Mcluhan M Y Jauretche Arturo - Retribalizacion Y B

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 Jueves 24 de Febrero de 2005 - (Debate) "Marshall McLuhan y Arturo Jauretche: Trazando un Paralelismo entre Re-tribalización y Barbarie" Por Laureano Ralon Por Laureano Ralón y Cristina Eseiza “…la formación educacional del medio nos había llevado a elaborarnos una ‘cultura’ a pelo y otra, a contrapelo, o dos culturas  paralelas. Una, a la vista, que identificabamos con el guardapolvo escolar, era la que exhibiamos ante los mayores y en la escuela. La otra, secreta. Este conflicto íntimo lo llevamos todos los argentinos. En mí, creo que ganó la cultura paisana – o si usted quiere, “la barbarie” – que, seguramente, será poca, pero buena, porque está hecha a base de sentido común y contacto con la realidad…” – Arturo Jauretche. “The modes of life of nonliterate [tribal] people were implicit, simultaneous and discontinuous, and also far richer than those of literate man. By their dependence on the spoken word for information,  people were drawn together into a tribal mesh; and sinc e the spoken word is more emotionally laden than the written – conveying by intonation such rich emotions as anger, joy, sorrow, fear – tribal man was more spontaneous and passionately volatile.”  – Marshall McLuhan INTRODUCCION: Cuanto más leemos a Arturo Jauretche, más nos convencemos de que este “gran argentino” merece un lugar en el pedestal internacional de la glo ria, ahí entre los más grandes pensadores de todos los tiempos. Al respecto, las similitudes entre el pensamiento de Jauretche y el de Marshall McLuhan – el pensador canadiense que la revista Playboy llamó “Sumo Sacerdote de la Cultura Pop” y “Metafísico de los Medios” y cuyas expresiones (“El Medio es el Mensaje” y “la Aldea Global” entre otras) hoy están en boca de todos, aún de aquellos que jamás lo han leído – llaman poderosamente la atención, quizás tanto como la inexistencia de un estudio comparativo que las refleje. Este ensayo busca comparar y, en la medida de lo posible, fusionar, el pensamiento de ambos autores, con el objetivo último de contribuir al enriquecimiento del pensamiento nacional-popular argentino. Como una comparación semejante puede resultar paradojal y hasta contraria a la propuesta de  “pensar en nac ional”, es necesario ac larar que no se tr ata de adoptar un modelo (el de McLuhan e n este caso) que procede de “otras realidades” e implantarlo sin tratamiento alguno a “nuestra realidad” , sino de asimilarlo, a través de una cuidadosa “hibridización”, al pensamiento jauretche ano. DESARROLLO: A primera vista, una conexión entre Jauretche y McLuhan no resulta del todo evidente. Militante político enérgico, enemigo feroz de la oligarquía terrateniente argentina y crítico por excelencia del modelo semi-colonial que esta clase social buscaba perpetuar , el uno fue hombre de acción: actuó primero y pensó después. Su carácter combativo lo llevó a ser detenido más de una vez, y su rebeldía hizo que en más de una ocasión corriera riesgo su vida (1). El otro, profesor de literatura inglesa, se dedicó casi en exclusividad al estudio de la influencia de los medios de comunicación sobre el individuo y la sociedad; fue un “observador” más que un “participante” y optó por el distanciamiento racional como herramienta para comprender el universo social (2).

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  • Jueves 24 de Febrero de 2005 - (Debate)

    "Marshall McLuhan y Arturo Jauretche: Trazando un Paralelismo entre Re-tribalizacin y Barbarie"Por Laureano Ralon

    Por Laureano Raln y Cristina Eseiza

    la formacin educacional delmedio nos haba llevado aelaborarnos una cultura a pelo yotra, a contrapelo, o dos culturasparalelas. Una, a la vista, queidentificabamos con el guardapolvoescolar, era la que exhibiamosante los mayores y en la escuela.La otra, secreta. Este conflictontimo lo llevamos todos losargentinos. En m, creo que gan la cultura paisana o si usted quiere, la barbarie que, seguramente, ser poca, pero buena, porque est hecha a base de sentido comn y contacto con la realidad Arturo Jauretche.

    The modes of life of nonliterate [tribal] people were implicit, simultaneous and discontinuous, and also far richer than those of literate man. By their dependence on the spoken word for information, people were drawn together into a tribal mesh; and since the spoken word is more emotionally laden than the written conveying by intonation such rich emotions as anger, joy, sorrow, fear tribal manwas more spontaneous and passionately volatile. Marshall McLuhan

    INTRODUCCION:

    Cuanto ms leemos a Arturo Jauretche, ms nos convencemos de que este gran argentino merece un lugar en el pedestal internacional de la gloria, ah entre los ms grandes pensadores de todos los tiempos. Al respecto, las similitudes entre el pensamiento de Jauretche y el de Marshall McLuhan el pensador canadiense que la revista Playboy llam Sumo Sacerdote de la Cultura Pop y Metafsico delos Medios y cuyas expresiones (El Medio es el Mensaje y la Aldea Global entre otras) hoy estn en boca de todos, an de aquellos que jams lo han ledo llaman poderosamente la atencin, quizs tanto como la inexistencia de un estudio comparativo que las refleje.

    Este ensayo busca comparar y, en la medida de lo posible, fusionar, el pensamiento de ambos autores,con el objetivo ltimo de contribuir al enriquecimiento del pensamiento nacional-popular argentino. Como una comparacin semejante puede resultar paradojal y hasta contraria a la propuesta de pensar en nacional, es necesario aclarar que no se trata de adoptar un modelo (el de McLuhan en este caso) que procede de otras realidades e implantarlo sin tratamiento alguno a nuestra realidad,sino de asimilarlo, a travs de una cuidadosa hibridizacin, al pensamiento jauretcheano.

    DESARROLLO:

    A primera vista, una conexin entre Jauretche y McLuhan no resulta del todo evidente. Militante poltico enrgico, enemigo feroz de la oligarqua terrateniente argentina y crtico por excelencia del modelo semi-colonial que esta clase social buscaba perpetuar, el uno fue hombre de accin: actu primero y pens despus. Su carcter combativo lo llev a ser detenido ms de una vez, y su rebelda hizo que en ms de una ocasin corriera riesgo su vida (1). El otro, profesor de literatura inglesa, se dedic casi en exclusividad al estudio de la influencia de los medios de comunicacin sobre el individuoy la sociedad; fue un observador ms que un participante y opt por el distanciamiento racional como herramienta para comprender el universo social (2).

  • A nivel educativo, tambin hubo grandes diferencias: a Jauretche le tom un buen tiempo terminar su carrera, estudiando a salto de mata y rindiendo exmenes cuando los recursos se lo permitan; dependa ms de su situacin econmica que de su conformidad con lo que haba estudiado: Por eso fui mal alumno y mis notas fueron muy variables, expresa (3). Mientras tanto, McLuhan obtena su doctorado en la prestigiosa Universidad de Cambridge y se converta en el acadmico canadiense ms cotizado de todos los tiempos.

