LIAHONA OCTUBRE 2002

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LIAHONA LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS OCTUBRE DE 2002

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LIAHONALA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS ■ OCTUBRE DE 2002

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LIAHONALA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS ■ OCTUBRE DE 2002

EN LA CUBIERTA“No temáis”, por Del Parson. Detrás: Ilustración fotográfica por Steve Bunderson.

CUBIERTA DE AMIGOSIlustración fotográfica por Steve Bunderson.

S E C C I Ó N G E N E R A L2 MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA: “NO TEMÁIS”

PRESIDENTE JAMES E. FAUST

18 JEREMÍAS: COMO EL BARRO DEL ALFARERO ÉLDER JEAN A. TEFAN

25 MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES: EL SOSTENER A LOS LÍDERES DEL SACERDOCIO

26 SETENTA AUTORIDADES DE ÁREA: “PARA QUE... TESTIFIQUEN DE MI NOMBREEN TODO EL MUNDO” ÉLDER EARL C. TINGEY

36 CLÁSICOS DE LIAHONA: UNIDAD EN EL MATRIMONIOPRESIDENTE SPENCER W. KIMBALL

42 VOCES DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍASUN TESTIMONIO VIVIENTE HELEN STURDEVANTLLEVAR SU NOMBRE RAÚL GARCÍAGENTE COMÚN MARIA MABILIAUN DÚO RUSO SWEN NIELSEN

48 CÓMO UTILIZAR LA REVISTA LIAHONA DE OCTUBRE DE 2002

S E C C I Ó N P A R A L O S J Ó V E N E S8 COCODRILOS ESPIRITUALES PRESIDENTE BOYD K. PACKER

12 ¡PELIGRO A LA VISTA! EVITEMOS LA TRAMPA DE LA PORNOGRAFÍA

22 PREGUNTAS Y RESPUESTAS: LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO ESTOY TRISTE. ¿QUÉ PUEDO HACER PARA SENTIRME MÁS FELIZ?

33 ÉL ME ESCUCHA VALERIA TELLO

34 LA REVISTA LIAHONA FUE MI GUÍA FILIPE S. ZAVALE

47 ¿SABÍAS QUE...?

A M I G O S2 VEN Y ESCUCHA LA VOZ DE UN PROFETA: LA ORACIÓN

PRESIDENTE GORDON B. HINCKLEY, PRESIDENTE THOMAS S. MONSON Y PRESIDENTE JAMES E. FAUST

4 TIEMPO PARA COMPARTIR: LA FE NOS AYUDA A ESCOGER LO CORRECTOVICKI F. MATSUMORI

6 “LLEGARÁ EL MOMENTO” SHAUNA GIBBY

9 RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO: EL SALVADOR VA A JERUSALÉN; LA OFRENDA DE LA VIUDA

14 CANCIÓN: MI MODO DE ACTUAR L. CLAIR LIKES Y VANJA Y. WATKINS

16 PARA TU DIVERSIÓNLOS “PRIMEROS” TEMPLOS ANN WOODBURY MOORELA TÚNICA DE COLORES DE JOSÉ MARIAM GRISHAM

VÉASE LA PÁGINA 34

VÉASE LA PÁGINA 12

VÉASE AMIGOS,PÁGINA 2

VÉASE LAPÁGINA 36

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COMENTARIOS..

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LIAHONA, octubre de 2002Vol. 26, Número 10 22990-002Publicación oficial de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días, en el idioma español.

La Primera Presidencia: Gordon B. Hinckley, Thomas S. Monson, James E. Faust

El Quórum de los Doce Apóstoles:Boyd K. Packer, L. Tom Perry, David B. Haight, Neal A. Maxwell, Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks, M. Russell Ballard, Joseph B. Wirthlin, Richard G. Scott,Robert D. Hales, Jeffrey R. Holland, Henry B. Eyring

Editor: Dennis B. NeuenschwanderAsesores: J. Kent Jolley, W. Rolfe Kerr, Stephen A. West

Administradores del Departamento de Cursos de Estudio:Director administrativo: Ronald L. KnightonDirector de redacción: Richard M. RomneyDirector de artes gráficas: Allan R. Loyborg

Personal de redacción:Editor administrativo: Marvin K. GardnerEditora administrativa ayudante: Jenifer L. GreenwoodEditor asociado: Roger TerryEditora ayudante: Lisa Ann JacksonRedactora adjunta: Susan BarrettAyudante de publicaciones: Collette Nebeker Aune

Personal de diseño:Gerente de artes gráficas: M. M. KawasakiDiseño artístico: Scott Van KampenDiseñadora principal: Sharri CookDiseñadores: Thomas S. Child, Randall J. PixtonGerente de producción: Jane Ann PetersProducción: Reginald J. Christensen, Denise Kirby, Kelli Pratt, Rolland F. Sparks, Kari A. Todd, Claudia E. WarnerPreimpresión digital: Jeff Martin

Personal de subscripción:Director de circulación: Kay W. BriggsGerente de distribución: Kris T Christensen

Coordinación de Liahona: Enrique Resek

Para saber el costo de la revista y cómo suscribirse a ellafuera de Estados Unidos y Canadá, póngase en contactocon el Centro de Distribución local o con el líder delbarrio o de la rama.

Las colaboraciones y los manuscritos deben enviarse aLiahona, Floor 24, 50 East North Temple, Salt Lake City,UT 84150-3223, USA; o por correo electrónico a: [email protected]

Liahona (un término del Libro de Mormón que significa“brújula” o “director”) se publica en albanés, alemán,armenio, búlgaro, camboyano, cebuano, coreano,croata, checo, chino, danés, esloveno, español, estonio,fidji, finlandés, francés, haitiano, hiligayanón, holandés,húngaro, iloko, indonesio, inglés, islandés, italiano,japonés, kiribati, letón, lituano, malgache, marshallés,mongol, noruego, polaco, portugués, rumano, ruso,samoano, sueco, tagalo, tailandés, tahitiano, tamil,telugu, tongano, ucraniano y vietnamita. (La frecuencia de las publicaciones varía de acuerdo con el idioma.)

© 2002 por Intellectual Reserve, Inc. Todos losderechos reservados. Impreso en los Estados Unidos deAmérica.

Para los lectores de México: Certificado de Licitud de título número 6988 y Licitud de contenido número5199, expedidos por la Comisión Calificadora dePublicaciones y revistas ilustradas el 15 de septiembrede 1993. “Liahona”© es nombre registrado en laDirección de Derechos de Autor con el número252093. Publicación registrada en la DirecciónGeneral de Correos número 100. Registro del S.P.M. 0340294 características 218141210.

For readers in the United States and Canada:October 2002 Vol. 26 No. 10. LIAHONA (USPS 311-480) Spanish (ISSN 0885-3169) is published monthly byThe Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 50 EastNorth Temple, Salt Lake City, UT 84150. USA subscriptionprice is $10.00 per year; Canada, $15.50 plus applicabletaxes. Periodicals Postage Paid at Salt Lake City, Utah, andat additional mailing offices. Sixty days’ notice required forchange of address. Include address label from a recentissue; old and new address must be included. Send USAand Canadian subscriptions to Salt Lake DistributionCenter at the address below. Subscription help line: 1-800-537-5971. Credit card orders (Visa, MasterCard,American Express) may be taken by phone. (Canada PosteInformation: Publication Agreement #40017431)

POSTMASTER: Send address changes to Salt LakeDistribution Center, Church Magazines, PO Box 26368,Salt Lake City, UT 84126-0368.

COMPLACIDO CON EL EJEMPLAR SOBRE LA

OBRA MISIONAL

Quedé complacido al encontrar muchosartículos sobre la obra misional en el ejem-plar de la revista Liahona de octubre de2001, pues me ayudaron a tener una mayorcomprensión de lo importante que es la mi-sión y qué se siente al ser misionero regular.Disfruté de la lectura de cada artículo yéstos fortalecieron mi deseo de servir en unamisión.

Christián Herrera Mejía, Barrio Framboyanes, Estaca Izapa, Tapachula, México

CONMOVIDO POR MI PRIMERA REVISTA

LIAHONA

Ya tenía el deseo de servir en una mi-sión, pero me conmovió tanto el ejemplarde la revista Liahona (en inglés) de octubrede 2001, que sentí que debía empezar de in-mediato a prestar servicio misional. El mesde octubre de 2001 fue el primer mes denuestra suscripción y la revista me gustamucho.

Allwyn Arokia Raj Kilbert, Rama Coimbatore 1, Distrito Bangalore, India

PEDÍ UN EJEMPLAR

Tras unirme a la Iglesia, seguí oyendosobre la revista Liahona (en francés), peroen realidad no sabía lo que era, hasta queun día le pedí un ejemplar a un amigo.

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Después de leerlo, me sentí lleno de gozo ydel Espíritu. Gracias a la revista, me estoypreparando para ir a la misión.

Marc Henry Simon, Rama Les Cayes, Distrito Les Cayes, Haití

UN LECTOR FIEL DE ALBANIA

Soy un lector fiel de la revista Liahona(en albanés) y me gustan mucho la infor-mación, las noticias, los mensajes y los rela-tos que se publican en ella. Me sientoagradecido por poder leerla en mi propioidioma.

Me bauticé en septiembre de 2001 a los70 años de edad. Siete años antes quedéparalizado del brazo y de la pierna izquier-dos; mientras estaba enfermo, los misione-ros llegaron a mi casa y me hallaronconfinado en cama, por lo que me dieronbendiciones del sacerdocio y también meenseñaron el Evangelio de Jesucristo.Había perdido el deseo y la voluntad de leerhasta que compartieron conmigo un folletosobre José Smith. Les pedí cualquier cosaque me pudieran dar para leer. Aunque miesposa se bautizó pronto, a mí me llevó mástiempo; pero ahora me siento agradecidopor ser miembro de La Iglesia de Jesucristode los Santos de los Últimos Días.

Agim Shehu, Rama Tirana 4, Distrito Tirana, Albania

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por el presidente James E. FaustSegundo Consejero de la Primera Presidencia

“No

TEMÁIS”

MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA

Cuando pensamos en el profeta JoséSmith, nos damos cuenta de que fue unhombre que poseía muchos atributosextraordinarios. Ciertamente, el valorera uno de esos atributos. Aun a la tier-na edad de siete años, no permitió queel temor influyera en sus decisiones.

Contrajo un tifus que degeneró en una llaga supuranteque se le alojó en la pierna izquierda. Para salvarle lapierna, los médicos realizaron una incisión profunda y leextirparon varios fragmentos del hueso afectado. Poraquel entonces no había anestesia, pero ya despuntabanlos brotes de la grandeza mientras el joven José soporta-ba esa dolorosísima operación, con tan sólo el consueloque recibía mientras su padre lo sostenía entre sus brazos.

MIEDO AL DOLOR

Puedo entender la experiencia del profeta José porqueme sucedió algo parecido. Cuando era niño, me gustabamucho caminar por los campos y los prados, y nadar enlos arroyos y en los estanques. Mi padre me enseñó acazar y a pescar. Un verano, mi familia se fue de excur-sión a Wanship, Utah. Acampamos en unas tiendas entrelos árboles que crecían en las orillas del río. Nos acom-pañaban otras familias, amigos de nuestros padres, lasque acamparon cerca de nosotros. Una tarde, unos demis jóvenes amigos y yo nos fuimos a cazar alimañas, a las

El joven y valiente José Smith soportó una dolorosísi-

ma operación, con tan sólo el consuelo que recibía

mientras su padre lo sostenía entre sus brazos.

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que se consideraba una plaga, pues se comían los brotesque servían de pasto para las ovejas. Teníamos rifles delcalibre 22 y yo recibí un disparo accidental en la pierna,por encima de la rodilla, casi a bocajarro. Cuando la balame atravesó la pierna, sentí como si un atizador al rojovivo me atravesara la carne. A continuación sentí la san-gre cálida manar del agujero en la pierna, por dondehabía pasado la bala. Llamé a mi padre para mostrarle losucedido, y tanto él como otros hombres me administra-ron los primeros auxilios para detener la hemorragia, yluego me metieron en nuestro auto para llevarme al mé-dico más cercano, que estaba en Coalville.

Luego de depositarme sobre la mesa de operaciones yexaminar la herida con detenimiento, el médico decidióque lo primero que debía hacer era esterilizar el agujeroque la bala había causado en la pierna. Cuando vi cómoiba a hacerlo, tuve miedo de dos cosas: tuve miedo deldolor y también de echarme a llorar. No quería llorar por-que deseaba que mi padre supiera que ya no era un niño.En mi corazón, ofrecí una oración para que mi PadreCelestial me ayudara a no llorar, sin importar lo muchoque me doliera aquello.

El médico tomó una varilla como las que se usan paralimpiar los cañones de las armas. En el extremo de la va-rilla había un hueco al que sujetó una gasa que impregnóde solución esterilizante. Entonces tomó la varilla y lapasó por el agujero de la pierna. Cuando salió del otro ex-tremo, cambió la gasa, puso más antiséptico y la extrajonuevamente por el agujero, operación que repitió tres ocuatro veces más. Dolía bastante, especialmente cuandopasaba cerca del hueso, pero mi padre me tomó de la

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mano y yo apretaba los dientes y cerraba los ojos, mien-tras intentaba mantenerme inmóvil. Mi Padre Celestialhabía escuchado mi callada oración, pues parecía no do-lerme tanto como yo me había esperado, y no lloré. Laherida sanó rápidamente y por completo; la pierna novolvió a molestarme jamás, ni siquiera cuando hacía de-porte en la secundaria y en la universidad. Desde enton-ces he desarrollado cierta empatía hacia el profeta José,pues sabía que también él había padecido una terrible he-rida en la pierna, que ésta se había curado y que mástarde se le describió como un hombre fuerte y sano.

EL TEMOR NO TIENE POR QUÉ DOMINARNOS

Aunque desde entonces he tenido problemas y difi-cultades en la vida, he intentado hacerles frente de lamejor manera posible, confiando más en la ayuda denuestro Padre Celestial que en el consuelo de las lágri-mas. Aprendí la lección que dice que, si no permitimosque la pena y el dolor nos paralicen con un estupor deinactividad, las cargas de la vida no parecen ser tan gran-des. Como hijos de nuestro Padre Celestial, debemosaprender a ser felices, a confiar en Él y a no tener miedo.

Los Estados Unidos de América y muchos otros paíseshan caído en un estado de temor a causa de los ataquesterroristas del 11 de septiembre de 2001. Esto no es nadanuevo en la historia del mundo. En la historia de los ne-fitas, el terror y el asesinato desempeñaban un papel fun-damental en la estrategia de los ladrones de Gadiantón.El terror desencadenado en este nuevo milenio ha sidohábilmente ideado para asustarnos, pero el temor notiene por qué dominarnos. La consiguiente amenaza delántrax se contempla como un daño de carácter más psi-cológico, pues es menos obvio que el choque de un avión.Sin embargo, hacemos frente a riesgos mucho más co-munes, como las infecciones bacteriológicas, que se suce-den a diario. Tenemos una mayor disposición paraaceptar riesgos con los que estamos familiarizados, comomanejar un auto o incluso cruzar la calle.

Satanás es nuestro mayor enemigo y trabaja noche y día para destruirnos. Sin embargo, el temor al poder de Satanás no tiene por qué paralizarnos, puesto que no puede tener poder sobre nosotros a menos que se lo

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permitamos. En realidad él es un cobarde y si nos mante-nemos firmes, se retirará.

En la obra clásica infantil El jardín secreto, la escritoraFrances Hodgson Burnett relata la historia de una huér-fana, Mary Lennox, que es llevada a la casa de su tío,donde conoce a su primo, Colin, que lleva una vida dereclusión. Aunque no le sucede nada malo, le paraliza eltemor de convertirse en un jorobado si sigue viviendo yse ha convencido de que morirá pronto.

Mary Lennox es una niña solitaria que ha decidido notener interés por nada. Un día, mientras camina por lahacienda de su tío, tropieza con la llave para entrar a unjardín circundado por un muro elevado. Una vez queentra en el jardín, tiene lugar una transformación. Al tra-bajar por devolver al jardín su esplendor pasado, ella ex-perimenta un rejuvenecimiento de ánimo. Se persuade aColin para que abandone su sombrío cuarto y vaya al jar-dín, y la autora escribe este comentario:

“Mientras Colin se encerraba en su cuarto y pensabasólo en sus temores y debilidades, en cuánto detestaba ala gente que le miraba, y reflexionaba a cada hora en jo-robas y en una muerte temprana, se convertía en un pe-queño hipocondríaco histérico y medio loco que no sabíanada de la luz del sol ni de la primavera, y que tampocosabía que podía curarse y ponerse de pie si tan sólo lo in-tentaba. Cuando los pensamientos nuevos y hermososcomenzaron a reemplazar a los espantosos anteriores,empezó a gozar de la vida, la sangre manó saludablemen-te por entre sus venas y la fortaleza se derramó sobre élcomo un diluvio... Pueden acontecerle cosas mucho mássorprendentes a cualquiera que, teniendo un pensamien-to desagradable o desanimado, tenga la sensatez de re-cordar a tiempo el poder expulsarlo y sustituirlo por unoagradable y valeroso. No puede haber dos cosas en unmismo lugar.

“ ‘Donde se plantan rosas, querido amigo,no crecen cardos’”1.

NUESTRO PADRE CELESTIAL NOS CONSOLARÁ

Recordemos que el Señor ha dicho: “Pues aun vues-tros cabellos están todos contados” para el Padre. “Así

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Al trabajar para devolver al jardín su esplendor pasado, Mary Lennox, personaje de la obra El jardín secreto,

experimenta un rejuvenecimiento de ánimo. Se persuade a su primo, Colin, para que abandone su sombrío

cuarto y entre al jardín, y la entereza se derrama sobre él.

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que, no temáis” (Mateo 10:30–31). Él nos conoce, nosama y conoce nuestras necesidades; nos consolará si tansólo confiamos en Él, en Su bondad y sabiduría.

Hay muchas cosas que no podemos cambiar. Todos te-nemos dificultades y padecemos decepciones, pero éstasse convierten con frecuencia en oportunidades. El Señorpuede medir nuestra fortaleza según cómo resolvamos lasdificultades que surjan en la vida. Él dijo al profeta JoséSmith: “...entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien” (D. y C.122:7).

En ocasiones el Señor permite que tengamos pruebasa fin de que nos transformemos en siervos productivos.En nuestro afán por tener éxito, a menudo no nos damoscuenta de que el Señor está intentando alejarnos delfalso orgullo y de la vana ambición para poder instruirnosen el discipulado. Su ojo que todo lo ve está sobre noso-tros y siempre nos observa, ya que Él es nuestro PadreCelestial Eterno. Cuando vengan las pruebas —y de se-guro que todos tendremos pruebas durante nuestra vida

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terrenal— no nos hundamos en el abismo de la auto con-miseración, sino recordemos quién está al timón; recor-demos que Él está ahí para guiarnos por entre lastormentas de la vida.

