Memorias encuentro Colombia Creativa - … · Transformaciones personales en la actitud...

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Colombia creativa PROMOCIÓN BICENTENARIO PROFESIONALES EN ARTES Memorias encuentro Colombia Creativa | NOVIEMBRE 2011 |

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ColombiacreativaPROMOCIÓN BICENTENARIO PROFESIONALES EN ARTES

Memorias encuentro Colombia Creativa| N O V I E M B R E 2 0 1 1 |

Memorias encuentro Colombia Creativa

| N O V I E M B R E 2 0 1 1 |

Memorias encuentro

Colombia Creativa

| N O V I E M B R E 2 0 1 1 |

Universidad Pedagógica Nacional

MINISTERIO DE CULTURA

Facultad de Bellas Artes

Dirección de Artes

2012

Ministerio de Cultura

MinistraMariana Garcés Córdoba

ViceministraMaría Claudia López Sorzano

Directora de ArtesGuiomar Acevedo Gómez

Asesora Grupo de Educación ArtísticaMargarita Ariza

Coordinador de Colombia CreativaÁlvaro Martínez

Universidad Pedagógica Nacional RectorJuan Carlos Orozco Cruz

Vicerector de Gestión UniversitariaVíctor Manuel Rodríguez Sarmiento

Decano Facultad de Bellas ArtesCarlos Hernando Dueñas Montaño

Coordinación EditorialMónica Marcell Romero Sánchez

Coordinación Académica del EncuentroEliécer ArenasOmar BeltránCarlos DueñasMónica Romero

2012 Facultad de Bellas Artes Universidad Pedagógica Nacional

CompilaciónMónica Marcell Romero Sánchez

Diseño y Diagramación Pilar Ducuara

Bogotá, D.C. 2012©Todos los Derechos ReservadosProhibida su reproducción total o parcialISBN:_____________________

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ContentsPresentación 11

Relatoria mesa uno 13Transformaciones evidenciadas a partir de Colombia Creativa 14

Universidad de Antioquia (Estudiantes) 14

Transformaciones en el ámbito de la educación y la pedagogía 14

Transformaciones en el ámbito de las actitudes y aptitudes personales y en el ejercicio profesional 14

Transformaciones en cuanto al bienestar y la calidad de vida 15

Transformaciones en cuanto a la percepción social de los egresados 16

Universidad del Atlantico (Estudiantes) 16

Transformaciones administrativas y académico-curriculares 17

Universidad de Antioquia 17

Universidad del Atlántico (Administrativos) 19

Universidad Industrial de Santander 20

Transformaciones en los contextos 20

Pertinencia del Programa Colombia Creativa 21

Pertinencia curricular 21

Universidad del Atlántico 21

Universidad Industrial de Santander 23

Universidad de Antioquia 24

Pertinencia del programa con el contexto 25

Algunas tensiones propuestas en la mesa acerca de la pertinencia 25

Saldos y prospectivas 26

Administrativos 26

Falencias 28

Prospectivas 29

Relatoria mesa dos 31Transformaciones evidenciadas a partir de colombia creativa 31

Pertinencia del proyecto en relación con la política 34

Saldos y prospectivas evidenciados en colombia creativa 35

Relatoria mesa tres 41La pertinencia que ha tenido el proyecto con respecto a la política, al manejo de los contextos, y a las

situaciones reales y actuales de la población beneficiaria 55

Saldos que ha dejado el proyecto, y desde éstos, realizar proyecciones y recomendaciones, intentando generar propuestas constructivas 63

Lecturas de expertos 73

Ayudar a lo que viene solo (lao tse) Reflexiones sobre Colombia Creativa -Fernando Montes 73

Una lectura desde las artes visuales - Luisa Ungar 81El reto anfibio 81

El anfibio transgénero 82

El transgénero sometido 84

Los parientes pobres 84

Aprovechándose del transgénero 85

Conclusión A: CC le conviene al transgénero 86

Conclusión B: El transgénero visibilizado y la enseñanza de las artes 87

Sugerencias finales 89

Colombia Creativa Los sentidos de una apuesta - Jorge Sossa Santos 91

Algunas paradojas de país Una mirada reflexiva sobre Colombia Creativa y el sector artístico nacional - Ruth Helena Jaramillo 103

Trabajos citados 116

Una mirada hacia la investigación 119

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PresentaciónLos días 3, 4 y 5 de Noviembre de 2011, en el centro Cultural Gabriel Betancur Mejía de la Universidad Pedagógica, el Ministerio de Cultura convocó a las entidades que tie-nen la responsabilidad de llevar a cabo el Programa Colombia Creativa, ideado para brindarle la oportunidad de certificar como profesionales a artistas empíricos del país en música, danza y teatro. Se convocaron además egresados de la primera cohorte con el propósito de conocer diversas perspectivas del desarrollo del Proyecto.

La realización misma del Encuentro se propuso como una apuesta por el dialogo de saberes en el que se diera cuenta de manera reflexiva y crítica de los impactos académicos y de la flexibilización institucional en la que participantes los distintos actores provenientes de la Academia (docentes, estudiantes) y del Estado (Minis-terios de Educación y Cultura, Icetex), en aras a construir criterios de evaluación y proyección del Programa en relación con las funciones de la Universidad (docen-cia, investigación, extensión).

En razón a lo anterior se propuso una transición entre los aspectos administrati-vos y académicos del Programa, centrando la mirada en los segundos.

El Encuentro se estructuró a partir de tres grandes bloques, el primero de ellos

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referido a las transformaciones derivadas de la implementación del Proyecto, el segundo integró reflexiones sobre la pertinencia del Programa en relación con la política y el tercero identificó saldos pedagógicos y posibles prospectivas de Colom-bia Creativa.

Estos bloques temáticos se abordaron en mesas de trabajo conformadas por estu-diantes del Programa, docentes y directivos. Participaron también en cada una de ellas, moderadores y relatores que elaboraron las respectivas memorias. Así mismo, se contó con la presencia de expertos, que al finalizar las sesiones compartieron una lectura sobre lo sucedido en estos días y que se condensa en escritos que configu-ran la segunda parte de este documento.

En la parte final el lector encontrará un artículo reflexivo sobre la investiga-ción centrada en la sistematización del Programa.

Lo registrado en estos días de conversaciones se recoge en esta compilación que espera ser testimonio de la transformación de quienes han participado en su construcción y desarrollos.

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Relatoria mesa unoModerador: Juan Mauricio Villa Pérez, graduado en la primera cohorte de la Uni-versidad Pedagógica Nacional en el programa de la Licenciatura en Música.

Relator: Jaime Hernán Cabrera Eraso. Universidad de Nariño.

La mesa uno estuvo conformada por la Universidad del Atlántico, la Universidad Industrial de Santander y la Universidad de Antioquia.

La asistencia fue de 26 participantes entre de directivos, docentes, estudiantes, exper-tos lectores y representantes del Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación.

Presentación: La siguiente relatoría corresponde al trabajo desarrollado en la Mesa No 1. Para efectos de una mejor sistematicidad y contextualización, se agrupa-ron las temáticas desarrolladas por universidad diferenciando la participación de estudiantes docentes y directivos de tal manera que facilite al lector una mejor comprensión del desarrollo académico del encuentro. Con el mismo objeto las par-ticipaciones se presentan como afirmaciones conclusivas.

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Transformaciones evidenciadas a partir de Colombia Creativa

Universidad de Antioquia (Estudiantes)

Transformaciones en el ámbito de la educación y la pedagogía

Cambios en el pensamiento acerca de la forma como diseñar procesos metodológicos y pedagógicos para repensar el campo de la danza en la región.

Colombia creativa se convirtió en una re-ingeniería sobre todo a nivel docente y pedagógico.

Adquisición de pensamiento crítico frente al valor de la educación y la formación de las personas.

Transformaciones frente al campo pedagógico en cuanto se cambió el preconcepto de la profesión docente en orden a una mayor comprensión de la práctica docente musical.

Enriquecimiento de lo pedagógico afianzando saberes y prácticas en este campo de creación y formación.

Nuevas maneras de hacer pedagogía, nuevos recursos y saberes, adquisición de otras formas de acercamiento a los estudiantes.

Transformaciones en el ámbito de las actitudes y aptitudes persona-les y en el ejercicio profesional

Transformaciones personales en la actitud (ego-autoestima) al enfrentar un pro-ceso universitario que implica reacomodamientos frente al conocimiento

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Desarrollo de la capacidad para sortear tensiones propias del ejercicio artístico.Ampliación en el reconocimiento de las necesidades y actitudes frente al aprendizaje.Fomento de acciones solidarias entre el grupo de estudiantes.Reconocimiento del valor implícito del desaprender para aprender algo nuevo.Revaloración del músico como ser profesional y social.Percepción de una mirada diferente de la sociedad a los egresados.Cambios en la actitud frente al conocimiento y su compartimentalidad, diversi-

dad y el tipo de relaciones que se generan entre docentes y estudiantes.Promoción de valores solidarios con otros estudiantes. Ej. En la universidad del

Atlántico se encontró un caso específico de un estudiante con discapacidad visual que fue acompañado durante su proceso formativo por el resto de sus compañeros.

Cambios en los hábitos de estudio y autoformación. Adquisición de disciplinas de estudio.Cambios en la disposición frente al aprendizaje diferenciado incluso entre, co-

hortes. Caso Universidad del Atlántico. La cohorte anterior estaba compuesta por personas mayores.

Actitud positiva frente a todos los contenidos ofrecidos en los programas.El programa ha suscitado cambios actitudinales y reflexiones en cuanto a la

práctica anterior y los aportes del nuevo conocimiento en el proceso formativo.Autoafirmación y empoderamiento personal como artista.Adquisición de compromisos sociales y valoración del arte como medio de cre-

cimiento y desarrollo social.

Transformaciones en cuanto al bienestar y la calidad de vida

Mejores resultados en los ingresos económicos y en la autoafirmación como profe-sional, en términos de dignificación.

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Cambios en cuanto a la posibilidad de ampliar el campo laboral y profesional de la persona hacia otras acciones como gestión cultural. Re-encontrar perfiles y nuevos ámbitos laborales.

Promociones laborales que impactan en bienestar económico.

Transformaciones en cuanto a la percepción social de los egresados

Los contextos familiares se fortalecen favorablemente al tener en su interior un artista profesional

Valoración del entorno familiar y comunitario del profesional.Reconocimiento por parte de la universidad de su capacidad profesional y como

estudiante normal de la U.Niveles de escucha entre docentes y estudiantes fortalecen las relaciones inter-personales.

Universidad del Atlantico (Estudiantes)

Cambios de mentalidad y apertura de espacios de reflexión entre docentes y estu-diantes a partir de mutuos aportes. Retro-alimentaciones. Nuevos conocimientos y experiencias.

Reflexión en cuanto a responsabilidad y compromiso social a partir de áreas como cultura ciudadana, que permiten desde las artes afectar la educación de los ciudadanos.

Invidente trabajando con invidentes en el campo.Se plantean una discusión paradójica frente al reconocimiento posterior a la titula-

ción y el desconocimiento de los años de experiencia práctica. Caso Juan Mauricio Vi-lla. Entre otros. (Comentario: La experiencia no se puede romper después del título).

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Cambio estructural en la forma de pensamiento, sobre todo frente a otras músi-cas en cuanto a reconocer la existencia y validación de ellas.

Reconocimiento de las tensiones entre las expresiones musicales populares y tra-dicionales frente a la música académica. Situación a la que aporto los compañeros de otras regiones. (Caso U. de Antioquia)

Cambios de relaciones de verticalidad en la Universidad con respecto a la rela-ción docente-alumno.

Transformaciones administrativas y académico-curriculares

Universidad de Antioquia

Exigencia de adaptar procesos administrativos para manejar flexiblemente el pro-grama: ej. Se manejan de manera separada sistema de pagos de matrícula. Rectores conocieron de primera mano el proyecto lo que facilitó la gestión flexibilizada. Al interior de las facultades se creó una nueva dependencia que trabaja en paralelo el proyecto, de manera diferente a la de los departamentos. Ello permitió una mejor comprensión del programa que llevó a superar, entre otros, los cuestionamientos iniciales de algunos docentes y estudiantes al-rededor de los tiempos y de las dudas sobre calidad.

Conformaron comité académico de tres coordinadores de música, teatro y dan-za, para generar políticas pedagógicas que son generales a todos los estudiantes. Se produjo cartilla para todos los programas.

Se logró articulaciones entre los tres programas y articulaciones, entre las perso-nas participantes.

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El programa permitió una nueva dinámica de trabajo conjunto, diferenciada de las de los programas regulares.

En lo académico-curricular. Los programas son exactamente los mismos. Se se-paró una porción académica ya que se consideraba que los estudiantes tenían los bagajes suficientes, para que ellos no tuviesen que verla y sí lo que se consideraba no habían visto. Se consideró la pertinencia de esos estudios.

Uso de herramientas tecnológicas en las siguientes cohortes, para las segundas co-hortes se implementó el uso de la plataforma virtual. Se vinculan ahora graduados de las primeras cohortes.

Se transformó la actitud de los docentes y comunidad académica al programa.La flexibilización ha permitido resolver tensiones, sin detrimento de los princi-

pios que rigen el programa y que se consideran transversales. Se han introducido elementos que fortalecen la estructura curricular generando

dinámicas de planeación mejor articuladas y adecuadas a los momentos y circuns-tancias formativas. Ello a partir del trabajo de grupo colaborativo.

Transformaciones en las relaciones de la prescencialidad, suponen también lo-gros en las autonomías de los estudiantes.

Re aprender a ser maestro en términos de plantearse las preguntas acerca del cómo enseñar. Ello vivificó las prácticas reales de los estudiantes y de los profesores.

Transformación del asignaturismo como modelo tradicional de formación hacia objetos de conocimiento.

Los docentes planifican permanentemente el proyecto, lo evalúan y lo transfor-man permanentemente.

La regionalización ha permitido a los docentes conocer las manifestaciones de las disciplinas en las distintas regiones del país con sus propias características y particu-laridades reconociendo las necesidades particulares de acuerdo con las idiosincrasias.

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Cambios en la concepción del arte como campo.En aras de la flexibilidad se levantaron los pre-requisitos. Se plantea la persistencia de las tensiones entre la academia centro europea

frente a las prácticas reales de desempeño profesional de los estudiantesCambios en cuanto a la inserción de contenidos y métodos concertados con

los estudiantes.Se realizaron transformaciones solicitadas por los estudiantes en cuanto a meto-

dologías y contenidos transversales del programa.Revisión de los planes de estudio.

Universidad del Atlántico (Administrativos)

Transformaciones administrativas en cuanto a procesos de matrícula y admisiones.Incorporan también en comité a los directores de los programas involucrados.Compartimiento y seguimiento por parte del comité durante todo el proceso de

la experiencia, para introducción de cambios en la estructura académico-curricular. Incorporación de módulos académicos la flexibilidad permitió compactar varios

niveles de materias en cada módulo.Transformaciones en las metodologías a través de los módulos diferentes a los

del programa regular.Incorporación de las plataformas virtuales que también se aplican al programa regular.En investigación sistematización de las experiencias en el programa como

modalidad de grado.Cambios en el sentido de pertenencia y compromiso de los docentes.Transformaciones en las prácticas docentes.

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Participación de docentes internacionales para el programaRequisitos de grado como ingles se incorporó al programa.Acogida de la institución favorable y cercana al estudiantes. Humanización de la U.

con el estudiante.Respeto y reconocimiento por parte dela institución del saber y nivel de los estudiantes.Reconocimiento de las tensiones entre la academia y la práctica real. Situación que

antes no era materia de discusión ni de interés en los programas regulares

Universidad Industrial de Santander

Conocimiento de las directivas institucionales acerca del proyecto.Cambios en el área de práctica docente que se venía realizando en bandas se

transformó a prácticas de aula.Flexibilidad. En los escenarios de práctica y la forma como se desarrollan esos

procesos. Plantean proyectos de aula desde su propia situación.La diversidad en los niveles del ejercicio profesional específico implicó adaptaciones

de la comunidad profesoral del programa hacia la realidad individual de los alumnos.

Transformaciones en los contextos

Se generaron cambios en cuanto a que en la región se legitima socialmente y se reconoce la experiencia y se visibiliza al egresado. Caso egresados de danza del Departamento del Quindio.

Valoración institucional y comunitaria en cuanto a la afirmación de las tradiciones y Los proyectos de grado (Sonsón) se propone la creación de escuelas de música desde un componente IAP, para la región articulando el currículo a la realidad del contexto regional.

Implementación de escuelas de música con currículos y planes de estudios, articulando la práctica de artes a la escuela.

Barrancabermeja. Se evidenciaron transformaciones en entrono de violencia a partir de

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la creación de procesos formativos comunitarios, utilizando la música.Estudios de las prácticas tradicionales a partir de la música académica para enseñar el vallenato.Se crean grupos dentro del programa que son solicitados por la comunidadSe han realizado proyectos que buscan vincular las músicas tradicionales y académicas

para resolver las tensiones.Se han incrementado las propuestas y proyectos presentados al Ministerio a partir de

la apertura de nuevas expectativas no solo a través de los instrumentos (elaboración de proyectos) sino de las mentalidades.

Cambios en las instituciones locales frente a la necesidad de fomentar a la formación de artistas.

Instalación de los proyectos de investigación en las realidades y transformaciones necesarios en los contextos. (Antioquia).

Oferta de nuevos proyectos artísticos académicos y culturales de manera mancomunada y apoyada en el proceso de Colombia creativa.

Cualificación docente y generación de músicos a través de creación de bandas juveniles.

Pertinencia del Programa Colombia Creativa

Pertinencia curricular

Universidad del AtlánticoLa malla curricular por módulos permitió la interdisciplinariedad en cada uno de

ellos y la educación a los contextos particulares de donde provienen los estudiantes.Pertinencia en cuanto la investigación en el programa busca indagar sobre procesos

identitarios y de valoración de los contextos culturales, de los impactos del programa en la región y en cuanto a lo pedagógico sobre todo en lo relativo a aulas extendidas (Tics)

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Se hace la pregunta acerca de cuáles son los elementos que generan la misma puesta en marcha del programa desde el ministerio como institución y la profesionalización en términos de legitimación. De ello surge una pregunta clave en cuanto a la pertinencia.

El programa ha permitido poner en cuestión las prácticas reales en lo cultural frente a la tradición académica, cuestión que permite el desarrollo del pensamiento como elemento esencial de pertinencia en lo curricular.

Improvisación como eje transversal apuntando a la creatividad y la forma de confrontar la realidad de la contemporaneidad los hace pertinente.

La Universidad es el lugar pertinente para el desarrollo del programa.Deslocalización de las artes y la academia para transformación de las lógicas de

la Universidad.La pertinencia también está en la base de las necesidades de dignificación y promoción

laboral de los artistas. Un elemento de pertinencia esta dado en la validación y valoración de las prácticas.Pertinente en la medida en que pone en cuestión a la academia tradicional y

promueve la revisión de los programas regulares.Pertinente porque busca satisfacer una demanda de profesionales para las regiones

y los distintos niveles educativos. Las necesidades de formación artística se suplen con profesionales de otras áreas.

El programa es pertinente porque responde a la necesidad de contextualizar la relación entre educación y cultura. La educación está determinada por políticas de carácter instrumentalista, en cambio las culturales son actos de resistencia como es el caso de Colombia Creativa. Colombia Creativa promueve la diversidad frente a la política educativa que promueve la hegemonía del discurso. Colombia creativa genera diferentes valoraciones en cuanto a la evaluación y la educación.

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El programa es pertinente en tanto resuelva la situación particular actual (finito) Surge la pregunta acerca de la permanencia del programa en que en otras

circunstancias futuras pueda ser pertinente.En el país hay una crisis de institucionalidad del arte, frente a una realidad de la

práctica artística, lo que implica que la discusión está dada en la vigencia de unas prácticas artísticas que están exigiendo re-significaciones en los procesos formativos.

En Quindío, el programa sigue siendo pertinente en la medida en que las necesidades que lo originaron aún subsisten.

Universidad Industrial de Santander

Cada institución ha visto la forma de reflejar de manera pertinente sus programas.La pertinencia social del programa y el impacto generado en los municipios y regiones

permiten darle este calificativo.. La pertinencia va más allá de la formación-profesionalización, también implica la

creación y transformación de las realidades culturales y educativas de esos profesionales, lo cual depende de otros programas nacionales de fomento.

Se cuestiona la vigencia del programa como forma de resolver necesidades de `personas que desertaron de la universidad y que ahora se pueda ver como una forma de sustraerse de las implicaciones y rigores de la academia

La pertinencia debe verse de manera prospectiva. De manera conjunta los ministerios desde una mirada más amplia a nivel de estado, como política cultural general del estado.

Se plantea que las acomodaciones que han tenido que hacer las universidades a las circunstancias de los estudiantes esta dada por los lineamientos de la política pública.

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La pertinencia plantea la dificultad en el diálogo de saberes entre las músicas que traen los estudiantes y las músicas de la academia, en tanto el reconocimiento de la doble mirada desde los epistemes y la validación del conocimiento. ¿Quien valida a quién?. ¿ cómo se valida?

En Colombia el programa debe permitir la creación de programas que construyan sus propios perfiles. Esta reflexión fue posibilitada por Colombia Creativa.

La finitud del programa y su pertinencia estaría mediada por la existencia de la situación de exclusión, poca oferta de programas artísticos en el país.

La pertinencia no solo está en la validación de un saber, sino en las necesidades de cualificación y acceso al conocimiento.

El programa ha mostrado que la flexibilidad es una opción de pertinencia académica.El programa es pertinente en cuanto afecta la calidad de vida a partir de la obtención

del título por ello la pertinencia curricular debería estar atada a la realidad de las necesidades de los cultores.

La pertinencia en el currículo debe estar enfocada a investigar lo que tienen y necesita el estudiante.

Universidad de Antioquia

No se esta de acuerdo en llegar a conclusiones acerca de la pertinencia, habría necesidad de profundizar la discusión. La actual sería una aproximación.

La pertinencia de este programa esta dada en que da lugar a la reflexión en la formación y el arte.

El programa es pertinente desde la necesidades de las personas en tanto dignificación y búsqueda de conocimiento pero también en cuanto los estudiantes traen grandes aportes, conocimientos y experiencias que nutren a la universidad y la obligan a realizar transformaciones.

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La investigación se considera pertinente al interior de los currículos de los programas de Colombia Creativa. Sin embargo está afectada dadas las limitaciones del tiempo.

Se discute acerca de la pertinencia de la obra, de la creación como producto y sobre los procesos de investigación creación.

Se cuestiona el papel de Colciencias desde sus políticas excluyentes en el campo artístico.Se plantea la necesidad de entender la realidad desde las diferentes epistemes que

está en la base las prácticas y las teorías acerca de las artes.

Pertinencia del programa con el contexto

La formación académica impacta positivamente en las prácticas reales, enriqueciendo las experiencias de los entornos en los que se realiza la labor.

Mejoramiento de los contenidos y su actualización en cuanto a reformas y propuestas realizadas en las instituciones y lugares de trabajo.

La pertinencia social se nota en la cualificación del desempeño, haciendo que los egresados sean reconocidos por los “empleadores” y se reconozcan los nuevos elementos aportados por los estudiantes.

Los contenidos curriculares desde la perspectiva de los estudiantes son satisfactorios en la medida en que los conocimientos técnicos de la música abren nuevas posibilidades y herramientas tanto en la práctica musical como en la pedagógica para incidir efectivamente en el contexto social.

Algunas tensiones propuestas en la mesa acerca de la pertinencia

Plantear las tensiones que se producen desde el concepto de disciplina, en tanto discurso dominante, de ahí que es necesario.

Procesos de pedagogía desde el hacer. Necesidad de centrar un concepto de pedagogía.

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La reflexión entre desarrollo pedagógico requiere reflexión para el área artística. Pues la mirada del docente y su postura a veces riñe con su posición como profesional.

Que entendemos como pedagogía en el arte. La dupla artista formador. Las contradicciones en el ámbito educativo y normativo.

Ubicación y reflexión acerca de las didácticas emergentes y de las institucionalizadas.Tensión entre las didácticas aplicadas a las músicas tradicionales y populares desde

las didácticas tradicionales centro-europeas.Carencia de modelos pedagógicos en las artes y sobre todo en las universidades

Colombianas que se reflejen en los currículos.

Saldos y prospectivas

Administrativos

No es posible realizar una traductibilidad del programa regular al proyecto CC. Las identidades múltiples juegan dentro de las transformaciones que se dieron. Los jóvenes que se reciben son diferentes.

El programa fue una oportunidad para reflexionar los aprendizajes obtenidos en aras de sistematizarlas y encontrar nuevos sentidos. Se visibilizaron y emergieron nuevos elementos como identidades.

El docente debe ser sensible al sujeto que recibe a sus circunstancias lo que indica la necesidad de re-significar esas realidades.

El diálogo se re-significa como elemento fundamental del proceso formativo en términos de las relaciones verticales en favor de la horizontalidad.

Lo vivencial y experiencial son teorizados desde sus propias prácticas. Desde las perspectivas tanto de docentes como de estudiantes.

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La ruptura de la clase magistral en procura de talleres integrales desde paradigmas de la contemporaneidad. Eticidad y Flexibilidad.

Transformación en el ejercicio docente desde perspectivas de reconstrucción social de las prácticas artísticas reales.

Las estructuras de administración académicas se movieron hacia grupos u organizaciones más idóneas para administrar los programas. Construcción de comunidad académica.

Las segundas cohortes fueron más solicitadas y en todas ellas se han incorporado reformas positivas.

Innovaciones en las enseñanzas por objetos de conocimientoIncorporación de los egresados al programaRe-ingeniería en los quehaceres de los estudiantes en orden pedagógico y de actitud

comprometida con las comunidades.Impactos específicos de reformas y propuestas específicas de mallas curriculares

pertinentes a la educación básica. En prospectiva de otros niveles de formación. (Quibdó)

Conformación de agrupaciones musicales interinstitucionales (Quibdó) Reconocimiento, visibilidad y valoración del proceso por parte de la comunidad que

permite generar procesos de desarrollo cultural.Posibilidades de ampliación de nuevos campos para vincular profesionales al sistema

educativo en el área artística.Ampliación de los perfiles por ejemplo hacia la gestión cultural y la investigación.Retro-alimentación de los saberes adquiridos en la academia con la práctica profesional.Relaciones de carácter horizontal entre docentes y estudiantes docentes permitió

construcción de diálogos de saberes. Consensos en cuanto a contenidos concertados

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con docentes y ofertas de otras formaciones como diplomado (Atlántico)Los docentes se ajustan a las necesidades y características de los estudiantes.Algunas administraciones municipales y distritales apoyan el proceso, debido a su

posicionamiento y visibilidad. El proyecto mostró realidades musicales que las universidades no habían reconocido.

Falencias

La comunidad y el estado aún no responden positivamente a las necesidades locales de desarrollo artístico.

Falta ampliar las cohortes pues aún no es suficiente dada la demanda del programa.Insertar los programas en la Universidades Receptoras, abrir nuevos opciones de

formación en postgrados.ICETEX, incumplió con los acuerdos realizados en los convenios y con los estudiantes.Las pretensiones de investigación se ven limitadas por la duración del programa No hubo suficientes reuniones y procesos de desarrollo al comienzo del programa

que impidió mejorar y compartir experiencias. No son suficientes los encuentros.La obtención del título borra la experiencia previa. No se han definido prescencialidades que realmente garanticen los requerimientos y

circunstancias de los estudiantes. Todavía es pobre la discusión de estas circunstancias, debe profundizarse más acerca

de las circunstancias reales de los estudiantes frente a las organizaciones y las estructuras curriculares, que se han visto fracturadas.

Falta sistematización de las experiencias y los aprendizajes.En algunos casos, la flexibilidad es aún poco entendida por algunas instituciones

cuyas directivas no logran entender las posibilidades y los alcances de esta noción.

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La flexibilidad es un concepto que situarse al interior de las instituciones universitarias y que por no existir limita la estructuración de estos programas y su continuidad.

Prospectivas

Unificación y mejoramiento de los protocolos y procesos con ICETEX y seguimiento del Ministerio de estos procesos.

Promover el avance en los estudios de postgrado en la Universidades participantes. Buscar maneras de inserción en los mercados laborales incitadas por los Ministerio

de Educación y de cultura.Crear propuestas curriculares para la educación básica aplicable a las regiones donde

se desempeñan los egresados.Crear un banco de información de egresados que pueda ser ofrecido a posibles

empleadores acompañado de campañas de sensibilización sobre todo a instituciones para que implementen el área en sus instituciones.

Las pruebas realizadas para ingreso a la carrera docente deben consultarse a las universidades.

Los Ministerios y las Universidades deberían concertar una política pública sobre educación artística en el país que reconozca la realidad del campo.

Creación de una mesa permanente de universidades que ofrecen el programa para efectos de profundizar discusiones, intercambiar experiencias y avanzar en red.

Invitar a las Universidades receptoras a conocer los programas de Colombia creativa, para que se vinculen al proceso.

Continuar y ampliar el programa a otras áreas y regionesPromover el programa en las distintas regiones en las cuales aún no se conoceHacer un seguimiento a manera de observatorio laboral (se está implementando)

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Situar conceptualmente la pedagogía artística y las implicaciones que ella tiene en el currículo y en los perfiles y el campo artístico.

Construir unos acuerdos básicos que posibiliten la creación de programas específicos a Colombia creativa.

Implementar el trabajo en redes que permita generar `políticas programas que se proyecten a generar acciones de mejoramiento de la calidad de vida de los artistas a través de la educación.

Apoyo a las propuestas y proyectos de los egresados de CC por parte del ministerioPromover ante COLCIENCIAS, cambios en su política sobre investigación en el

campo artístico.Realizar investigaciones para reconocer e institucionales nuevas formas de formación

reconocidas por los ministerios.Red y asociación de egresados, intercambios de estudiantes, seminarios. Movilidad

de estudiantes.Sistema de becas para estudiantes de la profesional.El sistema de información debe incluir otras instancias gubernamentales, mostrando

investigaciones y compartiendo información.Promover .la creación de programas de postgrado dirigidos a los egresados del

programa, así como otras acciones de visibilización de resultados e impactos.

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Relatoria mesa dosModerador: Epifanio ArévaloRelator: Carlos Alberto Pinzón

La mesa dos contó con la participación de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá,

Universidad Tecnológica de Pereira, Universidad Distrital Francisco José de Caldas y la Universidad de Antioquia.

Transformaciones evidenciadas a partir de colombia creativa

Los presentes en la mesa abordaron el tema de las transformaciones evidenciadas a partir de Colombia Creativa. Estas se expresaron desde una visión personal a partir del rol que desempeñaron desde sus respectivas Instituciones. Estos roles eran de estudian-te, egresado, profesor o coordinador.

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Para los estudiantes la profesionalización, expresado por Calixto Araújo, se presentaba en primera instancia como una oportunidad para valorizar un conocimiento empírico. Se les abrió una oportunidad para acceder a la educación superior, en especial en regiones donde esta oferta no existía.

Fue también la posibilidad de aprender lenguajes que desde su practica empírica no habían tenido el tiempo de aprender. En palabras del Maestro Cesar Augusto Mejía era la posibilidad de “no tener que pagarle a otro y escribir mis propios pentagramas”.

Para el Maestro Araújo esas nuevas oportunidades y retos que planteó Colombia Creativa se fueron transformando en la medida que los estudiantes profundizaban en la formación. Se tendieron puentes entre la práctica y los nuevos conceptos lo que permitió que se transformaran percepciones que de estas mismas practicas se tenían en la academia. Se abrieron nuevas perspectivas y horizontes, se trascendió el propio lenguaje de la práctica artística.

En ese proceso formativo fue evidenciando una transformación que impactó en los distintos entornos de trabajo.

Para los maestros y los directivos de los procesos pedagógicos este proceso replanteo la manera misma como se leía el país cultural. Para el Profesor Carlos Dueñas, el trabajo que se tenía que realizar no era simplemente “legitimar” una práctica artística desde la academia. Era una nueva oportunidad tener una lectura distinta del país cultural.

En algunos muchos casos hubo oposición inicial al proyecto por parte de sectores del profesorado en diversas instituciones.

Para el Profesor Eliecer Arenas, se debía reconocer que “la banda sonora del país”, para el caso de la música, no fue escrita desde la academia. Se debía pensar en una nueva relación entre ese docente y ese nuevo estudiante que trae saberes propios. ¿Cómo se establece ese nuevo diálogo de saberes? Debía ser un proceso de diálogo que se daba entre pares. Este fue un elemento clave en la construcción de esa nueva pedagogía.

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Silvia Arroyave de la Universidad de Antioquia, enfatizó en las transformaciones que se sucedieron en los estamentos administrativos y académicos que implicaron cambios en los procesos de las oficinas de admisiones y registro.

Pero igualmente exigían nuevos retos en términos del planteamiento de los programas. Para la Universidad de Antioquia este procedimiento implico encuestas a los estudiantes de Colombia Creativa en relación con sus necesidades de formación para implementar la malla curricular.

Para el programa de Educación Artística de la Universidad Distrital, se fortaleció el conocimiento interdisciplinar desde el rigor de la academia.

El Maestro Epifanio Arévalo habla de las especificidades en términos de las necesidades de profesionalización, en ese sentido menciona los caminos recorridos por el Teatro en este aspecto y que presenta diferencias importantes con disciplinas como la música.

Para Luisa Ungar, y desde las Artes Visuales existe una tensión entre lo llamado “popular” y lo “conceptual”, la inserción en las comunidades y en los circuitos del arte y que estas tensiones se ubican en el centro del debate sobre una posible profesionalización en las Artes Visuales.

De acuerdo con estudios realizados en la Universidad de Antioquia, las transformaciones producidas por ese diálogo de saberes generaron importantes cambios en los niveles socioeconómicos de los egresados.

Para Carlos Dueñas se evidenciaron transformaciones administrativas en las instituciones a las cuales pertenecían los alumnos del programa. Estos cambios se dieron en términos de valorizar el trabajo de los creadores que tenía unos bajos niveles de reconocimiento. Pero igualmente los Estudiantes fueron ganando un espacio dónde se reconocían como miembros con plenos derechos de Instituciones como la Universidad Pedagógica.

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Pertinencia del proyecto en relación con la política

Luego de una breve intervención por parte de Gina Agudelo, sobre la intencionalidad del Ministerio de Cultura en cuanto a la formación de los sectores artísticos. Entre estos la Ministra ha manifestado su intención de continuar con el Programa y así se demuestra con el desarrollo de un nuevo convenio con ICETEX.

Para Omar Beltrán, el proyecto ha sido coherente en términos de la política que se planteo en su momento en el Plan de Artes y el Plan de música para la Convivencia. Colombia creativa, ha posibilitado una nueva relación entre los procesos académicos formales y no formales.

En una posición compartida por unanimidad, dicha pertinencia con la política se ve desvirtuada por los problemas suscitados por los incumplimientos del ICETEX. Se cuestionó que la aparición del ICETEX en el proceso implica una política en términos de lo que significa el crédito educativo, no importa su carácter de reembolsable o no reembolsable. Es importante revisar estas implicaciones a la luz de la Ley 30 y su reforma

Para Eliécer Arenas, se generó un cambio importante en la academia, quizás esta ha sido la más beneficiada, la que más ha aprendido de esta experiencia, los roles de profesor-estudiante se tienen en permanente cuestionamiento.

Para Calixto Araújo, los cambios que ha generado Colombia Creativa, trascienden los objetivos de política del reconocimiento de un deuda social. Ha implicado un cambio sectorial pues se redefine la dimensión del oficio del cultor, en unos casos se dinamizan las escuelas a las cuales ese cultor esté asociado, en otros surgen posibilidades para ocupar puestos desde donde se defienden y organizan los presupuestos para la cultura.

En términos de la relación con la Política cultural, La Universidad de Antioquia, plantea como se abrieron oportunidades para que los entes locales y Departamentales invirtieran recursos y se lograran abrir cohortes a pesar de no estar financiadas por el Ministerio de Cultura.

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Para La Universidad Tecnológica de Pereira se transformaron los paradigmas de comunicación e intercambio. Desde los procesos pedagógicos, se dieron interesantes mixturas que dan cuenta de nuevas prácticas culturales. Esto a su vez implica la creación de nuevas redes de intercambio entre estudiantes del programa. Este hecho pone de relieve que la producción cultural del país no pasa, en su inmensa mayoría por la academia.

Pero una de las tensiones y contradicciones más evidentes del objetivo de la política y manifestado por la Universidad Pedagógica, tiene que ver con el reconocimiento que se le hace al estudiante de su trayectoria para ingresar al programa. Este programa se basó sobre ese principio del reconocimiento de la experiencia. Esa experiencia que generaba toda una trayectoria, desaparece una vez adquirido el título profesional. Este fenómeno trae implicaciones en términos laborales para los estudiantes recién egresados del proceso de profesionalización, pues esa trayectoria, que fue definitiva para ingresar al programa de Colombia Creativa, no tiene ningún efecto en el momento de egresar del programa y enfrentarse al mercado laboral. Si bien existen estatutos docentes en algunas Universidades que permiten la contratación de estos recién egresados para vincularlos a sus programas regulares o de profesionalización, otras se rigen por los mecanismos de selección que solo cuentan la trayectoria “profesional” a partir de la obtención del título.

Saldos y prospectivas evidenciados en colombia creativa

Para la Universidad Pedagógica, uno de los saldos a favor ha sido la no desterritorialización de los alumnos que salían de sus regiones para formarse. Se cumplió con el objetivo de que los estudiantes obtuvieran su título y regresaran a sus entornos locales.

Otro saldo a favor ha sido la formación del cuerpo docente para este programa que abordó el reto de como desarrollar los diálogos de saberes. Este dialogo impactó a los

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programas regulares desde su diseño mismo o por el cambio en los discursos de los maestros.

Para La Universidad de Antioquia, y es una visión compartida por tosa la Universidades, los trabajos de grado de los alumnos son otro importante saldo a favor pues se cuenta ahora con la sistematización de sus experiencias locales que están a disposición de la comunidad académica, en muchos casos estas experiencias sistematizan proyectos de vida.

Se llama la atención sobre baja deserción del programa en especial en las cohortes financiadas por el Ministerio de Cultura. Y esta deserción se debió principalmente a los problemas administrativos del desembolso de los dineros ocurridos con el ICETEX. Sin embargo, cabe mencionar que esa deserción es mayor en las cohortes autofinanciadas, lo que infiere que existe una relación muy sensible entre la erogación económica por parte del alumno y los estudios de profesionalización.

Pero esto ha implicado, y es otro saldo a favor, que se han buscado otras fuentes de financiación diferentes al Ministerio de Cultura. La participación de los entes territoriales ha garantizado que se abran nuevas cohortes del programa.

Colombia Creativa ha logrado mostrarle el país a la Universidad y ha posibilitado que sus estructuras “paquidérmicas” académicas y administrativas tiendan a la flexibilización.

Para Carlos Sánchez, se llama la atención al Ministerio de Educación sobre el hecho tener ahora a 500 nuevos egresados con título. ¿Está preparado el sistema para incorporar a esos nuevos licenciados?. Esto tiene una relación con los lineamientos curriculares en artes que siempre son construidos por un experto de manera inconsulta con el sector.

En ese sentido se cuestiona una política y una evaluación de la política educativa que no sólo se puede pensar en términos de cobertura e indicadores. ¿Porque no se convocan a maestros para las áreas artísticas de educación?.

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Un saldo a favor y que ya se menciono en términos de la pertinencia del proyecto con respecto a la política, es una nueva manera de mirar la producción artística y como se puede alimentar a la academia de estas transformaciones. Se generan nuevas relaciones entre lo formal y lo no formal, donde se va entiendo la diversidad. La diversidad que implica heterogeneidad en las formas de aprender, dónde la Universidad no puede ser el punto de llegada, ya no es el epítome de la excelencia de los artistas. Se llama la atención sobre el cambio que ha significado Colombia Creativa en los cambios de los discursos de no solo alumnos si no los profesores.

Para la Universidad Pedagógica se deben aprovechar estos desarrollos y recogerlos para implementar modelos de educación Post-Gradual

En términos de prospectiva, y a pesar de las transformaciones que se han ocurrido en las Universidades, surge la pregunta emanada desde la Academia Superior de Artes de Bogotá, de hasta que momento en el tiempo se abre este programa de profesionalización. En un principio se pensó como finito. ¿se corre el riesgo de que se vuelvan estos procesos competencia con los programas regulares?

Por último las Universidades proponen continuar con una tercera fase de la investigación que logre

evaluar el impacto en el sector de un programa como el de Colombia Creativa. Dicha investigación

debe servir para difundir las sistematización de las prácticas y dar cuenta de los cambios que se han

vivido en la comunidad académica y en la no académica. Debe servir para negociar la continuidad del

programa y debe dar pie para investigaciones desde los estudios culturales. Debe recoger esa experiencia

pedagógica que ha implicado el cómo reconocer los saberes de los maestros empíricos para establecer

los diálogos de saberes.

El trabajo de investigación y los encuentros se deben mantener en el tiempo para evidenciar que

Colombia Creativa es un modelo diferenciado que debe visibilizarse ante diversos estamentos. Esto

implica el pensar siempre en nuevos puntos de encuentro entre las universidades que neve a pensar en

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nuevas lógicas que encuentren soluciones comunes a futuro. Las Universidades deben salir de propio

nicho, romper esas fronteras y buscar movilidad.

Esta mesa reconoce la importancia del programa de Colombia Creativa, los cambios e integracio-

nes que ha permitido, logrando de cierta manera permear las estructuras monolíticas de la Academia.

Se insiste, a pesar de las dificultades presentadas, insistir en una investigación de gran envergadura

que dé cuenta del impacto social y económico del Programa para determinar con mayor claridad la

continuidad el programa de profesionalización.

Esto implica necesariamente continuar en el ejercicio reflexivo sobre la formación del sector ar-

tístico en general, facilitando espacios de encuentro, intercambio y construcción desde las diferentes

visiones sobre la problemática de la profesionalización del sector artística colombiano.

