Manuel Castells - La Era de La Información - La Sociedad Red - Cap 1

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LA ERA DE LA INFORMACIÓN Economía, Sociedad y Cultura. Siglo XXI Editores 1999 Madrid Manuel Castells. LA REVOLUCIÓN DE LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN. ¿QUÉ REVOLUCIÓN? El gradualismo, escribió el paleontólogo Stephen J. Gould, «la idea de que todo cambio debe ser suave, lento y constante, nunca se leyó de las rocas. Representó un sesgo cultural común, en parte una respuesta del liberalismo del siglo XIX a un mundo en revolución. Pero continúa empañando nuestra lectura, supuestamente objetiva, de la historia de la vida. [...] La historia de la vida, tal como yo la interpreto, es una serie de estados estables, salpicados a intervalos raros por acontecimientos importantes que suceden con gran rapidez y ayudan a establecer la siguiente etapa estable» 1 . Mi punto de partida, y no soy el único que lo asume 2 , es que, al final del siglo XX vivimos uno de esos raros intervalos de la historia. Un intervalo caracterizado por la transformación de nuestra «cultura material» 3 por obra de un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información. Por tecnología entiendo, en continuidad con Harvey Brooks y Dan Bell, «el uso del conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de una manera reproducible» 4 . Entre las tecnologías de la información incluyo, como todo el mundo, el conjunto convergente de tecnología de la microelectrónica, la informática (máquinas y software), las telecomunicaciones/televisión/radio y la optoelectrónica 5 . Además, a diferencia de algunos analistas, también incluyo en el ámbito de las tecnologías de información la ingeniería genética y su conjunto de desarrollos y aplicaciones en expansión 6 . Ello es debido, en primer lugar, a que la ingenie genética se centra en la decodificación, manipulación y reprogramación final de los códigos de información de la materia viva. Pero, también, pc que en la década de 1990 la biología, la electrónica y la informática parecen estar convergiendo e interactuando en sus aplicaciones, en sus materiales y, lo que es más fundamental, en su planteamiento conceptual, tema que merece otra mención más adelante en este mismo capítulo 7 . En torno a este núcleo de tecnologías de la información, en el sentido amplio definido, está constituyéndose durante las dos últimas décadas del siglo XX una constelación de importantes descubrimientos en material avanzados, en fuentes de energía, en aplicaciones médicas, en técnicas fabricación (en curso o potenciales, como la nanotecnología) y en la tecnología del transporte, entre otras 8 . Además, el proceso actual de transformación tecnológica se expande de forma exponencial por su capacidad para crear una interfaz entre los campos tecnológicos mediante un le guaje digital común en el que la información se genera, se almacena, recobra, se procesa y se transmite. Vivimos en 1 Gould, 1980, pág. 220. 2 Melvin Kranzberg, uno de los principales historiadores de la tecnología, escribió: «La era de la Información ha revolucionado los elementos técnicos de la sociedad industrial» (1985, pág. 42). En cuanto a sus efectos sociales: «Aunque debería tener un carácter evolutivo en el sentido de que todos los cambios y beneficios no aparecerán de la noche a la mañana, sus efectos serán revolucionarios sobre nuestra sociedad» (ibid., pág. 52). En la misma línea de argumentación, véanse también, por ejemplo, Pérez, 1983; Forester, 1985; Dizard, 1982; Nora y Minc, 1978; Stourdze, 1987; negroponte, 1995; ministerio de Correos y Telecomunicaciones (Japón), 1995; Bishop y Waldholz, 1990; Darbon y Robin, 1987;Salomon, 1992; Dosi et al., 1988b; Petrella, 1993. 3 Sobre la definición de tecnología como «cultura material,>, que considero la perspectiva sociológica apropiada, véase su exposición en Fischer, 1992, págs. 1-32: «La tecnología es similar a la idea de cultura material». 4 Brooks, 1971, pág. 13, de un texto sin publicar, citado por Bell que añade las cursivas (197ó, pág. 29). 5 Saxby, 1990; Mulgan, 1991. 6 Marx, 1989; Hall, 1987. 7 Para un relato estimulante, informado, aunque deliberadamente polémico, sobre convergencia entre la revolución biológica y la tecnología de la revolución más amplia, VI se Kelly, 1995. 8 Forester, 1988; Herman, 1990; Lyon y Gomer, 1995; Lincoln y Essin, 1993; Edquis Jacobsson, 1989; Drexler y Peterson, 1991; Lovins y Lovins, 1995; Dondero, 1995. 1

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LA ERA DE LA INFORMACIN Economa, Sociedad y Cultura

LA ERA DE LA INFORMACIN Economa, Sociedad y Cultura. Siglo XXI Editores 1999 Madrid

