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EL CHAMANISMO

RESUMEN: Religin y Antropologa

LAS RELIGIONES DE MELANESIA7.1. Prlogo.

No estar de ms recordar que muchos de los primeros estudios pioneros de antropologa se realizaron, de hecho, en la regin del Pacfico.

El monumental estudio de Durkheim Las formas elementales de la vida religiosa (1915) se basaba tambin en datos etnogrficos aportados por los aborgenes australianos.

El motivo dominante del sistema religioso melanesio se ha descrito como le mantenimiento del bienestar material colectivo. Esto no implica un desinters por la mitologa y el orden csmico, pero s es indicio de una orientacin muy pragmtica de los melanesios.

Las sociedades melanesias previas al impacto colonial eran tribales, carentes de instituciones centralizadas y coercitivas (Estado), y por lo general se agrupaban en pequeas aldeas de caseros, formando grupos locales basados en el parentesco. Se dedicaban sobre todo a la horticultura, pero la caza era importante, y en las zonas costeras la pesca constitua una ocupacin clave. Su sistema poltico giraba en torno a los grandes hombres, se haca mucho hincapi en la agresin fsica, la oratoria y la acumulacin de cerdos, y en muchas sociedades melanesias haba una macada divisin de gnero. La vida socioeconmica de los melanesios y, por tanto, su religin giraban en torno a la fertilidad de las personas, las cosechas y los cerdos, as como el xito en la fabricacin y el empelo de artefactos. Haba un marcado contraste entre las gentes de las regiones costeras, que estaban desde haca mucho tiempo en contacto con el mundo exterior, y los habitantes de las tierras altas de Nueva Guinea.

Las creencias relacionadas con fuerzas ocultas pueden clasificarse grosso modo en cinco categoras, aunque merece la pena resaltar de entrada que todos los seres espirituales dioses, fantasmas, ancestros, espritus malficos o ttems son por lo general descritos como viviendo en la tierra, a menudo junto a los asentamientos humanos. Y, aunque ms poderosos que los humanos, con demasiada frecuencia adoptan una forma corprea.

La primera categora se refiere a seres espirituales autnomos, como deidades y hroes culturales, los cuales pueden concebirse como creadores o reguladores, o a veces ambas cosas. Los hroes culturales se describen a menudo en los mitos como creadores del cosmos, as entre los wogeo. Sin embargo, muchas comunidades tnicas tienen poco inters en los espritus creadores y suponen que la tierra ha existido siempre.

En segundo lugar, hay espritus autnomos con pocas funciones creadoras o reguladoras y que con frecuencia adoptan una forma malfica; como espritus del bosque, demonios o elfos.

En tercer lugar, estn los espritus de los muertos, bien de fallecidos recientes (fantasmas) o de los ancestros. Los ttems suelen estar asociados con los espritus de los muertos. Lanternari lleg a afirmar que el rasgo fundamental de la religin melanesia es el culto de los ancestros.

En cuarto lugar, aunque los melanesios no establecen una distincin radical entre religin y magia, por lo general se acepta la existencia de fuerzas ocultas que pueden controlarse y utilizarse por medio de la magia simptica.

Finalmente, entre los habitantes de las tierras altas y de la costa en melanesia hay una difundida aceptacin de la hechicera, descrita como cualquier ritual concebido para daar o matar personas.

Los rituales ms importantes incluyen iniciaciones y ritos de paso de la pubertad, ritos mortuorios, ritos de la fertilidad, adivinacin, ritos mgicos y una serie de rituales relacionados con intercambios ceremoniales y con las relaciones polticas con otros grupos locales.7.2. La religin Kwaio.

Los kawaio de Malaita, una de las islas Salomn, forman una pequea y remota comunidad de unas 2.000 personas. El etngrafo Roger Keesing los describe como recalcitrantes conservadores culturales.

Instalados en lo que Keesing describe como un enclave sitiado, los kawaio del centro de Malaita han tenido que enfrentarse desde hace mucho tiempo a un gobierno, tanto colonial como poscolonial, comprometido con el desarrollo y los valores del estilo de vida occidental.

Los kwaio y otras gentes de Malaita llevan mucho tiempo resistindose a estas intrusiones, una lucha que ha pasado por la resistencia armada y el milenarismo, aunque la isla acab por pacificarla una enorme expedicin punitiva que en 1927 cost la vida a ms de cien personas y profan sistemticamente los santuarios de los ancestros. El conservadurismo de los kawaio de las tierras altas y su tendencia a continuar con sus tradiciones ancestrales nacieron de la lucha; no fueron debidos a su aislamiento del mundo exterior.

La vida social de los kawaio gira en torno a los grupos locales de ascendencia agnaticia. Estos estn vinculados a territorios especficos por medio de santuarios antiguos en los que se propicia a los espritus de los ancestros. La extensin de terreno asociada con un ancestro fundador se llama fanua, o territorio del santuario. Entre los kawaio eran evidentes tres tipos de lderes, que esencialmente reflejaban los aspectos econmico, poltico e ideolgico de su vida social. Estos eran los emprendedores grandes hombres, los guerreros (lamo), en el pasado especficamente asociados con las peleas sangrientas y los saqueos; y los sacerdotes de los santuarios (fataabu). La economa de los kwaio dependa del cultivo de taro y ames y la cra de cerdos, y los objetos preciosos hechos con conchas (bata) y los cerdos eran intrnsecos a la economa de prestigio, la organizacin de fiestas mortuorias y las transacciones matrimoniales.

