Los tiempos 65 años

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Impreso en Editorial Canelas a los 10 días del mes de septiembre de 2008Dirección: Fernando Canelas Diez de MedinaTexto y edición: Ramón Rocha MonroyFotografías: Rafael Balderrama, Archivo Los TiemposDiseño y diagramación: Tito Jorge Burgoa ArnezPublicidad: Wenddy Paco, Juan Carlos Revollo

Staff

El equipo humano de Los Tiempos.Una casa periodística es ante todo el empren-dimiento intelectual de un equipo humano:Dirección, Redacción, Administración, Talleres,Rotativa y Comercialización conforman unacinta circular que se retroalimenta constante-mente para dar ese producto colectivo que esnuestro matutino.

Es difícil registrar la nómina actual de un per-sonal tan numeroso, pero en nombre detodos, vamoa recordar a quienes nos antece-dieron.En el pasado, bajo la conducción de nuestrosfundadores, Los Tiempos tuvo destacadosintelectuales como Eduardo OcampoMoscoso, Juan Pereira Fiorilo, Jesús Lara,

Rafael Peredo, Ángel Torres, José Medrano,Samuel Mendoza, Osvaldo Iriarte, Ramiro JulioCrespo, Carlos Heredia Guzmán, AlfredoMedrano, José Nogales Nogales, MirtaSánchez, Mirta Fernández, Freddy Espinoza,Jaime d’Mare, Henry Mendoza, RobertoFernández, Ernesto Daza, Walter Gonzales ytantos otros.

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Los Tiempos en ejercicio delas libertades democráticas

65 años de libertad de expresión

La figura y carácter de don Demetrio Canelas ha signado

el alma de Los Tiempos y le ha dado un rumbo que no ha

variado jamás en 65 años de vida

65° Aniversario. Los Tiempos cumple 65 años de vida siguiendo el legado intelectual y moral de sus fundadores: de izquierda a derecha, Demetrio, Julio César y Carlos Canelas Canelas.

La historia de Los Tiempos en sus primeros65 años de vida es un ejercicio de las liberta-des democráticas en busca de la normalidadinstitucional frente a diversas formas de auto-ritarismo y decisiones arbitrarias del poder.

Desde su fundación, a Los Tiempos le tocóenfrentar el período histórico de mayores con-vulsiones sociales y acontecimientos históri-cos de nuestra vida republicana, pues lasgrandes transformaciones se produjerondesde la posguerra del Chaco y en sus emba-

tes muchas veces estuvieron a punto de nau-fragar el Estado de Derecho, las libertadesdemocráticas y, en particular, el ejercicio de laprensa libre.

Hay un debate no resuelto sobre quiénes sonlos sujetos de la historia, si los grupos socialeso los líderes; pero en la historia de un periódi-co no hay dónde perderse: los sujetos de estahistoria son el director, cuya calidad intelec-tual y moral es decisiva para caracterizar lalínea, la presencia y el prestigio del periódico

en el seno de la sociedad, lo que a su vezinfluye en la relación del periódico con elpoder. A ello contribuyen todos y cada uno delos miembros de la casa periodística con suaporte de talento, genio e ingenio que danprofundidad y espesor a esta construccióncolectiva.

En esta línea de análisis, la figura y carácter deDon Demetrio Canelas ha signado el alma deLos Tiempos y le ha dado un rumbo que noha variado jamás en 65 años de vida.

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Aquel 16 de septiembre de 1943 en quesopló el primer hálito de una vida larga y difí-cil, Don Demetrio escribió un célebre editorialque es el parteaguas más claro y expresoentre un antes y un después en el ejerciciodel periodismo boliviano. Don Demetrioseñaló la posguerra del Chaco como el esce-nario en el cual el periodismo había abando-nado “la función tribunicia” que los había con-vertido en “instrumentos de combate”. Talcomo ocurrió en el cese de fuego de la gue-rra, ese viejo periodismo había “silenciadofuegos y arrinconado su vieja fusilería de per-cusión”. El nuevo periodismo ya no fue tribu-na de libelistas, propagandistas y pasquine-ros, tan comunes desde los albores de laIndependencia. “La parte trascendental de lavida no está en lo que uno piensa sino en loshechos cotidianos que acontecen”, y sobreellos se debe hablar “con alguna mayorimparcialidad…para ilustrar y documentar laconciencia pública, antes que para asumir elpapel de conversor y catequista”. Esta reglade oro formulada por Don Demetrio Canelastrasuntaba el principio básico del periodismo

moderno, al cual se agregó un corolario:“informar con asiduidad y honestidad profe-sional” para que el público forme “sobre loshechos ocurrentes su propio criterio” y unprincipio: “Un público bien informado es lamejor defensa para la moral y el orden políti-co.”

Uno tiende a comparar a este patricio bolivia-no con el Ciudadano Kane, sólo que el perso-naje creado por Orson Welles quizá no hubie-ra podido bogar en un “diario libre” sobre eltormentoso mar de la política boliviana.

Don Demetrio Canelas fue un hombre públi-co y un político de principios; no en vanofundó el Partido Republicano Genuino, juntoa la egregia figura del Dr. Daniel Salamanca,tribuno de acrisolada y puntillosa vocaciónpor el imperio de la ley y del Estado deDerecho. Fue dignatario de Estado en variasoportunidades y bien pudo haber accedido ala Primera Magistratura del país, pero laestructura íntima de su personalidad lo incli-nó por la profesión más emblemática de unademocracia: el periodismo. Con esa vara hayque medir la inmensa decepción que debiósentir al ver asaltada y destruida la obra de sucreación y al aceptar que la vida no le daríauna nueva oportunidad. Tuvieron que pasarcatorce años para que su hermano, DonCarlos Canelas Canelas, saliera por los fuerosde la casta familiar y echara nuevamente anavegar esta nave periodística. Por eso la his-toria de Los Tiempos es una saga de la fami-lia Canelas iniciada por don Demetrio, el fun-dador; secundada por Julio César y Carlos; ycontinuada hoy por la segunda y tercerageneración de esta ilustre familia.

Declaración de principiosEl primer editorial

Un siglo de periodismo.Don Demetrio inició su laborperiodística en 1901. En 1907fundó La Prensa, cuyo nom-bre recuperó la familiaCanelas al abrir un prestigio-so diario de circulación nacio-nal. Sentado, al centro,Demetrio Canelas con mili-tantes del PartidoRepublicano que rodean aDaniel Salamanca.

Uno tiende a comparar a DonDemetrio con el CiudadanoKane, sólo que el personajecreado por Orson Wellesquizá no hubiera podidobogar en un “diario libre”sobre el tormentoso mar dela política boliviana

De la vasta obra deDon Demetrio,hemos seleccionadoal final 14 principiosdel periodismo libre(Pág. 40).

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A casi cuatro décadas de sus primeras notasperiodísticas, don Demetrio vio la oportuni-dad de abrir un periódico en Cochabamba uti-lizando equipos que habían pertenecido aldiario La Razón, cuyo propietario era elempresario minero Carlos Víctor Aramayo.

En junio de 1943 se produjo el traslado de lamaquinaria al cuidado del linotipista SixtoAraníbar y, poco después, llegaron a nuestraciudad los jóvenes linotipistas: AlfonsoSalazar, Eduardo Capriles, Miguel Torrico,Andrés Coronado, David Fernández, AlbertoRíos, Mario Quiroz, Humberto Torrico y el cita-do Sixto Araníbar, entre otros que recuerdadon Alberto Ríos Cortéz, también miembrodel equipo. Alfonso Salazar era el jefe delgrupo y Walter Durán junto a H. Cámara losprensistas. El taller y la prensa de LosTiempos fueron instalados en una casa de lacalle Hamiraya casi esquina Ecuador, con doslinotipos, una intertipo y una prensa rotopla-na que también doblaba los periódicos.

El primer número tenía que salir el 14 de sep-tiembre de 1943, en las efemérides cocha-bambinas, pero el ajuste de la maquinariausada se prolongó por dos días más y así Los

Tiempos nació el 16 de septiembre de 1943.Pronto los editoriales de don DemetrioCanelas concitaron la atención de los lectorespor su actitud crítica insobornable por sulínea democrática contra los excesos delpoder y la corrupción, y Los tiempos exten-dió sus ventas a La Paz, Oruro, Santa Cruz y lasprovincias próximas a Cochabamba.

A sólo tres meses de su apertura, Los Tiemposfue clausurado por el gobierno del PresidentePeñaranda y don Demetrio, detenido y condu-cido a La Paz. Reabierto Los Tiempos, donDemetrio continuó guiando la nave con manofirme y por el mismo rumbo de lucha por elrespeto a las libertades democráticas.

Tras varios años de funcionamiento, LosTiempos se trasladó a su nueva sede ubicada

en la calle General Achá esquina Junín, dondeprosiguió su labor crítica e informativa hastaaquel aciago 9 de noviembre de 1943 en quefue asaltado y destruido por una turba movi-mientista, y don Demetrio, deportado nueva-mente a La Paz.

Los Tiempos permaneció clausurado durantecatorce años; en ese lapso, don Demetrio con-tinuó con su labor de crítica al poder y apegoa los principios democráticos con que habíafundado la única organización política a laque perteneció: el Partido Republicano. Nohalló condiciones favorables para la reapertu-ra de esta casa periodística y falleció en 1964;pero allí estaba su hermano Carlos para recu-perar el legado de su hermano mayor, y nobien la situación política se hizo propicia conla caída del MNR, preparó la resurrección deLos Tiempos que se produjo el 19 de julio de1967.

La reapertura significó un salto tecnológico aloff set y una nueva sede ubicada en la calleSantiváñez, donde permaneció este diariohasta la inauguración del Edificio LosTiempos, donde funciona dotado actualmen-te de tecnología digital de punta.

Cómo nació Los TiemposUna página del periodismo boliviano

Primera sede. En este edifi-cio funcionó Los Tiemposhasta el 9 de noviembre de1953 en que fue asaltado ydestruido por las hordas ofi-cialistas. Poco después abrióallí sus puertas el Correo.

A sólo tres meses de su aper-tura, Los Tiempos fue clausu-rado por el gobierno delPresidente Peñaranda y donDemetrio, detenido y condu-cido a La Paz

Los Tiempos perma-neció clausuradodurante catorceaños; en ese lapso,don Demetrio conti-nuó con su labor decrítica al poder yapego a los princi-pios democráticoscon que había fun-dado la única orga-nización política a laque perteneció: elPartido Republicano

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Qué Tiempos aquellosEl mar agitado del periodismo boliviano

Fundar y cultivar el periodismo libre al margen del favor

oficial o del financiamiento de la oposición fue una haza-

ña inusual en nuestra historia

La colaboración singular de Demetrio, JulioCésar y Carlos Canelas Canelas fundó unatradición periodística similar a la de la familiaGainza Paz, en Argentina, o a la de la familiaEdwards, en Chile. La agitación política delsiglo XX fue el mar de tormenta en el cual lamano firme de los tres hermanos evitó que lanave de Los Tiempos naufragara. Demetrio yJulio César fueron los periodistas de cepa,mientras Carlos era el hombre de gerencia yadministración. Fundar y cultivar el periodis-

mo libre al margen del favor oficial o delfinanciamiento de la oposición fue una haza-ña inusual en nuestra historia. Sin embargo,la persecución política, la constante amenazade intervención y clausura y las penuriasfinancieras no consiguieron doblegar los áni-mos de los hermanos Canelas.

Con todo, diez años después de su creación,Los Tiempos sufrió el asalto, destrucción yclausura política de sus instalaciones por

una turba oficialista que incendió el ricoacervo bibliográfico y archivístico del perió-dico. De 1953 a 1969 se sucedieron los trá-mites en busca de una indemnización públi-ca que nunca llegó. La SociedadInteramericana de Prensa acompañó losesfuerzos de la familia y, por fin, el 19 dejulio de 1967 Los Tiempos resucitó. Lo quesigue es el recuento biográfico de esta sagafamiliar, que reunió a un importante grupohumano de intelectuales.

La segunda sede. DonDemetrio adquirió el inmue-ble de la calle Santivañez conla mira puesta en la reinaugu-ración de Los Tiempos, quereinició sus ediciones en estasede, a partir del 19 de juliode 1967.

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Este maestro de la comunicación inició sucarrera periodística a principios de 1901 en“El Heraldo”, de Cochabamba, cuando eraestudiante de la Facultad de Derecho de laUniversidad Mayor de San Simón, donde segraduó de abogado el 14 de agosto de 1904y dio examen de competencia para dictarcátedra.

En 1903, a sus 23 años, fue Redactor-Jefe en “ElHeraldo” de Cochabamba, fundado por el Dr.Francisco Velarde en 1877.

Desde muy joven descolló por su intensa acti-vidad de animador cultural en el CentroPatriótico, que reunía a los intelectuales de laépoca. Allí disertó sobre literatura e historia.

Fue redactor editorialista de “El Ferrocarril”, quedirigía el Dr. Fernando Quiroga Salamanca.Fundó “La Prensa” el 9 de abril de 1908 y en suseditoriales difundió su vocación de ejercer elperiodismo libre, sin compromisos con el ofi-cialismo ni con la oposición, que luego marca-rían la línea invariable de Los Tiempos en sus65 años de vida.

La oposición a la firma del Tratado de Paz fir-mado con Chile el 20 de octubre de 1904,durante el primer gobierno de Ismael Montes,lo aproximó políticamente al Dr. DanielSalamanca Urey, con quien fundó, años des-pués, el Partido Republicano Genuino.

Don Demetrio fundó “La Patria” de Oruro,subdecano de la prensa nacional, el 19 demarzo de 1919, diario del cual fue director yeditorialista. Desde sus primeras edicionesenjuició en forma sostenida la política con-ciliatoria y entreguista a Chile del montismoliberal, cultivando los principios republica-nos de defensa intransigente de la heredadnacional. “La Patria” fue exponente inclaudi-cable de la reivindicación marítima deBolivia y vigía permanente de los derechospolíticos y las libertades por cuya vigencia yrespeto sostuvo luchas memorables yenfrentó vejaciones y hostilidad que llega-ron a los extremos del asalto y destrucciónde sus talleres y oficinas”, dice el Dr. JoaquínEspada.

En esa temprana experiencia, don Demetriocultivó su invariable línea de tolerancia ideo-lógica, de indiscriminación a redactores, cola-boradores e intelectuales, de respeto por lasideas ajenas, de libre y elevado análisis de lascuestiones nacionales e internacionales,según el valioso testimonio del Dr. JoaquínEspada.

Siendo director de La Patria, en 1919 organizóy presidió el primer congreso de periodistas deBolivia, al cual asistieron quienes serían luegopersonalidades del periodismo nacional.

Durante el gobierno del Dr. José GutiérrezGuerra (1917-1920), a raíz de la dura represióncontra periodistas y opositores, don Demetriopublicó una serie de títulos bajo el título de “LaArmenia Boliviana”, que concitaron la atenciónde la ciudadanía, al punto que el pueblo deSucre lo invitó a visitar la capital y rindióhomenaje a su valentía e integridad periodísti-ca entregándole una luma de oro. En esaépoca, don Demetrio escribió en “ElRepublicano”, de Cochabamba.

Don Demetrio fortaleció la labor intelectualdel Dr. Daniel Salamanca y ambos fueron losprimeros promotores de la DescentralizaciónAdministrativa, postulado fundamental delPartido Republicano, como lo demuestranlos documentos publicados en “ElRepublicano” en 1921 y 1925, que fueronpresentados al Presidente Carlos BlancoGalindo para que sean incluidos en laConstitución de 1931. El Proyecto deDescentralización Administrativa quedó ensuspenso por el estallido de la Guerra delChaco y fue recogido en sus líneas originalesdurante el gobierno del Lic. Jaime PazZamora (1989-1993), que sirvieron de susten-to para la promulgación de la Ley respectiva.

Cuando dirigía el diario “La Patria”, donDemetrio fue exiliado a la Argentina en 1928,durante el gobierno del Presidente HernandoSiles. Desde allí envió duras críticas contra elprorroguismo del régimen de Siles.

El Partido de la Unión Republicana, fundadoen Oruro en 1914, fue la primera organizaciónpolítica que postuló la reforma agraria, el votouniversal y la nacionalización de las minas,petróleos y ferrocarriles. Daniel Salamancaexpuso la validez teórica de esos postuladosen la convención republicana de 1916 y fuesecundado por don Demetrio en sus editoria-les, como que en 1931 fue elegido diputadopor los trabajadores mineros de Llallagua,Uncía y Siglo XX. David Alvéstegui en su obra“Salamanca” y Guillermo Lora en su “Historiadel Movimiento Obrero Boliviano”, período1900-1923, confirman estas afirmaciones delDr. Joaquín Espada.

Hijo de José Manuel Canelasy Teodosia Canelas, era elmayor de nueve hermanos:Demetrio, Julio César, ManuelJosé, Cristóbal, Luis,Mercedes, Candelaria, Isabel yCarlos. Fue soltero, abogado,diputado y ministro, peroante todo, periodista

Demetrio Canelas CanelasSemblanza de un gran periodista

Crítico del entreguismo.Desde los inicios de su carreraperiodística, don Demetrio fueun crítico acerbo del Tratadode 1904, por el cual sentencia-mos nuestro enclaustramientomarítimo. Desde entonces, LosTiempos fue celoso defensorde la Tesis Reivindicacionistaen el tema del mar.