Manuel Castells.LA REVOLUCIN DE LA TECNOLOGA DE LA INFORMACIN.QU REVOLUCIN? El gradualismo, escribi el paleontlogo Stephen J. Gould, la idea de que todo cambio debe ser suave, lento y constante, nunca se ley de las rocas. Represent un sesgo cultural comn, en parte una respuesta del liberalismo del siglo XIX a un mundo en revolucin. Pero contina empaando nuestra lectura, supuestamente objetiva, de la historia de la vida. [...] La historia de la vida, tal como yo la interpreto, es una serie de estados estables, salpicados a intervalos raros por acontecimientos importantes que suceden con gran rapidez y ayudan a establecer la siguiente etapa estable. Mi punto de partida, y no soy el nico que lo asume , es que, al final del siglo XX vivimos uno de esos raros intervalos de la historia. Un intervalo caracterizado por la transformacin de nuestra cultura material por obra de un nuevo paradigma tecnolgico organizado en torno a las tecnologas de la informacin. Por tecnologa entiendo, en continuidad con Harvey Brooks y Dan Bell, el uso del conocimiento cientfico para especificar modos de hacer cosas de una manera reproducible. Entre las tecnologas de la informacin incluyo, como todo el mundo, el conjunto convergente de tecnologa de la microelectrnica, la informtica (mquinas y software), las telecomunicaciones/televisin/radio y la optoelectrnica . Adems, a diferencia de algunos analistas, tambin incluyo en el mbito de las tecnologas de informacin la ingeniera gentica y su conjunto de desarrollos y aplicaciones en expansin . Ello es debido, en primer lugar, a que la ingenie gentica se centra en la decodificacin, manipulacin y reprogramacin final de los cdigos de informacin de la materia viva. Pero, tambin, pc que en la dcada de 1990 la biologa, la electrnica y la informtica parecen estar convergiendo e interactuando en sus aplicaciones, en sus materiales y, lo que es ms fundamental, en su planteamiento conceptual, tema que merece otra mencin ms adelante en este mismo captulo . En torno a este ncleo de tecnologas de la informacin, en el sentido amplio definido, est constituyndose durante las dos ltimas dcadas del siglo XX una constelacin de importantes descubrimientos en material avanzados, en fuentes de energa, en aplicaciones mdicas, en tcnicas fabricacin (en curso o potenciales, como la nanotecnologa) y en la tecnologa del transporte, entre otras. Adems, el proceso actual de transformacin tecnolgica se expande de forma exponencial por su capacidad para crear una interfaz entre los campos tecnolgicos mediante un le guaje digital comn en el que la informacin se genera, se almacena, recobra, se procesa y se transmite. Vivimos en un mundo que, en explosin de Nicholas Negroponte, se ha vuelto digital. La exageracin proftica y la manipulacin ideolgica que caracterizan a la mayora de los discursos sobre la revolucin de la tecnologa de informacin no deben llevamos a menospreciar su verdadero significa fundamental. Es, como este libro tratar de mostrar, un acontecimiento histrico al menos tan importante como lo fue la Revolucin industrial del siglo XVIII, inductor de discontinuidad en la base material de la economa, la sociedad y la cultura. La relacin histrica de las revoluciones tecnolgicas, en la compilacin de Melvin Kranzberg y Carroll Pursell muestra que todas se caracterizan por su capacidad de penetracin en todos los dominios de la actividad humana no como fuente exgena de impacto, sino como el pao con el que est tejida esa actividad. En otras palabras, se orientan hacia el proceso, adems de inducir nuevos productos. Por otra parte, a diferencia de cualquier otra revolucin, el ncleo de la transformacin que estamos experimentando en la revolucin en curso remite a las tecnologas del procesamiento de la informacin y de la comunicacin. La tecnologa de la informacin es a esta revolucin lo que las nuevas fuentes de energa fueron a las sucesivas revoluciones industriales del motor de vapor a los combustibles fsiles e incluso a la energa nuclear, ya que la generacin y distribucin de energa fue el elemento clave subyacente en la sociedad industrial. Sin embargo, esta declaracin sobre el papel preeminente de la tecnologa de la informacin se confunde con frecuencia con la caracterizacin de la revolucin actual como esencialmente dependiente del nuevo conocimiento e informacin, lo cual es cierto para el proceso en curso de cambio tecnolgico, pero asimismo para las revoluciones tecnolgicas precedentes, como han expuesto sobre- salientes historiadores de la tecnologa como Melvin Kranzberg y Joel Mokyr. La primera revolucin industrial, si bien no se bas en la ciencia, cont con un amplio uso de la informacin, aplicando y desarrollando el conocimiento ya existente. Y la segunda revolucin industrial, a partir de 1850, se caracteriz por el papel decisivo de la ciencia para fomentar la innovacin. En efecto, los laboratorios de I+D aparecieron por vez primera en la industria qumica alemana en las ltimas dcadas del siglo XIX . Lo que caracteriza a la revolucin tecnolgica actual no es el carcter central del conocimiento y la informacin, sino la aplicacin de ese conocimiento e informacin a aparatos de generacin de conocimiento y procesamiento de la informacin/comunicacin, en un crculo de realimentacin acumulativo entre la innovacin y sus usos. Un ejemplo puede clarificar este anlisis. Los empleos de las nuevas tecnologas de las telecomunicaciones en las dos ltimas dcadas han pasado por tres etapas diferenciadas: automatizacin de las tareas, experimentacin de los usos y reconfiguracin de las aplicaciones. En las dos primeras etapas, la innovacin tecnolgica progres mediante el aprendizaje por el uso, segn la terminologa de Rosenberg. En la tercera etapa, los usuarios aprendieron tecnologa crendola y acabaron reconfigurando las redes y encontrando nuevas aplicaciones. El crculo de retroalimentacin entre la introduccin de nueva tecnologa, su utilizacin y su desarrollo en nuevo campos se hizo mucho ms rpido en el nuevo paradigma tecnolgicos. Como resultado, la difusin de la tecnologa amplifica infinitamente SI poder al apropirsela y redefinirla sus usuarios. Las nuevas tecnologas di la informacin no son slo herramientas que aplicar, sino instrumentos que desarrollar. Los usuarios y los creadores pueden convertirse en los mismos. De este modo, los usuarios pueden tomar el control de la tecnologa como en el caso de Internet (vase el captulo 5). De esto se deduce una estrecha relacin entre los procesos sociales de creacin y manipulacin de smbolos (la cultura de la sociedad) y la capacidad de producir y distribuir bienes y servicios (las fuerzas productivas). Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no slo un elemento decisivo del sistema de produccin. As, los ordenadores, los sistemas de comunicacin y la decodificacin y programacin gentica son todos amplificadores y prolongaciones de l mente humana. Lo que pensamos y cmo pensamos queda expresado en bienes, servicios, produccin material e intelectual, ya sea alimento, refugio, sistemas de transporte y comunicacin, ordenadores, misiles, salud, educacin o imgenes. La integracin creciente entre mentes y mquinas, incluida la mquina del ADN, est borrando lo que Bruce Mazlish denomina la cuarta discontinuidad (la existente entre humanos y mquinas), alterando de forma fundamental el modo en que nacemos, vivimos, aprendemos, trabajamos, producimos, consumimos, soamos, luchamos o morimos. Por supuesto, los contextos culturales/institucionales y la accin social intencionada interactan decisivamente con el nuevo sistema tecnolgico, pero este sistema lleva incorporada su propia lgica, caracterizada por la capacidad de traducir todos los aportes a un sistema de informacin comn y procesar esa informacin a una velocidad creciente, con una potencia en aumento, a un coste decreciente, en una red de recuperacin y distribucin potencialmente ubicua. Existe un rasgo adicional que caracteriza a la revolucin de la tecnologa de la informacin comparada con sus predecesoras histricas. Mokyr ha expuesto que las revoluciones tecnolgicas se dieron slo en unas cuantas sociedades y se difundieron en un rea geogrfica relativa- mente limitada, viviendo a menudo en un espacio y tiempo aislados con respecto a otras regiones del planeta. As, mientras los europeos tomaron algunos de los descubrimientos ocurridos en China, durante muchos siglos, China y Japn slo adoptaron la tecnologa europea de forma muy limitada, restringindose fundamentalmente a las aplicaciones militares. El contacto entre civilizaciones de diferentes niveles tecnolgicos con frecuencia tom la forma de la destruccin de la menos desarrollada o de aquellas que no haban aplicado su conocimiento sobre todo a la tecnologa militar, como fue el caso de las civilizaciones americanas aniquiladas por los conquistadores espaoles, a veces mediante la guerra biolgica accidental. La revolucin industrial se extendi a la mayor parte del globo desde sus tierras originales de Europa Occidental durante los dos siglos posteriores. Pero su expansin fue muy selectiva y su ritmo, muy lento para los parmetros actuales de difusin tecnolgica. En efecto, incluso en la Gran Bretaa de mediados del siglo XIX, las nuevas tecnologas industriales no haban afectado a sectores que representaban la mayora de la mano de obra y al menos la mitad del producto nacional bruto. Adems, su alcance planetario en las dcadas siguientes las ms de las veces tom la forma de dominacin colonial, ya fuera en India bajo el Imperio Britnico; en Amrica Latina bajo la dependencia comercial/industrial de Gran Bretaa y Estados Unidos; en el desmembramiento de frica bajo el Tratado de Berln; o en la apertura al comercio exterior de Japn y China por los caones de los barcos occidentales. En contraste, las nuevas tecnologas de la informacin se han extendido por el globo con velocidad relampagueante en menos de dos dcadas, de mediados de la dcada de 1970 a mediados de la de 1990, exhibiendo una lgica que propongo como caracterstica de esta revolucin tecnolgica: la aplicacin inmediata para su propio desarrollo de las tecnologas que genera, enlazando el mundo mediante la tecnologa de la informacin. Sin duda alguna existen grandes reas del mundo y considerables segmentos de poblacin desconectados del nuevo sistema tecnolgico: ste es precisamente uno de los argumentos centrales de este libro. Adems, la velocidad de la difusin tecnolgica es selectiva, tanto social como funcionalmente. La oportunidad diferencial en el acceso al poder de la tecnologa para las gentes de los pases y las regiones es una fuente crtica de desigualdad en nuestra sociedad. Las zonas desconectadas son discontinuas cultural y espacia] mente: se encuentran en los centros deprimidos de las ciudades estadounidenses o en las banlieues francesas, as como en los poblados de choza I de frica o en las regiones rurales desposedas de China o India. No obstante, a mediados de la dcada de 1990, las funciones dominantes, los grupos sociales y los territorios de todo el globo estn conectados en u nuevo sistema tecnolgico, que no comenz a tomar forma como tal hasta los aos setenta. Cmo ocurri esta transformacin fundamental en lo que viene a ser un instante histrico? Por qu se est difundiendo por todo el globo a paso tan acelerado aunque desigual? Por qu es una revolucin Puesto que a nuestra experiencia de lo nuevo le da forma nuestro pasado reciente, creo que para responder a estas preguntas bsicas sera til hacer un breve recordatorio del curso histrico de la Revolucin industrial an presente en nuestras instituciones y, por tanto, en nuestro marco mental. LECCIONES DE LA REVOLUCIN INDUSTRIAL. Los historiadores han mostrado que hubo al menos dos revoluciol1 industriales: la primera comenz en el ltimo tercio del siglo XVIII, se caracteriz por nuevas tecnologas como la mquina de vapor, la hiladora de varios husos, el proceso Cort en metalurgia y, en un sentido ms general, por la sustitucin de las herramientas por las mquinas; la segunda unos cien aos despus, ofreci el desarrollo de la electricidad, el motor de combustin interna, la qumica basada en la ciencia, la fundicin acero eficiente y el comienzo de las tecnologas de la comunicacin, c la difusin del telgrafo y la invencin del telfono. Entre las dos existen continuidades fundamentales, as como algunas diferencias crticas, la principal de las cuales es la importancia decisiva del conocimiento cientfico para producir y dirigir el desarrollo tecnolgico desde 1850. Precisamente debido a sus diferencias, los rasgos comunes a ambas pueden ofrecer una percepcin preciosa para comprender la lgica de las revoluciones tecnolgicas. Ante todo, en ambos casos, somos testigos de lo que Mokyr describe como un periodo de cambio tecnolgico acelerado y sin precedentes segn los parmetros histricos. Un conjunto de macroinvenciones prepararon el terreno para el florecimiento de las microinvenciones en el campo de la agricultura, la industria y las comunicaciones. En la base material de la especie humana se introdujo de manera irreversible una discontinuidad histrica fundamental, en un proceso de trayectoria dependiente, cuya lgica secuencial interna ha sido investigada por Paul David y teorizada por Brian Arthur. En efecto, hubo revoluciones en el sentido de que la aparicin repentina e inesperada de unas aplicaciones 'tecnolgicas transform los procesos de produccin y distribucin, creo un aluvin de nuevos productos y cambi decisivamente la ubicacin de la riqueza y el poder en un planeta que de repente qued al alcance de aquellos pases y elites capaces de dominar el nuevo sistema tecnolgico. El lado oscuro de esta aventura tecnolgica es que estuvo inextricablemente unida a las ambiciones imperialistas y a los conflictos antiimperialistas. No obstante, sta es precisamente una confirmacin del carcter revolucionario de las nuevas tecnologas industriales. El ascenso histrico del denominado Occidente, limitado de hecho a Gran Bretaa y un puado de naciones de Europa Occidental, as como a su prole norteamericana, est ligado sobre todo a la superioridad tecnolgica lograda durante las dos revoluciones industriales. Nada de la historia cultural, cientfica, poltica o militar del mundo previo a la revolucin industrial explicara la indisputable supremaca occidental (anglosajona/alemana, con un toque francs) entre 1750 y 1950. China fue una cultura muy superior durante la mayor parte de la historia anterior al Renacimiento; la civilizacin musulmana (tomndome la libertad de utilizar este trmino) domin buena parte del Mediterrneo y ejerci una influencia significativa en frica d rante toda la Edad Moderna; Asia y frica permanecieron en general organizadas en tomo a centros culturales y polticos autnomos; RuI gobern en un aislamiento esplndido sobre una vasta extensin a largo de Europa Oriental y Asia; y el Imperio Espaol, la cultura europea rezagada de la Revolucin industrial, fue la principal potencia mundial durante ms de dos siglos desde 1492. La tecnologa, como expresin condiciones sociales especficas, introdujo una nueva trayectoria histrica en la segunda mitad del siglo XVIII. Esta trayectoria se origin en Gran Bretaa, aunque se pueden seguir los rastros de sus races intelectuales por toda Europa, hasta el espritu de descubrimiento del Renacimiento. En efecto, algunos historiadores sostienen que el conocimiento cientfico necesario subyacente en la primera revolucin industrial se hallaba disponible cien aos antes, listo para su uso en condiciones sociales maduras; o, como sostienen otros, esperando el ingenio tcnico de inventores autodidactas, como Newcomen, Watts, Crompton o Arkwright, capaces de traducir el conocimiento disponible, combinado con la experiencia artesanal, en nuevas y decisivas tecnologas industriales. Sin embargo, la segunda revolucin industrial, ms dependiente del nuevo conocimiento cientfico, cambi sus centros de gravedad hacia Alemania y Estados Unidos, donde dieron los principales avances en qumica, electricidad y telefona. Los historiadores han analizado minuciosamente las condiciones sociales, la geografa cambiante de la innovacin tecnolgica, centrndose frecuencia en las caractersticas de los sistemas de educacin y ciencia en la institucionalizacin de los derechos de propiedad. Sin embargo explicacin contextual para la trayectoria desigual de la innovacin no lgica parece ser excesivamente amplia y abierta a interpretaciones alternativas. Hall y Preston, en su anlisis de la geografa cambiante de la innovacin tecnolgica entre 1840 y 2003, muestran la importancia de los medios locales de innovacin, entre los cuales Berln, Nueva York y Boston se constituyeron como los centros industriales de alta tecnologa del mundo entre 1880 y 1914, mientras que Londres en ese periodo era una plida sombra de Berln. La razn estriba en la base territorial para la interaccin de los sistemas de descubrimiento tecnolgico y su aplicacin, es decir, en las propiedades sinergticas de lo que se conoce en la literatura como medios de innovacin. En efecto, los avances tecnolgicos llegaron en racimos, interactuando unos con otros en un proceso de rendimientos crecientes. Sean cuales fueren las condiciones que determinaron ese agrupamiento, la leccin clave que debe retenerse es que la innovacin tecnolgica no es un acontecimiento aislado. Refleja un estado determinado de conocimiento, un entorno institucional e industrial particular, una cierta disponibilidad de aptitudes para definir un problema tcnico y resolverlo, una mentalidad econmica para hacer que esa aplicacin sea rentable, y una red de productores y usuarios que puedan comunicar sus experiencias de forma acumulativa, aprendiendo al utilizar y crear: las elites aprenden creando, con lo que modifican las aplicaciones de la tecnologa, mientras que la mayora de la gente aprende utilizando, con lo que permanece dentro de las limitaciones de los formatos de la tecnologa. La interactividad de los sistemas de innovacin tecnolgica, y su dependencia de ciertos medios de intercambio de ideas, problemas y soluciones, es un rasgo crtico que cabe generalizar de la experiencia de pasadas revoluciones a la actual. Los efectos positivos de las nuevas tecnologas industriales sobre el crecimiento econmico, los niveles de vida y el dominio humano de una naturaleza hostil (reflejado en el alargamiento espectacular de la esperanza de vida, que no haba mejorado de forma constante antes de 1750) a largo plazo son indiscutibles en la relacin histrica. Sin embargo, no llegaron pronto, a pesar de la difusin de la mquina de vapor y la nueva maquinaria. Mokyr nos recuerda que: el consumo per cpita y los niveles de vida aumentaron poco al principio [al final del siglo XVIII], pero las tecnologas de produccin cambiaron de forma espectacular en muchas industrias y sectores, preparando el camino para el crecimiento schumpeteriano sostenido en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el progreso tecnolgico se extendi a las industrias que no se haban visto afectadas previa-mente Se trata de una afirmacin crucial que obliga a evaluar los efectos reales de los principales cambios tecnolgicos, considerando un lapso tiempo muy dependiente de las condiciones especficas de cada sociedad. Sin embargo, la relacin histrica parece indicar que, en trminos generales, cuanto ms estrecha sea la relacin entre los emplazamientos de novacin, la produccin y el uso de las nuevas tecnologas, ms real ser la transformacin de las sociedades y mayor la realimentacin positiva de las condiciones sociales sobre las condiciones generales necesarias para que haya ms innovaciones. As, en Espaa, la revolucin industrial se difundi rpidamente en Catalua desde finales del siglo: pero sigui un ritmo mucho ms lento en el resto del pas, sobre todo Madrid y en el sur; slo el Pas Vasco y Asturias se haban unido al ceso de industrializacin a finales del siglo XIX. Las fronteras de la innovacin industrial coincidieron en buena medida con las zonas prohibidas al comercio con las colonias hispanoamericanas durante casi dos siglos mientras que las elites andaluza y castellana, as como la Corona, podan vivir de sus rentas americanas, los catalanes tenan que mantenerse Con comercio e ingenio, sometidos como estaban a la presin de un e! centralista. Como resultado en parte de esta trayectoria histrica, Catalua y el Pas Vasco fueron las nicas regiones realmente industrial hasta la dcada de 1950 y los principales semilleros de actividades empresariales e innovacin, en pronunciado contraste con las tendencias resto de Espaa. De este modo, las condiciones sociales especficas fo tan la innovacin tecnolgica, que se introduce en el camino del desarrollo econmico y produce ms innovacin. No obstante, la reproduccin de estas condiciones es cultural e institucional, pero tambin econmica y tecnolgica. La transformacin de los entornos sociales e institucional puede alterar el ritmo y la geografa del desarrollo tecnolgico (por ejemplo, Japn tras la Restauracin Meiji o Rusia durante un breve perodo bajo Stolypin), si bien la historia presenta una inercia considerable. Una ltima y esencial leccin de las revoluciones industriales, considero importante para este anlisis, es polmica: aunque ambas brindaron todo un despliegue de nuevas tecnologas que formaron y transformaron un sistema industrial en etapas sucesivas, su ncleo lo constituye la innovacin fundamental en la generacin y distribucin de la energa R. J. Forbes, un historiador clsico de la tecnologa, sostiene que la invencin de la mquina de vapor es el hecho central de la revolucin industrial, que sera seguido por la introduccin de los nuevos generadores de fuerza motriz y del generador mvil, con el que poda crearse la tecnologa de la mquina de vapor donde se necesitaba y en el grado deseado y aunque Mokyr insiste en el carcter polifactico de la revolucin industrial, tambin cree que a pesar de las protestas de algunos historiadores econmicos, se sigue considerando a la mquina de vapor como la invencin ms esencial de la revolucin industrial. La electricidad fue la energa central de la segunda revolucin, pese a otros avances extraordinarios en la qumica, el acero, el motor de combustin interna, el telgrafo y la telefona. Ello se debe a que slo mediante la generacin y la distribucin de la electricidad todos los otros campos fueron capaces de desarrollar sus aplicaciones y conectarse entre s. Un caso a propsito es el del telgrafo elctrico que, utilizado por primera vez de forma experimental en la dcada de 1790 y ampliamente extendido en 1837, slo pudo convertirse en una red de comunicacin que conectara al mundo a gran escala cuando pudo depender de la difusin de la electricidad. Su uso extendido a partir de la dcada de 1870 cambi el transporte, el telgrafo, la iluminacin y, no menos importante, el trabajo de las fbricas, al difundir energa bajo la forma del motor elctrico. En efecto, aunque se ha asociado a las fbricas con la primera revolucin industrial, de hecho durante casi un siglo no fueron concomitantes al uso de la mquina de vapor, que se utilizaba mucho en los talleres artesanales, mientras que bastantes grandes fbricas continuaban empleando fuentes de energa hidrulica mejoradas (por lo que fueron conocidas durante largo tiempo como mil/s, molinos). Fue el motor elctrico el que hizo posible e indujo una organizacin del trabajo a gran escala en la fbrica industrial. Como escribi R. J. Forbes (en 1958): Durante los ltimos doscientos cincuenta aos, cinco grandes generadores nuevos de fuerza motriz han producido lo que suele llamarse la Era de la Mquina. El siglo XVIII trajo la mquina de vapor; el siglo XIX, la turbina de agua, el motor de combustin interna y la turbina de vapor; y el siglo XX, la turbina de gas. Los historiadores han acuado con frecuencia expresiones pegadizas para denotar movimientos o corrientes de la historia. Una de ellas es la Revolucin industrial, ttulo de un desarrollo del que suele decirse que se inici a comienzos del siglo XVIII y se extendi a lo largo de gran parte del XIX. Fue un movimiento lento, pero trajo aparejados cambios tan profundos en su combinacin de progreso material y dislocacin social que muy bien pudiera describirse colectivamente como revolucionario si consideramos esas fechas extremas. De este modo, actuando sobre el proceso en el ncleo de todos los procesos, esto es, la energa necesaria para producir, distribuir y comunicar, las dos revoluciones industriales se difundieron por todo el si econmico y calaron todo el tejido social. Las fuentes de energa baratas accesibles y mviles extendieron y aumentaron el poder del cuerpo humano, creando la base material para la continuacin histrica de un movimiento similar encaminado a la expansin de la mente humana. LA SECUENCIA HISTRICA DE LA REVOLUCIN DE LA TECNOLOGA

DE LA INFORMACIN La breve aunque intensa historia de la Revolucin de la tecnologa de la informacin ha sido contada tantas veces en los aos reciente no resulta necesario proporcionar al lector otro relato completo ella. Adems, dada la aceleracin de su ritmo, cualquier relato de tipo se quedara obsoleto de inmediato, ya que entre esta escritura-lectura (digamos dieciocho meses) los microchips habrn duplicad rendimientos para un precio determinado, segn la ley de Moore generalmente aceptada. Sin embargo, considero til desde el punto vista analtico recordar los principales ejes de la transformacin tecnolgica en la generacin/procesamiento/transmisin de la informacin situarla en la secuencia que condujo a la formacin de un nuevo paradigma socio-tcnico. Este breve resumen me permitir, ms tarde, soslayar referencias a los rasgos tecnolgicos cuando se exponga su interaccin especfica con la economa, cultura y sociedad a travs del itinerario intelectual de este libro, excepto cuando se requieran nuevos elementos de informacin.

La microingeniera de los macrocambios: electrnica e informacin Aunque pueden encontrarse precedentes cientficos e industriales de las tecnologas de la informacin basadas en la electrnica unas dcadas antes de 194042 (no siendo la menos importante la invencin del telfono por Bell en 187, de la radio por Marconi en 1898 y del tubo de vaco por De Forest en 190), fue durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo subsiguiente cuando tuvieron lugar los principales avances tecnolgicos en la electrnica: el primer ordenador programable; y el transistor, fuente de la microelectrnica, el verdadero ncleo de la Revolucin de la tecnologa de la informacin en el siglo XX. No obstante, hasta la dcada de los setenta no se difundieron ampliamente las tecnologas de la informacin, acelerando su desarrollo sinergtico y convergiendo en un nuevo paradigma. Sigamos las etapas de la innovacin en los tres principales campos tecnolgicos que, aunque estrechamente interrelacionados, constituyen la historia de las tecnologas basadas en la electrnica: la micro- electrnica, los ordenadores y las telecomunicaciones.

El transistor, inventado en 1947 en los Laboratorios Bell de Murray Hill (Nueva Jersey) por tres fsicos, Bardeen, Brattain y Shockley (ganadores del Premio Nobel por este descubrimiento), hizo posible procesar los impulsos elctricos a un ritmo ms rpido en un modo binario de interrupcin y paso, con lo que se posibilit 1a codificacin de la lgica y la comunicacin con mquinas y entre ellas: denominamos a estos dispositivos de procesamiento semiconductores y la gente comnmente los llama chips (en realidad formados por millones de transistores). El primer paso para la difusin del transistor se dio con la invencin efectuada por Shockley del transistor de contacto en 1951. No obstante, su fabricacin y uso extendido requeran nuevas tecnologas de fabricacin y la utilizacin de un material apropiado. El paso al silicio, construyendo la nueva revolucin literalmente sobre la arena, fue efectuado por primera vez por Texas Instruments (en Dallas) en 1945 (cambio facilitado por la contratacin en 1953 de Gordon Teal, otro sobresaliente cientfico de los Laboratorios Bell). La invencin del proceso planar en 1959 por Fairchild Semiconductors (en Silicon Valley) abri la posibilidad de integrar componentes miniaturizados con una fabricacin de precisin.

No obstante, el paso decisivo en la microelectrnica se haba dado en 1957: el circuito integrado fue coinventado por Jack Kilby, ingeniero de Texas Instruments (que lo patent) y Bob Noyce, uno de los creadores de Fairchild. Pero fue Noyce quien los fabric primero, utilizando el proceso planar. Desat una explosin tecnolgica: en slo tres aos, entre 1959 y 192, los precios de los semiconductores cayeron un 85% y en los aos siguientes la produccin se multiplic por veinte, el 50% de la fue para usos militares. Como comparacin histrica, el precio de la de algodn tard setenta aos (1780-1850) en caer un 85% en Gran Bretaa durante la revolucin industrial. Luego, el movimiento se aceler durante la dcada de los sesenta: cuando mejor la tecnologa de fabricacin y se ayud al perfeccionamiento del diseo de los chips con poderosos ordenadores que utilizaban dispositivos microelectrnicos ms rpidos y potentes, el precio medio de un circuito integrado cay de 50 dlares en 1962 a 1 dlar en 1971.

