Luna de miel

1
Luna de miel Han pasado los días y aún persiste la intensidad de este amor que me invade, como si se tratase de una luna de miel vivida bajo el cálido octubre de los inviernos de mi pueblo, en medio de una humedad permanente que me enferma, con días sombríos y atardeceres de ternura. Cada detalle tuyo, es como una caricia loca que recorre mi cuerpo, cada palabra como el bálsamo que penetra en mis poros para desvanecer mis penas, cada mirada la confirmación de que este amor será eterno: Cuando estoy a tu lado, quiero que el tiempo se detenga entre nuestras manos, para abrazar el amor, como el fuego absorbe el leño para consumirlo hasta llegar a convertirlo en ceniza, polvo misterioso que envuelve los secretos de la plena entrega. Me gusta escuchar tu voz sigilosa e insinuante que me invita a compartir el desafío del idilio. Cuando te veo, se escapan mis penas y una corriente eléctrica recorre mi ser entero, recordándome el ardiente y satisfecho deseo que me producís cuando sin límites te entregás a mí. Ayer vi la luna, escondida y celosa, reclamándome mi ausencia, mi claro desinterés por su brillo e indiferencia ante la luz de su grandeza, de lo cual ni yo me había dado cuenta, le he dado permiso, entonces, para que se asome esta noche, y desde lejos vea el resplandor que he visto cuando se funde tu boca entre mis volcanes, y mis montañas se humedecen hasta alcanzar el éxtasis de la perfección. (f.p.p.)

Transcript of Luna de miel

Page 1: Luna de miel

Luna de miel

Han pasado los días y aún persiste la intensidad

de este amor que me invade, como si se tratase de una luna de miel

vivida bajo el cálido octubre de los inviernos de mi pueblo,

en medio de una humedad permanente que me enferma,

con días sombríos y atardeceres de ternura.

Cada detalle tuyo, es como una caricia loca que recorre mi cuerpo,

cada palabra como el bálsamo que penetra en mis poros

para desvanecer mis penas, cada mirada

la confirmación de que este amor será eterno:

Cuando estoy a tu lado,

quiero que el tiempo se detenga entre nuestras manos,

para abrazar el amor, como el fuego absorbe el leño para consumirlo

hasta llegar a convertirlo en ceniza, polvo misterioso que envuelve

los secretos de la plena entrega.

Me gusta escuchar tu voz sigilosa e insinuante que me invita a compartir el desafío del idilio.

Cuando te veo, se escapan mis penas y una corriente eléctrica recorre mi ser entero, recordándome el ardiente y satisfecho deseo

que me producís cuando sin límites te entregás a mí.

Ayer vi la luna, escondida y celosa, reclamándome mi ausencia,

mi claro desinterés por su brillo e indiferencia ante la luz de su grandeza, de lo cual ni yo me había dado cuenta,

le he dado permiso, entonces, para que se asome esta noche,

y desde lejos vea el resplandor que he visto cuando se funde tu boca entre mis volcanes,

y mis montañas se humedecen hasta alcanzar el éxtasis de la perfección.

(f.p.p.)