Lectura de Salmo responsorial.- Sal 145 Palabra del … · justicia, buscad la moderación, ......

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Lectura de la profecía de Sofonías 2, 3; 3, 12-13 Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.» Palabra de Dios. Salmo responsorial.- Sal 145 R. DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 26-31 Fijaos en vuestra asamblea, hermanos, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así -como dice la Escritura- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor». Palabra de Dios. Aleluya Mt 5, l2a Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. + Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Palabra del Señor. En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta los valores que han de guiar nuestra vida cristiana; el evangelista se preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizarla. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su estilo cristiano de estar en medio de una sociedad secularizada. Las bienaventuranzas no son una teoría, son una de las mejores descripciones de lo que Jesús mismo fue y vivió. Son una proclamación mesiánica, un anuncio de que el Reino de Dios ha llegado. No son una ley, ni un código, ni unas normas morales; son Evangelio, anuncio gozoso del Reino de Dios. Jesús nos presenta el proyecto para que no haya equívocos o “interpretaciones libres”. El camino de las bienaventuranzas es atípico y comprometido. Si repasamos la vida de Jesús nos damos cuenta de que Él vivió, con su propia vida, el espíritu de las bienaventuranzas; detrás de Él ha habido y sigue habiendo muchas personas que se han atrevido a seguir esta senda. Su vida giraba más bien en tomo a un proyecto que le entusiasmaba y le hacía vivir intensamente. Lo llamaba «Reino de Dios». En realidad Él no pensaba mucho en su felicidad. Al parecer, era feliz cuando podía hacer felices a otros. Se sentía bien devolviendo a la gente la salud y la dignidad que se les había arrebatado injustamente. No buscaba que se cumplieran sus expectativas. Vivía creando nuevas condiciones de felicidad para todos. No sabía ser feliz sin incluir a los otros. A todos proponía criterios nuevos, más libres y personales, para hacer un mundo más digno y dichoso. Creía en un Dios creador que mira a todas sus criaturas con amor entrañable, el Dios amigo de la vida y no de la muerte, más atento al sufrimiento de las gentes que a sus pecados. Desde la fe en ese Dios, rompía todos los esquemas religiosos y sociales y su grito era desconcertante para todos. La invitación de Jesús viene a decir: «No busquéis la felicidad en la satisfacción de vuestros intereses ni en la práctica gratificante de vuestra religión. Sed felices trabajando de manera fiel y paciente por un mundo más feliz para todos». La felicidad es una meta deseada por todos los hombres. Hay diversos y distintos caminos para llegar a ella. Jesús nos propone el suyo. En este camino hay que cambiar la soberbia por la humildad; el desenfreno por la templanza; el rencor y el odio por el perdón y la misericordia y así sucesivamente. No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El Evangelio sólo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de toda su Iglesia mientras peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversión personal y comunitaria; en medio de esta apatía social se hace todavía más significativo su mensaje y la sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por ese espíritu. Convertirse a Dios no significa decidirse por una vida más infeliz y fastidiosa, sino orientar la propia libertad hacia una existencia más humana, más sana y, en definitiva, más dichosa, aunque ello exija sacrificios y renuncia. Ser feliz siempre tiene sus exigencias. Ser cristiano es aprender a «vivir bien» siguiendo el camino apuntado por Jesucristo, y las bienaventuranzas son el núcleo más significativo de ese camino. Hacia la felicidad se camina con corazón sencillo y transparente, con hambre y sed de justicia, trabajando por la paz con entrañas de misericordia, soportando el peso del camino con mansedumbre. Este camino lleva a conocer, ya en esta tierra, la felicidad vivida y experimentada por el mismo Jesús. Nadie dijo que fuera fácil, pero el Señor nos invita a que lo intentemos. En resumen, vivir las bienaventuranzas es comenzar a vivir el Reino de Dios en la tierra. ¿Qué sucedería en nuestra vida si acertáramos a vivir con un corazón más sencillo, sin tanto afán de posesión, con más limpieza interior, más atentos a los que sufren, con una confianza grande en un Dios que ama de manera incondicional?

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Lectura de la profecía de Sofonías 2, 3; 3, 12-13 Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.» Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Sal 145

R. DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 26-31 Fijaos en vuestra asamblea, hermanos, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así -como dice la Escritura- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor». Palabra de Dios.

Aleluya Mt 5, l2a Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa

será grande en el cielo.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Palabra del Señor.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta los valores que han de guiar nuestra vida cristiana; el evangelista se preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizarla. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su estilo cristiano de estar en medio de una sociedad secularizada.

