Leonardi, Pablo. Hasta El Infinito, Cumbia Villera. (Revista Invisibles). 2015

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Análisis cumbia villera

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Hasta el infinitoLa vasta produccin musical que tiene la cumbia en nuestro pas contrasta con los pocos estudios que existen sobre el gnero. En esta nota, analizamos el recorrido que tuvo desde sus orgenes meldicos hasta su expresin ms reciente, como la cumbia villera y la cumbia experimental.Por Pablo BerardiSegn cuenta el mito, la cumbia celebra la unin de un chamn, un esclavo y un coplero. La palabra clave es celebra.El mito es fuerte porque expresa el aporte aborigen en la maraca y la gaita, el aporte africano en la percusin y el aporte europeo en rima, texto y estructura. Sugiere el abanico de usos y matices emocionales que puede adquirir la cumbia, desde el trance colectivo hasta el lamento desarraigado, tocando la rabia, el amor, la sensualidad y el festejo.Pero el origen de la cumbia se pierde en la selva, en las sierras, en la costa del Caribe. Se duda de si su origen es colombiano, panameo o ambos, y de qu zona de esos pases es oriunda. Por eso la palabra clave es celebra. Del quiebre que la Conquista provoc en las identidades de los diferentes pueblos, los nacidos en el continente y los trados en barcos, nace una fantasa de unin, y la cumbia late en esa fantasa. No como una bandera que lleva, ni como un discurso expresado de manera trasparente, ni tampoco, y sobre todo, como un estado de comunin natural, pasado, al que habra que volver. Como una proyeccin: la cumbia est llegando.

Si bien la cumbia villera puede declarar, frontalmente, el estado inmediato de una persona cuando canta lo borracho, drogado y aislado de pasado y de futuro que est el cantante -y a lo lejos saluda allo que pasa es quela banda est borrachadeLos Wawanco-, lo ms comn es encontrar en la cumbia un presente que se proyecta a futuro, en donde, a pesar de estar siendo tocada, la cumbia va a venir, o nosotros vamos a ir hacia ella. Se oye a la distancia en laDanza negradeLucho Bermdez:Con el rumor de las palmeras/ se siente un eco de msica lejana/ y a su comps las pilanderas/ vienen bailando la cumbia colombiana; Cerca del mar se siente el grito/ de un negro triste que canta sus amores/ y de su raza cumple el rito/ con esta cumbia de gaitas y tambores.EnLa cumbia te est llamandodeGastn el isleoconJaime Simancase pregona justamente eso, que hay que prepararse, que la cumbia est llamando, como la llama aGildaenSigo el ritmo, en donde cuenta que otra personase fue a dormir porque era tarde/ y yo me vine pal bailey ella escapa por la ventana, poseda por un rumor de cumbia, como si la cumbia fuera un pescador y ella un pez que mordi el anzuelo y se deja arrastrar hasta la fuente del deseo.Ondatrpicacelebra aquel advenimiento desde la maana enLinda maana, cantndole a la salida del sol sobre un riff repetitivo, impaciente, que recuerda el uso que hace el cine de la msica para potenciar el efecto de tensin de una escena. Y lo que ah es tensin, enCumbia del infinitodeLos ngeles azuleses un manso oleaje de cumbia, tambin irresuelto, pero dulce, persistente y eterno. Cada nueva cumbia que suena satisface y al mismo tiempo prolonga un apetito voraz, y esa traccin provoca un pataleo que se extiende desde la maana hasta el infinito. Fantasas de libertad y de nuevo comienzo guan los compases de hamaca, como diceDick el Demasiado,de la cumbia, compases que estiran la pierna y vuelven a apoyarse, y as pacientemente, se van eslabonando.

