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PORTADILLA

LOS EXTRANJEROSEN LA ESPAÑA MODERNA

ACTAS DEL I COLOQUIO INTERNACIONALCelebrado en Málaga del 28 al 30 de Noviembre de 2002

M.B. VILLAR GARCÍA y P. PEZZI CRISTÓBAL (Eds.)

TOMO I

MÁLAGA 2003

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I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 681 - 693.ISBN: 84-688-2633-2.

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LA COLONIA EXTRANJERA DE CARTAGENA EN LOSSIGLOS XVI y XVII: PODER ECONÓMICO

Y ARRAIGO SOCIAL

Francisco Velasco HernándezUniversidad de Murcia

Durante los siglos XVI Y XVII la actividad económica desarrollada en los princi-pales enclaves portuarios españoles constituyó un poderoso atractivo para un nutridogrupo de hombres de fortuna, nacidos en otros ámbitos europeos, que al reclamo denuevas posibilidades de negocio o de trabajo fuera de sus lugares de origen, fueron im-plantándose y arraigando en muchas de las ciudades litorales ibéricas, en un procesohistórico cuya importancia no ha sido calibrada en su justa medida, especialmente enaquellas áreas geográficas donde la historiografía apenas se ha detenido, bien por desco-nocimiento o bien por la inexistencia de esta última.

El renombrado puerto de Cartagena es un buen ejemplo de ello. En verdad, tienepoco sentido que la mejor salida de Castilla al Mediterráneo (se conservaba la antiguacalzada romana), única hasta la reconquista de la Málaga nazarí, así como el hecho de seruno de los mejores puertos naturales conocidos, apenas haya despertado interés entre loshistoriadores, especialmente entre los españoles. Muy al contrario de lo que ocurría conalgunos de los extranjeros que emigraron a la España moderna, que si supieron valoraradecuadamente su importancia geopolítica y económica. Esto es así, y en consecuenciadebemos decir que Cartagena y su actividad económica durante los siglos XVI y XVIIhan sido grandes desconocidas en la historiografía española, a pesar de que se intuía suparticipación en las líneas maestras del tráfico internacional de la época. Así lo confir-man reconocidos hispanistas como H. Lapeyre, J. Lynch, J.J. Israel, C.R. Phillips o D.Ringrose, partiendo de visiones generales de este período1. El mismo Ringrose valoróesta cuestión al construir sus series de números-índices sobre la economía española entre1550 y 1800 y en las que incluyó a los principales núcleos portuarios: Barcelona, Valen-cia, Málaga, Sevilla, Cádiz, Bilbao y, evidentemente, a Cartagena2. Con todo, algo se ha

1 H. LAPEYRE, El comercio exterior a través de las aduanas de Felipe II, Valladolid, 1981; J. LYNCH, LaEspaña de los Austrias, 2 vols., Barcelona, 1972; J.J. ISRAEL, “Spanish Wool Exports and de Europeaneconomy, 1610-1640”, Economic History Review, XXXIII, (1980), pp. 193-211; C.R. PHILLIPS, “TheSpanish Wool Trade, 1500-1780”, Journal of Economics History, XLII, 4, (dec. 1982), pp. 775-795 y D.R.RINGROSE, Madrid y la economía española, 1560-1850, Madrid, 1985.2 D.R. RINGROSE, Madrid y la economía española..., pp. 261-305.

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avanzado en los últimos años y la laguna existente comienza a ser cada vez menor3.Con la presente comunicación pretendemos acercarnos a lo que pudo ser la colo-

nia extranjera de Cartagena en los siglos XVI y XVII, cuyo modelo fue muy similar al deotras ciudades portuarias, pero con la singularidad de una preponderancia mayoritariadel elemento mercantil entre sus componentes así como de la presencia importante depoblación de origen berberisco. En base a ello, hemos desarrollado un estudio exhaustivosobre el proceso de llegada, arraigo e inserción de este grupo social, con indicación de sunúmero, distribución por nacionalidades, actividad económica y, por último, su grado deintegración social y promoción política.

Es un estudio que se ha llevado a cabo partiendo de un análisis pormenorizado dediferentes fuentes documentales procedentes de archivos nacionales (archivos municipa-les de Cartagena y Murcia, Histórico Provincial de Murcia, A.G. Simancas e HistóricoNacional) y extranjeros (A. Nationales de France y A. di Stato di Genova).

Aproximación a su número

Como sabemos, hablar de cifras absolutas en Historia Moderna es prácticamenteimposible. Nos movemos en la más amplia relatividad, puesto que ese período formaparte integrante de lo que denominamos época preestadística y la fiabilidad de los datosexistentes plantea en muchos casos serias dudas.

Para hacernos una idea aproximada del componente extranjero dentro de la po-blación cartagenera, hemos analizado la información suministrada por las averiguacio-nes de 1533, 1559, 1586 y 1591, el censo eclesiástico de 1563 y los padrones vecinalesde 1621, 1626, 1634, 1646, 1663 y 1683. Todos ellos presentan, en mayor o menor grado,un cierto nivel de ocultación y error, reflejando en muchos casos a la población vecinaúnicamente y silenciando, como es obvio, a los extranjeros no avecindados. Los máselocuentes en este sentido son los documentos de 1563, 1634 y 1683, fechas muy signi-ficativas que pueden aproximarnos a lo que pudo ser la colonia extranjera en la Cartagenade los Austrias.

Debemos de partir, no obstante, de la enorme desventaja que tenía una ciudadcomo Cartagena cuya situación geográfica quedaba muy lejos de las fronteras políticasdel reino, auténticos vasos comunicantes que atraían a los súbditos de los países limítro-

3 Algunas de las últimas publicaciones que se han centrado en la Cartagena moderna como tema principal hansido: F. VELASCO HERNÁNDEZ, Comercio y actividad portuaria en Cartagena (1570-1620), Cartagena,1989; ID.: “Capitalismo y burguesía mercantil: el puerto de Cartagena en el período de 1560-1630”, Con-trastes, vol. 5-6 (1989-90), pp. 21-35; ID., Auge y estancamiento de un enclave mercantil en la periferia. Elnuevo resurgir de Cartagena entre 1540 y 1676, Murcia, 2001; V. MONTOJO MONTOJO, El siglo de Oroen Cartagena (1480-1640), Cartagena, 1993; ID., Cartagena en la época de Carlos V, Murcia, 1987; R.TORRES SÁNCHEZ, Ciudad y población. El desarrollo demográfico de Cartagena durante la Edad Mo-derna, Cartagena,1998. C. TORNEL COBACHO, El gobierno de Cartagena en el Antiguo Régimen (1245-1812), Cartagena, 2001. Desde una perspectiva regional: M.T. PÉREZ PICAZO y G. LEMEUNIER, Elproceso de modernización de la región murciana (Siglos XVI-XIX), Murcia, 1984.

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4 R. TORRES SÁNCHEZ, Ciudad y población..., pp. 285.

fes (ahí están los casos bien estudiados de Cataluña, Aragón y Navarra con respecto aFrancia, o de Extremadura y Andalucía con relación a Portugal). En consecuencia, laemigración extranjera que elegía Cartagena como lugar de asentamiento habrá de llegarpor mar. A ésto también le acompañaban una serie de obstáculos, que actuaban comofrenos seculares al desarrollo, entre los cuales debemos citar la aridez, la escasez deregadíos, la despoblación de buena parte del territorio, la amenaza constante de la pirate-ría, etc., que hacían poco atractiva la opción cartagenera.

