Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

82
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular! 1 Colección Emancipación Obrera IBAGUÉ-TOLIMA 2014 GMM

description

Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia. Juan Bautista Alberdi . Colección E.O. Julio 19 de 2014. Biblioteca Emancipación Obrera. Guillermo Molina Miranda.

Transcript of Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

Page 1: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

1

Colección Emancipación Obrera IBAGUÉ-TOLIMA 2014

GMM

Page 2: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

2

© Libro No. 920. Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia. Juan Bautista Alberdi . Colección E.O. Julio 19 de 2014. Título original: © Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia. Juan Bautista Alberdi Versión Original: © Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia. Juan Bautista Alberdi Circulación conocimiento libre, Diseño y edición digital de Versión original de textos: http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/17918306/La-omnipotencia-del-Estado-es-la-negacion-de-la-libertad.html http://www.librodot.com Licencia Creative Commons: Emancipación Obrera utiliza una licencia Creative Commons, puedes copiar, difundir o remezclar nuestro contenido, con la única condición de citar la fuente. La Biblioteca Emancipación Obrera es un medio de difusión cultural sin fronteras, no obstante los derechos sobre los contenidos publicados pertenecen a sus respectivos autores y se basa en la circulación del conocimiento libre. Los Diseños y edición digital en su mayoría corresponden a Versiones originales de textos. El uso de los mismos son estrictamente educativos y está prohibida su comercialización.

Autoría-atribución: Respetar la autoría del texto y el nombre de los autores No comercial: No se puede utilizar este trabajo con fines comerciales No derivados: No se puede alterar, modificar o reconstruir este texto. Portada E.O. de Imagen original: http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/17918306/La-omnipotencia-del-Estado-es-la-negacion-de-la-libertad.html

Page 3: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

3

Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia

Juan Bautista Alberdi

Page 4: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

4

CONTENIDO

La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual

Pensamientos. Gobierno. Libertad. Independencia

Reacción contra el españolismo

Una entrevista histórica. EL GENERAL SAN MARTÍN EN 1845

Page 5: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

5

La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual

Una de las raíces más profundas de nuestras tiranías modernas en Sud-América es la noción greco-romana del patriotismo y de la Patria, que debemos a la educación medio clásica que nuestras universidades han copiado a la Francia. La Patria, tal como la entendían los griegos y los romanos, era esencial y radicalmente opuesta a lo que por tal entendemos en nuestros tiempos y sociedades modernas. Era una institución de origen y carácter religioso y santo, equivalente a lo que es hoy la Iglesia, por no decir más santo que ella, pues era la asociación de las almas, de las personas y de los intereses de sus miembros. Su poder era omnipotente y sin límites respecto de los individuos de que se componía. La Patria, así entendida, era y tenía que ser la negación de la libertad individual, en la que cifran la libertad todas las sociedades modernas que son realmente libres. El hombre individual se debía todo entero a la Patria; le debía su alma, su persona, su voluntad, su fortuna, su vida, su familia, su honor. Reservar a la Patria alguna de esas cosas, era traicionarla; era como un acto de impiedad. Según estas ideas, el patriotismo era no sólo conciliable, sino idéntico y el mismo que el despotismo más absoluto y omnímodo en el orden social. La gran revolución que trajo el cristianismo en las nociones del hombre, de Dios, de la familia, de la sociedad toda entera, cambió radical y diametralmente las bases del sistema social greco-romano.

Page 6: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

6

Sin embargo, el renacimiento de la civilización antigua de entre las ruinas del Imperio Romano y la formación de los Estados modernos, conservaron o revivieron los cimientos de la civilización pasada y muerta, no ya en el interés de los Estados mismos, todavía informes, sino en la majestad de sus gobernantes, en quienes se personificaban la majestad, la omnipotencia y autoridad de la Patria.

"El Estado es libre en cuanto absorbe y monopoliza las libertades de todos sus individuos, pero sus individuos no lo son, porque el gobierno les tiene todas sus libertades."

Page 7: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

7

De ahí el despotismo de los reyes absolutos que surgieron de la feudalidad de la Europa regenerada por el cristianismo.

El Estado, o la Patria, continuó siendo omnipotente respecto de la persona de cada uno de sus miembros; pero la Patria personificada en sus monarcas o soberanos, no en sus pueblos.

La omnipotencia de los reyes tomó el lugar de la omnipotencia del Estado o de la Patria.

Los que no dijeron: "EI Estado soy yo", lo pensaron y creyeron como el que lo dijo. Sublevados contra los reyes los pueblos, los reemplazaron en el ejercicio del poder de la Patria, que al fin era más legítimo en cuanto a su origen. La soberanía del pueblo tomó el lugar de la soberanía de los monarcas aunque teóricamente. La Patria fue todo y el único poder de derecho, pero conservando la índole originaria de su poder absoluto y omnímodo sobre la persona de cada uno de sus miembros; la omnipotencia de la Patria misma siguió siendo la negación de la libertad del individuo en la república, como lo había sido en la monarquía; y la sociedad cristiana y moderna, en que el hombre y sus derechos son teóricamente lo principal, siguió en realidad gobernándose por las reglas de las sociedades antiguas y paganas, en que la Patria era la negación más absoluta de la libertad.

Divorciado con la libertad, el patriotismo se unió con la gloria, entendida como los griegos y los romanos la entendieron.

Page 8: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

8

Esta es la condición presente de las sociedades de origen greco-romano en ambos mundos.

Sus individuos, más bien que libres, son los siervos de la Patria.

La Patria es libre, en cuanto no depende del extranjero: pero el individuo carece de libertad, en cuanto depende del Estado de un modo omnímodo y absoluto. La Patria es libre, en cuanto absorbe y monopoliza las libertades de todos sus individuos; pero sus individuos no lo son porque el Gobierno les tiene todas sus libertades.

Tal es el régimen social que ha producido la Revolución Francesa, y tal la sociedad política que en la América greco-latina de raza han producido el ejemplo y repetición, que dura hasta el presente, de la Revolución Francesa.

El "Contrato social" de Rousseau, convertido en catecismo de nuestra revolución por su ilustre corifeo el doctor Moreno(a), ha gobernado a nuestra sociedad, en que el ciudadano ha seguido siendo una pertenencia del Estado o de la Patria, encarnada y personificada en sus Gobiernos, como representantes naturales de la majestad del Estado omnipotente.

La omnipotencia del Estado, ejercida según las reglas de las sociedades antiguas de Grecia y Roma, ha sido la razón de ser de sus representantes los Gobiernos, llamados libres sólo porque dejaron de emanar del extranjero. Otro fue el destino y la condición de la sociedad que puebla la América del Norte.

Page 9: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

9

Esa sociedad, radicalmente diferente de la nuestra, debió al origen transatlántico de sus habitantes sajones la dirección y complexión de su régimen político de gobierno, en que la libertad de la patria tuvo por límite la libertad sagrada del individuo. Los derechos del hombre equilibraron allí en su valor a los derechos de la Patria, y si el Estado fue libre del extranjero, los individuos no lo fueron menos respecto del Estado. Eso fue en Europa la sociedad anglo-sajona y eso fue en Norte-América la sociedad anglo-americana, caracterizadas ambas por el desarrollo soberano de la libertad individual, más que por la libertad exterior o independencia del Estado, debida mayormente a su geografía insular en Inglaterra y a su aislamiento transatlántico en Estados Unidos.

La libertad en ambos pueblos sajones no consistió en ser independiente del extranjero, sino en ser cada ciudadano independiente de su Gobierno patrio. Los hombres fueron libres porque el Estado, el poder de su Gobierno no fue omnipotente, y el Estado tuvo un poder limitado por la esfera de la libertad o

Page 10: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

10

el poder de sus miembros a causa de que su Gobierno no tuvo por modelo el de las sociedades griega y romana. Montesquieu ha dicho que la Constitución inglesa salió de los bosques de la Germania, en lo que tal vez quiso decir que los destructores germanos del imperio romano fueron libres porque su Gobierno no fue de origen ni tipo latino. A la libertad del individuo, que es la libertad por excelencia, debieron los pueblos del Norte la opulencia que los distingue. ___________ Los pueblos del Norte no han debido su opulencia y grandeza al poder de sus Gobiernos, si no al poder de sus individuos. Son el producto del egoísmo más que del patriotismo. Haciendo su propia grandeza particular, cada individuo contribuyó a labrar la de su país. Este aviso interesa altamente a la salvación de las Repúblicas americanas de origen latino.

Sus destinos futuros deberán su salvación al individualismo, o no los verán jamás salvados si esperan que alguien los salve por patriotismo. El egoísmo bien entendido de los ciudadanos sólo es un vicio para el egoísmo de los Gobiernos que personifican a los Estados. En realidad, el afán del propio engrandecimiento es el afán virtuoso de la propia grandeza del individuo, como factor fundamental que es del orden social, de la familia, de la propiedad, del hogar, del poder y bienestar de cada hombre. Las sociedades que esperan su felicidad de la mano de sus Gobiernos esperan una cosa que es contraria a la naturaleza. Por la naturaleza de las cosas, cada hombre tiene el encargo providencial de su propio bienestar y progreso, porque nadie puede amar el engrandecimiento de otro como el suyo propio; no hay medio más poderoso y eficaz de hacer la grandeza del cuerpo social que dejar a cada uno de sus miembros individuales el cuidado y poder pleno de labrar su personal engrandecimiento.

Page 11: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

11

Ese es el orden de la naturaleza, y por eso es el mejor y más fecundo en bienes reales. De ello es un testimonio la historia de las sociedades sajonas del Norte de ambos mundos.

Los Estados son ricos por la labor de sus individuos, y su labor es fecunda porque el hombre es libre, es decir, dueño y señor de su persona, de sus bienes, de su vida, de su hogar.

Cuando el pueblo de esas sociedades necesita alguna obra o mejoramiento de público interés, sus hombres se miran unos a otros, se buscan, se reúnen,

discuten, ponen de acuerdo sus voluntades y obran por sí mismos en la ejecución del trabajo que sus comunes intereses necesitan ver satisfecho.

Page 12: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

12

“Los reyes de España nos enseñaron a odiar bajo el nombre de extranjero, a todo el que no era español. Los libertadores de 1810, a su vez, nos enseñaron a detestar bajo el nombre de europeo a todo el que no había nacido en América” En los pueblos latinos de origen los individuos que necesitan un trabajo de mejoramiento general alzan los ojos al Gobierno, suplican, lo esperan todo de su intervención y se quedan sin agua, sin luz, sin comercio, sin puentes, sin muelles, si el Gobierno no se los da todo hecho. __________ Pero no debemos olvidar que no fue griego ni romano todo el origen de la omnipotencia del Estado y de su Gobierno entre nosotros sudamericanos. En todo caso no sería ése sino el origen mediato, pues el inmediato origen de la omnipotencia en que se ahogan nuestras libertades individuales fue el organismo que España dio a sus Estados coloniales en el Nuevo Mundo, cuyo organismo no fue diferente en ese punto del que España se dio a sí misma en el Viejo Mundo.

Así, la raíz y origen de nuestras tiranías modernas en Sud-América es no solamente nuestro origen remoto o greco-romano, sino también nuestro origen inmediato y moderno de carácter español.

La España nos dio la complexión que debía ella misma a su pasado de colonia romana que fue antes de ser provincia romana.

La Patria en sus nociones territoriales absorbió siempre al individuo y se personificó en sus gobiernos el derecho divino y sagrado que eclipsaron del todo los derechos del hombre.

La omnipotencia del Estado o el poder omnímodo e ilimitado de la Patria respecto de los individuos que son sus miembros tiene por consecuencia necesaria la omnipotencia del Gobierno en que el Estado se personifica, es decir, el despotismo puro y simple.

Y no hay más medio de conseguir que el Gobierno deje o no llegue a ser omnipotente sobre los individuos de que el Estado se compone, sino haciendo que el Estado mismo deje de ser ilimitado en su poder respecto del individuo,

Page 13: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

13

factor elemental de su pueblo. Un ejemplo de esto: cuando el gobernador de Buenos Aires recibió en 1835 de los representantes del Estado la suma de sus poderes públicos, no lo tuvo por la ley, que aparentó discernírselo. La ley, lejos de ser causa y origen de ese poder, tuvo por razón de ser y causa a ese poder mismo que ya existía en manos del jefe del Estado omnipotente por la Ordenanza de Intendentes, constitución española del Virreynato de Buenos Aires, según cuyas palabras, debía continuar el Virrey gobernador y capitán general con el poder omnímodo y las facultades extraordinarias que le daban esa constitución y las Leyes de Indias de su referencia.

La contextura que el Gobierno hispano-argentino recibió de esa legislación es la que sus leyes ulteriores de la revolución no han reconstruido de hecho hasta hoy en ese punto; y la República como el virreynato colonial, siguió entendiendo el poder de la Patria sobre sus miembros como lo entendieron las antiguas sociedades de Grecia y de Roma.

A pesar de nuestras constituciones modernas, copiadas de las que gobiernan a los países libres de origen sajón, a ningún liberal le ocurriría entre nosotros dudar de que el derecho del individuo debe inclinarse y ceder ante el derecho del Estado en ciertos casos.

La República, por tanto, continuó siendo en este punto gobernada para provecho de los poderes públicos que han reemplazado al poder especial que le dio, siendo su colonia, la contextura y complexión que convenía a su real e imperial beneficio.

La corona de España no fundó sus colonias de América para hacer la riqueza y poder de sus colonos, sino para hacer su negocio y poder propio de la corona misma. Pero para que esta mira no degenerase en un sistema capaz de dar la riqueza y el poder a los colonos, en lugar de darlos al monarca, la colonia recibió la Constitución social y política que debía de hacer a su pueblo un mero instrumento del Real patrimonio, un simple productor fiscal de cuenta de su Gobierno y para su real beneficio.

Sin duda que las Constituciones que regularon después la conducta del Gobierno de la República calificaron de crimen legislativo el acto de dar poderes extraordinarios y omnímodos a sus gobernantes; pero esa magnífica

Page 14: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

14

disposición no impidió que la suma de todos los poderes y fuerzas económicas del país quedasen de hecho a la discreción del Gobierno, que puede usar de él por mil medios indirectos.

¿Cómo así?

Si dejáis en manos de la Patria, es decir, del Estado, la suma del poder público, dejáis en manos del Gobierno que representa y obra por el Estado esa suma entera del poder público.

Si lo hacéis por una Constitución, esa Constitución será una máquina productora de un despotismo tiránico que no dejará de aparecer a su tiempo, por la mera razón de existir la máquina que le servirá de causa y ocasión suficiente. Por Constitución entiendo aquí, no la ley escrita a que damos este nombre, sino la complexión o construcción real de la máquina del Estado. Si esta máquina es un hecho de la historia del país, en vano la Constitución escrita pretenderá limitar los poderes del Estado respecto del derecho de sus individuos; en el hecho esos poderes seguirán siendo omnipotentes. Son testimonio confirmatorio de esa observación los Gobiernos republicanos que han reemplazado en la dirección del reciente y moderno Estado al que lo fundó, organizó y condujo por siglos como colonia perteneciente a un Gobierno absoluto y omnímodo.

Mientras la máquina que hace omnipotente el poder del Estado exista viva y palpitante de hecho, bien podría llamarse República libre y representativa por su Constitución escrita: su Constitución histórica y real, guardada en sus entrañas, la hará ser siempre una colonia o patrimonio del Gobierno republicano, sucesor de su Gobierno realista y pasado.

El primer deber de una gran revolución, hecha con la pretensión de cambiar de régimen social de gobierno, es cambiar la contextura social que tuvo por objeto hacer del pueblo colonial una máquina fiscal productora de fuerza y de provecho en servicio de su dueño y fundador metropolitano. De otro modo, las

Page 15: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

15

rentas y productos de la tierra y del trabajo anual del pueblo seguirían yendo bajo la república nominal adonde fuesen bajo la monarquía efectiva: ¿adónde, por ejemplo?; a todas partes menos, a manos del pueblo.

