Mikhail Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1868-1873) [Max Nettlau]

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Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en Espaa (1868-1873) de Max Nettlau

MIGUEL BAKUNIN, LA INTERNACIONAL Y LA ALIANZA EN ESPAA (1868-1873)*Max Nettlau

CAPTULO PRIMERO LLEGADA DE GIUSEPPE FANELLI A ESPAA. LAS INTRIGAS DE PAUL LAFARGUE EN EL SENO DE LA INTERNACIONAL

El predominio incontestable de las ideas anarquistas en el movimiento obrero espaol, desde hace ms de medio siglo, tiene sin duda por base, o por apoyo, la disposicin de los obreros espaoles hacia los ideales de libertad que, junto con las caractersticas del desenvolvimiento histrico de su pas, constituyen factores que algn da har resaltar una detallada historia de la revolucin en Espaa. Pero no obstante dichas predisposiciones fue necesario un primer impulso para que despertaran esas tendencias que se hallaban latentes y ste se le encuentra en el viaje que a dicho pas hiciera Giuseppe Fanelli, uno de los ms ntimos del crculo de Miguel Bakunin, que tuvo lugar en el invierno de 1868-69. La Internacional espaola, fundada en esa poca, fue propagada desde su comienzo de la manera ms activa por personas que aceptaron por entero las ideas anarquistas colectivistas tal como haban sido formuladas por Bakunin, con excepcin del episodio Lafargue (1872-73 hasta 1890). Dichas ideas y tendencias fueron las nicas que se propagaron, dado que el partido marxista, calificado entonces de microscpico, nada significaba. Luego que las ideas comunistas anarquistas fueron difundidas por algunas agrupaciones de camaradas se fue absorbiendo, poco a poco, la mayor parte de los ncleos avanzados, como asimismo las organizaciones antiguas que, por haber tomado un carcter demasiado rgido, fueron reemplazadas por agrupaciones libres, evolucin pacfica donde lo joven creca alimentado por la savia y la experiencia de lo viejo. Ese movimiento represent tambin, desde su comienzo, los intereses corporativistas de los trabajadores y en diferentes perodos lleg a componerse de 50 a 70.000 afiliados. La labor de Fanelli en tal sentido se ha hecho legendaria. En La Rvolte de Pars, del 4 de mayo de 1893, por ejemplo, se habla de ese hombre ferviente, persuasivo, que en tiempos de Bakunin fue un da a Espaa, recorri el pas, tom uno por uno los hombres ms dispuestos que hallaba a su paso para persuadirles, convencerles y llevarles a la ANARQUA, agrupando as a toda una generacin que hizo del movimiento anarquista espaol uno de los ms compactos y aptos en las luchas sociales de Europa. Testigos, su vida desde entonces; testigos: Jerez (la sublevacin campesina de 1892) La historia de ese desenvolvimiento es conocida en cuanto a sus acontecimientos exteriores ms esenciales, pero no satisface la curiosidad del que desea conocerla ntimamente y hoy es tal vez demasiado tarde para ensayar su reconstruccin. Muchsimos de sus actores, muertos o desaparecidos, no dejaron recuerdos que se pudieran recoger, y los que sobrevivieron a dicho perodo eran elementos activos, perseguidos sin fin, lo que oblig, a muchos, a retirarse de la propaganda y de la lucha por efecto del desaliento que cunde a veces entre los militantes. Las*

Digitalizacin: KCL.Traduccin de Diego Abad de Santilln. Ediciones de la Piqueta. 3 edicin, 1977. Madrid.5

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relaciones de Bakunin se limitaban a un crculo muy pequeo de hombres serios que han muerto llevndose sus secretos, dejando a lo sumo en torno suyo una leyenda, pero, en cuanto a sus papeles, lo que no fue destruido en el curso de su vida agitada, o perdido despus de su muerte, ha sido inaccesible, al menos para m. No pude hacer nunca investigaciones personales en Espaa. Hace veinte o veinticinco aos, cuando hubiera podido y quera hacerlo, discut varias veces sus detalles con mis amigos Tarrida de Mrmol y L. Portet. Pero, como siempre, sobrevino un nuevo perodo de persecuciones en Espaa, obligndome a postergar indefinidamente mi viaje. Felizmente algunos buenos materiales de carcter ntimo han sido conservados entre los papeles de Bakunin y de algunos internacionalistas en Suiza, etctera. En dichos documentos y en lo que pude encontrar de viejos materiales impresos espaoles, que son rarsimos en el extranjero, y en lo que recog en mi biografa sobre Bakunin, en su Suplemento manuscrito, en un artculo del Archiv fr die Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbewegung (Leipzig), vol. IV., pgs., 243-303, noviembre de 1913, fue basado este ensayo. En el presente trabajo tomo parte base dicho artculo que amplo y transformo libremente agregndole algunos conceptos tanto explicativos como suplementarios. Pero no trato, a pesar de ello, de dar la historia de los primeros tiempos de la Internacional espaola, cosa que exigira un libro voluminoso y los materiales necesarios de los cuales no conozco ms que algunos fragmentos. Trato, al contrario, de esclarecer aqu, lo que se refiere a las relaciones de Bakunin con Espaa y a la obra del ncleo ntimo que fue el cerebro y el corazn de la propaganda, de la organizacin y de la accin revolucionaria socialista, desde 1868 a 1873. Lo que el pblico en general, los historiadores y economistas, incluso, supieron de tales acontecimientos, fue muy poco y, adems, falseado por la intromisin de Paul Lafargue, yerno de Karl Marx, en el seno de la Internacional espaola, a la cual trat de arrancar el secreto de sus relaciones con Bakunin, al precio de todas las villanas. No tuvo xito en su intento, pero se conform con obtener resultados ficticios ms que suficientes para promover intrigas y acusaciones y desarrollar una polmica desleal. Sobre tales falsedades se basa una historiografa pomposa proveniente de un folleto de Lafargue que tiene su culminacin en LAlliance de la Democratic et lAssotiation Internationale des Travailleurs (Londres, 1873), obra colectiva de Engels, Marx y Lafargue y N. Utin, repetida sin anlisis alguno en Le Socialisme Contemporaine de Laveleye y en una pretendida historia alemana de la Internacional, hecha por un personaje innombrable (1904), libelo traducido en varios idiomas y en la llamada Historia del Socialismo Obrero Espaol (Madrid, 1902), por Francisco Mora, uno de los cmplices de Lafargue. Esos modelos son copiados ciegamente por otros autores que no vieron nunca un documento espaol de la poca precitada y que obran as por injuria, por superficialidad o por una buena fe de devotos fanticos por todo lo que los jefes marxistas han proclamado y aprobado. En realidad casi todo lo que se dice en el folleto de 1873 es falso o tendencioso y la correspondencia de los jefes marxistas de esa poca, con su subjefe F. A. Sorge, de Nueva Cork, publicada en 1906, nos permite reconocer el ambiente de odio, la vanidad y la superficialidad en que naci esa publicacin que pretende pasar por un informe de la comisin investigadora nombrada por el Congreso de La Haya (1872). Hubiera sido muy fcil informarse mejor de estas cosas, porque ya en 1873 la Memoire presentada por la Federacin jurasiana a los internacionalistas, redactada por James Guillaume, opuso a la intriga urdida contra los libertarios de la Internacional un relato sobrio de los principales acontecimientos en cuestin. Pero todos los historiadores del socialismo han pasado en silencio ese libro y, para hacerles justicia, no han llevado tan lejos sus investigaciones como para saber de su existencia. El Bulletin de la Fdration jurassienne, publicado desde el 15 de febrero de 1872 al 25 de marzo de 1878 en el Jura suizo, contiene una gran cantidad de materiales espaoles tomados de las mejores fuentes, porque su redactor, Guillaume, estuvo en relaciones constantes, tanto con la Internacional pblica en Espaa, como, desde 1874, con su organizacin secreta, y el Bulletin fue con toda probabilidad el nico rgano europeo que sigui atentamente la marcha de la Internacional secreta y que6

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public lo que era prudente divulgar. Esos materiales son, como se sabe, reproducidos o resumidos y comentados en los cuatro volmenes de LInternationale, documents et souvenirs (Pars, 1905-10) del mismo autor). Por medio de esos escritos se hallaban hoy esclarecidos muchos detalles, pero la desfiguracin de los hechos est tan ntimamente ligada a la intriga marxista desarrollada en el seno de la Internacional, que no puedo prescindir de ella despectivamente. Me esforzar, en cambio, por desenredar los hilos de la intriga, lo que ser tal vez bastante instructivo para nuestra poca en la cual la intriga de Mosc, heredera de la intriga de Marx y Engels en Londres, no ha dejado an de hallar dciles instrumentos y de hacer vctimas aqu y all. Y sera necesario releer las pginas 30-40 de LAlliance en Espagne, el libelo de 1873, para comprender los motivos que me han inducido a presentar la siguiente prueba documental en torno de dichos hechos. Todo investigador o lector curioso puede informarse de la verdad leyendo la serie de artculos: Del nacimiento de las ideas anarco-colectivistas en Espaa (Revista Social, 27 de diciembre de 1883 al 28 de febrero de 1884 y siguientes), escritos por un camarada cuyo nombre me es desconocido, que saba mucho al respecto, pero que escribi ms bien como propangadista que como historiador. Sobre el mismo asunto puede consultarse el libro de Anselmo Lorenzo El Proletariado Militante (Barcelona, 1901, 446 pgs.). O Socialismo na Europa, por Magalhes Lima (Lisboa, 1892, pgs. 312.337), que se basa en fuentes espaolas, pero que no constituye un estudio slido. El artculo de Ricardo Mella Le Socialisme en Espagne (Humanit Nouvelle, Pars, vol. I, 1897, pgs. 521-535). Arnold Roller, Blaetter aus der Geschichte des Spanischen Proletariats (Berln, 1907, 40 pgs.), folleto de un camarada que fue a estudiar el movimiento espaol a Espaa misma y que preparaba una historia extensa de sus movimientos, historia que no fue publicada. Dicho folleto fue traducido y publicado en el Suplemento de La Protesta (Buenos Aires, 22 de octubre de 1923 y siguientes). La literatura de la Internacional en Espaa ha dejado grandes series de peridicos amplios y bien cuidados como La Federacin, de Barcelona (1869-73), etc., informes de congresos, estatutos y series de circulares, de peridicos clandestinos (Las Represalias, El Orden, El Municipio Libre, etc.), pero de todo eso no parece haberse conservado nada fuera de Espaa. No encontr ms que fragmentos mnimos en Suiza, en Italia y en casa de Kropotkin, que tuvo siempre un gran inters por la Internacional espaola, que conoci en Barcelona y en Madrid y por su correspondencia con Garca Vias. La publicacin insidiosa de Paul Lafargue, A los Internacionales de la Regin espaola (Madrid, 27 de junio de 1872, 16 pgs., en 12) y La Emancipacin, su portavoz en la prensa, se encuentran refutadas entre otras en la Cuestin de la Alianza (Barcelona, otoo de 1872, 6 pgs., en folio). F. Engels extravi la opinin socialista sobre los acontecimientos de 1873 mediante sus artculos Die Bakunisten an der Arbeit (Volksstaat, Leipzig, 31 de octubre y 2 de noviembre de 1873, 16 pgs.); ya entonces se poda uno informar propiamente por el informe de la Comisin federal espaola al Congreso de Ginebra (Compte-rendu officiel du sixime Congrs general, Locle, 1874, pgs. 13-26, del 19 de agosto de 1873, se ve que desde 1872 la intriga marxista no cede, tendiendo cada da ms hacia su objetivo, que no es otro que el de desacreditar todo esfuerzo, todo pensamiento revolucionario, para mantener sus adeptos en la ignorancia de esos hechos e ideas, suscitando en ellos la fe en los mtodos polticos parlamentarios y, por consiguiente, en las ideas autoritarias.

