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Un particular «lenguaje arquitectónico» define cier- tos lugares. Estamos hablando de algunos pueblos en tierra de Pulla, en el sur de Italia, que se caracterizan por la presencia de un tipo particular de casa, por la persistencia de formas primordiales de arquitectura: el «trullo».l Tipo que se encuentra a ]0 largo de la zona oriental de Pulla, desde la punta de Salento,2 en los campos del Barese, hasta la llamada «Murgia dei Trulli», el altiplano de Murgia meridional y donde es frecuente y predomina el terreno cársico. En particu- lar, en el territorio de Putignano, Noci, Locorotondo, Martina Franca, Fasano, Cisternino y Alberobello, la «capital de los Trulli» por excelencia, que posee dos barrios completamente construidos con «trulli», de- clarados Monumento Nacional, y que constituyen la más alta y original expresión arquitectónica lograda con la antigua técnica de los «trulli». ORIGEN El origen del nombre es muy discutido: para algunos, «trullo» -palabra que se refiere a la cubierta cónica y, por sinécdoque, indica la vivienda misma- deriva del griego tholos, término usado para definir la cú- pula cónica de las tumbas micénicas; para otros, del griego-bizantino torullos (cúpula), como demuestra el hecho que el salón con cúpula del palacio imperial de Constantinopla -sede en el 691 del Consejo di- cho trullano o in trullo, por orden de lustiniano Il- se llamaba torulla y trulla. Otra derivación podría Los «Trulli» Brunella Vemile venir del término latín turris, evolucionando en tu- rrula, trulla, trul/um, «pequeña torre>, por la forma ciIíndrica del muro perimetral de los «tmlli» primiti- vos (trullus en latín era una construcción terminada, en alto, en fonna de cúspide). Lo que nosotros admiramos hoyes sólo una réplica del tipo primitivo que él nos transmite, su forma más desarrollada y el testimonio de una antigua tradición constructiva. Éste, en efecto, es tan económico que, cuando presenta lesiones conviene demolerlo en vez de recurrir a reparaciones mucho más costosas. A pesar de quc el ejemplar más antiguo de «tru- llo», en e] territorio de Locorotondo, con planta cir- cular, remonta al año 1559, como es prueba la fecha grabada sobrc el arquitrabe de la puerta, el origen del tipo se encuentra en la prehistoria pullesa, entre el eneolítico y la edad de hierro, o sea, entre el año 2000 a.e. y el siglo VIII a.C., época de la coloniza- ción dórica. Es probable que hayan sido los pueblos primitivos como «Messapi»,3 Fenicios, Helénicos, Pelasgos,4 durante sus migraciones transmarinas, los que introdujeron en Pulla, en e] II milenio A.e., su tipo aborigen de casa con cúpula cónica. La expre- sión indo-ariana tor, tar que expresa la idea de re- dondez, constituye la raíz del griego antiguo torus (protuberancia redonda) y de torulus que, con la in- fluencia del latín turris, ha producido el vocablo greco-Iatino torullos, del que derivan torullo, trullo. PaganoS sugiere el origen autóctono de la contruc- ción en forma de «trullo» como traducción en piedra de la cabaña neolítica pullesa. Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19-21 septiembre 1996, eds. A. de las Casas, S. Huerta, E. Rabasa, Madrid: I. Juan de Herrera, CEHOPU, 1996.

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Un particular «lenguaje arquitectónico» define cier-tos lugares. Estamos hablando de algunos pueblos entierra de Pulla, en el sur de Italia, que se caracterizanpor la presencia de un tipo particular de casa, por la

persistencia de formas primordiales de arquitectura:el «trullo».l Tipo que se encuentra a ]0 largo de lazona oriental de Pulla, desde la punta de Salento,2 enlos campos del Barese, hasta la llamada «Murgia deiTrulli», el altiplano de Murgia meridional y donde es

frecuente y predomina el terreno cársico. En particu-lar, en el territorio de Putignano, Noci, Locorotondo,

Martina Franca, Fasano, Cisternino y Alberobello, la«capital de los Trulli» por excelencia, que posee dos

barrios completamente construidos con «trulli», de-clarados Monumento Nacional, y que constituyen lamás alta y original expresión arquitectónica logradacon la antigua técnica de los «trulli».

