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61 Otoño de 1997 Acontecimiento E n este libro Mariano Moreno nos ofrece una serie de reflexiones sobre el tema del neoliberalismo, sus presupuestos antropológicos (su modo de caracterizar la realidad humana) y sus consecuencias (glo- balización económica, dualización mundial, antihumanismo capitalis- ta, etc.) tanto a escala global como en esferas regionales predilectas para el personalismo: el Sur latino- americano, africano, asiático… in- cluso el Sur inserto dramáticamen- te en las cloacas de nuestras gran- des y satisfechas ciudades norteñas. Al provenir la mayor parte de la obra de trabajos dirigidos a su elo- cución, M. Moreno ha adaptado al estilo escrito las conferencias y ha elegido las que permitían una es- tructuración suficientemente siste- mática de las siguientes ideas fuer- za: Denuncia del antihumanismo implícito en la ideología neoliberal capitalista (por mor de su raigam- bre egoísta, verdadera esencia del pensamiento utilitarista, liberal y capitalista, que fundamenta este pretendido «pensamiento único»). Descripción de la crisis de la persona que acontece en este mun- do de fines del siglo XX (rasgos de la cual son la ausencia de interiori- dad, de alteridad, y la extroversión objetual del hombre en vez de la conversión hacia la trascendencia del prójimo y de Dios). Manifestación de la eminencia de la dignidad humana frente a cualquier otro elemento o conside- ración, especialmente frente al ma- terialismo dinerario y su reduccio- nismo criminal: «sólo existe lo sus- ceptible de ser comerciado». Crítica de las teorías desarrollis- tas como elementos dulcificadores y eufemísticos de las duras conse- cuencias provocadas por el capita- lismo imperialista. Proposición de una antropología personalista como principal funda- mento de un sistema económico posible, cuya finalidad sea la con- secución de las condiciones mate- riales de posibilidad para el reco- nocimiento efectivo de la dignidad humana, y el desarrollo personal de la humanidad a escala global. El capítulo I («Europa: Filosofía e Ideología») analiza la construcción europea denunciando el solipsismo que afecta de raíz al movimiento europeísta. Desde Creta como origen históri- co ya vinculado a la idea de rique- za material y a la de guerra (sim- bolizada por el Minotauro), pasan- do por Grecia y Roma y sus muy parciales formulaciones del ser hu- mano (centradas en el concepto de ciudadanía, de identidad, y por lo tanto cerradas a cal y canto a todo posible requerimiento de la alteri- dad, que además es reputada de bárbara), 1 y el proyecto intelectual del Hegel que admira el imperialis- mo napoleónico, o del contemporá- neo Husserl y su logocentrismo eu- ropeo como deseable destino co- mún para todas las culturas del planeta, ve discurrir M. Moreno la esencia permanente de lo que lla- mamos Europa: la consecución de un dominio técnico de la naturale- za, así como la sumisión y coloni- zación de las otras culturas de nuestro mundo. Si como decía Mounier 2 son las «sociedades del nosotros», las edificadas desde la base de la nega- ción de los otros no pertenecientes a mi/nuestro grupo, modos de or- ganización comunitaria humana pueriles, primarios y peligrosos, entonces debemos concluir que la situación de la llamada civilización occidental, y por ende la del mun- do entero dada la primacía de ésta, es semejante a la de un niño capri- choso cuyo juego puede acabar en tragedia debido a su falta de con- ciencia moral, esa que nos hace percibir la realidad del otro hom- bre, del otro pueblo, de la otra raza o cultura, como digna per se y como peticionaria de mi respuesta en defensa de su valor y supervi- vencia. Los capítulos II y III («Presupues- tos básicos del neoliberalismo» y «Presupuestos antropológicos del liberalismo») es un repaso de las ideologías que constituyen la ma- triz del neoliberalismo actual, y del mismo concepto de hombre que to- das ellas alcanzan a afirmar. Se destaca en este punto el papel del liberalismo clásico, tanto en su faceta política (Locke) como en su faceta económica (Adam Smith, David Ricardo). Mientras son evi- dentes los logros del liberalismo Mariano Moreno Villa: Cuando ganar es perder Acción Cultural Cristiana, Madrid, 1997 Eduardo Martínez Miembro del Instituto E. Mounier El libro del trimestre

