Mecanismos de Defensa - Klein

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Mecanismos de Defensa – Según la Teoría de Melanie Klein Realizado por ayudante de cátedra Isadora Ortiz Morales 1 Klein postula la existencia de un Yo desde el nacimiento, capaz de percibir angustia, desarrollar primarios mecanismos de defensa y establecer relaciones de objeto desde el comienzo de la vida misma. Modelo de Aparato Psíquico Las experiencias tempranas de gratificación y frustración desempeñan un papel central en la dinámica interna del niño, no por como son los estímulos en sí mismos sino por la manera, constitucionalmente condicionada, en que el niño las elabora. Para Klein, desde el nacimiento existen: Dos pulsiones básicas, la de vida y muerte, que provocan ansiedades tempranas de diferentes cualidades. La pulsión básica, de vida, está dada por la herencia filogenética que rememora la influencia del padre de la horda primitivo, el que goza de todo. La destrucción y el sadismo están dados por la influencia de este superyo arcaico que obliga imperativamente al niño a vivir. Esta fuerza enérgica que sacude, “pulsión de destrucción”, de esta forma se abrirá paso pulsiones parciales, orales, anales y uretrales. El sadismo tiene una importancia considerable al comienzo de la constitución del yo, gracias a él, el niño puede vivir: “goza de la vida bebiendo tu leche; muerde, devora, ataca si no estás satisfecho. Y pon atención pues lo que tu atacas va a atacarte a su vez; aquello que quieres te odiará” Las pulsiones destructoras, no serán amortiguadas hasta la disolución del Edipo cuando el niño haya renunciado a su madre. Existen defensas primitivas frente a ansiedades también primitivas y defensas adaptativas o evolucionadas en la siguiente secuencia: Aparición de mecanismos esquizoides: escisión, disociación, idealización, negación, control omnipotente, Identificación Proyectiva, proyección e introyección seguidos de evolución normal mecanismos maniacos y obsesivos correspondientes a la entrada a la fase depresiva. La resolución adecuada de cada etapa hará emerger mecanismos neuróticos como la inhibición, desplazamiento, represión y la aparición de mecanismos más avanzados como la sublimación. Estos aspectos de la vida psíquica se organizan en dos tipos de estructuras: posiciones, las cuales son sucesivas y caracterizan emocionalmente la vida del bebé y configuran las modalidades de psíquicas del ser humano a lo largo de la vida. Se utiliza el concepto de posición, destacando que este fenómeno no es simplemente una fase o etapa transitoria, sino que persiste a lo largo de toda la vida.

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Ficha explicativa, de los mecanismos defensivos, a partir de la Teoría de Melanie Klein. Indicaciones del momento de aparición de cada mecanismo, y la manera en que este se utiliza.

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Mecanismos de Defensa – Según la Teoría de Melanie Klein Realizado por ayudante de cátedra Isadora Ortiz Morales

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Klein postula la existencia de un Yo desde el nacimiento, capaz de percibir angustia,

desarrollar primarios mecanismos de defensa y establecer relaciones de objeto desde el comienzo

de la vida misma.

Modelo de Aparato Psíquico

Las experiencias tempranas de gratificación y frustración desempeñan un papel central en

la dinámica interna del niño, no por como son los estímulos en sí mismos sino por la manera,

constitucionalmente condicionada, en que el niño las elabora.

Para Klein, desde el nacimiento existen:

Dos pulsiones básicas, la de vida y muerte, que provocan ansiedades tempranas de

diferentes cualidades. La pulsión básica, de vida, está dada por la herencia filogenética que

rememora la influencia del padre de la horda primitivo, el que goza de todo.

