Los Crímenes Rituales Entre Los Judíos

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  • BIBLIOTECA NACIONALSOCIALISTA IBEROAMERICANA.

    VOLUMEN 243.

    EL PROBLEMA JUDO.

    Albert Monniot. Los crmenes rituales entre los judos.

    (1914).

    El Sol se apagar y an estaremos aqu.

    Jusego 2005.

  • LOS CRIMENES RITUALESENTRE LOS JUDOSAlbert MonniotPROLOGO15 de Febrero de 1914,Mi estimado Monniot.Me pide Ud. que presente su nueva obra: lo har con agrado a pesar de saber que el temay su nombre son ampliamente suficientes como para lograr la atencin.Mis pobres ojos slo me han permitido un examen demasiado somero. Sin embargo pudereconocer en esta obra sincera, las cualidades de dialctica y de limpieza que caracterizansu vigoroso, talento, la bella valenta que gustan, desde hace ms de veinte aos loslectores de la Libre Parole en esos artculos cotidianos que uno de nuestros amigoscalific con gran justeza como "tantos martillazos golpeados sobre el yunque, de laverdad"Permtame decirle que mi amistad se regocija al notar que la edad madura, sin atenuar susnobles ardores, le ha trado ese gusto por la bsqueda que enriquece la bibliografa delcrimen ritual con tan abundante y precisa documentacin.Ha realizado Ud. una ruda labor, m querido Monniot, y va a desencadenar furiosascleras, ya que an fuera del terreno religioso, su libro despertar muchas ideas einspirar muchas reflexiones entre los que se apasionan por el estudio del hombre, lascuestiones de raza, los fenmenos cerebrales, los problemas del atavismo o la permanenciade ciertos instintos entre seres de un mismo origen.Usted seal perfectamente por qu los judos pretendan impedir todo debate sobre estaacusacin de crimen ritual que los persigue a travs de los tiempos y de los pueblos, y Ud.respondi a esta pretensin mostrando la ausencia de todo espritu crtico y de toda buenafe entre sus abogados, agrupando un nmero considerable de hechos irrecusables,innegables.Estos hechos tienen como garantes de su existencia testigos para quienes las mentiras de laprensa no existan an y que slo crean lo que vean con sus propios ojos, en esasciudades de antes en donde los habitantes vivan como apretados los unos sobre los otros.Estos hechos fueron registrados por los cronistas contemporneos, atestiguados pormonumentos conmemorativos algunos todava existentes, perpetuados por obras de arte,esculturas y vitraux; estos hechos se cumplieron de una manera casi idntica en pases

  • muy alejados los unos de los otros y que antiguamente tenan muy pocas ocasiones decomunicarse entre ellos; se reprodujeron en pocas muy diferentes. Aunque muchos datende la Edad Media, un gran nmero tuvo lugar en los siglos XVII, XVIII y XIX, mientras queotros son muy recientes y pertenecen a la actualidad.Tuvo Ud. razn de admitir, para lograr la discusin tan amplia como posible, que en elpasado la leyenda habra podido aadir a esos hechos detalles un poco romancescos; tuvorazn en afirmar, -y demostrar- que era imposible negar la materialidad de esos hechos.Si, en efecto, se recusaran las deposiciones de los testigos oculares, los relatos de loscronistas, qu quedara de los hechos cuyo conjunto constituye la Historia?Esto planteado, parecera que en una poca en que las cosas extraas atraen conpreferencia a los espritus, en donde los Edipos se multiplican para adivinar los enigmashistricos, este asunto del sacrificio sangriento debi atraer a todos los curiosos. Nada deeso ocurre: los eruditos huyen, desaparecen, dan rodeos cuando se los coloca frente a estacuestin.Es ah donde reside La gran fuerza del judo: se pone a gritar como un loco en cuanto semanifiesta cualquier pretensin de querer mirar lo que sucede en sus asuntos, y la gentecon odos sensibles se espantan ante este ruido que les destroza los tmpanos.Los judos, con su don particular de oprimir a la gente, de prohibirles toda libertad depensar, de designarles de antemano la va por la cual deben marchar, han afirmado de talmanera su dominio sobre la Francia intelectual que nadie es lo bastante osado como parasalirse del programa indicado.Felizmente Ud. es de los que no se asustan por estas bataholas, de los que no se dejanatentar contra el cerebro ni contra su dignidad, y la fuerza probatoria de su obra es tal,que triunfar ante esa conspiracion del silencio habitualmente urdida contra los libros queson desagradables a la judera.Lo que es novedoso en su obra, no es solamente la documentacin precisa de los hechos,ms precisa y abundante an para los hechos contemporneos que para los antiguos,- noes solamente la confrontacin leal de los negadores del crimen ritual con el irrecusabletestimonio de la Historia y de los textos: es tambin y sobre todo, la demostracin que elsangriento holocausto deriva de la Ley, una ley intangible porque es la base del poderojudo.La existencia del pueblo de Israel no es ms que una lucha constante contra el instinto dela raza, el instinto semtico que atrae a los hebreos hacia Moloch, el dios devorador denios, hacia los monstruosos dolos fenicios.Como, escritor preocupado por convencer, Ud. descart deliberadamente el argumentoque poda proveerle las hiptesis psico-patolgicas, y se atuvo a las certezas aportadas porlos textos y los hechos, a las deducciones que impona su concordancia.

  • Y al denunciar la Ley, Ud. toc en lo ms candente del asunto, provey la razn por la cualIsrael entero se moviliza ante cada acusacin de asesinato ritual, la explicacin de laperpetuidad de sus crmenes que se renovarn maana, como se renovarn las furibundasdenegaciones judas, con el "indecible aplomo" del cual habla Gougenot des Mousseaux.De esa manera tendr Ud. probablemente la fortuna de ser un poco injuriado como yo lohe sido toda mi vida. Es menos amargo que el mauvais caf.Pero por otro lado Ud. encontrar su recompensa al constatar que El Crimen ritual entrelos Judos se intercalar para todos los curiosos de la Historia y de la verdad, y comocomplemento necesario, entre los volmenes de La Francia Juda.Le deseo el mismo eco.Cordialmente suyo,Edouard Drumont.

  • "LA ODIOSA Y ESTUPIDA LEYENDA"",Porqu, en esta poca en que los ms pequeos problemas histricos son indagados einvestigados a fondo, slo se oyen a propsito de estos hechos (crmenes rituales)exclamaciones judas: "Fanatismo, recuerdos de la barbarie de edades antiguas, acusacionesabsurdas ... ?Es as como Edouard Drumont terminaba el prlogo que escribi para el libro de HenriDesportes, le Mystre du sang chez les juifs de tous les temps.En suma, es lo ms claro y ms probatorio que se encuentra entre los que intentan refutar laacusacin, que se llamen Renan, Reinach, Strack o Vacandard: "Odiosa y estpidaleyenda".Aqu, me detiene el lector:"Tenga cuidado, ya deja traslucir al polemista antisemita: convendra ser objetivo".Ah! permtame! no entiendo considerar esa palabra en un debate de esta naturaleza.

    Yo abordo la discusin slo despus de haberme formado una opinin, en donde noquiero ni enguantar m mano, ni enmascarar mi rostro. Confrontare testimonios: el lectorjuzgar.En efecto, la odiosa y estpida leyenda debe ser muy tenaz, para que un slo nmero delcomienzo de este ao 1913 del Univers Isralite incluya hasta tres partes telegrficosrelativos a asesinatos rituales judos en diferentes pases."Pero, se me objet, la posibilidad del asesinato de un cristiano con fines rituales debe serdescartada a priori: para los sacrificios expiatorios o propiciatorios hacen falta vctimaspuras, y tal no es el caso del cristiano a los ojos de los judos".Yo no les dije que fuera cuestin de un sacrificio expiatorio o propiciatorio: es una cuestinque examinaremos; pero les hago notar en seguida que Uds. ven las cosas desde un puntode vista catlico, tan magistralmente expuesto por el P. Ollivier, despus de la catstrofedel Bazar de la Caridad. Edouard Drumont previ cualquier objecin:"Despus del deicidio y la dispersin, en la abyeccin de la vida de la Edad Media, el judovuelve a su tipo primitivo.Se adora a Moloch en el ghetto, es en honor de Moloch que se inmola al nio que se pudoarrebatar. La verdadera fiesta, la fiesta completa es la que permite al judo asociar el odioque siente por todo lo que lleve el signo de Cristo, por todo lo que est bautizado."Cristo, al establecer el Santo Sacrificio de la misa en el cual se ofrece el mismo comovctima, aboli para siempre los sacrificios sangrientos de los antiguos tiempos., El judo,para mejor desafiar al verdadero Dios, se remonta hasta Moloch restableciendo el sacrificiohumano al degollar, ya no un cordero o una ternera como se haca bajo la antigua ley, sinoun nio o una adolescente cristianos."Qu es un crimen ritual judo?

  • Es el asesinato de un joven cristiano, perpetrado en condiciones determinadas, a fin deprocurarse sangre para los zimos.No sin razn, hemos clasificado bajo este carcter a los martirios de nios cristianos,frecuentemente por crucifixin, realizados con odio o irrisin hacia Cristo.La razn nos ordena rechazar sin examen tan horrorosos crmenes, de relegarlos entro lasleyendas nacidas del oscurantismo?.Imposible, ya que se, perpetuaron hasta nuestro das; en cuanto al pasado, Drumont ya nosrespondi:"Estos hechos tienes como garante de su exactitud a testigos para los cuales las mentiras dela prensa, no existan an y que slo crean en lo qu vean con sus propios ojos, en esasciudades de antes en donde los habitantes vivan apretados los unos sobre los otros. Estoshechos fueron registrados por los cronistas contemporneos, atestiguados por monumentosconmemorativos algunos todava existentes, perpetuados por obras de arte, esculturas yvitraux; estos hechos se cumplieron de una manera casi idntica en pases muy alejados losunos de los otros y que antiguamente tenan muy pocas ocasiones de comunicarse entreellos; se reprodujeron en pocas muy diferentes: aunque muchos daten de la Edad Media,un gran nmero tuvo lugar en los siglos XVII, XVIII y XIX, en tanto que otros son muyrecientes y pertenecen a la actualidad."Admitamos, para hacer que la discusin permanezca tan amplia como sea posible, qu enel pasado la leyenda haya podido aadir a estos hechos detalles un poco novelescos: sinembargo es imposible negar la materialidad de los hechos mismos. S, en efecto, serecusaran los testigos oculares, el relato de los cronistas, las piezas de archivo, losexpedientes de los tribunales, lgicamente, habra que negar todos los acontecimientos de lahistoria, declarar que la batalla de Bouvines o la batalla de Azincourt, el proceso de losTemplarios, el asesinato del duque de Orlans o de Juan-sin-miedo, son imaginacionesfantasiosas. Los testimonios que merecen nuestra fe como para creer en la realidad de esosacontecimientos son del mismo orden que los testimonios que afirman los asesinatosrituales y los crmenes cometidos por los judos sobre los nios cristianos".Nos queda por examinar alguna objecin perjudicial, susceptible de detenernos en elcomienzo mismo de este estudio, al que pretendo aportar, falto de otras cualidades, la mscompleta buena fe y la ms absoluta lealtad?S, todos los negadores del crimen ritual han argido imputaciones idnticas dirigidascontra los cristianos en los primeros siglos de nuestra era.Si no temiera tratar en estos prolegmenos lo que es el fondo mismo del debate, contestaraprimero que esos cristianos no hubieran podido librarse a esas prcticas sanguinarias amenos de violar los principios esenciales de su religin; pero se me respondera que sucedelo mismo con los judos, y todava no demostr lo contrario.

