MATERIALISMO VERSUS IDEALISMO qué queda

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MATERIALISMO VERSUS IDEALISMO ¿QUÉ QUEDA? El marxismo es o pretende ser, una filosofía y una teoría económica. Como filosofía, como sistema de ideas acerca del ser, se inscribe en la antigua polémica que opone el idealismo y el materialismo. Habría así sólo posibilidad de dos visiones. El idealismo que supone que la materia se origina en la idea y, en el fondo, la idea es Dios. Para esta postura, en sus distintas versiones, de alguna forma, al final, la existencia toda es tributaria de dios. Ser o idea impenetrable, fuente originaria de la existencia y de sentido, fuente de verdades reveladas, donde la discusión concluye. Por otro lado, se encuentra el materialismo que postula que sólo la materia puede ser origen y explicación de las cosas y del ser. Esta materia incluye todo el mundo material inanimado, la vida, en todas sus formas y, finalmente, las manifestaciones psíquicas y el “alma”, que de alguna manera terminarían siendo epifenómenos, sombras o reflejos paralelos del mundo físico: “la realidad está compuesta de materia en movimiento y nada más.” El marxismo adhiere al materialismo, claro, no sólo porque niega la posibilidad de la existencia de dios, sino porque siempre estuvo implícito en esta filosofía que a través de ella sería posible acceder al conocimiento completo y radical del ser, conocer “la realidad, tal cual es”. Hoy puede lucir excesiva e ingenua esta ambición, pero ¿tendría sentido un materialismo que no se la proponga? Marx toma del materialismo, tanto la substancia liberadora, como su esencialismo negador de la libertad. No podía haberlo hecho de otro modo, siendo como era un hombre de su

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Estamos obligados a meditar y discutir el problema de la libertad también en este contexto, porque o somos libres o toda la discusión no tiene sentido.

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MATERIALISMO VERSUS IDEALISMO ¿QUÉ QUEDA?

El marxismo es o pretende ser, una filosofía y una teoría económica. Como filosofía, como sistema de ideas acerca del ser, se inscribe en la antigua polémica que opone el idealismo y el materialismo. Habría así sólo posibilidad de dos visiones.

El idealismo que supone que la materia se origina en la idea y, en el fondo, la idea es Dios. Para esta postura, en sus distintas versiones, de alguna forma, al final, la existencia toda es tributaria de dios. Ser o idea impenetrable, fuente originaria de la existencia y de sentido, fuente de verdades reveladas, donde la discusión concluye.

Por otro lado, se encuentra el materialismo que postula que sólo la materia puede ser origen y explicación de las cosas y del ser. Esta materia incluye todo el mundo material inanimado, la vida, en todas sus formas y, finalmente, las manifestaciones psíquicas y el “alma”, que de alguna manera terminarían siendo epifenómenos, sombras o reflejos paralelos del mundo físico: “la realidad está compuesta de materia en movimiento y nada más.”

El marxismo adhiere al materialismo, claro, no sólo porque niega la posibilidad de la existencia de dios, sino porque siempre estuvo implícito en esta filosofía que a través de ella sería posible acceder al conocimiento completo y radical del ser, conocer “la realidad, tal cual es”. Hoy puede lucir excesiva e ingenua esta ambición, pero ¿tendría sentido un materialismo que no se la proponga? Marx toma del materialismo, tanto la substancia liberadora, como su esencialismo negador de la libertad. No podía haberlo hecho de otro modo, siendo como era un hombre de su época. Nos ayuda a liberarnos de Dios, pero nos esclaviza a un nuevo dogma.

El materialismo tiene, por otro lado, orígenes nobles, no en vano todas las culturas lo han suscrito de alguna manera, desde Egipto y Babilonia, India y China, Grecia Clásica y luego Europa. Intenta desde sus orígenes luchar contra el predominio del dogma teológico sobre la vida y a favor de la reafirmación del hombre y sus posibilidades de pensamiento y acción. Estuvo siempre marcado por el ateísmo, lógicamente. Finalmente, sirvió de plataforma para el conocimiento científico de la realidad y de la verdad. Al final, en la cúspide, Marx y Engel con su

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materialismo dialéctico e histórico. Las versiones más recientes prefieren el nombre de “fisicalismo” y “paralelismo psicofísico”.

El idealismo originó partiendo del dogma teológico, la preeminencia de dios, el ser absoluto y decanta en el reconocimiento de que la realidad no es cognoscible. Y aquí cabe la pregunta ¿en esta incognosibilidad, tendría siempre que estar Dios?

Pero, ¿tiene sentido hoy plantear la discusión en esos términos? ¿es esta discusión el tema central de la filosofía hoy? ¿materialismo o idealismo? ¿puede resolverse la cuestión fundamental de la filosofía oponiendo materialismo a idealismo?

Hoy la discusión entre materialismo e idealismo continúa intacta y sin solución. Respecto a Dios, parece imposible igualmente demostrar tanto que existe como que no. La misma idea de Dios se resiste a la comprobación racional. ¿sigue siendo fértil esta discusión?

C. Castoriadis afirma que “…, también en filosofía, las posiciones que se toman con respecto a interrogaciones últimas dependen de posiciones que son elecciones, y no son finalmente reductibles a funciones racionales u otras. Pueden ser elucidadas, pero al final, hay una elección.”1 ¿Será más útil aplicar esta máxima y dejar la discusión sobre Dios fuera de la materia filosófica?

Por otra parte, el siglo XX reedita la discusión en otros términos. ¿Cómo se relacionan la psique y el cuerpo? ¿quién condiciona a quién? Para Castoriadis se trata del problema de la “causación por representación” o “causación recíproca”, la influencia recíproca de los estados físicos y psíquicos. ¿Somos autómatas completamente condicionados y no hay libertad posible y todo está explicado somática y físicamente? O, por el contrario, ¿puedo hacer y no hacer cosas, puedo pensar libre y creativamente y sin condiciones previas y este pensamiento puede cambiar al mundo?

No es cualquier cosa ni se trata sólo de un asunto científico y/o metafísico, porque sin creación y causación por representación no cabe hablar de libertad ni de responsabilidad y por tanto tampoco de ética. Y así, ¿cómo habría política y filosofía? ¿Cómo

1 Cornelius Castoriadis, Sujeto y verdad en el mundo histórico – social, Seminarios 1986-1987, La Creación Humana I, Seminario del 4 de Marzo de 1987, Página 151. FCE, Primera edición en español, 2004.

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entender a un ser humano sin libertad ni responsabilidad ética? ¿Sigue siendo un ser humano?

Estamos obligados a meditar y discutir el problema de la libertad también en este contexto, porque o somos libres o toda la discusión no tiene sentido.

Entonces, sobre la discusión clásica entre materialismo e idealismo, ¿qué queda? Si el materialismo no puede aspirar a dilucidar plenamente la realidad tal cual es, si tampoco puede demostrar que Dios no existe. Si filosóficamente, tampoco es posible demostrar que existe. Si, por último, ambos niegan lo único constitutivamente humano del ser humano, que es la libertad. Entonces, ¿qué queda?