NO PERMITAMOS QUE EL TEMOR INFLUYA EN NUESTRAS

DECISIONES

Se cuenta la historia de un barco que pasaba por difi-cultades durante una fuerte tormenta cerca de las costasde Holanda:

“Partieron varios hombres en un bote de remos pararescatar a la tripulación de la barca pesquera. Las olaseran enormes y cada uno de esos hombres tenía quehacer un tremendo esfuerzo con los remos a fin de llegarhasta los desafortunados marineros en medio de la oscu-ridad de la noche y la furia de los elementos.

“Finalmente llegaron hasta ellos, pero resultó que elbote era demasiado pequeño para acomodar a todos losnáufragos y, debido a que simplemente no había lugarpara él, uno de los hombres tuvo que quedarse a bordo de

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la barca pesquera; de otro modo habría sido demasiadogrande el riesgo de hundirse en el mar. Cuando los salva-dores llegaron a la playa, había muchas personas espe-rando ansiosas con antorchas para alumbrar la negranoche. Los mismos hombres no podían regresar a buscaral náufrago, pues se encontraban exhaustos por haber lu-chado contra los vientos violentos, las olas y la lluviaarrolladora.

“Entonces, el capitán de guardacostas pidió volunta-rios para hacer un segundo viaje; entre los que dieron unpaso al frente sin vacilar había un joven de diecinueveaños llamado Hans; éste, vestido con ropas impermea-bles, estaba allí acompañado por su madre, viendo lasoperaciones de rescate.

“Cuando el joven se adelantó, la madre, aterrada, lerogó: ‘Hans, te lo suplico, no vayas. Tu padre murió en elmar cuando tenías cuatro años y tu hermano mayor Petelleva más de tres meses desaparecido. ¡Eres el único hijoque me queda!’

“Pero Hans le respondió: ‘Madre, siento que debo ha-cerlo. Es mi deber’. Su madre se echó a llorar y cuandoHans subió al bote, tomó los remos y desapareció en lanoche; ella, inquieta, empezó a caminar de arriba paraabajo en la playa.

“Tras una ardua lucha con aquella mar embravecida,una lucha que duró más de una hora (que para la afli-gida madre de Hans debe de haber sido como una eter-nidad), el bote apareció ante la vista. Cuando losrescatadores llegaron lo bastante cerca de la playa para escucharlo, el capitán de guardacostas hizo bocinacon las manos y preguntó, gritando con todas sus fuerzas para hacerse oír a través de la tormenta: ‘¿Losalvaron?’.

“La gente que iluminaba el mar con sus antorchas vioa Hans levantarse de su asiento de remero y gritar contodas sus fuerzas: ‘¡Sí! ¡Y dígale a mi madre que es mihermano Pete!’”2.

En otra ocasión, en otro mar, los Apóstoles de la anti-güedad estaban en una barca “azotada por las olas; por-que el viento era contrario.

“Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellosandando sobre el mar.

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“Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se tur-baron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

“Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tenedánimo; yo soy, no temáis!” (Mateo 14:24–27).

No permitamos que el temor influya en nuestras deci-siones y recordemos siempre ser de buen ánimo, deposi-tar nuestra fe en Dios y vivir dignos de Su dirección.Cada uno de nosotros tiene derecho a recibir inspiraciónpersonal para guiarnos a lo largo de nuestro período deprueba aquí en la tierra. Ruego que vivamos así, para quenuestro corazón esté siempre receptivo en todo momen-to a los susurros y al consuelo del Espíritu. �

NOTAS1. The Secret Garden (1987), págs. 338–339. 2. Jacob de Jager, “¿A quién salvaremos?”, Liahona, febrero de

1977, pág. 24.

IDEAS PARA LOS MAESTROS ORIENTADORES

A continuación se indican algunos ejemplos de laforma en que se podría compartir este mensaje:

1. Invite a los integrantes de la familia a que describana una persona valiente. Haga que se turnen para leer envoz alta la historia del profeta José Smith y del presiden-te Faust cuando ambos eran niños.

2. Muestre una planta a los miembros de la familia einvíteles a contar lo que sepan sobre el tener éxitocomo jardinero. ¿Cómo se puede aplicar el dicho“Donde se plantan rosas, no crecen cardos” al superarlos temores?

3. Muestre a la familia la lámina de la página 7 de esteejemplar y pídales que se imaginen cómo habría sido sihubieran estado en esa barca. Lean Mateo 14:22–27 ydespués hable de una ocasión en la que el depositar su feen Dios le haya ayudado a ser de buen ánimo. Los miem-bros de la familia también pueden compartir experienciassemejantes.

Los Apóstoles de la antigüedad estaban en una barca

“azotada por las olas; porque el viento era contrario.

Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos

andando sobre el mar”.

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COCODRIL

por el presidente Boyd K. PackerPresidente en Funciones del Quórum

de los Doce Apóstoles

COCODRIL

“No puede ser”, le repliqué.“Cualquiera puede ver queno hay cocodrilos ahí”.¡Pero de pronto, lo vi!

Siempre he tenido interés enlos animales y en los pájaros.Cuando aprendí a leer, busca-

ba libros sobre éstos y llegué a sabermucho en cuanto al tema. De ado-lescente podía nombrar a casi todoslos animales africanos y podía distin-guir un antílope de un impala, o unagacela de un ñu.

Siempre había querido ir a Áfricay ver los animales de cerca y, por fin,un día se me presentó la oportuni-dad. A la hermana Packer y a mí senos asignó viajar por Sudáfrica.Teníamos un horario muy agotador yhabíamos dedicado ocho capillas ensiete días.

El presidente de la misión fue

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poco explícito acerca del programapara el 10 de septiembre, que es eldía de mi cumpleaños. Yo pensabaque regresaríamos a Johannesburgo,Sudáfrica, pero él tenía otros planes.“A algo de distancia hay un parquezoológico”, explicó; “he alquilado unauto y mañana, para festejar su cum-pleaños, lo recorreremos para ver decerca los animales africanos”.

Debo aclarar que en esos parqueszoológicos de África la situación es di-ferente: allí las personas son quienesestán en “jaulas”, y a los animales losdejan sueltos en completa libertad.Para ello, los visitantes llegan ya avan-zada la tarde a unos refugios dondepasan la noche, protegidos por altas

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¡Y de repente, creí!

“No sólo hay

cocodrilos en los

ríos, sino que están

por todo el parque”,

dijo.

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OS espiritualesOS espirituales

verjas. Después del amanecer se lespermite salir en auto a recorrer elparque, pero está prohibido bajarsedel vehículo.

La cena se retrasó un poco y, por lotanto, hacía buen rato que había os-curecido cuando nos pusimos en ca-mino para dirigirnos a nuestra aisladacabaña. Habíamos recorrido una dis-tancia relativamente corta por la an-gosta senda, cuando el motor dejó defuncionar. Encontramos una linternaen el auto y me bajé por un momentopara ver si podía darme cuenta de loque tenía. Al bajarme, la luz de la lin-terna iluminó el suelo, ¡y lo primeroque vi fueron las inconfundibles hue-llas de un león!

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De vuelta en el auto, nos dimos por satisfechos con pasar la noche allí. Afortunadamente, fuimosrescatados por el conductorde un camión de combusti-ble que había salido tardedel refugio porque habíatenido un problema.

A la mañana si-guiente nos llevaronde regreso al refu-gio. No teníamosautomóvil y no po-díamos disponer deotro sino hasta esatarde. Nuestro díaen el parque se habíaquedado en nada, y

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Afortunadamente,

contamos con prime-

ros auxilios espiritua-

les para

aquellos que

hayan recibi-

do esos

“mordiscos”.

El obispo del

barrio es el en-

cargado de adminis-

trarlos y él también

cuenta con el poder

de curar a aquellos

que hayan sido mo-

ralmente mutilados

por esos enemigos,

curarlos hasta el

punto de que sean

completamente

sanados.

yo le dije adiós al sueño de toda mivida.

Me puse a hablar con un jovenguarda del parque y él se sor-prendió mucho al ver que yoconocía y distinguía muchasde las aves africanas, y seofreció a ayudarnos.“Estamos edificando unnuevo punto de observa-ción cerca de una char-ca. Queda a unos 32 km del refugio”, dijo.“Aunque todavía no estáterminado, es un lugar se-guro. Les llevaré hasta allácon el almuerzo. Desde allípodrán ver muchos animalesmás que si hubieran recorrido elparque en auto”.

Mientras nos dirigíamos al lugar,se ofreció a mostrarnos algunos leo-nes. Manejó por entre la maleza y rá-pidamente localizó un grupo dediecisiete leones dormidos y pasamospor entre ellos.

En el camino, nos detuvimos tam-bién en las cercanías de una charcapara observar a los animales que ibana beber. Había habido una gran se-quía y el agua escaseaba por todoslados; realmente lo único que se veíaeran barrizales. Cuando los pesadoselefantes caminaban sobre aquelfango, el agua se filtraba a través de ladepresión que sus patas dejaban en elterreno, y allí bebían los animales.

Los antílopes, en particular, se po-nían muy nerviosos al acercarse a lospequeños charcos; lo hacían cautelo-samente y después, sin razón aparen-te, salían corriendo asustados sinhaber bebido. Miré alrededor paraver si había algún león o tigre en lasinmediaciones, pero no vi nada.

Entonces le pregunté a nuestro guíapor qué no bebían. Su respuesta en-cerró toda una lección para mí:“Los cocodrilos”.

Pensé que estaría bro-meando, así que repetí la pre-gunta con seriedad. “¿Cuáles el problema?” “Los coco-drilos”, volvió a decirme.

“No puede ser”, le repli-qué. “Cualquiera puede verque no hay cocodrilos ahí”.

Pensé que estaba divirtién-dose a costa de un extranjero aquien consideraba inexperto. Porfin, le supliqué que nos dijera laverdad. Quisiera recordarles queyo estaba bastante bien informa-do, pues había leído muchos li-bros. Además, cualquiera puededarse cuenta de que es imposible

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que un cocodrilo se escondaen la huella que deja un ele-

fante en el barro.El joven se dio perfecta cuenta de

que yo no le creía y supongo que de-cidió darme una lección. Para ello di-rigió el vehículo hacia un alto

terraplén desde donde se podíaver toda la charca. “Allí los

tiene”, me dijo. “Véalosusted mismo”.

No podía ver nadamás que el lodo, las por-ciones de agua empoza-da y, en la distancia, losanimales asustados ¡Pero

de pronto, lo vi! Era un

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Adaptado de un discurso pronunciado en

la conferencia general de abril de 1976.

enorme cocodrilo, acechando desdeel lodo que lo cubría casi totalmente,en espera de algún incauto animalque, vencido por la sed, bajara abeber.

¡Y de repente, creí! Cuando el guar-da vio que estaba dispuesto a escuchar,prosiguió con la lección. “No sólo haycocodrilos en los ríos, sino que están portodo el parque y especialmente cerca delos depósitos de agua. ¡Más vale que locrea!”.

La verdad es que fue más bonda-doso conmigo de lo que yo merecía,por mi incredulidad. Mi actitud de“sabelotodo” ante su primera adver-tencia sobre los “cocodrilos” podríahaber traído aparejada una invita-ción suya de que me acercara parasalir de dudas.

Me parecía tan claro que no podíahaber ningún cocodrilo escondidoallí y me sentía tan seguro de mí, queprobablemente me hubiera acercadosin temor. Mi arrogancia me hubieracostado la vida. Pero el guía fue losuficientemente paciente como paraenseñarme.

Espero que al hablar con sus guíassean más sabios de lo que yo fui enaquella ocasión. La presumida ideaque tenía sobre mis conocimientosno era digna de mí, ni tampoco losería de ninguno de ustedes. No mesiento orgulloso de ello y me daríavergüenza contarlo si no fuera por-que creo que puede servirles deayuda.

Aquellos que los han precedido enla vida han inspeccionado las “char-cas” y elevan su voz de advertenciapara prevenirles contra los “cocodri-los”; no los grandes reptiles que pue-den devorarlos en un abrir y cerrar deojos, sino los cocodrilos espirituales,

que son infinitamente más peligrosos,por ser aún más engañosos y menosvisibles que los que se esconden alacecho en las charcas de África.

Esos cocodrilos espirituales pue-den matar o mutilar su alma y des-truir su paz mental y la de aquellosque les aman. Ésos son los “reptiles”contra los cuales es necesario queestén prevenidos, porque difícilmen-te encontrarán un lugar en el mundoque no esté infestado de ellos.

En otro viaje que hice a África co-menté esta experiencia a un guardade otro parque y me confirmó que enla huella de un elefante puede escon-derse un cocodrilo de tamaño sufi-ciente como para partir a un hombreen dos.

Me mostró el lugar donde ocurrióuna tragedia. Un joven de Inglaterrase encontraba trabajando en el hoteldurante la temporada de verano. Apesar de las repetidas y constantesadvertencias que le habían hecho,un día saltó la verja protectora y sedirigió hacia un charco cuya agua noalcanzaba a cubrir los zapatos.

“No se había internado ni dospasos cuando lo atacó un cocodrilo”,me dijo el guarda. “No pudimoshacer nada para salvarle”.

Aceptar guía y consejo de otraspersonas parecería ir en contra denuestra naturaleza humana, espe-cialmente en la época de la juven-tud. Sin embargo, no obstante laconvicción que podamos tener de lomucho que sabemos, o el deseo quesintamos de hacer algo, hay veces enque nuestra existencia misma depen-de de la atención que pongamos anuestros guías.

Es terrible pensar en lo que le su-cedió al joven que fue devorado por

O C T U B R E D E 2 0 0 2

11

el cocodrilo. Pero eso no es lo más te-rrible que le puede suceder a unapersona. Hay peligros morales y espi-rituales mucho más aterradores quela idea de ser devorado por un mons-truoso reptil.

Afortunadamente, contamos consuficientes guías para evitar que estascosas nos sucedan, si estamos dis-puestos a oír su voz de advertencia.Si prestan atención al consejo de suspadres, sus líderes y sus maestrosmientras son jóvenes, aprenderántambién a seguir al guía más seguro einfalible de todos: los susurros delEspíritu Santo. Y a eso se le llama re-velación personal. Hay medios porlos cuales recibimos un aviso sobrelos peligros espirituales. De igualmodo que ese guía me previno con-tra los cocodrilos, ustedes puedenpercibir las señales de advertenciacontra los cocodrilos espirituales queacechan.

Afortunadamente, contamos conprimeros auxilios espirituales paraaquellos que hayan recibido esos“mordiscos”. El obispo del barrio esel encargado de administrarlos y éltambién cuenta con el poder decurar a aquellos que hayan sido mo-ralmente mutilados por esos enemi-gos, curarlos hasta el punto de quesean completamente sanados.

La experiencia que tuve en Áfricafue para mí otra señal de que deboseguir al Guía, y lo sigo porque así lo deseo. Testifico que Él vive, queJesús es el Cristo. Y sé que Él tieneun cuerpo de carne y huesos, que di-rige Su Iglesia y que Su propósito esconducirnos sanos y salvos de regre-so a Su presencia. �

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¡PELIGRO A LA

¿Caminarías hasta el borde de una sima y te arriesgaríasa quedarte atrapado en ella, o te quedarías bien lejos desu peligro para recibir todo lo que tu Padre Celestialdesea darte?

ILU

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CIO

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PO

R PA

UL

MAN

N.

Evitemos la trampa de la pornografía

Has disfrutado de un día increíble en la montaña ne-vada, el ascenso más desa-

fiante que tú y tus amigos han intentadojamás. Cerca de la cumbre descubresuna sima muy profunda, el tipo de simaque puede tragarse a un excursionistasin dejar rastro. ¿Caminarías hasta elborde resbaladizo y lo arriesgarías todo?¿Avisarías a los que vienen detrás o de-jarías que descubrieran el peligro por símismos?

La pornografía es como esa sima.Uno de sus mayores peligros es que talvez ni te des cuenta de lo traicioneraque es hasta que caes en su trampa.Tres jóvenes Santos de los ÚltimosDías compartieron sus testimonios deforma anónima, por lo que les llamare-mos Juan, David y Andrés. Esperan

que sus experiencias ayuden a otraspersonas a evitar esa trampa, y a losque estén pasando por una lucha se-mejante, les ofrecen consejo sobrecómo escapar de ella.

Juan: Crecí en la Iglesia y tengo untestimonio; sin embargo, hay unaparte de mi vida que pocas personasconocen. A la edad de siete años solíaver un póster pornográfico colgado enla pared del cuarto de un vecino ado-lescente, causando semejante impre-sión en mi mente que era incapaz deolvidarlo. Los pensamientos indignosme llevaron a un hábito indigno quecreía no poder dejar.

David: Cuando tenía unos doceaños, fui a la casa de un amigo y melo encontré alrededor de una compu-tadora junto con un buen número de

chicos del vecindario. Yo dije bro-meando: “¿Qué hacen? ¿Están vien-do pornografía?”.

Ellos dijeron: “¿Cómo lo adivinas-te? Ven, échale un vistazo”.

Ése fue el comienzo de un proble-ma en mi vida. Al poco tiempo em-pecé a utilizar la computadorafamiliar para buscar más y más imá-genes.

Andrés: Por lo general, no te dascuenta de que tienes un problemasino hasta que estás tan metido en élque no encuentras la manera de re-solverlo. Eso es lo que me pasó a mí.Tenía curiosidad y justifiqué lo quehacía con la pornografía diciéndomeque era algo que también hacían losdemás chicos de la escuela y que noparecía ser un grave problema paraellos.

¿UN VISTAZO O VOLVERSE ADICTO?

Al principio la pornografía estimu-la la curiosidad. En cierta forma,

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VISTA!

echar nada más que un vistazo no pa-rece resultar peligroso. Todos hemosido a una tienda a mirar, no a com-prar. Pero ésta es una tienda enormecon mercancía casi ilimitada. Una vezdentro, las invitaciones a satisfacernuestra curiosidad son inagotables; sinembargo, la curiosidad no queda satis-fecha jamás.

Hay infinidad de cosas en la vida —como serpientes de cascabel, pozos deminas abandonadas o drogas— por lasque podemos sentir curiosidad; pero alsaber lo peligrosas que son, nos aleja-mos, nos vamos de una fiesta o apaga-mos la computadora.

En realidad, con la pornografía noexiste tal cosa como “sólo un vistazo”.Mirar es el problema. Contemplarpornografía despierta los sentimientossexuales y fácilmente podemos volver-nos adictos a esas sensaciones placen-teras, especialmente si parecen aliviarla tensión o la ansiedad, dando co-mienzo así a un

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Manténganse alejados del peligro

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.

Está mal y es peligroso ver delibera-

damente cosas que estimulen los

pensamientos sexuales. Nuestro en-

torno está lleno de este tipo de cosas,

y como suelen ser legales y habi-

tuales, en ocasiones resulta im-

posible evitar verlas.

Pero no tienes por qué permitir

que te atrapen. Si cada día te

pones toda la armadura de Dios me-

diante la oración y el estudio de las

Escrituras y te esfuerzas por guardar

los mandamientos, desarrollarás la

fortaleza para soportar ésta y

cualquier otra tentación.

Las siguientes son otras formas de

mantenerte alejado de esa sima espiri-

tual letal que es la pornografía.

1. Reconócela cuando la veas. Ésta

es una definición sencilla: La

pornografía es todo aquel entreteni-

miento que emplee imágenes impúdi-

cas o indecentes para estimular

sentimientos sexuales. Así que hasta un

programa popular de televisión o un

anuncio puede ser pornográfico. Si hay

imágenes que despierten en ti sen-

timientos sexuales, debes evitarlas.

2. Interrumpe la conexión emo-

cional. Existe una conexión entre

cualquier comportamiento adictivo y las

emociones, como la tensión, la an-

siedad y la depresión. Si te sientes

tenso o ansioso, intenta enfrentar di-

rectamente esos sentimientos en vez de

utilizar la pornografía o cualquier otro

método destructivo para encubrirlos. La

oración, el estudio de las Escrituras, el

ejercicio, los buenos amigos y la asis-

tencia regular a la Iglesia pueden

L I A H

1

A

ayudarte. Un padre, un líder de la

Iglesia u otro adulto en el que confíes

pueden serte de gran ayuda si los

problemas parecen demasiado grandes

para resolverlos tú mismo.

3. Navega con inteligencia. Si en

tu casa tienes acceso a Internet, pide a

tus padres que instalen un servicio de

filtrado; pero no confíes únicamente

en el filtro, ya que puede fallar. El

único control real es el control de uno

mismo. Ten la computadora fuera de

tu cuarto, en un lugar

donde haya otras personas

a tu alrededor.

4. Sé un José actual.

¿Recuerdas lo que hizo

José cuando la esposa de

Potifar intentó hacerle

caer en una situación in-

moral? José “huyó y

salió” (Génesis 39:12).

En otras palabras: corrió. Cuando

te veas expuesto a la pornografía,

abandónala de inmediato, bien sea

con un clic del “mouse” (ratón), un

cambio de canal o yéndote de la casa

de un amigo.

5. Consigue la ayuda más

poderosa de todas. No permitas que

tu espíritu se debilite debido a la falta

de alimento espiritual. Una dieta con-

tinua de buenas influencias (como la

oración, el estudio de las Escrituras, la

Mutual, seminario y un estudio de-

tenido de Para la fortaleza de la juven-

tud) puede darte la fuerza que

necesitas para navegar por un mundo

que tiene simas espirituales a cada

paso. �

O N A

4

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JOSÉ

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Page 17: LIAHONA OCTUBRE 2002

Muchas personas intentan vencer

su adicción a la pornografía por sí

mismas, pero al igual que un ex-

cursionista atrapado en una sima

peligrosa, cada una preci-

sa ayuda. La clave del

rescate es hablar

con el obispo o

el presidente

de rama.

ciclo de adicción tan difícil de inte-rrumpir como la adicción a las drogaso al alcohol.

Andrés: La curiosidad se volvióinterés y éste a su vez se convirtióen un vicio arraigado. En pocotiempo me había convertido en unadicto. Volvía a casa después de laescuela, me iba directo a la compu-tadora y estaba allí durante horas.Mi vida social se vio afectada, asícomo las tareas escolares, los lazosfamiliares y, por encima de todo, miespiritualidad.

Cuando más necesitaba las impre-siones del Espíritu en mi vida, yo eramás y más incapaz de sentir nada. Lavida se volvió una lucha constantecontra la depresión.

Mi alma tenía hambre y lo únicoque yo le daba no la nutría. Me desa-nimaba conmigo mismo, así que meentregaba a la pornografía para sen-tirme mejor; pero ésta me afectabatodavía más.

EVALUACIÓN DE LOS DAÑOS

La culpa, el temor y la depresión sonemociones frecuentes en las personasimplicadas en la pornografía: la culpaporque saben que están haciendo algomalo; el temor porque les atemoriza quese descubra su secreto; y la depresiónporque ya no sienten el Espíritu. Las re-laciones con la familia, los amigos, loslíderes de la Iglesia y el Señor tambiénse ven afectadas.

Juan: En la Iglesia, en la escuelay en todas partes, empezó a dismi-nuir la confianza que antes teníaen mí mismo. En muchas ocasio-nes me sentía solo, raro e indigno.Si le gustaba a una chica, solía

pensar: “No le gustaría si supiera realmente cómo soy”. Evitaba relacio-narme con los demás.

Andrés: Durante todos esos añosasistí a la Iglesia, pero estaba mental-mente inactivo. Seguí asistiendo alas reuniones para no inquietar a mispadres, pero sabía que la forma devida que me tenía atrapado no era lacorrecta. Día tras día, año tras año,me percataba del cambio que se pro-ducía en mi rostro. Me endurecí; empecé a mentir a mis padres, a miobispo y a todos los que me rodea-ban. En mi interior estaba viviendouna agitación personal y un tormen-to espiritual.

LA CLAVE PARA CAMBIAR

Mientras estos jóvenes luchaban con-tra su adicción a la pornografía, cadauno intentó vencerla por su propia cuen-

ta; pero al igual que un excursio-nista atrapado en una sima

peligrosa, cada uno precisó

ayuda. La clave para cambiar el cursode su vida fue hablar con el obispo.

Juan: Oré para tener la fuerza deabandonar esas tentaciones. Hiceuna lista de cosas que me ayudaran aestar más cerca de Dios, como laoración, las Escrituras y pensamien-tos puros. Pero aunque hice un granesfuerzo, no logré solucionar mis pro-blemas.

La idea de confesarme con el obis-po me daba mucha vergüenza. Sentíaque sería mejor hablarle al obispo

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La advertenciade un profeta

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sobre el problema cuando éste for-mara parte del pasado, pero terminépor aceptar que jamás iba a formarparte del pasado si no lo confesaba.Si Dios ya conocía mis luchas y yome sentía cómodo hablando de ellascon Él en mis oraciones, ¿por qué nohablar cara a cara con el siervo deDios? Una vez que hube decididoconfesar, sentí una paz que me con-firmaba que eso era lo que debíahacer.

Si estás involucrado con la porno-grafía, no eres moralmente limpio, auncuando no hayas hecho nada inmoral.Andrés habla de cómo se dio cuenta deque no era digno de ir al templo ni deservir en una misión.

Andrés: Me incliné humildemen-te ante el Señor, llorando, y le supli-qué que me diera una fuerza más alláde la mía. Oré noche tras noche y fi-nalmente supe que tenía que hablarcon mi obispo al respecto. Eso fue lomás difícil: admitir ante alguien queyo tenía un problema. Había pensa-do que yo mismo podía encargarmede la situación y nadie lo sabríajamás. Quería que fuera algo entreDios y yo, pero terminé por madurarhasta el punto en que me di cuentade que eso era imposible. Me acer-qué a mi obispo e inicié un procesode arrepentimiento largo y difícil.

NO ESTÁS SOLO

El arrepentimiento puede parecer di-fícil, pero también es algo consolador yque nos llena de esperanza.

Refiriéndose a las personas que tie-nen problemas con la pornografía, unobispo dice: “Hay ayuda. El proceso delarrepentimiento es sólo eso: un proceso.

Requiere tiempo abandonarlos hábitos negativos y hayque reconocer, reforzar y cele-brar cualquier pequeña victoria que selogre. A veces las personas con las quehe trabajado siguen luchando, pero porlo menos ya no se esconden. Han co-menzado a edificar un sistema deapoyo; se han dado cuenta de que notienen que hacer frente a ese reto solos”.

Un ex obispo explica: “Aparte de mipropia familia, no creo que hayaamado a nadie de mi barrio como amoa los que acudieron a mí con un cora-zón quebrantado, buscando perdón ypaz. Ellos se preocupaban más de loque el Señor pudiera pensar de ellosque de lo que pudieran pensar losdemás. Yo respetaba su valor y el deseode hacer las cosas bien. Lloré con ellosy me regocijé cuando volvieron a estarlimpios y puros. Y aun después, nuncalos consideré como antiguos pecadores,sino sólo como amados hermanos yhermanas”.

“Confía en el Señor”, aconsejó elélder Richard G. Scott, del Quórum delos Doce Apóstoles; “Él sabe lo quehace; Él conoce tus problemas y está ala espera de que le pidas ayuda”(“Joven,confía en el Señor”, Liahona, julio de1989, pág. 45).

¿CÓMO ESTÁ JUAN AHORA?

Me sentí aliviado cuando dejé defingir. El compartir la carga con miobispo y mi familia significó que yano tenía que seguir enfrentándomeyo solo a esa adicción. Ahora me afe-rro a este sistema de apoyo.

No se podía cambiar de la noche ala mañana un problema que marcótoda mi juventud. El camino ha

“Jóvenes... les ruego que se manten-

gan incólumes de la suciedad del

mundo. No se permitan participar en

conversaciones vulgares ni digan

chistes subidos de tono. No deben en-

tretenerse con el Internet con el fin de

encontrar materiales pornográficos.

No deben hacer llamadas telefónicas

para escuchar basura. No deben

alquilar videocasetes que contengan

pornografía de ninguna clase.

Sencillamente, las cosas lascivas no

son para ustedes. Manténganse aleja-

dos de la pornografía como evitarían

el contagio de una enfermedad ma-

ligna, ya que es igualmente destructi-

va. Se puede convertir en un hábito, y

quienes se permitan participar de ella

llegan al punto de no poder aban-

donarla. Así se convierte en una

adicción.

“Para quienes la producen es un

negocio de cinco mil millones de

dólares y tratan de hacerla lo más...

fascinante posible. La pornografía se-

duce y destruye a sus víctimas; está en

todas partes y nos rodea por

todos lados. Les ruego,

jóvenes, que no participen

en ella. No pueden darse

ese lujo” —Presidente

Gordon B. Hinckley (“Sean

dignos de la joven con la

cual se van a casar algún

día”, Liahona, julio de

1998, pág. 53). �

Page 19: LIAHONA OCTUBRE 2002

¿Otra droga?

.

sido largo y difícil, y aún continúa.Ya no basta con parecer feliz; quieroser feliz. Estoy empezando a cono-cer a Cristo y a entender laExpiación, ya que el Salvador meda la fuerza que necesito para quela auto confianza y el respeto propiocrezcan día a día.

¿Y DAVID?

Fui sincero con mi obispo, y cuan-do mi padre habló conmigo, tambiénlo fui con él. Trabajamos juntos en lasolución del problema: decidimos notener Internet en casa por un tiem-po, lo cual fue de gran ayuda.

Pronto cumpliré dieciséis años yme siento contento por haber decidi-do impedir que la pornografía con-trolara mi vida. Me siento mejorconmigo mismo, y al pensar en unachica, lo hago de forma diferente decomo lo hacía antes. Con la ayuda demi obispo, me estoy preparando parair al templo, para servir en una misión y para un día tener un buenmatrimonio.

¿Y ANDRÉS?

Me llevó mucho tiempo y un es-fuerzo sincero dejar los malos hábi-tos. Con el tiempo, mi líder delsacerdocio me consideró digno deservir en una misión. Tuve el mejorsentimiento del mundo al ir al tem-plo y saber que soy limpio. El

Espíritu que deseaba sentir du-rante aquellos años de la

adolescencia inundó micorazón y mi vida. Me

siento agradecido porla expiación de

Jesucristo.

O C T U B R

El adversario aún obra en mí, intentando que reincida, pero he aprendido a ponerme cada día toda la armadura de Dios. Séque Jesucristo me ama y yo le amo a Él.

¿Y TÚ?

La mejor forma de evitar tener pro-blemas con la pornografía es mante-nerte lo más alejado de ella posible;

E D E 2 0 0 2

17

pero si tienes dificultades con ella ocon cualquier hábito indigno, ten abien hablar con tu obispo o presidentede rama. Él te ama, será discreto ypuede ayudarte a poner en marcha elpoder de la Expiación en tu vida. Conla ayuda del Salvador y de Sus siervos,puedes recibir la fortaleza que necesi-tas. Puedes llegar a ser limpio, tenerconfianza y ser digno en todos los aspectos. �

La pornografía puede ser enormemente

adictiva. Los estudios científicos, incluida la

reciente tecnología de ultrasonido cerebral, están

empezando a demostrar que la pornografía

puede producir cambios físicos y químicos en el cerebro semejantes a los

que causan las drogas. La única forma segura de evitar el peligro de la

pornografía es, en primer lugar, permanecer alejados de ella.

Si eres adicto a ella, debes buscar ayuda. La primera persona a la que

debes acudir es a tu obispo o a tu presidente de rama. Él puede ayudarte a

obtener el poder redentor y sanador del Salvador en tu vida. También

puede ayudarte a obtener la ayuda profesional que precises. Ten a

bien no intentar solucionar el problema por tu cuenta.

La pornografía no sólo está al alcance de cualquiera,

sino que se nos presiona para que la veamos y se vende

abiertamente. Nadie, ningún adulto, ningún ex misionero,

ninguna persona, es lo bastante maduro y fuerte como para

arriesgarse y exponerse deliberadamente a ella. Planea estar

alerta toda tu vida, especialmente si ya has tenido problemas al

respecto. Es igual que recuperarte de la adicción a las drogas o

al alcohol. No debes volver a echar

ni un vistazo, pues te puede vencer

en un instante. �

GAMMAGRAFÍA CEREBRAL POR PHOTODISC

Page 20: LIAHONA OCTUBRE 2002

JEREMÍAS: como el barro del alfarero

La forma en que tiernamente el Señor dio forma a la vida del profeta Jeremías nos recuerda que también puede dar forma a la nuestra.

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.

por el élder Jean A. TefanSetenta Autoridad de Área

Su nombre significa “Jehová exaltará”y fue intrépido en su servicio al Señor;a pesar de ello, en su alma el profetaJeremías padeció mucha angustia.

En algún momento de la primeraparte del ministerio de más de cuarenta años de Jeremíasen Jerusalén, el Señor le mandó visitar la casa de un alfa-rero (véase Jeremías 18:1–2). Allí observó cómo éste tra-bajaba, haciendo girar una rueda con el pie mientras conlas manos daba forma a un pedazo de barro húmedo situa-do en una rueda elevada. La alfarería es una de las activi-dades más antiguas de la civilización. Jeremías observabamientras el alfarero descubrió una imperfección en la vasi-ja que estaba haciendo. Le llamó la atención que el alfare-ro deshiciera la vasija y volviera a empezar a darle forma(véase Jeremías 18:3–4). Entonces, el Señor hizo una pre-gunta retórica: “¿No podré yo hacer de vosotros como estealfarero, oh casa de Israel?” (Jeremías 18:6). La preguntatambién podría haber ido dirigida al profeta.

Él fue el profeta que presenció algunos de los días mástenebrosos de la iniquidad de Israel, pero a pesar de elloreconoció las manos habilidosas del Maestro alfarero,que moldeó su carácter y lo convirtió en una hermosaobra de arte. Los hechos de su vida nos recuerdan la ne-cesidad de depositar toda nuestra vida, sin importar lo di-fícil que pueda ser, en las manos amorosas del Señor.

SU LLAMAMIENTO A SERVIR

Jeremías nació en la ciudad de Anatot, a unos cinco ki-lómetros al nordeste de Jerusalén. Su padre, Hilcías, era“de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra deBenjamín” (Jeremías 1:1). Siendo joven, el Señor lo

L I A

llamó a ser Su profeta: “...a todo lo que te envíe irás tú, ydirás todo lo que te mande” (Jeremías 1:7). Al principiose resistió a la confianza que el Señor había depositado enél: “...no sé hablar, porque soy niño” (Jeremías 1:6), peroel Señor era consciente de su potencial: “Antes que teformase en el vientre te conocí... te di por profeta a lasnaciones” (Jeremías 1:5).

De igual modo, el Señor nos conoce a cada uno y nosha escogido para venir a la vida terrenal en el tiempo y ellugar más adecuado para nosotros, y nos moldea a travésde los llamamientos para servir en el hogar o en la Iglesia.Mi esposa y yo aumentamos nuestro aprecio por esteprincipio cuando se nos llamó a presidir la Misión FidjiSuva. No hablábamos inglés con fluidez y mi esposa esta-ba particularmente desanimada. Al ser apartada, ella re-cibió una bendición especial referente a este don;estudiaba mucho y practicaba inglés en casa y con los mi-sioneros. Pronto pudo dirigirse en inglés a los misionerosen las conferencias de zona en Fidji, Vanuatu y Kiribati;por otro lado, enseñó francés a los misioneros que serví-an en Nueva Caledonia. Ella tenía la impresión de que elSeñor la había llamado a servir a la gente de ambas len-guas, así que necesitaba hablarlas. Esa experiencia la hamoldeado y bendecido a ella, a nuestra familia y a lagente a la que ha tenido la oportunidad de enseñar, auncuando su inglés tenga un ligero acento francés.

SU MOLDEAMIENTO

Un factor principal del moldeado de la vida deJeremías fue su flexibilidad, es decir, su disposición parasometerse a los mandamientos de Dios, para ser flexibleal escoger libre y repetidamente hacer la voluntad deDios en vez de la suya. La humildad, la obediencia, la fey el ser libres del orgullo son cualidades del carácter que

H O N A

18

Page 21: LIAHONA OCTUBRE 2002

El profeta Jeremías

presenció algunos

de los días más

tenebrosos de la

iniquidad de Israel,

pero a pesar de ello

reconoció las manos

habilidosas del

Maestro alfarero.

fomentan la cualidad de ser moldeable. El Maestro alfa-rero probó con frecuencia la disposición que Jeremíastenía para ser obediente.

En una ocasión, el Señor le mandó a Jeremías que com-prara una vasija de barro, que la rompiera delante de los lí-deres del pueblo y que luego profetizara con audacia: “...Asíha dicho Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a estepueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija debarro, que no se puede restaurar más” (Jeremías19:11; véase 19:1–15). Para cumplir conesta asignación de hacer una denun-cia tan osada de los líderes guber-namentales, Jeremías tuvo queobedecer con valentía y poner aun lado cualquier interés en supropia seguridad.

Entonces la palabra delSeñor vino a Jeremías para con-vertirse él mismo en una lec-ción. Se le mandó que tomaraun listón y unas correas parahacerse un yugo y ponérseloal cuello en presencia del reySedequías y del cuerpo di-plomático de Jerusalén.¡Qué espectáculo tan extra-ño debió haber sido Jeremíasante esos hombres de gran in-fluencia y poder! Jeremías lesdijo que si no se

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inclinaban y servían voluntariamente al rey de Babilonia,como bueyes con un yugo, el Señor los destruiría (véaseJeremías 27:1–11).

En éstas y otras muchas circunstancias, Jeremías fue losuficientemente moldeable para hacer lo que el Señor lemandaba, sin importar lo peculiar, lo impopular o lo ab-surdo que hubiera podido parecerle a la gente.

Durante mi servicio como presi-dente de misión conocí a muchos jó-venes que también demostraron esetipo de moldeamiento. De visita enNueva Caledonia, conocí por primeravez a Olivier Pecqueux. Tenía veinti-cuatro años y prestaba servicio en elejército. No era activo en la Iglesia yllevaba un estilo de vida mundano,pero el Señor tenía otros planes paraél. A petición suya nos reunimos y co-mentamos su bendición patriarcal;decidió humillarse, arrepentirse ydejar que el Señor moldeara Su vida.Al poco tiempo se le llamó a una mi-sión regular y llegó a ser uno de mismisioneros más capaces. Hoy día asis-te a la universidad y recientemente secasó en el Templo de Tahití.

Nuestras decisiones deben, deigual modo, ejemplificar la cualidad moldeable y la espe-ranza en Cristo tal y como expresó el élder Hugh W.Pinnock (1934–2001), de los Setenta: “Cuando comete-mos errores, como los que cometía el antiguo Israel, po-demos tomar lo que hemos estropeado y empezar denuevo. El alfarero no se dio por vencido y tiró el barro...nosotros no debemos perder la esperanza ni menospre-ciarnos; sí, nuestra tarea es superar nuestros problemas,aceptar lo que tenemos y somos y empezar de nuevo”1.

LAS COSAS QUE PADECIÓ

Jeremías fue un hombre que vio muchas aflicciones(véase Lamentaciones 3:1). De hecho, el Señor le advirtióen el momento de llamarlo que los reyes, los príncipes y

Jeremías fue lo ba

ble para hacer lo

mandaba, sin impo

lo impopular o lo a

biera podido parec

L I A

los sacerdotes, y la gente en general, lucharían en su con-tra. El Señor le prometió: “Y pelearán contra ti, pero note vencerán; porque yo estoy contigo... para librarte”(Jeremías 1:19). A continuación se encuentran sólo dosde las muchas circunstancias difíciles que Jeremías tuvoque soportar.

Cuando Pasur, el sacerdote encargado de mantener elorden en el recinto del templo, oyó elestruendo que causó Jeremías al rom-per la vasija de barro y profetizar anteel pueblo, mandó que lo arrestaran, loazotaran y lo pusieran en el cepo. Aldía siguiente mandó que le trajeran aJeremías, pero éste repitió sin temorlas palabras del Señor sobre la inmi-nente destrucción, añadiendo: “Y tú,Pasur, y todos los moradores de tucasa iréis cautivos” (Jeremías 20:6).

Cuando el ejército babilónicositió Jerusalén, Jeremías transmitióal rey Sedequías y a su pueblo la pa-labra del Señor de que debían ren-dirse, lo cual molestó a ciertosoficiales, quienes utilizaron el in-tento de Jeremías de abandonar laciudad como pretexto para arrestar-lo y encarcelarlo acusado de trai-

ción (véase Jeremías 37:6–15).Jeremías fue arrojado a una cisterna que hacía las veces

de mazmorra, para que muriese de hambre. Las cisternasson cavidades en forma de pera excavadas en la roca,cuyo objeto es recoger y almacenar el agua. Con el correrde los años, los sedimentos se habían ido acumulando enel fondo de la cisterna, hasta que era tal la cantidad, que“se hundió Jeremías en el cieno” (Jeremías 38:6). De noser por el valor y el servicio cristiano de Ebed-melec, unetíope siervo del rey, Jeremías habría muerto sin remedio(véase Jeremías 38:7–13; véase también 1 Nefi 7:14).

Cuando el rey babilonio invadió Jerusalén, Jeremíasescogió permanecer con su pueblo en la ciudad, para asícontinuar proclamando la palabra del Señor a pesar del

stante moldea-

que el Señor le

rtar lo peculiar,

bsurdo que hu-

erle a la gente.

H O N A

20

Page 23: LIAHONA OCTUBRE 2002

El élder Jean A. Tefan es un Setenta Autoridad de Área

que sirve en el Área Islas del Pacífico.

NOTAS1. Véase “Volver a empezar”, Liahona, julio de 1982,

pág. 23.2. “Nadie nos dijo que sería fácil”, Liahona, enero

de 1993, pág. 52.3. History of the Church, tomo IV, pág. 478.

rechazo constante del pueblo a seguir su consejo. Se creeque Jeremías falleció en Egipto no mucho después de unaúltima apelación a su pueblo para que se volviese alSeñor (véase Jeremías 44).

Las cosas que padeció Jeremías fueron algunos de losinstrumentos más poderosos del Señor paramoldear y purificar su vida. Igualmente,aquello que padecemos y soportamos conpaciencia nos servirá de experiencia ypuede ser para nuestro bien (véase D. y C.122:7–8). El élder John B. Dickson, de losSetenta, ha dicho: “Nunca se nos dijo que lavida sería fácil, pero a los que trabajen fielmente... en-frentando toda dificultad con determinación y en laforma apropiada... les prometo que serán bendecidos consentimientos de felicidad... que [les moldearán y enno-blecerán] y que nunca se [les] quitarán”2.

VASOS DE HONOR

El 19 de diciembre de 1841, el Quórum de losDoce Apóstoles se reunió en la casa del profetaJosé Smith. De acuerdo con las minutas tomadas porWilford Woodruff, “el élder Heber C. Kimball predi-có... sobre el barro en las manos del alfarero, encuanto a que cuando se estropea, es retiradode la rueda y echado de nuevo al molinopara ir en la próxima tanda, y que era unvaso de deshonra; pero que todo barro bienformado en las manos del alfarero... era un vaso dehonor”3.

Jeremías fue un profeta que en verdad testificó deCristo (véase Helamán 8:20). El Salvador mismo empleósus palabras para enseñar y profetizar durante Su minis-terio terrenal. Su vida fue un vaso de honor, un ejemplo

El Señor mandó a Jeremías que quebrara

una vasija de barro delante de los líderes

gubernamentales y que luego profetizara

sobre su destrucción. Para cumplir

Jeremías con esa asignación, se requirió

una obediencia valiente.

de servicio, moldeamiento y longanimidad para los san-tos de hoy día.

También nuestra vida puede ser un vaso de honor, unaobra de hermosura en las manos del Maestro alfarero si res-pondemos a Su llamado, somos moldeables en Sus manos y

aprendemos de las cosas que padecemos. �

Page 24: LIAHONA OCTUBRE 2002

Preguntas yrespuestas

LA RESPUESTA DE LIAHONA

La mayor parte del tiempo estoy triste. ¿Qué puedo hacer para sentirme más feliz?

Las respuestas tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.

El profeta Lehi enseñó: “...es pre-ciso que haya una oposición en todaslas cosas” (2 Nefi 2:11). Para que lascreaciones de Dios cumplan con su

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propósito, debe haber extremosopuestos: salud y enfermedad, bien ymal, luz y tinieblas, felicidad y desdi-cha. La tristeza, por tanto, es parte

L I A H O N A

22

necesaria de nuestra experiencia te-rrenal.

Sin embargo, sí debe preocuparteque estés triste con frecuencia o quete sientas deprimido durante largosperíodos de tiempo. Si constante-mente tienes esos sentimientos,habla de inmediato con tus padres ocon un líder de la Iglesia. Busca laayuda del Señor mediante la oracióny las bendiciones del sacerdocio; Suayuda siempre está a tu alcance.

Si persiste tu tristeza, tus padres olos líderes de la Iglesia pueden ani-marte a recibir ayuda de un profesio-nal de confianza, como un médico oun asesor, para determinar si estáspadeciendo algún desorden físico oemocional. Los consejos, la medica-ción y otras ayudas médicas tal vezsolucionen en parte tu problema.

También puede serte de ayuda re-cordar que Satanás es el que deseaque estemos tristes. Lehi enseñó que,como Lucifer “había caído del cielo,y llegado a ser miserable para siem-pre, procuró igualmente la miseria detodo el género humano” (2 Nefi2:18). Satanás y sus seguidores nos

Page 25: LIAHONA OCTUBRE 2002

tientan para que pequemos, pues elpecado lleva a la desdicha. Son tam-bién ellos los que nos sugieren pensa-mientos de duda y desánimo, nostientan para que dudemos de noso-tros mismos, de nuestro testimonio yde nuestro potencial como hijos deDios.

Si tu tristeza es resultado del pe-cado, puedes ejercer la fe enJesucristo y arrepentirte. Puede queel proceso no sea sencillo, pero nohay mayor gozo que saber que tus pe-cados han quedado solucionados pormedio del arrepentimiento. Tu obis-po o tu presidente de rama puedenayudarte. Si tu pesar procede del de-sánimo o de la duda, puedes buscarla compañía del Espíritu Santo parafortalecer tu fe en el Salvador. Encualquier caso, la oración y las ben-diciones del sacerdocio te pueden serde utilidad.

En ocasiones, la tristeza derivade circunstancias externas. Losseres queridos pueden morir; lasamistades pueden volverse en tucontra; la gente puede resultar in-sensible; tú puedes resultar herido opadecer enfermedades. Las expe-riencias que nos ayudan a crecer nosiempre son agradables; a veces sólotienes que perseverar y consolartecon la promesa del Señor en cuan-to a que no te permitirá padecermás de lo que puedas soportar(véase Alma 13:28).

Todos pasaremos por experienciasdifíciles en la vida, pero podemos so-portarlas con la ayuda del Señor.“...existen los hombres para que

O C T U B R

tengan gozo”, dijo Lehi (2 Nefi2:25). El Señor desea que seamos fe-lices, y aunque no podamos serlo acada momento ahora, si guardamosSus mandamientos y perseveramoshasta el fin, tenemos la promesa deque algún día seremos eternamentefelices en Su presencia.

Para obtener más información eninglés, visita www.ldsfamilyservices.org.

LAS RESPUESTAS DE LOS LECTORES

Cuando estoy triste, pienso en elsacrificio del Salvador y me sobrevie-ne el pensamiento cálido: “Lo hizopor mí”. El Señor desea que seamosfelices, que sintamos gozo y que dis-frutemos de Sus bendiciones.

Verónica Toledo Lazanas, 19,

Barrio Pasig 1,

Estaca Pasig, Filipinas

Para sentirte mejor y para hacer elbien a los que te rodean, desarrollamás amor por Dios y por tus seme-jantes. Humíllate y date el tiempopara servir a los demás.

Obioma Madumere, 17,

Rama Old Umuahia,

Estaca Umuahia, Nigeria

El Señor nos ha mostrado el cami-no que conduce a la felicidad: vivir elEvangelio. Al hacerlo, invitamos alEspíritu de Dios a que nos acompañe

E D E 2 0 0 2

23

“La jornada haciala felicidad”

“Las muchas horas que he dedi-

cado a escuchar las tribula-

ciones de hombres y mujeres me

han convencido de que tanto la

felicidad como la infelicidad son

fruto de nuestros propios actos...

“...No hay nadie que sea feliz

las 24 horas del día, siete días a

la semana. En vez de pensar en

términos de días, quizás debamos

dividir la felicidad en trozos pe-

queños y aprender a reconocer

sus elementos, para atesorarlos

mientras duren...

“...La jornada hacia la felici-

dad... se hace sobre los peldaños

del desinterés, la sabiduría, la

satisfacción y la fe. Los enemigos

del progreso y de la satisfacción

son cosas tales como el dudar de

uno mismo, una imagen pobre de

uno mismo, la autoconmiseración,

la amargura y la desesperación”

—Presidente James E. Faust,

Segundo Consejero de la Primera

Presidencia (“Nuestra búsqueda

de la felicidad”, Liahona, octubre

de 2000, págs. 2–7). �

Page 26: LIAHONA OCTUBRE 2002

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en la vida, y así no habrá más huecoen nuestro corazón para los malossentimientos.

Virginie Teihotaata, 23,

Barrio Uturoa,

Estaca Raromatai, Tahití

Si quieres ser feliz, haz cosas bue-nas por los demás. Llévales la luz delEvangelio.

Yelena Gritsenko, 16,

Rama Vladivostok 2,

Distrito Vladivostok, Rusia

Un día me sentía tan triste queme creía incapaz de seguir adelante.Abrí las Escrituras y cuando dejé deleer, sentí paz. Sabía que mi PadreCelestial estaba conmigo y me con-solaría.

Guadalupe Celeste

Moo Dzul, 19,

Rama Calkini,

Distrito Calkini, México

Para vencer mis sentimientos detristeza, oro y leo las Escrituras y larevista Liahona (en indonesio). LasEscrituras fortalecen mi fe y la revis-ta Liahona me ayuda a saber queDios me ama.

Susana Widya Yuliyanti, 21,

Rama Banjarsari,

Distrito Surakarta, Indonesia

Para librarme de los malos senti-mientos leo mi bendición patriarcal ymedito en ella, asisto al templo e in-tento sentir el Espíritu de ese santolugar, y busco recibir fortaleza delpoder eterno del gran sacrificio delSalvador: la Expiación.

Humberto Martins

de Araújo Jr., 22,

Barrio Caetes 1,

Estaca Paulista, Olinda Brasil

Creo que el estudio de lasEscrituras y la oración son las mejoresayudas para solventar los problemas.

Élder Atelea Moeata Jr., 20,

Misión Tonga Nuku’alofa

La tristeza no nace de la nada, niviene de repente ni por casualidad.Hace poco me sentía triste y nopodía encontrar el motivo. Al orarme di cuenta de que el EspírituSanto estaba intentando advertirmede que no estaba escogiendo lo co-rrecto, así que decidí cambiar mi es-tado espiritual. Empecé a fijarmemetas, a orar más a menudo y a estu-diar el Libro de Mormón.

Juliana Lazzarotti dos Neves

Oliveira, 17,

Rama Santa Clara,

Distrito Coimbra, Portugal

Cuando no soy feliz, tomo parteen una actividad de la rama, leo la

L I A H O N A

24

revista Liahona (en samoano) o lasEscrituras. También evito estar ocio-so. Cuando uno no utiliza el tiempolibre con sabiduría, permite al adver-sario que le tiente.Tofoi A. Malaeti’a, 16,

Rama Fagasa,

Estaca Pago Pago, Samoa

PREGUNTAS Y RESPUESTASes una sección para los jóvenes y espe-ramos imprimir una amplia selecciónde respuestas de jóvenes de una granvariedad de países. Sírvanse enviarsus respuestas para que lleguen antesdel 15 de noviembre de 2002 a:Questions and Answers 11/02,Liahona, Floor 24, 50 East NorthTemple Street, Salt Lake City, UT84150-3223, USA; o a la direcciónde correo electrónico [email protected]. La respuestaque envíen puede estar escrita a má-quina o con letra legible en su propioidioma. Tengan a bien incluir su nom-bre completo, edad, dirección, barrio yestaca (o rama y distrito). Si es posi-ble, incluyan su fotografía, la cual nose devolverá.

PREGUNTA: El año que viene cumplodiecinueve años y me estoy preparandopara ser misionero, aunque no sé muchosobre el Sacerdocio de Melquisedec.¿En qué forma diferirán las responsabi-lidades y experiencias que he tenido enel Sacerdocio de Melquisedec de las quehe tenido en el Sacerdocio Aarónico?¿Cuál es la mejor forma de prepararmepara recibir el Sacerdocio deMelquisedec? �

Page 27: LIAHONA OCTUBRE 2002

EL SOSTENER A LOS LÍDERES DEL SACERDOCIO

MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES

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Con espíritu de oración, lea estemensaje y seleccione los pasajesde las Escrituras y las enseñan-

zas que se presten para satisfacer las ne-cesidades de las hermanas a las quevisite. Comparta sus experiencias y sutestimonio, e invite a las hermanas a lasque enseñe a hacer lo mismo.

¿DE QUÉ MODO SOMOS BENDECIDAS

GRACIAS A QUE EL SACERDOCIO ESTÁ

EN LA TIERRA?

D. y C. 84:19–21, 36: “Y estesacerdocio mayor administra elevangelio y posee la llave de losmisterios del reino, sí, la llave delconocimiento de Dios. Así que, ensus ordenanzas se manifiesta elpoder de la divinidad. Y sin sus or-denanzas y la autoridad del sacer-docio, el poder de la divinidad no semanifiesta a los hombres en lacarne... porque el que recibe a missiervos, me recibe a mí”.

Élder Robert D. Hales, delQuórum de los Doce Apóstoles: “Siel poder del sacerdocio no estuvierasobre la tierra, el adversario tendría lalibertad de andar errante y reinar sinninguna restricción. No tendríamosel don del Espíritu Santo para dirigir-nos e iluminarnos; ni profetas parahablar en el nombre del Señor, nitemplos donde hacer convenios sa-grados y eternos; ni autoridad parabendecir y bautizar, para sanar y con-solar. Sin el poder del sacerdocio‘toda la tierra sería totalmente asola-da’ (véase D. y C. 2:1–3). No habríaluz, ni esperanza, sólo tinieblas” (“Las

bendiciones del sacerdocio”, Liahona,enero de 1996, pág. 36).

Mary Ellen W. Smoot, ex presi-denta general de la Sociedad deSocorro: “[Reconocemos] las bendi-ciones del sacerdocio restaurado.Nos alegramos cada vez que se ben-dice a los bebés, se bautiza a losniños, cuando participamos de laSanta Cena, se nos aparta para unllamamiento en la Iglesia, y observa-mos a nuestros esposos dar bendicio-nes de padre. Estamos agradecidaspor las bendiciones del sacerdocioque iluminan nuestra senda y nos brindan guía y esperanza”(“Alégrense, hijas de Sión”, Liahona,enero de 2000, pág. 113).

¿CÓMO PUEDEN NUESTROS HECHOS

SOSTENER A NUESTROS LÍDERES DEL

SACERDOCIO?

Presidente Gordon B. Hinckley:“Les testifico que la felicidad de losSantos de los Últimos Días, la paz delos Santos de los Últimos Días, elprogreso de los Santos de los ÚltimosDías, la prosperidad de los Santos delos Últimos Días, y la salvación yexaltación eternas de este puebloradican en obedecer los consejosdel sacerdocio de Dios” (véase“Si quisiereis y oyereis”,Liahona, junio de 1995, pág. 6).

Presidente Boyd K. Packer,Presidente en Funciones delQuórum de los Doce Apóstoles:“¿Sostienen al obispo, al presidentede la estaca y a las AutoridadesGenerales de la Iglesia? ¿O se

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25

encuentran entre los que se mantie-nen neutrales o critican, calumnian ose niegan a aceptar llamamientos?”(“Seguid a vuestros líderes”, Liahona,septiembre de 1979, pág. 57).

Élder David B. Haight, delQuórum de los Doce Apóstoles:“Cuando sostenemos al Presidentede la Iglesia con la mano levantada,no sólo reconocemos ante Dios queél es el poseedor de todas las llavesdel sacerdocio, sino que también ha-cemos convenio con Dios de queobedeceremos la dirección y los con-sejos que recibamos por medio de Suprofeta. Éste es un convenio solem-ne” (“Las asambleas solemnes”,Liahona, enero de 1995, pág. 16).

D. y C. 108:7: “Por tanto, forta-lece a tus hermanos en todas tusconversaciones, en todas tus oracio-nes, en todas tus exhortaciones y entodos tus hechos”. �

Page 28: LIAHONA OCTUBRE 2002

Setentaautoridades de área“Para que... testifiquen de mi nombre

en todo el mundo”

Hoy día, los Setenta Autoridades de Área desempe-

ñan un papel fundamental en la predicación y la

administración del Evangelio en todo el mundo,

incluso el de “[testificar] de [Su] nombre”.

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por el élder Earl C. Tingeyde la Presidencia de los Setenta

“Estamos convirtiéndonos en unagran sociedad mundial”, dijo el presi-dente Gordon B. Hinckley (“Estaobra está dedicada a la gente”,Liahona, julio de 1995, pág. 58). De

hecho, la Iglesia tiene actualmente más de 11 millonesde miembros en todas las naciones y sigue cumpliendocon el cometido del Salvador de llevar el Evangelio atodo el mundo.

