Los Limites Desbordados, Sustentabilidad y Decrecimiento

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Trayectorias ISSN: 2007-1205 [email protected] Universidad Autónoma de Nuevo León México GARCIA, ERNEST Los límites desbordados. Sustentabilidad y decrecimiento Trayectorias, vol. IX, núm. 24, mayo-agosto, 2007, pp. 7-19 Universidad Autónoma de Nuevo León Monterrey, Nuevo León, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60715115003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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TrayectoriasISSN: [email protected] Autnoma de Nuevo LenMxicoGARCIA, ERNESTLos lmites desbordados. Sustentabilidad y decrecimientoTrayectorias, vol. IX, nm. 24, mayo-agosto, 2007, pp. 7-19Universidad Autnoma de Nuevo LenMonterrey, Nuevo Len, MxicoDisponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60715115003 Cmo citar el artculo Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista en redalyc.orgSistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoDOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo7 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007AE R N E S TG A R C I AL LL LLoslmit oslmit oslmit oslmit oslmitesdesb esdesb esdesb esdesb esdesbor or or or orda da da da dados dos dos dos dosSustentabilidadydecrecimientoprincipios de 2006, la Unin Mundial parala Naturaleza (IUCN) lanz un debate conel propsito de revisar y actualizar las ba-sesconceptualesdesuactuacin.Enlaponencia inicial se formulaba la pregunta de si la ideade un desarrollo sustentable tiene todava algn sen-tido. El lenguaje empleado tratndose de un docu-mentodelaorganizacinquemuchosaosanteshaba contribuido sustancialmente a lanzar el trmi-no resulta significativo:El concepto es holstico, atractivo y elstico, pero impreci-so. La idea de desarrollo sostenible puede unir a las perso-nas, pero no necesariamente les ayuda a convenir en lasmetas. Indudablemente, al implicar todo, el trmino de-sarrollo sostenible acaba por no significar nada (Adams,2006: 3).Las dudas responden al reconocimiento de unhecho. Los usos retricos han derivado hacia una si-tuacinenquelanuevajergaesapenasunalevemodulacin del business as usual, una situacin en lacual desarrollo sustentable es desarrollo econmico,ypunto:Frecuentementeeldesarrollosostenibleacaba siendo simplemente el desarrollo como siem-prehasido,conunreconocimientoefmeroydes-concertadodelaconvenienciadelasostenibilidad(Adams, 2006: 3). Como ocurri con sus precurso-res ms o menos ilustres (desarrollo social, desarro-llohumano...),eldesarrollosustentablenohasidomsqueotrointentodeapuntalarunprogramadeexpansin econmica cuyos costes sociales y ambien-tales, en trminos de desigualdad y deterioro de losecosistemas, se han revelado enormes e insolubles.Lentamentelaevidenciavaabrindosecami-no. A finales del 2006, un sondeo internacional reco-giendo las respuestas de 360 expertos en sustentabi-lidad (GlobeScan Inc., 2006) mostraba un acusadoaumentodelosnivelesdeescepticismoyfaltadeconfianza. Aunque ms de la mitad de los encuesta-dos, 54%, declaraba que, en su opinin, el trmino de-sarrollo sustentable segua ganando fuerza (un leve re-trocesorespectoalosnivelesdecuatroaosantes),quienes opinaban lo contrario que est perdiendo fuer-za han aumentado considerablemente, pasando de16 a 26% en el mismo lapso. Ms significativo toda-va es el dato siguiente: slo uno de cada diez consul-tados ve suficientes las respuestas sociales y polticasexistentes, mientras que 64% opina que es muy im-probablequepuedaevitarseundaograveeirre-versible a los sistemas sociales y naturales. Y 10% (unaproporcinigualaladeoptimistas)consideraqueese dao grave e irreversible ya est hecho y que nadapuede ya evitar sus efectos.MS ALL DE LOS LMITES, SE MIRECOMO SE MIRELa creciente propensin a la melancola no es nica-menteelresultadodelatrivializacinretricaper-2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 7DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo8 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadospetrada por polticos, empresarios y actores socialesde todo tipo. En mi opinin, se debe sobre todo a laevidencia creciente de que ya se han traspasado loslmites naturales, de que se ha agotado el tiempo paracualquiervariantedelapromesadeldesarrollo,dequeelloboquenuncallegabayahaentradoenelredil. Las notas melanclicas expresan algo as como:Bueno,esodeldesarrollosustentablehabrasidotalvezunabuenaideahacesesentaaos(odos-cientos?), pero ahora ya es demasiado tarde y lo ni-co que resta por hacer es prepararse para lo peor.Enlaliteraturaespecializadaqueaceptaquelos lmites naturales existen, ha habido bsicamentecuatro enfoques a la hora de abordar las cuestionesde sustentabilidad (Garcia, 1997; 2004). Aunque esosenfoques son parcialmente alternativos, siempre hanfuncionadocomobsicamentecomplementarios,comoformasdiferentesdepercibirelmismocon-junto