Lo que botamos a la basura

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1 LO QUE BOTAMOS A LA BASURA

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Yenfren es un joven desempleado y sin mucho que hacer. Un mal amor y la ciudad lo llevan a emprender un viaje lleno de aventuras y personajes coloridos.

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    LO QUE BOTAMOS A LA BASURA

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    A mis paps.

    Este frentico deambular tiene que terminarse. Debemos llegar a algn sitio, encontrar algo.

    Jack Kerouac

    Isaac Esquivel

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    Se lo atribuyo a la falta de ocupacin y a este desempleo crnico. Tambin a la falta

    de iniciativa y a la incapacidad de visualizarme. La juventud tambin tiene su parte en esto,

    y el tiempo qu pasa tan rpido. Pero sobre todo a m, y slo a m, porque puede que nada

    de lo que aparezca aqu sea real o haya pasado en verdad, o puede que unas cosas si y otras

    no. Es mi trastornada percepcin de las cosas.

    Para empezar debo decir que sobre todo necesitaba aire, necesitaba sostenerlo hasta

    sentir la cabeza a punto de estallar, necesitaba botarlo lento y no pensar. Estaba harto de

    estar toda la vida en el mismo lugar. Estaba harto del cielo gris de Bogot. Las montaas

    haban perdido su gracia. El sol hace rato no sala y slo haba nubes y charcos.

    Quera empezar de cero y ser otra persona. Dejar todo atrs y no ver ese cielo y

    pensar que va llover y que voy a tener fro o que las medias se me van a mojar. Quera ser

    un vagabundo, un perdido en la carretera, un fantasma al acecho, un personaje de una

    pelcula pero las cosas no pasan as. Adems no tena un cagado peso encima, a duras penas

    lo del bus. Tena que seguir siguiendo yo, no haba de otra.

    Lo primero era conseguir un trabajo. Mientras tanto mis das eran sencillos, caban

    en una sticky note. Despertar entre nueve y nueve y cuarto, desayunar. El desayuno era una

    tarea que vena desde la noche anterior.

    Maana quiero pancakes.

    Maana calentao de frijoles.

    Maana jugo de mandarina.

    Maana tostadas a la francesa y al otro da, un vaso de leche y una galleta blandita,

    nunca es como uno quiere.

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    Despus ojeaba al peridico y volva a la cama. Prenda el computador y perda la

    maana en Internet: revisar el correo, ver culos, chatear, ver tetas, chatear, ver coos.

    Hola, qu haces? es Celeste.

    Revisando el correo en realidad estaba esperando a que se conectara, mientras

    me distraa bajando msica o leyendo reseas de pelculas. Cualquier cosa me ayudaba a

    lidiar con el desempleo y la angustia de tener que aceptar que Celeste no era para m. Haba

    das peores. Despus perda el control y la angustia me consuma, iba al bao, volva,

    revisaba el correo de nuevo, abra las persianas y todo segua igual. Segua siendo yo y

    segua siendo mi vida.

    T?

    Trabajando Intentaba hablar bien con ella pero no poda, tena que ser seco y

    dejar salir las cosas no? Tena que joderla, era lo normal, entonces trataba de ignorarla y

    pensar en otra cosa, pero su nombre apareca en todo lado.

    Panadera Celeste.

    Galletas Celeste.

    Resignado volva al Messenger a terminar las mismas conversaciones de todos los

    das, a las mismas palabras y las mismas respuestas.

    Qu vas a hacer?

    No s.

    T?

    Voy a verme con mi hermano, tengo que ayudarle con el bar.

    Y bla, bla, bla.

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    Todo el mundo tena cosas que hacer menos yo. Todos iban al odontlogo, a clase

    de yoga, a tomar onces donde la abuela o la universidad. Yo segua en mi casa empijamado

    esperando algo que no iba a pasar.

    Mientras el dinero, el trabajo, el triunfo, el reconocimiento y la autoestima tocaban

    la puerta de los dems, yo lea sobre Fatty Arbukcle. Mientras los dems sacaban pecho y

    hablaban de los sitios a donde haban ido de vacaciones, yo pensaba en qu palabras decirle

    a Celeste. En mi mundo, el que me toco vivir, hacer algo era escribir una lista de cosas con

    el fin de sentirse til. Y as todos los das: inventando, escribiendo y tachando. Yo tambin

    tengo la ma.

    Pasado mi rato de fastidiarme por Celeste y esa rutina que tenamos me daba un

    bao. El agua corra y el tiempo pasaba. qu putas? qu piensa? Era el momento de

    recriminaciones. De sentirme como una cucaracha y pensar en todas las malas decisiones.

    La piel se me llenaba de arrugas y mi mam me gritaba que saliera, que el agua no es gratis.

    Nada es gratis. As llegaba el almuerzo, frente al televisor viendo noticias en la cocina,

    esperando que pasaran los deportes. Despus del almuerzo vena la tarde, era el momento

    ms duro, senta ganas de hacer algo pero ni idea qu. Luego tocaba el bajo, o mejor,

    trataba de tocarlo, era muy malo. Lo importante es matar el tiempo. Cuando el sol se

    asomaba me daba nostalgia, sin ninguna razn, a lo mejor era porque en ese momento no

    tena nada y esas cosas duelen. Qu buen da para estar encerrado pensaba.

    La noche me sorprenda viendo South Park. Revisaba los nombres en mi telfono

    en busca de cualquier razn para salir. Una exposicin de arte. Un cumpleaos. Un triunfo

    ajeno, cualquier cosa era vlida.

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    Lo nico que haca era deambular sin rumbo por calles oscuras y orinadas. All,

    todo desapareca, en las calles donde los ladrones corren entre los carros escapando de sus

    vctimas, donde los nios vendedores de rosas apualan a jvenes promesas del diseo,

    donde el vicio es amo y seor de las emociones, all era donde mejor me senta. Yo era de

    los que miran los accidentes y no tiene afn.

    Para resumir, sta es mi lista:

    Desayunar

    Internet

    Baarme

    Almorzar

    Televisin

    Calle

    Una vida ordinaria y rutinaria, como cualquier otra. Pero era mi vida y no era nada

    feliz. Necesitaba algo de orgullo.

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    Celeste Len era su nombre. Meda un metro y sesenta y tantos centmetros. Ojos

    grandes, verdes o cafs dependiendo de la luz, labios delgados, pelo liso y rubio, tetas

    grandes, caderas generosas y cara de yo no fui. Cuando la conoc viva con sus paps y su

    hermano por la ciento diez y seis con autopista, detrs de Locatel, al lado de la Mansin

    Dorada. En una casa grande, los muebles estaban cubiertos con trapos. En la entrada haba

    un jardn y su cuarto daba contra la calle. A una cuadra haba un parque, en el centro creca

    un rbol que pareca tejido de araa. En ese parque la esper una noche entera, se qued

    dormida con el televisor prendido y no se despert. Lloviznaba, era viernes. Estaba sentado

    en una banca de madera, la llam varias veces, pero no contest. Fui hasta su casa y le tir

    piedras en la ventana, tampoco se dio cuenta. Ahora que lo pienso parecen intentos

    desesperados por evitar lo inevitable.

    Ahora vive sola en el Centro. Sus padres se fueron a vivir a Mariquita y le

    regalaron un apartamento, un piso diecinueve por el Parque Bavaria. Su pap es un hombre

    muy viejo y con muchos problemas de salud: no puede subir escaleras, slo ve por un ojo,

    est mal de las rodillas y mil cosas ms, necesita del calor para funcionar. Es militar

    retirado y un mujeriego que slo sent cabeza con la vejez y las enfermedades. Celeste era

    su tesoro. Lo nico que quera era verla crecer, eso le haba dicho a uno de los tantos

    doctores que lo examinaban. Ella era muy apegada a l, a pesar de que se comportara de la

    forma como la haca, como un nio malagradecido.

    Desde el apartamento de Celeste se ve gran parte de la ciudad, seguro estar sentada

    viendo por la ventana con su gato blanco y negro parado sobre su cabeza. Hace poco

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    adopt otro, no s cmo sea ni cmo se llame, el blanco y negro tampoco s cmo se llama,

    slo le dice gato. El apartamento est lleno de cosas de su antigua casa: la mesa de la

    cocina, el mueble del computador, las sillas de la sala. Tiene el mismo olor, las paredes son

    hmedas y siempre hace fro. Un hongo crece en ellas. Adems de los gatos le gustan las

    plantas, no las normales, las que tienen las mams. Ella tiene un gusto particular: sencillo,

    elegante, refinado y exigente. Sus matas tambin son as.

    Para la violeta de los Alpes evitar que le den los rayos directos del sol, buscar zonas

    de sombra, ubicarla en una habitacin fresca orientada hacia el Norte y cerca de una

    ventana. Ponerla alejada de fuentes de calor (estufas, radiadores) pues se pone triste. Regar

    desde abajo, esto es muy, muy importante, no echando el agua directamente en la tierra. El

    mtodo consiste en poner la maceta sobre un cuenco con agua hasta casi el borde de la

    maceta de agua. El agua penetrar por los agujeros inferiores de drenaje. Mantener por

    quince minutos y escurrir.

    Para la plumilla de Santa Teresa rociar de vez en cuando si el ambiente es seco.

    Terreno bien drenado que incluya arena, rayos de sol da de por medio.

    Para el asiento de suegra sustrato blando y bien regado, semi sombra, abonarlo de

    primavera a verano, riegos en verano, en adultez suspender el riego. Aunque en una ciduad

    in estaciones las normas hay que quebrarlas.

    A Celeste la conoc por Mara Gonzlez, su nica amiga. Mara estudi conmigo

    en la misma universidad, en Black Maria. Era el sitio ideal si uno buscaba una experiencia

    alternativa de educacin no formal. Todo funcionaba al revs en ese lugar. No saba por

    qu haba escogido estudiar Cine pero lo disfrutaba mucho. Ocio tal vez fue la principal

    razn, no quera ser de los que estudiaban todo el tiempo y andaban preocupados por las

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    notas. Despues de salir del colegio muchas cosas como esas dejaron e ser importantes.

    Recuerdo a Gabriela que tena chucha y venda arepas. O a Arley que se parqueaba al frente

    a fumar marihuana y jugar fuchi. O Carlos, el profesor, que llegaba enguayabado y con

    media futboleras clamando por silencio y se sentaba dos horas a hacer nada. Recuerdo ir a

    la estacin de Polica por estar fumando en el parque de la esquina. Recuerdo estar

    borracho en clase. Recuerdo a Juan, el profesor de guin que repeta la misma clase

    siempre, dibujaba una lnea y la divida en tres partes. Comienzo, desenlace y fin.

    Recuerdo la clase de historia del cine donde nos rotbamos una botella de licor mientras

    veamos una pelcula. Recuerdo no tener cedula y vagar todo el da.

    Cuando conoc a Mara tena novio, estaban tres semestres arriba. Desde el principio

    hubo sonrisas y miradas. Un da hablamos y terminamos saliendo, eso s, nunca hablamos

    de su novio. Sus amigos me miraban mal, saban lo que pasaba. En esos das no tena

    mucho que afeitarme, tena ms pelo del que tengo ahora y cara de nio, slo quera ver

    pelculas, me gustaban las de Godard por las mujeres que salan: Anna Karina, Jean Seberg,

    Anne Wiazemsky, delicadas y frgiles. Muchas veces no entenda lo que pasaba pero me

    gustaba lo que decan y la forma en que los personajes hablaban, eso demostraba cunto

    tena por aprender. A pesar de creer lo contario siempre hay algo que te recuerda que no

    eres gran cosa y que si crees que lo eres, no es as, eres uno del montn.

