¡Llenos de Poder!

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Cómo dirigir a los niños al bautismo del Espíritu Santo ¡Llenos de poder!

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Para la Escuela Bíblica

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Cómo dirigir a los niños al bautismo del Espíritu Santo¡Llenos de poder!

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Cómo dirigir a los niños al bautismo del Espíritu Santo

Niños de África

Caja de herramientas para el ministerio a los niños

materiales didácticos para cambiar la vida de los niños de África

© 2008 por Philip y Robin Malcolm

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El Rev. Philip Malcolm y su esposa Robin han dedicado totalmente su ministerio a los niños desde 1991. En 1998 fueron nombrados por las Misiones Mundiales de Las Asambleas de Dios para servir a los niños de África. Desde su nombramiento, los Malcolm han vivido en Costa de Marfil y en Togo, y han trabajado con niños y con hijos de ministros en varias otras naciones africanas.

Antes de su nombramiento a las misiones mundiales, Philip fue pastor de niños en los estados de Washington y Oregon. Él es ministro ordenado y tiene un título de BA en Ministerios pastorales otor-gado por la Northwestern University de Las Asambleas de Dios.

Desde la edad de doce años, Robin ha trabajado con niños en la iglesia local. Tiene experiencia en pedagogía preescolar y ha trabajado al lado de Philip para alcanzar a los niños con el evangelio y para preparar obreros.

iSobre los autores

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El año 2006 marcó el centenario del movimiento pentecostal que dio a luz Las Asambleas de Dios. Este manual es un intento de compartir con nuestros niños la base de nuestro patrimonio pentecostal. Creemos que todo cristiano necesita que el poder del Espíritu Santo obre en su vida.

Este manual es solamente una introducción a la vida en el Espíritu. No tiene la intención de ser un curso completo sobre el Espíritu Santo. De hecho, el material se concentra principalmente en un aspecto clave – el bautismo del Espíritu Santo. Es nuestra esperanza que este manual sea el punto de partida que permitirá que el Espíritu Santo se convierta en un tema central en su ministerio y en la vida de sus niños.

El material que sigue se presenta como una serie de preguntas y respuestas. Cada capítulo examina brevemente un aspecto del bautismo del Espíritu Santo. A medida que comience a leer este manual, tome tiempo para leer detenidamente Hechos 1:3-9 y Hechos capítulo 2. El detallado relato de los dis-cípulos en el día de Pentecostés forma el fundamento de nuestro estudio. Para más información sobre este tema y sobre el Espíritu Santo en general, se incluye una lista de recursos, la que usted puede usar para más estudio.

Oramos que Dios bendiga su ministerio de alcanzar a los niños con el evangelio. Que el Espíritu Santo le dé el poder necesario para cambiar a su mundo para la gloria de Dios.

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Introducción

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Introducción

Sobre los autores

1. ¿Quién es el Espíritu Santo y qué es lo que hace?

2. ¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?

3. ¿Los niños necesitan el bautismo y lo pueden recibir?

4. ¿Cómo puedo enseñar sobre el bautismo del Espíritu Santo?

5. ¿Qué preguntas hacen los niños sobre el bautismo?

6. ¿Cómo puedo ayudar a los niños a orar por el bautismo?

7. ¿Cómo puedo ayudar a los niños a crecer en el Espíritu?

Otros recursos y lecciones practicas

Bibliografía

Índice

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1 Capítulo¿Quién es el Espíritu Santo y qué es lo que hace?

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1Para dirigir a sus estudiantes hacia este precioso don del bautismo del Espíritu Santo, usted debe

comenzar con entender quién es el Espíritu Santo y qué es lo que Él hace.

Imagínese a una maestra de escuela que no entiende la matemática más básica. Ella no podría enseñársela a sus estudiantes. Si lo tratara de hacer, los estudiantes simplemente se confundirían. De la misma manera, si usted, un maestro espiritual, no entiende al Espíritu Santo, quién es y cómo obra en su vida y en la vida de sus estudiantes, su instrucción sólo confundiría a sus estudiantes.

¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es Dios. Este hecho es central para entender al Espíritu Santo. Creemos en un solo

Dios verdadero que se nos revela en la Trinidad. La Trinidad es un solo Dios expresado en tres perso-nas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.

Los tres existen al mismo tiempo y comparten todas las características y el poder de Dios. Pero al mismo tiempo, cada uno es una persona separada. Entender completamente a la Trinidad está más allá del alcance de nuestra mente humana. Como cristianos, aceptamos por fe que ciertos aspectos de Dios están más allá de nuestro entendimiento. Para el propósito de esta discusión, sólo es importante que comprendamos que el Espíritu Santo es Dios.

Jesús se refirió al Espíritu Santo como Dios en Mateo 28:19 cuando les dijo a sus discípulos que fueran e hicieran discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los escritores de la Biblia también se refieren al Espíritu Santo de la misma manera. Segunda de Corintios 13:14 y 1 Pedro 1:2 específicamente mencionan a las tres personas de la Trinidad, que incluye al Espíritu Santo.

En el libro de los Hechos, los discípulos de Jesús mencionan frecuentemente que el Espíritu Santo tiene las características de Dios y que hace la obra de Dios. Para más estudio, lea Hechos 1:16; 5:3,9,32; 7:51; 8:29,39; 10:19; 11:12; 13:2,4; 15:28; 16:6,7; 20:23,28; 28:25.

¿Qué hace el Espíritu Santo?Porque Él es Dios, el Espíritu Santo hace la obra de Dios. Génesis 1:1,2 específicamente declara que

el Espíritu estaba presente cuando el mundo fue creado. Él es Dios desde el principio y Él está activo a través de toda la Biblia.

El Espíritu Santo hace muchas cosas diferentes. Algunas de ellas, como inspirar la Escritura y diri-gir y llamar a los creyentes, son obras que comparte con las otras personas de la Trinidad. Otras cosas son obra única del Espíritu Santo.

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El Espíritu Santo influencia la vida de la persona en el momento de su salvación. Es el Espíritu Santo el que nos santifica, o nos limpia, el corazón cuando le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados (2 Tesalonicenses 2:13 NVI). Después que somos creyentes, el Espíritu Santo se convierte en una voz de la conciencia. Él nos habla al corazón y nos dice cuándo hemos desobedecido a Dios (Juan 16:8 NVI). Él nos lleva a la verdad (Juan 16:13-15 NVI) y nos consuela en los momentos de angustia (Juan 14:16,26 NVI).

Un creyente lleno del Espíritu tiene la ayuda del Espíritu Santo para orar como Dios quiere que oremos. Porque nosotros no lo sabemos todo, a veces no sabemos cómo orar. Pero el Espíritu Santo lo sabe todo. Él ora por medio de nosotros cuando hablamos en lenguas – nuestro lenguaje celestial. Romanos 8:26,27 dice que Él habla por nosotros.

El Espíritu Santo hace muchas otras cosas por nosotros como creyentes. En este manual sobre el bautismo del Espíritu Santo, nos vamos a concentrar en una cosa importante que el Espíritu Santo hace en nuestra vida: Él nos da poder para testificar a los demás.

Los primeros dos capítulos de Hechos describen en detalle cómo se les dio a los discípulos el don del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. El don inmediatamente se hizo evidente cuando Pedro, quien anteriormente había negado tan siquiera conocer a Jesús, con valentía predicó a los que estaban adorando en el templo. ¡El Espíritu Santo nos puede dar poder y valentía para hablar de Jesús a la gente!

Todo el que acepta el don de la salvación de Dios recibe al Espíritu Santo en su vida, porque el Es-píritu Santo es Dios. Pero la Biblia claramente nos muestra que este poder del Espíritu Santo, llamado el “bautismo del Espíritu Santo” se nos da como un don aparte, diferente del don de la salvación.

Los discípulos, que hacía más de tres años ya habían escogido seguir a Jesús, fueron llenos del Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hechos 2:4 NVI) y comenzaron a testificar con valentía. Luego en el Nuevo Testamento, hay más ejemplos de que el don del Espíritu Santo es diferente del don de la salvación. En Hechos 19:1-7 Pablo preguntó a los discípulos en Éfeso (nota: ya eran creyentes) si habían recibido al Espíritu Santo cuando creyeron. Cuando respondieron que no, él oró por ellos y “el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar” (Hechos 19:6 NVI).

Las Asambleas de Dios está dedicada al bautismo del Espíritu Santo porque la experiencia es un enfoque importante del cristianismo del Nuevo Testamento. De hecho, es tan importante que es una de las cuatro creencias (o doctrinas) centrales de nuestra confraternidad.1 No obstante, nuestros niños nunca tendrán la experiencia pentecostal a menos que nosotros se la pasemos a ellos.

1 El bautismo del Espíritu Santo es una de las “Cuatro verdades que definen a Las Asambleas de Dios”. En una declaración de las cuatro creencias (o doctrinas) centrales de la confraternidad, Las Asambleas de Dios declara que “Todos los creyentes tienen derecho a y deben esperar ardi-entemente y buscar seriamente la promesa del Padre, el bautismo del Espíritu Santo y fuego, de acuerdo con el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo. Esta era la experiencia normal de todos los de la Primera Iglesia. Con ella viene el investidura de poder para la vida y el servicio, el otorgamiento de los dones y sus usos en la obra del ministerio”.

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¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?2 Capítulo

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5Antes de volver al cielo, Jesús les dio a sus discípulos sus instrucciones finales. Él les dijo que

fueran testigos por todo el mundo. Pero antes de que pudieran ser testigos, Él les enfatizó que era necesario que recibieran el don del Espíritu Santo. Él se refirió a este don como “la promesa del Padre” (Hechos 1:4 NVI).

El libro de los Hechos es un maravilloso relato de la Iglesia del primer siglo – una Iglesia que era obediente al mandamiento de su Señor de recibir el bautismo del Espíritu Santo. Como resultado, con efectividad los creyentes esparcieron el evangelio de Jesucristo por todo el mundo entonces conocido. Así que, ¿qué es este “bautismo del Espíritu Santo” que les permitió tener éxito?

¿Qué necesito saber sobre el bautismo del Espíritu Santo?En el capítulo anterior, hablamos de algunas de las cosas que el Espíritu Santo hace por los cristia-

nos. El Espíritu Santo está activo en la vida de todo creyente desde el momento de la salvación. Pero es importante recordar que el bautismo del Espíritu Santo es una obra separada de lo que hace el Espíritu Santo en el momento de la salvación. Estos dos sucesos a veces pueden verse juntos, o pueden estar separados por días, meses o hasta años, dependiendo de cuándo esté listo el corazón del creyente.

Esta obra del Espíritu Santo que llamamos el “bautismo” es la de llenarnos de poder espiritual. Este poder se nos da por una razón específica: para cumplir con la misión de Dios. Fue con este propósito que Jesús les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta recibir el don del Espíritu Santo: para que tuvieran el poder para ser testigos y hacer discípulos de todas las naciones (Hechos 1:8 NVI).

El bautismo del Espíritu Santo es para todo el que ya ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador. Cuando los creyentes oraron el día de Pentecostés, “todos fueron llenos del Espíritu Santo y comen-zaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (Hechos 2:4 NVI). Na-die quedó excluído. No sólo los apóstoles recibieron, sino todos los hombres y mujeres de ese grupo de 120 personas. El apóstol Pedro habló a los que observaban y les dijo que después que se arrepintieran y creyeran en Jesús, ellos recibirían. Él dijo, “la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar” (Hechos 2:39). El bautismo del Espíritu Santo está prometido a todo el que ya haya confesado fe en Jesucristo y que se ha hecho parte de la familia de Dios.

El bautismo del Espíritu Santo es el comienzo de una vida llena del Espíritu. Como resultado de este don de poder en nuestra vida, el Espíritu Santo puede ayudarnos a llevar una poderosa vida cristiana y a vencer el pecado (Romanos 8:4-5). Él nos puede ayudar a crecer en madurez espiritual y a desar-rollar el “fruto del Espíritu”. Características como amor, gozo y paz crecerán en nuestra vida al mismo

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tiempo que crezcamos en el ministerio lleno del Espíritu (vea Gálatas 5:22-25 para una lista completa del fruto del Espíritu).

Finalmente, es importante saber que el bautismo del Espíritu Santo es un don de Dios. Es gratis. No se gana. Lo único que tenemos que hacer es pedirlo. En Lucas 11:13 Jesús promete que el Padre le dará el Espíritu Santo a todos los que lo pidan.

