LECTURA CREYENTE DE LA REALIDAD FMMDP Nuestra MisióN … · 2015-06-08 · Moro Moro está ubicado...

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FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR PROVINCIA “NUESTRA SEÑORA DEL PILAR” / ARGENTINA - BOLIVIA LECTURA CREYENTE DE LA REALIDAD FMMDP Nuestra MisióN eN Bolivia Introducción Enclavada en el corazón de Sudamérica, Bolivia es vista desde el exterior siempre como un país andino, al que relacionan con las llamas, la hoja de coca y en los últimos tiempos con la figura de su presidente, Evo Morales. Algunos datos son de sobra conocidos. Es el país más pobre de Sudamérica y el segundo más pobre de Latinoamérica. Bolivia se encuentra económica y socialmente más cercana al área centroamericana, pero con el agravante que implica estar rodeado de países más potentes que eclipsan y rebajan el crecimiento propio. Santa Cruz de la Sierra es la ciudad más poblada, cerca de dos millones de habitantes, y la más extensa del país. Ha pasado en un siglo de ser un pequeño pueblo a ser una gran urbe latinoamericana, centro financiero del país y centro de las mayores desigualdades sociales del estado. Es bien cierto que hay una población rica, muy rica, pero no deja de ser una minoría. La mayoría vive en distritos que se desarrollan alejados del centro de la ciudad, incluso se instalan antes de que a esas zonas lleguen luz y agua. Uno de los casos más representativos es el conocido popularmente como Plan 3000, en la que está inserta nuestra comunidad. En esta zona se estima que prácticamente el 96% de la población vive o al límite o bajo el umbral de la pobreza. Más del 63% de la población subsiste gracias al comercio informal en la calle. En medio de esta realidad, estamos viviendo, en estos días, la fase más intensa de la campaña electoral, en donde el presidente Evo Morales exhibe su fuerza e ignora a sus adversarios políticos. Encuestas recientes lo colocan con una intención de voto del 59 por ciento, muy por encima de sus oponentes. Nuestra historia en Bolivia Las hermanas FMMDP llegamos a Bolivia, por primera vez en 1931, a la ciudad del Beni (Trinidad). Años después, por motivos de enfermedad, las hermanas se vieron obligadas a dejar la zona, trasladándose a la Argentina. En 1998, la Congregación regresa por segunda vez a Bolivia, esta vez a la ciudad de Santa Cruz, en la zona periférica del Plan 3000, en donde desarrollamos una labor fundamentalmente pastoral: acompañamiento a las comunidades cristianas, promoción humana, labor sanitaria y misión itinerante en la zona rural. VER: Os invitamos a adentraros en el pueblo de Moro Moro, lugar en el que, desde hace algún tiempo, la Provincia de Argentina-Bolivia ha elegido como uno de los lugares de “misión itinerante”.

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FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR PROVINCIA “NUESTRA SEÑORA DEL PILAR” / ARGENTINA - BOLIVIA

LECTURA CREYENTE DE LA REALIDAD FMMDP

Nuestra MisióN eN Bolivia

Introducción Enclavada en el corazón de Sudamérica, Bolivia es vista desde el exterior siempre como un país andino, al que relacionan con las llamas, la hoja de coca y en los últimos tiempos con la figura de su presidente, Evo Morales. Algunos datos son de sobra conocidos. Es el país más pobre de Sudamérica y el segundo más pobre de Latinoamérica. Bolivia se encuentra económica y socialmente más cercana al área centroamericana, pero con el agravante que implica estar rodeado de países más potentes que eclipsan y rebajan el crecimiento propio. Santa Cruz de la Sierra es la ciudad más poblada, cerca de dos millones de habitantes, y la más extensa del país. Ha pasado en un siglo de ser un pequeño pueblo a ser una gran urbe latinoamericana, centro financiero del país y centro de las mayores desigualdades sociales del estado. Es bien cierto que hay una población rica, muy rica, pero no deja de ser una minoría. La mayoría vive en distritos que se desarrollan alejados del centro de la ciudad, incluso se instalan antes de que a esas zonas lleguen luz y agua. Uno de los casos más representativos es el conocido popularmente como Plan 3000, en la que está inserta nuestra comunidad. En esta zona se estima que prácticamente el 96% de la población vive o al límite o bajo el umbral de la pobreza. Más del 63% de la población subsiste gracias al comercio informal en la calle. En medio de esta realidad, estamos viviendo, en estos días, la fase más intensa de la campaña electoral, en donde el presidente Evo Morales exhibe su fuerza e ignora a sus adversarios políticos. Encuestas recientes lo colocan con una intención de voto del 59 por ciento, muy por encima de sus oponentes. Nuestra historia en Bolivia Las hermanas FMMDP llegamos a Bolivia, por primera vez en 1931, a la ciudad del Beni (Trinidad). Años después, por motivos de enfermedad, las hermanas se vieron obligadas a dejar la zona, trasladándose a la Argentina. En 1998, la Congregación regresa por segunda vez a Bolivia, esta vez a la ciudad de Santa Cruz, en la zona periférica del Plan 3000, en donde desarrollamos una labor fundamentalmente pastoral: acompañamiento a las comunidades cristianas, promoción humana, labor sanitaria y misión itinerante en la zona rural. VER:

