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LOS MELIAMBOS CERCIDEOS (P.OXY. 1082). INTENTO DE RECONSTRUCCION* Tenemos en cuenta en la elaboración de estas páginas la re- ciente publicación sobre el tema de E. Livrea y en consecuen- cia la crítica que nos hace a anteriores trabajos 1 . Pese a los defectos de esta obra, comentados en otro lugar 2 , no deja- mos de alegrarnos de su aparición por lo que supone de inte- resante contribución al merecido realce de la poesía de Cérci- das, gracias, sobre todo, a la condición de papirólogo de su autor 3. Nuestro interés, casi afecto de filólogo por este poeta, qui- zás menor pero de notable calidad personal y cierta elegancia de estilo, nos lleva, con el mismo afán que él afirma poner en el cultivo de las musas, a perseverar en el intento de ade- cuada interpretación y reconstrucción de sus fragmentarios poe- mas transmitidos. Y ello, naturalmente, en la medida de lo * Este trabajo es continuación de ANMAL IV,2, 1981, pp. 331-54 y V,1, 1982, pp. 117-25. A ellos alude y en ellos cabe encontrar la bibliografía completa a que aquí en parte aludimos someramente. I Enrico Livrea, Studi Cercidei (P.OXY. 1082), Papyrologische Texte und Ab- handlungen 37, Bonn 1986. Aporta actualizada bibliografía, que sobre temática cínico- estoica debe completarse con José A. Martín García, Fénice de Colofón, Madrid, Ed. Univ. Complutense, 1981. 2 Nos referimos a una reseña nuestra de ella por publicar a ŭ n en un próximo número de Cuadernos de Filología Cltisica (vol. XXiii).. 3 Contiene, en efecto, una nueva editio diplomatica con respecto a la princeps de A.S. Hunt(1911). Aunque también contamos con otra edición cronológicamente intermedia de A.D. Knox (1929 y reimpresión de 1967 en Loeb), que es una valiosa relectura y reconstrucción del texto del papiro.

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LOS MELIAMBOS CERCIDEOS (P.OXY. 1082).

INTENTO DE RECONSTRUCCION*

Tenemos en cuenta en la elaboración de estas páginas la re-ciente publicación sobre el tema de E. Livrea y en consecuen-cia la crítica que nos hace a anteriores trabajos 1 . Pese a losdefectos de esta obra, comentados en otro lugar 2 , no deja-mos de alegrarnos de su aparición por lo que supone de inte-resante contribución al merecido realce de la poesía de Cérci-das, gracias, sobre todo, a la condición de papirólogo de suautor 3.

Nuestro interés, casi afecto de filólogo por este poeta, qui-zás menor pero de notable calidad personal y cierta eleganciade estilo, nos lleva, con el mismo afán que él afirma poneren el cultivo de las musas, a perseverar en el intento de ade-cuada interpretación y reconstrucción de sus fragmentarios poe-mas transmitidos. Y ello, naturalmente, en la medida de lo

* Este trabajo es continuación de ANMAL IV,2, 1981, pp. 331-54 y V,1, 1982,pp. 117-25. A ellos alude y en ellos cabe encontrar la bibliografía completa a queaquí en parte aludimos someramente.I Enrico Livrea, Studi Cercidei (P.OXY. 1082), Papyrologische Texte und Ab-

handlungen 37, Bonn 1986. Aporta actualizada bibliografía, que sobre temática cínico-estoica debe completarse con José A. Martín García, Fénice de Colofón, Madrid,Ed. Univ. Complutense, 1981.

2 Nos referimos a una reseña nuestra de ella por publicar a ŭn en un próximonúmero de Cuadernos de Filología Cltisica (vol. XXiii)..

3 Contiene, en efecto, una nueva editio diplomatica con respecto a la princepsde A.S. Hunt(1911). Aunque también contamos con otra edición cronológicamenteintermedia de A.D. Knox (1929 y reimpresión de 1967 en Loeb), que es una valiosarelectura y reconstrucción del texto del papiro.

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posible tan sólo y expuestos desde luego a lógicos errores. Enla medida y riesgo, no menos aunque desde otro ángulo, enque cabe que juzgue los aciertos y desaciertos de tales intentoslos especialistas en este material de escritura4.

Centrándonos en nuestro estudio, nos limitaremos respectoa los meliambos 1 y 2 a comentar ŭnicamente nuestros realeso supuestos errores en opinión de E. Livrea. Aceptamos, enefecto, la crítica a nuestra equivocada interpretación dencvniuXiSav del meliambo 1 como un compuesto, mas tam-bién rechazamos la versión de Livrea de «un poveraccio comesuo padre» por estar fundada en su ilógica transformación enpredicativo, que ni la sintaxis ni el sentido del contextopermiten 5 . Como patronímico hipocorístico unido a su nom-bre propio EŠvoyva, tal como aparece en al texto, debe tradu-cirse «Jenón el hijo de un pobrete». Y en ello radica el sarcas-mo del poeta, que lo ve ahora., por el contrario, convertidoen «un Unsaciablel-saco-de-riqueza voluptuoso y muy inconti-nente» 6.

4 Nuestro microfilm del papiro (n° 2054 de la British Library) revela su mal esta-do para la reconstrucción de las porciones perdidas o dispersas en brevísimos frag-mentos. Por ello debe concederse gran importancia en esta tarea a la temática enrelación con sus fuentes e influjos literarios posteriores. Y más, habida cuenta delgusto de la literatura cínica en la que se inscribe este autor por las diortosis o inser-ciones en sus obras de textos famosos de otros autores irónicamente rectificados ocorregidos en el plano ético.

5 Es verdaderamente desafortunada su versión de los vv. 3-8 de este meliamboSobre la injusticia social. Admite incluso una lectio facilior en su v. 5 (rt; tpŠpottopor Tlç otp' Šporro) que ya Hunt, op. cit., p. 52 con muy buenas razones desechaba:«gibes inferior sense, and is abnormal in syntax». De toda ella parecen derivar otroserrores suyos en los restantes versos que nosotros ya no comentaremos (cf. E. Livrea,op. cit., pp. 13 y 15 ss.). La confusión de predicativo y objeto se halla con anteriori-dad en M. Croiset, «Kerkidas de Megalopolis», JS 1911, p. 488 y comentada enK.F.W. Schmidt, rec. a Hunt, GGA 11, 1912, pp. 635-6. El orden especial, en parte,de palabras que lo provoca está justificado sintáctica (predicativo inmediatamente de-lante del verbo) y poéticamente (subrayado de importancia semántica del objeto porsu resaltado epíteto al nivel declarativo al final nevnsulíSav Eévmva).6 Efectivamente, la cormotación tanto del objeto nEvritulí8av E. Évcova como del

predicativo (Ixpetoicova es de desprecio por los sufijos. A M. Arco Magrí, «Cercidasfr. 1, 1-4 D.», en Studi in onore di A. Ardizzoni. Filologia e Critica XXV, Roma1978, pp. 16-21 se debe el replanteamiento de lápov con significado de «necio»,mas eflo es posible sólo al nivel connotativo, no denotativo, a nuestro entender. Tam-

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En el v.9 el metro evita mantener 705.É0pov del papiro. Peroeso lógicamente ya lo sabíamos nosotros, que pensábamos ensu forma homérica nékEepov (Il. XXI, 407 u Od. XI, 577),más adecuada al léxico y gusto del poeta y justificativa deldeverbativo nominal maXtvEntlicvítav y el genitivo antepues-to TC:0- V ICTEĈtV0)V. Y si 81,E0pov «ruina», fuera rectificación,no aclaración, su primera o iría sobre la ir de TeXéOpov. Des-carta Livrea nuestra sugerencia de la evocación de la batallade Selasia en la referencia a civ8pám KuSaXíliotç del v.21 yla acepta para el v. 23, correspondiendo ambos a la mismaidea y contexto. ConVo si el poema con y en cada una desus porciones no formara una unidad global artística y temáti-ca en la mente de su autor. No negamos que KuSaXíltotg ocul-te un sarcasmo contra sus enemigos en su connotación, perotiene más de autoironía, tan típicamente cínica, a juzgar porlos versos inmediatos posteriores y el nivel denotativo semánti-co del término 7 . Finalmente tampoco a nosotros nos pareceadecuado el verbo acíli junto a las conjeturas Ka]Tail (Knox)áv-ren[toŭaa (nuestra). En el conjunto de aquella reconstruc-ción era preferible en su lugar Kín, métricamente sin tacha,usual en este tipo de frases en Homero y Hesíodo y acordetambién con el moralista y poeta arcaico Solón I, 30 D

