MIGUEL HERNÁNDEZ

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PERITO EN LUNAS En Hernández, como se sabe, existe una formación verdaderamente poética, ya que sus lecturas fueron numerosas y constantes. Al principio, era de una manera desordenada e incoherente, pero después, siguió un criterio que se le acercaba mucho a los clásicos y sobre todo a los poetas líricos del siglo XVI. A sus veintidós años Hernández también se cree perito en poesía. Después de haber quedado exento del servicio militar, dice que es muy importante para su porvenir literario viajar a Madrid; el primer viaje lo realiza el 30 de noviembre de 1931, un poco después de haber cumplido 21 años con la intención de hacerse muy rápido con la fama. Empieza a buscarse a sí mismo en las emociones y en los sentimientos. Llega a Madrid con algunas poesías y cartas de recomendación de Ernesto Giménez Caballero que no le sirven para nada. Sin embargo, un par de revistas literarias muy famosas de la época, La Gaceta Literaria y Estampa, se fijan en su obra y en su vida y solicitan un empleo o algún apoyo oficial para él. Empieza a ser conocido, pero no triunfa. La primera impresión de la vida literaria en Madrid no le gusta del todo, pero le permite conocer la actividad poética del momento, impregnada de gongorismo. En este primer viaje a Madrid, la llamada Generación del 27 está en pleno apogeo. El pastor-poeta se ha sentido

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PERITO EN LUNAS

En Hernández, como se sabe, existe una formación verdaderamente poética, ya que

sus lecturas fueron numerosas y constantes. Al principio, era de una manera

desordenada e incoherente, pero después, siguió un criterio que se le acercaba mucho

a los clásicos y sobre todo a los poetas líricos del siglo XVI.

A sus veintidós años Hernández también se cree perito en poesía. Después de haber

quedado exento del servicio militar, dice que es muy importante para su porvenir

literario viajar a Madrid; el primer viaje lo realiza el 30 de noviembre de 1931, un poco

después de haber cumplido 21 años con la intención de hacerse muy rápido con la

fama. Empieza a buscarse a sí mismo en las emociones y en los sentimientos. Llega a

Madrid con algunas poesías y cartas de recomendación de Ernesto Giménez Caballero

que no le sirven para nada. Sin embargo, un par de revistas literarias muy famosas de

la época, La Gaceta Literaria y Estampa, se fijan en su obra y en su vida y solicitan un

empleo o algún apoyo oficial para él. Empieza a ser conocido, pero no triunfa. La

primera impresión de la vida literaria en Madrid no le gusta del todo, pero le permite

conocer la actividad poética del momento, impregnada de gongorismo.

En este primer viaje a Madrid, la llamada Generación del 27 está en pleno apogeo. El

pastor-poeta se ha sentido atraído, por el grupo de poetas consagrados, la vuelta a

Góngora.

No triunfa en Madrid y tiene que volver a Orihuela, es entonces cuando con su

experiencia en la ciudad compone Perito en lunas. Vuelve a su pueblo lleno de

conocimientos aprendidos en la ciudad. Miguel quiere triunfar

Miguel Hernández se lanza a la conquista de la maestría de la forma, a la búsqueda de

la belleza como fin último de la poesía; y todo esto lo empuja al cultivo de la metáfora,

al empleo del endecasílabo, a la utilización de las estrofas clásicas, aunque su

gongorismo no es puramente imitativo, sino que se asienta en lo real e inmediato, en

la cercanía de la tierra y no en un mundo puramente fabuloso.

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Hernández hizo en este libro un homenaje tardío a Góngora. Lo quiso hacer tan

perfecto que no la entendió nadie, y Perito en lunas no tuvo el éxito esperado. De

hecho, el libro no tuvo importancia durante tres décadas, ya que lo acusaba de

deshumanizado conceptismo, vacío de toda emoción y sentimiento.

Perito en lunas es el libro más complejo, enigmático y hermético. No es fácil

entenderlo, ya que utilizo metáforas no siempre comprensibles. Como Hernández

tenía prisa por darse a conocer, por triunfar, para que su obra se entendiera, tuvo la

idea de dar las claves o títulos de cada poema.

