Memorias de Ultratumba1

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    MEMORIAS DE ULTRATUMBA

    FRANCOIS-REN DE CHATEAUBRIAND

    TOMO I

    CONDICIONES DE SUBSCRIPCIN.

    Todos los das se publican dos pliegos, uno de cada una de las dos secciones en que estdividida la Biblioteca, y cada pliego cuesta dos cuartos en Madrid y diez maravedes en provincia,siendo de cuenta de la empresa el porte hasta llegar los tomos a poder de sus corresponsales.Las remesas de provincias se hacen por tomos; en Madrid puede recibir el suscriptor las obraspor pliegos o por tomos, a su voluntad. Para ser suscriptor en provincia basta tener depositados12 rs. en poder del corresponsal.

    Traducida al castellano

    MADRID, 1849

    MELLADO, EDITORCalle de Sta. Teresa, n 6

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    PRLOGO

    Pars 14 de abril de 1846.

    Revisado en 28 de julio de 1846.

    Sicut nubes... quasinaves... velut umbra...

    Job.

    Como no es posible prever el momento de mi fin, y como los das concedidos a personas demi edad, son das de favor, o ms bien de castigo, debo ya explicarme.

    El 4 de setiembre prximo cumplir setenta y ocho aos: tiempo es de que deje a un mundoque me deja, y del cual me separo sin pesar.

    Las Memorias, a cuya cabeza ha de leerse este prlogo, siguen en sus divisiones lasdivisiones naturales de mis diferentes vicisitudes.

    La triste necesidad, cuyo pie ha oprimido constantemente mi garganta, me ha obligado avender estas Memorias. Nadie puede comprender el dolor que me ha causado la precisin dehipotecar mi tumba; pero mis juramentos, y la unidad de mi conducta, exigan de m este supremosacrificio. Un cario pusilnime tal vez, me hacia considerar mis Memorias como unosconfidentes, de los cuales no hubiera querido separarme jams. Mi intencin era legarlas aMme.de Chateaubriand, para que las diese al pblico, si as era su voluntad, o para que lasconservase inditas, que es lo que yo deseara hoy ms que nunca.

    Oh! si me fuera posible, antes de dejar el mundo, hallar una persona suficientemente rica, yque hubiera en mi la confianza bastante para rescatar las ficciones de la sociedad; una personaque no tuviera como esa sociedad, la precisin de dar mi obra a la prensa, en el instante quedoblen por m las campanas! Algunos accionistas son amigos mos, y otros personas servicialesque solo han querido serme tiles; pero las acciones al fin, pueden haber pasado a manos degente que no conozco, y para lo cual lo mas importante es el buen xito de los negocios de sucasa. Natural es que la prolongacin de mi vida cause a estas personas, sino disgusto, perjuicioal menos. En fin, si todava fuese yo dueo de estas Memorias, las conservara manuscritas oretardara cincuenta aos su publicacin.

    He compuesto estas Memorias en diferentes pocas y en diferentes pases: esto ha dadoocasin a prlogos que descubren los sitios en que a la sazn me hallaba, y los sentimientos de

    que estaba animado, cada vez que se reanuda el hilo de mi narracin. As so han enlazado unascon otras las diferentes fases de mi vida, vindome precisado a hablar de mis periodos deprosperidad, de mis, tiempos de miseria, y a trazar mis das felices en mis das de tribulacin. Mijuventud ha penetrado en mi vejez; la gravedad de mis aos de experiencia, ha entristecido misaos de frivolidad; hanse cruzado y confundido los rayos de mi sol desde la aurora hasta elponiente, y esto ha producido en mi relato una especie de confusin, o si se quiere, de unidadindefinible; en mi cuna hay algo de mi tumba, y en mi tumba algo de mi cuna; mis padecimientosse convierten en placeres, mis placeres en pesares, y al acabar de leer estas Memorias, no s sison obra de un joven de cabellos negros o de una cabeza cana.

    Ignoro si agradar o si disgustar esta mezcla, que no est en mi mano remediar; es fruto de

    la inconstancia de mi suerte; las tempestades no me han dejado muchas veces otra mesa paraescribir que el escollo de mi naufragio.

    Me han instado para que publique antes de morir algunos fragmentos de estas Memorias:pero prefiero hablar desde el atad: entonces acompaarn a mi narracin esas voces que tienen

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    algo de sagradas, porque salen del sepulcro. Si he padecido en este mundo lo bastante para seruna sombra feliz en el otro, algn destello de los Campos Elseos derramar su luz protectorasobre mis ltimos cuadros: la vida me cae mal; acaso la muerte me estar mejor.

    Estas Memorias han sido objeto de mi predileccin: San Buenaventura obtuvo del cielopermiso para continuarlas suyas despus de su muerte: no espero yo el mismo favor; perodeseara resucitar en la hora de las fantasmas para corregir al menos las pruebas. Pero al fin,cuando la eternidad me haya tapado los odos con sus dos manos, nada oir de la tierra,

    confundido entre la pulverizada familia de los sordos.Si alguna parte de este trabaj ha obtenido mi preferencia, es la que se refiere a mi juventud,

    poca la mas ignorada de mi vida. Al hablar de ella, he tenido que revelar un mundo nicamenteconocido de m; solo he encontrado recuerdos y silencio al transitar por entre aquella multitud queya se ha desvanecido; cuntas personas existen hoy de las que he tratado en el discurso de mivida?

    Los habitantes de Saint-Malo se dirigieron a m en 25 de agosto de 1828, por conducto delmaire, con motivo de cierta presa que deseaban construir para, aquel puerto. Secund susdeseos, solicitando como una seal recproca de benevolencia, algunos pies de terreno para misepulcro en el Grand B 1. La oposicin del cuerpo militar de ingenieros suscit algunas

    dificultades. En 27 de octubre de 1831 recib por fin una carta del maire Mr. Hovius, que medeca: La piedad filial de los naturales de Saint-Malo preparar el lugar de descanso quedeseis, a orillas del mar, y a algunos pasos de distancia de vuestra cuna. Un triste pensamientoacompaar a este acto. Ah! Plegue a Dios que el monumento permanezca vaco muchos aos!Pero el honor y la gloria sobreviven a todo lo que pasa sobre la tierra. Cito con reconocimientoestas hermosas palabras de Mr. Hovius; solo sobra en ellas la de gloria.

    Descansar, pues, a orillas de ese mar que tanto he querido. Si muero lejos de Francia, deseoque no se traslade mi cuerpo a mi patria hasta que hayan pasado cincuenta aos desde suprimera inhumacin. Slvese a mis restos de una autopsia sacrlega: omtase el buscar en micerebro helado y en mi apagado corazn el misterio de mi existencia. La muerte no revela los

    secretos de la vida. Un cadver viajando en posta me horroriza; pero los huesos blancos ya yligeros se trasportan fcilmente: menos se cansarn en est postrer viaje que cuando yo losarrastraba a la ventura cargado con el peso de mis enojos.

    1 Islote de la rada de Saint-Malo.

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    MEMORIAS

    PRIMERA PARTE

    Sicut nubes... quasi naves... velut umbra.

    Job.

    La Valle-aux-Loups, cerca de Aulnay 4 de octubre de 1811.

    Hace cuatro aos, que al regresar de la Tierra Santa, compr junto a la aldea de Aulnay, y alas inmediaciones de Sceaux y Chatenay, una casa de recreo, escondida entre algunas colinascubiertas de rboles. El terreno desigual y arenoso, que de esta casa dependa, era solo unvergel inculto, terminado por un barranco y un bosque de castaos. Aquel estrecho recinto mepareci capaz de albergar mis dilatadas esperanzas; spatio brevi spem longam reseces. Losrboles que en l he plantado, prosperan; pero son aun tan pequeos, que cuando me interpongoentre ellos y el sol les doy sombra. Algn da devolvindome esa sombra, protegern miancianidad, como yo he protegido su juventud. Los he escogido con todo el cuidado, que me hasido posible en los diversos climas por los que he andado errante: ellos me recuerdan mis viajes,y alimentan en mi corazn otras ilusiones.

    Si los Borbones ascienden algn da al trono, solo les pedir en premio de mi fidelidad, queme den la riqueza necesaria para aadir a mi posesin los estrechos bosques con que confina.He principiado a ser ambicioso: quisiera prolongar mis paseos a algunas, aranzadas mas detierra, porque, a pesar de ser un caballero andante, siento las inclinaciones sedentarias de unmonje; y desde que habito este retiro no creo haber puesto tres veces los pies fuera de misdominios. Si alguna vez cumplen mis pinos, mis abetos, y mis cedros todo lo que prometen, la

    Vale-aux-Loups ser una verdadera cartuja. Cuando naci Voltaire en Chatenay el 20 de febrerode 1694, cul era el aspecto del collado adonde deba retirarse en 1807 el autor del Genio delCristianismo?

    Este sitio me agrada; ha reemplazado para m los campos que hered de mis padres: lo hepagado con el producto de mis meditaciones y mis vigilias; al gran desierto de Atala debo elpequeo desierto de Aulnay, y para crearme este asilo, no he necesitado despojar, como, elcolono americano, al indio de las Floridas. Amo a mis rboles, les compongo elegas, sonetos yodas, no hay entre ellos uno solo a quien no haya unido con mis propias manos, a quien no hayalibertado del pulgn adherido a su raz, o de la oruga pegada a su hojas: a lodos los conozco porsu nombre como a mis hijos, ellos son mi familia, no tengo otra, y espero morir a su lado.

    Aqu he escrito los Mrtires, los Abencerrajes, el Itinerario, y el Moiss: que har ahoradurante las veladas del otoo? Este 4 de octubre de 1811, da de mi cumpleaos, y aniversario demi entrada en Jerusaln, me infunde la idea de dar comienzo a la historia de mi vida. El hombreque hoy da a la Francia el imperio del mundo, solo para mejor hollarlo bajo sus pies, ese hombrecuyo genio admiro, y cuyo despotismo aborrezco, me rodea con su tirana, como con unasegunda soledad; pero s oprime a lo presente lo pasado desafa su poder; y yo conservo milibertad en todo lo que ha precedido a su gloria.

    La mayor parte de mis sentimientos yacen todava en lo ntimo de mi alma, o solo se hanrevelado en mis obras como aplicados a seres imaginarios; hoy que tengo todava apego a misensueos sin perseguirlos ya, quiero volver a subir por la pendiente de mis mejores aos; estas

    memorias sern un templo de la muerte alzado a la luz de mis recuerdos.Del nacimiento de mi padre y de los padecimientos de su posicin primera se form en l uno

    de los caracteres mas extraos que han existido; carcter que ha influido en mis ideas,sobrecogindome en mi infancia, contristando mi juventud; y decidiendo el gnero de mi

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    educacin.

    Nac noble: en mi sentir he aprovechado esta casualidad de mi cuna, conservando el firmeamor a la libertad, que principalmente distingue a la aristocracia, cuya ltima hora ha sonado. Laaristocracia tiene tres edades sucesivas; la de las superioridades, la de los privilegios y la de lasvanidades; sale de la primera, para degenerar en la segunda y extinguirse en la ltima.

    Si alguno tiene el capricho de buscar informes acerca de mi familia, puede hacerlo en eldiccionario de Moren, en las diversas historias de Bretaa, escritas por dArgentr, el padre

    Lobineau y el padre Morice, en la Historia genealgica de varias casas ilustres de Bretaa, por elpadre Dupaz, en Toussaint Saint-Luc, Le Borgne, y por ltimo en la Historia de los grandesoficiales de la corona, por el padre Anselmo 2.

