Logored - Diciembre 2014
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DIÁLOGO EDITORIAL
EDITORIAL
DIÁLOGO
Por Claudio García Pintos
CONSIDERACIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA Y SU IMPORTANCIA PARA LA FORMULACIÓN DE TESIS DOCTORALES. (pp.3-5)
Apunte de docente
FRANKL NO HABLA DE
RESILIENCIA (pág. 6-8)
LA PAGINA DE
LOGOFORO (pág. 9)
Reflexiones Existenciales
ENCRUCIJADAS 3 (pp. 12-15)
EN EL AMOR VIVE LA
PENA (Pp.17-19)
LOGOTERAPIA VINCULAR
LA PAREJA Y LA
BÚSQUEDA DE
ACUERDO (pp. 20-23)
LA PAGINA DE
CAVEF (pág. 24-25)
PADRE Y MADRE. TRA-
BAJADORES DEL AMOR
HUMANO (pág.26-27)
¿QUÉ ES LA VOLUNTAD
DE SENTIDO? (pp. 29-31)
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H ace unos años era habitual
que me solicitaran dirigir Te-sis, tanto de Licenciatura como de Doctorado. A raíz del trasla-
do de mi residencia a Galicia (España) estos pedidos disminuyeron hasta des-aparecer seguramente vinculado con la
distancia de los centros Universitarios que integrara. La participación más acti-
va en blogs y foros sociales reactivó esos pedidos. Acepté dirigir dos Tesis pero el contacto con los Doctorandos me llevó a
concretar algunas ideas sobre la investi-
gación científica.
No es necesario abundar aquí sobre los
vericuetos propios de la investigación científica. Sí es necesario para un Direc-tor de Tesis intentar transmitir saberes,
inducir el pensamiento reflexivo y moti-var la creatividad. Este trabajo siempre
acarrea provecho para el Doctorando y
para mí mismo.
Me ceñiré a mi campo particular de ex-
periencia: la Psicología, la Sociología y la Pedagogía con referencias a la Analítica
Existencial y la Logoterapia.
Cuando se trata acerca de la programa-
ción de una investigación científica en éstas áreas del conocimiento las reco-
mendaciones de aquellos que hemos tra-bajado tantos años en el tema deberían ceñirse a simples bocetos que no preten-
dan una exhaustiva descripción del pro-ceso en sí mismo sino que señalen una
situación de partida, un contexto hacia el cual dirigirse, una oportunidad de in-terrelación recíproca experto-iniciado
que fecunde la Tesis respectiva.
La clave del éxito de la tarea emprendida
estará en una correcta diagnosis del fenó-meno a estudiar incluyendo la máxima cantidad de variables psicológicas y socioló-
gicas que nos permitan orientar con éxito al
Doctorando.
Ésta o éste estará dotado de la mejor dispo-
sición para describir fenomenológicamente no solamente el entramado teórico referen-
cial sino también los aspectos metodológi-cos respectivos sin caer, fatalmente, en un practicismo rudimentario o vacío de origi-
nalidad.
En otras palabras, solamente una funda-mentación teórica idónea, una metodología
apropiada y una dedicación responsable pueden dotar al diseño del rigor y la racio-nalidad que hagan del trabajo un verdadero
aporte original y congruente en su conjun-
to.
No es este un ejercicio docente. La diferen-
cia entre docencia e investigación reside en que el diseño no constituye un ejercicio
académico sino que ésta última va destina-da a actuar sobre la realidad social ya que, al basarse en los resultados de la Tesis,
otros investigadores y profesionales encon-trarán un análisis veraz y efectivo para aplicar a una futura realidad psico-social y
transformar su acción en una dirección que
promueva el bienestar general.
En los albores del siglo XXI se dispone ya
de Tesis que han sido capaces de hacer una diagnosis certera de problemáticas encara-
das desde la óptica de varias disciplinas
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CONSIDERACIONES SOBRE LA
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SU IMPORTANCIA PARA LA FORMULACIÓN
DE TESIS DOCTORALES.
Por José MARTÍNEZ-ROMERO GANDOS
Mail de contacto: [email protected]
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(Psicología, Sociología, Antropología,
Economía, Política, Filosofía). Agregar a estos aportes la visión personal del in-vestigador que ha observado el fenóme-
no en primera fila permite el uso de con-ceptos propios y originales que se apar-tan de la aplicación automática o mimé-
tica de otras investigaciones generales o
generalizantes.
Mi propia Tesis Doctoral y algunas otras
que he dirigido han ingresado en igual-dad de condiciones que otras teorías en
las Universidades latinoamericanas y europeas siguiendo la Analítica Existen-cial y la Logoterapia. Siguiendo indica-
ciones del propio Dr. Viktor E. Frankl y acompañando a numerosos profesores que contribuyeron con sus propias ideas
creando un “corpus” de ideas, reflexio-nes, categorías conceptuales y prácticas
se constituyó y afianzó una “escuela” con diferentes y diversos caminos en el
campo de las ciencias sociales.
El aporte de otras escuelas es muy rele-vante y las exigencias para el desarrollo de una Tesis Doctoral son iguales para
todos. Si la lente con que se analiza esa realidad no tiene el nivel y la responsabi-lidad correspondiente, distorsiona la
realidad y le hace flaco favor a la ciencia. Esto no quiere decir que cuando se in-
vestiga desde diferentes escuelas, en di-ferentes realidades psico-sociales, las conclusiones sean intercambiables o ge-
neralizables automáticamente.
La entrada en la escena universitaria de los aportes de la Escuela de la Analítica
Existencial ha permitido incorporar con-ceptos a otras escuelas que los han ela-borado y aplicado en sus intervenciones
profesionales.
Conceptos como “empatía”, “libertad”, “responsabilidad”, “elección”, “sentido de
vida”, “intención paradojal”, “amor”, son comunes en el léxico interdisciplinario e
interescolar.
Si ejemplificamos acerca de estos con-ceptos podemos decir que su aplicación
a la investigación deberá, como es de ri-gor en todo saber científico, considerar
la conjunción de lo universal con lo particu-
lar.
Nuestra Tesis estaba centrada en los aspec-tos psicológicos de los procesos migratorios. En el inicio de la investigación contábamos
con un abanico de diagnosis sobre este fenó-meno. Algunas de ellas fragmentarias, otras
referidas a fenómenos específicos y pocas referidas al fenómeno como tal desde la ópti-
ca de la Psicología.
Todas parecían coincidir, aún que se refer-ían a contextos y tiempos diferentes, en una misma matriz para la aparición de las gran-
des migraciones que es el carácter de mu-chas sociedades o comunidades, con fuerte crisis estructural de carácter socioeconómi-
co imbricadas en características muy rela-cionadas con la dependencia o influencia de
imágenes, informaciones o idealizaciones de
formaciones sociales externas.
De esa matriz diagnóstica común debemos
desprender, como corolario, un postulado de imprescindible consideración para estas Te-sis: la lógica de la fundamentación de teoría
y metodología del desenvolvimiento económi-co de economías subdesarrolladas o no des-arrolladas convenientemente según el mode-
lo capitalista imperante. Por tanto esas co-munidades en las que encontramos fuertes
procesos migratorios buscan, genuinamente, encontrar o reproducir las soluciones socioe-conómicas de los países desarrollados. Solu-
ciones que terminan en una reproducción a escala mínima y producen numerosas pato-
logías, muchas veces endémicas. Tal es el caso, por cierto, de Galicia comunidad que lleva siglos de pérdida de millones de ciuda-
danos que emigran según este esquema.
Este es un ejemplo como otros proyectos que he dirigido y que estaban orientados a buce-
ar en los problemas en Educación relaciona-dos con los fenómenos socio-económicos im-perantes en el medio elegido por los Docto-
randos.
Mi recomendación a futuros Doctorandos es que intensifiquen la búsqueda y ordena-
miento de una buena casuística referencial. Que valoren la necesaria curiosidad científi-
ca y la apropiada sensibilidad para com-
prender los fenómenos a considerar.
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Luego, explicitar convenientemente los
motivos por los que realiza la investiga-ción definiendo, en términos generales su finalidad, los motivos particulares
que han llevado a realizarla y los princi-pales resultados obtenidos en trabajos
previos realizados.
El procedimiento metodológico encarará el análisis de los factores etiopatogéni-cos, identificará los procesos desencade-
nantes y estudiará las condiciones me-dioambientales de la historia social y
personal del colectivo observado para relacionarlos con la salud o enfermedad posibles, analizará la imprescindible in-
fluencia social desde el individuo y hacia la comunidad y tendrá en cuenta com-pleja estructura y dinámica de la Perso-
nalidad.
La elección del marco teórico nunca es un azar. Siempre está relacionado con la
influencia o admiración de Maestros, esos trabajos previos y la literatura co-
nocida ya por el Doctorando.
Se puede incluir el alcance con el que se usarán las categorías científicas y las definiciones operacionales (Una defini-
ción operacional es aquella que provee de conceptos a nivel empirico). Recordar
que en ciencias sociales, especialmente en Educación, los conceptos no desig-nan “preceptos” sino que refieren a cua-
lidades de objetos y relaciones entre ellos. Estos conceptos de las Ciencias
Sociales proveen “descripciones” que se alejan relativamente del plano empírico en que va a manejarse la medición. Esto
quiere decir que no se mide como en las Ciencias Exactas. Una regla de Dur-kheim dice que “los hechos sociales no
manifiestos han de ser medidos por otros hechos manifiestos que los repre-
sentan”. A estos hechos manifiestos que miden otros no manifiestos él los llama “indices”. Un índice o un “indicador” es
una variable que traduce a otra que se
manifiesta en el plano empírico.
Es muy importante, por tanto, la revi-
sión de la literatura sobre el tema elegi-
do.
Entramos en el campo de los interrogantes.
