Lukács, Hacia La Clase

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Filosofía, reseña-ensayo sobre >Historia y conciencia de clase

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Instituto A P de Ciencias Sociales

Carrera: Lic. en Sociologa

Materia: Teora Social Clsica

Prof.: Susana Roitman y Virginia Sabattini

Alumno: Ricardo Isuregui

HaciaHistoria y Conciencia de ClaseLa revolucin imposiblede Gyrgy Lukcs

(Vemos)...en la estructura de la relacin mercantilel prototipo de todas las formas deobjetividady de todas las correspondientes formas desubjetividadque sedan en lasociedad burguesa.1Lukcs, Georg, Historia y Conciencia de Clase, RBA, S.A., Madrid, 1984, pg.: 7.

Interrogar un texto es, por sobre todo, entenderlo. Tomado como un emergente ms entre tantos, hacerle decir, explicitar, susinteligencias, sus estrategias, por sobre la figura de un comentador, es darle su status unvoco. Porque visto en su contexto, tuvo una intencin, se proyect como horizonte a partir de un problema o cuestin, donde sobra la mirada autosuficiente del que no tiene las urgencias de la hora. Lukcs llev hasta sus extremos posibles (estamos en 1923) cuestiones que se perciban como hechos, pero nadie hasta l los confront entre s dndoles un lugar en un proceso generalizado que nombr o identific como la cosificacin de las relaciones en todos los mbitos de una sociedad. Sociedad con problemas, claro, pero que no quera ver lo que ste seor describir al detalle y con un rigor inigualables. Resta decir que han pasado 90 aos, y a la luz de los hechos histricos, aparecen aqu y all objeciones, con la pertinencia que suele dar la academia pero que creemos, an as, sin justicia. Su apuesta fue tan alta, sus horizontes tan elevados, que incluso l mismo, pasados los aos, se retract de sus tesis. No buscamos la verdad, por lo que se nos permitir afirmar que, todava hoy, la lectura de'Historia y conciencia de clase'invita a un altsimo juego intelectual, donde est en entredicho no slo su efectividad a la hora de tratar con una realidad que, sabemos, nos elude, sino tambin los modos con que llev adelante su indagacin. Porque la filosofa es un camino que debe ser transitado, como, precisamente y con felicidad, nos muestra Lukcs.

El fenmeno de la cosificacin

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Ante todo la mercanca entendidacomo una estructura, como relacin entre personas, como relacin entre hombres, relacin que se objetiva en una racionalidad fantasmal que vela su condicin real disfrazndola de sociedad. Su nocin abre perspectivas de otro modo cerradas, nos dice: aqullo en lo que crees es una ilusin; la mercanca es la forma que avasalla lo social imponindose de manera violenta (aunque insospechada), destruyendo los vnculos humanos en pos de una objetivacn donde el hombre no es. Finalmente, es la legitimacin de unestado de cosas, que me hace creer que cubro mis necesidades acudiendo a un shopping como prescribe el ritual segn el cual el fetiche que es la mercanca quiere ser venerado2Benjamn, Walter, Poesa y Capitalismo, Ediciones Taurus, Espaa, 1999,pg.: 180.

.Condicin que es la de nuestra poca y del capitalismo de nuestra poca, y que va a influir sobre la vida toda de una sociedad. Porque el dispositivo capitalista va a disolver como un cido las viejas relaciones entre los hombres imponiendo laforma fantasmtica de que hablamos. Por esto, seala Lukcs, la diferencia entre una y otra sociedad escualitativa. Los hombres, nuestros contemporneos, ya inmersos en las formas cuantificadas de percibir la realidad que impone la estructura mercantil, no pueden aprehender la fuerza a la que estn sujetos. Y esas formas cuantificadas harn relevante esta segunda naturaleza, ay, que nos arroja a un Edn de las cosas, de lo objetivado; ir del producto con su valor (de uso) a una cosa suprasocial (la vil mercanca), y que ser la categora nica que dar el carcter de pertinente a un acto, a un cuerpo, a los horizontes mismos.Y qu es eltrabajoen esta perspectiva sino algo extrao, incluso ajeno, que impone su forma como un orbe con sus propias leyes (yque paulatinamente se nos revelan); que se me aparece como autnomo (otra categora moderna) y por lo tanto objetivo? Y que esmitrabajo cuando puede ser ejecutado porqualunquey no se ver alterado, sino yal mismomercanca de la que dispongo?As,el trabajo humano se convierte en una abstraccin que iguala formalmente atodolo producido hacindolo cosa, tanto de modo objetivo como subjetivo, a travs delclculo,que racionaliza su forma extendindose tanto al trabajo manual del sujeto como a su tiempo mismo para hacer las cosas, al dividirlo y registrarlo mecnicamente. Y ste es el presupuesto mismo del universo capitalista.-Y qu decimos con racionalizacin?, -porque es preciso delimitar sus horizontes de sentido; as, hablamos de Occidente,y hablamos de su forma superior, Occidente capitalista, que se vale para su seoro de una categora, elquantum, que se realiza descomponiendo a un todo en sus partes. Ay, (aclara Lukcs, citando a Marx: la racionalizacin es inimaginable sin la especializacin3Kapital, I, 451.

