Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

16
La dimension de lo colectivo: reflexiones en tomo a la nocion de subjetividad en la psicologia social Margarita Baz* LA CLJESTI~N DE LA SUBJETNIDAD ha sido el referente comun mas significa- tivo en distintos proyectos academicos que hemos construido en el ambito de la psicologia en la UAM-Xochirnilco; quizas por ello, porque su visibilidad e insistencia hacen sospechosa su aparente transparen- cia y obviedad, vale la pena dejar que nos interrogue, sacudir la fami- liaridad que la recubre y repensar las apuestas teoricas que hicimos sobre ella. Porque, en efecto, senalarla como eje definitorio de un campo implico una eleccion que le dio cauce a una busqueda que, sorprendentemente, no esta agotada; por el contrario, se renueva y se recrea. Y, sin embargo, en lo personal, el tema de la subjetividad me produce, por decir lo menos, una gran perplejidad; me seducen sus paradojas y el principio de incertidumbre que le es inherente, pero tambien me incomoda su tenaz resistencia a ser hablada, a ser pensada. Como si tuvieramos que quedarnos siempre en los bordes; mas aila estanan las preguntas imposibles de responder respecto a la condicion humana, lo abismal. ~ntonces, el mito fundante tiene que proveer el asidero para intentar construir el conocimiento; asi, la hor- da primitiva, el objeto a, el Otro y nociones por el estilo, ocupan -precariamente, hay que decirle- en la era de la modernidad y la posmodemidad, el lugar que se otorgo en otros tiempos a Dios como definicion de la subjetividad absoluta. A pesar de las dificultades, los discursos acerca de la subjetividad proliferan, provenientes no solo de la filosofia -que, al menos desde Descartes, nunca ha dejado de explorar y recorrer el tema del suje- t- sino de diversas disciplinas y, naturalmente, del psicoanalisis, cuyos aportes han sido fundamentales para teorizar acerca del su- jeto y la subjetividad. En realidad lo que ha sido particularmente problematico es el abordaje de la subjetividad en el campo del *Profesora-investigadora. Departamento de Educacion y Comunicacion, U&V- Xochimilco.

Transcript of Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

Page 1: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

La dimension de lo colectivo: reflexiones en tomo a la nocion de subjetividad en la psicologia social

Margarita Baz*

LA CLJESTI~N DE LA SUBJETNIDAD ha sido el referente comun mas significa- tivo en distintos proyectos academicos que hemos construido en el ambito de la psicologia en la UAM-Xochirnilco; quizas por ello, porque su visibilidad e insistencia hacen sospechosa su aparente transparen- cia y obviedad, vale la pena dejar que nos interrogue, sacudir la fami- liaridad que la recubre y repensar las apuestas teoricas que hicimos sobre ella. Porque, en efecto, senalarla como eje definitorio de un campo implico una eleccion que le dio cauce a una busqueda que, sorprendentemente, no esta agotada; por el contrario, se renueva y se recrea. Y, sin embargo, en lo personal, el tema de la subjetividad me produce, por decir lo menos, una gran perplejidad; me seducen sus paradojas y el principio de incertidumbre que le es inherente, pero tambien me incomoda su tenaz resistencia a ser hablada, a ser pensada. Como si tuvieramos que quedarnos siempre en los bordes; mas aila estanan las preguntas imposibles de responder respecto a la condicion humana, lo abismal. ~ntonces, el mito fundante tiene que proveer el asidero para intentar construir el conocimiento; asi, la hor- da primitiva, el objeto a, el Otro y nociones por el estilo, ocupan -precariamente, hay que decirle- en la era de la modernidad y la posmodemidad, el lugar que se otorgo en otros tiempos a Dios como definicion de la subjetividad absoluta.

A pesar de las dificultades, los discursos acerca de la subjetividad proliferan, provenientes no solo de la filosofia -que, al menos desde Descartes, nunca ha dejado de explorar y recorrer el tema del suje- t- sino de diversas disciplinas y, naturalmente, del psicoanalisis, cuyos aportes han sido fundamentales para teorizar acerca del su- jeto y la subjetividad. En realidad lo que ha sido particularmente problematico es el abordaje de la subjetividad en el campo del

*Profesora-investigadora. Departamento de Educacion y Comunicacion, U&V- Xochimilco.

Page 2: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBJETIVIDAD

conocimiento cientifico en el presente siglo. Asi, en los procesos de investigacion se le ha considerado fuente de error, elemento indesea- ble que tendria que ser neutralizado y evacuado; como motivo de estudio es descalificada en la medida en que se le considera una cate- goria metafisica, incompatible con las aspiraciones del aentificismo "duro". No obstante, en los ultimos anos empieza a perfilarse un escenario distinto en lo concerniente a las ciencias soaales; de alguna manera se ha vuelto impostergablc el abordar la tematica de la subje- tividad, correlativamente con la necesidad de modificar las concep- ciones tradicionales de aenaa y de metodo cientifico -por ejemplo en lo relativo al par dicotomico sujetolobjeto de conocimiento- y de desarrollar aproximaciones metodologicas menos ortodoxas. Pero las cosas van mas alla de eso; estamos hablando de la transformacion de categonas de pensamiento que han sido celosamente resguardadas por la tradicion y que hoy se denuncian como obstaculos epistemo- logicos importantes. Empiezan a perder fuerza los deterrninismos faciles y las visiones mecanicistas.