Necesitamos hacernos muchas preguntas para construir un sistema de categorías a ser analizadas. Las preguntas importantes a
plantearse al construir un sistema de cate-
gorías son:
a) Cuáles son los grupos más significa-
tivos respecto a la variable a medir
b) De esos grupos, cuáles son los que intersa discriminar especialmente y com-
parar con el resto como un todo
c) Cuál es el número de individuos de la muestra y por lo tanto, cuáles son los
grupos que una vez discriminados son suficientemente representativos como
para permitir la comparación.
Entrar en la descripción minuciosa del modo en que se desarrollará la investigación, con-
cretar el diseño de la misma y mencionar las hipótesis previas y procedimientos a usar en
determinado universo y consiguiente mues-
tra, nos ubica en pleno trabajo.
Espero que estas consideraciones que escri-
bo en una tarde gris del verano que se esca-pa sirvan para que muchos profesionales se animen a concretar un proyecto de investi-
gación doctoral que seguramente pensaron muchas veces en llevar adelante pero que les ha parecido siempre un mundo casi inacce-
sible.
Es un trabajo arduo pero fascinante. El pre-mio es el aplauso y reconocimiento de la co-
munidad científica en el proyecto concluido
con éxito.
Publicado por Martínez-Romero Gandos, José V. en domingo, octubre 19, 2014
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M uchas veces me sorprende la
curiosidad o inquietud de la gente por saber “¿qué dijo
Frankl sobre…?” el tema que fuera. Como si él hubiera opinado acerca de todo o hubiera criticado todo. Más
aún, si de algo se ocupó especial y particu-larmente es en no ser considerado un “gurú”. Es así que, muchas veces, se po-
nen en boca de Frankl conceptos o defini-ciones que nunca emitió, al menos en su
condición de médico o científico.
Una de las temáticas sobre las que última-mente escuché “opiniones franklianas” de
dudosa procedencia, es sobre el tema de la resiliencia. Ante la pregunta “¿qué pensa-ba Frankl acerca de la resiliencia?” se
suelen expresar opiniones desarrolladas
de aprobación, acuerdo o apoyo del tema.
Para ser honesto, nunca escuché o leí a
Frankl hablar decididamente del concepto resiliencia, o desplegar argumentación, sea a favor o en contra, de esta teoría. De mo-
do que ante esta pregunta, la respuesta debería ser: “nada” Lo que no quiere decir
que podamos interpretar qué postura habrá tenido o hubiera tenido si se lo
hubiéramos preguntado directamente a él.
Es más, muchos equiparan resiliencia con antagonismo psiconoético facultati-vo, concepto frankliano de profunda pre-
sencia en el sistema de pensamiento de Frankl. Pero aún esta equiparación es in-
correcta. Veamos.
El concepto “resiliencia”, pertenece a la
tradición americana, fuertemente vincula-
da, en mi opinión, al movimiento de psicó-logos culturalistas que tuvieron intensa
actividad y presencia en las investigacio-nes que desplegaron fundamentalmente en la década del ´50/´60. Personalidades tan
destacadas como Karen Horney, Harriet Sulivan y el mismo Erich Fromm partici-paron de una corriente de colegas que in-
terpretaron la incidencia de los factores sociales y culturales en el desarrollo de la
personalidad y en la generación del con-flicto. E.Werner realizó estudios epide-miológicos de gran interés en la isla de
Kauai (Hawaii) con personas sometidas a condiciones de vida signadas por la pobre-
za extrema, quienes, por lo menos en un tercio de los casos, habrían sufrido situa-ciones de stress, disolución del vínculo pa-
rental, alcoholismo, abuso, etc. A pesar de las situaciones de riesgo a las que estaban expuestos muchos niños, observó que lo-
graban sobreponerse a las adversidades y construirse como personas la posibilidad
de un futuro. De allí en más se desplega-ron estudios para reconocer los factores que permitían tal desarrollo a pesar de tal
estrés, concluyendo en describir una capa-cidad humana que se potencia con estí-mulos tales como la presencia afectiva sig-
nificativa y estable de un tercero, la fe, la
esperanza, etc.
Más allá de la cantidad de estudios que se
llevan realizados en torno del tema de la resiliencia, debemos comprender que es
un concepto que aparece en los años ´60 y que describe un comportamiento o con-
Apuntes de Docente
FRANKL NO HABLA DE
RESILIENCIA
Por Dr. Claudio García Pintos
Mail de contacto: [email protected]
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ducta que puede actualizarse o no, pero
que es natural al hombre.
Por su parte, Viktor Frankl describe mu-chos años antes, lo que dio en llamar el
antagonismo psiconoético facultativo. Frankl parte de aceptar que existe un in-negable paralelismo psicofísico. ¿A qué se
refiere? Lo explica con simpleza en el si-guiente fragmento de “El hombre doliente”:
“Es innegable, por ejemplo, que existe cierto paralelismo entre lo psíquico y lo físico; por eso se habló y se habla de paralelismo psi-
cofísico. Y cuando yo menciono simplemen-te el elemento más trivial de tal paralelis-mo –que el airado se enrojece– se evidencia la proximidad de lo psíquico a lo físi-co” (página 96) Es decir, lo físico y lo
psíquico van en la misma dirección, por decirlo de una manera sencilla. Cuando
me altero emocionalmente (el caso del “airado”), mi organismo acompaña esa al-teración, y se produce en mí un enrojeci-
miento que manifiesta la “alteración” del organismo. A eso llamamos paralelismo
psicofísico.
Sin embargo, señala Frankl, en mí puede darse un segundo movimiento o dinámica cuando interviene la dimensión espiritual,
y lo describe diciendo que “nosotros cono-cemos a la persona espiritual sólo en co-existencia con su organismo psicofísico. El hombre representa un punto de interacción, un cruce de tres niveles de existencia: lo físico, lo psíquico y lo espiritual, pues es unidad o totalidad; pero dentro de esa uni-dad y totalidad, lo espiritual del hombre se contrapone a lo físico y a los psíquico. Preci-samente en esto consiste lo que una vez llamé antagonismo noo-psíquico. Mientras que el paralelismo psicofísico es obligado, el antagonismo noo-psíquico es facultativo: es siempre una posibilidad, simple poder; por supuesto, un poder al que siempre hay que volver a apelar, y es el médico quien debe apelar. Siempre de nuevo, se trata de ape-lar al poder de resistencia del espíritu, co-mo lo he designado contra la –solo aparente
– poderosa psicofisis” (pp. 112-113)
Es decir, en esta unidad tridimensional
(unitas multiplex) que es la persona, se dan dos dinámicas muy claras: por un la-do el paralelismo psicofísico que manifies-
ta el dinamismo de las dimensiones que me constituyen hombre (lo bio-psicológico), ámbito del destino que me
condiciona; pero también, el de la dimen-sión espiritual o noética, la persona espi-
ritual, que puede oponerse a lo psicofísi-co, desafiando aún la “aparentemente po-derosa psicofisis”, al decir frankliano. Por-
que el verdadero poder está en la persona
espiritual y no en el hombre que soy.
Esta capacidad de oposición de lo espiri-
tual ante la psicofisis, no es automática, sino que se trata de un potencial que debe
ser apelado.
Ahora bien, si la resiliencia es esa capaci-dad humana de resistir ante la adversidad
y crecer a pesar de ella, ¿no es el mismo concepto frankliano del antagonismo psi-conoético facultativo? Frankl, ¿no está
hablando de resiliencia cuando lo define?
Creo que la respuesta correcta es “no”.
Definitivamente, “no”.
Frankl no habla de resiliencia. ¿Por qué? Porque los teóricos de la resiliencia des-criben una conducta un comportamiento,
una respuesta. Hablan de un dinamismo psicológico o expresión de la dimensión
psicológica. Pero él define y fundamenta una disposición espiritual o noética. Ellos hablan de una expresión del hom-
bre, en tanto que él define una facultad de
la persona espiritual.
Es frecuente que se confundan los límites
que se establecen entre las dimensiones de la persona. Sin embargo, Frankl es muy claro en sus conceptos, cuando defi-
ne que la persona representa una unidad antropológica, pero con innegables dife-
rencias ontológicas. Es decir, esta unidad no niega que, ontológicamente hablando, lo biológico, lo psicológico y lo espiritual
son realidades distintas. Apelando a una
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analogía que usualmente utilizo con mis
alumnos, la persona es como un café con leche dulce. Lo veo como tal, huele como
tal y tiene el sabor del café con leche dul-ce. Sin embargo, sé muy bien que dentro de esta taza, hay algo negro que se llama
café, algo blanco que se llama leche y un polvillo que se llama azúcar, y sé muy bien que cada uno de estos ingredientes tiene
sus propias características, propiedades, que los hacen inconfundibles. Nadie con-
fundiría el café con el azúcar. Sabemos que lo que endulza es el azúcar y no el café. Podríamos decir (siguiendo con la
analogía), que esa unidad inseparable que conocemos como “café con leche dulce” y
que tiene identidad como tal en tanto es unidad (si le sacara uno de los ingredien-tes ya pasaría a ser otra cosa), no niega la
diferencia “ontológica” (si se me permite aplicar esta categoría en la analogía) que
existe entre el café, la leche y el azúcar.
He escuchado decir, por ejemplo, que las emociones forman parte de la dimensión espiritual, lo que significa un error con-
ceptual básico en logoterapia. Sería equi-valente a decir que lo que endulza es el
café. Es decir, es transgredir lo ontológico.
Frankl no habla de resiliencia. Los teóricos de la resiliencia han descripto maravillo-
samente bien un potencial del hombre y han avanzado en trabajos fantásticos so-bre cómo promoverlo, cómo apelarlo, cómo
favorecerlo. Pero hablan del “hombre” y
su dimensionalidad psicofísica.
Frankl ha fundamentado y definido as-
pectos de la ontología dimensional, que nos permiten profundizar el conocimiento
de la persona espiritual, no solo en sus as-pectos constitutivos sino también funcio-nales, de los cuales, el antagonismo psico-
noético facultativo, es expresión cabal.
Hablan de dimensiones distintas, y de di-namismos diferentes. Pueden ser compati-
bles, complementarios, pero nunca equi-pararse como idénticos. De hecho, aque-llos “describen” un dinamismo, pero no lle-
gan a definir “de dónde” surge. Es una
teoría con el sesgo pragmático americano.
