Marionetas S A Bradbury

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“Marionetas S.A.”, de Ray Bradbury. En El hombre ilustrado (1950) Caminaban lentamente por la calle, a eso de las diez de la noche, hablando con tranquilidad. No tenían más de treinta y cinco años. Estaban muy serios. -Pero ¿por qué tan temprano? -dijo Smith. -Porque sí -dijo Braling. -Tu primera salida en todos estos años y te vuelves a casa a las diez. -Nervios, supongo. -Me pregunto cómo te las habrás ingeniado. Durante diez años he tratado de sacarte a beber una copa. Y hoy, la primera noche, quieres volver en seguida. -No tengo que abusar de mi suerte -dijo Braling. -Pero, ¿qué has hecho? ¿Le has dado un somnífero a tu mujer? -No. Eso sería inmoral. Ya verás. Doblaron la esquina. -De veras, Braling, odio tener que decírtelo, pero has tenido mucha paciencia con ella. Tu matrimonio ha sido terrible. -Yo no diría eso. -Nadie ignora cómo consiguió casarse contigo. Allá, en 1979, cuando ibas a salir para Río. -Querido Río. Tantos proyectos y nunca llegué a ir. -Y cómo ella se desgarró la ropa, y se desordenó el cabello, y te amenazó con llamar a la policía si no te casabas con ella. -Siempre fue un poco nerviosa, Smith, entiéndelo. -Había algo más. Tú no la querías. Se lo dijiste, ¿no es así? -En eso siempre fui muy firme. -Pero sin embargo te casaste. -Tenía que pensar en mi empleo, y también en mi madre, y en mi padre. Una cosa así hubiese terminado con ellos. -Y han pasado diez años. -Sí -dijo Braling, mirándolo serenamente con sus ojos grises-. Pero creo que todo va a cambiar. Mira. Braling sacó un largo billete azul. -¡Cómo! ¡Un billete para Río! ¡El cohete del jueves!

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Marionetas S.A., de Ray Bradbury. En El hombre ilustrado (1950)

Caminaban lentamente por la calle, a eso de las diez de la noche, hablando con tranquilidad. No tenan ms de treinta y cinco aos. Estaban muy serios.-Pero por qu tan temprano? -dijo Smith.-Porque s -dijo Braling.-Tu primera salida en todos estos aos y te vuelves a casa a las diez.-Nervios, supongo.-Me pregunto cmo te las habrs ingeniado. Durante diez aos he tratado de sacarte a beber una copa. Y hoy, la primera noche, quieres volver en seguida.-No tengo que abusar de mi suerte -dijo Braling.-Pero, qu has hecho? Le has dado un somnfero a tu mujer?-No. Eso sera inmoral. Ya vers.Doblaron la esquina.-De veras, Braling, odio tener que decrtelo, pero has tenido mucha paciencia con ella.Tu matrimonio ha sido terrible.-Yo no dira eso.-Nadie ignora cmo consigui casarse contigo. All, en 1979, cuando ibas a salir para Ro.-Querido Ro. Tantos proyectos y nunca llegu a ir.-Y cmo ella se desgarr la ropa, y se desorden el cabello, y te amenaz con llamar a la polica si no te casabas con ella.-Siempre fue un poco nerviosa, Smith, entindelo.-Haba algo ms. T no la queras. Se lo dijiste, no es as?-En eso siempre fui muy firme.-Pero sin embargo te casaste.-Tena que pensar en mi empleo, y tambin en mi madre, y en mi padre. Una cosa as hubiese terminado con ellos.-Y han pasado diez aos.-S -dijo Braling, mirndolo serenamente con sus ojos grises-. Pero creo que todo va a cambiar. Mira.Braling sac un largo billete azul.-Cmo! Un billete para Ro! El cohete del jueves!-S, al fin voy a hacer mi viaje.-Es maravilloso! Te lo mereces de veras. Pero, y tu mujer, no se opondr? No te har una escena?Braling sonri nerviosamente.-No sabe que me voy. Volver de Ro de Janeiro dentro de un mes y nadie habr notado mi ausencia, excepto t.Smith suspir.-Me gustara ir contigo.-Pobre Smith, tu matrimonio no ha sido precisamente un lecho de rosas, eh?-No, exactamente. Casado con una mujer que todo lo exagera. Es decir, despus de diez aos de matrimonio, ya no esperas que tu mujer se te siente en las rodillas dos horas todas las noches; ni que te llame al trabajo doce veces al da, ni que te hable en media lengua. Y parece como si en este ltimo mes se hubiese puesto todava peor. Me pregunto si no ser una simple.-Ah, Smith, siempre el mismo conservador. Bueno, llegamos a mi casa. Quieres conocer mi secreto? Cmo pude salir esta noche?-Me gustara saberlo.-Mira all arriba -dijo Braling.

