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María Magdalena – Una historia de perdón

Historia para niños durante el servicio dominical

Materiales:

• Foto de Aimee Semple McPherson • Videoclip en línea: “Aimee Semple McPherson”

Preparación:

• Prepare todos los materiales necesarios.

• Debido a que la descarga de los videos en línea toma varios minutos, descargue el video en su computadora antes de que empiece el servicio. Esto asegurará que esté listo cuando lo necesite durante la historia.

• Invite a los niños a que se acerquen al altar.

• El lector de la historia se sienta en una silla y los niños se sientan en el suelo en frente de él/ella.

• Incluya la historia aunque no haya niños en su congregación a fin de que las familias se sientan bienvenidas y de ese modo se motiven para venir al servicio.

• Puede agregar su propia creatividad a las historias. Debe sentirse cómodo con el uso de marionetas, accesorios, o puede contar la historia tal como está escrita.

• Siéntase libre de adecuar el contenido para que se ajuste al tiempo previsto para la historia. Sin embargo, para el desarrollo espiritual de los niños, le animamos a que mantenga la mayor cantidad de las Enseñanzas de los Maestros Ascendidos como sea posible.

Tiempo: 9-10 minutos dependiendo de quién narre la historia y de las respuestas de los niños.

Buenos días y bienvenidos a nuestra historia para los niños. Hoy estaremos celebrando el día de la fiesta de Santa María Magdalena.

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En la Biblia está escrito que cuando María Magdalena conoció a Jesús y le escuchó predicar, lo reconoció como el Cristo y abandonó su antigua vida. Comenzó a vivir una vida de amor por Jesucristo y por Dios.

Podrán recordar a María Magdalena como la primera persona a quien Jesús se le apareció cuando resucitó en el Domingo de Resurrección. María Magdalena es la llama gemela de Jesús y actualmente es la ascendida maestra Magda.

La historia de hoy tiene lugar durante el tiempo de Jesús justo antes de ir a Jerusalén para la Pascua. Jesús está en Betania, un pueblo a pocos kilómetros de Jerusalén.

María Magdalena lava los pies de Jesús

Seis días antes de la crucifixión, Jesús fue a Betania, donde había resucitado a Lázaro de entre los muertos. Fue en ese tiempo que un fariseo, Simón, organizó una cena e invitó a Jesús y a Lázaro como sus invitados de honor. Jesús había sanado a Simón de la lepra.

La casa estaba llena de invitados, incluyendo a María Magdalena y a Marta y a muchos otros de los discípulos de Jesús. Cuando llegó la hora de cenar, Marta como de costumbre sirvió la cena. María Magdalena estaba pensando en Jesús y en lo mucho que había hecho por ella. Creía que Jesús la había salvado y que la ayudó a encontrar a Dios en su vida.

María Magdalena anhelaba decirle a Jesús lo agradecida que estaba y lo mucho que le quería. Tenía una idea, ¿pero, se atrevería a realizarla? Lo había pensado por largo tiempo y concluyó que el momento era ahora. Después de todo Jesús no estaría por mucho tiempo si los líderes de Jerusalén lograban lo que querían.

Muy despacio, María Magdalena camino hacia Jesús, inadvertida por los demás invitados, quienes estaban ocupados comiendo y hablando unos con otros. Debajo de una manta, sacó un precioso frasco de alabastro que contenía una libra de nardo puro, un perfume muy caro.

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Lentamente, María Magdalena derramó un poco del aceite sobre la cabeza y los pies de su amado maestro y ungió sus pies.

Luego hizo algo muy sorprendente, con mucho cuidado secó los pies de Jesús con su pelo.

La casa se llenó del olor del perfume. Y uno de los discípulos dijo: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?”.

Jesús dijo: “¿Por qué molestáis a esta mujer? Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura”.

Entonces Jesús hizo una profecía notable.

“De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella”.

Y así ha sucedido a través de todos los mil novecientos años que han pasado desde entonces. El acto amoroso de María nunca será olvidado.

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Pero Simón seguía preocupado. Conocía bien a María Magdalena. Le había conocido antes de que ella se convirtiera al Señor y que había pecado contra Dios. No podía entender por qué Jesús dejaba que una mujer con tal pasado se comportara como esta.

Simón dijo para sí: “Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”.

Jesus sabía lo que Simón estaba pensando.

“Simón”, dijo Jesús, “una cosa tengo que decirte”.

“¿Qué es?”, preguntó Simón.

Entonces Jesús le contó una historia sobre un hombre a quien otros dos le debían dinero. Uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Viendo que no tenían con qué pagar, perdonó a ambos.

“Dime”, dijo Jesús, “¿cuál de ellos le amará más?”.

¿Quién creen que le amaba más, el que le debía más o el que le debía menos? (Permita que los niños respondan).