ORIGEN

El origen del nombre es muy discutido: para algunos,«trullo» -palabra que se refiere a la cubierta cónicay, por sinécdoque, indica la vivienda misma- deriva

del griego tholos, término usado para definir la cú-pula cónica de las tumbas micénicas; para otros, del

griego-bizantino torullos (cúpula), como demuestrael hecho que el salón con cúpula del palacio imperialde Constantinopla -sede en el 691 del Consejo di-cho trullano o in trullo, por orden de lustiniano Il-se llamaba torulla y trulla. Otra derivación podría

Los «Trulli»

Brunella Vemile

venir del término latín turris, evolucionando en tu-rrula, trulla, trul/um, «pequeña torre>, por la forma

ciIíndrica del muro perimetral de los «tmlli» primiti-vos (trullus en latín era una construcción terminada,en alto, en fonna de cúspide).

Lo que nosotros admiramos hoyes sólo una réplicadel tipo primitivo que él nos transmite, su forma másdesarrollada y el testimonio de una antigua tradiciónconstructiva. Éste, en efecto, es tan económico que,cuando presenta lesiones conviene demolerlo en vezde recurrir a reparaciones mucho más costosas.

A pesar de quc el ejemplar más antiguo de «tru-llo», en e] territorio de Locorotondo, con planta cir-cular, remonta al año 1559, como es prueba la fechagrabada sobrc el arquitrabe de la puerta, el origen deltipo se encuentra en la prehistoria pullesa, entre el

eneolítico y la edad de hierro, o sea, entre el año2000 a.e. y el siglo VIII a.C., época de la coloniza-ción dórica. Es probable que hayan sido los pueblosprimitivos como «Messapi»,3 Fenicios, Helénicos,Pelasgos,4 durante sus migraciones transmarinas, losque introdujeron en Pulla, en e] II milenio A.e., sutipo aborigen de casa con cúpula cónica. La expre-

sión indo-ariana tor, tar que expresa la idea de re-dondez, constituye la raíz del griego antiguo torus

(protuberancia redonda) y de torulus que, con la in-

fluencia del latín turris, ha producido el vocablogreco-Iatino torullos, del que derivan torullo, trullo.PaganoS sugiere el origen autóctono de la contruc-

ción en forma de «trullo» como traducción en piedrade la cabaña neolítica pullesa.

Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19-21 septiembre 1996, eds. A. de las Casas, S. Huerta, E. Rabasa, Madrid: I. Juan de Herrera, CEHOPU, 1996.

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El prototipo de esta forma arquitectónica remonta

al año 1550 a.e.: se trata de cúpulas de tumbas o tho-[Di de Micenas y en particular del «Tesoro de

Atreo».6 Maggiulli sostiene que, al inicio, la contruc-

ción en forma de trullo haya sido usada como monu-mento fúnebre y sólo más tarde como vivienda, yaque el túmulo era el sepulcro primitivo de todos los

pueblos mediterráneos.7El túmulo primitivo fue construido, en Pulla, en

piedra, la «specchia»,8 de la cual, sucesivamente, fue

recavada una habitación interna, el «trullo». La pro-secución de la forma es evidente en las criptas cóni-

cas de los héroes de Creta, en los mausoleos de losguerreros asirios, en los templos sepulcrales de losreyes de Babilonia, en las pirámides egipcias, en elsepulcro de Cecilia Metella, en el mausoleo deAdriano en Roma y, en Oriente, en los minaretos, en

las pagadas, etc., evoluciones todas del primitivo«trullo». Las mismas nuragas9 megalíticas de Cer-

deña pertenecientes a la antigua civilización megalí-tica mediterránea o las «Tumbas de los Gigantes»,los «sesi»1O de Pantellería, las «casite» de Istria, el«mane» de Bretaña, la «beehive-house» de Escocia,

el santuario de Malta, el «kurgano» 11de Rusia, sonconstrucciones con formas más o menos análogas al«trullo», restos de viviendas arcaicas que manifiestan

el parentesco genético. En España, edificios como el«trullo» se encuentran sobre la Costa Brava, en laMancha, en Aragón, en Cataluña, en las islas Balea-

res (en Mallorca, construcciones pequeñas y esporá-dicas, en Menorca, monumentales, con estructuramegalítica. En las islas Baleares y en las islas Cana-

rias además de las Barracas,12 se encuentran los Tala-yotsY Esta serie de construcciones con característi-

cas casi semejantes, que se encuentra en toda lacuenca occidental del Mediterráneo, refleja una uni-dad de lenguaje arquitectónico.