Los kwaio, como la mayora de las sociedades precapitalistas, no conceptualizan la religin como un dominio cultural separado. La cultura religiosa kwaio consiste esencialmente en cuatro aspectos, relacionados con los espritus de los ancestros, los esquemas cosmolgicos y las prohibiciones rituales; y la magia ritual y las diversas clases de rituales directa o indirectamente relacionados con los espritus de los ancestros.7.2.1. Los espritus de los ancestros.-

Los espritus de los difuntos (el trmino genrico para los espritus es adalo) tienen una presencia inmediata pero invisible y se inmiscuyen e inciden en la vida social de los kwaio de muchos y diversos modos. Los espritus son omnividentes y omniscientes, y aparentemente omnipresentes, como el viento. Los gritos de algunos pjaros y la aparicin de ciertos animales, como el saltamontes o una variedad de serpiente, se interpretan como mensajeros de los espritus. Los espritus, si estn descontentos, pueden causar la muerte o traer infortunios a los vivos, y lo que ms les disgusta son las violaciones de las prohibiciones rituales. Pero tambin protegen y apoyan a sus parientes vivos y los espritus de los ancestros (walafu) son de particular importancia. Los ancestros, en cuanto espritus, valoran lo que los seres humanos valoran: los objetos preciosos hechos con conchas, los cerdos, los cocos, las nueces de areca y el pudin de taro. Los espritus de los ancestros son un eptome del orden social y moral de los kwaio. A diferencia de los espritus de los ancestros, sin embargo, los espritus son marginales a la comunidad y estn asociados con la vida salvaje (kwasi). Normalmente se los considera malficos e incluyen espritus como los funu, pequeos espritus peludos; los buru, que personifican a los ancestros; y los fele, que son los familiares espritus de los hechiceros. La hechicera se asocia en particular con las zonas marginales.

Los cerdos se cran y consagran a los ancestros, especficamente para solicitar apoyo y proteccin de stos, y el concepto de manama (mana) no es tanto el atributo de una entidad como el proceso por el cual los ancestros bendicen y protegen a los humanos y el trabajo y las actividades de stos.

En todo el paisaje boscoso hay santuarios especficos (bae) asociados con los espritus, especficamente con los ancestros fundadores; y se utilizan para los rituales ms relevantes.

Las personas que realizan sacrificios juntas forman una comunidad ritual y cada grupo de parientes normalmente tiene un sacerdote, el hombre del santuario. Aunque suelen conocer los procedimientos rituales y las ancianas pueden desempear papeles importantes en la vida religiosa de la comunidad, las mujeres no ofician rituales.

7.2.2. La cosmologa kwaio.-

El segundo aspecto de la vida religiosa kwaio es un esquema cosmolgico o simblico que estructura no slo las prcticas rituales, sino tambin la vida cotidiana, especialmente en relacin con la organizacin espacial. La idea de que existen lo que Keesing llama lneas invisibles que estructuran la vida social y en particular la distribucin de los asentamientos o los poblados en los claros del bosque. En el margen superior del claro est la casa de los hombre (tau), donde stos y los nios suelen dormir y comer y que est rodeada por muchas plantas ritualmente significativas. Al lado suele encontrarse la casa del sacerdote, asociada con los espritus y donde se guardan objetos rituales consagrados. En medio del claro estn las viviendas, y debajo de stas una o ms chozas menstruales (bisi), situadas en la zona de las mujeres o menstrual (kaakaba). Es importante sealar que slo los hombres (y los nios) pueden entrar en las casas y los santuarios de los hombres; slo las mujeres (y los nios pequeos) pueden entrar en la kaakaba (zona menstrual) y la bisi (choza menstrual).

Dicotoma de gnero:

Femenino

Masculino

Abajo

Arriba

Choza menstrual

Casa de los hombres

mbito de los poderes reproductivosmbito de los poderes ancestrales

Parto

Muerte

Carne

Hueso

Las mujeres se asocian con la menstruacin, el parto y los poderes que dan vida; los hombres con los sacrificios, los espritus de los ancestros y la muerte, pues ellos dan nacimiento a los espritus de los ancestros mediante rituales que son abu para las mujeres.

Otro esquema simblico establece un contraste entre el asentamiento y el bosque circundante (kalona):

Cultura

Naturaleza

Ancestros

Espritus salvajes

Asentamiento

Bosque

Controlado

Incontrolado

Centro

Periferia

Humano

No humano.7.2.3 La magia ritual.-

El tercer aspecto de la vida religiosa kwaio es la magia: el empleo de objetos materiales o plantas medicinales y la invocacin de frmulas verbales para controlar y manipular acontecimientos y el mundo circundante. Aunque hay algunas modalidades de magia abiertas a la comunidad, el conocimiento mgico constituye una propiedad individual y puede comprarse y venderse. Como la magia por lo general incluye comunicaciones con los espritus de los ancestros, podra considerrsela como un modo de expresin religiosa y se utiliza para una serie de propsitos diferentes.

7.2.4. Los rituales kwaio.-

Los rituales forman el ncleo de la religin kwaio, quienes adoptan una actitud sumamente pragmtica hacia la vida, viviendo como viven en un mundo incierto, y tienen, por tanto un desinters general por la metafsica. Con su escaso inters por los orgenes ltimos o la teologa sistemtica, la religin kwaio no es tanto una metafsica espiritual como una filosofa pragmtica.

