Memorias_mesa1

download Memorias_mesa1

of 94

description

Memorias filosofía Mesa 1

Transcript of Memorias_mesa1

  • MESA 1. FILOSOFA, MEMORIA Y MUNDOS POSIBLES

    1. La construccin del imperativo categrico como utopa de la dignidad humana: el Kant de la

    Fundamentacin de la metafsica de las costumbres. Javier Gacharn

    2. Las luces y sombras del Historicismo. Un pensamiento crtico frente a la propuesta

    popperiana. Andrzej Lukomski

    3. Wittgenstein en su cabaa de 1914. Un mundo entre lo lgico y lo absurdo. Yebrail

    Castaeda Lozano

    4. Epistemologa moral de las vctimas de crmenes. Lus Eugenio Ribn Prez

    5. Resistencia y memoria: dignificando a las vctimas. Lida Esperanza Villa

    6. La memoria no es una caja. Juan Carlos Rincn Acua

    7. Michel Onfray :Del vitalismo y otras razones para develar la verdad. Mildred Lesmes

    8. Los filsofos, la violencia, la sociedad colombiana, y la apuesta por una filosofa desde el

    punto de vista de las vctimas. Leonardo D. Arias C

    9. tica de la memoria. Nstor David Restrepo Bonnett

    10. Exilio y memoria en Mara Zambrano: de la razn armada a la razn potica. Mara I.

    Elizalde Frez

    11. La naturalizacin de la consciencia. Rodrguez Vergara Hugo Mauricio

  • LA CONSTRUCCIN DEL IMPERATIVO CATEGRICO COMO UTOPA DE LA DIGNIDAD HUMANA: EL KANT DE LA FUNDAMENTACIN DE LA METAFSICA DE LAS COSTUMBRES.

    Javier Gacharn Muoz

    Estudios en administracin pblica y ciencia poltica

    Estudios en filosofa

    Doctorando en filosofa

    Universidad de Barcelona

    Resumen

    En la Fundamentacin Kant plantea un enlace entre moralidad, autonoma y dignidad, que

    sintetiza un entramado conceptual y una fuerza utpica que queremos poner de relieve.

    Recorreremos el camino que conduce al principio supremo de la moralidad y su despliegue en el

    imperativo categrico, con el propsito de ubicar all a la dignidad en tanto punto de partida y

    finalidad ltima de la utopa tica que Kant construye en esta versin de su tica. La pregunta

    que nos acompaa en este intento es: Qu sentido tiene recurrir a la utopia moral kantiana

    presentada de la Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres, en la que asistimos a una

    de las cumbres de la subjetividad del pensamiento moderno, en un momento de la filosofa y del

    mundo en el cual se asume que la subjetividad est superada?

    Palabras clave: Kant, tica, utopa, dignidad, moralidad.

    Abstract

    In the Groundwork Kant proposes a link between morality, autonomy and dignity, which

    synthesizes a conceptual framework and utopian force that we want to highlight. Tour the path

    leading to the supreme principle of morality and its deployment in the categorical imperative in

    order to locate there to dignity as a starting point and ultimate goal of utopia that Kant ethics built

    on this version of his ethics. The question with us in this endeavor is: What sense does it resort to

    Kantian moral utopia presented in the Groundwork of the Metaphysics of Morals, in which we

    witness to one of the summits of the subjectivity of modern thought, in a moment of philosophy

    and the world in which it is assumed that subjectivity is overcome?

    Keywords: Kant, Ethics, Utopia, Dignity, Morality.

    Introduccin

    Como nos convoca aqu la posibilidad de pensar en mundos posibles intentaremos ir de la

    mano del Kant de la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres y al mismo tiempo que

    revisaremos su forma de cimentacin filosfica, buscaremos la esperanza, la utopa de la

    moralidad.

  • Esa aspiracin kantiana tiene varias versiones en su filosofa moral (dejando de lado su

    filosofa poltica que contiene entre otros aspectos un proyecto de Paz perpetua vinculado con su

    filosofa de la historia) incluso podramos afirmar que tal bsqueda caracteriza o por lo menos

    puede ser una clave de lectura de sus diferentes desarrollos ticos. En la versin tica de la

    primera Crtica aparece la esperanza en el planteamiento mismo de su programa filosfico

    especficamente en la tercera pregunta Qu puedo esperar? y fuertemente vinculada a los

    asuntos ticos al ampliarla y vincularla con la segunda: Qu puedo esperar si hago lo que

    debo? En la segunda Crtica la utopa moral tiene un doble camino. De una parte, la Analtica

    que construye la deduccin de la ley moral en analoga clara con la Fundamentacin, y de otra,

    la Dialctica que convierte la esperanza en fe racional por medio de los postulados. Sea el

    momento de aclarar que esta utopa moral kantiana tiene dos momentos que hay que diferencia

    a fin de no imputarle al autor errneamente contradicciones. Un primer momento fundante tal

    como el de la Analtica de la Crtica de la razn prctica y la Fundamentacin, y un segundo

    momento en el que se aspira a la realizacin plena de la moral.

    En las distintas variaciones sobre el tema el elemento principal de la utopa kantiana es una

    moral centrada en el ser humano racional y ese factor es el que queremos mostrar en la

    Fundamentacin. En esta obra recorreremos con el autor el camino que conduce al objetivo de la

    misma: la bsqueda y determinacin del principio supremo de la moralidad, y luego rastrearemos

    en las diferentes formulaciones del imperativo categrico la dignidad humana como utopa.

    La pregunta que nos acompaa es este intento es: Qu sentido tiene recurrir a la utopia

    moral kantiana presentada de la Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres en la que

    asistimos a una de las cumbres de la subjetividad del pensamiento moderno en un momento de

    la filosofa y del mundo en el cual se asume que la subjetividad est superada?

    Los problemas de la Fundamentacin

    En la Fundamentacin Kant plantea un enlace entre moralidad, autonoma y dignidad, que

    sintetiza el entramado conceptual y la fuerza utpica que queremos destacar. Tenemos aqu un

    tringulo densamente construido. La dignidad, como atributo humano por excelencia es aquello

    que en el reino de los fines tiene un valor en s mismo y por tanto se aleja de la relatividad de

    aquello de poseer un precio. Por su parte la autonoma aparece como el fundamento de la

    dignidad de toda naturaleza humana sin la cual no es posible que el humano se autolegisle. Y sin

    estas dos la moralidad no es viable, en tanto esta es la nica legislacin en la cual es posible el

    reino de los fines. La dignidad aparece aqu tanto como punto de partida como finalidad ltima de

    la utopa tica que Kant construye en la Fundamentacin. En este punto marcamos una primera

    diferencia con las utopas morales de la primera Crtica y de la segunda en las cuales el papel

    del fin ltimo no reposa el proceso de fundamentacin moral sino en la fe racional.

    La tensin utpica que Kant pone en juego en este recorrido radica en la idealidad de la

    propuesta: la razn libre de las restricciones que le impone la experiencia en su uso especulativo

    construye un escenario ideal en el cual la voluntad pueda iniciar una accin desde el fuero

  • interno y al mismo tiempo asume tal capacidad en todos los dems seres humanos, lo cual

    permitira avanzar hacia la utopa de la dignidad. Aspiramos a mostrar ese mundo utpico, este

    mundo inteligible de la tica kantiana de la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres.

    La Fundamentacin representa el despliegue de la tica kantiana en su versin ms

    conocida. En el prlogo de esta obra el autor hace una descripcin de la clsica divisin entre las

    ciencias: fsica, lgica y tica, y luego las clasifica en formal (lgica) y material (fsica y tica) y

    finalmente destaca que las dos ltimas tienen una parte emprica y una a priori. 1 Esta

    caracterizacin le interesa de manera especial, en la medida en que le permitir presentar su

    propuesta tica necesariamente liberada de cualquier elemento emprico. Sin embargo, esto no

    quiere decir que nuestro autor est renunciando a que su propuesta tica tenga un horizonte de

    realizacin pues a afirma que la filosofa moral tiene que determinar con sus leyes la voluntad

    humana.

    El marco programtico en el cual se mover Kant es el siguiente. La filosofa se divide en

    emprica y pura, cuando sta ltima es formal recibe el nombre de lgica y si se ocupa de

    determinados objetos se llama metafsica. De esta manera, tendramos una metafsica de la

    naturaleza y una metafsica de las costumbres, la parte emprica de esta ltima recibe el nombre

    de antropologa prctica pero, aclara el autor, solamente podemos llamar moral en sentido

    estricto a la parte racional de una metafsica de las costumbres.2 Y es precisamente a este ltimo

    aspecto al que se dedica este tratado.

    El principio sobre el que descansa este opsculo es que lo moralmente bueno es aquello

    que ocurre no solamente conforme a la ley, sino que ha de suceder por mor de la misma. Este

    principio revela la profunda confianza que Kant deposita en la formalidad de su propuesta, en la

    razn prctica y en el deber.

    El objetivo que persigue este escrito, a saber, la bsqueda y establecimiento del principio

    supremo de la moralidad. Asimismo, el autor menciona brevemente el mtodo que ha utilizado:

    el camino se inicia analticamente en el conocimiento popular hasta llegar al propsito planteado,

    es decir, hasta el principio supremo de la moralidad, y luego sintticamente revisa el principio y

    vuelve a su punto de partida en donde encuentra su uso.

    Cul es el sentido de una fundamentacin de la metafsica de las costumbres?

    Como ya queda dicho, el asunto del que se ocupa la Fundamentacin es la bsqueda y

    establecimiento del principio supremo de la moralidad...3. Se trata de dilucidar, en el nivel ms

    alto de abstraccin, el soporte a priori sobre el que podamos apoyar nuestras acciones. Dicho de

    otra manera, el objetivo es mostrar las bases a priori de una tica que tiene la pretensin, y no

    puede ser de otra manera en nuestro autor, de ser universal y necesaria. Si lo planteamos por

    1 GMS A III, AA IV, 387.

    2 Ibid.

    3 GMS A XV, AA IV, 392.

  • va negativa, el propsito es establecer el fundamento de la tica completamente depurado de

    contenido emprico y de todo fundamento teolgico.4

    La Fundamentacin es el primer tratado sistemtico de nuestro autor sobre asuntos ticos y

    en l despliega los rasgos centrales de su propuesta tica, por lo menos en lo que concierne a

    los puntos de apoyo sobre los que descansa. En este tratado el autor hace un despliegue

    conceptual limitado por la crtica, es decir, piensa al ser humano como poseedor de una voluntad

    rectora de la conducta. As, hablando de la razn como gestora de la voluntad, Kant le asigna a

    esta ltima la tarea de constituir el bien supremo5 y adems ser la condicin para todos los

    dems bienes.