El histórico E. AlIen 14 afirma que la técnica podría

haber sido inventada en Pulla, aunque se adopte enotros lugares, donde se presenta la disponibilidad deun tipo particular de piedra. La forma de toda la zona

se debe, pues, a las acciones de disolución y erosiónrealizadas por las aguas meteóricas en las rocas cal-cáreas: es exactamente de estas rocas estratificadasque se recava el material de construcción que carac-

teriza el paisaje.Según Simoncini,'5 la construcción en forma de

«trullo» no constituye una particularidad de Pulla,

sino una típica manifestación constructiva del espí-

B. Vernile

ritu humano que puede surgir en determinadas condi-

ciones ambientales, en ciertos estadios del desarrollosocial, no como un elemento del folclore paisano, nidifundido por un pueblo, ni a partir de un lugar quele sirve de epicentro. Se trata de una arquitectura dellugar relacionada unicamente con su naturaleza geo-lógica. Algunos aspectos de los «trulli» están deter-

minados por el tipo de roca particular que provee elmaterial de construcción. En Pulla, han determinadola aparición y la repetición de las características ori-ginarias de estructura, función y planta la naturalezageológica de la zona, en forma de bancos lapídeos

aflorantes; la sociedad campesina y el nivel econó-

mico mínimo para la sobrevivencia; el concepto pri-mitivo de vida, evidente en la espiritualidad, cuyassobrevivencias arquitectónicas están constituidas porpináculos en la culminación del edificio, cuyo origen

se cree esté ligado al culto solar de los Messapi, porla analogía con sus amuleto s en forma de esfera ycírculo, pirámide y cono, y por los signos pintados

sobre la cúpula en correspondencia del ingreso. És-tos, en tal posición tenían un valor propiciatorio, co-

nectado además, por el lenguaje decorativo, a anti-guas prácticas astrológicas.

Se sabe que las circunstancias ambientales, facto-

res históricos y geológicos intervienen en la evolu-ción de este tipo de construcción. En el caso especí-fico sabemos, por documentos, que en el año 1635 elfeudatario de Alberobello, el Conde Girolamo Ac-quaviva, tomó iniciativas, entre éstas la prohibición

de construir casas diferentes a los «trulli» para quepudiese abstenerse de los tributos fiscales debidospor los Barones al Soberano por cada pueblo pose-

ído. Así los «trulli» que, por ser construidos en seco,podían ser facilmente demolidos, escondían la exis-

tencia de una pequeña aldea, en caso de inspeccionesgubernativas. 16

Lo que seguramente ha favorecido la persistencia

de un sistema constructivo que se remonta a laprehistoria mediterránea ha sido constituido, además

de la naturaleza pedregosa del suelo, por tufos y ro-cas calcáreas, a menudo en forma de lastres, tambiénla facilidad de una técnica y el apego a las tradicio-nes de los antepasados, las formas de economía agrí-cola, la seguridad contra los incendios, la duración y

los mínimos gastos de mantenimiento (figura 1).G. Simoncini,17 refiriéndose a un tipo de construc-

ción edilicio generalizado y primordial, individualizaelementos fundamentales que se repiten constante-

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Figura IEvolución de los "trulli"

mente interviniendo en la ejecución de la fábrica tipoy son:

1. El sistema constructivo a forma de tholos, ya re-suelto a partir del III milenio A.e. en Egipto y Meso-potamia, muy simple en su ejecución, no necesitando

el uso de legantes o encofrados, a forma de aros debloques progresivamente salientes y cerrados en la

cima por una gran piedra.2. La función, ligada a la actividad del campesino,

articulándose en vivienda permanente (sólo a partirdel 1500) o provisoria o simple reparo. No por ca-sualidad, el «trullo», que estaba construido por elmismo campesino con el materiallapídeo encontrado

Los «Trulli» 517

en el campo, surgía siempre en él, y la misma pala-bra «chipuro», vocablo con el cual éste viene lla-mado en Salento y significa, en griego, «guardián delcampo cultivado».

