Manual Rescate Acuatico

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RESEÑA HISTÓRICA La Historia del Rescate Acuático, según lo entendemos hoy día, es muy corta, pero sus antecedentes se remontan a los orígenes de la humanidad. El resctae acuático comenzó con los primeros intentos del hombre por nadar, su origen es tan antiguo como el de la natación; es decir, natación y salvamento acuático nacen juntos. Cuando el hombre decidió utilizar los ríos, lagos y mares como un medio más que le permitieran una supervivencia efectiva y digna (a través de los alimentos que de ellos podía obtener), se vio obligado a aprender a nadar para adaptarse a un medio extraño a su naturaleza; y con este primer aprendizaje comenzaron también los primeros salvamentos acuáticos, tanto de aquellos que no lograban adaptarse correctamente a ese medio extraño como de aquellos que se arriesgaban en él más de lo debido. Se puede afirmar sin temor a equivocaciones que la Historia del Rescate Acuático se ha producido siempre en consonancia con la utilización que el hombre hacía del medio acuático. Y curiosamente, el ser humano ha permanecido de forma constante en estrecha relación con el agua. Ríos, lagos y mares han significado casi siempre descubrir algo nuevo, ser el medio de la comunicación y relación entre los pueblos y las culturas, representar el progreso. No realizaré un repaso del rescate acuático durante toda la historia de la humanidad, ya que sería tremendamente prolongado y con suficiente extensión como para justificar un libro entero dedicado al tema. Por otra parte, no existen demasiadas pruebas que confirmen la existencia del rescate acuático organizado, puesto que no se necesitaba reflejar algo cotidiano y tan vinculado con la supervivencia. Pero sería un menosprecio hacia las culturas de las que hemos surgido, creer que carecían de métodos de salvamento acuático pueblos tan avanzados como el egipcio, que tan estrechamente unido vivió al río Nilo; o como el griego y romano, para los que el medio acuático sirvió, no sólo para extender su civilización y dominio por el mundo, sino también para recrearse en él, gozar del placer de los baños y piscinas; o como los fenicios y cartagineses, que

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RESEÑA HISTÓRICA

La Historia del Rescate Acuático, según lo entendemos hoy día, es muy corta, pero sus antecedentes se remontan a los orígenes de la humanidad. El resctae acuático comenzó con los primeros intentos del hombre por nadar, su origen es tan antiguo como el de la natación; es decir, natación y salvamento acuático nacen juntos. Cuando el hombre decidió utilizar los ríos, lagos y mares como un medio más que le permitieran una supervivencia efectiva y digna (a través de los alimentos que de ellos podía obtener), se vio obligado a aprender a nadar para adaptarse a un medio extraño a su naturaleza; y con este primer aprendizaje comenzaron también los primeros salvamentos acuáticos, tanto de aquellos que no lograban adaptarse correctamente a ese medio extraño como de aquellos que se arriesgaban en él más de lo debido.

Se puede afirmar sin temor a equivocaciones que la Historia del Rescate Acuático se ha producido siempre en consonancia con la utilización que el hombre hacía del medio acuático. Y curiosamente, el ser humano ha permanecido de forma constante en estrecha relación con el agua. Ríos, lagos y mares han significado casi siempre descubrir algo nuevo, ser el medio de la comunicación y relación entre los pueblos y las culturas, representar el progreso.

No realizaré un repaso del rescate acuático durante toda la historia de la humanidad, ya que sería tremendamente prolongado y con suficiente extensión como para justificar un libro entero dedicado al tema. Por otra parte, no existen demasiadas pruebas que confirmen la existencia del rescate acuático organizado, puesto que no se necesitaba reflejar algo cotidiano y tan vinculado con la supervivencia. Pero sería un menosprecio hacia las culturas de las que hemos surgido, creer que carecían de métodos de salvamento acuático pueblos tan avanzados como el egipcio, que tan estrechamente unido vivió al río Nilo; o como el griego y romano, para los que el medio acuático sirvió, no sólo para extender su civilización y dominio por el mundo, sino también para recrearse en él, gozar del placer de los baños y piscinas; o como los fenicios y cartagineses, que utilizaron los mares para llevar a cabo su medio de vida: el comercio; o como los reinos y ciudades del final de la Edad Media y de todo el Renacimiento, a los que se les debe tantos y tantos descubrimientos realizados siempre por mar.

ALGUNOS DATOS DE INTERÉS PARA EL RESCATE ACUÁTICO

Según estadísticas de la O.N.U. (1987), cada año mueren en el mundo 600.000 personas a causa de accidentes de transportes, 200.000 personas ahogadas (la mayor parte jóvenes) y 100.000 personas a causa de accidentes laborales. Estas cifras estremecedoras, si las analizamos desde el punto de vista del Rescate Acuático, nos llevan a pensar en tres aspectos:

- Primero: 200.000 vidas humanas, entre las que el mayor porcentaje corresponde a los jóvenes (a los que todavía les quedaba vivir gran parte de su vida), se pierden al año por motivos que seguramente son evitables en su mayor parte.

- Segundo: mueren más personas ahogadas que por accidentes laborales, cuando no es necesario comprobar que se dedica un tiempo enormemente mayor al trabajo que al disfrute del medio acuático.

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- Tercero: la diferencia entre las muertes causadas por accidentes de transporte (tan numerosos y difíciles de evitar) y las que se producen por ahogamientos, no es tan significativa como puede parecer en principio si pensamos en la elevadísima cifra de personas que utilizan los muy variados medios de transporte y la comparamos con el número de personas que se relacionan con el medio acuático.

Se podría seguir aportando datos, cifras, estadísticas, pero probablemente lo señalado es suficiente para confirmar, en general, la importancia capital de la misión, labor y preparación del salvamento acuático y socorrismo, y como no, en particular, de los que directamente lo realizan: los Técnicos en Rescate Acuático, popularmente denominados rescatistas acuáticos.

Una adecuada y completa formación de estos técnicos se hace imprescindible si se desea reducir las cifras tan alarmantes antes mencionadas. En la actualidad, cuando el agua se ha convertido en uno de los principales atractivos del recreo y el ocio, cuando es utilizada por la mayor parte de las personas como medio de relajación en el tiempo libre y vacacional, es vital que existan personas preparadas y al día en las técnicas básicas de salvamento acuático y socorrismo para evitar o solucionar satisfactoriamente los accidentes que puedan ocurrir.

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EL TÉCNICO EN RESCATE ACUÁTICO Y SU PREPARACIÓN

DEFINICIÓN

Definir con exactitud lo que es y representa un Técnico en Rescate Acuático es una tarea difícil. Debido a los muy frecuentes tópicos que siempre le han rodeado, es más fácil, con toda seguridad, decir lo que NO es. Así por ejemplo:

NO es el deportista "cuadrado y musculoso", que se pasea a la orilla del mar o por el borde de la piscina para exhibir la musculatura conseguida con horas y horas de pesas.

NO es el chico guapo y moreno, que se tumba a tomar el sol a esperar la llegada de sus amigos.

NO es la persona que desea únicamente ganar dinero por echar un "vistazo" al agua de vez en cuando.

NO es el "listillo" de turno, que todo lo sabe y que siempre está dispuesto a "meter la pata".

NO es el "muchacho para todo", que por la mañana hace de limpiador de piscina y jardinero, después de vigilante del agua y sus usuarios, por la tarde de maquinista y por la noche de vigilante.

NO es, en fin, "el que mucho nada y poco sabe" o "el que mucho sabe y poco nada".

Desgraciadamente, los casos anteriores son, a veces, reales, y mucho más frecuentes de lo que nos gustaría, siendo la base de las opiniones que gran parte de la gente posee sobre el Técnico en Rescate Acuático. En la mayoría de las ocasiones estas opiniones son infundadas; sin embargo en algunas, las menos, pero demenciales, son totalmente justificadas. Esta imagen negativa y falsa conviene hacerla desaparecer y esto sólo es posible con el esfuerzo, dedicación y trabajo de todos las personas que realizamos Rescate Acuático, sin excepción. Todos sabemos que cuando un Técnico en Salvamento tiene una buena actuación y logra realizar un rescate adecuadamente, se dice: “fulanito de tal es un buen socorrista, el otro día salvó a menganito"; sin embargo, si un Técnico en Salvamento falla o si las condiciones en las que ha intentado realizar el rescate le han impedido alcanzar el éxito en el mismo, se oirá: "es que los socorristas no tienen ni idea", "no están preparados".