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CAPTULO SEGUNDO LA INTERNACIONAL EN ESPAA, ANTES DE LA REVOLUCIN DE SEPTIEMBRE. ANTECEDENTES SOCIALES DEL PUEBLO ESPAOL

No est claro lo que impidi a la Internacional echar races en Espaa antes de la revolucin del 18 de septiembre de 1868; los hombres dispuestos existan, como lo demuestra el xito de Fanelli. Pero una iniciativa seria de parte del Consejo central, ms tarde llamado Consejo general, fundado en Londres el 28 de septiembre de 1864, no ha tenido lugar en todo caso. El primer comit nombrado el 28 de septiembre y los nombramientos sucesivos de miembros no contienen a ningn espaol. El 22 de noviembre L. Otto fue autorizado por el Consejo para corresponder con los amigos de progreso de Espaa; segn una carta de Marx a Engels (2 de diciembre). Ese Otto era un joven alemn a quien despus no volvemos a encontrar. El 1 de mayo de 1865, cuando los miembros italianos, todos mazzinianos, abandonaron el Consejo (4 de abril), Marx escribi a Engels: en lugar de ellos (de los italianos) hay ahora espaoles (en el Consejo). Una nacin latina en lugar de otra, pero es imposible encontrar rastros de esos espaoles. Los hubo, sin embargo, en la apertura de la Conferencia celebrada en Londres a partir del 25 de septiembre de 1865; Fribourg, en su informe sobre esa conferencia, habla de corresponsales en Nueva Cork y Nashville (Tennesse), en Ro de Janeiro, en Egipto, en Espaa, en Guadalupe y en Martinico. Sea lo que quiera, un poco despus, el 14 de noviembre, se inform que en el Centro parisin corresponda con demcratas espaoles. El 20 de febrero de 1866 un hombre de nombre Ortiga fue elegido ene. Consejo general; se me dijo que era un sastre francs de origen espaol e ignoro si tena algo que ver con Espaa. El 6 de marzo de 1866 tuvo lugar la eleccin de Paul Lafargue, que haba sido activo en el movimiento muy agitado, socialista y ateo, de los estudiantes parisienses y haba sido expulsado de la Universidad de Pars. Lafargue proceda de una familia establecida en Burdeos, pero que haba tenido o tena an propiedades en la isla de Cuba. En ocasin de su eleccin a la Cmara francesa en 1891, su nacionalidad fue puesta en tela de juicio, pero estableci que era francs y no cubano. En 1866, en la Tribune du Peuple (Bruselas) firma: Paul Lafargue, mulato (19 de septiembre). Escribi entonces La lucha social en La Rive Gauche (Bruselas), traducida en el rgano del Consejo general, The Commonwealth, del 13 al 20 de octubre. Haba sido proudhoniano, pero se asoci a la familia de Marx, con una de cuyas hijas, Laura, se cas en febrero de 1868. Se sabe que tuvo un fin trgico, envenenndose con su mujer a la edad de setenta aos y cuando su fortuna, repartida hasta esa fecha, haba sido gastada. Marx no le tom muy en serio y le llam a menudo el gascon en sus cartas. He ledo apreciaciones muy severas sobre su carcter, pero no tuve nunca inters en hacer una investigacin personal. Ms tarde se esforz por hacerse el marxista obsequioso, pero nunca bastante, pues Marx, en una de sus ltimas cartas, el 11 de noviembre de 1882, escribi literalmente a Engels: Longuet (el otro yerno) como el ltimo proudhoniano y Lafargue como el ltimo bakuninista! Que el diablo se los lleve! Hacia la poca de que habl ms arriba, el 6 de febrero de 1866, el Consejo tiene noticia por LAssotiation, el peridico cooperativista de Pars, que en diciembre de 1865 haba tenido lugar en Barcelona un congreso de 40 sociedades obreras, fundando una federacin de esas sociedades; su centro sera en Barcelona y su rgano oficial sera El Obrero; se propone relacionarse con el presidente de ese congreso. El 20 de marzo un italiano que parte para Amrica quera dejar cartas de introduccin a los socialistas principales de Espaa, de Portugal y de Italia. El 27 de marzo de 1866 Lafargue, a propuesta de Dupont y de Jung, es nombrado secretario para Espaa, cuya lengua conoca.8

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Pero no existe ningn rastro de lo que haya podido hacer como secretario, al menos hasta el congreso de Lausana (1867), el tiempo cubierto por los documentos conservados y recogidos, aunque no generalmente accesibles an. El congreso recibi una carta de una Liga socialrepublicana de Barcelona (13 de septiembre), de la cual el Vorbote de Ginebra public algunos extractos. No encontr nada sobre Espaa en los resmenes del Consejo general, que conozco. An el 30 de noviembre de 1869 una lista presenta a Lafargue como secretario, que poco tiempo despus vuelve a Francia. El 14 de mayo de 1870 se encuentra Serrailler como secretario suplente para Espaa; el 23 de junio no se ve secretario para Espaa, Blgica y Holanda. Ahora bien, ese obrero francs no tuvo probablemente ni de cerca ni de lejos relacin alguna con Espaa y Holanda. Engels escribi el 11 de febrero de 1870 a Marx: sera preciso dejarles (a los bakuninistas) Espaa e Italia, al menos provisoriamente Las cosas han debido quedar as hasta que Engels, domiciliado en Londres desde 1870, fue elegido secretario para Espaa: entonces enmara los asuntos con los resultados que se ver. Un espaol, Sarro Magalln, miembro de una sociedad obrera de Barcelona. La Legin Ibrica, estuvo presente en el Congreso de Bruselas de la Internacional (1868), pero Francisco Mora, pg. 47 de su libro, cuenta que su presencia fue accidental y sin importancia para el movimiento espaol. Despus del pronunciamiento de Cdiz y el fin del reinado de Isabel fueron enviados manifiestos a los trabajadores espaoles por el Consejo general por medio de obreros franceses, por delegados jurasianos (firmado Fritz Heng, Adhemar Schwitzgubel, 25 de octubre); se encuentran los dos ltimos en La Voix de lAvenir (Chaux de Fonds) del 1 de noviembre; casi al mismo tiempo la circular inspirada por Bakunin apareci en Ginebra, fechada el 21 de octubre, y un manifiesto belga del 19 de octubre. Todo eso es poco; no hubo ningn contacto, ninguna iniciativa seria hasta ese tiempo. Bakunin, por su parte, cuenta a Herzen el 19 de julio de 1866 que su organizacin internacional secreta, la Fraternit internationale, tena miembros tambin en Espaa; no puedo pensar ms que en Fernando Garrido que, con Alfred Talandier, es mencionado por Albert Richard (Revue de Pars, 1 de septiembre de 1896, pg. 121) entre los varios miembros de la Fraternit en Londres. Se sabe que Bakunin lo conoci y ha podido visitarlo en 1862-63 a ms tardar. Es muy posible, pero la personalidad de Garrido explica tambin que las ideas anarquistas de Bakunin no pudieron tener una influencia seria en l, ni debi actuar en Espaa para difundirlas. Fernando Garrido era de los hombres ms conocidos del antiguo socialismo espaol. Los fourieristas Joaqun Abreu, Pedro Luis Huarte y otros, de Cdiz y de Madrid, le ganaron para sus ideas; public en 1864 La Atraccin, que se dice en el primer peridico socialista de Espaa; desde ese tiempo milit en Espaa y en el destierro en favor de las ideas socialistas y republicanas. Estaba en contacto estrecho con una parte del movimiento republicano; en Inglaterra le fascin la cooperacin en el sentido de los Rochadle pioneers, esa asociacin famosa de quien G. J. Holyoake escribi la historia, uno de los escritos de matiz social ms difundidos de la poca. Garrido ha podido ser til a Bakunin por sus vastas relaciones republicanas y otras, y en ocasin del viaje de Fanelli se cont, sin duda, no con su cooperacin, sino con el apoyo que poda prestar. He visto un nmero (II, del 1 de enero de 1872) del peridico de Garrido en Madrid, La Revolucin Social, peridico socialista muy moderado que no piensa en la Internacional y anuncia una traduccin con notas, por Garrido, de la Teora de la armona universal, o el Falansterio, de Carlos Fourier. Se debe, sin embargo, a Garrido la acumulacin de una gran masa de detalles sobre el socialismo espaol antes de la Internacional, como, por ejemplo, en su obra Historia del reinado del ltimo Borbn de Espaa (Barcelona, 1868-69, principalmente en las pgs. II, 938 y siguientes, III, 126, 136-7, 193, 264, 267, 298, 359, 392, 393, 1276 y siguientes, 1291 y 1305) y en su Historia de las clases trabajadoras (Madrid, 1870), que apareci primero como Historia de las asociaciones obreras en Europa (Barcelona, 1864).9

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Se encuentran, por ejemplo, en The Leader (Londres) del 6 y 13 de septiembre de 1851 indicaciones interesantes sobre lo que se llam el primer peridico de los obreros en Espaa, El Trabajador, Madrid, que defiende la teora de la asociacin, tan popular entonces en Francia. Ignacio Cervera era el propagandista de ese matiz social. El artculo de Malon, Le socialisme en Espagne (Revue socialiste, mayo 1889), podra consultarse. P y Margall, el republicano federalista, refugiado en Pars en junio de 1866, tradujo varias obras de Proudhon. Antes se haban traducido piezas de Cabet y de Lamennais; los profesores se hicieron una especialidad de la filosofa del alemn Krause; Ramn de la Sagra estuvo en los peridicos parisienses de 1848 y tambin en los de Proudhon, etc. Es imposible formarse una idea de la extensin y de las ramificaciones de esa antigua propaganda social y socialista en Espaa, que fue nutrida con ideas procedentes sobre todo de Francia, donde el socialismo terico y un poco platnico floreci antes y en 1848. Exista la industria catalana y la agricultura andaluza, donde la explotacin y la miseria eran insoportables y dieron lugar a la formacin de asociaciones y motines. Hubo violentas luchas civiles, republicanas y otras, donde la cuestin del centralismo y del federalismo dividi mucho las fuerzas antimonrquicas. Los socialistas fueron atrados sucesivamente por los republicanos para cooperar en la cada de la monarqua y rechazados por el carcter burgus y gubernamental de los republicanos polticos. La federacin ofreca ms atraccin, pero no pensaba tampoco en tocar la cuestin social. Por lo tanto, si veo bien las cosas, los militantes obreros tenan experiencia de las conspiraciones, se sentan impulsados hacia la destruccin del Estado poltico tal como era, hacia un federalismo del cual ninguna experiencia haba trazado lmites; vean tambin que en las empresas polticas sacaban las castaas del fuego para los burgueses que no pensaban seriamente en mejorar el sistema social, por ms republicanos que se dijeran. Vean tambin la misin tan preponderante y siempre funesta de los militares en las luchas violentas civiles y conocan a fondo la misin odiosa del sacerdote. Por lo tanto, un gran nmero de obreros y jvenes vea claro, y cuando cay el antiguo rgimen, estaban dispuestos, por fin, a obrar por s mismos; odiaban la burguesa, el Estado, el clero y los cambios polticos sin carcter social. Estaban, pues, predispuestos, maduros para comprender las ideas de colectivismo, de ANARQUA, de atesmo y de revolucin social que Bakunin les propuso por boca de Fanelli, y comprendieron tambin, por una larga experiencia, el valor de la asociacin, de la organizacin pblica y secreta y bien pronto la Internacional y la Alianza se convirtieron en organismos fuertes, bien coordinados y sostenidos con valor y abnegacin. Quisiera recordar aqu un trabajo bastante extenso del cual no conozco que una traduccin alemana; es Das sozialistische Spanien, por el camarada Pedro Vallina, publicado en la revista Der Freie Generation (Londres y Berln) desde septiembre de 1906 a agosto de 1907 (I, 3 a II, 2). Se habla all de las primeras huellas de ideas socialistas, del Tratado de la repblica, del monje Alonso del Castrillo, en 1521, de Luis Vives, de Valencia, que escribi en 1525 De subventione pauperum. Joaqun Abreu volvi fourierista de su destierro en Francia y propag esas ideas en Cdiz, hacia 1840-50; esa iniciativa conmovi en su ltima repercusin a Fermn Salvochea, nacido en 1842, vctima de una condena atroz en Jerez, 1892 (vase su biografa en Ciencia social, Buenos Aires, noviembre de 1898; vase tambin La ANARQUA, Madrid, del 1 de octubre de 1891). En 1848, segn El espritu moderno, libro de grandes simpatas socialistas. Sixto Cmara, haba una Fraternidad, rgano comunista de Barcelona. Cervera fund la primera escuela para la educacin de los obreros en Madrid, esfuerzo socialista que fue suprimido. La revolucin en Barcelona, tan cruelmente sofocada (Cabet reuni testimonios sobre ella en un gran folleto) marca probablemente el principio de las vehementes luchas y odios sociales en Barcelona, que no cesarn antes de la victoria final del pueblo. Ya veinte aos antes de la Internacional se disea la lucha agraria en Andaluca, la revolucin social en Barcelona y una tendencia hacia la lucha poltica democrtica, en Madrid. Sixto Cmara conspira y muere; sus camaradas son agarrotados. En 1855 es proclamada la huelga general10

