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Loraroempezódespués:Cuentosdefútbolyotrosrelatos,eltercerlibrodecuentos de Eduardo Sacheri, reúne los tópicos de su obra. Página traspágina el autor despliega su capacidad para generar climas y situaciones,parareflejarelhablacotidianaysusmundosimplícitos.Unpotrero,uncuartode pensión o cualquiera de los rincones habituales de la ciudad son elescenariodondelosvaloresysentimientosuniversalesseponenenjuegoencadadetalle,encadagesto.

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EduardoSacheri

LoraroempezódespuésCuentosdefútbolyotrosrelatos

ePubr1.0lenny23.04.14

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EduardoSacheri,2004Retoquedecubierta:lenny

Editordigital:lennyePubbaser1.1

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Los cuentos que componen este libro fueron escritos entre 2001 y 2003,mientraslosargentinoscomprobábamosdolidos,unavezmás,lolejosquenos queda el Paraíso. Vayan entonces, estas historias, dedicadas conprofundocariñoa estapatria triste a laque llegaronmis abuelos,y en laquemishijostienen,peseatodo,elprivilegiodecrecer.

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PALABRASINTRODUCTORIAS

Uno de los mejores regalos que me hicieron mis papás cuando era chico fue unveladorminúsculo,apenasunportalámparasdeplásticonegroconunaperillablanca,queatornillamosalamaderadelacabecerademicama.Yodormíaenunacucheta,enlaliteradeabajo.Laoscuridadmedabamiedoymecostabaconciliarelsueño.

Perodesdequetuveelveladorlascosascambiaron.Leperdíelmiedoalanoche.Cuando me mandaban a dormir me arrodillaba sobre el colchón, cerraba unosimaginarios portones corredizos en los cuatro costados del lecho y me acostabafantaseando que mi cama era un vagón de un largo y lento tren de carga, quetraqueteabasuavementesobrelasvíasduranteunviajequecruzabalanocheysoltabaunchasquidoprofundocadavezque las ruedaspasaban launióndedos tramosderieles.

Ya la luzdemivelador leía.Cuentos,novelas, loque fuera.Losexprimía, losdevoraba,losabsorbía.

Aprendía,enesosviajesnocturnos,quedentrodelmundocabentantosmundosytantoscaminoscomopalabrashayescondidasenunlibro.

Ojalá estos cuentos le sirvan a alguien para algo parecido. ¿Existe, acaso, paraunahistoria,mejordestinoqueayudaraalguienaatravesarinmuneladesolacióndesunoche?

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PRÓLOGO

EnoportunidaddelprólogodelprimerlibrodeEduardoSacheri,EsperándoloaTitoyotroscuentosdefútbol,editadoporGalernaenelaño2000,meatrevíacerrarmisconsideracionesimaginandoquesuautorseencaminabaaconstituirseenunodelos«dueños del área» en cuanto a literatura futbolera se refiere.Hoy puedo decir queaquellaproyecciónoptimistademiprólogoanteriorsehaconfirmado:EsperándoloaTitosetransformóenunclásicoylepermitióaSacherimezclarselegítimamenteconautoresdeunatrayectoriamuchomásdilatada,apartirdeunestilo,unamaneradecontar, una cualidad para describir situaciones que, con la excusa de la pelota, seabrenhacialapinturadelavidamisma.

PocodespuésSacheri se aventuró en unnuevo libro,TeconozcoMendizábal yotros cuentos —Galerna, año 2001—, en el que los relatos futboleros dejaban elcentro de la escena para dar paso a otros de temática fantástica, naturalista osentimental, y en los que el autor demostró su capacidad para generar climas ysituaciones,másalládeltemaelegido.

Enéste,sutercerlibrodecuentos,sereúnenesasdosvertientesinsinuadasensusobras anteriores, y el resultado es impecable. En los cuentos de fútbol incluidosSacheri interpretaalmilímetroaquelloqueafirmaAlejandroDolinacon respectoaque en el rectángulo de juego caben infinidad de novelescos episodios, algunosevidentes,relacionadosconladestreza,lahabilidad,lafuerzadeldeportista,yotrosmásprofundosyesenciales,contemáticascomolaamistadoelcoraje,lasolidaridadolaavaricia,lagrandezaylabajezadelhombre.Ydeesecaldodepasioneselautorextrae combinaciones nuevas. Sirva de ejemplo una de las piezasmás logradas deeste conjunto de cuentos: Lo raro empezó después me parece uno de los másfascinantes de toda su producción, por esamezcla que propone de lo espiritual, lomístico,conlasarguciasterrenales,yporlapicardíaabsolutamentehumanaqueungrupodepibesponeenjuegoparaganarundesafío,avaladosfinalmenteporelGranMaestrodelaeternidad.PorAchávalnadiedabadosmangos,esunahistoriatrágica,conmovedora,llenadematices,quehalogradoelprivilegiodeserelcuentoinéditomássolicitadoenmiprogramaderadio«Conafecto»,apartirdelaprimeravezqueleíelborradorqueEduardomeenvióhacecasidosaños.

UnamezcladistintaeslaqueproponeUnveranoitaliano,enelqueelamorentreun hombre y unamujer se pone en juego con el telón de fondode Italia ‘90, y lafrustración,lapasión,laindiferencia,lailusión,laesperanzayeldesamorsefiltranyse fundenenelmismoargumento.Yotra es laqueofreceElApocalipsis según elChato,uncuentoquecabalgaconmaestríaentreelfútbolyelodioquedosprimosseobsequian sin tregua desde la infancia, en uno de esos paisajes barriales delconurbanoqueSacheridibujaconinteligenciaysensibilidad.

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Encuantoalosotrosrelatosquenotienenqueverconelfútbol,destacounbello,breveynostálgicocuentollamadoFotosViejas.Esunareflexiónconmovedorasobreelpasodeltiempoatravésdelacámarafotográficadelavida:tienelamelancólicabellezadelosadioses.TambiénenestosotrosrelatosdeSacherilasemocionesgiran,secombinan,seaproximanysetransforman.LamultiplicacióndeElenitaproponeeltránsito desbocado de una mujer desde una neurótica cotidianidad hacia laalucinacióny la locura, enun lenguajeopresivoydinámicoquecontagia al lector.Lunesofreceunviajellenodeangustiaencompañíadeunchicoqueatraviesa,alostumbos,eldíamásdifícildetodasuvida.LosinformesdeRomeroyReunionesdeegresados nos pintan a hombres que se empecinan en el amor, en la lealtad a sussentimientos más profundos y secretos, aun a contramano de sus propiasconvenienciasyelsentidocomún.

LoscuentosdeEduardoSacheri,atravésdelaradioylalectura,hansidocapacesdeacompañaragenteavecesdesesperada,aveces inquieta,aveces redondamentetriste,aveces levementealegrey lograrelalivio,almenosporunmomento,de lomásdurodesusangustias.Hanservidoparaatraerlaatencióndelosadolescentesdetodoslosrinconesdelpaísyparaaproximarlos,desdeellejanomundodelavidadehoy,tancomputarizadaymediática,alaeternaygloriosaideadeleerunlibro.Hanconseguidodespertar, en lectores asiduosy en lectores quehabíanolvidadoque loeran,elplacerdedarvueltalapáginaparaencontrarcuantoantesloquehayalotrolado.

Leerunlibronoseráunasalvacióndefinitiva.PeroaproximarseaestoscuentosdefútbolyotrosrelatosdeEduardoSacheri,captarsucuerdaysutono,sumirseenlamezcla de actitudes grandiosas y cobardes, aleccionadoras o diminutas que suspersonajes encarnan, puede constituir uno de los caminos posibles que nos quedanabiertosenlavida:sinolafelicidadparasiempre,porlomenosmejorarelrato.

ALEJANDROAPO

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LORAROEMPEZÓDESPUÉS

ElúnicoquesediocuentadequepasabaalgorarofueelPeluca,quecomoesunlocoporlospájarosseapiolódequedeprontohabíandejadodevolarysehabíanquedadocallados. Además Peluca es el arquero, y ése es el único puesto en el que tenéstiempodeponerteapensar,salvoquejustoteesténreventandoapelotazos.OcapazqueelPelucanosverseó,ydespuésdequepasótodosemandólapartedequehabíasidoelúnicoquehabíavistociertossignosmisteriosos.

Noséporquéempecéacontar lahistoriaporelPeluca,porquepensándolounpoco,silaquierocontarcomoDiosmanda,metengoqueirbastantemásatrásdelatardeesaen laquesecallaron lospájaros.Por lomenosados semanasantes,yalturrohijodemilputadelCañitoZalaberri.Nocreoqueenelmundoexistaunguachomásguachoqueése.Porempezaresunbruto.Tienelosojoschiquitosyfijoscomounalaucha,losdientesparaafuerayunmontóndepecasenlacara.Esmáscalladoque las lombrices, salvo para insultarte. Eso sí le sale. Te putea por cualquierhuevada.Asusamigosyatodoelmundo.Esmalocomolahepatitis,yenelcampitoselasdadejefe.Nadielehacefrente,porquepormásboludoqueseamidecomodosmetrosysiteponeunamanotesientadeculo.UnavezsepeleóconPablitoyledejólacaratanestropeadaqueparecíaquelohabíaatropelladountanque.PoresonadiesemeteconelcornudodelCañitoZalaberri.Porqueletienenmiedo.Ycomoelotrolosabe,aprovechayhaceloqueselecanta.

TodavíahoynoentiendocómoseanimóelLuliahacerlefrenteconelasuntodeldesafío.Supongoque loquepasóesque le llenó laspelotasconesodehacerseelcapodelcampito,yelLulidijobastayseleplantó.AveceselLulitienecadaideaqueloaplaudísolomatás,comoaquellavezquenoshizosaliraprobarporelbarriounsistemanuevodering-rajequeresultóunfracasoynohubovecinoquenosalieraarecontraputearnos,peroésaesotrahistoria.

Nosotrosteníamoselcampitohastalascuatrodelatarde,másomenos.DespuésveníalabarradelCañitoyteníamosquerajarconelraboentrelaspatas.Yelmodocon el que nos daban el raje era tétrico.Desde afuera, desde la calle, elCañito lepegabaunchumbazoasupelota,quecaíadesdeloscielosencualquierpuntodelacancha. Era el anuncio de que venían. Mientras la pelota picaba algunas veces yquedabamansita, asomaban sus cabezas sobre la tapia y empezaban a descolgarseparaelladodeadentro.Nisiquierasetomabaneltrabajodeecharnos.Simplementeentraban a la cancha conversando entre ellos, recuperaban el balón y se ponían apracticarenunodelosarcosmientrasalgunospisabanenelmediocampoparaarmarlosequipos.Nisiquieranosdirigíanlapalabra.Suponían(ynolesfaltabarazón)quenosotrosíbamosarajarconlacabezabajayelpasoarrastrado.CuandoelbalóndelCañitobajabade loscieloseracomosi seacabaraelmundo.No importabacuánto

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nosfaltabaparaterminar,nielresultadodenuestropartidoninada.Aparecíanestostipos,queteníantodoscomoquincepirulos,ydesaparecíamosdelplaneta.Unasolavez Pablito pretendió hacerles frente, porque el partido estaba empatado y el quehacíaelgolganaba,perosaltóelCañitoyfueentoncesquelellenólacaradededos,aunqueesoyaloconté.Desdeentoncespreferimostodoselperfilbajo.Caíaelbalóndeellosdesde lanadaysalíamosdisparadoscomocucarachascuandoseprende laluz.

EseldíadehoyquenoséquécarajoselecruzóalLuliporlacabezacuandoesesábadoloencaróalCañitoZalaberriyalamanadadebestiasdesusamigos.Capazqueporqueyaestaba terminandonoviembre,y jugardedosacuatroenelcampitoerauninfierno.Elsolseteclavaenlasabiola,ydesdequeelvecinoanulólacanilladeafueraparaquenolevaciemoseltanque,siqueremosconseguiraguanostenemosquecaminarcomotrescuadrashastalacasadeAgustín.YLuliesdeesostiposqueodianelcalor,asíquealomejorfueporeso,yoquésé.

La cosa es que ese sábado, en lugar de enfilar comoun cordero para el lateralcomoelrestodenosotros,encaróparadondeestabanlostiposarmandolosequipos.Cuandolovieronlomiraroncomoquienobservaaunperroquehadecididocruzarlaruta justo después de que el semáforo acaba de ponerse verde: con unamezcla desadismoydecuriosidadporsaberenquémomentoexactoelanimalquedaráhechopuré sobre el asfalto.Pero elLuli siguió avanzando con la frente alta hasta que seencaró con el Cañito Zalaberri. Nosotros veíamos, pero no escuchábamos lo quehablaban.AdemásenseguidalosenergúmenoslorodearonalLuli,demaneraquenosquedótapadalavisióncasiporcompleto.DevezencuandoalgunosecorríaunpocoydivisábamosalLuli,hablandoymoviendolosbrazos,ynosalegrabaverqueseguíavivo.

AlratoseabrióunpasilloentreesosbrutosysalióelLulimuycampanteparaelladonuestro.Cuandollegóanunciólacosaenalgunasfrasescortas.Habíaarmadoundesafíocontraesoselefantesparaunjuevesalastresdelatarde.Siganábamos,nosquedábamos con el horario de las cuatro por el resto del verano. Y si perdíamos,teníamosquebuscarotracanchahastamayoporquesinosveíanporahínosibanamolerapatadas.Undiplomático,elLuli.LástimaqueAtilio se le fueencimaparaasesinarlo, porque tardamos comodiezminutos en separarlosdel todoy elLuli sehizounratoelofendidoysehizorogarunpocohastaquesedecidióacontarelrestodelaidea.

Noeratanridículosuplan.Lostiposerangrandes,escierto.Creoqueyadijequetenían como quince, y la mayoría de los nuestros acababan de terminar sexto oséptimogrado.Peroeranbastanteperros.Ojoqueellossecreíanunapinturita.Peroeranunasco.Teníanunoodosquelamovían.FedericoAngeli,elpetisoquejuegadediez, es bueno gambeteando y poniéndole pases al otro que es peligroso, Cachito

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Espora,queesflacocomounalambreperoaltocomouncampanario.Metegolesdecualquier ladoporque lepegacomoconun fierro,ycabeceandodentrodeláreaesuna pesadilla porque para marcarlo de arriba tenés más o menos que tirarte enpalomitadesdeeltravesaño.

ElTitíGonzález,quejuegadelíberoyes,delosnuestroselquemejorsabemirarelfútbol,nosdijoqueloshabíavistoperderfeocontralospibesdelaDiagonal,quetampocosonnadadelotromundo,yquenoteníamosquedejarnosimpresionarporeltamañodeportaavionesquetenían,porqueengeneraleranunamanadadecaballosyenladefensaeranuncotolengo.

Todos, quienmás quienmenos, estuvimos de acuerdo en que el Tití se hicieracargodelmanejotáctico.Sobretodoporqueennuestrabarritasomoscomodieciséis,yeneldesafíoíbamosajugardeonce,ynadiequeríadecirlesatiposcomoBetoocomoLalo—que son horribles jugadores pero pibesmacanudos—que tenían quequedarse afuera.Pero alTití esosdetalles sentimentales le importanun carajo, conperdón. Él dice que un buen técnico tiene que saber evitar los amiguismos y lascamarillasyqueloshombresdecaráctersevenenlosmomentosdifíciles.Alfinalnadielehizoproblema.Primeroporquearmóelequipoconlomejorcitoquetenemosy segundo porque el Tití cuando quiere es medio loco y no le gusta que locontradigan.

Eldíadelpartidosalídecasaaesodelas tresmenosveinte.Hacíauncalordeinfierno,propiodelassiestasdediciembre.PaséprimeroporlodelGato,queestabacomiendo fideos con tuco. Me llamó un poco la atención que el tipo siguieraalmorzandoaesahora,tanencimadelpartido,peromeexplicóqueeranórdenesdelTití,yaunquemeparecióraronopreguntémás.YacercadelcampitosenosunieronLalo, Beto y José, tres de los que se iban a quedar afuera. Venían del lado delferrocarril con las remeras infladasdepiedrasgrisesdel terraplén.«Por si acaso lacosaseponejodida»,dijeron,yyopenséqueteníamosbuenosamigos.

Antesdeempezarhuboqueacordaracuánto jugábamos.Unodeellospropusohacerlopor tiempo,peronosnegamosporquenosotrosno tenemosreloj.Bueno,elquetienerelojesLuisperoesuntacañoquenolosacadelacasaporquedicequesilorompelaviejalomata,asíqueahíenlacanchanoteníamos,yseguroquelosdelCañito,quesíteníancomodosotres,nosibanameterlamula.Quedamosenjugaradocegoles,ohastaquesehicieradenoche.Eseesunasuntodelicado.Cuandovasganando,sehacedenocheapenaslasprimerasnubesseponenrosaditas.Cuandovasperdiendo, teparecequesiguesiendodedíaaunque labola laveassólocuando latenésaveintecentímetrosdelajetaynecesitesunabrújulaluminosaparaubicarelarcocontrario.Alfinalhicimoselarregloquetienenlosveteranosparalospartidosquejueganahílosdomingosalatarde.Seharíadenochecuandoseencendieralaluzdemercuriodelposteblancodelacalle,delantedelcampito.Conesonopodíahaber

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confusiones.Igualparecíaunaprecaucióninnecesaria,porqueelpartidoarrancabaalas tresde la tarde,y siendodiciembrehabíacomocincohorasde luz todavía.MeacuerdodequeelCañito losmiróa susalcahuetesconcaradequeno ibaahacerfalta esperar lodel farol, porquenos ibana llenar la canastamuchoantesqueeso.Perohizoesoporqueelinútilnoteníaniideadeloqueestabaporpasar.

Apenasempezamosajugarmedicuentadequeeraciertoesodequeeranunoscadáveres.Erangrandotes,sí,peroeranunosperros.AtiposcomoelLulioNicasionolosagarrabanniconunmediomundo.Nomequieromandarlaparte,peroenelmediocampoestuvelobastantetranquilocomoparaarmarunascuantasjugadas.Noscomplicabansolamente losqueyadije:AngeliyEspora.PeroelTití teníaalgunosasesenlamanga.CuandoíbamosganandodosaunolehizoungestoalPelucajustoantes de que ellos tiraran un córner. Al llegar el centro llovido al segundo palo,dirigido al goleador Espora, Peluca salió del arco a toda velocidad como paradespejarconlospuños,pero loquedespejófueunterriblebolloen lasienderechadel delantero. Lo último que vio el pobre Espora fue una mancha negra y verdefosforescente (los guantes del Peluca son horribles, no cabe duda). Fueron tressonidos sucesivos: el Peluca gritando «¡Mía!», el topetazo de sus puños sobre elcráneodeldelanteroyelchoquedelcuerpocayendodesmayadosobreeláreachica.

Ellos se gastaron como tres botellas de agua tratando de despertarlo, pero lomáximoquelograronfuequeabrieselosojosyconfundieraalmarcadordepuntaconsumamáLiliana.Nolesquedómásremedioquearrastrarlohastalosárbolesymeteruncambio.Porsupuestoquecobraronpenal,ylayeguadeZalaberricasiloincrustaalPelucaenelarcodelchumbazoquepegó,perobienvalíaeldosadosacambiodehaberneutralizadoaunodesuscracks.

AhoraletocabaelturnoalpobreAngeli,elpetisitogambeteador,quenoteníaninocióndeloqueleesperaba.CreoqueyadijequecuandolopaséabuscaralGatoestabaenplenoalmuerzo.Sehabíapasadotodoloqueibadepartidoparadosobresulateral, con cara rara. Diez minutos después del knock out de Espora, y mientrasnosotrosteníamosunlateralafavorcercadeláreadeellos,elGatoseacercósinprisaal tal Angeli, que esperaba un poco afuera del tumulto con la idea de armar elcontraataque.ElGatosedetuvoatreintacentímetrosdelanucadelrival.Lanzóuneructo poderoso.Y a continuación le vomitó encima los fideos con tuco.MientrasveíaresbalarelvómitoporlaespaldadeAngeli,yopensabaqueelTitíesungenio,porquesabeexplotarafondolashabilidadesdesusjugadores.Haytiposqueescupenbien.Otrosquesabentirarpiedrascomosifueranartilleros.Otrospuedenlanzarelchorrodepis a dosmetros.Bueno, lodelGatopasapor el vómito.Puedevomitarcuando se le canta, sin necesidad siquiera de tocarse el paladar con los dedos, porpuroefectodeconcentraciónmental.

LaprimeracaraquepusoelpobreAngelifuedeincredulidad,porquenoestaba

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listopara semejante ataque.Cuando se fue apiolandode loocurrido sepuso comoloco pero seguía confundido.No sabía si gritar, si ponerle un tortazo alGato o silargarseallorarcomounanena.Supongoquecualquiervómitoqueteechenencimaesespantoso,peroeldefideoscontucodebeserdelospeores.Angelicaminabadeunladoaotroyeragraciosoporquetratabadeacercarseasuscompañerosparaquelediesenunamano,perolostiposlerajabanconcaradeasco.Creoqueyaanotéqueconseguiraguaenelcampitoesunproblemay,delosseisbotellonesquesehabíantraído, losmonos se habían gastado lamitad tratando de resucitarlo a Espora. Demodoquenoibanaderrocharelrestoenlimpiarloalpetisoycorrerelriesgodeunadeshidratacióncolectiva.Ademáscreoqueno leshubieraalcanzado,porqueestabaenchastradodevómitodesdelanucahastalasmedias,yquererasearloconunpardelitrosdeaguahubiesesidotanalpedocomopretenderregarelSaharaconunabolsaderolitos.Asíquelaestrelladelagambetanotuvomásremedioqueenfilarparasucasa a pegarse una buena ducha. Pobre tipo. Tuvo que irse al trote porque yaempezabanarondarlelasmoscas.Despuésdediscutirunpocolosfulanoscobrarontirolibre.ElLuli,decanchero,lesdijoquenohabíaningúnartículodelreglamentoquehablaradevomitaraunrivalyqueentodocasohabríaquejuzgarlaintención.Perolohizoporjoderlos,nomás.

SegúnloscálculosdelTitísesuponíaque,sinesosdosjugadores,elpartidoteníaque ser pan comido. Pero no fue tan así. Eranmuy grandes. Demasiado. En cadapelota dividida nos tiraban a la mierda. El Tití reclamaba calma y serenidad paraaguantar lossablazos,peroestabapreocupado.Aduraspenas,yacostadequenospegaranhastaenlasencías,pusimoslacosaochoacinco.Peronoalcanzaba,ytodoslo sabíamos.Estábamos con la lengua afuera y nos dolía todo, y los tipos seguíancorriendodelomásfresquitos.Lopeorfuequeapartirdelascuatroymediaempezóahacérsenosevidentequelosmuyguachosestabanhaciendotiempo.Alprincipiosehicieron losdisimulados,perodespués sevioclarito.Tardabanhoraspara sacarunlateral,setirabanalpisoporboludeces,ycuandoelarqueroteníaqueiralfondoabuscarla para sacar del arco se movía a la velocidad de una babosa malherida.Cuandoentendíporquélohacíanmepuseloco,porquetodonuestroesfuerzoibaaseralpedo.Estabanaguantandoynadamásqueaguantando,alaesperadequesusestrellas pudiesen volver a la cancha. Ya sé que en los partidos de primera loscambios no se vuelven hacia atrás, pero en el campito la cosa es tipo básquet:mientrasquedenoncelosjugadorespuedenentrarysalirunascuantasveces.Asíqueestabaclaro.ElturrodeZalaberrisemovíasinapuroportodalacanchaydevezencuandoleshacíaasuscompañeroselgestitodesubirybajarlentamentelamanoconlapalmahaciaabajo,comodiciendoquepincharanelasuntotodoloposible.

Aesodelascincomenoscuartolossuplentesdeellos,queestabandebajodelosárbolesapantallandoaEsporaconlasremeras,legritaronalegresaZalaberriqueel

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heridoyaseacordabadesunombreyqueestabaempezandoaver,aunqueenblancoy negro. El Cañito les ordenó que siguieran dándole aire y que le notificarancualquiercambio.ParapeorenseguidasaltaronelparedóndelfrenteLaloyJosé,yleavisaronalTitíquehabían fracasadoen la emboscadaqueacababande tenderle alreciénbañadoAngeli,quevolvíahechounatrombayencomitivaconsuviejaydoshermanos grandes, dispuestos a evitarle cualquier nuevo ataque estomacal. NosreunimosalrededordelTitíconfiandotalvezenquenuestrolídertécnicofuesecapazdeaplacarnuestrasangustias.Teníalosojosfijosadelante,sinmiraranadieninadaenparticular,comoquienbuscarespuestasdentrodesímismo.Porfinhabló,aunquefuebreve:«Cagamos»,declaró,ybajólamirada.

Notuvimostiempodedeprimirnosporquenosdistrajeronlosgritosdealegríadeellos,quefestejabanqueEsporapodíaponersedepie.Lemostrabanlosdedosdeunamano para que dijera cuántos veía. Le pusieron cuatro pero el pobre cristianocontestó que veía dieciséis, así que teníamos un par deminutos de changüí. Igualdabalomismo,porqueestábamosfritos.ElGatoyanoteníafideosparavomitarleyelPelucanopodíavolverapegarleaEsporasinquelosotrosloasesinaran.

Eraunalástima,porquenoshabíamosrotoelalmaparaganaresepartido.Elmástriste era el Luli. Capaz que se sentía culpable por habernosmetido en el asunto.Ahoranosesperabaunveranoenelexilio.Lasotrascanchasdelbarrioeranunasco.Ningunateníaarcosdefierrocomoésta.Ytampocoibaaserfácilganarnosunlugarenlasnuevas.Despuésdetodoseguiríamosteniendodoceañoselrestodelveranoyentodosladosnosibanaverduguearlosmásgrandes.Sialgunopensóquehubierasidomejorcallaryseguirjugandoalahoradelasiesta,nolodijo.Mejor,porqueelLulinosemerecíareproches.Yenelfondolacosanoeratantosacarleselhorariodelas cuatro como joderle la vida al malparido de Zalaberri. Habría sido lindovengarnosdesucostumbredellevarnospordelante,debasurearnos,deecharnosalcuerno con sus pelotazos aéreos desde la calle. Eso era lo quemás dolía.Verlo alturroeseconcaradeentregadelosOscar,sonriendoconelcostaditodelabocaporentresuspecasysusgranos.

EntoncesvolvióEspora,queyaacertabacasisiempreconelasuntodelnúmerodededos.MelocrucéalLuliymedicuentadequerezabaenvozbaja.«Sonamos»,pensé.Sielúnicotipoquesabepisarelbalónenestabandasenosponemísticonosvan a llenar la canasta.Como confirmación demis temores, la primera pelota quetocóelFlacoEsporaensuregresoalmundodelosvivoslacolgódelánguloypusolascosas8a6.Seríancincoycuarto,cincoyveintealosumo.

Loraroempezódespués.PorlomenossilecreemosalPeluca,queafirmaquelospájarossecallaronjustodespuésdelsextogoldeellos.Talvezseaverdad,porquesilo pienso un poco el perro de las mellizas, que se la pasa chumbando todos lospartidos detrás del alambrado, ni siquiera mosqueó cuando yo erré un cambio de

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frente y estrellé la bola derechito en los alambres a dosmetros de su hocico. Fuecuandomiré por primera vez el cielo.No amenazaba lluvia ni nada, pero se habíanubladoconesasnubescolorgrisclaroyparejito,yerararodespuésde lasiestaaplenosolquehabíamostenido.

Igualelpartidonodabacomoparadistraccionesporque,comoeraprevisible,nosestaban reventando a pelotazos. Por suerte el Peluca dejó demirar a los pájaros ysacóunascuantasbolasdifíciles.YelTití,aDiosgracias,nosedeprimiócuandoselequemaronlospapelesdelplanparaneutralizarcontrarios,porqueseparóbiendeúltimohombreyordenóladefensaconcriterio.Lode«ladefensa»esunamaneradedecir,porquecomoestábamosconlalenguaafueraymuertosdemiedoporloquesenos venía, estábamos los once recontrametidos atrás.Nos faltaba hacer una zanjaalrededordeláreayponernoscasco,porque losguachosesosnos teníancontra lascuerdas.

Perosiguieronpasandocosasraras.PorejemplocuandoelPelucasacóconelpieylabolasalióbienalta.Porunmomentomecostódistinguirla.Fueunsegundo,peromedejóunasensaciónextraña.AlosdosminutosletiréunpaselargoalLuli,quelosobróporquincemetros,peromientraselotro interrumpíasusrezosparaputearmenotéquea ladistanciamecostabadistinguirlo.MedivueltahaciaLaloy losotrossuplentes, que por si las moscas seguían juntando piedras como para edificar denuevolaspirámidesdeEgipto.Lepreguntélahoraymedijoque,segúnlosrivales,erancincoymedia.Nopodíaser,peroera.Estabaanocheciendo.

Tres minutos después no quedaban dudas de que estaba anocheciendo. Ylógicamentecambiaronlospapeles:ahoraeraelPelucaelquetardabasesentaysieteaños en buscar la pelota detrás de nuestro arco, y yo, el queme llevaba el balónpegadoalpiehacialoslateralesyseloshacíarebotarparaganartiempoysaquesdecostado.CuandomepasócercaelCañitoZalaberri,puteandoasuscompañerosparaque se apurasen, traía los ojos salidos de las órbitas y los granitos del acné colorfucsia,yyodisfrutabacomoelsultándelaPolinesia(nosésiahítienensultán,peromihermanosiemprediceeso).

TanraromesentíaquenisiquieraloputeéalPelucacuandosecomióelséptimogol de ellos después de un rebote pelotudo. Una bola suave que entró pidiendopermisoamediometrodedondeestabaparadoelmuyinfeliz.Perositengoqueserjusto para esemomento no se veía un cuerno. Era imposible, porque eran las seismenoscincoenplenodiciembre,peroyanoseveíaunsorete,conperdón.CuandofuiasacardelmedioselatoquéalLuli,queseguíarezandoconlavistaelevadaalasalturas.Ledijedetodoperonomedionibola.

Paraentoncesempecéamirarelfoquitodelaluzdemercuriocadadossegundosy fracción. De los treinta pibes que estaban en el campito esa tarde, yo creo queveintiochoestabanhaciendolomismo.LomirabaelPeluca,queatajabadeeseladoy

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tenía que dejar de ver la cancha para espiarlo. Lomiraban nuestros defensores, yfaltaba que soplaran para tratar de encenderlo. Lo miraban los contrarios, perodesesperados. Lo miraba el Cachito Espora, que dicho sea de paso parecía ununicornioconelchichónvioletaenlafrente.LomirabaelpetisoAngeli,aunquenotanseguido,porquelopreocupabatantoelfinaldelpartidocomoqueelGatopudierazamparleunvómitodeúltimahora.YlomirabaelmalnacidodelCañitoZalaberri,queteníaundeseoenormedeasesinaralculpabledeloquelesucedía,peroestabaangustiadísimojustamenteporquenosabíaaquiénteníaquesurtirlelosbollosqueseleacumulabanenlospuños.

Del 8-7 en adelante habrán pasado dos o tres minutos más. Ojo que para mífueronunascuantasdécadas,peroporeljulepequeteníadequenosempataranjustoentonces.Tienequehabersidopocotiempoporquelapelotaapenassearrimóalasáreas.CuandoelGatofueasacarunlateral,deprontoLaloyBetoyJoséyAgustínseletiraronencimafestejando.Medivueltayahíestaba.Laluzdelfarolamarillenta,fríatodavía,sinesecolorblancopenetrantequetomaunratitodespuésdeprenderse.Peroencendida.Totalydefinitivamenteencendida.

La sorpresa puede ser una emoción difícil demanejar, sobre todo si uno es unburro de carga como el Cañito Zalaberri. La prueba está en que en lugar devenírsenosalhumoparadeshacernoslacaraatortazossaliócaminandoconloslabiossellados y con cara de espectro para el lado de su casa, con sus alcahuetes en lostalones.

Nosotrostambiénestábamosraros.Porsupuestoquepegamosunoscuantossaltosygritos festejando lahazañacontraesosgrandulones.Peroelasuntoseguía siendoextraño.Estábamosparadosenelmediocampo,yseguíaoscuroaunqueparecíacomosielanochecersehubieradetenido.Ademásnoseveíanni laLunani lasestrellas.Apenasnosiluminaba,delejos,laluzdemercuriodenuestrofarolbendito.ElúnicoqueestabasacadísimodepurofelizeraelLuli,quealzólosbrazosyempezóagritarcomosiloestuvierandespellejando:«¡Gracias,Dios,milgracias!¡Teladebo,Dios,tedebouna!¡Graciasporelmilagro!».

Algunopensóquesehabíainsolado.Yono,peroiguallacosamedabaunpocodemiedo.CuandoelGatolepreguntóquébicholehabíapicado,elLulilecontestóenloquecidoquesehabíapasadomediopartidopidiéndoleaDiosunmilagroyqueDiosselohabíaconcedido.ComoelGatoyLuisselemataronderisa,Lulisepusoserio,seenojóunpocoylesdijoquenofuerandesagradecidos.

—Aver,pescados, aver…fíjense lahora.Nosonni las seisycuarto,yesdenoche.¿Cómoloexplican,infelices?¿Cómoloexplican?

EntoncesseescuchólavozcientíficayheladadeAtilio:—Esuneclipse,pavo. ¿No sabés loqueesun eclipse?—Ysiguió explicando,

con el tono que usa la señorita Nelly cuando no pescamos algo—: Un eclipse es

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cuandolaLunaseinterponeentreelSolylaTierra,quequedaenunconodesombra,independientementedelahoradeldía,hastaquelasórbitasdelaTierraylaLunaseseparanytodovuelvealanormalidad.Noteextrañequeenunratovuelvaaaclararcomosinada.

Atilioserádemaderajugando,peroquesabe,sabe.Asíquetodospusimoscaradeestardeacuerdo.TodossalvoelLuli,queloencaródenuevo.

—¿Ahsí?¿Nodigas?¿Uneclipse?¡¿Yvostecreésquejustojustovaahaberuneclipse,quepasacadacualquiercantidaddeaños,cuandoestamos8a7contraestosturros, y se va a poner lo suficientemente oscuro como para que arranque elautomáticodelaluzdemercurio?!¡Peropobredevos,desagradecido!

—¡Ahsí!—Atilionoseachicacuandoloapuranconlodesabercosas—:¿YvostecreésqueDiostienetiempodegastarseunmilagroenunpartidodemorondangacomoéste,sóloporquevostepusistearecitarpadresnuestros?¡Nomejodás,Luli!¡Yoestoytancontentocomovos,peronoentremosadecirboludeces!

ElLulinocontestó.Searrodilló,hizovariasveceslaseñaldelacruzyempezódevueltaconlosrezos.Losdemásnoshicimosaunladoynosempezamosair,medioporque lo de Atilio nos parecía más lógico y medio porque nos daba no sé quéquedarnoscercadelLulienmediodesusoraciones.

Pero lomás raro de todo pasó después, cuando empezamos a caminar hacia eltapial,enmediodelapenumbra.ElLuliseguíarezando,peroahoraimprovisaba.

—Gracias,Señor,milgracias.AunqueelturrodeAtiliodigaquefueuneclipse,yosébien,Dios,queésteesunregaloquenoshacésporque te lopedimosconfe,comodiceelcuraAntonioenlaparroquia,yporquetegustalajusticiaysabésqueelCañitoZalaberriesunmalparidoynosemerecejugaralascuatro,peroseaprovechade los más chicos porque ya cumplió los quince. ¡Gracias, Dios, mil gracias denuevo!TepidoperdónporelincrédulodeAtilio,peroigualtedoylasgraciasporélyportodosnosotros.¡Gracias,Diosquerido!

El grito final del Luli se escuchó clarito. De lo que pasó despuésme acuerdopoco,salvoqueelalaridofinalseperdióenelsilenciooscuroyquemehiceuntajobienfeoenlapantorrillacuandosaltamoscomopudimoseltapialdelacalle,mudosdelcagazo,cayéndonosylevantándonos,cuandodesdeloscielosseescuchóclarito,clarito,esaespeciedetruenoquegritó«¡Denada!».

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UNVERANOITALIANO

Nopuedoescuchar lamúsicadelMundialde1990sinentristecerme.Supongoqueustedes saben a qué melodía me refiero. Todos los mundiales tienen la suya. Esacancioncita que acompaña las transmisiones y que a veces cantan en vivo en laceremonia inaugural. Creo que la del Mundial de los Estados Unidos se llamó«Gloria»ocosaporelestilo.EnMéxicohablabade«elmundounidoporunbalón»oalgunaotrapavadaalusiva.EneldeCorea-Japónnosécuálfuelaoficial,peroaquíenlaArgentinaselapasarondalequedaleconlacancioncitadelgordoCasero.

Lamúsica de la que hablo, si lamemoria nome traiciona (y guarda que bienpodríaserquemetraicione:yanomeacuerdodelascosascomoantes),sellamabaalgode«Unverano italiano»y sonabacomoesascanciones tanasde losaños ‘60,melodiosasylevementeazucaradasperonoempalagosas.Lacantabanunmuchachoyunachicadevocespotentesyásperas.

Siacualquierargentinomásomenosfutboleroleponenseisosietecompasesdeesacancioncitaseguroquelaubicaaltoque.Ytalvezamásdeunoleproduzcaunasensación rara volver a escucharla. Triste, o nostálgica, o vaya uno a saber qué.AlgunorecordaráeldolordeesafinalcontraAlemaniayelpenalquelesregalóesemexicano turro.Otropreferirá regodearse en el recuerdodel gol deCaniggia a losbrasileños. Alguno se sentirá vengado con la definición por penales contra lositalianosysuscarasdevelorioenelfinal.HabráquiennopuedasacarsedelacabezalaimagendeMaradonaputeándolosatodosmientrassilbabanelhimno.

Peromitristezaesalgomáspersonal.Simepermiten,másprofunda.Medetengo.Releo lo que he escrito y me veo reflejado, mientras escribo, en el vidrio de laventana.Mepreguntoquéhagocontándolesaustedesestascosas.Yo,conestacaradegorditopacífico.Estaspecasdepelirrojo.Estosojossiempreojerosos.Noesquepretenda definirme como feo, guarda. No sé si soy feo. Supongo que soysimplemente anodino, anónimo.Yomismo recuerdomi cara porque esmía. Si nofueramíadifícilmentelarecordaría.Imaginoquealosdemáslespasalomismo.

Vuelvoadetenermeyareleer,ahoraelúltimopárrafo.Espatético,lapucha.Sifuesesolamenteaburridovayaypase.Peroespatético.Cuandomijefelorecibaenlaredacciónnovaapensar,comootrasveces,«Trobiani sepusodenso».Seguroqueestavezvaaconcluir«Trobianiesunpelotudo».Bueno,quesejoda,quétanto.¿Osecreequees tan fácilmandarunacolumna todos los lunes,paraquesalga todos losmartes?

Ahoraeslamadrugadadellunes.Latardedeldomingolapaséenblanco.Ordenépapeles.Colguéunosestantesnuevosenlabiblioteca.Parecementiracómosejuntanlos libros. Y yo no tiro ninguno. Superstición, supongo. Recibo pilas, carradas,montañas de libros. Y no soy capaz de tirarlos, aunque la mayoría sea un asco.

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Educacióndeclasemediaprofesional,supongo.«Loslibrosnosemaltratan,nene.»Esosmandatosquedan.Laventajadevivirsoloesésa,creo.Puedoirocupandolasparedesconmásymásanaquelespara librosquenovoya leer,peroque tampocovoyatirar.Terminétardísimo.Miréunpartidodelaligainglesa,ynoséacuentodequépasaronalgunasimágenesdeItalia‘90conlamusiquitadefondo.Yfuecomosimetiraranuncañonazoalpecho.Mederrumbéenunsillónyempecéarecordar.Nopiensosiempreeneso.Peroavecesmeocurre.Mássiescucholamusiquita,comomepasóestanoche.Fuipasoporpaso,díapordía, sensaciónpor sensación,hastaquemequedévacíoderecuerdos.Cuandomiréelrelojhabíapasadocomounahora.Entoncesmelevantéyvineaquí,alacomputadora,yescribíquenopuedoescucharlamúsicadeItalia‘90sinentristecerme.

Enesaépocayoestabaenlafacultad.Segúnelviejoaxiomaquereza«Serásloquedebasser,osinoserásabogadoocontador»,gastabamiañonúmeroveinticuatrocursando segundo de Económicas. No puedo explicar qué hacía yo estudiandoEconómicas,peronomedesesperaporquetampocopuedoexplicarcosasmuchomásimportantesdemivida,yaquíestoy,sivamosalcaso.

Elasuntoesquecursabasegundoañoysolíaparar,antesdequesehicieralahoradecursar,enunbardelacalleUriburu,cercadelafacu.Meencontrabaconotrostresocuatrofulanos,conocidosapenas,quecompartíanconmigoalgunamateria.Siempreodié estudiar. Siempre aborrecí estarme quieto, sentado, recitando de memoriapárrafosdelibrosdeestudio(noséestudiardeotramanera).Demodoquejuntarmeconestostiposmealiviabaenpartelatortura.Noimportansusnombresniinteresansushistorias.TalvezahoraseanSeñoresContadoresPúblicosNacionales,sehaganllamar Doctores y cobren buen dinero por asesorar a sus clientes sobre la mejormaneradeevadirimpuestos.No,olvidenesoúltimo.Hablodeenvidia,porqueenmieducacióndeclasemediaprofesionalpesa,ymucho,elestigmadenoteneruntítulouniversitario.

Meestoyyendodetema,estahistoriavaaquedarlarguísimay,cuandolaleamijefe,vaaquererasesinarme.Alomejoriguallapublican.Tododependedelespacioquelesquedealahoradelcierre.Peroseguramentetendránquetijeretearlaportodoslados.Habráquevercómoquedadespuésdelapoda.Siasí,enterita,esinsufrible,nomequiero imaginar lo que será la versión compactada. Pero bueno, allá ustedes siterminanleyéndola.

Loimportantenosonlostiposquesejuntabanconmigo,sinolanoviadeunodeellos.Laviporprimeravezenabril,unjuevesalatardecer,antesdeentraracursar.Latrajoelpuntoestequeestudiabaconmigo,delamano.Nopuedodescribirla.Alasmujeres que he amado no se les ajustan nunca las palabras.Quédense con eso.Odéjenmeagregarquecuandomemirabayomesentíanadandoenaguatibia.Mejorcuandocorrijaestaspáginastacholoúltimoquepuse.¿Québoludezesesodelagua

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tibia?Aunquenosé,talvezlodejoyalguienmeentiende.Soyuntipoquerespetaciertoscódigos.Nuncafuideesosfulanosquetratande

levantarse a las novias ajenas. No va conmigo. De modo que traté de no darledemasiada trascendencia.Peroaldíasiguientevolvíalcafé,mejorvestidoy reciénafeitado, esperando verla. Victoria (así se llamaba esa belleza) también estudiabaEconómicas,peroestabaunascuantasmateriasadelantadaconrespectoalinútildelnovio.Cuandoloacompañabaanuestrasreunionesdeestudiosequedabaunpocoalmargen. Abría algún libro, o sacaba algún apunte, se calzaba unos anteojospequeñitos que le quedaban hermosos y se ponía a estudiar en silencio. Yo ni lamiraba.Nodigoquemecuidabadequelosdemásmevieranmirándolademasiado.No.Entodoloquedurabanuestroencuentronoledirigíaniunvistazo.Sospechabaquesiposabalosojosenellalosdemásibanaapiolarseynoteníainterésenpasarvergüenza.YadijequenosoyprecisamenteunAdonis.Yhacetreceañoseraigualdefeoque ahora.Y la chica esta no estaba casadapero casi.Estabande novios pocomenos que desde salita verde. Se casaban a fin de año. ¿Qué sentido tenía darmemanija con esa mina? Ninguno, ninguno. Pero igual me daba una máquinadescomunal.Enmayoaprendíquesimesentabajuntoalaventanapodíamirarlaamigusto en el reflejo, como si estuviesemirando para afuera. Debo haberme pasadohorasconcaradeidiota,conlavistaclavadasupuestamenteenlaveredadeenfrente.Losdemáshabránpensadoqueyoeramediofilósofo,porquejamásdijeronnada.Asíyopodíamirarlahastacansarme,ycomonomecansabanunca,podíamirarladurantehoras.Creoquelaobservé,enesosmeses,másdeloqueningunaotrapersonapudohaberlohechodurante el resto de suvida.Más lamiraba,másme enamoraba.Metorné un experto en detectar sus estados de ánimo a partir de mínimos signossubrepticios.Sabíaqueensusdíasmalosresoplabaacadarato,inflandounpocolasmejillas.Quecuandoestabacontentasequitabaloslentescadadosminutos,comosisupesofueraunestorbo.Quecuandoalgolapreocupabaoledolíasemordíaellabioinferiorconsusdienteschiquitosyblancos.Quesialguienledirigíarepentinamentelapalabrasutimidezlahacíasonrojarseypestañearvariasvecesantesderesponder.Porsupuestoque,talcomocomprobéenlaprimeratandadeparciales,nuncatuvenila mínima noción de los temas que se estudiaron en esos encuentros, pero ¿quéimportanciateníatodo,comparadoconella?

Ya no recuerdo por qué, pero cuando debutó la Argentina contra Camerúnestábamosenelcafé,todosjuntos.Naturalmente,duranteellapsoqueduróelpartidonadie tocó un apunte. Cuando terminó, unos cuantos se levantaron masticandobronca.ElnoviodeVictoriasehabíaagarradounacalenturaatrozydijoqueseibaacaminar. Los otros tres lo siguieron, y de repenteme encontré en el Paraíso. Unamesa de café para seis personas con cuatro puestos vacíos.Victoria y yo. Frente afrente. Nos miramos. No sé por qué ella sonrió cuando estuvimos solos, pero le

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devolví lasonrisamientras lacarasemeencendíadevergüenza.Comentóalgodelpartidoyquenoentendíaaloshombresqueseponíanfrenéticosconelfútbol.Noséqué idiotez contesté, atropellándome con las palabras, porque no podía pensar ennada.Alratovolvieronlosidiotasyellaretornóasuslibros.Nopeguéunojoendosnoches,recreandounavezyotraveznuestraprimeracharlaasolas.

ElsegundopartidofuecontralaUniónSoviética,porlatarde,creoqueunmartes.Denuevoestábamostodosjuntosenelcafé.CuandosefracturóPumpido,enlamesasetirabandelospelos.Yo,serenamente,dijequeGoycocheaeraunarquerazo,salvoen los centros. Me miraron torcido, pero me mantuve en lo mío. Lo había vistoseguidodesdelaépocadelareservadeRiver,yrealmentepensabaloqueacababadedecir.DespuésdelpartidoVictoria abandonóel cafédelantedemí.En realidadyosostuvelapuertavaivénylecedíelpaso,cosaqueelinútildelnovionohacíajamásdelosjamases.Caminamosjuntoslamediacuadraquenosseparabadelafacultad,apenasdetrás del resto.Ella dijoquepensaba comoyo con respecto aGoycochea.Sentíquememoríadefelicidad.Eraunaestupidez,unatrivialidad,peroquelodijeraentonces,lejosdelosotros,sóloparamí,creabaalgo,unaintimidadnueva,unpuentequenosdistinguíaynosseparabadelosdemásynosaproximaba.Meenvalentonéyledijequeesearqueronosibaallevarlejos.Ellaserioymedijoquemetomabalapalabra. Yome hice el serio y juré que la Argentina tenía cuerda para rato en elMundial.

La semana siguiente se pareció a estar en el Cielo. En la mesa del cafécomentabancadatresminutoslafatalidaddetenerquejugarcontraBrasil.ElnoviodeVictoria,quelajugabadeentendido,decíaquenohabíamaneradeganarle.Losdemásasentíanopolemizaban.Yopermanecíacallado.DevezencuandoVictoriamemirabay sonreíamos.Debuenasaprimerasyo teníaalgoconella.Algoen loquenadiemásparticipaba.

Ese domingo vi el partido en casa, solo.Mis viejos habían salido, no recuerdoadónde. El primer tiempo lo vi con una almohada en la cabeza. Cada vez que lascamisetasamarillasinvadíaneláreaargentinayometapabalacarayrezaba.Demásestá decir que me pasé cuarenta y cinco minutos medio sofocado y con másavemaríasenmihaberqueunaviejadevota.ElgoldeCaniggiasalíagritarloa lacalle, con tal desafuero queme estropeé la garganta por una semana.Despuésmepusetannerviosoqueapaguélateleyesperérezandoelfinaldelpartido.Cuandoibaaencenderlaradioparaenterarmedelresultadosonóelteléfono.Antesdecontestarsupequeeraella.Faltópocoparaquedijera«Hola,Victoria»allevantarelauricular.Enrealidad,hacíaunasemanaquemirabadereojoelteléfonoesperandoesemilagro.¿Porqué?Nuncatuvelamenoridea,peroenesosdíasyomemovía,aciegas,conlaseguridaddeunpredestinado.Merecordómipromesaymediolasgracias,comosiyo hubiese sido responsable de haber ganado esa epopeya. Me reí. Me solté.

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Probablemente haya dicho alguna frase ingeniosa. Estaba en las nubes. Recién alcolgarreparéenlacircunstanciadequeyonuncalehabíadadominúmero.Demodoquesehabíaanimadoyconalgunaexcusalohabíaconseguidodesunoviooalgunodelosotros.Asíquehabríainventadoalgunaexcusaparallamarauncompañerodesunovio.Esa complicidadme llenóde alborozo.Me sentí invencible.Más allá detodas las posibilidades, por encimade todasmis previsiones y superando todas lasprobabilidades,Victoriasehabíafijadoenmídealgunaforma.Seguramentenomemerecíasemejanteprivilegio.Peroyodisfrutabacomounbeduino.

Cómosomosloshumanos.Quécosajodidaquesomos.Hastaentoncesyohabíaestado tranquilo, tranquilísimo.Era punto, perdedor nato, nada, nadita. Por esomehabía atrevido a conversar un par de veces con ella. Por eso me habían surgidocomentarios ingeniosos. Si seguro que la mina se interesó porque a mí no se menotabaelamorenceguecidoqueparaentoncessentíaporella.BastóqueVictoriameapuntase los cañones con ese llamado del partido contra Brasil para que amímeentrasenunosnerviosgalopantes.Ellalonotó,estoyseguro,aunquetambiénestabarara.Tensa.Seria.Contodossalvoconmigo.Aveceseratanevidentequeyotemíaqueelidiotadelnoviosediesecuenta.Alosdemáslesladraba;amímesonreía.Alosdemás los ignoraba;amímesacabacharla.Elnovio,másalláde su indudablecretinismo,empezaríaindefectiblementeaapiolarse.

ConYugoslaviajugamosunsábadoalmediodía.Lagenteenelbarsemasticabalosvasosde losnervios.Antesde ladefinición

por penales fui al baño y me crucé en el pasillo con ella. No lo premeditamos.Simplementesedioasí:yoibayellavolvía,ynosinterceptamosinvoluntariamenteenunpasillitodemediometrodeancho.Cuandomemirómedieronganasdellorar,porquenopodíacreerquealguienpudiesemirarmealgunavezamíconesosojos.Me preguntó con quién íbamos a jugar si pasábamos a Yugoslavia. Contestémaquinalmentequelasemifinaleraelmiércoles,contraItalia.Sindejardemirarmemedijoqueleencantaríaquelaviésemoslosdosjuntos.Elcorazónsemesalióporla boca y escapó dando saltitos por las baldosas grises del pasillo.Con lo quemequedabadevidaledevolvílasonrisa.

Recuerde,amigolector,loqueustedsintióduranteesadefinicióndelpartidoporpenalesenquelaArgentinalotuvoparaganarlo,lotuvoparaperderlo,yfinalmenteloganógraciasaGoycochea.Imagineloquepudehabersentidoyo,queademásdeunpasaje a la semifinal delMundialme jugabaun encuentro a solas conVictoria.CuandoganólaArgentinaelbarseconvirtióenunquilombo.Cualquieraabrazabaacualquiera,yalaprimeradecambioterminéensusbrazosyellaenlosmíos.Fueunsegundo,porquecuandonosdimoscuentanossoltamos, turbados.Peroelperfumedeesachica…nosé,prefieronodescribirloparanoquitarlelosagrado.

El miércoles elegimos un bar de Once, bien lejos de todos esos fulanos de

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Económicas,noviecitoincluido.DebohabersidoelúnicoargentinoqueencontróunmotivodealegríaenelgoldeItalia.Victoria,apesadumbrada,meaferrólamanoynomelasoltóhastaqueloempatóCaniggia.Cuandoibaaempezarladefiniciónporpenalesvolvióamirarmecomolohabíahechoenelpasillodelotrobar.Medijoquedespués de la final quería que nos viéramos.Yo asentí.Releo lo que puse.Eso de«asentí»suenamuyformal,muysevero.Peroescierto.Loúnicoquehicefuemoverlacabezadearribahaciaabajo,porqueteníalalenguaparalizada.Victorianoestabadiciendoquenosjuntásemosaverlafinal.Hablabadeencontrarnosdespués.Yésaera la puerta hacia el futuro. El Mundial nos había unido. Terminado el Mundialarrancaríanuestrahistoria.Nocometílatorpezadepreguntarporsunoviooporsuinminentematrimonio.Simplementemoví lacabezadiciendoquesí.Nohacíafaltamás.

Cuando empezaron los penales volvió a tomar mi mano. Y el abrazo que nosdimoscuandoGoyconosdiootroempujónalagloriafuemásprofundo,máslargo,más cálido que aquel otro que nos unió después deYugoslavia.Y no sólo porqueestábamoslejosdemiradasindiscretas,sinoporqueeraunpasaje,unallavemaestraquenosabríalapenúltimapuerta.

No lo habíamos dicho. Pero el destino de lo que nos estaba pasando iba de lamanoconesederroterodelocosdelaArgentinaenelMundialdeItalia.Desdeesecomentario tonto después de la derrota contraCamerún, pasando por los elogios aGoycocuandolaUniónSoviética,hastaeseabrazollenodepromesasdelpartidoconItalia.

Enlosdíassiguientesnopudepensarenotracosa,naturalmente.Dudoquehayadormidomásdecincooseishoras,sisumotodaslasnochesdesdeelmiércoleshastaeldomingo.Lamusiquitadelmundialmesonabaen losoídosa todashoras.Ynosóloporeltachíntachíndelaradioydelatele,quenoparabandehablardelmilagroargentino y todo eso.Me sentía parte delmilagro o,más bien, protagonista demipropio milagro paralelo. Yo era como la Argentina, que seguía avanzando contratodos lospronósticosydesafiando todas las leyesdeprobabilidades.Los jugadoresno losabían,peroalganarlesa los rusosmehabíanmantenidoencarreraamí.AleliminaraBrasilmehabíanentreabiertolaspuertasdelParaíso.Yomehabíacolgadocon ellos del travesaño en el primer tiempo. Yo había esquivado las camisetasamarillasdelmediocampojuntoalDiego.Mialmahabíacorridoconelvientoy lamelenarubiadelCanicuandolosobróalarqueroporlaizquierda.Todomifuturosehabía encomendado en las manos sagradas de Goycochea en esos penalesmemorables.

Victoria me llamó el domingo al mediodía. Nos costó hablar. Estábamosnerviosos.Perotambiénrabiosamentefelices.Acordamosdóndevernos,paraevitaralostestigospeligrososyalasmultitudesdelosfestejos.

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Elpartidolovisolo,enmicuarto.CuandolepegaronaCalderóneneláreadeAlemaniagritépenal,meabracéalaalmohadayrodéporelpiso.Cuandoviqueelmexicanosehacíaelotarioconel«Siga,siga»,sentíquealgoserompíaenelfuturoque había estado construyendo. Y cuando el delincuente ese les dio el penal debiógrafo que les dio, no pude conmi desesperación y salí a la vereda. El mundoestabamuerto.Noseveíaanadie.MedijequesielGoycoloatajabalosgritosibanaanunciármelo.Pasaronlosminutos.Entendíquehabíamosperdido.Volvíadentroyvilosfestejosdelosalemanes.

Lloré.Noséaqué taradode la transmisiónse leocurriópasar lamusiquitadelMundial.Yosupequeésaeraladespedida.MientraselDiegolloraba,ymientraslosalemanesrecibían lacopa,yomesentícomolaCenicientaa lasdoceyunminuto.Memiréenelespejo.Mevicomoeraycomosoy.Feo,torpe,desgarbado,insulso.Supequesehabíarotoelhechizo.YqueVictoriadebíaestardespertandotambiéndelsuyo. La imaginé reconstruyendo esas semanas de locos. Seguramente estaríaacalorándosealrecordarelmodoenquemehabíamirado,avergonzándosealpensaren las cosas que había insinuado, arrepintiéndose al sacar cuentas de hasta dóndehabíapermitidollegaresahistoriaridículaconmigo.Demodoquelesimplifiquélascosasyleevitéelmaltragodetenerquedecírmeloenlacara.Mequedéenmipieza,y cada vez que pasaron lamusiquita esa del «Verano italiano» puse la tele a todovolumen.Talvezfueestúpido,perofuemimododedespedirme.