Demetrio Canelas Canelas (1881-1964) nacióun 7 de abril en la Hacienda San Pablo, hereda-da de sus mayores, ubicada cerca de SanBenito, provincia Gualberto Villarroel delDepartamento de Cochabamba y murió enCochabamba un 8 de noviembre, cuatro díasdespués de la caída del gobierno de PazEstenssoro. Dicen que al enterarse del golpecontra el MNR, don Demetrio comentó: “¡Porfin ha caído el monstruo!”

Hijo de José Manuel Canelas y TeodosiaCanelas, era el mayor de nueve hermanos:Demetrio, Julio César, Manuel José, Cristóbal,Luis, Mercedes, Candelaria, Isabel y Carlos. Fuesoltero, abogado, diputado y ministro, peroante todo, periodista.

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El matonaje políticono es una novedad.La he conocidodesde que tengo usode razón. Mal podríayo cometer la injusti-cia de atribuir al MNRla invención de estafauna de nuestrademocracia, que tam-poco es exclusiva-mente boliviana. Losbolivianos comparti-mos de esta excre-cencia tropical de lademocracia latinoa-mericana, con otrasvarias naciones delhemisferio. El aportedel MNR se reduce ahaber incorproado alas mujeres en las filasdel matonaje.

Demetrio Canelas

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Entre 1932 en que se inició la guerra del Chacoy 1943, año de la fundación de Los Tiempos,Demetrio Canelas fue parlamentario, Ministrode Guerra y Canciller de la República. Durantelos regímenes militares de la posguerra, DonDemetrio volvió al periodismo y de ese mododecidió fundar este periódico en Cochabamba.Una demora imprevista hizo que el primernúmero saliera dos días después de las efemé-rides del 14 de septiembre de 1943. El libro“Historia de diez años de periodismo” (1960)testimonia las vicisitudes que sufrió LosTiempos desde su fundación, por la labor críti-ca que ejerció durante el régimen de la LogiaRadepa y el MNR hasta el asalto y destruccióndel 9 de noviembre de 1953.

El Dr. Daniel Salamanca denunció la injerenciade los miembros de la Logia Bolivia en el cursode la guerra, y señaló a los generales Montes,Quintanilla y Osorio como altos miembros deesa institución masónica creada en 1931, a lacual habría pertenecido también el por enton-ces soldado Víctor Paz Estenssoro. En la pos-guerra del Chaco, don Demetrio defendió lagestión presidencial de Daniel Salamanca ysiguió la influencia de las logias en los gobier-nos militares de la posguerra.

En la serie titulada “Problemas bolivianos”, donDemetrio escribió una verdadera autopsia dela política nacional, desentrañando las causasúltimas de nuestra agitada vida política conprobidad intelectual y moral. Durante elgobierno de Busch, don Demetrio fue confina-do a la isla de Coati para evitar que se opusieraa la firma del Tratado de Paz con el Paraguay,que sancionó la pérdida del Chaco Boreal.

Durante el gobierno del General EnriquePeñaranda, la intervención del diputado

Demetrio Canelas en la interpelación de octu-bre y noviembre de 1943 a raíz de la masacrede Catavi (1942) fue decisiva para precipitar elgolpe del 20 de diciembre de 1943 que per-mitió el ascenso al poder del My. GualbertoVillarroel. El Dr. Joaquín Espada revela queVillarroel consultó a don Demetrio para que sehiciera cargo de la Presidencia de laRepública; ofrecimiento que el ilustre tribunoy periodista desechó.

A fines del sexenio 1946-1952 que se iniciócon colgamiento del Presidente Villarroel, donDemetrio enjuició los errores de “la junta mili-tar gastronómica del general Hugo Ballivián”,en páginas plenas de ironía.

Producida la revolución del 9 de abril de 1952,

don Demetrio acompañó a Jules Dubois,redactor del diario “Chicago Tribune” y presi-dente del Comité de Libertad de Prensa de laSociedad Interamericana de Prensa, de la cualfue dirigente, para reclamar ante el gobiernodel Dr. Víctor Paz Estenssoro por la confisca-ción del diario “La Razón”, de propiedad delempresario minero Carlos Víctor Aramayo,cuyas minas fueron nacionalizadas medio añodespués de la revolución de 1952.

En julio de 1953, don Demetrio advirtió en uneditorial sobre los aprestos de los universita-rios que, a través de asambleas, crearon lascondiciones para la confiscación de LosTiempos. El estallido de un complot deFalange Socialista Boliviana en noviembre deese año, sirvió de pretexto para asaltar y des-truir los talleres y oficinas de Los Tiempos y lavaliosa biblioteca y archivo de don Demetrioen noviembre de aquel año. Los Tiempos fun-cionaba en la esquina de las calles GeneralAchá y Junín, donde luego se abrió la oficinade Correos. Don Demetrio fue conducido a LaPaz y sólo la intervención de Jules Dubois, dela Sociedad Interamericana de Prensa (SIP),consiguió su libertad y aun salvarle la vida,como reconoció el gran periodista boliviano.Don Demetrio viajó a Nueva York pero, ya deretorno al país, se estableció en una casa desus mayores ubicada en el actual Parque LaTorre; luego construyó una casa en Pucara,donde estableció una granja avícola.

Desde el exilio y luego en el país, donDemetrio continuó su labor esclarecedora ycrítica del régimen movimientista hasta sudeceso en 1964. La vida le alcanzó para ver lacaída de su principal enemigo político, pero nopudo asistir a la resurrección de Los Tiempos,ocurrida catorce años después.

¿Cómo no consagró la ciuda-danía boliviana al doctorDemetrio Canelas como man-datario lógico de sus destinosy negocios con el conoci-miento tan cabal que teníade su conducta cívica cato-niana, de su abnegación boli-vianista y de su sapiencia dehombre de Estado de la emi-nencia que exigían las supre-mas necesidades a resolverpara restructurar todos losfactores prósperos de lanacionalidad?

Joaquín Espada

Don Demetrio Canciller. Deizq. a der., el CancillerDemetrio Canelas, elPresidente Daniel Salamancay el Presidente del PerúAugusto B. Leguía.

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Julio César Canelas Canelas nació enCochabamba el 14 de noviembre de 1898 ymurió en Cochabamba a poco menos de unsiglo de vida fecunda. Hizo estudios de pri-maria en el Instituto Americano y de secun-daria en el Colegio Nacional Sucre. Desdemuy joven escribió poesía y ganó premiosliterarios estudiantiles. Prestó el serviciomilitar en el Regimiento Ballivián, de La Paz.Se casó con doña Elsa Saenz de la Oliva. Sushijos fueron Jorge y Fernando CanelasSaenz. Jorge heredó la calidad y la líneaperiodística de la familia y fue director delmatutino La Razón y del Semanario Pulso,

que fundó.

Demetrio, Julio César y Carlos fueron los her-manos mayores de la familia Canelas y jun-tos desarrollaron el oficio periodístico y edi-torial. Vivieron entre Cochabamba, Oruro yLa Paz.

Don Julio César hizo sus primeras armas enLa Patria, fundada por Demetrio Canelas el 19de marzo de 1919; en ese medio fue, sucesi-vamente, corrector de pruebas, redactor denoticias sociales, reportero, redactor yDirector entre 1922 y 1937 en períodos inte-rrumpidos por sus actividades empresarialesy los continuos exilios, deportaciones y com-promisos que le deparó su activa vida políti-ca. Dirigió asimismo El Republicano, deCochabamba; La Patria, de Cochabamba; ElDiario, de La Paz entre enero y julio de 1946.Fue el primer Director de Los Tiempos, luegosubdirector y nuevamente director, alternan-do con don Demetrio, en los períodos en queéste fue Diputado y Ministro de Estado.

Julio César Canelas dirigió, en suma, seis dia-rios en Cochabamba, Oruro y La Paz, e hizoincluso una edición de La Patria enAntofagasta, Chile, cuando fue desterradojunto a otros periodistas y obreros de esediario.

Fue diputado, ministro, embajador y agudocomentarista político. Según Ángel Torres,fue un arquetipo del periodista de la prensabrava y política.

El 21 julio de 1946 se encontraba preso en elPanóptico Nacional por cuestiones políticasy con serio riesgo de su vida. El mismo díaque colgaron al Presidente Villarroel, JulioCésar Canelas fue liberado y sacado en hom-bros hacia la plaza Sucre. A punto de retor-nar a Cochabamba, el sucesor en laPresidencia, Dr. Tomás Monje Gutiérrez, lonombró Ministro de Defensa. A su probidady espíritu humanitario se debe la suspensióninmediata de los rigores a que eran someti-

Julio César CanelasOtro mensaje de actualidad

Julio César Canelas irrumpióen la vida política y periodís-tica en las postrimerías delos 20 años de régimen libe-ral, que fue sustituido en elpoder por el PartidoRepublicano, fundado enOruro el 3 de enero de 1914por Daniel Salamanca yDemetrio Canelas, entreotras personalidades

Un bravo periodista. DonJulio César Canelas fueDiputado, Ministro,Embajador y agudocomentarista político.Según Ángel Torres, fueun arquetipo del perio-dista de la prensa brava ypolítica.

dos los presos políticos en el Panóptico,según testimonia el Cnl. Francisco Barrero ensu libro sobre la Logia Radepa.

Como sus hermanos, Julio César Canelas fuehombre de principios. Antes de que se fun-dara Los Tiempos, vivió en primera línea lasvicisitudes del periodismo en una época enque la prensa servía para subir y bajargobiernos y correr la suerte de ellos. Porentonces, el contenido fundamental de laprensa eran las notas políticas, los brulotes,los sueltos, los libelos infamatorios y laspolémicas. Eran frecuentes los lances dehonor a primera sangre entre directores dediarios opositores, dignatarios de Estado yjefes de policía, que recurrían a la censura, elempastelamiento de las ediciones y la clau-sura de los diarios opositores con la consabi-da confiscación de los talleres de impresión.Años de beligerancia, censura, presiones,cargas explosivas, golpizas anónimas, deten-ciones, confinamientos, destierros, que agi-taron la vida de este patricio tan importanteen su quehacer periodístico como sus her-manos.

Por entonces el periodista se formaba en elmismo diario, primero como corrector depruebas, aprendiz del oficio como en cual-quier taller, pues no había periodistas deescuela o de facultad. Don Julio César alter-naba sus estudios de Derecho con el oficiode periodista autodidacta, para llegar a lascimas de esta noble profesión.

Una agitada vida políticaJulio César Canelas irrumpió en la vida polí-tica y periodística en las postrimerías de los20 años de régimen liberal, que fue sustitui-do en el poder por el Partido Republicano,fundado en Oruro el 3 de enero de 1914 porDaniel Salamanca y Demetrio Canelas, entreotras personalidades. Su primera tribunafue La Patria, de Oruro, fundada en 1919para enarbolar la reivindicación marítimacontra el practicismo del régimen liberalque precipitó la firma del Tratado de 1904con Chile y reprimió duramente a sus críti-cos y opositores.

El 12 de julio de 1920 en que fue derroca-do el Dr. José Gutiérrez Guerra, últimogobernante del Partido Liberal, DemetrioCanelas fue uno de los triunviros del nuevogobierno junto a Bautista Saavedra, que ala postre fue Presidente. Saavedra repitiólos errores de los liberales al ejercer la vio-lencia contra sus críticos, entre ellos, JulioCésar Canelas. El republicanismo se fraccio-nó y en 1922 el Presidente Saavedra clau-suró diarios en Oruro, La Paz, Cochabambay Potosí, entre ellos, La Patria; al mismotiempo que puso en prisión a directores y

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redactores y les siguió procesos por el deli-to de subversión. Julio César, junto a cua-tro redactores y cuatro trabajadoresmanuales fueron deportados a Antofagastaluego de la clausura del diario orureño dela familia Canelas.

De retorno a Cochabamba, dirigió ElRepublicano, órgano opositor. Fue célebre labroma de Inocentes que hizo al dar cuentade la dimisión del Presidente en página inte-rior, como un despacho desde La Paz. LaFiscalía lo procesó y fue desterrado porsegunda vez.

Fue elegido diputado por la provinciaAbaroa en 1932, a instancias de DanielSalamanca. Éste envió a su sobrino Augustocon la misión. De inicio, Julio César no acep-tó la candidatura porque prefería ejercer eloficio de periodista, pero cedió cuandoDaniel Salamanca le replicó que él tampocoquería ser Presidente. En una muestra delpundonor y la honestidad de la prensa deentonces, don Julio César cerró el diario LaPatria para ser candidato y tuvo que prestar-se dinero para costear su campaña.

En 1940 fue nuevamente diputado en cuatrolegislaturas sucesivas. Dos años despuésocurrió la masacre de Catavi, en diciembrede 1942, cuyo costo político para elPresidente Peñaranda fue el golpe de estadode diciembre de 1943 por el cual fuedepuesto. Entretanto nació este diario, suprimer director fue Julio César Canelas y suprimer gerente, don Carlos Canelas; el escri-tor Jesús Lara fue jefe de redacción. Tresmeses y cuatro días después ascendía algobierno el My. Gualberto Villarroel. Las crí-ticas al gobierno Radepa-MNR desencadena-ron represalias oficialistas y amagos de lan-

ces de honor. En julio 1945, junto al subdi-rector, Juan Antonio Barrenechea, JulioCésar fue detenido y trasladado en avión ala isla de Coati, de donde fue confinado aSorata.

Su agitada vida periodística se resintió conel asalto y destrucción de Los Tiempos ennoviembre de 1953; restituidas sus edicio-nes, don Julio César mantuvo la columnaMirador, que mostró su talento periodísticocomo analista político.

Demetrio Canelas no pudo asistir a la vindi-cación y reapertura del diario que fundó,pero Julio César pudo secundar la obra desu hermano, don Carlos Canelas, y acompa-ñarlo con colaboraciones periodísticas yconsejos hasta su muerte.

La Sociedad Interamericana dePrensaDespués de su hermano Demetrio, donCarlos Canelas fue Vicepresidente de área,para Bolivia, de la Comisión de Libertad dePrensa de la Sociedad Interamericana de

El 21 julio de 1946 se encon-traba preso en el PanópticoNacional por cuestiones polí-ticas y con serio riesgo de suvida. El mismo día que colga-ron al Presidente Villarroel,Julio César Canelas fue libera-do y sacado en hombroshacia la plaza Sucre

Muy estimado por los dis-tribuidores. El trato cotidia-no que tiene un periodistacon los voceadores, le ganó laestima de la trabajadora másantigua del gremio.

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Carlos Canelas Canelas (1905- 1999) nació enCochabamba un 28 de agosto de 1905 ymurió con el siglo un 30 de diciembre de1999. Hijo de José Manuel Canelas y TeodosiaCanelas, era el menor de nueve hermanos:Demetrio, Julio César, Manuel José, Cristóbal,Luis, Mercedes, Candelaria, Isabel y Carlos. Secasó con Doña Bertha Rosa Tardío y tuvieronsiete hijos: Carlos, Alfonso, Eduardo, Gonzalo,Fernando y Enrique; la única hija falleció atemprana edad. Hizo sus estudios de primariaen Cochabamba y de secundaria en el ColegioSimón Bolívar, de Oruro, donde fue su condis-cípulo el futuro presidente Víctor PazEstenssoro, y salió bachiller del ColegioNacional Sucre, de Cochabamba.

Prestó su servicio militar en Oruro en 1924,donde su hermano Demetrio había fundadoel diario La Patria en 1919 y concurrió mástarde a la guerra del Chaco como oficial deartillería. Debía proseguir estudios deEconomía en Alemania pero lo hizo en Chilea instancias de su hermano Manuel José, allíresidente, y los continuó en su tierra natal. Asu retorno, se interesó en la vida periodísticade sus hermanos Demetrio y Julio César,alternó su residencia entre Cochabamba,Oruro y La Paz e integró la agrupación “Los

Trece”, integrada por quienes luego seríanconnotados protagonistas de la vida nacio-nal.

Estalló la guerra del Chaco; su hermanoDemetrio era Ministro de Guerra y luegoCanciller del gobierno del Presidente DanielSalamanca, pero Carlos no usó de esasinfluencias y se alistó en La Paz donde fuedestinado al Colegio Militar para seguir uncurso rápido de oficiales. Así obtuvo el gradode subteniente y fue asignado al Grupo deArtillería N° 10, donde participó en accionesimportantes, como la de Kilómetro 7. Tresaños después fue desmovilizado como oficialde reserva con el grado de Teniente deArtillería.

Al inicio de la posguerra retomó sus empren-dimientos industriales y en 1936 fundó la

Editorial Carlos Canelas, que publicó, entreotras, la primera edición de “Repete”, novelade Jesús Lara sobre la contienda. Don Carlosfue también gerente de Editorial América yfundó la revista quincenal “Sucesos”, cuyo jefede redacción fue Alberto García Cabruja.Paralelamente fundó la Hacienda Angostura,que fue primera productora de leche delDepartamento y mecanizó la agricultura. Lasdos editoriales publicaron hasta los años 60alrededor de 40 títulos, entre ellos: “Sobre elproblema nacional y colonial de Bolivia (1962,de Jorge Ovando Sanz, “Simón I. Patiño, unprócer industrial (1964), de Manuel Carrasco;“Melodramas auténticos de políticos idénti-cos”, de Jorge Suárez; “Imágenes de ayer”(1975), de Armando Montenegro; “Mensajes ymemorias póstumas (1976) de DanielSalamanca; “La verdadera Adela Zamudio(1981), de Gabriela Taborga de Villarroel; ade-más de las ediciones de Los Amigos del Libro.