Os invitamos a adentraros en el pueblo de Moro Moro, lugar en el que, desde hace algún tiempo, la Provincia de Argentina-Bolivia ha elegido como uno de los lugares de “misión itinerante”.

Moro Moro está ubicado en la provincia de Vallegrande, no lejos de Samaipata. El pueblo cuenta con unos 700 habitantes, gran parte de ellos dedicados a la agricultura, fruticultura, cría de ganado y artesanía. Está rodeado por pequeñas comunidades a las que se llega por caminos de tierra, pues a Moro Moro aún no ha llegado el asfalto. Su paisaje hecho de montañas, bosques, ríos, valles… es de una belleza impresionante. Su gente derrocha bondad, generosidad, alegría...haciendo sentir a quien llega hasta allá, como en “su propia casa”. Aprovechemos su hospitalidad y dejemos que ellos nos compartan algo de su realidad:

(Sugerimos que, a quienes les sea posible, acompañen la lectura de los textos con la proyección de las imágenes)

Don Felipe, no tiene casa y vive en un rincón del polideportivo del pueblo. Hace 10 años un accidente de tractor lo dejó hemipléjico. Poco tiempo después la esposa lo abandonó dejándole con 4 hijos, sin más recursos para vivir que la caridad de los vecinos. En su silla de ruedas él trenza correas con piel de vaca, hace cestos de mimbre, cocina y cuida de su hijito más pequeño. Los otros tres están en el internado en Vallegrande. A pesar de su situación, él no pierde la sonrisa, su actitud llena de paz a quien se acerca a visitarlo, no se lamenta, sólo sonríe como aquel que nada tiene que reprocharle a la vida.

Don Melitón y Doña Benedicta, 86 y 90 años respectivamente. En el ocaso de su vida, su día a día transcurre, como toda su existencia, marcado por el duro trabajo del campo. Palabras como jubilación o descanso no existen en el vocabulario de estas personas que no conocen otros parajes que los de estos valles en los que se asentaron en su juventud. Sobreviven con el fruto de sus sudores, con lo que les regala la tierra y el cuidado de sus animales. Viven en la alejada comunidad de Potrerillo, donde para poder relacionarse con algún vecino deben caminar kilómetros. Sólo se tienen el uno al otro… y a Dios, que se hace Amor en el amor que se

profesan mutuamente y dibuja su rostro en la belleza del paisaje que rodea su humilde hogar en la montaña. Sus hijos marcharon lejos, a otras ciudades, a otros países… Presienten cercano el fin de sus días y lloran la lejanía de su familia y la soledad. Pero las lágrimas que caen por su rostro surcado de arrugas pronto se confunden con el sudor del trabajo, porque aunque las fuerzas sean cada vez menos, su labor y su ejemplo son muy grandes. Doña Gregoria, es una persona única, pero su figura podría ser representación de la vida de muchos ancianos a los que, también en estos pueblos, la sociedad relega a un segundo plano. Se siente muy sola y no se esfuerza en disimularlo. Desde su puesto de vigía, instalado en la puerta de su humilde hogar, reclama la atención de quien quiera dirigirle una palabra o una sonrisa. Anhela los tiempos pasados, las compañías perdidas, la autonomía que se le escapó con la edad. Su oxígeno es la palabra acompañada. Intenta alargar los encuentros y cuando llega la hora de las despedidas, sacando a la niña que todavía lleva dentro, intenta embaucar a su interlocutor para “robarle” unos minutos