  • Digamos, que en cualquier situacin, la acusacin no persisti, como para los judos, hastalas pocas medieval y contempornea, y veamos si el argumento dirigido contra loscristianos no puede volverse contra los judos."Sin embargo, dice M.V. Charrier (Croix del 2 de Junio de 1911), en el mundo pagano, eradifcil distinguir a los cristianos de los judos. El 19 de Julio del ao 64, Roma se incendi.Fu un desastre increble, el incendio dur nueve das; el pueblo acampaba sobre el Campode Marte cuando el azote, que todos crean conjurado, reapareci sobre el Pincio e invadilos caseros provisorios, en donde la plebe se haba refugiado: esta vez, la multitud escapde la ciudad y se amonton donde pudo, como pudo; de las catorce regiones de Roma; tresestaban consumidas, siete se estaban desmoronando, slo cuatro se haban salvado ". (1)

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    "El barri judo Perteneca a una d estas regiones. El pueblo romano exasperado acus alos judos. Estos, a su vez, aprovechando los favores vergonzosos de que gozaba Ppea, unaproslita juda, ante Nern, se descargaron sobre los cristianos"."Lo cierto es que, por un misterio impenetrable, se los declar inocentes y se persigui, alos cristianos. Un contemporneo, San Clemente, atribuye las masacres ordenadas porNern a los celos.Renan (2) mismo no niega que sospecha que loa judos hubieran urdido esta odiosamaquinacin".Muy recientemente, en la sesin de la Duma del 29 de Abril al 12 de Mayo de 1911 y en undebate preliminar sobre el crimen ritual de Kiew, M. Roditcheff ley pasajes dehistoriadores romanos con el fin de demostrar que los primeros cristianos estaban bajasospecha de los romanos d haber realizado asesinatos rituales.Muchas personalidades israelitas se ufanaron ante esta cita, pero se guardaran muy bien deregistrar la rplica del diputado Markoff.Yo no tengo las mismas razones para ser tan discreto.Ustedes han aplaudido el discurso de Roditcheff, pero al hacerlo, recordaron que el jovenAndr Ioutchinski perdi su sangre a travs de 45 heridas "ligeras y acarciantes'', heridashechas a este nio cristiano par un cuchillo judo? (Ruidos a la 'izquierda. Voces a laderecha: Bravo! )No los cansar, seores, cn la enumeracin de das contestaciones dadas por San Justino ypor Tertuliano , en el momento de la persecuciones cristianas.Les dir solamente que , durante los primeros siglos de la cristiandad, los poderes pblicosconfundan muy naturalmente a la cristiandad naciente con el judasmo y acusaban a loscristianos, de lo que haca la maldad de los judios. (3)Haciendo buena justicia y siendo bien amplios, no condenemos, ya que nos es posible mirarms cerca de nosotros, y pesar y juzgar hechos para los cuales abundan los medios decontrol y los elementos de apreciacin.

  • Qu se nos dice ahora? Qu asunto previo va a entorpecer, la marcha de nuestrasinvestigaciones?Ah! aqu est: un buen catlico no podra, sin temor a caer en la heterodoxia, discutir unasunt decidido, definitivamente decidido de manera tajante por sendas bulas pontificias.Y se nos muestra (4) en latn y en francs, las bulas de Inocencio IV, de Gregorio X, deMartn V y de Pablo III, adems de una memoria del cardenal Ganganelli, ms tardeClemente XIV.Encontr all una gran preocupacin del Papado por proteger la vida d los judosmantenidos entonces baja sospecha, lo que no me sorprendi ya que es notorio que envarias oportunidades los judos, confiados en la mansedumbre, del jefe de la Iglesia, fuerona buscar ayuda y proteccin a la sombra tutelar de la sede de San Pedro.S, es evidente, los Soberanos Pontificios precitados siempre temieron, que el pueblodeicida fuese vctima de acusaciones hechas a la ligera o sugeridas por el odio quedesencadenaba.No nos quedemos en las generalidades; citemos la bula de Inocencio IV en donde se afirmala intervencin protectora de la Santa Sede:

    Al Arzobispo de Viena,La justicia divina no rechaz al pueblo judo, al punto de negar la salvacin a los quesobreviven.Es por eso que resulta por parte de los cristianos un celo censurable y una crueldad indignacuando, alejndose de la mansedumbre de la religin catlica que permiti a los judospermanecer en medio de ella y prohibi que se los moleste en el ejercicio de su culto, lleganpor concupiscencia o por sed de sangre humana hasta a despojarlos de lo que poseen, amartirizarlos y a matarlos sin juicio. Los judos que habitan nuestra provincia hanpresentado ltimamente ante la Santa Sede, suplicndole de ponerle remedio, quejas sobrealgunos prelados y seores de esta provincia, que para tener un pretexto y encarnizarse encontra de ellos, les imputan la muerte de una adolescente que habra sido asesinadasecretamente cerca de Valras. Debido a esta imputacin algunos judos fueron librados alas llamas; otros, despojados de sus bienes, fueron echados de sus dominios; sus hijos,contrariamente al uso que quiere que una madre engendre a sus hijos para la libertad, sonbautizados a la fuerza, y todo eso sin habrseles comprobado legalmente ningn crimen, sinque haya habido ninguna confesin de su parte.No queriendo tolerar semejantes, cosas, de las cuales no podemos hacernos responsablesante Dios, ordenamos que sometan al principio de la legalidad todo lo que fu emprendidoa la ligera contra esos judos por los prelados, los nobles y los funcionarios del reino, queno se permita ms que los judos sean arbitrariamente molestados por esas acusaciones uotras semejantes, que, por la censura eclesistica, sin admitir apelaciones, Ustedes retengan

  • dentro de los lindes a los que los molestan: estas medidas estn conformes a la constitutiode duabus dietis que fu elaborada en concilio general. Dado en Lyon, el 28 de Mayo delcuarto ao de nuestro Pontificado (1247).

    Es imposible encontrar all otra cosa que no sea una vehemente protesta contra la injusticia,la ilegalidad y la arbitrariedad.No hay nada en las bulas pontificias, que sea ms preciso, ms probatorio, de donde losnegadores del crimen ritual puedan legtimamente sacar argumentos?S. El mismo Papa -seguido luego por Gregorio X y Pablo III- en una bula del 25 deSetiembre de 1253, apunta directamente, para condenarla, haca la acusacin de crimenritual. Ctemos el pasaje esencial:

    Para refrenar la concupiscencia y la maldad de los hombres, nosotros prohibimos saquear yviolar las sepulturas de los judos o de desenterrar sus cadveres bajo el Pretexto de buscardinero, como tambin prohibimos acusar a los judos de utilizar sangre humana en sus ritos,porque les es prescripto en el Antiguo Testamento de no mancillarse con sangre en general,no solamente con sangre humana.

    Se me debe reconocer que no eludo las dificultades y que no desconozco los documentosincmodos.Tambin se me reconocer que el Antiguo Testamento no es el Talmud, y esperamosdemostrar que si bien el Pentateuco puede dejarnos dudas que sirvan para beneficiar a losacusados, en buena justicia, el Talmud no permite ningn equvoco.Y he aqu que cinco siglos ms tarde, la Santa Sede por medio de la voz del gran PapaBenito XIV, sostiene este lenguaje en la Bula Beatus Andreas:

    Andrs, del pueblo de Rynn, en la dicesis de Binxen, sin haber cumplido an los tres aosde edad, fu muy cruelmente asesinado por los judos, por odio a la fe de Cristo, en el ao1462....En el ao 1475, un nio de Trento, que no tena an tres aos, el Bienaventurado Simn,fu asesinado por los judos con la ltima barbarie. Este crimen espantoso habiendoprovocado numerosos y muy importantes disturbios, y los judos por su parte, habindoseservido de todos los medios para apartar los justos castigos que haban merecido y paraescapar a la justa clera de los cristianos, Sixto IV juzg no poder dispensarse de interveniren persona y prohibi que se continuara honrando al Bienaventurado Simn con un cultopblico hasta tanto hubiese sido reconocido que haba sido degollado por los judos porodio a la fe cristiana. Hemos insertado este Breve pontificio de Sixto IV en nuestra obra Dela canonizacin, libro 1, cap. XIV, p. 4;

  • Pero a continuacin, habindose hecho la luz plenamente y las pruebas no dejando subsistirninguna duda, tanto sobre la muerte como sobre la causa por la cul haba sido dada, yhabindose adquirido la certeza de que los asesinos eran judos, como consta en el procesoque se conserva an entre los archivos secretos del Castillo de San Angel.... el SoberanoPontfice Sixto-Quinto, en el ao 1588, di un Breve pontificio para otorgar la celebracinde la misa, Bullarium, Venecia 1778, 1. Lv. p. 101 y sigs. (5)

    El protestante Strack, que reprodujo tantas Bulas pontificias, omiti citar la de Benito XIV,y eso es algo que podra prevenirnos en contra de su crtica.Por lo tanto, habindose hecho la luz completa, dos grandes Papas beatificaron a dos nioscristianos vctimas de los judos: eso es algo que nos conviene.En su misma gran obra De la Canonizacin, Benito XIV declara que el cuerpo del niomrtir est conservado en la iglesia de San Pedro, en Trento, con todos los instrumentos desu pasin. (6)No parece extrao por qu si los judos tienen la conciencia tranquila, siempre estuvieronperseguidos a travs de los siglos y hasta nuestros das, por el temor de acusaciones decrmenes rituales?Es uno de sus escritores que escribe, a propsito de la celebracin de Pesach:

    En la Edad Media, la ceremonia tom un carcter todava ms secreto, y por lo tanto msntimo: es un gozo melanclico que hay que esconder al cristiano que espa, el esprituoscurecido por horribles sospechas . (7)

    Los ladrones, contando o saboreando los productos de sus rapias, tienen tambin esosgoces turbios, y esas desconfianzas.

    Llega, al fin, la comida tan abundante y tan feliz que uno se olvida que la matza es el pande la miseria, el pan que recuerda tantas miserias: miserias de la opresin faranica,miserias de nuestro martirologio tantas veces secular, y la ms triste de todas tal vez, la dela infame calumnia del asesinato ritual, que cost la vida a tantos inocentes, y que Beiliss"expa" todava en una crcel rusa, en honor del tricentenario de los Romanoff. (8)

    "Infame calumnia" se dice pronto, pero cuando hay textos explcitos y cientos de hechosque vienen a apuntalar la acusacin, parece un poco somero. Y ya que habl de lacelebracin de las fiestas judas, ya que por otra parte pienso hacer uso de prescripcionestalmdicas, pidamos a los judos que nos provean la prueba segn la cual la tradicin oralpuede ir mucho ms lejos que la ley escrita. Se trata de la fiesta de Esther, la dulce"Esther" a quien los poetas hacen decir:

  • Sacerdotisa de venganza, despiadada y fuerte,tengo sbitamente sed de sangre y de crimen.