).Al mismo tiempo asistimos al desgarramiento del sujeto, parte desde ahora de un mecanismo indiferente a su individualidad (diramos, siguiendo a Simone Weil, indiferente de supersona4Weil, Simone, La Persona y Lo Sagrado, Confines, Bs. As., 1995, pg.: 161-176.

), y que lo hace unespaciopasible de ser medido y ordenado conforme a un Orden otro, perverso, que dispone de su fuerza de trabajo y al hacerlo aniquilaSuunidad;unidad perdida incluso (y desde ahora) con respecto de sucomunidad.

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Y as como las relaciones humanas se objetivan como cosa, as como el trabajo se abstrae, as tambin el resto de los entes se invisten con esta nueva coseidad y al hacerlo se llenan deextraeza.Destaquemos que este proceso (unaespiral ascendente) se complejiza ms y ms; en el sentido de que no se trata de un acontecimiento econmico o de un acontecimiento psicolgico, sino de un proceso generalizado en todos los mbitos posibles. Entonces el desarrollo del capitalismo no slo transforma las relaciones de produccin, sino que incorpora en un movimiento envolvente las viejas formas, arrancndolas de su aislamiento y hacindolas parte integrante de su todo, es decir, las incorpora al proceso de produccin. Y estas formas presentesen la consciencia de los hombres son las formas puras (dice Lukcs) del capital. Pues es enellasdonde se invisibilizan las relaciones reales entre hombres y entre hombres y cosas.Y al hacerse presentes de este modo en la consciencia, la mercanca, la calculabilidad que conlleva, lo hace como formas puras, que la consciencia acepta como inamovibles, verdaderas, y no pueden plantearse entonces qu se esconde detrs del dispositivomercanca.Y en el culmen del proceso descrito aparece el dinero, el ente que se incuba a s mismo y produce ms dinero. Se entiende entonces como propiedad suya el producir valor y se oculta que ese inters se arranca por la plusvala al trabajador. Trampa que soslayamos no sin misterio: queremos creer en un hecho casi mgico, envuelto en las galas de leyes supuestas (las leyes de mercado).Se consuma la fetichizacin del capital al presentarlo como generador de un inters por s mismo.Ahora bien, la consciencia burguesa no puede apropiarse del fenmeno ideolgico de la cosificacin, ya que el mismo proceso irrumpe en todas las formas de lo social, velando el fundamento econmico de su existencia.Tambin en su penetracin, el capitalismo produce un Derecho y un Estado acordes a su propia figura. Entonces, decimos, que elcapitalismo se conforma con arreglo al clculo, en el sentido que todo, incluidas sus leyes y su administracin, puedan calcularse racionalmente. Lo especfico del capitalismo moderno... es la organizacin rgidamente racional del trabajo sobre la base dela tcnica racional (pg. 23). De all un juez que gestiona artculos de un cdigo, de all un Estado burocratizado, ambos actuando en un sentido previsible por lo calculable.Entonces sistematizacin racional de lo jurdico y de lo administrativo, haciendo de estos sistemas cerrados, aplicables a todos los casos posibles, una estructura objetiva de las leyes frente a los acontecimientos singulares de la vida en sociedad.El sujeto inmerso en este coloso que despliega sus formas como sistema rgido y concluso no puede ms que recibirlo en estadocontemplativo. Recordemos que l mismo asiste, con respecto a la mquina que observa y controla, contemplando una realidad sujeta a leyes que lo exceden y lo determinan. As, podemos decir que la burocracia es laadaptacin a un modo de vida, a un modo de trabajo, a una consciencia, determinadas por los presupuestos econmico-sociales del capitalismo.Como consecuencia de esta objetivacin del Derecho, del Estado, del trabajo mismo, tendremos un tratamiento cada vez ms formal-racionalista de todos los mbitos de lo social. As, corresponde a una estructuracin unitaria de la economa una estructura unitaria de la consciencia.Agreguemos que este proceso de racionalidad tiene un lmite en s mismo, un lmite formal: por su desprecio a lo concreto de las cosas acepta, por ejemplo, un sistema deleyes generales, cuando en realidad hay una relacincasualentre sistemas aislados unos de otros y que se deja ver en momentos de crisis, cuando la supuesta fluidez de las relaciones entre los sistemas cesan: la verdadera estructura de la sociedad se manifiesta en leyes que slo poseen conexiones casuales, o conectadas slo de manera formal.Porque el orden entero capitalista requiere de un detalle regulado y de un todo casual: irracionalidad del sistema que para funcionar necesitaciertalegalidad (imposible de ser cognoscible por la consciencia burguesa) como presupuesto y que es tambin producto de la divisin capitalista del trabajo.Una mirada omnisciente nos mostrara unproceso orgnico, unitario, de la vida y del trabajo dejando paso (siendo destrozado) a otro proceso que lo descompone en sus partes y lo conduce a una gradual, diramos fatal, especializacin y consiguiente aislamiento.