bién nosotros preferimos ahora la traducción de ravaKoxakrulav «asesinacalderilla»a la de M. Gigante «presto-a-morir-por-una-moneda-de bronce». Favorable es, de otraparte, a nuestra interpretación de Koivorcparnpocstaiow como «bebedor-de-vino-de-cratera» (es decir, de vino mezclado con agua, no vino puro propio de insensatos)la objeción hecha por G. Fraccaroli, rec. a Hunt, RFC 40, 1912, p. 126, n. 2 ala traducción de Croiset del término («et emplit sa coupe au cratére commun»): «Puódarsi; ma che virtŭ é questa?». En efecto, se trata de un contexto de virtudes cínicas,no social.7 La comicidad radica aquí fundamentalmente en la diortosis de un texto épico

en el que la inclinación de la balanza de Zeus suponía la muerte de un héroe. Ensu adopción, en cambio, por Cércidas se transfiere a un premio para hombres que,como él, obtuvieron gloria en la batalla de Selasia y que, en realidad, les ha llegadoen su forma inversa de castigo por la injusta situación. Burla de las creencias religio-sas, autoironía y sarcasmo ante la situación real es, pues, por ese orden lo que refie-jan estos versos. Observamos, por otra parte, respecto a los versos siguientes del poe-ma la inadecuación de la cita: Phoen. I, 4-5 ofrecida por Livrea, op. cit., p. 64.'Epcóyovrat es «eructar», no «vomitar», cf. J.A. Martín, op. cit., pp. 753-6.

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81 Osthv poip btioŭaa KíX1. Mantenemos, por lo demás, to-das las restantes conjeturas e interpretación del poema, tantolas aceptadas como las no criticadas.

Nuestra propuesta de conjunción de fragmentos y restituciónal meliambo 2 (Sobre el amor) se basaba meramente en su con-tenido temático. Y si bien podemos estar equivocados en la ubi-cación del fr. 47 Hunt, 27 Livrea por parecer inicio de colum-na, no es tan seguro que lo estemos en la unión del 51 H,31 L con el 17H, 9L, pues al menos la forma del hueco supe-rior del segundo permite encajar al primero. Y en absoluto yaerramos en la integración del aludido L. El microfilm delpapiro muestra con palmaria evidencia la coincidencia del gra-do de conservación del material, del nivel de líneas y caracterese incluso de la orientación de la ruptura con respecto a losrestituidos por Knox (frs. 13-53 H), y en cuanto a los dos pri-meros puntos con el resto además de la columna salvada. Cues-tión distinta a tener en cuenta es la adición o modificación enla lectura de algunas letras realizada por el profesor italiano,aunque en este punto debemos recordar que o, E, 0 y a sonfácilmente confundibles en uncial, ya que a estas letras afectala modificación y con tanta seguridad se pronuncia Livrea. Ytampoco creemos estar errados en la porción conjeturable fun-damental que permitía la ubicación del fr. 47 H, 27 L.

Si atendemos a la nivelación con las columnas vecinas delfragmento restituido como columna por Knox (frs. 13-53 H.),creemos que es posible encajarlo en los restos subsistentes deella, haciéndolos coincidir en una línea, la ŭltima y primerarespectivas. De este modo se obtendrían además para ella los23 renglones de la columna colindante por la izquierda, quedebió ser su guía, aunque tampoco es rechazable que se tratede 22 líneas, pues la siguiente sólo cuenta con 21 8 . Nuestra

8 Asi pues, eliminamos dos líneas de nuestra antigua reconstrucción, 11. 7-8, unaoriginada por la restitución de Knox y otra por nosotros. De peores resultados es laubicación hecha por Livrea del fragmento insertado por Knox. Al encajarlo plenamentey hasta el fondo en las líneas medio conservadas de la columna, pierden todo su sentidolas palabras de uno y otro bloque sin posibilidad de arreglo. Puesto que ni enlazanentre sí ni queda hueco para completarlas debidamente (cf. Livrea, op. cit. p. 72).

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unión de fragmentos ha de hacerse con seguridad a la distan-cia de una letra de las líneas resultantes 4 y 5 y probablementede la 3 (primera del fr. 9 L), si bien en este caso pudieranser dos las perdidas. No obstante, las letras de la 4 enlazandirectamente por la lectura de papirólogos de un leve resto de g.

La columna con nuestra restitución y conjeturas factibles que-daría de este modo a partir de su línea 39:

u — — — /X — U — —/ —UU— U U —KuflEpv[d]v niija/-av *(?)Ell aw Solaajav GKOTCÉ [81,

iX —U— U/ — U U— UU —/ — U — /(ó / ...v p,lv áX[ĉt] 81.wier0, [Kai.../ álbdtv

—U U — U U —/ — — U — U U[Aaptó-/vo ŭ [b< ao]cp[íctg] / Scudav- KTX.

Si en lugar de iri., lectura de Knox, es no, seg ŭn la lecturade Livrea, cabe conjeturar no[XEptaiv] en hemiepes conao(piaç, pero entonces el fr. debe mantenerse donde lo situóKnox:

«Pilotar... toda/conjetura en su interior examina (o exami-nando)/ pero ha de perseguirse [además]/... el impulso defcaro..., Damónomo, mediante la sabiduría reprimir (o com-batir), etc.»

La mejor opción para la interpretación de áaer es la de laconjunción EGTE, que nos es ofrecida por A. Bernabé lo . En

9 Preferimos en la 1.2 de nuestra antigua reconstrucción j3t [atocpurrogaváç) o[atoEpacsgiod al 131 [atocpaatád de allí, si, como parece, tenemos ahí un com-

puesto (en otro caso se trataría de una forma simple de j3íatov o 13tatértaç). Él soloes casi un enhoplio que conviene a ese colon, ya que los restos de a continuaciónsugieren un lecitio o componente E de Maas. Pero resultaría válido ŭnicamente sila sílaba anterior conservada OTO) correspondiera a [Š]cycco u otra forma verbal y noal artículo en genitivo (-rth), en cuyo caso por razones métricas cuadrarían mejor lasformas simples aludidas.

Manifestamos aquí nuestro más vivo agradecimiento a Alberto Bernabé por suinterés por este trabajo y sus valiosas aportaciones, tan amistosa y generosamentedispensadas. Aunque, como es lágico suponer, los errores que pudiera haber en nues-tras adjudicaciones de fragmentos, lo serían enteramente nuestros, como ŭnicos res-

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tal caso el verbo iría en subjuntivo y la traducción, sobrenten-diendo un impersonal xpYi o 881 ante Kuf3spv[d]v, sería: «[espreciso] mantener el timón hasta que (o mientras) uno exami-ne en su fuero interno cada opinión...»

(Caben otras opciones secundarias: 'Ea0. también pudieraser áa0[X(d)]; re ĉtaav, [d]rrotcy av y Kulkpváv una forma sincontraer: Kul3Epv[Itav] por motivos métricos. Y U50, la tercerapersona del verbo silaí además, le siga [Et]rraaav o un pro-nombre relativo, si son dos las letras perdidas en medio. Me-nos aceptables serían soluciones como Kul3Epv[ó]v, pero tal vezencajara xubpv[th<t> C]v8(30 [6ç] ó[ ĉ1]7cacsav y segŭn cada,encorté[a] o csKorcÉ[Eiv], siempre que se suponga antepuesta aKui3Epv[0] una calificación del tipo de áycteság o Einiaplk).Finalmente para la laguna de 1.5 pensamos en [byKaptEpé]v

métricamente un reiziano o componente de Maas —e(cr.)—entre hemíepes y que sobre todo ofrece la vinculación con unade las virtudes cínicas principales, la Ircpd'rcta o KaptEpía,y traducible por tanto: «manteniéndose firme». Por ello se-mánticamente es idónea en su contexto

ponsables, naturalmente. Sobre el texto, opinamos que una vez ubicados materialmen-te los frs. y a juzgar por las reconstrucciones que consideramos acertadas en lo princi-pal y en particular por la 1.7, faltarían de 4 a 5 letras al inicio de las líneas máslargas (4, 5 y 6) y de 2 a 5 a lo sumo al final. Ello permite ya un cierto análisismétrico del conjunto. El epicismo áiKáv, en Homero (11. XV, 709) es leído áben,con sentido de «impulso, vuelo impetuoso», aunque dicho de dardos o lanzas, esaquí oportuno con connotación irónica. A retcçÉptsv o roctçÉptcv, bajo el sentido queentendemos subyacente en el texto, nos fuerza el metro, así como a pues bastaríael dativo ootpílt con ese verbo. Aceptado nokenziv, luego y tras puntos suspensivosiría Aanóvong.