    ... Es necesaria una venganza abriendo sus alas grandes,planeando sobre cada techo, golpeando en cada umbral,

    digna de tu grandeza, digna de tu orgullo.Y de todo el pasado del cual soy heredera

    Pero dejemos los poetas demasiado a menudo inclinados hacia la exaltacin, prima de laexageracin, de la deformacin; recordemos solamente al pasar, que la fiesta de Esther es laconmemoracin de una masacre.Cmo debe celebrarse Purim? Que Purim haya sido en todo tiempo y desde la poca de su institucin, una fiesta alegre,lo muestra claramente el libro de Esther, que nos habla "del jbilo y de la alegra de lospersas judos, de sus gapes ruidosos y de sus alborozadas distribuciones de regalos". Sesabe que la tradicin se encarg de aumentar y de recomendar "multiplicar en ese da lascomidas, y de librarse a una dulce ebriedad, al punto de no ser capaz de distinguir entreAman el maldito y Mardoqueo el bendito". El Schoul'han aroukh, el cdigo rabnico, trata,es cierto, de moderar lo que esta ltima prescripcin podra tener de excesiva al aadir quebasta beber "un poco ms que de costumbre, y luego dormir despus de haber bebido, conel fin de no poder reconocer a Aman de Mardoqueo durante el sueo".No debe creerse que sto es una bufonada de Purm; el comentario es serio y el Schoul'hanaroukh, no bromea.Tampoco ignoramos que en ciertas comunidades de Oriente, no es raro encontrar lascostumbres que recuerdan los actos de fe del Carnaval, -donde se quema un muecogrotesco representando el ministro de Asuero, o la imagen de Aman con la forma de un pande especies, sufre el peor de los tratamientos. Recordamos que hubo un tiempo en que enAlsacia, las masas de Purim, la carne ahumada, - smbolo de la ejecucin de horca deAman! - y otros ingredientes extraos figuraban el inevitable cortejo de la fiesta de Esther yen donde la juventud inventaba mil jugarretas para rer y divertirse. (9)Ser til subrayar que el Cdigo rabnico modera los excesos prescriptos por la tradicin?Se nos podr acusar entonces de moderacin excesiva cuando nos basemos exclusivamenteen el Talmud para demostrar la realidad del crimen ritual.Hacemos notar cmo los judos, segn su propio reconocimiento, son susceptibles deapartarse de la ley escrita.No quiero insistir ms sobre el mueco de Aman sufriendo los peores tratos, sobre lasmasas de Purim y "otros ingredientes extraos" cooperando en la conmemoracin de unaefusin de sangre: sin embargo es muy sugestivo.Qu otra cosa podra hacemos dudar?Una protesta colectiva de rabinos?

  • La ltima data de hace ms de treinta aos. Hela aqu:"Ante Dios y ante los hombres, hacemos la declaracin solemne que ninguna prescripcinde sangra humana con finalidad ritual se encuentra en nuestros libros de leyes, ni enninguna otra obra de literatura juda."Tambin, para rechazar esta odiosa imputacin, nos dirigiremos a todas las Academiaseruditas del Oriente, a todas las Facultades de teologa de Europa para provocar unaconsulta de estudiosos no-judos.

    Esperamos con calma el veredicto de un tal cenculo de sabios."A nuestros correligionarios, les rogamos guardar y conservar la paciencia, la calma y ladignidad hasta que, con la ayuda de Dios, la situacin se haya aclarado, y que se logre laverdad, y que el derecho y la justicia hayan alcanzado su victoria."Pedimos insistentemente a nuestros correligionarios que eviten toda polmica intil yexcitante, que se guarden de toda amargura y que se adornen con la modestia; que haganprueba de la elevacin de su alma y que practiquen la caridad an con respecto de susenemigos, ser entonces cuando habremos logrado desarmara nuestros enemigos ycambiarlos de manera de hacerlos nuestros amigos."Dado en Budapest, en el Sanhedrin, el 5 de Julio de 1882. Por delegacin de la asambleade todos los rabinos de Hungra."Menachem Katz, gran rabino de Deutsch-Kreutz, presidente. Leopold Lipschitz granrabino de Abandji. Szanto, escribano".

    Se podra repetir ac que todo caso malo es negable, se podra hasta invocar la ley rabnicaen contra de los rabinos; pero no nos anticipemos.Prefiero decir simplemente que esta protesta se hizo luego de uno de los crmenes ritualesms patentes, ms incuestionables que haya registrado la Historia -como lo probar lasimple exposicin de los hechos histricos, a pesar del triunfo final del oro judo- : elcrimen d Tisza Esslar.Israel nos acostumbr a esos rechazos sin examen, y hasta violando la evidencia."No hay traidores en Israel", proclamaba hace poco el gran rabino Zadoc-Kahn.Y, al mismo tiempo influenciaba al teniente Kahn, quien denunci el hecho, para hacer aeste oficial un falso testimonio en favor de Dreyfus.Poco tiempo despus se detena, para mandarlo a prisin, al oficial traidor judo Ulmo,primo de Dreyfus, quien debi estar acompaado en el viaje por el traidor judo JudasPhilipp, prfugo.

  • Pocos aos despus, el gran rabino Auscher de Besanon, al morigerar a uno de nuestroscofrades del Este, clamaba l tambin sin admitir la discusin: "No hay traidores enIsrael!"Como el colega me llam en su ayuda, yo cit al Sr. Auscher una docena de traicionesjudas durante el curso de la guerra 'de 1870-71, bien establecidas, indiscutibles, algunas delas cuales haban dependido de su rabinato.Esta vez, el gran rabino Auscher, juzgando que la conversacin haba durado ya bastante,qued mudo.Me pudo haber contestado con una tesis muy sostenible: "Un judo no puede traicionar a suPatria, ya que no la tiene". Pero esas cosas slo se confiesan entre judos, y es evidente queel bautismo me convierte en indigno de esas confidencias.Usando el mismo equvoco, la misma restriccin mental, los judos podran afirmar que nohay, que no puede haber crimen ritual en Israel.Hasta hemos escuchado a un erudito judo, el Sr. Jacques Bahar, declarar que no existanceremonia religioso judas, que los regocijos sinagogales no tenan nada que pudierallamarse culto en el sentido que nosotros damos a esa palabra, que slo haba que ver allconmemoraciones patriticas y nacionales. (10)Es indispensable, para discutir con los judos, decidir con anterioridad sobre el sentido delas palabras: es que en realidad no hablamos la misma lengua, de la misma manera como notenemos la misma moral, ni la misma educacin de la conciencia.No veo porque el Sr. Jacques Bahar al negar todo culto religioso exterior, est autorizadopara proclamar que no existe crimen propiamente ritual.Desgraciadamente todava no tiene autoridad en Israel, pero por otra parte, no nos dice lque todo judo es un sacerdote nato?Y ahora que me encuentro liberado de las objeciones de principio, si puedo decirlo, qumtodo de trabajo voy a adoptar? Qu meta me propongo?Tanto para el examen del Talmud como para el de los hechos, voy a ir a indagar a lasmismas fuentes? Me seran totalmente inaccesibles!Felizmente otros lo hicieron por m en presencia de los dos campos, por lo tanto mi tarea,muy modesta, consistir en confrontar lealmente a los contradictores.Me permitir aadir los elementos que se impusieron a mi atencin desde hace muchocentrada sobre esta cuestin del crimen ritual, y las enseanzas provistas por estos veinteaos ltimosYo pretendo, al tiempo que reservando los derechos de mi crtica, merecer ampliamente elreproche de haber tomado prestado a los unos y a los otros.Slo quiero descartar despiadadamente a la que fue mi colaboradora asidua para otrostrabajos menos arduos: la imaginacin.

  • Ayudndome con los autores que han resumido el debate, har una puesta a punto delasunto en el momento en que escribo.No es muy glorioso.Quisiera que fuese til.De ninguna manera me prohibo aportar nuevos elementos de apreciacin sobre los hechosconocidos: aportar hasta testimonios y hechos injustamente descuidados en el pasado, ascomo las contribuciones provistas por la Historia contempornea.El lector de hoy es un juez ms informado que el del siglo anterior. No solamente la obrade Drumont hizo su camino entre los espritus, sino que los mismos judos tuvieron buencuidado de hacemos saber que no tenan la misma esencia que el goy. Si el hebreo comnse proclama simplemente como triplemente francs, multiplicacin tan perjudicial a laparidad como a la buena armona, otros ms cultivados osaron afirmar que los judosconstituan la primer aristocracia del mundo, gente como Bernard Lazare dijeron que suraza era insociable, otros como Wel de Noziere que ser judo era una desgracia.Todos estn de acuerdo, en distintas formas, en que un foso separa a los judos del resto dela humanidad, que no podemos juzgarlos sanamente mirando dentro de nosotros mismos, atravs de nuestras concepciones, costumbres, tradiciones, nuestra fe: es all que un estudioconcerniente a la raza deicida puede y debe ser objetivo.No voy a seguir a los que me han precedido en esos estudios haciendo un largo historial delcrimen de la sangre, del holocausto ritual a travs de los tiempos y de los pueblos. Apartardel debate todo lo que toque a la magia y a las supersticiones de orden psicolgico. Dejarde lado tambin las masacres, las profanaciones, los actos colectivos de crueldad.

    En los dos campos, Henri Desportes (11), Strack (12), Andr Baron (13), Rupert (14), ymuchos otros autores trataron ampliamente el tema.Me encerrar en el marco que me trac. En primer lugar pasar revista a todos los que se constituyeron en esta materia losabogados de Israel, y examinar lo que valen sus argumentos, su mtodo y su crtica.Luego veremos en qu medida el Talmud, cdigo de las prescripciones rabnicas, puedelegitimar, excusar o prescribir el asesinato ritual.Finalmente har un inventario tan completo como me sea posible de los hechos, de laspruebas que los sostienen, detenindome sobre todo ante los crmenescontemporneos. Y el lector juzgar si el asesinato ritual debe ser rechazado a priori como una "odiosa yestpida leyenda".Crea haber terminado con este prembulo, pero he aqu que algunos incidentescontemporneos nos muestran qu obstculos opone el podero judo a la manifestacin dela verdad sobre el asesinato ritual.

  • Es por esa razn que este captulo puede y debe encontrar su lugar aqu. En el momento enque escribo (1913), el judo Beiliss, de Kiev, est detenido desde hace dos aos por elasesinato, realizado segn todos los ritos, del pequeo cristiano Ioutchinski.Un erudito ruso de paso por Pars, me dio algunos detalles caractersticos sobre este asunto.Cuando la madre del pequeo Ioutchinski ya no tuvo dudas sobre la desaparicin de sunio, su primer pensamiento fue de publicar un anuncio en los peridicos; pero tuvo laenojosa inspiracin de dirigirse a un diario judo.El escriba judo al cual se dirigi estaba ms enterado que ella sobre el objeto de sutrmite? En razn de la proximidad de Pascua, tuvo la intuicin de lo que haba sucedido?Lo cierto es que encontr muy natural i denunciar a la madre ante la polica como culpablede haber suprimido a su nio!Hay que creer que el funcionario ruso no es tan ferozmente antisemita como nos lopresentan, ya que no solamente la denuncia fue aceptada, sino que la madre fue arrestada yencarcelada durante quince das, lo que permiti a los hebreos tomar recaudos y borrar laspistas.Cuando le pregunt a mi interlocutor, particularmente bien enterado de este asunto, quconsecuencias probables habra, qu sanciones esperaba, me respondi: "Gracias a lasmentiras y a la gritera de las agencias telegrficas y de la prensa judaizada, Ud. no puedeimaginar en Francia el poder que tienen los judos en Rusia; qu accin ejercen, como en supas, sobre todos los asuntos de la vida nacional. Tenga por seguro que no tendr ningunainformacin exacta sobre esta cuestin de Kiev. En mi pas el jurado es designado porsorteo para un perodo de tres meses, lo que permite, lamentablemente, todas las presiones,todas las compras de conciencia. La lista en la cual sern elegido los jueces de Beiliss estcompuesta en sus tres cuartas partes por lacayos de los judos".

