticos.

El estudio de referencia

En 1994 la situación era delicada y el futuro del proyecto no eranada halagüeño. La compleja situación política y social de la zonaponía trabas a diversos componentes del proyecto. Aún peor era laoposición al represamiento de Culebrillas, que obligaba a remodelar ytransformar el plan original. El Gobierno de los Países Bajos y el FIDAdebían tomar la difícil decisión de, retirar todo su apoyo, o bien tratarde superar los conflictos y dificultades. Tras celebrar intensos debates

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En 1994 la violencia étnica y política asestó

un golpe al CARC

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con el gobierno, con organizaciones locales y con el personal delCARC, se decidió reformular y reactivar el proyecto. Aunque se man-tuvieron las labores centradas en algunos de los componentes ante-riores, se hizo un mayor esfuerzo por incorporar al proyecto un enfo-que más participativo. Los principales instrumentos y puntos de par-tida de este proceso fueron una misión de reformulación y un estudiode referencia completo.

La misión de reformulación visitó Cañar en octubre de 1994 y presen-tó su informe el año siguiente. Entretanto, una empresa de consultoresholandesa contratada por el FIDA se ocupaba de llevar a cabo un estu-dio de referencia completo en colaboración con el personal del CARC.

Las actividades fueron positivas y complejas. Se llevaron a cabociento veinte entrevistas exhaustivas sobre el terreno. Conseguimosque los ecuatorianos se plantearan los problemas desde una ópticadistinta. Sin el estudio de referencia no habríamos podido reorien-tar el proyecto. Todo el mundo participó. Todos aprendimos algo yestábamos orgullosos de los resultados. El proceso duró en total dosaños: un año sobre el terreno seguido del procesamiento de losdatos y nuevas actividades sobre el terreno. Nos volvimos a dirigira los entrevistados cuatro o cinco veces. Siempre es delicado y difí-cil el planteamiento de determinadas cuestiones como, por ejem-plo, las que tienen que ver con la situación financiera y con elreparto del trabajo entre el marido y la mujer. Aunque mantuvi-mos con el estudio una relación de amor y odio, al final todos pen-sábamos de manera distinta.94

El estudio demostró algo particularmente útil: la importancia queencierran los distintos niveles de altitud en relación con el conjun-to de la agricultura de la zona. Todas las actividades dependendirectamente de la altitud sobre el nivel del mar a la que se llevana cabo. Los cultivos, la cría de ganado y las técnicas agrícolasdeben adaptarse con arreglo a la altitud.95

Las intensivas labores del estudio de referencia pusieron al descu-bierto los defectos de los planes iniciales, sobre todo por lo que res-pecta a la participación. Quedó así establecido que las comunidadesdebían ocupar un lugar destacado en la actividad. El proyecto debía:

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94 Entrevista con Rudolf Mulder.95 Ibíd.

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• tratar de ocuparse de los problemas cotidianos y más urgentes delas comunidades,

• estudiar la manera en que las comunidades hacen frente a sus pro-blemas y

• ganarse la confianza y el respeto de la comunidad. Era importante detectar lo que necesitaban los beneficiarios, tratarde atender esas necesidades y, por encima de todo, organizar a losbeneficiarios.

Por lo que se refiere al riego, las actividades debían centrarse en lasjuntas de agua. El principio fundamental era que no tiene sentido orga-nizar nada antes de que las organizaciones locales estén debidamenteestablecidas. Cada junta debe estar en situación de encargarse porcuenta propia de la rehabilitación y el mantenimiento de los canales.

Con respecto a la asistencia técnica prestada a la agricultura, seconsideró innecesario el hincapié que en un principio se hizo en loscultivos, sobre todo en vista de que el trigo sólo representa el 1 porciento de la producción de la zona. Generan ganancias actividadessuplementarias como la cría de cuyes (conejillos de Indias), inverna-deros recubiertos con planchas de plástico en los que se plantan nue-vos cultivos, presas para peces, etc. Habida cuenta de que se habíaconcedido la mayor parte del crédito a la ganadería, el proyecto tuvoque centrarse más en la combinación de crédito y asistencia técnicacon fines de mejora de los pastizales.

El estudio de referencia demostró la gran importancia del riego y elagua. Había sido acertado el supuesto inicial de que el agua es funda-mental para todas las actividades. El hecho de que un campesino per-ciba agua de forma palpable y sostenible mediante riego o en calidadde agua potable es un indicio de progreso y prueba que la produccióndel campesino y su bienestar van en aumento. No obstante, los planesiniciales fallaron al pasar por alto la importancia de los conocimien-tos locales y la colaboración de ámbito local.

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Un enfoque participativo, pilar fundamental de la segunda etapa del CARC

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No existen garantías de que un proyecto de riego vaya a generarmás agua; tal resultado depende fundamentalmente de la calidaddel ordenamiento. El aprovechamiento del agua debe organizarseminuciosamente en relación con el recorrido total de los canales,desde sus puntos de origen a las desembocaduras. El resultadodepende de las relaciones sociales, cuyo funcionamiento sólopuede apreciarse sobre el terreno.96

El cólera y el agua potable

Los conflictos pusieron de relieve la importancia de mantener rela-ciones recíprocas directas con los habitantes de la zona. Mientras lle-vaban a cabo el estudio de referencia y procuraban conocer mejor lavida, las actividades agrícolas y las prioridades personales de losbeneficiarios, los técnicos del CARC fueron trabando relaciones cadavez más estrechas con los habitantes del valle. La participación de losbeneficiarios es necesaria cuando se trata de hallar soluciones a pro-blemas concretos inscritos en un contexto determinado. Aguzandobien el oído para oír lo que dice y quiere la población se puede saberquiénes son los verdaderos dirigentes de la comunidad. Para hallar elmedio de acceso a las comunidades rurales no siempre hace faltacolaborar con las organizaciones existentes, sino informarse de lospersonajes que merecen la atención y el respeto de los lugareños.

Aun así, en muchas comunidades existían conflictos, miedos y sos-pechas que hundían sus raíces en el tiempo, mientras que los recien-tes disturbios sociales de la cuenca del Cañar no facilitaron las com-plejas labores del personal del CARC. Cuando nadie lo esperaba, unatragedia humana acabó ejerciendo importantes funciones de aliado.El espectro del cólera aglutinó a la población y le dio a entender quenecesitaba ayuda del exterior. La necesidad de contar con agua pota-ble no contaminada, que no se podía suministrar sin la colaboraciónde los beneficiarios y el personal del CARC, logró eliminar las barre-ras y obligó a la población a unirse de forma más estrecha.

