Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

download Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

of 140

Transcript of Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    1/140

    UN HOGAR PARA NAVIDAD

    JOHANNA LINDSEY

    No necesitan lazos ni envoltorios bonitos,

    slo necesitan ser entregados,

    una sonrisa, un abrazo,

    y compartirlos con alguien querido

    Vincent Everett estaba sentado en su carruaje al otro lado de la calle frente a aquellacasa de Londres. Era una de las noches ms fras de ese invierno, pero haba dejado la

    ventanilla abierta para poder ver claramente lo que suceda en la puerta de la casa. No le

    sorprendera que la nieve comenzara a caer en cualquier momento.

    No estaba seguro de por qu estaba all, sometindose a s mismo al inclemente clima.

    No dudaba que su secretario, Horace Dudley, entregara a los inquilinos la notificacin en

    que les comunicaba que disponan de dos das para desocupar la casa. Pero se no era un

    paso ms en su decisin de arruinar a la familia Ascot, que viva all. Lo ms probable era

    que sencillamente estuviera aburrido, y no encontrara otra cosa mejor que hacer esa noche.

    Incluso la decisin de arruinar a esta familia en particular no era una decisin

    emocional. Vincent no haba experimentado ninguna verdadera emocin desde su infancia,

    no quiso conocer nunca ms dolor semejante. Era mucho ms fcil vivir con una piedra por

    corazn, haca que cosas simples como desahuciar a una familia durante las Navidades

    fuera algo habitual.

    No, la destruccin metdica de los Ascot no era emocional, sino personal. El hermano

    menor de Vincent, Albert, la haba convertido en una cuestin personal, al culpar

    completamente a George Ascot de su fracaso en los negocios y las finanzas. Albert haba

    perdido casi toda su herencia, l solo. Sin embargo, haba aprendido de sus errores. Con lo

    poco que le quedaba haba intentado comenzar un negocio que le permitiera mantenerse,

    para no seguir siendo un gasto contnuo para Vincent y para sentirse orgulloso de s mismo.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    2/140

    Haba comprado varios barcos mercantes y abierto una pequea oficina en Portsmouth.

    Pero aparentemente Ascot, un consolidado comerciante de barcos, haba temido la nueva

    competencia y se haba propuesto socavar los esfuerzos de Albert a cada paso para acabar

    con l antes de que pudiera comenzar.

    stos eran los detalles de los que hablaba la carta de Albert, que era todo lo que haba

    dejado antes de desaparecer, eso y un asombroso nmero de deudas que continuaban

    llegando a casa de Vincent. ste tema que Albert se hubiera marchado para suicidarse

    discretamente en algn sitio en el que no pudiera ser encontrado, tal como tantas veces

    haba amenazado hacer. Qu ms poda pensar, si la carta de Albert terminaba diciendo:

    sta es la nica salida que se me ocurre, para no ser ms una vergenza ni una carga para

    ti?

    La desaparicin de Albert haba dejado a Vincent sin familia, pero esto no cambiabademasiado las cosas, ya que l en realidad nunca se haba sentido parte de ella. Sus padres

    haban muerto justo despus de que Vincent cumpliera la mayora de edad. Ambas muertes

    con una diferencia de un ao una de la otra, haban dejado solos a los dos hermanos. Puesto

    que no tenan ningn familiar ms, ni siquiera lejano, deberan haber estado unidos. Pero

    no. Probablemente Albert haba sentido cierta cercana, o para ser ms precisos, cierta

    dependencia, pero tambin esperaba que el mundo y todo lo que lo habitaba girara en torno

    a l, una idea tonta que sus padres haban promovido convirtindolo en su alegra, su

    regocijo, su preferido. Vincent haba sido simplemente el heredero reservado y aburrido al

    que nunca le prestaban atencin.

    Era asombroso que Vincent nunca hubiera odiado a su hermano, pero para odiar hay

    que experimentar alguna clase de sentimiento. Del mismo modo, tampoco haba sentido

    cario por el enclenque de su hermano, simplemente cierta tolerancia porque era su

    familia. El hecho de que l hubiese aceptado el desafo, por decirlo de alguna manera, en

    nombre de Albert no era ms que una antigua costumbre, as como una cuestin de orgullo.

    Era una deshonra para su propio nombre, el hecho de que George Ascot hubiera aplastado a

    un Everett con xito y sin ninguna consecuencia. Las cosas no tardaran en cambiar. Era lo

    ltimo que Vincent poda hacer por Albert, por lo menos pagarle a Ascot con la misma

    moneda.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    3/140

    Finalmente la nieve que haba estado esperando lleg, justo cuando se abri la puerta

    al otro lado de la calle despus de que Dudley la golpeara. La visin de Vincent estaba

    obstaculizada por los copos blancos, pero an as pudo distinguir una falda suelta, de modo

    que quien haba abierto la puerta era una mujer. Ascot seguramente no estara en casa. Los

    informes decan que se haba embarcado en uno de sus barcos la primera semana de

    septiembre, y ms de tres meses despus, an no haba regresado a Inglaterra. Su ausencia

    no haca ms que facilitar su venganza. Cuando Ascot regresara, descubrira que su saldo

    acreedor haba sido cancelado por muchos de sus proveedores de mercancas, y que haba

    perdido su casa por no haber cancelado la deuda pendiente.

    Vincent an no haba decidido si continuar con su plan despus de esa noche o

    esperar al regreso de Ascot. El desahucio sera un golpe decisivo, la culminacin de muchas

    semanas de trabajo, pero poco satisfactorio puesto que Ascot estaba all para verlo.En realidad, todo ese asunto de la venganza era bastante desagradable. No era algo

    que l hubiera querido hacer, nunca lo haba hecho antes, y era muy probable que nunca

    volviera a hacerlo, pero era algo que senta que tena que hacer por esta nica vez. De

    modo que acabara con todo aquello tan pronto como pudiera. Pero Ascot no estaba siendo

    de mucha ayuda en ese sentido, pues su estancia fuera del pas se estaba prolongando ms

    de lo esperado.

    Ya tendra que haber regresado a Inglaterra. Vincent haba contado con que entonces

    ya estara all. Esperar no era algo que se le diera demasiado bien. Y menos an esperar en

    su carruaje, con aquel fro, cuando en realidad no tena ninguna necesidad de estar all y ni

    siquiera estaba seguro de por qu estaba all. Empezaba a exasperarse, especialmente

    porque Dudley se estaba tomando su precioso tiempo para entregar la notificacin. Cunto

    tiempo poda demorarse en entregar un simple trozo de papel?

    Por fin la puerta se cerr al otro lado de la calle. Pero el secretario de Vincent se haba

    quedado de pie frente a ella, inmvil. Habra conseguido cumplir con su cometido, o le

    habran cerrado la puerta en la cara antes de conseguirlo? Qu demonios estaba haciendo

    de pie inmvil bajo la nieve? Vincent estaba a punto de bajarse del carruaje para descubrir

    qu estaba pasando, cuando Dudley por fin dio media vuelta y comenz a caminar hacia l.

    Entonces Vincent abri la puerta del carruaje, ms por su impaciencia que para que Dudley

    pudiera entrar. Pero al llegar all Dudley no se apresur a entrar, ni siquiera entr, estaba

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    4/140

    otra vez simplemente de pie bajo la nieve, como si se hubiera convertido en un autntico

    tonto.

    Sin embargo, antes de que Vincent pudiera preguntarle algo acerca de ese extrao

    comportamiento, Dudley le anunci:

    -Nunca en mi vida he hecho algo tan despreciable, seor, y nunca ms lo volver a

    hacer. Renuncio.

    Vincent arque una ceja interrogativamente.

    -Se refiere a renunciar, de renunciar...?

    -Maana por la maana tendr mi dimisin formal sobre su escritorio.

    Vincent sabore aquel momento de asombro. No muy a menudo se senta tan

    completamente sorprendido. Pero luego su impaciencia regres.

    -Mtase en el maldito carruaje, seor Dudley. Puede explicarse mejor cuandosalgamos de aqu.

    -No, seor -respondi Dudley severamente-. Regresar a casa solo, muchas gracias.

    -No sea absurdo. No encontrar ningn coche a estas horas de la noche.

    -Ya me apaar.

    Despus de decir eso, el secretario cerr la puerta del carruaje y comenz a andar por

    la calle con paso firme. Normalmente, Vincent se hubiera encogido de hombros y hubiera

    desechado al hombre de su mente, pero ese da su disposicin era bastante impaciente, queera lo ms cerca que estaba para l de alguna clase de emocin.

    De pronto se encontr bajando del carruaje y caminando tras Dudley para

    preguntarle:

    -Qu demonios ha ocurrido en esa casa para que pierda usted el juicio de ese modo?

    Horace Dudley se dio la vuelta bruscamente, tena el rostro enrojecido en lugar de

    estar plido por el fro.

    -Si sigo hablando con usted, seor, me temo que luego realmente me arrepentir. Por

    favor, simplemente acepte mi dimisin y olvdelo...

    -Por supuesto que no. Ha trabajado conmigo durante ocho aos. No puede renunciar

    simplemente por un pequeo asunto...

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    5/140

    -Pequeo? exclam el hombre. Si usted hubiera visto la mirada afligida en el

    rostro de esa pobre muchacha, se le hubiera roto el corazn al igual que a m. Y era una

    muchacha tan bonita. Su rostro va a atormentarme el resto de mis das.

    Habiendo dicho eso y aparentemente creyndolo, Dudley se escabull bajando la

    calle una vez ms, negndose a seguir hablando de ello. Esta vez Vincent lo dej ir,

    mientras lanzaba una mirada con el ceo fruncido a la casa en cuestin. Ahora la propiedad

    le perteneca a l. Le haba hecho un considerable nmero de favores al propietario anterior

    para coaccionarlo de que ignorara su compromiso verbal con George Ascot y le vendiera en

    cambio a l la escritura. Ascot haba llegado a un acuerdo de caballeros con ese propietario,

    le haba pagado ya gran parte de la casa y haba acordado liquidar su saldo en pocos aos.

    Pero como que an haba una hipoteca, Ascot todava no estaba en posesin de la escritura.

    Vincent haba comprado la escritura y le haba enviado a Ascot una demandaexigindole que el saldo fuera liquidado Inmediatamente. Estaba bien informado y saba

    que Ascot no estaba en el pas para recibir la demanda ni para hacer lo necesario para pedir

    dinero prestado y pagarla, por lo tanto perdera la casa y todo lo que haba pagado por ella,

    y slo se enterara despus de su receso, cuando ya sera demasiado tarde para salvar su

    inversin.

    Haba sido un golpe muy duro para las finanzas de Ascot, y tambin para su

    reputacin, puesto que sus acreedores lo veran con buenos ojos el hecho de que hubiera

    sido desahuciado de su residencia. Sin embargo, Vincent no haba contado con que perdera

    a su valioso secretario por ese asunto.