La vigorosa acción empresarial de Don Carlospermitió que, a la caída del régimen movi-mientista, la Editorial de su fundación asumie-ra el desafío de reabrir Los Tiempos. En prin-cipio, él y su hermano Julio César retomaronel juicio iniciado en 1954 para pedir unaindemnización al Estado; no obstante, la

Carlos Canelas CanelasEl artífice de la reaparición de Los Tiempos

La vigorosa acción empresa-rial de Don Carlos permitióque, a la caída del régimenmovimientista, la Editorial desu fundación asumiera el des-afío de reabrir Los Tiempos

Ejemplo de tesón y firmeza.Don Carlos fue el artífice de lareaparición de Los Tiempos,pese a que el Estado no leotorgó una justa indemniza-ción por el asalto de 1953.Aun así, con sus propiosrecursos y créditos bancarios,remozó el equipamiento deeste matutino con la primeraprensa offset deCochabamba.

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demora burocrática indujo a don Carlos y a suhermano Luis a financiar por su cuenta lanueva rotativa y maquinaria off set para rea-nudar las ediciones del periódico. La indemni-zación no llegó jamás pero el desafío habíasido asumido con grandes riesgos financieros.

La memoria de la familia Canelas conserva elúltimo actuado del trámite de indemnización.Es la Resolución Camaral N° 151106 que dictóel Senado el 10 de septiembre de 1969, quedice: “Se crea una comisión pericial para esta-blecer y evaluar los daños y perjuicios ocasio-nados por la destrucción del diario LosTiempos de la ciudad de Cochabamba, publi-cada en el N° 474 la Gaceta Oficial de 20 deoctubre de 1969. Dicha Comisión jamás fueconformada debido al golpe militar delGeneral Alfredo Ovando Candia (26 de sep-tiembre de 1969, que clausuró el Congreso)luego de la trágica muerte del PresidenteBarrientos el 26 de abril de aquel año. De estemodo, Los Tiempos volvió al escenario nacio-nal con créditos bancarios.

Avatares de Los TiemposEn la primera época de Los Tiempos, DonCarlos Canelas Canelas acompañó a sus her-manos Demetrio y Julio César como gerentede esta casa periodística. Su vocación por laadministración le permitió llevar adelanteempresa tan difícil, con una inversión de ries-go pues en la década 1943-1953 Los Tiemposy el país vivieron momentos de inestabilidadpolítica e incertidumbre económica que fue-ron confirmados con el vandálico asalto, laclausura y el amordazamiento impuesto ennoviembre de 1953 por los milicianos del régi-

men movimientista.

Ya en 1936, don Carlos había fundado y dirigi-do la Editorial Carlos Canelas y una empresaagropecuaria que sirvió de garantía para con-traer créditos destinados al equipamiento deeste diario. Su firme empeño y su acrisoladahonradez fue un puntal para la difícil obra inte-lectual y política de Demetrio y Julio CésarCanelas. Catorce años después del asalto a lasinstalaciones de Los Tiempos, Don Carlospudo vindicar la obra de sus hermanos, restitu-yendo a la circulación este diario el 19 de juliode 1967, con maquinaria nueva que inauguróen Cochabamba la tecnología del off set(Presencia ya lo había hecho en La Paz), yluego de constituir a Los Tiempos en uno delos tres diarios nacionales más grandes y demayor circulación desde su sede inicial en lacalle Santiváñez, tuvo todavía energías paralanzarse al emprendimiento mayor de cons-truir el Edificio Los Tiempos, premiado por elMunicipio como la mejor edificación deCochabamba en su momento, donde actual-mente funciona este prestigioso diario.

Pero quizá la heredad más importante que

conservó y cultivó fue el apego de los herma-nos Canelas a los principios, a la integridadintelectual y moral y a la ética periodística, alpensamiento libre y a la libertad de expresión,virtudes todas que orientaron el rumbo de LosTiempos en estos 65 agitados años de fecun-da labor periodística, secundada por un selec-to equipo de trabajadores y colaboradores.Alfonso Canelas Tardío destaca que, en apegoa esta línea, ningún miembro de su familia, portres generaciones, ha sido militante de ningúnpartido, aunque obviamente tengan, en loindividual, preferencias políticas que, sinembargo, no comprometen la línea de libertadde pensamiento de Los Tiempos.

Según se conserva memoria, el primer ejem-plar de Los Tiempos tenía ocho páginastamaño estándar y salió a la luz enCochabamba, el 16 de septiembre de 1943,bajo la dirección de Don Julio César Canelas yla gerencia de Don Carlos Canelas. Al hacerrealidad su profunda vocación por el periodis-mo libre, quizá no intuyeron la dramática odi-sea que iniciaban por el proceloso mar de lapolítica boliviana, plagada de adversidades,detenciones injustas, sobresaltos económicosy políticos, confinamientos, exilio, destrucciónfísica y saqueo de la inmensa biblioteca yarchivo familiar. Pero, como el héroe homéri-co, los hermanos Canelas enfrentaron laadversidad con coraje y decisión de persisten-cia porque los sostuvo invariablemente lapureza de sus principios e ideales.

Primera década de Los TiemposEn esa primera década que se extendió del 16de septiembre de 1943 al 9 de noviembre de

Puntualidad, tratofino y caballeroso ybondad personalson los atributosmás recordados porquienes tuvieron lasuerte de trabajarbajo sus órdenes enLos Tiempos

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Los descendientesrecuerdan que DonCarlos, al igual que lafamilia Patiño, fuepionero en la intro-ducción de ganadoHolstein, que revolu-cionó la producciónlechera en el vallecochabambino

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La compañera de su vida.Doña Bertha Rosa Tardío deCanelas acompañó a donCarlos en las vicisitudes másextremas de la agitada vidapolítica nacional. En noviem-bre de 1953, don Carlos per-maneció en el PanópticoNacional durante siete meses.La entereza de su esposa fueun puntal de la familia, y unejemplo para sus hijos. Porestas circunstancias, la situa-ción económica de la familiano fue bonancible. Quizo eldestino que doña BerthaRosa pudiera asistir al mayoremprendimiento de donCarlos, que fue el renacimien-to de Los Tiempos.En la foto doña Bertha Rosajunto a don Carlos Canelas.

Como el héroe homérico, loshermanos Canelas enfrenta-ron la adversidad con coraje ydecisión de persistencia por-que los sostuvo invariable-mente la pureza de sus prin-cipios e ideales

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1953, Los Tiempos funcionó en la casa ubicadaen la esquina General Achá y Junín, donde mástarde se instaló la oficina de Correos. Desde allí,un equipo selecto de periodistas informó conprecisión, objetividad e idoneidad periodísticasobre los acontecimientos decisivos de nuestrahistoria, tales como la agitación y los debateslegislativos posteriores a la llamada Masacre deCatavi, ocurrida en diciembre de 1942, elPrimer Congreso Campesino, la política socialdel gobierno de Gualberto Villarroel, los críme-nes de Chuspipata, el colgamiento delPresidente Mártir, el sexenio, las elecciones de1951, el golpe del 9 de abril de 1952 converti-do en insurrección, la nacionalización de lasminas, el voto universal, la reforma agraria, elasalto y clausura de esta casa periodística.

El asalto a Los Tiempos1953 se inició con negros nubarrones para LosTiempos y para la economía cochabambina. Sehabía creado una Comisión de Reforma Agrariaque elaboraba conclusiones juiciosas para evi-tar que fueran intervenidas las empresas agrí-colas medianas, que sostenían la produccióndel sector. El país vivía los primeros síntomasde la inflación y la recesión provocada por lanacionalización de las minas y la consiguientereacción en el mercado internacional; y estosaspectos habían sido materia de los análisis jui-ciosos y serenos de don Demetrio Canelas queno se ahorraba críticas aunque las escribía entono mesurado y respetuoso.

El 9 de noviembre de 1953 se precipitó lo queya se temía: las amenazas expresas o veladasse materializaron cuando una turbamulta demilicianos del MNR violentaron el acceso a lostalleres y oficinas de Los Tiempos, así como aldepartamento y la biblioteca de Don Demetrioy destruyeron y quemaron cuanto encontrarona su paso. La pérdida más lamentable ocurrióen la biblioteca, pues aparte de los valiososvolúmenes, fueron incinerados documentoshistóricos y ensayos políticos y literarios de

Demetrio y Julio César Canelas. El Gobiernointentó justificar la medida aduciendo compli-cidad con un levantamiento de militantes deFalange Socialista Boliviana que ocurrió al ini-ciarse ese aciago día que fue un baldón para elgobierno movimientista que cumplía sus pri-meros diecinueve meses.

Los testigos oculares dicen que funcionariosdel Gobierno que llegaron de La Paz disputa-ron la conveniencia de preservar la prensa yequipos de Los Tiempos para abrir otro perió-dico al servicio del régimen, pero se impuso laconsigna oficial: “Este diario no debe salir más.Hay que acabar con el tabú de Los Tiempos”.

Los tres hermanos Canelas fueron detenidos ytrasladados a La Paz, mientras sus hijos varonessufrían similares vejámenes. Don Demetriocumplió 40 días de cautiverio y fue liberadopor gestión de la Sociedad Interamericana dePrensa (SIP). Julio César y Carlos permanecieronvarios meses en la cárcel de San Pedro. Enenero de 1954, don Demetrio pidió al Gobiernouna indemnización y una autorización para lareapertura de Los Tiempos, pero la suerte esta-ba echada y tuvo que tomar el camino del exi-lio.

Resurrección de Los TiemposEl 4 de noviembre de 1964, un levantamientomilitar dio fin a doce años de régimen movi-mientista; cuatro días después fallecía donDemetrio Canelas con la amargura de no asistira la resurrección del diario que fundó. Pero allíestaba su hermano Carlos para tomar la posta yreanudar la labor periodística de Los Tiemposel 19 de julio de 1967 en presencia del nuevoPresidente Constitucional, General RenéBarrientos Ortuño, del Vicepresidente LuisAdolfo Siles Salinas, del Prefecto EduardoSoriano Badani y del Obispo de la DiócesisMons. Armando Gutiérrez Granier.

A las diez de la mañana se efectuó el acto pro-

tocolar y la edición circuló a partir de las 4 dela tarde, el único día de la segunda época enque la edición se atrasó para registrar la inau-guración oficial. Las 44 páginas de esa históri-ca edición llevaban las palabras de Don CarlosCanelas y del Presidente Barrientos. DonCarlos dijo: “Hoy es para la familia Canelas undía de especial significación, porque cumpli-mos un anhelo largamente sentido. Comoprolongación de la obra del fundador de estediario, tengo la satisfacción de volver a inau-gurar el periódico para continuar sirviendo alos intereses de la comunidad local y nacional.Los Tiempos, en esta nueva etapa, continuarála línea con la que fue fundado en 1943. SeñorPresidente: su gobierno tiene el privilegio dehaber devuelto a la prensa su libertad deexpresión.” En verdad, Los Tiempos jamás seapartó de aquella línea de periodismo libreprevista por Demetrio Canelas desde el iniciode su vida intelectual y política.

El Presidente Barrientos dijo: “Con mi presenciano sólo he querido expresar a Los Tiemposmidesagravio y el de mi Gobierno, sino destacarnuestro reconocimiento a la obra visionaria deDon Demetrio Canelas, que comenzó y jalonósu vida siempre de acuerdo a la línea de susprincipios. Este es el sentir de la verdaderalibertad”. Mons. Armando bendijo la modernamaquinaria off set con que fue equipada estacasa periodística.

Aquel histórico número 2.896 de fecha 19 dejulio de 1967 del Año XI según el cómputopendiente desde 1953, llevaba un editorial titu-lado Nuestro Renacer, y la columna de donJulio César Canelas bajo el seudónimo Mirador.

Desde ese día y para eterna memoria, a 65años de vida, bajo la dirección actual deFernando Canelas Tardío, la página editorialregistra invariablemente las siguientes pala-bras: “Fundado por Demetrio Canelas el 16 deseptiembre de 1943. Fue asaltado y destruido

Sociedad Interamericana dePrensa. Así como donDemetrio, don Carlos fueVicepresidente de Área delComité de Libertad de Prensade la SIP para Bolivia, funciónque luego estuvo a cargo desu hijo Alfonso. El Comité ela-bora un infome anual sobreel estado de la libertad deprensa en cada uno de lospaíses afiliados.

El 19 de juliode1967, Los Tiemposvolvió a remontarvuelo hasta consti-tuirse en un faro dela libertad de prensay de pensamiento enBolivia

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Sobre Ismael MontesNingún mandatario en el último tercio desiglo ha despertado tantas resistencias y acu-mulado sobre su cabeza acusaciones tantenaces y odiosas como este presidente, devoluntad de hierro, cuya personalidad se des-taca imperiosa y temible, aniquilando cuantogira en su rededor. Ninguno de los Jefes deEstado a quienes la pasión popular sometió asus fallos terribles ha visto como él concitarsecontra sí los enconos incisivos de la oposición,siempre ardiente y obcecada.

Germán Busch: “un Belzu de másnotable extracción”“La figura de Busch venía envuelta en unnimbo de heroicidad y juventud. En la guerradel Chaco, donde el papel de militar profesio-nal había sido a menudo deslucido, Busch sedestacó por su valor personal y se hizo esti-mar también por la franqueza y sencillez de su

carácter”. Don Demetrio publicó en “LaNoche”, en febrero de 1943, esta valiosa sem-blanza del Presidente Germán Busch (1937-1939). “De él podía decirse que era un “realhombre del Chaco”, esto es, hombre que habíaluchado y no uno de tantos valores ficticiosque hicieron su carrera, y a veces también sufortuna, practicando alguna de las variadasformas de emboscamiento, que nos conduje-ron a la derrota. Es por ello que, cuando hizosu aparición como gobernante, si bien seconocía por todos su falta de preparaciónpara las funciones de gobierno, su presenciafue saludada con simpatía”, agrega donDemetrio.

“Además de su modestia, su franqueza, ciertoaire de candor en su trato con los grandes ycon los chicos, acrecentaban en torno suyo lasadhesiones y simpatías. Un nuevo Belzu ani-mado de amor a las masas desheredadas,

pero de una más noble extracción puesto quehabría labrado su carrera en la defensa delsuelo nacional contra el extranjero y no en lasguerras intestinas, surgía en el escenario his-tórico”, compara don Demetrio a Busch con elPresidente Isidoro Belzu (1848-1855). “Por lodemás, el joven caudillo no tenía ningunaexperiencia política, ni conocimiento sobre losproblemas del país y sobre el modo de resol-verlos. Su voluntad era juguete de las emocio-nes del momento. Sus amigos y sus conseje-ros se disputaban el dominio de sus actos. Porello, su conducta no tuvo continuidad ni con-secuencia. Tan pronto era generoso y liberal,como vengativo; tan pronto legalista y defen-sor del caudal público, como despilfarrador yatropellador de toda justicia. Todo dependíade la clase de hombres que en último térmi-no, inclinaban su ánimo con sus consejos ocon sus perfidias”. (…) El Dr. Demetrio Canelasse entrevistó con Busch luego de realizarse la

El estilo inconfundible deDon Demetrio Canelas

Una pluma sobria y vigorosa

En su estilo periodístico asomaba el novelista atento a la

realidad nacional y el biógrafo capaz de resumir en

pocas frases el alma de sus personajes

Obras de Demetrio Canelas. La Editorial Canelas ha emprendido la edición de las Obras Completas de don Demetrio, que actualmente tiene 4 tomos.

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5ª Convención del Partido RepublicanoGenuino, del cual era alto dirigente. “Al salir deesta entrevista, a la cual concurrieron variosdirigentes prestigiosos de mi partido, yo dije aun amigo que me interrogó, que el PresidenteBusch me había hecho la impresión de unniño sentado al escritorio de su padre”. (…) “Aldía siguiente de esta entrevista, fui capturadopor agentes de policía y conducido a la isla deCoati, a media noche, en una de las jornadasmás episódicas de mi vida de perseguido polí-tico. El día anterior, al despedirme de él, mehabía dicho el Coronel Busch, estrechándomela mano afectuosamente: “Ahora que le heconocido, mi querido doctor, esté usted segu-ro de mi apoyo y consideración”, escribe donDemetrio, ratificando sus extraordinariasdotes de escritor, ya testimoniadas en sunovela “Aguas estancadas”.

Gualberto Villarroel asumió laPresidencia [20 de diciembre de 1943]Don Demetrio recordaba que, a mediados de1943 había oído hablar del Mayor GualbertoVillarroel como del “militar más estudioso”, alpunto que el Dr. Joaquín Espada lo calificabacomo “el Salamanca de la clase armada”.“Tuve impresión agradable al conocerle; sufisonomía era de rasgos atrayentes. –Sus ojosde un verde difuso, miraban con franqueza yalgo de nostalgia. Después de las presenta-ciones, Villarroel empezó a confiar su pensa-miento como si hubiéramos sido amigos deantaño”, recordaba don Demetrio en un edi-torial publicado en 1950. Cuando Villarroel leconfió que la oficialidad joven, los Mayoresde ejército, estaban en apronte contra lajerarquía militar, le mostró un cuadro agudode rebelión. “Si nosotros no derrocamos esterégimen, los capitanes pasarán sobre nos-otros y lo harán. Si los Capitanes se muestranremisos, serán los Tenientes. En suma, toda laclase armada sólo espera una voz de mando”,resumió Villarroel pidiéndole un consejo adon Demetrio, por entonces diputado nacio-nal.