Desde el principio formaba parte del proyecto CARC un componentede agua potable, pero no se tuvo plena conciencia de su importanciahasta que brotó la epidemia de cólera. En 1993 terminó de construirseel primer sistema de agua potable, que en breve plazo demostró su efi-cacia en cuanto mecanismo de acceso a las comunidades. La mayoría

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de los técnicos coinciden en que sin el componente de agua potablehabría hecho falta mucho más tiempo para atraer la cooperación local.97

La epidemia comenzó en 1992 y se aceleró en 1993. Las comunida-des indígenas apartadas se vieron especialmente afectadas. Estehecho se debe probablemente a las costumbres tradicionales deenterramiento. Las personas se reúnen en el velatorio y beben deun mismo recipiente. El cuerpo no se entierra hasta el tercer día;tras el entierro se lavan los objetos personales del difunto. Es pro-bable que se lave la ropa del difunto en el curso de agua del quevarias personas sacan agua para lavarse o incluso para beber.98

Pacay fue la aldea que peor lo pasó; se contaminaron veinte fami-lias y murieron una tras otra siete personas. Se negaban a tomarmedicamento alguno, pues afirmaban que su supervivenciadependía de la voluntad de Dios. Todos habían acudido a una per-sona de Dos Bocas, de nombre Niño Suco, que decía ser el mensaje-ro de Dios y les mandó que bebieran agua santificada. Era muydifícil convencerlos. El primer caso de cólera se produjo en la Pasta;poco después murió un trabajador que volvía a casa procedente dellitoral. Se contaminaron 1 000 personas y murieron 30. Empezó acundir el pánico entre la gente, que creía que todos los alimentos ybebidas estaban contaminados. Varios enfermos murieron de deshi-dratación a los tres días. La gente tenía miedo de tocar a los enfer-mos o a los cadáveres, pero la situación de emergencia puso sobreaviso a la población y al gobierno. Todos los organismos llevaron acabo labores de prevención y en breve nos ganamos a la mayorparte de las comunidades. La epidemia de cólera resultó efectiva encuanto medio de acceso a varias comunidades.99

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96 Ibíd.97 Ibíd.98 Entrevista con Jenny Campoverde.99 Ibíd. El mencionado Niño Suco es un curandero legendario que habita en una zona

selvática aislada de las tierras bajas cañaris. Su verdadero nombre es Juan JoséCarpio y tiene en la actualidad veintiún años, habiendo "recibido el don de curar alas personas a la edad de cuatro años". Suele acusarse al Niño Suco de entorpecerlas labores que intentan llevar a cabo los organismos de desarrollo. Sin embargo,pocos trabajadores de desarrollo lo conocen personalmente. Cuando fuimos a visi-tarlo a la aldea "modelo" en que habita, de organización extrañamente eficaz, negóque entorpeciera las labores de desarrollo de ningún tipo: "Soy un hombre sin for-mación, agraciado con un don al que se debe que las personas acudan a mí. Vienenpor voluntad propia; yo no los llamo ni les digo lo que deben hacer. Ellos me escu-chan; yo los bendigo y les doy consejos. El único consejo que les doy es que tienenque vivir y respetar la vida. La mayor parte de la gente no vive; se engaña y va en posde la vida. En eso reside su tragedia: en que no se dan cuenta de que están vivos. Siuna persona está enferma, le digo que vaya al hospital. Tengo muchas ganas derelacionarme con los organismos de desarrollo. Aquí en la aldea nos hacen faltatechos de cinc; puede que alguien pueda ayudarnos a obtener las placas que nece-sitamos". Se cree que Juan José, que es blanco, es hijo de un sacerdote. Su apa-riencia es bastante inofensiva y lo respetan mucho "sus" lugareños, que sienten porél orgullo y respeto. El Niño Suco es un ejemplo típico de "medio de acceso" impre-visto a una comunidad.

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Crear sistemas de agua potable suele ser una tarea compleja funda-da en soluciones viables que varían de una comunidad a otra. El valledel Cañar ejemplifica con impresionante claridad cómo se solucionanlos problemas en estrecha colaboración con la población local. Lacomunidad de Cachi Pillcopata está ubicada en los alrededores de ElTambo, en una de las zonas más complejas y más propensas a los con-flictos en las que el CARC efectúa actividades. Es probable que laextrema fertilidad de la tierra sea el único motivo de que la poblaciónse haya arriesgado a ganarse la vida en esta zona. La tierra se corresin cesar. El suelo profundo está unido a una ladera que, aunque pocopronunciada, tiene una pendiente que impide que la tierra se agarrecon firmeza a la superficie rocosa. Por eso el suelo se desliza cons-tantemente ladera abajo. No obstante, el desplazamiento es mínimo ycasi imposible de percibir.

El agua potable llegó poco después de la reforma agraria. Ya en1963 la Misión Andina nos ayudó suministrando agua a casi todaslas familias. Lo difícil del terreno los obligó a emplear tubos degoma. Sin embargo, no se consiguió nada. Los tubos explotaban yse agrietaban con los movimientos telúricos. En el plazo de un añohabía quedado destruido todo el sistema.100

Los técnicos del CARC entendieron que Cachi Pillcopata les plantea-ba un verdadero desafío. La comunidad vivía en estado de conflicto.Esta comunidad ejerce control sobre uno de los canales de riego deCulebrillas, el Cachi-Banco Romerino Pillcopata, y sobre un canalimportante que suministra agua a los campos de ochenta familias. Lajunta de aguas se hallaba dividida entre las diversas opiniones susci-tadas por el represamiento de Culebrillas. Era difícil lograr que lapoblación colaborara en el mantenimiento del sistema de riego.

Y, sin embargo, cuando empezaron a celebrarse debates sobre el sis-tema de agua potable, la gente se mostró dispuesta a cooperar. En

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El “agua eléctrica” es un sistema de agua potable

ideado por la comunidad deCachi Pillcopata

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colaboración con los técnicos del CARC, los integrantes de la comuni-dad idearon una ingeniosa solución a sus problemas. Se levantarondel suelo tubos de agua utilizando postes semejantes a los postes tra-dicionales de la electricidad. Los tubos estaban asegurados con mue-lles a los postes, que se podían desplazar en caso de que la tierra semoviera demasiado en una zona. Mediante los postes y los muellestodo el sistema de tubos gozaba de flexibilidad, que así dejaba deverse amenazado por los movimientos telúricos. Los miembros delcomité de agua potable supervisan constantemente los tubos, los pos-tes y los muelles de un sistema que ya lleva varios años en funciona-miento. Mediante los tubos se abastece de agua potable a sesenta ycuatro familias; la denominada “agua eléctrica” 101 es motivo de orgulloentre la población local. Hasta se ha dedicado al sistema un programade televisión distribuido en todo el mundo por la BBC.102

Parece que el éxito del agua eléctrica sirvió para agrupar a loslugareños. Aunque nunca se represó Culebrillas, los lugareños sededican de forma efectiva a restaurar y mantener su sistema de riego.La gente menciona el sistema de agua potable y el canal a título de“maravillas”; el éxito se debe en gran medida a las actividades delpersonal del CARC.

