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MESA 1. FILOSOFA, MEMORIA Y MUNDOS POSIBLES
1. La construccin del imperativo categrico como utopa de la dignidad humana: el Kant de la
Fundamentacin de la metafsica de las costumbres. Javier Gacharn
2. Las luces y sombras del Historicismo. Un pensamiento crtico frente a la propuesta
popperiana. Andrzej Lukomski
3. Wittgenstein en su cabaa de 1914. Un mundo entre lo lgico y lo absurdo. Yebrail
Castaeda Lozano
4. Epistemologa moral de las vctimas de crmenes. Lus Eugenio Ribn Prez
5. Resistencia y memoria: dignificando a las vctimas. Lida Esperanza Villa
6. La memoria no es una caja. Juan Carlos Rincn Acua
7. Michel Onfray :Del vitalismo y otras razones para develar la verdad. Mildred Lesmes
8. Los filsofos, la violencia, la sociedad colombiana, y la apuesta por una filosofa desde el
punto de vista de las vctimas. Leonardo D. Arias C
9. tica de la memoria. Nstor David Restrepo Bonnett
10. Exilio y memoria en Mara Zambrano: de la razn armada a la razn potica. Mara I.
Elizalde Frez
11. La naturalizacin de la consciencia. Rodrguez Vergara Hugo Mauricio
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LA CONSTRUCCIN DEL IMPERATIVO CATEGRICO COMO UTOPA DE LA DIGNIDAD HUMANA: EL KANT DE LA FUNDAMENTACIN DE LA METAFSICA DE LAS COSTUMBRES.
Javier Gacharn Muoz
Estudios en administracin pblica y ciencia poltica
Estudios en filosofa
Doctorando en filosofa
Universidad de Barcelona
Resumen
En la Fundamentacin Kant plantea un enlace entre moralidad, autonoma y dignidad, que
sintetiza un entramado conceptual y una fuerza utpica que queremos poner de relieve.
Recorreremos el camino que conduce al principio supremo de la moralidad y su despliegue en el
imperativo categrico, con el propsito de ubicar all a la dignidad en tanto punto de partida y
finalidad ltima de la utopa tica que Kant construye en esta versin de su tica. La pregunta
que nos acompaa en este intento es: Qu sentido tiene recurrir a la utopia moral kantiana
presentada de la Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres, en la que asistimos a una
de las cumbres de la subjetividad del pensamiento moderno, en un momento de la filosofa y del
mundo en el cual se asume que la subjetividad est superada?
Palabras clave: Kant, tica, utopa, dignidad, moralidad.
Abstract
In the Groundwork Kant proposes a link between morality, autonomy and dignity, which
synthesizes a conceptual framework and utopian force that we want to highlight. Tour the path
leading to the supreme principle of morality and its deployment in the categorical imperative in
order to locate there to dignity as a starting point and ultimate goal of utopia that Kant ethics built
on this version of his ethics. The question with us in this endeavor is: What sense does it resort to
Kantian moral utopia presented in the Groundwork of the Metaphysics of Morals, in which we
witness to one of the summits of the subjectivity of modern thought, in a moment of philosophy
and the world in which it is assumed that subjectivity is overcome?
Keywords: Kant, Ethics, Utopia, Dignity, Morality.
Introduccin
Como nos convoca aqu la posibilidad de pensar en mundos posibles intentaremos ir de la
mano del Kant de la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres y al mismo tiempo que
revisaremos su forma de cimentacin filosfica, buscaremos la esperanza, la utopa de la
moralidad.
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Esa aspiracin kantiana tiene varias versiones en su filosofa moral (dejando de lado su
filosofa poltica que contiene entre otros aspectos un proyecto de Paz perpetua vinculado con su
filosofa de la historia) incluso podramos afirmar que tal bsqueda caracteriza o por lo menos
puede ser una clave de lectura de sus diferentes desarrollos ticos. En la versin tica de la
primera Crtica aparece la esperanza en el planteamiento mismo de su programa filosfico
especficamente en la tercera pregunta Qu puedo esperar? y fuertemente vinculada a los
asuntos ticos al ampliarla y vincularla con la segunda: Qu puedo esperar si hago lo que
debo? En la segunda Crtica la utopa moral tiene un doble camino. De una parte, la Analtica
que construye la deduccin de la ley moral en analoga clara con la Fundamentacin, y de otra,
la Dialctica que convierte la esperanza en fe racional por medio de los postulados. Sea el
momento de aclarar que esta utopa moral kantiana tiene dos momentos que hay que diferencia
a fin de no imputarle al autor errneamente contradicciones. Un primer momento fundante tal
como el de la Analtica de la Crtica de la razn prctica y la Fundamentacin, y un segundo
momento en el que se aspira a la realizacin plena de la moral.
En las distintas variaciones sobre el tema el elemento principal de la utopa kantiana es una
moral centrada en el ser humano racional y ese factor es el que queremos mostrar en la
Fundamentacin. En esta obra recorreremos con el autor el camino que conduce al objetivo de la
misma: la bsqueda y determinacin del principio supremo de la moralidad, y luego rastrearemos
en las diferentes formulaciones del imperativo categrico la dignidad humana como utopa.
La pregunta que nos acompaa es este intento es: Qu sentido tiene recurrir a la utopia
moral kantiana presentada de la Fundamentacin de la Metafsica de las costumbres en la que
asistimos a una de las cumbres de la subjetividad del pensamiento moderno en un momento de
la filosofa y del mundo en el cual se asume que la subjetividad est superada?
Los problemas de la Fundamentacin
En la Fundamentacin Kant plantea un enlace entre moralidad, autonoma y dignidad, que
sintetiza el entramado conceptual y la fuerza utpica que queremos destacar. Tenemos aqu un
tringulo densamente construido. La dignidad, como atributo humano por excelencia es aquello
que en el reino de los fines tiene un valor en s mismo y por tanto se aleja de la relatividad de
aquello de poseer un precio. Por su parte la autonoma aparece como el fundamento de la
dignidad de toda naturaleza humana sin la cual no es posible que el humano se autolegisle. Y sin
estas dos la moralidad no es viable, en tanto esta es la nica legislacin en la cual es posible el
reino de los fines. La dignidad aparece aqu tanto como punto de partida como finalidad ltima de
la utopa tica que Kant construye en la Fundamentacin. En este punto marcamos una primera
diferencia con las utopas morales de la primera Crtica y de la segunda en las cuales el papel
del fin ltimo no reposa el proceso de fundamentacin moral sino en la fe racional.
La tensin utpica que Kant pone en juego en este recorrido radica en la idealidad de la
propuesta: la razn libre de las restricciones que le impone la experiencia en su uso especulativo
construye un escenario ideal en el cual la voluntad pueda iniciar una accin desde el fuero
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interno y al mismo tiempo asume tal capacidad en todos los dems seres humanos, lo cual
permitira avanzar hacia la utopa de la dignidad. Aspiramos a mostrar ese mundo utpico, este
mundo inteligible de la tica kantiana de la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres.
La Fundamentacin representa el despliegue de la tica kantiana en su versin ms
conocida. En el prlogo de esta obra el autor hace una descripcin de la clsica divisin entre las
ciencias: fsica, lgica y tica, y luego las clasifica en formal (lgica) y material (fsica y tica) y
finalmente destaca que las dos ltimas tienen una parte emprica y una a priori. 1 Esta
caracterizacin le interesa de manera especial, en la medida en que le permitir presentar su
propuesta tica necesariamente liberada de cualquier elemento emprico. Sin embargo, esto no
quiere decir que nuestro autor est renunciando a que su propuesta tica tenga un horizonte de
realizacin pues a afirma que la filosofa moral tiene que determinar con sus leyes la voluntad
humana.
El marco programtico en el cual se mover Kant es el siguiente. La filosofa se divide en
emprica y pura, cuando sta ltima es formal recibe el nombre de lgica y si se ocupa de
determinados objetos se llama metafsica. De esta manera, tendramos una metafsica de la
naturaleza y una metafsica de las costumbres, la parte emprica de esta ltima recibe el nombre
de antropologa prctica pero, aclara el autor, solamente podemos llamar moral en sentido
estricto a la parte racional de una metafsica de las costumbres.2 Y es precisamente a este ltimo
aspecto al que se dedica este tratado.
El principio sobre el que descansa este opsculo es que lo moralmente bueno es aquello
que ocurre no solamente conforme a la ley, sino que ha de suceder por mor de la misma. Este
principio revela la profunda confianza que Kant deposita en la formalidad de su propuesta, en la
razn prctica y en el deber.
El objetivo que persigue este escrito, a saber, la bsqueda y establecimiento del principio
supremo de la moralidad. Asimismo, el autor menciona brevemente el mtodo que ha utilizado:
el camino se inicia analticamente en el conocimiento popular hasta llegar al propsito planteado,
es decir, hasta el principio supremo de la moralidad, y luego sintticamente revisa el principio y
vuelve a su punto de partida en donde encuentra su uso.
Cul es el sentido de una fundamentacin de la metafsica de las costumbres?
Como ya queda dicho, el asunto del que se ocupa la Fundamentacin es la bsqueda y
establecimiento del principio supremo de la moralidad...3. Se trata de dilucidar, en el nivel ms
alto de abstraccin, el soporte a priori sobre el que podamos apoyar nuestras acciones. Dicho de
otra manera, el objetivo es mostrar las bases a priori de una tica que tiene la pretensin, y no
puede ser de otra manera en nuestro autor, de ser universal y necesaria. Si lo planteamos por
1 GMS A III, AA IV, 387.
2 Ibid.
3 GMS A XV, AA IV, 392.
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va negativa, el propsito es establecer el fundamento de la tica completamente depurado de
contenido emprico y de todo fundamento teolgico.4
La Fundamentacin es el primer tratado sistemtico de nuestro autor sobre asuntos ticos y
en l despliega los rasgos centrales de su propuesta tica, por lo menos en lo que concierne a
los puntos de apoyo sobre los que descansa. En este tratado el autor hace un despliegue
conceptual limitado por la crtica, es decir, piensa al ser humano como poseedor de una voluntad
rectora de la conducta. As, hablando de la razn como gestora de la voluntad, Kant le asigna a
esta ltima la tarea de constituir el bien supremo5 y adems ser la condicin para todos los
dems bienes.