3. La planta originariamente circular, como losedificios prehistóricos a él símiles, la forma primor-dial de la actividad arquitectónica, forma que parauna vivienda asume un valor mágico-religioso, se en-

cuentra sólo en el Mediterráneo occidental en rela-ción con una organización social, como la megalí-tica, de tipo primitivo, y no en el Mediterráneooriental, donde prevalecía el ángulo recto. (Esto con-trasta con la hipótesis de Notarnicola1s sobre un ori-gen debido a la introdución por el Oriente mediterrá-neo.)

O sea, independientemente de los contactos e in-

fluencias externas, las condiciones que han influidoen el nacimiento y la evolución de estos organismosde construcción han sido:

- la naturaleza geológica de los terrenos con es-tructura lapídea;

- la organización económica de tipo campesinoque define la destinación como vivienda;

- la fase primitiva de desarollo social que explicala adopción de la planta circular.

Avaloran este punto de vista: B. Zevi,19 que se re-fiere a esta arquitectura hecha de «carpas de piedra»como a un excelente ejemplo de ethos popular, devernáculo difundido de ascendencia prehistórica; y

MongielJo,"° verificando la existencia de afinidadesentre el repertorio de los «trulli» y el de las iglesias aforma de cúpula de Pulla, datadas desde el siglo IXal XVII, donde encontramos las dos distintas estruc-turas volumétricas, interna y externa y la repeticiónde elementos arquitectónicos, como los portales (fi-gura 2, figura 3).

CLASIFICACIÓN

La tipología más difundida es la que presenta una cu-bierta cónica, aunque existan modelos que tienen su-perposiciones de tronco de cono o de troncos de pirá-mides, techos con faldas inclinadas o porciones de

semiesferas.Bertaux21 distingue tres tipos de «trullo»:

- de planta cuadrangular, con tronco de pirámidecon cubierta en forma de terraza a la que se llega através de una pequeña escalera externa;

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Figura 2Forma de trullo de campaña. Del mambiente principal seaccede a uno más pequeño dotado de chimenea, se puedenencontrar dos o tres pequeños ambientes conectados con elprincipal

- de planta circular y bóveda con sección ojival,cubierta escalonada y una altura de 8 metros;

- «trullo de Alberobello», con planta cuadrangu-lar, sobre la que se apoya una cubierta cónica.

En cambio, según Battaglia,22 se pueden indivi-dualizar cinco tipos de «trullo»:

1. Tipo cupuliforme, del que derivan el de cúpulasemi esférica (con bóveda ojival es la forma primaria

de la cual derivaron todas las demás);2. Con tronco a cono, difundido en Murge y en Sa-

lento, del que derivan el de tronco a pirámide, pecu-liar de la península salentina, utilizado como depó-

Figura 3

B. Vernile

sito de instrumentos de trabajo y temporáneo reparopara agricultores y ganado;

3. Con escalones, difundido en todo el territorio dePulla, con bóveda ojival e interior mono celular ilu-

minado por pequeños orificios, la puerta con arco oenfatizada por un arquitrabe. De altura estimada en 8metros, es el tipo más frecuente como reparo tempo-

ráneo o estacional y, a veces, demora permanente. Sediferencia por el material recavado de la roca aflo-rante en el lugar, el tufo calcáreo;

4. De paredes cilíndricas y cúpula cónica, del quederiva el de base cuadrada y cúpula cónica;

5. «Trullo de Alberobello», con cúpula cónica so-bre una base cuadrangular, con más cúpulas en co-rrespondencia de los vanos internos, portal con arco

de medio punto, sobre del que se encuentran un tím-pano triangular y pináculos, en la cima de las cúpulas(figura 4).

Figura 4

PARÁMETROS CONSTRUCTIVOS

Hemos visto que la técnica muraria de «piedra enseco» no depende de una simple elección de gusto,

sino que responde a necesidades ligadas al hallazgode los materiales y a condiciones legislativas de losCondes de la época, así como a la experiencia de los

mismos campesinos y pastores.Muros de contención del terreno que constituyen

terrazas, muros que delimitan la propiedad de las tie-

rras o el recorrido de las calles, muros de protecciónde los cultivos para evitar la pastura del ganado va-

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gante, además de las construcciones en forma de

«trullo», están construidos con este procedimiento

constructivo, basándose en la simple superposición

de materiales lapídeos, sin usar legantes, determi-nando un tipo particular de organización agrícola y

de instalación, así como paisajística y caracterizandola fisionomía particular de los ambientes territorialespulieses.

