Convivir, aprender y enseñar en el aula

NORBERTO BOGGINO

Esta lectura nos muestra como las problemáticas y los problemas internos nos

ubican ante grandes dilemas, estos a su vez nos acercan a la tentativa solución

de transformarlos en problemas sin alternativas que de primera mano son

obstáculos para la convivencia interna, sin embargo, poco a poco se

vislumbran caminos y rutas de mejora a estos tropiezos.

Estos tipos de problemas, se pueden manifestar tanto en los planteles

educativos, como en la familia y en la sociedad. Es igualmente importante que

las escuelas trabajen para propiciar formas de relación y convivencia entre los

alumnos, que posibiliten la socialización gradual para que a priori se generen

lazos sociales para una buena convivencia de los que forman parte de la

institución, mediante actividades de pares o proyectos donde se involucre el

trabajo colaborativo.

“Al transformarse estructuralmente las condiciones sociales y materiales del

contexto hace que los escenarios institucionales de la escuela sean

atravesados por fenómenos de malestar, conflicto y crisis. Mucho de los cuales

violentan la escuela y los procesos básicos de enseñanza y aprendizaje, la

función socializadora de la familia, la necesaria relación entre esta y la escuela

y, por, sobre todo, violentan los vínculos sociales y pedagógicos que

constituyen el fundamento de todo proceso educativo” (BOGGINO, 2005).

La convivencia se debe analizar desde el punto de vista de docentes y

alumnos, buscando el objetivo de construir y reconstruir lazos de asociación

entre ellos, construir convivencia para la prevención de problemas típicos de

una institución educativa, cabe destacar que todos estos compromisos deben

comprender a todos los que elaboran ahí, tanto como directivos, docentes,

alumnos y padres de familia, en todos los espacios y tiempos.

Este se logra a través de un buen ambiente de aprendizaje que fomente el

trabajo colaborativo, trabajo grupal, el respeto hacia la diferencia, atención a la

diversidad, el fomento de valores y una buena relación para dar lo mejor de sí y

luchar en pro a los objetivos planteados.

La convivencia no se construye ni se logra con reglamentos ni con acciones

coactivas ni con imposiciones o, simplemente, a través de la mera transmisión

discursiva de valores. También promoviendo el dialogo, la comunicación, la

reflexión crítica, la confianza, sobre la base de normas y valores que permitan

la vida en sociedad.