    - "Pero, la acusacin tiene el derecho a la recusacin, verdad?"- " i Oh! i tan poco! El fiscal tiene derecho a recusar tres jurados sobre un total de 36. Laparte civil, ninguno! En este asunto de Kiev, el carcter ritual del crimen es tan patenteque el jurado deber responder afirmativamente en lo que atae a la naturaleza delasesinato, siento tal cosa un importante punto obtenido, pero creo que el jurado no llevarsu independencia hasta condenar al judo Beiliss. Israel triunfar con esta absolucin eimpondr el silencio a la respuesta que ponga el crimen a su cargo".Estas lneas fueron escritas algunos meses antes del veredicto de Kiev. Ya sabemos cmose cumplieron estos pronsticos.Debido a no se qu inadvertencia, el diario Le Journal haba publicado el 30 de Junio, eldespacho siguiente de su corresponsal, en San Petesburgo:

  • La Corte de Justicia de Kiev acaba de confirmar el primer juicio pronunciado contra unisraelita llamado Beiliss, acusado de haber asesinado a un pequeo cristiano, AndrsIoutchinski, con el fin de mezclar su sangre al pan de la Pascua.El ministro de justicia dio laorden de hacer juzgar al acusado inmediatamente. El cuerpo de la vctima fue encontradohace dos aos, exange y horriblemente mutilado, mostrando 47 heridas. Dos expertos, eldoctor Sikovski, profesor de la Universidad, y el abate Pranaitis,* encontraron d comnacuerdo que el asesinato de Ioutchinski deba ser considerado como un homicidio ritual,tpico , tal como parecen querer persistir en cometer an ciertas tribus israelitas.

    Notemos en seguida, para poner las cosas en claro, que slo se trataba de un cierre deinstruccin y su remisin a un Tribunal criminal; pero los judos son tan expertos enentremezclar los hilos que la Agencia Internacional Roma ya haba publicado lainformacin de la siguiente manera:El tribunal de Kiev (Rusia) acaba de confirmar la requisitoria fiscal contra el judoBeiliss ,acusado de asesinato ritual .Se dice, sin embargo que el tribunal de Varsovia va a juzgar nuevamente este asunto, parasustraer el proceso a la competencia del jurado.Pero nunca se trat de remisin ante otra Corte: el proceso, en este sentido, sigui su cursonormal; pero haba que hacer pensar, por medio de intermediarios no sospechosos, que elgobierno ruso estaba buscando un tribunal complaciente.Los diarios doctrinarios de Israel mentan sobre otro punto. Es as que el Univers Isralit,en su nmero del 27 de Junio de 1913, publicaba esta nota:

    Kiev.- La nueva instruccin relativa al asesinato del nio Ioutchinski est terminada y elfiscal decidi la remisin de Beiliss ante la corte de Kiev. Mantiene, a pesar de losperitajes de los mdicos ms reputados, la acusacin ritual. Parecera que el ministro dejusticia lo ha querido as. Se piensa que el asunto ser dilatado y no pasar antes del otoo.El desgraciado Beiliss est en prisin desde hace dos aos!

    "A pesar de los peritajes de los mdicos ms reputados", era una flagrante mentira, ya quelos dos profesores citados por el Journal, afirmando el crimen ritual, son conocidos yestimados por todos los cientficos de Europa.

    -------------

    * Un conocido de nuestros lectores: el clebre autor de El Talmud desenmascarado. (Notadel Editor).-------------

  • Pero para desacreditar de antemano el testimonio del reputado Sikovski, se tuvo buencuidado de presentarlo como una especie de alocado, de manitico, en la misma forma enque se procedi con respecto al capitn Lebrun-Renaud, testigo auricular de las confesionesde Dreyfus.En cuanto al abate Pranaitis, se lo recusaba como siendo un juez prevenido por su calidadde abate, sin tener en cuenta la erudicin especial que lo haba designado como auxiliarnatural del cientfico Sikovski.Pero qu imprudencia haba cometido el Journal, al romper el silencio y osar hablar deasesinato ritual!Un colega se lo hizo notar en seguida, quien slo pareca calificado para este papel derbitro en estas materias casi confesionales por el nombre de sus accionistas: estoynombrando al Humanit.S, fue este rgano del partido socialista unificado, fue este diario ,hondamente anticlericalel que intervino para defender a los judos de todo fanatismo religioso.El Sr. Jaurs, que tiene la costumbre de los Pontificados, se haca garante del perfectohumanitarismo de las creencias, vase de las supersticiones judas: se constitua en eldefensor del altar judo.Y nada sabra pintar mejor la incoherencia de nuestra poca, la servilidad de nuestra prensay de nuestros polticos, que este avatar sorprendente ... para los no iniciados.Por medio de una asombrosa adivinacin, y para imprimir una deshonra al inconsideradoJournal, el diario Humanit tomaba un argumento y un alegato que debamos encontrar tresdas ms tarde en el Univers Isralit (15) bajo forma de protesta por parte de la AlianzaIsraelita Universal, el siguiente texto:

    Sr. Director,En vuestro nmero aparecido hoy, publican un despacho de San Petesburgo de acuerdo alcual "la corte de Justicia de Kiev acaba de confirmar el primer juicio pronunciado en contrade un israelita llamado Beliss, acusado de haber asesinado a un nio cristiano con el fin demezclar su sangre al pan de Pascua".El acusado Beiliss no fue, hasta ahora, juzgado por ningn tribunal; desde hace dos aos esobjeto de una instruccin judicial que slo ahora acaba de cerrarse.Adems, su corresponsal se refiere al peritaje del profesor Sikovski, de la Universidad deSan Petesburgo, que dice haberse perpetrado "un asesinato ritual tpico, tal como quierenpersistir en practicar an ciertas tribus israelitas".La inutilidad de la acusacin del asesinato ritual ha sido desde hace tiempo establecida.En lo que concierne al caso especial, numerosos expertos mdicos examinaron las actas dela autopsia y los informes de los expertos rusos. El Sr. Lacassagne, profesor de medicina

  • legal en la Facultad de Medicina de Lyon, y el Sr. Thoinot, profesor de medicina de Pars,se expresan de la siguiente manera acerca del informe del profesor Sikovski:"De ninguna manera discutiremos el informe del doctor Sikovski, que nos parece, tanto anosotros como a nuestros colegas, una obra singularmente aventurada, apoyada solamentesobre hiptesis de las cuales ninguna podra probarse ni a medias. No es ir ms all de laverdad el calificar al informe del doctor Sikovski de ser una simple novela; y aadiremos,de ser una novela peligrosa".Y despus de haber examinado minuciosamente todos los escritos de orden mdico-legalsobre los cuales est apoyada la acusacin de asesinato ritual, los profesores Thoinot yLaccasagne concluyen:

    "La hiptesis de asesinato ritual ejecutado para procurarse la sangre del nio Ioutchinski esinsostenible".Abrigamos la esperanza, Sr. Director, que Ud. querr insertar esta carta rectificadora en elprximo nmero de su estimable diario.Acepte, seor Director, la seguridad de nuestra alta consideracin. El Secretario de laAlianza Israelita Universal, BIGART.

    Ustedes pueden imaginar fcilmente lo que podan saber del crimen de Kiev los seoresThoinot y Lacassagne, de Pars y de Lyon; no importa, tienen razn a priori, no habiendovisto nada, contra los cientficos rusos que disecaron los expedientes y que tuvieron bajosus ojos todos los elementos de apreciacin.A unos buenos miles de kilmetros de distancia, -pero, con qu buenos largavistas! - estosseores discernieron la no-ritualidad del crimen de Kiev.El informe circunstanciado del profesor Sikovski? Novela peligrosa! proclaman esosadivinos. Ah! Qu sugestiva resulta esa palabra peligrosa, se parece mucho a una advertencia y auna contrasea!Pero como nos gusta hallar aqu la sentencia por la cual se pretende rechazar todo examende los asesinatos rituales judos, la eterna "odiosa y estpida leyenda":"La inanidad de la acusacin del asesinato ritual ha sido desde hace tiempo establecida".De qu manera y por quin?No nos anticiparnos tratando el fondo del debate. Esta misma opinin a priori estnuevamente inserta en el mismo nmero del diario doctrinario judo en ocasin de la duracrtica a la obra del abate Coub, Almas judas.Este eclesistico haba escrito (y aqu se ve de qu modo preocupa a todos los espritus estacuestin del asesinato ritual):

  • La raza juda se especializ en profanar las hostias ... se podran citar cientos de sacrilegiosde ese tipo ... El judo talmdico busca matar a Jess al matar en sus discpulos la fe, lapureza, toda virtud, llevndolos a la apostasa ... Vilipendian el clero.Escupe sobre el Papado en los diarios que dirige o que comandita ... A veces la infamia vams lejos. Mata al cristiano, y particularmente al nio cristiano ... Los asesinatos ritualescontinan ... El Moloch del Talmud, que no es otro que Satn, est siempre vido de sangrecristiana.

    "No solamente cree o finge creer en la realidad de esas acusaciones ... " dice simplementeel Univers Isralit. Es siempre la novela, la estpida leyenda.Pero, al observar el orden cronolgico de los hechos, no hemos terminado con las protestasa priori contra la primera decisin de la justicia concerniente al asunto de Kiev.Se me perdonar que multiplique estas citas: pero sucede que prueban cun sensible esIsrael ante la acusacin y por medio de qu procederes preventivos, extraos a todo mtodocrtico, la opinin es preparada y moldeada por sus personeros.La Petite Gironde haba reproducido la informacin del Journal. Inmediatamente, el gran rabino de Bordeaux enviaba una carta rectificatoria, y el diario,adhirindose totalmente a la tesis de su corresponsal, lo inclua bajo este ttulo:"Un pretendido " asesinato ritual (16)

    He aqu la carta del gran rabino:"Se me seala un despacho fechado en San Petesburgo el 30 de Junio que apareci en sudiario, de acuerdo al cual la corte de justicia de Kiev habra confirmado un pretendidojuicio pronunciado en contra de un israelita llamado Beiliss, acusado de haber matado a unnio cristiano para "mezclar su sangre al pan de Pascua"."Esta noticia es una calumnia. Es lo menos que puede decirse. El acusado Beiliss hastaahora no ha sido juzgado por ningn tribunal. La instruccin judicial de que es objeto yvctima desde hace dos aos, acaba de ser clausurada."Uno de los expertos dictamin, es cierto, asesinato ritual". Pero he aqu cmo se expresancon respecto a este peritaje los seores Lacassagne, profesor de medicina legal en laFacultad de Medicina de Lyon, y Thoinot de Pars, quienes examinaron las actas de laautopsia y los informes de los expertos rusos:"De ninguna manera discutiremos el informe del Dr. Sikovski (es el experto en cuestin),que nos parece a nosotros como a los dems colegas, una obra singularmente aventurada,apoyndose solamente sobre hiptesis de las cuales no podra ninguna ser probada ni amedias. No es ir ms all de la verdad el considerar el informe del doctor Sikovski comouna simple novela, y aadiremos, como una novela peligrosa".