Las viejas arcas que eran recipientes del real tesoro se perderán como las aguas de un río que se derrama y resume en los campos o se disipa en acequias que van a regar los vergeles de la clase o porción del pueblo a quien ha cabido el privilegio de seguir ocupando la esfera del antiguo poder metropolitano, en lo que es el goce de los beneficios que la real máquina seguirá haciendo del suelo y trabajo del país.

En las manos de esa porción o clase privilegiada del país oficial seguirá existiendo el poder y la libertad de que seguirán viéndose excluidos y privados los pueblos, sucesores nominales de los antiguos soberanos. No será el Estado, sino su representante (que es el Gobierno del Estado), el que seguirá ejerciendo y gozando la omnipotencia de los medios y poderes entregados a la Patria por la maquinaria del viejo edificio primitivo y colonial persistente. Pero dejar en manos del Gobierno de la Patria todo el poder público adjudicado a la Patria misma, es dejar a todos los ciudadanos que componen el pueblo de la Patria sin el poder individual en que consiste la libertad individual, que es toda y la real libertad de los países que se gobiernan, que se educan, que se enriquecen y engrandecen así mismos, por la mano de sus particulares, no de sus Gobiernos.

"Los antiguos", dice Coulanges, "habían dado tal poder al Estado, que el día en que un tirano tomaba en sus manos esta omnipotencia, los hombres no tenían ya ninguna garantía contra él, y él era realmente el señor de su vida y de su fortuna."

De las consideraciones que preceden se deduce que el despotismo y la tiranía frecuente de los países de Sud-América, no residen en el déspota y en el

Page 16: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

16

tirano, sino en la máquina o construcción mecánica del Estado, por la cual todo el poder de sus individuos, refundido y condensado, cede en provecho de su Gobierno y queda en manos de su institución. El déspota y el tirano son el efecto y el resultado, no la causa de la omnipotencia de los medios y fuerzas económicas del país puestas en poder del establecimiento de su Gobierno y del círculo personal que personifican al Estado por la maquinaria del Estado mismo. Sumergida y ahogada la libertad de los individuos en ese caudal de poder público ilimitado y omnipotente, resulta de ello que la tiranía de la Patria, omnímoda y omnipotente, es ejercida en nombre de un patriotismo tras del cual vive eclipsada la libertad del individuo, que es la libertad patriótica por excelencia. Así se explica que en las sociedades antiguas de la Grecia y de Italia, en que ese orden de cosas era de ley fundamental, las libertades individuales de vida, de conducta, de pensamiento, la opinión, fueron del todo desconocidas. El patriotismo tenía entonces en esas sociedades el lugar que tiene el liberalismo en las sociedades actuales de tipo y de origen sajón. El despotismo recibía su sanción y excusa del patriotismo del Gobierno omnipotente en que la Patria estaba personificada.

La razón de esa omnipotencia de la Patria entre los antiguos es digna de tenerse siempre presente por los pueblos modernos, que toman por modelos a esos organismos muertos, de índole, de principios y de propósitos radical y esencialmente opuestos.

__________ ¿Qué era, en efecto, la Patria y el patriotismo, en el sistema social y político de las antiguas sociedades de Grecia y Roma? Insistamos en explicarlo. La palabra Patria, entre los antiguos, según De Coulanges, significaba la tierra de los padres, tierra Patria. La patria de cada hombre, era la parte del suelo que su religión doméstica o nacional había santificado, la tierra en que estaban depositadas las osamentas de sus antecesores y que estaban ocupadas por sus almas. Tierra sagrada de la Patria, decían los griegos. Ese suelo era literalmente sagrado para el hombre de ese tiempo, porque estaba habitado por sus dioses. Estado, Patria, Ciudad, estas palabras no eran una mera

Page 17: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

17

abstracción como en los modernos; representaban realmente todo un conjunto de divinidades locales, con un culto de todos los días y creencias poderosas sobre el alma. Sólo así se explica el patriotismo entre los antiguos; sentimiento enérgico que era para ellos la virtud suprema en que todas las virtudes venían a refundirse.

Una Patria semejante no era para el hombre un mero domicilio. La patria tenía ligado al hombre por vínculo sagrado. Tenía que amarla como se ama a una religión, obedecerla como se obedece a Dios, darse a ella todo entero, cifrar todo en ella, consagrarle su ser. El griego y el romano no morían por desprendimiento en obsequio de un hombre, o por punto de honor; pero a su Patria le debían su vida. Porque si la Patria era atacada, es su religión la que se ataca, decían ellos. Combatían verdaderamente por sus altares, por sus hogares pro aris et focis(b); porque si el enemigo se amparaba de la ciudad, sus altares eran derribados, sus fogones extinguidos, sus tumbas profanadas, sus dioses destruidos, su culto despedazado. El amor a la Patria era la piedad misma de los antiguos. Para ellos, Dios no estaba en todas partes. Los dioses de cada hombre eran aquellos que habitaban su casa, su ciudad, su cantón.[2] El desterrado dejando a su Patria tras sí, dejaba también sus dioses. Pero como la religión era la fuente de que emanaban sus derechos civiles, el desterrado perdía todo esto, perdiendo la religión de su país por el hecho de su destierro, no tenía ya derecho de propiedad. Sus bienes eran todos confiscados en provecho de los dioses y del Estado. No teniendo culto no tenía ya familia, dejaba de ser marido y padre.

El destierro de la Patria no parecía un suplicio más tolerable que la muerte. Los jurisconsultos romanos le llamaban pena capital.[3]

¿De dónde nacían estas nociones sobre Patria y patriotismo?

Era que la ciudad había sido fundada en una religión y constituida como una iglesia. De ahí la fuerza, la omnipotencia y absoluto imperio que la Patria ejercía sobre sus miembros. Se concibe que en una sociedad establecida sobre tales principios la libertad individual no pudiese existir. No había nada

Page 18: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

18

en el hombre que fuese independiente. Ni su vida privada escapaba a esta omnipotencia del Estado.

Los antiguos no conocían, pues, ni la libertad de la vida privada, ni la libertad de educación, ni la libertad religiosa. La persona humana era contada por muy poca cosa delante de esa autoridad santa y casi divina que se llamaba la Patria o el Estado.

No era extraño, según estos precedentes históricos, que, tergiversados en su sentido, indujesen a los revolucionarios franceses del siglo pasado, imitadores inconscientes de la antigua sociedad de Grecia y de Roma, imitasen con exaltación esos modelos muertos.

La funesta máxima revolucionaria de que la salud del Estado es la ley suprema de la sociedad, fue formulada por la antigüedad griega y romana. Se pensaba entonces que el derecho, la justicia, la moral, todo debía ceder ante el interés de la Patria.

No ha habido, pues, un error más grande que el de creer que en las ciudades antiguas el hombre disfrutara de la libertad. Ni la idea siquiera tenían de ella. No creían que pudiese existir derecho alguno en oposición a la ciudad y sus dioses.

"Las crisis consisten en ese empobrecimiento o destrucción de capitales y fortunas traídas por los empréstitos enormes, invertidos en asalariar trabajos improductivos." ___________ Es verdad que revoluciones ulteriores cambiaron esa forma de Gobierno; pero la naturaleza del Estado quedó casi la misma. El Gobierno se llamó sucesivamentemonarquía, aristocracia, democracia; pero ninguna de esas revoluciones dio a los hombres la verdadera libertad, que es la libertad individual. Tener derechos políticos, votar, nombrar o elegir magistrados, poder ser uno

Page 19: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

19

de ellos, es todo lo que se llamaba libertad; pero el hombre no continuaba menos avasallado al Estado que antes lo estuvo.

Concíbese que hablando de una antigüedad tan remota y desconocida, con esta seguridad, yo me apoyé en autoridades que han hecho una especialidad de su estudio casi técnico. La que dejé explicada, por ejemplo, pertenece a una de las más grandes capacidades de la Escuela Normal de Francia. No es que la erudición alemana sea menos competente para interpretar a la antigüedad en materia de instituciones sociales, sino que la de un país latino, como Francia, es más comprensible para la América del mismo origen, que ha imitado en su revolución sus mismos errores y caído en sus mismos escollos, de que la ciencia moderna de los franceses comienza a darse cuenta por la pluma de pensadores como A. de Tocqueville, de Coulanges, de Taine, desde algunos años a esta parte.

__________ Pero ahí no quedaron las cosas del naciente orden de las sociedades civilizadas de la Europa cristiana. Ya desde antes que la grande y definitiva religión produjese como su obra a la sociedad moderna, la misma sociedad antigua había empezado a cambiar con la madurez y progreso natural de las ideas, sus instituciones y reglas de gobierno.

De esto, sin embargo, parecen no darse bastante cuenta los pueblos actuales que han buscado en la restauración o renacimiento de la antigüedad civilizada los elementos y base de organización de la sociedad moderna.

El Estado había estado ligado estrechamente a la religión, procedía de ella y se confundía con ella.

Por eso es que en la ciudad primitiva todas las instituciones políticas habían sido instituciones religiosas.[4]

Las fiestas habían sido ceremonias del culto; las leyes habían sido fórmulas sagradas; los reyes y los magistrados habían sido sacerdotes. Es por eso mismo que la libertad individual había sido desconocida y que el hombre no

Page 20: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

20

había podido sustraer su conciencia misma a la omnipotencia de la ciudad. Es por ello, en fin, que el Estado había quedado limitado a las proporciones de una villa, sin poder salvar el recinto que sus dioses nacionales le habían trazado en su origen. Cada ciudad tenia no sólo su independencia, sino también su culto y su código. La religión, el derecho, el gobierno, todo era municipal. La ciudad era la única fuerza viva; nada otra cosa más arriba, nada más abajo; es decir, ni unidad nacional, ni libertad individual.

Pero este régimen desapareció con el desarrollo del espíritu humano, y el principio de la asociación de los hombres, una vez cambiado, tanto el gobierno como la religión y el derecho perdieron ese carácter municipal que habían tenido en la antigüedad.

Un nuevo principio, la filosofía de los estoicos, ensanchando las nociones de la humana asociación, emancipó al individuo. No quiso ya que la persona humana fuese sacrificada al Estado. Este gran principio, que la antigua ciudad había desconocido, debía ser un día la más santa de las reglas de la política de todos los tiempos.

Se comenzó entonces a comprender que había otros deberes hacia la Patria o el Estado; otras virtudes que las virtudes cívicas. El alma se ligó a otros objetos que a la Patria. Laciudad antigua había sido tan poderosa y tan tiránica, que de ella había hecho el hombre el fin de todo su trabajo y de todas sus virtudes; la Patria había sido la regla de lo bello y de lo humano, y no había heroísmo sino para ella.

Page 21: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

21

Las sociedades que esperan su felicidad de la mano de los gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la naturaleza

__________ En medio de los cambios que se habían producido en las instituciones, en las costumbres, en las creencias, en el derecho, el patriotismo mismo había cambiado de naturaleza, y es una de las cosas que más contribuyeron a los grandes progresos de Roma.

No hay que olvidar lo que había sido el sentimiento del patriotismo en la primera

Page 22: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

22

edad de las ciudades griegas y romanas. Formaba parte de la religión de aquellos tiempos; se amaba a la Patria porque se amaba a sus dioses protectores, porque en ella se hallaba su altar, un fuego divino, fiestas, plegarias, himnos, y porque fuera de la Patria no había ni dioses ni culto. Tal patrio-sistema era una fe, un sentimiento piadoso. Pero cuando la casta sacerdotal perdió su dominación, esa clase de patriotismo desapareció de la ciudad con ella. El amor de la ciudad no pereció, pero tomó una forma nueva.

No se amó ya a la Patria por su religión y sus dioses: se la amó solamente por sus leyes, por sus instituciones, por los derechos y la seguridad que ella acordaba a sus miembros.

Ese patriotismo nuevo no tuvo los efectos que el de los viejos tiempos. Como el corazón no se apegaba ya al altar, a los dioses protectores, al suelo sagrado, sino únicamente a las instituciones y a las leyes, que en el estado de estabilidad en que todas las ideas se encontraban entonces cambiaban frecuentemente, el patriotismo se volvió un sentimiento variable e inconstante, que dependió de las circunstancias y estuvo sujeto a iguales fluctuaciones que el gobierno mismo. Ya no se amó la Patria sino en tanto que se amaba el régimen político que prevalecía en ella a la sazón. El que encontraba malas sus leyes no tenía ya vínculo que lo apegase a ella.

El patriotismo municipal se debilitó de ese modo y pereció en las almas. La opinión de cada uno le fue más sagrada que su Patria, y el triunfo de su partido le vino a ser más caro que la grandeza o gloria de su ciudad. Cada uno vino a preferir sobre su ciudad natal, si allí no hallaba las instituciones que él amaba, a tal otra ciudad en que veía esas instituciones en vigor. Entonces se comenzó a emigrar más voluntariamente, se temió menos el destierro. Ya no se pensaba en los dioses protectores y se acostumbraban fácilmente a separarse de la Patria. Se buscó la alianza de una ciudad enemiga para hacer triunfar su partido en la propia. Pocos griegos había que no estuviesen prontos a sacrificar la independencia

Page 23: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

23

municipal para tener la constitución que ellos preferían.

En cuanto a los hombres honestos y escrupulosos, las disensiones perpetuas de que eran testigos les daban el disgusto del régimen local o municipal. No podían, en efecto, gustar de una forma de sociedad en que era preciso batirse todos los días, en que el pobre y el rico estaban siempre en guerra. Se empezaba a sentir la necesidad de salir del sistema municipal para llegar a otra forma de gobierno que el de la ciudad o local. Muchos hombres pensaban, al menos, en establecer más arriba de las ciudades una especie de poder soberano que velase en el mantenimiento del orden y que obligase a esas pequeñas ciudades turbulentas a vivir en paz. En Italia no se pasaban las cosas de otro modo que en Roma. Esa disposición centralista de los espíritus hicieron la fortuna de Roma, dice De Coulanges. La moral de la historia de ese tiempo es que Roma no hubiese alcanzado la grandeza que la puso a la cabeza del mundo, si no hubiese salido del espíritu local o municipal, y si el patriotismo nacional no hubiese reemplazado al patriotismo local o provincial.[5]

Así se diseñaban dos cambios en el prospecto de la humanidad, que debían conducir a la concepción de una autoridad nacional y suprema, más alta que la del estado municipal y que la libertad del hombre erigida en faz de la Patria y del Estado, como formando un contrafuerte de su edificio.

Page 24: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

24

__________ Así el patriotismo grande ni chico no marcó el último progreso de la humana sociedad. Faltaba la aparición y el reinado del individualismo, es decir, de la libertad del hombre, levantada y establecida a la faz de la Patria y del patriotismo, como existiendo con ellos armónicamente.

Fue el carácter y distintivo que las sociedades libres y modernas tomaron del espíritu y de la influencia del cristianismo, fuente y origen de la moderna libertad humana, que ha transformado al mundo.

Se puede decir con verdad que la sociedad de nuestros días debe al individualismo, así entendido, los progresos de su civilización. En este

Page 25: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

25

sentido, no es temerario establecer que el mundo civilizado y libre es la obra del egoísmo individual, cristianamente entendido: Ama a Dios sobre todo, enseñó él, y a tu prójimo como a ti mismo, santificando de este modo el amor de sí a la par del amor del hombre.