Gilda,que tom su nombre del imaginario glamoroso del cine clsico, toc un punto clave de la sensibilidad cumbiera enPaisaje. La famosa modulacin a mayor del estribillo nos saca del relato concreto de un amor, en donde hay una lgica del mundo generando friccin entre sus partes, y nos envuelve en una descripcin vibrante de un amor posible, lejano, pictrico. En ese contexto se hace posible una de las frases ms bellas de la cumbia: T, aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo. La capacidad pop de engolosinar con un gancho se junta con la lejana romntica del tango y la proyeccin fantasiosa de la cumbia en el cctel gildero, y su mayor energa pica presiona en cada verso del estribillo. Tan ejemplar result esta cancin en su mixtura que hubo que empezar, no con alguno de los arengues tradicionales de gritos onomatopyicos, sino afirmando yo soy Gilda.Gilda enamora con la dulzura simple de su voz, tal vez la ms dulce desde queMatilde Dazhiciera aquellas grabaciones mticas en RCA de Buenos Aires con la orquesta deLucho Bermdez. Retom la tradicin santafesina de paisajes romnticos y recorridos narrativos en las cadencias, agregando una concisa y efectiva propuesta de produccin pop. Mientras tanto otras voces femeninas, la deTot la Momposinay la deLeonor Gonzlez Mina, se dejan arrebolar por la situacin musical y adoptan inflexiones de posesas. Es el jolgorio colectivo en el caso de Tot, y la cruda intimidad de una hermana, en el caso de Leonor, en donde mejor lucen su cumbia. En el plano de las voces masculinas, las hay roncas, o elegantes, descarnadas y socarronas.Tal mirada es consecuencia de la fertilidad de la cumbia, como lenguaje, a la hora de migrar. Alguna propiedad, que puede ser la simpleza universal de su ritmo o su reaccin alegre a las circunstancias, la convierte en una semilla que puede dar fruto en cualquier suelo. A diferencia del jazz, gnero en algn sentido ejemplar en su relacin con la tradicin y el pasado, la cumbia casi nunca revisa su recorrido para ordenarse. Es una pulsin vital, una tendencia de adaptacin y supervivencia, que le permite viajar del Caribe al mundo y de la Conquista al presente. No fagocita otros lenguajes por un imperativo de cambio, sino que crece, donde crece, con los atributos que le aportan el clima, la geografa y el tiempo. Es una hija de la circunstancia, pero est en su gentica el conocimiento profundo de que la circunstancia, hacia adelante, siempre cambia.Es notable ver hacia atrs y descubrir la riqueza de registros que alcanz la cumbia en sus diferentes momentos. La cumbia tiene, como el rock and roll, su pasado de lamento blusero Negra yo soy,A la mina no voy-. Tiene su etapa psicodlica, compilada magistralmente en los discosThe Roots of Chicha 1y2.Tiene un momento de coqueteo con el funk, el sound system caribeo y un espritu arty en la champeta de los 70. Tiene, en la cumbia villera, el mismo ejercicio de produccin simple y barata, de desnudez descarnada y violencia, que el hip hop. Tiene enZizeky en otros grupos de djs europeos una variante electrnica. Tiene una especie de Woody Guthrie enLandero.Pero esto debera tomarse apenas como puntos de contacto, puertas de acceso hacia el universo de la cumbia, dado que la experiencia del pop no podra hacer mucho ms por ordenar el caudal de informacin que la cumbia viene produciendo desde que existe la posibilidad de grabar. Incesante, prolfica, la discogrfica Discos Fuentes viene compilando los xitos en la produccin de msica tropical de cada ao desde 1961 en los14 Caonazos bailables. En este momento van por el volumen 54. Discos Fuentes declar que para ellos es una responsabilidad editar ese compilado regularmente, aun en los momentos econmicos ms difciles, avanzando paso a paso, ao a ao, construyendo el museo ms grande, aunque de ninguna manera exhaustivo, que tiene la cumbia para poder observarse y recordarse. Los14 Caonazos bailables, que juntan a la cumbia con otros gneros hermanos de msica tropical, son el diario ntimo de la cumbia en su viaje hacia el futuro.En Argentina creci una cumbia de carcter