de hechos desde perspectivas diferentes. Y seacual sea el enfoque adoptado, todo apunta a la mis-maconclusin.NadapuedecrecerindefinidamenteenunmediofinitoEnmuchasocasiones,loquesehadescritocomoinsustentabilidad es la tendencia a sobrepasar los l-mitesestablecidosporlacapacidaddecargadelosecosistemas, abocndose as a un colapso inevitable.Eselpuntodevistaimplcitoenlahabitualadver-tencia ecologista de que nada que tenga una dimen-sinmaterialpuedecrecerindefinidamenteenunmediofinito.Enestecontexto,lasustentabilidadimplica que la escala fsica del sistema social, es de-cir, la totalidad de lo que Boulding (1995: 29) llamla sociomasa(loscuerposhumanosylosartefactosasociados a los mismos), as como el flujo metablicode energa y materiales necesario para reproducirla,ha de mantenerse por debajo de la capacidad naturalparasuministrarrecursos(entendiendoporrecur-sos las fuentes de energa libre y materiales concen-trados y los sumideros de energa ligada y materialesdegradados).En1972,elprimerinformesobreloslmites al crecimiento para el Club de Roma formulas la idea:Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento delapoblacinmundial,industrializacin,contaminacinambiental,produccindealimentosyagotamientoderecursos,esteplanetaalcanzarloslmitesdesucreci-miento en el curso de los prximos cien aos. El resultadoms probable sera un sbito e incontrolable descenso tantode la poblacin como de la capacidad industrial (Meadows,Meadows, Randers y Behrens, 1972: 40).2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 8DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo9 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadosEldestinodeesteinforme,pesealaenormefama que alcanz, ha sido un poco curioso. Casi todoelmundorecuerdaquesealzrevuelo,peromuypoca gente ha retenido en la cabeza el argumento. Y,sobretodo,sehadedicadopocaatencinarevisarsusprevisiones.Unsomerorepasoindicaquelascosas han ido muy cercanas a la proyeccin tendencialsimple, a lo que habra sucedido si todas las tenden-cias registradas se hubiesen mantenido sin alteracio-nes. La poblacin mundial no ha llegado an a los 7millones, pero est muy por encima de los 6. El capi-tal ha crecido ms o menos segn lo previsto. La pre-visin sobre el uso de minerales no energticos (cuyopesimismomotivmuchasdelasdescalificacionesiniciales)fuesindudalamenosajustada,perolosdatos sobre el inminente pico del petrleo y la consi-guiente crisis energtica (Deffeyes, 2001; Campbell,2003)compensansobradamenteloselementosdedesacierto respecto a los metales. Las tensiones en laproduccindealimentossonvisibles.Lacontami-nacinhaadquiridoformasmsdramticasdelasesperadas en el cambio climtico, sobre todo perolaprecisindelasproyeccionesesnotable:las380ppm de CO2en la atmsfera previstos para el 2000hansidoenrealidad370,segnlasmedidastoma-das en la estacin de Mauna Loa (Keeling y Whorf,2004).Enconjunto,dadalainformacinentoncesexistente, sorprenden ms los aciertos de la proyec-cin que sus desviaciones. O, dicho de otra manera,no cabe sino constatar que las respuestas a la adver-tencia han sido bastante inoperantes: no es muy sor-prendente puesto que en lo fundamental las respues-tas han consistido en repetir: lmites?, qu lmites?La prediccin ms general del informe de 1972era que, si no se frenaban rpidamente la poblaciny el capital para mantenerlos en los niveles de aque-lla dcada, hacia el ao 2000 el mundo habra entra-do ya en una fase de translimitacin (de sobrepasa-miento de los lmites impuestos por un planeta finito).La actualizacin del informe treinta aos ms tarde(Meadows, Randers y Meadows, 2004) ha conclui-do sobre todo dos cosas. La primera de ellas es que,efectivamente,yasehaentradoendichafasedetranslimitacin,desdehacemsdeunadcada.Laafirmacin se apoya en los clculos de huella ecol-gica(Hailsetal.,2006),unindicadorsintticodeacuerdo con el cual el uso de los sistemas renovablessupera la capacidad natural de reposicin en aproxi-madamenteveinticincoporciento:hacia1960,lahumanidad dejaba su marca sobre la mitad de la su-perficie biolgicamente productiva del globo; desdeentonces, el planeta se ha vuelto pequeo. La segun-da es que, como consecuencia de lo anterior, el co-lapsoprovocadoporlafaltaolatardanzadeunarespuesta de alcance suficiente es ms probable queen1972(ymsdifcildecontrarrestar,porquelaeventual transicin ordenada a una escala fsica sus-tentableexigiraahoraunafaseprolongadadede-crecimientoeconmicoydemogrfico).NadaduraparasiempreLossistemasvivientes,autorganizadores,nosonautosuficientes: dependen de un contacto estrecho yuna interaccin permanente con un medio ambientequecontengaordenyenergadisponibles,acostadelcualpuedenarreglrselasparasubsistir.Slopueden mantenerse y evolucionar incrementando laentropadesumedioambiente(ascomoladelaunidad socio-ecolgica que con l forman) y, por