No son las libertades de la Patria las que han engrandecido a las naciones modernas, sino las libertades individuales con que el hombre ha creado y labrado su propia grandeza personal, factor elemental de la grandeza de las naciones realmente grandes y libres, que son las del Norte de ambos mundos. "La iniciativa privada ha hecho mucho y bien" dice Herbert Spencer. "La iniciativa privada ha desmontado, desaguado, fertilizado nuestras campiñas y edificado nuestras ciudades; ella ha descubierto y explotado minas, trazado rutas, abierto canales, construido caminos de hierro con sus trabajos de arte; ella ha inventado y llevado a su perfección el arado, el oficio de tejer, la máquina de vapor, la prensa, innumerables máquinas; ha construido nuestros bajeles, nuestras inmensas manufacturas, los recipientes de nuestros puertos; ella ha formado los Bancos, las Compañías de seguros, los periódicos, ha cubierto la mar de una red de líneas de vapor, y la tierra de una red eléctrica. La iniciativa privada ha conducido la agricultura, la industria y el comercio a la prosperidad presente, y actualmente la impele en la misma vía con rapidez creciente. ¿Por eso desconfiáis de la iniciativa privada?"[6]

Todo eso ha sido hecho por el egoísmo, es decir, por el individualismo, tanto en Inglaterra como en nuestra América más o menos. Todo al menos puede ser hecho en nuestros países por esos mismos egoístas de la Europa entrados en nuestro suelo como emigrados, a condición de que les demos aquí la libertad individual, es decir, la seguridad que allí tienen por las leyes (porque esa libertad allí significa seguridad, si Montesquieu no ha entendido mal las instituciones inglesas). ¿Acaso en nuestro país mismo ha sucedido otra cosa que en Inglaterra? ¿A quién si no a la iniciativa privada es debida la opulencia de nuestra industria rural, que es el manantial de la fortuna del Estado y de los particulares. ¿Han hecho más por ella nuestros mejores Gobiernos, que la energía,

Page 26: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

26

perseverancia y buena conducta de nuestros agricultores afamados a justo título?

Si hay estatuas que se echen de menos en nuestras plazas son las de esos modestos obreros de nuestra grandeza rural, sin la cual fuera estéril la gloria de nuestra independencia nacional.

Al contrario ha sucedido con frecuencia: toda la cooperación que el Estado ha podido dar al progreso de nuestra riqueza debía consistir en la seguridad y en la defensa de las garantías protectoras de las vidas, personas, propiedades, industria y paz de sus habitantes; pero eso es cabalmente lo que ha interrumpido las frecuentes guerras y revoluciones, que no han sido obra de los particulares. Las más veces en Sud-América las revoluciones y asonadas son oficiales, es decir, productos de la iniciativa del Estado.

Page 27: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

27

"La riqueza de las naciones es la obra de las naciones, no de sus gobiernos. Si no tuvieran otro fabricante de sus riquezas que los gobiernos, todas las naciones, sin excepción de una sola, estarían en la miseria. El gobierno por su institución y destino, representa un gasto, un consumo de la riqueza nacional."

Page 28: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

28

__________

Después de leer el discípulo, leamos al maestro de Herbert Spencer -al autor de laRiqueza de las Naciones-, Adam Smith, que la ve nacer toda entera en su formación natural de la iniciativa inteligente y libre de los individuos: "Es a veces la prodigalidad y la mala conducta pública, jamás la de los particulares, las que empobrecen a una nación. Todo o casi todo el rédito público es empleado en muchos países en el sostén de gentes no productoras. Tales son esas que componen una corte numerosa y brillante, un grande establecimiento eclesiástico, grandes escuadras y grandes ejércitos, que en tiempos de paz no producen nada, y que en tiempo de guerra no adquieren nada que pueda compensar solamente lo que cuesta su mantenimiento mientras ella dura. Allí todas las gentes que no producen nada por sí mismas son mantenidas por el producto del trabajo de los otros".

"El esfuerzo constante, uniforme y no interrumpido de cada particular para mejorar su condición, principio de donde emana originariamente la opulencia pública y nacional, tanto como la opulencia particular, es a menudo bastante fuerte para hacer marchar las cosas de mejor en mejor, y para mantener en progreso natural, a pesar de la extravagancia del gobierno y de los más grandes errores de la administración".

"Semejante al principio desconocido de la vida animal, él restaura comúnmente la salud y el vigor de la constitución, en despique no solamente de la enfermedad sino de las absurdas recetas del médico.[7]

"EI producto anual de sus tierras y de su trabajo (de Inglaterra) es sin contradicción mucho más grande al presente, que no lo era en tiempo de la restauración o de la revolución. El capital empleado en cultivar esas tierras y en hacer marchar ese trabajo debe, pues, ser igualmente mucho más grande. En medio de todas las exacciones del Gobierno, ese capital se ha acumulado en silencio y gradualmente, por la economía y la buena conducta particular de

Page 29: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

29

los individuos y por el esfuerzo universal, continuo y no interrumpido, que han hecho ellos para mejorar su condición".

"Este esfuerzo, protegido por las leyes y por la libertad de emplear su energía de la manera más ventajosa, es lo que ha sostenido los progresos de la Inglaterra hacia la opulencia y a la mejora en casi todas las épocas que han precedido, y lo que los sostendrán todavía, como es de esperar, en todos los tiempos que se sucederán".

__________ Resulta de las observaciones contenidas en este estudio que lo que entendemos por Patria y patriotismo habitualmente son bases y puntos de partida muy peligrosos para la organización de un país libre, por lejos de conducir a la libertad, puede llevarnos al polo opuesto, es decir, al despotismo, por poco que el camino se equivoque.

Es muy simple el camino por donde el extremo amor a la Patria puede alejar de la libertad del hombre y conducir al despotismo patrio del Estado. El que ama a la Patria sobre todas las cosas no está lejos de darle todos los poderes y hacerla omnipotente Pero la omnipotencia de la Patria o del Estado es la exclusión y negación de la libertad individual, es decir, de la libertad del hombre, que no es en sí misma sino un poder moderador del poder del Estado. La libertad individual es el límite sagrado en que termina la autoridad de la Patria. La omnipotencia de la Patria o del Estado es toda la causa y razón de ser de la omnipotencia del gobierno de la Patria, que le sirve de personificación o representación en la acción de su poder soberano. Así es como se ha visto invocar el patriotismo y la Patria a la Convención francesa de 1793 y a la Dictadura de Buenos Aires de 1840, en todas las violencias con que han sido holladas las libertades individuales del hombre para el uso y posesión de su vida, de su hogar, de su opinión, de su palabra,

Page 30: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

30

de su voto, de su conducta, de su domicilio y locomoción.

Todos los crímenes públicos contra la libertad del hombre han podido ser cometidos; no sólo impune, sino legalmente, en nombre de la Patria omnipotente, invocada por su gobierno omnímodo.

La libertad del hombre puede ser no solamente incompatible con la libertad de la Patria, sino que la primera puede ser desconocida y devorada por la otra. Son dos libertades diferentes que a menudo están reñidas y en divorcio. La libertad de la Patria es la independencia respecto de todo país extranjero. La libertad del hombre es la independencia del individuo respecto del gobierno de su país propio.

La libertad de la Patria es compatible con la más grande tiranía, y pueden coexistir en el mismo país. La libertad del individuo deja de existir por el hecho mismo de asumir la Patria la omnipotencia del país.

La libertad individual significa literalmente ausencia de todo poder omnipotente y omnímodo en el Estado y en el gobierno del Estado Las dos libertades no son igualmente fecundas en su poder fecundante de la civilización y del progreso de las naciones. La omnipotencia o despotismo de la Patria, para ser fecundo en bienes públicos, necesita dos cosas:

Primera, ser ilustrado; segunda, ser honesto y justo. En Estados nuevos, que ensayan recién la constitución de sus gobiernos libres, la omnipotencia de la Patria es estéril, y la de su gobierno es destructora. La libertad del individuo en tales casos es la madre y nodriza de todos los adelantos del país, porque su pueblo abunda en extranjeros inmigrados que han traído al país la inteligencia y la buena voluntad de mejorar su condición individual mediante la libertad individual que sus leyes le prometen y aseguran. En países que han sido colonias de gobiernos de nueva creación son débiles e ininteligentes para labrar el progreso de su civilización.

La omnipotencia de la patria es excluyente no sólo de toda libertad, sino de todo progreso público, porque el obrero favorito de este progreso es el individuo particular que sabe usar de su energía y de su poder naturales, para

Page 31: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

31

conservar y mejorar su persona, su fortuna y su condición de hombre civilizado.

Ahora bien, como la masa o conjunto de esos individuos particulares es lo que se denomina pueblo en acepción vulgar de esta palabra, se sigue que es el pueblo y no el Gobierno a quien está entregado por las condiciones de la sociedad sudamericana, la obra gradual de su progreso y civilización. Y la máquina favorita del pueblo para llevar a cabo esa elaboración es la libertad civil o social distribuida por igual entre sus individuos nativos y extranjeros, que forman la asociación o pueblo sudamericano.

Si esta ley natural y fatal de propio engrandecimiento individual se denomina egoísmo, forzoso es admitir que el egoísmo está llamado a preceder al patriotismo en la jerarquía de los obreros y servidores del progreso nacional.

Los adelantos del país deben marchar necesariamente en proporción directa del número de sus egoístas inteligentes, laboriosos y enérgicos, y de las facilidades y garantías que su egoísmo fecundo y civilizador encuentra para ejercerse y desenvolverse.

La sociedad sudamericana estaría salvada y asegurada en su porvenir de libertad y de progreso, desde que fuese el egoísmo inteligente y no el patriotismo egoísta el llamado a construir y edificar el edificio de las Repúblicas de Sud-América.

Y como no es natural que el egoísmo sano descuide el trabajo de su propio engrandecimiento individual, so pena de dañar a su interés cardinal, se puede decir con verdad perfecta que el progreso futuro de Sud-América está garantizado y asegurado por el hecho de quedar bajo el protectorado vigilante del egoísmo individual que nunca duerme.

La omnipotencia de la patria, convertida fatalmente en omnipotencia del Gobierno en que ella se personaliza, es no solamente la negación de la libertad, sino también la negación del progreso social, porque ella suprime la iniciativa privada en la obra de ese progreso. El Estado absorbe toda la actividad de los individuos, cuando tiene absorbidos todos sus medios y trabajos de mejoramiento. Para llevar a cabo la absorción, el Estado engancha

Page 32: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

32

en las filas de sus empleados a los individuos que serían más capaces entregados a sí mismos. En todo interviene el Estado y todo se hace por su iniciativa en la gestión de sus intereses públicos. El Estado se hace fabricante, constructor, empresario, banquero, comerciante, editor y se distrae así de su mandato esencial y único, que es proteger a los individuos de que se compone contra toda agresión interna y externa. En todas las funciones que no son de la esencia del Gobierno, obra como un ignorante y como un concurrente dañino de los particulares, empeorando el servicio del país, lejos de servirlo mejor. La materia o servicio de la administración pública se vuelve industria y oficio de vivir para la mitad de los individuos de que se compone la sociedad. El ejercicio de esa industria administrativa y política, que es mero oficio de vivir, toma el nombre de patriotismo, pues toma el aire de servicio a la Patria el servicio que cada individuo se hace hacer por la patria para vivir. Naturalmente toma entonces el semblante de amor a la Patria -gran sentimiento desinteresado por esencia-, el amor a la mano que procura el pan de que se vive. ¿Cómo no amar a la Patria como a su vida, cuando es la Patria la que hace vivir?

Así, el patriotismo no es religión como en los viejos tiempos griegos y romanos, ni es siquiera superstición ni fanatismo. Es muchas veces mera hipocresía en sus pretensiones a la virtud, y en realidad una simple industria de vivir. Y como los mejores industriales, los más inteligentes y activos son los inmigrantes procedentes de los países civilizados de la Europa, y esos no pueden ejercer la industria-gobierno, por su calidad de extranjeros, el mal desempeño del industrialismo oficial viene a dañarlos a ellos, o a contener su inmigración y perjudicar a los nacionales que no tienen trabajo en los talleres privilegiados de la administración política.

Si más de un joven, en vez de disputarse el honor de recibir un salario como empleado o agente o sirviente asalariado del Estado, prefiriese el de quedar señor de sí mismo en el gobierno de su granja o propiedad rural, la patria quedaría desde entonces colocada en el camino de su grandeza, de su libertad y de su progreso verdadero.

Page 33: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

33

__________

Otro de los grandes inconvenientes de la noción romana de la Patria y del patriotismo para el desarrollo de la libertad es que como la patria era un culto religioso en su origen, ella engendraba el entusiasmo y el fanatismo, es decir, el calor y la pasión que ciegan. De ahí nuestros cantos a la Patria, entendidos de un modo místico, que han excedido a los cánticos religiosos del patriotismo antiguo y pagano. El entusiasmo, ha dicho la libre Inglaterra por la pluma de Adam Smith, es el mayor enemigo de la ciencia, fuente de toda civilización y progreso. El entusiasmo es un veneno que, como el opio, hace cerrar los ojos, y ciega el entendimiento; contra él no hay más antídoto que la ciencia, dice el rey de los economistas. En la América del Sud, envenenada con ese tósigo, el entusiasmo es una calidad recomendable, lejos de ser enfermedad peligrosa.[8] La libertad es fría y paciente del temperamento racional y reflexiva, no entusiasta, como lo demuestra el ejemplo de los pueblos sajones realmente libres. Los americanos del Norte, como los ingleses y los holandeses, tratan sus negocios políticos, no con el calor que inspiran las cosas religiosas, si no como lo más prosaico de la vida, que son los intereses que la sustentan. Jamás su calor moderno llega al fanatismo. El entusiasmo engendra la retórica, el lujo del lenguaje, el tono poético, que va tan mal a los negocios, y todas las violencias de la frase, precursoras de las violencias y tiranías de la conducta. En esas pompas sonoras de la palabra escrita y hablada, que es peculiar del entusiasmo, desaparece la idea, que sólo vive de la reflexión y de la ciencia fría. De ahí es que los americanos del Norte, los ingleses y los holandeses no

Page 34: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

34

conocen esa poesía patriótica, esa literatura política, que se exhala en cantos de guerra, que intimidan y ahuyentan a la libertad en vez de atraerla. Los americanos del Norte no cantan la libertad, pero la practican en silencio. La libertad para ellos no es una deidad, es una herramienta ordinaria como la barreta y el martillo. Todo lo que falta a Sud-América para ser libre como los Estados Unidos es tener el temperamento frío, pacifico, manso y paciente para tratar de resolver los negocios más complicados de la política, que lo es también de los ingleses y los holandeses, el cual no excluye el calor a veces, pero no va jamás hasta el fanatismo que enceguece y extravía. La Francia entra en la libertad a medida que contrae ese temple realmente viril, es decir, frío. __________ El entusiasmo patrio es un sentimiento peculiar de la guerra, no de la libertad, que se alimenta de la paz. La guerra misma se ha hecho más fecunda desde que ha cambiado el entusiasmo por la ciencia, pero es más hija del entusiasmo que de la ciencia. ¿Por qué vínculo misterioso se han visto hermanadas en la América del Sud las nociones de la Patria, la libertad, el entusiasmo, la gloria, la guerra, la poesía, a que hoy se debe que se traten con tanta pasión las cuestiones públicas que permanecen indecisas precisamente porque no son tratadas con la serenidad y templanza que las haría tan expeditivas y fáciles? No es difícil concebirlo. Vista la patria como fue considerada por las sociedades griegas y romanas, a cuyos ojos era una institución religiosa y santa, la Patria y su culto llenaron los corazones del entusiasmo inexplicable de las cosas santas. Del entusiasmo al fanatismo la distancia no fue larga. La Patria fue adorada como una especie de divinidad y su culto produjo un entusiasmo ferviente como el de la religión misma. En la independencia natural y esencial de la Patria respecto del extranjero, se hizo consistir toda su libertad, y en su omnipotencia se vio la negación de toda libertad individual capaz de limitar su autoridad divina. Así el guerrero fue el campeón de su libertad contra

Page 35: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

35

el extranjero, considerado como enemigo nato de la independencia patria, y la gloria humana consistió en los triunfos de la lucha sostenida en defender la libertad de la Patria contra toda dominación de fuera.

