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.^í,\DRID NUMERO f7-49 H S ŭ.PTIEMBRE 1945

HIGIENE oE^ GALLINEROPor AMALIO :DE JUANA SARDON

'Jeterinatio.

HlGIENE DEL GALLINERO

I?n la e^plotación cle Ias gallinas, el incun^^eniente tle nta-yor importancia para la buena niarcha económica de la mis-ma es la elevada mortalidad que'se obserca, tanto en las'avesjóvenes conio en ^las adultas. Pero no es tínican^ente la inor-talidad la que repercute desfa^^orablemente sobre el rendi-rniento económico de la industria avícola, sino que a^luellasa^-es porta^doras de parásitos o con una infección, ]atente c^crónica, crecen a un ritnlo inás lento, o ponen inenos .1^uevos.

Una serie ^ie factores'influye sobre el hecho de que el por-^^entaje cíe mortalidacl sea más o tnenos elevado, el cual pue-de limitarse a términos míni^nos teniendo en cuenta las ca-racterísticas de buena cunstitttción de las aces, ^su alimentarción correcta para evitar toclos los trastornos por carencia,las vacunaciones pre^•entivas, e^tc. Pero, adeinás, es de e^ctra-orclinaria importancia prodi^ar a las aves una serie de cuida-dos higiénicos que las propvrcionen las mejores condicionesde vida, dada Ya influencia que éstas'tienen sobre la presenta-ción de infecciones y, al mismo tiernlx^, el ^ decisi^-o papel quc.juegan las concíiciones de^ ambiente en lo ^que se refiere a laproclucti^^idací de los anitnales.

}?5 preciso tener presente que, ntuchc^ más iinportante queel tratamiento de las a^-es enferinas, es bacer todo lo posiblepor pre^^enir la presentación y difttsión de sus enfertnedades,pues el aforistn^ "más vale prevenir que curar" adquiere aquí:nayor realce, dado el redttcido valor de cada ave individual-mente cc>nsiderada, el tien^lx^ einpleado en el trataniiento, laeventualidad de ^la eficacia cíel inismo y el peligro de propa-^arse una enfermedad a todos los habitantes del gallinero.

Indicábamos anteriormente cómo para obtener un ^;radvcle sanidad ele^-ado en el efecti^-o es preciso proporcionar 'al^anado una alimentación adecuada a sus necesidades, con ra-ciones perfectamente equilibradas, puesto que, de'lo contra-rio, se presentan afecciones carenciales y, ^en general, se dis-

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minuye la capacidad de resistencia del organismo contra losvariados agentes nocivos externos. La selección de reproduc-tores, teniendo en cuenta la baja mortalidad comprobada ensu 'ascendencia o en su descendencia, así como los signas debuena const.itución (gran vitalidad, buen tamaño, etc.), paradar ,lugar a líneas de gallinas resistentes a las enfermedades,es igualmente imprescinclible. Dichos aspectos del problemajustifican por sí solos ser tratados'con la debida extensión, yen esta Ho^A nos limitaremos a dar unas ligeras nociones delas medidas higiénicas que todo avicultor cuidadoso, y quepretenda ,verdaderamente que su explotación sea lucrativa,debe poner en práctica en el alojamiento y manejo de stts aves.

Condiciones higiéni^cas ^d^e la instalación.

Para conseguir que el alojamiento de las aves reítna lascondiciones higiénicas adecuadas hay que tcner en' cuenta unaserie de ^actores que van a influir directamente sobre aqué-llas desde el primer momento de la instalación del gallinero.Estos factores que hacen posible que el alojamiento reúnalas condiciones más favorables para la permanencia de lasaves son los siguientes :

La ^aat2arcxlezu y configur^a^ción d^el'te^rreno, qt?e ^1a ^cle sersuelto, permeable y algo elevado, para evitar la humedad.

La ori^ctuci.ó^ti, adecuada para preservar a?as gallinas delos rigores clel clima, vientos fríos y calores extremados. `Así,en las provincias del Norte se recomienda orientación Sur;en las mericlionales, la Este o Sudeste, y en las del centro, laSur o la Sudeste { i).