ello,sontambinnecesariamentesistemasdesorganiza-dores.Sieldesordenintroducidoenelentornoesdemasiadogrande,entonceselsistemapuedetalvez acceder a un nuevo nivel de adaptacin consu-miendomsenerga,perotambinincrementandotodava ms la degradacin ambiental. La insusten-tabilidad puede verse tambin, por lo tanto, como elresultadodelincrementodeentropageneradoporprocesos de produccin demasiado grandes o dema-siadointensivos.Estaacepcinestimplcitaenlaafirmacindequenadaduraeternamente,deque2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 9DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo10 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadosningnprocesomaterialpuedeprolongarseindefi-nidamente en un medio finito. Esta perspectiva des-taca el hecho de que la civilizacin industrial ha sidoposiblegraciasaunaextraordinariaydifcilmenterepetible bonanza mineral. En la situacin actual, stapercibecomolmitesfundamentaleslaincertidum-breextremaquerodeaalaeventualsustitucindelos combustibles fsiles por fuentes energticas msabundantes y menos contaminantes, as como el he-cho de que los materiales no pueden reciclarse ni pue-den acelerar indefinidamente su transporte horizon-tal sobre la Tierra. En este contexto, sustentabilidadtiende a identificarse con conservacin (en el senti-dodeparsimoniaenelusodelosrecursos),comoadvirti el representante ms conspicuo de este puntodevista(Georgescu-Roegen1993:14).Laconser-vacin, en la medida en que significa menor uso dematerialesymenorintensidaddesusmovimientossobrelasuperficiedelplaneta,implicaunaescalainferiordelasactividadeseconmicas,y,comoad-virti el mismo Georgescu-Roegen (1971: 19), arte-factosmsgrandesymejores,comportanmsymejorcontaminacin.EspacioyalimentoparatodaslascriaturasOtro enfoque bastante habitual apunta a que insus-tentabilidad es sobre todo el resultado de un desequi-libriocatastrficoenelprocesodecoevolucin.Siuna de las especies en presencia recibe una subven-cin energtica demasiado grande, entonces imponealecosistemaunasimplificacinradical,provocan-do una reduccin drstica de la diversidad biolgica.Esto es lo que viene pasando desde el momento enque la especie humana desarroll una especial habi-lidad para apropiarse a gran escala de la produccinfotosinttica primaria. En este contexto, la sustenta-bilidad requiere que haya suficiente espacio y alimen-to para el resto de las criaturas.Esta acepcin est implcita en el debate sobreel alcance y los ritmos de la prdida de biodiversidady fue elocuentemente formulada en un conocido ar-tculosobrelaapropiacinhumanadelaproduc-cin fotosinttica (Vitousek et al., 1986). Los auto-res del mismo plantean que hay que tener en cuentaquelossereshumanosnosonlosnicosconsumi-dores terrestres de la energa solar capturada por losorganismosenlabiosfera. Ypresentanunclculocuyo resultado es que casi 40% de la produccin fo-tosinttica sobre la tierra emergida es usada directa-mente,cooptadaoperdidaporlasactividadeshu-manas, ya seacomo alimento, fibra o madera paralossereshumanosysusanimalesdomsticos;cooptada a fin de utilizar la tierra para la agriculturao la ganadera; perdida como resultado de la urbani-zacin,lataladebosques,ladesertizacinolaso-breexplotacin.Elcrecimientodemogrficoyeco-nmicoempujahaciaunaapropiacinanmayorde los productos de la fotosntesis.Elanlisisapuntaaunlmiteabsolutodelacapacidaddecargaparasereshumanos,perotiene2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 10DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo11 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadosen cuenta, asimismo, los efectos sobre otras especies,destacandoenlasconclusioneslaposibilidaddeextincionesqueconllevaranunadestruccintangrande de la diversidad orgnica como la que se pro-dujohace65millonesdeaos.Loslmitesquede-penden de la drstica reduccin en la diversidad bio-lgica son, por una parte, previos a los relativos a lacapacidad de carga calculada slo para los seres hu-manos y sus animales y vegetales y, por otra parte,implicanunaprdidadeopcionesparalahumani-dad que no es predecible ni determinable en sus de-talles, tanto en lo que respecta a sus manifestacionesconcretas como al tiempo de su aparicin.Los desarrollos posteriores de la lnea de an-lisis comentada (Vitousek et al., 1997; Rojstaczer etal., 2001; Imhoff et al., 2004) han insistido en que elrango de indeterminacin es amplio, pero han sea-lado tambin que la apropiacin humana de la pro-duccin primaria neta podra haber llegado ya a va-lores prximos a 60%, y que tiende a aumentar. Estasconclusionessonconsistentesconlasobtenidasapartir de otras vas de abordar el asunto, que apun-tanunatendencia,cuyosefectossonyaenbuenamedidairreversibles,aldeteriorodelasfuncionestiles de la naturaleza y de la capacidad del planetaparasostenerlasdiferentesformasdelavida.Mi-llenniumEcosystemAssessment,(2005),(Evalua-cindelosEcosistemasdelMilenio),haconcluidoque 