    Una muchacha bonita, eh? Deba ser la hija. Ninguna otra mujer en esa casa se

    sentira tan afectada por el desahucio, pondra mirada "afligida, puesto que Ascot slo

    tena una mujer en su familia, una hija que haba alcanzado haca poco la edad de casarse.

    Su esposa haba fallecido aos atrs. Y tambin tena un hijo menor.

    Vincent se descubri acercndose a la puerta de la casa, simplemente por curiosidad, se

    dijo a s mismo. Pero despus al golpear la puerta y esperar varios largos minutos mientras

    la nieve segua amontonndose en los hombros de su gabn, lleg a la conclusin de que la

    curiosidad era siempre una tontera, y que la suya no necesitaba ser satisfecha. Dio media

    vuelta para irse. La puerta se abri. Bonita? La muchacha que estaba all de pie baada por

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    6/140

    una tenue luz le dej sin aliento. Era a ella a quien haba desahuciado a las calles cubiertas

    de nieve? A esta exquisitamente hermosa y consternada criatura? Maldita sea.

    2

    Larissa Ascot se qued de pie con la puerta abierta mirando fijamente la gran figura

    que se ergua ante ella, aunque en realidad no vea nada. La nieve le caa en la cara, aunque

    tampoco era consciente de eso, y ni siquiera senta el fro.

    Era demasiado, y todo al mismo tiempo, demasiadas cosas a las que enfrentarse

    adems de todo lo que la haba estado abrumando durante las ltimas semanas. El

    carnicero, al igual que el panadero, no queran seguir dndole crdito hasta que no

    cancelara las deudas. Su hermano, Thomas, estaba enfermo y necesitaba atencinconstante. El banquero de su padre se disculpaba, pero le explicaba pacientemente por qu

    no poda tener acceso a los fondos de su padre sin su permiso. Pero Larissa vea cmo los

    fondos destinados a los gastos del hogar, que haban sido abundantes y deban haber durado

    casi un ao, iban disminuyendo hasta desaparecer, pues se haba visto obligada no slo a

    saldar las deudas que tena con esos desagradables comerciantes, que se haban presentado

    a su puerta exigiendo no slo el pago inmediato de las deudas pendientes, sino tambin que

    pagara al contado simplemente para poner un poco de comida sobre su mesa.

    Haba tenido que despedir a la mayora de sus sirvientes, lo que la haba puesto

    literalmente enferma del estmago mientras lo haca. Muchos de esos sirvientes haban

    trabajado para su familia durante aos, se haban mudado con ellos de Portsmouth a

    Londres haca tres aos, cuando su padre decidi ampliar el negocio y lo haba trasladado

    hasta all. Para ellos haba sido horrible perder sus puestos de trabajo durante la poca de

    Navidades, pero para ella haba sido igual de traumtico tener que ser quien se lo dijera.

    Pero ese mes no haba podido pagarles, y como el regreso de su padre ya se haba retrasado

    un mes, no poda asegurarles cundo volvera a casa para ocuparse de sus sueldos.

    Y ahora esto..., este desahucio. Inesperado, sin ninguna clase de advertencia. Aquel

    hombre le dijo que se haba enviado por correo una demanda de parte del nuevo

    propietario, que haba habido avisos previos, pero ella no lea la correspondencia de su

    padre, de modo que no la haba visto. Nuevo propietario? Cmo haba podido el seor

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    7/140

    Adams, a quien le haban comprado la casa, vendrsela a otra persona sin decirles nada?

    Eso era legal? Teniendo en cuenta que slo quedaban por pagar unas pocas libras para

    que la casa fuera totalmente suya?

    No entenda qu estaba pasando, por qu los comerciantes con los que haban tratado

    durante tantos aos ya no contaban con que la familia pagara sus cuentas al final del ao

    como era su costumbre, por qu haban perdido su casa. Tenan tan slo un da para irse de

    all. Haba que desalojar la casa al da siguiente, empaquetarlo todo y largarse. Cmo? Ya

    no le quedaba dinero para contratar carros que transportaban todas sus pertenencias. Y

    adonde iran? Haban vendido la antigua casa de Portsmouth. No tenan ningn familiar. La

    vieja finca de la familia cerca de Kent era simplemente una propiedad inhabitable, y

    adems, el doctor les haba advertido que si Thomas no se quedaba en cama protegido del

    fro, no se recuperara, e incluso poda empeorar.-Est usted bien, seorita?

    El cuerpo que estaba de pie frente a ella tom forma lentamente, un hombre alto con

    un gabn que engaaba la silueta; delgado, gordo, resultaba difcil asegurarlo con abrigo,

    aunque tampoco tena demasiada importancia. Larissa simplemente estaba intentando

    concentrarse en algo que pudiera sacarla del pantano en el que todava se encontraba su

    mente. Bastante apuesto, aunque eso realmente era difcil de discernir teniendo en cuenta

    que sus mejillas y su larga nariz estaban cubiertas de nieve. No era demasiado joven, tal vez

    cerca de los treinta...

    -Seorita?

    La pregunta? Ah, si estaba bien? Si comenzaba a rerse histricamente, seguira

    preguntndoselo?

    -No, creo que no dijo ella honestamente, aunque se dio cuenta de que acababa de

    abrir la puerta para seguir con una conversacin que no deseaba, de modo que agreg

    rpidamente: Si est usted aqu para ver a mi padre, me temo que no se encuentra en

    casa.

    -Lo s. Al ver que ella frunca el ceo, continu- Mi nombre es Vincent Everett,

    barn Everett de Windsmoor.

    -Barn de... Usted es el nuevo propietario?

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    8/140

    Increble. Qu descaro, aparecer despus de haber asestado su golpe devastador.

    Entonces estaba all para regodearse? O simplemente para asegurarse de que cumpliran

    con el desahucio y de que no tendra que enviar al magistrado para que los desalojara a la

    fuerza? Aunque de todas maneras sera lo que ocurrira. Sencillamente no haba forma de

    que ella pudiera sacar en un da todo lo que tenan en la casa, aunque tuviera algn sitio al

    que mudarse. Supuso que podran guardar el mobiliario en la oficina que su padre tena en

    el puerto. Ella y Thomas incluso hubieran podido quedarse a dormir all temporalmente si

    su hermano no hubiera estado tan enfermo. Someter a Thomas al fro del Tmesis era algo

    impensable. Sin embargo, qu otra opcin tena? No le quedaba dinero para alquilar una

    habitacin, ni para comprar comida. Haba pospuesto la idea de vender sus bienes,

    esperando cada da que se fuera el da en que regresara su padre y pusiera otra vez las

    cosas en su lugar. Pero ya lo haba pospuesto demasiado. Ahora ya no les quedaba tiempo...Su reaccin ms inmediata fue cerrarle la puerta al barn en la cara. Tal vez l fuera

    ahora el propietario, pero ella an poda disponer de la casa por un da ms. Pero aquel

    hombre aun no haba dicho por qu razn estaba all. Y simplemente porque su mundo se

    estuviera desmoronando no significaba que tuviera que dejar de lado la cortesa habitual.

    Poda concederle al menos cinco segundos ms para que explicara lo que haca all, y luego

    le cerrara la puerta en la cara.

    -Por qu est usted aqu, lord Everett?

    -Mi secretario se qued bastante afectado.

    -El hombre que estuvo aqu antes que usted?

    -S. Y por lo que dijo, estoy empezando a pensar que pudo haber habido un...

    malentendido.

    -Un malentendido? Tengo una carta de desahucio. Y de hecho es bastante clara, y

    por si no lo fuera, su secretario la ley en voz alta de modo que no hay ningn...

    malentendido.

    Larissa escuch su propio resentimiento en las palabras, le result horroroso haberse

    comportado de esa manera ante un completo extrao, pero no haba conseguido contener un

    sentimiento tan abrumador. Aunque era mejor un poco de rabia que lgrimas. Las lgrimas

    llegaran, hubieran llegado ya si no se hubiera sentido tan aturdida por este ltimo y terrible

    golpe, pero con un poco de suerte podra retenerlas hasta que se quedase sola.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    9/140

    -No he dicho error, seorita dijo Vincent. Me refera a otra cosa, algo que no

    puede solucionarse antes de que regrese su padre. De modo que voy a necesitar una

    direccin para poder ponerme en contacto con usted a partir de maana.

    La lucha se apag en ella. Haba pensado realmente, aunque fuera tan slo por un

    segundo, que su malentendido poda significar que despus de todo no perderan la casa?

    -No tengo ninguna direccin para darle respondi ella casi en un susurro-.

    Realmente no tengo ni la menor idea de dnde vamos a estar a partir de maana.

    -Esa es una respuesta un tanto inaceptable dijo Vincent con cierta impaciencia en la

    voz. Despus meti la mano en uno de sus bolsillos y le entreg una tarjeta. Puede

    quedarse en esta direccin hasta que su padre solucione su problema. Enviar mi carruaje

    maana por la maana para que la ayude.

    -No podramos simplemente... quedarnos aqu... hasta que se resuelva este asuntoque me ha mencionado?

    Hubo una imperceptible vacilacin antes de que Vincent respondiera sucinta y

    enfticamente:

    -No.

    Larissa haba tenido que reunir todas sus fuerzas para hacer esa ltima pregunta. Le

    resultaba bastante violento tener que pedir, o mejor dicho suplicar, cualquier cosa, y en

    especial a un extrao. Pero si l iba a ofrecerles alojamiento tal como su tarjeta indicaba,por qu no poda ofrecerles este alojamiento? Y sa era la idea desesperada que se le

    haba ocurrido.

    Pero evidentemente haba sido una idea tonta.

    Y despus de ese concluyente no" se march. Una sombra oscura que se desvaneca

    rpidamente hasta desaparecer en remolinos de nieve.

    Pasaron un par de momentos ms antes de que Larissa pensara en cerrar la puerta y

    lo hiciera. Incluso consigui subir las escaleras que llevaban a la planta superior de la casa

    para ver cmo se encontraba Thomas. ste dorma intermitentemente, pues la fiebre que lo

    visitaba todas las noches segua estando all.

    Mar estaba sentada junto a su cama, durmiendo en una cmoda silla. Mar Sims

    haba sido la niera de Thomas, y tambin la de Larissa. De hecho, haba vivido con ellos

    desde que Larissa tena memoria. Se haba negado a abandonarlos simplemente porque su

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    10/140

    salario estuviera demorndose un poco, deca. Su hermana, Mary, tambin se haba negado

    a marcharse.

    Mary sola ser su ama de llaves, pero cuando se march la cocinera en Portsmouth,

    dijo que prefera estar en el mbito de la cocina y no le import tener una categora inferior

    para poder hacer lo que ms le gustaba. La altanera ama de llaves que la haba reemplazado

    fue la primera en renunciar justo despus de que los acreedores comenzaran a aparecer en

    la puerta de la casa. Era asombroso cmo la noticia de sus dificultades financieras se haba

    propagado con tanta rapidez por todo el vecindario.

    Por ahora al menos tendran un techo sobre sus cabezas...