    Pero no obstante estas diferencias de estilo, una segunda mirada a la vida de ambos autores revela importantes similitudes de base que elevan a niveles prometedores el potencial del anlisis comparativo propuesto. Por un lado, ambos autores fueron contemporneos (4), y ambos publicaron sus obras ms importantes en los 50 (The Mechanical Bride, Los Profetas del Odio y la Yapa) y los 60 (Understanding Media, The Gutenberg Galaxy, Manual de Zonceras Argentinas, El Medio Pelo en la Sociedad Argentina); por otro, ambos emergieron de pases perifricos que poseen rasgos geogrficos similares y que durante las dos grandes guerras mundiales se orientaron hacia la neutralidad; y adems, ambos fueron considerados intelectuales de la posguerra y contribuyeron a su manera consciente o inconsciente, intencional o in-intencionalmente al proceso de descolonizacin cultural mediante la propuesta de ideas nacionales sui generis (5). A su vez, si bien los autores no comparten una influencia comn, vale destacar que la mayor inspiracin de McLuhan fue el economista canadiense Harold Innis quin, como Jauretche, se dedic a la economa poltica (6).Tanto Innis como Jauretche presenciaron la explotacin de sus respectivos pases por un enemigo comn el len ingls , y en el trabajo de ambos figuran incontables comentarios acerca de la influencia de los recursos naturales de estos pases sobre la organizacin econmica, poltica y social de los mismos.

    Tambin hay que destacar que ambos autores fueron generalistas en el sentido de jugar alternativamente dos o ms partidos distintos en canchas diferentes. McLuhan no fue slo acadmico, tambin tuvo su costado show business. Comprender los Medios de Comunicacin (1964) cautiv y ilumin no slo al mundo acadmico sino tambin al sector privado: al darse cuenta de que su objetivo ltimo no era la fabricacin de bombitas de luz sino el movimiento de informacin, compaas como A.T. & T lograron expandirse y diversificarse, aumentando considerablemente sus ganancias (7). Por su parte, Jauretche fue ms que un simple activista: sus escritos influenciaron generaciones de activistas y polticos. Ambos autores hablaron de poltica, de educacin, de los medios, de geografa, de cultura, y de incontables otros temas. En su monografa, El Pensamiento Vivo de Arturo Jauretche, Gustavo Cangiano escribe sobre lo difcil que resulta de catalogar el trabajo de Jauretche debido a su approach generalista: La obra de Jauretche no puede ser encasillada en los marcos de una disciplina particular. Aunque incursion en la sociologa, la politologa, la economa, la psicologa social, la crtica de la cultura y la historiografa, no se especializen ninguna de ellas. (8)

    Por otro lado, dada la amplia conceptualizacin de los medios propuesta por McLuhan (9), nada impideestudiar la zoncera esa estructura lingstica que es el equivalente criollo del mito barthesiano, y que impide la creacin de una conciencia nacional como medio de comunicacin. Porque toda herramienta humana y/o construccin social puede estudiarse como un medio de comunicacin cuyo mensaje es el conjunto de satisfacciones e insatisfacciones que ste genera, segn McLuhan. (10)

    Por ltimo, tanto Jauretche como McLuhan fueron, a su manera, profetas. McLuhan en particular se hizo famoso a partir de su rol de oracle of the new electronic information age. Al respecto, dice PhilipMeggs: As industrial society struggled to understand how it was being transformed by technology; why communications media especially television were changing peoples thought patterns; and how the media was being used by politicians and corporations to control public opinion, create mass markets, and steer people along paths beneficial to the message makers, McLuhan offered a comprehensible theory about what was happening, and why. (11)

    Ms conciso an al explicar el rol de profeta que suele atribursele a McLuhan es Lewis H. Lapham, quin, en The Eternal Now, explica que las ideas de McLuhan tuvieron mucho ms sentido en 1994 que en 1964. (12)

    Aunque en un contexto ms localista, Jauretche tambin se adelant a su tiempo (lo cual no quiere decir que, como Rivadavia, estuviese siempre a destiempo). Todo lo contrario: las predicciones de Jauretche fueron exactas y tiles. A finales de los aos '30, por ejemplo, anunci la llegada del

  • peronismo. Dice Norberto Galasso: brotando del ingenio de Arturo se echan a rodar frases enunciadoras de los tiempos que vendrn: la nueva Argentina repudia la oligarqua, Pueblos hambrientos y descamisados, La emancipacin de los pueblos del continente ha sido escamoteada por los vendepatrias. (13)

    El mismo Jauretche recuerda: Creo haber sido el inventor de la palabra 'vendepatria' o por lo menos de su divulgacin inicial, desde el semanario Seales. El uso de la expresin 'oligarqua' ya empleada en el poema 'Paso de los Libres' en la acepcin hoy popular, as como las expresiones 'vendepatria' y 'cipayo', las popularic desde el peridico Seales y en otros de vida efmera en los aos posteriores a la revolucin de 1930. (14)

    Pero Jauretche no se content con inventar la terminologa que ms tarde se usara; tambin se ocupde predecir la dcada infame y el nacimiento de la nueva Argentina. En 1943, el presidente conservador Castillo lo invita para cambiar ideas sobre la situacin poltica. En esa reunin, Jauretche le dijo a Castillo que si intentaba perpetuar el fraude, el ejrcito lo iba a sacar. La historia confirmara la exactitud de sus precisiones (en efecto, su sensibilidad le permiti anticipar el golpe del 4 de junio.)Ya un ao antes de la reunin con el presidente conservador, en una carta a su amigo Jos Benjamn Abalos, Jauretche demostraba un amplo entendimiento de la situacin poltica de esos aos: "Hay dosArgentina expresaba una conservadora, que no quiere que ocurra nada y en la cual est incluido el radicalismo. Esa Argentina tiene una apariencia poderosa porque maneja las estructuras oficiales delos partidos, del periodismo, la radiotelefona, los gobiernos, pero esa Argentina no tiene vitalidad alguna, es un edificio caduco, subsiste por inercia, porque en ella ya no creen ni los que la forman. Y hay una Argentina subterrnea, joven, vigorosa, catica an, pero que pronto se va a orientar, que seest orientando ya, a pesar del desorden que introducen banderas extraas en su seno, como el comunismo y el fascismo. El ao que viene esa Argentina joven y vigorosa va a ponerse en marcha si la bandera que nosotros hemos levantado cuenta con el apoyo de unos pocos brazos de prestigio y aconsolidado. (15)

    Ya con Pern en el gobierno, Jauretche comprende a la perfeccin los profundos cambios que se operan en la Argentina. Observa que a partir de un cambio en el modelo productivo, el comportamiento, las actitudes y los gustos de la nueva Argentina cambian, cmo se dejaba de lado la cultura elitista del empleo en favor de oficios y ocupaciones que tenan que ver con la produccin, los negocios y el comercio. Tambin comprende que la pequea clase burguesa que empieza a gestarse con Pern entiende ms que el medio pelo que su beneficio personal pasa por el beneficio del pas, aunque simultneamente empieza a ver cmo, en esta ltima, se va gestando la reaccin: la clase media reacciona mal ante ese avance social de los sumergidos. Les resulta horrible hacer el sacrificio de llevar a la familia a Mar del Plata para encontrar que la habitacin de al lado, la ocupa la mecangrafa, el peluquero, o el repartidor de leche, que en el restaurante no hay mesa porque la desborda la gente que antes no tena acceso a l, que los camarotes del tren les son disputados por lamultitud en fiesta, que cualquiera ocupa un taxmetro y que hay que hacer cola para comprar el pollo allo spiedo (16)

    En otro contexto, McLuhan tambin escribi sobre la reaccin: As we begin to react in depth to the social life and problems of our global village, we become reactionaries. Involvement that goes with our instant technologies transforms the most socially consciouspeople into conservatives. (17)

    Nuevamente, un paralelismo puede trazarse entre los dos autores; en esta oportunidad, a partir del concepto de reaccin. Tanto la aldea global como la era peronista tuvieron efectos integradores, efectos que como describe McLuhan, causan en la gente reacciones de todo tipo.