En colaboración con la organización no gubernamental belga PROTOS,el CARC suministra actualmente agua potable a comunidades de todala zona de Cañar. Se ha terminado de implantar una red apropiada deabastecimiento de agua potable y están en preparación nuevos con-ductos que sirven para crear un sistema de abastecimiento de aguapotable que abarque la zona de Cañar en su conjunto. Todo sistema deabastecimiento de agua potable actúa captando agua, con frecuenciaen zonas montañosas elevadas, y transportándola mediante tubos adepósitos y centrales de cloración. Posteriormente se distribuye a loshogares. Los consumidores han creado sus propios comités encarga-dos del mantenimiento del sistema y de la organización de las tareasdiarias de cloración.

La construcción de los sistemas no es la parte más difícil o impor-tante del proceso en conjunto. La organización de los consumido-res es el componente fundamental de todo lo que hacemos.103

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100 Entrevista con Julián Guaman.101 Los tubos y los postes del sistema de agua se asemejan a los postes y los hilos de

los sistemas de electricidad rurales.102 El manifiesto orgullo que suscita el sistema es motivo de que resulte un tanto difícil

saber quién fue la persona a la que se ocurrió la idea. Algunos campesinos afirmancon orgullo que fue idea suya, mientras que algunos técnicos dicen que sacaron laidea de un folleto peruano.

103 Entrevista con Pablo Arévalo.

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[La mujer cañari trabaja con pala y azadón]

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Crédito

Los proyectos del FIDA llevan normalmente incorporado un impor-tante componente de crédito. Sin embargo, en poco tiempo había que-dado claro que el tamaño del componente de crédito era excesivo yque la institución responsable, el Banco Nacional de Fomento (BNF),era incompetente.

Las tramitaciones llevadas a cabo por el BNF eran muy lentas. Lasnegociaciones de préstamo y la entrega efectiva llevaban entre dos ytres meses. La concesión de crédito no puede permitirse tanta lenti-tud. Los campesinos necesitan el crédito cuando de verdad les hacefalta; se rigen por los ciclos de siembra y cosecha. El hecho de que losintereses se ajustaban a las condiciones de mercado quedó patentecuando se dispararon durante la guerra contra el Perú de 1995.Como sabían que el BNF era un organismo estatal, algunos prestata-rios daban por supuesto, o hacían como si dieran por supuesto, queel proyecto regalaba el dinero. También se dieron casos de corrupciónderivados de las malas costumbres de las autoridades.104

En 1997 no se había devuelto en condiciones aceptables el 40 por cien-to de los préstamos. Tras actuar a fondo y con suma eficacia, en noviem-bre de 1998 el proyecto había logrado recuperar el 99 por ciento de lospréstamos. Se firmó un nuevo acuerdo con la cooperativa Jardín Azuayo.

El componente de crédito funciona actualmente con eficacia, estan-do el 80 por ciento de los préstamos destinado a la cría de ganado yel resto a la pequeña industria y la artesanía. La tramitación dura15 días y los préstamos se devuelven dentro del plazo acordado.105

La función de la mujer y la emigración

La campesina cañari suele estar agobiada de trabajo. La tradiciónera que la mujer cañari se viera obligada a tomar parte en todas lasactividades agrícolas y no sólo en las que tradicionalmente entrabanen la esfera de acción de la mujer, es decir, el hogar y su entorno inme-diato. Son labores femeninas tradicionales la atención sanitaria de lafamilia y la preparación de la comida que ésta consume, aparte delcuidado de los niños, las aves de corral y los cuyes.106 Como tradicio-

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104 Entrevista con Juan Segarra, empleado de la cooperativa Jardín Azuayo.105 Entrevista con Rebeca Pichazaea, que recuperó los préstamos cuyo plazo de devo-

lución había vencido.106 Los cuyes o conejillos de Indias siempre han sido importante fuente de carne para

las poblaciones andinas. Parece que la domesticación del cuy ya había empezado5 000 años antes de Cristo. (Morales (1994)).

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nalmente existen pocos tabúes laborales por lo que respecta a lasmujeres, éstas suelen trabajar al lado de sus hombres. En las mingas,que son grupos de trabajo comunitario dedicados a arreglar carreterasy reconstruir canales, la mujer trabaja con pala y azadón, además detransportar enormes cargas de piedras y grava. Arar los campos es laúnica ocupación de carácter exclusivamente masculino.

En la época de la conquista española había más mujeres que hom-bres en la zona cañari, lo cual puede que hoy siga siendo cierto. Loshombres cañaris llevan cien años desplazándose masivamente al lito-ral para trabajar por temporadas. Devengan ingresos suplementariostrabajando como empleados en plantaciones, en la cría del camarón oen la industria de la construcción. En promedio, pasan fuera de casaentre dos semanas y un mes y los contratos suelen durar dos semanasseguidas. Se puede trabajar todo el año en las plantaciones de bana-no, en criaderos de camarones o en obras de construcción, mientrasque la zafra de la caña de azúcar dura seis meses.107

En los últimos cinco años se ha registrado en la zona del Cañar unéxodo en masa sin precedentes encaminado a los Estados Unidos, elCanadá, España e Italia. La mayoría de los emigrantes ecuatorianostrabaja en el sector agrícola, en restaurantes o en diversas empresasde limpieza. En los Estados Unidos también se les emplea en el sectorindustrial. Se calcula que 660 000 ecuatorianos viven en América delnorte y 40 000 en Europa.108 Como la mayor parte de la emigracióntiene carácter ilegal, es difícil disponer de cifras exactas, pero se cal-cula que en 1999 emigraron a los Estados Unidos y Europa 120 000ecuatorianos de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. En laprimera mitad de 2000 la cifra había llegado a 400 000.109

Hoy en día todos los jóvenes quieren marcharse a los EstadosUnidos. Aquí no hay esperanza. Se van de mi distrito entre 15 y 20jóvenes al año. Mientras sigan siendo tan malos los gobiernos lasituación no cambiará. Un hijo mío trabaja de camarero en losEstados Unidos; tengo otros dos recolectando uvas en España. Hacecinco años que se fueron, pero sus familias siguen aquí.110

Yo también me propongo irme a los Estados Unidos. Me saldrá por8 000 dólares. Aquí cerca viven “coyotes”. Yo los conozco. Me lleva-rán a Guatemala en barco. Desde allí tendré que cruzar la frontera

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107 DHV Consultores (1995), págs. 52-54.108 Freire y Usca (2000), págs. 440-41.109 El Mercurio, 18 de julio de 2000.110 Entrevista con Luis Octavio Lema, el Tormento.111 Entrevista con Manuel Zaruma, Molino Huayco.112 Entrevista con un grupo de mujeres de El Tambo.