Las bienaventuranzas no son una teoría, son una de las mejores descripciones de lo que Jesús mismo fue y vivió. Son una proclamación mesiánica, un anuncio de que el Reino de Dios ha llegado. No son una ley, ni un código, ni unas normas morales; son Evangelio, anuncio gozoso del Reino de Dios.

Jesús nos presenta el proyecto para que no haya equívocos o “interpretaciones libres”. El camino de las bienaventuranzas es atípico y comprometido. Si repasamos la vida de Jesús nos damos cuenta de que Él vivió, con su propia vida, el espíritu de las bienaventuranzas; detrás de Él ha habido y sigue habiendo muchas personas que se han atrevido a seguir esta senda. Su vida giraba más bien en tomo a un proyecto que le entusiasmaba y le hacía vivir intensamente. Lo llamaba «Reino de Dios». En realidad Él no pensaba mucho en su felicidad. Al parecer, era feliz cuando podía hacer felices a otros. Se sentía bien devolviendo a la gente la salud y la dignidad que se les había arrebatado injustamente. No buscaba que se cumplieran sus expectativas. Vivía creando nuevas condiciones de felicidad para todos. No sabía ser feliz sin incluir a los otros. A todos proponía criterios nuevos, más libres y personales, para hacer un mundo más digno y dichoso. Creía en un Dios creador que mira a todas sus criaturas con amor entrañable, el Dios amigo de la vida y no de la muerte, más atento al sufrimiento de las gentes que a sus pecados. Desde la fe en ese Dios, rompía todos los esquemas religiosos y sociales y su grito era desconcertante para todos. La invitación de Jesús viene a decir: «No busquéis la felicidad en la satisfacción de vuestros intereses ni en la práctica gratificante de vuestra religión. Sed felices trabajando de manera fiel y paciente por un mundo más feliz para todos». La felicidad es una meta deseada por todos los hombres. Hay diversos y distintos caminos para llegar a ella. Jesús nos propone el suyo. En este camino hay que cambiar la soberbia por la humildad; el desenfreno por la templanza; el rencor y el odio por el perdón y la misericordia y así sucesivamente. No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El Evangelio sólo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de toda su Iglesia mientras peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversión personal y comunitaria; en medio de esta apatía social se hace todavía más significativo su mensaje y la sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por ese espíritu. Convertirse a Dios no significa decidirse por una vida más infeliz y fastidiosa, sino orientar la propia libertad hacia una existencia más humana, más sana y, en definitiva, más dichosa, aunque ello exija sacrificios y renuncia. Ser feliz siempre tiene sus exigencias. Ser cristiano es aprender a «vivir bien» siguiendo el camino apuntado por Jesucristo, y las bienaventuranzas son el núcleo más significativo de ese camino. Hacia la felicidad se camina con corazón sencillo y transparente, con hambre y sed de justicia, trabajando por la paz con entrañas de misericordia, soportando el peso del camino con mansedumbre. Este camino lleva a conocer, ya en esta tierra, la felicidad vivida y experimentada por el mismo Jesús. Nadie dijo que fuera fácil, pero el Señor nos invita a que lo intentemos. En resumen, vivir las bienaventuranzas es comenzar a vivir el Reino de Dios en la tierra. ¿Qué sucedería en nuestra vida si acertáramos a vivir con un corazón más sencillo, sin tanto afán de posesión, con más limpieza interior, más atentos a los que sufren, con una confianza grande en un Dios que ama de manera incondicional?

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Muchas veces hemos leído los famosos versos de Martin Niemöller, pastor luterano alemán:

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistasguardé silencio porque yo no era comunista.Cuando encarcelaron a los socialdemócratasguardé silencio porque yo no era socialdemócrata.Cuando vinieron a buscar a los sindicalistasno protesté porque yo no era sindicalista.Cuando vinieron a por los judíosno pronuncié palabra porque yo no era judío.Cuando finalmente vinieron a por míno había nadie más que pudiera protestar.» Podríamos hacer una paráfrasis de estos paradigmáticos versos utilizando los graves problemas que aquejan hoy a la gran Familia Humana al comidel cambio climático; el enquistamiento de las crisis económicas y de valores; el afianzamiento del capitalismo más salvaje con la llegada al poder de Trump aupado por la mentira y la xenofobia; el resurgimiento de los nacionalismos demagógicos europeos; el invierno árabe, la guerra de Siria, el sufrimiento de los refugiados y el auge del terrorismo islamista; la amenaza expansionista de Rusia y de China; las permanentes provocaciones del régimen norcoreano; la sangrante situación Venezuela, Méjico y varios países centroamericanos; las interminables y silenciadas guerras de África,… A ello podríamos añadir los retos de nuestra Iglesia, donde el Papa Francisco se debate día a día por sacar adelante un proyecto de reforma a la luz permita ser realmente sal y luz. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados? No. Este es el año de la acción. Plantemos cara. No podemos dejarnos atenazar por el miedo, la indiferencia o la creencia, como denuncia el poema anterior, de que y¡Ese alguien somos cada uno de nosotros! Construyamos barricadas que detengan el mal. No las barricadas de la violencia, sino las del amor. No las del odio, sino las del perdón. No las de la descalificación, sino las del diálogo y el entendimiento. No las de la inacción, sino la de la militancia, el voluntariado y la generosidad… Bienvenidas las barricadas evangélicas: la esperanza como sacos terreros, las bienaventuranzas como bandera, el amor como motor de cambio, la oración como fenergía y la comunidad como medicina para sanarnos las heridas. Aquí va mi hombro, a unirse al vuestro para hacer nacer un mundo mejor.