    Aclaremos cul es el nivel filosfico de la Fundamentacin. En primer lugar, y por va

    negativa, que este no es un escrito de tica aplicada6 pero s que es un tratado filosfico con

    claras aspiraciones a la concrecin. No es una disertacin de tica aplicada en la medida en que

    estamos en el nivel ms alto de abstraccin, ms elevado, ms depurado de la razn humana.

    Por va positiva, este opsculo se ocupa de encontrar el punto de apoyo ltimo para la conducta

    de seres racionales, es decir, intenta construir el entramado metafsico para la accin humana

    que, partiendo de una antropologa racional, busca que el actuar del ser humano est regido por

    leyes universales y necesarias.

    De otra parte, encontramos el vnculo entre Fundamentacin, Crtica de la razn prctica y

    Metafsica de las costumbres, relacin que nos ayuda a establecer el nivel filosfico de la

    Fundamentacin y su lugar en el entramado de la teora tica kantiana. As, estos tres tratados

    forman lo que podramos llamar la pirmide tica kantiana que tendra en su cspide a la

    Fundamentacin, en el piso intermedio habra dos compartimentos, uno ocupado por la Analtica

    de la KpV y otro en el que estaran la Dialctica de la KpV y el Canon de la KrV y en la base a la

    Metafsica de las costumbres. Tres momentos del pensamiento tico kantiano que se suceden y

    que tienen la aspiracin de constituir la arquitectnica moral del autor. Kant hace dos

    acotaciones sobre esta relacin en el prlogo de la Fundamentacin: por una parte, que la

    Fundamentacin es un anticipo con relacin a la Metafsica de las costumbres, y que la nica

    fundamentacin para tal metafsica es una crtica de la razn pura prctica,7 y de otra, que la

    Fundamentacin, en virtud de su propsito, es una ocupacin que tiene sentido por s sola e

    independientemente de cualquier otra investigacin tica.8

    4 SEDGWICK, Sally. (2008). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. An Introduction. New

    York: Cambridge University Press, pp. 11 ss. 5 GMS A7, AA IV, 396.

    6 SEDGWICK, S. op. cit. pp. 4.

    7 GMS A XIII, AA IV, 391.

    8 GMS A XV, AA IV, 392.

  • La bsqueda del principio supremo de la moralidad

    El principio de la moralidad es ante todo para Kant, desde el punto de vista del mtodo,9

    aquel obtenido sin injerencia de la experiencia y cuidando de que ni la ms mnima parte

    provenga de cualquier otro lugar que no sea la razn pura.

    Segn Paton, un principio es una proposicin universal que sirve de base a otras

    proposiciones.10 Cuando Kant habla de principios se est refiriendo a proposiciones que sirven

    de punto de partida a un conjunto argumental que se desarrolla a partir del mismo. De esta

    manera, el comentarista plantea que un principio, en sentido estricto, no debera tener una razn

    superior y as contina dicindonos aparece un principio supremo, que sera como la frontera

    que ha sido justificada en un proceso metafsico, como el que lleva a cabo Kant en la

    Fundamentacin. Y, siguiendo con Paton, Principio debera estar restringido a principios ltimos

    tales como el de no contradiccin, es decir, principio son aquellos puntos de partida inamovibles

    que permiten construir una estructura argumental slida sobre ellos y cuya remocin implicara

    desmantelar disciplinas bsicas, para Kant, como la lgica.

    Destaquemos algunos aspectos del principio supremo de la moralidad como son la

    universalidad, la racionalidad, su carcter no religioso y no experiencial, y su vnculo con la

    libertad.

    El principio supremo de la moralidad es universal 11 de manera intrnseca en tanto que

    conjuga las dimensiones objetiva y subjetiva, la lucha con las inclinaciones y su aspiracin a la

    realizacin. La complementariedad entre lo subjetivo y lo objetivo la expresa Kant en las cotas

    mismas del principio analizado, ya que al establecerlo nos indica que es objetivo en tanto

    universal, resulta apremiante para la voluntad y al mismo tiempo esa voluntad no puede estar

    constreida en trminos prcticos ms que por principios que procedan de ella y sean vlidos

    9 Al respecto se puede revisar el clsico anlisis de Paton, PATON, H.J. (1946). Categorical

    Imperative. A study in Kants Moral Philosophy. London: Hutchinsons University Library, pp. 19 31. Este comentarista hace nfasis en la importancia de entender el mtodo de Kant y sus variaciones. Del mismo autor tenemos su comentario detallado sobre la Fundamentacin: PATON, H.J. (1948). The Moral Law. London: Hutchinsons University Library, pp. 14. De igual manera, en el marco de los comentaristas ms recientes es muy pertinente el anlisis de Timmerman sobre el mtodo, especficamente el apartado titulado Kants method: anaytic, synthetic, and the need for a deduction. en la introduccin a su comentario a la Fundamentacin. TIMMERMANN, Jens. (2007). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A Commentary. Cambridge: Cambridge University Press. pp. xxi.

    10 PATON, H.J. (1946). op. cit. 59.

    11 Sedgwick refiere a ese carcter universal del principio supremo para ella idntico al imperativo

    por su mbito de aplicacin y por su mbito de validez. Respecto de lo primero, ha de incluir a todos los seres racionales bajo la perspectiva de la dignidad y por defecto excluye al resto de los seres de la naturaleza. Respecto de lo segundo, ese carcter universal se soporta en una voluntad buena y en una accin correcta. op. cit. pp. 9.

  • para cualquier ser racional.12 La universalidad tambin se expresa en la lucha kantiana contra las

    inclinaciones. Aclaremos que el problema respecto a las inclinaciones no implica que el autor

    quiera prescindir de ellas o asuma que no pueden formar parte de la vida, sino que no pueden

    servir de apoyo ltimo a la accin en este nivel en que nos encontramos en la

    Fundamentacin.13 Una vez ms hacemos el contraste entre la utopa tica del tratado bajo

    anlisis (utopa que se estructura sobre cualidades humanas idealizadas) y la desplegada en las

    dos primeras Crticas (en las cuales la aspiracin a la plena realizacin moral conduce al autor a

    una dimensin ms all de lo humano).

    La libertad como utopa

    Uno de los problemas fundamentales que enfrenta la Fundamentacin es la libertad. Son

    varios los escenarios en los cuales Kant plantea este asunto. Recordemos la tercera antinomia

    de la primera Crtica en donde Kant enfrenta uno de los mayores problemas de su tica al

    intentar conciliar naturaleza o determinismo y libertad. La salida que en ese momento nos

    ofreci el autor fue conciliar la tesis y la anttesis por medio de la separacin de dos clases de

    causalidad: una que se despliega en el mbito de la naturaleza y otra que surge de la libertad. La

    primera encadena los fenmenos de manera necesaria, mientras que la segunda, se sita en el

    modo de ser de lo inteligible, permite una espontaneidad con capacidad para inicia la accin. En

    este marco nace la distincin entre el mundo sensible y el mundo inteligible, siendo este ltimo el

    que hace posible la libertad trascendental.

    En la Fundamentacin Kant parece asumir, en principio, sus resultados ticos de la primera

    Crtica, y por consiguiente, tanto la libertad trascendental como la prctica subyacen de manera

    problemtica a los tres apartados del tratado, esto en la medida en que el autor repiensa la

    libertad prctica de la primera Crtica que se demostraba en la experiencia y le parece dbil

    frente al criterio de la accin por el deber. As, en el primer apartado la libertad da soporte a la

    buena voluntad y a su encadenamiento con el deber y al ulterior desarrollo de las tres tesis14 que

    sostienen el capitulo. De igual manera, la libertad es imprescindible en la estructuracin del

    segundo apartado donde se enlazan deber, voluntad y autonoma, que a su vez confluyen en el

    principio supremo de la moralidad. Finalmente, el tercer apartado se inicia con una definicin

    negativa e inmediatamente intenta encontrar una definicin positiva de la libertad, y tambin se

    revisa el hecho de tener, a esta altura, a la libertad como elemento ltimo de la moralidad sin que

    por ello tal concepto haya podido ser demostrado. Sin embargo, Kant avanza con ese concepto

    de libertad hacia la construccin de un mundo inteligible que permitira sostener dos rbitas de la

    naturaleza humana y as otorgarnos la posibilidad de pensarnos como seres autnomos y

    capaces de iniciar la accin de manera espontnea. Esta construccin de la libertad ser

    12

    GMS A38, AA IV, 413. 13

    La presencia de las inclinaciones es claramente asumida por Kant, en la concepcin antropolgica que plantea en este texto, al decir que voluntad y razn no coinciden de manera plena en los seres humanos. GMS A37, AA IV, 412-413.

    14 Nos referimos a las siguientes tres tesis: 1 Que se haga el bien por deber y no por inclinacin.

    GMS A11, AA IV, 398-399. 2 una accin por deber tiene su valor moral, no en el propsito que debe ser alcanzado gracias a ella, sino en la mxima que decidi tal accin; GMS A13, AA IV, 399. 3 el deber significa que una accin es necesaria por respeto hacia la ley. GMS A14, AA IV, 400.

  • desarrollada en la Analtica de la segunda Crtica siendo quiz su punto ms elevado la

    posibilidad del ser humano de obrar por representacin de leyes. Se reitera la utopa moral de la

    Fundamentacin.

    Buena voluntad y deber

    En este entramado de la Fundamentacin como utopa de la dignidad humana, no podemos

    dejar de mencionar la buena voluntad y el deber. La primera juega el papel de axioma a partir del

    cual se desplegaran los dems conceptos. Asimismo, es el camino para la realizacin del bien,

    es decir, sin ese carcter de buena en s misma, se diluira toda posibilidad de una actuacin

    autnoma, una actuacin que no requiera de ningn influjo exterior a efectos del deber. Como

    corolario surge un ser humano sin otro tribunal que determine la moralidad de su accin que el

    de su propia razn. Por ltimo, es punto de llegada para la fundamentacin de una tica libre de

    cualquier propsito ms all de una actuacin por deber. La accin moral nos ha de devolver a la

    buena voluntad a fin de que el crculo moral kantiano se mantenga intacto y se repita con cada

    actuacin, pues, si no se diese tal cierre quedaramos expuestos a toda clase de heteronomas.

    El segundo, el deber, es un desarrollo de la buena voluntad y con l entramos en el corazn

    de la tica ms conocida del autor. El deber es estructurado por Kant por medio de tres tesis. La

    primera establece: Precisamente ah se cifra el valor del carcter que sin parangn posible

    representa el supremo valor moral, a saber, que se haga el bien por deber y no por inclinacin.