Sin embargo, también existían ventajas muy interesantes cuya baza podía seraprovechada por aquellas personas que decidían inmigrar a Cartagena: su condición depuerto franco enmascarado, con amplias exenciones fiscales a los que aquí se avecindaban,un buen número de sectores productivos (rica pesca, salinas, dehesas para pasto, minería,buenas tierras, escasa colonización del campo...) poco explotados, un excelente puerto-refugio situado frente a las principales rutas de comercio, terminal de salida de productosexógenos (lana, seda, tejidos) y endógenos (alumbre, sosa-barrilla, esparto), coyunturaspolíticas y económicas favorables (tras la ruina del comercio con la Europa de noroeste)y otras muchas. En definitiva, importantes y variados reclamos para favorecer el asenta-miento.

Pero, ¿cuál sería el número aproximado de ellos? Y, sobre todo, ¿cómo fue suevolución secular y el grado de proporción con respecto a la población total? El citadopadrón eclesiástico, cuyos datos ya fueron trabajados por Rafael Torres4, habla de 128extranjeros (incluyendo a los españoles de otras coronas), de los cuales el 22 % eranfranceses, el 18 % berberiscos y el 11 % italianos. Si excluimos a los súbditos españolesde otros reinos, el total de extranjeros es de 67. Por tanto, la proporción de éstos conrespecto a la población total sería del 10,3 % en el primer caso y del 5,4 % si contamosexclusivamente a los extranjeros propiamente dichos.

El padrón vecinal de 1634, que contabilizó 1.174 vecinos en total (es algo incom-pleto), hacía mención de 85 extranjeros, de los cuales 33 eran genoveses (39 %), 20franceses (23,5 %), un florentino y 29 no especificados. Es decir, un 7,25 % de la pobla-ción era considerada extranjera (no incluye a los españoles de otros reinos). A ellos ha-bría que sumar buena parte de los más de 150 extranjeros avecindados en Cartagenaentre 1570 y 1630, lo que nos podría dar un máximo para 1635 –al inicio de la guerra conFrancia- en torno a los 200 extranjeros, no hispanos, suponiendo en ese caso un 13,5aproximado de la población total. Si añadimos además la población servil o campesinade origen africano (esclavos, libertos, oriundos del Magreb), ciertamente numerosa, esposible que no estemos muy lejos del 16 ó 18 % de los habitantes cartageneros.

El padrón de 1683 es muy significativo pues nos puede ayudar a conocer si larecuperación de la crisis de mediados del XVII se había conseguido de forma exitosa.Todo apunta a que sí, máxime cuando podemos hablar de 137 extranjeros sobre un totalde 1.638 vecinos, es decir, un 8,4 % del total. En esta ocasión se produce una clara

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involución en cuanto a su origen, pues ahora son los franceses los que dominan amplia-mente con un 46 %, seguidos de los italianos con un 23,4 % y los berberiscos con un11,7%. Se mantiene, por tanto, una constante secular que define la naturaleza de nuestraciudad como área inmigratoria, con fuerte presencia de extranjeros.

Procedencia geográfica: el predominio italiano y francés

Aunque existen antecedentes documentados sobre la presencia de extranjeros enla Cartagena medieval (fundamentalmente mercaderes), nuestro punto de partida pode-mos situarlo en torno a los años finales del siglo XV, período en el que la actividad de loscomerciantes italianos en el puerto cartagenero comienza a ser notoria. La puesta enexplotación de los alumbres de Mazarrón hacia 1480, el abastecimiento de la capitalmurciana y el tráfico lanero a través del puerto de Cartagena constituyeron suficientesincentivos para facilitar el establecimiento de una colonia italiana, en su mayoría deorigen genovés, que vivía a caballo entre Murcia y Cartagena, aunque con cierta prefe-rencia por la capital del reino por razones obvias de seguridad. Algunos de los datospublicados por M. Rodríguez Llopis, J. Torres Fontes y A.L. Molina demuestran la pre-sencia activa de mercaderes genoveses, florentinos y milaneses al frente de numerososnegocios de lana, tejidos, tintes, mercería, papel, metalurgia, curtidos y alimentos, utili-zando el puerto de Cartagena y sus almacenes como base fundamental5.

Durante la primera mitad del siglo XVI continuó este proceso de vinculación dealgunos grupos extranjeros con respecto a la economía del reino murciano y a los nego-cios de exportación e importación orquestados desde el puerto de Cartagena. La docu-mentación producida por los negocios del alumbre y los pagos concertados en las feriascastellanas relacionados con el comercio de la lana, certifican de forma nítida la presen-cia de extranjeros, en su mayor parte comerciantes, procedentes de Italia (Génova, Milán,Florencia), Francia (Bretaña) y Flandes (Amberes). Ahora bien, se trata de una presenciacoyuntural, en modo alguno definitiva, que está relacionada con el carácter temporal demuchos negocios efectuados. No hay, por tanto, un asentamiento permanente de foráneosen la ciudad, tal como nos confirma la escasez de concesiones de vecindad a extranjeros.

Sin embargo, desde 1550 asistimos a un claro cambio de tendencia que se veperfectamente reflejado en el padrón de 1563. Según éste, hacia 1563 se contabilizabanunos 128 extranjeros, de los cuales 14 procedían de Italia, 28 de Francia y 23 de Berbería;del resto, unos 63, se desconocía su origen, aunque es muy posible que se trate de emi-grantes naturales de otros reinos hispánicos (sobre todo de la Corona de Aragón), loscuales eran considerados jurídica y económicamente como extranjeros.

5 J. TORRES FONTES, “Genoveses en Murcia (Siglo XV)”, Miscelánea Medieval Murciana, II, (1976), pp.71-168, A.L. MOLINA MOLINA, “Mercaderes genoveses en Murcia en la época de los Reyes Católicos”,Miscelánea Medieval Murciana, II, (1976), pp. 283-308 y M. RODRÍGUEZ LLOPIS, “La integración delReino de Murcia en el comercio europeo al fin de la Edad Media” en Castilla y Europa. Comercio y mercaderesen los siglos XIV, XV y XVI, Burgos, 1995, pp. 81-114.

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6 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, leg. 37-47.7 A.M.C. Ac. Caps. 1569-1571, fols. 268-270.

En este padrón se establece ya una constante que se mantendrá inalterable a lolargo del período de los Austrias: el dominio aplastante de tres colonias extranjeras sobrelas demás, esto es, la italiana (en su mayoría genovesa), la francesa (también con unpredominio de bretones) y la norteafricana o berberisca.

Con la década de 1560 se inicia, en consecuencia, un extenso período de asenta-miento de población extranjera en Cartagena que se prolonga de forma ininterrumpidahasta los años más álgidos de la crisis del XVII (la etapa de 1640-1660) cuando coinci-den por un momento epidemias, sequías, guerras, ruina comercial, descenso de la pro-ducción agraria y otros males internos y ajenos que frenan en seco la llegada de inmigrantes.Sólo la recuperación comercial del último tercio del XVII y la expansión agraria delcampo de Cartagena ofrecerán incentivos suficientes a los nuevos pobladores llegadosdel exterior.

