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    Masoneria NET, Marzo de 2011

    MASONERIANETRevista Electrnica de la Gran Logia de Libres y Aceptados MasonesAo 1, Nmero 5

    Marzo de 2011

    Sarmiento y la educacin siglo XXIPor Albino Gmez

    Nuevo Paradigma EducacionalPor Edgardo Guaspari

    Sarmiento, el borradopor Hugo Nario

    SUPLEMENTO

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    Como en esta semana se cumple el bicentenario del na-cimiento de Domingo Faustino Sarmiento, el argentinoque mejor compendi el valor fundamental y prioritariode la educacin para toda nacin y toda sociedad, mepareci de inters hacer llegar algunas reexiones sobre

    el tema, no originales, pero producto de muchas lectu-ras y del ejercicio docente en Universidades e Institutosprofesionales, porque al respecto, hoy nos circunda unaola creciente de inquietud e incertidumbre, ya que alllegar al nal de una larga etapa de la historia de Occi-dente, nuestra civilizacin se encuentra en un terrenocasi desconocido. No obstante, pensamos que el mo-mento contiene en germen posibilidades enormes para

    reinventar el futuro, sobre todo para nuestros todavajvenes pases. Pero al mismo tiempo, hay que tomarconsciencia de que si no nos hacemos cargo de estacoyuntura histrica, quedaremos a la deriva de tiemposverdaderamente aciagos.

    Para nosotros, reexionar sobre esta temtica de crisis y

    actuar en consecuencia, constituye un desafo insoslaya-ble, porque adems, ya en el n del milenio, lo educativo

    constitua una prioridad mundial insoslayable, que toda-va lo es mucho ms en nuestro ingreso al siglo XXI. Por

    ello, habr que tratar de establecer a partir de ahora,

    a todo nivel, los presupuestos bsicos de la educacinprimaria, secundaria y terciaria, aunque todava siguensiendo vlidas las bases que determinan la necesidad de

    que la primaria ensee a convivir, la secundaria a pensary la terciaria a proveer los instrumentos y la ciencia quepermitan el ejercicio de una profesin.

    Se trata entonces de preguntarnos cmo determina-remos dichos presupuestos dentro de los cambios quecomenzamos a vivir. Porque existe una tendencia a dar

    por sabido en qu consiste lo que vale la pena ensear,pero en los ltimos aos ha quedado en claro que, en

    nuestro tiempo, gran parte de lo que aprendemos dejarpidamente de ser til.

    As las cosas, lo que intentamos a travs de estas re-exiones es proponer una lnea de accin declarativa:

    una nueva mirada a la contingencia mundial, una inter-pretacin de lo que somos, y una seal sobre el caminoque se puede abrir a nuestro paso.

    Todo esto dirigido sobre todo- a los jvenes que a lahora de tener que comenzar a formar su propia exis-tencia en sus manos, dudan tal vez con razn, incluso

    acerca de sus preguntas y de su propio destino, pues losmodelos tradicionales ya no parecen ser los adecuados.

    Perplejidades del presente

    Sentimos una enorme perplejidad ante los cambios ge-nerales en el mundo, y muy especialmente en el mundolaboral. El esfuerzo de los padres al enviar a sus hijos ala Universidad para que adquieran diplomas que certi-quen sobre sus saberes y conocimientos tcnicos, ya noasegura un puesto de trabajo y un desarrollo personaconforme con esos aos de preparacin. Las modicacio-nes en los sectores laborales e institucionales empiezan aser tan rpidas que las profesiones y carreras de siempre

    han dejado de ser los nichos estables y resguardados deantes. Ello implica la imposibilidad de ofrecer los habituales planes de estudio como objetivos principales de lacapacitacin de los jvenes de hoy. El desempleo, hastahace pocos aos considerado un mal propio de los pa-ses pobres, ha pasado a ser un impedimento recurrenteen el Primer Mundo. Desde la perspectiva empresariaya no es posible apostar por la solidez de los grandesconsorcios, algunos de ellos jibarizados dramticamente

    Como contraste, un joven sin educacin formal, comoBill Gates, fundador de Microsoft, se transform en pocos aos en una de las primeras fortunas del los EstadosUnidos. No podemos desconocer estas situaciones yaque el mundo productivo ha entrado en un proceso deuidez hasta ahora desconocido.