Es cierto que las definiciones franklianas podrían considerarse un fundamento váli-
do y posible de aquello que se describe co-
mo resiliencia.
Siendo que se trata de dimensiones distin-
tas, ¿por qué es frecuente el error de con-
siderarlos como conceptos equivalentes?
Para muchos, el pensamiento de Frankl es
confuso y abre espacio para estas confu-siones. No coincido en absoluto. Creo que el pensamiento frankliano es muy claro y
para nada confuso. Sus definiciones son estrictas en muchos aspectos. Si creo que
su obra es desordenada. Es decir, su pen-samiento hay que rastrearlo en diferentes libros hasta llegar a concluirlo. Posible-
mente algunos se quedan con un concepto tomado de una obra, y no llegan a con-cluirlo en esa pesquisa necesaria a lo largo
de toda su obra.
Por otro lado, su vehemencia al exponer, lo ha llevado a utilizar muchas analogías y
tratar de simplificar las ideas para que más personas puedan captarlas. Es así
que expresiones tales como “poder de opo-sición del espíritu” o “capacidad de resis-tencia del espíritu”, puedan confundir al
estudioso, tomándolas como definiciones del concepto, cuando en realidad son las
versiones populares de los mismos.
Frankl no habla de resiliencia. No quiere decir que negara el concepto, o que si en la
actualidad se lo preguntáramos lo negaría. Muy posiblemente lo apoyaría y lo comple-mentaría. Simplemente digo que no es co-
rrecto afirmar que “uno de los aportes de Frankl” -como suelo escuchar– dice refe-
rencia a este concepto.
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La Página de LOGOFORO Por Tere Vanek
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www.logoforo.com
Logoforo.com te invita a leer nuestros interesantes artículos y a enterarte de los
eventos más importantes de Logoterapia en el mundo de habla hispana; así como
a conocer bibliografía recomendada, frases célebres de Viktor Frankl y de otros
pensadores, noticias y ligas a otros Centros e Institutos en el mundo, que
trabajan con este enfoque existencial.
En esta ocasión te presentamos nuestro nuevo programa y algunos artículos:
Nuestro programa pionero: http://logoforo.com/diplomado-medico-humanista-
medicina-humanizada-una-aportacion-desde-la-logoterapia/ dará inicio el 6 de fe-brero de 2015. Con mucho entusiasmo convocamos a los médicos de cualquier es-pecialidad a integrarse a esta experiencia que pretende cumplir con un sueño del
Dr. Viktor Frankl, ¡rehumanizar la medicina! Uno de nuestros artículos más recientes aborda precisamente este tema. El aborda-
je logoterapéutico del enfermo de cáncer: http://logoforo.com/cancer-y-logoterapia-trabajo-de-investigacion/ Resumen del trabajo de investigación de una querida alumna para obtener el grado de Especialidad en Análisis Existencial y Logoterapia
por SMAEL y el Logoforo Centro de Psicoterapia. Espero que su lectura sea de utili-dad tanto a médicos, enfermeros y en especial a personas que estén luchando con este padecimiento.
Otro interesante y conmovedor artículo sobre el acercamiento al sentido mediante la
lectura en el trabajo con niños en zona de alta marginación en el estado de San Luis Potosí, México: http://logoforo.com/acercamiento-al-sentido-mediante-la-lectura-con-ninos-en-zona-de-marginacion/. La autora nos comparte la valiosa herramienta
de la palabra oral y escrita para evocar el sentido aun en situaciones extremas.
Esperamos con gusto tus comentarios. ¡Gracias por visitarnos!
Y ¡Feliz Navidad!
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LOGORED
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Ú ltima escala, nuestro “viaje pri-
maveral” va llegando a su fin y con él las reflexiones finales de la asistencia logoterapéutica a María
Inés, de quien habíamos dicho que:
“Se sentía en una encrucijada en la que debía optar; sostener fantasías y volun-tad de encuentro con Juan (su ex novio) le deparaba un gran pesar y le impedía sentirse en paz, razón por la cual y ante la inminente partida de Eduardo (su pa-reja actual, quien regresaba a España)
decidió cortar formalmente la relación”.
Nos preguntamos también acerca de la
inquietud que motivó su consulta.
“Esta inquietud, ¿a qué remite? Y aquí se abren los caminos y se suscita
la encruc i jada terapéut ica ; ¿acentuaremos el conflicto intrapsíquico, el asunto inconcluso? ¡Cómo no contar con ello! Pero en el camino de la Logote-rapia y el Análisis Existencial…” pre-
ferimos acentuar la pertinencia de esta inquietud en relación al ejercicio de su libertad responsable, pilar central de la
antropología y terapéutica frankleana.
Encrucijada terapéutica
Más allá de la ejemplificación con la ex-
periencia de la culpa, en general a esta opción del abordaje psicoterapéutico también le cabe la figura de la encruci-
jada, pues en ese cruce de caminos que
la supone no hay más remedio que elegir
por cuál transitar, a sabiendas que nos lle-
vará en direcciones diferentes.
Podemos contrastarla con la figura del labe-rinto. En éste, sólo un sendero nos lleva a la
salida, los demás son absolutamente incon-ducentes, mientras que en la encrucijada
todos son conducentes y nos llevan a algún
lugar.
Sólo que los lugares se distinguen, y a veces
mucho, en sus particularidades e implican-
cias.
Ciertamente la singularidad de un camino
que ve en el hombre fundamentalmente un sujeto (¿u objeto?) de deseos, determinado por sus motivaciones inconscientes, presen-
ta un paisaje sustancialmente distinto a aquel otro que lo ve como un sujeto motiva-
do hacia la autorregulación organísmica y más diferente aún si se lo concibe como una persona espiritual, libre y responsable, au-
totrascendente y orientada hacia la búsque-
da de sentido.
Las implicancias no le van en zaga, y las es-
peculaciones alrededor de cómo se abordar-ía su inquietud o un sentimiento de culpa fueron elocuentes al respecto. Frankl mu-
chas veces nos ha advertido acerca de las funestas consecuencias del reduccionismo.
La conducta y la experiencia humana en-tendidas como “nada más que”… presión del Superyo o resentimiento proyectado,
justamente reducen y angostan la condición
más puramente humana del hombre.
En su libro “La Voluntad de Sentido” encon-
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REFLEXIONES EXISTENCIALES
ENCRUCIJADAS 3
Por Lic.Enrique Adúriz
Mail de contacto: [email protected]
Página 13
tramos unas citas muy pertinentes res-
pecto del reduccionismo y sus efectos. Dice aquí textualmente: “Tal como se comprueba, el reduccionismo reduce al
hombre no sólo en toda una dimensión si-no que le resta, ni más ni menos, la di-mensión de lo específicamente humano. Se puede definir el reduccionismo como un procedimiento pseudocientífico por el cual fenómenos específicamente huma-nos, como conciencia y amor, se reducen al nivel de fenómenos subhumanos.(…).Los fenómenos específicamente huma-nos se convierten en meros fenómenos,
detrás del amor no quedan más que los llamados instintos reprimidos; la concien-
cia no es más que el Superyo…”.
De aquí entonces que, todos los caminos llevan a algún lugar pero algunos podr-
ían llevar más lejos que otros. Más lejos en lo específicamente humano, en lo que el hombre tiene de esencial y lo hace ser
propiamente humano.
La mayor y mejor humanidad de nuestra consultante María Inés no estaba, a
nuestro entender, ni en las motivaciones y deseos inconscientes hacia sus imagos
parentales, ni en sus asuntos inconclu-sos con el ex novio, ni en las exigencias
frustradas con el actual.
Por cierto que todo esto y más, conforma
y hace a su dimensión y estado psicológi-co presente y futuro, pero su constitutiva
dimensión espiritual late en la elocuen-te expresividad de la voz de su conscien-cia y en el ejercicio de su libertad y res-
ponsabilidad, para tomar una decisión que a través de la realización de un va-
lor (lealtad y honestidad) la lleve más le-jos que al mero reestablecimiento del equilibrio homeostático, una decisión que
la acerque y sostenga en la búsqueda de
sentido para su vida.
Destacar y acentuar esta hondura es
distintivo de la Logoterapia, pues va de suyo que en la encrucijada se seguirá el camino que sugiere la concepción psi-
cológica y sobretodo antropológica que de
fundamento al abordaje en cuestión.
Por ello, la preocupación e inquietud aní-
mica con que se presentó María Inés a la consulta fue convalidada y comprendida en los términos de una auténtica decisión
existencial, sus vivencias se correspondían con la consciencia de lo que estaba en jue-
go. No se trataba “en realidad de otra co-sa”, si no que se trataba justamente del pleno ejercicio de su más auténtica condi-
ción humana en tanto persona libre y res-
ponsable.
Y si de decisiones se trata, en el marco de
la Logoterapia, cómo no evocar la dramáti-ca experiencia vivida por Viktor Frankl a la hora de resolver si emigraba a los Estados
Unidos o se quedaba en Viena junto a sus padres, en aquellos infaustos días de la se-
gunda guerra mundial. Pocas líneas más representativas para describir este momen-to que las escritas por Guillermo Pareja
Herrera en su libro “Viktor Frankl. Comu-
nicación y Resistencia”.
“La decisión estaba tomada, y en ella lo arriesgó todo con la conciencia plena de lo que entrañan las decisiones humanas: no se toman con el conocimiento de todos los factores en la mano ni con el conocimiento
de todas las consecuencias.
Tomar una decisión es arriesgarse a dar “el salto”, apoyado en la vivencia interior de
una esperanza”.
María Inés escuchó con atención este tex-to, se sintió profundamente comprendida y representada en esta maravillosa descrip-
ción “de lo que entrañan las decisiones humanas”, quiso tomar nota del texto y partió con el ánimo más sereno hacia el
norte del camino elegido en su encrucijada
existencial.
Addenda
Pasaron los meses del año 2008 y nada su-pe de María Inés. Para la Navidad y a pun-
to de completar para su edición estas re-flexiones sobre aquella última consulta de enero, “providencialmente” solicita una en-
trevista, casi con un pie en el avión con el
Página 14
que se va a Madrid, por un mes, con
Eduardo.
Reseña el año transcurrido en el que tras aquel corte, no mucho tiempo después, volvieron a arreglarse con su novio, a
quien nunca le ocultó, por otra parte, al-gunos contactos más con Juan (vía mail
o personalmente), quien aparecía, casi
que irrumpía, sin previo aviso.
Con la honestidad que la caracteriza, ad-
mite que no empleó la suficiente firmeza como para detenerlo y que luego de estos contactos o encuentros la invadía una
honda tristeza.
A su vez, revela un par de comportamien-tos inéditos: desde hace un par de sema-
nas ha logrado no responder al contacto de Juan, no sin esfuerzo lo deja pasar (“se retira de la cancha”, directamente
abandona el juego…) y también, por vez primera, ella va a España, se compra su
pasaje y se va un mes al territorio de Eduardo. Siempre el traslado lo había hecho él viniendo para aquí, ahora y
también no sin esfuerzo e inquietud, lo
hará ella.
Antes de abordar esta significativa deci-
sión, dedicamos un largo rato a reflexio-nar acerca de esa tristeza consecuente a
los encuentros con su ex novio.
La teoría psicoanalítica nos puso en la pista de la connatural ligazón de la triste-za y la experiencia de pérdida; la forma-
ción figura-fondo, tan gestáltica, destacó la fisonomía particular que adquiría esta
tristeza, y se hizo relativamente claro cómo la misma remitía más bien a todo
aquello que pudo ser y no fue.
Juan fue su primer amor y muchos los
sueños que enhebraron juntos; cada en-cuentro le reavivaba íntimamente la nos-
talgia de todo aquello que había signado
esos años y había quedado trunco.
Nuevas Encrucijadas
La pérdida de los sueños incumplidos, con sus raíces inconscientes seguramen-te edípicas; así como la importante inter-
ferencia en su libre fluir organísmico que le
produce semejante asunto inconcluso del pasado, seguramente hubiesen sido parte de las pistas firmes a seguir en los otros
dos caminos.
En cambio, el camino de la Logoterapia y el Análisis Existencial sugirió acentuar
“los silos del pasado”, esos graneros donde se conserva para siempre, sin alteración, todo lo vivido, en consonancia con lo que
nos enseña Frankl y cita en su libro “ P s i c o t e r a p i a y H u m a n i s m o ” :
“Habitualmente la gente tan sólo ve el cam-po de rastrojos de la transitoriedad, y no ven los graneros repletos en los que han de-positado la cosecha de sus vidas: lo realiza-do, las obras creadas, los amores, los sufri-
mientos valerosamente soportados”.
María Inés, siempre sensible y afecta al pasado, pudo captar el valor del haber sido
y lo mucho y bueno que sí pudo vivir en aquel primer amor. No le fue difícil situarlo en la privilegiada condición de inaugurar
siempre, a modo de capítulo uno, su histo-
ria en el amor.
Cesaron los ecos del pasado y pudimos
abocarnos a las conductas inéditas, jerar-quizando por lo pronto su reciente retirada
de los contactos con Juan. Sencillamente,
abandona “el juego”.
Juego, cara palabra, que nos podría remitir sin escalas a hurgar en el Análisis Tran-
saccional de Eric Berne de qué juego (neurótico) se trata, pero no se trata, claro
está, de sumar nuevos caminos sino de, con clara impronta logoterápica, alentar la capacidad de oposición del espíritu
(antagonismo psiconoético facultativo) para sostener y hacer posible la renuncia a vol-
ver a ese juego estimulado desde su di-
mensión psíquica.
María Inés se afirmaba en que dichos con-tactos le hacían mal, que afectaban su sa-
lud y por ende necesitaba erradicarlos; en suma, sentía que debía terminarlos por
ella, por su salud psicofísica. Sin embargo, mucho aumentó su motivación y sentido para perseverar en el intento cuando se le
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amplió el horizonte de significación de su
conducta.
Al “para qué”: para cuidar su salud (y re-establecer la homeostasis, celebrarían en
los otros caminos), le propusimos el “para quién”; no sólo para algo, sino también y
sobretodo: ¡para alguien! Su querido Eduardo, más convocante que ella mis-ma, nacía como óptimo destinatario de
sus esfuerzos para abstenerse de rumiar
en sueños perimidos.
Circunstancia ésta que plasma claramen-
te lo antedicho acerca del fundamento de la opción psicoterapéutica. Los caminos se eligen en función de la concepción antropológica que sostiene la teoría y
las técnicas psicológicas; así, la idea
frankleana de una persona espiritual y autotrascendente, orientada hacia la búsqueda de sentido, se concreta en los
referidos: antagonismo psiconoético y en ofrecerle a su amor, más que a sí misma (o el narcisístico amor a sí misma) su iné-
dita conducta llena de sentido.
María Inés también “edita” otra nueva conducta, la de su inminente viaje a Ma-
drid.
Nueva encrucijada que le presenta la vi-da y el amor, a la que vuelve a responder
en la plenitud de su libertad y responsa-bilidad; esta vez con signo contrario al de hace un año (entonces cortaba el vínculo,
hoy lo refuerza y lo ahonda) pero con idéntica integridad y coherencia existen-
cial. No hizo falta esta vez trabajar las im-plicancias y el sentido de semejante deci-sión, ya tiene conciencia plena de lo que
entrañan las decisiones humanas.
Intenta aprender a vivir en la esperanza
antes que pretender vivir en la certeza.
Sólo bastó con recordar las sabias pala-bras del maestro Pareja Herrera: “tomar una decisión es arriesgarse a dar el salto, apoyado en la vivencia interior de una es-
peranza”.
Hace un año tomó nota del texto, esta vez
fue claro que está grabado en la memoria de su corazón y que inspira su más pro-
funda e íntima búsqueda de sentido.
Así las cosas, este “viaje primaveral” ha concluido y con él la impronta logoterap-éutica para asistir a María Inés en sus dos
consultas del año 2008. El tiempo pasó y me consta absolutamente cuánto y cómo se comprometió ella en su relación con
Eduardo, el amor de su vida.
F. Nietzsche, citado en el comienzo del re-corrido, nos decía que “no hay hechos, hay interpretaciones” y los tres caminos transi-tados en esta primavera nos dejan pen-
sando en la hondura y consistencia de su
aserto.
Por su parte, los memorables versos de
Antonio Machado hechos célebres en la voz de Joan Manuel Serrat “caminante no hay camino, se hace camino al andar” se hicieron evidentes, y nos confirma hasta qué punto el camino elegido en la encruci-
jada psicoterapéutica se hace a partir de la concepción antropológica que inspira y
sostiene al caminante.
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La Dra.habil. Elisabeth Lukas en conver-
sación con Michael Ragg, habla sobre la actitud exigente de hoy en día y el despla-zamiento de sufrimiento a través de la
empresa de diversión. Aquí incluimos un fragmento interesante de la entrevista.
MR: Dra. Lukas ¿por qué se puede descu-brir el sentido en la tristeza, mucho más claro que en la vida cotidiana ? Elisabeth LUKAS: Según mi maestro, el
profesor Viktor E. Frankl, "El sufrimiento hace que la gente sea más lúcida y se transparente el mundo" El doliente ve claramente lo esencial. Nos ocupamos en
la vida cotidiana con una gran cantidad de cosas que no tienen sentido, y, cuando llegamos a un límite en nuestras vidas,
aquello a lo que hasta ahora le prestába-mos poca atención, pasa a ser importante y asume un papel muy diferente. Un
evento que desencadena la tristeza, nos cambia.
MR: ¿Se encuentra en el sentido de la pe-na? E.Lukas: Cuando todo está bien, nadie pregunta por el sentido -a pesar de que
también sería posible-. Pero el duelo nos plantea la cuestión del sentido con espe-cial dureza. Ahora, no creo que se le pue-
da “dar sentido” a la realidad de la pérdi-da. Supongamos el caso de unos padres
que han perdido a un hijo en un acciden-te de tráfico. Sería casi perversa, la búsqueda de un significado. Usted puede
encontrar sentido a partir de lo que ha su-
cedido, pero no al hecho en sí. La vida tie-ne, independientemente de su duración, un sentido incondicional. Tiene sentido, si
bien es frágil y efímera. La segunda opción es la búsqueda de significado de un acci-dente que responda plenamente y haga ra-
zonable la pérdida. MR: ¿Enseña gratitud la pena?
E.Lukas: El dolor y la gratitud están estre-chamente relacionados. Una persona que
tiene una razón para quejarse, puede tener automáticamente un motivo de agradeci-
miento. El dolor de que algo ya no conti-nuará, señala la existencia anterior de algo que enriqueció la propia vida, que la bendi-
jo. En todo caso, la pena, es el precio de un amor que se ha vivido. El amor a un hom-
bre, por ejemplo, y la pena si esta persona ya no está allí o se ha separado. Realmente pobres no son las personas que sufren
grandes pérdidas, pero sí lo son aquellos en cuya vida no hubo algo por lo cual llo-rar.
MR: Con esto en mente, uno podría conso-larse bastante bien. Pero sólo por lo que ya no es. Ahora, además del dolor por la pérdi-da, a menudo sentimos pesar por haber manejado mal una situación (por ejemplo una elección de carrera), errores que hemos cometido y que ya no podemos subsanar.
Esto también es motivo de dolor.
E.Lukas: Si a la pena se la agrega la sensa-
ción de “deuda”, de hecho es aún más difí-cil. Usted tiene que hacer frente a dos mo-
Entrevista a Elisabeth Lukas
EN EL AMOR VIVE
LA PENA
Por Michael RAGG
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mentos: el dolor y la culpa. Somos
humanos y cometemos errores. En este caso, el trabajo de duelo por lo perdido, tal como el arrepentimiento por lo hecho,
no debe llevarnos a la auto-destrucción. Es un buen ejercicio aprender cómo de-bería uno comportarse correctamente en
el futuro. El hombre aprende del dolor y también del error. Aprender significa po-
der hacer las paces, de alguna manera, con uno mismo, aunque tal vez sea en otros contextos, con otras personas o en
el futuro.
Los valores fundamentales son indes-tructibles
MR: Se ha dicho que el hombre realmente pobre es aquel que no tiene nada que llo-rar. Ahora en la actualidad, vivimos muy ansiosos por evitar el sufrimiento en ab-soluto. Uno siempre quiere estar en un buen estado de ánimo - "aptos para la di-versión". ¿Es eso beneficioso para la sa-
lud mental y la felicidad del hombre?
E.Lukas: Creer que el sufrimiento es sólo un mal que hay que evitar, es un
error muy peligroso en la vida. Por un lado tenemos la pretensión de que todo lo que queremos esté allí, por mucho
tiempo, y por eso las despedidas (pérdidas) se nos hacen tan duras. En
realidad, ninguna “pretensión” es buena para una vida saludable. Cada día que vivimos es un don, una gracia. Es un ob-
sequio. No deberíamos pretender ni si-quiera haber nacido, ni mucho menos tener una larga vida. Sin embargo, reci-
bimos el obsequio. Por otro lado, es in-dispensable comprender a la vida vin-
culándola con lo que el profesor Frankl denominó como la “tríada trágica”: el su-frimiento, la culpa y la muerte. No hay
vida humana que esté a salvo de estas
tres cosas.
MR: ¿Cómo perdura el amor en el duelo?
E.Lukas: Cuando nos vinculamos con un valor, aún perdido, puede permane-
cer conectado internamente en nosotros. Lo
mismo ocurre con una persona muerta, que puede permanecer conectada con nosotros internamente. Y ese amor es reconfortante.
Lo vivido con esa persona (valor), nunca pue-de ser perdido. Lo vivido es indestructible e imperdible. Ni siquiera nuestra propia muer-
te hace que se pierda lo que he vivido. Se ha vivido y lo que se ha vivido, me ha inmortali-
zado. Sigue siendo siempre verdad, y si era bueno cuando era bueno, si ha resplandeci-do en el pasado, entonces eso es algo eterna-
mente bueno, hermoso, brillante. Es como la
luz eterna.
MR: Sin embargo, cuando se tiene que salir
del “valle de lágrimas”, ¿cómo hacerlo mejor?
E.Lukas: Todo el mundo vive el luto a su
manera. A menudo uno se encuentra en el inicio petrificado, es como si una pared estu-viera a su alrededor. En esta etapa no se
puede tomar una decisión sobre cómo se-guir. En sentido estricto, no es posible en-
tender la muerte de una persona. Otros cambios graves de la vida, toman tiempo, hasta que entiendo lo que realmente está su-
cediendo. De hecho, he entendido con la ca-beza, pero no como una persona completa.
Parece como un mal sueño del que se des-pierta en algún momento. En esta etapa, en realidad no hay trabajo de duelo real. Asi-
mismo, no es susceptible de consuelo desde el exterior. Es un momento en el que solo se deben hacer las cosas de todos los días, lo
básico. Si los que nos rodean quieren ayu-dar, entonces deberían apoyar exactamente
para que la vida cotidiana pueda continuar
sin interrupción, porque la vida sigue.
MR: ¿Y si el shock inicial es superado?
E.Lukas: Entonces, tal vez sea bueno que inicie una fase de silencio, en la que un
hombre esté tranquilo y en calma, para pe-netrar poco a poco en esta terrible verdad. La cáscara se ablanda y el doliente puede
encontrar su posición en lo que sucedió, en el silencio. Las cosas se arreglan, los recur-
sos personales afloran, como una auto-
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-ayuda, para la curación del dolor en los
dolientes. Uno puede considerar nuevos
comienzos.
Queremos vivir de manera muy dife-rente ...
MR: Lo que se nos suele hacer difícil es
cómo consolar al que sufre un duelo…
E.Lukas: El profesor Frankl dijo una vez: "Cuando todas las palabras no fueran su-ficientes, cada palabra es demasiado." Tal vez la primera ayuda es simplemente es-tar allí, que uno esté cerca. Ofrecerse co-
mo compañero, sabiendo que el otro ne-cesita horas tranquilas. Es importante
esa sensibilidad para captar lo que el otro verdaderamente quiere y lo que no quiere. El duelo no ha perdido todo vínculo con
el mundo. Sólo un único valor de referen-cia, sólo un puente que ya no es accesi-ble. Sin embargo, muchos otros puentes
son todavía vigentes. La persona en duelo no necesita estar distraída sino descubrir
nuevos puentes con el mundo. Si logra-mos, si la gente a su alrededor logra, que pueda abrirse al mundo, descubrirlo aún
lleno de valores y tareas que lo están es-perando, esa será sin duda una muy bue-
na ayuda
MR: Muchos se preguntan cuánto tiempo en las primeras etapas del proceso de due-lo, es bueno que permanezca en retirada, en silencio, antes de que empiece a ser
mórbido.
E.Lukas: Es mórbido cuando alguien di-ce: “Ahora que lo he perdido, y no lo pue-
do tener, no estoy interesado en nada, to-do lo demás se murió para mí”. Cuando hay un rechazo del mundo. Nos encontra-
mos entonces con personas que tienen un sistema de valores individuales, anterior
al duelo, con un único valor alto, que sig-nifica en exceso todo lo que existe. En consecuencia, si este valor se pierde, caen
en la nada. Viktor Frankl dice: "Detrás de
cada desesperación, existe una idolatría."
MR: Usted ha dicho que todo lo que tene-mos, se pierde alguna una vez. ¿En qué nos
ayuda esta afirmación para nuestras vidas?
E.Lukas: Si recordáramos, una y otra vez,
que las cosas no son permanentes, agrade-ceríamos aún más el ahora, agradecería-mos más que están ahí, en calidad de
préstamo a nosotros. Sería bueno saber desde el principio, que tenemos que devol-
ver este préstamo a la vida, por lo que ten-dremos que decir adiós alguna vez. Cuando construimos una casa, por ejemplo, tene-
mos una conciencia a priori: algunos años podremos vivir en ella, luego, esta casa pa-sará a otras manos o, tal vez, será derriba-
da, porque podría no ser más moderna. Po-demos utilizarla un poco de tiempo y tene-
mos que estar agradecidos por ello. No afe-rrarnos, ni a las personas ni a las cosas, sino relajados, a pie, serenos por la vida,
con mucha más gratitud, aprecio, alegría, porque el motivo de la celebración es aquí y
ahora.
Queremos reconocer la alegría no sólo en retrospectiva, deberíamos haberla tenido
antes. Tenemos una calidad de vida muy diferente, si entendemos el mensaje del do-
lor y aceptamos vivirlo.
La Dra.Elisabeth Lukas es uno de los más famosos psicoterapeutas alemanes y gana-
dora del Premio Viktor Frankl del Ayunta-miento de Viena. Sus más de cuarenta li-bros se han traducido a dieciséis idiomas.
Conferencias y presentaciones en más de cincuenta universidades, incluyendo tareas
docentes en Munich, Innsbruck y Viena. Fue pionera en dar a conocer internacional-
mente el mensaje de Viktor Frankl.
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descubrí en mi terapia que Raúl es dominan-te y que para estar bien con él tenía que de-cirle a todo que sí. Y olvidarme de todas mis
necesidades personales.”
R: -“Dejando de lado el tiempo que estuve sin trabajo, siempre la tuve como a una rein-a. No puedo entenderla. Esa Terapia que
hizo, la cambió. Ya no la reconozco.”
F: -“Quizá necesitaba antes un padre, un guía. Pero ya no, no tolero una relación así. Quiero que él me vea como par, como una mujer adulta, independiente. Y no como algo lindo y sumiso, dispuesto a servirlo a él y atada a los reclamos de los chicos, sin pen-sar en mí. Me estaba ahogando. ¿Es tan difí-
cil de entender lo que me pasa?”
Parecería ser que el desacuerdo entre F y R pone en riesgo la continuidad del vínculo.
El cambio de F equivale a un desafío que R percibe como intolerable (amenaza la es-
tructura conocida, lo angustia).
El problema estratégico y táctico que se me plantea como terapeuta, es lograr una me-
taperspectiva integradora que supere el di-lema aparentemente irreconciliable. Para eso, puedo apelar, en esta circunstancia, al
uso de la connotación positiva o a una re-definición. El objetivo sería romper la rigi-
dez del sistema relacional y cognoscitivo que mantiene la situación problemática,
P ara introducir el tema, vamos a
presentar la situación de la pare-ja de Fabiana (29 años) y Raúl (31 años), quienes consultan a
los tres meses de un cambio en la familia: Fabiana comienza a trabajar de Abogada, por primera vez, luego de tres años de re-
cibida. Llevan siete años de casados, tie-nen dos hijos: Pamela, de 5 años, y
Agustín, de dos. Raúl es Administrador de Empresas, y hace nueve meses que estuvo sin trabajo durante ocho meses. Al
momento de consultar, trabaja en la em-presa de unos ex compañeros de colegio
de Fabiana.
Tomaremos la siguiente viñeta clínica de la primera sesión para entrar en el clima
emocional de este matrimonio, y realiza-remos los comentarios y análisis perti-nentes en el transcurso del despliegue de
los temas que continúan:
(Viñeta clínica, primera sesión)
Raúl: (dirigiéndose a mí, la Terapeuta) -“Mire, desde que Fabiana empezó a traba-jar en ese estudio, nuestra pareja y la fa-milia no andan bien. Antes era mucho me-jor, yo llegaba del trabajo y ella me recibía
bien. Eramos más felices.”
Fabiana: -“No, no es así. Yo descubrí que antes tampoco estaba bien. Creí que esta-ba bien porque me acomodaba a lo que él quería de mí, no lo que yo quería de mí. Yo
LOGOTERAPIA VINCULAR
LA PAREJA Y LA BÚSQUEDA
DE ACUERDO
Por Lic. Analía Boyadjián
Mail de contacto: [email protected]
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para posibilitar el salto de nivel lógico, in-
dispensable para la apertura de nuevas
vías de cambio.