    Larissa debera sentirse muy aliviada por la noticia del nuevo alojamiento, pues la

    mayor preocupacin ya estaba resuelta, al menos temporalmente. Pero cuando fue a su

    habitacin y comenz la triste tarea de empacar sus pertenencias personales, casi no pudoretener la sensacin de alivio que senta.

    Tampoco haba aparecido ningn sentimiento de gratitud con respecto al barn. La

    oferta de alojamiento que les haba hecho haba sido para su conveniencia, no para la de

    ellos. No era una ayuda como se entenda tradicionalmente, era tan slo que no quera

    perderles la pista para su propio inters, fuera ste cual fuera. Aparentemente el

    malentendido no era nada grave que pudiera modificar las circunstancias.

    Todava estaba demasiado aturdida por todo lo que estaba sucediendo como para

    sentir nada. Lo cual despus de todo, era bastante bueno para ella. Por lo menos no se

    pasara toda la noche llorando mientras haca las maletas. Y las lgrimas realmente no

    llenaron sus ojos hasta la madrugada, cuando se fue a dormir con ellas cayendo por sus

    mejillas.

    3

    Vincent estaba en su habitacin de pie frente a la chimenea con una copa de brandy

    en la mano. Miraba fijamente y como fascinado las danzarinas llamas, pero sin embargo

    no estaba viendo en realidad el fuego. Lo que vea era un rostro intrigante, enmarcado por

    unos cabellos dorados y con unos ojos que no eran ni verdes ni azules, sino una clara

    combinacin de ambos colores creando un matiz turquesa nico, algo que nunca antes

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    11/140

    haba visto. Nunca tendra que haber ido a ver a Larissa Ascot. Nunca tendra que haberse

    acercado a ella. Tendra que haber sido para l una muchacha sin rostro, simplemente la

    hija de Ascot", una vctima indirecta de su pequea guerra. Pero al verla, la decisin de

    seducirla haba sido la ms fcil de todas las que haba tenido que tomar en su campaa

    contra los Ascot. Arruinarle cualquier posibilidad de matrimonio sera otro golpe contra

    el buen nombre de la familia. Eso era lo que haba pensado al entregarle su tarjeta. Sin

    embargo, pensndolo bien, saba que en realidad era simplemente una excusa, y una

    excusa bastante miserable.

    Haba pasado mucho tiempo desde la ltima vez que deseara algo, que realmente

    deseara algo para l. Y a ella la deseaba. La idea de la venganza le daba todo lo que

    necesitaba para tenerla, incluso limpiara su conciencia, si es que tenia conciencia. No

    estaba seguro de si la tena o no, pues la falta de sentimientos en su vida inclua el deculpa, de modo que era difcil saberlo.

    Al da siguiente estaba en el vestbulo de su casa para recibirla apenas llegara. La

    sorpresa de ella fue evidente.

    -Cre que la direccin que me haba dado sera de otra propiedad suya en la que ya no

    viva, una que estuviera actualmente desocupada. Si hubiera sabido que estaba

    ofrecindonos la hospitalidad de su propia casa, hubiera...

    -Rehusado la oferta? pregunt Vincent con inters despus de que ella no

    consiguiera terminar la frase. De verdad? insisti.

    Ella se ruboriz profusamente.

    -Me hubiera gustado poder hacerlo le respondi ella.

    -Ah.

    Vincent sonri.

    -Pero no siempre podemos hacer lo que deseamos.

    Desde luego que no, de lo contrario la hubiera llevado directamente a su cama. Era

    an ms hermosa de lo que l recordaba, o quiz fuera simplemente la clara luz del da en

    el vestbulo lo que revelaba mejor su perfeccin. Era pequea, de cintura estrecha, iba

    elegantemente vestida con un abrigo adornado con piel sobre una falda de terciopelo color

    malva. Tena una nariz pequea y recta. Las cejas eran de un dorado oscuro, ms una lnea

    que un arco. Su cutis era impecable excepto por un pequeo lunar en la curva de la barbilla.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    12/140

    Tena los lbulos de las orejas muy pequeos y llevaba unos pendientes con perlas en

    forma de lgrima. Era lo que se dice toda una dama, solamente faltaba un ttulo que lo

    afirmara.

    Los Ascot no eran pobres, y probablemente an tuvieran bastante dinero, pues

    pertenecan a la alta burguesa. Incluso haba un conde en alguna parte de su ascendencia.

    Eran bastante bien aceptados socialmente, aunque George se dedicara a los negocios, lo que

    ya no estaba tan mal visto como antes. Albert haba intentado hacer lo mismo...

    La nica razn por la que a Vincent le haba resultado tan fcil arruinar la reputacin

    financiera de Ascot era que en ese momento no se encontraba en el pas para poner fin a los

    rumores que se haban propagado acerca del serio aprieto en el que se encontraba su

    familia. Su prolongada ausencia haba llenado de pnico a sus acreedores.

    Larissa lleg con su squito, dos mujeres de unos sesenta aos que parecan casiidnticas, y una pila de mantas que el cochero de Vincent haba cargado hasta la casa.

    Nosotros tambin tenemos ropa de cama", pens Vincent.

    Larissa segua ruborizndose por el solo hecho de estar all. Su rubor se despej un

    poco mientras le explicaba:

    -ste es mi hermano, Thomas. Tiene un resfriado espantoso. Quera caminar, pero la

    enfermedad le ha quitado todas las fuerzas.

    Las mantas se movieron. El hijo estaba enfermo? Por qu ninguno de los informes

    que tena de la familia lo mencionaba? Vincent sinti que su esquiva conciencia lo

    presionaba, pero slo por un momento. Le hizo un gesto con la cabeza a su ama de llaves, a

    quien ya haba informado de la llegada de los invitados. Ella a su vez le hizo un gesto con

    la cabeza al cochero indicndote que la siguiera. Las dos sirvientas mayores hicieron lo

    mismo.

    Vincent y Larissa se quedaron solos un momento en el gran vestbulo. El no estaba

    seguro de cmo proceder. Estaba acostumbrado a tratar a las mujeres de una manera

    bastante directa. Su ttulo y su riqueza siempre le haban conseguido ms sis que nos,

    y esos nos simplemente no valan el esfuerzo. As que de hecho nunca antes haba

    recurrido a un plan de seduccin. Y los pocos que algunas mujeres para seducirlo a l

    parecan incluir siempre una comida en la agenda por alguna razn que no alcanzaba a

    comprender, como si las mujeres asumieran naturalmente que un hombre sin esposa deba

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    13/140

    estar murindose de hambre, cuando cualquier hombre de su posicin tendra un cocinero

    muy bueno entre sus empleados como era su caso. Sin embargo, el hecho de pensar en

    comida le record...

    -Llegis justo para la hora del almuerzo.

    -No, gracias, lord Everett, de ninguna manera podra entrometerme respondi ella.

    -Entrometerse en qu?

    -En su familia.

    -Yo no tengo familia. Vivo aqu solo.

    Era simplemente una realidad, no tena intenciones de despertar en ella un

    sentimiento de compasin. Pero sin embargo pudo percibir un breve indicio de esa

    compasin en el rostro de Larissa antes de recordar que la muchacha estaba en el bando

    enemigo.

    La actitud de Larissa era comprensible. No era precisamente gratitud lo que senta por

    la ayuda que le haba ofrecido el barn, sino todo lo contrario. Su dureza, su reticencia,

    evidenciaban ese sentimiento de modo inconfundible. No caba duda de que lo vea como a

    su enemigo, fuera o no consciente de ello. El la haba echado de su casa. Seguramente esto

    haca que ella le tuviera cierta antipata, tal vez hasta odio. Y sa era la razn por la que la

    demostracin de compasin le resultaba a Vincent tan interesante. Deba tener una

    naturaleza totalmente compasiva para sentir conmiseracin, aunque slo fuera por unmomento, por alguien que mereca todo su desprecio.

    La excusa que ella haba dado para negarse a comer con l no haba servido de mucho

    y no iba a darle otra oportunidad para que rechazara una simple comida, especialmente

    siendo sa una ocasin perfecta para conocerse mejor. La cogi del brazo y la llev hasta el

    comedor, esper a que se sentara y se alej de ella para que se sintiera cmoda. Vincent

    haba notado su nerviosismo tanto como su timidez, o ms bien su renuencia a mirarlo

    directamente, y a juzgar por su experiencia, haba una sola razn para eso...

    Era bastante evidente que a pesar de cualquier resentimiento que sintiera se senta

    atrada por l. No era algo inesperado. Muchas mujeres de todas las edades se sentan

    atradas no slo por su belleza, sino por el desafo que representaba. Queran romper su

    caparazn. No comprendan que romperlo no les servira de nada, puesto que no haba

    nada dentro que l pudiera ofrecerles.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    14/140

    En cuanto a Larissa, tendra que aprovecharse completamente de la atraccin que

    senta por l, para liberarse as de su desprecio. Y quiz podra utilizar a su favor tambin la

    compasin que ella senta por l. De hecho, decidi que en esta seduccin todo estara

    permitido. Seria absolutamente despiadado si tena que serlo. Por una vez, carecer de

    sentimientos y de conciencia iba a ser algo bastante beneficioso.

    Se sent frente a ella e hizo un gesto con la cabeza para que los sirvientes

    comenzaran a servir la comida. No fue sino hasta despus de terminar de comer el primer

    plato que ella not que l la miraba de manera sensual. Al notarlo inmediatamente se

    ruboriz. Pero Vincent no dej de mirarla.

    Le haban dicho en numerosas ocasiones, y de muchas maneras diferentes, que sus

    ojos revelaban sus emociones, cosa que le resultaba bastante divertida porque a pesar de

    que estas ocasiones se daban generalmente en los momentos ms ntimos, sus pasioneseran tibias, en el mejor de los casos. El color de sus ojos expresaba ms deseo del que en

    realidad senta. Joyas de mbar, oro fundido, diablicamente traviesos, sexys, lo haba

    escuchado todo y lo haba descartado todo. Sus ojos tenan simplemente un tono muy

    claro de marrn con algunas motas doradas, nada extraordinario, en su opinin. Claro que

    vivir con ellos durante veintinueve aos los converta en algo a lo que uno se

    acostumbraba.

    Pero si Larissa imaginaba un deseo ardiente en ellos cuando l simplemente estaba

    admirando mejor su belleza mientras coman, era algo interesante para l. Preferira no

    tener que intentar seducirla, si Larissa no era capaz de darse cuenta de que l la estaba

    seduciendo. Y no era que ella pudiera huir y esconderse, puesto que no tena ningn lugar

    adonde ir. nicamente necesitaba asegurarle que la eleccin sera de ella, y eso lo hara en

    el momento apropiado. Cuando an no haba pasado una hora de su llegada era

    evidentemente demasiado pronto.