    Las pruebas de mi nobleza se presentaron en manos de Cherin para la admisin de mihermana Lucila, como canonesa del captulo de lArgentiere, desde el cual deba pasar al deRemiremont; se reprodujeron para mi presentacin a Luis XVl, y para mi afiliacin en la orden deMalta; posteriormente fueron tambin aducidas cuando mi hermano fue presentado al mismoinfortunado Luis XVl.

    Mi nombre, que al principio se escribi Brien, se convirti con la invasin de la ortografiafrancesa, en Briant y Briand. Guillermo el Bretn, llamado Castrum Briani. No hay un solo nombreen Francia que no ofrezca estas variaciones en las letras. Cul es la ortografia de Duguesclln?

    Al principio del siglo XI, comunicaron los Brien su nombre a un castillo considerable deBretaa, el cual fue desde entonces cabeza de la barona de Chateaubriand. Las armas de losChateaubriand consistieron primeramente en pias con este mote: Siembro el oro. Gofredo, barnde Chateaubriand, pas con San Luis a la Tierra Santa y fue hecho prisionero en la batalla de laMasura. Cuando regres, su esposa Sibila muri de jbilo y sorpresa al verle. En recompensa desus servicios y a cambio de sus antiguas armas le concedi San Luis para s y sus herederos unescudo de gules, flordelisado de oro: Cuy et ejus hoeredibus, dice un cartulario del priorato deBerea, sanctus Ludovicus tum Francurum rex, propter eius probitatem in armis, flores lilii auri locopomorum pini auri, contulit.

    Desde su origen se dividieron los Chateaubriand en tres ramas: la primera llamada barons deChateaubriand, y tronco de las otras dos, comenz el ao de 1000 en la persona de Thiern, hijode Brien, y nieto de Alain III, conde o jefe de Bretaa; la segunda se apellid seores de RochesBaritaut o del Len dl Angers; la tercera aparece con el ttulo de seores de Beaufort.

    Cuando se extingui la lnea de los seores de Beaufort en la persona de doa Renata,correspondieron a un Cristbal II de la rama colateral de esta lnea, las tierras de la Guerande enel Morbihan. Suceda esto a mediados de siglo XVII, poca en que se haba introducido granconfusin en el orden de nobleza y se usurpaban ttulos y nombres. Luis XIV mand se hiciesenaveriguaciones a fin de conservar a cada uno su derecho. Habiendo probado Cristbal su noblezade antigua extraccin, se le confirm en su ttulo y en la posesin de sus armas por decreto del

    tribunal establecido en Rennes, para formar la nobleza de Bretaa. Lleva este decreto la fecha de16 de setiembre de 1669, y es como sigue:

    Decreto del tribunal establecido por el rey (Luis XIV) para reformar la noblezaen la provincia de Bretaa a 16 de setiembre de 1669. Entre el fiscal del rey y Mr.Cristbal de Chateaubriand, seor de la Guerande, el cual declara a dicho Cristbalnoble de antigua alcurnia; le permite tomar el carcter de caballero, y le confirmaen el derecho de llevar por armas: campo de gules sembrado de lises de oro, tododespus de haber presentado el interesado sus ttulos autnticos, a los cuales serefiere etc., etc. Firmado el decreto, Malescot.

    2 Esta genealoga se halla comprendida en la Historia genealgica y herldica de los Pares de Francia, etc., por elcaballero de Courcelles.

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    De este document aparece que Cristbal de Chateaubriand de la Guerande, descendadirectamente de los Chateaubriand, seores de Beaufort; y estos se enlazan por medio de otrosdocumentos histricos a los primeros barones de Chateaubriand. Los Chateaubriand deVilleneuve del Plessis, y del Combourg, eran segundones de los Chateaubriand de la Guerande,como se prueba con la descendencia de Amaury, hermano de Miguel, el cual Miguel era hijo deeste Cristbal de la Guerande, confirmado en su abolengo por el citado decreto de la reforma de

    la nobleza de 16 de setiembre de 1669.Despus de mi presentacin a Luis XVl, pens mi hermano en aumentar mis bienes de

    segundn proporcionndome alguna de las gracias llamadas beneficios simples. Siendo yo seglary soldado, solo un medio practicable haba de conseguirlo, y era el incorporarme a la orden deMalta. Envi mi hermano las pruebas a esta ciudad, y poco despus present una instancia anombre mo el captulo del gran priorato de Aquitania, reunido en Poitiers, a fin de que senombrasen con urgencia comisarios para dar su fallo. Mr. Pontois era a la sazn archivero, vice-canciller y genealogista de la orden de Malta en el priorato.

    El presidente del captulo era Luis Jos de Escotais, bailo y gran prior de Aquitania, y ademsle componan el bailo de Freslon, el caballero de la Laurencie, el caballero de Murat, el caballero

    de Lanjamet, el caballero de la Bourdonnaye-Montluc, y el caballero Bouetiez. La instancia fueadmitida en los das 10 y 11 de setiembre de 1789. En el decreto de admisin del memorial sedice, que yo mereca por mas de un ttulo la gracia que solicitaba, y que consideraciones de granpes me hacan digno de la satisfaccin que reclamaba.

    Ocurra todo esto despus de la toma de la Bastilla, y en vsperas ya de las escenas del 6 deoctubre de 1789 y de la traslacin de la real familia a Pars. Y en la sesin del 7 de agosto delmismo ao haba la Asamblea nacional abolido los ttulos de nobleza! En qu se fundaran loscaballeros de Malta y los examinadores de mis pruebas para decir que yo mereca por mas de untitulo la gracia que solicitaba etc., yo que no era ms que un triste subteniente de infantera, undesconocido, sin crdito, sin favor y sin dinero?

    El hijo mayor de mi hermano (esto lo aado en 1834 a mi testo primitivo escrito en 1841) elconde Luis de Chateaubriand, cas con la seorita de Orglandes, de la cual ha tenido cinco hijasy un hijo llamado Gofredo Cristian, hermano menor de Luis, bisnieto y ahijado de Mr.Malesherbes, a quien se parece de un modo extraordinario; sirvi con distincin en Espaa en1823 de capitn de dragones de la guardia, y luego se hizo jesuita en Roma. Los jesuitas suplena la soledad, segn va esta desapareciendo de la tierra. Cristian acaba de morir en Chieri, cercade Turn; yo deb precederle, que soy viejo y estoy enfermo; pero sus virtudes le llamaban al cieloantes que a m, que todava tengo muchas faltas que llorar.

    En la divisin del patrimonio de la familia tocaron a Cristian las tierras de Malesherbes, y aLuis las de Combourg. No pareciendo legtima al primero esta divisin por partes iguales, quiso al

    salir del mundo, despojarse de bienes que no le pertenecan, y devolvrselos a su hermanomayor.

    Al examinar mis pergaminos, solo de m dependera, si hubiese heredado la infatuacin de mipadre y de mi hermano, el creerme descendiente de la rama menor de los duques de Borgoa, osea de Thiern, nieto de Alain III.

    Dos veces han mezclado estos Chateaubriand su sangre a la de los soberanos de Inglaterra:primera por el matrimonio en segundas nupcias de Gofredo IV de Chateaubriand con Ins deLaval nieta del conde de Anjou y de Matilde, hija de Enrique I: segunda, por el de Margarita deLusignan, viuda del rey de Inglaterra, y nieta de Luis el Gordo con Gofredo V, duodcimo barnde Chateaubriand. En las familias reales de Espaa se encuentra a Brien, hermano menor del

    noveno barn de Chateaubriand, enlazado con Juana, hija de Alfonso, rey de Aragn. Se vetambin, por lo que hace a las grandes familias de Francia, que Eduardo de Rohan, tom poresposa a Margarita de Chateaubriand, y adems que un Crol cas con Carlota de Chateaubriand.Tinteniac, vencedor en el combate de los Treinta, y Duguesclln el condestable, han tenidoalianzas con nosotros en cada una de las tres ramas. Tiphaina Duguesclln, nieta de Beltrn, cedi

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    a Brien de Chateaubriand, su primo y heredero, la posesin de Plessis- Beltrn. En variostratados se dieron en rehenes de la paz algunos individuos de la familia de Chateaubriand a losreyes de Francia, a Clisson y al barn de Vitr. Los duques de Bretaa enviaron a la familia deChateaubriand, copia de acuerdos suyos. En la corte de Nantes vemos figurar a losChateaubriand como ilustres y grandes oficiales de la corona, obteniendo comisiones para cuidarde la seguridad de su provincia contra los ingleses. Brien I se hall en la batalla de Hastings; erahijo de Eudon, conde de Penthievre. Guy de Chateaubriand fue uno de los seores que Arturo deBretaa dio por compaeros a su hijo en la embajada que envi al Papa en 1309.

    Nunca concluira, si quisiera completar este corto resumen: la nota 3 que me he decidido porfin a redactar por consideracin a mis dos sobrinos, los cuates no mirarn sin duda con tantaindiferencia como yo semejantes miserias, reemplazar lo que omito en el presente testo. Hoy,sin embargo, se traspasan algn tanto los lmites: se ha hecho costumbre declarar que perteneceuno a la raza pechera, que tiene el honor de ser hijo de un hombre dependiente del suelo quelabra. Son semejantes declaraciones tan allaneras como filosficas? No es esto alistarse en elpartido del ms fuerte? Pueden inspirar algn temor los marqueses, los condes y los baronesactuales, que ni tienen privilegios ni haciendas, cuyas tres cuartas partes se mueren de hambre,que se denigran unos a otros, que no quieren reconocerse, que se disputan mutuamente su cuna;esos nobles, a quienes se niega su propio nombre, o a quienes solo se les concede por va de

    inventario? Perdneseme, por otra parte, haber tenido que rebajarme hasta hacer una puerilenumeracion con el objeto de darme cuenta de la pasin dominante de mi padre, pasin queform el nudo del drama de mi juventud. Yo por m ni me enaltezco, ni me quejo de la nuevasociedad. Si en la primera fui el caballero o el vizconde de Chateaubriand, en la segunda, soyFrancisco de Chateaubriand; prefiero mi nombre a mi titulo.

    Mi padre hubiera llamado a Dios de buena gana el caballero del Cielo, como un granpropietario de la edad media; y apellidado a Nicodemus (el Nicodemus del Evangelio) un santocaballero. Vengamos ahora (pasando por mi padre) desde Cristbal, seor absoluto de laGuerande, y descendiente en lnea recta de los barones de Chateaubriand, hasta m, Francisco,seor sin vasallos y sin dinero, de la Valle-aux-Loups.

    Siguiendo hacia arriba la lnea de los Chateaubriand, compuesta de tres ramas, se ve quehabindose perdido las dos primeras, la tercera, que es la de los seores de Beaufort, prolongadapor otra rama colateral (la de los Chateaubriand de la Guerande), se empobrece por un efectoinevitable de la ley del pas; parque llevndose los primognitos las dos terceras partes de losbienes, segn es costumbre en Bretaa, los segundones se repartan entre todos un solo terciode la herencia paterna. La descomposicin de la corta hijuela de estos se verificaba con mayorfacilidad, segn se iban casando, pues como exista tambin para sus hijos la misma distribucinde los dos tercios y el tercio, los segundones de estos segundones se vean al fin, en el caso derepartirse un pichn, un conejo, un criadero de patos, y un perro de caza, sin que por eso dejasende ser altos caballeros y poderosos seores de un palomar, un vivero, y de un lodazal lleno desapos. En las antiguas familias nobles se hallan una infinidad de estos segundones, que, despusde continuar hasta la tercera generacin, desaparecen, por haberse perdido en las clases obrerassin que se sepa lo que ha sido de ellos.

    Al comenzar el siglo XVIII era jefe del nombre y armas de mi familia el seor de la Guerande,Alejo de Chateaubriand, hijo de Miguel, cuyo Miguel tena un hermano llamado Amaury, y era hijode Cristbal, confirmado en su origen de los seores de Beaufort y de los barones deChateaubriand por el decreto antes sancionado. Alejo de la Guerande era viudo, y borracho;pasaba el da bebiendo; viva desordenadamente con sus criadas, y destinaba los mejores ttulosde su casa a tapar tarros de manteca.

    Al mismo tiempo que este jefe de nombre y armas, exista su primo Francisco, hijo de Amaury(segundo hijo de Miguel). Francisco, que haba nacido el 19 de febrero de 1683, posea los cortos

    3 Vase esta nota al final de las Memorias.

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    seoros de Touches, y de la Villeneuve. Cas en 27 de agosto de 1713 con Petronila ClaudiaLamour, seora de Lanjegu, de quien tuvo cuatro hijos: Francisco Enrique Renato (mi padre),Pedro, seor de Plessis, y Jos, seor de Parc. Mi abuelo Francisco muri en 28 de marzo de1729; mi abuela, a quien conoc en mi infancia, conservaba todava un modo de mirar noble, quepareca sonrerse en medio de la sombra de sus aos. En la poca del fallecimiento de su esposoresida mi abuela en el castillo de la Villeneuve, a las cercanas de Dinan. Todos sus bienesconsistan en 5.000 libras de renta, de las cuales correspondan al hijo mayor las dos terceraspartes, o sean 3.333 libras; quedaban 1.666 para los tres hermanos menores, y de esta cantidadaun deba el primognito cercenar una manda especial.

    Para colmo de desgracia, mi abuela vio frustrados sus proyectos por el carcter de sus hijos:el mayor, Francisco Enrique, a quien se cedi el magnifico seoro de Villeneuve, no quisocasarse, y adopt la carrera eclesistica, pero en vez de solicitar los beneficios que su nombrehubiera podido proporcionarle, y con los cuales habra podido sostener a sus hermanos, nadapidi por orgullo o por indolencia. Sepultose en un curato de aldea, y fue sucesivamente prrocode Saint Launeuc, y de Merdrignac en la dicesis de Saint-Malo. Tena pasin por la poesa: yohe visto una considerable cantidad de versos suyos. El carcter jovial de esta especie deRabelais noble, y el culto que aquel sacerdote cristiano tributaba a las musas en un presbiterio,excitaban la curiosidad; dio cuanto posea y muri pobre.

    Jos, el cuarto hermano de mi padre, pas a Pars y se encerr en una biblioteca, adonde sele enviaban todos los aos las 416 libras, que constituan su parte. Vivi desconocido en mediode los libros, ocupado en investigaciones histricas. El primer da del ao, durante toda su vida,que fue corla, escriba a su madre, y esta es la nica noticia que daba de su existencia. Singulardestino! He tenido un to erudito, y Otro poeta; mi hermano mayor hacia bonitos versos; mihermana Mme. de Farcy tena un verdadero talento para la poesa. Otra de mis hermanas, lacondesa y baronesa Lucila, pudiera ser conocida por algunas pginas admirables; yo heemborronado bastante papel. Mi hermano ha muerto en el cadalso; mis dos hermanas hanabandonado una vida de dolor, despus de consumirse en las crceles, mis dos tos no dejaroncon que pagar las cuatro tablas de su atad; las letras han constituido mis goces y mis pesares; y

    aun no desespero, Dios mediante, de morir en el hospital.Habiendo agotado mi abuela todos sus recursos para sacar adelante a sus dos primeros hijos,

    nada poda hacer por los otros dos, Renato y Pedro. Aquella familia, que haba sembrado el oro,segn el mote de sus armas, vea desde su casa solariega las ricas abadas que haba fundado; yque contenan los sepulcros de sus abuelos. Despus de haber presidido los estados de Bretaa,como propietaria de una de las nueve baronas, despus de firmar tratados con soberanos, y deservir de rehenes a Clisson, careca del crdito necesario para obtener una subtenencia en favordel heredero de su nombre.

    Quedaba a la pobre nobleza bretona un solo recurso; la marina real. Mi padre quiso probarfortuna, pero ante todo era precis ir a Brest, vivir all, pagar maestros y comprar el uniforme, las

    armas, los libros, los instrumentos de matemticas. Cmo subvenir a tantos gastos? El ttulo deoficial, pedido al ministro de Marina, no se expidi por falta de un protector, que solicitase sudespacho: la castellana de Villeneuve cay enferma de pesadumbre.

    Entonces dio mi padre la primera muestra de aquel carcter resuelto, que luego he conocidoen l.

    Tendra cerca de quince aos, cuando notando la inquietud de su madre, se acerc a su lechoy le dijo; No quiero, de hoy en adelante, ser una carga para usted, Mi abuela comenz a llorar(veinte veces he odo a mi padre referir esta escena) y respondi: Qu quieres hacer, Renato?cultiva tus tierras. No bastan para alimentarnos; djeme usted marchar Pues bien, dijo lamadre, vete a donde Dios quiere que vayas. Y abraz a su hijo sollozando. Aquella misma

    noche sali mi padre de la rasa materna, y lleg a Dinan, en donde una parienta nuestra le diouna carta de recomendacin para un habitante de Saint-Malo, El hurfano aventurero se embarccomo voluntario en una goleta armada, que pocos das despus sali del puerto.

    La pequea repblica de Saint-Malo era la nica que entonces sostena en la mar el honor del

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    pabelln francs. Reuniose la goleta a la escuadra enviada por el cardenal de Fleury en auxilio deEstanislao, sitiado en Dantzick por los rusos; mi padre salt en tierra, y se hall en aquellamemorable batalla, que 1,500 franceses mandados por el valiente bretn de Brehan, conde dePllo, dieron en 29 de mayo de 1734 a 40,000 moscovitas mandados por Mnich. De Brehan, queera a la par diplomtico, guerrero y poeta, muri en aquel combate. Mi padre recibi dos heridas,regres a Francia, y volvi a embarcarse. Naufrag en las costas de Espaa, fue atacado ydespojado por unos ladrones en la Galicia. Tom pasaje en un barco para Bayona, y volvi altecho paterno. Su valor y su espritu de orden eran ya conocidos; pas a las colonias seenriqueci y ech los cimientos de la nueva fortuna de su familia.

    M abuela confi al cuidado de su hijo Renato a su hijo Pedro, Mr., de Chateaubriand dePlessis, cuyo hijo Armando de Chateaubriand fue fusilado por orden de Bonaparte, el ViernesSanto de 1840. Fue este uno de los ltimos caballeros franceses muertos por la causa de lamonarqua 4. Mi padre se encarg de la suerte de su hermano, aunque la costumbre de padecerhaba dado a su carcter una actitud que conserv toda su vida. No siempre es verdad el Nonignora mali. La desgracia hace duros a unos y sensibles a otros.

    Mr., de Chateaubriand, era alto y de pocas carnes; tena la nariz aguilea, los labios delgadosy plidos, los ojos hundidos, pequeos y garzos, o hundidos como los de los leones, o los de losantiguos brbaros. No he visto jams una mirada semejante: cuando se encolerizaba, su brillantepupila pareca querer salirse de su rbita, y penetrar en aquel a quien se diriga como una bala.

    Una sola pasin dominaba a mi padre; la de su nombre. Su estado habitual era una profundatristeza, que la edad aument, y un silencio que no abandonaba jams, sino cuando, estallaba suclera. Avaro, nicamente por devolver a su familia su primitivo esplendor, altanero en losestados de Bretaa con los nobles, duro con sus vasallos de Combourg, taciturno, desptico yamenazador en el hogar domstico, la primera impresin que causaba al verle era de temor.

    Si hubiese alcanzado la poca de la revolucin, y hubiese sido mas joven, indudablementehubiera representado en ella un papel importante, o se hubiera hecho degollar en su castillo. Nocareca de cierto, genio, y estoy seguro de que, colocado al frente de administracin o de un

    ejrcito, hubiera sido un hombre extraordinario.Cuando regres de Amrica, se le ocurri el pensamiento de casarse. Naci en 23 de

    setiembre de 1718, y contrajo matrimonio el 3 de julio de 1753, a los 35 aos, con Paulina-Juana-Susana de Bede, que naci el 7 de abril de 1726, hija de Angel-Annibal, conde de Bede, seorde la Bouetardais. Estableciose con ella en Saint-Malo, y como no distaba mas que siete a ocholeguas el lugar donde ambos haban nacido, vean perfectamente desde su habitacin elhorizonte bajo el cual vinieron al mundo. Mi abuela materna, Maria-Ana de Ravenel deBoisteilleul, seora de Bede; naci en Rennes el 16 de octubre de 1698, y fue educada en Saint-Cyr durante los ltimos aos de Mme. Maintenon: su educacin se transmiti despus a sus hijas.

    Mi madre, dotada de un gran talento y de una imaginacin prodigiosa, se form con la lectura

    de. Fenelon, de Racine, de Mme. Sevign, y con las ancdotas de la corte de Luis XIV: sabia dememoria todo el Ciro. Paulina de Bede, de facciones pronunciadas, era morena, de baj estaturay fea; la elegancia de sus modales y la viveza de su genio contrastaban con la rigidez y la calmade mi padre. Aficionada al bullicio del mundo, tanto como lo era mi padre a la soledad, y vivarachae impetuosa tanto como frio e inmvil era este, todos sus gustos eran diametralmente opuestos alos de su marido. Esta contrariedad de genios convirti su alegra y atolondramiento en unaprofunda melancola. Precisada a guardar silencio cuando tena deseos de hablar se desquitabade esta privacin entregndose a una especie de tristeza estrepitosa, que la hacia exhalar hondossuspiros, los cuales eran los nicos que interrumpan la tristeza, muda de mi padre. Respecto asentimientos de piedad: mi madre era un ngel.

    La Valle-aux-Loups 31 de diciembre de 1811.

    4 Esto se escriba en 1811. (Nota de 1831. Ginebra.)

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    Nacimiento de mis hermanos y hermanas. Mi venida al mundo.

    Mi madre dio a luz en Saint-Malo el primer hijo, que muri en la cuna, y el cual se llamGofredo, como casi todos los primognitos de nuestra estirpe. A este siguieron otro varn y doshijas que solo vivieron algunos meses.

    Estos cuatro hijos murieron de un derrame de sangre en el cerebro. En fin, mi madre echdespus al mundo un tercer hijo varn, al que pusieron por nombre Juan Bautista: este fue el que

    lleg a ser ms tarde yerno de Mr. de Malesherbes. Despus de Juan Bautista nacieron cuatrohijas: Maria-Ana, Benigna, Julia y Lucila, todas de una singular belleza, y de las cuales solo lasdos mayores sobrevivieron a las borrascas de la revolucin. La belleza, grave frivolidad, subsistecuando todas las dems han desaparecido. Yo he sido el ltimo de estos diez hijos. Es muyprobable que mis cuatro hermanas debieran su existencia al deseo que tena mi padre de verasegurado su nombre con el advenimiento de un segundo varn; yo me resista a secundar estosdeseos; tena aversin a la vida.

    He aqu mi fe de bautismo:

    Extracto de los registros del estado civil de la jurisdiccin de Saint-Malo, para el

    ao 1768.

