Miguel de Unamuno
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TRABAJO PRÁCTICO
TEMA: Las Nívolas. Análisis de Niebla, de Miguel de Unamuno
ASIGNATURA: Historia Social y Cultural de la Literatura Española I.
DOCENTE: Prof. María del Carmen Silva.
ALUMNA: Lorena Cynthia Balart
CURSO: Segundo año de Prof. De Lengua y Literatura.
FECHA DE ENTREGA: 13/11/2014
CICLO LECTIVO: 2014
Contexto sociocultural
1898
El siglo XIX termina con una grave crisis: el final del imperio colonial
español. En 1895 se produce el levantamiento de Cuba y en 1896 el de
Filipinas, últimas colonias. España, aunque reacciona ante las revueltas, sufre
una derrota total y en 1898 se ve obligada a firmar el Tratado de París por el
que Cuba consigue la independencia, mientras que Filipinas y Puerto Rico
quedan bajo el control de Estados Unidos.
Este acontecimiento provocó en España una ola de indignación y
protesta que se manifestó en literatura a través de los escritores de la
Generación del 98.
Generación del 98
Una generación literaria es un grupo de escritores que, nacidos en
fechas cercanas y movidos por un acontecimiento de su época, se enfrentan
a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos.
Generación literaria Generación del 98
- Un grupo de escritores.
- Sus principales componentes son: Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado.
- Nacidos en fechas cercanas.
- Todos nacen entre 1864 y 1875.
- Movidos por un acontecimiento.
- El acontecimiento histórico que los mueve es la decadencia española y el desastre de 1898.
- Se enfrentan a unos mismos problemas.
- La imagen lamentable que presenta España, que ha caído en la apatía y el desinterés.
- Reacción semejante.- Analizan los males de España e intentan proponer soluciones.
España
Ante el estado de apatía e indiferencia en el que ha caído el país, se
preocupan por encontrar la verdadera esencia o alma de España y el sentido
de la vida. Para esto utilizan tres vías:
La literatura. Cada época literaria ha tenido sus modelos; los
autores de la Generación del 98 sienten especial debilidad por
Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique, Cervantes y Quevedo.
Admiran a Larra y a los ilustrados porque ya habían sufrido y
analizado estos problemas.
La historia. En ésta es donde buscan estos escritores la esencia
de España, los valores de la patria y la raíz de los problemas
presentes.
El paisaje. Ven en el austero paisaje castellano el reflejo del
alma y la esencia que buscan. Recorren la meseta de Castilla
describiendo minuciosamente la pobreza de sus pueblos, la
sencillez de sus gentes y lo extremado de su clima. Esperan
captar, a través de este paisaje, el alma de España.
Características literarias
Tras la pérdida de las colonias de América en 1898, año del que recibe
el nombre esta Generación, sus miembros reaccionan de manera similar:
Se rebelan y protestan ante el atraso de nuestro país. Esto hace
que propongan soluciones para la reconstrucción de la
agricultura, la educación, la cultura y la economía del país.
También proponen la integración de España en Europa.
Exaltan nuestros valores nacionales y patrióticos, a medida que
adquieren un mayor conocimiento y aprecio de España.
Su afán reformador hace que adopten un determinado estilo
literario para exponer sus ideas:
- Lenguaje sencillo y expresivo que rompe con la retórica recargada de la
época.
- Vocabulario apropiado, con el fin de reflejar de la forma más justa posible
lo que se quiere expresar. De ahí que abunden palabras cultas, extranjeras y
populares.
- Predominio de la oración simple, concisa y breve, evitando los párrafos
largos y la subordinación.
Miguel de Unamuno y Jugo
Nació en Bilbao en 1864. Estudió Filosofía y Letras en Madrid y fue
catedrático de griego en la Universidad de Salamanca donde ejerció muchos
años como rector. A causa de su oposición a la Dictadura de Primo de Rivera,
fue desterrado a la isla de Fuerteventura. Regresó en 1930 a Salamanca
donde murió el 31 de diciembre de 1936.
Unamuno es el escritor más representativo del 98 y todos sus
compañeros de Generación admiraron y respetaron su formidable y
contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo
apasionado.
Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero
sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte
y un deseo de vida eterna que permita al hombre seguir existiendo. El
problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante
en su vida y en su obra.
Su estilo no tiene un claro propósito artístico; es seco, robusto y no
siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa
expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ahí
que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estén ordenados,
sino en un continuo movimiento de vaivén. Su vehemencia hace que utilice
cadenas de sinónimos como si con una sola palabra no bastara para expresar
todo su complejo y rico mundo interior.