    An as no dej de mirarla fijamente. Saba que no deba hacerlo. Pero sencillamente

    no poda dejar de mirarla. Le pareca increble que Ascot hubiera conseguido ocultar esa

    hija tan exquisita a los crculos sociales, que la hubiera mantenido en secreto, por decirlo de

    alguna manera. Ese era el tercer ao que pasaban en Londres. Era probable que alguien

    importante la hubiera descubierto para entonces, especialmente teniendo en cuenta que la

    familia haba vivido en una de las zonas ms codiciadas en la que muchos de sus residentes

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    15/140

    podan presumir de ttulos. Sin embargo, la muchacha no estaba comprometida ni siendo

    cortejada, y su nombre nunca haba llegado a incluirse en los cotillees. Aquel ao debera

    haber sido su temporada de presentacin en sociedad si su padre hubiera estado en casa

    para sacarla.

    Vincent decidi preguntarle:

    -Cul es la razn por la que es una desconocida para la sociedad de Londres?

    -Tal vez sea porque no he hecho ningn esfuerzo por darme a conocer respondi

    Larissa con un ligero encogimiento de hombros.

    -Y por qu no?

    -Yo no quera mudarme a Londres. Crec en Portsmouth, era muy feliz all. Odi a mi

    padre por traernos a Londres. Y durante el primer ao que pasamos aqu, me comport

    como la nia estpida que era e intent de todas las maneras que pude hacer que mi padrese arrepintiera de haber venido a Londres. Era una malcriada. Me pas el siguiente ao

    intentando recompensarlo por todo lo que le haba hecho pasar, y haciendo que nuestra casa

    aqu fuera un verdadero hogar para todos nosotros. Conocer a mis vecinos no formaba parte

    de ninguno de esos dos cometidos... Dios mo, por qu le he contado ahora todo esto?

    Vincent se ech a rer, preguntndose exactamente lo mismo. Y pareca tan

    sorprendida con ella misma. Eso fue lo que le result ms divertido, haberla perturbado

    tanto que se haba olvidado del protocolo habitual.-Fruto del nerviosismo, me imagino le respondi l atentamente, y an sonriendo.

    -No estoy nerviosa neg ella, pero mientras lo deca mir hacia abajo, evitando las

    profundas miradas que l no tena ninguna intencin de abandonar.

    -Es normal que se encuentre nerviosa. An no nos conocemos mucho,

    Conocerse mucho implicaba muchas cosas, y aparentemente Larissa se opona a

    todas ellas.

    -Ni nos conoceremos nunca replic ella severamente, y luego agreg: Yo s por

    qu estoy aqu.

    -Lo sabe? pregunt l con inters.

    -Desde luego. Es la nica manera que tiene de asegurarse otra reunin con mi padre

    cuando regrese, para resolver ese misterioso malentendido suyo, el cual se niega a

    explicarme.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    16/140

    Un intencionado recordatorio de que no estaba siendo muy sincero con ella, cosa

    que l por su lado ignor deliberadamente, puesto que no tena intencin de revelar sus

    verdaderos motivos. Despus de todo, la venganza funcionaba mejor cuando caa de

    sorpresa. Pero s quera saber hasta dnde poda llegar en ese momento su control sobre

    ella, ya que ahora la muchacha se haba convertido en una pieza fundamental del plan.

    Haba hecho algunas suposiciones cuando ella haba confesado no saber adonde se

    mudara su familia. Se la haba imaginado en la miseria y viviendo en las calles. Pero los

    pendientes que llevaba decan otra cosa. Sin embargo quera que no tuviera otra opcin

    ms que quedarse donde estaba. Lo ltimo que deseaba era que fuera capaz de levantarse

    y marcharse de su casa una vez que se diera cuenta de que l hara todo lo posible por

    meterla en su cama.

    Eso marcaba la diferencia entre una campaa rpida y directa, y otra larga y tediosadurante la cual tendra que cuidar cada palabra que le dijera. Y el tiempo era esencial, ya

    que su padre poda regresar en cualquier momento y rescatarla de la ruina.

    Sin embargo, no sera demasiado difcil asegurarse de que quedara en la miseria, o

    por lo menos hacerle pensar eso, y con ese propsito le dijo:

    -Si tiene alguna joya valiosa, puede guardarla en mi caja de caudales mientras se

    hospeda aqu. Mis sirvientes son de confianza, o al menos la gran mayora de ellos, aunque

    tenemos un par de criadas nuevas que todava no han demostrado sus cualidades.

    -De hecho tengo algunas piezas muy bonitas, que eran de mi madre. Las vendera slo

    como ltimo recurso. Sin embargo, hay unos cuadros que ya debera haber vendido. Ya he

    puesto demasiadas excusas durante mucho tiempo, pensando que mi padre regresara ms

    pronto. Me encargar de ello maana.

    -Tonteras. Ahora no tiene ninguna necesidad de vender sus pertenencias. Puede

    esperar aqu a su padre. l lo arreglar todo en cuanto llegue, estoy seguro.

    -Yo tambin estoy segura de eso, pero no me gusta estar sin nada de dinero, y

    realmente gast lo ltimo que nos quedaba comprando la medicina de Thomas. Tambin

    necesitar ms...

    -Sus muebles estn siendo almacenados mientras hablamos. Y le repito, no hay

    necesidad de que se deshaga de ellos. Mi mdico personal tambin estar disponible esta

    semana para examinar a mi plantilla de empleados, algo que intento hacer cada ao en esta

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    17/140

    poca, de modo que sintase libre de utilizar sus servicios para su hermano mientras est

    aqu. Pero cmo es posible que no tenga nada de dinero? Acaso George Ascot es tan

    desconsiderado que...

    -Por supuesto que no! le interrumpi Larissa llena de indignacin. Pero nuestros

    acreedores escucharon un ridculo rumor de que no regresara y exigieron que yo liquidara

    sus cuentas. Y no solamente uno, sino todos ellos se presentaron en nuestra casa. No

    queran creerme cuando les deca que mi padre pronto regresara. Me vi obligada a reducir

    los fondos para los gastos de la casa para pagarles. Y luego Thomas cogi ese espantoso

    resfriado que empeor y empeor hasta que tem...

    Dej de hablar, abrumada por la emocin. Aunque parezca extrao, Vincent

    descubri que deseaba abrazarla y consolarla. Por Dios, qu pensamiento ms absurdo para

    alguien como l. Desech semejante idea. Estaba progresando, estaba hacindola hablar.Iba a fastidiarlo todo con el tonto impulso de resolver sus problemas, cuando desde el

    principio lo nico que quera era verla en la miseria.

    -Y luego yo me convert en otro de sus males dijo l. Consigui fingir un suspiro

    convincente.

    Larissa asinti con la cabeza, estaba totalmente de acuerdo. Tambin haba vuelto a

    dejar de mirarlo. No importaba. Haba progresado. Ella se haba abierto, y con facilidad.

    Pero tambin era cierto que pareca tener una amplia variedad de emociones a flor de piel, yno era nada difcil manipular las emociones si uno saba qu cuerdas tocar. Ahora estaba

    empezando a conocer las de ella.

    -Todava no entiendo por qu compr usted nuestra casa, o para el caso cmo la

    compr, puesto que ya nos la haban vendido a nosotros coment Larissa.

    -Es simplemente una cuestin de negocios, seorita Ascot. Adquir la escritura

    directamente de manos del propietario. Es lo que hago, comprar y vender, invertir,

    suministrar lo que es solicitado en el momento oportuno para obtener enormes beneficios.

    Ya sea un cierto estilo de arquitectura, una obra de arte, o cualquier otra cosa, cuando

    escucho que alguien est buscando algo en particular, hago un esfuerzo para poder

    suministrrselo, siempre y cuando est dentro de mis posibilidades y preferencias hacerlo.

    -Est diciendo que ya tiene un comprador para nuestra casa, que sa es la razn por

    la que la compr a nuestras espaldas?

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    18/140

    -Mi querida muchacha, su padre tuvo la oportunidad de pagar lo que quedaba de su

    deuda para completar su propia compra. De haberlo hecho, la escritura hubiera sido suya.

    -Pero entonces usted no hubiera hecho ningn negocio, no hubiera sacado ningn

    beneficio.

    -Es cierto, pero se es un riesgo que corro en lo que hago. O bien obtengo beneficios

    excesivos, o salgo sin prdidas ni beneficios. De vez en cuando incluso sufro alguna

    prdida, pero no lo suficiente como para impedir que me haga rico con mis negocios.

    -Eso implica que usted se ha forjado su propia fortuna-concluy ella.

    -Ciertamente.

    -Entonces no hered una gran fortuna con su ttulo?-pregunt Larissa.

    Era fcil ver que estaba intentando molestarlo, y tal vez descubrir una mentira. Sin

    embargo, no era muy experta en volver las tornas.

    El estaba muy entretenido observando sus esfuerzos. Ni siquiera le importaba

    compartir algunos detalles de su vida con ella. De hecho, supuso que era un candidato

    excelente para su excesiva compasin, s se tenan en cuenta todos los aspectos de su vida.

    No era que fuera a revelar nunca todos esos aspectos, pero si utilizaba algunos para

    aumentar esa compasin no le perjudicara.

    -Mi ttulo formaba parte de la herencia familiar en Lincolnshire, lugar sobre el que

    me niego a poner mis pies nunca ms, puesto que no contiene ms que malos recuerdospara m. El resto de la riqueza familiar, mediocre como era, qued para mi hermano

    menor, ahora fallecido.

    Lo dijo sin inflexin en la voz, pero sin embargo las lneas del ceo aparecieron

    inmediatamente en la frente de Larissa. Realmente era demasiado compasiva y sa iba a ser

    su ruina.

    Larissa, algo inquieta, dijo:

    -Lo siento, no era mi intencin entrometerme.

    -Por supuesto que s- Entrometerse es propio de la naturaleza del ser humano.

    -Pero es ms corts abstenerse de hacerlo -insisti ella, decidida a echarse la culpa en

    ese momento.

    -Deja de reprenderte, Larissa- No necesitas ese tipo de cortesa aqu.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    19/140

    -Todo lo contraro, la cortesa es obligatoria en todas las circunstancias -respondi

    ella.

    Vincent sonri.

    -se es un recordatorio para t misma, o realmente lo crees as? Y antes de que me

    respondas, ten presente que acabo de desechar las formalidades entre nosotros utilizando tu

    nombre de pila. Te invito a que hagas lo mismo. Recuerda tambin que la gente se permite

    sus momentos de descortesa, cuando se los merece, especialmente en sus relaciones ms

    ntimas

    El rubor invadi otra vez las mejillas de Larissa- Y su severo tono de voz regres

    tambin cuando se puso de pie para decir:

    -Nosotros apenas nos conocemos, y yo no estar aqu el tiempo suficiente como para

    que eso cambie. De hecho har todo lo que pueda para ser lo menos entrometida posiblemientras me hospede en su casa. Ahora si me disculpa, lord Everett, tengo que ir a ver

    cmo se encuentra m hermano.

    l se cruz de brazos con una copa de vino en la mano, que hizo girar una vez antes

    de acabrsela. Ella quera formalidad entre ellos, acababa de recalcarlo. Vincent se

    pregunt cmo hara para mantener su formalidad, y para el caso su cortesa, cuando su

    cuerpo desnudo estuviera acurrucado junto a l en la cama. Esperaba que no le resultara

    demasiado fcil mantenerlas.