Lo que esencialmente preocupa, en consecuencia, a los kwaio es la vida inmediata y sus rituales expresan esta preocupacin. Casi todos los rituales implican comunicacin, de un modo u otro, con los espritus de los ancestros. Las principales formas rituales incluyen la adivinacin, durante la cual los ancestros revelan a las personas la causa de algn infortunio y la accin correctora precisa; ritos de curacin, centrados en los sntomas de una enfermedad: rituales ms elaborados, en los que los sacrificios son necesarios para tratar las causas de una afliccin; ceremonias de las primicias, centradas esencialmente en los ames y el taro; y rituales que giran en torno al parto. Los ritos expresan ms bien las preocupaciones colectivas de la comunidad, con acento especial en el aislamiento ritual de los poderes de las mujeres con respecto a los hombres. Finalmente, estn los ritos mortuorios, particularmente centrados en los hombres, especialmente si se trata de la muerte de un sacerdote.

El ritual clave es el sacrificio de cerdos. Este es esencialmente un ritual expiatorio y de purificacin. Al cerdo se lo mata asfixindolo o quemndolo; el ritual no se oficia en un tono de reverencia; y al dirigirse al espritu se pone un mayor acento en el pago o compensacin que en la solicitud de amparo.

Los rituales hacen hincapi en el hecho de que los espritus de los ancestros y los humanos son copartcipes del mundo cotidiano, y responden a las preocupaciones bsicas de los kwaio, as como hacen evidentes las relaciones establecidas entre los sexos. Tambin afirman la identidad del grupo, pues constituyen una dramatizacin colectiva sobre quin es uno, a qu grupo pertenece y dnde se encuentran los intereses ms fuertes y los vnculos ms profundos.

Keesing trata de comprender esta religin no simplemente como un sistema de significados, sino como una ideologa con races en la economa y la poltica terrenales.

Una antropologa de la religin requiere un delicado equilibrio entre dos perspectivas: la hermenutica y la ciencia social crtica. Incidir en el sistema religioso en cuanto mbito autnomo de smbolos colectivos que flotaran por encima y ms all de las diversas experiencias subjetivas de los individuos y los intereses polticos y econmicos de los grupos y clases es gravemente inadecuado y errneo. Ir en la direccin opuesta, y ver las religiones como simplemente ideologas mistificadoras, y pasar completamente por alto su coherencia simblica y los significados subjetivos de los fenmenos religiosos, es algo igualmente contraproducente y corto de miras. Lo que necesita es un enfoque que combine la hermenutica y la ciencia social crtica.

La relacin entre los hombres y las mujeres es dialctica y no simplemente un reflejo de la ideologa religiosa; para comprender dichas relaciones de gnero es necesario ir ms all de los esquemas simblicos y comprender la textura de las relaciones sociales reales, tal como los humanos de carne y hueso viven sus vidas. Las mujeres kwaio, concluye Keesing, no estn radicalmente sojuzgadas o explotadas.

La ideologa religiosa kwaio, con su hincapi en los sacrificios a los ancestros, no slo constitua una forma de vida, sino que era tambin un modo de lucha poltica.

El estudio de Keesing de la religin kwaio lo llev a cabo entre 1962 y 1979. En un reciente estudio David Akin (1996) ha indicado que en su vida religiosa los espritus forasteros han ido adquiriendo una importancia progresiva.

En Malaita hay unos 10.000 hablantes de kwaio, pero la mayora vive en grandes aldeas costeras y son cristianos: catlicos, adventistas del Sptimo Da o miembros de la Iglesia evanglica de los Mares del Sur. Los 2000 kwaio que viven en las montaas del interior siguen intentando mantener su autonoma cultural. Son crticos con la cultura europea, el cristianismo y el capitalismo, que ven como inmorales y degradantes, y que minan la sociedad y el sentido de la comunidad de los kwaio, as como su propia cultura (kastomu). Reflejo de las cruciales tensiones o contradicciones en el corazn de la sociedad kwaio contempornea ha sido la importacin o incorporacin de espritus forasteros a su sistema de creencias.

Cada ves ms, los espritus buru se han convertido en una fuerza activa y creciente en la sociedad y la vida religiosa kwaio. Estos espritus estn socialmente desconectados bien porque son forasteros, bien porque todos sus descendientes han muerto o se han convertido al cristianismo. Los buru son espritus femeninos sobre los que los vivos tienen poca influencia o control, y con frecuencia poseen a las mujeres. Tal posesin se manifiesta como una enfermedad grave o crnica, que por lo general no responde al tratamiento y puede llevar al suicidio. Los espritus buru tambin expulsan a los espritus de los ancestros, con lo cual dejan desprotegida a la comunidad local; la presencia de un espritu buru la indica muchas veces la falta de respuesta de los espritus de los ancestros a las oraciones y los sacrificios rituales.7.3. Religin y Ecologa.-

Rappaport insiste en la naturaleza sistemtica y procesual de la vida social y defiende un enfoque holstico de la antropologa que combine el humanismo (hermenutica) y el naturalismo (ciencia social y natural). En su opinin, los antroplogos deberan, por consiguiente, ocuparse de las relaciones entre los aspectos subjetivos de la vida humana motivos, propsitos, comprensiones, significados culturalmente constituidos- y el dominio objetivo de la naturaleza: las rocas, el agua, los rboles, los animales, el metabolismo, la mutacin, el crecimiento, el deterioro, la entropa.

Reflexionando sobre sus escritos etnogrficos, Rappaport concluy que los rdenes litrgicos, esto es, un ciclo de rituales, codifican una organizacin jerrquica de las compresiones, a pesar de que tales comprensiones no estn en absoluto restringidas, como a veces parece insinuar, al contexto ritual. Tales comprensiones se relacionan esencialmente con cuatro niveles que para Rappaport forman una jerarqua de valores en relacin con la religin, la cosmologa, las normas sociales y el conocimiento emprico.

