Manual conservación del patrimonio Arequipa

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Manual para la valoración y conservación del patrimonio arquitectónico de Arequipa ORIENTACIONES BÁSICAS PARA EL MANTENIMIENTO DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA Gonzalo Ríos Vizcarra

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Manual para la valoración y conservación del patrimonio arquitectónico de Arequipa

ORIENTACIONES BÁSICAS PARA EL MANTENIMIENTO DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA

Gonzalo Ríos Vizcarra

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Manual para la valoración y conservación del patrimonio arquitectónico de Arequipa

ORIENTACIONES BÁSICAS PARA EL MANTENIMIENTO DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA

Asociación de Defensa y Protección del Centro Histórico de Arequipa, ASDEPROA

Centro de Investigación y Proyectos de la Facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente Universidad Católica de Santa María, CEDIP

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Concepto general, investigación y textos: Gonzalo Ríos Vizcarra

Asesoría y revisión técnica: Equipo del CEDIP

Fotografías: Carlos Rodríguez Quiroz, Gonzalo Ríos Vizcarra

Corrección de textos: Eduardo Ugarte y Chocano

Diseño gráfico: Katiuska Zeballos Velarde

Ser propietario de un bien patrimonial inmueble, como una casona en el centro histórico es un privilegio y una gran responsabilidad por el compromiso que implica con la historia de Arequipa. Su conservación y mantenimiento, mientras no esté en manos de especialistas, está en riesgo. Esta es la razón por la que todo propietario debe tener plena conciencia de su valor histórico y patrimonial, así como su función para mejorar la calidad de vida de un centro histórico revitalizado.

Lo dicho ha motivado que el arquitecto Gonzalo Ríos, distinguido vocal de nues-tra asociación, prepare este manual y que con el trabajo conjunto de la Universidad Católica de Santa María vea finalmente la luz, con el objetivo de que, al conocerlo, todo propietario sepa cómo mantener conservado y en valor un pedazo de nues-tra historia, aprovechando con inteligencia su capacidad como bien generador de bienestar económico e integrándolo a la sociedad civil que habita un Patrimonio de la Humanidad.

Aurora Bellido de HövelbornPresidenta de ASDEPROA

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Más allá de lo que indica el título, que es proveernos de una herramienta para enseñarnos a valorar y conservar nuestro primer valor histórico y cultural, como se define a nuestro patrimonio arquitectónico, esta publicación se convierte en una indispensable referencia organizada para la elaboración de normas que orienten y sancionen el adecuado o mal trato que se dé a este legado histórico. Lo que la vuelve un llamado a autoridades y propietarios hacia el cumplimiento de una res-ponsabilidad en su regulación, conservación y uso.

Por otro lado, su autor, el arquitecto Gonzalo Ríos Vizcarra, con esta obra cumple una labor académica que trasciende el aula con el carácter universal de la función universitaria, apoyada por el estudio científico y técnico del CEDIP, de la facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente de la Universidad Católica de Santa María. Asimismo, da paso importantísimo, como ciudadano arequipeño y miembro de la Junta Directiva de ASDEPROA, en el camino que nos lleva a conservar a nuestra ciudad y sus valores naturales y culturales insertándola en la contempo-raneidad.

Eduardo Ugarte y ChocanoDirector del Museo de Arte Contemporáneo Arequipa

En efecto, como alude metafóricamente doña Aurora Bellido de Hövelborn, cada pedazo de historia testimonia el espíritu y la identidad que todo pueblo logra hil-vanar y fundir a lo largo de un proceso dinámico, dialéctico y por cierto complejo, convirtiéndose así en el rastro o huella que habrán de descubrir, identificar y segu-ramente proseguir las nuevas generaciones, luego de una justa valoración.

Y cada casa o casona, en este caso ubicada en nuestro centro histórico monu-mental, traduce con mayor razón el perfil inconfundible de una ciudad hecha de piedra volcánica, con la belleza y el pulso de quienes en su momento la supieron idear y construir, con imaginación, sentimiento y fe.

Por eso nuestra universidad, fiel a su irrenunciable vocación de contribuir en el propósito común de conservar lo que Arequipa es también en sus señoriales caso-nas, ha querido colaborar para que este manual, tan bien concebido y desarrollado por el equipo liderado con solvencia por Gonzalo Ríos Vizcarra, aparezca como una especie de catecismo arquitectónico, gracias al cual se pueda recitar con acierto oraciones propedéuticas, que han de garantizar que nuestra ciudad, patrimonio cultural de la humanidad, siga siendo precisamente eso y para siempre

Dr. Abel Tapia FernándezRector de la Universidad Católica de Santa María

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Ignorancia, indolencia y vandalismo 45 Por ideas mal entendidas de progreso y modernidad 46

Problemas frecuentes y recomendaciones básicas para la conservación de inmuebles con valor patrimonial 49

Clasificación 50 Elementos enterrados 51 Cimientos 51 Elementos verticales 53 Muros de carga 53 Tabiques 65 Columnas, pilastras y arcos 68 Elementos horizontales 70 Bóveda de cañón corrido 70 Bóveda de arista 80 Techo de rieles 82 Techo de calamina 85 Elementos ornamentales 86 Molduras, tallados, anagramas 87 Pinturas murales 88 Obras de arte asociadas al edificio 89

Índice

Generalidades 11

Objetivos del manual 12 Limitaciones y advertencias 13 ¿Qué es el patrimonio cultural? 16 Los valores de nuestro patrimonio 17

Nuestra ciudad y nuestro patrimonio 21

La ciudad del siglo XVI 22 La ciudad del siglo XVII 25 La ciudad del siglo XVIII 28 La ciudad del siglo XIX 31 La ciudad en la primera mitad del siglo XX 32 El sillar 35

Principales causas de deterioro en los edificios históricos 39

Sismos y erupciones 40 Factores climáticos 42 Contaminación atmosférica 44

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IntroducciónEl cuidado de un bien patrimonial depende en gran medida del grado de valoración que se le otorgue, y esta valoración

es consecuencia directa del conocimiento e identificación que los ciudadanos tengan con él. Si bien es de dominio general que la ciudad de Arequipa es poseedora de un rico patrimonio edificado y que ello le ha valido incluso reconocimientos inter-nacionales es sorprendente la escasa conciencia que los habitantes de esta ciudad tienen de su valor. Es por ello que este texto es básicamente para los arequipeños, o para los que sin serlo habitan esta ciudad y a los que la monotonía de los actos cotidianos impide apreciar el espectacular marco en el cual desarrollan su día a día.

Este manual nace por la preocupación de un grupo de gente interesada en el patrimonio de la ciudad reunida en la Aso-ciación de Defensa y Protección del Centro Histórico de Arequipa (ASDEPROA) y cuenta con el apoyo científico y técnico de la Universidad Católica de Santa María a través del Centro de Investigación y Proyectos (CEDIP) de la facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente.

El texto se divide en cuatro partes. La primera habla de los conceptos básicos del patrimonio y los criterios para su va-loración, la segunda es un breve relato de la evolución arquitectónica de las edificaciones arequipeñas, haciendo notar qué parte de ese patrimonio se conserva todavía y a qué época pertenece. Una tercera parte del texto pone en evidencia las principales causas de deterioro de los monumentos y, la última, que es el grueso del manual, quiere brindar a los encargados de custodiar un bien patrimonial las recomendaciones básicas para su conservación, intentando así, mediante periódicos trabajos de mantenimiento, evitar la pérdida de nuestro patrimonio o intervenciones dramáticas que pongan en peligro sus valores excepcionales.

El autor

Espacios abiertos y mobiliario urbano 91

Recomendaciones generales 92 Mobiliario urbano 94 Árboles y vegetación 96 Pistas y veredas 99 Postes y cableado aéreo 101

Bibliografía básica 104

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Generalidades

10 11Generalidades

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Este texto que tiene entre sus manos tiene dos objetivos básicos:

UNO. Generar, en los encargados de la custodia de los bienes patrimo-niales inmuebles existentes en la ciudad de Arequipa, una conciencia que tienda a valorar estas signifi-cativas edificaciones como partes integrantes de un importante con-junto histórico, pero también como entidades individuales privilegiadas con una serie de cualidades físicas y espaciales que pueden ser apro-vechadas y disfrutadas en la actua-lidad.

DOS. Dar a conocer un conjunto de pautas mínimas y de carácter gene-ral que todo propietario o encarga-do de un inmueble patrimonial debe saber para el adecuado manteni-miento del mismo y así poder con-servar los valores históricos y con-temporáneos que posee, sin tener que recurrir a trabajos de mayor envergadura.

Este documento no pretender ser un texto de restauración del patrimonio inmueble, ni tampoco suplir la opinión de especialistas en el tema sobre pro-blemas específicos, queriendo más bien dar un marco general para valorar el patrimonio y recomendaciones prácti-cas para el correcto mantenimiento pe-riódico del mismo que eviten trabajos de restauración posteriores.

Consideramos como deber también advertir que cualquier tipo de interven-ción que extralimite los parámetros de los simples trabajos de mantenimiento, debe contar con la participación de personal especializado y con la autori-zación expresa de las entidades com-petentes, como es el Instituto Nacional de Cultura (INC), Oficina del Centro His-

tórico y municipalidades en la que pu-diera estar circunscrito el bien. Siendo también necesario recalcar que cual-quier tipo de obras ejecutadas por el propietario o el encargado del inmueble

Objetivos del manual Limitaciones y advertenciasque no cuente con las autorizaciones de las instituciones antes mencionadas, serán sancionadas según la legislación vigente en el Perú sobre protección del patrimonio cultural.

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A lo largo de la historia, el hombre ha ido dejando huellas de su presencia en casi todos los confines del planeta, desde imperceptibles modificaciones de la naturaleza, hasta complejas organi-zaciones urbanas. Es así que reuniendo e interpretando estos signos de la pre-sencia humana se podría reconstruir la cultura generada por un grupo de personas en un espacio y en un tiempo determinados.

Esta forma particular, que tiene cada grupo humano de hacer las cosas, va formando rasgos característicos que identifican a cada poblador en particu-lar con un grupo humano en general, compartiendo diferentes aspectos como lengua, relaciones sociales, ritos, cere-monias o comportamientos colectivos,

creando un sistema de valores y creen-cias. En este sentido los “monumentos históricos” son los condensadores de toda esta serie de valores históricos y contemporáneos, materializados en objetos físicamente concretos con un elevado valor simbólico, siendo así que muros, coberturas y demás elementos

Siguiendo el esquema de un libro ya clásico para el estudio del patrimonio titulado El culto moderno a los monu-mentos y aplicado el patrimonio exis-tente en nuestra ciudad, podemos cla-sificar los valores atribuibles a un bien inmueble en dos grandes grupos: los rememorativos y los contemporáneos.

a) Los valores rememorativosEl primer caso se refiere a todos los

valores del monumento que surgen del reconocimiento de su pasado histórico. En este sentido los valores que un bien inmueble puede tener son:

1. Los valores de antigüedad.

Que es el reconocimiento y aprecio de los signos impresos que el tiempo

va dejando en la edificación. “El tiem-po también tiene su pincel” decía un conocido pintor, y estas huellas atesti-guan que la ciudad de Arequipa se forjó durante largos procesos históricos, en los cuales, así no los conozcamos a

cabalidad, vemos cómo los años van aportando también a la estética de la edificación. Es así que, sea cual fuera la intervención que se haga en una edificación, jamás se debe preten- der borrarle estos signos del pasado para dejarla como recién construi-da, caso bastante común en nuestros edificios mayormente de “sillar”, que son constantemente “raspados”, con una finalidad de estética falaz, hacien-do desaparecer las huellas, que a través de los años, el tiempo dejó im-presas.

2. Los valores históricos.

Tienen también que ver con el reco-nocimiento del monumento como parte del pasado, pero no solo en su aparien-cia superficial, si no en sus contenidos más profundos, que lo convierten en un

¿Qué es el patrimonio cultural? Los valores de nuestro patrimonioconstitutivos del inmueble, además de cumplir con su rol de dar cobijo para la realización de actividades, están cargados de una serie de significados y cualidades mayores al de cualquier edificación, siendo uno de los objetivos esenciales del presente documento ge-nerar conciencia para la valoración de este patrimonio edificado de nuestra ciudad.

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documento revelador de nuestro pasa-do, no debiendo importarnos el privile-giar una determinada época, pues final-mente nosotros somos producto de un proceso histórico único, que debemos saber valorar.

