LOS JUGUETES HAN MADURADO Texto: Amaia Ereñaga … Toys 7K(1).pdf · La «pre-sentación en...

8
LOS JUGUETES HAN MADURADO Brandt Peters&Kathie Olivas-Circus Posterus Amaia Ereñaga Fotografía: Texto:

Transcript of LOS JUGUETES HAN MADURADO Texto: Amaia Ereñaga … Toys 7K(1).pdf · La «pre-sentación en...

LOS JUGUETES HAN MADURADO

Brandt Peters&Kathie Olivas-Circus PosterusAmaia Ereñaga Fotografía:Texto:

3 2 zazpika

Tras la candidez de la propuesta de Cristina A. del Chicca hayuna carga de profundidad sobre la crisis de los refugiados yla infancia. En la fotografía que abre el reportaje, la bellezaperversa de los muñecos del colectivo internacional CircusPosterus, toda una referencia en esta tendencia artística.

Fotografía: Olga Ruiz (Bizkaia)

3 3zazpika

tia son el propio Sergio Pampliega y Cristina A. delChicca, quienes forman Art Toy Maison (con sede enGetxo) y son, a su vez, miembros del colectivo inter-nacional Art Toy Gama Collective. Procedentes ambosdel mundo del Derecho, en 2014 Pampliega y DelChicca se embarcaron en este proyecto que, de algunamanera, da continuidad y visibiliza lo que empezósiendo un hobby para Cristina, la parte creativa de lapareja: la creación de art toys, juguetes de autor o mu-ñecos artísticos para adultos. Se daba así también forma al colectivo internacional

en el que venían trabajando en los últimos años. Asísurgió Art Toy Gama, gracias al proyecto Transcreativade la UPV-EHU, una iniciativa apoyada por la UniónEuropea y cuyo objetivo era impulsar la creación delempleo joven en el sector de las industrias culturalesy creativas. El colectivo está compuesto, además depor estos activos vizcainos, por el hondarribitarra Ju-das Arrieta –conocido artista multidisciplinar que unereferencias vascas con chinas–; Antu Bocca Valenzuela(Antu Artwork de nombre de marca), de Santiago deChile; Iván Darío Espinell Cruz (Artefacto Inc. Art Toys),enclavado en la ciudad colombiana de Medellín; CésarZanardi (Cerrito Art Toys), de Buenos Aires (Argentina),y Jake Valentine, de Texas (EEUU).

Para jugar, tocar, criticar y coleccionar. La «pre-sentación en sociedad» de este colectivo tuvo lugarhace unos años en el propio Topic de Tolosa, dondehan vuelto ahora con un ambicioso proyecto que unelo lúdico con la reflexión, apto para todos los públicos,pero con un “algo más” para los adultos... y donde se

Como estamos en esas fechas y, puestos a buscar regalos, yo, con supermiso, me pido un «art toy». Pero, preguntarán, ¿qué son?

¿Muñecos artísticos? Sí... pero no. Estos juguetes para público adulto,codiciados por coleccionistas de toda clase de poder adquisitivo,surgieron en los 90 de los movimientos de vanguardia de Tokio y

Hong Kong, para desembocar en una corriente artística internacionalque recala estos días en Tolosa y durante todo el año, en las redes.

Si le enseñas a un niño estos muñecos, te diráque son un cactus y un globo muy bonitos,mientras que el adulto ve más allá; es decir,que sus cabezas no pueden tocarse (pincha-

rían). El adulto va más allá de lo aparente y busca loque quiere contar el artista. El niño también lo dis-fruta, pero el adulto lo hace de otra manera. Cada unove una cosa diferente». Sergio Pampliega, uno de losdos componentes de Art Toy Maison, se refiere conestas palabras a la historia de amor imposible conce-bida entre un globo rojo y “una” cactus por la catalanaSandra Arteaga, titulada “C’est la vie” y que apareceplasmada en una pareja de preciosos muñecos de re-ducidas dimensiones, ataviados con vestuario deci-monónico, todo cuidado hasta en el mínimo detalle.Un banco y los pinchos que «decoran» la cabeza de laamada los separan. Una pena. Su imagen, reproducidaa gran tamaño, da el paso al visitante al interior de“More Than Dis (Play). Art Toys”, la exposición quehasta marzo de 2018 se puede ver en el Museo Topic(centro internacional del títere de Tolosa), convertidoasí en el primer museo del mundo en examinar la re-lación de la corriente artística del art toy con los títeres.Es decir, se conecta a los muñecos vanguardistas y deautor surgidos a finales del siglo XX con sus raíces. Casi desconocido para el gran público, por contra,