Su primer libro está lleno de gongorismo. Miguel Hernández aprende a través del

cultivo de la metáfora gongorina:

a transformar la realidad en palabra poética

trasformar la conversión del lenguaje poético en un instrumento riquísimo para

la expresión.

Hay una época en que Hernández quiere abrirse también camino como dramaturgo,

lee a Calderón, a Lope, a Cervantes… Ahora bien, busca darse a conocer y tiene un reto

personal con la poesía: demostrar su valía y su capacidad creadora, y con Perito en

lunas, obra hermética, conceptista y barroca, lo consigue.

Hay una prosa escrita, que se llama «Miguel y mártir» en los años mismos en que

preparaba Perito en lunas.

Dignificar no quiere decir —no quiso decir nunca para Miguel Hernández, siempre fiel

a sus orígenes, a su infancia y su adolescencia— borrar y olvidar. Al contrario. La

fidelidad a la tierra, al barro —al barro impuro, manchado— seguirá siendo una

constante de su poesía

Perito en lunas salió a la calle por fin el 20 de enero 1933, firmado por última vez con

Giner como segundo apellido. Fue editado en Murcia con una tirada de trescientos

ejemplares, en la editorial «Sudeste». El libro fue pagado por el vicario de Orihuela don

Luis Almarcha. Hernández quiso devolverlas pero Almarcha no aceptó. Consta de 42

octavas reales, acertijos, orfebrería de metros y simetría. Las octavas reales en la

publicación príncipe no aparecen la numeración ni los títulos actuales. Hay distintas

opiniones sobre porque no estaban escritos los títulos de las octavas. Hernández las

recitaba con la intención de poner a prueba la inteligencia del oyente y la propia.

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En los primeros años de su publicación pasó desapercibido por la crítica, ya no por la

dificultad en comprender el mensaje poético, sino más bien porque todo novel ha de

pasar por la indiferencia. No se ha tenido en cuenta que el gran valor de Hernández

fue que quiso y consiguió salir del mundo rural y de la incultura para el que estaba

predestinado. Y es un caso único de cómo en situaciones en las que vivía, pudo escribir

bellísimos, hondos y sensibles poemas, porque la capacidad de comunicar sentimiento

es, en Hernández, superior a la capacidad de su retórica. Desde el momento en que ve

que su obra no es comprendida, él hará un constante esfuerzo para mejorar hasta

llegar a ese plano de hermosura que encuentra en las formas del lenguaje poético.

En 1933, Raimundo de los Reyes le presentó a Federico García Lorca, al llevarle

Hernández las galeradas de Perito en Lunas. A García Lorca no le gusto mucho, ya que

el novel se quejo de su obra y de sí mismo, se escribieron en cartas y García Lorca, fue

sincero con un poeta novel como Hernández. Eran las palabras de quien ha pasado por

el mismo trance. Miguel Hernández tardo en recibir aquella carta y le escribe otras

cartas con tonos más duros e insultantes, y Lorca deja de escribirle.

Perito en lunas se presentó por primera vez en la Universidad Popular de Cartagena el

28 de enero de 1933, por invitación de Antonio Oliver, donde Ramón Sijé leyó

«Conferencia Ritual».

En una segunda presentación, Ramón acepta acompañar de nuevo a Hernández, a

pesar de sus últimas desavenencias, al Ateneo de Alicante. Era sábado, día 29 de abril

de 1933 para la lectura de su ya conocida «Elegía media del toro» y suponemos que

algunas octavas de Perito en lunas. La técnica de este poeta, es un sorprendente juego

mental, y este le ha llevado a utilizar una lengua en cierto modo extraña, a veces que

casi resulta ininteligible. Con este lenguaje tenemos que fijarnos en la forma del

mensaje.

En principio, Hernández quiso darle al libro el título de Poliedros. Seguramente, por

indicación del editor Raimundo de los Reyes y por darle continuidad al libro, se acordó

finalmente el título de Perito en lunas, tomado del verso 7 de su octava « [XXXV],

(Horno y luna)».

Jamás un poeta se ha mentido más como Miguel Hernández en Perito en lunas.