A nivel de nacionalidades, existió siempre una preponderancia manifiesta deemigrantes italianos, entre los cuales los genoveses constituyeron su inmensa mayoría.Fue tal su número y su estrecha –y casi única- vinculación con los negocios que solíaconfundirse al resto de extranjeros y comerciantes con estos italianos de la Liguria. Lamisma averiguación de 1560 sobre el estado del vecindario de Cartagena tras la epidemiade peste de 1559 así lo reconoce, confirmando la existencia en la ciudad de «hasta treyntatratantes, ansi vezinos como ginoveses y forasteros, los quales tratan por mar y por tierraen muchos generos de mercaderías...»6.

Además desde mediados del siglo XVI coincidieron en Cartagena diversas cir-cunstancias que favorecieron la implantación definitiva de este grupo social extranjero,responsable en buena parte del desarrollo comercial que alcanzará esta ciudad hasta me-diados de la centuria siguiente. La alianza cada vez más estrecha entre Génova y España(financiera, comercial, etc.), el enrarecimiento de las tradicionales relaciones económi-cas de Castilla con Inglaterra y Flandes a partir de 1565-67, que obligó a desviar granparte del comercio de la lana hacia los puertos italianos, la proximidad del mercadoandaluz -y del americano, por extensión-, la expansión urbana de Cartagena y otras mu-chas circunstancias económicas y sociales, reforzaron la posición de los italianos en ella,produciéndose lo que bien podíamos llamar un auténtico trasvase de comerciantes y ca-pitales hacia Cartagena de otros puntos de la geografía interior (Murcia, Granada y Toledo),de ciudades marítimas próximas, como Alicante, Málaga y Orán, o de los países de ori-gen (Génova). Desde ese momento detectamos una mayor presencia de italianos enCartagena, comenzando a ser admitidos como vecinos algunos genoveses desde 1570, sibien como residentes había bastantes otros7.

El retraso en la implantación definitiva de la colonia extranjera se debió a lafuerte resistencia que en un principio mostró la oligarquía municipal a aceptar elavecindamiento de los muchos mercaderes extranjeros que residían en la ciudad, por

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intereses particulares y por cierto miedo –justificado- a que aprovecharan en su beneficiola exención fiscal que otorgaba la condición de vecino de Cartagena. Pero los genoveses,cuya influencia llegaba hasta la Corte, sabían muy bien que caminos utilizar, entre ellosla concesión real de cartas de naturaleza, de forma parecida a lo que en Sevilla llevabana cabo los mercaderes flamencos, tal como confirmó E. Stols. Esta vía fue utilizada pormuchos otros genoveses, pero la concesión de vecindades por el Concejo, aunque concierto rechazo, siguió adelante, pues pesaban demasiados intereses, generales y particu-lares (muchos regidores vendían a aquellos la lana de sus rebaños, recibían préstamos sininterés, compraban en sus tiendas por fiado...), que favorecían la integración. Todavía en1583 se registraba alguna oposición en balde8, pero desde entonces la puerta de entradaquedó definitivamente abierta.

En las dos últimas décadas del siglo XVI y primeras del XVII se produce, porconsiguiente, un avecindamiento masivo de genoveses, casi todos relacionados con elmundo mercantil. Un buen número de ellos vendrán atraídos por las amplias exencionesfiscales que gozaban los vecinos de Cartagena dentro y fuera de la ciudad, otros tantos loharán aprovechando los contactos con algún familiar instalado en la ciudad o zonas próxi-mas y otros muchos como simples «factores» de grandes mercaderes residentes en otrasciudades, pero con intereses en ésta. Su composición se amplía no sólo de forma cuanti-tativa sino, lo que es más importante, también de manera cualitativa, asentándose en ellaalgunos miembros de destacadas familias ligures, con gran tradición comercial (Imperiali,Espínola, Digheri, Ferreto, Mayoli, Monleone, etc.), que elegirían Cartagena como basepara sus numerosos negocios.

Las diferentes coyunturas del siglo XVII marcarán el devenir de esta coloniaextranjera, cuya relación con Cartagena se movió en un difícil equilibrio entre la inser-ción, pues una gran parte de ellos se instalaron en la ciudad, casándose y estableciendouna familia que echó raíces en ella, y la estancia coyuntural en períodos más o menosdilatados (para otorgar la vecindad se exigía entre 10 y 20 años de residencia). Con todo,siempre se mantuvo un aporte constante de emigrantes italianos en la sociedad cartageneradel Siglo de Oro9.

La actividad de la colonia francesa es también visible, aunque como es de supo-ner, muy supeditada a los avatares de la rivalidad política hispano-gala. Por ello suavecindamiento fue más problemático, exigiéndoseles más garantías y tiempo de resi-dencia que a los genoveses, por ejemplo. Pese a ello, algunos de sus miembros ejercieronuna importante labor comercial, que arranca con los múltiples negocios de los bretonesJulián Jungue y Julián Launay Langabán, y continúa con otros tantos comerciantes fran-ceses, como Lorenzo Groutt, Juan del Poyo, Joselín Hacut, Gabriel y Juan Bautista Coe,Nicolás Pepín, Claudio Jac, Juan Rosquier, Pedro Gay, etc. Pero, a diferencia de los

8 A.M.C. Ac. cap. 10-XII-1583.9 Para una visión global de la presencia genovesa en Cartagena durante la Edad Moderna, véase: R. TORRESSÁNCHEZ, “La colonia genovesa en Cartagena durante la Edad Moderna” en Congreso Internacional RapportiGenova-Mediterraneo-Atlantico nell´età moderna, Génova, 1990, pp. 553-581.

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10 La afluencia de los inmigrantes franceses, sus motivaciones, sus regiones de procedencia y las especialidadesprofesionales de éstos, contrastadas con las necesidades laborales españolas, han sido ampliamente analizadaspor B. BENNASSAR, La España del Siglo de Oro, Barcelona, 1983, pp. 97-102.11 A.M.C. Caja 47, exp. 18.12 A.M.C. Caja 92, exp. 13.

CONCESIÓN DE VECINDADES A EXTRANJEROS EN CARTAGENA(1570-1625)

Origen NúmeroGénova (Italia) 98Florencia (Italia) 2Milán (Italia) 3Nápoles (Italia) 2Sicilia (Italia) 1Saboya (Italia) 1Ragusa 3Villafranca de Niza 1Lyon (Francia) 1Marsella (Francia) 1Bretaña (Francia) 3Bearn (Francia) 2Francia (no especificado) 3Portugal 15Flandes 2Berbería 4

Dentro de la colonia extranjera de Cartagena, la de origen portugués llegó a seruna de las más numerosas, sobre todo a partir 1580 tras la unión política de ambos reinos.Entre 1596 y 1611 fueron trece los portugueses avecindados en la ciudad, casi todos elloscomerciantes. En su mayoría traficaron con lana, tejidos y cereales, incluso realizan im-portantes acopios de trigo para galeras y galeones de las Indias11. Otros actuaron durantealgún tiempo en el sector de los paños, además de arrendar algunas rentas, como la de lospuertos secos12. De todas formas, no podemos hablar en el caso de los portugueses degran burguesía, sino de todo lo contrario.

FUENTE: A.M.C. Ac. caps. 1570-1630. Existen huecos documentales entre 1576-80, 1593-97, 1605-10,1616-18 y otros períodos mensuales debido a la no existencia de actas capitulares o al enorme deteriorode las mismas, con lo cual desconocemos una parte de las cifras.

naturales de Génova, nuestros vecinos galos, además de mercaderes, aportaron tambiénun nutrido grupo de profesionales de todas las especialidades: artesanos, taberneros,mesoneros, horneros, carniceros, etc.10.