Esto no quiere decir que todo el que pide este don lo recibirá inmediatamente. Dios, en su sabi-duría, bautizará a cada creyente cuando su corazón esté recto delante de Él. Lo recibirán cuando estén listos para usar el poder y la responsabilidad que viene con este don. Hasta los discípulos, cuando reci-bieron el don el día de Pentecostés, habían esperado y orado por muchos días antes de recibirlo.

¿Cómo sé si es que he recibido este don? Si lo único que hay que hacer es pedir a Dios que nos bautice en el Espíritu Santo, ¿cómo sabemos

cuando hemos recibido ese don? No podemos ver al Espíritu Santo, así que ¿cómo podemos saber cu-ando nos ha llenado con su poder?

Jesús comparó el bautismo del Espíritu Santo con el bautismo en agua (Hechos 1:5 NVI). Cuando un creyente es bautizado en agua, es sumergido. Cuando sale del agua, siente el agua en la piel y en la ropa. ¡Otros pueden ver que ha sido bautizado porque está mojado!

El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia parecida. Se puede sentir cuando está sucedien-do, tal como se siente el agua cuando se es bautizado en agua. Sin embargo, es más que un sentimiento; es una experiencia real. Todo el que ha sido bautizado en el Espíritu sabe sin ninguna duda dónde y cuándo sucedió. Pero lo más importante, también sabe quién lo bautizó. Pues sólo hay un Bautizador divino – ¡nuestro Señor Jesucristo! “El los bautizará con el Espíritu Santo” (Mateo 1:8 NVI).

Dios también nos ha dado una señal visible de que hemos recibido su don. La Biblia llama esta se-ñal “hablar en otras lenguas”. Es la primera evidencia visible del bautismo del Espíritu Santo. Hablar en lenguas quiere decir que la persona que es bautizada comienza a hablar en un idioma que no conoce y que nunca ha aprendido. Este idioma a veces se llama lenguaje de oración o lenguaje celestial.

El libro de los Hechos menciona cinco veces a creyentes bautizados en el Espíritu. Tres de los pasajes dan detalles del suceso, y hablar en lenguas se menciona cada vez (Hechos 2, 10, 19 NVI). En Hechos capítulo 10, hablar en lenguas se menciona específicamente como prueba del bautismo del Espíritu Santo.

Los defensores de la circuncisión que habían llegado con Pedro se quedaron asombrados

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7de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles, pues los oían hablar en lenguas y alabar a Dios (Hechos 10:45,46 NVI).

Dos casos más de creyentes que fueron bautizados en el Espíritu Santo se encuentran en el libro de los Hechos, pero no se dan los detalles. No obstante, en esos casos, el escritor de Hechos sugiere fuerte-mente que hablar en otras lenguas acompañó la experiencia. En Hechos capítulo 8 Simón vio algo que lo hizo ofrecer dinero por el poder de impartir un don así (más probablemente, hablar en lenguas). En Hechos capítulo 9 Saulo (que después llegó a ser Pablo) es lleno con el Espíritu sin la mención de ningún detalle. Sin embargo, Pablo luego testificó: “doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes” (1 Corintios 14:18 NVI). Lógicamente, podemos concluir que comenzó a hablar en lenguas cuando fue bautizado en el Espíritu Santo.

Así que la Biblia dice claramente que hablar en lenguas siempre va acompañado del bautismo del Espíritu Santo. Sin embargo, es sólo la primera evidencia de que la persona ha sido llena, y no es el objetivo ni razón para el don.

Como se dijo anteriormente, el bautismo del Espíritu Santo es ser lleno con poder. Usar el poder para testificar, demostrar el fruto del Espíritu y orar poderosamente son otras evidencias de que el cristiano ha sido lleno del Espíritu Santo. Hablar en lenguas desconocidas no es una señal de que el creyente ha logrado el nivel más alto en su fe cristiana. Al contrario, es la señal de un comienzo – el comienzo de Dios el Espíritu Santo dándole poder al creyente para hacer la obra de Él.

El bautismo del Espíritu Santo, con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas, es la promesa del Padre a todo cristiano, sin importar la edad. Permita que los niños de su iglesia descubran no sólo al divino Bautizador, sino también que sean llenos del Espíritu Santo. Comience ahora a enseñarles esta verdad a los niños y permítales descubrir por sí mismos el poder del Espíritu Santo.

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¿Los niños necesitan el bautismo y lo pueden recibir?3 Capítulo

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9Una niñita asistió a nuestro campamento cristiano para niños. Tenía diez años de edad y no era de

una familia cristiana. De hecho, sólo hacía poco que había comenzado a asistir a nuestra iglesia. Nunca antes había oído el mensaje del evangelio; y durante el primer culto en el campamento, ella aceptó a Jesús como su Salvador.

El día siguiente, el predicador enseñó sobre recibir el bautismo del Espíritu Santo. Después del mensaje, la pequeña fue a orar al altar. Siguió orando más tiempo que la mayoría de los otros niños, y pronto comenzó a alabar al Señor en otro idioma. ¡Había sido llena del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas!

Después del culto, le pedí que me dijera en sus propias palabras lo que Dios había hecho por ella. Ella explicó, “No sé lo que quiere decir esto. Pero cuando estaba orando y pidiéndole a Dios que me llenara de su Espíritu Santo, abrí los ojos y miré hacia arriba. Ví un pájaro blanco que bajó volando del cielo y se me paró en la cabeza. Luego desapareció. ¡Cuando abrí la boca para alabar a Jesús, me salieron palabras nuevas, así como dijo el predicador que sucedería!”

Al oírla contar la historia, me di cuenta de que esa niña no pudo haberse inventado la visión del pájaro que bajó del cielo. Ni siquiera había oído la historia del bautismo de Jesús (vea Mateo 3:13-17), ni tampoco esa noche el predicador mencionó que la paloma (un pájaro blanco) es un símbolo que la Biblia usa para representar al Espíritu Santo. Su experiencia era genuina. Dios había derramado su poder de una bella manera en esta niña, y le mandó una visión para explicarle lo que Él había hecho.

¿El bautismo del Espíritu Santo es para los niños?Cuando Dios habló por medio del profeta Joel sobre el futuro derramamiento de su Espíritu Santo,

Él específicamente incluyó a los niños.

Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los siervos y las siervas (Joel 2:28-29 NVI).

La palabra original en hebreo kol basar literalmente quiere decir “toda carne”. Dios promete que este derramamiento del Espíritu Santo es para todos: hijos, hijas, viejos, jóvenes, hombres y mujeres. Es para todos.

El día de Pentecostés, el apóstol Pedro se paró ante la multitud confusa y explicó lo que había su-cedido ese día – el derramamiento del Espíritu Santo y la señal de hablar en otras lenguas. En Hechos 2:16-21, él conectó la profecía de Joel con lo que había sucedido. Luego él siguió diciendo:

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Y recibirán el don del Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Seños nuestro Dios quiera llamar (Hechos 2:38-39 NVI).

Las palabras de Pedro sirvieron como recordatorio de que la promesa del bautismo del Espíritu Santo está disponible, y seguirá disponible para los que oyen, para sus hijos y para los gentiles.

Claramente, nunca fue la intención de Dios que el don del Espíritu Santo estuviera disponible sólo para los mayores de de cierta edad. La escritura no da límite de edad para recibirla. Cualquier niño que haya recibido a Cristo como Salvador puede recibir el bautismo del Espíritu Santo.

¿Los niños necesitan el bautismo del Espíritu Santo?Los niños necesitan el bautismo del Espíritu Santo por las mismas razones que lo necesitan los

adultos. Necesitan la ayuda del Espíritu Santo para vencer el pecado: Los niños no están inmunes a la tentación. Ellos también necesitan la ayuda de Él para desarrollar el fruto del Espíritu en su vida. Necesitan su consuelo y su enseñanza. Y necesitan poder para testificar.

Los niños llenos del Espíritu Santo son evangelistas poderosos y eficaces. Pueden ir a lugares donde los adultos con frecuencia no pueden ir, como a las escuelas públicas y entre los niños de su vecindad. Pueden hablar con gente que no pondría atención a los adultos, y pueden hablar sin temor ni estigma social. Por ejemplo, un hombre musulmán podría oír el evangelio mientras escucha indulgente a un niño que le habla, pero ese mismo hombre no se detendría para escuchar a un pastor ni a un misionero compartir el mensaje de Cristo. Los niños necesitan el poder del Espíritu Santo para aprovecharse de las singulares oportunidades que tienen para ser testigos.

Por supuesto que cada niño se desarrolla a velocidad diferente. Los niños más pequeños quizás no estén listos para recibir ni entender al Espíritu Santo. No obstante, siempre podemos preparar su corazón para que lo deseen y lo reciban después. Un agricultor que espera hasta la cosecha para sem-brar sus semillas jamás verá ninguna cosecha. De la misma manera, al enseñar sobre el Espíritu Santo se siembran semillas en el corazón de los niños que un día crecerán y rendirán cosecha.

Dios sabe cuándo los niños están listos para recibir. Él no les dará nada que no estén listos para usar. Como maestros, tenemos la responsabilidad de dar a Dios toda oportunidad para que obre en la vida de los niños. Si damos por sentado que el niño está muy pequeño para recibir o entender la experiencia pentecostal, podríamos robar a Dios la oportunidad de hacer algo poderoso por ese niño.

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11¿Los niños pueden recibir el bautismo del Espíritu Santo?

Jake tenía ocho años cuando fue a un campamento para hijos de ministros. Los padres de Jake eran misioneros y Jake había aceptado a Jesús como su Salvador cuando era muy pequeñito. Durante un culto especial en este campamento, Jake oyó hablar del bautismo del Espíritu Santo. No era la primera vez que había oído hablar de él, pero esta vez, el mensaje le llegó a su tierno corazón y le pidió al Señor que lo llenara de su poder.

El maestro de Jake oró con él, y cuando sus padres llegaron a recogerlo, él estaba orando en otras lenguas. Sus padres oraron con él también, y pronto todos estaban derramando lágrimas de gozo. Cu-ando sus padres le pidieron que les dijera qué había sucedido, Jake explicó: “Sólo quería más del poder de Dios en mi vida; y cuando se lo pedí, Él me lo dio”.

La noche siguiente, los padres de Jake estaban apagando las luces ya tarde después que los niños se habían acostado. Jake entró llorando al dormitorio de sus padres. Temiendo que estuviera enfermo, su mamá le preguntó si le pasaba algo malo.

“Estaba orando en la cama”, dijo él. “Oí que Dios me decía que Él quiere que yo sea misionero. Quiere que yo vaya y les hable de Jesús a los niños”. Jake mencionó un país específico – uno que estaba cerrado a los misioneros.

Los padres de Jake se llenaron de gozo. Al sentarse a orar con él, le recordaron a Jake que el país al que había sido llamado era un lugar difícil para ser misionero. Jake tendría que seguir orando, ya que ni siguiera se les permitía a los misioneros entrar al país.

Después de varias noches, volvió a suceder lo mismo. Los padres de Jake estaban apagando las luces, y Jake salió de su dormitorio con lágrimas en los ojos. Él explicó, “Estaba orando por los niños de mi país, cuando Dios me llamó otra vez a ser misionero ahí. Esta vez me dijo que siguiera orando, porque el país estará abierto a los misioneros para cuando yo tenga diez y ocho años”.

Ahora Jake tiene doce años. Todavía ora por esa nación y todavía está haciendo planes para ser misionero a los niños; y el poder el Espíritu Santo es evidente en su vida. Él les pregunta a sus amigos si saben de Jesús, y si no saben, les habla de Él. Él comparte el amor de Dios con los demás.

Yo sé que los niños necesitan el bautismo del Espíritu Santo tanto como los adultos. He trabajado en los ministerios para niños por quince años y he visto a niños en muchas culturas vencer las presiones y tentaciones. He visto a niños ganarse a sus amigos, a su familia y a otros adultos para el Señor por medio del poder del Espíritu Santo en su vida.

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He visto a niños ser bautizados en el Espíritu Santo. Ví a esa niña en el campamento ser llena de poder, y la oí contarme de la visión que Dios le dio a ella. Otros niños han sido bautizados en campa-mentos, durante los cultos para niños, durante los cultos para adultos y hasta en el hogar.

Yo sé que los niños, bautizados en el Espíritu Santo y alimentados en su fe, van a crecer rápida-mente. Lo veo suceder todos los días: Jake, que fue llamado a las misiones a la edad de ocho años, es mi hijo.