Obviamente,jamásvolvíalbardenuestrosencuentros.Paraevitartenernoticiassuyasdejélafacultad.Afindecuentas,noteníasentidotorturarme.Probablementeenelgrupitodeestudioleshayallamadolaatenciónmiausenciadefinitiva.Alguno,tal vez, habrá comentado algo. Otro habrá concluido en que, a la luz de mirendimientouniversitario,habíatomadounabuenadecisión.YVictoria,mordiéndoseapenasellabioinferior,habrápensadolomismo.

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LOSINFORMESDEEVARISTOROMERO

Encontramos los papeles de Romero acomodados con esmero sobre el enormeescritoriodemadera renegrida. Impresionabaelcontraste: lacasadesvencijada, losrinconessucios,losmueblesdestartalados,lasgoterasinnumerables,yeseescritorioen perfecto orden. En el centro, la máquina de escribir Remington. Atrás dosportarretratos:unoconunafotodecasamientomuyantigua,otroconunainstantáneadeunamujerjovenysonriente,apoyadaenunpilarjuntoaunavereda.Adelantelascincopilasdepapeloficio,cadaunaconsucarátulaencimaysustítuloscursis,enelmejordeloscasos,risiblesenelpeor.

Perononosreímos.Talvezporqueelesfuerzodelhombrevuelvedignahastalamás extraña de sus empresas. O tal vez porque la muerte torna solemnes obras yaccionesqueenvidatachamosdeintrascendentes.

Lostrabajosnoteníanfecha,aunqueeraposibleestablecersuordenporelgradodedeteriorodelpapel.Elmásantiguoteníalaspáginastanamarillasqueenalgunassehacíadifícil la lectura.El último seveíamuy reciente, y sushojas (muchomásnumerosas,además)lucíanunblancobrillantequedelatabaqueRomeroacababacasideterminarlo.Todoslosinformes,loscinco,conciertacandidezalgoescolar,lucíansutítuloencomilladoy,alpie,elrótulo«EvaristoLeopoldoRomero.Escritor».

No nos resultó sencillo encontrar un hilo conductor que vinculase los distintostrabajos de Romero. Los primeros cuatro informes encontrados eran más biensucintos(ningunosuperabaloscincuentafolios)ysudeteriorovisibleindicabafechasde redacciónbiendistantes.Elmásextensode loscuatrose titulabaCómo repararcortinas de enrollar a bajo costo. Giraba en torno de algunas ideas sencillas yreiteradas sugerencias alusivas a la utilización de materiales de preciosuficientemente accesible. Su extensión —42 páginas— se debía tal vez a queRomero no había incluido gráfico alguno, con lo que las descripciones de losdistintostiposdecortinasdeenrollar,elmuestrariodesusposiblesdificultadesylaspautas a seguir para las módicas reparaciones aconsejadas se prolongabaninterminablementealolargodepáginasypáginasdetediosalectura.

El segundo era el más breve: un opúsculo titulado Diez argumentos parademostrar que las mujeres escasamente dotadas de busto resultan escasamenteatractivasalpocotiempodeconocerlas.Ellectornosdispensarádebrindarmayoresdetalles. Bástenos caracterizar esas quince páginas como un intento por demáschabacanodeadentrarseenelterrenodelafilosofíaprácticaparajustificar(porotrapartesinconseguirlo)laafirmacióncontenidaenelencabezado.

Losotrosdostampocoguardabanrelaciónniconlosanterioresnientresí.UnorezabaensuportadaInformesobre lasvirtudesalimentariasdelhuevocrudoyerauna endeble defensa de las bondades nutricias del citado alimento que fatigaba al

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lector a lo largo de veinticinco carillas pésimamente escritas. El fanáticoesquematismodel autor lepermitíaafirmaren lasconclusionesqueun serhumanoadulto podía llevar una vida perfectamente saludable gracias a la ingesta diaria deveinte huevos crudos como único sustento. El restante informe llevaba por títuloMétodos artesanales para el control de plagas hogareñas. En él, con la mismasuperficialidad en los procedimientos e idéntica arrogancia en las afirmaciones, sedescribían unos cuantos métodos para aniquilar hormigas, cucarachas, polillas ybabosasdomésticas.Altema,francamenterepugnantedeporsí,Romeroleagregabamacabras descripciones. Sostenía, básicamente, que la inteligencia de los insectossolía ser subestimada por los seres humanos y que sus niveles de percepción, porejemplo, eran casi idénticos a los nuestros. Afirmaba entonces que los métodosartesanalesunían, a laventaja inmediatadeevitar lacontaminaciónquímicade losvegetales de jardines y quintas (nacida del uso abusivo de plaguicidas), laconveniencia a largoplazode amedrentar a lasplagas con castigos ejemplaresquedisuadían a los insectos sobrevivientes y los inclinaban hacia la opción del éxodomasivo. De ahí a justificar las torturas a los insectos hay un paso, y Romero nodudabaendarlo.Efectivamente,sosteníaquesiunahileradehormigasesperseguidaconelhazde luz incandescenteoriginadoporuna lupacorrectamenteenfocada,nohace falta aniquilar a toda la colonia: bastan los despavoridos relatos de lassobrevivientesparaexpulsarlasenmasa.Idénticoresultadotendría,segúnRomero,laexposición pública de tres o cuatro cadáveres de cucarachas despanzurradas achancletazo limpio, o el sacrificio aterrador de una babosa mediante unaaleccionadoralluviadesalfinasobresugelatinosaanatomía.

Ahorabien: estadispersión temática sevuelvemenoscaprichosa sivinculamosestos escritos con la oscura experiencia biográfica de Evaristo Leopoldo Romero.Desdeestaperspectiva,cadaunodeesoscuatroensayosguardaestrecharelaciónconunaetapadesuexistencia,yelquintoatraviesatodalavidaadultadeRomero,comolaespinadorsaldesupasoporelmundo.Expliquémonos.

Nuestro ensayista nació en elHospital Ferroviario en 1940 y vivió siempre enesta casa de Lomas del Mirador que su padre, peón de estación, construyó parahabitar con sumujer y su único hijo, y que nosotros hemos estado desmantelandoestosdías.EvaristoRomerocompletósusestudiosprimariosenlaEscuelaN.º65deLaMatanzaydejóinconclusasueducaciónsecundariaapocodecomenzarla.Alosquince años se empleó en un taller metalúrgico cercano a su casa y trabajó ahídurantedécadas,comoaprendizyluegocomooficialtornero.

Pudimosestablecerqueelinformemásantiguo,aquelalusivoalascaracterísticasanatómicasdelasdamas,databade1977.Charlasquemantuvimosconlosvecinospermitieron establecer que por ese entonces Romero protagonizó un tormentosonoviazgoconRosaCarmelaChanelatto,ladependientadelapeluqueríadeseñorasde

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Provincias Unidas y Piedras. Esa relación tuvo un final abrupto cuando la mujerabandonó el barrio en compañía del marido de su patrona. Al parecer, la fugitiva(apodadaRosita)podría ser incluida en las características tipofísicasventiladasporRomeroensuinforme.Setrataríaentoncesdeunataquetangencialmotivadoporeldespecho(nosetomeelusodelvocablocomounjuegodepalabrasdepésimogusto)quelaactituddelaseñoritaencuestiónhabríaocasionadoenRomero.

Losiguecronológicamenteelreferidoaldelirioalimentariodeloshuevoscrudos.Enestecasolafechaesmenosprecisa,aunquetodopareceindicarquefueredactadoen1983o1984.ElinformeestáemparentadoconunafallidaintentonacomercialdeRomero que lo hizo poseedor de doscientas gallinas ponedoras que, en cortísimoplazo, inundaron la casa del aturdido y bisoño productor avícola con miríadas dehuevosfrescos.Laideaoriginaldenuestroensayistahabríasidolaelaboracióndeunfolleto de promoción de su sobreabundantemercadería, pero su gusto por la prosahabríadesbordadorápidamenteaquellaideaprimitiva.

Eltercertrabajo,elatinentealascortinasdeenrollar,posteriorenunpardeañosalantedicho,violaluzen1988,épocaenlaqueRomeroabrióenelgarajedesucasaun tallercito de reparaciones con el cual buscaba hacerse de un ingreso que lepermitiera pagar las deudas contraídas en la manutención de las doscientas avesmencionadas.LasfuentesconsultadascoincidieronenafirmarqueRomerotemíaunnuevofracasocomercial.Suideadelmanualdereparacionespartíadelsupuestodeque así iba a poder llegar a un público masivo. Parece que Romero recorrióinfructuosamente una decena de editoriales que rechazaron el manuscrito quefinalmenteencontramossobresumesadetrabajo.Sinembargo,antesdedesecharsuplanimprimióenmimeógrafounosochentaejemplaresquedistribuyógratuitamenteenelbarrio.Elresultadofueambiguo.Peseaunestilotediosoyalgosobrecargado,yalayaapuntadanegativaa incluirgráficosodiagramasdeningunaespecie,pareceserquelasexplicacioneseranclarasylassugerenciasinteresantes.Tantoesasíquemuchos potenciales clientes de su taller encontraron preferible acudir a ese escritopara solucionar las dificultades mecánicas de sus cortinas de enrollar,comportamiento que sin duda aceleró el tan temido colapso del centro dereparaciones.

Elnuevogirotemáticodeprincipiosdelosaños‘90,estavezhacialaextincióndelasplagashogareñas,obedecealacatástrofelaboralqueseabatiósobreRomeroen lamisma época. La quiebra de la tornería que lo había empleado durante casitreintaañoslodejódesocupado.Tuvoquemalvenderlasgallinassobrevivientesylasinstalaciones del taller de reparaciones. El informe sobre los insectos habría sidoredactadoapartirdesusexperienciascotidianasenlapersecucióndelasplagasqueazotabansupropiacasadespedazadaporelolvidoylosañosdedesatención.Variosvecinos recordaron sus pacientes patrullajes por el parque enmalezado, su figura

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esmirriadaconladiestraenalto,enelactodeenarbolarlosmásvariadoselementoscontundentescapacesdepropinarcastigosejemplaresalosinsectosdíscolos.

Ahorabien,enloquevadenuestrorelatonohemosabordadoaúnlacuestióndelinforme final, esequinto ensayoque, el díaquepenetramos en la casadeEvaristoRomero,descansabaaladerechadelosrestantessobreelescritorioderoble.

EvidentementeRomerohabíamejorado sucapacidaddenarrar enesos añosdemonstruosasaberracionesensayístico-literarias.Laredacciónesmáscuidadosaqueladelosanteriorestextos.Ellenguajeaparecemáspulido,lapresentacióndelostemasmásacotada,lasconclusionesmenosapresuradas.TalvezseaunasuertequeelmejorRomero,elmásrefinado,elmásllevadero,elmáságil,hayasidoesequeemprendiólaangustiosatareadehablardesímismoyquelohizocasiamododetestamento,dedespedida.

Aquí no fue necesario recabar informes entre sus conocidos. En un extensoprólogo que ocupa las doscientas cinco páginas iniciales, Romero narra una viejahistoriadeamorquelotienecomodesdichadoprotagonista.Lacrónicaseiniciaen1966,cuandoalvecindariosemudaDoloresInchausti,hijadeArtemioInchaustiydeRosaBenítez.AlparecerRomerolacruzóporprimeravezenlapanaderíaysesintiótransido por un amor de epopeya.En su texto continúa diciendo que aunque en lasiguientesemananovolvióaverla,leescribiódiecisietecartasencendidas.Secruzópor segunda vez con ella enmisa de doce en la parroquia de SanMarcos. SiguenochopáginasenlasqueRomero,conunapuntillosidadtalvezinnecesaria,describecon lujo de detalles otros veinte o veinticinco encuentros callejeros falsamentecasuales.Noabundaremosaquínienesosnienotrosdetalles, tantoporquepuedenaburrir al lector como porque sospechamos que prodigarnos en esa dirección seríacasicomoviolarlaintimidaddeRomero.

Si bien el susodicho consiguió entablar diálogo con ella y frecuentarla en lavereda de vez en cuando, lo cierto es que más temprano que tarde sus arranquesamorososseestrellaroncontralaverdaddemoledoradequeDoloresestabadenoviadesdeloscatorceañosconunmuchachodesuantiguobarriodeLaCantábrica.

AlparecerRomeronosedioporvencido.OptóporvisitarlacasadeDolores,enplandeamigo,ylamuchachaaceptóesetrato.Nuestrohéroe,erróneamente,imaginóque una presencia pertinaz sería capaz de erosionar el antiguo compromiso de suamada. Pero lamentablemente, tal como confiesa el propio Romero en el quintocapítulo de su prólogo, sólo sirvió para alimentar sus propios sentimientos deadoracióndesesperada.

EnalgúnmomentoRomeroacariciólaideadeprovocarloscelosdeDolores.Así,su aventura con la ayudantede la peluquerano fue sinoun intentodedespertar elenojodesuverdaderoamor.PeronadaindicaeneltextodeRomeroquehayatenidoéxito. Sí en cambio lo ganó el desencanto cuando la ya mencionada Chanelatto

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decidió fugarse con elmarido de su jefa. Según expone en la página 115, su egovaronil sufrió esa pérdida, primero porque no contó con el natural desahogo a suspasionesdehombreque la talRositamal quebien satisfacía, y segundoporque leresultaba hiriente haber sido despreciado por una dama que, si hemos de tomarliteralmenteeljuiciodeRomero,«eramásfeaqueunalacrán».

Romeroavanzaenladescripcióndesusvanosintentosyseacercacadavezmásal presente. Nos enteramos del matrimonio de Dolores sólo por referenciastangenciales,comosiexplayarseen lanarraciónsirvieseúnicamenteparaaumentarsu desolación y su desconsuelo. Así, en la página 140 refiere que Dolores y suprometidohanconstruidounacasitaatrásdeladelospadresdeellayallíseinstalande recién casados en 1971, y en la página 157Romero alude al nacimiento de suprimerhijo.Hacialapágina190laprosasevuelvedefinidamentesombría:elmaridodeDoloresacabadeacertaralLotoytodoindicaquenovanaseguirviviendopormucho tiempo en la zona. Efectivamente, sobre el final del prólogo (página 195)Romero escribe entre lamentos e imprecaciones queDolores semuda a vivir a unbarrioprivadodelazonadePilar,consuesposoysusdoshijosadolescentes.

AlpareceresentoncescuandoRomeroterminadedarformaasuproyecto,quetitularáLibretoparapelículadeamorconfinalquenoesparacualquiera.Sabequeelsuyoesunamorsinesperanzas,peroseniegaarendirse.Poresoconcibesupropiahistoriadeamor,sóloparaseres«infinitaeinquebrantablementedispuestosaseguiresperando»(lacitaestextual).Alargumentodelfilmepropiamentedichonoledalamenortrascendencia.Dejaesedetalleenmanosdecualquieradispuestoaaventurarseen la empresa. Su única prescripción es que debe tratarse de un romance triste yfracasado. Debe ser una bella historia. Pero los amantes deben distanciarse en laúltimaescenadelfilme.Nadaoriginalhastaentonces.PeroahíseiniciaelverdaderoproyectodeRomero.Susindicacionesparaellibreto,deaquíenadelante,sísetornanespecíficas.

La última escena debe cerrarse con una típica situación de despedida. Laprotagonista,porejemplo,sedesharádelabrazodesuamado,conelrostrobañadoenllanto,ytomaráuntaxi.Elhombrelacontemplará,exánime,conlosbrazosrendidosa los costadosdel cuerpoyunamiradade infinito dolor y tal vezuna lágrima.Lacámaracomenzaráaalejarseyaelevarse.«Esossoncódigosfílmicosterminantes»,afirmaRomero.Elprotagonistaquedarádeespaldas,cadavezmáspequeñoalpiedelapantalla.Lacámara,desdelasalturas,harácentroeneltechodeltaxiquesealeja,que se mezcla en el tránsito, que se hunde en la marea de la ancha avenida. Loscréditosdelfilmeempezaránacorrer.Elmensajeesdefinitivo.AquíRomerollegaalpuntoqueverdaderamenteleinteresa.Elinstanteenquelaslucesdelcinecomiencenaencenderse,ylaspalabrassobreimpresassubanporlapantalla,y lasfigurasdelatramasevuelvanmásymásborrosas.Silapelículahatenidoundesarrolloaceptable

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—Romero confía en que así sea— el público estará sensibilizado. Las mujeresenjugarán sus lágrimas con los pañuelos. Los hombres, más remisos a lasexteriorizaciones,pestañearánvelozmenteparaquitarlosrastrosdelassuyas.Ensumayoría (Romerosubrayaestos términoseneloriginal)sepondrándepie,miraránunpocoturbadosentornoyseencaminaránalasalida.

Sinembargo,yaquíRomerodesembocaenlanociónqueloobsesiona,algunospermaneceránensusasientoshastaquetermineelúltimodeloscréditos.¿Porquéloharán?¿Porcomodidadyporpereza?¿Paraevitarelcongestionamientoenlasalidadelasala?Romeroestajanteenlarespuesta:nadadeeso.Losquepermanezcanensus asientos lo harán con la secreta esperanza de que la película termine de otromodo. Su sensibilidad no les permitirá reconciliarse con la idea de que semejantehistoria de amor culmine de unamanera tan terrible y dolorosa. Serán diez, docepersonas a lo sumo.Pero todas tendrán losojos fijos en la pantalla.No importa silloranono.Paraelcasodalomismo.Peroseguiránabsortasmientraslasalasevacíaa su alrededor, indiferentes a lasmiradas curiosas de los que salen, de los que seponen los abrigos, de los que encienden los teléfonos celulares, de los que se handadodefinitivamenteporvencidos.Continuaránconlosojosclavadosenesetaxiqueapenasseadivinaenlamareadetechosamarillosydecarteleschillonesydegentequecamina.

El final seráparaellos,para loselegidos.Sóloellosverán,cuando terminendepasarlosúltimosletreros,elsúbitoembotellamientocausadoporuntaxiqueacabadedetenerseenplenaavenida.Sóloellosadvertiránquelacámarahacesadodeelevarseyqueempiezaabajardemaneracasiimperceptibleparahacercentroenunamancharoja y brillante que semueve entre los autos detenidos. Sólo ellos terminarán porreconocerelabrigodeella,supelonegroalviento,susademanesfrenéticosllamandoa su amado. Sólo ellos, los eternos esperanzados, tendrán el privilegio de ver elverdaderofinaldelapelícula.Mientraslosotrosseagolpen,vencidos,enelhalldelcine,ellosseregocijaránenelbanquetedelareconciliacióndelosamantes,quedeningún modo deberá ocupar el primer plano de la pantalla. En eso Romero esinflexible.Nadadeclavessencillas.Nadade trucosevidentes.El finalessóloparaloselegidos.Losquenohanquitadolavistadesdequeaparecieronloscarteles.Nadadeprimerosplanosqueadviertanalosúltimosdesertores,esosqueechanunaúltimamiradaantesdeabandonarlasala.Enelmardeautosydetechosydecarteles,dosmanchas,unarojayunaamarilla,ellayél.Yluego,sí,lapantallasúbitamentenegra.

Elinformeterminaahí.Luegodemásdedoscientaspáginasdeprólogo,apenasquincededesarrollo.Nohayconclusiones.Apenasunpedidopostreroparaaquelquese anime a filmar esa película. Sobre el fondo negro del final Romero pide queaparezca esta leyenda: «Para Dolores, de parte de Evaristo, que nunca dejará deamarla».

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Según la historia clínica que hallamos en el Hospital Pirovano, la salud deRomerosehabíaagravadoconsiderablementedesdeagostoalafecha.QueRomerosabíaacercadesuestadoesevidente.Poralgosehabíaapresurado,antesdefindeaño,alegarsucasadesvencijadaaunsobrino.

Más allá de nuestros intentos nos fue imposible ubicar a la citada DoloresInchausti.Desconocemos(Romeroguardaal respectounempecinadosilencioenelprólogo) si ella supoque su vecino siguió adorándola por espacio de tres décadas,luego de su matrimonio. Cuando cerramos definitivamente la casa decidimosllevarnoslosinformes.

Releemos las páginas escritas hasta aquí y lamentamos que nuestra torpezanarrativa,nuestravulgaridadliteraria,nosobliguenadetenerlacrónicaenestepunto.Escritoresmásdiestros,mejordotados,podrían talvezaprovecharestasemocioneslaceradasdeRomeroparaconduciraloslectoresaunnivelsuperiordecompromiso,de identificación, tal vez de tristeza. Existe, pese a todo, una posibilidad que nosexcede y que a su modo está poblada de promesas. Es probable que algún lectoresperanzado,dispuesto siempreaarriesgarunaúltima ilusiónmásalláde todas lasevidencias, esté dispuesto, como los hipotéticos espectadores de la película deRomero,abuscarmásalládelespacioenblancoquedaporfinalizadaestahistoria.Tal vez estas líneas lleguen a manos de algún ser de esta especie, uno de esosoptimistas empedernidos que siempre consideran plausible una salvación postrera.Unlectorqueintuyaque,volviendolapágina,encontraráotrofinal,unfinalsóloparaloselegidos.UnfinaldondeRomeronomueraysereencuentreconsuamada;ounfinalenelquesuamadalloresumuerteporelrestodesusdías,convencidadehaberperdidoalverdaderohombredesuvida;ounfinaldondeelpropioRomerosedevelecomo autor de esta crónica y se felicite de encontrar en ese único lector a otromiembrodeesaextravaganterazadeindividuoscondenadossiemprealaesperanza.

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ELGOLPEDELHORMIGA

AOsvaldoSoriano

—¡VEINTEAÑOS, CARAJO! ¡VEINTEAÑOS! ¿Quéme decís a eso? ¿Querés quemequedeasí,sinhacernada?

Bogadonosabequécontestar.Parpadeavariasveces,algoaturdidoporlosgritosdelHormiga,quesiguedepiealotroladodelamesa,conlospuñossobrelamadera.La cara del Hormiga está casi en sombras porque la lámpara es muy baja, peroBogado sabe que sus ojos echan chispas y que está empapado de sudor por elesfuerzodetratardeconvencerlos.

Bogado se mira las manos para no cruzarse con los ojos de los demás que,sentados a los costados, sin duda están clavándole la mirada. Sabe que estánesperandoquehable,comosisiemprefueseeldueñodelaúltimapalabra.PoralgoelHormiga loha llamadoprimeroaélparaorganizaresa reunióndedesquiciados.Yporesolohausadoaélcomointerlocutorprincipalparadarlelospormenoresdeeseproyecto de locos. Y por eso le ha contestado específicamente a él todas laspreguntas, todas las objeciones, que todos los presentes le han ido planteando alHormiga, y que lo han ido poniendo nervioso hasta dejarlo con ese aspecto deenergúmenoescapadodeunloquero.

Bogadochistaysacudelacabeza.Ridícula.Todalasituaciónesridícula.Yellossonochoboludos.Esoesloqueson.Losochoreunidosenesahabitaciónoscura,conlalámparasobrelamesacomosifueraungaritoounaguantaderodepelículamala,yellosunabandadechorrosplaneandoelasaltodelsiglo.

—¿Te lo vuelvo a explicar? —El Hormiga baja el tono, en un intento portranquilizarse.

Bogadoalzaunamanoparadisuadirlo:—No.Pará.Notienesentido.—Te digo que sí—porfía el Hormiga—. Primero: lo vengo estudiando desde

hace dos años. Dos años. ¿Me escuchaste bien? —Bogado, resignado, asiente—.Segundo:conseguíese laburodevigilancianadamásqueparaesto,yvos lo sabésbien,José.—Mirabrevementeasuderecha,yunadelascabezasconvalidaconungesto afirmativo—. Tercero: me parlé cincuenta veces al supervisor para quemandase a controlar el sector ese, porque si me mandaban al depósito o alestacionamientomecagaban,yseibatodoelasuntoalamierda.—DenuevolehabladirectamenteaBogado,yéstenoquierequelohaga—.Cuarto:elegíellugarconuncuidado bárbaro… —duda, como buscando palabras más precisas, pero no las

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encuentra—,bárbaro,ellugar—concluye.—Nadietedicelocontrario,Hormiga.—Bogadointentacortarlo.—Pará.Dejameterminar.Ellugarquelesdigoesbárbaro.Delomejor.Hayuna

cámaraqueloenfocamediodecostado,perocomolaslucesdeeseladolasapagan,porelmonitornoseveuncarajo,yamefijé.Quinto.Osexto,nosé,paraelcasodaigual:laalarmaestáapagadahastabientarde,primeroporlosdelimpiezaydespuésporlarondanuestra.¿Yqueréslomejor,perolomejordelomejor?

Bogadohaceunpostrerintentopordetenerlo:—Pará,Hormiga,cortala.Yalodijiste.Elotroloignora.—Escuchá,escuchameunpoco—elHormigaesahoraenérgicoperonohavuelto

a perder los estribos—. De las tres a las cuatro de la mañana se juntan todos losvigilantesenlarecepciónatomarunrefrigerio.Sesuponequesetienenqueturnar,perovantodosjuntosporqueestánpodridosdeestaralpedoysoloscomounaostrasinnadieparacharlar.

Bogado nota, contrariado, que a fuerza de escucharlo una y otra vez los otrosmuchachosempiezanatomarloenserio.Intentaromperelefecto:

—Estás soñando,Hormiga.Vamos a terminar todos en cana, y vos sin laburo,además.

Noes la réplicamás feliz,yBogadosedacuentade inmediato.ElHormigasesienta y lomira fijo, con sus ojos clarosmuy abiertos por la excitación. La nariz,gordayganchuda,pareceapuntodeestallarleconelcolorescarlataquehatomado.Conesapielblancayelpelorubiopareceungringoreciénbajadodelbarco.Cuandose conocieron aBogado le había extrañado el sobrenombre deHormiga, porque eltipoesalto,flacoyblanquísimo,yselenotaalaleguaqueeshijodetanos.Reciénaltiempo le explicaron que elmote no era por el aspecto, sino por lo cabezadura, lotenaz,loporfiado.CuandoalgoseleponeenlacabezanohayDiosqueloconvenzadelocontrario,ynoparahastaconseguir loquebusca.YBogado,estanoche,estásufriendoencarnepropiaesaformadeserdesuamigo.Yparapeoracabadedecirlafrasemásinadecuadaquepudoocurrírsele.Seránlosnervios,piensaBogado.Peroelotrolomiraconserenidad,casicondulzura,conlaexpresióndeljugadorquetienetodaslascartasenlamano.

—¿Meestásjodiendo?—arrancaelHormiga—.¿Yvostecreésqueyonoquierolargarestelaburo?¡Mehacenunfavorsimeechan!Estoyparaesto,Santiago.Nadamásqueparaesto.Nosepuedenborrarahora.Dosaños,macho.Dosañosmecomíahíadentroparaesto.

Vuelveelsilencio,yBogadoasumequeacabandesacarleotrogoldeventajaenesaextrañadefiniciónen laqueamboshace ratoestánempeñados.ElHormiganomiente cuando dice que aceptó el trabajo de vigilancia para esto. El día que le

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confirmaronelpuesto,losreunióatodos,alosmismosquehoyflanqueanlamesa,yles anunció solemnemente para qué había aceptado ese trabajo. En ese momentotodos se lo habían tomadomedio en joday le habíandadomanija.Hasta él, hastaBogado, había formado parte del jolgorio.Y tampoco fueron capaces de detenersedespués,coneltranscursodelosmeses,enlasocasionesenlasqueelHormiga,muyserio ymás entusiasmado, les pasaba informes sobre sus avances.Todos le habíanseguidolacorriente.

Pero lo de esta noche es demasiado. Citarlos así, en ese sitio, a esa hora,haciéndose elmisterioso.Evidentemente elHormiga se engrupió con esodedar elgolpedelsiglo.Pero¿dequiéneslaculpa?¿Deélodelosquenofueroncapacesdefrenarleelcarro?

Laprimeravezqueloexplicó,mástemprano,conelplanollenodecrucesydeflechastrazadasconmarcadoresrojosyverdes,selecagaronderisaporqueacababande llegar y supusieron que era una joda. Pero después, al ver al Hormigaenchufadísimo, se fueron poniendo serios. Por eso Bogado había empezado aasustarseyatratardepararlo,dellamarloalarealidad,dedemostrarlequetodoeraunalocura.

Pero cuanto más discuten más siente Bogado que el Hormiga se agranda, seafirma,creceenlosuyo.Ypeoraún,Bogadopalpaenelairequelosdemássevanencandilando con su fantasía. Y esa estupidez de haberle mentado el asunto deltrabajo.ElflancomásfuertedelHormiga,precisamente.

Porqueeltipohasacrificadodosañosdesuvidaparaeso.NoeselúnicotrabajoqueelHormigapuedehacer,nielmejorpago.SinirmáslejoselañopasadoJoséleofrecióunrepartodequesos.Buenaguita,porquenecesitabaalguiendeconfianza,yel Hormiga, además de todo, es derecho como una estaca. Pero contestó que no,porquenopodíadejar«aquello»sinterminar.

Esaeslacagada.QueelHormigahabladesdelaautoridadquenacedelsacrificioylavoluntad.Nohablaalpedo.Nosellenalabocaconbravuconadas.Puedetenerunplanridículo.Puedeserunaimbecilidad.PeroelHormigaselajugóenelasunto,y se la sigue jugando. A Bogado le está costando discutir, encontrar argumentosterminantes,porquesehapasado lamitadde laveladapreguntándosesiélhubiesesidocapazdeunsacrificiocomoése,durante tanto tiempo,ynopuedecontestarsedeltodo.

Ymásquenadaporalgoasí,poralgoquesesuponequeesunaestupidezenlavida de la gente. Bancarse un laburomal pago, con jefes hijos de puta, con unosfrancosrotativosdeporquería,paradarledecomeralafamilia,Bogadolohacesindudaruninstante;ylomismocualquieradelosqueestánreunidosalrededordeesamesa.Peroacánosetratadealimentaralafamilia,sinodealgodistinto.ElHormigahaceesoporunamordiferente,quelamayoríaseguroquenoentiende.PeroBogado

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sí,y losotrostambién, laputamadre.YporesoBogadointuyequealHormiganohayconquédarle,ymientrasintentapincharleelglobosesienteunsicarioindignoyuntraidor.

Bogadotratadedetenerse.Nopuedemezclarseensemejanteembrollo,porquelodeterminartodospresosvaenserio.Poresoloenloquecióalotroconsusobjeciones.Y le ha hechomil quinientas porque el plan delHormiga es imposible.Un sueño.Unautopía.Yauncuandoresulte,¿quévaacambiar?

Perocuandoselodicenlosmiraconesacaradeiluminado,conesaexpresióndeelegido, con esa fe de converso, con esa certidumbre de profeta, y los dejadesarmados.Opeor.Lesgritaesode«20años»yescomoquelesentierraunclavofilosoentrelascostillas;sientenqueleschorrealadesolaciónporlasvenasyselesenfríanlastripasconeldolorsuciodelahumillaciónydelaburla.YnosepuedenenojarporqueelHormiga,antesqueaellos,seloestádiciendoaélmismo.Lesdice«20años»paraque lesduela,peroellos sabenqueaél leduelemásdecírseloa símismo,lolaceramásqueanadievolveraescucharesacifradeescalofríoqueyalepesacomounroperodeplomosobreelalma.

YparececomosielHormigasupiesequeBogadoestáapuntodederrumbarse,porque con uno de los marcadores que estuvo usando para las cruces y para lasflechasescribe1974-1994;esosochonúmerosaBogadoseleclavanenlasentrañasyempiezaasentirqueseledesinflanlosargumentosyseleenturbialalógica.Haceunúltimoesfuerzo:

—Hormiga, te lo pido por favor. Pensá lo que decís.No tiene gollete.Aparte,suponiendo que no nos agarren, ¿para qué va a servir? ¿No te das cuenta? Es unsueño,Hormiga,unafantasía.

Elotrotardaencontestar,ycuandohablausauntonomuchomenosenérgico,talvez angustiado, casi como si estuviese a punto de largarse a llorar, como si laspalabraslesaliesencrudas,comosiproviniesendeunlugardemasiadohondocomoparacocinarlasantesdepronunciarlas:

—Yasé,Santiago.Yalosé.Peronomepuedoquedarconlosbrazoscruzados.¿Quéquerésquehaga?

Bogadonosabequécontestar. ¿Quépuede retrucarle?ElHormiganosabequéhacer. Bogado tampoco. Al Hormiga le duele el alma con ese dolor que sóloentienden algunos. A Bogado también. Pero mientras el Hormiga soñó, calculó,laburó, investigó, planeó y preparó, él, Santiago Bogado, no ha hecho más quelamentarseysufrir,sinmoverundedo.

Nosabequécontestarysimplementesuspira,claudicando.Carucha,queestuvoensilenciodesdeelcomienzo,dice:«Yomeprendo».José

seapunta:«Yotambién».Bogadosacudelacabeza,conlosojosbajos.Sergioapoyaalosotros,ylosrestantesdudanunsegundoyhacenlomismo.ElHormiganodice

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nada.SigueesperandolaspalabrasdeBogado.Bogadorepasa todas lascosasestúpidasquehizoa lo largodesuvidaysiente

queestáapuntodecometerlapeordetodas.Algolotranquiliza:lamayorpartedeesasestupideceslascometióporlamismacausaquelollevaaloqueestáapuntodeperpetrar,ytanmalnolehaido.Tomaairebuscandolosúltimosgramosdedecisiónquelefaltan,alzalamiradahaciaelHormigaypregunta:«¿Cuándo?».

Veintehorasdespuésestán todos, exceptoelHormiga, enunbañodehombres,embutidos en dos retretes contiguos; de pie, pegados unos a otros, inmóviles ysilenciosos, a oscuras. Bogado no siente los pies, adormecidos como están por elplantón.Llevacincohorasahíadentro,siguiendolaexpresaindicacióndelHormiga.Entróalbaño,pasóde largofrentea la largahilerademingitoriosysemetióenelúltimo compartimiento de los inodoros. A las seis llegó Carucha. Seis y media,Ernesto.Alassiete,Rubén.Losotrostresseacomodaroneneldealladoamedidaquefueronllegando,siempreaintervalosdemediahora.AlprincipioBogadoteníalos nervios de punta. ¿Qué iban a decir si los encontraban? El Hormiga habíainsistido:«Esebañonolorevisannuncaylolimpiancadamuertedeobispo».

AhoraBogadoestámáscalmadoporqueparecesercierto.Alasdiezapagaronlasluces.Caruchaenciendedevezencuandouna linternitaconformade lapiceraquelleva en la campera y Bogado ve los rostros de todos como si fueran espectros opersonajesdeunapelículadevampiros.ElquenoquierecallarseesRubén.Enuncuchicheo casi permanente jode, se queja del dolor de gambas, pregunta cada diezminutos cuánto falta.De vez en cuando lanza una risita nerviosa, peroBogado notemequevayaaquebrarse.Simplementemuestraunpocomássusnervios,nadamás.Élestáigual,aunquelajueguededuroydetranquilo.

Alasdoceempiezanaacalambrárselelaspiernas,peroaunquesemueredeganasdesaliradarunospasosnoseanimaadesobedecerlaordendelHormiga.Alaunaescuchanqueseabreysecierralapuertavaivéndelingreso.Unospasosrápidossedirigen en la oscuridad hacia el escondite. «Soy yo», dice el Hormiga en unmurmullo, justo cuando a Bogado está a punto de salírsele el corazón del cuerpo.«¿Cómovan?»contestaCaruchaportodosyelHormigaprometevolveralastresenpunto.

A Bogado esas dos horas se le hacen eternas. Repasa una y otra vez laconversación del día anterior y se putea en silencio por haber aceptado semejanteidea.Peronodicenada.Losdemásparecenconvencidos,oporlomenosnoponennerviosos a los otros planteando en voz alta sus dudas.Al cabo de un tiempo quepareceinfinitoCaruchaanunciaquesonlastresmenosdosminutos.

Puntual, vuelve a abrirse la puerta. El Hormiga les dice que salgan. Primerotienen que apretarse contra la pared trasera, y Rubén debe subirse con cuidado alinodoroparahacerlugarsuficienteparaabrirlapuerta.Iluminadosaretazosmínimos

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por la linternita de Caruchamientras se contorsionan para salir de ese escondrijo,parecen títeres torpes. Cuando le toca el turno, Bogado tiene que contener unaexclamacióndedoloralponerenmovimientosusrodillasentumecidas.NohadadodiezpasoscuandoelHormigalosmandaatodoscuerpoatierra.Bogadoseacuestalomásrápidoysilenciosamentequepuede.NolograevitarquesunarizchoqueconelzapatodeJosé,queacabadeaterrizardelantedeél.Sepalpaaciegas,tratandodedeterminarsiestásangrando.Creequeno.AunanuevaordendelHormiga,vuelvenaponerseenmovimiento.

Bogadosealegradeque lohayanrepetido lanocheanteriorhastaelcansancio,después de que él se rindiera y aceptase la propuesta delHormiga. «Al llegar a lapuerta,cruzarcuerpoatierraelpasillo,quevaaestaraoscuras.Alsentirelmueble,giraraladerechayavanzarquincemetros,hastaelextremodelalargarepisa.Vanasentirolorajabónenpolvo.»CuandoelolordulzónquesuelesaturarellavaderodesucasalepenetraenlanarizmagulladaBogadocompruebaquelasinstruccionessonprecisas.Sigue recordando:«Ahí secomplicaunpoco,porque tienenquecruzarelpasillocentral:tresmetroslibres.Perotenemosunaayuda:armaronunaislacentralcon una oferta de papel higiénico que tapa bastante la cámaramás cercana. Pasenrápido,aintervalosdeunminuto,siemprepegadosalpiso.Esosí:notoquenlapiladerollosporqueesmuyliviana,ysilatiranalamierdanonossalvanadie».Bogadopasaúltimo,porqueelHormiga lepidióque cierre lamarcha.Porun lado lohacesentirbienestaconfianzaensupersona,peroalmismotiempotemeacadaminutoquealguiensalgadelaoscuridadylolevantedelpescuezoconunmanotazo.Sedavueltaynada:lapenumbradesierta,apenaslasfríaslucesdeemergenciallenandodesombrasraraslospasillos.

Alastresycuartohacenunalto.Comoestáprevisto,elHormigaselevantacomosinadaycaminaresueltamentehaciaelotroextremodelenormesalón,dondeestánreunidossuscompañerosde trabajo.Vuelvea loscincominutos.«Todoenorden»,aseguraantesdevolverasupuestoalacabezadelaextrañavíboraqueformanloscuerposreptandosobreelpisofrío.

EsentoncescuandoreemprendenlamarchayBogadoveunascuantasbaldosasdel piso frente a sí que, como si una llamarada súbita lo hubiese incinerado en elfuegodelarevelación, tomaconcienciadelsitioenqueseencuentra.Nohavueltoahíentodosesosaños,tangrandessoneldolorylanostalgia.Otrossíhanvuelto.Selohandicho.Peroélnuncafuecapaz.Nohaqueridosiquierapasarporlacalleniporelbarrio.Yahoraestáahí.Ahímetido.

Seabstraedel trancequeestá atravesandoyde losobjetosextrañosyprofanosque lo rodean. Se imagina tendido igual, de cara al piso, pero no sobre esas fríasbaldosas anodinas sino sobre el suelo que le escatiman. Se imagina la nocheestrelladaque,másalládel edificioque subrepticiamente recorren,bañade luzese

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campo oculto bajo el cemento. Le gusta pensarse así, como visto desde el cielo,bañadoporlaluzazuldelasestrellas,acurrucadoenesacunadepastocrecido,yelmiedoselevaderritiendocomounmalsueño.Conlosdedosenguantadosacariciaesas baldosas tristes y las baña con unas lágrimas contenidas durante demasiadotiempo.

Davueltaelúltimorecodo.Susojos,acostumbradosalaoscuridad,distinguenelbulto que hacen sus amigos irguiéndose. Los imita. El Hormiga los ubica en losextremosdelaenormegóndola,cuatrodecadalado.«Alauna,alasdos,alastres.»Todosempujanalunísonoylogranmoverelcatafalcounosdiezcentímetros.Repitenelprocedimientovariasveces.

—¿Hora?—preguntaelHormiga.—Tresymedia—contestaSergio.—Estamosjusto—respondeelotro.ElHormigaseinclinayenciendesulinterna.Sacaunabarradeacerobruñidoy

hace palanca sobre una baldosa, que se levanta casi sin ruido. La dedicación delHormigasigueconmoviendoaBogado.Nocheanoche,paranohacerbochincheenel momento definitivo, ha corrido solo la góndola, y ha limado la pastina y eladhesivo hasta socavar la mezcla. Levanta otra baldosa. Queda al descubierto unboqueteestrecho,sobreuncontrapisogrisyparejo.

ElHormigapreguntadenuevolahora.—Menosveinticinco—respondeSergio.—Esahora—retrucaelprimero.Hanformadounarondaalrededordelboquete.Enesemomentoseenciendeun

motorruidosoaladistancia.Bogadoestámaravillado:loscálculosdelHormigasonexactoshastaenlahoraenqueseenciendenlaspulidorasdelhallcentral.

Aunaseñal,RubénySergiosacandosmazasydoscortafierrosconlascabezasenvueltas en trapos gruesos, y empiezan a dar golpes sobre el agujero del piso.Bogadosientecomosielruidofueseatronador.Peropasanlosminutosynadievienedesdelaoficinadelosguardias.Evidentementelaslustradorastapanelsonido.Aotraseñal del Hormiga, Carucha y Ernesto reemplazan a los otros. Los demás miranextasiados.Nopuedenapartarlosojosdeesehuecoqueseensancha.Sesuponequeunodeellos—Bogadoyanorecuerdacuál,ni leimporta—debeestardepieenelextremodelagóndola,vigilandoelpasillocentralylalíneadecajas,peroningunopuedesustraersealhechizoproverbialquetomaformaenelcentrodeesaronda.

Cuandoletocaelturno,alascuatromenosdiez,Bogadosientequeflotaenunaexcitación sin edad.Piensa en su tío, pero trata de borrarlo de su pensamiento pormiedo de quebrarse tan cerca del triunfo. El Hormiga, olvidado de su papel deestratega, da vueltas y saltitos asomándose sobre las cabezas inclinadas, y repitecomoloco:«Ahorasí,muchachos.Ahoravanaver.Ahorasenosda.Escuestiónde

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sacardeacáyponerallá,enelBajo.Seacabólamalaria.Vanaver.Selosjuro».YBogado siente,mientras golpea frenético el cemento, que es verdad, que es cierto,queestavezsecortaelmaleficio,yquesonelloslosángelescustodiosdelmilagro.

Bogadosienteunaoleadadepasmo.Elcortafierroacababadehundirse,bajoelcontrapiso,enunamateriablanda.Nopuedecontenerungritito.ElHormigaapuntala linterna al agujero. Una masa cenicienta y blanda yace bajo los restos deescombros.No pueden controlarse. Se lanzan al unísono a escarbar con lasmanosdesnudas,unossobreotros.Danlascuatro,peronolonotan.Rubén,derepente,pidecasiagritosqueleiluminenlamano.Ochoparesdeojosseclavanensupuño.Tienelapielarañada,lasuñasrotas,elanillodecasamientoopacoycruzadoderaspones.Ybien aferrado, como si fuera un tesoro de cuento, un puñado de tierra negra queasomaentresusdedoscrispados.Bogadotratadecontenerlaslágrimas,perocuandoescucha los sollozosdeCarucha, y cuandovequeSergio sehincade rodillas y setapalacaraparaquenadielovea,selanzaamoquearsinvergüenza.

ElHormigaseadelanta.Losdemásleabrenunespacioenelmedio.Sehincaconladignidaddeunsacerdoteegipcioquesedisponeaescrutarlasmásoscurastrampasdeldestino.Sergiolevantalalinternayleiluminalasmanosmientrasrecogetrocitosdel tesoro en un frasco de vidrio. Cuando termina se pone de pie. Alza el brazoderechoconel frascoenalto.Vacíosdepalabras, losocho se apilanenunabrazo.Tardanendestrenzarse.AunaordendelHormigasalendisparandohaciaunasalidadeemergencia.

En la cabina de control de cámaras, un guardia frunce el entrecejo. Otro lepreguntaquélepasa.Elguardiapiensaantesderesponder.Esosmonitorescolorsonmuy lindos,pero todavíanoseacostumbra. Igualcontestaquenopasanada.Temeque su compañero piense que está loco si le dice que creyó ver, a la altura de lagóndola de fideos, pasar corriendo a unos tipos vestidos con camisetas de SanLorenzo.

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CERANTESYLATENTACIÓN

CuandoMarceloRodolfoCerantes abrió las persianas del dormitorio su expresiónadquirióelcolorturbiodelatristeza,porqueeraunamañanaespléndida.Elairedeoctubrechorreabalostibiosoloresdelasfloresydelagramillabrotandoportodoslados.Lospájaroscantaban.Elbarriodejabaescucharesosgritosalegrespropiosdelos sábados, mezcla de afilador, churrero y trenes lejanos, sobre un fondo demáquinasdecortarelpasto.Cerantesasumióqueeraunamañanapreciosayqueasílas cosas iban a sermuchomás difíciles. Tal vez si hubiese sido uno de esos díasinsulsosdejunio,fríosyllovidos.Perono,justoteníaquetocarleelaniversarioenundíasemejante,enunajornadadefiestadeluniverso,mecacho.

Arrastró lospieshasta elbaño.Seafeitó.Porprimeravezenaños se afeitóunsábadoalamañana.Eldoctorselohabíaaconsejado:«Algofundamental,miamigo,esquecambiesushábitoscotidianos.Delocontrario,es imposiblequesostengaelesfuerzo a lo largo del tiempo. Porque de entrada le va a ser fácil, con el sustofresquitocomolotiene,perodespués…».Elmédicolohabíadejadoasí,ensuspenso,yhabíalevantadolascejas,comodandoaentenderqueconelcorrerdelosmeses…Igual,eldiscursodelmédicomuchonoleestabaresultando:esode«Deentradalevaa ser fácil». Un cuerno fácil. Pero por eso mismo decidió darles bolilla a esosconsejosdelgaleno.Cambiarloshábitoscotidianos.Poresosemetióenelbañoparaafeitarse.Igual,MarceloCerantestuvocuidadodenomirarsealosojosenelespejomientras se afeitaba. Temía ver en ellos la debilidad y la flojera que podíanconducirlodenuevoalpantanodelaperdiciónydelabismo.

Sorbiósucaféconlecheconlosojosfijoseneljardín.Suesposalepreguntóquélepasaba,queestabatanserio.Sinmirarla,Cerantesledijoqueesedíasecumplíaunaño.Alejandranocontestóenseguida,ycuandohablósólodijoqueselehacíatardepara el supermercado. La notó tensa. Por algo había esquivado responder a surecuerdo. Nadamenos que ella, que solía someterlo a interrogatorios sanguinariosparasonsacarlelaverdadsobresussentimientos.TalvezsumujernoqueríaescarbarpormiedoaquelavoluntaddeCerantesestuvieseflaqueando.

¿Eracierto?¿Estabaapuntodequebrarse?No,sedijo.Deningúnmodo.Estabasensible por la fecha, eso era todo. Mañana todo volvería a la normalidad.Absolutamente.YqueAlejandratuviesesusmomentosdedudaeranaturaldespuésdetodo.Nopodíareprocharlenada.¿Acasonohabíasabidoellacapearsusbajonesanímicos, el tedio del prolongado tratamiento, la amargura de sus reiteradasclaudicaciones? Se quedó sentado largo rato, mirándose las manos inútiles,inmóviles, con los dedos entrelazados sobre la fórmica de la mesa. El silencio seposaba sobre cada cosa, y aunque quería evitarlo lo atrapaban una vez y otra lasmismascavilaciones.¿Ysiamedidaquepasabanlosdías,enlugardeolvidarlo,el

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asuntoseleimponíacomounaobsesión,comounaideafija,comounaguijónqueletaladraraloshuesosdelcráneoyleenvenenaseelcerebro?

MientrasMarceloRodolfoCerantes,unahoradespués,empujabaelcarritodelascomprasjuntoalagóndoladelácteos,sedijoqueeldestinoguardaparaloshombresdardosinsospechados.Sialguienlehubiesedichoaél,unañoantes,queunsábadoalmediodía iba a estar recorriendo uno de los lugares quemás odiaba en elmundo,pidiendopermisoconcaradeángel,aguardandoconprudenciaaquesedisolvieranloscongestionamientos,dejandopasargalantementealasseñorasmayores,sehabríareído a carcajadas. Cerantes levantó los ojos al cielo buscando respuestas, pero setopóconlostubosfluorescentesyconloscartelesindicadoresdelpasillo14,azúcaryendulzantesdietéticos.Sumujeribaunosmetrosadelante,invitándoloanoperderlade vista en medio del gentío. Cerantes iba incómodo, temiéndose un idiota, unanimalito doméstico, una mascotita dulce y mimosa que recorría los pasillosatestadosconunaserenidadpropiadeCharlesIngalls,eldelaseriequeveíadechico.Esenoerasusitio.Onoloeraunsábadoaesahora.Deningúnmodo.Nopensar,nopensar,sedijo.Seprometiólograrlo.Nopodíaserqueél,MarceloRodolfoCerantes,no fuera capaz de sobreponerse a su pequeñez y su vicio.Otros habían podido.Elmédico le había dado ejemplos de sobra. Pero mientras intentaba recordarlos unaviejaloembistiódesdeatrás,alaalturadelosriñones,conunchanguitollenohastael tope,yparapeor,cuandoCerantessevolvióamirarla,en lugardeofrecerleunadisculpa la vieja se hizo la estúpida, repentinamente interesada en unas sopasinstantáneas.Latranquilidadquehabíaestadoconstruyendoteníabasesendeblesysedesintegróenelacto.Enefecto,Ceranteslepreguntóalosgritosporquénoseibaala mierda, vieja maleducada, y su mujer tuvo que sacarlo del pleito a fuerza detironearlounayotravezdelaropa.

«¿Sepuedesaberquétepasa?»,lepreguntóellaalaalturadelascajas.Cerantesnorespondió.Atodasluces,eldíaibaaserunapesadilla.Sobretodoconesesolaltodelmediodíayesecieloazulprofundoyelvientotibio,mecacho.Tratódenuevodecontrolarse.Esosreprochessóloloconduciríanaecharporlabordatodoelesfuerzo.Elmédicoselohabíaadelantado.Nadabuenosaldríaderemoverheridasviejas.Nodebíacompadecerse.Debíaconcentrarseenloquehabíaganado,noenloquehabíaperdido. «Cuando se sienta flaquear acuérdese de la pesadilla por la que pasó,Cerantes.Acuérdese.»Asídecíaelmédico,yélseacordaba.Deverasseacordaba.Ysumujertambién.Poralgoellavolvíaenelautoconelgestoadustoysindirigirlelapalabra.

Almorzósinganas.Sushijoslepidieronpermisoparapasarlatardeenlodeunosamigos.CualquierotrosábadoCerantesnohabríatenidoinconvenientealguno.Peroesta vez tuvo que hacer un esfuerzo para no echarles en cara el abandono al quequerían someterlo. Al fin dijo que sí, porque sentía el alma tan adelgazada por la

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angustia, tancarcomidapor lamelancolía,que le faltaban fuerzasparadiscutircondosadolescentesbelicosos.

Angustia.Melancolía.Dossentimientospeligrosos,segúnelmédico.«Actividad,Cerantes.Salgadelosmomentosdeflaquezasometiendoasucuerpoaunesfuerzofísicoquelofatigueylopongaencaja.»Talvezfueseciertoesodelmédico,dequeunavezquesuperaseunaprimerafasedeangustia ibaaencontrarplaceresnuevos,ocupaciones edificantes, pasatiempos enriquecedores. ¿Por qué no? Él podíaconseguirlo,síseñor,sedijoenunaembestidadeconfianza.

Saliócasicorriendoallavadero.Sacóaempelloneslamáquinadecortarpasto,labordeadora, las tijeras de podar, la escalera demetal. Atacó los ligustros como sifuesenlosculpablesdesusflaquezas.Arrancólosyuyoscomosihubiesensidolosartífices de sus dudas. Finalmente recorrió el jardín cortando el césped en líneasparalelasparadejarlobienparejo.Cuandoconcluyóyvioelresultadodesulabor,elpasto parejo, verdísimo, oloroso, tuvo que reprimir un grito porque sintió que latentaciónlecrecíacomounahidradentrodeltorrentesanguíneo.

Volvió a los tumbos al lavadero. Guardó las herramientas. Sudaba frío y teníapalpitaciones.Sinquererlo—«¿Sinquererlo?»,habría interrogadoeldoctor—echóun vistazo subrepticio al estante más alto. Ahí estaba el paquete. Oculto casi poralgunostrastos.Peroahíestaba.Bienenvuelto.Invitándolo.Seduciéndolo.

Salióconunportazo.Enlacocinabebiódosvasosdeagua.Pensóenllamaralmédico,perolodetuvoelpudor.¿Cómojustificareltamañodesudebilidad,despuésde todo loquehabíapasadoporculpadeaquello?Talvez,arguyóCerantesantesímismo,si lo llamabayerasinceroelotroentendería.¿Acasonopodíaentenderlo?Evocó la imagen del médico. Su piel muy blanca. Sus manos suaves. Su peloordenado y su andar sereno. No. Seguramente el médico jamás había pasado porexperiencias como la suya. Y lo aconsejaba desde el pedestal estéril de no haberdeseadonuncaloqueCerantes,rabiosaycasicarnalmente,deseaba.

Estabaalbordedelnaufragioylosabía.Comonuncaanteslohabíaestadoeneseañodesdichado.Necesitabaalgoquelosacaradeltrance.Rápido.Miróelrelojyvioqueeranlastres.Quétramposopuedeserelpropiocuerpo,sedijo.Comosielmuymaldito supiese exactamente la hora a la cual debía empezar a acosarlo con susurgencias. Falta más demedia hora, pensó. ¡Nada de falta media hora, idiota!, serespondióde inmediato.Dentrodemediahoraestaría allí, en sucasa, comodebía,leyendo un libro, esperando que Alejandra se despertase de la siesta, y despuésseguiría deshojando esa tarde que se empeñaba en ser eterna. La noche seríamásfácil. Seguro. La noche tendría algo de cosa irrevocable que terminaría porapaciguarlo.

Empezóaleer,ylohizoduranteuntiempoqueleparecióunaeternidad.Alzólosojos hacia el reloj del living.Las tres y cinco.Decidióponerse enmovimiento.El

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doctor se lo había repetido, y también el terapeuta: algo al aire libre, un ejerciciometódicoyrelajante,nadabrusco,nada tensionante.Pensóencaminar.Lodescartópor aburrido. Se acordó de la bicicleta.Casi la desechó de entrada porque la suyaestaba en llantas, tanto hacía que no la usaba.Estaba la deAlejandra, pero era untantofemenina:elcuadrobajo,elcolorfucsiarabiosoyunosmoñosblancosquesunena,Agustina,lehabíacolgadoportodoslados.

Peroalsaliraljardínenfilóhaciaellavadero.Antesdeencerrarseahímiróhaciaatrás,comounfugitivo,unsospechoso,uncriminalquesedisponeacometerunactohorrendo.Cerantestratódedecirsequesidabaelsiguientepasoelesfuerzoatrozdeesosdocemesesibaaseralpedo.YquetodosloscuidadosdeAlejandra,todaslasangustiasdesuviejaytodaslasprecaucionesdelmédicoibanaserletramuerta,unainútil pila de buenas intenciones sobre las que él parecía dispuesto a escupir sinremedioysinretorno.Sequedóunpardeminutosconlasmanosalacintura,presodelaindecisión.Hastaqueenungestoarrebatadoalcanzóelpaquetesemiocultoenel estantemás alto.Lometió enunbolsogastadoy cerródeun tirón el cierre.Sedetuvoaescuchar.Nada,salvosupropiojadeo.Todoeraigual,salvoélmismo.Saliódellavaderoconademanessigilosos.Setrepóalabicicletayabriólareja,quechirriósobresusgoznes.Miróel reloj.Tresycuarto.Perderseno lehabía tomadomásdediezminutos.

Momento.¿Porquéperderse?¿Tandébilera,alfinyalcabo?¿Tanescasaerasufuerzadevoluntadqueesesologestopodíacondenarlo?Habíatomadoelpaqueteylohabíaocultadoenelbolso.Cierto.¿Yqué?Ibaalograrlo.Ibaallevaresepaqueteconsigo.IbaapasearloportodoItuzaingó,sinqueselemovieseunmúsculo.Enesepaquetenohabíanadaquefuesemásfuertequeélysudeseodecambiar.