Entonces, la piedra abastecida espontaneamentepor los territorios principalmente calcáreos cstratifi-

cados, constituye el elemento determinante y esen-cial para la aplicación de este <<lenguaje arquitectó-nico». El mismo L. B. Alberti en 1485 escribió: «Albuen constructor le importa más que elegir los mate-riales más aptos, uti]izar de la manera más oportunay provechosa los que tiene a su disposición»." Por lo

tanto el constructor, para mantener el carácter econó-mico del refugio debería buscar el material en ellu-gar, sin la intervención de servicios, como el trans-

porte, que aumentarían los costos de construcción.

Los muros en seco deben su propia estabilidad almutuo apoyo de la superficie rugosa de los bloques,a los fragmentos de piedra posicionados en los in-tersticios de los bloques y a que éstos estén coloca-dos ]igeramente inclinados hacia el interior de la pa-red, determinando la conformación escarpada.

No olvidemos que los «trulli» se debían construiren ámbito rural y servir como reparo a los campesi-nos, pastores y al ganado, para la custodia de herra-

mientas y la e]aboración de los productos caseros; te-nían que adecuarse al clima, tenían que ser

construidos recuperando los materiales ofrecidos porel terreno y tener en consideración experienciasconstructivas, no de maestros especializados, sino decampesinos y pastores que perpetuaban técnicasconstructivas arcaicas.

En general el «trullo» presenta una planta circularexteriormente y cuadrada internamente, a la cual seempalma, con «pennacchi»,24 a partir de 1,80 m delpiso, una cúpula con una circunferencia como direc-

triz y una curva que se aproxima a una hipérbolecomo generatriz. En los «trulli» menos antiguos laplanta es cuadrada; los muros perimetrales, interna-mente perpendiculares y escarpados en el exterior

son altos 1,60-2,00 m; el espesor, hoy de 0,80 m, an-tiguamente era de más de un metro y a veces alcan-zaba los 3 m, hecho, éste, que permitía tener tempe-raturas constantes en el interior del edificio. En

cambio, los caracteres tipológicos que se repiten son

Los «Trulli" 519

una sala central cubierta con una pseudocúpula, quecorresponde a un techo cónico en e] exterior, equi-pada con bancos y nichos para co]ocar objetos, sobre

la cual se asoman la zona de la chimenea para la coc-ción de los alimentos y para calentarse, uno o dos va-nos menores para las camas, difícilmente cubiertospor conos pero generalmente por protuberancias y

saltos empalmados al cono principal con una geome-tría compleja, determinando uniones con las líneasdel alero con andadura altimétrica variable, si no cu-biertos con bóveda de canón. En un un espacio de20-25 m2, el «trullo» contiene el máximo de funcio-nes, asegurando el máximo aprovechamiento del es-pacio.2)

El «trullo» constituye una etapa fundamental en ]a

historia de la técnica de albañilería. Dos son las es-tructuras espaciales que definen el volumen del edifi-cio en el exterior y en su interior, en modo indepen-diente. Ellas se diferencian también por la partición yla forma geométrica de las piedras con las cuales es-tán realizadas, tratándose, sin embargo, casi siempre,en piedra calcárea sin legante alguno, resistente porel mutuo contraste de los bloques y por las pequeñaspiedras que llenan los intersticios entre ellos. Losbloques, de distinto espesor y dimensión, vienen asíempleados: los más grandes para las aristas de laparte inferior de la estructura externa y para cantone-

ras y arquitrabes de puertas y ventanas; los de ta-maño medio para los muros; las láminas de espesormedio o «chianche» para pisos; las láminas delgadaso «chiancarclle» para la cubierta.26 (figura 5) En elinterior e1 espacio está constituido por hileras sucesi-vas de piedra de dimensión semejante dispuestas casi