Su producción literaria es muy extensa, utilizando todos los géneros
literarios:
La novela es el género que utiliza para expresar sus propios
problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido
trágico de la vida y la lucha entre la razón y la fe. Destacan: La tía
Tula, Abel Sánchez, San Manuel Bueno, mártir, Niebla.
En poesía deja ver su honda preocupación religiosa. El Cristo de
Velázquez, Teresa, Cancionero.
Ensayos y artículos en los que Unamuno expone sus
preocupaciones patrióticas y el futuro del hombre más allá de la
muerte. Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trágico
de la vida, La agonía del cristianismo.
Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte.
Dramas. Soledad, Raquel, El otro.
Al presentársenos esta investigación, las incógnitas que se nos
presentaban eran: ¿qué es una nívola? …¿por qué, si es una especie de
género literario no es común, hoy en día, su mención? Con esas cuestiones
principiamos por buscar el significado del término y como resultado
obtenemos que Nivola es un término introducido por Miguel de Unamuno
para referirse a una forma particular de ficción narrativa diferente a la
novela realista imperante a finales del siglo XIX. “Nivola” es una deformación
del término clásico “novela”, gracias a la que Unamuno pretendía mostrar la
distancia entre su peculiar forma narrativa y aquella.
La palabra nivola aparece por primera vez como subtítulo de la obra de
Unamuno ‘Niebla’, escrita en 1907. Es en esta obra donde mejor se observan
las características de la nivola, aunque también se rastrean en otras obras
como ‘Abel Sánchez’, ‘Amor y pedagogía’ o ‘La tía Tula’. El término nivola
aparece por primera vez como subtítulo de la obra Niebla, del propio
Unamuno. Con esta denominación, el escritor bilbaíno quería expresar su
rechazo hacia los principios dominantes en la novela realista: la
caracterización psicológica de los personajes, la ambientación realista, la
narración omnisciente en tercera persona. Así lo hace constar en el prólogo
de Niebla:
"[...] He oído también contar de un arquitecto arqueólogo que pretendía derribar una basílica del siglo X, y no restaurarla, sino hacerla de nuevo como debió haber sido hecha y no como se hizo. Conforme a un plano de aquella época que pretendía haber encontrado. Conforme al proyecto del arquitecto del siglo X. ¿Trompeta? Desconocía que las basílicas se han hecho a sí mismas saltando por encima de los planos, llevando las manos de los edificadores. También de una novela, como de una epopeya o de un drama, se hace un plano; pero luego la novela, la epopeya o el drama se imponen al que se cree su autor. O se le imponen los agonistas, sus supuestas criaturas. Así se impusieron Luzbel y Satanás, primero, y Adán y Eva, después, a Jehová. ¡Y ésta sí que es nivola, u opopeya o trigedia! Así se me impuso Augusto Pérez. Y esta trigedia la vio, cuando apareció esta mi obra, entre sus críticos, Alejandro Plana, mi buen amigo catalán. Los demás se atuvieron, por pereza mental, a mi diabólica invención de la nivola. Esta ocurrencia de llamarle nivola –ocurrencia que en rigor no es mía, como lo cuento en el texto– fue otra ingenua zorrería para intrigar a los críticos. Novela y tan novela como cualquiera otra que así sea. Es decir, que así se llame, pues aquí ser es llamarse. ¿Qué es eso de que ha pasado la época de las novelas? ¿O de los poemas épicos? Mientras vivan las novelas pasadas vivirá y revivirá la novela. La historia es resoñarla."
Las nivolas se caracterizarían por los siguientes rasgos:
Dan prioridad al contenido sobre la forma.
Escaso desarrollo psicológico de los personajes: los personajes de las nivolas suelen estar caracterizados por un único rasgo de su personalidad, lo que los convierte en "personajes planos", frente a los "personajes redondos", con muchas facetas, que predominan en las novelas realistas. Los protagonistas de Niebla, Amor y Pedagogía o Abel Sánchez son encarnaciones de una idea o una pasión, que les impedirá relacionarse con el mundo con normalidad.
Gestación "vivípara": en palabras del propio Unamuno, frente a la lenta y progresiva producción de las novelas realistas ("gestación ovípara"), a sus nivolas les corresponde una gestación "vivípara", es decir, un nacimiento apresurado y no precedido de una larga época de preparación, documentación y planificación.