Si como el engarce de frs., nuestras conjeturas fueran más o menos acertadas,tras una disyuntiva al final de la 1.7 u 8, segŭn ellas, se pasaría en la 1.8 ó 9 comen-zando por Scutáva a una muy breve enumeración de algunos de los males a quealudíamos en nuestro anterior estudio, típicos de los amores apasionados para el cíni-co, más un verbo de daño o asociación. Y para las dos ŭltimas líneas (9 y 10 ó10 y 11) remitimos a nuestra versión anterior, II. 11-12, salvo que ahora ha de consi-derarse toda nuestra aportación: conjetura (no restitución, por otra parte mínima)y tal vez en lugar de loccurov, muy apropiado sin embargo por su significado de«navío ligero» haya de leerse el dorismo KEtIov, pues es la koiné doria literaria lausada por Cércidas: Kai t[áv Et]i<a[rov Kalr[a]pnIsi hijotpalt[oogt]o[só]nÄcooç.

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En el desaparecido ŭltimo renglón de la columna analizada,se hallaba el inicio del meliambo 3 (Sobre la vejez). Nosotrospreferiríamos hallar, tras la verosímil indicación de la edad(Frjpon Ele O380 o giro similar, pues de la vejez se trata)I2,un [oŭ icaup ĉt]mg en lugar del más usual icakáing. La razónes la elegancia de la expresión subrayada por la lítotes y latendencia de los moralistas a las formulaciones negativas, es-pecialmente en anáfora como aquí ocurre respecto al siguiente

Para el escolio del margen y por encima del texto dela columna, seguramente una mera indicación de la continua-ción del poema o del papiro ya roto, pues en ella halló Knoxel enlace de las columnas separadas, sugerimos [áxó]p.Evov o[bcó]lEvov. Asimismo proponemos para el escolio correspon-diente a los renglones 16 ss. esta lectura: fitc[st cs]cp[tii3OETEIS[EIN/ ĈI,VT [1. TOŬ ] fiS[E] GO [al.] ápIEMETI, /7tpoop ŭ5vT1[ávta-/Ion né[pad çfilv: «Le agradaba investigar en lu-gar de divertirse despreocupadamente, previendo cumplir su vidahasta el final (lit. completamente vivir...)». (Secundariamentecabría pensar también en:...npoopCom pfi êç TÉXoç xicEpEcvPíov o icpoopciwtt IvTEXthg botEpaívEtv (s.e. Mov). La confu-sión de por o (en TÉX.oç) es corriente en épocas tardías porla indiferencia de las cantidades). Este es, desde luego, el sen-tido que corresponde a la explicación de los versos que el es-colio glosa no literalmente, como revela la falta de correspon-dencia flexiva de los términos conservados.

Para la laguna de la 1.15, L. Lomiento («Cercida, fr. 3 Liv-rea: problemi di interpretazione testuale e metrica», QUCC 29,2,1988, pp. 107-8) propone: [Iv]ínIe[ov] Xáxvccg, nueva lecturay conjetura adecuada al contenido, pero que supone modifica-ciones no suficientemente justificadas de signos y cierta inade-cuación sintáctica por el 8É del colon ulterior. Más probable

12 La fórmula podría ser cualquier otra, naturalmente, como yrjpon nctp( ŭ) (omejor nor(i)) áltickt oŭ ..., etc. Elegimos aquella por la rectificación a que la someteCércidas en 11. 19-21, en que amplia la perspectiva psicológica temporal de ese «um-bral de la vejez», normalmente restringida ya desde Homero. El desánimo ante elpróximo final de la vida es el que conduce, segŭn el poema, a una muerte prematura,o anticipada si se prefiere, unido a la pérdida de placeres y actividad ŭtil.

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vemos nosotros EiKEI01, o aŭn mejor ĉtXívnat X(Stxvoi en aposi-ción a Eestpat a quienes sigue: «Y ahora cuando vi-sibles los blancos cabellos ondean en torno a la c ŭspide dela cabeza, semejantes a pelusa de lana, y...». Vejez y calviciese unen aquí, pues la Kopu(pfi de la cabeza, situada entre lamollera y la nuca, segŭn Arist. H.A. 1,7,2 e HPC. 897 e,se corresponde con nuestra coronilla.

Un error por metátesis en la lectura interior del copista ex-plicaría bien las diferencias fónicas principales y la dificultadde la lectura las restantes. Si no fuera así, debe pensarse enuna locación con el adjetivo ofrecido por Powell («Cercidas»,CR 27, 1913, 264): [U] aixekkp káxvot: «... entre fea pelusa(o pelambrera)», clara evocación,muy al estilo cínico, del Ter-sites homérico. Por lo demás, en el aspecto métrico el estudiode Lomiento plantea novedosas e interesantes aportaciones.

Acertadamente, a nuestro entender, había colocado el fr. 37H. con su corónide al comienzo del meliambo 4 (Sobre la mŭ-sica) Knox: Oŭ ... / OUT... y conjeturaba ptáTav en la primeralínea tras 0£) 13 . Pues con ellos viene a coincidir el fr. 19 H,10 L [ ]ructv[/]. upted que conlleva en su parte superior unescolio Yog yvcp[av• 1[/] 7nd. Precisamente también el fr. 37H que correspondería al inicio no sólo de meliambo sino ade-más de columna, muestra vestigios de letras perdidas detecta-dos por Hunt 14. Y dado que el profesor Livrea afirma no po-der encajar el fr. 19 H, 10 L con sus glosemas en los márge-nes del meliambo 2 (al que cree que pertenece) ni de otros,le sugerimos que pruebe a encajarla aquí, pese a la rareza deun escolio en plena cabecera de columna. Se advierte ademásen el microfilm que las letras del poema quedan bastante ala derecha de él, claramente indicando su posición central yno lateral, propia de los escolios habituales 15 , y que sobre

13 Cf. A.D. Knox, op. cit., pp. 210-11.14 Cf. A.S. Hunt, op. cit., pp. 46-7 y 5915 Los trozos de N de ĉurctv del fr. y de la columna se complementan perfec-

tamente. Son los trazos y ángulos superior e inferior respectivamente de la letra. Elescolio, seguramente, aclararía el juego etimológico de la interpretación de Pitio. Es

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unos y otros caracteres aŭn hay un trozo de tejido en blancorelativamente largo.

Así pues, completándolo ligeramente, el texto podría quedarasí:

— U — — — U — — — — — U U--[1.1] ĉrectv fjç flŭe[toç T- / OŬT[C1) ']vuW ĉocápStov[ ]/...

«No en vano era Pythio (persuasivo)/ su nombre, pues in-sensato (temor) y temblor que-hace-entrechocar-las-muelas Apoloinfunde...» 16.

Otra cuestión fundamental para el texto es la de subsanarel conjunto resultante de una sola oración que abarcaría casiseis líneas, 5-10. La causa puede ser tanto la pérdida de textopor desenfoque visual del copista como el adecuado comple-mento de las porciones lacunosas de los finales de los renglo-nes 6-8 o ambas al tiempo. En cualquier caso, como ariadidoo/y relleno y modificación del texto existente, creemos que paralos vocablos esenciales ausentes hay dos vías de arreglo. Una,menos plausible y con posibles variantes, es completar la 1.8tras aKtóbucta con óxou, Cdcot u 8K más V13 o rj y el finalde la 6 con ctiyrókv o cambiar éste por aŭtó0t y allí el verbopor Esto es, «corren de allí donde llega o está Apolo»,o bien «...allí donde los envía...» 17 . Ambas conjeturas esta-rían acordes con el refrán que el poeta corrige burlonamenteen diortosis típicamente cínica EYK' ápyŭptov fj návta OsiKfiXaŭvetat («Todo corre y avanza allá donde esté el dinero»).

sabido que la locura o uavía era para los griegos real o metafóricamente infundidapor los dioses.

16 Para la acepción de «insensato» de a.xápfStov en el periodo helenístico, cf. enel griego bíblico de la época Prov. 10,13; 17,16; Sir. 6,20 o el muy ilustrativo laógutopóg Kaì indtpStov de Jer. 5,2.

17 Pero hay más bien tres variantes posibles: 1) ctúró01... ĉ.ne rTJ «correr allí... adonde los envía», 2) aŭróOsv...ffie «correr de allí (huyendo)... a donde llega, odonde esté (ij) y 3) ctŭrókv...e»cre ri «... cuando llega». Con ble aquí representamostambién a I5Kou o 8Kot, métricamente más apropiados.

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La idea subyacente es la de no conseguir ningŭn progreso 18.Segŭn esta interpretación, Cércidas agregaría a esta idea la crí-tica a los voluptuosos por intervención del dios Apolo, segura-mente bajo la alusión a un nomos musical con su danza delestilo del denominado pftico 19 . El fundamento de la conjetu-ra de la 1.8 sería una haplografía.