Góngora y Alberti son los dioses de este libro, sin que falten en él evocaciones de Paul

Valery, Jorge Guillén o Ernesto Jiménez Caballero. Leyendo Perito en lunas no se

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presiente del todo al Hernández posterior. Un culto a la belleza estéril y adquirida con

afeites, detenía la afluencia personal, la pujanza poética propia. Estaba entregado al

placer creador. Ejercicio y aprendizaje, virtuosismo y culto de la forma, le dotaron de

esa flexibilidad que habría de permitir más tarde la manifestación de su ser entero.

Sin embargo, en Perito en lunas Hernández no plagia a Góngora ni a Guillén. De

entenderse así, todo aquel que escribe octavas reales (ocho endecasílabos

consonantes (ABABABCC), sigue los pasos del barroquismo del cordobés Luis de

Góngora (1561-1627). En Perito en lunas, su poesía refleja la naturaleza, los animales y

las plantas en metáforas y símiles. Es el comienzo de la vida, una vida casi festiva e

inconsciente, con una cierta despreocupación y un optimismo natural que rinde

homenaje a la naturaleza. Si hay algo de pena, se trata de una pena más literaria que

vivida, como una especie de melancolía que lo acerca más al dolor artificial e imitado

que a la pena real. Destaca el atributo regenerador de la vida de la luna que se

relaciona con el ciclo fecundo de la mujer y las alusiones sexuales de los frutos.

El original de Perito en lunas fue enviado, secretamente, por Hernández al Concurso

Nacional de Poesía, sin que ganara el mencionado premio. Luego, en 1934, tuvo que ir

a la capital de España a recoger el original con dinero prestado, como siempre.

TEMÀTICA

El tema central de Perito en lunas se relaciona con la luna. No es una luna literaria, sino

real, vista y sentida en el monte, en las huertas o en las calles. Algunas octavas

permiten identificar, bajo un peculiar tratamiento metafórico, otras variantes

temáticas: fuegos artificiales (VI), el alba y el gallo (XIII), el espantapájaros (XIX).

La palabra luna se repite 21 veces, además de inventar dos neologismos: «tornaluna» y

«lunaste». Aunque es curioso observar cómo la palabra luna desaparece desde la

octava V a la XVII. Evidentemente las metáforas muchas veces se hallan encubiertas en

otros objetos similares o bajo un nombre supuesto. En unas ocasiones la luna será

jinete, en otras era, hogaza, narciso, etc. Aquí no hay, como en Góngora, ni cíclopes ni

ninfas. El poeta nos crea su propio mundo bucólico, nos habla de los frutos del campo

de Orihuela, del ganado, de las aves de corral y de todo el mundo rural que percibe.

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MÉTRICA

El libro está constituido por 42 octavas reales en endecasílabos en los que predomina

la acentuación en 6ª y 10ª sílabas. La rima presenta tres variedades distributivas:

ABABABCC, ABBAABCC y ABABBABB.

TÉCNICA METAFÓRICA

El “perito en lunas” se muestra también experto de la metáfora y de las imágenes en

todas sus posibles variantes expresivas. Sabe establecer magníficas relaciones entre la

realidad y la palabra, que dan motivo a una realidad poética por encima de la realidad

objetiva. La metáfora es el pedestal de la poesía culterana. El encadenamiento de

metáforas, series de imágenes o conceptos, tiene el objetivo de huir de la realidad

cotidiana.

El uso de la polisemia o del doble sentido de las palabras, aparece en todas las octavas

reales, lo que nos obliga a una constante alerta y vigilancia del texto, donde el poeta

juega con la capacidad asociativa del lector y lo satura de enunciados, eso hace que

creas que una palabra tiene un significado que no lo tiene en realidad, y hace que

tenga que buscar al diccionario. Por esta peculiaridad y por otras de secundarias, nos

obliga a interpretar el mundo de los símbolos en el contexto histórico.

Las metáforas son herméticas, son casi imposibles de hallar las soluciones si no se

dispusiera de los referentes implícitos. Los símbolos usados son todo aquello que

rodea la vida cotidiana del poeta en su Orihuela natal.

CROMATISMO

Se acusa el predominio de ciertos colores y tonalidades. Los más frecuentes son: el

blanco (en veintiocho octavas) y específicamente el color lunar (en ocho); el oro y el

dorado (en diez); el rojo (en siete); el azul, en seis, es el azul de su cielo Mediterráneo

en su Orihuela natal; y el negro (en cinco).