    Pero volvamos a las predicciones de Jauretche. Con gran tristeza anticipa antes que la gran mayora el derrocamiento del gobierno peronista (En 1954, la cada del gobierno de Pern era, para m, un hecho ya inevitable (18)), as como el descarte del ala nacionalista de la Revolucin Libertadora:Ustedes, los nacionalistas, van a ser utilizados y al mes, dos meses, les van a dar una patada en el traste porque a ustedes les ha ocurrido siempre as. Eran jvenes y se comprende, cuando lo rodearon a Uriburu y vinieron los conservadores y les dieron una patada en el traste y los echaron. Vino Pern, hicieron lo mismo y fueron rpidamente desalojados, porque Pern descubri que eran piantavotosy ahora les va a pasar lo mismo. La primera vez eran jvenes, casi adolescentes. La segunda, eran hombres maduros y ahora, ya son hombres viejos. Lo que es evidentees que pelotudos fueron siempre (19)

  • Tambin vaticinar los graves problemas que el pas vivir luego de julio de 1974: El peronismo sin lapresencia de Pern no tiene solucin, porque no ha creado jerarquas. El peronismo puede resolver ese problema en alguna provincia, pero en general tiene la desgracia de no tener caudillos. (20)

    Otra comparacin entre los autores puede hacerse a partir de la identificacin de un adversario comn. Antes de abocarse exclusivamente al estudio de las propiedades formales de los medios de comunicacin, McLuhan fue como Jauretche un crtico de la intelligentzia: It is observable that the more illusion and falsehood needed to maintain any given state of affairs, the more tyranny is needed to maintain the illusion and falsehood. Today the tyrant rules not by club or fist, but, disguisedas a market researcher, he shepherds his flock in the ways of utility and comfort. (21)

    Es sabido que mientras que los gobiernos totalitarios gozan de la autoridad para controlar lo que la gente hace, los gobiernos democrticos slo pueden utilizar el aparato represivo del estado con prudencia. Al perder la autoridad de reprimir indiscriminadamente, estos ltimos deben aprender a controlar lo que la gente piensa, siente y percibe, a travs del aparato ideolgico del estado (22) loque Jauretche llama el aparato de colonizacin pedaggica. Cangiano escribe acerca de la similitud entre Jauretche y Althusser: En 1970, el filsofo Louis Althusser publica en Pars el folleto Ideologa yaparatos ideolgicos del Estado. Seala all el papel que desempean la escuela, la familia, la iglesia, la prensa y otras instituciones como productoras de ideologa, es decir de un sistema de creencias funcional al mantenimiento del status quoSin embargo, ya en 1957, Arturo Jauretche haba publicado Los Profetas del Odio, que luego complet con una 'yapa' en la que desnudaba los mecanismos de la colonizacin pedaggica. (23)

    En cuanto a la influencia que el texto de Althusser tuvo sobre los jvenes de la nueva izquierda de los aos 60, Norberto Galasso agrega: Quizs ahora que Althusser se pone a nuestro lado para destruir zonceras, aumente el nmero de argentinos que estn dispuestos a escucharlos consejos orientadores de ese modesto paisano, nacido en Lincoln, que fue Arturo Jauretche. (24)

    Todo esto, suena conocido? Pues bien, no hay que olvidar que The Mechanical Bride anticip libros como Mythologies (Roland Barthes), Manufacturing Consent (Noam Chomsky), No Logo (Naomi Klein) y hasta el propio Manual de Zonceras todas obras que, indudablemente, comparten grandes similitudes entre si. Lo interesante de todo esto es que no existe evidencia convincente de que Barthes, Chomsky, Naomi Klein o Jauretche hayan conocido al dedillo la obra de McLuhan o que la hayan tomado como punto de partida para desarrollar sus escritos. Esta conexin cuasi teleptica le da an ms fuerza a nuestro anlisis comparativo: cmo es posible que autores tan dismiles, que comunican en distintas lenguas y que provienen de pases diferentes y no limtrofes (salvo en el caso Chomsky-McLuhan), hayan producido obras tan parecidas sin haberse ledo mutuamente?

    Casualmente, una interseccin interesante entre McLuhan y Jauretche pasa por sus libros The Mechanical Bride y Manual de Zonceras Argentinas. (25) En estas dos obras en particular, ambos autores parecen haberse puesto de acuerdo en considerar el entorno o la resonancia es decir, a la zona de in-atencin como caracterstica fundamental del universo: The Mechanical Bride (1951) proporciona un incisivo estudio de los efectos ocultos de la publicidad en las revistas; Manual de Zonceras Argentinas apunta a desmembrar lo obvio mediante la de-construccin de esos principios introducidos en nuestra formacin intelectual desde la ms tierna infancia con la apariencia de axiomas para impedirnos pensar las cosas del pas por la simple aplicacin del buen sentido. Basta detenerse un instante en su anlisis para que la zoncera resulte obvia, pero ocurre que lo obvio pasa con frecuencia inadvertido, precisamente por serlo. (26)

    En el plano epistemolgico, tanto Jauretche como McLuhan exhiben una concepcin dialctica que concibe a la realidad como una totalidad inscripta en un devenir donde presente, pasado, y futuro se articulan. (27) Adems, tanto Jauretche como McLuhan intentaron escapar al etiquetamiento ideolgico que acompaa a la ciencia social (28), el uno por la va de la reflexin metapoltica, el otro mediante una metateora cuasi-determinista que calificaba a los medios de comunicacin como agentes autnomos. En lo que respecta a la transmisin del saber y del conocimiento, por ejemplo, ambos autores expresan en casi todos sus escritos ya sea implcita o explcitamente, consciente o inconscientemente una preocupacin por la sucesin y el equilibrio entre las tradiciones orales y literaria. En este sentido, Jauretche recuerda la dicotoma que marc su formacin: Mi madre me ense a leer de chiquitoAprend de inmediato y se me despert la aficin por la lectura. Pero

  • tambin recuerdo que me enseaba algo una criolla vieja, doa Santos, cuentos de fantasmas y luces malas de los que tuve noticias luego, cuando volv a orlos en los fogones y en las ruedas del mate. (29)

    Esta dicotoma cre en Jauretche una especie de doble personalidad: si bien estudi en la Facultad de Derecho, suspendi sus estudios con frecuencia para nutrirse de la tradicin oral. En 1928, por ejemplo, en vistas a los comicios presidenciales del 1 de abril que elegiran a Irigoyen por segunda vez, Jauretche decide interrumpir su concurrencia a la Facultad para ponerse al servicio de la militancia partidaria; viaja al interior para apoyar a los compaeros yrigoyenistas de Entre Ros, Santiago del Estero, Tucumn y Salta. Dice Norberto Galasso:en esos viajes [Jauretche] profundiza su conocimiento acerca de esa realidad profunda que no aparece habitualmente en los peridicos, as como de la historia escamoteada por la novela mitrista. En Salta, por ejemplo, se deslumbra ante losrelatos que los viejos criollos transmiten, por tradicin oral, acerca del gobierno de Gemes y exclama: Despus se preguntan porqu el gaucho apoy a los caudillos. Qu civilizacin y barbarie yqu nio muerto! El caudillo era el sindicato del gaucho (30)

    Una hiptesis plausible es que el contacto alternativo que Jauretche mantuvo con ambas tradiciones epistemolgicas y comunicacionales, haya contribuido a enriquecer su sentido comn, a agudizar su sensibilidad y a refinar su percepcin a niveles casi artsticos. Acerca de la sensibilidad artstica en general, dice McLuhan: In fact, of all the great hybrid unions that breed furious release of energy and change, there is none to surpass the meeting of literate and oral culture. The effects of technology do not occur at the level of opinions or concepts, but alter sense ratios or patterns of perception steadily and without any resistance. The serious artist is the only person able to encounter technology with impunity, just because he is an expert aware of the changes in sense perception. (31)

    En tanto, una segunda hiptesis es que su contacto alternativo con ambos tradiciones sensoriales, le permiti a Jauretche mantener un equilibrio entre las mismas, lo que a su vez, puede haber contribuido a su estilo literario a travs de la hibridacin a la que hace referencia McLuhan: Tambin en sus escritos es Jauretche ante todo un orador y por eso logra tan amplio alcance en el pblico. Yo he presenciado la redaccin de algunos artculos: mientras alguien recoge a mquina, l se pasea por al cuarto, concentrado, crispado, con la mirada crepitante, la cabeza como un caldera encendida, recitando, con grandes gestos, airosas parrafadas que dejan a mitad del camino al dactilgrafo. (32)

    Sin embargo, para el comn denominador de los argentinos, as como para muchas otras sociedades del mundo, fue imposible mantener un equilibrio tal de tradiciones sensoriales, epistemolgicas y comunicativas; en lo que fue una especie de efecto de hibridacin contraproducente, dualidad cedi en favor de monotona, aunque no fcilmente. En la Argentina, contrariamente a las explicaciones de McLuhan, la tecnologa gutenberg no pudo con la fuerte tradicin oral de nuestro pas; necesit de la ayuda de la fuerza (la letra con sangre entra, dice Amrico Ghioldi (33)) y la utilizacin de otros medios fragmentarios para lograr el efecto esperado. La civilizacin o de-tribalizacin es decir, el exterminio masivo del gaucho (34), esa raza de hombres an prximos a la naturaleza (35) slose impuso a partir de la implementacin de las siguientes herramientas:

    1. El rifle Rmington. A las lanzas de las montoneras gauchas, la ciudad de Buenos Aires opone esta tecnologa fragmentaria que adquiere en el extranjero. Dice Jorge Abelardo Ramos:En ese duelo tcnico se medan dos pocas. Carlos Kirschbaum, representante de la empresa Rmington de los Estados Unidos haba ofrecido al ministro de Guerra de Sarmiento, general Gainza, proveerlo del clebre fusil. Sarmiento lo adoptar en el acto para todo el ejrcito nacional, con lo que pone fin para siempre a la guerra de montoneras. (36)

    2. La red ferroviaria. En 1861, Bartolom Mitre, en ese entonces gobernador de Buenos Aires, inaugura las obras del Ferrocarril Sud diciendo: Dmonos cuenta de este triunfo pacfico, busquemos el nervio motor de esos progresos y veamos cul es la fuerza inicial que lo pone en movimiento. Cules la fuerza que impulsa ese progreso? Seores: es el capital ingls (37) Pero desde sus orgenes la poltica ferroviaria tuvo sus rutas predeterminadas por las necesidades del capitalismo europeo necesidades que eran directamente antagnicas a nuestro propio desarrollo capitalista. (38) Lejos de facilitar la salida de los productos industriales del interior, estimulando as el mercado interno argentino, le abri las puertas a la mercadera europea a travs de un injusto sistema de rentas diferenciales que asfixi la industria nativa. (39) En realidad, la construccin de ferrocarriles en los

  • pases coloniales y subordinados es una muestra de imperialismo cuya esencia es su funcin antiprogresista. (40) Fue el marco de hierro de nuestra colonizacin nacional. (41)

    3. El alambrado. Con el marcado y el alambrado de las tierras, el gaucho de la pampa libre y del carneo franco fue empujado al fortn de la frontera por la polica rural. Comenzar la edad de oro de nuestro perodo agrcola inmigratorio y ferroviario, dice Abelardo Ramos. (42) Es ese comienzo el que puede advertirse en la denuncia que Jos Hernndez hace en El gaucho Martn Fierro cuando pone en boca del protagonista:

    Estaba el gaucho en su pagocon toda seguridpero aura.... barbarid!la cosa anda tan fruncida,que gasta el pobre la vidaen huir de la autorid

    Esa misma voz es la que frente al maltrato, el abuso, la desidia de los que mandan se alza ante un poder que, adems de abandono y persecucin responde con ausencia de retribucin monetaria legtima, dice Fierro ante el Mayor que no le entrega su paga:

    Esto s que es amolardije yo pa mis adentrosVan dos aos que me encuentroy hasta aura he vistos ni un grullodentro en todos los barullospero en las listas no dentro

    4. El proceso inmigratorio. Impulsada por dos zonceras/mitos lase, gobernar es poblar (Alberdi) y civilizacin y barbarie (Sarmiento) el propsito de esta tecnologa fragmentaria no fuedesarrollar Amrica segn Amrica, incorporando los elementos de la civilizacin moderna; es decir, enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado. Se trat mas bien de un implante sin tratamiento alguno que fragment profundamente a la sociedad argentina, creando antagonismos queperduran hasta hoy y que a lo largo de nuestra historia se han manifestado en trminos de Revoluciones y Contrarrevoluciones. No hay como equivocarse; cuando ellos se juntan, el pueblo se va para el otro lado. No s si es causa o efecto, pero es as, expresa Jauretche. Al respecto, la literatura est plagada de ejemplos flagrantes de esta estrategia poblacionista, carente de sustento poltico y que, como tal, estaba destinada a un fracaso moral, a una frustracin intrnseca, a una desilusin mortal que puede advertirse en la lectura de grotescos criollos como Mateo o Stefano deArmando Discpolo, cuyos personajes arrastran la hibridez exasperante que ha sido la marca argentina durante aos.

    5. La fragmentacin territorial. En la Argentina, todos los obstculos geogrficos y culturales del trasplante europeo deban ser eliminados. A propsito de la entrega territorial realizada por los unitarios primero y por Mitre y Sarmiento luego, dice Jauretche: As, disminuir la extensin resultaba desamericanizarse [o civilizarse], fin perseguido, para reducirse al espacio apto para una rpida civilizacin europea. Estorbaban el desierto, las montaas gigantescas, las selvas impenetrables, los ros indominables, mientras una parcial extensin del territorio, la de la pampa hmeda, ofreca la fcil perspectiva de una rpida creacin de Europa en Amrica, o mejor dicho, de una prolongacin deEuropa sobre ella. (43)

    6. La aduana. Utilizando esta herramienta no como instrumento de proteccin sino como fuente de renta, los estancieros y comerciales porteos subordinaron el crecimiento de todo el pas al desenvolvimiento particular de la zona pampeana. El viejo antagonismo entre capital y las provincias se transfiri luego a la dualidad perpetua entre produccin agrcola ganadera y el desarrollo industrial, entre proteccionismo y librecambio, entre nacionalismo y liberalismo, entre civilizacin y barbarie, entre el hombre tribal o brbaro y el hombre letrado.

