Acepto Mi Crucifixión Con Cristo

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Luciano Squizzato EL VOTO DE VÍCTIMA Y LA NOCHE OSCURA DE DON CALABRIA TEXTO PARA LA TAPA: San Juan Calabria (1873-1954) es una figura excepcional en la historia de la santidad y de la Iglesia italiana del siglo veinte. Fundador de dos Congregaciones religiosas y de su ramo secular, e inspirador de otra, en los últimos años de vida pasó por la noche oscura del espíritu, en medio de intensos sufrimientos físicos y morales, unidos a una excepcional actividad apostólica. En este volumen el autor examina la relación entre el voto de víctima hecho por don Calabria y la noche oscura que vivió en los últimos años de su vida. Para guiarnos en este “viaje en medio de la noche”, nos ofrece su ayuda san Juan de la Cruz, al que se suma el aporte de investigaciones en el campo de la psiquiatría y de la Escritura. i

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Trata algunos aspectos de la vida de San Juan Calabria en su camino hacia la santidad

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Luciano Squizzato

Luciano Squizzato

EL VOTO DE VCTIMA Y LA NOCHE OSCURA DE DON CALABRIA

TEXTO PARA LA TAPA:

San Juan Calabria (1873-1954) es una figura excepcional en la historia de la santidad y de la Iglesia italiana del siglo veinte. Fundador de dos Congregaciones religiosas y de su ramo secular, e inspirador de otra, en los ltimos aos de vida pas por la noche oscura del espritu, en medio de intensos sufrimientos fsicos y morales, unidos a una excepcional actividad apostlica.

En este volumen el autor examina la relacin entre el voto de vctima hecho por don Calabria y la noche oscura que vivi en los ltimos aos de su vida. Para guiarnos en este viaje en medio de la noche, nos ofrece su ayuda san Juan de la Cruz, al que se suma el aporte de investigaciones en el campo de la psiquiatra y de la Escritura.

Al final, ms que un viaje a travs de la noche del espritu, es un viaje a travs de la gracia.

Escrito en modo sencillo aunque esmerado, este volumen es una fuente de riqueza espiritual para quienes quieran entender no slo a san Juan Calabria, sino tambin esa experiencia misteriosa denominada noche del espritu.

PRESENTACIN

Me siento honrado de presentar este estudio preparado por el p. Luciano Squizzato sobre La noche oscura de don Calabria.

Es un argumento que necesariamente hunde sus races en el misterio de la persona humana y de la accin de Dios en ella, accin sta que ninguna mirada humana puede jams alcanzar hasta el fondo. Por consiguiente, tambin el presente escrito permanecer siempre abierto y a completar con los nuevos aportes que el autor mismo promete en el prembulo.

Sin embargo, lo que nos entrega el p. Luciano tiene el incomparable mrito de llevarnos all donde se encuentra la misma esencia de san Juan Calabria y el secreto ms genuino de su eficacia apostlica.

En una sociedad, y a veces en una Iglesia, que privilegia siempre los aspectos exteriores, la imagen, lo que se puede contabilizar, lo visible y sensacional, es ms que nunca necesario resaltar, y no tanto con teoras, sino a travs de vivencias concretas como la de don Calabria, la centralidad de la unin personal, profunda, quiz sufrida y heroica, con Dios que es el amor y quiere transformar en s mismo a su criatura.

En esto consiste, y no en las etiquetas, el valor absoluto de una persona y en esto se encuentra tambin su real eficacia apostlica. Estudios como ste del p. Luciano vuelven a poner a la accin apostlica, la pastoral, que mueve tantas energas e inversiones, tambin econmicas, en su verdadero lugar, donde puede adquirir en la ms profunda comunin con Dios, aquella fecundidad que todos desearan, pero que casi nunca encuentran. Palabras de Jess: El que permanece en m, y yo en l, da mucho fruto, porque separados de m, nada pueden hacer. (Jn 15, 5). No es palabrero, es palabra de Dios.

Verona, Domingo de la Pasin del Seor,

1 de abril de 2007.

P. Pedro Cunegatti

NOTA EN OCASIN DE LA PUBLICACIN

El presente artculo ha sido escrito como respuesta a una necesidad personal: quera entender el camino de purificacin vivido por don Calabria durante su noche oscura. Me pareca que ella fuera el cumplimiento del voto de vctima hecho muchos aos antes por nuestro Fundador. En el voto de vctima, don Calabria se haba ofrecido como holocausto y en la noche oscura Dios hizo bajar sobre l el fuego que ha quemado el holocausto, entregndolo totalmente a Dios. En otro artculo tengo la intencin de presentar el lado luminoso vivido por don Calabria en la noche oscura o sea cmo vivi sus sufrimientos internos y externos completamente abandonado en Dios, dispuesto a todo con tal de hacer Su voluntad y los frutos de la noche oscura: una intensa actividad apostlica, su identificacin con la Iglesia y la misin de reparacin entregada como carisma a la Congregacin.

Desde hace tiempo estoy convencido que nosotros, los Pobres Siervos, estamos descuidando una de las dimensiones fundamentales de nuestra espiritualidad: el carisma de la reparacin. Es un don tardo que don Calabria ha dado a la Congregacin y, para los Pobres Siervos, es el fruto carismtico ms alto de su noche oscura. Lamentablemente, aunque existen valiosas biografas sobre don Calabria, falta todava un estudio especfico que se concentre en los aos 1946-1954, que fueron la cima de su vida espiritual y apostlica. Adems me parece que las biografas del Fundador no dan un realce adecuado a cuanto haba influido sobre su espiritualidad y en las vicisitudes de su vida el voto de vctima.

Han pasado dos aos desde que escrib este artculo y en este tiempo el Seor me concedi la gracia de conocer algunos laicos que hicieron el voto de vctima: las cartas que an me escriben son de una antologa mstica tambin ellos estn pasando a travs del crisol de la noche oscura. Mi manera de ver la actualidad del voto de vctima ha cambiado, gracias al encuentro con estas personas pero no he querido cambiar el juicio emitido en el momento en que escriba este artculo.

Adems, al escribirlo, tena presente tambin a los destinatarios precisos: mis cohermanos Pobres Siervos. Por tal motivo no coloqu notas explicativas sobre muchos acontecimientos y personas que aparecen en este artculo, a no ser en algunas pocas circunstancias. Por eso, el que no conoce a don Calabria, encontrar cierta dificultad para captar algunas situaciones, personas y el papel que desempearon.

Agradezco de corazn al cohermano p. Luis Piovan, postulador de la Congregacin quien, con su habitual generosidad y ardor, quiso que este artculo fuera publicado; si no fuera por l ahora no tendran en sus manos este fascculo. Debo tambin a l el paciente trabajo de revisin de las notas para uniformarlas con las ediciones publicadas de los escritos de don Calabria.

Un agradecimiento tambin a los cohermanos de la comunidad de Nazareth (Verona) y del Collegino (Roma) por haberme concedido en el 2005 tiempo y tranquilidad durante esta tarea. Y un gracias tambin a mis cohermanos filipinos de la comunidad de Cagayan de Oro (Filipinas), junto a nuestros hijos e hijas, por todo lo que me dieron en los aos vividos juntos intensamente desde el 2001 al 2005. Rezo para que, aunque ahora viven en la orilla del ro y del mar, puedan cultivar siempre el anhelo de las cumbres.Nakuru (Kenya), 2007

NOTA EN OCASIN DE LA SEGUNDA EDICIN

Una de las ltimas cosas que algunos autores quisieran hacer es volver a leer lo que han escrito. Decididamente me encuentro entre stos. As, cuando recib el llamado telefnico del p. Luis Piovan diciendo que quera publicar en fascculo este artculo, ya haban transcurrido algunos aos desde que lo haba escrito y dejado de lado. Despus de todo ese tiempo haba casi logrado olvidarme los detalles de muchos de los contenidos; de todos modos me sorprendi y alivi descubrir que an estaba de acuerdo con cuanto haba escrito!

El texto del presente artculo ha sido corregido y ampliado en relacin a la primera edicin en fascculo, editado por la Postulacin de la Congregacin. El fascculo fue publicado con el ttulo: Acepto mi crucifixin con Cristo. La noche oscura de don Calabria segn la doctrina de san Juan de la Cruz. Algunas partes del artculo fueron voluntariamente ms desarrolladas que las otras, ya que deseaba aclarar determinados aspectos de la vida de don Calabria que an pueden despertar cierta perplejidad, o algunas dimensiones de su espiritualidad, a mi perecer, todava poco valorizadas. Se agregaron algunas Fichas Complementarias que integran algunas temticas tratadas en el artculo.

El que conoce aunque sea un poco a san Juan de la Cruz, quiz tendr algunas reservas sobre cmo reduje a pocas pinceladas los delicadsimos y complejos entramados que componen las fases de la noche oscura. Pido perdn para m y al mismo tiempo un poco de simpata hacia los destinatarios de este artculo, probablemente poco familiarizados con la doctrina del Doctor anglico.

El papa Juan Pablo II, que de santidad por cierto entenda, en la Novo Millennio Ineunte con palabras que sin duda pueden aplicarse a don Calabria nos invita a atesorar la experiencia mstica de los santos cuando habla del misterio del amor de Dios que se revela en Jess, en su entrega total al Padre como vctima y sacerdote en la cruz: Ante este misterio, adems de la investigacin teolgica, podemos encontrar una ayuda eficaz, en aquel patrimonio que es la teologa vivida de los santos. Ellos nos ofrecen unas indicaciones preciosas que permiten acoger ms fcilmente la intuicin de la fe, y esto gracias a las luces particulares que algunos de ellos han recibido del Espritu Santo o incluso a travs de la experiencia que ellos mismos han hecho de los terribles estados de prueba que la tradicin mstica describe como noche oscura. Muchas veces los santos han vivido algo semejante a la experiencia de Jess en la cruz en la paradjica confluencia de felicidad y dolor (NMI, n. 27).

Si la primera alabanza ha de ser atribuida a Dios que es siempre admirable en sus santos, no podemos olvidar que la Congregacin de los Pobres Siervos de la Divina Providencia fue engendrada en el sufrimiento de don Calabria, aceptado y ofrecido por amor. l nos dej en herencia el tesoro ms precioso nuestro carisma pero al mismo tiempo contamos con la herencia de su santidad, que Dios extrajo esplndida del crisol de la cruz. Esa cruz en la cual se inmol don Calabria y de la que la noche oscura es para nosotros el signo ms elocuente del amor recibido y restituido.

Espero que este artculo sirva de aliento para quienes, con mayor competencia, quieran estudiar los intensos aos finales de la vida de don Calabria. Slo un serio y respetuoso estudio interdisciplinario podr iluminar de alguna manera en forma definitiva su noche oscura. Sin duda es importante que se escriba con respecto a don Calabria, como lo es leer cuanto se escribe sobre l. Pero es an ms importante leer al mismo don Calabria.

Me siento honrado porque los miembros de mi familia religiosa son mis lectores ms atentos. Agradezco al cohermano Danilo Chiaffoni por haber detectado minuciosamente los varios errores de dactilografa existentes en la edicin en fascculo y por las sugerencias sobre la claridad y legibilidad del texto. Renuevo mi reconocimiento al p. Luis Piovan, cuyo consejo, ardor, y preciso ingenio editorial fueron determinantes en este artculo desde la primera edicin impresa. Y mi agradecimiento va tambin al p. Pedro Cunegatti por la Presentacin que quiso escribir en ocasin de la publicacin del artculo en fascculo.

