LIBROS - f002.backblazeb2.com · clusión de que el pensamiento boliviano se refiere, más que al...
Transcript of LIBROS - f002.backblazeb2.com · clusión de que el pensamiento boliviano se refiere, más que al...
LIBROS
30
forma que hoy nos resulta más anticuadoy extraño un traje femenino de hace treinta años que otro del siglo diez y seis; oun automóvil de tres décadas atrás flueun landó.
La cuestión de la fidelidad es todavíamás compleja. Los especialistas no se hanpuesto aún dr acurrdo sobre lo que debeentenderse por una traducción fiel. Antltodo hay que hacer constar que fidelidadde espíritu y fidelidad lingüística son doscosas distintas. Una buena traducción libre puede captar ciertos aspectos del espíritu del original pero a expensas del detalle. Y una traducción literal tiene el peligro de hundirse en las arenas movedizasdel distinto significado que suelen tenerlas mismas palabras en lenguas diferentes. Por lo que se puede hacer una traducción palabra por palabra, frase porfrase, y llegar a expresar ideas muy distintas del origil'al. Y 110 hay que perderde vista que de un mismo texto saldrántantas traducciones di fe rentes como traductores las hag-an. A este respecto seríacurioso hacer una traducción de otra traducción, volviendo al idioma del textooriginal, y comparar resultados. De seguro serían sorprendentes. El problema también se complica al considerar que aunquese conozcan a fondo las dos lenguas escasi imposible evitar el peligro de que unainfluya sobre la otra, hasta el punto deconfundir significados; sobre todo cuandose trata de palabras de sonido y forma sinónimos. Esto lo saben bien los que vive:1varios años en un país de lengua distintaal suyo de origen. Al hablar en su lenguanativa suelen incluir sin darse cuenta palabras y expresiones de la otra, convencidos de que están ha'Ciénddo correctamente. Entre personas cultas esto ocurre conmenos frecuencia pero siempre es difícileliminar imperceptibles influencias de unalengua en la otra. Por eso en la traducciónliteral suele perderse el matiz. Lo que seinsinúa o sugiere es a veces mucho másimportante que lo que se dice. La ironíade un párrafo si se pierde en la traducción lo convierte en otro sin sentido.
Sobre este punto Ortega y Gasset apunta que lo esenciall fue ya expuesto hacemás de un siglo por el teólogo Schleiermacher en su ensavo "Sobre los diferentes métodos de tr~ducir": "Según éi, bversión es un movimiento que puede in·"tentarse en dos direcciones opues!"a~: "se trae al autor al lenguaje del lector o selleva el lector al lenguaje del autor." YOrtega añade lo siguiente, que es Ul1'.t opinión muy discutible: "En el prime:' (150
traducimos en un sentido impropio de lapalabra; hacemos, en rigor, una imitacióno paráfrasis del texto original. Sól·) cuan·,do arrancamos al lector de sus háb:i()~
lingüísticos y le obligamos a meterse dentro de los del autor, hay propiamentetraducción. Hasta ahora casi no se hanhecho más que pseudotraducciones." Admite que este tipo de versión perderá, quizá. belleza; el lenguaje en ella resultaráforzado, pero obligará al lector .1 adentrarse en los modos de hablar propios delautor traducido. Y Ortega está convencido de que el lector agradece esto últimoy lo prefiere. Sin embargo, la prosa asítraducida suele dar la impresión de unalengua hablada con acento extranjero yhasta salpicada de impropiedades. Y aunque esto pueda tener ciertas ventajas endeterminados casos, queda todavía pordemostrar su incuestionable valor.
Las reglas o normas generales que intentan determinar cómo debe ser una traducción, expresadas frecuentemente porcríticos teorizantes, suelen decir muchoy nada al mismo tiempo. Se oye repetidamente que el objeto de toda traducciónes reproducir en el lector las impresionesque despierta el original. Pero el verdadero problema es determinar qué clase deimpresiones son valiosas, sobre quién, sobre qué lectores han de considerarse. Evidentemente las impresiones varían con losdiferentes lectores y no basta, por tanto,decir que una traducción del español alinglés debe producir en un lector ingléslas mismas impresiones que el original enun lector español. En último caso el lectorcorriente no debe ser considerado comotestigo ni como juez. Solamente el conocedor de las dos lenguas, el experto, tendrá la palabra aunque siempre con ciertas reservas.