    15 Dicho de manera abreviada, el supremo valor moral es: obra por deber y no por inclinacin.16

    La segunda tesis17 establece: una accin por deber tiene su valor moral, no en el propsito

    que debe ser alcanzado gracias a ella, sino en la mxima que decidi tal accin;... La tercera

    tesis, que pone en juego la magnitud del concepto de deber kantiano, est enunciada de la

    siguiente manera: el deber significa que una accin es necesaria por respeto a la ley.18

    Del principio supremo de la moralidad al imperativo categrico.

    Tenemos entonces un ser humano que posee voluntad, es racional y en cuyo interior

    descansa el bien supremo e incondicionado, elementos todos indispensables para la accin

    moral.

    El criterio de la accin moral que surge a partir de lo anterior y que condensa todos los

    elementos del principio supremo de la moralidad, es el siguiente: cuando se trata del valor

    moral no importan las acciones que uno ve, sino aquellos principios ntimos de las mismas que

    no se ven.19 Este criterio radicaliza el giro copernicano de la tica, ya que de l se desprende la

    15

    GMS A11, AA IV, 398-399. Kant omiti anunciarla como primera tesis. 16

    TIMMERMANN, Jens. (2007). op. cit. pp. 51. 17

    GMS A13, AA IV, 399. Cursiva en el texto. 18

    GMS A14, AA IV, 400. 19

    GMS A26-27, AA IV, 407.

  • ineludible responsabilidad tica del sujeto moral kantiano, el nico que puede y tiene que dar

    cuenta de su propia dimensin moral. Con un poco de destreza puede engaar a todos sus

    congneres y aparentar una accin moral y guardar dentro de s sus oscuras intenciones, por lo

    cual es necesario que l sea el centro del juicio sobre la accin moral sin ms tribunal que la

    universalidad que encarna su individualidad. Podramos agregar un elemento que aumenta la

    densidad del sujeto tico kantiano, a saber, que incluso l mismo no est seguro de la moralidad

    de la accin, pues puede tambin engaarse, y pensar que hace por deber lo que est llevando

    a cabo por inclinacin, sobre todo cuando ambos coinciden.

    Esta tensin entre lo universal y lo individual tiene una resolucin en la exigencia kantiana de

    dejar de lado la excepcionalidad e inconstancia de las leyes morales derivadas de la experiencia

    y la consecuente necesidad absoluta de su ocurrencia y la puesta en evidencia de que tal

    exigencia no puede tener por fuente a la experiencia.20 La radicalidad en este punto lleva a Kant

    hasta los extremos de lo que podra aparecer como un sacrilegio: Incluso el santo del evangelio

    tiene que ser comparado primero con nuestro ideal de perfeccin moral, antes de que le

    reconozcamos como tal;21

    Pero como esa coincidencia entre lo universal y lo individual, entre lo subjetivo y lo objetivo

    en la voluntad humana no ocurre siempre o incluso ocurre muy pocas veces, se hace necesario

    el principio supremo de la moralidad que tiene un componente constrictivo:

    La representacin de un principio objetivo, en tanto que resulta apremiante

    para una voluntad, se llama un mandato (de la razn) y la frmula del mismo se

    denomina imperativo.22

    En este camino hacia el imperativo categrico cobra especial importancia para Kant la

    pregunta por la posibilidad del mismo. Previamente se ha planteado el interrogante respecto a

    los hipotticos y ha concluido que no implica un problema de mayor calado en la medida en que

    estos imperativos se hallan enclavados en el clculo del resultado. La dificultad de la respuesta

    proviene de la radicalidad del giro copernicano en materia tica, pues la accin moral ha sido

    revestida de tal exigencia (por tal motivo la asociamos con la utopa) que no podemos acudir a

    ninguna clase de subterfugio, dado que la responsabilidad se descarga enteramente en el sujeto

    moral. La magnitud del problema la pone de manifiesto Kant:

    Ante este problema queremos ensayar primero si acaso el simple concepto de

    un imperativo categrico no suministre tambin la frmula del mismo y sta

    contenga la nica proposicin que pueda ser un imperativo categrico, pues cmo

    sea posible semejante mandato absoluto, an cuando sepamos cmo se formula,

    exigir un arduo esfuerzo adicional que reservamos para el ltimo captulo.23

    20

    GMS A28, AA IV, 408. 21

    Ibid. 22

    GMS A37, AA IV, 413. Cursiva en el texto. 23

    GMS A51, AA IV, 420.

  • Por ahora tenemos ante nosotros dos caractersticas fundamentales del imperativo

    categrico, a saber, universalidad y necesidad.24 A partir de ellas enuncia la primera versin de

    este tipo de imperativo: Obra slo segn aquella mxima por la cual puedas querer que al

    mismo tiempo se convierta en una ley universal.25

    El enlace entre principio supremo de la moralidad e imperativo implica la tensin kantiana

    entre la naturaleza sometida a leyes y la libertad que si se somete a tales leyes naturales26

    frustrara cualquier posibilidad de moralidad y si no tiene ley quedara en un deriva sin propsito.

    La salida kantiana a dicha tensin se expresa en la variacin de la primera versin del imperativo

    categrico:

    Obra slo segn aquella mxima por la cual puedas querer que al mismo

    tiempo se convierta en una ley universal.27

    El reino de los fines asumido como cumbre de la dignidad humana

    Concluyamos este recorrido por la Fundamentacin revisando el paso entre la tercera

    formulacin del imperativo o frmula de la autonoma y la formulacin denominada reino de los

    fines, esto a efectos de mostrar la dignidad humana como utopa kantiana. Pretendemos poner

    de relieve que en esa aspiracin a un reino de los fines Kant pone en tensin la reflexin sobre el

    sentido de la comunidad humana.

    La segunda y la tercera formulacin mantienen un estrecho nexo, ya que sin voluntad

    legisladora el ser racional no podra pensarse como fin en s mismo.28 De igual manera, del

    centro de este vnculo aparecen dos ejes, que an hoy siguen alumbrando los caminos de la

    tica, a saber, las otras voluntades como filtro ineludible para mi accin moral y la dignidad como

    variacin de la voluntad autolegisladora y del fin en s mismo. Respecto de lo primero, Kant

    establece la obligacin de reconocernos en los otros y reconocer en los otros esa capacidad de

    la voluntad de autodirigirse. Y en cuanto a lo segundo, la accin moral descansa sobre la

    dignidad en tanto representa lo incondicionado que posee el sujeto.

    24

    KERSTEIN, Samuel. Deriving the Formula of Universal Law. En BIRD, Graham. (Ed.) Companion to Kant. Malden (USA): Blackwell, pp. 308.

    25 GMS A52, AA IV, 421.

    26 Respecto de la capacidad del ser humano de obrar por representacin de leyes que constituye un

    hallazgo de gran magnitud de este proceso de fundamentacin kantiano, ver TIMMERMANN, Jens. (2007). op. cit., pp. 59 ss.

    27 GMS A52, AA IV, 420. Ver: STRATTON-LAKE, Philip. (1993). Formulating Categorical Imperatives.

    Kant-Studien, 84, 3, 317-340. 28

    GMS A76, AA IV, 434.

  • Esta dignidad29 se contrapone a cualquier intercambio o precio que se pueda tasar respecto

    de ella, por esa razn: lo que constituye la nica condicin bajo la cual puede algo ser fin en s

    mismo, no posee simplemente un valor relativo, o sea, un precio, sino un valor intrnseco: la

    dignidad.30

    Ni el mercado, ni los afectos, alcanzan la dignidad a efectos ticos, pues como queda dicho

    son valores relativos, cambiantes, negociables. A efectos de avanzar en la construccin de su

    concepto de moralidad Kant introduce una diferencia con la naturaleza y el arte, dejando

    perfectamente marcada la distancia con estas dos rbitas en tanto no pueden entrar a

    reemplazar humanidad y moralidad, pues estas se hallan ms all de los efectos, el provecho o

    la utilidad que de ellas se derive.

    A partir de lo anterior, Kant caracteriza la moralidad de la siguiente manera:

    Ahora bien, la moralidad es la nica condicin bajo la cual un ser racional

    puede ser fin en s mismo; porque slo a travs suyo es posible ser miembro

    legislador en el reino de los fines. As pues, la moralidad y la humanidad, en la

    medida en que sta es susceptible de aquella, es lo nico que posee dignidad.31

    Estamos entrando en uno de los momentos culminantes de la Fundamentacin pues el

    trayecto del concepto de moralidad nos da paso a la solucin de uno de los problemas centrales

    de la tica de Kant, a saber, cmo construir un estatuto para el ser humano que lo dejara

    distante de la naturaleza pero sometido a leyes. Esto se logra con un ser humano fin en s mismo

    y legislador en un posible reino de los fines.32 El teln de fondo de estas dos caractersticas del

    ser racional es la autonoma, esto quiere decir que con el entramado que forman las

    formulaciones del imperativo categrico quedan resueltos la concepcin antropolgica, el

    fundamento (concebido como incondicionado), el mvil de la accin, la ley (tanto por su fuente

    como por su carcter imperativo), y el vnculo con la moral comn, que Kant estaba buscando.

    Las frmulas del imperativo las concibe Kant como unidad, en tanto que cada una de ellas

    contiene a las otras y tambin porque partiendo de cualquiera de ellas se llega a las dems. Esta

    compleja estructura se puede ver ms claramente si reparamos en los componentes de las

    mximas: forma, materia y determinacin cabal, que no son otra cosas que universalidad

    predicada de la mxima como ley en analoga con la naturaleza, el fin en s mismo predicado del

    ser racional en virtud de su naturaleza, y la autolegislacin enmarcada en un posible reino de los

    fines asumido como reino de la naturaleza.33

    29

    DARWALL, Stephen. (2008). Kant on Respect, Dignity, and the Duty of Respect. En BETZLER, Monika. (Ed.). Kant's Ethics of Virtue. Berlin: De Gruyter, pp. 175 ss.

    30 GMS A77, AA IV, 435. Destacado en el texto.

    31 bid.

    32 GUYER, Paul. (2006). Kant. Oxon: Routledge, pp. 203. Aqu el autor hace una revisin de la

    relacin entre autonoma y reino de los fines. 33

    FLIKSCHUH, Katrin. (2009). Kants kingdom of ends: metaphysical, not political. En TIMMERMANN, Jens. (Ed.) Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A critical guide. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 119 ss.