FiguraS

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perpendiculares a la directriz planimétrica hasta la al-

tura del arquitrabe del arco de ingreso, a partir de lacual disminuyen los diámetros de las hileras de pie-dra componiendo un volumen cónico. En el exterior,en cambio, la estructura se presenta más heterogéneapor la variedad de la forma geométrica y de las di-

mensiones de las piedras. Aquí se lee una gran dife-rencia entre la parte inferior y la cubierta. Para mejo-rar la estabilidad de la estructura, el muro de la parteinferior es escarpado y está constituido por bloques

más grandes para encuadrar los vanos de las abertu-

ras y, eventualmente, las aristas en la intersección delos lados en caso de planta cuadrangular. Siempre enel exterior, la cubierta domina la parte basamental,generalmente cónica, y realizada con láminas de pie-

dra calcárea: las «chiancarelle», cuya puesta en obraasume fundamental relevancia para la impermeabili-zación del manufacto y para la recolección de lasaguas pluviales, importante, dada la exigüidad de re-

cursos hídricos en el territorio. Estas dos partes -ba-samento y cubierta- están separadas por un encastreconstituido por una especie de alero inclinado a lolargo de todo el perímetro del edificio para recoger

las aguas, encanalándolas en un tubo en el interiordel muro y después en una cisterna bajo tierra, o porun voladizo de las primeras hileras de «chiancare-Ile». Estas láminas de piedra calcárea de espesor va-riable entre 0,03 m y 0,07 m, obtenidas con hendedu-ras en cantera, están dispuestas una sobre las otrassegún hileras circulares inclinadas alrededor de 15-

20 grados respecto a un hipotético plano horizontal ysegún un alineamiento irregular respecto a las juntas

de unión de las láminas que están debajo, impidiendoasí la infiltración de agua pluvial en el interior deledificio. Sea interiormente que exteriormente las pa-redes se blanquean con cal, creando un fuerte con-traste con el gris oscuro de la cubierta, debido al con-

tacto con los agentes atmosféricos (figura 6).La independencia de estas dos estructuras espacia-

les --externa e interna- se consigue gracias a la in-terposición de pequeñas piedras y adoquines. El sis-

tema anular bastante rígido gracias al mutuocontraste de los bloques a una cierta altura realizauna abertura mínima que se cierra con una piedracomo clave. Las láminas están bloqueadas por unelemento cuspidado que en el exterior aparece com-pletado encima por la característica esfera de piedra

o pináculo, de distintas formas. Los pináculos enforma de disco o de esfera se enlazan al culto solar

B. Vemile

Figura 6Las dos estructuras: la exterior y la interna

profesado por los pueblos primitivos orientales; enlos «trulli» menos antiguos las formas de los pinácu-los están más cercanas a las características de las re-ligiones sucesivas. Estos, por lo tanto, no tienen una

función específica, pero sirven solo para satisfacerexigencias de orden estético-espiritual del propieta-

rio-constructor. El arte primitivo de los «trulli» sehace más clara en las figuras simbólicas, en los mo-nogramas y en los emblemas trazados con leche de

cal sobre el dorso de los techos cónicos. Se trata desímbolos de naturaleza religiosa cristiana o pagana,primitivos, mágicos o grotescos. El «trullo» que con

su perfil aguzado tiende hacia arriba, puede ser con-siderado la primera expresión de la edilicia simbólicay de la tendencia del hombre primitivo hacia lo tras-

cendental, junto a menhir y dolmen, también ellospresentes en Pulla (figura 7).

Los muros perimetrales están constituídos por dosparedes de piedra con estructura horizontal, sin le-

Figura 7

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gantes con un intersticio formado de pequeñas pie-

dras y tierra desmenuzada. En el interior del intersti-cio el relleno tiene el deber estático de hacer de con-trapeso a las salientes internas de la bóveda. Lo queexplica el gran espesor del muro relevablc en estetipo constructi vo.

Los cimientos, profundos 50-60 cm, están recava-dos en la misma roca de la cual se extrae el materialde construcción y se reviste con piedras cementadasde puzolana. Una cisterna cubierta con bóveda de ca-ñon, en la cual se encanalan las aguas gracias a la

forma particular de la cubierta, encuentra lugar en elespacio hueco debajo del edificio. La pavimentación

del «trullo», en la parte central, apoya sobre la cu-bierta de la cisterna, mientras en la parte periféricasobre un sobre suelo alto casi 40 cm. Las puertas ar-caicas eran trilíticas, compuestas de dos jambas y delarquitrabe; más tarde el ingreso se caracteriza me-

diante un arquitrabe y por encima un arco para des-cargar tensiones. En general, el ingreso modifica laforma cónica de la cubierta determinando una sobre-elevación del manto de la cubierta concluido con dosfaldas como techo, forma, ésta, que con el pasar deltiempo se modificó asumiendo el aspecto de un pe-queño frontón. Las chimeneas generalmente se en-

cuentran en la concavidad de la parte aJta y recubrenlos ambientes destinados a los «focarili»;27 los másantiguos de éstos están formados por un paralelepí-pedo de base cuadrada sobre el cual apoya una lá-

mina de piedra que deja libres agujeros para la airea-ción. En el caso de «trulli» gemelos, la can cavidadinterpuesta se colma formando un «trullo» doble, enforma de conoide con sección elipsoidal (figura 8).