Así es como Simón respondió.

“Aquel a quien perdonó más”, dijo Simón.

“¡Correcto!”, dijo Jesús.

A continuación, señalando hacia María Magdalena, dijo: “¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama”.

Entonces, hablando a María Magdalena, dijo: “Tus pecados te son perdonados…Tu fe te ha salvado; ve en paz”.

Simón estaba sorprendido.

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Simón creía que porque María Magdalena había pecado una vez ella siempre debía ser considerada pecadora. Jesús dijo que no era así, María Magdalena había sido perdonada. Ella fue y es tan querida para Dios como todos sus hijos. María Magdalena es una hija de Dios, ahora y siempre. Nosotros también tenemos la oportunidad de ser perdonados de nuestros pecados cuando le pedimos perdón a Dios. ¡Dios nos ama mucho a cada uno de nosotros!

(Historia de Arthur Maxwell parcialmente adaptada: La historia de la Biblia, vol. 9).

CONCLUSIÓN:

¿Alguna vez han pedido perdón a Dios, a un amigo o a un miembro de la familia? (Permita que los niños respondan).

Se siente bien ser perdonado, ¿verdad? También tenemos que recordar que debemos perdonarnos a nosotros mismos.

La acción de María Magdalena de ungir los pies de Jesús ilustra la gratitud que sienten las personas cuando son perdonadas. En esta historia, podemos ver el verdadero amor espiritual que existía entre María Magdalena y Jesucristo. ¿Han sentido agradecimiento por alguien que les ha perdonado? (Permita que los niños respondan).

Así es como se sentía María Magdalena por Jesús.

Más tarde, en su última encarnación como Aimee Semple McPherson, vivió una vida de devoción a Jesús. Aquí hay una foto de ella. (Ver imagen).

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Aimee Semple McPherson fue instrumento de Jesús en la Tierra para la curación y la conversión de muchas personas.

Aquí hay video corto de Aimee Semple McPherson y cómo ella estableció su iglesia contra mucha oposición. Escucharán el poder de su voz y su profundo amor por Jesús. (Reproducir el videoclip).

Transcripción del video

Dedicado a la causa del evangelismo mundial e internacional; así se lee en la piedra angular del enorme Templo Angelus de cinco mil asientos de Aimee Semple McPherson cuando se abrieron sus puertas el 1 de enero de 1923.

No fue casualidad que la fundadora de la Iglesia Cuadrangular estuviera tan enfocada en la Gran Comisión. Aimee dejó la comodidad del hogar y partió con sus dos hijos para evangelizar a Estados Unidos en una época en que las mujeres ni siquiera tenían derecho a votar, y una mujer predicadora era algo inaudito y en algunos lugares incluso impensable.

“Pero de día y de noche, Jesús hablaba a mi alma: ‘Irás ahora, predica, predica, predica la Palabra de Dios’”.

A pesar de los obstáculos Aimee no se rendía. Había respondido a la última llamada, y pronto se trasladó a la floreciente ciudad de Los Ángeles. Llegó nada más con su “automóvil del evangelio”, como ella lo llamaba, cien dólares y una pandereta. Era el año de 1918.

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Solo había medio millón de personas en Los Ángeles, cuando llegó, pero en los próximos diez años la ciudad se triplicó en tamaño.

La hermana Aimee, como le llamaban a menudo, creció en popularidad y también el número de personas que su ministerio estaba impactando para Dios.

Todos los domingos más de dieciséis mil personas apretujadas en el Templo Angelus escuchaban a la evangelista proclamar el evangelio.

No tenía ni la voz masculina ni la voz aguda de mujer. Tenía una voz agradable que cautivaba. Y cuando empezaba a hablar hacía inclinar a la gente que decía: “esta mujer está diciendo algo importante”.

“Amigos, les diré, ¡uh!, es emocionante ser predicadora. ¿Por qué no se convierte cada uno de ustedes? Entreguen sus corazones a Dios. Vengan a ayudarme a convertir al mundo al reino de Jesucristo. La vida comienza en el Evangelio Cuadrangular con la salvación, el bautismo con el Espíritu Santo, la sanidad divina. Que sepa el mundo que estás del lado del Señor”.

(Extraído de A Look Back: Aimee Semple McPherson [Una mirada hacia atrás: Aimee Semple McPherson], Fundadores de Ministerios Cuadrangulares, 1991).

¿Le escucharon decir: “Que sepa el mundo que estás del lado del Señor?” ¿Pudieron sentir su amor por Jesús?

Después de esa encarnación, Aimee ascendió y ahora es la ascendida maestra Magda. Si llamamos a Magda, ella nos ayudará

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a encarnar la fe, el coraje y la perseverancia y su poder de hablar la Palabra del Señor.

Gracias por participar en nuestra historia para los niños. Que tengan un maravilloso día.