    Tambin sentimos perplejidad ante los cambios en lasinstituciones y la vida en sociedad, tal como ha habamosconocido hasta hace casi tres dcadas.

    La abrupta desaparicin de la Unin Sovitica,ms all de

    las esperanzas que ella produjo en el mundo /

    Occidental, se hizo sentir como un cataclismo de deses-

    tabilizantes resultados para el orbe, que no ha vuelto aencontrar su necesario equilibrio ante el eclipse de unade las columnas sopor te del sistema mundial, no obstante lo gravoso de su existencia. Con ella, Europa estaba

    amenazada pero no corra riesgos. Sin ella, no est ame-nazada pero corre riesgos. Entre tanto, en pases comoFrancia y los Estados Unidos, inventores de la democracia moderna, el modelo de los partidos polticos, vectorde las inquietudes de los ciudadanos, se resquebraja dedistintas maneras. La clase poltica es percibida con ci-

    Sarmiento y la educacin siglo XXIPor ALBINO GMEZ*

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    nismo y distancia, y hasta la nocin de democracia re-presentativa se viene poniendo en duda. Frente a estosaconteceres y seales, puede invadirnos un estado denimo de resignacin, de renuncia, de ya no querer ms

    buscar la articulacin y funcionamiento de la agobiadoradiversidad de los grupos sociales, los intereses divergen-tes y los proyectos contradictorios que nos rodean. Pero,sin embargo, la ms grande y paralizante perplejidad, nos

    aparece frente a los quiebres de los valores y de la ti-ca ciudadana. No es de extraar entonces que cunda

    el temor y que sin una actituddecidida y creadora, el futuropueda seguramente traer ms

    desempleo, ms obsolescencia

    y mayor fragmentacin des-tructiva.

    Los escritores de ciencia c-cin de los aos 20 al 50 pro-clamaron una buena o mala

    nueva, siempre irnica res-pecto de los cambios sociales,como en Un Mundo Feliz deAldous Huxley y en 1984 de

    George Orwell, pero todo esose acab. Esos libros ya no nosdicen nada; son profecas queagotaron su tiempo.

    En el espacio cartesiano quedomin el mundo durante los

    ltimos cuatrocientos aos,hasta la mitad del siglo pasado,se exacerbaron los mtodos

    para organizar la vida, preten-diendo resolverla como si setratara de una serie de proble-mas colocados en la, donde nuestra supervivencia se

    aseguraba al encontrar un nicho estable donde quedar-nos. Eso lo constitua la casa propia, el trabajo garantiza-do, la carrera con futuro.

    Las burocracias, con sus reglas y sus escalafones, fueron

    tpicos productos de la fase de un control que se va ter-minando. Dicho espacio, como mbito socio-histrico ycomo cultura en la que aprendimos a existir, prctica-mente ha desaparecido. Y esto no es una cuestin devoluntad ni entra en la esfera de decisin de nadie. Esun desenlace que se corresponde con la maduracin ymetamorfosis de las prcticas productivas que un da lo

    constituyeron. Los tiempos de hoy son de diseo cortoy de gran exibilizacin. Entre otras cosas, ha quedado

    de sobra demostrada la inecacia de la planicacin y

    se ha desarrollado como contracara la interdependencia

    global de los mercados y de los ujos nancieros hasta

    el caos. As las cosas, hoy da, en Europa, la nica izquier-da posible es conservadora o digamos mejor, neocon-servadora. Porque incluso desde la perspectiva de lossectores populares, hay mucho todava que conservarsobre todo, no perder. Y si la izquierda no da garantasde conservacin, el desplazamiento de sus bases hacia laderecha, incluso a la extrema derecha, es frecuente. Cas

    nadie deende hoy seriamente el estatismo industrialis-ta, y el Estado de Bienestar Socialdemcrata pareciera

    haber dado de s todo lo quepoda dar.

