1SBADO DEL NIO Y DA DEL AVENTURERO - PEQUEOS SIERVOS

Edicin y coordinacin general: Graciela de Hein (Ministerio del Nio DSA)Pr. Udolcy Zukowski (Ministerio de Aventureros DSA)Autora de los temas: Jorgeana Alves LongoDiagramacin: Suzana R. LimaTraduccin: Departamento de Traduccin - DSA

Este es un da especial, donde los nios deben participar de los momentos del culto de adoracin.

Ellos deberan asumir actividades tales como: oracin, lectura bblica, momentos de alabanza, recoleccin de los diezmos y ofrendas, parte especial y otros.

Este programa permite capacitar a los pequeos como lderes, para que se sientan parte de la Iglesia.

Den a los nios y aventureros esta oportunidad y hagan una excelente promo-cin para que este da sea de gran bendicin para los hijos, padres, amigos, vecinos y toda la Iglesia.

En este sbado, sumemos nuestras oraciones por los nios del mundo que estn en riesgo. Tambin se debe incluir este asunto en los momentos de la Escuela Sabtica o en cualquier programa que se organice en este da.

Hay muchos pequeitos en el mundo que estn sufriendo y todos conocemos esta dura realidad. Millares de personas luchan arduamente para ayudarlos, pero tales esfuerzos son insuficientes.

Agradecemos su importantsimo apoyo.

Graciela de Hein Pr. Udolcy Zukowski

M. del Nio - DSA M. de Aventureros - DSA

presentacin

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El Sbado del Nio Adventista y Da del Aventurero es un da muy especial para nosotros. Reconocemos la importancia de nuestros nios y nuestra responsabi-lidad por ellos individualmente. En este ao deseamos poner en prctica nuestro lema de servicio al prjimo. Para eso, estamos proponiendo que durante todo el mes que antecede a esa fecha, el proyecto Pequeos Siervos sea divulgado en su iglesia y comunidad. Este proyecto consiste en reunir juguetes para entregar en un refugio, hogar de nios hurfanos y/o comunidad necesitada en el Da del Nio Adventista y Da del Aventurero.

La realizacin del proyecto es simple, pero necesitar organizacin y divulgacin en los sbados que anteceden al programa.

Los nios debern ser motivados a:

1. Donar sus juguetes usados, pero en buen estado de conservacin. 2. Reunir juguetes en la vecindad o tiendas.

Algunos consejos que ayudarn al xito del proyecto:

Motivar tambin a los adultos a trabajar junto con los pequeos. Es importante preparar una caja adornada y colocarla a la entrada de

la iglesia local, con el ttulo del proyecto, para juntar juguetes.

Conversar con los maestros de las clases infantiles y consejeros del Club de Aventureros, para que se haga el lanzamiento del proyecto, explicando tambin el objetivo y la razn de esta accin de la iglesia.

Recordar de divulgar el proyecto en los ltimos sbados previos al evento.

Observar que muchos refugios slo aceptan visitas programadas. Por eso, ser necesario elegir el hogar beneficiado o la comunidad necesitada.

La programacin de la visita con el responsable del lugar es muy importante, porque define la disponibilidad y determinadas medidas a tomar anticipadamente, para finalizar el proyecto con xito y evitar los imprevistos. Esto traer alegra y seguridad a nuestros nios al poner en prctica la ayuda al prjimo.

Celebrar este da, ciertamente, quedar en el recuerdo de nuestros nios.

Proyecto Pequeos Siervos

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La participacin en este proyecto motivar en los nios:

1. Generosidad2. Desprendimiento 3. Altruismo4. Amor al prjimo

El hecho de donar algunos de sus propios juguetes ayudar a los nios a romper el egosmo, desarrollando en ellos el placer de ayudar a los necesitados.

ESCENIFICACIN (antes del sermn): Qu puedo hacer para servirle?