Un ltimo gracias se dirige a mis muchachos de la calle de Nakuru: violentos, imprevisibles, siempre saturados de pegamento y de todo tipo de drogas a su alcance, mentirosos y casi seguramente irrecuperables. Son un regalo precioso en mi vida: probablemente ellos ya a esa edad estn viviendo la noche oscura. Los pongo a todos en las manos de don Calabria y de la Virgen, pidiendo su intercesin para obtener la gracia de un corazn grande para amarlos y hacer que se sientan en familia.

Nakuru (Kenya), 16 de julio de 2007

NOTA EN OCASIN DE LA TERCERA EDICIN

Otra vez me llega el pedido de volver a publicar este artculo que, en menos de un ao, conoci tres ediciones. Se trata de una nueva edicin ya que el texto apareci primero en fascculo, despus fue ampliado en ocasin de su publicacin en revista y ahora es ulteriormente agrandado para esta nueva edicin en fascculo.

Al leer estas pginas podemos preguntarnos: por qu Dios permiti que se abatieran sobre don Calabria sufrimientos fsicos y espirituales tan agudos? Y, ms en general por qu el camino de la santidad debe necesariamente pasar por la cruz? En otras palabras: se puede encontrar una justificacin teolgica a las desolaciones de espritu que padeci don Calabria, y a las intensas penas vividas por almas que, como la suya, tendran menos necesidad de purificacin que las dems? La respuesta slo puede encontrarse en la Palabra de Dios.

Antes que nada, que no parezca extraa esta actitud de Dios con los hijos que ama ms, porque no sucede nada en el mundo de las almas que el Espritu Santo no lo haya hecho ya conocer en la Escritura. Porque el Seor corrige al que ama y castiga a todo aquel que recibe por hijo. Si ustedes tienen que sufrir es para su correccin; porque Dios los trata como a hijos, y hay algn hijo que no sea corregido por su padre? (Hebr 12,6-7). Con respecto a don Calabria, podemos decir que su noche oscura puede entenderse en toda su amplitud slo a la luz de la Palabra de Dios. Pongo en evidencia tres aspectos.

a. Conformacin con Jess crucificado

Dios quiso conformar a su elegido don Calabria con la vida de Jess y as perpetuar en el mundo la presencia y el testimonio de su Unignito: En efecto, a los que Dios conoci de antemano, los predestin a reproducir la imagen de su Hijo (Rom 8,29). Esta semejanza con Cristo crucificado se realiza en modo particular y eminente en los apstoles, con los que don Calabria puede realmente afirmar: Estamos atribulados por todas partessiempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jess, para que tambin la vida de Jess se manifieste en nuestro cuerpo (2Cor 4,8-11). Los maestros de la Iglesia nos aseguran que es el viernes santo que se prolonga en los miembros del cuerpo mstico, sobre todo en algunos de ellos, enriquecidos por carismas particulares, como los fundadores de congregaciones religiosas o ciertas personas llamadas a una misin particular en la Iglesia.

b. Reparacin

Pero qu otra finalidad podran tener los grandes sufrimientos en don Calabria, sino el de engendrar a la vida de la gracia a las numerosas almas que encontraba y merecer que recibieran su espritu sus hijos de la Familia calabriana? En efecto, el puede decir con el Apstol: De esa manera, (con los sufrimientos) la muerte hace su obra en nosotros y en ustedes, la vida (2Cor 4,12). Esto vale para el intenso apostolado desarrollado por don Calabria, que le permiti engendrar almas para la vida sobrenatural en Cristo, y por las que puede con razn afirmar con san Pablo: Hijos mos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto hasta que Cristo sea formado en ustedes! (Gal 4,19). Yo mismo deseara ser maldito, separado de Cristo, en favor de mis hermanos (Rom 9,3).c. Paternidad espiritual

Una ulterior explicacin de la noche oscura de don Calabria puede encontrarse en su paternidad espiritual, que le permiti dar vida en la Iglesia a dos Congregaciones religiosas y el ramo seglar de los Hermanos externos, a los que entreg su espritu y mostr el camino de la unin con Dios a travs de la sabidura de la cruz: Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, escndalo para los judos y locura para los paganos, pero fuerza y sabidura de Dios para los que han sido llamados, tanto judos como griegos. Porque la locura de Dios es ms sabia que la sabidura de los hombres, y la debilidad de Dios es ms fuerte que la fortaleza de los hombres (1 Cor 1,23-25).

Dios trabajaba en el alma ya santa de don Calabria y la dej an sujeta a penosos sufrimientos y a terribles pruebas pasivas para aumentar su capital de amor y, por lo tanto, su capacidad de mrito. Es luminosa esta enseanza de Jess respecto de esta sabia actividad del Padre: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viador... al que da fruto, lo poda para que d ms todava (Jn 15, 1-2).

Dios Padre asemeja sus elegidos a Cristo crucificado para exaltarlos como a l y elige para ellos tambin el camino de la cruz a fin de coronarlos de gloria sin fin: Por una leve correccin, recibirn grandes beneficios, / porque Dios los puso a prueba / y los encontr dignos de l. / Los prob como oro en el crisol / y los acept como un holocausto. / Por eso brillarn cuando Dios los visite, / y se extendern como chispas por los rastrojos. / Juzgarn a las naciones y dominarn a los pueblos, / y el Seor ser su rey para siempre (Sab 3,5-8).

Enseanza muy estimada por don Calabria que tambin ha comentado en muchas de sus cartas.

Dios mismo nos explica en la Escritura el valor y el significado de los sufrimientos fsicos y espirituales tan intensos y prolongados que jalonaron la existencia de don Calabria. La voz del Espritu Santo, porque el Espritu lo penetra todo, hasta lo ms ntimo de Dios (1Cor 2,10-11), nos dice que stos son los verdaderos motivos revelados por la Escritura, ilustrados sabiamente por la doctrina de los doctores de la Iglesia, comprobados por la experiencia de don Calabria y presentes en sus escritos que explican una existencia sufrida como la de don Calabria, a fin de que participando en la cruz de Cristo, fuera transformado a su imagen.

Agradezco una vez ms al cohermano p. Luis Piovan por haber asumido la tarea de supervisar la ulterior publicacin de este texto: lo hace siempre con tal pasin y generosidad que ni siquiera la enfermedad consigue detenerlo.

No puedo concluir estas lneas sin agradecer a mis nias de la crcel de menores de Nakuru. A pesar de la noche oscura de esta guerra civil que ensangrienta a Kenya si Dios quiere y con la ayuda de la Virgen y de don Calabria dentro de no mucho tiempo algunas de ellas vivirn en el Calabrian Shelter, donde tendrn una casa y, sobre todo, una familia y mucho afecto. Mis gracias ms grandes van por eso a Dios por la presencia de estas nias en mi vida. Bienvenidas a la familia! Nakuru (Kenya), 2 de febrero de 2008

A LOS LECTORES DE LA TRADUCCIN EN CASTELLANO

El presente texto sobre el voto de vctima y la noche oscura de don Calabria est an en fase de elaboracin. En el poco tiempo que tengo a disposicin estoy tratando de ampliar algunas secciones. Dedicar un prrafo a los ngeles del consuelo: el padre Cherubino (el director espiritual que sustituy al p. Natale), el pasionista p. Adalberto de la Dolorosa, el beato Ildefonso Schuster, cardenal de Miln, y los muchos Pobres Siervos que se prodigaron en aliviar las penas fsicas y espirituales de don Calabria durante los aos de la noche oscura. En otro prrafo me referir al comportamiento de don Calabria ante la prueba de la noche oscura, o sea, su absoluto abandono a la voluntad de Dios. Otro prrafo an estar dedicado al perfil humano de don Calabria durante este perodo: cmo haya cultivado la amistad y la compasin hacia sus hermanos y el sufrimiento ajeno, como tambin su delicadeza con los cohermanos Pobres Siervos signos stos de una personalidad humana y espiritualmente madura, y no de un deprimido.

Deseo tambin revisar y publicar la correspondencia entre don Calabria y sus directores espirituales y entre don Calabria y el p. Adalberto de la Dolorosa. Pongo estos deseos en las manos de la Virgen.

Agradezco de corazn a los que con pasin y competencia han colaborado en la traduccin y realizado la edicin en castellano de este libro.

P. Luciano Squizzato

Nakuru (Kenya), julio de 2008 INTRODUCCIN Los santos son la imagen viva del amor de Dios. Su grandeza est escondida en su espritu. Ellos le permiten a Dios invadir sus almas con la plenitud de su gracia e imprimir en ellos una huella ms profunda. Esto les exige purificarse y, sobre todo, dejarse purificar por Dios. Es un ejercicio doloroso, una noche oscura.

Don Calabria comprendi el amor exigente de Dios Padre que se ha manifestado en Cristo. Su vida fue una respuesta generosa a este amor. A los pies de su crucifijo, a los pies del Calvario, jur vivir y morir de amor por l. Dios acept el ofrecimiento de este sacerdote suyo que se ofreca como vctima, y construy el edificio de la santidad sobre la naturaleza humana de don Calabria. Porque la gracia perfecciona la naturaleza, no la destruye.

Entre Dios y don Calabria se realiz una especie de identificacin que es efecto del amor: No soy yo ms quien vive, es Cristo que vive en m! (Gl 2,20). Dios manifest en l un destello de su presencia y de su rostro. Su vida fue una autntica existencia teolgica.

El lector encontrar en estas pginas escritas de la manera ms sencilla que me ha sido posible y limitando al mnimo el lenguaje cientfico algunas indicaciones sobre la noche oscura, o sea la purificacin interior que Dios realiz en don Calabria. Lo hice basado en la autoridad de san Juan de la Cruz. En todo camino de santidad hay una parte que Dios se reserva de manera especial, es aquella que se denomina la de las purificaciones pasivas, las que, mltiples en su nmero y variadas por el aspecto con que se presentan, alcanzan su mxima manifestacin en las noches oscuras del alma: la noche de los sentidos y la noche del espritu.

Emprend esta obra ms porque este argumento haba sido descuidado que no por la confianza que yo pueda tener en mi inteligencia, para usar una expresin de san Jernimo (San Jernimo, Vite di Paolo, Ilarione e Malco, editado por G. Lanata, Adelphi, Milano, 1975, pg. 38).

Expreso dos deseos al finalizar este artculo. Espero que el que termine estas pginas pueda haber apreciado y comprendido el testimonio de sufrimiento y de amor de don Calabria. Nosotros los Pobres Siervos vivimos an de las rentas de esos sufrimientos.

Y deseo adems que haya entrado ardientemente en tu corazn el deseo de hacerte santo. No se trata de presuncin, es simplemente el motivo por el cual hemos sido creados. Quiero hacerme santo y gran santo; mis grandes pecados me servirn como slido fundamento para humillarme. Hoy comienzo (Don Calabria, Diario, 4 de junio de 1912). Con su gracia, podemos alcanzar la santidad, porque todo es posible con su ayuda, acompaada con nuestra colaboracin. Nadie puede impedir que te hagas santo, a no ser t mismo.