Aclaremos cul es el nivel filosfico de la Fundamentacin. En primer lugar, y por va
negativa, que este no es un escrito de tica aplicada6 pero s que es un tratado filosfico con
claras aspiraciones a la concrecin. No es una disertacin de tica aplicada en la medida en que
estamos en el nivel ms alto de abstraccin, ms elevado, ms depurado de la razn humana.
Por va positiva, este opsculo se ocupa de encontrar el punto de apoyo ltimo para la conducta
de seres racionales, es decir, intenta construir el entramado metafsico para la accin humana
que, partiendo de una antropologa racional, busca que el actuar del ser humano est regido por
leyes universales y necesarias.
De otra parte, encontramos el vnculo entre Fundamentacin, Crtica de la razn prctica y
Metafsica de las costumbres, relacin que nos ayuda a establecer el nivel filosfico de la
Fundamentacin y su lugar en el entramado de la teora tica kantiana. As, estos tres tratados
forman lo que podramos llamar la pirmide tica kantiana que tendra en su cspide a la
Fundamentacin, en el piso intermedio habra dos compartimentos, uno ocupado por la Analtica
de la KpV y otro en el que estaran la Dialctica de la KpV y el Canon de la KrV y en la base a la
Metafsica de las costumbres. Tres momentos del pensamiento tico kantiano que se suceden y
que tienen la aspiracin de constituir la arquitectnica moral del autor. Kant hace dos
acotaciones sobre esta relacin en el prlogo de la Fundamentacin: por una parte, que la
Fundamentacin es un anticipo con relacin a la Metafsica de las costumbres, y que la nica
fundamentacin para tal metafsica es una crtica de la razn pura prctica,7 y de otra, que la
Fundamentacin, en virtud de su propsito, es una ocupacin que tiene sentido por s sola e
independientemente de cualquier otra investigacin tica.8
4 SEDGWICK, Sally. (2008). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. An Introduction. New
York: Cambridge University Press, pp. 11 ss. 5 GMS A7, AA IV, 396.
6 SEDGWICK, S. op. cit. pp. 4.
7 GMS A XIII, AA IV, 391.
8 GMS A XV, AA IV, 392.
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La bsqueda del principio supremo de la moralidad
El principio de la moralidad es ante todo para Kant, desde el punto de vista del mtodo,9
aquel obtenido sin injerencia de la experiencia y cuidando de que ni la ms mnima parte
provenga de cualquier otro lugar que no sea la razn pura.
Segn Paton, un principio es una proposicin universal que sirve de base a otras
proposiciones.10 Cuando Kant habla de principios se est refiriendo a proposiciones que sirven
de punto de partida a un conjunto argumental que se desarrolla a partir del mismo. De esta
manera, el comentarista plantea que un principio, en sentido estricto, no debera tener una razn
superior y as contina dicindonos aparece un principio supremo, que sera como la frontera
que ha sido justificada en un proceso metafsico, como el que lleva a cabo Kant en la
Fundamentacin. Y, siguiendo con Paton, Principio debera estar restringido a principios ltimos
tales como el de no contradiccin, es decir, principio son aquellos puntos de partida inamovibles
que permiten construir una estructura argumental slida sobre ellos y cuya remocin implicara
desmantelar disciplinas bsicas, para Kant, como la lgica.
Destaquemos algunos aspectos del principio supremo de la moralidad como son la
universalidad, la racionalidad, su carcter no religioso y no experiencial, y su vnculo con la
libertad.
El principio supremo de la moralidad es universal 11 de manera intrnseca en tanto que
conjuga las dimensiones objetiva y subjetiva, la lucha con las inclinaciones y su aspiracin a la
realizacin. La complementariedad entre lo subjetivo y lo objetivo la expresa Kant en las cotas
mismas del principio analizado, ya que al establecerlo nos indica que es objetivo en tanto
universal, resulta apremiante para la voluntad y al mismo tiempo esa voluntad no puede estar
constreida en trminos prcticos ms que por principios que procedan de ella y sean vlidos
9 Al respecto se puede revisar el clsico anlisis de Paton, PATON, H.J. (1946). Categorical
Imperative. A study in Kants Moral Philosophy. London: Hutchinsons University Library, pp. 19 31. Este comentarista hace nfasis en la importancia de entender el mtodo de Kant y sus variaciones. Del mismo autor tenemos su comentario detallado sobre la Fundamentacin: PATON, H.J. (1948). The Moral Law. London: Hutchinsons University Library, pp. 14. De igual manera, en el marco de los comentaristas ms recientes es muy pertinente el anlisis de Timmerman sobre el mtodo, especficamente el apartado titulado Kants method: anaytic, synthetic, and the need for a deduction. en la introduccin a su comentario a la Fundamentacin. TIMMERMANN, Jens. (2007). Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A Commentary. Cambridge: Cambridge University Press. pp. xxi.
10 PATON, H.J. (1946). op. cit. 59.
11 Sedgwick refiere a ese carcter universal del principio supremo para ella idntico al imperativo
por su mbito de aplicacin y por su mbito de validez. Respecto de lo primero, ha de incluir a todos los seres racionales bajo la perspectiva de la dignidad y por defecto excluye al resto de los seres de la naturaleza. Respecto de lo segundo, ese carcter universal se soporta en una voluntad buena y en una accin correcta. op. cit. pp. 9.
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para cualquier ser racional.12 La universalidad tambin se expresa en la lucha kantiana contra las
inclinaciones. Aclaremos que el problema respecto a las inclinaciones no implica que el autor
quiera prescindir de ellas o asuma que no pueden formar parte de la vida, sino que no pueden
servir de apoyo ltimo a la accin en este nivel en que nos encontramos en la
Fundamentacin.13 Una vez ms hacemos el contraste entre la utopa tica del tratado bajo
anlisis (utopa que se estructura sobre cualidades humanas idealizadas) y la desplegada en las
dos primeras Crticas (en las cuales la aspiracin a la plena realizacin moral conduce al autor a
una dimensin ms all de lo humano).
La libertad como utopa
Uno de los problemas fundamentales que enfrenta la Fundamentacin es la libertad. Son
varios los escenarios en los cuales Kant plantea este asunto. Recordemos la tercera antinomia
de la primera Crtica en donde Kant enfrenta uno de los mayores problemas de su tica al
intentar conciliar naturaleza o determinismo y libertad. La salida que en ese momento nos
ofreci el autor fue conciliar la tesis y la anttesis por medio de la separacin de dos clases de
causalidad: una que se despliega en el mbito de la naturaleza y otra que surge de la libertad. La
primera encadena los fenmenos de manera necesaria, mientras que la segunda, se sita en el
modo de ser de lo inteligible, permite una espontaneidad con capacidad para inicia la accin. En
este marco nace la distincin entre el mundo sensible y el mundo inteligible, siendo este ltimo el
que hace posible la libertad trascendental.
En la Fundamentacin Kant parece asumir, en principio, sus resultados ticos de la primera
Crtica, y por consiguiente, tanto la libertad trascendental como la prctica subyacen de manera
problemtica a los tres apartados del tratado, esto en la medida en que el autor repiensa la
libertad prctica de la primera Crtica que se demostraba en la experiencia y le parece dbil
frente al criterio de la accin por el deber. As, en el primer apartado la libertad da soporte a la
buena voluntad y a su encadenamiento con el deber y al ulterior desarrollo de las tres tesis14 que
sostienen el capitulo. De igual manera, la libertad es imprescindible en la estructuracin del
segundo apartado donde se enlazan deber, voluntad y autonoma, que a su vez confluyen en el
principio supremo de la moralidad. Finalmente, el tercer apartado se inicia con una definicin
negativa e inmediatamente intenta encontrar una definicin positiva de la libertad, y tambin se
revisa el hecho de tener, a esta altura, a la libertad como elemento ltimo de la moralidad sin que
por ello tal concepto haya podido ser demostrado. Sin embargo, Kant avanza con ese concepto
de libertad hacia la construccin de un mundo inteligible que permitira sostener dos rbitas de la
naturaleza humana y as otorgarnos la posibilidad de pensarnos como seres autnomos y
capaces de iniciar la accin de manera espontnea. Esta construccin de la libertad ser
12
GMS A38, AA IV, 413. 13
La presencia de las inclinaciones es claramente asumida por Kant, en la concepcin antropolgica que plantea en este texto, al decir que voluntad y razn no coinciden de manera plena en los seres humanos. GMS A37, AA IV, 412-413.
14 Nos referimos a las siguientes tres tesis: 1 Que se haga el bien por deber y no por inclinacin.
GMS A11, AA IV, 398-399. 2 una accin por deber tiene su valor moral, no en el propsito que debe ser alcanzado gracias a ella, sino en la mxima que decidi tal accin; GMS A13, AA IV, 399. 3 el deber significa que una accin es necesaria por respeto hacia la ley. GMS A14, AA IV, 400.
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desarrollada en la Analtica de la segunda Crtica siendo quiz su punto ms elevado la
posibilidad del ser humano de obrar por representacin de leyes. Se reitera la utopa moral de la
Fundamentacin.
Buena voluntad y deber
En este entramado de la Fundamentacin como utopa de la dignidad humana, no podemos
dejar de mencionar la buena voluntad y el deber. La primera juega el papel de axioma a partir del
cual se desplegaran los dems conceptos. Asimismo, es el camino para la realizacin del bien,
es decir, sin ese carcter de buena en s misma, se diluira toda posibilidad de una actuacin
autnoma, una actuacin que no requiera de ningn influjo exterior a efectos del deber. Como
corolario surge un ser humano sin otro tribunal que determine la moralidad de su accin que el
de su propia razn. Por ltimo, es punto de llegada para la fundamentacin de una tica libre de
cualquier propsito ms all de una actuacin por deber. La accin moral nos ha de devolver a la
buena voluntad a fin de que el crculo moral kantiano se mantenga intacto y se repita con cada
actuacin, pues, si no se diese tal cierre quedaramos expuestos a toda clase de heteronomas.