La segunda posibilidad no supondría apenas alteración deltexto, si se enfocara como relleno y modificación de las por-ciones salvadas. El lugar del adverbio de lugar (1.6) lo ocupa-ría áRácod («en tropel») más adecuado a la situación provo-cada por Apolo y ésta representada por un relativo desprendi-do de waó0ps7c07-i s y el verbo KIVEI («agitar») o Kondi («ren-dir de fatiga») segŭn la lectura y/o haplografía. Son la acciónapropiada tanto a la danza como a la guerra, pues de unadanza bélica parece tratarse y además, si se acepta Ktvsi, conci-lia o parece conciliar un nuevo proverbio con el anterior, recur-so también típico de las diortosis: TCEIV X pkta ICIVEIV (Hdto. 5,96)o bajo otra formulación návra. Iíeov KIVEIV (M. VII 4) 20 . La

18 Cf. Ap. XII, 56 en E.L. a Leutsch, Corpus Paroemiographorum Graecorum,II, Hildesheim 1965, p. 556. El uso de este refrán por Epicarmo fr. 216 K., agregadoal empleo igualmente comŭn de ptayíç en otros textos, sirve a L. Deubner, «Kerkidasund Epicharm», Hermes 47, 1912, p. 480, para poner en conexión a ambos poetas,Cércidas y Epicarmo.

19 El conocido nomo pz'tico habría sido creado por Sacadas de Argos y representa-ba una mimesis de la lucha de Apolo con Pitón. Según Arístides Quintiliano el aulósfrigio era yospóv...Kai Oprivc ŭSu («sollozante y luctuoso»), en cambio -róv ŭtv DuOutóvera más «viril» (ilppnv) por su grave sonido (ró 13ápoc). Sin embargo, los artouSctioto sabios rechazaban ambos a la postre, pues ya Pitágoras, a quien, seg ŭn noticias,se sentía unido Cércidas, consideraba que manchaba el alma de impurezas. Ello explicala relativa ambigŭedad de la crítica cercidea (en contra del instrumento, pero con ciertaapreciación de fondo de su uso al estilo helénico). No hay que olvidar tampoco quea Apolo se atribuía igualmente el invento de la apreciada citara. Sobre otros nomoicf. B. Gentili en vol. col. Historia de la Literatura, I, Madrid, Akal, 1988, pp. 163-192.

20 Cf. Leutsch, op. cit., p. 600. El significado es el de «remover toda cosa» o«piedra» para conseguir un objetivo. Mas Korzoi «rendir de fatiga», amén de adecuar-se a la nueva lectura de Livrea, conlleva un tono irónico muy apropiado al texto,pues su acción incidiría sobre hombres (pgultmóvcov, esto es, «que-rehuyen-el-esfuerzo».Ouyórtovov es también considerado en m ŭsica, desde su enfoque del ethos, lo femeni-no, que congrega las cualidades negativas en contraposición a lo masculino, siemprepositivo para los teóricos de la m ŭsica imbuidos por la filosofía, cf. Arístides III,21. Y esta dualidad subyace en todo este meliambo.

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idea de desmesurada agitación viene a sumarse a la anteriorde la inutilidad de tales actividades y conmoción. Remata fi-nalmente el seutido del conjunto ico[ipa]yog (o ATjAkog, omenos probable, 4‘ág (hijo de Zeus) o ealág) lyxgaíptcopoç21.En su adjetivo, en principio de significado de «belicoso», ad-vertimos otra reinterpretación moralista basada en falsa etimo-logía, al modo de la de 11150tog, y en la línea recogida porLivrea, pero con distinto valor y sentido. Esto es, entendiendo-pf.opog con valor activo transitivo, o contextual factitivo, sise prefiere: «que-vuelve-insensato-con-la-lanza» o «hace-atontados-lanceros». En una ética racionalista como la cínica,la conmoción vista y todo vicio es ĉuppooŭvij 22 . El textocompleto quedaría así: n[ávta] OEi xiikativEtat yáp á[X,Écog]Tât (1)E1)117ZÓVCOV áv[Épew] (pŭIct wietó0pErcO'a[Konoi (0 Kl,VED)

0E1Óç ty xEoípuopog áöovonXámnov flpoubv, o...[KOTCOI...]K0 RpCtly0g árcaaipto)poç:

«Pues corren y avanzan [en tropel] todas las tribus criadas-a-la-sombra [de hombres] que-rehuyen-el-esfuerzo, [a las querinde la fatiga (o agita)] el dios (o soberano) belicoso (que-vuelve-insensatos con la lanza a...) de los mortales entumecidos-por-el-placer». El nomos pítico era interpretado con el aulós

• apolíneo, al que, por tanto debe achacarse la agitación. Estasería la primera crítica del meliambo a los tropoi y nomoi mu-sicales y sus instrumentos desechables desde el punto de vistadel poeta.

21 Aceptada nuestra opción, se hace innecesario recurrir al expediente de cambiosde orden de los versos, como hace Knox, o de otras posibles haplografías 8 ŭ8ovo-1a.árczov. Y transformando óvtá yEtv1 tras tpcultnóvcov en ŭv[épcov], conjetura nues-tra, la primera oración obtiene total autonomía. (átóg podría justificarse por confu-sión de N y ái).

22 No creemos que deba pensarse, aunque cabe, en un insulto directo al dios con-tenido en el compuesto, como en A.P. XI, 16, en que viene a significar, tomadocon valor intransitivo - ŭcopog,: «necio-» o «mal-lancero». Contra la conmoción contemor y estupor de los ignorantes por efecto de la mŭsica, se pronuncia tambiénArístides III, 25. El placer, que entumece a los hombres, es precisamente para loscínicos la causa principal de la ĉuppooŭvn o insensatez humana. La tpul.n8ovía (yen segundo lugar tptiort)outía y qn.lottuía)era el objetivo capital de sus ataques yen mŭsica de Arístides II, 6.

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La ulterior crítica va dirigida contra la tragedia en su diver-sidad y riqueza de estilos rítmicos e instrumentales combina-dos. Y como en el caso anterior comienza sarcásticamente, dán-dole la razón por su composición y estilo, como antes al nom-bre del dios por sus efectos. El problema de nuevo son laslagunas sin rellenar, a cuya dificultad se agrega ahora la dela sumisión al metro, que parece más libre.

Nosotros, siguiendo de modo prácticamente literal la lecturade E. Livrea, reconstruimos el texto con los términos más apro-piados -gramatical y semánticamente posibles a partir de la 1.1 1,aunque recogemos de la 1.10 el inicio de todo este periodosintáctico:

—UU—UU— /--UU--U—U/K 011 u[6]X' beIGT04.1ÉVetn, Chndl < $5 > GCLO Pl • çl[tv] xX•Saya/

--U—U//—U—U—UU—U/O[a]w[o]páyfr.p8ok // ictp,[1ijáv plÉv thIcabcqpirov

—UU—UU—/U—U--//[Kai Op] ŭya (puocúllav /AtIlav 8...f123//.

«Y muy sabiamente, trágicorrapsodo deshecho-por-la-molicie,para sollozar te hiciste acompariar de la opulenta, estéril y ven-tosa Frigia y de la Lidia...»24.

23 XXIASáva del papiro así escrito con el acento grave y sin el circunflejo en lugardel signo de larga sobre la a, ha de entenderse, opinamos, motivado por la dudasobre el acento adecuado, agudo o circunflejo, seg ŭn la lectura doria o de la koinéde la época. En efecto, el dorio hace paroxitonas (no properispómenas) palabras deesa estructura rítmica (cf. A. Thumb-E. Kieckers, Handbuch der griechischen Dialek-te, I, Heidelberg 1932, p. 75). La lectura p de Livrea por q de Hunt motiva nuestraconjetura liatitotpaycp.Soç en sustitución de inytipaya)6oç de Knox, que en otro casosería idánea en razón de los peculiares epítetos de la tragedia: activií, Šntlin<uOtotpta,etc.

24 La AUXtpSuct ya criticada, la 0EaTpuctl, en la que se incluye la tragedia, yla KteapqAucn, son los tres grandes géneros de m ŭsica instrumental, cf. Pseudo-Plutarco,Tratado de Mŭsica, passim. Segŭn el mismo, la tragedia además utilizaba práctica-mente todos los tropoi, los antiguos: dorio, frigio y lidio, y los más modernos, inclui-do el mixolidio con su tono patético tan apropiado. Así pues, para nosotros es detodo punto evidente que a ellos alude el poeta como «acompañantes» de aquélla.La versión de E. Livrea, op. cit. pp. 126-39 sigue demasiado estrictamente la de U.