2/3 de los servicios de la naturaleza estn dete-riorndoseenelmundo.Represeenelnfasis:noqueestnamenazadosporundeteriorofuturo,noque podran llegar a deteriorarse, sino que ya estnhacindolo.El ndice del Planeta Vivo, que mide lastendenciasdeladiversidadbiolgicabasndoseendatos sobre 1.313 especies de vertebrados, ha cadoen torno 30% entre 1970 y 2003 (Hails et al., 2006:4-10). La tendencia global, afirman los autores del cl-culo, sugiere que estamos degradando los ecosistemasnaturales a un ritmo sin precedentes en la historia.LaEvaluacindelosEcosistemasdelMile-nio es una buena referencia para fundamentar la afir-macin de que el enfoque de la biodiversidad descri-betambinunasituacindetranslimitacin.Dadoel origen institucional del documento, la informacinvieneenvueltaenunaretricaobligadamenteopti-mistadeltipo: lasdificultadessongrandesperosihacemos lo debido las superaremos y continuaremosprosperando. Ello no obstante, quien vaya ms allde los sumarios para polticos y de las notas de pren-sa puede descifrar el mensaje con bastante facilidad:el estado de los ecosistemas convierte en irreales losobjetivosdedesarrollodelmilenio.Elinformepre-sentacomoalgoconfirmadoquelacapacidaddelplanetaparasuministrarserviciosestdecreciendo(lo que es una forma no muy indirecta de decir quelos lmites han sido rebasados); que en las prximasdcadas la situacin puede empeorar (lo que, de nue-vo, es una forma no muy indirecta de aludir al colap-so); y que las medidas adoptadas hasta hoy (las tresdcadasdepolticasdemedioambiente,desarrollosustentable y modernizacin ecolgica) no han sidoni las que se necesitaban ni tampoco suficientes. Bas-tanteclaroparaquiennodeseeengaarseconlospaos calientes que envuelven el mensaje.Desacelerar,desglobalizarInsustentabilidad,porltimo,puedesignificarblo-queo de los dispositivos sociales de aprendizaje comoconsecuenciadeunaaceleracinexcesivaydeunaconectividaddemasiadoalta.Sisepretendequeeldebatesobrelacrisisecolgicanoseaslounme-lanclico ejercicio contemplativo, no slo una mira-da informada al camino de descenso de la era indus-trial,sehadesuponerquelossereshumanossoncapacesdeaprenderporanticipaciny,portanto,de modificar su conducta por razones diferentes a laconstriccin fsica directa. Ahora bien, el aprendiza-je consciente tiene algunas condiciones. Dos de ellas,muyimportantes,sontenertiempoydisponerdemrgenesdeerror.Elaprendizajerequieretiempo2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 11DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo12 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadospara seleccionar positivamente las adaptaciones via-bles. Exige tambin lugares no tocados por los efec-tosdelerror,desdelosquestepuedacorregirse.Ambas condiciones emanan del hecho bsico de queel error es inevitable. Si un sistema reflexivo se acele-rademasiado,suscentrosdedecisinempiezanacometererrorescadavezmsgrandesycadavezmsfrecuentes.Siseglobalizademasiado,sitodossus elementos estn fuertemente conectados, los erro-res se difunden por todas partes y faltan los espaciosalternativos, disponibles para ensayos eventualmen-te exitosos (Kafka, 1993). Si, adems de eso, el siste-madisponedeunatecnologapoderosa,esdecir,capaz de alterar intensa o profundamente el ecosis-tema, entonces se dan todas las condiciones para quevalga la pena preocuparse seriamente (Bateson, 1987:468).Enestascondiciones,lasustentabilidadcon-siste en mantener la flexibilidad, evitando una acele-racinyunainterconexinexcesivas.Segnesteenfoque, una sociedad se torna inviable cuando tie-ne ms y ms opciones en intervalos temporales msy ms cortos. Cuando, por ejemplo, se muestra inca-paz de controlar la proliferacin nuclear, cuando in-troducecadaaoenlanaturalezamilesdenuevassustancias qumicas, o cuando se dispone a hacer lomismo con miles de organismos genticamente ma-nipulados. Esto no es exactamente lo mismo que ex-ceso en cuanto a la escala fsica, y ni siquiera es equi-valente a incremento entrpico innecesario (aunqueenestecasolasemejanzaessignificativa);setratams bien de un fallo bsico en el sistema de informa-cin,deundispositivomuypotentedeamplifica-cin del error.La crisis ecolgica actual no es nueva por serecolgica.Muchasculturasdelpasadosobrecarga-ron su base de recursos y, como consecuencia de ello,entraronendecadenciaoseextinguieron.Peroeranculturas locales y el cambio social pudo seguir en otraspartesdelplaneta. Ahora,sinembargo,lasdinmi-casdelallamadaglobalizacincausandegradacinen todas partes y muy rpidamente. Lo nuevo es una2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 12DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo13 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadoscrisis de aceleracin y de interconexin. La susten-tabilidad, entonces, es una cuestin de frenos (comi-da lenta, ciudades lentas...) y de relocalizacin. Perola ola expansiva est