Verona, Roma 2005

1. ... JESS ME OFREZCO COMO VCTIMA:

LAS RACES DE LA NOCHE OSCURA

Muchas veces se lee que don Calabria pas a travs de la noche oscura. El contexto en que se usa este trmino hace siempre referencia a los sufrimientos padecidos por don Calabria en los ltimos aos de su vida. Noche oscura es una expresin de la doctrina espiritual de san Juan de la Cruz e indica un ritmo de muerte y de anonadamiento que desemboca en la perfecta vida de gracia. Concretando el propsito de acompaar las vicisitudes interiores de don Calabria a la luz de las indicaciones de san Juan de la Cruz, cabe sealar que no haremos un estudio exhaustivo de la noche oscura, o sobre el modo en el cual don Calabria la vivi, sino que nos limitaremos simplemente a echar un vistazo sobre este misterio. La noche oscura de don Calabria es una teofana, ante la cual hay que guardar silencio y dejar que sea el Espritu quien nos la explique. Hasta que no leamos en clima de oracin las cartas que don Calabria escribi a sus amigos ms ntimos, o las breves anotaciones en su Diario que apartan por un instante el velo atroz con que esconda sus sufrimientos, si nos dejamos llevar nicamente por la curiosidad en el entorno algo oscuro de la Crnica del padre Luis Pedrollo, las reflexiones que haremos nos dejarn apenas un gusto amargo en la boca. Debes leer con el sincero deseo de obtener un provecho espiritual, para comprender cmo Dios purifica a los que ama tiernamente. No leas slo por saber, o por curiosidad, sino para adelantar en el amor de Dios. San Maximiliano Mara Kolbe escriba a su madre:

Tengo conmigo una vida de Gemma (Galgani) en italiano... La he ledo ya tres veces, me gusta enormemente; me hizo mejor que un curso de ejercicios espirituales.

1.1 Las races del camino de purificacin:

el sacerdocio vivido como vctima. El crucifijo que se entrega a cada Pobre Siervo el da de su primera profesin religiosa indica la entrega de la propia vida a Jess crucificado y el compromiso de imitarlo en ella. La cruz, lo sabemos, no es solamente el instrumento de nuestra redencin, sino tambin el camino obligado de todo aporte a la edificacin del Reino.

La vida de don Calabria, del inicio al final, fue signada por la cruz que l acept y ofreci con espritu de amor y reparacin por sus pecados, por su Congregacin y por los pecados de toda la humanidad. Si analizamos su vida, resulta evidente que la existencia de la Congregacin de los Pobres Siervos de la Divina Providencia, tiene ciertamente su origen en la voluntad de Dios, pero fue engendrada tambin por los sufrimientos vividos y ofrecidos por don Calabria.

La cruz se enlaza de un modo tan constante e ntimo con la vida de don Calabria que es imposible no ver en esto, por un lado, la consecuencia lgica de su voto de vctima y, por el otro, un preciso designio de Dios que quiso edificar nuestra Congregacin sobre la dinmica de muerte y resurreccin culminada en la noche oscura de su Fundador.

Llegaremos a estas conclusiones si damos una mirada retrospectiva y simultnea que alcanzar totalmente el sentido slo cuando lleguemos al final. Es cuanto trataremos de realizar dentro de los lmites de este artculo que pretende animar a otros a un estudio ms profundo y documentado.

No hay duda que, en el itinerario espiritual de don Calabria, el voto de vctima ocupa un lugar fundamental. De aqu la importancia de captar el significado y las consecuencias en todo el conjunto de la vida de don Calabria. El ofrecerse como vctima para hacer absolutamente la voluntad de Dios y para reparar, signific para don Calabria tener que hacer la opcin voluntaria de ponerse sobre el altar con Jess, Vctima divina, ofrecida al Padre por la remisin de los pecados. Este holocausto termin en la noche oscura.

El voto de vctima, en cierto modo, inaugur una fase nueva en la vida espiritual de don Calabria, cuyas repercusiones se hicieron sentir en su vida personal, en su irradiacin apostlica, en el carisma de la Congregacin y en la noche oscura que vivi por el bien de toda la Iglesia.

Parto de la suposicin que el acto de ofrecimiento como vctima hecho por don Calabria es fruto de un amor intenso y desmedido hacia Jesucristo. El desprendimiento no se busca sin motivos, se abraza slo por amor, en vista de la unin transformante con Dios. Don Calabria quera amar a Jess aqu en la tierra y hacer su voluntad en la manera ms completa y perfecta posible: No quiero hacer otra cosa que la voluntad de Jess, escriba a su confesor, el padre Natale. Como sacerdote, se senta llamado a ser un alter Christus (otro Cristo), ofrecindose como vctima con Jess por la propia salvacin y la del mundo sobre todo de la Iglesia. ste es el mbito en el que nos movemos para comprender la noche oscura de don Calabria.

La noche oscura que atraves don Calabria no sobrevino de repente, sino que, mucho antes de los ltimos aos de intenso sufrimiento fsico y espiritual, Dios haba puesto bajo asedio el corazn de su santo sacerdote. En efecto, el misterio del camino de purificacin espiritual vivido por don Calabria hunde sus races en el comienzo mismo de su vida sacerdotal cuando, con el permiso de su confesor, el padre Natale, se ofreci como vctima. A partir de ese momento, el Espritu Santo habr de trabajar en su vida para llevar a cumplimiento este ofrecimiento, acto decisivo de su espiritualidad. Un ofrecimiento al que don Calabria se mantendr siempre fiel y que slo llegar a comprender al final de su vida, madurando en l otro pilar carismtico de la Congregacin: la reparacin.

El acto de ofrecimiento como vctima debe situarse en el centro del camino interior de don Calabria. El ofrecerse como vctima no es otra cosa que la consecuencia natural de la visin que don Calabria tena del sacerdote entendido como alter Christus. En una tarjeta de augurios pascuales que escribi al p. Giuseppe Barban, leemos:

Que Jess resucitado te conceda todo verdadero bien y te d siempre ms la gracia de entender lo que significa ser sacerdote en la prctica: Sacerdos alter Christus. De tu parte reza por m, para que yo tambin comprenda bien esta palabra.

1.2 Amor Sacerdos Immolat:

el sacerdote vctima, como icono de Cristo.

Recordemos por un instante un episodio lejano. El 10 de agosto de 1897, a los veinticuatro aos, Juan Calabria pudo finalmente vestir la sotana, recibida en caridad, y en noviembre comenzar el estudio de la teologa. Cada da, al ponrsela, habra de besarla, repitiendo la frase del salmo entonces prescrita: Dominus pars haereditatis meae, et calicis mei; tu es qui restitues haereditatem meam mihi. Don Calabria beber hasta el fin el cliz de amarguras: desde siempre tuvo una visin sacrificial del sacerdocio. Para l, ser alter Christus signific inmolarse. Escriba a don Pedrollo en ocasin de su ordenacin sacerdotal:

Qu grande! Qu sublime palabra, querido padre Luis! Sacerdos alter Christus! Recuerde muy bien estas palabras, y sean para usted una continua advertencia hasta el final de su vida. Sacerdos alter Christus y, en consecuencia, preprese para sufrir con Cristo. Cuanto ms bien desee hacer, cuanto ms quiera imitar a Jess, tanto ms debe prepararse a sufrir, porque ste es el sello de las almas que siguen a Jess. Querido padre Luis, ahora usted posee riquezas inmensas, sin fin; de ellas debe obtener la fuerza y el bien para despus difundirlos. Almas, almas, almas; sacrificio, sacrificio, sacrificio, stos han de ser sus anhelos!

La conciencia de su misin de alter Christus fue realmente clara y profunda: tuvo certeza absoluta de ella, y cuando escribe sobre esto, lo hace para contemplar los privilegios de Jess en su vida; escribi al padre Natale una encantadora confesin nacida de las profundidades de su corazn:

Muy reverendo padre Natale, siento realmente fuerte e imperiosa la necesidad de escribirle esta carta (...) Desde que comenc a entender algo, o sea, desde las primeras luces de la razn, sent el anhelo de hacerme sacerdote y desde aquellos primeros aos sent gran estima y veneracin por el sacerdote; usted sabe que lamentablemente he sido ingrato con Jess; no obstante, l me am siempre con grandsima misericordia; fui sacerdote y entonces comenc a sentir la gran dignidad y la tremenda responsabilidad: Sacerdos alter Christus. Por eso, yo tendra que haber vivido siempre como Jess y su Evangelio, todo para todos, para llevar a todos a Jess. Sin embargo: propsitos y cadas, nunca correspond en serio. A pesar de eso, Jess no me abandon, siempre me segua, me hablaba por medio de inspiraciones internas, me peda que lo amara y fuera todo suyo, infundindome en el corazn un grandsimo amor por las almas: almas, almas. Dame almas, eso es lo que siempre he sentido y que de manera especial siento ahora. Este intenso sentimiento se lo he manifestado, y usted me dijo que es realmente de Jess; s, lo experimento, pero no s porqu Jess viene a m, seguramente para hacer triunfar su misericordia y nada ms.

A un cohermano que se lamentaba por la indiferencia de sus feligreses y la inutilidad de sus esfuerzos, el santo Cura de Ars respondi: T has predicado, pero tambin has rezado? Has ayunado? Has dormido en el piso? Te has dado alguna disciplina? Hasta que no hayas hecho todo eso, no tienes el derecho de quejarte. De esto estaba plenamente convencido tambin don Calabria; saba que, como sacerdote, habra obtenido la salvacin de las personas, especialmente de las que le haban sido confiadas en la Obra, solamente con el don total de s mismo, con su inmolacin: amor Sacerdos Immolat. En su caso, con el acto de ofrecimiento como vctima. En el edificio del cuerpo mstico las piedras se sueldan con nuestra sangre (S. Catalina de Siena).

Don Calabria no se arrepentir nunca de haberse ofrecido como vctima: al contrario, invitar tambin a sus religiosos a hacer ese acto de ofrecimiento. Para practicar este programa de inmolacin constante no es necesario hacer voto de vctima, o prcticas de penitencia extraordinarias. La obediencia y el abandono a la voluntad de Dios, fueron la penitencia de Jess. Toda la vida de Jess fue sacerdotal, porque fue consagrada a cumplir la voluntad del Padre; entonces se entiende porqu don Calabria haya indicado la obediencia, el ser trapos y arcilla, como la forma ms grande de inmolacin que el Seor nos dio. Escribe san Agustn comentando el versculo No te agradan los sacrificios, ni los holocaustos del salmo 50:

Ofrece: ciertamente hay en ti algo que ofrecer. No busques dones fuera de ti, sino di: En m estn, oh Dios, los sacrificios de alabanza que te ofrecer. No busques fuera de ti un animal que inmolar, tienes en ti lo que ha de sacrificarse.

1.3 Jess me ofrezco como vctima...

Si fuera posible hacer una radiografa espiritual al corazn de don Calabria el 11 de agosto de 1901, da de su ordenacin sacerdotal, descubriramos a un joven de casi 28 aos, animado por la conciencia profunda de su miseria, por una ardiente pasin por las almas y por un deseo an ms grande de amar a Dios. Un amor insaciable, que no quiere poner lmites. El ofrecimiento como vctima que don Calabria habr de renovar numerosas veces inaugura su camino de donacin ntima a Dios, un camino veloz por el sendero del abandono. No sabemos con certeza cundo don Calabria se ofreci vctima por primera vez. El primer documento escrito que tenemos a este propsito es una anotacin en su Diario, con fecha 6 de diciembre de 1911:

Con la gracia de Jess bendito, desde este momento me ofrezco como vctima, para que la Obra del Seor crezca, se fortalezca y pueda tener en su seno a sacerdotes formados con el espritu de la Obra, que vivan siempre unidos, con el espritu apostlico, ofreciendo todo su ministerio gratuitamente; contentndose slo con la comida y la ropa, el resto a los pobres. Si tuviremos esta clase de sacerdotes, cunto bien a las almas, cuntas lgrimas se ahorrar la Iglesia!