  • "Y despus de haber examinado todos los escritos de orden mdico-legal sobre los cualesse basa la acusacin, concluyen:"La hiptesis de asesinato ritual, ejecutado para procurarse la, sangre del nio Ioutchinskies insostenible"."Esta conclusin de los dos cientficos franceses no sorprender a la gente honesta. Elasesinato ritual es una invencin abominable, que slo existi en los cerebros oscurecidospor la ignorancia y el fanatismo. Los papas nunca le han dado fe, e Inocencio IV vClemente XIV, para citar dos solamente de los que sin embargo no fueron tiernos con losJudos, se haban erigido -cosa que los honra- en contra de esta odiosa calumnia. Y en lostiempos modernos, hombres eminentes en todas las disciplinas de todos los pases le hanhecho desde hace tiempo justicia."Cuento con su alta equidad para hacer insertar mi rectificacin en su prximo nmero, y leruego aceptar, seor Director, la seguridad de mi alta consideracin. El gran rabino deBurdeos, Isaas Schwartz".

    El procedimiento no vara: los que no vieron nada merecen crdito si aportan su concurso alos judos; los otros reeditan tan solo una calumnia infame.Y solamente los que admiten sin dudas las denegaciones judas merecen ser Incluidos entre"la gente honesta".De la misma manera, se era "intelectual" en el tiempo del asunto Dreyfus.Los Archives Isralites no podan dejar de tocar su parte en este concierto, y es un hombreque en Israel se escucha al igual que un Pontfice, el Sr. Prague, quien se encarg de laejecucin.El articulo se titula : La loca acusacin. (17)El tambin se apoya sobre la opinin de los mdicos que juzgaron los hechos a distancia,desde Viena, Lyon, Berln o Zurich. El tambin repite que el Talmud y toda la literatura rabnica se erige en contra de la sangrecomo meta religiosa, afirmacin que queda por demostrar, tan es as que nosotrospretendemos demostrar lo contrario.

    "La reaccin rusa, aade, tiene ya la conciencia cargada con esos pogroms , motines quehan puesto tantas Comunidades judas de Rusia a sangre y fuego."Que no aada a esta vergenza la ignominia de un inocente golpeado por la imputacin deun crimen que jams judo, desde que Israel existe, ha podido cometer. La acusacin ritualexplotada primero por los paganos contra los cristianos a favor del misterio de la Eucaristadel cual sufrieron tanto los ltimos, no debera servir para Israel, ya que nada en sulegislacin ni en sus costumbres religiosas justifica el pretexto".

  • Que se me permita encontrar imprudente y audaz este reproche de recientes efusiones desangre dirigido a los verdaderos rusos, unos aos despus de la explosin subversivaprovocada ante el enemigo por el Bund judo-comunista. En tiempos en que se pudo creeren el xito de esta revolucin, en donde se poda descontar un reparto de los beneficios, losjudos se ufanaron abiertamente de haber armado y sobornado este Bund que daba lapualada en la espalda de la Patria rusa que sehallaba haciendo frente al enemigo.Cuntos pueblos hubiesen castigado a los judos con la expulsin en masa, laseexterminacin, despus del fracaso de la traicin!El Sr. Prague ve, l tambin, un inocente en Beiliss.Este judo no est an juzgado, slo est acusado, sin embargo todo Israel lo consideradesde ahora como Inocente, porque su presumido crimen es molesto e infame para todo eljudasmo.El Sr. Prague hasta llega un poco ms lejos como veremos:

    "La vctima del fanatismo religioso, no es Ioutchinski, cado bajo los golpes de asesinosvulgares que mutilaron y maquillaron el cadver para hacer creer -y el caso no se presentapor primera vez- en un crimen ritual, sino ese desgraciado Beiliss, cuya inocencia estallaraa la luz, si fuese juzgado con la imparcialidad que reclama la terrible acusacin que pesasobre l".

    Si los judos conservan por medio del dinero la direccin de la opinin pblica por mstiempo, se puede tener por seguro que es el pobre loutchinski quien aparecer en la Historiacomo habiendo martirizado a Beiliss por fanatismo antisemita.Hubiese sido extraordinario que los Reinach no interviniesen en esta campaa preventivacon vistas a absolver a un judo que todava no fue juzgado.Es Teodoro Reinach quien se hizo abogado de "la odiosa y estpida leyenda".Examinar ms tarde lo que vale la crtica del Sr. Teodoro Reinach, que encuentra en susorgenes de Francfort el derecho de erigirse como censor del idioma francs: slo quierohacer notar aqu su intervencin. La reproduzco tal como la relata uno de los diariosdoctrinarios de Israel (18):

    "El Sr. Teodoro Reinach, miembro del Instituto y diputado por Saboya, uno de losvicepresidentes del Congreso de los progresos religiosos, actualmente en asamblea enPars, tom la palabra al final de la sesin del 19 de Julio para llamar la atencin delCongreso sobre la odiosa tentativa hecha en pleno siglo XX, para resucitar una de lascalumnias ms perjudiciales para el judasmo, la acusacin de asesinato ritual. Ni una solalnea, dijo, en ningn libro religioso del judasmo, ni un solo hecho cientficamente

  • establecido ofrece el ms mnimo fundamento a esta abominable leyenda; sirviantiguamente, no menos injustamente, para difamar a los primeros cristianos y mandarlos alsuplicio. En el asunto Beiliss de Kiev, que actualmente apasiona al mundo entero, las msaltas autoridades mdicas de distintos pases desmintieron formalmente las conclusiones dela investigacin de los expertos mdicos rusos y las ms altas autoridades morales, entreotras un cardenal ingls, han hecho escuchar una vez ms, en esta ocasin, su protestaindignada".

    Ante estas manifestaciones diversas, se puede juzgar de qu manera la sola acusacin deasesinato ritual pone al mundo judo en ebullicin, qu agitacin desencadena.

    Tambin se ve qu simple es el modo de discusin: el asesinato ritual es una odiosa yestpida leyenda, y la acusacin es indigna de nuestra civilizacin; por lo tanto, no hubocrimen ritual en Kiev, por lo tanto, el judo Beiliss es inocente.Debe reconocerse que nuestra crtica tiene otros procederes, nuestras opiniones otrosfundamentos.

    ****

    Israel hace los mayores esfuerzos para borrar de su historia esta mancha de sangre, y pareceque fuera uno de los signos de la maldicin que pesa sobre las tribus, la reaparicinineludible como la mancha de Macbeth.Un incidente personal me dio la medida de los medios empleados por los judos paraobstaculizar a los escritores escrupulosos en su bsqueda de la verdad.En la Historia contempornea hay un crimen ritual jurdicamente establecido: el del PadreToms y de su sirviente, en Damasco, en 1840.Con este crimen, Achille Laurent realiz una relation historique: naturalmente el librodesapareci de la circulacin, siendo casi imposible encontrarlo. Digo "casi".Esta sofocacin permite a los abogados de Israel protestar la autenticidad de ladocumentacin de Achille Laurent, y de mandarnos a la nica relacin probante, a laoficial, depositada en el Ministerio de Relaciones Exteriores.Nada ms sencillo, en efecto, que consultar esos escritos oficiales y diplomticos; pero enel curso de las investigaciones de documentos requeridos para esos estudios, me encontrfrente a dos afirmaciones netamente contradictorias.En le Mystere du Sang , Desportes dice: "Los documentos fueron depositados en el Ministerio de Relaciones extranjeras ;desaparecieron de all en 1870, bajo el ministerio del judo Crmieux".

  • Pero el protestante Strack, en su obra le Sang, transcribe una declaracin de nuestraCancillera, del 5 de Agosto de 1892 , as concebida:"Los escritos concernientes al asesinato del Padre Toms en Damasco, en 1840, de ningunamanera han sido sustrados o destruidos por Crmieux en 1870. Estas piezas se encuentrancompletas en el Ministerio". En otro lado, insistiendo en su desmentida, el mismo Strack escribe:"Es slo en 1874 que la autorizacin para consultar las actas fechadas en 1830 fueacordada".Esta constatacin tena evidentemente por objeto explicar rechazos anteriormente opuestos.Yo pens ya que, por una parte, la Cancillera declara que esos documentos no han sidosustrados, ya que, por otra parte , un abogado de Israel afirma que esos documentos estn ala disposicin de los investigadores desde hace cuarenta aos, los voy a compulsar.Con fecha del 24 de Mayo de 1913 le escrib a nuestro Ministro de Relaciones Exterioressolicitndolo autorizacin para consultar esos archivos.Cinco das ms tarde recib esta carta:

    Pars, 29 de Mayo de 1913.

    Ministeriode Relaciones ExterioresArchivosSeor Albert Monniot,redactor de la Libre Palabra.Seor, Ud. expres el deseo de ser autorizado a consultar en los Archivos de RelacionesExteriores los documentos relativos al asesinato del Padre Toms en Damasco, en 1840.Tengo el honor de hacerle saber que su pedido ser, conforme al reglamento, transmitido ala Comisin de Archivos diplomticos que lo examinar en su prxima sesin, que tendrlugar el 4 de Junio.Se le avisar inmediatamente sobre la decisin que se tome a ese respecto.Reciba, Sr., la seguridad de mi consideracin distinguida.

    El Ministro plenipotenciario,Sub-director de los Archivos, (Ilegible)

    Yo recib la seguridad de su consideracin mientras pensaba que eran demasiadasformalidades para una bsqueda histrica, y que se tenan menos remilgos para entregar alSr. Jos Reinach nuestros archivos diplomticos relativos a la guerra de 1870, por cuenta de

  • un editor alemn; pero haba que considerar el formalismo administrativo y las inevitablesdificultades cuando los judos estn en causa.Por lo tanto espero pacientemente. Ocho das ms tarde, recibo de Su Excelencia misma, la carta que sigue: Pars, 6 de Junio de 1913.Ministeriode Relaciones ExterioresDireccin de Asuntospolticos y comerciales

    Subdireccin deArchivosSeor Albert Monniot, redactor de la Libre Parole.Seor, de acuerdo a su carta del 24 de Mayo, Ud. me solicit la posibilidad de consultar enlos Archivos de mi Departamento los documentos relativos al asesinato del Padre Toms enDamasco, en 1840.Aunque los documentos que conciernen este asunto no se encuentran en las series abiertas alas bsquedas histricas por el decreto del 2 de Junio de 1909, insist y consult laComisin de los Archivos diplomticos con respecto a su pedido. Esta Comisin estimque no se poda hacer excepciones al reglamento, sobre todo habindose anteriormenterechazado la comunicacin de los mismos documentos.No puedo ms que ratificar la decisin de la Comisin, lamento, por lo tanto no poder darsatisfaccin al deseo que Ud. me transmiti.Acepte, Sr., la seguridad de mi consideracin distinguida.S. Pichon.

    Los secretos judos estn bien guardados ... Pero qu hombre de buena fe no encontrara all la prueba, o de que los documentosdesaparecieron, o que fueron demasiado enojosamente alterados para que pueda permitirsesu examen a los profanos. Pero por qu nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, queseguramente no tiene ninguna responsabilidad en la alteracin o en la desaparicin, se haceel instrumento de los designios de Israel? Por qu el Sr. Pichon en actitud bastantelamentable, estima que los documentos oficiales con respecto al asesinato ritual deDamasco "no entran en las series abiertas a las bsquedas histricas", mientras que el Sr.Strack los consideraba accesibles desde 1874?