En un artículo sobre nuestro patrimonio pentecostal, James K. Bridges, Tesorero General de Las Asambleas de Dios en Estados Unidos escribe:

El bautismo del Espíritu Santo es una parte principal de nuestro patrimonio pentecostal. Fue el fundamento sobre el que se estableció Las Asambleas de Dios. Con todo, temo que esta próxima generación está perdiendo algo porque en muchos ministerior para niños, el Espíritu Santo está en el asiento de atrás. Si la próxima generación ha de ser pentecostal, entonces es necesario que nosotros, como líderes, les enseñemos y nos cercioremos que este patrimonio les sea pasado. Desafío a todos ustedes, como líderes en los ministerios para niños, que hagan al Espíritu Santo parte de su enseñanza y parte de sus cultos. Permitan que el Espíritu Santo se mueva. Den tiempo para que los niños sean llenos. Anímenlos a orar en lenguas y a ser usados en los dones del Espíritu Santo. DEBEMOS comprometernos a pasar a la próxima generación el patrimonio del Espíritu Santo. Es nuestra responsabilidad.2

2 Bridges, Rev. James K. “The Baptism in the Holy Spirit”, Fanning the Flame. Concilio General de Las Asambleas de Dios, Agencia de Ministerios para niños, 20, (primavera 2006): 6.

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¿Cómo puedo enseñar sobre el bautlsmo del Espíritu Santo?4 Capítulo

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15Judy era maestra de Escuela dominical en una iglesia local. No era pastora ni maestra de instituto

bíblico, pero había decidido que al dejar su clase, cada uno de sus alumnos de once y doce años de edad serían llenos del Espíritu Santo. Año tras año, clase tras clase, los niños eran llenos del Espíritu Santo. Algunos de ellos fueron llenos en su aula. Otros fueron llenos en los cultos para niños o en el santuario para los adultos el domingo por la noche.

¿Cómo pudo Judy enseñar sobre el Espíritu Santo con tanta eficacia? Ella se preparaba y preparaba a sus alumnos y daba al Espíritu Santo para que obrara.

Prepárese: Sea un modelo del Espíritu Santo.Usted no puede llevar a nadie adonde usted mismo no ha estado nunca. Ni tampoco puede dirigir

eficazmente a sus alumnos al bautismo del Espíritu Santo hasta que lo haya recibido usted mismo.

Si usted no ha recibido el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas, ahora es el momento de buscarlo. Ya hemos demostrado que Dios desea dar este don a todo creyente; ¡esto lo incluye a usted!

Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (Lucas 11:13 NVI).

Los niños aprenden al imitar. Si usted modela ante sus alumnos una vida llena del Espíritu, ellos van a aprender por su ejemplo. De hecho, los alumnos aprenden mejor observando el ejemplo suyo que oyendo sus palabras. Exhiba en su aula el fruto del amor, gozo, paciencia, gentileza, etc. Deje que los niños lo oigan, a usted y a otros adultos, orar, alabar al Señor en su propio idioma y en otras lenguas. Deje que vean su valentía y su emoción por Dios en todo lo que haga. Usted es un “anuncio” del gozo de una vida llena del Espíritu.

El Rev. Charles Crabtree, Asistente al superintendente de Las Asambleas de Dios en Estados Uni-dos, escribe sobre su niñez:

A la más temprana edad, yo oía a las visitas en mi casa platicar alrededor de la mesa, y luego los observaba por la casa, sin darme cuenta de que yo estaba pasando juicio para ver si se comportaban tan bien como hablaban. Es que, lo que ellos hicieran, o apoyaría o cancelaría todo lo que habían dicho.3

El Rev. Crabtree explica que los líderes de los niños deben vivir la definición de una vida cristiana llena del Espíritu; de otra manera, los niños van a recibir un idea torcida e inadecuada de Pentecos-

3 Crabtree, Rev. Charles. “The Holy Spirit in Me”, Fanning the Flame. Concilio General de Las Asambleas de Dios, Agencia de Ministerios para niños, 20, (primavera 2006): 12-13.

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tés. La razón por la que Jesús tuvo un impacto tan grande en el mundo es que Él mantuvo pura en su corazón la verdad de Dios, y todos los que lo rodeaban la veían. Él era un modelo de la verdad.

Prepare a los niños: Dé la bienvenida al Espíritu Santo.En el capítulo anterior mencionamos que el agricultor que espera hasta el tiempo de cosechar para

sembrar sus semillas nunca verá ninguna cosecha. Si quiere tener cosecha, debe sembrar las semillas. Para poder sembrar las semillas, debe preparar la tierra. Usted puede preparar el corazón de los niños y sembrar las semillas que permiten al Espíritu Santo dar la cosecha a su tiempo.

Dé la bienvenida al Espíritu Santo en todos los cultos. Permítale ser un huésped regular en su clase y una parte regular de su enseñanza, ya sea que su lección para ese día se concentre en Él o no. En muchos cultos usted va a encontrar “momentos enseñables”4 que se pueden usar para preparar el corazón de los niños para el Espíritu Santo. Por ejemplo, durante un culto de adoración, hágales ver la presencia del Espíritu Santo. Cuando les cuente una historia bíblica, menciónelo por nombre y enséñeles que Él tuvo parte en la historia. Después de enseñarles un versículo para memorizar, recuérdeles a los niños que el Espíritu Santo les va a ayudar a recordar lo que han aprendido. Cuando busque maneras de dar la bienvenida al Espíritu Santo, usted va a encontrar oportunidades para enseñar sobre Él.

Si el Espíritu Santo está presente continuamente en su aula, Él no será un extraño para sus alumnos. Ellos van a comenzar a verlo obrando en la vida de usted y en la de ellos. Las pequeñas “pruebas” del Espíritu Santo que usted permita en la clase harán que los niños tengan hambre de más.

Prepare a los niños: Enseñe sobre el Espíritu Santo.Además de reconocer su presencia en todos los cultos, aparte momentos específicos para enseñar

sobre el Espíritu Santo y sobre el bautismo del Espíritu Santo. Usted puede concentrarse en Él durante la Escuela dominical o en los cultos para los niños una vez por trimestre. Usted puede apartar una ac-tividad especial, como un campamento o cruzada para niños, para concentrarse en Él.

Deje que los que ya han recibido el bautismo del Espíritu Santo les hablen a sus alumnos de la ex-periencia. Un testimonio de un adulto, o aún de otro niño, puede servir para enseñar sobre el Espíritu Santo y para inculcar en ellos un deseo de tener el don en su propia vida.

Es importante enseñar a sus alumnos quién es el Espíritu Santo, qué es lo que hace en la vida del creyente, qué quiere decir ser bautizado, etc. Cuando los niños son expuestos al Espíritu Santo y re-ciben respuestas a sus preguntas, van a comenzar a ser llenos de su poder.

4 Momento enseñable [Teachable Moment]: Un momento que es perfecto para enseñar una verdad espiritual, pero que usted no ha pla-neado ni creado.

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¡Llenos de poder!

17Dé tiempo para que el Espíritu Santo obre.

Aun antes de comenzar la clase, usted puede permitir que el Espíritu Santo obre. Ore por su culto y mientras se prepara, pídale al Espíritu Santo que lo dirija. Pídale que venga y llene con su poder a sus alumnos.

Luego, durante su culto, permita tiempo para que Él obre. Permita que obren los dones del Espíritu Santo durante su culto de adoración. Durante los momentos de oración, anime a los niños para que alaben a Dios en el Espíritu. Usted puede dirigir con su ejemplo; ore en lenguas en voz alta para que los niños lo puedan oír. Anime a los niños que han sido llenos que oren por los demás usando los nuevos idiomas de oración que Dios les ha dado.

Permitir que obre el Espíritu Santo en su culto podría significar que usted tenga que cambiar su lección a último momento. Si el Espíritu lo insta a hacer un cambio en sus planes para la lección, confíe en que la voz de Él lo va a dirigir. Él sabe mucho mejor que usted lo que está sucediendo en la vida de sus alumnos. Con frecuencia, cuando el Espíritu lo interrumpe, quiere decir que Él tiene algo mucho más importante que hacer.

Dé tiempo para que los niños respondan.Los niños van a responder a las oportunidades que usted les dé. Si usted invita a los niños a pasar

al altar para orar por salvación, ellos lo harán. Pero si eso es lo único por lo que usted los invita a orar, ellos no van a saber cómo pedir nada más.

Anime a los niños a orar para recibir el bautismo del Espíritu Santo. Ore con ellos y permita que los niños que ya lo han recibido oren por otros. Fomente una actitud de adoración, aun entre los niños que deciden no buscar el bautismo del Espíritu Santo, para que los que desean orar no se distraigan.

Dé suficiente tiempo para que los niños tarden en marcharse y esperen al Espíritu Santo. Hasta los discípulos en el aposento alto fueron bautizados en el Espíritu Santo después de varios días de oración. Si usted sólo da unos pocos minutos después de terminar el culto, los niños no van a tener tiempo para buscar y oír la voz del Espíritu. No trate de apurar la experiencia. Pero tampoco trate de empujar a los niños a orar más de lo que pueden para poner su atención en la oración. Simplemente dé a los niños el tiempo que necesiten para orar en un ambiente de adoración y alabanza.

Usted puede presentar al Espíritu Santo a los niños.

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Cuando usted le da la bienvenida al Espíritu Santo en sus cultos, cuando les enseña a los niños cómo es que el Espíritu ha cambiado la vida de usted y cuando enseña sobre Él, usted les está dando a sus alumnos la oportunidad de recibir el don del Espíritu que puede cambiar la vida. El Rev. David Boyd, Director de la Agencia nacional de ministerios para niños de Las Asambleas de Dios en Estados Unidos escribe:

Permítanme animarlos a ustedes como líderes de niños a sembrar en el corazón de sus niños las semillas del hambre por el bautismo del Espíritu Santo. Yo sé que en cada culto o clase que ustedes imparten, los niños oyen el mensaje de salvación y que tienen la oportunidad de responder. Pero ¿oyen hablar del gran don del bautismo del Espíritu Santo que Dios tiene para cada uno de ellos? ¿Oyen que este don les dará la valentía para estar firmes por Jesús? ¿Oyen de hablar en lenguas, lo que les va a ayudar cuando oren? Es fácil pasar por alto este don especial de Dios con las preparaciones cotidianas de las lecciones para sus niños. Pero permítanme animarlos, yo me he dado cuenta de que cuando uno les da a probar regularmente a los niños lo que es el Espíritu Santo mientras se les enseña, se formará en ellos un deseo de ser llenos. Ese deseo se convertirá en algo por lo que van a orar fervientemente. Dios contestará esas oraciones fervientes al bautizar en el Espíritu Santo a sus niños.5

5 Boyd, Rev. David. “The Holy Spirit and Children”, Fanning the Flame. Concilio General de Las Asambleas de Dios, Agencia de ministerios para niños, 20 (primavera 2006): 1-2.

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¿Qué preguntas hacen los niños sobre el bautismo?5 Capítulo

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21Entender al Espíritu Santo es algo difícil. Hasta los adultos, cualquiera que sea su nivel de prepara-

ción académica, luchan por entenderlo. Para un niño, el Espíritu Santo puede parecer algo confuso y desconocido. A medida que tratan de entenderlo, harán preguntas.

¡Acoja las preguntas de los niños! Es una señal de que los niños están tratando de aprender. Los niños son observadores y curiosos. Al niño que nunca ha visto los dones del Espíritu en operación, le podrían parecer extraños o aterradores. Cuando hace una pregunta, es porque hay algo que no en-tiende totalmente. En este capítulo vamos a examinar más detenidamente las preguntas que los niños comúnmente hacen sobre el bautismo del Espíritu Santo, y cómo usted puede contestarlas.

¿Qué si un niño hace una pregunta para la que yo no sé la respuesta?Siempre conteste las preguntas de los niños con sinceridad. Si usted no sabe la respuesta, dígaselo.

Diga: “No sé, pero busquemos la respuesta juntos”. Luego hable con un pastor, un maestro o busque en la Palabra de Dios para darle al niño la respuesta.

Debido a los límites de nuestra mente humana, nunca vamos a poder entender totalmente ciertos aspec-tos de Dios. No obstante, Dios es quien da el conocimiento. Proverbios 2:6 nos dice: “porque el SEÑOR da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios”. Y Santiago 1:5 nos recuerda: “si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.

Preguntas que los niños hacen:¿Por qué es importante ser llenos del Espíritu?

El Espíritu Santo te da fuerza para resistir la tentación de pecar. Puedes pedirle que te ayude a hacer las cosas que son difíciles. Quizás tengas dificultad con el mal genio, terquedad, egoísmo u otros prob-lemas. Cuando eres tentado a hacer lo malo, puedes pedir al Espíritu Santo que te ayude, y Él te dará la fuerza para hacer lo correcto.

El Espíritu Santo también te aclarará la Biblia cuando la leas. Juan 16:13 dice: “cuando venga el Es-píritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad”. Él te va a dar sabiduría para escoger lo correcto, y Él te consolará cuando estés triste.

Cuando eres bautizado, o lleno del Espíritu Santo, Él te da poder para testificar a los demás. Hechos 1:8 nos dice: “recibirán poder y serán mis testigos”. Quizás has tenido miedo de decirles a tus amigos en la escuela o en tu vecindad que eres cristiano. El Espíritu Santo te dará la valentía para hablarles de Jesús a los demás.

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¿Es necesario que hable en otro idioma cuando sea lleno?

Sí. Aunque hablar en otra lengua, o idioma, no es el objetivo principal, es la prueba importante de que has sido bautizado en el Espíritu. Lee Hechos 2:4; 10:44-46; y 19:6,7 para aprender de otras perso-nas que también hablaron en otra lengua cuando fueron llenos del Espíritu Santo.

A la gente le gusta decir lo que quiere con su voz. Cuando le pides al Señor que tome control total de tu vida, le estás diciendo: “Señor, toma mi voz y úsala para hablar como Tú quieras”. Hablar en un idioma que no sabes es prueba de que el Espíritu Santo ha llegado a vivir en tu vida y está hablando por medio de ti.

¿Qué idioma voy a hablar cuando sea lleno?

Será un idioma que tú no sabes. Quizás vas a alabar al Señor en un idioma que otra persona puede entender. Esto fue cierto cuando los discípulos en Jerusalén fueron llenos del Espíritu Santo. O podría ser un idioma que sólo Dios entiende. De cualquier modo, tu corazón lo va a estar alabando cuando hables.

¿Cómo le pido al Señor que me llene?

Primero, recuerda que le estás pidiendo a Dios que tome control de tu vida. Si le pidieras a otra persona que viva contigo y que comparta tu cuarto, quizás tengas que arreglar las cosas de otro modo para hacer lugar para ese nuevo amigo. Así que cuando invites al Espíritu a venir a tu vida más de lleno, examina tu vida. ¿Tienes algún pecado en tu vida del que tienes que deshacerte? ¿Hay otras cosas que deben ser apartadas para hacer lugar para Él? Él debe ser más importante que todo lo demás.

Comienza a orar. Pídele a Dios que te dé poder para hablar a los demás de su amor y de su salvación. Alaba al Señor por su amor en tu vida, por tu salvación y por cuidarte todos los días. Dile cuánto lo amas. Cuando le des las gracias a Jesús, pídele al Espíritu Santo que te ayude a expresar agradecimiento con más totalidad. Cree en su promesa de darte el poder del Espíritu Santo cuando se lo pidas. Cuando pienses en todo lo que Jesús ha hecho por ti, te vas a dar cuenta de que no tienes las palabras adecua-das en tu idioma para alabarlo como te gustaría. Pídele al Espíritu Santo que alabe a Jesús a través de tus labios. Cuando lo haga, usando otro idioma, tú vas a poder expresar de verdad lo que sientes en tu corazón y serás lleno de gozo.

Orar al Señor en otro idioma cuando seas lleno del Espíritu Santo por primera vez es sólo el comienzo de toda una vida de comunión con el Señor. Mientras creces físicamente, también debes crecer espiritual-mente. Necesitas al Espíritu Santo para que te haga un cristiano fuerte, feliz que agrada al Señor.

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¿Cómo puedo ayudar a los niños a orar por el bautismo?6 Capítulo

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25Como pastor y misionero de niños, he visto muchos cultos en el altar en los que los niños fueron

invitados a ser bautizados en el Espíritu Santo. He visto a niños que fueron obligados a pasar al altar por sus maestros bien intencionados. He visto a niños a los que se les dijo que se cayeran al suelo para reci-bir al Espíritu. He visto a niños a los que se les dijo que repitieran una frase “sin sentido” una y otra vez hasta que hablaran en lenguas, y he visto a niños permanecer en su asiento y no pasar al altar porque lo que estaba sucediendo en el altar les parecía demasiado aterrador o extraño. Todas estas desafortu-nadas situaciones sucedieron cuando los líderes y maestros no dieron a los niños un entendimiento claro del Espíritu Santo o de lo que buscaban en el altar.

También he visto a niños pasar al altar por su propia voluntad para orar. Los he visto buscar al Se-ñor y desear sinceramente ser llenos del poder del Espíritu Santo. Los he visto orar unos por otros. Los he visto permanecer en el altar por tanto tiempo que cuando lo padres llegaron a recogerlos, todavía estaban orando. Niños fueron bautizados en el Espíritu Santo, familias oraron juntas y Dios obró en la vida de todos.

Su preparación, su actitud y sus palabras pueden hacer la diferencia entre una experiencia desilu-sionadora y un encuentro, capaz de cambiar la vida, entre el Espíritu Santo y sus alumnos.

¿Qué necesito hacer como preparación para el momento en el altar?Si usted quiere que sus alumnos oren y reciban el bautismo del Espíritu Santo, se debe preparar

bien antes de hacer el llamado al altar. De hecho, se debe preparar antes de siquiera comenzar su culto o su clase. Si usted no ha sido bautizado en el Espíritu Santo, comience a buscar su poder en su propia vida. Pídale a su pastor o a un anciano de la iglesia que ore con usted; y comience a creer que Dios le dará su don.

Mientras prepara su lección ore por un movimiento del Espíritu. Pídale a Dios que obre, ore por sus alumnos y ore para ser ungido por Dios mientras enseña. Entre al aula con una expectación de que Dios obrará en la vida de sus alumnos ese mismo día.

Cuando prepare su lección, recuerde que cuando los niños pasen al altar, deben entender clara-mente quién es el Espíritu Santo, por qué necesitan ser bautizados en el Espíritu Santo y qué es lo que le están pidiendo a Dios. Cuando se llegue el momento de invitarlos a pasar al altar, sus alumnos estarán listos para reunirse con Dios; y usted estará listo para ayudarles.

Finalmente, recuerde que sólo el Espíritu Santo puede bautizar a los niños. Usted sólo es un vaso que Dios usa para enseñarles. Ore, prepare y deje que Dios haga el resto.

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¿Qué digo en el momento de pasar al altar?El llamado al altar debe ser pausado, amoroso y positivo. Muchas veces nos referimos al llamado

al altar como la “invitación”. Si usted piensa en el llamado como una invitación, evitará las actitudes, acciones o palabras indebidas. Jesús dijo: “dejen que los niños vengan a mí” (Mateo 19:14). Él no dijo: “arrastren, obliguen, empujen, fuercen ni amenacen a los niños para que vengan a mí”. El llamado al altar debe ser una invitación llena de confianza para que los niños pasen y reciban este don de Dios. Estoy convencido de que Dios desea hacer en la vida de los niños más de lo que nos podemos imaginar, pero debemos dejar que ellos respondan a la voz de Él y no a la nuestra.

El llamado al altar debe ser claro. Como dijimos anteriormente, los niños deben entender que pas-an a recibir un don de poder del Espíritu Santo. Deben entender que pueden recibir este don si ya han aceptado a Jesús. Si todavía no lo ha hecho, este es un buen momento para tener una oración separada para los niños que quieran recibir a Jesús como su Salvador.

Los niños deben entender qué es lo que deben hacer cuando pasan al altar. Explique que sólo tienen que pedir a Dios su don del Espíritu Santo. Una vez lo hayan pedido, pueden seguir creyendo que Dios cumplirá con su promesa de dárselo. Si usted quiere, les puede leer el siguiente pasaje a los niños:

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (Lucas 11:9-13 NVI).

Una vez hayan pedido a Dios su bautismo del Espíritu, anime a lo niños a que alaben y glorifiquen a Dios en voz alta. Explíqueles que Dios no los va a obligar a hablar en otro idioma. Él no les va a abrir la boca; ellos mismos deben comenzar a usar la voz. Sólo entonces su poder podrá fluir de la boca de ellos con nuevas palabras. Cuando el Espíritu Santo les dé las palabras que tienen que decir, deben expresarlas por fe.

Invite a los niños a pasar al altar para orar. Si no tiene un altar de verdad en su aula, invite a los niños a pasar al frente del aula. Es importante tener un espacio del aula designado para orar para que los niños tengan que dejar su asiento. Al dejar su asiento, los niños demuestran físicamente el cambio espiritual que están buscando.

Al invitar a los niños, anímelos a tomar la decisión de pasar al altar por sí solos. No deben esperar hasta ver si sus amigos van a pasar al frente antes de decirse a pasar ellos mismos, ni necesitan esperar que un adulto ore con ellos. Ellos deben responder a la voz de Dios y comenzar a orar tan pronto como

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27lleguen al altar. Se pueden parar, arrodillar, sentarse o inclinar la cabeza en oración; la postura física no importa tanto como la actitud de su corazón.

Recuérdeles a los niños que es necesario que tegan paciencia y que esperen en el Señor. No es prob-able que Dios los llene del Espíritu Santo al comenzar a orar. Hasta los discípulos, el día de Pentecostés, habían estado orando por muchos días. Y aunque quizás no se tome días de oración para que Dios los llene, quizás tengan que seguir orando y pidiendo. Si se dan por vencidos después de unos pocos minu-tos y regresan a su asiento ¡podrían perderse de algo que les puede cambiar la vida!

¿Qué deben hacer los niños en el altar? Si usted ha hecho claro el llamado al altar, los niños van a entender qué es lo que deben hacer antes

de pasar al frente a orar. Pero muchos niños van a necesitar que se les anime mientras oran. Recuérdeles a los niños que hagan lo siguiente:

Pedir: Necesitan pedir al Señor que los llene de su Espíritu Santo, en alta voz, en su propio idioma. Necesitan seguir orando y esperar que el Señor obre. Mientras esperan, pueden alabar al Señor en sus propias palabras por todo lo que Él ha hecho por ellos.

Creer: Dios ha prometido dar su don a los que lo piden. Pero debemos pedir con fe, creyendo que Dios cumplirá con su promesa. Jesús dijo, “por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán” (Mateo 11:24 NVI). Debemos creer que el Espíritu Santo nos puso las palabras que oímos en nuestro corazón y en nuestra mente.

Recibir: Cuando oigamos las palabras del Espíritu Santo en nuestro corazón y seamos llenos de su poder, no debemos temer expresarlas. A veces, un nuevo idioma de oración comienza con solamente una o dos palabras. Cualquiera que sean las palabras que el Espíritu Santo les ponga en el corazón, deben decirlas por fe. Esta es la primera evi-dencia de que verdaderamente han sido bautizados en el Espíritu Santo.

Finalmente, recuérdeles a los niños que demuestren mucho respeto en este momento santo. Ya sea que decidan pasar al altar a orar o no, este no es el momento para conversar con sus amigos, para jugar ni para distraer a sus compañeros.

¿Qué deben hacer en el altar los que trabajan con los niños? El culto en el altar es el momento más crítico para todo maestro, asistente de maestro y ayudante en

el aula para participar y ministrar a los niños. El culto en el altar representa la razón por la que minis-tramos a los niños – permitir que Dios obre en la vida de ellos.

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Todos los que trabajan en su clase deben estar preparados de antemano para este culto. Pídales que se unan a usted en oración la semana antes de su lección. Pueden orar por usted mientras se prepara, orar por los niños que van a llegar y orar por la soberana presencia del Espíritu Santo. Jesús enseñó que hay poder cuando nos ponemos de acuerdo en oración.

Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mateo 18:19-20 NVI).

Si sus ayudantes todavía no han sido llenos del Espíritu Santo, deben comenzar a buscar el bau-tismo. Si usted quiere, puede reunir a sus obreros para orar específicamente por el Espíritu Santo en un momento y lugar aparte del culto para los niños. Quizás hasta podría invitar al pastor que venga y ore con ustedes.

Cuando se llegue el momento de invitar a los niños al altar, los ayudantes también deben pasar al altar. Pueden orar con los niños, uno por uno, y orar en voz alta en su propio idioma de oración. Cu-ando los niños oyen a otros orando en lenguas en voz alta, se sentirán más cómodos para orar en voz alta ellos también.