El salto gigante hacia adelante en la difusin de la microelectrnica todas las mquinas lleg en 1971 con la invencin efectuada por un ingeniero de Intel, Ted Hoff (tambin en Silicon Valley), del microprocesador, esto es, el ordenador en un chip. De este modo, el poder de procesar informacin poda instalarse en todas partes. Estaba en marcha la cal en pos de una capacidad de integracin cada vez mayor de circuitos e nico chip, con la tecnologa del diseo y la fabricacin en supera constante de los lmites de integracin que con anterioridad se consideraban fsicamente imposibles a menos que se abandonara el material de silicio. A mediados de la dcada de 1990, las valoraciones tcnicas todava otorgan diez o veinte aos de buena vida a los circuitos basados en el silicio, si bien se ha acometido la investigacin sobre materiales alternativos. El grado de integracin ha progresado a pasos agigantados en las dos mas dcadas. Aunque los detalles tcnicos no tienen cabida en este libro resulta importante desde el punto de vista analtico indicar la velocidad de extensin del cambio tecnolgico. Como es sabido, la potencia de los chips puede evaluarse medio una combinacin de tres caractersticas: su capacidad de integracin, indicada cada por la mnima anchura de las lneas del chip, medida en mi (1 micra = 1 millonsima parte de una pulgada); su capacidad de memoria medida en bits: miles (k) y millones (megabits); y la velocidad del microprocesador, medida en megahercios. As, el primer procesador de 1971 se present en lneas de unas 6,5 micras; en 1980 alcanz 4 micras; en 1 micra; en 1995, el chip del Pentium de Intel presentaba un tamao de 0.35 micra; y cuando se estaba escribiendo esto, los proyectos eran alcanzar 0,25 de micra en 1999. De este modo, donde en 1971 se empaquetaban 2.300 transistores en un chip del tamao de una chincheta, en 1993 haba 35 millones de transistores. La capacidad de memoria, indicada por la capacidad DRAM (Dynamic Ramdom Access Memory), era en 1971 de 1.024 bits; en 1980, de 64.000; en 1987, de 1.024.000; en 1993, de 16.384.000; y la proyectada para 1999 es de 256.000.000. En lo que respecta a la velocidad, los microprocesadores actuales de 64 bits son 550 veces ms rpidos que el primer chip Intel de 1972; y las MPU se duplican cada dieciocho meses. Las proyecciones para 2002 prevn una aceleracin de la tecnologa de la microelectrnica en integracin (chips de 0,18 micras), capacidad DRAM (1.024 megabits) y velocidad del microprocesador (500 megahercios ms en comparacin con los 150 de 1993). Combinado con los avances espectaculares en el procesamiento paralelo de microprocesadores mltiples (incluida, en el futuro, la unin de microprocesadores mltiples en un solo chip), parece que el poder de la microelectrnica an est liberndose, con lo que la capacidad informtica va aumentando de forma inexorable. Adems, la mayor miniaturizacin, la mayor especializacin y el descenso de los precios de los chips cada vez ms potentes hicieron posible colocarlos en todas las mquinas de nuestra vida cotidiana, desde los lavavajillas y los hornos microondas hasta los automviles, cuya electrnica, en los modelos estndar de la dcada de 1990, era ms valiosa que su acero. Desde la Segunda Guerra Mundial, madre de todas las tecnologas, tambin se concibieron los ordenadores, pero no nacieron hasta 194 en Filadelfia, si se exceptan los aparatos de uso blico, como el Colossus britnico de 1943, aplicado a descifrar los cdigos enemigos, y el Z-3 alemn, al parecer producido en 1941 para ayudar a los clculos de la aviacin. No obstante, la mayor parte del esfuerzo aliado en electrnica se concentr en los programas de investigacin del MIT, Y la experimentacin real del poder de clculo, bajo el patrocinio del ejrcito estadounidense, se realiz en la Universidad de Pensilvania, donde Mauchly y Eckert produjeron en 194 el primer ordenador con fines generales, el ENIAC (Electronic Numerical Integrator and Calculator). Los historiadores recordarn que el primer ordenador electrnico pesaba 30 toneladas, fue construido en mdulos de metal de dos metros y medio de altura, tena 70.000 resistores y 18.000 tubos de vaco, y ocupaba la superficie de un gimnasio. Cuando se prenda, su consumo elctrico era tan alto que la red elctrica de Filadelfia titilaba.No obstante, la primera versin comercial de esta mquina primitiva, UNIVAC-1, producida en 1951 por el mismo equipo, entonces bajo la marca Remington Rand, tuvo un gran xito en el procesamiento del censo estadounidense de 1950. IBM, tambin respaldada por contratos militares y basndose en parte en la investigacin del MIT, super sus primeras reservas hacia la era del ordenador y entr en la carrera en 1953 con su mquina de tubo de vaco 701. En 1958, cuando Sperry Rand present un ordenador manframe (nombre que haca referencia a mes cajas metlicas donde se alojaban las unidades centrales de proceso) de segunda generacin, IBM le sigui de inmediato con su modelo 7090. Pero hasta 1964, con su ordenador manframe 360/370, no lleg a la industria de los ordenadores, poblada por nuevas empresas de doras (Control Data, Digital) y antiguas (Sperry, Honeywell, BlJ NCR), la mayora de las cuales en la dcada de 1990 se haban fundido o haban desaparecido: as de rpido ha actuado la destruccin creativa schumpeteriana en la industria electrnica. En esa poca antigua, es decir, treinta aos antes de que se escribiera este texto, la industria se organiz en una jerarqua bien definida de manframes, miniordenadores (en realidad, mquinas bastante voluminosas) y terminales, dejando alguna especialidad informtica al esotrico mundo de los superordenadores (una fertilizacin cruzada de prediccin meteorolgica y juegos blicos) donde el extraordinario genio de Seymour Cray, pese a su falta de visin tecnolgica, rein durante algn tiempo. La microelectrnica cambi todo esto al introducir una revolucin dentro de la revolucin. El advenimiento del microprocesador con la capacidad de colocar un ordenador en un chip, cambi de arriba abajo el mundo de la electrnica y, en realidad, el mundo. En 1975 Ed. Roberts, un ingeniero que haba creado una pequea compaa de calculadoras, la MITS, en Albuquerque (Nuevo Mxico), construy de clculo con el increble nombre de Altair, por un personaje de la televisin Star Trek que era objeto de la admiracin de su nia. La maquina era primitiva, pero estaba construida como un ordenador de pequea escala en torno a un microprocesador. Fue la base para del Apple I y luego del Apple II, el primer microordenador comercializado con xito, realizado en el garaje de las casas paternas por dos jvenes que haban abandonado los estudios, Steve Wozniak y Steve Jobs en Menlo Park (Silicon Valley), en una saga verdaderamente extraordinaria que ahora ya se ha convertido en la leyenda fundadora de la Era de la informacin. Lanzada en 1976 con tres socios y 91.000 dlares como capital Apple Computers ya haba alcanzado en 1992 583 millones en ventas anunciando la era de la difusin del poder del ordenador. IBM reaccion rpido y en 1981 present su versin propia de microordenador con un nombre brillante: el Ordenador Personal (PC), que se convirti de hecho en el acrnimo de los miniordenadores. Pero debido a que no se bas en tecnologa propia, sino en la desarrollada para IBM por otras fuentes se volvi vulnerable al clonaje, de inmediato practicado a escala masiva sobre todo en Asia. No obstante, aunque este hecho acab sentenciando el dominio del negocio en ordenadores personales, tambin extendi por todo el mundo el uso de los clnicos de IBM, difundiendo un estndar comn, pese a la superioridad de las mquinas de Apple. El Macintosh de Apple, lanzado en 1984, fue el primer paso hacia una informtica fcil para el usuario, con la introduccin de la tecnologa de la interfaz de usuario basada en el icono, desarrollada originalmente en el Centro de Investigacin de Palo Alto de la Xerox. Con el desarrollo de un nuevo software adaptado a su funcionamiento, se cumpli una condicin fundamental para la difusin de los microordenadores. El software para los ordenadores personales tambin surgi a mediados de los aos setenta por el entusiasmo generado por Altair: dos jvenes que haban abandonado sus estudios en Harvard, Bill Gates y Paul Allen, adaptaron el BASIC para que funcionara en la mquina Altair en 1976. Cuando comprendieron todas sus posibilidades, fundaron Microsoft (primero en Albuquerque, para trasladarse dos aos despus a Seattle, donde vivan los padres de Gates), gigante del software actual que transform el dominio del software del sistema operativo en dominio del software del mercado del microordenador en su conjunto, un mercado que crece de forma exponencial. En los ltimos quince aos, la potencia creciente del chip ha dado como resultado un llamativo aumento de la potencia de la microinformtica, con lo que se ha reducido la funcin de los ordenadores mayores. A comienzos de la dcada de 1990, los microordenadores de un nico chip ya tenan la capacidad de procesamiento de IBM slo cinco aos antes. Los sistemas basados en microprocesadores interconectados, compuestos por ordenadores de escritorio, mquinas menores (clientes), atendidas por mquinas ms potentes y dedicadas (servidores), puede que acaben suplantando a los ordenadores de procesamiento de informacin ms especializados, como los mainframes y superordenadores tradicionales. En efecto, a los avances en microelectrnica y software, hay que aadir los importantes progresos efectuados en cuanto a las capacidades de interconexin. Desde mediados de la dcada de 1980, los microordenadores no pueden concebirse en aislamiento: actan en redes, con una movilidad creciente, mediante ordenadores porttiles. Esta extraordinaria versatilidad, y la posibilidad de aadir memoria y capacidad de procesamiento compartiendo la potencia informtica en una red electrnica, cambi de forma decisiva la era del ordenador en la dcada de 1990 de un almacena- miento y procesamiento de datos centralizado a la utilizacin compartida de la potencia del ordenador interactivo en red. No slo cambi todo el sistema tecnolgico, sino tambin sus interacciones sociales y organizativas. De este modo, el coste medio del procesamiento de la informacin descendi de unos 75 dlares por milln de operaciones en 190 a menos de un cntimo de centavo en 1990. Esta capacidad de interconexin slo se hizo posible, como es natural, debido a los importantes avances ocurridos tanto en las telecomunicaciones como en las tecnologas de las redes informticas durante la dcada de 1970. Pero, al mismo tiempo, tales cambios slo fueron posibles por la combinacin de nuevos dispositivos microelectrnicos y la intensificacin de la capacidad informtica, en un ejemplo de relacin sinergtica en la revolucin tecnologa de la informacin. Las telecomunicaciones tambin han sufrido la revolucin producida por la combinacin de las tecnologas de nodo (conmutadores y selectores de rutas electrnicos) y los nuevos enlaces (tecnologas de la transmisin). El primer conmutador electrnico que se produjo industrialmente, el ESS-1, fue presentado por los Laboratorios Bell en 1969. Para mediados de los aos setenta, el avance en las tecnologas del circuito integrado ya haba hecho posible el conmutador digital, que aumenta velocidad, la potencia y la flexibilidad, a la vez que se ahorraba espacio, energa y trabajo, frente a los dispositivos analgicos. Pese a ATT, los padres del descubrimiento, los Laboratorios Bell, al principio se mostraron reacios a su presentacin debido a la necesidad de amortizar la inversin ya realizada en equipamiento analgico, pero cuando en 1977 Northern Telecom de Canad se hizo con una parte del mercado estadounidense al llevar la delantera en conmutadores digitales, las empresas Bell se unieron a la carrera y desataron un movimiento similar en todo el mundo.

Los importantes avances en optoelectrnica (fibras pticas y transmisin por lser) y en la tecnologa de la transmisin de paquetes digitales ampliaron de forma espectacular la capacidad de las lneas de transmisin. Las Redes Digitales de Servicios Integrados de Banda A (RDSI-BA) imaginadas en la dcada de 1990 podan sobrepasar con creces las revolucionarias propuestas de los aos setenta de una Red Digital de Servicios Integrados (RDSI): mientras que la capacidad de transporte de la RDSI sobre alambre de cobre se estimaba en 144.000 bits, la RDSBA de los aos noventa sobre fibra ptica, siempre y cuando se hiciera realidad a un alto precio, podra transportar mil billones de bits. Para medir el ritmo de cambio, recordemos que en 1956 el primer cable telefnico trasatlntico conduca 50 circuitos de voz comprimidos; en 1995, las fibras pticas podan conducir 85.000 circuitos semejantes. Esta capacidad de transmisin basada en la optoelectrnica, junto con avanzadas arquitecturas de conmutacin y seleccin de rutas, como el Modo de Transferencia Asncrono (Asynchronous Transfer Mode, ATM) y el Protocolo de Control de Transmisin/Protocolo de Interconexin (Transmisin: Control Protocol/Interconnection Protocol [TCP/IP]), son la base de la denominada autopista de la informacin, cuyas caractersticas se exponen en el captulo 5. Las diferentes formas de utilizacin del espectro de la radio (transmisin tradicional, transmisin directa por satlite, microondas, telefona celular digital), as como el cable coaxial y la fibra ptica, ofrecen una diversidad y versatilidad de tecnologas de transmisin que se estn adaptando a toda una gama de empleos y posibilitando una comunicacin ubicua entre usuarios mviles. De este modo, la telefona celular se difundi con fuerza por todo el mundo en la dcada de los noventa, salpicando literalmente toda Asia con buscapersonas sencillos y a Amrica Latina con telfonos celulares, smbolos de posicin social, con la promesa (por ejemplo, de Motorola) de contar con un prximo aparato de comunicacin personal con cobertura universal antes del ao 2000. Cada paso de gigante en un campo tecnolgico especfico amplifica los efectos de las tecnologas de la informacin relacionadas. As, el telfono mvil, basado en el poder del ordenador para canalizar mensajes, proporciona al mismo tiempo la base para el procesamiento informtico ubicuo y, en tiempo real, una comunicacin electrnica interactiva.