fuertemente sincrtico. FueronLosWawancolos que pusieron la piedra angular. Cuando se presentaron por primera vez, ao 1955, en Vicente Lpez, eran inmigrantes de Chile, Costa Rica, Colombia y Per que estudiaban medicina en Buenos Aires. Luego se sum un argentino. En ese hecho ya se trasluce una diferencia esencial con la otra agrupacin que se suele tomar como fundadora:el Cuarteto Imperial. Las primeras grabaciones del Cuarteto Imperial, que aterriz en la Argentina casi diez aos ms tarde que nacieran los Wawanc, despliegan una cumbia cansina, sentida, laid back, protagonizada por la voz del acorden, una cumbia generosa en su vocacin de ofrecer nuevas canciones y de mostrar a un pblico naciente el aroma del folklore colombiano, pero al mismo tiempo limitada al juego de la reproduccin, de la ilustracin. Su valor ms fuerte quizs est en oponer un ejemplo de porcelana al ldico mezclar de rimos y nacionalidades que ofrecan los Wawanc. La heterogeneidad wawanquera dio a luz un groove nico: vivaz pero estricto, casi de loop, del que seguramente hayan mamadoLos del Bohiopara dar a su vez a luz al groove particular de sus primeras grabaciones, esqueje del que a su vez nace una parte colorida de la corriente santafesina.Los WawancoyCuarteto Imperial,las dos crecieron como proyectos, tuvieron fama internacional, grabaron muchsimos discos y adquirieron una inercia de barco a favor de toda corriente. Su recorrido no describe una parbola, como suele ocurrir con los proyectos que la moda adopta, vitaliza y despus deja marchitar a la sombra de la indiferencia general. Una inercia trans generacional en la que nuevas generaciones toman el puesto de los miembros que mueren o se retiran. Su viaje es largo, tan largo que no alcanza una sola vida. Las dos bandas permanecen activas y vienen sobreviviendo gracias a una dialctica de renovarse y conservar una esencia, a pesar de que la esencia, en realidad, se redefine con cada generacin que toma la posta. Son como un objeto lanzado al vaco, donde, si no hay friccin, no se detienen.La Orquesta Huambaly, en Chile, persigue un futuro semejante, pero en este caso como gesto de recuperacin de parte de Marcos Aldana, el hijo de uno de los miembros originales.Entre la cadenciosa cumbia delCuarteto Imperial, plasmada enDe Colombia a la Argentina, Lamento negro, La negra Josefina,en su versin espectacular deCumbia sobre el mar,y la vivaracha cumbia queLos Wawancprovocan en Por la calle real,La banda borracha,Villa cario,la delicadaTarde playera,corta todo aroma de autenticidad folklrica la cumbia deChico Novarroy su distancia autoconciente, de produccin pop, donde fermenta una heterogeneidad, no, como la de la los Wawanc, fundada en el crisol de razas, sino tejida en una necesidad corporativa de cautivar al mayor pblico posible. Chico Novarro perteneci al Club del Clan entre 1962 y 1964, fue contratado por RCA Victor y en 1963 grabZoolgicamente es un xito!, en donde Chico, acompaado por una orquesta impecable, luce la destreza camalenica de su voz, que todo lo abarca, bolero, cumbia, mambos: un juego de chimpanc imitador elevado a la potencia de una tcnica. La cumbia, en este disco, aparece baada de un imaginario, atravesada por una ficcin, urdida en un telar fantstico, satrico, en donde los personajes que invaden las canciones de ritmo tropical son comparados con animales. No hay desprecio en esa comparacin, o por lo menos no parece haberlo. Ms bien, pareciera ser el resultado de una necesidad, la de enmarcar en un cuadro de ficcin tales ritmos para superar la distancia que separa a Chico Novarro del ambiente natural de la cumbia y as poder crear sobre la base de aquel groove. Mientras enEl camalenpone en evidencia su mayor gracia, enEl orangutnrecurre al gnero de la fbula para describir algo que no puede hacer en el bolero: contar un episodio de atraccin sexual inocente, sin resultado aleccionador ni atavos de culpa, en el que los monos salen, se divierten y vuelven cansados. Hay astucia criolla destellando en cada poro de este disco, pero el atributo que derrama sobre el imaginario