En los capítulos anteriores hemos enfatizado que hablar en otras lenguas es la primera evidencia física del bautismo del Espíritu Santo. Podrían ocurrir otras evidencias, como el sonido de una violenta ráfaga de viento, profecías, visiones, llanto, risa y lágrimas. Muchos niños han llorado y suplicado, sólo para recibir el bautismo después de haberse calmado. Pero los ayudantes en el altar sabrán que el niño ha sido lleno hasta rebosar del Espíritu Santo de Dios cuando el niño comience a hablar en otra lengua según el Espíritu se lo conceda.

Los ayudantes en el altar también deben poder contestar las preguntas de los niños y animarlos. No deben decirles a los niños qué decir, ni decirles que han sido llenos. En vez de eso, cuando oigan a un niño hablar en lenguas, pueden preguntarle al niño si está hablando en lenguas. Si dice que sí, deben pedirle que explique lo que el Espíritu Santo ha hecho en su vida. Cuando el niño explica en sus propias palabras, la experiencia se hace más real para él; y el Espíritu Santo recibe el crédito.

Si esto es correcto, los ayudantes en el altar pueden usar un toque suave para comunicar al niño que alguien está orando por él. Una mano en el hombro, en la espalda o en la cabeza es suficiente. No es aceptable empujar al niño para que caiga al suelo, sostenerlo en el suelo ni usar ningún tipo de fuerza para imitar la experiencia con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre es suave y nunca se impone en nadie. Nosotros debemos hacer lo mismo.

Finalmente, los ayudantes en el altar deben tener cuidado de evitar cualquier distracción en el aula.

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¡Llenos de poder!

29Recuérdeles a los niños que no están orando en el altar que deben demostrar respeto. Suavemente devuelva al asiento o saque del aula a los niños que estén distrayendo a los demás en vez de estar orando.

¿Cuándo y cómo debo dar fin al culto?No siempre está perfectamente claro cuándo es que se llega el momento de dar fin al culto en el

altar y despedir a los niños. En casi todos los cultos en el altar en los que yo he estado, algunos niños terminan de orar rápidamente y regresan a su asiento, mientras que otros siguen buscando al Señor de todo el corazón. Con frecuencia, la decisión de dar fin al culto llega cuando los padres comienzan a lle-gar para recoger a sus hijos, o cuando hay muchos niños esperando en los asientos y se están poniendo inquietos y distrayendo a los demás.

Es importante que dé fin a su culto en el altar con una palabra positiva. Cuando usted sienta que se llegó el momento oportuno para decir la última palabra, diríjase a los que todavía están orando dicié-ndoles suavemente que el altar está abierto mientras deseen permanecer en oración.

Recuerde a los niños que han dejado el altar sin ser bautizados en el Espíritu Santo que Dios oyó sus oraciones y que la presencia de Dios los ha visitado, ya sea que hayan hablado en otras lenguas o no. Él los va a llenar cuando estén listos para recibir su don, y a veces eso sucede en los momentos menos es-perados. Una niña en un campamento oraba todas las noches. No fue sino hasta que estaba en casa con sus padres que Dios le permitió hablar en lenguas. Como resultado, mamá y papá fueron bautizados en el Espíritu cuando la niña les impuso las manos. Anime a estos niños a andar en fe y a seguir pidiéndole al Señor el poder del Espíritu Santo.

Explíqueles a los niños que fueron llenos del Espíritu Santo y que hablaron en lenguas, que pueden comenzar o dejar de hablar en lenguas en cualquier momento. Su idioma de oración es un don que les fue dado por el Espíritu Santo y está bajo el control de ellos. Es un idioma para usar en oración todos los días.

Invite a los niños que fueron llenos del Espíritu Santo a dar su testimonio. Déjelos que expliquen en sus propias palabras lo que les sucedió. Su historia va a animar a los otros niños con el hecho de que ésta fue una experiencia real y que ellos también la pueden recibir.

Un culto en el altar es un suceso que cambia vidas. Es un momento sagrado cuando la presencia de Dios visita su aula y obra en la vida de sus niños. Yo oro que usted siempre se sienta impulsado a llevar a sus niños al altar y que se sienta honrado por ser testigo de esos momentos.

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¿Cómo puedo ayudar a los niños a crecer en el Espíritu?7 Capítulo

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¡Llenos de poder!

31Un joven estaba trabajando como aprendiz en la carpintería de su padre. El día que cumplió quince

años, su padre le dio un regalo – un bello juego de herramientas de carpintero. El muchacho decidió: “Estoy listo para abrir mi propio taller. Gracias al regalo de mi padre, tengo todo lo que necesito. Puedo hacer muebles como mi padre”. Dejó el taller de su padre para comenzar su propio taller.

Pero muy pronto se hizo evidente que el muchacho no estaba listo para hacer muebles. No podía cortar rectas las tablas. Cuando trataba de lijar las tablas, perdía la paciencia y se daba por vencido. Los libreros y los escritorios no eran fuertes.

Frustrado, el muchacho volvió a su padre. Papá, ¿por qué no me está dando resultado esto? Tú me diste estas bellas herramientas. Entonces ¿por qué no puedo hacer bien mi trabajo?.

Hijo, le contestó el padre sabiamente, yo te di las herramientas que necesitabas para tener éxito. Pero tú nunca tomaste el tiempo necesario para aprender a usarlas.

Cuando el creyente es bautizado en el Espíritu Santo, está siendo equipado para hacer un trabajo. El poder que el Espíritu Santo trae a nuestra vida es la herramienta para ayudarnos a allegarnos a los demás y hablarles del plan de Dios para la salvación. Así como el hijo del carpintero, antes de que po-damos tener verdadero éxito en este trabajo, es necesario que aprendamos a usar la herramienta.

La experiencia de sus alumnos en el altar es sólo el comienzo; le toca a usted la responsabilidad de ayudarles a crecer y a madurar en el Espíritu. Los niños pueden practicar usar el don del Espíritu Santo en sus cultos de tres maneras sencillas.

Esparcir el gozoCelebre cuando un niño sea bautizado en el Espíritu Santo. Dígaselo a los demás y también anime

al niño para que se lo diga a los demás. Permitir que los niños se pongan en pie y compartan su testi-monio con otros niños y adultos fortalecerá su fe. El hecho de que Dios verdaderamente ha obrado en su vida será reforzado para el niño. Su testimonio va a animar a otros a buscar el mismo don.

Orar todos los díasBusque oportunidades para dejar que los niños oren en sus nuevos idiomas de oración durante sus

cultos para los niños. Un momento ideal es durante el culto de adoración y alabanza, pero esa no es la única ocasión. Pídale al Señor que lo dirija, y dé a los niños tiempo para que desarrollen su relación con el Espíritu Santo.

Anime a los niños que recibieron al Espíritu Santo que tomen tiempo todos los días para dejar que

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el Espíritu Santo ore en lenguas por medio de ellos todos los días. Esto “edifica” o anima a todos los creyentes (1 Corintios 14:4 NVI). Es necesario recordar a los niños que han experimentado el poder del Espíritu Santo en el altar que el mismo poder va con ellos cuando van a la iglesia, cuando van a la escuela o cuando van a casa.

Usar el donDé a los niños la oportunidad de comenzar a usar el poder del Espíritu Santo para ministrar de ver-

dad. Esto les permite crecer. Permítales ayudar a dirigir, y hasta planear, el culto de adoración. Prepare a un grupo de niños para que hagan dramas cortos o para que comiencen un ministerio de títeres, y permítales dirigir un alcance evangelístico en su vecindario. Dé a los niños mayores la oportunidad de ayudar a ministrar en las clases de los niños menores.

Deje que Dios le muestre cómo usted puede dar a los niños oportunidades para ser valientes testi-gos y para ejercitar sus “músculos espirituales”.

Dios nos ha dado a todos diferentes dones y capacidades para que los usemos para ministrar a los demás (vea 1 Corintios 12:7-11, Efesios 4:11,12 y Romanos 12:6-8 NVI). Cuando a los niños llenos del Espíritu se les permite practicar el uso del poder que Dios les ha dado, el Espíritu Santo les puede enseñar sus dones singulares dentro del cuerpo de Cristo.

Cuando usted fomenta un ambiente en el que los niños pueden experimentar el poder de Pentecos-tés, usted les ayuda a llegar a ser creyentes poderosos llenos del Espíritu. Estos creyentes van a cumplir con la misión de Dios – ¡llevar su mensaje de salvación a los confines de la tierra!

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Otros recursos y lecciones practicas

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35Actividad/juego de apertura: “Tirón de poder” – Con un lazo, los equipos tiran de un rimero grande de ladrillos de cemento. Ayude a uno de los equipos a tirar de los ladrillos para demostrar que Dios nos da poder para hacer el trabajo que Él quiere que hagamos.

Drama de personaje/títere: “El don del Espíritu Santo” – Saque de una caja objetos que representen lo que el Espíritu Santo hace por nosotros mientras el personaje cómico malentiende el significado de cada objeto.

Actividad del versículo: “Pasaje de poder, Hechos 1:8” – Pida a los niños que reciten el versículo después de oírlo sólo dos veces, luego ayúdeles representando el versículo con acciones y ademanes.

Historia bíblica: “Antes y después” – Cuente la historia de Simón Pedro como dos personajes separados: Simón y Pedro. Muestre la diferencia en su vida antes y después del bautismo del Es-píritu Santo.

Lección práctica 1: “Limpio o sucio” – Use vasos limpios y sucios para demostrar que el Espíritu Santo solamente llena un corazón limpio.

Lección práctica 2: “En la repisa” – Llene un vaso y póngalo a un lado, sin beberlo, para explicar que el Espíritu Santo no llena a nadie que no va a usar su don.

Lección práctica 3: “¿Está lleno?” – Demuestre que cuando un vaso se desborda, es porque está completamente lleno. Explique que cuando estemos completamente llenos del Espíritu Santo va-mos a rebosar.

Altar: “El bautismo del Espíritu Santo” – Anime a los niños para que busquen el bautismo del Es-píritu Santo.

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“Tirón de poder” – Con un lazo, los equipos tiran de un rimero grande de ladrillos. Ayude a uno de los equipos a tirar de los ladrillos para demostrar que Dios nos da poder para hacer el trabajo que Él quiere que hagamos.

Participantes:

• Maestro

• Dos equipos de tres niños cada uno

Accesorios:

• Un rimero de ladrillos de cemento (5-10)

• Un lazo

• Algo para marcar líneas en el suelo – una línea de “comienzo” y una línea “final”

Preparación:

Al frente del aula, marque dos líneas en el suelo dejando aproximadamente tres metros (diez pies) de distancia entre las dos. Amarre bien los ladrillos de cemento con el lazo – sólo amarre los ladrillos de los que pueda tirar. Ponga los ladrillos en la línea de “comienzo”. Extienda el lazo a lo largo del suelo hasta la línea “final”.

Qué hacer:

Escoja a dos equipos de tres niños cada uno. Un equipo debe tener niños más pequeños y no debe ser tan fuerte como el otro equipo. Explique que los equipos deben pararse detrás de la línea final y sólo deben usar el lazo para tirar de los ladrillos desde la línea de comienzo hasta la línea final. El equipo que lo haga con más rápidez es el que gana. Dígales a los otros niños de la clase que animen al equipo que creen que va a ganar.

El equipo de los niños más grandes debe comenzar primero. Deles una señal para comenzar y marque el tiempo con un reloj o contando los segundos en voz alta. Cuando los ladrillos atraviesen la línea final, anuncie a la clase el tiempo que tomaron.

Devuelva los ladrillos a la línea de comienzo y diga al segundo equipo de niños más pequeños que se pongan en su lugar. Deles una señal para comenzar. Después que haya pasado un par de segundos, acérquese rápidamente y tome el lazo cerca de los ladrillos. Ayude a los niños a tirar de los ladrillos hasta atravesar la línea final lo más rápidamente posible. Anuncie el tiempo del segundo equipo y de-clárelo el ganador.

Actividad/juego de apertura:

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¡Llenos de poder!

37El primer equipo, y quizás muchos de los otros niños de la clase, probablemente se van a quejar

de que fue injusto ayudar al segundo equipo. Explique que este juego es un ejemplo de lo que vamos a aprender hoy en nuestra lección.