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Flamencos, ingleses y hanseáticos fueron altamente sensibles a los acontecimientosbélicos de la época, toda vez que eran oriundos de las naciones enfrentadas con España.De hecho, los sucesos de Flandes influyeron decisivamente en la evolución del tráficomercantil hacia nuestro país. Por ello, su presencia en nuestra ciudad es prácticamentetestimonial, siendo muy escasos sus avecindamientos, lo que contrasta con otros puertosvecinos como Alicante o Málaga.

Finalmente, la intensa relación con el puerto magrebí de Orán facilitó un flujoconstante de población esclava de origen africano que fue forzada a insertarse en losgrupos marginales de la sociedad cartagenera. Era una población dedicada exclusiva-mente al servicio domestico y las labores del campo. Muchos de ellos consiguieron conel tiempo comprar su libertad y adquirir la condición de vecinos. Pero hubo tambiénotros muchos de procedencia oraní y de condición no esclava que también recalaron en lacomunidad cartagenera.

Actividad económica de los extranjeros: la preponderancia mercantil

El resurgir de Cartagena en los siglos XVI y XVII no hubiera sido posible sin laparticipación decisiva de una activa colonia de extranjeros que fue infiltrándose paulati-namente en los principales sectores económicos sobre los que se sustentó su expansión.De hecho, es imposible comprender el auge experimentado por nuestra ciudad en estaépoca sin valorar adecuadamente el papel fundamental jugado por la burguesía mercantilextranjera arraigada en ella en la apertura de este enclave portuario -y del reino de Mur-cia- a las grandes líneas del tráfico internacional, en un proceso creciente de extraversióneconómica. Nada mejor que la amplia representación consular establecida en Cartagenapara certificar tanto la presencia efectiva de colonias extranjeras como la labor comercialllevada a cabo por éstas. De hecho, como señaló en su día Kamen, a los principalescentros comerciales de España se les podía identificar por la presencia de un cónsulextranjero, y Cartagena llegó a tener prácticamente de todas las nacionalidades maríti-mas13.

Afirmamos con ello, tal como se ha repetido varias veces, la clara preponderan-cia del elemento mercantil sobre el resto de ocupaciones profesionales. Y en ello llevaronla iniciativa fundamentalmente los nativos de Génova, en un proceso que se inicia en lasúltimas fases del Medievo pero que adquiere continuidad a partir de 1550 cuando secierra un primer período de asentamiento de comerciantes extranjeros, caracterizado porla figura del mercader transeúnte, sin avecindar, y que vivía a caballo entre los puertos deAlicante y Cartagena; situación que cambia desde entonces cuando el asentamiento deextranjeros comienza a realizarse de forma masiva y tras éste el avecindamiento. Lafuerte resistencia inicial de la oligarquía municipal a la concesión de vecindades duró

13 Concretamente los de Génova, Nápoles, Venecia, Ragusa, Francia, Inglaterra, Holanda y Alemania (F.VELASCO HERNÁDEZ, Auge y estancamiento..., pp. 436-443).

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poco tiempo y lo común desde entonces fue la adquisición del estatuto de vecino trascinco o diez años de residencia, con un hogar familiar establecido. Una vez consolidadala colonia genovesa, hacia 1560-1580, le seguirán otras como la provenzal, la bretona ola portuguesa, y con ellas los negocios financieros y mercantiles se multiplicarán enconstante progresión, abriendo nuevas cuotas de mercado e internacionalizando la eco-nomía local y regional.

También en los padrones que venimos manejado se percibe esa preponderanciadel elemento mercantil sobre el resto de sectores económicos: de los 128 extranjeros de1563, treinta y nueve eran mercaderes (el 30 %), veinte en 1634 (el 23,5 %; habría queañadir los asimilados por vecinos) y veintiuno en 1683 (el 15,5 %). Sólo el subsector de“servicio doméstico” se le puede acercar, puesto que, como señalábamos, existía abun-dante mano de obra de condición servil, que en algunos casos, como en 1683, podíallegar al 37 % (se incluyen además de criados, niñeras y asistentes a los numerosos escla-vos procedentes de Orán o del corso).

Más heterogéneos eran los subsectores del “comercio minorista” (taberneros,mesoneros, posaderos, tenderos, verduleros, especieros...) y el del artesanado (sastres,plateros, sombrereros, pintores, tundidores, cerrajeros, zapateros, caldereros, etc.); am-bos representaban el 14 % y 16,4 %, respectivamente, en el padrón de 1563, y el 24 % y7,3 % en el de 1683. También tenían cierta representación los oficios relacionados con laalimentación (confiteros, pasteleros, horneros, carniceros, panaderos), con un 11 % y un13 % de 1563 y 1683. El resto de oficios (albañiles, pescadores, arraeces, barqueros,boticarios, relojeros, peluqueros, etc.) eran menos representativos tanto global comoporcentualmente.

Integración, arraigo social y promoción política

Si miramos con la perspectiva de casi dos siglos de actuación, debemos admitirque la sociedad cartagenera del Antiguo Régimen ofrecía un comportamiento muy tole-rante con respecto a los numerosos foráneos que recalaron en estas tierras. La vocacióninmigradora de la ciudad y su carácter cosmopolita, inherente a toda ciudad portuaria,facilitaba la integración en una sociedad abierta, al contrario que en las ciudades y pue-blos del interior, más tendentes al cerramiento y a la endogamia.

Pero, ¿fue tan fácil la inserción del grupo extranjero en la jerarquía social de laciudad?. Diversos testimonios apuntan a que no, al menos en la primera etapa inmigratoria.En un principio los extranjeros, genoveses en su mayoría, no supusieron ningún proble-ma, en tanto en cuanto sus intereses no chocaron con los de la oligarquía local. Sinembargo, los problemas y los roces se multiplicaron cuando aquellos se introdujeron enlas tradicionales fuentes de riqueza del viejo patriciado urbano, esto es, en la explotaciónagraria, compra-venta de lana, arrendamientos de rentas y otros. La situación conflictivase agravó cuando los mercaderes accedieron a los órganos de poder, compartiendo con laantigua oligarquía el dominio del Concejo. Sin embargo, ésta no fue la forma común queimperó durante el siglo XVII, sino que, al contrario, hubo una lenta pero continua inte-

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gración desde las primeras décadas de ese siglo, como atestiguan la gran cantidad dematrimonios mixtos que se celebran en la propia ciudad.

El primer paso en esta carrera hacia la inserción en la comunidad era la naturali-zación, es decir, la admisión de derecho en el seno de la sociedad cartagenera. Existíandos vías fundamentales para lograrlo: el avecindamiento y el matrimonio con una lugare-ña. En el primer caso, no existía una normativa definida que lo regulara, pero se exigíageneralmente la residencia continuada en la ciudad durante diez años y algunos otrosrequisitos. El matrimonio, que duda cabe, facilitaba mucho mejor las cosas. El mercadomatrimonial cartagenero distaba mucho de ser un coto cerrado, como bien demuestranlos más de 170 matrimonios entre nativas y extranjeros -incluidos algunos pocos de luga-reños con foráneas- registrados entre 1593 y 164014.