    A su vez, la lucha por la unidad y por la integracin nacional que ofrecer Jauretche a lo largo de su vida, se dar predominantemente a travs de un medios que puede definirse como fro, segn la taxonoma de McLuhan: las revistas. McLuhan cataloga a un medio como fro, si ste transmite

  • informacin en baja resolucin, obligando a todos los sentidos incluido el sentido comn a tomar parte en la produccin del significado; un medio fro incita a la participacin de todos los sentidos, queparticipan en el proceso interpretativo, cuasi subjetivo, de compensar la falta de informacin algo ascomo jugar a un juego de palabras (los que vienen en las revistas), donde las frases son incompletas, y por contexto, se deduce el significado. McLuhan clasifica a la revista como un medio fro, y es casualmente sobre este medio que Jauretche se apoya para dar sus primeros aos de lucha. As escribir para Seales, Cuadernos de FORJA, El 45, El Lder, entre tantos. A su vez, es totalmente lgico que los medios que McLuhan catalogase de calientes cuya caracterstica es la estimulacin de un slo sentido a travs de la difusin de informacin en alta definicin y cuyo efecto ltimo la fragmentacin a nivel sensorial, y por aadidura, personal y social le hayan cerrado las puertas, como explica Ernesto Godar: Jams un libro o una publicacin forjiana o de un hombre de FORJA merecer la gacetilla de la prensa oficial, y menos an, nadie del grupo tendr acceso a la radio y sern sistemticamente silenciados por el reportaje o la encuesta. (44)

    Lo irnico del caso argentino es que, contrariamente a las sociedades anglosajonas, que perdieron su tradicin oral en pos de una industrializacin; al Japn, que dej atrs la era industrial y entr en la era electrnica en total armona, sin perder sus tradiciones preindustriales (45), la Argentina qued a medio camino en todo sentido; la destruccin parcial de la cultura oral no fue a cambio de una industrializacin (si bien somos una sociedad capitalista, no hemos sido nunca una sociedad burguesa.) Las tecnologas fragmentarias arriba enumeradas no fueron del todo efectivas: an hoy, enla Argentina, existe una convivencia de entre la barbarie (llmese montonera gaucha, chusma radical, aluvin peronista) y la civilizacin. Ninguna ha logrado eliminar a la otra por completo, y en consecuencia los procesos de detribalizacin y retribalizacin se suceden cclicamente y con ms frecuencia que en otras sociedades del mundo. Por momentos, nos sentimos los ms vivos de todos; por momentos, pareciera ser que la viveza criolla se ha transformado en un significador vaco, volviendo al argentino ms susceptible a la manipulacin, al manejo y al adoctrinamiento (los frutos estn hoy a la vista (46))

    La agenda de la intelligentzia argentina es transformar al pas real en una abstraccin conceptual, forzando as a la poblacin a vivir en una especie de hiperrealidad (47), significada para Jauretche por la campana de la escuela accesorio por excelencia de la parte palpable del rgano de colonizacinpedaggica. La campana marca un cotidiano corte entre dos formaciones, dos personalidades, dos culturas, dos verdades y dos realidades totalmente irreconciliables: realidad e hiperrealidad. En sus propias palabras, la formacin intelectual tuvo as que andar por dos calles distintas a la vezla escuela no continuaba la vida sino que abra en ella un parntesis diario, y que la empiria del nio, su conocimiento vital recogido en el hogar y en su contorno, todo eso era aporte despreciable (48)

    Dos corrientes se perfilan histricamente en la Argentina desde la independencia de Mayo, que naci con dos cabezas: una, que logra realizar la independencia de Espaa en su primera etapa cuya continuacin hasta 1853 consigue, a duras penas, impedir la disgregacin total del antiguo Virreinato. El mismo Rivadavia, cuyo objetivo fue lograr la unidad a palos, puede incluirse en este grupo, ya quecoincide por lo menos en su voluntad de unificar e integrar. La otra cabeza est compuesta por los liberales de 1853, que en el nombre del progreso intentaron implantar en Amrica los modos y las costumbres europeas sin tratamiento alguno.

    All media are extensions of ourselves, expresa McLuhan (49), al tiempo que Jauretche seala que laszonceras eran anteojeras que el pensamiento colonialista ha creado en nuestro pensamiento desde la primera edad, para sentar sobre esos pilotes la arquitectura de su falsedad. (50) Estas afirmaciones, en conjuncin con su amplia definicin de lo que es un medio de comunicacin (todo puede ser visto y estudiado como tal), nos permite trazar otro paralelismo entre ambos autores. De una ptica ms mcluhanesca, se puede afirmar que las zonceras en particular son extensiones de nuestro sentido comn. A travs de una reformulacin del mito narcisista, transformado en el significador de su teora meditica, McLuhan explica que toda nueva tecnologa se transforma en una extensin de una funcin corporal o cognitiva que paraliza sta ltima. Esto implica que las zonceras, al funcionar como muletillas estructuras prt a porter paralizan nuestro sentido comn. Apoyndose en esta teora de McLuhan, Jauretche seguramente planteara que el pensamiento de la civilizacin argentina es una extensin del pensamiento europeo a menudo encarnada hasta los aos 60 en la izquierda abstracta e internacionalista.

    A partir de los 60, sin embargo, la izquierda parece haberse independizado del pensamiento europeo. En lenguaje mcluhanesco, el nuevo medio encarnado en la izquierda nacional, que naci a partir de

  • una hibridacin con el Peronismo, logr empujar a la obsolescencia a la antigua izquierda abstracta. Jauretche se pronunci en trminos favorables sobre la izquierda nacional: Esta corriente se llama a s misma socialista revolucionaria nacional y revela por su sola presencia el salto histrico de los argentinos para adquirir sus divergencias propias y abandonar las divergencias prestadas de Europa. (51) Y agregaba: Hay que establecer las diferencias entre izquierda nacional e izquierda internacionalla primera es un ala del movimiento nacional. (52)

    Para Jauretche, el drama histrico argentino es un proceso dialctico entre la tesis de la realidad (barbarie) y la anttesis de lo postizo (civilizacin). (Jorge Abelardo Ramos sintetiza este choque de fuerzas en su magistral obra, Revolucin y Contrarrevolucin en la Repblica Argentina.) McLuhan dira que la historia argentina es la historia de choques entre la tradicin oral y la literaria entre el hombre tribal (brbaro) y el hombre letrado (civilizado) proceso que se manifiesta en la sucesin entre de-tribalizacin (Mitre, Sarmiento, Quintana, Justo, Aramburu, etc.) y re-tribalizacin (Avellaneda, Roca, Yrigoyen, Pern.) Muy pocas veces en la historia se ha logrado un equilibro entre estas fuerzas antagnicas, aunque s ha habido empates tcnicos (Jurez Celman, Illia, Ongana), donde ambas fuerzas parecen resultar perjudicadas. Bien o mal, durante la era de los caudillos (Rosas, Yrigoyen, Pern) rigi en la Argentina una cierta integracin. Rosas fue el primer intento precario y defectuoso, sin lugar a dudas de equilibrar las fuerzas antagnicas entre Buenos Aires y elinterior del pas; su instrumento fue la ley de aduanas, que protega los productos artesanales del interior.Si bien es cierto que la divisin Argentina se remonta a las vsperas de la Revolucin de Mayo, el antagonismo de clases se vio exacerbado con la implementacin de las tecnologas fragmentarias anteriormente enumeradas. En los tiempos de Avellaneda ya haba una divisin muy marcada; en los tiempos de Pern haba dos pases: por una parte, el viejo pas oligrquico, semicolonial y agrarista, blanco y culto a imagen y semejanza de Europa, el pas del fraude electoral y la galera de felpa, el de los Borges y los Martnez EstradaEnfrente, la Nueva Argentina industrial que est naciendo, la que retoma la tradicin latinoamericana de Artigas, San Martn y Bolvar, la que vuelve a ser la aguerrida patria de los montoneros federales que, hoy como ayer, es capaz de enfrentar a las grandes potencias de la Tierra. (53)