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a pie. Colaboran con otros coyotes. Como no hay garantías absolu-tas de éxito, se paga la mitad del dinero aquí y la mitad al llegar alotro lado, si es que se llega. Yo tengo familia allá que me ayudará.Sin embargo, siempre existe el riesgo de que lo atrapen a uno, encuyo caso se pierde el dinero. Por aquí hay muchas personasendeudadas por el solo hecho de que su tentativa fracasó.111

La emigración nos resulta especialmente difícil a las mujeres. Enlos últimos tres años nos hemos quedado sin más de la mitad de lapoblación masculina. Se han ido a España o a los Estados Unidos.Hoy muchos se van a España. Para entrar en el país sólo hace faltael pasaporte, 2 000 dólares de los Estados Unidos y una reserva dehotel. Sale caro, pero es más seguro que marcharse a los EstadosUnidos. Una vez que se han ido los hombres, ya no volvemos a ver-los. No es fácil volver cuando se es ilegal. Algunos envían dinero,pero no son muchos. La mayoría prefiere traerse el dinero si es quealguna vez vuelve. Lo peor es que algunos se han marchado deján-donos endeudadas. Marcharse cuesta 10 000 dólares; muchos pasandos años trabajando exclusivamente para pagar las deudas con-traídas, si es que no nos han dejado a nosotras a cargo de pagarlas.A la vuelta no les resulta fácil adaptarse. Las mujeres nos ocupamosde todas las labores del hogar y del campo. Algunas incluso hemosaprendido a arar. Nos prestamos ayuda las unas a las otras. ElCARC nos facilita asistencia técnica. Con su ayuda hemos empeza-do a cultivar patatas, y la cría de cuyes ha resultado lucrativa.112

Aunque las mujeres cañaris suelen organizarse y se ven obligadas aadoptar decisiones por cuenta propia, persiste la tradición de que elhombre se encarga de tomar todas las decisiones importantes queafectan a la familia. Sigue, pues, siendo común que la mujer tenga queesperar a saber la opinión de su marido aún cuando éste viva en losEstados Unidos o Europa. Aunque las ecuatorianas están facultadaspara firmar todo tipo de documentos, en algunos hace falta a veces

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Grupo de mujeres de El Tambo

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que firmen los dos cónyuges, lo cual puede plantear problemas encaso de que esté ausente el marido. Además, el número de mujeresque saben leer y escribir es inferior al de los hombres. Este es el moti-vo de que el CARC haya incorporado un curso de alfabetización deadultos a sus actividades encaminadas a que las mujeres se organicen.

Como ocurre con la mayoría de los programas de desarrollo rural, pron-to quedó claro que la equidad entre el hombre y la mujer debía fomentar-se en sentido amplio. Como las mujeres participan en todas las actividadesagrícolas, no resultaba efectivo que sólo dirigieran a los hombres los técni-cos hombres y que a las mujeres las dirigieran mujeres. No obstante, envista de las restricciones tradicionales a que está sujeta la mujer, en algu-na ocasión se pudo recomendar la formación de grupos de mujeres.

El personal del CARC que se ocupa de la equidad entre el hombre yla mujer no ha cejado en su búsqueda de un método eficaz de abordaruna cuestión tan delicada como ésta. Han participado en un procesopermanente de aprendizaje. Supone un importante avance que en laactualidad toda la capacitación interna se oriente sin discriminaciónalguna al conjunto del personal, sean hombres o mujeres.

Los proyectos de desarrollo rural suelen estar obligados a ocuparsede los problemas derivados de la equidad entre el hombre y la mujeren dos frentes: por lo que atañe a los beneficiarios y por lo que atañeal personal técnico. El CARC no es una excepción a esta regla.

Me incorporé al CARC en un período decisivo de mi vida. Tenía cua-tro hijos y llevaba diez años trabajando de profesora en un centro deeducación superior, inmersa en sistemas de aprendizaje. Tambiénhe trabajado doce años de socióloga especializada en el desarrollorural. Antes de incorporarme al CARC había llevado a cabo un estu-dio histórico de las cosmovisiones indígenas y la población deAzuay. Llegué cuando el proyecto pasaba por la peor fase. Nadieestaba contento con la organización y daba la sensación de que yoestaba de más. Era una sociológica forastera, de Cuenca, cuyo come-

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El CARC se ocupa de promover la equidad

entre hombres y mujeres

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tido consistía en fomentar la paridad entre hombres y mujeres en elmarco de un proyecto dominado por hombres y tendencioso desde elpunto de vista técnico. El componente social estaba marginado y erael menos popular. Era difícil abordar las cuestiones relacionadascon la paridad entre hombres y mujeres, pero me resultó valiosa laayuda que me prestó un experto holandés en la materia. Logramosampliar el ámbito de la paridad abandonando la esfera que res-tringía a la mujer a la artesanía y la costura. Abordamos problemascomo el analfabetismo, el monolingüismo y la emigración.Tratamos de familiarizar a las mujeres con actividades de todo tipo.El 85 por ciento de las personas que asistieron a las sesiones de for-mación eran mujeres; sin embargo, las mujeres trabajaban conmujeres y los hombres con hombres. Estudiamos todos los compo-nentes desde la óptica de la paridad entre los sexos y terminamosconvenciendo a la gente de que debían reunirse todas las actividadesen torno a una idea rectora común.113

Política y renovación

Mientras el proyecto CARC seguía dedicándose con diligencia a lareforma, el Ecuador sufría los efectos de complejas maniobras. Lapeor crisis política tuvo lugar en 1996 cuando Abdalá Bucaram, ganólas elecciones con un programa populista que se vino abajo de inme-diato. Aumentaron espectacularmente los precios de la electricidad,el gas, las telecomunicaciones y el transporte. Cuando el año 1997 seinició con una huelga general, Bucaram se fugó a Panamá dejando asu paso un reguero de acusaciones de corrupción y mala gestión.114

A partir de agosto de 1996 las inversiones del CARC empezaron adetenerse y el proyecto pasó por una no renovación de los contratosdel 75 por ciento de antiguos técnicos, a la vez que se suspendíantodas las actividades por un período de dos meses a raíz de la caída deBucaram. Sin embargo, las actividades del proyecto se reanudaron enmarzo de 1997, esta vez con un cincuenta por ciento del personalrenovado, todos ellos indígenas, lo cual era síntoma de que en la eje-cución del proyecto participaban de forma más directa las organiza-ciones de campesinos.115

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113 Entrevista con María Solís.114 Holmberg (1998), págs. 16-18.115 CARC (1998), pág 3.

