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LIÑO Revista de Historia del Arte Universidad de Oviedo Nº 12. 2006

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L I Ñ O

Revista de Historia del Arte

Universidad de Oviedo

Nº 12. 2006

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RESUMENA pesar de que las fuentes epigráficas y documentales conservadas aportan una información de gran inte-

rés sobre San Salvador de Valdediós, ésta no es suficiente para conocer convenientemente el origen de su fun-dación, la razones existentes para elegir Valdediós como lugar de emplazamiento o la existencia de un ver-dadero conjunto palatino en dicho lugar. Partiendo de los datos aportados por la toponimia y la arqueologíay tras realizar el análisis comparativo con otros monumentos del arte prerrománico asturiano, en este traba-jo se reflexiona sobre esas cuestiones y se enuncian algunas propuestas en torno a la existencia, característi-cas y emplazamiento del palacio de Alfonso III que se menciona en las crónicas.

ABSTRACTIn spite of the fact the epigraphic and documentary sources provide a very interesting information about

San Salvador de Valdediós, this is not enough to know perfectly its foundation origin, the raisons to chooseValdediós as location, or the existence of a great court ensemble in that place. Following the toponymic andarcheological information, and after doing comparative analyses with other prerromanesque monuments inAsturias, this research thinks about those questions and proposes some ideas about the existence, characte-ristics and emplacement of the Alfonso III’s palace which was mentioned in the chronicles.

PALABRAS CLAVE:Valdediós, prerrománico asturiano, arquitectura prerrománica.

KEYWORDS:Valdediós, early medieval architecture, prerromanesque art.

* * * *

Consideraciones en tornoal templo prerrománico

de San Salvador de Valdediós

Mª Soledad Álvarez MartínezUniversidad de Oviedo

LIÑO 12. Revista Anual de Historia del Arte. 2006

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Las fuentes epigráficas y documentalesconservadas convierten el templo de SanSalvador de Valdediós en uno de los mejordocumentados de su momento histórico. A tra-vés de ellas conocemos datos fundamentalessobre su cronología y advocación, tal como hapuesto de relieve la extensa historiografía delmonumento. No obstante, las aportacionesdocumentales, a las que a continuación sededica un breve recordatorio, no son suficien-tes para aclarar los numerosos interrogantesque plantea este importante monumento delPrerrománico Asturiano en lo referente a suorigen, su emplazamiento y su función. Y essobre estos interrograntes sobre los que se pre-tende hacer una reflexión en este trabajo.

No existe duda sobre la fecha de consagra-ción del templo el día 16 de septiembre del año893, ya que la datación consta en la inscrip-ción consecratoria que actualmente se conser-va en la dependencia adosada a la capillameridional del templo1. Tampoco planteanproblemas la advocación original, que ya fuela de San Salvador, tal como se registra en eldintel de la puerta occidental, ni las dedicacio-nes de sus altares, al santo patrono (capillacentral), a Santiago (capilla septentrional) y aSan Juan Bautista (capilla meridional), segúnconstatan las inscripciones grabadas en losdinteles de las ventanas de las capillas respec-tivas2.

De la referencia cronológica apuntada en laprimera inscripción mencionada se deduce quela consagración del templo tuvo lugar duranteel reinado de Alfonso III (866-910). Y de hecho,el lugar de emplazamiento del templo es cita-do por algunas crónicas medievales posterio-res, a las que se aludirá más adelante, como elde retiro del monarca tras ser depuesto deltrono ovetense. No obstante, la inscripciónaludida no realiza mención expresa de su par-ticipación en el acto consecratorio, lo que obli-ga a reflexionar sobre la tradicionalmenteadmitida vinculación del monarca con la ini-ciativa fundacional.

En torno al origen del temploy al promotor de la fundación

Teniendo en cuenta la importancia conce-dida por las Crónicas Asturianas a las inicia-tivas constructivas de los sucesivos monar-cas3, así como la imposibilidad de que SanSalvador de Valdediós apareciese mencionadoen la Crónica Albeldense junto a las obraspromovidas por Alfonso III en la capital delreino4, puesto que la segunda y última ver-sión del texto cronístico se terminó de redac-tar diez años antes de la consagración deltemplo5, la historiografía del monumento haaceptado mayoritariamente que Alfonso IIIfue su fundador y que la obra formó parte delpalatium de Boides, topónico del lugar hastael establecimiento de los monjes cisterciensesen 1200, que mencionan algunas fuentes cro-nísticas como lugar de refugio del monarcaen 909 cuando fue depuesto del trono por sushijos6. En este sentido, y tomando como refe-rencia el texto de la Crónica de Sampiro, seexplican las alusiones a Valdediós como“arquitectura regia para el retiro” y como“casa de oración y retiro” que hacen respecti-

Mª SOLEDAD ÁLVAREZ MARTÍNEZ

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1 Sobre la inscripción consecratoria véase FERNÁNDEZCONDE, F. J., “La fundación de San Salvador deValdediós. Fuentes epigráficas”, La época de Alfonso IIIy San Salvador de Valdediós, Oviedo, 1994, pp. 213-247; DIEGO SANTOS, F., Inscripciones medievales deAsturias. Oviedo, 1994; y GARCÍA DE CASTROVALDÉS, C., Arqueología Cristiana de la Alta EdadMedia en Asturias, Oviedo, 1995, pp. 122-125.

2 FERNÁNDEZ CONDE, F. J., “La fundación..., 1994, pp.222-224, 227-229.

3 NIETO ALCAIDE, V., “La imagen de la arquitecturaasturiana de los siglos VIII y IX en las crónicas deAlfonso III”, Espacio, Tiempo y Forma, VII, 2, Madrid,1989, pp. 11-34.

4 “Todos los templos del Señor son restaurados por estepríncipe, y en Oviedo se edifica una ciudad con pala-cios reales”, en GIL FERNÁNDEZ, J., MORALEJO, J. L.,RUIZ DE LA PEÑA, J. I., Crónicas Asturianas, Oviedo,1985, p. 252. Otros estudios sobre las Crónicas asturia-nas: GÓMEZ MORENO, M., “Las primeras crónicas de laReconquista: el ciclo de Alfonso III”, BHA, 100, 1932,pp. 562-628; FLORIANO CUMBREÑO, A., Diplomáticaespañola del período astur. Estudio de las fuentes docu-mentales del reino de Asturias (718-910), Oviedo,1949-1951.

5 GIL FERNÁNDEZ, J., MORALEJO, J. L., RUIZ DE LAPEÑA, J. I., Crónicas ... , p. 101.

6 La versión pelagiana de la Crónica de Sampiro hacereferencia a los palacia qui sunt in valle de Boidis y laversión silense recoge: Etennm omnes filii regis inter seconiuratione facta, patrem suum espulerunt Bortesvillula consedentem. Otras menciones del lugar de refu-gio de Alfonso II se encuentran en el Chronicon Mundidel Tudense: tunc rex Adefonsus Boytes villulem voca-tis regni ducibus se a regno deposuit y en la I CrónicaGeneral: En una villa de Asturias quel dicen Baydes,alli dexo el regno. Véase PÉREZ DE URBEL, J., Sampiro,su crónica y la monarquía leonesa en el siglo X, Madrid,1952, p. 307; SCHOTT, A., Hispaniae ilustrate suererum urbiumque Hispaniae, Lusitaniae, Ethiopiae etIndiae. III. Chronicon Mundi, 1603-1608, p. 80;MENÉNDEZ PIDAL, R., Primera Crónica General, IIMadrid, 1955, p. 382.

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vamente en sus estudios V. Nieto Alcaide y M.Núñez Rodríguez7.