de cumbia por venir es su distancia de ficcin. Abre una brecha de fantasa, poco minada por las bandas posteriores, pero sin la cual no hubieran sido posibles las diferentes voces-personaje de la era tropical. En cuanto a la produccin "desde arriba", desde una intencin corporativa, la cumbia volvi a conocer un paisaje parecido en algunas megabandas de la misma era. En 1964, al ao siguiente deZoolgicamente es un xito!, Chico Novarro grabUn sombrero de paja, una cumbia ya sin distancia ni personajes, ms desnuda y deudora de la tradicin colombiana, pero sugiriendo algo por venir, en el pcaro centro de gravedad que ocupa la voz en la mezcla.Varios aos tuvieron que pasar para que la cumbia argentina se metiera de nuevo en terreno inexplorado. En esos aos fue creciendo como parte de una escena que involucra al cuarteto y a la guaracha santiaguea y que luego se conoci como la movida tropical. Estos fueron los aos en donde la cumbia tom un lugar al margen frente a la hegemona de la msica beat.Los CumbiambasyLos Palmeras, en Santa Fe, seguan navegando por el cauce que haba abierto elCuarteto Imperial.El arrastre del acorden era un elemento ms en la densa selva de instrumentos que proponan en su textura. Profusin de rulos, comentarios, frases rtmicas de los instrumentos desvindose de su rol de construir el pulso por un brevsimo momento para agitar la mquina y despus volver a su lugar refrescados. A la exuberancia de esta textura, que conoca bien por haber participado en bandas del estilo desde principios de los 70, le opusoJuan Carlos Denisuna parvedad monoltica, prstina, minimalista. A pesar de que en algunas grabaciones incluyeron conga, la formacin tpica deLos del Bohio, como describen en su primera cancin A mi gente, es de bajo, guitarra, timbales y un girista-cantante. El espacio que se abre de tanta simpleza permite hacer foco en el punteo mgico de la stratocaster de Denis, en los inesperados giros armnicos, y en el paisaje emocional que despliegan en letras articuladas en esos giros armnicos. El estilo parco, que tambin llevaron a la vestimenta y a la presencia de la banda en escenario, se fue puliendo con los aos, gan profundidad en el uso de reverbs largas y lejanas. Casi no hay ganchos o arengues. Cada cancin es como un drama breve teido de los colores de un atardecer nublado. Hay aroma de tormenta en el horizonte de cumbia.EscucharLos del Bohioes una experiencia que no se parece a nada. La inquietud es constante. Adems de describir la formacin musical, enA mi gentele piden al pueblo que siga su"lucha de pan y de trabajo/ que la riqueza es linda y la miseria no". Desde entonces siempre hicieron oficio de poner la nota, de alumbrar los costados ms inesperados de una situacin social o emocional. Hay un exceso de contenido en conflicto permanente con el hedonismo bailable propio de la cumbia. Si bien en la cumbia villera asoma brevemente, es un atributo que solamenteDick el Demasiado,desde otro lugar muy distinto, se atrevi a explorar. Es una autoconsciencia -tambin aparece en A mi gente en el calificativo "sensiblero" que le dan a los poetas que pasan delante suyo mientras estn sentados en el cordn de la vereda- que no heredaron las bandas subsiguientes de cumbia santafesina: se quedaron con la narratividad, el espacio, el aura mgica de la guitarra.Para algunas personas conocer una banda o un solista a travs de un compilado es una cosa indigna, casi inaceptable. Slo se justifica en ciertos casos en que el compilado despierta un inters que se va a satisfacer con la escucha de los discos enteros, porque en el disco se plasma la totalidad de una propuesta esttica.En la cumbia, por otro lado, el compilado es necesario. La produccin de discos es tal que escuchar todos los discos de una banda sera un ejercicio desesperante, y seguramente insatisfactorio. Un compilado (o un disco en vivo) hecho en el momento justo puede ser la mejor manera de unir lo ms representativo del estilo de una banda y generar ese impacto de totalidad que tiene el disco.Las discografas oficiales estn jalonadas de compilados