LV3 CUENTOS 2013. TM PINA. TN JOSÉ

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    TM. PINA ROMAGNOLITN. JOSE ACOSTA

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    I

    El camino de los coloresVernica Carabajal

    Haba una vez un enano cantando un veranosentado en un tronco escuchaba un pocoa un viejo conejo que un da le dio un consejo.Le dijo no crezcas enano sin antes haber recorridoel largo camino de los colores.

    Azul, azul veo una luzmarrn, marrn no es el melnrosa, rosa no es una osaceleste, celeste tiene la suertela flor, la flor no s su color.Naranja, naranja ser la naranja?El pez, el pez tan negro no es.

    Colores, colores en el arcorispara vivir y sonrer.El enano de tantos colores que vio,creci y creci, tan alto, tan altoque la luna tococon su cabeza color de cereza.

    II

    Entramados

    Lucas Gagliardi

    Una maana, ella comenz a tejer. Al cabo de unos cuantos das, descubri que tena talento para eseoficio aprendido entre abuelas y tas.

    Al cabo de unos aos, todos conocan a esta tejedora y sus entramados. Le pedan desde medias hastaalfombras: nadie ignoraba su habilidad para trazar arabescos con las agujas tampoco se desconoca lafortaleza de sus tejidos. Se deca que podan resistir hasta las peores ventiscas.Justamente, un da de tormenta muy hostil se llev unas tejas de su casa a dar un paseo sin retorno.Cuando comenz a filtrarse el agua entre los muebles del comedor, ella decidi salir a emparchar el tejado.

    An con sus pocos conocimientos de albailera no dejara que se inundara su casa.Y all, entre un coro de luces urgentes en el cielo, los vecinos la vieron recortada contra el cielo, tejiendo,emparchando un techo con otro entramado. Y as, sus vecinos descubrieron uno ms de sus muchostalentos. Desde entonces, ella teja. A veces tejidos y a veces tejados. Su punto caneln diseaba

    techados que todos queran.Das despus, una vecina le pidi una casita textil para su perro. La pidi con diseos japoneses y doscanaletas para desagotar el agua de las lluvias, cada vez ms abundantes.Otro da, ms avanzado el invierno, le pidieron que tejiera un toldo para cubrir un edificio. Lleg un hombrede una gran ciudad a su casa en las afueras.

    Es un resguardo. Es ms prctico y ms econmico que hacer la pintura de nuevo dijo el dueo delemprendimiento al pie del rascacielos, mientras apuntaba con el dedo a la cumbre entre las manchasnubosas.

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    Ella pas toda la semana entre andamios y agujas, subiendo y bajando ese toldo entramado y probndoloante lluvias y relmpagos.Cuando inauguraron el toldo vinieron los medios. De ah en ms, sus obras se hicieron famosas comonunca. Sus servicios fueron ms requeridos que nunca. Pas a tejer capuchones para plazas, techoscorredizos para estadios, capas para monumentos, puentes y castillos. Nunca se haba dado cuenta de lacantidad de construcciones que haba en las caercanas. Nunca h que la sentido que la gente valorara

    tanto las construcciones para protegerlas del sol y de las lluvias.Y as, un da, se encontr cansada, en un parque cuyo cielo tena nubes diseadas con lana de ochos ypunto Santa Clara. Vio un pajarito que, en ese despuntar la primavera, construa su nido trabajosamente,utilizando ramitas. Record que tena pendientes tres trabajos ms antes del sbado y no tuvo ganas delevantarse de aquel banco.Mir otra vez al cielo (en realidad a la cpula que haba desplegado sobre la plaza) y record todo el trabajode aquel Santa Clara, de la hilandera, de la combinacin de lanas para lograr aquel caleidoscopio deazules, turquesas y blancos. Mir sus bolsillos, que parecan no poseer ms dinero que cuando tejabufandas, a las que pona tanto esmero artstico como a sus techos. Se dio cuenta de lo poco que cobrabapor sus servicios textiles y por extensin, adems, en el rubro construcciones. Una bufanda vala lo mismoque un dos aguas, o que todo un castillo con siete atalayas.No era justo. Tanta exigencia, tanto oficio.Entonces, en un rapto de furia, decidi correr.