La confluencia de factores que tienen que ver con el cambio de perspectiva que se aprecia en el estudio y la reflexion acerca del ser humano, la sociedad, y la cultura ha sido considerado por algunos autores contemporaneoslcomo un "retorno del sujeto", del sujeto historico y multidimensional, con toda su fragilidad y vulnerabili- dad. La "critica de la subjetividad, de la que se ocupa una parte significativa de la filosofia contemporanea -montada sobre el deba- te con Descartes, Kant y Husserl entre otros "clasicos" de la filosofia del sujeto- ha aportado lo suyo al pugnar por una desconsttuccion sistematica de la identidad metafisica del sujeto. El psicoanalisis ha estado comprometido desde su surgimiento en la conceptualizacion de los procesos de la subjetividad, a contrapelo de las psicologias academicas que dieron por hecho la idea de un sujeto integrado y centrado en la conciencia; hoy crece su influencia a la par que se retoma aquella problematica. Por su parte, el arte, ubicado como "sub- jetividad pura", siempre ha sido convocado al ritmo impredecible de la imaginacion y las pasiones, al desorden; ahora, cada vez mas, em- pieza a ser reconocido como portador de claves importantes sobre la condicion humana. Asi, la cuestion de la subjetividad, profundamente perturbadora, va ramificandose y recomendo rutas ineditas. Las fron-

' Edgar Morin, entre otros.

Page 3: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA NOCION DE SUBJETIVIDAD EN LA PCICOLOG~A SOCIAL

teras entre filosofia, aencia y arte, que marcaban un cierto orden y regulaban campos y zonas de influencia, se tambalean; ni hablar de las rigidas demarcaciones que en otros momentos aislaron a los dis- tintos campos del conocimiento; hoy resulta evidente que la proble- matica de la subjetividad requiere un abordaje transdisciplinario y, sobre todo, la construccion de nuevas formas de pensamiento para transitar lo incierto, lo paradojico, las multiples ilusiones que nos for- jamos sobre nosotros mismos.

De tradiciones y deslindes

La expresion "subjetividad colectiva", utilizada para describir sinte- ticamente el campo de estudio de un programa de posgrado que hemos denominado "Psicologia social de grupos e instituciones",2 resulta problematica porque apunta a procesos heterogeneos y multiples; asi, nos movemos vertiginosamente por escalas muy dis- tintas y ponemos en juego categonas respaldas por cuerpos teori- cos diversos pero que no necesariamente se articulan exitosamente. Todo con sus riesgos y ventajas. Una de estas ultimas es el desafio que supone el abordaje de problematicas en construccion, estando convencida de que a la subjetividad le queda muy corto el espacio del consultorio, que debe ser pensada de otra manera, abierta a la sociedad y la cultura.

Lo primero que habria que advertir es que no se pretende opo- ner la nocion de "subjetividad colectiva" a una supuesta "subjetivi- dad individual"; tal interpretacion llevaria a instalarse nuevamente en las irresolubles dicotomias que tanto han obstaculizado el pensa- miento social. Por el contrario, el termino de "subjetividad colecti- va" pone en tension la logica del sentido comun que atribuye lo subjetivo a lo individual y lo colectivo a lo social. Otra vieja idea que se le puede atribuir -tambien en forma incorrecta- es la que pos- tula entes colectivos que, en analogia con el individuo, tienen pen- samiento e intenciones. Por otro lado, hay evidentemente multiples

Me refiero a la Maestria en Psicologia Social de Grupos e Instituciones y al area del misn~o nombre en el Doctorado en Ciencias Sociales de la UAM-Xochimilco. Esta referencia es importante tomarla en cuenta, si bien no es motivo de este trabajo analizar la estructura tematica de este programa de posgrado.

Page 4: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBJETIVIDAD

resonancias de los reiterados intentos de explicar lo que se ha deno- minado "psicologia de las multitudes o de las masas" o "psicologia de los pueblos" (o de alguna cultura o nacion como referente), "psi- cologia de los grupos", etcetera. Otra idea que facilmente asocia- mos es la de lo singular como equivalente a lo unico, irrepetible, diferente y local; por oposicion a lo colectivo como lo general, lo homogeneo, comun y plural.