Niebla
El titulo:
Niebla es un titulo, que aunque a primera impresión no guarde
coherencia con el relato, se descubre, según la forma en que se utiliza el
término ‘’niebla’’ en los diálogos y monólogos, durante la obra, que se
refiere a la confusión, a la duda, al malestar e inclusive a la niebla que
pudiera haber entre el límite de lo real y de lo ficticio que Augusto soporta en
esta ‘’Nivola’’ de Unamuno. La niebla es también la duda de la existencia que
se plantea Augusto tras la burla de Eugenia y tras la entrevista con Unamuno.
El punto de vista o narrador:
El narrador conoce los sentimientos, el carácter, la forma de ser y cada
una de las actuaciones de todos los personajes que han sido creados por él,
es omnisciente, deducción que se reafirma con el hecho de que la narración
está en tercera persona, aunque sobre el final se traspasa la voz del narrador
omnisciente a la del autor, quien comienza a narrar en primera persona.
Estructura y estilo:
Predominan los monólogos y diálogos, y la escasa narración es
omnisciente. Hay muy poca descripción, hasta el punto en que no se sabe
dónde, ni cuándo ocurre la historia, ni mucho menos la apariencia física de
los personajes. Otra diferencia entre ‘’Niebla’’ y otras novelas tradicionales
es que el lector tiene un papel activo y tiene qué interpretar el final de
Augusto y decidir o imaginar cómo murió, es decir si murió el personaje o lo
mató su creador. La novela está formada por treinta y tres capítulos
estructurados según un núcleo central y un desenlace. Se desarrolla de la
siguiente manera: - Capítulos I-VI: introducción, enamoramiento de Augusto
y presentación de casi todos los personajes. - Capítulos VII-XXVIII: peripecias
de los personajes y fecha de la boda entre Eugenia y Augusto. - Capítulos
XXIX-XXXIII: huida de Eugenia con Mauricio y encuentro con Unamuno.
Temas:
La inadecuación del ser humano: Augusto es incapaz de resolver
dilemas cotidianos, como si debe llevar el paraguas. Tampoco puede
hacer decisiones importantes, como si debe casarse, o resolver los
dilemas existenciales, como si existe o no.
La igualdad de la mujer: Augusto cuestiona la igualdad de la mujer. No
está seguro si la mujer tiene alma y si puede ser fiel a su palabra;
quiere explorar estas dudas.
La metaficción: Víctor y Augusto hablan de la novela o "nivola" que
Víctor está escribiendo. Unamuno, a través del personaje de Víctor,
explica su teoría de la literatura y lo que es una "nivola".
Realidad o ficción: Como sugiere el título Niebla, esta obra borra la
línea entre la realidad y la ficción. Unamuno se mete dentro de la
ficción y el protagonista descubre que es sólo un ente de ficción.
Se destaca, a lo largo de la nívola, los incesantes cuestionamientos
acerca del sino, de la mano de Dios gobernando el destino de los
hombres, el ansia de inmortalidad, el sentido trágico de la vida y la
lucha entre la razón y la fe. Hay además, muchas alusiones a teorías
filosóficas, así como también menciones sobre otros obras de otros
autores, algunas veces mencionándolos, y algunas otras, no, lo que
indica que no fue la intención de Unamuno escribir para cualquier
público, sino más bien, para uno ilustrado.
Tiempo y espacio:
El espacio en Niebla es en todo momento real, no existen siquiera
alusiones a lugares imaginarios, aunque no se concretan los lugares exactos
(calles, el casino, casa de Augusto, la propia ciudad...) excepto en el caso de
la portería de Eugenia en la avenida de la Alameda 58. Las descripciones de
los paisajes son generalmente objetivas y acordes con la sociedad del
momento, si bien escasean los detalles. Pero a ratos se impone el telón de
subjetividad augusteo, que filosofa consigo mismo o con su perro Orfeo
acerca de sus haceres o sobre cualquier hecho cotidiano (como la reflexión
sobre la elegancia de los paraguas). El orden de los hechos narrados coincide
a la perfección con la cronología de los mismos. Como es característico de los
autores de la generación del 98, al tiempo no se le atribuye mayor
importancia (por ejemplo, el paso de los días se describe con un simple «al
día siguiente», «aquel otro día»). Unamuno no juega con el tiempo y suele
mantenerlo lineal. El tiempo se va marcando por indicadores, pero no tiene
la menor transcendencia. Con el espacio sucede lo mismo, sabemos que la
acción se desarrolla en una ciudad de provincias, pero no cuál es. Esto tiene
su explicación: Unamuno no persigue que el lector se centre en el entorno
contextual, sino en el meollo de la historia. Es necesario recordar de que se
trataba de una nivola, de un nuevo género, donde lo espacio-temporal perdía
vigencia como norma de estilo.