La destrucción y el sadismo están dados por la influencia de este superyo arcaico que

obliga imperativamente al niño a vivir. Esta fuerza enérgica que sacude, “pulsión de destrucción”,

de esta forma se abrirá paso pulsiones parciales, orales, anales y uretrales. El sadismo tiene una

importancia considerable al comienzo de la constitución del yo, gracias a él, el niño puede vivir:

“goza de la vida bebiendo tu leche; muerde, devora, ataca si no estás satisfecho. Y pon atención

pues lo que tu atacas va a atacarte a su vez; aquello que quieres te odiará”

Las pulsiones destructoras, no serán amortiguadas hasta la disolución del Edipo cuando el

niño haya renunciado a su madre. Existen defensas primitivas frente a ansiedades también

primitivas y defensas adaptativas o evolucionadas en la siguiente secuencia:

Aparición de mecanismos esquizoides: escisión, disociación, idealización, negación, control

omnipotente, Identificación Proyectiva, proyección e introyección seguidos de evolución normal

mecanismos maniacos y obsesivos correspondientes a la entrada a la fase depresiva.

La resolución adecuada de cada etapa hará emerger mecanismos neuróticos como la

inhibición, desplazamiento, represión y la aparición de mecanismos más avanzados como la

sublimación.

Estos aspectos de la vida psíquica se organizan en dos tipos de estructuras: posiciones, las

cuales son sucesivas y caracterizan emocionalmente la vida del bebé y configuran las modalidades

de psíquicas del ser humano a lo largo de la vida. Se utiliza el concepto de posición, destacando

que este fenómeno no es simplemente una fase o etapa transitoria, sino que persiste a lo largo de

toda la vida.

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POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE

Se define por:

• Relaciones de objeto parcial.

• Ansiedad predominante: persecutoria, provenientes de la acción interna de la pulsión de

muerte, el nacimiento, vivenciado como un trauma y la vida post natal.

• Mecanismos de defensa predominantes: escisión, proyección e introyección.

“Al comienzo era el pecho. El sujeto era el pecho, el sujeto no vive sino por el pecho, siendo

el pecho, pero el bebé corre el riesgo de ser aniquilado por el pecho, o cuando el pecho no está

presente, como sujeto desaparece”. “Es un estado de angustia extrema, primitiva, que es

sentida como el miedo de ser aniquilado y que toma forma de miedo de persecución”.

• El sujeto, el primer Yo o Yo primitivo reacciona, su función principal es administrar esta

angustia esencial escindiendo al objeto. La defensa primordial en el sistema Kleniano es la

Escisión: El pecho en tanto objeto primordial va a ser escindido en un pecho bueno y en un

pecho malo, o bien en un objeto bueno que el sujeto posee y en uno malo que está

ausente.

• La ansiedad predominante es la persecutoria: “el peligro que corre el yo frente a los

ataques que son atribuidos al objeto”

Proyección

Por medio de la proyección se atribuye aspectos destructivos al objeto externo, para

librarse de la sensación de aniquilamiento o persecución interna, ya que resulta más fácil

defenderse de “ataques” externos que de aquellos que provienen del interior. Entonces el objeto

externo adquiere características de maldad, las cuales vehiculizan fantasías propias de la etapa

oral (canibalísticas).

El objeto sólo es malo, es un objeto parcial por tener una sola cualidad emocional y

además es parcial porque físicamente es una parte del todo que constituye la madre. Esta

parcialidad del objeto se acompaña de una parcialización del yo del niño porque es sólo una parte

del yo la que odia y teme a ese objeto parcial que denomina pecho malo.

Simultáneamente actúa en el Yo la pulsión de vida, que se expresa a través de

sentimientos de amor hacia el objeto externo. Se le atribuyen características de cuidado,

protección, de proveedor que satisface las necesidades del bebé. Este objeto sobre el cual se

proyectan las fantasías no es reconocido por el bebé como el mismo que frustra.

El objeto bueno también es un objeto parcial. Parcial porque tiene una sola cualidad: la

bondad y porque es una parte del todo de la madre. Esta parcialidad del objeto se acompaña de

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una parcialización del yo del niño porque es sólo una parte del yo la que ama y espera gratificación

de ese objeto parcial que denomina pecho bueno.

Introyección

El yo implementa el mecanismo de introyección en forma paralela al de proyección. Se

introyectan imagos fantaseados de los objetos externos, modificados por las emociones

proyectadas en los mismos, constituyéndose objetos internos “buenos” y “malos”.