El segundo, el deber, es un desarrollo de la buena voluntad y con l entramos en el corazn
de la tica ms conocida del autor. El deber es estructurado por Kant por medio de tres tesis. La
primera establece: Precisamente ah se cifra el valor del carcter que sin parangn posible
representa el supremo valor moral, a saber, que se haga el bien por deber y no por inclinacin.
15 Dicho de manera abreviada, el supremo valor moral es: obra por deber y no por inclinacin.16
La segunda tesis17 establece: una accin por deber tiene su valor moral, no en el propsito
que debe ser alcanzado gracias a ella, sino en la mxima que decidi tal accin;... La tercera
tesis, que pone en juego la magnitud del concepto de deber kantiano, est enunciada de la
siguiente manera: el deber significa que una accin es necesaria por respeto a la ley.18
Del principio supremo de la moralidad al imperativo categrico.
Tenemos entonces un ser humano que posee voluntad, es racional y en cuyo interior
descansa el bien supremo e incondicionado, elementos todos indispensables para la accin
moral.
El criterio de la accin moral que surge a partir de lo anterior y que condensa todos los
elementos del principio supremo de la moralidad, es el siguiente: cuando se trata del valor
moral no importan las acciones que uno ve, sino aquellos principios ntimos de las mismas que
no se ven.19 Este criterio radicaliza el giro copernicano de la tica, ya que de l se desprende la
15
GMS A11, AA IV, 398-399. Kant omiti anunciarla como primera tesis. 16
TIMMERMANN, Jens. (2007). op. cit. pp. 51. 17
GMS A13, AA IV, 399. Cursiva en el texto. 18
GMS A14, AA IV, 400. 19
GMS A26-27, AA IV, 407.
-
ineludible responsabilidad tica del sujeto moral kantiano, el nico que puede y tiene que dar
cuenta de su propia dimensin moral. Con un poco de destreza puede engaar a todos sus
congneres y aparentar una accin moral y guardar dentro de s sus oscuras intenciones, por lo
cual es necesario que l sea el centro del juicio sobre la accin moral sin ms tribunal que la
universalidad que encarna su individualidad. Podramos agregar un elemento que aumenta la
densidad del sujeto tico kantiano, a saber, que incluso l mismo no est seguro de la moralidad
de la accin, pues puede tambin engaarse, y pensar que hace por deber lo que est llevando
a cabo por inclinacin, sobre todo cuando ambos coinciden.
Esta tensin entre lo universal y lo individual tiene una resolucin en la exigencia kantiana de
dejar de lado la excepcionalidad e inconstancia de las leyes morales derivadas de la experiencia
y la consecuente necesidad absoluta de su ocurrencia y la puesta en evidencia de que tal
exigencia no puede tener por fuente a la experiencia.20 La radicalidad en este punto lleva a Kant
hasta los extremos de lo que podra aparecer como un sacrilegio: Incluso el santo del evangelio
tiene que ser comparado primero con nuestro ideal de perfeccin moral, antes de que le
reconozcamos como tal;21
Pero como esa coincidencia entre lo universal y lo individual, entre lo subjetivo y lo objetivo
en la voluntad humana no ocurre siempre o incluso ocurre muy pocas veces, se hace necesario
el principio supremo de la moralidad que tiene un componente constrictivo:
La representacin de un principio objetivo, en tanto que resulta apremiante
para una voluntad, se llama un mandato (de la razn) y la frmula del mismo se
denomina imperativo.22
En este camino hacia el imperativo categrico cobra especial importancia para Kant la
pregunta por la posibilidad del mismo. Previamente se ha planteado el interrogante respecto a
los hipotticos y ha concluido que no implica un problema de mayor calado en la medida en que
estos imperativos se hallan enclavados en el clculo del resultado. La dificultad de la respuesta
proviene de la radicalidad del giro copernicano en materia tica, pues la accin moral ha sido
revestida de tal exigencia (por tal motivo la asociamos con la utopa) que no podemos acudir a
ninguna clase de subterfugio, dado que la responsabilidad se descarga enteramente en el sujeto
moral. La magnitud del problema la pone de manifiesto Kant:
Ante este problema queremos ensayar primero si acaso el simple concepto de
un imperativo categrico no suministre tambin la frmula del mismo y sta
contenga la nica proposicin que pueda ser un imperativo categrico, pues cmo
sea posible semejante mandato absoluto, an cuando sepamos cmo se formula,
exigir un arduo esfuerzo adicional que reservamos para el ltimo captulo.23
20
GMS A28, AA IV, 408. 21
Ibid. 22
GMS A37, AA IV, 413. Cursiva en el texto. 23
GMS A51, AA IV, 420.
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Por ahora tenemos ante nosotros dos caractersticas fundamentales del imperativo
categrico, a saber, universalidad y necesidad.24 A partir de ellas enuncia la primera versin de
este tipo de imperativo: Obra slo segn aquella mxima por la cual puedas querer que al
mismo tiempo se convierta en una ley universal.25
El enlace entre principio supremo de la moralidad e imperativo implica la tensin kantiana
entre la naturaleza sometida a leyes y la libertad que si se somete a tales leyes naturales26
frustrara cualquier posibilidad de moralidad y si no tiene ley quedara en un deriva sin propsito.
La salida kantiana a dicha tensin se expresa en la variacin de la primera versin del imperativo
categrico:
Obra slo segn aquella mxima por la cual puedas querer que al mismo
tiempo se convierta en una ley universal.27
El reino de los fines asumido como cumbre de la dignidad humana
Concluyamos este recorrido por la Fundamentacin revisando el paso entre la tercera
formulacin del imperativo o frmula de la autonoma y la formulacin denominada reino de los
fines, esto a efectos de mostrar la dignidad humana como utopa kantiana. Pretendemos poner
de relieve que en esa aspiracin a un reino de los fines Kant pone en tensin la reflexin sobre el
sentido de la comunidad humana.
La segunda y la tercera formulacin mantienen un estrecho nexo, ya que sin voluntad
legisladora el ser racional no podra pensarse como fin en s mismo.28 De igual manera, del
centro de este vnculo aparecen dos ejes, que an hoy siguen alumbrando los caminos de la
tica, a saber, las otras voluntades como filtro ineludible para mi accin moral y la dignidad como
variacin de la voluntad autolegisladora y del fin en s mismo. Respecto de lo primero, Kant
establece la obligacin de reconocernos en los otros y reconocer en los otros esa capacidad de
la voluntad de autodirigirse. Y en cuanto a lo segundo, la accin moral descansa sobre la
dignidad en tanto representa lo incondicionado que posee el sujeto.
24
KERSTEIN, Samuel. Deriving the Formula of Universal Law. En BIRD, Graham. (Ed.) Companion to Kant. Malden (USA): Blackwell, pp. 308.
25 GMS A52, AA IV, 421.
26 Respecto de la capacidad del ser humano de obrar por representacin de leyes que constituye un
hallazgo de gran magnitud de este proceso de fundamentacin kantiano, ver TIMMERMANN, Jens. (2007). op. cit., pp. 59 ss.
27 GMS A52, AA IV, 420. Ver: STRATTON-LAKE, Philip. (1993). Formulating Categorical Imperatives.
Kant-Studien, 84, 3, 317-340. 28
GMS A76, AA IV, 434.
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Esta dignidad29 se contrapone a cualquier intercambio o precio que se pueda tasar respecto
de ella, por esa razn: lo que constituye la nica condicin bajo la cual puede algo ser fin en s
mismo, no posee simplemente un valor relativo, o sea, un precio, sino un valor intrnseco: la
dignidad.30
Ni el mercado, ni los afectos, alcanzan la dignidad a efectos ticos, pues como queda dicho
son valores relativos, cambiantes, negociables. A efectos de avanzar en la construccin de su
concepto de moralidad Kant introduce una diferencia con la naturaleza y el arte, dejando
perfectamente marcada la distancia con estas dos rbitas en tanto no pueden entrar a
reemplazar humanidad y moralidad, pues estas se hallan ms all de los efectos, el provecho o
la utilidad que de ellas se derive.
A partir de lo anterior, Kant caracteriza la moralidad de la siguiente manera:
Ahora bien, la moralidad es la nica condicin bajo la cual un ser racional
puede ser fin en s mismo; porque slo a travs suyo es posible ser miembro
legislador en el reino de los fines. As pues, la moralidad y la humanidad, en la
medida en que sta es susceptible de aquella, es lo nico que posee dignidad.31
Estamos entrando en uno de los momentos culminantes de la Fundamentacin pues el
trayecto del concepto de moralidad nos da paso a la solucin de uno de los problemas centrales
de la tica de Kant, a saber, cmo construir un estatuto para el ser humano que lo dejara
distante de la naturaleza pero sometido a leyes. Esto se logra con un ser humano fin en s mismo
y legislador en un posible reino de los fines.32 El teln de fondo de estas dos caractersticas del
ser racional es la autonoma, esto quiere decir que con el entramado que forman las
formulaciones del imperativo categrico quedan resueltos la concepcin antropolgica, el
fundamento (concebido como incondicionado), el mvil de la accin, la ley (tanto por su fuente
como por su carcter imperativo), y el vnculo con la moral comn, que Kant estaba buscando.
Las frmulas del imperativo las concibe Kant como unidad, en tanto que cada una de ellas
contiene a las otras y tambin porque partiendo de cualquiera de ellas se llega a las dems. Esta
compleja estructura se puede ver ms claramente si reparamos en los componentes de las
mximas: forma, materia y determinacin cabal, que no son otra cosas que universalidad
predicada de la mxima como ley en analoga con la naturaleza, el fin en s mismo predicado del
ser racional en virtud de su naturaleza, y la autolegislacin enmarcada en un posible reino de los
fines asumido como reino de la naturaleza.33
29
DARWALL, Stephen. (2008). Kant on Respect, Dignity, and the Duty of Respect. En BETZLER, Monika. (Ed.). Kant's Ethics of Virtue. Berlin: De Gruyter, pp. 175 ss.
30 GMS A77, AA IV, 435. Destacado en el texto.
31 bid.
32 GUYER, Paul. (2006). Kant. Oxon: Routledge, pp. 203. Aqu el autor hace una revisin de la
relacin entre autonoma y reino de los fines. 33
FLIKSCHUH, Katrin. (2009). Kants kingdom of ends: metaphysical, not political. En TIMMERMANN, Jens. (Ed.) Kants Groundwork of the Metaphysics of Morals. A critical guide. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 119 ss.