Al hablar de la fidelidad surge tambi~;l
la cuestión de si la obra traducida puede,en algún caso, resultar superior al original. La idea es absurda, al menos en l1·)r:l
bre de la fidelidad. Suponiendo que estoocurriera, el resultado no sería una traducción en su estricto sentido. Pero, ¿cómo evitar en el traductor la tentación deaclarar aquello que crea falto de claridado de completar lo que considere incompkto? Aunque el traductor deberá ir conmucho cuidado en lo relativo a la posibleoscuridad del texto. Puede muv bien ocurrir que no cale en la profundidad o enel sentido poético del original, en cuyocaso es mejor que busque otro oficio.Pero bajo ningún pretexto debe intentarglosar, aclarar, ampliar; en resumen, mejorar el original.
Tratándose de traducciones de obrascontemporáneas las dificultades, aunquedistintas que las de libros de tiempospasados, no por eso son menores. El traductor debe tener además de un conocimiento profundo de las dos lenguas, otrovivo y directo de las dos culturas de susrespectivas actitudes hacia la vida. Así ytodo nunca podrá evitar el encontrarsecon palabras y expresiones intraducibles.Se ha dicho que en ellas está encerrado lo
GUILLERMO FRANCOVICH, El pensamientoboliviano en el siglo XX. Colección Tierra Firme, Historia de las Ideas en América. Fondo de Cultura Económica. México, 1956. 170 pp.
La lectura de este libro lleva a la conclusión de que el pensamiento bolivianose refiere, más que al proceso teórico delas ideas, al choque práctico de las ideologías. Parece como si en Bolivia no tuviera valor ninguna corriente filosófica.sir.o en la medida en que pudiera servirde bandera a un movimiento revolucionario y de apoyo a un plan de gobierno.
Las tendencias dominantes en lo queva del siglo, han sido el liberalismo, elsocialismo, el nacionalismo y el indigenismo. Los pensadores han tratado de adaptar dichas tendencias a la realidad de supatria, en cuyo empeño han llegado a muyImportantes resultados, como en el caso
UNIVERSIDAD DE MEXICO
típico y único de cada cultura; lo que, poreso, carece de exacta equivalencia viva enlas otras. Ortega dice: "... todo idiomaaprendido (tiene) el carácter de lenguamuerta." Es decir que las. traduccionesdeberán hacerse en la lengua nativa deltraductor. por muy bien que conozca laotra ... Aunque esta afirmación permit3excluir los pocos casos, verdaderas y contadísimas excepciones, en que lo contrario pueda llevarse a cabo con éxito.
Finalmente, sobre el delicado problemade traducir poesía parece existir la unánime opinión entre los doctos que, a priori, es una imposibilidad. Aquí los obstáculos se multiplican hasta el infinito.Ni el espíritu ni la forma de un poemapueden ser traducidos. Menos mal quecomo el traductor necesariamente tieneque ser también poeta, y por lo generalconoce las dificultades que entraña sutarea, suele haber en dichas ~ersiones mássentido de responsabilidad, más cuidadoy más amor. Esto las salva, en cierto modo. Sin embargo, no hay que hacerse ilusiones. La poesía es, teórica y prácticamente, intraducible. Se evapora sin remedio en la versión, y si queda en ella algodel original son precisamente los elementos no poéticos, los posos.
Pero el hecho es que las traduccionesson necesarias, y cada día más. Ante estarealidad el primer paso debe darse procurando elevar el nivel de dicho arte hastaque alcance el prestigio y la consideraciónque merece. Y comenzar por considerarlocomo un trabajo intelectual de primer orden. Las reglas generales sobre el artede traducir tienen poco valor; y es relativamente fácil formularlas. Algo másefectivo pueden hacerse destacando losproble1)1as, poniendo en evidencia los obstáculos, para tratar de comprender loslímites y posibilidades de dicho arte. Habiendo reflexionado sobre ello el traductorpodrá mejor medir sus fuerzas. Y si finalmente se decide a llevar a cabo la in¡{rata tarea, lo hará sin duda con más cuidado y dedicación. La cIara conciencia delos obstáculos es un buen principio paraintentar, al menos, superarlos.
de la llamada "mística de la tierra", quese basa en el descubrimiento del poderque tiene lo telúrico sobre el espíritu delhabitante de la meseta andina.
y tal parece que lo telúrico ejercierasu poder especialmente en los filósofos.Su preocupación constante es expresar laangustia que les causan las miserias nacionales, y encontrar fórmulas efectivaspara corregirlas. Por eso, más que filósofos, son sociólogos, políticos, escritoresde combate.