En este sentido este manual en sus siguientes páginas pretende esbozar algunas mínimas referencias para po-der relacionar diferentes tipos o ele-mentos edificatorios de nuestra ciudad con épocas históricas determinadas, considerando a la ciudad como un libro abierto que narra nuestra histo-ria. Por eso es necesario valorar a las edificaciones en su sentido documen-tal y evitar alterar sus elementos por conceptos mal entendidos de estética o por afanes de unificar un estilo que nos parece más digno de preservar, ya que el verdadero valor histórico de una edificación reside precisamente en ser la depositaria de un conjunto variado de testimonios que nos “cuentan” su proceso histórico. Es muy común entre nosotros reconocer como patrimonio solo a los elementos que según nuestro

imaginario son de época colonial, como el aprecio por los techos abovedados y el no reconocimiento como tal de las coberturas planas de “rieles”, sin dar-nos cuenta que ambas soluciones son igualmente valiosas como reflejo del ingenio de los arequipeños de distintas épocas de solucionar problemas con los elementos que en ese momento se tenía a la mano.

b) Los valores contemporáneos

Los valores de contemporaneidad son aquellos que reconocemos en un inmueble, con independencia de su pertenencia al pasado y reconocien-do más bien valores que pueden ser comprendidos y disfrutados desde el presente. En este sentido podemos re-conocer dos tipos de valores:

1. El valor instrumental. Este valor es aquel que reconoce

en el inmueble las capacidades y cua-lidades para satisfacer necesidades actuales, por lo cual su utilización en el presente resulta absolutamente per-tinente. Es el caso de la mayor parte de inmuebles históricos de nuestra ciu-dad, que como nos consta, dadas sus cualidades espaciales y topológicas, han tenido la capacidad de adaptarse a usos para los cuales no habían sido diseñados. Es así que vemos casonas transformadas en bancos, locales co-merciales, restaurantes, centros cultu-rales y educativos, etc.

Sin embargo, debemos tener el cui-dado de otorgar un uso decoroso al monumento que respete y dignifique su condición, y no realizar modificaciones ni definitivas ni provisionales que aten-

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Generalidades

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ten los principios conceptuales e histó-ricos básicos del bien.

En este punto debemos también ha-cer mención sobre lo beneficioso que resulta para un centro histórico el man-tenimiento del uso original de sus mo-numentos, sobre todo en lo referente a la vivienda, debiendo ser totalmente permisible la adaptación del inmueble a las exigencias de vida contemporáneas a favor del uso residencial, gozando se-guramente los habitantes de cualidades espaciales y ambientales que ningún inmueble contemporáneo es capaz de brindar.

2. El valor artístico.

Dentro de los valores contemporá-neos que un inmueble histórico puede tener están los referidos a lo artístico, lo que es un valor subjetivo dependien-

te de la época y de la persona o grupo humano que puede reconocer o no este tipo de valores, siendo común en estos tiempos el considerar en los monumen-tos valores accesibles a la sensibilidad moderna, como es el caso del tan esti-mado “arte barroco”, despreciado por los “ilustrados” arequipeños del siglo XIX. Es por ello, que hay que tener siem-pre cuidado al menospreciar algún tipo de manifestaciones que a nuestro juicio no cumplen con ciertos cánones estéti-

cos ya que tarde o temprano estas pue-den ser ampliamente reconocidas. En el caso de nuestras edificaciones hay que reconocer como obra artística no solo a la construcción propiamente dicha, sino a todo los elementos que acompa-ñan esa “caja muraria”, como pinturas, esculturas, mobiliario original, etc. ya que todo ello forma parte integral del monumento.El centro histórico de la ciudad de Arequipa tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades actuales de la ciudad,

debiendo procurarse tener un equilibrio de actividades en su interior y otorgar un uso decoroso a sus inmuebles e infraestructuras de valor patrimonial.

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Nuestra ciudad y nuestro patrimonio

20 21Nuestra ciudad y nuestro patrimonio

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Nuestra ciudad y nuestro patrimonio

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Pretendemos ahora plantear un bre-ve y parcial recorrido por las diferentes épocas históricas de nuestra ciudad que dieron origen al legado patrimonial urbano y arquitectónico que hoy en día tenemos.

La ciudad del siglo XVILuego de un frustrado intento de

consolidar una Villa Hermosa en el valle de Camaná, los conquistadores españo-les deciden trasladarse al valle del Chili, fundando en 1540 la Villa Hermosa de Arequipa. Para el trazado urbano de la ciudad se utilizó el sistema de cua-drícula regular, el cual si bien todavía no estaba normado, había sido experi-mentado con anterioridad en ciudades como Lima y Trujillo.

Una vez repartidos los solares (ge-neralmente consistentes en un cuarto

Las primigenias edificaciones del siglo XVI utilizaron la técnica cons-tructiva más elemental y los materiales que más a la mano tenían, no previendo la dinámica telúrica del suelo que echaría abajo estas

construcciones de las cuales hoy no queda nada. Plano de Arequipa en donde puede verse el trazado español en cuadrícula, así como el consolidado en base a agrupaciones prehispánicas.

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de manzana para cada fundador) las ordenanzas del cabildo van a ser ta-jantes para lograr la consolidación de la ciudad mediante la construcción de edificaciones.

En estos primeros años la tecnología constructiva es incipiente y todavía ex-perimental, tratando de aprovechar los recursos materiales que se tenía más a la mano. Es así que se comienza a construir las viviendas con piedras de río, barro, troncos, paja, etc. Muy pron-to estos nuevos pobladores se darían cuenta que se necesitaba mucho más que esto para poder hacer frente a los continuos sismos que la ciudad sopor-taba periódicamente y se comienza a experimentar nuevas técnicas y mate-riales, principalmente en la arquitectura religiosa, haciendo los primeros inten-tos de utilizar “una piedra blanca” muy

abundante en la región, sobre todo para las portadas, esquinas de los mu-ros y, excepcionalmente, para ensayar algún tipo de cobertura.

¿Qué existe del patrimonio del siglo XVI?

De esta arquitectura, incipiente y experimental del siglo XVI no queda nada, salvo algunos cimientos sobre los cuales se levantarían nuevas edifi-caciones, pues el terremoto de 1582, la erupción del volcán Huaynaputina en 1600, y el siguiente terremoto que padeció la ciudad en 1604 destruyeron todo lo hasta ese momento edificado. Pero hay algo que sí se mantiene hasta el día de hoy y que percibimos dentro de nuestro centro histórico: la Traza Fundacional. Ese damero original de 49 manzanas de 111.5 m de lado cada

una de ellas es lo que hasta ahora se conserva, así como la disposición del barrio de San Láza-ro, que no fue con-cebido a priori como de ciudad hispana, sino que fue fruto de un progresivo crecimiento aditivo de las edificaciones, en el que el curso de las acequias y an-denes prehispánicos marcaba el irre-gular derrotero para la consolidación edilicia.

La ciudad del siglo XVIIA lo largo del siglo XVII la ciudad de

Arequipa se comienza a consolidar, pues factores económicos y sociales

van a convergir para convertirla en pro-tagonista dentro del panorama político del virreinato del Perú. En esta coyun-tura la arquitectura empieza también a jugar un rol preponderante, dándose oportunidad a la mano de obra au-tóctona no solo para participar en los procesos constructivos, sino también en la propia formulación de estructuras

La rectitud de las calles del damero fundacional así como la sección y trazado orgánico de algunas

calles del barrio de San Lázaro es herencia del siglo XVI sobre la que se empieza a consolidar la ciudad.

El siglo XVII es el de la consolida-ción de las edificaciones religiosas,

en las cuales se experimenta técnicas constructivas cada vez

más audaces para hacer frente a los sismos, utilizando siempre ese material blanco y abundante de la zona, al que se le empezó a llamar por su nombre genérico, “sillar”.

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Nuestra ciudad y nuestro patrimonio

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y programas iconográficos de las más importantes edificaciones civiles y, prin-cipalmente, religiosas.

Se puede decir que este es el siglo de las edificaciones religiosas, pues Arequipa ya contaba con seis conven-tos de religiosos y uno de monjas, en los cuales se experimentaba y aplicaba las mejores técnicas constructivas y se daba lugar a los más variados pro-gramas iconográficos en las portadas, todo dentro del marco del proyecto barroco que propiciaba la participación de todos los componentes de la socie-dad colonial.

Algo más rezagada, la arquitectura civil se va nutriendo de los logros de la arquitectura religiosa y va consolidan-do tipologías a las que los ciudadanos se acostumbran y empiezan a habitar, como la de organizar habitaciones alre-

dedor de patios a los cuales se prolon-ga la vida familiar. El uso de “la piedra blanca”, que como hemos mencionado, en el siglo XVI era puntual, se generali-za hasta convertirse casi en el material exclusivo para la construcción, salvo para las cubiertas en donde todavía se sigue utilizando la técnica del “par y nudillo”, la paja o las tejas.

¿Qué existe del patrimonio del siglo XVII?

Dijimos que este puede ser conside-rado el siglo de las edificaciones reli-giosas, pues es en él que se consolidan los conventos y sus iglesias, como los de Santo Domingo, San Francisco, San Agustín, La Merced, La Compañía de Je-sús y el monasterio femenino de Santa Catalina, pese a que la mayoría ya se había fundado en el siglo XVI.

Es importante tener en conside-ración que no todo lo que hoy existe de estas edificaciones pertenece a este siglo, pues nuevos terremotos traerían abajo gran parte de estos mo-numentos, teniendo que ser reconstrui-dos sucesivamente en tiempos poste-riores. Pese a ello, podemos asegurar la existencia de partes importantísi- mas de estas edificaciones religiosas pertenecientes al siglo XVII, como en

Iglesias, conventos y demás edifica-ciones religiosas testifican el auge de las construcciones cristianas

en el siglo XVII, las cuales se irán adaptando y transformándose a lo

largo de los años.

El Monasterio de Santa Catalina es un claro ejemplo de cómo un solo conjunto edificado puede contener estructuras de

diferentes períodos históricos, todos ellos amalgamados por la unidad que otorga la coherencia.

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algunos casos lo corroboran inscrip-ciones que datan la época de su cons-trucción.

En cuanto a edificaciones residencia-les hemos mencionado ya que se van arraigando ciertas formas de hacer y de habitar, por lo que no es extraño que ciertas organizaciones espaciales, e incluso partes de algunas edificacio-nes, provengan de esta época, aunque como ya dijimos, los terremotos se en-cargarían de privarnos de una mayor parte de edificaciones civiles de este siglo.

La ciudad del siglo XVIIIDurante el siglo XVIII, la ciudad de

Arequipa no solo va a ocupar plena-mente su traza fundacional, sino que va a empezar a expandirse a sus al-rededores inmediatos, respetando ini-

cialmente el crecimiento de la retícula neutra de su fundación. Los monaste-rios de Santa Teresa y Santa Rosa, el Hospital de los Agonizantes de la Buena Muerte y la Tercera Orden Franciscana, son algunas de las edificaciones reli-giosas que van a fundarse a lo largo de este siglo. Pero así como hemos de-nominado al siglo anterior como el de las edificaciones religiosas, a este se le suele llamar el de las casonas, pues ya experimentada la tecnología constructi-va y comprobada su relativa eficacia en las construcciones religiosas, esta se traslada a la arquitectura civil, primero a las casonas de familias acaudaladas y luego, popularizándose el sistema y aumentando sustancialmente la mano de obra, al resto de viviendas de la ciu-dad. La utilización de bóvedas también tiende a expandirse en sustitución del

par y nudillo, y la iconografía concen-trada en zonas puntuales de las caso-nas, como portadas, y demás vanos, recoge el lenguaje utilizado antes en las iglesias, con un alto contenido re-ligioso pero también con una amigable convivencia de motivos andinos prehis-pánicos con los provenientes de la pe-nínsula, convirtiéndose la arquitectura de la ciudad en centro de irradiación del denominado “estilo mestizo”, que pronto se expandiría a todo el territorio collavino.

¿Qué existe del patrimonio del siglo XVIII?

Nuevamente los terremotos se van a encargar de hacer desaparecer gran parte de las edificaciones del XVIII, sien-do los más recordados por los inmen-sos daños causados el de 1784 y el de

El tema de la vivienda será el protagónico durante el siglo XVIII, consolidan-do la actividad residencial en base a tipologías y sistemas constructivos de

eficacia comprobada.

1868, a los que no pocas edificaciones les van a hacer buen frente, sobre todo las de una fábrica más prolija, como es el caso de las edificaciones religiosas, que tuvieron que reconstruir en mayor o menor grado algunas de las zonas destruidas, aunque existe también ca-sos excepcionales en los que los daños fueron tales que la ciudad se tuvo que resignar a pérdidas casi totales. En cuanto a la arquitectura civil, esta corrió peor suerte que la religiosa, quedando poco más de una decena de casonas de esta época en casi completo estado, de las cuales podemos mencionar: la casa Tristán del Pozo, la de la Moneda, la del Moral, etc. Sin embargo, muchos elementos constructivos de este siglo se mantienen coexistiendo con estruc-turas posteriores como muros, porta-das, elementos decorativos y hasta la

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misma traza y distribución original de las casonas de patios y huertas que se mantendría como tipología arquitectó-nica durante un siglo más.

Es en este medio en donde se van a realizar edificaciones religiosas tan re-presentativas como la reestructuración de la propia catedral destruida años atrás, la capilla del nuevo cementerio de La Apacheta, etc. Pero el aporte más significativo, al menos en cuanto a volumen, lo representa la arquitec-tura civil que va a adoptar en ingentes cantidades este nuevo estilo de pilas-tras, capiteles, frisos y cornisas, sobre todo en su aspecto epidérmico, pues la organización interna de las viviendas alrededor de patios, se va a mantener con muy pocas variaciones.