En realidad, cada uno de los adjetivos mencionados puede ser motivo (v de hecho lo ha sido en diversos momentos de la filosofia -, y de la ciencia social) de diversos analisis que abren problematicas muy complejas. Como ejemplo, podriamos mencionar un tema contemporaneo de relevancia para el pensamiento social y que tie- ne ramificaciones politicas, eticas y de gran alcance teorico: el de la diferencia, que se conecta con interrogantes acerca de la historia, la variacion, la creacion, la autonomia; pero tambien estan las in- quietudes por las identidades nacionales, etnicas, grupales; o las problematicas de lo mismo, lo otro y lo comun. Lo interesante es que, lo que en otros tiempos eran mas bien considerados objetos de la especulacion filosofica, hoy son tareas del pensamiento impres- cindibles de la investigacion social que ha reconocido que el avance no depende de una desaforada coleccion de "datos" sino de las tareas de reflexion de las categorias con las que construye el conoci- miento para, entonces si, hacer posible un "dialogo" fructifero en- tre lo conceptual y lo empirico.

Una primera aproximacion critica nos hace ver que categonas como las aludidas no se resuelven en comodas clasificaciones; la mayor parte de eilas requeririan un cuidadoso desmontaje y sena- lan dimensiones que, lejos de excluirse o dividirse en polos opues- tos, arman una coexistencia tensa que da cuenta de la dinamica de los procesos sociales y, especificamente, apuntan a problematicas que implican a fondo los procesos de la subjetividad.

El acercamiento a la nocion de "subjetividad colectiva" -y al campo de la psicologia social en su cinjunto- hereda la tensa irresuelta problematica de la relacion entre lo singular y lo colecti- vo, lo individual y lo social, o estructuras psiquicas y estructuras sociales -como quiera que se exprese la inquietud por planos dife- renciados de la actividad humana. Por ejemplo, el dualismo indivi- duolsociedad ha sido fundante del campo de la sociologia; la mane-

Page 5: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA NOCION DE SUBJETIVIDAD EN LA PSICOLOG~A SOCIAL

ra de concebir el papel de ambos polos dio pie a importantes desa- rrollos en la ciencia social. A la idea de la primacia del todo sobre las partes que lo componen (Comte), siguieron las ideas del individuo como un producto de la sociedad, y de lo social definido por los criterios de exterioridad y coercion (Durkheim), asi como la critica marxista a las "robinsonadas" de los economistas clasicos.

El reconocimiento del hecho social como cualitativamente dis- tinto a los individuos y su caracter de "exterioridad en el doble sentido de que las instituciones preexisten al individuo y funcionan independientemente del uso que el individuo hace de ellas (el en- foque durkheimiano que da preeminencia al nivel de lo colectivo), fue complementado con la teorizacion sobre la accion social de Max Weber quien, en su apuesta por un margen de libertad del indivi- duo frente a la opresion de las instituciones sociales, desarrolla una comprension de la sociedad como producto de la actividad de los individuos; estas posturas, para algunos teoricos totalmente com- plementarias, ejemplifican variantes fundamentales del pensa- miento sociologico.

En realidad, la idea de que lo social no es reductible a la suma de los individuos es muy vieja, va mucho mas alla del surgimiento de la sociologia; pero al mismo tiempo, ha resultado muy dificil, en la practica y en la teoria, no reducir esa nocion a aproximaciones simplistas o ingenuas. Versiones contemporaneas acerca del tema de lo individual y lo social, insisten en la mutua conformacion de estos aspectos, concebidos ambos como procesos inseparables, mutables, en flujo continuo,3 precisiones que parecen fundamenta- les a ser incorporadas en la aproximacion a la subjetividad.

Ahora bien, en el caso de la psicologia social, no es la nocion abstracta de sociedad la que hemos puesto en juego, sino la idea de "lo colectivo", termino problematico que no tiene un sentido unico o un referente homogeno; tampoco puede reducirse a comodas descripciones empiricas. Como complemento tenso esta "lo singu- lar", que, senalo provisoriamente, tiene que ver con procesos de individuacion y diferenciacion, de emergencias locales y unicas, pero que es, tambien, un termino a interrogar.

Bien, es evidente que si queremos pensar la subjetividad se re- quiere un pasaje del termino individuo, categoria mas del orden

Norbert, Elias, El proceso de la civilizacion (1993).

Page 6: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBJRIVIDAD

biologico (individuo/especie), a la nocion de sujeto. Esto da cuenta del reemplazo de la logica del desarrollo natural por el orden sim- bolico; es decir, se es sujeto al ser inscrito y ocupar un lugar en el espacio simbolico. Estamos hablando entonces de lenguaje, en su doble acepcion de lengua -la institucion por excelencia, colectiva y tradicional por definicion- y de palabra, de discurso, que le sirve al sujeto para enunciarse como tal.