Ofrecimiento de s mismo como vctima que don Calabria repetir muchas veces en el transcurso de su vida, sobre todo en el perodo que va de 1911 a 1919. Se trata de episodios que se renovaron en momentos cruciales de la vida de un hombre en intensa bsqueda de Dios, y que deseaba encaminarse hacia una santidad real, no imaginaria. No nos engae la frecuente repeticin del voto de vctima: el acto de donacin de s como vctima, tal como lo vivi don Calabria, nunca fue transitorio, sino ms bien una actitud que en modo continuo asumi y aliment con una adhesin permanente activa y pasiva a la voluntad de Dios. La esencia del voto de vctima pronunciado por don Calabria consisti en querer hacer en todo y siempre la voluntad de Dios, sin medida, porque el amor no conoce clculos. Cuando don Calabria no repite con palabras el acto de donacin de s mismo, lo hace con actitudes vividas de confianza y de abandono.

Qu entiende don Calabria con el ofrecimiento de s mismos como vctima? Lo explica en 1948 a un grupo de jvenes salesianos que estaban por ordenarse:

Offerre (ofrecer): gran dignidad la nuestra: renovar cada da el Sacrificio de Cristo! Pero, recordmonos, queridos mos, recordmoslo bien: Jess se ofreci a s mismo por la salvacin de sus hermanos; nosotros tambin debemos ofrecer, no slo a l, vctima divina de valor infinito, sino a nosotros mismos junto con l. Ofrecimiento generoso, especialmente para los religiosos: ir, estar, trabajar, cambiar, segn lo exige la santa obediencia. Sacrificarse sin reservas, sin lmites, preocupados slo por el celo de la gloria de Dios y la conquista de las almas. Como Jess: In his quae Patris mei sunt, opportet me esse (Debo ocuparme de las cosas de mi Padre) - Lc 2,49, a costa de renuncias, de sacrificio de los ms santos afectos y de la propia salud.

En otras palabras, ofrecerse como vctima significa estar dispuestos a todo, para la gloria de Dios y por el bien de las almas se comienza a ser Pobre Siervo no cuando se emite la profesin religiosa sino cuando se elige el camino estrecho del dispuestos a todo por amor del Seor.

El ofrecimiento de s mismo como vctima que don Calabria hace a Dios es ofrecimiento pleno de su humanidad, es abandono incondicional a la voluntad de Dios. Corresponde al hombre ofrecerse a Dios: en esto consiste el misterio de la oblacin. Pero en el holocausto, as debe entenderse el acto de ofrecimiento como vctima de don Calabria, hay algo mucho ms grande: Dios entra en la vida de don Calabria como un fuego que devora, transforma y consume. El voto de vctima de don Calabria no debe ser considerado, entonces, como un ofrecerse directamente al sufrimiento, sino ms bien como un rendirse libre e incondicional a la voluntad de Dios.

Es importante observar cmo don Calabria vive su acto de ofrecimiento en un contexto sacramental, y se ofrece a Dios como vctima despus de haber celebrado el sacramento de la reconciliacin. El 30 de junio de 1916 escribe en su Diario:

Basta de pecados, basta de ingratitudes. Amor, amor, reconocimiento! Hoy hice mi confesin, renov el voto de vctima. Jess, la poca vida que me queda, debo gastarla para tu mayor gloria, en expiacin de los pecados, por la salvacin de las almas.

Por lo general, en don Calabria, el acto de ofrecimiento como vctima posee algunas caractersticas: es pronunciado despus de haber celebrado el sacramento de la reconciliacin, y tiene como finalidad la gloria de Dios, la expiacin de los propios pecados y el bien de la Obra y de las almas, con la ayuda de la Virgen Mara. Pero esta precisin estructural del acto de ofrecimiento no se mantiene siempre. Don Calabria sigue un camino personal de santidad en el que se suceden y se sobreponen temas como el ofrecimiento, el agradecimiento o la expiacin, que ayudan a entender su sacrificio de holocausto a la voluntad divina.

Para terminar, quisiera citar una pgina de Charles de Foucauld, un acto de ofrecimiento extrado de las Mditations sur les saints vangiles: puede aplicarse tambin a don Calabria y a todos los pequeos que confan en Dios y no temen entregarse totalmente a l, sin calcular el precio. Sobre todo, dice todo y mejor lo que hasta ahora hemos tratado de decir.

Qu bueno eres mi Seor Jess, al aceptar llevar este nombre de Cordero de Dios, que significa que T eres vctima y dulce como el cordero... y que perteneces a Dios, o sea, que todo lo que haces lo haces por Dios! Tambin nosotros somos vctimas segn tu ejemplo, oh bienamado Jess, vctimas por tu amor, holocaustos que arden en tu honor, por medio de la mortificacin y de la oracin, derramndonos, en la absoluta renuncia a nosotros mismos, slo por Ti, olvidndonos en la manera ms radical, y dedicando todos nuestros instantes al esfuerzo de serte agradables lo ms posible... Debemos ser, como T, vctimas para la redencin de muchos, uniendo, por la santificacin de los hombres, nuestras oraciones a las tuyas, nuestros sufrimientos a los tuyos, sumergindonos a ejemplo tuyo en la mortificacin, para ayudarte eficazmente en tu obra redentora, porque el sufrimiento es la condicin sine qua non para el bien del prjimo: Si el grano de trigo no muere, no da fruto...Y debemos ser vctimas por Dios y por los hombres en vista slo de Dios, no en vista nuestra y tampoco en vista de las dems criaturas, sino completamente en vista de Dios, al que damos todo, porque todo lo recibimos de l: Den a Dios lo que es de Dios; todo pertenece a l, debemos darle todo... Hemos de ser mansos como el Cordero divino, sin armas para atacar, sin armas para defendernos, dejndonos asaltar, esquilar, degollar sin resistir y sin una palabra de queja.

En Benni-Abbs, la noche del 1 de diciembre de 1916, un tuareg le apunta el fusil a la cabeza y dispara. El Hermano Carlos de Jess haba sido inmolado al Cordero.

1.4 Jess, heme aqu, vctima por Ti

Es propio de las grandes personalidades tener la improvisa intuicin de un pensamiento esencial, y pasar el resto de la existencia profundizndolo para integrarlo a la propia vida y extraer de l todas las aplicaciones posibles. El mismo fenmeno sucede en la vida de los santos. Teresa de Lisieux emprendi para toda su vida un camino totalmente nuevo de santidad: En la Iglesia ser el amor, y as lo ser todo. Algo anlogo constatamos en don Calabria. Siendo joven sacerdote, casi seguramente antes de que le naciera la idea de iniciar una Obra, su espiritualidad sacerdotal Sacerdos alter Christus lo condujo siempre ms hacia el Crucificado y la inmolacin. A diferencia de otros santos como, por ejemplo, Teresa de vila, que alrededor de los 40 aos, recibi por iluminacin directa del Espritu Santo las insuperables inspiraciones de su espiritualidad, don Calabria descubri poco a poco el sentido pleno de la vocacin especial que Dios le haba reservado: ser vctima de reparacin. En la cumbre de sus sufrimientos, en plena noche oscura del espritu, don Calabria ofrece todos sus sufrimientos en reparacin por sus pecados y los de la Iglesia. El Espritu Santo lo haba abierto a los dos polos de la redencin, llamndolo a una singularsima vocacin personal: el llamado a identificarse con el Amor a travs de la cruz, inmolndose por la Iglesia: Mi Iglesia!.

Ciertamente, en este acto de ofrecimiento como vctima, mucho influy en don Calabria la figura de su director espiritual, el carmelita padre Natale de Jess, hombre duro y tierno al mismo tiempo, de profunda oracin y de pobreza excepcional. El conocimiento entre ambos, iniciado en los aos juveniles de don Calabria durante el servicio militar (1894-1896) fue un estmulo recproco a la santidad, aunque en planos diferentes. Al lado de un gran santo como don Calabria hubo un gran director de almas como el padre Natale. Medio siglo de amistad sirvi para realizar la Obra de la Divina Providencia que, cual uva dulcsima, fructific en la vid de don Calabria, asida estrechamente al robusto olmo de padre Natale. Escriba don Calabria al padre Natale:

Usted me conoce, a usted nunca le escond nada; usted es el padre de mi alma, de usted y por usted naci esta grandsima Obra del Seor.

Don Calabria se ha de sentir siempre ligado a la espiritualidad carmelitana, sintindola en consonancia consigo mismo. Tambin al Padre Natale, a respecto de los carmelitas, don Calabria escribe:

...de la Familia vneta Carmelita, que siempre am, que ahora amo y rezo de un modo muy particular, porque la considero como ma.

No tenemos testimonios escritos que puedan documentar cunto el padre Natale haya influido en la decisin de don Calabria de ofrecerse como vctima. Sin embargo, el acto de ofrecimiento formaba parte de la espiritualidad carmelitana en los Carmelos franceses del ochocientos era praxis ms bien comn ofrecerse como vctima basta recordar el Acto de Ofrecimiento al amor misericordioso de Dios de santa Teresa del Nio Jess. Tampoco hay que olvidar el hecho de que don Calabria sinti siempre muy fuerte la atraccin hacia la vida contemplativa, al punto de pensar tambin en constituir un ramo en la Obra.

Tiene sentido hoy en da el voto de vctima? El mismo parece haber desaparecido incluso en el estudio de la espiritualidad. Vivimos en una cultura del bienestar, en la que domina la antropologa de la felicidad, que descarta los aspectos de la vida que exigen sacrificio, volviendo al hombre incapaz de afrontar las circunstancias adversas. Ante esta mentalidad que sostiene que la felicidad consiste en la ausencia de cualquier tipo de sufrimiento, se opone la mentalidad del Evangelio, donde el discpulo sabe que est asociado a la pascua de Jess. El bautismo inserta al cristiano en la misin de sufrimiento y expiacin del Seor, como tambin en su destino glorioso. De todos modos, hoy se constata una sensibilidad diferente en el vivir la dimensin sacrificial de vctima, que se aparta netamente del pasado:

Tomar cada da la cruz, llevar a cabo nuestras tareas humanas con seriedad y empeo, participar en el sacrificio de la Vctima victoriosa mediante los sufrimientos que provienen de la lucha contra lo que es malo, aceptando con serenidad las fatigas y las disminuciones de la edad y del camino, hasta la pena de morir como ltimo acto sacrificial de s mismo: sta puede ser la mentalidad concreta y cotidiana de un voto victimal que est presente y se puede encontrar en las muchas hagiografas de la tradicin cristiana.

La heroicidad no consiste tanto en emitir un voto, sino en ofrecer serena y alegremente la propia jornada a Dios, aceptando con humildad las fatigas y contradicciones que ella nos reserva, dando a todo un s lleno de amor. Deca don Calabria al doctor Delani: Soporta con cristiana resignacin las cruces que Dios te manda, pero no le pidas sufrimientos. Te digo que no pidas sufrimientos, porque Dios te toma la palabra.