La Ciudad del siglo XIX

El siglo XIX va a encontrar a una ciu-dad de economía estable, con un im-portante auge en las exportaciones y en la industria textil, motivo por el cual se van a producir importantes olas mi-gratorias de vecinas ciudades del sur, generando un uso más densificado de las áreas y un nuevo ensanchamiento de la trama. Por otro lado, la situación política es inestable, pues Arequipa se debate entre el apoyo realista y el repu-blicano. Ya en la primera mitad del XIX la fisonomía de las edificaciones van a cambiar de las fachadas barrocas a las hoy conocidas como neoclásicas, pues es el sello distintivo del pensamiento ilustrado, que en un primer momento van a ser los propios españoles los que la van a impulsar, pues el cambio dinás-

tico en la península de los Austrias a los Borbones va a traer consigo una nueva forma de ver y entender la arquitectura, motivo por el que personajes venidos de España, entre los que se encuentra in-cluso a religiosos, van a enarbolar este nuevo arte y despreciar el que anterior-mente se hacía. Años más tarde, una vez consolidada la independencia, será una variante de este estilo neoclásico el que va a utilizarse para representar los ideales de la república, diferenciándolo del barroco al que se califica como el “arte colonial”.

¿Qué existe del patrimonio del siglo XIX?

De todo el patrimonio edificado que hoy en día tenemos los arequipeños y por el cual nos sentimos tan orgullosos, gran parte pertenece a esta etapa,

Proporcionados espa-cios, recias formas y una riquísima icono-

grafía son fragmentos de esa ciudad del

XVIII que los continuos sismos no pudieron terminar de borrar.

Bases, tímpanos, entablamentos, etc. Son los nuevos componentes del lenguaje arquitectónico de la

Arequipa del XIX, elaborados bajo la misma técnica y con el mismo

material que las construcciones de la época colonial.

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pues como ya hemos visto los sismos fueron minando la ciudad colonial, de la cual tenemos hoy en día una vi-sión solo parcial. El terremoto de 1868 se encargó de marcar una etapa histó-rica, perdiéndose totalmente edificacio-nes tan importantes como el Hospital de los Agonizantes de la Buena Muerte de San Camilo, o parcialmente como las bóvedas de la iglesia de San Agustín. A pesar de ello, podemos mencionar una importantísima cantidad de patrimonio edificado perteneciente a esta época que se restauró o reconstruyó bajo el mismo estilo “neoclásico”, tal es el caso de nuestra catedral, que a decir de muchos expertos representa el edi-ficio más importante del Perú edificado en esta época.

Mención aparte, como ya hemos di-cho, merecen las casonas que sin nin-

guna dificultad van a cambiar su aspec-to externo barroco por el neoclásico, intensificándose también la utilización del color en los muros como manera de resaltar en un fondo las ornamentacio-nes clásicas.

La ciudad en la primera mitad del siglo XX

Pese a que el patrimonio es un con-cepto dinámico, por lo que debemos considerar que hasta el día de hoy sigue evolucionando la cultura y por ende el patrimonio urbano y arquitec-tónico, hemos tomado como límite para este documento la primera mitad del siglo XX.

En estos primeros cincuenta años del siglo XX, la ciudad de Arequipa ya se ha recuperado de los desastres finisecula-res como terremotos y, principalmen-

te, de la guerra con Chile, poniendo sus esperanzas en el ferrocarril como nueva dinámica para el desarrollo. En este contexto de apertura cultural y económica al exterior se va a generar una arquitectura ecléctica e historicista ensayando estilos de lugares y época que la ciudad no había vivido pero que cumplían su objetivo de particularizar

viviendas de una emergente clase social que traslada su residencia a la periferia, principalmente a avenidas que unían la ciudad con polos urbanos nacidos del germen reduccional.

Ya casi al finalizar los primeros cin-cuenta años, Arequipa va a vivir otro momento muy importante e influyente para su desarrollo urbano, las accio-nes emprendidas para la celebración del cuarto centenario de la ciudad en 1940 y el concilio eucarístico con sede en Arequipa. En esta etapa se van a realizar importantísimas obras urbanas y arquitectónicas creando y renovando el equipamiento público y privado de la ciudad. Todo ello en un marco ideológi-co de búsqueda de identidad, en el cual el estilo denominado “neocolonial” va a ser de uso privilegiado.

Si bien la arquitectura arequipeña es reconocida por su época colonial, quizá el grueso de sus edificaciones patrimoniales son ya del siglo XIX, con destacados ejemplos como el de su catedral, uno de los mejores

edificios neoclásicos del país.

Una nueva forma de “hacer arquitectura” se verá en las nacientes arterias periféri-cas al damero fundacional, recurriéndose a un “eclec-ticismo internacional” que congregaba, en una misma calle, referentes de épocas y lugares diferentes, por lo general ajenos a una

realidad local.

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¿Qué existe del patrimonio de la primera mitad del siglo XX?

La mayor parte de edificaciones con valor patrimonial de esta época se mantienen todavía en pie, aunque en algunos casos con serias alteraciones al no ser reconocidas plenamente como parte de nuestro patrimonio edificado. Dentro de este patrimonio debemos mencionar las casas de estilo ecléctico-historicista, las cuales están ubicadas en su mayor parte fuera de los límites del denominado “centro histórico” en avenidas como Ejército y Boulevard Parra.

Igualmente, las edificaciones de estilo Art Deco y Buque, van a introducir una visión más geométrica y desornamen-tada de la arquitectura, siendo ante-cedentes directos de la “modernidad” en Arequipa. Es necesario aclarar que

pese a los valores de índole histórica y contemporánea que podemos reconocer a estas edificaciones, en su mayoría no se encuentran expre-samente declaradas ni reconocidas legal-mente como confor-

tantes de nuestro patrimonio regional, por lo tanto sujetas a un mayor peligro de desaparición. Finalmente, el gru-po más importante lo constituyen las edificaciones que fueron construidas, ya sea de manera pública o privada,

La época de los “naciona-lismos“ en América la vivirá tardíamente Arequipa bajo la forma del Neocolonial,

recurriendo, principalmente, a tomar como referencia al

rico repertorio barroco de sus edificaciones más señeras.

pero en el marco del cuarto centenario de la ciudad, como el Teatro Municipal, el Hotel de Turistas, el Ateneo, el Barrio Obrero, el Banco de Crédito, etc.

El sillar

Mención especial dentro de este texto merece el caso del si-llar. Esa “piedra blan-ca” con la que alarifes

del siglo XVI, como Toribio de Alcaraz, empezaron a experimentar construyen-do portadas y demás vanos, y que poco a poco se convertiría en el material ex-clusivo de la ciudad de Arequipa hasta los primeros años del siglo XX.

El Art Deco y el estilo Buque impondrán una visión geométrica

y abstracta de la arquitectura, adelantándose varios años a la aparición de la primera “moder-

nidad” arequipeña.

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Nuestra ciudad y nuestro patrimonio

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Comenzaremos hablando de su ori-gen. No es cierta la versión difundida que este material es “lava solidificada”, sino más bien es una toba o tufo vol-cánico originado por la erupción de los volcanes de la zona. Esta toba o tufo está principalmente compuesta por la deposición de cenizas y lapilli que por efectos de la presión y de los abruptos cambios de temperatura se diversifican y sueldan.

En cuanto al color, la gama que más se utiliza de esta toba para la construc-ción, es la de los blancos y grises, exis-tiendo también puntuales ejemplos en los tonos rosados o salmones.

Existen otros lugares en el mundo en donde también se ha utilizado toba vol-cánica para realizar edificaciones, pero no hay lugar en donde su utilización haya sido tan masiva y tan excluyente

con respecto a cualquier otro material. En cuanto al nombre “sillar” resulta

de una generalización que proviene de nombrar así a la unidad de una cons-trucción de sillería, dándose el caso que, como en Arequipa todas las piezas de sillería eran de esta toba, se empe-zó a nominar así al material en general. Como respeto a esta ancestral tradición arequipeña y con el objeto de ser en-tendidos, también nosotros utilizaremos este término, aunque reconozcamos su imprecisión.

En ninguna parte del mundo existe un conjunto urbano tan grande construido

exclusivamente con toba volcánica.

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Principales causas de deterioro en los edificios históricos

39Principales causas de deterioro en los edificios históricos

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Principales causas de deterioro en los edificios históricos

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Sismos y erupcionesLa actividad sísmica es una constan-

te en la historia de Arequipa, siendo, además de un factor destructivo, una determinante en cuanto a la definición formal y constructiva de nuestra ar-quitectura. Solo basta recordar que el material del cual están hechos casi la totalidad de edificios patrimoniales, proviene precisamente de esa condi-ción telúrica que constantemente nos recuerdan los volcanes que enmarcan nuestro paisaje.

Esta condición sísmica, que ha sido gravitante para la formación de una

arquitectura singular y factor en el que concurren gran parte de los va-lores patrimoniales de reconocimien-to mundial, es hoy en día uno de los principales peligros para nuestras edi-ficaciones patrimoniales, sobre todo si

consideramos que el sistema producti-vo mayormente artesanal bajo el cual fueron construidos estos edificios casi ha desaparecido, y las renovaciones o sustituciones de los edificios dañados o perdidos se hacen ahora bajo sistemas de producción muchas veces antagóni-cos con el original, perdiéndose valores individuales y de conjunto de nuestro patrimonio.

Al referirnos a las erupciones vol-cánicas, el tema nos resultará segu-ramente mucho más lejano que el de los sismos, pues ni nuestra generación ni varias anteriores han vivido alguna que afecte directamente a la ciudad. Sin embrago, el hecho que vivamos en una zona con actividad volcánica latente y la propia historia, nos recuerdan que es un fenómeno que bien podría volverse a presentar. Las crónicas refieren que

durante el gobierno del inca Yupanqui, el Misti erupcionó provocando la casi extinción de la étnia Yarabaya (nativa originales del valle del Chili), aunque más descrita y documentada es la erupción que en el año 1600 produjo el volcán Huaynaputina, el que, pese a estar ubicado en Moquegua, afectó a la ciudad con ingentes cantidades de cenizas volcánicas que se depositaban en los techos y, junto a los movimientos sísmicos que generalmente acompañan a estos fenómenos y las lluvias propias del mes de febrero, hicieron colapsar las incipientes construcciones de la pri-migenia ciudad colonial.

Si bien nos resulta imposible contro-lar o incluso prever la actividad sísmica en nuestra ciudad, sabemos que es un fenómeno con el cual tenemos que convivir. La arquitectura patrimonial

arequipeña es el resultado de un largo proceso formativo, en donde además de cumplir con el fin básico de proveer hábitat, debía hacer frente a estos cons-tantes sismos. Por lo tanto podemos asegurar que mediante sistemáticos procesos de ensayo error y corrección se fueron decantando técnicas para lo-grar soluciones lo más “antisísmicas” posibles. Sin embargo, para el correcto comportamiento de estas estructuras hace falta su adecuado mantenimiento. La propia existencia de estas estruc-turas es la mejor demostración de su relativa eficacia, pues sabemos que ni las estructuras más vanguardistas y contemporáneas nos pueden asegu-rar una total invulnerabilidad. Por eso, parte pues de este manual es brindar las recomendaciones mínimas para ge-nerar mantenimientos periódicos que

Cuadros de la época testifican lo medular que resultó la actividad

sísmica en la historia de la ciudad, así como el germen bajo el cual

florecería toda una cultura.

Guamán Poma relata también la erupción del Huaynaputina, la cual cubrió a la ciudad con un espeso

manto de cenizas que, aunado a los movimientos sísmicos, hizo colapsar gran parte de las construcciones de

la ciudad.

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garanticen mejores comportamientos de la edificación en eventuales activida-des telúricas.

Factores climáticosTodos los materiales, sin excepción

alguna, se degradan con el paso del tiempo, variando con ello sus propie-dades químicas y físicas originales. Esta degradación, que puede ser conside-rada como “natural” e inherente de todos los materiales, puede acelerarse

exponencialmente por diferentes facto-res como los climáticos propios de cada región.

En el caso de Arequipa tenemos un clima regularmente estable a lo largo del año sin vientos demasiado fuertes que actúen como abrasivos para los materiales, y sin demasiadas variacio-nes de temperatura en los diferentes períodos estacionales, que son también perjudiciales en la composición interna de los materiales. Pese a ello, el agua

constituye el más importante agente de alteración de nuestros monumen-tos.

El porcentaje de humedad relativa de nuestra ciudad es de 46%, con una máxima de 70% en la estación de ve-rano y una mínima de 27% durante las estaciones de otoño, invierno y prima-vera. Esto nos permite concluir que la condensación del agua de la atmósfera en nuestros materiales porosos, como el sillar, no es demasiada, pero la ab-sorción que se da regularmente du-rante los meses de diciembre a marzo por efecto de las lluvias, sí puede ser de consideración, más aún si tomamos en cuenta la falta de mantenimiento de los sistemas de evacuación pluvial que impide un adecuado discurrir del agua, dejando que pase la humedad a través de las bóvedas y los muros de carga.

Esta humedad en nuestros edificios produce una serie de daños tanto en el material pétreo que los compone, el sillar, como en el mortero que une las piezas (cal y arena), debiendo evitarla como primerísima medida de precau-ción.