    No menos importantes sonlos cambios demogrcos de

    nes del siglo pasado. Por una

    parte, la poblacin crece y sediversica exponencialmente

    por otra, aparecen y se des-plazan masivamente gruposmigratorios con la frecuenciade los latidos de un coraznconvirtiendo el planeta en unimprevisto tapiz polcromo demezclas raciales y estilos cul-turales difciles de integrar, yque producen lamentables es-tallidos xenfobos o racistas

    Por ltimo, el impacto del cre-cimiento poblacional se tornaalarmante y abrumador, de tamodo que la supervivencia detejido de la vida sobre la Tie-rra ya no puede ser considerado una certeza con la quepodamos contar. Para afronta

    tantas perplejidades no cabe otra actitud que la de unaverdadera exibilidad. En los extremos de esta categora

    podemos encontrar la opcin de la r igidez y la opcin dela hiper-exibilidad.

    La opcin de la rigidez se caracteriza por el intento de

    conservar el espacio cartesiano, negando la naturalezafundamental de lo que se perla como el n de unapoca, resistindose a cambiar la esencia de las institu-ciones y la auto-comprensin. Tambin se caracterizadicha opcin por considerar los problemas del presen-te como dicultades transitorias, postulndose que los

    problemas se disiparn solos, como meros fenmenos

    de ciclos, por su propia naturaleza, o que desaparece-rn cuando se apliquen los antdotos necesarios.pero

    cules? Esta forma de conservadurismo tradicional se ha

    dado en la esfera poltica, en la gestin empresarial, en

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    las concepciones en torno a la educacin, y tambin enlos servicios. En la religin, se expresa con la emergencia

    renovada de los fundamentalismos. Pero el precio quese paga por esta rigidez es muy doloroso, como lo hademostrado incluso, el ejemplo de la ex Unin Sovitica,

    bastin y ejemplo de cierto tipo de rigidez extrema por

    tanto tiempo.

    Ms sutil y peligrosa es la opcin de la hiper-exibilidad,

    actitud bsicamente nihilista segn la cual todo est per-mitido, todo puede ocurrir, y slo hay frente a nosotrosuna catica sucesin de intereses divergentes. En crculosintelectuales apareci patente en el pensamiento pos-moderno de Llyotard y de Baudrillard en Francia. En po-ltica se presenta bajo la forma de distintos abandonosde la convivencia democrtica, sustituida por un indivi-dualismo ciego, mientras crece el poder de agrupacionescomo el cartel de la droga en nuestra regin, la secularmaa siciliana con contactos en varios continentes o las

    nuevas maas soviticas, japonesas y chinas. En el campo

    de la productividad se patentiza a travs de un nuevopersonaje: el mercenario nmada electrnico, que alquila

    sus servicios al mejor postor, sin races ni alianzas, comoun nudo mvil en la red, para no hablar de hackers y deotras modalidades tecnolgicas que pueden favorecer odesfavorecer la educacin. Repetimos entonces que lahiper-exibilidad es una opcin sumamente sutil y peli-grosa porque puede ser identicada como nica alterna-tiva en una poca de caos. Pero no lo es.

    La opcin de la verdadera exibilidad

    Esta opcin no es una utopa ni plantea determinismohistrico alguno. Pero no consiste tampoco en unos sim-ples ajustes prcticos a las concepciones de la empresa

    o de la educacin con nimo de resolver los problemas

    del presente. Porque se trata de una alternativa sustan-tiva. En primer lugar, hay que saber que la consolidacinde una estabilidad social y una vida signicativa no se

    producen nicamente dentro de la cultura del conser-vadurismo. Para ello se hace necesario agudizar nuestracomprensin de las estructuras que estn en la base mis-ma del ser humano.

    A tal efecto debe tenerse en cuenta que el auge y cadadel control cartesiano, si bien aparece como un proble-ma de las postrimeras de la modernidad, oculta rami-caciones que nos conducen a cuestiones planteadas porla religin y la losofa de la antigedad, concretamente:

    qu es lo humano y cul es la esencia de lo humano.