Tal interpretación, sostenida además de losmencionados por autores como M. GómezMoreno, H. Schlunk y L. Arias, entre otros8,

parte de la aceptación de dos hechos. En pri-mer lugar, que el templo fue fundado por elmonarca. En segundo, que éste habría cons-truido en las proximidades del mismo un pala-cio. Pero como se ha dicho, del primero noexiste constatación documental en ninguna de

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

7 NIETO ALCAIDE, V., Arte Prerrománico Asturiano,Salinas, 1989, p. 179; NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M., SanSalvador de Valdediós o la fábrica sencilla de unaarquitectura admirable, Oviedo, 1991, p. 10.

8 GÓMEZ MORENO, M., Iglesias mozárabes. Arte españolde los siglos IX a XI, (Madrid 1919), Granada, 1998;SCHLUNK, H., “Spanische Architektur aus der Zeit derasturischen Monarchie”, Forschungen und Fortschritte,13, 1937, pp. 241-243; “La arquitectura del tiempo de

la monarquía asturiana”, Investigación y Progreso, XI,6, 1940, pp. 169-174; Arte visigodo. Arte asturiano, ArsHispaniae II, Madrid, 1947; ARIAS PÁRAMO, L.,Prerrománico Asturiano. El arte de la MonarquíaAsturiana, Gijón, 1993. La bibliografía que se ocupadel monumento es muy extensa. En esta nota se rese-ñan sólo tres títulos fundamentales, que se amplían conotras citas recogidas a lo largo del trabajo.

San Salvador de Valdediós. Fachada occidental (Foto Lorenzo Arias)San Salvador de Valdediós. Fachada occidental (Foto Lorenzo Arias)

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las crónicas y del segundo no hay vestigiosmateriales que permitan ratificar el emplaza-miento del aludido palacio. De ahí la necesidadde reflexionar sobre la intervención de AlfonsoIII en la fundación y construcción del temploque nos ocupa.

De existir dicha relación, uno de los inte-rrogantes que cabe plantearse es el motivo dela omisión del monarca en el texto de una ins-cripción consecratoria que es bastante prolijaen los datos relativos a la participación en laceremonia de los siete prelados procedentes delas principales sedes episcopales de laPenínsula. Y esta omisión ha sido el argumen-to de algunos trabajos que cuestionan la inter-vención del monarca en el acto fundacional. Elnombre con el que se conoce popularmente eltemplo de San Salvador, el Conventín, quizáha contribuido a oscurecer aún más la funciónoriginal del monumento, que, aún sin apoyoen referencias documentales o en vestigiosmateriales, se ha querido poner en relación conuna fundación monástica altomedieval. Sinembargo, nada apunta a tal origen, ya que for-maba parte de la heredad real que fue donadapor el monarca Alfonso IX a la orden cister-ciense, primera, al menos según los datos quehasta ahora se conocen, en ocupar en el sigloXIII los terrenos del dominio real.

C. García de Castro9 ha enunciado la hipó-tesis de una fundación ajena al monarca, quiense apropiaría de la construcción preexistente eintroduciría importantes reformas estructuralesy ornamentales en su fábrica, tales como laconstrucción de la tribuna y del pórtico meri-dional y el revestimiento de los muros con lapintura mural, antes de la consagración de993, acto que este autor pone en relación consu iniciativa. Tal planteamiento no parece a mientender suficientemente razonado ni desde elpunto de vista documental, ni desde el arqui-tectónico. No parece que quepa duda, segúnlas razones que a continuación se exponen, deque haya sido el monarca el promotor del actomencionado, pero también el propio monu-mento, según se verá más adelante, habla porsí mismo a favor de la existencia de la inter-vención áulica en su fundación.

Considero que aunque no aparezca invoca-do el nombre del rey, razones de tipo diversoabundan en su directa relación con el temploque nos ocupa, según se ha venido conside-rando por la mayor parte de los investigadores

quizá sin haberlo justificado o razonado sufi-cientemente.

Por una parte, la lápida de consagración deltemplo ofrece argumentos suficientes por sucontenido y su forma para establecer dicharelación. Parece difícil encontrar otra personadistinta del monarca con la capacidad de con-vocatoria necesaria para reunir en Boides a losprelados de las diócesis más importantes delterritorio peninsular reconquistado: Dumio,Coimbra, Iria, Astorga, Lamego, Lugo yZaragoza, cuyo viaje a Asturias hubo de estarmovido por altos intereses dadas las dificulta-des que sin duda supusieron los largos y difí-ciles desplazamientos que algunos de los obis-pos realizaron. Ya ha sido expuesto que estareunión en el valle asturiano de los principalesresponsables de la Iglesia hispánica puedeentenderse como muestra unánime del apoyoinstitucional del clero a la política reconquis-tadora del monarca, además de signo de agra-decimiento por la liberación que para muchassedes episcopales habían supuesto las exitosascampañas militares llevadas a cabo por elmonarca desde 868 - Coimbra es reconquista-da en 878 y Zamora en 893 -, que habían per-mitido poner en marcha la repoblación delterritorio hasta el valle del Duero10. Aunquedistintas, existen también motivaciones queexplican la presencia del obispo de Zaragoza,ciudad muy distante por emplazamiento geo-gráfico y por contexto político; por una parteconstatan la soberanía reconocida al reinoasturiano por el obispo Elleca y la comunidadmozárabe de la ciudad, y por otra puedenentenderse como consecuencia de la relaciónpolítica establecida con la familia Banu Qasi,en cuya corte había recibido educación en 880Ordoño, hijo del monarca asturiano11.

Pero además de las razones apuntadas, enla pieza comentada todo parece sugerir unavinculación a la corte: la riqueza del material,la corrección del estilo literario y el esmerocaligráfico. En efecto, como soporte materialde la inscripción se eligió el mármol, materialmuy costoso puesto que al no existir en laregión hubo de ser importado. Y conclusionessimilares se extraen del análisis del estilo lite-rario, ya que el texto, escrito en latín bastantecorrecto, de carácter poético y enraizado en la

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9 GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., Arqueología... p. 432.

10 BALDEÓN BARUQUE, J., “Evolución histórica del rei-nado de Alfonso III”, La época de Alfonso III y SanSalvador de Valdediós, Oviedo, 1994, pp. 23-25.

11 BALDEÓN BARUQUE, J., “Evolución... p.21.

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tradición literaria visigoda12, concuerda per-fectamente con los ideales culturales del

monarca, puestos de manifiesto en la recupe-ración de la tradición historiográfica que sehabía interrumpido con la irrupción islámica yque dio origen durante su reinado a la redac-ción de las crónicas, concebidas también comorespaldo y justificación de su posición ideoló-gica y su actuación política. El estudio realiza-

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

12 FERNÁNDEZ CONDE, F. J., “La fundación... pp. 215-222.

Placa labrada con la cruz sobre la ventana de la tribuna (Foto Lorenzo Arias)

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do por F. J. Fernández Conde desvela la apli-cación del recurso poético visigótico-mozárabede los dípticos epanalépticos en la redacciónde la oración introductoria del mencionadotexto epigráfico, y la misma tradición literariase aprecia en la Crónica Albeldense, cuyo autorformaba parte del círculo de intelectuales de lacorte del monarca, del que todo indica quetambién formaba parte el autor del texto con-secratorio de San Salvador de Valdediós. Y lomismo cabe decir del artífice de la ejecucióncaligráfica, que deja constancia de su expe-riencia en la regularidad y precisión de la gra-fía, en el discreto realce de algunas iniciales,en la preocupación por configurar y diferen-ciar los versos al introducir una modulaciónrítmica, y en la búsqueda de efectos ornamen-tales mediante una temprana muestra de launión de texto-imagen al intercalar pequeñashojas de hiedra como sistema de puntuación.

A lo anteriormente expuesto, convieneañadir otro tipo de argumentos de carácterestilístico e iconográfico que refuerzan la tesisde la vinculación del monarca con la cons-trucción del templo.