    4

    Thomas ya estaba instalado en una cama y dejaba que Mar le diera la comida con

    una cuchara. No le gustaba que lo trataran como a un nio. Realmente lo odiaba. Pero

    durante el perodo ms lgido de fiebre, cuando haba insistido en comer l solo, nunca

    haba terminado sus comidas simplemente porque se senta demasiado dbil.

    Cuando Larissa descubri que era mentira que no tena hambre, sino simplemente que

    estaba demasiado cansado para terminar el plato solo, ya no le dio ms la opcin. Le daran

    de comer o le daran de comer, y sas eran las dos nicas opciones que tendra hasta que

    estuviera completamente recuperado.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    20/140

    La habitacin en la que haba sido colocado era mucho ms grande que la que tena en

    su casa. Al igual que la cama.

    Se vea demasiado pequeo en ella. Pero tambin es cierto que era bastante pequeo

    para su edad, ms delgado y ms bajo que otros nios de diez aos. Su padre, quien s era

    un hombre alto, le haba asegurado que no tardara mucho en alcanzarlos, que l haba

    pegado el estirn a los doce aos.

    Era probable que Thomas fuera ms bajo que otros nios de su edad, pero era mucho

    ms inteligente. Si no fuera porque a veces era tan terco y propenso a las rabietas de vez en

    cuando, Larissa jurara que haba un hombre completamente adulto dentro de aquel

    pequeo cuerpo. Sus agudos comentarios eran a menudo demasiado adultos. Pero su

    ilimitada energa, cuando no estaba enfermo, segua recordando claramente que an era un

    nio.Esa energa, o la actual falta de ella, contribua a que fuera un paciente realmente

    difcil. Lleno de quejas. No le gustaba quedarse en la cama, y odiaba la debilidad que lo

    haba invadido desde que comenzara a tener fiebre.

    Cuando Larissa se acerc a la cama, Thomas no levant la vista para mirarla, segua

    haciendo pucheros por lo de la mudanza, como si hubiera existido alguna posibilidad de

    que ella pudiera impedirla. Dese poder darse el lujo tambin de hacer pucheros, pero todo

    lo que haba podido hacer era llorar.

    Sin embargo, intent parecer alegre, cuando le pregunt:

    -Ests bien despus del fro viaje hasta aqu?

    -Fro? Me tenas tan enterrado en esas mantas, Lari, cre que me ahogaba.

    -Bueno, eso est bien con tal de que no hayas empeorado con el fro.

    Mar intent ocultar una sonrisa, pero no tuvo xito.

    Thomas las mir con furia a tas dos. Larissa lo reprendi con la mirada.

    Thomas la llamaba Lari nicamente cuando estaba enfadado con ella, porque

    esperaba que eso la hiciera enfadar a ella tambin, ya que sonaba como un nombre de

    hombre. Cuando estaba contento la llamaba Rissa, como lo haca su padre.

    -Por qu hemos tenido que venir aqu? Thomas expres su queja abiertamente,

    una vez ms.

    -Esta habitacin es como la habitacin de un hotel.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    21/140

    -Y cmo sabes t cmo es una habitacin de hotel? -pregunt Larissa.

    -Fui una vez a una con pap, a una reunin con ese comerciante de vinos francs en

    su hotel.

    -Oh, bueno, s, esta casa es mucho ms grande que la nuestra, y es cierto que parece

    muy... impersonal, por lo que he visto de ella hasta ahora, realmente parece un hotel.

    Aunque el barn Windsmoor no tiene familia, supongo que sa es la razn.

    -No tendremos que quedarnos aqu durante mucho tiempo, no es cierto?

    -No, para nada le asegur ella, y comenz a decir-: En cuanto llegue pap...

    -Ya hace varias semanas que dices eso. Cundo va a regresar?

    Era difcil conservar la alegra cuando Thomas estaba preguntando exactamente las

    mismas cosas que ella se haba estado preguntando a s misma, y para las que no tena

    respuesta. Se supona que estara fuera solamente dos meses, lo cual le dara una semana,como mucho dos, para llevar a cabo sus negociaciones. Haba prometido estar de regreso en

    casa a principios de noviembre. Pero haba pasado ya un mes desde esa fecha. Era probable

    que el mal tiempo provocara cierto retraso, pero cuatro semanas? No, ya no poda seguir

    negando el hecho de que algo terrible poda haber sucedido durante la travesa. Todo el

    tiempo haba barcos que se perdan en el mar, sin que nadie supiera realmente qu era lo

    que haba ocurrido. Incluso haba rumores que decan que an quedaban piratas vagando

    precisamente por las aguas sobre las que haba tenido que navegar su padre, piratas

    preparados para abalanzarse sobre un comerciante bien cargado. Haba tenido mucho

    tiempo para imaginarse lo peor, un naufragio, el barco encallado en una isla desierta, su

    padre mundose de hambre...

    Su preocupacin se haba vuelto tan intensa que ahora pareca formar parte de ella.

    Quera desesperadamente compartirla con alguien, necesitaba un hombro sobre el que

    llorar, pero tena que arreglrselas sin ninguna de las dos cosas. Tena que ser fuerte por

    Thomas, tena que seguir asegurndole que todo saldra bien, cuando ella ya no crea que

    as fuera.

    Con ese propsito dijo:

    -Los mejores planes no siempre se cumplen sin ninguna dificultad, Tommy. Pap

    esperaba obtener un nuevo mercado en New Providence, pero y si all no hubiera

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    22/140

    ninguno? Entonces habr tenido que navegar hasta la prxima isla, no es cierto? Y si all

    tampoco haba nada?

    -Pero por qu tuvo que irse tan lejos si podra haber encontrado un nuevo mercado

    cerca de casa?

    Larissa mir a su hermano con severidad.

    -Acaso no hemos hablado ya de esto, y varias veces? No me estabas escuchando la

    ltima vez?

    -Siempre te escucho -se quej Thomas. Simplemente sucede que lo que dices no

    siempre tiene sentido.

    Larissa no lo rega por eso, saba muy bien que estaba a la defensiva porque su

    enfermedad haca que se olvidara de las cosas. O durante muchas de las ltimas

    conversaciones que haban tenido estaba medio dormido, o haba tenido mucha fiebre, demodo que no era de extraar que no pudiera recordarlas todas.

    -Bueno, pues veamos si podemos darle sentido entre los dos a lo que pasa, porque yo

    tampoco lo entiendo dijo Larissa, esperando que eso lo hiciera sentirse mejor.

    -Muchas empresas en la misma lnea de negocio disfrutan de una competencia

    amistosa o no tan amistosa. sa es la naturaleza de los negocios, ests de acuerdo?

    Esper un momento. Thomas asinti con la cabeza. Ella continu.

    -Pero cuando hay algo que lo estropea todo...

    -Puedes ser ms concreta por favor? le pidi l.

    Larissa lo reprendi con la mirada, pero tambin intent serlo.

    -Esa nueva compaa naviera que abri el verano pasado, Los Vientos, creo que se

    llamaba, fue una incorporacin bien acogida en un mercado en pleno crecimiento, hasta que

    sus dueos demostraron ser muy poco limpios. En lugar de buscar sus propios mercados, se

    pusieron a robar los que ya estaban en otras manos.

    -En manos de pap?

    -No solamente de pap, aunque parecieron escogerlo principalmente a l. Nunca me

    habl de esto. Seguramente no quera preocuparme. Lo que s, lo o por casualidad cuando

    sus capitanes o sus empleados venan a la casa. Aparentemente Los Vientos estaba

    intentando llevarlo a la quiebra, y casi lo logra. Nunca lo haba visto tan furioso como esas

    ltimas semanas antes de partir, despus de que todos sus barcos, excepto uno, regresaran a

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    23/140

    puerto sin los cargamentos previstos, porque los capitanes de Los Vientos haban seguido a

    los de pap y haban pagado un precio ms alto en cada puerto.

    -Incluso ese seor francs de los vinos tan simpti...?

    -S le interrumpi ella, intentando evitar que su hermano hablara tanto, puesto que

    eso tambin pareca agotarlo. Incluso ignor el contrato que pap tena con l y le vendi

    la mercanca al capitn de Los Vientos.

    -Pero de qu sirve un contrato si puede romperse con tanta facilidad?

    -Por lo que he escuchado, no fueron exactamente rotos, simplemente se dieron

    algunas excusas poco slidas explicando por qu las mercancas no estaran disponibles.

    Esa es la naturaleza de los negocios, supongo dijo Larissa encogindose de hombros

    aunque realmente no lo sintiera as. Y luego agreg-: Es difcil criticar a los comerciantes

    cuando han tenido la oportunidad de cosechar inmensas e inesperadas ganancias.-A m no me resulta para nada difcil criticarlos -la contradijo Thomas.

    -Los contratos se hacen por una buena razn, para que el mercado sea fiable.

    Larissa deba haberse imaginado que no poda hablar a la ligera, teniendo en cuenta

    que Thomas estaba siendo preparado, incluso a su temprana edad, para asumir el poder de

    la empresa de su padre algn da.

    -Sea como sea, esto sucede en toda Europa. Los barcos de Los Vientos aparecieron en

    todos los puertos en los que se presentaron nuestros barcos. Resulta bastante fcil llegar a la

    conclusin de que ha sido deliberado, de que estaban siguiendo especialmente a nuestra

    compaa naviera para obtener nuestros cargamentos. Y sa es la razn por la que pap ha

    viajado tan lejos de casa. No poda competir con Los Vientos, quien estaba pagando precios

    inauditos, o de lo contrario no hubiera ganado nada con esos cargamentos.

    Thomas frunci el ceo.

    -Creo que esto es lo que no entiendo. Cmo obtiene beneficios esta otra empresa

    naviera si est pagando precios tan altos por sus cargamentos?

    -No van a ganar dinero. Aparentemente tienen dinero para perder en esta tctica.

    Primero se aseguraran el mercado, y ms tarde se preocuparan por bajar los precios a

    niveles razonables. Es simplemente una estrategia, y funcion. Pap no poda arriesgarse a

    enviar sus barcos otra vez a los mismos comerciantes, slo para que ocurriera lo mismo, de

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    24/140

    modo que en eso gan la compaa naviera Los Vientos; ahora son ellos quienes se han

    quedado con esos mercados.

    -Entonces t crees que pap ha podido encontrar nuevos mercados? pregunt

    Thomas.

    -Por supuesto respondi Larissa, intentando parecer segura-. Y ha planeado

    expandirse a las Antillas en un futuro. As que puede que al final sta resulte ser una muy

    buena jugada.

    -Aunque lo obligaron a ella antes de que estuviera preparado.

    Muy a menudo deseaba que Thomas no fuera tan listo y aceptara simplemente

    cualquier explicacin que se le diera como lo hacan casi todos los nios de su edad, en

    lugar de cuestionar y sealar todas las imperfecciones de su lgica.

