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Autor: Beatriz 4º “Prudencia” - Instituto José Levy – Distrito Federal – México Ilustración: Brenda 6º “A” Escuela Nº11 “Isidoro Suárez”- Villa Domínguez – Argentina.

Hola soy Eduardo Rodríguez Martínez.Mi primer día de clases en la escuela

primaria Instituto José Levi, nada más me imaginaba cómo sería mi maestra, mis compañeros. Y nada más me preguntaba ¿serán amables, groseros?.

Fui a mi escuela nueva, esperando me fuera bien.

En la escuela, hicimos una ceremonia y,¡ nos mencionaron a todos!. Me fue bien en todas las materias, hasta me felicitó la maestra. Nos la pasamos todo el día haciendo actividades para conocernos mejor. Me fui muy contento.

Al día siguiente al inicio de clases empezamos a trabajar en diferentes actividades, jugamos, e hice muchos amigos: Valeria, Emiliano, Jared, Roberto, Anahí, Javier, Rodrigo y muchos más, son tantos que ya ni me acuerdo cuantos son.

Vimos muchos temas, algunos ya los conocía, pero a otros no, pero eran fáciles, le entendía rápido. Les caí bien a casi todos, me hice amigo de la maestra y de 35 alumnos de diferentes grados.

Al acercarse la semana de exámenes me puse nervioso, empezamos con Ciencias Naturales y terminamos con Ingles. A la semana siguientes nos dieron las notas, me fue bien en todas.

Se fue de volada el mes y llegó diciembre, ¡Por fin me hacía viejo con 9 años encima! Estaba emocionado, mi mamá había mandado a hacer las invitaciones, la piñata y el pastel. Todos estábamos contentos y felices, lo haríamos en un jardín muy bonito.

Les voy a enseñar cómo eran las invitaciones

Nos divertimos muchos, fueron como 95 personas entre las dos familias que son muy grandes y mis amigos.

Fueron pasando los días, meses y la pasé muy bien, cada día aprendí más y más y eso me daba mucho gusto.

Cuando nos dieron las vacaciones me fui un mes a Mazatlán, estaba bonito, pero hacía mucho calor.

Se me hizo divertido el año, faltaban dos días para que pase a quinto, y mi mamá dijo que le había gustado la escuela y que me quedaría ahí hasta sexto.

Llegó el gran día para ir a quinto, se hizo una ceremonia de clausura.

Los compañeros de sexto resultaron ser muy chillones. Bueno, casi toda la escuela chilló.

Los de sexto me dijeron que iban a ir a visitarme antes de irse a la “secu” y que nunca olvidarían nuestra amistad, y se pusieron a llorar como Magdalena, o como la llorona. En fin, yo también lloré –pero poquito – No, la mera verdad es que lloré un montón.

Me dieron un reconocimiento. Mi mamá hizo un convivío con toda la escuela.

A mi grupo le hicieron un reconocimiento por ser disciplinado y nos pusimos muy contentos.

Adiós cuarto y gracias por todo.

Eduardo Rodríguez Martínez