    As las cosas, como el cambio de estilo productivo ac-tual est conectado con otros problemas muy antiguos

    y frondosos, podra postularse que se est iniciando un

    momento particularmente muy propicio para retomaestas preguntas perennes. Y ello nos obligara a abogapor un proyecto que se haga cargo de la complejidad delos problemas de la educacin, del trabajo y de la ticasin soslayarlos ni postergarlos en un vano empeo desimplicacin.

    Para ello deberamos congurar un nuevo y paradigm-

    tico espacio social que nos permita formar en las Universidades nuevos profesionales cuyo estilo les permitaactuar como verdaderos actores sociales, libres de mie-do, de escepticismo, de insolidaridad, de cinismo y deresignacin.

    Podramos caracterizar bsicamente a nuestro nuevo

    actor social, como emprendedor-democrtico-solidario

    vale decir, como un verdadero agente transformadorPara ello debera, entre otras cosas:

    1)Estar en contacto con una sensibilidad histrica de losespacios sociales y sus prcticas, que es donde surge la

    identidad de las personas y las cosas;

    2)Considerar la innovacin como un fenmeno asociado a

    trabajo y no como un rayo que desciende de las lites;

    3)Nutrirse espontneamente de la vida comunitaria;

    4)Trabajar por un futuro destinado a hacer la vida ms sig

    nicativa para l y los otros;

    5)Autoimponerse el compromiso de aunar voluntades y

    saber aceptar la disidencia y el conicto con tolerancia y

    espritu positivo;6)Conducirse con prudencia y saber cmo contactar y fun

    dar redes de personas que la aporten las capacidades ne-

    cesarias para llevar a buen n todo proyecto;

    7)Trabajar en equipo, movilizar a sus integrantes y coadyu

    var a su mejor formacin integral;

    8)Tener una sensibilidad atenta a las situaciones de ruptura

    y aprovecharlas como posibilidades de atraccin a los de

    ms para el futuro que es capaz de proponer;

    9)Reconocer en toda circunstancia la variedad de la vida

    humana, y los componentes indispensables para llegar aciertas resonancias y no a unicaciones hegemnicas.

    Si bien la enumeracin est lejos de ser completa y su

    orden es meramente casual, sus simples trazos apuntanmuy modestamente a una matriz, a un estilo que habr

    que reinventar para lograr nuevos juegos de consensosaberes que aporten innovacin a saberes anterioresreapropiacin y replanteamiento de las mejores tradiciones de Occidente, pero en otro espacio socio-histrico

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    que el espacio cartesiano.

    Conclusiones

    No nos cabe duda de que el futuro de nuestro pas yde nuestra sociedad depender en gran medida de la

    educacin que los jvenes reciban.

    Pero slo una inexin profunda en lo que hasta ahorahemos considerado los mejores estndares de educa-cin en nuestro Continente, podr hacerse cargo de lo

    que est ocurriendo en el mundo. Nuestra tarea, pues,

    no slo ser la de asimilar las realidades del presente,

    sino tambin apoyarnos en una nueva lectura que partade una mirada ontolgica, es decir, de un conjunto dedistinciones necesarias para actuar en un mbito parti-cular.

    Esto, en el campo de la educacin signica sobre todo

    en la poca de cambios que vivimos y con la exibili -dad que debemos asumirla- que tan importante comoaprender ciertos ocios, ser aprender saberes reejos,

    como: aprender a aprender, conocer cmo se conoce,

    cambiar en el cambio. Y estos no son juegos de palabras:

    se trata de tareas indispensables, nuevos saberes reexi-vos que nos dejarn mejor situados cuando la certidum-bre y lo estable son sustituidos por la incertidumbre y lainestabilidad.

    Por otra parte, el conjunto de transformaciones que pue-den llegar a generar esos saberes reejos, har factible un

    espacio para la aparicin de actores sociales alineadoscon la historia. Una educacin que ignore esta necesidaddejar a los jvenes a merced del desempleo, la obso-lescencia y la perplejidad causados por la fragmentacinsocial, que es lo que ya est ocurriendo hoy. En cambio, si

    repensamos la educacin con esta nueva mirada, fomen-tando transformaciones consecuentes, abriremos unnuevo estilo de existencia donde el trabajo, el ser social y

    la necesidad de una vida signicativa sern preeminentes

    Nuestros presupuestos para la educacin apuntan en-tonces, a un nuevo proyecto de ser social, a una nue-va manera de instalarse en el espacio social humano denuestra geografa, todo ello encarnado en jvenes profesionales emprendedores, democrticos y solidarios, pre-parados para lograr, por el perl de su estilo, todas las

    transformaciones que sea menester. Porque el estilo hace

    referencia a nuestro inters por traspasar una manera deser, abierta y modicable a lo largo de la vida para supe-rar el mbito habitual de las competencias disciplinarias

    Compartir tal estilo, permitir reconocerse en la diferen-cia, creando adems, las resonancias necesarias para en-frentar toda la complejidad de lo social. La alternativa eselegir el camino de la resignacin o de nihilismo, tal comopareciera ser la tendencia imperante desde nes del siglo

    XX hasta hoy. Pero estos dos ltimos caminos no hacenotra cosa que envenenar el nimo, creando ciudadanos

    y profesionales pasivos e impotentes, sin autonoma ysin determinacin. Nosotros debemos denir los mediosconcretos para aprender a construir un espacio social deresonancia y generosidad, donde sea posible redescubriuna vida ms plena.

    Estas proposiciones para la educacin universitariaapuntan a que nos hagamos cargo de los cambios mora-les, institucionales, sociales y hasta econmicos de estosltimos aos. Pero con un nimo al mismo tiempo audaz

    y responsable, con libertad y alegra, porque a pesar detodo son numerosas las oportunidades que nos ofrecen

    los tiempos de crisis que vivimos.

    *PERIODISTA, escritor y diplomtico.

    Este trabajo fue publicado en las Clases Magistrales de Pedagoga dela Revista Noticias al cumplirse el bicentenario del nacimiento deDomingo Faustino Sarmiento.

    Masonera Net agradece al Embajador Albino Gmez la autorizacin para concretar la presente edicin.

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    Afrontamos una grave crisis educacional que nos ocupay preocupa. Hemos sido precursores de la ley 1420, de

    enseanza libre y gratuita.Aceptamos a todas aquellas otras que no lo son, y que

    tambin son formadoras de personas en todos sus nive-les. El pas cuenta, entonces, con todas las posibilidadesde poner a disposicin de nuestros nios, toda la educa-cin que merecen y necesitan.Quien desee educar a sus hijos a travs de los medioslibres y gratuitos, que ofrece el estado, ya los tiene. El queopte por enviarlos a escuelas pr ivadas, no laicas, tambinlos posee.Si el espectro educacional ofrecido est completo, por

    qu tenemos un nivel tan bajo y preocupante de edu-cacin?

    Mucho hay que hacer para modernizar la enseanza,para mejorar la infraestructura, para mantener actualiza-dos a los docentes.Pero nada de todo este esfuerzo tendr un buen nal, si

    no involucramos a las familias en el proceso,La verdadera respuesta est en cada familia. No basta

    con cumplir con el mandato estatal y enviar a los hi-jos a formarse a cualquier sistema educacional de losreferidos. La familia debe involucrarse directamente enesa formacin. Y ah comienza el fracaso educacional denuestra sociedad.

    Afrontamos un nuevo paradigma.

    La mejora de la educacin, no pasara por aumentar losdas de clase, ni pintar las escuelas, calefaccionarlas. ( aun-que todo lo que pase por el confor t es bienvenido), tam-poco reformar sus programas si no analizando el nuevocuadro de situacin de nuestra sociedad, en todos susniveles.La familia debe educar a sus hijos, para que cuando ingre-sen a las aulas ya estn preparados para ser instruidos,verdadera funcin de la escuela.Sin embargo, los nios llegan sin educacin, sin haberrecibido el mnimo respeto por el otro, sin saber com-portarse en sociedad, desconociendo los lmites.Entonces la escuela debe asumir las nuevas funciones:

    -Educar-Alimentar-Instruir

    Ahora tambin hay que asegurarles a los nios una co-

    mida digna en el da. Y aqu el fracaso porque la escuelasolo estaba planicada para instruir.

    Los padres, por sus ocupaciones, han debido depositar asus hijos en las escuelas a modo de guardera, para que

    esta cumpla con aquellos roles.Este nuevo paradigma deriva de las familias que entregansus hijos a las escuelas, para que tales establecimientoscumplan funciones, para las que no estaban preparadasDe all las improvisaciones. Y guay con no hacerlo bienSi el nio no progresa, ni se comporta correctamenteser culpa de la escuela. Y si no come bien, ser gravsimo

    Muchos padres se han desentendido de la educacin einstruccin de sus hijos.Los padres protestan si sus hijos no aprueban los exme-nes. Si no estudian y no se esfuerzan por aprender, hay

    que aprobarlos igual?Tambin se quejan porque se les da mucha tarea parael hogar. Por qu? Tal vez molestan con preguntas o

    pidiendo ayuda?

    Cada familia debe ocuparse de:

    -Educar a sus hijos, en la temprana edad.-Realizar un seguimiento de su evolucin escolar. Si noavanza en sus estudios tal vez no sea responsabilidad dela escuela. Ser su responsabiliad por no esforzarse.

    -Erradicar la violencia de las aulas, ponindoles lmites a

    los nios.-Aplicar el mtodo de premio y castigo.

    Una escuela no es un mero depsito de seres humanosobligados a formarse intelectualmente. Ni una maquinaautomtica, productora de sabidura.

    A travs de sus educadores, la escuela nos proporcionalos elementos para que nos desarrollemos con nuestroesfuerzo.No habr presupuesto ni desarrollos educativos que

    alcance si las familias no se involucran en el aprendiza

    je de cada hijo..Los nicos responsables de alcanzar tanpreciado objetivo son los educandos y sus familias.El Estado deber adjuntar al presupuesto de educacin

    una suma para realizar una campaa posible en todoslos medios de difusin para concientizar a la poblacinde esta urgente necesidad de involucramiento efectivoCada uno debe asumir sus errores y dejar de responsabilizar a otros por los fracasos del sistema.

    *El autor es Maestro Normal Nacional, ex docente de escuela

    primaria Ing Electromecnico y ex docente Universitario

    Nuevo paradigma educacionalPOR EDGARDO GUASPARI*

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    Esta semana de febrero se cumplieron dos siglos delnacimiento de Domingo Fautisno Sarmiento. Quiz de

    todas las consignas sarmientinas, la que ms moleste a al-gunos de los sectores que en var ias pocas han ocupado

    el poder, resulte la que prescribe HAY QUE EDUCARAL SOBERANO.La educacin hace libres a los hombres.De ah que, solapada o abiertamente, omitir su recuer-do involucra someter en la ignorancia a los ciudadanos,y particularmente seguir hundindolos en la pobreza,cuando no en la indigencia. En ese estado, el beneciado

    por la ddiva clientelstica no razona: obedece, y de ese

    modo se mantienen las cosas como estn. La inmerecida

    gratitud que generan esas limosnas consolida una depen-dencia cruel que ayuda a desnaturalizar la democracia

    de los hombres libres Por eso Sarmiento aclaraba: Unpueblo ignorante siempre elegir a Rosas,

    (Hoy, las listas elegibles mediante la ignorancia son ms

    copiosas. Y estn integradas con seres mucho ms pe-queos todava)Sarmiento, en una primera etapa era denostado. Aunqueno era recomendable el trance, al menos daba oportu-nidad a la polmica. Ahora, su negacin es ms perversa:

    virtualmente lo borran y slo se lo alude en algunosdesganados discursos ociales. Este 15 de febrero, el bi-centenario de su nacimiento tuvo como protagonista

    formal al Ministro de Educacin, mientras la Presidentavolvi a invocar el recuerdo de su marido ese da, perose olvid de Sarmiento. Slo falta que a su supresin al-gn locuaz funcionario descubra cualidades pedaggicasen el Ilustre Restaurador de las Leyes.