que describen los puntos ms altos de una etapa de la banda. No olvidemos que para que haya compilados tiene que haber camino recorrido. Y cuando la discografa oficial no resulta iluminadora, por otros lados circulan los compilados no oficiales, y, armados por djs profesionales y amateurs, los popurrs, que en una poca recibieron el nombre de mosaicos y ahora se los conoce generalmente como enganchados.Quizs esta manera de escuchar potencie el acabado de perfeccin que luce la cumbia tropical desdeLos del Bohiohasta la cumbia villera.LaNueva Luna, Gilda, Tamb Tamb, Leo Mattioli,la etapa tarda delos Palmeras, Antonio Rios, Sombras,entre muchos otros, alcanzan una redondez clsica en la cumbia-cancin, en donde cada elemento est integrado y urdido en la estructura de tal manera que las repeticiones no cansan y, en cierta forma, las canciones adquieren el vigor universal del pop. Lo que se baila ahora es una historia, el relato que la voz va desenrollando sobre el groove. La voz ya no se resuelve poniendo al que mejor canta de la banda. Cada una de las voces de la cumbia tropical aporta un estilo original, que se distingue de todos, y que configura a un personaje de cierto rango emocional. As conocemos el tembloroso desamor de Leo Mattioli, el espritu alegre de Gilda, la ronca, a veces socarrona, profundidad de Ruben Deicas (Los Palmeras), la valiente confianza de Diego Mujica (Tamb Tamb). En cuanto a lo musical, los elementos previos de la cumbia argentina son como los lmites de un arenero, los ejes sobre los cuales cada banda da sus coordenadas y ubica su lugar en el mapa cumbiero. La guitarra de Denis revive en Ramn Bentez, el mago deLa Nueva Luna. El rea colombiana est visitada por Los Palmeras y Tamb Tamb. La letra articulada en un esqueleto armnico complejo, a la manera santafesina, vive en Gilda y enLos Charros. Pero todos estos elementos aparecen no de manera exclusiva, sino, nuevamente, como el patrimonio estilstico del cual abrevan. En la instrumentacin, la novedad ms grande est en el ascenso del teclado, viejo amigo deLos Wawanc, y en el uso incipiente de bateras electrnicas, casi siempre como acompaamiento y no como base. Ambos instrumentos van a jugar un rol central en el sonido de la cumbia villera.

Porque no todo es fractura en el pasaje de la cumbia tropical a la villera. Buenos Aires se haba convertido en epicentro y semillero, condicin previa para que la cumbia villera atacara desde los mrgenes. La nueva marginalidad que inyecta de vida a una cumbia tropical opaca y relamida ya no es la del interior, sino la que Buenos Aires misma genera en su cada a pique. Justo antes de que el desplome econmico fijara la visin de Pablo Lescano al escenario real de la Argentina,Amar Azul,en la que Lescano particip como segundo tecladista, vena resquebrajando la elegancia de la era tropical con un humor atpico de descontrol y un espritu de joda sin cura. El sonido cido del teclado y la preeminencia del bombo son valores que Lescano tambin arrastr a la nueva era. Tal vez incluso se haya robado a la tanga deYo me enamorpara cultivar su primer gran xito,Laura.El "coverear", rendir tributo, hacer versiones de temas de otro autor, se convierte en plagio en el celebrado estilo criminal de Pablo Lescano. La que se podra sealar como segunda cancin de cumbia villera,La cumbia de los vagos-tema nmero dos del primer disco deFlor de PiedraLa vanda ms locadel que Lescano fue productor- es un plagio. La cancin original esNegra yo soy,una vieja cumbia colombiana que habla de discriminacin racial. Cabe decir que, en la moral pilla de la cumbia villera, el plagio es un recurso totalmente legtimo. En este caso,Negra yo soyle sirve a Lescano de plataforma para darle voz a una condicin de marginalidad que no haba sido nombrada: la del villero.La visin dePablo Lescano,para volver aLos Wawanc, tambin tiene que ver con unir universos. El sonido villero se forj en realidad enGuachn, proyecto deGonzalo Ferrer, primer tecladista deAmar Azul. En 1998, un ao antes del nacimiento deFlor de Piedra, Ferrer haba compuestoLa danza