Todo esto lleva a la necesidad de aclarar lo que Si es un TÉCNICO EN RESCATE ACUÁTICO, cuya definición, muy sencilla y breve, sería la siguiente:

“PERSONA CAPAZ DE REALIZAR SALVAMENTOS EN EL MEDIO ACUÁTICO Y PRACTICAR LOS PRIMEROS AUXILIOS A TODO TIPO DE ACCIDENTADOS".

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Normalmente, esta situación va acompañada de una titulación, es decir, el Técnico que demuestra estar preparado en un curso realizado al efecto consigue un título que le acredita como tal; sin embargo, bajo mi punto de vista, y aunque parezca sin sentido en una sociedad como la nuestra donde todo se demuestra con títulos y certificados, puede ser un Técnico en Salvamento Acuático aquel que no ha realizado ningún curso, ni ha obtenido título alguno, pero que se ha preocupado por autoformarse para conseguir serlo. Por supuesto, este caso es muy raro y lo lógico es que se forme en un curso dedicado específicamente al tema y que le permite, al aprobar, obtener una titulación que le respalda legalmente.

PREPARACIÓN DEL TÉCNICO EN SALVAMENTO ACUÁTICO

La misión de un Técnico en Salvamento Acuático es de una importancia vital. De su actuación dependen vidas humanas, circunstancia que le obliga éticamente a mantener un elevado nivel de preparación, tanto física como intelectual. El Técnico en Salvamento Acuático no lo es sólo en el momento de realizar los exámenes para la obtención del título, sino siempre. Por su parte, el Técnico en Salvamento Acuático debe asumir la extensión de sus responsabilidades y prepararse adecuadamente para conseguirlo.

Esta preparación se podría resumir en los siguientes apartados:

a) Habilidad fundamental que debe controlar:

Dominio del Medio Acuático: Está claro, y no necesita ninguna defensa teórica o práctica, que controlar perfectamente las técnicas de natación es para el Técnico en Rescate Acuático la base primera de todos sus conocimientos y cualidades, puesto que sin ella difícilmente podrá cumplir con su misión; pero no le basta con saber nadar, sino que debe dominar el medio acuático, ya que en la mayor parte de las ocasiones sus intervenciones sucederán en situaciones anormales (sobrecarga ante un remolque, mareas, corrientes, resacas, inmersiones más o menos prolongadas, etc). Por lo tanto, a la natación, se le debe añadir el control sobre el buceo y otras técnicas diferentes a las de natación que le permitirán un más amplio abanico de posibilidades.

b) Preparación física idónea, que conlleva:

Resistencia y Velocidad: Para el rescatista acuático se hace preciso, principalmente, el entrenamiento de los sistemas de energía que le permiten alcanzar óptimos rendimientos. La base fundamental de este entrenamiento se encuentra perfectamente desarrollada en el mundo de la natación deportiva, por lo que se emplearán los mismos términos que se utilizan en ésta.

Fuerza: Esta cualidad permitirá al personal desarrollar normalmente muchas de las acciones que se ve obligado a realizar ante un salvamento, desde lanzamientos diversos, hasta arrastrar y empujar, pasando por cargar pesos. Esta cualidad, sobre todo, es la que justifica la preparación en seco del rescatista y la insuficiencia de una preparación única y exclusiva en agua.

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Agilidad: En el rescatista acuático es necesario un elevado nivel de agilidad, ya que constantemente la precisará para el desempeño de todas las técnicas que utiliza en su actividad. Las técnicas de natación y de salvamento acuático requieren altos índices de coordinación dinámica general, puesto que las acciones de brazos y piernas suelen ser de bastante complejidad y deben ser coordinadas con la respiración.

Todas estas cualidades a las que se ha hecho referencia no se dan por separado, es inviable la aparición de cada una de forma individual; en realidad, cada vez que se practica un ejercicio o se ejecuta un movimiento o técnica deportiva, en función del tiempo de acción y de otros factores como la resistencia a vencer, lo que sucede es que:

Se precisa de un determinado grado de fuerza.Se ejecuta con una determinada velocidad.En la acción se ve implicado un determinado nivel de agilidad.Y todo ello precisa de un determinado índice de resistencia orgánica.

c) Valores humanos que debe poseer:

Voluntad de Servir a los Demás: El Técnico lo deberá demostrar en todos y cada uno de los salvamentos que realice.

Seguridad en sí Mismo: Como cualidad psicológica imprescindible, puesto que siempre serán sus decisiones las que influyan, de manera positiva o negativa, en la realización de cualquier salvamento. El éxito, en muchos casos, de un salvamento depende de la seguridad manifestada por el Técnico, de la rápida toma de decisión, en la que las vacilaciones y los temores no deben hacer acto de presencia.

Aceptación de las Propias Limitaciones: Ya que serán ellas las que influyan directamente en sus acciones. Este conocimiento y aceptación de limitaciones, es quizás, uno de los aspectos más importantes para cualquier persona; en el rescatista acuático, con mayor motivo, si tenemos en cuenta que, en ocasiones, de este factor dependerá la vida de una persona y, en algunos casos, la conservación de su propia vida.

Responsabilidad: En lo que se refiere a la seriedad y profesionalidad en el desempeño del trabajo que debe realizar.

d) Conocimientos teórico-prácticos que debe adquirir:

Técnicas y Métodos del Salvamento y Socorrismo: Son aquellos conocimientos teórico-prácticos que debe adquirir.

Imaginación y Creatividad en Salvamento Acuático: Si a todas estas cualidades que hemos mencionado, la persona en cuestión añade a su trabajo algo de imaginación y creatividad tendremos al técnico en salvamento acuático ideal.

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PRINCIPIOS GENERALES DEL SALVAMENTO ACUATICO.

Establecer unos principios por los que se debería regir el Salvamento Acuático es de enorme utilidad si lo que se desea es aclarar conceptos y dejar sentadas las líneas a seguir para que se produzcan menos accidentes y para que los que se producen tengan consecuencias de menor gravedad.

Estos principios generales se pueden resumir en los siguientes:

1._ PREVENCIÓN:

La mejor y más eficaz prevención que puede realizarse en relación con los accidentes acuáticos y ahogamientos es la de llevar a cabo un programa de educación, en el que se aporten datos y técnicas sencillas y prácticas sobre Salvamento Acuático, aclarando, sobre todo, lo que no debe hacerse.

La popular, extendida y sabia frase “es mejor prevenir que lamentar”, no sólo es cierta y aplicada en recate acuático, sino que representa el punto de partida de la intervención de toda persona relacionada con el mismo.

Entre los aspectos básicos que cubren una adecuada prevención se encuentra el de la información. Los responsables del Salvamento y Socorrismo deben extender al máximo una serie de conocimientos mínimos sobre el medio acuático, los accidentes que ocurren en éste y cómo prevenirlos. Se trata, de aportar unos consejos que pueden ser de enorme utilidad y ayudar, si se cumplen, a prevenir accidentes.

2._ VIGILANCIA

La vigilancia es, en cierta forma, uno de los aspectos básicos de la prevención, puesto que si se realiza correctamente conseguirá en mayor medida evitar accidentes, y, por tanto, no será necesario tener que intervenir en ellos.

El cómo se realiza esta vigilancia depende del lugar en el que nos encontremos, pero en general se pueden establecer los siguientes criterios:

a) Que abarque la mayor zona posible de baño (silla o plataforma elevada, sin obstáculos que impidan ver, etc).

b) Que se realice con el mayor número de medios auxiliares posible (prismáticos, radiotransmisores, silbato, campana, etc).

c) Que se realice desde una zona en la que se tenga fácil acceso al lugar de baño o, en su caso, a los medios que se puedan utilizar para acercarse hacia el accidentado (embarcación en el mar).

d) Que se realice en condiciones óptimas para el Técnico en Salvamento, sin perjuicio para su salud (sombrillas, sillas estables, etc).

Los problemas más frecuentes en el tema de la vigilancia son:

a. Carencia de recursos humanos para efectuar la vigilancia.b. Escasa o nula preparación en las personas que efectúan la vigilancia.c. Cansancio en las personas que efectúan la vigilancia.

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d. Carencia de medios y materiales que aseguren una correcta y eficiente vigilancia.

e. Inadecuada o inexistente labor de supervisión en relación con la vigilancia.f. Escasa o nula conexión de la labor de vigilancia con las siguientes fases del

Salvamento Acuático.

3._ CONTROL

Cuando un Técnico en Salvamento Acuático interviene en algún rescate o accidente, el control que debe efectuar sobre el mismo ha de ser completo. Un buen Técnico no puede permitir que sean las circunstancias las que le dominen a él, sino que, al contrario, debería controlar, desde el principio al final de su intervención, todo aquello que puede influir en el salvamento que está llevando a cabo.

Como norma general, este control se hace patente cuando se conserva la serenidad y la tranquilidad, pero actuando con rapidez y, sobre todo, con eficacia. Siempre se ha de tener presente que no es mejor Técnico aquel que arriesga su vida innecesaria e inútilmente. El que pone en juego su propia vida, por falta de preparación o de reflexión, la está arriesgando innecesariamente y también arriesga la vida de la persona que se está ahogando, ya que si a él le ocurre algo, no logrará salvar a nadie. El mejor Técnico en Salvamento, por lo tanto, es aquel que tiene éxito en su labor, el que, demostrando sus habilidades, sus conocimientos, su experiencia y su preparación, logra efectuar el salvamento o rescate.

Problemas frecuentes en el tema del control son:

- Escasa o nula preparación en las personas que efectúan el salvamento, lo que les impide un control eficaz.- Inseguridad en el Técnico en Salvamento Acuático.- Riesgos innecesarios por "dejarse llevar” de impulsos y no llevar a cabo un adecuado análisis de la situación.- Riesgos innecesarios por intentar efectuar rescates mediante “exhibiciones" inútiles y narcisistas.- Excesiva confianza del Técnico en personas que no conoce para que le ayuden o dirijan.

4._ PRESTEZA

La rapidez en las decisiones y en las acciones es siempre una de las principales características de un buen salvamento y de unos buenos primeros auxilios. Pero cuando hablo de presteza o de rapidez no me refiero a precipitación, nerviosismo y realización de las cosas sin pensar; aludo a la prontitud y brevedad en nuestras acciones, ejecutándolas siempre correcta y eficazmente, con habilidad y sin el menor riesgo para aquellas personas a las que se rescata.

Evidentemente, de nada sirven todas las acciones de un Técnico en Salvamento Acuático, correcta, eficaz y rápidamente efectuadas, si a las mismas no se encadenan otras intervenciones no menos importantes, como el transporte urgente a un centro hospitalario del accidentado.

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Los problemas más frecuentes en el tema de la presteza son:

- Carencia de medios y materiales que aseguren una correcta y eficiente vigilancia, que posibilita, a su vez, una rápida intervención.- Incorrecta utilización de los medios y materiales al alcance del que efectúa la vigilancia, de tal forma que percibe tarde o mal el peligro o el accidente.- Preparación nula o insuficiente en el Técnico en Salvamento, que hace que se retrase su intervención.- Escasa o nula conexión entre las distintas fases del Salvamento Acuático. - Carencia de accesos adecuados para ambulancias a las zonas de baño.- Ausencia de una red organizada de evacuación de accidentados que ofrezca mayores garantías.

5._ DIAGNÓSTICO Y ACTUACIÓN.

Este principio está suficientemente claro como para que no sea necesario profundizar en él. Un correcto diagnóstico de lo que sucede y una actuación consecuente con éste posibilitará un resultado final satisfactorio. Hemos de tener en cuenta que, no se trata únicamente de resolver la causa del accidente (por ejemplo sacando del agua a la persona que se está ahogando), sino que se debe atender a la persona que lo ha sufrido, diagnosticando su estado y actuando convenientemente en función del mismo.

Los problemas más frecuentes en el tema del diagnóstico y actuación son los siguientes:

- Escasa o nula preparación en las personas que efectúan la intervención, rescate o salvamento.- Carencia de medios y materiales que aseguren una correcta y eficaz actuación.- Excesiva confianza del Técnico en personas que no conoce para que le ayuden o dirijan, tanto en el diagnóstico como en la actuación.

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SECUENCIA DE ACTUACIÓN EN SALVAMENTO ACUÁTICO

Las actuaciones que se producen en Salvamento Acuático pueden ser catalogadas como de gran complejidad y de vital importancia. Se puede comprobar que el acto motor es de gran complejidad, que las características perceptuales son de requerimiento considerable y que las características decisionales se convierten en extremadamente complejas. Estas circunstancias hacen necesario un estudio detallado de la secuencia de actuación en Salvamento Acuático.

En todo tipo de actuación existe una secuencia, más o menos prolongada, pero inevitable. Desde la percepción de un problema determinado, hasta su resolución, se dan una serie de pasos que es preciso estudiar con detalle, puesto que la mayor parte de las veces el resultado final depende de ellos; de ahí que lograr realizarlos adecuadamente será la condición indispensable para alcanzar el éxito perseguido.

En el caso del Salvamento Acuático, las afirmaciones anteriores no sólo son ciertas, sino importantísimas, ya que lo que está en juego la mayor parte de las veces son vidas humanas.

Las fases que a continuación se explican no deben suceder en un espacio de tiempo prolongado, pero es fundamental tenerlas en cuenta si se desea realizar correctamente el salvamento:

1._ PERCEPCIÓN DEL PROBLEMA

Esta fase es siempre la primera en darse y, quizás, por eso es la más importante. Depende de los sentidos, vista y oído principalmente, y permite al técnico conocer la situación y sus circunstancias. Por lo tanto, requiere una atención especial por parte de éste, es decir, debe estar constantemente pendiente de todo lo que sucede a su alrededor, principalmente de lo que se refiere al agua.

En la percepción del problema intervienen como elementos esenciales los siguientes:

a) Amplitud visual: Capacidad de observar un espacio determinado, bajo el que debería estar la zona a vigilar.

b) Valoración óptico-motora: cálculos mentales de espacio, tiempo, velocidad y trayectorias, que pueden permitir conocer a qué distancia se encuentra la persona con problemas, el tiempo que se tardará en llegar a ella, la trayectoria que se debe seguir y la velocidad que es precisa para realizar adecuadamente el salvamento.

c) Agudeza visual: Capacidad de dirigir la atención al punto exacto que interesa, que es, lógicamente, en el que se encuentra la persona con problemas.

d) Percepción del movimiento: El que se está produciendo por la persona con problemas y cualquier otro que exista a su alrededor e influya en el salvamento.

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e) Calidad perceptiva: Que puede lograr que la percepción se convierta en anticipación, de forma que, ante la interpretación de movimientos, señales o circunstancias, se conozca de antemano lo que va a suceder, y como consecuencia, se actúe antes o se evite el problema.

2._ ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN.

En esta fase se examina y contrasta todo lo que está sucediendo, por lo que interviene la memoria, los conocimientos y la experiencia. Analizar una situación concreta es un proceso mental que no implica excesiva complicación, normalmente se realiza sin necesidad de implicar una voluntad determinada en ello. Es más bien algo que surge de forma espontánea tras la percepción de cualquier problema o situación, y de ahí que sea tan importante la amplitud de nuestros conocimientos y experiencias, para que con ayuda de nuestra memoria sean utilizados convenientemente.

3._ TOMA DE DECISIÓN.

Es un paso que siempre se da en función de las dos fases anteriores y sin él no existe la posibilidad de efectuar la acción física que se necesita para resolver el problema. Es decir, para realizar cualquier acción física o mental, hay que decidir primero hacerla y cómo hacerla.

4._ EJECUCIÓN DE LAS ACCIONES ELEGIDAS PARA LA RESOLVER EL PROBLEMA.

Efectuada la toma de decisión, se produce, en todo acto de salvamento acuático, la consiguiente ejecución de las acciones elegidas para la resolver el problema, que pueden explicarse como el paso práctico, el que va a permitir físicamente el rescate. En esta fase se dan una serie de acciones enlazadas que conviene conocer en profundidad, que son las siguientes:

1. Entrada al agua. 2. Aproximación. 3. Control. 4. Método de remolque. 5. Extracción del agua. 6. Diagnóstico y aplicación de los primeros auxilios.

En todos los casos, y siempre que sea posible, se intentará hablar continuamente con el accidentado, antes, durante y después del rescate, ya que, en muchos casos, el salvamento se ve facilitado si se logra una comunicación con él y se le tranquiliza convenientemente.

5._ EVALUACIÓN FINAL DEL SALVAMENTO.