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  • 61Otoo de 1997 Acontecimiento

    En este libro Mariano Moreno nosofrece una serie de reflexionessobre el tema del neoliberalismo,sus presupuestos antropolgicos (sumodo de caracterizar la realidadhumana) y sus consecuencias (glo-balizacin econmica, dualizacinmundial, antihumanismo capitalis-ta, etc.) tanto a escala global comoen esferas regionales predilectaspara el personalismo: el Sur latino-americano, africano, asitico in-cluso el Sur inserto dramticamen-te en las cloacas de nuestras gran-des y satisfechas ciudades norteas.

    Al provenir la mayor parte de laobra de trabajos dirigidos a su elo-cucin, M. Moreno ha adaptado alestilo escrito las conferencias y haelegido las que permitan una es-tructuracin suficientemente siste-mtica de las siguientes ideas fuer-za:

    Denuncia del antihumanismoimplcito en la ideologa neoliberalcapitalista (por mor de su raigam-bre egosta, verdadera esencia delpensamiento utilitarista, liberal ycapitalista, que fundamenta estepretendido pensamiento nico).

    Descripcin de la crisis de lapersona que acontece en este mun-do de fines del siglo XX (rasgos dela cual son la ausencia de interiori-dad, de alteridad, y la extroversinobjetual del hombre en vez de laconversin hacia la trascendenciadel prjimo y de Dios).

    Manifestacin de la eminenciade la dignidad humana frente acualquier otro elemento o conside-

    racin, especialmente frente al ma-terialismo dinerario y su reduccio-nismo criminal: slo existe lo sus-ceptible de ser comerciado.

    Crtica de las teoras desarrollis-tas como elementos dulcificadoresy eufemsticos de las duras conse-cuencias provocadas por el capita-lismo imperialista.

    Proposicin de una antropologapersonalista como principal funda-mento de un sistema econmicoposible, cuya finalidad sea la con-secucin de las condiciones mate-riales de posibilidad para el reco-nocimiento efectivo de la dignidadhumana, y el desarrollo personal dela humanidad a escala global.

    El captulo I (Europa: Filosofa eIdeologa) analiza la construccineuropea denunciando el solipsismoque afecta de raz al movimientoeuropesta.

    Desde Creta como origen histri-co ya vinculado a la idea de rique-za material y a la de guerra (sim-bolizada por el Minotauro), pasan-do por Grecia y Roma y sus muyparciales formulaciones del ser hu-mano (centradas en el concepto deciudadana, de identidad, y por lotanto cerradas a cal y canto a todoposible requerimiento de la alteri-dad, que adems es reputada debrbara),1 y el proyecto intelectualdel Hegel que admira el imperialis-mo napolenico, o del contempor-neo Husserl y su logocentrismo eu-ropeo como deseable destino co-mn para todas las culturas delplaneta, ve discurrir M. Moreno la

    esencia permanente de lo que lla-mamos Europa: la consecucin deun dominio tcnico de la naturale-za, as como la sumisin y coloni-zacin de las otras culturas denuestro mundo.

    Si como deca Mounier2 son lassociedades del nosotros, lasedificadas desde la base de la nega-cin de los otros no pertenecientesa mi/nuestro grupo, modos de or-ganizacin comunitaria humanapueriles, primarios y peligrosos,entonces debemos concluir que lasituacin de la llamada civilizacinoccidental, y por ende la del mun-do entero dada la primaca de sta,es semejante a la de un nio capri-choso cuyo juego puede acabar entragedia debido a su falta de con-ciencia moral, esa que nos hacepercibir la realidad del otro hom-bre, del otro pueblo, de la otra razao cultura, como digna per se ycomo peticionaria de mi respuestaen defensa de su valor y supervi-vencia.

    Los captulos II y III (Presupues-tos bsicos del neoliberalismo yPresupuestos antropolgicos delliberalismo) es un repaso de lasideologas que constituyen la ma-triz del neoliberalismo actual, y delmismo concepto de hombre que to-das ellas alcanzan a afirmar.