Participaron en la mesaCarlos Dueñas, Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Pedagógica Nacional

Omar Beltrán, Jefe del Departamento de Música de la Universidad Pedagógica Nacional

Eliécer Arenas, Profesor de Música de la Universidad Pedagógica Nacional John Freddy

Palomino, Coordinador de Colombia Creativa de la Universidad Pedagógica Nacional

Marco Guerrero Egresado de la Universidad Pedagógica Nacional

Calixto Araujo, de Yopal Casanare egresado de la Universidad Pedagógica Nacional

Santiago Barrera, Egresado de la Universidad Distrital de Educación Artística

Maestro Cesar Augusto Mejía, Egresado de la Universidad Tecnológica de Pereira

Alexander Álzate, Egresado de la Universidad Tecnológica de Pereira

Diana Calvo, Directiva de la Universidad Tecnológica de Pereira

Gina Agudelo, Funcionaria del Ministerio de Cultura

Silvia Arroyabe, Coordinadora Administrativa de la Universidad de Antioquia

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Mabel Bohórquez, Coordinadora Administrativa de la ASAB, Universidad Distrital

Carlos Alberto Sánchez, Egresado de la ASAB, Universidad Distrital

Didier Urbano Egresado de la Asab, Universidad Distrital

Nos acompañaronLuisa Ungar lectora por Artes Visuales

Ruth Helena Jaramillo lectora por Artes Escénicas

Fernando Montes lector por Artes Escénicas

Jorge Sossa lector por Música

María del So Effio representante Ministerio de Educación Nacional

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Relatoria mesa tresModeradora: Paula AtuestaRelatora: Ana Carolina Ávila

La presente relatoría corresponde a los diálogos y debates generados en la mesa tres, en la cual sus participantes fueron diversos actores, como estudiantes, coordinadores, docentes, representantes de ACOFARTES y Ministerio de Cultura, los expertos lectores, la relatora y la moderadora.

Universidades Participantes: Universidad de Nariño, Universidad del Valle, Conservatorio del Tolima. Se suma al final de la primera conversación la Universidad de Antioquia.

Transformaciones evidenciadas a partir de colombia creativa teniendo en cuenta factores institucionales, profesionales y del ámbito personal

El primer tema que se debatió fue el de las transformaciones evidenciadas a partir de Colombia Creativa en los niveles personal, profesional, organizacional e institucional, y se

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planteó el tema como pregunta orientadora: ¿Qué transformaciones se han evidenciado a través de Colombia Creativa en los ámbitos personal, profesional, organizacional e institucional? Se hace claridad en la necesidad de articular estas respuestas al contexto cultural del que provienen los asistentes de la mesa, y a la importancia de contribuir al proyecto en una forma constructiva. Se estableció la dinámica de permitir a cada uno de los participantes de la mesa contestar a la pregunta, uno a uno, y una vez todos hayan contestado, realizar ampliaciones, comentarios o aclaraciones.Inicia John Jairo Perdomo, estudiante de la Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad del Valle. Comenta que le parece muy positivo de Colombia Creativa que ha permitido a los estudiantes reconocer los procesos que cada uno lleva a cabo en distintas regiones, nos dice que usualmente “se conocen las personas pero no se conocen los procesos”, y que Colombia Creativa ha posibilitado ese encuentro de procesos, muy importante para la construcción de otro tipo de relaciones porque se reconocen pares y se piensa en la articulación de iniciativas colectivas, en niveles locales y regionales. Como lo dice él, “se generaron Intercambios que de otra manera no se dan”. Colombia creativa otorga un espacio y tiempo de intercambio entre los grupos que generan intimidad, al poder compartir durante varios días y semanas continuas. Esto ha permitido construir lazos de cooperación entre las personas y grupos, y la proyección a futuro de trabajo mancomunado. Plantea también que “El asunto de obtener el título se convierte en algo vital, importante”, y que del grupo que inició todos lograr terminar. Todos los que lo hicieron reconocen claramente que esto ha generado autoestima y otras posibilidades de ingreso.

Gladys López, estudiante de la Licenciatura de música de la Universidad del Valle, a dos días de su graduación, afirma que para las personas que llevan en el tiempo un sostenido trabajo comunitario el tema de la obtención del título es importante, pero

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que más importante es aún, el intercambio de saberes. Lo que la Universidad les ha dado y la relación que se establece con los estudiantes fue muy valiosa y respetuosa. Dice que fue muy importante para el proceso el reconocimiento que dio la universidad a sus saberes como estudiantes que ya tienen una experiencia previa. Afirma que fue muy importante el “corroborar que lo que uno ha hecho tantos años tiene una correspondencia con lo que piensa la Universidad”, y se siente muy bien porque como ella lo comentó “uno pasaba por allí y no podía entrar”, y ahora ella logró ser parte de la universidad. Considera que su quehacer se vio alimentado por todo el proceso.

Luis Antidio Romero, director de bandas del departamento de Nariño, estudiante de Licenciatura en Música, menciona que el hecho de que las bandas en el departamento de Nariño subieron su nivel musical, lo relaciona directamente con su vinculación al programa. En los festivales nacionales la Banda de Samaniego, solía quedar en el séptimo u octavo lugar, y después del paso de los directores por la universidad, quedó en segundo lugar en categoría juvenil en el Festival de Bandas en Paipa, lo que se explica claramente con la vinculación de los líderes de proceso a Colombia Creativa. En Nariño todos tienen 4 o 5 grupos de música tradicional, hay más de 50 bandas en el departamento. Han terminado 39 estudiantes, 5 directores han participado en diferentes Festivales y los reconocimientos evidencian el proceso. Colombia Creativa ha generado “profesionales que prestan mejor servicio a la comunidad”. Evidencia que la forma de transmisión del conocimiento se ha visto transformada con nuevas herramientas pedagógicas. Piensa que es muy importante la continuidad del proyecto porque hay muchas personas en Nariño que están esperando la oportunidad para profesionalizarse.

Luz Mery, estudiante de la licenciatura en Música del Conservatorio del Tolima, inicia contando su experiencia con las dificultades personales que tuvo para la

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financiación de su profesionalización a través de Colombia Creativa. Para ella fue difícil lograr culminar el estudio por el aspecto familiar. Siendo ella madre de familia, relata como estuvo varias veces a punto de dejar el proceso. Reconoce el esfuerzo por parte del conservatorio al abrirles el espacio a las personas del proceso, pero también menciona que había resistencia por parte de algunos de los maestros que no reconocían en el escenario del proyecto, la posibilidad de un intercambio de saberes entre estudiantes y ellos mismos, y ella considera que eso lesionó el proceso.

María Victoria, coordinadora de la Licenciatura en Música de la U. del Valle, muestra como desde el diseño y transformación del programa había una clara intención de darle a los estudiantes una caracterización particular como estudiantes de la U. del Valle, con su impronta. Dice que las transformaciones más importantes se dieron dentro del diseño curricular, con la flexibilización de contenidos y de tiempos de implementación. Había una dificultad y ganancia a la vez en reconocer que no recibían estudiantes de 16 años, sino personas adultas con muchas destrezas ya adquiridas. Teniendo en cuento estos saberes ella propone la sistematización de sus experiencias, consignadas en varios trabajos de grado. Menciona también la importancia de las TICs para garantizar la fluidez de la información en el proceso, principalmente en los casos de estudiantes que viven en regiones. Le parece fundamental el tema del reconocimiento social y laboral, más allá del tema económico del obtener un título, así como la importancia del reconocimiento de saberes, de ambos lados.

Gabriel Uribe, docente de la U. del Valle, contesta la pregunta en relación a lo institucional. Hace referencia a las dificultades que significaron para la Universidad el acoger este proceso, particularmente desde la vicerrectoría académica. Dice que “Había una deuda social con los artistas, no era una feria de títulos. En ese sentido era claro que había que garantizar que los egresados tuvieran las mismas competencias que cualquier

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egresado de la Universidad. Sin embargo hay que tener un compás de espera para tener la respuesta sobre el impacto en términos laborales del programa”. En este sentido habló de las incomodidades que generó el programa en algunos maestros y estudiantes regulares, y en las directivas de la universidad que veían complicados todos los ajustes que se requerían. Sin embargo dice que fue muy especial la graduación, “El día de la graduación se veían llegar a las familias completas de los graduandos”. Menciona también aspectos muy positivos del proceso como la construcción de red, de ayuda y cooperación entre los estudiantes del programa. Pone sobre la mesa la pertinencia de que la misma Universidad haga un acompañamiento a la implementación de las herramientas adquiridas por los egresados.

Bibiana Hurtado, estudiante de la Licenciatura en Danza Clásica de la U. del Valle plantea que el programa abre la posibilidad de que las personas que han iniciado a temprana edad el estudio de un arte como la danza quieran quedarse en el país, “uno de los grandes logros del programa es que las personas se quieran quedar trabajando en Colombia”. Aún desde las experiencias, y desde varios escenarios, reconoce que esas realidades que mencionan los otros compañeros son realidades de todos. Ve claramente como desde el oficio del docente se contribuirá con la “formación de comunidad artística de talla internacional”. Aclara que el ballet clásico en Cali se ve como una alternativa de educación especializada en arte, y que no hay esa lectura del ballet como propiedad de la élite. Le parece que el programa da la posibilidad de de-construir saberes que ya están instaurados y anquilosados. Ella ha vivido un gran “Despertar a la investigación” con la profesionalización, ahora se cuestiona su quehacer, se hace preguntas y busca caminos nuevos. También ha visto en ella y en sus compañeros como a través de este proceso han podido reconocer el potencial creativo, y en particular coreográfico desde la danza, y ahora han logrado “ser capaces de poner sobre el escenario reflexiones sobre el país”.

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Edison Jojoa, músico tradicional y actual estudiante de la Licenciatura en Música de la U. de Nariño, establece la importancia de transformar la visión de la música tradicional en los espacios universitarios, dándole un reconocimiento como saber. Él es heredero de músicas campesinas, y considera muy importante para las personas de entornos rurales el tener acceso a este tipo de formación, porque los habitantes de Pasto tienen acceso a otra oferta educativa. Reconoce que la música es un vehículo para acceder a otros espacios. Dice que es muy importante que haya una “contextualización de saberes universales a las regiones”, ya que hace posible el crecimiento y fortalecimiento de los discursos. Comenta que el maestro Luis Antidio fue profesor de algunos de los que fueron sus maestros en el proceso de profesionalización; le llamó mucho la atención esa posibilidad de devolverles a los maestros algo de lo que ellos han dado por tanto tiempo. Un problema que si se evidenció, dice, es que “los otros estudiantes de carreras regulares no entendían el espacio que les correspondía a ellos”, y no entendían por qué los estudiantes de Colombia Creativa iban a graduarse en menos tiempo. También menciona los encuentros entre los acervos culturales, es decir como en el proceso de profesionalización se dieron encuentros o contactos entre acervos culturales muy distintos. Explica que hay casos de compañeros de él, y el suyo propio, que llegan al proceso con otros universos culturales y se acercan a contextos académicos con pensamientos foráneos: indígenas que en clase de canto deben cantar en inglés antiguo, o llegar a cantar canciones en alemán habiendo cantado toda la vida en lenguas indígenas. En algunas ocasiones esto generó también un choque en algunos compañeros porque en términos del canto hay lógicas muy distintas en el canto aimara que en el canto alemán, por ejemplo.

Rafael Serrano, director de Batuta, estudiante de la licenciatura en Música del Conservatorio del Tolima. Dice que él era una especie de niño prodigio, que comenzó a

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dar clases a los 13 años y fue monitor de conservatorio a los 15, pero por circunstancias familiares no pudo estudiar música. Escuchó de una escuela en Tunja y se fue para allí, y allí se quedó… y simplemente tuvo más trabajo cada vez. Después de muchos otros escenarios terminó siendo director de Batuta. Siempre quiso hacer su maestría en piano y la Universidad Nacional le dice que sin el título de pregrado no lo iba a lograr, y allí apareció el programa de Colombia Creativa. Se descubrió que había personas que tenían mucho conocimiento pero este no era reconocido. Menciona de nuevo el tema de los problemas con los profesores que no aceptaban de buena gana el proceso. Percibe que el Conservatorio al principio era muy rígido y luego se fue flexibilizando con el proceso, respondiendo a la naturaleza heterogénea del grupo.

Mauricio Domenic, coordinador de la Licenciatura en Danza Clásica de la U. del Valle, considera que la experiencia de Colombia Creativa es muy útil. Desde un punto de vista institucional se posibilita el diagnóstico de realidades que no se ven cuando uno se encierra en el mundo universitario. Se revela la tremenda necesidad de escuelas de formación a lo largo y ancho del país y en todos los niveles porque no las hay. Es un problema no solo regional, sino nacional. La gente se ha formado como ha podido, los que tienen más talento acceden más fácil, los que no se quedan por allí. Aclara que el programa de la Licenciatura en Danza Clásica se hace en convenio con Incolballet, y que tiene sus particularidades. Él ve que si hay una resistencia al interior de la Universidad a este tipo de programas, en el mismo aparato educativo, por parte de los profesores que están en los programas, y obviamente de los estudiantes que no entienden como hay otros estudiantes que van en otra vía. En defensa fundamental de ello se citan las edades, eso justifica parte del programa. Es muy necesario en todo caso hacer un diagnóstico de la relación “problemática” de los saberes empíricos y la academia. La academia en sí misma no garantiza nada, pero también hay ataque sistemático desde el empirismo

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a la academia, y eso lesiona el proceso. Menciona que el Ministerio no ha entendido todavía el asunto de la educación formal, no formal y la informal. La educación no formal, por ejemplo también requiere de profesores bien formados. La particularidad de la cohorte en Danza Clásica reside en que ellos tienen entre 8 y 10 años en formación clásica, y por la naturaleza del género ha sido controversial en términos de impacto por ejemplo, porque son menos con respecto a las poblaciones deseables para los programas del Ministerio. Menciona que una de las fortalezas del proceso es que ha operado como estímulo de la investigación dentro del gremio mismo.

Una vez cada participante expresó sus percepciones con respecto al tema de las trasformaciones vivenciadas por Colombia Creativa, se dio un espacio para intervenciones adicionales, teniendo en cuenta los puntos abordados.

Gladys López quiere agregar una reflexión en torno a las edades de los que ingresan a la profesionalización, para mostrar como el sistema educativo en el país no está pensado para que los adultos mayores de 35 años estudien. A ella casi no la dejan entrar a presentar su ICFES, porque le decían que era para jóvenes, las personas de la entrada estaban muy extrañadas de que una mujer de su edad estuviera presentando este examen. En este sentido para ella es muy relevante Colombia Creativa porque comienza a incluir a estos adultos dentro del sistema educativo. Lo que ella quiere decir es que el esfuerzo para entrar a hacer parte del programa comprende la entrada a otro universo generacional. Plantea además que esta llegada a las universidad de estudiantes adultos, genera un diálogo entre contextos, porque son estudiantes que trabajan con comunidades, y es sorprendente como los estudiantes de las carreras regulares no están interesados en saber más “del mundo, de su política”, y ellos, los que hacen parte de este proceso vienen precisamente del mundo y del trabajo con comunidades.

John Jairo Perdomo hace un énfasis en la necesidad de revisar el tema del currículo,

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por los términos de tiempo en que se desarrolla; propone que se amplíen los contenidos fundamentales y el tiempo. También critica la rigidez de la dinámica de la Universidad. Cita que para las universidades es una enorme oportunidad de investigación y diagnóstico sobre el estado del arte de las disciplinas que hacen parte del proceso. En términos de la selección, menciona que tal vez debería priorizarse el apoyo a personas que son líderes de procesos de intervención de comunidades donde por ejemplo suceden acciones que ni el Estado ha emprendido. Está también la enorme necesidad de no dejar perder esa información que se recoge de los saberes y la historia de los que vienen al programa por medio de inventarios de sus propias experiencias. Colombia Creativa da la posibilidad de abrir las puertas de la Universidad, pero para que también ella salga a los escenarios donde trabajan estos estudiantes que intervienen en las bases comunitarias.

Álvaro Martínez, Coordinador del Colombia Creativa del Ministerio de Cultura, comenta que para el Ministerio sí ha sido necesario transformarse para atender el campo del proyecto. Es un proyecto transversal e independiente de las áreas específicas. Es importante por ejemplo este espacio de encuentro para escuchar la voz de los protagonistas de primera línea como estudiantes y profesores, que permite configurar las nuevas líneas de trabajo y diagnósticos reales, con la información de primera mano, y no desde la perspectiva de los decanos y personas que construyen los programas desde la academia. Recuerda también a la mesa, que hay otras transformaciones que son organizacionales, tales como la infraestructura.

Colombia Creativa, quiere precisar Héctor Bonilla, Secretario General de Acofartes, no es un programa académico. Dice él, que es una bolsa que crea el Ministerio de Cultura para financiar programas académicos. Le han dado el nombre para identificar los esfuerzos del programa, pero son procesos independientes, lo presenta como una bolsa para que el Ministerio de Cultura pagara la deuda que tenía con los artistas,

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iniciaron los de música, y estaba planteado en su inicio como educación para el trabajo. La asociación hace primero un estudio y se diagnostica la necesidad. Se diseña el programa con el propósito de pagar una deuda social, con personas de mínimo 25 años, que llevaban más de 10 años en labor en sus comunidades. Menciona también el tema de la exigencia del Ministerio de Educación sobre el registro calificado basado en unos mínimos de calidad. Eso, dice él, ya está evidenciado en las otras apreciaciones que se han puesto en la mesa por los participantes. Plantea que es necesario hacer claridad sobre la necesidad de garantizar un muy buen nivel a partir de la exigencia, para que no se pudiera discriminar ni categorizar a los egresados de los programas. Se buscaba que se implementara con todas las universidades, pero el Ministerio escoge a 7 instituciones educativas, y a esas se orienta la posibilidad de usar los recursos para el proceso. Se cree en el proceso, pero no como un eterno, porque se cree desde la organización que es para una población específica con un límite.

Sobre el punto del diálogo de saberes menciona que efectivamente hay una resistencia desde la academia. Desde los profesores, ocurre que se niegan a reconocer procesos de otras naturalezas distintas. También están las dificultades en el manejo de las áreas administrativas, que condicionan muchos de los puntos que han sido mencionados como dificultades. Pone sobre la mesa la necesidad de evidenciar quienes asumieron el costo de su formación o tuvieron acceso al crédito o subvención del estado para el proceso.

Ángela Beltrán, del Área de Danza del Ministerio de Cultura, se propone a realizar una serie de precisiones. Dice que si bien existen tensiones entre la relación del Ministerio con Acofartes, es importante aclarar que Colombia Creativa no fue una bolsa, sino un esfuerzo mancomunado de las instituciones para responder a una necesidad. Se ha diagnosticado desde el Ministerio que los escenarios en donde se mueve claramente

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la acción cultural vienen principalmente desde las organizaciones comunitarias. Las prácticas artísticas y culturales se han movido también desde lo informal. Para el Ministerio la articulación con las universidades era la pregunta sobre ¿Cómo establecer puentes? No es una pregunta evidente, y realmente aún no se han visto ni impactos ni transformaciones en los currículos ni en las lógicas de las universidades, y falta un mayor seguimiento de estos estudiantes por parte de las universidades. El Ministerio rescata el hecho de que las Universidades que hacen parte de este proceso, son instituciones que llevan procesos de cualificación de artistas y pedagogos en estas áreas del conocimiento, y por eso este proyecto encuentra un nicho natural en ellas. Pero no han visto aún el impacto de formación o formulación de programas desde la experiencia en estas instituciones universitarias. La dignificación del artista es fundamental para garantizar entornos laborales más adecuados para su acción, lo que impacta las condiciones de las bases culturales.

Comenta también como hay una tensión que se evidencia entre la creación y la pedagogía, que se encuentra desde el quehacer de los artistas que aplican al proceso. Se pone sobre la mesa esta información para contextualizar y alimentar la discusión, y realiza la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las lógicas que se tensionan entre la pedagogía y la creación?

Hector Bonilla, quiere aclarar que solo la Universidad Distrital, a través de la ASAB, presenta su proceso en Colombia Creativa como la formalización de oficios de artistas, porque ellos no manejan licenciaturas sino disciplinas, mientras que las otras instituciones manejan el título de licenciaturas, tal como se ofrece en sus programas regulares.

Álvaro Martínez, hace claridad sobre el tema de las Universidades que acogen el desarrollo del convenio, recordando que lo hacen desde su naturaleza como entidades

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públicas. Colombia Creativa, afirma, es académica y también financiera, pero no es solo una bolsa. Dice que las variables del proyecto están multiplicándose y que en este sentido nos estamos haciendo nuevas preguntas. Aclara también el tema del límite y tiempos del proyecto, en términos de cómo está concebido para desarrollarse en un tiempo determinado y como a medida que el proceso ha arrojado resultados estos presupuestos se cuestionan. Sabemos que el proyecto debe continuar pero aún no en qué proporción, pero es claro que la demanda existe y que se quiere responder a ella, pero si sabemos que no es ilimitado; hay una serie de ajustes importantes que hacer ya que por ejemplo no todas las áreas artísticas han tenido aún las mismas oportunidades. Esas discusiones se están dando incluso desde esferas directivas del Ministerio en torno a la pertinencia y a la necesidad tangible.

La relatora y la moderadora realizan una extracción de las cuestiones emergentes que se mencionaron hasta el momento para dar la oportunidad a los participantes de refutar o complementar los puntos en discusión.

A primera vista puede detectarse claramente que Colombia Creativa a significado transformaciones muy positivas y profundas a cada uno de los estudiantes del proceso, y esto mismo, nos lleva a pensar en un fuerte contraste entre lo que ha significado para ellos esta experiencia, y las pocas transformaciones que en cambio han tenido las universidades en cuánto a sus lógicas y su relación con las realidades del país que son visibilizadas por estos estudiantes. De manera que frente a este contraste, nos atrevemos a sugerir, pensando en las observaciones de la mesa, un conjunto de observaciones y recomendaciones para las universidades y para los estudiantes del programa.

Para la Academia, parecen entonces sugerirse:

» Una Flexibilización de los currículos, establecer preguntas para el MEN y las entidades que desarrollan los procesos de formación de Colombia Creativa, y la necesidad de retroalimentar el proceso con los aprendizajes de campo con los estudiantes de estos procesos.