1.5 Cundo don Calabria se ofrece como vctima?

Don Calabria nunca hizo reflexiones conceptuales sobre el voto de vctima. Como todos los santos, habla con el corazn y con las acciones. No da conferencias sobre la voluntad de Dios, vive de ella. El voto de vctima es para l abandono incondicional a la voluntad del Padre, en toda circunstancia.

Para entender cuando don Calabria se ofreci como vctima, o renov ese voto tomemos dos ejemplos: el primer y el ltimo acto de ofrecimiento como vctima de que tenemos conocimiento. Vale la pena entonces releer la anotacin hecha por don Calabria en su Diario el 6 de diciembre de 1911.

Adems de los primeros laicos que se haban unido a l, haba tambin algunos jvenes que aspiraban al sacerdocio, pero el seminario diocesano estaba cerrado para quienes no eran alumnos internos de teologa. Sin embargo, don Calabria crea que aquellos que queran compartir la vida de los Buoni Fanciulli como sacerdotes, deban recibir la formacin en el mbito de la Casa misma, frecuentando como externos el seminario. Su director espiritual lo alentaba en esta lnea, de la que el obispo de Verona, el cardenal Bacilieri, era totalmente contrario. Slo a los clrigos de institutos religiosos cannicamente aprobados permita asistir como externos. Aunque haba sido bendecida y apoyada por l, la Casa Buoni Fanciulli no tena an aprobacin cannica. Y el problema surgi justamente en 1911. El primer hermano en orden de tiempo, Luis Adami, haba terminado el tercer ao de filosofa, y deba ingresar al seminario para hacer los estudios teolgicos. Haba tambin otro joven que haba manifestado el deseo de ser sacerdote de los Buoni Fanciulli. Don Calabria escribe en su Diario el 6 de diciembre de 1911:

Con la gracia de Jess bendito, me ofrezco desde este momento como vctima, para que la Obra del Seor crezca, se fortalezca, y pueda tener en su seno a sacerdotes, formados con el espritu de la Obra, que vivan siempre unidos, con el espritu apostlico, ofreciendo todo su ministerio gratuitamente; se contenten slo con la comida y la ropa, dando el resto a los pobres. Ah si llegase a haber tales sacerdotes, cunto bien se hara a las almas, cuntas lgrimas se ahorrar la Iglesia!

Por las fuentes escritas se puede deducir que don Calabria se ofreci como vctima en momentos cruciales para la vida de la Obra, cuando la Casa Buoni Fanciulli era slo una dbil institucin, recin nacida, que poda fcilmente morir y cuando era preciso implantar slidamente el carisma en el corazn de los primeros religiosos; no por acaso don Calabria dej testimonio escrito de estos actos de ofrecimiento como vctima, sobre todo en los aos anteriores a 1919. Hojeando las pginas del Diario y examinando las cartas de don Calabria cercanas a los actos de ofrecimiento, es fcil ver como stos se repiten cuando hay problemas que pueden destruir la Congregacin naciente, o ponen en peligro un aspecto carismtico de la misma; entonces el acto de ofrecimiento se vuelve el aval personal del precio que don Calabria est dispuesto a pagar para ser l y hacer que la Obra sea plenamente fiel a la voluntad de Dios.

Como prueba de que el acto de ofrecimiento como vctima era siempre renovado en los momentos difciles de la vida de la Congregacin, o cuando don Calabria senta que el carisma estaba en peligro, recurdese el extraordinario acto de ofrecimiento colectivo como vctima, pedido por don Calabria en ocasin de los sucesos relacionados con la aprobacin de las primeras Constituciones, que culmin con la visita apostlica impuesta por Roma. Es el ltimo voto de vctima del que tenemos conocimiento explcito.

En la historia de nuestra Congregacin hay un captulo muy amargo que se refiere a la dolorosa aprobacin de nuestras primeras Constituciones, en 1932. El obispo de Verona, monseor Jernimo Cardinale, haba rechazado la idea de una Congregacin mixta, como la quera don Calabria, aprobndola nicamente como Congregacin clerical, excluyendo por consiguiente a los Hermanos del Consejo general y del cargo de superior de comunidades. Tambin por obediencia a su director espiritual, don Calabria acept esa decisin, aun sabiendo que no perteneca plenamente al carisma. Pero en la Casa de Nazareth (Verona), donde los clrigos y los estudiantes se preparaban al sacerdocio, algunos levantaron la sospecha de que don Calabria segua haciendo participar a los Hermanos del Consejo. Escribe don Pedrollo en la Crnica, resumiendo parcamente los acontecimientos sucedidos entre el 11 de febrero y el 16 de abril de 1932:

Muy pronto se empieza a extender el descontento.

Estando casi siempre en Nazareth, don Calabria, sufre muchsimo.

Trata de animar a los Hermanos.

En Nazareth desearan dar una nueva direccin a la Congregacin.

Empiezan a anotarse las frases, actos, indicaciones (de don Calabria), etc. Se hacen deducciones e inducciones, siempre segn su modo de ver.

Se escucha decir que la Congregacin de derecho clerical, en los hechos sigue siendo laical.

Don Calabria dice frecuentemente que las Constituciones lo ataron (...) En su corazn deba sufrir un verdadero martirio. Tanto ms (doloroso) por su sper sensibilidad.

Eran las primeras manifestaciones de la gran tormenta. Don Calabria por un lado sufra debido al clima malsano que se haba creado en Nazareth (lo espiaban, murmuraban, malinterpretaban sus acciones estaban preparando la denuncia al Obispo) y, por el otro, porque la Congregacin haba recibido la aprobacin del Obispo, pero no segn el carisma en lo referente a la paridad entre sacerdotes y hermanos. Tambin en este caso don Calabria reaccion segn la lgica de su fe: si la nueva Congregacin estaba en peligro, era necesario un gesto de fe para salvarla.

A travs de los capellanes de los asilos y de los hospitales de Verona que acostumbraba visitar, don Calabria pidi a las ancianas que se encontraban en ellos, que se ofrecieran como vctimas para bien del Instituto Apostlico de los sacerdotes o sea la Casa de Nazareth. La respuesta fue consoladora. A partir de julio de 1932 hasta marzo de 1933, treinta y cinco personas se ofrecieron como vctimas. Sus nombres estn escritos en un registro que en la etiqueta de la tapa tiene escrito: Almas vctimas por la Congregacin A.M.D.G (Ad Maiorem Dei Gloriam, Para mayor gloria de Dios), conservado en los archivos de Congregacin de los Pobres Siervos de la Divina Providencia. Entre ellas, estaban tambin las dos hermanas Lina y Adelia Zoppellari, grandes bienhechoras de Nazaret. Don Calabria pidi a estas personas que le escribieran una carta. Transcribo una:

Asilo (de Verona), Sala Alessandri

Reverendo don Calabria: el da 7 (de octubre), sagrado a la Virgen del Rosario, primer viernes del mes y da de su natalicio, Reverendo Padre, quisiera inscribirme tambin yo entre aquellas que se ofrecen como vctimas por su Obra sacerdotal. Rezar mucho por ustedes y sufrir voluntariamente, con la ayuda de Dios, todas las cruces y sufrimientos que l quiera enviarme y estar feliz de participar en el inmenso bien que la Obra Sacerdotal ha de hacer hasta el fin del mundo. Con la esperanza de ser inscrita, le agradezco profundamente y le envo santos augurios en ocasin de su cumpleaos. Bendgame Teresa Alessi (sigue la firma del capelln, padre Jos Filippi).

Por medio de la oracin y de la inmolacin diaria, sin que nada llamara la atencin sobre ellas, estas ancianas seoras del hospital y del asilo ayudaron a salvar nuestra Congregacin de la peligrosa crisis en que se encontraba durante ese perodo. Por lo tanto, de todo corazn perdonamos el descuido de haber adelantado un da el cumpleaos de don Calabria.

1.6 Almas, almas, almas!

Al mirar hacia atrs la vida de don Calabria, causa asombro la unidad de su trayectoria espiritual. A travs de todos los acontecimientos, Dios lo llam a configurarse con Jess crucificado, en su total abandono a la voluntad del Padre aceptando el sufrimiento de reparacin.

Todo proviene de la perspectiva de don Calabria de palpitante actualidad que considera al sacerdote como un alter Christus. De esta identificacin nace espontneamente en l la exclamacin: Almas, almas, almas, todo el resto es nada, que tendr una trascendencia inmensa en su vida. Es una frase con la que identifica su misin y su vocacin dentro de la Iglesia, y que ha de repetir durante toda la vida; llevar almas a Jess, salvar las almas, a cualquier precio:

Dios, almas, almas, Dios y cruz, he aqu nuestro lema.

Don Calabria comprende en seguida el alcance de esta misin para l es un llamado a asociarse a Jess y a su obra de salvacin, para ser vctima con la Vctima. A los alumnos de Nazaret dicta el siguiente Programa de vida:

Tendr un cuidado muy especial en proteger mi vocacin y tratar de desarrollarla cada vez ms y enriquecerla recurriendo a la oracin y (...) pidiendo al Seor y a la Virgen un gran amor por las almas, (...) ejercitndome en el espritu de sacrificio y de renuncia, recordando que si Jess es la vctima de los sacerdotes, los sacerdotes deben ser su vctima.

Debemos revisar la falsa imagen que tal vez hay en nosotros al or el trmino vctima y las expresiones relacionadas con l. La esencia del voto de vctima, tal como lo vivi don Calabria no es la exigencia de sufrir sera malsana sino ms bien la entrega, la consagracin de la propia persona a Dios, dispuestos a vivir en actitud de absoluta obediencia a su voluntad. Vctima es aquel que ha decidido vivir en perfecta obediencia, docilidad y abandono en las manos de Dios; aquel que acepta someterse por puro amor y sin condiciones o reservas a la voluntad del Padre.

Jesucristo es la Vctima perfecta, porque toda su vida fue un continuo acto de obediencia a la voluntad del Padre: Es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como l me ha ordenado (Jn 14, 31).

Cul es, entonces, la correlacin entre el ofrecimiento de s mismo como vctima hecho por don Calabria, probablemente en los comienzos de su sacerdocio, y los aos finales transcurridos en la noche oscura?

Existen muchos grados de perfeccin, o sea, de unin con Dios. Con el voto de vctima, don Calabria dio incondicionalmente a Dios el permiso de hacer y deshacer a propio gusto en su vida, consciente de que esto comportara la crucifixin con Jess: Estoy crucificado con Cristo; ya no vivo yo, sino que Cristo vive en m: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me am y se entreg por m (Gal 2,20). La vida de don Calabria consisti en dejarse moldear continuamente por el Espritu Santo, en perfecta obediencia y en perfecto abandono. Sufrimientos fsicos y morales, enfermedades y angustias interiores, tentaciones contra la fe y la esperanza, horas de abandono hasta la purificacin postrera de la noche oscura harn de don Calabria un reflejo de Cristo que se da y sufre para reparar el mal del mundo.

Qu pobre soy, qu miserable! Me hundo en mi miseria, confo en Dios, padre de la misericordia. Mis sufrimientos que Jess conoce, con su gracia, los ofrezco en expiacin, en reparacin por m, por la Obra, por la pobre humanidad. Qu angustia!