  • Con este recorrido de los imperativos cierra el autor un importante ciclo al volver a su punto

    de partida: la buena voluntad. Esa buena voluntad que no puede ser mala34 tiene su propia

    formulacin del imperativo que se expresa as:

    Obra segn mximas que al mismo tiempo puedan tenerse a s mismas por

    objetos como leyes universales de la naturaleza.35

    De este trasegar por los imperativos slo nos quedara por enunciar uno que vincula, como

    queda dicho, a todos los dems y como es obvio insiste en que el nico fundamento de las

    mximas es el ser racional, y que en tanto que autolegislador hace posible un mundo inteligible

    (mundus intelligibilis),36 se trata de una variacin del imperativo del reino de los fines:

    Obra segn mximas de un miembro que legisla universalmente para un reino

    de los fines simplemente posible.37

    Y es en esta posibilidad de pensar mundos mejores en la que la utopa moral kantiana

    seguir aportando una esperanza para la conducta humana.

    Bibliografa

    KANT, Immanuel. (2005) Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres. Madrid: Alianza.

    __________________. (2005). Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres. Madrid:

    Tecnos.

    SEDGWICK, Sally. (2008). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. An Introduction.

    New York: Cambridge University Press.

    PATON, H.J. (1946). Categorical Imperative. A study in Kants Moral Philosophy. London:

    Hutchinsons University Library.

    ________________. (1948). The Moral Law. London: Hutchinsons University Library.

    TIMMERMANN, Jens. (2007). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A

    Commentary. Cambridge: Cambridge University Press.

    34

    GMS A81, AA IV, 437. 35

    GMS A81-82, AA IV, 437. 36

    GMS A83. AA IV, 438. 37

    GMS A84, AA IV, 439.

  • ________________ (Ed.) (2009). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A critical

    guide. Cambridge: Cambridge University Press.

    KERSTEIN, Samuel J. (2004). Kants Search for the Supreme Principle of Morality.

    Cambridge: Cambridge University Pres.

    __________________. (2006). Deriving the Formula of Universal Law. En BIRD, Graham.

    (Ed.) Companion to Kant. Malden (USA): Blackwell.

    DARWALL, Stephen. (2008). Kant on Respect, Dignity, and the Duty of Respect. En

    BETZLER, Monika. (Ed.). Kant's Ethics of Virtue. Berlin: De Gruyter.

    STRATTON-LAKE, Philip. (1993). Formulating Categorical Imperatives. Kant-Studien, 84, 3,

    317-340.

    GUYER, Paul. (2006). Kant. Oxon: Routledge.

    .

    FLIKSCHUH, Katrin. (2009). Kants kingdom of ends: metaphysical, not political. En

    TIMMERMANN, Jens. (Ed.) Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A critical guide.

    Cambridge: Cambridge University Press.

  • LAS LUCES Y SOMBRAS DEL HISTORICISMO. UN PENSAMIENTO CRTICO FRENTE A LA PROPUESTA POPPERIANA

    ANDRZEJ LUKOMSKI

    Licenciado en Filosofa de Papieska Akademia Teologiczna w Krakowie (Polonia). Doctor

    en Filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Magister en Teologa Wyzsze

    Seminarium Duchowne Ojcow Redemptorystow en Tu chow (Polonia). Docente Universidad

    Santo Tomas de Aquino. (Bogot, Colombia)

    RESUMEN

    Hay diferentes puentes entre filosofa y otras disciplinas cientficas. Me parece muy

    interesante explorar el Historicismo como un puente donde se unen diferentes saberes. Como

    visualizacin de esta tesis, quisiera presentar un encuentro imaginario entre Karl Popper y

    Edgar Morin. El Historicismo es algo que de alguna manera nos permite unir estos autores y

    analizar ciertos problemas que van ms all del alcance de una disciplina. En esta ponencia

    mediante un experimento mental queremos ver el Historicismo como una oportunidad del

    dialogo interdisciplinario entre un fsico con deseos de contribuir en la construccin de sociedad

    abierta y un socilogo. A ambos los une algn tipo de inters por el Historicismo. En el caso de

    Popper, vemos el deseo de superarlo y en el caso de Edgar Morin, el Historicismo proporciona

    elementos valiosos para una propuesta de construir un nuevo Sistema de Racionalidad que

    pueda superar el reduccionismo y transformar el conocimiento en un esfuerzo transdisciplinario.

    PALABRAS CLAVES.-

    Historicismo, transdisciplinariedad, complejidad, desarrollo social, sociedad abierta.

    ABSTRACT

    There are different bridges between Philosophy and other scientific disciplines. I think its

    very interesting to explore the Historicism as a bridge combining different knowledge as a display

    of this thesis. I would like to present an imaginary meeting

    between Karl Popper and Edgar Morin. The Historicism is something that allows us to join

    these authors and to analyze certain issues that go beyond the scope of a discipline. In this

    document through a thought experiment, I want to see the Historicism as an opportunity of the

    interdisciplinary dialogue between a physicist with desires to contribute in the construction of an

    opened society and a sociologist. To both some interest rate joins them for the Historicism. In

    the case of Popper, I can see the desire to overcome it and in the case of Edgar Morin, the

    Historicism provides valuable elements for a proposal to build a new System of Rationality that

    can overcome the reductionism and transforming knowledge into a transdisciplinary effort.

    KEY WORDS.-

    Historicism, transdisciplinarity, complexity, social development, open society.

    INTRODUCCION.

    No se si Popper y Morin tenan la oportunidad de encontrarse y cambiar sus puntos de vista

    personalmente sobre el historicismo. Independiente si este tipo de evento tena lugar realmente

    o no, Yo en esta ponencia quisiera construirlo de manera imaginaria . El historicismo es algo

  • que de alguna manera nos permite unir estos autores y analizar ciertos problemas que van ms

    all del alcance de una disciplina. Historicismo como dilogo interdisciplinario entre un fsico que

    en su recorrer intelectual encuentra en el saber filosfico la posibilidad de construir la sociedad

    abierta que puede desarrollarse desde conocimiento cientfico y un socilogo que desde sus

    amplios conocimientos sociales llega al pensamiento complejo donde el Historicismo sirve para

    dar elementos valiosos para su propuesta de construir un nuevo sistema de racionalidad que

    puede superar el reduccionismo y transformar el conocimiento en un esfuerzo transdisciplinario.

    Ahora propongo que miremos los puntos de vista de ambos autores

    I. Historicismo segn Popper

    Segn Popper:

    El Historicismo lo podemos encontrar en Platn, Herclito y Hesodo en la antigedad y en

    tiempos modernos en Hegel, Marx, Comte, John Stuart Mill, Popper(1984:199)

    Ideas historicistas parecen ser de origen oriental, la idea juda del pueblo elegido es una

    tpica idea historicista: la historia tiene una trama cuyo autor es Yahv y esta trama puede ser

    desentraada en parte por los profetas. Popper ( 1993: 406)

    Para Popper:

    El historicismo afirma que debemos estudiar la historia del grupo, sus tradiciones e

    instituciones, si queremos comprenderlo y explicarlo como es ahora y si queremos comprender

    y quiz prever su futuro desarrollo. Popper(1995:32)

    As pues a travs de historicismo lo que se quiere lograr es cierta comprensin intuitiva. En

    esta compresin intuitiva Popper distingue tres variantes:

    1. Un acontecimiento social es comprendido cuando se analiza en trminos de las

    fuerzas que hicieron que tuviese lugar, es decir, cuando son conocidos los grupos e individuos

    implicados, sus propsitos o intereses y el poder del que pueden disponer. Las acciones de los

    individuos o grupos se supone aqu que concuerdan con sus fines, es decir, que les ocasionan

    ventajas reales, o por lo menos ventajas imaginadas.

    El mtodo de la sociologa ser aqu el de una reconstruccin imaginaria de actividades ya

    racionales, ya irracionales, dirigida hacia fines determinados. Popper(1995:34-35)

    2. La segunda variante admite que este anlisis es necesario, sobre todo en cuanto se

    refiere a la comprensin de acciones individuales o actividades de grupo. Pero mantiene que es

    necesario algo ms para la comprensin de la vida social. Si queremos comprender el

    significado de un suceso social, una cierta accin poltica, no basta con comprender

    teleolgicamente cmo y porque ocurri. Por encima de esto debemos comprender su

    significado, la revelancia de su acaecimiento. Que quiere decir aqu por significado y

    relevancia. Desde el punto de vista que estoy describiendo como la segunda variante, la

    respuesta sera: un suceso social no slo ejerce ciertas influencias, no slo conduce, con el

    tiempo, a otros acontecimientos sino que tambin por el mero hecho de que haya llegado a

    existir cambia el valor situacional de una amplia serie de acontecimientos distintos.

    Crea una nueva situacin que pide una re-orientacin y una re-interpretacin de todos los

    objetos y de todas las acciones de ese determinado campo. Por tanto para analizar la vida

    social debemos ir ms all del mero anlisis de las causas de hecho y efectos de hecho, es

    decir de motivos, intereses reacciones causadas por acciones: hemos de entender que cada

    suceso juega un papel caracterstico dentro de la totalidad. El suceso gana relevancia cuanto

  • ms influye en la totalidad y por lo tanto, su relevancia est determinada en parte por la

    totalidad. Popper (1995:35-36)

    3. La tercera variante de la comprensin intuitiva va an ms lejos, al tiempo que admite

    todo lo mantenido por la primera y segunda variantes. Sostiene que para comprender el

    significado o la relevancia del acontecimiento social se necesita algo ms que un anlisis de

    su gnesis , efectos y valor situacional. Adems de este anlisis es necesario el de las

    tendencias y direcciones histricas, objetivas y subyacentes que prevalezcan en el perodo en

    cuestin, y el anlisis de la contribucin del acontecimiento en cuestin al proceso histrico

    por el cual estas tendencias se hacen manifiestas. (1995:36)

    El historicismo para Popper no se limita solo a ciertas comprensiones, aqu est tambin

    cierta propuesta de actuar por el desarrollo social.

    El Historicismo reconoce plenamente que nuestros deseos y pensamientos, nuestros

    sueos y razonamientos, nuestros miedos y nuestro saber, nuestros intereses y nuestras

    energas, son todos fuerzas en el desarrollo de la sociedad. Popper (1995:63)

    Sin embargo Popper apunta que el Historicismo predice que ni lo que uno suea ni lo

    que la razn construye ser nunca realizado segn se plane. Slo aquellos planes que

    encajan en la corriente principal de la historia puede ser eficaces. Slo son razonables

    aquellas actividades que concuerdan con los cambios inminentes y ayudan a que estos

    ocurran. . Popper (1995:63)

    Cuando una sociedad ha descubierto la ley natural que determina su propio movimiento

    , ni aun entonces puede saltarse las fases naturales de su evolucin ni hacerlas desaparecer

    del mundo de un plumazo. Pero esto s puede hacer: Puede acortar y disminuir los dolores del

    parto Karl Marx(Prefacio al El capital)

    El Historicismo: propone someternos a las leyes del desarrollo de la misma forma que nos

    tenemos que someter a la ley de gravedad.