En cuanto a la fuerte radiación solar que soporta permanentemente nuestra ciudad, esta es más perjudicial para unos materiales que para otros como, por ejemplo, la madera que es mucho más vulnerable a la radiación solar que los bloque de sillar. Razón para consi-derar el nuevo panorama climático que vive el mundo y que se acentúa en cier-tas regiones como en nuestra ciudad, debiendo propiciarse la elaboración de estudios que determinen los daños que puede causar al patrimonio material esta nueva situación climática.

La catedral sin sus torres, imagen recurrente para los arequipeños en diversas épocas. En esta foto el edificio luego del terremoto de 1868.

El cambio climático que vive el mundo, y que se acentúa en

ciertas zonas como nuestra ciudad, genera nuevas condiciones para los materiales de los monumentos que valdría la pena empezar a estudiar.

Nuevas formas de habitar la ciudad generan modificaciones

en el ambiente que alberga a los monumentos.

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Contaminación atmosféricaSegún últimos estudios, los conta-

minantes atmosféricos presentes en la ciudad de Arequipa provienen de tres fuentes: del parque automotor en un 76%, del sector industrial en un 19% y de emisiones comerciales en un 5%. Para nuestros intereses nos centrare-mos en la primera, por ser cuantitati- vamente más importante, y por ser la que más afecta a nuestros monumen-

tos creando un problema que aumen- ta exponencialmente sin que se pro-ponga ningún tipo de solución realmen-te efectiva.

Los contaminantes atmosféricos, tan-to sólidos, como líquidos y gaseosos, reaccionan con los componentes de la piedra, dando lugar a diversas formas de alteración y a la degradación del material. En la cuenca atmosférica de Arequipa los contaminantes identifica-

dos fueron: monóxido de carbono (CO) 43%, dióxido de azufre (SO2) 21%, óxidos de nitrógeno (NOx) 13%, par-tículas totales en suspensión (PTS9) 15% y compuestos orgánicos volátiles (COV) 8% (plan A Limpiar el Aire – Are-quipa).

Estos contaminantes, al impregnarse en nuestros sillares y, peor aún, al en-trar en contacto con el agua, producen una serie de patologías, tanto en el si-llar como en los morteros que requie-ren un tratamiento especial.

Entre los principales daños que pueden sufrir nuestros monumentos a causa de la contaminación atmosférica podemos citar los siguientes:

Pérdida de la superficie original de •los monumentos.Destrucción de elementos de sillar.•

Cambio en la coloración de los mo-•numentos.Acumulación irreversible de mate-•riales nocivos en las superficies, etc.

Ignorancia, indolencia y vanda-lismo

Otro factor sumamente perjudicial y causante directo de daños al patrimo-nio es la ignorancia o indolencia, tanto

El parque automotor y la ausencia de un sistema de transporte público eficiente

es la principal fuente de contaminación del aire

en la ciudad, generando un importante daño a los

monumentos.

de usuarios como pro-fesionales, técnicos, au- toridades y público en general en el tratamien-to del patrimonio, pues no reconocer los valores que una edificación his-tórica pueda tener, o desconocer técnicas y procedimientos para su tratamiento y conserva-

ción, pueden causar daños irreversi-bles en el patrimonio edificado. Mención especial merece el tema de vandalismo que atenta flagrantemente contra las edificaciones patrimoniales, pues en es- te caso se es consciente del daño direc-to y alevoso que se hace al patrimonio, el cual se convierte en un bien codicia- ble para la agresión por la repercusión que este acto pudiera tener dejando

marcada su “protesta” en una sociedad en la cual no se sienten aceptados. En este sentido es recurrente en nuestra ciudad la aparición de pintas en los mu-ros de las edificaciones históricas reali-

Nefasta práctica de pintar edificios patrimoniales con spray, testimo-

niando la falta de valor que ciertos grupos de la sociedad arequipeña

le dan a sus monumentos.

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zadas con pintura en spray por perso-nas que en forma individual o colectiva quieren manifestar su protesta contra una sociedad con un orden y valores que no comparten. Debemos también mencionar que, además del daño que se perpetra en la edificación por la pin-ta en sí, es también perjudicial la mane-ra en que comúnmente los propietarios proceden a retirarla, utilizando métodos generalmente abrasivos que causan un perjuicio aún mayor al monumento.

La Ignorancia sobre el patrimonio en muchas ocasiones viene de nuestras autoridades, que debieran ser las en-cargadas de sentar las normas para su protección, existiendo una cantidad considerable de ejemplos en nuestro centro histórico en que las actuacio-nes gubernamentales, en la mayoría de los casos por afanes protagónicos

inmediatistas, atentan contra nuestro patrimonio edificado.

Por ideas mal entendidas de “progreso” y “modernidad”

En un medio como el nuestro, en donde no se tiene todavía claras las metas y objetivos que queremos como ciudad, y en donde los modelos a los que se pretende aspirar provienen de una sociedad de consumo en que la imagen occidental es el paradigma, re-sulta difícil poder conciliar el patrimonio con la “modernidad” a la que se desea alcanzar. Es por ello que muchas veces se ve al patrimonio edificado o a las tra-zas urbanas históricas como obstáculos o impedimentos del progreso.

Estas falsas ideas de modernidad provienen de sectores de la población no identificados con el patrimonio, y de las mismas autoridades que han tenido una actitud poco conciliadora con nues-

tras edificaciones históricas y no han sabido adaptarlas a una idea de ciudad contemporánea, pero sustentada en los altos valores patrimoniales que una urbe como Arequipa posee.

Placa “conmemorativa” puesta por una gestión municipal

seccionando el fuste de una pilastra neoclásica.

En este sentido, vemos cómo siste-máticamente inmuebles con valor pa-trimonial son furtivamente demolidos por considerarlos incompatibles con los intereses comerciales y altamente ren-tables por la ubicación estratégica que posee dentro de la ciudad de Arequipa y, por otro lado, a algunas autoridades les cuesta entender que los valores de una ciudad patrimonial no deben me-dirse en términos estrictamente eco-nómicos.

Demoliciones sistemáticas de edificios con valor patrimonial. Una constante práctica de personas o grupos con mezquinos intereses individuales de índole comercial.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Problemas frecuentes y re-comendaciones básicas para la conservación de inmuebles con valor patrimonial

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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En esta parte deseamos brindar un panorama global de los diferentes com-ponentes de una edificación patrimonial arequipeña, clasificándolos por su posi-ción dentro del conjunto arquitectónico y por su función en la estructura de la edificación. Como hemos mencionado anteriormente, todos estos compo-nentes pueden sufrir alteraciones, por diferentes causas, que aumentan sus-tancialmente su proceso de deterioro, siendo la intención de este manual el poder brindar recomendaciones básicas para evitar la aceleración de estos procesos o para detener los ya iniciados.

Esta clasificación será la pauta que utilizaremos para desarrollar este tema, debiendo aclarar que no se pretende abordar toda la temática ni profundizar en ella, ya que esto excedería las posi-

bilidades de un documento como este y terminaría convirtiendo el manual en un texto para especialistas y no para Cimientos

Los cimientos son los elementos de una edificación que se encuentran en la base de la misma, generalmente enterrados, y que sostienen a todo el

resto de la construcción. Los cimientos de nuestras edificaciones patrimonia-les, hasta finales del siglo XIX, están constituidos por una argamasa de piedras grandes o “bolones”, arena y

cal, variando la profundidad de su ubicación según casos parti-culares. A partir del siglo XX, y con la introducción de nuevas técnicas constructivas, princi-palmente el concreto, el tipo de cimentación va a variar, utilizán-dose el denominado “concreto ciclópeo” con cemento arena y piedras de regular tamaño, y el concreto armado en donde se introduce el fierro en la compo-sición. Pudiendo ser estos pun-tuales o corridos.

Principales problemas

Asentamientos:Los asentamientos son disloques,

generalmente puntuales y asimétricos de los elementos de cimentación que pueden poner en riesgo la estabilidad del sistema estructural. Entre las princi-

1. Elementos enterrados

POSICIÓN DE LOS COMPONENTES TIPOS MATERIALES

Elementos Enterrados

Cimientos corridos hasta el XIXCimientos contemporáneos(Corridos o aislados)

Bolones de piedra, cal y arenaConcreto armado

Elementos Verticales

Muros de cargaTabiquesColumnas y arcosPilares y vigasPuertas y ventanas

Sillar, cal, arena, ripioSillar, cal, arena, ladrillo, cemento, quinchaSillar, cal, arena, ripio, ladrilloMadera, concreto armadoMadera

Elementos Horizontales

Bóvedas de cañón corridoBóvedas de aristaTechos planosTechos inclinados

Sillar, cal, arena, ladrilloSillar, cal, arena, ladrilloRieles, sillares, aligerado, concreto armadoRieles, sillares, aligerado, concreto armado

Elementos Ornamentales

(Posición Variable)

Cornisamentos y moldurasPintura muralEmpapeladosRevestimientos y revocosObras de arte asociadas al edificio

Sillar, cal, arena, yesoPintura al templePapel estampado, colaCal, arena, yesoVarios

un público sin mayores conocimientos pero deseoso de salvaguardar su pa-trimonio.

Edificación histórica en donde se ha asentado el nivel original del

suelo, pudiendo verse las caracte-rísticas de la cimentación original.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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pales causas que generan este proble-ma podemos mencionarla inestabilidad del terreno sobre el cual se apoya el ci-miento, el sobrepeso de edificación por nuevas construcciones no previstas, dimensiones incorrectas de los elemen-tos de apoyo, etc.

Humedades:

El problema de las humedades va a estar presente en la mayor parte de elementos constructivos que confor-man todo el sistema de una edificación patrimonial. Los cimientos se ven con-tinuamente afectados por esta causa ya que en nuestro medio, por los con-tinuos desastres naturales que obliga-ban a una constante renovación de la ciudad sobre los cimientos de las edi-ficaciones destruidas, el nivel de estos elementos ha quedado más profundo

que lo originalmente planeado, lo que dificulta su adecuado drenaje. A ello se agrega la impermeabilización del suelo circundante con el cemento de las vere-das o el asfalto de las pistas que impide la evaporación del agua existente en el subsuelo.

Acciones para su conservación

Realizar trabajos directamente en los cimientos, para tratar de solucionar

alguno de los proble-mas anteriormente descritos, es tarea sumamente compleja que requiere traba-jos de especialistas y contar con la autori-zación de las entida-des competentes. Aún así, sí es posible rea-

lizar algún tipo de tareas que tiendan a evitar daños mayores. Dentro de estas actividades podemos mencionar:

Monitoreo del asentamiento para •verificar si este se ha estabilizado o se encuentra en aumento.Evitar impermeabilizar zonas aleda-•ñas a los cimientos, principalmente con materiales contemporáneos como concreto, asfalto, etc.Evitar la construcción de edificacio-•

nes nuevas sobre las históricas sin el suficiente estudio, dado que la cimentación y el resto de los ele-mentos estructurales no estuvieron previstas para ellas.En la medida de las posibilidades, •tratar de recuperar el nivel de piso original o, en todo caso, evitar se-guir subiéndolo de nivel.Evitar la realización de excavaciones •aledañas a los elementos de cimen-tación, ya que estas pueden debilitar el sistema.

Muros de carga

Los muros de carga son aquellos capaces de soportar cargas vertica-les además de la de su propio peso, por lo que, aparte de tener una fun-ción de cerramiento, cum-plen una función estructu-ral. En el caso de nuestras edificaciones patrimoniales, son los que soportan el peso de las bóvedas, los techos de rieles o de cualquier otro tipo además de sus empujes. Es por ello que presentan anchos considerables ya que adoptan la tipología del denominado “muro cajón”, es decir, tienen un doble paramento de sillares que encierran en

su interior una argamasa de cal arena y diversos materiales de relleno conocido como “ripio”.

Principales problemas

Grietas y fisuras:Las grietas son rajaduras o hendidu-

ras que se presentan en una o más uni-

2. Elementos verticales

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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dades constructivas, en nuestro caso sillares, estableciéndose la diferencia entre grieta o fisura por la profundidad y ancho de las mismas. Es así que po-demos establecer:

Fisura microscópica: medible en mi-•cras.Microfisura: ancho menor a 0.2 mm. •Fisuras normales: Ancho de 0.2 mm •a 2 mm.Grietas: ancho mayor a los 2 mm. •

Estas lesiones se pueden presentar por sobrecarga en las estructuras, es decir, construcciones adicionales no previstas que superan la capacidad portante del muro, y problemas en el suelo o en la cobertura, defectos cons-tructivos, utilización de técnicas en for-ma inadecuada o movimientos telúricos inesperados.

Acciones para su control

La aparición de grietas y fisuras en una edificación puede ser el síntoma de problemas estructurales mayores, por lo cual resulta vital la participación de profesionales y autoridades compe-tentes. Mientras tanto, lo que se puede hacer es monitorear si estas grietas se encuentran en estado estable, o se encuentran “vivas”, es decir, si aumen-tan progresivamente, teniendo en este caso que tomarse medidas urgentes. Entre los diferentes métodos de medi-ción y monitoreo para grietas y fisuras se pueden aplicar los siguientes:

Monitoreo a través de arcilla o yeso:

El monitoreo, utilizando arcilla o yeso, permite comprobar si la grieta o fisura se está abriendo más. El procedimiento consiste en limpiar bien la zona afecta-

da y colocar sobre la grieta una peque-ña porción de pasta de arcilla o yeso y dejar secar, debiendo monitorear a los

quince días y comprobar si la arcilla se mantiene intacta o si se ha quebrado. De darse lo último deberá recurrirse a las entidades competentes y a un pro-fesional capacitado.