Diga a los niños que Dios nos ha dado un trabajo que debemos hacer. Así como el primer equipo, podemos tratar de hacer el trabajo con nuestra propia fuerza, y quizás logremos hacerlo. Pero Dios quiere ayudarnos. Él quiere darnos más poder para que hagamos mejor el trabajo de lo que lo haríamos sin su ayuda. De la misma manera, el maestro ayudó al segundo equipo para que éste fuera mejor y más poderoso, y para que los niños pudieran hacer más de lo que podrían haber hecho sólo con su propia fuerza.

Consejos:

Use este juego como recompensa para los niños que se están portando bien en clase. Dígales a todos que usted solamente escoge a voluntarios que ponen atención y obedecen las reglas de la clase.

Dé una explicación corta al final del juego. Esta es solamente una introducción para la idea prin-cipal de la lección. Más tarde, usted va a explicar el trabajo que Dios nos ha dado y cómo recibimos su poder para hacerlo. Al no explicarlo todo ahora, usted va a mantener a los niños interesados en lo que viene después en la lección.

Dígales a los niños que si hay tiempo al final de la lección, usted va a permitir que jueguen más equipos, para ver cuál equipo puede tirar de los ladrillos con más rapidez. Esto le permitirá a usted mantener la mente de los niños en la lección y llenar el tiempo de sobra de un modo constructivo al final de la lección.

Vea que los ladrillos estén bien amarrados con el lazo. Si puede encontrar ladrillos con agujeros, amárrelos pasando el lazo por los agujeros.

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¡Llenos de poder!

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“El don del Espíritu Santo” – Saque de una caja objetos que representen lo que el Espíritu Santo hace por nosotros al mismo tiempo que el personaje cómico malentiende el significado de cada objeto.

Participantes:

• Maestro

• Personaje cómico (podría ser una persona con un disfraz o podría ser un títere, según lo que usted tenga disponible.)

Accesorios:

• Un mapa

• Una fruta

• Un martillo

• Un muñeco

• Un libro de texto escolar

• Una pila (batería) – lo más grande posible

• Una caja o bolsa lo suficientemente grande para contener todos los objetos de la lista

• Un títere, o un disfraz divertido para un personaje cómico vivo. (El resto de esta lección hará referencia a un títere, pero si prefiere, usted puede usar a un ayudante con un disfraz divertido en lugar del títere.

Preparación:

Copie la siguiente lista en un pedazo pequeño de papel:

Mapa = Guía - Juan 16:13

Fruta = Fruto del Espíritu - Gálatas 5:22

Martillo = Herramientas - 1 Corintios 12:7-11

Muñeco = Consuelo - Juan 14:16

Libro de texto = Preparación - Juan 14:26

Pila (Batería) = Poder - Hechos 1:8

Drama de personaje/títere:

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¡Llenos de poder!

39Pegue la lista adentro de la caja donde la pueda leer fácilmente. Si quiere, puede decorar la caja para

que parezca un regalo. Pegue un rótulo que diga “ESPÍRITU SANTO” en la parte de afuera de la caja.

Practique la presentación con el títere tantas veces como le sea posible.

Qué hacer:

Saque la caja, pero no les enseñe a los niños el lado con el rótulo que dice “ESPÍRITU SANTO”. Pregúnteles a los niños si les gustan los regalos. Dios tiene muchos regalos para nosotros, pero hoy queremos aprender sobre un regalo muy especial. Es un regalo que en realidad son muchas cosas. ¿A alguien le gustaría ver lo que tengo en mi caja? (Esta es la señal para que entre el títere.)

Títere: (Entra al escenario gritando…) “A mí, a mí, enséñeme lo que hay en la caja. Yo quiero ver”.

Maestro: (Calma al títere y le pregunta…) “¿Cómo te llamas?”

Títere: “Me llamo Agbay”. (Use cualquier nombre que usted prefiera.)

Maestro: “Bueno Agbay, si te calmas, te voy a enseñar a ti y a los niños lo que hay en la caja. Esta caja representa el don, o regalo, del Espíritu Santo que Dios da. (Dele vuelta a la caja para que vean el rótulo.) El Espíritu Santo en realidad es muchos re-galos, porque Él hace muchas cosas por nosotros. En esta caja tengo algunas cosas que nos van a demostrar algunas de las cosas que el Espíritu Santo hace por nosotros. ¿Les gustaría verlas?”

Títere: “Sí, sí por favor enséñenos. Ay por favor, ay por favor, ay por favor, ay pooooor favoooooor enséñenos”.

Maestro: “Bueno, bueno Agbay. No te alteres, se las voy a enseñar. El primer don del Es-píritu Santo es…..¡esto!” (Saque el mapa.)

Títere: “¿Un mapa? Yo no necesito un mapa. Yo sé dónde estoy. Estoy…estoy ehh…estoy….ehh! Estoy aquí mismo. ¿Me ve? Sé exactamente dónde estoy. No necesito ningún mapa”.

Maestro: “Agbay, el Espíritu Santo no nos da un mapa de verdad. El mapa representa un don del Espíritu Santo. Ese don es dirección. Juan 16:13 dice que el Espíritu Santo dirige y guía nuestra vida”.

Títere: “Así como un mapa nos da dirección”.

Maestro: “Sí, lo mismo que un mapa. Pero eso no es todo lo que el Espíritu Santo hace por

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¡Llenos de poder!

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nosotros. Miren qué más tengo en la caja”. (Ponga el mapa en la mesa y saque la fruta de la caja.)

Títere: “¡Muy bien, es la hora de la merienda! ¡Deme! ¡Deme! Estoy muerto de hambre”.

Maestro: “No, Agbay, no es una merienda. Esta fruta nos recuerda que uno de los dones que el Espíritu Santo nos da es el fruto. Cuando hablamos del fruto del Espíritu, queremos decir las cosas buenas que el Espíritu Santo hace que nazcan en nuestro corazón – cosas como amor, gozo, paz, paciencia y muchas más que se encuentran en la lista de Gálatas 5:22 y en otros versículos”.

Títere: “Entonces no podemos comer la fruta del Espíritu Santo?”

Maestro: “No, pero si te portas bien, voy a dejar que te comas ésta después de la lección. Ahora vamos a ver qué otras cosas tiene el Espíritu Santo para nosotros”. (Ponga la fruta en la mesa y saque el martillo de la caja.)

Títere: (Cuando Agbay ve el martillo, grita y se agacha.)

Maestro: “¡Agbay¡ ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan asustado?”

Títere: (Habla con una voz asustada, temblorosa.) “No me lo acerque. No le gusto”.

Maestro: “¿Qué? ¿El martillo?” (Haga como que le va a dar el martillo al títere. Él debe gritar y agacharse otra vez. Puede repetir esto varias veces para hacerlo más divertido.) “¿Qué te pasa? Si sólo es un martillo. No te va a atacar”.

Títere: “Que sí. Yo no le gusto. Cada vez que me acerco a un m-m-martillo me golpea. Me golpea los dedos del pie o de la mano, y a veces hasta la cabeza. ¿Cómo es que algo tan peligroso puede ser un don del Espíritu Santo?”

Maestro: “Bueno, en realidad no es tan peligroso si tienes cuidado. La razón por la que lo tengo en la caja de dones es porque es una herramienta. Primera de Corintios 12:7-11 nos dice que el Espíritu Santo nos da herramientas (o manifestaciones) que podemos usar para ayudar a todos en la iglesia”.

Títere: “Bueno, bueno, ya entiendo. Espíritu Santo…herramientas…¡buen don! Ahora por favor, guarde esa cosa que me da miedo”.

Maestro: “Está bien. (ponga el martillo en la mesa), pero sí tengo algo que no da tanto miedo”. (Saque el muñeco de la caja.)

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41Títere: “¡Muñequito! Oiga, ¿de dónde tomó mi muñequito? Por favor devuélvamelo. Necesito mi muñequito”. (El maestro le da el muñeco y el títere lo acaricia.) “Ay muñequito, me hiciste mucha falta”.

Maestro: “¿Ese muñeco te hace sentirte bien? ¿Te da consuelo?”

Títere: “Ay sí, Muñequito siempre me hace sentirme mejor”.

Maestro: “Esto está muy bien. Me alegro que te sientas mejor. Y eso es exactamente lo que el Espíritu Santo hace por nosotros. Juan 14:16 nos dice que el Espíritu Santo es nuestro Consolador. Él hace que nos sintamos mejor cuando se nos presentan problemas o mo-mentos difíciles. (El maestro comienza a poner el muñeco en la mesa, pero Agbay llora.) Bueno Agbay, puedo devolverte tu muñeco después de la lección, pero todavía tenemos que ver un par de regalos más”.

Títere: “¿Qué? ¿Un libro de la escuela? Ese es un regalo terrible. A nadie le gusta estudiar”.

Maestro: “Eso no es verdad, Agbay. A algunas personas les gusta estudiar. Y lo que es to-davía más importante, todos necesitamos estudiar y aprender. ¿Quieres que la gente crea que tú eres un ignorante?”

Títere: “¡Oiga! ¿Me está diciendo que soy estúpido?”

Maestro: “No, pero si nunca aprendes nada, entonces la gente nunca va a creer que tú eres muy inteligente. Este libro nos recuerda que necesitamos aprender. Necesitamos ser muy preparados. Y en Juan 14:26 la Biblia nos dice que el Espíritu Santo nos va a enseñar”.

Títere: “¡Guau! El Espíritu Santo sí que nos da muchos dones”.

Maestro: “Sí, y hay más regalos de los que podríamos hablar hoy. Pero sólo quiero men-cionar uno más. Es un don muy importante y es del que vamos a hablar hoy. Ese don está representado por esto”. (Saque la pila – o batería.)

Títere: “¡Una pila! ¿Qué significa eso? ¿Es que el Espíritu Santo nos va a dar un choque eléctrico? ¿O es que nos va a cargar?”

Maestro: “No, no va a darnos un choque eléctrico – no. El Espíritu Santo es un don para ayudarnos, no para hacernos daño. Pero casi diste en el clavo cuando dijiste que Él nos carga. El último don del Espíritu Santo es el poder. Así como esta pila nos da poder para hacer un traba-jo, también el Espíritu Santo nos da poder para hacer un trabajo. Hechos 1:8 nos dice que Dios nos dará poder de lo alto. Hoy vamos a aprender sobre ese poder y cómo lo podemos recibir”.

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Títere: “Poder me suena bien. Me gusta el poder. ¿Y cómo es exactamente que puedo re-cibir este poder?”

Maestro: “Te lo diré con mucho gusto. De hecho, voy a hablarles a todos aquí del poder del Espíritu Santo. Tú siéntate calladito, cómete la merienda y oye el resto de nuestra lección”.

Títere: “Bueno, y yo me llevo a Muñequito también”.

Maestro: “Bueno, los dones del Espíritu Santo de los que hemos hablado están aquí”. (El maestro pone la caja detrás del escenario de títeres.)

Títere: (Agbay sale y oímos su voz detrás del escenario.) “¡Ahhh! Esta merienda está deli-ciosa, ¿verdad Muñequito? Y mira todos estos regalos chéveres. Aquí está el libro y el mapa y ¡UUUUUUYYYYY! ¡NO! El martillo no. Apártalo de mí…. Apártaloooooo”.

Consejos:

Diviértanse con esta presentación. El personaje cómico debe ser especialmente chistoso y hacer reír a los niños. Pero no deje que la clase se descontrole. Recuerde que el propósito de esta presentación es introducir la lección y enseñar a los niños una verdad espiritual.

No lea el diálogo. Practique lo suficiente como para que la única nota que necesite sea la lista pega-da dentro de la caja. Parecerá más natural si usted no trata de leer el diálogo entero.

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¡Llenos de poder!

43“Pasaje de poder, Hechos 1:8” – Pida a los niños que reciten el versículo después de oírlo sólo dos

veces, luego ayúdeles, representando el versículo con movimientos y ademanes.

Participantes:

• Maestro

• La clase entera

Accesorios:

• Su biblia

• Una lista de los movimientos para el versículo. (Vea el paso de preparación.)

Preparación:

Copie la siguiente lista en un papel.

• Pero cuando venga… (Junte los pulgares, uno sobre el otro, y mueva los dedos como alas al mismo tiempo que levanta las manos sobre la cabeza como un pájaro y luego bájelas posándo-las sobre la cabeza.)

• el Espíritu Santo sobre … (Siga moviendo las manos como pájaro.)

• ustedes… (Señale a los niños.)

• recibirán… (Estire los brazos ahuecando las manos hacia el frente y luego acérqueselas.)

• poder… (Flexione los músculos.)