    No se puede hacer una revolucin con xito, si la clase rectora no est debilitada por

    disensiones internas o por una derrota en la guerra. P.76

    Para Popper: La historia humana est decisivamente influida por el crecimiento del

    conocimiento, y dado tambin que no cabe anticipar hoy lo que sabremos maana, la

    pretensin de predecir el futuro carece de todo fundamento cientfico y pertenece al campo de

    la pura supersticin . (portada)

    Considero historicismo la reliquia de una antigua supersticin , aunque las personas que

    creen en l habitualmente estn convencidos de que es una teora muy nueva, progresista,

    revolucionaria y cientfica.(Popper Conjeturas y refutaciones, 1994:403)

    Frente a esta posicin de Popper podemos presentar ciertos apuntes de Morn

    Morin dice lo siguiente de Popper

    Qu es lo que hace que una teora sea cientfica, si no es su verdad? Aqu ha aportado

    Popper la idea capital que permite distinguir la teora cientfica de la doctrina (no cientfica): una

    teora es cientfica cuando acepta que su falsedad pueda ser demostrada eventualmente. Una

    doctrina, un dogma, por su parte, encuentra en s mismo su auto verificacin incesante (

    referencia al pensamiento sacralizado de los fundadores, certidumbre de que la tesis est

    definitivamente probada) El dogma es inatacable por la experiencia. La teora cientfica es

    biodegradable. Morin(1984: 39-40)

  • Desde aqu pienso que se ve el punto de vista que Popper tiene frente al Historicismo. Si el

    Historicismo cumple con las reglas de falsacin?

    No

    Si el historicismo es una teora cientfica

    No

    Aqu podemos parafrasear a Hume y decir que para Popper merece ir a la hoguera

    Para Morin

    Lo que Popper no vio es que su propia teora puede ser o bien cientfica (aceptando el

    juego de la contestacin y la refutacin , es decir aceptando su muerte eventual), o bien

    doctrina autosuficiente. , Morin(1984: 39-40)

    Este autor nota que:

    la ciencia no slo es una acumulacin de verdades. Siguiendo a Popper, digamos ms:

    es un campo siempre abierto donde se combaten no slo las teoras, sino tambin los

    principios de explicacin; es decir, las visiones del mundo y los postulados metafsicos.

    Pero este combate tiene y mantiene sus reglas del juego: el respeto a los datos, por una

    parte; la obediencia a criterios de coherencia, por la otra. Lo que conforma la superioridad de

    la ciencia sobre cualquier otra forma de conocimiento es la obediencia a esta regla del juego por

    parte de los debatientes- combatientes, que la aceptan sin equvoco. Morin(1984:41)

    Ms adelante podemos leer:

    .sera un burdo error pensar en una ciencia que estuviera limpia de toda ideologa y en

    la que no reinara ms que una sola visin del mundo o teora verdadera. De hecho, el

    conflicto de las ideologas, de los presupuestos metafsicos (conscientes o no), es una condicin

    sin qua non para la vitalidad de la ciencia. Aqu se opera al mismo tiempo una necesaria

    desmitificacin: el cientfico no es un hombre superior, desinteresado, en relacin a sus

    conciudadanos. Se dan las mismas pequeeces, la misma propensin al error. El fsico no

    es ms inteligente que el socilogo, que an no alcanza a hacer una ciencia de la sociologa.

    Morin(1984:41-42)

    Es necesario, pues, que toda ciencia investigue sus estructuras ideolgicas y de su

    enraizamiento sociocultural. Aqu nos damos cuenta de que nos falta una ciencia capital , la

    ciencia de las cosas del espritu o noologa , apta para concebir cmo y en qu condiciones

    culturales las ideas se renen, se disponen, se encadenan unas a otras, constituyen sistemas

    que se autorregulan, se autodefienden, se automultiplican, se autopropagan. Morin( 1984:42-

    43)Popper indudablemente hace grandes aportes en campo de comprensin teora cientfica,

    aqu Morin con todo respeto dice:

    En este estadio se situa la aportacin definitiva de Karl Popper. Segn l, una teora

    cientfica es cientfica, no porque haya probado su verdad, sino porque ofrece a los

    observadores o experimentadores la posibilidad de poder probar su falsedad. En oposicin a un

    dogma teolgico o religioso, o respecto a una simple y pura mitologa, una teora cientfica es

    una teora que permite ser contestada. No es inatacable por la experiencia el dogma es el

    inatacable) sino biodegradable. Dicho de otro modo, el conocimiento cientfico progresa por

    eliminacin de errores pero no por aumento de verdades. La visin que Popper de la evolucin

    de la ciencia se acerca cada vez ms a la de una seleccin natural de las teoras: las teoras

    que permanecen son aquellas que resisten a los asaltos, pruebas y contrapruebas. Morin

    1984:57

  • Sin embargo no podemos tambin olvidar los aportes que est dando Tomas Kuhn:

    Kuhn aporta otra idea no menos importante: nos muestra que la evolucin cientfica es

    una evolucin de la propia visin de las cosas o de lo real, es decir, que la ciencia se

    desarrolla por revoluciones paradigmticas. Los paradigmas son algunos principios que asocian

    o disocian las nociones fundamentales que rigen y controlan todo el discurso terico. Una

    pequesima modificacin de paradigma, como, por ejemplo, el paso del paradigma ptolemaico-

    en el cual el sol gira alrededor de la tierra- el paradigma galileano- que enuncia que la tierra gira

    alrededor del sol- lleva consigo , efectivamente , consecuencias considerables en la propia

    visin del mundo y del lugar de la humanidad en el seno del universo. Morn( 1984:57-58)

    Para Morin, Popper crtica el Historicismo en nombre de la sociedad abierta. Popper

    sospecha que atrs de Historicismo se esconden sistemas cerrados, tal fue el sistema feudal tal

    es el sistema capitalista .Pero si de verdad la sociedad abierta se puede identificar con sistema

    abierto autopoietico aqu me parece que la propuesta de Popper no va tan lejos.

    II. El Historicismo segn Morin

    Morin propone ver el historicismo desde pensamiento complejo

    Todos estos caracteres propios de la evolucin de la vida se encuentran, conforme a otras

    modalidades, otras complejidades, en la historia humana, particularmente la relacin entre

    evento y evolucin, y la relacin entre creacin y desorganizacin, incluso destruccin. Por ello

    era necesario todo este largo prembulo: nada hay ms importante que los fundamentos; y

    aqu, lo que es considerado como fundamento son las reglas sincrnicas y diacrnicas que

    gobiernan los sistemas autoorganizadores, de entre los cuales los sistemas noolgicos y

    sociolgicos humanos constituyen los casos ms evolucionados, ms complejos, ms

    refinados, y por tanto donde La dialctica sistema/ evento, generativo/fenomnico, deviene la

    ms sutil y la ms incierta , la ms errante errnea e inventiva a la vez. Morin(1984:190)

    ..los sistemas auto-organizadores aptos para evolucionar(especies viventes, sociedades

    humanas hasta el presente) evolucionan en el tiempo grande, el tiempo diacrnico de las

    desorganizaciones, rupturas, transformaciones , creaciones. El racionalismo mrbido consiste

    querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo, en eliminar la diacrona, en querer el mundo

    cerrado. Morn(1984:192

    La historia est actualmente muy prxima a la relacin sistema-evento. El primer

    momento decisivo fue aquel en que la historia anti-evencial, detectando las capas profundas de

    la historia descubri el sistema (Marc Bloch, Lucien Febvre, Le Roy Ladurie.Morn(1984:191)

    Para Morn Marx:

    vio con acierto que las crisis podan ser productivas y que las revoluciones locomotoras

    de la historia eran eventos sistmicos creadores. Morin(1984:191)

    Para Morn:

    Pero ser tarea de la sociologa elaborar una sistemologa de la sociedad. En lo sucesivo

    precisa descubrir el problema sistmico. Y adems, reiteramos aqu inters de una sociologa

    evenencial: por una parte, el evento revela algo del sistema al que afecta; por otra parte, nos

    introduce en el problema de su evolucin.Morin( 1984:191)

    ..Los sistemas auto-organizadores aptos para evolucionar(especies vivientes, sociedades

    humanas hasta el presente) evolucionan en el tiempo grande, el tiempo diacrnico de las

    desorganizaciones, rupturas, transformaciones , creaciones. El racionalismo mrbido consiste

  • querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo, en eliminar la diacrona , en querer el

    mundo cerrado. Morn(1984:192)

    Desde perspectiva de Morin el historicismo contiene elementos valiosos para desarrollar el

    pensamiento complejo pero no puede ser aceptado en su totalidad porque tiene ciertos

    elementos errneos. Por ejemplo

    El historicismo comete error por querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo quiere

    eliminar la diacrona y ver cambios estructurales como sistemas cerrados.

    . Un sistema no es solamente una constitucin de unidad a partir de la diversidad, sino

    tambin una constitucin de diversidad (interna)a partir de la unidad . Morn( 1984:199-200)

    Historicismo tal como como se propone desde versin de Marx contiene un elemento muy

    valioso para desarrollo de pensamiento complejo. Desde este historicismo como apunta Morn

    El todo es conflictivo. Todo sistema comporta fuerzas antagonsticas. Estos antagonismos,

    o bien son virtualizados o neutralizados, o bien constantemente controlados/reprimidos, o bien

    utilizados de forma constitutiva. A nivel de las sociedades humanas hay que comprender

    sistemticamente la idea de Montesquieu segn la cual los conflictos sociales han estado en

    origen no slo de la decadencia, sino tambin de la grandeza romana, y desde luego la idea de

    Marx que une la idea sociedad organizada en clase a la idea de antagonismos entre las

    clases. Morn( 1984:203)

    Si el historicismo tradicional propone una relacin binal Morin propone ver la historia y

    desarrollo de la sociedad humana como una triada:

    Finalmente, hay una relacin de triada individuo -sociedad -especie. Los individuos son el

    producto del proceso reproductor de la especie humana, pero este mismo proceso debe ser

    producido por dos individuos. Las interacciones entre individuos producen la sociedad y sta,

    que certifica el surgimiento de la cultura, tiene efecto retroactivo sobre los individuos por la

    misma cultura, tiene efecto retroactivo sobre los individuos por la misma cultura.