HIPÉRBATON Y ORDENACIÓN LÓGICA

El voluntario neogongorismo del libro obliga al poeta a doblegar su lenguaje a la

disciplina del hipérbaton. A veces la alteración del orden gramatical es elegante y clara,

a pesar de cierta dificultad aparente.

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En otros casos, el hipérbaton y la elipsis se extreman en un alarde de maestría y

virtuosismo técnico; pero, naturalmente, a veces al ser violentas y con la compañía de

las perífrasis oscurecen la idea y hasta la metáfora en que se expresa.

LÉXICO AGRESTE / LÉXICO CULTO

Del mismo modo que la sintaxis, el léxico también acusa esta lucha entre lo culto y lo

sencillo, especialmente el léxico agreste, campesino.

En un primer acercamiento observamos que el poeta mantiene predilección con la

luna, la luz y con la blancura, por el viento y el río, los colores dorados del oro. El color

está muchas veces combinado y unido a árboles y frutos

Para el crítico Ramón Fernández Palmeral, este poema, es un poema pintado donde

usa los colores como un pincel de palabras muy elaboradas.

REITERACIONES LÉXICAS

Uno de los rasgos característicos del libro, a pesar de su ascendencia culta, es el

frecuente empleo de los distintos tipos de reiteraciones léxicas (anáfora,

epanadiplosis, anadiplosis…) tan habituales en la poesía popular. Esta característica

será en adelante una de las constantes en su obra.

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EL RAYO QUE NO CESA

El rayo que no cesa (1934-1935), se publicó en 1936. Lo forman 31 composiciones: 27

sonetos, dos poemas y dos elegías (una dedicada a Samón Sijé y la otra a su novia).

Se editó en Héroes de Madrid. Son poemas de amor y desamor, desesperados, con

algo de erotismo, como «Me llamo barro aunque Miguel me llame», donde el poeta se

transforma para poder tocar a la amada. Algunos de los poemas se publicaron en

revistas antes de publicarse como libro (Elegía a Ramón Sijé).

La obra tiene las siguientes características:

El tono trágico o dolorido preside el libro desde el primer poema.

Describe continuamente una lucha vital entre el yo personal y la fatalidad.

Ve el amor humano como tragedia.

Siente la muerte muy cercan.

Su punto central es la amenaza de un destino trágico.

obra colorista

preceptos impresionistas por su enfoque sensorial: luz, color, aromas, sonidos e

impresiones visuales,

dinamismo

espíritu mediterráneo-campesino

humanización de los objetos más vulgares.

Esta obra en especial se vio influenciada por:

Los sonetos de:

o Lope de Vega

o Góngora

o Garcilaso

o Quevedo

El surrealismo de Vicente Aleixandre en La destrucción o el amor.

La «Poesía impura» de Pablo Neruda.

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Todos estos datos fueron recogidos y estudiados por numerosos autores que

trabajaban con la obra de Miguel hernández.

Por esta obra recibió numerosos halagos y no fueron pocos los autores que le

dedicaron espacio en sus críticas. Además, por aquel entonces, incluso Juan Ramón

Jiménez ya le había apodado el prodigioso muchacho de Orihuela.

Por aquellos tiempos también se definió como singular la variedad de su obra, la

“mezcla entre lo popular encarnado en gentileza y autenticidad”.

MOTIVO POR EL QUE FUE ESCRITA LA OBRA:

Se puede decir que la obra fue el resutado de dos crisis: la amorosa y la ideológica o

poética. Y, además, los poemas están marcados con un toque de optimismo que salen

de su último viaje a Madrid.

CRISIS AMOROSA:

Tres de los poemas están dedicados a su novia, que luego sería su mujer (Josefina

Manresa) y el resto, por una ruptura con Josefina, a dos mujeres que representaban

una vida diferente (Maruja Mallo y María Cegarra).

Conoció a Maruja Mallo, pintora, cuando su relación con Josefina estaba decayendo

(hasta acabar en julio del 1935), y los rumores de la relació ésta empezaron a hacerse

sonoros.