Asi, segun plantean algunas corrientes de la linguistica contem- poranea, el sujeto es sujeto en la medida de su capacidad de repre- sentarse como "yo". En otras palabras, en el estatuto linguistico de la persona se encontraria el fundamento de la subjetividad. Desde esta perspectiva, la reflexion sobre los pronombres personales ha sido una fuente muy fructifera para la comprension de la subjetivi- dad. Nos muestra por ejemplo que esta tiene siempre un caracter relacional, intersubjetivo; el "yo" es complementario del "tu" y mutuamente reversibles, pero es a la vez una palabra unica en el sentido de que nadie pueda decirla por m' (y aparece, naturalmen- te, el plano colectivo, el "nosotros", "vosotros" y "ellos"). Pero ade- mas, la palabra implica otro -real o imaginario- que sostiene el discurso. Para E. Benveniste, esto habla de la condicion del ser humano en el lenguaje, sin paralelo en otros terrenos:

Asi se desploman las viejas antinomias del "yo" y dell'otro", delindivi- duo y la sociedad. Dualidad que es ilegitima y erroneo reducir a un solo termino original, sea este el"yo", que debiera estar instalado en su pro- pia conciencia para abrirse entonces a la del "projimo", o bien sea, por el contrario, la sociedad, que preexistiria como totalidad al individuo y de donde este apenas se despojana conforme adquiriese la conciencia de si. Es una relacion dialectica, que engloba los dos terminos y los define por relacion mutua, donde se descubre el fundamento linguisti- co de la s~bjetividad.~

El psicoanalisis, por su parte, establece la imposibilidad de tomar como equivalentes el "Yo" (ego) y el sujeto. El "Yo" que se represen- ta en el discurso -el sujeto del enunciado- es una instancia ima- ginaria que persigue incansablemente unidad e identidad y que no

Emilie Benveniste, "De la subjetividad en el lenguaje" (1985), Problemas de la linguistica general, t. 1, p. 131.

Page 7: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA N O C I ~ N DE SUuJFTIVIDAD EN LA PSICOLOGIA SOCIAL

coincide con el sujeto de la enunciacion, ese campo transindividual, el lugar del Otro, que no esta a disposicion del campo de la conaen- cia. Se plantea que por efecto de la represion originaria que lo ha fundado como humano y sujetado al orden simbolico, el sujeto esta profundamente dividido entre aquel que cree hablar bajo la forma de un yo imaginario y el Otro que verdaderamente habla. Xmbien se establece en un campo intersubjetivo: la constitucion del "yo" surge a partir de la mirada del otro y por identificacion con el otro, otro que pueda ser la madre o quien cumpla su funcion. Pero ese "otro" tam- bien esta sujetado a la Ley de la Cultura, por lo tanto de hecho mediatiza un reconocimiento que emana de una red de relaciones simbolicas que estan mas alla de el mismo.5 Me refiero, obviamente, a la nocion de inconsciente en psicoanalisis, esencial para la concep- cion de subjetividad, que apunta a mostrar la dimension transindividual, soportada colectivamente, que le es inherente. Asi- mismo, permite subrayar la inconveniencia de reducir la noaon de subjetividad a la de aparato psiquico, aunque este sea su soporte, de la misma manera que la noaon de sujeto, que no puede reducirse a una singularidad morfologica o psicologica, implica un cuerpo.

El individuo social, tal como lo fabrica la soaedad, es inconcebible "sin inconsciente" que es tambien, e indiccutiblemente, institucion del in- dividuo social, es imposicion a la psique de una organizacion que le es esencialmente heterogenea, pero que, a su vez, tambien se apoya en el ser de la psique (y aqui tambien el termino de apoyo adquiere un conte- nido distinto) y debe, inexorablemente, "tomarlo en cuenta".6

Hacia una nocion de subjetividad en la psicologia social

Tomar a la subjetividad como eje que organiza el campo de la psico- logia social establece de entrada una perspectiva conceptual dife- renciada de enfoques tradicionales en esa disciplina. Su especifidad, decia, es la nocion de "subjetividad colectiva", idea que tiene el es- tatuto de una apuesta teorica, es decir, de una hipotesis que abre un campo problematico.

Vease N. Braunstein, Psiquiatda, teoria del sujeto, psicoanalisis (hacia Lacan) (1984). Cornelius Castoriadis, La institucion imaginaria de la sociedad (1989), p. 216.

Page 8: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBIETIVIDAD

En una primera aproximacion dire que, tal como yo la entiendo, la idea de una subjetividad colectiva se refiere a aquellos procesos de creacion de sentido instituidos y sostenidos por formaciones colectivas. Esto apunta al como vamos siendo sujetos en un devenir historico surcado por aconteceres grupales e institucionales y remi- te a una convergencia tensa de procesos heterogeneos, marcados por ritmos, densidades y temporalidades diversas que hacen histo- ria desde la potencialidad deseante, ese apasionado acto que busca colmar, inutilmente, una ausencia. Esta densa aproximacion sugie- re la necesidad de poner en juego las categorias de deseo y de histo- ria; y, aclaro, "deseo" como nocion psicoanalitica que considero in- dispensable para una concepcion de los procesos de la subjetivi- dad, pero tambien como metafora de la condicion subjetiva: la errancia, la busqueda, la vocacion por los bordes y las grietas.

