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... GILBERTO LOAIZA CANO , , SOCIABILIDAD, RELIGION Y POLITIC A , , EN LA DEFINICION DE LANACION (COLOMBIA, 1820-1886) UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

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GILBERTO

LOAIZA CANO

, , SOCIABILIDAD, RELIGION Y POLITICA

, , EN LA DEFINICION DE LANACION

(COLOMBIA, 1820-1886)

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

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.. .

tNT ROD U eel () N

En la historia de los procesos de transforrnacion cconornica, politica y cultural

del mundo, el siglo XIX sc distingue por ser largo, complejo y traurnatico. Las

palabras cambia 0 transiaon parecen las mas adecuadas para designar un tenso

y ambivalcnte proceso que corncnzo a dcfinirsc con las disputas gcocstrategicas de Francia e Inglaterra, en Ia segunda rnitad del siglo X \"II I. La Indepcndcncia

de las antiguas colonias espafiolas en America hizo parte de csa rcorganizacion territorial del mundo que implico el abandono de unas formas de dorninacion

para adoptar otras; de la dominacion politica y administrativa espanola a la

dorninacion economica inglcsa y a la intrincada gcstacion de una lcgitimidad

politica basada en los principios de la dcmocracia representative. EI proccso

de Ia Independencia fue, adcrnas, una coyuntura nacida de la incertid urnbre y-'

no tanto de las convicciones dc quicncs sc iban a distinguir como cl personal

politico dirigente de Ia nueva situacion; un personal politico y lctrado que, adc­

mas, habia sido formado en las prcmisas culturales de la Ilustracion, que cstaba

habituado a ncgociar espacios de poder y que arrastraba alguna experiencia en

rivalidades de clanes y facciones. EI abandono definitivo de la figura del rcy y

eI paso a la aplicacion de los mccanismos de rcprcscntacion politica obligaron a poner a prucba cl bagaje teologico-juridico que sc plasmo en la rcdaccion de

constituciones politicas; a eso se agrcgo la ncccsidad de cjcrccr de manera mas

sistematica la publicidad politica mediante una eclosion de periodicos, Sin em­

bargo, como vcrcmos en cstc libro, la asociacion con fines politicos no hizo parte

de los entusiasmos iniciales de quienes cstaban construycndo cl nuevo ordcn. I..as practicas asociativas parcci.m yn dividirsc entre las que pod ian contrihuir a la tranquilidad, a la felicidad y cl bucn gobierno, sobre todo aqucllas que cran

la prolongacion del espiritu ilustrado y csas otras que pod ian perturbar csa

tranquilidad porque estarian aniruadas por cl espiritu de faccion y por afancs de conspiracion politica.

En la mirada que intentamos lanzar sobre cl vasto pcriodo que va de I H20

a 1886 -aunque en ocasioncs se haga nccesario dcstacar algun heeho del de­

cenio I HI 0- pod crnos obscrvar que csns tcrnorcs inicialcs sobrc la expansion

de la vida asociariva rcvivieron en dctcrruinadas coyunturas, I Jc todos modos, a pesar de las rest riccioncs legales y de las pocas conviccioues del notubl.uo

politico, la sociahilidud sc volvio grudualrncntc u n mecanisme inhcrcnt e al moldcamiento del espacio cot idiano de disputes politicas; sc irnpuso la aso­

ciacion como un instrurncnto de rcconocimicnto de dcrcchos individuales,

como ellugar dondc cl individuo podia opinar librcrncntc y adquirir algunos

conocimicntos basicos de sus dcrcchos y dchcrcs Cilia cat cgnria lie ciudadano.

III

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I l I.'f !

Flcluh politico con lines clcct orulcs sc convir t io en una insrit ucinn ncccsaria

en la consoliducion de lu ucrnocrucia rcprcscnrativa; que surgia y desaparccia scgun los ritruos de las adhcsiones a candidaturas, rnicntras se volvia parte de

ila nomenclatura polir ica del siglo Y pcr mitia, en cicrtos mementos, esbozar . I., cxisrcncia de una cstructura de cornunicacion politica nacional scmcjantc

.'a la de un partido politico. Con oleadas de prcvcncion 0 de cnt usiasrno, la cultura polirica en e1 siglo

i XI, acudio a la sociabilidad como un mccanisrno que contribuyo a definir !lc.iltadcs v a idcntificar adhesioncs. En sus inicios se consolido como un ins­ ,I.. trurncnto de reunion rcgu lada dc quicncs sc considcraban a 51 rnisrnos como i

cl clemente nuis prcclaro de la socicdad y cl mcjor dorado para las tareas de dircccion del Lstadu y de rcprcscntacion politica del pueblo; luego seria

una practica mas dcruocr.uica y, por tanto, mas inquictanic. En todo c<\SO, la

f'H"ll1acibll de un personal politico, la nccesidad de garantizar triunfos clccto­ralcs, cn la rncdida que la dcmocracia rcprcscntativa irnpuso su lcgica, volvio ncccsario " constanrc cI rccurso de la asociacion de individuos. En algunos- . mementos, y poria voluntad de algunos lidcrcs politicos e intclcctuales, la sociahilid.id fue vista como una actividad raciorializadoru de csfucrzos que

pcrrnitia distribuir funeiones en la conquisra de hegemon ia. En todo caso, cl hombre 0 la mujer solitaries estaban dcsahuciados para la vida publica r era

! cruonccs indispensable pcrtcncccr a algo, reunirse en algun lugar, La tertulia

en un cafe, la reunion en las gallcrus, en la casa de un artesano, en cl taller de

imprcnta, en cl tcruplo carolico, en la plaza central, la tcnida de una logia, la

scsion en un salon de la cscucla prirnaria; en fin, todos esos sitios r otros mas ,.;,. sirvicron de punto de encuentro csporadico 0 regular de quicncs se iniciaban

en cicrtas practicas rcpublicanas de discusion, de lcctura r forrnacion colcctivas en algunos cornportarnicnto civicos, en la adhesion fugaz r a rncnudo bclige­raute a candidaruras locales 0 nacionalcs. J.a sociabilidad politico del siglo XIX

rue, en fin, un dispositivo de lcgitimacion en que los asociados rarificaban 0

irucntaban imponcr su papc] de tutorcs 0 de rcprcscntantcs de fragrncntos de ,. la socicdad; hcraldos de forrnas difusas de invocacion del pueblo, eI publico, cl bien cornun y la voluntud general,

soc, AU 11.1 DA /)

I.stc libro eS cl rcsultado de aplicar una nocion que habia comenzado a scr familiar en la historiografiu univcrsitaria colombian» a inicius del deccnio de

1990, pcro que desdc cntonces no mostro avances catcgoricos sobre todo en la

... Co

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lntroduccnin 2 I

explicaci6n de la hisroria polirica del siglo XIX I. Ernplcarla y mostrar los resul­tados ahora puede constituir un plural dcsafio: lIenar un vacio histor iografico en la comprcnsion del comportarnicnto politico durante buena parte de un siglo que, prccisamente, se distingui6 por una intcnsa y relativarncnre cxtcnsa participacion de las gentes en la politica; ir contra las rnodas investigativas que hanido supcrponiendose y, finalmente, dade la importancia a una nocion que intenta dar cuenta de uno de los fcnorncnos mas evidcntcs y menos cstudiados, _e~je la asociaci6n de individuos para conseguir algun tipo de hegemonia en eI cspacio publico. En cualquier caso, cstarnos ante un campo de cstudio incon­cluso, asurnido para cxaminar algunas eoyunturas y algunos cvcntos asociativos en particular, como por ejemplo los aportes a la expansion de Ia sociabilidad catolica, pero jamas -hasta ahora- para dcsarrollar la vision de conjunto que intentamos proporcionar con esta obra-.

La sociabilidad cs un termino dilucidado mediante resultados concretes, un objeto de estudio [ccundo y sugestivo que ha pcrrnitido una nueva com­prensi6n de la historia politica durante la transicion entre el Antiguo regimen y la Re~oh.ici6n francesa y -tambien a 10 largo del proeeso de constitucion del mundo conrcmporanco). Como el rcrrnino csta lejos de tener un significado univoco entre los mismos espccialistas, hcrnos dccidido presenter sus aspectos mas criticos con base en los anal isis que juzgamos mas dcstacados. Sin embar­go, 10 que mas nos in teresa cs dcfinir su pertinencia para la cornprcnsion de la historia de America Latina -y sobre todo la colombiana- del siglo XIX .

. - Cualquier cstudio basado en \a sociabilidad tiene que partir dellegado pro­veniente de la ya vasta pero poco conocida obra -en castcllano- del hisroriador frances MAURICE AGULHON. Con este autor, una nocion que ya habia hecho un largo recorrido en la sociologia era, por fin, rnotivo de examen por los hisroria­dores; los cstudios basados en el concepto de la sociabilidad sc multiplicaron luego de la publicaci6n, en 1966, de su libro La sociabilite meridionatet. En la reciente edici6n en castcllano de uno de sus libros, el Circulo burgues>, bajo eI cuidado de una de las discipulas que mejor ha aplicado en la historiografia

F 0\810 Z.""18R:\:-.;o. 1990.

2. Me refiero, por ejemplc, a las obras de: GI OR I:' j\lERCU)t~ :\R:"~'G(J, 200~; Ih.:\THIZ C:\STIHl C\H\"\J \1.,

Z007·

3 Sin embargo, es necesario admitir que la scciabilidad cs un lema trutado en varies cspaciov y pcriodos, vet los balances de: Fk"'~(J)I""I:TIIEL',"lCJ""',]()H3; R:\I'II-\FI. C:.\RR ...SC-!), II)C}! ;JI1HIII C"'N.\I.I ~l(lRIII.,

1()(13. pp. Svlj. ,'Lis recientcmentc.Tas rctlcvioucs de PII.,\R l'O"'J/.\II/-BI.H ..... \II)(I. 200-1-, pp. -I-IlJ­

~60.

.. .'t.-.L'AIU :\{;IUIO"';, 1466.

5 .\\.o\Llun. A{il UfO\;. 20()(J I Hn7].

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hispan oamcricun a esc conccpto (I' lI.tlR GON z.i 1.1.7.- BER1\' r11.1)(1) 0 icc AGLI.II01\'

q"c "cl calc cs un pcrsonajc historico, al igual que eI salon y el elub -y luego sc pregullta~ (Y por que, cntonccs, no 10 scrian tarnbicn la aptitud que llcvo a la crcacion de esas insritucioncs y cI gusto de gozar de ellas?"6. Peru quizas 10 mas intcrcsantc cs que, sin vacilaciones, coloca la hisroria de las asociaciones en cl tcr rcno OC la hisroria de las mcnralidadcs; es dccir, en rclacion con aqucllos cornportamicntos colcctivos que se cxprcsan cn la sociubilidad como una aptitud,

COI110 una tcndcncia, como lin rasgo colcctivo que, a su vcz, va a estar vinculado con el cspiritu dcrnocratico rcpublicano y con la ncccsidad de los individuos de rcunirsc par;l dclibcrar, opinar y haccrsc rcprcscntar,

En el conjunto de la obra de .!\<iUI.IIO:-; prcdornina c1 cstudio de formas de

sociahilidad muy concretes, pcro conticnc pocas dcfinicioncs del tcrrnino que utiliza. Y cs en esos trabajos concretes que cncontrarnos los aportes mas per­tincntcs de este historiador. Prirncro, cl analiza la cvolucion de dctcrminadas forrnas de sociabilidad, como en su analisis de los circulos, que nos pcrrnitc cornprcndcr eI car.ictcr ckistico de cstc tipo de asociacion que oscila entre la cultura y la politica, entre la dilusion del ocio y cicrro grado de instituciona­lidad. Segundo, .!\(;l' 1.1 ION ha dcmostrado la irnportancia de las rclacioncs de

varias for mas de sociabilidad con los carnbios en 10 que podriarnos lIamar la v'~da

publica de -b cpoca; tal es cI caso de las influcncias idcologicas, de la cvolucion de la prcnsa pcriodica, OC la cultura cientifica, de las practicas literari;'si;por supucsto, de [a politica misrna. Fmalrncnte, este autor aporto una clasificacion de las Iorrnas de sociabilidad scgun su origen 0 scgun su funcionamiento: "burgucs", "popular", "formal" 0 "informal". Tercero, como 10 dcmostro en cI case del circulo burgues, la rnodcrnidad de una asociacion no cstasolamcnte ligada a su dcsarraigo del dominic religioso, sino tambicn a aspectos como cI iguaJilarismo 0 a la presencia activa del personal femenino en asociaciones que habian sido cxclusivarncntc masculinas,

Otra contribucion dccisiva de A(iUI.IION tiene que vcr con su caractcrizacion del liberalismo del siglo XIX en rclacion con los contlietos que sostuvo con la Iglesia catulica. Scgun cstc historiador, se vuclve significativo en cI anal isis de

practicas asociativas la presencia 0 no de la institucionalidad catolica 0 la eonquis­

t a de 10 que cl llarna una "una vida civil y laica", cuyo pilar sera cllibcralismo. Para C1, "scrl ibcral" en cl siglo \IX signi ficaba "scr, sinu antirrcligioso, al menos auvcrsario dell11agislerio religioso en Ia I'io~ politica y social; ser simplcmente

(, Ihid., p. .17 .