    En lo metodolgico, Jauretche propuso un approach inductivo y emprico de deconstruccin de la realidad y de crtica literaria/artstica muy parecido al propuesto inicialmente por McLuhan en The Mechanical Bride. En 1938, en una charla de FORJA en el teatro Politeama de Buenos Aires, Jauretche planteaba al pblico, sealando un planisferio, que para poder emanciparnos polticamente, primero debamos hacer el esfuerzo de descolonizacin mental y ubicarnos geogrficamente en el centro de la escena y no en la perifrica posicin de abajo y a la izquierda: (54) Esto requera sacar todas nuestras cuestiones del plano estratosfrico en que se desenvolvan y poner en primer trmino nuestro inters nacional y popular, es decir, llevar al plano de nuestra inteligencia poltica el modo comn de ver las cosas por los hombres del pueblo, que sin el bagaje intelectual de su colonialismo mental acostumbraban a pensar sus problemas, estableciendo su magnitud e importancia en razn desu proximidad e inters inmediato. (55)

    A los mtodos deductivos de la poca, que analizaban la realidad a partir de una doctrina ideolgica basada en un pensamiento infatuado de sabidura prestada, FORJA opona un mtodo inductivo, que consista en mirar la Argentina y el mundo desde desde la Argentina, a partir de la ptica no linear que emana del buen sentido del hombre de pueblo: Mientras todos los planteos polticoss se hacanen funcin de las opuestas ideologas, con una visin del pas de afuera hacia adentro, el radicalismo se caracterizaba por sus manifestaciones ms intuitivas y espontneasNo teniendo un cuerpo de doctrina, la latitud mental de aquel movimiento no nos limitaba con idologas. (56)

    FORJA propuso un cambio de paradigma se opusieron a que se les explicara lo inexplicable. Hasta entonces, dada tal doctrina, era necesario que la realidad se sometiera a ella; Jauretche y los suyos propusimos que dada la realidad del pas, resultase una doctrina que sirviera a sus intereses y no a losajenos. (57) Por su lado, Philip B. Meggs describe lo novedoso que result para la poca el mtodo no-linear utilizado por McLuhan en su primera obra: The Mechanical Bride was McLuhans early effort to assess mass-media culture and the popular arts, analyzing their affect upon people. The techniquesof literary and art criticism were deployed onto a new target the lowly ads, comincs, and popular press usually derided and ignored by academicians and analysts of contemporary societyeach section has a short title and between three and five introductory questions that act as probes, provoking the readers thinking. McLuhans book replaced the traditional linear structure of print media with the fragmentation, flashbacks, and sequences used in film and television. He explodes the

  • tradition of continuity so previous to writers and editors. The organizational techniques are analogous to avant garde films, with disparate information collaged together to make a disjuntive yet interrelated whole. (58)

    Es posible trazar otro paralelismo entre ambos autores a nivel metodolgico. El polmico reclamo de McLuhan, all por 1969, de no tener un punto de vista fijo que gue su approach, ni teora alguna que informe su anlisis (59), es comparable con el despojamiento ideolgico-doctrinario en favor las manifestaciones ms intuitivas y espontneas que caracterizan a FORJA, sealadas por Jauretche. A continuacin, Norberto Galasso explica cmo el pensamiento de Jauretche estuvo, al igual que el de McLuhan, ms all de las ideologas: Si, en realidad, sera muy difcil caracterizar a Jauretche simplemente como un radical o simplemente como peronista, o simplemente como conservador como fue en su juventud. l estaba buscando lo que llamaba, simplificando las cosas, mejorar la suerte de mis paisanos.Y mejorar la suerte de mis paisanos es llevar a cabo un proceso de liberacin nacional en pases dependientes como el nuestro. Entonces, en la medida en que l va haciendol no tena pelos en la lengua; era un heterodoxo; y cuando le pareca que el General [Pern] no se corresponda en su tctica a lo que corresponda hacer en ese momento lo deca y lo mantena. Por eso yo creo queJauretche es una figura nacional que est por sobre los partidos (60)

    Es a partir de The Mechanical Bride que McLuhan adopta un approach de mltiples perspectivas y comenz a experimentar con sus preguntas sondas (probes)(61), que luego explotara en Comprender los Medios de Comunicacin. McLuhan deca que su forma de pensar e investigar su mtodo consista en sondas (como los aparatos que enviamos al espacio en los 60 y 70). En sus escritos se sirve de preguntas sondas para lograr comprender los medios y sus efectos. Para muchosacadmicos de los tiempos de McLuhan, el concepto de sondas fue uno de los aspectos ms irritantes de un mtodo que fue considerado errtico, inconsistente y excntrico. (62) Por su parte, McLuhan argumentaba lo siguiente: any approach to environmental problems must be sufficiently flexible and adaptable to encompass the entire environmental matrix, which is in constant flux. (63) Es su manera de definirse como generalista, ms que como especialista. A su manera, Jauretche tambin fue un generalista: militante, ensayista, periodista y mitlogo, Jauretche vivi, como para parafrasear a McLuhan, where the action is: entre la figura y el entorno, entre la rueda de la civilizacin y el eje (la lanza) de la barbarie.

    A su vez, tanto McLuhan como Jauretche exhortaron a la gente a comprender su entorno as como los cambios en su medio ambiente, producto del nuevo medio. (64) McLuhan nos explica cul es el primer paso para resistir la influencia de los medios: Today, in the electronic age of instantaneous communication, I believe that our survival, and at the very least our comfort and happiness, is predicated on understanding the nature of our new environmentIf we undestand the revolutionary transformations caused by new media, we can anticipate and control them; buth if we continue in our self-induced subliminal trance, we will be their slaves. (65)

    Jauretche, por su parte, nos exhorta a comprender las zonceras: descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de liberacin: es como sacar un entripado valindose de un anticido, pues hay cierta analoga entre la indigestin alimenticia y la intelectual. Para hacerlo slo se requiere no ser zonzo por naturalezasimplemente estar solamente azonzado. Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera como se ha dicho deja de ser zonzo. (66)

    La apreciacin de Jauretche por el hombre de pueblo permite establecer otra conexin con McLuhan,quizs mucho ms importante que las anteriores. Ambos autores comparten la misma apreciacin por el sentido comn, que es para ambos el ms completo y eficaz de los sentidos. (67) Dice Jauretche: Se dice que el sentido comn es el menos comn de los sentidos. El sentido comn es simplemente el buen sentido, y todos lo tenemos. Pero sepultado bajo los resabios que nos deja una formacin cultural iniciada para un mundo desvinculado de la realidad y constantemente deformado por los medio de informacin y de la cultura. (68)

    Otra similitud pasa por que ambos valoraban al hombre tribal (o brbaro, si se quiere) por igual. Jauretche percibe una diferencia esencial entre el hombre letrado y el hombre de pueblo: observa que al hombre tribal o brbaro le interesa en primer trmino lo que pasa en su regin y subsidiariamente lo que pasa en regiones remotas, en un orden que va de lo particular a lo general. Cuando habla de Libertad, habla de su libertad, la de los suyos y la de su regin; cuando habla de Economa, se refiere a los efectos que percibe y los que perciben su gremio, su clase, su ciudad, su

  • provincia, su nacin. Como contrapartida, el hombre letrado slo se interesa por lo que le sucede a la Humanidad, a la Libertad, a la Economa en abstracto; piensa en trminos de principios y no en trminos de hechos, y le interesa que esos principios jueguen en el mundo abstracto al que pertenece,al margen de lo que resulta para sus paisanos. (69)