Monitoreo a través de mediciones periódicas:

Este procedimiento consiste en marcar con un lápiz el ini-cio y el fin visible de la grieta o fisura y revisar en períodos de quince días si es que esta ha aumentado. El monitoreo debe ser constante, ya que si se observa un aumento debe recurrirse inmediatamente a las entidades competentes y a profesionales capacitados.

Pérdida o descomposición de mor-teros:

Entendemos como mortero al con-glomerado o masa compuesta gene-ralmente con arena y cal utilizado para unir las unidades de sillería (sillares). Su descomposición es un problema se-rio ya que hace que se pierda el meca-

nismo unitario del sistema estructural. Esta pérdida o descomposición se debe

Visibles grietas en un edificio patrimonial con los consecuentes problemas para la estabilidad de

la estructura.

Típica grieta en diagonal en un muro de “sillar”, en la que se ve la actividad de la misma en cons-

tante avance.

Pérdida de mortero que une sillares y dovelas, restando con ello la capacidad de

comportamiento unitario del muro.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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nismo unitario del sistema estructural. Esta pérdida o descomposición se debe a diversas causas, siendo la principal la humedad, tanto la ascendente, es decir la que tiene como fuente el agua yacente en el suelo o subsuelo y que por efecto de la capilaridad del sillar asciende hasta determinada altura, o la humedad descendente, que por efecto de la gravedad tiende a bajar por los muros desde las cubiertas en donde se deposita el agua proveniente de fuen-tes como las lluvias.

Acciones para su preservación

Como primera medida, y antes de reparar el daño, deberá ubicarse la fuente que lo produce. En el caso de humedades estas deberán ser contro-ladas, verificando si son ocasionadas por capilaridad, debiendo efectuarse

una revisión general de las aguas que pudieran estar siendo emanadas del suelo o subsuelo, o por gravedad, para lo cual debe revisarse todo el sistema de evacuación de lluvias en las cubier-tas, verificando si es que hay “empoza-mientos” de agua en los techos y si los ductos y/o chorreras se encuentran en buen funcionamiento.

Luego, con las autorizaciones del caso, deberá procederse a la restitución de los morteros afectados, debiendo retirarse todo el material visiblemente inservible, para luego proceder a in-yectarse una solución de mortero que, en la medida de las posibilidades, debe contemplarse la utilización de los com-ponentes originales, es decir en base a la cal, para lo cual se puede proceder inyectando esta solución por gravedad, es decir desde la cubierta o desde un

punto superior del muro, o por presión utilizando maquinaria especializada que permita la introducción de esta solución en zonas puntuales del muro.

En los últimos años, en nuestra ciu-dad también se está contemplando la utilización de morteros en base a ce-mento y aditivos epóxicos, lo que ofre-ce resultados inmediatos satisfactorios, pero no está comprobada su eficacia en largos períodos de tiempo, que es a lo que un trabajo de restauración debe apuntar.

Deformaciones y pérdida de verti-calidad:

Las deformaciones y pérdidas de plomo en las edificaciones patrimo-niales, son problemas que se presen-tan frecuentemente debido a factores como la desigualdad de los materiales

constructivos, sobrecargas y a la falta de un adecuado “amarre” entre los componentes de la edificación. Es con-

veniente mencionar que muchas veces estas deformaciones son producto del “acomodo” de los elementos a lo largo del tiempo y como respuesta a nuevas situaciones geológicas, medio ambien-tales o, incluso, nuevos usos del edifi-cio, habiéndose vuelto a encontrar su estabilidad, por lo cual esta deforma-ción no representaría problemas serios. El verdadero problema es cuando estas deformaciones y/o pérdida de verticali-dad van en progreso continuo.

Acciones para su control

Apuntalamiento del edificio

El apuntalamiento es la medida me-diante la cual se procede a dar estabili-dad a una edificación utilizando un sis-tema estructural alterno al que posee el propio edificio, siendo este externo

La progresiva deformación y pér-dida de la verticalidad de muros puede generar el colapso total o

parcial de los mismos. Torre derecha de la catedral luego del sismo de 2001 en donde se tuvo que recurrir al apuntala-miento como medida provisional para el posterior

trabajo de restauración.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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y provisional hasta que la construcción recupere su estabilidad. Esta medida a ser tomada en forma excepcional debe ser realizada bajo la supervisión de per-sonal especializado y bajo las mayores medidas de seguridad que no pongan en riesgo al edificio pero principalmente a las vidas humanas que en todos los casos siempre es lo más importante.

Al igual que el monitoreo practicado para las grietas, es necesario poder comprobar la estabilidad de los muros, para ello puede ser utilizado el siguien-te procedimiento:

Método de la plomada

Utilizando una plomada manual, y sosteniéndola desde una cota superior del muro, dejarla caer hasta el piso y medir la distancia horizontal que hay entre la marca de la plomada y la base

del muro. Apuntando este dato, se debe repetir la operación a los quince días y comprobar si este factor ha variado. En el caso de haberse producido alguna modificación, significará que el muro no se encuentra estable y que hay que to-mar medidas urgentes, como dar parte a las entidades competentes para que, mediante un primer proceso de apun-talamiento, se impida el colapso de la estructura.

Aparición de musgo, líquenes y otros tipos de plantas

La aparición de ciertos organismos vivos, en los diferentes componentes de una edificación patrimonial, puede ocasionar también daños de no ser es-tos controlados a tiempo. A este tipo de daño se le conoce como biodeterioro.

No siempre la presencia de organis-

mos supone necesariamente un daño a la piedra, pues a veces la alteración es simplemente estética.

Entre los agentes bióticos de mayor incidencia destacan: bacterias, hongos, algas, líquenes, briofitas, plantas supe-riores y animales, los cuales también en la mayoría de los casos están vincula-dos con la humedad.

Acciones para su preservación

Para prevenir la aparición del llama-do biodeterioro, hay que evitar la gene-ración del caldo de cultivo que lo esti-mule, razón por la que hay que evitar la humedad en muros y cubiertas, así como el contacto directo con los agen-tes bióticos antes mencionados. En el caso de los ambientes interiores estos deben estar permanentemente ventila-dos. Una vez detectado el biodeterioro,

el método de limpieza aconsejado pue-de ser el siguiente:

Retirar en seco las plantas con la mano o con la ayuda de una carda, te-niendo cuidado de no dañar ni los silla-res ni el mortero, sobre todo si es que

hay raíces que han penetrado entre las juntas. Terminar la limpieza utilizando un cepillo de cerdas plásticas humede-cido con una solución de agua al 95% y ácido muriático al 5%.

Aparición de manchas húmedas y sales:

Las manchas puntuales que aparecen en los muros, son por lo general oca-sionadas por efectos de la humedad. Si estas nacen desde el nivel inferior del muro y conforme van ascendiendo des-aparecen, estamos hablando de la hu-medad por capilaridad. Si esta nace en la parte superior del muro es humedad por gravedad, la cual desciende desde la zona de cubiertas. Es frecuente que estas manchas vayan acompañadas con la aparición de sales solubles, las cua-les provienen de fuentes externas como

Biodeterioro en el muro de un edifico patrimonial arequipeño, producido por la humedad y el

deficiente sistema de desagüe de la vivienda.

Foto microscópica de los organis-mos alojados en un muro afectado

por el biodeterioro.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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suelos, morteros, metabolismo de or- ganismos, etc. O son propias de la pie-dra y materiales aglomerantes. El prin-cipal problema de las sales es que no solo pueden ser un problema de esté-tica exterior del muro, sino que pueden ocasionar daños físicos y químicos en el sillar cuando se cristalizan en el interior o en la superficie. Sin embargo, su gra-do de nocividad es variable y depende no solo de las características de la sal sino también de las condiciones am-bientales.

Acciones para su preservación

Existen diversos métodos para des-alinizar un muro o una pieza ornamen-tal pétrea, los que se deben aplicar se-gún los daños y el valor de las mismas, siempre por expertos en estos temas que sepan escoger el procedimiento

más idóneo. Para los efectos del pre-sente manual debemos recomendar básicamente la detección de la fuente que produce la humedad (sea esta por capilaridad o por gravedad) y la conse-cuente aparición de sales.

Pérdida o descomposición de mor-tero externo o “emboquillado”

En nuestro medio llamamos emboqui-llado al mortero saliente entre las pie-zas de sillar, el cual, al quedar al exte-rior del paramento y ser visible, cumple además de la estructural una función estética. Esto ocurre sobre todo luego de la difusión, con aliento municipal en los años 40 y 50 del denominado estilo “sillar caravista”, en donde muros y cu-biertas son entendidos como masas de piedra, por lo que sillares y morteros deben mimetizarse.

No es de extrañar, que al estar el emboquillado directamente expuesto a agentes externos, sufra primero las alteraciones que todavía no se han pre-sentado al interior del muro, lo que una vez comprobado, supondría un trabajo puntual de ciertas zonas.

Acciones para su preservación

Como ya hemos señalado anterior-mente, la primera mediada para dar solución a un problema es detectar la fuente que lo origina. Para el caso de la pérdida o deterioro de los emboqui-llados debe revisarse las humedades ascendentes y descendentes, la exposi-ción directa de los materiales a agentes

Pieza de sillar afectada por la aparición de sales, en donde

puede percibirse las alteraciones físicas del sillar que hacen perder la geometría original que tenía la

unidad.

La aparición de sales es una constante en las edificaciones

patrimoniales arequipeñas, expuestas por lo general a una

fuente de humedad.

Pérdida del “embo-quillado” del muro de sillar, notándose las piezas aisladas y no esa unidad muraria característica de los paramentos patrimo-niales de la ciudad.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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exógenos degradantes, como humos, excremento de palomas, orina humana, etc., o el procedimiento y materiales utilizados en intervenciones recientes. Luego de haber enfrentado esta pri-mera problemática, deberá precisarse si la pérdida o deterioro del mortero es superficial o supone un daño mayor, debiendo en este caso tomar contacto con especialistas y con entidades com-petentes. De ser un daño superficial que no denota compromisos estructu-rales puede seguirse el siguiente pro-cedimiento:

Definir la composición del mortero •existente (emboquillado), siendo lo común la presencia de arena y cal.Retirar cuidadosamente el embo-•quillado suelto o visiblemente de-gradado.Limpiar la superficie a trabajar con •

agua potable y con escobilla de cer-das plásticas.Preparar el mortero en base a la •composición original, pudiendo agre- garse como componente adicional polvo de sillar, tratando así de alcan-zar un color similar al de las unida-des de mampostería.Debe también ser estudiada por el •especialista encargado, la posibi-lidad de utilizar algún aditivo en la mezcla con la finalidad de garantizar la adherencia de la nueva mezcla con las partes existentes.Humedecer el lugar de trabajo y apli-•car la mezcla buscando que penetre de la mejor manera por las juntas.

Color y pintado de los muros.

Desde que la preocupación por la va-loración del patrimonio edificado cobra

importancia en nuestro medio, el tema del color en la arquitectura arequipe-ña ha resultado siempre controversial, pues pese a existir las evidencias que nos permiten confirmar el uso del color en muros y ornamentos de la gran ma-yoría de edificaciones patrimoniales, el potencial estético de un muro en sillar “caravista”, se ha convertido hasta en un factor de “identidad regional”.

Sin intentar entrar en debates y solo haciendo referencia a temas prácticos, lo cierto es que la aplicación de pintura a la cal en los muros ayuda a la pro-tección de los sillares y revocos y, por lo tanto, a la conservación del monu-mento.

Debemos aclarar que para el caso de los monumentos en sillar (es decir, la gran mayoría de los que la ciudad posee) la técnica pictórica recomenda-

ble es en base a la cal, pues posee los siguientes beneficios:

Permeabilidad.• Permite la “respi-ración” de las paredes evitando la condensación de la humedad.Salubridad.• Dificulta la aparición de moho u otros agentes de biodete-rioro.Originalidad.• Al aplicar una técni-ca ancestral en base a los estratos pictóricos que pudieran ser encon-trados en el muro, limitando la pa-leta de colores a unos cuantos que otorguen continuidad y unidad a un conjunto urbano.Compatibilidad.• Ya que siempre es recomendable la utilización de materiales compatibles con las es-tructuras existentes de valor patri-monial, y la utilización de la cal es una constante en la construcción de

El Monasterio de Santa Catalina es uno de los pocos conjuntos patrimoniales que ha sabido mantener la gama cromática y la técnica pictórica ancestral

utilizada históricamente en las edificaciones de la ciudad.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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estos edificios. Protección.• Evita el contacto direc-to de las unidades de sillar con el medio ambiente, protegiéndololas de los elementos nocivos que este pudiera contener.