El pice de la jerarqua conceptual lo ocupan lo que Rappaport describe como los postulados sagrados ltimos, que para personas como los tsembaga se refieren a la existencia de espritus, en particular de los ancestros difuntos. Al igual que Durkheim, Rappaport establece una dicotoma radical entre lo sagrado y lo profano, pero luego sostiene que los postulados sagrados ltimos constituyen una fuente o manantial de la que mana la santidad, y las personas, los objetos materiales, las acciones y los discursos se santifican mediante el ritual.

El segundo nivel o clase de comprensiones tiene que ver con los axiomas o estructuras cosmolgicas. Hace una clara distincin entre los postulados sagrados relacionados con los espritus y lo que en general se describe como esquemas simblicos. Estos esquemas se refieren a los supuestos tocantes a la estructura fundamental del mundo y estn constituidos, para los kwaio y los maring, por una serie de oposiciones simblicas: caliente-fro, alto-bajo, seco-hmedo, domstico-salvaje, mujeres-hombres.

El tercero y, para Rappaport, ms bajo nivel de comprensiones se refiere a las normas sociales que rigen la conducta en la vida cotidiana.

El cuarto nivel de comprensin se relaciona con el conocimiento secular del mundo de la vida cotidiana: el conocimiento emprico en relacin a las comprensiones seculares del mundo material, sus personas, su vida orgnica, sus lugares y sus procesos. El nivel ms bajo de comprensin se reconoce, en consecuencia, como ms o menos completamente externo al contexto ritual.

Rappaport propone asimismo tres tipos o niveles de significado, que en muchos sentidos se emparejan con los niveles de comprensin. El primer nivel de orden inferior de significado guarda relacin con el significado en su sentido semntico cotidiano, tal como se expresa en las clasificaciones populares y las conversaciones cotidianas. En segundo lugar, estn los significados de orden intermedio expresados en el arte, la poesa y los esquemas simblicos. Y, finalmente, estn los significados del nivel superior, basados en la identidad o unidad, la identificacin radical del yo con el otro.

Pasemos ahora a la obra de Rappaport sobre los tsembaga, una pequea poblacin de horticultores tribales que viven en las tierras altas de Nueva Guinea. Pertenecientes al grupo de los maring, sumaban unos 200 individuos. Cultivadores de claros del bosque quemado, los principales cultivos de los tsembaga son el taro, la patata dulce y los ames, y los cerdos constituyen una parte importante de la economa domstica. Los cerdos viven y son alimentados en las casas de las mujeres, pero durante el da suelen deambular libremente. Aparte de proveer de carne, cumplen una funcin til al mantener las zonas residenciales limpias, pues se comen la basura y las heces humanas. Los tsembaga casi nunca comen cerdo fuera del contexto ritual y, como veremos, el ciclo de rituales tsembaga est estrechamente ligado a los cerdos.

La religin tsembaga podemos analizarla segn cuatro temas a saber: sus creencias en los espritus, su cosmologa, su ciclo de rituales y las funciones de estos rituales conforme a la interpretacin de Rappaport.

7.3.1. Los Espritus.-

Dos conjuntos contrarios de espritus (raua) habitan el mundo de los tsembaga; a un conjunto se lo asocia con las altitudes elevadas, al otro con las bajas. En las religiones superiores habitan dos espritus importantes, los espritus rojos (raua mugi) y la mujer de humo (kun kase ambra). Los espritus rojos son espritus de los ancestros, asociados con clanes patrilineales particulares, y residen en el bosque del clan situado a una altitud elevada. Se los identifica en especial con los muertos en la guerra y simblicamente se los asocia con el calor, la sequedad, la fuerza, la dureza, la masculinidad y las orqudeas epifticas que crecen en los bosques de altitud elevada. Pueden causar aflicciones relacionadas con la cabeza y el pecho. Todos los rituales relacionados con la guerra estn dedicados a los espritus rojos, y stos tambin imponen las prohibiciones asociadas con el ciclo de rituales.

La mujer de humo, por otro lado, no se considera que haya sido humana, pero se la concibe como hembra. No se la asocia especficamente con las mujeres (ambra), ni con la fertilidad, y el trmino kun kase se refiere a la tcnica mediante la cual se produce el xtasis chamnico, que incluye el empleo de tabaco. Sesiones nocturnas que consisten en la inhalacin de tabaco: el espritu entra en la cabeza del chamn a travs de la nariz.

Existen dos categoras de espritus asociadas con las regiones inferiores, colectivamente conocidas como raua mai. El trmino mai indica que viene antes o es antecedente en un sentido biolgico. Los dos espritus importantes son koipa magiang y raua tukump. Estn poco asociados con la guerra, su principal preocupacin es la fertilidad y a ellos se dedican los rituales relacionados con sta.

Kopia mangiang no fue nunca humano, muchas veces se lo asocia con los arroyos y las charcas, y podra ser malfico. Rava tukump son vistos como los espritus de los tsembaga muertos por enfermedad o accidente. Estos dos espritus se asocian con la frialdad (kinim): las condiciones fras y hmedas que inducen el deterioro y la disolucin de la materia orgnica. En la cultura maring hay, por consiguiente, una estrecha asociacin entre la fertilidad y la muerte.7.3.2. La Cosmologa.-

Implcito en las creencias en los espritus de los tsembaga, as como en sus rituales y vida cotidiana, hay un esquema simblico o cosmologa que se centra esencialmente en la divisin de gnero. Muchas veces se definen como clasificaciones simblicas dualistas, pero no son tanto un dualismo como un conjunto coherente de oposiciones estructurales complementarias. El esquema simblico implcitamente planteado por el estudio etnogrfico que Rappaport hace de los tsembaga es el siguiente:

MASCULINOFEMENINO

AltoBajo

Espritus rojos (raua mugi)Espritus de la putrefaccin (raua tukump)

CabezaPatas

Marsupiales arbreosAnguilas

GuerraAgricultura

CalienteFro

SecoHmedo

FuerzaFertilidad.

