Mi Identidad en Cristo“MI IDENTIDAD EN CRISTO”

Esta lección tiene como objetivo dejar claro quién era usted, quien es, a quien pertenece, a donde va, y que al finalizar la clase esté tan motivado que quiera compartir con otros su testimonio.

BASE BIBLICA. Efesios 2:1-6. Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

Para el hijo prodigo era importante seguir viviendo como príncipe y disfrutar

de todas las bendiciones de la casa de su padre, para ello debió permanecer a

su lado obedeciéndole, nunca más alejarse del lado de su padre, aprendió la

lección. igual nosotros necesitamos permanecer al lado de nuestro Padre

Dios, obedecerle en todo para poder vivir como príncipes y disfrutar de todas

las bendiciones que hay en su presencia.

HIJO PRODIGO NOSOTROS

EN CASA DEL

PADRE

Como hijo podía disponer de todo lo que

tenía su padre, disfrutar su amor y cuidado

Como hijos podríamos tener todo lo que

Dios nos ha prometido. Vivir bajo su amparo.

Abandonó a su padre exigiendo su

herencia para hacer lo que quería. No

siguió el consejo de su padre.

Nos olvidamos de Dios, exigimos el derecho de

libertad para hacer lo que queremos. No

quisimos escuchar el consejo de Dios.

EN EL MUNDO

SIN EL PADRE

Gastó todo lo que tenía en licor y placeres

con sus amigos, viviendo perdidamente.

Gastamos nuestra

juventud, vanidades, intereses personales, etc.

En placeres, diversiones. Perdidos en el

pecado.

Tuvo amigos a montones. Hizo lo que

quiso con su dinero y su vida. Se sentía

importante.

Tuvimos amigos a montones. Hemos hecho de

nuestra vida lo que quisimos. Nos creímos más

que otros.

EL FRACASO

Se acabó el dinero y se acabaron los

amigos, se le cerraron todas las puertas.

Su ruina tocó fondo. Acudió a lo profano

para un judío, cuidar cerdos, y ni aún

podía comer el alimento de los cerdos.

Los amigos solo nos ayudaron a hundirnos.

No hay en quien confiar. Las puertas se

cerraron.

Llega la escasez, desempleo, crisis en el hogar.

Acudimos al ocultismo para solucionar el

problema, pero nos hundimos más.

EL ARREPEN-

TIMIENTO

Reconoce su error, que ha pecado contra

Dios y contra el padre, se humilla y decide

volver a casa a pedirle perdón a su padre.

Que le permita ser un empleado y no hijo.

Nos dimos cuenta de que estábamos

equivocados.

Nos sentimos mal con Dios y con la familia, nos

arrepentimos y decidimos ir al encuentro para

reconciliarnos con Dios y con la familia.

EL REGRESO A

CASA DEL

PADRE

No aplazó su retorno a casa sino que lo

hizo tal cual lo había pensado, no abusó

del amor de su padre.

Por su actitud de arrepentimiento recibió:

Vestiduras nuevas, Calzado, Anillo comida

especial en abundancia.

Su nueva vida fue como príncipe, mejor

que antes.

Ya fuimos al encuentro, nuestro Padre Dios nos

ha recibido con sus brazos abiertos y nos ha

perdonado. Nos ha dado una nueva identidad,

calzó nuestros pies con un ministerio, puso el

anillo para darnos el derecho y autoridad de ser

sus hijos y por último preparó un banquete de

provisión en todo el sentido de la palabra para

estar con él para siempre.

DIFERENCIA ENTRE EL HIJO PRODIGO Y NOSOTROS

Ya podemos estar seguros de quienes somos, a quien pertenecemos y cuál es nuestro destino. Por lo tanto nos corresponde a nosotros perseverar y cuidar lo que ya Él nos dio, permaneciendo en su presencia y obedeciendo todo lo que nos manda a través de su Palabra.