el mundo de los seguidores de los art toy es muy ac-tivo... y muy cercano a nosotros, también en lo geo-gráfico. Los impulsores de esta “exposición-madre”con ramificaciones en un circuito formado por otrastres muestras que han tenido lugar entre octubre ynoviembre en Tolosa y el centro Tabakalera de Donos-

3 4 zazpika

un diseñador gráfico, llamado Skithing/Skatething,un muñeco de plástico para regalar a quien compraseuna camiseta decorada con la imagen de un niño ves-tido de marinero, con una pinta entre malo, punk ysiniestro. De ahí salió un muñeco de vinilo que sellamó Kid Hunter, de éxito arrollador. Se hacían colaspara conseguirlo y los que los compraban no eran ni-ños, sino adultos. De la experiencia salieron más vinyltoys, que es como se llamaron inicialmente. 1999, Hong Kong, años de graffiti y hip hop... y Mi-

chel Lau, diseñador en 3D y arcilla, coleccionista de fi-guras de acción como los Playmobil y los GI. Joe, y au-tor de unos personajes de cómic llamados TheGardeners que publica en una revista, decide “decons-truir” los G.I. Joe. De ahí nacieron los Gardeners. «ALau también le llaman el padrino de los art toy... puesel hecho es que muchos mantienen que se le puedeconsiderar como el primer artista que empezó a fa-bricar juguetes, toys, como una forma de arte. Hastaentonces nadie había pensado en eso, en crear perso-najes inspirados en la calle», explican los componen-tes de Art Toy Gama. Aquellos vinyl toys, que eran pie-zas únicas, fueron evolucionando y extendiéndose eneste mundo globalizado, alcanzando a creadores dedistintos lugares, gustos y propuestas. Lo que empezó

pueden disfrutar e incluso reservar los art toy para sucompra. ¿Los precios? Hay de todo, nada excesivo sobretodo teniendo en cuenta que es arte, ya que una de lascaracterísticas de los art toys radica precisamente quese suelen hacer tiradas reducidas a precios accesibles.En el museo los hay a la venta desde los 20 dólares. Endólares, porque las plataformas de venta online queutilizan funcionan con esa moneda. ¿El más caro detodos? Los 9.000 dólares que cuesta llevarse un C-3POde “Star Wars” con el rostro y el “espíritu” de Steve Jobs,el creador de Apple, reconvertido en muñeco gracias aun topde esta tendencia artística como es Mike Leavitt,un artista estadounidense que carga todas sus crea-ciones con una ácida dosis de crítica. Si nos retrotraemos en el tiempo, el germen de este

movimiento artístico y cultural se puede acotar entrelos años 1995 y 1999. En el Tokio del 95, este “viaje alos orígenes” nos lleva al distrito de Harajuku, la zonade las tiendas alternativas de ropa donde se ubicaBounty Hunter, una boutique de ropa de calle o streetstyle de estética punk donde se vende también todotipo de parafernalia relacionada en la cultura popular,como juguetes vintage norteamericanos. Su propieta-rio es Hikaru Iwanaga, un coleccionista de juguetes ytambién la persona a quien se le ocurrió encargar a

3 5zazpika

Arriba, críticasocial en lospersonajes depapel del croataMarko Zubak.Abajo, uno de loshabitantes delbosque oscuro delque bebe lacreatividad delestadounidenseScott Radke, unode los mejores delsector. En lapágina anterior, laperversidad de lospersonajes delsevillanoBetterdaystoys.