    No se puede absolutizar al individuo y hacer de l el fin supremo de este bucle; tampoco se

    lo puede a la sociedad o a la especie. A nivel antropolgico, la sociedad vive para el individuo, el

    cual vive para la sociedad; la sociedad y el individuo viven para la especie la cual vive para el

    individuo y la sociedad. Cada uno de estos trminos es a la vez medio y fin: son la cultura y la

    sociedad las que permiten la realizacin de los individuos y son las interacciones entre los

    individuos las que permiten la perpetuidad de la cultura y la auto-organizacin de la sociedad.

    Sinembargo, podemos considerar que la plenitud y la libre expresin de los individuos-sujetos

    constituyen nuestro propsito tico y poltico sin dejar de pensar tambin que ellos constituyen la

    finalidad misma de la triada individuo - sociedad - especie.

  • La complejidad humana no se comprendera separada de estos elementos que la

    constituyen : todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las

    autonomas individuales, de las participaciones comunitarias.

    La complejidad humana no se comprendera separada de estos elementos que la

    constituyen: todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las

    autonomas individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la

    especie humana. Morin(2001:56-57)

    Frente a la propuesta tradicional historicista Morn propone ver el desarrollo de la

    humanidad hacia la era planetaria

    Las ciencias contemporneas nos ensean que estaramos a unos quince mil millones de

    aos despus de una catstrofe inefable a partir de la cual se cre el cosmos, tal vez a unos

    cinco millones de aos despus de que hubiera comenzado la aventura de la hominizacin, la

    cual nos habra diferenciado de los otros antropoides, cien mil aos desde el surgimiento del

    homo sapiens, diez mil aos desde el nacimiento de las civilizaciones histricas y entramos a los

    inicios del tercer milenio de la era llamada cristiana.

    La historia humana comenz con una dispora planetaria sobre todos los continentes; luego

    entr, a partir de los tiempos modernos, en la era planetaria de la comunicacin entre los

    fragmentos de la dispora humana.

    La dispora de la humanidad no ha producido escisin gentica: pigmeos, negros, amarillos,

    indios, blancos, vienen de la misma especie, disponen de los mismos caracteres fundamentales

    de la humanidad. Pero ha producido una extraordinaria diversidad de lenguas, de culturas, de

    destinos, fuente de innovaciones y de creaciones en todos los campos. El tesoro de la

    humanidad est en su diversidad creadora, pero la fuente de su creatividad est en su unidad

    generadora.

    A finales del siglo XV europeo, la China de los Ming y la India Mogola son las civilizaciones

    ms importantes del Globo. El Islam, en Asia y en frica, es la religin ms extendida de la

    Tierra. El Imperio Otomano, que desde Asia se despleg por la Europa Oriental, aniquil a

    Bizancio y amenaz a Viena, se vuelve una gran potencia de Europa. El Imperio de los Incas y el

    Imperio Azteca reinan en las Amricas, Cuzco y Tenochtitln, exceden en poblacin a las

    monumentales y esplendorosas Madrid, Lisboa, Pars, Londres, capitales de jvenes y pequeas

    naciones del Oeste europeo.

    Sin embargo, a partir de 1492, son estas jvenes y pequeas naciones las que se lanzan a

    la conquista del Globo y a travs de la aventura, la guerra, la muerte suscitan la era planetaria

    que desde entonces comunica los cinco continentes para lo mejor y para lo peor. La dominacin

    del Occidente Europeo sobre el resto del mundo provoca catstrofes de civilizacin, en las

    Amricas especialmente, destrucciones culturales irremediables, esclavitudes terribles. Por esta

    razn, la era planetaria se abre y se desarrolla en y por la violencia, la destruccin, la esclavitud,

    la explotacin feroz de las Amricas y del frica. Los bacilos y los virus de Eurasia rodaron por

  • las Amricas, creando hecatombes, sembrando sarampin, herpes, gripe, tuberculosis, mientras

    que de Amrica el treponema de la sfilis rondaba de sexo en sexo hasta Shangai. Los Europeos

    implantan en sus tierras el maz, la papa, el frjol, el tomate, la yuca, la patata dulce, el cacao, el

    tabaco trados de Amrica. Ellos llevan a Amrica los corderos, bovinos, caballos, cereales,

    viedos, olivos y las plantas tropicales de arroz, ame, caf y caa de azcar.

    La planetarizacin se desarrolla por el aporte de la civilizacin europea a los continentes, sus

    armas, sus tcnicas, sus concepciones en todas sus factoras,

    Sus peajes y zonas de penetracin. La industria y la tcnica toman un vuelo que ninguna

    civilizacin haba conocido antes.

    El progreso econmico, el desarrollo de las comunicaciones, la inclusin de los continentes

    subyugados en el mercado mundial determinan formidables movimientos de poblacin que van a

    ampliar el crecimiento demogrfico generalizado. En la segunda mitad del siglo XIX, 21 millones

    de Europeos atravesaron el Atlntico hacia las dos Amricas. Tambin se produjeron flujos

    migratorios en Asia, donde los Chinos se instalan como comerciantes en Siam, en Java y en la

    Pennsula Malasia, se embarcan para California, Colombia-Britnica, Nueva Gales del Sur,

    Polinesia, mientras que los Hindes se asientan en Natal y en Africa Oriental.

    La planetarizacin engendra en el siglo XX dos guerras mundiales, dos crisis econmicas

    mundiales y, luego en 1989, la generalizacin de la economa liberal llamada mundializacin. La

    economa mundial es cada vez ms un todo interdependiente: cada una de sus partes se ha

    vuelto dependiente del todo y recprocamente el todo sufre perturbaciones y riesgos que afectan

    las partes. El planeta se ha encogido. Fueron necesarios tres aos a Magallanes para dar la

    vuelta al mundo por mar (1519-1522). Se necesitaron slo 80 das para que un intrpido viajero

    del siglo XIX, utilizando carreteras, ferrocarril y navegacin a vapor diera la vuelta a la tierra. A

    finales del siglo XX, el jet logra el bucle en 24 horas. Y ms an, todo se presenta de manera

    instantnea de un punto a otro del

    planeta por televisin, telfono, fax, Internet...

    El mundo se vuelve cada vez ms un todo. Cada parte del mundo hace cada vez ms partes

    del mundo, y el mundo como un todo est cada vez ms presente en cada una de sus partes.

    Esto se constata no solamente con las naciones y los pueblos sino con los individuos. As como

    cada punto de un holograma contiene la informacin del todo del cual forma parte, tambin

    ahora, cada individuo recibe o consume las informaciones y las substancias provenientes de

    todo el universo.

    El Europeo, por ejemplo, se levanta cada maana poniendo una emisora japonesa y recibe

    los acontecimientos del mundo: erupciones volcnicas, temblores de tierra, golpes de Estado,

    conferencias internacionales, le llegan mientras toma su t de Ceiln, India o China, a no ser que

    sea un moka de Etiopa o una arbica de Amrica Latina; se pone su pantaln y camisa hechos

    en algodn de Egipto o de la India; viste chaqueta y pantaln en lana de Australia, fabricada en

    Manchester o se pone una chaqueta de cuero trada de China con unos jeans estilo USA. Su

    reloj es suizo o japons. Sus gafas son de carey de tortuga ecuatorial. Puede encontrar en su

  • comida de invierno las fresas y cerezas de Argentina o Chile, las habichuelas frescas de

    Senegal, los aguacates o pias de frica, los melones de Guadalupe. Tiene botellas de ron de

    Martinica, de vodka rusa, tequila mejicana, whisky americano. Puede escuchar en su casa una

    sinfona alemana dirigida por un director coreano, a no ser que asista ante su pantalla de

    video a la Bohme con la Negra Brbara Hendricks en el papel de Mimi y el Espaol Plcido

    Domingo en el de Rodolfo.

    Mientras que el Europeo se encuentra en este circuito planetario de confort, un gran nmero

    de Africanos, Asiticos y Suramericanos se encuentran en un circuito planetario de miseria.

    Sufren en su vida cotidiana las consecuencias del mercado mundial que afecta las cotizaciones

    del cacao, el caf, el azcar, las materias primas, que produce su pas. Han sido sacados de sus

    pueblos por procesos mundializados venidos de Occidente, especialmente el progreso del

    monocultivo industrial; campesinos autosuficientes se convirtieron en sub-urbanos que buscan

    empleo; sus necesidades ahora se traducen en trminos monetarios.

    Aspiran a la vida del bienestar en el que los hacen soar la publicidad y las pelculas de

    Occidente. Utilizan la vajilla de aluminio o de plstico, beben cerveza o cocacola.

    Se acuestan en los restos de lminas de espuma de polietileno y llevan puestas camisetas

    impresas a la americana. Bailan msicas sincrticas donde sus ritmos tradicionales entran en

    una orquestacin procedente de Norteamrica. De esta manera, para lo mejor y para lo peor,

    cada humano rico o pobre, del Sur o del Norte, del Este o del Oeste lleva en s, sin saberlo, el

    planeta entero. La mundializacin es a la vez evidente, subconsciente, omnipresente.

    La mundializacin es realidad unificadora, pero hay que agregar inmediatamente que

    tambin es conflictiva en su esencia. La unificacin mundializante est cada vez ms

    acompaada por su propio negativo, suscitado por su contra efecto: la balcanizacin. El mundo

    cada vez ms se vuelve uno pero al mismo tiempo se divide. Paradjicamente es la misma era

    planetaria la que ha permitido y favorecido la parcelacin generalizada en Estados-nacin; en

    realidad, la demanda emancipadora de nacin est estimulada por un movimiento que recurre a

    la identidad ancestral y se efecta como reaccin al curso planetario de homogeneizacin

    civilizacional. Esta demanda se intensifica con la crisis generalizada del futuro.

    Los antagonismos entre naciones, entre religiones, entre laicismo y religin, entre

    modernidad y tradicin, entre democracia y dictadura, entre ricos y pobres, entre Oriente y

    Occidente, entre Norte y Sur se alimentan entre s; es all donde se mezclan los intereses

    estratgicos y econmicos antagnicos de las grandes potencias y de las multinacionales

    dedicadas a la obtencin de beneficios. Son todos estos antagonismos los que se encuentran en

    zonas de interferencias y de fractura, como la gran zona ssmica del Globo que parte de

    Armenia/Azerbadjian, atraviesa el Medio Oriente y llega hasta Sudan. Estas se exasperan all

    donde hay religiones y etnias mezcladas, fronteras arbitrarias entre Estados, exasperaciones por

    rivalidades y negaciones de toda clase, como en el Medio-Oriente.