Tal vez en lo porvenir den fruto lastendencias que actualmente revelan creciente interés hacia una actividad intelectual de contenidos más profundos y deproyecciones más vastas. Pero hasta ahora, como lo demuestra este libro, los pensadores bolivianos han permanecido encerrados dentro de la trágica realidad política y geográfica de su patria.
A. B. N.
,UNIVERSIDAD DE MEXICO
FRANCISCO MONTERDE, T eairo mexicano delsiglo XX (vol. 1) , Letras Mexicanas. Fondo de Cultura Económica. México, 1956.608 pp.
Generalmente se juzga al teatro mexicano más por referencias que por conocimiento directo. Sin embargo, el teatroen México tiene una tradición apreciabley una lógica evolución, que el Fondo deCultura Económica se ha propuesto dara conocer publicando en nutridas antologías las piezas de más significación.
El presente volumen abarca las tresprimeras décadas del siglo, período queel autor de la selección divide en tres etapas: la prerrevolucíonaria, la de la luchacivil y la de posguerra. Para mostrar losadelantos logrados por el teatro de una aotra de esas etapas, fueron escogidas obrasde Manuel José Othón. Marcelino Dávalos Federico Gamboa, José Joaquín Gambo~ Carlos N oriega Hope, Víctor ManuelDíe~ Barroso, Ricardo Parada León, Lázaro y Carlos Lozano García, María Luisa Ocampo, Julio Jiménez Rueda y CarIas Díaz Dufóo.
Estos nombres l1enan, ciertamente, unaépoca por muchos conceptos in~rinca~a;
pero gracias a las notas y al prologo 111
cIuídosen el libro, no es difícil orientarseal través de las características de las diferentes piezas y de los puntos de vistade los distintos autores para recorrer esaextensión que linda, por un lado, con elromanticismo del siglo XIX, y por el otro,con el realismo de nuestros días.
A. B. N.
GEORGE GAMOW, La investigación del átomo. Breviario 116, Fondo de Cultura Económi~a. México, 1956. 113 pp.
El género literario que. co~~iste en eltratamiento de un tema clentIfIco dentroele un plan fantástico, tiene en GeorgeGamow un cultivador notable. George Gamow ha creado un personaje, el señorTompkins, que es un individuo común ycorriente; pero que en sueños desarrol1auna imaginación maravil10sa después queha escuchado alguna conferencia de tiposemipopular. Narrando las aventuras oníricas de su personaje, el autor logra abordar, con amenidad y humorismo, los másarduos problemas de la física moderna.
Pero al contrario de lo que ocurre ('notras obras del mismo género, aquí no secomete ninguna violación contra la realidad científica, porque George Gamow es,antes que todo, un verdadero hombre deciencia. Actualmente figura como profesor de Física Teórica en la George \Vashington University, de Washington.
Este libro consta de tres sueños y unapéndice formado por cuatro conferenciasele las que sirvieron para argumentarlos.Estas y aquéllos se complementan. Cuando el señor Tompkins oye hablar, porejemplo, acerca de lo,s misterios_que hab~
tan el interior del atomo, suena que elmismo es un electrón; con lo que experimenta como en propia carne, lo mismoque d~spierto no aIc~nzó a e.ntender. Demodo que el sueño tIende a Ilustrar, pormedio de vivas imágenes, los puntos másdifíciles de la correspondiente conferencia.
Así, pues, este es un libro de título grave y entretenida lectura, en cuya porta··da bien pudieran aparecer los dos .letrerospuestos a la entrada del laboratorio en que.
MIGURL PRIETOEl doce de agosto murió Miguel Prie
to, pintor, tipógrafo, escenógrafo y animador -en Espaiia- de un teatro demarionetas.
En México, desde que llegó como refugiado político, desplegó una amplia activida.d en el terreno editorial; fundó conotros intelectuales ('spañoles y mexicanosla m('momble revista Romance; fue jefede la Oficina de PublicacioJles del Instituto Nacional de Bellas Artes, y fundócon Fernando Benítez México en la Cultura, gaceta literaria dominical del diarioNovedades.
En la Universidad colaboró como director artístico de nuestra revista, comoescenógrafo de varias de las obras presentadas por el Teatro Univel'sitario ycomo profesor en la carrera de periodismo que se enseña en la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales.
En la tipografía, además de haber desarrollado un estilo propio, formó a varias personas que ahora la practican comooficio verdaderamente artístico; en lapintura dcjó varias obras en laiS que reveló su fina sensibilidad de artista, y enla solución que dió a diversos problemasescenográficos dejó lecciones perdurables.