La divisoria tecnolgica de los aos setenta

Este sistema tecnolgico en el que estamos plenamente sumergidos en la dcada de 1990 cuaj en los aos setenta. Debido a la trascendencia de contextos histricos especficos para las trayectorias tecnolgicas y a la forma particular de interaccin de la tecnologa y la sociedad, es importante recordar unas cuantas fechas asociadas con descubrimientos esenciales en las tecnologas de la informacin. Todos ellos tienen algo sustancial en comn: aunque basados en buena medida en el conocimiento previo existente y desarrollado en prolongacin de tecnologas clave, representaron un salto cualitativo en la difusin masiva de la tecnologa en aplicaciones comerciales y civiles, debido a su asequibilidad y su coste descendente para una calidad en aumento. As pues, el microprocesador, el artefacto clave en la expansin de la microelectrnica, se invent en 1971 y comenz a difundirse a mediados de los aos setenta. El microordenador se invent en 1975 y el primer producto que goz de xito comercial, el Apple II, se present en abril de 1977, en tomo a la misma fe- cha en que Microsoft comenz a producir sistemas operativo s para microordenadores. El Xerox Alto, matriz de muchas tecnologas de software para los ordenadores personales de la dcada de 1990, fue desarrollado en los laboratorios P ARC de Palo Alto en 1973. El primer conmutador electrnico industrial apareci en 199 y el digital se desarroll a mediados de la dcada de 1970 y se difundi comercialmente en 1977. La fibra ptica fue producida por primera vez de forma industrial por Corning Glass a comienzos de la dcada de 1970. Tambin a mediados de esa dcada, Sony empez a producir comercialmente mquinas de vdeo, basndose en descubrimientos estadounidenses e ingleses de los aos sesenta que nunca alcanzaron una produccin masiva. Y por ltimo, pero no menos importante, fue en 199 cuando el Departamento de Defensa estadounidense, por medio de la Advanced Research Project Agency (ARPA), estableci una red de comunicacin electrnica revolucinaria que crecera durante la dcada siguiente para convertirse en la actual internet. Le fue de gran ayuda el invento efectuado por Cerf y Kahn 1974 del TCI/IP, el protocolo de red de interconexin que introdujo tecnologa de entrada, permitiendo que diferentes tipos de redes se entrelazaran. Creo que se puede decir sin exagerar que la Revolucin ( tecnologa de la informacin, como tal revolucin, naci en la dcada 1970, sobre todo si se incluye en ella el surgimiento y difusin paralelos de la ingeniera gentica en torno a las mismas fechas y lugares, un descubrimiento que merece, cuando menos, unas cuantas lneas de atencin .Las tecnologas de la vida

Si bien los orgenes de la biotecnologa pueden remontarse hasta tablilla babilonia sobre la preparacin de cerveza del 6000 a.C. y los revolucin en la microbiologa, hasta el descubrimiento cientfico de la estructura bsica de la vida, la doble hlice del ADN, efectuado por Francis Crick y James Watson en la Universidad de Cambridge en 1953, no fue hasta comienzos de la dcada de 1970 cuando la unin de los genes y la recombinacin del ADN, la base tecnolgica de la ingeniera gentica cuaj en la forma de conocimiento acumulativo. Se suele atribuir a Stanley Cohen, de Stanford, y Herbert Boyer, de la Universidad de California en San Francisco, el descubrimiento de los procedimientos de clonacin del gen, si bien su trabajo se bas en la investigacin realizada por el premio Nobel Paul Berg, de Stanford. En 1975, los investigadores de Harvard aislaron el primer gen de mamfero de la hemoglobina de un conejo y en 1977 se clon el primer gen humano. Lo que sigui fue una carrera para poner en marcha firmas comerciales, la mayora de ellas derivaciones de las principales universidades y centros de investigacin hospitalaria, y agrupadas en California del norte, Nueva Inglaterra y Maryland. Periodistas, inversores y activistas sociales sintieron por igual el impacto de las pasmosas posibilidades abiertas por la capacidad potencial de manipular la vida, incluida la humana. Genentech, en South San Francisco, Cetus, en Berkeley, y Biogen, en Cambridge (Massachusetts), fueron de las primeras compaas, organizadas en torno a los premios Nobel, en utilizar nuevas tecnologas genticas para aplicaciones mdicas. Pronto siguieron las empresas agrcolas, y se otorg a los microorganismos, algunos alterados genticamente, un nmero creciente de asignaciones, no la menos importante limpiar la contaminacin, creada con frecuencia por las mismas empresas y organismos que vendan los supermicrobios. No obstante, dificultades cientficas, problemas tcnicos e importantes obstculos legales derivados de justificadas preocupaciones ticas y de seguridad, retrasaron la revolucin biotecnolgica durante la dcada de los ochenta. Se perdi una considerable suma de inversin de capital de riesgo y algunas de las compaas ms innovadoras, incluida Genentech, se vieron absorbidas por las gigantes farmacuticas (Hoffman-La Roche, Merck), que mejor que ningn otro comprendieron que no podan imitar la costosa arrogancia que haban exhibido las firmas informticas de reconocido prestigio con respecto a las innovadoras que se ponan en marcha: comprar empresas pequeas e innovadoras, junto con sus servicios cientficos, se convirti en una importante pliza de seguro para las multinacionales farmacuticas y qumicas, tanto para asimilar los beneficios comerciales de la revolucin biolgica, como para controlar su ritmo. Despus se afloj el paso, al menos en la difusin de sus aplicaciones.

Sin embargo, a finales de la dcada de los ochenta y comienzos de la siguiente, un importante impulso cientfico y una nueva generacin de arriesgados empresarios cientficos revitalizaron la biotecnologa, que se centr de forma decisiva en la ingeniera gentica, la verdadera tecnologa revolucionaria dentro del campo. La clonacin gentica entr en una nueva etapa cuando, en 1988, Harvard patent legalmente un ratn manipulado genticamente, arrebatando a Dios y a la Naturaleza los derechos legales de la vida. En los siete aos siguientes, otros siete ratones fueron tambin patentados como formas de vida de nueva creacin, identificadas como propiedad de sus ingenieros. En agosto de 1989, los investigadores de la Universidad de Michigan y Toronto descubrieron el gen responsable de la fibrosis cstica, abriendo el camino para la terapia gentica. A la estela de las expectativas generadas por este descubrimiento, el gobierno estadounidense decidi, en 1990, patrocinar y financiar con 3.000 millones de dlares un programa de quince aos, coordinado por James Watson, que reuni a algunos de los equipos de investigacin sobre microbiologa ms avanzados para trazar el mapa del genoma humano, esto es, para identificar y localizar los 60.000 a 80.000 genes que componen el alfabeto de la especie humana. Mediante este esfuerzo y otros ms, se ha identificado una corriente continua de genes humanos, relacionados con diversas enfermedades, de modo que para mediados de la dcada de 1990 ya se han localizado en tomo a un 7% de los genes humanos y se posee un conocimiento adecuado de su funcin. Por supuesto, ello crea la posibilidad de actuar sobre esos genes y los que se identifiquen en el futuro, con lo que la humanidad es capaz no slo de controlar algunas enfermedades, sino de identificar predisposiciones biolgicas e intervenir sobre ellas, alterando potencialmente el destino gentico. Lyon y Gorner concluyen su equilibrada investigacin de 1995 sobre los avances de la ingeniera gentica humana con una prediccin y una admonicin:

En unas cuantas generaciones podramos acabar quiz con ciertas enfermedades mentales, o con la diabetes, o con la alta presin sangunea, o casi con cualquier dolencia que seleccionemos. Lo ms importante que debe tenerse en cuenta es q la calidad de la toma de decisiones dicta si las elecciones que se efecten sern ms y justas. [...] El modo bastante ignominioso en que la elite cientfica y administrativa est manejando los primeros frutos de la terapia gentica no augura nada bueno. [...] Los humanos hemos evolucionado intelectualmente hasta el punto que, relativamente pronto, seremos capaces de comprender la composicin, funcin y dinmicas del genoma en buena parte de su complejidad intimidante. Sin embargo, desde el punto de vista emocional, seguimos siendo monos, con todo bagaje de comportamiento que ello supone. Quiz la forma suprema de la terapia gentica para nuestra especie sea superar nuestra herencia ms abyecta y aprender a aplicar nuestro nuevo conocimiento prudente y benvolamente. No obstante, mientras cientficos, legisladores y moralistas debaten sobre las implicaciones humansticas de la ingeniera gentica, investigadores convertidos en empresarios estn tomando el camino ms corto estableciendo mecanismos para obtener el control legal y financiero del genoma humano. El intento ms atrevido en este sentido fue el proyecto iniciado en 1990 en Rockville (Maryland) por dos cientficos, J. Craig Venter, entonces con el Instituto Nacional de Salud, y William Haseltinel entonces en Harvard. Utilizando el poder de un superordenador, ordenaron en serie en slo cinco aos partes de cerca del 85% de todos los genes humanos, creando una gigantesca base de datos gentica. El problema es que no saben, y no lo sabrn en mucho tiempo, qu es cada trozo gen o dnde se localiza: su base de datos comprende cientos de miles de fragmentos genticos con funciones desconocidas. Entonces, cul su inters? Por una parte, la investigacin centrada en genes especficos puede aprovecharse (y de hecho lo hace) de los datos contenidos en e! secuencias. Pero, lo que es ms importante y la principal razn de todo proyecto, Craig y Haseltine se han dado prisa en patentar todos sus datos de tal manera que, literalmente, puede que un da posean los derechos legales sobre una gran porcin del conocimiento para manipular el genoma humano. La amenaza que ello supona era tan seria que, si bien por una parte atrajeron decenas de millones de dlares de los inversores, por otra, una importante compaa farmacutica, Merck, otorg fondos cuantiosos a la Universidad Washington para que prosiguiera con las mismas secuencias ciegas e hiciera pblicos los datos para que no existiera un control privado de fragmentos de conocimiento que pudieran bloquear el desarrollo de productos basados en la compresin sistemtica futura del genoma humano.