La introyección de un objeto perseguidor está en cierta medida determinada por la

proyección de una pulsión destructiva en el objeto. También se proyectan sentimientos de amor y

esto se constituye en condición de hallazgo de un objeto bueno. La introyección de un objeto

bueno estimula la proyección de sentimientos buenos hacia el exterior y esto a su vez por

introyección, fortalece el sentimiento de poseer un objeto interno bueno

La fase esquizoparanoide está dominada por el sadismo. Las pulsiones sádicas orales,

anales y uretrales se reúnen para adueñarse del pecho, el niño se halla bajo el temor de la

venganza, está sometido a sentimientos y fantasmas de persecución.

Otros mecanismos de la fase esquizoparanoide

Con la finalidad de contrarrestar la ansiedad persecutoria y mantener a salvo de la misma

a los objetos buenos internos y externos:

Disociación: El mecanismo por el cual el yo y una objeto único son divididos

fantasmáticamente en dos. La división del objeto se establece en función de las características

idealizadas y persecutorias, en correspondencia con una división concomitante del yo,

estructurándose de esta manera, dos vínculos simultáneos.

Esta división del objeto y del yo, corresponde a un mecanismo primario, sin embargo,

implica un cierto grado de organización de la realidad caótica del comienzo de la vida, en tanto

permite aislar y separar dos tipos de experiencias, que suceden de forma alternada.

A diferencia de la escisión, la disociación toma características menos rígidas, en cuanto al

grado de distancia entre lo idealizado y lo persecutorio, favoreciendo la síntesis depresiva.

Los mecanismos de disociación pueden fracasar durante la evolución por la intensidad de

la envidia, la agresión y por la mala relación continente de mundo externo; en tal caso son

remplazados por mecanismos de defensa de splitting masivos y de identificación proyectiva

excesiva, los cuales llevan a la desintegración del Yo como medida defensiva.

Control omnipotente: Control sobre los objetos internos y externos que posibilita

mantener suficientemente separados al pecho bueno del malo, tanto interno como externo.

Fantasía de controlar al objeto, negando el temor a la separación y la dependencia, favoreciendo

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las fantasías de reparación omnipotente del objeto. Implica una limitación para el yo, ya que limta

su capacidad de conocimiento.

Tanto el control omnipotente como la negación, son mecanismos primitivos que

responden a la impotencia del yo frente a sus impulsos destructivos, y a estos impulsos

proyectados en el objeto.

Negación: Permite obviar la maldad del objeto, aniquilando al objeto que frustra: Pecho

malo. Tiene por finalidad, no ver aquellos aspectos del yo o del objeto que aterrorizan, y responde

a la fantasía de que “aquello que no se ve, no existe” y por tanto no implica peligro.Esta defensa

puede ser adaptativa en situaciones de crisis o emergencia, donde el pleno reconocimiento de lo

que sucede sería paralizante en ese momento.

Idealización: Exagera la bondad del objeto bueno con el fin de salvaguardarlo de la maldad

del objeto malo. El objeto bueno es transformado en objeto ideal: un objeto inagotable en su

capacidad de bondad y de capacidad de nutrir los deseos del bebé. También se produce la

idealización el pecho malo transformándolo en pecho perseguidor que frustra. Este mecanismo se

vincula a la negación mágica omnipotente (Características indeseables del objeto son negadas,

mientras simultáneamente está recubierto en bondad).

Hay que diferenciar objeto bueno de objeto idealizado. El objeto idealizado, advierte Klein,

se encuentra menos integrado en el yo, puesto que proviene de la angustia persecutoria y no

tanto de la capacidad para amar. Esto se demuestra en que el objeto idealizado con frecuencia es

percibido como un perseguidor. El monto de idealización se encuentra en directa relación con el

monto de persecución frente al objeto.

Este mecanismo también forma parte de las defensas maniacas en la posición depresiva

(mitigando en tal caso la ansiedad depresiva), adjudicando a su vez al objeto, una gran riqueza de

contenido y una gran capacidad reparatoria, entonces, si el objeto es perfecto y lo posee todo, no

está destruido, no puede atacar al yo (ansiedad persecutoria), ni el yo se debe preocupar por

repararlo (ansiedad depresiva).

Dentro de la teoría kleiniana, la idealización es precursora de buenas relaciones objeto.

Una idealización extrema, sin embargo, traba la relación e¿con el objeto real, ya que no existen

objetos ideales sino idealizados. Un cierto monto de idealización se mantiene en la vida adulta

(enamoramiento, ideales de vida, etc).

Identificación Proyectiva: La IP es un mecanismo por medio del cual el Yo deposita un

aspecto parcial de sí mismo en el objeto, identificándose luego con él. Así el objeto externo se

transforma en una extensión de sí. Este tipo de defensa crea confusión entre el yo y el otro.

Klein refiere que este mecanismo no está presente de manera normal sino en los

lactantes, como vestigios de las angustias y de los mecanismos esquizoparanoides y desaparecen

al comienzo del segundo año.

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A medida que la introyección y la proyección permiten el desplazamiento de objeto en

objeto, las imágenes interiorizadas se acercan cada vez más estrechamente a la realidad y la

identificación del yo con los buenos objetos se hace más completa

Esta evolución implica un cambio de gran importancia: de una relación con objetos

parciales y disyuntos el sujeto pasa a una relación con un objeto total y prevaleciente: “la madre

como una totalidad”

En la fase esquizoparanoide se producen estos momentos de integración tanto del yo

como de los objetos por breves periodos. En una evolución saludable esta integración tiende a

mantenerse, y aproximadamente a los 4 meses, el aparato psíquico va desarrollando y

adquiriendo una nueva configuración: la posición depresiva.

POSICIÓN DEPRESIVA

(4-6 meses)

Se define por:

Relaciones de objeto total

Ansiedad predominante: depresiva

Mecanismos de defensa: defensas maníacas y reparación

Reconocimiento de la madre como objeto total

Si predominan las experiencias de gratificación, (pecho bueno), se hacen patentes también

las tendencias a la integración, que están presentes según Klein desde el comienzo de la vida (una

manifestación de la pulsión de vida). Estas tendencias a la integración, concomitantemente con la

maduración psicofisiológica de las capacidades perceptivas y cognitivas del Yo, preparan el camino

a la síntesis e integración de los objetos parciales.

El reconocimiento de la madre como objeto total, independiente de sí, a consecuencia del

predominio de la integración, implica aceptar que ella es un individuo con una vida propia, y que

tiene relaciones con otras personas que no son el bebé. Este reconocimiento implica la percepción

de que el mismo objeto es a la vez la fuente de lo bueno (la gratificación) y de lo malo (la

frustración o la privación).

Concomitantemente, el Yo (del bebé) se transforma en un Yo total, que incluye sus

aspectos buenos y malos, sus pulsiones libidinales y agresivas. Esto conduce al establecimiento de

una nueva posición en el aparato psíquico: la posición depresiva.

"El reconocimiento de la madre como objeto total marca el comienzo de la posición

depresiva, caracterizada por la relación con objetos totales, y por el predominio de integración,

ambivalencia, ansiedad depresiva y culpa" (Segal, 1964).

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Reconocimiento del bebé como objeto total

Implica también en el bebé, percibirse a sí mismo como individuo único, separado de la

madre. Esta es la fuente de sensaciones de desamparo y celos, tanto como del temor a perder el

amor de la madre. El bebé siente entonces ambivalencia respecto de ésta (la madre), pues ahora

la percibe como la fuente, no sólo de sus gratificaciones, sino también de sus frustraciones.

Por ello la ansiedad propia de esta posición (ansiedad depresiva) resulta del temor a que

los propios impulsos destructivos, antes dirigidos a un fantástico "objeto malo" distinto de la

madre, dañen ahora al objeto del cual se depende totalmente.

La ansiedad depresiva

Cuando el bebé se ve expuesto a situaciones de privación, siente impulsos agresivos hacia

la misma madre a quien ahora reconoce como la fuente de la gratificación. El bebé siente

fantásticamente que dichos impulsos son capaces de dañarla. Esta situación produce ansiedad

depresiva y culpa, dos típicos sentimientos de este período.