Saliópedaleando.Elairede la tarde le sentóbien.Eramás tibioyolorosoaunque el de la mañana. Dejó que el sol le calentara las mejillas. Iba con los ojossemicerrados, disfrutando el acompasado movimiento de la bici. Decidió ir másrápido.Sintióquelaspiernasrespondíansinesfuerzoyesolegustó.Seapresuróaúnmás.Talvezestodelciclismoseaunabuenaalternativa,pensó.Airelibre,ejercicio.Lástimaelsilencio,selamentó.Unapenalasoledad,sedijo.

Lástimanada,imbécil,seamonestódeinmediato.¿Quémáspodíapedirleaesatarde maravillosa de octubre? Lástima eso, justamente. Lástima tener que estarpensandoypensando,cuandolootroeratanfáciljustamenteporeso,porqueeranopensar,nodiscernir,simplementepalpitareseplacersintiempo.

¡Basta!, volvió a exigirse. Ahora que estaba bien, por supuesto que aquelloparecíaunparaísolibredecomplicaciones.Eldoctorbienselohabíaadvertido:«Nohay más remedio que enfrentarlo; cuando el cuerpo dice basta, cuando emite unaseñaldealarma,hayqueestaratentoynopasarlaporalto,miamigo».Asílehabíadicho.Yél,Cerantes,habíaasentido,porqueteníarazón.

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Pero ahora,mientraspedaleabay con lamano izquierdapalpaba el bolso en elportaequipajetraseroparaasegurarsedequeseguíaahí,seacordabadequemientrasloescuchabanohabíapodidoevitarpensarsiél,elmédico,sabíabiencómoveníalamano. Si él también lo había probado. Si él sabía lo que se sentía. Por eso de lasmanostanblancasyelpelotanordenado.Porsupuestoqueenelmomentonohabíaabierto laboca.Peroahora se le agolpaban laspreguntasqueentoncesno sehabíaatrevidoaformularle.Porquesieldoctoresehabíasidocapazderenunciar,vayaypase.Quediga loquequiera, queno le falta derecho.Pero ¿y si no? ¿Y si el tipohablabaporbocadeganso?¿Ysielfulanonoteníaniideadeloquesignificabaesoparaélyparatantosotroscomoél?Porquenohabíamododetransmitírselo.DeesoCerantes estaba seguro. Si mil veces había intentado explicárselo a Alejandra, sinconseguirlo.Siniélmismosabíamuybiencómoeraeseasunto.Yconlostiposqueerancomoélnolohablaba.Deesascosasnosehabla.Sehacenypunto.

Unpoco.Probarunpoco,despacito,nopodíaprovocarledañoalguno.¿Quiénibaa enterarse? Salvo que el tarado deAdolfo o deGabito le fueran con el cuento aAlejandra. La última señal de la continencia le dijo que se detuviera: tipos comoAdolfo o como Gabito eran lo último que necesitaba en circunstancias como ésa.Tambiéndeesohabíanhabladoconeldoctor:«Lasviejascompañías sonelpasajedirectoalareincidencia».Lorecordabapatente.

Basta.Opararahoraosucumbir.Tratódedisculparseantesímismo.Habíahecholarehabilitación.Habíaobedecidolasórdenes.Habíaintentadoterapia.Habíatratadocon hipnosis.Había experimentado con acupuntura.Había ensayado hasta el láser,aunqueelpropioespecialista lehabíadichoquenoeraaplicableencasoscomoelsuyo.

Yapedaleabacomounenloquecido.Empezóareconocerloshitosantediluvianosque lo conducían hacia su oscuro destino. El corralón demateriales, el puente deGaona, la torre de agua. Se suponía que debían ser las marcas de la antesala delinfierno, peropara esahoraparaCerantes separecían cadavezmás a la hojarascanacidadelParaíso.Avanzóotrokilómetroyaguzóeloído.Ahíestabanlasvoces.Ahíse perdía el silencio. Tocó de nuevo el bolso sobre la parte trasera. Pensó en suapariencia: bermudade jean gastado,musculosa desteñida, ojotas,montado en unabicicleta de señora color fucsia y atiborrada de moños coquetos. Pero no tuvovergüenzaporqueestabaempezandoatenersefe.

Noteníaquesertandrástico.Estavezpodíaserdistinto.Ysesentíaperfecto,apesardelapedaleada.Noledolíaniunmúsculo.Diovueltalaúltimaesquinacomosi fuera laúltimacurvaenelvelódromo.Cruzóelportóna los tumbos,porque laslluviashabíanpoceadomucholaentradadetierra.Losvioalolejosyelcorazónlesaltó de alegría. Mientras se acercaba los fue reconociendo. Ellos por fin sedistrajeronysevolvieronamirarlo.

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El primero en acercarse, haciéndose visera con lamano, fueCarlitos.Cerantessintióqueyanoimportabanada.Elotroseplantóaunosdiezmetrosylegritóportodabienvenida:

—¿Sepuede saberdóndecarajo tehabíasmetido,pedazodeboludo? ¡Haceunañoquenovenís!

Cerantesdemorólarespuesta.Sonrió.—¿Meextrañaste,pelotudo?—¡Enserio,nabo!¡Estabasdesaparecidoenacción!Portodarespuesta,Cerantesgiróflexionandolevementelaspiernas,enpuntasde

pie.Señalólosdoscosturonesatrocesqueloatravesabandesdelaspantorrillashastalostalones.Losotroscallaronycontemplaronabsortoslascicatrices.Despuéshablócomoenunaclasedebiología,mientraslaprofesoraleabrelapanzaalsapo.

—TendóndeAquiles;lasegundavezelizquierdo.Yyamehabíarotodosveceselderecho.

—¿Ysisetecortadenuevo?¿Notevasahacermierda,Cachito?Tardóencontestar,porquesediocuentadequeacababaderecuperarunodesus

nombres.AhíeraCachito,comoSanJoséeraSanJoséylaChanchaeralaChancha.Habíatiposdeloscualesignorabahastaelapellido,aunquelosconocieradesdediezaños a la fecha.Ahí no se hablaba de laburo ni de guita ni de nada que no fueraaquello que los unía. Sospechó que el cielo debía parecerse a eso, pero desechórápidolaideaporquetuvomiedodeemocionarseyempezaramoqueardelantedelosveinte forajidos.Por fincontestómedioa losgritos,paradestrabarseelnudode lagarganta.

—Nopasanada…—dudó,yporfinagregó—:Estoycurado.—A ver, ustedes dos, par de pelotudos. ¿Van a jugar o vinieron a charlar

boludeces?—desdeelmediocamposeoíanvocesimpacientes.—Pará, animal—Carlitos hablaba con tono criterioso—, ¿no ves que Cachito

vuelvedeunalesión,tarado?Varios de los otros se acercaron a saludar y a contemplar morbosamente las

heridas.Cerantesrepitiólaexplicación,conuntibioysecretoorgullo.Por fin se dignó acercarse la Chancha, que trataba infructuosamente de que la

camisetabajaramásalládesuombligo.Seguíausando lacamisetadeHolandaporafuera del pantalón. Con esa busarda parecía una carpa de las que se usan en laAntártidaparaqueseveanenlanieve.

—¿Quédecís,Cachito?Pensamosquetehabíasmuerto.Ceranteslocontemplódulcemente.—¿Cuánto estás pesando, Chancha? Aflojá con la verdurita que en cualquier

momentotedesintegrásenelaire.LaChanchaloignoró,magnánimo.Sevolvióhacialosotros.

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—Muchachos, si no es molestia… ¿podrían ir hacia el medio, que estamoseligiendo?O si prefieren quédense acá, yme aguantan unmomento que traigo lamáquinadepicarboludos.Latengoenelbaúl,notardonada.

—Cortala,Chancha,yavamos—ledijoCarlitos.—Vayan,vayan,queyomevoyavendar como laMomia—Cerantes los echó

porquequeríaponermanosalaobra.Se inclinó sobre el bolso.Sacó el paquetey lo abrió.Extrajo el linimentoy se

frotólasrodillasylosmuslos.Enrollópacientelasvendasycongestosdeexpertoselaspuso.Se subió lasmedias largasy se las ajustócondosgomitas,debajode lasrodillas.Sacólosbotinesynotó,sorprendido,queestabanlustradosconesmero.Unodelosqueelegíanlosequiposlegritódesdelejos:

—¡Che,Cacho!¿Teelijooestáshechomierda?¡LaChanchadicequenopodéspararanadie!

Cerantesbajólosojosysonrió.—Elegime,pescado.Elegimeyvaaver.Seajustólosbotinesapresurado,porqueestabanesperándolo.—Meparoatrás,hastaqueagarreunpocoderitmo—dijoalentrar.Seubicódeseis.Seprometióarrancardeapoquito.Nadadepiernafuertenide

saltarenloscentros.Esoloteníaclaro.Despuésdetodoerauntipogrande,quesabíacuándodecirbasta.¿Era?Decidióquesí,queera.Seacordódelasadvertenciasdelmédico,perolashizoaunladosacudiendolacabeza.Muchomástardóenquitarsedelamenteasumujer.¿Quéibaadecirlealavuelta?Noteníaperdón,ylosabía.Leibaadecirlaverdad,quefueajugarperolivianito,levantandoapenaslaspatasdelpasto. Que no fue a saltar en ninguna. Que sacó la pierna en todas las pelotasdivididas.Ono.Capazquenoledecíanadaysequedabacalladohastaqueaellaselepasaselacalentura,queporloquesospechabaCerantesibaademorardosotresmilenios.

Talvezsiledijeralaverdad,laverdadenserio.Peronopodía,porqueniélsabíaquéeraloquelollevabaunavezyotravezaestarahí,conlapanzaenciernesperoahí, escupiendo los pulmones pero ahí, con las patas en ruinas y cruzadas decicatricesperoahí.Seguroqueloquedecíaelmédicoteníasentido.Seguroquehabíaotrosmodosdepasarlossábadosalatarde.Porsupuestoqueteníaqueestablecerunordendeprioridadesyrespetarlo.Sindudaquehabíamilmanerasdetenerunavidafeliz.PeroCerantesnoconocíaningunaquenoincluyeraesto.Estodecortarunpardepelotasbienparadodeúltimo.Estodesentirlasvocescálidasdelossuyos.Estodeirtomandoconfianzaysalirconpelotaalpie.Estodetreparporelmediocamposintiéndosemejorencadapique.Estodedecirlealochoqueteaguanteatrásporquevas a ir a buscar el córner. Esto de esperar un poquito afuera para poder tomarimpulsocuandovengaelcentro.Estodesaltarcontodaslasfuerzasylacaracrispada

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porelesfuerzoallá,bienallá,bienarriba,enelfresco,yesperaralbalóncomoaunanovia.

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LUNES

Elchicosedespierta tanteando,comosiempre, lasábanabajosucuerpo.Denuevoestámojada,comocasitodaslasnochesdelosúltimosmeses.Ahoravendrásumamáy él le esquivará lamirada. Intentará ponerse rápido de pie, buscar un calzoncillonuevo, no ver esos gestos que lo llenan de vergüenza: su mamá tironeando de lasábana para destrabarla de la cama, el colchón volteado de costado y esa aureolaoscuraqueloacusaráporelrestodeldía,cadavezquepaseporlapieza.Ellanuncale dice nada. No le reprocha que tenga diez años y moje la cama. Su papá y suhermanatampoco.Algunavezsuhermanograndesehaburlado,peroelchicolehasaltadoalcuelloconlasuñascomopuñalesyungritosalvajeenlagarganta,yelotronohainsistido.Asíquenadiedicenada,peroelchicosabequetodossabenyesolepesaenlasentrañas.

Peroalgoraropasa.Hoylascosasnosoncomosiempre.Elchicoescuchavocesquerecorrenlacasa.Aúnestáoscuro.Muyoscuro,porqueesplenoinvierno.Ademáseslunes.Ysiesluneslacasatienequeestarcasiensilencioaesahora.Suhermanotiene que estar dormido en la cama de arriba. Y su hermana tiene que estarvistiéndoseparairalaescuela.Elchicoseasusta,porquetemealgomalo.Enciendelaluzsobrelacama.Tieneunveladorenganchadoenlacabecera.Denochelousaparaleerhastaquelevieneelsueño.Elsueñosiempretardaenvenir,yleerlegustamucho. Lee los libros de sus hermanos. Los de la colecciónRobinHood y los deIridium. Son como treinta, y algunos los ha leído muchas veces. Anoche estuvoleyendo, pero ahora está mareado de miedo y no se acuerda qué libro. Cuandoenciendeelveladoracercalamuñecaizquierda,porqueduermeconelrelojpuesto.Suhermanolehadichoqueesmalodormirconelrelojpuesto.Lehadichoqueselevaacortarlacirculacióndelasangreyselevaahincharlamanoyeldoctorselavaa amputar.Pero él no lehace casoporque sabeque suhermanodisfruta cuandoelchicoseasusta.Yahoraquetienediezaños,aunqueseasustenoselodemuestra.Esel reloj que le regalaron para la primera comunión. Tiene malla de cuero, fondoblanco, números plateados. Lástima que no tiene segundero; porque al chico leencantan los relojes con segundero porque sirven para tomar el tiempo demuchascosas. Su amigoAndrés tiene uno y se puede jugar a ver cuánto tiempo se puedeaguantar sin respirar. Encima es digital, todo con números, y está buenísimo. Suhermanasabequeél le tieneunpocodeenvidiaaAndrésporel relojdigital.Peroelladicequelosrelojesconagujassonmáselegantes.Eslindoverlodeesemodo.Suhermanasiempredicecosasqueaunolotranquilizan,poresoelchicolaquieretanto.Bueno, casi siempredice cosas lindas, porque el otrodía le dijo algohorrible y elchicoseenojómucho,peroprefierenopensareneso.Selodijoenlaiglesia.Lofueabuscaralaescuelayledijoquefueranalaparroquia.Élsepusocontentodequeella

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fueraabuscarlo,perocuandoledijodeiralaiglesiaélsospechóqueeraparadecirlealgo feo. Y era nomás para eso. Él la escuchó y protestó un poco. Dijo que eramentira.Perosuhermanatambiénesgrandeylosmásgrandessabenmáscosas.Poresoelchicosecallóyladejóquehablara.Pusocaraseriayclavólosojosenelpiso.Elchicosabequecuandounonoquierequelojorobenlomejoreseso:ponercarademaloymirarelpiso.Lediounpocodelástimaporquesuhermanasepusoallorar,yaélledapenaysesientemalocuandoellallora.Peroloquedijoenlaparroquiaesdemasiadohorribleynopuedeserverdad,ysisuhermanamientequesejorobe,yquellore,aélnoleimporta.

Pero ahoraquemira el reloj a la luzde la lamparita sujeta a la cabecerade sucamaelchicovuelveatenermiedoporquesonlassieteydiez.Losdíasdesemanasumamá lo despierta siempre a las siete. Y hoy es lunes y hay escuela, y entoncestendría que haber venido a las siete, pero no vino. Y su mamá nunca jamás lodespiertatarde,porqueaéllecuestalevantarse.Sesientaenlacamaytardamuchoenabrirlosojos.Esosinomojólacama,porquesilamojóledamuchavergüenzayselevantaenseguida.Peroesosumamánolosabehastaquetocalacama,asíquesíosívienealassieteparaquenolleguetarde.Perosonlassieteydiezysumamánovino.Yestánlasvoces.Enlacasahaymuchagente.Noestánloscincoquetendríanqueestar.Sesientenpasosquevanyvienenporelpasillo.Elchicovuelveaapagarlaluzyseponedepie.Hacefrío.Ycomoestámojado,hacemásfrío.Seacercaa lapuertacerradadesupieza.Perounavozlodetieneenseco.Essutíoquehablaporteléfono.Nohayduda.Essutíoporquenadietieneunavoztandemalocomosutío.Nosólolavoz,cuidado.Tienelosojosclarosquetemiranfijo.Ylevantasiemprelascejas cuando temira, y siempre parece a punto de retarte.Y nunca juega.A nadajuega. Dicen que tiene un tren eléctrico bárbaro, gigantesco. Y unos autitos decoleccióngeniales.Peroelchiconolosvionunca.Esetíonojueganuncaanada,ydamiedo,yparecequelegustaqueloschicosletenganmiedo.Senotaquehablaporteléfonoporquelohacefuerteynadielecontesta.Ycontodalagentequehayenlacasa alguno podría contestarle. Por el pasillo, la voz y las palabras llegan clarito,clarito.

Dicequenovaairatrabajar.Queno,quenopuede,porquefalleciósucuñado.Elchicotiembla.Conoceesapalabra,fallecer.Eslaqueusanlosgrandesparahablarde los muertos. Los chicos dicen morir, murió, muerto. Los grandes usan eso defalleció,quesignificamorirse.Depieenlaoscuridaddesupieza,elchicotiembladefrío y de miedo. Intenta pensar rápido. ¿Qué es un cuñado? Es un familiar, esoseguro. Pero es de los difíciles. Hermano, hijo, padre, primo, tío, sobrino, nieto,abuelo.Esoselchicolossabe.Perohayalgunosquenolosentiende.Suegra,cuñado,noestáseguro.Yhayotrosmáscomplicadostodavía:nuerayyerno,quenotienelamenorideaperoalgunavezloshaescuchado.

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Elchicoquierepensarrápido,porqueelhorrorleempiezaasubirporlastripas.¿Quécuernosesuncuñado?Sesientaensucama.Razonapordescarte.Nohabladesumamá,ni de suhermana, porque ahí sería «cuñada», no«cuñado».Suhermanotampoco, porque si el chico es sobrino de ese tío, su hermano también, porquesiempreserepite.Ysiessobrino,noescuñado.Ycuandoalchiconolequedanmásparadescartarpegaungrito,ounaullido,porqueentonceseraciertoloquelehabíadicho suhermana, esodeque losdoctoresdijeronque se ibaamorir,yporesoelenfermerotodosesosdíasatodashorasmetidoensucasaylosfrascosdesueroyelolor a remedio todo el día, y por eso había dejado de levantarse de la cama y elMundialapenaslohabíamiradounpoco,yesoqueerafanático.Eracierto,yaunqueelchicoquieraseguirsincreerlotienequecreerloporqueporalgosumamánovinoalas siete en punto y su hermano está levantado y su hermana también y hay unmontóndegenteportodalacasaysutíodicequefallecióelcuñado.

Yelchicohundelacaraenlaalmohadaylloraalosgritosperopegalacaraalaalmohadaporquenoquierequeloescuchenporquenoquierequenadielediganada,porquetienequesermentira,porqueélunavezpreguntócuandoeramáschicoyledijeronque lospapássemuerendeviejoscuandounoesgrandeyélnoesgrande,aunqueseamásgrandequecuandoteníacincooseistodavíaeschicoporqueestáenquintogradoyesoesserchico,entoncesnopuedesero lemintieronoDiosesunmaldito,peronopuedeserporqueéltomólaprimeracomuniónelañopasadoyfuebuenoyfueaconfesarsecuandosemandóalgunamacanaynopuedeserqueDioslocastigue así porque a ninguno de los chicos de la escuela le pasó eso, o su tío deenfrente es más malo todavía de lo que él pensaba y lo dice a propósito paralastimarlo,peroentoncesnoseentiendequéhacesutíoensucasaalassieteydiezdelamañanayporquénovinosumamáadespertarlo.

Olaalmohadanohatapadosusgritosuotracosahafallado,perosumamáysuhermanaentranenlapiezayseagachansobresucamayloabrazanyleempiezanadecir cosas para consolarlo, pero él llora cada vez más fuerte porque si lo estánconsolandosignificaqueescierto,queaunqueseaimposibleaquelloescierto.Yenmediodeesebarulloélseacuerdadecuandofueronacomprarlasantaritaqueestáplantadaenelpatioytienefloresmediovioletas,ynuncasabráporquéseacuerdadeeso, pero por detrás de las palabras de lasmujeres se concentra en esa imagen decuando fueron en el jeep de Santiago y pararon en un vivero grande sobre unaavenidayeracasidenochecita,ysumamádicealgodequedejódesufrirperoélaprietalosojosparavolveraverelmomentoesecuandobajarondelacajadeljeepyentraronalviveroyestabantodaslasplantasenfila,yellasdicenpensáqueahorayanoleduelenadaynosmiradesdeelcieloyelchicodejaahísuslágrimasysucuerpoestremecidodefríoparaquelodejentranquilo,paraseguirpensandoenqueeracasidenochecuandosesubieronaljeepdenuevoyelchicovinohastasucasaagarrando

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la latayeraunaplantafinitaatadaaunacañayparecíapoquitacosa,ysupapá ledecíaquenosepreocuparaqueibaacreceryatirarunasfloresdenovela,yelchicolecreíaporquesiemprelecreíaporquesiempreledecíalaverdadynoseequivocabanunca, pero entonces no se entendía lo de ahora, que estuvieran dale que daleconsolándolo cuando precisamente él le había dicho que los papás se morían deviejoscuandoyateníanmuchosaños.

Sedespiertadespuésdeunsueñopesado.Estáseco.Esdedía.Porunmomentocreequehasoñadoyquehatenidounapesadilla,comoésadeunlobogigantescodedienteshorriblesvestidodetrajeyparadojuntoasucamaquesoñóporculpadeuncuentoqueleyóunavez.Peroseequivocaporqueestáenlacamadesuhermana,enlapiezadesuhermana.Ysiestáahíesporquetodoescierto,ymássiestandedíaporquehoyeslunesyhayescuelaylamamánolodejafaltarsinoestáenfermoyélenfermonoestá,ysinofuealcolegioesporqueloqueledijerontempranotienequeserasínomásaunquenopuedasercierto.

Le viene a hablar el enfermero. A él no le gusta el enfermero porque en losúltimosmeseshaestadodeacáparaalláportodalacasacomosifueraunodelacasaperonoes,comosifueraunodelafamiliaperonoes,yhaceydeshaceyvieneyvacomo Pancho por su casa, como dice la abuelita. Y menos le gusta que venga ahablarleysesienteenelbordedelacamayledigaqueseríabuenoquevayaaverloahora porque después va a ser peor. El chico no quiere. No quiere saber nada.Primero porque no quiere y segundo porque a ese tipo no quiere creerle nada; sidesdequellegóalacasatodohaestadopeorcadadía,asíquedequépuedesaberesefulano.El chiconuncadicemalaspalabrasperocadavezque love tieneganasdedecirle taradoyboludo.Peroel tipoinsisteenquemejorquevayaahora,queél loacompaña,quedespuésenelveloriovaa serpeor.Elchicodudaporquenuncahaestadoenunvelorioycuandohapreguntadolehancontestadomedioconfuso,yseponeapensarsiserátanterrible,ycapazqueeltiposelodiceporsubien.Yjustoelenfermerolediceeso,queesporsubien,porqueelúltimorecuerdoquesevaallevares verlo en un cajón todo con flores, y esa imagen lo horroriza de talmanera queacepta, porque el chico piensa que no quiere verlo en un cajón con flores y queseguroquenohaynadapeorqueeso,asíquemejoracompañaralenfermerohastalaotrahabitación.Yantesdellegarvuelveadudar,porqueelchicosientequeleesperauna mano brava porque si no por qué este tipo le vino a hablar a la pieza de suhermana,yaparecensumadreysuhermanoqueledicenlomismo,quevayaahora,ydalequedaleconquelodelveloriovaaserpeor,yalfinalseconvenceyentraenlapiezadetrásdelenfermeroydesuhermano.Ydemovidasesobresaltaporqueestátodooscuro,perooscurooscuro,niunveladorprendidoninada,apenasunpocodeluzquesecuelaporelpostigoporqueyaesbiendedía,yelchicomiralacamaylove tapado todo enterohasta la cabeza comoen las películas de fantasmasyquiere

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gritarquesequiereirperonopuedeporqueenelveloriovaaserpeor,dijeron,enelcajónconlasfloresvaaserpeor,seguro,dijeron,yentoncesseacercayenciendenunveladorylodestapanyestátodoblancoyconlosojoscerradosylehanpuestouna telaadhesivaen lanariz,yel chiconosabeparaquécuernos se lapusieronynuncaenlavidavaapreguntarloperosiempresevaaacordardeesaimagendesupapá acostado con la tira de tela adhesiva cerrándole la nariz, y le dicen que seacerqueyledicenquelobeseyelchicoobedeceperonoquiereporqueintuyequecuando lo rocecon los labiosvaasercualquiercosamenosunbeso,y tienerazónporquecuandolorozaenlafrenteconloslabiossientefrío,tantofríocomocuandosedespertóenlacamamojadaperopeorporqueestálapiel,encimalapiel,quenosesientecomolapiel,y lloraporquesequiere irperoel taradodelenfermerosuponeque llorapor la tristezaporqueno sabequeel chicono llorade tristezadelantedecualquierestúpidocomoél,sinoquelloradelhorroryde la impresiónyporquesequiereir,peroelinfelizleponelamanoenelhombroyledicepobrecitohastaqueporfin,comosihubieracumplidovayaasaberquépenitencia,sevacorriendodeapoquitohacialapuerta,ylodejan,sealejadelacama,ynoloretienenahí,peroantesdeirsevequeapaganlaluzyvuelvenconlodelacintitaenlanarizylasábanahastaarribadelacabeza,yelchicoseespantaporquenoquierequelodejenasí,quierequeabranlaventanayqueentreelsolyledestapenlacaraylodejentranquilo,porquesiestanciertoqueahoraestámejoryqueyanoledueleynosufreporquécuernosnolodejanenpazylotapantodoylodejanaoscurasylodejanasísoloyoscuroqueeslopeorquepudieronhaberlehecho,ymientraselchicosalealpasilloya la luzyrespirapiensaqueelveloriodebeserlaporqueríamásgrandedelmundoporquesinonoentiendequepuedaexistiralgopeorqueloqueacabandeobligarloahacer.

Lomandan a su pieza un rato y se queda con sumadre y sus hermanos, y suhermanadibuja cartelitos en el vidrio empañadode la ventanaporquehacemuchofrío,quedicenpapátequiero,yelchicopiensaquelasmujeressonrarasporqueélnoquieredecirnadadenadaanadieymuchomenosponerseaescribircartelesenlosvidriosperolahermanasevequecomoesmujersiguedalequedale,llorayescribe,llorayescribe,hastaqueocupalosdosvidriosdelasdosventanas,yalratoalguienabrelapuertaydicequeyaselollevaron,yelchicopreguntaadóndeyledicenquealvelorio.

Alratolosvienenabuscarylosllevantambiénaellos.Elchicoentrayellugarescomounacasamedioraraconunasalagrandeydeahísepasaaotrahabitacióngrandeyahíestáelcajón,nomás,yélseacercayloveycasisetranquilizaporquetodoelviajehaestadopensandoqueesto ibaaserpeorqueverloen lapiezaperoresultaqueno,porquees todo tan raroconesasvelasyesecajónyesaespeciedecamisóncontulesquelepusieronylasmanoscruzadasypálidasquenopareceél,entonceselchicoseimpresionamenos,esunaespeciedecosararaqueseparecede

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lejosa supapáperocasinada,unacosa raramásenun lugar llenodecosas raras.Lástimaquenofaltaelpiolaque lediceque ledéunbeso,porquea la tardeeselentierroynolovaavermás,yaélledanganasdeputearalosquedicenesoperonolohaceporqueesunchicomuyeducado,dicesiempresumamá,asíqueobedeceyestampa un beso en esa frente fría y de nuevo la sensación de cera blanda que notienenadaquevercon suverdaderapiely seacuerdadealgoquedijo lahermanacuando estaban todavía en la casa, algo de que el cuerpo es como una casita queusamos para vivir en la Tierra pero que cuando nos vamos al cielo ya no lonecesitamos, y aunque el chico no lo sabe todavía es lo único decente que va aescuchareneldía,yselovaaacordarsiempre,empezandoporcadavezquevieneun idiota a alzarlo para que vuelva a darle un beso en la frente, y parece que unvelorioesparaeso,paraquevengaunmontóndegentedetodosladosydefamiliaresquehaceunapiladetiempoquenosevenparaalzarloaélhastaelbordedelcajónparaque ledéunbeso,y lloranunpocoyélseaguantaaunquequiere irseporquealgunoledijoqueaprovecheamirarloahoraporquenolovaavermás,yseparecealasunto ese demirarlo en casa porque el velorio iba a ser peor, y el chico lomiraaunqueveaalgoextraño,quecadavezseparecemenosasupapácuandocompraronlasantarita,porejemplo,peroleshacecasoyleclavalamirada,hastaqueporsuertevienesutíoyledicealgodeiratomaruntéalodeunvecinoqueesamigosuyoyelchicocontalderajardeesesitioacepta,contaldeirseyquenolediganmáslodelosbesosylodemirarlo,sevaconesetíoalquetemeyalqueodiaporquesiempretemiracomoretándote,ycaminanunascuadrasyentranaunacasadondeunhombrelossaludayseloquedamirando,yelchiconoentiendemuybienloquesignificaesacaraporqueeslaprimeravezquereparaenella,eslaprimeravezquelomirancomosi fuera raro, como si fuera distinto, como diciendo pobrecito, y el chico aunquetodavíano losabevaaaprenderaodiaresamiradaporquequiénesson todosesosparatratarlodepobrecito,tanchiquitoperderalpadre,yporquésemetenenloquenolesimporta,perosetomaeltécalientequelesirvenaunqueodiaelté,ledaascoel té, le da ganas de vomitar el té, pero ese día el chico está dispuesto a hacercualquiercosacontaldequelehablenlomenosposible,ysetomaeltémirandounpatioconmuchasplantasperoquenotienesantarita.

De vuelta en el velorio sigue viendo gente conocida y gente desconocida, ycuandoestáncercadelcajónponencaraseriayalgunoslloranytodoshacensilencioycuandoestánenlaveredafumanyaveceshacenchistesyelchicoquierequesevayan,aunquesabequenosepuedeporquetodavíafalta,ledijeron,faltacomohastalascincodelatarde,yalfinunostiposdeazulcierranlatapadelcajónyelchicovequealgunoslomirancomoesperandoaverquécaraponeyélnoponecaradenadaaunquesesienteunpococulpableporquelacaraquequerríaponerescaradealivio,caradeporfintaparonesoqueestagentedicequeessupapáperoélyasabequeno

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poreseasuntodelosbesos,peronoponeesacaraporqueaunquenoentiendegrancosasabequenadieesperaquepongacaradealivio.

Losubenaunautoazulenorme juntoconsumamáysushermanosyelchicopiensa qué auto gigantesco. Ymira para adelante y en un auto demuertos, comodicen los chicos del barrio, llevan el cajón que se ve por el vidrio y van muydespacitoporuncaminoqueelchiconoconoce,yelchicopiensaqueeslaprimeravez que van todos en un remise y su papá va en otro auto, y la idea lo desesperaporqueacabadepensarqueentoncesesoquevaenelcajónsíessupapáyentoncesvasoloyaoscuras,perovuelveaacordarsedelfríodeesosbesosqueledijeronqueledieraysetranquilizaporquepiensaquesupapáestánomásenelcielocomodicenloscurasdelaescuelaovayaasaberdónde,peroenesecajónseguroqueno.Entranalcementerio,quetieneunparedónblancoyenormeadelante,yelchicosedacuentade que va a entrar por primera vez a un cementerio porque no conoce ninguno, ypiensaqueahorasíverálopeordetodoporqueelvelorionofuetanmalo,salvoporlos besos, pero igual no fue tanmalo como lo de la pieza con la sábana hasta lacabezaytodooscuro,yentonceselchicopiensaquelopeordelopeordebeserelcementeriopero cuandomiravequeno tanto, porque es un campograndegrande,hasta donde se pierde la vista no hay nada, apenas una filita de cruces delante detodo, y alguien comenta que es un cementerio nuevo y alguien dice que laMunicipalidad se hace cargo de todo porque su papá tenía un puesto ahí muyimportanteyelchicosesienteunpocoorgullosodequediganeso,ycuandobajanelcajón a la fosa tiran como unos cañonazos, o unos balazos, y eso le gusta porquesuenacomoque lo respetan,perono legustanadael ruidoqueempiezaahacer latierracuandoempiezanataparelcajón,ylevuelveeltemordequeenseriosupapáestéahíadentroporqueentoncesquévaasentir,ynoestásegurodeltodoperollora,el chico se largaa llorar comoun loco,y lamamá loabrazayél lloraynopuedeparar,y ledicenbuenobueno,perocadavez lloramás fuerte,hastaqueal finalsumamáledicequetienenqueserfuertesyparardellorar,yentoncespara,sigueunpoco pero para, y piensa que mejor no va a llorar más porque si no seguro loempiezanamirarconesacaradepobrecitoyesloúltimoquequiereenelmundo.

Alavuelta todavíaquedagenteensucasa.Otro tío lo llevaalkiosco.Laviejaque lo atiendeponeesa caramaldita, y el chicoparanoverla clava lavista en lasgolosinas.EligeunchocolateElGráficoquevieneconsabordulcedelecheytieneuna foto antigua.Vuelve comiéndolo por el camino.Cuando se cambia de ropa sequedamirandoelsuelo.Estásentadoenelbordedelacama,igualquealamañanatemprano cuando empezó esa pesadilla. Pasa su hermanoy le acaricia el pelo y ledicequecuenteconél,quenoestásolo.Elchicopiensalomalquepintalacosaparaquesuhermano,quenuncaledicenada,seanimeadecirleeso.

Alguienhahechosopaparalacena.Elchicosesientaenlasilladesupadre.Lo

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dejanenpaz.Legustalasopadecabellosdeángel.Todoscomencallados.Cuandotermina,elchicodecidehacerloquetieneganas.Levantaelplatoconlasdosmanosychupaaloslengüetazoslosrestosdequesoralladodelfondo.Suhermanoloreta.Sumadredicealgodequehoylodeje,quelotienepermitido.Elchicoentiendequelavidahacambiado.Sisumadrelohadejadochuparelplatodesopaesporqueelfuturo viene complicado. El chico se acuesta. Recibe los besos de su madre y suhermana.Ledicenquemañananovaairalaescuela.Yquesiquierefaltarhastaelotro lunes puede hacerlo. Tarda en dormirse. No reza. Al final Dios debe ser unmentiroso. Encima tomó sopa, y como estaba salada tomó agua, y capaz que denuevomojalacama.

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ELAPOCALIPSISSEGÚNELCHATO

Aprimeravistapudoparecerqueelquilombosearmóporqueanosotrosnonosgustaque nos den la vuelta olímpica en la jeta. Cosa que es cierta, ojo. ¿Hay alguien aquienlegustesemejantecosa?Peroapenasescarbásunpocotedascuentadequelacosa venía de más lejos. Porque mirándolo un poco más a fondo era también unasuntodepolleras.Otalvezenciertomodolaclavedelbalurdoestabaenlodelachataladrillera.Omásbieneratodojunto,bienrevuelto:lacosaveníacargadaconlodelachata,secomplicófeoconlodelaYamilayseterminódepudrirconlodelavueltaolímpica.

Arranquemos por el principio: el Chato y el Alelí son primos hermanos, perodesde que eran pibes se quieren sacar los ojos. Se han pasado la vida buscándosecamorra. Si hasta parece que cada cosa que piensan, que hacen y que dicen, lapiensan,lahacenyladicenparajoderlelavidaalotro.Losdossonlosmayoresdecincohermanos.Losdosnacieronenagostodel‘61.Ylosdosseodian.BastóqueunosehicieradeEstudiantesparaqueelotrosehiciesedeGimnasia,yesoqueLaPlatanosquedaenelculismundis.AunolegustabadechicojugaralZorroyelotronoparabadedecirqueéseeraunenmascaradotroloyquenohabíanadiemejorqueBatman.UnosehizohinchadeFordyelotro,naturalmente,fanáticodeChevrolet.Uno se las daba de la Momia y el otro se hacía pasar por el Caballero Rojo.Físicamentesonparecidísimos:dosnegrazosgigantescos,grandescomoroperos,deesosquesiteloscruzásdenocheporunacalleoscurateconformásconqueloquetevayanahacerdurelomenosposible.AlChatoledicenChatoporqueantesdepegarelestirón,hastalosdoce,eraunenano.Alelíysusamigosdicenqueno,queledicenChatoporquetienelanarizaplastadacomolosboxeadores,yqueesoesproductodeunapiñaquelepusoelAlelícuandoeranpibes.Peronoescierto.AlAlelíledicenasíporquese llamaAlbertoElías,ybastóqueunavezelChato ledijeraque teníainicialesde florcitaparaqueelotro sepusieravioletade la rabiay lógicamente lequedaraelapodoparatodalavida.

Yadijequesehanpasadolaexistenciaodiándoseconunaentregasinfisuras.Ynosehanfajadomásporquesiemprevivieronrelativamentelejosunodelotro.AlelíesdeLaMerced,ynosotrosconelChatosomosdeLaBlanquita,yparaelquenoconocelazonahayqueaclararqueentrelosdosbarrioshaycomotreintacuadrasyson de tierra. Las calles siempre fueron una ruina, demodo que cuando caen dosgotastequedaunenchastredepantanoquereítedelosdelaFlorida,porqueloúnicoquelesfaltasonloscocodrilos.Asíqueseveíanparaloscumpleañosdelosviejos,paraPascua,paraFindeAño,paralascomuniones,ysedabanqueerauncontento.

Lindosepusocuandoentramosalsecundario.Elúnicocolegioquehabíaendiezkilómetros a la redonda estaba sobre la ruta, de modo que ahí sí tuvieron que

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encontrarse.Durarondosañosyprotagonizaronbatallasmemorables.Enprimerañoteníanladelicadezadefajarseenelcampitodelasvías,peroensegundoperdierontotalmentelacomposturaysedabanenelaula,enlosrecreos,enlaformación,enelbañoodondelossorprendieselafuria.ElChatofinalizósucarreraacadémicaeldíaenquehizoaterrizarunasillaalospiesdeldirector,previopasoporelventanaldelaulaquedabaalpatio.ElChatoaclaródespuésquesetratódeunerrorcomprensibleporqueunasillaesdifícildedirigir,yélteníaqueoptarentreapostaralimpulsodecruzarelauladepuntaapuntaconelsillazooasegurarel impactoen lafrentedelAlelí, y en esa disyuntiva entre propulsión y exactitud optó por lo primero y elresultado fue expulsión directa. El Alelí no duró mucho más. Fue como sidesaparecidosuenemigonohubieratenidosentidoseguirtorturándoseenlabatalladelconocimiento.Almessiguiente,yconlaexcusadeunospetardosenelbañodemujeres,eldirectorsedioelgustodefirmarlaexpulsióndelsegundodelosprimos.Paralosquequedamos,elcolegioperdiócasitodasupimienta.Bueno,«paralosquequedamos» es casi una manera de decir, porque para mis amigos del barrio LaBlanquita lasecundariaeraun tormentoquenoestabandispuestosa tolerar.DeLaMerced se recibió únicamente Rubén Acevedo, y de nuestro terruño fui el únicosobreviviente. Parece mentira cómo la tenacidad y la inercia tienen premio. Fuecuestióndeponerseenlacolayaguantar,deahíhastaterminarlafacultad.

Tuvesuerte,porqueconseguíunbuentrabajoyestevocabulariouniversitariotandistinguido,atributosambosenvidiablesenmibarrio.Peroahíestá:cuandodigo«mibarrio»merefieroaése,aLaBlanquita,ynoalhermoso,cuadriculado,pavimentadoyarboladosuburbiodeclasemediaenelquevivoahora.Seráporesoquetodoslosfinesdesemana,lluevaotruene,hagafríoocalor,estésanooenfermo,meescapoajugar al fútbol allá. Caiga quien caiga, armo el bolsito y me tomo el bondi bientemprano.Mimujermesonríetiernamentealdespedirnos,porquesuponequedejoelauto en casa para quemis amigos no se sientanmal por mi progreso. Yo la dejopensarquesoyundulce,pero laverdadesqueno lo llevoporqueenLaBlanquitacualquier auto demodelo 1970 para acá puede demorar entre 20 y 23minutos enconvertirseen2476repuestos.

Perobueno,noséporquéestoyhablandotantodemí,cuandoelasuntoescontarloquepasóconelAlelíyelChato.Por sinohaquedadoclaro,yo soyamigodelChato desde primer grado y amigo de los amigos del Chato. Esome convierte enenemigo delAlelí y en enemigo de los amigos delAlelí. Ojo que ellos deben serbuenagente,comolosmíos,peroenloquellevamosdevidanuestrosencuentroshansidodemasiadotumultuososcomoparadetenermeaaveriguarlo.Laúnicaexcepciónsomos el Rubén Acevedo y yo, porque la soledad del secundario nos unió en elinfortuniocuandoningunode losotrosvagos sobrevivióa tercer año.PeronuestraamistadesunsecretomejorguardadoquelosdelaGuerraFría,porquesisellegana

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enterarelChatoyelAlelínosexcomulganynosechandelatierraprometida.Ahora que crecimos las batallas son menos frecuentes y más civilizadas. No

incluyen ni sillas ni gomeras. Apenas uno que otro trompazo, pero nada grave.Gracias a Dios nos queda el fútbol. Hace una pila de años que jugamos uncampeonatoenlascanchasdelSindicatoPostal,sobrelaruta.Sesuponequeesporelhonoryunacopitademorondanga,perotodossabenqueesporguita.Sehaceunavaquitaconla inscripción,perolamayorpartenoesniparaalquilar lascanchasnipara pagar los jueces: es para el equipo que gana. Como juegan arriba de veinteequipos se juntan unos lindosmangos.El campeonato es largo como esperanza depobre,peronadiesequejaporquecuantosmásequiposson,másplatasejuntaparaelpremio.Lógicamente, hace comoveinte años, cuandoelChato se enteródeque elAlelíysussecuacessehabíaninscripto,nosconminóaabandonarnuestrosdestinos,nuestras familias, nuestras carreras, nuestros sueños y nuestras ilusiones paraseguirlo,yaclaróquesidesoíamossemejanteconvocatorianosibaacagarapatadas.

Nohizofaltaporquenospareciómagnífico.Esosí:haygentealaquelecuestaentenderqueunotengacompromisosdeportivosimpostergableslosfinesdesemana,como pude comprobar cuando me puse de novio. Igual, con un poco de buenavoluntad, se liman esas desavenencias. En mi caso, por ejemplo, logré que miflamante esposa aceptase salir de luna demiel un lunes en lugar de un domingo,porquejustonoshabíanpuestoelpartidoeldomingoamediodía.Iguallonuestroenlacanchafueanecdótico:despuésdelcasorioyconloquechuparonesosanimalesenlafiesta,dimospenaynosllenaronlacanasta.GraciasaDiosmistreshijitostuvieronlagenialocurrenciadenacerendíashábilesyasímeevitaronmásdeundolordecabeza.Perolapucha,estoydenuevohablandodemíynohacealasunto.

ElfamosocampeonatodelSindicatoPostalloganamosenel‘84yenel‘93.YlosdelAlelíembocaronlosdel‘90yel‘96.Peroelañopasadoquisolamalalechequeesosturrostuvieranunacampañagloriosayquelanuestrafuesepaupérrima,yqueelmaldito fixturenosmandaraa jugar laúltimafechacontraellos.Ynohabíachance para la hazaña. Para que perdieran el campeonato hacía falta que los quevenían segundos ganaran por ocho goles el último partido y que nosotros leshiciésemos diez a los del Alelí. Eso era imposible, sobre todo porque cuando nosenfrentamossalenunospartidosdemierda,bientipoclásico,consesentaytresmilpatadas y un octavo de idea, así que no había manera de arruinarles la fiesta. Elasunto fue tema de vestuario desde agosto, y a medida que pasaban los fines desemanaylosguachosseguíanganando, lacaradelChatoibatomandountonogrislápida.

Paralosdemásnoeratangrave.Comomuchotendríamosquebancarnoselshowdeellos (con festejosyvueltitaalrededorde lacancha) sinchistar,peropodríamostomarunadulcerevanchallenándolosdetaponazosencadapelotadividida.Parael

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Chato,encambio…ParaelChatoibaaserdistinto.Yahablédelodioviejoquesetienen con elAlelí. Pero ese odio tomó un cariz económico-empresarial cuando elChatosecompró,hacetresaños,la«chataladrillera»,quenosellamaasíenhonorasudueñosinoporqueesunhíbridoestrafalarioentreuncamiónchicoyunRastrojerogrande,conlacajaplanaylacabinaentalestadodeoxidaciónquepareceelTitanicen el fondo de losmares. ElChato adquirió el adefesio para poder dedicarse a susueño:comprarladrillosenloshornosquehaydetrásdelbarrioyrevenderlosaloscorralones. No parece un sueño demasiado atractivo, si perdemos de vista lofundamental: lodelosladrillosfuecomometerleeldedoahídondemásmolestaalAlelí,queestáenesenegociodesdehacecomosieteaños.ParacolmoelChatotuvoun éxito rotundo. Como esmás simpático, les da charla, les convida chipá reciénhorneadoporsuvieja,reparteunadamajuanaaquí,otraallá,esascosas.ElAlelínoestuvo a la altura de esa política agresiva de conquista delmercado. Se durmió, ycuandoquiso acordarsehabíaperdidounmontóndehornosyde corralones.Si noquebró fue porque el viejo le dio una mano para comprar un camión como Diosmanda y con eso pudo triplicar la carga que hace elChato en cada viaje.Aunquetampocoestansimple,porqueconesetremendocamionazohaylugaresalosqueconelbarronopuedeentrar,ysegúnelChatolomataelpreciodelgasoilporquetieneunmotordelasanputa,yencambioalachataladrilleranohayconquédarleporqueandaconcualquiercosa,letirásunfósforodeceraenelcarburadoryarranca,letiráselaguadeltermoyavanzaunosmetros.EsodiceelChato,queestáorgullosísimodelaporqueríadechataquetiene.

PerolavenganzadelAlelívinoporelladosentimental,cuandolesonólanoviaalChato.ResultaqueelChatosehabíaconseguidoalaYamila,quesegúnloscánonesestéticosdemibarrioesunadiosa.Talvezcaballerosmáscivilizadoslaencuentrenalgo vulgar, o poco estilizada, o excesivamente carnosa, pero en La Blanquita laYamilaesunabombaentodoelsentidodelapalabra.ElChatolahabíaconquistadoy andaba con los ojos brillantes y casi flotando a unos centímetros del piso. ParamejorelAlelínohabíatenidootraideaquemetersedenovioconlaPupi,queeslahermana del Lalo, uno de sus amiguitos, y la Pupi esmás horrible que chupar unpickleenayunas,cosaqueparasaludarlanosabéssidarleunbesoomoverlaconunpalito.Hasta ahí, elChato se sentía elAgente 007 y elAlelí se queríamatar de apoco.PeroquisolamalafortunaqueelChatoseagarraseunahepatitisdenovelaquelopusoporuntiempomáscercadelarpaquedelaguitarra,yquelotuvotresmesesenreposoyalejadodeloslugaresconocidos.YahíelAlelíhizosujugada.Comolacarneesdébil,ylaYamilaesmásbienligeritadecascos,cuandoelChatoregresódeltúnel brillante que anticipaba el Más Allá se encontró con la novedad de que laYamiladescansabaenbrazosdesupeorenemigo.

Ensíntesis,elañopasadoelconflictoChato-Alelíestabaalrojovivo.LaYamila

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enmanosdelAlelí,elnegocioladrilleroconleveventajadelChato.Peroesteasuntodel campeonato con vuelta olímpica en las narices enemigas podía significar undesequilibrio intolerable para el sacrificado espíritu de mi amigo. Al Chato leofrecimosqueesedíanoviniera.Él,graveyserenocomounestadista,nosdijoquenopodíahaberfuneralsinmuertoyquepodíasermuchascosasperocobardejamás,asíquemuchasgraciasperoimposible.

Y ahora me acerco al foco de los hechos, porque faltando tres fechas losacontecimientostomaronungiroinesperado.Estábamostiradosenelvestuario,sobrelos bancos de listones demadera, sin apoyar los pies en el suelo porque losmuymugrientosquejueganahílavanlosbotinesenlasduchasyllenantododebarro,ysinotenéscuidadotepodéspegarunapatinadadelareputísimamadre,sobre todosiveníscontaponesdealuminiocomolepasóunavezaWalter,peronovienealcaso.Elasuntoesqueahíestábamos,rumiandoeldestino,mientraselvapordelasduchasflotabaaunmetrodelpisoenlodado.Habíamosestadosacandocuentasynohabíamodo de que losmalparidos esos perdieran el campeonato. Nos habíamos calladoanteloirreparabledenuestrafatalidad,ydeprontoCaruchacomentóentresuspiros,comoparasímismo:«Lapucha,hayquejoderse…EscomoelApocalipsis».Walterlevantó la cabeza y lo interrogó con un «¿Lo qué?», que enWalter es lamáximaexpresión de dudametafísica. Habrá pensado que Carucha se refería a un bolichebailablequesellamabaasíyquesupimosfrecuentarennuestratiernaadolescencia.YopesquéloquedecíaporqueCaruchasiemprediceesodelApocalipsis,quenoséde dónde lo aprendió, cuando quiere significar que algo es demasiado terrible. Lesuenacomounapalabrairrevocable,aunquenotengamayoresdatosalrespecto.AsíparaCarucha lacrisiseconómicaes«comoelApocalipsis»,yeldescensodeFerrofue«comoelApocalipsis»,yesamismatardehabíahecho«uncalordeApocalipsis».MedisponíaaexplicarleaWalteraquésereferíanuestrometafóricovolantecentral,cuando entre las brumas del vestuario emergió la cara del Chato, que con tonoenérgicolehizorepetiraCaruchaloquehabíadicho.«ComoelApocalipsis,Chato,eso dije», repitió obediente, y al instante elChato le preguntó si su cuñado seguíasiendopastorevangelista.Carucha,asombrado,dijoquesí,yahínomáselChatolepasó una lapicera y un papel humedecido y le dijo que le anotara ya mismo elteléfono.Despuéssebañóyrajósinchistar,sin tiemponiparaunacervezaniparanada.

Las dos fechas siguientes (las anteriores a la última) elChato no aportó por elcampo de deportes del sindicato. Para contabilizarle al Chato dos ausenciasconsecutivasalcampeonatohabíaqueremontarsea lahepatitis,demaneraquenosresultóextraño.DetodosmodosnohabíaaquiénpreguntarleporquetambiénestabadesaparecidodelbolichedeDamián,queesdondeseencuentranlosmuchachosentresemana.YtampocoquisimospasarporsucasaporquelaviejadelChatoesmásloca

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queélysisospechaqueleocultaalgoleencajadoscinturonazosantesdepreguntarlequépasa.Preferimosaguardar.

Naturalmente,eldíadelúltimopartidoestuvimostodos.Comoyamanifesté,nohabíamásqueresignarse,aceptarlaignominiaysurtirlesunpardebuenospatadonespara que nos recordaran durante el receso veraniego.Naturalmente, del equipo delAlelítambiénestabantodos.Todoslospatadurasqueseladandejugadores,ytodosloshijosytodoslospadresytodaslasmujeresytodoslostíosytodosloscuñadosytodoslosamigos,mecacho,porqueyaquesetratabadehumillarnoslaibanahacercompleta. Por supuesto, también estaba la Yamila, metida a duras penas en unaremerita rojayenunvaqueroprelavadoquepartía laspiedrasyporelquemásdeuno se la quedabamirando con lamandíbula chocándole las rodillas. El turro delAlelí la tenía ahí como trofeo. Campeonato, vuelta olímpica y la Yamila. Fiestacompleta. No por nada el fulano ponía cara de satisfecho y se había compradopantaloncitosymediasnuevasparasalirenlafoto.ElChatollegópuntualperopusocarade«Noquestions»,asíquelodejamoscambiarsesinpreguntas.

Lo que se jugó del partido, que fue un tiempo y moneditas, salió según eraprevisible.Árbitronervioso,piernafuerte,fulescontinuos,muyconversado,unasco.Eraunodeesosceroaceroquepodés jugarochomesesyveintedíasyseguíssinhacerte un gol ni por equivocación. Ni ellos iban a cometer el desatino de quererganarnosyligarunplanchazoalaalturadelombligo,ninosotrosíbamosahacernosecharporcarnicerosycomernosunasuspensióndesietefechasparaelañoentrante.Jodíaunpoco,esosí,elbarulloquemetíanlosfamiliaresdeellos,quehacíancanutosytocabancornetas.PorsuertesuequiposellamaEscapesNahuel,queeselnaboquelesgarpalascamisetas,yconesenombredemierdanohaycanutoquerime.Asíquenopodíanpasardeldalecampeón,dalecampeón,yseaburríanpronto.

IbancomodiezminutosdelsegundotiempoyeljuegoestabadetenidoporqueelochodeEscapesNahuelhabíatenidounarranquedeoriginalidadylehabíatiradouncañoconpisadaalGallego.Ysihayuntipoalquelemolestaquelepisenlabolayletiren un caño es al Gallego, que no tuvo más remedio que intervenirloquirúrgicamente en el círculo central. Mientras atendían al osado mediocampistalevantélavistayvi,másalládelalambradoycaminandoabuenpasoporlabanquinadelaruta,aungrupitobastantenumerosodepersonasvestidascontúnicasblancas.Eranalgunoshombres,muchasmujeresyunmontóndepibes.Cantaban,aplaudíanyalgunostocabanpanderetas.

Medistrajeenseguidaporquesereanudóelpartido,perodosminutosdespuésnopudeevitarmirarlosdenuevoporquehabíanllegadoalaalturadelportóndeingreso,habíangiradoaladerechayhabíanentradoalcampodedeportesapasoredoblado.Ahoraelsonidodesuscantostapabaloscornetazosdelahinchadadelosrivales,otal vez la sorpresa de todo el mundo era tan grande que el público había hecho

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silencio.Nohabíapasadootrominutocuando,mientraslapelotasejugabacercadelalíneadefondonuestra,losmonosdelastúnicasselanzaronserenamenteainvadirelcampodejuegoalgritodeAleluya,Aleluya.Lapelotalateníaeloncedeellos,yoloestabamarcando,y el árbitro tocóun silbatazocapazdeperforarle el tímpanoacualquiera.Porunsegundodudé,porqueacababadedecidirterminarlagambetademi rival con un taponazo directo al cuádriceps, pero todavía no había ejecutado elmovimientocorrespondienteyestetipomecobrabaelfoulporadelantado.Nadaquever:loquehacíaelreferíerasalircomolocoparaimpedirlainvasióndecancha.Losintrusos no le dieron ni bola, seguían cantando con rostros dichosos, abriendo losbrazosydiciendoAleluya,hermano,Aleluya,alospocosqueselesibanacercandoparaverquébicholeshabíapicado.

Era tan extraño todo que los de las túnicas, aprovechando el factor sorpresa,pudieronllegarhastaelcírculocentralysusadyacencias,sehincaronderodillasenronda,sedieronlasmanoseiniciaronunrezofervientealzadoslosojosalAltísimo.Enel centro, elpastordirigía laplegaria.Yelpastornoeraotroqueel cuñadodeCarucha,cuyoteléfonohabíasolicitadotanvehementementeelChatounassemanasatrás,enelvestuario.Peronotuvetiempodeapuntarmásconclusionesporqueeltipovociferódepronto,conunavozpropiadeMoisésenelSinaí,queéseeraeldíadelregreso del Señor, arrepiéntete, hermano, arrepiéntete, porque el Apocalipsis hallegado.Agregóalgodeunastrompetasyunosjinetes,peromeloperdíporqueunasúbita sospecha me hacía buscar al Chato en medio de la muchedumbre, y noconseguía ubicarlo.Enseguida el pastor recuperó todami atención cuando anuncióque íbamos a escuchar el testimonio del hermanoCeferino, a quien el Señor se lehabía manifestado en sueños el miércoles por la noche, anunciándole su segundoadvenimiento.YdigoquerecuperómiatenciónnotantoporlodeladvenimientosinoporlodeCeferino,porqueésees,nimásnimenos,elverdaderonombredelChato,cosaquesabemoscuatroocincotiposnadamás,porqueledicenelChatodesdequeeraunpibito,peroesoyaloexpliqué.