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sta especializacin no permite un cuadro de conjunto: hace falta decir que hablamos de una cuestin gnoseolgica que replica la estructura econmica en el mbito de la filosofa y de las ciencias?Porque el saber busca captar lo inmediato, fragmentando la totalidad y perdiendo as la visin del todo. La ciencia no es ms que un sistema cerrado de leyes parciales y especiales... y para quien el afuera es metdica y principalmenteinasible...5Lukcs, op.cit., pg.: 32.

El afuera: el acto de intercambio en su generalidad formal equipara lo concretamente desigual, provocando una limitacin -en nuestro caso, la inaprehensibilidad del valor de uso por la ciencia econmica.Con esto se nos dice que el mtodo (cientfico) nacido de una clase, estar limitado por el ser de esa clase. Y se evidenciar, insiste Lukcs, en laskrisis(para un griego lakrisises aquello quesepara,pero tambin aquello quedecide).En efecto, el elemento desechado por la inteligencia burguesa, lo cualitativo de la cosa, vuelve en las crisis (como vuelveel espectro del padre de Hamlet) y pone en suspenso las supuestas leyes econmicas (ms: evidencia su no pertinencia).Esta situacin dejar a la vista el corte producido entre la visin de la totalidad de lavida econmica de Quesnay (un fisicrata) y eldesarrollo conceptual de Smith y Ricardo, sesgado, parcial (porque conforme se afine el anlisis, la visin de la totalidad torna a dejar lugar a la inexactitud que pasa por formal).

No es el caso de la ciencia jurdica, donde ya no concurren dos principios de organizacin en un mismo terreno, sino que hay claramente un conflicto entre la forma y el contenido. Pugna concebida en torno al derecho natural. Este derecho ser enarbolado, al principio, en contra de los privilegios y en contra del trascendentalismo de la realeza.Pero acabadas las lides revolucionarias, el derecho natural se tornar lo que es, una fuente de irracionalidad, pues en su nombre se defendern supuestos universales que confrontarn directamente contra los usos, especialmente los nuevos usos, aqullos que de alguna manera ataquen, verbigracia, un estado biolgico (vase el tema del aborto).As, un derecho basado en las costumbres de ningn modo puede ser racional; de hecho, renunciar a contenidos racionales ser su mtodo. Llegamos a un corpus o sistema formal de clculo que slo atender a los intereses de una clase.Y esperar que la Filosofa pueda acometer tamaas aberraciones alegando que es una ciencia de conjunto? El edificio conceptual capitalista estalla. Es claro. Porque noconsentir en cambiar supunto de vista.