A Maruja corresponden más de la mitad de los poemas del libro, poemas que hablan

del amor cumplido y completo y sólo quedan tres a Josefina, ya que el periodo en el

que escribió los poemas que dieron pie a este libro fue un periodo donde la relación

entre Miguel y Josefina estaba anulada. Más tarde, al fracasar su amor con Mallo que

le debió dejar claro que no tendrían nunca un compromiso, volvió a aferrarse a

Josefina que se convertiría en su mujer.

Según varios poemas, fue con Mallo su iniciación al sexo y no con su novia Josefina ya

que está había sido criada en la austeridad castrense.

Pero, aunque acabó la relación con Mallo, no se muestra una desaveniencia entre ellos

ya que no tuvieron inconvenientes en seguir su colaboración mutua.

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A María Cegarra, perita química, ya la había conocido antes y después de quedar

abandonado por Mallo y haberlo dejado con Josefina volvió a verla y le dedicó algún

que otro poema, pero, aunque a María le agradaba Miguel, nunca lo vio como posible

partido. Entonces mantuvieron una relación epistolar hasta que María, por algún

motivo dejó de escrbir. Esto el hizo mucho daño a Miguel que siguió escribiéndole

declarándole su amor y reprochándole que no le contestara. Ella fue una mujer

comprensiva e inteligente que le escuchó ysupo entenderle.

Miguel, desilusionado, en el 1936 volvió a Josefina.

CRISI IDEOLÓGICA:

Este libro también fue el resultado de una crisis ideológica, religiosa y política.

El libro es un caudal trágico y amoroso. El libro fue reeescrito, evitando obvias

repeticiones, versos duros, y eliminando sonetos enteros.

La crisis ideológica se debe a su distanciamiento de Ramón Sijé, del catolicismo,

mimetismo con los grandes poetas del Siglo de Oro y conservadurismo político.

Además, empezó a alejarse de su amigo dado a las nuevas amistades que había creado

y a la diferencia entre éstos.

Ahora, su círculo de nuevos amigos (Neruda y Aleixandre) lo inició en el surrealismo,

la poesía revolucionaria y comprometida.

Este cambio ideológico, su ruptura con el pensamiento religioso de Ramón Sijé,

presenta también un cambio formal que se refleja en los poemas libres y en las elegías.

Son momentos difíciles que afectan al joven poeta y provocan una crisis total de

personalidad.

En el libro intensifica fuerza quevediana. El acento es bronco, violento, hondísimo.

Podemos ver al poeta de cuerpo entero: desesperado de amor, desgarrado, rendido…

y también desafiante. La obra es un estallido de pasión en poemas formalmente

perfectos.

Utiliza metáforas, símiles e imágenes enriqueciéndolo con otros símbolos, mostrando

que su única esperanza está en el final de su destino, en la muerte. Vemos también

una condenación de la carne, de la misma vida, como tormento infatigable y exigente,

desgarrador.

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Había aprendido una lección: no estaba la herida en sus canciones, sino en sus

adentros, en el corazón. El libro se alimentaba de las violencias del corazón

sangriento y enlutado. Pero también vemos en este soneto se muestra en

muchas metáforas un abandono ante la angustia de vivir. Acaba siendo una

alegoría del dolor humano.

TEMÁTICA

El libro se caracteriza por tratar los sigueintes temas:

Sentimiento de amor con una consciencia del dolor.

La soledad y la pena son irreprimible.

Presenta una intensa tonalidad dramàtica (patética)

Belleza de algunos sonetos

Dulce melancolía de otros.

Desolada tristeza, presagios de muerte.

Sentido dionisíaco de la vida

Concepción sensual del amor.

Amor resignado que es desafiante, rebelde, alucinado, destructor.

Suave mansedumbre o gravedad meditativa,

La intuición lírica se muestra en la magia verbal.

Además, adquiere gran fuerza el tema de la vida, la muerte y el amor.

AMOR (apasionado e inquieto, naturaleza, amigos, novia, gente del pueblo)

Muestra un destino trágico con un poema cortante y patético donde el amor es “un

cuchillo carnívoro”, un amor doloroso.