Un primer elemento a tener en cuenta eneste sentido es la placa labrada con la cruz quepreside el imafronte dispuesta sobre la ventanade la tribuna. Se trata de una placa rectangu-lar apaisada, con el borde realzado por unamoldura sencilla, en cuyo centro se reproduceuna Cruz de la Victoria, de brazos desigualesrematados en sus extremos por dos lóbulos,apoyada sobre un vástago procesional, con elalpha y la omega apocalípticas colgantes y conesquemáticas flores de lis13 en el centro de losbrazos horizontales y en el remate superior delvertical. Aunque esta no es la primera repre-sentación de la cruz en el arte prerrománicoasturiano, puesto que el signo, dotado de doblevalor religioso y político, había sido adoptadopor los monarcas desde Pelayo como emblemavictorioso en la lucha contra el Islam, y comotal se repetía en piezas de orfebrería y en lapintura mural de los templos, sólo excepcio-nalmente se había tallado en piedra, caso delpalacio del Naranco, donde seguía el esquemade brazos iguales de la Cruz de los Ángeles.

Los monumentos prerrománicos conserva-dos y las piezas arqueológicas que pertenecie-ron a otros destruidos parecen demostrar que

fue Alfonso III quien identificó sus empresasconstructivas con una cruz labrada en relievesiguiendo el modelo tipológico de la Cruz de laVictoria, que, años más tarde, en 908, elmonarca ofrendaría a San Salvador de Oviedo.C. Cid Priego recogió en un trabajo de consul-ta imprescindible para este tema14 las piezasrelacionadas con dicho modelo, de las que, almargen de las pintadas o repujadas, nos inte-resa destacar las muestras epigráficas, como laperteneciente a la Foncalada y las que, proce-dentes de otras edificaciones ovetenses del ReyMagno, se guardan actualmente en el MuseoArqueológico de Oviedo, una de ellas fechadaen 875 y con inscripción que cita expresamen-te al monarca y a su esposa Jimena15. Todasellas repiten el esquema descrito para la deValdediós y confirman que esta cruz de piedra,que también existió en la basílica deCompostela y en la tumba del monarca, segúntestimonio de Luis Alfonso de Carvallo16, pre-sidió las construcciones llevadas a cabo porAlfonso III.

Otras tres lápidas conservadas, de las queuna presenta un deficiente estado a causa de laerosión, repiten el mismo modelo de cruz.Pertenecen al templo de San Martín de Salas,que fue restaurado en 951 por el presbíteroAdefonsus Confessus, según recogen sendasinscripciones17. Aunque producto de un tallerde la décima centuria, la reiteración de la cruzen el templo de Salas, así como el esmeropuesto en la delicada talla de uno de los ejem-plares, parece responder a algún tipo de inten-ción en relación con la figura del Rey Magno.De hecho, el primer documento que mencionael templo de San Martín es una donación delaño 896 a la iglesia de Oviedo por el arcedia-no don Gonzalo, hijo del monarca, que, aun-que sea una copia pelagiana del siglo XII18, dacuenta de la existencia del templo y de su vin-

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13 C. Cid Priego interpretó estos elementos como soportespara velas. En La Cruz de la Victoria y las JoyasPrerrománicas de la Cámara Santa, Oviedo, 1997, p. 91.

14 CID PRIEGO, C., La Cruz...15 ESCORTELL PONSODA, M., Catálogo Salas de Arte

Prerrománico del Museo Arqueológico Oviedo, Oviedo,1978, pp. 33-44; SUÁREZ ÁLVAREZ, M. J., “Lápidas dela época de Alfonso III”, Orígenes. Arte y cultura enAsturias. S. VII-XV, Oviedo, 1993, pp. 121-124;GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., Arqueología... , pp.88-90.

16 CARVALLO, L. A. de, Antigüedades y cosas memorablesdel Principado de Asturias (1695), Salinas, 1977.

17 ARIAS PÁRAMO, L., El prerrománico de San Martín deSalas, Salas, 1998, pp. 27-33.

18 FERNÁNDEZ CONDE, F. J., Libro de los Testamentos dela Catedral de Oviedo, Roma, 1971, p. 157.

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culación a la corte. Cabe preguntarse si fueAlfonso III su fundador, hecho que explicaríaque cuando se restaura su fábrica medio siglodespués se repitan las cruces e incluso seenmarquen con una orla de repertorios vegeta-les que habían hecho su aparición en Asturiasen los capiteles del pórtico de Valdediós. Laposible relación del monarca con la fundaciónde San Martín de Salas fue enunciada hacemás de siete décadas por Cotarelo Valledor19 yaceptada más recientemente por FernándezConde20, y el protagonismo alcanzado por lascruces parece respaldar dicha hipótesis.

Un rasgo distintivo de estas muestras epi-gráficas alfonsíes es la representación de laflor de lis asociada a la cruz. Dado el simbolis-mo cristológico de la lis21, resulta coherente suunión a la cruz. Pero en las creaciones artísti-cas de Alfonso III parece alcanzar además unadimensión política en relación con la monar-quía y reflejar en el plano simbólico la comu-nión de ideales de Iglesia y Estado. En este

sentido, existen buenos ejemplos iconográficosque vinculan la lis a los monarcas, dotándolosde un carácter sacro como reyes ungidos,representantes de Cristo en la tierra y con unaautoridad legitimada por la divinidad22. Yseguramente no es casual que las primerasmuestras de esta iconografía en el arte hispá-nico las ofrezcan las representaciones deOrdoño I, Alfonso III y Alfonso V en el Librode los Testamentos23, en el que además el tes-tamento de Alfonso III se inicia con una letracapital que inscribe la figura de CristoSalvador24. En esas miniaturas, los monarcas

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19 COTARELO VALLEDOR, A., Historia crítica y documen-tada de la vida y acciones de Alfonso III el Magno, últi-mo rey de Asturias, Madrid, 1933, p. 237.

20 FERNÁNDEZ CONDE, F. J., Libro... p. 157.21 QUIÑÓNEZ, A. M., El simbolismo vegetal en el arte

medieval, Madrid, 1995, pp. 97-100.

22 DELGADO VALERO, C., “La corona como insignia depoder durante la Edad Media”, Anales de Historia delArte, 4, Homenaje al Prof. Dr. D. José María deAzcárate, Madrid, 1994, pp. 747-763; “El certro comoinsignia de poder durante la Edad Media”, Actas del XCongreso del CEHA. Los Clasicismos en el Arte Español,Madrid, 1994, pp. 45-52; BANGO TORVISO., I., “De lasinsignias reales en la España medieval”, Imágenes y pro-moteres en el arte medieval, Barcelona, 2001, pp. 59-66.

23 ÁLVAREZ MARTÍNEZ, M. S., “La ceremonia de la dona-tio en el Liber Testamentorum”, El Rostro y el Discursode la Fiesta, Santiago de Compostela, 1994, p. 103; ElRománico en Asturias, Gijón, 1999, p. 293.

24 YARZA LUACES, J., “Las miniaturas del Libro de losTestamentos”, en Liber Testamentorum EcclesiaeOvetensis (ed. facs.), Barcelona, 1995; ÁLVAREZMARTÍNEZ, M. S., El Románico... pp. 297-298.

San Salvador de Valdediós en el valle de Boides (Foto Lorenzo Arias)

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sostienen un cetro flordelisado, convirtiéndoseen función de la simbología de dicha insigniade poder en ejemplos de autoridad terrenallegitimada por la autoridad divina. Es ciertoque estas miniaturas son dos siglos posterioresal Reino de Asturias, pero cabe preguntarse siel iconógrafo que las diseñó hizo uso de la lispor considerar a los monarcas asturianos como“fundamento de la autoridad, legitimada porCristo, del reino castellano-leonés”25 según unmodelo carolingio contemporáneo del ReyMagno, que explicaría también la elección dela lis como signo distintivo en las cruces depiedra ornamentadas.