Criterios para el pintado de edifica-ciones con valor patrimonial

Podemos mencionar algunos de los criterios que deben ser tomados en cuenta para el pintado de una edifica-ción con valor patrimonial:

Para el caso de edificaciones con •valor patrimonial construidas con sillar, debe aplicarse la técnica de la pintura a la cal, debiendo estudiarse el caso específico de las edificacio-nes de otros materiales como el cemento, en donde el mercado ofre-ce una gran cantidad de alternati-

vas, siempre y cuando se respeten los criterios de originalidad y unidad con el contexto en el que se en-cuentre.En el caso de nuestros monumen-•tos, la mayoría de ellos tiene en sus muros capas pictóricas o pequeñas evidencias que muestran los ante-cedentes de los colores utilizados, estas deben ser estudiadas para elegir dentro de estas alternativas la de mayor valor, debiendo también dejar “ventanas” que muestren pun-tualmente los diversos colores ante-riormente utilizados.Cuando se trata de un inmueble •con valor patrimonial, este debe ser considerado como una unidad, al margen de la pertenencia legal que puede haber fraccionado su propie-dad, por lo tanto en el momento de

pintarlo o intervenir en él, deberá ser considerado como una entidad única, evitando pinturas o trata-mientos diferentes que marquen la nueva propiedad.Además del tema del color, debe •tenerse en consideración el estilo arquitectónico y la época a la que pertenece el inmueble, pues cada una de ellas tiene sus propias reglas

para destacar ciertos elementos, para ello deberá consultarse con las entidades encargadas o con un especialista.

TabiquesLos tabiques son aquellos muros que

no soportan ningún tipo de carga más allá de la de su propio peso, y tienen como finalidad la de cerrar ambientes

o dividir habitaciones. En el caso de las edificaciones patrimoniales de Arequipa, estos tabiques suelen ser también del material predominante, es decir de si-llar, pudiéndolos distinguir de los muros de carga por tener un espesor menor y por su libre disposición con respecto a la bóveda o cubierta, aunque no se niega la presencia de tabiques de otros materiales, como madera, quincha, la-drillo, etc.

Principales problemas

Tabiques que no son de sillar

Si bien es cierto que la mayoría de ta-biques de nuestros edificios patrimonia-les son del mismo material que el de los muros de carga, es decir de “sillares”, podemos también excepcionalmente encontrar tabiques de algún otro ma-

Construcción de un segundo piso reali-zada con tabiquería de sillar, notándose

que la falta de rigidez y amarre

entre las piezas es también un factor de

deterioro.

La pintura en base a cal otorga una serie de bene-ficios al monumento, además de potencializar los

valores formales de las edificaciones.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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terial y construidos bajo técnicas que también tienen valor patrimonial, y por ello, son susceptibles de preservar. Tal es el caso de la “quincha”, entramado de caña recubierto con barro, la cual si bien es cierto fue utilizada más en las regiones costeras del Perú, tam-

bién hay algunos ejemplos en nuestra ciudad, aunque lamentablemente cada vez menos, pues al no ser apreciado su valor patrimonial y al desconocerse téc-nicas y procedimientos para su restau-ración, se le suele retirar y reemplazar por materiales contemporáneos.

Acciones para su preservación

Resultaría complicado y extralimitaría los objetivos y páginas de este manual el proponer prácticas de cuidado y man-tenimiento de todas las demás técnicas y materiales que puntualmente pueden ser parte también de nuestro patrimo-nio, como es el caso de la tabiquería antes mencionada. Como recomenda-ción general podemos decir que en la medida de las posibilidades, se debe tratar de mantener y recuperar no solo los elementos arquitectónicos edifica-dos en base a “sillares”, sino también toda la demás gama de variantes cons-tructivas que seguramente enriquecen al bien patrimonial. Para ello, debe re-currirse a los conocimientos de exper-tos en el tema y a las entidades compe-tentes, velando por nuestro patrimonio

antes de realizar cualquier acción sobre elementos edificatorios de los que des-conocemos su valor patrimonial.

Principales problemas

Falta de un adecuado “amarre” o trabado con el resto del sistema es-tructural.

Resulta común que la tabiquería, al no formar parte del sistema estructural de la edificación y teniendo básicamen-te una finalidad zonificadora dentro de los grandes ambientes patrimoniales, tenga un trabado deficiente o en al-gunos casos inexistente, sobre todo en la parte superior de unión entre el tabique y la bóveda o el techo plano, haciendo que estos elementos tengan un comportamiento aislado y no formen parte de un sistema monolítico con los demás componentes del edificio. Con el paso del tiempo y con los continuos movimientos sísmicos de la ciudad, el tabique tiende a desprenderse y a pre-

sentar rajaduras, comprometiendo su estabilidad y la seguridad de las perso-nas que habitan el inmueble.

Tabique de quincha en uno de los tambos de

nuestra ciudad. El poco valor que se da a estos elementos y la falta de

conocimiento de técnicas de restauración para

estos tipos constructivos hace que se prescinda de ellos incluso en procesos

“restaurativos”.

Estructura interna de un tabique de quincha. Elemento poco valo-

rado en la actualidad.

Resulta común que los tabiques de los edificios patrimoniales tiendan a desprenderse de los muros de carga por un deficiente amarre

durante su proceso constructivo.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Acciones para su conservación

Como acción básica preventiva de-berá realizarse monitoreos para poder determinar la estabilidad del tabique y su adecuado anclaje con respecto a los paramentos laterales y horizontales,

motivo por el cual deberán aplicarse las recomendaciones de monitoreo descri-tas anteriormente: para el caso de fisu-ras y grietas, el método de la arcilla o yeso y las mediciones periódicas, y para el caso de deformaciones y pérdida de verticalidad, el método de la plomada. Una vez comprobado que el tabique se encuentra en un estado de inesta-bilidad, deberá tomarse medidas es-tablecidas por personal especializado, apuntalando primero el tabique para luego proceder a devolverle su estabili-dad y trabarlo nuevamente al resto de la construcción.

Columnas, pilastras y arcosLas columnas y las pilastras son

elementos constructivos verticales cuyo alto es mucho mayor a su sección transversal. Se suele diferenciar el tér-

mino columna de pilastra al tener la pri-mera una sección circular y la segunda una sección cuadrada o rectangular. En el caso de la arquitectura patrimonial de la ciudad de Arequipa, las pilastras se encuentran unidas a arcos de medo punto formando galerías o pandas en lugares puntuales de la edificación. En el caso de edificaciones religiosas se

encuentran en los claustros de los con-ventos, y en el caso de la arquitectura doméstica en los se-gundos patios, dando origen al denominado cenador o comedor de verano.

Principales pro-blemas

Las pilastras y los arcos que pode-mos apreciar en nuestro patrimonio forman parte de un sistema estruc-tural mayor en donde intervienen, en la mayoría de los casos, las llamadas bóvedas de arista, de las cuales habla-remos posteriormente. Los problemas que suelen presentarse son similares a los ya descritos en el tema de muros

Construcciones con tabiquería sue-len aparecer también en tiempos posteriores al de la estructura

original, debiendo ser reconocidos como parte del proceso histórico

de la edificación.

Dadas las características aisladas y de esbeltez de las pilastras suelen ser elementos a los que les afecta de manera

particular problemas de índole estructural.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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de carga, siendo quizá más recurrente el tema de deformación y pérdida de verticalidad, pues dependiendo de la adecuada aplicación del sistema cons-tructivo y materiales, y del grado de es-beltez empleado, estos elementos tien-den a la deformación, debiendo para ello aplicarse las medidas preventivas y de monitoreo antes descritas.

Bóveda de cañón corridoLa bóveda de cañón corrido es aque-

lla cobertura semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros

de carga. Se le puede entender tam-bién como la prolongación de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal.

Estructuralmente ejerce presiones verticales y laterales sobre los muros que la sostienen, motivo por el cual los muros de carga de nuestros edificios patrimoniales tienen que ser tan grue-sos, e incluso en algunos casos nece-sitar contrafuertes para contrarrestar estos empujes.

La utilización de este tipo de bóvedas en nuestra ciudad tuvo origen en la ar-quitectura religiosa, por la necesidad de cubrir grandes espacios que pudieran alojar a una gran cantidad de fieles. Con escasez de buena madera en el valle del Chili, se tuvo que recurrir a sistemas

ancestralmente utiliza-dos en occidente pero aún no practicados en esta naciente ciudad colonial, resurgiendo así la bóveda de cañón. Luego de los buenos re-sultados obtenidos uti-lizando ladrillos y pos- teriormente sillares, la técnica se va popu-larizando y aplicando también para la arqui-tectura civil y doméstica, reemplazan-do a sistemas de cobertura anteriores como al denominado “par y nudillo”. Es por ello que en pocos años se va a llegar a edificar uno de los conjuntos urbanos abovedados más grandes del continente.

La bóveda de sillares está compuesta

por unidades de sillería llamadas dove-las, las cuales son talladas con ángu-los específicos para conseguir el arco deseado. La dovela ubicada en el eje central de la bóveda se le denomina clave o llave. A la superficie interior de la bóveda se le llama intradós y a la ex-terior extradós

3. Elementos horizontales

Antiguo dibujo del viajero Paul Marcoy en donde da cuenta de la utilización de los espacios above-dados de una casona arequipeña.

Arequipa debe ser una de las ciudades en donde con mayor recurrencia y éxito se utilizó el sistema abovedado para cubrir

edificaciones de toda índole.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Principales problemas

En la mayoría de los casos las bó-vedas están en contacto directo con el medio ambiente (el extradós), por lo tanto expuestas a todos los factores de deterioro que el intemperismo puede traer consigo. Es por ello que es uno de los elementos componentes del sistema estructural con el cual hay que tener un

mayor cuidado en su mantenimiento. A continuación detallaremos algunos de sus principales problemas:

Exceso de carga

Por lo general las bóvedas de nues-tra ciudad fueron creadas como ele-mento de cierre final de una edificación y no como un entrepiso preparado

para recibir peso adicional, motivo por el que puede resultar perjudicial la construcción de nuevas edificaciones sobre ellas, sobre todo si es que no se ha realizado un estudio estructural previo. Pero, además de las eventua-les construcciones que pudieran haber sido efectuadas, existe una “carga” o relleno que normalmente se le coloca-ba en la parte superior o extradós con la finalidad de lograr un mejor trabajo a compresión, y con el fin también de nivelar la curvatura y poder utilizarlas como terraza. En algunos casos esta carga también puede haber resultado excesiva y perjudicial para el bien pa-trimonial.

Acciones para su conservación

Como acción básica preventiva, para evitar la sobrecarga de las bóvedas,

Típica sobrecarga en las bóvedas, sobre

todo en edificaciones patrimoniales que

han vivido procesos de tugurización y han crecido verticalmente sin considerar las ca-racterísticas estructu-rales del monumento. Restauración de tambo en el que se ha liberado de sobrecarga a las bóvedas del primer piso.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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deberá evitarse la utilización de estas cubiertas para fines no previstos, prin-cipalmente los que tiendan a aumen-tar pesos excesivos sobre la bóveda, debiendo también recordarse que, si existe la duda de una sobrecarga por material constructivo excedente, se debe consultar con personal especia-lizado sobre la pertinencia de su reti-ro, pues como hemos mencionado, en algunos casos esta carga actúa como colaborante para un mejor trabajo a compresión de la estructura.

Grietas y fisuras

Ya hemos explicado que la diferencia entre grieta y fisura está dada principal-mente por el ancho de las mismas, y su principal problema suele darse por la estabilidad o crecimiento de las mismas. Al igual que en los muros, las grietas en

las bóvedas pueden presentarse por diferentes factores como: sobrecargas, problemas de suelos, asentamiento de pisos, incompatibilidad entre los siste-mas constructivos, movimientos telúri-cos, etc.

Acciones para su preservación

Las medidas para dar solución a pro-blemas de grietas y fisuras en bóvedas

de sillar resultan complejas y escapan a los trabajos de mantenimiento y con-servación que el usuario del inmueble patrimonial podría realizar. Sin embar-go, se pueden aplicar las acciones de monitoreo (con yeso o con mediciones periódicas) antes explicadas para el seguimiento de esta problemática, más aún si tenemos en cuenta que dada la posición de las bóvedas resultaría fatal

el desprendimiento de alguna dovela o, peor aún, el colapso de la estruc-tura para las personas que habitan el inmueble. Es por ello que cuando se presenta este tipo de lesiones es acon-sejable el dejar de habitar el ambiente hasta que sea evaluado por un experto o se tomen las medidas correctivas.

Permeabilidad ante la humedad

Como ya hemos explicado, la hume-dad es uno de los factores que más puede alterar a un inmueble de valor patrimonial. Si tenemos en considera-ción que las bóvedas, por su posición dentro de la edificación, tienen un con-tacto directo con la intemperie, conclui-remos que es un elemento especial-mente afectado por este factor. Sobre el extradós de las dovelas se colocaba una carga que, como tenemos dicho,

poseía una tarea funcional, estructu-ral y también impermeabilizante. Pero podemos apreciar que con el paso de los años esta capa de protección tiende a perder sus propiedades físicas y quí-

Típica grieta en bóveda de cañón

corrido, presente en el primer tercio de la

cobertura.