MUERTE

Muestra una agonía donde el símbolo de la espada muestra la muerte diaria. Habla de

un destino que gana siempre donde el que lucha contra él es el toro, símbolo de la

fuerza y el brío pero que siempre acaba perdiendo, es decir, con un destino trágico.

Además, la sangre es símbolo de corrietne hacia la muerte y el rayo la muerte que le

persigue y que quiere que se vaya.

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VIDA

Muestra, al igual que la muerte, un destino final. Tras la vida hay un sino que empuja y

hace inclinar el cuerpo, una fuerza que llama a que se pierda en su destino.

Se caracteriza por:

Elementos de la naturaleza

Utilización simbólica

Identificación de él mismo con el toro.

Hálito amoroso recorre el libro, unido a la soledad y la pena

Amor es sexual, ardiente, de animal en celo, pero también es la llamada de

manto

Amargura y alegría ante la amada

Se rebela contra el amor que lo esclaviza

La hondura, el dolor se impone.

La muerte gana al amor.

Metáforas de abandono y seducción

ESTRUCTURA Y MÉTRICA

1 poema de 9 cuartetas octosilábicas que riman

1 poema de 58 endecasílabos y 3 heptasílabos (

2 elegías en tercetos, rematados por un serventesio

27 sonetos con esta ordenación de rimas: ABBA ABBA CDE CDE.

Ritmo acentual: 430 versos del libro se acentúan en 6ª y 10ª sílabas, y 55 en 4ª y 8ª.

La rima: riquísima en variedad.

Hemos de entender que el soneto es como un encajonamiento para el poeta, una

forma de seguir su tradición.

TÈCNICA METAFÒRICA

Abundan:

El símil o comparación

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Las peculiares metáforas que nos llaman la atención por su originalidad y fuerte

acento personal

La cosificación de lo humano

La humanización de lo inanimado o vegetal

Además de estas técnicas metafóricas, también vemos que hay elementos

reiterados a lo largo del libro marcadametne simbólicos:

Toro: virilidad, nobleza, fuerza y brío y, a la vez, de destino trágico.

Rayo: muerte que pende sobre el poeta. Es símbolo de muerte.

Cuchillo carnívoro: El amor como agonía, hiriente y perseguidor.

Espada: muerte desde su corazón, muerte diaria.

Piedra: frialdad y dureza.

Barro: Material con que se fabrica la semilla humana, etc.

CROMATISMO

Coloración o tonalidad moral más que física aunque, en este libro esta tonalidad física

adquiere una presencia más clara y nítida (hermosura de la amada).

SINESTESIAS

Aunque vemos algunas sinestesias referidas a los distintos sentidos físicos, las

sinestesias más originales son las que transponen sensaciones físicas y morales como

“pañuelo sediento”.

OTROS RASGOS

La temática amorosa exige el uso de la antítesis.

La hipérbole tambiñen se hace importante en algunos versos.

La imaginación del poeta le da a los objetos imágenes muy

inusuales.

Hay muchas anáforas que intensifican la emoción, la pena, el

arrebato amoroso y el sentimiento ante la muerte. Y muchas veces,

con la misma función también encontramos los paralelismos.

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5. Comentario de diversos poemas del autor: interpretación del contenido, figuras

retóricas, búsqueda de palabras en el diccionario, etc.

Fue una alegría de una sola vez

Fue una alegría de una sola vez,

de esas que no son nunca más iguales.

El corazón, lleno de historias tristes,

fue arrebatado por las claridades.

Fue una alegría como la mañana,

que puso azul el corazón, y grande,

más comunicativo su latido,

más esbelta su cumbre aleteante.

Fue una alegría que dolió de tanto

encenderse, reírse, dilatarse.

Una mujer y yo la recogimos

desde un niño rodado de su carne.

Fue una alegría en el amanecer

más virginal de todas las verdades.

Se inflamaban los gallos, y callaron

atravesados por su misma sangre.

Fue la primera vez de la alegría

la sola vez de su total imagen.

Las otras alegrías se quedaron

como granos de arena ante los mares.

Fue una alegría para siempre sola,

para siempre dorada, destellante.

Pero es una tristeza para siempre,

porque apenas nacida fue a enterrarse.