La guerra tomó así su santidad de la santidad de su objeto favorito, que fue la libertad de la Patria, de la defensa de su suelo sagrado y de la santidad de los estandartes, que eran sus símbolos bendecidos de la patria, su suelo y sus altares, entendidos como los griegos y romanos, en su sentido religioso. Consideradas de ese punto de vista las cosas, la Patria fue inseparable de ellas; el entusiasmo que infundían las cosas santas y sagradas. La Patria omnipotente y absoluta absorbió la personalidad del individuo y la libertad de la Patria; eclipsando la libertad del hombre, no dejó otro objeto legítimo y sagrado a la guerra que la defensa de la independencia o libertad de la Patria respecto del extranjero y su omnipotencia respecto del individuo que era miembro de ella.

Así fue como en el nacimiento de los nuevos Estados de Sud-América, San Martín, Bolívar, Sucre, O'Higgins, los Carrera, Belgrano, Alvear, Pueyrredón, que se habían educado en España y tomado allí sus nociones de patria y libertad, entendiendo la libertad americana a la española, la hicieron consistir toda entera en la independencia de los nuevos Estados respecto de España, como España la había entendido respecto de Francia cuando la guerra con Napoleón I. Esos grandes hombres fueron sin duda campeones de la libertad de América, pero de la libertad en el sentido de la independencia de la Patria respecto de España; y si no defendieron también la omnipotencia de la Patria respecto de sus miembros individuales, tampoco defendieron la libertad individual entendida como límite del poder de la patria o del Estado, porque no comprendieron ni conocieron la libertad en ese sentido, que es su sentido más precioso. ¿Dónde, de quién podían haberla aprendido? ¿De España, que jamás la conoció en el tiempo en que ellos se educaron allí? Washington y sus contemporáneos no estuvieron en ese caso, sino en el caso opuesto. Ellos conocían mejor la libertad individual que la independencia de su país, porque habían nacido, crecido y vivido desde su cuna, disfrutando de

Page 36: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

36

la libertad del hombre bajo la misma dependencia de la libre Inglaterra.

Así fue que, después de conquistar la independencia de su Patria, los individuos que eran miembros de ella se encontraron tan libres como habían sido desde la fundación de esos pueblos, y su constitución de nación independiente no hizo cambiar sino confirmar sus viejas libertades anteriores, que ya conocían y manejaban como veteranos de la libertad. La gloria de nuestros grandes hombres fue más deslumbrante porque nació del entusiasmo que produjeron la guerra y las victorias de la independencia de la Patria, que nació omnipotente respecto de sus individuos, como lo había sido la madre Patria bajo el régimen omnímodo del gobierno de sus reyes, en que la Patria se personificaba. La gloria omnipotente de nuestros grandes guerreros de la independencia, como nacía del entusiasmo por la Patria, que había sido todo su objeto, porque la entendía en el sentido casi divino que tuvo en la vieja Roma y en la vieja España, la gloria de nuestras grandes personalidades históricas de la guerra de la independencia de la patria continuó eclipsando a la verdadera libertad, que es la libertad del hombre, llegando el entusiasmo por esos hombres simbólicos hasta tomar a la libertad de sus altares mismos. __________ Este es el terreno en que se han mantenido hasta aquí la dirección de nuestra política orgánica y nuestra literatura política y social, en que las libertades de la Patria han eclipsado y hecho olvidar las libertades del individuo, que es el factor y unidad de que la Patria está formada.

¿De dónde deriva su importancia la libertad individual? De su acción en el progreso de las naciones. Es una libertad multíplice o multiforme, que se descompone y ejerce bajo estas diversas formas: -Libertad de querer, optar y elegir.

Page 37: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

37

-Libertad de pensar, de hablar, escribir: opinar y publicar. -Libertad de obrar y proceder. -Libertad de trabajar, de adquirir y disponer de lo suyo. -Libertad de estar o de irse, de salir y entrar en su país, de locomoción y de circulación. -Libertad de conciencia y de culto. -Libertad de emigrar y de no moverse de su país. -Libertad de testar, de contratar, de enajenar, de producir y adquirir.

Como ella encierra el círculo de la actividad humana, la libertad individual, que es la capital libertad del hombre, es la obrera principal e inmediata de todos sus progresos, de todas sus mejoras, de todas las conquistas de la civilización en todas y cada una de las naciones.

Pero la rival más terrible de esa hada de los pueblos civilizados es la Patria omnipotente y omnímoda, que vive personificada fatalmente en Gobiernos omnímodos y omnipotentes, que no la quieren porque es límite sagrado de su omnipotencia misma.

Conviene, sin embargo, no olvidar que así como la libertad individual es la nodriza de la patria, así la libertad de la Patria es el paladium de las libertades del hombre, que es miembro esencial de esa Patria. Pero ¿cuál puede ser la Patria más interesada en conservar nuestros personales derechos, sino aquella de que nuestra persona es parte y unidad elemental? Por decirlo todo en una palabra final, la libertad de la Patria es una faz de la libertad del hombre civilizado, fundamento y término de todo el edificio social de la humana raza.

Page 38: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

38

Pensamientos Gobierno. Libertad. Independencia.

La República Argentina, por ejemplo. Su Gobierno, como institución real, tiene la estructura que recibió de su constructor primitivo el Gobierno de España, concebida para llenar el destino de su institución, que fue el de gobernar una colonia cuya población no debía tener la menor intervención ni participación en la gestión de su Gobierno, dejado todo entero y del modo más absoluto a la autoridad de un virrey-gobernador de la provincia-capital en que debía residir. Concentrar todo el poder en el Gobierno y tener al país destituido de todo poder, era el secreto del régimen colonial. Así, tanto el Gobierno como el pueblo tenían la estructura respectiva que recibieron en su formación original, el uno para gobernar del modo más absoluto, el otro, para obedecer del modo más ciego e ilimitado. El cuerpo social, así construido y organizado, debía conservar su estructura primitiva por toda la duración de su existencia, como es ley natural de todos los cuerpos organizados, del orden natural o del orden social. Un Estado así constituido y organizado primitivamente puede cambiar de autoridad, ser independiente, en vez de ser colonia o dependencia de un Estado extranjero, cambiar de su Gobierno la forma, el nombre, la contextura aparente. Lo que no cambiará en él será la estructura original de su Gobierno y la estructura primitiva de su Pueblo. El Gobierno será omnipotente y absoluto aunque se denomine Gobierno de la República, y la obediencia de su pueblo será pasiva y absoluta aunque se llame una República. Formado y educado el pueblo en la costumbre de tener por motor iniciador y conductor exclusivo y absoluto de la gestión de su vida colectiva a su

Page 39: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

39

Gobierno, lo tendrá bajo todos los sistemas de gobierno y no tendrá ni conocerá jamás otro modo de funcionar, de moverse, de sentir, de pensar, de marchar. Su Gobierno será su expresión, su símbolo, su simulacro completo y absoluto; el emblema del país o el país todo entero aunque en resumen. Un Gobierno de esa estructura en manos de un monarca poderoso, conocido y respetado en la familia de las naciones, no abusará de su poder absoluto hasta la iniquidad con la facilidad conque lo hará aun vez depositado en manos de personas salidas de su pueblo y no acostumbradas al respeto de sí mismo, de que un gran soberano no puede separarse sin dañar a su dignidad de tal. La suerte de un pueblo de esa condición será menos feliz si su Gobierno cae en manos de sus ciudadanos que lo fuera si sus ciudadanos se hubieran formado y habituado en el ejercicio soberano de su propio Gobierno, como sucede en la República de los Estados Unidos, cuyos pueblos se gobernaban a sí mismos, es decir, eran libres aun siendo colonias de Inglaterra, como vemos que hoy sucede con los del Canadá, de Australia, del Cabo de Buena Esperanza. La estructura por la cual tenía el Gobierno de la colonia Argentina la suma de poder real y material que convenía a su papel de Gobierno absoluto y omnímodo estaba no solamente en las leyes, que le daban muchas atribuciones y facultades de poder legal, sino en la estructura misma dada al país, a su geografía política, a sus grandes intereses esenciales a la satisfacción de sus necesidades, a fin de que por ella viniesen a las manos del Gobierno todos los elementos y recursos económicos y rentísticos de que el poder real se compone. Esa estructura del país, que fue colonia gobernada por un poder absoluto, queda existiendo aunque cambien los depositarios del Gobierno, y los presidentes reemplacen a los virreyes, la República a la Monarquía.

Page 40: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

40

Y esa estructura sigue dando al Gobierno republicano la misma suma de ese poder, que consiste en recursos y elementos de poder económico y rentístico, más real y eficaz que el poder compuesto de atribuciones escritas y nominales. Llamándose soberano, el pueblo guardará su obediencia absoluta y completa de cuando era colonia. Llamándose gobierno republicano, limitado y constitucional, el nuevo gobierno libre tendrá la misma suma de Poder absoluto de cuando era gobierno de la colonia, no por sus atribuciones escritas, sino por los medios y elementos de poder material que sigue poniendo en sus manos la estructura o complexión tradicional, histórica y natural, por decirlo así, que recibió de la metrópoli que lo construyó primitivamente. Ese pueblo, de un presente opuesto nominalmente al pasado, tendrá dos constituciones: una escrita y muerta, otra no escrita y viva, como hecho real y positivo. La una será el desmentido y refutación de la otra. No puede haber para un país estado más doloroso, pues es un estado de conflicto permanente entre el Gobierno, cuyo deber moderno es ceder y servir al pueblo; cuyo derecho moderno es exigir obediencia y respeto de la autoridad, que fue todo en el tiempo pasado, durante el cual no era nada el pueblo. Ese gobierno nuevo, para ser fiel a su instituto tiene que disminuir su poder propio y aumentar el del pueblo; es decir, que abdicar y suicidarse como poder absoluto, por deber y patriotismo. Y ese pueblo tiene que solicitar, esperar y recibir de su Gobierno la entrega gradual de su poder propio, en lugar de imponerlo con una autoridad y concierto que le pertenece; pero que no sabe ejercer por falta de educación política. Un pueblo revestido, para una revolución operada por las cosas, del derecho a ser libre, es decir, del derecho a exigir de su Gobierno, en cuyas manos están todas sus libertades, que se las entregue una por una, está en una

Page 41: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

41

posición tan dura como la del Gobierno que en cada libertad que entrega a su dueño entrega una parte de su poder y abdica poco a poco su rango original de poder omnipotente. Esa relevación y reemplazo de un Gobierno soberano por un pueblo soberano, en que consiste el cambio de régimen, es ardua y difícil y tiene que producirse gradual y lentamente. Pero tiene que producirse fatalmente, y ella constituye el desarrollo histórico de la libertad en todas las naciones en progreso. No hay pueblo libre, de ninguna raza ni casta, que lo haya sido desde el origen de su formación. Todos empiezan por la obediencia ciega, y el gobierno es, cronológicamente, anterior a la libertad. Son dos poderes que han empezado por la violencia el establecimiento de su imperio. La libertad, como gobierno del pueblo, ha empezado a establecer su autoridad por la fuerza; como el Gobierno, que es la libertad del poder, empieza igualmente por la fuerza. La abdicación generosa y noble de los gobiernos puede prevenir o atenuar la violencia de los pueblos; desgraciadamente, de esa cualidad son más capaces los gobiernos nobles y aristocráticos, como lo prueban los ejemplos de la Gran Carta otorgada en Inglaterra por el Rey Juan y la abolición de los privilegios el 4 de agosto de 1789 por la nobleza francesa. Pero los gobiernos republicanos no son incapaces de esas concesiones o abdicaciones, como lo prueban los ejemplos de Washington, de Belgrano, de Sucre. Las más veces, lo que no hacen los sentimientos y las virtudes lo hacen los intereses bien entendidos de los que gobiernan; es decir, de los poseedores de hecho de las libertades del pueblo y de los gobernados que saben evitar la violencia para lograr más pronto y más eficazmente la reivindicación de sus libertades por reformas pacíficas.

Page 42: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

42

Un pueblo condenado a ser libre por la mano de su Gobierno tiene que esperar siglos para entrar en posesión de su libertad, porque cada libertad que el Gobierno le devuelve es una parte de su poder que abdica. Y como no tiene quien le obligue a abdicar sino un pueblo educado en la obediencia absoluta, es decir, ininteligente y desinteresado en la cuestión de su propia libertad, no será ese Gobierno el que se apure a devolver los poderes de que goza y disfruta. Pero esa devolución se hará a su pesar, por la fuerza de cosas, que darán poco a poco al pueblo una educación por la cual adquiera la costumbre de una obediencia menos ciega y menos limitada; y esa costumbre revocará poco a poco, y acabará por reemplazar del todo, a la costumbre que lo educó en la obediencia ciega y absoluta. Las costumbres se derogan unas a otras mejor que las leyes, y la educación que forma las costumbres es dada por la fuerza inteligente de las cosas en la dirección de su corriente de mejoramiento y progreso natural: no de otro modo se han educado y formado las costumbres de los países libres. La libertad, como costumbre, tiene a su favor esa corriente educatriz de las cosas en los Estados de Sud-América. El poder de sus Gobiernos es incapaz de contenerla. Su origen y su modo de ser los hacen a ellos mismos los autores e instrumentos de su propia disminución gradual. No basta que posea todos los recursos de poder omnímodo, que reciben de su contextura y de la contextura colonial española. Esos recursos no son un poder sino cuando se sabe manejarlos. Los nuevos gobiernos, herederos y poseedores de esos recursos de poder que formó el régimen de España para sus virreyes, no tienen la

Page 43: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

43

experiencia, ni la inteligencia, ni la estabilidad y firmeza del antiguo gobierno colonial para el manejo y administración de esos recursos de poder. Su misma abundancia perjudica a los que no saben o no pueden manejarlos. En vez de servir a su poder, sirven a su debilidad, porque la inexperiencia, la inestabilidad, la discordia, la sucesión continua del personal del gobierno, los disipa y malbarata en consumos locos, inútiles y estériles. Las deudas van creciendo con los gastos. Las obligaciones y deberes y apuros, con las deudas. Las exigencias de recursos, con los apuros. Y el Pueblo, que ve todo eso y se apercibe de que todos los recursos que disipa la mala conducta y la ignorancia de sus gobiernos salen de su bolsillo, empieza a sentir la necesidad de ver por quiénes y cómo son gobernados, administrados y empleados los recursos económicos de su poder público y colectivo. Sentir esa necesidad es empezar a comprender la necesidad de la libertad, es decir, de intervenir y tomar parte en la gestión de sus intereses públicos y de su vida pública, la cual se resuelve en la suerte de sus mismos intereses privados de vida, propiedad, seguridad, familia, industria, trabajo, etc. De ese modo acaba la libertad por ser entendida, buscada, apreciada, adquirida, conservada; no como un mero gusto, sino como una cosa tan necesaria e indispensable a la vida como el pan, el agua, la luz, el aire mismo. Así, los que en el Plata han dado al nuevo gobierno republicano de Buenos Aires la masa misma de recursos de poder que tenía el gobierno realista de Buenos Aires, creyendo que con esos recursos le daban el mismo poder y autoridad del antiguo, se equivocan completamente porque con esos recursos no le han dado la misma inteligencia y costumbre de su manejo, la misma estabilidad, la misma autoridad, el mismo juicio y moderación, sin cuyas circunstancias esos recursos no son un poder sitio una impotencia; no son fuerzas, sino causas de debilidad.