del tabln, una enrgica cumbia instrumental con todos los elementos, en su produccin musical, de la cumbia villera. Lo nico que faltaba en ese caldo era bajar unos bpms y el rayo de criminalidad testimonial que arroj Lescano con sus letras.La diferencia entre Gonzalo Ferrer y Pablo Lescano es que este ltimo asumi el trabajo de dialogar con una sociedad, y por lo tanto un pblico, que haba sufrido una mutacin.La vanda ms locaes un disco curioso. A nivel lrico expone perfectamente el imaginario villero, pero a nivel sonoro no es tan contundente comoLa danza del tabln. Un aire tropical sigue recorriendo sus arreglos, su lejana algo romntica. La voz de Daniel Lescano tiene algo de sospechoso, de ttere. Es una nueva lrica para la cual no haba nacido su mejor encarnacin todava. Esa sensacin se despeja por completo cuando Pablo Lescano adopta el rol de vocalista en su siguiente proyecto,Damas Gratis.Su voz nasal y desnuda termina de imprimir el estilo villero, estilo que alcanza su versin ms pulida en la voz del Traidor, deLos pibes chorros.Yerba Brava, Meta Guacha, Mala Fama, Los pibes chorros, Supermerk2, Pala Ancha,todos se subieron al camin blindado de la cumbia villera. Derrocaron el estilo tropical tirando del hilo del linaje colombiano y apropindose de la psicodelia peruana. Es una cumbia a tal punto inmediata que pocas veces necesita ms de un minuto y medio para exponer todo el caudal informativo de un tema. Casi siempre se recurre a la repeticin, espejada, sin cambios, para alcanzar la duracin estndar de una cancin. Cuanto ms simple es, ms situaciones abarca, a ms personas le habla, mayor potencia adquiere, ms adelante corre en la carrera de produccin de himnos de la cumbia villera.La resak(Supermerk2) propone un estilo de vida, como la cumbia, infinito, pero infinito en tanto se niega ver la fatalidad de su desenlace. Su perspectiva alcanza solamente a la noche anterior, en la que hubo fiesta, y la noche siguiente, en la que habr fiesta. Es, otra vez, un presente permanente y proyectado, en este caso gracias a su propia repeticin diaria, pero de una indiferencia arrolladora para con lo que haya ms all de la fiesta y de la cumbia.La fiesta permanente, estado de cosas autoproclamado de la cumbia villera, es el desvo punk en la eternidad de la cumbia. La cumbia villera pone el foco en el presente, lo cual no quiere decir que la cumbia no est por venir, o sea proyectada en una fantasa de futuro. Quiere decir que ellos, los hroes de la cumbia villera, la estn persiguiendo contnuamente, como un monje que perdi su religin.Bajo esta dinmica, veloz, fugaz, desesperada, se sucedieron las canciones de la cumbia villera. Bajo esta dinmica una banda llega a un boliche y toca un enganchado en donde slo se expone una primera mitad de cada tema, y cada tema se pega al que sigue y despus de media hora hay que salir corriendo a otro boliche.Bajo esta dinmica se adopta otro modo de produccin. Las bandas ya no son multitudinarios seres en traje de pirata, como en el declive de la era tropical, sino algunos pocos piratas en buzos, joggins y actitud callejera. En el estudio inflan el volumen, endurecen el groove, buscan el impacto sonoro. Se abaratan los costos. La simpleza cunde, la inspiracin vale ms que la elaboracin. La cumbia villera tiene un aspecto de representacin testimonial, de descripcin de un momento de la Argentina, es clara la referencia para los que atravesaron ese momento, pero a medida que pasan los aos pierde sustancia, cuando solamente saca una fotografa de la poca, y gana poder cuando su violencia y su inmediatez impactan con toda la frescura de su aporte a la cumbia, como ocurre con la grandiosaLos dueos del pabelln.Mientras la cumbia chapoteaba alegremente en el paisaje villero, existaDick el Demasiado.Dick el Demasiado sera un episodio ms en el universo de arte experimental de Europa si no fuera porque, de alguna manera misteriosa que quizs tiene que ver con sus races latinas, atendi el llamado de la cumbia. Los discos de Dick son el producto de un artista multidisciplinario de nombre Dick