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l ntroduccum 23

laico, como diriamos hoy?". Ahora bien, cstc historiador frances considcra que

esta lucha por la laicizacion evidcnciada en cI terrene de lu "vida asociutiva" significaba la cornpetcncia y la cocxisrencia de elementos antiguos y nucvos, Asi, las confraternidades de devocion y de caridad, las pcrcgrinacioncs, las pro­cesiones, las devocioncs a santos fueron antecedentes de Iorrnas modernas de sociabilidad y, a su vez, perrnancncias asociativas cuy 0 peso religiose y politico en la vida publica fue indiseutible. En nucstra opinion, esta idea de coexisrcncia de los esfuerzos asociativos modernos de los liberalcs, ligados ala fundacion de c1ubes politicos y de logias rnasonicas, por ejemplo, con la sociabilidad centro­lad a por 1a Iglesia catolica, nos permite comprcndcr, por una parte, el caractcr

"hibrido" 0 mas bien "vacilanrc" de los actorcs involucrados en cstas formas de sociabilidad y deotra, los esfucrzos de adaptacion y de rcsisicncia del catolicismo ante la ofensiva asociariva liberal. Dc modo que cualquier indagacion sobrc la vida asociativa en el siglo XIX debe reveler si esc cornbare por la laicizacion, en terrninos del univcrso asociativo, provoco rupturas y separaciones irrcfutablcs con respeeto a los antiguos poderes de Ia Iglesia catolica. Se trata de cornprcndcr hastaque punto elliberalismo fue capaz de crigir un.i vida asociativa por fucra de la influencia rcligiosa catolica.

Aun mas intcresantc, en su libro La Ripublique (//1 villl/ge, AGw'.I10N sefiala la irnportancia del analisis de las rclaciones entre las t radicioncs de la vida rural y ellenguaje de la politico modcrna. EI au tor dcstaca clararncntc cl papcl de algunas etapas fundamentales de la historia politics trancesa -las revoluciones de 17&) y 18.j.8, por ejernplo- en la evolucion problcrmitica de las rclaciones entre las elites y el pueblo. Para el, los sectores populates francescs sufrieron,

a traves de las practicas asociativas, una rnuracion hacia un universe politico modemo, dondc sc entremezclaban las novcdadcs ideologicas con las trad icioncs populares. A proposito de esto, podemos citar cxtcnsarncntc al mismo autor:

Aunque, grosse modo,es cicrto que las dos evoluciones (I. del rrudicionalismo al progrc­sismoen politica, de 10 folclorico a I. modcrnidad en 1. vida col iJiana) ucncn un misruo senrido e incluso cierta solidaridad, es escncial observar que sohre csas dos dirccciones no se marcha a la misma vclocidad. I~O politico cs movil, sujcto ~l mutacioncs bruscas y

f3ciles, 10folclorico cs pesado, lento, L'S un tejido de lazes que no sc dcshacen mas que uno por uno. De ahi 13 coexistencia, dur arue un largo pcriodo, en Francia, en cl siglo XIX, de la \ ida folclorici y de las ideas de izquicrda''.

7 ~'-\t"RKI A(ilIIJIO"":. 1988, p. 35. 8 ~t\lRIC[ A(it'lllt>..... 1\170, P 265.

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,t.,"lnaIJlhdlld. rdigi,in)' (loli/ira cnla Ikjini(i,;ll de 11.1 nacmn

lstas aprcciacioncs sobrc los ritmos divcrsos de la politica y sobrc las combi­ r rucioncs de las idcologias modcrnas y 105 arcaismos de la cultura popular son

Illuy utilcs en cl cxarncn de las rclacioncs entre Clites y scctorcs populates a mcdi.idos del si[:lo XIX, lin period» de alianzas e inrcrcarnbios rnuy intensos entre las idco logias rcvol ucionur ias y las rradicioncs asociativas del artcsanado,

1':'la pcrspcctiva rcsultn dave para cornprcndcr cl augc asociativo en Colombia

entre J 8+5 Y 185+, que sc caractcrizo por. una cornpctcncia entrelos mor.lclos I "

"hurgucscs" de sociabilidad , las antiguas practicas asociativas de los artcsanos y las influcncias ir.leologicas del movimicnto rcvolucionario curopea.

i, Las rradicioncs rcligiosas del artcsanado constituycron un clcmcnto casi

pcrrnancntc del coruportarnicnto colcctivo a 10 largo del siglo XIX, de tal manera que, aunquc los artcsanos figuran en la formaei6n de clubcs politicos libcralcs,

a mirad del siglo, csa participacion en el univcrso politico modcrno cstuvo

rnarizada por los valorcs de aqucllos que cstaban todavia atudos a las crecncias rcligiosas cotolicas. Dcsdc esc punto de vista, cs nccesario cntonccs tencr en cucntn quc!a Colombia dccirnononica, c incluso la dcl siglo xx, no rcvcla una

expansion concrcta, en cada r.listrito 0 municipio, de los principios adrninistra­tivos insritucionalcs del lstado laico y del rnundo rcpublicano, AI contra rio, cl saccrdotc catolico pcrrnanccio por mucho ticmpo como la figura central ya \TCeS cxclusivu de la organizacion social, politica y cultural de la vida rural, e incluso urbana del pais.

Un punto de debate en torno ala expansion de forrnas de sociabilidad ticnc que vcr con su valoracion como un sintoma dcmocratico 0 no. La expansion

asociativa pucdc rcflcjar fa ampliacion popular de practicas que, en principio,

cstuvicron rcstringidas a lin ambito aristocratico como a grupos de individuos sclcctos que buscaban afianzar su distincion social. Para la historiografia mar­

xista )" para cl mismo AGLLlION, la mulriplicacion asociativa ha sido indicio de

la .unpliaciou del horizonrc cultural de las rnasas popularcs". En eontraste eon

cste optimisruo, otros invcstigadorcs han sido mas esccpticos; en vez de set 1I1U huclla jT:llpable de dcmocratizacion de la vida publica, el auge asociativo

pod ria scr visto como la multiplicacion de enfrcmamientos entre idcnridadcs purtidistas. No s610 cso, la sociabilidad pucdc irnplicar la perpcruaciondc cos­tumbrcs anti-dcrnocraticas, una continua alicnacion de las gentes del pueblo con rcspccto al poder: cicrtos autores han visto la sociabilidad del siglo XIX

como un mccanisrno de lcgitimacion de las tacticas de rcprescntacion politica, la lcgitirnacion y consolidacibn r.lc un personal politico que se bcneficiara r.le una

II EII\\1IIU) P. TlllJ,'lI'SO~. IljQ5 .

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Jill rodurcion 25

nocion restringida de sobcrania con cl fin de garantizar cl cjercicio exclusive y

aparentemente legitime del poder politico JO .

Esta idea sombria fue cxpucsta en la obra de AU;USTIN COLI liN (II)Z r ) rc­cuperada )' rnatizada luego por FRAN(:OJS FURET (11)78) )' PIERRE ROS,~NVAJ.J.ON

(1985, zooo). COClHN habia hecho una espccic de sociologic historica de los aparatos de poder y de la manipulacion politica. A pcsar del aspccto sombrio de esas "nuevas rcdes de podcr" surgidas del jacobinismo, de "la dominacion de las sociedades en nornbrc del 'pueblo:"!", COLI liN dcrnostro que a partir de hI segunda mitad del siglo XVIII, aparccio en Francia un nuevo "tipo de organiza­cion politica )' social" que cl llamo "socicdad de pcnsamicnto" 0 "socicdad de ideas"!", Una "forma de socializacion" cuyo objetivo fundamental era "fabricar la opinion uminime"'3. Sc trataba, segun cl anal isis de FURET, de una "nueva sociabilidad politica" construida por fucra de las cstructuras de podcr de la monarquia. Eso entrafiaba la aparicion de un tipo particular de individuos, "los politicos", los cspccialisras 0 mcjor, los dctcntadorcs principalcs de la opinion)' de la rcprcscntacion politica. Esta nueva sociabilidad, aunquc pod ria considerarse como una cvolucion. era por otro lado susceptible de favorcccr la aparicion de mecanismos pcrvcrsos de "confiscacion del conscnso bajo cl ropajc de un discurso sobre la dcmocracia pura"q; de confiscacion de la voluntad popular por la interrncdiacion de los partidos polit icos, de las idcologias y de las socicdades de ideas. - -Poriamo, FURET vincula la aparicion y consolidacion de un personal pro­fesional de Ia politica con Ia proliferacion de una sociabilidad politics, con una sociabilidad que busca poner a los individuos asociados en relaeion~strecha con el poder. Esta tesis tuvo un desarrollo ulterior en la obra de ROSANV.ILJ.ON, sobre todoen su examen delliberalismo doctrinario, de la aparicion de una gcneracion politica que considero indispensable proveer de lcgitimidad a quicncs iban a ejercer el control de la politica y a dcfinir las fronteras de la rcprescntacion del pueblo. Las asociaciones politicas son forrnas de reunion y de distincion del personal ilustrado, capacitado para cjcrccr las tarcas de rcprescntacion; las asociaciones, junto con la prensa, son los instrurncntos rnedularcs de la

10 FR.\~OIS FLM.t:T, I enS. , 1 lbid., p, 47. r2 No hay consenso acerca de la traduccion mas aprnpiada para 10 que Cj xouv llarno !oc;l:!i de peflSt:t';

en los cnS3~OS de FR.U'<(,J>lS-X .\\ It tt GlJl.M.K.\ uparccen indistim.rmcmc "sociedad de pensamicnto". ....scciedad de ideas"; enJE:\N-PU..Rkl:. il.\STI\:'\ sc adopto "sucied.rdcs de ideas".

') FR'c'O)lS FeRn, 1978, p. 224 q Ibid·,p_n

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rcprcscnracion politica. Arnbas conrribuycn a cxrracr del seno de la sociedad " los mas c.ipacitados, a quicncs est.in dotados de razon, Es probable que los anal isis de FURET y ROS·\N\'.·\LLOI'\ cstcn conccnrrados en dctcrrninadas ctapas

en Ia forrnacion del personal profcsional de la politica en eIsiglo XIX Ycs posiblc

que clcsprccicn aqucllos momcnros en que el auge asociativo no csruvo bajo el liderazgo ni cl control de una elite; pcro, aun asi, sus cxarncncs de la condicion

de la pract ica polirica post-rcvolucionaria nos obligan a prcguntamos -y a rcspondernos- quicncs fueron en rcalid;d los promotores y bencficiarios de la sociabiliclad politico en aquclla cpoca y,en consccucncia, cu.il fue la cornposicion social y la intlucncia polirica de las asociaciones que aparccicron y desaparccic­

ron en el cspacio publico. Esta mirada opaca sobre la propcnsion asociativa de los individuos en la

cpoca conrcmporanca parccc nutrirsc, primordial mente, del cxarncn que lanzo

alguna vcz ALLXIS DE Too LL'EI' IL1.E (1805-1859) quicn habia scfialado, para la situacion curopca, que \a asociacion era "un arrna de guerra, para ir a cnsayarla

de inrncdiato en eI campo de batalla '5" y la vcia como una pr:ictiea encrnistosa, como un clcrncnto de idcntidad partidista que no escatimaba eI recurso belico, n misrno TOC(LUEVII.I.E aftadia cstc otro atributo, pcro ya en la situacion de Lstados Unidos de America: "los ciudadanos que forman la minoria se asocian,

prirncro para comprobar su nurncro y debilitar asi eI imperio moral de la rna­

yoria; en segundo lugar, los asociados sc rcuncn para dcscubrir los argumcntos

mas adccuados para causar irnprcsion en la mayoria, porquc tienen siernprc 1:1 cspcrunza de atraer h.icia elias a csta ultima y disponer, cnscguida, en su nornbrc, del podcr"!". I':n dcfinitiva, para cstc pcnsador las practicas asociati­I'''S son un dispositive de la cornpcticion hcgcmonica, cnscnan que eI sistema rcpublicano csta susrcntado cn la hostilidud de los agentcs de la politica que se disputan cI control del cspacio publico; cI triunfo electoral de grupos, facciones () partidos; cl predominio de tal 0 cual idea acerca de 10 que debe ser la nacion, l.sta vision, mc parccc, tum cicrta continuidad en las rcflcxioncs de A»,TONIO

liRM1SCI cuando sc rcfirio, por cjcrnplo, al "ejercicio normal" de la hegemonia en un regimen parlarncntario doridc intcrvicncn )' se equilibran la fuerza y cl conscnso; para cl, los pcriodicos y las asociaciones -Jos llarnados organos de la opinion publica- rncdianic la rnultiplicacion, que sin embargo pucdc ser muchas

I" t\U.\I"illi Tll((ltll.\'lt(~., 11J'l('('S3:,I,p. 1.10

II) Ihid., p. 77.

. ..

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" .

Introduccion 2.7

veces artificiosa, cumplcn un papel vital en la imposicion de la concepcion del mundo de tal 0 eual voluntad hegcmonica!",

La sociabilidad poJitica puede cnronccs scr vista como cvprcsion genuina de una competicion despiadada por 101 hcgcmonia cn la vida publica; como prueba de 101 existeneia de un mundo desapaciblc, incstable, que prescntaba -y presen­ta aun- la continua pugna por imponer proyectos y personal politicos. En tal scntido, 101 sociabilidad fue apenas uno de tantos instrurncntos utilizados en csa cornpetencia, otros fueron 101 escucla, 101 prcnsa y, por supucsto, Ia guerra civil. D-~ manera que estamos mas ccrca de 101 idea de una socicdad fragmentada que de una-dernocraeia pletorica de civisrno que se manifiesta en una voluminosa vida asociariva ,8. Como veremos, muchas olcadas asociativas terminaron sicndo preludios de disputas belicas, prcliminares organizarivos para rcunir hombres dispuestos a ir a campos de batalla. Pero dentro del mismo mundo asociativo hubo una intensa pugna por cxpandir proycctos de adhesion y cohesion; hubo

polos asociativos que corrcspondicron con las principalcs fucrzas historicas del siglo; cl liberalismo ycl conservatisrno fucron, en Columbia, las dos principalcs fuerzas politicas que prornovicron rcdcs asociativas y que cstablccieron alianzas con cl difuso rnovimicnto popular. 1,01 iniciativa de cuda fuerza fuc difcrcntc segunlas circunstancias; por momentos, cicrtas vcrticnics clcl libcralisrno colom­biano prefirieron el replicguc y hasta cl retorno a modulidadcs ilustradas y, por tanto, excluycntcs, En otras ocasiones, la Iglesia catolica y sus aliados rornaron 101 iniciativa y desplegaron rnodalidadcs asociativas mas audaccs y rnodcrnas con

tal de defender el viejo predominio de esa institucion rclig iosa. Los' artcsanos

intentaron en 101 segunda mirad del siglo asumir practicas asociativas autonornas, pem terrninaron absorbidos por los juegos coyunturales de .ilianzas, sobrc todo

en las visperas electoralcs. Entre todas csas variantcs, sin duda mcrece cxarncn aparte, por su importaneia y su eficacia, 101 "adaptacion" de la Iglesia catolica a un campo de fuerzas que Ie era hostil y que -claro- cucstionaba su antigun promineneia en la vida publica.

SOCIAIlII.IDAD Y I)E~IOCIlA(IA IlEPIlI.SENTATIVA

No hubo rclacion dirccta, ni siquiera de cornnlicidud , entre Ia instaurucion

de un sistema politico basado en la rcprcscntacion y 101 expansion de practicas

17 M~SIO GRA.\!SCI, 1981, Cuaderno 5. p. KI.

18 Una version crinca de 1.1 proliferaci6n de asociaciones. ELi.\s. P:u:n, 20°5: una version candoros» de la expansion 350Ciali'3 en C"'Rl1lS FORMt.NT, 2001.

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.isocianvas. Dcsdc las primcras constitucioncs politicas que sc promulgaron

.lurnnrc la primcra tcntm ivarcpublicana, entre 1811 Y 1815, hubo una rclacion invcrsarncntc proporcional entre la irnportancia otorgada a la rcglarnentacion de

lin sistema electoral y las rcstriccioncs a las forrnas de asociacion, Un gobicrno

r"pr"scllialiv" que illlclliaha consohdnrsc halla"a S"SpC<:lIO'" " pcruiciosa la

iuiciativa dc purticularcs en la instalacion de asociaciones. En aqucllos afios I""

va era cvidcntc la animudvcrsion contra cuulquicr ripo de asociacion politica que cvocara, en su cornposicion yen su 'nombrc, los cxccsos de la Rcvolucion iranccsa. Las Constitucioncs de aqucl pcriodo coinciden en la condcna a cual­

quicr Socicdad popular; prohibicion cxtraida de las lcycs franccsas de 1789 a 171)2"1. La genre rcunida, cl simple rumulto pasajcro en la callc ya era motivo de inquictud. Una cos a era cl pueblo lcvantisco dispucsto a prornover cualquier alboroto en la plaza y otra cl pueblo muy cscogido de los ciudadanos que iban

a cjcrccr las tarcas de reprcscntacion politica. l .a asociacion politica estaba ccrca de csas rcunioncs turuultuarias y pcrturbadoras a las que les temian los

dirigcrucs criollos. En cl tcnso transitu hacia un sistema de rcprcscntacion politica, Ia rcgla­

mcntacion de UII proccso electoral fue la via de dclcgacion de la soberania del

pueblo. Los constituycntcs lcs tcrnicron a las rcunioncs populates, a la dclibc­racion de gentes del pueblo, armadas 0 dcsarrnadas. La prioridad, al parecer, era la sulvaguarda de una quizas muy Iragil scguridad publica; pero mas alia de cso se tcmia que prolifcraran otras formas de dclibcracion que se arribuycran

dcrcchos politicos y pusieran en tela de juicio 10 que sc habia legitirnado por

mcdio de las clccciones; en consccucncia, las unicas asociaciones aceptadas eran las asamblcas c1ectoraIcs y las juntas de sufragantes parroquiales. Dicho deotro

modo, las asociaciones cspontancas de individuos hacian remer una usurpaci6n de [a sobcrania del pueblo y una dcslcgitirnacion de sus reprcsentantcs. La (mica

vonstitucion que hablo Lon alguna gcncrosidad sobrc la libertad de asociacion tuc Ia de Cartagena (/8, z ], que pruponia un nurncro lirnitado de participantcs,

lujo lu vigilancia de autoridad civil 0 cclcsiastica:.-Pcn cncce a los ciudadanos cl dcr ccho de rcunirsc, como sea sin armas ni tumulto, con ordcn y modcraciun, para consulrar sobre cI bien cornun; no obstante, para que estas rcunioncs no pucdan scr ocasion de mal f) dcsordcn publico, sOlo podran vcr ificarsc

IIj I}csdc la Consmucion de (:" ndinamarca (I S I I) hasta b Constuucion de .\ Iariquita (18. j) se prohihio la reunion de genres con (J vm armas. 'l ampoco podia cualquicr asociacicn prcseruar COlc'C1i'''aOlCTlIC"

solicitudes. solamcmc aqucllJs ;l\ltori ....:.lc..bs por cI gobicrno.

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en pasando del nurnero de treinra individuos, con asisrcncia del Alcalde del barrio, () del Cura parroco, que invirados dcberan prestarla-".

En vcz de cntusiasmo, la actividad asociativa dcspcrro prcvcncioncs. En la consrruccion del ordcn republica no, las asociaciones tuvicrou '1uc ccnirsc al

control de los gobiemos y adecuarse al proceso de consolidacion del ordcn politico. En las constitucioncs polit icas y los pcriodicos de aqucllos afios

prcvalecio la prcvencion contra aqucllas asociaciones -entre cllas los clubes

politicos y las logias rnasonicas- que contribuycran a cxaccrhar cl "cspiritu

de faccion" 0 que cuestionaran "la conscrvacion de nuestra sagrada religion". Para exrirpar los peligros del cornplot y para protcger la Iglesia carolica, sc expandio desde 1812 un espiritu anti-jacobino y anti-masonico, Sin duda, csta

animadversion estaba inspirada en Ia lectura del abate BARRLJEL (17+ 1-18.w) que, en sus Alt'moirt's pour sercir a l'histoire du ]acobi"ismf, publicadas entre 1797 y 1799, popularize la tesis de una subversion rcvolucionaria que era cl fruto de

la actividad secreta de logias rnasonicas, agcnrcs clandcstinos de un proyecto

mcditado en los dcccnios preccdcnrcs. Para quicncs el proceso de separacion de Espana debia conducir, al menas, a un interregno politico en que la Iglesia

catolica continuara incolurnc como institucion reguladora de la vida publica,

era indispensable evitar cualquier expansion masonica en 10 q lie habia sido el Virreinato de la Nueva Granada:".

Es posible hablar, par tanto. de una prirncra ctapu asociurivu basada en la

necesidad de fabricar un consenso patriotico en aras de instaurar una republica

catolica. Las primeras consrituciones promovieron casi cxclusivarncnrc las So­ciedades Patrioticas, que debian cstar dirigidas 0 legalizadas par las autoridadcs l \.) de cada lugar y su unico 0 principal objetivo dcbia scr promovcr la instruccion

primaria.Lucgo, en el dcccnio de 1820, sc promovicron con fines idcnticos las Soeiedades Economicas deAmigos del Pais (SI:AP). Los vccinos de parroquias, los miembroSde cofradias, los electorcs de canton complcruban lin cuadro asociativo que reproducia las exigeneias de funcionamiento de rnccanisrnos clcctorales.

Podemos situar esa primera erapa entre I Hi o y I H2H; cuundo cornicnza la cxal­taci6n de la libcrtad de imprcnta y la lirniiacion de la libcrtud de nsociacion,

eon exhortaciones a favor de una sociabilidad de couscnso en la insrauracion

del orden republicano, y terrnina con la cristalizacion de faccinncs poliricas

20 Constirucion de Cartagena, 1812, titulo I, art. 26, p. 520.

21 Un buen ejemplc es el sacerdote catolico y politico Fray DIEGO PAIIILL\ (1754-182<)); en su periodico Aviso al PUhlico (181 l) previno acerca de: Ius pcligros de lu expansion de lu ruasuneria en rerruorio americana.