El casamiento con un vecino/a era, por consiguiente, la aspiración de la mayoríade extranjeros que habían decidido fijar su residencia definitiva aquí, hecho que tambiénse repite en otras urbes comerciales como Sevilla, Valladolid, Burgos o Medina. El enla-ce matrimonial aportaba seguridad y estabilidad en el marco social de la ciudad y su áreade influencia, favorecía la integración y creaba sus propios vínculos y relaciones con losotros miembros de la comunidad. A partir de aquí, se podrían diseñar otras estrategias,buscando perspectivas más amplias, como el acceso a los órganos de poder y elennoblecimiento.

El carácter cosmopolita de esta sociedad, en su conjunto, no presuponía la conce-sión de facilidades a la hora de acceder a la escena política, sino todo lo contrario. Setrataba precisamente de un terreno vedado a todo aquel que no procediera de los viejoslinajes. Pero a veces la obstinación y el tesón de los extranjeros asimilados superabacualquier resistencia, por fuerte que pareciera. Algo así fue ocurriendo en Cartagenadesde finales del siglo XVI en un proceso lento, pero continuado, de infiltración en lasestructuras políticas de la ciudad y en especial en su principal órgano rector: el Concejo.El impacto inicial fue violento, pero no llegó a interrumpir el proceso de inserción.

La llegada del bretón Julián Jungue a la regiduría en 1589 provocó fuertes tensio-nes entre los miembros del Concejo, incluso hubo quien le acusó de colaboración con losinfieles ingleses, pero su enorme poder acabó desplazando a sus oponentes. Pero la puer-ta había quedado definitivamente abierta y a Pedro Casanova siguieron Francisco Bosso-1581-, Alexandro de Marco -1588-, el citado Julián Jungue, Tomás Diguero -1592-,Pedro Francisco Panesi -1593, Gregorio Monleón, etc.

El viejo patriciado se veía incapaz, a todos los efectos, de frenar la intromisióndel grupo mercantil en los órganos dirigentes, pues su poderío económico seducía, conmás facilidad de la esperada, a una Corona con ciertas estrecheces económicas, que teníaen la venta de cargos un excelente recurso fiscal. Esta situación llegará a ser escandalosa

14 A.P.S.M.G. Libros de desposorios nº 2, 3 y 4 (1593-1665). Sobre este tema véase mi artículo: F. VELASCOHERNÁNDEZ, “Comportamientos y estrategias sociofamiliares de la burguesía mercantil de Cartagena enlos siglos XVI y XVII” en Familia, transmisión y perpetuación (siglos XVI-XIX), Murcia, 2002, pp. 221-239.

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15 A.H.P.M. Prot1. 5298, fols. 189r./190r.16 El número aproximado de regidores a mediados de siglo sería de unos treinta a treinta y cinco, según V.MONTOJO, “Matrimonio y patrimonio en la oligarquía de Cartagena (siglos XVI-XVII)” en Familia, gru-pos sociales y mujer en España (siglos XV-XIX), Murcia, 1991, pp. 53-56.17 Archives Nationales de France (A.N.F.), Estado, serie K, leg1. 1.453.

dos o tres décadas después, en el reinado de Felipe IV, cuando la compra-venta de títulosse convierta en un negocio más, muy al gusto de nuestros mercaderes. Valga como ejem-plo el poder que concede Deodato Imperial, mercader genovés de Cartagena, en 1630 aun vecino de Madrid, para que le compre en la Corte dos regidurías, una en Murcia y otraen Cartagena, de las «nuevamente acrecentadas»15. A partir de 1619, se incorporaríannuevos mercaderes de origen extranjero, como Vicente Imperial, Jusepe Ansaldo, JuanMatías del Poyo y Jácomo Rato. En los años siguientes, tomará el relevo una segundageneración con Diego Corvari, Francisco Jungue, Francisco Diguero y Juan LorenzoRato, que continuará la labor iniciada por sus padres. También se integran apellidos nue-vos como los Interiano, Tacón, Baldasano, Machavelo, Preve y Lamberto. Casi todosellos accedieron al cargo por compra, definitiva (regidores perpetuos) o temporal (a algu-na de las antiguas familias de la élite local con apuros económicos).

Llegados a este punto, es preciso reflexionar sobre la enorme trascendencia quesupone el hecho del progresivo control de los órganos de gobierno de la ciudad por partede una burguesía no castellana, venida del extranjero, que se va haciendo poco a pococon el poder hasta llegar a monopolizarlo. Si a comienzos de siglo apenas participaban ensu gestión dos miembros de la burguesía extranjera, a mediados del mismo se llega hastatrece, lo que supone entre el 40 y el 60 % de su composición16. Porque aunque tambiénfue frecuente el acceso por parte de la burguesía a los cargos municipales en otras ciuda-des castellanas, como Medina del Campo, Valladolid, Segovia o Soria, se trató siemprede una burguesía nacional, muy apegada a sus raíces. Por eso, no queremos pasar sobre eltema sin hacer hincapié en este punto, toda vez que, entre otras cosas, supone posible-mente una de las pocas experiencias en este sentido, junto a Cádiz y Sevilla -y posible-mente Málaga- que se conocen en la Castilla del Antiguo Régimen.

Aunque buena parte de los elementos de la colonia extranjera permanecieronfieles a su condición mercantil o profesional, sin embargo, algunos otros con cierta voca-ción elitista buscaron desde su llegada el acceso a la hidalguía, esto es, el ennoblecimiento.La mayoría de ellos se sirvieron del matrimonio para conseguir su fin, sobre todo a partirde 1601 cuando ya se había realizado el primer «padrón de hijosdalgo», en el que yaaparecen algunos apellidos de mercaderes foráneos como el de los Ferreto, Grasso, Mayoli,Panesi (de origen genovés), Jungue y Launay Langabán (de origen francés). Pero la in-clusión en ese padrón no aseguraba totalmente el estatuto de hidalguía. El mismo JuliánLaunay tuvo que apelar al Consejo Real para que se le reconociera tal condición17.

Por tanto, desde comienzos del siglo XVII los cruces con la oligarquíaseminobiliaria local -la vieja aristocracia de terratenientes y ganaderos- comienzan adarse, de forma lenta al principio, aunque acelerada desde la segunda mitad del XVII, a

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partir de la cual se convierte en un hecho habitual; eso sí, considerando siempre el nivelde fortuna del candidato/a a la hidalguía. Podemos afirmar, en definitiva, que al contrarioque en las viejas ciudades castellanas, la promoción interestamental fue relativamenteasequible para los extranjeros enriquecidos, al igual que para los de origen local, regionalo extrarregional. Veamos un ejemplo:

18 J.A. MARAVALL, Estado moderno y mentalidad social, Madrid, 1972, t. II, p. 38. De hecho en la lista decomerciantes y consignatarios de Cartagena de 1779 y 1786 publicada por C. PARRÓN SALAS, “Comerciomarítimo y comerciantes de Cartagena en el siglo XVIII”, Revista de Historia Naval, 29, (1990), pp. 50-52,no aparece relacionado ninguno de los apellidos de los mercaderes cartageneros del siglo XVII. Sí, en cam-bio, se constata la existencia de cuatro apellidos conocidos (Rato, Fabri, Pereti y Lamberto) en la nómina decomerciantes de los años 1713-15 publicada por C. ROMÁN, “Actividad mercantil en una ciudad de laperiferia. Cartagena, 1713-15”, Cuadernos de Historia Moderna, 10, (1989-90), pp.72-73.