Hay una serie de planos implicados en la nocion que esbozamos. En primer lugar, supone, por una lado, la nocion de sujeto del in- consciente, el plano transindividual al que haciamos referencia en parrafos anteriores: ese plano que va de la mano con la idea de un sujeto instituido desde las redes simbolicas socialmente sancionadas y los aparatos institucionales, los dispositivos y practicas sociales que las vehiculizan. Otro temtorio fundamental es el de lo intersubjetivo, la altendad, la grupalidad. Por uitimo, esta implicada la idea de un sujeto activo, deseante, que puede desbordar las fronteras de lo esta- blecido desde la imaginacion y las utopias para ser creador de cultu- ra, y la nocion de un sujeto, tambien, de la experiencia.

La creacion de sentido, la esencia misma de la subjetividad, se produce desde la regulacion simbolica pero a su vez la desborda. Dice Morin (1994) que una de las paradojas de la subjetividad es el darse como una autonomia dependiente. No se trata, nos dice, de introducir la antigua idea asociada a la idea de "libertad, sino de una nocion de autonomia que remite a un principio de auto-orga- nizacion, la que unicamente es posible desde el soporte externo. La experiencia, que solo puede concebirse como un proceso mediado por el aparato simbolico -que revela un caracter no inmediato de

NO sin tomar nota de los senalamientos de Juan Carlos de Brasi (1993), en el sentido del "estallamiento" del sujeto psicoanalitico, es decir, de la necesidad de problematizar los movimientos enke distintos instituidos, la multiplicidad de logi- cas y de sujetos que somos.

Page 9: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA NOCION DE SUBJETIVIDAD EN LA EICOLOG~A SOCIAL

la aprehension de la realidad-, va plasmando, como subjetividad en proceso, las formas de subjetivacion que son propias de cada cultura y momento historico. Va ligada a la cuestion de la memoria, de los tiempos y los ambitos. Pero iacaso la experiencia tiene que ser reducida al espacio de lo "intimo" -como nocion que apela al sentido comun- o tiene tambien que problematizarse en funcion de la categoria de lo colectivo? Pregunta que habria que transitar cuidadosamente en otro momento.

Dice Foucault, refiriendose al ultimo tramo de su obra, que su proyecto fue el hacer una historia de la sexualidad como experiencia, entendiendo por experiencia "la correlacion, dentro de una cultura, entre campos del saber, tipos de normatividad y formas de subje- ti~idad.~Describe a la subjetivacion como "pliegues" que van del afuera hacia adentro y que se refiere a "las formas y modalidades de la relacion consigo mismo por las que el individuo se constituye y se reconoce como sujeto". Es en este movimiento, en el pliegue, que se produce el trabajo de subjetivacion? Problematizaciones y prarti- cas, apunta Foucault, desde los horizontes de lo visible y lo pensable.

Desde otra perspectiva teorica, Ricoeur (1983) articula las "vicisi- tudes del sentido" a las "vicisitudes de las pulsiones", para funda- mentar una analogia entre el sueno, o mejor, el relato d& sueno (en tanto modelo de realizaciones sustitutivas del deseo humano) y manifestaciones culturales como el mito, la obra de arte, las ilusio- nes religiosas, etcetera. Asi, desde una apoyatura freudiana, propone una interpretacion de la cultura, desde la cual toda expresion y forma humana se despliega como un texto colectivo que dzria cuenta de las creaciones y recreaciones de sentido en la articulacion entre el deseo y el lenguaje.

Para Castoriadis, la cuestion historica por excelencia es la genesis de sentido, es decir la construccion y transformacion de la sociedad

M. Foucault (1988), "El uso de placeres", en Historia de la sexualidad, t. 2, p. 8. Esta idea de la "relacion consigo mismo" es enigmatica y ha dado pie a diversas

lecturas que retoman de alguna manera la vieja observacion filosofica del caracter autorreflexivo de la subjetividad; asi, para Edgar Morin (1994) implica un doblez, una objetivacion del yo-sujeto como si mismo, mienbas que Paul Ricoeur (1996) destaca la aparicion de una figura reflexiva en el si mismo, que va a modificar la problematica de la alteridad. Es decir, plantea este ultimo autor, la identidad funda- da en la invariancia del "yo" requiere la oposicion al otro; en cambio, el "si" se transforma en "si mismo como otro".