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en dispuia que rccurrcn al mccunismo asociuuvo ('.Ira idcntificar adcptos y

cncmigos, EI memento mas significative tic csta ctapa cs cl dcccnio tic 1820,

dorninado por la tipJra politica tiel general FRANCISCO lH: P.~UL.~ SANTANDER

(1792-184°) quicn promovio la forrnacion en secrete tie varias logias, carnufladas en ucaclcmius tic cnscnanzas tic lcnguas cxt ranjcras. Su cxistcncia hizo parte de lin ambiente sccularizador y anglofilo que incluyo la funclacion, en 1820, de 1a

logia ] .ibcrtad tic Colombia; Ia logia Gran Circulo lstrncfio (1826); la abolici6n, en 1821, del Tribunal de la luquisicion; la crcacion, promovida dcsdc Londres, de Socicdadcs tic lcctura de la Biblia, en llogot:i (,825); la aprobacion de la Ley

de Patronato tic ,824; cl Plan de Lstudios tic 1826, en que sc intcnto popularizar la obra de jI.Rr.~IY Ih:NTIIII~1 (1748-18p) Y cl sistema de cnscrianza de JOSEPII

I,ANCASTER (1778-1838). Esta prirncra ctapa csbozo y llevo a su desenlace una pugna entre faccioncs cuyo momento culrninantc fuc [a conspiracion contra SI.\'(lN BOLII'AII (17H3-18.;O) ell 182~, I .os resultados m:is tangibles de [a fallida conspiracion fucron dos dccrctos: el 29 de octubrc, 1l01.lV,IR funda una lnstitu­cion .10(;111,)' litcrartu cu qucrcunio cI personal politico dirigcntc que 10 apoyo

en cl rcstablccimicnto del control politico, entre ellos sc dcstacaban rodos los l11iemhJ'O~ de su gahincrc ministerial, como Josf: MARL\ DU. C~STILLO (1776­,835), RAFAi':t. URUANE'!I (1789-1875), ESHNISUO VER(j.'\R.'\ (1790--1855),]OSF. MANUEl. RESTRU'O (1781-1863); y cI 8 tic novicrnbrc dccrcto la prohibiei6n de las rcunioncs de socicdadcs v confrntcrnidadcs secrctas,

La scgunda ctupa podcrnos situarla entre 1832 y 1854, En esc lapso, palabras como "cspirit u tie partido" 0 "partidos clcccionarios" sc volvieron frecucntcs

en los imprcsos; en todo caso, la rutina tic la cornpcticion electoral cxigio mayor

movilizacion publicitaria y una actividad asociativa vinculada con la adhesion a candidaturas y la presion sobre los resultados tic las urnas; un notablato politi­carncnte activo corncnzo a vislumhrar entunees la importancia de alcntar adhc­

siones, as] Iucran csporadicas, 'Iue podian servir en las coyunturas c1cetoralcs. U retorno al podcr tiel !,weral S,II'd,INm,R contribuyo ala instauracion tic una

nueva red tic logias masonicas y, principalrncnte, ala instauracion tiel Supremo

Conscjo q£Cartagena (1833); pero al lado tic este proccso asociativo sc produjo

cl transito tic una sociabilidad clirista a otra que corncnzo a incluir a sectores

populates. Por cso cs posiblc creer que desdc cI dcccnio tie ,830 se afianzaron vinculos entre la cclosion de forrnas asociativas, la multiplicacion tic tirulos de prcnsa y la agitacic)J1 ckctorul. La prcnsa tic opinion corncnzo a consolidarse

como la prolongacion mas genuine de la cxistcncia tic una voluntad asociativa. ln participacion electoral, asi fuera mediante la inrirnidacion, la manipulacion

() la asonada, sirvio para cstirnular coyunturas tie adhcsioncs asociativas basadas ell alianzas entre dirigcntcs politicos y grupos tic artcsanos, principalrncntc. Una

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31 lntroduccmn

necesaria historia electoral podria dcscifrar mejor c] ncxo entre "'S cr.ipas pre­electorales y el papel que se les atribuyo al club electoral liberal 0 a la asociacion catolica. Los hechos del 7 de marzo de 1849, cuando gano la presidcnciu del pais eIgeneral jose HIL_~RJO Lortz (1798-1869), fueron exprcsion culminante de un mecanismo asociativo cup finalidad era reunir a grupos politizados c intcresa­dos de los sectores populares que hicieron presencia callejera para ineidir en cl "perfcccionamiento" del rccurso electoral. De esc modo, [a asociacion politica fue volviendose organica en el sistema rcprcscnrativo, en la mcdida en que se perfecciono la disputa entre partidos 0 Iaccioncs. Muchas gentes cxcluidas del ejercicio del voto podian, de todos rnodos, mediante sus adhesioncs usociativas, influir en ladesignacion de candidates, en la dcclaracinn de compromisos para Ei representacion politica yen eltriunfo 0 derrota de tal 0 cual candidate.

Entre 1838)' 1849 sc esbozan los partidos liberal y conscrvador como esrruc­turns asociarivas de alguna inrcncinn de cobcrrura nacional, basadas adernas en la alianza de una dirigcncia politica presra para cjercer turoria intclcctual sobrc scctores populares que iban a ser iniciados en los asuntos publicus. Entre 1H49 Y 18S I se cristaliza cntonccs el cfecro multiplicador de las asociaciones politicas, sobre todo cn el liberalisrno. Esa expansion exhibe todas las contradiccioncs y divcrsidades sociales y politicas que intentaron aglutincrsc ell rorno a un par­tido politico que debia representarias. Tanto, que la dirigencia liberal, en 1851, exhibio su arrepenrirniento por habcr prornovido una expansion asociativa que escape de su control. Esc hecho puede explicar que la Constitucion de 1853 rcprodujcra, en d tern. de la libertad de asociacion, las mismas prcvcncioncs de las primcras consriruciones politicas de III I I a IllIS. Prccisarncntc, cl fracaso en cI proccso de rcprcscntacion polirica, la fisura entre aspir.iciones populates y~ el proyecto politico y econornico de una elite, fueron factures dctcrminuntcs en la ruptura que se plasm6 en la revolucion artcsano-rnilitur de! 17 de abril de -;854--:-E1desenlace tragico de esc golpc de Estado provoco, para unos, una cnorme frustraci6n y, para otros, una dura leccion accrca del caractcr de las relaciones entre la elite politics y las genres del pueblo. Desde esc cntonecs, cl comportamiento asociativo sufri6 mutaciones ostcnsiblcs y decisivas.

Portanto, la tercera y ultima etapa cornprende los afios de 1855a 1886 y se ca­racrerizo por eIdespliegue asociativo de la Iglesia catolica y sus aliados rnicntras clliberalismo vacilaba entre el temor 0 cI desco de expandir una red asociariva que podia ser nucvamcntc cxplosiva. La compcticion asociativa se oricntn mas claramente a favor de la iniciativa catolica en cl frente de la caridad cristiana, algo que irnplico atracr y consolidar a la mujcr como agente de proselitismo politico y religiose, adernas de conseguir la adhesion de f';rupos clc artesanos desilusionados con el liberalismo. Los dirigcnrcs Iiberalcs se alindcraron en

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1'o1ccioliCS COil al~ulla cspccializacion regional: algunos dirigcntcs, principal­mente cl cuud illo T;)~ LIs CII'lliINO J 1(. 1\IllS! Ll'ER I ( '7ljS-1 S7S) Y R ,IFAI:I. NUNEZ :.',

( 1S25-llIlj-\), basaron su ca pacidad de ncgociacion pol itiea creando bastiones asociat ivos regionales; cl general MosQuER\ cxpandio una red de fidclidades repartida CIl clubcs politicos y logias masonicas: asi nacio la faccion mosquerista

que no rue otra cosa que la dimension asociativa nacional de un caudillo que tenia el control politico del cstado del Cauca pero que prctcndio tener cI control politico del pais. EI liberalismo radical prcfirio concentrar sus esfucrzos en la instalacion de un sistema nacional de instruccion publica y en promover formas

asociativas elitistas, la rnasoncria y asociaciones de institutorcs, principalmentc.

La popularidad y cficacia de los dispositivos asociativos de la Iglesia catolica y sus aliados conscrvadorcs y las tirnidas olcadas de clubes politicos liberales en la segundo rnitad del siglo, determinaron que cl proyccto de una republica catolica

pudicra finalrncntc imponerse y plasrnarsc en la Constitucion de t886. J] dcsplicguc asociativo de la scgunda rnitad del siglo XIX cstuvo impulsado

por una pugnacidad feroz, por una aspcra voluntad hcgcmonica e impcdir la

propagucion de clubcs libcralcs 0 asociaciones catolicas fueron disputas diarias,

1\I Indo de las asociaciones sc hizo cvidcnte un florccirnicnto de titulos de prcnsa, un aumcnto de tallcrcs de iruprcnta, una muhiplicacion de iibrcrias que repro­

ducian la cornpctcncia entre 10 sagrado y 10 profano y una enconada disputa en iorno a la irnplantacion de un sistema escolar Iaico 0 confesional. La sociabili ­

dad politica y rciigiosa dcfinio idcntidadcs partidistas; arnplio cl espectro de la

cducacion politica; animo disputas locales entre cI saccrdotc catolico yartesanos con infulas protcstantcs 0 librcpcnsadoras y prepare arnbicntcs hirsutos en las jornadas elcctoralcs. EI club politico liberal fuc, sin duda, una cscueladeopinion,

lin lugar (!~ ampliacion del univcrso de lcctorcs y ciudadanos, pcro tarnbien fue

cscucla de prcparacion bclica. Algo semejante sc puede decir de las Sociedades catoluas que, sobrc todo en la prirncra mitad del dcccnio de 1870. sc dedicaron " saboteur cI sistema de instruccion publica ya prcpararse para una guerra en nombre de la defense de la religion catolica. La, asociaciones politicas del siglo XIX se consolidaron, en consccucncia, como un instrurncnto de aeci6n colec­I iva, de persuasion y disuasion ante sus adcptos y sus rivalcs. I ,a irnportancia del numcro de individuos afiliados se volvio inherente en el lcnguajc politico inamistoso cotidiano. Para 1863. un artesano que ya acumulaba una trayectoria

.isociat iva de varios dcccnios al lado del libcralisrno, sc atrcvia a desafiar a sus

cncmigos conservadorcs dicicndo: "Nosotros somos q 000 bayonctas'P:'.

zz CRllZ B 'I.lTSTEROS, "Carta dirigid.I a los ar tesanos de buen corazon". Bogota, junto de (863. FP9-4S. numcro XX, 1l~C.

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lntroducoon

E~ 101 segunda rnitad del XIX hay una transformaci6n drastica del espacio publico; 101 eficacia de 101 vida asociariva se haec cvidcntc, Elliberalismo politico aeentUa libertades individuales y adernas algunos politicos exaltan 101 impor­tancia del individuo asociado, Sin embargo, las variantcs asociativas exhibieron las grietas socialcs y politicas de 101 socicdad columbiana. Cada una tenia algun sello de exclusivisrno, desdc el aristocrats club de comerciantes en cl estado de Santander, pasando por las acadcmias cienrificas y literarias, hasta lIegar a losbriosos clubes politicos liberalcs y las asociaciones guiadas pOI' sacerdotcs catolicos ultramontanos. EI asociacionismo reprodujo fidclidades, pero tambicn

deslizarnicntos y ambigucdadcs, Un liberal radical podia aparecer en cl listado de conrribuyenres de una conferencia de San Vicente de Paul; algunas logias masOnicas fueron cenrros de reunion de dirigcntcs Iibcrales y conscrvadorcs; algunos clubes urdieron asaltos armados contra patricios locales. Asi sc forme, mal que bien, un personal politico rnuy variado y con multiples variaciones en su capacidad de accion.

En esa disputa asociariva se definieron tres polos fundarncntalcs de acci6n. Uno estaba conforrnado poria Iglesia carolica y 101 dirigcncia conscrvadora. EI Olio estaba alimcntado porIa dirigeneia politica liberal, con tudos sus rna­tices c inconsistencias; y final mente los sectores populates aglutinados en la denorninacion gcnerica del artesanado. Entre esas tres fuerzas hubo alianzas y rivalidades cpisodicas; de esas tres fuerzas historicas provinicron los principales

esfuerzos asociativos que, en algunos casos, cran el rcsultado de alianzas y, en otros, esfuerzos de autonomia 0 de exclusion. Los rasgos basicos de esas tres

fucrzas que, con sus diputas y alianzas moldearon cl espacio publico del siglo XIX, los examinarcmos enseguida.

I. A I c; I. E S 1\ CAT {) I I CAY S lJ S A I. I x u o S

iCOmo se adapto 101 Iglesia catolica a las exigencies y host ilidades del nuevo

espacio publico? iCon que instrumentos cornpitio ante la multiplicacion y con­solidaci6n de agcntes politicos que rclativizaron su trudicional preeminencia? Una historia de 101 vida asociativa del siglo XIX cs incomplcta sin cl cxamcn de 10

que Ia Iglesia catolica aporto en 101 definicion del nuevo campo de disputas hcge­rnonicas; ella poseia un legado de practicas asociativas que pudicronp'rolongarse y adaptarse a 101 nueva situacion. En esc sentido fue capaz, adcmas, de innovar,

de preparar un nuevo personal; trato de reeducar cl clcro para que pudicra ejcrccr con mayor desrrcza actividadcs prosclitistas dentro y fuera del temple catolico. Pero, sobre todo, no pod cmos pcrdcr de vista que cstamos ante una institucion acosturnbruda a la vida publica, a hacer politica y a dctcnrar podcr,

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Para la Iglesia catolica, el proceso de Indcpcndcncia Ie permiti6 dcsplcgar su personal en tarcas basicas de organizaci6n de un nuevo ordcn; cl c1ero hizo su contribucion intclcctual en la rcdaccion de cartas constitucionales; la figura del

cura parroco cstuvo inscrita en las mcnudas reglamentacioncs de las primeras pructicas clcctoralcs y varies saccrdotcs catolicos exhibieron tempranamente sus dotes de cscritorcs politicos. En fin, dcsdc lSI 0, la Iglesia catolica cumplio una labor dccisiva en cI discfio de proycctos constitucionalcs de rcpublicas catolicas; de sistemas de rcprcscntacion politica basados en cl cjcrcicio del voto y en que cl nuevo Lstado se crigia como protector de 101 unica religion pcrrnitida.

La Iglesia catolica, institucion del antiguo regimen, pudo cntonccs adaptarsc

facilmente a una situacion historica nueva. No tenia que trastornar su sistema de crccncias, tenia que pcrfcccionar, mas bien, 10 que un sociologo llarno su "red de agcntcs y actividadcs'Pt. En cl caso colombiano pucdc asornbrar la rapidez con que tomb Ia iniciativa en tcrrninos de sociabilidad politica; en cl dccenio de 11130 ya estaba dispuesta a fomentar una red asociativa nacional a favor del . . triunfo electoral de un prctcndido "partido catolico" 0, por lo mcnos, de aque­lIos que pudieran ser sus aliados. Durante todo el siglo XIX y buena parte del siguiente, el saccrdotc catolico fue el principal y con frecueneia cl unico agcnrc politico de 101 vida aldcana; su influjo fue rclativizado por cl abogado pueblerino o cI maestro de cscucla. Dc todos modos, las practicas clcctorales, las reuniones politieas y 101 lcctura de 101 prcnsa fueron actividadcs que solian conccntrarscen el templo catolico 0 alrcdcdor del cura de la parroquia; su figura, par tanto, fuc imprescindible en 101 comunicacion politica de las aspiracioncs aldeanas y de las intenciones de la clasc dirigcntc. EI mapa de lcaltadcs politicas, entre liberales y conscrvadorcs, sobrc todo en tiempos clcctoralcs, dcbia partir de eOIJ()Cer los antecedentes y simpatias de los curas parrocos,

La Iglesia catolica en la America latina del siglo XIX fue una estructura sos­ten ida por su "cspcsor historico", por 101 prolongacion de practicas asociativas tradicionales en que Ia adhesion catolica mayoritaria de la poblacion garantizaba Ia pcrcnnidad de cicrtas formas de manifcstacion colcctiva, Las peregrinaeiones, las procesioncs, las cofradias, las dcvociones a los santos, las fiestas religiosas constituian un conjunto de practicas asociativas controladas cxclusivarnentc por la institucion cclcsiastica. Tampoco habria que dcsprcciar la capacidad de los saccrdotcs catolicos para prornovcr asonadas y rcbcliones. En la segunda mitad del siglo, la Iglesia catolica vuclvc a tomar la iniciativa de una manera mucho mas sistematica e intensa; la breve y tumultuosa multiplicaci6n de c1ubcs

2J r,,"u: Poir.vr, JI}77, p. 6X.

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lntroduccion 3;

liberales en la mitad de siglo Ie obligo a planrcarse una expansion asociativa que

incluyera eJ control social y el prosclitisrno polirico-rcligioso, Tenia cntonccs

que ofrccer una altcrnativa a un problema social crccicntc mcdiantcla difusion de la sociabilidad caritariva y tenia que cvitar la expansion asociativa del libcra­lismo, la rnasoncria y el protestant ismo. A partir de 1S55 comienza un asccnso gradual de una sociabilidad catolica que es fruro de Ia alianza organica con una dirigencia laiea que incluyo el activismo de las mujeres de la elite; esa alianza Ie dioconsistencia organizativa al partido conservador y sirvio de sustcnto al

proyccro de instauracion de una republica catolica que tuvo su concrccion en la Consrirucion de 1886. Mientras cl libcralisrno colombiano se desgarraba en sus luchas de facciones, cI conservatismo sc nutria de la devocion fcrncnina, del miedo popular ala cscucla publica laica, del talcnto de los escritores cato­Iicos, de la popularidad de la prcnsa carolica, de una red nncional de Iibreros c irnpresores y de un activo frcnrc de asociaciones carirativas.

Entre 1848)' 1854, cl conservatismo colornbiano parccio actuar ala defcnsi­va; despues de 1855 cI despliegue cstuvo basado en la intransigencia idcologica y,al riempo, en el cosmopolitismo intclccrual de la dirigcncia laica conscrvadora.

No podia haccr ninguna concesion al liberalismo y era nccesario buscar alter­

nativas asociativas y cducativas ante las continuas cxpulsiones de los jcsuitas; por eso rccurrieron al rnodclo caritativo frances y, principalmente, a las eficaces conferencias dc San Vicente de Paul. En '" expansion caritativa, la Iglesia catolica

h;ljo aIiados organicos en los politicos civ ilcs, eI devote personal ferncnino y un

artesanado dcccpcionado con las politicas liberales. l .a ampliacion del laicado conservador constituye, quizas, Una de las innovaciones en 1a actividad politica de la Iglesia catolica en Colombia. Su estructura vertical pcrrnanccio intactu, pero SII control sobrc los ficlcs sc pcrfccciono gracias ala formacion de cuadros laicos pcrrnancntcs, consagrados ala prartica rcligiosa. Sc t r.ita, masclaramcnrc, de 10 que algunos autorcs han llamado la "feminizacion del eatolicismo"z~, cs

decir, de la arnpliacion del univcrso de part icipacion de la rnujcr en [a accion

social, en nombrc de la difusion de hIS virtudcs tcolngalcs y, particularrncntc,

de la caridad. EI asociaeionismo fcmcninn fuc una forma de pcdngogia crisriana,

pero tarnbien civica, que les pcrrnitio ;1 las fides eI aprcndizajc de la cosa publica, aunque elias no ganaran rodavia el acceso a la coridiciou de ciudadunas. "'lie por la via del activisrno religiose catolico, en la organizacion de obras de liClleficencia,

que la Iglesia lcs dio a las rnujcrcs la ocasion de participar en la vida publica.".

24 CL'LDr L"-~.iLOIs.., 14QIJ. p. 1.16. 25 SYU'J[ F.-\n':'T-StRlBr, lll<jO, p. 16.

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Sociabilidad, rt'l;f!,;'lu .I' {Iolit;(" 01 la Jeji1l1cJtlT/ tit' la nacton ~: " I "

l'or supucsto, 101 crnancipacion femenina no figuraba en 101 agenda de 101 Iglesia catolica, pero las circunstuncias favorccicron 101 presencia publica de las rnujcres

como cuadros permanentes en 101 propagacion de 101 fe cristiana. La fuerte presencia tcrncnina catiJlica durante el siglo XIX pucdc cxplicarse

por los rasgos fundarncnralcs del catolicisrno ultramontano-", En 1800, por ejemplo, naccn las prirncras congregaciones femeninas ccntradas en el cuIto OIl Sagrado Corazon; adcmas, el siglo XIX conocio una rcnovacion de 101 dcvocion mariana: las aparicioncs de 101 virgen Maria de 1846, 1858 Y 1871; 101 creacion, hacia 1836, de 101 asociacion del Sagrado Corazon de Maria y, finalmcnte, la proclamacion, por Pio IX, en. ,854, del dogma de la Inrnaculada Conccpcionf". En dcfiniriva, y scgun CIIOI.VY, 101 cpoca fue muy sensible a "una vcrdadera sacralizacion de la rnujcr", quc podia rnanifcstarsc en ellugar que ella ocupo

en el conjum o de acrividudcs publicus de 101 Iglesia catolica. La consolidacion

de una red asociat iva de caridad irnplico, en el caso colombiano, la rcdcfinicion general del laicado, pucsto que sc trataba, sobrc todo, de construir un ordcn catolico nacional, opucsio a aqucl surgido de 101 iniciativa liberal. EI conflicto, a vcccs virulento, entre 101 Iglesia catolica y cl Estado se cxprcso en el exilio 0 en cI cncarcclamicnto de miembros de la alta jerarquia cclcsiastica. Pero, en todo caso, el laicado conscrvador fue mucho mas que un satelite de la institucion cclesiastica, Se trato, mas bien, de un conjunto de mujeres y hombres_que aseguraron 101 dircccion laica de gran parte del proceso de expansion de nuevas

If \\ congrcgacioncs.

En dcfinitiva, 101 Iglesia catolica colornbiana supo adaptarsc al espacio hostil prcparado por c1 reformismo liberal e incluso logro imponerse en cI dcsafio hcgcmonico que sc Ie habia plantcado. Sus innovaciones asociativasfucron mucho rnascficaccs que las dcl libcralismo y ascguraron 101 irnplantacion de un orden nacional catolico,

t: L LlII ERALJ S .\' 0

Ll libcralismo colombiano pareee condcnsar las tcntativas secularizadoras que surgicron en el proeeso de consolidacion del sistema republicano, dcsde cI dcccnio de 1820, bajo elliderazgo de fRANCISCO DE PALiL\ SANT.-\~UER. Dcsde

entonces sc corncnzo a dcbarir la cucstion de si 101 Iglesia debia someterse a una

26 G\,RARUCllil(.\Y, Y\Ls-M .... Il.IE HI[ 'IRE, 1<)8s. pro 171-176.

27 Sabre cl auge del culto :J. 141 virgcn Maria }' sobre 13 "fermnizacion del catolrcismo" en d siglo XL\,

vease tan-bien: JEAN-~V.RIF. \t,.'..Hl'P;, 1975. p. 59~ J\CQ.LJ15 G.llillU Y ~TR[\ t... 1997, P. 193. A...~'"E­,~tARU: PF.U.f:TIFR, 2001, pp. I.P-1..I4.

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" ,

Lturoduccisin 37

sucrte de rcgalisrno rcpublicano -que era, en buena rncdida, la prolongacion

del antiguo patronato ibericc-- 0 si debia tornar dcfinitivarncnrc hacia Roma2H•

EI viccpresidcnte SAI'TANDER descaba vcr que la Iglesia catolica se adaptara al proceso de construccion del rnundo republicano y promovia la formacion de lin clcro liberal. EI establccimicnto del Parrcnato-", en 1824, significo la adaptacion

al mundo republicano de una institucion provenicntc del pasado colonial y

segun la eualla religion catolica debia ser protcgida por eI Estado. Scgun la Icy deiPatTonato. la elcccion y la rnision de un micmbro de la jerarquia eclcsiastica

estaban sometidas a las dccisiones del Congrcso y de las Cameras provinciales. Aunquc la perrnanencia de esta tradicion regalista era contradictoria, Ie perrnitia al personal civil tcner eI control sobre la Iglesia catolica y oricnrarla en favor del proceso de construccion republicans. Adernas, durante cstc pcriodo sc dcstaco una participacion rnuy activa de los "curas patriotas e ilustrados" cn la difusion

de la rnodcrnidad politica. Bubo otras scfialcs de lcgislacion liberal en que las auroridadcs civiles sc

impusieron sobre la antigua prcernincncia de la Iglesia catolica. La abolicion,

en 1821, del tribunal de la inquisicion, una institucion profundarncntc atada al

pasado colonial cspaftol, significo en consccucncia eI fin de la ccnsura religiosa sobre los impresos. Esra ley lirnito igualmente la instalacion y el funeionamiento

de las comunidades rcligiosas, En carnbio, otras reformas en favor de la sccu­larizacion Tracasaron, como sucedio con la tenrativa de excluir los sacerdotcs catolicos de la participacion en puestos de represcniacion y la rcduccion del

calcndario de fiestas rcligiosast". EI dccrcto del 3 de scptiernbrc de Jll21 inau­gura, anuestro modo de ver, una etapa de intcrvcncion autorizada de 10 civil en asuntos que habian sido de potcstad cxclusivarncntc cclcsiastica como era, par cjernplo, la vigilancia en Ia publicacion y circulacion de libros-i".