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Con este recorrido de los imperativos cierra el autor un importante ciclo al volver a su punto
de partida: la buena voluntad. Esa buena voluntad que no puede ser mala34 tiene su propia
formulacin del imperativo que se expresa as:
Obra segn mximas que al mismo tiempo puedan tenerse a s mismas por
objetos como leyes universales de la naturaleza.35
De este trasegar por los imperativos slo nos quedara por enunciar uno que vincula, como
queda dicho, a todos los dems y como es obvio insiste en que el nico fundamento de las
mximas es el ser racional, y que en tanto que autolegislador hace posible un mundo inteligible
(mundus intelligibilis),36 se trata de una variacin del imperativo del reino de los fines:
Obra segn mximas de un miembro que legisla universalmente para un reino
de los fines simplemente posible.37
Y es en esta posibilidad de pensar mundos mejores en la que la utopa moral kantiana
seguir aportando una esperanza para la conducta humana.
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34
GMS A81, AA IV, 437. 35
GMS A81-82, AA IV, 437. 36
GMS A83. AA IV, 438. 37
GMS A84, AA IV, 439.
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LAS LUCES Y SOMBRAS DEL HISTORICISMO. UN PENSAMIENTO CRTICO FRENTE A LA PROPUESTA POPPERIANA
ANDRZEJ LUKOMSKI
Licenciado en Filosofa de Papieska Akademia Teologiczna w Krakowie (Polonia). Doctor
en Filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Magister en Teologa Wyzsze
Seminarium Duchowne Ojcow Redemptorystow en Tu chow (Polonia). Docente Universidad
Santo Tomas de Aquino. (Bogot, Colombia)
RESUMEN
Hay diferentes puentes entre filosofa y otras disciplinas cientficas. Me parece muy
interesante explorar el Historicismo como un puente donde se unen diferentes saberes. Como
visualizacin de esta tesis, quisiera presentar un encuentro imaginario entre Karl Popper y
Edgar Morin. El Historicismo es algo que de alguna manera nos permite unir estos autores y
analizar ciertos problemas que van ms all del alcance de una disciplina. En esta ponencia
mediante un experimento mental queremos ver el Historicismo como una oportunidad del
dialogo interdisciplinario entre un fsico con deseos de contribuir en la construccin de sociedad
abierta y un socilogo. A ambos los une algn tipo de inters por el Historicismo. En el caso de
Popper, vemos el deseo de superarlo y en el caso de Edgar Morin, el Historicismo proporciona
elementos valiosos para una propuesta de construir un nuevo Sistema de Racionalidad que
pueda superar el reduccionismo y transformar el conocimiento en un esfuerzo transdisciplinario.
PALABRAS CLAVES.-
Historicismo, transdisciplinariedad, complejidad, desarrollo social, sociedad abierta.
ABSTRACT
There are different bridges between Philosophy and other scientific disciplines. I think its
very interesting to explore the Historicism as a bridge combining different knowledge as a display
of this thesis. I would like to present an imaginary meeting
between Karl Popper and Edgar Morin. The Historicism is something that allows us to join
these authors and to analyze certain issues that go beyond the scope of a discipline. In this
document through a thought experiment, I want to see the Historicism as an opportunity of the
interdisciplinary dialogue between a physicist with desires to contribute in the construction of an
opened society and a sociologist. To both some interest rate joins them for the Historicism. In
the case of Popper, I can see the desire to overcome it and in the case of Edgar Morin, the
Historicism provides valuable elements for a proposal to build a new System of Rationality that
can overcome the reductionism and transforming knowledge into a transdisciplinary effort.
KEY WORDS.-
Historicism, transdisciplinarity, complexity, social development, open society.
INTRODUCCION.
No se si Popper y Morin tenan la oportunidad de encontrarse y cambiar sus puntos de vista
personalmente sobre el historicismo. Independiente si este tipo de evento tena lugar realmente
o no, Yo en esta ponencia quisiera construirlo de manera imaginaria . El historicismo es algo
-
que de alguna manera nos permite unir estos autores y analizar ciertos problemas que van ms
all del alcance de una disciplina. Historicismo como dilogo interdisciplinario entre un fsico que
en su recorrer intelectual encuentra en el saber filosfico la posibilidad de construir la sociedad
abierta que puede desarrollarse desde conocimiento cientfico y un socilogo que desde sus
amplios conocimientos sociales llega al pensamiento complejo donde el Historicismo sirve para
dar elementos valiosos para su propuesta de construir un nuevo sistema de racionalidad que
puede superar el reduccionismo y transformar el conocimiento en un esfuerzo transdisciplinario.
Ahora propongo que miremos los puntos de vista de ambos autores
I. Historicismo segn Popper
Segn Popper:
El Historicismo lo podemos encontrar en Platn, Herclito y Hesodo en la antigedad y en
tiempos modernos en Hegel, Marx, Comte, John Stuart Mill, Popper(1984:199)
Ideas historicistas parecen ser de origen oriental, la idea juda del pueblo elegido es una
tpica idea historicista: la historia tiene una trama cuyo autor es Yahv y esta trama puede ser
desentraada en parte por los profetas. Popper ( 1993: 406)
Para Popper:
El historicismo afirma que debemos estudiar la historia del grupo, sus tradiciones e
instituciones, si queremos comprenderlo y explicarlo como es ahora y si queremos comprender
y quiz prever su futuro desarrollo. Popper(1995:32)
As pues a travs de historicismo lo que se quiere lograr es cierta comprensin intuitiva. En
esta compresin intuitiva Popper distingue tres variantes:
1. Un acontecimiento social es comprendido cuando se analiza en trminos de las
fuerzas que hicieron que tuviese lugar, es decir, cuando son conocidos los grupos e individuos
implicados, sus propsitos o intereses y el poder del que pueden disponer. Las acciones de los
individuos o grupos se supone aqu que concuerdan con sus fines, es decir, que les ocasionan
ventajas reales, o por lo menos ventajas imaginadas.
El mtodo de la sociologa ser aqu el de una reconstruccin imaginaria de actividades ya
racionales, ya irracionales, dirigida hacia fines determinados. Popper(1995:34-35)
2. La segunda variante admite que este anlisis es necesario, sobre todo en cuanto se
refiere a la comprensin de acciones individuales o actividades de grupo. Pero mantiene que es
necesario algo ms para la comprensin de la vida social. Si queremos comprender el
significado de un suceso social, una cierta accin poltica, no basta con comprender
teleolgicamente cmo y porque ocurri. Por encima de esto debemos comprender su
significado, la revelancia de su acaecimiento. Que quiere decir aqu por significado y
relevancia. Desde el punto de vista que estoy describiendo como la segunda variante, la
respuesta sera: un suceso social no slo ejerce ciertas influencias, no slo conduce, con el
tiempo, a otros acontecimientos sino que tambin por el mero hecho de que haya llegado a
existir cambia el valor situacional de una amplia serie de acontecimientos distintos.
Crea una nueva situacin que pide una re-orientacin y una re-interpretacin de todos los
objetos y de todas las acciones de ese determinado campo. Por tanto para analizar la vida
social debemos ir ms all del mero anlisis de las causas de hecho y efectos de hecho, es
decir de motivos, intereses reacciones causadas por acciones: hemos de entender que cada
suceso juega un papel caracterstico dentro de la totalidad. El suceso gana relevancia cuanto
-
ms influye en la totalidad y por lo tanto, su relevancia est determinada en parte por la
totalidad. Popper (1995:35-36)
3. La tercera variante de la comprensin intuitiva va an ms lejos, al tiempo que admite
todo lo mantenido por la primera y segunda variantes. Sostiene que para comprender el
significado o la relevancia del acontecimiento social se necesita algo ms que un anlisis de
su gnesis , efectos y valor situacional. Adems de este anlisis es necesario el de las
tendencias y direcciones histricas, objetivas y subyacentes que prevalezcan en el perodo en
cuestin, y el anlisis de la contribucin del acontecimiento en cuestin al proceso histrico
por el cual estas tendencias se hacen manifiestas. (1995:36)
El historicismo para Popper no se limita solo a ciertas comprensiones, aqu est tambin
cierta propuesta de actuar por el desarrollo social.
El Historicismo reconoce plenamente que nuestros deseos y pensamientos, nuestros
sueos y razonamientos, nuestros miedos y nuestro saber, nuestros intereses y nuestras
energas, son todos fuerzas en el desarrollo de la sociedad. Popper (1995:63)
Sin embargo Popper apunta que el Historicismo predice que ni lo que uno suea ni lo
que la razn construye ser nunca realizado segn se plane. Slo aquellos planes que
encajan en la corriente principal de la historia puede ser eficaces. Slo son razonables
aquellas actividades que concuerdan con los cambios inminentes y ayudan a que estos
ocurran. . Popper (1995:63)
Cuando una sociedad ha descubierto la ley natural que determina su propio movimiento
, ni aun entonces puede saltarse las fases naturales de su evolucin ni hacerlas desaparecer
del mundo de un plumazo. Pero esto s puede hacer: Puede acortar y disminuir los dolores del
parto Karl Marx(Prefacio al El capital)
El Historicismo: propone someternos a las leyes del desarrollo de la misma forma que nos
tenemos que someter a la ley de gravedad.
No se puede hacer una revolucin con xito, si la clase rectora no est debilitada por
disensiones internas o por una derrota en la guerra. P.76
Para Popper: La historia humana est decisivamente influida por el crecimiento del
conocimiento, y dado tambin que no cabe anticipar hoy lo que sabremos maana, la
pretensin de predecir el futuro carece de todo fundamento cientfico y pertenece al campo de
la pura supersticin . (portada)
Considero historicismo la reliquia de una antigua supersticin , aunque las personas que
creen en l habitualmente estn convencidos de que es una teora muy nueva, progresista,
revolucionaria y cientfica.(Popper Conjeturas y refutaciones, 1994:403)
Frente a esta posicin de Popper podemos presentar ciertos apuntes de Morn
Morin dice lo siguiente de Popper
Qu es lo que hace que una teora sea cientfica, si no es su verdad? Aqu ha aportado
Popper la idea capital que permite distinguir la teora cientfica de la doctrina (no cientfica): una
teora es cientfica cuando acepta que su falsedad pueda ser demostrada eventualmente. Una
doctrina, un dogma, por su parte, encuentra en s mismo su auto verificacin incesante (
referencia al pensamiento sacralizado de los fundadores, certidumbre de que la tesis est
definitivamente probada) El dogma es inatacable por la experiencia. La teora cientfica es
biodegradable. Morin(1984: 39-40)
-
Desde aqu pienso que se ve el punto de vista que Popper tiene frente al Historicismo. Si el
Historicismo cumple con las reglas de falsacin?
No
Si el historicismo es una teora cientfica
No
Aqu podemos parafrasear a Hume y decir que para Popper merece ir a la hoguera
Para Morin
Lo que Popper no vio es que su propia teora puede ser o bien cientfica (aceptando el
juego de la contestacin y la refutacin , es decir aceptando su muerte eventual), o bien
doctrina autosuficiente. , Morin(1984: 39-40)
Este autor nota que:
la ciencia no slo es una acumulacin de verdades. Siguiendo a Popper, digamos ms:
es un campo siempre abierto donde se combaten no slo las teoras, sino tambin los
principios de explicacin; es decir, las visiones del mundo y los postulados metafsicos.
Pero este combate tiene y mantiene sus reglas del juego: el respeto a los datos, por una
parte; la obediencia a criterios de coherencia, por la otra. Lo que conforma la superioridad de
la ciencia sobre cualquier otra forma de conocimiento es la obediencia a esta regla del juego por
parte de los debatientes- combatientes, que la aceptan sin equvoco. Morin(1984:41)
Ms adelante podemos leer:
.sera un burdo error pensar en una ciencia que estuviera limpia de toda ideologa y en
la que no reinara ms que una sola visin del mundo o teora verdadera. De hecho, el
conflicto de las ideologas, de los presupuestos metafsicos (conscientes o no), es una condicin
sin qua non para la vitalidad de la ciencia. Aqu se opera al mismo tiempo una necesaria
desmitificacin: el cientfico no es un hombre superior, desinteresado, en relacin a sus
conciudadanos. Se dan las mismas pequeeces, la misma propensin al error. El fsico no
es ms inteligente que el socilogo, que an no alcanza a hacer una ciencia de la sociologa.
Morin(1984:41-42)
Es necesario, pues, que toda ciencia investigue sus estructuras ideolgicas y de su
enraizamiento sociocultural. Aqu nos damos cuenta de que nos falta una ciencia capital , la
ciencia de las cosas del espritu o noologa , apta para concebir cmo y en qu condiciones
culturales las ideas se renen, se disponen, se encadenan unas a otras, constituyen sistemas
que se autorregulan, se autodefienden, se automultiplican, se autopropagan. Morin( 1984:42-
43)Popper indudablemente hace grandes aportes en campo de comprensin teora cientfica,
aqu Morin con todo respeto dice:
En este estadio se situa la aportacin definitiva de Karl Popper. Segn l, una teora
cientfica es cientfica, no porque haya probado su verdad, sino porque ofrece a los
observadores o experimentadores la posibilidad de poder probar su falsedad. En oposicin a un
dogma teolgico o religioso, o respecto a una simple y pura mitologa, una teora cientfica es
una teora que permite ser contestada. No es inatacable por la experiencia el dogma es el
inatacable) sino biodegradable. Dicho de otro modo, el conocimiento cientfico progresa por
eliminacin de errores pero no por aumento de verdades. La visin que Popper de la evolucin
de la ciencia se acerca cada vez ms a la de una seleccin natural de las teoras: las teoras
que permanecen son aquellas que resisten a los asaltos, pruebas y contrapruebas. Morin
1984:57
-
Sin embargo no podemos tambin olvidar los aportes que est dando Tomas Kuhn:
Kuhn aporta otra idea no menos importante: nos muestra que la evolucin cientfica es
una evolucin de la propia visin de las cosas o de lo real, es decir, que la ciencia se
desarrolla por revoluciones paradigmticas. Los paradigmas son algunos principios que asocian
o disocian las nociones fundamentales que rigen y controlan todo el discurso terico. Una
pequesima modificacin de paradigma, como, por ejemplo, el paso del paradigma ptolemaico-
en el cual el sol gira alrededor de la tierra- el paradigma galileano- que enuncia que la tierra gira
alrededor del sol- lleva consigo , efectivamente , consecuencias considerables en la propia
visin del mundo y del lugar de la humanidad en el seno del universo. Morn( 1984:57-58)
Para Morin, Popper crtica el Historicismo en nombre de la sociedad abierta. Popper
sospecha que atrs de Historicismo se esconden sistemas cerrados, tal fue el sistema feudal tal
es el sistema capitalista .Pero si de verdad la sociedad abierta se puede identificar con sistema
abierto autopoietico aqu me parece que la propuesta de Popper no va tan lejos.
II. El Historicismo segn Morin
Morin propone ver el historicismo desde pensamiento complejo
Todos estos caracteres propios de la evolucin de la vida se encuentran, conforme a otras
modalidades, otras complejidades, en la historia humana, particularmente la relacin entre
evento y evolucin, y la relacin entre creacin y desorganizacin, incluso destruccin. Por ello
era necesario todo este largo prembulo: nada hay ms importante que los fundamentos; y
aqu, lo que es considerado como fundamento son las reglas sincrnicas y diacrnicas que
gobiernan los sistemas autoorganizadores, de entre los cuales los sistemas noolgicos y
sociolgicos humanos constituyen los casos ms evolucionados, ms complejos, ms
refinados, y por tanto donde La dialctica sistema/ evento, generativo/fenomnico, deviene la
ms sutil y la ms incierta , la ms errante errnea e inventiva a la vez. Morin(1984:190)
..los sistemas auto-organizadores aptos para evolucionar(especies viventes, sociedades
humanas hasta el presente) evolucionan en el tiempo grande, el tiempo diacrnico de las
desorganizaciones, rupturas, transformaciones , creaciones. El racionalismo mrbido consiste
querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo, en eliminar la diacrona, en querer el mundo
cerrado. Morn(1984:192
La historia est actualmente muy prxima a la relacin sistema-evento. El primer
momento decisivo fue aquel en que la historia anti-evencial, detectando las capas profundas de
la historia descubri el sistema (Marc Bloch, Lucien Febvre, Le Roy Ladurie.Morn(1984:191)
Para Morn Marx:
vio con acierto que las crisis podan ser productivas y que las revoluciones locomotoras
de la historia eran eventos sistmicos creadores. Morin(1984:191)
Para Morn:
Pero ser tarea de la sociologa elaborar una sistemologa de la sociedad. En lo sucesivo
precisa descubrir el problema sistmico. Y adems, reiteramos aqu inters de una sociologa
evenencial: por una parte, el evento revela algo del sistema al que afecta; por otra parte, nos
introduce en el problema de su evolucin.Morin( 1984:191)
..Los sistemas auto-organizadores aptos para evolucionar(especies vivientes, sociedades
humanas hasta el presente) evolucionan en el tiempo grande, el tiempo diacrnico de las
desorganizaciones, rupturas, transformaciones , creaciones. El racionalismo mrbido consiste
-
querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo, en eliminar la diacrona , en querer el
mundo cerrado. Morn(1984:192)
Desde perspectiva de Morin el historicismo contiene elementos valiosos para desarrollar el
pensamiento complejo pero no puede ser aceptado en su totalidad porque tiene ciertos
elementos errneos. Por ejemplo
El historicismo comete error por querer reducir el tiempo grande al tiempo pequeo quiere
eliminar la diacrona y ver cambios estructurales como sistemas cerrados.
. Un sistema no es solamente una constitucin de unidad a partir de la diversidad, sino
tambin una constitucin de diversidad (interna)a partir de la unidad . Morn( 1984:199-200)
Historicismo tal como como se propone desde versin de Marx contiene un elemento muy
valioso para desarrollo de pensamiento complejo. Desde este historicismo como apunta Morn
El todo es conflictivo. Todo sistema comporta fuerzas antagonsticas. Estos antagonismos,
o bien son virtualizados o neutralizados, o bien constantemente controlados/reprimidos, o bien
utilizados de forma constitutiva. A nivel de las sociedades humanas hay que comprender
sistemticamente la idea de Montesquieu segn la cual los conflictos sociales han estado en
origen no slo de la decadencia, sino tambin de la grandeza romana, y desde luego la idea de
Marx que une la idea sociedad organizada en clase a la idea de antagonismos entre las
clases. Morn( 1984:203)
Si el historicismo tradicional propone una relacin binal Morin propone ver la historia y
desarrollo de la sociedad humana como una triada:
Finalmente, hay una relacin de triada individuo -sociedad -especie. Los individuos son el
producto del proceso reproductor de la especie humana, pero este mismo proceso debe ser
producido por dos individuos. Las interacciones entre individuos producen la sociedad y sta,
que certifica el surgimiento de la cultura, tiene efecto retroactivo sobre los individuos por la
misma cultura, tiene efecto retroactivo sobre los individuos por la misma cultura.
No se puede absolutizar al individuo y hacer de l el fin supremo de este bucle; tampoco se
lo puede a la sociedad o a la especie. A nivel antropolgico, la sociedad vive para el individuo, el
cual vive para la sociedad; la sociedad y el individuo viven para la especie la cual vive para el
individuo y la sociedad. Cada uno de estos trminos es a la vez medio y fin: son la cultura y la
sociedad las que permiten la realizacin de los individuos y son las interacciones entre los
individuos las que permiten la perpetuidad de la cultura y la auto-organizacin de la sociedad.
Sinembargo, podemos considerar que la plenitud y la libre expresin de los individuos-sujetos
constituyen nuestro propsito tico y poltico sin dejar de pensar tambin que ellos constituyen la
finalidad misma de la triada individuo - sociedad - especie.
-
La complejidad humana no se comprendera separada de estos elementos que la
constituyen : todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las
autonomas individuales, de las participaciones comunitarias.