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Con nuestra interpretación desaparecen las dificultades de tipomorfosintácticas comentadas por E. Livrea y no resueltas porKnox de los tres primeros cola y el texto se hace diáfano parasu comprensión: El verbo en voz media y aspecto de aoristoen 2 a persona, exige un vocativo integrado por el adjetivo mas-culino de tema en -a (con vocal breve, por tanto, de epicismo)xXISayaç (neologismo compuesto del modelo hipotáctico de ré-gimen) y otro en función sustantiva (igualmente neológico yen composición del modelo paratáctico) Octwotpdycp•Sog. Me-diante ambos Cércidas resalta la distancia entre la austera épi-ca tan de su agrado y la decadente tragedia, nacida, no obs-tante, de aquella pero degenerada. La óptica es, desde luego,la de la Etica cínica como la del resto de la poesla y obrasde este poeta, xkt8a.- vale por pixprj y en k] ŭçs[tv hemosde ver la censura con sorna de la Tapaxíl y la estoes, de la «perturbación» y el «afeminamiento» además.

(La ŭnica cuestión planteable es la forma a que pueda res-ponder XJ‘AIL verbal de infinitivo o muy hipotéticamente no-minal de adjetivo simple o en composición con -xkl8riya. Aten-diendo al final de las restantes líneas y al tamario de la lagu-na, queda a lo sumo hueco para dos caracteres de los másextensos, todas son opciones factibles. Pero preferible conside-ramos «estremecer o convulsionar de hipo ( ŭy1) o so-llozos» o mejor, sencillamente «sollozar» o «hacer sollozar»al supuesto adjetivo simple o, mejor, compuesto v: X.140X-kt8iiya «deshecho-por-sollozante-molicie», formado hipotética-mente sobre un supuesto también sustantivo en -çog/ça, aun-que ambos definen muy bien por igual la ŭltima esencia de

von Wilamowitz, «Kerkidas», Sitzungsberichte d. Pr. Ak. d. Wiss. Berlin 1918, pp.1148-9 y notas, con el resultado de la transformación de este meliambo sobre la m ŭsi-ca en un tratado de patología médica ( [ogij ŭya (puoci)tav ctŭSáv ). Las alusionesfilosóficoanatómicas, cuando están claras, sólo cabe encontrarlas al nivel secundariosubyacente, sin exageraciones que desenfoquen la verdadera temática del poema. Yello en la línea establecida por Pitágoras, quien, como después Platón hizo en suteoria del conocimiento, había puesto en conexión la m ŭsica con las emociones huma-nas y sus sedes orgánicas (cf. Arístides II, 5 y 17). Nc ŭpa de 1.15, con cbt(a), sonlos ŭnicos vocablos anatómicos visibles del texto, y sirve, en realidad, para introducirla mŭsica de cuerda, como en Arístides II, 18: tá ptÉv Stá vEtiptbv...

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la tragedia. El infinitivo lógicamente tendria valor final y mor-fológicamente, como verbo en -çco, es el ŭnico atestiguado25).

La métrica, antes que la sintaxis, opinamos que es la quedebe decidir en ŭltima instancia, mas ésta se ofrece de un modotan poco habitual hasta ahora que provoca la conjetura delprof. Livrea de una nueva pérdida de texto. Pero no es esenuestro parecer sino que los dactiloepitritos de este meliambo,al igual que los del anterior y siguiente, son manejados conmayor libertad. La estructura ritmica de la frase completa sondos largos versos o mejor, periodos de tres elementos o colaequiparables entre si: el reiziano final o x cr. x en ambos enparalelo, el hemiepes o D y los e + d (o tr.-an./-ad.) in-vertidos segŭn el periodo: hem.-an. tr.-reiz/tr . ad.-hem.-reiz.A causa de ello lo más estricto es entender ahi el infinitivo,pues como primer elemento de compuesto, en Xuçao- las voca-les -co-, amén de chocantes han de ser fundidas en sini-cesis 26). -

En la enumeración del segundo periodo aceptamos parte dela versión del profesor italiano, pero manteniendo lo principalde la del inglés: Las dos musas de las que la llorona tragediase hace acompariar para producir más cómico y despreciablellanto, en la visión ética y satirica cercidea n . Subsiste la cues-

25 No está, en efecto, atestiguado un sustantivo o adjetivo de esta raíz, comopuede verse en C.D. Buck-W. Petersen, A reverse Index of greek nouns and adjecti-ves, Hildesheim-N. York 1970, pp. 744-5 en relación con los nombres en -çoç y -çct.Pero cabe siempre con este poeta pensar en dialectismos o neologismos. Por ello he-mos preferido ser rigurosos.

26 En el terreno métrico estamos ofreciendo continuamente las dos versiones dis-tintas existentes de los dactiloepítritos: la de metros específicos de Wilamowitz-Gentiliy la formalizada de Maas-Korzeniewski-West. En los versos que nos ocupan, el prime-ro adonio no es sino anapesto, pero vale por su inversión. Lo más seguro es denomi-narle, bajo su formalización, elemento o componente: — d I (materialización de xc1 1 ) o an. si atendemos a las nuevas versiones métricas de Cércidas de Lomiento,art. cit., pp . 95-108 .

27 Para esta reconstrucción, cf. A.D. Knox, «The Kerkidas Papyrus II», The Clas-sical Review 39, 1925, pp. 51-53. Ya Prátinas, segŭn Pseudo-Plutarco VII, había con-denado las escalas tonales jonia y lidia además del aulós en la Tragedia en pro dela citarodia de tradición espartana. Pues dentro de la citarodia cabía la utilizaciónde instrumentos lidios tipo arpas, como mágadi, péctide o bárbito. Así pues, es gene-

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tión del género de Opŭya, masculino, segŭn los empleos atesti-guados. Pero al aludir en este caso a un eunuco (chkEoixotp-TCOV «estéril»), con referencia clara a los sacerdotes del cultotambién frigio de Cibeles, y para los cínicos equiparable alKívatSog o «marica», objeto habitual de su mofa, el cambiode género a femenino subraya la burla 28 . El epíteto TuaalÉavque sigue nos vuelve ahora al contexto más objetivo para latragedia de la crítica musical al aulás de esa procedencia usa-do en ella.

Para el adjetivo que ocuparía el espacio rítmico x-u-x(x cr.x, segŭn Maas y seguidores actuales o reiziano, de acuerdocon Gentili) asociado a 4th6áv, pensamos de entre los posibles(dtocXyfi, áncx0fi, etc.) en ayEvvii: «degenerada», comoel más idóneo: «... y de la degenerada Lidia»29.

Aquí acaba la porción de crítica musical negativa. A conti-nuación pasa el poeta a exponer cuál debe ser la formaciónadecuada en este terreno y el instrumental y musas o melodías

ral en los tratados musicales helenos la valoración de la grandeza y dignidad del estilodorio, el más genuinamente griego y la crítica, en cambio, de los demás, en particularlidio (y frigio) por su indole femenil de sonidos agudos o distendidos, y gimientes,fŭnebres (o simposiales) melodías, siempre emocionalmente excitantes o perturbado-ras. Y esto es lo que se lee con parciales diferencias en tales tratados y en las referen-cias platónicas y aristotélicas y lo que hay que suponer para la mentalidad arcadia,de gran tradición musical, y su aedo Cércidas, autor de poemas cantados, como pien-sa M. Croiset y nosotros, cf. D. L. VI 75, Phot. Bibl. p. 533 b 10 B y Croisetart. cit., pp. 491-3 y Fraccaroli, art. cit., p. 124 (cf. e.g. Luciano, De Saltatione34; Platón, Rep. 404 ss., Leges 796 ss., Timeo 35 c-36 a; Aristóteles, Pol. VIII,1339 ss., etc. Y de ello se hacen eco los manuales modernos: G. Comotti, H° dela Mŭsica I. La mŭsica en la cultura griega y romana, Madrid 1986, pp. 16-9, 27-30,etc; J. Chailley, La musique grecque antique, París, 1979, e.g. pp. 100-113; A.Robertson-D. Stevens, H° general de la Mŭsica. Antiguas formas de polifon(a, Ma-drid, tr. esp., 1972, pp. 145 ss., o A.J. Neubecker, Altgriechische Musik. Eine Ein-fŭhrung, Darmstadt 1977, pp. 69 ss., o M. García Valdés en su Introducción a Plu-tarco. Obras morales o de costumbres, Madrid 1987).