Las antinomias del pensamiento burgus1

Toda la Modernidad beber en esto: el mundo no naci independientemente del hombre, sino que fue creado por l. Y por ello se tomar todas las libertades con este mundo,ay. No insistiremos en lo nefasto de este pensamiento, no por sus expresiones, sino porque legitim un saqueo sistemtico que hoy padecemos.Hay algo aqu: todo va y vuelve a lo ntico, a lo individual, a lo propio de los seres (y cuando pensamos esto lohacemos en oposicin a lo ontolgico, esto es, la nocin de la particularidad de un ente enfrentando el concepto de ser), solos, en un mundo atomizado y por ello inabarcable para ste pensamiento. Y lo aprehendemos con la racionalidad, aquello que nos permite captar los fenmenos intelectualmente. El problema es que este racionalismo moderno se presenta con la pretensin de haber encontradoel principiodetodos los fenmenos. Y ser usado como medio para alcanzar un fin (no racional).La cosa en s: elproblema de cmo conocemos el mundo que produjimos, y el problema de que se mundo es una totalidad. No insistiremos, desde se punto de vista no hay puerto alguno al que llegar.S, al rodear la cuestin (al darle vuelta), advertir que la racionalidad se presenta como la forma universal por excelencia y, aunque sea formalmente, se podra hablar de un sistema. Pero encontramos la objecin de que en un sistema todo debe sernecesario,y sabemos que, en el caso del conocimiento, a lo que hacemos referenciaes a una experiencia posible, esto es, a algo casual, no necesario.No deseamos extendernos en una materia harto voltil y por ende fuente de aberracin. Nos basta sealar que si entendemos el carcter irracional de lo dado, tambin entendemos que suintroduccin en un sistema basta para invalidar el sistema dondetododebe articularse como necesario.Pero vivimos en la historia y sucede que los hombres se empean en construirla sin importar los modos, sean stos racionales o no. As, desde Leibniz enadelante, esta irracionalidad ser pensada como un problema. El horizonte donde esta incongruencia parece transparentarse es la cultura. Es decir, que la conciencia burguesa cree (o quiere creer) resuelto el problema de la irracionalidad presente en el sistema capitalista, porque lo encuadra en la cultura como algo fctico.Fcticamente hablando, ste es precisamente el problema que la burguesa no puede sobrellevar: qu hacer cuando no puede abarcar la totalidad de lo social, porque su herramienta lo impide, porque como clase dirigente no puede siquieraverla humanidad.2

La riqueza del pensamiento filosfico clsico se basa en el supuesto dogmtico de que el modo de conocer racional-formalista es el nico posible. ste parecer tropieza ya que slo puede 'ver' aqullo que ha producido, quedando la cosa-en-s fuera de su alcance. Acota Lukcs que se ve as impelido a la busca de una interioridad que lo sume en la contemplacin -y se le escapa la nica puerta que puede conducirlo a algo: el principio de lo prctico.La respuesta de la filosofa, entonces, fue pensar a la dualidadsujeto-objetoprimero como unaunidady luego introducir lo prctico en ella comoaccin, comoactividad. De este modo, la filosofa parte o de un hecho o de una accin: partiendode un hecho nopodr superar el lmite de lo finito a lo infinito, en tanto que partiendo de la accin el sujeto logra enlazar, hacindose uno con el objeto, ambos mundos (derivndose de esta unidad as alcanzada todas las formas duales).Pero y dnde est este ente? En lo tico? En una relacin tica con el cosmos? Vuelve a aparecer el problema de la cosa-en-s esta vez en la consciencia del sujeto (nomeno y fenmeno).Resumiendo, la Modernidad se topa entonces con un mundo irracional al que quiere yva dejando atrs, pero al mismo tiempo, produce una segunda naturaleza (lo social, regido por sus leyes racionales) que se comporta como el viejo tronco de la humanidad pretrita, esto es como fuerzas ciegas e incontrolables que nos superan y nos dominan.Se querr someter sus partes al clculo, al ideal del conocimiento matemtico universal. Pero esto slo conducir a que los conceptos se comporten dentro de la ciencia como las mercancas en la sociedad; hasta llegar a una abstraccin tal, que ya no conlleven nada real en s: Dinero- tomo- Energa.Y as como el sujeto no podr llegar al nomeno, tampoco podr paladear la libertad, sino slo abismarse en el fatalismo.3

Lo socialse deja de lado detrs de la concepcin delHombre. Con este afirmacin entramos de lleno en una sociedad y sus problemas: la burguesa. Con su solo desarrollo el ksmos del ser social se evapora, pierde trascendencia frente a lo novedoso delHombre. Y este hombre va a ser el burgus individual aislado, con actividad y conciencia robinsonianas, por lo que quedar suprimido elcarcter activo de toda accin social. Y, finalmente, el mundo por l producido le ser ajeno, un mundo con leyes propias a las que l se someter, dejando para s un nico mbito de refugio: lainterioridad.Hlo aqu, el hombre burgus y su mundo; mundo denaturalezascontrapuestas y de valores ambiguos.Una naturaleza corresponder a la lucha revolucionaria burguesa (investida por leyes, calculable, formalmente abstracta) contrapuesta a la artificiosidad,a lo arbitrario, a la carencia de leyes del feudalismo y de la monarqua.Rousseau arremeter contra esas formas que la burguesa idolatra, en nombre precisamente del hombre al que estn despojando de su ser con la creciente mecanizacin, cosificacin, etc. Es claro que esta naturaleza se identifica con lo que noes producido por el hombre; es claro que tiene algo que ver con la interioridad que se siente todava naturaleza viva o por lo menos siente su nostalgia.Es aqu donde esta concepcin se independiza en favor de otra naturaleza, al adquirir un valor que la legitime: elvalor de ser humano, de ser hombre en una sociedad mecanizadora.Tenemos entonces el ideal de un hombre como una totalidad que superara el desgarro de la teora y la prctica, que no ignorara lo concreto, haciendo coincidir en s la necesidad y la libertad.El mbito donde esto va a realizarse de manera concreta es en el mbito delarte.Lukcs entiende este mbito como el nico en donde la relacincasualde los elementos se superaen favor de una totalidad ms all de los contrapuestos azar y necesidad. Cmo? Pues derivando la unidad en una forma de produccin descompuesta en diversidad como producto de un sujeto que la produce (pg.77).Se trata, pues, de producir el sujeto productor.4

De la naturaleza pasamos alsujeto; pero este sujeto est fragmentado, hay que volver a unificarlo. Y vemos esta fragmentacin en la cristalizacin operada por la cultura de oposiciones tales como razn y sensibilidad, inteligencia y naturaleza,etc. El nico cometido de la razn es superarlas, partiendo del supuesto de que la totalidad slo es posible restaurando aquello separado. Y lo har del nico modo posible: a travs delmtodo dialctico.Y esto ha sido posible porque una sustancia se hahecho visible por primera vez:la historia. La gnesis o produccin del productor de conocimiento tiene ahora un suelo para sostenerse.Pero el pensamiento racionalista-burgus que supone la calculabilidad de todos los contenidos y por esto los proponeinmutables, no puede comprender el advenimiento de los contenidos reales (el tema de la historia), no puede acoger en su seno por principio nada nuevo.Pero la gnesis del sujeto productor (que superar lo irracional) es posible teniendo como fundamento una lgica de los contenidos mutables, en la historia, en el devenir histrico, para percibir lo nuevo (en el sentido que slo se devenir supera as la autonoma, rigidez e impenetrabilidad de los momentos).Con una imagen esplndida, Hegel celebra lo conquistado, esto es, lo verdadero: en un torbellino bquico en el cual no hay un miembro que no est ebrio6Hegel, Georg, Phnomonologie des Geistes, prologo, H. Glockner, Stuttgart, 1927.

. Y precisamente, como una resaca, vuelve la cuestin del sujetode la accin, de la gnesis: lahistoriaser el lugar donde se lleve adelante laaccin, pero quin ser senosotrosque lo concrete? Sabemos que por una imposibilidad metdica el intento acabar en la nada. Porque, como ya se dijo, la sociedad burguesano puedeverla totalidad de lo social. Queda entonces el mtodo (dialctico) intocado por sa clase; y Lukcs culmina diciendo que el nosotros, el sujeto de la gnesis, de la accin productiva, ser (vendr por fin) elproletariado.