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en Catalua: la primera. Se siguen en 1855 y en 1856 luchas de hambrientos para apoderarse de los graneros, y muchos actos de terror agrario, y muchos actos de terror agrario, de rebelin popular franca. En 1857 se levanta una fuerte banda de socialistas y de republicanos en Andaluca; varios meses despus 95 de los presos son fusilados en Sevilla. La insurreccin de Loja, ciudad de la provincia de Granada, por Prez de Alamo, en 1861, treinta mil hombres en armas, sufri una derrota militar. En Catalua los obreros estaban organizados por decenas de millares cuando toda asociacin fue impedida en 1857. El gobierno impuso an en 1860-70 las ms grandes vejaciones a las sociedades obreras e impidi sus relaciones mutuas para ocuparse de problemas sociales o polticos (1861). Se ve por este resumen rpido la intensidad de las luchas sociales en Espaa, que significaban siempre para el pueblo, en rebelin abierta, la suerte de los vencidos, el presidio o la muerte. Remontmonos an a la edad de las conspiraciones y de los cortos aos de constitucin libre, desde 1814 hasta la represin de esa libertad por el ejrcito francs, llamado ejrcito de la fe, diez aos ms tarde, y ms lejos an, a las luchas de toda la nacin espaola contra la conquista francesa de Napolen, y vemos tres generaciones removidas sin cesar por luchas a muerte que, si tenan un aspecto poltico para los jefes y los burgueses, tomaban para el pueblo, el obrero cataln y el campesino andaluz en primera lnea, un carcter cada vez ms pronunciado de guerra social, guerra en que el Estado apareci siempre en una forma tan terrible que no se trat ya de apuntalarlo, de reformarlo, sino que se trat de destruirlo. He insistido tanto sobre ese perodo antes de la Internacional, porque la extensin rpida de ella, la intensidad de sus ideas anarquistas y revolucionarias han tenido por indicadores a Bakunin, Fanelli y sus primeros camaradas espaoles, pero tuvieron por base real al trabajador de las ciudades y de los campos de Espaa, tal como lo haban formado esas tres generaciones de luchas y de sufrimientos. La represin poltica se desvaneci por un corto perodo despus de septiembre de 1868; se respir libremente y el socialismo vio llegada la hora de romper los lazos con los burgueses y su poltica. Bakunin comprendi eso maravillosamente y obr en el momento y triunf. En cambio Marx, que quera imponer a los obreros, disgustados de la poltica y, mediante Lafargue, un partido obrero, francs.

CAPTULO TERCERO OPININ DE LA INTERNACIONAL SOBRE LOS PRONUNCIAMIENTOS MILITARES ESPAOLES. ACTIVIDADES DE BAKUNIN, ELAS RECLUS Y FANELLI. NOMBRES DE LOS PRIMEROS INTERNACIONALISTAS DE ESPAA

Bakunin se ocup de la Internacional desde el verano de 1868. El ginebrino Charles Perron, delegado al congreso de Bruselas (septiembre), era ya portador de cartas suyas a varios delegados, de las cuales no juzg prudente entregar ms que dos, una a Longuet, otra a Albert Richard, de Lyon. Al regreso de Bruselas, l y Perron han debido verse a menudo; el 18 de septiembre estall la revolucin espaola en Cdiz y el 21 de octubre el Comit central de la Internacional de Ginebra firm el siguiente manifiesto: La Asociacin Internacional de los Trabajadores a los obreros de Espaa. Publicado en hoja suelta y como suplemento de La Libert (Ginebra), 24 de octubre; tambin en el Vorbote11

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alemn de Ginebra y en hoja alemana, firmada por Brosset, Henri Perrett, E. Dufour y J. Longschamps. Hermanos, el pueblo espaol ha expulsado a la reina Isabel El pueblo espaol proclamar la repblica basada en la federacin de las provincias autnomas, la nica forma de gobierno que, transitoriamente y como medio para llegar a una organizacin social conforme a la justicia, ofrece garantas serias a la libertad popular dar siempre un golpe fatal al poder autoritario y absorbente del Estado, dando a Europa un ejemplo que sta no tardar en seguir La duda no es permitida hoy: la libertad sin la igualdad poltica y sta ltima sin la igualdad econmica no es ms que una mentira La igualdad real, que consiste en que todos los individuos estn en posesin de los mismos derechos, es decir, que estn igualmente en posesin de los capitales adquiridos por las generaciones pasadas, esa igualdad no puede ser obtenida ms que por la revolucin social. Hagan, pues, la revolucin social. Luego se dice que el congreso de la Internacional, que acababa de celebrarse en Bruselas, ha trazado a la revolucin social la ruta que debe seguir; no ms propiedad hereditaria; la tierra a los que la trabajan con sus brazos -a las asociaciones agrcolas; los instrumentos de trabajo, todos los capitales industriales a los que trabajan la materia prima- a las asociaciones industriales Exhortacin a fundar y a difundir la Internacional, accin contra los generales (del pronunciamiento) y los demcratas burgueses Obreros, machaquen el hierro mientras est caliente, fedrense revolucionariamente para hacerse invencibles, y puesto que tienen la fuerza, destruyan todo lo que les es hostil, todo lo que es contrario a la justicia popular, las cosas an ms que los hombres, y que su revolucin se convierta en la seal y en el comienzo de la emancipacin de todos los oprimidos del mundo. Se encuentra en LEgalit (Ginebra), del 20 de marzo de 1869, una respuesta a ese manifiesto por la seccin de Madrid, recientemente fundada, firmada por ngel Cenegorta y Enrique Borrel. Bakunin en un manuscrito de 1871, llama a esa circular la primera palabra francamente socialista revolucionaria que se ha elevado en el seno de Ginebra; indica que fue redactada por Perron y de sabe ahora que las palabras: Hagan, pues, la revolucin social, son de l, pero es evidente que Bakunin retoc el texto y emiti sus ideas personales de tal forma que durante mucho tiempo se le atribuy todo el texto (vase Guillaume, LInt. I, pgs. 91-92). Despus del congreso de Berna de la Liga de la paz y de la libertad (21 al 25 de septiembre), los camaradas ntimos de Bakunin y un cierto nmero de los socialistas, fundaron la Alianza internacional de la democracia socialista; permanecieron juntos una semana y entonces Bakunin dese que Eliseo Reclus hiciera el viaje a Espaa (vase Eliseo Reclus, Correspondance, vol. I, Pars, 1911, pgs, 292 y siguientes). Este declin y ms bien estuvo inclinado a disuadir a su hermano Elas del viaje a dicho pas. Elas, sin embargo, sea por fines de estudio y de periodismo, sea impulsado por Bakunin, con el cual tuvo correspondencia al respecto, se decidi a hacer el viaje, lo mismo que Arstides Rey, de Pars, antiguo estudiante de medicina, socialista, asociado entonces ntimamente a Bakunin, pero que no era un hombre de accin. Bakunin, que no contaba por completo con esos dos hombres, busc alguien que ejecutara sus intenciones ntimas y eligi primero al italiano Alberto Tucci, que declin; luego a su ms fiel camarada italiano, Giuseppe Fanelli, que acept. Pensaba en otra cosa muy distinta de la que12