MERCADERES HIDALGOS DE ORIGEN EXTRANJEROEN CARTAGENA (1646)

-Gabriel Baldasano (R) -Gregorio Monleón-Jusepe Blanquete (R) -Juan Bautista Muçio.-Leandro Corvari -Juan del Poyo-Bernardo Fravega -Agustín Ignacio Preve (R)-Antonio Fravega -Pedro Francisco Raxo-Nicolás Fravega -Juan Carlos Tacón (R)-Francisco Imperial -Jusepe Esteban Tacón (R)-Vicente Imperial -Francisco Tacón-Ceprián Machavelo -Diego Corvari

FUENTE: A.M.C. Padrón de moneda forera, 1646. (R)= Regidor

Enlace matrimonial, por tanto, con el viejo patriciado y -ocasionalmente- la comprade señoríos, fueron las fórmulas más usadas por la colonia extranjera avecindada en estaciudad para conseguir la hidalguía. A partir de aquí, los más poderosos intentaron medrarhacia posiciones más elevadas, haciéndose rodear de la nobleza de mayor estirpe delreino -pertenecientes a la familia de los Fajardo, adelantados del reino desde los tiemposde la Reconquista- o a la alta nobleza castellana.

Podemos afirmar en consecuencia, que existió cierta tendencia por una parte dela burguesía cartagenera de origen extranjero hacia el ennoblecimiento, cuyas señas deidentidad se muestran no sólo a través del entronque con las principales -y escasas- fami-lias nobiliarias de la región, sino por su modo de vida, acumulación de cargos y propieda-des, inclinación hacia la ostentación y el boato, etc. Por eso, fue difícil encontrar grandesdinastías mercantiles que superasen las tres generaciones, como parece ser una regla entoda Castilla18. De hecho, aunque en algunas familias de origen genovés como los Panesi,Blanquete, Tacón, Fravega o Lardón se sucediesen más de dos generaciones, la energía y,

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sobre todo, la capacidad de negociar de aquellos primeros mercaderes, perderá pujanza ysolidez. La adquisición de propiedades rústicas y urbanas y la inmovilización, por consi-guiente, de capitales, fue la nota predominante entre esta burguesía mercantil enriqueci-da venida del extranjero.

Conclusiones

A lo largo de estas páginas hemos podido constatar la presencia de una nutridacolonia extranjera en Cartagena, cuyo proceso de asentamiento se inicia a comienzos dela segunda mitad del siglo XVI y se mantiene en constante progresión a lo largo del sigloXVII, con un período máximo en torno a las décadas de 1620 y 1630 y una etapa derecesión en los años centrales de dicha centuria. El número de extranjeros se mantuvopor encima de los 100 miembros en buena parte del período y pudo acercarse en determi-nados momentos a los 200 componentes, teniendo en cuenta que una buena parte de esosinmigrantes fueron asimilados, concediéndoseles el estatuto de vecinos. Porcentualmente,el número de éstos debió moverse según la época en una banda entre el 10 y 15 % de lapoblación.

A nivel de nacionalidades destacó la presencia secular de los italianos, especial-mente los genoveses, seguidos muy de lejos por los franceses, portugueses y los proce-dentes de Berbería. Otra de las características que definió a la colonia extranjera fue lapreponderancia de las actividades mercantiles sobre el resto de ocupaciones, si bien escierto que existió un grupo importante de población empleada en el servicio doméstico(oriundos berberiscos) y en los sectores artesanal, del comercio minorista y alimentación(predominio francés).

Se constata, por último, un proceso lento de inserción del elemento extranjero enla sociedad cartagenera del Siglo de Oro, no sin tensiones, aunque imparable. Este proce-so estableció una serie de jerarquías en la promoción de la colonia extranjera, que sematerializó en la mayor parte de los casos en el avecindamiento del inmigrante, con o sincasamiento con un/a vecino/a, pero que en algunos otros (más limitados) continuó haciala hidalguía, el ennoblecimiento y la participación en la oligarquía municipal o militar.

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ÍNDICE TOMO I

PRESENTACIÓNVILLAR GARCÍA , Mª. Begoña . .................................................................................................................... 15

PONENCIAS

Franceses en tierras de España: Una presencia mediadora en el Antiguo RégimenAMALRIC, Jean Pierre . .................................................................................................................................. 23

El papel de los extranjeros en las actividades artesanales y comerciales delMediterráneo español durante la Edad ModernaFRANCH BENAVENT, Ricardo . ................................................................................................................... 39

Los extranjeros en el tráfico con indias: Entre el rechazo legal y la toleranciafuncionalGARCÍA-BAQUERO GONZÁLEZ, Antonio . ............................................................................................. 73

Andalucía en el contexto migratorio de España en la Edad ModernaSANZ SAMPELAYO, Juan . ............................................................................................................................ 101

COMUNICACIONES

Sobre los orígenes de la burguesía malagueña: los primeros Krauel en MálagaALBUERA GUIRNALDOS, Antonio . ........................................................................................................... 123

Los ingleses en Ferrol en el siglo XVIIIAMENEDO COSTA, Mónica . ........................................................................................................................ 133

Los extranjeros en la Colección de Originales del Archivo Municipal de MálagaBARRIONUEVO SERRANO, Mª Rosario y MAIRAL JIMÉNEZ, Mª Carmen . ................................... 143

Mercaderes y artesanos franceses en el sur deAragón. La emigración en Calamocha,1530-1791BENEDICTO GIMENO, Emilio . .................................................................................................................. 155

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Les étrangers dans les Pays-Bas espagnols (XVIe-XVIIe. Siécles)BERNARD, Bruno . .......................................................................................................................................... 175

“D’estranya nació”. Artesanos extranjeros en el Reino de Mallorca (ss.XVI –XVIII)BERNAT I ROCA, Margalida; DEYÁ BAUZÁ, Miguel J. y SERRA I BARCELÓ, Jaume . ............... 187

Intermediarios imprescindibles. Los extranjeros en la élite del comercio mallorquíndel siglo XVII: el mercado del aceiteBIBILONI, Andreu . .......................................................................................................................................... 203

Mercaderes italianos en las importaciones marítimas valencianas en el segundocuarto del seiscientos (1626-1650)BLANES ANDRÉS, Roberto . ......................................................................................................................... 217

La colonia maltesa en Las Palmas en el Antiguo RégimenBRITO GONZÁLEZ, Alexis D. . .................................................................................................................... 229

Los extranjeros en la milicia española. Análisis del componente foráneo en elejercito de guarnición en Ceuta durante el siglo XVIIICARMONA PORTILLO, Antonio . ................................................................................................................ 241

La factoría británica de Cádiz a mediados del siglo XVIII: organización y laborasistencialCARRASCO GONZÁLEZ, Guadalupe . ....................................................................................................... 255

Irlandeses en el comercio gaditano-americano del SetecientosCHAUCA GARCÍA, Jorge . ............................................................................................................................ 267

Aspectos socioeconómicos de la inmigración francesa en Jaén (1750-1834)CORONAS TEJADA, Luis . ............................................................................................................................ 279

Jerónimo Genoin: mercader y cónsul de extranjeros en la Mallorca de principiosdel siglo XVIIDEYÁ BAUZÁ, Miguel José . ......................................................................................................................... 289

Fuentes documentales municipales para el estudio de los extranjeros en la EdadModerna. El paradigma de AntequeraESCALANTE JIMÉNEZ, José. . .................................................................................................................... 301

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Sospechosos habituales: contrabando de tabaco y comerciantes extranjeros en lospuertos españolesESCOBEDO, Rafael . ...................................................................................................................................... 313

En busca de fortuna. La presencia de flamencos en España. 1480-1560FAGEL, Raymond . ........................................................................................................................................... 325

La comunidad británica en Tenerife durante la Edad ModernaFAJARDO SPÍNOLA, Francisco . ................................................................................................................. 337

Carew, Langton and Power, an irish trading house in Cádiz, 1745 – 1761FANNIN, Samuel . ............................................................................................................................................. 347

Estrategias en tiempos de incertidumbre: Las familias flamencas y la emigraciónmilitar a España a principios del siglo XVIIIGLESENER, Thomas . ..................................................................................................................................... 353

Las colonias mercantiles extranjeras en Aragón en el Antiguo RégimenGÓMEZ ZORRAQUINO, José Ignacio . ...................................................................................................... 365

Extranjeros en el siglo XVIII: procesos de integración y de solidaridad internaGONZÁLEZ BELTRÁN, Jesús Manuel . ...................................................................................................... 379

Las comunidades extranjeras y la posesión de esclavos en el Jerez de la Fronteradel siglo XVI.IZCO REINA, Manuel Jesús . ......................................................................................................................... 391

El atractivo gaditano para los suizos de la segunda mitad del siglo XVIII. Delcapitalismo mercantil hasta los pequeños probadores de fortunaJAHIER, Hugues . ............................................................................................................................................. 401

Irlandeses y Británicos en Cádiz en el siglo XVIIILARIO DE OÑATE, María del Carmen . ..................................................................................................... 417

Extranjeros en la comarca antequerana a finales del Antiguo RégimenLEÓN VEGAS, Milagros . ............................................................................................................................... 427

Expósitos y nodrizas portugueses en la inclusa deAyamonte durante el siglo XVIIILÓPEZ VIERA, David . ................................................................................................................................... 443

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Franceses en Valencia en 1674LORENZO LOZANO, Julia . .......................................................................................................................... 457

La colectividad francesa en el Ferrol del siglo XVIIIMARTÍN GARCÍA, Alfredo . ........................................................................................................................... 469

La relación de los comerciantes extranjeros y los escribanos públicos malagueñosdel siglo XVIIMENDOZA GARCÍA, Eva . ............................................................................................................................ 481

Familias genovesas afincadas en Murcia vinculadas al comercio sederoMIRALLES MARTÍNEZ, Pedro . ................................................................................................................... 493

Mercaderes portugueses en la Murcia del siglo XVIIMIRALLES MARTÍNEZ, Pedro . ................................................................................................................... 505

Una compañía de comercio internacional en la Galicia del siglo XVIIIMONTERO AMENEIRO, Lidia María . ....................................................................................................... 519

El predominio extranjero en el comercio exportador de Vélez-Málaga durante elsiglo XVIIIPEZZI CRISTÓBAL, Pilar . ............................................................................................................................ 529

Portugueses avecindados en Madrid durante la Edad Moderna (1593-1646)PULIDO SERRANO, Juan Ignacio . ............................................................................................................. 543

Los mercaderes extranjeros en Madrid: Compañías y negocios (1648-1679)RAMOS MEDINA, María Dolores . .............................................................................................................. 555

El comerciante flamenco Henrique Baneswick y su integración en la sociedadmalagueña (s. XVII–XVIII)REDER GADOW, Marion . ............................................................................................................................. 569

Corrientes migratorias extranjeras con destino a Málaga en el siglo XVII.Análisisde la incidencia francesaRODRÍGUEZ ALEMÁN, Isabel . ..................................................................................................... 583

Mercaderes y financieros. Los genoveses de Toledo entre 1561 y 1621RODRÍGUEZ DE GRACIA, Hilario . ........................................................................................................... 597

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Los extranjeros que llegaron a Andalucía como colonos de las Nuevas Poblacio-nes de Sierra Morena y Andalucía en el siglo XVIIISÁNCHEZ-BATALLA MARTÍNEZ, Carlos . ................................................................................................ 611

La importancia geoestratégica de Canarias a través de la actuación de los holande-ses durante el siglo XVIISANTANA PÉREZ, Germán . ......................................................................................................................... 623

“Los hombres de negocios” extranjeros en la Málaga del último tercio del sigloXVIISANTOS ARREBOLA, María Soledad . ....................................................................................................... 635

Los comerciantes extranjeros y el negocio del tabaco en la España del siglo XVIIISOLBES FERRI, Sergio . ................................................................................................................................ 643

Inmigrantes extranjeros en Mallorca, 1448-1589VAQUER BENNASAR, Onofre . .................................................................................................................... 657

Diaspora entrepreneurial networks. The maltese in eighteenth-century Spain. Acomparative perspectiveVASSALLO, Carmel . ....................................................................................................................................... 667

La colonia extranjera de Cartagena en los siglos XVI y XVII: poder económico yarraigo socialVELASCO HERNÁNDEZ, F. . ........................................................................................................................ 681

Franceses en la Lleida Moderna. Posibilidades para trabajar, dificultades deinserción.VILALTA, María José . .................................................................................................................................... 695

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ÍNDICE TOMO II

PONENCIAS

Los extranjeros en el gobierno de la Monarquía HispanaCASTELLANOS CASTELLANOS, Juan Luis . ........................................................................................... 11

Los extranjeros en la cornisa cantábrica durante la Edad ModernaREY CASTELAO, Ofelia . ............................................................................................................................... 23

La imagen de los europeos occidentales en la historiografía española de los si-glos XVI y XVII (1517-1648)SCHÜLLER, Karin . ......................................................................................................................................... 59

Los extranjeros en Canarias durante el Antiguo RégimenLOBO CABRERA, Manuel y TORRES SANTANA, Mª Elisa . ................................................................. 79

COMUNICACIONES

Los Fornari y las rentas de Orán a comienzos del siglo XVI. Financiación del reyy negocio familiarALONSO GARCÍA, David . ............................................................................................................................ 101

Viajeros extranjeros en Andalucía en la primera mitad del siglo XIXÁLVAREZ ARZA, Mª José . ............................................................................................................................. 113

Libros extranjeros en la biblioteca del matemático Benito Bails (1731-1797)ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, Inmaculada . ............................................................................................. 125

Los Stafford, una familia irlandesa en EspañaBRUQUETAS DE CASTRO, Fernando . ..................................................................................................... 139

Los extranjeros en laAlta Administración española del siglo XVIII: El caso de losCapitanes Generales de MallorcaCAIMARI CALAFAT, Tomeu . ........................................................................................................................ 149

Iglesia y religiosidad española según la Condesa d’Aulnoy (segunda mitad delsiglo XVII)CAMPA CARMONA, Ramón de la . .............................................................................................................. 161

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Nación extranjera y cofradía de mercaderes: el rostro piadoso de la integraciónsocialCRESPO SOLANA, Ana . ................................................................................................................................ 175

La estratificación social de España vista por los viajeros extranjeros del siglo XIXDEL PINO ARTACHO, Juan . ........................................................................................................................ 189

“Entrar en asientos con naturales de Flandes”. Asentistas flamencos en la corte deFelipe IVESTEBAN ESTRÍNGANA, Alicia . ................................................................................................................ 196

Andalucía vista por Christian August Fischer, viajero alemán del siglo XVIIIFRIEDERICH-STEGMANN, Hiltrud . ......................................................................................................... 217

Dionisio Mantuano. Ventura y desventuras de un pintor boloñés en las cortes deFelipe IV y Carlos IIGARCÍA CUETO, David y SÁNCHEZ DEL PERAL Y LÓPEZ, Juan Ramón . ................................... 227