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» Construir espacios de incorporación y reconocimiento de los saberes tradicionales en los currículos académicos a partir de la experiencia que traen los estudiantes del proceso, o tal vez ¿Será necesario crear nuevos programas para los saberes tradicionales?

» Proyectar nuevas alternativas y nichos de investigación sobre el impacto del arte en las comunidades, y analizar el cómo estos procesos donde hay preguntas del trabajo comunitario, pueden alimentar procesos de educación formal en las Universidades.

Para los estudiantes del programa se propone:

» Realizar una sistematización sus experiencias y trabajos comunitarios, para visibilizar y alimentar sus propios bagajes, y nutrir a las universidades en el conocimiento de los contextos y realidades del país. Esto podría permitir a la Academia visibilizar y potenciar la acción del arte, como transformador de realidad.

» Flexibilizar también su relación con la academia.

Consideramos también que debe profundizarse en un tema de gran relevancia, que es la relación entre la educación y la cultura, ¿Hasta dónde la educación está respondiendo a las necesidades de la cultura?

Una vez enunciadas estas recomendaciones, se abre de nuevo el diálogo en la mesa. Héctor Bonilla nos dice que hay desequilibrios grandes entre las entidades formadoras,

no todas piensan igual al arte, debemos preguntarnos ¿Desde dónde estamos abordando la educación artística? Revela que hay una gran dificultad con respecto a desde donde se asume el arte en relación al MEN. La formación de las artes es problemática, comenzando por el hecho de que desde el MEN no hay un reconocimiento del Arte como nicho de producción de conocimiento, y el no reconocimiento de las artes como productora en el campo de investigación. Este es un problema que concierne a todas las facultades de arte.

De la Universidad de Antioquia, el decano Francisco Londoño, entra a participar de la mesa. Dice que, a diferencia de los procesos citados en esta mesa, sus dinámicas

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fueron más complejas en términos académicos por el altísimo nivel de producción y conocimiento de sus estudiantes, lo que obligó a adaptar nuevas dinámicas de desarrollo en el aula universitaria. El diálogo que se dio en la Universidad de Antioquia fue entre pares académicos. Hubo una conjunción de egos, y se tuvo que trabajar esto. Hubo transformaciones en los equipos de trabajo, así como en las metodologías, la ampliación de plazos de pagos y flexibilización en los horarios. Ellos tuvieron programas en distintas regiones, lo que se valoró como un insumo, y dio al programa una valoración nacional. Hubo impacto en la comunidad, y existió una visión más amplia del estado del arte por la posibilidad de viajar. Aun así, “hubieran querido tener más impacto en las Universidades vecinas”. Otro aspecto a resaltar es que han incorporado a varios de los estudiantes del programa a la planta de docentes de la universidad, como docentes.

Hay un tema importante de analizar, y es la relación de los estándares académicos que pone la realidad de la academia y la realidad del país. Fernando Montes, lector experto de la mesa, dice que “la academia agache el sombrero a mirar la realidad”. Considera que la Academia puede ser centro de investigación que visibilice los saberes tradicionales. Ver, como ya decían algunos en la mesa, la posibilidad de hacer un diagnóstico y reconocimiento del estado del arte en muchos niveles. Está en desacuerdo con la rigidez de la Academia que no contempla a otros procesos por fuera de ella, como otros núcleos de producción de conocimiento. Considera que se deben rescatar las transformaciones y metodologías que han cambiado para implementar Colombia Creativa, rescata en este sentido sus procesos de adaptación. Se anota que esto es una reflexión para un avance del modelo, con otros ingredientes, porque la reproducción exacta tal vez no permita muchos más ciclos del proyecto.

Mauricio Domenic, dice que si debemos avanzar hacia otro modelo diferente, que debemos construir otro modelo y re-pensare l tema en lo formativo. Hay que mirar con quién trabajar y por qué razones.

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Ángela Beltrán, plantea que los términos de fin del proyecto se han planteado más desde el fin del impulso de las Universidades que del Ministerio mismo. Acofartes si planteaba un término finito, pero la realidad del proceso arroja otras cosas. Los programas dan líneas nuevas y aparecen regiones con otras necesidades que reclaman también atención y reconocimiento a sus procesos. Seguir también implicará, el requerir de nuevas transformaciones.

Héctor Bonilla vuelve sobre el tópico de que la misión de la Universidad es la de profesionalizar. Cita las discusiones sobre la certificación de los oficios y la imposibilidad de equiparar los procesos por sus niveles de complejidad y desarrollo. El documento de concepción del proyecto tenía un número claro de cohortes a atender y unas prioridades en términos de inversión de recursos, pero que el proyecto necesite otros recursos y más impacto en el tiempo es cuestión de otra reflexión y tarea. Considera también que hay discusiones que deben darse como los temas de la certificación de los oficios, las tarjetas profesionales, y la educación que el MEN nos propone basada en competencias.

Se pone sobre la mesa la pregunta y reflexión sobre el proceso de selección de los docentes que hicieron parte del proceso, pero se acuerda que sea abordado en la última mesa de discusión. Se sugiere también a los participantes que quienes quieran escribir o dejar algún documento escrito sobre el proceso de Colombia Creativa, tiene toda la oportunidad y sería anexado a la relatoría.

La pertinencia que ha tenido el proyecto con respecto a la política, al manejo de los contextos, y a las situaciones reales y actuales de la población beneficiaria

La mesa continúa su diálogo en las horas de la tarde, dando respuesta al segundo tema de la agenda:

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Francisco Londoño, menciona que la formación en artes no está disponible en todas las regiones, en contraste con la presencia de artistas en todo el territorio nacional. Si un artista de una región apartada quisiera obtener un título en Artes tendría que pensar en desplazarse a una ciudad capital para adquirir una formación. Uno de los aspectos que le dan pertinencia a este programa es la posibilidad de acercar a estas personas la obtención de un título universitario, con todo lo que eso conlleva en términos de posibilidades laborales. Han tenido estudiantes de Putumayo que han ido a Pasto a estudiar, a 8 y 9 horas de camino, pero lo hacían por la posibilidad que les daba el programa para alcanzar su nivel de formación. Lo que también es de resaltar es que estas personas no iban a obtener títulos para quedarse en esas ciudades, por el contrario su saber estaba orientado a alimentar su labor y los productos de sus entornos.

María Victoria Casas, considera que el programa ha sido muy pertinente para los estudiantes beneficiados, pero dice que si se piensa en la oferta de formación en artes, de todas maneras esta restringe la entrada a estos procesos de manera formal. La presencia de estudiantes que trabajan con población vulnerable es notoria y significativa en términos del impacto que puede tener esto en sus quehaceres. Ella piensa que es importante que se oferten los programas desde licenciaturas porque eso responde a la realidad laboral inmediata de los aspirantes, y porque realmente el mejor complemento que puede dar la universidad es en lo pedagógico.

Néstor, del Conservatorio del Tolima menciona que ha sido muy pertinente porque atiende a una demanda que hay. Es un operador del Plan Nacional de Música para la Convivencia, y se conocía de antemano la necesidad de buscar el espacio para legitimar tanto conocimiento desde las regiones, la institución antes de recibir la invitación del Ministerio ya estaba trabajando en esa dirección precisamente por un diagnóstico de su entorno.

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Luz Mery recalca que el programa ha beneficiado también a muchos estudiantes que no tuvieron beca y que no eran propiamente de Colombia Creativa. ES decir que ha sido muy pertinente como oportunidad para muchos.

John Perdomo menciona que, como comisionado de sus compañeros pastusos, menciona que el término de las distancias fue complejo para que pudieran culminar el proceso. Plantea la pregunta de si el programa puede buscar alternativas para estar más cerca de las personas, en vez de movilizar a los estudiantes tal vez movilizar a los educadores.

Héctor Bonilla menciona que el tema del desplazamiento no es tan complejo, es más bien un problema de construir los vínculos para hacerlo de esa manera. En el caso de la U. de Antioquia por ejemplo era posible porque tienen un registro calificado (Acreditación) que le permite hacer convenios para desplazar algunos módulos. Se pone sobre la mesa la pertinencia histórica del programa, desde una promesa hecha después de muchos años de talleres, diplomados, seminarios que no certificaban de acuerdo a la legislación. Lo que hace de fondo el programa es homologar un saber adquirido con la práctica o incluso desde otras disciplinas.

Héctor menciona un nuevo tema, el de la pertinencia de los costos. Dice que las universidades en parte tuvieron que subsidiar el programa. Comenta que de alguna manera eso denota un compromiso político por parte de las universidades.

Se pregunta si las universidades han evaluado el impacto en sus entornos, Héctor comenta que varias universidades ya han mostrado evidencias de ello. Lo que propone es que de los contrastes en los encuentros entre poblaciones hay aprendizajes que tienen que alimentar nuevas versiones del proyecto. Eso va de la mano con las problemáticas naturales de las Universidades públicas y sus presupuestos, y pone sobre la mesa el tema de la reforma de la Ley 30 en términos de la afectación que tendría esta en estos procesos precisamente.

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Jorge Sossa, como lector externo, pide aclaración sobre las particularidades de los universos de las Universidades y sus contextos y la manera cómo afecta la aplicación de las líneas de acción del proceso, pues él ve que hay matices entre las universidades, tiene distintos alcances y propuestas.

Héctor cuenta que evidentemente se han expuesto las particularidades de las vías académicas en las instituciones donde se dio, expone las dificultades del cubrimiento por la complejidad del territorio nacional.

Desde la relatoría se pone sobre la mesa la necesidad de conectar las particularidades del entorno cultural que acoge cada Universidad y la pertinencia y relación con los procesos artísticos de estos escenarios.

Jorge Sossa, menciona la pertinencia del asunto del proceso de selección de los maestros porque son una pieza fundamental en el engranaje del proceso, que garantiza el éxito o fracaso de la implementación del proceso.

Francisco quiere enfatizar en la pertinencia política del proceso, en un momento en donde el Gobierno Nacional reconoce que es importante la presencia de los artistas en la sociedad. Se les da un espacio político, y en ese sentido es importante que Colombia Creativa se muestre como una respuesta a esa iniciativa del Gobierno. Desde lo laboral el programa permite la dignificación de la labor del maestro, del artista que por carecer del título no podía acceder a ofertas laborales coherentes con sus capacidades y destrezas. Responde a la pregunta sobre la selección de los docentes, efectivamente comenta que la de Antioquia hizo un proceso juicioso de estudio de idiosincrasias y competencias de acuerdo a los distintos escenarios que atendió… hace una exposición sobre 3 casos que evidencian estas adaptaciones.

Néstor, del Conservatorio del Tolima menciona que la pregunta en sí sobre la pertinencia del proyecto tal vez no es pertinente, porque de hecho responde a una

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necesidad clarísima. Menciona que el proceso de selección en esta institución fue cuidadoso, no obstante reconoce que hubo problemas al interior del proceso, aparición de diferencias y posiciones encontradas dentro del grupo de maestros que lo implementaron. Reconoce que de todas maneras estos diálogos alimentaron el proceso. Piensa también que hubo demasiada flexibilidad porque hubo estudiantes que no estudiaban y actuaban como si fueran a recibir un honoris causa y no tuvieran que estudiar.

Jorge Sossa reitera la pregunta hacia la pertinencia de los contenidos de la formación respecto a los contextos en los que ellos trabajan o aplican su hacer.

Héctor enfoca la dirección de la pregunta por la aclaración entre la formación de maestros en artes u oficios y licenciados en artes, que es lo que produjo el programa. Francisco complementa esto comentando que las instituciones reciben expertos en sus artes y oficios y le devuelven a las comunidades licenciados, lo que probablemente opere en pro de las mismas.

Luis Olmedo, se refiere a la pertinencia sobre el contexto de la región, haciendo un paralelo entre la Licenciatura regular a la profesionalización, cuenta que hubo muchas preguntas respecto al tiempo de duración desde otras áreas. Se plantean la necesidad de formular un programa alterno por el contexto, comenta como se tuvo que hacer un análisis del estado y nivel de los estudiantes para entender que era necesario enseñarles para complementar sus formaciones. Menciona que si es necesario hacer un replanteamiento de la estructura curricular, sobre todo atendiendo a la necesidad de las músicas regionales, que finalmente son el campo de saber y trabajo de los estudiantes.

Gladys López comenta su experiencia personal, en la manera como se acercó al programa y decidió emprender este proceso de formación. Luego de muchas etapas, ella comprende el proceso como una formación integral que le permite implementar otras herramientas en su acción, no tanto como un fortalecimiento a sus competencias como

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artista. Describe como desde que empezó su un proceso de profesionalización, esto influyó inmediatamente en su trabajo de formación con la comunidad, donde trabaja en un entorno escolar a través de lenguajes del arte en competencias ciudadanas. Ella comenzó a tener nuevas ideas, a proyectar nuevas posibilidades y proyecciones, así que la pertinencia hacia los contextos, en su caso ha sido directa.

Es el sector artístico el que llega a la Universidad, menciona Gabriel, docente de Univalle, es decir se reconocen las experiencias y saberes pero se pone sobre el currículo materias y áreas de estudio que dieran cuenta de un proceso más complejo de formación y maduración de perspectivas sobre el oficio, se refiere específicamente a materias teóricas. La universidad es en este sentido la autoridad, y llegar a un diálogo se saberes es pedirle demasiado a Colombia Creativa.

Luis, de la U. de Nariño, comenta que hay un dicho que dice “la universidad de la vida también enseña mucho”, pero reconoce que lo que se aprende en el programa es un complemento a todos los años de experiencia, y él ve que hubo un impacto y una pertinencia. Es cierto que el tiempo es corto para asimilar esa cantidad de conocimiento pero también se compensa con el hecho de que los que llegan no llegan desde ceros.

Se expone otra experiencia desde la Licenciatura de Danza Clásica, con la estudiante Bibiana Hurtado, la necesidad de abrir la mirada del que ha trabajado en su arte a otras maneras de pensarlo a través de estas nuevas herramientas. Dice que en la danza nadie se hace profesional en pocos años sino que es algo de toda la vida, y lo importante en ello, es no dejar de hacerse preguntas.

Paula, la moderadora, pregunta de si afirmar que ¿ hasta ahora el impacto del proceso ha sido sobretodo personal?

Responde Héctor contando que evidentemente hasta ahora se puede leer que estamos allí porque apenas se va a graduar la primera cohorte. El impacto en términos

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de pedagogía y didáctica tal vez puede ser más legible que sobre el desarrollo de los oficios como tal por la naturaleza del proceso y su énfasis en estos temas.

Jorge Sossa pone a consideración la necesidad de evaluar cómo se tiene que repensar el tema de la entrada de los objetos de estudio a las academias, pone por ejemplo el caso de la formación musical y el análisis de las músicas tradicionales, que son realmente el marco de los oficios de nuestros músicos y el campo del que provienen los estudiantes del proceso. Invita a pensar el proceso de Colombia Creativa como una oportunidad para pensar dentro de las academias, la pertinencia del proceso no solo dentro de su marco natural sino dentro de la posibilidad que brinda para insertar nuevos objetos de estudio que llegan a las academias de la mano de las personas que hacen parte del movimiento de las bases culturales.

Héctor comenta que la discusión sobre ese objeto es que en realidad el marco del espacio se refiere al término de la aplicación de estos programas, que son netamente licenciaturas y no atienden la necesidad o inquietudes sobre los contenidos o focos de estudio en las diferentes disciplinas.

Sobre los requisitos se menciona que en cualquier programa de artes disciplinar, claramente hay procesos más exhaustivos cuando se trata de formación específica, pues en los requisitos de entrada a las licenciaturas es otro el nivel, lo que implica también otro tipo de dinámicas.

En la Universidad del Valle se ejemplifica el tema del examen de admisión y se comenta que se deben de todas maneras obedecer a estándares que garanticen la formación de un estudiante en nivel universitario. Igualmente Francisco aclara que en la universidad de Antioquia hubo un proceso muy serio de selección, y por ejemplo para entrar a música, los estudiantes tenían que saber leer nota y tocar al menos un instrumento, y asimismo hubo audiciones y exámenes en danza. Gladys López cuenta

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que para ingresar a la profesionalización de música, se presentaron 109 y quedaron 30, y que entre los excluidos hubo algunos marimberos del Pacífico, que no pasaron el examen. María Victoria aclara que ellos “no sabían leer ni media corchea”.

Jorge Sossa dice que le parece preocupante que estos programas dejen por fuera a estos músicos, y considera que se deberían crear programas pertinentes para el cubrimiento de ciertas regiones, y se pregunta si este tipo de exámenes y el hecho de que tantas personas quede por fuera ¿No pondrían en cuestión la pertinencia de Colombia Creativa?

Héctor, arguye que si se trata de mirar exámenes de admisión, deberíamos comenzar por el ICFEX que es otro de los requisitos. Y considera que el programa de Colombia Creativa no debería llamarse de no de profesionalización sino de titulación. Aclara además que no hay currículos especiales, y que la flexibilización de los currículos está en las homologaciones que se realizan de las materias.

Mauricio considera que todas las universidades han encarado de distintas maneras el programa de Colombia Creativa, que no hay unidad de criterios. Se certificó la experiencia artística de estas personas, “ya que todos tenían esta deuda social”, pero hay que admitir que se tuvieron que hacer demasiadas flexibilizaciones desde lo académico y administrativo. Y para él, definitivamente el principal problema es el de los costos, y que así no es posible continuar. Propone que sería óptimo el conocer y generar debates entre los diversos programas de arte para ir unificando criterios, y de continuar, el tema económico debe resolverse.

Se menciona un viejo imaginario, que es el de que el mal artista termina dedicándose a ser docente porque no le queda más alternativa. Jorge Sossa, dice que la Universidad Pedagógica ha realizado grandes esfuerzos por cambiar este imaginario. Héctor arguye que el debate con respecto a las licenciaturas, consiste en si la disciplina fundante es el

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arte o si es la pedagogía, debate que para él sería muy interesante de dar, pero que la misma legislación no permitió que este debate se profundizara. Y que este debate está conectado con otro debate mayor, que es para Héctor, el más importante de todos y es la pregunta por la educación artística en Colombia. El MEN, dice Héctor, no ha propiciado que el arte se convierta en un área fundamental.

Para Francisco, en la u. de Antioquia esta discusión entre licenciaturas y disciplinas, se ha resuelto en gran medida al unir en las mismas materias a estudiantes de profesiones con estudiantes de licenciaturas. Donde él si ve un problema importante de discusión al respecto es en la relación entre el artista nacional y el internacional. Sin embargo este tema queda enunciado pero no se desarrolla.

Bibiana Hurtado, interviene para contestar directamente a la pregunta de Paula, diciendo que el programa si sido pertinente para los contextos porque los estudiantes trabajan directamente en los entornos.

La mesa se cierra, proponiendo que los temas vistos en este primer día sean reflexionados para pensar en la prospectiva de Colombia Creativa, y en los saldos que ha dejado.

Saldos que ha dejado el proyecto, y desde éstos, realizar proyecciones y recomendaciones, intentando generar propuestas constructivas

El tercer y último tema a discutir en la mesa, era el de los saldos y las prospectivas del proyecto. En este orden, se inició la mesa, realizando a través de la moderadora un brevísimo recuento de los temas abordados con respecto al segundo tema-la pertinencia-, tratado en las horas de la tarde. Se recuerdan temas como beneficio para los estudiantes del proceso, las dificultades financieras para las partes, y la discusión en el término de los alcances y pertinencia del proyecto. Se menciona la discusión en torno a la diferencia fundamental entre la profesionalización, la titulación, la formación

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disciplinar y la licenciatura.Para orientar el tema en cuestión, se planteó la siguiente pregunta: ¿Qué saldos ha

dejado el proyecto en cada uno de los actores? ¿Qué prospectiva le podemos dar al mismo? Tener en cuenta fortalezas y mejoras.

La primera intervención la hace Néstor, del Conservatorio del Tolima. Cita como primera medida su anotación sobre la poca presencia del Ministerio de Educación en el proceso, y lo enmarca en la falta de interés de éste en general por la educación en Artes. Se conoce que desde el Ministerio de Cultura se está trabajando en reactivar esa relación para trabajar sobre ese campo. Respecto al tema ICETEX habla de la debilidad del soporte financiero que en teoría se debía a la participación de esta institución, entre otros factores.

En términos positivos subraya la ganancia del acceso a la educación superior a regiones donde esta oferta no existe, lo positivo de sacar la oferta de “la gran urbe y llevarla a poblaciones más apartadas”.

Edison, de la U. de Nariño, habla de su percepción particular como estudiante a punto de graduarse, dice que le quedan muchas reflexiones respecto a la contextualización del proyecto en sí. El concluye que la tarea de la contextualización es una responsabilidad personal y la debe asumir tal vez el estudiante que egresa, en el espacio donde aplica y genera otros procesos de formación. Concluye también que hace falta mucha información sobre el proceso tanto para los estudiantes que harán parte de nuevas versiones como para otros que hacen parte del entorno. Comenta que ve difícil aproximar la música universal a la música campesina de su entorno, que es de zona aurífera, de mineros obreros muy humildes, donde no ve claramente la entrada de Tchaikovski, pero que si ve la necesidad del fortalecimiento de su región en términos musicales. Su balance es supremamente positivo.