Page 44: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

44

Ese gobierno puede tener recursos y poder de abusar, de disipar, de dominar; pero ese poder mismo redunda en su daño, lejos de servir a su desarrollo y mejoramiento. Él llegará a verse colocado en extremos que le arrastren por su propio interés a ceder para fortalecerse, a dividir sus recursos para tener seguridad de los que necesita su existencia, a reconocer que el país argentino todo entero tiene que cambiar y apoyarse en un punto de gravedad diferente del que tenía en su vida y condición de colonia, en que fue formado, ha vivido siglos y ha continuado viviendo después de conquistada su independencia de España. La posesión de todos los recursos de poder nacional no salvará al gobierno local poseedor de ellos de su gradual y necesaria (?) decadencia; lo cual dará lugar a que se forme gradualmente y al mismo paso la obediencia deliberada, inteligente y limitada del pueblo de las provincias (en cuya compañía entra el mismo pueblo de Buenos Aires). Todas las reformas escritas que dejen en pie los hechos históricos en que se encierra el viejo régimen, y la estructura de su gobierno omnipotente serán vanas e ineficaces. El gobierno seguirá siendo de hecho el depositario de todo el poder y de toda la libertad (que no son sino términos equivalentes), como tenedor y poseedor exclusivo que seguirá siendo todo el poder financiero y rentístico, que recibió por su estructura colonial para dominar a la colonia. Como poseedor exclusivo de la renta pública pagada por el tráfico exterior, el crédito o poder de levantar empréstitos seguirá residiendo con la renta aduanera, que le sirve de gaje en su poder. En vano se hablará de reformar la oficina de su tesoro, que emite su deuda y se llama el Banco de la Providencia; bajo todas sus formas, el poder de levantar empréstitos por esa oficina será el mismo. Por ese poder, toda la

Page 45: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

45

fortuna del pueblo de Buenos Aires seguirá en manos de su gobierno. Cada emisión será un empréstito. Como poseedor y tenedor exclusivo del doble manantial del tesoro -que son el impuesto y el empréstito- el gobierno de Buenos Aires será el grande y único elector de los gobiernos del país todo. En vano se hablará de reformar el sistema electoral. Bajo todas las leyes electorales no habrá otro elector que el gobierno, tenedor de los elementos o poderes electorales. No es el sistema electoral el que conviene cambiar, sino el elector, como no es el Banco, lo que conviene reformar o cambiar, sino el banquero. El principal reformador de esas dos instituciones imperiales será el Gobierno mismo que las administra. Él traerá la reforma por sus abusos y excesos, que llegarán a hacerla de tal modo necesaria que se producirá sin resistencia y como por sí misma: como caen los edificios en ruina. En pueblos de la contextura de los que España fundó con sus colonias en Sud-América, los gobiernos bajo cuya autoridad viven son su yo orgánico y natural, que obran y hablan por los pueblos como si fuesen los pueblos mismos los que hablasen y obrasen; pero en realidad son masas o cuerpos inertes formados para sustentar a sus gobiernos fundadores y señores. De ahí viene que pasados esos pueblos a un nuevo régimen de existencia independiente del poder español que los fundó y organizó, continúen siempre en el hábito de nombrar al pueblo para significar su gobierno, como en el tiempo colonial, al revés de los pueblos regidos por gobiernos que son su obra y emanación, como los gobiernos libres. Así, en el Plata, v. gr., quien dice el pueblo de Buenos Aires, como poder o cuerpo político, dice el Gobierno de Buenos Aires, que sigue siendo el tenedor y depositario del poder del pueblo con exclusión del mismo pueblo. El Gobierno es todo: es el Estado, es el alma, es el yo del país, cuyo pueblo es

Page 46: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

46

el cuerpo material de ese ser oficial. Sólo en este sentido puede comprenderse que los que han entregado al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires todos los intereses, libertades y poderes de la nación (el pueblo de Buenos Aires incluso en ella) digan o admitan que Buenos Aires ha sido fortificado y enriquecido de todo eso, en vez de decir cómo ha sucedido el Gobierno de Buenos Aires. ¿Qué esperanza puede haber en los que hacen esas confusiones comprendan y realicen la reconstrucción que la nación Argentina necesita para dejar de ser orgánica y anatómicamente, por decirlo así, el cuerpo social colonial que construyó España para beneficio de su corona en esa parte de América, y se transforme y convierta orgánica y anatómicamente, por decirlo así, en un estado libre y soberano que se gobierna a si mismo por autoridades de su propia creación y elección? La calamidad de ese país, pasado de un salto de colonia absoluta de origen a estado libre por una proclama o declaración verbal y literal; su calamidad consiste en la falta, natural y comprensible, de hombres de Estado, de ciencia y de experiencia política, de práctica de administración moderna, libre y nacional. En lugar de eso, apenas tiene una literatura política, una lengua política tan desenvuelta y adelantada por sus formas, que contrasta con la ausencia más completa de sentido político práctico. Literatura elegante, fraseología viva, verbosidad inacabable, en el fondo de la cual no hay nada sino presunciones, suficiencia y falta de ese sentido práctico de los pueblos sajones en materia de gobierno y de negocios públicos. Así se explica que sus primeros políticos defiendan, en nombre de la libertad del pueblo, el Estado y régimen económico de cosas que España organizó para tener a ese pueblo dominado en provecho de su corona. El cerebro, la víscera capital y principal de ese organismo colonial es la ciudad de Buenos

Page 47: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

47

Aires. Manteniéndola como fue construida, para pensar y funcionar de un modo cerca del cuerpo de que es órgano motor y dirigente, en el papel mismo, con la pretensión de que funcione al revés, es decir, en sentido opuesto a la dominación omnipotente, están empeñados en realizar la libertad con la máquina del despotismo. Cuando una revolución feliz (el 3 de febrero 1852) la ha puesto en vía de reconstruirse para beneficio de la nación entera, según el propósito de mayo de 1810, los liberales de Buenos Aires han restaurado el antiguo orden económico de cosas y puesto el poder de la nación entera en manos no de Buenos Aires, sino del gobierno de Buenos Aires, en nombre de la libertad. Han reconstruido el despotismo queriendo reconstruir la libertad. Pueblos nacidos, formados, casi envejecidos en el hábito de ver, pensar, querer, obrar, creer por órgano de sus gobiernos, no pueden concebir que les vengan sus libertades sino de las manos de sus gobiernos, y que los actos de éstos, por violentos y dañosos que sean, no sean otra cosa que sus libertades mismas del pueblo. Son los pueblos así conformados, no sus gobiernos, los que hacen su tiranía. La injuria por la prensa La injuria hecha por la prensa es un ataque a la sociedad, en faz de la cual es dirigida, a la vez que lo es contra el individuo, herido en su honor o crédito. El crédito en esta época es plata, fortuna, caudal; hace parte de la propiedad y es base del bienestar de la familia. Su ataque y destrucción es equivalente al robo y al incendio. Como tal figura en el Código penal de todos los países civilizados. Por el derecho romano era un delito privado, acusable sólo por el ofendido cuando la injuria era venal. Impresa en un papel público, deja hoy de ser un delito privado, por su solemnidad y persistencia se convierte en un doble delito, público y privado, susceptible de acción pública, como el del robo y el de la injuria de hecho (golpes o heridas). En realidad es más desastroso que la

Page 48: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

48

injuria de hecho, por la publicidad y la perpetuidad del papel impreso que le sirve de instrumento. Por dos causas ha carecido de ese doble carácter en el derecho romano: es que en su tiempo era desconocida la prensa periódica, y el crédito o el honor privado no tenía el valor económico que ha recibido en estos siglos de industria y de comercio. El crédito, que hoy hace parte del patrimonio o de la propiedad privada, no lo era en tiempo de los romanos. El crédito pasivo era un derecho a la piedad, al favor, al préstamo gratuito (mutuo), que una injuria engendraba en vez de disminuir, pues cuanto más humillado, más digno de socorro era el hombre. Hoy día la injuria engendra el descrédito, es decir, la pobreza, la ruina. Una injuria es una herida no en el sentido metafórico, sino directo y positivo, pues es la ruina y destrucción de un valor real, es decir, del pan de un hombre o de una familia. Yo creo que bastaría una ley de Imprenta que introdujese la acción pública por las injurias de la prensa, para purificarla y dignificarla en servicio de la paz, de la seguridad moral de los individuos y de la libertad misma de la prensa, comprometida a menudo por la peor de las violencias: la de la injuria. Por acción pública entiendo la acción del país deducida por su procurador, abogado general, fiscal. Esta acción, por ser pública, no excluye la iniciativa de la parte ofendida, que puede impulsarla y moverla como en los crímenes de robo, heridas, muerte, etc. Siendo hasta hoy un problema no resuelto el del mejor sistema penal en protección de la prensa libre y sana, bien valiera la pena de un ensayo. En Inglaterra existe este castigo público -verdadera vindicta pública contra la violencia que reside en la injuria- sin estar prescrito por la ley, y sólo por la costumbre del ejercicio de un público horror y anatema contra toda especie de

Page 49: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

49

injuria privada y personal infligida por la prensa periódica. La verdad de la injuria, lejos de excusarla, la agrava. Por lo mismo que un capón es un capón, es criminal al decírselo públicamente. Todo ultraje hecho en público tiene dos agraviados: el público en general y el ofendido en particular. Los dos tienen derecho de pedir su castigo. El impuesto El Gobierno es una necesidad de civilización, porque es instituido para dar a cada gobernado la seguridad de su vida y de su propiedad. Esta seguridad se llama y es la libertad. Luego el objeto del Gobierno, que es la libertad, es el más noble y santo en sí mismo cuando llena su deber esencial, que es proteger la seguridad de la vida y de los bienes de todos y cada gobernado, substancia y meollo de la libertad. Esa protección tiene un costo, tiene un precio. Este precio es el impuesto. El impuesto es el noble y santo precio con que cada gobernado paga la seguridad de su vida, persona y bienes al poder constituido para dar esa seguridad. El Gobierno que deja de darla y recibe el precio de lo que no da es un ladrón en la moral de las finanzas, sin perjuicio de lo demás que es en la moral política. Cuando el Gobierno era el dominio y propiedad de un pueblo perteneciente a un hombre, el impuesto era un tributo del pueblo-propiedad pagado al año en signo de esclavitud. El Gobierno de ese tiempo y de esa clase no estaba obligado a proteger la seguridad de sus gobernados, y no solamente podía abandonarla sin crimen sino que tenía el derecho de matar y despojar a sus gobernados.

Page 50: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

50

Hoy el Gobierno tiene otro asiento, es otra cosa. Hoy que el Gobierno es el dominio y propiedad del pueblo sobre sí mismo, el Gobierno es la libertad o el dominio de sí, al revés de cuando era la esclavitud o el dominio y propiedad de un rey absoluto, señor de vidas y haciendas. La contribución o el impuesto difiere tanto del tributo como la libertad difiere de la esclavitud. El que dejaba de pagar el tributo en otro tiempo, reivindicaba lo suyo; el que hoy deja de pagarlo, roba el servicio que recibe por el precio que no paga. El contrabandista de los tiempos de tiranía era con razón un héroe digno de romance. En tiempos y bajo gobiernos de libertad, el contrabandista es un vil ladrón, que merece la picota. El impuesto es el precio de la libertad, de la vicia, de la fortuna; digo precio figuradamente, en el sentido, más propio, de prima de seguridad de esos bienes, que son todo el hombre. El impuesto es eso cuando el Gobierno lo invierte en dar la seguridad, en cambio de la cual lo percibe. Si no, es un robo, de un lado; y de otro, un acto de disipación. El impuesto, en su sentido más elevado y general, abraza además de la contribución pecuniaria el servicio militar y civil o urbano, en cuyo sentido se confunde con la libertad entendida como la participación de los gobernados en la cuestión de su gobierno. St. André, 19 de agosto de 1872. El vapor y telégrafo

Page 51: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

51

Los telégrafos, los ferrocarriles, el gas, no son sino el charlatanismo, la retórica, la superficie de la civilización, cuando no están acompañados del meollo y substancia de toda civilización, que es la seguridad de la vida, de la persona, de la propiedad. Ayer nomás, en tiempo de Washington, de Adams, bajo las presidencias, más recientes, de Madisson y Monroe, los Estados Unidos eran ya un modelo incomparable de civilización, y no conocían los ferrocarriles, el telégrafo eléctrico ni el alumbrado a gas. La Habana tiene hoy telégrafos magnéticos, ferrocarriles y sus ciudades están alumbradas por gas. La Habana, sin embargo, no es un modelo de civilización. La Inglaterra de principios de este siglo, la Inglaterra de Pitt, de Fox, de Canning, de Byron, no conocía los ferrocarriles, ni el gas, ni el telégrafo eléctrico, y ya era el pueblo más civilizado del mundo. Pasarán tres siglos, y no serán tan civilizados como era ella en ese tiempo, la Turquía, el Egipto, la India, el Brasil mismo; y, sin embargo, en todos estos países brillan el vapor, la electricidad, el gas, como sirvientes y agentes del hombre. Es que el ferrocarril, el telégrafo eléctrico no son los fines, sino los medios, los instrumentos de la civilización. La prueba es que estos instrumentos pueden serlo también de la barbarie, como la pólvora, como el fusil, como la imprenta, según la mano que los maneja y el poder a que sirvan. El tirano más feroz del mundo puede emplearlos en servicio de sus crímenes con tanta eficacia y buen éxito para él como el gobierno más justo. Baste decir que son los mejores instrumentos de guerra. Esos agentes son los auxiliares de otras cosas más sólidas y más útiles, tales como el comercio, la industria, la riqueza, la libertad; y cuando no se desenvuelven a la par y en el mismo nivel, son puro charlatanismo, puro semblante de civilización y progreso.

Page 52: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

52

La civilización verdadera, que es la que se desenvuelve del fondo a la superficie, acaba por los ferrocarriles y telégrafos; la civilización naciente y rudimental empieza por la superficie para acabar por el fondo; todavía no ha perdido su liga de barbarie, y ya ostenta el vapor y el telégrafo y el gas, es decir, lo que brilla, lo que luce; el traje, el vestido. El vapor y el telégrafo pueden ser empleados por la barbarie para el servicio de su causa, como la constitución y el gobierno pueden ser empleados como máquinas de revolución y de desorden. Las peores revoluciones no son las que hacen los pueblos, sino las que hacen los gobiernos así llamados, a título de depositarios del poder público, porque el revolucionario es poderoso e irresistible. En América, el pueblo no hace jamás revolución alguna. Todas las revoluciones son hechas por los Gobiernos, que aspiran a conservar el poder, o por fracciones del gobierno, que aspiran a tomarlo todo, o por ex gobernantes, que aspiran a restaurarlo. Así, toda revolución es oficial, o semioficial, u oficiosa; es decir, en servicio del Gobierno ambicioso. La revolución de este carácter es doblemente criminal; son dos crímenes en uno: el de la felonía o infidencia, y el de rebelión contra la autoridad soberana, que reside en el pueblo y en sus representantes cuando la ejercen según la Constitución. No es su representante el que no es elegido estrictamente según la Constitución. Así, el gobierno que se elige a sí mismo es un gobierno revolucionario, porque la Constitución quiere que el gobierno sea elegido por el pueblo, no por el gobierno. Toda candidatura oficial es un acto de revolución oficial. Por ella el gobierno asalta el poder y lo roba por su propia mano. Toda elección recaída en un

Page 53: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

53

candidato oficial es un golpe de Estado; un golpe de muerte dado a la Constitución del Estado por el mismo a quien el Estado confió su custodia. La de un gobierno emanado de un gobierno no es una elección, es una revolución. Un gobierno que por sistema mantiene al país sin capital y se mantiene él mismo sin el poder inmediato y directo que la Constitución exige en la ciudad de su residencia, es un gobierno revolucionario, y el más cómico de los revolucionarios, porque conspira contra el mismo poder de que es depositario. Él se aniquila y desarma de su poder inmediato, en obsequio de la ciudad que lo hospeda, y que, sin tener ninguna obligación de capital, quiere tener los privilegios correlativos de tal. Semejante gobierno es una revolución permanente y sistemada contra la nación de que es jefe, hecha por este jefe mismo, en servicio de la ciudad que le da todos sus goces a condición de quedar extranjera a su poder inmediato y directo. Un gobierno que busca en alianzas extranjeras peligrosas el apoyo para su propia estabilidad interior, que no quiere deber a la unión de la nación, es un gobierno de revolución y de conspiración contra la soberanía del país de su mando. Cuando el gobierno existe con esas condiciones y otras del mismo género, el gobierno es una revolución verdadera: la revolución es un verdadero gobierno. Seguridad interior y civilización Cuando los ingleses y otros extranjeros establecidos en la campaña de Buenos Aires han sido masacrados en el Tandil, la Legación británica se ha dirigido al Gobierno argentino en solicitud de la protección prometida por los tratados a la vida, persona y propiedad de los de afuera en el mismo grado que la Constitución la promete a los de adentro.