  • Para mi primer verificacin, tomo a uno de los ms ardientes defensores de los judos enflagrante delito de actitud turbia. Por qu, si tiene conciencia de defender una buena causa,disfraz evidentemente la verdad?A esta altura de mis reflexiones, recib, de un autor estimado, la siguiente carta:

    Nogent-sur-Marne, 17 de Julio de 1913.Seor,Se extraa Ud. por el rechazo de que fuera objeto por parte del Ministerio de RelacionesExteriores al solicitar el expediente del asesinato del P. Toms en Damasco, en 1840.Seguramente sera muy embarazoso para el Ministerio permitirle compulsar esas piezas.En el libro de G. des Mousseaux sobre le Juif et la Judaisation des peuples chrtiens (2da.edicin revisada y corregida con las notas del autor), que yo publiqu en 1886, Ud.encontrar en la pgina VIII del prlogo, una frase que puede explicarle en qu posicinincmoda coloc al Ministro de Relaciones Exteriores al hacerle ese pedido indiscreto.Hablando del libro que presentaba entonces al pblico, deca: "Numerosos hechos citadospor el autor (Gougenot des Mousseaux) vienen a apoyar la teora del judo que se haceasesino a fin de procurar sangre cristiana para sus zimos."El asesinato del Padre Toms, capuchino de Damasco, en 1840, est relatado, en detalle yde acuerdo al escassimo volumen de Laurent sobre los asuntos de Siria, aparecido en 1846,(ya que las piezas relativas a este horrible atentado han desaparecido del Ministerio deRelaciones Exteriores durante la segunda Repblica, entonces Crmieux parte del Gobiernoprovisorio, y por lo tanto el rey de Francia, judo,)".Ya ve, Sr., que el Ministerio de Relaciones Exteriores se encuentra desde 1849 en laimposibilidad de responder a su deseo, y que por eso no tendra Ud. razn de reprochar alMinisterio actual actitudes de mala voluntad que es slo aparente y que esconde suimpotencia absoluta para acoger favorablemente su pedido.Quiera Ud. recibir, etc. Ch. Chauliac.

    Lo que ilustra la acusacin hecha contra Crmieux, es el hecho que fue delegado conMontefiore por la Alianza Israelita Universal para obtener del Khedive la liberacin de losasesinos condenados de Damasco.Que la operacin de sustraccin haya sido realizada en 1870 como lo dice Desportes, o en1849 como lo afirma Gougenot des Mousseaux, poco importa: tenemos all la confesin delcrimen, tan explcitamente como fue posible, lo que confirma las confesionescircunstanciales de los acusados.

  • Y observando el puro y simple rechazo del Sr. Pichon, encontramos que se ad mite lacomplicidad que se perpeta entre el poder y los judos, admitiendo que se pueda hacer unadistincin entre stos y aquel. He querido dar una idea global de los obstculos acumulados por los judos sobre la rutade los escritores minuciosos y ansiosos en la bsqueda de la verdad en este asunto deasesinato ritual, de sus procederes de obstruccin, de sus maniobras a veces groseras, delpoder de que disponen.

    El lector deber preguntarse, antes de abordar el examen de los hechos, si tal actitud es elresultado de una conciencia tranquila .

    LOS ABOGADOS DE ISRAELYa dije que toda la argumentacin de los negadores del crimen ritual judo se resuma enesta opinin pasada al estado de frmula : es una estupida leyenda !.Se me acusara legtimamente de querer hacer las cosas fcilmente si no tomara en cuentalos alegatos de los filosemitas : segn mi conciencia debo presentar esas tentativas derefutacin .Notemos en seguida que alcazn menos a los hechos que a las prescripciones delPentateuco o del Talmud .Reconozco honestamente que nuestros adversarios estn all sobre un terreno que les esms favorable . No es que esas prescripciones puedan molestamos en nuestras demostraciones, ya que lasanalizaremos ; sino que , por un parte , stas pueden oponerse a aquellas , y veremos , porotra parte , que las enseanzas talmdicas obligan a los judos segn reglas estrictas , ancuando esas enseanzas sean o parezcan contradictorias .Este terreno ereizado de obstaculos y cortado por barrancos es eminentemente propicio alos escondites y a las emboscadas : no es el que eligirian combatientes confiados en sucausa y en sus armas .Primeramente debemos desembocar a nuestros adversarios , para llevarlos a terreno llano ydescubierto .Para pasar someramente por el tamiz los procedimientos crticos de los abogados de Israel ,nos limitaremos a nuestra poca , y slo discutiremos de los contemporneos .FRANZ DELITZSCH. - Es el que intent refutar el Judo talmudista de Rohling. Lapolmica dur varios aos , y se necesitaria un volumen para analizarlo.Vilipendiado,injuriado , calumniado , Rohling haba decidido depositar una demanda por difamacin.Sus adversarios consideraron que haban triunfado al retirar aquel su demanda en lasvisperas de los debates; pero estn obligados a reconocer que Rohling slo hizo este trmiteante el pedido del ministerio austraco , y pensando en inters de la paz pblica .

  • Una edicin de Rohling que tengo ante mis ojos , y con la cual contribuir cuando hable delas enseanzas talmdicas , est presentada al pblico de la siguiente manera .

    EL JUDO TALMUDISTAResumen breve de las creencias y de las prcticas

    peligrosas de la judera .Presentado a la consideracin de todos los cristianos

    por el Sr. abate Augusto Rohling ,doctor en teologa y filosofa , profesor en la

    Universidad de Praga.Obra eternamente revisada y corregida

    por el Sr. abate Maximiliano de Lamarque ,doctor en teologa , cannigo en Monte-Giuliano.

    Recompensa de 10.000 francos al que pueda probar que una sola delas citas en esta obra es falsa.

    Recompensa bastante tentadora ,an para los judo. Hace veinticinco aos el 15 de juliode 1888 que espera un beneficiario. En cuanto a los errores que al decir de Delitzsch y deBloch , reduciran a cero la obra de Rohling , veamos lo que dice su erudito revisor .Antes de publicarla esta obra , quiero hacer la siguiente declaracin :Hace algunos aos ya que apareci en Munster ( Westfalia ) , una obra del Sr. abateRohling , titulada Der Talmud-Jude. El ibro hizo sensacin , pero no goz de una largaexistencia . La juderia con su enorme poder puso toda la maquinaria en movimiento paraprovocar por parte de las autoridades , su pronta confiscacin . Como motivo para este actode violencia se aleg que el libro contena algunos errores , verdaderamente insignificantes.Durante diez aos me di al trabajo de someter este libro a un examen profundo, y despusde haberlo vuelto a hacer enteramente y corregido de acuerdo a las fuentes , yo lo presentonuevamente a la atencin del pueblo cristiano.Errores insignificantes de Rohling , dice el abate de Lamarque , despus de haberindagado en las fuentes .Son pruebas ms importantes que las injurias de Franz Delitzsch y de Joseph Bloch .

    El Gran Rabino ZADOC-KAHN. -Ya dije que el Sr. Zadoc-Kahn , en ocasin del asuntoDreyfus , haba proclamado que no haba traidores en Israel mientras estaba ejerciendopresin sobre el teniente Kahn para llevar a este oficial a hacer un falso testimonio a favordel traidor .El recuerdo de ese incidente me parece un prlogo muy indicado para el documento quevamos a leer y que emana de este mismo jefe religioso de la comunidad juda de Francia :

  • Pars , 7 de julio de 1892 El Gran Rabino del Consistorio Central de los Israelitas de Francia17, Calle Saint-GeorgesSeor Edouard Drumont , Director de la Libre Parole , en ParsSeor , No se qu suerte correr esta carta ; espero sin embargo , que aparezca en el prximonmero de su diario, en virtud de este adagio, caro a los antiguos autores judos, que elamigo de la verdad la acepte con diligencia cualquiera sea la mano que la traiga.Nos acusa Ud. en la Libre Parole del mircoles 6 de Julio, del proceso que se ventilaactualmente en Clves, y lo anuncian bajo este ttulo para producir sensacin: Un crimenritual. Asesinato de un nio cristiano por un carnicero judo. La justicia ms elemental, laprudencia misma deba haberles inspirado una actitud diferente, ya que un detenido no esun condenado. En cuanto a m, estoy tranquilo en lo que concierne el final de este proceso:se puede haber cometido un asesinato, an un judo ser su autor; pero no hubo crimen ritualy no lo habr nunca.Usted hace preceder el artculo por un extracto del Talmud, donde se puede ver, dice Ud.,"que los judos son consuetudinarios en cuanto a sacrificios humanos".Aqu, soy un poco ms competente que Ud. y tengo el derecho de protestar. Los que lecomunicaron esa cita se burlaron sencillamente de Ud. y de sus lectores, o bien ellostampoco comprendieron nada del lenguaje del Talmud.Reproduzco el pasaje que cit, dando la traduccin palabra por palabra: "Sialguien muere y deja un hijo menor (de menos de trece aos de edad) a su madre y que losherederos del padre digan : " Que sea criado con nosotros! y que la madre diga : "Que mihijo sea criado conmigo", se lo confa a su madre, y no se lo confa a sus herederoseventuales: sucedi una vez que hermanos (herederos de un menor) lo degollaron envsperas de Pascua".Es decir en un da vecino a una fiesta solemne y con obligaciones religiosas de ocuparse delos preparativos que la rodean, este fratricidio resultaba an ms horrible.El derecho talmdico entiende proteger a los menores, hurfanos de padre, contra larapacidad posible de sus hermanos: de all la medida de precaucin que edicta y que apoyacon un hecho histrico.Se encuentran disposiciones anlogas en otras legislaciones, por ejemplo en las leyes deCharondas (Ver Diodoro de Sicilia, XII, 15):

  • "Los parientes paternos estn encargados de la administracin de la fortuna del menor, entanto que su persona est confiada a los parientes maternos".Yo le pregunto, ahora a todo hombre de buena fe y con buen sentido qu puede tener encomn con el crimen ritual ese pasaje talmdico de Ketouboth 102.En Francia, gracias a Dios! hay bastantes hebraizantes an en el culto catlico, capaces dedescifrar "el misterioso designio de las viejas frmulas hebraicas" que les inspira tantohorror, y de leer a los profetas y los salmos en el texto original.Interrguelos, y ver lo que piensan de ello.Sera tiempo que se dejara caer una acusacin tan odiosa como ridcula. No sabe Ud. Sr.,que el cristianismo primitivo fue objeto durante mucho tiempo de los mismos reproches porparte de los paganos, y que los rechaz con indignacin invocando precisamente la leyjuda y las tradiciones judas?No sabe Ud. que desde hace siglos, se busca en todos los rincones todos los escritos de laliteratura juda, una de las ms ricas existentes en el mundo, para encontrar tan solo unapalabra, una alusin relativa a un crimen con el cual se nos podra abatir, y que losbuscadores ms apasionados nunca encontraron nada?No sabe Ud, que los Papas ms ilustres, de los cuales Len XIII es el digno y gloriososucesor, no han cesado de erigirse en contra de esa acusacin que atrajo tantos desastresinmerecidos sobre los judos durante la segunda parte de la Edad Media? Dir Ud. quefueron ganados por el dinero de los judos, Ud. que slo ve en la sociedad actualcompradores de conciencias venales?No sabe Ud. que las condenas mismas, debidas al poder del prejuicio o fundadas sobreconfesiones arrancadas por la tortura, no prueban nada, absolutamente nada? De otraforma, la memoria de la santa y pura herona, en la persona de quien Francia gustareconocerse, quedara aplastada bajo el peso de un arresto inicuo.Seor, no basta odiar y querer hacer dao, hay que elegir las armas que se pretende usar. Hay algunas que una conciencia honesta y recta no usara jams y que tampoco justificarala ms violenta pasin.Acepte, Sr., la seguridad de mi consideracin distinguida.