La leccin de tales batallas empresariales para el socilogo va ms all de otro ejemplo de la codicia humana. Seala una aceleracin de la velocidad y la profundidad en la revolucin gentica. Debido a su especificidad tanto cientfica como social, la difusin de la ingeniera gentica se desarroll a un ritmo ms lento durante el periodo 1970-1990 que el observado en la electrnica. Pero en la dcada de 1990, la apertura de ms mercados y el aumento de la capacidad educativa e investigadora por todo el mundo han acelerado la revolucin biotecnolgica. Todos los indicios apuntan hacia la explosin de sus aplicaciones con el cambio de milenio, desatando as un debate fundamental en la frontera ahora borrosa entre naturaleza y sociedad. El contexto social y las dinmicas del cambio tecnolgico Por qu los descubrimientos sobre las nuevas tecnologas de la informacin se agruparon en la dcada de los aos setenta y en su mayor parte en los Estados Unidos? Y cules son las consecuencias de esta concentracin de tiempo/lugar para el desarrollo futuro y para su interaccin con las sociedades? Resultara tentador relacionar de forma directa la formacin de este paradigma tecnolgico con las caractersticas de su contexto social. En particular, si recordamos que a mediados de la dcada de los aos setenta los Estados Unidos y el mundo occidental se vieron sacudidos por una importante crisis econmica, estimulada (pero no causada) por los choques petroleros de 1973-1974. Una crisis que impuls la espectacular reestructuracin del sistema capitalista a escala global, induciendo en realidad un nuevo modelo de acumulacin en discontinuidad histrica con el capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial, como he propuesto en el prlogo de este libro. Fue el nuevo paradigma tecnolgico una respuesta del sistema capitalista para superar sus contradicciones internas? O fue adems un modo de asegurar la superioridad militar sobre el enemigo sovitico, respondiendo a su reto tecnolgico en la carrera espacial y el armamento nuclear? Ninguna de estas dos explicaciones parece convincente. Si bien existe una coincidencia histrica entre el agrupa- miento de nuevas tecnologas y la crisis econmica de los aos setenta, su sincronizacin es demasiado exacta, el ajuste tecnolgico habra sido demasiado rpido, demasiado mecnico, cuando sabemos de las lecciones de la Revolucin industrial y otros procesos histricos de cambio tecnolgico que las sendas econmica, industrial y tecnolgica, aunque se relacionan, se mueven con lentitud y adecuan su interaccin de forma imperfecta. En cuanto al argumento militar, al impacto del Sputnik de 1957- 1960 se respondi con el programa espacial estadounidense mediante inversin tecnolgica masiva de los aos sesenta, no de los setenta; y nuevo impulso importante a la tecnologa militar estadounidense se acometi en 1983 en torno al programa Guerra de las Galaxias, que en realidad utiliz las tecnologas desarrolladas en la dcada prodigiosa precedente. De hecho, parece que ha de seguirse la pista del surgimiento de un nuevo sistema tecnolgico en la dcada de 1970 hasta la dinmica autnoma del descubrimiento tecnolgico y su difusin, incluidos los efectos sinergticos entre varias tecnologas clave. As, el microprocesador hizo posible el microordenador; los avances en las telecomunicaciones, con ya se ha mencionado, permitieron a los microordenadores funcionar en red, con lo que se aument su potencia y flexibilidad. Las aplicaciones de estas tecnologas a la fabricacin electrnica acrecent el potencial de nuevas tecnologas de diseo y fabricacin en la produccin de semiconductores. El nuevo software se vio estimulado por el rpido crecimiento del mercado de microordenadores, que a su vez se expandi por las nuevas aplicaciones, y de las mentes de los escritores de software surgieron en profusin tecnologas fciles para el usuario. Y as sucesivamente. El fuerte impulso tecnolgico inducido por el ejrcito en la dcada 1960 prepar a la tecnologa estadounidense para el salto hacia adelante Pero la invencin realizada por Ted Hoff del microprocesador, cuando trataba de cumplir un pedido para una empresa japonesa de calculadores manuales en 1971, se produjo por el conocimiento e ingenio acumulado en Intel, en estrecha interaccin con el medio de innovacin creado desde la dcada de 1950 en Silicon Valley. En otras palabras, la primera revolucin de la tecnologa de la informacin se concentr en los Estados Unidos, y en buena medida en California, en la dcada de 1970, atendiendo los avances de las dos dcadas previas y bajo la influencia de diversos factores institucionales, econmicos y culturales. Pero no surgi de ninguna necesidad preestablecida: su induccin fue tecnolgica, en lugar de ser determinada por la sociedad. Sin embargo, una vez que cobr existencia como sistema, en virtud del agrupamiento que he descrito, sus desarrollos y aplicaciones, y, en definitiva, su contenido, resultaron moldeados de forma decisiva por el contexto histrico en el que se expandi. En efecto, en la dcada de 1980, el capitalismo (en concreto, las principales empresas y los gobiernos del club de los pases del G-7) ya haban emprendido un proceso sustancial de reestructuracin econmica y organizativa, en que la nueva tecnologa de la informacin desempeaba un papel fundamental que la conform decisivamente. Por ejemplo, el movimiento impulsado por las empresas hacia la desregulacin y liberalizacin en la dcada de 1980 fue concluyente para la reorganizacin y el crecimiento, las telecomunicaciones, de modo ms notable tras el desposeimiento de ATT. A su vez, la disponibilidad de nuevas redes de telecomunicaciones sistemas de informacin puso los cimientos para la integracin global de los mercados financieros y la articulacin segmentada de la produccin y el comercio de todo el mundo, como examinaremos en el captulo siguiente. De este modo y hasta cierta medida, la disponibilidad de nuevas tecnologas de la dcada de los ochenta. Y los usos de esas tecnologas en esa dcada condicionaron en buena parte sus usos y trayectorias en la de 1990. El surgimiento de la sociedad red, que tratar de analizar en los captulos siguientes de este volumen, no puede entenderse sin la interaccin de estas dos tendencias relativamente autnomas: el desarrollo de las nuevas tecnologas de la informacin y el intento de la antigua sociedad de reequiparse mediante el uso del poder de la tecnologa para servir a la tecnologa del poder. Sin embargo, el resultado histrico de esa estrategia consciente a medias es en buena medida indeterminado, ya que la interaccin de tecnologa y sociedad depende de la relacin estocstica existente entre un nmero excesivo de variables casi independientes. Sin rendirnos necesariamente al relativismo histrico, cabe decir que la Revolucin de la tecnologa de la informacin se suscit cultural, histrica y espacialmente, en un conjunto muy especfico de circunstancias cuyas caractersticas marcaron su evolucin futura. MODELOS, ACTORES y LOCALIDADES DE LA REVOLUCIN DE LA TECNOLOGA DE LA INFORMACIN

Si la primera Revolucin industrial fue britnica, la primera Revolucin de la tecnologa de la informacin fue estadounidense, con una inclinacin californiana. En ambos casos, cientficos e industriales de otros pases desempearon un papel importante, tanto en el descubrimiento como en la difusin de las nuevas tecnologas. Francia y Alemania fueron fuentes clave de talento y aplicaciones en la revolucin industrial. Los descubrimientos cientficos originados en Inglaterra, Francia, Alemania e Italia fueron las bases de las nuevas tecnologas de la electrnica y la biologa. El ingenio de las compaas japonesas ha sido crtico para la mejora de los procesos de fabricacin en la electrnica y en la penetracin de las tecnologas de la informacin en la vida cotidiana de todo el mundo, mediante un aluvin de productos innovadores, de los vdeos y faxes a los videojuegos y buscapersonas. En efecto, en la dcada de 1980, las compaas japonesas lograron dominar la produccin de semiconductores en el mercado mundial, si bien a mediados de la de 1990 las compaas estadounidenses retornaron en conjunto la cabeza de la competicin. La industria entera evolucion hacia la interpenetracin, las alianzas estratgicas el establecimiento de redes entre firmas de diferentes pases. Esto hizo que la diferenciacin por origen nacional fuera menos importante. No obstante, no slo hubo innovadores, firmas e instituciones estadounidenses en los orgenes de la revolucin durante la dcada de 1970, sino que han continuado desempeando un papel dirigente en su expansin, que probablemente se mantendr en el siglo XXI aunque sin duda seremos testigos de una presencia creciente de firmas japonesas, chinas y coreanas, as como de una contribucin europea representativa en biotecnologa y telecomunicaciones.

Para comprender las races sociales de la Revolucin de la tecnologa de la informacin en los Estados Unidos, ms all de los mitos que la rodean, recordar brevemente el proceso de formacin de su medio de innovacin ms famoso: Silicon Valley. Como ya he mencionado: fue all donde se desarrollaron el circuito integrado, el microprocesador, el microordenador, entre otras tecnologas clave, y donde ha latido el corazn de la innovacin electrnica hace cuatro dcadas ya, mantenido por cerca de un cuarto de milln de trabajadores de la tecnologa de la informacin. Adems, la zona de la Baha de San Francisco en su conjunto (que incluye otros centros de innovacin como Berkeley, Emeryville, County y el mismo San Francisco) tambin se hall en los orgenes de la ingeniera gentica y, en la dcada de 1990, es uno de los principales centros del mundo en software avanzado, ingeniera gentica y diseo informtico multimedia.

Silicon Valley (Condado de Santa Clara, a 48 km al sur de San Francisco, entre Stanford y San Jos) se convirti en un medio de innovacin por la convergencia en ese sitio del nuevo conocimiento tecnolgico de un gran mercado de expertos ingenieros y cientficos de las principales universidades de la zona; de financiamiento generoso y un mercado asegurado por parte del Departamento de Defensa; y, en la primera etapa del liderazgo institucional de la Universidad de Stanford. En efecto, los orgenes de la ubicacin poco probable de la industria electrnica agradable zona semirrural de California del Norte pueden remontarse hasta el establecimiento en 1951 del Parque Industrial de Stanford, realizado por el visionario decano de Ingeniera y vicerrector de la universidad, Frederick Terman. Haba apoyado personalmente a dos de sus estudiantes doctorales, William Hewlett y David Packard, para crear una empresa electrnica en 1938. La Segunda Guerra Mundial fue una bonanza para Hewlett-Packard y otras empresas electrnicas que acababan de ponerse en marcha. As que, naturalmente, fueron los primeros inquilinos de una nueva y privilegiada ubicacin donde slo las firmas que Stanford juzgara innovadoras podran beneficiarse de una renta de alquiler simblica. Como el parque se llen en seguida, las nuevas firmas electrnicas comenzaron a localizarse a lo largo de la autopista 101 hacia San Jos. El hecho decisivo fue la contratacin por parte de la Universidad de Stanford de William Shockley, inventor del transistor, en 1956. Y fue algo fortuito, aunque refleja la incapacidad histrica de las firmas electrnicas de prestigio reconocido para adoptar la tecnologa revolucionaria de la microelectrnica. Shockley haba solicitado el respaldo de grandes empresas de la Costa Este, como RCA y Raytheon, para desarrollar su descubrimiento en produccin industrial. Cuando se lo negaron, acept la oferta de Stanford, sobre todo debido a que su madre viva en Palo Alto, y decidi crear all su propia compaa, Shockley Transistors, con el apoyo de Beckman Instruments. Contrat a ocho ingenieros jvenes y brillantes, provenientes en su mayora de los Laboratorios Bell y atrados por la posibilidad de trabajar con l. Uno de ellos, aunque no precisamente de los Laboratorios Bell, era Bob Noyce. Pronto quedaron desilusionados. Aunque aprendieron los principios de la microelectrnica de vanguardia, les desalent el autoritarismo y tozudez de Shockley, que condujeron a la empresa a un callejn sin salida. En particular queran, en contra de la decisin de Shockley, trabajar con silicio, como la va ms prometedora para una integracin mayor de los transistores. As que, pasado slo un ao, dejaron a Shockley (cuya firma se derrumb) y crearon (con la ayuda de Fairchild Carmeras) Fairchild Semiconductors, donde tuvo lugar la invencin del proceso planar y del circuito integrado en los dos aos siguientes. Tan pronto como descubrieron el potencial tecnolgico y comercial de su conocimiento, cada uno de estos brillantes ingenieros dej Fairchild para iniciar su propia empresa. Y sus nuevos contratados hicieron lo mismo tras cierto tiempo, de tal forma que los orgenes de la mitad de las ochenta y cinco firmas mayores de semiconductores estadounidenses, incluidos los principales productores actuales como Intel, Advanced Micro Devices, National Semiconductors, Signetics, etc., pueden remontarse hasta este proceso de escisin de Fairchild.