hemos leído los famosos versos de Martin Niemöller, pastor luterano alemán:

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas io porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas guardé silencio porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas no protesté porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a por los judíos

é palabra porque yo no era judío. Cuando finalmente vinieron a por mí no había nadie más que pudiera protestar.»

Podríamos hacer una paráfrasis de estos paradigmáticos versos utilizando los graves problemas que aquejan hoy a la gran Familia Humana al comienzo de 2017: los efectos del cambio climático; el enquistamiento de las crisis económicas y de valores; el afianzamiento del capitalismo más salvaje con la llegada al poder de Trump aupado por la mentira y la xenofobia; el resurgimiento de los

os demagógicos europeos; el invierno árabe, la guerra de Siria, el sufrimiento de los refugiados y el auge del terrorismo islamista; la amenaza expansionista de Rusia y de China; las permanentes provocaciones del régimen norcoreano; la sangrante situación de Venezuela, Méjico y varios países centroamericanos; las interminables y silenciadas guerras de África,… A ello podríamos añadir los retos de nuestra Iglesia, donde el Papa Francisco se debate día a día por sacar adelante un proyecto de reforma a la luz del Evangelio que nos permita ser realmente sal y luz.

¿Nos quedaremos de brazos cruzados? No. Este es el año de la acción. Plantemos cara. No podemos dejarnos atenazar por el miedo, la indiferencia o la creencia, como denuncia el poema anterior, de que ya hará alguien algo. ¡Ese alguien somos cada uno de nosotros!

Construyamos barricadas que detengan el mal. No las barricadas de la violencia, sino las del amor. No las del odio, sino las del perdón. No las de la descalificación, sino

entendimiento. No las de la inacción, sino la de la militancia, el voluntariado y la generosidad…

Bienvenidas las barricadas evangélicas: la esperanza como sacos terreros, las bienaventuranzas como bandera, el amor como motor de cambio, la oración como fuente de energía y la comunidad como medicina para sanarnos las

Aquí va mi hombro, a unirse al vuestro para hacer nacer

Juan Yzuel (En EcleSALia 10/01/2017)

Lunes, 30: 19:30h. PDE Núcleo 4 Grupo L Martes, 31: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 1: 19:30h. Oración R. Carismática Jueves, 2: 17:00 y 18:00h. Catequesis.

20:00h. Oración de la comunidad Viernes, 3 17:00 y 18:00h. CATEQUESIS 21:00h. Adoración nocturna Sábado, 4: 11:30h. Cursillo prematrimonial Domingo, 5: Eucaristías: 11:00h. y 12:30h. 12:00h. CATEQUESIS Febrero: Días 17-18-19 PEREGRINACIÓN AL ROCÍO Información en el despacho parroquial

Lunes, 30: Adelelmo (Lemes) de Burgos, Alejandro de Jeru Wiaux, Batilde, Bta. Carmela García Moyón, Bta. María Bolognesi.

Heb 11, 32-40 – Sal 30 – Marcos 5, 1-20

Martes, 31: Juan Bosco , Francisco Ja vier Bianchi, Geminiano de Saboya.

Heb 12, 1-4 – Sal 21 – Marcos 5, 21-43 Miércoles, 1: Cecilio, Brígida de Kildare, Bto. Andrés Carlos Fer rari.

Heb 12, 4-7. 11-15 – Sal 102 – Marcos 6, 1

Jueves, 2: PRESENTACION DEL SEÑOR. JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA. Nª Sra. de la Candelaria , Juana de Lestonnac, Aida.