Esa dccadn tumhicn fuc fccunda enlo conccrnicntc ala modificacinn dc las

jer~l'IllIi"s A(lrnini'lrAlivlIs colnninlcs. 1.11 lev dcll~ dl' junio de I Ill" suprillliilill illllllCllII dlvi~i'lII CIIln' dlllllllkN y di~lrilIlN, IUl1l1l1dl1 ~lIhn~ I'rivilqdoN OIOl'l(lIdllN durante cI domini» hi'pallo 0 por discriuriuncioucs llllieas. ":.,;\ ley n-cnunci.i,

J,,\~-;''''·rMtt..\11 \Ill:, Il,c)$. pro ()S0-()S2; j"\N-I'IIJUU Ih ... II\N, Iljlq, pp. 71-7~.

!'41lrr",4/o: inuilu~'i6n provcnicme de la dominacinn espanola que uuplirahu Iii desi~nilcic'ln, pur parte del rev, de Ia icrarquia cclcsiasttca hispano-amcricana. Alloi, cl ccntro de I:J. cristiandad rue por rnucho tiernpo Madrid, en H7. de Roma. Lucgc de la indepcndencia, e1/'atnmalo paso a ser el pnncipio de intervencion del Estado 500re la discipline exlerna de la Iglesia catnlica. err. !\I. ,\1.\RTiNt:Z m: Cor)! s,

19')2: 36, 153·

30 Dwm BVSU;o.:FLl.., 1<.184, pp- 258-21)5.

3 1 JOSE :II''''''L GROC>T, IY41 [18b<Jl. pp. 142,143. -'

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ISoc£abilidad, rl'/(r;i(;,,)' pnlifitll el1 11.1 Jtjilllcil}'1 .lc La nncuin

I dcsdc cI punto tic vista juritlieo, algunos distritos rccicnterncnte cstablecidos y cuyo surgimicnto era c-l rcsultado, en buena mcdida, de conflictos entre pro­pictarios de haciendas y poblaciones pobres que comenzaban a emanciparse de antiguas for mas de sujccion cconomica. La nueva ley aprobaba una igualdad juridica y administrative, aunque fucsc mas bien tcorica, entre habitantes de antiguas y podcrosas municipalidudcs y aquellos de las poblaciones nucvas3Z•

Durante este pcriodo, la organizacion de un sistema naeional de cducacion busco la gcncralizacion de 101 lcctura, con cI fin de garantizar a los nuevos ciu­

dadanos el conocimiento de sus dcrcchos y dcbercs. Entre 1821 y 1826 existio una direcci6n naeional de 101 Instrucci6n Publica cuyo principal objctivo era

instalar una cscucla primaria en cada distrito y adapter las escuclas mutuales para cI aprendizaje de la lectura siguicndo cI rnctodo del cuaqucro britanico .I0SLI'II LANCASTEHJJ. El mctodo de I.ANcAsTEH proponia una rapida iniciacion

de los nifios en 101 lcctura con pocos recursos, puesto que los alumnos mas avanzados sc pod ian convcrtir en monitorcs; ante la carencia de institutores, cstc mctodo ofrecia una solucion ideal, adcrnas, implicaba 101 asimilaci6n de una ctica fundada en la autodisciplina. Estc primer gran csfucrzo republicano por cxpandir un sistema cscolar estuvo acompanado tic la intcncion de ascgurar un consenso patriotico y una armonia administrutiva entre el centro politico y las rcgioncs; los cncargados de cumplir una labor intermediaria entre cI plan educative general y las rcalidadcs locales, a mcnudo advcrsas, fueronalgunas

Sociedadesde Amigos del Pais, fundadas en 1822 en la provincia de Antioquia; otras llarnadas Sociedades Patrioticas y, en cI caso de Bogota, la Sociedad Fi­lologica y 101 Sociedad Didascalica, cstas ultirnas fundadas entre 1826 y 1829. Sin embargo, en 1827 la Nueva Granada no tenia mas de cincuenta escuclas laneasterianas. Para esa misma cpoca, fue instaurada 101 cnscfianza de la legis­lacion civil de J£HE~IY BI.NTIIM1, calificada de anti-eristiana y materialista por

un sector de la Iglesia cat?lica. En ,825, con cI fin tie divulgar cI metodo de lectura de I .ANCASTEH, S\t'HNIJEH fundo una Sociedadfdantropica y mas tarde, en 1826, siempre en cl marco de la reforma cducativa, fue creada la Academia nacianal de Colombia, cl primer proyccto tic asociacion cientifica tie 101 epoca rcpublicana en Colombia-it.

Jl GERMAN CoLMEN.-\Rt..5, 19~", p_ los-qJ. J3 J.J Gran Colombia rue cI primer pais que oflcuhzo 1.1 educacion oblig-..atoria, en 182:1; Buenos Aires,

en I Saa; Chile, en ,823; Costa Rica, r82{. Cfr. CARLOS NEWL\.XO, I f)I.}I I pp. 335-362:.Tambten.].\:-...£. RWSCH, 1'1'13, p. P 5'1-6/.

.14 Sabre la Soaedadji/antropuQ, vcr F .....mo Z\,\Il::lR.o\i'O, 1990, p. 19Q. En cuanto a Ia A("iJik,njtJ ,uJ(wII41. SANT.\NI J1:1{ mismo intcruo haec ria renacer en [8J2. vcr OI:\NA OBRH~TORRl"S, 1992. P. 5.

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I ntmdurrvin 3tJ

El tipo de sociabilidad que prescntaba entonces un dcsafio al consenso patriorico y al ideal de un ordcn republicano que no debiu ser pcrturbado por sociedadcs secretas con algun tintc jacobino, fue la masoncria. Con insisteneia, la prensa de esc deccnio quiso que se fomentaran, casi en cxclusiva, asociaciones de notables que sirvieran para contribuir en la vigilancia del ordcn y advirticron sobreel alcance funesto de aquellas que alcntaban, segun cl lenguajc de csos afios, "el espiritu de faccion". Las logias aparccidas entre 1820 y 1828 sc encargaron de reunir las elites locales y aparccicron como los lugares de claboracion de los primeros proyectos de constitucion politica de la nueva republica asi como de los alineamientos de las faccioncs de patricios .rcgionales alrcdcdor de FRA \1­

OSCO DE PAULA S.\:-''T.\NI1ER y, al parccer, en dcsrncdro de SI~H)N BOLivAR. Nos parece, enronces, que el dccenio 1820 prcscnta una oposicion entre un moderno regimen de libertades ciudadanas y Ja voluntad de controlarlo 0 rcstringirlo por el ternor a desbordamientos, SANTANDI':R y sus "libcrulcs" cran mas proclivcs a incentivar una activ idad asocial iva secularizadora que cUCS! ionaha \a tradicional precminencia cuhural de la Iglesia catolica; BOLivAR parccia inclinarsc, como efectivamentc se inclino lucgo del atcnrado contra su vida ucl25 de scpticrnbrc de 1828, por una connivcncia con Ia Iglesia catolica que podia ayudarle a ga­rantizar el control politico. No en vano, una de sus rcaccioncs mas inmcdiaias

fue desterrar de la cnscnanza universitaria las obras de JI':RE,\IY 13I-:NTIIA,\\ Yde A:-'IOI~E Dtsrtrri DETR.\CY (1754-1836), a las que lcs adjudico "cl origcn de! mal" porque contcnian muchas rnaximas "opuestas a la religion y a la moral". Y tampoco en vano exhorto a arzobispos y obispos "para que no cescn en la predicacion de la moral cristiana y de la neccsidad del cspiritu de paz y de concordia, para continuar en la via del ordcn y de la pcrfcccion social"35.

Disuclta la Gran Colombia y mucrt o cI I .ibcrtudor, parccc qoe un conflicio

quedaba resuclro pcro corncnzaban ot ros. 1-:1 dccenio de ,830 comienza con disputas en torno a la organizacion del territorio nacional; por cjcmplo, entre .830 y 1832, la provincia de Pasto cstuvo transitoriarncntc bajo cl control de Ecuador. En Cartagena tarnbicn hubo una volun tad scparatista. En 1832, S,\N­

H:'IDER retorno de su cxilio y cso cntrafio la reimplanracion de la masoncria y la fundacion de clubes politicos, como la Sociedad liberal de Cartagcnav', La compctici6n electoral que significaba, en buena rncdida, la lucha por cl control faccioso del Estado, unido a una nueva puja accrca tic la definicion del papcl publico tic la Iglesia, inccntivo e1 primer esbozo naeional de clubcs politicos y

35 JOSl..\I.\.'tJlL GRO.)f, '94' 11~&qI, p. 514· ]6 IlrJ\u_') TO"'R, IqRh, P IN:~.

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I 40 Soaabilidud, rdigu;lIj' polifica 01 La tlejillitivn de la ,1I1C,,;'1 [

0,

volvio mas frccucnte la apclacion al pueblo artesano; la correspondencia dirigida al general SAN'L\I'IlER en eI dcccnio 18Jo cs muy rica en informacion al rcspccto y corrobora el juicio scgun el cual en cstc pcriodo las confrontaciones giraron principalrncnte en torno a asuntos clcctorulcs y ala accptacion 0 no de idcolo­gias liheralcs 0 seeularizadoras. Fue prccisamcntc en vispcras de las clccciones viccprcsidcncialcs de IS3S que las dos faccioncs, circulos 0 partidos de laepoca -hay que rcconoccr que nuestra historiografia es arnbigua en los tcrminos- se opusieron mediante una incipicntc pcro significativa red cuasi-nacional de clubes clcctoralcs. l .a iniciativa fue de las Sociedades catolicas y luego, casi de inmedia­to, aparccieron en cI ban do opucsto las Sociedades democrdticas de labradores y artesanos; es en esc momento y con la intenei6n de discrninar asociaciones por c1 pais que se prcscnta el esbozo de 10 que iban a ser los partidos conscrvador y liberal en la Colombia del rcsto del siglo XIX.

La guerra civil de IS39-rS.P, rncjor conocida como la Guerra de los Su­

premos, dcmostro que la religion catolica habia pasado a ser un factor tanto de rnovilizacion politiea cornu de movilizacion armada en la naciente vida repu­blieana. Una de las consccuencias de csta guerra civil fue la puesta en marcha de un proyeeto politico conscrvador que comprcndio, por ejernplo, cl retorno de la Cornpafiia de Jesus, en 1844, can cl fin de instaurar un sistema nacional de cnscfianza centrado en la forrnacion confesional de una elite. La guerra sc sostu va en buena parte y en algunas regiones, cun base en la negociacion entre caudillos ':nilitares y scctores socialcs y etnicos que buscaban algun grado de inclusion social y politica. Eso puedc cxplicar que luego de la guerra, sobre todo en el cstado del Cauea, los csclavos ncgros, mestizos e indigenas devinicran nucleus de rcbcldia social y politica frccucntcrncnte enfrcntados a las autori ­dadcs rcpublicanasr". Sin embargo, fa consccucncia politica mas dccisiva fue la division de la elite civil en torna al papcl politico futuro de la Iglesia catoliea en el proccso de forrnacion del Estado-naeion. Esta division se acentue y sc cxprcso mas sistcmaticarncntc a partir de 18~5 y hasta 1886.

J.a scgunda mitad del siglo conocio una ofcnsiva reformista liberal que sc manifesto en la prornulgacion de las Constituciones de 1853 Y 1863 en las que 1.1 scparacion entre cI l.stado y 1.1 Iglesia catolica fue uno de los principios TCC­

tores; adcmas, las cxpulsioncs de los jcsuitas y de rniernbros de las jerarquias cclcsiasticas, en 1850 y en 1S(lI, las gucrras civiles de 1859-1861 Y de 1876, demostraron que, durante la segunda mitad del siglo XIX, tU\'O lugar una I_ucha

.\7 Sobrc cl tcma , Elll"\RIX) LOII,UO, Iqq,,; M,\Rr' TERfS... UalRf O. HI,'\"C.'Plt YLJu\."i.\ .\hR.i.... Lortz LOI'UIA, 200b, pp. 5J-I,}X; AI.ONSO\'.\l.f.l'\n.\ LI..\f',O, 2008 .

..