El esquema constructivo es simple y repetitivo.El sistema de la cubierta con elementos en con-

traste según aros horizontales viene comúnmente lla-mado también «pseudocúpula», del cual los «trulli»constituyen el ejemplo viviente más conspicuo.28 Ta-les cubiertas están formadas por capas circulares ysuperpuestas de ménsulas, gradualmente salientes

hacia el interior, contrastándose por su forma trape-zoidal en plano, las cuales están imposibilitadas decaer sea por el peso superior que por el cierre conaros y por el hecho que al cierre de eada aro sigue elcontrafuerte necesario para su estabilidad. Tal sis-tema presenta también las ventajas de mínimo costo,semplicidad de construcción sin el auxilio de cim-bras, durabilidad e ininflamabilidad. Por esta caracte-

rística del contraste según planos paralelos horizon-

Los «Trulli» 521

Figura 8

tales, al contrario de aquella propia de las cúpulas delcontraste según planos meridianos, que tal tipo decubierta se define «pseudocúpula», por la diferenciade comportamiento estático (la pseudocúpula notransmite acciones tendientes a invertir el sostén enel exterior) y el parecido esterno del manufacto. Máscorrecto aparece, según Chierici,29 hablar de bóvedainerte por la falta de inerte y del sistema de fuerzasque garantizan la estabilidad. Los parámetros cons-

tructivos que están en la base de la definición del es-pacio interno de los «trulli» son la búsqueda de unconstante orden estático a medida que las hileras la-pídeas vienen puestas en obra en manera consecu-

tiva. Esto comporta la imposibilidad de definir el es-pacio contenido antes que la obra haya sido

terminada y de tener, así, dos obras idénticas. La co-locación de los bloques que componen cada una delas filas, en progresiva saliente, es inclinada hacia elinterior del edifIcio, mejorando de tal modo el encas-

tre entre los bloques de cada anillo, y haciendo dis-

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minuir la parte en voladizo de cada bloque, reali-

zando un muro sin asperezas. Los enlaces entre partebasamental y cúpula de un mismo espacio interno es-

tán resueltos con ménsulas angulares o de «pennac-chi». A la disminución de las tensiones contribuye elperfil realzado y parabólico que nace de la necesidad

de limitar la saliente en forma de ménsula de los blo-ques que -como se sabe- aumenta cuanto más elperfil está rebajado, elevando la relación entre altura

del estrato y la saliente correspondiente. De aquí elperfil gradualmente levantado hasta el cierre enclave.3O

NOTAS

l. No existe el correspondiente en lengua española de este

vocablo.

2. La península que se encuentra a S-E de I'Italia y com-prende la provincia de Lecce y parte de las provincias

de Brindisi y Taranto.

3. Los «Messapi» eran una población que habitaba la zona

meridional de la Pulla.

4. Según los antiguos. los Pelasgios eran una poblaciónque habitaba la Grecia y otros territorios en un período

anterior a la inmigración en la Grecia de los helénicos.

5. Cfr. Pagano, G., Daniel, G., Arehitelturll eomadina diPuglia, Genova, 1960.

6. Se trata de la tumba subterránea construida en la ladera

de una colina, constituida por una sala redonda, de al-

tura y diámetro igual a 14,50 m, y por paredes circulares

compuestas de 33 aros de piedras con diámetro decre-

ciente, partiendo desde la base hasta el vértice, for-

mando una gran cúpula cónica, recubierta en el exterior

de material terroso en forma de túmulo, como en los

dólmenes.