Don Demetrio no quiso pronunciarse. JoaquínEspada rememora una revelación de trascen-dencia histórica: en una entrevista de losmayores Gualberto Villarroel y Antonio PonceMontán con el doctor Demetrio Canelas, pocoantes del derrocamiento del presidente gene-ral Enrique Peñaranda Castillo, “se consultó aldoctor Canelas si aceptaba asumir la primeramagistratura, ofrecimiento de los militarescomplotados que él rechazó.”

La suerte del régimen de Peñaranda estabaechada y don Demetrio señalaba tres facto-res adversos: el resentimiento de la oficiali-dad joven contra la jerarquía castrense, lainsurgencia de doctrinas revolucionarias detipo comunista y nazi-fascista y la masacrede Catavi, ocurrida en diciembre de 1942.Sin embargo, don Demetrio jamás justificóel golpe de Gualberto Villarroel, la LogiaRadepa y el MNR; por el contrario, recordóuna conseja bíblica que fatalmente se cum-plió en los colgamientos del 21 de julio: “Losdioses ciegan a los hombres que quierenperder”.

Un día después de la asunción de Villarroel,don Demetrio comentó con buena voluntadla insurgencia de los elementos jóvenes delEjército y también de “un nuevo partido políti-co (el MNR) cuya flamante bandera flamea ennuestro horizonte despertando esperanzas enla conciencia cívica boliviana”; un año des-pués, escribió que “la revolución del 20 dediciembre” había levantado “los cimientos deuna nueva cultura política, donde nuestrademocracia logre echar sus raíces para fortifi-carse y producir una real evolución espiritual,moral y material”; sin embargo, pronto se des-engañó, y una década después, el MNR alentóel asalto y destrucción del diario Los Tiempos.

Los crímenes de ChuspipataEl 20 de noviembre de 1944, ciudadanos con-notados de la época desaparecieron, fueronfusilados y lanzados al vacío en el abismo deChuspipata, camino a los Yungas, de La Paz. LaLogia Radepa, formada por militares jóvenesque combatieron en el Chaco, organizó el

atentado que perjudicó decisivamente la ima-gen del Presidente Gualberto Villarroel. Unaño después, don Demetrio lamentaba queno se hubiera iniciado ninguna investigacióncalificada como una necesidad social, moral ypolítica, a más de ser también una necesidadhistórica.

Don Demetrio vindicó la memoria de los her-manos Barragán, periodistas paceños queinvestigaron las célebres matanzas de PlácidoYañez, que sirvieron a Gabriel René Morenopara escribir su conocido ensayo histórico; ylamentó que se repitiera un hecho similar alocurrido en nuestra “edad plutoniana”, noobstante que Bolivia había ya ingresado alcuerpo de las Naciones Unidas, “defensorasde la libertad y de la vida”. Don Demetriolamentó que los personeros del gobiernoseñalados como autores por la opinión públi-ca no asumieran defensa. Siete meses des-pués, los hechos le dieron la razón aquel trá-gico 21 de julio de 1946 en el cual elPresidente Gualberto Villarroel fue victimadopor una turba y su cadáver colgado de unfarol de la Plaza Murillo junto a los de susprincipales colaboradores.

El gobierno de Villarroel, “pródigo en desma-nes y excesos de autoridad, atentados contrala prensa y las libertades ciudadanas, originóuna efervescencia popular que culminó con larevolución sin caudillos del 21 de julio de1946. Fue un levantamiento popular, similar aldel pueblo francés contra la Bastilla”, resumiódon Demetrio en un editorial de julio de 1951.

Don Demetrio jamás justificóel golpe de GualbertoVillarroel, la Logia Radepa y elMNR; por el contrario, recor-dó una conseja bíblica quefatalmente se cumplió en loscolgamientos del 21 de julio:“Los dioses ciegan a los hom-bres que quieren perder”

Tres munícipes. Guillermo Urquidi, Demetrio Canelas y Jesús Aguayo, connotados militantes del PartidoRepublicano y municipes cochabambinos. que escribió en su infatigable carrera periodística. El pensamien-to de don Demetrio está presente en los numerosos editoriales, ensayos, correspondencia y documentospolíticos que escribió en su infatigable carrera periodística.

Un concepto sor-prendente de donDemetrio escrito el 3der marzo de 1960:“No se debe suponerque abrigo algúnprejuicio acerca de lacapacidad del anal-fabeto indígena parael ejercicio de la ciu-dadanía. Tengo altaidea del indígenaboliviano, tantoaymara como ques-hua, y también delselvático que pueblalas hojas que conflu-yen en el Mamoré,que tuve ocasión deconocer en misvariados confina-mientos. La capaci-dad de estos tiposhumanos para adap-tarse a las disciplinasde la vida civilizadano es inferior a la delpoblador mestizo delos centros urbanos.En cambio, suhonestidad natural ysu buena fe leshacen más fiablesque al trajinista polí-tico común. Algunavez he dicho queBolivia haría bien enentregar el gobiernoa los analfabetos,después de ladecepcionante expe-riencia de un siglo ypico de dominaciónpor alfabetizados.”

Demetrio Canelas

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Los 13. En su juventud, donCarlos Canelas (último de laderecha) perteneció al club“Los 13” integrado por perso-nalidades de la época, entreellos el futuro presidenteVíctor Paz Estenssoro (de pie,quinto de izquierda a dere-cha).

Los hijos de don Carlos.Doña Bertha Rosa, don CarlosCanelas Canelas y sus 6 hijos,el legado familiar al desarro-llo empresarial y periodísticodel país.

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Nueva rotativa offset. ElPresidente Barrientos, elPrefecto Soriano, don Carlos ylos invitados al acto de inau-guración, aprecian el funcio-namiento de la nueva rotativa.

19 de julio de 1967. A la izquierda, el Presidente René Barrientos asiste a la reapertura de Los Tiempos, luego de 14 años de haber sido intervenido. Mons. Armando Gutiérrez Granier, Obispo deCochabamba, bendice las nuevas instalaciones junto a don Carlos Canelas. A la derecha, personalidades que asistieron al acto, entre ellas el Prefecto Eduardo Soriano Badani y don Julio César Canelas.

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Señor Presidente.- Las movilizaciones arma-das que se realizan estos días sobre SantaCruz revisten los caracteres de una guerraregional y racial que compromete la unidadespiritual de la Nación y puede afectar a suintegridad geográfica. Me considero obliga-do, en mi calidad de Presidente del Frente deUnidad Nacional, a dirigirme a Ud., como aJefe del Estado, mediante la presente carta,

para hacer constar la inquietud que suscitaesta política.

El Departamento de Santa Cruz, que arras-tra en sus destinos a los de Beni y Pando,atrae hacia sus grandes potencialidades detodo orden el interés de las naciones veci-nas. Los ferrocarriles de Corumbá y deYacuiba convergen hacia la capital oriental,

incorporando al distrito afluentes de activi-dad, de dinero y de población, en formaque Santa Cruz está convirtiéndose en elhinterland de otros Estados, debilitando susdependencias con la Nación de que oficial-mente forma parte. Este grave proceso, quese desarrolla a nuestras vistas, imparte a lossucesos que motivan esta carta una trascen-dencia mayor.

Bolivia en 1959Uno de sus últimos documentos políticos

El 2 de julio de 1959, don Demetrio Canelas envió una

Carta Abierta al Presidente Hernán Siles Zuazo en la cual

enjuicia los excesos del régimen movimientista con luci-

dez de visionario, en términos de una actualidad sor-

prendente después de medio siglo. Don Melchor Pinto

Parada tuvo elogiosos comentarios sobre esta carta.

Una sana políticadebe partir de labase de reconocer yrespetar la fisonomíapropia de cadaregión del agregadonacional.

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La memoria de donDemetrio. Los hermanosJulio César y Carlos Canelashonraron en múltiples oca-siones la memoria de donDemetrio.

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El pueblo cruceño, de otro lado, por causa desu composición étnica, ajena a la infiltraciónde la vena incaica, y por la impronta de suhábitat, ha cultivado, y tiene derecho a ello,un modo propio de existencia que difiere enalgunos aspectos de las modalidades quecaracterizan la vida y antecedentes delAltiplano, desde donde se manejan, conpoca ventura hasta ahora, los destinos deBolivia.

Una sana política debe partir de la base dereconocer y respetar la fisonomía propia decada región del agregado nacional.

De fuentes que fluyen de sus entrañas, sur-gió el Comité Pro Santa Cruz, como símbolode lo que es cruceño y como instrumentocreado para romper el secular secuestro delOriente y acelerar su incorporación a los pro-gresos de nuestro tiempo.

En el desarrollo de sus labores, las cuales, porsu naturaleza misma, han estado por encimade los intereses de partido, el Comité tropezóa menudo con interferencias políticas, máspropiamente partidistas, emergentes de losinstintos totalitarios con que el MNR ejerce elpoder. Al final, acabó por plantearse un esta-do de beligerancia intermitente entre elComité y el MNR.

Reiteradamente, el Comité hizo hincapié enel carácter apolítico de sus objetivos y labo-res, poniendo énfasis en el logro de reivindi-caciones de interés departamental, campoen el cual ha dejado un récord de indiscuti-bles méritos.

Las fricciones ocurridas cada vez, siempretuvieron por causa, si es que mis observacio-nes son correctas, incompatibilidades entorno a individuos del MNR, calificados por elComité como personas no gratas. La pugnafue planteada entre los intereses regionales,patrocinados por el Comité, y los interesesburocráticos de afiliados del MNR. Me pareceque ahora mismo, cuando se han abiertotodas las espitas de la difamación contra elComité derrocado, nadie se atreve a culparlede haber obrado contra los intereses cruce-ños. Los cargos son de haber ofendido losintereses de los próceres del partido.

Conflictos de esta índole entre entidadeslocales y funcionarios o próceres del partido,no han dejado de presentarse en otros distri-tos. Así, es notorio que en Cochabamba gru-pos políticos o sindicales hicieron imposibleal administración de un Prefecto honorable yrecto (Coronel Juan Moreira). Hace pocassemanas surgió violenta pendencia entre elPrefecto de Oruro y elementos políticos. Enestos casos, el Gobierno, antes de movilizarmilicias armadas, buscó soluciones apacigua-doras.

Tengo la impresión, Sr. Presidente, que en elcaso de Santa Cruz, después de varios ensa-yos para un modus vivendi transaccional,usted logró formar el equipo administrativopresidido por el Sr. Hugo Méndez Ibáñez

como Prefecto y el Sr. Guillermo Ariñez,como Alcalde, equipo que tuvo el tino decultivar relaciones cordiales y cooperativascon el Comité, al punto de haber llegado afirmar un pacto solemne, por el cual elComité resultó constituyéndose en una ramade la administración local, para el resguardodel orden público, prometiendo su acata-miento al Gobierno constituido.

Este feliz desideratum, que debía haber sidocelebrado como un gran triunfo político ycomo la iniciación de una era benéfica parael Orienta, para la Nación y para la suertemisma del MNR, fue, sin embargo, el puntode partida de una violenta campaña, abiertadesde los ambientes oficiales de La Paz, nosolamente contra el Comité, sino contra losfuncionarios firmantes del pacto pacificador,a quienes se acusó como traidores del MNR.Ellos fueron presionados a renunciar a susfunciones, como lo hicieron, mientras la pro-paganda oficialista anunciaba a tamborbatiente la “retoma” de Santa Cruz.

Esta campaña se ha hecho extensiva contratodos los Comités locales, donde se cultiva elamor al campanario y se promueve el pro-greso, o por lo menos se cree hacerlo. Estosorganismos, en la mayoría de los casos sonde antigua data. En los últimos tiempos, alhaber sido abolido el Poder Municipal yhaberse desnaturalizado el carácter repre-sentativo del Parlamento, ellos habrían podi-do jugar un papel importante, como intér-pretes de la conciencia cívica de cada puebloy de sus necesidades, frente al vacío de lasinstituciones propias del régimen democráti-co. Aunque estos Comités han quedadoreducidos, en general, a una existencia agó-nica, los planes del Gobierno parecen haber-los condenado a inexorable desaparición.

El Comité Pro Santa Cruz, advertido del peli-gro, dirigió instancias clamorosas a losPoderes Públicos, a la Nunciatura Apostólica,el Cuerpo Diplomático, a la OEA, a la Prensa,para que alguna mediación pudiera todavíaponerse en juego para evitar la catástrofe.

Después de estos antecedentes, han ocurri-do los hechos que, a partir del viernes 26 dejunio, tienen conmovida a la República. Estoshechos no son conocidos sino a través de lastendenciosas y procaces campañas de lasgacetas oficiales. La censura de prensa yradio ha obstruido todo canal responsablede información. Tengo para mí que es prefe-rible ignorar los detalles.

Según publicaciones oficiales, el Gobierno“ha consolidado plenamente el orden y la

paz en Santa Cruz”, quedando ahora sola-mente la tarea de “aplicar sanciones ejempla-res a Melchor Pinto y sus secuaces”.

Con estos ecos que oímos de las propiasvoces del Gobierno, tenemos suficiente paradarnos cuenta de la gravedad de los proble-mas que ha hecho surgir esta política.Cualquiera que sea el final de esta temerariacacería humana, terminada la limpieza de lashuestes unionistas y exterminada la últimaguerrilla cruceña, se levantarán peligrosinternos e internacionales mayores, peligrosque, por su naturaleza, no podrán ser domi-nados por las milicias hoy victoriosas, ni porel Gobierno mismo.

Entre los elementos que enturbian las aguaspolíticas de Bolivia se ha mencionado detiempo atrás el llamado “separatismo” deSanta Cruz. No intento analizar aquí el tema.Básteme decir que por todo lo que conozcode Santa Cruz y de los cruceños, reina en esepueblo un auténtico sentimiento de bolivia-nidad, bolivianidad resentida, si se quiere,pero que se confirma precisamente por eltesón y franqueza con que se ha puesto aluchar por sus derechos y sus progresos,como parte de los progresos de la Naciónmisma. En este respecto, la lucha cruceña haconquistado la simpatía boliviana, por sudecisión, su hombría y, ahora, por su sacrifi-cio. Me parece que nunca Santa Cruz ha sidomás boliviana que en este singular períodode nuestra historia.

En todo caso, si como lo ha denunciado una yotra vez la palabra oficial, existiera en aquelpueblo una corriente separatista, las proezasbélicas de esta temporada habrían catalizadoesa corriente, en profundidad y extensión, lle-vándola tal vez más allá de nuestras fronteras.

Me he tomado la libertad de transmitir austed las precedentes consideraciones queinterpretan el pensamiento de los ciudada-nos que forman el Frente de Unidad Nacionaly el mío. Estos ciudadanos eran o son afilia-dos de diferentes partidos políticos. Algunosentre ellos son ajenos a toda militancia políti-ca. Por lo tanto, la actitud que este documen-to define, no debe vincularse con partidoalguno, ni coalición de partidos. Ellos se pro-nunciarán cuando quieran o puedan hacerlo.Nos presentamos como simples bolivianos,unidos por el destino y el corazón a la suertede la Patria que nos ha dado el ser. No duda-mos que usted, si bien hombre de partido,tiene un corazón boliviano y quisiéramosque Dios le ayude a encontrar una salidapara la grave crisis presente.

Esta carta no es reservada, sino un documen-to político, manteniendo yo mi derecho depublicarla en el momento que juzgue opor-tuno, sea que merezca o no el honor de unarespuesta.

Presento a Ud., Señor Presidente, mis altasconsideraciones.

Firmado: Demetrio Canelas.

Esta carta no es reservada,sino un documento político,manteniendo yo mi derechode publicarla en el momentoque juzgue oportuno, seaque merezca o no el honorde una respuesta.

Entre los elementosque enturbian lasaguas políticas deBolivia se ha mencio-nado de tiempoatrás el llamado“separatismo” deSanta Cruz. No inten-to analizar aquí eltema. Básteme decirque por todo lo queconozco de SantaCruz y de los cruce-ños, reina en esepueblo un auténticosentimiento de boli-vianidad, boliviani-dad resentida, si sequiere, pero que seconfirma precisa-mente por el tesón yfranqueza con quese ha puesto aluchar por sus dere-chos y sus progresos,como parte de losprogresos de laNación misma. Eneste respecto, lalucha cruceña haconquistado la sim-patía boliviana, porsu decisión, su hom-bría y, ahora, por susacrificio. Me pareceque nunca SantaCruz ha sido másboliviana que eneste singular períodode nuestra historia.

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La obra periodística e institucional deDemetrio, Julio Cesar y Carlos CanelasCanelas inauguró una tradición familiarseguida por la segunda y tercera generacio-nes con verdadera devoción. El Edificio LosTiempos es la infraestructura más vistosa detodos los medios del país, pero el secreto de

este matutino está en su legado espiritual ysu capital humano. Como los Gainza Paz, enArgentina, o los Edwards, en Chile, la familiaCanelas constituyo un linaje periodístico quehoy se prolonga felizmente en los sucesores,quienes, unidos a un destacado grupo deperiodistas, colaboradores, administradores

y técnicos, sostienen el prestigio de LosTiempos.

Lo que sigue es un recuento breve de losaportes periodísticos y empresariales quehicieron todos y cada uno de los miembrosdel clan familiar.

En buenas manosEl legado familiar

La familia Canelas constituyo un linaje periodístico que

hoy se prolonga felizmente en los sucesores

El Faro de Los Tiempos. Porsu ubicación en una de lasáreas más espaciosas deCochabamba, el edificio LosTiempos semeja un faro de lalibertad de prensa que orien-ta el ejercicio del periodismolibre en Bolivia.