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Hasta la fecha, el proyecto ha resistido la sucesión de cinco presi-dentes y diez ministros a escala nacional y la de siete directores delproyecto. Parece que la resistencia se debe a dos factores: • un núcleo de técnicos locales eficientes y de gran dedicación; y• la presencia constante de técnicos holandeses.

El coordinador de los campesinos

Los violentos conflictos desencadenados por el represamiento deCulebrillas, lo complicado de las relaciones con la UPCCC y otras orga-nizaciones de campesinos, la reformulación del proyecto en su con-junto y el aluvión ininterrumpido de rumores y acusaciones: todosestos factores obligaban al CARC a entablar un diálogo satisfactoriocon las organizaciones de campesinos más importantes de la zona.

La principal crítica dirigida contra el proyecto era que no cumplíasu misión por causa de conflictos políticos. Además, algunos técnicosno mostraban interés alguno por colaborar de forma directa con lascomunidades. Yo soy de la parroquia de Zhud y soy miembro de laUPCCC. Me eligió coordinador la asamblea general de la UPCCC, deci-sión que aceptaron la AINCA, la AIEC, la UCOIT, la ASOAC y la AICT.Mediante diálogos y debates logramos llegar a un consenso unánimecon respecto a la futura orientación del CARC. Entre técnicos y repre-sentantes de los campesinos, participaron en el taller inicial cin-cuenta personas, mientras que firmaron el documento definitivo lospresidentes de todas las organizaciones y el director del CARC.116

Gracias a este consenso y a la incorporación de técnicos indígenas, elproyecto estaba preparado para el lanzamiento del programa refor-mulado, que partía con firmeza del estudio de referencia. El proyectoarrancó por fin y en los años posteriores las actividades estuvieronmás centradas y recibieron un mayor grado de aceptación de la pobla-ción cañari.

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116 Entrevista con Fray Idolgo Gliuicota Quishy.117 Entrevista con Manuel Espíritu Quishpe, representante de la ATAIZ (Asociación de tra-

bajadores autónomos indígenas de Zhud).118 Entrevista con Rudolf Mulder.

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El riego

Muchos cañaris se quedaron muy decepcionados cuando la iniciati-va de Culebrillas quedó aparcada con carácter definitivo:

Me gustaría, en primer lugar, dar las gracias por todo lo que elCARC nos ha facilitado a mi organización y a mí mismo. La capa-citación ha sido espléndida. Aunque no he estudiado, ahora tengoconocimientos sobre pesticidas y sobre la manera de cuidar ganadomayor y menor. Sé aplicar todo lo que he aprendido. Estoy muycontento con mi cría de cuyes. Tenemos a nuestra disposición nues-tro propio taller de productos artesanales, la tienda, agua potable yotros muchos servicios que Uds. nos han facilitado. Sin embargo, notenemos todo lo que queríamos. No hemos contado con mucho tiem-po, de lo cual me lamento. Lo peor es que no disponemos del siste-ma de riego, aunque sé que es por circunstancias ajenas a su volun-tad. Lamento esta situación porque sin agua nuestra agriculturano va a avanzar de forma concreta y a fondo. La falta de agua nosatormenta. Ya sé que todo el personal del proyecto ha hecho lo queha podido, pero … esperábamos que llegaría el agua.117

Ya no estoy tan seguro. Luché por sacar adelante el proyecto deCulebrillas, pero desde el principio iba mal encaminado. No se reu-nían las condiciones necesarias. Nos enteramos de que es importan-te la participación. Es posible que hayamos logrado más cosas con elcurso que siguieron los acontecimientos, quizá más de lo que hubié-ramos logrado de haberse llevado a cabo el plan de Culebrillas.118

Aunque la presa de Culebrillas no se construyó, el riego siguió siendo lapieza clave del proyecto. Se han rehabilitado varios canales y se ha cons-truido uno nuevo, el de Chontamarca. Se han construido depósitos y seha potenciado la efectividad de los canales secundarios que pasan por loscampos y los pastizales. También se han dispuesto sistemas de aspersión.

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Con la incorporación de técnicosindígenas, el CARC recibió mayorapoyo de los cañaris

Indígenas de Zhud

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[El riego, la pieza clave del CARC]

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¿Cómo funciona un sistema de riego? ¿Qué aspecto tiene? Cada sis-tema es distinto. Los canales pasan por laderas, bosques frondosos,praderas exuberantes y caminos polvorientos. Siguen cursos diversosen virtud de una mezcla de conocimientos especializados y las pecu-liaridades del medio natural. Siguiendo a pie el curso de un canal deriego se constata el esfuerzo humano que conlleva su construcción yutilización; queda claro que el riego dista mucho de ser una actividadde carácter exclusivamente técnico centrada en cuestiones como laaltura de caída, el caudal de agua por segundo o la filtración. Losusuarios del agua deben compartirla de forma equitativa, ocuparse desu cuidado, proteger el canal y colaborar al emprender estas tareas.

A una altura considerable, ya cerca de la laguna, se llega a la sec-ción “muerta” del canal de Chuichun, reconstruida y reparada por unaminga de 80 personas y 15 caballos. Se denomina “muerta” la partealta del canal porque en esa zona no existen usuarios del sistema deriego. El canal sólo está “vivo” cuando se hace uso del mismo. Se repa-rarán 300 metros del canal de Chuichun bajo la dirección de un maes-tro de obra elegido por una junta de agua. En este caso concreto, elprimer maestro elegido tuvo dificultades para colaborar con las min-gas que estaban a su cargo y la junta acabó despidiéndolo.

El CARC financia las obras costeando el precio de los materiales yla asistencia técnica, mientras que la junta aporta la mano de obra.Siempre se sigue el mismo procedimiento: la junta presenta una pro-puesta, el ingeniero del CARC examina el terreno, calcula las tareasque deben llevarse a cabo y examina estas cuestiones con la junta.Queda aceptado un plan financiero y establecido el diseño definitivo.Por último, la junta se abre al público, es decir, el CARC y la junta pre-paran un acuerdo. Esta última procede a elegir un maestro de obra

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El canal sólo está “vivo” cuando se hace uso del mismo

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(de ser posible, perteneciente a la comunidad) que propone la mane-ra de obtener el material necesario y de organizar las labores. El inge-niero autoriza el plan de gestión, se firma el acuerdo y el CARC ingre-sa el dinero en la cuenta de la junta.