La destructividad pulsional debe entonces ser enfrentada por nuevos mecanismos de

defensa, distintos de la escisión y la proyección. Así, para Klein, la preocupación por la integridad

del objeto es la que cambia los fines pulsionales.

Dice Segal:

"El conflicto depresivo es una lucha contra la destructividad del bebé, y sus impulsos

amorosos y reparatorios".

Defensas maniacas (Oral)

Se desarrollan como defensa contra la experiencia de ansiedad depresiva, culpa y pérdida.

Incluye mecanismos que ya se pusieron de manifiesto durante la etapa esquizo-paranoide

(disociación e idealización, negación y control omnipotente), pero durante la etapa depresiva

adquieren características especiales.

En el primer caso estaban dirigidas a impedir un ataque aniquilante al yo; ahora tienen

como finalidad defender al objeto de los ataques ambivalentes del yo, y a éste de las ansiedades

y de la culpa depresivas. Las DM se dirigen a evitar y negar la conflictiva depresiva huyendo hacia

el mundo exterior, y negando, evitando o invirtiendo la dependencia del objeto, la ambivalencia, la

preocupación y la culpa.

El bebé logra una nueva relación con la realidad descubriendo tanto su dependencia de la

madre, a la cual teme haber perdido por su agresión, como el valor que ella tiene para él y la

ambivalencia que presenta, entre deseos agresivos de destruirla, y sus sentimientos de necesidad

y de preservarla. Debido a esto surgen intensos sentimientos de culpa depresiva. Las DM son un

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intento de evitar el proceso de intenso dolor y sufrimiento psíquico, que estos descubrimientos

implican.

Control omnipotente: En esta posición, el control omnipotente, se presenta con fantasías de

control y dominio de los objetos, con el fin de negar la dependencia del objeto, el miedo a ser

abandonado y la emergencia de agresión por este abandono. Por otro lado, satisface la fantasía de

reparación total del objeto, mediante un yo que tiene poderes mágicos de reconstrucción.

Una característica especial de la DM es la identificación del yo con el objeto idealizado.

Implica entonces la utilización de mecanismos de identificación proyectiva: las características

proyectadas son las de un "necesitado" y "hambriento", mientras que las características asumidas

por el Yo son las de un "pecho lleno", "nutricio", que se autoabastece".

Idealización: Tiende a negar la fantasía de destrucción del objeto, otorgándole invulnerabilidad.

Un objeto no dañado ni moribundo, evita tanto el temor a la persecución como el sufrimiento

psíquico (duelo).

Negación: Tienden a desconocer la realidad psíquica (el conocimiento adquirido con respecto a la

agresión, la valoración del objeto y el temor a atacarlo) y las partes de la realidad externa, acordes

a sus conflictos (negación del abandono, de situaciones que producen frustración y tristeza, el

miedo al alejamiento de la madre real, etc).

Disociación: Evitar el dolor que la ambivalencia produce (amar y odiar al mismo objeto).

Identificación del yo con el objeto idealizado: El yo se fusiona y confunde este objeto parcial,

omnipotente, lleno de vida, de poder y alimento, se infla por la fantasía de haber devorado al

objeto idealizado. Por tanto las características sufrientes, necesitadas y dependientes del propio

Yo, son depositadas en objetos externos, mientras que el yo asume las características idealizadas.

Defensas de control obsesivo (Anal retentivo)

La vivencia del daño infligido al objeto, y la culpa y dolor por haberlo destruido, traen

como consecuencia la inhibición y control de la agresión. Con la finalidad de preservar al sujeto de

la propia agresión y al yo del sufrimiento de aceptar la propia ambivalencia.

Al comienzo de la situación depresiva, el objeto no puede ser reparado, ya que el monto

de ira sigue siendo muy intenso, el daño no puede seguir siendo negado maniacamente en forma

total, debido a que ya ha logrado la suficiente integración y ha percibido el daño. Razón por la cual

una nueva posibilidad de protección y cuidado del objeto, es preservarlo de nuevos ataques,

controlando el vínculo hostil con el objeto.

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Marcan la posibilidad de retener y contener los impulsos y sentimientos (Anal retentivo)

permitiendo que se establezcan los límites del yo (discriminación de adentro – afuera, yo – objeto

externo, yo – objeto interno), desarrollando su juicio de realidad.

Aislamiento: Consiste en una disociación primaria entre vínculos de amor y vínculos agresivos.

Tiende a evitar que ambas partes disociadas se unan en la fantasía o en la realidad, debido a que

esta unión significaría la desorganización del yo, fantaseada como caos o locura.

Esta necesidad de mantener los pares separados, crea la necesidad de tener una distancia

extrema respecto del mundo externo. Puede ser adaptativo si su uso es instrumental (aislar la

angustia en una situación de estrés, en la cual se necesita de una conducta activa y eficaz). Esto

implica un marcado alejamiento afectivo, unido a fantasías de control mágico omnipotente del

objeto.

Anulación: Se apoya en los mecanismos de disociación, y al igual que los demás mecanismos

obsesivos, controla el vínculo afectivo con el objeto. Apela a una fantasía mágico-omnipotente

muy intensa, cuyo contenido hace referencia a que una fantasía buena o un acto bueno, pueden

borrar, anular, otra fantasía previa agresiva.

Este mecanismo de defensa evita la integración depresiva del objeto y refuerza la disociación,

razón por la cual corresponde a un nivel primitivo, basado en la omnipotencia, magia del

pensamiento y de la acción.

Formación reactiva: Responde a la necesidad de mantener la disociación entre el vínculo de amor

y el vínculo agresivo, establecido con el objeto, reforzando el primero y manteniendo bajo control

el segundo.

En la evolución, favorece el establecimiento de límites y la modificación de mecanismos

expulsivos de ataque, subyacen sin embargo, ansiedades persecutorias (temor de enloquecer, ser

enloquecido, desorganizarse, etc). Las FR adaptativas, permiten ajuste a horarios, ceremonias,

trabajo, etc, que por oponerse al principio del placer, podrían significar rebeldía.

Regresión: Se refiere a la reactualización de vínculos objetales, los cuales corresponden a

momentos evolutivos ya superados en el desarrollo. El yo claudica frente a situaciones actuales

que no puede resolver, y apela a modalidades de relación, evolutivamente más primitivas, las

cuales en su momento fueron buenas para mantener el equilibrio.

La regresión patológica, corresponde a la regresión estructural, reversible o no, ya que se

puede expresar como mecanismo normal, ya que sucede cotidianamente, evolutivamente

esperada como un signo de progresión, ya que el avance de estos mecanismos no es lineal, es

decir, hay momentos en que se regresa y luego se sigue avanzando. Sin embargo, una

modificación estructural, implicaría modificación de la personalidad.

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Desplazamiento: Subyace a la necesidad de disociar el vínculo agresivo del vínculo amoroso,

proyectando ambos en objetos externos, los cuales pasan a ser temidos y evitados en tanto son

depositarios de fantasías agresivas. Este es el contenido latente de las fobias.

Represión: Se manifiesta como “lagunas” en el pensar, sentir o verbalizar. Es el olvido no

intencional de los hechos, fantasías, ocurridos en la realidad externa o interna. Implica la

necesidad de mantener disociados (olvidados) aspectos del vínculo objetal, vivido como conflicto o

peligroso.

Mecanismo más adaptativo y evolucionado que la disociación y la negación. Según la

teoría kleiniana, la evolución normal de la disociación y como resultado de la reelaboración en la

etapa depresiva, es la represión. Sin embargo, puede provocar empobrecimiento y bloqueo,

debido a no ser capaz de “recordar”.

Inhibición o restricción del yo: Se manifiesta como impotencia o déficit de una o más funciones del

Yo (No ver, no oír, no aprender, etc), A diferencia de la converción, no presenta síntomas, sino

restricción o ausencia de una función, la cual es inhibida ya que resulta peligrosa, por estar ligada a

la realización de fantasías agresivas.