7. Cfr. Notarnicola, G., ltrulli di A/herobello, Ed. Le-vante, Bari, 1983.

8. De derivación del término latín speeu/a, de significa-

ción indeterminada e incierta datación, como observa

D. Novembre en Rieen'he su/ popo/amen/o amieo ne/

Salen/o con partieolare riguardo aquello messapieo,Milella, Lecce, 1971. No existe el correspondiente tér-

mino en español, ya que es peculiar de la Pulla y usadopara indicar grandes cúmulos cónicos de piedras irregu-

lares, con base de diámetro variable. de 4 a 12 m e al-

tura de 14 m.

9. Estos son constituidos según una estructura tronco-

circular cubierta a tholos: frecuentemente una escalera

en el espesor del muro conduce a una celda superiora

más pequeña (de la fin del neolítico al VI-III secoa.c.).

B. Vernile

10. En la isla de Pantelleria los sepulcros son con túmulos

elípticos que recubren de 2 a 12 celdas sepu1crales en

forma de pasillo dispuestos en manera radial. La cu-

bierta de las celdas es una pseudocúpula con una altura

máxima de 1,80 m.

11. El vocábulo «kurgan» índica las tumbas de las culturas de

las estepas en época protohistórica, subterráneas, con techo

constituido de lastras de piedra sobre túmulos de tierra.

12. Se trata de túmulos megalíticos escalonados.

13. Es un tipo de torre tronco cónica, cubierta con la misma

técnica en voladizo que parece hubiese tenido funciones

sepulcrales.

14. Cfr. AlIen, E., Pietre di Puglia. Dolmen, /rulli e insedia-

men/i rupestri, M. Adda Ed., Bari, 1969.

15. Cfr. Simoncini, G., Archi/ellura contadina di Puglia,

Genova, 1960.

16. Además. históricamente, la necesidad de una vivienda

permanente o por lo menos prolungada a los meses de

verano se manifiesta, a partir del siglo XVII, con la ex-

plotación agrícola de los bosques mediante contratos

«de mejoría», con la eliminición de las piedras y el arre-glo en forma de terrazas recintadas, que definen un

campo «urbanizado», donde muros bajos en seco y ca-sas son realizados explotando el mismo material prove-

niente de la excavación, integrándose perfectamente en

el ciclo económico existente en la zona.

17. Cfr. Simoncini, G., op. cit.

18. Cfr. Notarnicola, G., op. ei/.

19. Cfr. Zevi, B., Dialelti architellonici, Newton Compton

s.r.l., Roma, 1995.

20. Cfr. Mongiello, L., Trulli e eostruZ!oni a pignon, M.

Adda Ed., Bari, 1992.

21. Cfr. C. Speciale Giorgi, P. Speciale, La eu//ura deltru-110,Schena ed., Fasano, 1989.

22. lb ídem

23. Trad. de Alberti, L. B. De Re Aedifica/oria, Testo latino

e traduzione italiana a cura di G. Orlandi, Il Polifilo,

Milano, 1966, Libro 1, pág. 12.

24. El «pennacchio» es un elemento de enlace entre una es-

tructura de apoyo a planta regular y una cúpula que la

domina.

25. Cfr. Esposito, G., Architettura e storia dei trulli, Roma,

1983.

26. «Chianche» y «chiancarelle» son vocablos de] verná-

culo puliese que no se pueden traducir en español.

27. Término sinónimo de hogar.

28. Según las afirmaciones de Berucci, M., en el IX Con-

greso Nacional de Historia de la Arquitectura, realizado

en Bari en 1955.

29. Cfr. Chierici, G. «I Trulli in pericolo», en Palladio n.II-

III,195J.

30. Para profundizar el tema se aconseja ver:

Page 9: Los «Trulli» - sedhc.es · Trulli», el altiplano de Murgia meridional y donde es frecuente y predomina el terreno cársico. En particu-lar, en el territorio de Putignano, Noci,

Los <<Trulli»

«Sampaolesi, Strutture a cupo la autoportanti», en Palla-

dio, n. XXI, 1971 I-IV

Radicchio, G., <<1Beni Culturali. Questioni relative alla

catalogazione e a]]a valorizzazione». Seritti 1976-1984,

Laterza, 1995.

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Berucci, M., «Considerazioni sulle pseudovolte», en

A.A.v.v. AII; del IX Congresso Nazionale di Sloria

deI/'Arch;lettura. Bari 1955, Centro di Studi per la Sto-

ria de]]' Architettura. Roma, 1959.