    Francisco Renato de Chateaubriand, hijo de Renato de Chateaubriand y dePaulina Juana Susana de Bede, su esposa; naci el 4 de setiembre de 1768 y fuebautizado al siguiente da por nos Pedro Enrique Nouail, gran vicario del obispadode Saint-Malo. Fue su padrino Juan Bautista de Chateaubriand, su herman, y sumadrina Francisca Gertrudis de Contados, que firman en unin con el padre. Asconsta en el registro: Contades de PIour; Juan Bautista de Chateaubriand;Brignon de Chateaubriand, de Chateaubriand, y Nouail, vicario general.

    Por este documento se ve que he padecido una equivocacin al consignar en mis obras quehaba nacido el 14 de octubre en lugar del 4 de setiembre: mis nombres son Francisco Renato yno Francisco Augusto5.

    La casa que habitaban mis padres en aquella poca se halla situada en una angosta ysombra calle de Saint-Malo, llamada calle de los Judos: actualmente es una posada. Lahabitacin en que mi madre me dio a luz, domina una parte desierta de los muros de la ciudad, ydesde sus ventanas se percibe, hasta perderse de vista, el mar que se estrella contra losescollos. Como consta en mi fe de bautismo, fue mi padrino mi hermano, y mi madrina la condesade Plour, hija del mariscal Contades. Cuando vine al mundo, daba muy pocas esperanzas devida. El bramido de las olas encrespadas por una borrasca que anunciaba el equinoccio delotoo, impeda or mis gritos; muchas veces me han referido estos pormenores, cuya tristeza nose ha borrado jams de mi memoria. No se ha pasado un solo da, en qu meditando en lo quehe sido, haya dejado de recordar en mi imaginacin la roca sobre la cual nac, la habitacin enque me impuso mi madre la pesadumbre de la vida, la tempestad cuyo bramido arrull mi primersueo, y el infortunado hermano a quien debo un nombre que he arrastrado casi siempre en ladesgracia. No parece sino que el cielo reuni todas estas diferentes circunstancias, para colocaren mi cuna una imagen de mis destinos.

    Valle-aux-Loups enero de 1812.

    5 Veinte das antes, el 15 de agosto de 1768, naca en otra isla situada al extremo opuesto de la Francia, el hombreque destruy la antigua sociedad, Bonaparte.

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    Plancout. Voto. Combourg. Plan de mi padre para mi educacin. La Villeneuve.Lucila. Las seoritas Couppart. Soy mal estudiante.

    No bien sal del seno de mi madre, cuando ya sufr mi primer destierro; environme aPlancout, bonita aldea que se halla situada entre Dinan, Saint-Malo y Lamballe. El conde deBede, nico hermano de mi madre, haba construido junto a esta aldea el castillo de Monchoix.Las tierras de mi abuela materna se extendan hasta el lugar de Corseul, que eran los Curiosolitesde los Comentarios de Csar. Mi abuela, viuda hacia mucho tiempo, viva con su hermana la

    seorita de Boisteilleul en una granja separada de Plancout por un puente, y que tom elnombre de La Abada de un convenio de benedictinos consagrado a Nuestra Seora de Nazareth.

    El pecho de mi nodriza se agol al poco tiempo, y me confiaron al cuidado de otra pobrecristiana, la cual me ofreci a la patrona de la granja, Nuestra Seora de Nazareth, haciendo votode ponerme hasta la edad de siete aos el hbito de benedictino. Todava no contaba ms quealgunas horas de vida, y ya se vea impresa en mi frente la pesadumbre del tiempo. Por qu nome dejaron morir? Entraba acaso en las miras de Dios el conceder al voto de la oscuridad y dela inocencia la conservacin de los das que amenazaba extinguir una vana reputacin?

    El voto de la aldeana bretona no se prctica ya en este siglo: y sin embargo haba un no squ de tierno y de sublime en la intervencin de una madre divina, que hacia de medianera entreel nio y el cielo, y que reparta con la madre terrenal los cuidados que consagraba a la criatura.

    A los tres aos me llevaron a Saint-Malo, y ya hacia siete que haba recobrado mi padre lasposesiones de Combourg. Sus mas ardientes deseos consistan en volver a poseer los bienesque pertenecieron a sus antepasados; pero no pudiendo entrar en trato sobre el seoro deBeaufort, que haba refluido en la familia de Goyon, ni sobre la barona de Chateaubriand,refundida en la casa de Cond, dirigi sus miras sobre Combourg, que Froissart escribiCombour, y que haban posedo ya varios descendientes del tronco de mi familia, en virtud deenlaces contrados con los Cotquen. Combourg defenda a la Bretaa contra las invasionesnormandas e inglesas; Junken, obispo de Dol, lo mand construir en 1016: la torre grande daladesde 1100. El mariscal de Duras, que posea a Combourg, porque se lo haba trado en dote su

    mujer Maclovia de Cotquen oriunda de una Chateaubriand, se arregl con mi padre. El marqusdu Hallay, oficial de granaderos de caballera e la guardia real, demasiado conocido quizs por subravura, es el ltimo vstago de los Cotquen Chateaubriand: Mr. de Hallay tiene un hermano. Elmismo mariscal de Duras, pariente nuestro fue el que nos present despus a mi hermano y a ma Luis XVl.

    Yo fui destinado a la marina real: la antipata a la corte era muy natural en todo bretn, y en mipadre particularmente. La aristocracia de nuestros estados fortificaba en l este sentimiento.

    Cuando me llevaron a Saint-Malo, mi padre se hartaba en Combourg, y mi hermano en elcolegio, de Saint-Brieuc; mis cuatro hermanas al lado de mi madre.

    Todas las afecciones de esta se haban concentrado en su hijo mayor; y aun cuando esto noquiere decir, que dejase de amar a sus otros hijos, manifestaba sin embargo una ciegapreferencia al joven conde de Combourg. Es cierto, que yo tambin gozaba de algunos privilegiosms que mis hermanas, merced a mi calidad de varn, de hijo ltimo, porque era el caballero (asme llamaban), pero el resultado es, que viva entregado a manos extraas. Mi madre, por otrolado, que como ya llevo dicho, era mujer de talento y de virtudes, dedicaba todo su tiempo a loscuidados de la sociedad, y a los deberes de la religin. La condesa de Plour, mi madrina, erantima amiga suya, y visitaba tambin a los parientes de Maupertuis, y del cura Trublet. Eraaficionada a la poltica, y gustaba del bullicio del mundo; lo cual no tiene nada de extrao, porqueen Saint-Malo, as como en el monasterio de Saba, situado en el barranco del Cedrn, se hablabaigualmente de poltica: tom parte con un ardor vehemente en el asunto La Chalotais. El humor

    regan que gastaba en casa, su distrada imaginacin, y su espritu de parsimonia nosimpidieron conocer al pronto sus admirables cualidades. A pesar de su adhesin al orden, no sevea este nunca en sus hijos; era generosa, y pareca avara; su alma estaba dotada de unadulzura infinita, y sin embargo, estaba regaando constantemente: mi padre era el terror de los decasa; mi madre era el azote.

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    Los primeros sentimientos de mi vida son un reflejo de este carcter de mis padres. Concebun entraable afecto hacia la mujer que me cuidada, excelente criatura a quien llamaban laVilleneuve, y cuyo nombre escribo ahora con un movimiento de gratitud, y con lagrimas en losojos. La Villeneuve era una especie de mayordomo de casa, que me llevaba en sus brazos, queme daba a hurtadillas todo cuanto encontraba, que enjugaba mi llanto, que me dejaba en unrincn, para volver a cogerme en seguida, y que me llenaba de besos, murmurando. Este noser orgulloso! tendr buen corazn! y no tratar mal a las pobres gentes! Toma, chiquitn,toma! y me daba vino y azcar.

    A mis simpatas de nio hacia la Villeneuve, sucedi despus una amistad mas digna.

    Lucila, la cuarta de mis hermanas, tena dos aos ms que yo. Como segundonadesamparada, se vesta con los despojos de las dems. Forjaos en vuestra mente una muchachaflaca, demasiado alta para su edad, con los brazos cados, aire tmido, que habla con dificultad yque no consigue aprender nada: vestidla con un traje cortado para otra: ajustad su talle dentro deun corpio, cuyas ballenas le llaguen los costados; sostened su cuello con un collar, guarnecidode terciopelo negro recoged sus cabellos en la parte superior de su cabeza; atadlos con una cintade tela negra, y conoceris a la miserable criatura que llam mi atencin al entrar en el techopaterno. Nadie hubiera podido descubrir entonces en la raqutica Lucila, la belleza y talento quedeban brillar en ella algn da.

    Entregronmela como un juguete; pero yo no abus nunca de mi superioridad; en lugar dequerer tenerla sumisa a mi voluntad, me constitu en su defensor. Todas las maanas nosllevaban juntos a casa de las hermanas Couppart, dos viejas jorobadas, vestidas de negro, queenseaban a leer a los nios. Lucila lea muy mal, pero yo Ilia peor. Las hermanas la reprendan;yo araaba a las hermanas, y estas acudan a mi madre con amargas quejas. Comenzbase acreer que yo era un bribn, un revoltoso, un holgazn, y en una palabra, un borrico. Todos los decasa participaban de esta idea; mi padre deca que todos los caballeros de Chateaubriand habansido destrozadores de libros, borrachos y pendencieros. Mi madre suspiraba y renegaba a las milmaravillas al ver el desorden de mi vestido. An cundo yo era todava demasiado nio, no podasufrir con resignacin los impulsos de mi padre: cuando mi madre acuda a completarlos,

    elogiando a mi hermano, a quien apellidaba un Catn, un hroe, me senta dispuesto a hacer todoel mal de que me crean capaz.

    Mi maestro de escribir, Mr. Desprs, el cual gastaba peluca a lo marinero, estaba tandescontento de m como mis padres: hacame copiar eternamente los dos siguientes versos,escritos de su letra, a los cuales cobr un horror invencible, que no proceda de la falta gramaticalque se nota en ellos:

    C esta vous, mon sprit, a qui de veux parter;

    Vous avez des defauts que de ne puis celer.

    Sus reprimendas iban acompaadas las ms veces de algunos golpes que me aplicaba a laparte posterior del cuello, llamndome cabeza de achocre, quera decirachore? 6. Ignoro lo quequiere decir cabeza de achocre; pero tengo para m que ha de ser una cosahorrible.

    Saint-Malo no es ms que una roca. Edificado en otro tiempo en medio de un pantano salobre,lleg a ser una isla por la irrupcin del mar, que en 709 socav el golfo, dej el monte de SanMiguel circundado por las olas. Hoy la roca de Saint-Malo nicamente se comunica con la tierrafirme por una calzada, a la cual se le da el poetice nombre de Surco. Invade este Surco por unlado la plena mar, y la marea que va de rechazo para entrar en el puerto, le lava por el otro. En

    1730 lo destruy casi completamente una tempestad. Cuando baj la marea, el puerto queda enseco, y se ven en la orilla Este y Norte del mar, montones de hermossima arena. Entonces se

    6 Rudo

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    puede dar la vuelta completa a mi nido paterno. Vense sembradas aqu y all infinidad de rocas,una porcin de fuertes y algunos islotes inhabitados; el Fort-Royal, la Concha, Cezembre y elGrand-B, que ser mi tumba; sin saberlo haba escogido bien: b, en idioma bretn significatumba.