Lo mismo que los kwaio, los tsembaga tambin establecen una oposicin simblica entre lo domstico (tip wombi) y lo salvaje (tip Demi).

7.3.3. El ciclo de rituales.-

El ciclo rituales puede ser til concebirlo como comenzando con le desencadenamiento de las hostilidades entre dos grupos o comunidades maring. El estado de guerra se declara o afirma mediante un elaborado ritual que incluye el acto de colgar piedras de combate (bamp ku) del poste central de una casa ritual (ringi yang). Durante el ritual, en el que slo participan hombre, stos son posedos por los espritus rojos, cuyo apoyo se solicita. A partir de entonces, se activa toda una serie de prohibiciones rituales.

Cuando la guerra termina, se inicia la reintegracin del universo u orden csmico. Una vez llegan a un acuerdo, todos los miembros del grupo local se renen para preparar la plantacin del rumbim, un pequeo rbol muy empleado en toda Melanesia con fines rituales. En un horno especial de tirra (pubit) se prepara comida, acabado el festejo se despide a las mujeres, y los hombres plantan el rumbim en medio del horno vaco, con cada hombre del grupo local poniendo su mano en el rbol en el momento de plantarlo. Esto es un ritual de tregua.

La duracin de la tregua y, por tanto, del ciclo de rituales depende en gran medida de la demografa de las cabaas pecuarias de los tsembaga. En este perodo se dedican a criar cerdos para saldar la deuda con los ancestros. Una vez criados los suficientes, en gran medida con el trabajo de las mujeres, se celebra una fiesta de un ao de duracin, el kaiko, y con ello culmina el ciclo de rituales.

7.3.4. Las funciones de los rituales.-

Rappaport define el ritual como la ejecucin de secuencias ms o menos invariables de actos y pronunciamientos formales no enteramente codificados por quienes las ejecutan y como el acto bsico de la humanidad. Consideraba los rituales como una especie de mecanismos que regulaban algunas de las relaciones de los tsembaga con su entorno, que regulan la conservacin de la fauna marsupial y constituyen un mecanismo para la redistribucin de cerdos excedentes.7.4. Los movimientos milenaristas en Melanesia.-

Los movimientos milenaristas son movimientos religiosos en los que se profetiza o espera un inminente cambio radical o sobrenatural en el orden social. El significado original del trmino milenarista es ms preciso y estricto, y deriva de la tradicin judeocristiana. Se refera a la creencia, basada en el Libro del Apocalipsis, en que, tras su segunda venida, Cristo establecera en la tierra un reino mesinico y reinara sobre l durante mil aos antes del Juicio Final.7.4.1. El culto taro.-

A comienzos de 1914, entre los orokaiva del norte de Papa, un hombre llamado Buninia, recorri las aldeas proclamando que haba sido posedo por el espritu del taro. Nadie se interes mucho pero a finales de ese mismo ao, a una nia de una aldea vecina la derrib un golpe propinado de repente por el espritu del taro y, cantando la cancin ritual de Buninia, entr en trance. Los sacerdotes taro cobraron prominencia en la zona, organizando actividades de culto y tratando las enfermedades causadas por los espritus.

Aunque a las actividades culto se incorporaron muchos elementos culturales tradicionales, el culto taro, afirma Worsley, no era un intento de revivir viejas costumbres.

En su explicacin de este culto, Worsley sostiene que, aunque se centraba en intereses tradicionales y todava vitales (la fertilidad de los campos, los ritos de curacin y los espritus de los ancestros), y aunque el sesgo milenarista era tenue, el culto presentaba muchos de los rasgos caractersticos de los movimientos milenaristas.

Algunas de estas caractersticas merecen sealarse. La primera es que el culto taro parece haber sido, como se ha sealado, pantribal y que se extendi por una extensa zona y rpidamente, de modo que no tard en llamar la atencin de los administradores coloniales. Se divida en numerosas sectas, que tendan a centrarse en torno a una variedad particular del taro, y haba muchas variaciones en los objetos de culto, conjuros, prohibiciones rituales y creencias asociados con cada secta. El ritual kadamba, que inclua festejos, bailes y toque de tambores, y en el que participaba toda la comunidad, y los ritos de posesin por los espritus Lipari, asociados con el taro y los espritus de los ancestros, parecen haber sido las observancias clave compartidas por todos los miembros del culto taro.

En segundo lugar, el culto taro haca mucho hincapi en el bienestar material, en los inicios del perodo de gobierno colonial lo principal era la siembra y la recoleccin exitosa de la cosecha de taro. Los hombres taro (ba embo) oficiaban tambin ritos mgicos especiales, a fin de asegurarse una buena cosecha de taro.

Y, finalmente, aunque el culto taro se desvincul de las misiones cristianas, tena, no obstante, un aspecto sincrtico, pues en sus rituales e invocaciones incorporaba muchos elementos cristianos.

Menos radical y milenarista que otros movimientos religiosos del periodo, el culto taro parece que persisti hasta 1928.