    Celeste tambin tena novio, un tipo buena gente, decente. Antes de l pas por lo

    que yo estoy pasando. Un da se despert, como cualquier otro da, con ganas de or su voz,

    l la llamo, le dijo que tenan que hablar y la mand a volar. Eso la convirti en una rplica.

    Estaba totalmente entregada, lo am como a nadie. Quiso morir, lo intent algunas veces.

    Ahora dice:

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    No s cmo hice eso, ahora no lo hara por nadie. Fui una idiota y sin duda lo

    fue.

    Pero si algn da lo hiciera no me sorprendera. Soaba que manejaba por la

    Circunvalar y hunda el acelerador a fondo hasta salir volando en la curva del Parque

    Nacional. Soaba que volaba desde ese apartamento donde el telfono no sonaba y se

    estrellaba contra el suelo. Tampoco me sorprendera si un da se casara y tuviera hijos a

    pesar de haber dicho mil veces:

    Hijos!, nunca, para qu? Para que sufran.

    Casarse, ni loca qu te pasa? Yo voy a estar sola toda la vida, sola con la gata y

    sus pelos.

    Fue por Mara que empezamos a hablar. Primero saliendo en parejas, luego como

    amigos y cuando las cosas con Mara estaban por terminar pensaba mucho en ella, un da le

    mand un mensaje: la chica de la sonrisa triste. Ella devolvi la llamada pero no fui capaz

    de contestar, me daba miedo. Celeste me gustaba como nadie, luego descubr que no era el

    nico que estaba detrs de ella, haba muchos ms, ella causaba curiosidad al 70% de los

    hombres que la conocan. Sin importar edad, desde los ocho aos hasta los ochenta.

    Abelardo, el pap de una amiga del colegio la llamaba, invitndola a salir, ella por decencia

    no deca nada, segua el juego. Era una Lolita, excitante, insinuante y cero complaciente.

    Una de esas mujeres que uno quiere conocer pero que no le convienen. Nada era fcil con

    ella. Tratar de estar cerca era muy difcil.

    Seguro en este momento estar en su casa barriendo los pelos de sus gatos y

    haciendo alguna carta para reclamar por algo. Una mala facturacin o algo para la EPS. A

    pesar de ser pequea tena fuerza y odiaba que la trataran como a una idiota.

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    La mayora de las veces lograba salirse con la suya, por no decir siempre. Tena un alma

    que no se daba por vencida. Como si pudiera contra todo y contra todos.

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    Oiga Yenfriz quiere trabajar en Audiogama? me dijo Alonso mientras

    terminaba su cerveza. Era mircoles.

    Mi nombre en realidad es Yenfren, Yenfren Daniel Fernndez. Siempre haba sido

    motivo de risas y sometido a cualquier tipo de comparaciones y pronunciaciones. Mis

    padres tenan el don de combinar letras dispares y formar nombres feos. Jairy Camila era

    mi hermana y Jhonnie Camilo el menor eran mellizos. Juan, mi hermano mayor fue el

    nico que se salv de tener un nombre horrible. Hace ocho aos no hablo con l. Mis

    padres incluso tena un mtodo para calificar a las personas, si el nombre tena una J una Z

    o una Y al inicio vala 10 puntos. Si despus de esta letra vena una H, 10 puntos ms. Si el

    final era Z, 10 puntos ms. Si el nombre serva de apodo, 20 puntos. Si el nombre era nico,

    20 puntos. Si se repeta una letra 20 puntos ms. As que las personas que tenina ms

    probabilidades de tener la aprobacin de mis padres eran Yanniz, Jhonnier, Jeffry, Zully,

    Yenny y cosas por el estilo.

    Cuando era nio sufra por ello, ahora siento que me disintgue, que me hace no

    pasar desapercibido. Los mejores eran los celadores.

    De parte de quien?

    De Yenfren.

    Yenfriz.

    No, Yenfren.

    De parte del joven Chefren.

    Al abrir la puerta me reciban con una risa.

    Qu dice Chenfren?

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    Y as todos en cada portera. Ahora prefiero usar mi segundo nombre a la hora de

    pedir domicilios, llenar facturas o cualquier tipo de cosa en donde tenga que registrarme.

    Con los aos me haba acostumbrado a que me dijeran cualquier cosa Yenfritz, Jinfren,

    Yemre, ese era yo, cualquier cosa con y, x o j.

    Alonso me recomend para trabajar en Audiogama, necesitaban una respuesta

    pronto. No haba mucho que pensar, todo con tal de no estar en casa.

    Y entonces?

    Dele mi nmero a Andrs, dgale que me llame.

    Bien de una, yo hablo con el man, el trabajo es breve.

    Audiogama era el estudio de grabacin musical de Andrs Bernal, hermano del

    mejor amigo de Alonso, Gonzalo, que estaba en silla de ruedas.

    El da en que Alfonso se iba a Londres a estudiar ingls, Gonzalo se le bot a un

    carro en la autopista. Nosotros mientras tanto, estbamos en un frenes de alcohol en el

    apartamento de Alfonso. Silvana, la novia de Gonzalo, lleg con la noticia. El timbre son,

    la puerta se abri y ella apareci baada en lgrimas.

    Gonzalo se le bot a un camin, sali a volar y el camin le pas por encima, se

    lo llevaron a la Santa Fe.

    Recuerdo que sonaban los Rolling Stones y que el pap de Alfonso me estaba

    hablando de la vida, de la profesin habamos escogido. A Alonso tambin lo conoc en la

    universidad, estaba en el mismo semestre que Mara, al principio no le ca bien pero

    despus nos volvimos buenos amigos, de esos de ir a cine y caminar sin rumbo ni prisa.

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    Despus de la noticia vino uno de esos silencios eternos y desconcertantes. Una

    extraa palidez y caras derritindose. Silvana me hizo sentir mal, estaba devastada.. En ese

    momento se vea tan frgil, tan delicada que era imposible no sentirse conmovido. Tena

    cara de tragedia de alguna pelcula de la Novelle Vague. Apareca en muchos comerciales

    de televisin, y no era actriz, simplemente era muy bonita.

    En el apartamento nos mirbamos pero nuestra capacidad de reaccin estaba

    reducida por la el alcohol. Dos horas atrs estaba orinando en un parque, Gonzalo estaba a

    mi lado, luego camin hacia la diecinueve. Pens que iba para su casa, estbamos tomando

    cerveza y se haba quedado sin plata. En medio de mi borrachera sent deseos de hacer algo,

    pero qu poda hacer?, ya todo haba pasado. Me sent en una silla con una pata rota, el

    pap de Alonso sigui hablndome pero no le prest atencin. Hay momentos en que nada

    importa.

    Cuando estaba hasta el copete de la borrachera abr la puerta y me fui sin

    despedirme de nadie. Haba peleado con Mara, me estaba recriminado por salir con Celeste

    a escondidas, por no decirle nada. Habamos terminado hace algunos meses y nos

    habamos distanciado. Un da Celeste, por miedo a perderla, le cont que estbamos

    hablando y habamos salido un par de veces. Mara se puso muy mal. Era ms fcil inventar

    cosas que tratar de explicar las cosas como fueron. Mara no paraba de decirme cosas y

    echarme vainazos: eres una rata y ella una perra, siempre hace lo mismo. Cuando vi la

    oportunidad escap. A veces es mejor no decir nada y aceptar las culpas como vienen.

    Camin desde Cedritos hasta mi casa en la ciento seis, me costaba no tropezarme con los

    andenes. Guard las manos entre los bolsillos de la chaqueta. Entre la ciento treinta y

    cuatro y la ciento veinte siete con diez y nueve todo es oscuridad, el sitio perfecto para un

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    atraco, el cao, los rboles. A pesar de lo que digan en esos casos el alcohol es la mejor

    defensa, uno es inmune a todo. Uno no sabe que pasa. Aquella noche termin en la casa de

    Celeste, llegu con los ojos rojos y por lo que supongo, una cara de perro de los mil

    demonios.

    Por favor breme, quiero acostarme a dormir contigo, tengo miedo, djame quitarte

    la ropa sin palabras y venirme dentro, tengo miedo. Le escrib en un mensaje de texto.

    Me par en frente de su casa. Bot algunas piedras a su ventana, esta vez tampoco

    hubo respuesta. Me sent sobre el andn, la cabeza me daba vueltas, me recost en el piso y

    me qued dormido un rato, cuando despert, en el cielo brillaban unas pocas estrellas, me

    levante, mir a su ventana, vi una luz prendida y me fui para mi casa. Ya en las cobijas con

    el Ipod en mano busqu una cancin y me qued dormido.

    Do you want to see

    the explosions in my eye

    Do you want to see

    the reflection of

    how we used to be

    Beauty lies

    in the eyes of anothers dreams

    Beauty lies

    lost in anothers dream

    it's coming coming down

    over me

    Vamos a cine? dije.

    No alcanzo, entro a trabajar en una hora, ms bien tommonos otra cerveza, yo

    invito Alonso trabajaba en el Hard Rock caf.

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    La cerveza termin en media de guaro. Caminamos hasta su trabajo, nos paramos

    debajo de la guitarra y nos fumamos un cigarro, adentro sus compaeros de trabajo le

    hacan caras para que entrara. Vemonos en estos das dijo, y entr

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    El trabajo era fcil. La mayor parte del tiempo estaba metido en Internet viendo

    videos con Andrs. Entre ms sangriento y bizarro fuera, ms satisfactorio: asesinato

    amateur de nio en Tailandia, suicido en el metro de Medelln, inmolacin colectiva en

    Per. Buscbamos en vano el video snuff por excelencia. A veces veamos videos de

    humor: gente golpendose, abuelos rompindose las caderas, nios drogados en cido,

    abuelos en opio, adolescentes en salvia 30x.

    Lo primero al entrar era prender el computador. Luego las luces y revisar las salas

    de ensayo, acomodar la batera y los amplificadores. Todo tena su lugar y su momento.

    Los jueves se haca aseo, Carmen iba por la maana y dejaba todo limpio. Los sbados eran

    los das ms ocupados, trabajaba desde la maana, pasbamos ms de media hora pensando

    qu bamos a comer, pensar en que comer cada da se haca algo ms complicado y largo.

    Por las tardes me encerraba a tocar batera, al igual que con el bajo era terrible. El estudio

    era pequeo, dos salas de ensayo, una sala de espera y un cuarto de grabacin. Andrs se

    encerraba horas all, yo estaba a la entrada en una especie de recepcin. Para esconder el

    olor a sudor se conectaba un Glade de mora al enchufe y se abran las ventanas al finalizar

    los ensayos.

    No se aburre de estar ac todo el da?

    A veces, pero no me molesta. Est bien aburrirse un rato.

    Yo s no podra.

    Es cuestin de costumbre.

    Audiogama queda abajo del parque de los hippies. Por las noches de camino a

    Transmilenio, cientos de jovencitos se paseaban con sus jeans apretados y peinados con gel.

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    Algunos con ganas de encontrar el amor, otros con ganas de sentir un fist en el trasero,

    otros en bsqueda de sexo en un bao. Bajaba por la sesenta para ir a la estacin de la

    sesenta y tres, por la del CAI. Tena que esquivar skaters y raiders, travestis y ratas, cuando

    pasaba por enfrente de uno de esos bares gays mantena la mirada al frente y escupa. Los

    parches a la entrada de los bares se quedaban mirando, chao papito, decan. Me haba

    acostumbrado rpido, muchos das de trabajo terminaban en la tienda de Esperancita, al

    lado de la bomba de la Sptima.

    Busquemos viejas?

    Vamos donde Esperanza.

    Hagamos algo?

    Vamos donde Esperanza.

    Aunque Esperanza hubiera muerto en un accidente de motos hace poco la tienda no

    haba cambiado de nombre. Andrs se saba la historia de todos en el barrio: la del bacn;

    el de la tienda de la esquina que haba dejado a su familia por una nia de diez y siete aos;

    o la de Leonardo que cuidaba los carros de la calle, que era de Chigorodo y no saba leer ni

    escribir. Andaba con ruana y debajo de ella con una peinilla.

    Cuando sus amigos vengan a ensayar dgales que no pueden tomar dentro de las

    salas.

    Pero no es tan grave.

    Yo s, pero si dejamos que todo el mundo se emborrache dentro de las salas se va

    a volver esto un mierdero.

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    Entre mis tareas estaba programar ensayos, realizar cotizaciones, abrir la puerta,

    contestar el telfono, llenar la nevera, sacar la basura, pedir comida y buscar videos. Y

    lidiar con los clientes que era lo peor. La mayora eran idiotas.

    Oiga, la guitarra no suena?

    Hay que prender el amplificador.

    El micrfono no suena.

    Est en On?

    La puerta no abre.

    Hay que girar la perilla.

    Los metaleros olan feo y pagaban con monedas, nadie hara dinero con ellos. A

    menos de producir vino de caja.

    Mi celular vibraba, era Celeste, lo saba, no s por qu pero lo saba, lo mismo

    pasaba con el telfono de mi casa. Timbraba tres veces. Era ella, y nada tiene que ver la

    telepata, era la lgica. Despus de un rato volva a leer el mismo mensaje. Nos vemos?

    Me meta Internet a ver si estaba conectada, quera verla pero saba que era un error.

    Ese da era mi cumpleaos, ella era la nica con la que quera estar de verdad.

    Vemonos a las dos en El Corral de la novena con setenta llegu antes, tena

    esa mala costumbre.

    Hice la fila. Revis el men varias veces, orden y me sent a esperarla. Miraba de

    reojo a ver si la vea, cuando la vi, hice que lea los letreros de las mesas. Sent su presencia

    en mi espalda, no me par, solo dije hola, ella se sent y mi pedido sali.

    Ya pediste.

    S, llegu hace un rato.

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    Ah, bueno, yo voy a pedir lo mo.

    Com mientras ella haca la fila, cuando lleg se hizo lo ms lejos posible, tena

    puesta una camiseta de osos y una chaqueta negra.

    Qu vas a hacer por la noche? pregunt.

    Me voy a ver con mis amigos, me tomar algo y ya, maana trabajo.

    Al lado apareci Arturo, un blackmariano.

    Oiga felicitaciones dijo.

    En realidad no ramos amigos. Es slo la costumbre de decir que los conocidos son

    amigos, pero me caa bien, me gustaban las cosas que hacan, tambin tenia una banda de

    new wave.

    Gracias, gracias respond sin ponerle atencin.

    Oye s, felicitaciones dijo Celeste.

    Fue la peor hamburguesa de mi vida. Quera darle un beso y abrazarla, pero una

    cosa es lo que uno quiere y otra la realidad. La acompa hasta su oficina, una casona vieja

    en Quinta Camacho donde funcionaba una revista de arte. Ella era la diseadora grfica, en

    la puerta me dijo al odo que era un idiota, que hubiera sido mejor no vernos. Y tena razn.

    De camino al trabajo me fum un cigarro y me mare. Todo me daba vueltas.

    Horacio era el encargado de abrir la puerta del edifico de Audiogama, era opita. Su

    pasado era sangriento, de moto sierra y mutilacin. Era un hombre robusto, moreno, de

    actitud perezosa y lenta, muy lenta. Sus pasos se tardaban eternidades en encontrarse.

    Qu le dijo un jardinero a otro jardinero? Hablemos mientras podamos.

    Era un hroe de la calle. Un ganador de la nada, un superviviente del asfalto sin

    ninguna responsabilidad, ninguna prisa y ninguna preocupacin. Viva en el garaje del

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    edificio, en un cuarto hmedo de dos por dos. En las paredes abundaban afiches de mujeres

    desnudas y fotos del verde la montaa. En frente de su puerta solan dejarles bollos de

    mierda.

    Ese da no le prest atencin a lo que dijo. El horario no era fijo. Dependa de las

    cosas por hacer, poda empezar a las once de la maana o las cinco de la tarde, eso era

    bueno. Ese da quera irme rpido pero tena que esperar hasta las seis. Haba empezado a

    montar en bicicleta, la tena parqueada en el garaje, antes de subir le revis los frenos y le

    ajust el silln. El edificio apestaba a marihuana, una nube densa flotaba entre pisos. El gran

    pisquero provena del Monoestudio otro estudio de produccin musical, el dueo era

    un hippie credo y calvo que fumaba todo el da. El Monoestudio siempre estaba lleno de

    rastas, raperos y gente orgullosa del folclor y las races colombianas. Se reunan a fumar y a

    hacer msica fusin, pero en realidad eran una manada de rolos con ganas de ser del

    Pacfico y gente del Pacfico amaada en Bogot, que trataban de estar lo ms lejos de sus

    pueblos, juntos se tapaban sus vacos y sentan que podan ser alguien y rescatar la memoria

    el pas. A m me parecan unos oportunistas.

    Oye, hago msica colombiana. quieres salir conmigo? No era ms que otra forma

    de ser exitoso, salir en televisin y en las fotos sociales de las revistas.

    Cuando alguien visitaba el estudio por primera vez se sorprendan por el olor y por

    tener que subir los cuatro pisos. Hay cosas a las que uno nunca se acostumbrar. Como

    madrugar.

    Hace falta un ascensor, no?

    Valo como algo bueno para su corazn.

    Le parece?

  • 22

    En algo hay que creer.

    Quera estar en pantaloneta y caminar en sandalias. Slo pensaba en estar lejos, ya

    tena algo de dinero ahorrado y tambin una fecha. Andrs quera que me quedara ms

    tiempo trabajando.

    Qudese hasta Diciembre

    La verdad, es que me da mamera.

    Por qu?

    Quiero viajar.

    A dnde?

    A la costa.

    Y no quiere trabajar ms? y alz las cejas.

    La verdad es que no, hasta que se acabe este mes, cuando vuelva, de una.

    Le invent que tena una comida y que me estaban esperando en la casa de mi

    abuela. Nadie puede decirle que no a la abuela. Cog mis cosas y me fui a montar bicicleta

    por toda la novena hasta llegar al Parque del Virrey. Busqu una tienda por la quince y ped

    una cerveza. El dinero que ganaba no era mucho pero me alcanzaba para el da a da y

    cuando no tena recurra a la billetera de mi pap. Despus de terminar mi cerveza fui hasta

    al Hard Rock a buscar a Alonso.

    Me regalaron un helado de chocolate por mi cumpleaos. Alonso me trajo un shot

    de tequila. Me qued viendo la gente pasar, jvenes empresarios peinados y con zapatos de

    punta. Mujeres con botas, pelo despeinado y traseros grandes. Adentro estaba solo. Mesas

    sucias y una pareja, l hablando al odo, convencindola de que se fueran a un motel. Ella

  • 23

    hacindose la difcil. Ayud a Alonso a recoger unas mesas y salimos. Compramos una

    botella de ron, nos sentamos en una esquina por la ocheinta tres. Celeste pas a lo lejos con

    su novio y sus amigos. Entraron a un bar, nuestras miradas se cruzaron, ella entr.

  • 24

    5

    Mi mesa de noche era un desastre. Papeles, tarjetas y basura. Haba que revlver

    todo para encontrar algo. Haba ahorrado $650.0000. Estaba contando el dinero cuando el

    telfono son, cinco, seis, siete veces.

    Alguien conteste grito mam.

    Dej todo y corr por las escaleras, al levantar el auricular no haba nadie. Vuelvo al

    cuarto, el timbre de la casa suena. En el piso estaba una postal de La noche del cazador.

    Para que no digas que no pienso en ti, haba escrito Celeste.

    Ehhhhhh, ahora todo.

    No encontraba las llaves. Ni en los pantalones, ni sobre la mesa de noche. El timbre

    vuelve a sonar. Ese tipo de cosas me angustiaba, me estaba envejeciendo muy joven.

    Abran la puerta.

    Era Luis Bermdez. Lo vi por el visor, se estaba peinando, con sus manotas,

    miraba su reflejo en el vidrio de un carro. Lo conoca desde que ramos nios, del colegio.

    Era el menor de seis hermanos. Cuatro mujeres y un hombre, el que le segua, le llevaba

    diez aos. Luis fue el intento desesperado por mantener la relacin de sus padres o una

    fallida reconciliacin, de todas formas se separaron. All estaba l, con sus cachetes rojizos

    frente a la puerta.

    Qu ms Yen?

    Era usted el que estaba llamando?

    S, me daba mamera timbrar.

    Qu hueva, hgale.

  • 25

    Me cort mucho el pelo, parezco un mango chupadodijo mientras terminaba de

    peinarse.

    Un manguito.

    Cuando tenamos ocho aos fumbamos cigarrillos de papel peridico en su casa.

    Su empleada siempre amenazaba con contarle a su mam, nunca lo hizo. Nos escondamos

    en su garaje, detrs de un Chevrolet Caprice del 89.

    Acabo de hablar con mi pap, me dijo que me regalaba los pasajes para ir a Santa

    Marta en diciembre.

    Lo habamos hablado muchas veces pero siempre se quedaba en palabras. Y eso era

    lo nico que quedaba al final de todo, palabras. No le di mucha importancia y le segu la

    corriente.

    Y entonces?

    Pues vmonos.

    El da que salimos a vacaciones de final de ao en dcimo fuimos al Parque de

    Alcal. Estbamos esperando a nuestros amigos, nos fumbamos un porro, los dems

    estaban comprando algo de tomar en una tienda. De la nada una moto apareci a nuestras

    espaldas, chinos de mierda, nos dijo el polica, a trancazos nos llevaron al CAI. En un

    cuarto pequeo y fro nos hicieron quitar toda la ropa y acurrucarnos. Despus nos sentaron

    en una mesa a esperar a que llegaran nuestros paps, nos miraron las manos y olieron los

    dedos. Uno de los policas, el que tena cara de rata, me mir a los ojos, usted fue el que

    envici a su amigo no? yo tena quince aos, Luis catorce. El padre de Luis fue el primero

    en llegar. Esta es la famosa marihuanita, dijo, y nos dio unas patadas, pens que nos haban

    cogido borrachos. Tratbamos de ocultar la risa, estbamos muy locos, tambin habamos

  • 26

    fumado opio, ese no lo encontraron, lo guard en un roto del jean. Nos cogieron dos

    bolsitas de porro que comprbamos en la Nacional, en el Freud. La situacin no pareca tan

    grave hasta que llegaron mis paps. Mi pap era agresivo y temperamental.

    Yo ya tengo algo ahorrado, vmonos la primera semana de diciembre dije.

    De una.

    Luis tena los zapatos llenos de barro, estaba ensuciando todo, no le dije nada.

    Hoy me la quiero pegar, esta semana estuvo dura, qu vamos a hacer?

    Saqu un par de cervezas de la nevera y nos sentamos en la sala. Conect el bajo y

    prend el amplificador, l sac una armnica del bolsillo. Tu, tu ,tu tu, tu, tu, ta ta ta ta.

    Vamos a Monitor dije.