Desde nuestras premisas como agentes
de salud, el cambio es deseable y bueno, permite el crecimiento y promueve posibi-
lidades.
También sabemos que todo vínculo tiende a la estabilidad (homeostasis) y que parte
de la oposición al cambio está dada por las propiedades autoperpetuantes, econó-micas y cómodas que vienen de la repeti-
ción de un patrón. Por lo tanto, parte de la dificultad del cambio está en el apren-dizaje que los miembros de una pareja
tendrán que realizar sobre las nuevas modalidades vinculares (en este caso, la
dinámica que se genera a partir del traba-jo público de la mujer) y en asumir las consecuencias del cambio sobre todo en
los estilos vinculares (la relación con uno
mismo y con los otros).
A partir de aquí, integraremos diferentes recortes del material clínico que acaba-mos de presentar, para ir integrando lo
teórico con la clínica (práctica) psicológi-ca, al tocar los temas fundamentales que
hacen a nuestra propuesta de trabajo.
Ahora desarrollaremos el concepto que manejamos de vincularidad, ya que toda
Psicoterapia debe basarse en una postura
Filosófica.
Al intentar plantear nuestra postura an-
tropológica nos acercamos al concepto del hombre ampliado en el hombre mismo,
en la naturaleza, y en Dios. Así, enfocare-mos el tema del hombre desde una cons-
telación de vínculos que lo constituyen.
Cuando nos preguntamos desde qué vínculo podemos re-plantear la totalidad de la vincularidad, la respuesta que se
nos presenta es: desde una revaloración del “otro”.
Kierkegaard presenta el Inter-esse (entre
seres) como el espacio que genera o da pie a esa vincularidad. Y gracias a este
espacio del “inter-esse” tenemos la “diferencia”, una de las características
más importantes de la vincularidad. En-
tonces podemos decir que para que haya vínculo, hay que acentuar las diferencias. En el ejemplo del hombre masa se supone
que no hay vínculo, porque éste se destru-
ye al querer etiquetar todo igual.
La intencionalidad de la Fenomenología re-
salta ese “apuntar a…”, que indica que cuando el hombre piensa, reproduce la realidad y cuando tiene el resultado de esa
movilización, lo devuelve a la realidad, ge-nerándose esa doble reflexión: así como yo
cambio, cambia también el mundo. Enton-ces, lo que interesa es, justamente, ese lu-gar del “ser entre”, donde nos podemos en-
contrar o desencontrar.
Siguiendo con esta idea, podemos afirmar también que el pensamiento siempre opera
“cambios”. La Revolución Francesa, por ejemplo, va precedida por toda la Ilustra-ción, que es un movimiento pensante. Y
como decía Nietszche: “pensamientos que vienen con suavidad de palomas son los
que cambian al mundo”.
Vamos a señalar las cuatro modalidades vinculares que consideramos desde nues-
tra postura antropológica:
Con Dios, Con la Naturaleza,
Consigo mismo Con los otros.
La libertad, como característica de un vínculo que madura, significa “dejar
ser” (desde Heidegger), o “dar libertad”, co-mo expresión más feliz. Entonces, el respe-
to por las diferencias (propias y ajenas) es el mejor clima para un “dejar ser”. Cabe recordar en este momento las palabras de
Marie France Begué en su obra “Paul Rico-eur: la poética del sí-mismo”(1): “el respeto
es la obligación de tratar al otro en su me-jor dignidad y la modalidad de este trato que colma la intención vacía”. Adherimos a
la creencia de que sólo tratando al otro en su dignidad nos aseguramos de un verda-
dero encuentro humano.
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Como dos grandes opciones, encontramos
que el estar vinculado entonces no es un hecho acabado, sino que se va haciendo en
el devenir de la historia de cada uno.
También en Frankl encontramos que la
“autorrealización existencial” no tiene lu-gar en el hombre mismo; únicamente se da
con los demás, se realiza en la conexión con la existencia de los otros. La autorreali-zación no se genera por observarse uno
mismo como si fuese un espejo, sino por la renuncia de sí mismo, por la “entrega”, por
la “ofrenda de sí” a otro ser o a una causa
justa. (3)
Por otro lado, ya que el hombre es el ser viviente con palabras, con “logos”, la res-
ponsabilidad implica no sólo “dar la pala-bra”, sino “cumplirla”. Y esta es la respues-
ta que se espera surja en un buen vínculo.
El hombre necesita dialogar. Una forma de manifestar la intimidad es hablar. La
condición dialógica de la persona es es-
trictamente social, comunitaria. (4)
El hombre no puede vivir sin dialogar, es
un ser constitutivamente dialogante.(5) Por ser persona, el hombre necesita nutrirse del encuentro con el tú. El lenguaje no tie-
ne sentido si no es para esta apertura a los
otros.
Volvamos a nuestra pareja en Tratamiento.
Tal como señalé, mi intervención desde la connotación positiva y la redefinición, es la
siguiente:
Terapeuta (T): -“Estoy pensando, al escu-charlos ¿qué relación han construido en el tiempo? Y creo que Ud. F es una mujer que se preocupa por mejorar, que lucha por no estancarse, por abrir permanentemente nue-
vas perspectivas.
Ud. R (dirigiéndome al esposo) seguramente colaboró a su modo manteniendo una posi-ción más estable. Y también pienso que pue-de reconocer el valor del trabajo de su espo-sa, y poder utilizarlo como estímulo para Us-
ted y para sus hijos.
Pero F (me dirijo a ambos) necesita sentirse
En nuestro caso, F no se siente respetada
por R en su decisión de trabajar y des-arrollar su vocación profesional. Y pode-mos comprender que, para la idea de fa-
milia que tiene R, el trabajo de su esposa pasa a desdibujar lo que él tenía por se-guro entre ellos: un modo de relación que
le garantizaba preservar un modelo aprendido y aceptado. En cierta forma él
cree que su mujer traicionó (lo expresa literalmente en la tercer sesión) un acuer-do implícito entre ellos (que él sería el
proveedor material del hogar, y ella la en-cargada del cuidado de los hijos y de la
casa).
Por su parte, F vivió toda la etapa ante-rior sin sentir la necesidad de este cambio que ahora se expresa en ella. Hizo terapia
individual y reconoce sus sentimientos actuales, al punto que los presenta en el
matrimonio y en la familia con el fin de
hacerse escuchar y respetar.
Otra cualidad del vínculo es la
“intensidad”, en tanto toda relación impli-ca una tensión entre dos polos, una pola-rización de fondo. Así: hablamos de ten-
sión entre ser y/o no ser, entre vida y/o muerte, entre identidad y/o diferencia. Cuando Hamlet toma la calavera y dice:
“ser o no ser”, destaca la tensión entre ser
o nada, y los pares antitéticos señalados.
Kierkegaard define(2) : “…al relacionarme
conmigo mismo, ya me encuentro relacio-nado con Otro”. Esta frase viene a confir-
mar lo que enunciamos antes en relación con una de las notas esenciales de la per-sona humana: “ser social”, ya que desde
que nacemos nos encontramos vincula-
dos.
Aunque el vínculo con el otro tiene que
estar recompensado con el vínculo consi-go mismo. Merleau-Ponty señala al res-pecto que no es posible ser solidario si no
se es antes solitario. Aquí aparece la sole-dad como ese abismo creador necesario,
donde se monta a la relación consigo mis-mo el poder relacionarse con los otros. El despliegue de la vincularidad se daría en-
tonces en la solidaridad, y su cara
opuesta, el repliegue, en la soledad.
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comprendida y saber que su familia com-parte este salto en su vida, por eso no lle-ga a entender cómo algo bueno para ella puede ser vivido como peligroso para R. Lo importante es que han decidido dedicarse este espacio para dialogar y acercarse. Que hoy se planteen un tiempo de pareja buscando confrontar posiciones y llegar a acordar es el primer paso para la mutua
comprensión.”
Entendemos que la falta de diálogo es lo
que genera casi todas las discordias y lo que destruye las comunidades humanas. La sana comunicación es el suelo fértil
donde germinan los mejores frutos.
La preocupación por la comunicación fa-miliar hoy está instalada como uno de los
puntos centrales de la salud personal y social. Sabemos que el verdadero diálogo solo tiene cabida cuando se habla y se es-
cucha, si se da, en ese intercambio, la flexibilidad y la plasticidad de las ideas
previas cuando el otro muestra una ver-
dad.
Esta sería la base del planteo que pre-
tendemos trabajar en nuestro tema de los acuerdos de pareja conyugal, en función
de construir un “matrimonio con senti-
do” que busque el bien de toda la familia, en la entrega responsable del amor madu-
ro.
REFERENCIAS
1- Begué, M. F. (2003). Paul Ricouer: la poética
del sí mis2- mo. Buenos Aires: Ed. Biblos, p.
42.
2- Kierkegaard, S. (1958). Postscriptum no cinético.Diererichs: Koln/Dusserldorf, TII, p.
28.
3- Frankl, V. (1996). Journal del Inst. V.
Frankl. 1, 109.
4- Yepes Store, R. (2001). Fundamentos de Antropología. España: Ed. EUNSA.
5- Laín Entralgo, P. (1983). Teoría y realidad del otro. España: Alianza, 577-613.
Con mucha emoción se desarrolló el acto
en el cual se declaró de interés cultural el musical “Buscando sentido. El sueño de Viktor Frankl”, por parte de la legislatura
del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El acto tuvo lugar el en
Salón Dorado del Palacio de la Legislatu-ra, con la presidencia de la señora Dipu-tada Victoria Morales Gorleri, gestora de
la declaración.