Tras la muerte de Alfonso III y el trasladode la capital del reino a León, al igual que ocu-rrió con las estructuras constructivas áulicas,que se siguieron repitiendo en Asturias demodo inercial y desprovistas de su funcionali-dad original, el modelo de cruz mencionado semantuvo en algunos relieves desligados ya de

la corte. Al margen de las cruces de San Martínde Salas, que como se ha expuesto deben rela-cionarse con la figura del monarca, varias lápi-das del siglo XI26 mantienen la representaciónde la cruz flordelisada, pero su simbolismo, enesos casos, es ya únicamente religioso.

Los argumentos apuntados respaldan sinduda el mecenazgo regio de San Salvador deValdediós, pero a ellos es preciso sumar aúnotros de carácter estilístico, estructural y orna-mental que refuerzan la tesis aquí defendida.Sobre ellos me detendré más adelante, peroconviene adelantar que la tribuna y el pórticomeridional son estructuras que remiten alpoder áulico tanto en el plano estructural yornamental como en el funcional y simbólico.Así mismo, se plantean algunas solucionesconstructivas, como la recuperación del apare-jo de cantería o la adopción del arco de herra-dura, y determinados repertorios decorativos,como las lacerías vegetales, que son conse-

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25 DELGADO VALERO, C., “El cetro... p. 47 26 CID PRIEGO, C., La Cruz… pp. 91-92, 100-103.

San Salvador de Valdediós. Planta según Lorenzo Arias

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cuencias artísticas de la política expansionistadel monarca que facilita la incorporación demétodos y repertorios meridionales.

En torno al emplazamiento geográfico:la elección del valle de BBooiiddeess

Partiendo de la aceptación de que ha sidoAlfonso III el fundador del templo de Valdediós,nos encontramos con otro interrogante quetiene que ver con su emplazamiento geográfico.Cabe preguntarse cuáles han sido las razonesque impulsaron a elegir el valle de Boides paraconstruir la obra, puesto que se trata de unlugar poco saludable, umbrío y con un altoíndice de humedad. Y la explicación pareceesclarecerse con el análisis toponímico realiza-do por M. Sevilla Rodríguez para este trabajo.

Según dicho investigador, las formasBoides y Boiges mencionadas en la documen-tación medieval27 podrían ser registro medie-

val del actual topónimo Pueyes28. Notandouna forma hablada *Boiyes o *Boyes, la formaBoiges habría sido debida al afán latinizantede los escribanos medievales en sus grafíasescritas. Y *Boiyes o *Boyes podría ser unaforma ulterior evolucionada de Boides, lo quecorrobora la cronología de la documentaciónmedieval29. Las variantes registradas

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27 Boides se cita por primera vez en la Crónica deSampiro: palacia qui sunt in valle de Boidis; Boiges en

el privilegio fundacional del monasterio cisterciense deSanta María, extendido por los monarcas Alfonso IX yBerenguela en 1200: Totam hereditatem de Boiges, tamde regalengo quam de infantatico, ad Abbaciam ibidemcisterciensium oridinis construendam (ArchivoHistórico Nacional, Clero, Perg., carp. 533, 20).

28 La identificación de la villa de Boides con la parroquiade Puelles fue planteada con otro tipo de argumentospor J. Fernández Menéndez basándose en la referenciadocumental del Archivo Histórico Nacional (sig. 221-b):“... En este dicho coto hay sólo una iglesia parroquial,que es la de San Bartolomé de Puelles, que antigua-mente se llamaba de Boiges o de Boides”(“Excavaciones arqueológicas de Puelles (Val-de-Diós).La “Villa” Hispanorromana de Boides”, Covadonga, 154,1928, p. 52; reed. en Valdediós, 1957).

29 En efecto, Boiges aparece en varios documentos delsiglo XIII de los años 1200, 1201, 1216, 1225 y 1230que recogen donaciones de Alfonso IX al monasterio

Sección transversal según Lorenzo Arias

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Boytes30 y Buetes señalarían la presenciaanterior de la dental sorda como antecedentede la sonora en Boides y la diptongación dela vocal tónica en sílaba inicial.Posteriormente la dental sonora habría caído

en posición intervocálica, dando lugar a*Boyes, que el escriba habría intentado latini-zar como Boiges y habría sido repetida en losdocumentos. Pero la forma real hablada seríaya *Bueyes, que para evitar posibles homoni-mias en su evolución ulterior, habría sidoreforzada en Pueyes31, dando lugar a laforma actual, registrada erróneamente comoPuelles.

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cisterciense de Santa María de Valdediós. Mientras queBoides, como ya se indicó, aparece citado con anterio-ridad en la Crónica de Sampiro.

30 Tunc rex Adefonsus Boytes villulam vocatis regni duci-bus se a regno deposuit (Lucae Tudensis ChroniconMundi, en SCHOTT, A., Hispaniae ilustrate sue rerumurbiumque Hispaniae, Lusitaniae, Ethiopiae et Indiae.III. Chronicon Mundi, 1603-1608, p. 80).

31 Citado en 1385-86 como parroquia de San Bartoloméde Puelles y en otros documentos de 1389, 1390 y1395.

Pórtico meridional (Foto Lorenzo Arias)

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Queda por explicar la etimología de Boiteso Boytes, que sería el registro medieval de laforma más antigua del topónimo. ¿Estamos talvez ante una forma romance procedente delatín *votivis con un cambio de acento a lasílaba inicial, vótivis? No es infrecuente quelos étimos latinos cambien el lugar de acen-tuación en la palabra; es conocida la etimolo-gía Covadonga, como *cova dóminica “cuevade la Señora”, en lugar de *cova domínica32

con la acentuación correcta. En la mismaparroquia de Pueyes se encuentra uno de losrepetidos topónimos Busdongo, con el mismocambio en la posición del acento: Busdongo <*-dómnigo < *-dóminicu.

En efecto, un ablativo-locativo latino *vóti-vis con dicho cambio acentual podría procederde una expresión anterior *locis votivis paraaludir a lugares con lápidas o monumentosepigráficos romanos funerarios levantados encumplimiento de un voto, o tal vez para aludira lugares destinados a un culto. Tal etimologíavendría justificada por los restos de épocaromana, y el hecho de elegir tal lugar paralevantar el templo de San Salvador vendríajustificado por la cristianización de un lugar de

culto o tradición precristiana. Una forma *vóti-vis pudo evolucionar como *vótiis > *voitis conmetátesis, y de ahí Boites, con la apertura en ede la i en sílaba final átona y la conocida indi-ferencia en la evolución de v en b latinas.

Así pues, la conclusión que se desprendedel análisis del topónimo inicial Boites es quela elección de dicho lugar para situar el templodel siglo IX pudo tener como finalidad la cris-tianización de un lugar de culto pagano33. Nocabe ninguna duda de que la ocupación roma-na del territorio fue significativa, segúndemuestran los antropónimos Valeri, ElCardeli, Sancti o Xacome34. No obstante, esnecesario aclarar si existió en el mismo vallealgún tipo de construcción romana dedicada afines cultuales.

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

32 GARCÍA ARIAS, X. Ll., Pueblos asturianos: el porqué desus nombres, Gijón, 2000, p. 430.

33 Esta conclusión extraída de las fuentes toponímicasviene a respaldar la hipótesis apuntada por M. NúñezRodríguez, que considera que “el nuevo edificio pudohaber sido una forma de atemperar el recuerdo de anti-guos ritos paganos en aquella área” (NÚÑEZRODRÍGUEZ, M., San Salvador..., p. 10).

34 En relación con estos topónimos véanse VILLAZÓNGÓNZALEZ, M., Conceyu de Villaviciosa. Parroquia dePuelles, Uvieu, 1993, pp. 5, 18 y 20, y GARCIA ARIAS,J. L.,”Aspeutos llingüísticos y hestóricos na toponimiade Valdediós”, La época de Alfonso III y San Salvadorde Valdediós, Oviedo, 1994, pp. 200-201.