    En 1938 yo viva en Las Flores, cursaba el primer grado

    superior en la Escuela Normal. Aunque ramos nios deentre 7 y 8 aos, detectamos que en ese ao haba un

    clima especial en todo el colegio.Una semana para recordar, los 50 aos de su muerteLa explicacin vino institucionalizada. Se cumplira mediosiglo de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento. Enla semana que inclua el 11 de setiembre se suspendie-ron las clases ordinarias y, adems de los concursos de

    redacciones, lecturas y dibujos alusivos al prcer y al li-bro, hubo cada da un acto especial en su vasto Saln deCeremonias, protagonizado por profesores y alumnos.Discursos, clases alusivas, dramatizaciones, poesas reci-tadas, cantos y una jugosa relacin de ancdotas quehaba protagonizado aquel hombre pblico que dejara

    su huella en una de las etapas ms fecundas de la historia

    nacional.Por mucho tiempo conserv en mi memoria como tan-tos otros chicos de mi tiempo, slo coloridos episodios

    entre ellos el de ser nico asistente a clase en un da delluvia y los pepinos que le haban vedado los mdicosSlo cuando traspuse el primer umbral de mi adolescencia y comenz a apasionarme la poltica, comprend porqu para l la educacin popular no haba sido slo eberretn de un maestro de escuela empecinado, sino laconsigna irrenunciable de un estadista.Cuando la educacin popular fue una Poltica de EstadoDespus que Sarmiento dej el poder y hasta la primeramitad del siglo siguiente sus principios educativos seguanimperando en los sucesores: la Escuela pblica fue una

    poltica de Estado. Como tal, no slo le sobrevivieron losresultados sino que crecieron y se agigantaron a travsde sucesivos gobiernos de diversos colores, pero queostentaban como principal orgullo el nmero de escue-las que haba creado cada uno durante su gestin.Las circunstancias adversas que haban dicultado su edu-cacin personal y el estado lamentable de la Argentinapor sus carencias econmicas y culturales, seguramentefue lo que imprimi en Sarmiento su concepcin peda-ggica de tipo social. Las lecturas y los viajes de estudionutrieron de contenido doctrinario esa concepcin.

    Locke, Rousseau, Montesquieu, Tocqueville, CondorcetLeroux, Guizot, Cousin y otros autores que haban nu-trido las aguas de la Ilustracin, del enciclopedismo y deromanticismo, fueron ledos y metabolizados con esafebril voracidad de la que padecen (o gozan?) los auto-didactas.Pero de todas fueron determinantes las ideas de Con-dorcet sobre el deber del Estado de proveer a todos losindividuos una instruccin que asegure su pleno desarrollo espiritual, poltico, econmico y social, mediante unaefectiva igualdad de hecho y la institucin del laicismo

    como garanta de la libertad de conciencia.La instruccin primaria es la medida de la civilizacindeun puebloAs lleg a sintetizar sus ideas caudalosas cuando fue Di-rector de la Escuela Normal de Chile, que haba fundadoen Santiago durante uno de sus dos exilios. Pero fue en

    su libro Educacin popular donde dej planteado poprimera vez de manera precisa, todo su programa decivilizacin por medio de la escuela pblica.Civilizacin y Barbarie: aciertos Y errores