    Corri, salt, y sigui corriendo hasta el lmite urbano. Se detuvo ya entrada en campo abierto, cuandohubieron desaparecieron todos los edificios cubiertos por sus techos.En su casa se acumularon las solicitudes de futuros trabajos. Cartas, mensajes telefnicos y golpes a supuerta. En el barrio, se acumularon los rumores sobre su paradero. Nadie la volvi a ver por all.Ocurre que la tejedora haba decidido alejarse no de la ciudad, sino de los pedidos que le haban hechoodiar los entramados que con sus agujas realizaba a pedido. No se retir al campo para convivir con lanaturaleza: necesitaba descansar de un talento que se haba vuelto una carga.Por ello, luego de vagar por un mundo repleto de diseos se instal en una selva perdida por all. Es que allpoda seguir apreciando el arte de los estampados, de los tejidos en compos y con juegos de colores.Pero esta vez, la mano de obra y las ideas las aportaba el verdor que la rodeaba.En ese refugio selvtico se habra reconciliado poco a poco con su propio tejido. Segn dicen los pocos quese han adentrado, la habran visto entre las guas y lianas mientras buscaba ramitas que sirvieran deagujas

    III

    Hada de calle CorrientesLuciana Schwarzman

    Maquillada de mocos ledijo:Me regala un libro de hadas?Un metro de estaturatambaleaba sobre zancos infinitos.HadasUna nochecuando su estmago rujaabrir el libro y serhada.Con brillo de semforoy bocina de almohada.

    Alas

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    Cuando el fro le escarche los mocosabrir el libro y tendralas.Con vuelo de abeja,con deseo de pana.

    IV Jugando con monoslabosVernica del Carmen Carabajal

    Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Sison las que te di a ti.Y te vi con l,y no me dio mi Solla luz ni el haz de paz.Y mi voz no se qu Sol te dio.Por qu

    si mi Re y mi Do no te dan ms fe,no te vas con l?Si t me das stop,ya no te doy mi ser.Hoy soy paz en mi mar de luz,y fe en mi voz de cian.S que un mes, no es dos ni tres.Vos o l no me dan ni Fa.Yo s ser y me voy sin vos,flor de lis, flor de luz,no seas ms mi cruz.

    Con canciones la conquist, pero ella un da poso sus ojos en otro. Pero a pesar de esto, ella no puededejarlo. Est indecisa. Es l o el otro? l la ayuda a elegir, porque necesita encontrar paz y no engaos.En un mes no se puede dejar de amar, pero es necesario para conservar la dignidad. El no da ms de smismo, y la deja ir. Ya no importa lo que fue o ser. Elige su dignidad y orgullo.

    V

    La luna

    Lia Ruiz

    Era una noche de verano muy calurosa esas noches que te sacas la remera, las ojotas, la bombacha, elcalzoncillo, los pelos se te mojan, la cara esta hmeda y el gordo de las esquina ni te cuento qu olortiene! Te acuestas en la cama y las sbanas te molestan, los mosquitos te pican, un asco que quieres quete diga.Delfina estaba con su abuelita Ana re acaloradas! Entonces salieron al patio para ver si algo de vientitocorra, pero nada.Esa noche el cielo estaba lleno de estrellas y una luna redonda redondo barril sinfondo miraba desde lo alto, va una luna nueva que le dicen, entonces Delfina mir la luna - Abu no metraes la Luna?- y la abuelita que para ella los deseos de su nieta eran rdenes, o sea que enseguida sala adarle lo que le peda, le contest:

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    - Recorcholis Delfina la luna est muy alto en el cielo, no s si podr alcanzarla pero vamos a tratar-.As la abuela ni lerda ni perezosa se subi a la escalera de su pap que era una de esas que se encojecomo un acorden y sale como un tirabuzn y se hace alta alta, alta. La abuela se subi, no como bala,pero s como baln de a poquitn y se estir, estiro. estiro el brazo, la mano, la pierna, el pie, el cuello, lasorejas, la lengua y hasta las cejas pero nada, ni un poquito se acerc. La luna desde el cielo miraba a laabuela y a Delfina.

    -Tengo una idea abuela!- dijo Delfina mientras la abuela trataba de acomodarse luego de tanto estiramiento-y si vamos a esos edificios altos, altos que tienen muchos piso y parece que tocan el cielo?-Y all salieron las dos muy orondas, subieron al ascensor esos ascensores que se cierran y empiezan asubir rapidsimo que uno siente que la panza se le sube y llegaron a la terraza.La abuela empez a estirarse, Delfina saltaba, la abuela saltaba y se estiraba pero nada. La luna desde elcielo las segua mirando.En eso atraves el cielo un avin y Delfina dijo y : si vamos en un avin y nos acercamos a la luna? - Noes mala idea, dijo la abuela y se fueron al aeroparque, subieron al avin se abrocharon los cinturonescuando el avin empez a subir y subir, pasaron unas nubes, y seguan subiendo pero nada, ni ah de poderacercarse a la luna!!Se bajaron del avin ya cansadas, la abuela caminaba torcida por que de tanto estirarse haba quedadomedia turulata y Delfina quera llegar a su casa por que no daba ms!!

    Al abrir la puerta de entrada vieron que en el patio donde haba una piscina de lona a que no saben que

    pas!, la luna qu loca se reflejaba en el agua.Al verla Delfina digo: - abuela la luna baj del cielo para jugar en el agua con nosotros y refrescarse unratito-.

    As que enseguida se pusieron la bikini y se tiraron a la piscina para jugar con la luna. Entre chapuzn ychapuzn la abuela le digo Delfina viste que cosa, tanto buscar cmo llegar a la luna y ella estaba tancerquita de nosotras y no la podamos ver.

    VI

    La MoscarditaLuciana Schwarzman

    Cada vez que Toms entra a baarse encuentra una mosca. Asomada desde un rincn, lo espa. Algunosdas se acerca hasta el borde de la baera y le grita: Basta con el vapor! No ves que se me empaan losvidrios del living! Y l la salpica para que se calle. Deja caer el agua sobre las mejillas, tarda un rato enpasarse el jabn y no cierra la canilla hasta que se le cubren enteros los pies. Mientras piensa que lamosca se fue, disfruta quedarse debajo del chorro esperando, vaya uno a saber Entonces ella se asomapor la ventana y canta:

    Se dice de m,se dice que soy mosca,que aleteo sin rodeos,

    que soy fea y que me muevocon un aire compadrn,que parezco a Quasimodomi nariz es puntiaguda,la figura no me ayuday mi boca es un buzn.Toms la ignora al principio. Y la mosca hace malabares para cubrirse las patas y que no se lehumedezcan. El juega, hace burbujas. Y ella que vuela por encima de la ducha, que patina sobre el

    jabn. Ah, en la unin del azulejo con la baera, vive La Moscardita:

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    Si vuelo as de ac para all,hablando de m las chusmas estn.Critican si ya veneno com,se fijan si voy, si vengo o si fui.

    Pero cuando Toms abre los ojos para cerrar la canilla y la escucha zumbar, le revolea la esponja Lo estmolestando por millonsima vez!

    Se dicen muchas cosas,mas mi forma no interesaporque pierden la cabezaocupndose de m.

    A Toms se le ocurre hacer espuma con el champ y tratar de atraparla con burbujas. Pero la Moscarditalas esquiva a todas. l sopla una, ella se mueve hacia un rincn. l manotea con jabn el aire, ella vuelaalrededor. El chapotea, ella desaparece en lo alto del techo.

    Yo s que muchos me desprecian, no me quiereny resoplan y se inquietan cuando piensan dnde estoy.Y ms de uno me persigue si revueloy se quedan si los miro sollozando oy oy oy.

    No hay caso, La Moscardita se oculta a cada pestaeo. Todava se escucha ese zumbido.

    Podrn decir, podrn hablary murmurary rebuznar,mas la fealdad que Dios me dio,ms de una pulga me la envidiy no dirn que me engrupporque modesta siempre fui.

    Yo soy as.

    Toms se sienta en la baera, menendose hasta lograr olas y espantarla. Ahora s que no va a posarsecerca!

    Y ocultan de mme ocultan las comidasun pedazo de sandauna jarra de sangrapor si un huevo pongo ah.

    Cuando parece que ya no est, Toms se enjuaga la cabeza con los ojos cerrados. Y entonces siente una

    cosquilla en la nariz justo cuando se va a poner la crema de enjuague. Entreabre los ojos cuidando que nole entre champ y la ve. Paradita en la punta, como sealndolo con el ndice.

    Critican si ya ah me pos,se fijan si voy, si vengo o qued.Se dicen muchas cosas,mas mi forma no interesaporque pierden la cabezaocupndose de m.

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    Toms se queda inmvil mirando qu hace ese punto minsculo posado en su nariz. La Moscardita seacerca hacia los ojos, y se vuelve a la punta. De ac para all, abriendo y cerrando las alas. De pronto seescucha la puerta del bao. Es la mam de Toms. Cuando la ve acercrsele de prepo, La Moscardita salevolando, zumbando... Desde el ventilete viene una rfaga que la eleva y aprovecha para esconderse.

    Podrn decir, podrn hablary murmurar y rebuznar,mas la fealdad que Dios me dio,mucha moscarda la envidi.Y no dirn que me engrupPorque una mosca siempre fui.Yo soy as.

    Chey que no se fijen mssi voy,si vengoo si Flit

    VII

    La mudanzaPor Luciana Schwarzman

    Recin eran las ocho cuando a Francisco le dio sueo. Estaba exhausto de ayudar con la mudanza y depensar que esa noche dormira en la habitacin del fondo. La casa estaba ubicada en una esquina. Sucuarto era el nico que daba a una calle y el resto, a la otra. Tambin era el nico que tena una puertahacia la escalera de la terraza. Su ventana estaba al lado del pasillo, junto a la puerta de calle. En la casanueva haba recovecos y puertas todava no explorados, una carnada abundante para sus miedos.Mientras pap y mam se iban al supermercado, l haba quedado a cargo de su hermana menor, Clari.

    Francisco era de esos que prefera pellizcar en lugar de dar un abrazo y despus apaciguar sus accionescon una risa seductora. Para Clari, era el Dr. Jekyll y Mr Hyde de los hermanos.Los dos tenan hambre y sus padres no volvan. Haba unos sndwiches de miga arriba de la mesa que nodudaron en devorar antes de que los venciera el sueo. Al da siguiente empezaban las clases. Franciscoestaba convencido que no iba a dormirse tan alejado del resto de los cuartos de la familia y tan cercano aesas dos puertas: la que daba a la calle, y la que daba a la terraza.Entonces sac a la luz su papel Mr Hyde.-Sabs, Clari?, pap me cont que antes de comprar la casa haba un seor que viva en tu placar, peronadie lo vea. Siempre esperaba a que se durmieran todos para salir. Y a que no sabes qu haca, Clari?Mejor ni te cuento-A ver, decime, qu haca, Francisco- Yo ni loco dormira en esa habitacin Me cont pap que ese seor les haca cosquillas en los pies atodos los que durmieran ah

    - Francisco eso no asusta ni a una mosca!- Y despus les arrancaba de a un dedito por noche a sus vctimas.- Callate nene. Y cmo sabe pap, a ver?Francisco haba logrado poner a su hermana de mal humor.- A pap se lo cont el dueo anterior, por eso vendieron la casa.- S s y por qu la compramos entonces?- Y porque sala ms barata, Clari. Pero sabas que esta casa era un consultorio mdico? Ac, justo eneste living donde ests parada ahora, sabs qu hacan? Experimentos con bebs. No te imagins cmoquedaban, Clari,

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    - Callate! Vos qu sabes! Ac no pasa nada, tonto.- Ah, no me cres? Cuando haya silencio en la casa, fijate si escuchs llantos- Pobrecitos, Francisco, vos cres que lo hacan de verdad?- Ven, acercate. Ahora cerr el pico y escuch, Clari...Francisco la agarr de los hombros y se puso detrs de ella.- UaaaaUaaa

    - Ahhhhhh! Franciscooooooooo! No puede ser! AbrazameeeFrancisco estaba regocijndose pero, al ver las lgrimas de su hermana, ya comenzaba a aparecer el Dr.Jekyll.- Hasta que no vuelva pap, no te quiero escuchar ms, callate!- Bueno, pero igual, cuando vuelvan y te quieran baar, espero que no te dejen sola en el bao, Clari.- Ay, no pods ser ms tonto, nene. Ya estoy grande para baarme sola.- Si, vos lo decs lo que pasa es que no sabs qu hay en el bao- Callate Franciscooo, sff ssff sssfff- Me dijo pap que a una nena, as como vos, creo que de tu misma edad y todo, alguien de su familia laahog en la baera. Y que cada vez que su espritu se apareca en el bao era porque los hechos se iban arepetir- Basta, Francisco!!! Quiero que venga pap.Clarisa corri hacia l y lo agarr de la cintura.

    - Ven a dormir conmigo hasta que lleguen. Y no me cuentes ms, no quiero saber ms nada! - Bueno,Clari, ya est, ya est, quedate tranquila que voy a dormir a tu cuarto y vas a ver que no nos va a pasarnada.Cuando llegaron los padres, los encontraron durmiendo. A l, en la cama de su hermana tapado hasta lasorejas, y ella al lado, acurrucada en la cuna de las muecas, que quedaron desparramadas por lahabitacin.Tambin encontraron la baera llena de agua, un velador encendido dentro del placar con las puertasentornadas y, en el living, la radio a medio volumen.

    VIII

    La risa del cangrejoLuciana Schwarzman

    El cangrejo abra y cerraba sus tenazas violetas murindose de risa. Se dejaba llevar por una ola y volva.Cada vez que se acercaba a unos dedos regordetes que jugaban en la orilla pintados con arena y una pizcade sal, se desarmaba rindose.Se lo llevaba el agua cuando el mar juntaba aire para escupir otra ola. Pero volva y miraba los pies. Y se ledescontrolaban las tenazas en carcajadas. As siguieron pasando olas hasta que el sol se apoy en unbarrilete y se fueron yendo sus espigas de calor. Pero al cangrejo no se le iban las ganas de rer.En una de las veces en que volvi todo espumado, los pies se haban movido haciendo pozos lejos de laorilla. El cangrejo todava guardaba risas en el bolsillo.Entonces aprovech el envin de una ola y se dej arrastrar hasta que el agua se absorbi en la arena. Ya

    en piso firme busc esos piecitos mofletudos y los vio alejarse a saltos por ah. Enseguida enfil sus pinzasal encuentro, caminando de costado. Las revolote hasta acercarse y ah lanzar una carcajada amordiscones.Justo cuando estuvo dispuesto, casi pegado a esos dedos carnosos, unos pies oscuros y arrugados seacercaron. Levantaron a su presa, sin que l llegara a apretarla. El cangrejo se qued mirando cmo sealejaban los pies enredados entre las manos de ese gigante.No tard en llegar la ola que lo arrastr hacia el mar otra vez. Con las pinzas cansadas de tanto esfuerzopor ir y venir se dej llevar. Pero, cuando volvi a la orilla junto a la espuma, ya estaba listo paramordisquear a carcajadas unos nuevos pies.

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    PunkquequeRoxana D'Auro

    Punkqueque es un planeta de la va chocolctea.Est en un inestable equilibrio. Sus habitantes, los punkquequianos van constantemente de una punta a laotra del planeta para que no se doble.Punkqueque tambin gira como una calesita en el Universo.Y la mayora de los das los punkquequianos estn mareados.La va chocolctea es un lugar peligroso para los punkquequianos.Se tienen que proteger de lluvias de jugo de naranja o frutilla, y de granizo de chispitas de chocolateblanco y a veces negro, o de blanco y negro con cereal, que es ms pesado y peligroso.Tienen fama de temerarios y arriesgados, pero un da se cansaron de llevar una vida tan agitada y sereunieron para encontrar una solucin.Todos los habitantes hicieron una ronda grande y redonda que ocupaba la superficie entera del planeta.Como estaban muy lejos unos de otros no podan escucharse. Cuando a uno se le ocurra una idea se ladeca al de al lado, y ste se la deca al que tena a su lado, y as se iban pasando la idea alrededor detoda la ronda. El problema fue que la reunin termin en un telfono descompuesto y si uno sugera quese mudaran a un bizcochuelo, del otro lado de la ronda terminaban pensando que les haban dicho: bizcoy lelo y se armaban unas peleas brbaras. Como eran bastante anrquicos les llev mucho trabajo haceruna votacin y despus de unas cuantas vueltas ( de ellos y de el planeta ) adentro de un cucurucho queusaron como urna , pusieron sus propuestas.Pocos queran irse a vivir a un bombn de dulce de leche porque la mayora saba que cada vez que el solasomara, se derretira la mitad del planeta.

    Algunos votaron por mudarse a una selva negra, pero unos cuantos teman vivir con ataque al hgado.Otros queran mudarse a una rosquilla, pero los dems tenan miedo de caerse por el agujero del mediocuando se quedaran profundamente dormidos.Ese da decidieron recorrer el espacio en bsqueda de un planeta ideal.Se subieron en su rocklohetes y se lanzaron a la conquista.