Los dos hombres se quedaron mirando el aire oscuro.En una ventana del segundo piso apareci una sombra. Un hombre de treinta y cinco aos, de sienes canosas, ojos tristes y grises y bigote minsculo se asom y mir hacia abajo.-Pero, cmo, eres t! -grit Smith.-Chist! No tan alto!Braling agit una mano.El hombre respondi con un ademn y desapareci.-Me he vuelto loco -dijo Smith.-Espera un momento.Los hombres esperaron.Se abri la puerta de calle y el alto caballero de los finos bigotes y los ojos tristes sali cortsmente a recibirlos.-Hola, Braling -dijo.-Hola, Braling Dos-dijo Braling.Eran idnticos.Smith abra los ojos.-Es tu hermano gemelo? No saba que-No, no -dijo Braling serenamente-. Inclnate. Pon el odo en el pecho de Braling Dos.Smith titube un instante y al fin se inclin y apoy la cabeza en las impasibles costillas.Tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic.-Oh, no! No puede ser!-Es.-Djame escuchar de nuevo.Tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic.Smith dio un paso atrs y parpade, asombrado. Extendi una mano y toc los brazos tibios y las mejillas del mueco.-Dnde lo conseguiste?-No est bien hecho?-Es increble. Dnde?-Dale al seor tu tarjeta, Braling Dos.Braling Dos movi los dedos como un prestidigitador y sac una tarjeta blanca. MARIONETAS, SOCIEDAD ANNIMANuevos Modelos de Humanoides Elsticos.De funcionamiento garantizado.Desde 7.600 a 15.000 dlares.Todo de litio.

-No -dijo Smith.-S -dijo Braling.-Claro que s -dijo Braling Dos.-Desde cundo lo tienes?-Desde hace un mes. Lo guardo en el stano, en el cajn de las herramientas. Mi mujer nunca baja, y slo yo tengo la llave del cajn. Esta noche dije que sala a comprar unos cigarros. Baj al stano, saqu a Braling Dos de su encierro, y lo mand arriba, para que acompaara a mi mujer, mientras yo iba a verte, Smith.-Maravilloso! Hasta huele como t! Perfume de Bond Street y tabaco Melachrinos!-Quizs me preocupe por minucias, pero creo que me comporto correctamente. Al fin y al cabo mi mujer me necesita a m. Y esta marioneta es igual a m, hasta el ltimo detalle.He estado en casa toda la noche. Estar en casa con ella todo el mes prximo. Mientras tanto otro caballero pasear al fin por Ro. Diez aos esperando ese viaje. Y cuando yo vuelva de Ro, Braling Dos volver a su cajn.Smith reflexion un minuto o dos.-Y seguir marchando solo durante todo ese mes? -pregunt al fin.-Y durante seis meses, si fuese necesario. Puede hacer cualquier cosa -comer, dormir, transpirar cualquier cosa, y de un modo totalmente natural. Cuidars muy bien a mi mujer, no es cierto, Braling Dos?-Su mujer es encantadora -dijo Braling Dos-. Estoy tomndole cario.Smith se estremeci.-Y desde cundo funciona Marionetas, S. A.?-Secretamente, desde hace dos aos.-Podra yo quiero decir, sera posible -Smith tom a su amigo por el codo-. Me diras dnde puedo conseguir un robot, una marioneta, para m? Me dars la direccin, no es cierto?-Aqu la tienes.Smith tom la tarjeta y la hizo girar entre los dedos.-Gracias -dijo-. No sabes lo que esto significa. Un pequeo respiro. Una noche, una vez al mes Mi mujer me quiere tanto que no me deja salir ni una hora. Yo tambin la quiero mucho, pero recuerda el viejo poema: El amor volar si lo dejas; el amor volar si lo atas. Slo deseo que ella afloje un poco su abrazo.-Tienes suerte, despus de todo. Tu mujer te quiere. La ma me odia. No es tan sencillo.-Oh, Nettie me quiere locamente. Mi tarea consistir en que me quiera cmodamente.-Buena suerte, Smith. No dejes de venir mientras estoy en Ro. Mi mujer se extraar si desaparecieras de pronto. Tienes que tratar a Braling Dos, aqu presente, lo mismo que a m.-Tienes razn. Adis. Y gracias.Smith se fue, sonriendo, calle abajo. Braling y Braling Dos se encaminaron hacia la casa.Ya en el mnibus, Smith examin la tarjeta silbando suavemente.