    ZADOC-KAHN, Gran Rabino

    Es comprensible que acuerde a este documento y a su discusin un lugar importante. Nosolamente proviene de la ms alta autoridad juda, sino que provee el tema nico de losalegatos que seguirn, y por primera vez se lanza la contrasea que volverincansablemente como un leit-motiv: "la odiosa y estpida leyenda".Reproducimos en primer lugar la respuesta del colaborador del Sr. Edouard Drumont, Sr.M. A. Plista:

  • Al Seor Gran Rabino.El Seor Gran Rabino nos hace a la vez el honor de una carta larga y corts, y el placer dellevar la discusin a hechos que no merecen quedar en el olvido.Se pregunta "si no es tiempo de dejar caer una acusacin tan odiosa como ridcula". Nospreguntamos si no ha llegado la hora de hablar en voz alta, en momentos en que un pueblode 50 millones de almas tiene los ojos clavados en la ciudad de CIves y espera que se lerinda cuenta de la sangre de un pobre nio de cinco aos.El seor Gran Rabino nos dice hoy lo que todos los rabinos de Viena y de Berln repitendesde hace ms de diez aos, lo que el profesor Noeldeke deca en Clves hace dos das:"El Talmud no habla de sangre cristiana el Talmud no recomienda su uso".Es exacto que l Talmud no prescribe el asesinato ritual, pero sostenemos que lo constata,lo que ya es bastante.Nada es ms fcil que desnaturalizar un texto por medio de los comentarios con los que selo enriquece; nada es menos legtimo que sustituir su pensamiento al de otro, por mshonorable que sea la intencin. Pero es el pensamiento de ese otro que juzgamos, y nadiepuede negar que afirma tan claramente como sea posible la existencia de una prctica bienestablecida, ya que el legislador se toma el trabajo de prevenir en contra de ella.Por otra parte, la Cbala completa el Talmud. Es ella que nos informa que la sangre de lasvrgenes no-judas es particularmente agradable a Dios; que el Seor se aliar a quien matea un extranjero; que verter la sangre de una nia no-juda, es ofrecer a Dios un sacrificioms agradable que todos los perfumes.Nada es ms explcito que esas enseanzas sobre las cuales convendr extenderse msampliamente, cosa que no olvidaremos de hacer.Por otra parte, el Talmud recomienda en varios lugares de aporrear al mejor de los Goyms,de dejarlos en un agujero cuando se los ve, y poner una piedra por encima; de probar en loscristianos (o en modo general en los no-judos) los remedios de cuyo efecto no se estseguro. (Schulchan-Aruch; Jore Deah, prrafo 158).Son realmente asesinatos, aunque en rigor de verdad se puede decir que no son rituales....Dejemos por el momento all la cuestin de textos que no se puede tratar a fondo en unaspocas lneas y pasemos a la cuestin de hecho.Si hay en la historia un hecho rodeado de todos los testimonios requeridos, de todos losdocumentos que lleven la certeza con ellos, un hecho probado e incontestable, seseguramente el crimen ritual, cometido por judos sobre cristianos, y particularmentesobre nios.Es casi gracioso que se nos obligue a dar una vez ms la larga serie de estos asesinatosatestiguados por los historiadores de todos los pases, y de hacer hablar nuevamente aBaronius, a las Acta Sanctorum, a las Monumenta Germanioe.

  • Estara muy feliz de conocer el nombre del Papa que neg el hecho del Asesinato Ritual.Sospecho que todava no naci; pero ya que el seor Gran Rabino hace intervenir a laiglesia en una cuestin que la toca muy indirectamente, le recuerdo que la Iglesia canoniza nios vctimas precisamente de asesinatos rituales.Por mi parte, encontr en Alemania -donde tena el honor de ser vecino de un colega del Sr.Zadoc-Kahn- unos hngaros y unos orientales que nunca llegaron a comprender cmo unhecho tan claro pudiera ser an discutido. Tenan ideas muy definidas sobre el caso deDamasco y de Tisza-Esslar; y creo que los jueces d Breslau eran de la misma opinincuando condenaron al joven rabino Berstein, que sac sangre de las venas de un nio, hacesolamente un ao. El nio no, muri, es cierto, aunque la sangra fuera muy ritual.No comprendo qu se encuentra de tan sorprendente en esas prcticas.A partir del momento en que la ley talmdica toma tan paco en cuenta a los que no sonjudos, que los asimila a los asnos, a los caballos y hasta a los cerdos; desde el momento enque les niega la calidad de hombres y los considera una variedad de animales, no veo que elasesinato de una de esas bestias ofrezca nada tan alarmante para una conciencia talmdica.Es un sacrificio un poco ms distinguido que los dems: en lugar de ser el animal que sellama gallo o cordero, es el animal que se llama cristiano.En esto la duda, no se permite as como para lo dems.S prohibe, por ejemplo, a la partera juda atender a una mujer no-juda el da del Sabbath,pudiendo hacerlo para una juda, ya que aqulla no-juda deber ser considerada como unanimal ( Schulchan-Aruch, Orach Cahijm, p. 329 ).El clera, del cual se habla tanto hoy, y que no le deseo a nadie, me recuerda un preceptono menos significativo.Cuando la peste se declara y mata a muchos hombres, los judos deben orar en la agoga sinhaber bebido ni comido. Si la peste alcanza slo a los animales, esas ceremonias sonintiles. Pero, deben hacerse si la peste se declara entr los cerdos, ya que sus entraas soncomo las de los hombres, y de la misma manera si se declara entre los no-judos, ya que suconstitucin fsica es igual a la de los hombres. (Schulchan-Aruch; Orach Chaijm, p. 576.).Es el mismo principio que hace decir que, cristiano tiene l derecho de casarse con sumadre, ya que los no-judos tienen entre ellos relaciones similares a las de los animales.(Sch. Aruch, Jora Deah, p.269).En ese caso, yo me pregunto todava porqu el talmudista no hara lo mismo que yo hagocuando voy a cazar: ya no es asesinato, es ir de caza en pocas prohibidas o furtivamente...El Sr. Gran Rabino se interroga con inquietud sobre la "suerte que correr su carta"..Esta ansiedad recuerda un viejo precepto segn el cual s prohibe al judo hacerse afeitarpor, un cristiano; por lo menos es necesario que un buen nmero de judos esten presentes,o que el susodicho judo se encuentre ante un espejo para poder vigilar los movimientos delcristiano, y as prevenir que le corte el cuello. (Sch. Aruch; Jor Deah, p. 156).

  • Los judos han meditado tanto el Talmud que han perdido la creencia de buena fe deantao, ellos que, sin embargo, saben tan bien sopesar la conciencia humana! .Que el Sr. Zadoc-Kahn se tranquilice! Ya ve que hemos publicado su carta sin cambiarleuna palabra, y puede juzgar que no tememos ni la contradiccin ni la verdad.Yo haba completado con anticipacin la sabia respuesta dl Sr. Plista, cuando habl de lasintervenciones pontifcales y de las acusaciones, lanzadas contra los primeros cristianos.No encuentro qu puede subsistir de la carta del Sr. Gran Rabino, que me parece no va ni aenriquecer la literatura juda de la cual habla coa tanto orgullo, como si esa cuestin deasesinato ritual fuera del dominio de los literatos. "No se ha podido encontrar nada"' escribe framente unos aos despus de las acusacionesde Rohling y del desafo del abate Lamarque! .Esa afirmacin vale esta otra: "No ha habido, no habr jams crimen ritual", la que equivalea la que deba pronunciarse algunos aos ms tarde, en tiempos de Dreyfus y de Ulmo: "Nohay traidores en Israel".RENAN. Hay que incluir a Renan entre los negadores del crimen ritual? Si, porquenuestros adversarios hacen mucho caso a una opinin que emiti en 1883. (19)"Uno de los rasgos caractersticos de la religin israelita es la prohibicin de usar sangre enla alimentacin humana."Esta precaucin, excelente en una cierta poca para inspirar el respeto a la vida, fuconservada por el judasmo con un escrpulo extremo, an en pocas y en estados decivilizacin donde no representa ms que una molestia. Y se quiere que el israelitafervoroso, que morira de hambre ms bien que comer un pedazo de carne que no estuviesedesangrada, se alimente con fruicin de sangre en un festn religioso? Eso esmonstruosamente inepto!.Alimentarse de sangre, festn religioso: otras tantas invenciones para las necesidades de unamala causa.Pero, qu tienen de comn las prescripciones higinicas, de las cuales los judos ya notoman ninguna cuenta, qu relacin hay entre la matanza de animales y un rito osimplemente asesinatos realizados por odio hacia Cristo?"Precaucin excelente en cierta poca para inspirar el respeto a la vida" dice Renan. Y ahest, que lo haya querido o no, una grave acusacin contra los instintos de "la primeraaristocracia del mundo".Si estudiarnos la constatacin de esas tendencias de las prescripciones talmdicas que yanos enumer el Sr. Plista y que nosotros completaremos, nos ser muy difcil concluir conRenan por un simple y despreciativo epteto, procedimiento de discusin cmodo, peropoco probatorio.Considero que ha llegado el momento de recordar una cita que ya hice, relativa al incendiode Roma:

  • "Lo cierto es que, por un misterio impenetrable, los judos se encontraron absueltos y loscristianos perseguidos. Un contemporneo, San Clemente, atribuye las masacres ordenadaspor Nern a los celos.Renan mismo no niega sospechar de los judos por esta odiosa maquinacin". (20)Se ve que Renan no adjudica siempre a los judos el mismo horror a la efusin de sangre,notndose tambin cun vacilante es su crtica.Pasemos, sin tener en cuenta prevenciones que podra justificar el autor de la Vida de Jess;nosotros no recusamos los testigos, slo discutimos ,los testimonios.TEODORO REINACH.- Es el Sr. Teodoro Reinach quien prolog el libro del Sr. Stracksobre el cual volveremos ampliamente, le Sng et la fausse accusationde meurtre rituel Ennuestro tiempo, no puede producirse ninguna manifestacin del pensamiento sin laestampilla o la censura, de alguno de los tres hermanos Reinach. Debe creerse que nos hanllegado de Francfort del Maine muy especialmente para sacar el genio francs del caos yguiarlo hacia la luz.El mayor, Joseph, est encargado de nuestra Historia de ayer, ver la de maana;

    Teodoro tritura la Historia antigua, vela sobre nuestro idioma; Salmn modestamente sededic a la guardia y al enriquecimiento; de nuestro tesoro artstico.Es la omnisciencia en tres personas.Pero en el examen se encuentran desechos.Joseph haba escrito una Historia del asuntoo Dreyfus: Henri Dutrait-Crozon necesitvarios volmenes nada ms que para mencionar los errores y las partes falsas en queincurri este historiador.Cuando se habla de la ciencia y de la conciencia de Teodoro y de Salomn, basta recordarla historia de la tiara de Saitapharns.Para Salomn, era una enojosa recidiva.Hace un tiempo haba descubierto, y pretendido imponer a nuestra admiracin unaestatuilla de Baouss-Rouss.Veamos cmo fu llamado al orden por un investigador francs, el Sr. G. de Mortillet, antela Sociedad de Antropologa:

    Despus de haber contado en la forma ms pueril e infantil como si quisiera crear unaleyenda- el descubrimiento de esta pieza y su posterior compra para el museo de Saint-Germain, el Sr. Salomn Reinach exclama con increble aplomo: "Por otra parte, lo queimportaba era fijar exactamente la proveniencia de la estatuilla; en cuanto a su altaantigedad, es decir a su autenticidad, slo podra ser cuestionada por personas extraas alos estudios de arqueologa prehistrica".