28 Más apropiado que [cRp] tiya, dentro de los términos anatómicos y el humorcínico, hubiera sido [n]liya («trasero»), mas el metro no lo permite.

29 La act ŭ llŭKri, un tipo de arpa triangular calificada de femenina y muy aguda,recibe además el apelativo de (Itycvvfl en Arístides II, 16. De esta manera Cércidasacaba de censurar a la tragedia sus componentes negativos y al tiempo parece excluirde la Iírica citaródica, de que va a hablar a continuación, los instrumentos de origenlidio o extranjero, sentidos como tales.

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en que ha de sustentarse. Tratándose de un Gocpóg o pioualKóçávrjp y nativo de un país tan tradicional como Arcadia, elfundamento no puede ser otro que los instrumentos de cuerdadebidamente tocados, esto es, armoniosa pero no relajadamen-te, sino en tono tenso o sostenido 30 . Y lo primero de todoha de ser aprender a captar de oído los diferentes sones delas cuerdas en ese tono. Por ello consideramos muy apropia-dos para las lagunas de estos versos en contigilidad inmediatael fr. 48 H, 28 L ( [7rpo]axop3ri[31. Y comocomplemento suyo y de todo el texto en sus versos finales de-saparecidos los frs. 62 H, 40 L aquvrovj ), 24 H, 12 L (

XP 111 To M qXQ (PPE/áPI KEGY3 QuI [oS/ l 7M1.151.21:elv.4,56 H, 35 L ( hirau.HREv[ ) y 54 H, 33 L ( iptç S[t /]7(apa[ ).

No obstante, lógicamente no pensamos que todos ellos per-tenezcan seguro a esta columna, también pudieran pertenecera la siguiente, casi perdida por entero 32 y en casos a cual-

30 De las tres, escalas musicales o ybfri 1EXorrofiaç, la enarmónica, la más simplefue siempre la más valorada desde el punto de vista del ethos, pero las otras dostambién lo eran tocadas en sostenido y denominadas entonces diatónica tensa (o ŭvro-vov) y cromática tonada (covalov). Y eran censurables sus modalidades de intervalosdescendentes, Ilamadas mudas o relajadas (paIctxóv o xaXapóv). Desde este mismoenfoque ético, eran la lira y la citara los instrumentos que purificaban el alma delos impulsos irracionales, segŭn la concepción pitagórico-platónica, bajo la que seha de inscribir la de nuestro poeta de acuerdo con sus versos y las noticias que tene-mos de él. Sobre tal concepción, cf. H. Koller en vol. col, op. cit., pp. 269-82.

31 La educación del oído constituía la tarea primordial, antepuesta a la teoría ymatematización, normalmente, en la orientación pitagórica. Su heterofonía les obliga-ba a una mayor sensibilidad del oído, y sobre ello se expresa el gran teórico Aristóxe-no, Elementa harmonica II, 31 ss. Ello se acentŭa a partir del s. rv a. C., en queen la formación del hombre griego se prefería su conocimiento de los medios parajuzgar la mŭsica instrumental sobre el de su ejecución, en manos generalmente deprofesionales. De otro lado, las Escuelas de m ŭsica helenística ofrecían un amplioespectro pedagógico que abarcaba desde la técnica citarística, rítmica y mélica hastalas recitaciones teatrales. Y el propio Cércidas instituyó en su legislación el aprendiza-je de los nirios desde pequeños de los himnos y peanes locales (Pol. 4, 20,8). Ma0Eiv,pues, del fr. aludido 28 L es el vocable idóneo para completar 81.1 chT . , conjeturade Knox, y el resto de esos versos. Pero chr(a) mejor podría no llevar preposicióny ser el sujeto del infinitivo rtaedv.

32 Así pudiera ser, mas esos restos más sugieren una temática éticomusical querítmica o armónica. Y no sería extrario, toda vez que en la primera columna parecehaber tocado prácticamente todas sus ideas esenciales sobre la parte técnica musical.

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quier otro meliambo dados los exiguos restos y por lo mismoambiguos, como el 33 L. Este precisamente sugiere una posi-ble conexión con el 35 L a través del ŭlv del segundo y su8[t].-pig es, por otra parte perfecto para una reconstrucciónde los vocablos ki.Oalpíç o [Aco]píg (pues no pensamos en elinfinitivo dorio tipo [1(10a] píaS[Etv] al no hallar otro entre losversos conservados de Cércidas). Con wau del 35 L, sea cualsea la forma verbal (personal o más bien wa ŭ [Etv] o virau[atéa], adjetivo verbal también) habríamos entrado en la se-gunda parte de la formación musical a que aluden los tresversos ŭltimos salvados a medias: Tras el aprendizaje mediantela educación del oído, los instrumentos de cuerda, la lira yla cítara, que deben tocarse y sus valiosas cualidades que apor-tarían posiblemente el fr 12 L: la prudencia y el dominio dela voluntad proporcionados por la una, la lira seguramente(ad*pp[cov o (pp[óvt ŭog ap]xEcsít3ouMoç) tal vez en el estilodiatónico sostenido (a ŭvtov[ov) solo o combinado con el cro-mático, y el cromático originario de la otra, la citara (7conaXav-)con su compleja diversidad tonal33.

La posibilidad (o imposibilidad) parcial o total de una re-construcción basada en estos fragmentos, la brindamos natu-ralmente a los papirólogos, dejando de lado por nuestra parteun intento en principio tan complicado y de resultado inciertorealizado teóricamente.

Mas sí sugerimos traducido lo que seguramente sería el con-tenido de esos versos en lo fundamental: «Por el contrario,

33 Aunque no cabe descartarla del todo en Arcadia, la escala enarmónica en elperiodo helenistico a nivel general había desaparecido, como algo antes, entre s. v-rva. C. las tonales jónica y eolia. La lira, juzgada tan viril como la cítara, era máscontenida y de mŭsica menos elaborada. A su mucha gravedad y cierta aspereza serefiere Arístides II, 16. Pero en Platón similar consideración reciben ambos instru-mentos: nitidez de sonido y armoniosos, heterofónicos, etc, y propios de una musaadxpprov (cf. Rep. 399 ss. Leges 802, 812). Dos tipos de citara había igualmente,a las que el texto pudiera aludir, la normal xtflapic y la de conciertos, to0 ŭpa, aménde subtipos de ésta. Igualmente para Platón, Rep. 404 e, la notmlía engendrabaaicaaaía o incontinencia, mientras que la érnIórnc, también en m ŭsica, acorppoo ŭvrio ponderación, vicio y vinud por igual de los cínicos. Por ello tal vez nouctXav-fuera un compuesto alusivo al bello labrado ornamental de las crtaras de concierto.

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los nervios y la vibración de potente sonido conocer el oídoen los ingeniosos... bien es preciso y en sostenido y armonio-samente ha de tocarse la prudente que-robustece-la-voluntad y la citara...» Pensamos que el texto guardaría ciertoparalelismo formal, dentro de una antítesis de fondo, en rela-ción con los versos dedicados a la Tragedia y sus dosadláteres 34 . La elección de 6yr(a) sujeto del infinitivo obvia ladificultad de 816 con acusativo, en lugar de con genitivo enesa construcción.

Creemos que es muy acertada la reconstrucción de los co-mienzos de una columna por Knox a base de la conjuncióndel fr. 8 H, col. 1 con los frs. 18 y 67 H. En lo que noestamos de acuerdo es en su adjudicación al supuesto meliam-bo perdido al principio del papiro ni en su entronque, portanto, con el fr. 10 H. En primer lugar, mientras a un ladoy otro de la línea final de la columna restaurada hay letrasclaramente leídas y rp respectivamente), en la por-ción, estrechamente engarzada y con espacio suficiente, de en-lace con el fr. 10, correspondiente a la aludida línea final,no se unen vestigios de letras 35 . En segundo lugar, evidencias

34 La glosa ..axpa[T]ataç, no favorece la versión anatómica que ve en xpa- elsustantivo xpaöía, sino, por el contrario, un adjetivo tipo xpatcp ĉt; y tal vez alfinal de esa línea 16 y continuando en la 17 un tecnicismo musical como tovaíaç,al que aquella en probable forma de kpcovrik xpa[r]atEtç podría servir de explicación.Cf. Ps.-Plut. X, 8 S ŭvautg roŭ TOV1MOU. Otra cuestión es si el adjetivo s ŭrtak [ ĉtuot;se refiera a manos «hábiles» o a un instrumento como la lira o forminge o partede él como el xopSoróvoç o «caballete» para tensar y afinar las cuerdas. Finalmente,la estructura tripartita léxica y sintáctica que cabe hallar en antítesis con la ofrecidaen la crítica al rapsodo trágico, cabe que fuese la escala o musa doria y sus dosinstrumentos de cuerda, bien lira y citara, o si ha sido mencionada ya la primeraen versos anteriores, cítara simple y de concierto.