Ccr,[^acidad.-Otra condición que lha de tenerse muy encuenta es la de la suficiente c^p^acid^ad para el número de avesque se quieran alojar, por su influencia directa sobre el mejordesarrollo ^y elevada puesta, y especialmente en lo que respec-

(i) Para conocer, con todo detalle, las condiciones que debe reunir un ga-]linero moderno, recomendamos al lector el Manual técnico titulado ^Orga^zrza-c.ión y¢^roryectos de gallineros, editado Por el Servicio de Capacitación y Pro-paganda del Ministerio de Agricultura. Contiene cinco proyectos completos, consus planos, mas otros muchos datos del mayor interés. Sólo cuesta i5 pesetasy está a la venta en la Librería Agrícola (Fernando VI, 2, Madrid) y entodas la:; principales librerías. .

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ta a las pollitas en crecimiento, futuras reproductoras, a,lasque actualmente se aconseja proporcionarles un espacio 7na-yor, hasta de un metro cttadrado por cabeza. Se estima que lasuperficie óptima de piso en la nave de puesta es de 36 a 37 de-címetros cuadrados por cabeza para aves de razas ligeras^(Legózo^y^c), y de 4o decímetros cttadrados para razas máspesadas.

T^eaa.ti^l^aciósa.-La ventilación ^es esencial para proporcio-:nar aire puro a los animales. 'También contribuye a evitar 1ahumedad. Debe establecerse de manera que no se originen^^corrientes de airf:. La Estación Agronómica Experimental de^!Iassachusetts considera que es suficiente para lograr una.adecuada ventilación 'disponer orificios en la parte superioraíe la fachada. Las ventanas contribuyen también'a la venti-lación, y especiálmente a la iluminación. Esta es muy intere-sante, dada la influencia que tiene sobre él funcionamientode ciertas'glándulas cle secreción interna que activan la pues-ta. Además, ^son conocidas la acción bactericida de las radia-^ciones solares, su influencia sobre ^el desarrollo de los anima-1es y su acción antirraquítica por la transformación, a nivelde la piel, de la ergosterina en vitamina D. Tanto ^es así, quelas necesidades en dicha vitamina se consideran satisfechas^con que permanezcan al sol'^ unas cuantas horas a1 día. 'Perohay que tener ^en cuenta que todas esas acciones se ^allanvinculadas a las radiaciones ultravioleta, cuyo paso impi^le elcristal ordinario. De aquí que se recomiende mantener abier-tas las ventanas durante el día y se insista en buscar tin sus-titutivo, a base de tela metálica y materias plásticas, que pue-da colocarse en lugar de aquél.'Esto será más ñnteresante enaquellas regiones donde por el excesivo frío, la humedad acu-tnulada en el parque, etc., no puedan `salir a disfrutar del solen 1os intervalos cie cielo despejado.

La superficie de ventanas qne se considera necesaria (va-riable por diversos factores),'en relación a la superficie de lanave, es de unos 30-35 metros cuadrados por ca^la cierl me-tros cuadrados de piso, o alrededor del 35-4o por zoo de lasuperficie de fachada.

Estos mismos cuidados, aunque en medida más intensa,

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han de obs^ervarse rigurosainente en los criaderc^s, especial-mente en los idestinados a pollitas ^que por su corta edad iiose les pei-mita aún 1a salida al exterior.

P^^rqzr,e.-Es ^^reciso que las aves vivan sobre un ^terr^enos^no. Se h^a comprobado que 1a mortal:idad aunleilt^ coincrconsecuenci;a de ^mantener las aves sobre el rnisn^o terrenc^

Gallinero en Torrelobatón (V^lladolid), coi^struído ^co^n auxilio técnico y eco-^nómico del TnstiCuto ^Nacio^^al de Colonización.

años tras a.ño. La ^n^or-t^lidad puede ^u^m^eutar ^tín il^ás si^el parc^ue ^no se si^einbr,^, de verde, o si ^el aáua tieride a en-charc,zrse ^en^ él. Esto n^^s dice c^u^e, si bien en la generali^dadde los casos no 'hay otro ren^edio que mailtener aves sobre ^^el^inisino terreno de ^una m^nera continitad^, ^ttesto que las Vdis-ponib:ilidades de terreno suelen estar muy linlitadas, 'el sitio^destinado a^parque debe tener la inayor superficie P^^sible,considerándose como'ól:^t^iina la de diez m^tros cuadr-ados por^ave. I^s muc^o mejor, y permite reducir'esa superficie, in-

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cluso hasta asignar cinco metros cuadrados por ave, si sepuede disponer de varios para 1a misma nave, al objeto deestablecer una ordenada rotación para su aprovechamiento,saneamiento y cuidados culturales, sembrando gramíneas yleguminosas de rápida vegetación, al objeto de 'que, a ser po-sible, dispongan de verde en todo 'tiempo.

Para proporcionar a las aves sombra acogedora que lasalivie del excesivo calor del verano deben plantarse en 1osparques árboles de hoja caduca (entre los `más indicados, ',lamorera y la higuera), para que en los días despejados del 7n-vierno dejen el paso libre ^a ;la luz y a las radiaciones solares.

Antes de salir de este apartado de las condiciones hig^ié-nicas de instalación conviene dejar sentada la convenienciade que, tanto la distribución general de la granja como ^la delgallinero en particular, facilite el aislamiento de parte de laexplotación, para el caso de presentarse enfermedades infecto-contagiosas o parasitarias. También hay que disponer unanave-enfermería, en zona algo separada y en dirección opues-ta a los'vientos dominantes, donde aislar a las aves enfermaspara su mejor observación e impedir la difusión de cualquierenfermedad. Igualmente debe instalarse'un horno crematoriodonde destruir 1os cadáveres, así como los utensilios de'pocovalor, paja, etc., en el caso de enfermedades infecciosas.

Profilaxis de la+s ^enferm^d^ades.

En la lucha preventiva contra las enfermedades infecto^-contagiosas, adernás de las vacunaciones sistemáticas de losefectivos-especialmente contra aquellas que se presenten, ensucesivas temporadas, en la comarca-, ^ay que tener pre-sente que el contagio se realiza por'convivencia de aves sanasy enfermas, o a veces también de las que hayan padecido láenf ermedad, y qtle las deyecciones, los exudados expulsadosal estornudar o al toser, la sangre ^de los animales sacrifica-dos, son portadores, en la generalidad de los casos, del agenteinfeccioso; los alimentos contaminados por enfermos, losmedios de trans}^orte y utensilios (jaúlas, etc.), los pájaros(gorriones, etc.) que pueden padecer la enfermedad o trans-

portar pasivamente al agente infeccioso en sus extremidades,parásitos externos, insectos (moscas, mosquitos), dan lugar ala introducc:ión de 1a enfermedad.

Desde que el agente infeccioso penetra en el organismohasta que aparecen los primeros síntomas transcurre untiempo más o menos largo (período de incubación), por lo quehay que som.eter a cuarentena o aislamiento riguroso, duran-te quince días como término medio, a las aves adquiridas can-tes de introducirlas en la manada, e incluso algunos autores.aconsejan sE: las bañe previamente con solución de creolinaal a por ioo.

Yrecaución especial es la de asegurarse del buen estadosanitario de la explotación donde se adquieran huevos paraincuba.r, polnitos de un día ^o aves adultas.

Cuando ha hecho su presentación cualquiera de esas en-fermedades (có^leY^a, tif2cs, viru^el^a, peste, etc.) hay que sacri-^icar a, los enfermos y sospeáhosos, cuando no esté indicadoincluso el sacrificio' de todas las aves receptibles, para su po-sible aprovechamienta (como en caso de presentarse la pesteavác^lcz); o, en su defecto, aislarlos rigurosamente, teniendomucho cuidado de que los mismos encargados de atendem alas avf:s no vayan a propagar la infección. Las gallinas debensepararse ern pequeños lotes, y se les aplicarán vacunas, ete.,según dictarnen weterinario.

Los cad^iveres deben destruirse por incineración o ente-rrándolos bajo capa espesa de'cal viva. Hemos dicho ^que to-dos los uten:;ilios, paja, tierra, etc., que hayan tenido contactocon el ave enferma o su cadáver, así como el calzado, manos,ropa, etc., del personal encargado de sú cuidado son vehícu-los de contagio, y de aquí el gran cuidado que debe tenerseen el aislamiento y desinfección cuando se presente cualquierenfermedad de tipo infeccioso en el gallinero, o cuando seconoce que lo ha hecho en otro de la comarca, e incluso hayque procurar ahuyentar a los pájaros-puesto que, como he-nios d:icho, +pueden transportar el agente causal de la enfe;r-inedad-, así como pro;hibir la entrada a toda persona ajenaa la explotación.

La presentación y difusión de enfermedades es mucho

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más f.ácil en locales sucios que en los manteni^dos regu-larmente limpios. Como causas predisponentes de enferme-dad se consideran la falta de higiene, cría en espacios ^exce-sivamente reducidos, htímedos, enfriamiento por corrientes.^le aire, alimentación inadecuada. Se ha observado cómo `^en.la misma comarca mileren aves afectadas de cólera que esta-ban mantenidas en malas condiciones de higiene, respetandola enfermedad a otras que vivían ,en corrales inmediatos, hi-giénicos.

Limpieza y ^désinf^ĉción.

La nave del gallinero debe someterse periódicamente a.una perfecta limpieza y desinfección. En caso'de presentarseenfermedades infecciosas íhay que proceder, en aquellas na-ves donde 'haya habido enfermos, a una limpieza y desinfec-ción a fondo, raspando perfectamente todo lo que su natura-leza lo permita (parecies, piso, perchas, etc.) con adecuadamaterial (raedera de deyecciones), quemando el producto delraspado y barrido, lavando con agua a presión, 'si es posible,y aplicando después un desinfectante eficaz.

Para la desinfección puede recurrirse a una serie de pro-ductos, entre los que se `encuentra la lechada'de ĉal, simple oadicionada de ácido fénico (2-3 por i.ooo), de creolina o desulfato de cobre; el hipoclorito de :calcio, en proporción 'de;L^ al 5 por roo, 4es muy eficaz Iy desodorante; se emplean tam-bién la ^creolina al 5 por zoo, la lejía d^e,^sosa al 2 ó'3 por zoay el formol al 5-6 por zoo. Existen otros desinfectantes (ácidafénico, sublimado corrosivo, etc.) que, aunque de gran poderbactericida, en lo posible debe limitarse su uso, dado el peli-gro de su manejo, por su acción irritante o su toxicidad.

A1 agua de bebida se recomienda la adición'de sulfato dehi.erro (del i, al 2 por zoo), permanganato potásico alz por 1.000, o ácido salicílico al ^ por z.ooo.

Lueha c^ontra los p^arásitos.

Los parásitos externos dan lugar a pérdidas que, en los,polluelos, se tradttcen por el;crecimiento retardado, motivadapor la considerable'irritación que les producen, llegando in-

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^cluso a mori.r por consunci(ni, debiclo a la pérclida de sangre,etcétera. Las aves aclultas tratan cle clefendersc, y se las ^ob-serva con el pico constanternente introdticido entre las plumaszlel cuello, pecho, alas, etc. ; el estado aeneral se altera y en-flaquecen, la ,puesta disminuye y la muda es irre^ular. Ade-más, esos parásitos externos (piojilios, chinchorros) puedenser vectures de g^érmenes de enfermedades inl^ecciosa,.

En la luc^a contra estos parásitos hay que atender a des-insectar a las aves y, paralelamente, el local. Es convenienteclisponer Kle un baño de polvo 'a base cle arena fina y cenizatamizacla, a partes iguales, al que se debe atiaclir algíui insec-ticida (a^^ufre, D. D. 'T.), y así, las aves, al escarbar en ély empolvarse, lo hacen con el insecticicla. Ii,l espesor del bañocle pol^^o será ide unos ?o a a5 centímetros.

E^celentes resultados contra los piojillos de las l;allinasse consi^uen pintanclo las perchas, momentos antes 'cle 'acos-tarse las aves, con sulfato cle nicotina al .^o por ioo, clel cualse echarán también tres o cuatro gotas en cacla niclal, repi-tiendo el tratamiento a los diez-quince días, y en caso ĉle sar-3?a tres veces con intervalos de tres días.