    -Quieres que te diga lo que pienso? dijo Larissa.-Tengo alguna otra opcin? respondi l.

    Ella sonri.

    -No, no la tienes- Pienso que al final todo va a salir muy bien. Dudo de que la

    compaa naviera Los Vientos sobreviva mucho tiempo ms, y cuando se hundan, pap

    podr recuperar sus viejos contactos, y con los que haga ahora en este viaje, pues,

    probablemente tenga que comprar nuevos barcos para poder mantener todos los contactos.

    -Y yo pienso que t simplemente esperas que Los Vientos se hunda, lo que no es muy

    probable que suceda, si disponen de tamo dinero, como para conseguir todo lo que han

    conseguido.

    -Oh, no estoy hablando de sus finanzas. Estoy hablando de la mala intencin que han

    propagado, entrando en el negocio de una manera tan poco tica. Piensa que los

    comerciantes que han tratado con ellos les han vendido a ellos logrando grandes beneficios

    porque saben perfectamente lo que esta gente estaba tramando, y nadie puede confiar en

    alguien tan poco limpio. Pero muchos de los productos con los que se trabaja son

    perecederos, necesitan un determinado tiempo de entrega y capitanes dignos de confianza

    que lleguen a tiempo. Si la compaa naviera Los Vientos llega tarde en el futuro, la carga

    podra echarse a perder antes de ser siquiera recogida, y por supuesto entonces nadie la

    querr. Entiendes lo que intento decir?

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    25/140

    -De modo que ests pensando que los antiguos contactos de pap querrn volver a

    trabajar con l, porque su compaa est bien consolidada y, por supuesto, porque es digno

    de confianza?

    -Creo que preferirn eso, s... y mira lo que hemos hecho. Hemos conseguido que

    Mar se quede dormida con esta charla de negocios, algo muy poco interesante para ella.

    Pero no me extraa, es hora de que t tambin duermas tu siesta.

    -Yo no estoy cansado -se quej Thomas.

    -Pero si se te estn cerrando los ojos.

    -No es cierto -refunfu l.

    -S que es cierto. Y adems, necesitas descansar, duermas o no. Cuando no tengas

    fiebre, entonces podremos negociar el fin de estas siestas.

    Thomas se rindi. Le encantaba negociar, y sa era la razn por la que ella lo haba

    mencionado.

    Larissa se dirigi hacia la puerta. Pero l la detuvo con una ltima pregunta para la

    que ella realmente no estaba preparada.

    -Dnde vamos a poner el rbol de Navidad este ao, Rissa?

    No fue la pregunta, sino el temblor que escuch en su pequea voz cuando la

    formulaba. Fue su perdicin. Ni siquiera haba pensado en pasar las Navidades sin su padre.

    No haba pensado con tanta antelacin, no poda hacerlo, porque haba demasiadosproblemas aguardndola en el camino.

    -Es demasiado pronto para pensar en el rbol, slo es principios de mes. Pero

    tendremos uno, Tommy, aunque tengamos que compartirlo con el barn...

    -Yo no quiero compartir un rbol, quiero poner los adornos que hemos hecho

    nosotros. Los has trado, verdad?

    No, no los haba trado. Estaban guardados en el tico y haban ido a parar con los

    otros muebles dondequiera que los hubiera hecho llevar lord Everett.

    -Estarn aqu cuando llegue el momento -fue la mejor respuesta que pudo ofrecerle.

    -As que por favor no te preocupes por eso. T slo ponte mejor, para poder colocar t

    tambin algunos de los adornos.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    26/140

    Tena que salir de all. Las lgrimas ya estaban cayendo por sus mejillas, y no quera

    que l las viera. No iban a tener unas Navidades muy normales este ao. Tena miedo, tanto

    miedo de que tuvieran que pasarlas sin su padre...

    5

    Larissa no estaba segura de qu pensaba de la habitacin que le haban asignado,

    teniendo en cuenta que apenas poda ver a travs de sus lgrimas, y nadie haba contestado

    a ninguna de las puertas que ella haba golpeado entre su habitacin y la de Thomas, de

    modo que haba tenido que mirar a hurtadillas en cada habitacin. Pero finalmente vio sus

    bales apilados a los pies de la cama en una de las dos habitaciones que estaban al final del

    pasillo, y que estaba a una distancia mucho mayor de su hermano de la que le hubieragustado.

    Haba pensado que la habitacin de Thomas era inmensa comparada con la de su

    casa? La que le haban asignado a ella era an ms grande. Tena hasta un vestidor adjunto

    a la habitacin, con un gran cuarto de bao junto a l, y otra puerta de conexin que daba a

    otra habitacin ms. Para su sorpresa, descubri que se trataba de la habitacin del barn.

    La haban colocado en una parte de su dormitorio, en la suite del dueo de la casa. Dios

    mo, por qu? Seguramente en una casa de ese tamao habra otras habitaciones para

    invitados, acaso no haba visto por lo menos una docena de habitaciones en ese mismo

    pasillo?

    De ninguna manera aceptara aquello, tena que ser un error, y tendra que hablar con

    el ama de llaves en cuanto consiguiera dejar de llorar. Para lograrlo, se sent en el borde de

    la cama y cedi ante todas las emociones que se agolpaban en su interior. Aunque parezca

    mentira, algunas de esas emociones eran nuevas y se apoderaron de ella.

    Haba dejado que Thomas la distrajera, a propsito, porque saba que l poda

    hacerlo. Esa era la razn por la que sali corriendo de la habitacin del muchacho. Pero

    ahora estaba sola, sus pensamientos slo eran perturbados una vez ms por ese extrao

    almuerzo que haba compartido con el barn.

    No saba qu opinar de l, era consciente de que nunca antes se haba sentido tan

    aturdida. No era simplemente que su belleza la hubiera dejado sin aliento por un instante, al

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    27/140

    verlo con toda claridad por primera vez en el vestbulo tan bien iluminado. Al menos no era

    slo eso.

    Alto y de hombros anchos, Vincent Everett tena uno de esos cuerpos de tipo atltico

    que parecan embutidos dentro de los trajes de moda si el hombre no tena un sastre

    meticuloso. Sin embargo, el sastre del barn era evidentemente uno de los meticulosos,

    puesto que en cambio haba logrado destacar una figura gallarda, a pesar de sus

    extremidades sumamente musculosas.

    Tan meticuloso deba ser su sastre, que la nieve y su gabn se lo haban ocultado la

    noche anterior. Cabellos negros, no slo negros, sino del ms oscuro de los azabaches,

    mejillas angulosas, una barbilla fuerte y decidida, una nariz estrecha, rasgos que se

    combinaban tan perfectamente juntos, que asombraba lo apuesto que era.

    Aun as, sa era slo una pequea parte de lo que tanto la haba desconcertado. Loque ms la haba inquietado eran esos ojos dorados que parecan hablarle.

    Desafortunadamente, todo lo que decan era atrevido. Realmente la haba inquietado ms

    all de todo sentido comn y sin embargo sus ojos parecan estar expresando cosas que no

    eran las adecuadas. Sin duda era simplemente un truco de la luz. Desde luego no haba sido

    intencionado- Probablemente l ni siquiera fuera consciente del efecto que causaba su

    mirada. Y fueran sus intensificadas emociones lo que le hicieran imaginar ms de lo que

    realmente haba.

    Lo que para l haba sido simplemente una sencilla transaccin de negocios, era una

    calamidad para ella por haber perdido su hogar. No poda evitar la antipata que senta por

    Vincent a causa de eso. Pero ese poderoso sentimiento era probablemente la razn por la

    que todo lo dems que l le hacia sentir fuera mucho ms exagerado.

    Mientras estaban comiendo, le haba costado mucho tragar cada bocado. Tena el

    estmago tan revuelto, que tema devolver la poca comida que haba tragado. Y l no haba

    parado de mirarla fijamente. Algo de lo ms grosero, de lo ms crispante. Sin embargo,

    puesto que lo haba hecho durante casi todo el tiempo que permanecieron juntos, tuvo que

    llegar a la conclusin de que no era deliberado, de que no lo haca con la intencin de

    perturbarla, probablemente fuera slo una costumbre normal, aunque grosera. Quizs hasta

    fuera una tctica que empleaba en sus negocios y que utilizaba inconscientemente en todos

    los aspectos de su vida.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    28/140

    Haba visto a un comerciante intentando utilizar esa tctica con su padre una vez,

    mirndolo fijamente y haciendo un esfuerzo para provocar el temor de que el precio que

    estaban negociando pudiera ser elevado antes de que se llegara a un compromiso verbal.

    Con su padre no haba funcionado, pero fue muy divertido observar aquella escena.

    Se necesitaron varios golpes en la puerta antes de que el sonido se abriera paso a

    travs de los agitados pensamientos de Larissa y ella se pusiera de pie para abrir la puerta.

    Vincent Everett estaba all. Haba estado deseando poder evitar ms encuentros con l

    mientras estuviera en su casa, y sin embargo all estaba. Y tan cerca que poda oler su

    perfume de almizcle, poda sentir el calor que irradiaba, o era el calor de su propia

    vergenza?

    Pens en dar un paso hacia atrs, hubiera corrido hasta el otro extremo de la

    habitacin si eso no le hubiera indicado a l tan claramente lo mucho que la perturbaba. Sinembargo, el pequeo espacio que gan no cambi nada, porque Vincent estaba hacindolo

    otra vez, la estaba mirando fijamente. Y haba tanto calor en esos ojos de mbar! Larissa

    senta que Vincent la desnudaba completamente con su mirada. Y la vergenza era la

    misma que hubiera sentido de haber estado realmente all de pie desnuda frente a l.

    -Tus joyas.

    Ella se pregunt por un instante si acababa de decirlo, o si se lo estaba imaginando.

    No le hubiera sorprendido para nada.

    -Disculpe?

    -Tem que pudieras olvidarte.

    Y aquella mirada le demostr que tena razn, tena la cabeza entre las nubes.

    -Pero no quiero ser indirectamente responsable de causarte ms angustia, que sera lo

    que sucedera si tus joyas desaparecieran.

    Eso le refresc la memoria.

    -Oh, s, las nuevas criadas que todava no han demostrado sus cualidades. Aguarde un

    momento.

    Se acerc rpidamente a sus tres grandes bales, que haban sido apilados hbilmente

    formando una pirmide a los pies de la cama. Hurg en el que estaba arriba de todo pero no

    logr encontrar su caja de joyas, desafortunadamente, se era el ms pesado de sus bales,

    pues era donde guardaba sus libros personales. Eso no hubiera sido un problema de haber

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    29/140

    tenido tiempo para vaciarlo primero. Pero con el barn esperando en la puerta, era

    necesario quitarlo de en medio para poder revisar los otros dos bales que haba debajo de

    se.

    Larissa saba muy bien que no poda levantarlo ella sola, pero s poda arrastrarlo muy

    lentamente con un poco de esfuerzo hasta que cayera, y comenz a hacerlo. Pero de repente

    los brazos del barn estaban a ambos lados de su cuerpo, cogiendo las asas en los extremos

    del bal para moverlo.