indisolublemente ligada a la ace-leracin y al impacto mundial. Frenarla implica, deun modo u otro, decrecimiento.DECRECIMIENTO:ELCAMBIOSOCIALMS ALL DE LOS LMITESLa percepcin de que los lmites del planeta ya hansido sobrepasados, de que se ha entrado ya en la fasetransitoria de translimitacin, se est convirtiendo enun motivo central de la literatura creciente en can-tidad y en impacto que considera posible un colap-so de la civilizacin industrial en un futuro prximoy revisa bajo esa perspectiva la suerte que corrierondiversas sociedades en el pasado (Diamond, 2005).En su forma ms general, la discusin versa sobre lasformas, el alcance y las consecuencias de una cuestaabajo de la civilizacin industrial. De un colapso. Y elprimer paso es el significado de este concepto. Pues,a fin de cuentas, colapso no significa necesariamentelacadacatastrficaaunadesorganizacincaticade la sociedad, sino el trnsito a una condicin hu-mana de menor complejidad:Una sociedad compleja que ha colapsado es sbitamentems pequea, ms simple, menos estratificada y con me-nos diferencias sociales. La especializacin disminuye yhay en ella menos control centralizado. El flujo de infor-macin se reduce, la gente comercia e interacta menos,y en general hay una menor coordinacin entre indivi-duos y grupos. La actividad econmica decae proporcio-nalmente a todo lo anterior... (Tainter, 1995: 193).Revisemoslosrasgosdelproceso:reduccinde la escala, menos desigualdad, pequeez, relocali-zacin... Desde un determinado punto de vista, estadescripcin del colapso no es muy diferente del vie-joprogramaecologista:reducir,frenar,democrati-zar, descentralizar (Roszak, 1993: 312). Acaso sig-nificabaalgomuydistintolainsistenciaenquelopequeo es hermoso? (Schumacher, 1973).Bajo estaperspectiva, el colapso puede ser tanto un resultadocomo un objetivo. Un objetivo al que en los ltimosaossehahechohabitualreferirseconotraspala-bras, con palabras como sustentabilidad o antigloba-lizacin... Y, entonces, la cuestin relevante no es tantoel resultado mismo como los costes de llegar a l. Di-cho de otra manera: si por colapso se entiende siguien-dolasugerenciade Tainterunatransicinrelativa-menterpidaaunniveldecomplejidadinferior,entonces tanto la sociedad a escala humana comola desorganizacin catica seran salidas alternativasambas tericamente posibles de una situacin detranslimitacin.Una faceta importante de la discusin tiene quever con las condiciones sociales y culturales que po-dranhacerquelatransicinaunaescalainferiorecolgicamente viable resultase benigna, ordenada ypacfica. Los anlisis sobre conflictos sociales en tor-no a recursos naturales escasos no invitan a mante-ner demasiadas esperanzas en ese sentido. Aunque,claroest,nadiepuedesaberlo,parecequeundes-censorelativamenteordenadorequeriradosisdecapacidadanticipatoria,conviccindemocrtica,cohesinsocialysolidaridadinternacionalmuysu-perioresalasquehoyparecendisponibles.Noessorprendente, pues, que el debate sobre el alcance yloseventualesefectossocialesdelacuestaabajosea intenso y a menudo agrio. Hasta el momento, estambin en su mayor parte subterrneo. Sus herra-mientassonmslosgruposdediscusinenlaredquelosgrandesmediosdecomunicacin.Asimis-mo, pequeos centros de investigacin y en ocasio-neseldespachodeindividuosaislados,sonsusmbitosmsfrecuentementequelasgrandesinsti-tuciones acadmicas. En ese debate hay algunos n-cleosdondeseconcentranfriccionessignificativas,potenciales lneas divisorias. La ms importante se-para a quienes asocian el decrecimiento a un colapso2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 13DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo14 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadoscompleto y catastrfico de la civilizacin (el die-off,el rpido retorno a la garganta de Olduvai, al origenprehistricodelaespeciehumana)dequienesloconectan con la continuidad del bienestar (defendien-do la idea de una cuesta abajo ms o menos prs-pera).Enlosltimosaos,algunosautores(Price,1995; Morrison, 1999; Duncan, 2006; Hanson, 2007)han formulado una visin notoriamente fatalista. Perounpuntodevistaoptimista(digmosloas,aunasabiendas de que a mucha gente no se lo parecer enabsoluto) ha sido tambin expresado con fuerza en di-versos trabajos (Odum y Odum, 2001; Heinberg, 2004;Kunstler, 2005; Colectivo Revista Silence, 2006; Korten,2006). Resulta interesante que un viejo rompecabe-zasdelascienciassocialeselexcepcionalismohu-mano, la especificidad de la cultura sea uno de loselementos esenciales en el trazado de la mencionadalnea divisoria. La fraccin pesimista invoca el de-terminismo(energticoobiolgico;obienambos)para anunciar que el inevitable colapso comportarnomenosinevitablementeladescomposicindelavidacivilizada.Los optimistas,encambio,venelpresente como una bifurcacin, una encrucijada cu-yoscaminosalternativosserntrazadosporaccio-nes humanas colectivas