    De esta misma manera, el siglo XX ha creado y a la vez parcelado un tejido planetario nico;

    sus fragmentos se han aislado, erizado y combatido entre s. Los Estados dominan la escena

  • mundial como titanes brutales y ebrios, poderosos e impotentes. Al mismo tiempo, el despliegue

    tcnico industrial sobre el Globo tiende a suprimir las diversidades humanas, tnicas y culturales.

    El desarrollo mismo ha

    creado ms problemas de los que ha resuelto y ha conducido a la crisis profunda de

    civilizacin que afecta las sociedades prsperas de Occidente.

    Concebido nicamente de manera tcnico-econmica, el desarrollo est en un punto

    insostenible incluyendo el desarrollo sostenible. Es necesaria una nocin ms rica y compleja del

    desarrollo, que sea no slo material sino tambin intelectual, afectiva, moral...

    El siglo XX no ha dejado la edad de hierro planetaria, se ha hundido en ella. El siglo XX fue

    de la alianza de dos barbaries: la primera viene desde fondo de la noche de los tiempos y trae

    consigo guerra, masacre, deportacin, fanatismo. La segunda, helada, annima viene del interior

    de una racionalizacin que no conoce ms que el clculo e ignora a los individuos, sus cuerpos

    , sus sentimientos, sus almas y multiplica las potencias de muerte y de esclavizacin tcnico-

    industriales. Para atravesar esta era brbara primero hay que reconocer su herencia. Esta

    herencia es doble, al mismo tiempo herencia de muerte y de nacimiento. Morin ( 2001:67-72)

    Desde la perspectiva de Morn:

    Nuestra civilizacin, nacida en Occidente, soltando sus amarras con el pasado, crea

    dirigirse hacia un futuro de progreso infinito que estaba movido por los progresos conjuntos

    de la ciencia, la razn, la historia , la economa , la democracia. Ya hemos aprendido con

    Hiroshima que la ciencia es ambivalente; hemos visto a la razn retroceder y al delirio stalinista

    tomar la mscara de la razn histrica; hemos visto que no haba leyes en la historia que

    guiaran irresistiblemente hacia un porvenir radiante; hemos visto que el triunfo de la

    democracia definitivamente no estaba asegurado en ninguna parte. Si la modernidad se

    define como fe incondicionada en el progreso, en la tcnica , en la ciencia , en el desarrollo

    econmico , entonces esta modernidad est muerta. Morin ( 2001:74)

    Comparto totalmente las siguientes tesis de Morin en las cuales afirma:

    La unin planetaria es la exigencia racional mnima de un mundo limitado e

    interdependiente. Tal unin necesita de un sentido de pertenencia mutuo que nos ligue a

    nuestra tierra considerada como primera y ltima Patria.Morin ( 2001:78)

    Estamos comprometidos con la humanidad planetaria y en la obra esencial de la vida que

    consiste en resistir a la muerte. Civilizar y solidarizar la Tierra; Transformar la especie humana

    en verdadera humanidad se vuelve el objetivo

    fundamental y global de toda educacin , aspirando no solo progreso sino a la

    supervivencia de la humanidad. Morin ( 2001:81)

    Este tipo de esperanzas estn en el historicismo y la influencia de esta posicin filosfica en

    Morin es eminente.

    A manera de conclusin

  • El Historicismo es un punto de encuentro de dos propuestas filosficas que representan

    Morn y Popper. La propuesta de Popper es el pensamiento crtico es

    ver el futuro de la humanidad en desarrollo cientfico. El pensamiento de Popper va en la

    direccin donde se acentua el papel del individuo. En mi opinin Popper sugiere que las

    libertades individuales tienen la mejor garanta en el sistema capitalista. La sociedad abierta y

    miseria de historicismo a mi sentir construyen defensa del mundo capitalista.

    Desde esta perspectiva el historicismo es rechazado porque no es una teora cientfica sino

    una doctrina ideolgica. Estoy totalmente de acuerdo con Morin cuando frente a las crticas de

    Popper encuentra las razones ideolgicas. Popper aqu no sale de antagonismo entre las clases

    sociales el simplemente se ubica por un lado de este antagonismo. Ahora Morin no est

    plenamente de acuerdo con propuestas que vienen desde historicismo sin embargo no los

    rechaza. En estas

    propuestas existen elementos valiosos. Entre estos elementos podemos ver la perspectiva

    de todo, los antagonismos como el dinamismo que rige el desarrollo de la sociedad. En mi

    opinin Morin conserva el optimismo en el hombre y su desarrollo como lo expresa el

    historicismo. Morin en su propuesta de sociedad planetaria usa el esquema tomado del

    historicismo. El historicismo no es algo que solo puede ser tomado en trminos de sombras. No

    es doctrina de hombres de caverna. En el historicismo podemos encontrar la luz de la esperanza

    en desarrollo de la humanidad, el triunfo de la vida . La fe en futuro de la humanidad podemos

    encontrar en elementos de la propuesta que viene desde historicismo esta es la posicin de

    Morn la cual personalmente comparto.

    El historicismo en mi opinin es un puente en la cual se constituyen los saberes

    interdisciplinarios con la preocupacin sobre el futuro. El futuro es por lado de la vida por lado de

    las mejores posibilidades de ser humano esta fe hace que historicismo es una luz en el mundo

    de pesimismo y civilizacin de la muerte que ofrece cada vez ms degenerado en individualismo

    el mundo capitalista al cual apuesta Popper.

    BIBLIOGRAFIA

    MORN. E. (2001) Los Siete Saberes Necesarios Para La Educacin Del Futuro. UNESCO.

    Cooperativa Editorial Magisterio. Bogot. Colombia

    MORN.E. (1984) Ciencia con Conciencia. Anthropos, Editorial del Hombre. Barcelona.

    Espaa.

    Popper. K (1994) Conjeturas y Refutaciones. Paidos. Barcelona. Espaa.

    Popper. K 1995) La Miseria del Historicismo. . Madrid. Espaa

    Popper K 1984) La Sociedad Abierta y sus Enemigos(edicin integra). Pados. Barcelona

  • WITTGENSTEIN EN SU CABAA DE 1914.

    UN MUNDO ENTRE LO LGICO Y LO ABSURDO

    Yebrail Castaeda Lozano

    Licenciado en Filosofa y Letras

    Universidad de La Salle. Magster en Educacin de la Universidad Javeriana.

    Docente de la Universidad de La Salle . Perteneciente al grupo de Educacin Ciudadana, tica y Poltica

    [email protected]

    .

    Resumen Wittgenstein declina sus estudios de ingeniera mecnica cuando Russell valor

    positivamente un texto de lgica suyo. Se traslada a Cambridge para estudiar filosofa, lgica y matemtica. En la Universidad de la ciudad conoce personalidades de la talla de Frege, Moore, Keynes, Whitehead, Hardy entre otros. En los aos de 1911 a 1914 antes de ir a la guerra, tena un doble tormento: resolver los problemas de la lgica filosfica y comprender sus problemas hiperlgicos existenciales. El observa que el ambiente intelectual en el que se mova contrastaba significativamente con el ambiente agitado de Cambridge. Esto lo oblig a retirarse al fiordo de Skjolden para pensar en sus problemas que ms le acosaban.

    El propsito de esta reflexin est en determinar los problemas lgicos e hiperlgicos que trabaj en Noruega. Su intencin de construir una cabaa que nunca utiliz.Se transforma en el smbolo de su centro intelectual, que elucid los problemas lgicos de la Teora de los Tipos, la bipolaridad de lo verdadero y lo falso y la nocin de tautologa. Paralelamente, a estas cuestiones reflexionaba los problemas hiperlgicos del suicidio, la muerte y dios. Temticas que erigieron el universo del Tractatus de la decibilidad y del silencio.

    Palabras Claves. Lgica, Hiperlgica y Absurdo Abstract Wittgenstein declines studying mechanical engineering and nautical when Russell welcomed

    logic text. He moved to Cambridge to study philosophy, logic and mathematics. The University of the City known personalities like Frege, Moore, Keynes, Whitehead, Hardy and others. In the years of 1911-1914 before going to war, had a double torment solve the problems of philosophical logic and understand their problems hiperlgicos - existential. He notes that the intellectual environment in which he moved contrasted significantly with the Cambridge-paced environment. This forced him to withdraw the Firth of Skjolden to think about their problems that beset him.

    The purpose of this reflection is to determine the logical problems and hiperlgicos who worked in Norway. His intention was to build a hut he never used. However, it is the symbol of its intellectual center, which elucidated the logical problems of the Theory of Types, bipolarity of the true and the false, and the notion of tautology. In parallel, these issues reflected hiperlgicos problems of suicide, death and God. Subjects who erected the Tractatus universe of decidability left in silence.

  • Keywords Logic, Hiperlogic and absurd. INTRODUCCIN Wittgenstein senta que la ciudad de Cambridge lo distraa de forma considerable para sus

    propsitos acadmicos. Por ello pretendi construir una cabaa en Skjolden Noruega, para dedicarse a pensar los problemas lgicos que le interesaba. Pero su exilio tambin tena el propsito de contemplar los problemas que le atormentaban sobre el suicidio, la muerte y dios.

    El centro de su decisin la construccin de la cabaa y su proyecto de vivir por dos aos en ella, se desvaneci cuando se fue como soldado voluntario para la guerra; su idea era morir en combate que contrastaba significativamente en seguir trabajando los problemas de lgica como se consignaba en su diario filosfico.

    En su instancia en Noruega pensaba los problemas de la lgica filosfica pero paralelamente surgan los problemas de la hiperlgica existencial. Esta bifurcacin la asevera ms tarde Wittgenstein a Von Ficker cuando pretende describir su obra del Tractatus: -mi obra se componen de dos partes, de lo que aparece en ella y aquello que no he escrito. Esta ltima es la parte importante-.En esta glosa demarca aquello que tiene sentido (lgico) con respecto a lo que no tiene sentido (ilgico). Precisando esta es la parte ms importante.

    El desarrollo metodolgico trata de realizar una retrospectiva a esta frase, recabando la informacin del perodo que estuvo en el fiordo de Noruega. Segn la correspondencia con Russell y el diario de Pinsent, se instal en Skjolden Noruega, a principios del mes de septiembre de 1913 hasta el mes de agosto de 1914, momento que se va para la guerra.

    El desarrollo del texto tiene dos partes: los antecedentes de 1914 y la instancia de Wittgenstein en Skjolden. La pesquisa para este trabajo se acudieron a dos fuentes: el diario de Pinsent y la correspondencia de Wittgenstein con Russell y Moore. Junto los documentos de las Notas de Lgicas de 1913 y las Notas dictadas a Moore en 1914.