Finalizado el salvamento y cuando el Técnico se encuentra ya tranquilo y descansado, es el momento de evaluar todo el proceso que se ha llevado a cabo para realizar aquel.

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ACCIONES PARA REALIZAR UN RESCATE ACUATICO

1._ FORMAS DE ENTRAR AL AGUA ANTE EL SALVAMENTO

La forma de entrar al agua es vital para lograr el objetivo deseado, que no es otro que el rescatar a una persona en peligro.

Existen diferentes formas de entrar al agua, y el Técnico en Salvamento Acuático debe conocer todas, puesto que aplicará la más adecuada en cada caso.

Factores a tener en cuenta para elegir la forma de entrar al agua

A) El estado del accidentado, que será la referencia principal, puesto que determinará si se debe o no llevar material de salvamento, si la acción de entrar al agua debe o no ser inmediata, etc.

B) Circunstancias del entorno, entre las que se encuentran:

Altura, desde el lugar en el que se encuentra el Técnico hasta la superficie del agua.

Condiciones del agua:

- Temperatura. - Profundidad.- Estado de claridad.- Turbulencias.

Como regla general, si no se conoce la profundidad o el estado del agua no permite comprobarla, el Técnico en Salvamento deberá entrar al agua deslizándose, evitando cualquier peligro y extremando las precauciones.

C) Circunstancias en las que se encuentra el Técnico:

Si lleva o no material de salvamento.Si lleva o no equipo como aletas o material de buceo.

La principal regla que el Técnico en Salvamento Acuático debe cumplir en toda entrada al agua ante cualquier intervención se resume en una palabra: PRECAUCION, para evitar al máximo cualquier tipo de accidente que dificulte o impida la realización del salvamento.

Objetivos de una Correcta Entrada al Agua.

Evidentemente, cuando se habla de entrar correctamente al agua y se destaca la importancia de hacerlo, es por unos motivos concretos, que se pueden expresar en los objetivos que se buscan con la entrada y que son:

Rápida entrada al agua y puesta en acción inmediata para el acercamiento al accidentado.

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Facilitar la seguridad del Técnico en Salvamento, en función de las circunstancias que la dificulten y la del accidentado si éste se encuentra próximo.Asegurar el control del cuerpo en la fase aérea y en el momento del contacto con el agua, lo que impide cualquier imprevisto.

Estos objetivos están estrechamente vinculados y no puede plantearse uno sin otro.

Diferentes Formas de Entrar al Agua

En general, se pueden establecer tres grupos:

a._ Entrada al Agua sin Material Auxiliar.

Existen diferentes formas, que pueden resumirse en las siguientes:

1.- EN PIE. Puede realizarse de dos maneras:

A) Con el cuerpo completamente extendido y los brazos extendidos pegados al cuerpo o por encima de la cabeza, o bien con los brazos flexionados y pegados al mismo, con una mano en el hombro y la otra protegiendo la nariz (para evitar la entrada brusca de agua en las vías respiratorias) y realizando la entrada lo más vertical posible, evitando de esta forma un golpe brusco con el agua.

Apropiada para: realizar saltos desde alturas elevadas (3 mts. o más). en lugares de gran profundidad (3 mts. o más).

Permite: - Protección casi completa.- Control absoluto del cuerpo en el aire. - Adquirir profundidad inmediatamente.

Si no se deseara adquirir profundidad se deben abrir los brazos inmediatamente. Una vez dentro del agua.

B) Con brazos y piernas abiertos.

Apropiada para: realizar saltos en los que el borde esté próximo al agua y en lugares de escasa profundidad.

Permite: - Evitar un excesivo hundimiento del cuerpo.- Recoger de forma inmediata al accidentado si éste se halla próximo.

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2.- DE CABEZA (aunque sería más correcto denominarla de manos, puesto que siempre son éstas las que primero toman contacto con el agua). Puede realizarse con las siguientes técnicas:

A) En carpa. Es una entrada que se realiza con un salto inicial, tras el que el cuerpo adopta una postura de "carpa", para tomar contacto con el agua simultáneamente con manos y pies y posteriormente con una entrada progresiva del resto del cuerpo.

Apropiada para: lugares no muy elevados (1-2 mts.) y con una profundidad suficiente al menos 1 mt.).

Permite: - Rápida entrada al agua y puesta en acción.- Favorecer una protección adecuada.- Evitar un excesivo hundimiento del cuerpo.

Es ésta una forma que permite realizarse en carrera, siempre que las circunstancias favorezcan esta y no exista peligro al practicarla (por ejemplo suelo resbaladizo). Esta carrera influirá directamente en un acercamiento más rápido al accidentado. Para su realización siempre es preciso conocer el fondo del lugar en el que se salta, puesto que puede ser peligroso llevarla a cabo en lugares con rocas, piedras u otros obstáculos.

B) "En agujero". Es la entrada habitual de las competiciones de natación. Tras el salto inicial, la entrada al agua se realiza en primer lugar con las manos y en el sitio en el que éstas entran lo hace después el resto del cuerpo (se dice que en el "agujero" que forman las manos en su contacto con el agua debe entrar el resto del cuerpo).

Apropiada para: lugares no muy elevados (hasta 3 mts. aproximadamente) y con una profundidad suficiente (al menos 2 mts.).

Permite: - Adquirir una profundidad adecuada para aprovechar convenientemente el impulso de salida.- Contribuir con gran eficacia a la puesta en acción del estilo de natación elegido para acercarse al accidentado.

C) Tipo “Salto de plataforma o trampolín". Es la forma habitual utilizada por los saltadores para entrar al agua limpiamente. En ella el cuerpo entra completamente extendido, tomando contacto en primer lugar las palmas de las manos que se encuentran unidas y los brazos se hallan extendidos totalmente.

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Apropiada para: lugares de gran altura (más de 3 mts.) y de profundidad suficiente (más de 4 mts.).

Permite: - Protección completa de la cabeza por las manos.- Control absoluto del cuerpo en el aire.- Adquirir profundidad inmediatamente.

Si no se deseara adquirir profundidad, una vez dentro del agua, se debe modificar el gesto de manos y brazos, orientándolos en sentido horizontal o hacia la superficie del agua, cuidando que la acción no sea brusca para evitar dañar a la zona lumbar.

b._ Entrada al Agua con Material Auxiliar.

Es preciso conocer cómo se entra al agua con material auxiliar, ya que éste puede facilitar enormemente el salvamento que se va a realizar. Habitualmente, en el salvamento acuático el material auxiliar que suele emplearse se reduce a atletas y equipo de buceo (gafas, tubo, botellas). En todos los casos, de lo que se trata es de realizar la entrada de forma que no represente peligro para la persona a la que se va a rescatar ni para aquel que la realiza y sin que signifique un excesivo riesgo de perder el equipo o de estropearlo.

Las formas habituales son las siguientes:

1.- EN PIE, con piernas y brazos abiertos y como dando un paso al frente.

Apropiada para: lugares no muy elevados (no más de 2 mts.) y con profundidad de al menos 1 m.

Permite: - Control del cuerpo y del equipo.- Escaso hundimiento en el agua, por la superficie de contacto que se ofrece al agua, con las aletas y las piernas y brazos abiertos.

2.- DE CABEZA, que coincide con las formas que han sido descritas en el apartado de sin material auxiliar.

Apropiada para: lugares elevados y con profundidad suficiente (más de 2 mts.), pero SÓLO recomendado con aletas, ya que con equipo auxiliar puede significar una forma de entrada excesivamente peligrosa.

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Permite: - Adquirir una profundidad adecuada para aprovechar convenientemente el impulso de salida.- Contribuir con gran eficacia a la puesta en acción del estilo de natación elegido para acercarse al accidentado.

3.- CON VUELTA HACIA DELANTE, realizando el mismo con cuidado y lentamente, metiendo la cabeza hacia el pecho como si de una voltereta se tratara.

Apropiada para: lanzarse al agua desde el borde de una embarcación o desde una plataforma cercana a aquella, pero siempre que no se lleve botellas.

Permite: - Adquirir una profundidad adecuada para la inmediata puesta en acción.- Protección del equipo, evitando su pérdida.

4.- DORSAL, dejándose caer hacia el agua y entrando en contacto con ella con la espalda en primer lugar.

Apropiada para: lanzarse al agua desde el borde de una embarcación o desde una plataforma cercana a aquella, con equipo completo de buceo.

Permite: - Protección del cuerpo del buceador, puesto que las botellas entran en contacto con el agua en primer lugar.- Asegurar que el equipo no se pierda.

b._ Entrada al Agua con Material de Salvamento.

Para entrar al agua con material de salvamento se precisa atender de partida tres premisas importantes:

A) Que el material no represente peligro para el accidentado ni para el Técnico.B) Que el material no sea molesto en la entrada al agua.C) Que el material no se pierda ni se aleje excesivamente.

Teniendo en cuenta estas premisas, podemos encontrarnos con dos formas diferentes de entrar al agua con material de salvamento:

1.- CON MATERIAL DE GRAN TAMAÑO Y FLOTANTE: el Técnico en Salvamento lo lanzará antes de entrar al agua, si es posible, cerca del lugar en el que se encuentre el accidentado o en su defecto en un lugar por donde vaya a pasar, recogiéndolo antes de llegar a éste, entregándoselo finalmente para remolcarle.

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2.- CON MATERIAL LIGERO: el Técnico lo llevará agarrado o convenientemente controlado, ya que no le impedirá una correcta entrada al agua y evitará que el viento o el estado del agua (olas en mar) lo arrastren lejos de él y del accidentado. La única precaución que debe tomar es que el material no se enganche en la entrada con algún elemento del entorno.

LA FLOTACIÓNLa flotación es un principio de gran importancia para el Salvamento Acuático. Básicamente puede definirse como un equilibrio de fuerzas que permite mantener un cuerpo sobre el agua. En el medio acuático si no se flota difícilmente se podrá avanzar nadando.

En el Salvamento Acuático interesa distinguir tres tipos de flotación:

- La estática, aquella que se consigue sin realizar ningún tipo de movimientos, y por lo tanto, sin aplicar ningún tipo de fuerzas.- La dinámica, que se logra mediante la aplicación de fuerzas en función de los movimientos que se realizan por piernas o brazos y manos principalmente.- La indirecta, referida a la que proporciona cualquier objeto, por medio del cual la persona puede mantenerse a flote.

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1._ FLOTACIÓN DINÁMICA

La flotación dinámica se consigue cuando se aplican fuerzas en el agua mediante los movimientos que se realizan por brazos-manos y piernas-pies fundamentalmente. La forma más clara de flotación dinámica se consigue nadando, pero en el salvamento acuático interesa también conocer esta flotación sin que exista desplazamiento, puesto que se utiliza muy a menudo y, entre otros aspectos, si se realiza correctamente, permite:

- Visualizar mejor el entorno.- Pedir ayuda si fuera preciso.- Mantenerse a flote sin la ayuda de los brazos o sin ayuda de las piernas (ante un imprevisto: tirón muscular, agotamiento, etc).- Mantenerse cerca de la persona que lucha en el agua y controlarla hasta que se calme.

2._ FLOTACION INDIRECTA.

Es la flotación que puede lograrse mediante la utilización de ayuda externa al propio cuerpo, como puede ser la representada por chalecos salvavidas, flotadores, balones, maderas, bidones, neumáticos, etc. En este tipo de flotación se produce el mismo fenómeno que cuando se realiza una gran inspiración para llenar los pulmones de aire, se aumenta el volumen sin aumentar notablemente el peso del cuerpo, consiguiendo de esta forma disminuir el peso específico y llegar a flotar.

Para conseguirlo se deben tener en cuenta tres aspectos básicos:

A) Tapar las aperturas de las ropas, mediante nudos o cualquier otro sistema que impida la salida del aire.B) Inflar la ropa de aire adecuadamente.C) Encontrar las posiciones adecuadas para mantenerse a flote con la ayuda de la ropa (normalmente ésta se coloca alrededor del cuello, o si fuera debajo de los brazos en las axilas).

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LAS ZAFADURAS EN SALVAMENTO ACUÁTICO

El control en el salvamento acuático comienza, en realidad, desde el momento en el que el Técnico en Salvamento percibe el problema que sucede en el agua. Todo rescate debe ser controlado desde un principio, teniendo en cuenta que no se trata de someter a la persona que se está ahogando, sino lo que se persigue es ayudarla utilizando el mejor procedimiento de salvamento que se pueda.

Por este motivo, no es preceptivo que el rescate del accidentado se realice con una toma de contacto previa con él. En determinadas circunstancias, en función del caso concreto y siempre que éste se encuentre consciente, puede interesar al Técnico no intervenir directamente y, hablar con él, buscando que intente mantenerse a flote o nadar. En cualquier caso, siempre el primer paso es avisarle antes de tomar contacto directo con él, y en todo momento el objetivo principal será calmarle y tranquilizarle lo más posible.

De cualquier forma, y como regla general en caso de accidentados conscientes, la toma de contacto SIEMPRE se debe realizar por la espalda, de manera que sea el Técnico en Salvamento Acuático el que controle a los mismos y no al contrario.

COMPORTAMIENTO DE LA PERSONA QUE CREE AHOGARSE EN EL AGUA

Para el Técnico en Salvamento Acuático es muy importante conocer cómo va a comportarse una persona que cree que se va a ahogar en el agua.

En el agua, una persona que no sabe nadar o que, por cualquier circunstancia, piensa que va a ahogarse, adquiere generalmente un comportamiento instintivo. Se lucha por la supervivencia, uno de los instintos más fuertes de los seres vivos. El deseo que predomina y quizás único es el de salvarse. En esta situación la fuerza se ve aumentada al máximo, teniendo en cuenta que el aprovisionamiento de sangre a los músculos aumenta en circunstancias de miedo o enfado. Sin embargo, los movimientos suelen ser desesperados, no controlados y, normalmente, simétricos. La persona que cree que se va a ahogar no piensa, intenta apoyarse, agarrarse a todo aquello que ve seguro, que es, precisamente, lo que ve fuera del agua. Por este motivo, casi siempre se agarra a la cabeza, cuello, muñecas, brazos o manos de la persona que va a salvarle, y en muy contadas ocasiones al pecho o cintura de ésta.

Todo esto justifica la necesidad que tiene el Técnico en Salvamento Acuático de conocer, dominar y saber aplicar con facilidad y rapidez las técnicas de las zafaduras, ya que si tiene un fallo y se deja coger por el accidentado, debe aplicarlas correcta y rápidamente.

ZAFADURAS

Se conoce por este término a las técnicas, basadas en el judo y la defensa personal y adaptadas al medio acuático, que permiten al Técnico en Salvamento Acuático cogido por la persona que se está ahogando, salir de la situación adversa en la que se encuentra, librándose con relativa facilidad de los agarres desesperados y descontrolados a los que le somete ésta.Es lógico advertir que un Técnico experto no debería llegar a esta situación, puesto que ha de ser él quien, en todo momento, controle al salvamento y, por lo tanto, al

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accidentado, y nunca al contrario. Es preciso repetir que el Técnico que va a realizar un salvamento no debe permitir que le desborden las circunstancias, puesto que le supondrían un desgaste innecesario de energía y un aumento en la tensión del momento.

Conducta a seguir por el Técnico en Salvamento Acuático.

1- Llegar rápidamente a la persona con problemas.2- Situarse cerca de él e intentar calmarle, hablarle y controlarle sin necesidad de

contacto físico.3- Si el contacto es irremediable, situarse siempre a su espalda.4- Si la persona a la que va a remolcar le agarra, aplicar de forma inmediata las

zafaduras quesean precisas. 5- Si las zafaduras no fueran eficaces, el Técnico en Salvamento debe hundirse, ya

que de esta forma la persona que en esos momentos siente que se está ahogando le soltará para buscar la superficie.

6- Nunca, bajo ningún pretexto, se deben utilizar golpes ni cualquier tipo de medidas que pueden dañar aún más a la persona a la que vamos a salvar.

Técnicas de zafaduras.

Las técnicas de zafaduras son muy diversas, pero las que se suelen utilizar más frecuentemente y que se aconseja dominar son las siguientes:

a) Zafadura para agarres en cabeza o cuello: Es una zafadura muy fácil de aplicar. El Técnico en Salvamento Acuático pasará una de sus manos, girada, por encima de uno de los brazos de la persona que le ha agarrado y cogiendo su muñeca o antebrazo y presionando hacia arriba con la otra mano en el codo del mismo brazo que coge, hará girar a éste, logrando llevarle a la espalda, para controlar a la persona accidentada e iniciar el método de remolque.

b) Zafadura para agarres en manos o muñecas. El procedimiento a seguir en estos casos es de gran sencillez. Consiste en girar convenientemente los propios antebrazos, de forma que se sueltan por la parte en la que menos fuerza puede realizar la persona que agarra, que es aquel en la que existe abertura en la pinza que representan los dedos. Inmediatamente después de conseguir soltarse, el Técnico en Salvamento controla las muñecas o brazos del accidentado para iniciar el remolque.