35 El propio E. Livrea, op. cit., p. 5 considera la posibilidad de la pérdida deuna línea en medio. Tenemos en cuenta ahora también un trabajo anterior a su librodel profesor italiano «Ad Cercidae carmen restituendum», Atti del XVII CongressoInternazionale di Papirologia, Nápoles 1984, pp. 305-12 (cumplida relación de esteCongreso ofreció en su día en Es(udios Clasicos, al igual que viene haciendo de losposteriores, J.A. Fernández Delgado, compañero a quien debemos la donación deaquellas páginas). En él nos da una adecuada interpretación del sentido del ŠpanZavcovticóç y su enfoque por Cércidas, aunque el enlace del fragmento con la ŭ ltimacolumna del papiro ya lo había establecido Knox op. cit., pp. 212-16. Y por lo que

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de su contenido de crítica insultante a una persona concreta,que muy bien puede ser Esfero a juzgar por los posibles restosde su mención -atpco convertible en [Eqijaípco, nos hacen pen-sar en el meliambo 5 (Sobre los estoicos) a cuyo comienzolo atribuimos.

Ofrecemos, sin embargo, todos los restos de esta columna,pues le hacemos otros ariadidos, como el fr. 28 H que encajaperfectamente líneas más abajo tanto material como semánti-camente (1..apclE[ / Oéeog / illkoaupcia[ / ]qI• .1.?[ )y, con interrogante, el 29 H, 14 L ( Diov[iavov. ijkon[ )36.

E yáp o[ŭ si8Éptsv D — EfiElv IToch.taaija 45 be s Eikaní- (c5 hem.-enh.) //

vag Eciij aípco vjoaEpCo' [31kEvvo1otcyu- D-2 x dlPcnpilSa c5aMsuropl ŭesco ctì So- (c5 hem.-2Aan.)// v0v. ..... lec.-ia.reiz. //

5

aio]k ĉacokov[Poucóco vtŭcoProgV7C7cov xpE . [ Toŭ-]TO yáp šat' dcyctOth TOŬT' EŬ008íKO)

OriklapaE[v]s<p> aaã, toRKI Kakktaé8ow • 10

fSéeoç Pk .§7p[iicsíç ]cytt rcovripá Kal hem.-reiz.adon.-P]koaupoi.t[ilato]p.éva • Ecpaípco < t > yap hem.//

cp[..] ifpoPákij; i Kal Tt- ia.2xdl.ia oŭ]xl TÓV Eiç elpET ĈLV (á ia.2Aan.)//oth.tov [ápacvc-o] 8Eg ixvEŭctg ák- hem.-2 epitr.tro.-?//kláv.civjata ISUT ĈL 19épovt' Öncópav D—x e xOapiaoffl- J.Ko ŭ T.ut[dt. Mdu. (é• hem.-reiz.)//

hace a sus conjeturas propuestas o admitidas de otros sobre los versos que analizamosnosotros, si bien no carecen de ingenio, no podemos decir que sean acertadas, comoveremos. Pues no es la agudeza en el humor la peculiaridad a destacar en la poesíacercidea, como tampoco la pedantería que le achaca Knox por su gusto por los com-puestos de nuevo cuño, más bien inducidos por el género literario, el Spoudaiogeloiontan endeudado con la Comedia antigua, y el influjo de la Lírica coral, sino sus mani-fiestas honestidad y sinceridad de expresión y sentimiento.

36 Livrea culmina su versión anatómica del mel. 4 agregándole este jr. 28 H.

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Incluimos en el texto las conjeturas que nos parecen másplausibles y ofrecemos tras la traducción su comentario:

«..., en efecto, no de uno solo conocer(era posible la...) y presteza por los festinesde Esfero, insalubre rezumamocosMisiobamboleante y falaz• y ahora... 5

* * *

de-agitados-corceles... (por)el tábano que-aguijonea-bueyes...al caballo relincha[ndo]. Estoes, pues, lo propio del bueno, esto lo del rectijustoamante-de-hombres-hembras, Estoico Calimedonte. 10

Su expresión, su mirada es malvada yespantosa-ojeadora. A Esfero, en efecto,(si... ) arriesgas o incluso▪ , no el de la virtudsendero (viril) rastreas, sino 15

las inŭtiles (corrientes) que se llevan la lozanía(y el ánimo de la juventud). Y en esa cloaca no/...»

* * *

Sobre unas cinco letras, a lo más seis faltan en el margende las cinco primeras líneas. Muy difícil parece conjeturar losrenglones ausentes entre ellas y las restantes conservadas, puesno hay medio seguro de averiguarlo al no servir de referenciaclara las columnas próximas 37 . No obstante, calculando sobrela media de 20 a 22 líneas, se habrían perdido en medio de3 a 5 a lo sumo.

El tono general del meliambo es el de descalificación totaldel estoico Esfero y en esta dirección han de moverse las

37 Se ha perdido, en efecto, casi toda la columna anterior desde su comienzo yla siguiente es más breve que el resto (con ella acaba el texto del papiro, ofreciéndo-nos el autor, su filiación filosófica cínica y el género de poesías). Así pues, tal cálculocon total o parcial exactitud sólo puede ser realizado por un papirólogo.

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conjeturas 38 . Dos posibilidades vemos para la laguna de laprimera línea: [Etcolic]É o una noción adverbial de tiempo pa-sado sugerido por vŭv de la 1.5, esto es, [‘, T/ó) TÓT]E, siel giro comienza en la línea ŭltima de la columna anterior enque se lee la corónide de este meliambo, si no [tó-ija. PuesCércidas parece distinguir dos épocas distintas en la conductade Esfero y su influjo sobre la juventud, la segunda moral-mente perniciosa, seguramente por la supuesta práctica de lapederastía. EE b/óg contemplaría, por tanto, no a cosa o mo-tivo sino a personas con género lógicamente masculino. La ex-presión resulta elegante con su lítotes, adecuada al poeta.Ei.80Ev leído así en el original, debe aceptarse como un infi-nitivo y desecharse la posibilidad de un indicativo aoristo conpartícula pospuesta, sabido que los signos diacríticos sólo sonusados en el papiro para evitar confusiones39.

La -v, sin duda, pertenece al predicado, nominal o verbal,pues no hay opción para acusativos o dativos, dado que elcontexto pide un nominativo, o dos, de sujeto, si se entiende8 como la partícula. Nosotros nos inclinamos por [fiE]v, epi-cismo en pasado, muy apropiado métricamente también, y enla laguna anterior con menos seguridad, naturalmente, por(«disposición»), al ser término filosófico habitual (Plat. Leg.650 b, Aristóteles Nic. 2,5). Coordinado a tot[i.taaíja tendríacomo complemento de finalidad o directivo a šir EiXani[vaç(o[-av) Eglaípco «festín o festines de Esfero», entendido meta-fóricamente como «lecciones» o «enserianza», «doctrina», sin

38 Lamentablemente la información de que disponemos del estoico Esfero no ayudagran cosa en esta reconstrucción. Cf. D.L. VII, 177-79; I. von Arnim, Stoicorumveterum Fagmenta, I, Leipzig 1938, reimpr., frs. 620-30, pp. 139-42 y artículo s.v.«Sphairos» de Hobein en RE, cols. 1683-1693. Bibliografía sobre el mismo en E.Livrea, op. cit., pp. 149-50. Y nada ya sabemos del destinatario del poema, Calime-donte, otro estoico, cf. s.v. «Kallimedon», RE, 1647-8, obra de Swoboda y Lippold,o Livrea, op. cit., p. 149.

39 Esa es la razón y el modo de ofrecernos los acentos el ĉopista, segŭn los res-tantes ejemplos. No obstante Hunt, art. cit., p. 58 admite las dos posibilidades, en-tendiendo entonces el acento agudo como de énclisis para la pospositiva ptév. A nues-tro entender, ilógicamente.

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dudar e irónicamente particulares y suntuosas 40. Así pues, conesta versión desaparecen una serie de primeras impresiones deengariosa apariencia, como por ejemplo referencias a nombresde lugar o al término «extranjero» en 1.1, o en 11.2-3 quela «propensión», esta vez real, no transferida, «a los banque-tes», pudiera corresponder a la conducta de Esfero, si el geni-tivo bajo el que se le denomina fuera subjetivo41.