    A los diecisis, un extrao cay por las escaleras del segundo piso de una tienducha

    de barrio. Cuando se par, se sent con nosotros, estaba jarto y rabioso, Usted me cae bien,

    me dijo, sus amigos son unos maricas y sac una bolsita. Los ojos de Luis se iluminaron, le

    pidi que le regalara un poco. Despus de unos pases se le voltearon los ojos y se le fueron

    las luces. El extrao no deca nada, le preguntamos qu era pero no respondi. En el taxi

    Luis se estaba quedando dormido y no deca palabra, los ojos se le voltearon. Casi no poda

    caminar, nos bajamos en la clnica de Colsanitas de la autopista. Luis se sent en el andn

    un momento, respir y de a poco volvi en s. Pens que se iba a morir, por un momento lo

    hice.

    Eso, de una Y de un sorbo se termin la cerveza . Me regala algo de comer

    por fa?

    Qu quiere?

    Tiene paqueticos?

  • 27

    Vaya que usted sabe donde estn.

    Volvi con un sanduche, unas papas, unas galletas y un vaso de gaseosa. Se quit

    los zapatos, se ech en el sof viendo a ver el peridico. Yo segu tocando.

    A los veinte lo echaron de su casa por borracho. Sali con una bolsa de basura llena

    de ropa, la cargaba al hombro, se qued en mi casa unos das. Slo tena un par de medias y

    olan a mierda, deambul por varias casas. Dur diez das por fuera, no aguant ms.

    Agach la cabeza y pidi perdn.

    Hay una guisita de la universidad que se la pasa echndome gafa todo el da.

    Est buena?

    Es que es muy guisa, es de jean sin bolsillo, pero tiene un culito ms rico.

    Cmasela, esas guisas son bien arrechas.

    Toca es tomarse algo.

    Era viernes, no haba llovido en toda la semana. Luis se qued dormido en el sof.

    Yo me ech a ver televisin. Mi mam haba salido, prend un porro, el telfono no par de

    sonar, no contest. Por la tarde empezaron las llamadas al celular. Qu va hacer hoy? Era

    quincena, los que trabajaban tenan plata y se la queran gastar. Poco a poco fue llegando

    todo el mundo a mi casa, Anderson, el gordo, Rafa, el negro, todo el parche del polo.

    Comprmonos un licor y nos vamos pa Monitor caminando dijo el negro.

    Eso.

    Luis segua durmiendo, con la mandbula salida y dando ronquidos ahogados. El

    negro le tap la nariz, no se despert. Pedimos una caja de guaro, mam lleg, salud a los

    muchachos y se fue a su cuarto. En ese momento Luis se despert, apenas abri los ojos se

    tom un trago. Buscaba esforzarse lo menos que pudiera.

  • 28

    Squese algo de tomar dijo Luis.

    No hay nada, vmonos ya.

    Nos fuimos caminando por toda la diecinueve hasta la treinta, ocupbamos toda la

    cuadra. Paramos en Pomona de la ciento tres por cervezas fras. bamos con buen ritmo,

    una nube de humo se alzaba sobre nosotros. Atentos de la polica y las gotas de lluvia que

    empezaban caer.

    Cojamos un taxi.

    Qu va, es una espanta bobos.

    Ms bien compremos algo ms pa llegar bien.

    Compramos media de guaro y cogimos la quince hasta la zona rosa. En el Carulla

    de la ochenta y cinco estaba parqueada una patrulla y la plaza estaba a reventar. Un saludo

    por aqu otro por all. Alguien en todo lado. Nuestra extincin pareca lejana en ese

    momento. Chicas iban y venan. Ola a asfalto hmedo y cebolla. En las esquinas haba

    puestos de perros de dos mil pesos. Y sobre todo bullicio y risas al fondo.

    La primera vez que fuimos a Monitor no tenamos cdulas. Nos colamos por entre

    unos arbustos y luego nos metimos por una ventana que estaba abierta en el segundo piso.

    Adentro nos parchamos en un grupo de extranjeros. No tenamos un peso, estbamos

    pegados a una botella de whisky que ellos tenan, nos mirbamos y reamos.

    Divagamos un rato. Llegamos con los cachetes rojos y algo de sudor, era una de

    esas cuadras de peluqueras detrs de Atlantis. Nos sentamos sobre un muro al frente del

    bar a terminar de beber lo que tenamos. A lado y lado haba carros parqueados. En la

    entrada, un grupo de cinco chicas solas.

  • 29

    Con esa s me caso, vea dijo Luis, era una pelinegra de nariz pequea, rasgos

    finos, y curvilnea. Una euroandina. De esas que ahora abundan por Bogot.

    Yo tambin me caso y me dejo pegar con tal de que me deje chuparle esas tetas.

    Qu delicia, vamos por una cerveza?

    Camine respond mientras Luis se peinaba con las manos.

    Los dems entraron. La cerveza se convirti en guaro. Volvimos al mismo andn, la

    msica sonaba bien, quera bailar. Las chicas seguan llegando, monas blancas, con faldas y

    pelo liso, vestidas igual, parecan copias, despeinadas y con cara de borrachas. Lo que

    estaba de moda.

    Srvalos suaves dije.

    Qu pena Luis tena la costumbre de servir los tragos al tope.

    Al frente una chica lloraba y hablaba por telfono.

    Cmo me gustan esas viejas y seal con su boca. Vala est loca, hace las

    mismas caras que Juliana, esas son las malditas que lo joden a uno, perras.

    Cuando termin de hablar estrell el celular contra el suelo y se fue corriendo. La

    media se acab y entramos. El bar estaba a reventar, tena una chaqueta gruesa, buscamos

    al parche y dejamos nuestras cosas con ellos. El negro bailaba solo en una esquina. El Dj

    estaba en el primer piso, junto a la barra. En el segundo piso haba cuartos con sillas y

    sofs. Fui al bao, dos manes se encerraron. Tuve que golpear para que abrieran, salieron

    con las narices maquilladas. En el bao de mujeres vi a Silvana.

    Cmo ests? dijo.

    Bien, hace mucho no te vea. Cmo est Gonzalo?

    En el hospital, en cuidados intensivos, dicen que no va a volver a caminar.

  • 30

    Qued fro, no saba qu decir.

    S chico, eso te cuento. Oye tienes porro?

    Algo, tienes pipa?

    S, vamos afuera y me invitas un poco.

    En las escaleras dos chicas se estaban dando besos y cogindose las nalgas, ella me

    mir y sonri. Abajo todos estaban reunidos alrededor de una botella de guaro.

    Quin es esa vieja? pregunt el negro.

    La novia de un amigo.

    Presntemela.

    Ahora, ya vuelvo.

    Ella me tom de la mano. Fuimos a la barra, le regalaron un vaso de ginebra. Sali

    empujando a todo el mundo, en la entrada la saludaban a cada paso que daba. Fuimos hasta

    el mismo muro en el que estbamos antes. Luis estaba hablando con un chirri al lado de un

    poste. Nos sentamos a fumar. Luis se acerc, el chirri se fue, se despidieron con un choque

    de puos.

    Ese man me quera chuzar dijo. Yo me estaba fumando un cigarro y lleg

    todo alzado a pedir plata. Yo no le di y se sac un chuzo, me dijo que le vala verga que

    tena rabia, le pregunt que qu le pasaba, me cont que la mujer lo dej y la quera matar.

    Sylvana fumaba de la pipa y Luis se terminaba un cigarro. Yo lo oa mientras

    orinaba contra una reja.

    Chico, quieres fumar dijo Sylvana.

    No, gracias. Ms bien reglame un trago le sirvi un trago largo. El man

    termin contndome todo y se calm. Me deca necesitaba alguien que lo oyera. Qu video

  • 31

    ese man, estaba muy alterado. La energa del man era muy paila, cuando hablamos se

    calm y todo bien.

    Nadie sabe las penas ajenas.

    Terminamos de fumar y volvimos al bar. Sylvana me tom otra vez de la mano y

    me llev a la barra. Consigui otro trago y no sentamos en un sof en el segundo piso. Me

    cont todo lo que haba pasado con Gonzalo, estaba algo prenda y coqueta.

    Pens que estaba muerto.

    Luis pas y me hizo seas.

    Ya vengo dije.

    De su bolsillo sac una bolsita de perico.

    Yo saba que hoy bamos a terminar en estas.

    Saqu las llaves de mi casa y me ol un par de pases. Luis hizo lo mismo y lami las

    llaves. Volv con Silvana, me termin mi trago, ella se acerc, nos mirbamos fijo, estaba

    algo nervioso. Mis amigos pasaban y de reojo miraban. Algo pasaba, algo que no haba

    pasado antes, seguro era la ginebra. La oscuridad nos dio confianza, nos botamos el uno

    sobre el otro. La agarr de la cintura con fuerza, mi lengua sobre sus labios hmedos. Pas

    mis manos sobre sus tetas y las apret, la luz volvi y de a poco nos alejamos.

    Qu ricos besos das dijo.

    En algo hay que ser bueno.

    Ella me dio una tierna caricia en la mejilla. Una amiga suya pas y le habl al odo.

    Se fueron. Me di vuelta hacia la ventana, mir al piso y sonre. Abajo, Luis estaba bailando,

    me regal un pase. Cerr los ojos y me dej ir. Torpe, sin ritmo, pasndome la lengua sobre

    los labios, chocndome con los de al lado.

  • 32

    Se la rumbi? pregunt el negro.

    Hice gesto de que no y fui por una cerveza a la barra. All estaba ella, tena un

    abrigo puesto y bolso en mano.

    Me voy ya, tengo que ir a recoger a mi hermanita que est borracha.

    Dale, cudate, me gust verte.

    A m tambin.

    Ella se fue. Sal y me fum un cigarrillo en la calle. El bar estaba punto de cerrar,

    cuando volv Luis estaba con la euroandina, se llamaba Juliana

    Vamos a comprar algo de tomar dijo Luis.

    Salimos y fuimos a la licorera de la quince con ochenta y dos. La calle estaba llena

    de borrachos, compramos media de guaro. Cuando regresamos la fiesta haba terminado y

    las luces estaban prendidas. No haba nadie.

    Qu hacemos?

    Est vieja me est diciendo que vayamos donde las amigas, vamos, no?

    No s. Me da pereza.

    Juliana hablaba con sus amigas. Se subieron en un taxi y se fueron, al rato volvi.

    Luis y yo nos terminamos el guaro. La gente iba de un lado para otro, parejitas de la mano,

    borrachos solitarios y uno que otro tirado sobre el andn vomitando.

    Un calvo pas corriendo, la sangre le chorreaba, detrs iban cinco personas y ms

    atrs un polica.

    Largumonos de ac ya.

    Yo me voy con esta vieja dijo Luis.

    Hgale. Yo voy donde el negro.

  • 33

    6

    Tena mocos secos y con costra. El telfono sonaba sin parar. Mis paps salan

    temprano los sbados, era el da del mercado, de llevar el carro al taller, de gastarse la plata.

    La ropa estaba regada por el cuarto, como si una turba hubiera pasado. Abr la ventana y

    baj, era Jos Andrs.

    Parce, el festival de Santa Fe de Antioquia empieza el lunes. Vamos o qu?

    Jos Andrs estudi conmigo, fuimos de los pocos que nos graduamos. De un

    grupo de veinticinco, seis llegamos al final.

    AguantaOiga, me acabo de levantar, lo llamo en un rato.

    Bueno, dele, despirtese.