    1. ANTECEDENTES DE 1914.

    Wittgenstein en 1914 tena 25 aos. Los logros hasta ese momento fueron el ingreso y finalizacin de los estudios de Ingeniera Mecnica en la TechnischeHochschule de Charlottenburg de Berln. (1906-1908). Contina sus estudios en aeronutica en la Universidad de Manchester y ah se interesa por las matemticas puras. (1908-1910). Disea y construye un motor de avin a propulsin a chorro. (1910). Wittgenstein abandona su diseo del motor, para concentrarse en el diseo de las hlices, en el que logra patentarlo. Obtiene una beca de investigacin para el perodo de 1910-1911.

    Wittgenstein mientras trabajaba en sus proyectos de ingeniera; paralelamente se preocupaba por las matemticas puras (le obsesion los Principia Mathemtica e intenta solucionar las paradojas propuestas por Russell y los Grundgesetze der Aritmetik de Frege. 1909). En 1911 traza los esquemas de un libro de filosofa, pero lo abandona por Frege, quien le sugiere estudiar con Russell, en el Trinity College de Cambridge. Los dilogos permanentes entre Wittgenstein y Russell se centran sobre lgica matemtica. En estas conversaciones emerge el cuestionamiento de Wittgenstein si tiene capacidad para la filosofa.

    En 1912 Wittgenstein abandona la ingeniera tras un positivo manuscrito valorado por Russell. Su admisin como estudiante le permiti conocer a Moore, Pinsent (amigo), James y Keynes. En este ao viaja a Viena, Islandia y nuevamente Cambridge con Pinsent. Participa fugazmente en los debates ticos en la Sociedad de Apstoles Herticos38. En 1913 muere su

    38

    En las estancias de Trinity en Cambridge, las tardes dominicales se apiaban pensadores, a debatir los problemas ticos y morales que rondaban en su momento. Sus miembros se llamaban apstoles herticos. Esta sociedad hertica fue fundada en 1912 con el

  • padre y surge sus primeras opiniones de filosofa en el texto de lgica TheScience of Logic- de PeterCoffey39 para la Cambridge Review. El trabajo sobre lgica que realiza en este ao aunque le satisface no tiene la suficiente seguridad para publicarlo.

    A finales de 1913 en las vacaciones en Noruega,Wittgenstein le confi a Pinsent en la ciudad de Oslo, un extrao presentimiento. Tena que escribir las Notas sobre Lgica antes que le sorprendiera la muerte. Wittgenstein llega a Cambridge escribe las Notas Lgicas, las discute con Bertrand Russell, mientras que Philip Jourdain toma dichas notas taquigrficamente para luego tipearlas a mquina.

    Las tensiones lgicas e hiperlgicas, enferman a Wittgenstein, en septiembre de 1913 anuncia su exilio a Noruega. Lo afirma Pinsent con el siguiente escrito:l debera vivir completamente slo y retiradoy no hacer sino su trabajo en Lgicatrabajar ms y mejor que en Cambridge, donde, dice, estar expuesto a la interrupcin y a las distracciones(Von Wright; 2004, p. 125)40. Pretende pernotar all los prximos dos aos. Pero se interrumpi el 7 de agosto para alistarse como soldado voluntario en la Primera Guerra Mundial.

    2. LA ESTANCIA DE WITTGENSTEIN EN SKJOLDEN. 1914

    La situacin tensa de los problemas lgicos e hiperlgicos de Wittgenstein entre 1912 a 1914 se pueden reflexionar en tres apartados: el primero es la fundamentacin de la lgica y su reflexin sobre el suicidio. El segundo es la Teora de los Tipos y su encrucijada con la muerte. El ltimo la indefinibilidad tautolgica y la cuestin de dios.

    2.1 El Diario de Pinsent y las cartas de Wittgenstein con Russell y Moore. 2.1.1 La Fundamentacin Lgica y el Suicidio.

    Wittgenstein tena una fuerte preocupacin por el suicidio y un miedo a la locura. Esta intranquilidad le profundizaba considerablemente su salud mental. Pinsent aseveraba: que durante nueve aos, hasta la ltima navidad, padeci una terrorfica soledad (mental); que pensaba, entonces, continuamente en el suicidio,.(Von Wright; 2004, p. 32-33)41 . En las conversaciones que sostena Wittgenstein con Pinsent, gustaba de ensearle de lgica simblica y de lgica matemtica. Manifestndose como un buen profesor. me explic la definicin de Russell de nmero, etc. Y el uso de su simbolismo lgico extremadamente interesante. Wittgenstein es un muy buen profesor.(Von Wright; 2004, p. 46)42.

    La enseanza de la lgica simblica y matemtica junto con sus reflexiones sobre la locura y el suicidio. Wittgenstein manifiesta una personalidad diferente y novedosa con un cierto carisma mstico. Pinsent afirma finalizadas las vacaciones de mitad de ao de 1912: Deja, incluso una impresin mstica en m:consiste en sensaciones nuevas nuevos ambientes- y adems, sean lo que sean con tal de que sean nuevos. (Von Wright; 2004, p. 69)43. Sin embargo esta marca

    Cambridge Magazine por Ramsey. La sociedad: semisecreta y antiguo club de discusin de Cambridge, tambin llamado los apstoles. Russell, Moore y Keynes fueron miembros de la sociedad. En 1912, Russell haba propuesto el ingreso de Wittgenstein. Un relato de las actividades de la sociedad en los aos anteriores a la Primera Guerra Mundial se hallar en Russell, Autobiography, I, p. 68-70. (Wittgenstein II; 2009, p. 431).

    39P. Coffey, TheScience of Logic(la Ciencia de la Lgica) London: Longmans, Green &

    co., 1912. Wittgenstein publica su crtica en la Cambridge Review, No 34, el 6 de Marzo de 1913, p. 351. Su veredicto es cido: -lo peor de un libro como ste es que retrae a la gente sensata de estudiar Lgica-. (Hendrik von Wright; 2004. p. 81).

    40 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 24 de Septiembre de 1913.

    41 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 30 de Mayo de 1912.

    42 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 14 de septiembre de 1912.

    43 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 5 de Octubre de 1912.

  • mstica contrasta significativamente con las fuertes discusiones con sus ms grandes amigos: Russell y Moore.

    En los primeros meses de 1913, la discusin de Wittgenstein con Russell, trat sobre la cuestin de la -fundamentacin de la lgica-. El mostr sus ltimos descubrimientos en la fundamentacin de la lgicaRussell asenta lo que l deca sin un murmullo.(Von Wright; 2004, p. 80)44. El debate entre Wittgenstein y Moore se present en el mes de marzo del mismo ao. El tema era sobre la -Teora de los Tipos de Russell-. Esta discusin coincidi con la confrontacin de Moore con Scott, quien critic el texto de las -Principia Ethica-45. Moore de forma jocosa e irnica lo despach con la siguiente actitud: El mismo Moore estaba all y fue despus muy gracioso: admiti que todo el libro estaba equivocado, pero no por las razones dadas por Scott:.(Von Wright; 2004, p. 84)46.

    2.1.2 La teora de los tipos y la encrucijada con la muerte.

    En el diario de Pinsent se afirma continuamente los sorprendentes descubrimientos de Wittgenstein en la materia de la lgica. Cules fueron estos descubrimientos lgicos? La respuesta estriba en los conceptos fundamentales de la lgica. Este proyecto busca definir por un lado la filosofa de la lgica. la cenagosa confusin de la Filosofa est cristalizando por fin en una slida teora de Lgica- 47 . Pero por otro lado, la relacin y la distancia, como posibilidades del conocimiento, de la filosofa y la metafsica. La nica parte de la filosofa sobre la que hay alguna posibilidad de conocer algo, la metafsica, que est impedida por la total carencia de datos.(Von Wright; 2004, p. 98)48.

    Las reflexiones de Wittgenstein sobre las diferenciaciones finas entre la filosofa, la lgica y la metafsica; producen gran entusiasmo en Cambridge sobre todo en Russell y Whitehead. Estos anlisis se encuentran desarrollados en las Notas sobre Lgica-.(Von Wright; 2004, p. 100)49. La reflexin y la explicacin de los anteriores temas y especialmente la teora de los tipos, le producan a Wittgenstein una profunda crisis neurtica que lo llevaba a pensar en el suicidio. Se halla realmente en un horrible estado neurtico: esta noche se culp a s mismo de una espantosa manera y expresIncluso a veces habla de haber considerado el suicidio.(Von Wright; 2004, p. 109)50.

    Esta crisis registrada por el diario de Pinsent el 4 de septiembre de 1913, la confirma una misiva de Wittgenstein enviada a Russell el 5 de septiembre de 2013. En ese momento segua en el trabajo de la teora de los tipos en relacin con la bipolaridad. Querido Russell: Heme aqu sentado en un pequeo lugar de un hermoso fiordo, pensando en la maldita teora de los tipospienso que esto no afecta la cuestin de la bipolaridad, que an me parece absolutamente intangible.(Wittgenstein II; 2009, p. 332)51. La inteligibilidad, la comprensibilidad y la comunicabilidad de la teora de los tipos lo deprimen profundamente asegura Pinsent.

    44

    Extracto del Diario de Pinsent escrito el 4 de Febrero de 1913. 45

    Sir W L. Scott (1892-1951), asisti a Clare College entre 1910-1913, funcionario estatal. G. E. Moore (1873-1958) fue profesor universitario de ciencias morales (1911-1925). Fue el apstol ms influyente de su poca, y asimismo, miembro activo de la Trinity SundaySociety (Sociedad Dominical del Trinity), a la que haba pertenecido desde 1895. Su Principia Ethica fue publicado en 1903. (Hendrik von Wright; 2004. p. 83).

    46 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 2 de Marzo de 1913.

    47 Realmente la lgica es toda la Filosofa. Todo lo dems que es, libremente, as llamado

    es o metafsica que ser perdida, no habiendo datos- o ciencia natural, por ejemplo la psicologa. (Hendrik von Wright; 2004. p. 98).

    48 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 25 de Agosto de 1913.

    49 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 29 de Agosto de 1913.

    50 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 4 de Septiembre de 1913.

    51 Extracto de la Misiva enviada por Wittgenstein a Russell, el 5 de septiembre de 1913.

    Hotel Oistenjo, Noruega.

  • Siempre est diciendo de que est seguro de que morir en cuatro aos. (Von Wright; 2004, p. 119)52.

    Esta afirmacin de Pinsent, la valida el mismo Wittgenstein en una misiva a Russell, enviada el 20 de septiembre de 1913. En este momento no tena resuelto el problema de la teora de los tipos, surgindole a su vez la angustia que morira muy pronto, sin lograr elucidar este problema lgico. Querido Russell: crece en m da a da el sentimiento de que morir antes de poder publi