    Se destaca en este punto el papeldel liberalismo clsico, tanto en sufaceta poltica (Locke) como en sufaceta econmica (Adam Smith,David Ricardo). Mientras son evi-dentes los logros del liberalismo

    Mariano Moreno Villa: Cuando ganar es perderAccin Cultural Cristiana, Madrid, 1997

    Eduardo MartnezMiembro del Instituto E. Mounier

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    poltico (aunque no suficientes) sonsangrantes las conquistas fratrici-das alcanzadas por el liberalismoeconmico. Seguidores de esta tra-dicin son los economistas con-temporneos de la Escuela de Chi-cago (con Milton Friedman a la ca-beza) que cuentan con un refuerzoterico renovado en la teora de lajusticia de John Rawls. El ltimoepgono de esta secuencia es el in-merecidamente clebre Francis Fu-kuyama y su teora (!) del final dela historia, acabose caracterizadopor la democracia formal y la eco-noma capitalista de mercado.

    En cuanto al concepto de hom-bre que sostiene esta tradicin inte-lectual hemos de decir con M. Mo-reno que se caracteriza por los si-guientes elementos:

    El hombre es plenamente en suindividualidad, sin necesidad de re-curso esencial3 a ser exterior algu-no. Desde esta ptica se plantea lasubjetualidad del hombre y suyoidad de un modo cerrado quejams da cabida al otro en su hori-zonte.

    El hombre es y vale por lo quetiene o por lo que es capaz de ha-cer. Por ello el hombre es proleta-rio, es marginado, es excluido,es nadie, y finalmente, al ser te-nido por nada, es aniquilado sinpiedad.

    Nuestra situacin actual, marca-da por una grave crisis espiritual,es el punto necesario de llegada delos postulados defendidos por latradicin liberal. Pero lo ms asom-broso de esta crisis es la casi nulaconciencia que de ella se tiene enlos diferentes mbitos sociales y, enlos que la tienen, lo poco clara ydistinta que es. Estn por una par-te los satisfechos, los que ven la fe-ria desde arriba, los que se divier-ten, y para los que no existe msque un drama teatral (personajes yno personas son para ellos los ac-tores del mismo) en el que no seven implicados inmediatamente.Por otra parte estn los que perci-biendo la realidad de la crisis no lasienten en sus propias carnes, y

    adems son confundidos por la in-terpretacin manipulada que de lacrisis hacen los medios de comuni-cacin de masas y las diferentesinstituciones creadas por el Estadoad hoc.

    En lo personal-comunitario, ni-co mbito de esperanza para unasalida digna y humana, la crisis semanifiesta en los siguientes facto-res:

    Crisis de la teora (del estudiodetenido y la reflexin) y de la pra-xis (de la accin comprometida afavor del Otro hombre).

    Vertiginosidad de la vida queempuja a una concepcin economi-cista del tiempo y a una avariciarespecto del mismo.

    Alienacin televisiva e institu-cional cuya ms grave consecuen-cia es la muerte del mbito comu-nitario (familiar, eclesial, asociati-vo).

    Ausencia de interioridad perso-nal y, por lo tanto, de un verdade-ro proceso de autodescubrimiento ypersonalizacin.

    Ausencia de alteridad debida alfactor anterior: al no sabernos per-sonas (al creernos individuos) notenemos noticia de nuestra ineludi-ble apertura al Otro humano (prji-mo) y al Otro divino (Dios).

    Extroversin en lo objetualcomo sucedneo de lo projimal. Nonos empeamos en ser con y paralos dems, sino en tener ms quelos dems.

    Crisis de la Trascendencia: porno sabernos hijos tampoco pode-mos ver a nuestro padre, y, porende, nos est vedada cualquier

    fraternidad debiendo conformarnoscon un sucedneo insuficientecomo la tan manida solidaridad.