Page 54: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

54

En ese y en otros reclamos parecidos el Gobierno ha contestado con enfado, negando su responsabilidad de esos vejámenes y echándola toda sobre los imprudentes que van a establecerse al alcance de los salvajes. Cuando los agentes extranjeros han insistido en sus reclamos, en vista de la renovación de los vejámenes causados por los indios y por los partidos en la guerra civil, el Gobierno ha respondido que la culpa pertenece a los que vienen a establecerse a países de seguridad incompleta por la impotencia de sus Gobiernos de buena fe. ¿Qué ha hecho entonces la Inglaterra? Ha dado la razón al Gobierno argentino cuando desconoce su obligación de indemnizar los daños que hacen los indios pampas; pero no cuando los daños han nacido de vejámenes de los partidos armados en guerra civil. Y para poner en seguridad los intereses y destinos de sus nacionales, ha prevenido oficial y públicamente a los que intenten emigrar para el Plata que en aquel país no hay seguridad para sus vidas y propiedades, en vista de los hechos ocurridos y de las declaraciones del Gobierno argentino. Así ha cesado o está en camino de cesar la emigración, que lleva la industria, la libertad y la civilización más sólida en sus costumbres a las provincias argentinas; es decir, la raza que ha creado el fondo de la Constitución angloamericana proclamada en la República Argentina. Otra consecuencia natural tendrá esa actitud de nuestro Gobierno. Si es irresponsable de lo que pasa en la pampa por falta de acción eficaz, la pampa es independiente, no es Argentina, dirán los ingleses. Poblada por italianos y españoles, no serán éstos los que introduzcan en sus costumbres las tradiciones y la inteligencia de la Constitución angloamericana, que se pretende aclimatar en el Plata.

Page 55: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

55

Y como nada vale la fertilidad y riqueza natural de un suelo sin seguridad, a ejemplo de la emigración inglesa, toda la emigración europea del Norte seguirá el camino de los ingleses hacia los Estados Unidos, al Canadá, a Australia. La seguridad es la libertad para las razas positivas, que entienden por libertad la seguridad de no ser víctimas del gobierno arbitrario ni de los pícaros. Pero como no puede haber seguridad donde no hay gobierno capaz de proteger eficazmente la vida y la propiedad de los habitantes, la República Argentina no debe esperar tener inmigraciones, que traen al país riqueza, instrucción, labor inteligente, costumbres de libertad y de orden, mientras no se dé un Gobierno serio y eficaz. Mientras esté sin Gobierno serio tendrá inmigrados italianos, pero no tendrá pobladores ingleses, alemanes, suizos, belgas y franceses. No tendrá Gobierno serio, aunque esté gobernado por gobernantes irreprochables, mientras el poder del Gobierno esté organizado con la mitad de la autoridad que le asigna la Constitución. En tal caso será la mitad de un Gobierno, y toda la seguridad que será capaz de dar será la mitad de una seguridad, no una seguridad entera, como acontece por esta causa natural. El Presidente, encargado del Poder ejecutivo, es jefe inmediato y local de la capital de la República, dice la Constitución; pero como es notorio que la República está sin capital, el Presidente no es jefe inmediato y local de la ciudad en que reside. El jefe inmediato y local de la ciudad de Buenos Aires, en que vive el Presidente, es un agente del Presidente, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, que tiene todo el poder que no tiene su jefe en la ciudad de su mansión común. La debilidad del presidente es tal, que hasta el poder de darse una capital le falta, pues nadie sino él ha impedido que la nación tenga su capital, poniendo tres veces su veto a la ley, que le

Page 56: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

56

brindaba una ciudad para su mando inmediato y directo. Y ha tenido que impedirlo para salvar su media existencia, de que no disfruta sino a condición de vivir sin capital. ¿Cómo podrá salvar del cautiverio de los indios el que es cautivo de la ciudad en que representa la autoridad inmediata y local que no tiene? Si la libertad entendida a la inglesa, es decir, al estilo anglosajón, consiste en la seguridad, ¿cómo podrá ser un Gobierno liberal y protector de la libertad un Gobierno que es incapaz de dar seguridad? Si la seguridad de la persona y de la vida es el hecho en que se encierra toda la civilización política y social de esta época, ¿cómo podrá darse el título de gobierno civilizado un Gobierno incapaz de asegurar las vidas y las personas de los habitantes del país dicho de su mando, y que no es sino impotencia? No solamente no podrá tener inmigración civilizada, rica y libre, ni capitales, ni progreso, ni vida civilizada la República Argentina mientras esté sin Gobierno regular y eficaz, sitio que no podrá existir riqueza sin retroceder de un lado a medida que progresa de otro, como le viene sucediendo desde 1810, en que suprimió el Gobierno español del virreinato, con la mira de instituir otro Gobierno patrio para la República independiente y soberana. Van sesenta años de ese día de mayo de 1810, y el Gobierno patrio no está constituido del todo todavía. Apenas es la mitad de un Gobierno. No tiene capital, no tiene residencia oficial, no tiene poder inmediato y directo en la ciudad que habita, como prescribe la Constitución escrita, que no pasa en esto de simple programa. En sesenta años, la mitad de la República ha desaparecido, por la ausencia de un Gobierno general para toda ella y la otra mitad está en camino de desaparecer por la misma causa.

Page 57: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

57

En 1810 se componía el país de ocho grandes intendencias, a saber: Buenos Aires, Paraguay, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Charcas, Santa Cruz de la Sierra, Potosí, La Paz. La mitad de estas ocho intendencias han dejado de ser argentinas, y forman la República de Bolivia, a causa de que Bolívar les dio la libertad que San Martín, mandado a libertarlas y desligado del Gobierno nominal de su país, las dejó en poder de los españoles y abandonó la América. La otra mitad restante de las ocho intendencias tuvo que convertir sus partidos o individuos en provincias, para cubrir con el número sofístico de 14 provincias o Estados soberanos la pérdida que hizo la República de la Intendencia del Paraguay, la que hizo la Intendencia de Buenos Aires de sus dependencias de Montevideo, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, y por fin, la que hicieron ambos de la Banda Oriental del Uruguay. A pesar de esos destrozos territoriales, producidos por la ausencia de un Gobierno regular y eficaz para toda la nación, ésta sigue existiendo sin capital sesenta años después de su nacimiento, y el Gobierno dicho nacional sigue habitando una ciudad en que no tiene poder inmediato y directo, porque en ninguna ciudad de la nación tiene tal poder. Ese Gobierno, sin embargo, se cree autor de los progresos que se producen sin él; en tal caso, tiene que apropiarse también los destrozos, atentados y desórdenes que se producen al lado de los adelantos. Pretenderse autor de los adelantos es confesarse autor responsable de los descalabros y pérdidas. Si las pérdidas territoriales y de todo orden que el país sufre se operan sin la voluntad del Gobierno, como es muy creíble, ¿por qué los progresos se producirían por su voluntad y acción? La excusa favorita con que se defiende el Gobierno, cuando le hacen responsable de cualquier desastre es su impotencia para evitarlo; pues bien:

Page 58: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

58

esa impotencia es su falta y su crimen, porque el crimen de todo poder es no ser suficiente a llenar el fin de su instituto. Esa falta es doble cuando la insuficiencia del poder nace de la voluntad del poder mismo, lo cual sucede siempre que el Gobierno es la obra y el producto de sí propio, como en la República Argentina. Tres veces la nación ha ofrecido una capital al Gobierno existente, y tres veces ha rechazado la ley con su veto, y se ha quedado sin capital y sin poder inmediato y local por su propia obra. Todo poder que no es inmediato y local es un poder abstracto, mediato, lejano, ideal. El Gobierno inmediato de su capital es el poder temporal de un presidente. Lo que no es ese poder inmediato y local es poder espiritual del presidente. Por eso la ley Argentina constitutiva, o constituyente, o constitucional de ese poder ejecutivo nacional le ha dado como atribución cardinal una capital para su mando inmediato y directo. Así está organizado el poder ejecutivo nacional en todas partes donde ese poder es realmente un Gobierno y no un simulacro de gobierno. Dirección política Las ocho intendencias o provincias en que fue dividido el distrito territorial del virreinato de Buenos Aires por la ordenanza de intendentes para su gobierno fueron éstas, que se mencionan en su artículo 1º.: 1ª. Intendencia general de ejército y de provincia, la de Buenos Aires. 2ª. Intendencia de provincia, la del Paraguay. 3ª. La del Tucumán. 4ª. La de Santa Cruz de la Sierra.

Page 59: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

59

5ª. La de La Paz. 6ª. La de Mendoza. 7ª. La de La Plata o Charcas. 8ª. La de Potosí. Las que antes se llamaron provincias, tomaron por esa ordenanza el nombre y rango de partidos. Estos partidos han recuperado el nombre de provincias con la disolución de tres grandes intendencias a que ha quedado reducido el distrito territorial del virreinato de Buenos Aires desde que tomó el nombre de República Argentina en 1810. Cinco de las ocho grandes intendencias que lo integraban en esa fecha han dejado de ser argentinas, por causa de la política que no ha sabido sustituir al Gobierno español de todo el virreinato disuelto, un Gobierno patrio y nacional con la misma extensión y generalidad de poder. La falta persistente de un Gobierno ha traído la disolución y desmembración del vasto territorio del virreinato, que era poco menos que el del Brasil en 1810, pues se extendía desde los 10 grados de latitud Sud hasta el Cabo de Hornos. A no ser por la desgraciada campaña de San Martín al Perú, la República Argentina sería hoy la propietaria de la actual Bolivia, con Mojas y Chiquitos; con la costa de Acocoma en el Pacífico, todo el Gran Chaco, y, naturalmente, el Paraguay y Montevideo, que se hubiesen mantenido obedientes al gran poder argentino. El grande Estado ha desaparecido para que no le quede a su gran capital ni siquiera el rango de tal y lo que de él resta, que es casi un tercio de lo que fue (sin comprender los territorios desiertos), sigue en camino de disolverse, porque sigue sin capital, y su gobierno general sigue destituido de todo poder inmediato y directo en la ciudad en que reside.

Page 60: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

60

Para no seguir en la dirección en que el país ha perdido dos tercios de su suelo y en que camina a perder el tercio restante, ¿qué hay que hacer? ¿Cambiar sus gobernantes, cambiar su Gobierno? Eso sería dar a entender que sus gobernantes y sus gobiernos le han dado esa dirección; pero lo contrario es lo que ha sucedido. La dirección, es decir, la corriente es la que ha gobernado y dirigido a los Gobiernos y a los gobernantes, así denominados sólo porque marchando delante de la corriente han tenido el aire de dirigirla. Las corrientes de la política, como las de las aguas, deben su dirección al suelo en que se producen, y el suelo las gobierna por las leyes del nivel y de la gravitación natural, a que las aguas están sujetas. Lo que había que cambiar para impedir que el país acabe de disolverse territorialmente no son los gobernantes, ni los Gobiernos, ni la forma de gobierno, sino la dirección disolvente que arrastra a los Gobiernos y a las Instituciones mismas. ¿Pero quién podría cambiar esa corriente? ¿Serían los Gobiernos que son gobernados por la corriente misma? Las corrientes fluviales no se mudan sino cambiando la condición y forma del suelo, que les da tal o cual dirección. El político no tiene otro método que el de los ingenieros. El político es el ingeniero de las corrientes morales y sociales; cambia sus direcciones por medio de cambios operados en la forma o condición del terreno moral en que se producen. De esos políticos ha carecido el país hasta aquí, y por eso las corrientes le han arrebatado los dos tercios de su suelo. Le han faltado esos ingenieros del elemento social, como no los ha tenido para el orden físico hasta ahora poco;

Page 61: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

61

por eso sus sociedades han marchado como sus ríos y sus arroyos, sin más dirección que la que recibían del terreno primitivo y natural. Como los políticos o gobernantes de un país soberano son ingenieros que no se pueden traer de Europa, en su condición de extranjeros, para entregarles su construcción, como se traen para encomendarles sus puentes, ferrocarriles, canales, muelles, etc., resulta lo que sucede: que en estos trabajos el país hace adelantos que no están en armonía con su condición política, en estado de naturaleza primitiva. No sabiendo cambiar el terreno social, los ingenieros políticos han construido sus creaciones en el aire en la región ideal, en el mundo de Platón. Tales son sus constituciones y sus instituciones políticas modernas, que coexisten perfectamente con una realidad que es reverso y desmentido del edificio hecho en el aire. De aquí resulta que hay en la esfera de su política dos corrientes: una ideal, platónica, abstracta, sin realidad, que va en una dirección; otra material, real y positiva, que va en dirección diferente y a menudo contraria: aquella es la república libre y constitucional; ésta es la antigua complexión colonial, que el país recibió de su fundador español. Esa dirección española, que, bien o mal, era una dirección en que todo el virreinato marchaba entero y consolidado, perdió su locomotora en la pérdida que hizo el país de su Gobierno realista colonial, y la dirección común y general de todo el país argentino de entonces fue reemplazada por tantas direcciones diversas y encontradas como intendencias o provincias lo habían integrado. Unas cambiaron de dirección al extremo de quedar independientes absolutamente del centro argentino; otras guardaron su dirección divergente, en el seno mismo de la esfera Argentina remanente. Los indios de los territorios argentinos siguieron una dirección aparte. De las ocho grandes Intendencias de que se componía el país argentino en 1810, hoy no le quedan sino tres, y son la de Buenos Aires, la de San Miguel del Tucumán y la de Mendoza; es decir, el territorio que abrazaban estas tres Intendencias de entonces.

Page 62: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

62

Las 14 provincias actuales eran partidos o secciones interiores de esas tres Intendencias, según la ordenanza para su Gobierno, Méjico, después del Virreinato de Buenos Aires, es el país de la América española que haya sufrido mayores pérdidas territoriales después de su emancipación. Casi todas las demás secciones de la América antes española conservan bajo la República el mismo territorio que tenían bajo el régimen colonial. Méjico y Buenos Aires eran los dos más grandes distritos territoriales, y, naturalmente, son los que han sufrido mayor destrozo en su territorio. ¿Qué causa lo ha producido? La desproporción del Poder central, debilitado por la revolución, con la extensión del territorio dejado a su defensa y protección. El Poder central ha sido débil por falta de autoridad más que de medios de acción. La autoridad que ejercía bajo el régimen colonial no era suya propia, ni del país, sitio de España. Era de un virrey, no la de un rey; la de un virrey español de un rey español. Los pueblos de ambos virreinatos obedecían no a Méjico ni a Buenos Aires, sino a Madrid, de cuya capital las otras no eran sino vicecapitales. Cuando la autoridad española cesó de reinar en Sud-América y fue reemplazada por la autoridad del pueblo americano, esta autoridad americana, diseminada, como en el pueblo soberano, en vastos territorios, se ejerció más eficazmente por las secciones en que el pueblo estaba dividido. Cada sección o provincia tenía su Poder central relativo.