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c) Zafadura para agarres por el pecho. En este tipo de agarres, si los brazos están liberados se procederá a colocar las manos propias en el pecho o cuello de la persona que está agarrando, pero no como si se fuera a abarcar el mismo, sino colocando una mano sobre otra y aplicándolas por su borde al pecho o cuello. Posteriormente, se extienden los brazos, obligando a ésta a que suelte, e inmediatamente pasar a un control efectivo que permita el remolque o, si no se está seguro, esperar a una distancia prudencial un momento más adecuado.

d) Zafadura para agarres por la espalda. Aunque esta situación es muy difícil de imaginar, sobre todo si se tienen en cuenta todos los consejos aportados, si llegara el caso, el Técnico en Salvamento, actuando como siempre de forma inmediata, cogerá la cabeza de la persona que le está agarrando echando sus brazos hacia atrás y arriba, a la vez que se hunde, obligando a ésta a dar un volteo por encima de él, lo que le colocará a la espalda de la persona que quiere remolcar, para aplicar sin problemas algún método de remolque. Esta es una forma que causa cierto temor al accidentado e, incluso, puede ocasionarle grandes tragos de agua, por lo que es preferible aplicar otro tipo de zafadura que se describe a continuación.

MÉTODOS DE REMOLQUE EN SALVAMENTO ACUÁTICO

Definición y Principios Generales

Los métodos de remolque se pueden definir como las técnicas especiales que se utilizan para conseguir un traslado efectivo de una persona que ha sufrido cualquier tipo de accidente en el agua, desde ésta hasta un lugar seguro.

Por supuesto, es obvio que la aplicación de todo método de remolque, sea del tipo que sea, debe cumplir perfectamente con una regla general: LA SEGURIDAD DEL ACCIDENTADO.

Es fundamental conocer teóricamente, y dominar en la práctica, los métodos de remolque, puesto que cada uno posee su razón de ser y sus propias características.

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Elección de un Método de Remolque.

La elección de un método de remolque se debe realizar teniendo en cuenta los siguientes aspectos, en el orden que se señalan:

1- La seguridad de la persona a remolcar. Es decir, para la elección del método, el Técnico siempre atenderá en primer lugar al estado físico y psicológico en el que se encuentra la persona con problemas. Teniendo en cuenta este principio, como regla general, el método de remolque deberá ser cómodo para el accidentado y siempre realizado de forma que su cara, sobre todo, se encuentre fuera del agua.

2- La adaptación del método al Técnico. Tras pensar en la seguridad de la persona accidentada, el Técnico en Salvamento Acuático elegirá el método que más conozca y mejor se adapte a sus propias circunstancias, y siempre, en función de sus conocimientos, capacidades y dominio técnico que tenga de aquel.

3- El material del que se dispone. Los medios con los que cuenta un Técnico en Salvamento determinan permanentemente el método de remolque que elegirá.

4- La rapidez en el remolque. Este aspecto se relaciona con los dos primeros, puesto que lógicamente, el método más seguro para el accidentado, exceptuando algunos casos, es aquel que antes logra sacarle del agua y, normalmente, el método que mejor domina el Técnico es aquel en el que más rápido se desplaza.

5- La posibilidad de resistir grandes distancias. Por supuesto, este punto sólo se tendrá en cuenta si en el salvamento se necesitara cubrir grandes distancias.

Métodos de Remolque en el Salvamento Acuático

Los métodos de remolque en el Salvamento Acuático se pueden agrupar en dos bloques claramente diferenciados:

A) Métodos de Remolque Indirectos:

En cualquier lugar en el que se ejerza vigilancia por Técnicos en Salvamento Acuático se debería disponer de material suficiente para la práctica de estos métodos de remolque.

En un principio, es necesario tener en cuenta que ÚNICAMENTE SE DEBEN REALIZAR SI SE DAN LAS SIGUIENTES CIRCUNSTANCIAS:

a) Que la distancia hasta el accidentado fuera demasiado grande y no permitiera ayudarle sin perder contacto con la orilla o acercándole una alargadera o cuerda, o lanzándole y alcanzándole un objeto flotante como puede ser un salvavidas o un balón salvavidas.b) Que siendo la distancia hasta el accidentado demasiado grande no se dispusiera de una embarcación o no se conociera el manejo de la misma si se dispone de ella.

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c) Que el accidentado, a pesar de haber recogido el material que se le ha facilitado por sus circunstancias (heridas, agotamiento o cualquier otra razón) no es capaz de propulsarse hasta la orilla.

Elección del material de remolque. La elección del material que se vaya a utilizar en un salvamento acuático se realiza siempre en función de:

- Disponibilidad. Se elegirá el material u objeto que se encuentre más "a mano”. Es preciso perder el menor tiempo posible.- Flotabilidad. A mayor flotabilidad del objeto o material, mayor será la confianza del accidentado.- Tamaño. Este aspecto es fundamental, como regla general, el tamaño será lo suficiente como para que el Técnico evite un contacto directo con el accidentado, éste se encuentre seguro y sea de fácil manejo.- Resistencia. Se debe tener en cuenta si el material elegido ofrece mucha resistencia al avance, ya que si es así puede suponer más un estorbo que una ayuda.- Facilidad de transporte. En relación con los puntos anteriores, el material de transporte que se elija debería facilitar el remolque.

Tipos de material de remolque.

En principio, se considera material de remolque a todo aquel que facilite un salvamento, por eso puede ser tan variado y distinto. A continuación se exponen los materiales que más frecuentemente se utilizan y que con más facilidad se puede disponer de ellos:

1. Flotador Salvavidas:

El denominado habitual y muy acertadamente "salvavidas" representa el material auxiliar de salvamento por excelencia. Además, como norma general, el Técnico en Salvamento Acuático, debería tener uno "a mano" en el lugar desde el que vigila y, así mismo, en las embarcaciones de rescate se debería llevar, al menos, uno.

Aunque las formas y tamaños del salvavidas pueden variar, como regla general tendrán las siguientes cualidades:

- Gran flotabilidad.- De material ligero (que no cause daño ante posibles golpes y que facilite su transporte).- Tamaño suficiente para que en su interior pueda meterse el cuerpo de una persona.

Lo ideal sería que el salvavidas dispusiera de una cuerda de material resistente pero ligero, ya que de esta forma, en muchos casos, el Técnico podría realizar el salvamento sin necesidad de entrar al agua, ni de contactar directamente con el accidentado.

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Técnicas Básicas en la Utilización del Flotador Salvavidas.

De nada sirve el material si no es correctamente utilizado, motivo que obliga al Técnico a aprender y practicar técnicas básicas de manejo del flotador salvavidas.

Nado: Para nadar con salvavidas, tradicionalmente, se utiliza el remolque del mismo, llevando éste con una mano y totalmente apoyado en el agua. Esta forma ofrece gran resistencia al avance, retrasando el salvamento y motivando un mayor gasto energético.

Otras técnicas más correctas hidrodinámicamente son las siguientes:

• Agarre del salvavidas con una mano por su parte interna e inferior, de forma que el mismo adopte una posición perpendicular a la superficie del agua. Es preciso tener cuidado para que el salvavidas no oscile de un lado a otro y dificulte el avance. • Agarre del salvavidas con el brazo y la mano por su parte interna e inferior, de forma que también adopte una posición perpendicular a la superficie del agua. Es un técnica más fácil de dominar que la anterior y permite que nuestro cuerpo vaya en una posición más estable y alta.

Rescate de persona consciente: En este caso el Técnico en Salvamento al estar cerca de la persona que se está ahogando, coloca el salvavidas por delante, quedando éste entre los dos.

Cuando el salvavidas está al alcance de las manos del accidentado, el Técnico le avisa que se agarre con fuerza, después de lo que puede entablar una conversación con él, intentando calmarle y señalándole que lo mejor en meterse dentro del salvavidas.

Rescate de una persona inconsciente sobre la superficie del agua: El Técnico en Salvamento debe acercarse al accidentado con el salvavidas controlado con una mano, colocado perpendicular al agua y con el hueco del mismo orientado a la persona a rescatar. Esta técnica permite la aplicación de la respiración artificial "boca a boca” en el agua, pudiendo alternar dos-tres movimientos propulsivos con dos insuflaciones, adelantando así el tiempo de recuperación.

Rescate de una persona inconsciente completamente hundida en el agua. El Técnico debe acercarse a la persona ahogada lo más rápidamente posible. Cuando está en el lugar en que se ha hundido, deja el salvavidas en la superficie y bucea a por ella.

2. Brazo de Rescate:

El brazo de rescate consiste en un flotador alargado y de material flexible de gran flotabilidad, con un sistema de enganche que facilita colocar el flotador alrededor del cuerpo del accidentado. A este flotador se fija una cuerda de 2

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metros aproximadamente que va unida a un arnés o a unos tirantes que son los que se coloca el Técnico en Salvamento.

Recogiendo con este tipo de material a la persona con problemas, el Técnico en Salvamento puede efectuar movimientos de natación normales, utilizando brazos y piernas, con lo que el salvamento gana en rapidez.

Para la recogida del accidentado se puede emplear las mismas técnicas descritas en el flotador salvavidas, teniendo en cuenta que ahora dispone de un enganche que le va a permitir asegurar a la persona. Es preciso que estas técnicas sean practicadas suficientemente para limitar al máximo las pérdidas de tiempo en colocar al accidentado en el material.

3. Boya Torpedo:

La boya torpedo es un flotador rígido, más o menos alargado, de forma ovalada, con un sistema de asideros en sus laterales a los que se sujeta la persona accidentada si está consciente. Al flotador se fija una cuerda o cinta de 2 metros aproximadamente que se une al arnés o tirantes que se coloca el Técnico. No permite enganchar al accidentado como sucede con el brazo de rescate, por lo que el Técnico debe estar más pendiente de la persona remolcada. Si se valora la eficacia y la comodidad, resulta más rentable el material anterior.

4. Embarcación:

La embarcación, como material de salvamento, es imprescindible en toda zona de baño en la que existan grandes distancias. Una embarcación convenientemente utilizada en un rescate no sólo es beneficiosa por la seguridad y velocidad que implica, sino que además, en general, posibilita el comienzo de tas técnicas de reanimación artificial, aprovechando así un tiempo primordial.

La utilización de una embarcación como material de salvamento exige unas características en la misma que pueden resumirse en las siguientes:

- Fácil manejo y, consecuentemente, puesta en marcha.- Tamaño apropiado para que sea fácilmente desplazada por una persona.- Gran estabilidad, es decir, que sea difícil volcarla.- Equipada, como mínimo, con el material del salvamento acuático en mar.

Por supuesto, el Técnico en Salvamento tiene la obligación de conocer perfectamente el funcionamiento de la embarcación que tiene a su disposición para los rescates. En este sentido, habitualmente, se puede encontrar con dos tipos diferentes:

1. Embarcaciones con motor.

Las principales precauciones que en ellas tendrá en cuenta son:

- Conocimiento exhaustivo del funcionamiento y manejo.

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- Puesta a punto permanente.

2. Embarcaciones a remos.

Las precauciones que el Técnico tendrá en cuenta son:

- Conocimiento y práctica habitual de la técnica adecuada para remar en cada caso.

- Puesta a punto permanente (buen estado de los remos, chumaceras, etc).

Finalmente, los aspectos que en todo momento deben ser tenidos en cuenta para la utilización de la embarcación, sea del tipo que sea, en un salvamento, son los siguientes:

a) La embarcación debe estar situada en un lugar de fácil acceso para el Técnico y desde el que se pueda salir rápidamente.

b) Es imprescindible que en la embarcación vayan dos rescatistas acuáticos.c) La aproximación al accidentado se realizará de la forma más rápida

posible y sin perderle de vista en ningún momento.d) La toma de contacto con el accidentado será realizada con gran

precaución, evitando herirle con la propia embarcación o sus componentes.

e) La subida del accidentado a la embarcación se realizará evitando al máximo los desequilibrios y vuelcos.

f) Comenzar, si fuera posible, los primeros auxilios en la propia embarcación.

B)._ Métodos de remolque directos o de "cuerpo a cuerpo".

Los métodos de remolque directos, en los que existe un efectivo "cuerpo a cuerpo" entre el accidentado y el rescatista, deben ser el último recurso que se intentará para el salvamento. En este grupo de métodos nos referimos, única y exclusivamente, a aquellos en los que el Técnico actúa sin ayuda externa y sin material auxiliar.

Los métodos directos sólo son recomendables efectuarlos en las siguientes circunstancias:

- Cuando el accidentado ha perdido el conocimiento.- Cuando no se dispone de ningún otro medio ni material que posibilite un salvamento más seguro.

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- Cuando el accidentado se niega a agarrarse o a aceptar ayuda indirecta o no puede recibirla.- Cuando el accidentado que pide ayuda conserva la calma, siendo el ejemplo más típico el de la persona que sabe nadar, pero que por cansancio, tirón muscular o cualquier otro tipo de indisposición, no puede desplazarse en esos momentos.

El objetivo final de cualquier método de remolque es transportar al accidentado desde el lugar en el que ha tenido problemas hasta otro que implique seguridad, pero esto no quiere decir que no se deba cambiar de método, si el Técnico, en algún momento, decide cambiar de método debe:

- Mantener siempre el contacto con el accidentado para no asustarle.- No realizar el cambio de forma brusca, sino buscando continuidad de un método con otro.- Avisar del cambio al accidentado si éste está consciente.

Descripción de los métodos de remolque.

Los métodos de remolque que se describen a continuación no son todos los que se pueden realizar, pero sí los más utilizados habitualmente y que han demostrado su eficacia. En general, aunque cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, los que menos problemas plantean son en los que el accidentado va en posición dorsal (boca arriba), puesto que ofrecen mayor seguridad para éste y menor resistencia al avance. Concretamente, se desarrollarán los siguientes:

A._ NUCA-FRENTE.

El Técnico en Salvamento coloca una de sus manos en la frente del accidentado y la otra en la nuca del mismo, facilitándose así la realización de la hiperextensión de las vértebras cervicales.

Adecuado para:

Accidentados con pérdida de conocimiento. Lograr completa visión del accidentado.

Propulsión:

Patada de braza-espalda.

Precaución:

Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se va, lo que motiva que se recomiende al Técnico girar la cabeza con frecuencia para ver cómo y por donde ir.

Nunca se utilizará con personas en las que se sospecha la existencia de una lesión grave (fractura, luxación) a nivel de la columna.

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B._ SIENES

El Técnico sujeta con ambas manos al accidentado por sus sienes y los pulgares detrás de la cabeza, efectuando una completa extensión de las vértebras cervicales.

Adecuado para:

Accidentados con pérdida de conocimiento. Lograr completa visión del accidentado.

Propulsión:

Patada de braza-espalda.

Precaución:

Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se va, lo que motiva que se recomienda girar la cabeza con frecuencia para ver cómo y por dónde ir.Nunca se utilizará con personas en las que se sospecha la existencia de una lesión grave a nivel de la columna.

C._ BRAZO A LA ESPALDA

El Técnico mantiene sujeta a la persona a remolcar por su muñeca, con el brazo de ésta flexionado 90 grados y en la espalda. La espalda del accidentado se apoya en el antebrazo y parte del brazo de aquel.

Adecuado para:

Accidentados con conocimiento.Casos difíciles en los que se debe aplicar zafaduras, ya que esta posición se alcanza tras aplicar correctamente la mayor parte de las zafaduras, que deben tener su continuidad en el remolque.

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Propulsión:

Patada de braza-espalda y con la mano libre se puede realizar la hiperextensión del cuello del accidentado, empujando su frente hacia abajo.Patada de braza-espalda y con el brazo libre el Técnico puede ayudarse con movimientos de brazada de espalda o subacuáticos.Patada lateral (semibraza o crol) y con el brazo libre el Técnico se ayuda con movimientos subacuáticos.

Precaución:

En las dos primeras variantes se permite una vigilancia más estrecha sobre el accidentado, pero el Técnico debe controlar el lugar por el que va.En la tercera variante se consigue una mayor visibilidad del lugar por el que se va, pero se debe girar la cabeza frecuentemente para controlar el estado del accidentado.No se efectuará en ningún caso si se sospecha que puede haber una lesión importante en el brazo del accidentado.