Yentonceselturrodemiamigo,comosisiguieraunasendaluminosatrazadaporlospoderescelestiales,alzólosbrazosyalgritodealeluyaempezóacaminarhaciaelcírculo central, y los peregrinos le abrieron un caminito para que pasara y pudierapararse al ladodel pastor, que le apoyó lamano en el hombro como invitándolo ahablar; la verdad que era cómico verlo al Chato disponiéndose a predicar enpantaloncitoscortosyconlacamisetaarayasverticales,aunquesevequeelpastoradvirtió que perdía imagen porque se apuró a zamparle una túnica extra que traíaalguno de los caminantes. Una vez ataviado, el Chato, con su metro noventa deestaturay losbrazosalzadosalcielo, losbotinesasomandopordebajode la túnicaporque le quedaba corta, los ojos bajos y la voz entrecortada, declaró que sí,hermanos,queeracierto,quehacíaun tiempohabía iniciadouncaminodefeyde

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victoriaen lasmanosdelSeñor,que lohabíaalejadodeSatanásy sus tentaciones,Amén,yqueDioslohabíacolmadodebendicionesytriunfosysanacionesdiversas,yquecomopuntoculminantedeesacadenademilagros se lehabíapresentadoensueñoselmiércolesporlanoche,Aleluya,parahacerlesaberqueenesesitioexacto,enesepuntoprecisodelaverdepradera,elSeñoribaaapacentarasurebaño,porqueprontoseproduciríalasegundavenidadelSeñor,Amén,Amén.Enesepuntolosdelastúnicasselanzarondenuevoalaspanderetasyalasbendiciones,yelChatocayópostradoconunaexpresióntanemocionadaquesiyonosupieraqueesunhijodemilputamentirosoeracomoparaenternecerseenserio,yelpiolasetapabalacaracomosiestuvierallorandodeslumbradoporlaimagendeDiostodavíagrabadaensuretina,y entonces el pastor Pedro aprovechó para tomar de nuevo la palabra y anunciaralborozadoqueesedía,hermanosyhermanas,eraundíadegozoydegloriaydetriunfopara la comunidadde laNueva IglesiaLibre de JesúsAlborozado, siemprecolmadadebendiciones,porqueibanacomenzarlaconstruccióndeuntemploparagloriadelSeñor, enel exactopuntode supróximavenida,Amén,yque Jesúsnoscolmaríaa todosdesanacionesyrompería todas lasatadurasymaleficios lanzadospor nuestros enemigos, y que era imprescindible ponermanos a la obra porque elreinodeDiosestabacerca,yqueesecírculodecalconuna rayayunpuntoenelmedio era premonitorio, pues seguramente el Señor utilizaría esa señal paraorientarse en el descenso desde las alturas del Paraíso. Y el Chato se incorporóenfervorizado,searremangólatúnica,ymientrasgritabaquehabíaqueapurarseparaque Jesús tuviera un lugar propicio para el aterrizaje, a trabajar, hermanos yhermanas, a trabajar,Amén, sacó una pala no sé de dónde y empezó a puntear elpastoconalmayvida,casienelcírculocentral.

Ahífuecomoqueserompióelhechizo,nosésiporcasualidadoporquelacaradesatisfaccióndelChatonoeraprecisamenteladeunconversorecientequeacabaderecibirlarevelacióndelAltísimo,sinomásbienladeunmalparidoqueestáhaciendolo humanamente posible dentro del muy terrenal proyecto de cagarle la vueltaolímpicaasuenemigodesangre.ElárbitrolepreguntóalChatoquécarajohacíayelotroleinformóconenormedichaquesedisponíaainiciarloscimientosdeltemplo.Cuando los de Escapes Nahuel escucharon la respuesta se fueron al humo y lamultitudsefueapretandocadavezmássobreelcírculocentral.ElprimeroquelogróatravesarelcordóndetúnicasyllegarsobreelChatointentósacarlelapala,peroelflamanteapóstollemetióunempujónquelosentódeculomientrasseguíapaleandotierra,yelhermanoPedrogritabahayapaz,hayapaz,einvitabaatodosaparticipardelagrandeobradelSeñor,alabadoseaDios,yelarquerodeelloslegritabamaquéalabado, pibe, rajá de acá que estamos jugando el partido, y el Chato de vez encuandointerrumpíasusagradalaborparavociferarqueloayudaranaimpedirlasuciatareade losservidoresdeSatanás.Yentoncesvariasde lasminasde las túnicasse

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abalanzaron para proteger al portador de la buena nueva, que sonreía con cara deestampita enmedio de sus ángeles custodios, pero elAlelí, que por fin caía en lacuentadequeloestabanacostandoyqueestabanporafanarlelavueltaolímpicaqueveníasoñandodesdemayo,selanzócomounatopadorahaciasuprimo,ycomoentrelos dos había como treinta personas se las fue llevando puestas a medida queavanzabaysetropezabaconloscaídos,demaneraqueseestabaarmandounrevuelodelaputamadre,perohastaesemomentoeracomounaollaapresióncuandolargaelsilbiditosinestallar,porqueaunquealgunosforcejeabanlamayoríadelospresentesapenasatinabaamirarconcaradevacasasombradas.CiertoesqueCarucha,comohacesiempreenlos tumultos,aprovechóparapegarunoscuantospuntinazosenlaspantorrillas rivales amparadoenelquilombodegente empujándoseparaun ladoyparaotro,pero lacosanopasóamayoreshastaqueelpastorPedrosehizosubirababuchassobreloshombrosdeunodesusseguidores,yconlamismavozmosaicadelprincipiovociferópidiendocalma,hermanos,calma,porquealfindecuentaselqueestuvieralibredepecadodebíaserelquearrojaralaprimerapiedra.Laverdadesquenofueunafrasedemasiadofeliz, teniendoencuentaqueenelauditorioestabaLalo,quejuegadesieteparaellos,yquecomowinderechoesunaflechaperoquetienedebrutoloquesuhermanalaPupitienedefea,ycomousaelcerebroapenasparaacolcharpordentro loshuesosdel cráneo,pobrecito, suele tomar las cosasdemanerademasiadoliteral,asíquecuandoescuchólodearrojarpiedrasnotuvomejoridea para colaborar con la grande obra del templo del segundo advenimiento quesacudirleunlindocascotazoalpastorPedroenelparietalderechoconunapunteríafrancamenteadmirable,si tenemosencuenta tanto ladistanciacomolaabundanciade obstáculosmóviles que tuvo que sortear el proyectil antes de dar en el blanco,blancoquedichoseadepasocayódecabezaalpastoconunchillido,enmediodelhorrorespectraldesurebaño.

Fueunsegundodeexpectación,porquebastóqueelChatogritaraqueno ibaapermitireltriunfodeSatanás,sacudiendolapalaporencimadelascabezas,paraquetodoelmundo,jugadores,peregrinos,público,administradordelcampo,veedoresdelcampeonato,referíydemásyerbasterminásemossumergidosenunmardepiñas.Porlomenos era fácil identificar a quiénmandarle un tortazo: todos los que tenían lacamisetadeEscapesNahuelytodoslosqueestabandecivileranelenemigo;losdecamiseta a rayas y los de túnica blanca eran de los nuestros. No sé quién tuvo lagenialideadedesarmarunpardebancosdelvestuario,perocuandoentraronafajarconloslistonesdemaderalacosasepusobrava,yamímesacudieronuntablonazoquemedejóunchichóncolorguindadeltamañodeundamascoquetardócomotressemanasenbajarse.

Notengoninocióndeloqueduróeldespelote,perodebehabersidounbuenratoporquelacomisaríaquedabastantelejosyhastaquenollegóelsegundopatrullerono

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hubomaneradeserenarlosánimos.Ydigoelsegundoporqueelprimerautodelasfuerzas del orden fue objeto de los nuevos apóstoles del segundo advenimiento,cuandoelhermanoCeferino,oseaelChato,enunabrevepausadelintercambiodetortazosenelqueestabaenfrascadoconelAlelíenduelosingular,dijoquehabíaquedaralCésarlodelCésaryaDioslodeDios,yporlotantoimpedirquelasfuerzasterrenalesse interpusieranenlagranobradelministeriocelestial,yyomematéderisamientrasungrupodeminasselanzabaarechazaralosdemoniosuniformados,porqueesodeDiosyelCésardebíaserunadelastrescosasquealChatolequedarondecuandohicimoscatequesisparalacomunión.

Alratocayerondospatrullerosmásyuncamioncitocelular,yentraronalevantarmuñecoscomoenpala.Algunosmuchachos saltaronel alambradopor el fondo.Aotroslosviencaramándoseenlosárboles.Yozaféporquesemedioporcorrerparaelladodelaspiletas.Melancéalohondoconbotinesytodo,ymelapaséhundidohasta la nariz hasta que logré sacarme la ropa y quedar en slip, aunquemedio unpoco de calor enfilar así, en taparrabos, para el vestuario, porque el solario estaballeno de gente. Cuandome atreví a volver para las canchas había terminado todo.Quedabanunpardetúnicastiradas, lapalayunalindazanjitadetresmetroscomoparaempezarunbuenencadenadodecimientos.

Yeseestodoelasunto,ocasitodo.ElChatosaliódelacomisaríaellunesalamañana.ElpastorPedroquedóenobservaciónenelhospitalhastaelmartes.Nolodetuvieron porque permaneció inconsciente por la pedrada durante todo el evento.Igualestádeparabienes.LosdelastúnicaslopromovieronalcargodemáximolíderespiritualdelareciénfundadaNuevaIglesiadelAdvenimientoInminentedelPastorPedro,yseestánconstruyendountemplonuevocercadelarotonda.

Porsupuesto,elpartido jamás terminóde jugarse.Lodieronporempatado,yaelloslesalcanzóconesepuntoparasalircampeones.Peroesonoesnada.LolindodelcasoesquealAlelíparecequeselevinolanoche.Antesdelargarlo,enlacanalehicieronlaaveriguacióndeantecedentesylesaltóunasuntodechequessinfondosquelomarginódelascanchas,ydelairelibreengeneral,porespaciodesietelargosmeses.SiyaantesdesudetenciónelChatolehacíalaguerradetarifasconlachataladrillera,ahoraestáapuntodemonopolizarleelmercado.Yotracosa.LagentedeLaBlanquita,porlogeneral,esrápida.YelChato,comocreoquequedódemostrado,escapazdetomarlelapatenteaunamoscaenvuelo.ParaFindeAñosecayóporlodelaYamilaconunramodeflores,yladama,enternecidaporlaconversiónreligiosadesuantiguoenamorado,sedejóreconquistar.Esciertoque,paraquenodiganporahíqueesunachicafácil,sehizorogarcomotrescuartosdehora.

Así están las cosas ahora.ElAlelí acabade salir y tieneuna furia quemasticadurmientesdeferrocarril.Juraalosgritosqueyallegaráeltiempodesuvenganza.Igual nosotros estamos tranquilos. Primeroporque elChato está contentísimo, y la

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felicidaddelosamigoseselmejorpanparanutrirnoselalma.Ysegundoporqueesteañovenimoshechosunviolínenelcampeonato,ynocreoquesenosescape,Amén.

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ELRETORNODEVARGAS

CuandoesanochetórridaeldoctorVillalbadecidióquehabíaqueconvenceralviejoVargas para que volviese, a todos nos pareció una idea brillante. Sostenido por elentusiasmode la comisión directiva en pleno, y por el calor y la algarabía de estajuventudmaravillosaqueveníamosasernosotros,decidióconstituirseenlacasadeVargas ipso facto. Se incorporó secundado por los honorables miembros de lacomisión directiva y abandonó el bufet con paso resuelto. Nosotros los seguimosdespuésdevaciarentragosapuradoslosvasosaltosdelvermutycapturaralvoleolas sobras de la picada que nuestros prohombres acababan de abandonar. Era unanocheatroz,comosuelenserlasnochesdeeneroenmipueblo,cuandolahumedaddelrío,calienteypegajosa,quedaflotandosobrelascallesylascasasynosenvuelveynossofoca.

Elque ibaadelanteeraeldoctor,naturalmente,y losque íbamosatrás, losmáschicossobretodo,nopodíamosmenosquequedarnosadmirados.Eltrajeamedida,la corbatabrillante, el pañuelo al tonoen el bolsillodel saco, el pelo tirantísimoydurodefijador,losanteojosnegroselegantes.Yesepasodetipoganadorquesellevatodopordelante,conesos trancos largosyelásticoscomode tigre.Caminamos lasocho cuadras a buen paso y terminamos ensopados de sudor. Todos salvo elpresidente,queparecíaflotarenunaburbujafrescaytraslúcidaqueloexonerabadetodo.

Lacasaerasencilla.Unchaletcontejasadosaguasyunagaleríaalfrente,algoelevada, a la que se llegaba a través de cuatro o cinco escalones de laja. Con unademán el doctorVillalbamandó que tocaran el timbre.Los demás formamos unaespeciedeescuadra improvisadaa susespaldas.Yoestabaexcitadísimoporquemeimaginaba lacaradeVargascuandose toparaconsemejantecomitiva,ymesentíapartedelahistoriagrandedemiclubymipueblo.Perolaqueabriólapuertafueunamujerpequeñitaynerviosaquepreguntóquéqueríamos.Volviódosminutosdespuésparadecirquepodíamospasar.Entróelpresidente,luegolosdelacomisión,porfinnosotros.Vargasesperabaenelampliocomedorquedabaa lacalle sofocadade laqueveníamos.Hacíados añosqueno loveía, desde la tarde tumultuosa en la quehabíadirigidosuúltimopartido.Estabaigual:ungordoserioyretacónqueusabaunbigoteespesoycanoso.Nosrecibiósentadoanteunalargamesaysinapresurarsesepusodepiecuandoentramos.Estrechótodaslasmanosperonosonrió.

ElpresidenteVillalba se le sentó enfrentey losde la comisión se repartieronacadalado.AsídispuestosdabanlaimpresióndeunamesaexaminadoraenlaqueeldoctordirigíaeltribunalyVargaseraelalumno.Losjóvenesnosquedamosdepie,porquenadienosinvitóasentarnos,porquenocabíamostodosyporquelaatmósferasolemneydifícildelencuentronosteníacohibidos.Cuandomecansédeestarparado

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rígido y firme, me recosté con disimulo sobre un modular cuyos estantes estabanllenosdechucherías,adornoshechosconcaracolesmarinos,matesyplatosdeesosquesevendencomorecuerdodeMardeAjóySantaTeresita.

Elpresidentefuealgranosindemasiadoprólogoporque,segúnafirmó,noerantiemposparasutilezasliterarias,yaqueelclubestabaenunasituacióndesesperada.Dijoquesinosetomabanmedidasdrásticaspodíaderrumbarseelesfuerzotitánicodel último lustro, ese que había permitido a la institución ascender dos categorías,trascender al nivel nacional y ubicarse en el escalónde privilegio quepor derechopropio le correspondía. Que era un tiempo tormentoso que exigía timonelesexperimentadosyqueelclamorpopular (quenoseequivocaba jamásyqueeraunjuezjustísimoeinapelable)teníapuestossusojosysusesperanzas,susmirasysusconvicciones en don Inocencio Pedro Vargas, el héroe conductor del plantel másexitosoenlahistoriadelclub.

Cuando terminó, algunos de los más jóvenes estuvieron a punto de ponerse aaplaudir,perosecontuvieron.Entrólamujerquenoshabíarecibido,seacercóasumaridoconpasoscortosy sonorosy ledijo algoaloído.Vargaspreguntó si todostomabancafé,yVillalbaaceptóporélyporelresto.Lamujervolvióalacocina.Alcerrarlapuertasentíunsoplodeairefrescoqueveníadelotroladoycaíenlacuentadequeenelcomedorelairesehabíaconvertidopocomenosqueenvapordesopa.

El doctor le ofreció un Benson a Vargas, que negó con la cabeza y sacó unpaquetedeJockeycortosdelbolsillodelacamisa.Elotrosonrióyevocóenvozaltauna imagen que todos recordábamos:Vargas de pie junto a la línea de cal, con laboinaazulbiencaladayelcigarrillocolgadoenlacomisuradeloslabios,gritandodetantoentantoalgunaindicaciónasusdirigidos.Todossonrieronalrecordarlo,porqueesaestampanosllevabaalostiemposgloriososdeldobleascenso,cuandoelequipoparecíaunamáquinaindestructible.

El único que no sonrió fueVargas, que cruzó lasmanos sobre lamesa con elcigarrillo humeando entre los dedos y preguntó serenamente quéhabía pasado conaquellodelamodernizaciónylafilosofíadeléxitoylosjugadoresdelaCapitalyelnuevotécnicohúngaro.

EldoctorVillalbasepusoserioydijoqueasícomoelcrecimientoessinónimodecambios,avecesessinónimodeerroresyhastadedolor.Yqueasícomolasplantasquecrecenalzansusramasentodasdireccionesyluegoalgunassesecancastigadasporelsoloarrancadasporelviento,asíloshombresedificansussueñosenterrenoshostilesyproblemáticos,yqueaveces losmejoresproyectosy lasmás saludablesintenciones naufragan en los mares turbulentos del azar y la perfidia, máxime enesferastanvolátileseimpredeciblescomolasarenasdeldeporte.

Entró lamujer sosteniendo la bandeja del café y volvió el silencio.Villalba seapresuró a ponerse de pie para ayudarla a repartir los pocillos.Vargas permaneció

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sentadoyagradecióconunainclinacióndecabezacuandolealcanzaronelsuyo.Vargas preguntó con qué jugadores iba a disputarse el próximo campeonato

porque, según sus cálculos, del plantel del ascenso no quedaba nadie salvo unmarcador lateral y el arquero suplente, y todas las incorporacionesde losdos añosanterioreshabíansidopréstamos.

Villalbaalzóambasmanos,bajólacabezaydijoqueserendíaantelacapacidadde análisis y la velocidad de anticipación de las dificultades que demostrabacabalmenteVargas.Dijoquelesacabalaspalabrasdelabocayqueeradignodeunestrategaelmodoenqueadvertíalasdificultadesqueseerguíanenelhorizonte.Dijoque eran tiemposdeunagravedad insólita, precisamenteporque el club enfrentabauna situación económica desesperante. Que ciertamente esos muchachos ilustres,artíficesdelahazañadeldobleascenso,habíandejadosusitioalasnuevasestrellasllegadasdelamanodelhúngaro,yquejustamenteeldineroingresadoporsuspaseshabía permitido afrontar el ambicioso proyecto del último bienio. Pero que eldescensorecienteobligabaareplantearlasestrategiasdelclubsiloquesepretendíaeraretornaralaspretéritasabundancias,yquelostiemposqueseavecinabanerandeentregaysacrificio,hechosalamedidadehombresconespíritudetitanes,hombrescapacesdeforjarajóvenesdeacero,porqueprecisamenteésaynootraseríalatareaimpostergabledelfuturoinmediato:extraerdelacanteradelas inferiores las joyas,las alhajas, los eslabones de una nueva cadena de éxitos que hicieran olvidarrápidamenteeldescensoycolocaranalclubdenuevoenlasendadeltriunfo.Yquenohabía,nienelpueblonienlaprovinciatoda,unformadordehombres,unforjadordejugadorescomoél,comodonInocencioVargas.

Eldoctorhabíasidotanvehementeenestetramodesudiscursoqueunmechónengominadoleresbalósobrelafrente,aunqueseapresuróaordenarloconunademánvelozde lamano izquierda.Entró lamujer con labandejavacía.Recorrió lamesaretirandolospocillos.Notardódemasiado,porquealosqueestábamosdepienonoshabíanservido.Cuandoterminóseacercóasumaridoydenuevolehablóaloído.Salió.Vargasdijoqueenlaveredaseestabajuntandogente.Unodelosmuchachosqueestábamosdepiecorrióapenasunacortinay,volviéndolaenseguidaasusitio,dijoqueerancomocincuentapersonas.Vargassonrióporprimeravezenlanocheycomentó que en este pueblo los secretos duran lo que un pedo en una canasta. Elpresidentefueelprimeroenfestejarelcomentario,aunquedudoquelehayagustadola grosería.Todos lo imitaron.Vargasno esperó a que se callaran los últimospararetomarelhilodelasunto,concluyendoqueentonces,segúnentendía,deberíanjugarreciéndescendidosconungrupodemuchachossinexperiencianienprimeranienesacategoría.

EldoctorVillalbavolvióaltonosolemneycontrariado.Dijoquesí,quelaverdadcrudaesunremedioavecesdetestadoperosiemprepreferiblealengañodulcedelos

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placebos.Yqueen ésa, lahoramásdifícil, sólohabía sitiopara la sinceridadmásdescarnada.Yqueeraprecisamentelaurgenciaatrozdelmomentolaqueloseñalabaa él, a InocencioVargas, como el único salvador posible de esa nave enmares dezozobra, porque, aunque no quería ser ave de mal agüero, la categoría en la quehabrían de jugar era sumamente difícil y cabía la posibilidad horrorosa de que lacampaña terminase en un nuevo descenso. Mirándose las manos dijo que esosignificaríaecharporlabordaelesfuerzomancomunadodelosúltimoscincoaños,porquelainstituciónvolveríaallugarignominiosoenelquehabíayacidosumergida,yesoera justamente loquehabíaque impedir,yqueéseera todoelmotivoporelcual se había constituido esa comitiva que él tenía el orgullo de encabezar, parapedirle que no desatendiera el llamado de la historia y el clamor de quienes loadmirabanyloqueríanbien.

Entró lamujer.Se laveíanerviosa,peroestaveznoseacercóasumarido.Lomiró fijo mientras recorría la mesa y los muebles vaciando los ceniceros en untachito.Salióycerró lapuerta.Vargasencendióunnuevocigarrillo.Soltóhaciaeltecho una gran bocanada de humo. Entre el calor y el hedor de los cuerpos y eltabaco,eltufoeradenáusea.Anadieselehabíaocurridoencenderelventiladordetecho,perolosúnicosqueparecíandotadosdehablaymovimiento,comoparahaceréseocualquierotrogesto,eranVargasyeldoctor.ElviejoselevantóparasacardelcajóndelmodularunnuevopaquetedeJockeycortos.Cuandoibadenuevohacialamesasedetuvoantelaventanayespiótraslacortina.Mientrassesentabahaciendocrujir la silla de roble comentó que afuera se habían juntadoyamás de doscientaspersonas.Yoyalosabía,porqueaunsinasomarseunosepercatabadelgentíoporelrumordevocesquellegabadesdelavereda.MeextrañóunpocoverquelosojosdeVargasbrillaban.

Esta vez, y aunque el viejo permaneció en silencio,Villalba demoró en hablar.Cuandoarrancó lehabíadadoasu tonoapesadumbradoundejo intimista.Dijoeserefrán de que cuentas claras conservan la amistad. Agregó que el prestigio de lainstituciónnopodíapermitirquelasantiguasdeudasquedaranimpagas.Yque,sienelfrenesímodernizadordelosúltimosdosañoselclubhabíacometidoeldescuidodenocancelar ladeudadesushonorarioscomoentrenador,nodebíaatribuirloamalavoluntadoingratitud,sinoúnicamentealasdesprolijidadespropiasdeunorganismovivoquequierecreceraunque lohaga tumultuosamente,comoelclubalque todoslos presentes amaban. Y que la primeramedida administrativa que iba a tomar ellunes por lamañana sería abonar los compromisos que con él tenía la institución,porque sus autoridades comprendían perfectamente la completa licitud del reclamoque en varias ocasiones don Inocencio les había hecho llegar, y que nada puedeconstruirse en el largo plazo si no es a partir del respeto escrupuloso de loscompromisoscontraídos.

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Entró la mujer. Tosió varias veces mientras movía la mano frente a su rostro,como si la sofocase el humo que saturaba el ambiente.Miró de nuevo almarido,ahoraconunaevidenteexpresióndedisgustodelaqueVargasnosedioporenterado.Avanzó hacia las ventanas, descorrió todas las cortinas y encendió el ventilador.Como si se hubiese tratado de una señal, los que se apiñaban afuera empezaron aaplaudir y a improvisar algunos cantos. De comedidos, algunos de nosotros nosasomamos e hicimos señas para que guardaran silencio. Adentro todavía faltabancosaspordeciryporhacer,y la tensiónquenosrodeabanadateníaqueverconelespíritufestivoqueempezabaacocinarseafuera.Noshicieroncaso.

Por primera vez los ojos de Vargas se posaron en los míos, mientras volvía aocuparmipuestojuntoalmodular.Mepreguntósihabíamuchagente.Sinexagerar,dijequeerancomoquinientos.Meatoréunpococonlaspalabrasporquemeponíanervioso tener como interlocutor a semejante prócer. Noté de nuevo el brillo quehabíaadquiridosumirada.

Vargas sepusodepie.MiróaVillalbadirectamenteycon tonoafabledijoqueseguramentenohabíaquedejaresperandoatantagente,enesecalorsofocante,sindar a conocer lasbuenasnuevas.La expresióndel presidentepasóde la tensión alalivio y del alivio a la alegría. «Venga esa mano, mi amigo», dijo el doctorirguiéndosetambién.Lasonrisaleibadeunaorejaalaotrayseleveíanlosdientesblanquísimos.LosdemástambiénselevantaroneimprovisaronunafilaparasaludaraVargas.Yo,queestabacercadelapuertadelacocina,viquelamujerlaabríaysequedaba de una pieza contemplando el desparramo de bromas, felicitaciones,apretonesdemanos,abrazosypalmadas.Nosésiportimidezoporbronca,volvióacerrarlapocoapoco.Peroporlamiradaqueteníaclavadaensumaridomeparecióqueeralosegundo.

Enseguidaelpresidentediolavueltaalrededordelamesa,apoyólamanosobreelhombrodelviejoylocondujohacialapuerta,mientrasconungestoperentorioleindicabaalchicoqueestabamáspróximoalumbralquelaabriesedeparenpar.

Fue impresionanteelbarulloquemetió lagentecuandolosvioaparecer juntos.Algunos flashes disparados en la noche, en el momento en que se asomaron a lagalería,hicieronqueparecieraunaescenadelasquesevenenlaspelículas.Yocasime vi obligado a adivinar esa parte del asunto, porque detrás del presidente y deVargas se amucharon los miembros de la comisión, que rodearon a los dosprotagonistas en el porche. Quedé atrás de todo, al lado del marco de la puertaabierta,casidentrodelacasa.

Vi los brazos en alto del doctor, que pedía silencio. La gente hizo caso deinmediato.No recuerdo exactamente lo que dijo, porque ahí afuera las palabras seperdíanenelairedensodelanoche.Sonócomounresumendeloquehabíadichoadentro.Hablódellustrodelagloria,delamodernizacióntraumática,delahoradel

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sacrificio,delturnodelosjóvenes,delpeligroinminente,delagrandezapostergada,del futuro de fábula. La gente lo escuchaba como en trance. Lo único que se oía,ademásdelarrullotronantedelavozdelpresidente,eraelgolpeteoincendiadodelosbichoscontralasbombitasdeluz.Terminóhablandodelospróceresqueescribíanlaspáginasdefinitivasde lahistoria,deesoshombresdiferentescuyodestinoeraabrircaminosparaquelosdemássiganlosrumbostrazados,delasoledadtrágicadeesasvidasproféticas.YdijoqueelúnicohombresobrelatierraquepodíasalvaralclubdesucaídaeradonInocencioPedroVargas,directortécnicodesdeelpróximolunesporlamañana.

Los aplausos no arrancaron enseguida, como si el hechizo de su voz profundatardara endisiparse. Perobastó que algunode la comisión empezase para queunaovacióncrecienteyduraderasecontagiaraysonasecomountorrentecaudaloso.

Despuésvolvióelsilencio.Amisespaldasviquelamujerentrabaalasaladesdelacocina,hacíacasoomisodelalborotodelamultitudquepalpitabaenlavereda,ycomenzabaabarrerbajolamesaylassillasmientrasmeneabatristementelacabeza.

Vargas, afuera, carraspeó aclarándose la garganta. Miró concienzudamente alpúblico, o al menos a la porción de curiosos que podía verse desde el porche.Después giró para alcanzar con lamirada a los de la comisión, que guardaban susespaldas.PorúltimodetuvosusojoseneldoctorVillalba,antesdevolverlavistaalfrente.Cuando todossuponíanque ibaahablar,encendióuncigarrillo.Se tomósutiempoparaaspirarunpardepitadas.Dejóelcigarrilloen lacomisurade laboca.Reciéndespués,consuvozalgocascada,conunaexpresióndulceenelrostroyunasonrisatímidaapenasdibujadaenloslabios,dijoqueélnoeraunhombredegrandesdiscursosyqueporlotantoibaaserbreve.Volvióapitar.Dijoqueporciertoeraunmomentoespecialtambiénparaélyque,pensándolobien,teníaúnicamenteunacosaque decir a los allí presentes, y fundamentalmente a los señores miembros de lacomisióndirectivayalseñorpresidentedelclub.

Sesacóelcigarrillodeloslabios.Lopisócontralasbaldosasdelporche.Miróalpresidente, a la comisión, al resto de la comitiva, al enjambre de curiosos. Y nosmandóatodosacagaralosyuyos.Pegómediavueltaycerróconunportazo.

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REUNIONESDEEGRESADOS

Duranteañosodiélasreunionesdeexalumnos.Ahorano.Aunquedevezencuandomehagoelquemepierdocuandovoyalsupermercado.Meescabulloalaalturadelagóndoladelácteosydesaparezcounbuenrato.Ellectorpuedesospecharqueentrelasdoscosasnoexisteconexiónalguna,salvoquesoncircunstanciasintrascendentes.Sinembargonoestanasí.Lasreunionesdeegresadostuvieronunlugaresencialenmividadurantemuchosaños,yhacermeelextraviadoenelsupermercadoestalvezmiplacermásprofundoymássecreto.Ytienequeverconaquello.

Intentaréexplicarme.Migrupodecompañerosdelsecundarioeramuyunido.Noéramos muchos y nos teníamos un profundo afecto. Al terminar quinto año noshicimoslapromesaderigor:juntarnosacenarunavezalaño.Perolacumplimos.Notodos, por cierto.O no todos nosotros, los veintitrés, todos los años. Pero siempremantuvimoselritoynuncafuimosmenosdeunadocena.

Alprincipionos juntábamosenelbarde la esquinade la escuela,perocuandomuriódonCarlosyelbarcerróparasiempretrasladamoslosencuentrosalacasadeCecilia. A todos les pareció bien. Cecilia era una de las que más se movían paraorganizartodo,delasquemásinsistíanparaquenosepincharanlosmásquedados.Siemprehabíasidoasí.Tambiénenlaescuela.Cuandotehablabaenesetonoduroqueraravez transigíaenendulzar,ocuando tegolpeabaconsusojos renegridos,ocuandotezamarreabadeunamangaparaconvencertedequeteníarazónyhabíaquehacerloqueaellaselecantaba,eramuydifícilcontradecirla.Sihubiésemossidounequipo de fútbol la cinta de capitán le habría correspondido sin resquicio paraimpugnaciones.¿Hacefaltaquedigaqueesachicameteníatotalmenteenamorado?Supongo que no y que el lector lo habrá adivinado nomás por mi manera dedescribirla,delmismomodoqueenlaescuelatodoslosabían,desdemimejoramigohasta la portera, sin que yo se lo hubiese confesado jamás a nadie, simplementeporqueelamormeabarrotabalasentrañasymebrotabaporlosporos.

Perolacosasehabíacomplicadoconlosaños.CuandosehablódetrasladarlasreunionesalodeCecilia,misamigos,antesdeaceptar,esperaronmianuencia.Sonbuenagente.Igualnomehubieranegado.Hacerlohubiesesidoconfesarque,cincoañosdespuésdesalirdelcolegio,conCeciliacasadayyodenovioconKarina,eseamorantiguoseguíaafectándome.

Creoquemeestoyembarullando,peroapenasempiezoaacercarmeal focodelasunto. Hablé ya de mi amor por Cecilia. Lo que no dije es que fuimos noviosduranteunpardeaños.Seamosprecisos:unaño,diezmesesycatorcedías.Unaño,diezmesesycatorcedíasalcabode loscualesCecilia,enunode losestallidosdefuriaqueporentoncesselehabíanvueltohabituales,medijosinpreámbulosqueyoera insufrible, intolerable,quenoestabadispuestaamalgastarconmigounsolodía

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másdesuvidayquenoqueríavolveravermenunca.Lehicecaso,unpocoporquedentrodemí ledabalarazónyotropocoporque

seguíaamándoladetalmodoqueestabadispuestoacumplirtodoloquemepidiera.Nome fue posible, empero, complacerla del todo. Le fallé en eso de no volver averme nunca. Nos seguimos cruzando los primeros viernes de noviembre de cadaaño, al principio en el bar y luego en su casa. Y fue por eso quemis amigosmemiraron,meinterrogaronconlosojoscuandosehablódetrasladarnosasucasaparalosencuentros.

Ojoqueyolocuentoytodoparecemuycivilizado,muycortés,muyeducado:lareunióndeantiguoscompañeros,conexnovioincluido,ensuhermosodepartamentode cuatro ambientes en el centro deRamosMejía, con ella y su simpáticomaridocomocálidosanfitriones.Bueno,enparteeraasí.Por lomenosenlodelsimpáticomarido.Unflacomacanudoqueestudiabaarquitectura,buenpibe.Yguardaque loafirmaalguienquehizomilintentospordestriparlo.Másnochesdelasquemeatrevoaconfesardemoréenconciliarelsueñomientrasestablecíaelinventariodesustaras,peronuncafuicapazdeenrostrarleningunademasiadocertera.Igualnolovitantasveces.

MeenterédesunoviazgoporbocadelapropiaCecilia,quelovociferódesdeelotro extremode lamesadelbar, en la reuniónde1982, al poco tiempodenuestraruptura. Nunca supe si me había mirado al proclamarlo, porque al escuchar suspalabras loúnicoquepudehacer fuedejar losojos clavadosenCachito,queentreporciónyporcióndemuzarelamecontabanoséquéestupidezsobresuexamendeQuímica I. No recuerdo bien lo que dijo Cachito, aunque sí tengo presente miesfuerzopormantenerlavistaenélsinlanzarla,huérfana,endirecciónaCecilia,porno largarme a llorar, por mantener los labios tensos y torcidos en una sonrisa,mientrasenmimentesefundíaalgosobrelabolilla4conlaimagendeCeciliadelamano de otro, algo de un machete salvador con Cecilia dándome la espalda yalejándoseparasiempre.

Nuncalotrajoalasreuniones.Hubiesesidodemasiado,porquenilosvaronesnilas chicas habíamos venido nunca con los novios. Nos enterábamos de las vidassentimentalesporloquecadaunotransigíaencomentar.Esonosdabalibertadparaexagerar,paradecirlaverdad,paracallar.Ytambiénlachancedeexponeropinionesmás libres de prejuicios. Si José venía dos años seguidos con cara de tarado, ohaciendocomentariosestúpidos,podíamospreguntarlesisunoviaFabianaloestabaconvirtiendoenunidiotaosiloestabaconsiguiendoélsolito.OdecirleaVanesaqueel marido era un vividor y que lo mandara a la mierda porque le iba a terminararruinandolavida,porejemplo.

Igual,más de una vezmepareció queCecilia exageraba.Que aprovechaba lospozos de silencio para hablar de su amorcito, cosa de que la escuchásemos todos,

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inclusoyo,queañotrasañointentabaponerelmayornúmerodepersonasentrelosdos,paraevitarmeesosestiletazos.

Creoqueyoactuédistinto.Nosé,porlomenosellaseenteródeminoviazgoconKarinaatravésdealgúncomentariogenuinamentecasualdeotradelaschicas,ynoatravés demis gritos rimbombantes. Que fuese de esemodo significó paramí unamodestavictoria,ungalardóndedignidad,oalgoporelestilo.Porsupuestoquemeagradó que se enterase, aunque me desilusionó un poco que su expresión nocambiara.Yo esperaba algo, un gesto de contrariedad, aunque fuera ínfimo, fugaz.Queunasombrademelancolíalecruzaselacara.

Nomehabía puestodenovio conKarinapara lastimarla aCecilia.No soy tanruincomoparaeso.YomehabíaenamoradodeKarina.Seamosprecisos:mehabíaenamoradodeKarinatodoloquemelopermitíaelagujerosinfondoqueeladiósdeCecilia me había abierto en el alma. A Karina yo podía ofrecerle… no sé si lassobras, diría más bien los despojos de esa alma. Ella lo sabía porque se lo habíaaclarado de entrada. Y creo que lo aceptaba. ¿Acaso no tenía ella sus propiascicatrices?Ynovivíamoshablandodeeso,claro.Karinasabía,entodocaso,demicorazónmutilado.

Meestoyponiendocursi.Mejorcambioelenfoque.¿PodíairporlavidadiciendoqueesosmesesconCeciliahabíansidolosmejoresdemiexistencia?Sí,yalmismotiempono.Deningunamanera.Laadoraba,perohabíasufridolobastantecomoparaentender que ésa no es una condición suficiente para la felicidad. ConKarina eradistinto, y toda esa sanata de complementarnos mutuamente funcionaba a laperfección.ConCeciliano:avecesvislumbrabaqueéramos iguales.Nossobrabanlas mismas pasiones, iguales miedos, silencios parecidos. Y carecíamos de lasmismascertezas,deidénticavoluntad,desimilaresosadías.Éramoscomounespejoquereproducíaconaumento la imagendelotro.Yasícomonos iluminábamosconrevelacionesdeepopeya,nosdesangrábamosenrabietasferoces.Podíamosentoncesdecirnoscosashorribles, acusarnosdepecadosespantosos,desearnos los tormentosmáshorrendos.

Al cabo de uno de esos temporales fue queCecilia se hartó y decidió que erasuficiente.Muchasvecesmepreguntéporquénohabíadadoyoesepasodecisivo.Avecesmecontestabaqueeraporquelaamabademasiado.Otras,porqueenelfondoapenassemehabíaadelantado.YlasrestantesmerespondíaquesimplementeCeciliahabía sido más madura y más valiente como para darse cuenta de que ese amorimposibledearistasfilosasnoslacerabalapielcadavezqueintentábamosasirlo.

Poresoseguíconmivida,aunqueamediadosdeoctubremeempezasesiempreeseescozoryeseinsomnioalimaginarmeunayotravezelencuentroenciernes,elrelámpagovolátildesuperfumeenminariz,elchicotazomiserablementefugazdesubesoenlamejilla.Paraelrestodelañomeacostumbréarecorrermipropiahistoria

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evitando caer en ciertos abismos, en la convicción de que poco y nada podíasolucionaralrespecto.

Lástima esas reuniones de egresados. Porque de movida yo estuve listo paraenfrentarlatorturadesaberlaparasiempredistante,peronoparasoportaresejuegosanguinario con el que se le dio por humillarme. Año tras año me arrojaba esosdardos que no parecían fruto de una joda improvisada, sino tenebrosos engendrosdestilados en un profundo deseo de herirme o de vengarse. ¿Tanto daño le habíaproducido?¿Tantascuentaspendienteslequedabanporcobrarse?

La situación se volvía embarazosa para todos los presentes. Recuerdo laexpresióndeVanesaaquellavezqueCeciliaproclamóquemitrabajoenelministerioleparecíaelmonumentoalamediocridadyalaburrimiento,yquenoentendíaquéesperabayoparaabandonarlo.Oesaotraocasiónen laqueMiguelno sabíacómocambiar de tema, cuando se puso a contar cosas de sus chicos y yo hablé demispaseos domingueros con mis sobrinos, sólo para que Cecilia se preguntase acontinuación, sofística,qué tan románticos le resultaríanaKarinaelzoológicoyelcampodedeportesdeEncotelpararecorrerlos,rodeadosdecríos,losdomingosporlatarde.

Enmisdíasbuenostratabadeverleelladopositivo:Cecilia,apesardetodo,metenía presente. Pero en los malos me dolía ese empeño criminal que ponía endinamitarmisactitudesymiscosas.Eraespantosoquedieraesaimagendemí.Noporlosdemáschicos,esomedabaigual.Todosmeconocíanlosuficiente,yséloqueme apreciaban y valoraban. Pero era tétrico saber que ella, precisamente ella, mevieseconesosojosdehastíoydedesprecio.

Nunca hay que quejarse, decía una tía mía, porque las cosas siempre puedenponerse peor. ¡Cómome acordé de ella y de su pesimismo preventivo cuando lasreunionessetrasladaronalodeCecilia!Porqueasuscomentariosácidosseagregóelnuevo estilo de «bella-esposa-querida-en-su-nidito-de-amor», que me revolvía lasentrañas.Nosabríalapuertaconsuarquitectodeedecán,bienparadito,bienpeinado,bien sonriente, bien plantado a su diestra.Y una vez que pasábamos al living nosacomodábamosenlossillonesgrandesoenlosalmohadonesdelpiso,ellaloreteníaun buen rato a su lado, tomándolo de la cintura, invitándolo a hablar, festejándoleembelesada las pavadas que decía, reclinando la cabeza sobre su pecho viril,derramando su negro pelo lacio sobre el hombro del susodicho como si fuese unapropagandadechampú.

UnavezCachito, a la salida, despuésdeunaveladaparticularmente incómoda,mepreguntóporquénodejabadeasistiraesastertuliasdelcarajo.Lecontestéquenoqueríaperderelcontactoconloschicos,queeramaravillosoquenossiguiésemosviendo.Y cuandome ofreció hacer «otra» reunión, en «otro» lado,me apresuré anegarme. Me avergonzó, porque el tono en que lo dijo me sonó a que lo habían

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estadohablando entre todos.Hoymismomeacalora recordarlo. Imaginarmeamisamigosdelcoleenunconciliábulo,buscandoelmodode«evitarleelsufrimientoaRicardito»,me sigue llenando de estupor. Lo peor de que hubiesen reparado en elasunto era que seguro, tarde o temprano, le dirían algo a Cecilia. Dicho y hecho.Cachito me lo confesó apenas le insistí un poco. Alejandra la había llamado porteléfono un par de semanas atrás, con un pretexto cualquiera, y le había sacado eltema.QuisenegarmeaqueCachitomecontasesurespuesta,peroelotroinsistióenasegurarme que, según Ale, Cecilia se había sorprendido y había jurado, comodefendiéndosedeunescarnio inverosímil,que ibaa tenermáscuidadoenel futuroporquenoquería«ningúnproblemaconRicardo».Mequisemorir,porsupuesto.Deahíenadelanteellatendríaotroblasónparacolgarme:eldeinmadurosensiblero,depaspado de ofensa fácil, de ex novio resentido incapaz de remontar el pasado.Brillante.Estupendo,pensé.

En esas condiciones no podía dejar de ir. De ningún modo. Hubiese sido unaretirada cobarde o, lo que es peor, subordinar al capricho de Cecilia mi legítimoderechoaparticipardeunosencuentrosqueerantanmíoscomosuyosydelrestodenosotros.

Noeraesosolo,porcierto.Paraquénegarlo.Yadijemásarriba loqueCeciliahabíasignificadoenmivida.Yahablédeeso,de locomplementarioy loparecido.Karinaeramaravillosa.Mecompletaba,encajabaenlassalientesyenloshuecosdemi forma de ser. Pero en algunos días tristes yo me sabía incapaz de recorrer ladistancia que siempre separa a dos personas. Y entonces Cecilia volvía aenvenenarme la sangre, porque con ella nunca había tenido que moverme hacianingúnlado,porquesiempreestábamoscondenadosahabitarelmismomalditositio.No sé.O todo eso era una cháchara inútil, un colchón de palabras para ocultar unsentimientomásprofundoybárbaro,unamorciegoy toscoycrudoydoloroso.Elasuntoesqueiba.Siempreiba.

En la reunión de 1989 Laura me preguntó qué esperaba para casarme.Sobresaltado, ledijequeencualquiermomento.Mentí:hacíavariosmesesquemehabía peleado conKarina.Me corrijo: no peleamos. Era imposible pelear con esachica.Peroyoacababadecumplirlosveintisieteydeaceptarquenopodíacompartirelrestodemividaconunamujerquenomecocinaseenunhervorcaóticoderabiasylágrimasycarcajadas.Peromentíporquenoquisefaltar,nisiquieraentonces,amihábitomonásticodecallartodoloimportantedelantedeCecilia.

Esanochehabíaarrancadocomodecostumbre.Parejitafelizenlapuerta,besospublicitarios en todas las mejillas, arquitecto despidiéndose para «dejarnostranquilos». Un asco. Y después Cecilia en su esplendor. Reina, capitana, bufona,hembra indómita.Me dejó en paz hasta quementí esa respuesta a la pregunta deLaura.Perodespuésmeentróatirarcontodoloquetenía.Esunmododedecir,eso

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de«contodoloquetenía».Ceciliasiempreparecíadueñadeunarsenalflamanteeinagotable,comosi suscomentarioscáusticos, suspuñalesgélidos, se reprodujeranenalgúninfiernorecónditoconlaferocidadurgentedelashormigasolasabejas.Medejóenpazconel temademi trabajo,peromeacribillóporel ladodeesademorainexplicable en contraer matrimonio. Dios mío, pensé, lo que me faltaba. Hablómaravillas deKarina, como si fuesen íntimas.No la conocía ni por fotos, pero sepreguntó,enestiloDemóstenes,dóndeibaaencontrarRicardootrachicacomoésa.A juzgar por el discurso de Cecilia, mi novia —o más bien, secreta ex novia—combinaba la belleza de Marilyn Monroe, la abnegación de Madame Curie y lavalentíadeRosaLuxemburgo.Perolopeorvendríadespués,yyolosabía.CuandoCecilia empezase—cosaque le llevódos o tresminutos— la «Oda almatrimoniofeliz en un bello departamento de Ramos Mejía», poniéndose como emocionadoejemplodeamor,alegría,entregaeintimidadconelarquitectillo.PorsuerteVanesaacudióenmiayudacuandoselematódelarisa;Cecilialesaltóalcuelloporqueconsucarcajadalerompíaelefecto«vidadeensueño».Aprovechéeltiroteosubsiguienteparaponermedepieyanunciarqueibaalacocinaacambiarlelayerbaaunodelosmates.

Nuncahabíaestadoantesenesapartedeldepartamento.Conocíael livingyeltoilettedelaentrada.JamáshabíatransigidoenparticipardelasvisitasguiadasqueproponíaCeciliaalosqueasistíanporprimeravez.Sabíaqueporelpasilloestabanlashabitacionesyelbañoprincipal,yhabíaentrevistolacocinaatravésdelapuertamal cerrada. Pero esa noche necesitaba aire, librarme por un rato de esa torturamedievaldeCeciliaysufuegograneado.

Eraunalindacocina.Unmármoloscuro, lasalacenasdemadera, las lucesbienorientadas, el piso limpio, una mesa para desayunar arrimada a la pared con dossillas.Abrídosalacenas,pero teníanvajilla.Busquébajo lamesada:cacerolas.Meincorporétratandodeimaginarcuálseríael lugardeladespensa.Peroentoncesmedistraje pensando en otra cosa. Imaginé a Cecilia entrando allí, cualquiermañana,bien temprano. ¿Seguiría usando esos camisones cortos de algodón? Los ojoshinchados, el caminar de autómata, la expresión ida. Cecilia en puntas de pie,buscandoalgo,digamosel frascodecafé instantáneo,en losestantesaltos, con laspiernas tensas y firmes, y la luz del extractor iluminándola desde el costado,marcando el contorno de sus sinuosidades de mujer espléndida, y su carne tibiatodavía impregnada del calor de las sábanas, y la noche en torno de ella aún sindisiparse.Casimepuseallorarantesemejanteparaíso.

Perounbombazofrontalmearrancódemiscavilaciones.«¿Sepuedesaberquéestás haciendo acá?»Me volví hacia la puerta. Apoyada en el umbral Cecilia memiraba con esa expresión distante y altiva. Por toda respuesta alcé el mate vacío.«Delante tuyo, en el estante de arriba»,me lanzó. Abrí la alacena. No sé si a los

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demás les pasa eso de volverse aparatosos y torpes en el peormomento.Amí sí.Siempre.Aferréelpaquetedeyerbaconmimanomástorpe,laizquierda,porqueenla otra seguía sosteniendo el mate de calabaza. Y lancé al vacío un frasco demermeladaquerebotócontralamesadaysehizotrizasenelpisoconunestrépitodevidrios.Farfulléunadisculpamientrasmeagachabaaverdecercaeldesastre.Ceciliaseaproximó, resoplando.Searrodilló frenteamí.Yo intentaba levantar losvidriosgrandes, que resbalaban en un mar de dulce de frambuesa. La miré, o más biencuando levanté lavista lasorprendímirándome.«Noséparaquéseguísviniendo»,meescupió,mientrassusojosenllamasdespedíanlavaincandescente.

Le sostuve lamirada un largo instante. Suspiré. Cuando era chicome gustabajugar con una especie de rompecabezas de piezas cuadradas, cuyo nombre norecuerdo. Eran unos bastidores también cuadrados, sobre los que corrían quincepiezas en dieciséis posiciones posibles.Había que acomodar,mover, ordenar, rotaresaspiezas,sinlevantarlas,aprovechandoelúnicoespacioenblanco,hastaubicarlasensuordencorrecto.Eljuegoterminabaalubicarlasquinceensusitioydejarvacíoelextremoinferiordeladerecha.Bueno,esanoche,cuandomirélosojosdeCecilia,fue como volver a jugar a aquello, porque sin pestañear, sin sacarle los míos delvolcán de los suyos, fui haciendo a un lado su furia, acomodando su altivez,ordenando su ironía, desplazando su artificiosidad, cuadrando su resquemor,alineandosuenojo,emplazandosuarrogancia,ycuandolleguéalfondoloquevimealumbrócomounrelámpago,yporesoconlanaturalidaddequiensabequeloquevaadeciresciertolecontestéintuyendoqueestabapronunciandolaspalabrassecretasque desde la noche de los tiempos le daban sentido a su vida y a lamía: «Vengoporquenecesitocomprobar,devezencuando,todoelamorquemeseguísteniendo».

Losiento.Acabodeadvertirquealolargodetodasestaspáginasmedediquéajustificarporquéodiabalasreunionesdeegresados,cuandomipropósitoinicialeraexplicarno sólo eso, sino tambiénmi costumbrede fingirquemeextravío cuandovoy al supermercado. No lo hago siempre, por supuesto. Tampoco es cuestión dedespertar sospechas.Una vez cada tanto. Con eso es suficiente.Dejo el chango y,comoquiennoquierelacosa,mealejodelagóndoladelácteos,quesiempreesmuyconcurrida, y escapo por un corredor trasero hacia las góndolas de productos dealmacén. Las recorro sin prisa,matando el tiempo. En unmomento u otro alzo lamanohastaelestantedelcafé.

Tarde o temprano llega. Me encanta oírla. La voz femenina, modulada, algomelosa,queporlosaltoparlantesleanunciaalseñorRicardoPalaciosquesuesposaloaguardajuntoalmostradordeinformes.Entoncesvuelvo,comoquiennoquierelacosa, tan campante, con cara de sorpresa, con andar de prócer, con estampa degeneral romano, feliz de que todos los presentes hayan escuchadoque ahí voy yo,RicardoPalacios,sonriéndoleamiesposaquemeaguardaeninformesmientrashago

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un gesto vago de qué le vas a hacer, nos desencontramos, mientras atajo justo atiempo el carrito quemis hijasmayores están a punto de volcar con su hermanitoadentro,mientrasguardoelfrasquitodecaféinstantáneo.Cecilianolonota,aunqueme clava sus ojos renegridos yme devuelve la sonrisa.Yo tampoco se lo explico.Todostenemossímbolosqueguardamosensecreto.

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HECHIZOINDIO

Laúnicavezquevi sonreír aAnicetoManuelGutiérrez fue al términodel partidomásdifícildesuvida,jugadoel4dediciembrede1963entresuequipo,elSportivoLaPiedad,y elpoderosoEsteroVelázquez,por la finalísimade laLigaChaqueña.Aunque los tengo guardados, no necesito acudir a los recortes amarillentos querelatan lascrónicasdeesecotejo.Los tresdiariosquepublicaronelcomentariodelpartido destacaron lamanera insólita en queGutiérrez, back central, «borró» de lacancha a Néstor Iribarren, el crack del equipo rival, sin tocarlo, sin rozarlo, sinaproximárselesiquiera,utilizandoalparecerlasolaenergíadesumirada.

Debo aclarar que, junto con mis compañeros de La Piedad, fui uno de losprimeros sorprendidos. En el partido de ida Iribarren nos había vuelto locos. Noshabía gambeteado, nos había desbordado, nos había toqueteado la pelota ante lasnarices. Y el que había llevado la peor parte en el bailongo había sido el pobreAniceto,quepor su funciónera elúltimoescolloquedebía sortear eldelanteroencada ataque. No tuvo otra alternativa, nuestro sufrido defensor, que surtirle unapatada tras otra para tratar de frenarlo, y aun así daba toda la impresión de ser unesfuerzo inútil. De hecho, Aniceto salió expulsado antes de terminar el primertiempo,yperdimosdosaceroporquenoshicieronprecio,oporqueellosserelajaron,o porque los rezos del padreAlcides fueron escuchados, o por todo eso almismotiempo.Peroenlarevanchaacontecióelextrañomilagro:Iribarrennocruzólamitaddelacancha,notocóunasolapelotaenataque,selimitóadeambularporsupropiocampoconexpresióndespavoridadurantelosnoventaminutos,yalfinaldelpartidohuyódelacanchatanrápidocomoselopermitieronlaspiernas.Sinesapiezaclavedesuestructuraofensiva,elequipodeEsteroVelázqueznonoshizodañoalgunoypudimosimponernoscuatroaceroyascenderporúnicavezalRegionalNordeste.

Yahablédelascrónicasdelpartido.LadeLaVozdeResistencia tieneuntítulosugerente: «Hechizo indio». Pasa que Aniceto era un indio toba, y la expresiónateridaylaconductainverosímildeIribarrenledabanpiealperiodistaparajugaruntantoconlaideadeunembrujo.Nofuemuyoriginal.ElMentortitulóalgoparecido:«Marcado por arte de magia»; la nota descansaba en coloridos juegos del mismotenor.Perono se asomarona laverdadnide lejos.AmímismomehabríapasadoinadvertidasielpropioAnicetonohubieracompartidoconmigosusecreto.

AnicetoManuelGutiérrezeraoriundodeunapoblacióntobaestablecidacercadeColonia Burkart, el pueblo de gringos algodoneros en el que nací y me crié. Erapetiso, muy chueco, y sus piernas enclenques y sus huesos prominentestestimoniabansuhambrientaniñezenelmonte.Raravezsoltabaunapalabra,ysólosialguienledirigíaunapregunta.Jamásfestejabalosgolesnisequedabaaconversardespuésdelospartidos.

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Llegabaconeltiempocasijusto.Veníadescalzo,conloszapatosdefútbolquelehabían dado los curas bien embetunados y atados como un collar alrededor de sucuelloparaquenoselemojaranalvadearelarroyo.Seloscalzabasinprisadetrásdelarcoyesperabaalosdemásbienerguido,conlosbrazoscruzadossobreelpecho,depie enelbordedel área, comoanticipandoqueése sería su territoriodurante elcotejo. Debíamos ser para él un espectáculo extraño, con nuestras risasdespreocupadasynuestrosademanessueltos,propiosdemuchachosqueandanporlavidaconelbuchellenotodoslosdías.Meconsuelasaberquenoleéramoshostiles.Lotratábamos tantocomoélnos lopermitía,ycomohijosdeesa tierrabárbaranocometíamoslaestupidezdeetiquetaralagenteporelcolordesupieloelorigendesuapellido.Respondíaanuestrossaludosconunaleveinclinacióndecabeza,conunaeconomía de movimientos que quienes no lo conocían podían confundir condesagrado.Peronohabía talcosaensuánimo.Creoquesimplementeen lamismacantidad de años le había tocado vivir el doble que a nosotros, y eso tendía aaumentarlelossilencios.

EmpezóajugarenSportivoLaPiedadacambiodequeloscuraslepermitieranllevarse algunos cortes de madera del aserradero que tenían en los fondos de laparroquia,queaélleservíanparairlevantandosucasa.Elañoanterior,cuandoenlaescuela tiraron abajo el pabellón viejo para hacer aulas nuevas con la plata quemandólagobernación,Anicetohabíaligadounapuertaytresventanasqueconotrosmuchachos lo ayudamos a llevar hasta su casa. Anduvimos cruzando elmonte unbuenrato,hastaquedimosconunrancheríoescuálido.Entrelosranchitosseveíaelesqueleto de la casa de Aniceto. Nos convidó unos mates y nos explicó en unmurmullo sus planes para terminarla. Era evidente que hablar de su casa loemocionaba profundamente porque nunca lo habíamos escuchado hilvanar más deveintepalabras,yenestaocasiónhablócomocincominutos.Eranmuchosdefamiliaynoteníacorazónparaobligarlosaapilarsecomoenelranchoquetodavíaocupabanyquesupadreleshabíadejado.Poresodemorabaenterminarla:porlosmalabaresqueimprovisabaparadarleselgustoa lashermanasya lamadreya loshermanoschiquitos.Peroavecessentíaqueelasuntoseleibadelasmanos.Conlasaberturasqueacabábamosdeacarrearpensabadarporterminadoelperímetrodelacasa,perolefaltabaeltecho.