En la sesión del sábado por la mañana de la confe-rencia general de abril de 1997, el presidente Hinckleyanunció un nuevo llamamiento en la Iglesia con el finde satisfacer las necesidades del creciente número demiembros en todo el mundo: el Setenta Autoridad deÁrea, y que sería asignado al Tercer, Cuarto y QuintoQuórumes de los Setenta. Hoy día, los SetentaAutoridades de Área tienen un papel fundamental enla predicación y la administración del Evangelio entodo el mundo.

Exactamente, ¿cuál es la función de los SetentaAutoridades de Área? Es necesario que primeramentecomprendamos la función de los Setenta.

L I A

LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA EN TODAS LAS NACIONES

El profeta José Smith anunció el establecimiento deloficio de Setenta el 8 de febrero de 1835, y el 28 de fe-brero organizó el Primer Quórum de los Setenta (véaseHistory of the Church, tomoII, págs. 181, 201–204).Un mes más tarde, pormedio de la revelación, elSeñor dio instruccionesadicionales al profeta Josérespecto al llamamiento yla función de los Setenta,instrucciones que ahora seencuentran en Doctrina yConvenios 107:

“Los Setenta tambiénson llamados para predicarel evangelio y ser testigosespeciales a los gentiles y

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Page 30: LIAHONA OCTUBRE 2002

El profeta José Smith organizó el Primer Quórum de

los Setenta el 28 de febrero de 1835. Su llamamiento

consiste en “predicar el evangelio y ser testigos espe-

ciales a los gentiles y en todo el mundo”.

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en todo el mundo, y así se distinguen de otros oficiales dela iglesia en los deberes de su llamamiento...

“Los Setenta obrarán en el nombre del Señor bajo ladirección de los Doce... edificando la iglesia y regulandotodos los asuntos de ella en todas las naciones, primero alos gentiles y luego a los judíos...

“Es el deber [de los Doce], cuando necesite ayuda, lla-mar a los Setenta, en lugar de otros, para atender a losvarios llamamientos de predicar y administrar el evange-lio...

“Y va de acuerdo con la visión que demuestra el ordende los Setenta, que los presidan siete presidentes, escogi-dos de entre el número de los setenta;

“y el séptimo de estos presidentes ha de presidir a losseis;

“y estos siete presidentes han de escoger a otros se-tenta, además de los primeros setenta a los cuales perte-necen, y han de presidirlos;

“y también a otros setenta, hasta setenta veces siete, sipor necesidad la obra de la viña lo requiere.

“Y estos setenta han de ser ministros viajantes, a losgentiles primeramente y también a los judíos” (D. y C.107:25, 34, 38, 93–97).

Por consiguiente, la función de los Setenta consiste enactuar bajo la dirección del Quórum de los DoceApóstoles en la edificación y la regulación de los asuntos

L I A

de la Iglesia en todas las naciones. Los Doce llaman a losSetenta para colaborar en la predicación y la administra-ción del Evangelio.

Los miembros de los Quórumes de los Setenta no re-ciben llaves del sacerdocio como parte de su llamamien-to como Setentas, pero cuando reciben una asignaciónde la Primera Presidencia o del Quórum de los DoceApóstoles, se delegan en ellos las llaves que precisan paracumplir con su asignación. Tal como el presidenteBrigham Young (1801–1877) explicó a los Setenta:“Cuando se les envíe a edificar el reino, les daremos lasllaves, el poder y la autoridad” (History of the Church,tomo VII, pág. 308). Cuando se les ordena, los miembrosde los Setenta reciben la autoridad apostólica para dartestimonio de que Jesús es el Cristo y de ir al mundo, adondequiera que los envíen los Doce.

UNA INFLUENCIA EN AUMENTO

El Señor anticipó la necesidad de los SetentaAutoridades de Área cuando mandó que hubiera“otros setenta, hasta setenta veces siete, si por necesi-dad la obra de la viña lo requiere” (D. y C. 107:96).Antes de 1997, la necesidad de ayudar en la adminis-tración de la Iglesia en todo el mundo la satisfacíanotros dos llamamientos: desde 1967 hasta 1995, los re-presentantes regionales de los Doce; y desde 1995hasta 1997, las Autoridades de Área. (Para más infor-mación véase el artículo del élder L. Aldin Porter, “AHistory of the Latter-day Seventy”, Ensign, agosto de2000, págs. 14–20).

Ya para 1967, la Iglesia estaba comenzando a experi-mentar un rápido crecimiento. La primera estaca situadafuera de Norteamérica se creó en Auckland, NuevaZelanda, en 1958. Nueve años más tarde, cuando sellamó a 69 hermanos como representantes regionales delos Doce, había 29 estacas fuera de los Estados Unidos yde Canadá, y un total de 2,6 millones de miembros. Estosrepresentantes regionales residían en sus propios hogares,conservaban sus empleos y servían bajo la dirección delos Doce para capacitar y fortalecer a los líderes de las es-tacas. Cuando se suspendió este llamamiento en 1995,

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Page 31: LIAHONA OCTUBRE 2002

había 284 representantes regionales sirviendo en todo elmundo.

Cuando el presidente Hinckley anunció el llamamien-to de Autoridades de Área en 1995, el número de miem-bros de la Iglesia había alcanzado los 9 millones. Elpresidente Hinckley explicó: “[Las Autoridades de Área]serán sumos sacerdotes, elegidos entre los líderes de laIglesia con experiencia, presentes o pasados. Además,continuarán desempeñando las tareas de su empleo ac-tual y residiendo en su propio hogar, y servirán por un pe-ríodo determinado de servicio. El término para el cualvan a ser llamados será flexible, aproximadamente un

O C T U B R

“Tenemos dos Quórumes de Setenta, quienesprestan servicio como Autoridades Generalescon jurisdicción a través de toda la Iglesia...

“Contamos, además, con un conjunto dehermanos que prestan servicio como Autoridades de Área. Han sidollamados dondequiera que la Iglesia se encuentre organizada; sonhombres fieles y dedicados; hombres que aman a la Iglesia y quehan prestado servicio en muchos puestos. Al viajar, tanto en losEstados Unidos como en el extranjero, hemos trabajado con muchosde ellos y nos hemos sentido profundamente impresionados por suextraordinaria capacidad...

“...Hemos decidido presentar a la conferencia los nombres de estasAutoridades de Área para ser ordenados Setentas; es así que tendránuna relación con un quórum presidido por los Presidentes de losSetenta. Se les conocerá como Setenta Autoridades de Área, quienesprestarán servicio voluntario durante varios años en la región en donderesidan. Son llamados por la Primera Presidencia y trabajarán bajo ladirección general del Quórum de los Doce, de los Presidentes de losSetenta y de las Presidencias de Área de la región del mundo donderesidan...

El llamamiento profético de los Se

período de seis años. Trabajarán en estrecho contactocon las presidencias de área, y es probable que haya unnúmero menor de ellos que de representantes regionales”(“Esta obra está dedicada a la gente”, Liahona, julio de1995, pág. 58).

En 1997, cuando las Autoridades de Área se convir-tieron en Setenta Autoridades de Área y se organizarontres quórumes adicionales de los Setenta, el número demiembros de la Iglesia había alcanzado los 10 millones,había más de 2.400 estacas, 318 misiones, casi 25.000 ba-rrios y ramas y 56.000 misioneros regulares. Los templosestaban empezando a cubrir la tierra, con 51 de ellos en

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29

“De conformidad con su ordenación como Setentas, se conviertenen oficiales de la Iglesia con un vínculo específico y definido con unquórum. Aunque sólo tendrán oportunidades limitadas para re-unirse juntos en reuniones de quórum, los Presidentes de los Setentase comunicarán con ellos, les proporcionarán instrucciones, recibiránsus informes y harán otras cosas por el estilo. Ahora disfrutarán delsentimiento de que pertenecen a un grupo, cosa que hasta ahora nohabían experimentado...

“Extendemos una cálida bienvenida a estos hermanos al inte-grarse ellos en un quórum y participar en él. Ellos cuentan con nues-tra confianza, nuestro amor y nuestro aprecio.

“Al fijar en su lugar a estos respectivos quórumes, hemos es-tablecido un modelo bajo el cual la Iglesia puede tener un númeroilimitado de miembros, con una organización de Presidencias deÁrea y Setenta Autoridades de Área que han sido escogidos yquienes trabajan por todo el mundo, según sea necesario.

“El Señor está al tanto de Su reino y está inspirando a los líderesdel mismo para hacerse cargo del creciente aumento en el númerode miembros” —Presidente Gordon B. Hinckley (“Seamos fieles yleales”, Liahona, julio de 1997, págs. 5–6).

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Page 32: LIAHONA OCTUBRE 2002

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funcionamiento, un número que se duplicaría en los tresaños siguientes.

Desde 1997, los Setenta Autoridades de Área hanayudado a llevar las pesadas responsabilidades que des-cansan sobre los hombros de la Primera Presidencia, elQuórum de los Doce Apóstoles y el Primer y SegundoQuórumes de los Setenta en una Iglesia en aumento.Ese crecimiento continuará para siempre, pues los pro-fetas presentes y pasados han profetizado de nuestrodía:

“...el Dios del cielo levantará un reino que no serájamás destruido... [y] permanecerá para siempre” (Daniel2:44).

“Las llaves del reino de Dios han sido entregadas alhombre en la tierra, y de allí rodará el evangelio hasta los

L I A

1830 1850 1900

1967: Se llama a representantes

1975, 1976: Se reconstituye el P

1989: Se organi

1997:

1835: Llamamiento inicial de los Setenta (véase D. y C. 10

extremos de ella, como la piedra cortada del monte, nocon mano, ha de rodar, hasta que llene toda la tierra” (D. y C. 65:2).

SE COMPARTEN LAS CARGAS

Los Setenta Autoridades de Área pueden realizar,cuando se les asignan, muchos de los mismos deberes quetienen los miembros del Primer y Segundo Quórumes delos Setenta, y todos los Setenta trabajan en la edificaciónde la Iglesia. ¿En qué se diferencian los SetentaAutoridades de Área de los miembros del Primer ySegundo Quórumes de los Setenta?

En primer lugar, los Setenta Autoridades de Área conser-van sus empleos y sirven en la Iglesia en el lugar donde resi-den. Los miembros del Primer y Segundo Quórumes de

H O N A

30

1950 2000

regionales de los Doce.

rimer Quórum de los Setenta.

za el Segundo Quórum de los Setenta.

1995: Se llama a Autoridades de Área

Se llama a Setenta Autoridades de Área y seorganizan el Tercer, el Cuarto y el Quinto

Quórumes de los Setenta.

12

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Page 33: LIAHONA OCTUBRE 2002

Tercer Quórum de

los Setenta

Europa, África, Asia, Australia,

Nueva Zelanda, Filipinas y el Pacífico

Cuarto Quórum de

los Setenta

México, Centroamérica y

Sudamérica

Quinto Quórum de

los Setenta

Estados Unidos y Canadá

los Setenta dejan sus empleos y se dedican exclusiva-mente a viajar y a servir dondequiera que se les asigne.

En segundo lugar, se asigna a los Setenta Autoridades deÁrea a los quórumes de acuerdo con la zona geográfica. Losque viven en Europa, África, Asia, Australia, NuevaZelanda, Filipinas y el Pacífico están asignados al TercerQuórum; los de México, Centroamérica y Sudaméricapertenecen al Cuarto Quórum; y los de los EstadosUnidos y Canadá son del Quinto Quórum. El Primer ySegundo Quórumes no tienen designación geográfica.

En tercer lugar, los miembros del Primer y SegundoQuórumes reciben el título de Autoridades Generales; a losmiembros del Tercero, Cuarto y Quinto Quórumes se les denomina Setenta Autoridades de Área.

¿Qué hacen exactamente los Setenta Autoridades deÁrea? Cuando el presidente Hinckley anunció su llama-miento en abril de 1997, enumeró algunas de sus asigna-ciones principales:

■ Presidir las conferencias de estaca y capacitar a laspresidencias de estaca.

■ Crear y reorganizar estacas, y apartar presidencias deestaca.

■ Encabezar los comités de planeamiento para las con-ferencias regionales.

■ Servir en los consejos de área.■ Efectuar giras por las misiones y capacitar a los pre-

sidentes de misión.■ Servir en las presidencias de área (véase “Seamos

fieles y leales”, Liahona, julio de 1997, pág. 6).

O C T U B R

Tres miembros de los Setenta sirven como una presi-dencia de área en cada una de las sedes de las 29 áreasrepartidas por todo el orbe. En el pasado, esta asignaciónhacía recaer una pesada responsabilidad sobre los miem-bros del Primer y Segundo Quórumes de los Setenta y susesposas, quienes solían vivir lejos de sus familias durantemuchos años. Ahora hay un número cada vez mayor deSetenta Autoridades de Área que sirven como miembrosde las presidencias de área en las áreas donde residen.

Diversas presidencias de área han contado conSetenta Autoridades de Área desde 1997, pero en 2001se amplió el papel de los Setenta Autoridades de Área enlas presidencias de área. Hoy día, dos de las presidenciasde área de la Iglesia están formadas íntegramente porSetenta Autoridades de Área.

Por ejemplo, el Área Centroamérica la presiden treshermanos oriundos de Guatemala. Estos hombres, los él-deres Enrique R. Falabella, Julio E. Alvarado y E. IsraelPérez, presiden un área que incluye Guatemala, ElSalvador, Honduras, Nicaragua y Belice, y que consta de403.000 miembros, 78 estacas y 10 misiones.

La recientemente creada Área Idaho, en los EstadosUnidos, está presidida por tres Setenta Autoridades deÁrea que viven en Idaho: los élderes C. Scott Grow, D.Rex Gerratt y Ronald L. Loveland. Estos hermanos pre-siden un área del sur de Idaho que consta de casi 317.000miembros, 96 estacas y 2 misiones.

Los primeros Setentas llamados en 1835 fueron hom-bres que habían probado su fidelidad y lealtad a la Iglesia

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durante la marcha del Campo de Sión. Hoyse observa un modelo similar. Los SetentaAutoridades de Área son hombres de grancapacidad en cuanto a las cosas espiritua-les; son responsables y obedientes; muchoshan sido presidentes de estaca o de misión.Son padres y esposos ejemplares; son maes-tros del Evangelio. Cuando se les relevacomo Setenta Autoridades de Área, vuel-ven a servir en los barrios y las estacas (o lasramas y los distritos) en los que residan.Siguen contribuyendo al reino del Señor con cualquierllamamiento o asignación que reciban.

REVELACIÓN CONTINUA PARA UNA IGLESIA

EN AUMENTO

¿Qué nos depara el futuro? La Iglesia seguirá crecien-do. Hoy día sobrepasamos los 11 millones de miembros, yalgunas personas que no son de nuestra fe calculan queeste número superará los 200 millones para fines de estesiglo.

El número de quórumes y de miembros de los Setentapuede crecer y multiplicarse para satisfacer las necesida-des de la Iglesia. El presidente John Taylor (1808–1887)recibió la siguiente revelación el 14 de abril de 1883,cuando inquirió sobre la voluntad del Señor respecto a laorganización de los Setentas:

“Así dice el Señor a la Primera Presidencia, a los Doce,a los Setentas y a todo mi Santo Sacerdocio: no se turbenvuestros corazones, ni se preocupen por la administra-ción y la organización de la Iglesia y del sacerdocio ni porlos logros de mi obra. Temedme a mí y observad mis leyes,y os revelaré, de vez en cuando, mediante los canales quehe señalado, todo lo que fuere necesario para el desarro-llo futuro y la perfección de mi Iglesia, para el ajuste y eldespliegue de mi reino, y para la edificación y el estable-cimiento de mi Sión. Pues vosotros sois mi sacerdocio yyo soy vuestro Dios. Así sea. Amén” (en James R. Clark,compilador, Messages of the First Presidency of The Churchof Jesus Christ of Latter-day Saints, 6 tomos, 1965–1975,tomo II, pág. 354).

El Señor pro

la organi

perfecta ne

para logr

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continua

profet

L I A

Somos bendecidos en este día por tenerrevelación continua del Señor para la orga-nización de los Setenta. El llamamiento deSetenta Autoridades de Área y el aumentoa cinco Quórumes de los Setenta —núme-ro que probablemente siga incrementándo-se— son evidencias de la revelacióncontinua de esta Iglesia. Sin ningún cambiobásico en la organización, tan sólo el llama-miento de más Setenta Autoridades deÁrea según se necesiten, la Iglesia puede

dar cabida al crecimiento futuro.El Señor proporciona la organización perfecta nece-

saria para lograr Sus propósitos por medio de la revela-ción continua a Sus profetas. La Iglesia se encuentra a salvo bajo el liderazgo de la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles, los quince hombresa los que sostenemos como profetas, videntes y revela-dores.

Yo he observado y participado en el crecimiento y eldesarrollo del liderazgo de la Iglesia durante los últimostreinta y cinco años. He servido como representante re-gional; estaba en la Presidencia de los Setenta en 1995cuando se llamó a las Autoridades de Área. Presencié la memorable ocasión en 1997 cuando la PrimeraPresidencia informó a las Autoridades de Área que serí-an ordenados Setentas y que se les asignaría a uno de losrecién formados Quórumes de los Setenta. Testifico queaquél fue un momento de revelación. He observadocómo se ha desarrollado una gran hermandad entre losQuórumes de los Setenta.

Aquellos a quienes se llama como SetentaAutoridades de Área, y que sirven en el Tercer, Cuarto yQuinto Quórumes de los Setenta, son hombres que com-parten la carga y la responsabilidad de dar un testimoniofirme de Jesucristo en todo el mundo. De hecho, estáncolaborando con el cumplimiento del cometido delSeñor a los primeros Setenta: “[Testificad] de mi nombreen todo el mundo, donde los [envíen]... mis apóstoles,para preparar el camino delante de mi faz” (D. y C.124:139). �

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por Valeria TelloÉl me escucha

Pocos días antes del comienzo de mi últimoaño de seminario, el hermano Fernández, nuestronuevo maestro, fue a mi casa. Nos pidió a mi her-

mana y a mí que nos uniésemos a él y a su esposa paracantar un himno sobre la Primera Visión en la reuniónsacramental. Yo no había cantado en público con ante-rioridad y siempre había creído que no tenía una voz lobastante buena para hacerlo, pero pensé que no podíanegarme, así que accedí a intentarlo.

El himno me resultaba desconocido y pocos días antesde la actuación, el hermano Fernández nos prestó un

audiocasete para que mi hermana y yo pudiéramosaprendernos nuestra parte.

El viernes anterior a la actuación, empezó a dolermela garganta. Esa noche me acosté temprano, pero nopodía dormir y tenía dificultades para respirar. Me dolíatodo el cuerpo.

Al día siguiente me levanté quejándome del dolor y mimadre me aconsejó que fuera al médico, el cual me diounas medicinas y me mandó a casa a descansar.

Pasé ese día en cama. Mi familia estaba asustada por-que no me bajaba la fiebre, mientras yo oraba muchopara que mi Padre Celestial me ayudara a sentirme mejor.