  • Noto al pasar que es un sistema de discusin caro a los judos en general y a los Reinach enparticular: "Si Uds. no estn de acuerdo conmigo, son unos imbciles, y hombres de malafe". Volveremos a encontrarlo bajo la pluma de Teodoro tratando el crimen ritual.El Sr. G. de Motillet contina:Y bien! Esa autenticidad, yo la impugno decididamente!El Sr. Salomn Reinach lo sabe muy bien, y no me considera completamente como"persona extraa a los estudios prehistricos". En efecto, hace alrededor de dos aos, en elmomento en que acababa de comprar la estatuilla en ms de 100 francos, se dice, aunque novalga nada, me pidi mi opinin. Despus de haber examinado la pieza -que yo no conocaan-, le declar que era falsa, y una imitacin de las ms groseras!Repito las razones que le d.... Nunca pens que el Sr. Salomn Reinach haya participado de ninguna manera en laconfeccin de la imitacin de los Baouss-Rouss. Despus del museo de Saint-Germainfu la primera vctima de los falsificadores. No sera posible que se lo acuse de tergiversar,al ver que en lugar de representar la estatuilla tal como es, la figura tres veces ms grandeque la real, sin ninguna advertencia?Sucede lo mismo, agravando as el caso, con los dos otros objetos que figuran en el texto.No solamente no indica en ninguna parte la altura real de esos objetos, no solamente nomenciona su escala, sino que adems coloca dos objetos dibujados uno en frente del otro, elprimero agrandado, el segundo disminuido, sin ningn aviso.Por todas estas razones, yo mantengo que el artculo del Sr. Salomn Reinach carececompletamente de precisin cientfica, y que la estatuilla que adquiri, describi y figur,es ciertamente falsa. (21)

    "Aplomo" y "tergiversar": trminos que resumen admirablemente a los hermanos Reinach.Cuando se dot a nuestros coches pblicos de medidores, Teodoro intervino: era necesarioque mostrando la erudicin de un alumno de quinto, un Reinach uniera su nombre a estamodificacin de las costumbres parisinas. El judo francfurts, apenas naturalizado, nosdaba una leccin de lingstica."No digan taxmetro, protestaba con vehemencia a travs del Le Figaro: es taxmetro quehay que decir".Hay que creer que este sabio ignoraba hasta la etimologa de su nombre, ya que no se habadado cuenta que para la eufona nosotros despuntamos a menudo las races griegastransplantndolas a nuestra lengua.Pero el francs se inclina ante la mercurial, y las compaas hicieron con grandes gastosraspar y reemplazar la enojosa inscripcin con que se adornaban sus vehculos.El goy gusta ser "rodado": rod en taxmetro en lugar de rodar en taxmetro. *

  • Se comprender fcilmente que el Sr. Teodoro Reinach no modific su mtodo ni reformsus procederes crticos cuando trat el crimen ritual.Qued en su tradicin, en la de su familia y de su raza: el judo es tradicionalista.En el prlogo del cual habl, el Sr. Teodoro Reinach invoca, contra el asesinato ritual, laautoridad del Schulchan-Aruch: "La legislacin juda de la Edad Media lleg lejos an: asel Schulchan-Aruj, redactado a mitad del siglo XVI, ordena tirar un huevo si se encuentrauna gota de sangre, en la yema".Lo que quiere decir que no debe absorberse alimentos de mala calidad.Puede esta insignificante cita prevalecer contra los textos del Schulchan-Aruj citadosanteriormente en la respuesta del Sr. Plista al Gran Rabino?El Sr. Teodoro Reinach ignora esos textos?Y si no los ignora, cmo tuvo el "aplomo" de invocar esa autoridad, que de acuerdo anuestros judos modernos sigue siendo el Cdigo moral de Israel?Quisiera limitarme a citar dos hechos tpicos.En una sola nota de este mismo prlogo, pginas XX, XXI, y XXII, el Sr.Teodoro Reinachcomete dos errores que se podran legtimamente calificar como falsedades.Hablando del crimen de Damasco, del asesinato ritual del Padre Toms y de su sirviente, elSr. T. Reinach parece colocar su refutacin bajo la autoridad del Sr. Thiers. Escribe losiguiente:

    Los cnsules de las distintas potencias europeas tuvieron opiniones diferentes en esteasunto: unos dejaron hacer y favorecieron a las autoridades egipcias; pero, el representantede Austria protest con energa contra los medios violentos empleados en el hallazgo de laverdad y reclam una 'instruccin criminal ms conforme a las costumbres del siglo XIX.(Es as como parecio comprenderlo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, el Sr.Thiers, cuando anunci desde la tribuna que de acuerdo a sus rdenes, un vicecnsul ira aOriente para enterarse del estado de cosas a ese respecto).

    Debe saberse que el Cnsul de, Francia en Damasco habla resistido hasta el fin ante losargumentos judos: era de los innumerables para quien el asesinato y el crimen ritual eranpertinentes.

    -------------

    * Juego de palabras en francs : rouler , es rodar, pero tambin estafar. (N. del T.)-------------

    El Sr. Reinach da a entender que el Sr. Thiers, desconfiando de nuestro representante ysospechando de su lealtad, enviaba otro funcionario para estar informado ms exactamente.

  • En oposicin, no hagamos ninguna asercin, slo presentemos un documento oficial:

    Sr. Thiers, Presidente del Consejo.- ...Aunque haya tomado conocimiento de todos losdocumentos, que haya ledo todos los interrogatorios, me considerara reprensible si vinieraa esta tribuna para emitir una opinin sobre la inocencia o la culpabilidad de los que fueronacusados en Damasco. Cualquiera sea mi opinin personal, mi deber es no traerla a estatribuna.Tengo la intencin de hacer una sola cosa en esta tribuna, y es de justificar la conducta delagente que, debemos declarar hasta un informe ms amplio, ha mantenido la conducta quedeba tener un agente fiel a su deber...El superior diplomtico del Cnsul de ]Damasco, el Sr. Cochelet, Cnsul de Egipto, sepronunci en favor del Cnsul de Damasco. Deba sacrificar el Cnsul de Damasco y el deEgipto slo por la asercin del Cnsul de Austria?...Nunca sostendr a los agentes franceses en contra de los agentes extranjeros porque s;pero hasta que sus faltas sean demostradas, cuanto ms sean atacados por los agentesextranjeros, ms los sostendr.Creo que en esta circunstancia estoy ms enterado sobre la verdad que cualquiera de Uds...Le con mucho cuidado las actas de la justicia turca; se las tradujo...La opinin del Cnsul ingls es favorable al Cnsul francs, y sto se me informa desdeLondres. De esa manera, hay aserciones conformes a la del Cnsul francs. Y que losisraelitas me permitan decirlo, son ms poderosos en el mundo de lo que pretenden ser y eneste momento estn haciendo reclamaciones ante todas las Cancilleras extranjeras; ponenun celo y un ardor extraordinarios en estos trmites. Un ministro necesita mucho corajepara proteger a su agente atacado as. Creo que mostr bastante firmeza en este asunto, cosaque deba.Sepan Sres., repito, que en todas las Cancilleras, los israelitas estn en instancia por esteasunto y nuestro Cnsul slo tiene apoyo en el Ministro de Relaciones Exteriores deFrancia... (Un agente francs que est en su derecho ser protegido siempre contra todas lasinfluencias, de cualquier especie. (Muy bien! Muy bien! ) (Monit. Univ. del 3 de Junio de1840, p. 1258).

    Compare este texto indiscutible con la alegacin del Sr.Teodoro Reinach, y Ud. mismodir cmo hay que calificar tales procederes, y lo que vale la causa defendida de esamanera.

    La misma nota del Sr. Reinach comenzaba as: Se sabe que el juicio del tribunal rabe fu anulado por Mhmet-Ali (el Jedive)He aqu el documento oficial , el decreto del Jedive:

  • Por lo expuesto y por el pedido de los Sres. Moiss Montefiore y Crmieux, que se hanacercado a nosotros como delegados de todos los europeos que profesan la religin deMoiss, hemos reconocido que desean la puesta en libertad y la seguridad para los judosque se encuentran detenidos y para los que han huido a causa del examen del asunto delPadre Toms, monje, desaparecido en Damasco... l y su sirviente Ibrahim.Y como forman parte de una tan numerosa poblacin, no sera conveniente rechazar supedido, por eso ordenamos que se ponga en libertad a los prisioneros judos, y se dseguridad a los fugitivos para su retorno... Y se tomarn todas las medidas para queninguno de ellos sean objeto de malos tratos... y se los dejar tranquilos en todo momento.Tal es nuestra voluntad.Mehemet-Ali.

    Es de notar que Mehemed-Ali no slo no anula el juicio, sino que se guarda muy bien dedejar que se piense que pudiera creer en la inocencia de los judos condenados despus dehaber confesado su crimen. Crtico e historiador, el Sr. Teodoro Reinach est juzgado all."Aplomo y tergiversacin", como deca el Sr. Mortillet.Como todos los negadores del crimen ritual, el Sr. Teodoro Reinach hace gran caso de lasBulas pontificias, como ya lo dijimos."Al lado de esos testimonios venidos de tal alto..." escribe, a continuacin de la cita de esasBulas.Eso no lo molesta de ninguna manera, para decir de San Simn y del bienaventuradoAndrs:"Acerca de esos casos, Ganganelli no estaba libre, ya que, decisiones pontificales habanreconocido los dos pretendidos mrtires, Simn y Andrs".Y es as cmo, despus de haberse colocado bajo cubierto de una autoridad que le parecaindiscutible, un crtico poco escrupuloso puede burlarla.H.L STRACK.- Es el autor protestante del libro le Sang et la fausse accusation de meurtrerituel, el mejor libro sobre la cuestin de acuerdo al Sr. abate Vacandard.Primeramente hay que resaltar que este autor coloc su libro bajo el patronazgo del Sr.Teodoro Reinach, y que cuando necesit una informacin sobre el crimen de Acuta, sedirigi al doctor Samuel Kohn.Si no hubiramos tenido noticia sobre el carcter de su empresa, bastaba con abrir su libro:manara una oleada de eptetos injuriosos dirigidos a Rohling, a Desportes y al Osservatore.El Sr. Strack se ufana de haber reducido a cero una lista de 154 crmenes rituales, sinembargo, slo coment una media docena de ellos. Ni los enumera a todos, y pasarpidamente sobre uno de los crmenes rituales modernos que mejor pudieron establecerse,el de Tiesza-Esslar.

  • La mayora de las veces, se limita a encontrar en los trabajos de Desportel o en elOsservatore un error de fecha, o simplemente un nombre de ciudad mal ortografiado.Todossaben qu difcil es ponerse de acuerdo sobre cmo debe escribirse en francs una ciudadextranjera.Podra convencerme de que he, cometido un error porque escribo Londres y no London?Esta mana pueril me llev a hacer una constatacin agradable.Hablando de Desportes y del Osservatore, el Sr. Strack escribe : (pg. 206). "En el caso N102, escriben Orkul, en Hungra, en lugar de Orkuta" Veinticinco pginas ms adelante selee:"El asunto N 102 sucedi en Acuta, Hungra".Oh! la paja y la viga!El mismo censor escribe tambin sobre los mismos autores (pgina 205): "Caso N 103.Coloca a Thorn (Prusia Oriental) en la, provincia de Lieja, c