Mal 3, 1-4 (ó Heb 2, 14-18) – Sal 23 – Lucas 2, 22

Viernes, 3: Blas y Oscar , Claudia Thévenet, Azarías, Olivia. Heb 13, 1-8 – Sal 26 – Marcos 6, 14-29 Sábado, 4: Andrés Corsini, Juana de Valois. Heb 13, 15-17. 20-21 – Sal 22 – Marcos 6,

La Iglesia no debe cansarse nunca de abogar por la vida y no debe renunciar a proclamar que la vida humana debe seprotegida sin condiciones desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. (P. Francisco. Marcha por la vida 22/01/2017)

La voz del profeta Sofonías resuena en nuestro corazón:

«Buscad al Señor».

Y con estas palabras nos podemos sentir un poco ac

porque no siempre te buscamos, Señor.

Buscarte es no olvidarte, buscarte es no solo acordarnos de ti el

domingo cuando participamos de la Eucaristía.

Pero es que no acaba aquí. Buscarte es no cometer maldades, no

decir mentiras, trabajar por la

Señor, tú nos conoces. Tú sabes del barro que está hecha nuestra

vida. No somos perfectos, no desde luego. Pero al menos hoy

también te queremos decir que confiamos en ti, en tu Palabra.

Y que sí, que a pesar de nuestros defectos y peca

seguir buscándote cada uno de los días de nuestra vida. Porque

sabemos la felicidad que nos puede dar el mundo y sabemos

cómo es la felicidad que proviene de ti. Nos queda carrera por

recorrer. Obstáculos por salvar para vivir según el modelo

bienaventuranzas.

Pero queremos hacerlo. Cuenta con nosotros.

Con nuestra pobreza sí, pero también con nuestro amor a ti.

Ayúdanos, no nos dejes solos.

Oración de la comunidad

PEREGRINACIÓN AL ROCÍO Información en el despacho parroquial

Adelelmo (Lemes) de Burgos, Alejandro de Jeru salén, Murciano Mª Carmela García Moyón, Bta. María Bolognesi.

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vier Bianchi, Geminiano , Bta. Mª Cristina

Cecilio, Brígida de Kildare, Bto. Andrés Carlos Fer rari. Marcos 6, 1-6

JORNADA DE LA VIDA , Juana de Lestonnac, Aida. Lucas 2, 22-40

Claudia Thévenet, Azarías, Olivia.

Marcos 6, 30-34

no debe cansarse nunca de abogar por la vida y no debe renunciar a proclamar que la vida humana debe ser protegida sin condiciones desde el momento de la concepción

Marcha por la vida

EL CRISTO MUTILADO de

La voz del profeta Sofonías resuena en nuestro corazón:

«Buscad al Señor».

Y con estas palabras nos podemos sentir un poco acusados,

porque no siempre te buscamos, Señor.

Buscarte es no olvidarte, buscarte es no solo acordarnos de ti el

domingo cuando participamos de la Eucaristía.

Pero es que no acaba aquí. Buscarte es no cometer maldades, no

decir mentiras, trabajar por la paz y la justicia.

Señor, tú nos conoces. Tú sabes del barro que está hecha nuestra

vida. No somos perfectos, no desde luego. Pero al menos hoy

también te queremos decir que confiamos en ti, en tu Palabra.

que a pesar de nuestros defectos y pecados queremos

seguir buscándote cada uno de los días de nuestra vida. Porque

sabemos la felicidad que nos puede dar el mundo y sabemos

cómo es la felicidad que proviene de ti. Nos queda carrera por

recorrer. Obstáculos por salvar para vivir según el modelo

bienaventuranzas.

Pero queremos hacerlo. Cuenta con nosotros.

Con nuestra pobreza sí, pero también con nuestro amor a ti.

Ayúdanos, no nos dejes solos.

E.V.D.

http://www.sanjoselasmatas.es

Las Matas. Madrid - Año X III - nº 864

DOMINGO IV - T.O. – CICLO A – 29 enero 2017

EL CRISTO MUTILADO de Battambang

La voz del profeta Sofonías resuena en nuestro corazón:

usados,

Buscarte es no olvidarte, buscarte es no solo acordarnos de ti el

Pero es que no acaba aquí. Buscarte es no cometer maldades, no

Señor, tú nos conoces. Tú sabes del barro que está hecha nuestra

vida. No somos perfectos, no desde luego. Pero al menos hoy

también te queremos decir que confiamos en ti, en tu Palabra.

dos queremos

seguir buscándote cada uno de los días de nuestra vida. Porque

sabemos la felicidad que nos puede dar el mundo y sabemos

cómo es la felicidad que proviene de ti. Nos queda carrera por

recorrer. Obstáculos por salvar para vivir según el modelo de las

Con nuestra pobreza sí, pero también con nuestro amor a ti.

E.V.D.

http://www.sanjoselasmatas.es