Luz Mery, del Conservatorio del Tolima, argumenta que sobre todo a nivel personal

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percibe que es enorme el impacto del proyecto, tanto en su oficio como en el desarrollo de sus competencias profesionales. Gladys de la U. del Valle se suma a la percepción e insiste en el intercambio de saberes como una de las grandes ganancias del espacio. Menciona la preocupación por los detractores del programa, sobre todo sobre los que tienen poder de decisión, se refiere a otras instancias administrativas y académicos de los procesos, ya que hay muchas personas esperando por la oportunidad de seguir con otras versiones del proceso.

Bibiana de la U. del Valle menciona que está de acuerdo con la apreciación del compañero de la U. de Nariño en términos de la responsabilidad personal de los egresados de contextualizar el programa en sus entornos.

María Victoria de la U. del Valle resalta la construcción de lazos entre estudiantes y maestros, piensa que eso construye país porque permite el reconocimiento de personas diversas con universos diversos. Gabriel, de la U. del Valle menciona que otra de las riquezas del proceso fue el encuentro entre creadores de la misma disciplina en la región, lo que permite intercambio metodológico y en términos del oficio. Otro punto que rescata es la “tregua” entre la Academia y el sector cultural, porque siempre ha habido críticas muy agudas a la falta de impacto en el entorno desde una hacia el otro, reconociendo que hay vías de comunicación pero también otros responsables tales como Secretarías de cultura y entes artísticos. Piensa que esto no es un proyecto que impacte personas, sino que amplía la mirada hacia las comunidades que son la base del trabajo de estos estudiantes del programa, lo que en términos de réplica es muy significativo. En aspectos negativos menciona el tema del ICETEX, de nuevo por el incumplimiento en los plazos de entrega de los recursos. Ve una clara dificultad en términos de la continuidad del programa dentro de su institución por el desconocimiento de otros estamentos internos que no alcanzaron a comprender el impacto del proyecto.

Una observadora de la Universidad de la Guajira, Shirley Cabañan, menciona

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que está aquí visitando el proceso y a grandes rasgos cuenta que están buscando la profesionalización en artes visuales, y apunta que en vista de las dificultades de las relaciones con ICETEX propone que los recursos sean dirigidos de manera directa del Ministerio de Cultura hacia las universidades.

Ana María Bernal , observadora del Área de Plásticas, Pregunta si es posible hablar sobre cómo se alimentan las academias de los contenidos que emergen del proceso de intercambio entre los saberes tradicionales y las academias.

De la Universidad Central, nos acompaña Nancy Malaver y otro docente, quienes se encuentran escuchando las experiencias porque están pensando en vincularse a Colombia Creativa, desde el campo de la creación narrativa. Ellos observan que la experiencia es muy provechosa y pertinente pero que el único tema que les preocupa es el de la financiación del ICETEX.

Héctor de Acofartes, interviene para hacer claridad en algunos puntos. Por ejemplo la imposibilidad de que el Ministerio gire directamente los fondos para el programa a las Universidades porque la normatividad obliga esa operación a través del ICETEX. En otros términos menciona que evidentemente todo el proceso arroja resultados muy positivos alrededor del intercambio de contenidos, pero en términos racionalistas el resultado para las Universidades que lo asumieron en el principio como un tema de responsabilidad se convirtió en un factor de pérdidas financieras. Pone sobre la mesa la necesidad de evaluar el asunto y adaptar la normatividad de todo el proyecto, incluso en términos de la posibilidad de garantizar calidad a través de adaptaciones curriculares. Piensa que la ruta es que los dos Ministerios que intervienen se pongan de acuerdo para lograr el puente que permita que las adaptaciones y flexibilizaciones necesarias para garantizar mejores condiciones para todas las partes sean hechas.

Ángela Beltrán, del Ministerio de Cultura, habla del nuevo acuerdo para la

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Prosperidad, y el alcance que este tendría en términos de las posibilidades que se están abriendo a partir de su entrada en vigencia. Se están trabajando las observaciones hechas a un documento que es un acuerdo entre las dos Ministras anteriores, de Educación y de Cultura, hecho para suplir precisamente esa necesidad de trabajo mancomunado, el documento fue hecho con consideraciones sobre la educación artística como una necesidad para el contexto.

Francisco, de la U. de Antioquia, comenta que sí hay beneficios para la academia, pero que en realidad los beneficios más visibles son los impactos en los egresados y en las comunidades con las que ellos ya trabajan. Menciona varios casos de experiencias en donde es visible que el trabajo de ellos en el aula, se vierte inmediatamente a su entorno. Dice que ellos buscaron otras fuentes de financiación con la Gobernación de Antioquia, quien financia algunos estudiantes por cuenta propia y eso garantiza directamente su proceso.

Se retoma la conversación en torno a la necesidad de re- evaluar ese punto de flujo de dinero por el ICETEX, en donde además se ve detrás de ello que no se tienen en cuenta el tema de la particularidad del programa y las condiciones de los estudiantes del mismo.

Mauricio, de la U. del Valle, establece que es claramente positiva la posibilidad de titular a una población que no ha tenido este acceso, es la creación de un marco de reconocimiento del sector en otros entornos. En términos de la Universidad es valioso el poner en contacto a la Academia con el objeto de estudio, y a la Universidad le permite tener contacto con lo que pasa del otro lado. Dudas que genera el proyecto: El más grave y serio es el tema financiero, no se sabe cómo sería el tema de la subsanación del valor del programa sorteando todas las dificultades que se han expuesto.

Para él, hay además otro asunto: el de calidad. Al interior de las Universidades se han

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dado muchas discusiones y hay que darle el tiempo a la situación para que se resuelva de la mano con el aspecto de la pertinencia, porque el ejercicio fue el de comprimir la formación de los programas que ya estaban funcionando, y el proceso plantea la necesidad de pensar nuevos modelos curriculares para atender necesidades muy específicas por los contextos y diversidades de la población que se atiende. Se plantea también que detrás de todo esto debe aparecer una discusión y reflexión sobre la situación de la formación artística en Colombia y sus carencias. Seguir avanzando implica hacer otras reflexiones, no sobre si continúa o no Colombia Creativa específicamente sino alrededor del marco de la educación artística a todos los niveles.

John, de la U. del Valle, cuenta su experiencia de impacto en la comunidad donde reside su proyecto, y concluye que en realidad no es tan impactante si se ve desde el filtro de la institucionalidad, pero en términos de la calle y del campo de acción de estas disciplinas en las bases culturales, es muy importante la lectura. Desde su perspectiva de estudiante también siente pertinente la evaluación de los contenidos, por la particularidad de los entornos en los que se replica. Menciona que uno de los puntos más complejos del proceso es la poca presencia o casi nula del Ministerio de Educación en el proceso. Reflexiona y concluye respecto a la participación del ICETEX, que fue un intermediario que no cumplió. Cree que no se equipara la inversión que hizo el Ministerio de Cultura con este fondo a todas las ganancias que puede generar en lo social, en lo político, en lo económico. Cita su pregunta de contexto sobre el Valle del Cauca, sobre el acceso para regiones más alejadas.

Héctor contesta resaltando la dificultad de reunir un número significativo de personas que hagan viable el programa en regiones, por el costo de la operación y por la falta de fondos que puedan subsanar este aspecto. El hecho de que los procesos sucedan en cabeceras urbanas se debe a que son centros de acopio y permite que los costos de los programas bajen y sean posibles.

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Rafael, del Conservatorio del Tolima, menciona que el tema de la migración de saberes de las regiones a esos centros urbanos, desprovee a las regiones de personas con el conocimiento y la formación para llevar a cabo procesos, por eso rescata la importancia de que el programa siga llegando a regiones, sea a través de la movilización de los estudiantes o de los profesores. Sobre el tema de la contextualización o descontextualización de los contenidos en las titulaciones, dice que hay una gran pregunta de fondo que a él le queda sobre el objeto central del programa en términos de impacto sobre la transformación que se espera en los entornos y la pertinencia en la vigencia de los contenidos.

Se retoma la discusión sobre la necesidad de legitimar otras prácticas artísticas como procesos que producen conocimientos y son campos de investigación. Se citan ejemplos por parte de los maestros donde claramente se ve como se abordan investigaciones sobre el trabajo de campo de los estudiantes del programa.

Héctor dice que los programas son estándar y la posibilidad de lectura de lo que sirve o no sirve en el programa depende estrictamente de la individualidad de los estudiantes. De nuevo, es importante llevar a cabo encuentros específicos entre las universidades para discutir el tema de la educación artística como campo de conocimiento.

Ruth Helena Jaramillo, experta lectora, plantea una pregunta para los estudiantes del programa: En un escenario ideal donde no fuera necesario acceder al título por reconocimiento, ¿habrían pasado igualmente por este proceso?

Gladys de la U. del Valle afirma que si, porque lo que ella ganó para el mismo oficio de su arte en el proceso es invaluable. Bibiana, de la licenciatura en Ballet, cuenta que efectivamente lo habría hecho porque la formación temprana no les permite entender todo lo que se está aprendiendo y retomar el proceso a la luz de este proceso comprende su formación y la hace capaz de replicarlo eficazmente.

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Se retoma la discusión sobre los contenidos y su vigencia, la falta de información y el conocimiento que desde la práctica empírica de los campos artísticos, hace que los campos del conocimiento se vean y lean a medias. En la mesa parecen estar de acuerdo en que la universidad no es la única que puede subsanar este problema sino que para ello el Estado tiene sus instituciones.

Mauricio piensa que es necesario cambiar el discurso respecto al tema de la educación artística, porque hay antecedentes de instituciones donde sí se ocupaban de esas problemáticas como los institutos populares de cultura y de Bellas Artes. Retoma el tema de la necesidad de abrir la discusión alrededor de la educación artística.

Participaron en la mesa tres:Expertos Lectores: Jorge Sossa (Director Escuela Musical Nueva Cultura), Fernando Montes (Director Teatro Varasanta), Ruth Helena Jaramillo (Directora de Proyectos y Eventos Especiales de la Fundación Teatro Nacional).

ACOFARTES: Héctor Bonilla (Secretario General de Asociación Colombiana de Facultades de Arte).Ministerio de Cultura: Ángela Beltrán (Área de Danza, Ministerio de Cultura) y Álvaro Martínez (Coordinador Colombia Creativa, Ministerio de Cultura).

Universidad de Nariño: Edison Jojoa (Músico tradicional, actual estudiante de la Licenciatura en Música), Luis Antidio Romero (Director de bandas del departamento de Nariño, estudiante de Licenciatura en Música), Luis Olmedo Tutalcha (Docente del programa de la Licenciatura en Música).

Universidad de Antioquia: Francisco Londoño (Decano de la Facultad de Artes).

Conservatorio del Tolima: Rafael Serrano (Director de Batuta), Luz Mery Bernal (Egresada de la licenciatura), Néstor Guiarín (Docente del programa)

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Universidad del Valle: Bibiana Hurtado, (Estudiante del programa de Licenciatura en Danza Clásica), John Jairo Perdomo (Director de Teatro en Cali, egresado de Licenciatura de Arte Dramático de Colombia Creativa), Gladys López ( Guitarrista y actriz. Se gradúa en la licenciatura en Música), María Victoria Casas (Coordinadora de la Licenciatura en Música), Mauricio Domenic (Coordinador de la Licenciatura en Danza Clásica), Gabriel Rivera (Docente de la Licenciatura en Arte Dramático).

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Lecturas de expertos

Ayudar a lo que viene solo (lao tse) Reflexiones sobre colombia creativa

Fernando Montes

Luego de escuchar durante tres días seguidos en Bogotá a algunos de los “actores” del programa Colombia Creativa, es decir maestros-alumnos y alumnos-maestros, directores de programa, funcionarios del ministerio de cultura, representantes de las diferentes instituciones administrativas y académicas, monitores y relatores de las mesas de trabajo, lectores externos y observadores, salta a la vista que nos encontramos ante una de esas afortunadas fallas del sistema que nos llenan de regocijo y se erigen como prueba fehaciente, como “hecho cumplido”, de que una sociedad más responsable, consciente y sensible es posible.

La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica,

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y a los demás bienes y valores de la cultura. (serán citados en este escrito, en negrilla, fragmentos de los artículos 67 a 71 de nuestra constitución).

Resulta muy grato ver que en este programa, gracias al reconocimiento y validación del saber empírico como fundamento de la expresión de nuestra cultura y como forma de transmisión de saber, se está cumpliendo con un derecho fundamental consagrado en nuestra constitución como lo es la educación. La cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad. El Estado reconoce la igualdad y dignidad de todas las que conviven en el país. El Estado promoverá la investigación, la ciencia, el desarrollo y la difusión de los valores culturales de la Nación.

La cultura creativa más que un derecho fundamental es un impulso esencial en el ser humano, la creación artística ha acompañado desde los orígenes el proceso de comprensión del universo y del devenir del ser humano. Esta escuela de comprensión, esta universidad alcanzada a través del aprendizaje por medio de la acción ha antecedido a toda academia y escuela y ha sistematizado con el tiempo formas sutiles de transmisión del conocimiento. El re-conocimiento y la VALIDACIÓN que de este saber está haciendo el programa Colombia Creativa a través de una institución modelizante como lo es la academia, la universidad concebida por nuestra cultura occidental, resulta de un valor inmensurable luego de escuchar la experiencia de quienes han participado en el programa.

Resulta evidente, luego de escuchar las diferentes intervenciones y reflexiones, que esta experiencia posibilitó un intercambio, una retroalimentación y una interacción entre la academia y el saber tradicional. Esta relación ha existido desde siempre, pero en nuestro país ha sido muy débil, raquítica, y sólo ahora, hace menos de 20 años, está ella prosperando. Esta relación puede generar implicaciones maravillosas y abrir posibilidades allí donde sólo podríamos ver dificultades. Haber reunido la universidad

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en su autonomía y libertad junto con los artistas forjados por la fuerza de creatividad parece estar generando un camino de reconciliación y reconocimiento mutuo, más allá de cumplir la tarea de reconocer la labor de tantos artistas formados en el hacer.

Se garantiza la autonomía universitaria. Las universidades podrán darse sus directivas y regirse por sus propios estatutos, de acuerdo con la ley.

Por un lado para la academia fue necesario revaluarse como ente ostentador del conocimiento para poder albergar las prácticas y los practicantes que llegaron a sus aulas, rediseñando programas, validando conocimientos y reconociendo la riqueza de una realidad que no ha sido tenido en cuenta en sus modelos de transmisión y que finalmente es la realidad del país y la cultura que emana de nosotros. Esta relación posibilitó dos descubrimientos esenciales, pero que no habíamos tenido el impulso de abordarlas: la posibilidad de transformación de los currículos para acoger la cultura del país y hacerla parte integrante del aprendizaje, y el reconocimiento de la profunda necesidad de investigar los procesos de aprendizaje ligados a la transmisión oral y directa que existe en nuestro territorio. Aparece aquí un potencial enorme, con un alcance insospechado, al menos en lo que al arte se refiere, para crear currículos que tiendan a una transmisión de saberes basada en orientar procesos y no solo en el aprendizaje de modelos. Es decir una educación que propicia la trans-formación, además de enseñar con destreza a reproducir patrones. El Estado tiene el deber de promover y fomentar el acceso a la cultura de todos los colombianos en igualdad de oportunidades, por medio de la educación permanente y la enseñanza científica, técnica, artística y profesional en todas las etapas del proceso de creación de la identidad nacional.

Para nadie es desconocido el hecho de que los grandes artistas siempre se han sumergido en sus propias tradiciones (realidades) y a partir de ellas han transformado su realidad (tradición). Colombia creativa posee el potencial de ampliarnos la mirada

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tanto a la academia como a nuestra sociedad revelándonos el valor formativo de nuestra cultura e incitándonos a investigarla. La academia podrá generar a través de este programa y la investigación, un diagnóstico del estado de la educación artística en el país, es decir diagnosticar cómo se educa la sensibilidad y la creatividad en nuestro país, e incidir en estas estructuras de formación que forjan seres más humanos. Las universidades podrían decidir y diseñar cómo educar al país y me parece que Colombia Creativa es un programa que puede ser piloto en este camino. La pregunta es ¿qué hacemos como sociedad en ese sentido y cómo entonces el estado a través del ministerio de cultura pero sobre todo del ministerio de educación genera políticas de formación y validación de lo ya existente para potenciar esta educación con el apoyo y seguimiento de las universidades? Ayudar a lo que viene solo.

Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.

Con Colombia Creativa se puede reforzar y potenciar la infraestructura ya existente en formación de seres sensibles y creativos. Este proceso puede validar las escuelas que ya existen, reconocerlas como tales, casi que “descubrirlas” y legitimarlas e impulsarlas.

La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.

Por el otro lado en todos los testimonios de los participantes resultó muy claro el papel suscitativo que la academia puede tener sobre los artistas alumnos y a través de ellos sobre la evolución de las prácticas artísticas del país. Dicen que una tradición debe

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evolucionar en cada generación, sino su tendencia es la desaparición. La labor que la academia puede realizar a este nivel es fundamental al propiciar diferentes perspectivas a los artistas-alumnos y al proporcionar herramientas de sistematización de sus prácticas.

Los sistemas son necesarios para organizarse pero son inertes a la hora de adaptarse a los múltiples factores variables de la vida. Estas variaciones son la vida, es la obra de la vida, la creación y es indispensable que el sistema sepa servir la vida. ¿Es posible crear un currículo que estructure lo inestructurable, el flujo de la vida? ¿Puede crearse un currículo basado en la transformación de los procesos en vez de la dinámica de los objetivos?.

Otra de las grandes fuerzas de este programa es la validación y el empoderamiento que logra en sus participantes, tanto docentes como alumnos, esta fuerza reverbera con contundencia en la comunidad, en el entorno social a través del influjo que ejercen los maestros-alumnos en sus entornos que en un altísimo porcentaje están ligados a la formación, es decir a la transmisión, a forjar el alma de nuestro país. ¿Cuántos estudiantes de Colombia creativa trabajan en estructuras de transmisión? ¿Cuáles de esas estructuras son susceptibles de transformarse en escuelas de formación reconocidas, sobre todo allá donde la educación artística no llega? ¿No es acaso Colombia Creativa el germen de una política de educación cultural basada en la diversidad y el reconocimiento de las diferencias como expresión de la cultura del alma colombiana? Ayudar a lo que viene solo. La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.

Sería muy hermoso que Colombia Creativa fuera el lema de la marca país, en vez de Colombia es pasión. Este lema haría justicia al aliento de vida que sopla en nuestro país y que con tanta saña se han empecinado en destruir algunos. Este programa puede ser

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la puerta para la valoración y reconocimiento de la cultura que nos forma y nos hace colombianos más allá de lo modelos importados por los que aún nos regimos. Recuerdo una anécdota que mitológicamente le atribuyen a García Márquez, según la cual en nuestro país nadie quiere ser colombiano: la clase alta aspira a ser europea, la clase media quiere ser americana y la clase baja mexicana. La academia y el Ministerio de Cultura tienen en sus manos un programa que puede ser el germen de una transformación de este sentir, a través de un enorme trabajo de validación de nuestro saber tradicional, por medio de una investigación de largo alcance de los procesos de formación inherentes a la cultura popular (si es popular es creado por el saber tradicional). ¿Cómo Colombia Creativa puede impulsar los procesos no formales que forman y cómo validarlos potenciándolos?.

Es muy importante resaltar que las universidades consagraron sus mejores maestros para implementar los programas que la realidad de este proyecto les exigía. Este es un hecho muy revelador sobre el alto nivel que fue necesario implementar por parte de las instituciones para responder al alto nivel que la práctica artística genera. Y al mismo tiempo este hecho demuestra la inteligencia y la sensibilidad de las personas que implementaron el programa y que finalmente son quienes lo han llevado a cabo y lo han hecho posible.

La enseñanza estará a cargo de personas de reconocida idoneidad ética y pedagógica. La Ley garantiza la profesionalización y dignificación de la actividad docente.

Siguiendo orgánicamente las dinámicas que visibiliza este programa haría unas sugerencias o mejor me gustaría resaltar unos potenciales inherentes a la situación:

» La riqueza y diversidad de la formación empírica en artes del país y sus actores parece

requerir una mayor flexibilidad curricular y administrativa del programa y las universidades

que lo están implementando. En algunos casos parece mucho tiempo 2 años y medio de

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estudios o en otros casos ciertos requerimientos del sistema universitario impiden el acceso a

grandes artistas al programa.

» Pienso que el programa se podría seguir adaptando de manera inventiva a las diversas

realidades y procesos que nuestra Colombia creativa posee. Por ejemplo ¿cómo validar un

saber artístico Embera Chami desde la academia sin requerir por ello aprender el bel canto

o transformar un ritual performático en una acción del realismo estanislavskiano?. Las

integrantes de los grupos étnicos tendrán derecho a una formación que respete y desarrolle su

identidad cultural.

» Este programa puede comprobar que el arte con su capacidad única de formar la sensibilidad y la capacidad creativa, puede ser un uno de los ejes en políticas de educación tendientes a transformar y sanar el alma del país agobiado por la violencia.

» Es necesario apoyar y fomentar en las instituciones universitarias con mayor decisión desde los ministerios de cultura y educación, la flexibilidad necesaria para acoger las especificidades académicas y administrativas que el programa requiere.

» Colombia creativa nos hace sospechar que de de cierta forma inconciente la academia ha estado de espaldas al país creativo. ¿Cómo se replantea la academia los estándares internacionales que la rigen con relación a la necesidad de crear estándares ligados a la realidad del país?