A sus múltiples conocimientos de la.stareas artísticas, que le daban ~xtraord~
naria versatilidad para comparttr las masaudaces y generosas aventuras en la promoción de actividades de difusión cultural unió un entusiasmo y una calidez humdna sin par; por eso su muerte ha sidolamentada por tantas y tan diversas personas; por eso hoy, nosotros que trabajamos con él durante muchos aiios, damosun testimonio de nuestra pena.
Descanse en paz el amigo entrmiable.
H. G. C.
empezó el "Tercer Sueño". En efecto, enmedio de la puerta un aviso decía: "Peligro"; pero abajo, en la estera, se leíala frase: "Bienvenido".
A. B. N.
EMETERIO S. SANTOVENIA, Armonías y conflictos en torno a Cuba. Colección TierraFirme, 61. Fondo de Cultura Económica.México, 1956. 318 pp.
Desde su descubrimiento la isla de Cubaatrajo la codicia de las grandes pa:enci:ls.Por' sus recursos naturales se ofrecíacomo una presa tentadora; la capacidadde sus puertos y su posición geográfica ledaban categoría estratégica de primer orden. El siglo XIX, al consumar la ruinadel Imperio espaltol, aceleró el juego celos intereses extranjeros en torno a la isla;pero. ele modo paradójico, la misma debiEdad ele España los r':antu\'o <1 distanciJ.
31
Los Estados Unidos y la Gran Bretañase hicieron más activos; Hispanoaméricase movía por su parte. Pero la situaciónele Cuba se prolongó sin cambio, porquedesde el punto de vista de Inglaterra nopodía estar en mejores manos que en lasil;ofensivas de España; y los EstadosUnidos se oponían a que se independizara, por temor a que tan cerca de sus Estados esclavistas una nueva nación aboliera la esclavitud. Por otra parte, cualquieravance decisívo de cualquier potencia, habría ocasionado una guerra general. Entretanto la agi,tación que tenía su foco enlos mares de América se propagaba en ondas que inquietaban a toda Europa.
Pasivamente Cuba esperó su hora, quesonó cuando, por fin, le demostró al mundo que era capaz, por sí misma, de constituirse en naóón inelependiente.
Dar una imagen de las pugnas desarrolladas durante siglos alrededor de la mayor de las Antillas, es el único objeto deeste libro, que, según 10 declara su autor,no fue planeado ni llevado adelante conel propósito de sostener o impugnar determinada tesis.
A. B. N.
ARTURO ARDAO, La filosofía el1 el Uruguayen el siglo XX. Colección Tierra Firme,Historia de las Ideas en América. Fondode Cultura Económica. México, 1956. 193pp.
Dentro del cuadro establecido en estelibro están representadas todas las tendencias de la filosüfía universal, las cuales, gradualmente, asumen característicasy modalidades que las aclimatan al peculiar ambiente intelectual uruguayo.
A consecuencia del cambio de posició:1realizado a principios del presente siglodejaron de existir el partidarismo doctrinario y el espíritu polémico en la filoso·fía que, en cambio, se acendró en loscírculos académicos, y se hizo más auténtica en sus cultivadores. Al través de éstoshace Arturo Ardao el registro de las ideasfilosóficas tal como se han desenvuelto enel Uruguay desde José Enrique Rodó hasta Juan Llambías de Azevedo, agrupándolas bajo los siguientes rubros: "Filosofía de la Experiencia", "Filosofía de laMateria" "Filosofía de la Idea", "Filosofía ele I~ Iglesia" y "Filosofía de la Cultura".
Las dos primeras de estas modalidadesarrancan del positivismo, pero siguen direcciones opuestas: la "Filosofía de la Experiencia" tiene su unidad y conti~u.idad
doctrinarias en un fundamento empmsta :la "Filosofía de la Materia" conduce :11materialismo. La denominada "Filosofíade la Idea" se orienta hacia un idealismognoseológico metafísico y racionalista. La"Filosofía de la Iglesia" sustenta la tradicional actitud del catolicismo contra elpensamiento filosófico de la Universidad.Por último, la llamada "Filosofía de 13.Cultur;:¡" se relaciona con la filosofía delos valores, la fenomenología, el historicismo y el existencialismo.
Acaso este libro no hubiera alcanzadoel elevado carácter ele inforny' que su:lutor quiso que tuviera, de no haber s!~o
para él motivo de particular 'preocupa~IO:1
presentar con objetivid~d e Impar;lalIdadlas tendencias y las fIguras en el estq¿:adas.
A. B. N.