EI tratamiento individual de cada una de las a^-es puedehacerse también espol^^oreando pr^dtzctos parasitici^das porsu cuerpo, a sumergiéndolas ^en un baño a base de alguno deellos. Muy eficaz y barato es el fluoruro sódico, clue se puedsutilizar en polco, para lo eual se coloca el a^^e sobre una ^nesa,sujetándola por las alas, y al alcance del operaclor un reci-Y^iente ^con el fluoruro, y se ^-a aplicando, entre las pluinas ysobre la piel del ave, una pulgarada en la cabeza y cuello, dosen e^ dorso, una en el peoho, otra en el vientre, otra en la cola,otra en cada uno de los !muslos y en la cara inferior jde lasalas ; tambiér.i puede aplicarse valiéndose de un pequeiio íuelleo un bote convenientemente a^-ujereado. Del mismo modo sepuede emplear el D. D. T., con cuyo proclucto l^emos conse-guido ^.nantener la hnanada de gallinas libre cle parásitos ex-ternos.

El tratamiento por espolvoreo puede hacersc también su-jetando el ave por las patas cabeza abajo y, al abrir las alas.repartir el polvo lo mejor posible entre las plumas de las dis-

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tintas regiones, especialmente en cabeza, cuello, parte inter-na de las alas y alrededor de la abertura anal. Más aconse-jable por su economía, 'brevedad, rapidez de acción y caren-cia de acción irritante es el empleo del baño de fluorurasódico, pero ha de tenerse cuidado de evitar el enfriamientode las aves bañadas.

El momento más adecuado para proceder a este trata-miento en masa es la primavera. Hay que escoger días des-pejados o disponer de un local con buena temperatura para,de no soltar al sol, tener en él, y sobre una ^cama de paja o^viruta, a las aves para que se sequen. Se emplea una soluciónal 0,5 por ioo +(cinco^ gramos por litro) en agua a;unos ,4o,a5o grados centígrados. Se debe colocar en un recipiente có-modo de utilizar, en cantidad adecuada para que, al introdu-cir el ave, pueda quedar completamente bañada y aquélla nase vierta. Es suficiente una tina de ao litros de capacidad, enla que se colocan unos i^. Se debe coger al ave por las alas,o por las alas y;por las patas en posición normal, e introdu-cirla en el baño, separando las plumas suavemente. Se la sacay, pasando la mano con ligera presión de cabeza a cola, seescurre el excesa de líquido.

En el caso de presentación'de sarve,as (desplumante, patascalcáreas) hay que separar a las aves enfermas para someter-las a cura y realizar una enérgica desinfección en la nave,dada la resistencia y facilidad de propagación del agente cau-sal de la sarna, teniendo especial cuidado con las costras des-prendidas, puesto que bajo ellas existen infinidad de huevoso larvas que van a infestar a otras aves.

Precaución muy interesante es que las perchas, nidales,paredes, estén desprovistos en lo posible de grietas y resque-brajaduras donde se puedan alojarl los parásitos, ya que, sien-do esencialmente noctámbulos, se refugian en ellos y perma-necen aletargados durante el día ; además, pueden vivir 4argotiempo alojados en ellos en ausencia de las aves, sin necesi-dad de alimentarse.

Hay que someter a desinfección todo lo que haya tenidacontacto con las aves. La cama, así como los utensilios depoco valor, se debe quemar. El resto del material se debe sa-

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car a] sol e introducirlr> durante cinco riiínttto^ e» ^c^lt^cir'^^ide ^icido fénico al 5^x^r i.ooo, después de rasl^advs c ĉ ^t^ csl^^^t-tttla y'la^-ad^s con cepillos de raíces. lñttalmente se r<tsparántudas las par^^^les, tabler^^ culectvr, his^_I, v^lrsln^és cle bienlavado se dará lechada de cal, a la clue ^e añadr el j l,xlr ^cx^de ^iPoclurit^^ de cal, d^ej,í^ldulo secar ^^ repitiendo la upera-rión al calx^ de dos días, c^bteniéndose mt.t^- buen^^s resulta-^lus. "falllble2l pttede añadirse, a la lechacla ^cle cal, crculiila ^ I1is^^l. la:n casos de tiiia, Lahave recou^icnda 1<t de^inteccióu^lel ^;^allinero c^m 1>rudurtus qtte cunteil^^tn azufre (sulttció^tcie stilf^tiro ^le lx>tasio al io lwr ioo).