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Fanelli hizo en el curso de su viaje y es preciso decirlo. Como dos aos ms tarde, en las cartas escritas en ocasin de su presencia en Lyon (vase Bakunin, Obras completas, prlogo, tomo I), soaba con apoderarse de la caja pblica o con algn otro medio que permitiera obtener un fondo sustancial para la propaganda revolucionaria. Esto me fue relatado por hombres de ese tiempo, y tambin en una carta escrita el 10 de noviembre a Joukowski se trasluce ese pensamiento; dice ms o menos: Oh dinero, qu maravillas efectas!; se encontr en la posicin de un hombre que ha descubierto una veta de oro, pero no tiene dinero para explotarla. El puede tomar a prstamo dinero, pero nadie da un cntimo para dicha veta. Que pensara en la Internacional de Ginebra o en lo que se podra hacer en Espaa, la falta de dinero para fundar y extender la propaganda le preocupaba por doquier. Haba visto la propaganda rusa que Herzen realiz gracias a su milln, que la propaganda polaca y mazziniana no careca nunca de abundantes medios, mientras que l mismo y sus amigos eran archipobres y se hallaban sujetos al capricho de algunas raras personas a fin de obtener medios para impresos, viajes, etc. Sufra viendo los obstculos accidentales que paralizaban sus esperanzas y sus planes y la idea de apoderarse de fondos pblicos, aprovechando una conmocin general, le ocup seriamente. Fanelli no era el hombre para ejecutar tales proyectos, como va a verse. Estaba en Ginebra an el 8 de octubre y parti primeramente para Italia. El 2 de noviembre Bakunin escribi a Gambuzzi, de Florencia: es molesto que hayas jugado al escondite con Beppo (Fanelli) es siempre por causa de un defecto de precisin o de exactitud, sea de una parte, sea de la otra- y la exactitud y la precisin son el alma de toda culminacin feliz y coronada de xito. Estos contratiempos, estos malentendidos y equvocos son perjudiciales, porque pueden hacerlo fracasar todo. En los asuntos graves la falta de precisin y de exactitud es un crimen y deba ser tratado como tal. He recibido el 2 de octubre una carta de Beppo fechada el 19, no le respond, convencido de que haba partido para B (Barcelona), y aqu adjunto una carta de Paul (Eliseo Reclus) que me dice que Pierre (Elas Reclus) est tambin all y que se ha encontrado con Arstides, pero que la Fonda de Italia que haba designado como punto de reunin para los tres, no exista ya. Pierre (Elas) y Arstides se detuvieron en la Fonda del Universo, calle Boquera, 28. Gambuzzi deba remitir esa direccin a Fanelli si ha cometido la locura de partir, antes de haberse entendido contigo y sin dejarte su direccin, escrbele y envale esta carta de Paul (Eliseo) a Barcelona, poste restante. Sera verdaderamente una cosa vergonzosa y deshonrosa para nosotros, y sobre todo excesivamente aflictiva si todo fracasara por falta de simple tacto o por falta de exactitud y de atencin concienzuda y seria de su parte. Para que no perdamos tiempo es preciso que cada uno de nosotros pueda saber, mientras sea posible, dnde se encuentra cada uno de los dems en un momento dado, cesemos el juego de los malentendidos y de los escondites Ve a ver a Mazzoni de Prato, quiz te dar noticias de Beppo, a quien sin duda ha dado cartas de recomendacin (Mazzoni haba sido triunviro del gobierno provisorio de Toscaza en 1848). Beppo me escribi que tal vez Ceneri ira con l. Reproduzco estos detalles para mostrar qu pequeos obstculos y contratiempos obstruan esos esfuerzos que la leyenda se figura hechos de un golpe, por un impulso impetuoso. La pequea carta de Eliseo Reclus se conserv tambin; dice: Beppo se encontrar perplejo al llegar (al albergue que no existe), pero le he dado una segunda direccin. Y adems qu diablo! es inteligente y sabe desembarazarse. El amigo Fernando (Bakunin aade: Garrido) que est en Barcelona, es conocido de todo el mundo, pero yo no s exactamente dnde habita. Ayer he recibido una carta de Beppo que estaba en Npoles, pero que iba a partir para Florencia El 7 de noviembre Bakunin escribi a Gambuzzi: adjunto an una carta de Beppo, Poveretto, ha partido sin todo el dinero necesario y con una falsa direccin, todo por culpa tuya

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Esa carta de Fanelli, una de las raras que existen de ese buen hombre, e indita como todos estos detalles, est fechada en Gnova, 5 de noviembre, y firmada Pietro. Carissima Eliza (Bakunin). Sono in Genova e parto col primo vapore; forse domani; non lho fatto prima perch privo affatto di tue lettere che pure mi avevi promesse, e perch Carlo (Gambuzzi) mi mostr difficolt dadempiere allimpegno preso, e allimpossibilit di agevolarmi ulteriormente nel caso che fosse indispensabile. Dopo varii contratempi mi sono finalmente incontrato con lui, il quale ha adempito per ora per met allimpegno, e parto quindi agitato dal pensiero di potermi trovare in una posizione imbarazzante che urta con le mie pi constante abitudini. In tale condizioni di animo e di cuore io non sarei partito; ma non avendo il diritto di dubitare che tu abbia la transcuranza di lasciarmi in codesta dubbiezza, adempio alla mia parte e ti richiamo alla tua, nonostante che godo della speranza di non esservene di bisogno e tutte le aprensioni moleste possano cosi svanire. Ci che credo fra le altre cose e che mi spiace, che tu mi abbia scritto ed iviata la lettera a Luigi (desconocido) il quale essendo fuori, non s dove ne per quanto, mha lasciato nellansia; se ci avvenuto, ti prego avvisarmi al pi presto possibile. V darti anche un p di notizie politche e per te che credi agli idoli (irona?, te ne v narrare una bellissima (se trata de una carta de Garibaldi a Espaa; Fenelli pregunta: il generale constituizionale o repubblicano?...). El 10 de noviembre Bakunin cuenta a Gambuzzi que escribi a Elas Reclus aconsejndole constituir los tres una oficina de correspondencia para Francia, Alemania, Italia y Rusia Dice en cuanto a Fenelli: Hay que tener paciencia con l, como contigo, como conmigo, como con todos nosotros Por lo que se refiere al dinero de Beppo, quisiera saber exactamente lo que tiene y por cunto tiempo puede bastarse lo que tiene. Pondr, naturalmente, todo en movimiento para procurarle lo necesario. Pero t tambin me ayudars a hacerlo, no es verdad?1. La Revue politique et litteraire, redactada por P. Challemel Lacourt, republicano de gobierno, public el 7 de noviembre la primera correspondencia de Elas Reclus (Un roi sil vous plait), fechada en Barcelona, 1 de noviembre. Haba desembarcado diez das antes. Encuentra que la revolucin era por completo militar y hace decir a un espaol: para tomar medidas revolucionarias indispensables habra sido necesaria una situacin revolucionaria; ahora bien, esa situacin no existi un solo momento. Habla con simpata de Garrido. Otros artculos son: Los partidos en Espaa (publicado el 14 de noviembre), constata: Ante todo se convino ahora en postergar las cuestiones sociales hasta el establecimiento de la repblica, porque un pueblo, lo mismo que un individuo, no puede permanecer ante dos grandes empresas a la vez Si Bakunin ley eso, ese pensamiento fue la tumba de sus esperanzas. Les approches de la crise en Espagne (Barcelona, 15 de noviembre). Comment on reveille un peuple (Valencia, 22 de noviembre); acompa a Garrido doce das en su gira por Catalua; Orense, otro jefe republicano, haba hecho su gira por Andaluca; se encuentran en Valencia, y Elas escribe de Garrido, del cual dira ms si no lo quisiera de todo corazn. La lutte des manifestations en Espagne (Mlaga, 28 de noviembre). Le premier sang (Alora, 6 de diciembre); Alora est en la

Me parece que Alfred Naquet, que en 1867-68 estuvo bastante asociado a Bakunin, dio algn dinero para el viaje espaol, pero ignoro en qu circunstancias: no he recogido su testimonio. El mismo ha escrito el 14 de abril de 1904 en el peridico LEspagne Inquisitoriales. Nm. 2 mayo-junio de 1904: era durante el ao 1868. Como nosotros, he recorrido ese hermoso pas (Espaa) llevando no slo la buena nueva revolucionaria, sino an rdenes de insurreccin de que me haba encargado la Junta central republicana de Madrid. Eso ha debido ser poltica burguesa, sin relacin con el movimiento obrero naciente que nos ocupa aqu.14

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montaa, entre Mlaga y Crdoba; Garrido estuvo all entre los campesinos a causa de las elecciones.2 La correspondencia de Eliseo Reclus nos informa tambin sobre ese viaje. A fines de 1868 Eliseo Reclus escribi a su hermano: soy de la opinin de Rey: es por la audacia revolucionaria solamente como podr triunfar el partido republicano. Si hace transacciones y compromisos, est perdido, lo que muestra que exista tal peligro. Volvamos a Fanelli, que el 26 de noviembre escribe desde Madrid, firmando Pietro: Mira cara Virginia (Bakunin). Sono da ieri laltro (24 de nov.) in Madrid; estuvo dos das enfermo e poi in viaggio ed in affari del nostro commercio, che mi hanno molto e sempre occupato. Haba partido con la mitad de lo que deba llevar; todo era caro; es preciso hacer otros viajes; che se tu non adempivi subito in Madrid ai tuoi impegni e provvedermi, io mi sarei trovato in una di quelle posizioni che essendo contrarie alle mie abitudini ed ai miei instinto, e pi ancora alla norma Della vita che voglio tenere, avrei sofferto troppo, ed avrei risentito tanto questo dolore che noni avrei potuto pi essere tuo intimo sozi: esas palabras escribi a Bakunin, e che tu avresti dovuto sentirne viva limportanza, quasi a derisione minviti a ripeterti le stesse cose in termini meno borghesi? Son addolorato, di questa tua tua condotta verso di me, che nessuna regione ti autorizza tenere. Or bene, gi che vuoi chio parli duro; chio faccia come fanno le contadine che anche per esprimere il loro amore danno dei pugni nello stomaco del loro amante, di dir che in questa faccenda ti sei condotto molto male, perch non dovrei sporre tuo frattello che sai come pensa e sente, alla posibilit di sfigurate, quando lo mettevi in una si delicada posizione; non lo dovevi, perch tu stesso sai come un viaggio in circonstanze eccezzionali e te ne esageravi la idea quando parlavi de due mile franchi e dei 1500 a portasi; e non lo dovevi poi, tanto pi, quando avevi ricevuta la mia letrera che ti accennava chiaramente la posizione in cui ero, e premurava a non farla cangiare in falsissima come poteva divenire da un momento allaltro. Explica que Bakunin le haba dado 300 liras y luego haba vuelto a tomar 20 y despus otras 20; a eso se agrega el poco dinero que tena consigo (Fanelli viva de 100 liras, menos 7 de impuesto; por consiguiente, de 93 liras por mes que reciba como vctima de los Borbones, prisionero del tiempo de Pisacane, 1857, y como diputado del distrito donde haba tenido lugar esa insurreccin, reelegido siempre por los campesinos; viajaba gratis por todos los ferrocarriles de Italia y se alojaba, por decirlo as, en los trenes, haciendo comisiones en inters de la propaganda en todos los rincones de Italia), gast 140 liras para diversas cosas y para indumentaria de invierno: esper largo tiempo a Gambuzzi, gast 40 y 25 liras y recibi 100 en lugar de 200 liras. Habra debido partir a Espaa con 320 liras cosa che come uomo onesto e preciso non credetto fare. Pidi, pues, a prstamo 300 liras, que deba devolver, per tenerle di reserva in qualunque evento ed in salvaguardia del mio decoro3 Tena, pues, 630 liras. No pudo tomar el barco y despus de seis das en Gnova tom el ferrocarril y, para no pasar una noche en un hotel, debi tomar algunas veces la segunda clase y una vez la primera en un expreso. En Barcelona los precios son elevados como en Suiza. Viaja con Alfonso, Paolo y Errico (Elas Reclus, Rey y?) a Valencia y deba viajar con ellos como con otros hombres polticos en segunda y alojarse en los hoteles ms caros. Al fin debi tomar prestadas 100 liras a Elas y a los otros para poder continuar su viaje. A fin de llegar sin demora a Madrid, tuvieron que ir en para en segunda y en primera clase. Gast en total 440 liras, prest 100; le quedaron 80. En Madrid, en un hotel adonde lo dirigi Alfonso, habit por economa bajo el techo, pagando 7 liras por da, habitacin y comida; a eso era preciso agregar ropa, peridicos, cartas y el caf donde se encuentra nicamente la gente di commercio (los revolucionarios), y unaHubo tal vez otros artculos a comienzos de 1869, pero no lo s en este momento. No s tampoco si Elas Reclus escribi tambin sobre ese viaje en la gran revista rusa Djeto, en la cual colaboraba desde hacia muchos aos. 3 El 1 de agosto de 1870 escribe Bakunin a Mockowski: Fanelli ha vuelto fatigado y no pude olvidar que, al no enviarle esos 200 francos, hemos perjudicado su decoro; pero es siempre nuestro y est con nosotros.152