    En la Argentina, por alguna extraa razn, la movilidad del pensamiento va media propuesta por Harold Innis fue como el ferrocarril contraproducente y sinnimo de antiprogreso. Los intelectuales argentinos adscriben a parcialidades polticas o sociales por razones que no son de su medio y ajenas a su propia realidad; actan en todas las militancias lejanas, postergando las propias osubordinando stas a las exigencias de aquellas militancias extraas, y cuando intervienen en nuestros problemas, lo hacen como extranjeros. Dice Jauretche: Fui antiimperialista al estilo de la poca y le coma los hgados al guila norteamericana que andaba volando por el Caribe. Los Maestrosde la juventud nos tenan buscando el plato volador en el cielo, mientras el len britnico coma a dos carrillos sobre la tierra nuestraQu fcil era, entonces, hacer antiimperialismo! (70)

    Pero volvamos por un instante a la diferencia entre el hombre tribal o brbaro y el hombre letrado. McLuhan tuvo ms que una percepcin, elabor una teora que explica con ms detalle la diferencia entre el hombre tribal y el hombre letrado que Jauretche percibi all por 1938: Before the phonetic alphabet, man lived in a world where all the sense were balanced and simultaneous, a closed world of tribal depth and resonance, an oral culture structured by a dominant auditory sense of life. The ear, as opposed to the cool and neutral eye, is sensitive, hyperaesthetic and all-inclusive, and contributes to the seamless web of tribal kinship and interdependence in which all members of the group existed in harmony. The primary medium of communication was speech, and thus no man knew appreciably more or less than any other which meant that there was little individualism and specialization, the hallmarks of civilized Western man. Tribal cultures even today simply cannot comprehend the concept of the individual or of the separate and independent citizen. (71)

    Grosso modo, McLuhan sostiene que la humanidad se divide en tres eras epistemolgicas y sensoriales:

    1. Una era preliteraria o tribal que se caracteriza por un balance sensorial armnico. El hombre tribal vive en un mundo de ecos, magia y mitos, la informacin pasa de boca en boca y la definicin de verdad depende de lo auditivo, lo tctil y lo sanguneo.

    2. Una era gutenberg que comienza a partir de la invencin del alfabeto fontico y se intensifica con la creacin de la imprenta. Se caracteriza por un quiebre en el balance sensorial; el ojo remplaza a la odo y el axioma epistemolgico de este perodo es ver para creer.

    3. Una era electrnica de la humanidad retribalizada que se caracteriza por una restauracin armnica del balance de los sentidos; la aldea global es la aldea tribal a escala mundial, con sus ecos, magia y mitos revitalizados a partir de los nuevos medios de comunicacin.

    Segn McLuhan, el resultado inmediato de la aparicin de un nuevo medio es el surgimiento de un nuevo entorno. En el caso del alfabeto fontico y de la imprenta, el nuevo entorno fuerza al ser humano a comprender, razonar y expresarse en forma lineal, uniforme, concatenada y continua, trazando una divisin entre experiencia e interpretacin. (72) Adems, McLuhan sostiene que toda nueva tecnologa/medio, por convertirse en la extensin de una funcin corporal, genera una amputacin de esa funcin y un efecto anestsico parecido al trance narctico de narciso. Pues bien, en un artculo publicado en 1960 es decir, cuatro aos antes de la aparicin de Comprender los Medios de Comunicacin (1964), obra en que McLuhan introduce estos conceptos Jauretche, quin slo habl de tecnologa en forma incidental, accesoria, subsidiaria, parece habrsele adelantado en loque hace a las caractersticas formales de la tecnologa: El desarrollo tcnico crea una variedad especial de tarado. El tarado con tcnica. Que viene a ser tcnicamente un supertarado. La ltima palabra del supertarado tcnico es el tarado con transistor. (73)

    Y agrega, [el tarado del transistor] est atado a una cadena y no la puede dejar. Y cuando sale de sucasa en lugar de llevar la argolla al pi la lleva en la oreja. Como ese Romeo que hemos visto. Que pudiendo en un portal decir, or y hacer cosas tan maravillosas, las posterga a la transmisin que le golpea en el odo la leccin del pildorero que hace propaganda. (74)

  • A su vez, en esta cita Jauretche parece haberse dado cuenta antes que el mismo McLuhan de que el medio es el mensaje: Imagine el lector una pareja de adolescentes, a la cada de la tarde, oscuro ya, apretados contra un portal. Apretados. Uno contra otro? S! Pero con el transistor entre las dos cabezas. Oyendo el episodio o, lo que es peor, oyendo a Alzogaray. La cuestin es or algo (75)

    Se dice a menudo que ms importante que la idea misma es cmo se la expresa. Es innegable que McLuhan (cuya influencia ms notoria despus de Innis fue el escritor irlands James Joyce) tuvo una forma bastante original de expresar sus ideas; como tambin es innegable que, adems de la originalidad de sus ideas, fue esta cualidad expresiva y el hecho de haber escrito en ingls, la lenguaimperialista la que lo hizo famoso en el mundo entero. Ms all de esta conjetura normativa, el hecho es que este famoso aforismo es que puede ayudarnos a entender mejor nuestra historia. Para McLuhan, El Medio es el Mensaje tuvo dos significados: que el medio forja el comportamiento humano mucho ms que el contenido; y que por ende, el mensaje o contenido de un medio es siempre otro medio: The content of writing is speech, just as the written word is the content of print, and print is the content of the telegraph. If it is asked, What is the content of speech?, it is necessary to say, It is an actual process of thought, which is in itself nonverbal. (76)

    En nuestro contexto criollo, dicho aforismo puede servir para explicar, por ejemplo, la esencia de lo que Sarmiento denomina barbarie. Cangiano explica que Yrigoyen y Pern encarnaron la temida y aborrecida barbarie contra la que luchaban los civilizadores desde los tiempos de Rivadavia. Y agrega: Si la barbarie haba asumido en el pasado diversas formas (caudillismo, federalismo, rosismo, etc.), podra en el futuro adoptar otras de carcter novedoso. Era tarea del pensamiento nacional-popular distinguir las formas, siempre contingentes, del contenido, o sea la sustancia que las animaba. Y ese contenido no era otro que las fuerzas materiales que pugnaban por emancipar al pas de la tutela imperialista. (77)

    A travs del prisma propuesto por McLuhan, la dicotoma civilizacin o barbarie puede observarse como la lucha entre dos medios por subsistir. McLuhan observ que cuando un nuevo medio aparece, tres etapas ocurren:

    1) Mientras se descubre su potencial y se lucha contra el prejuicio, el nuevo medio convive con su predecesor; ambos son utilizados para la misma funcin. (En un primer momento, el auto y el caballo se funcionaban como medio de transporte.)

    2) Una vez, descubierto y aceptado su potencial, el nuevo medio acapara la funcin del anterior. (El medio de transporte por excelencia pasa a ser el auto.)

    3) Ante la obsolescencia, el antiguo medio tiene dos opciones:

    a) Encontrar una nueva funcin (al ser desplazado por el auto, el caballo pasa a ser sinnimo de deporte y entretenimiento); ob) Desaparecer por completo como consecuencia de la fusin con el nuevo medio.

    En el contexto propuesto por Cangiano, el mensaje o contenido medio de lo que Sarmiento denomin barbarie el bando de las mayoras nacional-populares oprimidas, segn Jauretche ha evolucionado a travs de la historia. En una progresin dialctica, cada uno de estos medios ha empujado a otros medios, y ha sido empujado, a la obsolescencia. En el caso de las montoneras gauchas del interior, por ejemplo, se puede decir que convivieron en equilibrio con los intereses de las oligarquas ganadera rosistas/urquizistas antes de ser desplazadas hacia la obsolescencia por el liberalismo mitrista. Por su lado, las gauchos federales se transformaron en chupandinos alsinistas, luego en guarangos roquistas, luego en chusma radical, y luego aluvin peronista. A su vez, el mensaje o medio de la civilizacin tambin ha evolucionado: de los rivadavianos al mitrismo, a la dcada infame, a la revolucin libertadora

    Pero volvamos a la afirmacin de McLuhan que el hombre letrado piensa y razona de forma diferente vis--vis el hombre tribal. Esta pseudo teora de McLuhan (l mismo declar no tener teoras) le da ms fuerza a las ideas de Jauretche. De hecho, la falta de bagaje intelectual que constata este ltimo en el hombre de pueblo tiene mucho que ver con las diferencias en el pensamiento del hombre tribal y del hombre letrado que seala McLuhan. En su Manual de Zonceras,

  • Jauretche parece asociar las caractersticas cognitivas de nuestra sociedad letrada con la mala racha argentina: "Un amigo que hace muchos aos percibi la contradiccin entre nuestra tan mentada viveza [criolla] y las zonceras, la explicaba as: El argentino es vivo de ojo y zonzo de temperamento, con lo que quera significar que paralelamente somos inteligentes para las cosas de corto alcance, pequeas, individuales, y no cuando se trata de las cosas de todos, las comunes, las que hacen a la colectividad y de las cuales en definitiva resulta que sea til o no aquella viveza de ojo (78)

    El cuestionamiento de Jauretche sobre la efectividad de la viveza del ojo, y su confianza en el sentido comn del hombre de pueblo y la tradicin oral que acompaa a los fogones y a las ruedas de mate, revelan una gran afinidad con McLuhan y su idea de retribalizacin cuyo equivalente criollo es nada ms ni nada menos que la cultura paisana (o la barbarie si se quiere), que est hecha a base de sentido comn y contacto con la realidad (79) En definitiva, ambos autores estn convencidos de que el hombre letrado es ms susceptible a transformarse en vctima dela manipulacin y del adoctrinamiento, ya sea por parte de la tecnologa misma (the narcissus narcosis trance (80) en lenguaje mcluhanesco) o por parte de la intelligentzia (el colonialismo mental o el azonzamiento (81) en buen criollo), precisamente por la diferencia sustancial entre instruccin y sabidura, entre conocimiento y educacin que los hombres del 80 no pudieron comprender y que signific la desaparicin sistemtica y orquestada de todo nuestro bagaje cultural. Al hombre tribal o brbaro se le pueden vender los objetos que necesita para subsistir y vivir, pero es mucho ms difcil venderle ideas desconfan, justamente porque su sabidura prescinde de lo epitelial para ir a lo profundo. En la Argentina culta, un analfabeto se acerca ms a la verdad, expresa Jauretche. (82)

    Tanto en el pensamiento de Jauretche como en el del McLuhan de los aos 50, hay un enemigo visible. En el primer prrafo del prefacio de la versin original de The Mechanical Bride, McLuhan identifica a claramente a sus adversarios: Ours is the first age in which many thousands of the best-trained individual minds have made it a full-time business to get inside the collective public mind. To get inside in order to manipulate, exploit, control is the object now. And to generate heat not light is the intention. To keep everybody in the helpless state engendered by prolonged mental rutting is the effect of many ads and much entertainment alike. (83)

    Por su lado, Jauretche apunta a poner en evidencia los factores culturales que se oponen a nuestro pleno desarrollo como Nacin, a la prosperidad general y al bienestar de nuestro pueblo, y los instrumentos que preparan las condiciones intelectuales de indefensin del pas. Para Jauretche, el enemigo es la inteligencia transformada en inteligentzia, que controla la superestructura cultural a travs del aparato de colonizacin pedaggica. Al respecto dice: Para este intelectual lo preexistente, la cultura que tena en la raz, fue incultura en cuanto no coincida con lo nuevo. Ocurri aqu lo inverso que entre los griegos, para los cuales lo brbaro era lo extico a la Hlade, y lo culto lopropioAdems son de mala ndole. Les gusta empujar para que otros peleenson como esos chicos que a la salida de la escuela se andan ofreciendo para tener el saco. Pero no les vayan a tocar un peloporque entonces gritan a coro (84)

    En uno de sus libros, cuyo ttulo (Filo, Contrafilo y Punta) se asemeja levemente a Counterblast de McLuhan, Jauretche explica que cuando la inteligencia se transforma en intelligentzia, esto nada tiene que ver con las ideas polticas, econmicas o sociales, sino con comprometerse o no comprometerse. Poco importa para Jauretche que quienes se integran a las filas de la intelligentzia sean de derecha, izquierda o centro; lo importante es que defiendan la subsistencia de la vieja estructura cultura (environment) e impidan que ocupen el escenario los desconocidos que pueden expresar el pas real (anti-environment). Como se ve, la categorizacin propuesta por McLuhan entre el environment de lo visible y el counter-environment de lo invisible (85) sirve como metfora parailustrar que el campo de accin de la intelligentzia (la hiperrealidad) es un mundo de principios abstractos que nada tiene que ver con el mundo real de las masas. El pas real es decir, el counter-environment del mainstream environment se encuentra negado y eclipsado por el aparato de colonizacin pedaggica de la super-estructura cultural, controlados por la intelligentzia. Pero no obstante esta negacin, para Jauretche el sentido comn es mucho ms potente que todo engao: Elinstinto popular lo ha comprendido, y la consecuencia es su hosca actitud frente a la inteligencia, que es en realidad la intelligentzia, y desconfa de los crneos, que en realidad no son crnea, sino muecos preparados para la funcin que se les asigna. (86)

    CONCLUSION:

  • Un gran nmero de similitudes entre el pensamiento jauretcheano y mcluhanesco han sido reveladas alo largo de este ensayo. Como se ha visto, no slo existen importantes conexiones entre ambos autores que pueden ser aplicadas a nuestra historia y realidad, sino que adems, se ha comprobado que Jauretche se adelant al propio McLuhan en ms de una ocasin; y a pesar de esto, mientras el uno es reconocido internacionalmente, y el otro a penas en su pas. Una persona cercana me dijo: cuando leo su ensayo me doy cuenta de que lo que se dice aqu es a priori una porquera, y que lo que se dice afuera es ipso facto una genialidad. Pues bien, semejante sensacin slo puede racionalizarse de la siguiente manera: es provocada por una de esas zoncera que Jauretche calificaba como auto-denigratorias, y que opera, como para parafrasear a Erving Goffman, desde atrs del teln. Se trata de una zoncera dicotmica lo de afuera es bueno, lo de adentro no hija de la zoncera madre (Civilizacin y Barbarie), que apunta entre otras cosas a desalentar comparaciones como las que de este ensayo, cuyo objetivo es elevar el pensamiento nacional-popular o brbaro, si se quiere. Jauretche y McLuhan son incomparables, me dijo una persona, que evidentemente est cegada por esta zoncera. Son manzanas y naranjas, agreg. Pensamos que el pensamiento de McLuhan puede reforzar el mensaje de Jauretche, ya que tanto el uno como el otro, valoraron lo brbaro, lo tribal, lo autctono, lo natural.

    "Marshall McLuhan y Arturo Jauretche..." (Referencias bibliogrficas). Descargar documento en formato Word.