Abrió el acto la Diputada Morales Gorleri haciendo referencia a los motivos por los
cuales el musical recibe esta declaración por parte del Gobierno de la CABA. A continuación se escucharon las participa-
ciones de Enrique Palmeyro (uno de los dos directores internacionales de la red
Scholas Occurrentes iniciado por SS.Francisco), Juan Manuel Beatti (Presidente del Consejo de Promoción
Cultural de la CABA), Claudio García Pin-tos (CAVEF y Generarte) y Chacho Gara-
bal y Domingo Romano (Generarte)
Tras la entrega oficial del diploma que
acredita la declaración, algunos integran-
tes de los elencos de Generarte presentaron
un mini-concierto en el marco del Día In-ternacional de la Tolerancia. Penny Bahl, Pamela Tello, Chacho Garabal, Domingo
Romano y Pedro Muñoz, interpretaron can-ciones de los musicales Rompecabezas, Náufragos y Buscando Sentido, cerrando la
presentación con el himno del programa Scholas Occurrentes (“Sembradores de Es-
peranza”), cuya autoría pertenece a Gara-
bal-Romano-Picardo.
La concurrencia nutrida incluyó funciona-rios del gobierno de CABA, invitados espe-
ciales y un grupo de alumnos de colegios en los cuales los musicales ya han sido pre-
sentados. Todos participaron del cierre del concierto de pie y celebrando el himno de
SSOO.
CAVEF como parte asociada a Generarte
siente orgullo por el camino recorrido desde el estreno del musical en 2009 hasta la fe-
cha. En giras por el país y el exterior, más de 50 mil jóvenes ya han participado de la experiencia de ser parte del mensaje espe-
ranzador de Viktor Frankl. Gracias a la magia del teatro musical, han entrado al campo, vivieron las penurias de los perso-
najes y salieron con ellos con la afirmación
gloriosa de “sí a la vida, a pesar de todo”
En la actualidad, GENERARTE sigue sus
giras con sus musicales ROMPECABEZAS (nivel inicial y primario), NÁUFRAGOS (nivel primario), SECRETO DE NAVIDAD
(nivel primario) y BUSCANDO SENTIDO. EL
SUEÑO DE VIKTOR FRANKL (nivel medio)
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facebook.com/claudio.garciapintos.1
La página de CAVEF
Por Dr.Claudio García Pintos
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qué podía agregarle a mi árbol esta Navi-
dad. De repente, tuve una idea que me en-
cantó: lo iba a colmar de sonrisas.
Sí, de sonrisas. Y me dispuse a regalar a
todos, "sonrisas" Las sonrisas son expre-
sión de ternura, consideración, respeto,
bienvenida... son abrazos que no se dan
con los brazos sino con el alma. Son peque-
ños destellos de humanidad que iluminan
tanto a quien la da, como a quien la recibe.
Y me imaginé un árbol "luminoso" de
humanidad, y pensé: "eso es un verdadero
árbol de Navidad"
Por eso les dejo una gran sonrisa y una
pregunta: ¿qué colgarían ustedes en sus
árboles esta Navidad, para que sean árbo-
les "luminosos de humanidad"?
anticipando para el año próximo el estre-
no de nuevas producciones: ROMEO Y JULIETA (basado en el clásico de Sha-kespeare pero trabajando más lo referido
a la tolerancia, la convivencia, etc), INVI-SIBLE (sobre conductas de riesgo en ado-lescentes) y EL BOSQUE EN PELIGRO
(sobre conciencia ecológica) Obviamente, las nuevas producciones se suman a las
actuales que seguirán presentándose.
Los interesados es seguir las actividades de GENERARTE y el calendario de sus ac-tividades y presentaciones, pueden hacer-
lo a través de:
/generarteargentina
@generartear
Durante estos últimos (o primeros) cinco años, GENERARTE ha desplegado dife-
rentes actividades a favor de la persona a través del arte. Los interesados en reco-rrer un poco de su historia, pueden ingre-
sar a http://youtu.be/C8NbT0A8GV4 y accederán a un breve video que recuerda
algo de hecho.
NAVIDAD
Empecé a preparar el armado del árbol de
Navidad, y, como es costumbre, empecé a
ver qué tenía para hacerlo. Recuperé los
adornos de siempre, deseché los que
están rotos o deteriorados y pensé en algo
nuevo para colgar en él. Pensé y pensé
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Cartas para gente muy ocupada
Padre y Madre.
Trabajadores del amor humano
Por Lic.Adrián Dall´Asta
Mail de contacto: [email protected]
P ertenecer a una familia donde hay amor es la base más sólida
que un niño puede tener para comenzar su camino a la felici-
dad. Todos podemos decir “amo a mi hijo”
pero no se trata simplemente de eso, sino de que ellos se sientan amados, valorados
y respetados. En este mundo lleno de preguntas, vacío de respuestas y que a veces transita a la deriva, los seres huma-
nos necesitamos ver el horizonte, saber el porqué de nuestras acciones, la razón que nos lleva cada mañana a empezar un
nuevo día, en definitiva poder preguntar-nos y a la vez respondernos ¿cuál es el
sentido de la vida?
El mundo del trabajo, los compromisos constantes y el devenir cotidiano no con-testan el dilema de los hombres (dilema
que a veces queremos silenciar llenos de actividades), hay razones de fondo que deben descubrirse y que alguien debe
ayudar a que podamos descubrirlas. Existe formación y estudios para casi to-
do menos, una preparación sólida para lo
único que tiene sentido: ser felices.
“... da más fuerza saberse amado que sa-
berse fuerte...” Goethe
Desde este lugar irreemplazable creemos que los padres podemos formar hombres
y mujeres que entendiendo el sentido trascendente de sus vidas, puedan llevar-
lo al mundo de todos los días, especial-
mente al del trabajo y desde allí generar la
transformación más poderosa que la reali-
dad actual necesita y reclama.
Podemos transitar esta vida llenos de du-das, de distintas cavilaciones, pero solo hay
una certeza que permite el desarrollo feliz de los seres humanos: la certidumbre del amor de nuestros padres. La misma, cuan-
do existe, nos convierte en invulnerables, siguiendo la línea del poeta alemán JW Go-
ethe.
Este amor filial es aquel que construye
hijos sanos, armónicos, felices. A veces esta consigna nos parece inalcanzable a los pa-dres, por eso vivimos llenos de angustia y
de culpabilidad. Me refiero a hijos felices y no a mimados o sobreprotegidos. Creo que
en estos tiempos, los padres, nos hemos olvidado de que la felicidad es un camino hacia el cual uno debe ir “la felicidad con-
siste en ir a ser feliz”, y no un estado de “estar siendo feliz”, como enseña Julián
Marías. Esto necesariamente se educa.
Es nuestro “trabajo de padres”, por lo tanto
requiere mucho tiempo y esfuerzo. El pen-sador español añade a esta reflexión que la
espera es un ingrediente decisivo de la vida.
La pregunta se asoma y exige respuestas:
¿cómo enseñar a nuestros hijos a vivir en plenitud la experiencia de sentirse amado y
amar?, no hay respuestas fáciles, ni de li-bro, no hay que buscar afuera lo que se lle-
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va dentro; se enseña viviendo y siendo ejemplo de la vivencia que uno, como pa-
dre – madre intenta dejar en la “cuenta bancaria emocional de nuestros hijos”, nos diría Covey. Quizás sea esta una de
las razones de tanto desconcierto actual por parte de los padres en la educación
de sus niños: las intenciones más nobles viven en conflicto con el testimonio y la propia experiencia adulta en la expresión
del amor. “El lugar donde nacen los ni-ños y mueren los hombres, donde la li-bertad y el amor florecen, no es una ofi-
cina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.”
G.K.Chesterton
Estas y otras tantas razones, nos invitan hoy a compartir con ustedes la impor-tancia de reflexionar sobre el testimonio
del amor humano, experiencia única, de-cisiva en la ruta de la vida de nuestros hijos y que tiene en sus padres el espejo
clave para su aprendizaje incondicional.
Creemos firmemente que la prevención de todo lo que hoy nos desvela y preocu-pa se desvanece frente a niños y jóvenes
protegidos por los anticuerpos de la ex-periencia de sentirse amado- valorado.
Aprendizaje que encuentra en los padres un modelo a imitar y a vivir el resto de sus vidas conforme a la manera en que
fueron amados como niños.
A veces este desafío maravilloso y lleno de sentido se ve opacado por la culpa, el miedo, las interminables reuniones, en
definitiva la vorágine de la vida actual. Quizás sea este un buen momento para
retomar las prioridades sin dejar ningu-na de lado, sino simplemente para orde-narlas y volver a ubicar cada una es su
lugar.
La respuesta a lo importante, o a que es lo que le da sentido a nuestras vidas, no es excluyente, pero sí debe tener una es-
cala de prioridades porque es justamente
allí, donde nos encontramos disconformes,
angustiados y frustrados
Sostenemos con firmeza el argumento de la paternidad y maternidad como un trabajo,
pero un trabajo a realizarse entre dos, y sa-biendo que cada uno puede complementar al otro sin reemplazarlo. Esto así planifica-
do, alivia la angustia que por momentos puede provocar, la ausencia, el stress y las dificultades externas de todo tipo que a ve-
ces se llevan toda nuestra energía y nos
hacen perder el rumbo.
Ser padres nos es un trabajo “part time”, sino es “full life”, y para siempre. Pero cum-
plidos los objetivos creemos que el “bonus” final vale la pena: educar hijos felices que
transmitan esta convicción a donde quiera que vayan, dando razón y sentido a la exis-tencia humana, aportando a la sociedad la
cuota imprescindible de bien común y de
paz.
Este trabajo invita a reconocer el rol de los padres como el eje de la constitución vital
de la familia, lugar en donde sabemos radi-
ca el futuro de un país.
EL TRABAJO DE SER MADRE: FUNCIÓN MATERNA “Amar a la madre de sus
hijos, es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos”
Theodore Hesburgh
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caracterológica y grafología, podrían divi-
dirse inicialmente en dos grupos: instintos
y tendencias.