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taza de caf cuesta media lira. Si supiera el idioma vivira ms barato, pero no lo conoce y no tiene ms que lettere di presentazione per forti case di commercio. Gambuzzi no escribe ni enva las otras 100 liras. Dentro de ocho, o ms bien de seis das, quedar sin dinero, zenza un soldo -cosa che mi umilia tanto in un paese straniero per amicizia e per lingua, che sono malato e furioso come un tigre- tanto pi che non posso prendere nemmeno la risoluzione di partire, cosa dannosa al commercio nostro (la causa), ma che pure farei, perch io fidava di trovare qu loccorrevole e trovo invece la tua letrera che vuole chio parli borghese!!! Ti assicuro che nel leggerla ho parlato turco. Spero che tu mi abbia capito e che provvederai in qualunque modo a rigor di posta; che se fosse altrimenti, mi faresti trovar pentito daver accettato il mio incarico. Alfonso y los otros estn de viaje y no los volver a ver quiz hasta dentro de diez das. Concludiamo. Qu ci molto da fare in commercio e pi che in ogni altra nazione. Ci che paraliza, il momento in cui le attualit politiche assorbiscono tutto, e se vi calma apparente, ci non toglie che un giorno o laltro verrano le bastonate, prech il governo vorrebbe far un colpo di mano; pero el gobierno no halla an su plena fuerza, porque una parte de las tropas no le secunda. Hay muchos republicanos, pero perdern contra los partidos coaligados y no quieren eso; preparan, pues, las elecciones, persuadidos de tomar entonces las armas. En esa situacin todo es provisorio y si paraliza. Il far affari dunque difficile; ma si pu pur fare qualche cosa per ora e prendere relazione serie per lavvenire; ma perci non si pu vivere di pssagio. Io quello che conto di veramente serio una sola relazione (a data; palabra ilegible) ed un altro che si lega abbastanza bene con la nostra casa e per la quale ti dir dei campioni (muestras; literatura?) che potrai far inviare; ma peresto non v che la conoscenza di Mopti commercianti coi quali si potranco fare affari per lavvenire, se potremo intenderci nel tempo necessario ed acquistare il credito necessario En cuanto a l mismo, si no hay otro medio, mandami loccorevole per partir subito e retirarmi; volvera por Ginebra y el Simplon. En qu situacin no estara si no hubiera tomado las 300 liras de reserva! Tuo aff (ettuosissi) mo fratello Pietro. Esas cartas de otra edad, en efecto las nicas de Fanelli que conozco, le muestran tal como fue y honran. Estaba dedicado ntegramente a la labor, a pesar de la vejacin personal intolerable que experimentaba. Los peregrinos de Mosc y muchos otros de nuestro tiempo no comprenden as las cosas monetarias. Bakunin y muchos otros se habran desembarazado; la impotencia de Fanelli para hacerlo es conmovedora. Bakunin escribi a Gambuzzi el 30 de noviembre: Carsimo, acabo de recibir la carta ms estpida del mundo de nuestro amigo Le he preguntado simplemente cunto y por cunto tiempo le quedaba dinero y me enva una cuenta ridcula de sus gastos cotidianos, como si hubiera podido nunca dudar de su puritanismo ante s mismo. Eso me ha herido profundamente, entristecido. En fin, qu hacer, hay que tomar a los amigos como son. Le envi inmediatamente 200 francos. Haz t lo posible, rene lo que puedas y envaselo. En la carta que le envo hoy le pregunto si piensa que su presencia en Espaa podr ser seriamente til para nuestros negocios y, si piense que s, que me escriba de inmediato cunto tiempo cree poder quedar all y de qu suma ms o menos tendr necesidad para permanecer todo el tiempo que le parezca necesario. Si me dice que su presencia en Espaa es verdaderamente til, entonces haremos todos los esfuerzos posibles para sostenerlo, y t nos ayudars, hermano, cueste lo que cueste. Si no, que regrese en seguida

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En la carta de Fanelli que enva a Gambuzzi, Bakunin escribe: He escrito a nuestro amigo gentilhombre y caballeresco hasta la estupidez, que decida por s mismo y que, l solo que conoce el terreno, puede decidir si en el inters real de nuestros asuntos debe quedar an all o no. Si ha entablado relaciones serias, es preciso que las lleve hasta el fin, entonces tendremos un resultado til, positivo de su viaje, y ms vale agregar a sus gastos que perder por completo intilmente el dinero que hemos gastado ya. No lo zahieras demasiado es tan susceptible! Pero recomindale de tu parte que cumpla con el mandato recibido de nosotros. Por extractos de cartas se sabe an, el 10 de enero de 1869; que Fanelli se quejaba an de la falta de dinero, que la princesa Obolenska (la nica persona con recursos amplios, pero inaccesibles para ella entonces, en el medio de Bakunin) no tiene an intencin de enviar dinero, y que Fanelli se prepara a ir (de Madrid) a Barcelona; el 4 de febrero, Fanelli pide dinero. El 11 de febrero Bakunin escribe a Gambuzzi: exceptuando (quiere decir: adems de) los 150 francos que le enviaste a Beppo, Mruk (de parte de la seora Obolenska) le envi adems 100 francos el 6 de este mes. Espero que con eso pueda volver. Si no, me telegrafiar, como le he rogado en mi ltima carta, y aunque debiera hacer milagros, yo encontrar lo que me pida. Espero verlo aqu (en Ginebra). En efecto, Fanelli regres el 20 de febrero; ese da la seora Obolenska escribi desde Chaponeyre (cantn de Vaud): Miguel ha venido con Fanelli, y el 27 de febrero, en la sesin pblica de la seccin de la Alianza de Ginebra, en presencia de 26 personas, Bakunin informa sobre su primer viaje al Jura (cantn de Neuchatel), donde ech las bases de sus relaciones, bien pronto muy estrechas, con los internacionalistas de las montaas, y Fanelli informa sobre la fundacin de la Internacional en Espaa; el informe escrito es depositado en nuestros archivos, dice el acta de las sesiones que he encontrado, pero los archivos mismos son inencontrables. En la sesin del comit de la seccin, el 5 de marzo, en ausencia de Bakunin, se hace esta crtica segn el acta: que la mencin de la fundacin de la Alianza en Espaa debe ser mejor precisada en la prxima sesin, porque no se sabe justamente si Fanelli habl de la Alianza o de la A. I. de los T.. Fanelli ha debido permanecer algunas semanas en Ginebra, puesto que habla en la sesin pblica del 13 de marzo en una discusin abierta por Bakunin, que afirma que la abolicin del derecho hereditario sebe ser resuelta la primera de todas las cuestiones en sentido afirmativo, sin lo cual la colectividad sera un absurdo. Bakunin conserv esa misma impresin que Fanelli haba confundido la Alianza con la Internacional. Escribi en la primavera de 1872 en una carta destinada a Espaa: Al ayudarnos a echar los primeros cimientos tanto de la A. (A. I. T.) como de la Y. (Alianza) en 1869 (en Espaa), Christophe (Fanelli) ha cometido una falta de organizacin de la cual sienten ahora los efectos. Ha confundido la Internacional con la Alianza y por eso ha invitado a los amigos de 3521 (de Madrid) a fundar la Internacional con el programa de la Alianza. Al principio eso ha podido parecer un gran triunfo; pero, en realidad, se convierte en una causa de confusin y de organizacin, tanto como para una como para la otra. Discutir esta situacin ms adelante; aqu observo que cuando Fanelli parti, la Alianza internacional pblica se haba declarado una rama de la Internacional con una organizacin separada y que acept el programa bien conocido: La Alianza se declara atea, etc. Esta organizacin propuesta fue declarada nula en cuanto a su participacin en la Internacional por el Congreso general, el 22 de diciembre de 1868, que rehus la entrada de toda una sociedad organizada en el cuadro de la A. I. T. Esa comunicacin lleg tarde al comit de la Alianza; el esbozo de respuesta de Perron est fechado el 26 de febrero. La sociedad acept la decisin del Consejo general y renunci a su organizacin internacional pblica. De todo eso supo probablemente nada Fanelli en Espaa y el nico programa que tena a mano fue el de la Alianza; la Internacional, aparte de los considerandos de los Estatutos generales y de las resoluciones votadas por sus congresos, no lo tena. La manera de proceder de Fanelli se17

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comprende, pues, pero Bakunin habra deseado que obrara como l mismo, por ejemplo, obraba en el Jura. Fanelli cometi, pues, ese error, que los camaradas de Espaa repararon, por lo dems y que no les ha causado ningn mal, en el fondo; no tuvo xito sin duda, ni lo intent siquiera, en la expropiacin de alguna caja pblica. En la intimidad, Bakunin no estaba, pues, muy contento de l y Fanelli, por su parte, se sinti molesto. Parti para Florencia y se mantuvo al margen por largo tiempo, no enojado, pero un poco molesto y no se volvi a or nada de sus actividades en Espaa, lo que por lo dems no prueba nada, porque se han perdido muchos rastros de la accin de este hombre silencioso. El 11 de marzo de 1869 Bakunin escribi a Guillaume para que enviara su peridico Le Progrs (local) a Julio Rubau Donadeu, Angel Cenegorta, Toms Gonzlez Morago, Francisco Crdoba y Lpez, de Madrid, a Jos L. Pellicer, Rafael Farga Pellicer, de Barcelona, a Rafael Escardos y Garca, de Tortosa, cerca de Barcelona, y a Salvador Alfonso, de Valencia (ser el Alfonso de la carta de Fanelli?). Hubo una ruptura con los otros dos viajeros, Elas Reclus y Rey. Un documento de manos de Charles Perron, sin fecha, pero que corresponde a los primeros meses de 1869, declara: Algunos antiguos miembros de la Fraternit internationale (el grupo ntimo y secreto de Bakunin), de acuerdo con el comit central, han declarado disuelta esa institucin, y entre las causas de esa decisin da la crtica siguiente: Algunos de los nuestros han ido a Espaa y en lugar de dedicarse a agrupar los elementos socialistas que, tenemos la prueba material, son ya muy numerosos y adems bastante desarrollados en las ciudades como en el campo de ese pas, han hecho mucho radicalismo y un poco de socialismo burgus, olvidando que en nuestra poca todo movimiento no tiene por objeto la franca reivindicacin de todo el capital social, mobiliario e inmobiliario, en provecho de su nico propietario legtimo, la colectividad obrera, y que toda otra poltica que no sea abiertamente socialista, en la acepcin no burguesa, sino ampliamente popular de la palabra, son desde el punto de vista de la emancipacin del trabajo, un movimiento y una poltica reaccionarios. Los hermanos, olvidados del fin que perseguan o que deban perseguir, han abrazado la causa de ese pobre republicanismo burgus que se agita, con tanta impotencia y ruido en Espaa, lo han defendido en los peridicos, tanto espaoles como franceses, y han llevado el desdn hacia todos nuestros principios hasta prestarse a tentativas de acercamiento con Espartero y con Prim mismo en caso necesario El documento est firmado por cuatro cifras (de tres pases) del comit central y por un hermano de un cuarto pas, cifras incomprensibles, salvo que hubiera un italiano entre ellos (1/13). Esa crtica tal vez se aplica a la actividad de Naquet, tal como la describi l mismo en 1904. Es probablemente muy justificada. No conociendo lo que se dijo por carta entre Bakunin y los dos viajeros, o Elas Reclus, al menos, no sabemos si este ltimo, que era de la Fraternit, ha podido dar a Bakunin la impresin de que no obrara de acuerdo al programa revolucionario de ella. Estaba en el movimiento cooperativista de Pars, y, libertario en el fondo, no iba ms all de ese socialismo moderno que Bakunin detestaba tanto, en su accin pblica de entonces. Elas Reclus no se crey en ninguna obligacin con respecto a Bakunin sobre esa cuestin y se indign toda su vida de lo que consideraba la duplicidad de Fanelli y de que Bakunin lo tratara de marioneta. Me ha contado, en 1895, que introdujo a los otros dos ante sus amigos espaoles; not pronto que pasaba algo a sus espaldas, que Fanelli obraba en realidad contra los republicanos, a quienes se iba a ver, que difunda la idea de que verdaderamente revolucin pondra un fin tanto a los18