Fue esta transferencia de tecnologa de Shockley a Fairchild y luego a una red de empresas escindidas la que constituy la fuente inicial de innovacin sobre la que se levant Silicon Valley y la revolucin en la microelectrnica. En efecto, a mediados de la dcada de 1950, Stanford y Berkeley an no eran centros punteros en electrnica; lo era MIT y ello se reflej en la ubicacin original de la industria electrnica en Nueva Inglaterra. Sin embargo, tan pronto como Silicon Valley tuvo a su disposicin el conocimiento, el dinamismo de su estructura industrial y la continua creacin de nuevas empresas lo afirmaron ya como el centro mundial de la microelectrnica a comienzos de la dcada de 1970. Anna Saxenian compar el desarrollo de los complejos electrnicos de las dos zonas (la carretera 128 de Boston y Silicon Valley) y lleg a la conclusin de que la organizacin social e industrial de las empresas desempe un papel decisivo en el fomento u obstruccin de la innovacin. As pues, mientras que las grandes empresas de prestigio reconocido del Este eran demasiado rgidas (y demasiado arrogantes) para reequiparse constantemente en pos de nuevas fronteras tecnolgicas, Silicon Valley sigui produciendo una profusin de nuevas firmas y practicando la fertilizacin cruzada y la difusin del conocimiento mediante los cambios de trabajo y las escisiones. Las conversaciones nocturnas en el Walker's Wagon Bar and Grill de Mountain View hicieron ms por la difusin de la innovacin tecnolgica que la mayora de los seminarios de Stanford.

Un proceso similar se dio en el desarrollo del microordenador, que introdujo una divisoria histrica en los usos de la tecnologa de la informacin. A mediados de la dcada de 1970, Silicon Valley ya haba atrado cientos de miles de mentes jvenes y brillantes provenientes de todo mundo, que llegaban a la agitacin de la nueva Meca tecnolgica busca del talismn de la invencin y el dinero. Se reunan en clubes abiertos para intercambiar ideas e informacin sobre los ltimos avances Uno de ellos era el Home Brew Computer Club (Club de Ordenadores de fabricacin Casera), cuyos jvenes visionarios (que incluan a Bill Gates Steve Jobs y Steve Wozniak) crearan en los siguientes aos hasta 22 firmas, incluidas Microsoft, Apple, Comeco y North Star. Fue la lectura en el club de un artculo aparecido en Popular Electronics que informaba sobre la mquina Altair de Ed Roberts la que inspir a Wozniak para disear un microordenador, Apple I, en su garaje de Menlo Park durante el verano de 1976. Steve Jobs vio el potencial y juntos fundaron Appel con un prstamo de 91.000 dlares de un ejecutivo de lntel, Mike Marl que entr como socio. Casi al mismo tiempo, Bill Gates fund Microsoft para proporcionar el sistema operativo a los microordenadores, aunque en 1978 ubic su compaa en Seattle para aprovechar los contactos sociales de su acomodada familia.

Podra contarse un relato bastante similar sobre el desarrollo de ingeniera gentica: cientficos sobresalientes de Stanford, la Universidad de California en San Francisco y Berkeley crearon en paralelo empresas ubicadas al principio en la zona de la Baha, que tambin atravesaran procesos frecuentes de escisin, aunque seguiran manteniendo estrechos vnculos con sus alma mater. Procesos muy similares ocurrieron Boston/Cambridge en torno a Harvard-MIT, en el Research Triangl rodeaba a la Universidad Duke y la Universidad de Carolina del Norte en Maryland, en tomo a los grandes hospitales de los institutos nacionales de investigacin sobre la salud y la Universidad Johns Hopkins.

La enseanza fundamental que se desprende de estos relatos es doble: el desarrollo de la revolucin de la tecnologa de la informacin fue tributario de la formacin de medios de innovacin donde interactuaran descubrimientos y aplicaciones, en un proceso recurrente de prueba y error, de aprender creando; estos entornos requirieron (y siguen hacindolo en la dcada de los noventa, a pesar de la interconexin telefnica) la concentracin espacial de los centros de investigacin, las instituciones de educacin superior, las empresas de tecnologa avanzada, una red auxiliar de proveedores de bienes y servicios, y redes empresariales de capitales de riesgo para financiar las primeras inversiones. Una vez consolidado el medio, como lo estaba Silicon Valley en la dcada de los setenta, tiende a generar su dinmica propia y a atraer conocimiento, investigacin y talento de todo el mundo. En efecto, en la dcada de los noventa Silicon Valley florece con compaas japonesas, taiwanesas, coreanas, indias y europeas, para las que una presencia activa en el valle es la vinculacin ms productiva con las fuentes de la nueva tecnologa y valiosa informacin comercial. Adems, debido a su posicionamiento en las redes de innovacin tecnolgica, la zona de la Baha de San Francisco ha sido capaz de acoger todo nuevo avance tecnolgico. Por ejemplo, la llegada del multimedia a mediados de la dcada de 1990 cre una red de vnculos tecnolgicos y empresariales entre la capacidad de diseo informtico de las compaas de Silicon Valley y los estudios productores de imgenes de Hollywood, etiquetada de inmediato como la industria Siliwood. Y en un rincn venido a menos de San Francisco, artistas, diseadores grficos y escritores de software se unieron en la denominada Multimedia Gulch Barranca Multimedia), que amenaza con inundar nuestros cuartos de estar con imgenes provenientes de sus mentes febriles.

Puede extrapolarse este modelo social, cultural y espacial al resto del mundo? Para responder a esta pregunta, en 1988 mi colega Peter Hall y yo emprendimos un viaje de varios aos por el mundo, que nos llev a visitar y analizar algunos de los principales centros cientficos/tecnolgicos de este planeta, de California a Japn, de Nueva Inglaterra a la vieja Inglaterra, de Pars-Sur a Hsinchu-Taiwan, de Sofa-Antpolis a Akadem- gorodok, de Zelenogrado a Daeduck, de Munich a Sel. Nuestras conclusiones, presentadas en forma de libro, confirman el papel crucial desempeado por los medios de innovacin en el desarrollo de la Revolucin de la tecnologa de la informacin: aglomeraciones de conocimiento cientfico/tcnico, instituciones, empresas y trabajo cualificado constituyen las calderas de la innovacin en la Era de la Informacin. No obstante, no necesitan reproducir el modelo cultural, espacial, institucional e industrial de Silicon Valley o de otros centros estadounidenses de innovacin tecnolgica, como California del Sur, Boston, Seattle o Austin.

Nuestro descubrimiento ms sorprendente es que las viejas grandes reas metropolitanas del mundo industrializado son los principales centros de innovacin y produccin en tecnologa de la informacin fuera los Estados Unidos. En Europa, Pars-Sur constituye la mayor concentracin de produccin e investigacin de alta tecnologa; y el corredor M-4 de Londres sigue siendo la ubicacin preeminente para la electrnica britnica, en continuidad histrica con las fbricas de armamento y material que trabajaban para la Corona desde el siglo XIX. El desplazamiento Berln por Munich est obviamente relacionado con la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial, que supuso el traslado deliberado de Siemens de Berln a Baviera en previsin de la ocupacin estadounidense esa zona. Tokio- Yokohama contina siendo el ncleo tecnolgico de la industria de la tecnologa de la informacin japonesa, a pesar de la centralizacin de las plantas sucursales operada bajo el Programa Tecnolgico Mosc-Zelenogrado y San Petersburgo fueron y son los centros del conocimiento y la produccin tecnolgicos soviticos y rusos, tras el fracaso del sueo siberiano de Jruschov. Hsinchu es de hecho un satlite Taipei; Oaeduck nunca desempe un papel significativo frente a Sel Inchon, a pesar de encontrarse en la provincia natal del dictador Park; y Pekn y Shanghai son, como veremos, el ncleo del desarrollo tecnolgico chino. Al igual que lo son la ciudad de Mxico en ese pas, Sao Paolo-Campinas en Brasil y Buenos Aires en Argentina. En este sentido, el relativo retraso tecnolgico de las viejas metrpolis estadounidenses Nueva York-Nueva Jersey, a pesar de su papel prominente hasta la cada de 1960; Chicago; Detroit; Filadelfia es la excepcin a nivel internacional, ligada con el excepcionalismo estadounidense del espritu de frontera y con su huida interminable de las contradicciones de las ciudades construidas y las sociedades constituidas. Por otra parte, sera interesante explorar la relacin que existe entre este excepcionalismo estadounidense y su indiscutible preeminencia en una revolucin tecnolgica caracterizada por la necesidad de romper moldes mentales para espolear la creatividad.