NARRADOR: El mundo no es un lugar seguro para nuestros nios, porque en l hay guerras, injusticias y maldad en todas partes. Pero este es el mundo que Dios desea salvar. Es a este mundo que Dios desea comunicar su amor sin lmites. Nuestro buen Dios nos eligi para ser sus Pequeos Siervos. Lo nico que necesitamos preguntar es: Qu puedo hacer para servirte?

ESCENA: (Desde un rincn de la iglesia) Juan entra muy feliz, saltando, cantando y teniendo en la mano una bolsa con algunas manzanas. Sigue su camino hacia la escuela. No obstante, mientras hace su trayecto, en la calle (colocar dos per-sonas vestidas de nios de la calle con los pies descalzos, sentadas en otro rincn de la iglesia) Juan pasa frente a esos nios, pero despus se detiene, abre su bolsa y ve las manzanas. Cariosamente, se sienta al lado de ellos y les entrega una manzana a cada uno.

Despus, se despide de los nios y vuelve a su casa. Al regresar, se detiene en el centro de la iglesia y pregunta: Qu puedo hacer por ti?. Permanece all pensativo y dice: Ya s! Voy a llamar a mis amigos para que me ayuden!. Juan sale de la escena.

Enseguida, (mientras los nios de la calle quedan all mismo donde estn) Juan entra con un grupo de amiguitos y amiguitas (pueden participar cuantos nios deseen) que estn con las manos llenas de juguetes y ropas para aquellos nios. Todos se sientan en el piso y van mostrndoles sus regalos. Los nios de la calle demuestran alegra. En ese momento abrazan a los nuevos amiguitos y dicen a coro: Somos los Pequeos Siervos del Seor, todos salen ayudando a cargar los juguetes y felices.

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PEQUEOS SIERVOS: (Este sermn deber ser predicado por un adulto) HIMNOS: 502 - Brilla en el sitio donde ests / 497 - ManosINTRODUCCIN - La historia de la solidaridad: A todos nos gustan las buenas historias que hablan de cmo los animales son solcitos con los que no forman parte de su especie. Muchas veces llegamos a ver algunos casos en los noticieros. No hace mucho, una de esas historias conmovi al Reino Unido. Despus de diag-nosticrsele cataratas, el perro Terfel, de 8 aos, pas a vivir dentro de una cesta, casi sin moverse. Hasta que en un bello da, su duea, la britnica jubilada Judy Godfrey-Brown, adopt una gata.

Para sorpresa de Judy, la gata, bautizada Pwdidat, se acerc a la cesta donde Terfel acostumbraba pasar la mayor parte del tiempo y, enseguida, no slo persuadi al perro de salir de su cesta, sino que le ayud a encontrar el camino en torno de la casa donde viven, en Holyhead, en el pas de Gales, y hasta por el jardn, usando sus patas para guiarlo en la direccin correcta. Y desde entonces, la gata gua al perro y lo auxilia regularmente. Una historia conmovedora, que presenta trazos de aquello que Dios espera de nosotros, un corazn solidario. Pero, cuntos de nosotros hemos sido ver-daderamente solidarios?

I- DIOS ESPERA UN CORAZN DISPUESTO: ALa Palabra de Dios presenta de forma muy clara el tratamiento que l espera que cada ser humano conceda a su prjimo. Vamos a analizar dos de esos pasajes:

Deuteronomio 15:11Porque no faltarn menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirs tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.

Isaas 58:6-116 No es ms bien el ayuno que yo escog, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresin, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompis todo yugo?7 No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?8 Entonces nacer tu luz como el alba, y tu salvacin se dejar ver pronto; e ir tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehov ser tu retaguardia.9 Entonces invocars, y te oir Jehov; clamars, y dir l: Heme aqu. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacer tu luz, y tu oscuridad ser como el medioda.11 Jehov te pastorear siempre, y en las sequas saciar tu alma, y dar vigor a tus huesos; y sers como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

SERMN

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Esos dos textos resumen lo que Dios espera de aquellos que son sus hijos. El pri-mero habla sobre la realidad de nuestra sociedad, dividida en clases sociales y el segundo sobre lo que el Seor espera que hagamos, dadas las diferencias.