Al acercarse a las obras, se entra en una brecha, que es un caminoabierto en la ladera de la montaña con objeto de que los camionescargados de grava y arena se acerquen lo más posible al “canal muer-to”. La niebla es espesa y, tras recorrer el difícil camino, se abre a losojos un panorama de proporciones bíblicas. En medio de la niebla,una larga fila de personas se interna en un bosque frondoso siguien-do un camino estrecho. Las mujeres, que son mayoría, las niñas y losniños llevan amarrados a la frente grandes fardos en los que trans-portan cargas pesadas de cemento húmedo y grava. Otro grupo dondetambién son mayoría las mujeres llena los fardos con grava proce-dente de un montón enorme y con cemento procedente de otro máspequeño. Estas personas llevan la carga a las obras, situadas a 1 500metros, transportándola por un camino estrecho y resbaladizo.Proceden de dos comunidades y ocho sectores distintos. Trabajanvarios días hasta que llega otro grupo a relevarlos. Quien no acude atrabajar a la minga debe contratar a otro trabajador o pagar unamulta que determina la junta.

El camino se estrecha y se pone resbaladizo al bordear el canal. Nose deja de oír el murmullo lejano de un río invisible que atraviesa elbosque. El camino está plagado de cantos y raíces que estorban aúnmás el avance de los que transportan el cemento. En medio de labruma húmeda apenas se distinguen los vivos colores de las faldas delas mujeres. Nadie abre la boca, todos están concentrados en lo quehacen y caminan a buen ritmo sin dejar de fijarse en dónde pisan. Sellega por fin a las obras, donde se encuentran el maestro, el presiden-te y el secretario de la junta y descansan otros portadores. Ya es tardey han depositado la última carga que les corresponde. Los trabajado-res ya han dejado de reparar el canal.

Al avanzar un poco más se llega a la toma de agua. Un río torrencialse precipita ladera abajo. Es el río San Antonio, que nace enCulebrillas. Es un lugar muy extraño: una garganta encajonada entreparedes escarpadas y oscuras rematadas por arbustos tupidos y rodea-das de árboles enormes de cuyas ramas cuelga el musgo. El agua delrío, vaporizada, se mezcla con la niebla. En medio del río sobresale un

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espigón de cemento que encauza parte del agua hacia el canal. Esa esla toma. Derivan del río otras catorce tomas parecidas que encauzanel agua hacia un canal que recorrerá kilómetros y kilómetros trans-portando el agua a los campos sedientos. Esta es el agua que losmiembros de la junta de agua de Chuichun tenían miedo de perder sise la encauzaba hacia la población de Suscal.

Dejando atrás estas sierras de neblina aparece el Canal Chaucha-Suscal, que, con 22 kilómetros de longitud, es el más extenso de lacuenca alta del Cañar. Este canal no parte, como el de Chuichun, deun territorio agreste, sino que se origina en las praderas verdes querodean a un río pequeño denominado Chauchas. Una construcción decemento de notable complejidad recibe la totalidad del río y lo con-vierte en un arroyo torrencial que corre por un canal revestido decemento. La velocidad del caudal, que está regulada, es de 110 litrospor segundo. De aquí sale el agua que consumen 74 familias. Sinembargo, se trata de un canal complicado que tiene al menos 20 pun-tos donde se ha denunciado el robo directo de agua.

Alfonso Mogroveso Durán, es el presidente de la dirección delChaucha-Suscal en los dos sectores de Suscal y Gun Chico. DonAlfonso se encarga del seguimiento de los primeros nueve kilómetrosdel canal. Los supervisa a diario todo el año. Empieza a trabajar a lasseis de la mañana y termina a la una de la tarde. Viéndole en faenase constata que no es tarea fácil. El canal atraviesa bosques, pasapor puentes y precipicios y recorre laderas empinadas. Don Alfonsoretira las ramas y las hojas que obstruyen la corriente por todas par-tes. Todos los días se acumulan en el canal detritos de este tipo.

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Hombres, mujeres y niños trabajanen la construcción de un canal

Alfonso Mogroveso Duránpresidente del canal

Chaucha-Suscal

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“La semana pasada tuve que sacar un caballo muerto; fue muy difícil”,cuenta don Alfonso. Tras recorrer a pie unos cuantos kilómetros más, sellega a los primeros campos y don Alfonso comprueba que la compuertaesté bien cerrada. La población de esta zona tiene suerte: el agua abunda.

Mucho más abajo se encuentran los campos secos situados junto alcementerio de Suscal. Aquí el canal ha quedado reducido a una ace-quia descuidada desprovista del revestimiento de cemento y llena detierra y basura. Este tramo final del canal estaría lleno de agua si lapoblación de arriba hubiera respetado el contingente que se les asig-nó. Unos cuantos centenares de metros más arriba sigue corriendo elagua y, con ayuda del CARC y de PROTOS, la población ha construidoamplios depósitos y ha reparado el canal. En esa zona se ven variostubos entrecruzados por los campos que desembocaban de forma ile-gal en el canal. No es otro el problema de los canales de riego: cuantomás escasea el agua, más ansiosa se siente la población de obtenerlay más dispuesta está a superar el contingente asignado y robar agua.Aquí abajo no hay agua suficiente, pues la población de las montañasse ha quedado con un mayor volumen del que le correspondía.

En esta zona es patente la estratificación social. Los habitantes delos tramos superiores del canal son “blancos” y viven más desahogadosque los indígenas y mestizos de más abajo. La gente de las zonas bajassuele trabajar arriba en las mingas, lo cual suele generar tensión.

Otros canales se están construyendo en las tierras bajas de Cañar.La mayor parte de la población de esta zona está formada por mesti-zos pobres que a menudo han trabajado de jornaleros en los latifun-dios de la Sierra antes de mudarse a las tierras bajas secas para dis-poner de tierra propia. Muchos de estos mestizos trabajan por tempo-rada en los campos de caña de azúcar o en las enormes plantacionesde banano del litoral.

Luis Octavio Lema, es el experto a cargo de la construcción del nuevocanal del Tormento. La construcción del canal es muy complicada,pues atraviesa una ladera escarpada que en su mayor parte está for-mada por arena bastante suelta. Parece que es peligroso agarrarse a lapared del precipicio para verter cemento en la zanja de un canal amedio terminar. El canal transportará agua a una aldea cuya agricul-tura probablemente recobrará la vida. Como el canal recorre una dis-tancia relativamente corta y como la población forma un grupo bastan-te homogéneo, es probable que este canal no dé pie a conflicto alguno.

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¿Y los mestizos?

La descripción del proyecto CARC se ha centrado, hasta ahora, enlas disputas ocasionadas por el agua y las tensiones étnicas. De esemodo quedaron claros los obstáculos que tuvo que superar el proyec-to y se constató que el personal encargado de ejecutarlo hizo lo posi-ble por fomentar el diálogo y establecer la colaboración entre los bene-ficiarios. Sin embargo, los beneficios no han ido dirigidos exclusiva-mente a los indígenas. También salieron beneficiados muchos mesti-zos y “blancos” como, por ejemplo, David Lizandro Verdugo Martínez,que es el presidente del centro agrícola cantonal de Cañar. Él cuentaque sus labores de maestro de “cultura general” no le impiden criarganado y cultivar. “Soy de Cañar, y el 90 por ciento de la población deCañar guarda algún tipo de relación con la agricultura”.

David Lizandro es uno de los organizadores de la feria ganadera yagrícola anual de Cañar que patrocina el CARC. Como muchas perso-nas de Cañar de edad avanzada, lamenta los recientes acontecimien-tos e insiste en que la falta de interés por la agricultura de la que danmuestra los distintos gobiernos está acabando con el campo delEcuador. David Lizandro opina que la política del Ecuador se caracte-riza por el exceso de palabrería y por los intereses particulares. En suconversación destacan algunos temas característicos de toda la pobla-ción blanca del valle. Es difícil determinar si sus opiniones tienencierta base racista o si su objetivo es presentar los hechos.

El éxodo de la población ansiosa de dólares empeora de un año paraotro. El dinero que vuelve no se invierte en tierras o en agricultura,sino en casas y lujos de otro tipo. Los indígenas cobran fuerza. Semudan a las ciudades y tienen más hijos que nosotros. Se está confi-gurando una clase nueva que no está formada por los indígenas delcampo, sino por un sector de la población totalmente distinto.Hablan de venganza sin saber de qué hablan. Así surge la margina-ción y la polarización. Un grupo determinado recibe apoyo de gentede fuera. Dentro de diez años habrá desaparecido el “granero del

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La construcción del nuevo canal del Tormento

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hemisferio austral”. Dicen que el CARC ha favorecido a los indígenas;no es verdad. El CARC ha actuado bien, centrándose en cuestionesprácticas y manteniéndose al margen de la política. El CARC trató atodo el mundo con respeto y colaboró con todos los grupos sin hacerdiscriminación de ningún tipo. Si, como dicen, el CARC ha favoreci-do exclusivamente a los indígenas, yo también soy indígena.119

La construcción de caminos no cobró excesiva importancia, pero enun caso, el del camino de Paguankay, su importancia fue decisiva.Esta zona, que antes estaba aislada, se sitúa en las tierras bajas, inme-diatamente por encima del río Cañar. El paisaje es prácticamente tro-pical. Los mestizos habitantes de la zona solían ganarse la vida con elaguardiente, bebida alcohólica fuerte hecha con caña de azúcar.

Fue una verdadera sorpresa. Cuando llegaron los representantes ynos preguntaron si queríamos un camino los tomé por políticos ycreí que me iban a engañar de uno u otro modo. Les podemos cons-truir un camino, decían. Sí; y los burros vuelan, yo les contesté. Alos dos meses volvieron con maquinaria y pidieron que se formaseuna minga. A los seis meses habían construido el camino en cola-boración con el CREA y nos cambió la vida de arriba abajo. Cuandohabían terminado el camino, nos ofrecieron muchas cosas: créditopara comprar cerdos, la instalación de una tienda comunal, alma-cenamiento de frijoles, nuevas variedades de maíz y frijoles. Yo uti-licé el crédito para comprar cerdos. Instalé dos silos, creé un vive-ro y abrí un pequeño taller de carpintería dotado de la maquina-ria necesaria para hacer estatuillas con las nueces de tagu.120 Tengoun huertecillo lindo y un criadero de gusanos; obtengo bastanteganancia vendiendo gusanos y plantones de árbol. He tratado deaprovechar todas las ofertas y no he perdido nada.121

Anselmo es uno de tantos pequeños campesinos que han sacado pro-vecho del proyecto mediante el modelo incorporado de sistemas deagricultura integrada. Anselmo, además, representa un triunfo en elsentido de que sus vecinos adoptan algunas de las innovaciones que élha puesto a prueba en su pequeña explotación. Puede que facilite esteproceso el hecho de que muchos vecinos que habitan en la aldea deSanto Domingo Paguancay son familiares suyos.

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119 Entrevista con Lizandro Verdugo Martínez.120 Una vez secas, estas nueces de gran tamaño se ponen muy duras. Al pulirlas y escul-

pirlas para crear efigies de animales pequeñas, adquieren una apariencia de marfil,motivo de que se las conozca con el nombre de “marfil orgánico”. Estas estatuillasartesanales cada vez gozan de más popularidad entre los turistas que visitan elEcuador.

121 Entrevista con Anselmo Calló. 122 Ibíd..123 Entrevista con Paola Guaman.

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Enseñanzas que se pueden extraer de unproyecto como el CARC

En vista de todas las dificultades y de las críticas furibundas queencontró el proyecto, resulta increíblemente difícil escuchar opinio-nes críticas de verdad. La mayor parte de la crítica actual no hace hin-capié en fracasos directos sino más bien en una sensación de decep-ción motivada por lo alto de las expectativas suscitadas: “no era tanrevolucionario como creíamos que iba a ser”. “Contrataron a más gentede fuera que de aquí”. “Está a punto de concluir ahora que empieza afuncionar y a surtir efecto”. “No se construyó la presa de Culebrillas,pero mientras teníamos el CARC existían esperanzas, aparte de que escierto que su intervención fue positiva por lo que respecta al aguapotable y el riego”.