• y serán mis testigos… (Agrupe los dedos frente a la boca, y luego estire el brazo y abra los de-dos al mismo tiempo, como si le estuvieran saliendo palabras de la boca.)

• Hechos 1:8… (Levante un dedo y luego levante ocho dedos.)

Use el papel para marcar Hechos 1:8 en su biblia.

Qué hacer:

Explíqueles a los niños que necesitan aprender lo que la Biblia dice sobre el poder del Espíritu Santo; de modo que se van a memorizar un versículo bíblico importante. Dígales que usted quiere ver si ellos lo pueden hacer todo por sí solos. Pídales que pongan atención y oigan bien mientras usted lee el versículo lenta y claramente.

Actividad del versículo:

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Lea el versículo por segunda vez, añadiendo los movimientos al mismo tiempo que dice las pal-abras. Ahora pida a los niños que traten de decir el versículo ellos solos. (Quizás usted tenga que decir las primeras dos palabras para que comiencen todos a una.) Al mismo tiempo que ellos dicen el versí-culo, usted puede hacer los movimientos para recordarles lo que sigue.

Después que hayan terminado, anime a los niños diciéndoles que lo hicieron muy bien. Pregúnteles si recibieron alguna ayuda. (Espere que respondan. Usted quiere que ellos hablen de la ayuda que usted les dio con los movimientos.)

Explique que el Espíritu Santo nos da un trabajo para hacer – ser testigos ante todo el mundo. Pero Él también nos presta ayuda – el poder para hacer ese trabajo. Recibimos ese poder cuando somos bautizados en el Espíritu Santo.

Pídales que digan el versículo junto con usted. Esta vez, anime a todos para que hagan los mov-imientos. Repitan el versículo varias veces y luego pídales que traten de decirlo ellos solos.

Después que se hayan memorizado el versículo, dígales que hemos aprendido lo que dice la Palabra de Dios, y que ahora vamos a aprender cómo eso se aplica a nuestra vida. Vamos a aprender cómo podemos ser bautizados en el Espíritu Santo y recibir poder para ser testigos de Dios.

Consejos:

Recuerde que el propósito de este juego/actividad es enseñar el versículo a todos los niños. Los movimientos ayudan a reforzar lo que se aprende. Vea que todos los niños hagan los mov-imientos. Anímelos.

A los niños más pequeños podría pedirles que repitan el versículo varias veces con los movimientos antes de que lo puedan hacer por sí solos.

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45“Antes y después” – Cuente la historia de Simón Pedro como dos personajes separados: Simón y

Pedro. Muestre la diferencia en su vida antes y después del bautismo del Espíritu Santo.

Participantes:

• Maestro

• La clase entera va a contestar las preguntas

Accesorios:

• Cara recortada de Simón/Pedro (Vea el diagrama en el paso de preparación.)

• Pizarra y tiza (u otro medio para trazar los dibujos para que todos los niños los vean)

Preparación:

• Haga el recorte de la cara de Simón/Pedro siguiendo las siguientes instrucciones. Use un plato pequeño, u otro objeto redondo de tamaño similar, para trazar en un pedazo grande de papel dos círculos que se toquen. Los círculos deben ser lo más grandes que sea posible para que los niños puedan ver fácilmente las caras y las palabras.

• Use papel que sea lo suficientemente grueso para que las palabras de un lado no se vean al otro lado. Si no tiene papel grueso, recorte dos de los círculos dobles, trace las imágines, un lado en cada papel separado, y junte los dos papeles pegándolas con goma (pega). Los dos lados de este papel se dibujan a continuación.

• Después que haya terminado de dibujar y de escribir en ambos lados de la cara recortada, dóblela por mitad. Las caras deben quedar hacia afuera y las palabras deben quedar escon-didas adentro.

• Repase los dibujos incluidos en la historia. En la pizarra dibuje trece círculos en blanco antes de comenzar la clase. Estos son los círculos que va a usar para trazar todos los dibujos. Hágalos tan grandes como le sea posible, para que toda la clase los pueda ver.

Historia bíblica:

Adrento

Espíritu SantoAfuera

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• Lea Hechos 1-2. Repase la historia y practique volver a contarla usando los dibujos.

Qué hacer:

Saque el recorte de la cara de Simón/Pedro, cerrado por el doblez para esconder la parte de adentro. Dígales a los niños que les va a contar una historia de dos hombres. El primero, que se llamaba Simón, era un hombre cobarde. (Muestre a los niños la cara de “Simón”.) El segundo hombre, que se llamaba Pedro, era un hombre valiente. (Dele vuelta a la cara para mostrar a los niños la cara de “Pedro”.)

Antes de comenzar la historia, pídales a los niños que le ayuden a aprender un poquito más sobre Simón y Pedro con un juego. Lea una declaración de la lista que está a continuación, y pídales a los niños que le digan si la declaración describe a Simón, el hombre cobarde, o a Pedro, el hombre valiente. Cada vez que usted revele la respuesta correcta, muestre la cara correspondiente en el recorte.

• Este hombre, después de haber seguido a Jesús por tres años, negó tan siquiera con-ocerlo. (Simón)

• Este hombre, después que los líderes religiosos le dijeron que no hablara de Jesús, inmediata-mente comenzó a predicar sobre Jesús otra vez. (Pedro)

• Este hombre predicó a una multitud de tres mil personas. (Pedro)

• Este hombre tuvo miedo de decirle a una niña que él conocía a Jesús. (Simón)

• Este hombre se escondió de los soldados romanos después que Jesús había sido crucifi-cado. (Simón)

• Este hombre fue sentenciado a muerte por predicar sobre Jesús, pero Dios mandó a un ángel para sacarlo de la cárcel. Tan pronto como salió de la prisión, él comenzó a predicar sobre Jesús otra vez. (Pedro)

Dígales a los niños que aunque Simón y Pedro parecen ser hombres totalmente opuestos, en reali-dad son el mismo hombre. Simón era discípulo de Jesús. Antes que Jesús volviera al cielo, Él le cambió el nombre a Simón y le puso Pedro. (Mientras habla, dele vuelta al recorte repetidamente de la cara de Simón a la de Pedro.)

¿Cómo es que un hombre cambió de tener miedo de confesar a Jesús ante una niña, a predicar sobre Jesús, aunque sabía que podrían matarlo por hacerlo? Algo sucedió que cambió a Simón Pedro interiormente. Algo sucedió que le dio el poder para hablar de Jesús con valentía.

(Abra el recorte y enséñeles a los niños las palabras “Espíritu Santo” escritas adentro). Fue el don de

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47poder, fue ser lleno del Espíritu Santo lo que cambió a Simón Pedro.

Ponga a un lado el recorte. Cuente la historia de Pedro en el día de Pentecostés que está en Hechos 1-2, trazando un dibujo en cada uno de los 13 círculos como se muestra en la guía para el dibujo. Ter-mine el dibujo en el punto correcto de la historia, siguiendo el bosquejo que sigue abajo. Dé los detalles adicionales de la historia basándose en su lectura de la Escritura.

Dibujo 1:

• Después que Jesús se levantó de los muertos, llevó a sus discípulos a un monte.

• Ahí Él les dijo que fueran por todo el mundo y que hicieran más discípulos.

• Pero Él les dijo que primero esperaran y oraran hasta recibir un don de Dios, un don que les daría poder.

• Los discípulos vieron, admirados, cuando Jesús subió al cielo.

Dibujo 2:

• Mientras los discípulos todavía estaban mirando al cielo, se les apareció un ángel.

• El ángel les dijo: “¿Qué hacen aquí mirando al cielo? …Jesús…ha sido llevado… al cielo vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”.

• Así que los discípulos se fueron del monte y regresaron a Jerusalén.

Dibujo 3:

• Ellos recordaron que Jesús les había dicho que esperaran y oraran hasta recibir un don de parte de Dios – un don de poder.

• Así que comenzaron a orar.

Figura 4:

• Oraron una hora.

• ¿Saben qué sucedió después de una hora?

Figura 5:

• No sucedió nada.

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¡Llenos de poder!

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Figura 6:

• Así que siguieron orando.

Figura 7:

• Oraron horas y horas – todo el día.

• ¿Saben qué sucedió después de un día entero?

Figura 8:

• No sucedió nada.

Figura 9:

• Así que siguieron orando y orando y orando.

Figura 10:

• Oraron muchos días.

• ¿Y saben qué sucedió?

Figura 11:

• Esta vez sí sucedió algo.

• Oyeron un ruido como de una fuerte ráfaga de viento. El ruido llenó toda la casa.

Figura 12:

• Vieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y descansaron sobre la cabeza de cada uno.

Figura 13:

• Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en idiomas que nunca habían aprendido, porque el Espíritu Santo les dio el poder.

Conclusión:

(Tome el recorte de la cara de Simón/Pedro.) Este suceso, que llamamos el día de Pentecostés, es lo que cambió a Simón, el hombre cobarde (muestre la cara de “Simón”), a Pedro, el hombre valiente (muestre la cara de “Pedro”).

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49El Espíritu Santo vino y llenó de poder a los discípulos para que predicaran con valentía las Buenas

Nuevas. Ese mismo día, Pedro predicó un mensaje poderoso y tres mil personas oyeron y creyeron en el mensaje.

Las semanas y meses siguientes, Pedro siguió predicando con valentía, aún después de ser amen-azado, ser echado en la cárcel y hasta ser sentenciado a muerte. Nada lo podía detener, porque tenía el poder del Espíritu Santo dentro de él. (Abra otra vez el recorte de la cara y muéstreles a los niños el “Espíritu Santo” que está adentro.)

Consejos:

• Practique trazar los dibujos antes de hacerlo frente a la clase. Debe poder dibujar al mismo tiempo que habla. Los dibujos son muy sencillos para que los pueda trazar mientras habla.

• Use el papel con los dibujos trazados como recordatorio, si es que lo necesita; pero recuerde que lo más importante al contar una historia es no leerla. Mantenga contacto visual con los niños siempre que no esté dibujando.

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∏∂∆∑πĂĎ∞

#1 #2#3

#4 #5

#6 #7 #8

#9 #10

#11 #12#13

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¡Llenos de poder!

51“Limpio o sucio” – Use vasos limpios y sucios para demostrar que el Espíritu Santo solamente llena

un corazón limpio.

Participantes:

• Maestro

Artículos:

• Un vaso opaco o taza

• Lodo

• Una toalla

• Un cubo (balde) de agua para lavar platos y un trapo

• Un jarro de agua

• Una bandeja con 5 o 6 vasos

Preparación:

• Unte de lodo todo el interior del vaso opaco o taza. Deje limpia una pequeña orilla en la parte de arriba. No se debe poder ver nada del lodo por fuera. No quiere que los niños sepan que el vaso está lodoso por dentro hasta que se los enseñe.

• Ponga en la bandeja el jarro de agua y todos los vasos y tápelos con la toalla.

Qué hacer:

Dígales a los niños que en nuestra historia hemos visto la gran diferencia que puede hacer el poder del Espíritu Santo. Ahora vamos a aprender cómo podemos ser bautizados en el Espíritu Santo y usar su poder para testificar.

(Saque la bandeja con los vasos y el jarro de agua. Póngala en una mesa o en una silla y quítele la toalla. Los niños no deben poder ver dentro del vaso sucio.)

(Levante el vaso sucio, manteniendo escondida la parte de adentro.) Los vasos representan nuestra vida. El Espíritu Santo quiere llenarnos de su poder, pero Él no va a desperdiciar su poder, tal como ustedes no desperdiciarían agua llenando este vaso. (Haga como si fuera a echar agua en el vaso, pero deténgase antes de echarla.) ¿Por qué sería un desperdicio? Porque en realidad nadie querría beber de este vaso. (Dele vuelta al vaso hacia los niños y enséñeles la parte de adentro.)

Lección práctica 1:

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(Entonces, eche un poquito de agua en el vaso y enséñeles a los niños el agua lodosa.) Explique que sería un desperdicio echar agua pura en un vaso sucio: ¿Alguien en realidad querría beber el agua de este vaso? ¿Qué necesitarían hacer antes de llenar el vaso y beber de él? (Espere que los niños respon-dan que es necesario lavar el vaso.)

(Saque el cubo (o balde) y comience a lavar el vaso.) Explíqueles a los niños que el vaso sucio representa nuestra vida. El pecado nos ensucia el corazón, tal como el vaso por dentro. Antes de que podamos ser llenos del poder del Espíritu Santo, se nos debe limpiar. Esto es la salvación. Cuando le pedimos a Jesús que nos perdone por todas las cosas malas que hemos hecho, Él nos limpia el corazón y nos quita el pecado.