Don Calabria vivi su sacerdocio en unin con Cristo sacerdote y vctima, un sacerdocio por lo tanto en bien de los dems, de todos los miembros de la Iglesia. Por eso, el voto de vctima deba naturalmente culminar en el gemido de los ltimos aos: Mi Iglesia! A imitacin de Cristo, con su amor, don Calabria abraz a todos, con sus miserias y pecados.

Su sacerdocio fue la prolongacin del amor sacerdotal de Cristo, y con el voto de vctima pidi a Dios vivirlo en bien de y en lugar de todas las almas. Por eso Dios, como lo testimonian las fuentes escritas, le hizo experimentar incluso la desolacin absoluta, el sentirse separado de Dios. Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? (Mc 15,34).

El voto de vctima de don Calabria est slidamente asentado en una espiritualidad de ofrecimiento, que lo hace salir de s mismo, como imitacin y conformacin con Cristo que vino para salvar a los hombres (almas, almas). El ofrecimiento como vctima de don Calabria se basa, por lo tanto, en las exigencias de la redencin.

La nica razn de la existencia de la Iglesia en su peregrinar por este mundo es continuar la obra de la redencin que Cristo realiz, una sola vez, ofrecindose como vctima en la cruz. He aqu el gran misterio de la corredencin: la Iglesia contina y actualiza el misterio de la redencin. Ella contina la pasin de su Seor y Maestro en sus mrtires, en sus santos y en todos sus miembros, tambin en los ms imperfectos, a condicin de que amen realmente a Cristo. El ofrecimiento de s mismo como vctima no es en primer lugar un deseo de purificacin y expiacin personal; es antes que nada un llamado a colaborar en la salvacin del mundo. Cuanto ms inocente y puro es el sufrimiento, ms se asemeja al de Cristo y ms es capaz de salvar a los hombres y de glorificar a Dios. Es preciso considerar desde este punto de vista la noche oscura de don Calabria como cumplimiento de su voto de vctima.

2. PONERE IN DOMINO DEO SPEM MEAM (Poner en el Seor Dios mi esperanza):

EL CUMPLIMIENTO DE LA NOCHE OSCURA.

La noche oscura no es solamente una etapa de purificacin individual reservada a los msticos en el camino hacia la santidad. Todos estn llamados a la unin transformante con Dios. La noche oscura es una experiencia tpicamente humana y cristiana que, en distintas formas, la viven todos: una madre que pierde a un hijo, un padre que no tiene con qu mantener a su familia por falta de trabajo, el sufrimiento, la enfermedad, la soledad todos tienen sus noches oscuras, perodos en los cuales Dios parece ausente y la oscuridad lo envuelve todo. Sin embargo, el presente artculo quiere presentar una panormica sobre don Calabria en la fase culminante de la noche oscura, a la cual, al decir de san Juan de la Cruz, no todos llegan, o sea la noche de los sentidos y la noche del espritu.

A veces, Dios parece permitir tambin noches oscuras colectivas: las guerras, el hambre, los sufrimientos absurdos causados por la injusticia, las persecuciones, las matanzas tnicas, etc. Tambin quien no tiene fe, el que no cree en Dios, debe vivir la noche oscura, el misterio de la muerte y resurreccin en Cristo. Ciertamente no todas las noches oscuras son iguales, y no hay que equiparar la noche oscura de la fe con las formas de tinieblas que los no creyentes experimentan en el sufrimiento. Don Calabria estuvo en las antpodas del atesmo, y no debemos disfrazar la falta de fe en Dios, hacindola aparecer como el equivalente de las pruebas espirituales de los santos. Sabemos, no obstante, que los designios de la Providencia son insondables, y la Escritura nos asegura que Dios lleva a cabo sus proyectos de amor a travs de la oscuridad y la cruz tambin en aquellos que no creen en l.

Adelanto una aclaracin terminolgica. La prolongada accin de la gracia, aceptada libremente por el hombre, que se dispone (activamente) y a quien se lo dispone (pasivamente) a la unin con Dios, es llamada noche por san Juan de la Cruz. Privar nuestras facultades (sentidos) y nuestro espritu (alma) de aquello que los complace significa dejarlos en tinieblas, hacer venir la noche sobre ellos. Podra decirse que, considerando la intensidad de su amor, a don Calabria le fue necesario pasar a travs de esta noche para llegar a la unin con Dios l slo se da completamente a aquellos que, a su vez, se dan totalmente a l. Para llegar a la unin se debe pasar a travs del camino de purificacin total.

2.1 La purificacin activa (mortificacin).

Existe una especie de geografa en el itinerario espiritual de don Calabria que, partiendo de su ordenacin sacerdotal, por medio del acto de ofrecimiento como vctima, atraviesa el inicio de la Obra y su consolidacin, y culmina con los aos de la noche oscura. A la luz de este marco de referencia, ingresamos ahora en el punto ms importante del camino de perfeccin de don Calabria, el de la noche oscura. Como gua de lectura, nos serviremos de la autoridad de san Juan de la Cruz. No es fcil, y probablemente tampoco es posible, captar en la historia de las almas el momento cronolgico del paso del estado asctico a la fase mstica: la vida asctica y la mstica se completan recprocamente y no existe una verdadera vida mstica sin un componente asctico. En teora, el pasaje de la vida asctica (es decir de la purificacin activa) a la mstica (purificacin pasiva) sucede cuando a la dinmica del esfuerzo humano se suma la posesin o la infusin de los dones divinos. En la fase asctica, prevalecen los elementos adquiridos y en la mstica los infusos. Pero no es claro cundo se puede establecer una lnea de demarcacin neta entre estas dos fases de la vida espiritual. Por eso, consciente de hacer algo arbitrario, considero el inicio del verdadero perodo de la noche oscura (purificacin pasiva de los sentidos y purificacin pasiva del espritu) los aos que van desde 1948 a 1954 llamado tambin el perodo de la gran prueba cuando don Calabria ya haba superado los 75 aos. Pese a todo, las races de la noche oscura, a mi parecer, se encuentra en su acto de ofrecimiento como vctima (primeras manifestaciones de la noche oscura). San Juan de la Cruz, con su estilo potico, comparara este perodo de preparacin de don Calabria con el noviazgo entre el alma y Dios:

sin embargo, el alma ha menester de otras disposiciones positivas de parte de Dios, de sus visitas y dones mediante los cuales la va ms purificando y hermoseando y haciendo delicada para estar convenientemente dispuesta a una unin tan sublime. Pero para esto se requiere tiempo, en unas ms y en otras menos, porque Dios lo va haciendo adaptndose al alma.

La purificacin activa, que algunos maestros del espritu llaman mortificacin, consiste en vivir hasta el final lo que el Seor nos pide: Despus deca a todos: Si alguno quiere venir conmigo, niguese a s mismo, tome la cruz cada da y me siga. Quien quiera salvar su vida la perder, y quien pierda su vida por m, la salvar. De qu sirve al hombre ganar el mundo entero, si despus se pierde o arruina a s mismo? (Lc 9, 23-25). El evangelista nos hace notar que estas palabras se dirigen a todos. Puesto que Jess se encamina a la pasin y a la muerte, tambin el discpulo debe estar dispuesto a tomar el camino de la pasin y la muerte por su amor. Discipulado significa imitacin de la pasin. La imitacin consiste en renunciar a s mismo y tomar la cruz o sea, la disposicin al martirio (Lc 9, 22). El martirio sobreviene una sola vez, pero la imitacin de la pasin de Jess debe ser emprendida cada da. A travs del anonadamiento de s, es posible salvar la propia vida: No hay ms que un mtodo, el que produce el vaco, escribe san Juan de la Cruz. Quien busca salvar lo que le hace ms cmoda la vida (el propio yo), termina perdiendo lo que quiere salvar. No se salva quien se cuida a s mismo, sino el que se da completamente. No todo destruye la vida eterna; hay cosas que slo la daan; tambin eso que la daa debe ser quitado.

Don Calabria hizo el camino de la purificacin interior en medio de los sufrimientos fsicos y espirituales cotidianos, conscientemente, sin huir de los sacrificios y asumiendo las dificultades. De este modo, la Providencia lo estaba preparando para el ofrecimiento definitivo. Recibi gracias especiales? Se lo puede considerar un privilegiado en cierto sentido? Procuremos ver los hechos en su realidad, comparndonos con don Calabria. Al ser bautizado en la iglesia de los Santos Apstoles Verona el 1 de noviembre de 1873, su situacin inicial era idntica a la nuestra. Al igual que nosotros, fue introducido en la vida trinitaria y no recibi ms sacramentos que los que recibimos nosotros. Pero don Calabria se introdujo con generosidad en la vida trinitaria durante los aos de su infancia y juventud, alcanzando su punto culminante con el acto de ofrecimiento como vctima para la gloria de Dios y el bien de las almas. La diferencia entre l y nosotros no consisti en la naturaleza de las gracias recibidas, sino en la intensidad con que respondi. A partir de ese momento, el Espritu Santo encendi un fuego que ardera cada vez ms ms intensamente.

2.2 La purificacin pasiva (o noche oscura).

Decamos que la purificacin activa es la que el hombre puede realizar con su generosidad humana, ayudado por la gracia. Pero el hombre, por s solo, no puede purificarse totalmente, a pesar de su generosidad y de su buena voluntad, porque el alma no conoce los defectos de los que debe enmendarse, ni logra llegar hasta las races. Hay una purificacin, la ms profunda, que slo Dios puede realizar:

Porque, por ms que el alma se esfuerce, no puede ella purificarse activamente de manera que est dispuesta, ni siquiera mnimamente, para la divina unin de perfeccin de amor, si Dios no toma la iniciativa y la purifica en aquel fuego oscuro para ella.

Por este motivo, es llamada pasiva. En otras palabras, la cumbre del camino de la perfeccin atraviesa la fase de purificacin pasiva (o noche oscura), que es un estado que manifiestamente pertenece al reino de la mstica.

Siguiendo a san Juan de la Cruz, se suele tambin distinguir la purificacin pasiva en dos estadios y hablar de purificacin pasiva de los sentidos (o noche pasiva de los sentidos) y purificacin pasiva del espritu (o noche pasiva del espritu).

2.3 Por qu la noche oscura?

Para entender el misterio de la noche oscura de don Calabria habra que vivirlo. O si no, buscar la gua segura de quien ha pasado por ella, ha atravesado la gran tribulacin, y se hizo santo. Un testigo como san Alfonso Mara de Ligorio, por ejemplo:

Las penas que mayormente afligen en esta vida a las almas amantes de Dios no son la pobreza, las enfermedades, las deshonras y las persecuciones, sino las tentaciones y las desolaciones de espritu. (...) El verse empujados por las tentaciones a perder la gracia divina, o el temor en la desolacin de haberla ya perdido: stas son penas demasiado amargas para quien ama de corazn a Jesucristo. Pero el mismo amor les da la fuerza para sufrirlas con paciencia y seguir el camino de la perfeccin que se ha tomado. Y cmo avanzan las almas con estas pruebas a su amor que Dios suele hacer!

Don Calabria vivi aparentemente una existencia exenta de fenmenos exteriores de tipo mstico, incluso l mismo escribi un artculo advirtiendo sobre los peligros del falso misticismo. Sin embargo, don Calabria vivi la autntica experiencia mstica de la noche oscura, vivi todas las purificaciones pasivas descritas por san Juan de la Cruz.

En que consiste la noche oscura? La definicin dada por san Juan de la Cruz indica su esencia:

Esta noche oscura es una influencia de Dios en el alma que la purifica de su ignorancia e imperfecciones habituales, naturales y espirituales, que los contemplativos llaman contemplacin infusa o mstica teolgica.