Pórtico meridional: celosías (Foto Lorenzo Arias)

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Algunos elementos arquitectónicos emple-ados en la construcción de San Salvador sonreutilizados. Ello explica la aparición de mate-rias ajenas a la región, como la sienita, piedradotada de propiedades ornamentales en fun-ción de su intenso colorido y su textura gra-nulosa, muy acordes con las búsquedas efec-tistas de la arquitectura romana. Esta piedra seutilizó en los fustes de las columnas del ingre-so al porche occidental, en un sillarejo empla-zado junto a la ventana en el muro de testerodel ábside meridional y en varios elementosmás de los accesos a las capillas laterales. Y lomismo cabe decir de las restantes piedras reu-tilizadas, como el granito del fuste de lacolumna meridional del arco de triunfo corres-pondiente a la capilla mayor, y el mármol, quecon diversas variantes se localiza en el fusteopuesto al mencionado en el lado septentrionaldel arco triunfal, en los dos pequeños fustes delas columnitas de la ventana trífora de lamisma capilla, en las basas de las columnas deingreso al porche y en los fustes y capiteles delos arcos de ingreso a las capillas septentrionaly meridional35.

Pero además, por su estilo, las cuatrocolumnas de los arcos de ingreso a las capillasnorte y sur, con sus respectivas basas, fustes ycapiteles, los fustes del arco triunfal de la capi-lla central y los de la portada de acceso al por-che occidental son de tradición tardoantigua,aunque como gran parte de las manifestacio-nes romanas tardías y periféricas plantean difi-cultades para atribuirles una datación cronoló-gica precisa.

Existen también otros restos antiguos en elentorno del templo, como las tégulas romanasencontradas en la necrópolis medieval, locali-zada en su lado sur, que también cubrieron eltemplo hasta la restauración de 1979-198036, ycomo el conducto de opus spicatum excavadojunto a San Salvador, entre este templo y el deSanta María.

Los restos antiguos mencionados no son des-preciables y teniendo en cuenta el estudio topo-nímico enunciado podrían pertenecer a algunaconstrucción tardorromana existente en el lugar.Esta idea coincide con la tesis defendida haceaños por J. M. González37, que posteriormentefue revisada por los arqueólogos participantes enlas últimas excavaciones realizadas en el entor-no del templo38. En ellas se localizaron comoúnicos elementos antiguos las tégulas existentesen la necrópolis, que los autores de la excava-ción consideraron materiales de acarreo proce-dentes de la villa romana de Pueyes, próxima aValdediós, por no ir acompañadas de otros res-tos materiales39. Pero estos restos sí existen, yaque según lo antes expuesto se encuentran reu-tilizados en la fábrica del templo prerrománico.

No obstante, los datos arqueológicos hastaahora conocidos no son suficientes para llegar aconclusiones definitivas sobre el grado deromanización del solar del templo y, en conse-cuencia, sobre el origen de los elementos roma-nos localizados en torno a él y su relación conla villa de Pueyes. En el estudio de la necrópo-lis medieval de Valdediós se han distinguidojunto a los elementos materiales romanos mues-tras significativas de la pervivencia de ritosfunerarios precristianos, también constatadosen cementerios romanos40. Por tanto, con losdatos conocidos y teniendo en cuenta que lasobras realizadas en la Edad Media pudieronocultar los vestigios de otras precedentes, noparece oportuno rechazar la posibilidad de laexistencia de alguna construcción previa quediera el nombre de *vótivis> Boites, al lugar.

La muestra constructiva más antigua y pró-xima a la iglesia prerrománica es un resto depavimento localizado al norte de la misma, quepuede datar de su misma época41. Aunque

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35 El análisis petrológico del monumento es resultado delproyecto de investigación Inventario y documentaciónhistórico-artística de monumentos asturianos. Estudiopetrofísico y alterológico de las rocas utilizadas (FICYT,I+D+I, PB-EJS01-24, 2000-2003), pendiente de publica-ción, desarrollado por un equipo interdisciplinar depetrólogos e historiadores del arte, coordinados respec-tivamente, por R. M. Esbert Alemany y M. S. ÁlvarezMartínez.

36 En esos años se lleva a cabo una desafortunada inter-vención en el templo dirigida por M. M. Benito Pallares,desmantelándose la cubierta de tegulae romanas.

37 GONZALEZ, J. M., “Origen romano de Valdediós”,Valdediós, 2, 1958, pp. 41-48.

38 REQUEJO, O. MARTÍNEZ, A., MENÉNDEZ, M.,“Excavaciones arqueológicas en el conjunto monumen-tal de Valdediós (Villaviciosa) 1988-89”, Excavacionesarqueológicas en Asturias 1987-90, Oviedo, 1992, pp.179-188; ALONSO ALONSO, G. A., ARGÜELLOMENÉNDEZ, J. J. PEDREGAL MONTES, M. A., “Fuentesarqueológicas relacionadas con San Salvador deValdediós”, La época de Alfonso III y San Salvador deValdediós, Oviedo, 1994, pp. 249-300.

39 ALONSO ALONSO, G. A., ARGÜELLO MENÉNDEZ, J. J.PEDREGAL MONTES, M. A., “Fuentes ..., p. 259.

40 ALONSO ALONSO, G. A., ARGÜELLO MENÉNDEZ, J. J.PEDREGAL MONTES, M. A., “Fuentes ..., pp. 298-300.

41 REQUEJO, O. MARTÍNEZ, A., MENÉNDEZ, M.,“Excavaciones ... pp. 179-188.

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San Salvador de Valdediós: nave central y capilla (Foto Lorenzo Arias)

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resulta imposible determinar cuáles han sido laestructura y la función del edificio al que per-teneció, nos introduce en otro de los temasampliamente debatidos: la relación del templocon el retiro de Alfonso III que se cita en lascrónicas medievales.

En torno a la función: el templo y el palacio. Localización, características e imagen simbólica

¿Un templo palatino?

En otro apartado ya se anticipó que existenrazones tipológicas y estructurales que permi-ten relacionar San Salvador de Valdediós conla iniciativa regia. En efecto, aunque no sehayan conservado las obras áulicas emprendi-das por Alfonso III en la sedes regia de Oviedo,de las que únicamente tenemos información através de la documentación histórica y dealgunos vestigios arqueológicos que resultaninsuficientes para establecer análisis compara-

tivos de carácter estructural, la tipología y laestructura de Valdediós se muestran continua-doras de soluciones ensayadas previamente enlos templos promovidos en Oviedo por losmonarcas Alfonso II y Ramiro I. Éstas habíanalcanzado en San Miguel de Lillo una fórmulade templo palatino que, según demuestraValdediós, se convertiría en el modelo para losconstruidos por los ulteriores monarcas deAsturias y de León.

En efecto, San Salvador de Valdediós semuestra heredero del lenguaje ramirense enplanta, estructura, sistema compositivo, técni-cas y proporciones. Así lo confirman su dispo-sición basilical de tres naves y tres capillasparalelas de testero recto, ligeramente sobrepa-sado en la central, la cámara supraabsidal, lasdependencias septentrional y meridional, y, alos pies, el porche con habitáculos laterales yla tribuna alta. Y lo mismo cabe decir de lageneralización del sistema abovedado en todaslas dependencias, cuya aplicación supone unaalteración de las proporciones clásicas al estre-char la anchura de las naves para asegurar la

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Pórtico meridional: articulación mural (Foto Lorenzo Arias)

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estabilidad de las cubiertas, generándose unverticalismo espacial similar al de Lillo42.