7.4.2. La locura vailala.-Descrita como un fenmeno extraordinario, la llamada locura vailala fue un movimiento religioso surgido junto al ro Vailala entre 1919 y 1923. El culto se caracterizaba por cierto modo de conducta denominado kakakeva (locura) o cabeza-l-da-vueltas, un tipo de ataque de posesin que con frecuencia afectaba a aldeas enteras. Los individuos se vean sometidos a una conducta incontrolada y se tambaleaban, gesticulaban y pronunciaban frases sin sentido. La locura vailala de la regin costera se ha considerado un fenmeno puramente cultural. La locura se origin, al parecer, en un anciano, Evara, que parece que padeca epilepsia o estados de trance. En su desarrollo, el culto incorpor elementos aislados de la cultura europea y misionera; los adeptos se llamaban a s mismos hombres de Jesucristo; haba imitaciones de plantaciones o disciplina policial, con desfiles y toques de silbato; cada aldea tena una casa de culto, y un mstil de bandera que era el medio de comunicacin entre los vivos y los muertos; y, adems de insistir en que los aldeanos observaran el sabbath y se abstuvieran de cometer adulterio, los ancestros les urgan a abandonar los ornamentos tradicionales y muchos de los rituales consagrados.

El cargamento que los ancestros haban de traer nunca lleg, y hacia mediados de los aos treinta el movimiento se haba extinguido. Todo el fenmeno fue considerado un ejemplo de histeria de masas.

Aunque entre la locura vailala y la cultura elema anterior al contacto con los europeos hubo una continuidad, s haba elementos significativos de la cultura europea. Es ms, las nuevas ceremonias de la locura vailala Cochrane las interpreta como una mezcla eclctica de la cultura europea y elema que incluye una fusin de nuevas ideas con las viejas a la luz de supuestos epistemolgicos sobre la naturaleza del poder europeo.

Al principio, el movimiento se extendi como la plvora y, en 1923, ya cubra una amplia zona del golfo de Papa. En 1930 se dice que la locura vailala se extingui. Aun as, la administracin colonial tom medidas represivas contra el culto y un buen nmero de sus lderes, los nuevos grandes hombres, fueron encarcelados.

7.5. Road Belong Cargo.-El estudio etnogrfico clsico de Peter Lawrence sobre los cultos cargo en el distrito Madang Sur de Papa, Nueva Guinea Road Belong Cargo (1964). Es un vivido relato histrico sobre los diversos movimientos de culto aparecidos en la regin durante el perodo colonial (1900-1950). El estudio de Lawrence se centra especialmente en la carrera y el movimiento asociado con la bastante trgica y enigmtica figura de Yali, el mesas que lider e inspir el movimiento cargo que floreci en el sur de Madang al final de la Segunda Guerra Mundial (1945-1950).Las plantaciones, especialmente de goma y copra, se establecieron en la regin costera desde los primeros aos del siglo XX y los plantadores tenan tendencia a considerar a los habitantes del lugar como activos puramente econmicos que explotar con el mnimo desembolso y obligar a la obediencia por el ltigo. Durante el periodo colonial fueron frecuentes las huelgas laborales, las revueltas y las hostilidades antiblancos. Lo crucial del impacto colonial fue que los nativos desarrollaron una fuerte dependencia de los productos occidentales, es decir, del cargo: las hachas y los machetes de acero, el tabaco, los artculos de algodn, las linternas, la carne en lata (as como los rifles), no simplemente como lujos, sino como necesidades.

La poblacin del sur de Madang se elevaba a unas 24.000 personas y se divida en numerosas pequeas comunidades tnicas, cada una con su propio idioma. Vivan en pequeas aldeas o caseros, eran primordialmente agricultores de subsistencia. Cada comunidad tnica comprenda una serie de grupos de parentesco, clanes totmicos patrilineales entre los ngaing y clanes patrilineales entre los garia. La tnica de su vida social y religiosa, segn Lawrence, la marcaban el materialismo y el antropocentrismo, y todo el conocimiento, tanto sagrado como emprico, se consideraba derivado de las deidades y los espritus. Descritos como ms poderosos que los humanos, las deidades, los espritus totmicos y los difuntos eran muchas veces igual de corpreos, pues adoptaban a voluntad la forma de humanos, pjaros o insectos.

Los habitantes del sur de Madang consideraban el cosmos como finito y como casi exclusivamente un mundo natural. Este cosmos consista en dos mbitos interdependientes, uno centrado en las relaciones humanas (la estructura social) y sus valores sociales concomitantes, el otro relacionado con las interacciones de las personas con los espritus (las deidades, los espritus totmicos, los espritus de los difuntos) a travs de los rituales y basndose en supuestos epistemolgicos especficos. De particular importancia eran los complejos rituales asociados con el culto de los hombres: la iniciacin de jvenes, la fiesta de la recoleccin y el ritual kabu.La religin anterior al contacto con los europeos en el sur de Madang era, pues, antropocntrica, pragmtica, materialista, poco preocupada por los valores espirituales, y mediante los rituales y la observancia de normas rituales especficas los humanos podan mantener una adecuada relacin con las deidades y los espritus, as asegurarse beneficios materiales.

A lo largo del periodo colonial, el sur de Madang produjo una serie de movimientos de culto cargo: Lawrence cuenta cinco especficamente basados en las creencias cargo. Durante el periodo de los primeros contactos, un aristcrata ruso que visit la costa de Rai entre 1871 y 1883, fue identificado por los nativos como una de sus deidades (tubud) y, por consiguiente, considerado como un potencial suministrador de bienes materiales.

En las seis dcadas siguientes de gobierno colonial, en el sur de Madang surgieron varios movimientos de culto cargo con las siguientes caractersticas generales:

La creencia en que los productos europeos (el cargo) no haban sido hechos por el hombre, sino que tenan un origen divino.

Que el cargo poda obtenerlo un lder carismtico a travs de los espritus de los ancestros y mediante la realizacin de rituales especficos y la observancia de ciertas prohibiciones rituales y edictos morales.