e intencionales; es decir, comouna situacin en la que todava es posible elegir.EldecrecimientocomocaminoalaextincinEl determinismo energtico, aunque ha estado ador-mecido durante mucho tiempo, no es precisamenteunanovedad.Suexpresinmsbsicapuedefor-mularse as: la complejidad social es una funcin delusodeenerga.Esteprincipionohatenidomuchoxito en la teora social, pero no porque no sea ver-dadero(quetienetodalapintadeserlo)sinoporotras dos razones. La primera de ellas es la extendi-da conviccin de que la energa disponible es un re-sultado combinado de la inventiva humana y la ne-cesidad(postuladopretericodelprogreso)yque,por tanto, si llega a hacer falta ms energa, sta serencontradaydesarrollada.Lasegundarazneslaimposibilidad de derivar de dicho principio los ras-gosconcretosdelasalteracionesenlacomplejidaddeloscambiosenlaorganizacinsocial(irreducti-bilidad del accidente y de la agencia en la historia),queesloqueafindecuentashainteresadoalasciencias sociales.La conviccin de que el ciclo histrico ascen-dente del uso de combustibles fsiles est prximo asu fin, unida al justificado escepticismo sobre la exis-tenciadealternativasenergticaslobastanteabun-dantes y baratas, est en la base de la prediccin deque un colapso de la poblacin humana sobre la Tie-rra no puede demorarse ms all de unos pocos aos.En algunas versiones (Price, 1995) se aade que esecolapsohadecomportarelfinaldelacivilizacin,2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 14DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo15 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Los lmites desbordadosnoeltrnsitoaunaescalainferiorsostenible,pueslossupervivientes,siloshay,noserncapacesdemantenerlacomplejaasociacinderasgoscultura-les de la que los humanos modernos estn tan orgu-llosos. Las sociedades pos-colapso tendrn que vivirvidas ms sencillas, como los cazadores y agriculto-res de subsistencia del pasado. No tendrn los recur-sos para construir grandes obras pblicas o para rea-lizar investigacin cientfica. No podrn permitir quealgunosindividuossemantenganimproductivos,escribiendo novelas o componiendo sinfonas. Des-pus de unas pocas generaciones asevera creernquelasruinasentrelasquevivensonlosrestosdeciudades construidas por los dioses. Price aade que,en su opinin, no es slo que la civilizacin se verarrastrada por la espiral descendente del colapso, sinoqueespocoprobablequelaespeciemismapuedapersistir mucho tiempo sin la energa cuya explota-cinesunapartetandecisivadesumodusvivendi.Otrasversiones(Duncan,2006)introducenunamediacin tecnolgica adicional: la teora Olduvai,propuesta en repetidas ocasiones por este autor, afir-ma que la civilizacin industrial durar en total unos100aos,aproximadamentede1930a2030,utili-zandocomoindicadorclaveelusodeenergaporpersona y anticipando que la seal del declive ser laaparicin reiterada de grandes apagones y cadas delsuministro elctrico, previa a la cada definitiva de lared.Elresumendelamencionadateoraesque,sibienlatranslimitacinyelconsiguientecolapsodela civilizacin industrial quedaron garantizados des-de que la humanidad se hizo dependiente de la rpi-da explotacin de recursos no renovables en un pla-netafinito,elinsaciableapetitodeenergaelctricaha acelerado el proceso y ha provocado que el des-censo vaya a resultar ms pronunciado.La peculiaridad de las teorizaciones arriba co-mentadas es que prolongan el determinismo energ-tico ms all del mbito del que ste puede dar cuen-ta, pretendiendo que puede explicar tambin formaso manifestaciones especficas de la complejidad. Laafirmacin de que una reduccin de la energa dis-ponible ha de comportar una reduccin de la pobla-cin, el consumo y/o la complejidad organizativa meparece poco discutible. Ms all de eso comienza laincertidumbre, incluso si nos limitamos a las aplica-ciones aparentemente ms inmediatas (es el caso, porejemplo, de la estricta correspondencia entre reduc-cin de la energa por persona y decrecimiento de-mogrfico). Por este motivo, la afirmacin de que elagotamiento de los combustibles fsiles comportarelfinaldelacivilizacin(oinclusoeldelaespeciehumana) requiere alguna justificacin adicional.Otralneaderazonamientodeterminista(dedeterminismo biolgico, en este caso) suele ser invo-cada en este punto. Por ejemplo, recurriendo a la hi-ptesisquelaevolucinempujaacualquierpobla-cindeorganismosaexpandirsesinlmitehastaagotar los recursos que hacen posible dicha expan-sin (Morrison, 1999). Una versin particularmen-te contundente de la combinacin de estas dos lneasargumentativashasidoofrecidarecientementeporla hiptesis de la colisin termo/gen (Hanson, 2007).La expresin alude al cruce entre las leyes de la ter-modinmica (que causan que la provisin de recur-sos sea cada vez menor) y los impulsos genticos (quereclaman siempre ms y ms). Pese a que tales leyesarguyeHansonsehanvueltopolticamenteinco-rrectasyhansidoborradasdeldiscursopbliconopor