» Parece que hablar de formación no formal, al menos en artes, es inadecuado pues no existe un arte sin forma

» La academia podría salir de sus recintos y emprender programas de Colombia Creativa en el terreno

» Es imperativo que el Ministerio de Cultura haga visibilizar este programa como un proyecto piloto y que puede ser bandera de una política educativa y cultural del país. Pienso que los medios debieron cubrir este evento y que los artistas debemos hacer presión y ayudar a visibilizarlo

» Este programa no se puede acabar tan pronto y más bien habría que hacer un esfuerzo mancomunado para financiarlo como un programa bandera de formación sensible del país

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» El Estado fortalecerá la investigación científica en las universidades oficiales y privadas y ofrecerá las condiciones especiales para su desarrollo.

El Estado facilitará mecanismos financieros que hagan posible el acceso de todas las personas aptas a la educación superior.

» Es urgente la recopilación y sistematización de las experiencias exitosas de cada uno de

los actores en la implementación del programa y poder compartir soluciones prácticas a los

diversos problemas que plantea el programa. Es interesante la posibilidad de implementar una

red de profesionalización en las universidades con el programa Colombia Creativa y ejercer

presión en ellas cuando sea necesario

» Es necesario resaltar que el gran ausente de este programa es el ministerio de educación y

se sugiere enérgicamente, que las universidades de la mano del Ministerio de Cultura sienten

una voz de protesta ante esta ausencia.

Quiero agradecer nuevamente a cada uno de las personas que lucharon por implementar este programa y no se amilanaron ante las dificultades que representó. Bien por el contrario Ayudaron a lo que viene solo, moviéndose con habilidad en esa tensión provocada entre el hecho de no forzar y el de no abandonar. Respondieron a este desafío con la vitalidad necesaria y con la fuerza liberadora que habita el arte.

La búsqueda del conocimiento y la expresión artística son libres. Los planes de desarrollo económico y social incluirán el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura. El Estado creará incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecerá estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades.

Felicitaciones y que nuestra Constitución siga forjándose como una Colombia Creativa.

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Una lectura desde las artes visuales**

Luisa Ungar

Esta charla propone una mirada inicial a la posible aplicabilidad del programa Colombia Creativa al área de artes plásticas y visuales a partir lo que vi en el Encuentro 2011 de Colombia Creativa de la primera semana de noviembre del mismo año1. Esta revisión se divide en dos partes; por un lado planteo algunas preguntas generales que me genera la posible aplicabilidad del programa en el área, por el otro reviso aportes y necesidades específicas a partir del material que circuló en el evento: las experiencias que se relataron, los videos que mostraron las universidades participantes, las mesas de discusión y las conversaciones sostenidas durante estos días2.

El reto anfibio

El problema más nombrado en el encuentro giró en torno a la forma en la que se relacionan los saberes empíricos (también llamados saberes sociales o saberes populares) y los saberes académicos (o expertos) en las universidades en las que se ha implementado

1. Las áreas en las que se ha implementado el programa son danza, escénicas (incluye actuación, títeres, dirección) y música.

2. La Universidad de Antioquia me entregó una cartilla para la implementación del programa Colombia Creativa, así como una publicación con el archivo de los proyectos de grado que se han realizado, resúmenes e implementación de algunos de estos.

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el programa C.C3. Por supuesto, un programa que pretende “el reconocimiento del estatus profesional a agentes del sector artístico y cultural”4, tendrá como nudo principal las tensiones inherentes al encuentro entre estos saberes diversos. En ningún caso los saberes tienen una única definición y el reto de CC implica asumir el carácter anfibio con el que las artes pueden pertenecer a dos mundos diferentes y complementarios, que se comunican por medio del sujeto que cambia del uno al otro y cuya naturaleza se adapta a los dos. Pero lo que me ocupa aquí es cómo esas relaciones, de por sí complejas y con múltiples posibilidades de lectura, suponen, en el campo de las artes visuales y plásticas contemporáneas en Colombia, unas tensiones y unos retos particulares, que las diferencian de las demás áreas, y que van más allá de su carácter anfibio.

En las artes visuales y plásticas la problemática revisada en el encuentro efectivamente se desborda. Esto se debe, por un lado, a que su diversidad y las características de su práctica suponen particularidades en cuanto a la relación con el público y la socialización; y por el otro, a que desde hace más de diez décadas las V y P5 han problematizado el asunto mismo de su definición. En efecto, habitan un lugar que propongo llamar “transgénero”: se cuestionan el rol tradicional asignado culturalmente, no se ajustan fácilmente a las definiciones dadas, y la noción de identidad con la que se muestran y circulan puede manifestarse en la superposición de diversas formas de exhibición.

El anfibio transgénero

Desde finales del s.XIX las prácticas V y P se han cuestionado la noción misma de técnica, la cual pasó más adelante a pensarse como un medio, para ser definida como dispositivo

3. C C: Colombia Creativa

4. Información en página web del Ministerio de Cultura a noviembre 2011.

5. Siglas para Artes Visuales y Plásticas

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6en la segunda mitad del s.XX. En efecto, el estatus mismo de la obra de arte forma parte de las preguntas que se hacen muchas de las V y P en ese período, cuestionándose los escenarios epistemológicos en los que se construye el sentido de la obra.

En Colombia desde los años sesenta del S. XX surgen manifestaciones artísticas que buscaron que su práctica se alejara de las instituciones y se integrara de diversas formas a la vida cotidiana, enfrentándose a sistemas e instituciones del arte como la misma Universidad; prácticas que buscaban responder de manera más directa a la sociedad. Herederas de esas búsquedas, muchas de las prácticas artísticas más contemporáneas dicen proponer una mirada que ve en los espacios sociales no artísticos, “el material, el motivo y el lugar mismo para que ocurra el arte”7. Efectivamente, algunos de los procesos más reconocidos de las artes visuales de las últimas cinco décadas se han dado inicialmente fuera de los espacios convencionales del arte (universidades, galerías o museos), aunque la gran mayoría de los artistas que realizaron estas producciones eran profesionales de las artes, y los sistemas de exhibición y circulación del arte terminan por supuesto integrando las prácticas a la institución académica. Como señala la sociología de la cultura, las producciones artísticas jóvenes son incorporadas por las instituciones que forman parte del campo y se alimenta de ellas. Las prácticas señaladas no son ajenas a esta situación: la universidad las acoge. En las universidades se enseñan, por ejemplo, clases de “inserción en circuitos no convencionales”; una clase en la que la institución Universidad enseña a sus alumnos de artes V y P a construir volantes y a generar estrategias de inserción en un sistema de circulación masiva para ejercer su crítica. Pero el problema no está en las formas en las que la institución retoma la

6. Este debate es amplio y ha sido nombrado de diversas formas, por ejemplo señalando la diferencia entre materialización de la obra de arte y su conceptualización (ver Lippard, Lucy: Seis años: la desmaterialización del objeto artístico de 1966 a 1972 [...]. Madrid, 2004.)

7. Escobar Fernando, “Prácticas artísticas, pedagogías y comunidades”, en http:// exsituinsitumoravia.com. A noviembre 2011

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práctica artística. El problema está en cómo lo hace y en lo que esto nos puede aportar a la hora de pensar la inserción de las V y P en el programa de CC.

El transgénero sometido

El debate entre materialización y conceptualización de la obra está vivo aún en academias colombianas: mientras que las academias son conscientes de que deben integrar en sus currículos aquellas prácticas que están ya legitimadas por circuitos internacionales, como las prácticas de activismo artístico, lo hacen utilizando sistemas tradicionales para su estudio y difusión. De esta manera eliminan instantáneamente el impacto que pueden tener estas prácticas críticas. En otras palabras, la academia muchas veces no se toma en serio los dientes críticos del arte; elimina el poder del dispositivo al no asumir los retos que implican las prácticas críticas que sugieren estas manifestaciones artísticas.

De este mal sufre buena parte de la producción de historia y teoría del arte en nuestro país, que ignora el dispositivo crítico de la propuesta artística a la hora de realizar sus análisis.

Cuando el objeto de análisis responde a sistemas de pensamiento anquilosados en la idea de que el objeto de arte existe más allá de su contexto, que no se da amarrado a un determinado sistema de circulación, producción, valoración y mercado, este análisis del proceso se reduce al análisis de un objeto al que se le mochan sus lazos con el entorno, y de paso, se privilegian formas de ver el arte en las que prima el objeto sobre su posible ejercicio crítico8. Si a esto se le suma el sometimiento a formas de circulación que ignoran la manera en la que el arte cuestiona determinada estructura, el problema es mayor.

Los parientes pobres

En los espacios de formación profesional en artes V y P las prácticas artísticas con comunidades se han convertido también en un ingrediente más del campo: los sistemas

8. Ver, por ejemplo, Berger, John, Modos de ver.

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de exhibición (como bienales y ferias) las han ido incorporado paulatinamente y se han constituído en una práctica legitimizada por el campo del arte contemporáneo.

Me ocupan acá las “prácticas artísticas que buscan conscientemente efectos sociales y políticos”9, que se realizan en espacios no artísticos, y que trabajan con comunidades específicas, a veces llamadas “prácticas de activismo artístico”, “prácticas de crítica institucional”, o “estrategias en la esfera pública”, las cuales se realizan desde hace décadas en diversas comunidades colombianas más allá, mucho más allá de la academia de arte. Comparten con sus parientes que se enseñan en la academia varios ancestros en común, entre los cuales está la sociología.

Los “artistas empíricos” vienen desarrollando desde hace tiempos en sus regiones este tipo de actividades. Por supuesto son nombradas de formas distintas: las actividades con la comunidad son muchas veces prácticas artísticas en espacios no convencionales, etc. Esta situación es relevante en este caso en la medida en que determina las formas en las que se empieza a conformar un léxico académico y unas instancias educativas para canalizar estas iniciativas, que puede aprovecharse en el caso de CC.

¿Cómo se legitiman ciertas prácticas? ¿Se apropian estas prácticas? ¿Cómo aprovechar la experiencia que aportan los “artistas empíricos” para revisar las estrategias que algunos proyectos artísticos profesionales proponen en su relación con la comunidad específica con la que trabajan?.

Aprovechándose del transgénero

El escenario puede ser beneficioso a la hora de revisar formas en las que se perpetúan en las artes visuales y plásticas exclusiones y paternalismos propios del campo del arte V y P contemporáneo.

9. Ver “Modos de hacer, arte crítico, esfera pública y acción directa”.

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Pero esto depende de qué tan en serio se tomen sus dientes, y las correspondientes estructuras dentales: sin un seminario que estudie este asunto, cuyos participantes sean tanto alumnos como profesores, evento que dé las pautas para la investigación correspondiente, investigación que se asume como parte fundamental de la enseñanza del área en cuestión, este asunto no fructifica. Se necesita también una publicación que de cuenta de las formas en las que se relacionan los agentes de ambos saberes, así como acciones claras a seguir en los talleres que se trabajan. Es decir: tener en cuenta las formas en las que se da el intercambio de información, las formas en las que se den estas relaciones determinan los dispositivos que se vayan a utilizar. El problema que nos ocupa es asumir que si las universidades se toman en serio el reto que implica CC en el caso de las V y P, es posible que esta capacidad crítica del arte afile los dientes y pueda morder más efectivamente el sistema que soporta.

¿Cómo se dan las relaciones con las comunidades en los artistas que trabajan fuera del marco tradicional del quehacer artístico?

Conclusión A: CC le conviene al transgénero

A partir de lo presenciado en el encuentro, y teniendo en cuenta las preguntas planteadas, puedo afirmar que CC es un escenario pertinente para implementar las V y P, si esta, de nuevo, se toma en serio: CC puede permitir una aplicación directa y activa del aprendizaje, ya que los lazos con las comunidades están vivos. Son alumnos y alumnas que, según palabras del decano de la Universidad de Antioquia: “tienen trabajo desde que comienzan y no salen a ver qué hacer”; son estudiantes-maestros, que aplican sus estudios de forma directa a las necesidades propias y de su entorno. Las herramientas se aplican “al día siguiente”, son parte de un entorno, detonan redes y conexiones entre comunidades.

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CC hace visibles formas de trabajo de los artistas del país – en el caso de la música de “la construcción de sonoridades del país” – Es una oportunidad única para generar lecturas del país y rastrear las formas en las que la academia puede aportar a estas lecturas. Tiene incidencia privilegiada en la región.

En palabras de los profesores: “se adquiere rigor, se alimenta el oficio docente, mejoran las herramientas conceptuales”. Se pueden “redireccionar ciertos manejos públicos que se relacionan con la cultura – se da un nuevo empoderamiento, y estas son ventajas fuertes en cuanto a sueldos, pertenencia a labores, etc”.

Parafraseando a la coordinadora de la Universidad Tecnológica de Pereira: “con el programa de Colombia Creativa cambian los paradigmas en cuanto a la comunicación en los artistas maestros participantes, y cambian metodologías propias de la academia o los saberes expertos en la comunidad académica”. El problema es entonces un asunto de mediaciones.

Conclusión B: El transgénero visibilizado y la enseñanza de las artes

Las V y P contemporáneas nos dan la oportunidad de tratarlas ya no como objetos ajenos a nosotras, sino como sujetos que participan activamente en la construcción de su sentido. Las V y P contemporáneas, a diferencia de otras miradas, proponen la posibilidad de construir el significado al momento de entrar en contacto con la obra de muchas formas posibles. Si no asumimos esto desde la academia misma, tomando el dispositivo en su justa dimensión, nos relegamos como sujetos ante la propuesta. Es necesario mantener el chance de participar. De proponer relaciones más éticas con los sistemas sociales y políticos que se nos proponen en la cotidianidad.

La técnica es un producto cultural más que me permite acercarme a lo que necesito o quiero cuestionar. No se trata acá de temas o contenidos. Los temas no hacen las

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obras. Diferenciar los contenidos de la obra de ella misma, es como pelar un durazno asumiendo que la piel no llevará carne. Lo que aporta la mirada contemporánea tiene que ver con la mirada que se aplica al mundo. La mirada como una construcción cultural. Algunos llamaron a eso la diferencia entre qué hago al cómo lo hago10.

La forma en la que veo una propuesta artística determina lo que esa obra signifique. La forma en la que la obra de arte se sitúa y comunica un género, una posición política, una clase social determinada, está dada por la mirada. Podemos afirmar que la mirada construye la obra. Esta mirada que aporta sentido implica que toda propuesta artística tiene implícita una posición política. El debate sobre la pertinencia de las V y P en Colombia Creativa, va entonces más allá que un problema de técnicas y definiciones. La academia puede ser un buen lugar para compartir las formas en las que construimos la mirada.

Si no juzgamos las plásticas por su materialidad sino por las relaciones que establecemos con ella, la pregunta por la materialidad de la obra como elemento determinante en su definición, y por ende en su práctica en la academia, perderá peso. Si asumimos su condición transgénera, quizás se dejarán de enseñar unas técnicas solitarias que a veces ahogan las propuestas y de paso a los estudiantes; y dejarán de convertir a los estudiantes en burócratas de las técnicas. La “ausencia de contexto” en la enseñanza del arte responde a una modernidad extraña y mal entendida, que alimenta la mistificación de la obra de arte en la vida de los estudiantes. Afortunadamente la globalización, las comunicaciones y otros elementos han permitido que, por un lado, se acceda a fuentes de conocimiento de formas más ágiles, se acerquen los medios de producción a los interesados (textos – video, fotografía, etc), bajen los costos de producción, y por el otro se problematize esa relación con lo global. Aprovechando la condición transgénica

10. Goodman Nelson, Maneras de hacer mundos.

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de las artes visuales quizás se puedan cerrar formas de diferenciación y exclusión social practicadas desde las políticas culturales y educativas.

Lo interesante de Colombia Creativa, y el motivo por el cual pienso que es una oportunidad única para el campo de las visuales y plásticas que debe aprovecharse, es que, en vez de jugar a ignorar o borrar los límites que diferencian las diversas comunidades artísticas (académica y no académica), los señala y los aprovecha, los evidencia y los problematiza.

Sugerencias finales

Hay que tener en cuenta que el encuentro entre artistas empíricos y aquellos que pertenecen a la academia, necesita del buen funcionamiento de los convenios, y pagos que soportan este programa. De otra forma se repiten los esquemas de exclusión que el programa mismo quiere eliminar. Se debe tener en cuenta la experiencia piloto de la Universidad de Antioquia con las artes visuales y plásticas. Algunas universidades señalan que asumir el programa de visuales en CC resulta complicado si no se tienen en cuenta las pérdidas económicas.

Se deben tener en cuenta las posibles asperezas que pueden surgir en la academia dentro de los docentes. En este sentido es pertinente revisar las diferencias – ventajas y preguntas en la experiencia en la que se recibe a los estudiantes con un instructivo (U de Antioquia), y aquella que no lo hace. ¿Qué tipo de relación predetermina esta mediación? ¿Qué ventajas implicó?.

Se sugiere reconocer desde el inicio los logros de las otras áreas, por ejemplo, el uso de la plataforma “mudel” para socializar las experiencias que se realicen en el aula. Esta puede ser una herramienta importante a la hora de investigar sobre el proceso ya que permite que se recopilen las experiencias en la medida en que se van dando, y no

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solamente aquellas que se generan para su muestra final, sino los procesos. Reconocer que esta experiencia fortalece las redes: aprovechar desde el inicio esta ventaja. Tener en cuenta las tesis de grado que han estudiado el programa de Colombia Creativa, por ejemplo la de una estudiante del programa regular de la U de Antioquia, quien investigó el programa haciendo un completo seguimiento de sus prácticas y experiencias dentro y fuera de la Universidad, así como las consecuencias metodológicas en el aula.

Tener en cuenta que pueden surgir roces entre maestros docentes y maestros alumnos, de manera que se formulen actividades en las que los maestros alumnos puedan aportar sus saberes, por ejemplo, a los estudiantes menores que pertenecen a la academia, quienes probablemente no contarán con otra oportunidad para recibir estos aportes de maestros tradicionales (por ejemplo en arte indígena). En este sentido, revisar experiencias como la vivida con las danzas tradicionales y contemporáneas en la ASAB, en donde se intercambiaron maestros.

La importancia del título es incuestionable en términos de inserción en el sistema laboral a cierto nivel. Es necesario que se afiancen los convenios entre los dos ministerios (educación y cultura). Que el proyecto sea avalado y apoyado por los dos ministerios.

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Colombia CreativaLos sentidos de una apuesta

Jorge Sossa Santos

La lectura que propongo parte por supuesto del sesgo personal y ha sido construida a partir de escuchar con detalle e interés lo trabajado en cada una de las mesas en las jornadas propuestas y a partir de las temáticas establecidas. Es decir que las transformaciones, la pertinencia, los saldos y las prospectivas, serán el material de las reflexiones que deseo compartir con ustedes.

Es recurrente el comentario a la resistencia que tuvo la implementación del programa prácticamente en todas las universidades. De entrada, la resistencia parece expresar las fuerzas reactivas del dispositivo académico, en tensión con aquello que no es normal, con aquello que instala líneas de desestabilizan los que no parece ser fácilmente controlable, que le hace preguntas a lo que debe ser, a lo establecido. Pero si el dispositivo académico despliega líneas de creatividad y experimentación, pero también despliega líneas de sedimentación y estratificación, creo, sin dudada, que Colombia Creativa disparó un movimiento de tales líneas que fueron asumidas de manera distinta por las universidades, incluida la universidad de Nariño por supuesto. En las respuestas a las dinámicas que generaron las líneas descritas las universidades asumieron posturas diferentes; hubo apuestas y actitudes contrastantes. Normalizar el programa o permitir aperturas o incluso pequeñas fisuras al orden establecido. Por eso

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las transformaciones pueden ser del orden funcional e instrumental o serlo en cuanto toca los cimientos del programa regular. Por eso la pertinencia puede leerse como algo que manifiesta lo previsible, lo dado, lo que debe ser, o la pregunta por lo que siendo virtual y posible, debe interpelarse desde ya. Y los saldos no son solamente aquello que quedó de haber actuado por la inercia o que debe ser sino el resultado de apuestas e “inversiones” entendida en el terreno de lo filosófico, de lo ético, de lo estético, de lo político.

Algunas preguntas sueltas recogidas y algunos enunciados formulados por diferentes participantes en diversos momentos y contextos del Encuentro, servirán para el trazado de mi lectura y aparecerán permitiendo problematizaciones sugeridas. Veamos:

¿Se desarrollo el mismo programa o se adecuó a las necesidades que demandaba el conocimiento y saberes de las personas admitidas?

¿Se mantuvo el programa regular o, la forma de intervención ejercida transformó la mirada y el resultado?

¿Hasta cuándo va el programa?

“No saben hablar desde la teoría”

¿Cómo introducir el discurso científico?

“Se requiere la técnica”.

“se les ha homologado su experiencia profesional”

“Hemos obtenido un estatus superior”.

“Recibimos cultores y les devolvimos licenciados”

“El programapermitió equilibrar los egos de los profesores con respecto a los estudiantes”

“Armonizar el discurso filosófico con un discurso artístico”.

“Más allá de la clase magistral, ¿qué intervenciones propician el sentido de lo académico propio del ámbito universitario?”

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¿Cómo superar el asignaturismo?

¿Qué se entiende por calidad académica?

¿Flexibilidad de orden instrumental funcional o flexibilidad de la concepción de conocimiento, del saber?

“Las dificultades del nivel educativo son un problema del sistema en su conjunto. No es solo de quienes aspiran a ingresar o ingresaron a Colombia Creativa”

“Dentro de programa se observan tensiones entre lo eurocéntrico (el canon) y lo popular”.