Es Dios que irrumpe en el alma. Pero cmo puede ser que la visita de Dios traiga tanta oscuridad y tanto sufrimiento? Explica san Juan de la Cruz:

A esta duda se responde diciendo que () de la infusin divina no hay nada que de por s pueda dar pena, antes bien mucha suavidad y deleite, como despus se dir; sino que la causa es la debilidad e imperfeccin propia del alma.

Por lo tanto la verdadera causa de la oscuridad y del sufrimiento se encuentra en el alma misma:

() por dos razones esta divina Sabidura es no slo noche y tiniebla para el alma, sino tambin pena y tormento: la primera es por la altura de la Sabidura divina que excede la capacidad del alma y de esta manera le es tiniebla; la segunda por la bajeza e impureza de ella (del alma misma), y de esta manera (la divina Sabidura) le es penosa y aflictiva, y tambin oscura.

stas son pues las causas de la noche oscura. La Sabidura el nombre con el que san Juan de la Cruz llama a Dios quiere comunicarse con el alma, pero encuentra dos obstculos a su accin: la incapacidad y la impureza del alma misma. La Sabidura lucha contra estos obstculos y causa sufrimiento al alma. Todo el drama de la noche oscura consiste en este juego de contrastes y oposiciones que provocan una angustia indecible en el alma. Escribe Federico Ruiz, gran experto de san Juan de la Cruz: (La noche oscura) es una experiencia de vida, caracterizada por un sentimiento fuerte de oscuridad y de falta de sentido, de vaco y de sufrimiento, que el sujeto enfrenta con aridez y fortaleza. Se aplica a experiencias intensas ms o menos breves. Cuando reviste una particular intensidad y duracin, se cataloga como una de las fases del camino espiritual. Son las cruces del espritu, por las cuales pas tambin Mara. Es la caracterstica de aquellos que fueron fieles hasta el fin al Padre y a su voluntad, y pueden exclamar con Jess en la cruz: Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? (Mt 27,46).

Hablar de la noche oscura de don Calabria nos asusta. Se hace realidad en l lo que escriba el profeta Isaas a respecto del Siervo sufriente de Yahv: Quiso el Seor destrozarlo con padecimientos (Isaas 53,10). Despus de una serie de electrochoques que le efectu el profesor Trabucchi, el 2 de octubre de 1950, don Calabria recibi la visita del cardenal Schuster, arzobispo de Miln. Saliendo del cuarto de don Calabria, el cardenal coment a don Pedrollo:

Me parece que en estos sufrimientos est la mano de Dios. Cuando Dios quiere utilizar un alma, la tritura... Mi maestro y Siervo de Dios, el p. Riccardi deca: Es preciso que nos aplaste el peso de la cruz y decir: mi consuelo es no tener ningn consuelo. Creo poder aplicar a don Calabria el pasaje de Isaas 53,10: Quiso el Seor destrozarlo con padecimientos. Cuando la tribulacin viene de Dios, cuando Dios quiere probar realmente a un alma, todo consuelo humano es intil. Aqu est la mano del Seor. Est el Seor. l quiere probar su alma. Me disgusta tener que decir estas cosas a don Calabria, pero es as: como a Mara se las dijo el santo anciano Simen.

Don Calabria complet en su carne lo que faltaba en los padecimientos de Cristo (Cf. Col. 1, 24), de un modo que todava no logramos sondear plenamente el misterio. Podemos leer sus cartas, escudriar su Diario, analizar el parecer de los mdicos y psiquiatras, sondear los testimonios de quienes conocieron a este gran santo, pero el misterio de su noche oscura permanece.

Esta dolorossima noche purificadora es causada, como dice san Juan de la Cruz, por la lucha que se traba en los rincones ms recnditos del alma, entre la accin divina que trabaja all y las imperfecciones humanas que se le oponen:

Por otro lado, aparece evidente que esta oscura contemplacin le sea al alma penosa en los comienzos. Porque, si por un lado esta divina contemplacin infusa tiene en s muchos bienes de una superioridad extrema, por el otro, el alma que la recibe, por no estar purificada, tiene en s muchas miserias, tambin en extremo malas. Por eso, no pudiendo caber dos contrarios en el nico sujeto que es el alma, necesariamente ella debe penar y padecer como campo de combate en el que se enfrentan estos dos contrarios, dado que la contemplacin va purificando al alma de sus imperfecciones.

En su amor infinito, Dios quiere darse a s mismo, pero antes debe santificar el tabernculo en el que quiere habitar. Esta luz que al alma parece noche, es en realidad la intensidad del fuego ardiente de Dios, que ilumina y enceguece al alma con la majestad de su divino resplandor. La naturaleza debe antes ser despojada de todo lo terrenal para poder ser revestida con la vestidura de la gracia contemplativa. De qu otro modo puede ser capaz de lo infinito, si Dios no destruye los lmites en los que est encerrada y la dilata a su medida? El Espritu Santo, respetando la libertad de la criatura, quita poco a poco toda la corteza, inhabitando en ella. De este modo, una doble muerte se impone al hombre que quiere acoger a Dios: primero debe morir a s mismo; despus debe acabar con sus limitaciones, con todos los egosmos que lo encierran y lo bloquean. La noche oscura es el acto supremo de esta purificacin. El extremo paso de Muerte y Resurreccin.

San Juan de la Cruz, hablando de la diferencia entre la noche pasiva de los sentidos y la noche pasiva del espritu, escribe:

La (noche) sensitiva es comn y acaece a muchos que son los principiantes, de la cual trataremos primero. La (noche) espiritual es de muy pocos y stos son ya los experimentados y que hicieron progresos (en la perfeccin), de los que trataremos despus. La primera purificacin o noche es amarga y terrible para el sentido, como ahora diremos. La segunda no tiene comparacin, porque es horrenda y espantosa para el espritu.

Horrenda y espantosa para el espritu: Estas palabras son el gran saludo de bienvenida con el que la gracia se anuncia a don Calabria al inicio de la subida a la cumbre extrema de la santidad. San Juan de la Cruz sintetizaba as su experiencia de la purificacin pasiva del espritu:

Estas son, en verdad, las almas que descienden vivas al infierno (Sl 54, 16), porque en estas condiciones se purifican como lo haran all.

El descenso a los infiernos de don Calabria, y los sufrimientos relacionados con este descenso para nosotros son un misterio, tanto en su naturaleza como en su intensidad. Slo nos es posible abrir un resquicio examinando brevemente algunos escritos dejados por l mismo o por algunos testigos crebles.

Para hacerlo, utilizaremos un criterio de orden prctico, sugerido por san Juan de la Cruz, subdividiendo la noche oscura de don Calabria en purificacin pasiva de los sentidos y purificacin pasiva del espritu. A la primera fase estn ligados los sufrimientos exteriores, visibles. A la segunda pertenecen, en cambio, los sufrimientos ms terribles, los espirituales. Sin embargo, no podemos olvidar que, para san Juan de la Cruz, no se trata de dos fases distintas, sino de un nico dramtico momento, en el que frecuentemente los sufrimientos externos son una consecuencia de los internos. Lo que caracteriza la noche del espritu es que, sin lugar a dudas, inicia con la de los sentidos (la sucesin es slo terica), adems tiene una duracin que por lo general es ms breve e intenssima. Todo santo vive una propia noche del espritu, con tiempos y modalidades distintas, aunque san Juan de la Cruz descubri en ellas una tipologa comn. De todos modos, algo es seguro en lo que respecta a la duracin de la noche oscura del espritu:

Si tal purificacin ha de ser algo serio, por ms fuerte que sea, dura algunos aos.

Los ltimos aos de don Calabria fueron en los que escribi las pginas ms dolorosas y sublimes de toda su vida, cumpliendo perfectamente el acto de ofrecimiento como vctima y dando a la Congregacin el fruto de la noche oscura: el carisma de la reparacin.

Debemos penetrar en la noche oscura de don Calabria con mucho reconocimiento a Dios, temor de nosotros mismos y, sostenidos por la oracin, suplicar al Espritu que nos revele el sentido de su accin en las zonas oscuras de nuestro santo Fundador, inescrutables para nuestra pobreza espiritual. Si por m fuera, me detendra aqu s que, aunque slo sea rozando el misterio de la noche oscura de don Calabria, estoy entrando en su pasin. Recuerdo haber ledo las palabras que el cardenal Veuillot deca en su lecho de muerte: Digan a los sacerdotes que no hablen del sufrimiento: ellos no saben lo que es.

2.4 La purificacin pasiva de los sentidos

La noche de los sentidos es as definida por Tanqueray, autor de un manual asctico-mstico que se ha transformado en un clsico:

Es un estado espiritual complejo, una extraa mezcla de tinieblas y de luz, de aridez y de intenso amor a Dios en estado latente, de impotencia real y de energa indefinida, difcil de analizar sin caer en aparentes contradicciones.

Para entender mejor este estado, san Juan de la Cruz usa la comparacin del tronco de madera que, echado al fuego, poco a poco se convierte tambin en fuego. Es un transire per ignem (pasar a travs del fuego): no un fuego que destruye, sino que transfigura:

Al encender el madero, el fuego material lo primero que hace es comenzarle a secar echndole la humedad y hacindole llorar el agua que tiene en s. Luego le va poniendo negro, oscuro y feo y tambin de mal olor y, hacindole secar poco a poco, lo lleva a luz y le quita todas sus caractersticas feas y oscuras, que son contrarias al fuego. Y, finalmente, comenzando a inflamarlo por fuera y calentarlo, termina transformndolo en s y volvindolo hermoso como el fuego mismo. En este proceso, no hay ya ninguna pasin ni accin propia.

Cuando se examina a simple vista un vaso de agua, no se ve nada que preocupe; pero si se utiliza un potente y sofisticado microscopio, causa horror descubrir la cantidad de microbios que aparecen. Despus de habernos mortificado y hecho muchos esfuerzos para agradar a Dios, subsisten en nosotros una multitud de defectos de los que somos inconscientes: egosmo, orgullo espiritual, apego al propio parecer y a la propia voluntad y vaya a saber cuntos ms todava que nos impiden ser lo que tendramos que ser: imgenes vivas de Jesucristo. Pero Dios sabe mejor que nosotros donde anida nuestro mal, y nos manda sus mensajeros para advertirnos. O bien, l mismo viene personalmente a acercar hierro ardiente a nuestras llagas para eliminar todos los fermentos de corrupcin.

2.5 Los elementos constitutivos de la prueba

de la noche de los sentidos

No podemos ciertamente en un artculo detallar las distintas etapas de la noche de los sentidos, y con numerosas citas. Nos limitaremos aqu a poner en evidencia un aspecto que se da con mucha frecuencia en don Calabria y es comn en la noche de los sentidos de los santos. Segn san Juan de la Cruz, uno de los signos de la noche de los sentidos es que produce en las personas una gran aridez:

... porque comnmente los veremos caer en estas arideces.

San Alfonso Mara de Ligorio, en un dilogo imaginario entre un fiel llamado el Alma y su obispo, escribe estas frases probablemente autobiogrficas:

Padre mo, hace casi tres aos estoy tan rida y desolada de espritu que no encuentro a Dios en la oracin, ni en el sacramento del altar, ni en las comuniones. Creo ser un alma sin amor, sin esperanza y sin fe, en resumen, un alma abandonada por Dios. No me causa ternura la pasin de Jesucristo, ni la santa Eucarista: me hice insensible a cualquier clase de devocin. Confieso que todo eso lo merezco por mis pecados, por los cuales merezco el infierno.