Concertados con él, siguen una serie de adjetivos calificadorespeyorativos del carácter, y el físico, del estoico, al parecer, queya de por sí deben producir la repulsa de los jóvenes a su adoc-trinamiento por semejante individuo: Deducimos el primero porel siguiente bien conservado (y lógicamente no sin el riesgo deerrar) dentro del mismo plano de su nocividad y repulsión físi-ca: v[oacpŭ ] bajo la acepción no sólo de «enfermo» sino de«insalubre» o «malsano», connotativamente, al modo de voailpth,y en el plano del carácter: GaX-EuTiolij ŭow y SoRócviod uotra forma de esta raíz, SokEp(i) o un compuesto, tal vez. Am-bos, en todo caso, le hacen igualmente poco recomendable parael trato y aprendizaje de alumnos: Un «Misio», el ŭltimo delos hombres, segŭn el refrán del mel. 1, que, paradójicamente,«se pavonea» como una persona respetable, convencionalmentehablando, y que es además «falaz» o «pérfido»42.

Justamente ahí encaja muy bien, incluso al nivel de las pe-querias franjas del tejido del papiro, como observamos en elmicrofilm, el fr. 42 H, 21 L: LEut el[. Interpretamos la correc-ción sobrescrita de la a del genitivo como el entendimiento delcopista o escoliasta de un término simple, muy probable-

Este tipo de metáfora se halla igualmente en la crítica a los estoicos de Hermíasde Curio, fr. 1, vv. 2-4 D. oï Itóvot návtaPráv TOiç nívgt.../ airrol rcatappotpthe«vosotros solos engullís las fuentes enteras». Eilanívn no alude a la clásica fiesta conbanquete habitual tras el sacrificio y de índole comunal, por tanto, y ritual. Ello explicalas connotaciones que le damos arriba, a las que tal vez quepa agregar la de «ruidoso»o «escandaloso», como poco serio o doctrinal, en sustitución de la de «suntuoso» dearriba, menos apropiaĉla, creemos.

41 Igualmente desechamos por razones métricas la opción conjeturable Šktç]...Etot-bloc/-a que por otros motivos no sería inadecuada.

42 Ilustrativo de insultos entre filósofos es Timón, e.g., frs. 9, 27, 29 D, etc.

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mente por advertir que el siguiente vocablo corresponde a [M] ŭaóg «Misio» y no a [p] ŭaog «impureza» o «ser impuro». Puesdivergen ambos en el acento y las cantidades de las u y, ade-más, el segundo supondría cierta redundancia con respecto alos insultos del renglón anterior. Mas de no ser así estaríamosante acú,,Euta(o), genitivo de masculino en -a no atestiguadoen otros textos. El sentido no cambiaría.

El problema más arduo lo plantea [0]Xtvvarliou. El términono puede dejarse así como lo ofrece Livrea. 0 sanamos su finalde aparente genitivo en -ou por otra en -co, acorde con la len-gua cercidea, o aceptamos la opción más lógica de un com-puesto de tres deducido de los dos acentos graves con que sele clarifica en el papiro. Y bien examinado sólo puede tratarsedel propuesto por Knox (op. cit., pp. 190-1), aunque con otrosignificado del que nos da: [13]X,EvvoToto-u[nripOlt («man de-lighteth / child of oily-ragged clothes»).

En consecuencia, su lectura -TOICTU- es la acertada, para laque se apoya en Lobel y Bell, no la de Livrea (-TItou). Puesenfocados en sí mismos esos caracteres, atravesados por un cor-te horizontal en forma de pequeria franja, ofrecen una dudosalectura, cuya solución más sería materia de fe que de juicio.

A partir de vŭv de 1.5, en esos versos perdidos o semiperdi-dos, nos habla Cércidas de la pederastía de Esfero, a juzgarpor el símil del tábano de bueyes y los agitados o relinchantespotros. Y sobre ello trata E. Livrea (op. cit., p. 148).

Y a continuación, en las 11.3-6 de la columna de Livrea,10-13 nuestras, si no contamos las desaparecidas, es donde en-cajamos el fr. 28 H, que cuadra perfectamente al texto y metrode esos versos, realizada la oportuna complementación: El neo-logismo [Ori]apas[v]c <p> acrrá conecta fácilmente conOriXapativ,-Ev («a la vez macho y hembra»), precisamente tansólo atestiguado en Gregorio Nacianceno (3,1109 Migne), sobrecuyo léxico ya hemos conjeturado otro término en la recons-trucción del meL 1, v. 34 L (šXa[cppóvoot]). Por primera vezahora en la parte conservada del meliambo el poeta definiríacon precisión el tipo de pedagogía y relación mantenida porEsfero con sus discípulos. La conversión de [OriX]apacvgacstEt

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en [Ori]apasvE<p>aard nos es sugerida por A. Bernabé ycreemos que muy acertadamente. Ya nosotros antes de culmi-nar la combinación del resto de la columna con el fr. 28 H,habíamos pensado también en la posibilidad de unĉtpac[v]Epaat ĉt, al modo de nat8cpaatã modelo que asimismonos ofrece Bernabé.

En la columna posterior la corrección del comentarista hade ser *STC . y no *OTC . , como lee Livrea, ya vimos la confusióncorriente entre estos caracteres, puesto que la palabra rectifica-da sólo puede serlo con esa vocal: oxénog, néiniatç. La op-ción de PXÉnnatç es la ŭnica posible, no ya por razones métri-cas, de espacio o estilísticas de asíndeto en distinto género delestilo de otras cercideas 43 , sino especialmente por la concordan-cia con [13]X000polibtaluiptÉva sobre cuya a final el correctorha sobrescrito el signo de larga. Nos hallamos, pues, ante unaconcordancia en femenino singular con los predicados, que ŭni-camente puede justificar la atracción del segundo sustantivo yux-tapuesto en femenino y no en neutro como el primero44.

Dos líneas abajo la negación enfática [o ŭ ]eí es la reconstruc-ción idónea por el contexto y en particular en relación con01k1 de la línea posterior. Adecuado a los renglones finalesde esta columna conservados, parece el fr. 29 H, 14 L, massi no encajara materialmente refleja sin duda la orientaciónde las posibles conjeturas a hacer: ápasvo58aç en correlacióncon el adverbio dtpaEvcoiScbg; ĉtvávaTa 011Tá de acuerdo conávóvata ISÉOVICt del meliambo 1; quizás [0ap]aon- 45 , com-

43 Recordamos aquí o 94:5(3N, o Tapaxó del mel. 2, col. V, 15 H, 28 L yla oracional del verso o linea anterior órtavíica óka xpng, así como la oracio-nal también de este meliambo 5,3 L roŭro...-coŭf etc.

44 Tocando el delicado tema de las conjeturas deseables y las realmente posibles,en el que tenemos los filólogos tendencia a confundirnos, a nosotros respecto a esapalabra hubiéramos preferido 8] konupo [reto]néva de corte más épico y rítmicamentemás regular en la línea de los dos primeros meliambos cercideos. Mas el vocabloidóneo al habla helenística es el reconstruido arriba.

45 En Teles, diatriba I, 1.4 de p.4 Hense, encontramos OapoetIÉN también convaloración positiva, como superación de perturbaciones y temores, y algo similar enTimón, fr. 41 o Sófocles, Phil. 104. Y en Timón, fr. 59 se alude igualmente al «cami-no equivocado o falso».

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puesto de Oŭpoog y vocablo de la raíz 5w, órcóç o de la denctig,-5óg; y si es el primer caso habría de agregársele en lalaguna un régimen en genitivo de estilo de vEavíctg o un abs-tracto con ese sentido y/o raíz. En cuanto a la ŭltima palabrade la línea, bien pudiera tratarse de Xaŭpa «cloaca», o biende él mismo o de otra etimológicamente relacionada, o de unaforma de IcuyaUoç «desdichado, funesto». Ello segŭn la con-tinuación de la frase perdida total o parcialmente, que depen-de que éste sea el ŭltimo renglón de su columna y tenga, portanto, continuidad inmediata en la columna posterior o no seaasí y falte alguna otra línea después. Aunque por la lecturade Livrea la balanza parece inclinarse más por el primer térmi-no: Un demostrativo en dativo le precedería sugiriendo loca-ción, a nuestro entender46.

Universidad de Málaga JosÉ A. MARTIN GARCÍA

46 Nos hacemos eco aquí del último estudio aparecido del ilustre profesor y exce-lente conocedor de la poesía helenística, incluida la moralista, D. Manuel Fernández-Galiano (por desgracia, recientemente fallecido). Justamente sobre esa temática versasu estudio «Poesía helenística menor», con acertadas apreciaciones sobre Cércidas yotros cínicos o estoicos, publicado en J.A. López Férez (ed.), Historia de la Literatu-ra Griega, Madrid, Cátedra 1988, pp. 831-878.