No obstante, el templo de Valdediós noconstituye una simple copia del modelo rami-rense, como tampoco es una mera síntesis cre-ativa de éste y las aportaciones constructivas yornamentales llegadas del sur a través de losterritorios reconquistados por el monarca. EnSan Salvador de Valdediós se aprecian innova-ciones fundamentales de carácter estructuralque, además, según se verá, no dejan de res-ponder a intenciones simbólicas. Por unaparte, se aplican soluciones constructivas nue-vas que reflejan una sabia búsqueda de fórmu-

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

42 ARIAS PÁRAMO, L.,”Proportional and Project DesingSystems in Asturian Architecture from the High MiddleAges (9th-10th Centuries)”Ordo et mensura IV, 1998, pp.315-319; “Fundamentos geométricos, metrología y siste-mas de proporción en la arquitectura altomedieval astu-riana (siglos VIII y X), Archivo Español de Arqueología,183-184, 2001, pp. 269-275 ; ÁLVAREZ MARTÍNEZ, M.S., “Valdediós y el arte de su tiempo”, La época de AlfonsoIII y San Salvador de Valdediós, Oviedo, 1994, p. 99.

Pórtico meridional: espacio interior (Foto Lorenzo Arias)

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las firmes, funcionales y con capacidad de per-vivencia43 y que suponen la sustitución delsistema de bóvedas perpendiculares existenteen las naves laterales de Lillo por el de bóve-das paralelas de cañón corrido, que, además dela mayor estabilidad, con su diferente alturaacusan al exterior la organización basilical ygeneran una articulación de la fachada deindudables efectos estéticos. Estos cambiosestán motivados, sin duda, por un deseo defortalecer una estructura que en Lillo se habíamostrado poco resistente, y similar móvilexplica la elección de los soportes, ahora pila-res de sección cuadrada, menos espectacularesque las ornamentadas columnas de Lillo, peromucho más consistentes.

Pero además, interesa especialmente en estetrabajo por el tema que a continuación seaborda, destacar la aparición de otro elementoque carece de precedentes en los templos ante-riores: el pórtico meridional.

El pórtico meridional: ¿imagen simbólica del poder áulico?

En efecto, la nave lateral sur de Valdedióstiene adosado un pórtico que la recorre longi-tudinalmente y que comunica con el interiordel templo a través de la puerta emplazadajunto al arranque de la escalera que da accesoa la tribuna. Se trata de una estructura alar-gada, de muro calado por cuatro ventanas dearco de medio punto, de mayores proporcio-nes la del frente occidental y más pequeñaslas del muro sur, en el que también se abre alexterior una puerta que adopta las mismastrazas. La estructura de este pórtico adquiereen el interior una complejidad que contrastacon la sencillez que caracteriza el interior deltemplo. Se cubre con bóveda de cañón refor-zada por arcos fajones y sus muros perimetra-les resultan llamativos tanto por el aparejoconstructivo como por la articulación rítmicade sus superficies. En efecto, el muro septen-trional está realzado por una arquería ciegaenmarcada por los contrafuertes; éstos llevanen sus tres caras otras tantas columnas entre-gas: la frontal dispuesta para acoger los fajo-nes de la bóveda y las laterales para apoyarlos arcos murales. El muro opuesto en el ladomeridional del pórtico carece de tal articula-ción, pero recurre también a soluciones deresultados efectistas al apoyarse en ese lado

los arcos fajones sobre capiteles-ménsulascuidadosamente trabajados.

La estructura comentada evidencia la per-vivencia del lenguaje aplicado en la fase rami-rense para articular los muros, del que estepórtico se muestra como único continuadordentro de la fábrica de San Salvador deValdediós por las características de su above-damiento y por la formulación compuesta delos paramentos. Pero existen además otrosaspectos que establecen la relación con estruc-turas ramirenses anteriores, como el esmeropuesto en la decoración plástica mediante laincorporación de un relieve integrado, ya quefrente a la austeridad del espacio basilical delas naves del templo, que carecen por comple-to de escultura monumental, y de la parquedaddel ornato de las capillas, únicamente realza-das por los correspondientes capiteles de susarcos de ingreso, cuatro de ellos además rea-provechados como ya se indicó, el espacio delpórtico se realza con unos capiteles creados exnovo y de una talla esmerada, con la que seaplican repertorios cordobeses a unas piezasestructuralmente asturianas44. Estos capitelesse relacionan por tipología y repertorios conotros que actualmente se conservan en el con-tiguo monasterio cisterciense de Santa María,pero que han de proceder de San Salvador. Enefecto, en el muro perimetral del monasterio seencontraron dos capiteles con proporciones ycaracterísticas similares a las comentadas, unfragmento de columna entrega rematada porun pequeño capitel de hojas ondulantes, simi-lar a los elementos murales de la arqueríaciega del pórtico, y un capitel-ménsula idénti-co a los del muro meridional de aquél, que dancuenta de que la complejidad de la estructuraque nos ocupa pudo haber sido mayor

Además, dos de las ventanas de este pórticoconservan aún ricas celosías de piedra conmotivos de lacerías; una, más sencilla y demenores proporciones, muestra entrelazos encuadrícula, que Gómez Moreno ha puesto enrelación con la evolución del lazo andaluz45; laotra, de mayor tamaño y complejidad en latalla, que se abre en el frente occidental del pór-tico, incorpora roleos y cogollos de filiación

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43 NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M., San Salvador ..., pp. 85-87.

44 NOACK-HALEY, S., “Mozarabischer Baudekor 1: DieKapitelle”, Madrider Beiträge, 19, 1991, pp. 25-27, 108,168-169.

45 GÓMEZ MOTENO, M., Iglesias Mozárabes. Arte españolde los siglos IX a XI (Madrid, 1919), ed. facs. Granada,1998, p. 80.

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califal. Interesa destacar estos repertorios por-que se repiten junto a otros de similar origen enlas pinturas murales que cubrían los muros de laantecámara de la tribuna, un espacio, que comoluego se explicará, desempeñó una función sig-nificante en relación con el monarca. Y la pin-tura cubrió también completamente los murosdel pórtico, que se mostraba dentro del conjun-to del templo como un espacio priorizado por suriqueza estructural y ornamental.

Este pórtico, aunque posterior, fue adosadoal templo poco después de su construcción, ydado el afán existente por destacar dentro delconjunto su espacio, que no formaba parte delámbito sagrado propiamente dicho, cabe pre-

guntarse con qué destino fue concebido, pues-to que hasta el momento no se le ha encontra-do una función completamente satisfactoria yaque ni funcional ni estructuralmente parececorresponderse con el uso funerario habitualde los recintos circundantes de los templos46.

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

46 BANGO TORVISO, I., “El espacio para enterramientosprivilegiados en la arquitectura medieval española”,Anuario del Departamento de Historia y Teoría delArte, IV, 1992; CARRERO SANTAMARÍA, E.,“Paraliturgia, ajuar hagiográfico y lugares de enterra-miento en torno a los obispos santos de Galicia y deLeón entre los siglos IX y XI”, Porta da Aira, 10 (2004),pp, 9- 53.

Sección transversal hacia la tribuna con el pórtico meridional, según Lorenzo Arias

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En efecto, se desconoce la existencia de ente-rramientos altomedievales en su espacio, yaque no ha sido excavado, pero su complejidadconstructiva y cuidada ornamentación pocotienen en común con otros ámbitos funerariosaltomedievales, incluso con aquellos destinadosa un uso regio, tal como parece desprenderse dela sencillez y exigüidad espacial que caracteri-zaba al panteón real fundado en la basílica deSanta María de Oviedo por Alfonso II47. Porotra parte, la existencia de dicho ámbito fune-rario en Oviedo haría innecesaria la creación deun nuevo recinto de enterramiento para elmonarca, ya que, por las razones antes expues-tas, hubo de ser él el destinatario del pórticocon independencia de su función.

Considero que el emplazamiento del pórti-co puede aclarar algunas dudas respeto a sudestino. Ocupa longitudinalmente todo el cos-tado meridional del templo adosado a su navelateral hasta alcanzar el volumen de la cámarasur, y se abre a dicha nave, lo mismo que lacámara contigua, a través de una puertaemplazada al lado del arranque de la escalerade acceso a la tribuna occidental, por lo quecabe pensar que todas estas estancias del tem-plo pudieron desempeñar funciones con algúntipo de relación.