    En el captulo IV (El egosmocomo presupuesto tico del libera-lismo) se hace un estudio histricodel carcter egosta de la tradi-cin liberal. Como ejemplos ilustresde proposicin del egosmo comopauta axial de la moralidad encon-tramos a Shaftesbury, Mandeville yAdam Smith, que esencialmenteafirman que una especie de provi-dencia garantiza la armona de to-dos los egosmos, y la consecucinde un bien general compatible conel de todos los individuos. Frente aellos coloca M. Moreno a Santo To-ms y a Emmanuel Kant. Ellos re-conocen la vinculacin de la es-tructura subjetual y yica del hom-bre como elemento volitivo egosta,pero niegan su virtuosidad, su pa-pel central en el mbito de la mo-ral humana. A cierto egosmo se lereconoce una efectividad positiva(evidenciada hoy por la psicologacon su estudio de la autoestima),pero estos autores creen que loesencial de la moral perece sin laprioridad caracterizada de unmodo diferente en cada autor delo Otro. Para Santo Toms estaotredad se concretaba en Dios y enlos prjimos como hermanos entanto que hijos de Dios. Para Kantesta otredad se manifestaba en laheteronoma de la ley moral que elsujeto moral, autnomamente (pormor de su racionalidad), se daba yrespetaba.

    El captulo V (Perder para el ne-oliberalismo es ganar en dignidadhumana) da las claves de la nuevareligin hoy imperante: el econo-micismo capitalista.

    El economicismo capitalista,desde siempre, ha reprimido y ne-gado la dignidad humana de laspersonas como paso primero haciasu opresin y explotacin. Unejemplo evidente de esto lo tene-mos en el debate acontecido en Es-paa sobre la humanidad o anima-lidad de los seres hallados en lastierras del nuevo mundo.4 De un

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    lado los esclavistas y encomende-ros los protocapitalistas preten-den la negacin de la naturalezahumana a los indgenas para poderesclavizarlos sin obstculos jurdi-cos o morales. ste no es el casoms grave de la historia de la hu-manidad. Ms grave es que ocu-rriera lo mismo en Amrica delNorte y no hubiera debate algunoque denotara la ms mnima preo-cupacin por la dignidad humanadel indgena; o que en la Alemanianazi se creara una compleja ideolo-ga xenfoba como legitimacindel mayor genoci-dio que ha conoci-do la Historia.

    El neoliberalis-mo se nos vendecomo pensamientonico, casi comoreligin nica eneste mundo descre-do. Pseudoreli-gin, pues tal es laque no humanizaal hombre, la queno le permite espe-ranza ms all deinfames cantos desirena desarrollis-tas, la que tratacomo nadas a losque no saben, pue-den, o quieren ad-mitirla, la que secuela alienadora-mente en la con-ciencia de los hom-bres y los hace ser,al mismo tiempo,presas y verdugosde este drama.

    El captulo VI sededica a la crticadel reformismo de-sarrollista. El con-junto de teorasque puede caerbajo esta denomi-nacin retratan lasituacin econmi-ca mundial como lade un mbito en el que existen pa-ses que encontramos desarrolla-

    dos, y otros que estn subdesarro-llados, o atencin al eufemismo

    en vas de desarrollo. Para M.Moreno estas componendas no son

    ms que ocultaciones de una inne-gable complicidad con el imperia-lismo. Lo que existen hoy son pa-ses superdesarrollados y pasesinfradesarrollados por la accinexplotadora de aqullos otros. Enesto coincide con los tericos de ladependencia y se opone a las tesisdualistas (es la incompatibilidadentre los sectores capitalista y tra-dicional de un pas la responsabledel subdesarrollo), y etapistas (lospases deben cumplir una serie decondiciones que posibiliten sudespegue hacia el desarrollo, de-

    ben ser ayuda-dos en este es-fuerzo por losms desarrolla-dos, y al finalconseguiremosun mundo eco-nmicamentemaduro consti-tuido por socie-dades de consu-mo masivo.

    La iglesia ca-tlica, con sumejor herra-mienta: el evan-gelio, tiene lapotencialidad deobstaculizar estamasacre efectua-da con los pue-blos empobreci-dos del Sur. Apesar de situa-ciones en las queel Evangelio fuetraicionado porsus propios y su-puestos defenso-res (nuestra igle-sia es casta etmeretrix) esto nodeja de ser radi-calmente cierto,como lo de-muestran losmiedos del capi-talismo, y lasmedidas aliena-

    doras que est tomando (propulsinde los sectarismos, de los horsco-

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    pos, de los telepredicadores; de todoaquello que fragmente al hombre ylo aleje de un proyecto de justiciauniversal como el cristiano catli-co).