    Debi haber dicho que lo hara. Debi haber dejado que ella se apartara primero. El

    corazn de Larissa le golpeaba el pecho. Estaba atrapada entre l y los bales, poda sentir

    el pecho del barn contra su espalda, el aliento de l contra su cuello. Iba a desmayarse, lo

    saba, lo saba, iba a caer redonda en el acto.

    -Lo siento dijo l despus de un momento que a Larissa se le hizoinsoportablemente largo, y movi un brazo para permitir que ella saliera de su trampa.

    Una vez ms su instinto fue salir disparada hacia el otro extremo de la habitacin,

    lejos, muy lejos de l. Quera hacerlo desesperadamente, pero se negaba a demostrarle que

    le tena miedo, y sa sera seguramente la conclusin a la que l llegara.

    Despus de todo, era el enemigo. Y ella no tena miedo, en realidad no. Lo que senta

    era mucho ms inquietante que miedo.

    Vincent dej de lado el pesado bal, probablemente lo podra haber hecho con una

    sola mano, pues pareca hacerlo todo sin ningn esfuerzo. No regres a la puerta de la

    habitacin, que hubiera sido lo correcto. Despus de todo, estaban solos, completamente

    solos, nada menos que en una maldita habitacin, cosa que era mucho ms que impropia y

    entraba en el campo de lo comprometedor. De modo que meti la mano en el siguiente bal

    en cuanto estuvo despejado, como para que l se fuera de all lo antes posible, y gracias a

    Dios esta vez s la sac con una estrecha caja de madera.

    -Slo tengo estas piezas que eran de mi madre, y a su vez de su madre -dijo mientras

    le daba la caja con un movimiento brusco-. Son valiosas, pero el valor es ms que nada

    sentimental para m...

    Ahog un grito en lugar de terminar la frase. El haba posado una mano sobre la de

    ella en la caja para cogerla, probablemente porque no le haba quitado los ojos de encima

    lo suficiente como para lanzar una mirada hacia abajo y ver lo que estaba cogiendo. El

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    30/140

    corazn de Larissa dio un vuelco, y Vincent la miraba fijamente a los ojos mientras la

    clida palma de su mano se deslizaba por el dorso de la suya, lentamente, demasiado

    lentamente, antes de que por fin cogiera la caja. Haba quedado otra vez anulada por

    completo, la sangre corra por sus venas a tanta velocidad que esta vez realmente pens que

    se desmayara.

    Ese contacto que acababan de establecer, que haba destrozado completamente la

    poca calma que le quedaba, no significaba absolutamente nada para l. Ech un vistazo

    mientras abra la caja y vio all dentro la extensa hebra de perlas y el broche de rub con

    forma de mariposa.

    -Entiendo dijo Vincent sin expresin en la voz antes de volver a mirarla con unos

    ojos dorados que parecan an ms ardientes, aunque era probable que una vez ms fuera

    simplemente la luz la que les diera ese aspecto.-Y stos?

    Antes de que ella se diera cuenta de a qu se refera, o qu iba a hacer, Vincent

    golpe con el dedo uno de los pendientes que ella llevaba. Sus otros dedos le rozaron el

    cuello mientras lo haca, seguramente un accidente, pero ella sinti un escalofro que le

    baj hasta los dedos de los pies. Sus rodillas comenzaron a doblarse, y estuvo a punto de

    caerse. Se olvid de cmo respirar. En un esfuerzo desesperado por recuperar el control de

    su juicio, cerr los ojos y escuch un gemido. De l? Seguramente no.Se concentr en lo que haca, o en lo que crea que haca. Tard un buen raro en

    sacarlo a la luz. El golpe violento de la tapa de la caja al cerrarse la ayud, pues la asust lo

    suficiente como para hacer que volviera tambin a abrir los ojos.

    -Los pendientes siempre estn conmigo, puestos o bien descansando junto a mi cama

    cuando duermo.

    -No voy a arriesgarme contigo. Dmelos.

    Era una orden severa, o pareca serlo, puesto que su voz haba salido bastante spera y

    estridente. Se refera a tos pendientes? No estaba segura. Otra vez no poda pensar con

    claridad. Pero por si acaso, se los quit de un tirn y estir la mano bruscamente para

    alcanzrselos, luego con nerviosismo los dej caer antes de que la mano de l estuviera lo

    suficiente cerca, demasiado temerosa de poder acabar tocndolo otra vez. Sin embargo, lo

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    31/140

    hizo demasiado pronto, y l no fue lo bastante rpido como para cogerlos antes de que

    cayeran al suelo.

    Avergonzada de que sus nervios fueran tan evidentes, se apoy precipitadamente

    sobre una rodilla para recoger los pendientes, sin considerar que lo ms probable es que l

    hiciera lo mismo. Se golpearon las cabezas al bajar. Ella perdi el equilibrio y termin

    sentada en el suelo. Antes de que pudiera recuperarse, l ya la estaba ayudando.

    sa realmente fue su perdicin. Se qued boquiabierta por el vuelco que dio su

    corazn. En lugar de ofrecerle su mano, que ella por supuesto no hubiera aceptado -y l

    deba saberlo- la levant, cogindola por las axilas, como quien coge a un nio muy

    pequeo. Debera haber sido imposible, al menos desde el suelo. Pero Vincent utiliz su

    propio pecho como fuerza de apalanque. Y en esos breves segundos Larissa sinti tas

    palmas de las manos de l cerca de tos lados de sus senos, sinti esos senos presionadosfirmemente contra el pecho de l antes de que la soltara. Fueron unos pocos segundos y sin

    embargo la impresin le durara una eternidad.

    Todava no haban recogido las perlas. El lo hizo entonces, y tambin recuper la caja

    de joyas que haba dejado antes a un lado para ayudarla. Guard los pendientes en su mano

    en lugar de meterlos en la caja. Por una vez, pareca estar tan perturbado como ella, pero

    era slo una breve demostracin, que desapareci tan rpidamente que Larissa pens que

    se lo haba imaginado. Entonces Vincent se dirigi hacia la puerta, ya haba cumplido con

    su cometido y deseaba irse de all.

    Larissa no lo hubiera detenido. Era crucial que se fuera antes de que acabara de

    desmoronarse. Pero su mente sencillamente no estaba funcionando de una manera lgica, y

    mirando an sus bales, se acord...

    -Oh! Iba a buscar a su ama de llaves..., creo que me han puesto en la habitacin

    equivocada. Debera estar ms cerca de mi hermano...

    Estaba a punto de decir algo ms, pero l la interrumpi.

    -Te han puesto en la habitacin correcta. Normalmente tengo invitados para las

    fiestas, y estos invitados en particular no pueden pensar que se les est dando un trato

    especial, entiendes?, puesto que son mis socios en los negocios. Y en lugar de mudarte, si

    todava ests aqu para entonces, era mucho ms fcil ponerte aqu directamente. Hay

    algn problema con la habitacin?

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    32/140

    -Bueno, no, pero...

    -Bien, entonces olvdalo.

    Sali por la puerta antes de que ella pudiera seguir argumentando. En el mismo

    momento en que se cerr la puerta, se desplom sobre la cama. Estaba temblando. Tena los

    nervios tan alterados que senta ganas de gritar. Su corazn segua latiendo irregularmente.

    Dios mo, qu le haba hecho ese hombre

    6

    Vincent se encerr en su estudio, en donde estaba seguro no sera molestado. Sus

    empleados estaban bien preparados, saban que no deban irle con imprevistos cuando su

    puerta estaba cerrada, slo su secretario era la nica excepcin. Su habitacin le hubieragarantizado que no lo interrumpieran, pero estaba demasiado cerca de ella.

    Nunca antes se haba emborrachado por la tarde. Quizs hoy hara una excepcin. Y

    no porque el brandy que se haba servido estuviera ayudando. Haba esperado que lo

    calmara, o al menos que hiciera que su mente se alejara de Larissa Ascot durante el tiempo

    suficiente como para que su cuerpo se tranquilizase. Pero no estaba ayudando en ninguna

    de las dos cosas.

    Igual que no deba haber ido hasta su puerta la noche anterior, tampoco deba haberlabuscado en su habitacin ese da. Las joyas haban sido slo excusa. Sencillamente haba

    querido gozar de su presencia otra vez, se haba sentido tan estimulado por Larissa durante

    el almuerzo que se negaba a mantenerse alejado de ella mientras la tuviera cerca.

    Pero eso haba sido un error. Verla cerca de una cama haba trado a su mente el tema

    de la seduccin. Despus de todo, era el escenario perfecto para comenzarla. Y pens que

    podra controlarlo, incluso estaba progresando, hasta que l mismo se vio atrapado en ella.

    Era la primera vez que senta ese tipo de deseo, tan completamente fuera de su

    control. An le asombraba la fuerza de esos deseos, y el abrumador impulso que haba

    sentido de arrojarla sobre la cama y embelesarla en completo e incontrolable desenfreno.

    No era que supiera mucho de embelesamientos, ni de hacer las cosas sin control, pero saba

    que era demasiado pronto para hacer cualquier cosa de ese tipo con ella.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    33/140

    Larissa se haba excitado, s -Dios mo, con qu facilidad-, y probablemente hubiera

    ofrecido tan slo una simblica protesta antes de ceder a esa excitacin. Pero eso no era lo

    que l quera. La quera completamente entregada, la quera rogndole todo lo que l

    planeaba darle. Ella misma iba a ser responsable de su ruina, l tan slo la ayudara. Su

    maldita conciencia, que pareca estar apareciendo inoportunamente en ese momento de su

    vida, no iba a remorderle cuando acabara con Larissa.

    Ahora por fin haba descartado cualquier otra opcin para ella, dejndola sin otra

    eleccin que la de aceptar su hospitalidad. Ya haba hecho los arreglos necesarios para que

    sus muebles fueran robados, y sa era la historia que le contara si volva a mencionar la

    necesidad de venderlos. Puesto que haba llevado todas las cosas de valor a un local

    diferente, si era necesario incluso poda llevarla hasta el almacn en el que haban sido

    guardadas, para demostrarle que lo que quedaba no vala la pena ser robado, de modo quetampoco vala la pena venderlo.

    Y sus joyas seran inaccesibles para ella, la llave de su caja de caudales

    desafortunadamente se extraviara de momento. Sin embargo, todava no las haba

    guardado, y ahora tena uno de los pendientes en su mano y lo frotaba inconscientemente a

    lo largo de su mejilla. Los haba visto balancearse en su nerviosismo y golpear suavemente

    contra su cuello. An estaban clidos cuando los recogi del suelo, el calor de ella

    albergado en ellos, y l haba atrapado ese calor en su puo mientras caminaba hasta la

    puerta, y no estaba dispuesto a dejarlo ir, cuando acababa de obligarse a s mismo para

    dejarla sola.