Cuando desperté ese domingo, me sentía muchomejor y fui a la Iglesia. Luego de compartir mi testimoniosobre cómo me había bendecido el asistir a seminario,llegó el momento de cantar. No me sentía bien prepara-da, pero sabía que nuestro Padre Celestial conocía mi si-tuación y me ayudaría.

Mi maestro de seminario, su esposa, mi hermana y yo cantamos sobre cuando el profeta José Smith vio a

Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo, y cómo somosllamados a trabajar en Su obra. Luego los miem-

bros nos felicitaron, pero mi mayor satisfac-ción derivaba del haber cantado al Señor

con todas mis fuerzas.Me siento muy agradecida por el

Evangelio, pues sé que cuando oro, estoy ha-blando con mi Padre Celestial. Él me escucha,

me ama y conoce mis necesidades. �

Valeria Tello es miembro del Barrio Plumerillo 2, Estaca

Mendoza, Argentina.

Accedí a colaborar en un número musical

y al momento tuve dolor de garganta.

Afortunadamente, mi Padre Celestial conocía

mi situación.

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Liahona

JAM

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A.

por Filipe S. Zavale

En 1988 dejé mi hogar en Mozambique, un país alsudeste de África, para buscar una educación aca-démica y oportunidades de trabajo en lo que por

entonces era la República Democrática de Alemania.Estando en una tienda conocí a dos misioneros que

me preguntaron si alguna vez había oído hablarde Jesucristo. Les dije que había oído de Él,pero que en realidad no sabía quién era. Dehecho, hasta entonces no había creído enDios. Los misioneros me dieron un Libro deMormón en alemán y me pidieron que lo le-yera y que orara sobre él. Entonces, comonunca había visto orar a nadie con anteriori-dad, ellos me explicaron cómo hacerlo.

Después de su visita leí y oré como mehabían sugerido, y mi corazón albergó unahermosa sensación de paz. “¿Qué es esto?”,me preguntaba.

Cuando los misioneros volvieron a visi-tarme, me explicaron que aquella paz en micorazón era la respuesta a mi súplica. En esemomento supe que el Libro de Mormón es

de Dios. A pesar de ello, tenía miedo abautizarme porque creía que mi padre de-jaría de aceptarme como su hijo.

Filipe S. Zavale conoció la Iglesia

mientras vivía en Alemania, y cuando

regresó a Mozambique, la revista

Liahona le guió durante los ocho años

que pasaron para volver a tener

contacto con el Evangelio. FOTO

GRA

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Filipe S. Zavale es miembro de la Rama Maputo, Misión Sudáfrica

Johannesburgo.

Miembros y misioneros se congregan para el

bautismo de Filipe en enero de 2000.

Moz

ambi

quefue mi guía

Cuando mi contrato de trabajo finalizó en 1991, re-gresé a mi hogar en Mozambique. Mi país estaba en gue-rra y la Iglesia aún no se había establecido allí. Aún asíera feliz con la esperanza de que algún día la Iglesia lle-gara a mi país y pudiera bautizarme. Siempre que las per-sonas me invitaban a asistir a una iglesia, yo les decía queya tenía una.

“¿Cuál?”, me preguntaban.“No la hay aquí”, les respondía. “Pero llegará”. Estaba

seguro de ello.Pasaron ocho años antes de volver yo a encontrar la

Iglesia, pero durante todo ese tiempo tuve una guía.Cuando partí de Alemania, el presidente de la rama me suscribió a la revista Liahona (en portugués). Cadames, durante ocho años, recibía Liahona, y cada mes deesos ocho años me dio ánimo y esperanza. Siempre que laleía, me sentía como si estuviera con otros Santos de losÚltimos Días. La revista me orientaba, me llenaba deemoción, me inspiraba palabras humildes y nutría miEspíritu. Con frecuencia, en la sección “Preguntas y res-puestas”, encontraba respuestas a mis propias preguntas.Durante ocho años, Liahona fue mi guía.

Entonces, un día de 1999, los misioneros regulares en-traron en la oficina de correos donde trabaja mi herma-no, la misma oficina donde llega mi ejemplar de la revistaLiahona. Cuando mi hermano vio la plaqueta identifica-tiva del élder Patrick Tedjamulia, reconoció el nombre dela Iglesia de mis revistas y le preguntó al misionero quiénera él. Mi hermano le dijo que tenía un familiar que eramiembro de la misma Iglesia, y el élder Tedjamulia pidióconocerme.

Cuando mi hermano me dijo que había conocido a los

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misioneros, me quedé asombrado. ¿Era posible que laIglesia estuviera en Mozambique?

Pronto descubrí que así era. Nuestro gobierno habíareconocido la Iglesia en 1996.

Fue maravilloso volver a reunirme con los misioneros.Recordé lo que los élderes me habían enseñado enAlemania y sentí nuevamente aquella paz en mi corazón.

Pude bautizarme en enero de 2000 como miembro deLa Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días,lo cual fue una gran bendición para mí. Percibo elEspíritu del Señor en toda la obra de la Iglesia.

Cuán agradecido me siento por la revista Liahona yporque mi Padre Celestial me facilitara una guía para seguir creyendo y tener esperanza hasta que encontrasenuevamente Su Iglesia. �

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UNIDADen el matrimonio

No se logran la felicidad ni un buen matrimonio con el solo hecho de efectuar unaceremonia. Esto requiere olvidarse de uno mismo, un cortejo continuo y el ser obe-dientes a los mandamientos del Señor.

CLÁSICOS DE LIAHONA

por el presidente Spencer W. Kimball

(1895–1985)

Un matrimonio honorable, feliz ypróspero es la meta principal de todapersona normal. El matrimonio es qui-zás la más vital de todas las decisiones,la que tiene efectos de más alcance, ya

que tiene que ver no sólo con la felicidad inmediata, sinotambién con el gozo eterno. Afecta no solamente a loscónyuges sino también a su familia, y particularmente asus hijos y a los hijos de éstos a través de las muchas ge-neraciones.

LA UNIÓN DE LA MENTE Y DEL CORAZÓN

Cuando se elige un compañero para esta vida y para laeternidad, se debe efectuar la más cuidadosa prepara-ción, meditación, oración y ayuno para asegurarse deque, entre todas las que se tomen, ésta no sea una deci-sión equivocada. En un verdadero matrimonio debe exis-tir una unión de la mente así como del corazón. Lasemociones no deben determinar las decisiones por com-pleto, sino que la mente y el corazón, fortalecidos me-diante el ayuno, la oración y una consideración seria, nosproporcionarán la mejor oportunidad para la felicidadmarital, lo que conlleva la necesidad de sacrificarse, decompartir y de actuar con gran desinterés.

Muchas novelas y programas de televisión terminan

L I A

en matrimonio: “Y vivieron muy felices...”. Hemos llega-do a la conclusión de que no se logran la felicidad ni unbuen matrimonio con el solo hecho de efectuar una ce-remonia. La felicidad no se adquiere apretando un botón,como sucede con la luz eléctrica; la felicidad es un esta-do de ánimo y proviene de nuestro interior; se debeganar; no se puede comprar con dinero; no se logra amenos que se dé algo a cambio.

Algunos consideran la felicidad como una vida fasci-nante de ocio, lujos y emociones constantes; pero un ver-dadero matrimonio se basa en una felicidad que es másque eso, una que se logra al dar, servir, compartir, sacrifi-carse y en la que se destaca el desinterés.

UN CORAZÓN COMPRENSIVO

Dos personas que proceden de diferentes hogares, des-pués de la ceremonia se dan cuenta de que es necesariohacer frente a la realidad. Atrás queda una vida de fan-tasía, de ensueño; debemos bajar de las nubes y poner lospies bien en la tierra. Se deben asumir responsabilidadesy aceptar nuevos deberes; tendrán que abandonar algu-nas libertades personales y efectuar muchos ajustes de-sinteresados.

Después de la ceremonia, uno empieza a descubrirmuy pronto que el cónyuge tiene debilidades que antesno se habían advertido o descubierto. Las virtudes queconstantemente se realzaban durante el cortejo parecen

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hacerse más pequeñas, mientras que las debilidades queantes parecían tan pequeñas e insignificantes, alcanzanahora proporciones considerables. Es el momento detener un corazón comprensivo, evaluarse uno mismo,tener sentido común, razonar y planear. Es ahora cuandoafloran los hábitos adquiridos con los años; nuestro cón-yuge puede ser tacaño o despilfarrador, vago o trabajador,devoto o irreligioso; puede que sea amable y cooperador,o petulante y enfadadizo; exigente o desprendido, egoís-ta o modesto. El problema de la relación con los suegrosse hace aparente y la relación de nuestro cónyuge conellos vuelve a agrandarse.

Con frecuencia hace falta la disposición para sere-narse y asumir las pesadas responsabilidades que se pre-sentan de inmediato; la economía es reacia areemplazar una vida de abundancia y la joven parejaparece estar demasiado dispuesta a “no ser menos quelos demás”. Frecuentemente falta la voluntad parahacer los ajustes económicos necesarios; algunas espo-sas jóvenes exigen que los lujos de los que disfrutabanen los prósperos hogares de sus exitosos padres esténpresentes en los suyos. Algunas incluso están más quedispuestas a contribuir a esa vida de abundancia y si-guen trabajando una vez casadas; consecuentemente,salen del hogar, en donde yace su deber, para ir enbusca de logros profesionales o empresariales. Con ello,se acostumbran a esa situación económica, con lo quese hace muy difícil ceñirse a una vida familiar normal.Cuando ambos cónyuges trabajan, muchas veces entraen la familia la competencia en vez de la cooperación.Dos trabajadores exhaustos regresan a la casa con losnervios crispados, más orgullo individual, más deseo deindependencia, y como consecuencia surgen las difi-cultades. Las pequeñas fricciones crecen hasta conver-tirse en descomunales.

UNA FÓRMULA INFALIBLE

Aunque la vida matrimonial es difícil, y es común en-contrar en ella parejas discordantes y frustradas, la felici-dad duradera es posible y el matrimonio puede resultar unéxtasis más exultante de lo que la mente humana puedaimaginar. Esto está al alcance de toda pareja, de toda per-sona. La idea de “almas gemelas” es una quimera, una ilu-sión, y aunque la mayoría de nuestros jóvenes tratan con

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toda diligencia y devoción de encontrar una persona conla cual la vida pueda ser más compatible y hermosa, tam-bién es cierto que casi todo buen hombre y toda buenamujer podrían tener felicidad y éxito en el matrimonio siambos estuvieran dispuestos a pagar el precio.

Existe una fórmula infalible, la cual garantiza a toda pa-reja un matrimonio feliz y eterno; pero al igual que en todaslas fórmulas, no se deben eliminar, reducir ni limitar los in-gredientes principales. La selección antes del cortejo y laexpresión constante de afecto después de la ceremonia ma-trimonial son de igual importancia, pero no son más im-portantes que el matrimonio mismo. Su éxito depende deambos cónyuges, no sólo de uno, sino de los dos.

En el matrimonio iniciado y fundamentado sobre nor-mas razonables como las ya mencionadas, no hay combi-naciones de poder que puedan destruirlo, excepto elpoder que existe en cada uno de los cónyuges o en el deambos; generalmente, ambos deben asumir la responsa-bilidad. Puede haber otras personas o elementos que in-fluyan para bien o para mal; puede parecer que el aspectoeconómico, social y político, así como otras situaciones,tengan cierta influencia; pero el matrimonio se basa puray exclusivamente en ambos cónyuges, quienes siemprepodrán lograr éxito y felicidad en su matrimonio si se loproponen, son desinteresados y rectos.

La fórmula es sencilla; los ingredientes son pocos,aunque existen numerosos ejemplos de cada uno.

Primero, debe existir una actitud adecuada hacia el ma-trimonio. La persona debe tratar de seleccionar el cónyu-ge que alcance, hasta donde sea posible, el pináculo de laperfección en todos los aspectos que tengan importanciapara ella como persona. Luego, ambas partes deben llegaral altar del templo dándose cuenta de que deben trabajararduamente para tener éxito en la vida en común.

Segundo, debe abundar la generosidad, olvidándosedel “yo”, dirigiendo toda la vida familiar y lo que a ellacorresponde hacia aquello que sea de beneficio para lamisma, y subyugando así el egoísmo.

Tercero, el cortejo y las expresiones de afecto, amabi-lidad y consideración deben continuar a fin de que elamor se mantenga vivo y crezca.

Cuarto, se deben vivir plenamente los mandamien-tos del Señor, tal como se encuentran definidos en el Evangelio de Jesucristo.

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El amor es como una flor. No se puede esperar

que dure eternamente a menos que se le

alimente de continuo con porciones de amor,

manifestaciones de aprecio y admiración,

expresiones de gratitud y la consideración que

proviene del desinterés.

Mezclando estos ingredientes de forma adecuada ymanteniéndolos en funcionamiento constante, es casiimposible que surja la desdicha, que continúen losmalos entendimientos o que haya desavenencias. Losabogados especializados en divorcios tendrían que es-pecializarse en otros campos y los tribunales dedicadosa las separaciones terminarían por cerrar.

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DEL “YO” AL “NOSOTROS”

Dos personas que estén considerando el matrimoniodeben darse cuenta de que ese estado legal no garantiza au-tomáticamente la felicidad que tanto esperan, sino que eseconvenio significa sacrificarse, compartir y aun renunciar aciertas libertades personales; significa una larga y ardua fru-galidad; significa hijos que traen consigo cargas económi-cas, de servicio, de cuidado y preocupación; pero tambiénsignifica la más profunda y dulce de todas las emociones.

Antes del matrimonio, cada uno de los cónyuges tienela libertad de hacer lo que le plazca, de organizar y planearsu vida de la manera que crea conveniente, de tomar todadecisión siendo la persona misma la única consideración.Antes de tomar los votos matrimoniales, los novios debendarse cuenta de que es necesario que cada uno acepte, li-teral y plenamente, que el bienestar de la nueva familiadebe anteponerse siempre al bienestar propio. En toda de-cisión se debe considerar el hecho de que habrá dos o máspersonas que se verán afectadas por la misma. Ahora, altener que tomar decisiones importantes, la esposa tendráen cuenta la manera en que éstas afectarán a los padres,los hijos, el hogar y su vida espiritual. La ocupación delmarido, su vida social, sus amistades, sus intereses perso-nales, deben considerarse ahora bajo el prisma de que éles sólo una parte de una familia, o sea, que para todas lascosas se debe tener en cuenta al grupo familiar.

Quizás un matrimonio no siempre sea equitativo nitranscurra sin dificultades, pero puede disfrutar de gran paz.La pareja podrá tener pobreza, enfermedad, desalientos,fracasos y hasta muerte en la familia, pero todo eso no tienepor qué robarles la paz. El matrimonio puede tener éxitosiempre que el egoísmo no forme parte de él. Si existe unaabnegación total, los problemas y las dificultades unirán alos padres con lazos inquebrantables. Durante la depresiónde la década de 1930 [en Estados Unidos], hubo una mar-cada disminución de divorcios; la pobreza, los fracasos y eldesánimo unían a los padres. La adversidad puede estre-char relaciones que la prosperidad puede destruir.

CONTRIBUIR CON FELICIDAD

El matrimonio que se basa en el egoísmo está condena-do a fracasar. El que se casa para obtener riquezas, presti-gio o un estatus social, ciertamente quedará decepcionado.El que se casa para satisfacer la vanidad y el orgullo, o para

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fastidiar o herir a otra persona, se engaña a sí mismo. Maspara el que se casa para dar felicidad así como para reci-birla, para prestar servicio y recibirlo, y que vela por los in-tereses de la pareja y luego de la familia, habrá buenasposibilidades de que su matrimonio sea feliz.

El amor es como una flor y, al igual que el cuerpo,precisa de alimento constante. Si no se le alimentaracon frecuencia, dentro de poco el cuerpo terrenal seconsumiría y moriría. La tierna flor se marchitaría ymoriría sin agua y alimento. Así también, no se puedeesperar que el amor dure eternamente a menos que sele alimente de continuo con porciones de amor, mani-festaciones de aprecio y admiración, expresiones degratitud y la consideración que proviene del desinterés.

El altruismo total es otro factor que contribuirá a lograr

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Cuando con frecuencia los cónyuges asisten juntos al sa

familia, asisten a sus reuniones religiosas, mantienen s

car el reino de Dios, entonces gozan de la felicidad en

un matrimonio feliz; si se buscan constantemente los inte-reses, la comodidad y la felicidad del cónyuge, el amor quese descubre durante el cortejo y se afirma en el matrimoniocrecerá en dimensiones inconmensurables. Muchas parejaspermiten que su matrimonio se estanque y que el amor seenfríe como el pan duro, los chistes viejos y la comida fría.Los nutrientes más importantes para el amor son: la consi-deración, la amabilidad, la cortesía, la preocupación, las ex-presiones de afecto, los abrazos que denotan aprecio, laadmiración, la satisfacción, el compañerismo, la confianza,la fe, el esfuerzo mutuo, la igualdad y la interdependencia.

EL PINÁCULO DE LA FELICIDAD

A fin de ser realmente felices en el matrimonio de-bemos observar fiel y continuamente los mandamientos

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nto templo, se arrodillan en el hogar para orar con su

u vida moralmente casta y ambos colaboran para edifi-

todo su esplendor.

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del Señor; nadie, ya sea soltero o casado, ha logradoser feliz a menos que haya sido justo. Hay satisfaccio-nes momentáneas y situaciones engañosas, pero la fe-licidad total y permanente sólo se obtiene mediante lalimpieza y la dignidad. La persona que haya llevadosiempre una vida basada en profundas conviccionesreligiosas jamás será feliz llevando una vida de inacti-vidad. Su conciencia le afligirá, a menos que haga casoomiso de ella por completo, en cuyo caso el matrimo-nio ya corre serio peligro. El remordernos la concien-cia puede hacer que la vida resulte insoportable. Lainactividad es destructiva para el matrimonio, espe-cialmente si los cónyuges varían en lo que concierne asu inactividad.

Las diferencias religiosas se cuentan entre las másduras e insalvables de todas.

El matrimonio es ordenado por Dios; no es simple-mente una costumbre social; sin un matrimonio adecua-do y dichoso, nunca podremos ser exaltados. Si leen laspalabras del Señor, verán que afirma que lo correcto yapropiado es casarse.

Siendo así, el Santo de los Últimos Días reflexivo einteligente planeará su vida con detenimiento paraasegurarse de que no haya impedimento alguno en elcamino. Al cometer tan sólo un error serio, uno puedeponer en el camino obstáculos que jamás pueda retirary que pueden interrumpir su progreso hacia la vidaeterna y la divinidad, nuestro destino final. Si dos per-sonas aman al Señor más que a su propia vida, y luegose aman mutuamente más que a su propia vida, segura-mente gozarán de esta gran felicidad trabajando juntosen una armonía total, con el programa del Evangeliocomo estructura básica. Cuando con frecuencia loscónyuges asisten juntos al santo templo, se arrodillanen el hogar para orar con su familia, asisten a sus reu-niones religiosas, mantienen su vida moralmente casta—mental y físicamente— a fin de que todos sus pensa-mientos, deseos y amor estén centrados en su compa-ñero, y ambos colaboran para edificar el reino de Dios,entonces gozan de la felicidad en todo su esplendor.