Se ruega al seor cliente que no hable de su compra. Aunque ha sido presentado al Congreso un proyecto para legalizar Marionetas, S. A., la ley pena an el uso de los robots.

-Bueno -dijo Smith.

Se le sacar al cliente un molde del cuerpo y una muestra del color de los ojos, labios, cabellos, piel, etc. El cliente deber esperar dos meses a que su modelo est terminado.No es tanto, pens Smith. De aqu a dos meses mis costillas podrn descansar al fin de los apretujones diarios. De aqu a dos meses mi mano se curar de esta presin incesante. De aqu a dos meses mi aplastado labio inferior recobrar su tamao normal. No quiero parecer ingrato, pero Smith dio vuelta la tarjeta.

Marionetas, S. A. funciona desde hace dos aos. Se enorgullece de poseer una larga lista de satisfechos clientes. Nuestro lema es Nada de ataduras. Direccin: 43 South Wesley.

El mnibus se detuvo. Smith descendi, y camin hasta su casa dicindose a s mismo: Nettie y yo tenemos quince mil dlares en el banco. Podra sacar unos ocho mil con la excusa de un negocio. La marioneta me devolver el dinero, y con intereses. Nettie nunca lo sabr.Abri la puerta de su casa y poco despus entraba en el dormitorio. All estaba Nettie, plida, gorda, y serenamente dormida.-Querida Nettie. -Al ver en la semioscuridad ese rostro inocente, Smith se sinti aplastado, casi, por los remordimientos-. Si estuvieses despierta me asfixiaras con tus besos y me hablaras al odo. Me haces sentir, realmente, como un criminal. Has sido una esposa tan cariosa y tan buena. A veces me cuesta creer que te hayas casado conmigo, y no con Bud Chapman, aquel que tanto te gustaba. Y en este ltimo mes has estado todava ms enamorada que antes.Los ojos se le llenaron de lgrimas. Sinti de pronto deseos de besarla, de confesarle su amor, de hacer pedazos la tarjeta, de olvidarse de todo el asunto. Pero al adelantarse hacia Nettie sinti que la mano le dola y que las costillas se le quejaban. Se detuvo, con ojos desolados, y volvi la cabeza. Sali de la alcoba y atraves las habitaciones oscuras.Entr canturreando en la biblioteca, abri uno de los cajones del escritorio, y sac la libreta de cheques.-Slo ocho mil dlares -dijo-. No ms. -Se detuvo-. Un momento.Hoje febrilmente la libreta.-Pero cmo! -grit-. Faltan diez mil dlares! -Se incorpor de un salto-. Slo quedan cinco mil!Qu ha hecho Nettie? Qu ha hecho con ese dinero? Ms sombreros, ms vestidos, ms perfumes? Ya s! Ha comprado aquella casita a orillas del Hudson de la que ha estado hablando durante tantos meses!Se precipit hacia el dormitorio, virtuosamente indignado. Qu era eso de disponer as del dinero? Se inclin sobre su mujer.-Nettie! -grit-. Nettie, despierta!Nettie no se movi.-Qu has hecho con mi dinero! -rugi Smith.Nettie se agit, ligeramente. La luz de la calle brillaba en sus hermosas mejillas.A Nettie le pasaba algo. El corazn de Smith lata con violencia. Se le sec la boca. Se estremeci. Se le aflojaron las rodillas.-Nettie, Nettie! -dijo-. Qu has hecho con mi dinero?Y en seguida, esa idea horrible. Y luego el terror y la soledad. Y luego el infierno, y la desilusin. Smith se inclin hacia ella, ms y ms, hasta que su oreja febril descans, firmemente, irrevocablemente, sobre el pecho redondo y rosado.