Contenido:

En este poema Hernández hable de su hijo que murió cuando tenía un año. Dice que

está muy feliz que él i su mujer están llenos de alegría, pero que esta fue ya que el niño

murió casi al nacer, es decir que la alegría duro poco pero la tristeza durara para

siempre.

Figuras retóricas:

Comparación: Fue una alegría como la mañana

Personificación: que puso azul el corazón

Paradoja: Fue una alegría que dolió de tanto encenderse, reírse, dilatarse.

Hipérbaton: Las otras alegrías se quedaron como granos de arena ante los mares.

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Palabras diccionario:

Cumbre: La mayor elevación, intensidad, perfección de algo o alguien.

Destellante: viene de la palabra destellar que significa despedir o emitir destellos de

luz.

Aleteante: Mover los brazos a modo de alas.

El amor ascendía entre nosotros

El amor ascendía entre nosotros

como la luna entre las dos palmeras

que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos

hacia el arrullo un oleaje trajo,

pero la ronca voz fue atenazada,

fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,

esclareció los huesos inflamados,

pero los brazos al querer tenderse

murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros

y devoró los cuerpos solitarios.

Y somos dos fantasmas que se buscan

y se encuentran lejanos.

Contenido:

Es un poema donde Hernández manifiesta el gran amor que siente por la persona que

quiere. Parece pues que no pueden nunca estar juntos porque el poema muchas veces

expresa lo mucho que se quieren y lo poco que pueden estar juntos.

Figuras retóricas:

Comparación: El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmeras.

Personificación: la luna entre las dos palmeras que nunca se abrazaron.

Hipérbaton: El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo.

Palabras diccionario:

Arrullo: del verbo arrullar, provocar adormecimiento con un sonido determinado.

Pétreos: pedregoso, lleno de piedras.

Atenazada: apretar fuertemente, hacer sufrir, atormentar.

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Besarse, mujer

Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Asciende los labios, eléctricamente vibrantes de rayos, con todo el furor de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna, mujer, es besarnos en toda la muerte: descienden los labios, con toda la luna pidiendo su ocaso, del labio de arriba, del labio de abajo, gastada y helada y en cuatro pedazos

Cancionero y romancero de ausencias

Contenido:

En este poema Hernández le habla a su amada, hace una antítesis con las dos estrofas,

trata el tema de besarse como si al sol fuera hacerlo en plena vida y joya, iluminados, y

en cambio, hacer lo mismo por la noche, a la luz de la luna sería besarse en la muerte

más profunda.

Figuras retóricas:

Antítesis: sol/luna, vida/muerte

Paralelismo: del labio de arriba, del labio de abajo

Apóstrofe: mujer

Metáfora: vibrantes de rayos

Palabras diccionario:

Ocaso: Puesta del Sol, o de otro astro, al transponer el horizonte

Furor: Cólera, ira exalada

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Al derramar tu voz su mansedumbre

Al derramar tu voz su mansedumbre

de miel bocal, y al puro bamboleo,

en mis terrestres manos el deseo

sus rosas pone al fuego de costumbre.

Exasperado llego hasta la cumbre

de tu pecho de isla, y lo rodeo

de un ambicioso mar y un pataleo

de exasperados pétalos de lumbre.

Pero tú te defiendes con murallas

de mis alteraciones codiciosas

de sumergirte en tierras y océanos.

Por piedra pura, indiferente, callas:

callar de piedra, que otras y otras rosas

me pones y me pones en las manos.

El rayo que no cesa

Contenido:

Es un poema con muchos símbolos típicos de Miguel Hernández como piedra. En este

poema, el poeta trata a la amada, habla de ella, de su intento por poder yacer con ella

y de los obstáculos que ésta el pone. Es un poema lleno de metáforas.

Figuras retóricas:

Metáfora: de tu pecho de isla

Polisíndeton: y

Metáfora: pataleo de exasperados pétalos de lumbre

Hipérbaton: Exasperado llego hasta la cumbre

Hipérbaton: Al derramar tu voz su mansedumbre

Palabras diccionario:

Exasperado: Lastimado, irritado, una parte dolorida o delicada.

Bamboleo: Acción y efecto de hacer que alguien o algo oscile de forma acompasada

con un movimiento de vaivén.

Codiciosas: Que tiene apetito sensual.