Los instintos hacen referencia a los im-
pulsos vitales irracionales propios del ani-mal, que tienen por finalidad la conserva-ción de la especie y la supervivencia indivi-
dual (por ejemplo instintos de conserva-ción, de defensa, sexual, etc) ; por otro la-
do, tenemos las tendencias, las cuales son propias de los seres racionales quienes po-seen conciencia de finalidad. Ambas tie-
nen una orientación teleológica o finalista, pero la diferencia es que los primeros no
tienen conciencia de ello.
Por otro lado, todas las tendencias (sin im-portar su naturaleza), parten de un estado
de defecto o necesidad a superar, por lo cual marcan de alguna manera el tipo de relación establecido entre el individuo y el
medio. En el individuo está la necesidad, en el medio aquello que pudiera saciarla y, entre ambos puntos, las tendencias que
operan a favor de resolver la cuestión. Según define el autor clásico Ph.Lersch,
por tal motivo deberíamos concebir al hombre como un “hallarse-en-camino-hacia-un-fin”, es decir, siempre movido por una búsqueda que parte de su estado in-
superable de necesidad.
O aquello que nos refiere el término ” insat is facc ión” ( in+sat is+ fecho=
no+suficientemente+hecho)
Ahora bien, ya tenemos una primera dis-
tinción entre el animal y el hombre: el pri-mero no tiene conciencia de finalidad, en
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M uchas veces escucho hablar de
la voluntad de sentido descripta por Viktor Frank, en términos de impulso, instinto, tendencia
o apetito. Sin embargo, creo necesario de-tenernos un momento sobre estas aprecia-ciones, para corroborar si son exactas. Es
decir, detenernos y preguntarnos qué es
en realidad la voluntad de sentido.
La Psicología moderna se ha acostumbra-
do a utilizar los términos incorporados por los grandes pioneros y maestros, como por
ejemplo “instinto”, “impulso”, “apetito”, y a veces los aplicamos en otros marcos teóri-cos como si tuvieran un significado univer-
salmente válido, cuando en realidad están, lógicamente, teñidos o circunscriptos por
sus cosmovisiones originales.
La vida humana evidentemente ES diná-mica y TIENE una dinámica particular, que bien podría definirse bajo el concepto
de TENDENCIAS. Serían estas, un conjun-to de fuerzas que ponen en movimiento al
hombre hacia su más plena realización. Utilizo la palabra “tendencias” porque esta implica, por un lado, una fuerza vital y,
por otro, una cierta intencionalidad o fina-lidad. Por decirlo de alguna manera, una concepción teleológica o intencional que
identifica sin dudas a la vida humana.
Ese conjunto de tendencias, hace referen-cia a fuerzas vitales de diferente naturale-
za y significado. Siguiendo una primera y clásica clasificación de Ludwig Klages
(1872-1956) quien posee interesantes es-tudios y ensayos sobre filosofía, psicología
¿QUÉ ES LA VOLUNTAD
DE SENTIDO?
Por Dr. Claudio García Pintos
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tanto que el hombre sí. Pero distintos au-
tores nos han hablado del hombre y sus tendencias, en términos de impulso, ins-tinto, apetito, y lo han hecho con una
precisión admirable. Pero, ¿qué sucede cuando aparece Frankl y nos habla de “persona”? ¿Qué ocurre cuando intenta-
mos comprender y definir la dinámica propia de la “voluntad de sentido”, y lo
hacemos utilizando estos mismos térmi-
nos? Veamos
Autores fundamentales para la Psicología
moderna, tales como, por ejemplo, Sig-mund Freud y Alfred Adler, nos han hablado de una dinámica instintiva en el
hombre, aún cuando han discrepado en algunas consideraciones sobre el tema. De todos modos coinciden en el tipo de
dinámica humana, habiéndola descripto de manera impecable. Sin embargo, no
debemos perder de vista que ellos hablan de un “aparato psíquico”, en tanto que autores como Viktor Frankl, hablan de
una “persona” La dinámica del “hombre” (aparato psíquico o realidad psi-
cofísica) no puede explicar la dinámica de la “persona” (persona espiritual o noodi-
namia)
Para comprender mejor el tema, hagamos
un recorrido por el significado propio de cada término, incluso desde su reveladora
etimología. Veamos:
IMPULSO : vocablo latino que deri-va del verbo pellere, y que se confor-
ma a partir del prefijo IN (hacia adentro) y PULSUS (participio de pe-llere) que significa empujar. Cam-biando el prefijo “in” por “ex”, se ge-
nera el vocablo “expulsar”. Por su parte, PULSUS-US quiere de-cir presión, e IMPULSUS-US, signifi-
ca instigación o choque. La definición RAE (Real Academia
Española) de impulso, lo presenta co-mo un deseo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexión. De tal modo, podríamos definir al impulso como un empujón que pro-
duce un movimiento o que pone algo
en movimiento. Por ejemplo, si yo ten-go una roca en la cima de una monta-ña, ésta tiene una potencialidad de
caída que, con solo empujarla, se ac-tualiza. Por sí misma, la roca no hubiera caído, necesitando de ese em-
pujón para hacerlo.
INSTINTO: vocablo latino que deriva del verbo instiguere y que significa es-timular o instigar. Este a su vez surge
de la conjunción del prefijo “in” ( interior) y del verbo
“stingere” (pinchar), del cual verbo se derivan otros vocablos como stilus (punzón) o stimulus (aguijón)
De modo que instinto podría significar “lo que nos pincha, o instiga, interior-
mente” La definición RAE de instinto, nos dice que se trata de pautas de reacción que
en los animales contribuyen a la con-servación de la vida individual y de la especie.
APETITO: vocablo latino que deriva
del verbo appetere (pretender), que a su vez deriva de la conjunción del pre-
fijo “ad” (hacia) y del verbo petere (buscar, pedir), del cual se derivan los vocablos petición, repetir y otros.
Es así que “appetitus” hace referencia a una tendencia o fuerza que nos diri-ge hacia algo concreto.
La definición RAE, en este caso, nos habla de un impulso que lleva a satis-
facer el deseo de algo concreto.
En el intento de definir a la voluntad de sentido nos encontramos hasta acá con
una cierta dificultad. Porque esta “tendencia” de la persona espiritual (primera fuerza motivacional del sistema
frankliano), no sería, propiamente, ni un impulso, ni un instinto ni un apetito. No es un “impulso” ni un “instinto” porque
no es algo “que me empuja hacia”; no se trata de una reacción que me saca de mí
hacia algo no definido. Por otro lado, no
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procura ni dice referencia a la supervi-
vencia sino a la realización personal. Tampoco sería propiamente un “apetito”, porque éste, satisfecho, descansa. Si ten-
go apetito de pan, una vez que lo comí, ya no tengo más ese apetito. Sin embargo, la v o l u n t a d d e s e n t i d o n u n c a
“descansa” (por decirlo de alguna mane-ra), nunca queda satisfecha al punto de
acallarse o calmarse. Por otro lado, un apetito solo queda vigente cuando no es satisfecho, circunstancia que no repre-
senta a la voluntad de sentido. Esta logra satisfacción, pero sigue vigente. Enton-ces, ¿qué es la voluntad de sentido?
Recordamos que Frankl nos habla de su
dinamismo (el de esta voluntad) diciendo que la persona no es empujada desde de-ntro por fuerzas impulsivas que reclaman
su expresión o manifestación, sino que es apelada por valores que esperan ser
realizados. Y a esa apelación, es la perso-na la que decide cómo y cuándo respon-der. Esa dinámica nos habla de una per-
sona “intencional” (no impulsiva o instin-tiva), es un ser-que-decide (y no un ser que es empujado), aceptando ser el re-
sultado de aquello mismo que ha decidi-do.
Por eso mismo, considero oportuno defi-nir a la voluntad de sentido como un an-helo. Si recurrimos nuevamente a la eti-mología, veremos que esta palabra deriva del vocablo latino halare (esparcir un va-
por, un aliento, un soplo). Con el prefijo “an”, se forma la expresión anhalare, que
significa jadeo, perder el aliento por algo. La definición RAE presenta al anhelo co-mo un deseo vehemente, es decir, ardien-
te y lleno de pasión. La voluntad de sentido es ese deseo ve-
hemente de la persona espiritual por ex-presarse realizando valores. Es como defi-nir su modo natural de respirar y ser. Es
su aliento de vida, su anhelo.
Ahora bien, desde la ontología dimensio-nal frankliana comprendemos a la perso-na como “unitas multiplex”. No solo “es”
unidad sino que “brinda unidad” (séptima
tesis frankliana en la que nos presenta el
antagonismo psiconoético facultativo) y, aplicando este concepto en esta reflexión, esto nos lleva a preguntarnos sobre cómo
se relacionan este universo de tendencias entre sí.
Del cúmulo de tendencias, me animaría a decir que los instintos, impulsos y apetitos,
corresponden a la psicofisis del hombre, en tanto que este anhelo, es propio de la per-sona espiritual. El hombre procura sobre-
vivir a partir del dinamismo de sus instin-tos, impulsos y apetitos; la persona espiri-tual anhela realizarse, a través de la noodi-
namia. Como unidad, la persona se expresa también a través de estas tendencias y es-
tablece relación con el mundo. Es allí don-de sobrevive y se realiza. Ambas dinámicas se necesitan mutuamente y lo presentan al
ser humano como en un proceso de “hallarse-siempre-en-camino-hacia-un-fin” o
en una vivencia de “todavía-no”:
- sobrevive porque, como ser vivo, as-pira y tiende a conservar la vida mis-ma;
- sobrevive porque, como ser espiri-tual, aspira a la mayor plenitud posi-ble que pueda desplegar;
- se realiza porque, como ser vivo, la vida misma lo impulsa, lo pincha, para
que despliegue su energía vital; - se realiza porque, como ser espiri-tual, significa la vida como una vía as-
cendente
Es así que psicofisis y noodinamia, en una unidad indivisible, se sintetizan en una vi-
vencia permanente de “todavía-no” a la re-nuncia de vivir (nunca es momento de dejar
de hacerlo), porque se expresa en un proce-so de “hallarse-siempre-en-un-camino-hacia-un-fin”, que es la mayor plenitud po-
sible.
En definitiva, la voluntad de sentido, es un
anhelo.
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