El desprendimiento de dovelas de las bóvedas puede resultar fatal para las personas que habitan el bien patrimonial por lo cual debe

tomarse las medidas del caso para la salvaguarda de las personas que habitan en él y luego la restaura-

ción del mismo.

Bóveda con grietas en el extradós expuesto al intemperismo y a la humedad principalmente en la

temporada de lluvias.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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micas, así como también su capacidad aisladora de humedad. Esto hace que en las épocas de lluvia el agua se filtre directamente a las dovelas y de allí a los muros de sillar ocasionando la llamada humedad por gravedad.

Acciones para su preservación

Como acción básica de prevención, para evitar la humedad por gravedad, está el mantener las características de impermeabilidad de la cubierta, consi-derando que esta impermeabilización no se puede realizar con cualquier mé-todo contemporáneo, como por ejem- plo el frecuentemente utilizado de co-locar una capa de concreto con algún aditivo impermeabilizador, ya que no debemos olvidar que el sillar es un material altamente poroso que tiende a absorber la humedad del medio am-

biente y necesita posteriormente des-prenderse de ella, lo que comúnmente se conoce como “la respiración” del material, no debiendo taparle las vías por donde lo hace. Para estos efectos es conveniente seguir manteniendo las técnicas tradicionales, e incluso, se pue-de recomendar la utilización de ladrillo pastelero, al ser este un material que

permite estos ciclos de transpiración.

Desprendimiento de morteros en-tre dovelas

Como consecuencia directa de la humedad anteriormente descrita y de otros factores de menor incidencia, está la pérdida de las propiedades fí-sicas y químicas de los morteros cuya

finalidad es la de unir las diferentes piezas, en este caso dovelas, y hacer trabajar el sistema de manera integral. Ese es el principal problema por el que una bóveda tiende a deformarse y a no poder responder adecuadamente ante los continuos movimientos telúricos que vive nuestra ciudad. Al igual que en el caso de los muros, los morteros de las bóvedas están generalmente compues-tos de una mezcla de arena y cal con la inserción de algunos otros elementos que pueden servir de cuña para el me-jor ajuste del sistema abovedado.

Acciones para su preservación

Habiendo concluido que una de las principales causas para la pérdida y descomposición de morteros es la pre-sencia de humedad, la primera medida a tomar deberá ser eliminar la fuente

que la produce. Para el caso de las bóvedas lo más probable es que se deba a humedad por gravedad, es de-cir aquella que desciende por el agua

Bóvedas cubiertas con ladrillo paste-lero, eficaz sistema

para evitar la penetración de hu-medades externas y el cierre hermético de la estructura.

La bóveda es un sistema de transmi-sión de empujes entre las dovelas. Al no estar unidas por la pérdida de los morteros, el sistema empieza a fallar y su respuesta ya no será la misma

ante eventuales sismos.

Dovelas de bóveda expuestas al medio exterior y a las humedades, dando inicio a problemas mayores

como la descomposición y posterior pérdida de los morteros.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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acumulada de las lluvias. Debe pues te-nerse en cuenta las recomendaciones que damos en los siguientes puntos en cuanto al mal funcionamiento del sistema de evacuación pluvial. Por otro lado, se tendrá que recuperar nueva-mente los morteros perdidos, bajo la supervisión de personal especializado, buscando en la medida de las posibili-dades mantener los componentes ori-ginales del mortero o aplicando otros de comprobada eficacia para bienes patrimoniales.

Función deficiente del sistema de evacuación pluvial

El sistema de evacuación pluvial es aquel que permite descargar el agua de lluvia depositada en las cubiertas hasta las cotas más bajas del piso. Para el caso de la mayoría de casonas are-

quipeñas, este sistema se encuentra compuesto por las pendientes de los techos y por los elementos de desagüe llamados chorreras o gárgolas. El mal funcionamiento del sistema produce empozamientos de agua y los conse-cuentes problemas de humedad antes descritos. La principal causa de su defi-ciente funcionamiento se debe a la falta de mantenimiento que debiera darse al sistema. Es así que, basura, hojas de árboles, polvo, etc. “taponan” la salida de agua e impiden su evacuación, sien-do también parte del problema las pen-dientes modificadas por el tiempo que pudieran resultar insuficientes.

Acciones para su mantenimiento

Como recomendación básica para este tipo de problema está el periódico mantenimiento que debe procurársele

al sistema, limpiando sistemáticamente los canales y puntos de evacuación, so-bre todo en la proximidad del período estival que es en el cual se producen las lluvias en nuestra ciudad. Si el pro-blema no queda solucionado, habría que revisar el sistema de pendientes de la cobertura, debiendo tomarse las medidas del caso con personal espe-cializado, para que puedan recuperar su funcionalidad.

Deformación del arco o desprendi-miento de dovelas

Existen diferentes motivos por los cuales una bóveda se puede deforma. Entre los principales tenemos: fallas en el suelo y elementos de cimentación, exceso de carga sobre la bóveda, sis-mos que actúan sobre dovelas que han perdido su cohesión o adherencia en-

Tubo metálico oxidado y roto, empotrado en un muro de sillar,

ocasionando serios problemas de humedad al interior de la estructu-

ra patrimonial.

Antiguas canaletas de sillar al interior de los patios, las cuales

formaban parte del eficiente sistema hídrico de la ciudad.

Bóveda de cañón corrido deformada y con pér-dida de morteros de unión entre las dovelas.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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tre ellas, etc. Debemos aclarar que los edificios en sillería casi siempre están sujetos a procesos de “acomodo” de sus elementos ante diversas circuns-tancias ambientales, produciéndose así algún tipo de deformación pero que en muchos casos no compromete la esta-bilidad del edificio patrimonial.

Bóveda de aristaLa bóveda de arista es aquella cober-

tura utilizada generalmente para cubrir espacios cuadrangulares, resultando de la intersección perpendicular de dos bóvedas de cañón corrido. Esta técnica permite la distribución de los esfuerzos, ya no a lo largo de los muros de carga, sino solamente en puntos específicos que pueden ser columnas o pilastras. Es por ello que en nuestra arquitectura religiosa es muy utilizada en las naves

laterales de las iglesias y alrededor de los claustros o patios monacales. En la arquitectura civil y doméstica es común su utilización en los denominados ce-nadores o comedores de verano, los cuales para relacionarse con el exterior utilizan solo pilastras para sustentar la bóveda.

Acciones para su mantenimiento

Pese a las marcadas diferencias for-males y funcionales entre las bóvedas de arista y las de cañón corrido, los problemas frecuentes que se presentan para su cuidado y mantenimiento son bastante similares. Por lo tanto, pode-mos asumir las recomendaciones para el caso de las bóvedas de cañón corri-do como parte también de las bóvedas de arista.Bóvedas de arista que rodean un claustro monástico, sistema típico para

estos espacios necesitados de una apertura lateral.

Grietas en la parte central de un conjunto de bóvedas de arista. Se nota la aplicación de tensores como una interesante y reversible

solución de refuerzo.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Techo de rieles El techo de rieles es un tipo de co-

bertura sumamente innovadora que se dio en la ciudad de Arequipa al finalizar el siglo XIX y hasta las primeras déca-das del XX. El sistema consiste en una ingeniosa combinación entre rieles, que hacen las veces de viguetas y piezas de sillar que cubren las luces entre los rie-les a manera de plementería.

Este tipo de cubierta, usada poste-riormente al terremoto de 1868, y coin-cidente con la llegada del ferrocarril, reemplazó a muchas bóvedas caídas por los sismos, otorgando las venta-

jas adicionales que los techos planos ofrecen, como la posibilidad inmediata de utilizar el piso superior. En la actua-

lidad hay la tendencia a no valorar este tipo de cobertura en la medida que se merece, tendiendo a reemplazarlo

apenas se encuentra un daño, es por ello que nos permitimos brindar las siguientes recomendaciones:

Oxidación o dete-rioro de los rieles

Como consecuen-cia de la humedad generada por dife-rentes fuentes los rieles suelen sufrir un proceso de oxidación, que si no es con-trolado a tiempo, puede ir debilitando y haciendo reducir la sección original que estos elementos metálicos tenían y, como consecuencia, también su capaci-dad de resistencia, pudiendo en casos extremos debilitarse tanto, que ceden al peso que tienen que soportar.

En casos normales, si el sistema de rieles no está expuesto a la intemperie, la oxidación del riel es solamente su-perficial actuando como una reacción de protección con el medio. Pero, en el caso que este haya estado en con-diciones que haya afectado algunos mi-límetros de su sección original, deberá

Construcción patrimonial con entre-piso de rieles, permitiendo el creci-

miento vertical de la edificación.

Rieles con proceso de oxidación y piezas de sillar desalineadas. Sin embargo, la sobredimensión

estructural de los elementos metálicos hace posible seguir

utilizándolos previo proceso de restauración.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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consultarse con un experto estructural sobre su capacidad de resistencia. Lo que hay que tener siem-pre en cuenta es que este elemento tiene una sobredimensión estructural original, por lo tanto, el hecho de que haya perdido una mínima parte de su sección original no es motivo para tomar radicales medidas de sustitución, ya que puede perfectamente guardar la capacidad portante necesaria para los requerimientos. Para evitar estos casos es conveniente aplicar antioxi-dantes que son de fácil acceso en el mercado.

Techo de calaminaAunque no sea ha valorado en toda

la dimensión que merece, el techo de calamina es también parte integrante de nuestras edificaciones patrimo-niales, basta mencionar el caso de la cobertura de la Iglesia de San Agustín para percatarnos de ello. Ingeniosa solución hacia finales del siglo XIX e Inicios del XX, en la que se combina el material predominante de la zona,

el sillar, con unos nuevos elementos llegados con el ferrocarril, los rieles.

El templo de San Agustín es un destacado ejemplo del virtuosis-mo en la utilización de placas de zinc corrugadas, conocidas en el medio como “calaminas”, las cuales recrean el mismo espacio abovedado que otrora lo hicieran

las dovelas de sillar.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

87Esta técnica, en apariencia dada para soluciones efímeras llega, en cier-tos casos, a tal grado de maestría que podemos reconocerle valores de sobra para incluirla dentro de los elementos conformantes de una edificación patri-monial susceptibles de preservar.

Como este manual pretende abarcar solamente el caso de los bienes patri-moniales inmuebles, trataremos sola-mente los elementos ornamentales que se encuentran estrictamente vinculados con la edificación y que prescindiendo de ellos se perdería gran parte del va-

lor del inmueble. Dado que para el tratamiento de es-

tos elementos se requiere la participa-ción de expertos, nos limitaremos solo a mencionarlos para que puedan estos ser reconocidos como partes integran-tes de los edificios de valor patrimonial.

Molduras, tallados, anagramasPara el caso de la arquitectura are-

quipeña surgida en la época colonial resulta de sumo valor los tallados y anagramas que se ubican especialmen-te en el frontón principal y en la parte superior del resto de los vanos, dan-do como origen, tanto por su temática como por su ejecución, al denominado “estilo mestizo”.

4. Elementos ornamentales

Cualquier elemento ornamental que sea retirado del contexto para el cual fue con-cebido perderá gran

parte de su valor artístico y

patrimonial.

Molduras y tallados tanto al exterior como al interior de los es-pacios arquitectónicos son parte de un rico programa iconográfico

que tiene todavía mucho que contarnos sobre la historia de

nuestra ciudad.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Todos estos elementos forman par-te del programa iconográfico de los inmuebles, por lo tanto es de vital im-portancia su conservación, debiendo evitarse limpiezas que puedan dañarlos

o manipulaciones que atenten contra su morfología. En caso de presentarse algún daño en estas piezas deberá re-currirse a personal calificado para su restauración.

Pinturas muralesLlama poderosamente la atención

cómo en la ciudad de Arequipa se ha valorado tan poco el tema de la pintu-ra en general y de las pinturas mura-les en particular. El mito de “la ciudad blanca” propició que gran parte de las

edificaciones fueran despintadas para dejar expuesta la piedra volcánica, per-diéndose un elemento consustancial a la arquitectura tanto colonial como re-publicana como lo es el color. Pese a ello, puede todavía encontrarse pintura mural en un gran número de inmuebles patrimoniales, hallándose inclusive di-versas capas pictóricas de cronologías diferentes. Se debe hacer cualquier es-fuerzo en recuperar esta rica policromía subyacente en los muros de nuestros edificios, debiendo asumir esta tarea

personal altamente especializado que conozca y domine las técnicas pictóri-cas de restauración.

Obras de arte asociadas al edificio

Dentro del rico patrimonio mueble que posee la ciudad de Arequipa, exis-ten obras de arte, que si bien perte-necen a este grupo, se encuentran tan asociadas a la fábrica constructiva que el hecho de moverlas haría que se pier-da gran parte del valor que ostentan, tal es el caso de pinturas de caballe-te, esculturas, medallones, manijas de

puertas, etc. Si bien, como ya hemos hecho men-

ción, el tema del patrimonio mueble merecería otro trabajo, la recomenda-ción que podríamos hacer sobre estas piezas es el de evitar moverlas de su

Sanctus Deus Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis Mikserere Nobis, frase re-currentemente tallada en la arquitectura religiosa y civil de la época colonial en Arequipa (dibujo extraído del trabajo de investigación de la Arq. Tatiana

Medina Sánchez).