Page 10: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBJETIVIDAD

desde las significaciones imaginarias. La nocion de imaginario social -en su doble manifestacion: como imaginario efectivo y como ima- ginario radical- lleva a este autor a concebir a la sociedad como instituida desde las significaciones que se otorga a si misma, si bien la sociedad, tal como la conocemos, manifiesta "un desconocimien- to de su propio ser historico social".1•‹ Desde una posicion radical- mente no determinista concibe entonces a lo social-historico como un flujo constante de autoalteracion que remite al papel producti- vo de la imaginacion en este proceso. Desde la perspectiva de la subjetividad, la cuestion del imaginario social -en su dinamica insti- tuidolinstituyente- abre vias para la comprension de lo colectivo, visto entonces como ambito y como dimension autoinstituida que se a l ien ta de multiples organizadores de sentido: campos discur- sivos, narrativas, mitos, emblemas, rituales, etcetera.

Podria plantearse que las formaciones colectivas -grupos, comunidades, organizaciones e instituciones- no son unicamente espacios concretos que aparecen en la vida social con distintas funcionalidades, sino tambien son lo que creen ser." La dimension imaginaria, plano de las creencias, de los consensos, de los pactos implicitos, de ilusiones y desilusiones, es sustento clave en la creacion de vinculos y del sentido de lo colectivo. Lo colectivo adquiere asi el caracter de una dimension de la subjetividad que reviste distintos perfiles, cualidades, densidades y formas, y que se despliega en el juego estrategico de lo que une y lo que separa, que, en su expresion maxima, opondria la fusion a la dispersion, pero no como elemen- tos excluyentes sino como fuerzas que convergen en los espacios sociales.

Para la psicologia social, el sujeto es un ser de vinculos. Habria que hablar de vinculo, dice Juan Carlos de Brasi (1993), y no de lazos o nudos que traen connotaciones estaticas, porque vinculo expresa la labilidad y el continuo desplazamiento que va confor- mando el horizonte de subjetividad, es decir, el posicionamiento ante el propio deseo y ante la alteridad, lo otro, el mundo. Vinculan- do y desvinculando, reconociendo y desconociendo, afectando y sien- do afectado (en su acepcion pasional), son terminos que hablan de

'O Cornelius Castoriadis, La institucion imaginaria de la sociedad (1989), p. 85. " Vease Gregorio Kaminsky, Dispositivos institucionales. Democracia y autoritaris-

mo en los problemas institucionales (1990).

Page 11: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA NOCION DE SUBJETIVIDAD EN LA PSICOLOGIA SOCIAL

procesos que no pueden capturarse en estructuras, que van gene- rando una "verdad del si mismo en el proceso de la experiencia.

Pichon-Riviere (1983), desde su teoria del vinculo, habla de un intejuego entre el sujeto y sus objetos (objeto en el sentido psico- analitico de "objeto de la pulsion") y senala: "en el vinculo esta im- plicado todo y complicado tod~" . ' ~ El vinculo, categoria de analisis de las modalidades de subjetivacion que se van verificando y to- mando cuerpo en la vida cotidiana, puede utilizarse en la compren- sion de diversos procesos de la accion social, entre ellas, en forma privilegiada, los fenomenos de la grupalidad.

Lo gnipal en tanto campo de problematicas no equivale a los gruposI3 pero naturalmente los incluye. Los grupos son procesos, es decir, se construyen, transforman y eventualmente se terminan.

vincula -y desvincula- a sus miembros?, se genera la grupalidad?

Freud (1921) planteo que la identificacion era la base libidinal del lazo c~lectivo.'~ Ademas, el psicoanalisis ha mostrado el papel fundante de la intersubjetividad, nocion que se refiere a los emplazamientos correlativos de sujetos singulares, proceso cuya comprension re- quiere tomar en cuenta los registros que Lacan describio como lo simbolico, lo imaginario y lo real. La constitucion intersubjetiva del deseo, dice Ricoeur (1987), es " la verdad profunda" de la teoria freudiana de la libido. Deseo, como deseo del otro, demanda.

La red intersubjetiva originaria, el grupo familiar, precede al sujeto, a quien le otorga el lugar de hijo, vehinilizando asi la Ley de la Cultura por via de la prohibicion del incesto y la estructura del parentesco, atandolo al eje de las generaaones y a la herencia subjetiva que code- va. Este escenario va a tramar la organizacion pulsional y la emergen- cia de un sujeto sex~ado,'~ en la compleja dinamica montada sobre el acontecer de la vida cotidiana, y dejara huelias profundas recogidas como "novela familiar", narracion imaginaria que latira en otros espa- aos grupales, los llamados -muy descnptivamente- secundarios.

'=Enrique Pichon-Riviere, Teoria del vinculo (1980), p. 36. l3 Vease Ana Ma. Fernandez, El campo grupal. Notas para una genealogia (1992). l4 La libido corresponderia a la energla de la pulsion sexual si rec&os a la meta-

fora energetica, o bien, en terminos mas actuales, equivaldna a las vicisitudes del deseo. El psicoanalisis postula, como sabemos, ciertos organizadores transindividuales

como son el Complejo de Edipo y las fantasias originarias.

Page 12: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBJETIVIDAD

iQue es un grupo? Para De Brasi: "el proceso desencadenado por los cruces y anudamientos deseantes entre miembros singula- reSn.16 , segun Anzieu (1993), una "envoltura" gracias a la cual sus miembros se mantienen juntos. Un conjunto de individuos articu- lados por su "mutua representacion interna" que se propone expli- cita o implicitamente una finalidad, dira Pichon-Riviere. En todos los casos se reconoce una transformacion del agregado, de la simple agrupacion o serie, a la de grupo, que remite a la compleja dimen- sion subjetiva de lo colectivo, al como soy con los otros, la que quiero con otros, que, sin duda, apunta a procesos identificatorios y trans- ferenciales, a pertenencias y referencias multiples, a "resonancias fantasmaticas" que actualiza la escena grupal, juegos de espejo de la multiplicidad que nos constituye, de desafio, de alteridad. Pero ademas, apunta a la institucion, que va marcar -desde su eficacia simbolica y produccion imaginaria- las formas de concebir y de hacer grupo. La institucion, sin embargo, tambien es movimiento. Por elio, las modalidades de hacer grupo y, en terminos amplios, la capacidad de "ser con otros" en proyectos compartidos, no es algo establecido para siempre, sino expresion del proceso historico-social.

La nocion de "tarea", que proviene de la concepcion operativa de grupo, entendida como aquello que convoca e interroga al p p o (el "para que estar juntos"), pensada como metafora y descen- tramiento (Bauleo, 1997), y no en el sentido habitual de "objetivo", evoca la necesidad constante de revestir de sentido el espacio de la accion grupal, como recurso de imaginacion sin el cual la inercia, la repeticion o tal vez la captura en una ilusion totalizadora, man- tendrian una forma vacia o esta se disolveria en la intrascendencia. La trampa del etnocentnsmo es sustituir la experiencia enriquece- dora de lo comun por una imagen de lo homogeneo, de lo uniforme, donde se ahogan las disonancias de las singularidades y se cierra al dialogo y a la recepcion de lo diverso. Por su parte, la nocion de "emergente", recurso metodologico derivado del mismo cuerpo de teorizaciones al que haciamos referencia, cumplira la funcion de "denunciar" la trama de subjetivacion anudada en los encuentros intersubjetivos y que remite, invariablemente, a la institucion.

l6 Juan Carlos De Brasi, Subjetividad, grupalidad, identificaciones. Apuntes metagrupales (1990), p. 83.

Page 13: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

La institucion como el gran "impensado", en la medida en que no podemos -y tal vez tampoco queremos- verla o cuestionarla, aunque nos atraviese y llegue a los espacios que consideramos mas intimos: administrando los cuerpos, los tiempos, los espacios. De esa manera, inscribe sus codigos sobre la sexualidad, los habitos, los gestos; diagrama los espacios en jerarquias, relaciones de poder, re- glamentos y normas, y ordena los tiempos, que devienen rigurosa- mente controlados y homogeneizados.

Habria que dar cuenta del uso un tanto ambiguo del termino institucion y aclarar que en momentos lo usamos como la institu- cion de la sociedad, que en feliz expresion de Castoriadis (1989), es la red simbolica socialmente sancionada que tiene un componente funcional y otro imaginario. En otros momentos, las instituciones son los aparatos de esa red: educacion, salud, iglesia, leyes como aparato juridico, etcetera. Y, por ultimo, tambien puede referirse a establecimientos concretos: un hospital psiquiatrico, una universi- dad, una carcel, etcetera. Todos estos niveles se entretejen y ramifi- can en la singularidad institucional. Sin embargo, metodologica- mente, la nocion de dispositivo (inspirada en el pensamiento de Foucault) tiene la virtud de viabilizar la lectura de lo institucional. Como plantea Kaminsky (1990), al dispositivo se le concibe como "una red de atravesamientos microsociales y micropoliticos que adquieren una configuracion e~pecifica".'~

Desde el plano de la subjetividad, los vinculos con la institucion -que reune y organiza formaciones y procesos heterogeneos: po- liticos, economicos, sociales, planos del sujetos singular con la insti- tucion, pero tambien de los grupos con la institucion- son contra- dictorios e "imposibles", ya que se ponen en juego logicas y deman- das inconciliables, lo que favorece la dificultad para pensarla en las practicas de la vida cotidiana. Es un nombre del "malestar" de la cultura, indiferenciado y ambiguo. La institucion tiene que ser per- manente (naturalmente, no lo es), ofrecer la seguridad de su conti- nuidad, de su inmovilidad, brindar los beneficios narcisistas de las identidades y lugares legitimados, sostener, sujetar. ..

A cambio de las seguridades, del amparo, del reconocimiento de si que permiten los anclajes institucionales, nos erigimos como

'' Gregorio KaminsSr, op. cit., p. 18.