“Qué moviliza la vinculación al programa: ¿Titulación? ¿El reto personal? ¿Arribismo?

“Incorporarle elementos internacionales para vestir de gala la música popular” a propósito de arreglos de jazz introducidos a Pueblito viejo.

“Darle sentido académico al vallenato”

“Se gradúan introduciendo instrumentos como el charango, la bandola”

La convivencia de estos tres días de encuentro nos muestra que el programa Colombia Creativa es importante. Que sus apuestas señalan cosas importantes para el país. Que su realización ha movilizado, ha transformado, ha afectado. Esto es ya significativo como expresión de la política.

Se ha dicho reiteradamente que es, de alguna manera, el pago de una deuda social con cultores y hacedores que desde lo local o desde prácticas que han propiciado acciones artísticas en clave de pensar el país, su diversidad, los sentido que lo constituyen. Lo que he visto, escuchado y sentido me sugiere la existencia de asimetrías, desarrollos desiguales y, sobre todo, posturas y actitudes diferentes y contrastantes.

Si bien se reconoce que la génesis del programa está en las actividades de formación informal y no formal que el Ministerio de Cultura ha adelantado especialmente en el PNMC desde 2003, no hay referencias precisas a los alcances y sentidos que estos procesos han generado. Es claro que Colombia Creativa responde a necesidades de

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titulación y con ella reconocimiento académico de nivel superior a muchas de las personas que han participado en los procesos del PNMC, vale la pena considerar que esta vía es solo una que, aunque muy importante, no puede ocultar otras salidas que a procesos de certificación y reconocimiento de saberes de diferente registro se vienen dando o podrían darse en el futuro. Una es la certificación de competencias laborales adelantada por la Mesa Sectorial que coordina el SENA; otra el proceso de formación de Tecnólogo dirección de Escuelas Municipales de Música en convenio Mincultura y el mismo SENA.

Ahora bien, no puede desconocerse que existen procesos de formación informal y no formal que han tenido y siguen teniendo una gran importancia cultural en procesos locales; es decir, que la titulación si bien aporta a fortalecer procesos individuales y colectivos no debe verse como la única vía de fortalecimiento de los procesos formativos de carácter artístico en el país. ¿Cómo fortalecer los procesos No formales e informales que siguen y seguirán teniendo presencia decisiva en los procesos locales? ¿Qué suerte de articulaciones deben seguirse tejiendo entre el PNMC y Colombia Creativa entendiendo que los dos procesos se tocan, en tanto son producto de políticas culturales de impacto nacional?

No aparece claro el enfoque que se ha venido dando a los programas de titulación de Colombia Creativa; de un lado, cuando se habla de transformaciones que se han generado en las instituciones que lo desarrollan no se expresa claramente cómo se ha trabajado a nivel de los contenidos, de las mallas curriculares. Del otro, aparece una referencia muy general a que el énfasis ha estado en los aspectos pedagógicos y no en los disciplinares. Y derivado de allí, la supuesta inferioridad de la licenciatura expresada en las didácticas, explicaría la estrategia de asumir los aspectos teóricos (lectura y escritura, enfoques filosóficos, reflexión…), y de manera tangencial, los aspectos que en la gran

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mayoría de las intervenciones se refieren a la técnica. ¿A cuál técnica? ¿Acaso existe una técnica universal?

Es decir, parece partirse del supuesto de que los participantes en el programa, en virtud de su experiencia tendrían resuelto los aspectos referidos al hacer que se reduciría al manejo técnico y que le faltaría fundamentación pedagógica y didáctica para realizar sus actividades. Aquí parece manifestarse cierto reduccionismo de una problemática que es mucho más compleja.

¿Es posible pensar en una didáctica o en una intervención pedagógica independiente de contenidos específicos y por fuera de objetos de estudio particulares? ¿Puede asumirse la didáctica de “la” música sin referencia específica a las características, principios constructivos, modos de hacer a expresiones sonoras que son singulares, que tienen sus propias lógicas? Es decir hablaríamos de músicas singulares y no de una música universal que, extrañamente, siempre resulta ser la del canon centro europeo. Algunas intervenciones hablaban de cómo se había dado paso al vallenato y a manifestaciones de músicas populares y regionales. Sin embargo, poco se habla sobre si estas manifestaciones ingresaron como objeto de estudio a los programas regulares adelantados por las instituciones. Por lo observado, son aproximaciones tangenciales y episódicas a manifestaciones de gran fuerza y presencia cultural pero que no han sido consideradas objeto de estudio de los programas convencionales de formación musical.

Parece necesario volver a la discusión sobre la profesionalización, sobre el sentido que profesionalizar implica para las universidades que desarrollan el programa. Y se siente como necesario hacerse la pregunta por la concepción que anima la implementación de estos procesos.

Parece primar la transformación en el orden administrativo y funcional, pero no es claro cómo Colombia Creativa ha impactado el devenir de los programas regulares. Es

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decir, no se da cuenta del dialogo de saberes que está planteado en la sustentación de programa. Algunas intervenciones abiertamente hablan de que se ha homologado un conocimiento previo, que los programas regulares de las universidades han estado ahí y que quienes han requerido del reconocimiento son los participantes de Colombia Creativa; se concluiría así, que la relación se ha dado en un solo sentido, es decir la formación desde las universidades que de “manera flexible” reconoce, legitima y avala unos saberes previos que aunque tiene cierto valor cultural carecen de fundamentación teórica y conceptual.

Parece haber una flexibilidad orientada más a los aspectos administrativos y funcionales que a los aspectos conceptuales, epistemológicos, filosóficos que se espera se hayan dado al asumir acciones que van más allá de la simple homologación a través de titulaciones. El sentido cultural, social y político que dio origen a Colombia Creativa demanda de las universidades operadoras el compromiso de problematizar las condiciones de entrada, proceso e impacto de su hacer.

La pertinencia como tema movilizador generó algunas confusiones. Para algunos la pregunta no era pertinente pues parecía obvia la pertinencia de un programa que, se dijo, obedecía a necesidades históricas claramente evidenciadas en su justificación y puesta en marcha. Se habló de pertinencia política y de deuda social con los cultores.

Parece existir una confusión en lo que hace referencia al reconocimiento de los saberes de los llamados cultores –categoría que bien valdría la pena ampliar— y el papel y responsabilidad de las universidades en ese reconocimiento. Se hace referencia a que la condición de artista no la da un título universitario y se pone como ejemplo a Alfredo Gutiérrez diciendo que él no necesitaría un titulo, tampoco Joe Arroyo lo necesitó. Todos sabemos que nuestro nobel no tuvo, quizá por fortuna, un título académico, pero, repito, la problemática parece ser mucho más compleja tratándose de lo que se ha llamado tensiones entre lo empírico y lo académico.

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La pregunta por la pertinencia pasa por considerar los objetos de estudio que son ofrecidos a quienes, en las condiciones ya descritas, aspiraron o aspiran a vincularse al programa. Se decía “cómo es posible aspirar a ser admitido en el programa si ni siquiera sabía leer media corchea”; este enunciado deja en claro que el programa referido –como todos los que a música se refieren— están construidos sobre las lógicas la literalidad. Entre tanto los excluidos, que en su momento reclamaron —y que se dieron a la fuga cuando les pidieron en su examen de admisión realizar ejercicios de contrapunto y fuga— están inmersos en músicas de tradición oral en las que el saber pasa por otros códigos, aspectos que la academia debería plantearse en un país de gran riqueza musical —superficialmente llamada folclórica quizá para excluirlas— pero que, entendida como textos de cultura, son portadoras de elementos rítmicos, corporales, melódicos y téxticos de gran riqueza. La pertinencia aquí sería entendida como una pregunta que trasciende pero que a la vez involucra a Colombia Creativa. ¿Cómo establecer programas de formación musical que incorporen como objeto de estudio el rico acervo musical del país? ¿De qué manera proponer programas ya no para titulaciones puntuales y coyunturales, sino para estudiar a profundidad de músicas que por su condición y características responden a lógicas distintas de las de las músicas canónicas? Ahora bien, la pregunta por si las universidades miraron las condiciones socio-culturales de los aspirantes y reaccionaron para adecuarse flexiblemente a tal condición, aparece como fundamental, ahora que ya han egresado estudiantes y que se prepara la inclusión de nuevas cohortes.

Las intervenciones de las diferentes universidades muestran diferencias y asimetrías importantes, no obstante que la presentación de Acofartes haga énfasis en los elementos que aparentemente como comunes. Hacer emerger las diferencias de postura y criterios de implementación de los programas parece una condición necesaria para profundizar

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el sentido de Colombia Creativa; salir de los lugares comunes a los que es muy fácil acceder cuando se privilegia el dato estadístico, cuando se recurre a la norma, al requisito, y muy poco se refiere a las tensiones que implica asumir pensar el país diverso y complejo que es Colombia.

Colombia Creativa, hay que repetirlo, fue el producto de una lectura pertinente del país en un momento histórico preciso; una lectura de las necesidades regionales, fue la consecuencia de las actividades de formación que, teniendo en cuenta las condiciones del país, asumió en las actividades de educación informal y no formal, las posibilidades de generar procesos formativos que transformaron las practicas musicales locales de manera considerable. Por eso no debe olvidarse el vínculo directo que existe entre Colombia creativa y el Plan Nacional de Música para la Convivencia, vínculo que no puede entenderse como causa-efecto, es decir que las dinámicas del plan y del programa se tocan, se cruzan pero no dependen lineal ni mecánicamente uno de otro. Así, lo que ha pasado en las escuelas de música tradicional en Cogua Cundinamarca, Concordia Antioquia, Labateca Norte de Santander —para solo citar solo 3 ejemplos—, nos hace pensar en las relaciones entre los informal, las Normas de Competencia Laboral, los tecnólogos en dirección de Escuelas Municipales de Música que se adelanta en convenio SENA-Ministerio de Cultura y los procesos de titulación de Colombia Creativa.

Igualmente en las intervenciones de los diferentes agentes de las universidades se observan posturas y énfasis distintos. Diferentes son las anotaciones de los directivos a las que hacen algunos profesores. Diferencias que si bien no se plantean como confrontaciones si muestran en su tono y orientación que al interior de los programas existen tensiones que bien valdría la pena poner sobre la mesa. Es desde la problematización que Colombia Creativa afinará sus propósitos y seguramente cambiará aquellos aspectos que lo obstaculizan.

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Se habló de las dificultades financieras. Con énfasis se llamó la atención sobre la inviabilidad del programa en las condiciones de subsidio que, se repitió, han tenido que asumir las universidades. Sería necesario que el tema financiero fuera puesto en evidencia para buscar mecanismos que impidan que no sea el aspecto económico el que justifique la terminación del programa.

La pregunta por hasta cuando irá el programa y la tensión entre procesos de titulación que, por definición parecen ser puntuales y coyunturales, parece que se quedó flotando y no se asumió en todas sus consecuencias. Algunos afirmaron que no será posible que haya un contrapunto permanente entre programas regulares y programas permanentes de titulación como los de Colombia Creativa. Es decir que el programa obedeció a condiciones muy puntuales y no sería sostenible perpetuarlo sin definir cotas temporales que lo delimiten.

Hablar de saldos, se dijo, supone la pregunta por lo que se invirtió. Es aquí donde con más claridad apareció el divorcio entre lo que viene apostando cada universidad con el programa y lo que el Ministerio viene realizando a través del PNMC en la formación musical de carácter informal y no formal. Se evidencia falta de dialogo, de lecturas compartidas que puedan enriquecer mutuamente los procesos que se adelantan. Parece no importar mucho a las universidades lo que ocurre con la capacitación de directores de Escuelas Municipales de Música. ¿Acaso se evidencia en ello una suerte de jerarquía de la educación superior sobre aquellas modalidades que de suyo estarían distantes de preguntas por el rigor y la calidad académica?

Como preguntas a la normatividad se plantea una paradoja perversa consistente en que la experiencia de los aspirantes al programa es la condición de ingreso; sin embargo cuando egresan, es solo a partir de allí que se comienza a considerar su experiencia. Un egresado afirmó que 30 años de experiencia le valieron para ingresar al programa pero que solo hoy le valen los treinta días que lleva de graduado. ¿Qué tipo de acciones

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podrían plantearse para reformular las normativas que en este caso contradicen el sentido de haber transitado la formación académica universitaria?

Sobre la financiación es preciso resaltar que la bolsa que permitió el inicio del programa viene del Ministerio de Cultura y que el Icetex es solamente el manejador de los recursos. Con todo, no deja de sorprender a quién, como yo, observa desde afuera, que los desmanejos y desafueros administrativos del Icetex hayan llegando a una situación que afectó a todos los actores del proceso. ¿Por qué razón no fue posible una intervención de la ministra para llamar la atención a las directivas del Icetex para que se resolvieran problemas de orden operativo, que, dicho sea de paso, suponían seguramente, un pago por la irresponsabilidad del manejo de los recursos.

Para enfatizar aspectos relevantes de lo discutido en el Encuentro es necesario volver a problematizar el enunciado “recibimos unos cultores y les devolvimos unos licenciados”. Pareciera que allí se dio una acción en un solo sentido. La universidad homologó, legitimó. Y, como se decía en otra intervención: ¿y las versiones de mundo que traen los estudiantes del programa? ¿Y cómo contagian, impregnan y afectan a los programas regulares esas versiones de mundo? ¿De qué manera los trayectos formativos van afectando a profesores y estructuras curriculares de los programas? ¿Cómo aparecen las miradas de país que emergen en el trasegar del proceso formativo?, ¿Son acciones de ida y vuelta? Es el resultado de una apuesta genuina de la universidad o es el acomodamiento a un programa que, de todas maneras, vergonzantemente parece considerarse de nivel inferior.

Ahora bien, pensando en los egresados y escuchando sus testimonios y la advertencia de no acartonarse con el cartón, nos invita a reflexionar sobre que el título no sustituya el sentido de lo vivido y construido durante años de experiencia. Las universidades, además de proveer herramientas operativas y conceptuales deberán construir con los

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estudiantes esa mirada de país, esa apuesta ética por reconocer la titulación pero sin detrimento de los sentidos que tienen y ha tenido el hacer comprometido de los cultores o músicos no titulados que ingresaron al programa. Inquieta que en algunas posturas de algunos egresados que participaron en el Encuentro se observa una híper valoración al hecho de haberse graduado. Entiendo que es importante y que tiene significación individual y familiar, pero no a costa de soslayar el valor del bagaje existencial y cultural con el que se llegó, se transitó y se constituyó la posibilidad de la titulación. Es decir el título reconoce pero no trasforma de manera definitiva el sentido de lo que se venía construyendo antes de entrar al programa. Quiero decir, valorar lo aprendido como un elemento que fortalece, que potencia, pero que no niega que el equipaje de sentido y de afirmación lo traían los estudiantes, ahora pares académicos, aunque en algunas voces se sientan ciertas dudas y reticencias.

Finalmente, queda instalada la pregunta por el impacto que Colombia Creativa ha generado. No hay que ser un avezado investigador para imaginar que los testimonios vistos y oídos señalan que algo se ha movido de manera fuerte y contundente. Se ha instalado una fuerza que, seguramente, hará que las cosas no transcurran de manera igual. La pregunta por el impacto también deberá ser asumida al interior de las universidades y, algo muy importante, entre las universidades. Creo que confundir el sentido asociativo de Acofartes para mostrarse como unidad de cuerpo, con la necesidad de debatir académicamente sobre enfoques y posturas de un programa como Colombia Creativa resulta inconveniente. Me pregunto acaso si la investigación en su tercera fase no daría un salto cualitativo si se trabaja sobre las diferencias de mirada y de apuesta de las universidades, diferencias que se esbozaron en este encuentro pero que muy tímidamente se plantean.

Una investigación que asuma que tratándose del campo artístico quizá sea imprescindible hablar desde el paradigma estético y no desde paradigmas cientificistas

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tan proclives a los datos, a las estandarizaciones, a los algoritmos, a las mediciones, al control de variables, a los objetivos, a las calificaciones, a los discursos sobre la calidad, en fin. Una mirada que se abra a las subjetividades, a la emergencia del deseo, al hedonismo, a lo incierto, a la búsqueda a la experimentación creadora, a la movilización del pensamiento y no solo al imperio del conocimiento, en fin. Una investigación que considere que no se trata solo de intenciones personales o anhelos particulares. Es necesario develar las lógicas del dispositivo académico que establece maneras de hacer, disponer, jerarquizar, normatizar, aquello que es lo normal dentro del ámbito académico, aquello que establece las reglas del saber-poder que, aunque no se diga explícitamente, se expresaron con fuerza en este Encuentro.

Con todo, un saludo a Colombia Creativa. Un reconocimiento a un esfuerzo colectivo que sigue mostrando que, a pesar de la precariedad y marginalidad del sector cultural en el país, es posible seguir soñando el país que deseamos.

Muchas gracias!!!

Bogotá, noviembre 5 de 2011

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Algunas paradojas de país

Una mirada reflexiva sobre Colombia Creativa y el sector artístico nacional

Ruth Helena Jaramillo

Después de vivir la experiencia de encuentro entre el país formal, ése construido desde

una lógica occidental y ubicado principalmente en las urbes colombianas, y el país real, ése

multicolor, multivocal, poseedor del asombro y la esperanza, que sigue apostándole a la vida

a pesar de haberla vivido desde la periferia; creo que las reflexiones que hagamos, además

de pensar el programa Colombia Creativa, deberán propiciar una reflexión estructural

de país, para que a mediano o largo plazo podamos subvertir un orden que ha ido en

detrimento de nuestras particularidades socioculturales, y podamos desde la realidad de

nuestras gentes, construir una sociedad más incluyente para las futuras generaciones.

Haber escuchado las historias de los protagonistas del proyecto, que pasaban por

la emoción y el entusiasmo, y llegaban de manera súbita a la indignación, es sin duda

alguna una plataforma esclarecedora que aporta suficientes elementos de juicio para

que las instancias que lo lideran, encabezadas por el Ministerio de Cultura, el ICETEX,

y esperamos que a muy corto plazo, el Ministerio de Educación, realicen los ajustes

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necesarios, desde los aciertos, logros y debilidades, para mejorar un programa de innegable pertinencia social y de carácter prioritario para el sector artístico nacional.

Antes de ahondar en las reflexiones estructurales de la experiencia debo agradecer al Ministerio de Cultura y a las personas que desde allí han liderado una iniciativa fundamental para el sector artístico nacional, por aportar de manera decisiva a la dignificación del quehacer artístico, promoviendo el desarrollo del sector, y empoderando el tema formativo en artes como objeto de políticas culturales y educativas.

Así, próximos a graduar aproximadamente 600 nuevos artistas o licenciados en artes, provenientes la mayoría de sectores en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica o de regiones carentes de programas formales en artes, resulta fundamental hacer especial énfasis en los beneficios sociales del proyecto, los que indudablemente son incalculables.

Por un lado, los artistas antes empíricos, hoy cuentan con un título universitario que les ofrece la posibilidad de mejorar su calidad de vida, tanto en términos económicos, como especialmente en la relación que establecen con su entorno, dado que han legitimado un saber acumulado por más de 10 años, y en consecuencia, consolidado o ganado el reconocimiento y status social que merecían. Esta nueva situación definitivamente mejora las percepción evaluativa de sí mismos y los alienta a continuar su labor creativa y educativa con mayor ímpetu, compromiso y amor. Además, desde el entramado conceptual, contextual, metodológico, ético e instrumental que la academia les brindó, han conseguido sistematizar su experiencia creativa y construir un discurso en torno a ella, lo que influye de manera decisiva en sus prácticas artísticas, porque las revitaliza y redimensiona.

Así las cosas, es evidente que el programa fue una experiencia significativa para cada uno de los participantes, no sólo porque contribuyó a la cualificación de su práctica desde los aportes de los preceptos instrumentales y teóricos recibidos, sino

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principalmente porque facilitará la incorporación de cada uno al mercado de su ejercicio profesional en mejores condiciones.

Pero los beneficios del programa no se quedan allí pues el potencial multiplicador de sus beneficiarios empieza a permear a sus comunidades y a impactarlas positivamente, entre muchas otras razones, porque los acervos culturales de sus regiones comienzan a ser reconocidos y legitimados desde la academia, además empiezan a ser objeto de investigación y materia de políticas.

Sumado a esto, los programas de formación artística de las diferentes regiones indudablemente serán favorecidos por la cualificación de sus maestros, ya que en su mayoría fueron construidos desde la práctica empírica y la experiencia vital de cada uno de sus artífices, quienes hoy cuentan con marcos conceptuales y herramientas pedagógicas que les permitirán asumir con mayor idoneidad la actividad docente, convirtiéndose en multiplicadores de los conocimientos adquiridos.

Por otro lado, una de las mayores ganancias sociales del programa es haber propiciado un diálogo de saberes entre la academia y la diversidad de saberes empíricos, ya que partió de la flexibilización curricular de las universidades que validaron el saber empírico homologando 5 semestres de los programas regulares, y ajustándolos a programas de 2 años y medio que conservaron las características y estructuras de los programas originales. Además modificaron sus prácticas pedagógicas tradicionales, incluyendo experiencias nuevas dentro de su quehacer docente, creando formas metodológicas menos convencionales de aprendizaje y desarrollo del conocimiento artístico, lo que procuró contextos educativos más cercanos a la realidad de las prácticas artísticas y a las particularidades de procesos de formación interculturales.