La temporada siguiente, cuandonos prendimos en la ronda final de la liga, loscurasnosmandaronahablarconelhermanoadministrador,quecuadernoenmanofueanotandoloquecadajugadorquisoestipularcomopremiodecampeonato.YoibaapedirunamotonetaSiambretta,porqueenesaépocaandabaconlaideadeponermeunrepartodehuevos.PerounpardelugaresantesqueyopasóAniceto,quepidióeltechoparalacasa.Elcuralosacócarpiendo,porquedijoqueeraundespropósitoyunaexageraciónunasolicitudcomoésa.Anicetonolocontradijo,perosequedóahí,

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de pie, como esperando que la Creación volviese al polvo de sus inicios. El cura,ansioso por despacharlo, le dijo que podía transigir, cuandomucho, en cubrirle lacuarta parte del techo que pedía. Luis Cevallos, otro de los que hicieron aquellatravesíaporelmonteconlasventanasacuestas,pasódelantedemíy,cuandoelcuralepreguntó,ledijoconlamayornaturalidadquequeríaotrocuartodetechumbre.Elcura no dijo nada. Cuandome tocó el turno reclamémi cuarta parte y RomualdoCalabrese hizo lo mismo. Al salir nos demoramos a propósito con Luis y conRomualdoparaqueAnicetonossacaraciertaventaja,porquenoqueríamosponerloenelaprietodetenerquedarnoslasgracias.

Igual faltaba loprincipal,queeraganar esaúltima ronda.ConColoniaVelardefue un trámite y con Empalme Leguiza fue un juego de chicos. Pero con EsteroVelázquez se nos vino la noche, tal como ya relaté, por el enigma gordiano querepresentabaIribarren.Enelpartidodeida,encanchadeellos,nospegóunpeludoinolvidable.Esemuchachojugabaaotracosa.Teníaelraroprivilegiodeloscracks:nonecesitabamirarnisuspiesnilapelotamientrasgambeteaba.Observabaalrivalqueteníaenfrenteylodormíaencadaenganche.

Si alguien podía marcar a Iribarren era Aniceto Manuel Gutiérrez. Estoyconvencidodequesinuestropagohubierasidomenosignoto,osilavidalehubieseregaladodospiernasmásfirmes,Anicetohabríahechocarreraconunapelotaenlospies.Teníaunacondicióninnataparalamarca.Ysueconomíaemocionalleconferíaunaconcentraciónabsolutaenlosavataresdeljuego.Sabedordesudebilidadfísicaparalospiqueslargos,esperabaalosrivalesenlospuntosexactosdelacancha.Losestudiaba sinprisahastaque era capazde anticipar cadaunade susmañas, de sustrampas, de sus debilidades. Era como si construyese unmapa cerebral en el quefiguraban losdelanteros, los caminosy losatajos elegidospor losdelanteros,y lastrampasy los cebos tendidospor losdelanteros.Unavez acabado el diagrama, losacechaba sinangustiay sinpasionesevidentes.Al terceroocuartoquite limpiodebalón que les propinaba, sus rivales tendían a ponerse nerviosos. A veces lopechaban, lo codeaban y lo insultaban entre dientes, pero ni siquiera entoncesGutiérrezextraviabasubuenjuicio.

Tampoco estaba preso de su libreto. Si se topaba con un contrario demasiadorápido o impredecible dejaba su estrategia de lado y le surtía tres o cuatro buenaspatadas,auncinco,lasquehicieranfaltaparadisciplinaralaprendizdesedicioso.Enese fútbolmedio salvaje los árbitros sólo echaban jugadores en casos extremos, yAnicetoeratandiscretoqueaunpararevolcaradelanterosusabasusmovimientosdehumoypasabainadvertido.

PeroIribarrenfuedemasiado.Talvezfuelapresióndejugarunafinaldeliga,osaberqueloqueestabaendanzaeranimásnimenosqueel techodesucasa,o lapropiahabilidadde esedelantero.Lo cierto es queAnicetonopudo encontrarle la

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vuelta.Intentósinsuertecortarleloscaminosycerrarleloscorredores,ycuandovioquenopodíaleentróapegarcomosifueraunapiñata,hastaquesehizoecharantesdelfinaldelprimertiempo.

Yreciénahorallegoalcentrodemirelato.Alatardedel4dediciembrede1963,cuando se jugó la revancha.No creo imprescindible aclarar que en la semana quemedióentrelasdosfinalesAnicetonopronunciópalabra.Adecirverdadnolovimástensoomásansiosodeloquelohabíavistosiempre.Creoqueyocargabasobremisespaldassusangustiasylasmías:sufríaporsutecholoquenohabríasufridopormiSiambretta.Nome le acerqué,porqueno teníanadaespecialparadecirleyporqueAnicetoeradeesaspersonasqueatesoranlaspalabrasparautilizarlassóloencasosdeemergencia.EnesostiemposnoexistíanlassuspensionesyAnicetopodríajugar,pero ¿qué sentido tenía? ¿Cuánto podía durar en la cancha con Iribarren enfrente,anudándolelaspiernasflacasencadagambeta?

A la final aquella fue medio mundo, o medio Chaco para ser más exactos.Imponíanunpocoelgentíoyelbarullo.Lousualeraque jugásemoscon tanpocopúblicoquepodíasescucharcómounespectadoreructabaelchorizodelentretiempo.CuandollegóIribarrenmediounpocodeenvidiaporquese leacercaronlosdosotresfotógrafosqueibanacubrirelpartidoylepidieronqueposara.Despuésdeloschasquidos de los diafragmas, Iribarren inició un trotecito de calentamiento que lollevócercadellateral.

EntoncesviaAnicetoaproximándosele.Iribarrenlomirabasinodio,peseaquetodavíadebíandolerle loshachazosdeldomingoanterior.YAniceto ledevolvía lamiradaconsusojosdepiedra.Cuandoestuvoacincometrosmovióloslabiosenunafrase que, a esa distancia, no comprendí. Y se llevó las manos a la cintura paratomarse el borde de la camiseta, en ese gesto típico de quien se dispone aintercambiar su casaca con el rival. No pude menos que maravillarme. Mi noblecompañero,aunqueseestabajugandoeltechobajoelcualguarecerasufamilia,eracapaz de esa expresión de cortesía viril y deportiva, honrando al rival queprobablementevolvieseaderrotarlo.

Losorprendenteocurriódesdeelmomentoenqueempezóarodarlabola.Porqueparamisorpresa,lademiscompañerosyladelossuyos,Iribarrensereplegóhaciasupropiaárea,separóapenasdelantedelosbacksyselimitóalanzarpaseslargosasusdesconcertadoswinesdurantetodoelpartido.Fuecomosielmundosehubieratumbadoal revésdeundomingoalsiguiente.Losquemanejamos lapelota fuimosnosotros.Ylosquetuvieronquepegarfueronellos,incluidoIribarren,que,faltodeexperienciaenesesitiodelacancha,teníaparamarcaralosrivaleslatorpezatípicadelosdelanterosquenuncaserebajanaesastareaspocoedificantes.

Elpartidosevinoanuestrobuchealossaltitos,comoesospajaritosquedepibescazábamosenelmonteconuncajóndemaderayunpaloconunpiolín.Despacitoy

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sinapuronosfuimosaldescansodosaceroyloliquidamosdecontraenelsegundotiempo.

DespuésdelosprimerosfestejosmeacordédeAnicetoyquisedarleunabrazo.Lolocalicéensusitiodesiempre,depie,apenasafueradelamedialunadelárea,conlosbrazoscruzados, el rostroerguido, laexpresión serenay lejana.Alverlodivisétambién,muchomásatrás, lacabezarubiadeIribarren,supielpálida,suexpresiónurgidade toda la tarde,mientras subía deun salto almicroque lo devolvería a supueblo.

MeacerquéaAnicetosonriendoyadelantandoladiestra.Lofelicitépornuestroéxito.Meloagradecióconunadesusgravesysilenciosasinclinacionesdecabeza.Viéndoloataviadoconnuestracamisetarojayrecordandoelgestoquehabíatenidocon Iribarren antes del comienzo del match, me atreví a preguntarle por quéfinalmentenohabíanintercambiadolascasacas.

Memirócomosinomecomprendiera.Lerecordéentonceslaescenaquehabíapresenciado,elsaludodistanteconelrival tantemidoysuademándeentregarlelacamisetaalfinaldelpartido.

AnicetoManuelGutiérrezme escrutó un largominuto antes de hablar: «No leofrecíningunacamiseta—medijo—:Lepedídisculpasyleaclaréquesicruzabalamitaddelacanchaloibaatenerquecagaratiros».

CuandoAnicetohizosilenciobajó lavistahaciasuvientreyrepitióelgestodetomarconlasmanoselbordedesucamisetayapenaslevantarla.Debajodelacasaca,sostenidos por el pantalón corto, llevaba cruzados dos pistolones del tiempo de laColonia,negrosyopacos,salvoporlosgatillosylospercutores,queseveíancomoreciénlustrados.Alzósumiradaoscurahaciamisojosincrédulos.Yfueentoncesquesonrió.

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MOTOROLA

Abelardo Celestino Tagliaferro dobló la esquina sin prisa. Apretó suavemente elembrague, puso la palanca de cambios en puntomuerto, con lasmanos levementeposadassobreelvolantearrimóelautoalaveredaylodetuvosinbrusquedadalfinalde lahileradeautosamarillosynegros.Apagóelmotor,quitó la llavedel tambor,aspiróprofundamenteydirigiólamanoizquierdahacialapuerta.

Susmovimientoseranmetódicos,serenos.Peroparacualquieraqueconociesesucarácterhabitualmenteenérgico,impulsivo,aquellosgestosnecesariamentehubiesentenidoalgodeartificial,algodefalso.Erana todas lucesademanesnacidosdeunareflexiónprofunda,concienzuda.Esosademanescalmosquelaspersonasadoptanenunintentodequesuespíritusecontagiedeesapazyesamansedumbreexteriordelosgestosanteelmundo.

AbelardoCelestinoTagliaferrohabía tenidomucho tiempoparaprepararseparaesa mañana cargada de presagios trágicos. Cinco, seis meses tal vez. Los signosalarmantes habían empezado algo antes, digamos en noviembre, diciembre del añoanterior.Elrecesodelveranolehabíahechoabrigaralgunasesperanzas.Perodesdefines de febrero la situación se había tornado crecientemente tenebrosa. Para losúltimosdíasdeabrilTagliaferrohabíacomprendidoquesólounmilagrolopondríaasalvodelabismo.¿Nohabíanexistidoacasootrosmilagrosanteriores?Peromayoyjunio se habían consumido sin que esemilagro tuviera lugar. Semana a semana suespíritu se había ido opacando. A medida que se acercaba julio, su carácter,habitualmente expansivo, dado, campechano, se había tornado proclive a lameditación,alsilencio,alensimismamiento.Amedidaquelosdíasseacortabanylosárboles de la General Paz se desnudaban en colores ocres, Tagliaferro ibaconvirtiéndose en una suerte de crisálida espiritual, encapsulada en melancólicasmeditaciones,ajenaalcaoscotidiano.

Cuandonosinciertoesfuerzobajódeltaxi,vioqueloshombresquefrecuentabanconéllaparadaloesperabanbajoeltoldodelkiosco.Abiertosenunsemicírculo,sepasabanelmateyleclavabanaladistanciasieteparesdeojosinquisitivos.AbelardoCelestino Tagliaferro se acercó con el mentón erguido y la vista clavada en unhorizonte imaginario.Acadapaso su cuerpomonumental sebalanceaba levementehacia los lados. Con la campera puesta daba la impresión de ser un astronautagigantescocaminandoenlaingravidezdelaLuna.

Calculó, con precisión de experto, que el primer dardo lo alcanzaría cuandopasaraalaalturadellavaderoautomático,onomuchodespuésdeponerunpieenlaveredadelaagenciadelotería.Noseequivocó.

—¿Quéhacesacá,Gordo?Tehacíamosenlacancha.El que había hablado era Álvarez, el morocho del Gacel. «Era lógico», pensó

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Tagliaferro.Peroestabalistoparaataquessencilloscomoése.—Porfavor,Álvarez,nomejodásconpavadas.Hablóconserenidad,comotransigiendoenexplicarquedosmásdossoncuatroa

unignorante.Peronopudoevitarunalevísimairritaciónalescucharlasrisitasbrevesdelosotros,lasmismasrisasqueenvalentonaronalmorochoparavolveralataque.

—¡Te hablo en serio, Gordo! No podés dejar al equipo ahora, en semejantemomento.

Tagliaferro suspiró mientras su expresión adquiría un cariz de angelicalcansancio:

—Hacemeelfavor,nohablemosmásdefútbol.De nuevo el coro de risitas cómplices. Terminó de acercarse, imperturbable.

Saludó con inclinaciones de cabeza y recibió alguna palmada. Como siempre, lecedieronunodelosbanquitosdemetalyestiraronhaciaélunmatehumeante.Chupóconplacer,alargó ladiestrahacia labolsaengrasadade losbizcochosysepreparóparaelpróximoround.

—¿Cómo que no hablemos más, Gordo? ¿No eras vos el que siempre veníainsufribleloslunescuandoganaban?QuePlatensedeacá,quelosCalamaresdeallá,que el equipo del Polaco del otro lado—algunos de los otros asentían—. ¿No tecagabasderisacadavezqueperdíanlosgrandes?

Tagliaferrovolvióasuspiraryasonreír.—Mirá,Álvarez…—pareciódudarenbuscadelaspalabrasadecuadas—,esoera

antes…yoquésé.Aveceslavidateenseñacosas,sabés.Ymeapiolédequetodoeseasuntodelfútbol,viste,quéseyo,notienesentido…—dejósuspalabrasflotandounmomentoyconcluyó—:Nohaycaso,pibe.Notienesentido.

El morocho Álvarez era demasiado primario como para afrontar semejantedespliegue de nihilismo.ElGordo sabía que el PiolínAcosta tomaría la posta conaportes algomás incisivos.ElPiolínAcosta erauncincuentón larguirucho,depielblanquísima. Había sido bautizado así por el propio Gordo. En su origen elsobrenombreeraPiolíndeMatambre,porqueeralargo,finito,blancoyordinario.ElGordo,especialistaenapodos,considerabasuhallazgoconPiolínunadesusobrasmaestras,yacadaunodelosnuevosenlaparadaselohabíaidoexplicandocomounmododerevivirladeliciosaindignacióndelotro.

ElataquedelPiolínfuefrontal:—Ydecime,Gordo,sihoylegananaRiver,yponelequeporunadeesasputas

casualidades del destino se terminan salvando… ¿vas a seguir con la huevada delescepticismo?

—¡Ahíestá,ahíestá!—algunosasentían,entusiasmadosenlaintuicióndequeelalto y pálido filósofo estaba acorralando al recién llegado. El Gordo se preguntócuántosdeellossabíanquécorchoseraesodelescepticismo.

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—No,Piolín,paramíelfútbol…¿cómoteexplico?Yafue,sabés.Esaspocaspalabras le fueronbrotandodeapoco,mientrasmirabael toldoque

teníasobrelacabezaymientrassusmanosabiertashaciaarribadescribíanademanesvagos, como reforzando esa sensación de vacíometafísico que su dueño pretendíatransmitir.

—¡Dejate de joder, Gordo! ¡A mí no me vengas con el cuento! ¡Que si noestuvieranpor irsea laB te tendríamosqueestarbancandocomosielputocuadroesefueraelManchesterUnited!

Tagliaferro volvió a considerarlo con indulgencia. Un nuevo suspiro hinchó lamoledesucuerpoagazapadoenelbanquito.

—Noquerido, teequivocás.Aveces ladesgracia teabre losojos, sabés…Ysitenésneuronasteponésapensar.

Hizounsilencio.Lossieteparesdeojosseguíancadaunodesusademanesyloscatorceoídosatendíanacadaunadelasinflexionesdesuvoz.

—Suponete que Platense va y se salva. Difícil, pero ponele que sí: ¿qué mecambia? ¿Voy a ser más rico? ¿Va a subir más gente al tacho? ¿Voy a volvermeinmune a los afanos? No, loco, no me cambia nada. Y ponele que hoy se va aldescenso:¿quépierdo,hermano?Nohayvuelta,loco.Elfulboesunamentira,sabés.¿Oustedespiensanqueaesosturrosdelosjugadoreslesimportaalgo?No,padre,lostiposcobranysevan.¿Quiénsequedacomounboludoparadoenlapopular?¿Vosoellos?¿Ylosdirigentes?¿Vostepensásquelescalientaalgo?¡Sisonunamangadechorros!

Hizounapausaparatomarotromateyparaquesudiscursopenetrasemejorenlasmentesdesusamigos.Volvióalataque:

—El fútbol está armadoparaqueganen losgrandes, nadamás.Esunnegocio,pibe.Es todouncircoquevivede losgilescomoustedes.Aver,mirá losgoleseldomingo.¿Algunodeustedessiguesiendotannabodemirarlosgoles?—Losotrosasintieron—. ¿Ves que laArgentina es un país de boludos? Todos ahí como giles,comiéndosesesentamilpropagandas…¿Paraqué?¿Paraveraesosmariconesquelavandehéroesyquea laprimeradecambiocuandolesponendosmangossobrelamesasevanajugaraEuropa?¡Porfavor,muchachos,nojodamos!

Cadavezmásenardecido,siguió:—A ver vos, García —el aludido lo miró atentamente—, vos sos hincha de

Gimnasia: si no juegan conRiver o Boca, ¿cuántosminutos te pasan del partido?¿Uno?¿Unoymedio?Yvos,Martínez:¿nomecontastequeparaver losgolesdeColónlosgrabásydespuéslosvescincuentavecesytehacéselbochodequevisteelpartidoentero?—Elotroasintió—.¿Venloquedigo?Entiéndanlo,elfulbonosirveparanada.¡Paranada!Ovos,Pasos,quesosdeRiver…¿tevolvióuntipofelizquehayanganadotrescampeonatosalhilo?—LosojosgrisesdePasosseentornaronen

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un gesto suave que era también de infinita tristeza—. Es todo verso, es todomentira…

Ycomosifueraelresumendesudiscurso,reiteró:—Todomentira,nohayvuelta.Tagliaferro calló. Los demás se pasaban elmate en silencio. Algunosmiraban

paracualquier ladoparaque losotrosnovieran lashuellasde la turbaciónque leshabíasembrado.ElGordoadvirtió,aliviado,quehabíaconseguidoelmilagrodequese pusieran a hablar de otra cosa. Él podía tenermucho autocontrol y todo lo quequisieran,perotampocoeradefierro,quétanto.

Los otros se fueron yendo, en una mañana dominguera extrañamente movida.CuandollegóelturnodeTagliaferro,lealargóelmatealquecebabaysepusodepiecondificultad.Unamujeralgomayorseacercabapresurosaalaparada.

—NecesitoiraLuján,muchacho.Alabasílica.Cuandolamujerseacomodóatrásyélencendióelmotor,suespíritucomenzóa

poblarse de sensaciones confusas. La señora tenía aspecto de abuelita de libro decuentos.Tagliaferrosemordióellabioinferiormientrasdudabaenhacerlapreguntaqueselehabíaocurrido.Finalmentesedecidió:

—¿Lemolestasienciendolaradio,señora?—No,muchacho,paranada.Apenasformulólapreguntasearrepintiódehaberlahecho.¿Porquéhabíasalido

con eso? ¿Qué razón había para encender la radio? Ninguna, Gordo, ninguna, seamonestó.

LaradioerauncachivachevetustoquenoteníanadaqueverconelRenault19hecho un chiche de Tagliaferro. Era un artefacto antiguo que había pertenecidooriginalmente a un Siam Di Tella que en los años sesenta le había permitido aTagliaferroparar laollaen sucasacuando lohabíanechadode laempresa.En lossetenta había cambiado el Siam por unDodge. Después por un Peugeot y por unSenda.Perolaradiosiemprehabíasidolamisma.Eraunodeesosejemplarescondosperillasalosladosquesólofuncionanenamplitudmoduladayquetienenunaseriede teclas negras debajo del visor para cambiar velozmente de lugar en el dial.Adaptarla al tablero del Renault había sido complicado, y en el taller lo habíanmirado como si estuviese totalmente pirado. Pero a Tagliaferro le importaba uncuerno.La radio, esa radio, erapara él un talismán infalible, un salvoconducto, unpasaporteparaunretornopacíficoasucasayalossuyos.Yotracosa:conesaradiohabíaescuchadoalCalamarsalvarsedetodoslosdescensos.

PeroeseviajeaLujánparecíaunaseñalvenidadelosinfiernos.Porqueelaparatotenía un inconveniente (en realidad tenía varios, pero existía uno verdaderamentedelicado):poralgunaextrañarazónqueTagliaferronohabía logradodeterminar, laradio callaba indefectiblemente apenas salía un par de kilómetros de la Capital.

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Cuando traspasaba laGeneral Paz comenzaban las interferencias.Yveinte cuadrasmás allá lo único que salía del receptor era el sonido propio de una sartenada depapasfritasamediococinar.

Haciendoun cálculo sencillo, entre la iday la vuelta se iba a perder el partidocompleto, que ya debía estar empezando. Podía escuchar los primerosminutos, sí,hastaquesalierade laautopistaenLiniers,pero¿ydespués?Tagliaferrodetuvoensecolasucesióndesuspensamientos.¿Quéestabahaciendo?¿Noeraciertotodoloqueacababadedecir?¿Noeranesas frasesqueacababadepronunciar frenteasusamigos la rotunda verdad a la que había llegado luego de meses de exploracióninterior,deintrospeccióndolorosa,dedisciplinamoral?¡Seguroqueloera!Demodoque Tagliaferro, apenas encendió la radio, sintonizó una emisora de tangos que seextinguió poco más allá de Ciudadela. Sufrir por un motivo tan pedestre, québarbaridad, se dijo. Se recordó a símismo en tantos domingos de amarguras. ¿Nohabíansidoinfinitamentemásabundantesquelasinusualesjornadasdetriunfo?

A la altura de Morón apagó la radio, que ya estaba en plena fritanga. Parecementira,qué rápidosevapor laautopista, sedijo.Alverqueestabaa laalturadeMorónlocruzóunanociónsombría:Platensevolveríaajugaraquídespuésdevariasdécadasenprimera.Sacudiólacabeza.Disciplina,Gordo,disciplina,serepitió.Perosus labios empezaron a musitar una letanía que a cualquier sacerdote le hubieseresultado extraña: Tigre, All Boys, Brown, Los Andes. Su ánimo ya eradefinitivamente sombrío.Depronto elpánico lo cruzóenvariasoleadas sucesivas:San Telmo, Lamadrid, J. J. Urquiza. ¿Y si no era una, sino dos o tres categoríasperdidasalhilo?

Intentó reaccionar. ¿Y amí qué carajome importa? Supuso que había sido ungritoíntimo,perosediocuentadequealgodelalaridointernoselehabíaescapadoporquelaseñoralomirabaconunpocodetemorylosojosmuyabiertos.ElGordolesonriócondulzuraporelespejoydespuésclavólosojosenlaruta.

Moreno:laautopistaseredujoadoscarriles.Yporestotecobranpeaje,losmuyturros,pensó.Lapasajeraibaensimismadacontemplandoelpaisajeporlaventanilla.¡La ventanilla!, se dijo. En invierno o en verano, él iba con la ventanilla delconductorbaja,salvoqueelpasajerolepidieralocontrario.¿Ysiprobabacerrartodoelauto,aversilaradioemitíaalmenosunsusurro?Corrióelcodoycerró.Encendióelcatafalconegruzcoyesperó.Acercótodoloquepudolaorejaalreceptor.Elrumordeunavozera inconfundible.Tragósaliva.Subióelvolumenal topey lavocecitaadquiriómayorconsistencia.Tratandodenoperderdevistalaruta,acercóaúnmáslaoreja. Insultó en voz baja. Era uno de esos programas religiosos en los que elconductor repartía sanaciones radiofónicas en un castellano levemente extraño.Movióeldialhacialaderecha.Folklore.Unpocomás:tango.Luegotopóconelfinaldelabanda.Inicióelcaminoinverso.Alaizquierdadelpastorevangélicodetectóel

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sonidoinconfundibledeunrelatodeportivo,perodemasiadolejanocomoparaqueseentendieran laspalabras.Giró laperilla: ahí estaba el partidodePlatense.Escuchóconelalmaenviloelrelatodeunajugadaintrascendenteenelmediocampo.¡Cómovan, que digan cómo van, carajo!, pensaba. Pero de inmediato entendía que a esaaltura debía tener la expresión crispada, los ojos inyectados, la expresión tensadelhinchaangustiado,ysedecíaqueno,quedeningúnmodo,quenodebíaecharalabasura todos esos meses de autoeducación que lo habían librado al fin de sudependenciaCalamar.

¿Noestabaacasohermosalamañana?¿Nobañabaelsol,radiante,elcampoylaautopista?ElGordovolvióensíporuninstante.Latemperaturadeltaxicontodaslasventanillas cerradas y el sol cayendo a pique debía andar por los 35 grados.Tagliaferroobservóalapasajerayvioqueseabanicabaconunarevista,mientrasdosgruesosgotonesde sudor le resbalabanpor los ladosde lacara.Estuvoapuntodebajar las ventanillas, pero se dijo que entonces perdería definitivamente cualquieresperanzadecomunicaciónradialconelmundo.Demaneraqueoptóporencenderelaire acondicionado.El frescomeva a venir bienparaponer enorden las ideas, sedijo.

Noteenchufes,Gordo,noteenchufes,serepetía.Lacosaestáperdida.Nohaymanera de que zafemos. Momento: ¿zafemos quiénes? ¿Acaso yo soy Platense?¿Tenésaccionesahí,Gordoboludo?LosquesevanalaBsonellos,novos.LosquevanaperderconRiversonellos.Losjugadoresylosdirigentes,quétanto.VossosAbelardo Celestino Tagliaferro, a sus órdenes, de profesión taxista, estado civilcasado,padrededoshijosyabuelodetresnietos.Enterate.Lodemásestodogrupo.Para qué calentarse. Si al descenso se van a ir igual y después te vas a tener quebancar a toda esa manga de palurdos de la parada, empezando por el Piolín yterminandoporelnegadodelmorochoÁlvarez.

Empezaron las rotondas de Luján. Tagliaferro miró por el espejo y vio a lapasajeraconlasmanosenlosbolsillos,elgorrocalzadohastalasorejas,labufandaenrolladaentresvueltasalrededordelcuelloyloslentesempañados.ElGordonotóque la temperatura había bajado unos treinta grados de un saque. Apagó elacondicionadordeaire.Descartadalaestrategiadelencierro,optóporventilarbieneltaxi.Talvezlograracaptaralgúnkilohertzextraviadoeneléter.Elúltimotramohastalaiglesialohizoveloz,conlascuatroventanillasbajasyelairecomountorbellinoenelinteriordeltacho.

Cuandoparó frente a la catedral y sevolvió amirar a la pasajera, advirtió consorpresaqueelpelodelamujerhabíaadquiridounaciertadisposiciónsalvajeyquesusojosnoparabandeparpadearalarmados.Ellapagóysebajóvelozmente.Dabalaimpresión de haber encontrado un nuevo motivo para agradecer a la Virgen.Tagliaferrodiovuelta a laplazay sedispusoa emprender el retorno.Entonces los

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vio.Cuatro hinchas deRiver, ataviados con camisetas, vinchas y banderas, veníansacudiendolostraposycantandoavozencuello.ElGordoconsultósureloj.Debíaestar empezando el segundo tiempo. No se atrevió a preguntarles el resultado delpartido,perolaactitudfestivadelostiposlohundióenunadesesperacióncreciente.

Momento. ¿Qué te pasa, Gordo? Pará la moto. Pará un poquito. Que sedesesperenellos.Todosesosnabosquesesienten losdueñosde lascamisetasydelosclubes.Pensarqueélmismohastahacíapocohabíasidounodeellos.Ydesdepibe,paracolmo.Perodemásgrandefuepeor.Elascensoselesubióalacabeza.YladefiniciónporpenalesconLanús,Diossanto.LohabíaidoaverconlaClarisa.Alfinal del partido él se había desmayado y habían tenido que sacarlo de la popularentrecincotiposbiengrandotes.Peroquiéntequitalobailado.YeldesempateconTemperley,mamamía,cómohabíamossufrido.Cortala.Cortala,Gordopalurdo,conlaprimerapersonadelplural.¿Maqué«nosotros»,enfermo?SivosseguístanpobrecomocuandovinimosdeEspaña.¿QuéhizoPlatenseporvos?¿Aver?

Alpasarelpeajenopudoevitarlatentación.Semintióqueseríalaúltima,comoesosfumadoresqueescatimanlospuchosdelprimeratadoquecompranluegodeunalargaabstinencia.Elcobradorestabaescuchandolospartidosenlacabina.¿CómovaRiver?,preguntó.Hinchadecuadrochico,sabíaquelagentenotieneniideasiunolepregunta por Platense,Banfield o Ferro.Decime que va perdiendo, decime que vaperdiendo,pensó.«Vaganando»,informóelfulano,concaradegallinaagradecidaalavida.

Cuandoselevantólabarrerasealejódeallísintiéndoseperdido,perplejo,comosilanoticialohubiesedejadonavegandoenaguasdesconocidas.AlpasarporFranciscoÁlvarez sus dedos comenzaron a tamborilear sobre el volante mientras silbabainconscientemente,entredientes,lamelodíadeunviejoestribilloquedecía«Partirá,lanavepartirá,dóndellegará,nuncasesabrá»oalgoasí.UnaletradeporqueríaqueteníaqueverconelarcadeNoé.Pero¿porqué?Eranlas11:31.Unacancióndelañodel pedo. Cosa rara. Abelardo Tagliaferro se derrumbó a las 11:35 cuando se diocuenta de que lo que había estado tarareando los últimos diez kilómetros no eraningunacanciónpasadademoda,sinolaperpetuamelodíadel«Noseva,Platensenoseva,Platensenoseva,Platensenoseva»,ylaslágrimasseledesbarrancaronporlasmejillasendostorrentestibios.

Cuando entrevió que toda resistencia era inútil, y como los chicos cuando seapuestanasímismosquesilograndeterminadaproezalavidalesconcederápremiosimpresionantes (al estilo de: si logro saltar toda la cuadra sobre el pie derecho sintrastabillar, entonces la rubiecita de la panadería gusta de mí), Tagliaferro seconvenciódequesillegabaalaCapitalFederalyencendíalaMotorolaantesdequeterminara el partido, el Calamar iba a lograr dar vuelta su destino y los demáspartidosseleibanaacomodarparaseguirconchances.

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Apretó el pie derecho contra el piso del auto y éste saltó hacia adelante a unavelocidad francamente peligrosa. Era digna de verse la imagen de ese gigante quevolaba aferrado con ambasmanos al volante como un piloto de carrera, cuya carabañadadelágrimasrecientesseenrojecíaporelesfuerzodecantaralosalaridosunviejo estribillo con la letra cambiada.A la altura deMoreno tuvomiedodeque lapromesadellegaratiempoparaoírelfinalnofuesesuficientementegrandiosacomoparalograrelconjuro.Demodoqueprometiódejardefumaralascuatrodelatardeyparasiempre.Temerosodequeloshadosloconsiderarandébildeespíritu,agrególapromesadeunadietaestrictaquelollevaratreintaycincokilosabajodesupesoactualenunplazomáximodetresmeses.Mientrasencendíalaradioparairganandotiempo, ymientras volaba a la altura deMorón, las promesas se iban acumulandosobresusespaldas.Prometióvolveramisatodoslosdomingos.Prometiónovolveramadrugarle un pasajero a ningún colega por un plazo de seis meses que luegoextendióadosaños.Prometiódejardeconstruir fantasíaseróticascon lapeluquerade la vuelta. Prometió regalarle flores a la Clarisa todos los viernes hasta que lamuerte los separase. Estuvo a punto de prometer que no iba a joderlosmás a losnietos para hacerlos de Platense, pero se contuvo a tiempo porque Dios no podíapedirle sacrificio semejante y porque supuso que ya había acumulado suficientesméritos con las promesas anteriores. A la altura del Hospital Posadas, en Haedo,levantóelvolumendelaradiohastadarlesumáximapotencia.Sintonizólaemisoraque siempre lo acompañaba para los partidos. Por detrás del ruido a fritura seadivinabanvocesderelato.Descolgóel rosarioque llevabaanudadoal retrovisoryempezóarezarenvozalta.AlaalturadeCiudadelalaradiorecuperóporcompletosus funciones. Tagliaferro interrumpió el AveMaría y entrecerró los ojos. Estababañadoensudoryparecíadiezañosmásviejoqueenlamañana.

Habíanperdido.Habíanperdidoporrobo.Estabanjugandoeldescuentoperonohabía manera de remontar esa catástrofe. Las conexiones con las otras canchashablaban de la algarabía de los cuadros que se habían salvado. En un arrebato deamargurainfantilsesintiódespechadoporqueDioshubiesehechocasoomisodesuspromesasderegeneraciónabsoluta.Mientrastomabalasalidadelaautopistahizounúltimoesfuerzoparaquenoleimportara.Sedetuvoenunacuadradesierta,llenadegalponesenlasdosveredas.Sedijoquenopodíaponerseasí.Queundolordeesetamañosólopodíasentirseporlapérdidadeunserquerido.Quenopodíatiraralabasura los esfuerzos de los últimos meses. Y todavía le faltaba sobreponerse a laescenita que iban a hacerle los muchachos en la parada. Control, Gordo, control.Mejorseguirhaciéndoseeldistante,elsuperado,talvezasílodejaranenpaz.Tardóquinceminutosenarrancardenuevorumboalaparada.

AbelardoCelestinoTagliaferrodoblólaesquinasinprisa.Apretósuavementeelembrague, puso la palanca de cambios en puntomuerto, con lasmanos levemente

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posadassobreelvolantearrimóelautoalaveredaylodetuvosinbrusquedadalfinalde lahileradeautosamarillosynegros.Apagóelmotor,quitó la llavedel tambor,aspiróprofundamenteydirigiólamanoizquierdahacialapuerta.

Cuandologróincorporarsenosedirigióinmediatamentehacialaesquina.Fuealapartetraseradeltaxiyabrióelbaúl.Hurgóunmomentobajolacajadeherramientasy encontró lo que buscaba. Desplegó la enorme tela rectangular con ademanestiernos. Se anudó la bandera blanca con la franja centralmarrón en el cuello y laextendióasusespaldascomosifueraunacapa.TanteóotravezyhallóelgorritotipoPiluso.Seloplantóhastalasorejas.Cerróelbaúl.Levantólosojoshacialaesquina.Abiertosenunsemicírculolosotrossepasabanelmateyleclavabanaladistanciasieteparesdeojosinquisitivos.

Tagliaferro no caminó enseguida, porque acababa de entender que todos loshombres son cautivos de sus amores.Uno no entiende por qué ama las cosas queama.El intelecto no sirve para escapar de los laberintos del afecto. Por eso es tandifícil enfrentar el dolor: porque uno puede engañarse inundando con argumentosrazonableslasllagasquetieneabiertasenelalma,perolociertoesqueesasllagasnosecurannisecallan.Yporesounhombrepuedeamaraunamujerquealosotroshombres lesparezcafunesta,opuedeponersucorazónalserviciodeamoresquealosotrosselesantojeninútilesointrascendentes.

Abelardo Tagliaferro estiró los brazos, prendió las manos a la tela, como unextrañosuperhéroeexcedidodepeso,ysupoqueloimportantenoesaquiénoaquéunoama,sinoelmodoenqueunoamaloqueama.Reciénentoncescaminóhacialaparada.

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LAMULTIPLICACIÓNDEELENITA

Amíloquemerevienta,conperdóndelapalabra,esverlacasasuciaydesordenada.Ycuidadoquelanuestraesunacasagrandeyconmuchashabitacionesyconjardíndelanteroypatiotrasero.Porquesifueseundepartamentodeesosqueseconstruyenahora,del tamañodeunpañuelito,condosambientes,bañoycocina,vayaypase.Eso semantiene ordenadoy limpio con elmínimo esfuerzo: unabuena limpieza afondo cada tres o cuatro días y una buena barrida cadamañana y cada tarde paramantenerlaytodoquedareluciente.Peroenunacasallenadeventanasydepuertasesdistintoporqueelpolvosemeteportodosladosyechaaperdereltrabajoquehaceuna.

Poresomelevantotantemprano,porquesinolamañanasehaceaguaycuandome quiero acordar son las once y a lo mejor me falta todavía baldear el patio oencerarelcomedoryesunembrolloporqueeslahoradeprepararelalmuerzoparapapi,porquealpobrecito legusta comer tempranoyyo laverdadqueno lepuedodecirnada,quebastante tieneélconsusnanasybastantepocomepide,asíque lomenosquepuedohacerestenerlelacomidalistaalasdoce,porqueaesahoraélselevantaunratitodelacamaysesientaenlacocinaamirarelnoticierodelatele,yyometengoqueacordardesubirlacampanilladelteléfonodelpasilloporquecomoelpobrecitonoescuchacasinadatienequeponeraltísimoelvolumendeltelevisor,ylaotravezllamólatíaBebajustoaesahorayyomequisemorirporquenoescuchéelteléfonoyellasecreyóquenolahabíaqueridoatender,ycuandovolvióallamaralanocheyo leexpliqué lode la teley lepedídisculpasyellamedijono tehagasproblema, nena, pero a la tía Beba yo la conozco y aunque me dijo no te hagásproblemanena,lodijocomoreprochándomeyamímedejómal,asíqueahoracadavezquepasoporelpasilloalamañanamefijoqueelteléfonoestéaltoparaquenomevuelvaapasar.

Pero estaba diciendo lo de la hora y lo de la comida de papi.Diga una que elpobrecito se arregla con cualquier cosa.Una sopita, un revuelto de verduras, unosfideítosconmanteca,esascosaslivianitas.Nuncajamáspideunguiso,niunafritura,porqueélsabequelehacenmalyaunqueantesmepeleabaconeso,ahora,desdequetuvolodelintestinoyeldoctorledijoquenopodíacreoqueselepasó,oalomejoresquecuandolodijoeldoctormemiróamíyyonoséperomesentíunpocomal,comosiyofueralaresponsabledequepapisehubiesesentidoasí,peronoesfácilconpapi,pobrecito,porqueéltienesucarácterycomodiceavecesenlavidanolequedandiversionesysiencimasetienequecuidarconlascomidas,perodesdeaquelsustocuandotuveque llamardemadrugadaalPAMIy llevarlourgentea laclínicameparece que entendió y aparte yomepongomás firme por el susto y porque eldoctor medio que me hizo responsable. Igual yo me conseguí unas revistas con

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recetasde comida sanaque sonmuyocurrentesy sabrosas, aunque aveces esunalástimaporquelosingredientessondifícilesdeconseguir,omediocaros,ylaverdadqueelasuntodelaplataesotracosaquemetienenerviosa,porquelajubilacióndepapinoesgrancosa,ylosahorritosqueteníamoslosusamospararepararlostechosde los dormitorios porque se llovían, y ésa es otramaldición de las casas que losdepartamentosnotienen:quesiemprehayalgunareparaciónparahacerytodocuestadineroynoesnadafácil.Parapeoramímebajómucholodelosalumnosdemúsica,porqueantesmeacuerdoqueenvidademamáyoteníacasitodaslastardesocupadasconlosalumnossalvoloslunesyencambioahoracasinada.Yonoséloschicosdeahora,pensarquecuandonosotraséramoschicaseralomásnaturaldelmundoquenosmandaran a estudiar algún instrumento, o a aprender corte y confección comoAnita,pobrecitaqueenpazdescanse,peroahoracasinada,apenasvienenlasnenasdeFunes,unaparapianoylaotraparaguitarra,queyorealmentenosésivienenconganasoporquelasmandalafamiliaquesiemprefuetanbuenagenteysesientenendeudaconpapiporaquelasuntodelasfaltoydelaguadelaépocacuandoélestuvodesecretariodeObrasPúblicas.Yyocreoquevienensinganasporquelaverdadquemuchonoaprendenyencimalamásgrandeacabadecumplirlosdoceylaschicasdeahora a esa edad empiezan a comportarse comomujeres en todo el sentido de lapalabra,nosésimeexplico,yapensarenmuchachosysiahorasedistraeypracticapocoynada,nomequieroimaginarloqueserádentrodeuntiempo.

Igualsilopiensounpocoseríatodounlíotenermásalumnos,porquelaépocaenqueteníamuchoseraenvidademamá,quellevabalacasaalaperfecciónyamímetenía como una reina y cuando le ofrecía ayudarla en la limpieza me decía dejá,Elenita,dejá,vosatendé tuscosasqueyomeocupo.Asíquemeparecequeahoraigualnopodría,conesodetenerqueempezarconlacocinaalasonce,porqueentrepitosyflautas,entrequepreparoelalmuerzoyloayudoapapiavenirsealacocinayaunqueyocomoendosbocadosporquemepongonerviosapensandoentodoloquemefaltahacer,nomepuedolevantarydejarloahíapapicomosinada,asíquemequedo haciéndole compañía hasta que a él le agarra un poquito de sueño, unamodorrita, y lo ayudo hasta la pieza y le pongo la inyección, quemenosmal queaprendí adarlasporque lodel enfermeronos salía susbuenospesos,yvuelvoa lacocinaylavolostrastosycuandomequieroacordaryasonlasdosymequedansinhacerunaodoshabitaciones.Esosiempreycuandonoseamiércoles,queeseldíaque encero los pisos de parqué del comedor y de la sala, porque esome lleva untiempoterrible;peronolopuedodejardehacerporqueesunparquémuyfinoquepapámandóponercuandoerasecretarioyeldineronoeraproblemaylamaderalatrajerondeSueciayeralaépocaenquerecibíamosmuchoencasa,ylaverdadqueverelbrilloquetienetodavíahoyeshermosoporquesenotalacalidaddelamadera.Perobueno,aloqueibaesaquecuandomequieroacordaryasonlastresotresy

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cuartoysinomeapuronomepuedotiraradescansarniunratito,ylaverdadesquelonecesitoporqueyanosoyuna jovencitay lacasacomoyadijemedemandaungrancuidado,ysinomerecuestoaesahoradespuésyanopuedoporquealascuatroymedialetengoquellevarlapíldoraapapi,porquesinoseladoyyoseolvidadetomarlayyamepasódosvecesqueledejéelencargoaélperoseolvidóynoquieronipensarquepuedavolverapasarlelodelintestinoyhayaquesalircorriendoalaclínicayeldoctormevuelvaamirarcomocuandolodelascomidas.Asíqueporesometengoquelevantarcuatroymediaamástardar,peroigualmevienebienporquedespuésdelapíldoralodejosentadoenlamecedoraconlaalmohadillatérmicaparalacinturaymevoyahacerlascompras,quemellevanunbuenratonotantoporlacantidad que compramos sino porque es importante que llevemos una dietaequilibradayquecomamosdetodo,yentoncestengoqueiramenudoalapescaderíay a la verdulería y a la carnicería y todo eso, y encima antes lo de almacén locompraba todo en lo de Cáceres, y a la estación iba sólo para las otras cosas losmartesylosviernes,peroahoravoytodoslosdíasporquemeparecequeCáceresesmediocareroysontiemposenlosqueunatienequecuidarhastalaúltimamonedita,yelsupermercadodelaestacióntienemejoresprecios.ElúnicoproblemaesquealavueltatengoquedarunrodeoparanopasardelantedelodeCáceresconlasbolsasdelsupermercadoporqueseríaunpapelónyaquetodalavidalecompramosaélyesporesoynoporotracosaquesigoyendoacomprarledevezencuando,aunquesealo del día, una manteca, una leche, algo de queso o de fiambre, pero voy convergüenzaporquesupongoquesetienequedarcuentadequecompromuchomenosque antes, aunque igual no me dice nada. A papi no le cuento que voy alsupermercado porque si se llega a enterar de que le dejo de comprar aCáceres escapazdehacermeunescándaloyamímedamiedoquelepasealgoconlapresiónylascoronariascomolaotravez.Asíquecuandoentroconlasbolsasmeapresuroaguardar las compras rapidito y tiro las bolsas a la basura para que él no las veacuando viene a la cocina. Y ojo que me da lástima porque es una picardíadesperdiciar todasesasbolsitasquemevendríanbárbaroparasacar labasura,peroprefiero economizar las otras con tal de no arriesgarme a que papi se lleve undisgusto,oaqueCáceres lasveaalgunavezcolgadasdelclavodondeponemos labasuraparaquelaretireelbasurero.

Esodeirahacerlascomprasalatardeavecesesmediohincha,conperdóndelapalabra,sobretodoeninviernoqueoscurecetantempranoyseponetanfrío.Debeserporesoquemuchasmujeresprefierenirdemañana.Acasitodaslasvecinasmelas cruzo a la mañana, y las saludo mientras van a comprar y yo estoy afuerabaldeando la vereda. Pero yo no puedo ir de mañana, aunque alguna vez hice laprueba de ir bien temprano antes de la limpieza, y me acuerdo de que me sentíahorribleporquemirabalahorayveíaqueeranlasnueveolasdiezypensabaentoda

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lacasasucia,micamasintenderylaveredasinbaldear,ydesóloimaginarelpolvodepositadosobrelamesitaratonadelasalaosobreelmodularolamesadelcomedormeagarrócomounahogoyunhormigueoenelcuelloquesolamentemedacuandome pongomuy pero muy nerviosa, y por eso no lo hice más y decidí ir siempresiempredetarde.

Amínomegustaimprovisarporquesinoséloquevaaocurrirynotengotodoorganizadomepongonerviosaylascosasmesalenmal.Poresonoséporquésemeocurrió lamaldita idea, conperdón, deofrecerle a papi si el jueves teníaganasdealmorzaralbóndigasconpuré.Yoséquetienequecomerbienlivianito,peroresultaqueeljueveshabíamosdiscutidoconpapiporunasuntodesuhigienepersonal,quenovienealcaso,yélsepusomuyenojadoyyotambiényélmedijoalgunascosasmuyfeasyyotambiénperdíunpocolapacienciaylealcélavozydespués,comome pasa siempre, cuando me serené me dio lástima y me sentí mal porque elpobrecitoyaestágrandeyesnaturalqueselepasenciertascosasynoestábienqueyomeimpaciente,porqueyahabráquevercómoestoyyocuandolleguealaedaddeél.Peroenelmomentode ladiscusiónperdí losestribosy ledijequeeraunviejohincha y aunque despuésme horroricé de haberle dicho semejante cosa a papimesalióasí,ycuandosemepasaronlosnerviosmediounavergüenzabárbarapensandosimamáme hubiese visto hablarle así a papáme hubiese dado un cachetazo, y lapobre Anita que en paz descanse y era tan dulce jamás se hubiese atrevido asemejantecosa.Ycomomesentíespantosoyunamalahijaleofrecíapapilodelasalbóndigas pensando que tanmal no le podían caer y aparte yo las albóndigas lashagomuylimpitasynocaennadapesadasporquelacebollalahiervoprimeroyalasalsaapenasleagregounagotitadeaceiteysalerelivianitaynoserepitenadanada.Perocomounaestúpida,yotrapalabranomecabe,meolvidédequenoteníasalsadetomateporque,vamosasersinceras,conlodelintestinodepapiyloquedijoeldoctor yohacíamesesquenome salía de lode la comida livianita; y no sé cómopudohabérsemepasadosemejantecosaaunquesupongoquefueporlosnerviosdeladiscusión,sihastamesalieronunasronchitasenelcuelloquemesalencuandomepongomuytensaytardanunmontónenírseme,asíquetalvezfueporesoquemeolvidé de revisar la alacena y para peor el viernes me levanté tardísimo, perotardísimo;quenosésimeaflojédespuésdediscutiroquéperoelasuntoesquemelevantécomoalassiete,ydejémicamasinhacerparanoatrasarmeconeldesayunodepapiqueyameestaballamandodesdesudormitorio,ycreoquedenoserporsusgritos soy capaz de seguir durmiendo, porque abrí los ojos al sentir que gritabaElenita,Elenita,yprimeromesobresaltépensandoquesesentiríamalcomolavezdel intestino pero no, porque enseguida por la luz que entraba por la persianameavivédequemehabíaquedadoredormidayaduraspenastuvetiempodeirhastalacocina y preparar rapidito el té y las tostadas, y como estaba atrasadísima cuando

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despuésvolvíalacocinadejélastazasylosplatosconlasmigasenlapiletaymepuseaplumerearlasalayabarrerycuandoabrílaspersianasmequisemorirporqueviquelaschicasdeFunesquehabíanvenidoalaclasedepianoydeguitarralatardeanteriormehabíanrayadotodoelpisoyyomedicuentadequeeramiculpaporquelasdosvinieronconmocasinesdesuelayyonolashicecaminarconlospatinesdelana que tengo para no rayar, como hubiera sido lo correcto en el parqué reciénencerado,sinoquelasdejéentrarasínomásynolesdijelodelospatinesporqueunavezmepasóquesepusieronajugarconellosyseapurabanapropósitopararesbalarmejor y a mí me había dado un miedo atroz de que pudieran romper algo olastimarse,y la sala está llenade adornosde esosque legustaban tanto aAnita, ycómoleexplicodespuésalamadrequeselastimaronenclasedepianoyguitarra;yyoséquelarealidadesqueesepisoesdemasiadobuenoparadejarquelopisoteenesepardechiquilinasmalcriadasperonotengootrositioparalaclase,ylaverdadesqueaunaledarabiaqueloschicosdeahoraseantanmaleducados.

Peroeldañoestabahecho,yademásmeacordé justoentoncesquehacíacomodos semanas que no iba al almacén de Cáceres e iba a aparecer únicamente paracomprarleunamiserablelatitadetomate,ymellenédeangustiaporquesentíqueseme iba a caer la cara de vergüenza, pero por otro lado ir hasta la estación eraimposibleporqueyasemehabíahechotardísimoyapapilegustacomerpuntual,ycuandomirélahorasentícomounahogoporqueeranlasdiezymediaylacasaeraunamugreyundesordenymeacordédetodojuntoymequisemorirporqueestabanla cama sin hacer y los trastos del desayuno sin lavar y el parqué de la sala todomarcadoynihablardelaveredaqueenestaépocadelañosellenadelasbasuritasque largan los árboles de la vecina y yo sentí que nome podía ir así de ningunamanera con tododesprolijo, peroporotro ladoapapi lehabíaprometido lode lasalbóndigasypapiestáenunaedadenlaquereaccionacomounchicoysinocumplíaconelagasajoprometidomeibaahacerunaescenadecaprichoyjustoyo,estúpidademí,quelehabíaprometidolasalbóndigasjustamentecomounmododehacerlaspacesdespuésdenuestrapeleadeldíaanterior;yporunladopensabaenpapiyenlacaraqueibaaponersiledecíaquelodelasalbóndigaslodejábamosparaotrodíaparaponermealimpiar,yporelotroladomeimaginabalaescenadeirmedelacasaacomprarlalatadetomatesdejandotodoeneseestadodeplorableysentíacomosilassábanasarrugadasylasmigasenlapiletaylosrayonesenelparquédelasalamehicierancosquillasymedieranmordiscosen los talonesparanodejarmeenpazyentonces sentí como un vahído, un malestar como si me bajara la presión y meacaloréderepenteyaunsinvermeenelespejomedicuentadequeelcuellodebíaestarllenándosemedeesashorriblesronchitasrojas,yaunquenoeralaprimeravezquemepasabaestavezerapeor,muchopeor,yyotratabadedecidirsilimpiabalacasaosi locontrariabaapapi,ynopodíadecidirycadavezmeangustiabamásy

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mirédenuevolahorayeranlasoncemenoscuartoymeacuerdoquegritédepuraimpotencia porque la hora se iba y fue entonces que sucedió esa cosa extraña, esahorrorosasensacióncorporaldederrumbarmeenelsillónconcubiertafloreadadelasala, rendida y sin fuerzas, doblada en un espasmo de arcadas y tos, y al mismotiempoyaunquenopudieraserposiblemeviamímismadepieenmediodelasalaconlasmanosenlacinturaylamiradapreocupadaylapielirritada,yyomesentíenloquecerporquenopodíaserciertoperotampocoestabasoñando,yderepenteesaimagenmíaqueestabadepieenelcentrodelahabitaciónchasqueólalenguacomohago yo cuando tomo una decisión que me cuesta y empezó a caminar hacia lahabitación de papi, y aunque era ridículo yo le tuve miedo porque era como unaespeciedefantasmaquevestíacomoyoycaminabacomoyoyempezabaallamarloapapidesdeelpasillo,yentonceslancéungritoporquenoentendíaloquepasabayamíesomeaterra,ymelevantéysalícorriendohacialahabitacióndepapiperomedetuvedeprontoporque recostadaenelmarcode lapuertade lapiezaestabaestaespeciede fantasmahablandoconpapicomosi talcosa,yélnosedabacuentadequenoerayo,porqueledecíaElenitaaella,ylepreguntabaporquéhabíapegadoese grito y la del umbral le contestaba que no, que no pasaba nada, que no habíagritadoyconmuchacalma,comohagoyocuandonoquieroquepapimehaga líoconalgunacosa, leexplicabaqueselehabíahechotardeconelalmuerzoperoqueteníaganasdecocinarlelasalbóndigasconpuréyquesiéllaesperabaseibadeunacorriditaacomprarunalatadetomatequelehacíafalta,yyomequisemorirporquepapihablabaconellasinnotarqueeraunafalsaElenita,porquelaverdaderaquesoyyoestabaparadaunosmetrosatrásenelpasillo,yno lo soñéporqueahíestabaelespejo grande con marco de bronce y toqué mi imagen con cara de susto en susuperficieheladayunoenlossueñosnotieneesasensacióndefríoenlapuntadelosdedos al tocar un espejo, y papi le estaba contestando que sím’hija, que no habíaproblema,queélsequedabaescuchandolaradiounratomásylisto,yentoncesyomesobresaltéporquelafalsaElenitasediovueltahaciamiladoparairalacocinayyonosabíaloqueibaaocurrircuandomeviese,peronoocurriónadaymepasóporal ladoynimemiróporque iba con la vista fija adelantey sonriendo con caradealiviocomosi lapacienciadepapiconelalmuerzolahubieratranquilizado,ytuvequeapoyarmecontralaparedparanodesmayarmemientraslaescuchabaenlacocinaquitándose el delantal y colgándolo del ganchode la puerta del patio y sacando labolsa de las compras del segundo cajón de la alacena y agarrando el monederomarrón que siempre dejo en la canastita sobre la heladera y abriéndolo y ojeandorapiditoadentroconuntintineodemonedasparaasegurarsedequelealcanzaba,yyometapélabocaconlamanoparanovolveragritarporqueesaElenitafalsahacíalascosasenelmismoordenyconelmismocuidadoqueyo,tantoqueparecíayomisma,ypenséendecirleapapiloqueestabapasandoperotuvemiedodeimpresionarloy

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decidíqueno,yenesemomentosentíelgolpedelapuertadecalleysuspasosenlaslajasyelruidodelportóndelaveredayentendíquesehabíaidonomásalalmacén,ytambién advertí que era como yo pero era distinta porque amí no seme hubieseocurrido jamás golpear de ese modo la puerta de calle porque papi puedesobresaltarseyademássepuededescascararelrevoquesobreelmarcoylarajaduradelaparedseagrandayencimacaeunpolvilloqueesunincordioparalimpiar.

Amíhaydoscosasquemeponenmuynerviosa.Unasonlassorpresasporquemeasusta queme pasen cosas que yo no sabía queme iban a pasar sin haber tenidotiempodepensarquéhacer.Ylaotrasonlascosasquenoentiendo,porqueyosoymucho de pensar las cosas y cuandome pasa algo raro de repenteme angustio yseguro que no sé qué hacer.Y lo que acababa de ocurrir era una sorpresa y no loentendía,asíquemepusemuynerviosaymelarguéallorar,peroenlacocinaparaque papi nome oyera. Pensé en llamar a la policía perome iban a tratar de loca.Después semeocurrió llamar al doctorLópez,que esunhombre tanbuenoyquesabetantoypapiloapreciamuchoyeselúnicoalqueobedececonelasuntodesuscuidados,peromediomuchomiedodequetambiénpensasequeestoylocaasíquedecidínoavisarleanadiehastasaberbienquéhacer.Peroalmismotiempoalgoteníaquedecidirporquenomepodíaquedardebrazoscruzados,yentoncesmeacordédelestadoenqueestaba lacasaporque levanté lavistaydesde lapiletaasomaban lastazas sucias del desayuno yme incorporé de un salto y las lavé rapidito y cuandoterminépasévolandopormipiezaatenderlacamayaordenarlascosasypuseunatandaderopasuciaenellavarropasyseguíhaciendocosasporquemedabacuentadeque trabajar me calmaba la ansiedad y al ratito ya había terminado con losdormitorios,y fue lindoporquecuandoentré a lapiezadepapi élme sonrióymeayudótodoloquepudomoviéndoseaunladoyaotroparanoestorbarmilabor,ycuandomeestabayendopara seguir con laveredamedijoque se lehacía agua labocapensandoenesasalbóndigasyyolesonreísincontestarleporqueyadijequenoloqueríapreocupar.