Personajes:
En la novela Miguel de Unamuno no se ahorra moderadas
descripciones aunque la verdadera innovación está en la marcada
caracterización de la psicología de sus personajes. Esto no lo logra con la
directa descripción de cada uno de los detalles de su mentalidad, sino que
son los diálogos (o soliloquios) los que nos los definen. El mayor ejemplo lo
hallamos en prácticamente la mitad de la extensión de la obra: las reflexiones
que Augusto hace nos ayudan a hacernos una idea de su particular
personalidad.
● Augusto Pérez es un hombre burgués de cierta edad que después de la
muerte de su madre se ha quedado solo, y que tiene mucho tiempo libre
dedicado a darle a la cabeza. Su forma de hablar es muy formal y de registro
culto dada su posición social y su educación. Augusto es una persona muy
voluble y cambia su forma de ser por la visión de una chica. Ermelinda lo
describe como un hombre alto, moreno y de buen ver.
● Eugenia Domingo del Arco es una joven perteneciente a la clase media que
al principio parece simple, influenciable y sumisa pero que se mostrará
decidida, luchadora (a pesar de odiar la música daba lecciones de piano),
dominante y aprovechadora (al quedarse con la casa pagada). Eugenia se
muestra muy tímida en un principio pero no tarda en desobedecer a su tía y
decir lo que le plazca. Físicamente es una mujer hecha y derecha, muy
atractiva y de andar majestuoso. Destacan sus ojos, que Augusto considera
estrellas que iluminan su camino.
● Víctor: Es un íntimo amigo de Augusto, es aquél al que confía sus secretos y
dudas, el que le da consejos y juega con él al ajedrez. Entre ellos abunda la
confianza. Víctor es una persona de alto rango social y posee mucha
grandilocuencia.
● Mauricio: Es el novio de Eugenia, vago, holgazán y descuidado. Lo
demuestra el hecho de que no tiene intención de encontrar trabajo y
depender de otros.
● Domingo y Liduvina: Son fieles criados de Augusto, marido y mujer. Cuidan
de Augusto como si de su hijo se tratase.
● Ermelinda y Fermín: Tíos de Eugenia, siempre se llevan la contraria pero se
llevan bien. Intentan educar a Eugenia cada uno a su manera: ella le impone
reglas rígidas y quiere que no le falte de nada; él, como anarquista que es,
prefiere que haga lo que le parezca mejor.
● Rosario: La planchadora de Augusto, es una mujer muy bella pero sin
mucha decisión. Se deja hacer casi cualquier cosa por él, probablemente
porque siente lo mismo que él.
● Margarita: Portera del lugar en donde vivía Doña Eugenia Domingo del
Arco.
Argumento:
El protagonista es Augusto Pérez, un joven rico y profesional. Es hijo único y
cuando su madre viuda fallece, Augusto no sabe qué hacer con su vida. Por
casualidad conoce a una pianista, Eugenia Domingo del Arco, y comienza a
cortejarla, pero Eugenia lo rechaza porque ya tiene novio. Augusto entabla
una amistad con Rosario, una de las sirvientas de Eugenia, y comienza a
cuestionar el sexo femenino y se pregunta si las mujeres tienen alma y si se
puede confiar en ellas. Como experimento, Augusto le pide a Eugenia que se
case con él para ver cómo respondería. Eugenia, quien en ese momento se
había peleado con su novio Mauricio, decide aceptar su propuesta de
matrimonio. Sin embargo, poco antes de la boda Augusto recibe una carta de
Eugenia en que ella le dice que ha decidido no casarse con él y que se va a ir
a las provincias con Mauricio a vivir de un trabajo que Augusto le había
conseguido.
Tras recibir esta noticia, Augusto contempla el suicidio. Pero antes, decide ir
a Salamanca a ver a Don Miguel de Unamuno. En su visita, el escritor le dice a
Augusto que no existe, que sólo es un personaje de ficción en su libro y que
está destinado a morirse, no a suicidarse. Augusto discute con Don Miguel--
quien juega el papel de Dios en la vida del personaje como autor del libro--y
le suplica que no lo mate. Augusto vuelve a su casa muy confundido y allí se
muere al lado de su perro Orfeo. No se sabe si Augusto se mató o si Don
Miguel lo mató. Víctor dice en el prólogo que Augusto se suicidó. Unamuno
dice en el post-prólogo que él decretó la muerte de Augusto.