(Enséñeles a los niños el vaso limpio por dentro.) Explique que lo primero que debe suceder, si queremos ser bautizados en el Espíritu Santo, es que debemos pedir a Jesús que nos salve de nuestros pecados. Después que nuestro corazón esté limpio, podemos pedir al Espíritu Santo que nos llene. (En este momento, eche agua en el vaso limpio.)

Dígales a los niños que esto es sólo lo primero que debemos hacer para ser bautizados en el Espíritu Santo, y luego pase a la próxima ilustración.

Consejos:

Recuerde que los objetos que sostiene en las manos son lo que atrae y mantiene el interés de los niños. No suelte los objetos. Aprenda a hablar al mismo tiempo que lava y echa el agua en el vaso.

Esta ilustración resulta mejor si usted no enseña la parte sucia del vaso hasta el último momento. Debe untar bastante lodo y debe esperar que esté lo suficientemente seco para que se pegue a los lados del vaso.

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53“En la repisa” – Llene un vaso y póngalo a un lado, sin beberlo, para explicar que el Espíritu Santo

no va a llenar a nadie que no va a usar su don.

Participantes:

• Maestro

Artículos:

• El jarro de agua de la primera ilustración

• Un papel y cinta adhesiva

• Los vasos de la primera ilustración

Preparación:

• En el papel dibuje una cara que sea lo suficientemente grande como para tapar la mitad del vaso. Péguela a un lado del vaso y ponga este vaso detrás de los demás donde no se pueda ver.

Qué hacer:

Dígales a los niños que hay otra cosa que es muy importante comprender si es que queremos ser bautizados en el Espíritu Santo. (Levante el vaso con la cara pegada.) Veamos otro vaso como ejemplo. Imagínense que este vaso puede hablar y escoger como nosotros. (Dele vuelta al vaso y enséñeles a los niños la cara.)

Luego, tenga una conversación con el vaso. El vaso le va a decir a usted cuánto quiere ser lleno de agua, y usted le va a preguntar por qué. El vaso le va a seguir diciendo cuán especial lo hará sentirse, y que lo único que él quiere es estar lleno. Usted trata de explicarle que su agua se debe usar para ayudar a los demás – a los que tienen sed. Pero el vaso no le hace caso. Sigue insistiendo en estar lleno. Por fin, usted le da un poco de agua.

Dele vuelta al vaso alejándolo de usted y pregúntele adónde va. El vaso le va a decir que ya tiene lo que quiere, y que ahora se va a descansar en su repisa. Trate de explicarle que usted lo llenó para ser usado, pero él no le hace caso y simplemente se va.

Ahora diríjase a los niños y dígales que usted sólo se estaba divirtiendo con esta pequeña present-ación; pero que, tristemente, el vaso es como muchos cristianos. Decimos que queremos ser bautizados en el Espíritu Santo y ser llenos de su poder, pero en realidad no queremos hacer nada con su don. Sólo queremos sentirnos bien.

Lección práctica 2:

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La Biblia nos dice que se nos da el poder del Espíritu Santo para que podamos cumplir con un trabajo. Pregúnteles a los niños cuál es ese trabajo. Anímelos a que recuerden el versículo que se han aprendido, hasta que contesten que debemos ser testigos de Dios.

Explique que el Espíritu Santo no va a desperdiciar su poder en alguien que no piensa usarlo. “Si ustedes no piensan ser testigos de Él, entonces no necesitan su don. Si sólo piensan permanecer ‘sentados en una repisa’ y no hacer nada, entonces no necesitan su don. Pero si de verdad quieren hacer el trabajo de Dios y ser testigos de Él, necesitan ser bautizados en el Espíritu Santo y recibir su poder especial”.

Repase con los niños las dos cosas que necesitamos hacer para poder ser bautizados en el Espíritu Santo: 1) ser salvos y 2) estar listos para usar su poder. Pase a la tercera ilustración.

Consejos:

Si tiene el escenario para títeres que usó para la presentación cómica, puede presentar esta ilus-tración como otra presentación de títeres. Cuando diga que necesita otro vaso al comienzo de la ilus-tración, esta será la señal para que su ayudante saque el vaso con “cara” de detrás del escenario. Luego, él hará la voz del vaso. No se preocupe si los niños pueden verle la mano. Esto sólo hará más divertida la presentación.

Esta es una idea chistosa – hablar con un vaso. Pero si usted se divierte con ello, los niños se van a divertir viéndolo a usted hacerlo. Diviértase y no se preocupe por parecer ridículo.

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55“¿Está lleno?” – Demuestre que cuando un vaso se desborda, es porque está completamente lleno.

Explique que cuando estemos completamente llenos del Espíritu Santo vamos a rebosar.

Participantes:

• Maestro

Artículos:

• Vasos de la ilustración anterior

• Jarro de agua de la ilustración anterior

• Bandeja de la ilustración anterior

Preparación:

• No se necesita más preparación para esta ilustración.

Qué hacer:

Dígales a los niños que ya han visto y han aprendido lo que es necesario para ser bautizados en el Espíritu Santo. Ahora a usted le gustaría hablar de cómo la persona puede saber cuándo ha recibido el poder del Espíritu Santo.

(Levante otro vaso. Éste debe ser opaco para que los niños no puedan ver lo que hay adentro.) Re-cuérdeles a los niños que este vaso representa nuestra vida.

(Levante el jarro de agua.) Pídales a los niños que le digan cuándo crean que el vaso está lleno. (Cuando el vaso esté lleno a la mitad, eche el agua más lentamente, como si ya no hubiera espacio en el vaso, y luego pare de echarla.)

Pídales a los niños que levanten la mano si creen que el vaso ya está lleno. “¿Por qué creen que está lleno? ¿Pueden estar seguros de que el vaso está lleno?” (Espere que respondan.) Dígales que el vaso no está lleno, que usted se los puede probar. (Lentamente eche más agua en el vaso. Pare de echar agua otra vez, haciendo como si el vaso estuviera lleno.)

Una vez más, pídales a los niños que levanten la mano si creen que el vaso ya está lleno. “¿Por qué creen que está lleno? ¿Pueden estar seguros de que el vaso está lleno?” (Espere que respondan.) Dígales que están equivocados otra vez. (Siga echando agua. Repita este proceso hasta que sólo quede un espa-cio de un centímetro en el vaso.)

Dígales a los niños que hay una señal segura de que el vaso está lleno. Sólo hay una manera que

Lección práctica 3:

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todos verán y sabrán sin ninguna duda. (Otra vez comience a echar el agua lentamente.) “Levanten la mano para decirme cuándo el vaso esté completamente lleno”. (Siga echando agua en el vaso hasta que rebose.) En este momento, todos los niños van a responder que es obvio que el vaso está lleno.

Haga la misma pregunta de antes. “¿Creen que el vaso está lleno? ¿Por qué lo creen? ¿Pueden estar seguros?” (Espere que respondan.) Explique que es lo mismo con el bautismo del Espíritu Santo. Dios nos ha dado una señal que permite que todos vean y sepan, sin ninguna duda, que nuestra vida ha sido llena del poder del Espíritu Sano.

Esa señal es hablar en lenguas. Cuando nuestra vida está completamente llena del Espíritu Santo, comienza a desbordarse, así como el vaso. Lo que se derrama de nosotros es el don de hablar en lenguas. Hablar en lenguas es un idioma de oración especial que Dios nos da. No entendemos lo que estamos diciendo, pero el Espíritu de Dios está hablando a través de nosotros. Esta es una señal para nosotros, y para todos los que nos rodean, de que en realidad hemos sido llenos de su poder y que estamos listos para usar ese poder para ser testigos de Él.

Dígales a los niños que hemos aprendido lo que tenemos que hacer para poder recibir el bautismo del Espíritu Santo. También hemos aprendido cómo podemos saber cuándo hemos recibido ese don. Ahora vamos a orar y vamos a pedir a Dios que nos dé el don del Espíritu Santo.

Consejos:

Recuerde el enfoque de la lección. Es fácil en este momento querer explicar más sobre el Espíritu Santo, y hay mucho más que los niños pueden aprender. No obstante, recuerde que esta lección se trata sólo del bautismo del Espíritu Santo. Si usted trata de enseñarles demasiados puntos sobre el Espíritu Santo, podría terminar confundiéndolos.

Esta ilustración es muy visual y se explica a sí misma. No pase mucho tiempo hablando. Pase rápi-damente al momento en el altar/oración, y deles a los niños suficiente tiempo para responder a lo que el Espíritu Santo esté haciendo en la vida de ellos.

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¡Llenos de poder!

57 “El bautismo del Espíritu Santo” – Anime a los niños a que busquen el bautismo del Espíritu Santo.

Participantes:

• Maestro

• Todos los niños

Artículos:

• Vasos de las ilustraciones anteriores

• Jarro de agua de las ilustraciones anteriores

Preparación:

• No se necesita más preparación para el momento en el altar.

Qué hacer:

Recuérdeles a los niños que hoy hemos estudiado sobre el don de Dios del Espíritu Santo, especial-mente la parte de su don que llamamos el “bautismo del Espíritu Santo”, que es cuando el Espíritu Santo nos llena de poder para que podamos ser testigos de Él.

Dígales a los niños que van a tener la oportunidad de ser bautizados en el Espíritu Santo. Hay tres cosas importantes que deben recordar al pedirle al Señor que los llene. Éstas son:

Abrir el corazón – (Sostenga boca abajo un vaso vacío.) Muéstreles a los niños cómo es que el vaso, cuando está boca abajo, no puede estar lleno de agua. “A menos que ustedes le abran el corazón a Dios, no podrán estar llenos”. (Ponga el vaso boca arriba y échele un poquito de agua.)

Abrir la boca – En otras palabras, anime a los niños a que oren en voz alta . (Sostenga el vaso con la mano sobre la boca del vaso.) Enséñeles a los niños que si el vaso está tapado, no se puede llenar más ni nada puede salir. “Cuando comiencen a orar, al principio van a orar con palabras que pueden entender. Cuando sean llenos del Espíritu Santo, van a comenzar a hablar en otro idioma. Pero el idioma no puede salir de ustedes si mantienen la boca cerrada”. Anime a todo el que quiera orar que lo haga en voz alta .

Esperar – Esto es quizás lo más importante que los niños deben entender mientras oran. Con demasiada frecuencia, oran poco tiempo y luego se dan por vencidos. Anímelos a que sigan orando hasta que el Espíritu Santo los llene. (Levante el vaso y llénelo sólo un poquito más.) Dígales a los niños que cuando le pedimos a Dios su poder, Él comienza a llenarnos. (Eche un

Altar:

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poquito más de agua en el vaso.) Cada vez que se lo pedimos, Dios oye nuestras oraciones y nos llena un poquito más. (Eche más agua en el vaso.)

Algunas personas reciben rápidamente porque están listas para recibir. Pero a otros les ppdría to-mar más tiempo. (Eche más agua en el vaso.) Es necesario que demos al Espíritu Santo el tiempo que Él necesita para obrar en nuestra vida. Si le damos suficiente tiempo, y si estamos listos para usar su don, vamos a recibirlo. (Eche suficiente agua hasta que se derrame del vaso.) Vamos a tener la evidencia de ser llenos, que es hablar en lenguas.

Invite a los niños a orar. Usted y los otros líderes pueden pasar por el aula y orar individualmente con cada niño. Siga animando a todos los niños para que oren en voz alta.

Consejos:

Este también es un buen momento para orar por los niños que desean recibir a Jesús como su Salva-dor. Recuérdeles a los niños lo del vaso sucio y pida a todos los que quieran que su corazón esté limpio de pecado, que se pongan de pie para que usted pueda orar por ellos.

Cuando un niño sea lleno del Espíritu Santo, anímelo a seguir orando en voz alta para que sea ejem-plo para los demás. Si tiene tiempo, podría pedirle que comparta su experiencia para poder animar a los otros niños. Esto quizás no sea posible inmediatamente. Si no lo es, durante su próxima clase sería un buen momento para que los niños que fueron bautizados en el Espíritu Santo y hablaron en lenguas den su testimonio.

Anime a todos los niños. Aunque el niño no hable en lenguas, recuérdele que está siendo lleno. Anímelos a seguir pidiéndole a Dios su poder; con el tiempo llegarán a recibirlo. Va a suceder cuando el Espíritu Santo vea que su corazón está listo y que ellos están listos para usar su poder para ser testigos.

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