Page 14: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

TRAS LAS HUELLAS DE LA SUBIETIVIDAD

miembros y contribuimos a su perpetuacion, a su rigidez. Aunque tambien nos rebelemos y hablemos -con "sufrimiento" institucionak conflictos intersubjetivos y de grupos, luchas por el poder, sabotaje del pensamiento, "somatizaciones" y d e m a s de la violencia que la funda. El sujeto requiere de la sujetacion institucional para pensarse y situarse como tal, pero en la medida en que no reconozca -y por tanto pueda "dialogar" desde un cierto descentramiento- los luga- res que va ocupando y las modalidades de vinculo que va ejerciendo con las instituciones que viven en el, derivara la experiencia insti- tucional en diversos encierros, sujeciones y mutilaciones.

Lo colectivo y lo singular son dimensiones de la subjetividad -con sus correspondientes manifestaciones en la accion y practicas sociales- que no se sostienen en la inercia; antes bien, se desplie- gan en tanto son construidas y recreadas. No se excluyen sino que tienen la capacidad de potenciarse mutuamente. Una singularidad -sujetos individuales o plurales- seria muy pobre si insistiese en ser siempre identica a si misma. De similar manera, las formaciones colectivas no tendrian sustento en la homogeneidad: no hay "juegof' creativo sin la tension de la diversidad. Siguiendo estas reflexiones se podria pensar que las tres preguntas con las que M. Foucault evoca los procesos de subjetivacion: se?, puedo?, y soy?, no podrian encerrarse en individualidades autosuficientes, sino, por el contrario, responder a las multipiicidades que dan cuen- ta de como vamos siendo sujetos, y esto implica el darle la palabra a la diversidad de sujetos colectivos que habitan en nosotros y otros, desconocidos, que podrian habitarnos. En esta apuesta radican las expectativas de la psicologia social por una sociedad mejor.

Bibliografia

Bauleo, A,, Psicoanalisis y grupalldad, Paidos, Buenos Aires, 1997. Benvenicte, E.,"De la subjetividad en ellenguaje", Problemas de linguistiuzgeneral,

t. ~,Mexico, 1985. Braunstein, N., Psiquiatria, teoru? del sujetos, psicoanalisis (hacia Lacan), Siglo m,

Mexico, 1984 Castoriadis, C., La institucion imaginak de la socl'edad, vol. 2, Tusquets, Barcelona,

1989. C m , M. (comp.), Tiempo de subjetividad, Paidos, Barcelona, 1996.

Page 15: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad

REFLEXIONES EN TORNO A LA NOCION DE SUBJETIVIDAD EN LA PSICOLOG~A SOCIAL

De Brasi, J.C., Subjetividad, grupalidad, ia'entifcaciones. Apuntes metagrupales, Bus- queda/Gnipocero, Buenos Aires, 1990.

-, "Devenir de la grupalidad y subjetividad en psicoanalisis. El caso de Psicologia de las masas", en E. Pavlovsly, et al., Subjetividad y devenir social. Lo grupal, n .10,Busqueda de Ayllu, Buenos Aires, 1993.

Deleuze, G., Foucault, Paidos,Mexico, 1987. Eiias, N,, El proceso de la civilizacion. investigaciones sociogeneticas y psicogeneticas,

Gedisa, Barcelona, 1996. Enriquez, E., "El trabajo de muerte en las instituciones", en R. Kaes, et al., Ln

instituciun y lac instituciones. Estudios psicoanalitiws, Paidos, Buenos Aires, 1996. Fernandez, A. M., El campo grupal. Notas para u m genealogia, Nueva vision, Bue-

nos Aires, 1992. Foucault, M., "El uso de los placeres", en Historia de la sexulidad, t. 11, Siglo XXI,

Mexico, 1988. Freud, S. (1921),"Psicologia de las masas y analisis del yo", Obras completas, vol.

1, Biblioteca Nueva, Madrid, 1981. Gerber, D., " La represion y el inconsciente", en N. Braunstein (coord.), La re-

flexion de los conceptos deFreud en la obra deLacan, Siglo XX, Mexico, 1983. Gonzales,E M., Ilusion y grupalidud. Acwca del claro oscuro objeto delosgvupos, Siglo

x>a,Mexico, 1991. Kaes, R., Elgrupo y el sujeto del grupo, Arnorrortu, Buenos Aires, 1995. Kaminsky, G., Dispositivos institucio~wles. Democracia y Autoritarismo en los proble-

mas institucionales, Lugar Editorial, Buenos Aires, 1990. Morin, E., "La nocion de sujeto", en D. Fried Schnitman, Nuevos parad ips ,

cultura y subjetividad, Paidos, Buenos Aires, 1994. Pichon-Riviere E., Teoria del vinculo, Nueva Vision, Buenos Aires, 1980. Ricoeur, E, Freud: una interpretacion de la cultura, Siglo m, Mexico, 1983. -, Simismo como otro, Siglo m, Mexico, 1996.

Page 16: Margarita Baz Tras Las Huellas de La Subjetividad