    Al extremo del Surco, donde hay un calvario, se ve un promontorio de arena en la misma orilladel Ocano. Este promontorio se llama la Hoguette, y sobre se ostenta una horca, cuyos pilaresnos servan para jugar a las cuatro esquinas, disputndoselos a las aves acuticas. Con todo

    tenamos mucho miedo, siempre que nos detenamos en aquel sitio.Se encuentran all tambin los Mils, especie de mganos donde pastaban los carneros; a la

    derecha praderas en la parte baja del Param, el camino real de Saint-Servan, el cementerionuevo, un calvario y molinos sobre montecitos, como los que se elevan en la tumba de Aquiles ala entrada del Helesponto.

    Vida de mi abuela materna y de su hermana, en Plancouet.- Mi to y el conde de Bede enMonchoix. Relevacin del voto de mi nodriza.

    Hallbame prximo a cumplir los siete aos; mi madre me llev a Plancout para que merelevaran del voto de mi nodriza, y nos alojamos en casa de mi abuela. Si alguna vez conoc la

    felicidad, fue sin duda en esta casa.La que mi abuela ocupaba en la calle du Hameau de lAbbaye, tena unos jardines que

    descendan formando terrados hasta un valle, en el cual se vea una fuente circundada desauces. Mme. de Bede no poda moverse; pero a excepcin de este achaque no tena ningnotro de los peculiares a su edad; era una anciana de agradable presencia, gruesa, blanca, limpia,de noble aspecto, de modales distinguidos, y que vesta un traje de pliegues a la antigua, y unaescofieta negra de encajes, que sujetaba formando un lazo con sus cintas debajo de la barba.Tena un talento cultivado, un carcter reflexivo, y era circunspecta en su conversacin.Prodigbala sus cuidados la seora de Boisteilleul su hermana, que se le pareca en lobondadosa, y la cual era una personita flaca, enjuta, habladora y burlona. En sus tiempos haba

    amado al conde de Tremigon, cuyo conde la dio palabra de casamiento, y falt despus a supromesa. Mi ta se consol cantando sus amores, porque era poetisa. Recuerdo haberla odotararear muchas veces con voz nasal, con los espejuelos colocados sobre la nariz, y mientrasbordaba los vuelos para las camisas de su hermana, un aplogo que principiaba as:

    Un opervier aimait une fauvette.

    Et, ce dit-on, il en tait aim7.

    lo cual me ha parecido siempre muy singular tratndose de un milano. La cancin terminaba

    con est estribillo:

    Ah! Tremigon, la fable est-elle obscure?

    Ture lure 8.

    Cuntas cosas concluyen en el mundo como los amores de mi ta ture lure!

    Mi abuela confiaba a su hermana los cuidados de la casa. Coma a las once de la maana, ydorma siesta: se despertaba a la una y la llevaban al pie de los terrados del jardn, bajo los

    sauces de la fuente, donde hacia calceta, rodeada de su hermana, sus hijos y sus nietos. En

    7 Un milano amaba a una paloma, y segn se dice era correspondido.8 Ah! Tremigon, os parece la fbula oscura? Ture lure

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    aquella poca, la vejez era una dignidad, hoy es una carga. A las cuatro volvan a conducir a miabuela a un saln, y Pedro, su criado, traa una mesa de juego. La seorita de Boisteilleulgolpeaba con las tenazas en la plancha de la chimenea, y algunos instantes despus se veanentrar otras tres viejas solteronas, que Vivian en la casa contigua y que acudan a la seal de mita. Estas tres hermanas SE llamaban las seoritas Vildeneux: hijas de un pobre hidalgo que leshaba dejado una corta herencia, prefirieron disfrutarla juntas a dividirla, y no se haban separadojams, ni salido nunca de su aldea. Unidas a mi abuela desde la infancia con los vnculos de laamistad, Vivian pared por medio; y al or en la chimenea la seal concertada, pasabandiariamente a hacer la partida a su amiga. Principiaba el juego; las buenas seoras rean ydisputaban mucho; este era el nico acontecimiento de su vida, el nico instante en que laigualdad de su humor se alteraba. A las ocho vena la cena a restablecer la tranquilidad. Mi toBede asista muchas veces con su hijo y sus tres hijas a la cena de mi abuela, la cual contabamil ancdotas antiguas: mi to refera a la vez la batalla de Fontenoy, en la cual se habaencontrado; y despus de ponderar sus brillantes hazaas, conclua por contar cuentos un tantolicenciosos, que hacan rer mucho a aquellas honestas seoritas. A las nueve despus determinada la cena, entraban los criados, se ponan todos de rodillas, y la seorita de Bosteilleulrezaba el rosario en voz alta. A las diez, todas las gentes de la casa dorman, menos mi abuela ysu doncella, a la cual hacia leer hasta la una de la maana.

    Esta sociedad, la primera a que asist en mi vida, ha sido la primera tambin que hadesaparecido a mis ojos. Yo he visto a la muerte entrar bajo aquel techo de paz y de bendicin,dejarlo solitario poco a poco, y cerrar una, tras otra todas sus habitaciones para no volver aabrirlas jams. He visto a mi abuela precisada a renunciar a su partida de juego, porque habanido faltando todas sus tertulianas; he visto disminuirse el nmero de sus amigas, hasta que le tocla vez: mi abuela fue la ltima de todas. Su hermana y ella se haban prometido llamarse desde laotra vida, en el instante mismo en que faltase una de las dos: cumplieron fielmente su palabra; yla seora de Bede sobrevivi tan solo poco ms de un mes a la seorita Boisteilleul. Quizs soyel nico hombre en el mundo que sepa que han existido todas estas personas. Veinte veces hehecho esta observacin desde aquella poca, y otras tantas he visto: formarse y disolversesociedades en derredor mo. Esa imposibilidad de duracin y consistencia en: los vnculos,

    humanos, ese olvido profundo que viene en pos de nosotros, ese invencible silencia que seapodera de nuestra tumba y que se hace extensivo hasta nuestra casa y me impeleconstantemente a la necesidad del aislamiento. Cualquiera mano es buena para darnos el vasode agua que podamos necesitar, cuando nos veamos postrados por la fiebre de la muerte. Ah!plegue al cielo que no sea para nosotros demasiado cara! Porque, cmo abandonar sindesconsuelo la mano que hemos cubierto de besos, y que quisiramos tener posada eternamentesobre nuestro corazn?

    El castillo del conde de Bede se hallaba situado a una legua de Plancouet, y en una alturadesde la cual se descubra un delicioso paisaje. Todo respiraba en l felicidad y regocijo. El buenhumor de mi to no tena fin. Sus tres hijas, Carolina, Maria y Flora, y su hijo el conde de la

    Boutardais, consejero en el parlamento, participaban igualmente de la ternura de su corazn. Unsin nmero de primos que Vivian en las inmediaciones, invadan con frecuencia a Monchoix,donde se tocaba, se bailaba, se emprendan caceras y se bromeaba desde la maana asta lanoche. Mi ta, la seora de Bede, a la cual no se le ocultaba que mi to iba consumiendoalegremente sus fondos y su renta, se incomodaba con sobrada razn; pero no se le hacia caso,y su atrabiliario genio aumentaba el buen humor de su familia; verdad es que ella era tambin untanto manitica, y entre otras rarezas tena la de dejar que se acostase en su falda un enormeperro de caza muy arisco, y la de que fuese en su seguimiento un jabal domesticado, cuyosgruidos atronaban el castillo. Cuando yo iba desde la casa paterna, tan sombra y silenciosa, aesta casa de bullicio y de diversiones, me hallaba en un verdadero paraso. Este contraste lleg aser para m mucho mayor, cuando mi familia se fue a vivir al campo. Pasar de Combourg a

    Monchoix era pasar del desierto al mundo, del castillo de un barn de la edad media, a la casa derecreo de un prncipe romano.

    El da de la Ascensin del ao de 1775 part para nuestra seora de Nazareth en compaa demi abuela, mi madre, mi ta de Boisteilleul, mi to de Bede y sus hijos, y de m nodriza y mi

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    hermano de leche. Tena una levita blanca, zapatos, guantes, un sombrero blanco, y un cinturnde seda azul. Llegamos a la Abada a las diez de la maana. Una calle de olmos del tiempo deJuan V de Bretaa envejeca el convento que se halla situado al lado del camino. Esta calleconduca al cementerio; para entrar en la iglesia, el cristiano tena que atravesar la regin de lossepulcros: la muerte conduce a la presencia de los religiosos ocupaban ya en el coro susrespectivas sillas; ardan en el altar multitud de cirios, y de las diferentes bvedas pendan unaporcin de lmparas; en los edificios gticos hay lontananzas, y descubre la vista una especie dehorizontes sucesivos. Los maceros salieron a recibirme a la puerta, vestidos de ceremonia, y mecondujeron al coro, donde estaban preparados tres asientos; yo me coloqu en el del medio: minodriza se sent a mi izquierda, y mi hermano de leche a mi derecha.

    Empez la misa: en el ofertorio se volvi hacia m el celebrante, y ley algunas oraciones;despus de lo cual me desnudaron de mis hbitos blancos, que quedaron colgados en ex-votoencima de una imagen de la Virgen. Revistironme en seguir a con un hbito morado, y el priorpronunci un discurso sobre la eficacia de los votos: record la historia del barn deChateaubriand, que acompa a San Luis al Oriente; y me dijo que acaso visitara yo tambin enla Palestina a aquella Virgen de Nazareth, a quien deba la vida por la intercesin de las plegariasdel pobre, agradables siempre a los ojos de Dios. Aquel monje, que me contaba la historia de mifamilia, como el abuelo del Dante le contaba la de sus abuelos, hubiera podido aadir tambin,

    como Cacciaguida, la prediccin de mi destierro.

    Tu proverai si come s disale

    Il pane altrui, e com' e duro calle

    Lo scendere e'l salir por l ltrui scale.

    E quel che pi ti gravera le spalle,

    Sar la compagnia malvagia e scompia,

    Con la qual tu cadrai in questa valle;

    Che tutta ingrata, tutta matta ed empia Si far contra te

    Di sua bestialitate il suo processo

    Sar la praova: si ch a te fia bello

    Averti fatta parte, per te stesso.

    T aprenders lo salado que sabe el pan ajeno, y lo duro que es el subir ybajar las escaleras de otros. Pero lo que ha de pesar mas sobre tus hombros, serla compaa depravada e insensata que te arrastrar en su cada, y la que sevolver contra ti, haciendo alarde de ingratitud, de locura e impiedad.

    Su conducta ser la mejor prueba de su estupidez, en tu mano est por lotanto adoptar el mejor camino.

    Desde la exhortacin del monje, he estado soando siempre con la peregrinacin a Jerusaln,hasta que al fin me decid a emprenderla.

    Fui consagrado a la religin y los despojos de mi inocencia quedaron sobre sus altares; en laactualidad no son mis vestidos los que habrn de suspenderse en los templos, sino mis miserias.

    Volvieron a conducirme a Saint-Malo, que no es seguramente el Aleth de la notitia imperii: losromanos fundaron un Aleth, pero no en el barrio de Saint-Servand, sino en el puerto militar

    llamado Solidor a la embocadura del Rance. Enfrente de Aleth hacia una roca, est in conspectuTenedos, la cual no era el refugio de los prfidos griegos, sino l retiro del ermitao Aaron, quefij su residencia en esta isla el ao 507: de esta misma fecha data la victoria de Clovis sobreAlarico: el uno fund mi reducido convento y el otro una vasta monarqua; ambos edificios se han

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    desplomado a un tiempo.