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lntroducadn ..p

entre las elites del conservatisrno y aqucllas del liberalismo por la suprcrnacia en eI proceso de construccion del Estado-Nacion. No file por azar que la ofensiva liberal contra la Iglcsia carolica corresporulio, en Colomhia, con la conviccion de un grupo de jovenes abogados y comcrcianrcs que hahian considerado que e1tiempo de las arrnas y las batallas ya habia pasado y que era neccsario en ade­lante imponer la suprcmacia de los hombres de la palabra y de la pluma. Estos hombres auguraban, adcrnas, que cl auge de la cxportacion del tabaco significaba el comienzo de una epoca de dcrnocratizacion politica y de sccularizacion del

Estado, Asi, el librccambio en economia parccia ser el sinonirno de una nacion civilizada )' moderna, de la scparacion definitiv adel anti guo regimen colonial; pero 10 que habria podido scr cl inicio de una era de construccion del Estado nacional, con cl irnpulso de una utopia modcrnizadora liberal, no rue mas que eI cornienzo de un periodo de incstabilidad politicaf".

Colombia fue cl primer pais de America latina en formular mediante una ofensiva reforrnista la ncccsidad de scparar la Iglesia carolica y el Estado3'!. Pcro, tarnbien, fue cI primer pais que instil ucionalizo la adhesion a la tradicion cultural hispimica con la fundacion de la Academia Colombiana de la Le nguav". Esos dos hechos fueron liderados por I.. clif c politico-cultural reunida Cll

Bogota; mas prccisarncntc, algunos de los individuos que hicicron parte del grupo reformista anticlerical de cornicnzos lle la dccada de 1850 ihan a ser,

vcinte afios mas tarde, los baluartcs de la dcfcnsa de valores csreticos inscriros dentro del patron cultural hispanico y carolico. Sin embargo, micntras la diri ­

gencia conscrvadora colombiana parecio scr compacta, la elite dcl libcralisrno colombiano se caractcrizo por sus escisiones. Adem.is de las luehas entre fac­eiones, cl liberalismocolombiano expreso agudarncntc la divergencia entre un liberalisrno econornico a ultranza y un libcralismo politico que hizo propicio el contacto con sectores populares. Micnrras que con la rcforrna politiea de mitad de siglo prornovio la arnpliacion de libcrtadex civiles y lcs otorgo a los esclavos ncgros eI cstatuto de ciudadanos, con las rnedidas librccarnbistas pro­

vocaba la ruina de artesanos y de comunidades indigcnas, l .a eclosion de clubes denorninados Sociedades democrdticas, entre IR.j.8 y 1853, dio como rcsultado una vision nacional de un partido polit ico; una rclacion mas 0 menas organica entre una dirigencia nacional y una red de dirigcntcs politicos locales. Desdc los primeros clubcs, csbozados a fines del dcccnio de 111.,0, pasando pOl' las

L.zs rebciones erure d laiu~z-Ja,r( y la construcciun del Estado-nackui en Colombia, oil ruitad tid siglo XlX. hanside analizadas por .'1~Rn.1 P .... 1. \C10S, IqHJ, pro 27 JJ.

JQ Ros.\ \tui\ ~t \m....:rJ: D, (";:)1)[5, Hj<J2. pr. 1;6.

40 CUJ.Hi R\\l.\. ,')Rz. P ,8z,

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masivas adhcsioncs de rnitad de siglo, cl libcralismo colnmbiano no supo dcfinir durante esc siglo su rclucion con los scctorcs popularcs. La dirigcncia liberal

oscilo entre cl cruusiasrno, por no dccir cI orgullo, de habcrle dado la palabra al

pueblo y cI tcrnor ante los posiblcs dcsbordamicntos de aqucllas gentes que se hahian apropiado de un d iscurso politico igualitario. EI golpe artesano-militar

de J 854 fuc, por tal razon, el punto de quiebre en la conducta de la elite liberal en cl campo asoeiativo y desde entonees prcvalccio cl rnicdo al pueblo.

La Iaccion libcral radical prefiriil rcfugiarse en un proyccto politico-cultural con rcmcmhrunzas ilustradas; prcfirio prcparar, mediante la cseucla laica, un

porvenir de individuos rnodcrnos, crnancipados del peso de la rcligiosidad ca­tolica. Yen vcz de una sociabilidad basada en alianzas con scctorcs populares,

sc refugio en una sociabilidad cxciuycntc como la masoncria que Ie sirvi6 para rcunir y distinguir cl personal que iba a ocuparsc de las tarcas modernizadoras

del Estado, sobre todo entre 1860 y 1876. Evocando las cxpcricncias asociativas \ durante los rcgimencs de SANTANDt:R, volvio a promover asociaciones de notables

regionales que dchian eneargarse de auxiliar cl funeionamiento del sistema de

instruccion publica primaria y crigir ul maestro de cscucla en ligura simb61ica

de csa tcntativa modcrnizadora. Esa sociabilidad cxcluycntc correspondi6, por tanto, con un rcforrnisrno por 10 alto alcntado por una elite civil que corres­

pondio, en buena rncdida, con el personal politico de las regiones del centro y oriente del pais, donde cierta prospcridad agro-cxportadora Ie habia otorgado

un eoyuntural lidcrazgo en el control del Estado..­En contraste, la faccion modcrada prcfirio pcrscverar en los vinculos con

los sectores populares. Esos vinculos cran adcmas neeesarios para Iograr algun

equilibro en eIcontrol de vast as rcgioncs habitadas por un abigarrado universe socio-racial, como era cl caso de la region del Cauca, Alii fue donde cI general

'l'oMAs CII'IUANO DE MOSQUERA lc dio cimicnto a su poder politico y se proyecro como caudillo naeional. Aunquc MOSQUERA prornovio una lcgislacion anticlerical mucho mas drastica que la que descaban los propios radicales, su traycctoria po­Iitiea fue conciliadora. Los dubes politicos de su region les dicron participacion

ala poblacion negra, a los indigenas y a los carnpcsinos blancos pobres; peru a la vcz construyo una red de fidelidad rnasonica que rcunia al personal politico

y rnilitar que dcbia apoyarlo tanto en ticrnpos de paz como durante las guerras

civiles, Vale dccir que esc personal politico de las logias del mosquerismo estuvo compuesto por politicos Iibcralcs y conscrvadorcs. Otra figura dcl libcraiismo modcrado fuc R..\FAEI. NUNEI., cuyo bastion asociativo fue la costa atlantica.

Entre estos dos politicos, principalrncntc, sc construyo un liberalismo popular,

rnodcrado, que en mementos decisivos preliri6 aliarsc con cl conservatisrno para

consolidar el aislamiento de la minoritaria Iaccion radical.

. "

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" .

La rnasoncria fue la cxprcsion de las eseisiones dcl libcralismo colomhiano y de su dificultad para fijar una dcmarcacion clara con rcspccto allugar de la Iglesia cat61ica en la socicdad. Las logias, scgun la region y el personal que las compuso, fueron una tirnida avanzada del cspiritu laico; pero, de todos mod os, predominaron en ella las mismas contradiccicncs de sus militantes. La rnaso­ncria, en el casu colombiano, no se pucde vincular facilmente con un espiritu liberal, con una voluntad secularizadora. Elliberalismo colombiano no supo

construir ni cxpresar en Ia vida asociativa una unidad de propositos ni una vo­)untatl de emancipaci6n de los valorcs rcligiosos catolicos. Por eso dcscollaron,

mas bien, figuras individualcs que construycron sus propios proycctos politicos en nombrc de un liheralismo muy gcncrico que abarcaba aspiraciones socio­raciales muy disimilcs, Una sociabilidad rcgida por un caudillo pucdc indic..r, adcmas, la discontinuidad entre la vcrbosidad de los radicales y las realidadcs politicas aldeanas en que un radicalismo popular y anticlerical libro sus propios combates contra el tradicional influjo del saccrdore catolico. Esc abismo entre cI radicalismo de una elite y el radicalisrno -quizas muy marginal- de gentes del pueblo fue rasgo determinante dcl libcralisrno colornbiano.

Ahora bien, las tcntativas rnodcrnizadoras libcralcs, sohre tndo en 10 conccr­niente a la scparacion de la Iglesia v cl Lstado, sicmprc cncontraron un opositor muy activo )" organizado. Con todas sus intcrrnitcncias )" flaquczas, cl libera­lismo en Colombia intcntu darlc algun fundamcnto a una socicdad cornpucsta de ciudadanos y no de ficles cristianos. La proclarnacion de un Estado neutral en materia religiosa y la propagacion de una moral rcpublicana mediante Ia instalaci6n de un sistema cscolar nacional fueron sus maximos csfuerzos; pcro eso requeria un personal politico persuadido de la trasccndcncia de esc proyecto y unas rclaciones mas proximas entre cl centro politico y cl variado universe politico regional. Una elite tcrncrosa y alrjada del puchln no podia garantivar cl triunfo de una republica laica.

EI. PUEBl.O

,!Cu:il fue cl Iugar del pueblo en cl universo asnciat ivo del siglo XIX? iY que era cl pueblo? ­

Desde 1810, la dirigencia criolla mostro inquictud por la reunion csponta­nca de gentes en las callcs y en las plazas. La opinion vcrtida en cI periodic» 0

plasmada en lcyes mediante la actuacion soscgada de rcprcscntantcs clcgidos por cI pueblo era la unica accptable; 10 dcmas podia incirar a la disgrcgacion de una unidad indispensable. Entre el bucn uso de razon de quicncs confer­mahan la Junta Suprema y las pcticioncs popularcs aparccia a vcC£~ un ahisruo

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I

f.,

que 10 adrnitian los notables criollos: "No todas las peticioncs del pueblo eran iustas. Muchas respiraban sangre y durcza. La Junta Suprema concedia unas, olvidaba otrus, otras en fin ncgaba con persuasioncs". Entonces, cornunicaban la inquictud provocada por las rcunioncs de gentes del pueblo: "Ya muchos ciudadanos ilustrados prcvcian las consecucncias a que darian origen las re­uniones frccucntcs de un pueblo numeroso y cmbriagado con la libcrtad"!". EI personal politieo de aquel ticrnpo prcfirio de esa rnancra exaltar, eon la ayuda de pcriodicos. los bcncficios del uso de la irnprcnta y, en contrastc, reproharon por inquictantcs 0 supuestamente pcrturbadoras, las practices asoeiativasola simple presencia rnultitudinaria de las gentes.

En un aleceionador dialogo entre un "ciudadano prcocupado y un patriota vcrdadcro", publicado en Cartagena haeia 1812, se expusicron las preocupa­eioncs -mas 0 menos genera\izadas-- de buena parte de la elite politica que intcntaba consolidarsc en aqucl momento de tensiones y ambivalencias en la rcorganizacion del cspacio publico, EI dialogo sirvio en este caso para exponer con franqucza los argumcntos en contra dcl florccimicnto de formas asociarivas de todo ordcn, De mancra rotunda se condcnaba cualquier tipo de asociaciones "politicas", como por ejemplo las de las Sociedades patrioticas, porquc cvocaban las ncfastas asociaciones politicas que surgieron en la Revolucion franccsa; cI unico rnodclo asociativo accptablc tenia que ser cI de las Soaedades economicas que, como las surgidas en Estados Unidos de America, habian se rv·ido "para protcgcr I!~ i\rtes y las Ciencias" y, adcmas, podian auxiliar al Gobierno. Pero 101 convcrsacion no s610 prcscntaba este rcstringido ideal asociativo; aun mas, hizo una cornparacion entre dos rnodos posibles de "ilustrar nucstros conciuda­danos" entre la libcrtad de imprcnta y la libcrtad de asociacion. Sin vacilaci6n, el autor -<) los autorcs- del dialogo se inclinaron por la libcrtad de irnprcnta )" cnunciaron todas las prevcncioncs c inquietudes posiblcs sobre la libcrtad de asociacion. La opini6n de una persona 0 de un cscritor, era mas faeil de vigilar, de censurar y en caso ncccsario, de castigar; en eambio, la opinion de varies, de eientos de personas rcunidas se volvia incontrolablc: "No Senor, la opinion de un papcl es la de un hombre solo, y como tal es considerada en el publico, y la pluralidad de la Socicdad puedc ser mas de cicnto; cI publico pondra natural­mente mas atcncion en la opinion de cicnto que en la opinion de uno"4Z

• En dcfinitiva, las asociaciones prcdorninantcs hasta por 10 menos el afio de 18-l9

4' "La Historia de nucstra rcvolucicn". Dvario Politico de Santa/i ~ BogMa. nurnero 5. sepnernbre 7 de ,810, pp. 5~ Y59·

.p "Diatogu entre cl ciudadano prcocupado y un patriota vcrdadcro", Cartagena, Imprenta de DI£..GO

ESPJ~{)SA, IXI2, Rpags.