Siguiendo las ense-ñanzas de LeCorbusier acerca delcrecimiento verticalde una ciudad, el Arq.José G. PradaMontaño edificó unade las primerasestructuras de alumi-nio con vidrios refle-xivos que atenúan elimpacto de los rayosultravioleta, no obs-tante que se tratabade un material caro.Tuvo también encuenta que las espe-cies arbóreas de laPlazuela Quintanillahabían sido clasifica-das por el sabio natu-ralista MartínCárdenas. La cons-trucción se alzó sobre252 pilotes más lascolumnas del sótano,bajo la dirección delIng. Juan Marcus. Setardó 18 meses en laestructura. El lobby fue construi-do con mármol oscu-ro para realzar elbusto de donDemetrio esculpidopor AlejandroGuardia.El Arq. José G. Pradaes hijo del reconoci-do pintor don Raúl G.Prada. Estudió en elcélebre PrattInstitute, de NuevaYork. Diseñó los edifi-cios más vistosos yestéticos de nuestraciudad, entre ellos elEdificio COMTECO, enel Paseo del Prado.

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Alfonso Canelas Tardío hizo sus estudiossecundarios en la Argentina, de 1958 a 1962,y en principio se propuso estudiar Medicinaen Buenos Aires; pero al final se inclinó por ellegado familiar del periodismo.

Don Carlos Canelas había alternado susemprendimientos con la actividad de difu-sión de la Editorial Carlos Canelas, fundadaen la posguerra del Chaco, que editó anumerosos autores bolivianos, como JesúsLara, Humberto Guzmán Arze, AugustoGuzmán, Jorge Suárez y otros no menosnotables. Don Carlos fundó asimismo laCorporación de Fomento Agropecuario, laprimera firma en importar abonos, fertilizan-tes e insecticidas para la agricultura, pero noabandonó el negocio editorial con la mirapuesta en la reaparición de Los Tiempos. Laimprenta estaba instalada en la acera oestede la Plaza 14 de septiembre, al lado de laFarmacia Cosmos.

En 1962, Alfonso inició su colaboración a la

editorial y asistió a la reinauguración de LosTiempos, en 1967, cuando cursaba el últimoaño de Derecho en la Universidad de SanSimón. La salida del matutino le demandabatrabajar hasta las siete de la mañana, hora enque se iba a clases con el periódico bajo elbrazo. Eran equipos nuevos y desconocidosque costaría dominar.

Meses antes, don Carlos integró el equipohumano apelando sobre todo a sus antiguoscolaboradores, entre ellos, Eduardo OcampoMoscoso, quien durante años sería el edito-rialista del periódico, y el joven periodistaCarlos Revollo, entre otros. Pese a la demandatramitada durante tantos años, no huboindemnización del Estado, y Los Tiempostuvo que volver a salir con financiamientobancario. En su segunda época se instaló enla casa de la calle Santiváñez adquirida pordon Demetrio. El 19 de julio de 1967 salió laedición al mediodía, y luego se regularizórecién el 21 de ese mes, según recuerdaAlfonso.

El Grupo LíderUna experiencia nueva para Los Tiemposfue la extensión de sus servicios periodísti-cos a otros distritos, conformando el GrupoLíder que integran: Los Tiempos, La Prensa,El Deber, Correo del Sur, El Potosí, El Nortede Montero, Nuevo Sur de Tarija y El Alteñode la ciudad de El Alto. Correo del Sur se ini-ció el 27 de noviembre de 1987 y más tardeEl Potosí, de la Villa Imperial, que tiene supropia redacción y también se imprime enSucre.

La sociedad inicial que fundó La Razón fuereestructurada con el ingreso del GrupoGarafulic, que al cabo asumió el control dedicho matutino. Los Tiempos fundó entoncesel diario La Prensa, en sociedad con la familiaRibero, de El Deber, que es también dueña deEl Norte, de Montero, y edita otro diario enTarija. Alfonso Canelas asumió la Dirección deLa Prensa de 1998 a 2003. Hoy es Presidentedel Directorio de Los Tiempos. Vicepresidenteejecutivo es Francisco Cossío T.

Alfonso Canelas Tardío

Eduardo Canelas Tardío secundó la obra de supadre desde 1962, año en que viajó a losEstados Unidos para conocer nuevos sistemasde composición e impresión que sustituyerana la vieja tipografía. Esa experiencia le sirviópara adquirir la prensa rotativa off set queestrenó Los Tiempos en su reapertura, la pri-mera prensa de ese tipo en Cochabamba quehoy todavía funciona.

Nuevo fue también el sistema de composi-ción Freeden: una cinta perforada en papelamarillo que servía para obtener las colum-nas con textos justificados, y la titulación conuna máquina Varitype. Esos textos se pega-ban en cartulinas (lay outs), incluyendo ilus-traciones, pasaban luego por la fotomecánicay el revelado de páginas en negativo, que ser-vían para quemar placas de zinc destinadas ala impresión en rotativa. Las noticias y foto-grafías de otros países llegaban por teletipo.

El traslado al Edificio Los Tiempos significóun salto significativo a la nueva tecnologíainformática, con recepción de noticias yarmado virtual. La rotativa continúa usandoel sistema original off set y sólo falta el proce-so directo de la computadora a la prensa(computer to play). La prensa imprime encuatro cuerpos full color, con los colores bási-cos: amarillo, azul, magenta y negro (CMYK).Se ha agregado un horno de impresión que

permite imprimir en papel couché con scadoinstantáneo, como ocurre con la Revista OH.

Eduardo Canelas fue también el fundador deldiario tabloide Clarín, publicado en 1978, conperiodistas jóvenes bajo la dirección de JoséNogales Nogales y Adolfo Mier Rivas. Fue undiario ágil, popular y de éxito, para guardar lacompetencia en casa y no estar sujetos a laaparición de otros periódicos, según recuerdaEduardo, que actualmente se ha jubiladoluego de cuatro décadas de dedicación a estematutino.

Los Tiempos OffsetSecundando a don Carlos, Eduardo CanelasTardío fue uno de los artífices de la instala-ción de la maquinaria off set que revoluciona-ría la impresión de Los Tiempos en su segun-da época. La nueva rotativa y los equipos adi-cionales fueron instalados en la casa de lacalle Santiváñez, donde este diario funcionóhasta su traslado al Edificio Los Tiempos.

Los originales se entregaban en papel sábanacon numeración de líneas escritos a máquina.La composición se hacía reescribiendo esasnotas en máquinas Freeden, las cuales perfo-raban cintas que luego el revelado fotográfi-co las convertía en columnas del periódico. Lacorrección de estas columnas se hacía amano, lo mismo que el armado, pues se las

pegaba con cera en hojas blancas tamañoestándar, sobre mesas de vidrio iluminadas.Los titulares eran producidos por una máqui-na Varytiper”. El papel armado pasaba por lafotocomposición para convertirse en placa yésta en lámina de aluminio, con la cual impri-mía la rotativa. Para “quemar”, se enmascara-ban las fotografías. La compaginación, corte,conteo y doblado de los ejemplares lo hacíala prensa en forma automática. GonzaloAguilar dirigía el taller de armado. Allí trabajóen principio Carlos Heredia Guzmán armandoel célebre suplemento Facetas, para luegoconvertirse en director del Suplemento ade-más de la revista Correo. Alfonso Vargas esjefe de la rotativa.

Las innovaciones tecnológicas permitieronsacar ediciones de 36 páginas cuando lashabituales no pasaban de 12. Según testimo-nio del periodista, radialista, y dramaturgoAdolfo Mier Rivas, el personal tardó en domi-nar la nueva tecnología, por lo cual se regis-traron algunas interrupciones en la edicióndiaria. “Los Tiempos fue una nave escuela.Debe ser el único diario en el país que nuncatuvo tijera para censurar opiniones contra-puestas a la misma línea del diario”, testimo-nia Mier, que llegó a ser Jefe deInformaciones de este matutino cuando ocu-paba la jefatura de redacción AgustínFernández Pommier.

Eduardo Canelas Tardío

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Fernando Canelas Tardío, actual Director deLos Tiempos, ingresó a la Facultad deDerecho de la UMSS, pero la vocación familiarpor el periodismo enderezó sus estudios ypreocupaciones. Se inició en los talleres delperiódico, fue redactor y subdirector y ahoraconduce la nave fundada por don DemetrioCanelas. Con la sencillez habitual en su fami-lia, Feny confiesa que jamás buscó laDirección, pero la expansión del trabajoperiodístico hizo que su hermano Alfonsotomara la dirección del matutino La Prensa,de La Paz, y entonces tuvo que ocupar esaimportante plaza.

Fernando es hijo de don Carlos Canelas ydoña Bertha Rosa Tardío, que fueron padresde Carlos, Alfonso, Eduardo, Fernando,Gonzalo y Enrique Canelas Tardío. Desde muyjoven atendió a los requerimientos de DonCarlos; salió bachiller en 1968, del InstitutoAmericano, y aunque estudió brevemente enla Facultad de Derecho, buscó estudiar perio-dismo en España. Muy joven, trabajó en lostalleres off set estrenados por este matutino yestuvo a cargo de la tituladota; trabajó tam-

bién en el armado del periódico mientrasestudiaba Derecho, hasta que viajó a losEstados Unidos a estudiar inglés. Luego de untiempo de trabajo como mesero, ingresó a laUniversidad de Wisconsin con ese propósito ypoco después viajó a Madrid a estudiar en laEscuela Oficial de Periodismo, que hoy es laFacultad de Periodismo de la UniversidadComplutense. Comenta risueño que hoy noentiende cómo muchos latinoamericanosiban a esa Escuela en tiempos del franquis-mo, que había limitado las libertades de pen-samiento y de expresión a tal punto que laEscuela estaba cotidianamente custodiadapor la policía y funcionaba en el edificio delMinisterio de Información y Turismo.

Con todo, 25 años después asistió a la cele-bración de ese aniversario y encontró a con-discípulos exitosos, entre ellos la conocidanovelista Rosa Montero. A raíz de la interven-ción y clausura de Los Tiempos, la situaciónde la familia Canelas no era de ningún modobonancible, pero por entonces vivir enMadrid costaba unos 60 dólares mensuales yen las vacaciones había que aprovechar para

trabajar en los Estados Unidos para ahorrar eldinero de los estudios.

En 1970 se había producido una intervenciónsolapada a Los Tiempos y don Carlos pidióayuda a sus hijos. Un año después, cuando elgolpe de Estado del entonces coronel Banzeren agosto de 1971, Feny se encontraba traba-jando en los Estados Unidos, aprovechandosus vacaciones, cuando fue requerido pordon Carlos para reforzar el equipo del perió-dico. Así retornó para trabajar en la redacciónen noticias nacionales y cables durante dosaños, hasta que obtuvo una beca de laSociedad Interamericana de Prensa y conti-nuó sus estudios de periodismo en laUniversidad de Texas.

Recuerda con nostalgia el periodismo deantes, ligado al trasnoche y propicio para lasrelaciones de amistad. Recuerda con particu-lar afecto a don Eduardo Ocampo Moscoso,por años editorialista de Los Tiempos, aCarlitos Revollo, a José Gandarillas, a JoséNogales Nogales y al finado Alfredo Medrano,entre otros compañeros de trabajo.

Fernando Canelas Tardío

Gonzalo Canelas Tardío egresó del ColegioSan Agustín y obtuvo una beca a Holandaque le permitió graduarse de ingeniero agró-nomo. A su retorno, desarrolló proyectosagrícolas en el Chapare y en Santa Cruz, perodebido a que su hermano Eduardo fue desig-nado gerente de Los Tiempos en la capitaloriental, se trasladó a Cochabamba y se inte-gró al equipo central del matutino en 1975 ypermaneció en servicio durante 35 años.

Por entonces, Los Tiempos era un diario dealcance regional; por esa razón, Gonzalo sepropuso proyectar la obra de sus mayoresal conjunto del país, compitiendo conPresencia y El Diario que, por entonces,tenían en Cochabamba una circulaciónsimilar a la de los diarios locales.

Las innovaciones que emprendió se inicia-ron con la instalación del primer servicio deradiofoto en Cochabamba. Entre las iniciati-vas periodísticas de Gonzalo, tenemos lafundación de Correo del Sur y La Razón, lacompra de El Día, de Santa Cruz, que seconvirtió en El Nuevo Día (hoy ya no es depropiedad de Los Tiempos); la fundaciónde La Prensa, de La Paz; de El Potosí; deCorreo Boliviano y de Los Tiempos USA.

En 1987 propició la creación del diarioCorreo del Sur, de Sucre, cuyo primer direc-tor fue don Fernando Ortiz Sanz, hasta sujubilación. Enseguida dirigió Jorge Suárez,poeta y periodista de larga trayectoria enBolivia y en Chile, que posicionó definitiva-mente el periódico y lo convirtió en una tra-dición regional.

Al iniciar su gestión, publicó un titularmemorable: “La justicia tarda, pero llega:Jorge Suárez al manicomio”. Esto porque loapodaban el Loco Suárez. Hoy es DirectorMarco Antonio Dipp.

Gonzalo gestionó asimismo la fundación deldiario La Razón, de La Paz, con diez inverso-res y el apoyo de Jorge Canelas Saenz en ladirección. Todavía conserva en su archivo elnúmero cero de este matutino. Los inverso-res fueron sustituidos por el Grupo Garafulicy luego la sociedad con Los Tiempos fuedisuelta.

En su gestión se fundó el diario La Prensa, deLa Paz, que hoy tiene prestigio nacional, y ElPotosí, que abrió hace siete años en mediode una crisis económica regional sin prece-dentes, tuvo excelente acogida y se convirtió

en palanca y empuje moral del pueblo poto-sino. Fue su director hasta hace poco elempresario Samuel Blanco, dueño del Clubde Fútbol Real Potosí, secundado por elperiodista Juan José Toro.

Gonzalo fundó asimismo el periódico Gente,que tuvo inmediata aceptación. CorreoBoliviano fue un semanario anterior a laInternet, producido en Bolivia y enviado porvía aérea a Miami a casi 10.000 abonados.Los Tiempos USA, dirigido por GonzaloCanelas Eterovic, está en vías de convertirseen el primer diario de la colonia hispanadesde la capital Washington, con 30.000ejemplares actuales.

Otra innovación que introdujo Gonzalo fue lade los equipos de computación Atex, quesustituyeron a las viejas máquinas de escribir.El impacto de esta innovación en los redac-tores determinó la realización de un curso deuna semana, con el psicólogo AugustoIglesias, que fue muy comentado por los pro-veedores de dichos equipos.

Los equipos Atex funcionaron todavía en elnuevo Edificio Los Tiempos, hasta que fue-ron sustituidos por nuevos sistemas digitales.

Gonzalo Canelas Tardío

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La tercerageneración

Un oficio de familia

Bernardo Canelas MéndezGerente de Producción y Logística, salió bachi-ller del Instituto Americano y se graduó enAdministración de Empresas en la Universidadde Huntington, West Virginia y la Universidadde Miami, EEUU.

Inició su trabajo en la Granja de La Angostura,pero pronto sintió el llamado de la casa perio-dística familiar. Hizo sus primeras armas enselección de personal, en varios emprendi-mientos y en las relaciones institucionales deLos Tiempos.

Fernando Canelas Diez de MedinaSalió bachiller del Colegio La Salle y estudióAdministración de Empresas en la UniversidadPrivada Boliviana (UPB).Hizo maestría enAdministración y Dirección de Empresas por laUPB. Una vez profesional se integró a la fami-lia de Los Tiempos como ejecutivo deMarketing y luego como gerente general deCorreo del Sur, de Sucre.

A su retorno a Cochabamba fue Gerente deMarketing, de Los Tiempos. Tuvo experienciasprofesionales en COMTECO y CBB S.A., pero elllamado familiar hizo que volviera a integrarse aeste matutino, ahora como Gerente Comercial.

Mauricio Canelas MontañoSalió bachiller del Colegio Calvert y estudió,junto a su hermano Eduardo, administración deempresas en la Winthrop University de Carolinadel Sur. Hizo maestría en Administración deEmpresas en la Escuela Europea de Negocios.Fue gerente de Correo del Sur y gerente generalde La Razón durante tres años. Ocupó las mis-mas funciones en El Nuevo Día y promovió lanueva presentación y diseño de ese prestigiosodiario cruceño. Similar apoyo dio al diario LaPrensa, de La Paz. Actualmente es gerente deproyectos de Los Tiempos.

María Renée Canelas LeytónDesde el 14 de marzo de 1999, María RenéeCanelas Leytón tiene a su cargo la revista másexitosa y de mayor tiraje del periodismo nacio-nal: ¡Oh!, la Revista de Domingo para Toda laFamilia, que hoy circula simultáneamente conLos Tiempos, Correo del Sur y El Potosí. En susinicios integró asimismo la edición de LaPrensa y de Ahora, de Tarija. Entre sus colabo-radores destaca Paulo Coelho, el conocidoescritor brasileño que publica una columnasemanal. Tiene también a su cargo el suple-mento Click. María Renée salió bachiller delInstituto Americano y estudió Comunicaciónen la Universidad Católica San Pablo.

Luz Marina Canelas ArzeSalió Bachiller del Instituto Americano y segraduó en Comunicación Social con Menciónen Periodismo en la Universidad Católica SanPablo. Apreció el trabajo periodístico de su tío,Jorge Canelas Saenz, y recibió las primerasorientaciones del periodista Carlos HerediaGuzmán, director de los suplementos Facetasy Correo.