Despuéssalíabarrer laveredaque,comoyohabíapensado,estaballenadelasbasuritasdelosárbolesdelavecina,yesporesoquehaceunosañosmandéacortarlosárbolesdelaveredanuestra,porqueapartedequellenabandehojasycositasconlas raíces rajaban las baldosas y una vereda con baldosas rotas da una impresiónhorriblesobrelascasas,asíquemandéqueloscortaran,perohubounmomentoenelquecasimemueroporquemientrasestabaagachadaenjuagandoeltrapoenelbalde(porqueyosiemprepasoeltrapodespuésdebarrerlaveredaporquesinoquedatododesprolijo) sentí unos pasos en la vereda y era ella, la falsa Elenita que venía tancampanteconlabolsadelascomprasytarareandobajitocomohagoyocuandoestoymuy contenta y entró a casa por el caminito de lajas y la verdad es que fuemuydescuidadaporquenisiquieracerróelportónyasísepuedemetercualquierperroa

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hacersusnecesidadesenelpastooenloscanterosdeplantas.Primeronosupequéhacerporqueverlamellenódemiedootravez,perotampocopodíadejarlaveredaamedio limpiar, así que la terminé ligerito y volví a entrar. De la cocina venía unaromamuysuavedelacoccióndelasalsayseescuchabaeltrajíndelascacerolas.AlomejortendríaquehaberidoalacocinaaverquépasabaconlafalsaElenita,peronofuiporquelopensédosvecesymedicuentadeque lasalsa laestabahaciendobien limpita por el perfume suavecito que se sentía y sobre todo porque si ella seencargabadelacocinayomepodíaponeraencerarcomoDiosmandaelcomedorylasalaydejarlacasaenordenyalatardetodopodíavolveralanormalidad,conlacasa limpiaypapi levantándosedespuésde lasiestaycomentandoqueestaba todorelucientemientrasyolecebounosmates(poquitos,porqueeldoctormedijoquenoabusemosdelasinfusiones).Mástardeiríaalaverduleríaytodoestaríabien,salvoporesafalsaElenitaqueyadebíaestarponiendolamesaajuzgarporeltintineodevajillaquesedejabaoírdesdelacocina.Alahoradelalmuerzoyomesentíunpocomalporquecuandolleguéalacocinarestregándomelasmanoseneldelantalresultaqueyaestabansentados,papiensusitiodesiempreylaimpostoraenelmío,ypapilafelicitabaporlacomidaylafalsaElenitasonreíayseponíacoloradaymediounabroncaterribleporqueasícualquiera,porqueyomehabíadeslomadolimpiandotodoytodavíamefaltabalustrarelparquédelasalayellaloúnicoquehabíahechoeranesas albondiguitas y así cualquiera, así que entré resoplando yme senté haciendoruidoenunadelassillasvacíasylosmiréenojada,peroellosestabanvueltoshacialateleviendoelnoticieroynimemiraron.Obvioqueconlabroncaqueteníanoquiseprobarbocado,asíquecuandolaElenitadementirasepusodepiey lepreguntóapapiquéqueríadepostreyo tambiénmeparéysalíde lacocinasintiéndomemuyenojada porque era muy desconsiderado que ni siquiera me hubiesen dirigido lapalabraentodoelrato.

Después me calmé porque terminé con el piso de la sala a eso de las dos ymientras recorría la habitación sobre los patines de lana y veía que todo habíaquedadoperfectoydelpisosubíaeseolorcargadoylimpioquedejalaceranuevayrevisélasdiferenteshabitacionesypaséeldedoporlasrepisasyencendílaslucesymeagachéacerciorarmedequenohabíaquedadomugreenlospisosyenlaspatasde la cómoda y comprobé que todo estaba limpio, me invadió una sensación debienestar quedurante esamañana tan extrañahabía creídoperdidapara siempre, ycomomerelajémediosueñoylapiezaestabatodaordenaditaylacamatendidaconeldoblezdelasábanaenellugarexactoylaalmohadabienacomodadaensusitiopreciso. La falsa Elenita debía estar mirando tele porque se escuchaba bajito elmurmullodelaparatoyprimeromediounpocodebroncaporquesinonecesitabarecostarseeraporque todoel trabajopesado lohabíahechoyoperodespuéssemepasó un poco porque tuve que reconocer paramis adentros que la cocina la había

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dejadoimpecable.Esosí,delasiestamelevantétempranoparaestarseguradeseryolaque le cebaraelmate apapi.Cuandoentré a supiezaconel termoy lasdemáscosasélmesaludócomosinada,yyometranquilicéporqueconlodelalmuerzomehabíaagarradounpocodemiedodequeahoraqueestabalafalsaElenitaélnomereconocieraoalgoporelestilo,perotodoanduvobienyyosupongoquelaotrasedebehaberdadocuentaporqueaesodelasseissefuealaverduleríaycuandovolvióno salió de la cocina hasta la hora de la cena. Por eso después delmate con papi,cuandomedicuentadequelaotraibaaocuparsedelaverduraylacocinaaprovechéy busqué las herramientas del jardín y saqué los yuyos y las hojitas secas de loscanteros y del patio, que hacía como una semana que no arreglaba eso, y terminécomo a las siete con la cintura un poco dolorida pero me quedé contenta porquequedóprecioso.Tanchochamequedéquecasinomeimportóquefueraellalaqueacompañaseapapidesdesudormitorioalacocinaparalacena,yquedenuevosesentaraenmisitioypapihablarasóloconelladelaseriequeestabanviendoenlatele. No le di el gusto de sentarme en otra silla, y preferí quedarme de pieobservándolos desde el umbral. Eso sí,me fui a acostar bien temprano y dejé quefueraellalaqueseencargaradeacostarloapapiydedejartodolistoensudormitorioydelimpiarlacocina.Yhastamedivertíunpocoalcerrarlapuertademihabitacióncon llave, para que no se le ocurriera arrebatarme mi cama. Igual después, yaavanzadalanoche,abríydejéunpocoentornadoparapoderescucharenelcasodequepapinecesitasealgo.Dormíbien,porqueempecéapensarquealomejorloqueestabapasandonoera tanmalo,yquetalvezsóloeracuestióndeacostumbrarseyorganizarsedebidamente.Ademásestabamuycansada,porquehabíatrabajadotodoeldíayporlosnervios,yporquealfindecuentasunanoesunamuladecarga.

Elsábadocuandomedespertémequedéhelada.LafalsaElenitahabíaentradoalapiezaenalgúnmomentoyestabadepie,encamisón,conlasmanosenlacintura,delante del placard abierto eligiendo la ropa que iba a ponerse.No sé si grité o elalaridomesalióparaadentroosinodijenada,peroellanosevolvióamirarme.Loque pasó después fue espantoso. La falsa Elenita corrió un par de perchas, comoindecisa,ymirabadevezencuandolaperchadelrincón,quedesdedondeyoestabano se veía. Empezó a respirar cada vez más fuerte, como resoplando, y se pusocoloradaysiguiórevolviendolasperchashastaqueleempecéaverenelcuellolasmismas ronchitasquemesalenamícuandomepongomuynerviosaporque tengoquedecidiralgoymecuesta,ydeprontolafalsaElenitasesentódegolpeenlasillaquetengoalospiesdelacamaperoalmismotiemposiguióparadafrentealplacard,yyonolopodíacreerperolamiréalaElenitadelasillayteníaunacaradehorrorenorme queme hizo acordar del día anterior cuando era yo la que desde el sillónfloreadodelasalanopodíacreerloqueestabapasando,yalmismotiempolaotraElenita de mentira seguía de pie y agarraba fuerte, como decidida, la percha del

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rincónylasacabadelroperocomoconfuria,yyocuandoviloquesacabamequisemorir,ymeacordéporquéesaperchaestabaenelrincónyentendíquelaElenitaqueahorasehabíasentadoenlasillanoquisierasacar justoésa,porqueeraesablusitafucsiaquemeregalólatíaInésparamicumpleañosdehacetresañosyqueyonomevoyaponerenlavida,porquetengoelcutismuyapagadoyessabido(comodecíamamá)quealagentecomonosotraslesquedanhorriblesloscoloresdelagamadelrojo,queencambio lesentaban tanbienaAnita,queenpazdescanse,porqueellatenía el cutis como el de papi, esa piel rosada y suave que todo le quedaba unamaravilla.Yaparte la telaesmedioelastizadayel talleunpocochicoymemarcademasiado,nosésiseentiende,ymedavergüenzaporqueconropaasíparecequeuna quisiera exhibirse. Y tanto es así que cuando la tía me la regaló yo le di lasgraciasynodijenadaperomejurénousarlajamásenmividaysinolaregaléalaparroquiafuepormiedoaquelatíamehiciesealgunavezunapreguntadelablusa.Ojo que si yo estaba horrorizada la Elenita falsa de la silla estaba directamentedesencajada.Setapabalabocaconlamanoyveíaincrédulacómolaotraseapoyabaesablusachillonasobreelcuerpo,todavíasinsacarladelapercha,ysecontoneabaunpocomirándoseenelespejoysonreía.NiquéhablarlacaraquepusimoslasdoscuandolaElenitaesasequitóelcamisónysepusolablusacomosinada,ynonossirvió en absoluto que la combinara con la pollera negra recta que esmuchomásclásicayelnegrosíquenosquedabien.Estábamoslasdossorprendidísimasdeverlatancampantesaliralpasilloconesafacha,porquelaElenitadeayer(yanosécómollamarlaporqueyanohabíaunasinodosElenitasfalsas),yoquésé,habíahechoesode lasalbóndigasen lugarde limpiar lacasa,peropor lodemásnohizonadararo,peroencambiolaqueacababadesalirseveíaalaleguaqueestabadispuestaairsemuyorondaahacer losmandadosconeseaspectode loca,mientras laotraElenitaseguíaderrumbadaen la silla.Cuando lepasépor al ladomeparecióquevolvía asobresaltarse como si recién entoncesme viera por primera vez, pero nome pudepararapensarenesoporquelaElenitadelablusafucsiasalíayadelacocinahacialacalleconlabolsade lascomprasydescolgabala llavedelclavitode lapuertay leavisaba a papi que a la vuelta le hacía el desayuno.Menosmal que yome habíaapurado,porquecuandopapioyóesosedesconcertóporqueerancasilassieteyélesmuyregularconsushorariosyaéllegustadesayunartemprano,antesdeiralbañoytodo eso, y ya estaba preguntando en voz alta qué pasaba cuando yo me asoméapenas a su pieza y le dije que nada y lo tranquilicé y le expliqué que yame ibaligeritoalacocinaaprepararleeltéylastostadas.

CuandosalíadelapiezadepapiconlabandejadeldesayunodevueltahacialacocinamelacrucéenelpasilloalaprimeraElenitafalsa,ladelasalbóndigas,quesehabíavestidoconropadeentrecasacomoparalimpiaryveníacargandoelbaldeyelsecadoryelescobillóny todolodemás,ysehabíapuestounpañueloenlacabeza

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porqueerasábadoalamañanayelsábadoeseldíadepasarelplumeroalostechosya las lámparas y vuelamucho polvo y el pelo se pone a lamiseria; peromemiróapenasybajólosojosymepasóporelcostadorapiditoycomoasustadayyonoledijenada.IguallaverdadesqueconesaElenitanosentendíamosdemilamoresparalalimpiezaporqueellasededicóalodelostechosyyomientrastantopusealdíalaropa de plancha que con el embrollo del día anterior se me había pasadocompletamenteporalto,ycuandoterminélavifrotandoconesmerolosvidriosdelasventanasyviquelohacíadelmodocorrecto,conunpapeldediarioapenashúmedoenvinagre,ymepudeirtranquilaalaveredaabaldearytodoeso.Lástimaqueenlacalle me encontré de narices con la Elenita de la blusa fucsia que volvía muycampantedehacer las compras,ymepasópor el costado igualque siyo fueraunposteyentróalacasacomosinada;peroparacolmodemalescuandoalcélavistameencontréconquedoñaSara,ladeenfrente,sehabíaquedadotiesaconlaescobaenunamanoymirandohacia nosotras, y comoyono sabía quéhacer ni qué caraponerlasaludéconungestoybajélosojosyterminéconlaveredacomopudeymemetíadentroigualdeavergonzadaquesimehubieseexhibidodesnuda,conperdón,porlapeatonalalavistadetodos,porqueahoramedabacuentadequesilasituaciónse desorganizaba y la noticia se desparramaba por el barrio iba a quedar fuera decontrol,ylopeoreraquenoteníaconquiénhablardeloqueestabapasandoporquecon papi ni pensarlo y con la Elenita de ayer tampoco porque se ve queme teníamiedoyaqueenelpasillohabíaevitadomirarmeydespuéstambién,yconlaElenitadelablusanilocaporquedesdequeentróenlacocinasededicóaedificaruncaosdetrásdeotro,porquecuandolafuiavermequedétiesaviendoquehabíasacadolacacerolaenlozadaylateníaalosgolpessobrelashornallasyyotemíquelacascasetoda,peroelacabosefuecuandosacólasarténdeteflónparaprepararelrevueltodeverdurasynotuvomejorideaqueponersearevolverloconunacucharacomún,yyosentíquelosrayonesmelosestabahaciendopropiamenteenlapiel,yparapeorahí,delantedesusnarices, tenía laespátuladegomaquees loquehayqueusarconlasarténdeteflónperonoleimportabanada;aunquecuandolavócincotomatesyvioqueerandemasiados,ysinsecarlosysinenvolverlosenpapeldediariolosembutióenlaheladerasinmásnimásnopuderesistirmeyleseñaléconlamayoreducacióndelaquefuicapazqueasíseibanaecharaperder,perolamuyinsolentenisiquieramemiróysiguiótrabajandoconelalmuerzocomositalcosa,asíqueyomemetíenmipiezaa llorarde la impotenciayde ladesesperaciónacordándomedequedoñaSara,ladeenfrente,noshabíavistoalaElenitadelablusafucsiayamíysóloDiossabíaaquiénselohabíacontado,yesemiedomegeneróunapostracióntangrandeque no tuve fuerzas para interesarme por lo que ocurrió en aquel almuerzo, ni elestadoenelqueesadesprolijadejólosutensiliosdecocina.

Sólo me incorporé de un salto bien entrada la hora de la siesta, aunque por

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supuestonohabíapegadounojo,cuandosentílasvocesdelaschiquilinasdeFunesyenseguida la tapa del piano y el chirrido del banquito, y me levanté como locatemiendoqueloqueyosuponíafueseciertoyeranomás,porqueporlarendijaquedejaba la puerta que da del pasillo a la sala vi que laElenita de la blusa fucsia sedisponíaadarleslaclasedepianoalaschicasFunes,yalzandounpocolavistavique laElenitade lasalbóndigasespiaba lomismoqueyoperodesde lapuertaquedesdelasaladaalcomedor,yningunadelasdosentró.Menosmal,porquenomásdeacordarmede la caraquepuso laviejade enfrente al ver adosdenosotrasnomequeríaimaginarelescándaloquepodríanarmaraquellasdosmocosas.Porsupuestoquedecidínomovermedeahíentodalaclase,porqueesaElenitadelablusanomedabaningunaconfianzaajuzgarporsumododevestirydetrabajarenlacocina,ylaverdad es que me dio toda la impresión de que trataba a esas dos criaturas condemasiadaliberalidad,y laschicasse tomaronachiste laclase,ycadaveztocabanpeorylohacíanalmismotiempo,elpianoylaguitarra,ylaElenitadelablusanosabíaquéhacerylespedíaenvozbajaqueseportaranbienylasnenasnolehacíancaso y ella resoplaba para calmarse y se ponía colorada y yo estaba enojadísimaporquesiseguíangritandoloibanadespertarapapidesusiestayélseponedemuymalhumorcuandopasaeso,ylavolvíamiraralaElenitadelablusaysupeloqueibaapasarporqueya lohabíavistoa lamañanacon laotraymesentídesfallecerporque ahora iba a suceder delante de esas dos salvajes, con perdón, pero ya erainevitableporque laElenitade lablusa estaba toda rojay con lasmanos crispadassobre las teclasdelpianoy las ronchitasenel cuelloydepronto sepusodepieyempezó a los gritos a decirles que eran dosmocosasmaleducadas y que le habíancolmadolapacienciayquenoqueríavolveraverleselpeloenesacasa,ylaschicaslamirabanconlosojosmuyabiertosperotambiénmirabanhaciaelpiano,porqueahíseguíalaotraElenita,ladelablusa,sentadaunpocoencorvadaconlasmanossobrelas teclas y cara de estarmuy sorprendida por esos gritos que se escuchaban a suespalda.

Yonosésihicebienohicemal,peroabrídeltodolapuertadelpasilloyentréapresuradaenlasalayagarréconunamanoalamásgrandeyconlaotraalamáschicaymelasllevéhacialapuertadecalle,mientraslaElenitadelosgritosseguíadiciéndolesdetodoconlavozcasiestranguladadelafuria,ylasacompañéhastaelportón y les sonreí y les dije chau y ellas seguían mirándome con los ojosabiertísimosymudas, peronomepudequedar porque tenía quehacer algo con laElenita de los gritos que seguía vociferando con unos alaridos que se escuchabandesde la vereda, y cuando entré casi corriendo se confirmaronmis peores temoresporquelooíapapimuyenojadopreguntandodesdelapiezaquéeratodoesebarullo,peronopudeencarara laElenitagritonaporquecuando lleguéa la salaellahabíasalido hacia la habitación de papi y en el centro de la sala estaba la primera falsa

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Elenita,ladelasalbóndigas,quesemirabafijoconlaElenitadelablusaqueseguíasentada en el banquito del piano, y entonces nos miramos las tres pero fue unsegundoporquetuvimosquesalircorriendotodasparalapiezadepapiporqueahoralosgritosveníandeallí,porque laElenitagritonahabíaentradoynoprecisamentepara calmarlo a papi con lo de su siesta, sino que estaba gritándole unas cosashorriblesyhabía cerrado lapuertay sevequeestabaapoyadadel ladodeadentroporque por más que empujábamos y empujábamos no podíamos abrirla y las tresestábamosmuy angustiadas y justo en esemomento sonó el timbre y yo fui a verquiéneraporelvisillode lapuertadecalley laElenitagritonaseguíavociferandocosasespantosassobrepapiyyopenséqueeratodoundesastreporquesiapapilesubíalapresióntendríamosquellamarloaldoctorLópezyyolaverdadquenomesentíaconánimoparaexplicarlenadaanadieycuandocorrí lacortinitaparamirarpor el visillovi que en laveredano sólo estaba lamadrede las chicasFunes sinodoñaSaraladeenfrenteyotrostresvecinosdelacuadrayunpolicía,yestabantodosconmuchacaradeenojadosyporunmomentopenséensaliratratardecalmarlosánimosperodespuéspenséquenoibanaentenderyencimalosgritosseguíanyyanosólogritabaElenitalaúltimasinolasdosanteriores,quesevequedealgúnmodohabían conseguido entrar a la pieza de papi, y cuando crucé la sala vi que el pisoestabatodomarcadoporloszapatosdeesaschiquilinasbarulleras,peronipensarenponerme a componer ese desastre con esos gritos cada vezmás destemplados queveníandelapieza;ylaverdadqueahoranoséquéhacerporquepapisedebehaberdado cuenta de todo y la primera Elenita vaya y pase porque hasta nos habíamoscomplementadobienenlastareasdelacasa,perolasegunda,ladelablusafucsia,yasehabíapuestoahacercosasrarasqueamínosemehubieranocurridoentodalavida,aunquea lomejorhablandounpocoyexplicándolecómohacerciertascosaspodíamejorar,pero tampoco,porqueestaba también laElenitade losgritosque lehabíahabladoapapideunamanerainaceptable,yahoraencimalaschicasdeFunesseguroquenoibanavolveraclases,yconeseescándaloenelbarriotodoibaaseruninfiernoeíbamosaserlacomidilladetodoelmundo,yasísevuelvetodomuydifícil,muydescontrolado,yensemejantelíoniganasdevivirlequedanauna.

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PORACHÁVALNADIEDABADOSMANGOS

Laverdad es que porAchával nadie daba dosmangos.Y si terminó atajandoparanosotrosenelDesafíoFinalquearmamoscontra5.º1.ªenmarzodel‘86fueporquesesumóunacantidaddescomunaldecasualidades,desituacionesydecontingenciasque, si no se hubiese dado, habría hecho imposible que Achával terminase dondeterminó,esdecir,defendiendonuestrohonordebajodelostrespalos.

Cuandoloconocí,en1.º2.ª,pensé:«Estetipotienecaradeotario».Peromedijequeno teníaque ser tanmalbichocomopara juzgaraalguien simplementepor lacara, demodoquemeobligué adarleunaoportunidad. Jugamos contra1.º 1.ª porprimera vez en mayo de 1981. Apenas nos conocíamos, y Cachito —que iba aterminar atajando durante toda la secundaria— todavía se daba aires demediocampistaysenegabaairalarco.PoresonotuvimosmejorideaquedecirleaAchával.Errordepibes,claro.Porquecuandohacíamosgimnasiaeltipoyanoshabíademostradoqueeraunpaquetequenoservíaniparaunacarreradeembolsados.Peroenelapuróndejuntarlosonceparaeldesafío,yantelaevidenciacruel,elviernesalatarde,dequeéramosdiezydequeelrestodeladivisióneranmujeresyningunode los diez quería ir al arco, Perico lo encaró y le dijo que teníamos un partido elsábadoyquesiqueríapodíajugardearquero.Elotroaceptóencantado,yyopensé:«Bárbaro,unproblemamenos».

El asunto fue en lamañana del sábado.Cuando lo vi llegar seme bajaron loscolores.Sehabíapuestounachombablanca,unshortconbolsillos,unasmediasdetoallahasta lamitadde lapantorrillayzapatillasblancas.Mequisemorir.Un tipoquetevieneajugaralfútbolvestidodetenistaesunauguriodecatástrofe.Mientrasnoscalzábamoslosbotinesdetrásdelarcoelfulanosemandóparalacancha.Separóbajoelarcoy lomiróconcuriosidad,comosi fuese laprimeravezensuvidaqueveía un artefacto como ése. Los chicos que estaban peloteando cerca le tiraron unpase.Esperócon lasmanosa laespalda,comounalumnoaplicado.Queun tipo tevengaajugarenchombablancaesdelicado.Peroqueespereelbalónconlasmanoscándidamentecruzadasa laespaldasepareceauna tragedia.Supongoquemicaradejaba traslucir el espanto, porque Agustín me codeó y trató de tranquilizarme:«Andáasaber,capazquealarcoeltipoesunafiera».Peroniélselocreía.Nohacefalta que diga que cuando la pelota le llegó hasta los pies la devolvió sin intentarsiquieraelmásmodestodelosjueguitos.Ylepegódepuntín,sinflexionarlarodilla.«Diossanto»,pensé.Peroeratarde.

Cuando empezó el partido salimos todos como salvajes contra el arcode ellos.Pavadas que uno hace a los trece años, qué se le va a hacer. Nos esperaron, nosaguantaron, y a los diez minutos nos tiraron un contraataque que parecía eldesembarcoenNormandía.Cuandolosvidisparandohacianuestroarco,conpelota

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dominada,cuatrotiposcontraPipino,queeraelúnicojuiciosoquesehabíaparadodeúltimo, dije: «Sonamos». Pero guarda, que ellos también tenían trece, y cada unoestaba dispuesto a hacer el gol de su vida. De manera que el petisito Urruti, quejugabadesiete,enlugardetocaralmedio,lopasóaPipinoporafueraysejugólapersonal.Lapelota se le fue larga,peroAchával seguíaclavadoa la líneacomosifuera un arquero de metegol. La verdad es que viéndolo así, alto, tieso, con laspiernas juntas, lo único que le faltaba era la varilla de acero a la altura de loshombros. Cuando el petisito le pateó tuve un atisbo de esperanza. La pelota salióflojita,amediaaltura.Fácilparacualquiertipoquetuvieralamínimaideadecómose juegaaestedeporte.PerosevequeAchávalnoeraelcaso.Porqueen lugardeabrirsencillamentelosbrazosyembolsarlapelotasetiróhaciaadelante,comoparacortarleelpasoalbalónenelcamino.Pobre,supongoquehabríavistoalgunavezunpartidoporlateleypretendíaquelotomásemosenserio.Lodolorosofuequecalculótanhorriblementemallatrayectoriaquelapelota,enlugardeterminarensusbrazos,lepegóenelhombroizquierdo,seelevóapenasyentróenelarcoalossaltitos.Enlopersonal hubiera deseado insultarlo en cuatro idiomas y dieciséis dialectos, perocomonohabíanadiedispuestoa tomarsupuestoenlavallamemordí los labiosyvolvimosasacardelmedio.

El segundo gol fue, sin dudas, más pavo que el primero. Un tiro libre más omenos desde Alaska. Pipino la dejó pasar al grito de «Tuya, arquero», porque eldelanteromáscercanoestabafáciladiezmetrosdelapelota.PeroAchávalnoestabalisto para semejantemomento.No atinó a agachar sumetro ochenta y cuatro paratomar lapelotacon lasmanos. Intentóundespejecon lapiernaderecha.Ypasó loqueteníaquepasarcuandoeltipoqueintentapegarledederechatevieneajugarundesafío conmedias tres cuartos de toalla blancas y zapatillas de tenis: le pifió, lapelotalepegóenlapiernaizquierdaysiguióelcaminodelagloria.Riganti—elquehabíapateado—tuvoalmenoslahonestidaddenogritarlo.YoyateníatalcalenturaqueparanoinsultaraAchávalestabamasticandomispropiosdientescomochicles.

Cuando los de 1.º 1.ª vieron el paquete que teníamos al arco decidieronaprovecharelfestivalhastalasúltimasconsecuencias.Pateabandesdecualquierlado,ysinoscomimossolamentesietefueporqueAgustínyChirolaterminaronjugandopegadosunoacadapaloysacandopelotatraspelotadelapropialínea.Elterceroyelcuarto fueron casi normales. En el quinto había pateado Zamora. La pelota fue alpecho de Achával, quien, dispuesto a complicar todo lo complicable, dejó que elbalón le rebotasey le quedara servida aFlorentino.En el sextogolAchával quisoexperimentar en supropia piel qué sentía un arquero al despejar un centro con lospuños.Fuecasiunmilagro: logróquesuspuñosseencontrarancon lapelotaenelaire.Lástimaqueelpuñetazolodiosobresupropioarco,ytanbiencolocadoquelosobróaChirola,queestabacuidándoleelprimerpalo.

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Perder 7 a 3 en nuestro primer desafío fue traumático para nuestros tiernoscorazones adolescentes. Pero por lomenos sacamos dos conclusiones importantes:Cachitorenuncióasusaspiracionesdeochogambeteadoryseresignóavivirelrestodelasecundariabajolostrespalos.YaAchávalnovolvimosallamarloenlaperravidaparajugarlosdesafíos.Quedamoscondiez,perograciasaDioslosolucionamosrápido.EnjunionoscayóDicrozadirectamentedeloscielos.LehabíandadoelpasedelENETparanoecharlo.Creoquenohubounsoloañoenelqueeltipoterminaseconmenosdeveinteamonestaciones.Perosuespíritubelicoso,quesegúnel rectorGarcíaloconvertíaenunindividuo«totalmenteindisciplinado»,bienorientadoporelplantel,biencontenido,bienguiadohacialaspantorrillasdeloscontrarios,eraalgoasícomounaespadadejusticiaquedisuadíaalosrivalesdepeligrosasosadías.

DemaneraqueeldebutydespedidadeAchávalsehabíaproducidoenmayode1981.YasíhubiesenquedadolascosasdenoserporqueelpelotudodePipinotienemás boca que cerebro. Nos recibimos en diciembre del ‘85, con una estadísticapreciosa. Verdaderamente una pinturita. Treinta y dos ganados, seis empatados,dieciocho perdidos. Por supuesto que ésa era la estadística general, de primero aquinto. Pero los parciales también nos fueron favorables. Empezamos quinto añosabiendoque5.º1.ªnopodíaalcanzaranuestro5.º2.ª,salvoquejugásemosdocemilpartidosenelaño.Igualmantuvimosladistancia.Jugamosocho,ganamoscuatroyempatamosuno. ¿Quémáspodíamospedirle a la vida?Nada, absolutamentenada.Cuando nos dieron los diplomas colgamos una banderita en el salón de actos.Medijeron queGarcía, el rector, preguntó qué eran esos números, «32-6-18», en tintaroja,imitandosangre.Peroningunodelosdelpalcosabíaunapepadelasunto.Losque sí sabían eran, lógicamente, los de 5.º 1.ª, que sufrieron como viudas toda laceremonia y que intentaron vanamente quemarnos la insignia una vez iniciada ladesconcentración, cuando los invitados se encaminaron hacia el gimnasio para elbrindis.

Demaneraquelisto,lavidayaestabacompleta.Perono:vaelimbécildePipinoy se encuentra en Villa Gesell con Riganti y con Zamora, dos de nuestrosarchienemigos,ylosotroslohacencalentarconquesomosunamangadefríosyqueporquénojugamosunDesafíoFinalalavueltadelasvacaciones,para«terminardedefinirquiéneraquiénen lapromoción‘85».Yel inocente,el idiota,elboludodePipino, en la calentura delmomento les diceque sí, quenohayproblema. ¿Puedealguiensertaninútil?Bueno,sí,Pipinopuede.

Cuando en febrero empezamos a contactarnos con la idea de seguir jugandojuntos,Pipino se vino con la novedaddel desafío quehabía pactado.Chirola se lohizorepetirvariasveces,paraasegurarsedehaberescuchadocorrectamente.Despuéstuvimosqueagarrarloentrecuatroporqueloqueríamoleragolpes,perolacosanopasó a mayores. Agustín yMatute dijeron que ellos no iban a agarrar viaje, ni a

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arriesgar un prestigio bien ganado a lo largo de todo un lustro, porque cualquierestúpidosefueradebocahablandoconelenemigo.

Pero códigos son códigos, qué se le va a hacer.Demanera que cuando se nospasólabroncadelmomentonosdimoscuentadequenohabíaescapatoria.Agustíninsistiótodavíaconalgunaprotesta.Nosdijoquepensáramosenelbochornoyenellugar en el que nos íbamos a tener quemeter la bandera si nos ganaban justo esepartido. Nos llamó la atención sobre que el último año del colegio había venidobastante parejo, que nos habían ganado tres de ocho, y que el riesgo de que nosacostaran era grande. Que se hiciera cargo el imbécil de Pipino, a fin de cuentas.Tenía razón. Seguro que tenía razón. Pero ahí hablóPipíDicroza, nuestro zaguerosanguinario,ydijoquesivostenésunperroytuperromuerdeaunaviejaquepasaporlavereda,alveterinariolotenésquegarparvos,porquenopodéshacerteelotariosielperroestuyo.YdespuéslomiróaPipino,comoparaquenonosquedarandudasde la alegoría. Ahí no quedó margen para seguir discutiendo. Había que jugarlo.Jugarloypunto.

Pero nuestras dificultades recién empezaban. Cuando nos juntamos el sábadosiguienteapatearenelcolegio, faltabanRubén,CachitoyBeto.Losesperamosunbuenrato,yalfinalloencaramosaPipino,queparaexpiarpartedesupecadohabíaquedadoencargadodeconvocaralosquefaltaban.Conunhilodevoz,muypálido,nosdijosimplementequeeran«clase‘67».Algunosnoentendieron,peroamísemeheló la sangre. Recorrí las caras que tenía alrededor. Todos eran del ‘68, menosDicroza, que se había salvadopor númerobajo.Así que teníamos a tres jugadoreshaciendolacolimba.Maravilloso,definitivamentemaravilloso.

Agustín trató de mantenerse sereno, preguntándole a Pipino si sabía dóndeestabandestinados.AhíPipinoseaflojóunpoco.Evidentementeteníaalgunabuenanoticiaalrespecto.Conunasonrisa,nosdijoqueBetoyRubénlaestabanhaciendoeneldistritoSanMartín,porqueeltíoloshabíaacomodadoysalíancuandoquerían.Amímepreocupóunpocoquedespués sequedara callado, porquedeCachitonohabía dicho nada. Agustín lo interrogó al respecto, sin perder la calma. El otrorespondióenunmurmullo,tanbajitoquetuvimosquepedirlequelorepitiera.«RíoGallegos», suspiró. Eso fue todo. Nos sepultó la sombra del silencio. Jugarles unDesafíoFinalydarlesaesosturroslaposibilidaddepuentearlaestadísticayabrazarla gloria era un desatino. Pero jugarles sin Cachito al arco era como ponernos unrevólver en la sien nosotros mismos. Yo me quise morir. Chirola, en cambio,aprovechó la distraccióndel resto para ponerle unabuenamano aPipino comounmodo de sacudirse la angustia. Pero hasta él sabía que de ese modo tampocoarreglabanada.

Demaneraqueterminamosportirarnosbajolosárbolesarumiarlasperipeciasdenuestroplantel,hastaquealguientuvolahombríadesumardosmásdos,pensaren

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vozaltaydecirqueíbamosatenerquellamarloaAchával,porqueeraelúnicovaróndisponible.ElTanopreguntósinoerapreferiblejugarcondiez,peroAgustín,queesun estudioso, nos dijo que no valía la pena, porque la canchamedía como cientocincometros por setenta y pico, y que en semejante pampa un jugador menos senotabademasiado.«Un jugadorya sé,peroAchával…»,elTano sacudía la cabezasinconvicción.

Nos pasamos cuarenta y cinco minutos discutiendo en qué puesto ponerlo.Finalmenteconsideramosqueelsitiomenospeligrosoeraubicarlodelantedelalíneadecuatro,comoparataparunpocoelairealasalidadelcírculocentral.Alomejoreracapazdeobedecerunpardeórdenesconcretas,alestilode«Noteledespeguesalcinco»o«Pegalealdiezbienlejosdelárea».Alomejoralgohabíaaprendidoenesosaños.

Lo que no fuimos capaces de calcular era que el punto ese se viniera conexigenciasalmomentode laconvocatoria.Cuando lo llamóAgustín ledijoquesí,queseprendíaencantado,peroal arco.Agustínnoestaba listoparaeso.Ycuandoinsistió,elotrovolvióaretrucarlequenoteníaproblemaenasistir,peroquejugabasíosíalarco,queera«supuestonatural».CuandoAgustínnoscontómeacuerdoquePipíDicrozaseagarrabaelpeloconlasdosmanosysereíacomoloco,perodelosnervios.«¿Cómoqueelpuestonatural?¿Selefundieronlostaponesalboludoese?»Yo pensé que tal vez era una venganza, una cosa así. Al tipo nunca lo habíamosconvocadoentodalasecundaria,yahoranosteníaenelpuño.Seibaadejarhacerlosgolescomounmododecastigarnos.Asíquemefuihastalacasaaencararlo.

Perocuandomeabrió lapuertamedesbarató las intenciones.SalióadarmeunabrazoconcaradeVirgenMaría.Estabachocho.Nomedejóniempezarahablar,yde movida me informó que se había ido esa mismamañana a comprar guantes ymediasdefútbol.QuedurantelasemanaestabatrabajandoenCañuelasenelcampitode unos tíos, pero queme quedara tranquilo porque ya había pedido permiso, y elsábado ibaasalirdemadrugadapara llegarcómodoasucasa,descansarun ratoyvenirsedespuésdecomerparaelpartido.Ycuandomeinvitóapasarytomarunosmatesamísemehabíaatravesadocomounaangustiaterrible,depensarcómocarajoledecíaaeste tipoque lo íbamosaponerde tapónenelmediocampoparaquenoestorbara.Mientraslapavasilbabamedediquéamirarlo.Estabaigualquealostrece.Altísimo. Flaquísimo. Con las patitas enclenques y un poco chuecas. La espaldaangostay losbrazos largos.Capazqueparaelbéisbolprometía,quéséyo.PeroloqueeraparaponerloalarcoenelDesafíoFinalcontra5.º1.ª,nimamados.Nohabíamodo.Peroahísevolvióamirarmeconunasonrisadeangelitoymedijo:«Yaséquecuando jugué con ustedes en primer año los hice perder, pero quedate tranquilo.Esperédemasiado tiempounaoportunidadcomoésta, yno losvoyahacerquedarmal».

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SimefaltabaalgoparaterminardesentirmeeltipomáshijodemilputasobreelplanetaTierra era eso.Almono ese lo habíamos colgado hacía cinco años.Nuncajamáslohabíamosllamadopara jugar,porperro.Yenlugardeestar tramandounavenganzadePadreySeñorNuestro,eltipoloúnicoquepretendíaeranodefraudarasuscompañerosde5.º2.ªconunnuevofracaso.

¿Quéibaahacer?Meparé,lediunabrazoyledijequeestuviesetranquilo,quesabíamos que no nos iba a fallar. Cuandome acompañaba hasta el portoncito delfrentelepregunté,comoalpasar,sienestosañoshabíaestadojugandoenalgúnlado.Medijo,conelmismorostrodebeatitudinfinita,queno,queenrealidadsuúltimopartido de fútbol había sido ése, porque el médico le había recomendado que sededicaraacorreryéllehabíahechocaso.

Cuandometoméelcolectivoparacasapenséqueestábamosperdidos.Íbamosajugarunpartidoinútilcontranuestrosrivalesdesangre.Sinnecesidad,simplementeporque el Pipino era un imbécil bravucón. Íbamos a jugarlo sin Cachito al arco,porque estaba haciendo la colimba en Río Gallegos. Íbamos a poner al arco a unfulano que no la veía ni cuadrada y que durante los últimos cinco años se habíadedicadoamaratonista.Yyoeraelestúpidoqueteníaquedecírseloalosmuchachos.

Cuandonosencontramosparaentrenarnoseljuevesalatarde,hiceloúnicoquecorrespondíahacerensemejantesituación.Lesmentícomouncochino.Lesdijequeestábamostotalmenteacubierto,queAchávaleraunafierabajolostrespalos,queeltipo se lahabía jugadodecallado todosestosañosperoquehabía llegadohasta laquinta división de Ferro y que estaba esperando club. Paro acá porque me davergüenzaescribirtodaslasmentirasquedijeenesemomento.Parapeorlasdijetanbonitas,olosmuchachosestabantannecesitadosdeescucharbuenasnoticias,queseabrazaban, saltaban, cantaban cantitos de cancha. Estaban chochos. Alguno hastacomentó como un buen augurio el hecho de que Cachito estuviera haciendo lacolimbaenelculodelmundo.Yolosdejé.¿Paraqué les ibaaamargar lavida?Sibastanteselaibanaamargarelsábadoalatarde.

El día señalado estuvimos temprano, después de comer. Pasé lista a las dos ymedia y estaban todos excepto nuestra nueva estrella. Con los de 5.º 1.ª nossaludamosdelejos.Parecementira,cincoañosenelmismocolegioyhabíatiposdelosquenossabíamossólolosapellidos.Pero,quéselevaahacer,cosasdelaguerra.

CuandollegóAchával,cercadelastres,hubounmomentodeciertatensión.Losmuchachos se pusieron de pie y le estrecharon la mano. Supongo que cuando lovieron,conlamismapintadepostedealumbradodetodalavida,sospecharonqueelasuntode laquintadivisióndeFerroeraun invento. Igual fueroncordiales.ElqueestabararoeraAchával.Lessonrióatodos,escierto.Peroestabamuypálido,ynosmirabaatentoya lavezdistante,comosinosviesea travésdeunvidrio.«El tipodebeestarmásnerviosoquenosotros»,pensé.Dereojo,viquelosde5.º1.ªlohabían

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localizado,ylosmásmemoriososdebíanestarrecordándolesalosotroslasvirtudesarquerísticas de nuestro crack recién recuperado. Tuve un momento de zozobracuandoAchávalsesacólacamperaylospantaloneslargosdegimnasia.Perocuandolovimevolvióelalmaalcuerpo.Buzoverdeyamplio,mediogastado.Pantaloncitocortopero sinbolsillos.Mediasde fútbol.Zapatillasbien caminadas. «Arrancamosmejorquelavezpasada»,festejéparamisadentros.

Cuandoempezóelpartidosenotóquelostiposesosde5.º1.ªestabandispuestosalavarsusdesdichasdecincoañosennoventaminutos.Selanzaronacorrercomogalgos hambrientos. Ponían pierna fuerte hasta en los saques de arco. Se gritabanunosaotrosparamantenersealertasynomandarsechambonadas.

Ynosotros…¡ay,nosotros!Parecementiracómodieztiposquesehanpasadolavida jugando juntos,quesesaben todas lasmañasy todos losgestos,que tocandememoria porque se conocen hasta las pestañas, pueden convertirse en semejantemanga de pelotudos en un momento como ése. Fueron los nervios. Por más quetratásemosdenopensar, la idease te imponía,mecacho.Lesganaste treintaydosveces,perositegananésta,sonaste.YnoimportaquePipinoseaunenfermo.Esdelos tuyosyarreglóeldesafío.Asíquesiperdés, fuistepara toda lacosecha.Comocuando estás en el picado y algún iluminado de tu equipo, que va ganando pordiecisietegoles,notienemejorideaquedecir,paraanimarelasunto,lamalditafrase«El que hace el gol gana». ¿Pueden existir semejantes otarios? Existen. Juro queexisten. Bueno, el Pipino había sido una especie de monumento al idiota de esacategoría.Yyonomelopodíasacardelacabeza,ysupongoquelosdemástampoco.Porquesino,noseexplicaquehayamosarrancado jugando tan,pero tan,pero tancomo los mil demonios. No dábamos dos pases seguidos. Hasta los laterales lossacábamosadividir,yperdíamostodoslosrebotes.Dicroza,sinirmáslejos,estabahechounaseñoritadulceytemerosa,unabailarinaclásica,malrayoloparta.

Aloscincominutosdelprimertiempoyoyaestabamirandoelreloj.Alossiete,ellosseacercaronporprimeravezseriamentealárea.Searmóunentreveroapenitasafueradelamedialuna.Zamoralacalzóconderecha,desobrepique,ylabolasaliócomosilehubiesedadoconunabazuca.

Yorecé.Lapelotapegóeneltravesañoypicóapenasafuera.Achával,quealgohubieradebidotenerqueverenelasunto,lamirabacomosisetratasedeunobjetoextrañoyhostil, difícildecatalogar,queatravesabael aire a sualrededor.DespejóChirola con lo último de lo último. Cuando iba a venir el córner me acordé deldespeje con los puños que Achával había perpetrado en 1981 y sentí profundosdeseosdellorar.Nosabíasicavarunatrinchera,llamaralapolicíaoretiraralequipo.Dabalomismo.Elloslanzaronuncentroprecioso,alprimerpalo,paraquelapeinaraReinosoylamandaraparaalgunodelosaltosenelsegundo.Paracualquierarqueroeraunbalóncomplicado.ParaAchávaleraimposible.Cerrélosojos.

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Cuandolosabrí,eláreaseestabavaciandodegente.ChirolapedíaporderechayAgustínporizquierda.Ellosvolvíandeespaldasasupropioarco.Yahí,enelbordedeláreachica,conlapelotabajounbrazo,laspiernasapenasabiertas,elchicleenlaboca, la mirada altiva, estaba Juan Carlos Achával. El amor de Dios es infinito,pensé.Nacimosdenuevo.

Lástimaqueelasuntoreciénempezaba.Supongoquetodaslaschambonadasqueno cometimos en cinco años de secundario estábamos decididos a llevarlas a lapráctica en esa tarde miserable. A los veinte les dejamos libre el camino para elcontraataqueyquedóPantani caraa caraconAchával.EncimaesePantani esmásfrío que una merluza. En lugar de patear al voleo lo midió, le amagó y se tiró apasarlopor laderecha.Loescriboy todavíanome locreo.Achával, consumetroochenta y pico a cuestas, estuvo en el piso en una fracción de segundo, hecho unovilloentornodelapelota.Ahílosnuestrossíquelegritaron.Yeltipo,cuandoselevantó,estabaradiante.Eracomosicadacosaquelesalíaderechalefortalecieralastripas,porquedeapocosesoltabaenlosmovimientosylevolvíanloscoloresalacara. Cuando a los treinta minutos se colgó del aire y sacó al córner, con manocambiada, un tiro libre de González, yo ya casi no me extrañé. Era como sisimplementelohubieseestadoesperando.Comocuandotenésfeciegaentuarquero.ComoenlosmejoresdíasdeCachito.Yalterminarelprimertiempo,cuandoletapóotromanoamanoalnuevedeellos,yomismo,quesoymáscalladoqueunaplanta,meencontréfelicitándoloalosalaridos.

Cuandoalostresminutosdelsegundotiempolesacóuncabezazoaquemarropaa Zamora mientras los otros malparidos ya gritaban el gol, yo me dije: «Hoyganamos».Esas cosas del fútbol.Cuando te revientan a pelotazos durante todo unpartidoynoteembocan,poralgoes.Alaprimeradecambiolosvacunás.Dichoyhecho. Por supuesto que no fue un golazo. Con la tarde de mierda que teníamostodos,comoparaandarconvirtiendogolesinolvidables.Fuealasalidadeuncórner,enmediodeunrevoleodescomunaldepatas.LepegóPipino,sedesvióenunodeloscentrales, pegó en el palo y entró pidiendo permiso. Por supuesto que lo gritamoscomosihubiesesidoelgoldelmilenio.Labroncaqueteníanesostiposnosepuedeexplicar con palabras. Pero guarda: estaban recalientes pero no desesperados.Faltabantreintaycincominutos.Ysinoshabíanmetidodiezsituacionesdegolhastaesemomento,calculabanquecuatroocincomásibanatenerdeahíenadelante.

Se equivocaron, pero porque se quedaron cortos. Yo conté catorce. Y paré ahíporque no quería saber más nada, aunque deben haber sido como veinte en total.NosotrosnosmetimosatráscomosifuéramosChacoForEverganandounoaceroenelMaracaná.Degiles,quéselevaahacer.Peroelasuntoesqueconesatácticaloúnico que logramos fue cortar clavos como beduinos. Nuestro delantero de puntaestabaparadoalasalidadelcírculocentral,perodelladonuestro.Alacanchafaltaba

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ponerleunadeesasseñalesdetránsitonegrasyamarillas,conelautitoporlasubida,para indicar que el pasto estaba en pendiente pronunciada contra nuestro arco. Larevoleábamosdepuntayaloscielos,yalosveintesegundoslateníamosdenuevoquemándonoslaspatas.

Menos mal que estaba Achával. Sí. Aunque parezca increíble. En medio desemejantenaufragio,elúnicotipoqueteníalacabezafríaylosreflejosbienpuestoseraél.Secansódetaparpelotas,degritarordenandoalalíneadecuatro,decalentara losdelanterosdeellosparahacerlesperder lapaciencia.Vos loveíasesa tardeyparecía que el tipo había nacido en el área chica, debajo de los tres palos. A losquince del segundo cacheteó una pelota por encima del travesaño que a cualquierotro, inclusoaCachito, se lehubiesemetido.A losveintidóscortóuncentroabajocuandoentrabancuatrofulanosde5.º1.ªparamandarlaaguardar,ysindarrebote.Alos treinta se lanzó como una anguila para sacar un puntinazo que semetía en elrincónderechocontraelpiso.Másletirabanyeltipomásseagrandaba.LellovíanloscentrosyAchávallosdescolgabacomosifuerannísperos.

NuncaenlaperravidaviauntipoatajarloqueesatardeleviatajaraJuanCarlosAchával.Lacaraselehabíatransformado.Estabarojodelaalegría,delatensiónyde lamanija que le dábamos nosotros con nuestro aliento.Gritábamos sus tapadascomo si fuerangoles.Estábamos en susmanos enguantadas, y el tipo lo sabía.Lomaloeraqueno loayudábamosparanada.Loúnicoquehacíamoserapegotearnoscontraeláreayhacertiempoencadaocasiónqueteníamos.Peroelrelojparecíadegoma.

A los treinta y cinco yo sentía que íbamos por el minuto ciento quince. MeacuerdodequeibajustoesetiempoporqueAgustínacababadegritarmequefaltabandiez, que parásemos la pelota en el mediocampo. Pero no tuve ni tiempo decontestarleporqueloquevimedejóhelado.Elnuevedeellosacababadepasaralosdos centrales y estaba entrando al área recto al arco. Por primera vez en la tarde,Achával,aunqueleachicóbien,erróelzarpazocuandoelotrosetiróagambetearlo.Estábamoslistos,porqueelpetisoacababadedejaranuestroarqueroenelpisoasusespaldas. Supongo que Urruti (el mismo que le había embocado el primer gol enaquella jornada fataldel7a3)debeestar todavíaeldíadehoypreguntándosequécuernospasóque terminópateandoel aire enel lugar enquedebía estar lapelota.Seguroquenovio(nopudover,porquenadiepudoverlo)lamaneraenqueAchávalseincorporóydesdeatrássetirócomounalanza,conelbrazoarqueadopordelantedelospiesdelotro,paratocarleapenitaslabolahaciaelcostado,sinrozarsiquieraelpiedeldelantero.Poesía.EsatardeAchávalfuepoesía.

Después de esa jugada pareció como si el partido hubiese terminado. En losminutossiguientessejugómuytrabadoenelmediocampo,peroellosnovolvieronaposiciones de peligro. Era como si pensaran que si no habían hecho ese gol, no

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podían hacer ninguno. Supongo que nosotros también nos relajamos, porque de locontrarionopuedeentenderseelcórnerestúpidoquelesregalamoscuandofaltabandosminutos.Zamoralotiróbien,elmuyturro.PodridocomoestabadequeAchávalle descolgara todos los centros, esta vez lo lanzó muy pasado y muy abierto.Nosotros,que,comoyaexpliqué,noparábamosniauncaracolanciano,lamiramospasarporarribaconexpresióndevacas.Lo terrible fuequedelotro lado laestabaesperandoRivero,elarquerodeellos,paradoenposicióndediez,unmetroafueradelárea.YosupongoquesiloponésaRiveroapegarlesetecientasvecesauncentroquebaja así de pasado, trescientas veces le pifia al balón y las otras cuatrocientas lacuelga de los árboles. Pero esta vez el muymal parido la calzó como venía y laescupióabajocontraelpaloderecho.YadijequeAchávalera lungo, flacoy torpe.Pero lamancha verde de su buzo pegándose a la tierrame indicó que iba a llegartambiénaésa.Lapelotatraíatantafuerzaque,despuésderebotarcontralasmanosde Achával, volvió al centro del área. Cuando González, el maldito que mejor lepegabadelosveintidóspresentes,pateócomoveníaconlacarainternadelpiezurdohacia el palo izquierdo del arco nuestro, necesariamente estábamos fritos. PormásqueAchávalestuvieseenunatardedeepopeya,nopodíalevantarseenuncuartodesegundo junto al palo derecho y volar al ángulo superior izquierdo para bajarsemejantebólido.

GraciasaDios,estaveznocerrélosojos.Porqueloquevi,estoyseguro,seráunode los cinco o seismejores recuerdos que pienso llevarme a la tumba. Primero labola, sólo la bola, subiendo hacia el ángulo. Pero enseguida, por detrás de esaimagen,untipolanzadoendiagonal,conlosbrazostodavíapegadosalosladosdelcuerpoparamejorarlafuerzadelimpulso.Después,losbrazosabriéndosecomolasalas de una mariposa volando con un buzo verde, las manos enguantadasdescribiendodossemicírculosperfectos,armónicos,exactos.Yalfinaldosmanosalfrente del vuelo, encontrándose entre sí y con una bala brillante y blanca, que depronto cambia de rumbo y se pierde veinte centímetros por encima del ángulo delarco.

Cuando terminó, loprimeroquequisehacer fue ir a encontrarmeconAchával.Nofuielúnico.Todostuvimoslamismaideaalmismotiempo.Lorodeamoscuandose estaba sacando los guantes al lado del palo y lo levantamos en andas como siacabase de hacer un gol de campeonato. Achával nos sonreía desde su modestoOlimpoysedejaballevar.

Cuandose liberódelosúltimosabrazos,meacerquéparasaludarlocaraacara.Nosabíabienquéibaadecirle,perolequeríapedirperdónporhaberloborradotodoese tiempo,porhabersido tanpendejodenoofrecerleotraoportunidaddespuésdeaqueldebutdecatástrofe.Cuandoletendílamanoymelarguéahablar,mecortóenseco con una sonrisa: «No tenés de qué disculparte,Dany. Está todo perfecto».Y

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cuando insistí, me repitió: «Quedate tranquilo, Daniel, en serio. Yo quería esto.Graciasporinvitarme».

Lepedimoscincuentavecesquesequedaraconnosotrosatomarunascervezas,perodijoqueteníaquerajarseenseguidaparaCañuelas.Ledijimosqueno,quenopodía, porque a la noche habíamos quedado en la pizzería de la estación con laschicas del curso para salir todos juntos. Volvió a sonreír. Nos dio un beso y sedespidióconun«Bueno,cualquiercosadespuéslosveo»,peroamímesonóaquenopensabapintarporlapizzeríaesesábadoalanoche.

Lleguéacasacomoalassiete,coneltiempojustoparacomeralgo,pegarmeunbuenbaño,vestirmeyvolverasalir,porquehabíamosquedadoenencontrarnosalasnueve.PaséporlodeGustavoydespuésnosfuimoslosdoshastalodeChirola.AunacuadradelapizzeríavimosqueAlejandrayCarolinaveníancaminandoparaellado nuestro.Cuando estuvieron cerca nos quedamos de una pieza: las dos veníanllorandoamares.Gustavolespreguntóquépasaba.

—¿Cómo…?¿Nosabennada?—LavozdeAlejandrasonabaextrañaenmediode los sollozos.Nuestras carasde sorpresa significabanqueno teníamosni lamásremotaidea—.JuanCarlos…JuanCarlosAchával…sematóenunaccidenteenlaruta3,viniendoparaacá.

Yosentíqueacababandepegarmeunmartillazoencimadelaceja.—¿Cómo viniendo? Yendo para Cañuelas, querrás decir…—en medio de mi

espantoescuchabalavozdeGustavo.—No,nene—Carolina siempre ledicenene a todoelmundo—,viniendopara

acá,estamadrugada…Chirolamemiraba con cara de no entender nada yGustavo insistía en que no

podíaser.—Tedigoquesí—Alejandraporfiabaentresollozos—,habléconlahermanay

medijoquesehabíavenido tempranoen lachatadel tíoporquea la tarde teníaeldesafíodeustedescontraelotroquinto…¿noescierto?

Supongoquedelatristezamehabrábajadolapresióndegolpe.Paranocaermeredondomesentéenelcordóndelavereda.Noentendíanada.Laschicasteníanqueestarequivocadas.Nopodíaserloquedecían.Deningunamanera.

Peroentoncesmeacordéde la tarde.DelabolaqueAchávalhabíacacheteado,arqueadohaciaatrás,porencimadel travesaño.Delaotra, laquehabíasacadoconmanocambiadadel ánguloderecho.De laque lehabía afanadode adelantede lospiesalpetisoUrruti.YporencimadetodomeacordédeldobleteconRiveroyconGonzález.Me vino la imagen de JuanCarlosAchával lanzado de un palo al otro,sostenidoenelaireatravésdelossietemetrosdesusdesvelos,conlasalasverdesdesubuzodearqueroytodoelaireylabolabrillanteylasonrisa.Yentoncesentendí.

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UNBUENLUGARPARAESPERARSINPRISA

El anciano abrió los ojos con la sacudida que dio el auto al abandonar la rutapavimentada. El camino era ahora un sendero de pedregullo que corría entre unadoble hilera de robles hasta donde alcanzaba la vista.Avanzaron despacio duranteotroscincominutosysedetuvieronsobreunagranexplanadadeadoquines,frenteaun edificio antiguo de fachada amplia y elegante. Un hombre de traje azul y unamujerdechaquetillablancasalierondeledificio,bajaronlosescalonesdelaentradayseacercaron.Ambossonreíanampliamente.Elancianoprefiriómirarhaciaotroladoporque lemolestaba que lo hicieran centro de una atenciónque siempre le parecíadesmedida.Buscóyhallólosojosdelchoferenelespejoretrovisor.

—Lindolugar,¿no?—elconductorhizoungestoquepretendíaabarcarnosóloeledificiosinolaenormidaddelcampoquelocircundaba.

—Lindo…escierto.—Yluegodepensarunmomentoelviejoagregócomoparasí—:También,conloquevaacostarmemásvalequesealindo.

Lapuertadelautoseabriódesdeafuerayundoble«Buendía,señor»vinodelladodelasonrienteparejadeanfitriones.Elancianocontestóconunainclinacióndecabeza. Tomándose con dificultad del respaldo delantero y delmarco de la puertagirósobreelasientoyapoyólospiesenlosadoquinesdelpatio.Antesdebajardiounpardepalmadasfirmesenelhombrodelchofer,quelomirabasonriendo.

—Cuidate,pibe,ynotemandésningunamacana.El otro bajó los ojos húmedos. El viejo estiró la mano hacia el piso del auto.

Tomóelbastón, loapoyóconcuidadoenlaunióndedosadoquinesyseincorporóresoplando.Saludóalosquehabíansalidoarecibirloconunflojoapretóndemanos.Contestódistraídamentelaspreguntassobresusaludyellargoviajequeacababadeculminar,ycaminóconcuidadohastalapartetraseradelvehículo.Unmuchachitodeoverolgrisacababadeabrirelbaúlymirabaelinterior.