    Colgu y fui por un vaso de agua. La cocina estaba hecha un desastre, platos, basura

    y mugre. En el televisor estaba Will Ferrell. Sobre el microondas, un tamal, lo mir con

    ganas lejanas. Serv otro vaso de agua y volv a la cama. La cabeza me daba vueltas, tena

    el leve recuerdo de la voz de Celeste. Revis el celular y me acord.

    Si tan solo te hubiera conocido de otra forma

    Pero no fue as. Yenfren ya todo pas, ya que. Ya no soy eso que quieres

    Me met dentro de las cobijas y me arrepent, por ella y por m, porque me resista al

    presente, porque extraaba estar en su casa, porque me gustaba caminar a su lado. Porque

    todava le deca gata en pensamientos. Por querer un da ms.

    Me met a la ducha, un bao fro me caera bien. El calor del alcohol baj y me sent

    mejor. Llam a Jos Andrs.

    Entonces? me pregunt.

  • 34

    Voy a alistar maleta, nos vemos en el terminal.

    El ltimo bus sale a las once, vmonos en ese, llegamos por la maana a Medallo

    y all cogemos el de Santa Fe de Antioquia.

    Saqu unas camisetas, unos tenis, bxers, medias, desodorante, sandalias,

    bloqueador, perfume, una cuchilla de afeitar y una chaqueta. No era gran cosa, sobraba

    mucho espacio en la maleta. Una de las tiras estaba rota, hice un nudo y le puse una grapa.

    Saqu los ahorrados y me los met al bolsillo. Me mir al espejo. Me vea mal, con ojeras y

    bolsas en los ojos. Del bar de la casa saqu una botella de whisky y la met a la maleta. Para

    hacer el viaje ms agradable

    Mis paps llegaron con el mercado, baj las bolsas del carro y las llev a la cocina.

    Qu carita dijo mi pap. Alstese que nos vamos para la finca, hay que

    vacunar.

    Esta noche me voy al festival de cine de Santa Fe de Antioquia.

    La noticia no le cay bien.

    Cundo regresa?

    La otra semana.

    Mi mam entr con un pollo.

    Llame a sus hermanos a almorzar.

    Nos sentamos a la mesa. Le cont a mi mam y me interrog media hora con quin

    me iba? cundo volva? qu iba hacer all? dnde iba a dormir? Y bla, bla, bla.

    Era otra tarde gris, cerr las persianas y dorm hasta que la noche lleg. Cog la

    maleta, me mire por ltima vez al espejo. Nada haba cambiado, por mucho que lo deseara.

    No ms, no puedo seguir pensando en ella me dije con rabia.

  • 35

    Baj a despedirme de mis paps. No soy bueno para despedirme, pero lo intento.

    Intento intentarlo.

    Cudese mucho me dijo mi mam. Llmeme cuando lleguen a Medelln. La

    mir a los ojos, quera decirle te quiero y darle un beso pero no lo hice. Mi pap me regal

    unos billetes.

    Pequeas gotas caan bajo la luz amarillenta de los postes. Un vaco me atac, era el

    remordimiento por todas esas cosas que ya no tenemos y echamos de menos, las mascotas

    que se han muerto o regalamos, las navidades en la finca del abuelo. Pens en ella todo el

    recorrido. Quera llamarla pero iba a doler, era una hoja del pasado y nada poda hacer

    Estar sentada viendo por la ventana?

    7

  • 36

    La terminal estaba desolada. Jos Andrs estaba sentado sobre su maleta, su cara

    redonda y bonachona brillaba. En sus manos tena una botella de agua llena de t y el

    espacio .En la caratula haba un cuerpo despedazado y por el otro lado una mona mostrando

    tetas.

    Este lugar me deprime.

    Qu esperaba.

    Su maleta se vea ms llena que la ma. Fuimos por los pasajes, la cajera tena cara

    de puo. Lemos el horscopo mientras la fila. A ver que nos deparaba el destino.

    Su nombre?

    Yenfren Fernndez.

    Cmo? abri los ojos desconcertada, estir su cuerpo hacia la ventanilla

    Daniel Fernndez.

    Don Daniel, tienen que estar quince minutos antes. Buen viaje.

    Nos sentamos en la sala de espera. El piso estaba lleno de basura.

    Tiene porro? pregunt.

    S, pero no tengo en qu fumar de su pantaln sac una bolsita y la pas por mi

    nariz.

    Vamos a la droguera y compramos un artefacto.

    Un par de bachilleres nos clavaron la mirada, tenan problemas de acn y el

    uniforme les quedaba grande. Nos queran requisar pero no lo hicieron, un oficial los llam.

    En la droguera pedimos un gotero, un encendedor y unas Oftalmotrisol. El tendero sonri.

    El combo juventud.

    Bolsa?

  • 37

    No, as est bien, gracias.

    Volvimos a la sala, la mugre segua all. Compr un snduche y un Gatorade. Unas

    sillas ms all un beb lloraba atacado.

    Qu nio ms feo.

    Ojal no se monte en nuestro bus.

    Bus 165 de Berlinas con destino a Medelln abordar por la puerta 14 dijeron por los

    parlantes. Era una voz que costaba entender, un ruido de viento amplificado y sin

    vocalizacin. No estbamos seguros si era nuestro bus pero igual nos paramos

    Cogimos nuestras cosas e hicimos la fila, todo en la vida pareca ser una tediosa

    espera. El nio y su madre estaban de primeros, la mujer empujaba mientras arrastraba su

    maleta. El tipo de adelante miraba desesperado y reclamaba. Tena cuatro cajas, pareca

    costeo. En las esperas lo mezquino que escondemos sale a relucir, el tiempo se dilata y los

    detalles se vuelven irritables. En el medio de la fila alguien intenta colarse, los alegatos no

    se hicieron esperar. Todo el mundo quiere estar adelante.

    Quiero tomarme algo dijo Jos Andrs.

    Yo tengo whisky.

    Qu fino.

    Miserable pero fino

    El nio no paraba de llorar. Afuera los conductores se pasaban un palillo por entre

    los dientes y se suban los pantalones hasta el ombligo. Eran gordos y dejaban salir unas

    sonrisas picarescas.

    Sus tiquetes?

  • 38

    Los revisaron y nos dejaron seguir. Llegamos a otra fila para guardar las maletas

    pero todos se colaron. Era como si nadie soportara el orden, todo el mundo quera hacer las

    como queran y cuando queran. Capitalismo canbal. Nuestros puestos eran los ltimos,

    delante del bao. El bus encendi motores, el aire acondicionado corri, era muy fro. Jos

    Andrs sac un reproductor y se puso sus audfonos. Por fin pasaba lo que buscaba, por fin

    escapada.

    El puto Ipod dije con rabia.

    Le toco cantar.

    Mejor cuento ovejas.

    Abr la botella de whisky y le di un sorbo. El nio empez a llorar otra vez. Jos

    Andrs sac una cobija vieja y motosa. La salida por la trece es desoladora, polvo, calles

    oscuras, negocios a medio hacer, edificios horribles. La Atenas suramericana era una

    desgracia. Atravesamos Fontibn hasta salir de la ciudad, pasamos por El Rosal, La Vega y

    Villeta. La carretera se volva una culebra a medida que nos alejbamos. El nio ese no

    paraba de llorar, pero no me molestaba tena la cabeza en un sueo.

    Cllese la jeta, no ve que la gente est durmiendo le gritaba la mam.

    Los vidrios se empaaron y cerramos las cortinas un poco, dejando espacio para que

    se colara la luz de la luna. Esa luz que cambia todo y llena de misterio a las cosas como si

    existiera magia en un mundo explicado.

    Las montaas, la carretera, las tiendas con sus tenues bombillos y letreros de

    cerveza guila y Pker tranquilizaban mi atormentada cabeza. Entre las montaas brillaban

    pequeos puntos de luz, como lucirnagas perdidas en un negro mar.

    Tquese el gotero le dije a Jos.

  • 39

    Fui al bao, abr la ventana, me costaba mantener el equilibrio. La chapa tena su

    maa, haba que hacer mucha fuerza, al abrir la puerta choc contra la pared. Un par de

    monjas que iban adelante asomaron sus cabezas por el pasillo. Senta el olor de la hierba en

    la boca.

    Queda? pregunt Jos Andrs.

    No mucho en realidad. chele un poco.

    Su celular estuvo sonando.

    Era mi mam, no le devolv la llamada. Me tom otro trago y me qued viendo a

    travs de la ventana empaada.

    Estara dndose besos y entre sollozos diciendo no te vengas adentro o lo que era

    peor, vente adentro, o estara en su casa murindose de la soledad junto a sus gatos. Cerr

    los ojos. Me vi saliendo de su casa, bajando las escaleras de madera, parado en sus pies,

    caminando juntos para evitar el ruido de la madera y despertar a su hermano. Todo fue un

    secreto, una mentira, algo que nadie poda saber, ni siquiera la madera de su casa.

    Qu pesar que todo esto sea slo un juego para ti.

    No sabes lo que dices. Me da rabia cuando dices esas cosas.

    Haces todo lo posible por ser infeliz, es verdad.

    No sabes nada.

    Era una mujer enamorada de su soledad. Y yo un tonto enamorado de su soledad.

    Caminaba hasta mi casa, con ganas de verla otra vez, pasando por el puente de

    Transmilenio de la ciento diez y seis, las latas sonaban, mi celular vibraba y un mensaje

    llegaba. Me gusta mucho estar contigo.

  • 40

    Jos Andrs regres, bebimos whisky hasta quedarnos dormidos. Me encog, di

    vueltas, no poda acomodarme. De cuando en cuando alguien entraba al bao y se quedaba

    encerrado, golpeaban fuerte para que les abrieran. Jos Andrs estaba en el puesto que da al

    corredor, de mala gana se levantaba y les abra.

    El bus se detuvo. La puerta se abri y la gente comenz a bajar. Corr la cortina,

    estbamos en La Dorada, al lado haba otro bus. Bajamos, afuera la ropa se pegaba a la piel.

    Me quit la chaqueta y fui al bao.

    Las monjitas se bajaron y nos regalaron un escapulario, no dijeron nada, lo guard

    en el bolsillo. El estadero estaba lleno. Las mesas ocupadas y con platos sucios. Me di una

    vuelta viendo qu haba de comer. Me sent en un borde y me fum un cigarro. Jos Andrs

    apareci con un par de cervezas.

    Este clima me da ganas de no dormir. Cmo que uno puede hacer cosas todo el

    tiempo.

    Terminamos las cervezas y volvimos al bus. No poda dormir, com el snduche sin

    ganas. bamos en una gran recta por el Magdalena, al lado y lado grandes potreros,

    manchas negras y vacas acostadas. Una luz de sirena giraba en el techo del bus. Jos

    Andrs daba pequeos ronquidos de ahogado.

    El brillo sol me daba en la cara, me despert. Estbamos en la entrada de la terminal

    del Norte, Jos Andrs estaba profundo, me puse los tenis y lo despert.

    Afuera haca mucho calor. Un olor a frituras me inflamaba el cerebro, fuimos por

    nuestras maletas y buscamos los buses para Santa Fe de Antioquia. Compramos un par de

    arepas y nos sentamos a esperar. El bus sala a las once, eran un poco ms de las diez.

  • 41

    Qu rico culo dijo Jos Andrs con esa mirada espanta mujeres. Mirada de

    violador, de Jeffry Dahmer.

    Era una paisita mona, bajita y apretada, de jean sin bolsillo. Se pas las manos entre

    el pelo y mir de reojo.

    Ah me enfarro y se mordi los labios.

    Me senta sucio, con una capa de mugre muy evidente. Las paisas seguan pasando

    y no saba a dnde mirar.

    Necesito culear, tengo la cabeza llena de semen.

    Yo tambin.

  • 42

    8

    El bus no tena aire acondicionado. bamos con las ventanas abiertas y a toda

    velocidad. El marcador de velocidad estaba apagado. Haba una imagen de la virgen del

    Carmen detrs del puesto de conductor. El viento me sacuda el pelo. Pasamos por el alto

    del Boquern y seguimos por San Jernimo hasta entrar al tnel de occidente, por

    momentos los ojos se me cerraban. Camiones cargados de fruta detenan el trfico. Jos

    Andrs dorma con mucha facilidad, lo envidiaba. El calor creca a medida que nos

    acercbamos, me quit las medias y me remangu la camiseta. El conductor le subi al

    volumen. Eran vallenatos. Carcajadas se oan en la cabina, al lado del conductor iba una

    morenita belfa y carnosa de falda apretada. Sobre el espejo retrovisor colgaba otra imagen

    de la virgen del Carmen. La barriga del conductor sala de su camisa, era redonda y tensa.

    Le mandaba mano a las piernas de la morena.

    Santa Fe de Antioquia 10 kms.

    Me sonaban las tripas, estaba en el momento en que slo poda pensar en comer o

    morir. Jos Andrs me prest su reproductor.

    Time goes by

    Slowly but surely

    Time goes by

    And baby here am I

    I'm wasting my time on you

    Time goes by

    Slowly but surely

    Time goes by

    And sometimes I have to cry

    For loving you like I do

  • 43

    La morenita le dio un beso al conductor y se baj. Mir de nuevo por la ventana:

    Santa Fe de Antioquia 5 kms.

    Estoy desesperado, me duele el culo.

    Qu hambre tan hijueputa.

    Bienvenidos a Santa Fe Antioquia.

    Zona rural: 75.8%

    Poblacin Total: 23.522 habitantes

    Poblacin Urbana: 14.482

    Poblacin Rural: 9.040

    Alfabetismo: 83.2%

    Lo primero que uno senta al bajar del bus, era el suelo ardiendo, no corra aire, en

    el pavimento haba un mensaje de Feliz Navidad. Caminamos a un taller de motos, un

    anciano con cuatro dientes y descamisado nos dio la bienvenida.

    Vienen al festival?

    S, s. Usted sabe de un lugar barato donde nos podamos quedar?

    Todo est lleno, estos das ha llegado mucha gente, vayan al parque y pregunten

    all.

    Bajamos por una cuadra empinada y llegamos a un camino empedrado de casas

    coloniales bien conservadas, con grandes fachadas y ventanas abiertas. Adornos navideos

    colgaban en las calles. Se respiraba cierta alegra, la alegra de fin de ao. De mpusica para

    tomar y gente con buena actitud.

    En cualquier momento me voy a derretir.

    Llegamos al parque principal. Haa rboles grandes y una brisa corriendo entre las

    hojas, alrededor estaba lleno de tiendas. En las bancas parejas de adolescentes se besaban,

  • 44

    nios pasaban montando en bicicletas y lanzndose bombas de agua. A un lado de la plaza

    montaban una tarima. En los postes haba afiches. Era la hora del almuerzo y ola a comida.

    Me voy a comer una empanada dijo Jos Andrs, se quit la maleta y fue a

    unos puestos de frituras. Haba muchos. Volvi con una papa rellena color naranja. Yo

    quera algo ms sustancioso.

    Vamos a esa tienda y nos tomamos una cerveza.

    Sus labios brillaban al igual que su cara. Nos sentamos en una mesa, al lado haba

    una pollera, Pollos Mario. La sombra de un rbol nos cobijaba. Pedimos dos cervezas,

    estaban heladas. Respire profundo y me di un sorbo largo.

    Hombre, estamos buscando dnde quedarnos, usted conoce algn lugar?

    pregunt al tendero.

    Hermano todo est lleno, le toca es bajar por la esquina y preguntar por ah, de

    pronto encuentran algo.

    Terminamos las cervezas, cargamos las maletas y bajamos por la esquina.

    Vea, ah va Vctor Gaviria.

    Vctor era el director del festival, poeta, cineasta y cocainmano, buena mezcla.

    Llegamos a un portn azul. En la entrada haba un pap Noel desteido con un letrero de

    bienvenidos, s hay cuartos. Entramos por un pasillo largo y llegamos a un patio, las

    baldosas del piso eran muy coloridas. En el patio haba un ventilador zumbaba.

    Buenas

    De un cuarto una mujer caderona sali, tena un delantal y un pltano en las manos.

    Qu se les ofrece? dijo mientras se limpiaba las manos con el delantal.

    Estamos buscando un cuarto.

  • 45

    Cuntos son?

    Slo los dos.

    Se devolvi de donde sali y regres con unas llaves.

    Me queda uno, venga lo mira dijo.

    Estaba enfrente de la cocina. Tena un bao, dos camas con colchones viejos, un

    televisor pequeo sobre una mesa con una pata rota, un ventilador de piso, un rollo de papel

    higinico rosado y un jaboncito. Que mas se le poda pedir a la vida.

    Cunto la noche?

    Treinta los dos.

    Descargamos nuestras cosas y pagamos. Apenas se fue la doa pusimos una toalla

    bajo la puerta y prendimos un porro. Jos Andrs sac unos parlantes de su maleta, omos

    algo del rebelde del acorden. De la ducha sala un triste chorro, tocaba baarse por partes,

    primero la cabeza, luego un pies y as. Todava quedaba algo de whisky, dimos unos tragos

    y nos acostamos un rato. Segua sin poder dormir.

    Vamos a comer algo? dije.

    S, camine.

    Volvimos al parque, perfumados y en pantaloneta. Era una tarde fresca y un aire

    nuevo. En la esquina del parque haba una fonda, La pielroja, cuando pasamos buscando

    por un cuarto estaba llena, ya no haba nadie. Nos sentamos, nadie venia a atendernos, silb

    pero no hubo respuesta. Al rato un nio bozudo y esqueltico apareci. Pareca enfermo,

    como sacado de un campo de concentracin.

    Qu hay de almuerzo?

    Slo quedan frijoles y chicharrones.

  • 46

    No pudimos terminarlos. Llenos de gases nos sentamos en la plaza a reposar.

    Personas pasaban repartiendo la programacin del festival, esa noche presentaban La

    Batalla de Argel. Necesitaba cagar, no iba a aguantar toda la noche.

    Un gordo cojo y sin cuello hacia una prueba de sonido. Cantaba boleros pero no era

    nada especial, un tipo cualquiera. Poco a poco la plaza se fue llenando. Carros con msica a

    todo volumen, licor, basura y ruido, la magia del cine.

    Mis paps se van a divorciar dijo Jos Andrs.

    Nos paramos de la banca y caminanos sin rumbo.

    Y eso?

    Ya no se aguantan. Es lo mejor.

    Pareca que lo tomaba con mucha tranquilidad, no pregunt nada ms al respecto.

    Pasamos por la Plazuela Cristbal Toro, seguimos entre cuadras hasta llegar al Hotel el

    Mariscal. BMWs y Mercedes llegaban uno tras otro. En el lobby, Vctor con su bigote

    canoso y de camisa blanca estaba dndole a la vida social, rodeado de un squito de

    fantoches con escarapelas.

    Una brisa ligera soplaba y las palmeras arrullaban. En la esquina luces moradas

    irrumpan con la tranquilidad del ambiente, msica a todo volumen sala del local.

    Reconoc a Too cuando asom la cabeza, hablaba por celular, se tap el odio y se agach,

    tena un afro blandengue y sin personalidad. l era de esos que les gustaba sentirse ms

    inteligente que los dems y usaba palabras rebuscadas pero resultaba aguado. Nuestras

    miradas se cruzaron, levant la cabeza saludndolo y segu mi camino. Jos Andrs fue y

    habl con l.

    Que dijo?

  • 47

    Nada, hablando mierda, el man se est quedando en ese hotel. Desayuno

    continental incluido.

    Caminamos un par de cuadras ms y paramos en una tienda. No se poda entrar,

    haba mucha gente, pedimos una botella de aguardiente. La tendera era una mona flaca de

    dientes desordenados pero tambin quera comrmela.

    No hay fro?

    Fro, no. Ac se toma as, pero si quiero se lo meto a la nevera un rato.

    Nos sentamos en una banca a esperar y a ver la vida pasar. Ms carros llegaban,

    camionetas de vidrios polarizados, una Harley Davidson. Voladores estallaban en el cielo

    despejado y estrellado. Haca mucho tiempo no vea tantas estrellas, sent nostalgia de

    nuevo, era adicto a ella. En un segundo la plaza se desocup, todos iban en direccin al

    parque. Los palos de los voladores caan cerca de donde estbamos.

    Vamos a ver con qu salen dijo Jos Andrs.

    Volvimos donde la mona, nos dio la botella de aguardiente an caliente. Le sonre a

    ver qu pasaba, pero no pas.

    Que pereza las viejas mojigatas.

    El parque estaba lleno de borrachos. Vctor en la tarima daba la bienvenida, gracias

    por venir sin ustedes no somos nada y bla, bla, bla.

    Me senta grasoso otra vez. La cagada me estaba dominando y no me dejaba estar

    tranquilo. El tipo de los boleros result ser argentino, un borracho argentino de nariz roja

    que se tambaleaba y paraba para limpiarse el sudor.

    Voy a orinar, ya regreso dije.

  • 48

    Fui detrs de la tarima, no haba nadie. Me par frente a un poste y orin, me ech

    un par de peos y me sent mejor. Mientras orinaba el cuerpo se me estremeca de placer. La

    msica por fin se cay y las luces se apagaron. Un par de nios fumaban escondidos bajo la

    tarima, eran muy pequeos. Volv a mi puesto, Jos Andrs estaba hablando con una chica,

    no poda ocultar su mirada. Ella tena los ojos verdes y un vestido de flores, a los pies

    tena una maleta.

    Mucho gusto, Mariana.

    Qu bonito nombre. Yo soy Yenfren.

    Jos Andrs me pas un guaro, a mitad de camino se me devolvi. Sent ganas de

    vomitar pero las control. Me alej un poco y escup. Jos Andrs segua sobre ella,

    estbamos en las ltimas sillas, no poda quedarme quieto. Cambiada de posicin cada

    cinco minutos, las sillas eran muy incmodas. De reojo vi el escote de Mariana, tena tetas

    grandes y pecosas.

    Ustedes dnde se estn quedando?

    En una casucha como a dos cuadras respond.

    Ser que hay un cuarto para m?

    La verdad no s, podemos preguntar. Yo no he visto a nadie.

    Me gustaban sus ojos, eran grandes. Pareca dulce e inocente. La pelcula termin y

    volvimos al hostal. La doa estaba dormida.

    Yo creo que puedes quedarte con nosotros.

    En serio?

    No creo que a esta hora consigas algo, ms bien maana buscamos algo.

  • 49

    Mientras se acomodaba entr al bao y descargu. Abr la llave para cubrir el ruido.

    Mariana desempac sus cosas y se dio un bao. Nos sentamos sobre los rodos colchones a

    hablar. Era de Medelln pero haba vivido toda la vida en Bogot. Viva sola, estudiaba en

    la Javeriana. Sus paps vivan en Apartad. Era una persona solitaria y de pocos amigos, le

    gustaban las pelculas de ciencia ficcin. Donde el mundo se vea muy diferente al que

    habitamos pero en el fondo era el mismo con algo de maquillaje encima.

  • 50

    9

    La msica segua sonando. Nos habamos quedados dormidos. Tenamos la ropa

    puesta. Un camin me pas por encima y no lo vi. Me dola todo.