En los dos textos ledos, podemos percibir que, a pesar de que no es la voluntad de Dios que haya sufrimiento, pobreza y miseria sobre la tierra, estos son instru-mentos utilizados para revelar su carcter a los menos favorecidos, por intermedio de sus hijos. La siguiente historia ilustra bien ese objetivo divino:

Hace muchos aos, un pequeito pobre frecuentaba una iglesia, vistiendo siempre ropa remendada y zapatos gastados. Cierto da, un hombre sin fe, que lo vea pasar frente a su casa, quiso hacerle una broma. Cuando el chico regresaba de la iglesia, le pregunt:

Hola, pequeito, t crees en Dios?

El nio respondi:

S, creo que Dios existe y que nos ama mucho.Y piensas que l es tu amigo, que le caes muy bien?

S. l es mi mejor amigo.Entonces, si es tu gran amigo, por qu no te da ropa mejor y no te ayuda a comprar unos zapatos nuevos?

El nio, con una mirada firme, mir al hombre ateo y le dijo:

Ciertamente, Dios le encarg a alguien en este mundo que hiciera eso por m. Pero ese alguien todava no me vio o no me quiso ver.

El chico de la historia, a pesar de su pobreza, conoca muy bien el plan de Dios: ser visto a travs de sus hijos. Infelizmente, muchos de nosotros, como aquel escp-tico, vivimos como si la responsabilidad fuese de los dems. Con todo, al analizar el texto de Isaas, podemos afirmar que la orden es dirigida a cada uno de nosotros y tiene obligaciones y bendiciones para aquellos que son verdaderamente fieles.

Es cierto que hay ms oprimidos que ricos, pero la pregunta permanece: Cuntos estn dispuestos a extender la mano? Al analizar el texto de Isaas ms de cerca, podemos afirmar que:

II - DIOS ESPERA JUSTICIA1. Dios exige que repartamos nuestras bendiciones recibidas a los ms ne-cesitados. 2. Dios nos ordena que hagamos el bien, atendiendo a los ms pobres en todas las necesidades.3. La oracin de aquellos que cumplen la voluntad de Dios para con el po-bre ser atendida.4. Dios dice que estos que proceden as, andarn siempre en la luz y que su vida ser siempre saciada, aun en lugares ridos y sin vida.

III - DIOS ESPERA UN CRISTIANISMO PRCTICO: Un corazn solcito, que ama al dbil y necesitado, se alegra en comunicarse con Dios por medio de su vida abnegada y generosa. Ese es el corazn que Dios espera de sus hijos. Los que son parte de la familia de Dios tienen un corazn ligado al afligido y necesitado,

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siguiendo el ejemplo de Cristo, vacindose de s mismo y alimentando al ham-briento, tanto en el sentido fsico como en el espiritual.

Como cristianos que poseen un corazn que el Padre desea, debemos entender la realidad de este mundo de: (d nfasis a estas cifras)

Ms de 50 millones de personas sin hogar, segn la ONU. 2 mil millones de personas que viven en la miseria, lo que significa

tener menos de U$1,00 por da. 1 de cada 5 nios que sufre algn tipo de abuso y 1 de cada 10 nias

del mundo que sufre abusos sexuales. 35% de las mujeres del mundo que son vctimas de diversas atroci-

dades, segn la Organizacin Mundial de la Salud (OMS). 3,7 millones de nios hurfanos, solamente en Brasil. Eso sin citar

todas las dems calamidades y dolencias que afectan a las personas alrededor del mundo.

Continuamente vemos catstrofes sucediendo en todas partes y pocos se conmueven y estn a disposicin del Maestro. Levantamos la voz para decir que somos cristianos, pero nuestras manos estn llenas de nuestras conquistas y nuestro corazn es dema-siado egosta para ayudar. Estamos siempre esperando que el gobierno, el municipio, la escuela, que otro haga algo. Dnde est el problema? Por qu hemos actuado de esa forma? Por qu no tenemos el corazn que Dios quiere?