    Esta seduccin era un plan tan sencillo. Por qu demonios pareca de repente tan

    complicado? Pero Vincent saba muy bien por qu. No haba contado con el efecto que ella

    ejerca sobre l, no haba planeado quedarse encantado con sus rubores, hechizado por su

    belleza, fascinado con sus innumerables emociones, ni excitado por un roce inocente y

    envuelto en llamas por el deseo de ella. Quien haba sido seducido haba sido l, y

    completamente. Y no estaba seguro de si poda someterse a eso otra vez, sin llevarlo a un

    desenlace natural.

    Tena que distanciarse, con prudencia, al menos hasta que pudiera controlar estas

    reacciones inesperadas suyas. Evitarla completamente durante uno o dos das. Pero no

    quedaba tiempo para eso. Entonces, no ms roces. Los roces haban sido provocados por l.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    34/140

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    35/140

    -Se siente mal, seor?

    -No, pero hgales saber a todos los empleados que vendr aqu para ocuparse de

    cualquier enfermedad o malestar que puedan tener.

    -Debera saber que no se presentarn, seor. Los mdicos son demasiado caros para...

    -Yo me encargar de los costes.

    Horace parpade.

    -Eso es muy... generoso de su parte. Est seguro de que no se siente mal?

    El ceo fruncido se intensific definitivamente.

    -No estoy tonto, hombre, y siempre tengo motivos. Simplemente asegrese de que si

    la seorita Ascot le pregunta algo al mdico, ste le diga que revisa a la plantilla de

    empleados de esta casa cada ao en esta poca. Y haga que se ocupe de su hermano

    mientras est aqu. Aparentemente hace bastante tiempo que el nio est enfermo.-Ah ahora entiendo. No quiere que ella se sienta en deuda con usted.

    Vincent casi se ri ante semejante idea. Estara bien que Larissa se sintiera en deuda

    con l, pero tendra que buscar otra cosa para inspirar ese sentimiento en ella. Ahora su

    nica preocupacin era evitar que Larissa intentara pagarle al mdico. Sin embargo, Horace

    no necesitaba saber eso, de modo que Vincent simplemente asinti con la cabeza, dejando

    que pensara lo que quisiera.

    7

    Vincent consigui distraerse durante el resto de la tarde. Se acercaba la hora de la

    cena y tena tantas expectativas de ver a su hermosa invitada otra vez que saba muy bien

    que no se atreva. Todava no poda enfrentarse a ella. No cuando la sola idea de ver a

    Larissa entrando en el saln haca que su sangre corriera por sus venas a toda velocidad.

    Esto no funcionara. Exista la posibilidad de que ella no bajara a compartir la cena

    con l. Pero por si acaso ella creyera que la cortesa habitual as lo exiga, l abandon la

    casa. Haba una sola cura para su actual dilema, y haba varias residencias en las que poda

    encontrarla.

    Se decidi por la de lady Catherine. Una viuda de hacia varios aos en cuya casa

    siempre era bien recibido. Y puesto que le gustaba la soledad, raras veces la encontraba con

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    36/140

    invitados cuando iba, que era lo que suceda con las otras mujeres con las que se vea. No

    tena una amante, nunca haba sentido necesidad de tener una puesto que reciba tantas

    invitaciones de parte de las mujeres que conoca que ni siquiera poda atenderlas todas. Las

    pocas que visitaba regularmente eran las menos complicadas, las que disfrutaban de la

    independencia que les daba la viudez, y no queran de l ms de lo que l estaba dispuesto a

    darles, o al menos se esforzaban por dar esa impresin.

    Catherine era una bella mujer unos aos mayor que Vincent. Estaba en deuda con l.

    Vincent haba hecho todo lo necesario para que ella pudiera adquirir la casa de sus sueos,

    la casa de la que se haba enamorado de nia y que haba deseado desde entonces. A pesar

    de haberse convertido en una viuda rica, haba sido incapaz de convencer al propietario de

    que se la vendiera. As la haba conocido Vincent, al enterarse de lo que ella buscaba.

    No le haba mentido a Larissa cuando le haba dicho cmo haba forjado su fortuna.Catherine le haba pagado unos desmesurados honorarios por descubrir lo que se

    necesitaba para hacer que el propietario de la casa la vendiera, en ese caso en particular, un

    establo con caballos de carreras en Kent, que el hombre nunca haba pensado en adquirir, a

    pesar de que era un vido jinete, y una invitacin para visitar a la reina, ambas cosas

    fcilmente asequibles.

    Catherine estaba en deuda con Vincent, o al menos eso crea. Realmente amaba su

    casa. Vincent se preguntaba a menudo si sa era la razn por la que siempre haba grandes

    cantidades de comida cuando l apareca inesperadamente, a pesar de que de lo contrario

    Catherine hubiera comido sola.

    Disfrut como siempre de la suntuosa cena, pues ella tena un cocinero excepcional.

    Incluso disfrutaba de su compaa, su magnfico ingenio lograba divertirlo de vez en

    cuando, y eso era mucho teniendo en cuenta que era un hombre que no sola divertirse

    demasiado. Ella esperaba que se quedara a pasar la noche all. Y eso era lo que l haba

    planeado hacer. Era la razn por la que estaba all. Pero por mucho que durante el da el

    deseo lo hubiera asfixiado, en aquel momento no senta absolutamente ninguno.

    No era culpa de Catherine. Ella estaba tan encantadora y complaciente como siempre.

    Era a causa de Larissa. Se negaba a alejarla de sus pensamientos, incluso durante las horas

    que pasaba con otra mujer.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    37/140

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    38/140

    Cuando se dio cuenta de que no iba a despertarla para decrselo, no hubo nada que la

    hiciera abrir los ojos. Fingi dormir. No quera saberlo, realmente no quera. Su corazn

    palpitaba con tanta fuerza que estaba segura que Vincent tena que escucharlo, y sin

    embargo no la despertaba. Hizo el suficiente ruido como para que ella se hubiera

    despertado fcilmente, si no hubiera estado fingiendo que dorma. Luego todo se qued en

    silencio, tanto, que ya no poda estar segura de si l segua all. Y sin embargo no poda

    relajarse, y tampoco quera abrir los ojos para descubrirlo. Una sabia eleccin, porque

    cuando al fin Vincent se fue varias horas despus, ella lo escuch claramente, y tambin

    escuch su suspiro.

    Se relaj al escuchar el golpe de la puerta al cerrarse. No era consciente de que haba

    estado tan tensa todo el tiempo, y estaba segura de que por la maana tendra agujetas.

    Pero en lugar de darse la vuelta y ponerse finalmente a dormir, se sorprendi a s mismasiguiendo los pasos del barn. No inmediatamente. No quera enfrentarse a l despus de

    tan angustiosa experiencia. Pero sin embargo atraves el vestidor lentamente y entr en el

    cuarto de bao, luego se qued de pie frente a la puerta que conectaba las dos habitaciones,

    con la oreja apoyada contra ella.

    Pasaron diez minutos, veinte. Comenzaba a dolerle la oreja. La habitacin estaba

    fra, demasiado alejada de la chimenea que haba en la otra habitacin como para disfrutar

    de algo de su calor, el brasero porttil que estaba en el rincn no estaba encendido.

    Numerosos escalofros le recorran su espina dorsal. Y entonces hizo lo que seguramente

    era la cosa ms estpida que jams haba hecho antes o hara en un futuro.

    Abri la puerta.

    Se dijo a s misma que solamente quera asegurarse de que l se hubiera metido en la

    cama, de que no regresara. Pero sin embargo cuando lo vio acostado all en su enorme

    cama, se sinti atrada hacia l y se acerc a pesar de que su sentido comn le adverta que

    no lo hiciera. Estaba fascinada. La luz proveniente del fuego que l haba avivado era

    suficiente para verlo con claridad. Su habitacin s estaba clida, y sa fue la razn por la

    que no se fue de all inmediatamente. Al menos sa fue la excusa que se dio a s misma por

    quedarse a los pies de su cama, mirndolo fijamente. El hecho de que su pecho estuviera

    desnudo, incluso sin ninguna manta, no tena nada que ver. Era un pecho tan amplio.

    Ligeramente salpicado con vello, aunque como el vello era tan negro como el de su

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    39/140

    cabellera, pareca una mata mucho ms espesa. Realmente tena el cuerpo de un hombre

    que practicaba bastante a menudo actividades fsicas. Las partes superiores de sus brazos

    eran tan gruesas como pequeas ramas de rboles; incluso su cuello era muy ancho.

    Su mandbula estaba salpicada por una oscura barba incipiente. Seguramente tena

    que afeitarse ms de una vez al da. El vello facial de su padre tambin era as, creca tan

    deprisa que, como muchos hombres, prefera llevar una barba limpia y arreglada. Se

    preguntaba por qu el barn no, se preguntaba tantas cosas acerca de l. Se senta solo sin

    familia? Con quin hablaba cuando necesitaba un amigo? Tena a alguna dama en mente

    para comenzar a formar una familia? Alguien a quien ya estuviera cortejando? Querra

    tener una familia algn da? Seguramente que s. Tena un ttulo que legar. Acaso los

    caballeros con ttulo no se tomaban muy en serio ese tipo de cosas?

    No es que tuviera intencin de hacerle esas preguntas. Ni que en realidad teimportara, simplemente senta un poco de curiosidad. Al fin y al cabo, era natural

    preguntarse cosas acerca del hombre que la haba desahuciado de su casa, y luego le haba

    ofrecido alojamiento temporal en su propia casa y le haba provocado tantos sentimientos

    nuevos. Vincent se movi. A Larissa le pareci incluso que sus ojos podan haberse

    abierto, aunque era difcil asegurarlo. Pero de repente su corazn estaba otra vez

    palpitando en su pecho con todas sus fuerzas. Se escondi detrs de la cama y se qued all

    agachada durante un tiempo que le pareci una eternidad. Aun as, sali de la habitacin

    casi andando a gatas, para que l no pudiera verla si abra los ojos. Tena las mejillas

    encendidas. Haba recuperado el juicio. Saba que haba hecho una cosa totalmente

    estpida, y no iba a arriesgarse ms.

    8

    Fue un ruido sordo, que atraves las dos puertas cerradas y despert a Larissa. Sin

    embargo, no descubri qu haba sido ese ruido, hasta que entr en el cuarto de bao a

    tientas, con la mirada nublada, y encontr a uno de los lacayos de la casa arrodillado en el

    suelo frente a la puerta que daba a la habitacin del barn.

    La presencia del hombre la asust tanto que se despert de golpe. Ahora con los

    ojos bien abiertos, simplemente consigui soltar un chillido de sorpresa.

  • 8/7/2019 Lindsey, Johanna - Un hogar para navidad

    40/140

    Con una mirada exhaustiva descubri las herramientas con las que haba estado

    instalando cerraduras en las puertas. Fue el pomo de la puerta en la que estaba trabajando

    que, al caerse accidentalmente sobre el suelo de mrmol, haba producido el ruido que la

    despert.

    El hombre se disculp por ello mientras explicaba lleno de vergenza que se

    supona que tena que terminar con su trabajo antes de que ella se despertara, par