Page 63: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

63

Las antiguas grandes capitales no dejaron de tentar la resurrección del antiguo Poder general de todo el país, en nombre del nuevo principio de la soberanía del pueblo; pero esa autoridad, de un título dudoso considerada en tal extensión, no se estableció sitio donde pudo imponerse al favor del Poder material, es decir, en los países menos extensos en territorio, como Chile, el Perú, Venezuela, Nueva Granada, etc. Los medios de acción material no faltaron, en los grandes virreinatos de Méjico y Buenos Aires para imponer a todo el país, en nombre del país mismo la nueva autoridad general y central. Lo que faltó fue la inteligencia, la ciencia, la costumbre del Gobierno, a los americanos que sucedieron a los españoles en la gestión del suyo; y les faltó por esta buena razón: que bajo el antiguo régimen estuvieron excluidos de su Gobierno propio, y dispensados, cuando no impedidos, de todo estudio y de toda inteligencia del gobierno de sí mismos. La ausencia de su Gobierno general fue suplida por un sistema de gobierno más fácil y posible el de los Gobiernos locales, que habían recibido su investidura inmediata el otro tiempo del soberano español. No hubo un solo pueblo soberano compuesto de todo el virreinato, sino tantos pueblos como provincias o secciones tuvo el virreinato. Así, de la ausencia de un soberano común 37 general nació la división de la soberanía general en tantas soberanías como provincias, y la federación fue el resultado natural, espontáneo y lógico de la independencia de los virreinatos respecto de España. Ese estado de cosas encontró a mano la autoridad brillante de un grande ejemplo, la República de los Estados Unidos y el Gobierno federal, que en Norte-América salió de la unión de varios pueblos aislados bajo el régimen colonial; en la América antes española dimanó, al contrario, de la división de virreinatos que habían sido un solo pueblo gobernado por un solo Gobierno en el tiempo colonial.

Page 64: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

64

La unión federal produjo fuerza en Norte-América; la división federal trajo debilidad en Sud- América. La federación en el Norte era hija de la salud, de la iniciativa y de la inteligencia del pueblo para el ejercicio del gobierno de sí mismo; en el Sud, la federación, que no era unión, sino desunión, resultaba de la inercia y de la falta de iniciativa y costumbre del gobierno de sí mismo. La una era un gobierno positivo y eficaz; la otra era la negación, la ausencia del gobierno verdadero. La federación creó el gobierno en el Norte y lo disolvió en el Sud. El gobierno eficaz en el Norte produjo paz y progreso en lo interior y extensión territorial en lo exterior. La ausencia de gobierno general eficaz en Sud-América produjo anarquía en lo interior y desmembraciones territoriales en lo exterior. Libertad y gobierno El gobierno de sí mismo o la libertad es el gobierno de la Naturaleza. Como tal los animales lo practican: los pájaros, los insectos, los cuadrúpedos, lo mismo que el hombre salvaje o natural, todos son capaces de él, a una condición: la de no contrariar y alterar la Naturaleza con motivo o con pretexto de cultivarla y civilizarla. Conservar al hombre en el seno de la sociedad civilizada su libertad natural o el gobierno de sí mismo es lo que han hecho los ingleses, y Montesquieu ha tenido razón en decir que el gobierno libre de los ingleses ha salido de los bosques de la Germania. Los pobladores de otros países han dejado sus libertades naturales en esos mismos bosques y han reorganizado su vida por el método romano, que

Page 65: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

65

consiste en hacer una masa de todos los habitantes encerrados en el círculo de una asociación y entregar sus libertades o poderes a un solo hombre para que los ejerza por cuenta y en nombre de todos los que se han quedado sin ellos. Cuando esta monstruosa depravación de la naturaleza primitiva se ha convertido en una segunda naturaleza por un hábito de siglos, la reasunción de la libertad natural o de gobierno de sí mismo, que practican todos los animales, viene a parecer un cambio artificial, con todo el aire de un paradojismo, de una utopía o de una cosa imposible. Lo que en los anima les es el fenómeno más simple, en el hombre viene aparece un atributo divino, superior a su naturaleza, bastardeada y depravada. Los políticos de la escuela de Darwin subordinan los derechos del individuo a los derechos de la especie; teoría natural que responde al sistema romano, en que el Estado era todo y el individuo nada. Una cosa olvida esta escuela, y es que el individuo es la forma en que vive y se propaga la especie, y que no hay, por lo tanto, otro medio natural de salvar la especie que salvar los individuos que la forman. El individuo es sagrado porque representa la vida de la especie; es decir, en lengua política, la patria, la sociedad, el Estado; ese todo que a su vez es individuo a la faz de otras especies. Cada hombre lleva consigo su gobierno. Dios le ha dado el gobierno de sí mismo como una necesidad lógica del cuidado y, conservación de sí mismo. Privarlo de ese gobierno habría sido dejar su creación incompleta. Dejar el cuidado de cada hombre a otro hombre habría sido dejarle en el camino de su ruina y destrucción. El gobierno de sí mismo no es ni más ni menos que la libertad. Ser libre es gobernarse a sí mismo; pero gobernarse a sí mismo es obedecerse a sí mismo. Cada hombre libre es soberano y súbdito de sí mismo. Su gobierno es

Page 66: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

66

más completo cuanto más completa es su obediencia, y la obediencia de sí mismo es un elemento de la libertad tan esencial como la autoridad de sí mismo. Un hombre es un Estado en pequeño, con su Constitución en miniatura. Su exigüidad no excluye su perfección. En este sentido, su derecho civil o de hombre a hombre es una especie de derecho de gentes; como el derecho de gentes o de nación a nación no es sino un derecho civil, considerado cada Estado como un hombre en grande escala. En materia de gobierno, la forma interesa más que el fondo, porque la cuestión de la forma de gobierno se resuelve prácticamente en la cuestión de saber quién o a quiénes será dado el encargo de ejercer el gobierno: si a uno, a muchos, o a todos; si será dado por el país o será nacido sin la participación del país, aunque sí ejercido con ella. De aquí es que la cuestión de forma divide más a los pueblos que la cuestión del fondo del gobierno. La cuestión de fondo no interesa más que una sola vez: es cuando el país se ocupa de ser o de no ser soberano e independiente. Una vez conquistado y definido este derecho, ya no vuelve a ser materia de cuestión ni división interior. Lo que queda en discusión en adelante es la forma en que ha de ser ejercido el poder adquirido por el país. En qué forma quiere decir por quiénes será creado o constituido y por quiénes será ejercido. La forma del gobierno, se ha dicho, depende de la forma o modo de ser del país, en cuyo sentido el modo de constituir el gobierno es constituir al país; es decir, la manera de ser y de existir del país.

Page 67: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

67

Pero la manera de ser del país depende principalmente de la manera de ser del hombre, que es la unidad elemental de que se compone el país. Y como la manera de ser y condición del hombre de un país dado no se determina por la obra de un decreto, sino por la acción lenta de su educación y del medio en que se ha desenvuelto el hilo de su existencia, tan difícil es constituir un país por un decreto como formar y educar un hombre de un golpe y en un solo día. Así, el gobierno del país está trazado y constituido en el gobierno de cada hombre. Hablo del gobierno interior, pues un país de esclavos puede ser un Estado independiente de todo poder extranjero si tiene un soberano capaz de ejercer la soberanía exterior del Estado. Un país libre respecto del extranjero puede no ser libre respecto de su propio gobierno, y éste es el caso común de todos los países, con excepción de una media docena de ellos. La libertad del hombre consiste en el gobierno de sí mismo. Pero si es cierto que el ser libre es gobernarse a sí mismo, no es menos cierto que el gobernarse a sí mismo es obedecerse a sí mismo. Luego la obediencia es un elemento esencial de la libertad, pues si ella falta, el gobierno no tiene sobre qué operar su acción. Así, el hombre es a la vez el soberano y el súbdito de sí mismo. Donde hay una entidad que manda y otra que obedece, hay los elementos de un gobierno perfecto. Luego cada hombre tiene dentro de sí mismo la constitución de su gobierno individual. Esa constitución de cada hombre es a la Constitución del país poblado de ese hombre lo que el tejido orgánico es a la vida del ente animal.

Page 68: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

68

Como la libertad es poder, se sigue que cuanto más poder tiene un hombre sobre sí mismo tanta más libertad posee a su disposición. Y como la extensión del poder de sí mismo se mide por la extensión de la obediencia de sí mismo, resulta que el hombre es capaz de libertad en la medida que es capaz de obediencia. El que no sabe obedecerse a sí mismo no es capaz del gobierno de sí mismo, es decir, no es capaz de libertad. Es, al contrario, un esclavo, porque otro tendrá sobre él el poder de que él es incapaz sobre sí mismo. Dadme a estudiar la conducta de un solo hombre y yo os diré cómo es el gobierno de su país. Si la libertad es el gobierno del país para el país, constituir su gobierno significa en realidad constituir su libertad. Todo país es libre desde que posee un gobierno suyo independiente del extranjero. Pero puede ser libre el país sin que lo sean los individuos de que se compone el pueblo del país. Tal fue la libertad política de los países antiguos. La libertad moderna conserva ese carácter esencial, pero además tiene otro no menos esencial: el ser individual. Ella consiste en que cada hombre sea independiente de otro hombre, como de países del extranjero. Así, cada ciudadano viene a tener dos soberanías o dos libertades, por decirlo así: una colectiva respecto del extranjero; otra individual respecto de su propio gobierno y de todo otro individuo de su país. Más que dos libertades son dos modos de ejercer una misma y sola libertad. Reformas legislativas La gran ventaja de reformar la legislación civil gradualmente y ley por ley es que todo el mundo sabe y siente la razón y la necesidad de la reforma, todo el

Page 69: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

69

mundo participa de su discusión, el cuerpo legislativo lo mismo que la prensa y la sociedad entera; y la ley es no solamente la experiencia de la opinión general, sino la satisfacción completa de una necesidad real del país. En un Código no sucede lo mismo: con las leyes más necesarias se mezclan otras absurdas y dañosas, que pasan inapercibidas, porque los Códigos se sancionan sin discusión, por la razón de que no necesitan discutirse. Cuando en vez de confiar a un sabio o a un magistrado el trabajo de elaborar la ley o el Código es dado a un abogado en ejercicio, el peligro de los Códigos es mayor que nunca, porque es difícil que el abogado deje de tener interés propio en hacer pasar una ley o un principio que resuelva en su favor una cuestión que la antigua ley no permitía entablar y que sólo espera una ley nueva por crearse, o que al menos sirvan para vengar su amor propio de una herida recibida por la causa de la antigua legislación. Todo el mundo conocería esta razón personal del abogado en la discusión de una ley suelta elaborada por él, y la ley falaz dejaría de recibir su sanción. Pero en un Código sancionado sin discusión a causa de su magnitud, el abogado que lo trabaja es dueño de hacer pasar cuantos principios necesita el interés de su bolsillo o el interés de su amor propio. Y como en América los Códigos son elaborados por abogados en ejercicio y no por magistrados ni sabios ajenos a la práctica del foro, los Códigos son especie de alegatos y de fallos anticipados dados por la parte interesada en los litigios de promoción posible para un porvenir previsto y esperado. Son trabajos interesados y su interés es esencialmente parcial y particular. La ciencia podrá abundar en ellos; lo que faltará de sus leyes es la justicia y el derecho, es decir, todo lo que constituye la ley. El espíritu de la revolución

Page 70: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

70

Toda revolución tiene su ley natural, según la cual se produce naturalmente. En virtud de esa ley, toda revolución se hace o produce por un interés que debe dar satisfacción a una necesidad esencial a la vida del país. Una revolución, como una guerra, no se hace jamás por una idea. Aunque el país se compusiera de puros ideólogos, no haría una revolución ni una guerra por una idea. La idea que representa una revolución no se da a conocer, aun a sus autores, sino después que la revolución está hecha bajo la impulsión instintiva del interés que debe satisfacer la necesidad natural por la cual es gobernado el país en ese acto, sin tener idea siquiera del interés especial y determinado que lo impulsa. De ahí es que las revoluciones se hacen a veces sin revolucionarios, por la simple necesidad de las cosas que interesan a la mejora y al bienestar social. Tal fue la revolución de América. No fue hecha por una idea, fue la obra de un interés en servicio de una necesidad general. Por eso se convirtió en ley. Si no existiese esa ley natural, no habría progreso humano. Todavía no está definida la idea de progreso, y el hombre es un ser progresista que progresa desde su origen en el mundo. Así, el gran revolucionario de la Humanidad es el interés instintivo de mejorar y progresar; es decir, de cambiar su condición actual por otra mejor, en virtud de la ley que hace que lo que es hoy perfecto sea mañana insuficiente; lo que hoy merezca vivir, mañana merezca desaparecer, en servicio de la mejora del hombre. Es tontería ver en los ideólogos y en las ideas los autores y objetos de las revoluciones. Ellas son la obra de los intereses y de las necesidades, que gobiernan la conducta de los hombres, casi siempre inconscientes de lo que hacen, bueno o malo, en su propio favor.

Page 71: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

71

Los revolucionarios argentinos son hombres sin ideas. No las tienen fijas sobre nada, y la única necesidad que los gobierna es la de ocupar el Poder para vivir de él vida grande y cómoda, con poco trabajo.

Reacción contra el españolismo ßccp;//www.¢iarodoc.com La habitud de hacerlo todo en nuestro país, por algún motivo personal, hace que se atribuya uno semejante a la reacción contra el españolismo, que desde algún tiempo sostenemos en el interés puro del progreso nacional. No son pocas las violencias que esta lucha nos cuesta; pero profesamos que donde no hay sacrificio tampoco hay patriotismo. No es una cosa tan agradable atacar las costumbres de nuestros mismos padres, de nuestros mismos amigos, de nosotros mismos; pero si en estas consideraciones se hubiesen detenido los que comenzaron la revolución americana, tampoco seríamos hoy independientes y republicanos. Muchos de nosotros tenemos padres españoles cuya memoria veneramos. Tratamos españoles dignos, que nos llenan de honor con su amistad. Frecuentamos escritores a quienes debemos más de una idea. Pero todo esto no nos estorba el conocer que el mayor obstáculo al progreso del nuevo régimen es el cúmulo de fragmentos que quedan todavía del viejo. Para nosotros, el período español y el período tiránico son idénticos, y en el mismo día de Mayo han caducado de derecho. Profesamos que el despotismo, como la libertad, reside en las costumbres de los pueblos, y no en los códigos escritos. Una carta constitucional que declarase hoy esclava a la Inglaterra sería tan nula como otra que declarase libre a la España; porque

Page 72: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

72

la libertad de la Inglaterra vive en sus costumbres, como la esclavitud española vive en las costumbres de los españoles. Quien dice costumbres dice ideas, caracteres, creencias, habitudes. Si pues en las ideas, en el carácter, en las creencias, y habitudes de nuestros habitantes, habían consignado los españoles el régimen colonial, es evidente que aun conservamos infinitos restos del régimen colonial, pues que conservamos infinitas ideas, caracteres, creencias y habitudes españolas, ya que los españoles nos habían dado el despotismo en sus costumbres obscuras y miserables. Es pues bajo la síntesis general de españolismo, que nosotros comprendemos todo lo que es retrógrado, porque, en efecto no tenemos hoy una idea, una habitud, una tendencia retrógrada que no sea de origen español. Hemos pues podido establecer por tesis general, que el españolismo es la esclavitud. Y que no se apele a la vulgar letanía, que todos los pueblos tienen de bueno y de malo, de viejo y de nuevo. Es tan excepcional y tan raro lo que la España cuenta todavía de nuevo y progresivo, que en nada altera todo ello la generalidad de nuestra tesis. ¿Y no es la España misma la que proclama hoy todas estas verdades, la que se agita por arrojar su antigua condición, por dejar de ser lo que era, por transformarse en otra nación nueva y diferente? ¡La misma España persigue a la España; y se nos hace un delito a nosotros de que la persigamos! ¡La joven España, la hermana nuestra, porque venimos de un mismo siglo, se burla de la España vieja, la madrastra nuestra: ¿y nosotros no tenemos el derecho de burlarla ? "Solamente el tiempo, dice Larra, las instituciones, el olvido completo de nuestras costumbres antiguas" -esas que nosotros también queremos y debemos olvidar-, "pueden variar nuestro obscuro carácter. ¡Qué tiene esto de particular en un país, en que le ha formado tal una larga sucesión de siglos en que se creía que el hombre vivía para hacer penitencia! ¡Qué, después de tantos años de gobierno inquisitorial! Después de tan larga esclavitud es difícil saber ser libre.