La complejidad humana no se comprendera separada de estos elementos que la
constituyen: todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las
autonomas individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la
especie humana. Morin(2001:56-57)
Frente a la propuesta tradicional historicista Morn propone ver el desarrollo de la
humanidad hacia la era planetaria
Las ciencias contemporneas nos ensean que estaramos a unos quince mil millones de
aos despus de una catstrofe inefable a partir de la cual se cre el cosmos, tal vez a unos
cinco millones de aos despus de que hubiera comenzado la aventura de la hominizacin, la
cual nos habra diferenciado de los otros antropoides, cien mil aos desde el surgimiento del
homo sapiens, diez mil aos desde el nacimiento de las civilizaciones histricas y entramos a los
inicios del tercer milenio de la era llamada cristiana.
La historia humana comenz con una dispora planetaria sobre todos los continentes; luego
entr, a partir de los tiempos modernos, en la era planetaria de la comunicacin entre los
fragmentos de la dispora humana.
La dispora de la humanidad no ha producido escisin gentica: pigmeos, negros, amarillos,
indios, blancos, vienen de la misma especie, disponen de los mismos caracteres fundamentales
de la humanidad. Pero ha producido una extraordinaria diversidad de lenguas, de culturas, de
destinos, fuente de innovaciones y de creaciones en todos los campos. El tesoro de la
humanidad est en su diversidad creadora, pero la fuente de su creatividad est en su unidad
generadora.
A finales del siglo XV europeo, la China de los Ming y la India Mogola son las civilizaciones
ms importantes del Globo. El Islam, en Asia y en frica, es la religin ms extendida de la
Tierra. El Imperio Otomano, que desde Asia se despleg por la Europa Oriental, aniquil a
Bizancio y amenaz a Viena, se vuelve una gran potencia de Europa. El Imperio de los Incas y el
Imperio Azteca reinan en las Amricas, Cuzco y Tenochtitln, exceden en poblacin a las
monumentales y esplendorosas Madrid, Lisboa, Pars, Londres, capitales de jvenes y pequeas
naciones del Oeste europeo.
Sin embargo, a partir de 1492, son estas jvenes y pequeas naciones las que se lanzan a
la conquista del Globo y a travs de la aventura, la guerra, la muerte suscitan la era planetaria
que desde entonces comunica los cinco continentes para lo mejor y para lo peor. La dominacin
del Occidente Europeo sobre el resto del mundo provoca catstrofes de civilizacin, en las
Amricas especialmente, destrucciones culturales irremediables, esclavitudes terribles. Por esta
razn, la era planetaria se abre y se desarrolla en y por la violencia, la destruccin, la esclavitud,
la explotacin feroz de las Amricas y del frica. Los bacilos y los virus de Eurasia rodaron por
-
las Amricas, creando hecatombes, sembrando sarampin, herpes, gripe, tuberculosis, mientras
que de Amrica el treponema de la sfilis rondaba de sexo en sexo hasta Shangai. Los Europeos
implantan en sus tierras el maz, la papa, el frjol, el tomate, la yuca, la patata dulce, el cacao, el
tabaco trados de Amrica. Ellos llevan a Amrica los corderos, bovinos, caballos, cereales,
viedos, olivos y las plantas tropicales de arroz, ame, caf y caa de azcar.
La planetarizacin se desarrolla por el aporte de la civilizacin europea a los continentes, sus
armas, sus tcnicas, sus concepciones en todas sus factoras,
Sus peajes y zonas de penetracin. La industria y la tcnica toman un vuelo que ninguna
civilizacin haba conocido antes.
El progreso econmico, el desarrollo de las comunicaciones, la inclusin de los continentes
subyugados en el mercado mundial determinan formidables movimientos de poblacin que van a
ampliar el crecimiento demogrfico generalizado. En la segunda mitad del siglo XIX, 21 millones
de Europeos atravesaron el Atlntico hacia las dos Amricas. Tambin se produjeron flujos
migratorios en Asia, donde los Chinos se instalan como comerciantes en Siam, en Java y en la
Pennsula Malasia, se embarcan para California, Colombia-Britnica, Nueva Gales del Sur,
Polinesia, mientras que los Hindes se asientan en Natal y en Africa Oriental.
La planetarizacin engendra en el siglo XX dos guerras mundiales, dos crisis econmicas
mundiales y, luego en 1989, la generalizacin de la economa liberal llamada mundializacin. La
economa mundial es cada vez ms un todo interdependiente: cada una de sus partes se ha
vuelto dependiente del todo y recprocamente el todo sufre perturbaciones y riesgos que afectan
las partes. El planeta se ha encogido. Fueron necesarios tres aos a Magallanes para dar la
vuelta al mundo por mar (1519-1522). Se necesitaron slo 80 das para que un intrpido viajero
del siglo XIX, utilizando carreteras, ferrocarril y navegacin a vapor diera la vuelta a la tierra. A
finales del siglo XX, el jet logra el bucle en 24 horas. Y ms an, todo se presenta de manera
instantnea de un punto a otro del
planeta por televisin, telfono, fax, Internet...
El mundo se vuelve cada vez ms un todo. Cada parte del mundo hace cada vez ms partes
del mundo, y el mundo como un todo est cada vez ms presente en cada una de sus partes.
Esto se constata no solamente con las naciones y los pueblos sino con los individuos. As como
cada punto de un holograma contiene la informacin del todo del cual forma parte, tambin
ahora, cada individuo recibe o consume las informaciones y las substancias provenientes de
todo el universo.
El Europeo, por ejemplo, se levanta cada maana poniendo una emisora japonesa y recibe
los acontecimientos del mundo: erupciones volcnicas, temblores de tierra, golpes de Estado,
conferencias internacionales, le llegan mientras toma su t de Ceiln, India o China, a no ser que
sea un moka de Etiopa o una arbica de Amrica Latina; se pone su pantaln y camisa hechos
en algodn de Egipto o de la India; viste chaqueta y pantaln en lana de Australia, fabricada en
Manchester o se pone una chaqueta de cuero trada de China con unos jeans estilo USA. Su
reloj es suizo o japons. Sus gafas son de carey de tortuga ecuatorial. Puede encontrar en su
-
comida de invierno las fresas y cerezas de Argentina o Chile, las habichuelas frescas de
Senegal, los aguacates o pias de frica, los melones de Guadalupe. Tiene botellas de ron de
Martinica, de vodka rusa, tequila mejicana, whisky americano. Puede escuchar en su casa una
sinfona alemana dirigida por un director coreano, a no ser que asista ante su pantalla de
video a la Bohme con la Negra Brbara Hendricks en el papel de Mimi y el Espaol Plcido
Domingo en el de Rodolfo.
Mientras que el Europeo se encuentra en este circuito planetario de confort, un gran nmero
de Africanos, Asiticos y Suramericanos se encuentran en un circuito planetario de miseria.
Sufren en su vida cotidiana las consecuencias del mercado mundial que afecta las cotizaciones
del cacao, el caf, el azcar, las materias primas, que produce su pas. Han sido sacados de sus
pueblos por procesos mundializados venidos de Occidente, especialmente el progreso del
monocultivo industrial; campesinos autosuficientes se convirtieron en sub-urbanos que buscan
empleo; sus necesidades ahora se traducen en trminos monetarios.
Aspiran a la vida del bienestar en el que los hacen soar la publicidad y las pelculas de
Occidente. Utilizan la vajilla de aluminio o de plstico, beben cerveza o cocacola.
Se acuestan en los restos de lminas de espuma de polietileno y llevan puestas camisetas
impresas a la americana. Bailan msicas sincrticas donde sus ritmos tradicionales entran en
una orquestacin procedente de Norteamrica. De esta manera, para lo mejor y para lo peor,
cada humano rico o pobre, del Sur o del Norte, del Este o del Oeste lleva en s, sin saberlo, el
planeta entero. La mundializacin es a la vez evidente, subconsciente, omnipresente.
La mundializacin es realidad unificadora, pero hay que agregar inmediatamente que
tambin es conflictiva en su esencia. La unificacin mundializante est cada vez ms
acompaada por su propio negativo, suscitado por su contra efecto: la balcanizacin. El mundo
cada vez ms se vuelve uno pero al mismo tiempo se divide. Paradjicamente es la misma era
planetaria la que ha permitido y favorecido la parcelacin generalizada en Estados-nacin; en
realidad, la demanda emancipadora de nacin est estimulada por un movimiento que recurre a
la identidad ancestral y se efecta como reaccin al curso planetario de homogeneizacin
civilizacional. Esta demanda se intensifica con la crisis generalizada del futuro.
Los antagonismos entre naciones, entre religiones, entre laicismo y religin, entre
modernidad y tradicin, entre democracia y dictadura, entre ricos y pobres, entre Oriente y
Occidente, entre Norte y Sur se alimentan entre s; es all donde se mezclan los intereses
estratgicos y econmicos antagnicos de las grandes potencias y de las multinacionales
dedicadas a la obtencin de beneficios. Son todos estos antagonismos los que se encuentran en
zonas de interferencias y de fractura, como la gran zona ssmica del Globo que parte de
Armenia/Azerbadjian, atraviesa el Medio Oriente y llega hasta Sudan. Estas se exasperan all
donde hay religiones y etnias mezcladas, fronteras arbitrarias entre Estados, exasperaciones por
rivalidades y negaciones de toda clase, como en el Medio-Oriente.
De esta misma manera, el siglo XX ha creado y a la vez parcelado un tejido planetario nico;
sus fragmentos se han aislado, erizado y combatido entre s. Los Estados dominan la escena
-
mundial como titanes brutales y ebrios, poderosos e impotentes. Al mismo tiempo, el despliegue
tcnico industrial sobre el Globo tiende a suprimir las diversidades humanas, tnicas y culturales.
El desarrollo mismo ha
creado ms problemas de los que ha resuelto y ha conducido a la crisis profunda de
civilizacin que afecta las sociedades prsperas de Occidente.
Concebido nicamente de manera tcnico-econmica, el desarrollo est en un punto
insostenible incluyendo el desarrollo sostenible. Es necesaria una nocin ms rica y compleja del
desarrollo, que sea no slo material sino tambin intelectual, afectiva, moral...
El siglo XX no ha dejado la edad de hierro planetaria, se ha hundido en ella. El siglo XX fue
de la alianza de dos barbaries: la primera viene desde fondo de la noche de los tiempos y trae
consigo guerra, masacre, deportacin, fanatismo. La segunda, helada, annima viene del interior
de una racionalizacin que no conoce ms que el clculo e ignora a los individuos, sus cuerpos
, sus sentimientos, sus almas y multiplica las potencias de muerte y de esclavizacin tcnico-
industriales. Para atravesar esta era brbara primero hay que reconocer su herencia. Esta
herencia es doble, al mismo tiempo herencia de muerte y de nacimiento. Morin ( 2001:67-72)
Desde la perspectiva de Morn:
Nuestra civilizacin, nacida en Occidente, soltando sus amarras con el pasado, crea
dirigirse hacia un futuro de progreso infinito que estaba movido por los progresos conjuntos
de la ciencia, la razn, la historia , la economa , la democracia. Ya hemos aprendido con
Hiroshima que la ciencia es ambivalente; hemos visto a la razn retroceder y al delirio stalinista
tomar la mscara de la razn histrica; hemos visto que no haba leyes en la historia que
guiaran irresistiblemente hacia un porvenir radiante; hemos visto que el triunfo de la
democracia definitivamente no estaba asegurado en ninguna parte. Si la modernidad se
define como fe incondicionada en el progreso, en la tcnica , en la ciencia , en el desarrollo
econmico , entonces esta modernidad est muerta. Morin ( 2001:74)
Comparto totalmente las siguientes tesis de Morin en las cuales afirma:
La unin planetaria es la exigencia racional mnima de un mundo limitado e
interdependiente. Tal unin necesita de un sentido de pertenencia mutuo que nos ligue a
nuestra tierra considerada como primera y ltima Patria.Morin ( 2001:78)
Estamos comprometidos con la humanidad planetaria y en la obra esencial de la vida que
consiste en resistir a la muerte. Civilizar y solidarizar la Tierra; Transformar la especie humana
en verdadera humanidad se vuelve el objetivo
fundamental y global de toda educacin , aspirando no solo progreso sino a la
supervivencia de la humanidad. Morin ( 2001:81)
Este tipo de esperanzas estn en el historicismo y la influencia de esta posicin filosfica en
Morin es eminente.
A manera de conclusin
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El Historicismo es un punto de encuentro de dos propuestas filosficas que representan
Morn y Popper. La propuesta de Popper es el pensamiento crtico es
ver el futuro de la humanidad en desarrollo cientfico. El pensamiento de Popper va en la
direccin donde se acentua el papel del individuo. En mi opinin Popper sugiere que las
libertades individuales tienen la mejor garanta en el sistema capitalista. La sociedad abierta y
miseria de historicismo a mi sentir construyen defensa del mundo capitalista.
Desde esta perspectiva el historicismo es rechazado porque no es una teora cientfica sino
una doctrina ideolgica. Estoy totalmente de acuerdo con Morin cuando frente a las crticas de
Popper encuentra las razones ideolgicas. Popper aqu no sale de antagonismo entre las clases
sociales el simplemente se ubica por un lado de este antagonismo. Ahora Morin no est
plenamente de acuerdo con propuestas que vienen desde historicismo sin embargo no los
rechaza. En estas
propuestas existen elementos valiosos. Entre estos elementos podemos ver la perspectiva
de todo, los antagonismos como el dinamismo que rige el desarrollo de la sociedad. En mi
opinin Morin conserva el optimismo en el hombre y su desarrollo como lo expresa el
historicismo. Morin en su propuesta de sociedad planetaria usa el esquema tomado del
historicismo. El historicismo no es algo que solo puede ser tomado en trminos de sombras. No
es doctrina de hombres de caverna. En el historicismo podemos encontrar la luz de la esperanza
en desarrollo de la humanidad, el triunfo de la vida . La fe en futuro de la humanidad podemos
encontrar en elementos de la propuesta que viene desde historicismo esta es la posicin de
Morn la cual personalmente comparto.
El historicismo en mi opinin es un puente en la cual se constituyen los saberes
interdisciplinarios con la preocupacin sobre el futuro. El futuro es por lado de la vida por lado de
las mejores posibilidades de ser humano esta fe hace que historicismo es una luz en el mundo
de pesimismo y civilizacin de la muerte que ofrece cada vez ms degenerado en individualismo
el mundo capitalista al cual apuesta Popper.
BIBLIOGRAFIA
MORN. E. (2001) Los Siete Saberes Necesarios Para La Educacin Del Futuro. UNESCO.
Cooperativa Editorial Magisterio. Bogot. Colombia
MORN.E. (1984) Ciencia con Conciencia. Anthropos, Editorial del Hombre. Barcelona.
Espaa.
Popper. K (1994) Conjeturas y Refutaciones. Paidos. Barcelona. Espaa.
Popper. K 1995) La Miseria del Historicismo. . Madrid. Espaa
Popper K 1984) La Sociedad Abierta y sus Enemigos(edicin integra). Pados. Barcelona
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WITTGENSTEIN EN SU CABAA DE 1914.
UN MUNDO ENTRE LO LGICO Y LO ABSURDO
Yebrail Castaeda Lozano
Licenciado en Filosofa y Letras
Universidad de La Salle. Magster en Educacin de la Universidad Javeriana.
Docente de la Universidad de La Salle . Perteneciente al grupo de Educacin Ciudadana, tica y Poltica
.
Resumen Wittgenstein declina sus estudios de ingeniera mecnica cuando Russell valor
positivamente un texto de lgica suyo. Se traslada a Cambridge para estudiar filosofa, lgica y matemtica. En la Universidad de la ciudad conoce personalidades de la talla de Frege, Moore, Keynes, Whitehead, Hardy entre otros. En los aos de 1911 a 1914 antes de ir a la guerra, tena un doble tormento: resolver los problemas de la lgica filosfica y comprender sus problemas hiperlgicos existenciales. El observa que el ambiente intelectual en el que se mova contrastaba significativamente con el ambiente agitado de Cambridge. Esto lo oblig a retirarse al fiordo de Skjolden para pensar en sus problemas que ms le acosaban.
El propsito de esta reflexin est en determinar los problemas lgicos e hiperlgicos que trabaj en Noruega. Su intencin de construir una cabaa que nunca utiliz.Se transforma en el smbolo de su centro intelectual, que elucid los problemas lgicos de la Teora de los Tipos, la bipolaridad de lo verdadero y lo falso y la nocin de tautologa. Paralelamente, a estas cuestiones reflexionaba los problemas hiperlgicos del suicidio, la muerte y dios. Temticas que erigieron el universo del Tractatus de la decibilidad y del silencio.
Palabras Claves. Lgica, Hiperlgica y Absurdo Abstract Wittgenstein declines studying mechanical engineering and nautical when Russell welcomed
logic text. He moved to Cambridge to study philosophy, logic and mathematics. The University of the City known personalities like Frege, Moore, Keynes, Whitehead, Hardy and others. In the years of 1911-1914 before going to war, had a double torment solve the problems of philosophical logic and understand their problems hiperlgicos - existential. He notes that the intellectual environment in which he moved contrasted significantly with the Cambridge-paced environment. This forced him to withdraw the Firth of Skjolden to think about their problems that beset him.
The purpose of this reflection is to determine the logical problems and hiperlgicos who worked in Norway. His intention was to build a hut he never used. However, it is the symbol of its intellectual center, which elucidated the logical problems of the Theory of Types, bipolarity of the true and the false, and the notion of tautology. In parallel, these issues reflected hiperlgicos problems of suicide, death and God. Subjects who erected the Tractatus universe of decidability left in silence.
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Keywords Logic, Hiperlogic and absurd. INTRODUCCIN Wittgenstein senta que la ciudad de Cambridge lo distraa de forma considerable para sus
propsitos acadmicos. Por ello pretendi construir una cabaa en Skjolden Noruega, para dedicarse a pensar los problemas lgicos que le interesaba. Pero su exilio tambin tena el propsito de contemplar los problemas que le atormentaban sobre el suicidio, la muerte y dios.
El centro de su decisin la construccin de la cabaa y su proyecto de vivir por dos aos en ella, se desvaneci cuando se fue como soldado voluntario para la guerra; su idea era morir en combate que contrastaba significativamente en seguir trabajando los problemas de lgica como se consignaba en su diario filosfico.
En su instancia en Noruega pensaba los problemas de la lgica filosfica pero paralelamente surgan los problemas de la hiperlgica existencial. Esta bifurcacin la asevera ms tarde Wittgenstein a Von Ficker cuando pretende describir su obra del Tractatus: -mi obra se componen de dos partes, de lo que aparece en ella y aquello que no he escrito. Esta ltima es la parte importante-.En esta glosa demarca aquello que tiene sentido (lgico) con respecto a lo que no tiene sentido (ilgico). Precisando esta es la parte ms importante.
El desarrollo metodolgico trata de realizar una retrospectiva a esta frase, recabando la informacin del perodo que estuvo en el fiordo de Noruega. Segn la correspondencia con Russell y el diario de Pinsent, se instal en Skjolden Noruega, a principios del mes de septiembre de 1913 hasta el mes de agosto de 1914, momento que se va para la guerra.
El desarrollo del texto tiene dos partes: los antecedentes de 1914 y la instancia de Wittgenstein en Skjolden. La pesquisa para este trabajo se acudieron a dos fuentes: el diario de Pinsent y la correspondencia de Wittgenstein con Russell y Moore. Junto los documentos de las Notas de Lgicas de 1913 y las Notas dictadas a Moore en 1914.
1. ANTECEDENTES DE 1914.
Wittgenstein en 1914 tena 25 aos. Los logros hasta ese momento fueron el ingreso y finalizacin de los estudios de Ingeniera Mecnica en la TechnischeHochschule de Charlottenburg de Berln. (1906-1908). Contina sus estudios en aeronutica en la Universidad de Manchester y ah se interesa por las matemticas puras. (1908-1910). Disea y construye un motor de avin a propulsin a chorro. (1910). Wittgenstein abandona su diseo del motor, para concentrarse en el diseo de las hlices, en el que logra patentarlo. Obtiene una beca de investigacin para el perodo de 1910-1911.
Wittgenstein mientras trabajaba en sus proyectos de ingeniera; paralelamente se preocupaba por las matemticas puras (le obsesion los Principia Mathemtica e intenta solucionar las paradojas propuestas por Russell y los Grundgesetze der Aritmetik de Frege. 1909). En 1911 traza los esquemas de un libro de filosofa, pero lo abandona por Frege, quien le sugiere estudiar con Russell, en el Trinity College de Cambridge. Los dilogos permanentes entre Wittgenstein y Russell se centran sobre lgica matemtica. En estas conversaciones emerge el cuestionamiento de Wittgenstein si tiene capacidad para la filosofa.
En 1912 Wittgenstein abandona la ingeniera tras un positivo manuscrito valorado por Russell. Su admisin como estudiante le permiti conocer a Moore, Pinsent (amigo), James y Keynes. En este ao viaja a Viena, Islandia y nuevamente Cambridge con Pinsent. Participa fugazmente en los debates ticos en la Sociedad de Apstoles Herticos38. En 1913 muere su
38
En las estancias de Trinity en Cambridge, las tardes dominicales se apiaban pensadores, a debatir los problemas ticos y morales que rondaban en su momento. Sus miembros se llamaban apstoles herticos. Esta sociedad hertica fue fundada en 1912 con el
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padre y surge sus primeras opiniones de filosofa en el texto de lgica TheScience of Logic- de PeterCoffey39 para la Cambridge Review. El trabajo sobre lgica que realiza en este ao aunque le satisface no tiene la suficiente seguridad para publicarlo.
A finales de 1913 en las vacaciones en Noruega,Wittgenstein le confi a Pinsent en la ciudad de Oslo, un extrao presentimiento. Tena que escribir las Notas sobre Lgica antes que le sorprendiera la muerte. Wittgenstein llega a Cambridge escribe las Notas Lgicas, las discute con Bertrand Russell, mientras que Philip Jourdain toma dichas notas taquigrficamente para luego tipearlas a mquina.
Las tensiones lgicas e hiperlgicas, enferman a Wittgenstein, en septiembre de 1913 anuncia su exilio a Noruega. Lo afirma Pinsent con el siguiente escrito:l debera vivir completamente slo y retiradoy no hacer sino su trabajo en Lgicatrabajar ms y mejor que en Cambridge, donde, dice, estar expuesto a la interrupcin y a las distracciones(Von Wright; 2004, p. 125)40. Pretende pernotar all los prximos dos aos. Pero se interrumpi el 7 de agosto para alistarse como soldado voluntario en la Primera Guerra Mundial.
2. LA ESTANCIA DE WITTGENSTEIN EN SKJOLDEN. 1914
La situacin tensa de los problemas lgicos e hiperlgicos de Wittgenstein entre 1912 a 1914 se pueden reflexionar en tres apartados: el primero es la fundamentacin de la lgica y su reflexin sobre el suicidio. El segundo es la Teora de los Tipos y su encrucijada con la muerte. El ltimo la indefinibilidad tautolgica y la cuestin de dios.
2.1 El Diario de Pinsent y las cartas de Wittgenstein con Russell y Moore. 2.1.1 La Fundamentacin Lgica y el Suicidio.
Wittgenstein tena una fuerte preocupacin por el suicidio y un miedo a la locura. Esta intranquilidad le profundizaba considerablemente su salud mental. Pinsent aseveraba: que durante nueve aos, hasta la ltima navidad, padeci una terrorfica soledad (mental); que pensaba, entonces, continuamente en el suicidio,.(Von Wright; 2004, p. 32-33)41 . En las conversaciones que sostena Wittgenstein con Pinsent, gustaba de ensearle de lgica simblica y de lgica matemtica. Manifestndose como un buen profesor. me explic la definicin de Russell de nmero, etc. Y el uso de su simbolismo lgico extremadamente interesante. Wittgenstein es un muy buen profesor.(Von Wright; 2004, p. 46)42.
La enseanza de la lgica simblica y matemtica junto con sus reflexiones sobre la locura y el suicidio. Wittgenstein manifiesta una personalidad diferente y novedosa con un cierto carisma mstico. Pinsent afirma finalizadas las vacaciones de mitad de ao de 1912: Deja, incluso una impresin mstica en m:consiste en sensaciones nuevas nuevos ambientes- y adems, sean lo que sean con tal de que sean nuevos. (Von Wright; 2004, p. 69)43. Sin embargo esta marca
Cambridge Magazine por Ramsey. La sociedad: semisecreta y antiguo club de discusin de Cambridge, tambin llamado los apstoles. Russell, Moore y Keynes fueron miembros de la sociedad. En 1912, Russell haba propuesto el ingreso de Wittgenstein. Un relato de las actividades de la sociedad en los aos anteriores a la Primera Guerra Mundial se hallar en Russell, Autobiography, I, p. 68-70. (Wittgenstein II; 2009, p. 431).
39P. Coffey, TheScience of Logic(la Ciencia de la Lgica) London: Longmans, Green &
co., 1912. Wittgenstein publica su crtica en la Cambridge Review, No 34, el 6 de Marzo de 1913, p. 351. Su veredicto es cido: -lo peor de un libro como ste es que retrae a la gente sensata de estudiar Lgica-. (Hendrik von Wright; 2004. p. 81).
40 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 24 de Septiembre de 1913.
41 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 30 de Mayo de 1912.
42 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 14 de septiembre de 1912.
43 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 5 de Octubre de 1912.
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mstica contrasta significativamente con las fuertes discusiones con sus ms grandes amigos: Russell y Moore.
En los primeros meses de 1913, la discusin de Wittgenstein con Russell, trat sobre la cuestin de la -fundamentacin de la lgica-. El mostr sus ltimos descubrimientos en la fundamentacin de la lgicaRussell asenta lo que l deca sin un murmullo.(Von Wright; 2004, p. 80)44. El debate entre Wittgenstein y Moore se present en el mes de marzo del mismo ao. El tema era sobre la -Teora de los Tipos de Russell-. Esta discusin coincidi con la confrontacin de Moore con Scott, quien critic el texto de las -Principia Ethica-45. Moore de forma jocosa e irnica lo despach con la siguiente actitud: El mismo Moore estaba all y fue despus muy gracioso: admiti que todo el libro estaba equivocado, pero no por las razones dadas por Scott:.(Von Wright; 2004, p. 84)46.
2.1.2 La teora de los tipos y la encrucijada con la muerte.
En el diario de Pinsent se afirma continuamente los sorprendentes descubrimientos de Wittgenstein en la materia de la lgica. Cules fueron estos descubrimientos lgicos? La respuesta estriba en los conceptos fundamentales de la lgica. Este proyecto busca definir por un lado la filosofa de la lgica. la cenagosa confusin de la Filosofa est cristalizando por fin en una slida teora de Lgica- 47 . Pero por otro lado, la relacin y la distancia, como posibilidades del conocimiento, de la filosofa y la metafsica. La nica parte de la filosofa sobre la que hay alguna posibilidad de conocer algo, la metafsica, que est impedida por la total carencia de datos.(Von Wright; 2004, p. 98)48.
Las reflexiones de Wittgenstein sobre las diferenciaciones finas entre la filosofa, la lgica y la metafsica; producen gran entusiasmo en Cambridge sobre todo en Russell y Whitehead. Estos anlisis se encuentran desarrollados en las Notas sobre Lgica-.(Von Wright; 2004, p. 100)49. La reflexin y la explicacin de los anteriores temas y especialmente la teora de los tipos, le producan a Wittgenstein una profunda crisis neurtica que lo llevaba a pensar en el suicidio. Se halla realmente en un horrible estado neurtico: esta noche se culp a s mismo de una espantosa manera y expresIncluso a veces habla de haber considerado el suicidio.(Von Wright; 2004, p. 109)50.
Esta crisis registrada por el diario de Pinsent el 4 de septiembre de 1913, la confirma una misiva de Wittgenstein enviada a Russell el 5 de septiembre de 2013. En ese momento segua en el trabajo de la teora de los tipos en relacin con la bipolaridad. Querido Russell: Heme aqu sentado en un pequeo lugar de un hermoso fiordo, pensando en la maldita teora de los tipospienso que esto no afecta la cuestin de la bipolaridad, que an me parece absolutamente intangible.(Wittgenstein II; 2009, p. 332)51. La inteligibilidad, la comprensibilidad y la comunicabilidad de la teora de los tipos lo deprimen profundamente asegura Pinsent.
44
Extracto del Diario de Pinsent escrito el 4 de Febrero de 1913. 45
Sir W L. Scott (1892-1951), asisti a Clare College entre 1910-1913, funcionario estatal. G. E. Moore (1873-1958) fue profesor universitario de ciencias morales (1911-1925). Fue el apstol ms influyente de su poca, y asimismo, miembro activo de la Trinity SundaySociety (Sociedad Dominical del Trinity), a la que haba pertenecido desde 1895. Su Principia Ethica fue publicado en 1903. (Hendrik von Wright; 2004. p. 83).
46 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 2 de Marzo de 1913.
47 Realmente la lgica es toda la Filosofa. Todo lo dems que es, libremente, as llamado
es o metafsica que ser perdida, no habiendo datos- o ciencia natural, por ejemplo la psicologa. (Hendrik von Wright; 2004. p. 98).
48 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 25 de Agosto de 1913.
49 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 29 de Agosto de 1913.
50 Extracto del Diario de Pinsent escrito el 4 de Septiembre de 1913.
51 Extracto de la Misiva enviada por Wittgenstein a Russell, el 5 de septiembre de 1913.
Hotel Oistenjo, Noruega.
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Siempre est diciendo de que est seguro de que morir en cuatro aos. (Von Wright; 2004, p. 119)52.
Esta afirmacin de Pinsent, la valida el mismo Wittgenstein en una misiva a Russell, enviada el 20 de septiembre de 1913. En este momento no tena resuelto el problema de la teora de los tipos, surgindole a su vez la angustia que morira muy pronto, sin lograr elucidar este problema lgico. Querido Russell: crece en m da a da el sentimiento de que morir antes de poder publi