Las a^-es ha^deren tan^bién ti^ttchas aieccioiies debid^u .^

l^arásit^^^s internos (del aparatu respiratorio, di^estivu, etr.)

^lue in^;re,an en ic^rnia de^ lar^•as al de^^orar iuuscas, escara-

bajus, gusana,s, nlariposas, caracules, cochiiiillas de ^htirlicdacl.

^tcétera, ^ltte cviistittt}•en littésl^edes intermediaric^. d^^n<l^^

tran.ciirre al^una de las tases de la vida del l^arásitt^; u cu

estacl^^ de hue^•u, cun a^ruas sttcias, a1.inlentos cuntaminaclu^

Cull (le1'eCCll)lles C1C 1ltlltllale^ elltei'11105.

f?i^ este ^asu ^ ►a}• qtte l^r^^ceder al aislarniento ^• litnpirzae^snierada cle cle^^eeriones y eanias, etlterránclulas u regán^l^ ^-las r^_m lejía ^calieiite o cal ^^i^•a al is por ioo, dadcr due, cuuaduéllas, las a^-es enfernias eliminaii al e^terior larvas o hu^^^-^ ^s ^cle los parásitus. Ha}^ due ^roteger los coinederos ^• b^•-bederos cont:ra la l^osible contaminación con heces, }^ sori^c-ter]os a liinpieza cttidado^a y repetida; luc}^ar contra ía^ilioscas (no teiler ^^rósini^s estercoleros, qtte favoreceii aatnultiplicaci^5ti de 1<ts liioscas) y conibatir a los hiojos }• deti^ásl^ar^ísit^,s c^ternos que puede^l actttar como tratlsmisure^ c^11u^^s^^des iriterriiediarios. ^lantetler secos los parr7tie;, evi-tanclo las a^Yias estancadas o saneándolas con adición +ae cal^-i^•a. `^e ha obser^•ado que cuando sobre el inismo parclue ^e^natlticneri las a^•es, en sucesivos años, sin cultivo algtinu, e^mavor el 1>orcenYaje de harasitistl^os. Contra todos los ^ará-sitos internos, la ^i^ejor lticha es matitener los g-alliiier^^s ei1buenas ^condiciones de hi^iene, y los patios o corrales secos ^limhios, cubiertos de ^hierba ^•erde, alternándolos peric^dica-mente ^- culti^•ántl^^l^s y resembrán^tíolos con op^Irtunidad.

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Conviene vigilar la sanidad d,e las aves.

EI calnl>esinc^ ^^ el a^^ict:'.`^^r inclu^trial clel^en huscar elconsejo del Veteriliari^^, siendc^ lu,p.-escindible houer en suconocin^ielltu cualitos tra.storn^^s se aln-ecien en lati a^-es enexl^lotaciói7; sólc^ así lniede ser y^ttgula ĉla la enfermedad e^isus cc^mienzos, y cualquier sínt^^,nia, lesi^'m, resultad^^ ^de aná-lisis efectuado, o el .estudio de la ración que consunien ]asgallinas puecle cleticubrirle la e^istencia cle uua enternlecíadcrónica, eshecialiliente ^in^portante en l^la»teles de reproduc-tures, v 5c^nleter a su debido tienlh^ a las hruebas cliagnbsti-ca^ y al tratan^ient^^ encalninaclc^ a alejar el l^eli^r^^ y ^•ol^^era la nornialidad el etecti^•o a^^ícc^la.

Unicamente así, aunando minuci^^sanlente 'tc^dos los fac-tures due influyen ^en la hroducción (instalaci^mes, alimenta-ción, selección, etc.), es l^osible ]legar a inej^^rar l^s efecti^•^^savícoías calnhe,in^^s 'y lx>blar el stlel^^ eshañul clel sttficienteníui^erc^ de ^ranjas, it^staladas ^a^n arre^l^^ a criteri<^s cieiití-fic^», qtte ha;^an econ ĉuuica su e^plc^taci^n, incrementand^^ talfuente de ri^jtteza n<^ s^íl^^ hasta satisfacer ^^lenal^^ente la cre-ciente demanda cle nuestr^'niercad^, sin^^ que ha^a lx^sible laetil>ortación de ht^e^-^^s }^ v^^latería de cunsu^l^^^.

i\^layc^, 1y^c^.

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