Page 73: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

73

Deseamos serlo, lo repetimos a cada momento; sin embargo, lo seremos de derecho mucho tiempo antes de que reine en nuestras costumbres, en nuestras ideas, en nuestro modo de ver y de vivir la verdadera libertad. Y las costumbres no se varían en un día, desgraciadamente, ni con un decreto; y más desgraciadamente aún, un pueblo no es verdaderamente libre, mientras que la libertad no está arraigada en sus costumbres, o identificada con ellas" (Fígaro, "Jardínes públicos").Pero nuestros publicistas no han pensado a este respecto como Montesquieu, como Tocqueville, como Larra, sino que lo han esperado de las constituciones escritas. Se han escrito muchas y no tenemos ninguna. Podemos pues continuar despreciando las costumbres, es decir, las ideas, las creencias, las habitudes. ¿ Qué tienen que ver ellas con la constitución de los pueblos? La Moda, 14 de abril de 1838.

Page 74: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

74

Una entrevista histórica EL GENERAL SAN MARTÍN EN 1845

París, 14 de Septiembre de 1843 El 1° de Septiembre, a eso de las once de la mañana, estaba yo en casa de mi amigo el señor D. M. J. de Guerrico, con quien debíamos asistir al entierro de una hija del señor Ochoa (poeta español) en el cementerio de Montmartre. Yo me ocupaba, en tanto que esperábamos la hora de la partida, de la lectura de una traducción de Lamartine, cuando Guerrico se levantó, exclamando: "¡El general San Martin!" Me paré lleno de agradable sorpresa al ver la gran celebridad americana que tanto ansiaba conocer. Mis ojos, clavados en la puerta por donde debía entrar, esperaban con impaciencia el momento de su aparición. - Entró por fin con su sombrero en la mano, con la modestia y el

Page 75: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

75

apocamiento de un hombre común. ¡Qué diferente lo hallé del tipo que yo me había formado oyendo las descripciones hiperbólicas que me habían hecho de él sus admiradores en América¡ Por ejemplo: Yo le esperaba más alto, y no es sino un poco más alto que los hombres de mediana estatura. Yo le creía un indio, como tantas veces me lo habían pintado, y no es más que un hombre de color moreno, de los temperamentos biliosos. Yo le suponía grueso, y, sin embargo de que lo está más que cuando hacía la guerra en América, me ha parecido más bien delgado; yo creía que su aspecto y porte debían tener algo de grave y solemne, pero le hallé vivo y fácil en sus ademanes, y su marcha, aunque grave, desnuda de todo viso de afectación. Me llamó la atención su metal de su voz, notablemente gruesa y varonil. Habla sin la menor afectación, con toda la llanura de un hombre común. Al ver el modo de como se considera él mismo, se diría que este hombre no había hecho nada de notable en el mundo, porque parece que él es el primero en creerlo así. Yo había oído que su salud padecía mucho; pero quedé sorprendido al verle más joven y más ágil que todos cuantos generales he conocido de la guerra de nuestra independencia, sin excluir al general Alvear, el más joven de todos. El general San Martín padece en su salud cuando está en inacción, y se cura con solo ponerse en movimiento. De aquí puede inferirse la fiebre de acción de que este hombre extraordinario debió estar poseído en los años de su tempestuosa juventud. Su bonita y bien proporcionada cabeza, que no es grande, conserva todos sus cabellos, blancos hoy casi totalmente; no usa patilla ni bigote, a pesar que hoy lo llevan por moda hasta los más pacíficos ancianos. Su frente, que no anuncia un gran pensador, promete, sin embargo, una inteligencia clara y despejada, un espíritu deliberado y audaz. Sus grandes cejas negras suben hacia el medio de la frente cada vez que se abren sus ojos, llenos aun del fuego de la juventud. La nariz es larga y aguileña; la boca pequeña ricamente dentada, es graciosa cuando sonríe; la barba es aguda. Estaba vestido con sencillez y propiedad: corbata negra, atada con negligencia; chaleco de seda, negro; levita del mismo color;

Page 76: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

76

pantalón mezcla de celeste; zapatos grandes. Cuando se paró para despedirse acepté y cerré con las dos manos la derecha del gran hombre que había hecho vibrar la espada libertadora de Chile y el Perú. En ese momento se despedía para uno de los viajes que hace en el interior de Francia en la estación de verano. No obstante su larga residencia en España, su acento es el mismo de nuestros hombre de América, coetáneos suyos. En su casa habla alternativamente el español y francés, y muchas veces mezcla palabras de los dos idiomas, lo que le hace decir con mucha gracia que llegará un día en que se verá privado de uno y otro o tendrá que hablar un patois de su propia invención. Rara vez o nunca habla de política - jamás trae a la conversación con personas indiferentes sus campañas de Sudamérica; sin embargo, en general le gusta hablar de empresas militares. Yo había sido invitado por su excelente hijo político, el señor don Mariano Balcarce, a pasar un día en su casa de campo en Grand Bourg, como seis leguas y media de París. este paseo debía ser para mí tanto más ameno cuanto que debía de hacerlo por el camino de hierro en que nunca había andado. A las once del día señalado nos trasladamos con mi amigo el señor Guerrico al establecimiento de carruajes de vapor de la línea de Orleans, detrás del Jardín de Plantas. El convoy, que debía partir pocos momentos después, se componía de 25 a 30 carruajes de tres categorías. Acomodadas las 800 a 1000 personas que hacían el viaje, se oyó un silbido, que era la señal preventiva del momento de partir. Un silencio profundo le sucedió, y el formidable convoy se puso en movimiento apenas se hizo oír el eco de la campana que es la señal de partida. En los primeros instantes, la velocidad no es mayor que la de los carros ordinarios; pero la extraordinaria rapidez que ha dado a este sistema de locomoción la celebridad de que goza, no tarda en aparecer. El movimiento entonces es insensible, a tal punto, que uno puede

Page 77: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

77

conducirse en el coche como si se hallase en su propia habitación. Los árboles y edificios que se encuentran en el borde del camino parecen pasar por delante de la ventanas del carruaje con la prontitud del relámpago, formando un soplo parecido al de la bala. A eso de la una de la tarde se detuvo el convoy en Ris; de allí a la casa del general San Martín hay una media hora, que anduvimos en un carruaje enviado en busca nuestra por el señor Balcarce. La casa del general San Martín está circundada de calles estériles y tristes que forman los muros de las heredades vecinas. Se compone de un área de terreno igual, con poca diferencia, a una cuadra cuadrada nuestra. El edificio es de un solo cuerpo y dos pisos altos. Sus paredes, blanqueadas con esmero, contrasta con el negro de la pizarra que cubre el techo, de forma irregular. Una hermosa acacia blanca da su sombra al alegre patio de la habitación. El terreno que forma el resto de la posesión está cultivado con esmero y gusto exquisito: no hay un punto en que no se alce una planta estimable o un árbol frutal. Dalias de mil colores, con una profusión extraordinaria, llenan de alegría aquel recinto delicioso. Todo en el interior de la casa respira orden, conveniencia y buen tono. La digna hija del general San Martín, la señora Balcarce, cuya fisonomía recuerda con mucha vivacidad la del padre, es la que ha sabido dar a la distribución doméstica de aquella casa el buen tono que distingue su esmerada educación. El general ocupa las habitaciones altas que miran al Norte. He visitado su gabinete lleno de la sencillez y método de un filósofo. Allí, en un ángulo de la habitación, descansaba impasible colgada al muro la gloriosa espada que cambió un día la faz de la América occidental. Tuve el placer de tocarla y verla a mi gusto; es excesivamente curva, algo corta, el puño sin guarnición; en una palabra, de la forma denominada vulgarmente moruna. Está admirablemente conservada: sus grandes virolas son amarillas, labradas, y la vaina que la sostiene es de un cuero negro graneado semejante al del jabalí. La hoja es blanca enteramente, sin pavón ni ornamento alguno. A su lado estaban también las pistolas grandes, inglesas, con que nuestro guerrero hizo la campaña al pacífico.

Page 78: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

78

Vista la espada, se venía naturalmente el deseo de conocer el trofeo con ella conquistado. Tuve, pues, el gusto de examinar muy despacio el famoso estandarte de Pizarro, que el Cabildo de Lima regaló al general San martín, en remuneración de sus brillantes hechos. Abierto completamente sobre el piso del salón, le vi en todas sus partes y dimensiones. Es como de nueve cuartas. El fleco, de seda y oro, ha desaparecido casi totalmente. Se puede decir que del estandarte primitivo se conservan apenas algunos fragmentos adheridos con esmero a un fondo de seda amarillo. El pedazo más grande es el del centro, especie de chapón donde, sin duda, estaba el escudo de armas de España, y en que hoy no se ve sino un tejido azul confuso y sin idea ni pensamiento inteligible. Sobre el fondo amarillo o caña del actual estandarte se ven diferentes letreros, hechos con tinta negra, en que se manifiestan las diferentes ocasiones en que ha sido sacado a las procesiones solemnes por los alféreces reales que allí mismo se mencionan. ¿Quién si no el general San Martín debía poseer este brillante gaje de una dominación que había abatido con su espada? Se puede decir con verdad que el general San Martín es el vencedor de Pizarro; ¿A quién, pues, mejor que al vencedor tocaba la bandera del vencido? La envolvió a su espada y se retiró a la vida obscura, dejando a su gran colega de Colombia la gloria de concluir la obra que él había casi llevado hasta su fin. Los documentos que a continuación de esta carta se publican por primera vez en español, prueban de una manera evidente que el general San martín hubiera podido llevar a cabo la destrucción del poder militar de los españoles de América, y que aún lo solicitó también con un interés, y una modestia inaudita en un hombre de su mérito. Pero sin duda esta obra era ya incumbencia de Bolívar; y éste, demasiado celoso de su gloria personal, no quiso cederla a nadie. El general San Martín, como se ve, pues, no dejó inacabado un trabajo que hubiera estado en su mano concluir.

Page 79: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

79

Como parece estar decidido de un modo providencial que nuestros hombres célebres del Río de la Plata, hayan de señalarse por alguna originalidad o aberración de carácter, también nuestro Titán de los Andes ha debido tener la suya. Si pudiéramos considerarlo hombre capaz de artificio o disimulo en las cosas que importan a su gloria, sería cosa de decir que él habla abrazado intencionalmente esta singularidad; porque, en efecto, la última enseña que hay que agregar a un pecho sembrado de escudos de honor, capaz de deslumbrarlos a todos, es la modestia. He aquí la manía, por decirlo así del general San Martín; y digo la manía, por que lleva esta calidad más allá de lo conveniente a un hombre de su mérito. Por otra parte, bueno es que de este modo vengan a hallarse compensadas las buenas y malas cosas de nuestra historia americana. Mientras tenemos hombres que no están contentos sino cuando se les ofusca con el incienso del aplauso por lo bueno que no han hecho, tenemos otros que verían arder los anales de su gloria individual sin tomarse el comedimiento de apagar con el fuego destructor. No hay ejemplo (que nosotros sepamos) de que el general San Martín haya facilitado datos ni notas para servir a redacciones que hubieran podido serles muy honrosas; y difícilmente tendremos hombre público que haya sido solicitado más que él para darlas. La adjunta carta al general Bolívar, que parecía formar una excepción de esta práctica constante, fue cedida al Sr. Lafón, editor de ella, por el secretario del libertador de Colombia. Se me ha dicho que cuando la aparición de la Memoria sobre el general Arenales publicada por su hijo, un hombre público de nuestro país, escribió al general San Martín, solicitando de él algunos datos y su consentimiento para refutar al coronel Arenales, en algunos puntos en que no se apreciaba con la bastante latitud los hechos esclarecidos del Libertador de Lima. El general San Martín rehusó los datos y hasta el permiso de refutar a nadie en provecho de su celebridad. El actual rey de Francia, que es conocedor de la historia americana, habiendo hecho reminiscencia del general San Martín, en presencia de un agente supo

Page 80: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

80

público de América, con quien hablaba a la sazón, supo que se hallaba en París desde largo tiempo. Y como el rey aceptase la oferta que le fue hecha inmediatamente de presentar ante S. M. al general americano, no tardó éste con ser solicitado con el fin referido; pero el modesto general, que nada tiene que hacer con los reyes, y que no gusta de hacer la corte ni que se la hagan a él; que no aspira ni ambiciona distinciones humanas, pues que está en Europa, se puede decir, huyendo de los homenajes de catorce Repúblicas, libres en gran parte por su espada, que si no tiene corona regia, la lleva de frondosos laureles, en nada menos pensó que en aceptar el honor de ser recibido por S. M., y no seré yo el que diga que hubiese hecho mal en esto. Antes de que el marqués Aguado verificase en España el paseo que le acarreó su fin, hizo las más vehementes instancias a su antiguo amigo el general San Martín para que le acompañase al otro lado del Pirineo. El general se resistió observándole que su calidad de general argentino le estorbaba entrar en un país con el cual el suyo había estado en guerra, sin que hasta hoy tratado alguno de paz hubiese puesto fin al entredicho que había sucedido a las hostilidades; y que en calidad de simple ciudadano le era absolutamente imposible aparecer en España por vivos que fuesen los deseos que tenía de acompañarle. El señor Aguado, no considerando invencible éste obstáculo, hizo la tentativa de hacer venir de la Corte de Madrid el allanamiento de la dificultad. Pero fue en vano, porque el Gobierno español, al paso que manifestó su absoluta deferencia por la entrada del general San martín como hombre privado, se opuso a que lo verificase en su rango de general argentino. El libertador de Chile y el Perú, que se dejaría tener por hombre obscuro en todos los pueblos de la tierra, se guardó bien de presentarse ante sus viejos rivales de otro modo con su casaca de Maipú y Callao; se abstuvo, pues, de acompañar a su antiguo camarada. El señor de Aguado marchó sin su amigo y fue la última vez que le vio en la vida. Nombrado testamentario y tutor de los hijos del rico banquero de París, ha tenido que dejar hasta cierto punto las habitudes de la vida inactiva que eran tan funestas a su salud. La confianza de la administración de una de las más notables fortunas de Francia, hecha a nuestro ilustre soldado, por un hombre que lo conocía desde la juventud, hace tanto honor a las prendas de su carácter privado, como sus hechos de armas ilustran su vida pública. El general San Martín habla a menudo de la América, en sus conversaciones íntimas, con el más animado placer: hombres,

Page 81: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

81

sucesos, escenas públicas y personales, todo lo recuerda con admirable exactitud. Dudo sin embargo que alguna vez se resuelva a cambiar los placeres estériles del suelo extranjero, por los peligrosos e inquietos goces de su borrascoso país. Por otra parte, ¿será posible que sus adioses de 1829, hayan de ser los últimos que deba dirigir a la América, el país de su cuna y de sus grandes hazañas? "Felizmente, el pasado no muere jamás completamente para el hombre. Bien puede el hombre olvidarlo, pero él lo guarda siempre en sí mismo. Porque tal cual es él en cada época es el producto y resumen de todas las épocas anteriores." (La Cité Antique, de Coulanges.)

Page 82: Libro no 920 pensamientos gobierno libertad independencia juan bautista alberdi colección e o julio

¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!

82