D._ AXILAS

En este método el Técnico mantiene sujeto al accidentado por las axilas de éste, en las que coloca sus manos.

Adecuado para:

Casos sin dificultades especiales. Salvamentos en piscina o en distancias cortas.

Propulsión:

Patada de braza-espalda.

Precaución:

No confiarse excesivamente.

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Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se va, lo que motiva que se recomiende al Técnico girar la cabeza con frecuencia para ver cómo y por donde ir.

E._ NUCA.

El Técnico en Salvamento Acuático controla al accidentado por su nuca, colocando la palma de una de sus manos orientada hacia arriba.

Adecuado para:

Accidentados con pérdida de conocimiento.Accidentados que conservan la calma.Niños pequeños, bebés.

Propulsión:

Permite las mismas variantes que el método del brazo a la espalda, pero es aún mucho más cómodo para el Técnico, al dejarle total libertad de movimientos y un brazo completamente libre.

Precaución:

No se debe aplicar con accidentados en los que se sospeche algún tipo de problema a nivel cervical.Requiere una vigilancia extrema, ya que es fácil perder el control del accidentado, sobre todo si el estado del agua es agitado.

F._ LOS DOS BRAZOS A LA ESPALDA

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Es un método muy parecido al del brazo a la espalda, pero en este caso con los dos brazos de la persona a remolcar controlados por una de las manos y parte del brazo del Técnico En Salvamento.

Adecuado para:

Accidentados muy nerviosos y que estén moviéndose constantemente.

Propulsión:

Patada lateral (semibraza o crol) y con el brazo libre se ayuda con movimientossubacuáticos.

Precaución:

Aunque permite un control casi absoluto del accidentado, impidiéndole todo movimiento con los brazos, se debe tener en cuenta no dañar al mismo.

G._ PECHO.

En este método el Técnico mantiene sujeto al accidentado rodeando el pecho de éste con su brazo.

Adecuado para:

Accidentados con pérdida de conocimiento.Accidentados que conservan la calma.

Propulsión:

Patada de braza-espalda y con el brazo libre el Técnico se ayuda con movimientos de brazada de espalda o subacuáticos.Patada lateral (semibraza o crol) y con el brazo libre se ayuda con movimientos subacuáticos.

Precaución:

Debe evitarse que el cuerpo del accidentado se hunda excesivamente, ya que dificultaría el avance, y, por supuesto, se vigilará que la cabeza vaya siempre sobre el agua.

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H._ NADADOR CANSADO.

En este método, el Técnico nada de forma normal a braza, mientras que la persona remolcada se deja llevar de dos formas diferentes:

1. Dorsal (boca arriba), con su cuerpo extendido, las piernas abiertas, brazos extendidos y sus manos apoyadas en los hombros del Técnico. Es la mejor forma, puesto que éste puede ver al accidentado durante todo el trayecto, e, incluso, el lugar por dónde va.

2. Ventral (boca abajo), con su cuerpo extendido y las manos apoyadas en los hombros del Técnico. Es la forma de nadador cansado más negativa, ya que éste no logra controlar visualmente al accidentado.

Apropiado para:

Personas con experiencia en el agua o personas que tengan plena confianza en el Técnico, ya que se requiere cierta colaboración de la persona a remolcar.

Propulsión:

Nado normal de braza.

Precaución:

No confiarse excesivamente, es decir, a pesar de su facilidad, el control sobre el accidentado debe ser completo.Comunicarse lo más posible con el accidentado, intentando que colabore al máximo en el salvamento.

I._ PARA ACCIDENTADO CON LESIÓN EN LA COLUMNA VERTEBRAL.

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Las lesiones en la columna vertebral son extremadamente graves, llevando en la mayor parte de las ocasiones al accidentado a parálisis parciales o totales.

Un método de salvamento inadecuado en estos casos puede conllevar para la vida del accidentado riesgos suplementarios. Por este motivo es tan importante en el salvamento acuático identificar una posible lesión en columna y actuar en consecuencia.

Identificación:

- Se puede sospechar de lesión vertebral si el accidentado parece desorientado, con debilidad muscular e incapacidad motriz, entumecido y sintiendo hormigueos o ausencia de sensaciones o dolores. También puede presentar rápidas y sucesivas contracciones y relajaciones musculares. Si el accidentado está consciente el dolor de cuello es el síntoma que mejor identifica las lesiones cervicales.

Si el accidente ha sucedido en piscina cabe sospechar lesión vertebral cuando la persona accidentada se encuentra en agua poco profunda, o en una esquina de la piscina.

Si ha sucedido en mar, lago o río hay que sospechar posible lesión vertebral cuando la persona se encuentra en una zona peligrosa con rocas, troncos, desnivel en el fondo, o con olas o corrientes que pueden desequilibrar.

En estos casos, la secuencia de actuación sería la siguiente:

1- Inmovilización: lo primero a inmovilizar es la cabeza y el cuello, de forma que se mantenga una posición neutra, impidiendo movimientos de extensión, flexión, rotación o flexión lateral.

- Si el accidentado está boca arriba, el Técnico coloca su brazo dominante a lo largo del esternón de aquel, con los dedos sobre el maxilar, y al mismo tiempo coloca el otro brazo a lo largo de la espina dorsal, aguantando la parte posterior de la cabeza en la palma de la mano; manteniendo las muñecas completamente rígidas y los antebrazos pegados al cuerpo del accidentado.- Si el accidentado está boca abajo, se deben colocar brazos y manos como se ha indicado en el caso anterior, de forma que el brazo dominante se encuentra bajo el cuerpo del accidentado y el otro brazo extendido a lo largo de la espalda de éste; en esta posición, el Técnico efectúa movimientos lentos para no modificar la posición de sus muñecas y gira por debajo del accidentado, colocándole boca arriba.

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2- Asegurar la apertura de las vías respiratorias: esta forma permite al Técnico no tener que cambiar su método de agarre para aplicar la respiración artificial directa, pero es importante asegurarse de la apertura de las vías respiratorias, que pueden obstruirse por la presión que se ejerce sobre la mandíbula. Es decir, durante 5 ó 10 segundos, hay que verificar la respiración del accidentado, observando los movimientos de pecho y abdomen y escuchando si existe intercambio de aire.

3- Encontrar ayuda: lo ideal es que la ayuda que se reciba sea de personas con entrenamiento en estas técnicas, pero éstas no siempre se encuentran en los lugares en los que suceden accidentes de este tipo. De cualquier forma la ayuda es indispensable y se debe dirigir convenientemente a las personas que vayan ayudar.

4- Asegurar la estabilidad del accidentado: antes del transporte se debe asegurar la inmovilización total del cuerpo de éste, a nivel de caderas y de las extremidades, levantándolas lentamente hasta la superficie del agua, mientras que el que recogió al accidentado en primer lugar sigue con el mismo hasta contar con la tabla o cualquier otro objeto de superficie firme y rígida. También es posible colocar la tabla o camilla sin necesidad de subir previamente las caderas y extremidades del accidentado.

La tabla o camilla rígida se desliza por debajo del agua y se la deja subir horizontalmente por debajo del accidentado para que entre en contacto simultáneamente con todo el cuerpo. En el momento de colocar la tabla el primer Técnico, retira su brazo inferior y lo pone por debajo de aquella, manteniendo la posición del otro brazo hasta que las correas estén instaladas y la cabeza sujeta con ayuda de cojines puestos a lo largo de la cabeza y los hombros, pero nunca debajo de la misma o del cuello.

Las correas se colocan una por debajo de los brazos y por encima del tórax, otra por encima del hueso de la cadera y otra por debajo de las rótulas. Para finalizar la inmovilización se coloca un vendaje por encima de la frente. Todos los movimientos deben ser efectuados lo más suavemente posible.

Para sacar al accidentado del agua, la tabla debe sujetarse siempre horizontalmente y por la zona menos profunda para realizarlo con más facilidad.

5- Ponerse en contacto con los servicios médicos: el traslado a un centro hospitalario debe efectuarse lo antes posible, informando a los servicios médicos de todos los detalles del accidente (lugar, estado del accidentado, pasos que se han seguido para el traslado, etc).

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Bibliografía.

Protección Civil Andalucía, 2006, Manual de Socorrismo y Salvamento Acuático, Edición I, España.Dirección de Educación y Servicios de la Comisión Nacional de Emergencia, 1993, Manual de Prevención y Rescate Acuático, Edición I, Costa Rica.