Incorporó nuevo diseño y creo espacios en lasección Sociales. Fue editora de Deportes.Creó y mantuvo durante dos años la RevistaVida y Futuro (VyF), de divulgación científica.Elaboró productos especiales, como Atlas deHistoria, revistas de arte, de zoología, de turis-mo, de danzas folklóricas y suplementos sobreel patrimonio cultural de Cochabamba, entreotros. Tuvo éxito la revista Mi Bebé, destinadaa padres jóvenes. En total, creó un millar deproductos educativos, controles de vacunas,del desarrollo y crecimiento infantil, fixtures yotros.

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Jóvenes miembros del staffValiosa incorporación

Sergio Miranda YaksicSalió bachiller del Colegio Don Bosco y segraduó en Administración de Empresas en laUniversidad Católica San Pablo. ObtuvoMaestría en Marketing y Finanzas en laUnivalle. Su experiencia laboral se inició enel Fondo de la Comunidad. Desde abril de2006 es Gerente de Finanzas de LosTiempos. Considera que trabajar en unmedio de comunicación es un desafío y unaexperiencia distinta que exige aplicar susconocimientos teóricos en una experienciade fortalecimento de una gran empresa,tarea en la cual se siente satisfecho por elequipo de trabajo que lo acompaña, al cualconsidera de excelencia.

Francisco Cossío TrujilloEstudió el bachillerato en el Instituto Americanocomo becario y se graduó de licenciado enEconomía en la Universidad de San Simón. Unreto importante en su carrera fue la DirecciónNacional de Finanzas y Administración delServicio de Impuestos Nacionales, cuando el Lic.Eduardo Zegada emprendió un proceso dereforma institucional. En 2006 fue consultor yasesor. Su experiencia en reestructuración deempresas sirvió para reconceptualizar la organi-zación y consensuar las visiones de los socios,ejecutivos y trabajadores en una direcciónestratégica que ahora orienta el futuro de LosTiempos. Actualmente es VicepresidenteEjecutivo de este matutino.

Alcides Flores MoncadaNació en Villa Charcas, provincia Nor Cinti,Chuquisaca. Estudió en la Unidad EscolarBolivia, de Camargo y fue seminarista estu-diante de Filosofía en el Instituto Superior deTeología de la Universidad Católica SanPablo.

Estudió Comunicación en la U Católica de LaPaz e inició su trabajo periodístico en LaRazón. Participó en el lanzamiento de ElNuevo Día y trabaja en Los tiempos desdeoctubre de 1998. Ha sido editor de Local, edi-tor de Nacionales, jefe de Informaciones yactualmente Jefe de Redacción de este matu-tino.

Directorio de Los Tiempos.Director Suplente: Arq. JoséG. Prada Montaño. Director:Gral. Eduardo GalindoGrandchant. Síndico: Lic. RaúlRivero Adriázola.Sentados: Vicepresidente: Dr.Marcelo Rodríguez Veltze.Presidente: Dr. AlfonsoCanelas Tardío. Director: Ing.Felipe Guzmán Brockman.

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Acucioso investigador, es la memoria viva delnacimiento, destrucción y resurrección de LosTiempos. Tiene un manuscrito inédito de susmemorias sobre medio siglo de periodismo,que incluyen la vida y obra de don DemetrioCanelas; su devoción intelectual ha permitidoclasificar y rescatar del olvido las reflexionesprofusas y serenas de un patricio que debióhaber llegado alguna vez a la PrimeraMagistratura de la Nación. Rafael Peredo y elDr. Joaquín Espada posibilitaron la edición,hasta hoy, de cuatro tomos de editoriales, con-ferencias, correspondencia y comunicacionesde Don Demetrio sobre nuestra historia, desdela Guerra del Pacífico hasta el primer sexeniodel Estado del 52, ya como testigo ya comoactor de primera línea.

Sus primeras inclinaciones de escolar se mani-festaron durante la Guerra del Chaco, comolector de la información que publicaba ElImparcial y luego comentaban los profesoresde la Escuela Sucre, de Quillacollo, donde hizoprimaria para después concluir el bachilleratoen el Colegio Bolívar. Recuerda asimismo la lle-gada del primer receptor radial a Quillacollo,donde residía, y el grupo de radioescuchasque se reunía junto a la casa de don PolicarpioVargas, para oír las informaciones que se pro-palaban desde su balcón. Se vivían momentosde efervescencia patriótica, que preservabanen la memoria de los muchachos nombres debatallas, destacamentos, héroes y fortines, ylos motivaban a entrenar con armas hechas decañahuecas y palos en casa de doñaBenjamina Méndez, tía materna de Rafael.

No bien aprendió las primeras letras, Rafaelescribió sus primeras crónicas referidas alcurso de la guerra y cartas que dirigían losfamiliares de los combatientes, bajo la coordi-nación del Comité Juvenil Pro Chaco y de lasmaestras Nélida Mercado de Guerra y MilenaEstrada Sainz. Rafael combinaba sus estudioscon la labor de amanuense o pendolista de losabogados Esperidión Mena y Aniceto

Antezana. Ellos y los profesores alentaban aese pequeño estudiante que usaba el dinerodestinado a la compra de golosinas o bolitaspara acceder a la lectura de los diarios.

Rafael Peredo era hijo de Emilio PeredoMolina, militante del Partido RepublicanoGenuino, que fue fundado por DanielSalamanca y Demetrio Canelas, entre otros.Imbuido de esos principios, acompañó a donDemetrio en su larga trayectoria y luego fuedestacado redactor y columnista de LosTiempos en su segunda época. Al visitarlo ensu retiro de Tiquipaya, valoramos la importan-cia de contar con su memoria larga y su luci-dez a toda prueba, que nos permite recons-truir la historia de este matutino. El olor a tintacondujo sus primeras inquietudes a los talle-res de El Imparcial, ubicados en la calleBaptista y a la Escuela Industrial PedroDomingo Murillo, de donde hubiera salidográfico si no lo ganaba el oficio de redactor,que inició en el semanario falangista “Abaroa”en 1942. Un año después, en septiembre de1943, se inició en este periódico recién funda-do como corrector de pruebas. Eran redacto-res Jesús Lara y Eduardo Ocampo Moscoso,quienes fueron sus padrinos de armas en laredacción. Por entonces era director de LosTiempos don Julio César Canelas, pues donDemetrio era Diputado nacional. En la redac-ción había periodistas de la talla de RenéCanelas López, Walter Ponce, Tobías Almaraz,Guillermo Vizcarra Monje y Alberto Peyrou,poeta argentino, además de los nombradosLara y Ocampo. Héctor Mostajo fue el primerredactor deportivo.

En 1944, La Patria, de Oruro, tenía como jefede redacción a José H. Gordillo, quien propicióel traspaso de Rafael Peredo al subdecano dela prensa nacional. Allí trabajó como reporterbajo la dirección de Luis Herrero, Luis TéllezHerrero y David Ríos Reynaga. Téllez Herreropublicó en 1946 su inolvidable libro “Lo quese come en Bolivia”, valioso testimonio de un

gastronauta nacional prologado por GamalielChurata, una rareza bibliográfica digna de ree-dición.

Entre 1946 y 1950, Rafael Peredo volvió alvalle como corresponsal provincial, alimentan-do las noticias de provincia junto a CarlosIriarte Fiorilo, Humberto Caero Rojas, OsvaldoIriarte Ardaya y Ángel Ferrufino. DonDemetrio apreció su vocación y destinó unespacio para las notas políticas de Rafael. Unacrónica inolvidable de Los Tiempos aquellosse encuentra en su artículo “Ocho años al ser-vicio de la cultura, publicado en 1960 y reco-gido en el libro “Historia de diez años deperiodismo”.

Don Demetrio era un maestro del periodismo.“Sabía indagar en cada uno de nosotros nues-tra vocación y era comprensivo en sus obser-vaciones y críticas”, puntualiza Rafael Peredo yrecuerda una anécdota: por entonces se paga-ba a los redactores por “pita”, es decir, por cen-tímetro publicado. Preguntó enAdministración “por qué trataban de esaforma a los periodistas. La respuesta fue secay realista –dice Peredo--: Les pagamos paraque aprendan a escribir.”

Es importante la rememoración que haceRafael Peredo sobre la nómina de redactoresde entonces, encabezada por Óscar DoradoVásquez, Juan Pereira Fiorilo, SamuelMendoza, José Medrano Carrillo, Juan WalkerVillarroel, Walter Virgüetti, Alfredo Ferrufino,Osvaldo Iriarte, Hernán Claros Lara, LuisAntezana Ergueta, Walter Schultze, HumbertoCaero Rojas, el My. Vargas Guzmán, GuillermoArzabe Reque y Adolfo Galleguillos.

La resurrección de Los Tiempos en julio de1967 motivó el trabajo metódico y sostenidode Rafael Peredo para recopilar los artículos yensayos dispersos de Demetrio Canelas, queno se agotó, ni mucho menos, con la publica-ción de cuatro volúmenes.

Memorias de Rafael PeredoUn colaborador valioso de Don Demetrio

Testimonios de vidaPersonalidades de Los Tiempos

Un equipo humano de centenares de perso-nas integró la historia de Los Tiempos ensus 65 años de vida. Sus testimonios sonvaliosos para ilustrar las vicisitudes quepasamos en medio de la agitada historianacional.

En el pasado, bajo la conducción de nuestrosfundadores, Los Tiempos tuvo destacadosintelectuales como Eduardo OcampoMoscoso, Juan Pereira Fiorilo, Jesús Lara,Rafael Peredo, Ángel Torres, José Medrano,Samuel Mendoza, José Nogales Nogales,

Osvaldo Iriarte, Alfredo Medrano, Ramiro JulioCrespo y Carlos Heredia Guzmán, entre otros.

De toda esta experiencia hemos seleccionadoalgunos, aun sabiendo que recogerlos es unatarea interminable.

Don Demetrio eraun maestro delperiodismo. “Sabíaindagar en cada unode nosotros nuestravocación y era com-prensivo en susobservaciones y críti-cas”, puntualizaRafael Peredo yrecuerda una anéc-dota: por entoncesse pagaba a losredactores por “pita”,es decir, por centí-metro publicado.Preguntó enAdministración “porqué trataban de esaforma a los periodis-tas. La respuesta fueseca y realista –dicePeredo--: Les paga-mos para que apren-dan a escribir.”

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Rafael Peredo Antezana.

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José Nogales Nogales inició su carrera perio-dística en el diario El Mundo, bajo la direc-ción de Víctor Zannier, y luego fue conocidoradialista, director del informativo El Central,de Radio Centro, así como del programa Yoestuve ahí, ambos de gran audiencia, parti-cularmente durante el juicio a Regis Debray,en Camiri, y en la exhibición del cadáver deErnesto Che Guevara. Chechi Nogalesrecuerda que el General Joaquín ZentenoAnaya le permitió hojear el Diario del Che, yque el médico Reynaldo Ustáriz leyó algunospasajes, que luego se reprodujeron en LosTiempos en una histórica edición extra.

Nogales integró brevemente la redacción deLos Tiempos en octubre de 1967, precisa-mente el mes en que murió Ernesto CheGuevara y su imagen se hizo famosa porqueintegra el conjunto de una célebre fotografíaen la cual se ve el cadáver del guerrilleroabatido en La Higuera.

En 1978 fue co director del diario Clarín,hechura de Los Tiempos, dirigido porEduardo Canelas Tardío.

Vino el golpe del General García Meza yRadio Centro fue intervenida por la policíadel régimen y tuvo que suspender sus edi-ciones informativas. De ese modo fue acogi-do nuevamente en Los Tiempos, en princi-pio a cargo de notas culturales y luegocomo jefe de redacción en reemplazo deJorge Canelas Saenz.

Chechi recuerda que, debido a la censuradel régimen, las ediciones hubieran sido

pobres si no se abría un espacio a una preo-cupación nueva en el país: la ecología. Enesa línea destacaron Alfredo Medrano yOsvaldo Iriarte con notas de fondo publica-das por el suplemento dominical Facetas,que abordaron no sólo problemas de desfo-restación, recursos acuíferos, torrenteras ypreservación del medio ambiente, sinodemandas cívicas como la de Misicuni, laconstrucción del nuevo aeropuerto, la aper-tura de la carretera al Beni, la pavimentaciónde la ruta al Chapare y el apoyo a la cons-trucción del Campo Ferial, entre otras.

Pero esa campaña ecológica tuvo frutosinesperados porque gracias a una infidenciaoportuna Los Tiempos pudo denunciar untrámite adelantado de expropiación de laslagunas Alalay y Coña Coña a favor de mili-tares del régimen garciamecista.

En esos años aciagos, Nogales dirigió unsuplemento literario que en cierta ocasión

publicó un cuento de Enrique Rocha titula-do “Su compromiso”, que a juicio de algunoscríticos era ofensivo al honor de la mujercruceña y, como consecuencia, la agencia deLos Tiempos en Santa Cruz fue incendiada.Afortunadamente, una semana antes sehabía trasladado a otro sitio, de modo quelos destrozos fueron mínimos, pero LosTiempos dejó de circular durante meses enSanta Cruz.

Nogales recuerda que se presentó ante donCarlos Canelas que naturalmente estaba dis-gustado, pero don Carlos salió por los fuerosde la libertad de expresión y anunció queafrontaría cualquier juicio. En efecto, dosprocesos, uno en Santa Cruz y uno enCochabamba se iniciaron pero no prospera-ron.

Los Tiempos sufrió un atentado explosivo el27 de octubre de 1983. No fue el únicosiniestro, pues la noche del 23 de junio de1987, Fiesta de San Juan, unos petardosestallaron en el depósito de la EditorialCanelas, ubicado en la casa de la calleSantiváñez donde funcionaba Los Tiempos.El incendio adquirió proporciones y amena-zó la prensa y el equipamiento. Los emplea-dos, dirigidos por don Alfonso Canelas, tra-bajaron en el rescate de materiales y equi-pos. Meses después, Los Tiempos se trasla-dó a su actual edificio ubicado en la PlazuelaQuintanilla.

José Nogales Nogales, abogado y periodista,trabajó en Los Tiempos de 1980 a 1997, añoen que se acogió a la jubilación.

Tiempos difícilesTestimonio de José Nogales Nogales

Chechi Nogalesrecuerda que elGeneral JoaquínZenteno Anaya lepermitió hojear elDiario del Che, y queel médico ReynaldoUstáriz leyó algunospasajes, que luegose reprodujeron enLos Tiempos en unahistórica ediciónextra.

[n]Nogales integró brevementela redacción de Los Tiemposen octubre de 1967, precisa-mente el mes en que murióErnesto Che Guevara y suimagen se hizo famosa por-que integra el conjunto deuna célebre fotografía en lacual se ve el cadáver del gue-rrillero abatido en La Higuera

José Nogales Nogales.

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Al morir en un verano de 1999, en suCochabamba natal, Carlos Canelas Canelasllevó consigo la rara satisfacción de haber sidoun hombre que jugó toda su vida en un gransueño –y consiguió realizarlo decididamente.Bajo su inspiración, fue construido a partir delas cenizas que quedaron del periódico funda-do y dirigido por su hermano DemetrioCanelas, Los Tiempos, un emprendimientoque abarca el mayor complejo periodístico deCochabamba. Publica dos periódicos, más decuatro revistas, imprime miles de ejemplaresdiariamente, y se dedicó unos buenos añosdel siglo pasado a editar libros, fascículos,anuarios, enciclopedias y hasta guías telefóni-cas. Ese triunfo en el terreno empresarial ypúblico tenía su contrapartida en el ámbitoprivado: Carlos Canelas fue feliz con su espo-sa, doña Berta Rosa Tardío, sus hijos Carlos,Eduardo, Alfonso, Gonzalo, Fernando yEnrique, sus nietos y sus incontables amigos.Él fue exitoso en todos los campos, disfrutan-do de lo que la vida le podía dar.

Desde que Los Tiempos salió nuevamente acirculación en 1967, con el pequeño capitalque contaba y su fe inquebrantable en unperiodismo de principios básicos, de los cua-les nunca se apartó, Carlos Canelas invirtió eneducación, cultura, información y entreteni-miento contribuyendo decisivamente en eldesarrollo de Cochabamba y el país. Granparte del éxito alcanzado se debió a su públi-co lector, que siempre acogió con entusiasmosus publicaciones y a los cientos de periodis-tas, profesionales y técnicos que pasaron porsu redacción y talleres.

Don Carlos Canelas fue un hombre que pro-bablemente desconoció el significado de lapalabra depresión, a pesar de las vicisitudesque llevaba editar diariamente el único perió-dico que circulaba en Cochabamba. Quieneslo conocimos de cerca, no recordamos haber-lo visto nunca, entregado a un estado de espí-ritu introspectivo o abatido, u oscurecido pordudas existenciales. Con la mayor naturalidad,aún después de completar los 80 años, conti-nuaba haciendo planes para el futuro, alen-tando a sus redactores y periodistas, ademásde interesarse y orientar el trabajo en el pre-sente. Su mayor preocupación fue la puntuali-dad en la entrega de las revistas, que por esaentonces se convirtieron en las únicas y másprestigiadas del país.

Entusiasta a tiempo íntegro, Carlos Canelasdesarrolló sus actividades periodísticas conuna serie de actividades extra gráficas, comola atención de la primera granja lechera delpaís en importar ganado Holstein de Holanda,en su Hacienda de La Angostura.

Pasada ya su media década de vida, edad en

que la mayoría de la gente ha definido el sen-tido de su existencia y tiene un rumbo clara-mente trazado, él, con el apoyo de su familia,en 1967 puso en circulación nuevamente LosTiempos, el primer periódico de Cochabambaen utilizar la tecnología del offset, dejandoatrás las linotipos e impresoras rotaplanas.