La experiencia de los estudiantes frente a este diálogo de saberes fue también positiva, pues desde una incuestionable apertura a los modos de los procesos

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formales de educación, se sometieron a las demandas y al rigor de la academia, valorándolo como necesario y enriquecedor. Ajustaron por dos años y medio (los que finalizaron el proceso) sus vidas cotidianas a las exigencias propias del programa.

Sumado a lo anterior, la integración de los creadores artísticos nacionales y la generación de redes de investigación, circulación y creación, es sin duda alguna uno de los logros más significativos de Colombia Creativa, porque contribuye decididamente a la consolidación del sector artístico nacional y al fortalecimiento del campo cultural en el país.

Después de revisar las transformaciones y ganancias sociales del proyecto, resulta necesario diseñar los instrumentos de evaluación que permitan medir a mediano y largo plazo el impacto real para el sector. Lo innegable es la pertinencia social del programa y la decidida apuesta que hace el Ministerio de Cultura por cualificar y fortalecer los procesos de formación artística y dignificar el quehacer artístico en el país. Además por aumentar la alianza con las diferentes regiones coadyuvando a la disminución de las históricas condiciones de inequidad, y comprometiéndose con la construcción de una país más incluyente.

Como vemos, las virtudes del programa son indiscutibles y los testimonios dan cuenta de ello, pero también dan cuenta de las falencias ligadas principalmente a los vericuetos de la burocracia en que vivimos, propias del país real, y no del formal, de donde surge esta iniciativa, que a veces olvida que la realidad colombiana combina la premodernidad, la modernidad y la postmodernidad, y que resulta necesario considerar nuestras particularidades contextuales para construir proyectos plausibles como Colombia Creativa.

Así, escuchamos historias de gentes que cautivadas por la inminente posibilidad de profesionalizarse y mejorar su calidad de vida, y a pesar de las condiciones desfavorables en que viven, le apostaron a una quimera, para después de un tiempo descubrir, que en su caso, fue un inclemente artificio.

Son muchos los ejemplos que escuchamos, pero de todos haré referencia a la historia de un indígena del Putumayo, artista popular de la vida, que llegó a Bogotá

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entre chalupas y buses, con la ilusión de acceder a un título que le permitiera mejorar en algo su vida y la de su municipio (un lugar ubicado en el país real, con seguridad abandonado del Estado y seguramente de los dioses), quien después de endeudarse repetidas veces y esperar una cuota de manutención que recibiría del Estado, que nunca llegó, tuvo que retirarse del programa, pasando de ser un artista popular desempleado, a ser un artista desempleado con una deuda de más de $8´000.000. Él creyó en el país formal, pero fue víctima de la brecha que existe entre éste y el país real que transita entre la racionalidad del andamiaje occidental y el realismo mágico. Valdría la pena entonces que de la mano de iniciativas como ésta, se crearan los dispositivos necesarios que facilitaran el encuentro entre las lógicas de estos países que coexisten y deben necesariamente convivir.

Pero más allá de los aciertos o desaciertos del proyecto, considero fundamental no sólo profundizar en el análisis de la experiencia, sino también revisar aspectos estructurales de país que trascienden el orden estamental y formal de nuestra sociedad, que son los que fundamentan proyectos como éste, y que por su inmanencia subyacen en los discursos de los protagonistas de Colombia Creativa.

El primero de ellos que estuvo presente siempre en la discusión, fue la tensión entre el arte popular y el arte académico, tal vez porque es el arte el escenario de la vida en el que se evidencia con mayor claridad el enfrentamiento existente entre las lógicas del saber occidental y las lógicas de saber tradicional, debido especialmente a que las prácticas artísticas parten esencialmente de la subjetividad del creador, en diálogo con su realidad, y por tanto con sus particularidades de orden sociocultural.

Una de las reflexiones importantes es considerar la situación de los saberes tradicionales con respecto a los saberes construidos desde la racionalidad occidental, dado que el programa busca legitimar los saberes artísticos populares a partir de los

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cánones occidentales, lo que lleva a imaginar que en nuestro país los saberes que están por fuera del sistema de producción del conocimiento científico-académico deben ser disciplinados y convalidados desde las lógicas de un pensamiento eurocéntrico, que aparentemente es el que determina la validez de los procesos de creación. Situación que permitiría concluir que seguimos reproduciendo un orden mundial marcado por la subalternidad, en el que la autoridad de los saberes está determinada por las sociedades que históricamente han ostentado el poder de forma hegemónica.

Valdría la pena considerar (no sólo las universidades sino la sociedad en general) que en las redes de producción y reproducción del conocimiento, especialmente del artístico, participan otras lógicas que son producto de sociedades multiculturales como la nuestra, lógicas que en este momento han sido capaces de revitalizar y oxigenar, entre otras, la producción artística europea.

Si consideramos que el conocimiento, y especialmente el conocimiento artístico, es un producto social, podríamos concluir que no puede ni debe ser exclusivo de las instancias socialmente legitimadas para su producción, debe ser producto de un diálogo permanente con los contextos socioculturales y sus realidades particulares, pero también con las instancias que influyen en la forma como se piensa el arte en la actualidad, como los medios de comunicación, los públicos, los espacios de exhibición, los circuitos de circulación, las estructuras jurídicas, entre muchas otras.

Sin el ánimo de cuestionar un programa que indiscutiblemente ha sido fundamental para el sector artístico nacional, resulta evidente que desde su concepción le apostó a un modelo racionalista occidental, pues se basó en la necesidad de validar socialmente, desde las universidades, las prácticas artísticas populares y los saberes construidos en escenarios alternos a los de la educación formal. Planteamiento que parte de la idea de que la academia es la única autorizada para producir el conocimiento, incluso aquel inherente a la creación y por tanto a la subjetividad.

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Aunque se hagan interesantes y estimables ejercicios de validación de los saberes populares, como en el caso de Colombia Creativa, resulta innegable que la experiencia, a pesar de propiciar un diálogo de saberes de carácter intercultural que parte del respeto y la validez del otro, no logrará una verdadera interacción entre iguales, porque está sustentado en una relación inequitativa de poder. Tal vez si desde el diseño curricular se vinculan las lógicas artísticas populares y empíricas, se logre generar un diálogo equitativo que permita otorgar el lugar que corresponde a las prácticas y saberes contra-hegemónicos subestimados por la racionalidad occidental.

Resultaría urgente desde esta mirada combatir la colonización y el monopolio del saber con prácticas propias de construcción y reproducción del conocimiento desde las diversas y múltiples voces que coexisten en nuestro país.

Otra reflexión que surgió de escuchar los testimonios de algunas de las personas involucrados en éste proyecto piloto, pero especialmente de conocer en profundidad la realidad del sector de las artes escénicas, y en particular la problemática de los artistas que lo conforman; fue pensar que el dispositivo social que otorga la categoría de profesional a un artista es el título, que es el que garantiza ante la sociedad la idoneidad para el ejercicio de su práctica.

La pregunta que surge es si el “profesionalismo” en el arte no debería estar relacionado más con el ejercicio disciplinado y permanente de la práctica artística, y con la búsqueda y desarrollo de procesos de creación propios. Pensaría que desde las lógicas del saber occidental, inherentes al país formal, la respuesta a esta pregunta sería si, pero que desde la situación del quehacer artístico en el país real, la respuesta definitivamente es no.

Desde la percepción del sector artístico, producto de más de quince años de trabajar en él, puedo afirmar que son muy pocos los artistas, independientemente de que sean académicos o populares, los que pueden dedicarse al ejercicio de su práctica artística como principal actividad; la mayoría se ven obligados a realizar actividades paralelas

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para sobrevivir, lo que impide el desarrollo y la consolidación de lenguajes artísticos propios que den cuenta de las particularidades socioculturales en que habitamos, y que además, sean visibles y legítimos en el concierto internacional.

La situación mencionada está ligada a políticas macroeconómicas del Estado que trascienden a las instituciones y que son producto de la visión de sociedad que rige los destinos de nuestro país.

Si pensamos que los derechos culturales hacen parte de los derechos universales, y por tanto de los derechos ciudadanos, debería ser el Estado el que debe garantizarlos y los ciudadanos exigirlos. Derechos que tienen que ver con la posibilidad de los artistas de vivir dignamente del ejercicio de su profesión, y de la sociedad de acceder en condiciones de equidad a los espacios y productos artísticos.

A pesar de la positiva transformación de las políticas del estado en torno a lo cultural a partir de la constitución del 91, y de las ganancias sociales generadas desde la creación e implementación del Sistema Nacional de Cultura, y dentro de él, del Ministerio de Cultura; la situación de las artes, y especialmente de sus hacedores, sigue siendo del todo preocupante, pues no se han podido crear las condiciones que permitan el ejercicio profesional de la creación artística, y por tanto que propicien su verdadera dignificación.

Cuando digo que es una política que trasciende a las instituciones, me refiero a que a pesar de los esfuerzos y acertados manejos que realicen el Ministerio de Cultura y las Secretarías de Cultura en los diferentes niveles territoriales, si el Estado colombiano no otorga la debida importancia al sector cultural (que incluye como un subsector más el sector artístico), las condiciones difícilmente van a cambiar. Pero la importancia no puede quedarse en el plano formal, debe partir principalmente de un apoyo presupuestal consecuente con las necesidades del sector, y cercano a las recomendaciones de la Unesco.

Si comparamos la participación para cultura de los presupuestos de la nación con el 1% del PIB recomendado por la Unesco, o por lo menos con 1 % del presupuesto

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nacional, vemos que la diferencia es abismal. A pesar de que las cifras de los presupuesto del Ministerio de Cultura en los últimos años se hayan incrementado, la realidad es que desde hace 6 años (periodo analizado) la participación del presupuesto Nacional para el Ministerio no ha pasado del 0.13%, habiendo crecido sólo un 0.02%, lo que contrasta con otros ministerios relativamente nuevos (referentes cercanos al de Cultura por el tiempo de funcionamiento) como el de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial que en 6 años pasó del 0.25% al 1.14%, o del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que pasó del 0.19% al 0.26% en el mismo periodo.

Presupuesto NacionalParticipación Min.

Cultura%

Min. Agricultura vivienda y

desarrollo territorial% Min. Comercio,

Industria y Turismo%

2011 $ 147.255.252.549.186 $ 194.167.827.827 0,13 $1.674.654.635.425 1,14 $ 390.222.550.736 0,26

2010 $ 148.292.622.987.234 $ 192.869.882.313 0,13 $1.712.536.013.992 1,15 $ 332.547.458.000 0,22

2009 $ 140.494.646.516.466 $ 169.855.927.661 0,12 $1.598.185.978.560 1,14 $ 291.279.795.247 0,21

2008 $ 125.715.234.306.174 $ 163.400.113.480 0,13 $483.825.371.380 0,38 $ 198.874.768.897 0,16

2007 $ 116.431.233.513.201 $ 127.949.762.059 0,11 $449.225.282.529 0,39 $ 192.950.834.750 0,17

2006 $ 105.392.604.884.111 $ 105.398.112.552 0,10 $355.637.424.088 0,34 $ 182.315.400.000 0,17

2005 $ 91.582.373.460.891 $ 92.561.368.520 0,10 $225.728.199.988 0,25 $ 169.571.232.640 0,19

*Tabla realizada a partir de los datos obtenidos de las Leyes que aprueban el Presupuesto General de la Nación - www.irc.gov.co

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PIB total a precio corriente

Participación del 1% recomendado por la UNESCO para Cultura

2005 $ 340.156.000.000.000 $ 3.401.560.000.000

2006 $ 383.898.000.000.000 $ 3.838.980.000.000

2007 $ 431.072.000.000.000 $ 4.310.720.000.000

2008 $ 481.037.000.000.000 $ 4.810.370.000.000

2009 $ 508.532.000.000.000 $ 5.085.320.000.000

2010 $ 546.951.000.000.000 $ 5.469.510.000.000

Fuente: Tabla realizada con datos del DANE - Dirección de Síntesis y Cuentas Nacionales

Si los recursos para cultura se acercaran al 1% del PIB, o por lo menos al 1% del Presupuesto Nacional, es probable que los artistas del país pudieran dedicarse a la creación y a la búsqueda de lenguajes propios; y quizás se garantizaría también el acceso de la ciudadanía a los espacios y actividades culturales en condiciones de equidad. Pero en el país real, en el que se fijan porcentajes tan bajos que aunque les sumemos las asignaciones provenientes de recursos departamentales, municipales o distritales, la brecha seguirá siendo desmesurada, será muy difícil cambiar la situación de las artes en Colombia.

Por otro lado, si la visión de sociedad que soporta y promueve el accionar del Estado colombiano se basa en el individualismo, y desde esa mirada se asumen aspectos esenciales de la vida como la cultura, ésta pasa de ser un derecho ciudadano a ser un servicio o un bien de consumo, dejándola así a merced de las leyes del mercado; situación que resulta lamentable, pero que es fácil de concluir si se analizan los presupuestos para el sector.

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Si esta es la realidad, la que a mediano plazo es probable que no cambie, tal vez resulte conveniente que el Estado Colombiano asuma esta visión de manera explícita, y cree las condiciones para que los artistas puedan ser auto-sostenibles y vivir dignamente de su práctica artística. Para ello, debería propiciar el fortalecimiento de la demanda de productos artísticos mediante una política educativa que promoviera en los colombianos, desde la primera infancia, el goce estético como una necesidad connatural al individuo, lo que seguramente generaría hábitos de consumo cultural, que seguramente permitirían que los artistas vivieran de su trabajo creativo, sin mencionar las ganancias sociales producto de promover la sensibilidad artística en los colombianos. Se propone la creación y fortalecimiento de programas dirigidos a cautivar la demanda, el objetivo de esos es incentivar la participación de los espectadores en la toma de decisiones, en este sentido la educación es el mejor instrumento (CEDE, 2006)

A pesar de que la ley 115 del 94, en su artículo 23 incluye la educación artística como área obligatoria de la educación básica, la realidad es que no se han generado hábitos de consumo cultural, ni formado consumidores conscientes del valor de los productos artísticos que paguen un precio justo por ellos; situación que podemos constatar revisando los resultados de la segunda encuesta sobre prácticas de consumo cultural realizada por el DANE, por ejemplo: de las personas de más de 12 años encuestadas, el 56.75% no asistió durante el año a ningún evento cultural, y del 43.25% que fue una o más veces en el año, el 99.75% asistió gratis, de tal forma que sólo el 0.25% pagó por su boleta. (DANE, 2008). Realidad desesperanzadora que a corto plazo es probable que no cambie.

Así las cosas, resulta urgente diseñar e implementar estrategias de formación de públicos que generen consumos culturales, una de las reincidentes recomendaciones consigandas en los estudios, que sobre artes escénicas se han realizado en Bogotá, y que pueden servir de referente para otras regiones y otras áreas artísticas. Es necesario que los

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demandantes de artes escénicas cambien la concepción de que las presentaciones de este tipo de bienes deben ser en su mayoría gratuitas. En este sentido es indispensable incentivar una cultura de consumo de artes escénicas en la cual los espectadores asuman un costo por obtener este tipo de beneficios (CEDE, 2006).

Inversamente a la demanda de productos artísticos, la oferta artística es considerable y creciente, según estadísticas del IDCT para el año 2000 habían registrados sólo en Bogotá 2.002 artistas dramáticos y 1.367 grupos de teatro. En el 2006 el estimado de personas profesionales o aficionadas vinculadas al teatro era 376.125 sólo en la ciudad. (CEDE, 2006), número considerable si recordamos los presupuestos estatales.

Además de incrementarse, la oferta artística se cualifica cada vez más debido al incremento de programas profesionales, necesarios indiscutiblemente, pero preocupantes en un panorama como el que he referido. Sólo en Bogotá pasamos de contar en el 2000 con 3 programas de educación formal en arte dramático (ASAB, Universidad El Bosque y Universidad Antonio Nariño) a tener probablemente en el 2012 7 programas profesionales (universidades: Central, El Bosque, Antonio Nariño, Pedagógica Nacional, Distrital, Javeriana y Politécnico Grancolombiano, los dos últimos según investigación abrirán inscripciones en el 2012) y una maestría en teatro y artes vivas (Universidad nacional), sin mencionar los programas no formales que tienden a incrementarse.

Uno de los problemas centrales es que los agentes de formación no se interesan en capacitar a sus egresados en temas relacionados con la gestión cultural, conocimiento que les permitiría el ejercicio productivo en lo económico de sus prácticas artísticas, así vemos como menos del 7% de las entidades de formación en Bogotá orienta esfuerzos al entramado de temas de gestión. (SCRD, 2010).

Si ligamos esta realidad a la situación de los profesionales en artes escénicas (que puede extenderse a otras disciplinas artísticas) la situación resulta más grave. Según

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datos del Observatorio Laboral para la Educación, un profesional de las artes egresado de la Universidad Distrital de Bogotá devengaba en el 2010 un ingreso promedio mensual de $515.000 (Sistema de Información del Observatorio Labora para la Educación , 2011), menos del salario mínimo legal, esto en el caso de que contar con trabajos estables, dado que la realidad es que el 40.59% tenía un tipo de contratación a destajo y un 12.9% no tenían ningún tipo de contratación en el 2006, situación no actualizada a 2011, pero que es probable que no haya variado considerablemente. (CEDE, 2006)

Por otro lado, el 72.04% de los artistas de arte dramático en Bogotá devengaban por presentación entre $10.000 y $150.000, honorarios que del 2006 al 2011 no ha cambiado mucho, afirmación producto de pertenecer a una entidad cultural que contrata actores. Adicional a este dato, el número promedio de presentaciones que en Bogotá realiza un artista escénico es alrededor de 20, por lo que podríamos calcular que el promedio anual de ingresos de un artista dramático, que devengó por presentación $150.000, sería $3´000.000. En el sector de la danza la situación es más grave, el tipo de trabajo que tenían los artistas de la danza en Bogotá en el 2006 (situación que a 2011 es probable que no haya cambiado mucho) era en un 56.10% no remunerado, sólo el 10.98% tenía un contrato laboral estable (CEDE, 2006).

No obstante el alarmante diagnóstico de la situación de los artistas escénicos en Bogotá, que difícilmente dista de la realidad de las regiones, y de las otras disciplinas artísticas; y a pesar de que las investigaciones realizadas han coincidido en mencionar como ejes problemáticos de las artes escénicas (y seguramente de las artes en general) temas como:

1. La ausencia de estrategias de la cadena de valor hacia la formación de públicos.

2. El bajo encadenamiento de las entidades de formación con el resto de los eslabones de la

cadena productiva.

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3. El bajo conocimiento del perfil ocupacional y bajo seguimiento a los egresados de

programas de formación. (SCRD, 2010)

O llamado la atención sobre aspectos como:

» La necesidad que tienen los artistas de generar ingresos propios que permitan disminuir la dependencia que tienen con respecto a los aportes públicos y privados.

» La necesidad de propiciar la generación de recursos propios a través de la formación de públicos.

» La necesaria expansión y mejoramiento del apoyo estatal y privado para el sector artístico.

(CEDE, 2006)

La realidad es que la situación de las artes y de sus hacedores no ha cambiado, por lo que más allá de reflexionar sobre un programa piloto de comprobada pertinencia para el país, cuyos beneficios son incuestionables; quiero hacer un llamado de atención sobre una situación alarmante que requiere acciones estatales decisivas a corto plazo, y giros en los enfoques a mediano y largo plazo. Simplemente es una voz que busca provocar la reflexión profunda sobre la sociedad que construimos, el país real en el que vivimos y la responsabilidad histórica que tenemos; además recordar que la construcción de las sociedades van de la mano de las voces de sus artistas, sin los cuales, ningún proyecto de nación habría sido posible.

Trabajos citados

Sistema de Información del Observatorio Laboral para la Educación . (11 de 11 de 2011). Obtenido de www.graduadosencolombia.edu.co

CEDE. (2006). “Diagnóstico económico de los espectáculos públicos de las artes escénicas en Bogotá: teatro, danza, música y circo. Bogotá: Facultad de Economía Universidad de Los Andes.

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DANE. (2008). Segunda encuesta sobre prácticas de Consumo Cultural en Colombia. Recuperado el 11 de 11 de 2011, de www.dane.gov.co

SCRD, O. d. (2010). Observatorio de Cultura y Economía. Obtenido de Cadenas de valor de la áreas artísticas en Bogotá: http://culturayeconomia.org/biblioteca-digital/cadenas-de-valor-de-las-areas-artisticas-en-bogota-caracterizacion-y-estrategias-para-mejorar-su-funcionamiento-scrd/

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Una mirada hacia la investigaciónInvestigando para el Estado: reflexiones en torno a la Sistematización del Programa Colombia Creativa del Ministerio de Cultura de Colombia para la profesionalización de artistas Carlos Miñana Blasco, Profesor Universidad Nacional de Colombia

PRIMER BORRADOR PARA LA LECTURA AL INTERIOR DEL MINISTE-RIO DE CULTURA (FALTA, ADEMÁS COMPLETAR LA BIBLIOGRAFÍA Y OTROS DETALLES).

Resumen: El artículo reflexiona sobre los problemas de investigar para el Estado y con el Estado, tomando como pretexto el acompañamiento a la sistematización del Programa Colombia Creativa del Ministerio de Cultura realizado por la Asociación Colombiana de Facultades de Artes –ACOFARTES- durante 2010 y 2011. Muestra las tensiones entre las lógicas de la academia y el Estado, las diferentes modalidades de investigación en las ciencias sociales y se pregunta por los usos y la difusión de los informes. Concluye señalando la importancia de que los organismos del 1

Estado realicen investigaciones en relación con las políticas públicas y sugiriendo algunos criterios para facilitar el diálogo entre Estado y academia.