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republicanos como a los monrquicos. Reproch a Fanelli amargamente el que traicionara la buena fe de los republicanos, amigos de Elas, a quienes ste le recomendaba, Fanelli, como Maquiavelo, se rea de esos escrpulos. Elas pens que los italianos y los rusos obraran as. Como francs, el obraba de otro modo y se separ completamente de Fanelli. Desde Barcelona escribi una carta a Bakunin que marca igualmente su ruptura; se han vuelto a ver una sola vez, en Zurich, en 1872. Con Rey, de Pars, Bakunin conserva an algunas relaciones (otoo de 1869), pero tambin ste desapareci. Se le ha descrito como un hombre no productivo, siempre descontento de s, que obraba por impulsos, pero que no acababa nada; termin como diputado oportunista. De Fanelli, Bakunin escribe an a A. Richard, el 4 de diciembre de 1868: Henry (Fanelli) y nuestros dos amigos se encuentran ahora en Madrid. Lo que hay de nuevo para los negocios es que la calma (la revolucin?) parece que se establecer pronto. Al menos, tal es el resumen de la carta por lo dems poco explcita que recibo de uno de esos seores. El 23 de mayo de 1869 la seora Obolenska escribe a Gambuzzi: si Beppo (Fanelli) est en Npoles, dgale que Miguel est profundamente entristecido por su silencio que no puede explicarse, y Bakunin escribe a Gambuzzi el 9 de agosto: se dira que quiere estar muerto para m. Dios tenga su alma en paz!. Se han vuelto a ver en los primeros das de diciembre de 1869, cuando Fanelli fue a Locarno, donde un joven espaol -pienso que fue Celso Gomis- visit a Bakunin al mismo tiempo. Me detuve a presentar todos estos detalles tanto para conservar los hechos en lugar de perpetuar las leyendas, como porque esos detalles hacen calcular muy bien el carcter de las primeras relaciones de Bakunin con la Espaa internacionalista. Vemos as que Fanelli obrara solo, a su modo, que sus relaciones durante el viaje con Bakunin eran, por decirlo as, nulas. En cuanto a la accin o la tctica usadas, inform sin duda a Bakunin en Ginebra, pero se retrajo luego y, si se restablecieron, en el curso de 1869, algunas relaciones se hicieron sin l. Como se ver pronto, hizo una labor excelente en Espaa, supo encontrar hombres excelentes y les ayud a agruparse, pero se cree que habra podido ponerlos mucho ms en relacin con sus amigos de los otros pases, principalmente con Bakunin, que se interesaba tanto por el movimiento y que estaba a la altura de su misin. Los espaoles han obrado a pesar de eso y han triunfado, pero es lstima que el esfuerzo de Fanelli no haya dado frutos ms ricos.

CAPTULO CUARTO LA INTERNACIONAL TOMA ARRAIGO EN ESPAA

Despus del destronamiento de Isabel (30 de septiembre de 1868), el gobierno provisorio del 8 de octubre era monrquico y persegua a los republicanos y a los obreros; Cdiz fue bombardeado y hubo luchas sangrientas en Mlaga (diciembre). En enero, los republicanos, determinados a oponerse con las armas en la mano a un desarme, tuvieron en jaque al Gobierno, que no se atrevi a arrestar a Garrido. En esa situacin las elecciones a Cortes, bajo la presin gubernamental, culminaron en una minora republicana (75), contra 106 liberales independientes, 90 ministeriales, 29 conservadores y 21 absolutistas. En la deliberacin sobre la forma de gobierno, la mocin de Orense, republicano federalista, fue rechazada (182:64), la mocin republicana unitaria igualmente (156:2), y la monrquica fue adoptada por 214 votos contra 71 (20 de mayo de 1869). El 18 de junio Serrano subi a la regencia. Prim es presidente19

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del ministerio, cada vez ms reaccionario. Se lucha en Tarragona, en Barcelona, en Valencia (sep., oct.) y el partido republicano sufri derrotas sangrientas. He aqu las principales peripecias del primer ao del perodo revolucionario. El pueblo fue burlado despus como antes de esa revolucin. Falt una iniciativa republicana: se vacila entre insurreccin y elecciones y la reaccin se afirm pronto. Los obreros no estaban dispuestos a sacar las castaas del fuego para los jefes republicanos y han debido saludar la Internacional como la verdadera expresin de sus esperanzas e intereses. Castilla y Catalua estaban entonces tan frente a frente como hoy. Lorenzo, en las pginas 5964 de su Proletariado militante describe el contraste entre la ciudad gubernamental de Madrid, sin industrias importantes, y el centro industrial de Barcelona, donde, ya desde 1840, los obreros, sobre todo los textiles, fueron organizados. Sin embargo, Lorenzo, que fue hasta tal punto un amigo de los obreros y uno de los suyos, expresa la opinin que el proletariado industrial cataln no se habra bastado por s mismo para crear el movimiento espaol. Quiere decir que en ese caso el movimiento no habra salido de los lmites de la lucha sindical; piensa que era preciso an la inteligencia y la energa de los jvenes abnegados e instruidos; dice: Si no hubiera esta en Barcelona Vias, Soriano, Meneses y Ferrn, andaluces y privilegiados todos, si Rafael Farga no hubiera ido al congreso de Basilea donde recibi la sugestin directa de Bakunin, adems de inspirarse en la grandeza de las ideas de los fundadores y cooperadores de la Internacional; si no hubiera estado presente Gaspar Sentin, que con sus grandes y enciclopdicos conocimientos y su constancia supliera las deficiencias, reemplazara a los perezosos y por su aspecto venerable fue como la personificacin de la idea; si, en fin, no se hubieran agrupado los inteligentes, los activos, los buenos en la seccin de la Alianza de la Democracia socialista, y hubiera debido esperarse que las corporaciones obreras por s mismas, por evolucin efectuada por sus propios medios hubieran entrado en la Internacional, los obreros catalanes no hubieran sido jams internacionalistas. Cree tambin que si la accin de Fanelli se hubiera limitado a Barcelona, la ciudad industrial, habra fracasado, y que deba obrar tambin en Madrid, el centro poltico. Creo, pues, dice, que la misin de Fanelli, limitada a Barcelona, puramente obrera, hubiera fracasado, mientras que en Madrid fund un verdadero apostolado que, an sin conseguir la organizacin de los trabajadores madrileos, siquiera modificar en nada sus detestables costumbres, ha difundido por todas partes la propaganda y ha fijado la atencin de la burguesa poltica central y del proletariado de provincias, definiendo las ideas y destruyendo preocupaciones con peridicos sostenidos casi sin interrupcin desde La Solidaridad, en 1870, pasando por La Emancipacin, El Condenado, El Orden (clandestino), La Revista Social, La Bandera Roja, La ANARQUA, hasta La Idea Libre, en 1898 La Revista Blanca y su Suplemento (y Tierra y Libertad y muchos otros despus). En Madrid, en tiempos de la revolucin de septiembre de 1868, se reunan algunos jvenes obreros inteligentes en el Fomento de las Artes, una especie de club y de universidad popular. Fanelli fue dirigido all por los republicanos y tuvo suerte de encontrar pronto a Toms Gonzlez Morago, grabador, entusiasta de todo lo nuevo y avanzado, muy conocido muy activo, que invit a los mejores elementos a conversaciones con Fanelli. Tambin Lorenzo y su amigo Manuel A. Cano, fueron advertidos un domingo, en un caf, por Morago, sobre la existencia de la Internacional. Precisamente -cuenta- Cano y yo, por la lectura de algunas obras de Proudhon, por el extracto de las obras de Fourier y por la campaa socialista de Pi y Margall, en La Discusin, y adems por nuestros comentarios sobre aquellos trabajos, nos hallbamos perfectamente preparados para la gran empresa que se trataba de acometer. Morago les invit a una reunin, donde estara presenta Fanelli, delegado de la Alianza, en misin para formar un ncleo organizador de la A. I. de los T. Se haba presentado a algunos diputados republicanos20

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en demanda de jvenes obreros para formar ese ncleo; Morago les invita a la reunin celebrada en casa de Rubau Donadeu. Fanelli, alto, de rostro grave y amable, barba negra y poblada, ojos grandes, negros y expresivos, que brillaban como rfagas y tomaban el aspecto de cariosa compasin, segn los sentimientos que le dominaban. Su voz tena un timbre metlico y era susceptible de todas las inflexiones apropiadas a lo que expresaba, pasando rpidamente del acento de la clera y de la amenaza contra explotadores y tiranos, para adoptar el del sufrimiento, lstima y consuelo, segn hablaba de las penas del explotado, del que sin sufrirlas directamente las comprende o del que por un sentimiento altruista se complace en presentar un ideal ultrarrevolucionario de paz y de fraternidad. Habl en francs y en italiano, se comprenda su mmica expresiva y sigui su discurso. Hubo tres o cuatro de tales sesiones de propaganda y discusiones privadas en paseos y en el caf: se ocup bastante de Lorenzo, que juzg til para su obra. Nos dej ejemplares de los estatutos de la Alianza de la Democracia socialista (una hojita de cuatro pginas de octubre de 1868, reglamentos de algunas sociedades obreras suizas (de Ginebra) y algunos peridicos obreros rganos de la Internacional (jurasianos, belgas), entre ellos unos nmeros del Kolokol (en francs) con artculos (error) y discursos de Bakunin (en el congreso de Berna), y antes de despedirse de nosotros quiso que los retratramos en grupo, como as se hizo, reunindonos todos el da convenido, menos Morago, que tuvo sueo y no pudo despertarse a pesar de que todos fuimos a su casa y el mismo Fanelli le invit a que nos acompaara; por eso en el grupo fotogrfico no figura su retrato y s slo su nombre. Esta fotografa fue reproducida en La Huelga General (Barcelona), nm. 5 del 25 de diciembre de 1901: Ncleo fundador de la Asociacin Internacional de los Trabajadores; se ha aadido, probablemente por Lorenzo: Jvenes entusiastas, republicanos que haban aprendido de Rivero las energas revolucionarias, de Orense la justicia prctica, de Cautelar la grandiosidad de la evolucin progresiva, de Garrido los utilitarismos socialistas, de Figueras los recursos ntimos de la poltica, de Pi y Margall los grandes ideales de la humanidad, dispuestos a dar su vida por la revolucin como algunos lo probaron en la sangrienta jornada del 22 de julio frente al cuartel de San Gil, socios del Fomento de las Artes, varios iniciados en las ventas carbonarias4 y todos los individuos de los grupos precursores del batalln de milicianos de Antn Martn5, tal eran los jvenes obreros que recibieron directamente de Fanelli la doctrina anarquista y la misin de organizacin en Espaa la A. I. de los T.. Fueron Fanelli, Jos Rubau Donadeu6, Nicols Rodrguez, lampista; Jos Fernndez, broncista; ngel Cenegorta, sastre; Manuel Cano, pintor; Francisco Mora, zapatero; Marcelino Lpez, zapatero; Antonio Cerrud, dorador; Enrique Borrel, sastre; Anselmo Lorenzo, tipgrafo; Jos Poysol, tipgrafo; Jos Adsuar, cordelero; Julio Rubau Donadeu, litgrafo; Miguel Langara, pintor; Quintn Rodrguez, pintor; Antonio Gimeno, equitador; Enrique Simancas, grabador; ngel Mora, carpintero; Toms Fernndez, tipgrafo, y Benito Rodrguez, pintor.

V. El Proletariado militante, I, pg. 72-73: algunos iniciados en el carbonarismo andaluz, que a todo trance queran fundar una organizacin autoritaria y secreta con objeto de imponer carcter socialista a la futura repblica que juzgaban muy prxima; hasta propusieron que entraran todos en el carbonarismo, lo que fue rehusado. 5 V. El Proletariado militante, I, pg. 30, grupos secretos armados formados en tiempo de la revolucin, en Batalln de voluntarios de la libertad. 6 Jos Rubau Donadeu fue un republicano avanzado, que llama Lafargue en su folleto de 1872 uno de los fundadores del nuevo partido socialista de Barcelona, nota que el folleto LAlliance (1873) eleva a un candidato derrotado en Barcelona, fundador de un partido seudo-socialista. Encuentro en uno de los extractos de las actas del consejo general (The Eastern Post, Londres, 15, abril de 1871, que en la sesin del 11 de abril es leda una carta de Barcelona, donde se dice: el ms activo y el ms radical en el Partido republicano es Jos Rubau Donadeu, cuya accin es una espina en los ojos de las celebridades republicanas; se nombra a Suer y Capdevila, el librepensador, junto a l. Ese republicano y Morago han sido probablemente la clavija obrera de la obra de Fanelli en Madrid; Garrido o algn otro habra sealado a Rubau Donadeu y ste a Morago.21

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La fotografa no contiene a T. G. Morago, grabador, Francisco Crdoba y Lpez, periodista, Juan Jalvo, pintor, y Toms Gonzlez Velasco, tipgrafo. El 24 de enero de 1869 -Fanelli, segn el libro de Mora, pg. 52, habra estado an en Madridhubo reunin para adherirse a los Estatutos generales de la Internacional y constituir el Ncleo provisional fundador de la Asociacin Internacional, compuesto de tres comisiones de siete miembros, para relaciones locales, provinciales e internacionales, para la propaganda y fundacin de un peridico y para la elaboracin de los Estatutos; presidente, ngel Cenegorta, secretarios, Enrique Borrel y Francisco Mora.7 Sin embargo, despus de la marcha de Fanelli, chocaron diversas tendencias: Rubau Donadeu buscaba alianzas republicanas, otros preconizaban el carbonarismo, otros la masonera; pero todas esas desviaciones fueron enviadas. Algn tiempo despus, en ese grupo no homogneo hubo malentendidos y cuestiones con motivo de las credenciales de miembros de la Alianza enviadas de Ginebra, bagatela que Lafargue y sus secretarios de 1872, y de acuerdo con ellos los compiladores del folleto LAlliance (Londres, 1873), desfiguraron y explotaron de una manera indigna, como todos sus procedimientos. Escribieron el 9 de julio de 1872, que se haban remitido desde Ginebra cartillas con ttulo de socios a Morago, a Crdoba y Lpez; que Jalvo, presidente por aquel entonces de la seccin Internacional de Madrid, present su dimisin de presidente, y se sali de la Internacional, porque no quera formar parte, segn dijo, de una sociedad dentro de la cual exista otra sociedad secreta, cuyo objeto le era desconocido (el folleto de Londres amplifica: una sociedad compuesta de burgueses, se dej conducir por ella). F. Mora, en su libro, habla de graves dimisiones; Fanelli dej algunos afiliados a la Alianza; pero no se constituy ninguna seccin; Mora posee una credencial, fechada en Ginebra, de marzo de 1869 y firmada por Bakunin como presidente de la Alianza (pgs. 53, 55, 126, nota 1). Es evidente que no se envan cartillas de miembro de una sociedad secreta y que no se trata ms que de las cartillas de la Alianza internacional pblica, no reconocida por el Consejo general, y que no se disolvi ms que despus de haber recibido la ltima respuesta de Londres, fechada el 20 de marzo de 1869.8 El 5 de marzo Fanelli estaba en Ginebra, comunica esos nombres como miembros deseables o deseosos de ser recibidos en la Alianza pblica y Bakunin, presidente de la comisin, enva esas cartillas como el 11 de marzo escribe a Guillaume para que enve su peridico a algunos otros espaoles. Nada ms sencillo. Cuando esa Alianza fue disuelta, pero el grupo ginebrino continu y se convirti en seccin de la Internacional, se copiaron esos nombres espaoles en la lista de miembros; se encuentran: 53 Farga Pellicer Rafael, 54 Crdoba y Lpez, 55 Jos Rubau, diputado, 56 Cena Gorta (sic), 57 Gonzlez (Morago), grabador, todos marcados como no habiendo enviado su adhesin; Morago no fue recibido ms que el 27 de noviembre de 1869, bajo la garanta de Bakunin y de Sentin. Se pueden ignorar las peripecias de la Alianza pblica en Madrid, pero Lafargue y Engels, que pretendan ser conocedores de esa cuestin, y jueces a la vez, no tienen esa excusa. El ncleo eligi un comit unificado en julio y el 20 de septiembre de 1869 se aceptan los Estatutos de la Seccin organizadora central provisional de Espaa, que se ocupa de la organizacin en todo el pas (Mora, pgs. 55-57). Y el Consejo general de Londres? No recuerdo -dice Lorenzo, I, pg. 116-, cunto tiempo pasamos, mucho sin duda, sin saber nada del Consejo general, ni obtener contestacin a

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Probablemente la fotografa representa esa reunin. Vase Oeuvres (Pars), vol. 6, 1913, pgs. 198-202.22

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nuestras comunicaciones; tengo sobre el particular muy vagos recuerdos, pero jurara que de Londres no nos vino por entonces ni un consejo, ni una chispa de excitacin entusiasta9 Del 24 de diciembre de 1869 data el Manifiesto de los Trabajadores de la seccin de Madrid a los Trabajadores de Espaa (Madrid, 1869. Imprenta a cargo de Nez, dos pginas a tres columnas en folio); vase Lorenzo, I, pg. 116-23. Morago es el autor (vase El Productor, Barcelona, 27 de diciembre de 1889). Ese manifiesto es socialista en general, refuta la poltica y el sufragio universal y se advierte en l una influencia del programa de la Alianza en las palabras la igualdad poltica, econmica y social de las clases y de los individuos. Los firmantes son las tres comisiones de la seccin organizadora central provisional, la comisin administrativa: Bernardo Prez, Fabricio Jimnez, ngel Mora, Francisco Oliva, Eligio Paga, Luis Castilln, Miguel Jimnez; la comisin de correspondencia: Felipe Martn, Enrique Borrel, Jos Mara Fernndez, Francisco Miaca, Juan Carpena, Claro Daz, Diego Basavilvaso; la comisin de propaganda: Vicente Lpez, Hiplito Pauly, Mximo Ambau, Juan Alczar, Anselmo Lorenzo, Francisco Mora, Toms Gonzlez Morago. Morago ha sido siempre el centro de las injurias de Lafargue y de los autores del libro de Londres. No se tiene ms que comparar esos dos textos (vase mi biografa de Bakunin, nota 21-26) para ver cmo en Londres se agrega a manos llenas insultos groseros que Lafargue, al escribir en 1872 en Espaa, no se atrevi a exteriorizar. He odo a Malatesta describirlo como el ms notable de los anarquistas espaoles y como un buen hombre. Muri de clera en la crcel de Granada. Ese manifiesto anuncia la publicacin de La Solidaridad (Madrid), que apareci, en efecto, el 15 de enero de 1870, con un artculo programa escrito por Lorenzo y firmado por l. H. Pauly, F. Mora, Morago y otros tres. En un artculo que liquida la cuestin entre los internacionalistas y Fernando Garrido, es absolutamente rechazada la poltica electoral Los trabajadores hoy no debemos hacer otra cosa que organizarnos y propagar los principios de la Internacional. Cuando esas ideas sean generalmente aceptadas, se apoderarn de los puestos pblicos que Garrido quiere poner ante los obreros, no para ocuparlos, sino para destruirlos, destruyendo con ellos todo gobierno autoritario e implantando sobre sus ruinas la ANARQUA, o sea la libre federacin de libres asociaciones obreras agrcolas e industriales (lo cual es una descripcin de la sociedad futura con las palabras tan frecuentemente formuladas as por Bakunin). La Internacional se difundi rpidamente y Francisco Mora concibi la idea de un congreso, proposicin aceptada por la seccin de Madrid, el 14 de febrero de 1870. Entonces como se ver, Barcelona y Palma de Mallorca pidieron tambin que se les consultara y el movimiento regional comienza seriamente. Hemos visto hasta aqu a la seccin de Madrid consolidar sus ideas, al principio un poco divididas, hacia el anarquismo tal como Bakunin lo expresaba. No hay Alianza alguna, nada ms que el envi de esas cartillas, pronto inutilizadas, de Ginebra, ninguna correspondencia con Bakunin o Fanelli de que nosotros sepamos. La prueba de esa asercin es constituida por el hecho de que Morago, el alma del movimiento, escribe el 24 de octubre de 1869 para ser recibido en la seccin de la Alianza de Ginebra; enva la carta a Fanelli y el comit de la seccin no la recibe hasta el 27 de noviembre; es aceptado (garanta de Bakunin y de Sentin). El 13 de enero de 1870 se leen cartas de l en el comit; pide nuestra opinin sobre la marcha que quiere seguir como miembro de la Internacional (y) de la Alianza, y que aconseja seguir a los9

Vias recuerda a Francisco Mora (carta de 3 de agosto de 1872. Cuestin de la Alianza, pg. 2) que hablando de sus primeras correspondencias, me deca que se le (al Consejo general) haba dado una buena leccin al contestarle. Ignoro a qu hace alusin, pero lo cierto es que la Internacional espaola no debi ningn apoyo a los marxistas de Londres, hasta la llegada de Lafargue, claro est!23

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otros miembros de la Internacional y de la Alianza, concerniente a la cuestin sobre hasta qu punto deben mezclarse en poltica las dos asociaciones mencionadas, o si no deben mezclarse de ningn modo en ella (actas). La discusin muestra opiniones en un sentido bastante diferente o, por decir mejor, opuesto. A proposicin de Lindegger se le responde en el sentido de lo que haba dicho Paul Robin en la discusin, es decir, que la respuesta har comprender al ciudadano Morago que el socialismo no quiere de ningn modo decir que es preciso mezclarse en poltica, y que, en consecuencia, cuando niega que la forma de gobierno republicana sea la ms favorable para propagar y hacer prosperar nuestros principios, se deduce que no vale la pena mezclarse en poltica por las insignificantes ventajas que el establecimiento de una repblica burguesa nos ofrecera, y que, por consiguiente, la A. I. de los T., y la Alianza democrtica y social no deben mezclarse ms que en la poltica destructiva para poner en lugar del orden social actual un nuevo orden social, en el cual el trabajador gozar plena y enteramente del fruto de su trabajo, lo cual no ser posible mientras el edificio gubernamental poltico actual no sea reemplazado por otra organizacin basada en la igualdad ms absoluta. El 4 de febrero de 1870 Celso Gomis, secretario entonces de la seccin de la Alianza, lee una carta a Morago pidindole nota de los individuos de la Alianza en esa ciudad (actas), es decir, que se quisiera saber dnde estn las personas de la lista de la seccin que sin duda no daban signo de vida. El 20 de mayo de 1870 se trata an de una carta de la seccin a Morago. Bakunin, que esa vez est presente, se burla de la expresin confiscacin por causa de utilidad pblica, que hace suponer una alusin al Estado; el secretario deber redactar otra carta. En la gran cifra de los nombres y de las cifras que debe datar de octubre de 1869, cuando Bakunin conoca ya a Rafael Farga Pellicer y a Sentin, contenida en el libro odioso de O. Testud, LInternationale et le Jacobinisme au ban de lEurope, Pars, 1852, vol. I, pgs. 131-138, se encuentra: Sentin, Farga Pellicer, Jos L. Pellicer, pintor (de Barcelona); Rubau, Crdoba, Cenegorta, Benito Rodrguez, Lorenzo Asprillo, Toms Gonzlez, grabador (Morago); Cerrado (de Madrid); todos de Madrid, por tanto, del ncleo de enero de 1869. Lo que demuestra an que despus de las noticias llevadas por Fanelli, Bakunin no tuvo ninguna otra relacin con Madrid. Pienso, pues, que se puede constatar para el primer ao de la Internacional de Madrid el efecto de la propaganda muy sera y muy fiel de las ideas de Bakunin, hecha por Fanelli, desde noviembre de 1868 a enero de 1869, pero ninguna relacin personal o de sociedad secreta, de lo que se llama la Alianza.