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[ntroduccuin 45

fueron rnuy elusivas en 101 relacion con las gentes tiel pueblo; el temoral nurnero hizo tiel fenorncno asociativo un asunto casi exclusive tie notables,

I

Esc inquietante pueblo OIl margen de las asociaciones clitistas tie Ia primera rnitad tiel siglo estuvo cornpucsro tie gentes tie origcn socio-racial muy abigu­rrado: artesanos que habian logrado ocupar pcquenos cargos publicos; csclavos negros en rebclion contra sus amos; abogados pucblcrinos; jornalcros 0 pequefios \ propietarios de 101 tierra apcnas iniciados en 101 Icctura y 101 cscritura, 10 cual les perrnitio ser ocasionales maestros tie escucla. En algunos lugares, como en la

region del Cauca, los artesanos y sobre todo ciertos jcfcs tie gremios, habian adquirido una notoriedad publica que se ratificaba cada vcz que convocabnn e1ecciones de maestros tic dctcrrninados oficios; esas elecciones implicaban reuniones para elaborar listas tic candidatos y cstirnulaban una localizada competeneia electoral. Los sastrcs cran, en los dccenios tie 1820 y 1830, activo, redaetores tic rcprescntacioncs y sc volvicron sirnbolo pcriodistico tiel intcrcs tie las gentes tiel pueblo por los asuntos politicos4.1 .

EI pueblo fue, en lin, para las elites tic 101 cpoca, un sujeto social y politico

incomodo OIl que sc apclo con arnhivalcncia y tcmor; scgun eI humor tie las circunstancias, aquellas elites hablaron tie "101 guacherna", "101 canalla", "los artesanos", "cl populacho", "el pueblo", "las rnasas". La dcnominacion pueblo artesano CS, por tanto, una dcsignacion aproximada tic los scctorcs populates que participaron activarncntc en la politica rcpublicana; scctorcs popularcs

que eonstituian un universe social y ctnico abigarrado. Tambicn nos agrada hablar tic una cultura politico popular cornpartida, con todas sus variantcs y desigualdadcs, por el artcsanudo urbano, por los pcquciios propictarios en cI campo, par los cx-esclavos y por los grupos indigenes. En un cstudio rccicntc y sugestivojwu» S.\NOERS se permite hahlar tic un rrpublicanismo popular que, a nuestro modo de ver, fue un extremo tiel dialogo politico ante las Clites del liberalismo y tiel conservutismot-. EI pueblo fue asirnilando y reelaborando su propia version deIa politica republicana; esc pueblo republicano tumbicn fue construycndo su propia elite, su nuclco mas cxpresivo, visible y lucido: abogados autodidactas, pcquefios funcionarios publicos locales, los artcsanos

y, entre cstos, cspccialmcntc los imprcsorcs, los sastrcs y cbanistas. Esc pueblo republieano se asociaba y dclibcraba en gallcras y cafes, tiendas, chichcrias y pulpcrias; participaba de cofradias y clubcs clcctorulcs )' lucgo organize aso­ciaciones tic socorro mutuo.

.J.1 E\isti6, por cicruplo, (,I breve reru'IJiu) l.os SiJHrn (Bo~()t.i, I S.w).

+4 ]. ... ,,1-"; S""I>nt'i. 2004· -'

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Otra precision: la palabra artcsano cs, a nucstros ojos, un tcrrnino que cvoca mas bien una "vida cultural de tradicion'H>. Una tradicion que admire, a vcces

de rnancra brusca y rapida, la adopcion de tcrnas idcologicos nuevos. Asi, un

!(rupo social cuya mcntalidad era aparcntcrncnte "arcaica" hacia irrupcion en cI mundo republicano y cornpartia, adcmas, los espacios de la opinion publica con las elites del conservatisrno y del liberalisrno hasta eI punta de inquietarlas, El historiador M,\LCOL.~I DF:,\S alguna vez hizo una contribuci6n al rcspecto

cuando dijo que la palahra artesano fue, mas bien, una forma de "auto clasifi­

cacion politica" que podia incluir a muchas gentes que "no hacian nada" pero que estaban siempre disponiblcs para actuar colcctivarncnte'". De modo que las palabras artesano 0 pueblo no son mas que generalizaeiones didacticas nccesarias

con eI fin de sintctizar cl univcrso abigarrado de los portadorcs de una cultura politica popular 0 de una "culture plcbeya"47. En eI resto de America latina,

los artcsanos fucron tambicn un grupo social y un clemento politico inc6modo,

rcprcscntaron la prulongaei6n de los valores de una soeiedad prc-capitalista;

peru, al ruismo tiempo, fueron cl unico clemente disponiblc para las jomadas

clcctoralcs, porque era "la parte mas cultivada del pueblo"48.

En suma, eI artcsanado oscilo entre la pcrpctuacion de los valores del an­riguo regimen y la adopcion de cicr tos principios republicanos. Los artesanos

rcflcjaron, en buena mcdida, la rnczcla de antiguas crccncias rcligiosas carolicas, de [as novcdadcs dcl libcralismo y del socialisrno e, incluso, con cI transcurrir

del siglo, agrcgaron a csa mezcla formas de disidcncia anticat6lica, como eI cspiritismii y cl protcstantismo, Su participacion en politica oscilo entre las

16gieas aparcntcrncntc modcrnas de [a rcprcscntacion politica y la sumisi6n a

rclacioncs clicntclist as y entre cI apoyo y eI reehazo a la institucion catolica, I':n tcrrninos cconoruicos, cl artcsanado simbolizaba la protcccion de oficios y pequefias cconornias dornesticas, sornctidas a [a cornpctcncia de las manufaeturas

cxtranjeras. Esto cxplica cl caractcr cfirnero de sus alianzas con ellibcralismo radical y SLI violcnta rcaccion anti-radical en algunas rcgioncs.

Los conservadorcs / los libcralcs se disputarori el apoyo de ese pueblo artesano. Para los unos, se trataba de perpetuar cl control de fa rcligiosidad catolica; rnicntras que para los otros se trataba mas bien de eimentar una so­

ciabilidad modcrna por fuera de la influcncia rcligiosa y de obtener un apoyo

4S M.l"URICF.ALiLJUION, '970, p. 6.

46 f\.1..l"UDl.r\l Df:\s, 1<)<)3, p. fl. 47 Sobrc las rctactcncs entre tolclor, costumbrc, rcbclion anu-rnodcma ycuhura plcbcya, err. f..L:M.\JU)

P. TIIOMPSON, 199 tIP. p. (,\-22. ~~ I,uls'\I.lJIJl.IO R()MUl,ll, 1975, p. ~X.

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lntroducaon 47

popular para sus reformas modernizadorns, De todas rnancras, las rclacioncs entrecl artesanado, las elites conscrvadorus y libcralcs, cstuvicron rnarcadus por la desconfianza. Su vago socialismo, 10 misrno quc su cristianismo renovado y fundado sobrc una vision igualitaria de la socicdad, fucron siemprc rnotivo c.le inquietud, tanto para los notables liberates como para los conscrvadorcs, En fin, cvocar en estc cstudio al artcsanado implica reconocer que una de las c.lificultades fue la de integrar al pueblo en los proycctos de construccion del mundo republicano.

ASLINTOS DE METOI)O Y I'RESENTACI{)N

Este libro es una version fragmentac.la de una tcsis doctoral que ha sufrido depuraciones mas por neccsidadcs editorialcs que por convicciones del autor. EI fenomeno asociativo haec parte de un examcn mas amplio de la' historia de lavida publica del siglo XIX; csa historia incluyc cI analisis de mecanismos de construccion de hcgcmonia tales como la prcnsa. Aun mas. asociaciones y prensa hicieron parte de un frente de rnovilizacion idcologica, de formaci6n constante de opinion. Sin embargo, el universe de los imprcsox; la cvolucion de la prensa en cl siglo XIX; la consolidacion social y politica del irnprcsor: las pugnas en la conquista de un universe de lectures, ell el cstablccimicnto de hihlioteeas y librcrias, todo esto y mas, hemos dccidido convertirlo en una unidad dilcrcn­ciada, pero cornplcmcntaria, a la horu del examen y espcrumos que pucda ser objeto de un proximo lihro.

Hemos afrontado varios rctos, pero principalmcnre los de la cantidad, el tiempo y c1 espacio. EI de la cantidad, porquc hcrnos qucrido basarnos en invcn­tarios cxhaustivos; cl del ricrnpo, porque hernos abordado una cronolugia que da cucnta de buena parte del siglo XIX; cl del cspacio, purque hcrnos qucrido claborar una vision de conjunto, sin cmbelcsarnos con casos regionales a no scr que hubiese asuntos particulates dignos de mayor cxamcn. I)Cliheradamcnte Y por razones practicas, para cl dcccnio I Szo hicimos una ahst raccion de 101

cntidad politica y territorial de la Gran Colornhi« v nos conccntrurnos en III que era la Nueva Granada. Nuestro carnp« tk an;ilisis se limil!) a las pr{lcticlS asociativas polit icas mas for males, con fund.ulores, est .uutox bien clcfinidos y con informacion cotidiana accrca de su funcionarnicnro, El invcntario comprcndio cl hecho de localizar en c1lugar y en cl ticrnpo cada usociacion tic rnancra que fuera posihlc rcconstituir una "geografia histories" de su implantacion. Lso explica cl rccurso didacrico de los rnapas cronologicos parcialcs y de los mapas generales que ayudan a cntcndcr ritmus y lugarcs de la expansion de p~acticas

asociativas. Es posible que nuestro illventario sea incllmplt:to 0 qlle las muestras

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no scan tan rcprcscntativas del universe que dcscamos cxaminar; todo 10 que haccmos y dccimos los historiadorcs son aproxirnacioncs, No ha de faltar cl

bucn colcga que nos obscquie un nuevo dato de una asociacion fundada aqui o alia; pero Sl podcmos ascgurar que los vacios son pocos y no tcrgivcrsan las tcndcncias que hemos rcconstituido.

Dc rnancra simultanca construimos una base de datos prosopograficos (mw) que termin6 sicndo una fucntc documental muy util para cntcnder las icndcncias del personal polit ico de I" cpoca; csa BIll' cs impuhlicablc por su

volurucn aunquc much.is scrnblanzus biograficas que aparcccn en cst a obra son cl resultado de una fucnrc primordial de informacion que construimos, Podernos, de todos modos, adclantar que idcntificamos catcgorias de grupos de individuos representatives: miembros de la elite liberal; rnicrnbros de la elite conservadora, que incluyo, entre otros, eI personal cclcsiastico y el personal ferncnino; asi como miembros de 101 dirigencia artcsanal, La BDP nos pcrrnitio reeonocer, en cada individuo, fcchas y lugarcs de nacimiento y muerte, profesion, cargos publicos por rcprcscntacion y por dcsignacion, relacioncs de amistad y parentcsco, traycctorias asociativas, cambios en 101 filiaci6n politica, rclaciones entre militancia partidista y 101 adhesion a cicrtas asociaciones,

I~llibro csta dividido en trcs partes. La primera examina las dos principales forrnas asociativas que, cn principio, pcrtenecieron a 101 iniciativa dellibcralismo colornbiano, las Socicdades democrdticas y la rnasoncria. La scgunda reconstru­ye el mundo asociativo catolico. La tcrcera analiza las disputas en tomo a 101 instauraci.m de la cscucla prirnaria en 101 disputa hegem6nica que sostuvieron Iibcralcs y conscrvadorcs, Alii mismo hay un epilogo que explica el declive del libcralismo radical y el asccnso del proyecto de una republica catolica, punto posible de cierre de un proceso hisrorico y de inicio de otro. En cada capitulo intentamos sefialar los antecedentes mas importantes de cada praetica asocia­tiva y rratamos de apoyar cada analisis en una pcrspectiva comparada con 101 historiografia latinoarncricana y con los aportes de la tradicion historiografica colornbiana.

Srrasbourg, 2006; Montenegro, Quindio, 2008-2010.

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