Puede generar un empobrecimiento y lentificación general de las funciones yoicas

(Percepción, motricidad, ritmo, asociativo, etc) y suele acompañarse de estados depresivos.

Sublimación: Según la teoría freudiana, es la canalización de los impulsos instintivos, en

actividades creadoras, socialmente adaptadas, como resultado de un proceso exitoso de renuncia

a un fin instintivo.

Segal lo entiende como el anhelo del bebé, de “reconstituir lo destruido”. Según Freud,

solo mediante un proceso de duelo puede producirse la renuncia exitosa. La capacidad de

sublimar, propone una capacidad de reparación, ya que busca proteger al objeto de nuevos

ataques hostiles y repararlo de daños ya sufridos. Implica un vínculo de amor con un objeto total.

La Reparación

Actividad del Yo dirigida a restaurar un objeto amado y dañado. Surge como reacción a

ansiedades depresivas y a la culpa. El bebé está obligado, en razón de su identificación con el

objeto bueno a reparar el desastre creado por su sadismo. Devolver la integridad al objeto de

amor tiene un efecto de restauración del yo. La reparación que da forma, belleza y perfección al

objeto perdido es una condición de la aceptación de la pérdida, forma parte del trabajo del

duelo.

La superación de la fase depresiva

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La única verdadera superación de la fase depresiva es el trabajo de duelo, el duelo

efectuado de la madre y del pecho: es decir el duelo de la persona fantasmática, no significa que

la madre esté muerta, sino que el Bueno Extraordinario, el Bien Supremo idealizado que

representa, está perdido, no es el bien alcanzado.

Si la posición depresiva no es adecuadamente elaborada puede producirse una regresión a

la posición esquizo-paranoide, afectando gravemente el desarrollo ulterior.

¿Por qué “posiciones” y no etapas?

A modo de conclusión, Segal sobre el pensamiento kleiniano:

"En un sentido la posición esquizo-paranoide y la depresiva son fases del desarrollo.

Podrían considerarse subdivisiones de la etapa oral, ocupando la primera los tres o cuatro primeros

meses y siendo seguida por la última en la segunda mitad del primer año de vida (...) Pero Melanie

Klein eligió el término posición para destacar que el fenómeno que estaba describiendo no era

simplemente una etapa o fase transitoria, como por ejemplo la etapa oral”.

“Posíción implica una configuración específica de relaciones objetales, ansiedades y

defensas persistentes a lo largo de toda la vida. La posición depresiva nunca llega a reemplazar

por completo a la esquizo-paranoide; la integración lograda nunca es total, y las defensas contra el

conflicto depresivo producen regresión a fenómenos esquizo-paranoides, de modo que el individuo

puede oscilar siempre entre ambas posiciones (...) La forma de integración de las relaciones

objetales durante la posición depresiva queda como base de la estructura de la personalidad".

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POSICIÓN ESQUIZO PARANOIDE

Relación

Objeto Objeto parcial

(pecho)

Bueno

Malo

I

D

E

A

L

I

Z

A

C

I

Ó

N

Satisfacción

inmediata

Perseguidor

terrorífico

Ansiedad

predominante Persecutoria

Mecanismos

de defensa

Escisión

Proyección

Introyección

Negación

Idealización

Control Omnipotente

Mecanismos Psíquicos

Predominantes

Yo Muy poco integrado, por lo cual presenta una

baja capacidad para tolerar la angustia.

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POSICIÓN DEPRESIVA

Ansiedad depresiva

Incremento de la

identificación

con el objeto

Culpa

Tendencia

a reparar

Resolución

del duelo

Impulsos

agresivos

Defensas

Maniacas

(reparación)

Defensas de

control obsesivo

(control de la

agresión)

Disociación

Idealización

Negación

Control omnipotente

Identificación del Yo con el objeto

idealizado.

Aislamiento

Anulación

Formación reactiva

Regresión

Desplazamiento

Represión

Inhibición o restricción del Yo

Sublimación.