ello dejan de ejercer su influencia. El resultado esqueunasituacincaracterizadaporlasobrepobla-cin y por el declive en la oferta de recursos desem-bocanecesariamenteenunadesorganizacincatas-trfica.Laconservacindelordensocialrequerirams y ms cooperacin, pero los individuos estn pro-gramados genticamente para reducir la cooperaciny perseguir ventajas adaptativas. Los poderosos recu-rrirn entonces a todos los medios a su alcance inclu-yendo las armas nucleares para incrementar supor-cinenelrepartoyparamantenerlasjerarquassociales. Como consecuencia, las gentes nacidas des-pus de 1960 se vern mayoritariamente abocadas tal2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 15DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo16 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007vez cinco personas de cada seis a morir de hambre,enfermedad o por causas violentas.Eldecrecimientocomotrnsitohaciaunasocie-dadaescalahumanaEl postulado de la libertad humana, de la construc-cindelcursodelahistoriaatravsdeeleccionescolectivas conscientes, est en la base de las visionesque consideran el decrecimiento como una oportu-nidadparaajustarordenadamentelassociedadeshumanas a una escala sustentable.UnlibropublicadoporHowardyElisabethOdum (2001) sostiene, por ejemplo, que los ecosis-temasylascivilizacionestienenencomnunciclocon cuatro fases (crecimiento, clmax, descenso, len-tarecuperacindelosrecursospreviaaunanuevafase ascendente). Aaden que la sociedad industrialest ahora viviendo su clmax y que, en consecuen-cia,eldescensoesinminenteeineludible. Yquelaaplicacindeprincipiosadecuadosaunasituacinderecursoslimitados(escalareducida,eficienciaycooperacin)puedehacerqueeldescensoseabe-nigno y compatible con el mantenimiento de un ni-vel suficiente de bienestar:Los precedentes de los sistemas ecolgicos sugieren quela sociedad global puede mirar hacia abajo y descenderprsperamente,reduciendolosequipamientosmateria-les, la poblacin y las posesiones no esenciales mientras semantiene en equilibrio con el sistema medioambiental quesustentalavida.Conservandolainformacinmsim-portante, una sociedad ms delgada puede reorganizarsey seguir progresando (Odum y Odum 2001: 3).Kunstler (2005) toma el pico del petrleo comolasealdepartidadeunacrisisprolongada,cuyorasgomscaractersticoser,afirma,unacontrac-cin crnica y generalizada, que ve sobre todo comola oportunidad para el ajuste a una escala adecuada:un cambio en la direccin hacia ms pequeo, me-nosymejor.Lapartemselaboradaymsricaenmaticesdesupropuestaeslarelativaalfindelasuburbanizacin, que dar paso sostiene a un pa-trnterritorialdeciudadespequeasrodeadasportierrasagrcolas;alrestablecimientodelasdiferen-cias entre lo urbano y lo rural; a la desaparicin delosgrandescentroscomerciales;alsurgimientodegeografas cotidianas definidas por distancias suscep-tiblesdeserrecorridasapie;alarehabilitacindebuena parte de los edificios de dos a cinco pisos y alaconstruccindeotrosnuevosdesimilarescarac-tersticas,alaobsolescenciadelosrascacielosydelas reas de aparcamiento...Heinberg (2004: 22-23) ha argumentado queel pico del petrleo podra ofrecer la oportunidad deuncambiofundamentaldedireccindelassocie-dades industriales de lo ms grande, ms rpido yms centralizado a lo ms pequeo, ms lento y mslocalizado;delacompetenciaalacooperacin;ydel crecimiento ilimitado a la autolimitacin. En suopinin, si las recomendaciones asociadas a ese cam-bio de direccin fuesen tomadas en serio, dentro deun siglo habra un mundo con menos poblacin usan-do menos energa por persona, toda ella de fuentesrenovables, y disfrutando de una calidad de vida en-vidiableparaelhabitantetpicodelasciudadesin-dustriales de hoy en da. A comienzos del siglo XXIsigo el hilo de su argumento la situacin del mun-do est caracterizada por el agravamiento de la emer-gencia ecolgica al superarse los lmites al crecimien-to; por la probable crisis del sistema financiero; y poruna marcada inestabilidad internacional y un estadode guerra. Como consecuencia, el colapso es inevi-tableydarlugaraunlargodescensoprolongadodurante uno o dos siglos. Los rasgos del cambio so-cialeneseperododependerndelcaminoquesesiga entre diversas estrategias posibles. Si se combi-naranlaadaptacinaunsuministroenergticode-clinante(powerdown)yeldesarrollodeestructurasrelocalizadas de organizacin social, el camino con-Los lmites desbordados2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 16DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo17 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007duciratraseldescensoaunasociedadmenospo-blada, menos consumidora de energa y con ms bien-estar, con ms satisfaccin artstica y menos consu-mismo,organizadadeformamsconvivencial,abierta a experiencias espirituales ms profundas, dis-tribuidaenpequeascomunidadesenlasquelaspersonas tendran ms control sobre