CAPTULO QUINTO EL CONGRESO DE BASILEA. SU REPERCUSIN EN ESPAA

En El Proletariado Militante, I, pg. 50-59, Anselmo Lorenzo observa: llam la atencin y an suscit discusiones un tanto apasionadas durante algn tiempo, el hecho de dirigirse Fanelli primeramente a Madrid, y no a Barcelona. Hemos visto que Fanelli haba estado primero en Barcelona, pero circunstancias que no pudo dominar hicieron que comenzara su verdadera24

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actividad en Madrid. Sin duda por el viaje anterior, Barcelona, Valencia, haba adquirido experiencia y pudo obrar en Madrid con ms efecto. La diferencia entre los movimientos de Madrid y Barcelona es bien conocida; P. Kropotkin, en 1878, la experiment tambin muy fuertemente. Lorenzo, que conoca tan bien ambos, militando en Madrid desde el comienzo hasta 1871-72 y en Barcelona durante muchos aos despus, no escribi los orgenes en Barcelona y yo no conozco ms que un solo testimonio un poco explcito, pero del cual no puedo verificar el detalle; el del republicano Juan Salas en el libro O Socialismo na Europa (Lisboa, 1892), de Magalhes Lima, pg. 311 y siguientes. Despus de la revolucin, las sociedades obreras, fuertes y numerosas desde haca mucho tiempo, constituyeron, en octubre de 1868, el Centro Federal de las Sociedades Obreras; sus delegados, Farga Pellicer y G. Sentin, dan un informe de ellas al congreso de Basilea (Compte rend du IVme. Congrs de lInternationale, 1869, pgs. 44-48). Los obreros Juan Fargas, Roca y Gals, Rafael Farga Pellicer, Juan Nuet, Jos Pamas (ms tarde socialista oportunista), Jaime Balasch y otros eran los ms activos. En las secciones, en enero de 1869, los republicanos federalistas concedieron al Centro un candidato, Pablo Alsina, que fue elegido; los internacionalistas de Madrid tenan una pobre opinin de l (Lorenzo, I, pgs. 64-66). Fue entonces (a fines de enero) cuando Fanelli lleg a Barcelona con recomendaciones de Madrid, sobre todo de Rubau Donadeu, y reuni 20 25 personas en el taller de Jos Luis Pellicer, calle de Casanova; estuvieron Rafael Farga Pellicer, Viladarga, Ramn Cortana, et. Entonces se form el ncleo que tuvo por presidente y secretario a los Pellicer. Faltan otras informaciones precisas. Fanelli no queda en Barcelona ms que dos semanas aproximadamente, encuentra un medio organizado ya y sabe ganar el espritu de los que queran dar al movimiento sindical (el congreso del Centro el 13 de diciembre de 1868 haba reconocido la libertad de sus adherentes de apoyar el partido poltico de su eleccin) una direccin socialista. Seala a Bakunin los dos Pellicer y a alguien de Tortosa para hacerle enviar Le Progrs; los dos Pellicer se encuentran en la lista de los miembros de la seccin de la Alianza, lo que significa, como expliqu ms arriba, que Fanelli y Bakunin los recibieron en febrero-marzo como miembros de la Alianza internacional pblica. Juan Salas contina, sin datos precisos, que poco despus de la formacin del ncleo fue aumentado por el mdico Gaspar Sentin, que haba regresado de Alemania, donde habra permanecido desde la edad de seis aos, de Trinidad Soriano, estudiante tcnico de Sevilla, de Gonzlez Meneses, de Cdiz, estudiante de medicina, de Garca Vias, de Mlaga, estudiante de medicina, y del abogado cataln Rius. Esos hombres y los de Pellicer se habran organizado secretamente como la Alianza. Tratar de explicar ms tarde esta observacin ltima. Lorenzo escribe de estos hombres: es difcil prever qu hubiera representado en el movimiento proletario internacional (Barcelona y Catalua) sin la inteligencia y energa de media docena de estudiantes, jvenes, pero burgueses, que inculcaron el ideal, no en corporacin alguna, sino en corto nmero de individuos, que, hay que reconocerlo, si no eran esquiroles, como se llam a los obreros no asociados, eran de aquellos que menos atencin habran prestado al socialismo. Claro est que si los jvenes obreros aludidos, como inteligentes que eran, se hubieran decidido con el empeo de que eran capaces a la asociacin, en ella hubieran obtenido los primeros puestos y no hubiera sido ya posible contar con ellos. (Sigue el pasaje ya citado sobre Vias, Soriano, Meneses y Ferrn, los andaluces, sobre el viaje de Farga Pellicer a Suiza, etc.). El 2 de mayo de 1869 la seccin de Barcelona de la Internacional constituida (v. Egalit, Ginebra, 22 de mayo). El 1 de agosto apareci La Federacin, rgano del Centro federal de las sociedades obreras; era socialista, defenda al obrero y sus sociedades -dice Lorenzo- pero se lee en su primer nmero: La Federacin declara que la Repblica Democrtica Federal es25

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la forma de gobierno que ms conviene a los intereses de las clases trabajadoras; forma poltica necesaria para obtener su emancipacin, y esa declaracin impuesta por los convencionalismos polticos a la dbil conviccin del anarquismo naciente impuls a los internacionalistas de Madrid a fundar su Solidaridad en enero de 1870.10 Se senta menos libertad en Barcelona para proclamar altamente las ideas de la ANARQUA, a fin de no perder la influencia que se senta sobre la gran masa: masa organizada, pero no avanzada an en ideas, de los obreros. Eso se ve por una carta de Rafael Farga Pellicer a Bakunin, fechada ese mismo 1 de agosto, carta que vale la pena reproducir aqu:11

Barcelona, 1 de agosto de 1869. Mi querido Bakunin: Con inmensa satisfaccin he recibido tu carta. En seguida la le al Centro Federal de las Sociedades obreras, como secretario general que soy de l, y enterado de su contenido ha acordado enviar a Ble uno ms (no ha determinado todava el nmero), representantes de las sociedades obreras de Catalua. Mas es preciso hacer aqu algunas explicaciones; para que t comprendas la manera cmo debern representar a Espaa los obreros que enviar nuestro Centro Federal. Aqu el socialismo no est tan desarrollado como fuera de desear; as es que el Centro Federal no ha decidido nada clara y terminantemente respecto a este punto tan interesante. Hasta ahora slo se ha ocupado de organizar asociaciones obreras de todos los oficios y artes y propagar para que la federacin entre todas se haya efectuado, y para que la Repblica Federal triunfe en la gran lucha que sostenemos con los monrquicos, y dems conservadores de todas las dems tiranas. No obstante, he de participarles con placer que la gran mayora de los obreros son susceptibles de ser decididamente socialistas; puesto que van ya comprendiendo esas grandes ideas que llevan en s nuestra inmediata y radical emancipacin; gracias a los esfuerzos que hacemos algunos amigos en pro de esta propaganda dentro de las varias profesiones y oficios asociados y dentro del mismo Centro Federal, yo tengo la seguridad que dentro de poco tiempo formaremos parte los obreros de Espaa de la grande Asociacin Internacional de los Trabajadores; porque procuramos algunos amigos hacer los Reglamentos de las Clases y del Centro, basamos en el espritu y tendencia del de la Asociacin Internacional. De manera que, insensible y convencidamente, se encontrarn dentro de la Internacional. T, querido amigo y correligionario, comprenders con cunto cuidado y con cunta prudencia ha de hacerse esta importante propaganda; para evitar futuras escisiones que retardaran ms el triunfo de nuestra causa.10

Bien pronto La Federacin, publicada hasta el 26 de mayo de 1872 y despus de una interrupcin forzada an desde 1872 a 73, fue uno de los rganos ms amplios y valientes de la Internacional, con este subttulo: rgano de la Federacin barcelonesa de la Asociacin Internacional de los Trabajadores; las letras del ttulo de La Federacin llevan en el interior de las lneas que forman cada mayscula una de las palabras siguientes: Libertad, Cooperacin, Solidaridad, Trabajo, Racionalismo, Ciencias, Artes, Historia, Justicia, Moral, Verdad, Perseverancia, Internacionalidad, Progreso, Derechos, Deberes, Reciprocidad, bello resumen de las aspiraciones socialistas. 11 La he publicado por primera vez en el Almanaque de la Revista Blanca y Tierra y Libertad para 1904 (Madrid), pgs. 44-47: Carta indita de R. Farga Pellicer a Miguel Bakunin.26

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Mucho influir, estimado amigo, a que los obreros espaoles entren cuanto antes en la Asociacin nuestra, si ahora (como suceder si es posible) tienen representantes propios en Ble; pues stos les explicaran de una manera grfica y completa el mecanismo, las ideas, tendencias y desarrollo de nuestra Asociacin. Contesta, amigo, a vuelta de correo, si nuestro Centro Federal puede tomar parte en el Congreso de Ble, no obstante no declararse ser de la Internacional. Es de suma importancia y necesidad que a pesar de no ser ahora importancia y necesidad que a pesar de no ser ahora de la Asociacin, pueda este Centro concurrir al Congreso de Ble, precisamente para acelerar ms el que ingrese cuanto antes a ella. Espero, pues, que hars lo posible para que puedan venir a Ble representantes delegados de Espaa, con las circunstancias expresadas. Espero pronta contestacin: Al Centro Federal de las Sociedades Obreras, Rafael Farga Pellicer, secretario, calle Mercaderes, 42 Barcelona. Por el correo te envi un nmero del peridico La Federacin, rgano del Centro, que de una manera prudente defender el socialista. En Espaa ha habido entre la clase obrera algunos individualistas que ahora ya van batindose en retirada. La Federacin trabajar activamente para acabar de despreocupar a unos y para convencer a todos de la grande necesidad de ser racionales, socialistas y republicanos-federales. Le llamo la atencin sobre la R del ttulo, y sobre el Prospecto que yo he escrito como director que unnimemente me ha nombrado el Centro Federal. He procurado