    Sarmiento, el borradoPOR HUGO NARIO*

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    Sobre la confrontacin dialctica Civilizacin y Barbarieconstruy parte de su visin poltica. Quiz sea se uno

    de sus famosos errores sobre los cuales se han ensaadosus detractores de hoy en su nulo intento de oscurecersu imagen.Tal vez ese error consisti en explicar las luchas civiles

    argentinas como un alzamiento de la campaa contra lasciudades y en suponer que sus caudillos surgan nica-mente de esos medios rurales de cariz popular.La investigacin histrica contempornea ha demostra-do que aquellos caudillos eran en realidad y casi siemprehombres de las ciudades que reclutaron en la campaalos jinetes que utilizaron para sus proyecciones polticas.Al crear el Colegio Militar, Sarmiento abri la profesio-nalizacin del Ejrcito que acabara desmantelando elpoder armado de estancieros auto promovidos en ge-nerales y gobernadores. Hasta ah haba llegado lo quecierto revisionismo llama el federalismo popular. (Algoas como intento de reivindicar como populares a lasoligarquas provinciales)

    La civilizacin sarmientina

    Sarmiento entendi que civilizar consista en proveer loselementos que condujeran a la prosperidad del pas yal adelanto de todas las provincias mediante leyes y re-glamentos necesarios para crear un Estado de derecho.Tuvo que apoyarse en la inmigracin, en la construccinde ferrocarriles, en la colonizacin de tierras de pro-

    piedad scal, en la introduccin y el establecimiento denuevas industrias y en la introduccin de capitales ex-tranjeros.Pero civilizar sera antes que nada atender al progresode la cultura, organizando la educacin y asegurando elbienestar y la libertad de todos y cada uno de los habi-tantes, tanto como la soberana de la Repblica, segn loestablece la Constitucin.Por eso, en su pasin por transformar el pas intercomu-nicndolo, extendi el telgrafo por todo el territorio y

    lo conect con Estados Unidos y con Europa a travs

    del cable submarino; cre el Banco Nacional, precursordel actual Banco de la Nacin, el Observatorio Astron-mico de Crdoba, hizo abrir caminos y le implant pos-tas que fueron los antecedentes del servicio nacional deCorreos; impuso el sistema mtrico decimal; promovila navegacin de los ros interiores; lleg a promover laconstruccin del puerto de Buenos Aires y clam por la

    divisin de los latifundios.

    La herramienta educativa

    Con profundo sentido revolucionario, propugn una escuela abierta a todos, SIN DISCRIMINACIN por causde raza, de sexo, de condicin econmica, de rango so

    cial, de posicin poltica o de creencia religiosa.Y para ejecutarlo, impuls la formacin de maestros degrado y con en la predisposicin natural de la muje

    para esas funciones .

    Maestro desde sus aos adolescentes, en una poca enque esa profesin todava era estimada tarea inferio(equivalente a la proletarizacin acordada tcitamente

    entre el poder y las burocracias sindicales de nuestrodas) Sarmiento predic, con la fe de un apstol, la bondad y la trascendencia social del magisterio. Estaba persuadido de que el maestro de escuela sera el agentems activo del progreso de un pas.

    Borrar a Sarmiento

    Asistimos desde la esfera pblica y desde algunos cotos intelectuales a una actitud que viene preocupandodesde hace aos. Es el debilitamiento progresivo de leducacin, el basureo proletarizante de la profesin deensear, paralelo con maniobras para demoler la herencia sarmientina. A veces intentan denostarlo. Ahor

    parece ms ecaz ignorarlo.Se explica entonces por qu desde hace un tiempo esfe

    ras ociales se limitan a recordar su persona, pero no su

    ideario, con actos apenas formales. Y por qu la conduccin de los proletarizantes sindicalistas de la docencia noha dicho, hasta ahora, esta boca es ma en el bicentenario de su nacimiento.Borrar a Sarmiento equivale a poder manipular las masaque, debatindose en la pobreza y la marginalidad, setransforman en la vergonzante clientela de los punteros que mercantilizan su voto.

    Para quienes todava creen en el destino de la democracia, las propuestas de Sarmiento el borrado siguensiendo pendones en la innita batalla por la recuperacin

    republicana de los argentinos de bien.

    *Artculo publicado en el diario NUEVA ERA (Tandil, pro

    vincia de Buenos Aires)

    EL TURNO DEL LECTORMASONERIA.NET espera los comentarios a esta sintesis y los aportes que contribuyan al debate

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