La función de las cámaras abiertas a las naveslaterales en su tramo oriental responde, como entodos los templos altomedievales hispánicos, anecesidades de carácter litúrgico48. Es decir, cum-plirían las funciones de las sacristías que men-cionan los escritos del siglo VII como secretariumy preparatorium49. Una de ellas estaría destinadaa la organización del Prolegendum, procesión deloficiante y del clero desde la sacristía hasta elaltar y el presbiterio, respectivamente, con la quese iniciaba el ceremonial litúrgico50. ¿Pudo servirla cámara meridional para guardar las ofrendas

realizadas por el monarca, como las cruces voti-vas, y, en este sentido, relacionarse con el culto ala Cruz y con otros celebrados en la Asturiasaltomedieval? Los dinteles de las puertas de estascámaras conservan grabadas sendas inscripcio-nes conminatorias que reflejan la importanciaque se concedía a lo guardado en su interior51, yeste aprecio, así como el emplazamiento de lacámara meridional junto al pórtico y a la escale-ra de la tribuna, podrían deberse a la relación deestos espacios con la figura del monarca y con laconcepción teocrática del poder existente en elreino de Asturias.

Se ha expuesto que el pórtico meridional deValdediós fue construido después que el tem-plo y que por su emplazamiento debió relacio-narse funcionalmente con la tribuna, desempe-ñando por lo tanto una función áulica. Pero losvalores funcionales no debieron de ser los úni-cos que se tuvieron en cuenta a la hora deconstruir esas estancias; su imagen arquitectó-nica parece perseguir también una intenciónsimbólica tal como se desprende del tratamien-to especial que se concede a ambas estructuras,que en el caso del pórtico resulta más propiade un palacio que de un panteón, según seinsistirá a continuación, y en el de la tribunase muestra claramente identificada con elmonarca a partir de la placa con la cruz yacomentada anteriormente.

En efecto, el debate suscitado por el origeny función de las tribunas de las capillas pala-tinas asturianas ha sido ampliamente aborda-do por diferentes autores52 y no pretende serobjeto de revisión en este trabajo. En él, separte de la interpretación de la tribuna, dis-puesta a los pies del templo, frente a la capillay elevada sobre el porche, como una conse-cuencia de las necesidades funcionales y repre-sentativas dentro del espacio sagrado de la ins-titución regia53, y en relación con ello, la tri-

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47 Sobre la disposición y características del panteón ove-tense de Santa María, véase MORALES, A. de, Viaje deAmbrosio de Morales por orden del Rey D. Felipe II, alos Reynos de León y Galicia, y Principado de Asturias,(Madrid, 1765), Oviedo, 1977; SELGAS, F. De, “La pri-mitiva basílica de Santa María del Rey Casto deOviedo”, B.R.A.H., 1890, pp. 177-312;

48 WHITEHILL, “Liturgical influences on Pre-Romanesqueapses in Spain”, Art Studies, V, 1927, pp. 150 y ss.;GUTIÉRREZ G. DE CEBALLOS, A., “El reflejo de la litur-gia visigótico-mozárabe en el arte español de los siglosVII al X”, Miscelánea de Comillas, 1965, pp. 315 y ss.

49 PUERTAS TRICAS, R., Iglesias hispánicas (s. IV-VIII).Testimonios literarios, Madrid, 1975, pp. 134-137.

50 PRADO, G., Historia del rito mozárabe y toledano,Burgos 1928.

51 La mejor conservada es la perteneciente a la cámaraseptentrional, en la que se lee: “Si alguien intentareapoderarse de estas ofrendas nuestras que ... ... ... aquí,sufra una profunda amargura por los terribles males yllore en compañía de Judas por (tiempo) interminable”(en FERNÁNDEZ CONDE, F. J., “La fundación..., p. 225)

52 Entre otros, Gómez Moreno, Schlunk, Fontaine, Azcárate,Nieto Alcaide, Bango Torviso, Núñez Rodríguez, AriasPáramo, García de Castro, Álvarez Martínez, han expues-to su interpretación sobre el origen, modelos y función delas tribunas de los templos asturianos.

53 Sobre la imagen simbólica de las tribunas palatinas astu-rianas, véase NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M., “La arquitecturacomo expresión de poder”, La época de Alfonso III y SanSalvador de Valdediós, Oviedo, 1994, pp. 113-117.

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buna de Valdediós constituiría la imagen delorden político-religioso que sustentaba ideoló-gicamente el reino. Pero en este templo, la tri-buna no es el único elemento constructivo quenos remite al monarca. Según se desprende delcuidado aparejo constructivo, de la complejaestructura y la esmerada ornamentación, pro-pias de un palacio, tal como demuestra la rela-ción del espacio interno de este pórtico con elde la sala noble de Santa María del Naranco,también el pórtico meridional debió de serconcebido con una función áulica.

Este pórtico carece de precedentes en SanMiguel de Lillo, que, como se sabe, constituyeel modelo de Valdediós, por lo que su cons-trucción junto al templo de Alfonso III enBoides tuvo que estar motivada por necesida-des que no existían en el templo del conjuntopalatino del Naranco. Allí, a menos de 500 mdel templo, y visible desde él, se encontraba elaula regia, posiblemente el único elementofabricado en piedra del palacio de Ramiro I ysímbolo de su autoridad política. En Valdediósno existe vestigio material de ninguna estruc-tura similar, innecesaria desde el punto devista funcional puesto que las ceremonias ofi-

ciales de su reinado tendrían lugar en la sedesregiae de Oviedo. No obstante, cabe preguntar-se si el pórtico antes que para desempeñar unafunción práctica no habrá sido concebidocomo estructura que en el plano simbólicoremitiese al poder real y, en relación con ello,si podría interpretarse esa estructura comoimagen representativa del palacio del monarcaen Boides. Las similitudes estructurales conSanta María del Naranco parecen confirmarlo.

El palacio de Boides

Según esta interpretación, el palacio deAlfonso III en Boides tendría su elemento másnoble y representativo junto al templo. Pero,evidentemente, el palacio hubo de contar conlas dependencias residenciales que sirvieron derefugio al monarca y se mencionan en lasfuentes históricas sin entrar en detalles sobresu naturaleza o sus características constructi-vas. En este sentido, la versión pelagiana de laCrónica de Sampiro menciona los palacia quisunt in valle de Boidis, y la versión silense ylas restantes crónicas ya reseñadas se refierena una villa de ese lugar, citado como Bortes,

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

Conjunto monumental del valle de Boides: San Salvador y Santa María de Valdediós (Foto Lorenzo Arias)

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Baydes o Boytes54. Resulta llamativo que enninguna de ellas se cite el templo a pesar deencontrarse situado en Boides, tal como cons-tata el documento de donación de la heredadde Boiges extendido en 1200 por Alfonso IXpara fundar un nuevo establecimiento monás-tico del Cister55, que se construye al sur de laiglesia prerrománica y muy próximo a ella.

La respuesta a tal omisión no parece difícilde explicar. Es muy posible que se entendierael templo como dependencia integrante de lospalacia que cita la Crónica de Sampiro. El plu-ral utilizado en ella parece sugerir la existen-cia de elementos arquitectónicos independien-tes – pallatium y capella – dentro del conjun-to palacial de Boides, que seguiría el esquemahabitual de los palacios altomedievales, en losque las funciones representativa, residencial yreligiosa eran cubiertas por dependenciasautónomas. Cabe suponer, según se ha dichoya, que las funciones de carácter oficial se des-arrollarían en el construido por Alfonso III enOviedo, sede de la corte y capital del reino,mientras que las dependencias palaciegas deValdediós se concebirían para desempeñar unafunción eminentemente residencial y de refu-gio, tal como se desprende de las referenciascronísticas, contando quizá, tal como se acabade exponer, como único elemento palatinoalusivo al poder con el pórtico meridional. Y esese carácter privado de la construcción pala-cial de Boides el que puede explicar la desapa-rición de sus restos constructivos puesto queen la arquitectura áulica altomedieval, de laque Aquisgrán se ha presentado siempre comoel máximo exponente, los elementos residen-ciales se realizaban con materiales perecede-ros, al contrario que las estructuras representa-tivas de los poderes político y religioso.