Fotografía: Marko ZubakScott Radke Art yBetterdaystoys

3 6 zazpika

que andamos en esto somos mayores de los 40», ex-plican con una sonrisa Sergio Pampliega y Cristina A.del Chicca, de Art Toy Maison. No les da miedo el tér-mino friki, ni que alguien se atreva a hablar de “jugue-tes para personas inmaduras”... porque ¿quién sabe odecide lo que es madurar? «¿Acaso no eran hasta hacepoco considerados los cómics, la animación o los vi-deojuegos tan solo un producto para niños y relegadosa ‘cosas de críos’?», contesta el sevillano Emilio Subirá,miembro también del colectivo Art Toy Gama. «Puessí, ha pasado lo inevitable. Todos los fenómenos deentretenimiento que colmaban nuestra infancia du-rante los años 80 y 90, incluyendo esas figuras de ac-ción, peluches y juguetes de toda índole que detonaronnuestra fantasía, han evolucionado y madurado connosotros, y ahora pueblan colecciones, museos y salasde exposiciones».

Además, los juguetes son el soporte, el lienzo enblanco en el que cada artista plasma su mensaje. Son

siendo una corriente urbana ha desembocado en unatendencia artística nada homogénea. No hay reglas nimateriales únicos, porque utilizan resina, madera, pa-pel o cerámica; tampoco estilos, porque las influenciasson de todo índole... pero de lo que sí se puede hablares de una comunidad artística, la del art toy, que estáen las redes, las tiendas e inclusos los museos.

Hay diseños originales, también figuras prediseña-dos o plataformas sobre las que los artistas trabajanpara adaptarlas a su estilo, y también grandes firmascomo la estadounidense Kidbrot –uno de los más gran-des fabricantes y distribuidores de art toys en elmundo–, Toy2r, en Hong Kong, y Colette en el Estadofrancés.

¿Frikis o artistas? De acuerdo, son juguetes de autor.Arte que se puede tocar y exponer, aunque no sirverealmente para jugar. ¿Pero qué tipo de adultos los co-leccionan y fabrican? ¿Cómo son? «La mayoría de los

Un toque crítico a lapráctica de la

taxidermia porparte de los polacos

Katyushka ArtDolls.

Fotografía: Katyushka Art Doys

3 7zazpika

El sevillano EmilioSubirá visualiza así

el ego, como unacorona peleona. Al

lado, el amorimposible visto porla catalana Sandra

Arteaga.

Fotografía: Emilio Subirá akaSickemil y SandraArteaga Creatures

un medio de expresión. Y, si nos fijamos un poco másallá y ponemos un poco de atención, podremos ver quecasi la práctica mayoría de estas figuras tienen mensaje.Pongamos el caso de Cristina A. del Chicca y el art toyque expone en Tolosa: «En los países en guerra, los ni-ños se convierten, a su pesar, en títeres. Yo intento hacercrítica social y me parece que un juguete es un lienzomuy especial para hacerlo. Es, como si dijeras que esun chocolate que parece dulce y adorable, pero que note esperas que sea amargo. Este juguete está basado enla crisis de los refugiados y es una caja de sorpresa dela que sale un niño que no quiere que sus hilos se que-den anclados en un mundo que no tiene sentido paraél, en un mundo en guerra, y los deja volar».

Judas Arrieta, por su parte, después de un viaje aTokio en 2002 se convirtió a sí mismo en un Judas Z,un muñeco de 35 cm del que, con todo entusiasmo,pidió 55 cajas... de las que todavía le quedan algunaspor casa. Su Judas Z es una versión del Mazinger Z de

nuestra infancia y un alter ego que incluso otro com-pañero de colectivo –el chileno Antu Bocca Valen-zuela– ha customizado, convirtiéndolo en un mons-truo precolombino. El trabajo de Judas Arrieta con losart toys se enmarca en su interés por el merchandising:«No como producto final, sino que también me inte-resa reflexionar sobre cómo se articulan sus procesosde creación, producción, difusión, comercialización ysupervivencia en este mundo globalizado. Así mi tra-bajo intenta reflejar o representar las experiencias vi-tales y estéticas de una generación que ha crecido ro-deada de cambios sociales, tecnológicos, económicos...y de nuevas formas de disfrutar y padecer el día a día(televisión, cine, videojuegos, juguetes...)».

“More Than Dis (Play). Art Toys” (Un viaje al universode los Art Toys) estará expuesto hasta el 4 de marzo de2018 en el Museo del TOPIC de Tolosa. Art Toy Gamaestá en www.instagram.com/arttoygama