—Leencargomucholosdosbaúles,m’hijo.Porlavalijadespreocúpese.Elchicoasintió.Bajóprimerodospesadosyantiguosbaúlesdecueronegroylos

apoyócuidadosamenteenelpiso.Despuéssacóunavalijamásbienpequeñaybajólatapametálicadelautoconunchasquido.Elcochearrancóyemprendióelregresoporelcaminoderobles.

Elmuchachodegrislevantóelprimerbaúl,resoplóbajosupesoycaminóhacialaentradadeledificio.Subióloscuatroescalonesyadelantóunapiernaparaempujarlapuertavaivénsinqueéstarozaraelbaúlquecargaba.Sólo lasoltócuandohubopasado.Elviejo,quehabíaseguidoconatenciónlosmovimientosdelchico,aprobóensilencio.

Lamujervestidade enfermera emprendió lamarchay el hombrede traje azul,queevidentementeeraeladministrador,acomodósupasoalalentamarchadelrecién

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llegado.—Tenemos todo listosegúnsupedido,señor.Susobrinovinopersonalmente la

semanapasadaasupervisarquetodoestuvieseenorden,señor.—Sí, sí, yame puso al tanto—el viejo contestó distraído. Iba concentrado en

cadasitioenqueapoyabaelbastónysuspies,temiendotropezarse.Antes de llegar a los escalones de la puerta el hombre de traje azul volvió a

hablar.Sutonodevozeraunamezcladeprecipitación,ansiedadytimidez,comositemiesedisgustarasuinterlocutor.

—Disculpe la pregunta, señor… no lo tome a mal… no pude evitar prestaratenciónasuapellidocuandohicimoslostrámitesdealojamiento.—Elviejoalzólosojos hacia él, como invitándolo a que acabara por fin de decirle lo que quería—.Disculpe, pero… ¿tiene algo que ver con aquel jugador de hace tantos años…?Porquemipadremecontabaqueerabrillante…

—No,muchacho,no.—Elancianosacudiólevementelacabeza—.Simplementecompartimoselapellido.Perosupadrenolemintió,segúncreo.Eseconquienustedmeconfundeparecequeeraungranjugador,esverdad.

—Ah, ya entiendo —El administrador pareció decepcionado, pero siguiósonriendo—.Ocurrequecomonoesunapellidoparanadacorriente,yosupuse…

—Claro,claro—elancianodioporterminadoelasunto.Seapoyóenelbrazoqueelotroleofrecíaparasubirlosescalones.Mientrastanto

lamujerdeblancososteníalapuertavaivénparaquenoselefueseencima.Entrarona una amplia sala con sillones verdes.El piso demadera clara olía a cera y desdealgún sitio llegaba un aroma delicioso a café recién hecho. Al fondo había unescritorio. Sentada detrás, unamujer joven y bonita ordenaba papeles.Levantó losojos,seincorporóyseacercósonriendo.Suszapatosdetacobajosonabanrítmicosmientrasseaproximaba.Le tendió lamanoal recién llegadoysepresentócomolaencargadamatutinadel servicio.Elhombre ledevolvió lasonrisa,acompañadaporuna ligera inclinación de cabeza, y se presentó con su nombre y apellido. Lamuchachapareciódudaruninstante.Locontemplóconlosojosapenasentrecerradosyporfinseatrevióahablar.

—Disculpe, señor, mi impertinencia, pero… ¿es posible que usted sea aqueljugadordefútbolfamosísimodelcualmehablabamiabuelo?

Elviejolamiróconunaampliasonrisa.—No,m’hijita,tehasconfundido.Peronotepreocupes,porquemehapasadoun

montóndeveces.Mientras ella se despedía y volvía a su puesto, el anciano pensó que eramuy

bella.Entoncespasóvelozelmuchachodeoverolgrisenbuscadelsegundobaúlyeladministradorlediolamano,seexcusóygiróhaciaunaampliaescalerademármolpor la que desapareció subiendo los escalones de dos en dos. La mujer de la

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chaquetilla blanca le pidió que lo esperara unos minutos en los sillones, mientrasultimabaunosdetalles con los papeles.El anciano se dejó caer en elmás cercano.Comprobóqueeranmullidosyconfortables,perocomoeranbajosyblandostemióque fuera a costarle unbuen trabajo ponerse de pie.Mientras aguardaba, desdeuncorredorlateralseacercóunamujervestidaconunabatarosaychinelasdelmismocolor.Usabaelpeloblancorecogidoenunrodetesobrelanucayeracasitanancianacomoelreciénllegado.Losaludóaladistanciaconunbreve«Buendía»ysesentóenunsillóndoblequeestabafrentealdelanciano.

Sobreunamesabajacontapadecristalestabanlasseccionesalgodesordenadasdel diario del día.Él se inclinó, las acomodó, puso el diario sobre su regazo, sacóunosgruesoslentesdelbolsillointeriordesusaco,loslimpióunpocoenlacorbatayselospuso.Hojeólaspáginasdelasecciónprincipalydeladedeportes,peronosedetuvoaleerlasendetalle.Cuandoplegódenuevoelperiódicovioquelaancianadeenfrentesehabíapuestodepieyselehabíaacercado.Seapresuróadejareldiarioenlamesayseincorporótanrápidocomosusarticulacionesselopermitieron,mientrasse disculpaba por su descortesía. La mujer parecía haber estado esperando poralgunosminutos. Sonrió y alzó lamano para dar a entender que no había de quédisculparse.Despuéshablóenunmurmullo.

—Disculpe que lo haya interrumpido, caballero. Ocurre que no pude evitarobservarlo en este rato y me preguntaba… —la mujer envolvía sus palabras enademanessuaves,ysusmejillassehabíanenrojecido—.Bueno,surostromeresultaextremadamente familiar, y mi difunto esposo, que en paz descanse… él era unsimpatizantemuy ferviente del fútbol y solía hablarmaravillas de un goleador deaquella época, un jugador excepcional de la selección, y yome preguntaba si porcasualidad…

Denuevoelancianonegósuavementeconlacabezamientrassonreía.Contestóenvozbaja:

—No, señora, cuánto lo lamento. Pero desafortunadamente no soy quien ustedsupone.

Enesemomentopasódenuevoelmuchachocargadoconsusegundobaúl.Eraelmás grande y pesado. El chico resoplaba bajo la carga, pero se esforzaba pormanipularlaconextremocuidado.Elancianocambióalgunasfrasesmásconladamadel rodete hasta que volvió lamujer de blancopara conducirlo a su habitación.Elhombresedisculpóhastaotromomentoy,mientrasestrechabalamanodelaanciana,ledabalaespaldayempezabaacaminarhaciaunodeloscorredores,pensóquelasmujeresverdaderamentehermosaslosondurantetodalavida.

Mientras avanzaban al lento ritmo de sus pasos, la mujer de blanco le ibaindicando las comodidades del lugar y la ubicación de las distintas dependencias,aunquedenuevoelhombreparecíadistraído.Ibaenrealidadobservandolaspinturas

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que ocupaban las paredes que separaban las puertas de las habitaciones. Le gustóparticularmenteelretratodeunniñosentadoconlospiesjuntosenelumbraldeunaaltapuertademadera.Porelpasillovolvióacruzarloselmuchachode lasvalijas,queseapresurabahacialasalidapararecogerelequipajerestante.

Lamujerlohizopasaraunahabitaciónqueestabacasialfinaldelcorredor,yelanciano se tomó un largominuto para inspeccionarla. No era demasiado grande yestabapintadadecolortiza.Losmuebleseranescasos.Unasencillacamadehierro,unacómodaoscurayunasilladerespaldorectoocupabancasilamitaddelespacio.A un costado se abrían la puerta del baño y al otro la del placard. Sobre la paredrestante,opuesta a la entrada,habíaunamplioescritoriode roble, con tres cajonesporladoyunasilladeespaldaraltoybrazosafelpadosqueparecíaconfortable.Sobreelescritoriohabíaunblockdehojasblancas,unjuegodelapicerasyunabandejaconuntermo,dostarrosyunmatedecalabaza.

Hasta ahí todo estaba en orden. Se acercó y corrió las gruesas cortinas tras elescritorio.Dejaronaldescubiertounenormeventanalqueibadeparedapared,desdela alturadelmueblehasta casi ladel techo.El ancianovio el campoy al fondoelmontedeeucaliptosyálamosytilosquelehabíanprometido.Violosdistintosverdesque ofrecían en diciembre e imaginó los ocres oxidados del otoño y los grisesdesnudos del invierno, y supo que nunca iba a aburrirse de mirarlos desde eseescritorioyesaventana.

Porfinsevolviósonriendohacialamujeryledijoquetodoestabaperfecto.Elladebió haber estado aguardando ansiosa durante el examen, porque al escucharloaflojólatensióndesucuerpoysuexpresiónseabrióenunasonrisacomplacida.Lerogóentoncesquesepusieracómodoyqueconsideraraese lugarcomosucasa, leofreció cualquier auxilio que considerara necesario y le recordó el horario delalmuerzo.

Cuandosehallósolo,elviejosequitóelsacoy locolgódeunade lasperchasvacías del placard. Se aflojó la corbata y desató los correajes del primero de losbaúlesnegros.Golpearonalapuerta.Alabrirlavioalmuchachodegrisquetraíalapequeñavalijamarrónquecompletabasuequipaje.Larecibió,laapoyóaunladoymetió la mano en el bolsillo. El chico se apuró a adelantar su mano en un gestonegativo.

—No,porfavor,don.Nosemoleste—dudóunsegundoyporfinagregó—:Paramíesunhonorquealguiencomoustedvivaconnosotros.Enserio.

Elviejolomirófingiendounfastidioquenosentía.—Dale,dale,noseaspavotequelafamanosecome.El chico volvió a insistir pero el anciano lo forzó a aceptar un billete nuevo y

crujiente.Cuando lo tuvoen lamano,elmuchachonopudoevitar la sorpresayelhombredisfrutósualegríaavergonzada,perolodespidióconciertoapremio,porque

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no quería que se sintiese obligado a rebajarse a una gratitud demasiado servil yprolongada.

Cerrólapuertaysevolvió.Midióloslímitesdeloqueseríasuhogarenadelanteydecidióqueeraunbuenlugarparaesperarsinprisaquelellegaralamuertesencillaconlaquesiemprehabíasoñado.

Searremangólacamisa,seinclinósobreelbaúl,cuyascorreashabíaaflojado,ylevantólatapa.Estaballenohastaeltopedegruesascarpetascolmadasdepapelesyrecortes. Había carpetas amarillas que en el lomo tenían un letrero que decía «Elbarrio y las inferiores». Las otras eran celestes y decían solamente «Selección».Seguramenteenelotrobaúlestabanlasverdesquedecían«Partidosoficiales».Sacólacarpetamásantiguaylaapoyóconcuidadosobreelescritorio.Comprobóqueeltermo teníaaguacalienteypreparóelmate.Seacomodóen la silla.Cebódejandocaerundelgadohilodeaguacalientesobre labombillaplateada.Unacolumnitadehumoseelevódesdelayerba.Alzólosojosyvioelcampoylaarboleda.Abriólacarpeta.Secalzódenuevoloslentesgruesos.Lahojainicialestabamuyamarilla,yla recorría la letra redondaycuidadosadeunniño.Lasprimeraspalabraseranunafechayoncenombresyapellidos.Envozalta,enelsilenciodelapieza,entonóesosnombres dándoles forma de equipo, como debía ser: «Galíndez. López y Luccini.Pescio,GarrayRamírez.Gómez,Echegoyán,yo,SánchezySepúlveda».Cebóotromate,mientrasentrecerrabalosojosparaquevolviesenasumemorialosrostrosdeeseequipoformidabledelosnueveaños.Cuandolostuvoaferrados,apoyólacabezaenelrespaldo,cerrólosojosyempezóarecordar.

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CORREO

Lamujer entró jadeando, cruzó el local, apoyó los codos en el mostrador alto demaderaoscuraysaludóconun«Buenosdías»quepareciópronunciadoconsuúltimosuspiro.Unhombrecanosoquesehallabaencorvadosobreunescritorioenormealzólos ojos para verla por encima de sus lentes y le respondió el saludo, sonriendoapenas.

—Esinsoportableelcalorquehace—lamujerhablómientrasseabanicabaconunarevistaquehabíasacadodesubolsadecompras.

Antesderesponderelhombreconsiderósivalíalapenainiciarunaconversaciónquetuvieraqueverconelcalorquehacía.Enloqueibadelamañanahabíatoleradouna docena de esas charlas y sospechaba que para lo único que servían era paraprovocarmáscaloraún.Porsupartepreferíasobrellevarconaireresignadoelhornodelpuebloalmediodía,singastartiemponisalivaenhipótesissobrelafechayhorade lapróxima lluvia.Noobstante,eraunhombrecortésy lepareciópocoeducadoecharensacorotolaspalabrasdelaseñora.Poresopensóunmomentoyescogiólacontestaciónqueseguramenteladamaestaríaaguardando.

—Enlaradiodijeronqueibaallegara39grados.—¿Vio,donMatías?¿Vio?—Elrostrodelamujer,encendidoporelsudorypor

elinterésenlatragediainminente,leanticipóalhombrequenoseríasencillocambiarde tema. La otra continuó—: ¡Y la sensación térmica! ¡Seguro que de 46 o 47 nobaja!

Montes, en lugar de responder, acompañó la congoja termométrica de la damaabriendo mucho sus ojos claros, como dando a entender que le resultaba casiinverosímilqueelsufrimientohumanopudiesellegaratanto.Lecausabaunpocodegracia (aunque en sus díasmalos la gracia se le transformaba en fastidio) ese afánmasoquistadesufrirconlasensacióntérmica.Anteslosfríosyloscaloressemedíanen un sencillo termómetro y a nadie le había parecido necesario aumentar eldesconsuelode lagenteagregandovientoal fríoohumedadalcalor,ovayaunoasaberquéotrosextrañosenjuaguesdeesagentedelpronóstico.Ahora,graciasaestanovedad, las personas como doña Nella, dispuestas a sufrir y a hacer sufrir a losdemás con el frío y el calor, teníanun arma atroz que amenazaba conprolongar yenriqueceresasconversacionesclimáticasmásalládetodolímitetolerable.Sindejardeabanicarse,lamujeragregó:

—Mehandichoqueexisteprobabilidaddechaparronesytormentasparalatardeonoche.

Al hombre le causó gracia el léxico técnico, pero jamás se hubiese permitidomanifestarloabiertamente.

—Habráquever,doñaNella,habráquever.—Hizounamínimapausacomopara

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quelamujernosesintieseofendidaalserarrancadadeunaconversacióntanfecunda,y luego se incorporó, tapó la lapicera fuente que tenía en la mano, se acercó almostradorquitándose los lentesy la interrogó—:Usteddiráenquépuedoservirle,señora.

—Ah,sí…—lamujerpareciórecordarrepentinamenteelmotivodesuvisitaalaestafetapostal—.VeníaadespacharestacartaparamiAgustín,aRosario.

El encargado tomó el sobre,miró el reloj de pared entrecerrando los ojos paradistinguirlaposicióndelasagujasychasqueólalenguaantesdecontestar.

—Lolamento,doñaNella,peroyalomandéaCarlitosconlabolsadedespachoaArrufó.

La mujer adoptó un ligero gesto de contrariedad, miró a su vez el reloj ypreguntó:

—¿Ysalióhacemucho?—Haráunosveinteminutos, señora.Usted sabe.Va enbicicleta por la ruta.Si

tienealguienquelalleve,capazqueloalcanza…Ellamirólargamenteelsobre,mordiéndoseellabio,yporfinhablócomoparasí.—No,novale lapena…Sinoeranadadecuidado.Quesalgamañana,nomás.

Total,díamás,díamenos…Montes temió que de un momento a otro la dama se lanzase a hablar de «su

Agustín»,queestabaestudiandopara ingeniero«alláenRosario».Había soportadocon entereza la charla sobre el clima, pero no se creía capaz de tolerar ésta queparecíaavecinarseacercadelasvirtudesdelquerubíndedoñaNella.

Poresoseapresuróapedirleelsobre.Leencajólossellos,lecobróeltimbradoyledeseóunbuendíaalaseñoraconunafrancasonrisa.Lamujerseagachóarecogerlasmanijasde labolsade losmandadosycomentóalgosobreelpreciodel tomateredondo.Montes, que había vuelto prestamente al escritorio, dio un respingo algosobreactuado acompañado de un «¿Eh, cómo dijo?», propio de quien ha sidointerrumpidoduranteunaarduayfarragosatarea.Lamujerpidiódisculpasysalió.

Elhombrevioenelgranrelojqueeranlasdoceyveinte.Calculóquesuayudantellegaría a Arrufó a la unamenos cuarto, dejaría la bolsa en la oficina de correos,recogeríaelrepartoyseencontraríaconArangurenalaunaenpuntoenelcruceconla ruta 23 para que lo trajera en la chata. Era una suerte lo deAranguren, porqueaunqueCarlitoseraunmuchacho jovenysano,aMontesno lecausabagraciaquetuvieraquemandarse esos cotidianosperiplos ciclísticos a lapeorhorade sol.PorsuerteconArangurensalvabaelviajedevueltaconlabicimontadaenlacajadelapick-up.Asíestabaderegresoantesdelaunaymedia,ypodíandejaracomodadoelreparto antes del almuerzo. Se hacía tarde, por cierto.Cuando le echaba llave a lapuertavidriadadeafueraycaminabaporelpueblohastasucasa,parecíaunodeesossitios fantasmas que aparecen en las películas. Sobre todo con esos calores del

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demonio.Antes, cuando el camión de correo se llegaba hasta el pueblo, la cosa eramás

simple. Pasaba entre las diez y las once, y ellos podían cerrar a las doce ymediacomo todo el mundo, con el trabajo bien armado para la tarde. Pero no. Con laprivatización los habían convertido en estafeta clase B; eso significaba no máscamión y Carlitos por la ruta con su bici hasta Arrufó, que por esos extrañosdesigniosdelosorganigramashabíaconservadosurangoclaseA.

Subió la radio para distraerse, porque esas ideas lo malhumoraban. Los delinformativo dijeron que la temperatura había trepado a los 37° y que la máximasuperaríaholgadamentelos40°durantelatarde.PensóquedoñaNellatendríatemadeconversaciónparaelrestodeldía.Seabriólapuertaconunrechinardebisagras.Montessedijoquedeberíaengrasarlaspronto.EraLisandroBenítez,eldelaagenciadelotería.

—Buenas, donMatías, ¿cómo va eso?—Cuando él contestó sonriendo el otrocontinuó—:¿Violacalorquehace?Anunciancomo50°paralatarde.

Montes, resignado, advirtió que debería seguir charlando sobre el clima. ParacolmoBenítezsehabíaarrimadohastaallíúnicamenteparamatareltiempo,porqueno traía cartas para despachar.A esa hora acababa de bajar la persiana y hasta lascinconoteníanadaquehacer.Benítezvivíaquejándosedelomalqueandabatodoyformulandooscurospronósticosparaelfuturopropioyajeno,peroMontessabíaqueexageraba.Eraciertoquevendíaunbilletedeloteríadetantoentanto,perolevantabaquinielaclandestinaqueerauncontento:en las tardesdelpueblonohabíamuchosotrosmodosdepasarelratoqueapostandounosbilletitos.

—¡Qué bien que se está acá, don Matías! ¿Cómo hace para tener todo tanfresquito?

Montesnocontestó,peronopudoevitarecharunamiradaorgullosaalaoficinade correos. Era amplia, sombría, de techomuy alto. El piso y las paredes estabanrecubiertos de madera oscura, antigua y cuidada. Los muebles eran pesados ylustrosos.Elsectordeatenciónalpúblicoestabaseparadodelosescritoriosporunabarandademaderadenogal,debarrotestorneados,firmesysólidos.Eselugarerasuorgullo. En los treinta y cinco años que llevaba trabajando en el correo habíaconsolidado pacientemente ese reducto. Había salvado el viejo mobiliario desucesivas inspecciones que pretendieron renovarlo con cachivaches de fórmica yotrasyerbas.Sehabíaopuestotenazmenteacambiarlospisosylosrevestimientos.Elescritorioqueusaba lohabía rescatadodeunademolicióny lohabíapagadode subolsillo.Laspuertasaltasyestrechaslashabíavueltoasucedrooriginaldespuésderasquetearlasamorosayobsesivamentedurantesemanas,pararemoverleselesmaltesintético gris que algún supervisor idiota les había zampado muchos años atrás.Montesnuncasehabíadetenidoapensarlo,peroenmásdetresdécadasdeesfuerzos

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titánicoshabíallevadoesaoficinadecorreosalaaparienciaopulentayserenaqueélmismo había conocido en su niñez, cincuenta años antes. La madera apagaba lossonidos estridentes, entibiaba los inviernos y refrescaba los veranos, y ademásperfumabalospapelesylasropas.

Vayasidaba trabajomantenerasíesesitio.Cadadosañosdebíadedicarvariosfines de semana a lijar todo de punta a punta, para después barnizar y lustrar.Terminabaextenuado,aunquefelizdelresultado.Noeraunhombredemandarselaparte,perocomoelotrohabíasacadoeltemaseatrevióallamarlelaatenciónsobrelosventiladoresdetecho.Erandosyeranenormes.Noteníannadaqueverconlosaparatosmodernos.Contabanconunasolavelocidad,peroeltamañodesusaspasyla cadencia de sumovimiento bastaban paramantener fresca la oficina. Eranmuyantiguos, aunque Montes los había instalado apenas cuatro años atrás. Los habíarescatado de la estación de tren, cuando cerraron el ramal y clausuraron lasdependenciasdelferrocarril.HabíaidoadespedirsedeCarranza,eljefedeestación.HablandodebueyesperdidosMonteslehabíaelogiadolosventiladoresyelotrolehabía ofrecido que se los llevase, con un gesto vago y ausente. En otromomentoMonteshubiesesaltadodealegría.Peroera tanta ladesolacióndeCarranzaante laclausuradelramalyantelajubilaciónabruptaqueletiraronporlacabeza,queelotrono tuvo ocasión casi de sentirse a gusto con el obsequio. Hasta se sintió turbado,como profanando una tumba, cuando al día siguiente se presentó con la caja deherramientasyunaescaleraparadescolgarlos.

Benítez,comoMonteshabíatemido,veníaconganasdecharlar.Paradisuadirlosinofenderlo,élsiguióencorvadosobreelescritorio,conloslentescalzadossobrelanariz,manipulandolaenormeplanillaqueteníaallíextendida.Elquinieleropreguntódequése tratabayMontes leexplicóqueeraun resumensemestraldeenvíos.Uncuadro estadístico en el que debía volcar los totales, semana a semana, de todos ycadaunode los tipos de correspondencia que se habíandespachado, encomiendas,girosytelegramasincluidos.Habíacolumnasparaasentarlasunidadesyotrasparavolcareldinerorecibido.Entotaleraungigantescocuadrodedobleentradaenelquehabíaqueescribirconlapicerafuenteyestabaprohibidoborrar,demaneraquesiseequivocabadebíaempezartododenuevo.Cuandoelotropreguntósinoeramásfácilhacerlo con computadora Montes recordó la imagen de Carlitos pedaleando hastaArrufóyjadeandoparallegaralencuentrodelachatadeAranguren,ynopudoevitaruna sonrisa triste. Lo peor era que él mismo desconocía qué hacían con todo esetrabajo.Selimitabaaenviarlo,siemprevariosdíasantesdelafechalímite.Jamás,enlos veinte años que llevaba confeccionando esas estadísticas, había tenido noticias,desdelasuperintendenciaprovincial,delsentidodeaquellalabor.

Cuandoterminólaexplicación,Benítezparecióimpresionadoyunpococohibidoante la seriedad del asunto. Consultó su reloj pulsera y se despidió hasta la tarde.

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Montessealegrómódicamentedequedarsesolo,porquetemíadistraerse,cometerunerroryecharaperdertodoelasunto.

A la una ymedia volvióCarlitos.Montes lo supo sin levantar la vista, porqueescuchóelruidometálicode labicicletaal toparconlosescalonesde lavereda.Elauxiliar entró en silencio. Era extraño, porque el muchacho era extremadamentelocuaz.Montesalzó losojoshaciaélesperandoquedeunabuenavezpor todasselargaseacomentarsobrelos50°desensacióntérmica.Peronoocurrió.Permanecióunlargoinstantedepie,recortadoenelsupliciobrillantedelsoldelacalle.Metiólamanoenelbolsillodelpantalón,titubeóylealargóaMontesdossobresarrugados.

Montes no necesitó calzarse los lentes para advertir que eran dos telegramas.Buscóeldestinatario.Estabandirigidosaellos.EldeCarlitosestabaabierto.Fueelprimero que leyó. Rasgó el sobre del suyo. El texto era prácticamente idéntico.Montesapoyólostelegramasenlamesa,serecostóenlasillaydejóquelosanteojosquedarancolgandosobresupecho.AlzólavistayseencontróconlamiradaansiosadeCarlitos.

—¿Quésignificaprescindir,donMatías?Montes,queengeneralseofuscabaconlaignoranciadesuayudante,seavinoa

explicarle con paciencia. Cuando terminó, Carlitos se derrumbó sobre su silla.Permanecieronlargoratoensilencio.

—¿Yahoraquéhacemos?—inquirióporfinelchico.Montesdemoróencontestar.—Llevate el reparto ahora.Así no tenés que volver por acá para arrancar a la

tarde.—¿Seguro,jefe?Mirequenomecuestanada.—Enseriotedigo.—Comoquiera,donMatías.¿Nosevaacomerasucasa?Montesserascólaorejaysuspiró.Alfindijo:—No.No tengo hambre.—Después agregó, como si acabase de ocurrírsele—:

Ademásacáestámásfresco.—Esosí—convalidóelotro—.Yencimaparecequehoyvaallegarcomoa50

grados.Montes sonrió,melancólico,mientras el otro cerraba lapuertaymontaba en la

bici. Se incorporó para acercarse a la ventana. Movió la cortina y vio el asfaltocalcinadodelacalleprincipal.Auncontodocerradolellegabaelruidoásperodelaschicharras.Volvióasentarse.Acomodólaplanillagigantescayretomólalabordondelahabíadejado.

Sólo cuando terminó con la última anotación de la última columna levantó lamiradahaciaelreloj.Eranlascuatro.Laoficinaestabaoscuraysupusoqueelcielosehabíanublado.Denuevofuehastalaventana.Eracierto:elcielosehabíapuesto

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grisyoscuro,peroelcalorseguíasiendodeplomo.Lediolaespaldaalaventanaymirótodalaextensióndelaoficina.Sedetuvoen

losescritorios,enelparquédelsectordelpúblico,enlabarandaoscura,enelretratode San Martín, en el afiche de propaganda de las cajas para encomiendas. Unasensacióndevacío lesubiódesde los intestinos, le revolvió las tripasy leanudólagarganta.Redactóalasapuradasunanotaenlaquedecíaqueenelhorariodelatardelaoficinaestaríacerrada.

La clavó con una chinche en elmarco de la puerta.No había caminado veintemetros por la vereda cuando el calor se le impuso como unamarea turbia que loahogaba.Sonóuntruenosolitarioyvolvióelsilenciodelasiesta.Elpuebloseguíainerte.Pesealsofocónquesentía,Montesseapresuróparanocruzarseanadieeneltrayectohacia sucasa.Era raro,porqueaunquehabíavividocincuentaañosenesepueblo, todo le parecía distante, ajeno, desconocido.Como si desde esamañana alpueblolohubiesencambiadoporotro.

Sucasaestabapasandolaloma.Lasubiócomopudo,agitado,sudado,moviendolos brazos como para hacerse lugar en el aire hirviente. Cuando estuvo arriba vioadelante su casa. Se dio vuelta. A sus pies, allá abajo, estaba el pueblo. La calleasfaltada,laspocasmanzanasaloslados,laplazapobre.Montescomprendióqueelpuebloeraelmismodesiempre.Éleraeldistinto.Sedetuvoamirar laoficinadelCorreo.Ahí estaba, aunaspocascuadras, algoborrosapor la reverberacióndeesecalor infame.Sonóotro trueno,máscercanoqueel anterior,peroMontespresintióquenoibaallover.

Seescucharonalgunostruenosmásduranteloquequedabadetarde.Peroalcaerla noche un viento caliente sopló un rato, levantó el polvo de las calles y se llevóhasta el recuerdo de las nubes. Casi a medianoche salió la luna. A la una habíatrepado lo suficiente como para iluminar el pueblo y el campo, y dos siluetas quevolvíanhacialaloma.Erandoshombresqueveníanabuenpaso.Cadaunocargabaun enorme bidón en cada brazo. Se detuvieron en lo alto de la subida y se dieronvueltaparaverelpueblo.

Enlanocheclaraseveíalacintagrisdelasfaltoquebajabaydividíaelcaseríoconuntajoqueterminabaenlaruta,delotrolado.Losdoshombresesperaron,depieenlacalledetierra.Cuandoarrancólasirenadelosbomberos,lasllamassubíanunbuenpardemetrossobrelaalturadelasterrazas.

—Lindo fuego—comentó Carlitos, con los ojos grandes y fijos en lamanchaincandescentequeahora,bajoelaguadelasmangueras,habíadejadodecrecer.

—Cierto—respondió Montes. Después agregó—: Y también qué querés. Contodaesamadera.

Siguieronunratoconlavistaclavadaenelincendio.—Vamos—dijoMontes,alfin.Dierondenuevolaespaldaalpueblo,aferraron

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losbidonesybajaronlalomahacialacasa.

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SEGOVIAYELQUINTOGOL

A veces el pasado es un candado de piedra que nos cuelgan del pescuezo, y nosencorvacomounlastreynosgolpeaenlasrodillascadavezqueintentamosdarunpaso.Hablodeesospasadosdebronce,esospasadosdegloriaquelosviejoslustrancon esmero y frente a los cuales le exigen a uno respeto y sacrificio, reverencia ysilencio.Esospasadosqueaunolegustaríasacarsedeencimaporlomenosporunratoparaverquésesienteserunreciénnacidoconnadamásquefuturo,unfuturolivianitoyenblancopordelante.

Nosotroscargábamosconunpasadodeésos.Supongoquesiquieroqueellectormeentiendatendréqueagregarunpardedatos.Cuandodigonosotrosmerefieroalos muchachos del Club Esperanza de Gobernador Flores, un pueblo que a duraspenasapareceenlosmapasdelaprovincia.Cincomilhabitantes,unaacopiadoradegranos,lacalleprincipal,queesuntramodelaruta,yelclub.Esosí:elclub.Enesostiempos,comoahora,elpuebloerainsulso,comosuscallesysuscasas.Noteníamosmunicipionihospitalniregimiento.PeroteníamoselClubEsperanza,queeracomounfaroqueguiabaanuestracomunidadporelescarpadosenderodelaHistoria.

SidecíamosenSantaFeoenRosarioqueéramosdeGobernadorFloressenosquedabanmirandoesperandoaclaraciones,onospreguntabandóndecuernosquedabaeso.PerosisehablabadefútbolyunodecíaqueeradelClubEsperanzalacosaeradistinta. Cualquiera que hubiese jugado alguna vez en la liga sabía de dóndeveníamos.PorqueelEsperanzaeraunapotencia,unagloria,un templodehazañas.Dieciséis campeonatos de la liga. Ocho subcampeonatos. Siete amistosos ganadosfrente al equipo profesional de Newell’s y nueve victorias sobre el de RosarioCentral.Pilasde jugadoresque triunfaronhastaenBuenosAiressalidosdenuestracantera.

Las primeras líneas de esta historiame costaron horas, como si hubiese tenidoque arrancármelas del alma. Pero cuando llego al Club Esperanza y a suscondecoraciones las palabras salen como catarata, como el avemaría o elpadrenuestro; porque es un rezo laico que uno aprendió de chico recitado por supadre y por su tío, y después lo repitió una vez y otra vez, y lo levantó como unamuleto, como un talismán, como un escudo para asombro de los incrédulos yespantodelosenemigos.

Nacer en Gobernador Flores tenía sentido exactamente por eso: porque con elclubteníamoslagloriaqueveníaadheridaalacamisetaamarilla.Todosloschicossemorían por vestirla. Por supuesto que íbamos a la pileta y al frontón de paleta.Naturalmente intentábamos defendernos con el básquet. Pero todos los corazoneslatíanpor lomismo.Enmipueblo te recibías de estrella sólo si te fichaban en lasinferioresdefútbol;delocontrariotuvidatranscurríaentrepenumbras.

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Enmicasohastamesignabamiapellido.Miabuelo, JoséManuelLupis, sociofundador y campeón en dos oportunidades;mi padre,Antonio JoséLupis, arquerotricampeón de las formaciones de principios de la década del ‘50, y yo, IgnacioLupis…peromejorsigoconlahistoria.

Lleguéaprimeraen1966,con17años.Mentiríasidijesequemedeslumbrólatribunallena,oquematerialicéunsueñoinalcanzable.Enrealidad,desdequealos7añosempecéaentrenarconlosmáschiquilinesmeestuvepreparandoparaesocomoelhitocentraldemidestino.Esesábadoleganamos2a0aSportClubLasTejas.Nometí ningúngol, pero como soymarcador de punta nadie pudo reprochármelo.Midebut fue un paso más en un camino simple, en el que las huellas estabanprofundamente grabadas y uno tenía apenas que poner los pies en los lugaresprecisos.

Esosí,sinceramentenoestabalistoparaloqueocurrióapartirdeagostodeeseaño. Nadie estaba preparado para eso. Por primera vez en la historia del clubperdimos cinco partidos consecutivos. Por primera vez en la historia del clubestuvimos dos fechas en el anteúltimo puesto de la tabla. Por primera vez en lahistoriadelclubnossalvamosdeldescensopormilagro.Fueenesosmesescuandoempecéasentirlapiedracolgadadelcuelloylamiradaimpacientedelosviejos.

Losdirigentesdel clubnoperdieron tiempo.Contrataronaun técnico rosarino,sinqueselesmovieraunpeloalecharloaCantilo,elentrenadorquehabíaganadocinco títulos en una década. Ese verano el tipo nuevo nos entrenó como sihubiésemossidocomandospara laguerra.Noshablódefútbolmodernoynosdijoque estábamos anclados en el pasado. Nos hizo un montón de diagramas en unpizarrónquehizotraerdelaescuela.Cuandolosviejosnoscruzabanenelbufetnoshacían preguntas y nosotros les contábamos. Ellos ponían cara de entendidos ysatisfechos, y decían que había que saber cambiar a tiempo y adaptarse al deportemoderno.

Lástima que cuando arrancó el campeonato enmarzo perdimos tres partidos alhilo, empatamos uno y perdimos otros tres. El genio rosarino nos juntó una tarde,declaró que no le entendíamos el mensaje y que tenía una oferta para dirigir enprimeraBenunequipodeBuenosAires.Nosestrechólamanoydisparódelpueblo.

Losviejosdijeronqueeralógico.Quenosepodíarenunciaralamísticademediosiglo.Quenopodíamosjugardeespaldasalahistoriaquenoshabíahechograndes.Yaunqueelañoenelcampoeramuymaloydabalaimpresióndequeenlatesoreríadelclubnoquedabaunamoneda,losdelacomisiónanunciaronque,enunesfuerzotitánico destinado a enderezar nuestro destino, habían contratado a otro entrenadorquevendríadesdeRosario.Éstenoshizoundiscursoenfatizandoelamoralapelota,habló de la danza sagradade la gambeta, archivó el pizarróny nosmandó a jugarcomo mejor pudiéramos. De nuevo los viejos nos sacaban charla en el bufet y

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asentíansatisfechoscuandolescontábamoslosberretinesdeltécnico.Claro,decían,porsupuesto,decían,estetiposíquesabecómosesienteelfútbolenelEsperanza,decían, este hombre sabedevestuario y depotrero, decían, ahora el asunto es pancomido.

Pero con éste también fuimos una lágrima. Perdimos tres, empatamos dos yperdimosotrosdos.Elfulanoninosavisóqueserajaba.DespuésdelaúltimaderrotaenlugardevolverconnosotrosenelmicrosepiróenautodirectoaRosarioysitehevistonomeacuerdo.

La comisión directiva cayó en un absoluto desconcierto. Definitivamente noquedabaunpeso.Lasdos eminencias le habían costadomuchomásdinero al clubquelasdieztemporadasdelentrenadorCantilo.Porsupuesto,comoladesesperaciónesmásatrozquelavergüenza,intentaronconvencerloparaquevolviera.PerocomoCantiloesunseñorhizoloqueteníaquehacerylossacócarpiendo.Despuéssesentómansamenteacontemplarcómoalosdirigenteslescaíanenlacabezalosescombrosdelagloria.

Losviejosdejarondeacercársenosacharlarenelbufet.Cuandopasábamoscercapodíamosoírlos.Palabrassueltas,porqueengeneralteníanelbuengustodebajarlavoz,peropalabrassuficientes:«técnica»,«aquellostiempos»,«sangre»,«hombres»,«pelota al pie». Y «jóvenes», sobre todo la palabra «jóvenes» dicha con los ojosentrecerrados de hastío, con un rictus amargo en los labios, con unas buenascucharadasdedesprecioquenossalpicabanlasorejasalpasarlesallado.

Era cierto que éramos jóvenes. Muy jóvenes. En abril dejó de jugar Melo, elgoleador del ‘64. Adujo un problema en la rodilla, pero yo sentí que era para noquedarpegadoaldestinodeldescenso.Consupartidaquedamosnadamásque lospibes.O,comoseguramentediríanlosviejos,nosquedamos«sinverdaderasangredecampeones».Ningunodelosquefuimostitularesduranteelrestodelcatastróficoaño1967teníamásdeveinteaños,yningunohabíasalidocampeón.

Después de los entrenamientos, sentados a la mesa del fondo, con un par degaseosasdelitroentibiándosesobrelafórmica,lasmanosenlosbolsillosycarasdeespectros, esperábamos que se hicieran las siete y nos íbamos a casa.Era como situviésemos la peste.Nadie se nos acercaba y no nos acercábamos a nadie. Si nosquedábamos hasta las siete era para cumplir con la tradición y para que no nostildarandecobardes.Ahísentado,coneldolordealgúntijeretazoheladovenidodeladistantemesa de los viejos,me entretenía recitando paramis adentros el credo denuestrospergaminos:dieciséiscampeonatosdela liga.Ochosubcampeonatos.SieteamistososganadosfrentealequipoprofesionaldeNewell’synuevevictoriassobreeldeRosarioCentral.Aveces,antesdedormir,lloraba.

Consiguieronuntécnicoignotoqueporunospesosaceptócargarconelmuertolosmesessiguientes.Lomástétricoeraverlacaraconquenosmiraba.Selenotaba

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enlaexpresiónquepensabaqueéramoshorriblesyquenoteníamosremedio.Talvezteníarazón.Peroéltambiéneraunimbécilynosotrosnuncaselodimosaentendercon semejante claridad. Ni siquiera el apático ese pudo aguantar hasta el final.Cuando faltaban cinco fechas y el anteúltimo nos llevaba seis puntos, semandó amudar. Lástima que no me enteré a tiempo, porque me quedé con las ganas deputearloenlacara.

A esa altura, el descenso tenía color de certeza. Sin embargo, los genios de lacomisiónguardabanunasenlamanga.ResultaquenosequiéneraamigodenoséquéfulanoquehabíaestudiadoconOnganía,yenplenaRevoluciónArgentinaésoseran contactos provechosísimos. De buenas a primeras se introdujo una ligeramodificaciónenelreglamentodelaliga,segúnlacualeldescensodirectodelúltimoclasificadosecambióporunpartidofinalydecisivoentrelosdosúltimos,encanchaneutral.«Cláusuladerepechaje», la llamaron.Naturalmente losequiposqueveníanarribadenosotrospeleandoeldescensoprotestaronferozmente,pero,comocarecíanensuscomisionesdirectivasdepersonajesquefueranconocidosdeotrospersonajesquehubiesenestudiadoconOnganía,nadielesllevóelapunte.

Lajugarreta,aunquenoscubriódemugre,nosmantuvoconectadosaesaespeciederespirador.Podíamosperderhastaelúltimopartidodelcampeonato,contaldequeganásemoseldesempate.Nos tomamosmuyapechoesodeperder,porqueaduraspenasempatamosunode loscincoquefaltabany terminamosnuevepuntosdebajodel Atlético Podestá, el penúltimo. Con esa performance, hasta los más fanáticosoptimistassederrumbaron.ElamigodelamigodeOnganíasacabapechoantequienselepararaenfrenteyponíacarade«Yoyanopuedohacermásdeloquehice».

Entrelaúltimafechayeldesempatehubounintervalodetressemanas.Losdelacomisión les pidieron, les rogaron, les imploraron a los técnicos de las divisionesinferioresquesehicierancargode losmalandrasde laprimeraparaesedesempateangustioso.Los tipos contestaron que nimamados.ElClubEsperanza, después decincuentaañosdeéxitosylaureles,seibadecabezaaltacho,yellosnoeransuicidas.Dijeronquesedebíanalasinferiores,parahacernacerdesdeallíun«futuronuevo».Coneso lodecían todo.Sinohubiésemosestado tan tristeshabría sidocomoparareírse.Enel clubdelpasado, ahora se llenaban laboca conel futuro.Lástimaquenosotrosestábamosenelmedio,comounpresenteominosoydetestable.

EntoncesfuecuandoloconvocaronaSegovia,omásbienletiraronelequipoporla cabeza, con la orden de que lo manejara esas tres semanas. Augusto CelestinoSegoviaeraelcanchero,aunquetambiéneraelchoferdelmicrocuandojugábamosafuera, utilero en los entrenamientos y control en la tribuna popular cuandojugábamos de locales. Era un tipo servicial y silencioso al que nadie conocíademasiadoafondo,aunquehacíacomoveinteañosquetrabajabaenelclub.Losdelacomisióndijeronquelehabíanofrecidoelcargoporsusméritosyconocimientos

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futbolísticos,perotodoelmundosabíaquenoeracierto.Queseloenchufaronparaquenodiésemosmáslástimatodavíapornoteneraalguienquenosdirigieseenlosúltimosentrenamientos.Yqueerademasiadopobrecomoparadarseellujodedecirquenoyquedarsesinlaburo.Segoviaeraelcandidatoidealporquenoteníaningúnprestigio que pudiese apostar y perder en nuestro naufragio. Dándose aires deestadistas,losdelacomisiónlopresentaronalplantelunamañanadejueves,comosinoloconociéramosdesdesiempre.Despuéssefueronynosdejaronfrenteafrente.

Segovia nos miró. Entrecerró los ojos porque el sol de noviembre le caía defrente.Sehizoviseraconlamanoyrecorriónuestrosrostros.Despuéschistó,escupióalpastoynosdijoqueestábamosjodidos,queenelpueblonadiedabaunpesopornosotros, quenadie tenía lamenor esperanzadequemantuviésemos la categoría yque eso no eramalo, porque íbamos a jugar sin presiones y en una de ésas hastaembocábamosungol.Dijoqueenlospartidosdecisivospasancosasextrañas,peroaclaró que no nos hiciéramos demasiadas ilusiones porque no son lomismo cosasextrañasquemilagros.

Cuandoloescuchémepasóalgoraro.Eltiponosestabadesahuciandoantesdelaprimerapráctica.Pero lohacíasinasomodeburla,nidehostilidad,nidesoberbia.Entendíqueestabatansoloytantristeytanasustadocomonosotros,ypenséqueeramejorasí,despuésdetodo.

Enesassemanasnoshizopracticarfuerte,corrermuchoytrabajarunoscuantosmovimientosdefensivos.Laideanoeramala.Si lográbamosterminarelpartidoencerohabíaalargueypenales.Ypateandodesdedocepasospodía irnosbienomal,perolaschancesmejorabanaojosvistas.Segovianoshizopracticardefendiendoconcuatro,concinco,condoslíneasdecuatroycondoslíneasdecinco.

El día del partido decisivo nos juntamos en el club para tomar el micro. Elpresidentenoresistiólatentaciónynosarengóenlaplayadeestacionamiento.Hablódeentrega,depasión,deamora lacamiseta.Y terminó,naturalmente, recitando laletanía atroz de nuestro pasado de bronce: dieciséis campeonatos de la liga. Ochosubcampeonatos.SieteamistososganadosfrentealequipoprofesionaldeNewell’synuevevictoriassobreeldeRosarioCentral.Eltipoestabaparaunapelícula:depieenelestribodelómnibus,conelbrazoderechoextendidoyeldedoíndiceapuntandoalcielo. Parecía uno de esos curas de las películas de vampiros, que levantan uncrucifijoparahacerretrocederalosespíritusimpuros.Sóloqueésteenlugardecruzte tiraba en la cara todos los campeonatos que el clubhabía ganadoy te dejaba lasensaciónextrañadequeelvampiroyelespírituimpuroerasvos,nimásnimenos.

Nos siguieron doce o quince autos. La verdad que dolía. Yome acordaba delúltimocampeonatoquehabíamosganado,eldel‘64,cuandohuboquefletaruntrenespecialporquenadieenGobernadorFloreshabíaqueridoperderselavueltaolímpicanúmero dieciséis en terreno de los visitantes. Teníamos que jugar en cancha de

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ColoniaBenítez,quequedabatanlejosdenuestropueblocomodeldeellos.Perodenuestra gente no vino casi nadie, apenas un puñado de familiares y amigos queocuparonunatribunitabajaquedabacontraellateral,juntoaunadelasáreas.

Conelpitazo inicialsalimosahaceraquelloquenoshabíapedidoSegoviaquehiciéramos.Salimosamorderencadapelotadividida,aembarullarelmediocampo,acomerleslostobillosalosrivalesparaquenohilvanarandosjugadas.Corrimoscomoflechas.Trabajamoscomoesclavos.Luchamoscomogladiadores.Aguantamoscomomártires.Lástimaquetodoesodurócuatrominutosytreintayochosegundos,porqueaesaalturadelpartidonosembocaronelprimergoldecabezayseacabólaepopeya.Elgolnofueculpadenadieyfueculpadetodos.Unadeesasdistraccioneszonzasdelasquehabíamoscometidosetecientasalolargodetodoelaño.

No había que ser un genio para entender que habíamos perdido. En toda latemporada no habíamos remontado un solo resultado en contra. Siempre que noshabíanembocado,habíamosterminadoconlacanastallena.¿Ibaaserdiferenteestavez, con los nervios crispados y la amargura del descenso pegándonos las patascontraelpasto?Metocóamísacarlapelotadelarcoyllevarlahastaelmedio.Noatinéapatearlaparaacelerareltrámite.Lallevébajoelbrazotodoeltrayecto.Teníafrío,yesoqueeradiciembreyunatardepreciosa.Aunquenoquería,repetíaelrezolaico de los míos: dieciséis campeonatos de liga, ocho subcampeonatos, sieteamistososganadosaNewell’s,nueveganadosaCentral.MiabueloeraJoséManuelLupis, socio fundadorybicampeón.MipadreeraAntonioJoséLupis,héroede lasformaciones de la década del ‘50.Y yo era IgnacioLupis,marcador de punta queparticipó del descenso de Deportivo Esperanza en 1967. Tenía mucho frío y unasganas bárbaras de ponerme a llorar, perome contuve.Mi viejome había deseadosuerte en la cocina de casa, pero no había venido.Miré el banco de suplentes. Elarquerollorabaylosdemástratabandeconsolarloparaquenoloviésemos.Segoviapresenciabaelnaufragioadospasosdelalíneadecal,conlosbrazoscruzados.

PlantélapelotaenelcírculocentralylesaquéaSalvatierra,elnúmero5.Eraunpasedemediometro,peroleerrépordosylapelotaselallevaronlosdePodestá.EnotromomentoSalvatierramehabríaputeadocontodalarazóndelmundo,peroesedíanodijonadaysequedómirandolaestampidaderivalesquenospasabanporloscostados como un malón de ranqueles. Nos embocaron el segundo gol a losveinticincoydespuéssetomaronunrespiro.Setiraronatrásynosregalaronlabola.Esolesservíaaellosparatomaralientoyanosotrosnonosservíaparanada.ElarcodePodestánosquedabatancercacomolascataratasdelNiágara.Podíamosestarasínueveañossinconseguirhacerlesungolnidechiripa.

Volvieron a enchufarse al comienzo del segundo tiempo. Coparon de nuevo elmediocampoynosatacaronpordondequisieroncuantasvecesselesdiolagana.El3a0 fuea loscincominutos,yel4a0a losdiez.Miréhacianuestra tribunayme

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entristecí. Si habían venido sesenta, ahí no quedaban más de veinte. Y todavíafaltaban como treinta y cinco minutos de agonía. Y faltaba también volver en elmicro,yvolveralclub,yvolveralascallesdemipueblo,ypasaralahistoriaenelgrupo de los palurdos que lograron la hazaña feroz de mandar al Esperanza aldescensoporprimeravezensutrayectorialegendaria.

Peroalosdoceminutossediounajugadacuriosa.El4deellosrematódesdeelborde del área nuestra. Dicho sea de paso, a esa altura atacaban hasta con losmarcadorescentrales,porquesabíanqueéramostanpeligrososcomounbebéarmadoconunchupete.Lapelotapegóeneltravesaño.Picóeneláreachica,lacabeceódepalomita el número 9 y la estrelló en el palo derecho. El número 11 la tomó desobrepique,lediounsablazodescomunalylapelotadiodellenoenelotroposte.Laterminó sacando el 5 de ellos, que la quiso poner de emboquillada por encimadelarqueroperoselefueapenasporarriba.Lohorriblepasóenesemomento,porqueloqueseescuchódesdelahinchadadeellosnofueeltípico¡¡¡¡Uuuuuuhhhhhh!!!!quesedejaoírenesoscasos,sinorisas.Lostipossereían.Aesaalturanostomabanalajoda.Estabantanrelajados,tanseguros,tanasalvo,queloqueestabanviendoyanoeraunpartidodedesempateporeldescenso.Eraunnúmerodecirco,ynohacefaltadecir quiénes eran los payasos. Ni siquiera nos insultaban. Nos miraban casi conternura,comounomiraaunperritohaciendoalgunachambonada.

NosésiSegoviasintiólomismo.Peroalgolehabrápasadoaéltambiénconesasrisas.Porquesemetióunmetroadentrodelacancha,élqueeratanprudente,yselosacódeencimaaljuezdelíneaconunempujónquecasilosientadeculo,élqueeratan pacífico, y pegó un grito que sacudió los cielos, él que era tan silencioso:«¡¡¡AGUANTEN,MUCHACHOS,AGUANTEN…QUEESTOSPELOTUDOSELQUINTOGOLNOLOMETENNIMAMADOS!!!».

Yo lomiré, asombrado.Su cara oscura estaba roja de la bronca.El nudode lacorbataselehabíacorridoenelforcejeo.Lospelosengominadosselehabíanabiertoenunaespeciedeparaguasdesorganizado.Ycomoenesemomentonadiegritaba,suarengaseescuchóentodoslosrinconesdelestadio.

Miarquerometiróelbalónsobrelaizquierda,mientrasloshinchasdePodestásepreguntabanunosaotrosquéhabíadichonuestro técnico.Laparédeespaldasa lalíneaylabajémansita.El7deellossedispusoasacármelacomohabíahechocadavez que lo había intentado. Pero por primera vez en la tardeme animé.Hamaquéapenaslacinturaylaacariciéconlasueladerecha.Eltiposecomióelcañoypasódelargo. Sentí que el corazón empezaba a latirme de nuevo. Se dio vuelta como unatromba.Lolindodenotenernadaqueperdereseso,quedetrásdelaruinaseacabaelmiedo.Asíquelevolvíatocarlabolasuave,aunqueahoralotuvequesaltarparaquenomecepillara,porquemevinoconlostaponesdepunta.Giréymeencaréconel8.Eltiponoestabalistoparaqueleamagaraporafueraymeleescaparaporadentro.

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Levanté lavista.Estabael5conaspectodemuralla.Nonecesitépensarquéhacerparapasarlo, porqueconenorme felicidad, congigantesca alegría, condescomunalregocijo,sentíqueel7dePodestámeacababadehachardesdeatrásconunapatadaferoza laalturade laspantorrillas,porquesehabíaquedadocalentitoconeldoblecaño. «¡ASÍ, LUPIS, ASÍ!», saltó Segovia de nuevo. «¡ENSÉÑENLES A ESTA MANGA DE

YEGUAS!»DesdeatrásdelalambradolosdePodestáempezabanamirarlofeo.Para colmo de bienes, ellos tiraron un contraataque fulminante y la pelota le

quedóservidaal9paracocinarloanuestropobrearquero.Peroporprimeravezenelpartidoeldelanterotiróalbulto,apuradotalvezporiragritarleenlajetaelquintogolaSegovia.YcomotiróalbultocolaboróconelmilagrodequenuestroarqueroMartínez laencontrasey laembolsaraporprimeravezen toda la tarde.Cuandoselevantó,Martíneztuvolaocurrenciadequedarseconlabolabajoelbrazoizquierdo,mientrasconeldedoíndicedelamanoderechalehacíaelgestitodequeno,dequeno, de que no se lo había hecho, mientras sonreía como un arcángel. Segovia loaplaudióygritó:«¡DELE,ARQUERO,DELE,QUEESENOTIENEHUEVOS!»,conloquelogrócalentaratodoelbancodesuplentes,porqueeltécnicodePodestáeraprecisamenteel papá del delantero cuyas cualidades anatómicas había puesto en tela de juicionuestro ahora locuaz entrenador.A los veinteminutos empezamos a hacer tiempo.Nos soplaban y nos tirábamos.Nos rozaban y nos derrumbábamos entre gritos deagonía. Los tipos le vociferaban al árbitro que éramos unos tramposos y quedescontara.Yelgillesdecíaquesí,quesequedarantranquilosqueélibaaadicionartodo lonecesario.Yoyano tenía frío,ycuandoa losveinticincominutosel11deellossecomióelgolhechoporqueseenredólaspatasylapelotalequedóatrás,meleacerquéyledijequeeraunboludo,yeltipomeputeódearribaabajoyyoempecéasentirmecontento.

El técnico/padre gritaba como un poseído para que nos ahogaran en la salida.Segoviamásqueaindicacionessededicabaahacerbromassobrelascondicionesdelos contrarios, y se tuvoqueponeruna toalla en la espaldaporque losdePodestá,colgados del alambrado, le tiraban unos gargajos que parecían una lluvia demeteoritos.Pasamosunpardesofoconesmásalostreintayalostreintaydos,peroelcolmofueelpenalquetuvieronaloscuarentayuno.Enrealidadfuealostreintayseis, pero nos pasamos cinco minutos discutiendo como si fuera la injusticia másgrandedelplaneta.Elpobrewindeellosmostrabalostaponesdelbotíndenuestrobackestampadoscomounselloa laalturade lacanilla,perohicimosunquilomboinolvidable. Fue el único penal demi vida que vi rebotar en los dos postes y salirjustito para el despeje de un defensa. Lo abrazamos a Martínez como si fueseAmadeoCarrizo,yelpobre9seagarrabalacabeza.Alpasarmelereíenlacarayeltiponisiquierameinsultó,tangrandeeralaamarguraquetenía.

Losúltimoscincominutosfaltópocoparaquenoscolgásemosdeltravesaño,los

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onceenlínea.Segovianosdecíalosminutosquefaltabanpisandolalíneadellateral,yellinemanloobligabaaretrocederunayotravez,peroélselosacabadeencimayseguíaconesoycongastaralosdePodestáconqueelquintogolnolometíannienpedo.Elúltimominutonos lopasamos tirándolaal lateral,yellosapurándoseparasacar,ynosotrosreventándoladenuevoylostiposotravezadentro,ycuandosonóelsilbato fue todo rarísimo porque nosotros levantamos los brazos y los tipos sequedaronconlasmanosenlacinturayparecíaquelosquesehabíanidoeranellosynonosotros,yencimaSalvatierraqueesunturrosesacólacamisetayselaofrecióal5deellosdiciéndolequeselaregalabaparaquesesecaselaslágrimasdeamargo,ylógicamenteelotrolepusounamanoqueleaflojótresdientesyfuecomounaseñal,porquecuandolovimedivueltabuscandoaalgunodePodestáyjustoDiosmepusoenelcaminoal7esequemehabíabajadodespuésdepasarlodecaño,yleditiempoparaquearmaralaguardiaporquenuncamegustópegarleauntipodesprevenido,ydonde levantó los puñitos de escuálido desnutrido le surtí uno de los piñonesmáslindosquecoloquéenlavida,ysupongoquenosóloibadirigidoalnaboesesinoatodos losde lacomisiónya todos losviejosdelbufetya todos losdelpuebloyatodos los ilustres miembros de mi familia y a todos y cada uno de los dieciséiscampeonatosylosochosubcampeonatosylossieteamistososcontraNewell’sylosnueve contraCentral, y cuandome quise acordar eso era un revoleo de piñas quedaba gusto, y entremedio del quilombo lo vi a Segovia dándose con el padre deldelanterocuyosgenitalesnuestrocoachhabíapuestoenteladejuicio,ycomoelotroeraunursocomodedosmetrosmeleacerquéadarleunamano,ylopusimosfuerade combate el tiempo suficiente como para salir pitando para el lado del alambredondeestabanlosveinticincopatriotasquesehabíanquedadoahacernospataenelsegundo tiempo, que a esa altura estaban escalando el alambre para participartambiéndelsanodebatecívicoqueteníalugarenelverdecésped,ymeacuerdodequeSegovia sediovueltahaciami lado,mientrascorríamos,mesonrióymedijo:«¿Viste, pibe?Por suerte la vida esmás largaque la tristeza»,mientras seguíamosgalopandoconlalenguaafuera,yyosupeparasiemprequeteníarazón.