más. Sin ocultar nada, le brota desde el corazón un “no se vaya, por favor” y cuando comprende que no es posible hacer infinitos los momentos cambia su estrategia intentando robar una compromiso: “Prométame que volverá”. La pobreza de su hogar pasa a un segundo plano ante la pobreza de su soledad… El hermano Tomás, franciscano seglar, es un madrileño (de Vallecas), ingeniero de formación, que hace más de 30 años dejó la estabilidad de su puesto de funcionario en el Ministerio de Defensa español para encontrarse con la realidad de un pueblo, el boliviano, que le cambió la vida. Ministro de la Fraternidad OFS de San Francisco en Santa Cruz, en esta iglesia del centro de la ciudad comparte la fe y la vida con su fraternidad. Pero su misión la desarrolla lejos de allí, en el corazón del Plan 3.000. La zona es escenario habitual de conflictos, tráfico de drogas y otros negocios ilegales. Pero es también el entorno en que vive mucha gente humilde y sencilla que lucha por labrarse un mañana mejor. Aquí el hermano Tomás sale al encuentro de estos cristos rotos para ayudarles a transformarse en cristos resucitados, como a él le gusta llamarles. Con su trabajo sostiene un comedor en el que a diario acuden un gran número niñas y niños. En ese mismo escenario imparte formación profesional en distintas materias (electrónica, computación, fontanería…) para ayudar a los muchachos a salir de las drogas u otras espirales de destrucción. Los fines de semana reúne allí a su gran familia (niños, madres…) para celebrar la vida desde lo sencillo. Entre sumas, restas y canciones, el rostro de Dios se ve dibujado en la sonrisa de estos pequeños del reino y en la de este Quijote del siglo XXI, a quien la comprensión de que “el Amor no es amado” transformó su existir. NOS PREGUNTAMOS: ¿Qué veo? ¿Qué realidad descubro? ¿Qué sentimientos me produce? ¿qué desafíos?... Compartimos

JUZGAR: “Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.” (Jeremías 17,7-8) “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales. Con todo, yo me alegraré en mi Señor, y me gozaré en el Dios de mi salvación." (Habacuc 3,17-18) "Tendrás confianza, porque hay esperanza. Mirarás alrededor, y dormirás seguro."

(Job 11,18) Evangelio de Lucas 6,20-26 “Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban

vuestro nombre como malo por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo.” “Jesús mismo es el modelo de esta opción evangelizadora que nos introduce en el corazón del pueblo. ¡Qué bien nos hace mirarlo cercano a todos! Si hablaba con alguien, miraba sus ojos con una profunda atención amorosa: «Jesús lo miró con cariño» (Mc 10,21). Lo vemos accesible cuando se acerca al ciego del camino (cf. Mc 10,46-52), y cuando come y bebe con los pecadores (cf. Mc 2,16), sin importarle que lo traten de comilón y borracho (cf. Mt 11,19). Lo vemos disponible cuando deja que una mujer prostituta unja sus pies (cf. Lc 7,36-50) o cuando recibe de noche a Nicodemo (cf. Jn 3,1-15). La entrega de Jesús en la cruz no es más que la culminación de ese estilo que marcó toda su existencia. Cautivados por ese modelo, deseamos integrarnos a fondo en la sociedad, compartimos la vida con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos material y espiritualmente con ellos en sus necesidades, nos alegramos con los que están alegres, lloramos con los que lloran y nos comprometemos en la construcción de un mundo nuevo, codo a codo con los demás. Pero no por obligación, no como un peso que nos desgasta, sino como una opción personal que nos llena de alegría y nos otorga identidad” (Evangelii Gaudium, nº 269) NOS PREGUNTAMOS: ¿Cómo iluminan los textos esta realidad? ¿De qué forma me siento interpelada? Compartimos… ACTUAR: NOS PREGUNTAMOS: ¿A qué me invita Dios? ¿Qué me está pidiendo? ¿Qué nos está pidiendo? Oración: Con María avanzamos confiadas hacia la nueva evangelización, y le decimos: Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre. Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor. Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora. Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitadas para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la Palabra. Intercede por la Iglesia, para que nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el nuevo Reino. Madre de la nueva evangelización, ayúdanos a ser signos de comunión, de servicio, de la fe viva y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén.