Los dos perros

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C. P. Álvar Fáñez Grupos flexibles de Lengua Nivel 5º Los dos perros Un cazador tenía dos perros: uno, fiero; y otro, manso. Al fiero bastaba decirle "¡ataca!" para que se lanzase contra quien fuera, persona o animal, dispuesto a destrozarlo con sus uñas y sus colmillos; al manso no había forma de hacerle atacar a nadie. - ¿Para qué me sirves, perro holgazán? Siempre a mi lado, siempre mirándome y dando vueltas en torno a mí. No quiero volver a verte; márchate. Se iba, pero no tardaba en regresar, suplicando a su amo que le dejase entrar en la choza. Hasta que una noche el cazador no le abrió, y a voces le dijo: - Tienes miedo de los lobos, ¿verdad? Hay una manada que ronda los alrededores y vienes asustado. Pues enfréntate a ellos y aprende a luchar como un valiente. El perro manso se quedó gimiendo ante la puerta, horas y horas, con gran angustia. Cansado ya de oírle y de que no le dejase dormir, el cazador ordenó al fiero. -¡Ataca! Salió decidido a todo; fuera se oyeron unos furiosos rugidos, como de pelea, y el mastín no tardó en regresar abatido, lleno de espanto. - ¿Será posible que te haya vencido ese cobarde lastimero? Ven conmigo; yo saldré por delante.. No tomó siquiera la lanza porque sobraba con un palo para lo que se proponía. Salió, y no había dado muchos pasos cuando se encontró rodeado de lobos. Lo cercaron. El palo no los ahuyentaba, sino que los enfurecía más aún. .¡Ataca! - gritó. Bastante tenía el mastín con defenderse. El cazador tuvo que luchar solo contra aquella jauría que le saltaba al cuello, le mordía los tobillos, le desgarraba la espalda. Cayó al suelo, indefenso. Y entonces sintió tras de sí el ladrido de su perro manso. Los lobos se volvieron hacía él, asombrados de que se les atreviese. Pero el perro manso no venía a luchar; venía, nada más, a llevarse a su amó. Lo arrastró con los dientes, tirando de la ropa, hacia la casa; hasta que el cazador pudo a duras penas ponerse en pie, entrar y cerrar la puerta. Todavía el perro manso volvió a salir, pese a que su amo se lo prohibía: - ¡No abras! ¿No ves que podrían entrar los lobos? Pero abrió y se echó fuera. Poco después regresaba trayendo al mastín y lo dejaba, junto a la lumbre, a salvo. Tanto el cazador como su perro fiero tardaron en curar de sus heridas. El perro manso se las lamía a los dos, tratando de curárselas. Joaquín Aguirre Bellver. "Historias del árbol yarmín"

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C. P. Álvar Fáñez Grupos flexibles de Lengua Nivel 5º

Los dos perros

Un cazador tenía dos perros: uno, fiero; y otro, manso. Al fiero bastaba decirle "¡ataca!" para que se lanzase contra quien fuera, persona o animal, dispuesto a destrozarlo con sus uñas y sus colmillos; al manso no había forma de hacerle atacar a nadie.

- ¿Para qué me sirves, perro holgazán? Siempre a mi lado, siempre mirándome y dando vueltas en torno a mí. No quiero volver a verte; márchate.

Se iba, pero no tardaba en regresar, suplicando a su amo que le dejase entrar en la choza.Hasta que una noche el cazador no le abrió, y a voces le dijo:- Tienes miedo de los lobos, ¿verdad? Hay una manada que ronda los alrededores y vienes

asustado. Pues enfréntate a ellos y aprende a luchar como un valiente.El perro manso se quedó gimiendo ante la puerta, horas y horas, con gran angustia. Cansado

ya de oírle y de que no le dejase dormir, el cazador ordenó al fiero.-¡Ataca!Salió decidido a todo; fuera se oyeron unos furiosos rugidos, como de pelea, y el mastín no

tardó en regresar abatido, lleno de espanto.- ¿Será posible que te haya vencido ese cobarde lastimero? Ven conmigo; yo saldré por

delante..No tomó siquiera la lanza porque sobraba con un palo para lo que se proponía. Salió, y no

había dado muchos pasos cuando se encontró rodeado de lobos. Lo cercaron. El palo no los ahuyentaba, sino que los enfurecía más aún.

.¡Ataca! - gritó.Bastante tenía el mastín con defenderse. El cazador tuvo que luchar solo contra aquella jauría

que le saltaba al cuello, le mordía los tobillos, le desgarraba la espalda. Cayó al suelo, indefenso.Y entonces sintió tras de sí el ladrido de su perro manso. Los lobos se volvieron hacía él,

asombrados de que se les atreviese. Pero el perro manso no venía a luchar; venía, nada más, a llevarse a su amó. Lo arrastró con

los dientes, tirando de la ropa, hacia la casa; hasta que el cazador pudo a duras penas ponerse en pie, entrar y cerrar la puerta.

Todavía el perro manso volvió a salir, pese a que su amo se lo prohibía:- ¡No abras! ¿No ves que podrían entrar los lobos?Pero abrió y se echó fuera. Poco después regresaba trayendo al mastín y lo dejaba, junto a la

lumbre, a salvo.Tanto el cazador como su perro fiero tardaron en curar de sus heridas. El perro manso se las

lamía a los dos, tratando de curárselas. Joaquín Aguirre Bellver. "Historias del árbol yarmín"

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COMENTARIO DE TEXTO: "Los dos perros"

VocabularioExplica el significado que tienen en el texto las siguientes palabras y escribe una oración con cada una:holgazán - choza - manso - manada - ronda - gimiendo - mastín - jauría - abatido.

Retención1. ¿Con qué atacaba el perro fiero?2. ¿Qué hizo el perro manso cuando el dueño lo echó de casa?3. ¿Cómo volvió el perro fiero a la casa?4. ¿Qué arma llevaba el hombre?5. ¿Quiénes atacaron al cazador?6. ¿Qué hizo el perro manso para salvar a su dueño?

Organización

7. Señala las partes en que se divide el texto y di qué se cuenta en cada una.8. Resume el texto.9. De las siguientes ideas señala la que creas que es la principal:

- La violencia no es buena para nada ni para nadie.- El perro fiero tardó en curar sus heridas.- El cazador luchó solo contra aquella jauría.

Interpretación

10. ¿Por qué se queda gimiendo el perro manso?11. ¿Quién cree el dueño que ha atacado al perro fiero?12. ¿Por qué el cazador sale con un palo y no con la lanza?13. ¿Qué pretendía el perro manso cuando se enfrenta a los lobos?14. ¿Por qué no defendía el perro fiero a su amo?

Valoración

15. Juzga razonadamente las actitudes de ambos perros.