Post-scryptum

Por qurevolucin imposible? Entendemos que as como visualizamos una persona en la Edad Media y en la transicin por el Renacimiento (quines renacieron?, todas las personas?, o una clase se reconoci en una imagen o relato que los seduca?), as visualizamosalhombre de la modernidad, y creemos que se hombre no se independizar (no dejar las formas de lo moderno) hasta tanto no se configure una nueva poca, hasta tanto no haya un nuevo Zeitgeist. Por esto la ilusin de la revolucin no es ms que eso, o alguien nos negar que la nica revolucin de la historia fue la revolucin burguesa, que tom lo ganado por los jacobinos y lo capitaliz hasta el punto de aprehender sus discursos (lase Derechos Humanos) como suyos. No quiero ser ingenuo: textoscentralesde nuestra vida en sociedad como el Capital de Marx, dependen de cmo juzguemos esta paradoja. Somos o podemos ser libres? Podemos construir libertad? Seguramente no como lo pens Marx, ni an Lukcs. Ay, Lukcs.El concepto declase,a 90 aos de publicadoel texto, se nos aparece casi como una peticin de principio. Queremos entenderlo como un concepto operante dentro de una teora, la marxista, que se ha propuestodescribir la riquezaen la sociedad moderna7Bolvar Echeverra, Esquema del Capital. Pg. web.

. Pero esa descripcin pertenece a una poca. Tal vez un punto a criticar en Lukcs (y aqu seguimos a Tom Bottomore) sea su total sometimiento a los presupuestos de Marx (no coteja lo operativo de ciertos conceptos con la Alemania o la Europa central de los '20, o sea que se queda con los planteamientos del texto terico y no con datos empricos). Y no se plantea (como s lo hace Len Rozitchner) quela conciencia no incluye en elsaber el conocimiento de su propio origen8Rozitchner, Len, La tragedia del althusserianismo terico

.Y otro punto, fundamental, son los valores y la creacin de esos valores (y aqu seguimos al Nietzsche de Deleuze9Deleuze, Gilles, Nieszche y la filosofa, Anagrama, Barcelona, 1986, pg.: 8.

): este sujeto,el proletariado, no debequereremanciparse? (Ernst Bloch). Y de dnde le vendra ste deseo, de s mismo, de la experiencia acumulada de las luchas, o una lite intelectual le inculcara este horizonte? En cuanto al mtodo dialctico operando en la historia a travs de un sujeto no fragmentado que pueda generar a partir de s un mundo que no lo enajenara, nos parece fecundsimo (en el sentido que introduce a nuestro parecer la idea de creacin y con ello la idea de libertad). Queda ver si tal cosa pueda ser llevada a la prctica.Para terminar, cabe citar aqu al maestro de la conciencia moderna, a Hegel, cuyos problemas (que l cifr como el espritu universal) fueron despejados por su discpulo, Marx, al punto que no sorprende laactualidadde esta cita: la historia universallimtasea revelar cmo el espritu va cobrando paulatinamente la conciencia y la voluntad de la verdad: alborea en l; encuentra puntos cardinales; al final llega a la plena conciencia10Hegel, Georg, Werke, t. IX, pg.: 51.

.Ante tapiz tan delicadamente enhebrado nos llama la atencin su factura (su pensamiento): cmo fue realizado? La mirada de Lukcs abarca mltiples cuestiones y mbitos y los subordina a su tesis (la cosificacin generalizada); ste acaso sea el mayor reproche que nos permitamos porque, como ya dijimos, parece que ya al arrancar Lukcs conociera a la perfeccin su destino -como si no hubiera cotejado sus principios con lo real emergente (pero puede reprocharse sto a una poca que ensalzaba al Hegel orgullosoque escriba si los hechos no encajan, pues peor para los hechos?).

Bibliografa

Benjamn, Walter, Poesa y Capitalismo, Ediciones Taurus, Espaa, 1999.

Bloch, Ernst, Sujeto-Objeto, el pensamiento de Hegel, FCE, Mxico, 1983.

BolvarEcheverra, Esquema del Capital. Pgina web.

Bottomore T. Estructura de clase y conciencia social. En: Meszars I, editor. Aspectos de la historia y la conciencia de clase Mxico: Universidad Nacional Autonoma de Mexico . Facultad de Ciencias Politicasy Sociales; 1973.

Deleuze, Gilles, Nietzsche y la filosofa, Anagrama, Barcelona. 1986.

Lukcs, Gyrgy, Historia y conciencia de clase, 1923.

Rozitchner, Len, La izquierda sin sujeto. Pgina web: http://www.filosofia.org/rev/pch/1968/n12p151.htm

Rozitchner, Len, La tragedia del althusserianismo terico, enhttp://www.lahaine.org/index.php?p=31898

Weil, Simone, La Persona y Lo Sagrado, Confines, Bs. As., 1995