La creencia en que el cargamento llegara por barco o avin, hacindose preparativos para recibirlo, lo cual era una tendencia milenarista.

Que las creencias y rituales cargo no eran fijos, sino continuamente revisados y cambiados segn las circunstancias.

Que estos movimientos tendan a ser de naturaleza sincrtica, combinando creencias y rituales paganos anteriores con los del cristianismo. Aunque muchos de los miembros del culto se consideraban cristianos, con frecuencia expresaban hostilidad hacia las iglesias misioneras.

Se insista mucho en que los misioneros ocultaban rituales secretos o en que los europeos estaban robando la parte que les corresponda a los nativos en los productos occidentales (el cargo) enviados a travs de los espritus de los ancestros.

Algunos cultos, como los asociados con el profeta Kaum, combinaban lo que esencialmente era una rebelin militar con un culto cargo.

Movimiento de Yali: Durante los aos 1948-1950 floreci y se difundi por todo el distrito del sur de Madang, en particular a lo largo de la costa de Rai. Perteneciente a la comunidad tnica ngaing, Yali naci hacia 1912. Iniciado en la ceremonia Kabu, Yali abandon su casa a una edad muy temprana y pas la mayor parte de su vida en estrecho contacto con los europeos. Yali era un individuo inteligente y capaz, siempre respetuoso y digno, siempre limpio y aseado en el vestir, y con un profundo sentido de la lealtad y la responsabilidad personales. Era analfabeto y tena un escaso conocimiento del ingls, si bien siempre hablaba un ingls rudimentario.

Yali tuvo una carrera sinuosa: trabaj como jornalero agrcola y como camarero en un hotel; ejerci de jefe (tultul) en su propia aldea de Sor y desarroll unas relaciones sumamente cordiales con los funcionarios de la administracin australiana, a la que sirvi lealmente durante toda la Segunda Guerra Mundial; la misma le trat con gran consideracin y respeto a su regreso a Madang en junio de 1945. Yali defendi la idea de que la gente deba dejar de vivir en pequeos caseros aislados en medio de la maleza para reagruparse en aldeas grandes con calles, donde llevar vidas limpias y ordenadas. Los cerdos deban mantenerse fuera de la aldea, antiguas prcticas como la poligamia y el aborto deban abandonarse. Yali no participaba en ninguna actividad del culto cargo e incluso instaba a la gente a mostrar mayor inters por el cristianismo.

Entonces los acontecimientos comenzaron a tomar una orientacin diferente. Por un lado, Yali fue desilusionndose y alejndose cada vez ms de la administracin australiana. Yali era tambin muy consciente de que, en 1943, la administracin se haba comprometido a que al trmino de las hostilidades, en recompensa por su leal apoyo, la gente recibira casas con tejados de hierro galvanizado, luz elctrica, vehculos a motor, buenas ropas y mucha comida: cargo!. Pero para Yali nada de todo esto se materializ, y slo hubo promesas de nuevas escuelas, hospitales y nuevas oportunidades comerciales.Por otro lado, diversos movimientos de culto cargo estaban empezando a surgir en el distrito de Madang Sur, y comenz a rumorearse que Yali era el nuevo mesas o el Rey Negro que le traera cargo al pueblo.

En diciembre de 1947 regres de Port Moresby, Yali adopt una postura muy diferente. Comenz a atacar al cristianismo y a organizar una reinstauracin generalizada del paganismo. El ritual Kabu fue recuperado y se ejecutaba completo. Yali no tard en convertirse en el lder indiscutido del movimiento del culto cargo.

En los primeros meses de 1950, Yali se desilusion cuando la ceremonia kabu no consigui traer el cargo. En julio de 1950, Yali fue condenado a cinco aos de crcel por privar ilegalmente a las personas de su libertad y por incitar a los dems al saqueo. Esto marc el final de la actividad del culto cargo en el sur de Madang.

7.6. La interpretacin de los movimientos milenaristas.-En su estudio Al son de la trompeta final (1957), Peter Worsley seal las semejanzas entre los cultos cargo melanesios y los movimientos profticos y milenaristas descritos en otras partes del mundo. stos incluyen movimientos como la religin de la danza de los fantasmas entre los sioux a finales del siglo XIX, el movimiento mwana leza en Zambia, la revolucin taiping en China, los movimientos milenaristas que han surgido en el contexto hinduista y budista, as como los movimientos milenaristas descritos en la Europa medieval y moderna temprana.

Anthony Wallace consideraba que el cristianismo y el Islam (y posiblemente el budismo) haban surgido como movimientos revitalistas. En el proceso de formacin y final (o posible) rutinizacin de estos cultos, Wallace conceda una importancia crucial a la aparicin de un profeta.Wallace dice que tales visiones indican el deseo del soador de una figura paterna satisfactoria, que incorporan fantasas sobre la destruccin del mundo (el apocalptico contenido milenarista), as como que expresan sentimientos de culpa y la necesidad de establecer un estado ideal de relaciones humanas estables y satisfactorias.