    Cre que te tendra junto a m,

    cre que te tendra junto a m,

    el diablo entre mis discos,

    el diablo en el colchn,

    el diablo duerme a gusto entre los dos,

    el diablo en mis cuadernos,

    el diablo en el saln,

    el diablo vuela lento alrededor.

    Jos Andrs estaba enroscado al borde de la cama. Afuera del cuarto una olla pitaba.

    Sal por algo de tomar, en la cocina haba mucho movimiento, nadie me vio. Un loquito

    estaba sentado a la entrada de la casa, no tena zapatos y estaba lleno de cicatrices. El sol

    era muy brillante y me cost abrir los ojos

    Dond hay una panadera? le pregunt.

    Camine lo llevo, nio Se llamaba Hernando, tena pegante en la boca y casi no

    se entenda lo que deca.

    Yo soy amigo del presidente del cine.

    De quin? pregunt.

    Del presidente, el de bigote.

    Ah, de Vctor.

    S, s, se. l es amigo mo.

  • 51

    Me llev hasta una panadera cerca de la alcalda y me esper en la entrada. Le di

    un par de panes y me acompao de vuelta al hostal. Todo el mundo lo conoca. Comparado

    con l, el nio bozudo era un modelo de Calvin Klein.

    Buena nio, cuando necesite algo me avisa. Yo me la paso por ac.

    Al entrar al cuarto Mariana abri los ojos, se desperez y luego se meti dentro de

    la cobija. Revis la programacin, cine y poder era el tema del festival. Pasolini y Costa

    Gravas estaban en la seleccin. En la mesa estaba la botella de aguardiente, quedaban un

    par de tragos, las copas estaban en el suelo. Flotaba ese olor rancio de cuerpos tibios

    alcoholizados

    No tienes guayabo? pregunt Mariana.

    Tengo mucha sed T?

    Mucho. Me duele pensar.

    El sol era desgastante, daban ganas de quedarse quieto, de pasarse el da en una

    mecedora bajo una sombra. Mariana se levant dando tumbos.

    Me duele el cuello dijo Jos Andrs y se recost contra la pared. Se qued all,

    con los ojos cerrados, suspir y fue directo al bao. Era casi medioda. En el bao se oan

    los ruidos de Jos Andrs vomitando, luego abri la ducha. Mariana sac ropa de su maleta

    y una bolsita de flores. Se puso una paoleta en la cabeza y salimos.

    Un grupo de jeeps pas pitando ya haciendo alboroto, gente colgaba del techo, iban

    echando plvora y con la radio a todo volumen. Jos Andrs llevaba puesta una gorra de

    Suicidal Tendencies; yo una camiseta de Bad Brains.

    Qu chimba de camiseta, loco grit alguien del jeep y me mostr el pulgar.

  • 52

    De la casa de al lado sali la doa con una bolsa llena de pltanos. Mariana se

    devolvi al cuarto por un bloqueador, la doa entr a la cocina y nos llam. Tena cara de

    pocos amigos.

    No que eran slo dos?

    S, lo que pasa es que ella no tena donde quedarse. No me dej hablar, su

    tono de voz se volvi altanero y agresivo.

    Eso a m no me importa, si las cosas van a ser as, mejor se van en esas sali

    Mariana del cuarto.

    Cmo as?pregunt Jos Andrs.

    Si van a estar metiendo viejas mejor cogen sus cosas y se van esta misma tarde

    La doa volvi a la cocina refunfuando y hablando entre dientes. Nos miramos

    desconcertados y salimos.

    Qu pena dijo Mariana.

    Fresca.

    Y ahora?

    Vmonos de ac, ni que fuera el nico sitio. Vieja miserable.

    Yo no quera meterlos en problemas

    Pero no es un problema, no te preocupes.

    Caminamos en silencio hasta Pollos Mario, all estaban los cineastas de mi

    universidad. Se quedaban en buenos hoteles. Hablaban del futuro del cine, de lo digital, de

    las cmaras 3ccd, de la nueva Phanton Flex, de la Red One, del registro en exteriores y luz

    da, de las nuevas luces de Congo, yo los oa sin decir nada. Me aburra hasta el infierno.

    Eran cinco tipos sin mujeres tratando de parecer interesantes, necesitaban de los placeres de

  • 53

    la carne. Jos Andrs se qued con ellos. Busqu una excusa y me fui con Mariana baj un

    rbol. Las ventajas de la sombra.

    Y qu vas a hacer cuando vuelvas a Bogot? pregunt.

    Seguir tratando de sacar el olor de Celeste de mi almohada. Buscar un trabajo.

    Volver a empezar, irme, fracasar, ser yo. Prefera no pensar y esperar que todo fuera

    pasando.

    Quiero hacer un corto, ya tengo algo escrito, necesito buscar un poco de dinero

    respond sin verla a los ojos.

    Al frente estaba un vendedor de raspados, las abejas estaban pegadas a las botellas

    del jarabe. Los turistas de caras rojas hacan fila. Detrs del carrito salt Hernando por entre

    las matas del jardn que adornaba el parque, tena un mango entre las manos y la boca llena

    de hilachas.

    Vamos al ro o qu?

    Mariana me mir y alz los hombros, no tenamos ningn plan. Compramos unos

    raspados y nos fuimos. Pasamos por la iglesia de Santa Brbara y la de Jess de Nazareno,

    era un pueblo creyente. Tenan ocho iglesias. Pareca ser que la cuestin era tener un lugar

    para descargar la conciencia. Pecar, rezar y empatar. No era un buen sitio para regenerarse,

    el perdn estaba en cada esquina, o al menos eso que dicen perdon.

    Padre tengo relaciones con la mam de mi mejor amigo, la he grabado varias

    veces y he vendido los vdeos.

    Es bonita?

    S, padre.

    No te preocupes hijo. No es pecado.

  • 54

    As de simple, de nuevo a la calle sin ese peso. Nada que unos cuantos Ave Maras

    y Padre Nuestros no arreglaran.

    Seguimos por el cementerio y bajamos hasta encontrar una carretera destapada.

    Haba casas totalmente cercadas, se oa a la gente saltar en la piscina. Nos asomamos entre

    las rejas pero no se vea nada, unos motores se acercaban. Tres cuatrimotos pasaron a toda

    velocidad. Los perros de las casas aledaas empezaron a ladrar, asomaban sus narices entre

    las cercas. Las cuatrimotos dejaron el camino empolvado. Nos cubrimos la cara con las

    camisetas. Hernando sigui como si nada, no sudaba, no le daba calor, pareca una roca.

    Caminbamos por donde haba sombra, los rayos de luz se colaban entre las hojas de los

    rboles. Los cachetes de Mariana estaban rosados. Llegamos a un puente sobre un

    riachuelito, cuatro tipos estaban parados, dos a cada lado, vestan pantaloneta y chanclas.

    Sus caras, sus miradas, esa primera imagen. Tensin.

    No se van a timbrar, yo los conozco dijo Hernando.

    Mientras pasamos los hombres nos miraban, siguiendo nuestros pasos. Mariana me

    tom de la mano y la apret.

    Bien o qu? dijo el ms malacaroso.

    S, todo bien, ac con los pelados respondi Hernando.

    Pasamos el puente y Mariana me mir.

    Yo s dije. Yo s.

    Era la desconfianza y el miedo de estar en un lugar extrao. En un pas como este,

    hay que tener cuidado. La muerte vive en todos lados.

    Hernando hablaba de Vctor.

  • 55

    El presidente del cine me regalo una camiseta esta maana. Me la voy a poner

    esta noche.

    Ya podamos or el ro. No eran gran cosa, no llevaba mucha agua. Caminamos por

    el borde y nos hicimos entre rboles, estaba lleno de mosquitos. Nos quitamos los zapatos y

    metimos los pies entre al agua, estaba tibia. Hernando se quit la pantaloneta y se meti en

    calzones. Yo me quit la camiseta y la bot a la orilla.

    Mtase ac en lo hondo dijo.

    Al otro lado del rio una mujer lavaba ropa. Mariana busc una piedra grande donde

    recostarse. Yo segu a Hernando, nad un rato, dejndome llevar por la corriente,

    recobrando el aliento y viendo al cielo. Mariana tiraba piedras. No poda quejarme, tena la

    cabeza despejada. Hernando era un delfn, se hunda, desapareca y luego sala sacudiendo

    la cabeza y sonriendo. de dnde sacaba energa? No lo s, pero pareca no terminrsele.

    No te vas a meter grit a Mariana. Ella levant la cabeza, me mir y sonri.

    Tengo mucha hambre.

    Vamos a comer, los mosquitos me van a volver mierda.

    Un perro apareci en la orilla y se acerc, era negro y blanco. Mariana le pasaba la

    mano sobre el lomo y las orejas. Recuper mis cosas y esper a estar seco. Las nubes

    cubran el sol e hicieron el camino al pueblo ms refrescante. En el puente los pillos

    seguan enraizados. Era tanta la costumbre de hacerse el de las gafas que me odiaba por

    momentos. En el parque todo segua igual, la misma mesa, los mismos puestos. El cine

    esto y el cine y lo otro y bla, bla, bla. Mariana se sent a la mesa con un paquete de papas,

    el perro se acost a sus pies. Me alej de ellos, donde no haba tanto ruido y llam a mi

  • 56

    mam, estaba de mal genio, siempre se me olvidaba llamarla. Me dijo lo de siempre, que

    era un desagradecido, que eso no me costaba nada.

    El pueblo se parece a Villa de Leyva, slo que lleno de paisas.

    Mucho juicio dijo y colgamos.

    Las tripas me sonaban y slo poda pensar en comida, en una hamburguesa, en un

    buen pedazo de carne, en una chuleta. Hernando nos recomend un restaurante cerca del

    hostal. Materas y mesas de madera sucias, sonaban boleros, una nia caderona nos llev

    una jarra de limonada de panela y unos patacones de cortesa. Eran pocas las opciones para

    escoger, frijoles o frijoles, en cazuela o en bandeja, con carne o huevo, sin arepa o con

    arepa. Mariana guard su arepa para el perro que nos esperaba en la entrada.

    Has visto El inquilino? dijo Mariana.

    Es muy chvere, me gusta mucho, de mis favoritas.

    Los de la escuela pasaron, iban cantando y abrazados, el perro les ladr, por entre

    una ventana se asom Too.

    Vamos a una conferencia en el museo Juan del Corral, va ir?

    No, vamos al hostal a descansar un rato.

    Jos Andrs iba de primero, tropezndose con las piedras del camino empedrado.

    Tenemos que buscar dnde dormir dijo Mariana.

    No me caba un frijol ms. Mariana guard algunos sobrados en una servilleta. Nos

    miramos a los ojos, buscando algo, lo que est detrs de las miradas.

    Por qu me miras as?

    As como?

    Como perro regaado.

  • 57

    No s, as es mi mirada.

    Pagamos la cuenta. A la salida Mariana le dio las sobras al perro, este se fue detrs

    de nosotros. Entramos a la Catedral Baslica de la Inmaculada Concepcin, un par de

    viejitas rezaban de rodillas. Nos sentamos en la ltima banca, Mariana rez y volvimos al

    hostal. El perro nos sigui y se qued en la entrada. Al pasar por la cocina la doa nos

    abord y nos pidi la llave, haba alquilado el cuarto a una gente que vena de Medelln.

    Tena el mismo delantal del da anterior, una mam Noel con un gorro del DIM.

    Necesito que me desocupen rpido, hay que limpiar antes de que lleguen los

    huspedes dijo desafiante y cuadramos cuentas.