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ELRULOYLAMUERTE

Laprimera reaccióndelRulocuandoseencontrócaraacaracon laMuerteno fuetanto de pánico como de sorpresa. Se había levantado al mediodía, como casisiempre, y antes de almorzar ya se había puesto levemente en pedo. Comió poco,porqueelcalorenlacasillaeraagobiante,perolasedlehizotragarvariascervezas.

LaMuertenogolpeóa lapuerta,porsupuesto.Simplemente lediounempujónsecoquehizochillarlasbisagrasypenetróenlapiezaconpasodecidido.ElRulolavio de costado, iluminada desde atrás por el sol cruel de las dos de la tarde. LaMuerte lo buscó primero a la derecha, después giró hacia el otro lado y ahí loencontró,tiradoalabartolaenelsillóndestartaladoqueelRulousabaparamirarlatele.Aunquenuncalahabíavistoantes,nolequedarondudasdequeestabafrentealaMuerte, y por eso la sorpresa primero y el miedo después le borraron hasta elúltimovestigiodemamúadelasvenas.

Eraalta, ligeramenteencorvada,ysucabezaerauncráneogrisáceoqueparecíatenerunagrietaauncostadodelafrente,peroelrestodelcuerpo,pensóelRulo,eraun cuerpo cuerpo y no un esqueleto. Flaco, flaquísimo, pero un cuerpo con piel ypelos y forma de cuerpo. Su ropa llamaba la atención por lo extraña. Usaba unacamisa de vestir, sin corbata.Un sacogastado a rayasmarroncitas, unpantalóndejeangastadoenlasrodillasymocasines.

—Buenastardes—saludólaMuerte,yelRulorespondióenunmurmulloporquelo sobresaltó la voz ronca y gastada propia de un hombre, aunque uno hablasesiemprede«la»Muerte,comomujer.

ElRulotragósalivaypreguntóquénecesitabaelseñor.LaMuertesoltóunarisitaydijoqueeragraciosoesodellamar«señor»aalguienquetraeunacalaveraenlugardecabeza,perodespuéssepusoseria:

—Notehagaseltonto,Rulo,quesoylaMuerteyvengoabuscarte.—Mierda—alcanzóadecirelRulo,perodespuéssequedóensilencioporquele

parecíatododemasiadoraroypensóquealomejorsehabíaquedadodormidoyesoeraunapesadilla.

LailusiónoníricaledurópocoporquerepentinamentelaMuertealzóunabotelladecervezavacíaporelpicoylahizotrizascontraelvidriodelaventanitadelfondo,que también estalló en pedazos. No bien se apagó el estruendo de los vidrioscomenzaronaoírselasputeadasdelvecinoylassúplicasdesumujerqueintentabacalmarlodiciendoqueeldeadelanteeraunborrachoperdidoyquenolehicieracaso.LaMuertesevolvióhaciaélyhablómoviendoapenaslaquijada.

—Noseaspánfilo,Rulo.Nopuedeserunsueño.¿Ovosahorasoñásconruidos?ElRulotuvoquedarletácitamentelarazónporquesediocuentadequesiempre

teníasueñosmudos.LaMuertesiguió:

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—Yodiríaquenoperdamostiempoyvayamosprocediendo.—¿Loqué?—alcanzóapreguntarelRulo.—Hoytetocaavos,Rulo.Nosoy«la»Muerte,perosoy«tu»Muerte.Esdecir:

hoytetoca,¿quévasahacerle?—alzóloshombroscomodandoaentenderquenoeraalgotanimportante,ysesentóenlasillademaderaquehabíajuntoalapuerta.

ElRulotratódeordenarsusideas.—Atendeme. Atendeme un poquito —empezó diciendo, porque esas eran las

palabras que siempre usaba cuando necesitaba ganar tiempo—. ¿Cómo es eso demorirme?—Sepusodepie—.Mirame.Mirameunpoco.Sisoyunpendejo,fijate,unpendejo.Reciénenabrilcumplotreintaycuatro.Yestoyhechounviolín,macho.Enserio.

Mientras hablaba hacía ademanes rápidos, con las manos vueltas hacia sí ymovimientosvelocesde losdedos,enesegestouniversaldequienpretendequesuinterlocutorloobserveafondo.LaMuertecontestóconserenidad:

—Sí,Rulo,loquedecísescierto,digamos,pero…¿quétienequever?¡Otecreésquesoselprimeroenestirar lapataestandosanoy«hechounviolín»,comodecísvos!

ElRulovolvióasentarse,derrumbadoporeltonosereno,fataleinexorabledelaMuerte,quesiguióhablando:

—Bueno,sinosponemosestrictos todavía tequedaun ratito.Sesuponeque tetocamorirtealas4.03p.m.enelsemáforodelaruta.TetienequepisarunScania,uncamionazofrigoríficoquevaparaBahíaBlanca.Elmioncacruzaconluzverdeperovosnolovesvenir,cruzásmalytedejahechopapillaenelasfalto.

El otro palideció. Era cierto que dentro de un rato iba a cruzar la ruta porquehabíaquedadoconlosmuchachosenversedespuésdelasiestaenlacanchadelosmonoblocks.Seleocurriópreguntaralgo:

—Ahsí,decimeunpoco,y simepisa semejantecamionazo, ¿cómocarajomellevapuestosinqueloveavenir?Nopuedeser,macho.

—Perosí,hombre.Tegarantizoqueteatropella—ahoralaMuerteusabauntonodulcey ligeramentedidáctico—.Ocurrequea lascuatrode la tardevasaestar tanborrachoquevasasalirdelacasillayvasacruzarlavillacasisindartecuenta.Conelcalorquehace,porañadidura,tevasagastarlasúltimasmonedasenuncartóndevino frío quevas a comprar en el bolichedeChirinosy te lo vas a bajar en cincotragos.Cuandolleguesalbordedelarutavasatenerencimaunpedocósmico,simepermitíslavulgaridad.Yvasamandarteacruzarconelmismocuidadoconelquecruzaríasdelapiezaalpatio.Yahí,¡páfate!

LaMuerteremarcólaimagendelimpactohaciendochocarunpuñoenlapalmaabiertade lamano,yel chasquido lehizocorrer alRuloun sudor fríoque lebajódesdelanuca.Peroinsistió:

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—Ysielfatoesteesalascuatro,¿porquémevinisteaverahoraquenosonnilasdosymedia?

—Escierto,Rulo,esverdad—laMuerte torció loshuesosde lacaraen loquepretendióserunasonrisa—.Perotecuentoalgo.Sufroterriblementeelcalor,¿sabés?Yvosvistecómoestáhoy:sofocante,verdaderamenteinaguantable.Sesuponequetengo que apersonarme en el lugar de los hechos con una antelación mínima detreintaminutos.

ElRulofruncióelceñoylaMuerteaclaró:—Mediahoraantes,Rulo,mediahoraantes.Parapreparartodo,revisarlarutina,

evitar imprevistos, esas cosas. Pero tal como te he dicho sufro el calor demanerahorrorosa. Y la sola idea de pasarme treinta minutos ahí, al rayo del sol,calcinándomeconunasensacióntérmicadecuarentagrados,enelcrucedelaruta3,que no tiene un árbol ni por equivocación, y encima con el reflejo del pavimentodándomeenlasórbitas,esrealmentehorrible, imaginate.Demaneraquepenséquemejor loarreglábamosacá, en tucasa.Se suponequenopuedoalterar el esquemapero,aquíentrenosotros,¿quiénsetienequeenterar?Demaneraquevosnolevantásla perdiz y yo te proporciono un óbito tranquilo, cómodo, sereno, y te libro deldespanzurramientoproductodetucolisiónalcohólicaconelcamiónfrigorífico.¿Meseguís,Rulo?

El modo de hablar de laMuerte era tan razonable que el Rulo, a pesar de símismo,seencontróasintiendo,obediente.Peroseleocurrióotraobjeción.

—Momento,momento.Simematásenlaruta,¿cómovasaestarmediahoraenel semáforo con esa facha?Alguno se va a apiolar, disculpame, pero sos una cosamedioasquerosa,sinofender,claro.

—No,Rulo,másalládelodeasquerosaono,losdemásnovanaverme.Hoysoytumuerte,Rulo.Sólovospodésverme.Tampocoescosadeandarporahíespantandoamediomundocadavezquehayquebajarlelacañaaalguien,imaginate.

—Peroigualdecime…¿siemprevasvestidoasí?LaMuertenegómoviendoelcráneohacialoslados.—Nadadeeso,Rulo,enabsoluto.Nosvestimospara laocasión,generalmente.

Imaginate queme toque unministro, o un banquero, o algo de ese estilo.En esoscasosusoun trajenegroque,aunqueestémalque lodigayo,yno lo tomescomofaltademodestia,mequedaquenipintado.Parasituacionesmenossolemnesusounomarrónclaro.

ElRulomiróelatuendodelaMuerte,arrugandounpocolanariz,enungestodedisgusto.LaMuerteadvirtiósuexpresión,porquesiguióhablandoalgoofuscada.

—Yaséqueestoycasiimpresentable,Rulo.Perotenéencuentaelcalorquehacey…—pareció dudar sobre decir lo que realmente estaba pensando, hasta que sedecidióabruptamente—:Yaparte¿quéquerés?¿Vosteviste?¿Quépodéspretender,

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Rulo?Elaludidobajólavistaparamirarse.Teníapuestasunasalpargataschancleteadas,

unpantalóncortomuysucioyunamusculosamásmugrientatodavía.—Yotracosa—laMuertesiguiójustificandosuvestimentapaupérrima—,¿vos

visteloqueestu«humildemorada»,Rulo?Noteofendas,perovivísenunagujero.ElRulo,parasusadentros,asintiósinresistencias.Lacasillasecaíaapedazos.Se

la había prestado su hermano Lalo, dos años antes, apenas lo había echado laGraciela.Yalprincipioestababuena.NosellovíaporqueLalolehabíapuestounaflor demembrana, y también le habíamandado un buen contrapiso con carpeta ytodo.Lapuertaeradechapa,biengruesa.PeroenesosdosañoselRulohabíasidoincapazdeponerunpesoen la casilla.Cada cosaque sehabía ido rompiendo, asíhabíaquedado.Lapuertasehabíapicadotodadeóxidoporfaltadeconvertidoryeltechose llovíaen tresocuatrositios.Lalo lehabíadejado instaladoelmedidordeluz,perohacíamesesque lohabíandadodebajay sehabía tenidoqueenganchar.CuandoLaloveníaavisitarloaélledabaunpocodevergüenza,peroLaloeraunpandeDiosynuncadecíanada.SihastalehabíaconseguidotrabajoenlaobradeRamosMejía.NiesaexcusateníaelRulo.Hacíaunañoqueestabaconlaburofijoytodavíateníaparaotroañomás,porlomenos.Miróelrelojyvioqueerancasilastres,ysediocuentadequenoqueríaqueésafueralaúltimahoradesuvida.Siemprelehabíacostadopedir,perosesobrepusoypreguntóenunmurmullo:

—Ydecime,dígame,bah—titubeóunpocomás—,¿nohaymodo,yoquesé,deconseguirunpocomásdetiempo…?Algocomoparadespedirse,¿vio?Untiempito,nomás…

—Ay,Rulo,Rulo.Noesmi intenciónofenderte, enabsoluto,pero…¿paraquécarajoquerésmás tiempo, simedisculpás lamalapalabra?Vos sabés loque es tuvida,Rulo.Esunasco,muchacho,unvómitopordondelamires…

ElRulo lamiró con resentimiento.No le gustaba que hablaran de sus cosas, ymuchomenosquelevinieranconreproches.Siseguíadejándolahablar,esacalaveraibaaterminardiciéndolelomismoquelaGraciela,quejándosedequeeraunvagoyunborrachoquenoservíaparanada.

—¿Porquénotemetésentuscosas,pelotudo?—Ah,no,Rulo.Siteponésgroserotefulminoalaprimeradecambio,¿eh?Ya

que te estás sirviendo agua, ¿me das un vasito? La verdad es que estoy que mederrito.

CuandoelRuloseloalcanzóvioconunpocodeascocómolaMuertederramabael líquido en el agujero negrode sus fauces, abierto entre los dientes amarillentos.Cuandoterminódebeber,laMuertelealcanzóelvaso,lehizounamuecadesonrisayagregó:

—Bueno,Rulo,tenemosqueirprocediendo.

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—Pará la moto que recién son las tres, carajo —el Rulo estaba pálido—.Aparte…—dudóyporfinterminólafrase—apartemegustaríadespedirmedemischicos.

—¡Ja!¡Despedirte!¡Esasíqueesbuena!—laMuertesegolpeólosmuslosconlas palmas—. Olvidate, Rulo. ¿Te pensás que soy un encargado de relacionespúblicas?Ademásotracosa,muchacho:nolosllamásenlaputavida,disculpamelagrosería,nolosvasaverniporequivocación,¿yahoraqueréshacerteelemotivoyllamarlos?Noseassinvergüenza,Rulo,noseasdescarado,hacéelfavor.

ElRulosemordióloslabiosypensóquelaMuertedecíalaverdad,peroiguallamiróconodioporqueaborrecíaqueseloecharanencara.

—¿Y vos qué sabés? ¿Así que yo no tengo nada de bueno? ¿Quién te dijo,pelotudo,quiéntedijo?

—Momentito,Rulo,momentito.Yatedijequesitevasdebocatedejosecoacásintantadiplomacia,notepasésdevivo—laMuerteloamonestó,perosutonodevozeracasidivertido—.Ysinceramente,querido,sospatético,unasco,quéquerésquetediga.Vivísenunapocilga—laMuerteenumerabatomándoselosdedosdeunamanoconelpulgaryelíndicedelaotra—.Tegastásenchupicasitodoloqueganás,tumujerteechóporvago,atushijosnolespasásnilahoraytenéstrabajoporquetuhermanoLalo es un bendito y en la empresa lo quieren tanto que no se animan aecharte,queesloquetemerecésporquefaltáscadadosportresynosabéslevantarnidoshiladasdeladrilloscomoDiosmanda.

ElRulobajólosojos.Noestabatristeporquesefueraamorir,sinosobretodopormorirsesinemparcharnadadeloquelaMuerteledecía.

—Aver,Rulo, a ver, contame. ¿Qué sabéshacer?Perobien. ¿Qué sabéshacerbien,bien?Decimealgoenloqueseasbuenoenserio.

ElRulobajólosojos,enfurruñado.Sinolegustabaquelevinieranconreclamos,menos le gustaba que lo forzaran a hablar de sí mismo. Pero cuando la Muerteinsistió,sedecidióacontestar.

—Alfútbol.Alapelotajuegobienenserio.LleguéalacuartadeVélez.—Ah,¿sí?¿Ydequéjugabas?—laMuerteseguíaconsutonitodivertido.—Desegundomarcadorcentral.Siemprejuguédeseis.—¡Qué tierno,Rulo,qué tierno!—laMuerte lomiraba comoexaminándolo—.

Ahoradecime…¿nososunpocopetisoparajugardecentral?Digo,noteofendas,pero te veo un poco chiquito para semejante puesto.No sé, para ir de arriba, parapecharalosdelanterosrivales…Teveoalgolivianito,simepermitís.

ElRuloleclavólosojos.Esahijadeputanosóloveníaaliquidarlosinoquelogastabaconloúnicodeloquesesentíarealmenteorgulloso.

—Ah,bueno.Ahoravossabésdefútboltambién.Dejamedejoder.LaMuerteseincorporódesusillaconunrespingo.

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—Mirá,flaquito.Paraquesepasyonoestuvemuerto todalaeternidad,¿sabés?—Antesdeseguirhablandolevantóelmentón,desafiante—.Yestámalquelodigaperosiemprefuiunarqueromásquepasable,pornodecirrealmentebueno,pornodecirexcelente.

ElRulonotó,algosorprendido,quelaMuertesehabíacalentadoenserioconeseasunto. Entrecerró los ojos en el gesto que siempre hacía cuando tenía que pensarrápidoenalgomuycomplicado.Cuandosupocómoseguir,atacó:

—Bueh,no tequieroofender,pero laverdadesquepintadearquero, loquesedicedearquero,notenésniahí,macho.¿Quéquerésquetediga?

LaMuerteadelantólosbrazosconlasmanosalgolevantadas,enelgestodequienquieredetenerunadiscusión.

—Mirá,Rulo,nosigamosconesto,queyonovineadiscutirsinoallevarte.—Como quieras, como quieras. Yo no más te digo que tenés tanta pinta de

arquerocomoyodeastronauta.—Decíqueandamoscortosdetiempo,peronosabésconquégustoteharíatragar

tuspalabrasyesasonrisitapavotaquetenés,telogarantizo.—¡Eh, che, no te calentés, que no es para tanto!—Ahora era el Rulo el que

parecíaburlón.Perosóloparecía,porqueelcorazónlelatíacongolpessordosqueleretumbabandesdelospieshastalospárpados.Sesorbiólosmocos,queeraalgoquesiempre hacía para calmarse los nervios—. Vos decís que yo no tengo pinta demarcador central; yo te digoquevos en la putavidadebéshaber jugado al fútbol.Lástimaqueno tengamos tiempoparaundesafío…—respiróhondo.Ensumardenerviosestabasatisfecho,porqueeldiscursolehabíasalidodecorrido.

LaMuerte se puso de pie y se le acercó. Aunque empezó a temblar, el Rulosostuvolamiradaalaalturadelascuencasvacíasqueseleaproximaban.LaMuertesedetuvoadiezcentímetrosdesurostroylegolpeólanarizconunalientogastadoyfétido.

—¿Adóndequerésllegar,Rulo?—interrogóenuntonocasiíntimo.—Aningúnlado—contestóconsonrisainocente—.Tedigoundesafíoparaver

quiénesquién,nadamásqueeso.LaMuertesediovueltaycomenzóacaminarporelperímetrodelapieza,juntas

lasmanosdetrásdelaespalda.ElRulocerrólosojosporqueestabapensandomuchascosasjuntas.

—¡Ni lo sueñes,Rulo! ¡Ya sé para dóndevas, querido!—LaMuerte se volvióhaciaélysiguióentonodeburla,comoemulándolo—:«Siyoganovosmeperdonáslavida»¿Noeseso,Rulo?¿Vosquétecreés?¿Queyonacíayer?

ElRulonegóconlacabeza.—No.Tenésrazón.Nopuedesernunca.Caminó hasta la ventanita destrozada, empujó los vidrios más grandes con la

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precaucióndequeningunoseleclavaseenlasalpargatasyasomólacabezaalpasillodelavilla.Yasíasomadoterminóenunmurmullocasiinaudible:

—Cagón…AsusespaldaslaMuerteresopló,comoconteniendolabronca.—¡¿Qué dijiste?! —la Muerte apretaba las mandíbulas, irritada—. ¿Y a qué

querés jugarlo, si puede saberse?—siguió—. ¿Vamos a jugar uno contra uno? ¿OpretendésquearmeunequipodeMuertesparaenfrentarmeavosyatusamigotes?

—No.Másbienquetienequeseralgoentrenosotrossolos.—ElRulohizootrapausa.Experimentabalaextrañasensacióndesaberloqueestabahaciendo—.Unospenales,digoyo.Tiempoparaotracosanotenemos,porqueyasoncasitresymedia.Enlacanchitaquedaalasvías.Yaquesosarquero,nomevasadecirqueletenésmiedoaunpetisocomoyo,quenillegoatocareltravesaño,¿noteparece?

LaMuertevolvióacaminarinquietaporlacasilla.PorfinsevolvióhaciaelRulo,alzólamano,loseñalóconelíndiceyledijoentonoadmonitorio:

—Perfecto.Porpenales.Sivosganástedejotranquiloyacánohapasadonada.¿Ysiperdés,Rulo?

—Notejodomásymematásahínomásal toque.Nosvamosderechitoparalarutaynotehagomáshistoria.

—¡Ah,sí!¡Seguroquetelavoyadejarservidaenbandeja,pobredevos!—dijolaMuerte—.Siquerésapostar,apostemosenserio.

ElRulotragósaliva.—Siteganoyonosólotematohoymismo,sinoqueelijocómo.Ysisemecanta

uncastigomáshorriblequeeldelcamiónfrigorífico,telosurtocomosemeantoje.¿Quéteparece?

ElRulo semordió los labios.Volvió amirar a laMuerte.De entrada le habíaparecidoverquecojeabaunpocodelapiernaizquierda,yahoraquelaotrasemovíaagrandes trancospor lapieza confirmóesaobservación.Ademásel calor le jodía,ellamismalohabíadicho,ysehabíatomadocomotreslitrosdeaguaeneserato.Lemirólospiesydudóquepudiesepatearbienconesosmocasines.

—Deacuerdo.Cincopenalescadauno,ysihayempatesedefineunoyuno.LaMuerteletendiólamano:—Esun trato,Rulo.Lamentoque teempeñesen retrasarelmomentodepartir,

porquetevoyallenarlacanasta.ElRulono le contestó.Fue abuscarunapelota casi nuevaqueguardaba en el

primerestantedelarmario.MientrasrevisabaelestantepensóenlaslargaspatasdelaMuerte. Si los tiraba altos seguro que la muy turra llegaba cómoda. Pero si losesquinababien,arasdelpiso,delladoqueteníalarodillaresentida…

Agarró losbotinesdeun rincóny se los colgódelhombro.Sepusoa rezar ensilencio.Seacercóalapuertaylaabriódeunsacudón.Laluzvolcánicadelastresy

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media inundó la pieza. Le hizo un gesto a la Muerte para que pasara primero.Despuéssalieron.

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GEOGRAFÍADETERCERO

Apenaslavisentíquemehundíaenunaespeciedepozosinfondo,enunvértigodepiedras y plomos recién tragados queme llenaron el estómago.O tal vez fue unasensaciónmásbrutal,másprimitiva,másparecidaalmássimpledelospánicos.Ylootro:elpesoferozenlastripasyelvértigodeabismoaparecierondespués,cuandoelladesapareciódemivistaypudesentarmeenunbancodeeseparqueinmensoyquedarme con los ojos clavados en el pasto y la cara vacía durante minutosinterminables.

Ella ni siquierame habíamirado.Nome había visto, pero yome sentía comodesnudo delante de una multitud. Y lo peor de todo era justamente comprobar elpoder inmenso que, más allá de los años apilados unos sobre otros, esa mujerconservabasobremisemociones.

¿Y si me había equivocado? Sí, era enormemente probable. Debía haberlaconfundidoconotrapersona.¿Cuántosañoshacíaquenolaveía?Veinteaños,yesoesmucho tiempo.Yademásestaba lacuestiónde lasedades.Laúltimavezque lahabía visto yo acababa de cumplir los dieciocho. Y a esa altura —intentétranquilizarme— uno no tiene un cuidado excesivo en recordar fisonomías. Perosobre todo estaba la cuestiónde la edadde ella. ¿Cuántos añospodía tener ahora?Tratédevolvera1978:¿cuántosteníaesamujerenaquellostiempos?Yoleatribuía,entonces,setentauochenta;demodoqueahora,uncuartodesiglodespués,tendríaque ser casi centenaria. Entonces no teníamotivos para angustiarme: yome habíaconfundido y esa mujer no era quien yo había temido. Pero era un razonamientodemasiado frágil. Cuando uno es estudiante secundario todas las personas quesuperanlostreintaañosparecenflotarenunaancianidadvagaydistante.Entonces,sien1978esamujerteníacincuentaenlugardesetenta,laqueacababadecruzarmeenelhalldelhotelbienpodíaserlademipesadilla.

Algomuydentrodemímeinstabaacorreramihabitación,hablarconLorena,hacerlasvalijasyescapardeesesitio.Lorenatendríaqueentenderme:variasveces,duranteesaetapadelnoviazgoenlaqueunoestádispuestoacontarsuvidaentera,lehabíahabladosobreesamujerysobreelefectobestialquehabíaejercidosobremivida en la escuela secundaria. Tal vez mi esposa pusiese reparos a la huida.Seguramenteibaadecirqueyosoyunexagerado,unsentimental,unchiquilín,todasesas cosas que dice cuando mis impulsos la contrarían. Pero ahí sentado, con larespiración todavíaentrecortadapor la impresiónyeldisgusto,nomepreocupabandemasiado sus posibles reprochesmientras aceptase, aun a regañadientes, levantarcampamentoyvolveraBuenosAiresdeinmediato.

No obstante, si quería contar con unmínimo de argumentos para la tempestaddomésticaqueestabadispuestoadesatar,teníaqueasegurarmedequeesamujerque

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acababa de cruzarme en el hotel era quien yo creía que era. A regañadientes tuveentoncesque incorporarmeyatravesar elparquehacia el edificioprincipaldelqueprácticamente había escapado un rato antes. Lamujer queme había espantado ibahaciaelbar,demodoquehaciaallídirigímispasosconunapiedraenlagarganta.Ellugar resultóestarcasidesierto,cosaesperableenesamañana radiante.Muypocasmesasestabanocupadas.Enunrincón,cercadelventanalydeespaldasaunadelasmejores postales de las sierras, estaba sentada esamujer, de espaldas a la entrada.Leíaunlibroyapoyabalasiensobrelamanoizquierda.Ocupéunamesadetrásdeellaypedíuncafé.

Elprimerindicioquemesacudiófueelperfume.Apenasmesenté,megolpeóelmismo olor cítrico y penetrante que dejaba flotando en el aula, cuando recorríaamenazante los pasillos entre los pupitres.El segundo signo fue el golpecito tenazsobre lamesa.Noveíasusmanosperonohacíafalta.Mebastabael toqueregular,cronométrico, patibulario, que producía su lapicera fuente al toparse con la mesa.Cincosegundos.Cincosegundosexactosentregolpeygolpe,yentremedioapenasunsilenciodetumbas.

Meahoguéenunsudorhorrorizadoyquieto.Bajélacabeza,clavélosojosenmipropiamesaymiréelrelojdesoslayoconunsubrepticiomovimientodemimuñecaizquierda.Cuandotoméconcienciademisgestosmesentíunimbécil,porqueaunqueeraunterriblegrandulóndecasicuarentaañosacababadeadoptarlaactitudcorporaldelosquince,lade1978,ladetercerañodelNacionaldeMorón,ladelcuartobancodelafiladelaventana,ladelasdosprimerashorasdelosjueves,ladelaclasedegeografía,ladelatorturainterminabledelaprofesoraHildaCeruttideGonzález.ErasuperfumeyeralanucarectaconelpelocortoyeraeltoctocdesulapiceraParkerazulsobrelamesadeunhoteldelasierra,yeratanextrañovolveraencontrarlaallíluego de veinte años que hubiese sido para reírse a carcajadas si no fuera que enrealidadmedabanunasganasdellorarquememoría.

HildaCeruttideGonzálezyelpantanoterroríficodesusclaseseranelcompendioangustioso de todo mi horror de aquellos años de silencio y obediencia ydesesperación.Encontrarlaallíeracomovolveraesosdíasdeamargura.Desdequeuno entraba al Nacional en primer año le llovían las historias sobre esa mujerendemoniada. El espíritu se iba macerando en las anécdotas feroces de suscrueldades,desusdesplantesdehielo,desusataquesde ira,desusarbitrariedadesimpredecibles. Como ese engendro nos esperaba en tercero, teníamos dos añosenterosparaescucharsobreellayespantarnos,empequeñecernosydesearnacerdenuevoenotrouniversoquenolacontuviera.

Cuando el primer jueves demarzo de 1978HildaCerutti deGonzález ingresólentamenteenelaulayseparójuntoalescritorioynosmiróconlaspiedrasgrisesyheladasdesusojosymoviólevementelacabezahacialosladosabarcándonosenuna

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panorámicaacongojanteysuslabiossetorcieronenunamínimamuecadedesprecioysuspiróprofundamenteysediovueltayanotóenelpizarrónconsuhermosaletracursiva lasveintidós letrasdesunombrecompletocomounasentencia irrevocable,entendimos que todo lo que nos habían dicho y anticipado era cierto y que en elfondosehabíanquedadocortos.

HildaCeruttideGonzálezeraunamujercruel,despóticae inconformable,yenaquellosañosesascaracterísticaslavolvíanpocomenosquelaprofesoraperfecta;asínos lo hacían notar el rector y sus alcahuetes en cada oportunidad en que sepresentaba la ocasión de alabarla. Durante sus clases estaban prohibidas laspreguntas.Ni qué hablar de pedir permiso para ir al baño o de cuchichear con uncompañero.Dictabayescribíamos,hablabaycallábamos,gozabaysufríamos.Añosdespués y por casualidadme cayó en las manos un libro de geografía americana,amarillento y viejo, muy breve, editado en Chile. Al hojearlo descubrí, con ciertasorpresa, que podía anticipar renglón por renglón su contenido.El autor era un talBustamante y estaba impreso en 1942, y si podía adelantarme a cada oración erasencillamente porque para aprobar geografía de tercero con Hilda Cerutti deGonzáleztuvequeaprenderarecitardememoriadesdeelprimeroalúltimorenglóndemi carpeta. Descubrí así enmimadurez quemi carpeta no era sino la versiónmanuscritadeeselibrito.Aquellamujernosóloeracruelsinoademásunaignoranteque recitaba a su vez de memoria los párrafos de un antiguo librejo olvidado ysuficientemente ignotocomoparaquenadieadvirtiese lamaniobrayelplagio.Nomeatrevoadecirqueesovolvíaestúpidasucrueldad,porquesupongoquecualquiercrueldadesestúpida.Peroalmenosdiréquesuignoranciatornabaaúnmásestérilesacrueldad.

Siempre iniciaba sus clases tomando lección. Hacía las preguntas en voz baja,casienunmurmullo,yjamáslasrepetía.Nosconcentrábamosenesemurmullohastacasisentirdolorenlosoídos.Odiábamosalcompañeroquehicieracrujirelpupitreoque tosiese o se sonase la narizmientras nos tocaba el turno, porque si osábamospreguntar«¿Qué?»o«¿Cómo?»labrujaaquellaconsiderabaquenuestradistracciónmerecíaun1inapelable.Cuandomencionabanuestroapellidodebíamosponernosdepieyrespondersindemora.Sinossalíamosunapalabradeldictadoprevioestábamosperdidos.Sinalzar lavozdecíaotroapellidoyel aludidodebíaa suvezpararseycontinuar en el exacto punto de la equivocación del anterior.A los que erraban nisiquiera lesordenabasentarse.Era laúnicadecisiónquedejabaennuestrasmanos:podíamostomarasientoenseguidaopodíamosseguirdepieunrato.Aella ledabaigualporqueelaplazoyaestabaselladoensulibretayestábamosdesahuciadossindudasysinapelaciónposible.

Cuandosonabael timbrenosdedicaba laúnicasonrisade lamañana,yaunqueeraunasonrisahuecayextrañaeraposiblequeestuvieserealmentecontentaporque

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elrecreoerasumomentodegloria.Afirmabaelmaletínnegroenlamanoderecha,levantabaelmentón,dejabaquesucarasellenasedeunaserenasoberbiaysalíaalpatio.Creoqueeralaprofesoraquemástardabaenllegaralasaladeprofesoresylaque primero salía hacia el aula al tocar de nuevo el timbre, pero no lo hacía porpuntualidadsinoparaexhibirseantelamultituddepibes.Asupasotodoscallábamos,nosquedábamosquietos,bajábamoslosojosyapenassalíamosdesucampovisualnoslibrábamosdelaangustiaquenoshabíadejadosupresenciafugazcomentandoconel compañeromáspróximo laúltimade sus fechorías.Yella, estoy seguro, sederretíadeplacerenesosmurmullosquenutríanyengordabansuleyenda.Nadieseatrevíaaensayarnilamínimaburlaomorisquetaasusespaldas,porqueerasabidoqueteníaojosenlanuca.Dosilusoslohabíanintentado,unoen1969yotroen1976,y loshabíahechoexpulsar sinmás trámite.Despuésde rendirla sieteuochovecespudeaprobargeografíadeterceroyegresardelsecundario.Nuncavolvíaverla,hastaesamañanadesoladaveinteañosdespués;yahoralateníaadelante,másvieja,algomáscanosa,unpocomásflaca,peroigualdeopresivaqueentonces.

Traté de pensar. Era ridículo hablar con Lorena, hacer la valija y escapar delhotel, pero en mi desesperación se me ocurría que era una alternativa excelente.Tambiénpodíaahogarlaenlapiletadenatación,asfixiarlaensupiezaoprecipitarlaal vacío por un barranco, pero soy un tipo pacífico y el carácter no me da parasemejantescosas.

Paguéelcaféymepusedepie,empujandounpocohaciaatráslasillademadera.Elcrujidomeperdió.Haciendousodesusantiguosojosenlanuca,HildaCeruttideGonzálezsediovueltaymeclavólaspiedrasfríasygrisesyfilosasdesusojos.Lesostuvelamirada,noporosadíasinoporlasorpresadeverlavueltahaciamí.Peronoestaba preparado para lo que ocurrió después, porque casi en un susurro, con suspalabrascortasysuvozunpocochillonameestampó:

—¿Así que usted es de la zona de Morón? Yo también. Mire qué casualidadencontraraalguiendeallíenunlugartanlejanocomoéste.

Sentíquelaspiernasmetemblaban.¿Encimadetodoeraadivina?¿Cómohabíasabidosemejantecosaconsólomirarme?Almomentoentendí:yollevabapuestaunacamisetablancayrojadelDeportivoMorón,conescudodelgallitoytodo.Amíelfútbolmeinteresapocoynada,peromihijoestodounfanáticoymelaregalóparaNavidad, y yo la había traído cándidamente a ochocientos kilómetros demi hogarsóloparaqueesabrujapudiera identificarme.Le respondíatropelladamentequesí,que había nacido y crecido enMorón. Apenas concluí deseé habermemordido lalengua.

—¿Yenquécolegiohizoustedelsecundario?Guardésilencio.Eralaoportunidaddementirylibrarmedeella.Alfinyalcabo

noera tangrave.Había sidounaconversacióndemediominuto.Podía salir al sol.

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Podíacaminarhastaelarroyo.Podíaaflojarmenadandounbuenratoenlapileta.Enalgúnmomentome libraría de superfumepenetrante y de los alfileres de sus ojosgrises.Era la decisiónmás simple. Pero a veces la simpleza nome satisface.Casidesconociéndome respondí lentamente que era egresado del Nacional. La viejaacreciósuinterés.Soltólalapiceraymehizoungestoparaquelaacompañaraenlamesa.Eramiúltimaoportunidadparahuir,perosemecruzaronporlacabezadosotresdesuscrueldadesmássórdidas,ylascarasdemismejoresamigosdeentonces,yrechacélatentación.Leestrechélamano,ledijeminombreymesentéfrenteaella.

Nohablóenseguida.Setomóunminutoparavermeytratardeubicarme.Repitiómi nombre buscando una clave que le permitiera encasillarme. Me entristeció unpocoquenololograra.Así,eneseolvido,eracomosilahumillaciónylaangustiayel terror que esa mujer me había provocado en la adolescencia tuviesen todavíamenossentido,porquenisiquierahabíasidoalgopersonal,algopropio,algomío.Nome lo había hecho a mí; simplemente era uno más en un hormiguero de rostrosiguales y anodinos, y si ahorame había invitado a sentarme era seguramente paraescuchardemislabioselrecuerdodelterrorydeladesesperaciónydisfrutarporunmomentodesuantiguaybienganadafamadehijadeputa.

Sonrióapenasconuncostadodelaboca,ladeóapenaslacabezaysepresentó:—Bueno,lecuentoqueyosoyHildaCeruttideGonzález.No dijo más. Yo sentí que sólo faltaba el sonido de la tiza contra el pizarrón

dibujando las veintidós letras de su nombre.No dijomás y se limitó a esperarmireacción. Era evidente que la soberbia no la había abandonado.No dijo que habíasidoprofesora,nicuálera lamaterianielcursoenelquehabíadictadosusclases.Sabía que no hacía falta y que su tenebrosa celebridad podía prescindir de lasaclaracionesalasqueseveobligadalamayoríadelosmortales.

Yosoydeesaspersonasquesuelenlamentarsedelascontestacionesquedanydelas reacciones que tienen. Cuando discuto con alguien, cuando alguna personametratacondescortesía,cuandoalgunosepasadepiolaysemeadelantaoseburlademí, suelo ser tímido, corto, torpe, y nunca elijo las respuestas adecuadas. Porsupuestoquedespuésmearrepientodemiestupidezysemesuelenocurrirrespuestasingeniosascapacesdedesarmaramisrivales.Peroestarde.Nuncasemeocurrenenelmomentooportuno.Lorarodeaquelencuentrofuequeelmodoenqueactuéfuetanespontáneocomosiempre,peromuchomenostorpequedecostumbre,comosideprontohubieseaprendidocómotratarla.Cuandolamujercallóysededicóaesperarmi reacción sostuve su mirada, sonreí también imitando su mueca y me limité apreguntarle:

—¿Perdón?La vieja tuvo un ligerísimo sobresalto pero se compuso.Ya no sonreía cuando

repitió:

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—HildaCeruttideGonzález.Entrecerrélosojos.Sonreímásfrancamenteymovíligeramentelacabezahacia

adelante,comoinvitándolaaquesesoltaseyhablaraconcomodidad.Peropermanecímajestuosamentecallado.Ladamaempezabaaparecerimpaciente.Disparóunafrasebreve y cortante, como si no estuviese del todo dispuesta a transigir con miimbecilidad:

—Laprofesoradegeografíadeterceraño.—Ah…—fuetodamirespuesta.Memordíbrevementeellabio,conlosojostodavíasemicerrados,mientrasseguía

observándola,comohaciendounesfuerzopor recordarla.Mantuvemi sonrisa leve,unpocoporqueconveníaamipapeldehacermeelotarioyotropocoporqueverlaincómodaeraunasensaciónnuevayagradable.Cuandohablósusojosparecíanmásfríosquenuncaysus labiossehabíanpuesto rígidosensucaracterísticamuecadedisgusto:

—¿EnquéépocaestudióustedenelNacional?—Del‘76al‘80,¿por?—Bueno—lamujervaciló—,porqueenesosañosyodictabaclasesentodoslos

terceros…—Comprendo,comprendo.Nodijemás,porqueelsilencioquesiguióeraembarazosoyamímeencantaba

queresultaraasí.Alverlatantensameenvalentonéyseguí:—¡Quéraro!¿No?Porqueconmiscompañerosnosreunimostodoslosaños—

mentí—.YcasualmentehicimosunacenaparalasFiestas—seguímintiendo—ynospusimos, naturalmente, a recordar anécdotas del colegio, usted sabe: chiquilinadas,líos,personajesdeentonces—culminémifábula.

—Claro, claro, por supuesto—aunque trataba de que no se le notara, la viejaestabaansiosaporconocersupapelenesosrecuerdos.

—Siempre somos losmismos, ¿sabe?Unosveinte.Nocreoqueusted recuerdelosapellidos.SiemprevanArispe,Butelman,Zelaya,Rincónyalgunosmás.

—Sí,sí,claroquelosrecuerdo.«Seguroquetelosacordás,viejaturra»,penséparamisadentros.Habíaelegido

losapellidosde los tiposmásdestacadosdelcurso,oporcapacesoporalcahuetes,peroesosapellidoscélebresque todos losdocentes recuerdanpor años, comoparadarverosimilitudalengatusamiento.Mereítímidamente,conlamiradaperdidaenelventanal,comoquienrecuerdaalgomuygracioso.

—Tantosrecuerdos, tantagente.Deboconfesarlequeaunoscuantosprofesoreslessacamoselcuero.Seimagina,¿no?

La vieja pareció recuperar algo de aquella gallardía sanguinaria con la querecorríaelpatioduranteelrecreo,mientrascosechabamurmullosypánico.Peroyola

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teníaenunpuñoynoestabadispuestoasoltarla.Hablédetodoslosprofesoresquepude.Mencionéalosviejosvenerablesyaalgunosjovencitosyjovencitasalosquemetódicamentehicimos la vida imposible.Evoqué a unospor su sabiduría, a otrospor su rigidez o por su mal carácter. A medida que hablaba sentía una sensaciónextraña. Me sorprendió notar con cuánto detalle los recordaba a todos, con susnombresysusrasgosysuscosas.Eracomosi,unavezlevantadalalápidadeaquellaancianaodiosa,losotrosrecuerdosdemisecundariolograransalirenlibertadufanosysimples.ParaterminarhablédeAguirre,eldeliteratura,queeraunmaestroentodoelsentidode lapalabra,y laemociónquemeasomóa losojosfue tansinceraqueestuveapuntoderematarsuevocaciónconun«exigente,sabioyamistoso,ynounhijodetalporcualcomousted»,peromecontuveatiempo.

Cuando callé la vieja tardó en hablar.Al fin lo hizo, y su voz eramuchomásopacaquealcomienzo.

—Veoquetienegrandesrecuerdosdelcolegio,muchacho.—Sí,sí,señora,muchosrecuerdos…—ycomosimehubiesepercatadodeuna

groseríameapresuréaagregar—:Aunqueahoraquelopienso,creoquerecuerdoqueusted fuenuestraprofesora…—pusecaradeestaresforzándomeenel recuerdo—:En primero y segundo tuvimos aTolosa, en cuarto aNicotra… ¡Claro! Sí, señora,cómo no, ahora me acuerdo de usted, por supuesto, Hilda Cherriti de González,seguro…

—Cerutti. Cerutti, no Cherreti —aunque la vieja me corrigió sonriendo, eraevidentequehubierapreferidoacogotarme.

—Cerutti,perdón,porsupuesto.Miré el reloj, pero ahora lo hice ostensiblemente, con ambos brazos apoyados

sobreelpupitre,digo,sobrelamesadelbar.Sihubieseestadomenoseufóricohabríanotadoqueeraelmismoreloj—regalodemiabuela—queintentabaespiarduranteel tormento sin fin de las clases de la vieja, pero en esemomento sublime nomedetuveaconsiderarelaspectosimbólicodelgesto.

—¡Quéhorasehahecho,señora!—Apropósitonolahabíallamado«profesora»entodalaconversación.Meincorporéyletendílamano.Cuandoestrechélasuyalanotéfríayhúmedadetranspiración.

Salí.Caminéporelparquerodeandoeledificio.Ladiviséa travésdelventanalqueseabríasobreelpaisajedelasierra.Ellahabíavueltoaabrirellibro,peroteníalosojosfijosenlamesadelcostado.Yanomarcabaningúnpunteoconlalapicera,que descansaba junto a su mano, y tenía una expresión terriblemente sombría ycansada.Parecíamáspequeñaymásviejaqueunahoraatrás.Estoysegurodequeelmozo, que se acercó a cobrarle en aquel momento, no habrá sentido ningunafraganciacítricaypenetrante.

Medivuelta,caminéhastaelarroyo,mesentéenunapiedragrande,hundí los

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piesenelaguaclaraysonreí,porquemeacordédemiabueladiciéndomequeparaalgunosmalparidosnohaymejorcastigoqueelolvido.

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FOTOSVIEJAS

Mirarfotosviejasconstituyeunpasatiempopeligroso.Esciertoque,aprimeravista,pareceunaactividadinofensiva.Peroestalvezallí,ensuaparentecandidez,dondereside buena parte del riesgo. La situación toda habla de la parsimonia, de lanostalgia,de lamansedumbre,ynoparecequebajoesadulzurapuedanagazaparseamenazas.Perolohacen,yvayaquelohacen.

Para contemplar viejas fotografías uno necesita cierta disposición de ánimo.Difícilmenteemprendalatareaalvolverdeunpaseodichoso,orodeadodelbulliciodelafamiliaenplenoenundíafestivo.Nadadeeso.Unotienequellevarenelalma,enelmomentodeladecisión,unaextrañaconjuncióndenostalgiayderecogimientoydeunnoséquédetristezaydealgoperdidoquebuscaasirnuevamenteentresusdedos.¿Paraquémiraunofotos,sinoesparamejorejercitarydirigirlafacultaddelamemoria?

Latareadecontemplarfotosexige,asimismo,unaexclusividadinmaculada.Unono puede ver fotos viejas mientras escucha un partido de fútbol por la radio, nimientrasalmuerzaunbifedechorizoconpapas.Ynosóloportemoraengrasaresospapeleslustrosos.Simplementesetratadeincompatibilidadesevidentes.Poresounodejarátodaotraactividaddelado.Nadadetelevisiónnideensaladamixta:apenasunsillón bien iluminado. Como mucho, una música tenue capaz de reforzar ciertosefectos,peronadaqueseademasiadoporsímismo,nadadistractivo,nadacapazdetorcernuestrosojosynuestroespíritudeesootroquesí,deesootroquenosconvoca,deesosrostrosquenosmiranensilencio.

Ydigorostrosporquefotos,fotospropiamentedichas,fotosenelsentidocabaldelapalabra,sonaquellasqueretratanapersonas.Fotossonporqueatraparonalagentey la fijaron como estatuas en dos dimensiones. Nada de cataratas ni demontañasnevadasnidemaresgrisesyestáticos.Esassonsimplespostalesynocuentan.Niauncuando haya alguien posando en medio de paisajes gigantescos. Porque ahí laspersonas sonexcusas, simplesextrasqueestánpara justificar lootro,oparadar larealdimensióngigantescadelacatarataodelamontañaodelocéano.

No.Nadadeeso.Fotos-fotossonlasdelagente,dondeelfondoquehayatrásessimplementeeso:unfondodetrásdeloimportante.Fotosderostrosquemiranenlacándidaingenuidaddedesconocerasuinterlocutor,eseotromudoqueesunoyquelosobservadesdeelsillónbieniluminadosinotralaborqueesadeexplorarlos.

Ver una foto significa trampear subrepticiamente al tiempo. Una foto es unaventanaaotropresente,aotromundo,aotravida.Siunomiraunafotoaconciencia,deinmediatodebeimaginarelmomentoenquelatomaron.Debeevocaralfotógrafo,alosposiblestestigos,alosprotagonistas.Debepensarenlosrápidospestañeosqueprecedierona la toma,enlasrespiracionescontenidas,enlossonidosdelambiente,

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enelpensamientode«Cómosaldré,cómomeveré,quétanlindoofeoquedaréaquícongelado».

En lopersonal, cuandomiro fotografías soymásambicioso.Me imagino lisayllanamente la vida. Porque una foto es eso. Es la vida como era entonces. Porsupuestoquenohablodelafotodelmesnidelañopasado.Hablodefotosenserio,olasqueparamísonfotosenserio.Fotosde…yoquésé,treintaañosparaatrás,porlomenos.Porquelasquecuentansonésas.Esasquetehablandesdeunavidaqueeraotra, otra totalmente distinta, donde elmundo era otro, y el sol que les pegaba decostado y les dejabamedio en sombra un lado de la cara también era otro, y esamagnolia que se ve borrosa en segundo plano hace años que se secó para siempreapestadaporunpulgónquenohubomaneradesacarle,yelcolectivoquenoseveperoquepasadetrásdelamedianera(yquehacequelanenadelafotoentrecierreapenaslosojosaturdidaporelruido),haceañosquedejódeandarporquenisiquierasirve para usarlo de reparto de verduras, tanto tiempohace de aquella tarde de solbrillante.

Esqueunopuede(enrealidadunodebe)seguirhundiéndoseenlaobservación.Porquetienequellegaralacomprensióndequeesemundoeraotroporquepensabanenotra cosa. ¿Enqué ibanapensar?Si sumundoera ése.Esequeno sabía cómoprevenirlapolio;oeseotroquellorabaaKennedyyleteníaunmiedopavorosoaltriunfomundialdelcomunismo;oaquelquecontabalosdíasparaquePerónvolviesea arreglar todo de una vez y para siempre; o el mundo que decía mirá vos, québárbaroelMundial;oeldenosabés,vieja,alafábricaestántrayendounasmáquinasnuevasquesonbárbaras,hacentodosolitas.

Ellosmiran,silenciosos,engeneralsonrientes,casisiempreconcaradeingenuos.Claro,pobres incautos,sinotienenlamáspálidaideadeloquevaavenir.Opeortodavía(yesoesloverdaderamentedramático):ignoranqueloqueellostemen,quelo que ellos saben, que lo que ellos sueñan, que las cosas y los miedos y lascertidumbresquepueblansusvidasyapasaron,yaseacabaron,yasefundieronenelpolvo.DesconocenlasencillaverdaddequeelmundoquevivieronnoeraElmundo,sino simplemente unmundito fugaz, unmunditomodesto, un chispazo tan volátilcomo el fogonazo de luz que los plasmó en esos papeles lustrosos que hemosderramadoanuestroalrededorsobreelampliosillóndelliving.

Yaquíesdonderesultainútilyredundantequesiga.Porqueelsimpletranscurrirdenuestropensamientonosconducealaevidenciaabsoluta,alcorolarioineludible,ala certezadolorosaquenosdicequenosotros tambiénpoblamosciertas fotos.Queallíyacemos,ennuestrasestatuasplanasymodestas.Convencidosdelenormevalor,de la importancia indiscutible,de la trascendenciaprofundadenuestrorespectivoyminúsculomundito.Estequenoeseldenuestrosmuertos,yqueparecetanfirme,ytanimportante,ytandefinitivo,yquesinembargoterminarásiendopartedelmismo

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polvoquenuestroshuesos.Quedaránlasfotos.Ellassíhandetrascendernosenalgúncajóndelacómoda.Ytardeotempranollegaráeltiempodequealguiennosexhumeynosveaasí:silenciosos,convencidos,sonrientes,descorazonadoramenteingenuos.

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EPÍLOGO:MITOYREALIDADSOBREELDOSACERO

Unadeesasfraseshechasdelasqueelfútbolestállenoesesaquedicequeeldosacero es unmal resultado. Según los que así razonan es malo porque si el equipocontrarioanotaungol, losnerviosharánestragosenelánimode los jugadoresquevan ganando. Y muy probablemente terminen empatando, o aun perdiendo esepartido.Enesecaso,ysegúnunalógicaalgoestrafalariaperoalparecergeneralizadaentrequienescultivanestedeporte,eloprobiodeladerrotaserápeorquesihubiesenperdidodosaceroodosauno,comosifuesedecobardes,depocohombres,sufrirunaderrotaluegodehaberobtenidosemejanteventaja.

Amí nome resulta una línea argumental del todo convincente. Siguiendo eserazonamiento:¿espreferibletenerunsologoldeventaja,paraquealprimerdescuidoteempatenelpartido?¿Noestaránmásdesesperadoslosrivalessisondosgoleslosquelosseparandela igualdad?Insisto:elasuntonoterminadecerrarme.Yotengootravisióndeldosacero.Vistodeotromodo,eldosaceropuedeserunresultadohermoso.Oalmenos,ciertaclasededosacero.

Permítasemeexponerelcaso:supongamosunodeesospartidoschivos,trabados,difíciles, en los que el equipo propio va ganando uno a cero pocomenos que pormilagro.Uno loobserva,preferentementeen lacancha (puede serpor televisión,oescuchándolo por radio, pero digamos mejor que está viéndolo en la cancha). Enverdadtalvezmásquemirarloloespíaconlosojossemicerrados,porquetemequesilosabredeltodoquedecondenadoaverelgoldelempatedeellos,lapuchadigo.Lapelotapegahastaenlosganchosdelared,peronoentra.Unoseconvierteenunserlloriqueante y lastimoso. Por fuera no, porque seguro que hay alguien adelante ytampocoescuestióndeperderunprestigiobienganadodefutbolerocurtido.Unonopuede hincarse de rodillas para rogarle alAltísimo que los fulmine a ellos con unrayo,oquelespongaalasalosnuestros,oquesesuspendaelpartidoporterremoto,mientrasmoqueaconvozadolorida.Peropordentrounohacepromesas.Prometesermásbueno.Promete enojarsemenos con el prójimo.Ser buenpadreybuenhijo ybuenesposo.Prometedisfrutardelavidaydelaspequeñasalegrías,peroempezandoporésta,Dios,porloquemásquieras,quenonosempaten.

¿Comprendeellectorelcontextosugerido?Bien.Continuemos.Supongamosquefaltan dos o tres minutos. Ni cinco ni uno, que quede claro. Faltan dos o tres. Ynuestroequiporecuperalapelota,luegodeveinticincominutosdeverlapasarcomosi fuera un meteorito en llamas. Y, cosa extraña en los matungos que tienen elprivilegio de vestir esa camiseta (que uno se pondría no ya digamos gratis, sinopagando encima), salen con pelota dominada. Asombrado, uno nota que parecen,súbitamente, haber recordado que el otro equipo también tiene un arco, porque se

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dirigenhaciaélavelocidadrespetable.Coronemosnuestrahipótesisimaginandoque,enunalardedemaestría,nuestrosjugadoreslogranorganizarloquetécnicamentesedenomina «contraataque» por primera vez en una década. Y la embocan.Supongamosquesí,quelaembocan.Naturalmenteunosaltará,gritaráhastaquedarsesinvoz,seabrazaráatodoloquesemuevaasualrededor.

Y cuando por fin uno se siente, cuando vuelvan los otros a sacar desde elmediocampo,cuandointenterecuperarelaliento,empezaráaexistir,apalpitar,aser,eldosacero.Faltandosminutos,no loolvideel lector.Demodoqueunonovaapreocuparse porque el nueve de ellos se acerque al área. «Déjenlo, déjenlo quepruebe»,pensará,generoso.NisepreocuparádequeelárbitrocobrelateralparaellosaunquesehayavistodesdeKeniaquelapelotapegóúltimaeneldelantero.Unoloperdonará,dulce,talvezrisueño,porqueerrarehumanumest,ypobreotarionosabeloquehace,poresoesárbitro.Unoalzarálosojoshacialatribunarival,veráaloshinchasylosconsideraráconrespeto.Esos,quehastahacecincominutosrecibíandeuno sólo feroces insultos, horrendas imprecaciones, sórdidos desafíos, burdasamenazas, se le antojarán ahora dignos varones, meritorios adversarios, altivosescuderosdeotrafetanmeritoriaydignacomolapropia.

Yasí,mientraslapelotadeambuleporelmediocampo,mientraseltécnicodelosnuestros se ponga de pie sacando pecho, mientras los contrarios se afanen porapresuraruntirolibreinofensivo,unosevaaestirarenelasiento,vaasuspirar,vaasonreír al aire, gratuitamente, nomás, y va a experimentar la sensaciónmórbidadequeestáhecho.Elpasadoenelqueunosufríacomiéndoselasuñasyanoexiste.Elfuturo,esefuturoenelqueelreferívaaterminarelpartido,nolonecesita,nolehacefalta. ¿Hayalgo tan lindoen lavidacomononecesitarnadamásque loqueya setiene?

No sé cuantas oportunidades le ofrece a uno la vida para sentirse totalmentetranquilo,absolutamente feliz,completamenteseguro, inquebrantablementea salvo,comoenlosbrazosdesuvieja,odelamanodesuviejo.Yoconozcoésa.

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EDUARDOSACHERI.Nació enBuenosAires en 1967. Profesor y licenciado enHistoria, ejerce la docenciauniversitaria y secundaria.Publicó los librosde relatosEsperándoloaTitoyotroscuentosdefútbol(2000),Teconozco,Mendizábal(2001),Loraroempezódespués(2004),Unviejoqueseponedepie(2007),ylasnovelasLapregunta de sus ojos (2005) y Aráoz y la verdad (2008). Colabora en diarios yrevistas nacionales e internacionales.El secretode sus ojos fue llevadaal cineporJuan José Campanella y se convirtió en una de las películas más exitosas de lahistoria del cine argentino, distinguida con numerosos premios—entre los que sedestacaelOscaralamejorpelículaextranjera(2010)—,ysuguiónestuvoacargodeSacheriyCampanella.AráozylaverdadfueadaptadaalteatroporGabrielaIzcovichy protagonizada por Luis Brandoni y Diego Peretti. Sus narraciones han sidopublicadasenmediosgráficosdeArgentina,ColombiayEspaña,e incluidasporelMinisteriodeEducaciónargentinoensuscampañasdeestímulodelalectura.Suobrahasidotraducidaamásdeveinteidiomas.

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