Verdult, quien serpentea en un mundo de subvenciones, museos, instalaciones, un mundo que a primera vista uno dira que es sumamente ajeno a la condicin barrosa y esquiva de la cumbia. Pero en cierto momento de su vida, paralelamente al desarrollo de la cumbia villera, dio vida a un universo gigante de discos, manifiestos, flyers, recitales por todo el mundo y festivales -Festicumex-, de raz cumbiera, hecho por y para la cumbia. Ese universo tiene un nombre que l mismo invent: "cumbias lunticas". En concreto, las cumbias lunticas son las de su discografa. Pero el universo es amplio, mucho ms amplio, en tanto que Dick se ocup de inventar historias de falsos orgenes, bandas paralelas, alter egos, pioneros de fantasa, manifiestos, pginas de internet confusas y glosarios.Las cumbias lunticas estn sobresaturadas de una informacin esttica que l mismo aport, mientras la cumbia villera est sobresaturada de interpretaciones sociolgicas que pretenden legitimarla desde una perspectiva folklrica.Por eso es interesante la lectura que Dick hace de su contempornea cumbia villera. Dick va a lo ms ejemplarmente musical, y dice que la cumbia villera es poderosa en su simpleza y llena de calor el alma. Y de esa manera, tan cumbiera, es decir, con la mirada puesta en un horizonte por venir, saluda al groove villero, con el que no comparte nada, en trminos del efecto rtmico.Si bailar a pesar de las circunstancias es un propsito de la cumbia, Dick el Demasiado pone el foco en celebrar sufriendo, y la cumbia villera pone el foco en sufrir celebrando.La cumbia, a diferencia de otros ritmos que generan escuela de baile, se baila como se quiere y como se puede. Visto desde cierto horizonte, no importa que la cumbia haya generado estilos de bailar, por ejemplo, el de carcter ms folklrico en Colombia y el estilo inquieto y circular de Santa Fe. Para la cumbia, celebrar es un derecho universal. Dick y la cumbia villera, cada cual a su modo, pueden llegar al lmite de la celebracin. La cumbia villera tiene un lmite en el quiebre. Dicho de otra manera, el groove cansino heredado de la cumbia colombiana, puede ser a tal punto tirado para atrs que evoque las sensaciones de mareo del alcohol o de drogas ms baratas. Bordea la situacin de despersonalizacin. Te hace caminar entre la calle y la zanja. Dick, con su bum catatnico, persigue una hipnosis de bombo a tierra. El lmite es mesinico. Cuando Dick deja de hacer bailar, es porque la urgencia de su mensaje supera a la urgencia de mover los pies. Si Dick, que ama la capacidad de la msica para provocar la danza, no est generando pataleo, es porque ingres en el terreno en donde es ms importante hacerte conocer el poder disruptivo de su mal gusto, que es en realidad una demencia articulada.Nos acercamos a la actualidad, y dado que enNene Malobailan las rochas y tambin las chetas, la cumbia villera ya no ocupa el mismo lugar que antes. La cumbia est abrindose a un terreno de exploracin que tiene como protagonistas a muchos msicos de distintas races. La cumbia villera dej armada una matriz en la que se forjan bandas que se quedan con el impacto de la base y descartan buena parte del imaginario de las letras. Tales bandas nacen para un circuito que ya existe de tv, radio e internet, boliches y eventos. Estn empujadas por la inercia productiva de la cumbia villera, y como van a la carrera, a veces llegan ms rpido a puntos de groove y de expresin novedosos para la cumbia. Es el caso delRetutu,Nene Malo,De la calley muchos otros que saludan al reguetn y reconocen su hermandad. Tambin existen las bandas que msicos de otros gneros, principalmente del rock, arman con autntica curiosidad por el lenguaje. La curiosidad tambin atrajo a djs y productores de formacin electrnica. La cumbia se abri camino, abri canales de comunicacin a travs de los que lleg a tocar a personas antes indiferentes al movimiento. Y en este punto termino, porque mejor que hacer un censo de todo lo que se produce es disfrutar de la flora variadsima de la cumbia actual, y saborear la espera, en el futuro, de su inagotable fruto.