sus propias vi-das, menos propiciadora del viaje pero ms facilita-dora de un satisfactorio echar races...Lavisindeldecrecimientocomooportuni-dad ha producido incluso algunas versiones explci-tamente programticas. Es el caso, por ejemplo, delgrupo francs articulado en torno al Institut dtudesconomiquesetSocialespourlaDcroissanceSoutenable(ColectivoRevistaSilence,2006):delprotocolo para el agotamiento del petrleo (Heinberg,2006), o de la propuesta de abrazar la comunidad dela tierra mediante la combinacin de una especie deconversinreligiosaquegenerenuevasnarracionesconstituyentes con algo de ayuda high-tech:Los acontecimientos caractersticos de nuestra poca nosmuestran que el Imperio ha alcanzado los lmites de laexplotacin que el planeta y sus gentes pueden sostener.Se avecina una tormenta econmica perfecta nacida de laconvergencia entre el pico del petrleo, el cambio climticoy la desequilibrada economa estadounidense dependientede deudas que nunca podr pagar; y todo apunta a unadramticareestructuracindetodosycadaunodelosaspectos de la vida moderna. Sin embargo, tenemos el po-der de elegir si las consecuencias sern una crisis terminal ouna oportunidad pica (Korten 2006: 12, subrayado mo).EL SENTIDO Y LOS MBITOSDELDEBATEHay una cuestin terica que es absolutamente claveparadilucidareldebateantesesbozado:elbalanceentrecondicionamientogenticoyadaptacincul-turalenlasexplicacionesdelcomportamientohu-mano.Unaviejaydifcilcuestin,comoessabido.Lapretensinexencionalista,lailusindequelasacciones humanas estn exentas de tener en cuenta lasleyes naturales, es excesiva e ingenua. Pero los mrge-nes de excepcionalidad derivados de la emergencia delaculturanopuedentampocosertotalmenteignora-dos. La respuesta a este dilema terico marca los lmi-tes dentro de los cuales el margen de eleccin tiene sen-tido.Lacuestinsigueabierta,yesprobablequelasprximas dcadas la sometan a un test crucial.Porsupuesto,testcrucialesslounamanerade hablar, que comporta una equvoca simplificacin.Porque el experimento tendr mltiples terrenos deLos lmites desbordados2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 17DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo18 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007prueba.Comolacompatibilidad(oincompatibili-dad) de los principios de relocalizacin, ajuste de laescala y ecoeficiencia con un sistema econmico do-minado por el impulso de acumulacin a corto pla-zo; o la muy posible intensificacin de los conflictossociales en un contexto de escasez (como es sabido,la renta resulta ms fcil de redistribuir que la rique-za o, al menos, as ha parecido hasta ahora); tam-bin,laeventualidaddetensionesgeopolticasmuyseveras en torno al acceso y al control de los recursosnaturales, etctera. Tratar en detalle estas cuestiones alar-garaendemasaesteartculo.Melimitarporelloaapuntar que las nociones de lmite e incertidumbre pa-recen ncleos ineludibles de toda posible respuesta.Un comentario para concluir. Las diversas vi-sionessobreeldecrecimientoysusefectosquehemencionado antes y los debates que entre ellas se haniniciado, ms que por su improbable exactitud o porsu dudosa potencia predictiva, resultan de sumo in-ters por su capacidad de sugerencia, de apertura denovedosos horizontes culturales. Me parece obvio quecualquierintentodepredecirdetalladamente cmosernlassociedadespostfosilistas,deanticiparloscaminosqueseguirelcambiosocialenlacuestaabajo de la civilizacin industrial, est condenado aser en buena medida desmentido por los hechos. Eneste sentido, la proliferacin en curso de propuestasal respecto recuerda mucho las caractersticas (y se-guramente el destino) de los diversos anuncios for-mulados en el siglo XIX sobre el socialismo del futu-ro.Sepodrahablarconbastantepropiedaddelflorecimiento en ciernes de una nueva oleada de pen-samiento utpico. En realidad, lo que pretendo conesteartculoessobretododarlelabienvenida.Noporloquenosanunciasobreelmaana,quevayausted a saber, sino por lo que revela sobre la vueltadelahistoria,contodasuopacaincertidumbre. Yrecordar de paso que, ms all del desarrollo, no pareceque la sustentabilidad sea exactamente la cuestin.BIBLIOGRAFAAdams, William M. (2006), El futuro de la sostenibilidad: Repensan-do el medio ambiente y el desarrollo en el siglo veintiuno,Zurich:IUCN/The WorldConservationUnion.Consultadoel13deenerode2007,en:http://www.iucn.org/members/future_sustainability/.Los lmites desbordados2. Dossier.pmd 28/08/2007, 03:09 p.m. 18DOSSIERSustentabilidad: un debate a fondo19 TRAYECTORIASAO IX, NM. 24MAYO-AGOSTO 2007Bateson, Gregory (1987), Steps to an ecology of mind, Londres: JasonAronson.Boulding, Kenneth E. (1995), The limits to societal growth, enElise Boulding y Kenneth E. Boulding, The future: Imagesand processes, Londres: Sage, pp. 26-39.Campbell, Colin J. 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