Aun así, quienes pudieron participar en los programas del CARC, ensu mayor parte campesinos procedentes de zonas apartadas, en sumayoría, suelen mostrarse agradecidos por la oportunidad de que dis-pusieron:

Gracias a los proyectos muchas cosas han cambiado en mi vida. Laposibilidad de observarlo todo desde un nuevo ángulo, de llevaruna vida organizada en cuanto individuo y en cuanto integrantede un grupo, ha tenido para mí gran importancia.122

Aunque parezca raro, me da la impresión de que mi marido meayuda. La paridad entre los sexos va consolidándose. Las mujeressomos más responsables que en ningún otro momento del pasado. Elmarido y la mujer disponen hoy de una especie de acuerdo.Adoptamos juntos las decisiones. Antes se nos discriminaba mucho,pero actualmente los hombres aprenden a tomarnos en serio.Cuando demostramos que somos concienzudas y que podemos traerdinero a casa se nos respeta. Debemos transmitir a nuestros hijos estaactitud, que me anima a concebir esperanzas de cara al futuro.123

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Anselmo Calló, pequeño agricultor que aplica un sistema de agricultura integrada

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A mí me gusta el trabajo y el CARC me ha brindado numerosasoportunidades de trabajar. El crédito es excelente, mientras queantes los intereses nos agobiaban. Aparte de facilitarme ingresosmejores, el CARC me capacita y me da a conocer métodos nuevos.124

En 1995, año en que me relacioné por primera vez con el CARC, reci-bí formación y semillas de papa mejoradas. Tras recibir más forma-ción pasé a ser beneficiario de un programa de abastecimiento deagua potable. Colaborar con el CARC me ha reportado muchos bene-ficios. Cuando se van me siento un poco como un joven criado porsu padre que ahora debe ejercer sus aptitudes por cuenta propia.125

Lo más destacado de los muchos encuentros mantenidos con los bene-ficiarios del CARC es que agradecen la formación que han recibido.Puede que esta circunstancia sea un síntoma de la sed de conoci-mientos propia de una clase social que lleva demasiado tiempo priva-da de educación y posibilidades de ejercer influencia. Los técnicos delproyecto también suelen describir su experiencia como proceso deaprendizaje:

Para mí ha sido como la escuela. He aprendido muchas cosas endistintas provincias del conocimiento, y en la actualidad percibola importancia no sólo de los conocimientos técnicos y teóricos,sino también de la aptitud para las relaciones sociales y las buenasideas. No cabe duda de que todo esto me resultará muy útil de aquíen adelante.126

En la actualidad, el proyecto está a punto de concluir. Ha dejado a supaso los siguientes beneficios: sistemas de riego mejorados y nuevos,un camino que puso en contacto con el mundo circundante a unacomunidad apartada, una cooperativa de crédito eficaz, la existenciade varios usuarios de invernaderos recubiertos con planchas de plás-tico en que se cultivan frutas y otros productos importantes destina-dos al mercado, mejores métodos de cría de conejillos de indias confines de garantizar la mejora de los precios en toda la región, un mayorconocimiento de los sistemas de agricultura integrada y la existenciade juntas de agua más eficaces y sistemas más adecuados de abaste-cimiento de agua potable.

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124 Entrevista con Juan Tapia Vásquez.125 Entrevista con M. Espíritu Quizhpi.126 Entrevista con el ingeniero Clever Padrón.

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El proyecto también ha dado cabida a organizaciones no guberna-mentales eficientes capaces de atender las futuras necesidades de losbeneficiarios, como por ejemplo CICDA, CEDIR, SENDAS y PROTOS.Estas organizaciones disponen de conocimientos y experiencia acu-mulados en otros países en esferas semejantes, a lo cual se suma elconocimiento adecuado de la situación de la cuenca del Cañar que haacumulado el actual personal del CARC. Estas organizaciones seguiránoperando con apoyo de la Embajada de los Países Bajos en Ecuador.

El CARC empezó siendo un programa de carácter sumamente téc-nico inserto en una sociedad enzarzada en conflictos. Como saltó a lapalestra en medio de un proceso en curso, es natural que se convir-tiera en un agente más. El proyecto fue objeto de ataques y calumnias,pero el personal guardó la calma y se dedicó con paciencia a entablardiálogos con los demás agentes. Se evitaron las maniobras políticas, ylos técnicos, que se centraron en la colaboración directa con la pobla-ción por lo que respecta a la producción agrícola de pequeña escala,ayudaron a los campesinos a organizarse y aprendieron a escucharlos.

Hatun Cañar tiene sed de agua y de conocimiento. Una buena partedel relato de Cañar se ha centrado en el agua. Se procuró poner demanifiesto la función del agua en la mentalidad y la vida de los habi-tantes de la zona. A menudo han ocupado el primer plano determina-dos factores de importancia crucial: quién ejerce control sobre el aguay quién carece de acceso al agua. Se llegó a la conclusión de que, pro-bablemente, el poder, el poder ejercido sobre las tierras y las aguas, seala cuestión más destacada de la zona de Cañar, como también lo es encasi cualquier otra zona agrícola del mundo. Claro está que es imposi-ble que un proyecto como el CARC modifique este aspecto de la nochea la mañana, pero se procuró con ahínco ayudar a las personas a orga-nizarse, a hacerse oír y a obtener métodos, herramientas e instrumen-tos que servirán para que se ganen la vida ellas mismas y sus familias.

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Riego, agua potable, invernaderos, cría de cuyes,

crédito son unos de los tantos beneficios

del CARC

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El agua puede ser amarga o dulce. Es amarga cuando origina dis-putas y cuando es difícil o imposible disponer de acceso a la misma;es dulce cuando llega a un campo y le da nueva vida al tiempo quedota de salud y de fuerza al campesino y sus hijos. El agua también esdulce cuando es posible acceder a ella trabajando con denuedo y cola-borando con los vecinos.

Aunque a menudo eran escasas las posibilidades, el CARC logrósuministrar agua a muchas familias. No todo el mundo obtuvo el pre-ciado líquido, pero la mayor parte de la población entendió que laesperanza más sólida de obtener y conservar agua reside en colaborar,en organizarse y en adquirir conocimientos. Se espera que la búsquedasiga su curso y que los cañaris terminen por saciar su sed de fuerza,conocimientos y agua.

Aparte de su carácter palpable y fundamental en la vida cotidiana,el agua simboliza con enorme fuerza las esperanzas y los esfuerzos dela gente. La mayoría de las mitologías pone de relieve la patente adap-tabilidad del agua, la manera en que se abre camino en el entornonatural adaptándose a la orografía al mismo tiempo que da una nuevaforma al terreno y lo modela. Además, pese a su condición de adalidde la vida, el agua carece de presunción; no se impone a la fuerza. Sedirige a las zonas más bajas del medio natural siguiendo un curso queva de arriba abajo. Fomentando la expansión de la vida a partir de lossegmentos inferiores engloba la totalidad del sistema. De ese modo, asemejanza de un proyecto de desarrollo eficaz, actúa de abajo arriba.

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