    Vieron a la distancia un planeta que les pareci perfecto para vivir en l: estable, macizo, con una superficieblanca impecable: una tarta de ricota.Cuando quisieron descender sobre ella, sus habitantes, sintindose invadidos, se defendieron: eran losredonditos de ricota, espacialmente conocidos por su pogo galctico.Los pobres punkquequianos huyeron despavoridos y siguieron recorriendo el espacio.

    Avistaron un planeta de gelatina deshabitado y luego entendieron por qu.Cuando aterrizaron,simplemente lo atravesaron! saliendo del otro lado todos pegoteados.Con sus ltimas esperanzas vieron a la distancia un gran planeta de merengue con dulce de leche.Descendieron y comenzaron a caminar sobre l, pero mientras lo hacan, iban rompiendo toda susuperficie era un planeta tan frgil!Y empezaron a sentir un poco de melancola por su hermoso Punkqueque.Se dieron cuenta de que se mantenan todos en forma por tener que estar corriendo de un lado al otro delplaneta, y que adems vean paisajes diferentes gracias a estar girando y girando todo el tiempo.

    Se montaron nuevamente en sus rocklohetes y emprendieron el regreso pensando:Qu bueno es volver a casa!

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    Un reloj sin sombraDolores Todol

    Cuando est nublado los relojes de sol se convierten en relojes sin sombra.Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha intentado medir el tiempo y all estaba l soando con ser unreloj de marca controlando el tiempo de los otros.-Los relojes son importantes, -se deca a si mismo- la gente vive pendiente de ellos, los necesitan. Sonimprescindibles.Deseaba, ms que nada en este mundo, sentir esa sensacin!imprescindible! ...imprescindible!...imprescindible!Pero cuando al fin consigui la plaza en la Tempory University no se decida por el tipo de reloj que queraser.Por esta Universidad haban pasado los relojes ms importantes de la historia. Intentaba recordar susnombres, pero el tuc-tac de su compaero de pupitre no le dejaba concentrarse. Le quedaban un minuto ytreinta segundos para marcar la casilla.Tic-tac-,tic-tac,tic-tac

    El tiempo seguia con su ritmo montono. Y an no se decidia por su especialidad.Si elegia ser reloj de sol, tendra que viajar al desierto y dejaria de medir el tiempo en el momento quellegara la noche.Reloj de agua: especialidad que surgi en tiempos inmemoriables ante la necesidad de saber la hora en losdias nublados y por la noche.Haban pasado treinta segundos, le quedaba solo un minuto y el tiempo segua con su ritmo montono.Tic-tac, tic-tac, tic-tacCada vez ms nervioso, estuvo casi a punto de marcar la casilla de los relojes de arena y esto hubiera sidofatal para sus pretensiones.Sigui leyendo: reloj de arena, reloj neumtico, reloj de cuerdaLe quedaban cuarenta segundosSigui recorriendo con la mirada la hoja, ahora las casillas parecia que le decian:

    -Ya es la hora, ya es la horaUn sudor frio escapaba de sus poros, quedaban veinte segundos.Reloj de pndulo, reloj de salto, reloj de capricho, reloj misterioso-Diez segundos -dijo el cuco.Y cuando estaba ya marcando la casilla son estridente el reloj despertador:- El tiempo se ha acabado seores.

    Abri los ojos muy asustado. Cien relojes despertadores, ms de cien relojes. Quinientos relojes, ms dequinientos. Todos sonando al mismo tiempo.Un viejo reloj de faro iluminaba la estancia. Empezo a caer una lluvia de despertadores y busco refugiodentro de un reloj-casita, con su pajarito mecnico en la puerta, que reperta imperativo:- Despierta, despierta!- Estoy despierto y quiero ser reloj de bronce - gritLa tormenta de despertadores haba pasado.

    Sali y miles de relojes de sol lo rodearon:-Eres de los nuestros, eres de los nuestros!De repente se encontr varado esperando que llegara el da para marcar las horas. El sol adelant susalida, luminoso y redondo. Y l marc su hora, esperando poder volver a la Tempory UniversityPasaron aos, pasaron siglos. generaciones y generaciones de relojes de sol, que como l soaban conllegar a saber marcar las horas en los dias nublados y en las noches oscuras.No se sabe cuando la humanidad se percat de que la cambiante longitud de la sombra de un objeto indicala hora del da y que la sombra se acorta hacia el medioda y se alarga hacia el atardecer.

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