Poco después de desembarcar en ese nuevoproyecto, donde empeñó toda su economía yuna gran deuda sobre las espaldas, sólo paracrear algo que los finos espíritus realistas de laépoca consideraban una rematada locura, serodeó de lo más nato del pensamiento litera-rio y cultural de Cochabamba, con colabora-dores que idealizaban los días mejores denuestra tierra.

La arriesgada aventura de don Carlos Canelashizo que su destino se comprometiese indiso-ciablemente con el desarrollo de la región, delpaís y del periodismo nacional, a tal puntoque, en determinados momentos, cambió elrumbo de la historia de la información y lasletras del país. Carlos Canelas fue un ciudada-no ejemplar, cuyo mayor mérito fue creer ensu terruño, donde invirtió lo mejor de sutalento.

Carlos Canelas heredó de sus hermanosDemetrio y Julio César, el gusto por la aventu-ra y la persistencia en conseguir sus objetivos.En las oficinas de Carlos Canelas nació la ideade las primeras revistas culturales y de misce-lánea –FACETAS y CORREO-- que se editabanen las últimas décadas del siglo pasado.

La vetusta casona de la Calle Santiváñez cobi-jó en sus primeros años la redacción y talleresde Los Tiempos. La presión de las deudas ylos pagarés obligaron a montar la industriagráfica que, ya editaba libros bajo el patroci-nio de Editorial Canelas. Los corrillos decíanque en Cochabamba no había lectores por-que la mayoría eran analfabetos; y que losintelectuales, periodistas y obreros de las artesgráficas estaban en la sede de gobierno.Carlos Canelas remontó las críticas y, lectoresen potencia de todo el país buscaban los

ejemplares que salían "calientitos" de las rota-tivas. La Paz, Santa Cruz, Chuquisaca, Oruro,Potosí, Tarija fueron integrándose a la familiade Los Tiempos, con periódicos regionalesbajo la supervisión de Cochabamba.

La lista de emprendimientos desde la direc-ción de Los Tiempos por Carlos Canelas y sugrupo de asesores es innumerable. Hay lugaren ella para CDs de música clásica y popular,libros de literatura, enciclopedias, atlas, fascí-culos de culinaria, artes plásticas e historia. Ytodo eso vendido por "canillitas" en los pues-tos de venta de revistas y periódicos, en tirajesde miles de ejemplares, destinados a llegar alos más cultos, a los niños, a los jóvenes, a lospobres, a los ricos, a los estudiantes, a lospoderosos, a los desamparados –todo esopara informar, educar, entretener y divertir apueblo cochabambino en particular.

Don Carlos Canelas ciertamente tenía un agu-zado talento para percibir aquello que los lec-tores cochabambinos deseaban; tenía unesmerado sentido común; era dueño de unasensibilidad de carácter casi artístico. Ese erael arrojo e inventiva que colocaba en sus pro-yectos que, además, eran de un realismo atoda prueba. Para él, el trabajo comenzaba alas cuatro de la mañana, controlando la cali-dad de las ediciones del matutino. Al medio-día ya había cumplido casi un noventa porciento de su labor diaria. El trabajo era arduopara que las cosas salieran bien; el dinero nodebía ser malgastado y sólo rodeándose debuenos profesionales fue posible conseguir eléxito y la calidad que impuso al sello de LosTiempos.

Carlos Canelas, El MaestroRecuerdos de Carlos Heredia Guzmán

Carlos Canelas fueun ciudadano ejem-plar, cuyo mayormérito fue creer ensu terruño, dondeinvirtió lo mejor desu talento.

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La lista de emprendimientosdesde la dirección de LosTiempos por Carlos Canelas ysu grupo de asesores es innu-merable. Hay lugar en ellapara CDs de música clásica ypopular, libros de literatura,enciclopedias, atlas, fascícu-los de culinaria, artes plásti-cas e historia

Carlos Heredia Guzmán.

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La Casa del Voceador. Hasido el hogar de varias gene-raciones de voceadores quehan acompañado con enco-miable fidelidad el desarrollodel periodismo boliviano.

La más antigua. Doña AnaGamboa es actualmente lavoceadora más antigua deeste noble gremio.

Antiguo funcionario. SaúlValenzuela es el distribuidorde Los Tiempos, importantefunción que ha desempeña-do durante décadas.

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Por Carlos Heredia GuzmánEn Cochabamba, cuna de viajeros y valle pro-picio para el alma y el cuerpo, los canillitas for-man un grupo muy arraigado del día a día dela calle, de la sociedad, de la cultura y de lainformación.

La sociedad de canillitas ya pasó los 55 añosde vida desde su fundación y se ha consolida-do en un gremio fuerte y de alta responsabili-dad dentro los círculos intelectuales.

Cochabamba se ha transformado de formarelampagueante en las últimas décadas con lafilosofía del cemento y las urbanizaciones caó-ticas; del pavimento rígido y la contaminaciónmental. En este escenario, hay un gremio, unsindicato, una familia unida de hombres, muje-res y niños que trabajan los 365 días del año yque, de madrugada, corren por las calles conlos periódicos bajo el brazo, anunciando lasnoticias de apertura de los diarios que se edi-tan en la Llajta. Ellos merecen nuestro respetoy reconocimiento en este homenaje a los 65años de circulación de Los Tiempos.

Un poco de historiaHoy recordamos al gremio de los canillitas, susorígenes, su historia pasada y reciente, sus cos-tumbres, jornadas deportivas y sociales; losperfiles de gente con quienes he compartidomás de 30 años.

No escapan a mi memoria Doña AnitaGamboa, a quien mangueaba una leidita delos titulares de la prensa de La Paz, cuando noalcanzaban las monedas para poder adquirirleun ejemplar. Anita Gamboa recuerda: "Dicenque eras la mimada de Don Porfirio DíazMachicao, el director de El País… Era muybueno, yo apenas tenía ocho años. Te cuentode 1943, porque era muy diestra para compa-ginar y doblar los periódicos, tal vez por eso.Muy distinto, por ejemplo, de Don DemetrioCanelas, con quien prácticamente no se podíahablar y, muy distinto de su hermano DonCarlos Canelas que era un caballero, muy coo-perativo, siempre nos escuchaba en cualquierreclamo y nos daba soluciones satisfactorias.Era el mejor dueño que ha tenido LosTiempos".

Doña Anita dice que Los Tiempos es el perió-dico que más vende. “He recorrido por todoslos lugares donde funcionaba. Cuando sefundó en 1943, Don Demetrio Canelas era eldueño y funcionaba en la Hamiraya entreEcuador y Mayor Rocha. El ayudante de DonDemetrio era Valentín Arandia; el distribuidor,Don Oscar. Después se han trasladado a laGeneral Achá y Junín, donde ahora es elColegio Petrolero y antes fue el Correo. SeguíaDon Demetrio Canelas como dueño, hasta queen noviembre los ucureños han asaltado su

casa, todo lo han dejado destrozado; de eso,Los Tiempos se ha perdido muchos años decirculación, han vuelto a reaparecer en laSantiváñez entre Junín y Hamiraya. El nuevodueño era Don Carlos Canelas, ahora está enese edificio en la Plaza Quintanilla".

Doña Anita puntualiza: “Nos llaman canillitasporque nosotros voceamos los periódicos.Voceador es el que grita ¡Quillacollo,Quillacollo! ¡Naranjas, Naranjas!, esos son losvoceadores.”

En estos 65 años recuerdo a Julián Gutiérrez,que con su vozarrón levantaba a todo el vecin-dario de Villa Montenegro, mi barrio paternaldonde también vivía el Ojo de Vidrio. A MarioFernández, con cuya progenitora aún compartíla buena tertulia en la Cacha Blanca. Al Dr.Néstor Velarde, Ejecutivo del Sindicato deCanillitas en varias ocasiones y capitán delequipo titular de la Avenida Heroínas, quellegó de Punata a sus diez añitos, que vendióy sigue vendiendo periódicos y al mismo tiem-po, ya se graduó de abogado, con muchosdiplomados. Al Huachipato, que se adelantó yseguro que desde arriba estará festejando estaexcelsa publicación. A Coqui Frías, con quiencuraba la cabeza los domingos en laHumboldt y Tadeo Ahenke. A José JiménezArancibia, el bombón del Hogar. A VíctorHugo, el abuelo aurorista, que ronda porQuillacollo y sus alrededores, quien fue uno delos entusiastas canillitas en poner a circulaciónEl Cóndor, La voz del Valle Bajo, una aventuraperiodística de efímera circulación porque enQuillacollo ya no hay quillacolleños. Don JuanVerástegui, Carlos Bustos, Rafael “El Pulgas”Balderrama y tantos otros, algunos en el limbo

del olvido, otros, canillas y canallas de corazóncon el grifo abierto, a quienes festejamoscomo nuestros carnales voceadores.

Fiel termómetroA los voceadores los conocemos con el cariño-so nombre de canillitas, palabra que nos vinode Buenos Aires. En esos días felices de lamejor prensa en Cochabamba la mayor orien-tación la recibíamos de dos grandes tipos: SaúlValenzuela, oficial mayor de los canillitas, yAlfonso Vargas, paladín en jefe de prensistasdel periódico Los Tiempos. Tuvimos el orgullode publicar los suplementos más valiosos ymás leídos de toda la historia del periodismoen Cochabamba.

Los canillitas constituyen el eslabón que cierrael circuito de la compleja labor de los periodis-tas. No podemos concebir la existencia de lec-tores sin esta correa transmisora. Los canillitasno sólo tienen sabrosas e ilustrativas anécdo-tas que contar, sino que sus percepciones y suconocimiento de los hábitos y la psicología dellector, pueden ser una valiosa pauta para el"marketing" y el éxito o el fracaso de cualquierpublicación.

No he conocido amigos más despiertos quelos voceadores de periódicos. Y no lo digosolamente porque son madrugadores comoeste servidor, sino porque ese diario vivir a ori-llas de un diario les ha afinado el olfato de lanoticia, el espíritu crítico sobre la calidad de unperiódico y hasta los ha vuelto adivinos, por-que nadie como ellos para decirte si este diariose va a salvar de la crisis, o a este otro no lequedan más que unas semanas de vida.

Un canillita es mejor que una consultora deencuestas y marketing, porque ellos saben ensecreto cuál es el tiraje de cada diario, qué sec-ciones y suplementos gustan al público y cuá-les otras nadie se explica por qué siguensaliendo. Este homenaje a esos gorrionesmadrugadores, unos todavía pichones y otrosya thalus de viejitos, que fueron nuestrosmejore socios, los canillitas.

El Sindicato de Canillitas de Cochabamba, yafestejó sus Bodas de Oro de fundación. Sonmás de cincuenta años de historia, añoranzas ynostalgia. Más de cincuenta años de vidacomunitaria con el gremio, con el lector, con elpueblo. Son más de cincuenta años que llevanla historia del día a día en los diarios locales ydel interior. Más de cincuenta años que estánen el día a día de la cultura, de la información,del conocimiento que ponen al alcance denuestras manos. Es justo reconocer al gremiode los "canillitas" porque forman parte de lahistoria regional y nacional y porque es unimportante eslabón en la comunicación denuestra sociedad.

Aves mensajeras de Los TiemposLos Canillitas

Los canillitas constituyen eleslabón que cierra el circui-to de la compleja labor delos periodistas. No pode-mos concebir la existenciade lectores sin esta correatransmisora. Los canillitasno sólo tienen sabrosas eilustrativas anécdotas quecontar, sino que sus percep-ciones y su conocimientode los hábitos y la psicolo-gía del lector, pueden seruna valiosa pauta para el"marketing" y el éxito o elfracaso de cualquier publi-cación

Anita Gamboarecuerda: "Dicen queeras la mimada deDon Porfirio DíazMachicao, el directorde El País… Era muybueno, yo apenastenía ocho años. Tecuento de 1943, por-que era muy diestrapara compaginar ydoblar los periódi-cos, tal vez por eso.Muy distinto, porejemplo, de DonDemetrio Canelas,con quien práctica-mente no se podíahablar y, muy distin-to de su hermanoDon Carlos Canelasque era un caballero,muy cooperativo,siempre nos escu-chaba en cualquierreclamo y nos dabasoluciones satisfac-torias. Era el mejordueño que ha tenidoLOS TIEMPOS".

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A poco de su muerte, y no sabiendo cómoresucitarlo, Carlitos Heredia y este servidordecidimos designar a Alfredo Medrano nuestrocorresponsal en el Más Allá.

Se fue a los 62 años quizá para que fuera mássignificativo su aporte al imaginario popular delos cochabambinos, pues muchas de sus ideasson hoy parte del sentido común regional.

Un ejemplo de su legado son las ferias de lacocina popular que él alentó hasta el punto

de organizar en 1986 la feria más grandejamás vista, nada menos que en el CampoFerial. Hoy las ferias son un uso en todo elDepartamento e invariablemente sirvenpara promocionar las delicias de la cocinavalluna.

Alfredo cultivó el legado del poeta ManCesped: pocos paisanos defendieron con tantoardor a los árboles, que son las principales vícti-mas del crecimiento urbano en nuestro valle.Alfredo defendió los grandes proyectos regio-nales, luchó por el buen uso de los recursosnaturales y rescató la memoria popular en suscélebres coloquios sobre la concertina, el cha-rango, la chicha, la cocina criolla y tambiénsobre la identidad local de Cala Cala y Caracota,las dos mitades hermanas que conformannuestra ciudad.

La prosa de Alfredo era cristalina y precisa, y suvirtud para la narrativa era superior. Era asimis-mo un hábil caricaturista, e hizo célebre el seu-dónimo Skorpio. Sin embargo no era un almaácida, era más bien un alma de buena leche, unalma noble que jamás practicó el chisme o lamalediciencia y sí, más bien, la piedad y com-prensión del prójimo, tanto más si éste erahumilde y poseía, sin embargo, habilidades ovirtudes.

Alfredo cultivó la vena popular en el periodis-mo. Su generosidad nos permitió convertir enpersonajes a paisanos anónimos, y a celebrarcapillas menores del noble arte culinario.Decenas de instituciones recibieron de él opor-tunos consejos y asesoramiento. Alentó fiestascívicas y religiosas, celebraciones regionales ytradiciones íntimas, y tuvo un paladar insobor-nablemente criollo.

Pocas veces montó en cólera pues era másbien cultor de la ironía, tema sobre el cualtengo varios recuerdos, pero el más significati-vo es el siguiente: Cierta vez me llamó muytemprano para decirme que jamás había habi-do entre nosotros celos ni competencia, puescada uno hacía buenamente lo suyo. “Pero hoyquiero felicitarte, porque lo que has escrito entu columna es una pieza maestra de la lenguacastellana.” Le agradecí y salí ronceando a verqué siempre había escrito para merecer seme-jante elogio. La respuesta es sencilla: por equi-vocación, el texto que él había escrito saliócomo si fuera mi columna.

Como dice su epitafio: Amó las jarcas, losmolles, los chilijchis / amó la amable sombra yla tertulia / vida y obra consagró a la expresiónjusta / pero la fe en el amigo fue su virtudmaestra.

En memoria de Alfredo MedranoUna columna del Ojo de Vidrio

Miembro de número de la Academia Bolivianade la Lengua y Premio Nacional de Periodismo2003, otorgado por la Asociación Nacional de laPrensa, Ángel Torres (Oruro, 1930) fue puntal dela redacción de Los Tiempos en La Paz. A supluma le debe este matutino enjundiosos análi-sis y ensayos que enriquecieron oportunamen-te sus ediciones. Estudió en la Escuela Jorge

Oblitas y en los Colegios Juan Misael Saracho yCasimiro Olañeta, de Oruro. En Madrid hizo doscursos de Información y Documentación paraperiodistas iberoamericanos en 1965 y 1970. Seinició en Radio Amauta y luego en el vespertino“Última Hora”. Trabajó en Radio Altiplano y en ElDiario. Fue corresponsal de Los Tiempos en LaPaz durante muchos años. Entre sus obras des-

taca una biografía de Fray José Zampa, creadorde las Escuelas de Cristo; Oruro en su Historia,monumental ensayo de 730 páginas; ensayosmonográficos sobre El Diario y Última Hora; unaMemoria de la Asociación de Periodistas de LaPaz y más de 1.500 ensayos periodísticos, entreellos, sus colaboraciones a la revista Signo y apublicaciones literarias de Buenos Aires yMadrid.

Fue distinguido con la Medalla BautistaSaavedra (1989) y la Medalla Franz Tamayo(1995) por la Asociación de Periodistas de LaPaz; fue condecorado con la Medalla de Escudode Armas de Oruro, en Arte y Cultura (1997);recibió un Homenaje de Honor de laUniversidad Ricardo Palma, de Lima (1997);recibió la Medalla de la Casa DepartamentalPuno, de Lima (1997). Fue declarado HijoPredilecto de Oruro (2000); le otorgaron elDiploma a la Excelencia Académica en laUniversidad Técnica de Oruro y recibió elPremio Nacional de Periodismo en 2003.

Ángel Torres SejasNuestro corresponsal en La Paz

Alfredo Medrano.

Diciembre de 2003. VíctorToro, Presidente de laAsociación de Periodistas deLa Paz entrega a Ángel Torresel Premio Nacional dePeriodismo.