    Malo, en latn Maclovius, Macutus, Machutes, fue hecho obispo de Aleth en 541, y visit aAaron atrado por su fama. Despus de la muerte del santo, fue capelln del oratorio de estaermita, y se erigi una iglesia cenobita in proedio Machutis. Dio su nombre a la isla primeramente,y despus lo tom tambin la ciudad Maclovium Maclopolis.

    Desde Saint-Malo, primer obispo de Aleth, hasta el beato Juan, llamado de la Parrilla, que fueconsagrado en 1140, y que hizo edificar la catedral, ocuparon la silla cuarenta y cinco obispos.

    Habiendo quedado Aleth casi enteramente abandonado, Juan de la Parrilla traslad la sillaepiscopal de la ciudad romana, a la ciudad bretona, que iba extendindose sobre la roca Aaron.

    Saint-Malo sufri mucho en las guerras que sobrevinieron entre los reyes de Francia eInglaterra.

    El conde de Richemont, despus Enrique VII de Inglaterra, en cuyo reinado terminaron lospartidos de la Rosa blanca y de la Rosa encarnada, fue conducido a Saint-Malo. El duque deBretaa lo entreg a los embajadores de Ricardo, y estos lo iban a llevar a Londres para darle allla muerte; pero consigui escaparte, burlando la vigilancia de sus guardas, y se refugi en lacatedral,Asylum quod in ed urbe est inviolatissimum: este derecho de asilo se remontaba hastalos druidas, primeros sacerdotes de la isla de Aaron.

    Un obispo de Saint-Malo fue uno de los tres favoritos, (los otros dos eran Arturo de Montaubany Juan Hingaut) que perdieron al infortunado Gil de Bretaa: as consta en la historia lastimosa deGil, seor de Chateaubriand y de Chantoc, prncipe de la sangre de Francia y Bretaa,estrangulado en la prisin por los ministros del favorito el 24 de abril de 1450.

    Existe una capitulacin magnfica entre Enrique IV y Saint-Malo: la ciudad trat de potencia apotencia; protegi a los refugiados dentro de sus muros, y obtuvo, en virtud de una cdula deFiliberto de la Guiche, gran maestre de la artillera de Francia, autorizacin para fundir ciencaones. Nada se pareca tanto a Venecia (exceptuando el sol y las artes) por su religin, susriquezas, y su orden de caballera martima, como la pequea repblica de Saint-Malo, la cualapoy la expedicin de Carlos y a frica, y auxili a Luis XIII en el sitio de la Rochela; su pabellnondeaba sobre todos los mares; tena relaciones con Moka, Surate, Pondichery, y exploraba elmar del Sur una compaa formada en su seno.

    Mi ciudad natal se distingui desde el reinado de Enrique IV por su adhesin a la Francia. Losingleses la bombardearon en 1693, y el 29 de noviembre del mismo ao lanzaron sobre ella unamquina infernal, con cuyos restos he jugado muchas veces con mis compaeros de infancia. En1758 la bombardearon otra vez.

    Los habitantes de Saint-Malo prestaron a Luis XIV considerables sumas durante la guerra de1701, y en recompensa de este servicio, les fue confirmado el privilegio de defenderse por smismos; el rey quiso adems que el primer navo de la marina real fuese tripulado exclusivamentepor marineros de Saint-Malo y de su matrcula.

    En 1771 renovaron su sacrificio e hicieron a Luis XV un emprstito de treinta millones. Elfamoso almirante Anson desembarc en Cancale en 4758, y quem a Saint-Servan. La Chalotaisescribi en el castillo de Saint-Malo sobre un lienzo, con un mondadientes y con holln desledoen agua, las memorias que tanto alborotaron entonces, y de las cuales nadie se acuerda hoy. Lossucesores borran los sucesos; son inscripciones grabadas sobre otras inscripciones, que formanlas pginas de la historia de los palimpsestos.

    Saint-Malo surta a nuestra armada de los mejores marineros; vase, si no, el rol general en eltomo en folio publicado en 1682 bajo este ttulo: Rol general de los oficiales, marineros de guerray marineros mercantes de Saint-Malo. Hay tambin un tratado titulado Fueros de Saint-Malo,

    impreso en la coleccin general de los mismos. Los archivos de la ciudad estn riqusimos dedatos tiles para la historia y para el derecho martimo.

    Santiago Cartier, el Cristbal Colon de la Francia, que descubri el Canad, fue hijo de Saint-Malo. Los naturales de esta ciudad sealaron tambin al extremo opuesto de la Amrica, las islas

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    que llevan su nombre: Islas Malvinas.

    Saint-Malo es la ciudad natal de Duguay-Trouin, uno de los mejores marinos que han existido;en nuestros das ha dado a Surcouf a la Francia. El clebre Mah de la Bourdonnaie, gobernadorde la isla de Francia, naci tambin en Saint-Malo, as como Lamettrie, Maupertuis, y el abateTrublet, de quien Voltaire hizo bastante burla: todo lo cual no es poco para un recinto queescasamente iguala al jardn de las Tulleras.

    El abate Lamennais ha dejado atrs estas escasas celebridades literarias de mi patria:

    Broussais, y mi noble amigo el conde de La Ferronnays, son igualmente hijos de Saint-Malo.Por ltimo, para no omitir nada, har mencin tambin de los dogos que formaban parte de la

    guarnicin de Saint-Malo, los cuales descendan de aquellos famosos perros, granujas de losgalos, que, segn Estrabn, presentaban a los romanos en unin con sus dueos, batallascampales. Alberto el Grande, religioso de la orden de Santo Domingo, y autor tan grave como elfilsofo griego, declara que la custodia de una plaza tan importante como era la de Saint-Malo,estaba confiada a la fidelidad de algunos dogos, que patrullaban todas las noches con unavigilancia y un celo sorprendentes. Mas tarde fueron condenados a pena capital por haber tenidola desgracia de comerse inconsideradamente las piernas de un hidalgo: de aqu debe su origen lacancin compuesta en nuestros das, con el titulo de Buen viaje. De todo se hace burla. Los

    criminales fueron puestos en prisin; uno de ellos se neg a tomar el alimento de las manos de suguardin, a quien hacan verter lgrimas: el noble animal se dej morir de hambre: los perros,como los hombres, suelen ser castigados por su fidelidad. La custodia del Capitolio, as como lade mi Dlos, estaba confiada tambin a algunos perros, los cuales no ladraban cuando Escipinel Africano iba al despuntar el alba a implorar a los dioses.

    Circundada de murallas de distintas pocas, que se dividen en pequeas y grandes, y sobrelas cuales se han hecho paseos, Saint-Malo est defendida adems por el castillo de que yahemos hablado, y cuyas fortificaciones aument la duquesa Ana con torres, bastiones y fosos. Laciudad insular, mirada desde fuera, parece una ciudadela de granito.

    El punto de reunin de los muchachos era la arenosa playa, que queda cuando baja la marea,

    entre el castillo y el Fort-Royal: all es donde yo me he educado, teniendo por compaeros a losvientos y a las aguas. Uno de mis principales gustos consista en luchar con las tempestades, yen jugar con las olas que huan a mi vista, o que corran en pos de m a ganar la orilla. Otra demis diversiones era construir con la arena de la playa monumentos, a los cuales daban misamigos el nombre de hornos. Despus de aquella poca he visto edificar muchos castillos, cuyaduracin deba ser tanta como la del mundo, y han venido al suelo antes que mis palacios dearena.

    Como mi suerte estaba fijada de una manera irrevocable, me entregaron a una infanciaociosa. Algunas nociones de dibujo, de lengua inglesa, hidrografa y de matemticas, se creyeronmas que suficientes para a educacin de un rapaz, destinado de antemano a la trabajosa vida de

    la marina.Iba creciendo entre mi familia sin estudiar nada: ya no habitbamos la casa en que yo haba

    nacido; mi madre tom otra, situada en la plaza de San Vicenta, casi en frente de la puerta que daal Surco. Los pilluelos de la ciudad haban llegado a ser mis amigos predilectos, y los traa a jugaral patio y a la escalera de mi casa. Parecame a ellos en un todo; hablaba su mismo lenguaje;tena su mismo modo de andar; vesta como ellos, y como ellos iba desabotonado y desarrapado;mis camisas estaban cayndose siempre a pedazos; jams haba teido un par de medias que noestuviesen llenas puntos; llevaba arrastrando las mas veces unos malditos zapatos cados haciaatrs, que a cada paso se me escapaban de los pies; sola perder con frecuencia el sombrero yalgunas veces hasta la casaca. Tena la cara chafarrinada, y llena de araones y cardenales; lasmanos negras como el carbn. Era tan rara mi cara, que mi madre, a pesar de su clera, no podamenos de rerse y de exclamar: Qu feo es!

    Y sin embargo me gustaba entonces, y me ha gustado siempre el aseo, y aun la elegancia.Por la noche sola dedicarme a componer mis guiapos; la buena Villenueve y mi Lucila meayudaban a arreglarlos para ahorrarme castigos y reprimendas; pero sus corcusidos nicamente

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    servan para hacer resaltar mas mi extravagante facha. Lo que mas me hacia sufrir, era elponerme con mis andrajos al lado de los muchachos que se presentaban orgullosos con su ropanueva.

    El carcter y costumbres de mis compatriotas armonizaban hasta cierto punto con las de loshabitantes de algunas ciudades de Espaa. Muchas familias de Saint-Malo se hallabanestablecidas en Cdiz, y otras muchas de Cdiz residan en Saint-Malo. La posicin insular, lacalzada, la arquitectura, las casas, los aljibes y las murallas de granito de Saint-Malo, le dan cierta

    semejanza a Cdiz; cuando yo vi esta ltima ciudad, no pude menos de recordar a la primera.Encerrados por la noche bajo la misma llave en su ciudad, los habitantes de Saint-Malo no

    componan mas que una sola familia. Sus costumbres eran tan sencillas y patriarcales, que lasjvenes que mandaban traer de Pars cintas y gasas, pasaban plaza de mundanas entre suscompaeras, las cules huan de aquellas por no contaminarse. Una debilidad era cosa taninaudita, que habindose concebido sospechas de cierta condesa de Abbeville, se hicieron sobreste asunto unas coplas que se cantaban haciendo la seal de la cruz. El poeta, sin embargo, fiela pesar suyo a las tradiciones de los trovadores, se declar en contra del marido, al cualapellidaba monstruo brbaro.

    En ciertos das del ao, los habitantes del campo y los de la ciudad se reunan en las ferias,

    que se llamaban asambleas; y las cuales se verificaban a la sazn en las islas y fuertes, situadosalrededor de Saint- Malo: las gentes iban a pie cuando estaba baja la marea y embarcadascuando aconteca lo contrario. La multitud de marineros y lugareos; los carros entoldados; lasrecuas de caballos, burros y muletos; la concurrencia de traficantes; las tiendas que se elevabana la orilla del mar, las procesiones de frailes y de hermandades que serpenteaban entre las turbascon sus pendones y sus cruces; las lanchas de remo y de vela que se vean cruzar de un lado aotro; los Duques que entraban en el puerto, o que se hallaban anclados en la rada; las salvas deartillera; las campanas echadas a vuelo, todo contribua a prestar a aquellas reuniones,animacin, ruido, movimiento y variedad.