El conocido maestro de vida espiritual, p. Gabriel de Santa Mara Magdalena, que ha dedicado pginas sencillas y profundas al tema de la aridez, la define as: Por aridez se entiende la ausencia del consuelo que frecuentemente se experimenta en la vida espiritual, ausencia advertida especialmente en la oracin, que se vuelve oscura y fra. Los primeros signos de esta aridez los encontramos ya al principio de la vida de don Calabria, pero nos referiremos sobre todo a los ltimos aos de su vida:

Humanamente hablando, me siento desfallecer. Vivo en la oscuridad ms profunda, en la aridez ms aguda. Oh Jess, dnde ests?

Dolorosa condicin: acostumbrado a la luz de Dios, don Calabria siente que ahora lo envuelve la oscuridad; l, que antes viva de Dios, ahora constata con espanto su ausencia. Soporta con pena estos perodos en los que se siente como abandonado en el desierto. La mano del Seor en su alma no cesa su enigmtica labor. Estos primeros signos dolorosos de aridez son as interpretados por los maestros de vida espiritual: Se trata slo del inicio de una gracia grande, o mejor, el inicio de su primer grado, que ya es preciossimo, porque introduce en la senda de la unin contemplativa con Dios. Es preciso entonces agradecer al Seor.

Me llam el querido padre Rossi para subir adonde el Padre; estaba sentado como de costumbre; todo agitado; la noche insomne; llam de inmediato al p. Rossi... () Por la tarde vuelvo: entonces me comenta: No soy lo que creen de m, estoy lleno de miserias, de egosmo espiritual; tengo las manos vacas, rodeado de comodidades (...)

Oscuridad absoluta y, cuando cesa, escucho siempre el lamento de Jess: Mi Iglesia; me parece que hay mucha podredumbre, que buscan los puestos altos, salvar la dignidad, como algunos haran por la carrera...

Obra grande sta; es lo que siento, y no tengo remordimientos por no haber hablado; designios grandes; gran privilegio, pero tambin gran responsabilidad.

Carlos de Foucauld describe un estado anlogo con una imagen desgarradora:

Queda algo todava en el jardn de mi alma? No lo s, pero en este momento todo en l es aridez, todo es ruina, todo ha sido arrancado de raz. Podra decirse, como en el salmo, que un animal, un jabal la ha pisoteado.

2.6 Las pruebas que acompaan la noche de los sentidos

Hijo, si te decides a servir al Seor, prepara tu alma para la prueba (Sir 2, 1). Nadie puede conocerse a s mismo si no ha sido probado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni puede vencer sin combatir. Dios prometi a santa Mara Magdalena de Pazzi:

Te esperan grandsimas batallas, de un lado y de otro, a tal punto que no sabrs adnde ir, y a veces creers que yo no est contigo. Pero debes saber que siempre lo estar, a pacto de que con gran diligencia vayas detrs de m (= gua interior), como lo has hecho hasta ahora. Pero aunque hayas hecho un gran esfuerzo, necesitars hacerlo an mayor, porque ser para ti mayor fatiga el conocerlo y entenderlo.

El camino que conduce a la santidad es el que Dios eligi y no el que desean las personas. Y Dios concede las gracias en proporcin a la magnitud de las pruebas. San Juan de la Cruz indica algunas y, como de costumbre, nosotros presentaremos slo algunos ejemplos de cmo don Calabria haya pasado por tales pruebas, dado que es imposible llenar pginas de citaciones. El que tiene familiaridad con don Calabria y con sus escritos, los traer espontneamente a la memoria. Son pruebas diferentes, tanto en su origen como en su significado. Surgen de los acontecimientos de la vida, de las contradicciones y de la enfermedad.

Junto a la persistente aridez de la que hemos hablado, la persona que atraviesa la noche de los sentidos sufre tambin grandes tentaciones. Tentaciones contra la fe: estando en aridez, cree que todo se ha derrumbado. Tentaciones contra la esperanza: al no sentir ms la presencia viva de Dios, sobreviene la tentacin del desaliento. En una carta sin fecha, don Calabria escribe a su confesor, el padre Natale:

Muy reverendo y queridsimo Padre: Me encuentro en un estado fsico y moral en el que nunca, creo, me haba encontrado. Si Dios no me ayuda y no tiene misericordia, crea, reverendo Padre, esta vez caigo en desesperacin. Veo el infierno abierto, la muerte que a cada instante se acerca terriblemente; veo las gracias, las grandsimas misericordias de Jess bendito y toda mi malicia e ingratitud hasta el presente; asimismo, mis confesiones invlidas por defecto de dolor y de toda la sinceridad necesaria, (...) y todo este cmulo de cosas me aplasta y me hunde en la desesperacin. Aqu (en San Zeno in Monte), encuentro mi eterna ruina, estoy persuadido de ello; sta es una Casa santa, una Obra especial; Dios me haba elegido, pero yo he abusado, Dios me abandona: auferetur(se les quitar) Qu quiere que aconseje y predique, que haga aqu, yo tan miserable, tan ignorante, tan pecador? Estoy aqu para engaar; aqu se necesitan santos y, adems, para m la vida ha terminado, muerte, muerte, siento decir en mi interior. Padre mo, en nombre de Dios, dgame alguna palabra, aydeme en este momento espiritual; aqu, cralo, no puedo estar ms, no puedo ms seguir, ni fsica ni moralmente. Y a la Obra cmo la puedo asegurar maana? Hoy muero y entonces? Y la justicia? En lo ntimo siento algo as como un tenue hilo de bondad Divina, pero... padre Natale, puedo siempre esperar? Puedo reparar? Y mis confesiones? Y mis grandes pecados? Y la Obra? Y mi...? Por la Sangre de Jess bendito, y a despecho del diablo, escrbame una palabra, dgame qu debo hacer. Dios lo recompense; feliz de usted que ayuda esta Obra de Dios! En C. J. Sac. J. Calabria.

Todo esto nos confirma tambin que, en la purificacin pasiva de los sentidos, la persona es probada no slo por acontecimientos interiores, sino tambin por los hombres en general (calumnias, etc.) y por los superiores y los amigos, que no los comprenden:

El Padre Juan dice: Veo ante m un barril de ajenjo... y son los mos!

Creo que sea intil alargarme en este tema, ampliamente evidenciado en las biografas de san Juan Calabria. Nos baste este ulterior desahogo de su alma:

He vivido y vivo das de sufrimientos nunca antes experimentados. He tenido dolores y disgustos internos que hirieron mi corazn de padre y casero en esta Obra grande de Jess. Todo sea en expiacin ma y para cumplir todo lo que Jess quiere, por medio del espritu puro y genuino que l mismo, Jess, ha puesto.

A este tipo de pruebas se aaden otras, que llamaremos externas, aumentando los padecimientos interiores. Aparecen extraas enfermedades que dejan perplejos a los mdicos. Pero sobre este argumento volveremos ms adelante.

2.7 La purificacin pasiva del espritu

A quien fue militante de la Accin Catlica, el nombre del Obispo Franco Costa le resulta familiar: fue durante mucho tiempo asistente nacional. En los ltimos ejercicios espirituales predicados a los sacerdotes, mons. Costa hizo una meditacin cuyo ttulo era: Vivir el misterio pascual en el sufrimiento y en la alegra:

Yo soy viejo y he conocido a dos santos: a don Orione y don Calabria, a quienes la Iglesia quiz muy pronto pondr sobre los altares. En don Orione, pareca que el misterio pascual fuera alegra, amor visible, belleza; en don Calabria daba la impresin de que el misterio pascual aplastara a este hombre con el sufrimiento, con la conciencia de su miseria, de su incapacidad, de su nulidad y sufrimiento por este motivo. Dios tiene muchos caminos; no existen dos vocaciones iguales. Don Orione pareca testimoniar la resurreccin, don Calabria la muerte. Pero ambos anunciaban el misterio pascual e hicieron obras bellas y grandes.

Cuando se estaba junto a don Calabria, se vea la alegra grande de un santo, pero se captaba el misterio del sufrimiento. El Cardenal Schuster, que fue un gran benedictino, al escuchar que don Calabria padeca tremendos sufrimientos, exclam: A veces, a las almas que ms ama, Dios pide el testimonio de su muerte.

La noche oscura es un don tan extraordinario que puede suceder estar junto a alguien que la est viviendo, y no darse cuenta plenamente. Se ven los sufrimientos exteriores, se intuyen los interiores, pero no se capta la esencia:

En este da, domingo, mi corazn experimenta sufrimientos muy especiales. Jess ve. Creo no ser comprendido, pero esto es a causa de mi prueba. Todos me rodean con gran caridad y comprensin. (...) El espritu, ah!, el espritu est con Jess en el huerto. Todo sea en expiacin por mis pecados, por la Obra, por el pobre mundo y en particular para que todos seamos realmente buenos cristianos.

Las pruebas de la noche oscura que se abatieron sobre don Calabria no fueron espordicas se trat de una agresin continua, sin treguas. Las resistencias que todava persistan en l lo hacan sufrir, pero no dej nunca de abandonarse a la voluntad de Dios:

Qu pobre soy, qu miserable! Hundido en mi miseria, confo en Dios, padre de la misericordia. Mis sufrimientos, que Jess conoce, con su gracia, los ofrezco en expiacin, en reparacin por m, por la Obra, por la pobre humanidad. Qu angustia!

Y ms adelante:

Con gran agona y pena, y por obediencia, despus de 6 meses fui al querido noviciado. Deo gratias (gracias a Dios)... El sufrimiento prosigue. Slo Jess sabe. Fiat, fiat (hgase la voluntad de Dios).

A esta altura, don Calabria es un cmulo de enfermedades fsicas y psquicas: pasa las noches insomne, la tos no lo deja nunca, a veces cree ahogarse por el catarro. El dolor fsico parecera unirse a la naturaleza de su prueba espiritual: la tos que le martillea continuamente el pecho y el catarro que le hace faltar el aliento casi hasta ahogarlo, son como la transposicin fsica de la tentacin continua contra la fe que intenta cortarle la respiracin del alma. Se crea un vnculo entre los dos aspectos del sufrimiento, el cual, de este modo, es un smbolo dramtico de la noche oscura en la que est sumergido don Calabria:

Rev. p. Luis: la gracia y la paz de Jess bendito estn siempre con usted y con las almas que el Seor le ha confiado. He pasado una noche muy dolorosa la tos me molest sin parar. Ahora me encuentro en un mar de sufrimientos. Tengo necesidad inmensa de Jess. Rece, tengo infinita necesidad. Venga de inmediato. Es urgente! Urge! Urge!

Cosas nuevas y grandes!

No perder la fe, transformar el sufrimiento en un acto de amor: es el compromiso de don Calabria dentro de un cuerpo que ya, a la sazn, se deshaca. De aquellos aos y de cmo los ha vivido nos quedan algunas esquelas a las personas que lo rodeaban, un manojo de cartas tristes a don Pedrollo; y sobre todo las escuetas palabras en la Crnica de don Pedrollo y, precisamente, la sobriedad de esta narracin, la aparente reticencia y su carga de compasin, nos revelan hasta el final el misterioso y