Extranjeros en la Castilla interior durante el Antiguo Régimen. Mentalidad y cul-tura material: Actitudes similares y comportamientos diferenciadosGARCÍA FERNÁNDEZ, Máximo . ................................................................................................................ 241

Cuando los libros fueron el arma de los extranjeros. Influencia de Francia en lavida cotidiana española del siglo XVIIIGARCÍA HURTADO, Manuel Reyes . .......................................................................................................... 259

Obispos irlandeses y la Monarquía Hispánica en el siglo XVIGARCÍA HERNÁN, Enrique . ........................................................................................................................ 275

Notas para un estudio historiográfico de los viajeros por España y Portugal duran-te los siglos XV al XVIIGARCÍA-ROMERAL PÉREZ, Carlos . ......................................................................................................... 281

El ejercicio de la mediación por los extranjeros en la Corona de CastillaGARRIDO ARREDONDO, José . .................................................................................................................. 291

¿Status de residente?. Nuevas aportaciones biográficas del viajero inglés FrancisCarterGARVAYO GARCÍA, Dolores . ....................................................................................................................... 307

Descripción de Málaga y su costa por Pedro TexeiraGIL SANJUÁN, Joaquín . ............................................................................................................................... 323

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El flamenco Joris Hoefnagle pintor de las capitales andaluzas del QuinientosGIL SANJUÁN, Joaquín y SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio . .............................................................. 341

La imagen del Cementerio inglés de Málaga en los viajeros extranjeros: la miradadel otroGIRÓN IRUESTE, Enrique y ARENAS GÓMEZ, Andrés . ...................................................................... 359

Injerencias estéticas flamencas en la pintura del barroco en Málaga: MiguelManriqueGONZÁLEZ TORRES, Javier . ...................................................................................................................... 369

Un inglés en la Asturias del XVIII: El viaje de TownsendGONZÁLEZ SÁNCHEZ, Irma . ..................................................................................................................... 381

Felix Oneille: un irlandés Capitán General de Galicia entre 1774 y 1778GONZÁLEZ SOUTO, Irma . ........................................................................................................................... 395

Robert Semple (1766-1816). Un “viajero” en la España de la crisis del AntiguoRégimenGUERRERO LATORRE, Ana Clara . ........................................................................................................... 405

Imágenes de la Nobleza: La nobleza castellana ante los ojos de los viajeros ex-tranjeros en la Edad ModernaGUILLÉN BERRENDERO, José Antonio . ................................................................................................. 415

Los viajeros extranjeros de la Edad Moderna como fuente para la Historia delArte: Su aplicación al patrimonio artístico sevillanoHERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador . ........................................................................................................ 427

Los extranjeros en la administración corregimental española del siglo XVIIIIRLES VICENTE, María del Carmen . ......................................................................................................... 439

El Rosellón tras el Tratado de los Pirineos: un caso de neoextranjería (1659-1700)JANÉ CHECA, Oscar . .................................................................................................................................... 451

Rasgos socioculturales de Castilla y Andalucía a mediados del siglo XIX según lavisión de una viajera inglesaJIMÉNEZ CARRA, Nieves . ............................................................................................................................ 465

Los viajeros ingleses y la InquisiciónKRAUEL, Blanca . ........................................................................................................................................... 477

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Diplomáticos europeos en la España de mediados del siglo XVIII. Inmigrantes deida y vueltaLAVANDEIRA HERMOSO, Juan Carlos . .................................................................................................. 485

La Hermandad de los franceses de Granada en el siglo XVIIILÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis . ......................................................................................... 495

Entre Málaga y Granada: La aventura de viajar en la primera mitad del siglo XIXLÓPEZ-BURGOS, Mª Antonia . .................................................................................................................... 511

Una patente desconocida del siglo XVIIILORENZO MODIA, María Jesús . ............................................................................................................... 527

Una aproximación al estudio de los pintores extranjeros en la Sevilla del Siglo deOroMÉNDEZ RODRÍGUEZ, Luis . ..................................................................................................................... 535

Perfil inquisitorial de los marineros extranjeros en la sociedad canariaMORENO FLORIDO, María Berenice . ...................................................................................................... 547

Extranjeros y heterodoxias en el Cádiz del siglo XVIII: La presencia protestanteMORGADO GARCÍA, Arturo . ...................................................................................................................... 557

Irish students and merchants in Seville, 1598-1798MURPHY, Martin . ........................................................................................................................................... 565

Francisco Cabarrús, el éxito de un inmigranteNUIN PÉREZ, Lucía . ...................................................................................................................................... 573

Extranjeros en el Cabildo Municipal malagueñoOCAÑA CUADROS, Ivanova . ....................................................................................................................... 583

Los extranjeros en España e Indias según el ilustrado peruano José Eusebio LlanoZapata (1756-1770)PERALTA RUIZ, Victor . ................................................................................................................................. 595

La situación de algunos prisioneros franceses en Málaga durante la Guerra contrala ConvenciónPÉREZ BLÁZQUEZ, Aitor . ........................................................................................................................... 607

La estirpe de los Trevani y la Inquisición españolaPÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ, Mª Isabel . ...................................................................................... 617

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I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo II, pp. 3 - 8.ISBN: 84-688-2633-2.

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Unidades extranjeras en el ejército borbónico español del siglo XVIIIPÉREZ FRÍAS, Pedro Luis . ........................................................................................................................... 631

“Mártires de profesión”: Estudio de caso de los conflictos de las comunidadesinglesa e irlandesa en la Andalucía de finales del XVIIPÉREZ TOSTADO, Igor . ................................................................................................................................ 645

Los viajeros extranjeros y la crisis del Antiguo Régimen en España: el viaje comofuente históricaREPETO GARCÍA, Diana . ............................................................................................................................ 657

Intereses comerciales y conspiración internacional judaica: La delación de JuanBueno GuiponiROLDÁN PAZ, Lorena . .................................................................................................................................. 669

Leyes de inmigración y flujos migratorios en la España ModernaSALAS AUSÉNS, José Antonio . .................................................................................................................... 681

Cesare Arbassia, un pintor italiano para los círculos humanistas hispanos del sigloXVISÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio . ............................................................................................................... 699

Judíos y protestantes: La herejía en la jurisdicción de la Inquisición de Cartagenade IndiasSÁNCHEZ BOHÓRQUEZ, José Enrique . .................................................................................................. 711

El mundo ruso en una comedia de Lope de Vega: la manipulación literariaSMOKTI, Eugenia . .......................................................................................................................................... 721

El “grupo irlandés” bajo el ministerio Wall (1754-63)TÉLLEZ ALARCIA, Diego. ............................................................................................................................. 737

La música y el baile en España a través de la mirada de Wilhelm von Humboldt(1799-1800)TORRE MOLINA, María José de la . ........................................................................................................... 751

Cautivos extranjeros en la Málaga ModernaTORREBLANCA ROLDÁN, María Dolores . ............................................................................................. 761

Las dificultades de ser financiero extranjero en la España de Carlos IIITORRES SÁNCHEZ, Rafael . ......................................................................................................................... 771

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Extranjeros en España y sus aportaciones a la ciencia y la técnica ilustradasVILLAS TINOCO, Siro . .................................................................................................................................. 781

Cargos concejiles en manos de comerciantes extranjerosYBÁÑEZ WORBOYS, Pilar . .......................................................................................................................... 793