Árbol genealógico de Jesús por el lado materno, presente en el ta-llado de la portada de la casona Tristán del Pozo (dibujo extraído del trabajo de investigación de la Arq. Tatiana Medina Sánchez).

Pinturas murales con rica policro-mía ubicadas en diferentes zonas de los inmuebles

arequipeños.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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posición original, ya que estas poseen un valor mucho mayor al encontrase en el sitio pare el cual fueron concebidas.

El texto en el que se reconoce a nuestra ciudad como patrimonio de la humanidad, hace referencia explícita al medio natural “excepcional” en el cual se ha desarrollado este patrimonio, por lo tanto, pese a que este documento aborda el tema del patrimonio edificado,

resulta indispen-sable establecer algunas pautas para la protec-ción de estos espacios rurales y urbanos:

Tan impor-tantes como los edificios de valor patrimo-nial resultan los espacios que los contienen, pues los orde-

nan y nos permiten apreciar sus valores tanto individuales como de conjunto.

Los espacios abiertos están cons-tituidos por las calles, las plazas, los atrios de las iglesias, los parques, los cauces de los ríos y torrenteras, los te-rrenos de cultivo, etc. Sin los cuales los conjuntos urbanos no podrían ser en-tendidos ni valorados en su verdadera

condición patrimonial y artística.Las calles rectas de nuestra ciudad

nos hablan de la traza fundacional hispana, planteada como modelo or-ganizador en el siglo XVI. La plaza de armas o plaza mayor representa el espacio civil y religioso por excelencia de Arequipa, escenario a través de los siglos de manifestaciones públicas, ce-lebraciones religiosas y lugar de con-vivencia y encuentro de las diferentes clases sociales de nuestra historia. El resto de plazas y atrios de la ciudad nos recuerdan la importancia de las órdenes religiosas que conforman ver-daderos equipamientos urbanos de la colonia, encargados no solo de cumplir

Existe una gran cantidad de obras artísticas muebles realizadas específicamente para un lugar de la edifica-

ción. Debe hacerse todos los esfuerzos por mantenerlas en su lugar original, de otra

forma se perdería gran parte de su valor.

Calles, plazas, parques, son los espacios públicos que estructuran la masa edifi-cada, debe por lo tanto su

tratamiento estar acorde con los valores patrimoniales que

ostenta la ciudad.

5. Espacios abiertos y mobiliario urbano

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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con actividades religiosas sino también públicas.

El río Chili es testimonio de la ubica-ción estratégica de la ciudad, en donde la provisión del agua debía hacerse de forma natural y directa. Finalmente las zonas de cultivo que rodean a nuestra ciudad son todavía, aunque cada vez menos, componentes de ese armonio-so diálogo entre ciudad y campiña que aseguraba el sustento de la sociedad colonial y republicana.

Recomendaciones generalesSi bien no es competencia de la po-

blación civil las tareas de conservación de los espacios urbanos, es necesario que conozcamos los valores que es-tos poseen y algunos criterios para su preservación, ya que como ciudadanos tenemos todo el derecho de exigir a

nuestras autoridades la adopción de las medidas necesarias para su preser-vación. En este sentido podemos men-cionar los siguientes puntos:

El elemento tangible más antiguo •que la ciudad posee es su traza fun-dacional, la cual debe ser conserva-da y respetada no permitiéndose ni retiros ni volados, y normando una renovación edilicia acorde con la al-tura, escalas, y demás componentes morfológicos de las edificaciones patrimoniales.Las plazas y patios arequipeños •nunca se han caracterizado por la abundancia de elementos vegetales en su composición, sin embargo, los pocos que existen deben ser preser-vados, como por ejemplo los árboles que representan no solo valores na-turales sino también culturales.

La peculiar forma que tiene la gente de apropiarse de sus espa-cios públicos es también parte del

patrimonio de una ciudad.El diálogo entre la arquitectura y el medio natural que la rodea ha sido una característica esencial de la ciudad de Arequipa.

Este debe ser conservado manteniendo la campiña y recuperando al río Chili.

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Problemas frecuentes y recomendaciones básicas

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Debe tenerse en cuenta que la •“campiña arequipeña” es parte in-tegrante del patrimonio de la ciudad, por lo tanto debe tomarse todas las medidas necesarias para su pre-

servación.El río Chili es el componente natural •más importante del casco histórico, el cual se encuentra hoy en día con altos grados de contaminación y

descuidado en su tratamiento. Debe impulsarse políticas para su ade-cuado manejo tomando en conside-ración su valor dentro del contexto patrimonial.Un espacio urbano no puede ser •apreciado en su total magnitud si es que este está afectado por agentes contaminantes, tanto atmosféricos como sonoros o visuales. Debe to-marse las medidas necesarias para descontaminar los principales espa-cios abiertos de valor patrimonial.

Mobiliario urbanoSe conoce como mobiliario urbano al

conjunto de objetos y piezas de equi-pamiento instaladas en vías o espacios públicos de la ciudad, los cuales sirven para prestar algún tipo de servicio a los transeúntes. En el caso de Arequi-

pa podemos encontrar: bancas, pape-leras, buzones, maceteros, paradas de autobús, informaciones turísticas, señalizaciones de tránsito, puestos de venta de periódicos y revistas, módulos de limpieza de calzado, cabinas telefó-nicas, etc. Todo ello sin ningún criterio de uniformidad ni de toma en cuenta de las características básicas del centro histórico.

Acciones para su implementación

Como recomendación general para el caso del mobiliario urbano está la im-plementación de un manual que fije los criterios generales de diseño, así como los materiales que los diferentes com-ponentes del mobiliario urbano deben tener, de tal forma que las entidades, sean públicas o privadas, que deseen obtener autorización para la colocación

El texto en el que se reconoce a Arequipa como patrimonio de la humanidad se hace hincapié en el medio natural “excepcional” en el que se desarrolla

la ciudad.

El necesario mobiliario urbano de la ciudad debería ser lo suficien-temente meditado y diseñado para armonizar con los espacios y

edificaciones existentes, así como buscar también la unidad entre los diferentes componentes.

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de algún tipo de mobiliario en el casco histórico de la ciudad, tengan necesa-riamente que regirse a estas pautas generales.

Árboles y vegetaciónEl centro histórico de la ciudad de

Arequipa no se caracteriza por po-seer una vegetación abundante. Calles, plazas y patios son por lo general de características “secas” en donde pre-domina mucho más el piso duro sobre el vegetal. A pesar de ello, se puede re-conocer algunos elementos y espacios que poseen estas características na-turales, que por su permanencia en el tiempo y por sus peculiaridades, forman ya parte de la imagen patrimonial de la ciudad. Podemos mencionar entre ellos algún tipo de árboles, como palmeras en patios de casonas, huertas al inte-

rior de los inmuebles o algún sistema de vegetación en plazas y parques que es necesario mantener y conservar.

Diferentes elementos conformantes del mobiliario urbano de la ciudad,

pudiéndose notar la falta de unidad entre ellos y la escasa toma en cuenta del entorno patrimonial

en el cual se encuentran.

Las altas palmeras presentes en algunos de los patios de antiguas casonas se convierten en hitos referenciales, dada su marcada presencia

en la imagen de la ciudad.

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Mención aparte merece el tema de la nueva vegetación que se implante en el centro histórico, debiédose tomar en cuenta recomendaciones básicas que daremos a continuación.

Acciones pa-ra su manteni-miento

En cuanto a la vegetación exis-tente en el perí-metro del centro histórico de Are-quipa hay que hacer primero un reconocimiento de aquella que, además de te-ner un intrínseco valor natural,

posee también el cultural que la hace susceptible de conservación.

Luego de este reconocimiento se debe realizar paródicas tareas de mantenimiento, y evaluar con es-pecial cuidado las acciones a tomarse

para su conservación.

Recomendaciones para su imple-mentación

Las actuales condiciones ambienta-les que se viven en la ciudad de Are-

Aunque no muy abundante, la vegetación presente en los inmuebles y espacios públicos

del centro de la ciudad adquiere un valor cultural adicional a sus

atributos naturales.

quipa, y en especial en el Centro His-tórico de la ciudad, hacen necesario el aumento de áreas verdes y elementos naturales, teniéndose en cuenta ciertas recomendaciones para su implanta-ción:

No plantar árboles de copas de-•masiado grandes colindantes con monumentos edificados, ya que es-tas pueden generar humedad que termina siendo caldo de cultivo de hongos, moho, musgo, etc. Evitar que estos nuevos elementos •vegetales se conviertan en barreras visuales para la percepción de los inmuebles y espacios de valor pa-trimonial.Tener en cuenta que las hojas que •caen de los árboles sobre las cober-turas pueden interrumpir el normal funcionamiento del sistema de eva-

cuación pluvial. Las raíces de algunas especies de •árboles pueden ser perjudiciales por su capacidad para levantar pisos o, inclusive, alterar el sistema de ci-mentación de algunas edificaciones.Recordar que el necesario regado •de plantas y jardines próximos a edificaciones patrimoniales puede generar humedad por capilaridad, pudiendo ser la fuente de futuras patologías en muros y cubiertas.

Pistas y veredasLas veredas y las pistas que compo-

nen la retícula del centro histórico de Arequipa tienen características particu-lares, sobre todo estas últimas, que en un buen número están compuestas por un peculiar sistema conocido como “ado-quinado”, que consiste en un empedra-

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do de pequeñas unidades prismáticas. Si bien el sistema no es tan antiguo como se piensa, forma ya parte del imaginario de la ciudad y dialoga bas-tante bien con las características arqui-tectónicas de los inmuebles patrimonia-les, construidos la mayoría de ellos en sillar.

Trabajos que tie-nen que ver con el sistema de desagüe o de redes subterrá-neas hace que estos adoquines sean con-tinuamente removi-dos, no teniéndose el debido cuidado en su reposición, recu-rriéndose inclusive a “parchados” con ma-teriales ajenos como

el asfalto o el concreto.

Recomendaciones para su imple-mentación

Para solucionar este problema, las autoridades competentes deben exigir a las empresas públicas o privadas, que por razones ineludibles tienen

que realizar trabajos que supongan la remoción del adoquinado de las calles del centro histórico, la participación de personal especializado para su retiro y posterior colocación, teniendo que es-tar contemplado necesariamente en el proceso, el relevamiento de piezas a retirar y la prohibición expresa de uti-lizar materiales ajenos para la reposi-

ción, como concreto o asfalto.En el caso que existan piezas que

por el paso del tiempo se hayan daña-do, estas deberán ser sustituidas por otras del mismo tipo, debiendo también preverse periódicos trabajos de mante-nimiento a fin de retirar cualquier ele-mento que pudiera resultar perjudicial o abrasivo para los adoquines.

Continuos trabajos en las calles del centro de la ciudad generan remociones permanentes de los

adoquines, sin tener en cuenta, en la mayoría de los casos, el valor

patrimonial de los mismos.

Un buen número de “parches” de concreto

y asfalto aparecen entre el tradicional adoqui-nado, producto de las deficientes intervencio-nes en las calles que no tomaron en considera-ción el valor patrimonial

de las mismas.

Postes y cableado aéreoLas necesidades propias de cual-

quier inmueble, en la actualidad hacen necesario que esté provisto de una se-

El denso cableado aéreo en el centro histórico de nuestra ciudad genera una contaminación visual que afecta seriamente la percepción de nuestras

edificaciones patrimoniales.

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rie de redes (eléctricas, telefónicas, de cable, cómputo, etc.) que por lo general no ha sido previstas con anterioridad y que son fruto de los requerimientos que cada inmueble va teniendo en tiempos disímiles.

Este carácter espontáneo e informal genera problemas de diversa índole. Por un lado la sobrecarga de redes que en cualquier momento puede ocasionar un corto circuito o un incendio y, por otro, la contaminación visual que impide tener una imagen limpia de los inmue-bles y espacios, la mayoría de ellos con valor patrimonial.

Recomendaciones para su imple-mentación

La recomendación básica para solu-cionar este problema es la consolidación en todo el centro histórico del cableado

subterráneo, proyecto que fue iniciado en una anterior gestión municipal y que lamentablemente no se ha continuado. Este sistema permite la implementa-ción de nuevas redes de una manera segura, además de proporcionar una imagen más limpia de nuestras edifi-caciones y espacios, tal como lo fueron originalmente.

Otro tema importante es el de los postes dentro del centro histórico. Es-tos deben tener un diseño unitario y propicio para conjugar con las caracte-rísticas propias que se tiene dentro del perímetro patrimonial que son diferen-tes a las del resto de la ciudad.

Resulta indispensable que las entidades competentes continúen con el plan de cablea-do subterráneo de tal suerte que se limpie la imagen de edificaciones y espacios. Además proponer un sistema de postes y semáforos

adecuado a las características patrimoniales de nuestro centro histórico.

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ASDEPROAAsociación de Defensa y Protección del Centro Histórico de Arequipa

CEDIPCentro de Investigación y Proyectos de la Facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente Universidad Católica de Santa María