IV - DIOS DICE QUE ES DE PEQUEO QUE SE APRENDE (Prov. 22:6): Crecemos oyendo frases como esa (es de pequeo que se aprende). Entonces, si esto es verdad, podramos afirmar que cuando nios, dejamos de aprender lo que es la solidaridad? Pero usted suea con educar a su hijo de manera que l piense en el bien de los otros y sea solidario, cierto? Entonces, por qu crecemos y tenemos tanta dificultad para ser verdaderamente solidarios u ejercer el cristianismo verdadero?

(Estimado predicador, si lo desea, puede usar un cuadro, PowerPoint o cartel para dejar ms visibles los datos de la investigacin)

Un estudio reciente de la Universidad Harvard, en los Estados Unidos, investig sobre el asunto y vea la conclusin:

De los 10 mil estudiantes y sus familias entrevistados, se lleg a la siguiente conclusin:

Es la intencin del 96% de los padres tener hijos ticos y generosos. No obstante, los nios no estn absorbiendo esos valores.

Segn el relevamiento, 80% de ellos se preocupan ms por la felicidad propia que por el bienestar de los dems.

Para esos nios, los adultos estarn ms orgullosos si la prioridad es conquistar notas altas en la escuela participar en actividades comunitarias, por ejemplo, no sera algo valorado por la familia.

La respuesta de los nios presenta a sus padres dando poco o ningn valor a las acciones que suavicen el sufrimiento de otros, por lo menos, eso no es lo practicado.

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Los cientficos llegan hasta pedir a los padres que revean la forma como educan a los hijos, ya que la solidaridad es fundamental para que ellos crezcan y sean ciudadanos adaptados.

La prctica de la solidaridad, segn la investigacin de Harvard, tambin los ayudar a no practicar bullying o racismo, llevndolos a cultivar relaciones sanas, a respetar las diferencias, tener la voluntad de hacer el bien y, con todo eso, sern ms felices.

La conclusin de los investigadores de Harvard es que si los nios aprendieran a ser solidarios, ciertamente se sentiran ms felices.

No es sta exactamente la voluntad de Dios para nosotros? Que seamos felices! Usted puede hasta estar pensando: Pero yo enseo a mi hijo a ser solidario! Excelente, pero responda: Cul fue la ltima vez que su hijo presenci un acto de bondad para con el prjimo? Cuando alguien le pide una limosna, cul es su reaccin? Cul es el destino de ropas, calzados y utensilios que para usted no son ms tiles? Nuestros hijos han aprendido a valorar ms el concepto de xito de este mundo o estamos preparndolos aqu para ser ciudadanos del reino eterno?

Precisamos educar una generacin que viva el cristianismo puro y verdadero. Y qu religin es esa? Elena de White dice:

Qu es la verdadera religin? Cristo nos ha dicho que la verdadera religin es el ejercicio de la compasin, la simpata y el amor en el hogar, en la iglesia y en el mundo. Esta es la clase de religin para ensear a los hijos y es lo genuino. Enseadles que ellos no concentren sus pensamientos en s mismos, sino que por doquier hay seres humanos necesitados y dolientes, que hay un campo para la obra misionera. The Review and Herald, 12 de noviembre de 1895. {MB 39}.

V- DIOS DICE QUE LOS PADRES SON RESPONSABLES DE LOS HIJOS: Queridos padres, estamos viviendo los ltimos das de la historia de este mundo y el mal aumentar. Estamos llegando a un tiempo que blsamo alguno suavizar el sufrimiento humano, y pregunto: Qu tipo de generacin estamos formando? Quines son nuestros hijos? Qu ejemplo hemos dejado a los nios que Dios nos confi? Nuestros hijos necesitan:

Aprender en casa a travs del ejemplo abnegado y que estamos en este mundo para servir. Cristo, nuestro mayor ejemplo, no escatim esfuerzos para que sus discpulos aprendiesen esta leccin.