Ante la ausencia de vestigios de las depen-dencias habitacionales del monarca, se hanatribuido al palacio distintos emplazamientos:al norte y al sur del templo56 y a cierta distan-cia de él en las proximidades de la villa roma-na de Pueyes57; se ha pensado que para su

construcción se reutilizaron elementos cons-tructivos preexistentes de época romana ytambién, según lo antes expuesto, estructurasefímeras de madera58. Pero no existe ningúntipo de prueba material que permita afirmaralgo concreto en torno a ese emplazamiento.

Como referencias arqueológicas tenemoslas antes apuntadas y la existencia en las pro-ximidades de la parroquia de San Bartolomé dePueyes de una villa romana, actualmentecubierta, de la que se han excavado, entreotras, las dependencias termales59. A nomucha distancia de ella, se construyó acomienzos del siglo XI el templo de SanZaornín60. Su edificación en las proximidadesde Pueyes ¿respondía a la intención de reutili-zar materiales procedentes de la villa?, ¿pre-tendía cristianizar el lugar de ocupación roma-na? o ¿buscaba la proximidad del palacio delúltimo monarca asturiano?

El estudio toponímico antes propuesto con-cluye que Pueyes deriva de Boides. No cabeduda, por tanto, de que en la Edad Media seentiende toda la zona como un único territo-rio, como tampoco cabe duda de que se tratade un territorio ampliamente romanizado.¿Puede suponer esto que cuando las crónicascitan como lugar de retiro del monarca la villade Boides se están refiriendo a una reocupa-ción de la antigua villa excavada en Pueyes?,¿se refieren a una estructura nueva situada ensus proximidades? o ¿están mencionando unaconstrucción residencial más próxima al tem-plo prerrománico? La primera pregunta parecedescartada a tenor de las últimas interpretacio-nes de los datos arqueológicos conocidos sobrela villa, que concluyen que las estructurasromanas no fueron ocupadas desde laAntigüedad61. Pero resulta difícil contestar alas otras dos, aunque la toponimia menoraporta algún dato que puede ser de interés.

En efecto, existen en la zona topónimoscomo La Torre, La Ture y Sopalacio que man-tienen el recuerdo de estructuras defensivasy/o residenciales y todos ellos se encuentran

Mª SOLEDAD ÁLVAREZ MARTÍNEZ

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54 Véase nota 6.55 Véase nota 27.56 J. M. González (“Origen romano... , pp. 47-49) defiende

que Alfonso III construiría su palacio en las proximida-des del templo reaprovechando una villa romana, pues-to que, además de las tégulas, aprecia restos de cimien-tos al norte y al sur de aquél.

57 J. Fernández Menéndez (“Excavaciones arqueológi-cas..., pp. 52) asocia el palacio del monarca a la villaexcavada en Pueyes, basándose en un documento men-

cionado anteriormente donde se recoge que la parro-quia de Pueyes se denominaba anteriormente Boides.

58 CID PRIEGO, C., Arte Prerrománico de la MonarquíaAsturiana, Oviedo, 1995, p. 277.

59 FERNÁNDEZ MENÉNDEZ, J., “Excavaciones arqueoló-gicas ..., pp. 50-59.

60 GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., Arqueología...,pp.187-188, 514-515.

61 ALONSO ALONSO, G. A., ARGÜELLO MENÉNDEZ, J. J.,PEDREGAL MONTES, M. A., “Fuentes ... , p. 256.

Page 22: LIÑO - Dialnet · vamenteensusestudiosV.NietoAlcaideyM. NúñezRodríguez7. Talinterpretación,sostenidaademásdelos mencionados por autores como M. Gómez Moreno,H.SchlunkyL.Arias

próximos a Pueyes. La Torre es un praderíoocupado hoy por un caserío de piedra irregulary otros montones de piedras similares, que selocaliza en las inmediaciones de Pueyes, entreeste pueblo y San Zaornín, lindando con LaMora, plantación de manzanos que cubre juntocon la carretera la antigua villa romana dePueyes. Equidistante de La Torre y de SanSalvador de Valdediós, a 900 y 800 m respec-tivamente, se encuentra La Ture, que denomi-na un grupo de prados situados junto aValeri62. Inmediatamente debajo de La Ture seencuentran los prados de Sopalacio63.

La Ture y La Torre pueden mantener elrecuerdo de las fortificaciones que protegían elpalacio64. Se trata de lugares próximos, espe-cialmente adecuados para la defensa por susemplazamientos elevados y paralelos que per-miten dominar el conjunto del territorio delvalle. La Ture está orientado hacia el templo deValdediós, ¿destinado a su defensa?, ¿comple-mento de él como elemento residencial ydefendido a su vez por otra fortificación pró-xima? Esta última posibilidad parece quedarreforzada si se tiene en cuenta que el topóni-mo Sopalacio –debajo del palacio – se localizadebajo de La Ture.

En consecuencia, y con todas las reservaspuesto que sería necesaria una excavaciónrigurosa en el ámbito de los topónimos men-cionados, se plantea aquí como hipótesis quelas dependencias residenciales del antiguopalacio de Alfonso III estuviesen situadas enlos términos actuales de Pueyes, en la zona deLa Ture, en un lugar alto, bien orientado y defácil defensa, situado entre la villa romana65 yel templo de San Salvador, a unos 800 m deeste último. Dentro del conjunto de los palaciacitados en la Crónica de Sampiro, estas depen-dencias serían las destinadas a cubrir las nece-sidades habitacionales y domésticas, es decirconstituirían la parte privada y, por tanto, lamás sencilla en cuanto a técnicas y materialesconstructivos. Las restantes estructuras pétreasque completaban el conjunto del palacio comoelementos representativos de los poderes polí-tico y religioso se situaron no muy distantes,en el fondo del valle, donde pudo existir ante-riormente alguna estructura destinada a unculto precristiano y donde todavía se conservael templo de San Salvador de Valdediós, quepodría reunir en su estructura constructiva larepresentación de ambos poderes de aceptarsela interpretación del pórtico meridional comosímbolo del poder político del monarca en supalacio de Boides.

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Consideraciones en torno al templo prerrománicode San Salvador de Valdediós

62 En relación con estos topónimos véanse VILLAZÓNGONZÁLEZ, M., Conceyu de Villaviciosa. Parroquia dePuelles, Uvieu, 1993, pp. 19-20 y GARCÍA ARIAS, J.L., “Aspeutos llingüísticos y hestóricos na toponimia deValdediós”, La época de Alfonso III y San Salvador deValdediós, Oviedo, 1994, pp. 209-210.

63 El emplazamiento exacto de estos topónimos me hasido comunicado directamente por varios vecinos de lazona. En el trabajo de campo realizado agradezco lacolaboración, la compañía y la abundante y valiosainformación de Leopoldo González Gutiérrez y MartínSevilla Rodríguez.

64 J. Camino Mayor y V. Rodríguez Otero (“La Peña deCastiello (Villaviciosa): ¿Una fortificación del reinoastur para la defensa costera?, Actas del III Congreso deArqueología Medieval Española II, Vol.Comunicaciones, Oviedo, 1982) plantean esta posibili-dad en relación con la Peña Castiellu. Ese lugar seencuentra bastante más lejos de Valdediós que los quese proponen en este trabajo y el dominio sobre el terri-torio del entorno es también más limitado.

65 J. L. García Arias en su trabajo sobre la toponimia deValdediós (“Aspeutos ..., pp. 209-210) apuntaba la posi-bilidad de un emplazamiento del palacio en algún lugarde esta zona de Pueyes.