“A NINGUNA OTRA”

En ocasiones, en el matrimonio hay distracciones, apesar de que el Señor ha dicho: “Amarás a tu esposa

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con todo tu corazón, y te allegarás a ella y a ninguna otra” (D. y C. 42:22).

Eso significa igualmente que “amarás a tu esposocon todo tu corazón, y te allegarás a él y a ningúnotro”. Frecuentemente, las personas continúan alle-gándose a su madre, a su padre y a sus amigos. En oca-siones, las madres no ceden la influencia que hantenido sobre sus hijos, y el esposo, así como la esposa,regresan a sus padres para obtener consejo y confiarlessus problemas. En cambio, deben acercarse a su cónyu-ge en la mayoría de las cosas y nunca hablar de sus in-timidades a los demás.

Los matrimonios hacen bien al adquirir de inmedia-to su propia vivienda, separada de las de sus familiarespor ambas partes. Puede que ese hogar sea modesto yhumilde, pero aun así es un domicilio independiente.Su vida matrimonial debe ser independiente de la desus padres; ámenlos más que nunca; atesoren su conse-jo; aprecien la relación que tienen con ustedes; perovivan su vida, gobiérnense por sus decisiones, despuésde orar al respecto y recibir el consejo de aquellos quelo deben brindar. Allegarse no significa simplementeocupar la misma casa; significa unirse estrechamente,andar juntos:

“Por tanto, es lícito que... los dos [sean] una solacarne, y todo esto para que la tierra cumpla el objeto desu creación;

“y para que sea llena con la medida del hombre, con-forme a la creación de éste antes que el mundo fuerahecho” (D. y C. 49:16–17).

Hermanos y hermanas, quisiera decirles que ésta es lapalabra del Señor; es de suma importancia y no hay nadieque deba argumentar con Él. Él creó la tierra; Él creó lahumanidad; Él conoce las condiciones; Él estableció elprograma, y nosotros no somos lo suficientemente inteli-gentes ni listos para ser capaces de discutir con Él res-pecto a estas cosas tan importantes. Él sabe lo que escorrecto y verdadero.

Les suplicamos que mediten en estas cosas; asegúren-se de que su matrimonio marche en la forma debida; ase-gúrense de que su vida esté en orden, de que cumplencon su parte en el matrimonio de manera apropiada. �

Adaptado de un discurso pronunciado en la Universidad

Brigham Young el 7 de septiembre de 1976.

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Un testimoniovivientepor Helen Sturdevant

Decir que a mi esposo y a mí nostomó por sorpresa saber que, a

la edad de cuarenta años, esperába-mos un bebé, sería quedarse cortos.Las complicaciones durante el emba-razo hicieron que los médicos no tar-daran en mandarme reposo absoluto.Mi esposo me dio una bendición delsacerdocio en la que se me prometióque todo iría bien si hacía lo que medecían los médicos.

Sin embargo, el reposo se convirtióen una prueba difícil mientras intenta-ba atender a las necesidades de nues-tros dos hijitos y mantenermeocupada.

Cuando los miembros del barrio sedieron cuenta de que iba a estar con-finada durante todo el embarazo, lascenas empezaron a llegar con regulari-dad. Las amigas solían llevarse a mihijo de tres años para pasar el día conellas, y cuando el otro hijo de seis añosregresaba a casa de la escuela, siempreaparecía alguien que venía para ver

Cuando pudimos llevar a John a la

capilla, una madre se acercó a no-

sotros con su hijo de ocho años

que había ayunado y orado, y que-

ría ver cómo habían recibido res-

puesta su fe y oraciones.

U

cómo estaba. Las hermanas veníancon frecuencia a limpiar la casa y lavarla ropa, y solían terminar sentadas enmi cama para charlar conmigo.

Más de dos meses antes de lafecha del alumbramiento empecé atener contracciones y nació nuestropequeño y frágil hijo. Estaba tan en-fermo que los médicos nos dijeronque debíamos hacer los arreglos ne-cesarios y preparar el funeral.Entramos a ver a nuestro hijito, cu-bierto de cables y tubos, en una in-cubadora. Derramando abundanteslágrimas, mi esposo y otros dos her-manos ungieron y bendijeron a nues-tro bebé, John, el cual respondiócomenzando a luchar por su vida.

Mientras mi esposo y yo pasamosmuchos días y noches en el hospital,los miembros de nuestro barrio con-tinuaban con sus muchos actos deservicio y amor por nuestra familia;más de una vez durante el embarazoy al menos en dos ocasiones tras elnacimiento del bebé, todo el barrioayunó y oró por nosotros.

En una ocasión, en la que se nospermitió llevar a John a la capillaaunque todavía estaba con oxígeno,una madre se acercó a nosotros consu hijo de ocho años. En voz baja, ycasi de manera reverente, nos pre-guntó si su hijo podía ver al bebé.Nos explicó que su hijo había obteni-do un testimonio del valor de servir yamar a los demás mediante el ayunoy la oración, y quería ver cómo habí-

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an recibido respuesta su fe y sus ora-ciones. Vio al bebé y lloró; le dijo a sumadre que se sentía feliz por poderorar y ayunar. “Después de todo”,dijo, “mira lo que hizo nuestro PadreCelestial”.

Hoy día, John es un joven de die-cisiete años de edad, activo y llenode vitalidad; es un testimonio vivien-te para los miembros de aquel barriogeneroso y su dedicación a la fe y lacaridad. Las palabras no pueden ex-presar la gratitud que sentimos porellos y por nuestro Padre Celestial.

Helen Sturdevant es miembro del Barrio

Parkwood, Estaca Oak Hills, Austin, Texas.

Llevar Su nombrepor Raúl García

n día, mientras servía en laMisión Texas Fort Worth, mi

compañero y yo acabábamos de visi-tar a unos investigadores y nos dimoscuenta de que no teníamos una citapara cenar, así que decidimos dete-nernos en alguno de los muchos res-taurantes cercanos de comidarápida.

Cuando me acerqué a la caja, unaempleada tomó mi pedido y me pidiómi nombre para poder anunciarlopor el altoparlante cuando la comidaestuviera lista. “Élder García”, res-pondí.

La mujer pareció no entender mi

Page 46: LIAHONA OCTUBRE 2002

La cajera pareció no entender mi inglés cuando le dije mi nombre. Para

evitar cualquier malentendido, señalé mi placa identificativa, donde

aparecía el nombre de la Iglesia en español.

inglés y de nuevo me preguntó cómome llamaba. Para evitar cualquiermalentendido, señalé mi placa iden-tificativa, donde aparecía el nombrede la Iglesia en español.

Al volverme para sentarme con micompañero y esperar la orden de co-mida, me fijé en el nombre que lamujer había escrito. En vez de anotarmi nombre, había escrito “Jesucristo”,en español. Es posible que se hayaequivocado porque el nombre delSalvador se destaca en el logotipo dela Iglesia, o puede que no haya estadoprestando atención.

Cada vez que recuerdo aquella sen-cilla experiencia siento el firme deseode que la gente piense en Jesucristocuando me vea, no sólo porque Sunombre aparezca en una placa de mi-sionero, sino porque llevo Su nombreal hacer las cosas que Él nos enseña ahacer.

Raúl García es miembro del Barrio

Pomona 3 (español), Estaca Covina

(español), California.

H

Gente comúnpor Maria Mabilia

ace unos años, mi esposo y yoregresábamos a nuestro hogar

en Italia procedentes del Templo deFrancfort, Alemania; en el coche ibaotra pareja y un joven que estaba apunto de ir a la misión. Habíamosdisfrutado de una semana maravillo-sa en el templo, pero mientras volví-amos a casa, mi corazón estabaagitado y no podía imaginarme elporqué.

Mientras todavía estábamos enAlemania, me fijé en que Angelo, miesposo, dobló en una calle equivoca-da, pero no queriendo preocupar alos demás pasajeros, no dije nada. Derepente, un camión enorme quevenía en sentido contrario chocócontra nosotros. La fuerza del impac-to hizo que nuestro vehículo girarasin control. Angelo no podía hacernada; lo único que podíamos hacerera orar.

L I A H O N A

44

Finalmente, el coche se detuvo alchocar contra un árbol. Se rompie-ron todas las ventanas y había crista-les por todas partes; hasta misanteojos se hicieron añicos. De in-mediato supe que estaban implicadosseis coches más y que algunas de lasvíctimas estaban en estado grave.

Los paramédicos llegaron deprisay se llevaron al hospital a mi esposo,al matrimonio que nos acompañabay a algunas de las otras víctimas. Eljoven que pronto sería misionero yyo nos quedamos en el lugar del ac-cidente. Me sentía confusa y perdida,dado que estaba en un país extranje-ro sin mi esposo y sin información al-guna de lo que estaba pasando. Asíque seguí volviendo el corazón haciami Padre Celestial por medio de laoración, y Su respuesta llegó casi deinmediato.

Se acercó un hombre. Era ale-mán, pero se dirigió a mí en inglés.Aunque no hablo ni inglés ni ale-mán, pude entenderle cuando seofreció a llevarnos al hospital, perocomo iba en bicicleta, dijo que re-gresaría a su casa para traer su auto.

Volvíamos a estar solos, pero enpocos minutos se acercó otro hom-bre. ¡Hablaba italiano! Estaba tancontenta que le abracé y me eché allorar. Él quería ayudarnos, pero tam-bién tenía que ir por su vehículo.

Ambos hombres no tardaron enregresar, metieron nuestras maletasen sus autos y nos llevaron al hospital.

Page 47: LIAHONA OCTUBRE 2002

Después del accidente, los paramédicos se llevaron a los heridos al hospital. Estaba sin mi esposo en un país

extranjero donde yo no hablaba el idioma, así que seguí volviendo el corazón hacia mi Padre Celestial por

medio de la oración.

El segundo hombre se fue, pero elprimero se quedó conmigo todo eldía, ayudándome a buscar a mi es-poso, a comprar unos anteojos nue-vos y a encontrar habitación en unhotel para pasar la noche. Por enci-ma de todo, me dio ánimo y apoyomoral.

Cuando regresó al día siguiente,no pude evitar pensar en la paráboladel buen samaritano. Ese hombre,aunque no nos conocía ni a mi mari-do ni a mí, nos ayudó en esos mo-mentos tan difíciles.

Ese día me puse en contacto convarios miembros locales de la

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45

Iglesia. El presidente de misión y elobispo llegaron casi de inmediato.Eran extraños para nosotros, peroen sus rostros vi el amor puro deJesucristo. Mientras mi esposo ynuestros compañeros de viaje se re-ponían, los miembros de la Iglesianos ayudaron, y cada vez que iban a

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Ahí estábamos, un ruso y un americano, frente a frente, silbando a dúo

la armonía de uno de los himnos más hermosos de la Restauración.

Swen Nielsen y su esposa, Shirlene,

volvieron de su misión en el Templo de

Estocolmo, Suecia, en junio de 2001 y son

miembros del Barrio Slate Canyon 4, Estaca

Provo, Utah.

visitarnos, nos traían su amor.La bendición más importante que

recibimos durante esa época de ad-versidad fue el recordatorio del granamor de Dios por Sus hijos. Ahora sépor experiencia propia que si confia-mos en Él, nunca nos abandonará,sino que estará con nosotros a travésde la gente común.

Maria Mabilia es miembro de la Rama

Como, Distrito Como, Italia.

Un dúo rusopor Swen Nielsen

Tras una ajetreada semana enque prestaba servicio como

obrero del Templo de Estocolmo,Suecia, fui a la lavandería del hos-tal para lavar una ropa. Mientrascargaba la lavadora, silbaba de ma-nera inconsciente uno de mis him-nos favoritos: “Bandera de Sión”

(Himnos, Nº 4). Este himno y su referencia a la gente “allende de la mar” que recibe el Evangelio ysirve al Señor siempre ha sido espe-cial para mí. Siempre he sentidoque soy uno de ésos a los que se re-fiere la letra porque nací enDinamarca, donde me convertí alEvangelio, y luego me trasladé aUtah con mi familia a la edad decatorce años.

Mientras realizaba mis quehace-res, entró un hermano ruso queasistía al templo esa semana. En elmomento en que entró, dejé de sil-bar, pero él de inmediato empezó asilbar el mismo himno. Cuando sedetuvo, me indicó con el dedo, y yosilbé desde donde él se había que-dado.

Entonces él empezó una vez másdesde el principio del himno, me se-ñaló con el dedo y dejó de silbar.

L I A H O N A

46

Ninguno de los dos podía hablar elidioma del otro, de ahí que nos se-ñaláramos con el dedo; pero yo melas arreglé para entender lo que élquería, así que empecé al principio,como él había hecho. Él entonóuna hermosa armonía para mi me-lodía.

Ahí estábamos, un ruso y un nor-teamericano, frente a frente, silban-do a dúo la armonía de uno de loshimnos más hermosos de laRestauración. No habíamos llegadoni al final cuando las lágrimas brota-ron de nuestros ojos y no pudimosterminarlo. Nos abrazamos y él pro-nunció las únicas palabras en inglésque le oí decir: “Dúo ruso”.

Creo que ambos sentimos pro-funda gratitud por el Evangelio deJesucristo, el cual derriba las barre-ras culturales y geográficas.Nuestras creencias y nuestra dedi-cación al Evangelio hicieron posi-ble que los dos, procedentes detierras “allende de la mar”, pudiéra-mos unirnos como hermanos en elEvangelio y en otra tierra, y com-partir un momento de dicha, pro-clamando al unísono las palabrasdel himno: “Bandera, alto en elmonte, se izó. Oh pueblo, contem-plad; al mundo se alzó”. �

Page 49: LIAHONA OCTUBRE 2002

¿ S a b í a s q u e … ?

EL PRIMER OBISPO

Edward Partridge fue elprimer obispo de la Iglesiarestaurada y, desde 1850,

también se le considera como el pri-mer Obispo Presidente de la Iglesia.Nació en 1793, y después de llegar ala edad de veinte años, quedó des-contento con las religiones de suépoca. Luego de investigar la Iglesia,fue bautizado en 1830 por el profetaJosé Smith, quien dijo del obispoPartridge: “Era un modelo de piedady uno de los grandes hombres delSeñor, conocido por su firmeza y

paciente perseverancia hasta el fin”(“History of Joseph Smith”, Timesand Seasons, 15 de septiembre de1843, pág. 320).

Edward fue llamado obispo menosde dos meses después de su bautismo(véase D. y C. 41:9) y en verdad ne-cesitó la paciente perseverancia quemencionó el profeta José Smith. Él ysu familia padecieron severa persecu-ción y en una ocasión un populacholo sacó de su casa, lo embreó y lo em-plumó.

Después de una grave enferme-dad, el obispo Partridge falleció enNauvoo en mayo de 1840, cuandosólo tenía 46 años de edad. El Señordijo de él: “...su corazón es puro

delante de mí, porque es semejante aNatanael de la antigüedad, en quienno hay engaño” (D. y C. 41:11). EnDoctrina y Convenios aprendemosque el Señor tomó al obispo EdwardPartridge para Sí (véase D. y C.124:19).

CONSEJOS SOBRE EL LIDERAZGO

Los líderes eficaces son tambiénbuenos maestros. Un funcionariodel gobierno le preguntó en unaocasión al profeta José Smith cómoera capaz de “gobernar a tantagente” y “preservar un orden tanperfecto”. El Profeta contestó: “Lesenseño principios correctos y ellosse gobiernan a sí mismos” (citadopor John Taylor en “TheOrganization of the Church”,Millennial Star, 15 de noviembre de1851, pág. 339). El élder Dallin H.Oaks, del Quórum de los DoceApóstoles, explicó: “Las doctri-nas y los principios bien enseña-dos tienen una influencia máspoderosa sobre la conducta quecualquier reglamentación” (“La en-señanza del Evangelio”, Liahona,enero de 2000, pág. 96). Los grandeslíderes ejercen como motivadores alcompartir conocimiento y ser ejem-plos fieles, y así inspiran a sus segui-dores a hacer el bien.

SUCEDIÓ EN OCTUBRE

A continuación se encuentran algunos acontecimientos importantesacaecidos en la historia de la Iglesia durante el mes de octubre.

17 de octubre de 1830: Parley P. Pratt, Oliver Cowdery, PeterWhitmer, hijo, y Ziba Peterson parten para su misión entre loslamanitas (véase D. y C. 32). De camino enseñaron y bautizaron

a Sidney Rigdon y a una congregación de sus seguidores en lazona de Kirtland, Ohio.

2 de octubre de 1917: Se termina el Edificio de laAdministración de la Iglesia, en Salt Lake City. Hoy díadicho edificio acoge los despachos de la Primera

Presidencia, del Quórum de los Doce Apóstoles y deotras Autoridades Generales.

1 de octubre de 2000: El presidente Gordon B.Hinckley dedica el Templo de Boston, Massachusetts, eltemplo en funcionamiento número cien de la Iglesia. �

Page 50: LIAHONA OCTUBRE 2002

TEMAS DE ESTE EJEMPLARA=AmigosAntiguo Testamento .................18, A16Arrepentimiento......................8, 12, 22Bautismo...........................................A6Conversión ........................................34Crecimiento de la Iglesia ............26, A6Curación .....................................33, 42Ejemplo ....................................42, A14Enseñanza..........................................48Fe ..............................2, 33, 42, A4, A6Felicidad ............................................22Guías .............................................8, 34Historia de la Iglesia ..........................47Humildad...........................................18Iglesia mundial .....................26, 42, A6Jesucristo .............................2, A9, A12Liderazgo.........................25, 26, 47, 48Maestras visitantes.............................25Matrimonio........................................36Noche de hogar .................................48Obediencia .................................A4, 18Obra misional..............34, 42, A6, A14Oración ................................33, 42, A2Orientación familiar ............................6Paciencia.....................................22, A6Pornografía ........................................12Primaria ............................................A4Relatos del Nuevo

Testamento............................A9, A12Sacerdocio ...................................25, 26Seguridad.......................................8, 12Servicio........................................22, 42Setenta Autoridades de Área.............26Sostenimiento....................................25.

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Cómo utilizar la revista Liahona deoctubre de 2002

IDEAS PARA COMENTAR

■ “No temáis”, página 2: El presidente James E. Faust relata la histo-ria de Hans, un joven que ayudó a rescatar a su hermano. ¿Qué habríasucedido si Hans y las demás personas hubieran permitido que el temorinfluyera en sus decisiones? ¿Qué temores podemos negarnos a escuchar?

■ “Cocodrilos espirituales”, página 8: El presidente Boyd K. Packercompara los cocodrilos con los predadores espirituales. ¿Cuáles son al-gunos de esos “cocodrilos espirituales”? ¿Cómo podemos evitarlos?

■ “Unidad en el matrimonio”, página 36: ¿Cuáles son los ingredien-tes de la fórmula que da el presidente Spencer W. Kimball

para un matrimonio feliz? ¿Cómo pueden esos ingre-dientes prevenir la infelicidad o los malentendidos en el

matrimonio?■ “ ‘Llegará el momento’ ”, página A6: ¿Estarías dis-

puesto a ayunar y orar para que los misioneros fue-ran a los países en los que aún no se ha predicadoel Evangelio? ¿Cómo crees que te sentirías cuan-do llegaran los misioneros?