    El captulo VII presenta las tesiscentrales de la teora de la depen-dencia, con la que coincide M.Moreno y que opone al reformismodesarrollista.

    El logro principal de esta teoraes estar estructurada como un in-tento de cambio radical, revolucio-nario y no meramente reformista.Hasta el esquema categorial quemaneja refleja este fenmeno; aquno se hablar ms de pobrezasino de empobrecimiento, no msde vas de desarrollo sino de vasde liberacin, no ms de situacio-nes de subdesarrollo sino de es-tructuras de dominio y explota-cin. Estudia en particular el apor-te de Enrique Dussel (filsofoargentino residente en Mxico) a lateora de la dependencia, y sobre elque M. Moreno realiz su tesis doc-toral en filosofa.

    En el captulo final (VIII) titula-do La filosofa, entre la opresin yla liberacin, el autor expone suidea de la funcin primordial de lafilosofa necesaria en esta situacinglobal.

    Slo una filosofa llevada a cabodesde el Sur (no necesariamentedesde el punto de vista geogrfico,pero s desde una ptica compro-metida, compasiva y fraterna paracon el empobrecido) puede satisfa-cer las notas propias de aquello

    creado por los griegos y definidocomo amor al saber y al bien.5 Porotra parte, slo una filosofa en laque el papel de ciencia primera lolleve a cabo la tica y no la gnose-ologa, ser capaz de dar cabida ala dignidad del hombre y su subsi-guiente defensa. Sobre esto M. Mo-reno ve absolutamente necesaria ladestruccin de la ontologa occi-dental como substrato metafsicode los fenmenos de explotacinque ahora analizamos. Esto consti-tuir no una versin filosficapostmoderna, sino metamoderna,no opuesta a lo mejor de la moder-nidad y yacente en los dbiles tpi-cos postmodernos, sino aprovecha-dora de ella y pretendiendo la su-peracin de sus limitaciones pormedio de una nueva alternativa ra-dicalmente humanista. Se trata denuevo del proyecto de Mounier: re-hacer el renacimiento en clave per-sonalista.

    En definitiva, M. Moreno denun-cia la sangre derramada del herma-no empobrecido, describe la actua-

    lidad econmica y cultural con ri-gor intelectual y valenta frente alos tpicos encomiables, manifiestala dignidad de aquel prjimo opri-mido y explotado, critica el refor-mismo intelectual y su complicidadcon el desorden establecido, y nospropone adems de una filofofa dey para la liberacin, un cambio demente (metanoia) y, lo que es im-prescindible, un cambio de volun-tad (metaboulia), lo que los anti-guos mexicanos (nahuas) asumancomo una de las metas de su siste-ma educativo: la humanizacin delquerer.6

    Notas1. Para un lcido anlisis de este asunto ver

    El hombre como persona, Mariano More-no Villa, Coleccin Esprit, Caparrs Edi-tores, Madrid 1995, Cap. VI.

    2. Manifiesto al servicio del Personalismo,E. Mounier, OO.CC. Edit. Sgueme, Sala-manca 1992, pg. 638.

    3. A la metafsica tradicional aplicada porestos pensadores le es imprescindible elrecurso a lo no-yo pero se caracterizaesta necesidad como accidental y, por lotanto, como no esencial. Tal fenmeno lopodemos encontrar desde Aristteles, pa-sando por Descartes y llegando al con-temporneo pensamiento econmico.

    4. Ver La lucha por la justicia en la conquis-ta de Amrica, L. Hanke, Colegio Univer-sitario de ediciones, Istmo, Madrid 1988.

    5. Ver Humanismo del Otro Hombre, E. L-vinas, Coleccin Esprit, Caparrs Edit.,Madrid 1993; donde Lvinas plantea quela cima de la filosofa platnica es su lle-gada a un extremo tico, la idea de bien,como culmen de la sabidura.

    6. Ver El hombre en el pensamiento religio-so nhuatl y azteca, Mercedes de la Gar-za, Universidad Nacional Autnoma deMxico, Mxico D. F. 1990.

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