-Nettie! -grit.Tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-ticMientras Smith se alejaba por la avenida, internndose en la noche, Braling y BralingDos se volvieron hacia la puerta de la casa.-Me alegra que l tambin pueda ser feliz -dijo Braling.-S -dijo Braling Dos distradamente.-Bueno, ha llegado la hora del cajn, Braling Dos.-Precisamente quera hablarle de eso -dijo el otro Braling mientras entraban en la casa-.El stano. No me gusta. No me gusta ese cajn.-Tratar de hacerlo un poco ms cmodo.-Las marionetas estn hechas para andar, no para quedarse quietas. Le gustara pasarse las horas metido en un cajn?-Bueno-No le gustara nada. Sigo funcionando. No hay modo de pararme. Estoy perfectamente vivo y tengo sentimientos.-Esta vez slo ser por unos das. Saldr para Ro y entonces podrs salir del cajn. Podrs vivir arriba.Braling Dos se mostr irritado.-Y cuando usted regrese de sus vacaciones, volver al cajn.-No me dijeron que iba a vrmelas con un modelo difcil.-Nos conocen poco -dijo Braling Dos-. Somos muy nuevos. Y sensitivos. No me gustanada imaginarlo al sol, rindose, mientras yo me quedo aqu pasando fro.-Pero he deseado ese viaje toda mi vida -dijo Braling serenamente.Cerr los ojos y vio el mar y las montaas y las arenas amarillas. El ruido de las olas le acunaba la mente. El sol le acariciaba los hombros desnudos. El vino era magnfico.-Yo nunca podr ir a Ro -dijo el otro-. Ha pensado en eso?-No, yo-Y algo ms. Su esposa.-Qu pasa con ella? -pregunt Braling alejndose hacia la puerta del stano.-La aprecio mucho.Braling se pas nerviosamente la lengua por los labios.-Me alegra que te guste.-Parece que usted no me entiende. Creo que estoy enamorado de ella.Braling dio un paso adelante y se detuvo.-Ests qu?-Y he estado pensando -dijo Braling Dos- qu hermoso sera ir a Ro, y yo que nunca podr irY he pensado en su esposa y creo que podramos ser muy felices, los dos, yo y ella.-M-m-muy bien.-Braling camin hacindose el distrado hacia la puerta del stano-.Espera un momento, quieres? tengo que llamar por telfono.Braling Dos frunci el ceo.-A quin?-Nada importante.-A Marionetas, Sociedad Annima? Para decirles que vengan a buscarme?-No, no Nada de eso!Braling corri hacia la puerta. Unas manos dc hierro lo tomaron por los brazos.-No se escape!-Sultame!-No.-Te aconsej mi mujer hacer esto?-No.-Sospech algo? Habl contigo? Est enterada?Braling se puso a gritar. Una mano le tap la boca.-No lo sabr nunca, me entiende? No lo sabr nunca.Braling se debati.-Ella tiene que haber sospechado. Tiene que haber influido en t!-Voy a encerrarlo en el cajn. Luego perder la llave y comprar otro billete para Ro, para su esposa.-Un momento, un momento! Espera! No te apresures. Hablemos con tranquilidad.-Adis, Braling.Braling se endureci.-Qu quieres decir con adis?Diez minutos ms tarde, la seora Braling abri los ojos. Se llev la mano a la mejilla.Alguien la haba besado. Se estremeci y alz la vista.-Cmo No lo hacas desde hace aos -murmur.-Ya arreglaremos eso -dijo alguien.