Worsley, sin embargo, es crtico con el concepto weberiano de carisma. Sostiene que carisma no es un concepto explicativo, sino un elemento del anlisis sociolgico: un dato, algo en lo que las personas creen en los cultos. Para l el carisma esencialmente es una relacin social, ms que un atributo personal o una cualidad mstica. Pues con frecuencia la personalidad del profeta no es importante para el surgimiento de tales cultos; lo crucial, segn Worsley, es la significacin social del lder en cuanto smbolo, catalizador y portador de mensajes. Como Burridge subraya, existen muchas clases diferentes de profetas: desde el chaval enfermizo que tiene un sueo a partir del cual los dems actan, pero a quin luego ya no se vuelve a or, o la mujer medio loca o visionaria que es dada a los trances, hasta un hombre de altas miras, con carcter y autntica capacidad organizadora, como Mahoma al parecer fue. Worsley seala el lder o profeta carismtico es sumamente dependiente de sus seguidores, y el lder apropiado de un culto slo aparece porque articula y consolida las aspiraciones de stos.En el caso tpico, sin embargo, el soador o visionario, tras experimentar una revelacin, comienza a predicar su mensaje de un modo evangelista o mesinico. El profeta consigue conversos y con frecuencia los seguidores del nuevo culto proftico muestran diversas formas de posesin o de trance exttico. Worsley: Todos los profetas, escribe, subrayan, pues, la renovacin moral; el amor a los hermanos de culto; nuevas formas de relacin sexual; el rechazo del robo, de las mentiras, del fraude, del hurto, as como la dedicacin a los intereses de la comunidad.

Al definir la religin general como un conjunto de suposiciones sobre el poder que implican una redencin, Burridge oscurece el hecho de que la religin no slo se preocupa por la calidad de la humanidad personal, sino que asimismo puede tambin funcionar para mantener el status quo.

No todos los cultos milenaristas ponen, por consiguiente, con la misma fuerza el acento en el viejo orden cultural. As, hay un claro contraste, entre la religin de la danza de los fantasmas y los cultos cargo. El primero puede con justicia describirse como un movimiento nativista, por cuanto en l haba un intento de revivir o perpetuar aspectos escogidos de su cultura. En cambio, un rasgo caracterstico de los cultos cargo era el intenso inters por las cosas materiales y la plena aceptacin de la tecnologa material. El pasado se aoraba poco, y aunque para los melanesios los espritus de los ancestros eran importantes, eran los precursores de un nuevo bienestar material que ellos sentan que se les estaba negando.En el culto taro haba pocas expectativas milenaristas, mientras que en los posteriores cultos cargo y en la religin de la danza de los fantasmas lo mismo que en otras sectas milenaristas- hay una anticipacin del milenio en el futuro inmediato y se pueden hacer preparativos para este acontecimiento. Los cultos milenaristas no pueden en absoluto considerarse una ruptura desestructurada con la ideologa dominante. En funcin de su contexto, naturaleza y funcin social, hay, de hecho, estrechas afinidades entre los cultos de tipo milenaristas y los movimientos antibrujera, las iglesias separatistas y los cultos profticos.

Casi todos los que han escrito sobre los cultos milenaristas han subrayado que tales movimientos han encontrado apoyo y han surgido en gran medida entre personas que se sienten oprimidas y que anhelan una liberacin. La Barre llega a describir tales movimientos como cultos de crisis. Shepperson (1962) ha subrayado que las sectas del tipo milenarista suelen darse como cultos marginales entre los grupos de altos estatus. Worsley sostiene que los cultos cargo no deben verse como una huida irracional de la realidad; ms bien han de considerarse como una respuesta racional y una crtica de una situacin no slo intolerable, sino inexplicable en funcin del ethos cultural existente. No niega que los cultos milenaristas sean movimientos esencialmente religiosos en su ideologa, pero tambin ve que estos cumplen importantes funciones polticas. Pues en el contexto melanesio los cultos desempean un papel integrador, al unir grupos tribales hasta entonces hostiles y separados; de manera que los movimientos milenaristas pueden verse como movimientos protopolticos que representan una fase en el desarrollo poltico y econmico de una regin.

En su anlisis social del culto cargo en el sur de Madang, Lawrence reconoca que estos movimientos podan verse como una forma rudimentaria de nacionalismo revolucionario; un intento de establecer un nuevo orden social y de lograr la independencia del gobierno colonial. Su anlisis se centra en torno a tres preguntas o temas.La primera es por qu las personas del distrito de Madang concedan tanto valor a los productos europeos o cargo. Para Lawrence, principal razn para esto las causas precipitadoras- es el impacto social y econmico del contacto colonial mismo, la introduccin de la economa de plantaciones junto con las mercancas europeas. Las motivaciones principales del movimiento del culto cargo expresaban, por consiguiente una necesidad real de productos europeos (el cargo) y ponan el acento en el trato igual y humano: algo derivado de los valores de la cultura local.La segunda pregunta es por qu las personas sentan que la riqueza material, el cargo, como mejor se poda obtener no era a travs de la actividad secular, sino mediante el ritual. Lawrence opina que el movimiento cargo era frecuentemente conservador y representaba la continuacin de los rasgos esenciales del viejo modo de vida de la gente bajo nuevas condiciones externas.

La tercera pregunta se refiere a los efectos o consecuencias del movimiento del culto cargo, concretamente a su significacin poltica. Escribe Lawrence, su meta general no era dar marcha atrs al reloj hasta llegar al pasado previo al contacto colonial, sino enriquecer el presente y el futuro con productos europeos.

El frreo conservadurismo de los movimientos cargo impidi, pues, que se convirtiera en un movimiento plenamente revolucionario y protonacionalista. No obstante, por su oposicin al gobierno colonial, y al unir a personas de muchas comunidades tnicas diferentes y desarrollar un sentido de la solidaridad, el movimiento de culto cargo acab por dar lugar a una forma de nacionalismo embrionario.Los lderes de los movimientos del culto cargo eran, en esencia, nuevos grandes hombres, la comunidad los escogi concretamente como lderes porque se tena la sensacin de que podan resolver los problemas creados por el encuentro colonial.

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