    Yo era el nico testigo de aquellas fiestas sin participar del general regocijo, porque no tena

    dinero para comprar juguetes y golosinas. Deseando evitar el desprecio, compaero inseparablede la mala fortuna, iba a colocarme lejos de la gente, y junto a charcos de agua que conserva yrenueva la mar en las concavidades de las rocas. All me entretena en ver volar las avesacuticas, en mirar con la boca abierta los azulados horizontes, en recoger conchas, y enescuchar los lamentos de las olas al estrellarse contra los escollos. Llegaba la noche, y la suerteno me era propicia. Tena gran repugnancia a ciertos manjares, y sin embargo, me obligaban acomer de ellos. Muchas veces imploraba con la vista la proteccin del criado La-France, el cualme quitaba el plato con una destreza admirable cuando mi padre se descuidaba en volver lacabeza. Respecto a la lumbre, guardaban conmigo el misino rigor: me estaba terminantementeprohibido el aproximarme a la chimenea. De la severidad de los padres de aquel tiempo, a laindulgencia de los padrazos de hoy, hay una gran distancia.

    Pero si es verdad que yo padeca algunas penas que desconoce la moderna infancia, tambinlo es que disfrutaba en cambio algunos placeres ignorados de ella.

    Actualmente no es fcil formarse una idea de lo que eran aquellas solemnidades religiosas yde familia, en las cuales pareca que la patria entera y el Dios de esta patria, estaban llenos deregocijo: la Nochebuena, Ao nuevo, los Reyes Pascua florida, Pentecosts y San Juan, eranpara m das de prosperidad y de contento. Quiz haya influido algo la roca sobre a cual nac, enmis sentimientos y en mis estudios. Desde el ao 1015, los naturales de Saint-Malo hicieron votode contribuir con sus recursos y con el trabajo de sus manos a levantar los campanarios de lacatedral de Chartres: no he trabajado yo tambin con mis propias manos en alzar del suelo lasabatidas cpulas de la vieja baslica cristiana? El sol, dice el padre Maunoir, no ha alumbrado

    jams cantn alguno donde haya sido venerada la verdadera fe con una fidelidad tan constante einvariable, como en el de Bretaa. Tres siglos hace que no ha manchado infidelidad alguna lalengua que les ha predicado a Jesucristo, y aun est por nacer el hombre que haya odo a unbretn legtimo predicar otra religin que la catlica.

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    Durante los das festivos que acabo de mencionar, me llevaban mis hermanas a recorrer conellas las estaciones a diferentes santuarios de la ciudad; a la capilla de San Aaron, y al conventode la Victoria; las dulces voces de algunas mugeres invisibles, heran agradablemente mis odos:la armona de sus cnticos se mezclaba con el bramido de las olas. Guando se llenaba de genteen el invierno la catedral al toque de oraciones, cuando se arrodillaban los viejos marineros, y lasjvenes lean, sus horas con fervor a la luz de las candelas, cuando al echar la bendicin repetala multitud, el Tantum ergo, cuando en los intermedios de sus cnticos azotaban las rfagas deviento los vidrios de la baslica y hacan temblar las bvedas de aquella nave, en la que resonaronlas voces robustas de Santiago Cartier y de Duguay-Trouin, mi corazn experimentaba unsentimiento extraordinario de fervor religioso. Entonces no tena necesidad de que la Villeneuveme dijese que juntara las manos para invocar a Dios, con todos los nombres que me habaenseado mi madre; vea el cielo abierto, y a los ngeles ofreciendo nuestro incienso y nuestrosvotos; inclinaba mi frente, la cual no se hallaba agobiada aun bajo el peso de los infortunios quenos afligen de una manera tan horrible, que casi le dan a uno tentacin de no levantar la cabeza,cuando la ha inclinado una vez al pie de los altares.

    Haba marino que al salir de estos religiosos ejercicios se embarcaba con el espritu fortalecidocontra la noche, al mismo tiempo que otros entraban en el puerto guiados por la iluminada cpulade la iglesia: as es que estaba viendo continuamente la religin y los peligros en presencia la una

    de los otros, y sus imgenes ocupaban a la vez mi imaginacin. Apenas haba nacido, cuandoempec a or hablar de la muerte; por la noche recorra un hombre todas las calles tocando unacampanilla para oscilar a los cristianos a que rogasen por sus hermanos difuntos. Casi todos losaos vea naufragar y perderse buques a mis ojos; y cuando sala a pasearme a lo largo delarenal, arrojaba el mar a mis pies los cadveres de algunos extranjeros que haban espirado lejosde su patria. Madame de Chateaubriand me deca, como Santa Mnica a su hijo: Nihil longe est aDeo. Nada hay distante de Dios. Mi educacin fue confiada a la Providencia, y a la verdad nome escaseaba sus lecciones.

    Devoto de la Virgen, a quien me haban ofrecido, conoca y amaba a mi protectora,confundindola con mi ngel de la guarda: a la cabecera de mi cama tena clavada con cuatro

    alfileres una imagen suya que me compr la Villeneuve por medio sueldo. Yo debiera habernacido en aquel tiempo en que oraba ante la madre de Dios, dicindola: Dulce seora de cieloy tierra, madre de piedad, fuente de todos los bienes, que habis llevado en vuestro preciososeno a Jesucristo hermosa y dulcsima seora, yo os doy gracias, imploro, vuestro auxilio.

    Lo primero que aprend de memoria, fue una cancin de marinero que empezaba as:

    Je mets ma confiance,

    Vierge, en votre secours,

    Servez-moi de defense,

    Prenez soin de mes jours;

    Et quand ma derniere heure

    Viendra finir mon sort,

    Obtenez que de meure De la plus sante mort9.

    Esta cancin la he odo entonar despus de un naufragio. Hoy repito todava sus versosdetestables, con tanto placer como, los de Homero: una imagen de Nuestra Seora, adornadacon una corona gtica, y vestida con un manto de seda azul, guarnecido con galn de plata, me

    inspira mas devocin que una virgen de Rafael.

    9 Oh Virgen! en vos deposito mi confianza: sed mi defensora, velad por mis das, y cuando llegue mi ltima horaalcanzad que muera CON la muerte del justo.

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    Si aquella pacfica Estrella de los mares se hubiera dignado al menos calmar las tribulacionesde mi vida! Pero yo estaba predestinado a sufrir agitaciones y congojas desde mi infancia; comola palmera del rabe, apenas sali mi tallo de la roca, cuando principi a ser combatido por elviento.

    La Vale-aux-Loups, junio de 1812

    Gesril. Hervina Magon. Combate contra dos grumetes.

    Ya he manifestado que mi prematura rebelda contra las maestras de Lucila fue el fundamentode mi mala reputacin; un camarada vino a completarla.

    Mi to Mr. de Chateaubriand de Plessis, que se hallaba establecido en Saint-Malo, tena, lomismo que su hermano, cuatro hijas y dos hijos. De mis dos primos (Pedro y Armando), con loscuales me junt al instante, Pedro lleg a ser page de la reina, y Armando, a quien destinaban ala carrera eclesistica, fue enviado al colegio. Pedro entr en la marina as que sali de la clasede pajes, y se ahog en la costa e frica. Armando, que permaneci en el colegio muchos aos,dej la Francia en 1790, sirvi durante toda la emigracin, hizo con intrepidez mas de veinte

    viajes a la costa de Bretaa, embarcado en una chalupa, y al fin muri por la causa del rey en lasllanuras de Grunelle el Viernes Santo del ao de 1810, como lo he dicho ya y volver a repetircundo refiera su catstrofe 10.

    Privado de la compaa de mis dos primos, procur reemplazarla contrayendo nuevosvnculos.

    En el piso segundo de nuestra casa viva un hidalga llamado Gesril, que tena un hijo y doshijas. Este hijo estaba educado de muy distinto modo que yo; era un nio mimado a quienalababan todo cuanto hacia, y cuyo placer favorito era el de andar a golpes, y con especialidad elde excitar a sus compaeros a armar camorra para erigirse en juez de la contienda. Hacia a lascriadas que llevaban a pasear los nios las mas prfidas jugarretas, y se hablaba muchsimo de

    sus travesuras, que se trasformaban en negros crmenes. El padre se rea de todo esto, y Pepitocontinuaba siendo el nio mimado de la casa. Gesril lleg a ser el mas ntimo de mis camaradas,y tom sobre m un ascendiente increble: por mi parte aprovech las lecciones de tan excelentemaestro, aun cuando mi carcter era diametralmente opuesto al suyo. Yo prefera los placeressolitarios y no gustaba de armar quimera con nadie. Gesril al contrario, era aficionadsimo a losjuegos bulliciosos, y gozaba extraordinariamente cuando se hallaba en medio de las trifulcas delos muchachos. Cuando me hablaba cualquier pillastre, Gesril me deca: Cmo sufres eso?Estas palabras me hacan creer que mi honor estaba comprometido, y saltaba a los ojos deltemerario; su edad y su estatura no importaban un bledo. Mi amigo presenciaba el combate; yelogiaba mi valor; pero permaneca impasible, y no acuda jams a prestarme auxilio. Algunasveces levantaba un ejrcito compuesto de todos los pilluelos que encontraba, los divida en dos

    bandos, y los conduca a la playa, donde armbamos a pedradas frecuentes escaramuzas.Gesril invent otro juego que pareca mucho mas peligroso: cuando suba la marea y el tiempo

    estaba de borrasca, las olas que iban a estrellarse al pie del castillo por el lado del granpromontorio, saltaban hasta las torres principales. A veinte pies de altura, y sobre la base de unade estas torres, haba un parapeto de piedra, angosto, escurridizo e inclinado, que se comunicabaal revelln que defenda el foso: tratbase, pues, de aprovechar el instante que mediaba entre dosolas para atravesar aquel sitio antes de que se rompiese la segunda y llegara a cubrir la torre.Vease venir una montaa de agua, que avanzaba bramando, la cual poda arrastrarnos consigoo estrellarnos contra la muralla, si nos retardbamos un minuto. No haba uno siquiera denosotros que se negara a tentar la aventura; pero todos los muchachos palidecan antes de

    10 Dej un hijo llamado Federico, a quien coloqu yo primeramente en las guardias del hermano mas inmediato al rey(monsieur), y el que pas despus a un regimiento de coraceros. Cas en Nancy con la seorita de Gastaldi, dequien tuvo dos hijos, y se retir del servicio. La hermana mayor de Armando, mi prima, hace muchos aos essuperiora de las religiosas de la Trapa. (Nota de 1831, en Ginebra).

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    acometerla.

    La inclinacin que mostraba Gesril de impeler a los otros a trabar pendencias, en las que solohacia el papel de mero espectador, inducir acaso a pensar que su carcter no seria despusmuy generoso, Sin embargo, l fue quien en un teatro mas reducido lleg tal vez a borrar elherosmo de Rgulo: nada mas falt a su gloria, sino que Roma la presenciara y que Tito Livio lacantara. Habiendo llegado a ser oficial de marina, fue hecho prisionero en Quiberon; pero viendoque los ingleses continuaban, bombardeando al ejrcito republicano despus de terminado el

    combate, se arroj al agua, se aproximo a nado hasta los buques, les dijo a los ingleses quesuspendiesen el fuego, y les anunci la desgracia y la capitulacin de los emigrados. Deseandoaquellos salvarle la vida, le arrojaron un cable y le invitaron a que subiese a bordo: "Soyprisionero bajo mi palabra, les dijo agitndose entre las olas: y se volvi nadando a tierra:despus fue fusilado con Sombreuil y sus dems compaeros.

    Gesril fue mi primer amigo; habiendo sido mal juzgados los dos en nuestra infancia, nos uniel instinto de lo que podamos valer algn da.

    La primera parte de mi historia termin con dos aventuras, que produjeron un notable cambioen el sistema de mi educacin.