Temor ..................................................2Templos y la obra del

templo ...................................A4, A16Tentación.......................................8, 12Unidad ........................................36, 42

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EVALÚA TU CONOCIMIENTO

Haz coincidir los Quórumes de los Setenta con las áreas en las que sirven.

1. Primer y SegundoQuórumes

2. Tercer Quórum3. Cuarto Quórum4. Quinto Quórum

a. México, Centroamérica y Sudaméricab. Europa, África, Asia, Australia, Nueva

Zelanda, Filipinas y el Pacíficoc. Estados Unidos y Canadád. Todo el mundo

Busca las respuestas en la página 31 de este ejemplar.

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Page 51: LIAHONA OCTUBRE 2002

AmigosPARA LOS NIÑOS DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS ■ OCTUBRE DE 2002

Page 52: LIAHONA OCTUBRE 2002

VEN Y ESCUCHA LA VOZ DE UN PROFETA

Cada uno de nosotros enfrenta preocupaciones,

pesares y decisiones difíciles, pero no les hace-

mos frente a solas. El Ser más sabio y fuerte

del universo nos ha ofrecido consuelo y consejo

a toda hora del día o de la noche. Los miem-

bros de la Primera Presidencia se suman a

todos los profetas que han existido para invi-

tarnos a orar.

Presidente Gordon B. Hinckley“Existe un poder mayor que ustedes y que puede ayu-

darles. Nunca se avergüencen de orar. Arrodíllense alcomienzo y al fin del día, ofrezcan una oración al Señory pídanle que les bendiga al tratar sus problemas, queles bendiga en los estudios y en todo lo que hagan.Acuérdense ante Él de aquellos que son menos afortu-nados que ustedes, de los que pasan por problemas y ne-cesitan y desean Sus bendiciones. ¡Sean diligentes en la

La or

oración! Hay algo maravilloso, noble, cabal y bueno enla persona que ora. No se olviden de orar” (reunión,Winnipeg, Manitoba, Canadá, 4 de agosto de 1998).

Presidente Thomas S. MonsonPrimer Consejero de la Primera Presidencia

“Cuando nuestro hijo mayor tenía más o menos tresaños, se arrodillaba con su madre y conmigo al decirnuestra oración por la noche. En aquel tiempo yo servíacomo obispo de nuestro barrio y una mujer amorosa delbarrio, Margaret Lister, estaba gravemente enferma decáncer. Todas las noches orábamos por la hermanaLister, y en una ocasión, nuestro pequeño hijo, que esta-ba ofreciendo la oración, se confundió y empezó a men-cionar a los personajes de unos cuentos para niños, ydijo: ‘Padre Celestial, por favor, bendice a la hermanaLister, a Caperucita Roja, a Ricitos de Oro, aBlancanieves y a todos nuestros amiguitos’. Aquellanoche tuvimos que contener la risa, pero luego nos sen-timos muy humildes al saber de la completa recupera-ción de la hermana Lister. No menospreciemos laoración de un niño. Después de todo, nuestros hijos

ación

Page 53: LIAHONA OCTUBRE 2002

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han estado con nuestro Padre Celestial más reciente-mente que nosotros” (Véase “La edificación de unhogar eterno”, Liahona, octubre de 1999, pág. 4).

Presidente James E. FaustSegundo Consejero de la Primera Presidencia

“Toda oración ferviente y sincera es una comunica-ción en la que intervienen dos partes, lo cual contri-buirá a que el Espíritu fluya como agua curativa paraayudar en las pruebas, los infortunios, los malestares ylos dolores que todos enfrentamos... Al orar, debería-mos pensar que nuestro Padre Celestial estácerca, lleno de conocimiento, comprensión,amor y compasión, la esencia del poder, yque espera mucho de cada uno de no-sotros” (“Que te conozcan a ti, elúnico Dios verdadero, y aJesucristo”, Liahona, febrero de1999, pág. 4). �

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“Creemos que los primeros principios y

ordenanzas del Evangelio son: prime-

ro, Fe en el Señor Jesucristo; segundo,

Arrepentimiento; tercero, Bautismo por

inmersión para la remisión de los peca-

dos; cuarto, Imposición de manos para

comunicar el don del Espíritu Santo” (Artículo

de Fe 1:4).

LA FE NOS AYUDA A ESCOGER LO CORRECTO

TIEMPO PARA COMPARTIR

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por Vicki F. Matsumori

§Un niño te saca la lengua. ¿Qué debeshacer? Esto le sucedió al élder Wayne S.Peterson, de los Setenta, mientras aguarda-

ba en su auto. ¿Qué crees que hizo? El élder Petersonrecordó cuán importante es escoger lo correcto y nosexplica: “Saludé al niño con la mano. Él volvió a sacar-me la lengua. Sonreí y volví a agitar la mano en gestoamistoso. Esta vez, él también me saludó con la mano.En breve se le unieron... un hermanito y una hermanita.[Cuando su auto] se alejaba... mis nuevos amiguitos si-guieron saludándome con la mano hasta que se perdie-ron de vista” (“Nuestras acciones dan forma a nuestrocarácter”, Liahona, enero de 2002, pág. 96).

El élder Peterson demostró tener fe en Jesucristo alseguir Sus enseñanzas. El Salvador enseñó: “Así que,cuantas cosas queráis que los hombres os hagan a voso-tros, así haced vosotros con ellos, porque esto es la ley ylos profetas” (3 Nefi 14:12). El élder Peterson se sintióbien porque escogió lo correcto; cuando nosotros esco-gemos lo correcto, demostramos amor por nuestro PadreCelestial y nos preparamos para las ordenanzas del templo.

Si decidimos hacer algo malo, nos sentimos mal y sa-bemos que tenemos que arrepentirnos. Nuestro PadreCelestial nos ha preparado un camino para ser perdona-dos y así ser dignos de estar con Él.

A M

Si demostramos nuestra fe enJesucristo al escoger lo correcto y al arre-pentirnos cuando hacemos algo malo, elEspíritu Santo puede guiarnos. Al tomar

la Santa Cena cada semana podemos re-novar los convenios bautismales de recordar

al Salvador y guardar Sus mandamientos. Si ob-servamos estos convenios, cuando seamos lo bastantemayores seremos dignos de asistir al templo. Ir al temploes un paso importante que debemos dar para volver avivir con nuestro Padre Celestial.

Ideas para el Tiempo para compartir1. Invite a cuatro adultos a que den unos discursos breves sobre

la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo y el don delEspíritu Santo. Antes de cada discurso, pida a los niños que can-ten una canción o un himno sobre el principio que se mencione endicho discurso. Escriba frases del cuarto Artículo de Fe en tiras se-paradas de papel y entregue una frase a cada clase para que lamemorice; luego pídales que escojan a alguien de su clase para quepresente ante los demás la parte que les haya tocado. Mientrastoda la Primaria repite el cuarto Artículo de Fe, pida a los repre-sentantes de cada grupo que se pongan en el orden correcto.Repitan el proceso hasta que los niños hayan memorizado elArtículo de Fe.

2. Comparta el relato de la conversión de Alma, hijo (véaseMosíah 27; Alma 36). Escoja pasajes del relato en los que seilustre y se explique el proceso del arrepentimiento y escríbalosen hojas separadas de papel. Pida a cada niño que seleccione unpasaje y que lo dibuje. Repasen el proceso del arrepentimiento:sentir pesar, pedir perdón, enmendar el error y no repetirlo.Canten una canción o un himno sobre el arrepentimiento.Utilice los dibujos de los niños para contar de nuevo el relato deAlma, hijo. Ayude a los niños a ver cómo se arrepintieron Almay los hijos de Mosíah. �

I G O S

4

Page 55: LIAHONA OCTUBRE 2002

HE DEMOSTRADOTENER FE PARA

ESCOGER LOCORRECTO

HOY ESCOGERÉ LO

CORRECTO

Instrucciones: Recorta el colgador. Dóblalo por la línea de puntos y pega juntas las partes de atrás. Colócalo donde te recuerde escoger lo correcto. Cuando tomes una buena decisión, da vuelta al colgador para demostrar que tienes fe paraescoger lo correcto.

Page 56: LIAHONA OCTUBRE 2002

“LLEGARÁ ELpor Shauna Gibby Relato verídicoILUSTRACIONES POR SHAUNA MOONEY KAWASAKI.

En 1978, Isaac tenía ocho años y vivía en una pequeña aldea de Cross River State, Nigeria. Sucasa estaba hecha de ramas de bambú unidas con

adobe y un tejado de hojas de palmera. A Isaac le gusta-ba su aldea y quería a todas las personas que vivían en ella.

La aldea estaba rodeada de un bosque verde y fron-doso, con palmeras, bananeros, helechos y bambú. Parair a la aldea más cercana, Isaac caminaba por un cami-no de tierra a través del bosque o montaba en la viejabicicleta de su primo.

Su familia tenía una pequeña granja donde cultiva-ban su propia comida. Comían sopa y gari, un platohecho de raíces hervidas que se parece a los copos deavena. Isaac y sus hermanas tenían tareas que hacer;una de las tareas de Isaac era caminar hasta el río ytraer agua para su familia.

Los domingos, Isaac y su familia iban a la Iglesia. Elcentro de reuniones también estaba hecho de bambú yadobe, y tenía un letrero blanco y limpio que decía: LAIGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DELOS ÚLTIMOS DÍAS. En la parte delantera había unagran campana de bronce.

En la Iglesia, el hermano Ekong les enseñaba sobreJesucristo, les leía de los pocos libros que habían recibi-do de Salt Lake City y cantaban himnos. El favorito deIsaac era “¡Oh, está todo bien!” (Himnos, Nº 17).

Al igual que muchas otras personas de su aldea, Isaac tenía un fuerte testimonio de que la Iglesia es

Page 57: LIAHONA OCTUBRE 2002

MOMENTO”

verdadera. Estaban aguardando a que llegaran los misio-neros para ayudarles a saber más sobre el Evangelio res-taurado. El hermano Ekong no tenía el sacerdocio, por loque no podía bautizarles. Más que nada, Isaac quería bau-tizarse y ser miembro de la Iglesia, por lo que su padre ledijo: “Llegará el momento en que seremos bautizados”.

Cuando Isaac y sus hermanas fueron al bosque a cor-tar leña para el fuego, Isaac oró para que fueran los mi-sioneros, y mientras estaba sentado en la orilla del ríocontemplando el ir y venir de los peces de colores, can-taba himnos. Muchas veces se imaginaba que el Corodel Tabernáculo Mormón estaba cantando con él.

Un día, su padre dijo a la familia que el sábado iba ahaber una reunión especial. Antes de la reunión iban aayunar durante 24 horas, y durante la reunión iban aorar para que llegaran los misioneros.

El sábado, Isaac y su familia se pusieron sus mejoresropas. A Isaac le gruñía el estómago por el hambre, perocasi ni se dio cuenta porque estaba muy animado.

Al poco rato sonó la campana y toda la gente de laaldea se congregó en el pequeño centro de reuniones, elcual quedó totalmente lleno. El hermano Ekong dirigióun himno y luego oró para que el Señor enviara a losmisioneros. Muchas personas más se turnaron para orar.La madre de Isaac tenía lágrimas en los ojos. Volvierona cantar y luego llegó el momento de irse.

Cuando la gente estaba yéndose, un auto se estacio-nó delante del centro de reuniones y de él se bajarondos hombres y dos mujeres. Isaac no había visto jamás

Page 58: LIAHONA OCTUBRE 2002

a alguien con la piel tan pálida. Elhermano Ekong les hablaba con mucha

emoción; luego se fue a la campana y la tocó confuerza. Todo el mundo regresó al centro de reuniones.

El hermano Ekong dio la bienvenida a los cuatro ex-traños y les dijo que la aldea había aguardado muchosaños ese momento tan feliz. Uno de los hombres, elélder Rendell Mabey, se puso de pie y dijo que era unmisionero enviado por el profeta, el presidente SpencerW. Kimball.

El élder Mabey compartió su testimonio delEvangelio restaurado, y lo mismo hicieron el élderCannon y las hermanas Mabey y Cannon. Era un díamuy caluroso, pero nadie quería irse. Todos tenían mu-chas preguntas. El élder Mabey prometió regresar y en-señarles más, y les dijo a los aldeanos que había llegadoel momento y que pronto podrían bautizarse.

El último día de diciembre de 1978, la familia deIsaac y muchas otras personas se congregaron en las

orillas donde el río estaba más hondo y tenía unacorriente tranquila. Cuando llegó el turno de

A M

Isaac, entró en el agua. El élder Mabey lo tomó de lamuñeca, dijo la oración bautismal y lo sumergió en elagua. La cálida luz del sol resplandecía en la superficiemientras Isaac volvía a la orilla. En su corazón él tam-bién tenía un sentimiento de calidez.

Veintiún años más tarde, Isaac se encontró en elmismo río con su hijo de ocho años, Raymond. AhoraIsaac tenía el sacerdocio y podía bautizar a su hijo. Sucorazón rebosaba de gozo al recordar el hermoso día enque se había bautizado en ese mismo río. Se sentía muyagradecido de que por fin llegara el momento. �

I G

8

“Por medio de misioneros y

miembros, el mensaje del

Evangelio restaurado está

llegando a todo el mundo...

“La Iglesia de Jesucristo de los

Santos de los Últimos Días ofrece a

todos los hijos de Dios la oportuni-

dad de aprender la plenitud del Evangelio de

Jesucristo tal cual fue restaurado en estos días pos-

treros. Ofrecemos a todos el privilegio de recibir

todas las ordenanzas de salvación y exaltación”

—Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce

Apóstoles (“¿Ha sido usted salvo?”, Liahona,

julio de 1998, pág. 67).

O S

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O C T U B R E D E 2 0 0 2

9

EL SALVADORVA AJERUSALÉN

RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Algunas personas dijeron a los fariseos que Jesús habíadevuelto a Lázaro a la vida, y éstos pensaron que todoscreerían en Jesús y que ya nadie les escucharía a ellos.

Juan 11:46–48

Planearon la forma de matar a Jesús y esperaron a que fuera a Jerusalén para la comida de la Pascua.Juan 11:50–51, 56–57

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A M I G O S

10

Jesús fue de Betania a Jerusalén. Mucha gente oyó que Él venía y fueron a recibirle. Iba montado en una asna. Unprofeta había escrito que el Hijo de Dios entraría en Jerusalén sobre una asna. Muchas personas habían presenciadoSus milagros y creían que Jesús era el Hijo de Dios, por lo que pusieron sus ropas sobre el terreno para que la asnapasara por encima de ellas. También agitaban hojas de palma y decían que Jesús era el Salvador.

Zacarías 9:9; Mateo 21:4–9; Juan 12:1, 12–15

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O C T U B R E D E 2 0 0 2

11

Los fariseos estaban enojados porque había muchagente que creía en el Salvador. Jesús sabía que losfariseos querían matarle.

Juan 11:53; 12:19, 23

Toda la gente de Jerusalén se acercó para ver qué esta-ba pasando y preguntaban quién era Jesús. Los discípu-los decían que era un profeta de Nazaret.

Mateo 21:10–11

Jesús dijo a Sus discípulos que iba a morir pronto, que padecería por los pecados de toda la gente y que moriría en lacruz. Sería el Salvador del mundo; por esa razón había venido a la tierra.

Juan 12:23–25, 27, 32–33, 47

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12

LA OFRENDADE LA VIUDA

RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Mientras Jesús se hallaba cerca del templo, enJerusalén, observó que la gente depositaba dinero parala Iglesia en unas cajas grandes. Los hombres ricospusieron mucho dinero en las cajas.

Marcos 12:41

Una viuda, una mujer pobre cuyo esposo había fallecido, fue a las cajas y puso en ellas dos monedas llamadas blan-cas. No era una gran cantidad, pero era todo el dinero que tenía.

Marcos 12:42, 44

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13

También les habló de los ricos que habían dado muchodinero y que aún tenían más en casa.

Marcos 12:43–44

Jesús la vio y, deseando enseñar una lección a Sus dis-cípulos, les habló de ella.

Marcos 12:43

La viuda no tenía dinero en casa. En cierta forma, ella había contribuido con más dinero a la Iglesia que todos loshombres ricos, porque había dado todo lo que tenía.

Marcos 12:43–44

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A M I G O S

14

MI MODO DE ACTUAR

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(Marcar dos tiempos por compás.) = 60–66OCCon expresión

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15

Letra:Música:

L. Clair Likes, 1908–1998. © 1975 IRI Vanja Y. Watkins, n. 1938. © 1975 IRISe pueden hacer copias de esta canción para utilizarlas de vez en cuando en la Iglesia o en el hogar, siempre que no sea con fines de lucro.

1 Timoteo 4:12Proverbios 20:11

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“Ven - gan a en - se - ñar - nos más”.

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Los “primeros”templospor Ann Woodbury Moore

¿Puedes identificar los“primeros” templos?

1. El primer templo terminadodespués de la restauración de la Iglesia.a. Templo de Kirtland.b. Templo de Salt Lake.c. Templo de Nauvoo.

2. El primer templo terminado en Utah.a. Templo de Manti, Utah.b. Templo de St. George, Utah.c. Templo de Logan, Utah.

3. El primer templo terminado en Europa.a. Templo de Londres, Inglaterra.b. Templo de Freiberg, Alemania.c. Templo de Berna, Suiza.

4. El primer templo terminado en Asia.a. Templo de Tokio, Japón.b. Templo de Taipei, Taiwán.c. Templo de Seúl, Corea.

5. El primer templo terminado en Sudamérica.a. Templo de Buenos Aires,

Argentina.b. Templo de Santiago, Chile.c. Templo de São Paulo, Brasil.

6. El primer templo terminadofuera de los Estados Unidos y de sus territorios.a. Templo de Cardston, Alberta

(Canadá).b. Templo de Hamilton, Nueva

Zelanda.c. Templo de Johannesburgo,

Sudáfrica.7. El primer templo dedicado por

el presidente Gordon B.Hinckley.a. Templo de Las Vegas, Nevada.b. Templo de Atlanta, Georgia.c. Templo de Francfort, Alemania.

La túnica de colores de Josépor Mariam Grisham

Jacob, personaje del Antiguo Testamento, amabamucho a su hijo José y mandó que se le hiciera una tú-nica de colores (véase Génesis 37:3). A ver cuán colori-da puedes hacer la túnica de la izquierda. �

Respuestas: 1a, 2b, 3c, 4a, 5c, 6a, 7b

PARA TU DIVERSIÓN

ILUSTRACIÓN DE LA ESTATUA DEL ÁNGEL MORONI POR DENISE KIRBY; ILUSTRACIÓN DE JOSÉ POR SHAUNA MOONEY KAWASAKI; BORDE POR RANDALL J. PIXTON.

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El sueño de Nabucodonosor, por Robert T. Barrett.“Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos

lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días” (Daniel 2:27–28).

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40

22

29

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00

22

SPAN

ISH

“En ocasiones el

Señor permite que tenga-

mos pruebas que nos transfor-

man en siervos productivos. En

nuestro afán por tener éxito,

a menudo no vemos que el

Señor está intentando alejarnos

del falso orgullo y de la vana am-

bición para poder instruirnos en

el discipulado”. Véase “No

temáis”, por el presidente

James E. Faust, página 2.