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Un cultor del periodismode investigación

Testimonio de Wilson García Mérida

¡A por el mar! Afines de los 90, LosTiempos contratóunos consultoresespañoles que llega-ron para re-diseñarformatos y conteni-dos. Estos españolestomaron las riendasde las ediciones dia-rias y eran quienesdecidían los titulares,imponiéndolos enalgunos casos a lamisma Jefatura deRedacción. En víspe-ras del 23 de marzo,el Gobierno habíaanunciado que seiniciarían gestionesante Chile para recu-perar nuestra salidaal mar. El titular deprimera plana y aseis columnas quepusieron los españo-les fue como para unperiódico deBarcelona: “¡A por elMar!”. Nadie loentendió enCochabamba y loscanillitas protesta-ban porque ese díael periódico no se

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Wilson García Mérida estudió en la Facultadde Ciencias Económicas y Sociales de SanSimón, e inició su trabajo en Los Tiempos enabril de 1984, a sus 21 años, cubriendo elSexto Congreso de la COB, el último en quese vio activo a Juan Lechín Oquendo. JoséNogales Nogales, jefe de Redacción, lo desig-nó luego corresponsal en el CongresoNacional, a cargo de la columna “Desde elParlamento”, debido a que se trasladó a LaPaz para estudiar Comunicación.

“El Periodismo –dice Wilson García-- es unaprofesión que nunca dejo de equiparar con laFilosofía renacentista, cuando los filósofostenían “virtudes mutidisciplinarias”. “Lo másimportante de mi experiencia como periodis-ta de Los Tiempos fue mi contacto directocon quienes siempre fueron considerados mismaestros en este oficio de la escritura.Siempre quise conocer personalmente aAlfredo Medrano, desde que leí, en el colegio,una entrevista maravillosa que le hizo a SerioAlmaraz Paz para la revista “Praxis”. Aunque aRamón Rocha Monroy lo conocí de maneraalgo efímera en la Universidad durante la

resistencia a García Meza, compartir con elautor de “El run run de la calavera” (una mez-cla de finísimo humor con una profunda sen-sibilidad por nuestra identidad valluna) lamisma sala de redacción, un mismo espaciolaboral, era un privilegio muy poco comúnpara jóvenes de mi edad. A Ramón Rocha ledebo mi deleite por Boris Vian. Codearme conWaldo Peña Cazas, otro maestro en mi carre-ra, junto con el Dr. Nogales y los generososhermanos Canelas Tardío, justo en un

momento en que el periodismo cochabambi-no comenzaba a brillar con sus luces propias,fue para mí más que un honor. Pero no fui elúnico que gozó y aprendió de estas influen-cias; hubo entonces otros jóvenes colegascomo Walter Gonzáles y Carlitos Heredia conquienes formamos la retaguardia generacio-nal de Los Tiempos para ejercer un periodis-mo creativo y cuestionador.”

Wilson define su labor periodística comoperiodismo de análisis, requisito previo alperiodismo de investigación, para que ésteno se convierta en un simple trabajo de per-secución policiaca. Wilson forma parte de ungrupo de intelectuales integrado porFernando y Coco Mayorga, Yoyo Komadina,Adolfo Mendoza, Gustavo Soto, CarlosCossío, Chino Navarro y otros cientistassociales. Menciona asimismo al maestro LuisH. Antezana.

Incluso con riesgo de su vida, ha investigadotemas como el de las inmobiliarias, la corrup-ción en la administración pública o los meca-nismos de protección al narcotráfico.

Wilson García Mérida, soció-logo y periodista, contribuyódecisivamente al desarrollode un periodismo incisivo ycuestionador en la fiscaliza-ción de los actos de los fun-cionarios públicos y ladenuncia oportuna de losdelitos contra el patrimoniodel Estado.

También historiador. Wilson García Mérida (izq.), en la foto junto a Luis René Baptista y a Elizabeth Arriázola, escribió Un Siglo en Cochabamba, historia documen-tada y plena de valiosas sugerencias sobre nuestro pasado.

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Un día diferenteMinuto a minuto, día a día un siniestro com-plot de insospechadas proporciones se extien-de en el planeta. Son responsables de esto losmedios de comunicación, quienes, en suconstante afán de mantenerse informados, nocesan en su cruel bombardeo de malas noti-cias y pesimismo. Este hecho es una tremendafalta de respeto para cualquier hombre que,necesitado de una reconfortante dosis deesperanza, debe desayunar y acostarse con losmás diversos y originales atentados, secuestrosy asesinatos, por no citar a tragedias más exor-bitantes.

Gracias a este plan macabro, resulta normal yaceptado que el Líbano los miembros de múl-tiples religiones se destruyan unos a otros sindescanso, pero es imposible de creer cuandolos matutinos anuncian que el poder adquisiti-vo del trabajador medio ha aumentado enBrasil --¡mentiras!, es el comentario más escu-chado.

Es necesario tomar medidas urgentes quepuedan vacunarnos contra el pesimismo,antídotos que combatan la desesperación yel desaliento. Por mi parte, y hasta que laactual tendencia informativa no se revierta oequilibre, he implantado un cambio funda-mental en mi vida diaria, un método eficazque me ayuda a sobrellevar la jornada: ape-nas termino de escuchar los noticieros y deleer los diarios, realizo un recuento de lascosas que no sucedieron, los hechos no infor-mados, potenciales almacenes de optimismoy esperanza.

Por ejemplo, ayer Ronald Reagan no anuncióque iba a atacar Libia. Como contrapartida atan grato gesto, Muhamar Khadafy no acusóa Reagan de loco e idiota. Tampoco hubo elsecuestro de algún avión, y por espacio deveinticuatro horas no existieron atentados aciudadanos israelíes o a turistas norteameri-canos. Ningún misil fue emplazado ayer ensuelo europeo, por lo que los ecologistas seabstuvieron de hacer manifestaciones y lapolítica se quedó sin oportunidad de repri-mirlos. Los diarios no informan, por otraparte, de algún cantante de rock que haya

muerto a consecuencia de una sobredosis decocaína o heroína.

Los medios informativos tampoco trajeronnoticia alguna de Corea del Sur o Pakistán,hecho que hace presumir que ayer fue tranqui-lo y hermoso día para ambos países. No circula-ron rumores sobre una posible conspiracióncontra Corazón Aquino en Filipinas. Los contrasnicaragüenses no atacaron ayer, y gracias a elloDaniel Ortega se ha debido aburrir como cual-quier ciudadano los domingos en la tarde vien-do en la televisión una vetusta película.

Ningún político latinoamericano mencionóayer a la deuda externa, y Paz Estensoro nopidió ayuda a algún otro país para combatir elnarcotráfico en Bolivia. En Argentina nadie sedeclaró en huelga y el dólar no subió enMéxico. Ninguna central nuclear sufrió desper-fectos en la Unión Soviética. Maggie Thacher,en vibrante discurso ante el comité central delPartido Conservador, no declaró que “la violen-cia se combate con más violencia”. Todos lospilotos de Fórmula Uno resultaron ilesos tras lacarrera efectuada en Monza.

En Beirut no explotó ningún auto-bomba. EnEtiopía, nadie falleció a causa del hambre.Francia no realizó ninguna prueba nuclear ensus territorios en Oceanía y, como epílogo deun brillante día, los teletipos no hicieron men-ción a enfrentamientos a causa del apartheid,allá en Sud África.

Hoy me encuentro optimista, esperanzado. Esque ayer, para mí, fue un día diferente.

Edmundo Paz SoldánPrimeras armas de un escritor

El conocido escritorEdmundo Paz Soldán publi-có sus primeros cuentos atemprana edad en el suple-mento CORREO, de esta casaperiodística. A los 11 años deedad manifestó su tempranavocación periodística, y a los16 ganó un premio intercole-gial de cuento. EstudióRelaciones Internacionales yactualmente es profesor dela Universidad de Cornell,EEUU. Veamos uno de susprimeros cuentos, rescatadosdel Suplemento CORREO

En 1978, a los 11años de edad, yohacía un periódicopara mis padres:eran tiempos deelecciones y tan sólome dedicaba a reco-pilar informacionesde la radio y la tele-visión. Luego hiceperiódicos para miscompañeros decurso, en 1981, dirigíun semanario en micolegio (Don Bosco).Pero lo que quizáselló para siempremi camino, fue algoque sucedió en1983: gané un con-curso intercolegialde cuento.

Correo / Los Tiempos, jueves25 de diciembre de 1986

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Dos suplementos inolvida-bles. Los suplementosFacetas y Correo fueron en sumomento el rostro más visto-so de Los Tiempos. Facetasfue creada por el destacadoperiodista Ramiro JulioCrespo, y Correo, por CarlosHeredia Guzmán. En sus pági-nas, muchos escritores hicie-ron sus primeras armas, comoes el caso de Edmundo PazSoldán, en la foto.

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A la izquierda, José AntonioGandarillas Jiménez; a laderecha, el finado LuisAlberto Arébalo junto a Pelé.

Rafael Balderrama.

José Antonio Gandarillas Jiménez, prestigio-so cronista deportivo, se inició en RadioCochabamba en 1959 en un programadeportivo que conducía junto a FelipeCáceres. En 1960 se integró al diario ElMundo, junto a Carlos Dalence Loayza, conquien participó durante años en el progra-ma “Pregón Deportivo”, de Radio Nacional.Ellos y Raúl Cardona transmitieron los parti-dos del Campeonato Sudamericano de 1963

en que Bolivia salió Campeón. Fue corres-ponsal del diario Hoy, de La Paz durante 21años, y del diario La Nación, de La Paz; inte-gró el equipo de El Central de Radio Centro,dirigido por José Nogales Nogales; fueperiodista de “Correo Boliviano” y de “LaVoz”, y escribió artículos en El Gráfico, deBuenos Aires, entre otros medios.

En 1976 trabajó en Los Tiempos comocorrector y se integró al periodismo deporti-vo desde 1977. En esa calidad ha viajado 24veces por Sudamérica y por el país entero,transmitiendo y comentando todos losdeportes. Se ha tomado fotografías con losgrandes ídolos del deporte, como Pelé yMaradona.

Estudió tres años de Economía, tiene títulode Periodista, de la Asociación Nacional.Heredó de su padre la bicicleta Hércules queconduce hace 24 años. Es un personaje muyquerido y respetado por los periodistas ypor la afición deportiva del país y deAmérica Latina.

José GandarillasMedio siglo de cronista deportivo

Hijo del intelectual y periodista JoelBalderrama, Rafael compró su primeracámara a los 17 años, cuando vivía en SantaCruz. Estudió fotografía durante tres añosen Buenos Aires. A su retorno, fue distribui-dor de Los Tiempos, y luego don Carlos lebrindó la oportunidad de practicar el perio-dismo gráfico, en el cual ganó premios

internacionales aun con riesgo de su vida,pues no medía el peligro y fue detenido ytorturado al menos en dos ocasiones muyserias.

Es uno de los testigos gráficos principales degrandes acontecimientos, entre ellos la lla-mada Masacre de Tolata, que le sirvió paraobtener una fotografía famosa en AméricaLatina. Siguió de cerca la carrera política demuchos líderes, entre ellos el Presidente EvoMorales desde sus inicios, y conoce entrete-lones que calla prudentemente.

Una característica de su carrera digna de lacreación de un Museo Gráfico es la inde-pendencia política. Nunca militó en ningu-na organización ni gozó del favor de ningúngobierno. Conoce a personalidades públicasimportantes, pero invariablemente vivió desu trabajo como fotógrafo. DaniloBalderrama, su hijo, es uno de los más pres-tigiosos fotógrafos de estudio en la actuali-dad. Verónica es ingeniera civil y vive enNueva Zelandia. Bernardo vive y trabaja enlos Estados Unidos. Valeria estudiaMedicina. Rafael, Juan Carlos y Fernandosecundaron su vasta labor fotográfica.

Rafael BalderramaElogio de un gran reportero gráfico

Un periodista distinguido.Numerosas instituciones pre-miaron la labor periodística,entre ellas, la Prefectura delDepartamento y el Círculo dePeriodistas Deportivos, que lodistinguió como el periodistamás honesto. Ha sido miem-bro del Tribunal de Honor delSindicato de la Prensa

Rafael Balderrama es proba-blemente el reportero gráficomás distinguido y premiadodel periodismo boliviano, congalardones internacionalesque reconocieron su arriesga-da labor y la calidad de sufotografía en las circunstan-cias más arriesgadas. El acer-vo fotográfico que ha acumu-lado debería servir para la cre-ación del Museo Balderrama,como un testimonio de nues-tra labor informativa

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IntroducciónLa conducta informativa de algunos mediosparecería indicar que el periodismo de hoy haretrocedido más de medio siglo en su enfoquey objetivos. Oficialismo y oposición se enfren-tan en trincheras opuestas y abundan en ver-dades parciales, si no en mentiras evidentes alservicio de una facción y con una evidentefalta de respeto por el ciudadano que aspira aser informado con objetividad para decidir suposición en forma serena y constructiva.

Más de medio siglo a juzgar por el primer edi-torial de este matutino, escrito por donDemetrio Canelas y publicado aquel 16 deseptiembre de 1943. Ese texto inolvidable fueel parteaguas más claro y expreso entre unantes y un después en el ejercicio del perio-dismo boliviano. Se vivía los embates históri-cos de la posguerra del Chaco, y la experien-cia periodística le permitió a don Demetriovislumbrar un nuevo escenario en el cual elperiodismo había abandonado “la función tri-bunicia” y la vieja condición de “instrumento

de combate”. Usando el símil del cese defuego en el Chaco, don Demetrio decía queese viejo periodismo había “silenciado fuegosy arrinconado su vieja fusilería de percusión”,y que el nuevo periodismo ya no sería mástribuna de libelistas, propagandistas y pasqui-neros, tan comunes desde los albores de laIndependencia.

“La parte trascendental de la vida no está en loque uno piensa sino en los hechos cotidianosque acontecen”, y sobre ellos se debe hablar“con alguna mayor imparcialidad…para ilus-trar y documentar la conciencia pública, antesque para asumir el papel de conversor y cate-quista”. Esta regla de oro formulada por DonDemetrio Canelas trasuntaba el principio bási-co del periodismo moderno, al cual se agregóun corolario: “informar con asiduidad y hones-tidad profesional” para que el público forme“sobre los hechos ocurrentes su propio crite-rio” y un principio: “Un público bien informadoes la mejor defensa para la moral y el ordenpolítico.”

Uno tiende a comparar a este patricio bolivia-no con el Ciudadano Kane, sólo que el perso-naje creado por Orson Welles quizá no hubierapodido bogar en un “diario libre” sobre el tor-mentoso mar de la política boliviana. El perio-dismo libre que practicó y sigue siendo normaen esta casa periodística fue abruptamentesilenciado el 9 de noviembre de 1953 y tuvoque esperar catorce años para retornar en lalínea invariable de su fundador.

Hoy el panorama del periodismo libre es críti-co, por un lado, con la reducción del Canalestatal a órgano oficial y de propaganda, y porotro, con la fogosa oposición de otros mediosque recargan los tintes y alientan salidas vio-lentas a la crisis. Ambas facciones parecenhaber reanudado fuegos usando su vieja fusi-lería de percusión.

Las víctimas somos nosotros, los espectadores,escuchas y lectores que estamos hartos de lasobredosis política que vivimos y sólo aspira-mos a la normalidad de un Estado de Derecho.

14 principios del periodismo libre

Por Demetrio Canelas Canelas

1 La parte trascendental de la vida no está en lo que uno piensasino en los hechos cotidianos que acontecen.

2 Ilustrar y documentar la conciencia pública antes que asumir elpapel de conversor y catequista.

3 Llevar a los lectores informaciones seleccionadas con asiduidady honestidad profesional para habilitarles a formar sobre loshechos ocurrentes su propio criterio sobre la base del conoci-miento de la verdad.

4 Un público bien informado es la mejor defensa para la moral yel orden político.

5 La palabra independiente tiene un sentido que sugiere ciertadoblez calculada, cierta ausencia de determinación conciencialpara estar al alcance de toda conveniencia. Este es un diariolibre, lo que es algo diferente.

6 No importa la tendencia política que tenga un periodista; loúnico que tiene que hacer aquí es colgarla en el perchero, antesde empezar a escribir.

7 Escribir, ante todo, porque sí. Escribir sin animadversión paranadie, pero también sin amor para nadie.

8 Contribuir, desde una esfera neutral, a la acción progresiva delperiodismo.

9 No propiciar en la palestra ningún interés banderizo ni consignani fórmula preconcebida.

10 Alejarse tanto de las exacerbaciones tenaces de la oposicióncomo de las complacencias del periodismo disciplinado.

11 No secundar las contiendas estériles y odiosas ni favorecer lasobcecaciones del proselitismo inconsciente, en vez de infundiren las masas ideas de buen sentido y sabiduría práctica.

12 Libres de prejuicios y de vinculaciones que embarazan y tuer-cen el criterio, seguir y apreciar los hechos de la vida nacional,serena e imparcialmente.

13 Para cumplir con honradez los deberes democráticos, no esnecesario acogerse a ninguna tendencia exclusiva y disociadora.El interés de la nación se contempla mejor desde un punto demira alejado de las contiendas activas, en las que la obstinaciónapasionada obscurece el sentido práctico que debe informartodos los actos humanos.

14 Nosotros tenemos fe en el porvenir y en el progreso de Bolivia,por obra del trabajo y de la industria. Creemos que este paísserá libre y fuerte, en su régimen administrativo y en su carácterde entidad internacional, solamente cuando la acción de sushombres dirigentes y las energías de las masas sean encamina-das con inteligencia y decisión por el sendero de la vida moder-na, cuyo evangelio es la riqueza.

14 principios del periodismo libre