No ser librados de todo sufrimiento. Los momentos dolorosos son tan importantes como los de diversin. A travs de situaciones cotidianas que presenten diferentes problemas, ellos pueden entender mejor el mundo en el que viven y sern motivados a actuar unidos con la familia. As sabrn que es necesario el apoyo mutuo para la solucin de las dificultades de la vida.

Incentivar las amistades: Su hijo lleg de la escuela y cont que el padre de su compaero est enfermo. Converse y aconseje para que juegue con el amigo y le brinde afecto. Ensele a demostrar cario por el compaero. Si es posible, visiten a la familia.

Aprender que ser feliz es ver a otro feliz tambin: los nios, desde tem-prano, pueden absorber esa enseanza y entender la importancia de contagiarse de la alegra de los otros. Nuestros nios y nias, desde pequeos, necesitan aprender la regla de oro que es amar a Dios de todo corazn y al prjimo como a nosotros mismos. Pero recuerde: ellos

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aprendern a travs de nuestro ejemplo, de nuestras acciones diarias que demuestran el amor que tenemos. Jams sern pequeos siervos si en casa y al avanzar por nuestro camino, nos olvidamos de ensear.

La promesa de Dios es que, si vivimos as, luz irrumpir de nosotros, jams anda-remos en tinieblas y nuestra vida ser siempre abundante. Puede usted imaginar la vida que sus hijos tendrn en virtud de sus elecciones?

CONCLUSIN - Amor en accin - llamado(Llamar a todos los nios al frente para que sostengan un cartel bonito y bien colorido, con la frase: Nosotros somos pequeos siervos del Seor)

Querida iglesia, nuestro mundo clama por auxilio; nios, jvenes, adultos, extranjeros, viudas y hurfanos claman por migajas que caen de nuestras mesas. Los nios crecen cada da y necesitan recibir de la iglesia un ejemplo verdadero de amor abnegado. Vivimos aqu para ser un instrumento en las manos del Dios que hace milagros. l desea tocar, transformar y salvar vidas por nuestro inter-medio. Desea que el mundo le conozca a travs de nosotros y de nuestros nios. Debemos hacer algo en este sentido.

Aqu estn nuestros pequeos, vidos por brindarse, por aprender del verdadero amor que se da al afligido y desamparado, incondicionalmente. Qu ejemplo estamos enseando?

Durante todo este mes, la iglesia hizo una campaa de donacin de juguetes. Selec-cionamos lo mejor y elegimos un hogar de nios hurfanos. Hoy por la tarde haremos la distribucin con esos nios que sern instrumentos de Dios para llevar el milagro de la alegra a aquellos que fueron abandonados por los que ms deberan amarlos.Esos son los pequeos siervos del Seor, con todo, no queremos que esta sea solo una accin aislada. No es nuestro deseo que esto sea solamente por hoy, sino que sea una prctica, porque el mundo clama; mujeres, hombres, nios y ancianos claman y nosotros debemos atender. Vamos a comunicar a todos que existe un Dios en el cielo que se preocupa por el afligido y el contrito de corazn.

Queridos, la escritora Elena de White, cierta vez dijo: Los medios de los cuales dis-ponemos no parecern tal vez suficientes para la obra; pero si queremos avanzar con fe, creyendo en el poder de Dios que basta para todo, se nos presentarn abun-dantes recursos. Si la obra es de Dios, l mismo proveer los medios para reali-zarla. El recompensar al que confe sencilla y honradamente en l. Lo poco que se emplea sabia y econmicamente en el servicio del Seor del cielo, se multiplicar al ser impartido. [] Si vamos a la Fuente de toda fuerza, con las manos de nuestra fe extendidas para recibir, seremos sostenidos en nuestra obra, aun en las circunstan-cias ms desfavorables, y podremos dar a otros el pan de vida. {DTG 339}.

En esta maana, cuntos desean unirse a estos nios y ser un instrumento en las manos de Dios, para ser la respuesta al clamor de nuestro mundo? Que Dios nos ben-diga y nos fortalezca cada da para que sigamos este propsito de ser siervos del Seor!

Jorgeana Alves Longo

Profesora y esposa de pastor en la Unin Sur Brasilea