    Un domingo nos fuimos a la playa por el lado del Abanico de la puerta de Santo Toms, ycaminando a lo largo del Surco, cuyas murallas protegen contra las olas una porcin de estacasgruesas clavadas en la arena. Como lo tenamos por costumbre, nos encaramamos a lo alto delos maderos para ver pasar debajo de nuestros pies las primeras ondulaciones del flujo de mar.Todos los sitios estaban ocupados como siempre, y haba una porcin de muchachas mezcladascon los muchachos. Yo era el que mas prximo me hallaba al mar, y no tena delante de mi masque una hermosa nia llamada Hervina Magon, la que se rea de placer, y lloraba de miedo.Gesril estaba al extremo opuesto por el lado de tierra. La marea iba aproximndose ya; haciabastante viento; y los criados y nieras gritaban: "Baje vd. seorita! baje vd. seorito! Gesril fuealcanzado por una fuerte ola; cuando esta se sumi entre las estacas, y dio un empujn almuchacho que se hallaba a su lado; ste cay sobre el que le segua, y as sucesivamente, hasta

    que toda la hilera qued derribada, como si hubiera sido de naipes; pero permaneciendo asidoslos unos a los otros: nicamente cay al mar la nia que se hallaba al extremo de la lnea, la queno tena donde apoyarse. El flujo la arrastro consigo: se oyeron al momento mil gritos de espanto;todas las nieras se alzaron sus vestidos, entraron en el mar, y fueron apoderndose de susrespectivos muchachos, dndoles de paso unos cuantos cachetes. Hervina fue rescatadatambin; pero dijo que Francisco la haba derribado. Las nieras caen sobre m; logro escaparmede sus manos, y echo a correr con objeto de parapetarme en la bodega de casa, a donde llegtambin en persecucin ma el ejrcito femenil. Afortunadamente haban salido mi padre y mimadre. La Villeneuve defenda la puerta con un valor heroico, y sopapeaba a la vanguardiaenemiga. El verdadero autor del mal acudi tambin en mi auxilio. Gesril subi a su casa, llamo asus dos hermanos, y los tres principiaron a arrojar jarros de agua, y tronchos de berzas cocidas

    sobre las sitiadoras. Al aproximarse la noche se levant el sitio; pero se propag por la ciudadeste acontecimiento, y el caballero de Chateaubriand, que a la sazn contaba nueve aos, paspor un hombre atroz, por un resto de la banda de piratas que San Aaron haba desterrado de suroca.

    He aqu la otra aventura.

    Algunos das despus de lo que acabo de referir, fui con Gesril a Saint-Servan, barrio que sehalla separado de Saint-Malo por el puerto mercante. Para llegar a l, cuando est baja la marea,es preciso atravesar unos cuantos puentes angostos; construidos con losas, por debajo de lascuales pasan corrientes de agua; estos puentes quedan de un todo cubiertos con la plenamar.Los criados que nos acompaaban se haban quedado rezagados a bastante distancia de

    nosotros. Al llegar a uno de los indicados puentes vimos a des grumetes que estaban en elextremo opuesto, y que caminaban en direccin contraria a la nuestra. Gesril me dijo: Dejamospasar a esos tunos? y en seguida empez a gritar: Al agua, patos! Estos, como buenosgrumetes, entendan poco de chanzas, y siguieron avanzando: Gesril retrocedi, nos colocamos ala entrada del puente; cogimos unos cuantos guijarros y se los tiramos a la cabeza. Los grumetes

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    cayeron entonces sobre nosotros, nos hicieron volver pies atrs, y armndose ellos tambin depiedras, nos llevaron en derrota hasta nuestro cuerpo de reserva, o lo que es lo mismo, hasta quenos incorporamos con nuestros criados. Yo no sal como Horacio, herido de un ojo, si bien reciben la oreja izquierda tan descomunal pedrada, que casi me la arranc, y la traa colgando sobre elhombro.

    Pero no senta el dao que me haba causado, sino el tener que regresar a casa. Cuando miamigo venia descalabrado de sus correras, o traa desgarrado el traje, todos se compadecan de

    l, le mimaban y acariciaban, y le llevaban ropa para que se mudase: en semejante caso, yo noescapaba nunca sin castigo. El golpe que acababa de recibir no dejaba de ser peligroso, pero LaFrance no logr persuadirme a que entrara en su casa. Fui a ocultarme en el piso segundo, a lade Gesril, quien me vend la cabeza con una servilleta. Este vendaje le devolvi su bulliciosohumor, y le dio por decir que pareca una mitra; transformome en obispo de buenas a primeras, yme hizo cantar misa mayor con l y sus hermanas hasta la hora de comer. El pontfice se vioprecisado entonces a bajar al piso principal: el corazn me lata con violencia. Sorprendido mipadre al ver mi semblante descompuesto y manchado de sangre, no me dijo ni una palabra: mimadre dio un grito; La France refiri el lastimoso caso que me haba sucedido, disculpndomecomo pudo; a pesar de todo esto, no me libert de la correspondiente tunda. El seor y la seorade Chateaubriand mandaron que me curaran la oreja, y resolvieron separarme de Gesril lo mas

    pronto posible 11.Yo no s si fue aquel ao cuando vino a Saint- Malo el conde de Artois, a quien obsequiaron

    con el simulacro de un combate naval. Desde lo mas elevado del bastin de la plvora vi al jovenprncipe que estaba mezclado entre la gente, presenciando desde las orillas del mar esteespectculo: cuantos destinos desconocidos encerraban su brillo y mi oscuridad! Hastaentonces, sino me engaa la memoria, Saint-Malo no haba visto mas que a los reyes de FranciaCarlos IX y Carlos X.

    He aqu el primer cuadro de mi infancia. Ignoro si la severa educacin que me dieron es buenaen principio; pero mis padres la adoptaron sin designio alguno, o por mejor decir, fue unaconsecuencia natural de su humor; de todos modos, es lo cierto que merced a ella, s han

    diferenciado bastante mis ideas de los dems hombres, y mucho mas cierto todava, que imprimien mis sentimientos un carcter melanclico, hijo de la costumbre de padecer en la edad de ladebilidad, de la impresin y de los goces.

    Se dir que semejante sistema de educacin hubiera podido conducirme a detestar losautores de mis das! Pero no fue as: el recuerdo de sus rigores es para m casi agradable: veneroy estimo sus grandes prendas. Mis camaradas del regimiento de Navarra fueron testigos de losextremos que hice cuando supe la muerte de mi padre. Soy deudor a mi madre de os consuelosde mi vida, puesto que ella fue quien me imbuy sanos principios de religin: yo recoga lasverdades cristianas que salan de su boca como las estudiaba Pedro de Langres por la noche enuna iglesia, a la luz de la lmpara que arda ante el Santsimo Sacramento Se hubiera

    desarrollado mejor mi inteligencia, habindome dedicado al estudio algn tiempo antes? Lo dudo:aquellas olas, aquellos vientos y aquella soledad, que fueron mis primeros maestros,armonizaban mejor acaso con mis disposiciones naturales; tal vez debo a estos salvajesfundadores algunas virtudes que sin ellos hubiera ignorado. Lo cierto es que ningn sistema deeducacin es en s preferido a otro: quieren mas los hijos a sus padres, hoy que los tutean y queno les inspiran temor alguno? Gesril era tratado con el mayor mimo, en la misma casa donde merean constantemente, y ambos hemos sido hombres de bien, y tiernos y respetuosos hijos. Talcosa que uno cree perjudicial, es a que mas eficazmente contribuye al desarrollo del talento de unmuchacho: y tal otra que le parece a uno conveniente, bastara por si sola para enervar susfacultades intelectuales. Lo que Dios hace est bien hecho: cuando la Providencia nos destina arepresentar un papel en la escena del mundo, reserva para s el cuidado de dirigirnos.

    11 Ya haba hablado yo de Gesril en mis obras. Una de sus hermanas, Anglica Gesril de la Trochardais, me escribien 1818 suplicndome que procurase obtener que el apellido Gesril fuese unido al de su marido y al del marido de suhermana; pero fracasaron mis negociaciones. (Nota de 1831, en Ginebra).

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    Dieppe, setiembre de 1812.

    Carta de Mr. Pasquier. Dieppe. Cambi de mi educacin. La primavera en Bretaa.Bosque histrico. Campos pelagianos. Ocaso de la luna en el mar.

    El 4 de setiembre de 1812 me remiti Mr. Pasquier, prefecto de polica, la siguiente carta:

    Prefectura poltica.

    El prefecto de polica invita a Mr. de Chateaubriand a que se tome el trabajode presentarse en su despacho hoy a las cuatro de la tarde, o maana a las nuevede la maana.

    El seor prefecto de polica me llamaba para intimarme la orden de que saliera de Pars, y medirig, a Dieppe, cuyo primer nombre fue Bertheville, y la cual tom el de Dieppe, hace mas de400 aos de la palabra inglesa deep, que significa profundo (surgidero). En 1788 estaba de

    guarnicin en ella con el segundo batalln de mi regimiento: vivir en aquella ciudad, cuyas casasson de ladrillos y sus tiendas de marfil, en aquella ciudad de aseadas calles y hermoso cielo, erarefugiarme al lado de mi juventud. Cuando sala a paseo, me diriga las mas de las veces a lasruinas del castillo de Arques, que estn llenas de histricos recuerdos. Todava existeninnumerables personas, que no han olvidado que Dieppe fue la patria de Duquesne. Cuando mequedaba en casa, se ofreca a mi vista el grandioso espectculo del mar; desde la mesa ante lacual sola sentarme, contemplaba a aquel mismo Ocano que me vio nacer, y que baa lascostas de la Gran Bretaa, y en donde he sufrido tan largo destierro: mis miradas vagaban sobrelas olas que me llevaron a Amrica, me trajeron a Europa, y me volvieron a llevar a las costas defrica y del Asia. Yo te saludo, oh mar, que has sido mi cuna, y el constante objeto de miadmiracin! Quiero contarte la continuacin de mi historia, si falto en ella a la verdad, tus olas,

    compaeras inseparables de mi vida, me acusarn de impostor ante los hombres en losvenideros tiempos.

    Mi madre manifest siempre grandes deseos de que se me diese una educacin clsica.Deca que la profesin de marino, a la cual me destinaban, no seria acaso de mi gusto, y por loque pudiera suceder, le pareca muy conveniente darme una educacin aplicable a cualquieraotra carrera. Su piedad la inducia a desear que yo me decidiese por la iglesia. Propuso, pues, queme llevaran a un colegio a estudiar matemticas, dibujo, esgrima y el idioma ingls, y no habl niuna palabra del latn y el griego, temiendo incomodar a mi padre; pero pensaba interiormente darorden de que me los ensearan, privadamente primero, y en pblico cuando llegara a haceralgunos adelantos. Mi padre accedi a su proposicin, y qued acordado que entrara en el

    colegio de Dol, cuya ciudad mereci la preferencia por hallarse situada en el camino de Saint-Malo a Combourg.

    En el crudo invierno que precedi a mi reclusin escolar, se prendi fuego a la casa en quehabitbamos; mi hermano mayor me salv entonces la vida casi milagrosamente, sacndome conriesgo de la suya, al travs de las llamas. Mr. de Chateaubriand, que se haba retirado a sucastillo, llam a su esposa su lado, y cuando lleg la primavera fue preciso obedecerle.

    La primavera en Bretaa es mucho mas benigna que en las cercanas de Pars; y florece tressemanas antes. Los cinco pjaros precursores de ella que son: la golondrina, la oropndola, elcuco, la codorniz y el ruiseor, llegan con las brisas que se