    Cules cuentas s ya pagamos dije.

    Es que no me piensen pagar por la otra persona o qu, qu creyeron?

    Pero eso no es en lo que habamos quedado.

    Yo no quiero problemas con nadie, ustedes me pagan y ya, son veinte cinco mil.

    Yo los pago, fresco, no hay problema dijo Mariana.

    Hicimos nuestras maletas, llam a Jos Andrs pero no contest, empacamos lo

    suyo y salimos. Revis debajo de las camas, en una esquina estaba el escapulario que me

    haba regalado la monja en el bus, lo met en el bolsillo.

    Vea ah est su plata dije a la doa y se la entregu, ella sin contarla la meti en

    su delantal.

    El perro estaba echando a la entrada de la casa, al ver a Mariana tena sobras de

    comida en los bigotes. De las piedras emanaba una ola de calor sofocante, en la calle todos

    vestan de blanco y tenan collares. Iban rumbo hacia el parque de Santa Brbara, ver El

    Accatone. En el parque Hernando correteaba nios en bicicletas.

  • 58

    Tos qu nio? dijo.

    Necesito un lugar bien barato pa quedarnos.

    Los dems nios hacan ademanes para que los siguiera, Hernando no les prest

    atencin y nos llevo a donde el bus nos haba dejado. Caminamos una cuadra ms y

    llegamos a un taller. Bajamos unas escaleras, las paredes estaban llenas de grasa.

    Es lo ms barato que van a encontrar dijo Hernando.

    El cuarto era muy parecido al otro slo que no haba techo y se oa a los vecinos

    pensar, a los carros pasar por la carretera y a los perros ladrar, de resto estaba bien.

    Descargamos maletas y nos botamos en las camas, eran pequeas y los colchones

    incmodos y deformes.

    El calor haba bajado. Las campanas de la iglesia repicaron. Estaba muy cansado,

    reposaba boca abajo con las manos por fuera de la cama. Mariana estaba en la cama de al

    lado, sent sus dedos contra los mos, eran delgados, largos y suaves. Nos rozamos con

    timidez. Abr los ojos y la mir, me hizo un gesto y me pas a su cama. La abrac por la

    espalda, le bes el cuello, su respiracin se aceler. Lam su oreja, ella se dio vuelta y nos

    besamos con desespero, como si el mundo se fuera a terminar esa noche. Mord sus labios

    con fuerza, le pas las manos por el pelo. Ella meti su mano en mi pantaloneta. Estaba

    duro, le cog las tetas con fuerza y se las chupe. Estaba mojada.

    Tienes condones? pregunt.

    No t?

    Tampoco cada vez estaba ms mojada.

    Dale as, no importa.

    Nos quitamos todo. Su piel estaba salada, gema de placer mordindose los labios.

  • 59

    Mtemelo, por fa dijo.

    Me hice encima, vindola a los ojos.

    Vente adentro.

    La cama rechinaba, pareca un animal. Le di con fuerza y me vine, ca rendido

    sobre su cuerpo y me qued dormido. Ella me abraz y me bes. Quedamos profundos, a

    medianoche me despert baado en sudor. Mi brazo estaba debajo de su cuello, no quera

    despertarla, de a poco lo fui sacando. Fui al bao, abr la llave, beb un poco de agua y

    regres a la cama. Di vueltas un rato, no poda dormir, me costaba dormir con alguien al

    lado. Ni siquiera con Celeste, ni siquiera en su cama doble con cobija de plumas poda

    hacerlo. Me cambi de cama y dorm solo.

  • 60

    10

    Sal del cuarto sin hacer ruido, Mariana estaba profunda. Llam a Jos Andrs

    varias veces pero me responda el buzn. Fui hasta el parque y all lo encontr en una

    banca, dormido, la gorra le tapaba cara, al menos no se iba a quemar. A su lado estaban los

    de la universidad en las mismas, una botella de aguardiente a medio beber estaba en el

    suelo.

    Oiga y le di un golpe en la cabeza . Levntese.

    El maldito ebrio abra los ojos y se daba media vuelta, fui por una bolsa de agua y se

    la eche encima. Se cubra con las manos tratando de detener el chorro.

    La polica se lo va a llevar dije.

    A duras penas poda mantenerse en pie. Intent dar unos pasos pero termin en el

    suelo.

    Yo puedo y me empuj.

    Un par de viejitas se rean de la situacin. Tuve que cargarlo, ola a mierda, haba

    algo de vmito en su camiseta. A mi lado estaba el canchoso otra vez. Antes de llegar al

    cuarto ya tena gotas de sudor corriendo por la frente. Bajando las escaleras se volvi a

    caer, se levant con cara de asustado, abr la puerta del cuarto y se bot en una cama.

    Mariana se despert asustada, no tena ropa, se puso la sbana encima. Estaba rosadita y

    sonriente

    Dnde estaba?

    En el parque.

    El celular son, hice un ademn a Mariana y sal del cuarto.

    Cmo ests?

  • 61

    Bien, y t?

    Bien, te llam esta maana a tu casa y tu mam me dijo que estabas de viaje,

    estaba por tu casa y tena ganas de verte.

    Estoy en el festival de cine de Santa Fe de Antioquia.

    Qu rico sol, yo quiero paseo.

    Ha estado bien, hace mucho calor.

    Cundo regresas?

    En un par de das.

    Sub las escaleras y me sent a la orilla de la carretera.

    T qu? Cmo vas?

    Ah, mi pap est muy enfermo, maana me voy a Mariquita.

    Qu tiene?

    No s, cada vez es peor, no pude caminar, est mal de la rodilla, lo tienen que

    operar Aghh. Mi mam no me quiso decir bien.

    Lo siento.

    Y otra vez ese maldito silencio que destruye todo.

    Bueno, nada, llamaba a saludarte.

    Vale, gracias, cudate y buen viaje.

    Al final su voz me decepcionaba de la vida. Tena que dejar de pensar en ella

    porque ya no es eso que fue, slo eran recuerdos. El primer beso. En esa casa donde no

    conocamos a nadie y nadie nos conoca. En esas escaleras donde lleg caminando con sus

    ex novios, como si fueran amigos. En esa noche que la llam y me dijo que s, en esos das

  • 62

    donde siempre deca que s y hablbamos hasta que el telfono se descargara. Qu lejos

    haba quedado todo

    As no me creas fue uno de los das ms bonitos de mi vida dijo alguna vez Qu

    razn tena yo para creerle? Si conoca su forma de mentir, s la haba odo mentir un milln

    de veces.

    En el apartamento una lmpara iluminaba la sala, nos sentamos en un sof. El ron

    nos quit la timidez hasta llegar a las carcajadas. De a poco nos bamos acercando, me

    refiero a ese tipo de acercamientos entre un hombre y un mujer,

    Eres un payaso dijo.

    Odio que me digan eso.

    Puse mi mano sobre su pierna.

    No me mires as y se tap los ojos.

    Nuestros cuerpos se acercaban, las miradas eran cada vez ms largas. Ella puso su

    mano sobre mi cabeza y nos besamos despacio y apasionado, queriendo comernos la

    lengua. Puse mi mano en su cintura y pase mi lengua sobre sus labios. Su boca entreabierta

    y su respiracin lenta. Con trabajo nos despegamos, estaba mareado y quera besarla de

    nuevo. Quera besarla siempre, lo supe.

    Qu haces? pregunt Mariana, ya se haba baado y tena un vestido negro

    escotado.

    Nada. Estaba pensado.

    En qu?

    Nada en especial.

    Me levant del andn y me hice en la sombra.

  • 63

    En la crcel del circuito judicial va a haber una conferencia, vamos?

    Fui al cuarto y me met a la ducha. Un chorro fuerte y helado sali, Jos Andrs

    roncaba, pareca una bestia furiosa. Me puse ropa limpia y sal. Burros cargados con

    tamarindo pasaban guiados por un par de nios de cachetes rojos.

    Del oriente venan nubes grises. Nos tomamos una foto al frente de la estacin de

    polica, en una pared haba un pjaro disfrazado de pap Noel. En la entrada de la

    conferencia repartan abanicos de cartn, el sitio estaba a reventar. Ella me tom de la

    mano y nos hicimos en la parte de atrs, el calor era insoportable, no haba ventanas y el

    nico ventilador estaba en la mesa de los ponentes. La camiseta se me peg a la piel, por

    momentos me qued dormido.

    Esto est muy aburrido le dije a Mariana.

    Salimos con cuidado, tratando de parecer invisibles. Haba un silencio fnebre, uno

    de los ponentes sigui nuestro camino hasta que salimos. Fuimos por un raspado al parque.

    Maana me voy dijo Mariana. Mis paps me estn esperando en Apartad.

    Pens que te ibas a quedar ms tiempo.

    No puedo, adems quiero verlos, hace mucho no los veo.

    Me imagino Me mir con ganas de decir algo pero se arrepinti, luego por fin

    lo hizo.

    Quieres ir conmigo?

    No saba qu decir. No tena nada qu hacer en Bogot. Me demor en responder,

    ella mantuvo sus ojos distrados, tratando de no darle mucha importancia.

    Dale, de una.

    En serio?

  • 64

    S, en serio y me dio un beso en la mejilla.

    Qu bueno, me aburro mucho all, no tengo a nadie con quien hablar y me la

    paso durmiendo todo el da.

    Se senta raro. No quera pensar, solo quera disfrutar del clima, del paisaje, de los

    baos de agua helada, de sus manos delgadas y de sus besos.

    Sus paps tenan una finca bananera. Le brillaban los ojos cuando hablaba de su

    pap.

    Me hace mucha falta vivir con ellos, pero creo que ya no podra hacerlo, me he

    vuelto muy independiente.

    Me gustara poder vivir solo.

    Es muy chvere qu nadie te diga nada, llegar a la hora que sea, no darle

    explicaciones nadie. Pero a veces hace falta la familia.

    Todo hace falta en cierto momento.

    Volvimos al cuarto por Jos Andrs. Estaba saliendo del bao en calzones.

    Parce no me acuerdo de nada. Me despert y no tena ni idea de dnde estaba.

    Sabe dnde est?

    Mir alrededor desconcertado.

    Ni idea.

    Nos toc cambiarnos de hostal porque la vieja esa nos sac toda rabona. Yo le

    estuve marcando pero usted no contest.

    Bot el celular y se tumb en la cama.

    Por la noche fuimos Bienvenido Mr. Marshall. La pantalla era grande, el sonido

    apestaba. Nos sentamos en el suelo, recostados sobre una pared. Mariana no paraba de rer,

  • 65

    en medio de la funcin fuimos por algo de tomar, haba dejado la billetera en el cuarto y no

    tena un peso.

    Fresco, yo pago dijo Mariana, saqu dos botellas de agua y ped una caja de

    chicles.

    No encuentro la billetera.

    Salimos corriendo de la tienda y fuimos a donde estbamos pero no haba nada,

    buscamos alrededor. Mariana le preguntaba a cualquier persona si la haba visto, buscamos

    bajo las sillas, en las canecas, en las esquinas, debajo de los carros, fuimos hasta el cajero a

    ver si alguien se acercaba pero nada. Nadie apareci.

    Tenas mucha plata?

    Como 50.000 mil en efectivo, de resto estaban las tarjetas y mis papeles.

    En los momentos malos las frases optimistas pueden ayudar, de la repeticin nace la

    perfeccin. Es lo que dicen, aunque todo juegue en contra.

    La vamos a encontrar.

    Revisbamos de nuevo bajo las sillas, en los mismos sitios donde ya habamos

    revisado. Esperamos hasta que la pelc