No obstante, el carcter metropolitano de la mayora de los emplazamientos de la Revolucin de la tecnologa de la informacin en todo el mundo parece indicar que el ingrediente crucial en este desarrollo no es que sea nuevo el entorno cultural e institucional, sino su capacidad para generar sinergia basndose en el conocimiento y la informacin, directamente relacionados con la produccin industrial y las aplicaciones comerciales. La fuerza cultural y empresarial de la metrpoli (viejas o nuevas despus de todo, la zona de la Baha de San Francisco es una metrpoli de ms de seis millones de habitantes) la convierte en el entorno privilegiado de esta nueva revolucin tecnolgica, que en realidad desmixtifica la nocin de que la innovacin carece de lugar geogrfico en la era de la informacin. De modo similar, el modelo empresarial de la Revolucin de la tecnologa de la informacin parece estar oscurecido por la ideologa. No slo son los modelos japons, europeo o chino de innovacin tecnolgica bastante diferentes de la experiencia estadounidense, sino que incluso esta experiencia capital con frecuencia se toma en sentido errneo. El papel del Estado suele reconocerse como decisivo en Japn, donde las grandes compaas fueron guiadas y respaldadas por el MITI durante largo tiempo, hasta bien entrados los aos ochenta, mediante una serie de arriesgados programas tecnolgicos, algunos de los cuales fracasaron (por ejemplo, los ordenadores de quinta generacin), pero la mayora ayud a transformar a Japn en una superpotencia tecnolgica en slo unos veinte aos, como ha documentado Michael Borrus. En la experiencia japonesa no puede hallarse la puesta en marcha de empresas innovadoras y las universidades tuvieron un papel pequeo. La planificacin estratgica del MITI y la constante interfaz de keiretsu y gobierno son los elementos clave para explicar la proeza japonesa que abrum a Europa y ataj a los Estados Unidos en varios segmentos de las industrias de la tecnologa de la informacin. Un relato similar puede contarse sobre Corea del Sur y Taiwan, si bien en el ltimo caso las multinacionales desempearon un papel mayor. Las fuertes bases tecnolgicas de India y China estn directamente relacionadas con su complejo industrial militar, finan- ciado y dirigido por el Estado. Pero tambin fue el caso de gran parte de las industrias electrnicas britnicas y francesas, centradas en las telecomunicaciones y la defensa, hasta la dcada de 19800. En el ltimo cuarto del siglo XX, la Unin Europea ha seguido con una serie de programas tecnolgicos para mantenerse a la altura de la competencia internacional, respaldando de forma sistemtica a los campeones nacionales, incluso con prdidas, sin mucho resultado. En efecto, el nico medio de las compaas europeas de tecnologa de la informacin de sobrevivir fue utilizar sus considerables recursos (una parte sustancial de los cuales proviene de los fondos gubernamentales) para establecer alianzas con las compaas japonesas y estadounidenses, que cada vez ms son su fuente principal de conocimientos prcticos en tecnologa de la informacin avanzada. Hasta en los Estados Unidos es un hecho bien conocido que los contratos militares y las iniciativas tecnolgicas del Departamento de Defensa desempearon un papel decisivo en la etapa formativa de la Revolucin de la tecnologa de la informacin, es decir, entre las dcadas de 1940 y 1960. Incluso la principal fuente de descubrimiento electrnicos, los Laboratorios Bell, desempe de hecho el papel de laboratorio nacional: su compaa matriz (ATT) disfrut de un monopolio en las comunicaciones establecido por el gobierno; una parte significativa de sus fondos de investigacin provino del gobierno estadounidense; y ATT se vio de hecho obligada por el gobierno, 1956, a cambio de su monopolio sobre las telecomunicaciones pblicas a difundir los descubrimientos tecnolgicos al dominio pblico. Harvard, Stanford, Berkeley, UCLA, Chicago, Johns Hopkins y los laboratorios de armamento nacionales como Livermore, Los Alamos; Sandia y Lincoln trabajaron con los organismos del Departamento de Defensa y para ellos en programas que condujeron a avances fundamentales, de los ordenadores de la dcada de 1940 a la optoelectrnica y las tecnologas de la inteligencia artificial de los programas Guerra de las Galaxias de la dcada de 1980. DARP A, el organismo de investigacin extraordinariamente innovador del Departamento de Defensa, desempe en los Estados Unidos un papel no demasiado diferente al del MITI en el desarrollo tecnolgico japons, incluido el diseo y la financiacin inicial de Internet. En efecto, en la dcada 1980, cuando el ultraliberal gobierno de Reagan sinti el pellizco competencia japonesa, el Departamento de Defensa financi SEMATECH, un consorcio de empresas electrnicas estadounidenses para apoyar costosos programas de I+D en la fabricacin electrnica por razones de seguridad nacional. Y el gobierno federal tambin ayud al esfuerzo cooperativo de importantes empresas para colaborar en la microelectrnica con la creacin del MCC, ubicando SEMATECH y MCC en Austin (Tejas). Tambin, durante las decisivas dcadas 1950 y 1960, los contratos militares y el programa espacial resultaron mercados esenciales para la industria electrnica, tanto para los gigantescos contratistas de defensa de California del Sur como para los innovadores que se acababan de poner en marcha en Silicon Valley y Nueva Inglaterra. No podran haber sobrevivido sin la generosa financiacin y los mercados protegidos de un gobierno estadounidense ansioso por recobrar la superioridad tecnolgica sobre la Unin Sovitica, una estrategia que acabara siendo rentable. La ingeniera gentica que se deriv de la investigacin de las principales universidades, hospitales e institutos de investigacin sobre la salud, fue en buena medida financiada y patrocinada con dinero gubernamental. As pues, el Estado, no el empresario innovador en su garaje, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo, fue el iniciador de la Revolucin de la tecnologa de la informacin.

Sin embargo, sin estos empresarios innovadores, como los del origen le Silicon Valley o los ordenadores clnicos de Taiwan, la Revolucin de la tecnologa de la informacin habra tenido caractersticas muy diferentes y no es probable que hubiera evolucionado hacia el tipo de mquinas tecnolgicas descentralizadas y flexibles que se estn difundiendo en todo los mbitos de la actividad humana. En efecto, desde los comienzos le la dcada de 1970, la innovacin tecnolgica se ha dirigido esencialmente al mercado; y los innovadores, aunque an suelen ser empleados de las principales compaas, sobre todo en Japn y Europa, continan estableciendo sus propias empresas en los Estados Unidos y, cada vez ms, a lo largo del mundo. Ello provoca la aceleracin de la innovacin tecnolgica la difusin ms rpida de esa innovacin, ya que las mentes creadoras, evadas por la pasin y la codicia, escudrian constantemente la industria en busca de nichos de mercado en productos y procesos. En efecto, es por esta interfaz de programas de macroinvestigacin y extensos mercados desarrollados por el Estado, por una parte, y la innovacin descentralizada por una cultura de creatividad tecnolgica y modelos de rpido xito personal, por la otra, por lo que las nuevas tecnologas de la informacin llegaron a florecer. Al hacerlo, agruparon a su alrededor redes de empresas, organizaciones e instituciones para formar un nuevo paradigma sociotcnico. EL PARADIGMA DE LA TECNOLOGIA DE LA INFORMACIN. Como escribe Christopher Freeman: Un paradigma tecnoeconmico es un grupo de innovaciones tcnicas, organizativas y gerenciales interrelacionadas, cuyas ventajas se van a encontrar no slo en !la nueva gama de productos y sistemas, sino en su mayora en la dinmica de la estructura del coste relativo de todos los posibles insumos (inputs) para la produccin. En cada nuevo paradigma, un insumo particular o conjunto de insumos puede describirse como el factor clave de ese paradigma, caracterizado por la cada de los costes relativos y la disponibilidad universal. El cambio contemporneo de paradigma puede contemplarse como el paso de una tecnologa basada fundamentalmente en insumos baratos de energa a otra basada sobre todo en in- sumos baratos de informacin derivados de los avances en la microelectrnica y la tecnologa de las comunicaciones. La nocin de paradigma tecnolgico, elaborada por Carlota Prez, Christopher Freeman y Giovanni Dosi, adaptando el anlisis clsico las revoluciones cientficas de Kuhn, ayuda a organizar la esencia de la transformacin tecnolgica actual en su interaccin con la economa de la sociedad. Creo que sera til, como una gua para nuestro prximo viaje por los senderos de la transformacin social, precisar los rasgos que constituyen el ncleo del paradigma de la Tecnologa de la Informacin. Tomados en conjunto, constituyen la base material de la sociedad de informacin. La primera caracterstica del nuevo paradigma es que la informacin es su materia prima: son tecnologas para actuar sobre la informacin, slo informacin para actuar sobre la tecnologa, como era el caso en las revoluciones tecnolgicas previas.

El segundo rasgo hace referencia a la capacidad de penetracin de los efectos de las nuevas tecnologas. Puesto que la informacin es una parte integral de toda actividad humana, todos los procesos de nuestra existencia individual y colectiva estn directamente moldeados (aunque sin duda no determinados) por el nuevo medio tecnolgico.

La tercera caracterstica alude a la lgica de interconexin de todo sistema o conjunto de relaciones que utilizan estas nuevas tecnologas de informacin. La morfologa de red parece estar bien adaptada para una complejidad de interaccin creciente y para pautas de desarrollo impredecibles que surgen del poder creativo de esa interaccin. Esta configuracin topolgica, la red, ahora puede materializarse en todo tipo de procesos y organizaciones mediante tecnologas de la informacin de reciente disposicin. Sin ellas, sera demasiado engorroso poner en prctica la lgica de interconexin. No obstante, sta es necesaria para estructurar lo no estructurado mientras se preserva su flexibilidad, ya que lo no estructurado es la fuerza impulsora de la innovacin en la actividad humana. En cuarto lugar y relacionado con la interaccin, aunque es un rasgo claramente diferente, el paradigma de la Tecnologa de la Informacin se basa en la flexibilidad. No slo los procesos son reversibles, sino que pueden modificarse las organizaciones y las instituciones e incluso alterarse de forma fundamental mediante la reordenacin de sus componentes. Lo que es distintivo de la configuracin del nuevo paradigma tecnolgico es su capacidad para reconfigurarse, un rasgo decisivo en una sociedad caracterizada por el cambio constante y la fluidez organizativa. Cambiar de arriba abajo las reglas sin destruir la organizacin se ha convertido en una posibilidad debido a que la base material de la organizacin puede reprogramarse y reequiparse. Sin embargo, debemos evitar un juicio de valor unido a este rasgo tecnolgico. Porque la flexibilidad puede ser una fuerza liberadora, pero tambin una tendencia represiva si quienes reescriben las leyes son siempre los mismos poderes. Como Mulgan escribi, las redes se han creado no slo para comunicar, sino tambin para ganar posicin, para sobrecomunicar. As pues, es esencial mantener una distancia entre afirmar el surgimiento de nuevas formas y procesos sociales, inducidos y permitidos por las nuevas tecnologas, y extrapolar las consecuencias potenciales de tales desarrollos para la sociedad y la gente: slo los anlisis especficos y la observacin emprica sern capaces de determinar el resultado de la interaccin de las nuevas tecnologas y las formas sociales emergentes. No obstante, tambin es esencial identificar la lgica insertada en el nuevo paradigma tecnolgico.

Una quinta caracterstica de esta revolucin tecnolgica es la convergencia creciente de tecnologas especficas en un sistema altamente integrado, dentro del cual las antiguas trayectorias tecnolgicas separadas se vuelven prcticamente indistinguibles. As, la microelectrnica, las tele- comunicaciones, la optoelectrnica y los ordenadores estn ahora integra- dos en sistemas de informacin. An existe, y existir durante cierto tiempo, alguna distincin empresarial entre fabricantes de chips y redactores de software, por ejemplo. Pero hasta esta diferenciacin est quedando borrada por la creciente integracin de las firmas empresariales en alianzas estratgicas y proyectos de colaboracin, as como por la inscripcin de los programas de software en el hardware de los chips. Adems, en lo referente al sistema tecnolgico, un elemento no puede imaginarse sin el otro: los microordenadores estn en buena parte determinados por la potencia del chip y tanto el diseo como el procesamiento paralelo de los microprocesadores depende de la arquitectura del ordenador. Las telecomunicaciones son ahora slo una forma de procesar la informacin; las tecnologas de transmisin y enlace estn al mismo tiempo cada vez ms diversificadas e integradas en la misma red, operada por los ordenadores. La convergencia tecnolgica se extiende cada vez ms hacia una interdependencia creciente de las revoluciones de la biologa y la microelectrnica, tanto desde una perspectiva material como metodolgica. As, los decisivos avances en la investigacin biolgica, como la identificacin de los genes humanos o de segmentos del ADN humano, slo pueden se seguir adelante debido al poder ingente de los ordenadores. Por otra parte el uso de materiales biolgicos en la microelectrnica, aunque an muy lejos de una aplicacin generalizada, ya estaba en un estadio de experimentacin en 1995. Leonard Adleman, cientfico informtico de la Universidad de California del Sur, utiliz molculas sintticas de ADN, con la ayuda de una reaccin qumica, para hacerlas funcionar segn la lgica combinatoria del ADN, como base material de la informtica. Aunque los investigadores tienen an un largo camino que recorrer hacia la integral material de la biologa y la electrnica, la lgica de la primera (la capacidad de autogenerar secuencias no programadas y coherentes) se estn introduci